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Son agnados, según Gayo, los parientes por línea masculina, esto es, los
parientes por parte del padre.
a) La mujer que al casarse con el pater o con alguno de los varones sometidos a
su potestad, cumpliese el acto solemne de la conventio in manum.
b) Los hijos legítimos de ambos sexos y los descendientes legítimos de sus hijos y
nietos varones.
Desde este punto de vista, pater no significa padre en sentido biológico, sino más
bien "jefe"; y la procreación no es el vínculo exclusivo ni único que une a las
personas que pertenecen a una misma familia, sino más bien la sujeción a un jefe
común, el paterfamilias.
Frente a la agnación que, como hemos visto, era un vínculo familiar puramente
jurídico e inherente a la estructura patriarcal de la familia romana fuertemente
jerarquizada (podríamos hablar de parentesco civil), la cognación (cognatio, del
verbo gigno = engendrar) es el vínculo o parentesco de sangre que existe entre
personas que, o bien descienden la una de la otra, o bien tienen un tronco común.
De ahí que podamos hablar de dos grupos de parientes: parientes en línea recta
(directa línea) y parientes en línea colateral (transversa línea). Los primeros son
aquéllos que han nacido unos de otros, y pueden contemplarse tanto en sentido
ascendente (padres, abuelos, bisabuelos, etc.), como en sentido descendente
(hijos, nietos, biznietos, etc.). Los parientes en línea colateral son aquéllos que, sin
descender directamente unos de otros, tienen no obstante un ascendiente o tronco
común (hermanos, tíos, sobrinos, primos, etc.)
+ Grados de parentesco
Para establecer el grado de parentesco en la línea colateral, habrá que subir hasta
el tronco común y luego descender hasta el pariente del cual queremos determinar
el grado. Por ejemplo, si deseamos conocer el grado de parentesco que existe
entre dos hermanos, es preciso primero subir desde uno de ellos hasta el padre
(un grado) y luego bajar desde el padre hasta el otro hermano (dos grados),
resultando que los hermanos son entre sí parientes en segundo grado, que en la
línea colateral es el más próximo. Si se tratase de dos primos, A y B, hijos de dos
hermanos, C y D, hijos a su vez de X, habría que subir desde uno de ellos (A) al
ascendiente común, o sea el abuelo (X), contabilizándose dos grados, resultando
que A y B son entre sí parientes en cuarto grado. Tío y sobrino serían parientes en
tercer grado, pues desde el tío al ascendiente común (padre) hay sólo un grado, y
desde éste al sobrino hay dos. Y así sucesivamente. En nuestro Derecho la
cognación es la base de la sucesión intestada y de la tutela legítima.
- Afinidad
Afines son, según Modestino los cognados del marido y de la mujer (adfines sunt
viri et uxoris cognati), de donde podemos definir la afinidad (adfinitas) como el
vínculo que une a un cónyuge con los parientes consanguíneos del otro. Existe
afinidad, por ejemplo, entre uno de los cónyuges y los descendientes o
ascendientes del otro, o bien entre uno de los cónyuges y los parientes colaterales
del otro.
Los hijos procreados en justas nupcias (hijos legítimos) entraban a formar parte de
la familia por causas naturales, y quedaban sometidos a la autoridad
del paterfamilias. La maternidad se demuestra obviamente por el hecho del parto
(mater semper certa est, dice Paulo en D. 2, 4, 5). En cuanto a la paternidad,
según Ulpiano se presumen procreados por el marido los hijos nacidos después
de los 182 días siguientes a la celebración del matrimonio y antes de los diez
meses a partir de la disolución del mismo (300 días). Desde luego, la presunción
es iuris tantum, esto es, admite prueba en contrario. Tal presunción de paternidad
e idénticos plazos son contemplados en los artículos 116 y 117 de nuestro Código
civil.
Los hijos habidos fuera del matrimonio, adquieren el título y condición de legítimos
mediante la legitimación, acto que reviste diversas formas, entre las cuales, la más
frecuente tiene lugar cuando el que tiene hijos de una unión ilegítima, contrae
posteriormente matrimonio legítimo (subsequens matrimonium). Nuestro Código
civil regula también la legitimación por subsiguiente matrimonio (artículos 119,
121, 125).
Era un acto con graves consecuencias que sólo podía tener lugar previa
información del Colegio de los pontífices sobre la oportunidad de la arrogación. Si
la opinión era favorable se sometía al voto del pueblo reunido en los comicios, que
en última instancia era quien aprobaba la adrogatio. Tales formalidades entraron
en desuso hacia el final del siglo III d.C. y fueron reemplazadas por la decisión del
emperador que prestaba su autoridad (adrogatio per rescriptum principis).
En época justinianea nuevos criterios inspiraron la adopción, según los cuales esta
tiende a constituir una relación análoga a aquélla que deriva de la procreación, y
en consecuencia Justiniano dispuso que el adoptante haya de tener al menos 18
años más que el adoptado. Que tales criterios son los mismos que informan
nuestro Derecho, lo demuestra el hecho que nuestro Código civil exige que el
adoptante tenga al menos 25 años, y en todo caso, catorce años más que el
adoptado (art. 175,1).
- Conventio in manum
- La emancipación