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Expte. 36.

927/09 - “Banco Comafi SA c/MASSUH SA y otros sobre ordinario” –


CNCOM – SALA B – 27/09/2012

En Buenos Aires a los 27 días del mes de septiembre de dos mil doce, reunidas las Señoras
Jueces de Cámara en la Sala de Acuerdos, fueron traídos para conocer los autos
caratulados: “BANCO COMAFI SA contra MASSUH SA Y OTROS sobre ORDINARIO”
(Expte. Nº 36.927/09), en los que al practicarse la desinsaculación que ordena el art. 268
del Código Procesal, resultó que debían votar en el siguiente orden: Doctoras Matilde E.
Ballerini y María L. Gómez Alonso de Díaz Cordero. La Sra. Juez de Cámara Dra. Ana I.
Piaggi no interviene por encontrarse en uso de licencia (art. 109 RJN).-
Estudiados los autos la Cámara planteó la siguiente cuestión a resolver:
¿Es arreglada a derecho la sentencia apelada?
La Señora Juez de Cámara Doctora Matilde E. Ballerini dijo:
I. El pronunciamiento de fs. 660/7 admitió la demanda deducida por Banco Comafi SA
contra los Sres. Santiago Massuh, Héctor D. Massuh, Daniel J. Moulia, Adolfo A. Borelli,
Daniel R. Llobera, Carlos I. Sarrión, Alberto R. Montero y Rafael A. Nadra a quienes
condenó a abonarle la suma que resulte de la liquidación que mandó practicar de
conformidad con las pautas establecidas en el apartado V, en la proporción del gasto que
cada uno de ellos haya hecho con su respectiva tarjeta de extensión, con más sus intereses y
costas. Por otro lado, absolvió a los Sres. Rolando J. Ahualli y José A. Quintana Aguilar,
con costas.-
Para arribar a dicha solución, el Sr. Juez a quo consideró que el banco demandó el cobro
del saldo deudor de una tarjeta de crédito corporativa VISA a la titular de la misma
-Massuh SA- y a los de las tarjetas de extensión en el entendimiento que éstos se habían
constituido en codeudores solidarios de todas las obligaciones emergentes del uso de las
tarjetas.-
Señaló que: se encuentra registrada la deuda en los libros de la actora, las registraciones se
corresponden con los resúmenes agregados a la causa, la deuda se encuentra impaga y que
las liquidaciones no fueron objeto de impugnación alguna.-
Destacó que el usuario no puede válidamente ampararse en la falta de recepción de los
resúmenes para justificar su incumplimiento.-
Meritó que la falta de acceso a las condiciones generales y particulares de contratación
debió ser objeto de prueba en tanto así lo dispone el CPr., 377, lo cual a su criterio no
ocurrió en el caso.-
Agregó que los sujetos demandados por su calidad de funcionarios de nivel jerárquico de
una sociedad anónima no pueden invocar una situación de inexperiencia o un
desconocimiento de las condiciones de contratación.-
Juzgó, entonces, que los accionados se constituyeron en responsables de todas las
obligaciones derivadas de la utilización de sus respectivas tarjetas de extensión, mas no de
la cuenta principal por lo que en esa medida deberán responder.-
Finalmente, concluyó que en virtud de dicha limitación debe eximirse a los codemandados
Ahualli y Quintana Aguilar del pago del saldo deudor en tanto éstos no utilizaron las
tarjetas de extensión que habrían recibido.-
II. Apelaron los demandados condenados (fs. 671), expresando agravios a fs. 699/706, que
merecieron respuesta del banco accionante a fs. 708/11.-
Se quejaron sustancialmente de la admisión de la demanda negando haber suscripto las
condiciones generales de contratación e indicando que frente al banco, el solicitante o
titular de la tarjeta es el único obligado al pago. Además, se agravian de la fijación de la
tasa de interés establecida en el convenio suscripto.-
III. Preliminarmente, corresponde indicar que atento a los términos en que fueron expuestas
las quejas no se encuentra cuestionada la existencia de la deuda ni su monto, sino solamente
lo referido a obligación de los demandados a su pago. Asimismo, que a fs. 278 se desistió la
demanda promovida contra Massuh SA a fin de insinuar el crédito en su quiebra.-
Tiene dicho esta Sala que en una acción por la que se persigue el cobro del saldo impago
resultante de operaciones efectuadas mediante el sistema de tarjeta de crédito, resulta
improcedente que el accionante postule que el usuario de la tarjeta adicional reviste la
calidad de codeudor solidario. Ello toda vez que éste no se constituye en obligado al pago
del total de la deuda que se registre en la cuenta puesto que -salvo estipulación en contrario-
la firma puesta en la pertinente solicitud sólo implica una exteriorización de su voluntad
para aprovechar las ventajas que le han concedido el emisor y el solicitante (in re
“American Express Argentina S.A. c/ Schiaffino, Horacio Alberto y otros s/ ordinario”, del
14/03/06).-
En dicha oportunidad se entendió que la cláusula que habilita al usuario adicional no es
sino una estipulación a favor de un tercero (CCiv., 504) en la que el emisor y el solicitante
acuerdan otorgar a otro sujeto ajeno a la relación la facultad de utilizar el sistema de
compras mediante el uso de una tarjeta de crédito de extensión.-
En definitiva, frente a la entidad emisora de las tarjetas de crédito el único obligado al pago
es -en principio- el titular solicitante (Ley 25.065, art. 2). Los autorizados por éste para
efectuar consumos no tienen, también en principio, vinculación contractual con el emisor
de la tarjeta de crédito y su responsabilidad estará determinada por el contenido del contrato
de emisión. Ergo, si nada se estipula en el contrato al respecto, el titular adicional no tiene
responsabilidad alguna por las operaciones realizadas con la tarjeta (CNCom., Sala D, in re
“Cervetto de Suarez, Cristina c/ Telefónica Data Argentina SA”, del 03/08/11).-
En el caso, se adjuntó como prueba documental las solicitudes de tarjetas de extensión que
obran a fs. 14/29 de las cuales surge que “…El titular de la CP será deudor solidario y
obligado principal por todos los cargos incurridos por los tenedores de TE (..) El titular de
la CP declara que se constituye en liso, llano, solidario y principal pagador de todas las
obligaciones emergentes del uso de las TE a favor de los funcionarios por él autorizados,
quedando entendido que los gastos originados por el uso de las mismas no sobrepasará bajo
ningún concepto el límite de crédito asignado en el Art. 2°. Por su parte, estos últimos
también firman de conformidad y se constituyen igualmente en lisos, llanos y principales
pagadores, solidariamente responsables por todas las obligaciones emergentes del uso de su
TE…” (cláusulas 1 y 14). Se les estaría fijando entonces una responsabilidad frente a la
emisora por los consumos propios, pero no por el total de la deuda de la cuenta principal.-
Únicamente los Sres. Alberto R. Montero y Rafael A. Nadra suscribieron a título personal
-y no como apoderados o representantes de la sociedad Masuh SA- el contrato de solicitud
en el cual constan las condiciones generales y particulares antes expuestas. Por el contrario,
los restantes demandados solamente suscribieron a título personal unos formularios
denominados “Datos a completar para la tarjeta de extensión” en los que no constan dichas
condiciones ni se hace referencia a ellas.-
De aquí que, de acuerdo a lo expuesto ut supra, sólo cabría hacer lugar a la demanda contra
los codemandados Montero y Nadra ya que fueron éstos quienes suscribieron la solicitud
mencionada; mas existe una circunstancia insoslayable que conduce a su desestimación.-
Conforme la LTC, 7 la redacción del contrato de emisión de Tarjeta de Crédito debe
cumplir con la condición “…Que las cláusulas que generen responsabilidad para el titular
adherente estén redactadas mediante el empleo de caracteres destacados o subrayados”
(inciso d). Esta disposición es aplicable a los autorizados del inciso c, del art. 2 de la LTC
sea que se los catalogue como adherentes o, en su defecto, por extensión a ellos de lo
previsto para el titular de la tarjeta. Es que no sería aceptable un menor rigor en la
redacción del contrato respecto de quien no es -por principio- el obligado al pago cuando
justamente la finalidad de esta imposición es evitar que el denominado consumidor
bancario sea sorprendido por la existencia de cláusulas escritas en tipografías que pasen
desapercibidas entre las restantes cláusulas del contrato estipuladas por la entidad emisora,
priorizándose la buena fe y un acabado conocimiento de las obligaciones impuestas para
evitar abusos a fin de equilibrar las posiciones de la partes en la relación que las vinculará.-
En el sub lite, las cláusulas que pretenden constituir a los codemandados como obligados al
pago no se encuentran redactadas conforme lo impone la normativa vigente en la materia, y
así fue invocado por los codemandados al contestar la demanda (ver fs. 149vta./50, 165 y
sgtes.).-
La misma Ley de Tarjeta de Crédito sanciona su incumplimiento expresando que los
contratos que “…se celebren o se renueven a partir del comienzo de vigencia de la presente
ley deberán sujetarse a sus prescripciones bajo pena de nulidad e inoponibilidad al titular,
sus fiadores o adherentes (LTC, 13).-
Más allá de si se trata de nulidad o inoponibilidad, se impone concluir que -en el caso- los
codemandados Montero y Nadra aun cuando suscribieron la solicitud, no pueden ser
responsabilizados frente a la entidad bancaria accionante por las deudas contraídas por el
uso de sus tarjetas adicionales. La expresa sanción legal y la finalidad protectora de sus
normas impiden considerar que se trata de un mero rigorismo formal, máxime teniendo en
cuenta que se trató de tarjetas corporativas otorgadas por una empresa empleadora a sus
empleados y funcionarios para el uso que ésta autoriza e incluso puede imponer, respecto
de lo cual éstos pueden sentirse válidamente obligados a aceptar en virtud de la relación
laboral en la que se encuentran sumidos. Esta conclusión no resulta enervada por el hecho
que sean funcionarios jerárquicos de la empresa.-
Obsérvese que al contestar la demanda, Massuh SA expresó que “…A través de la misma,
mi mandante financiaba los gastos habituales y corrientes de la empresa. Es decir, utilizaba
este servicio corporativo como medio de pago de aquellos gastos de pequeña cuantía que
hacían sus empleados y funcionarios para el desenvolvimiento de la empresa…” (fs- 236),
situación que fue invocada por los codemandados (ver fs. 154vta./5 y 169vta./70). Y, para el
caso en que se autorizara su uso para cuestiones personales de ellos, será una cuestión que
sólo pueda ser debatida entre la empresa y sus empleados sin que quepa a la entidad
emisora inmiscuirse en asuntos referidos a la esfera de alegada relación laboral.-
Como corolario, se impone el rechazo de la demanda debiendo el actor cargar con las
costas de ambas instancias por resultar vencido, en aplicación del principio genérico de la
derrota objetiva plasmado en los arts. 68 y concordantes del CPr., no surgiendo de las
constancias de autos elemento alguno que me permita válidamente apartarme del mismo.-
Por los fundamentos expuestos, si mi criterio fuese compartido, propongo al Acuerdo:
admitir el recurso con el efecto de revocar la sentencia apelada y, en consecuencia,
desestimar la demanda incoada por el Banco Comafi SA, con costas (CPr., 68).-
He concluído.-
IV. En atención a la índole, extensión de los trabajos realizados y las características e
importancia del pleito de que se trata, se confirman por el sentido del recurso -apelación por
altos- en …
Los honorarios revisados fueron regulados a fs. 677/8.-
Por análogas razones la Doctora María L. Gómez Alonso de Díaz Cordero adhirió al voto
que antecede.-
Con lo que se terminó este Acuerdo que firmaron las señoras Jueces de Cámara.-
FDO.: MARÍA L. GÓMEZ ALONSO DE DÍAZ CORDERO - MATILDE E. BALLERINI
Buenos Aires, septiembre 27 de 2012.-
Y VISTOS:
Por los fundamentos del Acuerdo que precede, se resuelve: i) admitir el recurso de fs. 671
con el efecto de revocar la sentencia apelada en lo principal que decide y, en consecuencia,
desestimar la demanda incoada por el Banco Comafi SA, con costas (CPr., 68); y ii)
confirmar en … Regístrese por Secretaría, notifíquese y devuélvase.-
FDO.: María L. Gómez Alonso de Díaz Cordero - Matilde E. Ballerini
JORGE DJIVARIS, SECRETARIO

Citar: elDial AA7B29


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