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SEÑORES CONSEJEROS DEL PLENO DEL CONSEJO DE LA

MAGISTRATURA:
POR VIOLACION DE GARANTÍAS CONSTITUCIONALES Y
CONVENCIONALES, PLANTEA RECURSO REVOCATORIO
CONTRA SU CONVOCATORIA PUBLICA NACIONAL No.
039/2020 Y LISTA Y/O ANEXO DE 8 DE ENERO DE 2021.-
Otrosíes.-
ROSA BARRIGA VALLEJOS, vecina de Santa Cruz, abogada,
JUEZ AGROAMBIENTAL DE LA CAPITAL II – AHORA
JUEZ AGROAMBIENTAL SANTA CRUZ- DEL DISTRITO
JUDICIAL DE SANTA CRUZ legalmente designada desde el año
2013 según el parágrafo II del art. 6 la Ley No. 212, con CI No.
1116344- Ch, vecina de Santa Cruz, mayor de edad y hábil por ley;
ante sus autoridades, con respeto, digo:
1. HECHOS Y BREVES ANTECEDENTES: ACTO
ADMINISTRATIVO IMPUGNABLE
Ejerciendo mis funciones jurisdiccionales a cargo del Juzgado
AGROAMBIENTAL DE LA CAPITAL II -AHORA JUEZ
AGROAMBIENTAL SANTA CRUZ- DEL DISTRITO
JUDICIAL DE SANTA CRUZ me enteré que emitieron la
CONVOCATORIA PÚBLICA NACIONAL Nº 39/2020 (CARGOS
DE CARRERA) de 20 de diciembre de 2020, por la que convocan a
JUEZ O JUEZA DE JUZGADOS AGROAMBIENTALES,
remitiendo mayores elementos a su sitio web oficial. De su revisión,
advierto de su lista respectiva que fue publicada hoy 8 de enero de
2021 mi juzgado ha sido convocado, señalando en calidad de
observación: “Convocado por transitoriedad” (41). Aclaro sin
embargo, que si bien la convocatoria salió en aquella fecha, recién las
listas de los juzgados convocados salieron hoy viernes 8 de enero de
2021.
Lo así resuelto constituye un acto administrativo según el art. 27 de la
LPA y la amplísima línea jurisprudencial vinculante según la orden del
art. 203 de la CPE integrada entre muchísimas otras por las SS Nos.
107/2003 hasta por ejemplo la SCP No. 117/2012 S2 de 11 de
noviembre o la última disponible de esa línea SCP No. 060/2019 S2 de
3 de abril, que sobre el tema concreto, obligan y razonan:

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“Según el tratadista argentino Agustín Gordillo, acto
administrativo es, toda declaración unilateral de voluntad
realizada en el ejercicio de la función administrativa que
produce efectos jurídicos individuales. Para Antoño Abruna,
constituye una declaración que proviene de una administración
pública, produce efectos jurídicos y se dicta en ejercicio de una
potestad administrativa. En coherencia con la doctrina, el art.
27 de la LPA, señala que: “Se considera acto administrativo,
toda declaración, disposición o decisión de la Administración
Pública, de alcance general o particular, emitida en ejercicio de
la potestad administrativa, normada o discrecional, cumpliendo
con los requisitos y formalidades establecidos en la presente
Ley, que produce efectos jurídicos sobre el administrado. Es
obligatorio, exigible, ejecutable y se presume legítimo”. La
jurisprudencia constitucional por su parte, entre otras, en la SC
0107/2003 de 10 de noviembre, señaló que: “Acto
administrativo es la decisión general o especial de una
autoridad administrativa, en ejercicio de sus propias funciones,
y que se refiere a derechos, deberes e intereses de las entidades
administrativas o de los particulares respecto de ellas. El
pronunciamiento declarativo de diverso contenido puede ser de
decisión, de conocimiento o de opinión. Los caracteres jurídicos
esenciales del acto administrativo son: 1) La estabilidad, en el
sentido de que forman parte del orden jurídico nacional y de las
instituciones administrativas; 2) La impugnabilidad, pues el
administrado puede reclamar y demandar se modifique o deje
sin efecto un acto que considera lesivo a sus derechos e
intereses; 3) La legitimidad, que es la presunción de validez del
acto administrativo mientras su posible nulidad no haya sido
declarada por autoridad competente; 4) La ejecutividad,
constituye una cualidad inseparable de los actos administrativos
y consiste en que deben ser ejecutados de inmediato; 5) La
ejecutoriedad, es la facultad que tiene la Administración de
ejecutar sus propios actos sin intervención del órgano judicial;
6) La ejecución, que es el acto material por el que la
Administración ejecuta sus propias decisiones. De otro lado, la
reforma o modificación de un acto administrativo consiste en la
eliminación o ampliación de una parte de su contenido, por
razones de legitimidad, de mérito, oportunidad o conveniencia,
es decir, cuando es parcialmente contrario a la ley, o inoportuno

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o inconveniente a los intereses generales de la sociedad”. En
resumen, el acto administrativo es una manifestación o
declaración de voluntad, emitida por una autoridad
administrativa en forma ejecutoria, es de naturaleza reglada o
discrecional y tiene la finalidad de producir un efecto de
derecho, ya sea crear, reconocer, modificar o extinguir una
situación jurídica subjetiva frente a los administrados. Goza de
obligatoriedad, exigibilidad, presunción de legitimidad y
ejecutabilidad; es impugnable en sede administrativa y sujeta a
control jurisdiccional posterior cuando se trata de actos
administrativos definitivos, lo que no implica que aquellos actos
administrativos no definitivos no puedan ser cuestionados; sin
embargo, en este último caso, se lo hará en ejercicio del derecho
de petición consagrado en el art. 24 de la CPE, y solamente de
manera preventiva.
Se tiene que lo por ustedes resuelto en esa su Convocatoria Pública y
anexo que la integra expresamente, no es un acto de mero trámite
puesto que como les ordena la SCP 060/2019 S2 de 3 de abril con base
al art. señala en su art. 57 de la LPA que: “No proceden los recursos
administrativos, contra los actos de carácter preparatorio o de mero
trámite, salvo que se tratare de actos que determinen la
imposibilidad de continuar el procedimiento o produzcan
indefensión”.
En autos, a partir de lo resuelto por su convocatoria y anexo, acaece
que se trata de un acto administrativo que al vulnerar mis derechos
fundamentales (trabajo, para empezar) determina en mi caso particular
la imposibilidad de continuar el procedimiento ya que de presentarme
estaría validando su arbitrariedad cometida e incluso, de no aquí
impugnar, me quedaría en indefensión.
Además, siguiendo la ratio decidendi de aquella SCP 060/2019 acaece
también que en el caso concreto se trata de una: “…decisión general o
especial de una autoridad administrativa, en ejercicio de sus propias
funciones, y que se refiere a derechos, deberes e intereses de las
entidades administrativas o de los particulares respecto de ellas. El
pronunciamiento declarativo de diverso contenido puede ser de
decisión, de conocimiento o de opinión”; en autos, lo por ustedes
decidido afecta mi derecho constitucional y convencional al trabajo
previsto por el art. 46 y sgtes., de la CPE y arts. 1 al 7 del
PROTOCOLO ADICIONAL A LA CONVENCION AMERICANA

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SOBRE DERECHOS HUMANOS EN MATERIA DE DERECHOS
ECONOMICOS, SOCIALES Y CULTURALES "PROTOCOLO DE
SAN SALVADOR" (aplicable en la vía del CONTROL DE
CONVENCIONALIDAD).
Por ello, con base al art. 180. II de la CPE en relación con el art. 25 de
la CADH y el “Reglamento de Procedimiento Administrativo para la
Substanciación de los Recursos de Revocatoria y Jerárquico del
Órgano Judicial” (aprobado por Acuerdo No. 0121/2014 de Sala
Plena) en sus arts. 1; 2. 3; 3; 4.a) y d); 5; 6; 8; 9. II; 10 y 19, en lapso
hábil (debiendo considerarse que por los sucesos de conocimiento
público, el ingreso público al Consejo de la Magistratura permanece
cerrado siendo una circunstancia de fuerza mayor) y en su caso
ateniéndome al lapso adicional por la distancia (art. 9.III del
reglamento) puesto que mi sede de funciones está en Santa Cruz de la
Sierra, interpongo el presente RECURSO REVOCATORIO, según
la fundamentación que sigue:
2. FUNDAMENTACION LEGAL DEL RECURSO
REVOCATORIO
El art. 109.I de la Constitución Política del Estado, ordena que
TODOS los derechos reconocidos en la misma, son
DIRECTAMENTE APLICABLES y gozan de iguales garantías
para su protección, por lo que su art. 256 ordena también que los
instrumentos internacionales que declaren Derechos Humanos más
favorables que la propia CPE, serán interpretados y aplicados incluso
por encima de ella, formando además parte de nuestro bloque de
constitucionalidad boliviano.
Conforme a ello, la inclusión de mi cargo en la Convocatoria Pública
Nacional No. 39/2020 y su lista o anexo emergente de mi cargo,
cuando mi persona ha sido legalmente designada como Juez según el
art. 6 del párrafo II de la Ley No. 212 en relación con su art. 2.II que
dejaron resuelto que la transitoriedad acabó hace MAS DE NUEVE
AÑOS atrás, el 2 de enero de 2012 con la posesión de las nuevas
autoridades del Órgano Judicial por lo que con base a la garantía de
jerarquía constitucional de su art. 410, la única manera legal de
convocar a mi cargo fuera si estuviera acéfalo –que no lo está- y previa
realización de algún proceso previo (arts. 120.I y fundamentalmente
117.I de la CPE) que dé por realizada con validez de cosa juzgada

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algunas de las 9 causales de cesación legal de mi cargo, según el art.
23 de la Ley No. 025 del Órgano Judicial.
Es más, conforme se acredita por la documental adjunta demuestro que
mi nombramiento se produjo después del lapso legal de vencimiento
de aquella transitoriedad, el 13 de febrero de 2013 (ver mi título
respectivo) por lo que jamás podría aplicarse en mi perjuicio, una
norma que fijó el término de conclusión de la transitoriedad o cesación
de esa condición para ANTES de un año de mi legal designación.
En consecuencia, pretender mediante su Convocatoria confutada
considerar mi juzgado como si estuviera acéfalo o estaría en vigencia
la transitoriedad vencida hace más de NUEVE años atrás e incluso
mucho antes de mi designación, vulnera:
2.1. MI GARANTÍA CONSTITUCIONAL Y CONVENCIONAL
AL DERECHO Y AL TRABAJO ESTABLE, EN
CONDICIONES EQUITATIVAS Y SATISFACTORIAS
PREVISTO POR EL ART. 46.2 DE LA CPE Y 6 Y 7 DEL
PROTOCOLO DE SAN SALVADOR (ratificado por Bolivia por
Ley Nº 3293 de 12 de diciembre de 2005)
En efecto, toda vez que por ese error que consigna su convocatoria y
lista anexa consignando al JUZGADO AGROAMBIENTAL DE
SANTA CRUZ. CAPITAL como si estuviera acéfalo sin que lo esté
como demuestro más allá de toda duda razonable por la documental
adjunta, acredito que ese error seguramente involuntario vulnera mi
derecho a gozar de una fuente laboral estable en condiciones
equitativas y satisfactorias, correspondiendo a sus autoridades
advertido de lo ocurrido, REVOCAR EN PARTE ESA
CONVOCATORIA Y LISTA, EXCLUYENDO DE LOS
JUZGADOS AGROAMBIENTALES CONVOCADOS AL QUE
ESTA A MI CARGO DE SANTA CRUZ CAPITAL, que no está
acéfalo, menos cesé en mis funciones por las causales legales
prefijadas y el lapso de transitoriedad cesó incluso antes de mi legal
designación.
Cabe precisar a mayor abundamiento que Ley No. 898 de 26 de enero
de 2017, denominada LEY DE LA COMISION DE
SEGUIMIENTO DE LAS CONCLUSIONES DE LA CUMBRE
DE JUSTICIA, sancionada en cumplimiento de ese evento realizado
en 2016, la Asamblea Legislativa Plurinacional emitió esa norma
creando taxativamente una Comisión de Seguimiento de las

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conclusiones de la Cumbre de Justicia, cuyo artículo 3.I.1.b
(funciones) le asigna la función específica de:
“Elaborar y proponer el reglamento de evaluación de
autoridades judiciales y fiscales en ejercicio de funciones y el
reglamento de la carrera judicial y fiscal, en el plazo de noventa
(90) días de constituida la Comisión; para su aprobación por las
instancias competentes”
Incluso su punto 2, le asigna funciones a esa recién creada Comisión
de Seguimiento, para: “Coordinar, hacer seguimiento y fiscalizar las
etapas del proceso de evaluación de las autoridades judiciales y
fiscales”.
Al presente, como jueza titular del Juzgado Agroambiental de Santa
Cruz, Capital, jamás he sido evaluada y menos he sido juzgada y peor
sancionada sea disciplinaria o penalmente que pueda justificar según el
art. 23 de la Ley del Órgano Judicial No. 025 para que sea cesada de
mi cargo y por tanto mi juzgado quedar acéfalo, pues aún bajo la
categoría de transitoriedad o provisionalidad merezco ser objeto de un
Debido Proceso para cesar en mi cargo o el cumplimiento de la
condición de transitoriedad, lo que es imposible en mi caso, ya que ese
lapso se produjo ANTES de mi legal nombramiento.
Incluso en caso de duda -que no debiera surgir por ninguna parte-
tratándose de su Convocatoria- me atengo a la garantía constitucional
de la estabilidad laboral en condiciones equitativas y satisfactorias y a
la SCP No. 422/2016 S2 de 3 de mayo de 2016, que siguiendo la línea
sentada por la SCP 0177/2012 de 14 de mayo, resalta estas tres reglas
o criterios aplicables: “a) El in dubio pro operario que se explica en
el sentido de que cuando una norma se presta a más de una
interpretación, debe aplicarse la que resulte más favorable al
trabajador; b) La regla de la norma favorable, según la cual
aparecieran dos o más normas aplicables a la misma situación
jurídica, se aplicará la que resulte más favorable al trabajador; c) La
regla de la condición más beneficiosa según la cual, ninguna norma
debe aplicarse si esta tiende a desmejorar las condiciones en que se
encuentra el trabajador, pues la idea es de que en materia laboral
las nuevas normas o reformas deben tender a mejorar las
condiciones de trabajo y no a la inversa...”.

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Siempre en la vía del CONTROL DE CONVENCIONALIDAD, la
CORTE IDH resolvió (31 de agosto de 2017) de manera puntual sobre
la estabilidad laboral en relación con el despido, que:
“150. Cabe precisar que la estabilidad laboral no consiste en
una permanencia irrestricta en el puesto de trabajo, sino de
respetar este derecho, entre otras medidas, otorgando debidas
garantías de protección al trabajador a fin de que, en caso de
despido se realice éste bajo causas justificadas, lo cual implica
que el empleador acredite las razones suficientes para imponer
dicha sanción con las debidas garantías, y frente a ello el
trabajador pueda recurrir tal decisión ante las autoridades
internas, quienes verifiquen que las causales imputadas no sean
arbitrarias o contrarias a derecho” (Sentencia del caso
LAGOS DEL CAMPO Vs. Perú, del 31 de agosto de 2017,
párrafo 150).
En autos, en caso de incluírseme en la lista de cargos convocados
tratándose de juzgados acéfalos o transitorios cuando el mío no se
encuentra en tal situación ni cabe aplicarme transitoriedad o de hacerlo
no se produjo la condición respectiva por haber antes vencido, se está
afectando y vaciando de contenido mi derecho al trabajo en
condiciones equitativas y estables, puesto que jamás mi función
jurisdiccional ha cesado mediante las causales legales previstas por la
Ley No. 025.
2.2. VULNERA TAMBIÉN MÍ DERECHO AL DEBIDO
PROCESO EN SU FACETA SUBSTANTIVA (ART. 117 DE LA
CPE Y 8 DE LA CADH) QUE PROHÍBEN ACTOS
ARBITRARIOS DE PODER
Lo aquí confutado, además de vulnerar mis garantías previstas por los
arts. 46 y sgtes., de la CPE y los arts. 6 y 7 del Protocolo de San
Salvador vulnera también mi derecho al Debido Proceso en su faceta
substantiva, que está previsto por los arts. 117. I y 115.II
constitucionales: el estado garantiza el derecho al debido proceso, en
relación con los arts. 8.1 y 29 de la CADH.
El debido proceso en su faceta substantiva, constituye una garantía
constitucional, puesto que a partir de la progresividad, favorabilidad y
prevalencia del derecho substantivo sobre lo formal como principios
de interpretación de derechos como el debido proceso y el derecho al

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trabajo que rigen en nuestro derecho interno boliviano (según ordenan
las SSCCPP Nos. 1657/2014 de 29 de agosto o la 412/2015 S2 de 20
de abril y los arts. 13. I y 256 constitucionales), no sólo cabe atenerse
al debido proceso en su tradicional faceta procesal, sino también en su
cara substantiva. Así:
“En el marco de lo mencionado, el debido proceso inserto en el
bloque de constitucionalidad boliviano, tiene una naturaleza
jurídica progresiva, por cuanto, debe ser interpretado a la luz de
una pauta hermenéutica evolutiva, en mérito de la cual, su
contenido esencial no puede mantenerse estático en el tiempo
con un reconocimiento limitado únicamente a su faceta formal o
adjetiva, sino por el contrario, en armonía con los cánones del
Estado Constitucional de Derecho, el art. 115.2 de la CPE, en
una interpretación extensiva, debe comprender también al
debido proceso sustantivo” (SCCPP Nos. 683/2013 de 3 de
junio y otras como la 950/2013-L de 26 de agosto de 2013).
Para ello, en la SCP No. 683/2013, entre otras como la 950/2013-L de
26 de agosto de 2013, el Tribunal Constitucional boliviano ha resuelto
de manera vinculante y en calidad de ratio decidendi según el art. 203
de la CPE, que:
“A diferencia del derecho al debido proceso adjetivo, que
resguarda la observancia de los presupuestos y formas
procesales esenciales a los que debe regirse todo proceso
judicial, administrativo o corporativo, para lograr así un
proceso formalmente válido, el debido proceso en su dimensión
sustantiva , está vinculado con el principio de razonabilidad y
proporcionalidad de los actos de poder y en particular de las
sentencias judiciales, principios rectores que aseguran la
proscripción de decisiones arbitrarias contrarias al Estado
Constitucional de Derecho (…) De lo expuesto de lo
mencionado, debe colegirse que en su faceta sustantiva , el
debido proceso se configura como un estándar de justicia que en
resguardo del principio constitucional de prohibición de
ejercicio arbitrario de poder, en cuanto a las sentencias
judiciales, asegura la prevalencia del principio de razonabilidad
y por ende de los valores justicia e igualdad, para consolidar así
el vivir bien en el Estado Plurinacional de Bolivia, razón por la
cual, en teoría constitucional, se identifica al debido proceso

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sustantivo como “una regla del equilibrio conveniente o de
racionalidad de las relaciones sustanciales”.
Sobre la prohibición de ejercicio arbitrario del poder como
elemento integrante del debido proceso substantivo que
jurisprudencialmente, de manera vinculante y por tanto obligatoria,
está impuesto a este tipo de autoridades públicas según la SCP No.
683/2013 de 3 de junio y la 108/2014 de 10 de enero de 2014, se tiene
resuelto:
“En armonía con la argumentación desarrollada en el acápite
precedente, debe señalarse que en el Estado Plurinacional de
Bolivia rige una garantía sustantiva esencial: la prohibición de
ejercicio arbitrario de poder, cuya génesis se sustenta en los
postulados del Estado Constitucional de Derecho, en el cual, el
ejercicio del poder se encuentra condicionado al respeto del
bloque de constitucionalidad imperante. En efecto, la garantía
antes citada, a su vez, se configura como un principio esencial a
partir del cual, es exigible en el Estado Plurinacional de Bolivia
“la razonabilidad de toda decisión que emane del ejercicio del
poder”, aspecto que en strictu sensu y a la luz del vivir bien,
resguarda los valores de igualdad y justicia entre otros,
asegurándose de esta manera la vigencia de una real
democracia constitucional. De acuerdo a lo mencionado, el
canon antes referido, debe ser aplicable a decisiones
legislativas, administrativas o judiciales, por lo que la ley, el
acto administrativo y la sentencia, para ser válidos a la luz del
proceso de aplicación creadora del derecho, requieren en el
marco de los postulados del Estado Constitucional de Derecho,
la observancia de dos requisitos esenciales de validez
constitucional: i) El cumplimiento de presupuestos normativo-
formales; y, ii) El cumplimiento de presupuestos axiológico
jurídicos de justicia, aspecto íntimamente vinculado al
principio de razonabilidad y al principio de prohibición de
ejercicio arbitrario de poder. (…) De lo expuesto de lo
mencionado, debe colegirse que en su faceta sustantiva, el
debido proceso se configura como un estándar de justicia que
en resguardo del principio constitucional de prohibición de
ejercicio arbitrario de poder, en cuanto a las sentencias
judiciales, asegura la prevalencia del principio de
razonabilidad y por ende de los valores justicia e igualdad, para

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consolidar así el vivir bien en el Estado Plurinacional de
Bolivia, razón por la cual, en teoría constitucional, se identifica
al debido proceso sustantivo como “una regla del equilibrio
conveniente o de racionalidad de las relaciones sustanciales”.
2.3. LO CONFUTADO VIOLA TAMBIEN MIS DERECHOS
POLÍTICOS ESTABLECIDOS EN EL ART. 23.1.C) DE LA
CONVENCION AMERICANA DE DDHH
Siempre con la fuerza preferencial que le impone el art. 256 de la CPE,
la indebida inclusión en esa lista y convocatoria de mi cargo cuando el
juzgado no está acéfalo ni aplica transitoriedad alguna, además de
constituir un acto arbitrario y desproporcionado de poder, viola de
manera flagrante mi derecho político franqueado en mi favor por el art.
23.1.c) de la CADH que ha establecido, sin lugar a distinción o
discriminación, mi derecho a tener acceso, en condiciones generales
de igualdad, a las funciones públicas de su país.
Siempre invocando el CONTROL DE CONVENCIONALIDAD al
que están obligados aplicar por tratarse de un agente de un estado que
ha suscrito la CADH, me acojo a la jurisprudencia vinculante del
SIDH que en las sentencias de los casos TRIBUNAL
CONSTITUCIONAL Vs Perú de 24 de septiembre de 1999 y
CAMBA CAMPOS Vs ECUADOR Sentencia de 28 de agosto de
2013, entre muchas otras, como las sentencias de los casos
REVERON TRUJILLO y APITZ BARBERA Vs. VENEZUELA,
han dejado reiteradamente ya sentado que:
“199. Teniendo en cuenta los estándares señalados
anteriormente, la Corte considera que: i) el respeto de las
garantías judiciales implica respetar la independencia judicial;
ii) las dimensiones de la independencia judicial se traducen en
el derecho subjetivo del juez a que su separación del cargo
obedezca exclusivamente a las causales permitidas, ya sea por
medio de un proceso que cumpla con las garantías judiciales o
porque se ha cumplido el término o período de su mandato, y
iii) cuando se afecta en forma arbitraria la permanencia de los
jueces en su cargo, se vulnera el derecho a la independencia
judicial consagrado en el artículo 8.1 de la Convención
Americana, en conjunción con el derecho de acceso y
permanencia en condiciones generales de igualdad en un

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cargo público, establecido en el artículo 23.1.c de la
Convención Americana“ (Sentencia del caso CAMBA
CAMPOS Vs ECUADOR, de 28 de agosto de 2013, párrafo
1999).
A los mismos efectos, alego también la jurisprudencia vinculante de la
misma CIDH, que en la Sentencia del Caso REVERON TRUJILLO
Vs Venezuela de 30 de junio de 2009 (entre MUCHAS otras), señaló
de manera vinculante para los agentes del estado boliviano como
usted(es), que los jueces deben gozar de inamovilidad en sus cargos,
lo cual se traduce en un derecho a la permanencia de sus cargos y
en GARANTIAS REFORZADAS de estabilidad a fin de
garantizar la independencia necesaria del Poder Judicial y el
acceso a la justicia de los ciudadanos.
En similar sentido, la COMISION IDH, también de manera vinculante
para Bolivia, ha sostenido que:
- De acuerdo al derecho internacional aplicable en materia de
independencia judicial, en virtud del principio de inamovilidad sólo
resultaría aceptable la separación del cargo de jueces y juezas en
circunstancias que pueden agruparse en dos categorías: i) las
relacionadas con el cumplimiento efectivo de la garantía de
inamovilidad, por ejemplo, cuando se cumpla el plazo, condición de
nombramiento, o se llegue edad de jubilación forzosa; y ii) las
relacionadas con la idoneidad para el ejercicio del cargo, es decir a
través del control disciplinario; lo cual consta en sus decisiones u
observaciones finales del Caso 12.600 Quintana Coello y otros
(Magistrados de la Corte Suprema de Justicia) vs. Ecuador, 4 de
marzo de 2013 y en el Caso 12.600 Hugo Quintana Coello y Otros
respecto de Ecuador, 29 de enero de 2013.
Concluyendo: “Por tanto, dichas garantías “aplican con
independencia del nombre que se le otorgue a dicha separación en
la vía interna, sea cese, destitución o remoción”. CIDH. Caso
12.600 Hugo Quintana Coello y otros (Corte Suprema de Justicia)
respecto de Ecuador (Fondo), 2 de agosto de 2011, párr. 108.
Doctrina y jurisprudencia que al ser vinculante para el estado boliviano
y para sus agentes, como usted(es) que resolverán este recurso, debe
ser observada y cumplida, a fin de evitar generar responsabilidades
internacionales ANTE EL SISTEMA INTERAMERICANO DE

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DDHH y la repetición respectiva a sus perpetradores, según el art. 113
de la CPE.
2.4. SUS ACTOS CONFUTADOS VIOLAN TAMBIÉN MI
DERECHO FUNDAMENTAL AL TRABAJO
ESTABLECIDO EN INSTRUMENTOS
INTERNACIONALES, QUE FORMAN EL BLOQUE DE
CONSTITUCIONALIDAD BOLIVIANO
Conforme ya se ha dejado establecido, la uniforme línea
jurisprudencial vinculante tiene resuelto que los instrumentos y
convenios internacionales forman parte del bloque de
constitucionalidad boliviano, al margen que el art. 410.II de la misma
CPE señala que ese bloque, está integrado por “los tratados y
Convenios Internacionales en materia de DDHH…”.
Con tales bases, las resoluciones y actuaciones aquí confutadas,
conculcan también las siguientes de esa naturaleza:
- El art. 23.1 de la Declaración Universal de DDHH: “Toda
persona tiene derecho…a condiciones equitativas y
satisfactorias de trabajo”.
- El art. 14 de la Declaración Americana de Derechos del
Hombre: “Toda persona tiene derecho al trabajo en
condiciones dignas…”.
- El art. 7 del Pacto Internacional de derechos económicos,
sociales y culturales: “Los estados partes en el presente pacto
reconocen el derecho de toda persona al goce de condiciones
de trabajo equitativas y satisfactorias”.
- Finalmente, el art. 5e, i) del Convenio Internacional sobre la
eliminación de todas las formas de discriminación racial: Los
estados partes se comprometen a garantizar los siguientes
derechos: e) los derechos económicos, sociales y culturales, en
particular (…) i) El derecho…a condiciones equitativas y
satisfactorias de trabajo.
Las actuaciones aquí confutadas vulneran por tanto ese mi derecho al
trabajo en condiciones equitativas, satisfactorias y dignas, como lo
establecen las normas internacionales antes mencionadas, todas
ratificadas por el estado boliviano según la CPE e incluso, plenamente
vigentes según su Disposición Transitoria novena.

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2.5. FINALMENTE CONCULCAN LA GARANTÍA
CONSTITUCIONAL DE LA PROTECCIÓN Y
FAVORABILIDAD DEL ART. 48. II DE LA CPE
Finalmente, alego la vulneración de la garantía constitucional art. 48.II
de la CPE en sentido que esa norma obliga a que las normas laborales
se interpretarán bajo los principios de protección de los
trabajadores y de estabilidad laboral.
En autos, el error confutado genera precisamente lo contrario pues en
vez de dar lugar a mi fuente laboral estable en condiciones equitativas
y satisfactorias, quien(es) la elaboraron proceden en contrario en
flagrante violación de toda la normativa antes explicada incurriendo
además en las responsabilidades previstas por el art. 113 de la CPE, lo
que conllevaría también la vulneración de los principios de
interpretación o efectivización de derechos fundamentales como el
debido proceso substantivo y, el derecho a la fuente laboral estable, la
misma jurisprudencia obliga a lo siguiente:
El principio pro homine o pro persona, (…) obliga: “a los jueces,
tribunales y autoridades administrativas, (tiene) el deber de aplicar
aquella norma que sea más favorable para la protección del derecho
en cuestión -ya sea que esté contenida en la Norma Suprema o en
las normas del bloque de constitucionalidad- y de adoptar la
interpretación que sea más favorable y extensiva al derecho…”
(SSCCPP Nos. 1697/2013 de 10 de octubre y la No. 289/2015-S1 de 2
de marzo de 2015, entre muchas otras)
La doctrina enseña al respecto que este principio interpretativo obliga
a que se ha de preferir, privilegiar o favorecer la aplicación de aquella
norma que otorgue una MAYOR PROTECCION A LOS DERECHOS
DE LA PERSONA y RESTRINGA MENOS LOS DERECHOS
HUMANOS (en el caso, el derecho al trabajo y a empleo) y, tiene dos
manifestaciones o reglas principales: a) la preferencia de normas,
que obliga aplicar la norma más protectora de derechos y a su vez su
conservación; y b) la preferencia interpretativa que a su vez
distingue las siguientes dos manifestaciones b1) la interpretativa
extensiva y b2) la interpretativa restringida, que confluyen en que
siempre los derechos deben interpretarse de manera amplia, lo que
acarrea que sus restricciones, deban interpretarse de manera
restringida.

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Por su parte, el principio de progresividad de los derechos conlleva
la obligación de aplicar siempre la disposición más favorable a los
derechos de las personas, por lo que siempre debe aplicarse aquel
instrumento que en mejor forma garantice el derecho, no importando si
la mayor garantía se encuentra en la norma interna del Estado o en la
norma de derecho internacional de los derechos humanos incorporada
al derecho interno, la que lleva a una interpretación favor libertatis o
sea, a la interpretación que mejor favorezca y garantice los
derechos humanos. Este principio, además de estar previsto por el art.
13 de la CPE, lo está también en los arts. 26 y 29 de la CADH,
debiendo por tanto aplicarse con la preferencia que ordena el art. 256
de la misma CPE.
3. DEL CONTROL DE CONVENCIONALIDAD, AL QUE
EXPRESAMENTE SE INVOCA PARA RESOLUCION DEL
PRESENTE REVOCATORIO
A los efectos mencionados y alegados sobre todos los artículos y
jurisprudencia ya identificados y explicados de la CONVENCIÓN
AMERICANA SOBRE DERECHOS HUMANOS y también del
PROTOCOLO ADICIONAL A LA CONVENCIÓN
AMERICANA SOBRE DERECHOS HUMANOS EN MATERIA
DE DERECHOS ECONÓMICOS, SOCIALES Y CULTURALES
o PROTOCOLO DE SAN SALVADOR reitero respetuosamente a
las autoridades jurisdiccionales que les tocará resolver este recurso, mi
invocación de aplicar para esa resolución el CONTROL DE
CONVENCIONALIDAD al que están obligados conforme han
resuelto las sentencias de la Corte Interamericana de DDHH: Caso
Almonacid Arellano Vs Chile (Sentencia de 26 de septiembre de
2006); Caso Ibsen Cárdenas e Ibsen Peña Vs. BOLIVIA (Sentencia del
1 de septiembre de 2010); y Caso Fontevecchia y Damico Vs.
Argentina (Sentencia de 29 de noviembre de 2011), entre muchas
otras.
El control de convencionalidad es una herramienta jurídica de
aplicación obligatoria ex officio por los órganos del poder judicial,
complementaria al control de constitucionalidad pero no igual,
orientado a garantizar que su actuación sea conforme a las
obligaciones contraídas por el Estado respecto del tratado del cual es
parte, por lo que conforme sale en las sentencias del sistema
interamericano de DDHH anotadas: NO SOLO LOS JUECES, SINO
QUE LOS DIFERENTES ORGANOS VINCULADOS CON LA

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ADMINISTRACION DE JUSTICIA EN TODOS SUS NIVELES,
ESTAN EN LA OBLIGACION DE EJERCER DE OFICIO ese
CONTROL DE CONVENCIONALIDAD, de forma que en el caso
Gelman vs Uruguay (pfo 139 de la sentencia), entre otros más, se
resolvió puntualmente:
“Cuando un Estado es Parte de un tratado internacional como
la Convención Americana, todos sus órganos, incluidos sus
jueces, están sometidos a aquél, lo cual les obliga a velar por
que los efectos de las disposiciones de la Convención no se vean
mermados por la aplicación de normas contrarias a su objeto y
fin, por lo que los jueces y órganos vinculados a la
administración de justicia en todos los niveles están en la
obligación de ejercer ex officio un “control de
convencionalidad” entre las normas internas y la Convención
Americana, evidentemente en el marco de sus respectivas
competencias y de las regulaciones procesales correspondientes
y en esta tarea, deben tener en cuenta no solamente el tratado,
sino también la interpretación que del mismo ha hecho la Corte
Interamericana, intérprete última de la Convención Americana”
Con tales bases cabe alegar en mi favor, que la jurisprudencia
vinculante (arts. 1º y 2 de la CADH en relación con la Ley No. 1430
de 11 de febrero de 1993 y, especialmente el art. 256 de la NCPE, de
la Corte Interamericana de DDHH ha resuelto que el debido proceso,
en sus dos facetas –substantiva (en el caso) y adjetiva (juicio previo,
derecho a la defensa y estado de inocencia)- la jurisprudencia de la
CIDH tiene resuelto que ambas facetas deben ser respetadas
rigurosamente y, en similar sentido, el Tribunal Constitucional
boliviano ha introducido en su jurisprudencia y doctrina este instituto
en sus dos vertientes, por ejemplo en las SSCCPP Nos. 016/2014-S1
de 6 de noviembre; 1118/2013-L de 30 de agosto; 1961/2012 de 12 de
octubre, entre muchas otras.
4. PETITORIO
Consecuentemente, por todo lo expuesto y acreditado por la
documentación adjunta y con base a la normativa, doctrina y
jurisprudencia antes expuesta, en lapso hábil y en su caso ateniéndome
al lapso de la distancia previsto por el art. 9.III del reglamento
aplicable, interpongo RECURSO REVOCATORIO contra la
CONVOCATORIA PUBLICA NACIONAL No. 039/2020 de 20 de

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diciembre de 2020 (Cargos de Carrera) y su lista o anexo
“JUECES TRANSITORIOS Y ACEFALÍAS (Juzgados
Agroambientales)” de 8 de enero de 2021 pidiendo a sus
autoridades que advertidos del error en que ha caído la misma al
consignar mi juzgado como acéfalo o transitorio para ser
convocado, deje sin efecto la referida a mi persona consistente en
el Juzgado Agroambiental de Santa Cruz. Capital. Sea con las
formalidades legales.
Justicia, etc.
Otrosí primero.- En calidad de prueba, ofrezco y produzco la documental
adjunta en fojas______ útiles.
Otrosí segundo.- Por domicilio procesal el bufete de mi abogado Lic.
ARTURO YAÑEZ CORTES, sito en calle ROSENDO VILLA No. 101, oficina
21 (celular 7287474 y fijo 6438420) en Sucre, CAPITAL y como domicilio
especial, el Juzgado Agroambiental a mi cargo en Santa Cruz de la Sierra,
Palacio de Justicia, Piso No. 18.
Otrosí tercero.- De mantenerse las violaciones en contra de mis derechos,
anuncio expresamente que acudiré ante la justicia constitucional y/o ante el
Sistema Interamericano de DDHH.
Otrosí cuarto.- Con base al art. 24 de la CPE, solicito fotocopia legalizada en
doble ejemplar de la resolución del Consejo de la Magistratura que aprueba la
convocatoria impugnada.
Santa Cruz de la Sierra, para presentación en Sucre, CAPITAL, 8 de enero de
2021

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