a) Política (Pietro Bonfante). Grupo preexistente a la civitas, con fines de orden
en el plano interior y de defensa, en el exterior. b) Económica (Vicenzo Arangio-Ruiz). Órgano económico. Unión de varios grupos en torno a un cultivo agrario. c) Religiosa (Fustel De Coulanges). La unión de los individuos deriva del culto común.
2.- Concepto.
Puede hablarse de familia en dos sentidos:
a) Familia propio iure dicta: Grupo de personas unidas bajo la autoridad de un jefe único. b) Familia communi iure dicta: Grupo formado por los agnados.
3.- Potestades del paterfamilias.
a) Manus mariti sobre la mujer.
b) Patria potestas sobre los hijos:
Derecho de vida y muerte (Ius vitae necisque).
Trajano obligaba a emancipar al hijo maltratado por el pater. Adriano castigaba al pater que mataba al hijo con la deportatio in insulam (pena infamante). Constantino aplicaba la pena del parricida al pater que mataba al hijo.
Derecho de venta (Ius vendendi).
Las XII tablas obligaban a emancipar al hijo que era vendido tres veces. Justiniano justificó la venta del hijo, en caso de extrema necesidad.
Ius noxae dandi (Abandono noxal).
Abolida por Justiniano.
c) Dominica potestas sobre los esclavos.
d) Mancipium. Sobre aquellos alieni iuris que le eran dados al pater por un precio o por abandono noxal. 4.- Modos de entrar en la familia.
a) Nacimiento. Es miembro de la familia el procreado en iustae nuptiae, por varón
familiar, sea pater o filius. Es iustus el nacido 182 días después de la realización del matrimonio y antes de los 300 días de su disolución.
b) Adopción. Para sujetos alieni iuris.
c) Arrogación (Adrogatio). Para sujetos sui iuris.
d) Conventio in manu: Desapareció en el siglo III de la era cristiana.
Confaerratio. Coemptio (Venta ficticia a través de una mancipatio). Usus.
5.- Modos de salir de la familia.
a) Por muerte o capitis deminutio de quien ejercía la patria potestad. b) Por adopción por otra familia. c) Por contraer matrimonio cum manu. d) Por difaerratio. e) Por remancipatio. f) Por emancipación. g) Por hacerse sacerdote (Vestal en la era pagana. Obispo en la era justinianea).
La Familia, por Giovanni Pugliese. Instituciones de Derecho Romano
Periodo antiguo. Significado de “familia”
El tercer “status” relevante para la capacidad de ser titular de situaciones
jurídicas era el “status familiae”. Evidentemente, la existencia de este “status” y su influencia sobre la capacidad, bastan para demostrar cuan grande era la importancia de la familia en la sociedad romana. Para evitar equívocos es necesario aclarar, preliminarmente, que “familia” asume en las fuentes varios significados, conexos pero distintos (Ulpiano. D. 50,16, 195, 1-5). Los significados más importantes, que probablemente son también los más antiguos, se refieren en cambio, a los grupos de personas unidas entre sí por vínculos de parentesco. El parentesco que era considerado desde el punto de vista jurídico, era el llamado “adgnatio”. Este unía a todos aquellos que estaban sometidos a un pater familias común (comprendido éste) o que hayan estado sometidos a un común pater familias, si éste hubiese muerto previamente. En todo caso, dentro del límite del sexto o para ciertos efectos, séptimo grado. El parentesco podrá ser en línea recta o en línea colateral; en línea recta se unía a los ascendientes y descendientes, correspondiéndole un grado a todas las generaciones (respecto del pater familias, el hijo era adgnatus de primer grado, el nieto de segundo, el bisnieto tercero); en línea colateral, subsistía entre personas que teniendo un fundador común, no descendían el uno del otro. Para estar sometido a un pater familias común o tener un fundador común, era necesario que el parentesco pasase a través de los hombres, ya que a causa del principio patriarcal de la familia romana, los descendientes de mujeres mediante un matrimonio legítimo, pertenecían necesariamente a la familia del padre, mientras que a falta de tal matrimonio, no eran ni agnados de la madre y sus familiares, ni del padre natural. La agnación era un parentesco por línea masculina, que no exigía el vínculo de sangre. Normalmente, los agnados estaban unidos por este vínculo y por lo tanto, eran también entre ellos cognados (“cognatio”, indicando el parentesco sanguíneo). Pero también podía estar sometido a un pater familias común o tener un fundador común, quien había entrado a la familia no mediante nacimiento de un matrimonio legítimo, sino mediante actos que lo sometían al pater familias como un hijo o como esposa (adrogatio, conventio in manum). Había por lo tanto, parientes que eran agnados y cognados, otros que sólo eran agnados, otros que sólo eran cognados. Estos últimos eran los parientes de sangre por línea femenina, comprendidos los nacidos fuera del matrimonio y a partir de una cierta época, los emancipados. En el periodo antiguo este parentesco no tenía relevancia jurídica, salvo y así parece, como impedimento matrimonial. Familia en sentido estricto y familia agnaticia Los grupos de parientes que constituyen una familia podían ser, según un pasaje del jurista clásico Ulpiano, que reflejaba al respecto también el derecho antiguo, de dos tipos: El grupo del primer tipo es la “familia proprio iure”, compuesta por el pater y todas las personas sometidas a su poder (esposa, hijos, esposas e hijos de los hijos, personas en mancipio). Dice Ulpiano: “Quae sunt sub unius potestate subiectae”. El grupo del segundo tipo es la “familia communi iure”, compuesta por todos los agnados dentro del predicho sexto-séptimo grado. Esta es llamada a menudo “familia agnaticia” (según Ulpiano: “familia omnium adgnatorum”) o también “gran familia”. Ahora, muchos romanistas han considerado que en el periodo antiguo, la familia agnaticia era la auténtica “familia”, estando dotada de los caracteres y de las prerrogativas que más recientemente se encuentran en la familia proprio iure. La misma habría tenido un jefe (pater familias), el cual no habría sido el más anciano ascendiente común (normalmente pre-muerto), sino uno entre los agnados, escogido en un modo particular. Los modos en los cuales tal jefe habría podido ser escogido son esencialmente dos: La primogenitura entre los agnados del grado más próximo al pater familias difunto y el testamento. La escogencia por el segundo modo ha sido sostenida por el autor de la más avanzada y consecuente teoría de la gran familia (tal vez identificada con la gens), como auténtica familia del periodo más antiguo: Pietro Bonfante. No puede negarse el valor sugestivo de esta teoría y en general, de la hipótesis según la cual la familia agnaticia, comprendiendo todos los parientes en línea masculina dentro de determinado grado, habría sido la auténtica familia del periodo antiguo y habría tenido una estructura autocrática, estando centralizada bajo un único pater familias. Las fuentes no dan ningún apoyo a la hipótesis de que el nuevo pater familias, fuese escogido en uno de los dos modos arriba indicados. En verdad, no hay ni en las fuentes, ni en la tradición romana, traza alguna de un derecho de primogenitura, por el cual el primero de los hijos sucede al padre como único heredero. A su vez, el testamento más antiguo que se ha registrado (el testamento calatis comitiis), parece haber servido sólo para hacer que un extraño tuviese la posición de filius, en caso de que el testador muriese sin hijos propios. Hay, entonces, razones para creer que en el auténtico derecho romano estuviese en vigor, ya en el periodo antiguo, la solución referida en el citado pasaje de Ulpiano (D. 50, 16, 195, 2), o sea, que a la muerte del pater familias, aquellos que estaban sometidos a su poder, se convertían todos en pater familias, cada uno a la cabeza de una nueva familia: “Cuando muere el pater familias todos los individuos sujetos a él comienzan a tener una familia, todos lo reemplazan en el título de patres familiarum”. La familia en el periodo preclásico y clásico Las estructuras de la familia romana no registraron cambios sensibles en este periodo, en cuanto ellas continuaron estando constituidas en lo jurídico, por la personificación de la familia en el pater familias, por el carácter absoluto y la duración vitalicia de la patria potestad, por la permanente sumisión a esta de los filii familias y por la ausencia de derechos de los sometidos frente al pater. En preciso, notar que en este periodo y hacia su final, Ulpiano delineó la distinción entre familia proprio iure y familia communi iure. Aquí el jurista nota que “communi iure” se llama la familia de todos los agnados, ya que si bien es cierto que una vez muerto el pater, cada sometido adquiere su propia familia; sin embargo, todos aquellos que hasta ahora se habían encontrado bajo un pater familias común, continúan considerándose pertenecientes a la misma familia, en cuanto derivan de la misma casa y la misma gente. Esta última era la familia agnaticia, la cual se distinguía de la otra porque comprendía personas no sometidas actualmente al poder de un pater familias común. Esto era totalmente justificado desde el punto de vista afectivo y social, así como era justo que el consiguiente vínculo tuviese relevancia en materia de sucesión hereditaria y de tutela. El parentesco de los cognados, que no eran agnados, por definición no era reconocido por el ius civile. Sin embargo, alguna relevancia se extiende y profundiza en el periodo preclásico y clásico. Así, los cognados dentro de un cierto grado no tenían connubio entre ellos; no lo tenían en el periodo antiguo, pero esta carencia se profundizó en el periodo preclásico y el clásico. Una novedad de este periodo fue la relevancia acordada por el pretor en materia de sucesión. La cognación está, además, contemplada en las leyes de finales de la república, que instituyen el proceso penal (quaestiones perpetuae) y en las leyes procesales augusteas, como un impedimento para que cualquiera sea juez en un proceso, en el que el acusador, el acusado, el actor o el convenido fuese un cognado suyo. Lo mismo valía para la obligación de declarar en los casos, en los que una norma (legislativa o edictal), así lo estableciese. La relevancia de la cognación estaba establecida, dentro de los mismos grados de la agnación. Es necesario mencionar la adfinitas, que era un vínculo causado por el matrimonio, entre un cónyuge y el padre, la madre, el hermano, la hermana, etc., del otro cónyuge, bien entre un hijo y el marido o la esposa del propio progenitor. La relevancia jurídica de la adfinitas estaba limitada a la línea recta; se manifestaba como impedimento matrimonial o la asunción de poderes del juez, en el sentido arriba visto. Periodo posclásico Hemos visto como ya en la época clásica, una serie de innovaciones, sobretodo jurisprudenciales y pretorias, habían determinado un progresivo cambio de la estructura familiar centrada en el poder absoluto del pater, así como en el vínculo agnaticio. En este periodo, el proceso se vuelve ahora más evidente, en cuanto contribuyen a alimentarlo dos significativos factores de transformación, cuales son las concepciones del mundo helenístico y la ética cristiana. Ello choca prácticamente todos los contornos del instituto familiar, determinando cambios radicales, también allá, donde las innovaciones se introducen en las tendencias ya evidenciadas en el periodo precedente. Una evolución, que prosigue según las directrices heredadas de la época clásica; por ejemplo, reconocerse en el proceso de mitigación de la patria potestad, en la siempre mayor relevancia atribuida a la cognación, antes que a la agnación, así como en la progresiva afirmación de la capacidad patrimonial de los filii familias. En otros casos, por el contrario, los cambios parecen determinados exclusivamente por los nuevos factores de transformación, que caracterizan a la época posclásica. Baste recordar aquí la nueva concepción del matrimonio, que aparece esencialmente inspirada en los principios de la ética cristiana.