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Ilustración III
5to Semestre
Sección F
En Caracas, las esquinas tienen nombres muy particulares. Detrás de estos nombres se
encuentran muchas historias y leyendas de una Caracas antigua que no quiere desaparecer.
Esquina de Sociedad: A principios del siglo XIX, se encontraba en el lugar una casona
que fue sede de la Sociedad Patriótica en 1811.
Esquina El Chorro: El nombre viene por Agustín Pérez, el tenia un negocio donde
preparaba la mejor bebida de piña y papelón, y tenía un sistema de despacho único que al
escuchar el sonido del centavo al caer en una alcancía, despacha el jugo sin necesidad de abrir la
puerta.
Esquina de Romualda: Cerca del puente Catuche para el año 1824, existía la pulpería de
la Sra. Romualda Rubí, quien todos conocían por Ña Romualda.
Esquina Peligro: Para el siglo XIX estas esquinas era un campo abierto con algunas
chozas, donde por la noche los delincuentes robaban a los inocentes transeúntes.
Esquina Pele el Ojo: Un bodeguero instaló su negocio en el lugar y lo llamó, Pele el ojo
al peligro.
Esquina de Ánimas: Para el siglo XIX, surgió una leyenda, que cuando la oscuridad
llegaba al sitio se podía escuchar un coro de voces fúnebres. Unos curiosos salieron a la calle
para descubrir quienes eran los cantores y se encontraron con sombras con túnicas blancas, que
tenían hachas encendidas y dijeron que eran ánimas del Purgatorio.
Esquina el Muerto: Durante la guerra de los cinco, en las calles de Caracas, la mayoría
de los heridos morían por falta de atención, al terminar las batallas, los camilleros pasaban para
recoger los muertos. Una vez recogiendo los cuerpos de repente se levantó uno y les dijo: "no me
lleven a la tumba, que todavía estoy vivo". Después de esto, los vecinos del lugar decían; "esta es
la esquina donde se levantó el muerto".
Esquina de San Francisco: Toma su nombre gracias a la iglesia de San Francisco, que
se edificó en 1593.
Esquina de la Bolsa: En esta esquina tenía su casa la bisnieta de Don Diego de Boiza,
que según la leyenda el nombre proviene de la descomposición del apellido Boiza.
Esquina del Conde: Su nombre se debe a dos condes con título nobiliario que vivían en
el lugar, ellos fueron Don Fernando Ignacio de Ascanio (Conde de La Granja) y Don Antonio
Pacheco (Conde San Javier).
Esquina del Carmen: Todas las familias deberían aceptar un patrón o abogado de la
casa, por tal razón empezaron a poner sobre las puertas de los zaguanes, retablos y bustos
religiosos con el patrón de la casa. Una de las pocas que se conserva en Caracas, es en la esquina
del Carmen, con su mismo nicho con la imagen de la virgencita de los escapularios.
Esquina Gradillas: Su nombre se debe a que allí existían unas gradillas o gradas, para
bajar a la Plaza de Armas o Plaza Mayor de la Colonia.
Esquina Madrices: Fue llamada así en recuerdo de las hijas del capitán Domingo
Rodríguez de la Madriz.
Esquina de San Jacinto: Su nombre viene del Convento de San Jacinto, construido el
siglo XVI.
Esquina Las Monjas: En el siglo XVII, hubo una viuda rica que dedicó su vida y
fortuna a la Iglesia. En lo que hoy es el Capitolio, había una casa de dos pisos la cual convirtió en
el Convento de Santa Clara, la viuda, sus cuatro hijas, tres sobrinas y dos jóvenes, tomaron los
votos como monjas.
Si eres caraqueño seguro has subido el Ávila muchas veces pero seguro que hay cosas de
ellas que no sabes. El Ávila guarda consigo leyendas muy extrañas como:
Avistamientos de Ovnis: Una leyenda muy común es el avistamiento de ovnis. Se cree
que es por las características que tienen las montañas comunes con otros países en los que se
registran avistamientos.
Espíritus del Hotel Humboldt: Muchas personas a lo largo de los años dicen haber
sentido la presencia de espíritus dentro del hotel, así como apariciones. Se cree que como el
Hotel Humboldt y el Teleférico tuvo múltiples accidentes, allí quedaron algunas almas.
La virgen del Picacho: Se cuenta que en la gran piedra del Picacho se puede ver la
imagen de la virgen tallada de forma natural y con el resplandor del sol se distingue el manto
azul que la cubre. La leyenda dice que un cura de La Guaira mandó a cortar la piedra donde se ve
la virgen para colocarla en su iglesia y la cubrió hasta que llegó el día de su ceremonia. Al
quedar descubierta, la piedra estaba lisa sin ninguna figura, pero en el Picacho la imagen volvió a
aparecer.
La amante del general: Existe una leyenda, en especial los antiguos trabajadores del
hotel Humboldt, que un día Marcos Pérez Jiménez fue al hotel con una de sus amantes. Ellos se
quedaron en la habitación principal y la esposa del Pérez Jiménez se enteró y fue inmediatamente
al hotel. Cuando llegó, los empleados avisaron rápidamente al general sobre su esposa y la
amante se escondió en el balcón de la habitación, no obstante la esposa de Pérez Jiménez la vió y
comenzaron a pelear. Se dice que en la pelea, la amante accidentalmente cayó y murió.
También podemos encontrar leyendas y mitos en otras partes de caracas, y estás pueden
ser más místicas y escalofriantes, como por ejemplo:
El carretón del diablo: Otra de las leyendas es la del carretón del diablo que varía en
distintas zonas de Caracas. De generación en generación se contado la historia de un carruaje que
aparece y se escucha el sonido de los cascos de los caballos y sus ruedas arrastrando largas
cadenas. Se dice que en su interior trae calaveras de personas que han sido maldecidas por sus
malas acciones. Lo guía un cochero con ojos rojos que produce grandes gritos. Los más ancianos
aseguran, se le ha visto deambular por la esquina de Carmelitas en la avenida Urdaneta, y
también por la avenida Andrés Bello. Esta leyenda se conoce también en la parroquia Antímano,
pero allí aseguran que al verlo, el carretón desaparece. Los habitantes de esa zona asocian su
aparición a algún trágico evento por ocurrir.
El fantasma del sacerdote que visita al General Piar: Algunas personas dicen haber
visto salir de la Catedral a un sacerdote vestido de negro que entra a la casa donde fue prisionero
el general Manuel Piar, quien fue mandado a matar durante la Guerra de Independencia. Lo
realmente aterrador de esta historia es que, según testimonios se trata del mismo padre que
visitaba a Piar mientras estuvo en prisión.
Estos y muchos otros relatos puedes oír en las calles de Caracas, e incluso de toda
Venezuela.