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Universidad Pedagógica Nacional

facultad de humanidades
departamento de ciencias sociales
didáctica de la geografía
profesor: César Báez
Presentado por: Nady Mayerli Moreno López

El VIAJE DE EDUCAR

“Escuchar para educar” con esta frase José Antonio Fernández busca sintetizar su
proceso en la práctica docente, ya que es escuchando al otro como se llega a
comprender un poco mas a quien se enseña. En ocasiones y sin razonar se busca
llenar a otro de un conocimiento que posiblemente no aplicara durante su vida,
olvidándose de lo que para Comenius en la Didáctica Magna denomina el método
de las ciencias; el cual se fundamenta en un conocimiento dado gracias a los
sentidos, lo que implica entender y comprender lo real, lo que le rodea y con ello
prepararlos un poco más para la vida.
Esto no solo significa que deba existir un proceso continuo en el que haya una
secuencia de lo que se enseña, sino que a su vez, la escuela debe convertirse
según Comenius en un taller (método de las artes) que permita al estudiante
mediante la práctica descubrir y entender lo que el decente quiere transmitir; esto
supone una “metodología del respeto” que estimule a los niños a creer en sí
mismos (Fernández), pues si bien durante el proceso se pueden cometer errores
es el profesor el encargado de escuchar y corregir oportunamente.
Al mismo tiempo se debe alimentar desde pequeños esa necesidad y deseo por
descubrirlo todo, para ello el docente tiene la labor de captar la atención del
estudiante, establecer retos y desafíos que promuevan las dudas y la necesidad
de cuestionarlo todo, para que así no deba depender de otros, “enseñar a pensar
mas no enseñar lo que el otro piensa” (Comenius), lo que constituye un reto como
profesional, ya que exige que haya un amplio y constante conocimiento sobre el
campo de estudio y donde se logre transmitir de manera correcta lo que se quiere,
sin que esto implique hablar de individualidad, dado que no son solo los
estudiantes quienes aprenden del docente, sino que este representa un dialogo y
aun aprendizaje reciproco, de allí que sea absurdo para el maestro José
Fernández pensar que el método de estudio es superior a la capacidad humana.
De ahí que el maestro mencione durante su charla como el contacto directo con
los niños resulte indispensable para lograr identificar el mejor procedimiento y la
mejor forma de enseñar, lo que requiere una relación entre la edad y el tipo de
contenidos que se dan, trabajando en la forma mas atractiva para llamar su
atención. igualmente existen para Comenius una serie de virtudes que deben
guiar dicho proceso, en el que aprenden que es lo bueno y lo malo, la fe y los
elementos necesarios para tener buenas costumbres algo que solo se logra si se
entiende que todo lo que pasa su alrededor es causado por algo.
Algo que ha logrado la escuela es comparar a cada uno de sus estudiantes ya sea
mediante un sistema de calificaciones o un cuadro de honor, consiguiendo con
esto que todo lo que se hace en las instituciones educativas sea solo para ser
mejor que otro sin importar que con ello se esté haciendo a niños infelices, que no
sean capaces de observar, imaginar, analizar y argumentar lo que hay en su
entorno, ya que la única finalidad es sobresalir y memorizar.
Para lo anterior Comenius formula la necesidad de reformar la escuela con el
propósito de establecer bases lo suficientemente solidas en algunas disciplinas,
con el fin de que se aprenda y se apliquen cada uno de esos saberes a sus
realidades, ocupándose de una sola cosa que logre integrar todo en su conjunto,
por eso este espacio debe contar con las herramientas necesarias para permitirle
al estudiante desarrollar plenamente sus habilidades y destrezas.
Finalmente es notoria la relación entre algunos de los postulados de Comenius y
la conferencia dada por el maestro José Antonio Fernández, ya que mediante
expresiones cotidianas y sencillas hace una reflexión sobre la importancia de
educar y de hacerlo con amor y que, sin importar el sexo, la religión o la edad es
posible ser mejores día a día y cambiar el rumbo de sus vidas, lo que implica para
el docente escuchar y porque no volver a ser niños para entender lo que ellos ven,
lo anterior resulta ser un largo camino que solo se conquista mediante la práctica,
la escucha y el respeto por el otro, “enseñando todo a todos”.

“Merece la pena dedicar la vida a hacerlos sonreír”

José Antonio Fernández

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