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Instancia: Tribunales Colegiados de Circuito
Tipo de Tesis: Aislada
Fuente: Gaceta del Semanario Judicial de la Federació n
Libro 36, Noviembre de 2016, Tomo IV
Materia(s): Civil
Tesis: I.6o.C.51 C (10a.)
Pá gina: 2505
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DIRECTA DEL CONOCIMIENTO DEL EMBARAZO Y DE AQUÉL, POR LO QUE
DICHO PAGO SERÁ A PARTIR DE QUE EL DEUDOR ALIMENTARIO FUE
EMPLAZADO AL JUICIO NATURAL, AL CONOCER LOS RESULTADOS DE LAS
PRUEBAS DE FILIACIÓN O LA SENTENCIA CONSTITUTIVA DE PATERNIDAD.
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conocimiento de la existencia de éste. Lo anterior no implica desatender el criterio
de la Primera Sala de la Suprema Corte de Justicia de la Nació n pues, por regla
general, en todos los casos que haya prueba directa de que el deudor alimentista
tenía conocimiento del embarazo y del nacimiento del menor al demostrarse su
paternidad, tendrá la obligació n ineludible de pagar retroactivamente la pensió n
alimenticia a partir del momento de su nacimiento. En cambio, en caso de que no
haya prueba directa que demuestre que el deudor alimentista tuvo conocimiento
del embarazo y del nacimiento del menor, constituye una excepció n a la regla
general y, por ende, el pago de la pensió n será a partir de que fue emplazado al
juicio natural; al conocer los resultados de las pruebas de filiació n o la sentencia
constitutiva de paternidad.
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sucesorios, y los del progenitor, respecto a la acció n de desconocimiento de
paternidad, sus consecuencias será n la destrucció n del vínculo filial, con la ulterior
privació n de los derechos alimentarios y hereditarios del presunto padre, así como
los lazos que vinculan al menor con sus parientes. Lo anterior tiene su origen en el
conocimiento bioló gico de un niñ o para con su progenitor, lo que conlleva que se
exima al presunto padre de todas las cargas inherentes a la paternidad, las cuales
se traducen en cuestiones preponderantemente econó micas, pues quien intenta la
acció n de desconocimiento de paternidad, implica su falta de anuencia para seguir
protegiendo en todos los aspectos al infante que en una controversia constituirá su
contraparte. De lo anterior se deduce la disparidad en los derechos que defienden
cada una de las partes en un procedimiento, ya sea en el de reconocimiento de
paternidad como en el de su desconocimiento, pues son intereses antagó nicos que
producirían mayor afectació n en los derechos del menor, de conformidad con la
definició n de los derechos inherentes a la identidad, por lo que, en este sentido, no
puede aplicarse al menor analó gicamente el artículo 256 Bis citado, ya que los
derechos de los dos sujetos no tienen la misma connotació n, má xime que la
identidad del menor está elevada a rango constitucional; de ahí que el
desconocimiento de paternidad que defiende el progenitor, sucumbe contra la
identidad del menor. Consecuentemente, dicha presunció n, en el juicio relativo
incoado por el có nyuge varó n, no puede aplicarse por analogía en contra del
menor, pues se opone a la protecció n que el citado artículo le brinda, toda vez que
lo podría dejar en incertidumbre filiatoria, pues este caso es muy distinto al que se
enfrenta el juzgador en un juicio de reconocimiento de paternidad, en el que está
en juego el derecho humano de un menor de edad a obtener su identidad y
establecer la filiació n, la que trae aparejada una pluralidad relevante de derechos;
el supuesto en el juicio de desconocimiento de paternidad es justamente inverso: la
presunció n por rebeldía al desahogo de la prueba pericial en genética molecular,
desemboca en la pérdida de un cú mulo de derechos. En este orden de ideas, no
puede aplicarse por analogía en la hipó tesis normativa del artículo 256 Bis del
Có digo Civil, contra el menor.
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PATERNIDAD. CONTRA LA RESOLUCIÓN QUE ORDENA REPONER EL
PROCEDIMIENTO POR DEFECTOS EN EL EMPLAZAMIENTO, PROCEDE EL
AMPARO INDIRECTO, AL AFECTAR DERECHOS SUSTANTIVOS DEL MENOR
QUE PROMOVIÓ AQUELLA ACCIÓN DE INVESTIGACIÓN.
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Có digo Civil del Estado de Chihuahua describe a la familia como una institució n
social que permite y fomenta la convivencia de sus miembros a través de la
permanencia y estabilidad de las relaciones de las personas que la integran en
razó n del matrimonio, concubinato o parentesco, por lo que el Estado debe
garantizar su protecció n, constitució n y autoridad como fundamento primordial de
la sociedad. En ese contexto, si la acció n de desconocimiento de paternidad, tiene
como efecto el desmembramiento de esa institució n social, al desconocer el vínculo
filial de uno de sus integrantes, evidentemente tendrá un efecto jurídico y social en
su integració n o composició n, impactando no só lo en contra de quien se ejerce esa
acció n, sino también en esa institució n base del orden social, generando así una
mutació n en su estructura y desarrollo; justificá ndose así, en todos esos casos, la
suplencia de la queja prevista en la ú ltima hipó tesis de la fracció n II del artículo 79
de la Ley de Amparo, con independencia de la mayoría o minoría de edad de la
persona demandada e, incluso, que los padres hayan disuelto el vínculo
matrimonial desde tiempo anterior, pues en la sentencia dictada en la acció n de
inconstitucionalidad 2/2010, publicada en el Semanario Judicial de la Federació n y
su Gaceta, Novena É poca, Tomo XXXII, diciembre de 2010, pá gina 991, el Pleno de
la Suprema Corte de Justicia de la Nació n precisó el alcance del mandato
constitucional de protecció n a la familia, señ alando que el citado artículo 4o. no
alude a un modelo de familia ideal o nuclear que tradicionalmente ha sido
vinculado al matrimonio: padre, madre e hijos bioló gicos, sino que la tutela a la
familia debe ser entendida como "realidad social", lo que significa que esa
protecció n debe cubrir todas las formas y manifestaciones existentes en la
sociedad.
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En los casos en que se ventile el pago de alimentos derivado del reconocimiento de
paternidad, el juzgador debe valorar y ponderar ciertos elementos a la luz del
interés superior del menor y del principio de igualdad y no discriminació n para
verificar su pertinencia y, en caso de que se advierta su actualizació n, debe
considerarlos al dictar su resolució n para modular el monto retroactivo de la
pensió n alimenticia, de tal forma que sea razonable y no llegue a ser abusivo, tales
como: i) si existió o no conocimiento previo de su obligació n; y, ii) la buena o mala
fe del deudor alimentario. Por lo que se refiere al conocimiento previo, el juzgador
debe ponderar si el deudor alimentario tuvo o no conocimiento del embarazo o del
nacimiento del menor, ya que el conocimiento del hecho generador es una
condició n esencial al ponderar el quá ntum, en tanto que si el padre no tuvo
conocimiento de la existencia del menor, y ese desconocimiento no es atribuible a
él, no podrá asumirse que quiso incumplir con las obligaciones alimentarias, sino
que, al desconocer su existencia, no podía cumplir con una obligació n que
ignoraba. Dicho de otro modo, el juez debe tomar en cuenta si el embarazo y/o
nacimiento del menor no le fueron ocultados, restringiéndose con ello los derechos
tanto del menor como del padre y así, una vez delimitado si existió o no
conocimiento previo, el juzgador debe considerar la actuació n del deudor
alimentario en el transcurso del proceso para determinar la filiació n y los
alimentos, y si ha actuado con buena o mala fe durante la tramitació n del proceso;
si siempre se ha mostrado coadyuvante y con afá n de esclarecer la situació n o si,
por el contrario, se ha desempeñ ado negligentemente o se ha valido de artimañ as
con el objeto de obstaculizar el conocimiento de la verdad. Como se advierte, la
mala fe alude a la actuació n del deudor alimentario, es decir, a la valoració n que se
realice del hecho de que por causas imputables a él no puede definirse la
paternidad; o bien, si por el contrario, existe buena fe de su parte y, por ejemplo, se
presta a colaborar en el proceso con la finalidad de esclarecer la paternidad del
menor. En este sentido, el juez debe tomar en cuenta que no le basta al demandado
con adoptar una actitud de simple negació n, sino que hay un deber de colaborar
dentro del proceso en atenció n a su posició n privilegiada o destacada en relació n
con el material probatorio, pues se encuentra en mejor condició n para revelar la
verdad y su deber de colaboració n se acentú a al punto de atribuirle una carga
probatoria que en principio no tenía o, mejor dicho, se le atribuyen las
consecuencias de la omisió n probatoria. Así, no puede aceptarse que el padre
resulte beneficiado como consecuencia de mantener una conducta disfuncional y
opuesta a derecho. De ahí que sea en el padre en quien recae la carga de probar la
existencia de razones justificadas por las que deba relevarse de la obligació n de
contribuir al sostenimiento del menor a partir de la fecha de nacimiento del niñ o o
la niñ a; es decir, corresponde al padre la prueba de que tuvo como causa un motivo
objetivo y razonable, ajeno a toda discriminació n y, por tanto, esos motivos deben
considerarse al determinar el quá ntum de la obligació n alimentaria.
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Esta tesis se publicó el viernes 27 de febrero de 2015 a las 9:30 horas en el
Semanario Judicial de la Federació n.
Bajo la premisa del interés superior del menor y del principio de igualdad y no
discriminació n, el derecho de alimentos, como derecho humano del menor
contenido en los artículos 4o. de la Constitució n Política de los Estados Unidos
Mexicanos y 18 de la Convenció n sobre los Derechos del Niñ o, no admite distingos
en cuanto al origen de la filiació n de los menores. Es por eso que la deuda
alimenticia es debida a un menor desde su nacimiento, con independencia del
origen de su filiació n, esto es, el derecho a los alimentos de los hijos nacidos fuera
de matrimonio es el mismo que el de los nacidos dentro de él, pues es del hecho de
la paternidad o la maternidad, y no del matrimonio, de donde deriva la obligació n
alimentaria de los progenitores. Desde esta perspectiva, el reconocimiento de
paternidad es declarativo, no atributivo, esto es, no crea la obligació n alimentaria,
sino que la hace ostensible. Ahora bien, si no se admitiera que los alimentos le son
debidos al hijo nacido fuera de matrimonio desde el instante de su nacimiento, se
atentaría contra el principio del interés superior del menor en relació n con el
principio de igualdad y no discriminació n; de ahí que debe reconocerse una
presunció n iuris tantum a favor de que el derecho de alimentos debe retrotraerse
al comienzo de la obligació n. Así, esta Primera Sala de la Suprema Corte de Justicia
de la Nació n estima que la pensió n alimenticia derivada de una sentencia de
reconocimiento de paternidad debe retrotraerse al instante en que nació la
obligació n misma, esto es, al en que se generó el vínculo y que es precisamente el
nacimiento del menor, porque la sentencia ú nicamente declara un hecho que tuvo
su origen con el nacimiento del menor y, por tanto, esta premisa debe tenerla en
cuenta el juzgador al determinar el momento a partir del cual se deben los
alimentos derivado del reconocimiento judicial de la paternidad.
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Esta tesis se publicó el viernes 27 de febrero de 2015 a las 9:30 horas en el
Semanario Judicial de la Federació n.
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PRUEBA PERICIAL EN GENÉTICA. NO ES OBSTÁCULO PARA SU ADMISIÓN EN
UN JUICIO DE INVESTIGACIÓN DE PATERNIDAD QUE OBRE EN EL ACTA DE
NACIMIENTO DEL ACTOR EL REGISTRO DE UN PADRE LEGAL (LEGISLACIONES
CIVILES DE SINALOA Y EL ESTADO DE MÉXICO).
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DEL ESTADO DE SINALOA).", publicada en la Gaceta del Semanario Judicial de la
Federació n, Décima É poca, Libro 2, Tomo IV, enero de 2014, pá gina 3147; y el
criterio emitido por el Segundo Tribunal Colegiado en Materia Civil del Segundo
Circuito, al resolver el amparo en revisió n 222/2012, el cual dio origen a la tesis
aislada nú mero II.2o.C.8 C (10a.), de rubro: "PRUEBA PERICIAL EN GENÉ TICA. NO
DEBE ADMITIRSE LA OFRECIDA POR LA ACTORA EN UN JUICIO DE
RECONOCIMIENTO DE PATERNIDAD, CUANDO LA PERSONA EN FAVOR DE QUIEN
SE PRETENDE OBTENER TAL RECONOCIMIENTO, CUENTA CON UN ACTA EN LA
CUAL CONSTE EL REGISTRO RELATIVO (LEGISLACIÓ N DEL ESTADO DE
MÉ XICO).", publicada en el Semanario Judicial de la Federació n y su Gaceta, Décima
É poca, Libro XVI, Tomo 3, enero de 2013, pá gina 2122, con nú mero de registro
digital IUS 2002612.
Tesis de jurisprudencia 55/2014 (10a.). Aprobada por la Primera Sala de este Alto
Tribunal, en sesió n de fecha veinticinco de junio de dos mil catorce.
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hijos nacidos dentro y fuera del matrimonio, la verdad bioló gica, la
incompatibilidad entre filiaciones contrapuestas y, de manera preeminente, la
protecció n del interés del hijo. Al respecto, debe tenerse presente que es un
derecho del hijo tener su filiació n correspondiente, y no una mera facultad de los
padres hacerlo posible. Ahora bien, la calificació n de estos valores como principios
no es gratuita, ya que su protecció n y reconocimiento presupone que sus
exigencias normativas entrará n en conflicto con otras en casos concretos, supuesto
en el que será necesario desarrollar un ejercicio de ponderació n para articular el
resultado de su aplicació n conjunta. En este sentido, los alcances que se le
otorguen al derecho a la identidad bioló gica de una persona en un caso específico,
má xime cuando se trata de un menor, tendrá n que estar siempre dirigidos a
atender su interés; no podrá n desvincularse de las circunstancias particulares y
podrá n variar en la medida en la que varíen los principios en conflicto.
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DISTINTO DEL MARIDO ESTÁ LEGITIMADO PARA CUESTIONAR LA DEL HIJO
NACIDO EN EL MATRIMONIO DE LA MADRE CON AQUÉ L, PERO LA ADMISIÓ N DE
LA DEMANDA DEPENDERÁ DE LA PONDERACIÓ N QUE HAGA EL JUZGADOR PARA
DETERMINAR QUE EL EJERCICIO DE LA ACCIÓ N ARMONIZA EL INTERÉ S
SUPERIOR DEL MENOR CON LOS DEMÁ S DERECHOS INHERENTES
(LEGISLACIONES DE LOS ESTADOS DE GUANAJUATO Y DE NUEVO LEÓ N).", en los
asuntos en los que estén involucrados menores de edad, el juzgador deberá partir
de un juicio de ponderació n que habrá de realizar tomando en cuenta todos los
factores que convergen en el caso. En ese sentido, la posible confrontació n que se
dé entre el interés superior del menor y la adecuada defensa de las partes en un
juicio del orden familiar, deberá resolverse a través del ejercicio de ponderació n
que el juzgador realice, esto es, analizando cuidadosamente las particularidades
que caracterizan la situació n del menor en relació n con el caso en estudio, a fin de
determinar, con base en el material probatorio existente en autos, si al ejercer el
aludido principio de defensa, no se trastoca el interés superior del menor o
menores involucrados.
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