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HERENCIA Y

LA FAMILIA
DERECHO ROMANO
LICENCIADA:
EDNA MORALES
Las Relaciones Herencia y
Familia
Familia y Herencia
Dentro del derecho romano se concibe a
la herencia como la comunidad del
patrimonio de la familia, es decir que esta
se fundamenta en la forma en que los
bienes continúan en el poder de una
familia, una vez que el titular o propietario
de los mismos fallezca.
Como observamos, el Derecho Romano
llega hasta le esencia misma de la
herencia o transmisión de la propiedad
de los bienes una vez que muera el
titular de los mismos y que es,
básicamente, determinar a quien se
trasmiten los derechos de propiedad de
los bienes de la familia atendiendo a la
situación o status de cada miembro de
ella en relación al pater familias.
En este sentido, los hijos podrían
heredar de su padre o pater
familias, pero éste no podrá
heredar de estos, porque solo el
ostentaba patrimonio o bienes,
derechos u obligaciones
heredables.
LA FAMILIA ROMANA
Si bien la familia romana no era
considerada como una
institución de naturaleza jurídica,
es importante estudiarla ya que
si tuvo consecuencias que
influyeron en la vida socio
jurídica de los romanos.
Sólo los cabezas de familia
son SUI IURIS o sujetos
plenos de derecho romano,
es decir que solamente ellos
tienen capacidad plena para
actuar en las relaciones
jurídicas.
Los miembros de la familia se
encuentran sujetos al dominio
del jefe de familia y carecen de
plena personalidad para actuar
dentro de las relaciones de
derecho encontrándose en una
situación que se denomina
ALIENI IURIS.
La mujer casada ocupaba un lugar
dentro de la familia romana
(matrona, mater familias), pero
carece de poder de decisión en las
decisiones familiares, cabe señalar
que si no sigue bajo la potestad de
su padre ni ha entrado bajo la manu
de su esposo es SUI IURIS o
persona capaz.
A la familia que se forma
alrededor del cabeza de
familia se le denomina
agnaticia y se funda
básicamente en la relación
de subordinación a un pater
familias.
Los romanos también concebían otro
tipo de familia cognaticia, que se
forma, no de acuerdo a la relación que
se pueda guardar con él pater
familias, sino que se basa
fundamentalmente en las relaciones
de consanguinidad que se podían
entablar incluso con personas que se
encuentran fuera del círculo familiar.
El pretor favorecía el
reconocimiento del parentesco
cognaticio en tanto que el IUS
CIVILE se funda en la familia
agnaticia.
Los pariente de los esposos,
obviamente no se encuentran
dentro del círculo de la familia
agnaticia, pero si parientes
por afinidad o afinitas.
Para determinar el status o
situación del individuo
dentro de la familia romana
se atenderá a las líneas y
grados
Así, la línea recta es la de los
descendientes (línea
descendente) con los
ascendientes (línea ascendente):
línea colateral es la que une a los
que tienen un ascendiente en
común sin estar en línea recta.
Los grados se cuentan por
el número de generaciones
o engendramientos que
intervienen o median entre
dos personas de la misma
familia.
Los descendientes son los
herederos del propio
derecho y son
denominados SUI
HEREDES.
Adquieren la herencia por el
hecho mismo de la muerte del
ascendiente, sin necesidad de
acto alguno de aceptación, la
que si es necesaria en el caso
de otros parientes o personas
que sean llamados a heredar.
Como se advirtió con
anterioridad, la situación de la
persona dentro de la familia o
status es de gran importancia
dentro del repartimiento de los
bienes por causa de muerte.
Dicho status podía cambiar
por distintas razones, como el
perder la ciudadanía, caer en
esclavitud definitiva, rechazar
la patria potestad.
SUCESION HEREDITARIA
La palabra sucesión deriva
de succedere que significa la relación
entre el antecesor y el sucesor. Al
antecesor le sucede el sucesor. En
sentido amplio es la sustitución de
una persona por otra en una relación
jurídica.
En sentido amplio es la
sustitución de una
persona por otra en una
relación jurídica.
Ulpiano dice que la
herencia no representa a la
persona del heredero sino
a la del difunto como está
comprobado por múltiples
argumentos del ius civile.
A título universal consiste
en la totalidad del
patrimonio como un bloque
y a titulo singular derechos
singulares, determinados y
separados.
El derecho sucesorio o hereditario
es la cesión de derecho privado
constituida por el conjunto de
normas que regulan el destino
que ha de darse a las relaciones
jurídicas de una persona física
cuando esta muere.
Este encuadramiento de
sucesiones formando uno de
los tratados del derecho
privado es moderno. Ni en las
instituciones justinianeas ni en
el Digesto hay sistematización
de esta materia.
El derecho hereditario
romano fue sufriendo
transformaciones con el
correr de los siglos; estas
se pueden enmarcar en
tres grandes etapas.
Primitivamente un derecho
hereditario regido por el ius
civile (formalista) apoyado en la
propiedad quiritaria y en la familia
agnaticia creada y sostenida por
la idea de la “potestas” cuando
los términos “familia” y “hereditas”
son equivalentes.
Luego, otro periodo que se prolonga
durante la época clásica, que proyecta
sobre el derecho de sucesiones el
dualismo entre el “ius civile” y el “ius
honorarium” junto al derecho
sucesorio civil, el pretor aquí moldea
un derecho sucesorio honorario
suavizado, evitado rigideces.
Las medidas del pretor no
derogaban el ius civile. El
derecho honorario se limita
a designarle poseedor de
los bienes del difunto.
A eso se le llama “bonorum
possessio” y a sostenerle
en esta situación que ha
sido prometida por el
edicto.
La tercera etapa se
desarrolla en la época
imperial (derecho
justinianeo).
Aquí desaparece la anterior
dualidad y el derecho
sucesorio nos ofrece las
mismas características que
en esencia ha pasado a los
códigos modernos.
El fenómeno jurídico del
traspaso puede ser debido
al fallecimiento del
transmitente o a verificarse
por diversas causas
viviendo este.
En primer caso la
sucesión se llama mortis
causa y en el segundo
sucesión inter vivos.
Para el derecho romano
clásico la sucesión es
sinónimo de herencia. Con
la muerte el patrimonio
pasa en su totalidad a uno
o más herederos.
En el caso de estos últimos
se observa que la sucesión
es uno de los modos de
adquisición del dominio.
CLASIFICACIÓN SUCESIÓN
DE LAS UNIVERSAL
SUCESIONES
SUCESIÓN
PARTICULAR O
SINGULAR
1. Sucesión Universal:
cuando los sucesores
reciben la totalidad o
parte alícuota del
patrimonio.
1.1 Sucesión universal inter vivos:
 Adrogatio: adopción de una persona
“sui iuris”, que así se convierte en
“alieni iuris”, sucediéndole en la
titularidad de su patrimonio el “pater
familias” del que pasa a depender.
 Conventio in manum: adquisición por
parte del marido de todos los derechos
patrimoniales de la mujer.
1.2 Sucesión universal mortis causa
1. Herencia, sucesión universal del
Derecho Civil.
Testamentaria: cuando el difunto deja
testamento designando a los
herederos.
Ab intestato: cuando faltante la
voluntad del difunto, los herederos
son designados por la ley
2. Bonorum
possessio (posesión de los
bienes), que es la sucesión
universal por edicto del pretor.
2. Sucesión particular o
singular: cuando se
trataba del traspaso de uno
o varios derechos.
2.1 Sucesión particular
intervivos: se produce en los
casos de compraventa,
mancipatio, etc.
2.2 Los casos de sucesión
particular por causa de muerte se
denominan legados
REQUISITOS DE LA
SUCESIÓN MORTIS CAUSA
1. Muerte de una persona.
Todos los pactos o contratos que
tuviesen por objeto la sucesión en
una persona viva son nulos de
pleno de hecho.
2. Capacidad del difunto para
tener herederos.
La capacidad de tener herederos
era patrimonio de quienes
poseían los tres status (familia,
ciudadanía y libertad).
Con respecto a la sucesión
testamentaria se reconoce
una excepción: los esclavos
públicos a quienes se les
concedía la facultad de testar
por medio de su peculio.
En síntesis, podemos decir que
solo tenían capacidad para tener
herederos el páter familias y la
mujer sui iuris.
Para otorgar testamento se
requería además de la capacidad
de derecho la de hecho.
Son incapaces de hecho:
1. Los impúberes
2. Los dementes
3. Los pródigos interdictos
4. Los sordomudos
5. Los condenados a la pena de
muerte
6. Los condenados por alta traición
Los incapaces para testar
pueden tener herederos
nombrados por la ley en la
sucesión ab intestato.
Capacidad del heredero
para poder serlo
La aptitud para ser heredero
exige que alguno sea libre y
ciudadano, es decir en tiempo
de derecho clásico ser sui
iuris.
No gozan de capacidad para
heredar:
1. Los célibes mayores de 25 años y
menores de 60.
2. Los hombres casados sin hijos.
3. Las madres de tres a cuatro hijos
menores según sean ingenuas o
libertas.
4. Los viudos o divorciados.
 Adición o aceptación de la
herencia
El momento preciso en que los
herederos adquieren la herencia
es diferente según se trate de
herederos suyos y necesarios, o
de herederos voluntarios.
Los primeros incluyen a
quienes están sometidos
directamente a la voluntad del
páter y a los esclavos y
designados herederos en el
testamento. Estos adquieren
la herencia inmediatamente.
TIPOS DE SUCESIÓN
En Roma había dos formas
de sucesión. Por un lado,
testamentaria por otro lado
ab Intestato.
Sucesión Testamentaria:
Cuando el mismo titular de
derecho es quien dispone de ellos
en favor de una persona de su
elección por medio de un
testamento (acto destinado a
producir efectos solo después de
su muerte)
Ab intestato:
Cuando por falta o nulidad del
testamento es la ley la que
designa el o los herederos.
Ambas formas de sucesión
eran excluyentes (o una o
la otra) para algunos la
sucesión testamentaria
sería anterior o simultánea
con la ab intestato.
Ello se basa en el texto de
la ley de las XII tablas la
cual dice que primero había
aparecido la sucesión
testamentaria.
En cambio, otros opinan que,
entre la mayoría de los diversos
pueblos, la sucesión ab intestato
debió preceder a la testamentaria
y que el testamento apareció más
tarde como una institución
anormal.
Lo fundamental en la sucesión
romana primitiva sería la
transmisión de la soberanía
político-religiosa del jefe de la
familia y que el traspaso de los
bienes no tendría lugar sino por
vía de consecuencia
SISTEMA PRETORIO
Sistema del derecho
pretorio Sucesión intestada
o legítima en Derecho
romano
El sistema de la sucesión de
la ley decenviral, fundado de
modo absoluto y exclusivo en
el concepto de la agnación,
daba margen a grandes
injusticias.
Resultaba de él, por ejemplo,
que los hijos emancipados
quedaban excluidos de la
herencia de su padre, aun en
el caso de no existir otros
hijos sujetos a la patria
potestad del mismo.
El pretor mitigó esta severidad
organizando la bonorum
possessio intestati y
estableciendo cuatro clases de
sucesores, a saber:
1. Los descendientes legítimos
por línea masculina (liberi)
2. Los herederos llamados por
el derecho civil (heredes
legitimi)
3. Los cognados o sea los
parientes consanguíneos
(cognati)
4. Finalmente, el cónyuge
supérstite (vir et uxor). Cada
clase era objeto de un capítulo
especial del edicto pretorio, y de
aquí las expresiones de bonorum
possessio unde liberi, unde
legitimi, unde cognati, unde vir et
uxor.
Unde liberi
La primera clase pretoria es la de los
hijos (liberi). Tiene mayor extensión
que la clase civil de los sui, toda vez
que comprende también a los que
tendrían esta cualidad si no hubiesen
salido de la familia por emancipación o
por otro modo que lleve aneja capiti
deminutio.
Unde liberi
La primera clase pretoria es la de los
hijos (liberi). Tiene mayor extensión
que la clase civil de los sui, toda vez
que comprende también a los que
tendrían esta cualidad si no hubiesen
salido de la familia por emancipación
o por otro modo que lleve aneja capiti
deminutio.
Llamando a los hijos
emancipados, así como a los in
adoptionem dati, atque a patre
adoptivo emancipati, junto con
los sui, el pretor corrigió el rigor
del derecho civil, y la bonorum
possessio es una bonorum
possessio cum re.
La primera clase pretoria es la de
los hijos (liberi). Tiene mayor
extensión que la clase civil de
los sui, toda vez que comprende
también a los que tendrían esta
cualidad si no hubiesen salido de
la familia por emancipación o por
otro modo que lleve aneja capiti
deminutio. rios hijos,
se hace la división según el
modo establecido por la ley
decenviral para los
herederos sui, salvo, no
obstante, esta modificación.
Si el difunto deja un hijo emancipado e
hijos de éste que estén aún en la patria
potestad de sus abuelos, estos nietos
ex filio son llamados a la bonorum
possessio juntamente con su padre,
pero de manera que sólo cobran la
mitad de la porción que les
correspondía.
Esta disposición fue
introducida en el edicto
por Salvio Juliano, de
donde su nombre
de clausula Juliani
Unde legitimi
Si el difunto deja un hijo emancipado
e hijos de éste que estén aún en la
patria potestad de sus abuelos, estos
nietos ex filio son llamados a
la bonorum possessio juntamente con
su padre, pero de manera que sólo
cobran la mitad de la porción que les
correspondía.
En defecto de hijos (liberi), o si
éstos repudian la bonorum
possessio, o dejan de pedirla
dentro del término prescrito, el
edicto pretorio la defiere a los
herederos civiles, o sea a los
llamados por la ley decenviral
Unde cognati
En defecto de las primeras
clases, el pretor concede
la bonorum possessio a
los cognati, o sea a los parientes
del difunto hasta el sexto grado
sin distinguir entre agnados ni
cognados
El pariente más próximo
excluye al más remoto, y los
de grado igual suceden por
cabezas.
Si falta uno de los parientes
más próximos su parte acrece
a las demás.
Si todos rechazan la bonorum
possessio, o dejan de pedirla
en el término establecido, se
defiere a los parientes del
grado sucesivo, de manera
que en esta clase hay una
sucesión de grados.
Los hijos ilegítimos
suceden en esta clase a su
madre y a los parientes
maternos.
Unde vir et uxor

En defecto de parientes, el pretor


concede la bonorum possessio al
cónyuge supérstite siempre y
cuando no esté divorciado.
SUCESIÓN INTESTADA O
LEGÍTIMA

La sucesión intestada o
legítima tiene lugar cuando no
existe testamento alguno, o el
existente resulta inválido, o el
válido queda sin efecto.
Se funda esencialmente en una
distribución en clases de las personas
llamadas a suceder; el individuo
incluido en una clase es siempre
preferido a los individuos de las clases
subsiguientes, cualquiera que sea su
grado de parentesco, de manera que
un pariente de grado próximo puede
ser excluido por otro de grado más
remoto.
Así, por ejemplo, si uno muere dejando
a su madre y a un nieto ex filio, este
pariente en segundo grado del difunto
es preferido a la primera, unida al
difunta en primer grado. Lo que decide,
pues, es la prioridad de la clase, y el
grado sólo tiene importancia entre los
individuos de la misma clase.
DIVISION DE LA HERENCIA
CUANDO CONCURREN
VARIOS PARIENTES
Cuando concurren varios
parientes a la misma herencia
la división puede hacerse de
tres modos: in capita, in
stirpes, in lineas.
In Capita:
Regularmente la división se hace
por cabezas, o sea tantas partes
iguales cuantas sean las
personas con derecho a suceder:
cada una de estas porciones se
llama cuota viril
In Stirpe:
En ocasiones la ley llama a la
herencia a los descendientes de
un sucesor premuerto
otorgándoles conjuntamente la
cuota viril, que hubiera
correspondido a su causante si
no hubiese premuerto
Debiendo luego subdividirse entre
ellos por cabezas esta porción
común; este modo de suceder
constituye la división por estirpes.
In Lineas:
La división tiene lugar por líneas
cuando se hacen dos partes de la
herencia, una de las cuales
corresponda a los ascendientes
de la línea paterna y otra a los de
la línea materna.
La sucesión intestada en
el derecho romano
Según la literatura esta es la
clave para entender el
derecho sucesorio romano: la
estructura jurídica de la familia
romana.
En el derecho de familia
romano, el padre (pater
familias) ejercía un poder
casi ilimitado sobre su
esposa y los hijos nacidos
de ella.
Los miembros de la familia en
su poder no podían poseer
ninguna propiedad y no tenían
capacidad para demandar
ante los tribunales. Sólo
cuando el padre moría, su
poder terminaba.
Originalmente, ni siquiera él
podía poner fin a su poder de
por vida sobre los hijos. Sin
embargo, poco después de la
promulgación de la ley de las
Doce Tablas, se hizo posible
la liberación voluntaria de los
hijos e hijas mediante la
emancipatio.
A continuación, el capítulo
analiza la sucesión intestada
en virtud de las Doce Tablas;
las nuevas normas de
sucesión intestada en las
épocas preclásica y clásica
(el edicto del pretor, el
Senatus consultum
Tertullianum, el Senatus
consultum Orfitianum, el
Usucapio pro herede y el
peculium castrense).
Las importantes diferencias
entre el derecho justinianeo y
el clásico; y las normas
romanas de sucesión
intestada en el primitivo jus
commune
HERENCIA EN EL
DERECHO ROMANO
Sólo el paterfamilias podía ser
causante (o de cujus, término que
se deriva de la expresión is de
cujus hereditate agitur) de una
herencia, pues a su muerte le
sucedían sus hijos e hijas, que se
convertían así en sui iuris.
Pero también es heredero
cualquier persona de la misma
familia o de otra que subentra
en la misma posición jurídica
del de cujus.
A este tipo de herederos se les llama
extranei, y no se convierten en tales
por el mero hecho de la muerte del
causante, sino por un acto de
aceptación (aditio hereditatis), en
tanto que los su¡ iuris no necesitan
aceptar la herencia para convertirse
en herederos, sino que lo son
«necesariamente
El Pretor
El pretor, para evitar que la herencia
estuviera demasiado tiempo yacente, es
decir, sin aceptación, podía dar al heredero
un plazo de 100 días para aceptar, pasado
este se entendía repudiada la herencia, o
bien podía hacer al heredero una
interrogatio in iure sobre an heres sit, de tal
forma que, si el heredero no aceptaba, se
llamaba a los siguientes del orden pretorio.
La forma más común de
aceptar la herencia un
heredero voluntario era la pro
herede gestio, es decir, la
realización de algún acto (p.
ej., toma de posesión)
respecto a los bienes
hereditarios.
También podía ocurrir que el heredero
hubiese sido obligado por el testador a la
aceptación de la herencia en forma
solemne, que debía tener lugar en
el plazo de 100 días, de modo que una
declaración de aceptar sin esta forma
solemne no producía la adquisición de la
herencia. La exigencia de forma para la
aceptación desapareció ya en época
posclásica.
Son herederos necesarios
no solo los hijos e hijas del
causante, sino también el
propio esclavo instituido
heredero y manumitido en
el testamento.
Esta colocación del heredero en la misma
posición jurídica del difunto se llama
successio, pues aquél es continuador de la
personalidad del causante en todas las
relaciones jurídicas trasmisibles (no, en
cambio, en las intrasmisibles, como son, p.
ej., las obligaciones que derivan del
contrato de sociedad, de delitos, de la
manus, de la Paternidad, del derecho de
usufructo, etc.).
La característica más
importante de la sucesión es
su carácter universal y no
particular, puesto que el
heredero sucede en el ius
hereditario y no en la
propiedad de las cosas
particulares.
La sucesión hace referencia, ante
todo, a las relaciones jurídicas, de
modo que el heredero, aunque se
haga propietario de los bienes
hereditarios desde que adquiera
la herencia, sin embargo tiene
que tomar posesión de aquellos
bienes para ser considerado
poseedor de ellos.
El heredero es responsable de las
deudas no personalísimas del
causante, y el acreedor puede
hacerlas efectivas no solo sobre los
bienes de la herencia, sino también
sobre los del heredero, con lo cual
puede ocurrir que éste tenga que
pagar con sus propios bienes las
deudas del de cujus.
Esta responsabilidad, llamada ultra
vires hereditatis, solo puede ser
evitada en parte:
• Si el heredero es voluntario, repudiando
la herencia, pactando con los acreedores
una reducción proporcional de sus
créditos o pidiendo a los acreedores que
le manden aceptar la herencia, con lo
cual queda a salvo de todo perjuicio, en
cuanto que es mandatario de la herencia
aunque no pueda repudiar.
Con lo cual, si los acreedores
le reclaman, el magistrado
dejará para el concurso de
éstos todo el patrimonio
hereditario, pero sin tocar los
otros bienes propios del
heredero.
• Cuando el heredero es un esclavo
propio, instituido heredero y
manumitido en el testamento, puede
solicitar al pretor la separatio de sus
adquisiciones futuras, las cuales no
se verán afectadas por las
reclamaciones de los acreedores,
que no se han visto satisfechos con
el patrimonio hereditario.
• Por último, Justiniano estableció
a favor de todo heredero el
beneficium inventarü, en virtud
del cual la herencia quedaba
aislada y se podía dejar a los
acreedores, sin ninguna merma
del patrimonio del heredero
El pretor podía otorgar a los
acreedores de la herencia la
separatio bonorum en el caso
en que la confusión del
patrimonio de la herencia con
el del heredero poco solvente
pudiese perjudicar a los
acreedores.
De esta forma, éstos se veían
satisfechos preferentemente con
los bienes de la herencia La
separatio bonorum juega también
a propósito de los legados,
cuando, en la última época
clásica, la piden los legatarios,
después de haber sido
satisfechos los acreedores.
El título de heredero puede
adquirirse, por una llamada de
la ley (sucesión legítima o
abintestato, o por una
declaración de voluntad del
difunto (sucesión
testamentaria).
Rige en Derecho romano el
principio de que nemo pro
parte testatus pro parte
intestatus decedere potest, es
decir, que son incompatibles
entre sí la sucesión
testamentaria y abintestato.
Pero en el caso de que exista
un testamento válido, se da
preferencia al heredero
llamado por él frente al
abintestato.
Pero en el caso de que exista
un testamento válido, se da
preferencia al heredero
llamado por él frente al
abintestato.
La bonorum possessio
Consiste en el ofrecimiento que
hace el pretor de la herencia a
determinadas personas que luego
se verán asistidas por su
jurisdicción. Con este medio, el
pretor puede prácticamente
convertir en herederos a los que
no lo son según el Derecho civil.
La bonorum possessio se ofrecía
en varios llamamientos
anunciados en el Edicto con el
oportuno plazo de solicitud, si
bien podía darse el caso de que
el pretor decretase la bonorum
possessio sin previo anuncio
edictal (bonorum possessio
decretalis).
Las personas incluidas en
cada llamamiento piden
(agnitio bonorum
possessionis) al magistrado
que les entregue los bienes.
Los beneficiados en cada
llamamiento son,
generalmente, los herederos
según el ius civile, pero
pueden serlo también otras
personas a las que el ius civile
no llama.
En caso de Contradicción
En los casos de contradicción,
la bonorum possessio tiene
carácter provisional (sine re),
lo que significa que tiene
preferencia el heredero civil
frente al pretorio.
Pero en otros, el pretor
defiende al bonorum
possessor frente al heredero
civil (bonorum possessio cum
re) con una exceptio doli, y se
le considera poseedor civil a
efectos de la usucapión
ordinaria.
El bonorum possessor
dispone de las mismas
acciones que el heres
mediante la ficción si heres
esset.
Dispone del interdicto quod legatorum
contra los legatarios que se apropian,
sin su permiso, de objetos de la
herencia, y del interdicto quorum
bonorum para reclamar los bienes de
la herencia, el cual, cuando la
bonorum possessio es cum re y el
interdicto se dirige contra un heredero
civil, se completa con una réplica del
dolo.
El interdicto quorum bonorum se
daba, bien contra el que retenía
objetos de la herencia
considerándose heredero, bien
contra el que discutía el derecho
del demandante sin alegar un
derecho propio, o bien contra el
que dejó de poseer dolosamente.
La bonorum possessio puede ser
ofrecida de acuerdo con la
voluntad del testador, que consta
escrita en unas tablillas (bonorum
possessio secundum tabulas), o,
si no hay testamento, según un
orden familiar (bonorum
possessio sine tabulis).
Finalmente, a favor de ciertos
herederos, en contra del
testamento (bonorum
possessio contra tabulas).
Protección del Derecho
hereditario
El heredero es titular de las
acciones activamente trasmisibles
que tuviera el causante, pero la
protección posesoria solo tiene
lugar cuando el heredero toma
posesión de las cosas de la
herencia.
Tanto el heredero
testamentario como el
legatario disponen del
interdicto de tabulis
exhibendis contra el que se
resiste a presentar las tablillas
del testamento.
La hereditatis petitio es la
acción que tiene el heredero
para reclamar el conjunto de
la herencia.
Esta acción se tramitaba
mediante una legis actio
semejante a la vindicatio y ante el
tribunal de los centunviros, en
plena época clásica, y no es
probable que haya tenido una
fórmula escrita antes del
procedimiento cognitorio.
El senadoconsulto Juvenciano
(129 d. C.) distinguió entre el
poseedor de buena y el de mala
fe, y tal diferencia se extendió a
todas las reclamaciones de
herencia.
El poseedor de mala fe estaba
obligado a restituir el valor íntegro
de la herencia indebidamente
poseída, aunque hubiera dejado
dolosamente de poseer o se
hubiese ofrecido dolosamente
como poseedor, no siéndolo en
realidad.
El poseedor de buena fe solo
debía responder de las
pérdidas posteriores a la litis
contestatio.
Justiniano dio al interdicto quorum
bonorum el carácter de trámite
preliminar a la acción petitoria, la
cual, por su parte, queda incluida
entre las acciones de buena fe;
por otro lado, el interdicto quod
legatorum se extendió al heredero
civil.
Bonorum possessio sine
tabulis y contra tabulas
También el pretor ofrece la
bonorum possessio sine tabulis
(cuando no hay testamento
válido) o contra tabulas (forzosa)
a personas de la familia que no
coinciden exactamente con las
llamadas por la ley.
Los llamamientos del pretor
son sucesivos y se designan
por las primeras palabras de
la cláusula edictal en la que
figuraba el llamamiento.
La primera cláusula se
denominaba unde liberi y
comprendía los heredes sui
y los hijos emancipados del
de cujus.
Estos últimos habían salido de la
patria potestad y consiguientemente
habían podido formar un patrimonio
propio, por todo lo cual, si concurrían
a este primer llamamiento, el pretor
les imponía que aportasen el activo
del patrimonio que tuviesen y de esta
forma los sui heredes no se veían
perjudicados por su concurrencia.
Algo parecido ocurría con las hijas
emancipadas y casadas que pedían la
bonorum possessio: el pretor las
obligaba a prestar una caución de
traer a colación la dote que
eventualmente pudieran recuperar de
su marido.
Si alguno de estos hijos hubiese sido
preterido en el testamento del
causante, el pretor les ofrece durante
un año la bonorum possessio contra
tabulas, de modo que, cuando el
olvidado es un suus, el testamento
pierde todo su efecto y existe la
posibilidad de pedir la bonorum
possessio sine tabulis.
Unde legitimi es el nombre del
segundo llamamiento, que
comprende nuevamente a los
sui (ahora sin concurrencia de
los emancipati) y, en defecto
de éstos, a los agnados
próximos.
Si el causante es un liberto que muere
sin hijos naturales (o sea, no
adoptivos o por conventio in manum)
instituidos o preteridos que hayan
solicitado la bonorum possesio contra
tabulas, el pretor concede al patrono
el derecho de reclamar la bonorum
possessio de la mitad de los bienes
del liberto, tanto abintestato como
contra tabulas.
El tercer llamamiento se llama unde
cognati y de él se benefician los
cognados más próximos,
equiparándose a ellos los agnados
hasta el sexto grado de la línea
colateral, o, en la herencia de un
sobrinus (hijo de un primer hermano)
hasta el hijo o hija del otro sobrinus,
que está en séptimo grado.
Unde vir et uxor es el nombre
del cuarto llamamiento y
supone el ofrecimiento de la
bonorum possessio sine
tabulis al cónyuge.
El Edicto contenía también la
rúbrica cui heres non extabit, en
virtud de la cual, si no aparece
ningún heredero, se decreta la
missio in bona a favor de los
acreedores, con el fin de proceder
a la venditio bonorum.
Uno de los aspectos más
salientes de la sucesión
pretoria lo constituye la
importancia del parentesco
cognaticio, que fue continuada
por el emperador Adriano y
sus sucesores.
Así, el senadoconsulto Tertuliano
favoreció a la madre con ius
liberorum, permitiéndole heredar
después de los hermanos
agnados del difunto hijo y del
parens manumissor, cuando el
hijo moría abintestato y sin dejar
descendientes.
El senadoconsulto Orficiano
otorgó, en el supuesto
contrario de morir la madre,
preferencia a los hijos, no a
los nietos, delante de todos
los agnados de la muerta
REGULACION
JUSTINIANA
Justiniano reformó la sucesión
legítima en sus Novelas 118 y
127 y estableció para la
sucesión abintestato el
siguiente orden:
• Los descendientes.
• Los ascendientes y los
hermanos o hermanas de doble
vínculo.
• Los hermanos o hermanas de
un solo vínculo y, cuando el
difunto es un liberto, heredan el
patrono o, en su defecto, su
descendencia.
• Los otros colaterales, con
natural preferencia de los de
grado más próximo.
• El cónyuge viudo.
Como ya hemos visto, tanto el
Derecho civil como el pretorio
permitían la desheredación
injustificada de los hijos, pero ya
a fines de la República se
introdujo una reserva de la parte
legítima, que se hacía efectiva
mediante un proceso ante el
tribunal.
Justiniano fijó en 14 las justas
causas que el testador debe
aducir para desheredar a un
descendiente o a un
ascendiente.
De otra parte, aumentó la
cuantía de la legítima de los
hijos a un tercio de la
herencia, o a la mitad, cuando
concurrían más de cuatro, y
dejó la cuarta para los
ascendientes.
El legitimario, por su parte, debía
aparecer instituido heredero, aun
cuando fuera en una porción
simbólica, y existía la posibilidad
de completar la legítima con lo
recibido por cualquier disposición
directa del causante.
Cuando el heredero recibía
una cuota legítima incompleta,
se utilizaba una acción
especial para rectificar el
testamento (actio ad
supplendam legitimam).
Cuando el legitimario resultaba
preterido o desheredado sin
causa, quedaban rescindidas las
instituciones de heredero, pero,
en cambio, se conservaban los
nombramientos del tutor, legados
y manumisiones.
Podía ocurrir también que el causante
hubiese hecho una donación que
lesionase la legítima; en este caso,
Justiniano le concede una querella
inofficiosae donationis para reducirla
proporcionalmente; lo mismo ocurre
con la dote, que puede ser reducida
en virtud de la llamada querella
inolficiosae dotis.
El testamento
Uno de los aspectos más
típicos del Derecho romano
consiste en la posibilidad de
hacer constar mediante
testamento el destino que se
había de dar a los bienes
después de la muerte.
• Muerte
• Áreas
• Tanatología
Morir es un fenómeno tanto
social como fisiológico.
• Cada sociedad caracteriza y,
en consecuencia, trata la
muerte y el morir a su
manera, formas que difieren
notablemente.
Estos patrones particulares de la
muerte y el morir engendran
respuestas culturales modales, y
este comportamiento
institucionalizado tiene
implicaciones familiares,
económicas, educativas,
religiosas y políticas.
El testamento es un acto
solemne, libremente revocable
y cuya eficacia normativa
nace a partir del momento de
la muerte del causante.
La forma más común de hacer
testamento es mediante la
solemnidad del bronce y la
balanza de la que se hacía un
testimonio en tablillas
enceradas y selladas, que
luego eran abiertas a la
muerte del testador.
Todos estos requisitos de la forma
mancipatoria constituyen una
exigencia esencialmente civil,
pero, en realidad, lo que
acreditaba la voluntad del
testador eran las tabulae
testamenti, es decir, las tablillas
que contenían su voluntad
escrita.
Por este motivo, el pretor
ofreció la bonorum possessio
secundum tabulas a aquella o
aquellas personas que
aparecieran instituidas
herederas en unas tablillas
selladas por siete testigos.
El testador pudiera completar
su declaración de voluntad en
un documento separado
(codicilo), que podía ser como
un apéndice del testamento o
como un documento
independiente de éste.
El codicilo tenía validez
cuando aparecía confirmado
en el mismo testamento al que
completaba, e incluso podía
servir como medio para
contener fideicomisos.
La importancia del codicilo
aumentó de tal forma que se
impuso la costumbre de poner
una cláusula codicilar, de modo
que los testamentos que
contuviesen algún defecto
imprevisto podían verse
transformados eventualmente en
codicilos.
Todo esto provocó paulatinamente
una relajación de las formas
testamentarias, de modo que, p. ej., la
distinción entre testamento civil y
pretorio es sinónima de testamento
abierto, que se hace ante cinco
testigos, y de testamento cerrado, que
se presenta a la firma de siete
testigos.
Toda esta evolución terminó
cuando Justiniano exigió la
forma del testamento (con
siete testigos) y rechazó la
posibilidad de que el codicilo
pudiese contener una
institución de heredero.
Tenían idoneidad para hacer
testamento los ciudadanos su¡
iuris, que habían llegado a la
pubertad y no estaban
inhabilitados. Las mujeres
requerían la auctoritas de sus
tutores.
Cualquiera podía recibir algo
por testamento, si bien a las
mujeres se les aplicaba el
contenido de la lex Voconia
(169 a. C.), que las excluía de
las herencia de los
ciudadanos con patrimonio
superior a 100.000 sextercios
Un testamento podía ser
ineficaz por diversos
motivos:
• Por un defecto inicial, que
podía consistir en su forma,
en la testamenti factio o en la
preterición de un suus varón;
• Por pérdida de la capacidad
del testador, si bien el pretor
podía dar en estos casos la
bonorum possessio
secundum tabulas.
• Por premoriencia, pérdida de
la capacidad del heredero o
por la repudiación que éste
podía hacer de la herencia;
• Por supervivencia de un
póstumo que sea suus
heredes.
Gracias por su
atención

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