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Grupo focal
Vocera: Vicky
2. Formación interna
- ¿Qué procesos formativos en torno a género se realizan al interior del colectivo?
¿de qué manera?
En primera medida es necesario aclarar que como Puerta Violeta no realizamos trabajo de
género, sino trabajo feminista, pues el “género” ha sido una categoría usada por la
institucionalidad para desplazar al feminismo y su historicidad. En cuanto a los procesos,
nosotras hemos estructurado al colectivo en 3 espacios: territorio, aquelarre universitario y
luna de aquelarre; es en este último donde hemos llevado a cabo la formación interna
alrededor del feminismo y la educación popular, consideramos necesario el encuentro
amoroso y tranquilo para discutir y para formarnos, y por eso la manera en que lo
realizamos -antes de la cuarentena- era a modo de pijamada donde nos reunimos en una
casa y compartimos. Ahora en la virtualidad, mantenemos nuestra luna, sin embargo las
maneras no son las mismas, ya no la hacemos en la noche y hay más bien unos tiempos
precisos para llevar cada encuentro.
- ¿Se sitúan bajo alguna perspectiva teórica?
Como lo mencionamos anteriormente, no nos adherimos de manera colectiva a ninguna
corriente feminista en específico, pero retomamos la pedagogía feminista -la cual ha sido
poco abordada- para orientar nuestra práctica política, esta pedagogía feminista la hilamos
con la pedagogía crítica en su intención de ver el conocimiento como necesario para
ejecutar cambios sociales. Es decir, que vemos en el aprendizaje del feminismo, un
momento necesario para acabar con la violencia machista y la estructura patriarcal.
- ¿Cómo es el puente entre la teoría y la práctica en sus acciones?
Junto a lo ejercicios de planeación conjunta realizamos sesiones de estudio donde la mitad
del tiempo está dedicada al estudio y debate de textos relacionados a pedagogia feminista,
y la segunda parte está dedicada a textos de orden político dentro de diferentes corrientes
feministas. De esta forma construimos fichas de lectura donde recopilamos la información
del texto que alimenta nuestro proceso teniendo en cuenta “novedades”, “herramientas
pedagógicas”, crítica que hacemos al texto y preguntas que quedan a
resolver/conceptualizar/teorizar desde Puerta violeta.
Partimos de esa base teórica y de los elementos que cada una a construido individualmente
con su formacion teorica para construir las planeaciones. Al finalizar cada sesión de trabajo
realizamos retroalimentación de la experiencia teniendo en cuenta una lectura intuitiva de la
realidad y un enlace con el andamiaje epistemológico que hemos venido construyendo.
Así mismo, entendemos que el pensamiento es algo que permanece en movimiento,
comprendemos que las ideas no son verdades acabadas, sino construcciones que
permanente cambio, por eso es indispensable estudiar de forma permanente y debatir entre
nosotras para reconocer nuestros puntos de encuentro y los mínimos irreconciliables desde
cada postura política.
- ¿Qué dificultades han tenido en este proceso de formación?
Algo difícil a coordinar son los tiempos que se requieren para llevar un proceso
comprometido, coherente, reflexivo y responsable porque a la semana le estamos
dedicando cerca de 10 horas semanales al trabajo Puerta violeta. Por otro lado, la relación
con la institucionalidad ha sido un obstáculo en el trabajo pedagógico dentro de los colegios
porque las dinámicas educativas bancarias, las relaciones verticales, el modelo de
competencia y la falta de respeto hacia nosotras por ser mujeres, jóvenes, estudiantes,
pedagogas críticas y feministas, ha escalado en diferente formas de violencia simbólica que
poco a poco se va acumulando hasta generar malestares emocionales grupales en nostras.
Así mismo, la presencia en espacios no institucionalizados, ha estado cargado por violencia
de parte de hombre e incluso otras compañeras feministas que han generado decepciones,
tristezas, estrés, ansiedad y múltiples sentimientos que al no ser bien blindados a partir de
ejercicios de contención emocional, nos han llegado a desbordar, generando inseguridad,
bloqueo y confusión. Por este motivo entendemos en la actualidad la relación inseparable
entre activismo feminista en la calle, en el ámbito público, y trabajo de amor,contencion,
construcción colectiva interna para priorizar el autocuidado.
- ¿Existe algún tipo de evaluación de los procesos formativos que orienten futuros
accionares dentro del colectivo?
Sí, cada sesión de estudio siempre va acompañada de procesos reflexivos sobre el actuar
individual y colectivo, lo que en sí mismo representa un proceso evaluativo.
Por otro lado, al finalizar cada proceso se realiza retroalimentación para reconocer las
virtudes y falencias a nivel individual y colectivo dentro del proceso.
Por último, al iniciar el año, realizamos un ejercicio de Balance donde estipulamos metas y
retos a corto, largo y mediano plazo.
- ¿Desde su lugar de enunciación en su rol académico y político cómo se proyecta el
ejercicio formativo a otras esferas de la sociedad?
Desde siempre la apuesta ha sido trabajar en otros sectores de la sociedad incidir desde el
trabajo popular en poblaciones en las cuales identificamos intereses, fortalezas y falencias a
la hora de abordar el trabajo feminista, en estas apuestas hemos enfrentado de forma
constante el rol académico y político que asumimos y como estos y su interpelación
pedagógica pueden dar luces a un trabajo honesto, sensible encaminado a la comprensión
y erradicación de violencias estructurales reproducidas en una sociedad patriarcal, así
configuramos un ejercicio que se cuestiona fuertemente la frialdad de la academia,
abogando por una transformación de carácter social, político e intelectual de los diferentes
contextos en los que está inmersa nuestra actividad como colectiva de pedagogía feminista
y educación popular.