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Santiago, nueve de mayo de dos mil diecisiete.


VISTOS :
En estos autos Rol N° 4656-2017 de esta Corte Suprema sobre
exclusión de crédito en proceso de liquidaci ón voluntaria, caratulados
“Salazar González, Viviana Marisol”, seguidos ante el Primer Juzgado Civil
de Temuco, bajo el Rol N° C-902-2016, la deudora solicitante recurri ó de
casación en la forma y en el fondo en contra de la sentencia de la Corte de
Apelaciones de Temuco de veintiocho de diciembre de dos mil diecis éis,
escrita a fojas 148 y siguientes, que confirmó el fallo de primer grado de dos
de mayo del mismo año, que se lee a fojas 91 y siguientes, que acogi ó la
petición del Banco del Estado de Chile de excluir del procedimiento de
liquidación voluntaria de Viviana Marisol Salazar Gonz ález el cr édito con
garantía estatal del que es titular la referida institución bancaria.
Se ordenó traer los autos en relación.
CONS IDE RA ND O:
I.- En cuant o al recurso de cas aci ón en la forma.
PRIME RO: Que el recurso de casación en la forma se funda en la
causal prevista en el artículo 768 Nº 9 del Código de Procedimiento Civil,
que consiste en haberse faltado a algún trámite o diligencia declarado
esencial por la ley o a cualquier otro requisito por cuyo defecto las leyes
prevengan expresamente que hay nulidad, vicio que se producir ía porque se
habría efectuado un trámite no contemplado en este procedimiento por la
Ley 20.720 de Reorganización y Liquidación de Empresas y Personas, como
lo fue el incidente de exclusión de créditos promovido por el Banco del
Estado de Chile.
Señala el recurrente que la única acción destinada a discutir la
existencia, montos o preferencias de los créditos que se hayan verificado
dentro del periodo ordinario es la contemplada en el artículo 174 de la
citada ley, la que en todo caso tampoco es aplicable pues el Banco del
Estado de Chile no verificó el crédito del que es titular.
Agrega que conforme al artículo 8° de la Ley 20.720, en este
procedimiento sólo pueden promoverse incidentes en aquellas materias en
que esta ley lo permite expresamente, no siendo el caso del incidente
promovido en autos.

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Por último señala que el traslado conferido al liquidador
también resulta improcedente, más aún si no se confirió traslado al deudor.
Pide que se acoja el recurso, se invalide la sentencia recurrida y se
dicte un fallo de reemplazo que rechace el incidente de exclusi ón de cr édito,
con costas.
SEGUNDO: Que del mérito del recurso se constata que los hechos
denunciados no configuran la causal en comento, por cuanto el recurrente
no da cuenta de la falta de alguna de las diligencias espec íficas que los
artículos 795 y 800 del Código de Procedimiento Civil determinan como
trámites o diligencias esenciales en primera o única y en segunda instancia,
sino que reclama lo contrario, esto es, la realización de un trámite o
diligencia que en su concepto no estaría contemplado expresamente en la
ley.
Es decir, denuncia una supuesta alteraci ón en la marcha o ritualidad
del juicio, circunstancia que no configura el vicio invocado, lo que justifica
el rechazo del presente arbitrio.
II.- En cuanto al recurs o de casaci ón en el fondo.
TERCERO: Que el recurso de casación sustantivo reclama que la
sentencia impugnada infringe, en primer término, el art ículo 1 ° de la Ley
20.720, por cuanto esta norma establece que el procedimiento concursal
establecido en la ley en referencia es de aplicación general y, en
consecuencia, no puede estimarse que su artículo 8°, que establece que las
normas contenidas en leyes especiales prevalecerán sobre las disposiciones de
esta ley, dé cuenta de la existencia de otro procedimiento distinto y especial,
para el caso de que el deudor de un crédito con garant ía estatal presente
una situación de insolvencia, que justifique excluir un cr édito de este tipo
del procedimiento general de liquidación.
Agrega que, por lo demás, la Ley 20.027 es anterior a la Ley 20.720,
de modo que no resulta posible aplicar el criterio de la especialidad,
máxime si la nueva ley permite la rehabilitación del deudor, lo que
obviamente no podría concretarse si se permitiera la exclusión de cr éditos
del procedimiento concursal.
En segundo lugar denuncia la transgresión del art ículo 255 de la Ley
20.720, por cuanto el objetivo de esta ley plasmado en la referida

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disposición es lograr la rehabilitación del deudor para
todos los efectos legales, lo que no resulta compatible con la exclusi ón de
créditos. En este mismo sentido, la exclusión atenta contra la par conditio
creditorum y con el carácter universal del procedimiento de liquidaci ón
concursal.
Pide que se acoja el recurso, se invalide la sentencia recurrida y se
dicte un fallo de reemplazo que rechace el incidente de exclusi ón de cr édito,
con costas.
CUARTO: Que para la debida comprensión de los reproches
jurídicos formulados en el presente arbitrio, cabe tener presente los
siguientes antecedentes relevantes de este procedimiento:
1.- Con fecha 5 de febrero de 2016 Viviana Marisol Salazar Gonz ález
solicitó su liquidación voluntaria conforme a la Ley 20.720, fundada en que
se encuentra en un estado de absoluta insolvencia que le hace imposible
cumplir con las obligaciones que tiene con sus acreedores.
Indica que en el año 2006 ingresó a estudiar la carrera de trabajo
social en la Universidad Mayor accediendo a un crédito con la banca. En el
año 2008 se cambió de casa de estudios, contrayendo nuevas obligaciones
con el banco para poder financiar su educación, logrando titularse de
trabajadora social en el año 2013. Señala que sin embargo hasta la fecha no
ha logrado conseguir un trabajo estable que le permita costear sus gastos y
necesidades básicas, como tampoco sus obligaciones financieras, s ólo puede
costear el arriendo de una pieza en la localidad de Cajón y sus gatos b ásicos
de alimentación y movilización.
En la nómina de acreedores precisa únicamente al Banco del Estado
de Chile por un monto de $13.000.000, crédito valista y al Banco de
Crédito e Inversiones por un monto de $3.000.000, crédito valista.
En el listado de bienes de fojas 6 sólo se detallan los bienes muebles
que guarnecen el inmueble que arrienda.
En los juicios pendientes se indican el juicio ejecutivo Rol C-3352-
2015 del Primer Juzgado Civil de Temuco, caratulado “Banco Cr édito e
Inversiones con Salazar” y el juicio ejecutivo Rol C-6722-2015 del Primer
Juzgado Civil de Temuco, caratulado “Banco Estado con Salazar ”.

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2.- Por resolución de 9 de marzo de 2016, que rola a fojas
17, se decretó la liquidación voluntaria como empresa deudora de Viviana
Marisol Salazar González, ordenándose, entre otros aspectos, que se
acumulen a este procedimiento concursal todos los juicios que estuvieren
pendientes contra la deudora ante otros tribunales de cualquier jurisdicci ón
y que puedan afectar sus bienes. Tambi én se cit ó a la audiencia de
determinación del pasivo con derecho a voto, así como tambi én a la
primera junta de acreedores.
3.- En la audiencia de determinación del pasivo de fecha 20 de abril
de 2016, cuya acta rola a fojas 61, el Banco del Estado de Chile pidi ó que
se excluya su crédito del procedimiento de liquidaci ón, dado que se trata de
un crédito con garantía estatal que dicha instituci ón otorg ó a la deudora,
mediante la respectiva licitación pública, mientras curs ó sus estudios de
trabajo social desde el año 2008 en la Universidad Católica de Temuco.
Agrega que la Ley 20.720 sobre Reorganizaci ón y Liquidaci ón de
Empresas y Personas, en su artículo 8°, dispone que “las normas contenidas
en leyes especiales prevalecerán sobre las disposiciones de esta ley ”, por lo
que debe prevalecer la Ley 20.027 que Establece Normas para el
Financiamiento de Estudios de Educación Superior, pues en ella se
contempla una serie de beneficios económicos para los beneficiarios del
crédito que atraviesen una situación temporal de imposibilidad de pago o
insolvencia, de modo tal que de continuar con la liquidaci ón voluntaria en
lo que se refiere al crédito en cuestión se har ía imposible que su parte
pudiera cumplir con las exigencias establecidas en la ley para el cobro de la
garantía estatal asociada. Se acompaña un certificado de deuda al 12 de
marzo de 2016 emitido por la institución bancaria por la suma de
$14.070.000, además de la copia del contrato de apertura de l ínea de
crédito para estudiantes de educación superior con garant ía estatal seg ún
Ley 20.027.
QUINTO: Que la sentencia recurrida acogió la exclusión del
crédito con garantía estatal del que es titular el Banco del Estado de Chile,
considerando en síntesis que el artículo 8° de la Ley N° 20.720 ha
delimitado el campo de actuación de la Ley de Procedimiento Concursal,
estableciendo que “las normas contenidas en leyes especiales prevalecer án

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sobre las disposiciones de esta ley”, norma que permite
discriminar ciertos negocios jurídicos, no haciendo absoluto el procedimiento
a todos los créditos que se puedan contraer en la vida del derecho.
Agrega que conforme a ello la Ley N° 20.027, que “Establece las
normas para el financiamiento de la Educación Superior y crea la Comisi ón
Administradora del Sistema de Créditos para Estudios Superiores ”,
claramente es una ley especial incompatible con la Ley N° 20.720.
Precisa que la Ley 20.027 ha contemplado procedimientos diversos a
los de la Ley 20.720 para el caso de insolvencia o falta de pago del cr édito,
atendido que el crédito con aval del Estado se otorga a personas con
condiciones socioeconómicas desfavorables cuya capacidad de pago no le
permite cubrir sus gastos educacionales, como ocurre con el procedimiento
regulado en el artículo 13 de la ley en comento.
Refiere que el tenor de esta norma excluye la posibilidad del deudor
de someterse a un procedimiento de liquidaci ón concursal respecto a dicha
clase de créditos, ya que la Ley N° 20.027 contempla el procedimiento
especial aplicable para el caso de insolvencia o cesant ía del deudor de dicho
crédito que permita abordar el costo de las cuotas mensuales, torn ándose
incompatible con el procedimiento de la Ley 20.720, dada su especialidad.
Añade el fallo que incluso la Ley N° 20.027 en sus art ículos 30 y
siguientes contempla un procedimiento especial para que los alumnos
realicen un plan de ahorro para el financiamiento de los estudios,
contemplando subsidios estatales, y una vez que exista capacidad de pago, la
ley contiene procedimientos para hacer pago a trav és de retenciones que
deba hacer el empleador y a través de las devoluciones de Impuesto a la
Renta.
Concluye que, de esta manera, el procedimiento concursal de
liquidación voluntaria en caso alguno alcanza a los cr éditos con garant ía
estatal, añadiendo que la Ley 20.720 atiende más bien a cr éditos con fines
comerciales, derivados del emprendimiento y en caso alguno a deudas
relacionadas a los costos de los estudios en educación superior.
Por otra parte, señala que lo dispuesto en el art ículo 255 de la Ley
20.720, en cuanto dispone que la resolución de término del procedimiento
concursal produce la extinción por el solo ministerio de la ley y para todos

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los efectos legales de los saldos insolutos de las obligaciones
contraídas por el deudor con anterioridad al inicio del procedimiento
concursal de liquidación, es absolutamente contradictorio con el art ículo 13
inciso 2° de la Ley 20.027, que establece que “las cuotas impagas del
deudor, sea por cesantía o cualquier otra causal, no prescribir án, debiendo
el Estado proceder al cobro de las mismas hasta la total extinci ón de la
deuda, utilizando para ello los mecanismos establecidos en el Título V ”,
norma que es acorde con que el Estado sea el garante del sistema bancario
en el pago de los créditos.
Agrega que, por lo demás, del propio mérito del acta de incautaci ón
realizada es posible presumir que la deudora ha obtenido ingresos, al
percibir una devolución de renta de $384.753, lo cual le podr ía permitir
realizar, conforme a sus facultades socioecon ómicas, el pago de sus estudios
universitarios.
Por último, sostiene que respecto del crédito en cuesti ón la solicitud
de liquidación voluntaria resulta contraria a los actos propios, citando
además las palabras del profesor Gómez Balmaceda contenidas en el
Informe de la Comisión de Constitución, Legislaci ón y Justicia evacuado en
la tramitación de la Ley 20.720, en orden a que este procedimiento debe
reservarse respecto de aquellos deudores que no pueden pagar sus deudas
por hechos que no puedan serles imputados, de los cuales no sean culpables
y responsables, sino que de accidentes inevitables, de casos fortuitos, de
aquellos que el deudor no ha podido prever al obligarse, ni evitar, porque
son extraños y superiores a sus fuerzas y posibilidades.
Por su parte el fallo confirmatorio de segunda instancia, adem ás de
reiterar que la Ley 20.027 es una ley especial que prevalece sobre la Ley
20.720 conforme lo dispone su propio artículo 8°, agrega que para solicitar
la exclusión de créditos no se requiere que previamente hayan sido
verificados, pues precisamente lo que se busca es que el cr édito no se realice
dentro del procedimiento de quiebra, siendo adem ás oportuno que la
exclusión se solicite en la audiencia de determinación del pasivo, conforme
al artículo 190 de la Ley 20.720.
Por último, señala que la Ley 20.027 regula un procedimiento
particular que considera normas especiales e incompatibles con el

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procedimiento reglado por la Ley 20.720, como aquellas que
permiten suspender temporalmente la obligación de pago, que adem ás
declara imprescriptibles las cuotas que se adeuden, ya que la Ley de
Insolvencia, como también lo hacía la Ley de Quiebras, hace actualmente
exigibles y de plazo vencido todas la obligaciones del deudor. De esta
manera la Ley 20.027 no permite que las obligaciones derivadas de los
créditos que ella regula se extingan de una manera distinta a lo que en ella
se dispone, siendo entonces incompatible con lo dispuesto en la Ley 20.720.
SEXTO: Que del mérito del recurso y de lo consignado
precedentemente se constata que el conflicto jurídico de autos se traduce en
determinar si, frente a la situación de insolvencia del deudor, el cr édito con
garantía estatal debe regirse para los efectos de su cobro por la Ley 20.027
de 11 de junio de 2005 que establece normas para el financiamiento de
estudios de educación superior o bien por la Ley 20.720 de 9 de enero de
2014 sobre reorganización y liquidación de empresas y personas, caso
último en el cual los acreedores de tales créditos deberían verificarlos en el
proceso de liquidación y pagarse de los mismos conforme al r égimen
concursal.
S ÉPTIMO: Que al efecto cabe señalar que la Ley 20.720 regula el
régimen general de los procedimientos concursales destinados a reorganizar
y/o liquidar los pasivos y activos de una empresa deudora, y a repactar los
pasivos y/o liquidar los activos de una persona deudora. Y en su art ículo
8°, con el enunciado “Exigibilidad”, dispone: “Las normas contenidas en
leyes especiales prevalecerán sobre las disposiciones de esta ley. Aquellas
materias que no estén reguladas expresamente por leyes especiales, se
regirán supletoriamente por las disposiciones de esta ley”.
Por su parte la Ley 20.027 trata, en particular, sobre los cr éditos
destinados a financiar estudios de educaci ón superior otorgados por
instituciones financieras y que cuenten garantía estatal.
En su artículo 12 dispone: “Los créditos objeto de garant ía estatal no
serán exigibles antes de dieciocho meses contados desde la fecha referencial
de término del plan de estudios correspondiente, la que se determinar á de
acuerdo al procedimiento que fije el reglamento ”. Esta norma debe ser
concordada con lo dispuesto en los incisos 2° y 5° del art ículo 11 bis, en

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cuanto consagran que los deudores que no se encuentren en
mora, cuando el valor de la cuota resultante del cr édito sea mayor que el
monto equivalente al 10% del promedio del total de la renta que hubiere
obtenido durante los últimos doce meses, podrán optar por pagar este
último monto, beneficio que se otorgará por seis meses pudiendo ser
renovado.
A su vez el artículo 13 expresa: “La obligaci ón de pago podr á
suspenderse temporalmente, total o parcialmente, en caso de incapacidad de
pago, producto de cesantía sobreviniente del deudor, debidamente calificada
por la Comisión, la que deberá adicionalmente considerar el ingreso familiar
del deudor en la forma y condiciones que determine el reglamento.
En cualquier caso, las cuotas impagas del deudor, sea por cesant ía o
cualquier otra causal, no prescribirán, debiendo el Estado proceder al cobro
de las mismas hasta la total extinción de la deuda, utilizando para ello los
mecanismos establecidos en el Título V”.
Tales mecanismos son la deducción de las cuotas del cr édito de las
remuneraciones por el empleador del deudor, la retenci ón de la devoluci ón
de impuestos por parte de la Tesorería General de la Rep ública y las
acciones de cobranza judicial y extrajudicial que puede iniciar esta última
respecto de los créditos de los que es titular el Fisco y aquellos en que se
hubiera hecho efectiva la garantía.
Por su parte y en lo que dice relaci ón con el pago de la garant ía
estatal a la institución financiera otorgante del cr édito, el inciso 2 ° del
artículo 3° de esta ley dispone que para que sea exigible esta garant ía las
instituciones de educación superior deber án cumplir con las exigencias
establecidas en el Título III de esta ley, donde se regulan los requisitos que
deben cumplir las instituciones, los alumnos y los créditos garantizados,
siendo el reglamento donde se señalarán las modalidades, exigencias y
demás normas necesarias para determinar dichas exigencias.
En este sentido, el artículo 35 del Reglamento de la Ley 20.027 de 7
de septiembre de 2005 dispone en su inciso 2°: “Para los efectos del pago de
la garantía se entenderá que el beneficiario ha dejado de cumplir con la
obligación de pago toda vez que agotadas las acciones de cobranza

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prejudiciales por parte de la entidad financiera respectiva, el
alumno no haya pagado, a lo menos, tres cuotas consecutivas de su cr édito.
Para que proceda el pago de la garant ía estatal, la entidad financiera
deberá acreditar ante la Comisión lo siguiente:
a) El agotamiento de las acciones de cobranza prejudiciales.
b) El incumplimiento de pago del deudor en los términos señalados
en el inciso anterior.
c) La presentación, ante el tribunal competente, de las acciones
judiciales tendientes al cobro de lo adeudado.
Efectuado el pago por concepto de garant ía estatal, el Estado podr á
convenir con la entidad financiera para que ésta contin úe con las gestiones
de cobranza.
De los recursos provenientes de este cobro, se deber án entregar al
Fisco las cantidades que correspondan, de acuerdo al monto pagado por la
garantía asociada a este crédito”.
OCTAVO: Que suele decirse que existe una antinomia o
contradicción normativa cuando dentro de un mismo sistema jur ídico se
imputan consecuencias incompatibles a las mismas condiciones f ácticas, es
decir, cuando en presencia de un cierto comportamiento o situaci ón de
hecho se encuentran diferentes orientaciones que no pueden observarse
simultáneamente.
En la especie la sentencia recurrida, luego de estimar que existe una
contradicción normativa entre la Ley 20.027 y la Ley 20.720, dado que
frente a la situación de incumplimiento de la obligaci ón de pago del deudor
de un crédito con garantía estatal, la primera regulaci ón establece
mecanismos particulares para el cobro del crédito y para hacer efectiva la
garantía estatal, en tanto la segunda consagra un procedimiento concursal
general para liquidar los pasivos y activos de una empresa o persona
deudora, concluye que debe privilegiarse la aplicaci ón de la normativa que
regula el financiamiento de los estudios de educación superior por tratarse
de una ley especial.
Al respecto cabe tener presente, tal como lo destaca la profesora
Miriam Henríquez Viñas, que “los criterios de resolución de antinomias
pueden ser definidos -conforme a Chiassoni- como aquel tipo particular de

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metanormas metodológicas cuya
función consiste en establecer: a) cual, de entre dos normas incompatibles,
debe prevalecer sobre otra; y además, b) de qué manera ésta debe
prevalecer, esto es, con qué efectos desde el punto de vista del ordenamiento
jurídico pertinente, o bien de un sector o subsector de aqu él ” (Estudios
Constitucionales, Año 11, Nº 1, 2013, pág. 463).
Ahora bien, los parámetros tradicionalmente utilizados para resolver
las antinomias son: el jerárquico, en cuya virtud la ley superior deroga a la
inferior; el cronológico, por el que la ley posterior deroga a la anterior; y el
de especialidad, que ordena la derogación de la ley general en presencia de
la especial.
El primero de ellos no tiene aplicación en este caso pues las normas
en cuestión son de igual jerarquía y en cuanto al criterio cronol ógico y de
especialidad, su aplicación dependerá de si la norma anterior que resulta
incompatible con una posterior tiene el carácter de ley especial, pues en ese
caso existe consenso en la doctrina en cuanto a que ley posterior general no
deroga la ley anterior especial, por lo que el conflicto entre el criterio de
especialidad y el criterio cronológico se resuelve a favor del primero.
NOVE NO: Que para definir la existencia de una relación de
especialidad entre una norma y otra cabe tener presente que la elecci ón del
criterio de especialidad implica hacer posible la aplicaci ón de normativas
singulares a grupos sociales diferenciados, permitir que determinados
sectores no se rijan por el patrón general, habilit ándoles una regulaci ón
específica que se adapte en mayor medida a sus particularidades.
En la especie, no cabe duda de que los estudiantes que acceden a un
crédito con garantía estatal destinado a financiar su educaci ón superior
constituyen un grupo de deudores particulares, que deben cumplir
determinados requisitos legales para obtener su otorgamiento, entre los que
es dable destacar que el alumno y su grupo familiar cuente con ciertas
condiciones socioeconómicas que justifiquen su concesión, las que deben ser
evaluadas por la Comisión Administradora del Sistema de Créditos. En este
sentido, tal como deja constancia en sus considerandos el Reglamento de la
Ley 20.027, esta ley creó un nuevo sistema de financiamiento de estudios de
educación superior y estableció la institucionalidad necesaria para apoyar de

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manera permanente y sustentable
el acceso al financiamiento de estudiantes que, teniendo las condiciones
académicas requeridas, no disponen de recursos suficientes para financiar
sus estudios.
Además, no son sólo las particularidades de los deudores y la finalidad
del crédito con garantía estatal las que hacen que la regulaci ón contenida
en la Ley 20.027 sea especial frente a la normativa general sobre
procedimientos concursales, sino también y muy especialmente la regulaci ón
contenida en la Ley 20.027 para el caso de que el deudor no pague el
crédito, relativa a los mecanismos para exigir el pago previstos en su t ítulo
V, los que ya se enunciaron precedentemente.
D ÉCIMO: Que a lo anterior cabe agregar que en el caso de autos
Viviana Marisol Salazar González solicitó la liquidación voluntaria como
“empresa deudora” y no como “persona deudora”, por tratarse seg ún indica
en su presentación de fojas 1 de una persona natural contribuyente de
primera categoría, en los términos definidos en el artículo 2° N° 13 de la
Ley 20.720.
Ahora bien, la calificación de empresa deudora que hace la propia
solicitante en razón de ser un contribuyente de primera categor ía cuyas
rentas son las que provienen del capital y de las empresas comerciales,
industriales, mineras y otras, se muestra ajena a la categorizaci ón legal de
un deudor de un crédito con garantía estatal destinado a financiar la
educación superior, constatación que refuerza el carácter especial que en
este caso ha de darse a la Ley 20.027 por sobre la Ley de Reorganización y
Liquidación de Empresas y Personas, en lo que dice relaci ón con la
ejecución del crédito con garantía estatal del que es deudora la Sra. Salazar
González.
UND ÉC IMO: Que, por consiguiente, dado el car ácter especial que
corresponde atribuir a la Ley 20.027 frente a la normativa general que
regula el procedimiento de liquidación de una empresa o persona deudora,
el crédito con garantía estatal del que es titular el Banco del Estado de
Chile necesariamente ha de ser excluido del procedimiento de liquidaci ón
voluntaria iniciado por Viviana Marisol Salazar González, tal como lo
resolvieron los jueces del fondo, de modo tal que esta Corte no visualiza

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yerro jurídico alguno en la
decisión recurrida, lo que justifica el rechazo del recurso de casaci ón en el
fondo deducido en autos.
Por estas consideraciones y lo preceptuado en los artículos 765, 766 y
768 del Código de Procedimiento Civil, se rechaz an los recursos de
casación en la forma y en el fondo deducidos en lo principal y primer otros í
de fojas 152 por el abogado Gabriel Jamarne Nimer, en representaci ón de
la deudora en proceso de liquidación voluntaria Viviana Marisol Salazar
González, en contra de la sentencia de veintiocho de diciembre de dos mil
dieciséis, escrita a fojas 148 y siguientes.
Regístrese y devuélvase.
Redacción a cargo del Ministro Sr. Héctor Carreño S.
Rol N° 4656-2017

Pronunciado por la Primera Sala de la Corte Suprema por los Ministros


Sres. Patricio Valdés A., Héctor Carreño S., Sr. Guillermo Silva G. Sra.
Rosa Maggi D. y Sr. Juan Eduardo Fuentes B.
No firman los Ministros Sres. Valdés y Carreño, no obstante haber
concurrido a la vista del recurso y acuerdo del fallo, por estar en comisi ón
de servicio el primero y con feriado legal el segundo.

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Autoriza el Ministro de Fe de la Excma. Corte Suprema

En Santiago, a nueve de mayo de dos mil diecisiete, notifiqué en Secretaría


por el Estado Diario la resolución precedente.

Este documento tiene firma electrónica y su original puede ser


validado en http://verificadoc.pjud.cl o en la tramitación de la
causa.
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