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MOMENTO INTERMEDIO FASE II

ANA MARIELA VACA

CODIGO

291

Epistemología e Historia de la Pedagogía.

FRANCISCO JAVIER PORTILLA

Tutor

Universidad nacional abierta y a distancia-UNAD

Duitama, 05 de octubre de 2016


EL SUSTRATO PLATONICO DE LAS TEORIAS PEDAGOGICAS Y UN DIALOGO
ENTRE LA PRÁCTICA Y LA PEDAGOGÍA

RESUMEN ANALITICO

Actualmente existe gran preocupación por la educación. Muchos aseguran que


parte de las dificultades que actualmente afronta nuestra sociedad es
responsabilidad directa de las familias y las escuelas, y quizá no se está tan lejos
de esta concepción, pues la familia es la primera escuela del hombre y son los
padres los primeros educadores de sus hijos, es allí donde se trasmiten los
valores y actitudes, la forma de relacionarse con las demás personas, las normas
de comportamiento entre otras; mientras que la escuela es el segundo espacio, de
gran importancia, en la vida de los niños, pues allí además de aprender las letras y
los números, y desarrollar habilidades básicas que les servirán a lo largo de toda
la vida, aprenden a compartir, respetar y vivir en sociedad.

Para Platón, (citado por Chacón A. & Covarrubias F. 2012) “La educación es un
proceso de transformación interior que busca la esencia de la persona, es decir,
conocerse a sí mismo y se encuentra íntimamente relacionada con la justicia, con
la posibilidad de formar hombres justos” (p.13). Es decir, que la educación del
hombre es el único camino para llegar a conformar una sociedad justa, y los
valores como solidaridad, la tolerancia entre otros, sean el eje principal que la
dirija.

Aunque no comparto en su totalidad la reflexión de Platón sobre el alma,


especialmente, su pertenencia al mundo de las ideas (y tampoco su inmortalidad),
si estoy de acuerdo con que toda alma necesita al momento de nacer (o existir)
iniciar un aprendizaje sensible que se complementa con el aprendizaje inteligible
mediante el arte de preguntar.

El avance cotidiano del hombre en materia de educación (el ser humano se


encuentra en continuo proceso de formación), posibilita al hombre mismo
encontrar a través de su vivencia una realidad inteligible fusionada con el
conocimiento sensible. “Nadie aprende por cabeza ajena” es uno de esos dichos
de los mayores con un alto contenido de verdad, y en ese sentido, se puede
afirmar, que el conocimiento adquirido a través de la experiencia se convierte en
razón; razón que llega a ser verdad para quien la aprehende.
Muy apropiado sería mencionar que todo el conocimiento adquirido por ejercicio
de la razón o por acopio de información, nos permite poner en duda lo conocido y
por tanto, plantear posibilidades diferentes que bien podrían llegar a ser episteme,
aunque no dejaran de ser doxa para otros; por lo tanto, lo único que queda es
buscar el bien común pues este no depende del uno o del otro, sino que es la
suma de ambos. Entonces, la educación es la herramienta para acceder al bien
común, siempre y cuando exista el amor hacia el conocimiento; conocimiento tal
que nos lleve a la cima de la sabiduría posible para el hombre.

Es interesante ver como en los diálogos de Platón encontramos las ideas básicas
de lo que en los últimos siglos han venido diciendo los especialistas en pedagogía.
La educación debe preparar al ser humano desde los primeros años (en la familia)
para la virtud y para convertirse en un buen ciudadano que le aporte a la sociedad
en la cual convive. Por esta razón es de suma importancia promover diferentes
estrategias que le aporten a la educación y favorezca dicho crecimiento en el
educando. Al respecto Moreno, S (2004) dice lo siguiente:

…() Hace tres décadas que empezamos a fijarnos más en el aprendizaje


significativo. Creo que en parte este interés surgió como una llamada de atención y
una respuesta a inquietudes respecto a cómo mejorar la calidad de los
aprendizajes, cómo ir más allá de la repetición y de la memorización, cómo lograr
la comprensión de lo que aprendemos y, sobre todo, cómo promover aprendizajes
que hagan una diferencia importante en la vida y en las interacciones de quien
aprende.

Este es entonces un buen punto de partida, puesto que necesitamos ser


conscientes de la necesidad de replantear muchas de las estrategias que hasta el
momento se han venido implementando en materia de educación, para introducir
métodos pedagógicos que provean aprendizajes necesarios para el desarrollo
moral, e intelectual del estudiante, que a su vez le ayude a adquirir habilidades
competencias y hábitos que le permiten participar activamente en lo cultural y, por
su puesto, en la formación de valores que tanto necesita nuestra sociedad..

El aprendizaje significativo, según Rogers citado por Moreno, S (2004) es una


“forma de aprendizaje que es más que una mera acumulación de hechos [...] una
manera de aprender que señala una diferencia –en la conducta del individuo, en
sus actividades futuras, en sus actitudes y en su personalidad” (p.5). La
implementación de este tipo de aprendizaje en la que más que la repetición de
teorías y conceptos (que en muchos de los caso muy pocas veces se llevan a la
práctica), facilita la participación del educando con el propósito de explorar nuevas
formas para interiorizar los conocimientos. Mucha razón tenía Rogers citado por
Moreno, S (2004) al afirmar que “el aprendizaje iniciado por el mismo estudiante,
que incluye a toda la persona del que aprende, tanto en sus sentimientos como en
sus ideas, actitudes y acciones, es el aprendizaje mejor asimilado y el más
duradero”. El papel del docente sin lugar a dudas es fundamental en este nuevo
método del aprendizaje. En la medida en que este permita al educando expresar
sus ideas y llevarlas a la práctica.

En conclusión el método y los contenidos adquieren significación gracias a la


forma en que se ejerce la práctica docente y a la aplicación de una didáctica que
dé fundamento a la interacción educativa. Así, práctica y didáctica son condiciones
que hacen posible una educación para la vida, para el crecimiento de las
comunidades y la sociedad en general, que tanto espera del sector educativo. La
familia y escuela se complementan y el éxito de la educación dependerá de que
haya una estrecha comunicación y coherencia en los dos ámbitos.

BIBLIOGRAFIA

Policarpo A & Covarrubias F. (2012). El sustrato platónico de las teorías


pedagógicas. Recuperado de:

http://repository.unad.edu.co/bitstream/10596/4935/1/50004.pdf

Moreno. S. (2004). Un dialogo entre la práctica y la teoría. Recuperado de:


http://campus05.unad.edu.co/ecedu05/mod/lesson/view.php?id=2979&pageid=666

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