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Primera sesión.

Grupo focal
Vocera: Vicky

1. Origen y contexto de las integrantes y de la expresión


- Nombre de la expresión organizativa:
La Puerta Violeta - Colectiva de pedagogía feminista
- Tipo de expresión organizativa:
Colectiva
- Cuántas personas conforman la expresión:
4 (Vicky Julieth Molina Aguilera, Alexandra Sierra Sánchez ,Maria Paula Salazar Riaño,
Ivanna Valentina Martinez Francesconi)
- ¿Hace cuánto tiempo se organizaron?:
Desde el 16 de septiembre del 2019
- ¿Qué suceso(s), las llevaron a organizarse como colectivo, semillero o comité?​:
En primera medida, vimos en el trabajo pedagógico con niñas y adolescentes una
oportunidad para ahondar en la formación feminista, pues en ese momento los colegios nos
parecían lugares que habían reflexionado poco o nada al feminismo, y con esto, lugares en
los que las violencias machistas no habían sido severamente enunciadas; por otro lado,
encontrábamos al colegio como un lugar que nos haría un puente hacia el trabajo territorial,
lugar al que queríamos dirigir nuestras apuestas organizativas como docentes en formación.
Y en segunda medida, precisamente como feministas y docentes en formación, empezamos
a interesarnos por la pedagogía feminista -también porque esta nos parecía una disciplina
poco reflexionada al interior de la universidad, pese a que era comúnmente utilizada en
discursos- como una estrategia valiosa para la acción política y para la investigación
feminista.
Por último, decidimos reunirnos porque era una necesidad vital en su momento para
avanzar en nuestro procesos de activismo político. Luego de desencuentros con otros
espacios feministas donde no fluiamos del todo bien, reconocimos las potencialidades de
cada una (disciplina, autonomía, responsabilidad, creatividad, compromiso) y nos
visualizamos trabajando juntas para sacar adelante algo que venimos anhelando: una
colectiva feminista muy comprometida, con trabajo constante y proyectos contundentes.
Puerta se ha consolidado de la suma de rebeldias, ha sido nido de afecto, camaradería y
sobre todo refugio, nació de la necesidad de encaminar nuestras apuestas feministas en
compañía de mujeres que se piensen siempre un mundo diferente y apuesten por la
transformación social de sus realidades y las de otras.

- ¿Dentro de su experiencia personal como llego al colectivo?


Alexandra: ​Tras haber trabajado junto a Vicky en la Mesa de Género de la Facultad de
Ciencias y Educación, encontré en ella lo que hoy en día manejamos en la Puerta como
“disciplina feminista”. Antes de La Puerta, estuve en otros procesos feministas donde fui
construyendome, y con esto, construyendo una idea de lo que quería trabajar dentro de la
amplitud del feminismo, ahí fue donde se empezó formar en mí la idea de trabajar con
secundaristas: esta idea la manifesté a Vicky, quien a partir de reflexiones sobre el trabajo
en la Mesa, estuvo interesada en esta propuesta y empezamos a crear -poco tiempo
después junto a Valentina- lo que hoy sería Puerta Violeta. <3
Vicky: Antes de conformar la colectiva, realicé un intercambio a Perú y en medio de la
distancia seguía construyendo vínculo de amistad con Alexa, allí surgían debates, dudas,
construcción conjunta y apenas llegué al país nos vimos en la Luis Angel Arango para
construir un plan de acción en torno a nuestro trabajo político feminista. En ese momento se
terminó de crear el lazo definitivo que nos vincula como compañera y aliadas del proyecto,
luego vienen Valen y Pau, que compartiendo nuestros valores eticos y politicos, terminan de
conformar el equipo de trabajo.
Paula: ​En el espacio universitario vi una opción para empezar a trabajar mis apuestas
éticas y políticas desde el feminismo, este lugar además de dejar sin sabores y unos que
otros encuentros desfavorables me dieron la oportunidad de encontrarme con el trabajo que
realizaban mis compañeras, así por su interés y el mío nos fuimos juntando y en medio de
ello construyendo lazos que hoy son pilares en mi ejercicio educativo y político. en fin puerta
violeta es hogar y lugar de enunciación.
Valentina​: Cuando empecé mi camino en el feminismo lo hice como individualidad, asistía a
espacios y trate de vincularme a distintos grupos donde por alguna razón no fluían las
cosas, en la búsqueda por encontrar mi lugar empecé a charlar con Vicky sobre la
pertinencia de llevar un trabajo encaminado a las necesidades inmediatas de las mujeres,
allí conocí a Alexa y empezamos a trabajar siempre guiadas por la horizontalidad y el afecto
tiempo después de llegó Pau, y hoy después de prácticamente un año de camino con altos
y bajos aquí seguimos haciendo frente a las múltiples opresiones del sistema patriarcal,
pero juntas, tratando de ser coherentes entre nuestros principios éticos y apuestas políticas
para aportar nuestro granito de arena a la transformación de realidades, eso sí, siempre
desde el buen amor que nos abraza en esta lucha.
- ¿Cuáles son los elementos de cohesión entre ustedes?
En primer medida, es necesario reconocer que somos una organización feminista que no se
adhiere a ninguna corriente del feminismo, sino que, debido a que cada una tiene diferentes
posiciones, retomamos posturas de cada una. En este sentido nos recogemos
colectivamente en el separatismo y el espacio no mixto, en el reconocimiento del trabajo
emocional como necesario para llevar procesos académicos, y políticos, y en el trabajo
pedagógico feminista como apuesta política dentro de la profesión docente. Así mismo
abrazamos ideas libertarias que le otorgan a nuestra práctica unos principios claros de
acción colectiva; lo cual, sumado a los acuerdos que hemos creado como colectiva nos
permiten construir conjuntamente desde la diferencia, y no a pesar de.

2. Formación interna
- ¿Qué procesos formativos en torno a género se realizan al interior del colectivo?
¿de qué manera?
En primera medida es necesario aclarar que como Puerta Violeta no realizamos trabajo de
género, sino trabajo feminista, pues el “género” ha sido una categoría usada por la
institucionalidad para desplazar al feminismo y su historicidad. En cuanto a los procesos,
nosotras hemos estructurado al colectivo en 3 espacios: territorio, aquelarre universitario y
luna de aquelarre; es en este último donde hemos llevado a cabo la formación interna
alrededor del feminismo y la educación popular, consideramos necesario el encuentro
amoroso y tranquilo para discutir y para formarnos, y por eso la manera en que lo
realizamos -antes de la cuarentena- era a modo de pijamada donde nos reunimos en una
casa y compartimos. Ahora en la virtualidad, mantenemos nuestra luna, sin embargo las
maneras no son las mismas, ya no la hacemos en la noche y hay más bien unos tiempos
precisos para llevar cada encuentro.
- ¿Se sitúan bajo alguna perspectiva teórica?
Como lo mencionamos anteriormente, no nos adherimos de manera colectiva a ninguna
corriente feminista en específico, pero retomamos la pedagogía feminista -la cual ha sido
poco abordada- para orientar nuestra práctica política, esta pedagogía feminista la hilamos
con la pedagogía crítica en su intención de ver el conocimiento como necesario para
ejecutar cambios sociales. Es decir, que vemos en el aprendizaje del feminismo, un
momento necesario para acabar con la violencia machista y la estructura patriarcal.
- ¿Cómo es el puente entre la teoría y la práctica en sus acciones?
Junto a lo ejercicios de planeación conjunta realizamos sesiones de estudio donde la mitad
del tiempo está dedicada al estudio y debate de textos relacionados a pedagogia feminista,
y la segunda parte está dedicada a textos de orden político dentro de diferentes corrientes
feministas. De esta forma construimos fichas de lectura donde recopilamos la información
del texto que alimenta nuestro proceso teniendo en cuenta “novedades”, “herramientas
pedagógicas”, crítica que hacemos al texto y preguntas que quedan a
resolver/conceptualizar/teorizar desde Puerta violeta.
Partimos de esa base teórica y de los elementos que cada una a construido individualmente
con su formacion teorica para construir las planeaciones. Al finalizar cada sesión de trabajo
realizamos retroalimentación de la experiencia teniendo en cuenta una lectura intuitiva de la
realidad y un enlace con el andamiaje epistemológico que hemos venido construyendo.
Así mismo, entendemos que el pensamiento es algo que permanece en movimiento,
comprendemos que las ideas no son verdades acabadas, sino construcciones que
permanente cambio, por eso es indispensable estudiar de forma permanente y debatir entre
nosotras para reconocer nuestros puntos de encuentro y los mínimos irreconciliables desde
cada postura política.
- ¿Qué dificultades han tenido en este proceso de formación?
Algo difícil a coordinar son los tiempos que se requieren para llevar un proceso
comprometido, coherente, reflexivo y responsable porque a la semana le estamos
dedicando cerca de 10 horas semanales al trabajo Puerta violeta. Por otro lado, la relación
con la institucionalidad ha sido un obstáculo en el trabajo pedagógico dentro de los colegios
porque las dinámicas educativas bancarias, las relaciones verticales, el modelo de
competencia y la falta de respeto hacia nosotras por ser mujeres, jóvenes, estudiantes,
pedagogas críticas y feministas, ha escalado en diferente formas de violencia simbólica que
poco a poco se va acumulando hasta generar malestares emocionales grupales en nostras.
Así mismo, la presencia en espacios no institucionalizados, ha estado cargado por violencia
de parte de hombre e incluso otras compañeras feministas que han generado decepciones,
tristezas, estrés, ansiedad y múltiples sentimientos que al no ser bien blindados a partir de
ejercicios de contención emocional, nos han llegado a desbordar, generando inseguridad,
bloqueo y confusión. Por este motivo entendemos en la actualidad la relación inseparable
entre activismo feminista en la calle, en el ámbito público, y trabajo de amor,contencion,
construcción colectiva interna para priorizar el autocuidado.
- ¿Existe algún tipo de evaluación de los procesos formativos que orienten futuros
accionares dentro del colectivo?
Sí, cada sesión de estudio siempre va acompañada de procesos reflexivos sobre el actuar
individual y colectivo, lo que en sí mismo representa un proceso evaluativo.
Por otro lado, al finalizar cada proceso se realiza retroalimentación para reconocer las
virtudes y falencias a nivel individual y colectivo dentro del proceso.
Por último, al iniciar el año, realizamos un ejercicio de Balance donde estipulamos metas y
retos a corto, largo y mediano plazo.
- ¿Desde su lugar de enunciación en su rol académico y político cómo se proyecta el
ejercicio formativo a otras esferas de la sociedad?
Desde siempre la apuesta ha sido trabajar en otros sectores de la sociedad incidir desde el
trabajo popular en poblaciones en las cuales identificamos intereses, fortalezas y falencias a
la hora de abordar el trabajo feminista, en estas apuestas hemos enfrentado de forma
constante el rol académico y político que asumimos y como estos y su interpelación
pedagógica pueden dar luces a un trabajo honesto, sensible encaminado a la comprensión
y erradicación de violencias estructurales reproducidas en una sociedad patriarcal, así
configuramos un ejercicio que se cuestiona fuertemente la frialdad de la academia,
abogando por una transformación de carácter social, político e intelectual de los diferentes
contextos en los que está inmersa nuestra actividad como colectiva de pedagogía feminista
y educación popular.

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