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UNIVERSIDAD METROPOLITANA DE EDUCACION, CIENCIA Y

TECNOLOGIA (UMECIT)
MAESTRIA EN CIENCIAS DE LA EDUCACION
TEORIAS DE APRENDIZAJE

NEUROCIENCIA Y EL APRENDIZAJE

Estudiantes: Jorge Mario Jiménez Rengifo


CC. 1038806621
Islena Carvajal Ramírez
CC. 43806087
Deicy Carolina González M
CC. 43658059
Patricia Elena Villalba M
CC.36718473

Profesora: Olines Ríos C.


Cuatrimestre: I

30 mayo de 2021
INTRODUCCIÓN
El presente artículo se centra en el tema de la Neurociencia, Salas Silva (2003) la define
así: “no debe ser considerada como una disciplina, sino que es el conjunto de ciencias
cuyo sujeto de investigación es el sistema nervioso con particular interés en cómo la
actividad del cerebro, se relaciona con la conducta y el aprendizaje”. se pretende valorar
la importancia de la neurociencia y cómo su aplicación está revolucionando la manera
de entender el comportamiento humano, pero sobre todo sus aportes acerca de los
mecanismos responsables del aprendizaje
En la actualidad se está estudiando el cerebro para dar la oportunidad a nuevas
disciplinas del conocimiento, como la neurociencia y la neuroeducación, para que su
aporte en la práctica pedagógica genere en el estudiante un aprendizaje con calidad. Es
importante conocer nuestro cerebro; según estudios en los años 90 arrojaron que hay
aspectos relevantes sobre la funcionalidad de este y su relación con el aprendizaje; por
consiguiente la pedagogía basada en el cerebro se sustenta en las investigaciones,
generando esto un nuevo paradigma y la base para el diseño de estrategias pedagógicas
y el punto de partida para la adopción de nuevas metodologías que puedan ser utilizadas
en la práctica y vistas como una nueva mirada sobre el proceso de enseñanza-
aprendizaje desde el conocimiento de la neurociencia y la neuroeducación.

La educación ha tenido que innovar en la formación docente; tomada de la mano con la


ciencia, ha ido gestionando un verdadero cambio; podemos considerar que el
neuroaprendizaje, es una herramienta imprescindible para el futuro promisorio, es
contribuir a la formación de seres capaces de autogestionarse y superarse así mismo.

Cuando las neurociencias son combinadas con la psicología, aparece lo que conocemos
como neurociencia cognitiva. Esta, proporciona una nueva manera de entender el
cerebro y como este reacciona ante determinados estímulos. Uno de los campos de
estudio de la neurociencia cognitiva está centrado en la educación, dando lugar a lo que
conocemos como Neuroeducación. Esta nueva combinación tiene entre otros objetivos
el de estudiar los procesos neurocognitivos de enseñanza-aprendizaje que tienen lugar
entre maestro y alumno en el aula. Un mejor conocimiento sobre nuestro cerebro y sus
reacciones ante la entrada de nueva información, supondrá un avance antes desconocido
en los procesos de Enseñanza-Aprendizaje (E-A) que tienen lugar en nuestras aulas. La
unión de la Neurociencia con la educación es llamada Neuroeducación.
LAS NEUROEDUCACIÓN Y AL APRENDIZAJE, UNA NUEVA PROPUESTA
EDUCATIVA
La neurociencia se está trasladando a las aulas siendo así una herramienta básica para
conocer y entender cómo funciona el aprendizaje mediante el estudio del cerebro.
Gracias a su estudio el profesorado puede saber que estrategias son las más adecuadas
para que los alumnos y alumnas adquieran cierto aprendizaje de forma duradera. A lo
largo de este artículo conoceremos el término Neurociencia aplicado a la actuación
pedagógica, es decir, “Neuroeducación”. Para ello desarrollaremos una investigación en
varios centros educativos de la provincia de Jaén para comprobar si el profesorado
conoce el concepto y está actualizado al respecto.

Relación entre neurociencia, neuroaprendizaje y neuroeducación


La definición oficial de neurociencia es “ciencia que se ocupa del sistema nervioso y
de cada uno de sus diversos aspectos y funciones especializadas”. Aunque es una
definición certera, para los expertos del Future Trends Forum (reunidos en Madrid en
noviembre de 2019) se queda corta, concluyen que para ir más al detalle y teniendo en
cuenta la complejidad de los procesos que suceden en el cerebro, se podría decir que la
neurociencia surge con el objetivo de comprender el funcionamiento y la estructura del
sistema nervioso desde distintas aproximaciones, mediante metodologías y técnicas
diversas.

https://sites.google.com/site/neurocienciaiaqp/mapa-mental-de-neurociencia
Las Neurociencias cobijan un área del conocimiento que se encarga del estudio del
Sistema Nervioso desde el funcionamiento neuronal hasta el comportamiento.
Obviamente, la comprensión del funcionamiento del cerebro normal favorece el
conocimiento y la comprensión de anormalidades neurobiológicas que causan
desórdenes mentales y neurológicas. El propósito principal de las Neurociencias es
entender cómo el encéfalo produce la marcada individualidad de la acción humana. Es
aportar explicaciones de la conducta en términos de actividades del encéfalo, explicar
cómo actúan millones de células nerviosas individuales en el encéfalo para producir la
conducta y cómo, a su vez, estas células están influidas por el medio ambiente,
incluyendo la conducta de otros individuos (Kandell, Schwartz & Jessell, 1997)

El neuroaprendizaje es una disciplina que combina la psicología, la pedagogía y la


neurociencia para explicar cómo funciona el cerebro en los procesos de aprendizaje. En
la actualidad, se cuenta con elementos para saber cómo aprende el cerebro humano en
general y se tienen herramientas para descubrir cómo aprende cada cerebro individual.
Estas herramientas posibilitan cubrir todos los estilos de aprendizaje, todas las
inteligencias, los distintos canales de representación sensorial y formas de enfrentar
desafíos. Existen períodos sensibles en el desarrollo cognitivo del ser humano
relacionados con el aprendizaje, el cual se da en las primeras etapas de la vida, que van
desde el nacimiento hasta los tres años donde se considera que se crean más conexiones
sinápticas, sin embargo, este período se extiende hasta los diez años. Agrega Loja
(2015) que un ejemplo de esto es la facilidad para aprender los diferentes idiomas entre
otros, sin embargo, la neurogénesis ha demostrado que todos pueden aprender en
cualquier momento de la vida.

El aprendizaje es un proceso esencial que potencia nuestro desarrollo y nos permite


adquirir destrezas, saberes, habilidades y competencias que nos permiten
desenvolvernos con éxito a nivel académico y profesional, pero también a nivel social y
personal. A menudo nos hemos interesado por el aprendizaje, pero este interés es inútil
si no centramos la visión en los sustratos biológicos del aprendizaje.
Con neuroeducación hacemos referencia a la disciplina que tratar de introducir los
conocimientos de la neurociencia para mejorar la educación. Abarca el
neuroaprendizaje ya que parte de comprender el sustrato biológico de los procesos de
aprendizaje. Pero también va más allá e introduce las bases biológicas de la motivación,
de la atención, la memoria, procesos de autorregulación, etc.

Cerebro y emociones, cómo se conectan para el aprendizaje.


Hoy, con el aporte de las investigaciones de las neurociencias, se logró observar que a
mayor intensidad emocional que implique disfrute, una buena relación afectiva con la
persona que está enseñando, la sinapsis que se produce entre las neuronas de nuestro
cerebro será más duradera.
La memoria, fundamental en todo proceso de aprendizaje, no es sólo la retención de lo
aprendido sino el proceso de incorporar conocimientos y poder recurrir a ellos cuando
se los necesite. En este circuito, las emociones son fijadoras, ayudan a la memoria.
Las emociones son el primer impacto que llega a nuestro cerebro y lo predispone de una
forma u otra a aprender. Puede ser que se recuerde un tema dado por un profesor por el
estado emocional con el que lo transmitió. Las emociones se contagian. En este sentido,
el descubrimiento de las “neuronas espejo” ayudó a comprender por qué se imitan
muchas veces comportamientos, cómo se aprende por imitación, cómo se puede
alcanzar la empatía, es decir comprender las intenciones, conductas y sentimientos de
otros.
La importancia de tener en cuenta la dimensión emocional y por lo tanto una educación
emocional positiva que la contemple y fomente, radica en que se la considera una
herramienta que permite comprender muchas actitudes de las alumnas frente a los éxitos
o fracasos. Es competencia del docente conocer qué mecanismo psicofísico se desata
frente a experiencias negativas, su duración y la responsabilidad que se atribuye al
alumno frente a lo sucedido. Es el docente, el responsable en el aula de crear y facilitar
este posible círculo virtuoso donde se impulsa al alumno a exponerse a nuevas
experiencias de aprendizaje. Frente a esto, la Institución educativa debe exigir un PEI
que contemple todos estos aspectos y velar por una pedagogía apropiada a través de la
gestión.
El proceso de enseñanza–aprendizaje se construye en espacios de relación docente-
alumno, pero no depende únicamente de las características personales de cada uno o del
contenido a enseñar sino también por las transacciones que realizan los protagonistas, y
por el modo en que se vincula la comunicación entre ambos. Por lo tanto, para que este
proceso sea exitoso debe tender a producir satisfacción y a favorecer los aspectos
emocionales de un aprendizaje significativo. Lo importante es crear entornos ricos de
aprendizaje que puedan ser sostenidos en el tiempo.

Los estudios que se han realizado del cerebro muestran que es necesario:
 Una buena adaptabilidad emocional, imprescindible para controlar e integrar
adecuadamente los procesos de aprendizaje.
 El esfuerzo en la experiencia o en la acción en los aprendizajes para asegurar su
efectividad a lo largo de la vida.
 Basar más la enseñanza en la resolución de problemas, en la toma de decisiones, en
aprender a pensar y no sólo en pretender aumentar los conocimientos o la
información por sí mismos.
 Organizar la enseñanza sobre la base del desarrollo individual del cerebro más que a
partir de programas pedagógicos previamente establecidos. (Ortiz, 2011: 29)
En definitiva, lo que se plantea no es tanto qué se aprende sino cómo ya, Modificar y
modular las estructuras cerebrales que subyacen a los distintos procesos de aprendizaje,
a través de un sistema de enseñanza acorde con el desarrollo del cerebro. Es esto lo
innovador y el objetivo primordial de la neuroeducación.

El cerebro es una estructura compleja que regula toda nuestra actividad mental, desde
los actos inconscientes o mecánicos como respirar hasta los pensamientos más
elaborados. El conocimiento de la anatomía y funcionamiento del cerebro es clave para
los desafíos que plantea la educación de adolescentes desde el punto de vista
neurocientífico.
En cuanto a las emociones, el sistema límbico, también llamado cerebro medio, o
cerebro emocional, es la porción del cerebro situada inmediatamente debajo de la
corteza cerebral, que comprende a los centros importantes como el tálamo, hipotálamo,
el hipocampo, la amígdala cerebral.

El desarrollo del cerebro


El tema del desarrollo del cerebro no sólo es interesante por derecho propio, sino
también porque las implicaciones educativas para la enseñanza y el aprendizaje varían
dependiendo del nivel de desarrollo cerebral. En la conversación que se encuentra al
inicio del capítulo, Bryan señala la importancia de que los educadores comprendan el
desarrollo del cerebro. En esta sección se analizan los factores que influyen en el
desarrollo, el curso del desarrollo, los periodos críticos en el desarrollo y el papel que
éste desempeña en la adquisición y el uso del lenguaje.

Factores influyentes
Aunque los cerebros de los seres humanos son estructuralmente similares, existen
diferencias entre los individuos. Cinco factores que influyen en el desarrollo del cerebro
son la genética, la estimulación ambiental, la nutrición, los esteroides y los teratógenos
(Byrnes, 2001; tabla 2.3).

Los cerebros humanos tienen una estructura genética similar, pero difieren con respecto
a su tamaño y estructura. Estudios de gemelos monocigóticos (un óvulo) revelan que en
ocasiones ambos desarrollan cerebros estructuralmente diferentes (Byrnes, 2001)
El desarrollo del cerebro requiere estimulación del ambiente. El desarrollo prenatal
prepara el terreno para el aprendizaje creando circuitos nerviosos que pueden recibir y
procesar estímulos y experiencias. Aunque existen ciertos periodos críticos en los que la
estimulación puede producir efectos profundos (Jensen, 2005), la investigación sugiere
que la estimulación es importante durante toda la vida para garantizar un desarrollo
continuo del cerebro.
La falta de una buena nutrición puede tener efectos importantes sobre el desarrollo del
cerebro y los efectos específicos dependen del momento en que se presenta la mala
nutrición (Byrnes, 2001). Por ejemplo, la desnutrición prenatal desacelera la producción
y el crecimiento de las neuronas y de las células gliales. Uno de los periodos críticos se
da entre el cuarto y el séptimo mes de gestación, cuando se producen la mayoría de las
células cerebrales (Jensen, 2005).
Los esteroides son una clase de hormonas que afectan varias funciones, incluyendo el
desarrollo sexual y las reacciones ante el estrés (Byrnes, 2001). Los esteroides pueden
afectar el desarrollo cerebral de diversas maneras y Los teratógenos son sustancias
extrañas (como el alcohol y los virus) que pueden provocar anormalidades en un
embrión o feto en desarrollo (Byrnes, 2001). Se considera que una sustancia es
teratógena sólo si la investigación demuestra que un nivel no demasiado elevado puede
afectar el desarrollo del cerebro. Por ejemplo, la cafeína en pequeñas cantidades no
suele ser teratógena, pero
podría serlo si se ingiere en grandes cantidades.

Durante el desarrollo prenatal aumenta el tamaño del cerebro y el de sus estructuras, y


se incrementa el número de las neuronas, las células gliales y las conexiones nerviosas
(sinapsis). El desarrollo del cerebro también ocurre con rapidez en los niños pequeños.
Hacia los dos años de edad un niño presenta tantas sinapsis como un adulto, y a los tres
años cuenta con miles de millones más que un adulto. El cerebro de los niños pequeños
es denso y muestra muchas conexiones nerviosas complejas, más que en cualquier otra
etapa de la vida (Trawick-Smith, 2003). Con el desarrollo los niños y los adolescentes
pierden muchas más sinapsis de las que crean. En el momento en que un adolescente
cumple 18 años ya ha perdido casi la mitad de sus sinapsis de la infancia. Las
conexiones cerebrales que no se utilizan o que no son necesarias simplemente
desaparecen. Esta estrategia de “usar o perder” es deseable porque las conexiones que se
utilizan serán reforzadas y consolidadas, mientras que las que no se utilizan se perderán
para siempre.

Muchos libros sobre la crianza infantil enfatizan que los primeros dos años de vida son
un periodo tan fundamental que, si el niño no vive ciertas experiencias, su desarrollo se
verá afectado de manera permanente. Esta afirmación es verdadera hasta cierto punto,
ya que tiende a ser exagerada
Los sistemas asociados con la visión, la audición y los movimientos motores se
desarrollan ampliamente a través de la experiencia durante los primeros dos años de
vida.
Durante los primeros dos años, el sistema auditivo de los niños madura en términos de
la gama de sonidos que escuchan y la habilidad para discriminar entre ellos. Las
alteraciones en el desarrollo auditivo pueden producir problemas para aprender a hablar,
La visión se desarrolla principalmente durante el primer año de vida, sobre todo después
del cuarto mes. La densidad sináptica del sistema visual aumenta de manera drástica,
incluyendo las conexiones nerviosas que regulan la percepción del color, la
profundidad, el movimiento y el tono. El desarrollo visual adecuado requiere un
ambiente rico en estímulos visuales, donde los bebés puedan explorar objetos y
movimientos.

En resumen, los primeros dos años de vida son fundamentales para el desarrollo
adecuado de los sistemas sensoriomotor, visual y auditivo, el cual se ve favorecido
cuando los bebés viven en un ambiente lleno de estímulos que les permite experimentar
movimientos, imágenes y sonidos.

Teoría de los hemisferios cerebrales


Al mismo tiempo, el desarrollo del cerebro es un proceso que continúa durante toda la
vida continúa añadiendo, borrando y reorganizando las conexiones sinápticas, y sigue
cambiando estructuralmente. Aunque los investigadores han demostrado que ciertos
aspectos del desarrollo del cerebro ocurren con mayor rapidez en determinados
momentos, los individuos de cualquier edad se benefician de ambientes estimulantes.
 La teoría de los 2 cerebros: “cerebro izquierdo” y “cerebro derecho”
Desarrollada por Roger W. Sperry, neuro fisiologista famoso por sus trabajos sobre las
conexiones entre los hemisferios cerebrales, lo que le valió un Premio Nobel de
medicina en 1981. Su teoría describe, en particular, el rol singular de cada hemisferio
cerebral en la percepción de la lengua y el espacio, en el reconocimiento del rostro, los
juicios de valor, el razonamiento o afectividad.
“Nuestro sistema educativo, así como la ciencia en general, tiende a descuidar la forma
no verbal del intelecto. Lo que equivale a decir que la sociedad moderna hace una
discriminación del hemisferio derecho.” Roger Sperry.
Los dos hemisferios del cerebro tratan diferentemente, pero de manera complementaria
la información. No se puede decir que uno de los tratamientos sea superior al otro. Uno
y otro son necesarios para pensar eficazmente. Dada la importancia de estas dos
maneras de pensar, se podría suponer que uno y otro están incluidos en nuestro sistema
educativo. Desgraciadamente, no es el caso a menudo. El cerebro tiene dos hemisferios,
pero demasiado a menudo el sistema educativo funciona como si sólo tenía uno sólo.
Los dos son inseparables para un desarrollo armonioso del espíritu y el cuerpo.

 La teoría de los 3 cerebros o cerebro triuno


Ésta surge a partir de los estudios realizados por Roger Sperry1 (1973) y Paul MacLean
(1990)2 y con base en estos descubrimientos, la Dra. Elaine de Beauport (1994),
inscribiéndose dentro de la corriente de pensamiento que se inicia con la Física
Cuántica, desarrolla una conceptualización sobre el cerebro y las múltiples
inteligencias.3

La autora citada hace especial referencia al planteamiento de la Física Cuántica con


respecto a que toda materia es energía, que no se encuentra en estado fijo, sino dinámico
y en constante vibración. Beauport se apoya en esta concepción para fundamentar sus
postulados sobre el cerebro humano, relacionarla con los diferentes procesos cerebrales
que se dan en el individuo, planteando que toda materia es energía; por lo tanto, nuestro
cuerpo y cerebro son energía en movimiento continuo. De esta manera, ya no pueden
verse las características del órgano cerebral como entidades fijas, sino como procesos
energéticos.

Contribuyen a este modelo los resultados de las investigaciones de Roger Sperry y


MacLean, quienes señalan que el cerebro humano está conformado por tres estructuras
química y físicamente diferentes a las que denominó: sistema neocortical, el cual está
estructurado por el hemisferio izquierdo y el hemisferio derecho; el sistema límbico,
que se ubica debajo de la neocorteza y está asociado a la capacidad de sentir y desear; y
un tercer sistema-R (reptiliano) o básico que se relaciona con los patrones de conducta,
sentido de pertenencia y territorialidad, así como con el sistema de creencias y valores
que se recibe a partir de la primera formación.
En esencia, la teoría del Cerebro Triuno plantea que este órgano está conformado por
tres estructuras cerebrales: la neocorteza compuesta por el hemisferio izquierdo y el
hemisferio derecho. El primero está asociado a procesos de razonamiento lógico,
funciones de análisis-síntesis y descomposición de un todo en sus partes; en el segundo,
se dan procesos asociativos, imaginativos y creativos, asociados con la posibilidad de
ver globalidades y establecer relaciones espaciales.

El segundo nivel o estructura lo conforma el sistema límbico, el cual está constituido a


su vez por seis estructuras: el tálamo, la amígdala, el hipotálamo, los bulbos olfatorios,
la región septal y el hipocampo. En este sistema se dan procesos emocionales y estados
de calidez, amor, gozo, depresión, odio, entre otros y procesos relacionados con las
motivaciones básicas.

El tercer nivel o cerebro reptiliano, está conformado por el cerebro básico o sistema
reptil en el cual se dan procesos que dan razón de los valores, rutinas, costumbres,
hábitos y patrones de comportamiento del ser humano.

¿Cómo esta teoría impacta el aprendizaje? La teoría del Cerebro Triuno concibe la
persona como un ser constituido por múltiples capacidades interconectadas y
complementarias; de allí su carácter integral y holístico que permite explicar el
comportamiento humano desde una perspectiva más integrada, donde el pensar, sentir y
actuar se compenetran en un todo que influye en el desempeño del individuo, tanto en lo
personal y laboral, como en lo profesional y social. A través del uso de estas múltiples
inteligencias, el individuo es capaz de aprovechar al máximo toda su capacidad cerebral,
para ello los docentes deben crear escenarios de aprendizaje variados que posibiliten el
desarrollo de los tres cerebros. Asimismo, el currículo debe girar alrededor de
experiencias reales, significativas e integradoras; desarrollar estrategias de enseñanza-
aprendizaje integradas, variadas, articuladas, que involucren los tres cerebros; el clima
psico-afectivo en los diferentes escenarios de aprendizaje, debe ser agradable, armónico
y cálido, esto es, proporcionar una óptima interacción en el aula de clase, (estudiante-
estudiante, estudiante-docente) para lograr resultados significativos.
Una de las cuestiones que más interesa a los comprometidos con la educación y el
desarrollo de proyectos educativos es la relacionada con las propiedades del cerebro que
pueden ser potencialmente útiles para proponer estrategias pedagógicas más eficaces,
para orientar aprendizajes efectivos y para diseñar ambientes escolares que los
propicien. Desde hace ya varios años como producto de los diálogos de los
neurocientíficos e investigadores de otras disciplinas afines, con la comunidad de
educadores, se han identificado varias de estas propiedades, así como factores internos y
externos que se pueden constituir en variables educativas importantes que, por lo tanto,
deberían tenerse en cuenta en la práctica educativa. Algunas de ellas son bien conocidas
y aceptadas como la plasticidad cerebral, la neurogénesis, el papel de las emociones en
la cognición y la identificación de períodos sensibles a ciertos aprendizajes. Otras
propiedades comienzan a ser confirmadas y comentadas en recientes publicaciones
(Jensen, 2010) y (Caicedo, 2012).

La plasticidad cerebral o neuroplasticidad es la propiedad que se refiere a la portentosa


capacidad del cerebro de cambiar, adaptarse y responder a diferentes experiencias y
ambientes cognitivos. Es la que da la capacidad de aprender durante toda la vida. Según
esto, el cerebro cambia permanentemente con la experiencia y, por tal razón, la escuela
y los educadores deben ser conscientes de que pueden ser gestores de cambios
significativos en el cerebro de sus estudiantes. Conocer cómo esto ocurre y cuál es el
mecanismo es fundamental para una mejor enseñanza. La neurogénesis, la propiedad
que exhibe la capacidad del cerebro para crear nuevas neuronas en todas las edades,
contrario a lo que se creía hasta hace poco, es otro de los descubrimientos recientes de
interés educativo. Se han identificado varias estructuras internas del cerebro en donde
este fenómeno ocurre, entre estas el hipocampo que interviene en procesos cognitivos,
la memoria a largo plazo y el aprendizaje.

Por otra parte, se ha logrado establecer que existen factores que favorecen, regulan e
incluso pueden inhibir la neurogénesis. Así, por ejemplo, se sabe que el ejercicio, la
actividad motora, la buena nutrición y el sueño suficiente la favorecen y el estrés por el
contrario la inhibe. Por consiguiente, el aprendizaje y otros procesos cognitivos sobre
los que tiene influencia la neurogénesis pueden afectarse positiva o negativamente. Es
claro el papel que pueden jugar tanto la escuela como la familia en el control de dichos
factores.
Una concepción amplia de aprendizaje como una correlación cuerpo-cerebro la presenta
Candace Pert (1999), quien asigna a las emociones un papel muy importante. Según esta
concepción la comunicación neuronal durante el aprendizaje está asociada también a
“sustancias informativas”, especies químicas, péptidos, que viajan por el torrente
sanguíneo que a su paso se comunican con otros sistemas diferentes al neurológico
como el endocrino o el inmunológico que pueden influir en la selección de estímulos y
en la prioridad de la información que llega al cerebro y, por consiguiente, en lo que se
percibe y lo que merece atención o no.

Si se acepta que los estados emocionales resultan de un sistema complejo de


información química a través del cuerpo, es claro que estos pueden afectar lo que se
percibe y lo que requiere atención. Los estados emocionales que implican amenaza,
como un insulto o agresión, son prioritarios para el cerebro pues implican
sobrevivencia, función para lo cual evolucionó el sistema nervioso y, por consiguiente,
hace caso omiso de cualquier otra actividad racional como, por ejemplo, poner atención
en una clase. Esto indica la importancia de crear climas seguros, predecibles y de
comprensión mutua en los escenarios de aprendizaje. Las emociones “manejan la
atención que a su vez maneja el aprendizaje, la memoria y todo lo demás” (Sylwester,
1997).

La existencia de períodos durante el desarrollo inicial del cerebro en los que hay una
predisposición innata para ciertos aprendizajes ha sido confirmada por la investigación
neurocientífica. Los primeros resultados fueron obtenidos experimentando con
animales, gatos, en la Universidad de Harvard, en donde se demostró que, si se tapaba
un ojo al animal en los primeros días de vida, este perdía la visión para siempre, por
falta de estimulación visual en ese período, al cual denominaron período crítico. En el
caso del aprendizaje humano a estos períodos en los que determinados eventos de
aprendizaje son más propicios, más rápidos y eficientes se denominan períodos
sensibles o “ventanas de oportunidad” para resaltar el hecho de que estos aprendizajes
pueden darse en otros tiempos, aunque tal vez no con la misma calidad y eficiencia.

Los casos más conocidos de aprendizaje humano que se favorecen en períodos


sensibles incluyen el aprendizaje del lenguaje, sonidos del habla y gramática, así como
el aprendizaje de una segunda lengua. El cerebro está dotado desde su nacimiento con
circuitos neurales y áreas para entender y aprender el lenguaje, pero para lograrlo se
requiere de estímulos y experiencias apropiadas y oportunas. Por ejemplo, se nace con
la habilidad de distinguir cambios sutiles en una escala fonética, sin embargo, al final
del primer año esta capacidad de distinguir sonidos a los que no han sido expuestos se
pierde y en la misma forma en tiempos relativamente cortos se pierde capacidad para el
aprendizaje eficiente de la gramática y el de una segunda lengua. Entre más temprano
en estas áreas se inicie el aprendizaje, mejor y más eficientemente responde el cerebro
(Neville, 2000), siempre y cuando se usen estrategias apropiadas.

Aspectos educativos relevantes para la investigación del cerebro

La investigación del cerebro, y la investigación del SNC en general, plantean muchas


cuestiones importantes para la educación.
Este proceso de moldeamiento y formación en el cerebro sugiere que la educación
infantil temprana es muy importante. Es probable que los periodos de desarrollo de la
infancia y de la etapa preescolar preparen el terreno en el que los niños podrán adquirir
las competencias necesarias para tener éxito en la escuela (Byrnes y Fox, 1998). Una
segunda cuestión se refiere a la idea de que las experiencias de instrucción y aprendizaje
se deben planear tomando en cuenta las complejidades de los procesos cognoscitivos,
como la atención y la memoria. Los estudios neurocientíficos han demostrado que la
atención no es un proceso unitario, sino que incluye muchos componentes (por ejemplo,
alertar para lograr un cambio en el estado actual, localizar la fuente del cambio). Lo
mismo ocurre con la memoria, que se divide en diferentes tipos, por ejemplo, la
declarativa y la procedimental. Esto implica que los educadores no pueden asumir que
una técnica de instrucción específica “atraiga la atención de los estudiantes” o “los
ayude a recordar”
Una tercera cuestión involucra resolver los problemas de aprendizaje de los estudiantes.
La investigación del cerebro sugiere que la clave para corregir las deficiencias en una
materia específica es determinar cuáles son los aspectos de la materia que se le
dificultan al aprendiz y luego resolverlos de manera específica. Por ejemplo, las
matemáticas incluyen muchos subcomponentes, como la comprensión de los números
escritos y los símbolos, el recuerdo de hechos y la habilidad para escribir números. La
lectura incluye procesos ortográficos, fonológicos, semánticos y sintácticos.
La última cuestión se refiere a la complejidad de las teorías del aprendizaje. La
investigación del cerebro ha demostrado que las teorías multifacéticas del aprendizaje
parecen explicar mejor la situación real que los modelos parsimoniosos. Existe mucha
redundancia en las funciones cerebrales, lo cual explica el descubrimiento común de
que cuando se lesiona un área del cerebro, que se sabe está asociada con una
determinada función, la función podría no perderse por completo (otra razón por la que
la diferencia entre “cerebro derecho” y “cerebro izquierdo” no tiene mucha
credibilidad).

La Neotenia y su incidencia en el aprendizaje humano


La neotenia es un fenómeno que en antropología describe la retención de las
características de individuos inmaduros (jóvenes) durante más tiempo y más allá de la
madurez sexual.
El cráneo de chimpancé joven (azul) se asemeja mucho más a la estructura craneal del humano adulto que
el cráneo del chimpancé adulto (rojo).
Es un fenómeno que se da en varias especies y algunas corrientes postulan que la
especie humana es también una especie neoténica. A partir del hecho de que el cráneo
de un chimpancé adulto difiere en gran medida del cráneo de un chimancé joven pero
también del de un adulto humano, esta corriente considera que uno de los aspectos que
contribuyó a nuestra especiación fue la neotenia o nuestra capacidad para retener
nuestras características de niño durante más tiempo y el desarrollo del encéfalo que ello
permite.
Por supuesto, esta retención no es un acto de voluntad por nuestra parte sino, como
siempre, de mutación genética. Un cambio en nuestro ADN nos permitió un periodo de
desarrollo postnatal más largo: un cráneo con características juveniles más tiempo, una
proliferación celular más prolongada y capacidad durante más años de variabilidad
(plasticidad neuronal) y desarrollo del encéfalo. Este “defecto”, este “retraso” en
nuestro desarrollo, permitió a nuestro cuerpo “dedicar más tiempo” a “crear” encéfalo y
a configurarlo tal y como lo conocemos hoy en día: el encéfalo más desarrollado de
todas las especies. Y con él, todas sus útiles consecuencias: lenguaje, mayor capacidad
de gestión social, mayor variabilidad de comportamientos, etc.
Si observamos el cráneo de un chimpancé joven, veremos que se parece
extraordinariamente a un cráneo humano adulto y joven. En cambio, un cráneo de
chimpancé adulto es considerablemente diferente al de un cráneo de chimpancé joven y
al de un humano a cualquier edad. Esta diferencia con nuestros ancestros es por lo que
se considera el fenómeno de neotenia a la hora de explicar el origen de nuestra especie.

Neurofisiología del aprendizaje y las funciones ejecutivas del aprendizaje


(Organización y estructura del cerebro.

La Neurofisiología es la rama de la fisiología que estudia el sistema nervioso. En


cualquier acción o conducta de todo organismo está presente el sistema nervioso.
Cualquier cambio en su desarrollo es resultado de modificaciones funcionales de dicho
sistema. La neurofisiología se ocupa de desvelar cómo funciona este complicado
sistema y cómo produce la variedad de modelos de conductas que manifiestan los
organismos. Sin embargo, a pesar de los avances producidos en la investigación, sobre
todo en los aspectos bioquímicos y eléctricos, se tiene la convicción de que es mucho
más lo que se desconoce.

Desde la neurofisiología, el aprendizaje se entiende como una función multimodal del


cerebro, dado que implica la interacción de múltiples áreas corticales de manera
simultánea. Así las cosas, se sabe que la corteza cerebral puede estudiarse dividida
(según la clasificación de Brodmann) en 52 áreas citoestructurales, de las cuales seis son
sensoriales primarias (somestésica, visual, auditiva, gustativa, olfatoria y vestibular);
tres son motoras (primaria, suplementaria y premotora); dos están vinculadas con la
función del lenguaje (áreas de Wernicke y de Broca en el hemisferio izquierdo). Las
demás áreas cumplen funciones de asociación. Es importante destacar, que las áreas
situadas en la corteza prefrontal actúan en la función ejecutiva, la emoción y la conducta
social. En el proceso de aprendizaje, dicha corteza es determinante, dado que permite al
sujeto exteriorizar el aprendizaje y tomar decisiones al momento de enfrentarse a la
solución de problemas.

El aprendizaje y la memoria son procesos íntimamente relacionados. No se consigue


separar el aprendizaje de la memoria, ni resulta posible realizar dicha distinción dentro
del circuito neuronal. La medida de lo aprendido se relaciona con la memoria, siendo
ésta la expresión de la capacidad de recuperar informaciones adquiridas. Dado que no se
producen grandes cambios en el número de neuronas a lo largo de la vida que puedan
explicar los elevados volúmenes de información que se almacenan en forma de
memoria, la sinapsis ha constituido un buen candidato del sustrato mnemónico. La
sinapsis constituye el sitio físico que sirve de puente para el paso de información de una
neurona a otra, permitiendo que las diferentes partes del sistema interactúen
funcionalmente.
Las sinapsis o conexiones interneuronales se han calculado aproximadamente cien
trillones en el cerebro. Estas conexiones están agrupadas en serie y en paralelo, en ellas
se establecen las bases físicas de velocidad y sutileza de operación del cerebro, y hacen
posible las diferentes funciones del sistema nervioso. La figura 1 muestra la sinapsis y
su complejidad.
Uno de los factores tróficos que hacen posible la estructuración de las uniones
interneuronales y el que determina si es en serie o paralelo, la longitud de las fibras que
forman el circuito, es el factor de crecimiento neural, el cual fue identificado por
primera vez en 1971 por Rita Levi-Montalcini y Viktor Hamburger.

Memoria

La memoria es un proceso cognitivo relativamente complicado y en consecuencia se


presupone que el sistema neuroanatómico subyacente ha de ser complejo. En los
últimos años, numerosos estudios en animales de laboratorio con alteraciones mnésicas
tras lesiones cerebrales y humanos con alteraciones de la memoria han mejorado la
compresión de cómo el cerebro controla el funcionamiento mnésico y el aprendizaje.

Fisiológicamente, los recuerdos se producen por variaciones de la sensibilidad de


transmisión sináptica de una neurona a la siguiente. Estas variaciones a su vez generan
nuevas vías o vías facilitadas de transmisión de señales por los circuitos neurales del
cerebro. Las vías nuevas o facilitadas se llaman huellas de memoria. Son importantes
porque una vez establecidas, la mente puede activarlas para reproducir los recuerdos.
Es común que nos confundamos con los tipos de memoria y a qué se refiere cada una.
Por ello hoy expongo los tipos que hay basados en sus modelos teóricos: 

1- MODELO MULTIALMACÉN (Atkinson y Shifrin. 1968):


Para estos autores existen tres almacenes de la memoria:
- Memoria sensorial
- Memoria a corto plazo (MCP)
- Memoria a largo plazo. Ésta puede ser:
 Memoria declarativa: la cual puede ser memoria semántica o memoria episódica
 Memoria procedimental

2-MODELO POR NIVELES DE PROCESAMIENTO (Craik y Lokhart. 1972)


Para estos autores sólo existe un almacén, pero dos tipos de procesamiento:
- Procesamiento tipo I: es superficial y basado en la repetición
- Procesamiento tipo II: es profundo y basado en el análisis semántico

3- MODELO DE LA MEMORIA OPERATIVA (Baddeley y Hitch. 1974)


Cambia el concepto de MCP por el de memoria operativa, y ésta tiene tres subsistemas:
- Bucle fonológico
- Agenda visuoespacial
- Ejecutivo central, que es el que controla la memoria operativa

4- MODELO POR INTENCIONALIDAD


Existen dos formas de memoria
- Memoria implícita, es inconsciente
- Memoria explícita, es consciente

5- MODELO EN FUNCIÓN DEL TIEMPO


Existen dos tipos:
- Memoria prospectiva: son los planes que se harán en un futuro
- Memoria retrospectiva: son los recuerdos del pasado
 
https://www.estimulacioncognitiva.info/2019/06/17/clasificaci%C3%B3n-de-los-tipos-
de-memoria-modelos-te%C3%B3ricos/

Neurofisiología del aprendizaje y la memoria. Plasticidad


Neuronal Christian Ortega Loubon1, Julio César Franco2. 1 complejo Hospitalario Metropolitano Dr. Arnulfo Arias
Madrid. Sub-Dirección de Docencia e Investigación.

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