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HISTORIAS DE TERROR DE LA BOGOTA DE ANTAÑO

Uno de los lugares más terroríficos de Bogotá es la Calle del Sol ubicada en las entrañas de La Candelaria.
Se trata del sitio donde se hallaba la antigua sede del Servicio de Inteligencia Colombiano (SIC), que luego sería el
Departamento Administrativo de Seguridad (DAS), donde se llevaron a cabo torturas y asesinatos violentos desde los años
50.
El Edificio del Sol, construido en 1917 por misioneros Montfortianos, es la fuente de espíritus y sucesos sin explicación
que no dejan en paz a los residentes del sector de la carrera 3 con calle 12.
Esta edificación neogótica, vigilada por las estatuas de Olave y que sirvió como vivienda para unas monjas en sus inicios,
fue el epicentro de las historias más macabras del Gobierno del General Gustavo Rojas Pinilla, donde fueron torturados
hombres que apoyaban ideas comunistas.
(Foto de Ignacio Rodríguez cuando la construcción estaba en ruinas.
Un alma en pena fotografiada en la ruinas del edificio – Foto: Ignacio Rodriguez).
El lugar de los gritos y lamentaciones
En la Calle del Sol se hallaban los calabozos que albergaron presos con agua hasta las rodillas, a quienes se les
practicaban múltiples torturas hasta que sucumbían con la muerte.
Esta seccional, que fue de la Policía en los años 50, fue la que el autor Álvaro Delgado en su libro ‘Todo Pasado fue
Peor’, señaló como la perpetradora de los crímenes y persecuciones contra los grupos sindicalistas de la época.
Los gente que vive en el sector relata frecuentemente que se escuchan quejidos y lamentaciones de los espíritus que
fueron obligados a dar información con métodos crueles.
Incluso, dicen que una bruja se pasea por la calle 12, sitio donde se halla un restaurante en su nombre.
“Mucha gente murió en este edificio y los residentes cuentan que pueden escuchar en las noches a las almas en pena”,
relató Giovanni Gutiérrez, guía turístico del Instituto Distrital d

La historia del Edificio del Sol


El Instituto Colombiano de Cultura (Colcultura) pretendió en los años 80 convertir este edificio en el Archivo General de
la Nación, pero el proyecto fue abandonado a pesar de la compra del predio.
Varios años después, se llevó a cabo la construcción de una zona residencial, que conservó la fachada, pero que adentro
tiene apartamentos que rodean un patio rectangular con un inmenso y frío sótano que se usó como parqueadero.
Los obreros que participaron en la adecuación relataron haber encontrado restos humanos.
Los relatos de los celadores
Los valientes que, por obligación, deben cuidar de estos avernos, han manifestado los sustos que han sufrido en el Edificio
del Sol.
Dicen por ejemplo, que los sensores de luz a veces se encienden de la nada sin que nadie camine por allí. Otros cuentan
que les apagan la luz o le suben el volumen de la radio sin explicación alguna.
Una de las historias más escalofriantes por parte de los vigilantes es la silueta que se puede ver en las noches recorrer el
patio del edificio y que solo es detectada por las cámaras de seguridad.
El inquilino “loco” y el citófono del apartamento abandonado
Uno de los celadores que cuidó de la edificación contó como durante tres días seguidos lo llamaron al citófono de un
apartamento, que tenía meses de haber sido desocupado.
Mientras que un residente aseguró tener un fantasma que lo escolta desde la entrada del edificio hasta la entrada de su
apartamento.
Las lamentaciones del verdadero Marulanda Vélez
Uno de los precursores de la izquierda en Colombia fue el sindicalista Manuel Marulanda Vélez, a quien luego el
guerrillero Antonio Marín alias ‘tirofijo’ usaría su nombre.
La historia cuenta que por sus discursos, este hombre fue brutalmente golpeado por agentes del SIC en el sector de San
Victorino, luego de culparlo por haber hablado contra los Estados Unidos y el Ejercito Nacional, luego de la ‘Masacre de
las Bananeras’ en 1928.
Marulanda Vélez fue llevado al sótano del Edificio del Sol, donde fue torturado y asesinado al parecer por órdenes de
Laureno Gómez.
La profunda lamentación que sintió un sector de Bogotá por la muerte del sindicalista, creó historias de que aún se
escuchan lamentos en los calabozos de la antigua sede del SIC.
Luego de leer todo lo que sucede en este lugar, ¿sería usted tan valiente de pasar por esta calle después de las 12 de la
noche?(Civico)

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