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TECNOLOGIA (UMECIT)
MAESTRIA EN CIENCIAS DE LA EDUCACION
TEORIAS DE APRENDIZAJE
NEUROCIENCIA Y EL APRENDIZAJE
30 mayo de 2021
INTRODUCCIÓN
El presente artículo se centra en el tema de la Neurociencia, Salas Silva (2003) la define
así: “no debe ser considerada como una disciplina, sino que es el conjunto de ciencias
cuyo sujeto de investigación es el sistema nervioso con particular interés en cómo la
actividad del cerebro, se relaciona con la conducta y el aprendizaje”. se pretende valorar
la importancia de la neurociencia y cómo su aplicación está revolucionando la manera
de entender el comportamiento humano, pero sobre todo sus aportes acerca de los
mecanismos responsables del aprendizaje
En la actualidad se está estudiando el cerebro para dar la oportunidad a nuevas
disciplinas del conocimiento, como la neurociencia y la neuroeducación, para que su
aporte en la práctica pedagógica genere en el estudiante un aprendizaje con calidad. Es
importante conocer nuestro cerebro; según estudios en los años 90 arrojaron que hay
aspectos relevantes sobre la funcionalidad de este y su relación con el aprendizaje; por
consiguiente la pedagogía basada en el cerebro se sustenta en las investigaciones,
generando esto un nuevo paradigma y la base para el diseño de estrategias pedagógicas
y el punto de partida para la adopción de nuevas metodologías que puedan ser utilizadas
en la práctica y vistas como una nueva mirada sobre el proceso de enseñanza-
aprendizaje desde el conocimiento de la neurociencia y la neuroeducación.
Cuando las neurociencias son combinadas con la psicología, aparece lo que conocemos
como neurociencia cognitiva. Esta, proporciona una nueva manera de entender el
cerebro y como este reacciona ante determinados estímulos. Uno de los campos de
estudio de la neurociencia cognitiva está centrado en la educación, dando lugar a lo que
conocemos como Neuroeducación. Esta nueva combinación tiene entre otros objetivos
el de estudiar los procesos neurocognitivos de enseñanza-aprendizaje que tienen lugar
entre maestro y alumno en el aula. Un mejor conocimiento sobre nuestro cerebro y sus
reacciones ante la entrada de nueva información, supondrá un avance antes desconocido
en los procesos de Enseñanza-Aprendizaje (E-A) que tienen lugar en nuestras aulas. La
unión de la Neurociencia con la educación es llamada Neuroeducación.
LAS NEUROEDUCACIÓN Y AL APRENDIZAJE, UNA NUEVA PROPUESTA
EDUCATIVA
La neurociencia se está trasladando a las aulas siendo así una herramienta básica para
conocer y entender cómo funciona el aprendizaje mediante el estudio del cerebro.
Gracias a su estudio el profesorado puede saber que estrategias son las más adecuadas
para que los alumnos y alumnas adquieran cierto aprendizaje de forma duradera. A lo
largo de este artículo conoceremos el término Neurociencia aplicado a la actuación
pedagógica, es decir, “Neuroeducación”. Para ello desarrollaremos una investigación en
varios centros educativos de la provincia de Jaén para comprobar si el profesorado
conoce el concepto y está actualizado al respecto.
https://sites.google.com/site/neurocienciaiaqp/mapa-mental-de-neurociencia
Las Neurociencias cobijan un área del conocimiento que se encarga del estudio del
Sistema Nervioso desde el funcionamiento neuronal hasta el comportamiento.
Obviamente, la comprensión del funcionamiento del cerebro normal favorece el
conocimiento y la comprensión de anormalidades neurobiológicas que causan
desórdenes mentales y neurológicas. El propósito principal de las Neurociencias es
entender cómo el encéfalo produce la marcada individualidad de la acción humana. Es
aportar explicaciones de la conducta en términos de actividades del encéfalo, explicar
cómo actúan millones de células nerviosas individuales en el encéfalo para producir la
conducta y cómo, a su vez, estas células están influidas por el medio ambiente,
incluyendo la conducta de otros individuos (Kandell, Schwartz & Jessell, 1997)
Los estudios que se han realizado del cerebro muestran que es necesario:
Una buena adaptabilidad emocional, imprescindible para controlar e integrar
adecuadamente los procesos de aprendizaje.
El esfuerzo en la experiencia o en la acción en los aprendizajes para asegurar su
efectividad a lo largo de la vida.
Basar más la enseñanza en la resolución de problemas, en la toma de decisiones, en
aprender a pensar y no sólo en pretender aumentar los conocimientos o la
información por sí mismos.
Organizar la enseñanza sobre la base del desarrollo individual del cerebro más que a
partir de programas pedagógicos previamente establecidos. (Ortiz, 2011: 29)
En definitiva, lo que se plantea no es tanto qué se aprende sino cómo ya, Modificar y
modular las estructuras cerebrales que subyacen a los distintos procesos de aprendizaje,
a través de un sistema de enseñanza acorde con el desarrollo del cerebro. Es esto lo
innovador y el objetivo primordial de la neuroeducación.
El cerebro es una estructura compleja que regula toda nuestra actividad mental, desde
los actos inconscientes o mecánicos como respirar hasta los pensamientos más
elaborados. El conocimiento de la anatomía y funcionamiento del cerebro es clave para
los desafíos que plantea la educación de adolescentes desde el punto de vista
neurocientífico.
En cuanto a las emociones, el sistema límbico, también llamado cerebro medio, o
cerebro emocional, es la porción del cerebro situada inmediatamente debajo de la
corteza cerebral, que comprende a los centros importantes como el tálamo, hipotálamo,
el hipocampo, la amígdala cerebral.
Factores influyentes
Aunque los cerebros de los seres humanos son estructuralmente similares, existen
diferencias entre los individuos. Cinco factores que influyen en el desarrollo del cerebro
son la genética, la estimulación ambiental, la nutrición, los esteroides y los teratógenos
(Byrnes, 2001; tabla 2.3).
Los cerebros humanos tienen una estructura genética similar, pero difieren con respecto
a su tamaño y estructura. Estudios de gemelos monocigóticos (un óvulo) revelan que en
ocasiones ambos desarrollan cerebros estructuralmente diferentes (Byrnes, 2001)
El desarrollo del cerebro requiere estimulación del ambiente. El desarrollo prenatal
prepara el terreno para el aprendizaje creando circuitos nerviosos que pueden recibir y
procesar estímulos y experiencias. Aunque existen ciertos periodos críticos en los que la
estimulación puede producir efectos profundos (Jensen, 2005), la investigación sugiere
que la estimulación es importante durante toda la vida para garantizar un desarrollo
continuo del cerebro.
La falta de una buena nutrición puede tener efectos importantes sobre el desarrollo del
cerebro y los efectos específicos dependen del momento en que se presenta la mala
nutrición (Byrnes, 2001). Por ejemplo, la desnutrición prenatal desacelera la producción
y el crecimiento de las neuronas y de las células gliales. Uno de los periodos críticos se
da entre el cuarto y el séptimo mes de gestación, cuando se producen la mayoría de las
células cerebrales (Jensen, 2005).
Los esteroides son una clase de hormonas que afectan varias funciones, incluyendo el
desarrollo sexual y las reacciones ante el estrés (Byrnes, 2001). Los esteroides pueden
afectar el desarrollo cerebral de diversas maneras y Los teratógenos son sustancias
extrañas (como el alcohol y los virus) que pueden provocar anormalidades en un
embrión o feto en desarrollo (Byrnes, 2001). Se considera que una sustancia es
teratógena sólo si la investigación demuestra que un nivel no demasiado elevado puede
afectar el desarrollo del cerebro. Por ejemplo, la cafeína en pequeñas cantidades no
suele ser teratógena, pero
podría serlo si se ingiere en grandes cantidades.
Muchos libros sobre la crianza infantil enfatizan que los primeros dos años de vida son
un periodo tan fundamental que, si el niño no vive ciertas experiencias, su desarrollo se
verá afectado de manera permanente. Esta afirmación es verdadera hasta cierto punto,
ya que tiende a ser exagerada
Los sistemas asociados con la visión, la audición y los movimientos motores se
desarrollan ampliamente a través de la experiencia durante los primeros dos años de
vida.
Durante los primeros dos años, el sistema auditivo de los niños madura en términos de
la gama de sonidos que escuchan y la habilidad para discriminar entre ellos. Las
alteraciones en el desarrollo auditivo pueden producir problemas para aprender a hablar,
La visión se desarrolla principalmente durante el primer año de vida, sobre todo después
del cuarto mes. La densidad sináptica del sistema visual aumenta de manera drástica,
incluyendo las conexiones nerviosas que regulan la percepción del color, la
profundidad, el movimiento y el tono. El desarrollo visual adecuado requiere un
ambiente rico en estímulos visuales, donde los bebés puedan explorar objetos y
movimientos.
En resumen, los primeros dos años de vida son fundamentales para el desarrollo
adecuado de los sistemas sensoriomotor, visual y auditivo, el cual se ve favorecido
cuando los bebés viven en un ambiente lleno de estímulos que les permite experimentar
movimientos, imágenes y sonidos.
El tercer nivel o cerebro reptiliano, está conformado por el cerebro básico o sistema
reptil en el cual se dan procesos que dan razón de los valores, rutinas, costumbres,
hábitos y patrones de comportamiento del ser humano.
¿Cómo esta teoría impacta el aprendizaje? La teoría del Cerebro Triuno concibe la
persona como un ser constituido por múltiples capacidades interconectadas y
complementarias; de allí su carácter integral y holístico que permite explicar el
comportamiento humano desde una perspectiva más integrada, donde el pensar, sentir y
actuar se compenetran en un todo que influye en el desempeño del individuo, tanto en lo
personal y laboral, como en lo profesional y social. A través del uso de estas múltiples
inteligencias, el individuo es capaz de aprovechar al máximo toda su capacidad cerebral,
para ello los docentes deben crear escenarios de aprendizaje variados que posibiliten el
desarrollo de los tres cerebros. Asimismo, el currículo debe girar alrededor de
experiencias reales, significativas e integradoras; desarrollar estrategias de enseñanza-
aprendizaje integradas, variadas, articuladas, que involucren los tres cerebros; el clima
psico-afectivo en los diferentes escenarios de aprendizaje, debe ser agradable, armónico
y cálido, esto es, proporcionar una óptima interacción en el aula de clase, (estudiante-
estudiante, estudiante-docente) para lograr resultados significativos.
Una de las cuestiones que más interesa a los comprometidos con la educación y el
desarrollo de proyectos educativos es la relacionada con las propiedades del cerebro que
pueden ser potencialmente útiles para proponer estrategias pedagógicas más eficaces,
para orientar aprendizajes efectivos y para diseñar ambientes escolares que los
propicien. Desde hace ya varios años como producto de los diálogos de los
neurocientíficos e investigadores de otras disciplinas afines, con la comunidad de
educadores, se han identificado varias de estas propiedades, así como factores internos y
externos que se pueden constituir en variables educativas importantes que, por lo tanto,
deberían tenerse en cuenta en la práctica educativa. Algunas de ellas son bien conocidas
y aceptadas como la plasticidad cerebral, la neurogénesis, el papel de las emociones en
la cognición y la identificación de períodos sensibles a ciertos aprendizajes. Otras
propiedades comienzan a ser confirmadas y comentadas en recientes publicaciones
(Jensen, 2010) y (Caicedo, 2012).
Por otra parte, se ha logrado establecer que existen factores que favorecen, regulan e
incluso pueden inhibir la neurogénesis. Así, por ejemplo, se sabe que el ejercicio, la
actividad motora, la buena nutrición y el sueño suficiente la favorecen y el estrés por el
contrario la inhibe. Por consiguiente, el aprendizaje y otros procesos cognitivos sobre
los que tiene influencia la neurogénesis pueden afectarse positiva o negativamente. Es
claro el papel que pueden jugar tanto la escuela como la familia en el control de dichos
factores.
Una concepción amplia de aprendizaje como una correlación cuerpo-cerebro la presenta
Candace Pert (1999), quien asigna a las emociones un papel muy importante. Según esta
concepción la comunicación neuronal durante el aprendizaje está asociada también a
“sustancias informativas”, especies químicas, péptidos, que viajan por el torrente
sanguíneo que a su paso se comunican con otros sistemas diferentes al neurológico
como el endocrino o el inmunológico que pueden influir en la selección de estímulos y
en la prioridad de la información que llega al cerebro y, por consiguiente, en lo que se
percibe y lo que merece atención o no.
La existencia de períodos durante el desarrollo inicial del cerebro en los que hay una
predisposición innata para ciertos aprendizajes ha sido confirmada por la investigación
neurocientífica. Los primeros resultados fueron obtenidos experimentando con
animales, gatos, en la Universidad de Harvard, en donde se demostró que, si se tapaba
un ojo al animal en los primeros días de vida, este perdía la visión para siempre, por
falta de estimulación visual en ese período, al cual denominaron período crítico. En el
caso del aprendizaje humano a estos períodos en los que determinados eventos de
aprendizaje son más propicios, más rápidos y eficientes se denominan períodos
sensibles o “ventanas de oportunidad” para resaltar el hecho de que estos aprendizajes
pueden darse en otros tiempos, aunque tal vez no con la misma calidad y eficiencia.
Memoria