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DERECHO ROMANO

UNIDAD 3

LA FAMILIA EN EL DERECHO ROMANO

1.- La Familia Romana.-


La Familia Romana, fue una institución de la antigua Roma, presente en el ámbito
social y jurídico, que estaba compuesta por todos los que vivían bajo la autoridad del
cabe 761`3 za de familia o pater familias.
Era compuesta por todos aquellos individuos que nacidos libres vivían bajo la
conducta propia de un estatus parental natural y jurídico, político, económico,
religioso, etc, estatus civil y estatus social al modo romano, esto suponía asumir tanto
la protección como la autoridad del cabeza de familia que era el pater familias. Familia
también es una palabra con la misma raíz que los famuli ("criados de los Oscos") y
por lo tanto en Roma, se comprendía a algunos sirvientes o siervos llamados
específicamente fámulos. Desde el corazón de la familia romana se derivó el
concepto de la fide romana (confianza.
La gens: la familia; la clientela, patricios y plebeyos Como hemos podido observar
hasta el momento, la población de la antigua Roma, era todo menos homogénea,
principalmente aparece dividida en dos clases: los patricios y los plebeyos; existiendo
además otras figuras como la clientela, la familia y la esclavitud. Además de existir
una notable diferencia entre los ciudadanos y extranjeros. Las familias que
consideraban tener un mismo árbol genealógico, constituían la gens y tenían un
nomen gentile común. (En derecho romano, la gens, que era un conjunto de personas
que poseían un nombre común con motivo de considerarse descendientes de un
mismo antepasado; estaba constituida por los gentiles propiamente dichos y por otro
grupo llamado clientela, sometido a la misma en condiciones de vasallaje).
¿Qué es la clientela en el Derecho Romano?
En la Antigua Roma, cliente era el extranjero o fugitivo que se ponía bajo la protección
de algún patricio romano.
La gens es conceptualizada como una agrupación de familias análoga al genos
helénico, a la sippe germánica o al clan celta. En un inicio únicamente las familias
patricias podían constituir una gens, sin embargo, con el paso del tiempo, también
aparecen las gentes plebeyas. Se ha llegado a considerar que en tiempos antiguos
fue la gens la que tenía la potestad sobre los bienes inmuebles y cualquier forma de
tenencia de la tierra y en el devenir histórico, paso al paterfamilias.
Por su parte la familia se componía por personas sometidas a la potestad absoluta de
un jefe denominado pater familias. Los sometidos podían ser varones no
emancipados, solteros o casados sin importar su edad, y mujeres que no hubieran
pasado por matrimonio a otra familia, la mujer del pater familias, las mujeres de todos
sus descendientes varones casados cum manu, y las personas dadas en adopción a
él, o a cualquiera de sus descendientes varones.
Como se puede ver, el lazo familiar no era forzosamente por descendencia, sino por
potestad.
La clientela era otra institución social, que consistía en el hecho de que un hombre
libre se acogiera a la protección de un ciudadano (patrono) o un grupo de familias
(gentilidad). Quienes además estaban obligados al servicio militar en la gens y a
ciertas prestaciones a favor del patrono, tales como alimentos, rescate de cautividad,
dote a la hija, etcétera. El patrono, por su parte, tenía derecho de tutela y de herencia.
Al parecer, no participaban en los derechos políticos ni en los civiles pero si en el culto
y la religión. Los patricios eran la clase gobernante, la aristocracia, la asamblea
curiada que deliberaba sobre los intereses de la ciudad. Eran la casta que dominó a
Roma durante siglos.
Por su parte los plebeyos estaban conformados por los vencidos, una masa de
población necesaria para la acción militar y para el trabajo en la vida económica de la
ciudad. Algunos autores atribuyen el origen de la plebe a la protección que los débiles
buscaban de los fuertes y a la conveniencia de éstos por tener gente de servicio o
auxiliares a quienes se les consideraban de segunda categoría.
Por otro lado, los hijos ilegítimos y esclavos emancipados engrosaban las filas de
esta clase. A los patricios se les consideraba como nobleza gobernante, quienes
además poseían grandes extensiones de tierra (la riqueza más importante de la
época) y disponían de esclavos para explotarla con un mínimo gasto. Los plebeyos
eran pequeños propietarios, jornaleros, artesanos y traficantes. La marcada diferencia
económico-social entre los patricios y los plebeyos se ha prestado a considerar que
esa diferencia fue producto de un progresivo encumbramiento social de una minoría
que acaparó tierras y en consecuencia riqueza, donde no existió distribución de la
misma y que en un momento determinado luchó contra la marginación. Además de
las figuras citadas, se encontraban los extranjeros, quienes no participaban ni en el
Derecho público ni en el privado; y que, si no eran súbditos de ciudades aliadas, o
habían sido acogidos bajo la hospitalidad romana, no podrían esperar otro trato que el
de enemigos, a quienes no se les respetaba ni su vida ni su libertad.

2.- Características.-
En el derecho romano se tenían cuatro acepciones para la familia: agnaticia,
cognaticia, gentilicia y por afinidad.
La familia romana era legalmente tan fuerte que ciertas cuestiones que hoy se tratan
en los juzgados o en los templos, entonces se trataban en casa, bajo el mando del
cabeza de familia. La familia era realmente la célula básica de la sociedad romana.
El pater familias era el hombre romano que no dependía de nadie (sui iuris) y de quien
dependían los demás (alieni iuris). No importaba que estuviese soltero o casado, ni su
edad. Una mujer nunca podía ser cabeza de familia.
La patria potestad de un cabeza de familia romano le permitía, de así quererlo,
disponer de la vida de cualquier miembro familiar, venderle como esclavo e inclusive
darle muerte. Podía también abandonar legalmente a un hijo nacido de su mujer o
reconocerlo. Podía incluso prohijar hijos de otros, así como concertar casamientos de
los hijos. Realmente, es él quien forma la familia romana.
Como jefe de familia es también el sacerdote de la religión familiar y el juez en los
conflictos entre familiares, pero para esto último tiene que contar con el
asesoramiento de un consejo familiar.
Para entender lo anterior, hay que tener en cuenta que el parentesco natural, fundado
en la descendencia física de la mujer, y que los romanos llamaban cognatio, carecía
de valor civil, en tanto el parentesco civil, fundado en el reconocimiento por parte del
hombre de su descendencia o en la adopción como hijos de descendencia ajena, y a
lo que los romanos llamaban agnatio, era el único parentesco legalmente válido.

La adoptio.- era el acto de adoptar a alguien. Pero, si ese alguien era cabeza de
familia, se adopta a toda su familia y el patrimonio pasa al adoptante. En este
segundo caso se llama adrogatio. Teniendo en cuenta que la autoridad paterna
también se llama manus, la emancipatio o 'emancipación' consiste en liberar a un hijo
de la potestad paterna o hacerlo pasar a la potestad de otro.
Por la adoptio un hijo extraño pasa a igualarse civilmente al hijo de legítimo
matrimonio. Por eso los romanos daban más importancia a la decisión legitimante del
pater familias (agnatio) que al hecho físico del parentesco natural (cognatio).

3.- Clasificación de las familias romanas


En el derecho romano se tenían cuatro acepciones para la familia: Agnaticia,
Cognaticia, Gentilicia y Por Afinidad

a).- FAMILIA AGNATICIA.-


Se entendía por familia agnaticia al conjunto de personas bajo la misma potestad
doméstica, o que lo estarían si el común pater no hubiese muerto, por línea de varón
(hasta el sexto grado). Así, por ejemplo forman parte de la familia agnaticia de un
individuo bajo la potestad de su abuelo (avus): su padre (pater), su tío paterno
(patruus), su hermano (frates), su hijo (filius), el primogénito de su tío paterno (frater
patruelis o patruelis) así como el hijo de este (nepos ex patruelis) o su propio nieto
(nepos), así mismo todos los varones adoptados por el pater familias. La muerte del
ascendiente no implica la disolución del vínculo hasta el sexto grado.

b).- FAMILIA COGNATICIA


Se entendía por familia cognaticia al parentesco por consanguinidad natural. Es decir,
las personas vinculadas por la procreación y el nacimiento.
Se compone de un tronco común y dos líneas:
Línea recta: Aquellos que descienden unos de otros. Puede ser ascendente o
descendente. Por ejemplo: padre, hijo, nieto, bisnieto, etc.
Línea colateral: Aquellos que no descienden unos de otros pero tienen un tronco
común. Por ejemplo: hermanos.
En el ejemplo expuesto en el anterior punto, formarían parte de la familia cognaticia
del individuo señalado todos los anteriores señalados además de la abuela (avia), la
madre (mater), la hija (filia), la hermana (soror), la tía paterna (amita), el tío materno
(avunculus), la tía materna (matertera), la hija del tío paterno (soror patruelis), el hijo y
la hija de la tía paterna (amitinus y amitina), el hijo y la hija del tío materno (matruelis),
el hijo y la hija de la tía materna (consobrinus y consobrina), y sus descendientes.

c).- FAMILIA GENTILICIA


Se entendía por familia gentilicia el conjunto de personas que tenían en común la
misma base que la familia agnaticia, es decir, la gens. Sin embargo, se consideran
grados más lejanos, con la condición de que los involucrados se sientan parientes.
La gens era una agrupación civil o sistema social de la Antigua Roma. Cada gens
comprendía a varias familias que se identificaban a través del cognomen de los
individuos, por lo que sus integrantes eran agnados o gentiles entre sí y estaban
dirigidos por varios pater familia.

d).- FAMILIA POR AFINIDAD


Se entendía por familia por afinidad aquella compuesta por uno de los cónyuges y los
agnados o cognados del otro.
Para contar los grados, se cuenta como si un cónyuge ocupara el lugar del otro en su
familia.

4.-LAS MUJERES EN LA FAMILIA ROMANA


A diferencia de los griegos, que tenían a sus mujeres en las casas y si tenían tiempo
libre, no lo pasaban en familia, los romanos sintieron un atractivo grande por la vida
doméstica.
La mujer aparece como compañera y cooperadora del hombre romano, está a su lado
en los banquetes, comparte con él la autoridad sobre los hijos y criados y participa
también de la dignidad que tiene su marido en la vida pública. Pero esta libertad no
impide que sea austera y reservada, especialmente en la época republicana; incluso
en el banquete, la mujer estaba sentada, no recostada, y no bebía vino sino mulsum
(vino con miel); en cualquier caso, está siempre en un segundo plano bajo la
autoridad marital y es así que no participa en la vida pública, en la política, en la
literatura, ni puede ser cabeza de familia e incluso los nombres de oficios de la
primera declinación son masculinos.
La educación femenina era prudentemente liberal. En la época infantil niños y niñas
se criaban juntos; las escuelas elementales también eran mixtas. Terminados los
estudios primarios, las chicas de buena familia continuaban instruyéndose
privadamente en el conocimiento de la literatura latina y griega; al mismo tiempo
aprendían a tocar la lira, a bailar y a cantar. Esta educación intelectual no impedía que
la mujer hiciese determinadas labores: vigilaba y dirigía a las esclavas, atendía los
trabajos más delicados, bordaba, etc. Aparte de esto, la mujer no tenía derechos ni
podía ser cabeza de familia

5.- EL MATRIMONIO EN LA ANTIGUA ROMA


Para cualquier romano normal el pragmatismo era parte de su forma de pensar, de
manera que el matrimonio no se escapaba de esta costumbre utilitarista.
Los romanos, institucionalmente monógamos, concibieron las relaciones sexuales
continuadas, con voluntad de convivencia y de vida en común, como un contrato, ya
no entre dos personas, sino entre dos familias.
Para empezar, en el derecho romano clásico, para contraer matrimonio era necesario
que ambos contrayentes ostentaran la ciudadanía romana. Esto es, que gozaran no
sólo del status libertatis sino también del status civitatis (que fueran libres y además,
ciudadanos romanos), es decir el IVS CONUBIUM. Cualquier otra unión (p.ej.
ciudadano-extranjera) era considerado un concubinato ("contubernio").
Debían también (para contraer matrimonio) tener la madurez sexual suficiente (por
haber alcanzado una edad o porque biológicamente mostraran signos de haberla
alcanzado); usualmente, los hombres se consideraban aptos para casarse a los
catorce años y las mujeres a los doce. Los hijos nacidos de este matrimonium iustum
(o iusta nuptia) serían sometidos a la patria potestas.
El casamiento de dos jóvenes dependía casi exclusivamente de los padres; pocas
veces se tenían en cuenta las inclinaciones de los interesados. Una vez decidido el
matrimonio el primer paso era la celebración de los sponsales, ceremonia arcáica en
la que los respectivos padres concertaban el casamiento de los hijos y establecían la
dote que la joven aportaría al matrimonio. Antiguamente los desposados ya quedaban
obligados a la fidelidad recíproca y si el matrimonio no se celebraba en el plazo
estipulado, se podía perder la dote. Consultados los dioses, si los agüeros eran
favorables, se cambiaban los anillos, que tenían un valor simbólico.
Ante la ley, solo los ciudadanos romanos tenían derecho a contraer matrimonio. La
tradición conservó el recuerdo de tiempos en los que los patricios no podían casarse
con una plebeya, prohibición caída pronto en desuso (Lex Canuleia).
Formas de Matrimonio: Hubo dos formas de matrimonio que estuvieron
sucesivamente en vigor: matrimonio cum manu y el matrimonio sine manu o libre
1.- matrimonio cum manu: la mujer pasaba a formar parte de la familia de su marido y
estaba sujeta a su poder marital (manus). Podía realizarse esta unión de tres
maneras:
 Confarreatio: forma sacra de contraer matrimonio. Rito llamado así por la pieza
de pan (far) que los esposos ofrecían al Dios Júpiter durante la ceremonia
nupcial. Era la forma de casamiento propia de los patricios. Su carácter sacro
lo hacía de difícil disolución, pero no imposible (el divorcio sería mediante la
difarreatio).
 Coemptio: forma más usual y práctica. Se realizaba una compraventa ficticia de
la novia, por la que el marido adquiría la manus (poder) sobre ella. Es la
versión matrimonial de la ceremonia de liberación de esclavos, la manumissio.
 Usus: cuando los esposos cohabitaban ininterrumpidamente durante un año, el
marido adquiría la manus sobre la mujer; sin embargo, esto podía ser evitado
gracias a la "trinoctii usurpatio", según la cual, si la mujer se ausentaba durante
tres noches seguidas del hogar marital, evitaba caer en la manus maritalis.
Puede verse como una versión matrimonial de la prescripción adquisitiva.

2.- matrimonio sine manu o libre: En este matrimonio, la esposa continuaba


perteneciendo a la familia paterna y conservando los derechos sucesorios de su
familia de origen. A pesar de la facilidad de disolución de este matrimonio (bastaba
con la simple separación de los esposos) los romanos tenían conciencia de la
seriedad de este vínculo.

6.- La Ceremonia de Boda


El ceremonial que mejor se conoce es el patricio. La boda constituía uno de los
acontecimientos más importantes dentro de la vida familiar.
El día de la boda era escogido con toda cautela; sería pernicioso casarse en mayo,
mientras que la mejor época era la segunda quincena de Junio.
En la víspera de la boda la joven consagraba a una divinidad sus juguetes de niña;
después, se acostaba con el traje nupcial y una cofia de color anaranjado en la
cabeza. Eran características de la vestimenta nupcial el peinado y el vestido con velo.
El traje era una túnica blanca que llegaba a los pies, ceñida por un cinto. De la cabeza
de la desposada caía un velo de color anaranjado (flammentum) que le cubría la cara.
En todos los actos del rito matrimonial la futura esposa era asistida por la pronuba,
una matrona casada una sola vez. El rito empezaba consultando los auspicios: si el
resultado no era malo, quería decir que los Dioses eran favorables a esta unión.
Terminada esta parte, tenía lugar la firma de las tabulae nuptiales (contrato
matrimonial) delante de diez testigos; después la pronuba ponía las manos derechas
de los esposos una encima de la otra y con esto los esposos se comprometían a vivir
juntos. Acabadas las formalidades, tenía lugar el banquete nupcial.
Después, hacia la tarde, comenzaba la ceremonia de acompañamiento de la esposa a
casa del esposo. Este, de repente, fingía arrancar a su joven mujer de los brazos de
su madre. Entonces iban a casa del marido. La mujer iba acompañada de tres
jóvenes; uno de ellos llevaba una antorcha de espino (spine alba) encendida a la casa
de la esposa. La gente que los seguía mezclaba cantos religiosos y pícaros. Cuando
llegaban a casa del marido, adornaban la entrada con cintas de lana y la untaban con
grasa de cerdo y aceite. El marido le preguntaba a la esposa cómo se llamaba, ella le
respondía ubi tu Gaius, ego Gaia ("si tú Gaio, yo Gaia"), entonces los que la
acompañaban la levantaban a pulso para que no tocase el quicio de la puerta con el
pie y la hacían entrar en la casa. Después era recibida por su marido y la pronuba
pronunciaba unas plegarias a la divinidad de la nueva casa (para que recibiesen con
agrado a esta nueva habitante); con esto terminaba la fiesta y los invitados volvían
para sus casas.
El día de después del casamiento había un banquete íntimo (repotia, reboda) para los
parientes de los esposos.

7.- El divorcio

Como el matrimonio romano estaba pensado para ser una institución que debía
renovarse con el consentimiento continuado de los cónyuges (affectio maritalis), se
permitía el divorcio. Como todo contrato, el matrimonio podía disolverse o terminarse.
Primitivamente, el derecho de revocación pertenecía únicamente al hombre; este solo
tenía que reclamarle a su mujer delante de un testigo las llaves de la casa y decirle:
tuas res habeto ("coge tus cosas").
En principio, el matrimonio patricio por confarreatio (vid. supra) no podía disolverse,
pero pronto los romanos inventaron la difarreatio. En derecho romano lo contrario de
la confarreatio, es decir, la ceremonia que tenía por fin la disolución del matrimonio
cum manuaron una ceremonia de efectos contrarios a la primera, a la que llamaron
difarreatio.
El matrimonio por usus o por coemptio se terminaba con la mancipatio o transmisión
de la potestad del marido en favor de un tercero, que manumitía a la mujer
En el derecho romano se tipificaba el tipo de divorcio según su causa:
- Divortium ex iusta causa: como, por ejemplo, el adulterio de la mujer o el
marido.
- Divortium bona gratia: por causas no imputables a algunos de los cónyuges
(esterilidad, impotencia, etc.)
- Divortium sine causa: cuando alguno de los cónyuges repudiaba al otro sin
que mediase causa que justificara este comportamiento.
- Divortium communi consensu: de mutuo acuerdo.

FIN

DERECHO ROMANO
UNIDAD 3

LAS PERSONA EN EL DERECHO ROMANO


COMO SUJETO DE DERECHOS

1.- Principio y extinción de la persona física :


Sujeto de derecho en Roma era el hombre, pero no todo hombre, sino aquel en quien
además de su condición humana concurren la de ser libre, ciudadano y sui iuris (aquel
que no se encuentra sometido al mando de otros o de cualquier potestad familiar).
La persona es Sujeto de Derecho en tanto el ordenamiento jurídico le reconoce
capacidad. Tanto los esclavos como los hombres libres eran personas, pero solo los
hombres libres eran sujetos de derecho.
Al principio, solo es SUJETO DE DERECHO el páter familias por tener la triple calidad
de ser hombre libre, ciudadano y sui iuris; es decir, que la plenitud de la capacidad
jurídica requiere tres condiciones: libertad, ciudadanía y no sometimiento a una
autoridad familiar.
Al sujeto de derecho se lo designa en la terminología de nuestra materia con la
palabra “persona”, que los romanos habrían derivado de personae, voz latina con que
se denominaba a las máscaras que los actores usaban en el teatro romano, no solo
para ampliar la voz, sino también para mostrar una actitud trágica o jocosa, según el
papel que les tocara representar en escena.
Los romanos no llegaron a construir una teoría general sobre la persona, tampoco
encontramos en las fuentes una definición.
El nacimiento marca el comienzo de la existencia de la persona física. La legislación
romana exigía en lo relativo al nacimiento la concurrencia de ciertos requisitos.
Primeramente, que el ser estuviera efectivamente separado del claustro materno, es
decir, cortado el cordón umbilical que lo unía al vientre de la madre, porque al decir
las fuentes, “el parto antes que se dé a luz, es parte de la mujer o de sus entrañas”.
Se requería igualmente que el nacimiento se hubiera producido con vida.
La persona física, el hombre, se extingue con la muerte, que lo mismo que el
nacimiento son hechos que deben ser probados por quienes invocan algún interés.

2.- Capacidad jurídica y capacidad de obrar :


Tomando como punto de partida que el sujeto de derecho es el ente con capacidad
jurídica, esto es, con aptitud legal o jurídica para ser titular de derecho y obligaciones,
y que tal capacidad la tenía el hombre libre, ciudadano y jefe de familia.
La titularidad de los estatus civitatis, libertatis y familiae otorgaba al hombre plena
capacidad jurídica (caput).
Esta capacidad también llamada de derecho, que daba al sujeto la suficiente aptitud
para gozar de los derechos, debía completarse con otra que le permitiera ejercer por
sí mismo los derechos. Esta es la llamada capacidad de obrar, o de hecho, o facultad
de obrar como la dominaba Savigny.
Presupone la capacidad jurídica porque solo puede ejercer derechos la persona que
es titular de ellos. La capacidad de obrar es dinámica, atañe al ejercicio de los
derechos; la capacidad de derecho es estática, esta insta en el hombre por su sola
calidad de tal y se presenta en Roma cuando goza de libertad, de ciudadanía y
familia.

3.- Los sui iuris y los alieni iuris:


Eran sui iuris el sujeto autónomo respecto de cualquier potestad familiar, el ciudadano
que no tuviese ascendientes legítimos masculinos vivos o que hubiera sido liberado
de la potestad paterna mediante un acto jurídico llamado emancipación (emancipatio).
El hombre sui iuris era denominado paterfamilias, independientemente de que tuviera
o no hijos, o que fuera o no mayor de edad.
Esta situación solo se daba al varón no sometido a potestad familiar (manus o
potestas).
La persona sometida al poder familiar, cualquiera que fuera su edad o su sexo, era
aliene iuris comprendiéndose entre ellas al filius familiae, descendiente legitimo o
ilegitimo de un paterfamilia viviente; a la mujer sujeta a la manus de su propio marido
o la del pater bajo cuya potestad este se encontrara, y la persona in causa mancipi,
que era el hombre libre dado en noxa por los delitos que hubiera cometido o en
garantía de las obligaciones del paterfamilias de quien dependía.

4.- Los esclavos:


Las fuentes definen la esclavitud diciendo que es una “institución del derecho de
gentes por la que alguien es sometido, contra naturaleza, al dominio de otro”.
Causa de esclavitud era el nacimiento, pues el hijo de mujer esclava nacía esclavo en
virtud del principio de que los hijos habidos fuera de matrimonio legítimo – impedido a
los esclavos- seguían la condición de la madre en el momento del parto.
No obstante, en el derecho clásico, para favorecer la libertad, se llegó a admitir que el
hijo de mujer esclava nacía libre si la madre había gozado de libertad en algún
momento de la gestación, es decir, desde la concepción al alumbramiento.
La principal causa de esclavitud consagrada por el ius Gentium fue la cautividad en
guerra, que hacia esclavos a los prisioneros, es decir, los captivi.

5.- Capitis deminutio.


Una particular institución jurídica creada por el derecho romano fue la capitis
deminutio. Implicaba un cambio en los estados de libertad, de ciudadanía o de familia
que integraban la plena capacidad jurídica o personalidad del sujeto en Roma.
Esa Capitis Deminutio se dividía en tres clases:
- Capitis deminutio maxima.- se perdía la libertad y era reducido a la condición
de esclavo
- Capitis deminutio media, se perdía la condición de ciudadano, pero
conservaba la libertd.
- Capiti deminutio mínima .- cuando se producía el cambio en el estado de
familia
a).- Capitis Deminutio máxima: Es cuando una persona cae en la esclavitud. Es la
más grave, porque con la pérdida de la libertad se extingue en realidad la capacidad
jurídica y con ella todos los derechos, no solo públicos, sino también privados, es
decir, es la muerte del “sujeto” para
La máxima capitis deminutio ocurría cuando el ciudadano libre era reducido a la
condición de esclavo por águilas de las causas previstas por el derecho de gentes o
por el derecho civil.
Importaba la extinción de la personalidad civil, porque el esclavo no era para el
derecho romano persona, sino cosa. el derecho, denominado por algunas
legislaciones “muerte civil”.
b).- Capitis Deminutio Media: Es aquella que tiene lugar cuando una persona pierde
la ciudadanía; ello ocurre en casos poco frecuentes, es decir, cuando un ciudadano
deja de ser tal y sigue siendo libre, o cuando abandona la ciudad para radicarse en
una colonia.
La capitis deminutio medía tenía lugar cuando el sujeto perdía, la condición de
ciudadano romano, aunque conservaba el estado de libertad, Se extinguía la
ciudadanía por ciertas condenas, como la interdicción del agua y del fuego, la
deportación, el destierro y también cuando el ciudadano, voluntariamente abandonaba
ciudadanía de origen para adoptar la de un extranjero
c).- Capitis Deminutio Mínima: Es la alteración del status familiar; en este caso,
tanto puede tratarse de una disminución como de un aumento de la capacidad, o ni lo
uno ni lo otro.
La capitis deminutio minima en todos los casos en que la persona, sin perder el
status civitatis cambiaba de familia (mutataio familiari ) , como ocurría con la
adopción, la adrogación , la legitimación y la emancipación:

6.- Extinción de la esclavitud:


- Manumisión: la condición servil podía extinguirse por un acto voluntario
Desde el punto de vista jurídico, la manumisión fue el acto solemne en que el amo
renunciaba al derecho de acción, señorío y propiedad, para traspasarlo a favor del
esclavo. Proviene del latín manus (mano) y mittere (enviar lejos) que significa "alejar
de las manos del amo" o, bien, "soltar de las manos".
La manumisión de esclavos, en la antigua Roma, es el nombre que recibía el proceso
de liberar a un esclavo, tras lo cual se convertía en un liberto.
La manumisión fue una práctica común en Roma y sus dominios a lo largo de su
historia. Un esclavo, por afecto, favores prestados, méritos, cualidades personales,
buena voluntad del propietario, podía convertirse en liberto e incluso ser aceptado e
incorporado a la alta sociedad romana, como es caso de algunos libertos imperiales,
que por el sistema de promoción social, así como por su excepcional riqueza o
experiencia, alcanzaron la cima de la escala social llegando a desempeñar cargos
políticos gracias al apoyo de la aristocracia romana. Pero lo más habitual era que se
les siguiera viendo como siervos, no permitiéndoles olvidar su pasado, y la mayor
parte de los libertos simplemente subieron un peldaño en la estratificación social
romana, pasando a formar parte de la plebe y con ello la necesidad de ganarse la vida
con su trabajo, por lo que muchos de ellos siguieron trabajando para sus anteriores
propietarios, ahora patrono.
- Los libertos:
En la Antigua Roma, se llamaba liberto (libertus) al esclavo liberado que se
encontraba ligado a su antiguo amo, al que llamaba patrón (patronus), por un respeto
casi filial. Alcanzaban la libertad por medio de la manumisión, esto es, la
emancipación legal. A pesar de ser considerados inferiores a los ciudadanos nacidos
libres, llegaron a tener una gran importancia en la sociedad romana.
Por lo tanto, si el patrono era ciudadano romano, el liberto se convertía
automáticamente en ciudadano romano; sin embargo, si el patrono pertenecía a una
comunidad peregrina o con derecho latino, el liberto formaba parte de la misma
comunidad cívica que su antiguo amo (Giardina 1991, 208).
La manumisión de esclavos, en la antigua Roma, es el nombre que recibía el proceso
de liberar a un esclavo, tras lo cual se convertía en un liberto.
La manumisión fue una práctica común en Roma y sus dominios a lo largo de su
historia. Un esclavo, por afecto, favores prestados, méritos, cualidades personales,
buena voluntad del propietario, podía convertirse en liberto e incluso ser aceptado e
incorporado a la alta sociedad romana, como es caso de algunos libertos imperiales,
que por el sistema de promoción social, así como por su excepcional riqueza o
experiencia, alcanzaron la cima de la escala social llegando a desempeñar cargos
políticos gracias al apoyo de la aristocracia romana. Pero lo más habitual era que se
les siguiera viendo como siervos, no permitiéndoles olvidar su pasado, y la mayor
parte de los libertos simplemente subieron un peldaño en la estratificación social
romana, pasando a formar parte de la plebe y con ello la necesidad de ganarse la vida
con su trabajo, por lo que muchos de ellos siguieron trabajando para sus anteriores
propietarios, ahora patrono

7.- La Esclavitud, sus Causas:


Las fuentes definen la esclavitud diciendo que es una «institución del derecho de
gentes por la que alguien es sometido, contra naturaleza, al dominio de otro”
Vemos, pues, que contra los dictados del derecho natural, para el que los hombres
nacen libres e iguales, el derecho de gentes reguló la institución de la esclavitud que
fue siempre admitida en el mundo romano y considerada plenamente legítima según
su derecho positivo.
La Causa de la esclavitud era el nacimiento pues el hijo de mujer esclava nacía
esclavo en virtud del principio de que los hijos habidos fuera de matrimonio legítimo -
impedido a los esclavos- seguían la condición de la madre en el momento del parto.
No obstante, en el derecho clásico, para favorecer la libertad, se llegó admitir que el
hijo de mujer esclava nacía libre si la madre había gozado de libertad en algún
momento de la gestación, es decir, desde la concepción al alumbramiento.
La principal causa de esclavitud consagrada por el ius gentium fue la cautividad de
guerra, que hacía esclavos a los prisioneros, es decir, los captivi.
Entre los que caían en esclavitud iure civile se contaban los condenados a penas
capitales, a trabajos forzados en las minas o a luchar como gladiadores, los hombres
libres que se hicieran vender como esclavos para dividir el precio con el fingido
vendedor, después de recuperar su libertad inalienable; las mujeres que tuvieren
relaciones concubinarias con esclavos y no atendieran la intimación que por tres
veces les hiciera el dueño de éstos para que cesara la irregular situación, y los
libertos ingratos, esto es, los esclavos manumitidos que no observaran las
obligaciones de respeto y reverencia que tenían para el antiguo amo o patrono.

8.- El PECULIO
El concepto de peculio refiere a la cantidad de bienes o dinero propio de una persona.
El término nace del Derecho y de cómo funcionaba la sociedad romana; de allí que,
se entienda también como el uso comercial que le permite el dueño de una hacienda
a su hijo o siervo.
Dentro del Derecho romano encontramos cuatro categorías de peculio:
- Profecticio: se define por la cantidad de bienes que el Pater familias traspasa al hijo
para que lo administre. Presenta dos características de retorno; el primero, a través
de la revocabilidad (como dice la palabra cancela la transacción). Y la segunda por
indisponibilidad mortis causa; la cual alude no a la herencia sino al regreso por causa
de muerte del filius familia.
- Adventicio: se le conoce como el conjunto de bienes que se hereda de la madre,
abuela o cónyuge. Recibe el nombre de Bona materna.
- Castrense: alude al patrimonio que agrupa un hijo de una familia durante el ejercicio
de la profesión militar.
- Guasi castrense: son los bienes que adquiere un siervo durante el ejercicio de su
cargo en la iglesia o corte imperial.
También existía el peculio del esclavo, para mitigar esta última incapacidad el amo
solía entregar al esclavo un peculio, esto es, una masa de bienes para que los
administrara y obtuviera los beneficios que de ellos derivasen: jurídicamente el
dominus era siempre propietario del peculio y podía revocar en cualquier momento su
concesión (adeinplió pécillii).

9.- El Colonato: los colonos eran arrendatarios de tierra en situación de


dependencia, que se hallaban adscriptos a la gleba y debían pagar un canon por el
fundo que ocupaban y que no podían abandonar bajo pena de esclavitud.
Situación jurídica de los ciudadanos, las diversas clases de latinos y peregrinos:
En Roma se era ciudadano por nacimiento, por liberación de la esclavitud o por
concesión de la autoridad.
Como clase opuesta a los ciudadanos, se encontraban los peregrinos, que eran
aquellos hombres libres pertenecientes a otras ciudades que vivían en el gran mundo
romano y que se diferenciaban de los bárbaros porque estos eran extranjeros
súbditos de 5 pueblos enemigos de Roma.
Dentro de los peregrinos se distinguían los llamados peregrini alicuius civitatis, que
eran los que pertenecían a una ciudad unida a Roma por tratados de alianza y
amistad, de los peregrini dediticii, que eran los miembros de pueblos que habían
resistido a la dominación romana y que luego se habían rendido incondicionalmente.
(deditio).
Los peregrinos no contaban en Roma con el amparo del ius civile, rigiéndose sus
relaciones por el derecho de gentes y para juzgar los casos de controversias jurídicas
con los ciudadanos romanos se creó, la pretura peregrina.
Situación especial tenían los dediticios, a los que no se les reconocía ningún derecho
propio, por entenderse que no pertenecían a ninguna civitas.
Una situación intermedia entre los ciudadanos y los peregrinos nos ocupaban los
latinos, que se distinguieron en tres clases: los latini veteres o prisci, que eran los
antiguos habitantes del Lacio y de las antiguas colonias confederadas con Roma; los
latini coloniarii, ciudadanos pertenecientes a colonias a las que las Roma concedió la
latinidad a mediados de la República y los latini iuniani, que, como vimos, eran los
manumitidos no solemnemente y que de acuerdo con la lex Iunia Norbana, adquirían
la libertad pero no la ciudadanía romana.

10.- Personas jurídicas:


Son los entes susceptibles de adquirir derechos y contraer obligaciones que no son
personas físicas o de existencia visible y a los que los comentaristas han llamado
personas jurídicas, ficticias o morales. Existían dos clases de personas juridicas: Las
Universitas persoarum y la Universitas rerum
- Universitas personarum:
Dentro de esta tipo de personas jurídicas encontramos el estado o populus romanos,
que era un ente colectivo que actuaba en el ámbito del derecho privado con
capacidad de ser titular de derechos y obligaciones.
Tenían patrimonio propio y sobre el repercutían básicamente los actos jurídicos,
ejercía el derecho de patronato respecto sobre sus libertos y era capaz de adquirir por
testamentos y legados. Sobre su base se configuraron otras comunidades de derecho
público y entraban dentro del concepto de universitas personarum como los municipia
y las coloniae.
- Universitas rerum:
Las típicas personas jurídicas de esta categoría fueron las fundaciones, su capacidad
jurídica se abrió paso con el derecho justinianeo, en el que se llegó a establecer que
los patrimonios fundacionales tenían aptitud legal para recibir por testamentos, cobrar
créditos, entablar acciones judiciales, realizar permutas, celebrar locaciones
enfitéuticas, etc. Dentro de este grupo también estaban el “fiscus” y “herditas iacens”

11.- MODIFICACION Y PERDIDA DE LA CAPACIDAD JURIDICA


Diversas circunstancias civiles, naturales y sociales, provocaban modificaciones en la
capacidad jurídica de la persona, así como:
- la degradación del honor civil.
- la religión.
- la condición social
- la profesión
- el domicilio.
Otras repercutían sobre la capacidad de obra para eliminarla o restringirla, como: la
edad, el sexo las enfermedades.
a) El Honor Civil.- “Infamia”
Si en principio todo lo que atañe a la honorabilidad de una persona es materia ajena
al derecho, en Roma el honor del ciudadano. (existimatio) debía mantenerse sin
mácula para que éste fuera apto para el goce de sus derechos, tanto en el orden
público como en el privado. La existimatio, era el “estado de dignidad ilesa
comprobado por las leyes y costumbres que en virtud de un delito se menoscaba o
se pierde”, podía desaparecer (existimado consiumituir) por la pérdida de la libertad o
de la ciudadanía o podía disminuir (cxistimatio minuitur) por causas diversas,
principalmente por la infamia o ignominia.
El derecho romano organizó la infamia como una institución regular que implicaba una
disminución de la capacidad jurídica, en cuanto impedía al ciudadano tachado de
infame comparecer en juicio, salvo por sí o por parientes muy próximos; ejercer la
abogacía, por tratarse de un oficio público e intentar acciones populares, esto es, las
abiertas al ejercicio de cualquier particular.
Fueron causas de infamia las condenas por delitos públicos, y desde la época
imperial, por delitos privados, como la Rapiña, el hurto, las injurias; el ejercicio de
profesiones u oficios inmorales o deshonestos, como actor, usurero, dueño de casa
de prostitución, Eran también infames las mujeres viudas, casadas antes del año de
luto, los bígamos, los declarados en quiebra, los perjuros, los soldados expulsados del
ejército, etcétera.
Cuando la infamia provenía de un hecho inmoral a del ejercicio de una actividad
vergonzosa, los comentaristas hablaban de infamia-inmediata,; en; tanto que
calificaban de infamia mediata a la que provenía de condenación criminal.-
Otra causa de degradación del honor civil era la llamada turpitudo o infamiafacti. En
ella incurrían las personas que por su vida deshonesta o por su vil profesión (vitae
torpitudo) veían disminuido su honor civil y se hacían indignas de la estimación de
sus conciudadanos.
b) Religión:
Las diferencias de derechos en las personas, según la religión que profesaban, se
hicieron notorias con el advenimiento del cristianismo como culto oficial del imperio,
en época de Constantino.
A partir de entonces se distinguieron en la aplicación del derecho privado los
cristianos (fieles) de los herejes, apóstatas, judíos y maniqueos, privados del derecho
de ser testigos, de suceder por causa de muerte y en algunos casos de adquirir por
cualquier título. Los judíos no podían ejercer cargo público, contraer matrimonio con
cristianos, ni poseer esclavos de esta religión.
c) Condición social:
Causa de modificación de la capacidad jurídica fue por mucho tiempo la distinta
condición social. Hemos visto así el trato diferencial que existió para patricios y
plebeyos.
Terminado el enfrentamiento de los dos órdenes a mediados de la República con el
logro de la igualdad jurídica, desaparece en Roma la odiosa diferenciación de clases y
su incidencia en cuanto al goce de los derechos públicos y privados.
d) Profesión: También influía en la capacidad de las personas la profesión. Unas
merecían ciertos privilegios, como las profesiones liberales: Otras, por el contrario ,
traían la tacha de infamia con la consiguiente disminución de los derechos.
Se daba el caso, como vimos, de magistrados provinciales; como los gobernadores,’
que mientras ejercían su Jurisdicción no podían adquirir, inmuebles, prestar, a
interés, manumitir esclavos, ni casarse con mujer del lugar. Entre las profesiones a las
que el derecho privado otorgaba mayores privilegios estaba la de los militares, que
tuvieron trato preferencial, especialmente en materia testamentaria.
e) Domicilio: El lugar en que una persona había establecido su residencia fija o
domicilio podía ser voluntario si lo elegía libremente el sujeto, y necesario cuando era
impuesto por la ley.
Tenían domicilio necesario los desterrados en el lugar de su destierro, las mujeres
casadas en el domicilio de sus maridos, los libertos y sus hijos en el de sus patronos.
La ley establecía además que los impuestos debían pagarse en el domicilio municipal
y que las acciones debían entablarse ante el juez del domicilio del demandado.
f) Edad: En las personas la edad es una causa que atañe a su capacidad de obrar.
Por razón de la edad la distinción fundamental se establece entre púberes e
impúberes.
La pubertad, época de la vida en que comienza a manifestarse la aptitud física para
procrear, se fijó en doce años para la mujer y en catorce para el hombre, habiéndose
así el derecho romano apartado de la idea sabiniana, que consideraba necesario un
reconocimiento físico (inspectio corporis) para determinarla.
Antes de alcanzar la pubertad, como lo señalamos, la persona era incapaz de obrar y
por ello la legislación romana sometió al impúber Sui inris a tutela, esto es, a una
representación legal, para que el representante o tutor actuara por el incapaz o pupilo.
En la época postclásica la infancia se extiende hasta los siete años; Dada su falta de
discernimiento, el derecho romano declaró al infante incapaz absoluto de obrar. Los
infamia maiores desde la edad de siete años hasta la pubertad, eran incapaces de
obrar, pero con incapacidad relativa. Podían, por tanto, realizar negocios
patrimoniales con el consentimiento (autoritas) del tutor y hasta sin el cuándo fueran
ventajosos para el incapaz.
g) Sexo:
El sexo era otra causa modificatoria de la capacidad de obrar. La mujer en los pueblos
indogermánicos siempre estuvo colocada en situación inferior al hombre.
En Roma estaba excluida dél ejercicio dé las funciones públicas y por la naturaleza
patriarcal de la familia se hallaba privada de todo poder familiar.
La mujer, cuando era sui iuris, esto es, cuando no se hallaba bajo el poder paterno
(patria potestas) ni marital (manus), cualquiera que fuera su edad, fuese o no púber,
estaba sometida a la tutela perpetua del sexo (tutela mulierum).
Era incapaz de obrar con incapacidad relativa; le estaba permitido realizar todos
aquellos actos que pudieran producirle beneficio patrimonial; para lo demás era
necesaria la autorización del tutor auctoritas tutoris.
h) Enfermedades corporales y mentales:
Tenían también influencia en el derecho de las personas las enfermedades
corporales y las alteraciones mentales. Varias restricciones o exenciones especiales
se referían a los ciegos, los sordos o los mudos.
Los primeros no podían testar válidamente, si no observaban formas especiales y los
segundos estaban incapacitados para realizar todos aquéllos actos cuyos requisitos
formales no pudieran ser satisfechos en razón del vició corporal. Los eunucos estaban
impedidos para contraer matrimonio y, desde Justiniano, para adoptar.
En cuanto a los enfermos mentales, los locos (furiosi) y los imbéciles (dementes,
mentecapti) tenían una incapacidad absoluta de hecho por carecer de discernimiento,
como los infantes. Sus personas y especialmente sus bienes estaban sometidos a un
curador sin embargo el derecho romano les reconoció capacidad en los intervalos
lúcidos (lucida inieryulla).

FIN

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