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UNIVERSIDAD DE CUENCA

FACULTAD DE FILOSOFÍA, LETRAS Y CIENCIAS


DE LA EDUCACIÓN

EXPRESIÓN
ORAL Y ESCRITA

SELECCIÓN DE TEXTOS, REDACCIÓN DE LAS


UNIDADES Y PLANIFICACIÓN DE ACTIVIDADES:

Profesoras y Profesores de la Carrera de Lengua,


Literatura y Lenguajes Audiovisuales

ASIGNATURA BÁSICA OBLIGATORIA


Mst. María Augusta Vintimilla C.
DECANA

Mst. Fernando Ortiz V.


SUBDECANO

Dr. Manuel Villavicencio


DELEGADO DOCENTE AL
CENTRO DE PUBLICACIONES

EXPRESIÓN ORAL Y ESCRITA


ASIGNATURA OBLIGATORIA

Universidad de Cuenca
Facultad de Filosofía, Letras y Ciencias de la Educación
Centro de Publicaciones y Difusión

Diagramación: Lcda. Margarita Dávila V.

Casilla 1543 – Telefax 4051125

Cuenca-Ecuador

Marzo 2012
PRESENTACIÓN

La asignatura básica obligatoria Expresión Oral y Escrita preten-


de, a través del análisis y producción de textos orales y escritos, crear
y/o fortalecer las diferentes competencias comunicativas de los estu-
diantes de la Universidad de Cuenca. Es decir, posibilitar el desenvol-
vimiento adecuado en las distintas situaciones de intercomunicación de
la vida social y, en especial, de la académica.

Dado el carácter eminentemente práctico de la asignatura, el es-


tudiante deberá realizar ejercicios de creación personal, que se confron-
tarán con textos representativos de cada uno de los tipos discursivos
de los que, inevitablemente, se ha realizado una selección. Además de
los aspectos lingüísticos, se tendrán en cuenta los extra verbales de la
comunicación.

La Facultad de Filosofía, Letras y Ciencias de la Educación, y


la Junta Académica de Lengua, Literatura y Lenguajes Audiovisuales
ponen en consideración el presente libro de trabajo que pretende ser una
guía en los procesos de lectura y elaboración textual.
EVALUACIÓN DEL PRIMER CICLO COMÚN

El rendimiento de los alumnos del Primer Ciclo Común se evaluará de acuerdo


a lo aprobado en el sílabo de cada asignatura, como establecen los reglamentos
pertinentes, conforme a los siguientes criterios:

1. Aprovechamiento: cumplimiento de actividades diseñadas en cada uno de


los textos de las cinco materias del ciclo común, y para cada unidad. Se
calificarán de 0 a 50 puntos.
2. Examen interciclo, que se calificará de 0 a 20 puntos.
3. Examen final, que se calificará de 0 a 30 puntos. Evaluará la visión global
de los contenidos y destrezas planteadas en el programa de la asignatura.

DE LAS ACTIVIDADES DEL TEXTO:

El objetivo del cumplimiento de estas actividades es favorecer la comprensión de


los temas, expresarlos y presentarlos como desempeños de comprensión tanto in-
dividual como grupal. Pueden incluir tareas, prácticas, observaciones, entrevistas,
ensayos, análisis, glosarios, anotaciones de campo, lecturas adicionales, exposicio-
nes, presentaciones en power point, búsqueda de información en Internet, controles
de lectura.

Según lo resuelto por el H. Consejo Directivo, el aprovechamiento se divide en dos


momentos llamados: parcial 1 y parcial 2. El parcial 1 (sobre 25 puntos) evalúa los
aprendizajes desde el inicio de clases hasta el último día previo al examen interci-
clo.

El parcial 2 (sobre 25 puntos) evaluará el aprovechamiento durante el resto del


semestre, hasta una semana antes del examen final. En ambos momentos deberán
consignarse por lo menos tres calificaciones, que evaluarán el desarrollo de las
actividades programadas.

RECOMENDACIONES METODOLÓGICAS:

ÌÌ Que tanto docentes como estudiantes comprendan que la evaluación se hace


sobre el desarrollo de destrezas, por lo que los textos y las actividades de
asimilación deben permitir la consolidación de las destrezas, que se planteen
como necesarias.
ÌÌ Que el proceso de evaluación posibilite valorar aspectos más subjetivos
como la motivación, interés, iniciativa, creatividad.
ÌÌ Que, al evaluar los distintos productos de los estudiantes, el docente preste
atención al nivel de redacción y ortografía.
ÌÌ Que el cumplimiento de las actividades lleve al alumno a un progresivo mejo-
ramiento de su expresión oral y escrita, así como a un enriquecimiento léxico.
ÌÌ Que los instrumentos de evaluación superen el nivel informativo, memorístico y
de repetición que tienen actualmente la mayoría de pruebas y exámenes.
ÌÌ Desechar, tanto en alumnos como en profesores, el carácter intimidatorio de
la evaluación y que se convierta en un acto responsable y honesto.
ÌÌ Que las actividades cumplidas por parte de los estudiantes tengan un proceso de
retroalimentación frecuente y oportuna.
ÌÌ Que el cumplimiento de las actividades en el texto de enseñanza generen formas
creativas de producirlas y presentarlas.
ÌÌ Que algunas actividades sean interdisciplinarias.
ÌÌ Que los contenidos y las actividades atiendan el necesario tratamiento de los
problemas y elementos de reflexión desde una perspectiva contemporánea.
EXPRESIÓN ORAL Y ESCRITA

Es una asignatura que desarrolla competencias comunicativas, textuales y lingüís-


ticas para elaborar discursos orales y escritos, mediatizados por la acción cons-
tructiva de la lengua española, en situaciones comunicativas: sociales, culturales,
académicas.

1. OBJETIVO GENERAL

El alumno universitario al final del curso estará en capacidad de elaborar discursos


orales y escritos con cohesión y coherencia para interactuar efectivamente, en dife-
rentes situaciones comunicativas orales, escritas.

2. OBJETIVOS ESPECÍFICOS

a. Conocer y comprender los códigos de funcionamiento de los discursos


orales y escritos para que mediante el empleo de los códigos aprendi-
dos, el estudiante universitario construya textos.

b. Formular discursos orales y escritos sujetos a las normas lingüísticas,


textuales, ortográficas y de puntuación, de acuerdo con los distintos
contextos académicos y socioculturales en los que se desenvuelve el
estudiante universitario.

c. Asumir diversos posicionamientos críticos frente a la realidad contem-


poránea y expresarlos de manera eficaz, en la formulación de discur-
sos orales y escritos.

3. LOGROS DE APRENDIZAJE

Comunicación oral

a. Identificar las características y procesos de los discursos orales, así


como los códigos no verbales vinculados con ellos, para participar
efectivamente en distintas situaciones comunicativas verbales.

b. Ejercitar la escucha reflexiva a través de variedad de registros formales


que le permitan al estudiante universitario decodificar mensajes para
responder como interlocutor activo en diversos contextos.

c. Elaborar discursos orales, aplicando normas lingüísticas y textuales,


con cohesión y coherencia.
Comunicación escrita

a. Identificar las características y procesos de los discursos escritos,


respetando las regulaciones de la competencia lingüística (textual,
semántica, pragmática) que le permitan al estudiante universitario
formular discursos en situaciones comunicativas específicas y en
contextos socioculturales múltiples.

b. Producir reflexiva y críticamente diversos tipos de ensayos que reflejen


tanto conocimientos lingüísticos como respuestas dialógicas para la in-
teracción social del buen vivir.

c. Elaborar variados discursos escritos con aplicación a las propiedades


textuales y los elementos lingüísticos de manera reflexiva y adecuada a
situaciones comunicativas reales y en relación con los contextos socio-
culturales contemporáneos.

Desempeños socioculturales

a. Participar activamente en procesos comunicativos sociales, culturales,


académicos, para producir discursos orales y escritos con idoneidad y
adecuación.

b. Asumir posiciones críticas y propositivas en situaciones sociocultura-


les diversas.
4. RELACIÓN DEL CURSO CON LOS RESULTADOS DE APRENDIZAJE

Logros de aprendizaje Contribución (alta, El estudiante debe:


media o baja)(3-2-1)
Comunicación Oral 2 - Conocer y distinguir los
elementos verbales y no
a. Identificar las caracterís- verbales que intervienen
ticas y procesos de los dis- en el proceso de la comu-
cursos orales, así como, los nicación oral.
códigos no verbales vincula-
dos con ellos, para participar - Conocer y distinguir los
efectivamente en distintas si- elementos verbales y no
tuaciones comunicativas ver- verbales que intervienen
bales. en el proceso de la comu-
nicación oral.
b. Ejercitar la escucha reflexi-
va a través de variedad de re- - Escuchar y responder
gistros formales que le permi- pertinentemente en si-
tan al estudiante universitario tuaciones comunicativas
decodificar mensajes para res- reales.
ponder como interlocutor ac-
tivo en diversos contextos. - Participar en situaciones
comunicativas orales in-
c. Elaborar discursos orales, dividuales, grupales con
aplicando normas lingüísticas precisión y coherencia.
y textuales, con cohesión y
coherencia. - Leer en voz alta con en
forma adecuada y precisa.

Desempeños del entorno 2 - Asumir su derecho a


sociocultural discutir, criticar, dar res-
puestas a diversas situa-
a. Participar activamente en ciones comunicativas de
procesos comunicativos so- su entorno social, cultural
ciales, culturales, académi- y académico.
cos, para producir discursos
orales y escritos con idonei-
dad y adecuación.

b. Asumir posiciones críticas


y propositivas en situaciones
socioculturales diversas.
5. CONTENIDOS

Unidad 1. Exposición oral

Importancia de los factores lingüísticos y paralingüísticos; entonación, pro-


nunciación, gestualidad, expresión corporal. Formas de la expresión oral; el
diálogo, la exposición, la mesa redonda, el debate; el esquema para la expo-
sición oral. Uso de ayudas audiovisuales.

Unidad 2. La lectura

Denotación, connotación. Modalidades de lectura: informativa, interpreta-


tiva, crítica. Determinación del tema. Esquemas de contenido: significado
textual y contextual. Técnicas de ampliación del vocabulario.

Unidad 3. Estructuras textuales fundamentales

La descripción, la narración, el diálogo, la exposición y la argumentación.

Unidad 4. El párrafo

Su estructura y organización. Ideas principales y su desarrollo en el párrafo.


Clases de párrafos: introductorios, de enlace, de conclusión. Coherencia y
cohesión del párrafo. Construcción de frases y oraciones. Uso de conectores.
Normas fundamentales de puntuación.

Unidad 5. La escritura de ensayos y trabajos académicos

Modalidades de un trabajo académico: reseña, ensayo expositivo y ensayo ar-


gumentativo. Contenidos procedimentales: fases de elaboración de un trabajo
académico: pre-escritura, escritura y post-escritura. Aspectos de contenido:
claridad, precisión, coherencia y cohesión textual. Las tesis, los argumentos
y los contra argumentos. Recursos persuasivos.

6. METODOLOGÍA

Es un curso de carácter práctico. No interesan tanto los conceptos sino la aplicación


y utilización comunicativa de las destrezas del lenguaje. Cada unidad contiene un
conjunto de textos breves a partir de los cuales se desarrollan las habilidades pro-
gramadas. La evaluación, por lo tanto, no se refiere a los conte¬nidos conceptuales
sino a la capacidad de utilizar estrategias para la comprensión lectora y la formula-
ción de discursos orales y escritos.
7. EVALUACIÓN

Actividades Interciclo Actividades Final Total


(Examen) Examen

25% 20% 25% 30% 100%


UNIDAD 1
LA EXPOSICIÓN ORAL

1.1 PRESENTACIÓN

1.2 OBJETIVOS

1.3 CONTENIDOS

1.3.1 ELEMENTOS VERBALES Y NO VERBALES DE UNA EXPOSI-


CIÓN ORAL

1.3.2 SITUACIONES COMUNICATIVAS ORALES: INTERPERSONALES


Y GRUPALES

1.3.3 LAS AYUDAS AUDIOVISUALES PARA UNA PRESENTACIÓN


ORAL

1.4 ORTOGRAFÍA: EL USO DE LA H

LECTURAS Y ACTIVIDADES:

ÌÌ “La violencia entra en casa”, Fernando y J. Ramón Pardo


ÌÌ “La realidad hecha espectáculo”, Fernando y J. Ramón Pardo
ÌÌ “Los prejuicios sociales”, José Luis Sangrador
ÌÌ “Estereotipos sociales”, José Luis Sangrador

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LA VIOLENCIA ENTRA EN CASA

Fernando Pardo Bustillo y José Ramón Pardo


(Esto es Televisión, 1982)

Nadie puede negar que la televisión actual es un vehículo para la entrada de


la violencia, ficticia o real, en el domicilio de cada espectador. Lo que está en dis-
cusión es la oportunidad o inoportunidad, conveniencia o peli­gro de tal espectáculo.
Existen opiniones para todos los gustos. Algunos sociólogos afirman que el
estado ideal del receptor es des­conectado. Un muchacho americano de veinte años
-dicen- alcanza dicha edad después de haber contemplado unas quince mil muertes
violentas en la pequeña pantalla, y lo grave del caso es que un porcentaje significa-
tivo de estas muertes son reales (gue­rras, magnicidios, accidentes, incendios, etc.).
Para otros estudiosos, semejante violencia gratuita actuaría a modo de ca-
tarsis liberadora, al igual que el es­pectador de encuentros deportivos descarga la
adrenalina acumulada en una semana de tensión laboral vociferando contra los ju-
gadores o contra el árbitro del encuentro. La contempla­ción de asesinatos, ajustes
de cuentas, masacres colectivas... desde el cómodo refugio familiar serviría para
libe­rar al espectador de su espíritu agresivo, y hacerle volcar sobre personajes de
ficción la violencia acumulada.
Por el contrario, otros expertos en el tema opinan que el mal ejemplo dado
por la lucha de esta violencia gra­tuita empuja al niño, con una psicología aún in-
madura, a convertir en héroes a algunos de los personajes y a tratar de emularlos.
Y no se refieren solo al caso de los niños de distintos países que han sufrido graves
acciden­tes al intentar, por ejemplo, volar como Superman o trepar por las pa­redes
como Spiderman el hombre araña, sino a una influencia más su­til: la naturalidad;
porque más peli­grosa que la violencia en sí, lo es la naturalidad con que la provocan
muchos héroes televisivos.
Los especialistas más estrictos dis­tinguen a la hora de expresar la influencia
de esta violencia entre las escenas “fáciles de imitar”, que sue­len ser las que se
presentan en un con­texto o entorno habitual o familiar al espectador, y las escenas
“lejanas” a la realidad de cada día. Las primeras serían nocivas por su facilidad de
re­petición y por la cotidianeidad con que pueden expresarse; las segundas no mues-
tran una incidencia clara en el comportamiento potencial del espectador, porque se
trata de una violencia fingida y el receptor conoce la clave de su absoluta falsedad.

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Los análisis cualitativos y cuantita­tivos de los contenidos de los programas
de todos los países hacen eviden­te el protagonismo de las imágenes de violencia,
pero no está en absoluto comprobado que por ello los telespectadores sean especial-
mente procli­ves a los comportamientos agresivos. No existe una relación directa
entre la asiduidad ante el televisor y la actitud criminal, a pesar de que el sistema
de comunicaciones sí determine en lo esencial los valores de una sociedad y que
estos, a su vez, repercutan en las formas de comunicación de los indi­viduos. Porque
lo cierto es que la vio­lencia que aparece en televisión equi­vale al reflejo de una so-
ciedad real­mente crispada y agresiva. El proceso de “realimentación” o feedback
en­tre la realidad y su reflejo es bien co­nocido por los sociólogos. Algo pare­cido a
lo que ocurre cuando un suici­dio “original” o de un personaje fa­moso es difundido
por los medios de comunicación y rápidamente surgen decenas de imitadores. Con
la televi­sión y la violencia sucede lo mismo: la violencia de la sociedad aparece
re­flejada en la pequeña pantalla, y la contemplación de esas imágenes despierta
en algunos individuos nuevos reflejos de violencia. Se produce así la “realimen-
tación”, una relación de causa-efecto-causa en la que es impo­sible determinar la
culpabilidad de uno de los sujetos.
Más allá de los comportamientos individuales, el problema de la vio­lencia
cotidiana en los espacios tele­visivos plantearía otro de mayor pro­fundidad y tras-
cendencia para la “sa­lud” de los valores éticos de la socie­dad: la indiferencia ante
la agresión. Abrumados por la avalancha de crí­menes, peleas, ataques personales y
colectivos, bien podría llegar un mo­mento en que el telespectador -la so­ciedad, en
suma- se volviera insensi­ble ante el problema de la agresividad hasta que repercu-
tiera directamente sobre él mismo.

ACTIVIDADES:

1. Lea el texto en voz alta, aplique las destrezas requeridas para el uso de
los signos de puntuación, las pausas correspondientes, añada expre-
sividad en los momentos oportunos y la intensidad de voz adecuada.
Luego, los alumnos en grupos comenten el empleo de estos aspectos.
Finalmente, expongan sus puntos de vista sobre la lectura efectuada.

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LA EXPOSICIÓN ORAL

1.1 PRESENTACIÓN

Esta unidad desarrolla un conjunto de aspectos relativos a las presentaciones


orales, y su objetivo fundamental es pulir las habilidades que requerimos cuando
efectuamos exposiciones académicas.

La comunicación actual concede una gran importancia a factores verbales y


no verbales que intervienen en las prácticas orales académicas tales como: la arti-
culación, la pronunciación, la intensidad, el tono o extensión, el énfasis o la entona-
ción, la gestualidad, la expresión corporal.

Así pues, esta unidad desarrolla un conjunto de aspectos relativos a la ex-


presión oral, y los factores verbales y no verbales que intervienen en ella. Así se
revisarán aquellos vinculados con:

ÌÌ La importancia de la dicción y los elementos centrales en la emisión de


la voz.
ÌÌ La fórmula VVV (visuales, vocales, verbales) en las prácticas orales.
ÌÌ La expresión corporal.

Atiende también a las distintas maneras de ejercitar las acciones comunicati-


vas orales y sus respectivos esquemas de aplicación:

ÌÌ Interpersonales y grupales
ÌÌ La exposición oral: esquema
ÌÌ El debate: elementos y metodología.
ÌÌ El panel de discusión y la mesa redonda: formas y usos.

Y se desarrollarán también aspectos relacionados con la presentación final y


el empleo de las ayudas visuales dentro de las distintas situaciones comunicativas
orales académicas.

Finalmente se tratarán las reglas del uso de h y su respectiva aplicación.

1.2 OBJETIVOS

Objetivo general:

Proporcionar estrategias para desarrollar habilidades de los estudiantes para un


mejor desenvolvimiento al momento de efectuar una exposición oral académica.

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Objetivos conceptuales:

ÌÌ Manejar conceptos básicos en relación con la comunicación oral, sus


elementos centrales, metodologías y prácticas comunicativas.
ÌÌ Distinguir los elementos verbales de los no verbales en las situaciones
comunicativas orales.
ÌÌ Caracterizar los rasgos verbales, visuales y vocales en la expresión oral.
ÌÌ Ejercitar las reglas que se deben seguir para el empleo de las ayudas vi-
suales en las presentaciones orales.
ÌÌ Conocer las reglas del empleo de la h y sus aplicaciones.

Objetivos procedimentales:

ÌÌ Realizar prácticas de comunicación oral en situaciones académicas.


ÌÌ Reconocer y diferenciar los elementos de la expresión corporal.
ÌÌ Emplear metodologías activas y ayudas visuales en prácticas orales.
ÌÌ Utilizar de la manera eficaz los elementos de la dicción en exposiciones
orales.
ÌÌ Realizar ejercicios varios en los que se emplee las reglas para el uso de
la h.

Objetivos actitudinales:

ÌÌ Participar en ejercicios de comunicación oral con respeto, tolerancia a


criterios contrarios, en forma activa.
ÌÌ Exponer ideas, propuestas, juicios con claridad, honestidad y prudencia
dentro de la academia.
ÌÌ Respetar las referencias a fuentes y datos obtenidos para su participación
en situaciones comunicativas orales.

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DESARROLLO DE LA UNIDAD 1

1.3 CONTENIDOS

1.3.1 ELEMENTOS VERBALES Y NO VERBALES DE UNA EXPOSICIÓN

1.3.1.1 La fórmula VVV (visuales, vocales, verbales)

Un estudiante universitario debe saber lo importancia de esta fómula para


pulir sus hbildiades al momento de ejecutar una presentación oral. Mehrabian, en su
libro Silent Messages1, expresa que para alcanzar los efectos óptimos en el manejo
de la expresión oral debe pensarse en el equilibrio que debe existir entre los ele-
mentos visuales, verbales y vocales agrupados en la fórmula VVV. Estos aparecen
sintetizados en el siguiente cuadro:

FÓRMULA VVV
EQUILIBRIO Y CONSISTENCIA ENTRE LOS TRES

1 2 3
VISUALES VOCALES VERBALES

Gestos Entonación Ideas


Ademanes Volumen Contenido
Postura Velocidad Lenguaje
Distancia Fuerza Secuencia
Accesorios Énfasis Temas
Movimientos Ritmo
Arreglo personal Proyección
Factores físicos Resonancia

INFLUENCIAS EN LA COMUNICACIÓN ORAL

55% 38% 7%

1 Mehrabin, citado por Decker, 1992: 8. En Comunicación Oral: fundamentos y práctica estraté-
gica, Socorro Fonseca Yerena, Pearson - Educación, Segunda Edición, México, 2005.

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Revisemos, entonces, algunos de estos aspectos:

1.3.1.2 La entonación

La emoción con la que se expresa, el sentido de lo que se dice y la inflexión


de voz con la que se produce una frase o grupo fónico se denomina entonación. La
entonación informa al oyente si expresamos un sentido efectivo, irónico, burlesco,
enérgico, de incredulidad, de enfado, etc. Por tanto, debemos saber acomodar nues-
tra tono de acuerdo a la naturaleza del discurso que exponemos.

1.3.1.3 La dicción y su importancia

Es la forma global de la expresión del idioma, trata de la pronunciación exacta


de todas las letras de las palabras de un texto, requiere de una fonación continua, de
una respiración apropiada, de una articulación clara y precisa, de una modulación
de voz en relación con el sentido de lo leído y de las situaciones comunicativas.

ACTIVIDADES:

1. Realice los siguientes ejercicios de vocalización y dicción

a) Coloque un lápiz en la boca en forma horizontal, lea el texto de


trabajo por lo menos cinco minutos, luego notará como los mús-
culos de la cara se relajan y sin el lápiz puede vocalizar de manera
más clara.
b) Lea una lectura escogida por usted en forma oral, pero a la máxima
velocidad posible; el ejercicio le exigirá vocalizar, pronunciar y
reconocer las sílabas y las letras a la mayor precisión.

2. En el mismo grupo de trabajo analice los pro y los contra que, según
su criterio, se evidenciarían en el uso de la fórmula VVV durante las
exposiciones orales.

1.3.1.4 La expresión corporal

La comunicación oral se complementa con la expresión corporal. Los gestos


y movimientos del cuerpo (cabeza, hombros, brazos y manos), así como las expre-
siones del rostro y la mirada poseen un gran poder comunicativo. El hablante que
permanece inmóvil, el rostro inexpresivo y la mirada fija, se distancia del público.

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Los movimientos corporales estudiados por la cinética pueden clasificarse de
la siguiente forma:

ÌÌ Emblemas: son actos no verbales que admiten una transposición oral directa
y precisa. Por ejemplo, la señal de la victoria que se hace con dos dedos.
ÌÌ Ilustradores: actos no verbales unidos directamente al habla y que sirven
para simbolizar lo que se dice verbalmente. Tal es el caso de movimientos
que enfatizan una frase, señalan objetos presentes, describen una relación es-
pacial o el ritmo de un acontecimiento. Por ejemplo: los gestos para mostrar
el tamaño de un objeto.
ÌÌ Muestras de afectos: básicamente expresiones faciales que manifiestan es-
tados afectivos. Por ejemplo: gestos del rostro para mostrar alegría, tristeza,
sorpresa, etc.
ÌÌ Reguladores: actos no verbales que mantienen y regulan la naturaleza del
hablar y el escuchar entre dos o más sujetos interactuantes. Indican al ha-
blante que continúe, repita, se apresure. Algunas conductas asociadas al sa-
ludo y la despedida pueden ser reguladores en la medida en que indican el
inicio o el fin de una comunicación cara a cara.
ÌÌ Adaptadores del yo: se refieren a la manipulación del propio cuerpo. Evi-
dencian esta gestualidad rascarse la cabeza, meter las manos en los bolsillos,
morderse los labios, entre otros.
ÌÌ Adaptadores interpersonales: son los que tratan de establecer una relación
interpersonal más o menos imaginaria. Por ejemplo: arreglarse el pelo con
las manos, otros signos de coqueteo.
ÌÌ Adaptadores dirigidos a objetos: juguetear con unas llaves, morder un es-
fero, fumar, etc.

ACTIVIDADES:

1. Toda conversación presenta una multiplicidad de mensajes y señales


(visuales, vocales y verbales). Divida el curso en pequeños grupos para
dialogar sobre si somos conscientes de esta situación o tendemos a
privilegiar alguno de los códigos que intervienen en la comunicación.
Después realizar la puesta en común.

2. Nuestros gestos enfatizan o refuerzan, a veces, lo que queremos decir


con palabras. ¿Qué nos parece más expresivo, la palabra o el gesto? ¿De-
jar de gesticular puede tener algún significado? ¿Algunos gestos tienen
relación con prejuicios o estereotipos? Establecer grupos de trabajo.

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3. Los gestos son en ocasiones más elocuentes que las palabras. Obser-
ve detenidamente una secuencia del discurso de un político. Capte el
contenido de su charla utilizando únicamente referencias contextuales,
situacionales y gestuales. Después pase nuevamente al texto visual con
sonido para confrontar lo observado. La pregunta es: ¿hasta qué punto
es posible captar el significado de un texto interactivo sin escuchar el
audio?

4. Clasifique los gestos observados en una exposición oral de un compa-


ñero.

5. Efectúe un análisis sobre qué tipo de gestualidad nos corresponde rea-


lizar cuando exponemos oralmente y cuál no nos conviene.

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LA REALIDAD HECHA ESPECTÁCULO

Fernando Pardo Bustillo y José Ramón Pardo


(Esto es Televisión, 1982)

La televisión se ha convertido en el símbolo de la sociedad de consumo que
ha caracterizado el siglo XX. Una sociedad que una vez cubiertas todas las nece-
sidades básicas por las que la Humanidad había luchado durante milenios, no ha
tenido más remedio que ir creando nuevas urgencias para no detener su ritmo de
desarrollo. Llevado este esquema hasta sus últi­mas consecuencias, el día en que
se invente el coche de larga duración, la lavadora casi indestructible o el tele­visor
perfecto, las sociedades indus­triales desarrolladas habrán llegado al borde de su
catástrofe.
Gracias a los medios de comunica­ción, y en último término a la televi­sión, el
hombre ha pasado de conocer su entorno sin intermediarios -hom­bre primitivo, que
debía experimen­tar por sí mismo todas las realidades circundantes a su propio “yo”-
, a co­nocer solo los intermediarios que le informan de su entorno. El hombre es ya
puente entre dos realidades tangi­bles: su entorno y los medios de co­municación de
masas.
De esta forma, como escribiera Jean Cazaneuve, el más famoso de los estu-
diosos franceses sobre el fenóme­no, la televisión es simplemente el reflejo de la
realidad convertida en espectáculo. La principal función de la televisión es trans-
mutar lo real en es­pectáculo, responder de este modo a las necesidades del hombre
enfrenta­do a su condición humana. Pero este mismo planteamiento contiene dos
graves peligros, que todos los teóricos de la televisión han señalado reitera­damente:
la pérdida de perspectiva sobre lo real y lo reflejado en la pan­talla, y la mitificación
del medio y de los que en él trabajan.
En cuanto al primero de los peli­gros, la única forma de obviarlo sería un ejer-
cicio mental de reducir a la realidad lo que se nos presenta como espectáculo; algo
relativamente fácil para una mente formada, pero no para los niños. En el tema de
la mitificación, el fenómeno es doble: por una parte, la aproximación del personaje
al público, desvelando detalles de su forma de ser contribuye a acortar la distancia
que existe entre la celebri­dad y el espectador vulgar; por otra, la televisión sobre-
valora todo lo que se ve en ella y proporciona una falsa imagen de objetividad que,
hábilmen­te manejada por el personaje televisi­vo, produce esas mitificaciones ins­
tantáneas y casi irracionales.
La televisión es sobre todo evasión, escapismo de la realidad cotidiana que
rodea al individuo. Tal ha sido, fundamentalmente, la clave de su éxi­to, de su expan-

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sión prodigiosa en muy pocos años. Los sociólogos se preguntan si este escapismo
es una forma de olvidar la realidad o un sis­tema de adaptarse indirectamente a ella,
y los estudios realizados compa­rando la realidad de un momen­to determinado y la
que presentan las series de que se nutre el mayor porcentaje de horas de la televisión
confirman la primera de estas dos posibilidades. Los trabajos de Head y de Fleur
indican que la imagen del mundo que ofrece la televisión está cuidadosamente dis-
torsionada de la real: ni las profesiones representadas, ni la relación trabajador-
patrón, ni las pautas de conducta social y racial se asemejan a las que la sociedad
vive en cada momento. Sin embargo, el ciu­dadano sigue consumiendo la televisión
así concebida, y en la mayor par­te de los casos se queja cuando ve re­flejado en ella,
con exactitud y crude­za, el mundo que le rodea.
Sin embargo, sería un enorme error deducir que el telespectador rechaza todo
lo que no implique distracción, espectáculo, alejamiento absoluto de la realidad.
Todo lo contrario. Su gra­do de aceptación del espacio televisi­vo depende, precisa-
mente, de que exista un débil -sutil pero real- víncu­lo, una analogía entre lo que ve
y oye y su ambiente diario. Que lo que pre­sencie, tanto un acto cultural como una
emisión científica o una entrevis­ta política, no sea totalmente idéntico a su mundo
cotidiano, sino superior en su carga humana, de formación o informativa, pero que
tal “alejamien­to” sea mínimo para que el esfuerzo que deba realizar su imaginación
no vaya en detrimento de su propia confianza.

ACTIVIDADES:

1. Organice una exposición oral sobre el tema: La influencia de la televi-


sión en los jóvenes, siga para el efecto las sugerencias indicadas en esta
unidad sobre la exposición oral y su metodología.

2. Interesa conocer las preferencias de los estudiantes en relación a la


oferta televisiva en cuanto a la programación: qué programas atraen
y por qué, cuáles son rechazados, qué piensan sobre los personajes de
algunos programas, reflexiones sobre la televisión nacional, etc. Orga-
nizar un diálogo.

3. Grabe algún programa de la televisión (Los Simpsons, una sesión de


talk show, proyéctese para todo el curso, y proceda a su análisis, no
descuide las reflexiones sobre los modelos sociales que reproduce).
Puede consultar algún material bibliográfico. Por ejemplo, “Contra el
abuso de la televisión” de Karl Popper.

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1.3.2 SITUACIONES COMUNICATIVAS ORALES: INTERPERSONALES Y
GRUPALES

1.3.2.1 La Exposición Oral: esquema y aplicación

Es un medio de expresión que se caracteriza por la unilateralidad de la comu-


nicación, y cuyo propósito es aumentar los conocimientos hacia un área determina-
da del saber.

Interesa destacar que la exposición oral es una de las actividades más fre-
cuentes en el aula por parte de los estudiantes, cuando exponen sus trabajos ante el
profesor y sus compañeros.

Preparación del discurso de exposición: Para preparar un discurso de expo-


sición se recomienda seguir estos pasos:

1. Delimitar el tema.
2. Recolectar la información.
3. Elaborar y organizar el esquema del discurso.

Sugerencias: Sobre el primer punto, son aconsejables temas propios sobre


nuestra contemporaneidad y conectados con los intereses de los jóvenes univer-
sitarios. Sobre el segundo punto, consultar diversas fuentes de información con la
orientación del profesor, después proceder a seleccionar la información más inte-
resante y organizarla (presentación del tema, desarrollarlo con argumentos y con-
cluirlo). Del tercer punto, por su importancia, ofrecemos un tratamiento más soste-
nido.

Esquema del discurso: Para elaborar el esquema hay que seguir estas fases:

1. El bosquejo de tópicos.
2. El bosquejo mezclado.
3. El bosquejo de oración o frase completa.

El bosquejo de tópicos: Se seleccionan las ideas sobre un tema y se expresan


en forma de enunciado a manera de una secuencia lógica.

TEMA: El Analfabetismo

I. Importancia de la alfabetización.
II. Causas del analfabetismo.
III. Medios para luchar contra el analfabetismo.

21
El bosquejo mezclado: Es una mezcla de frases completas y enunciados. Se
expresan las ideas principales (los enunciados del bosquejo de tópicos) en oracio-
nes o frases completas. Las ideas secundarias o subtemas, en forma fragmentada
(enunciados).

I. Es importante que todos sepamos leer y escribir.

A. Exigencias sociales
B. Superación personal
C. Necesidades económicas

II. El analfabetismo tiene su raíz en la vida política, económica y social del


país.

A. Situación legal
B. Medios de transporte
C. Escasez de maestros

III. Hay varias organizaciones que pueden ayudar para combatir el analfabetismo.

A. La UNESCO
B. El Ministerio de Educación
C. Los gobiernos seccionales

Bosquejo de oración o frase completa: Tanto las ideas principales como


las secundarias se expresan en oraciones o frases completas. En la exposición oral
solamente se desarrollarán estos aspectos seleccionados sobre el tema.

I. Es importante que todos sepamos leer y escribir.

A. La sociedad exige un mayor compromiso para que tomemos parte acti-


va en su desarrollo.
B. Todos sentimos la necesidad de reconocimiento y superación.
C. Necesitamos promover la alfabetización para un mejor desarrollo eco-
nómico nacional e hispanoamericano.

II. El analfabetismo tiene su raíz en la vida política, económica y social del


país.

A. Una causa es la inobservancia de la ley que exige la obligatoriedad de


la Educación Básica.
B. Otra causa es la dificultad que tienen los niños del sector rural para
asistir a las escuelas.
C. Una tercera causa es la falta de maestros, sobre todo en el área rural.

22
III. Hay varias organizaciones que pueden ayudar para combatir el analfabetismo.

A. La UNESCO suministra fondos para una evaluación periódica de los


programas de alfabetización.
B. El Ministerio de Educación mantiene programas de alfabetización en
todo el país.
C. Los Municipios y los Consejos Provinciales están en capacidad de apo-
yar los proyectos de alfabetización.

(Texto adaptado: Comunicación oral, Ellen McEntee)

ACTIVIDADES:

1. Temas de exposición: Las imágenes invaden nuestro entorno y una de


las consecuencias es la falta de lectura. La importancia de la lectura, su
valor formativo y de entretenimiento.

2. Breves exposiciones: los estudiantes harán una breve exposición ante


sus compañeros de no más de cinco minutos sobre un tema cultural
libremente elegido (la música, el cine, las drogas, la globalización, la
mujer, los derechos humanos, etc.).

3. Invite a un especialista sobre este tema: La realidad virtual. Después


los alumnos redactarán un breve escrito con las principales ideas ex-
puestas y las reflexiones personales.

1.3.2.2 El Debate: elementos y metodología

Podemos definir el debate como una especie de discusión organizada alre-


dedor de un tema de interés general. En un debate, cada interlocutor expone sus
argumentos y, si es posible, refuta los del contrario, intentando de esta manera con-
vencer al auditorio. Así, pues, es conveniente que el debate se organice en torno a
posiciones contrapuestas.

Funciones del moderador: Todo debate necesita de un moderador, quien, además


de plantear al inicio el tema de discusión, debe estar atento a estos aspectos:

ÌÌ Dar la oportunidad de intervenir al mayor número posible de estudiantes.


ÌÌ Controlar el tiempo de intervención.
ÌÌ Organizar las líneas de discusión que vayan surgiendo.

23
ÌÌ Impedir alusiones y discusiones personales.
ÌÌ Cuidar el tono de la discusión.
ÌÌ Tratar de llegar a la formulación de conclusiones.

Sugerencias para la participación: Quien participa en un debate busca de-


fender su propia opinión, persuadir y convencer al público para que la acepte. Por
eso debe tener en cuenta las siguientes reglas de participación:

ÌÌ Presentar de forma clara la idea o la opinión que quiere defender.


ÌÌ Emplear para ello argumentos eficaces y convincentes.
ÌÌ No rechazar previamente una idea contraria; de lo que se trata es de encontrar
razones para defender una posición y en ningún caso atacar arbitrariamente a
los otros participantes. Pero si no se está de acuerdo hay que refutarlo.

La refutación: uno de los problemas detectados en actividades de expresión


oral como el debate es que no sabemos refutar, es decir no tenemos la habilidad de
responder adecuada e inmediatamente en una situación de discusión. Recordemos
que refutar significa desaprobar una idea.

Para ello es conveniente tomar notas de la intervención. La hoja de papel pue-


de dividirse en dos columnas: en una van los argumentos del opositor y en la otra
las ideas defendidas. Por ejemplo, sobre el tema de la violencia.

Refutación <­---------------> Argumento del opositor

No, la violencia es inherente La sociedad y el entorno vuelven


al ser humano violentas a las personas

Para realizar el seguimiento respectivo a la práctica del debate se puede ini-


ciar la actividad completando la Hoja de evaluación para la práctica del debate
que a continuación se incluye.

24
HOJA DE EVALUACIÓN PARA LA PRÁCTICA DEL DEBATE2

Asigne una puntuación de 1 (mínimo) al 5 (máximo) a cada uno de los indicadores presentados, según el
desempeño de los equipos en el debate. Al finalizar, sume la cantidad de puntos otorgados y anote en la casilla
correspondiente.

TEMA:………………………………………………………… FECHA ………..…………...…………


Equipo y Conoci- Fundamentación Conocimiento Facilidad de Respuestas SUMA
postura miento de de ideas palabra
del tema Argumentos
A FAVOR

EN CONTRA

1.3.2.3 Situaciones comunicativas grupales

a) La mesa redonda

Se la puede definir como un tipo de discusión informal llevada a cabo por


un grupo seleccionado y desarrollada frente a un auditorio, bajo la coordina-
ción de un moderador.

Características:

ÌÌ Es una forma de discusión de tipo conversacional.


ÌÌ Deben evitarse los discursos o consignas a participantes y al
moderador.
ÌÌ Puede ser utilizada como estrategia comunicacional interna para
obtener información y tomar decisiones a futuro.
ÌÌ Permite cierto control y direccionalidad sobre el tema de la discu-
sión.
ÌÌ Expone diferentes puntos de vista, hechos y actitudes sobre un
tema.
ÌÌ Permite interacción y estimulación mutua entre los participantes.

2 Fuente: FONSECA YERENA, Socorro. Comunicación Oral: Fundamentos y práctica


estratégica, Pearsons Educación, segunda edición, México, 2005, p. 134-135.

25
ÌÌ Reparte responsabilidades entre los invitados a participar porque
requiere que estos reflexionen, recolecten datos, sistematicen los
mismos, previos a la realización de la mesa redonda.

Elementos:

ÌÌ Participantes: de tres a seis miembros.


ÌÌ Un moderador

Funciones de los participantes:

ÌÌ Preparar el material y organizarlo en relación con el tema a desa-


rrollarse.
ÌÌ Mantener claridad, pensamiento reflexivo, prudencia en su expo-
sición.
ÌÌ Escuchar con atención y respeto las intervenciones de los demás
miembros de la mesa redonda.
ÌÌ Reducir sus comentarios a periodos cortos (2 o 3 minutos)
ÌÌ Mantener la atmósfera de la discusión informal y el tono conver-
sacional.

Funciones del moderador:

ÌÌ Reunirse previamente con los integrantes de la mesa redonda y


coordinar conjuntamente el trabajo
ÌÌ Ubicar estratégicamente a los integrantes de la mesa.
ÌÌ Presentar el programa en general.
ÌÌ Presentar a los participantes.
ÌÌ Exponer claramente el procedimiento o mecanismos que seguirá
la mesa redonda.
ÌÌ Abrir la discusión con el público, se recomienda iniciar esta sec-
ción con una pregunta o comentario globalizador que llame la
atención hacia un punto central de interés.
ÌÌ Intervenir en la discusión para formular preguntas aclaradoras, re-
sumir, finalizar una discusión y pasar a otro tema, interrumpir a
ciertos oradores que sobrepasen el tiempo convenido.
ÌÌ Mantener el clima y ambiente de discusión ameno y propositivo.
ÌÌ Presentar las conclusiones o el resumen que cierre la mesa redonda.

26
b) El panel de discusión:

Es una forma de discusión frente a un público, se la emplea frecuentemente


en congresos y convenciones, a los que se han invitado a expertos en deter-
minado temas y áreas del saber.

El panel se lo emplea para conducir la presentación y discusión de temas


más o menos estructurados de interés específicos de determinadas audien-
cias. El o los participantes tienen el control, la secuencia y el desarrollo del
panel.

Forma de organización:

ÌÌ Se seleccionan cuatro o cinco personas expertas sobre un tema o


área académica, para que aborden temas específicos.
ÌÌ Debe designarse un presentador, un coordinador del panel, quien
en forma concreta deberá exponer los objetivos que busca alcanzar
el panel.
ÌÌ Se ubica la participación de cada uno de los invitados en una agen-
da de trabajo a desarrollar.
ÌÌ Los seleccionados se ubican en un estrado o escenario en forma
estratégica para presentar sus ideas, de manera que todos lo vean
y lo escuchen adecuadamente.
ÌÌ Según su participación generará un intercambio recíproco de ideas
y puntos de vista con su auditorio, procurando resolver las inquie-
tudes y problemas que se presenten.
ÌÌ El coordinador o moderador deberá mantener el equilibrio y un
ambiente de discusión propicio de los diferentes participantes, y
de este con el público al que se dirigen.

27
LOS PREJUICIOS SOCIALES

José Luis Sangrador



Español, 1946, catedrático de Psicología social de la Universidad Com-
plutense de Madrid. Ha escrito múltiples escritos sobre el tema del amor
y la pasión amorosa: sus rostros, devaneos, enseñanzas y problemas que
genera en el mundo de hoy.

Las relaciones intergrupales conflictivas o competitivas suelen ir acompaña-
das de prejuicios sociales. Dejando de lado la utilización del término “prejuicio”
para denominar a las acti­tudes personales hacia ciertos obje­tos, ideas o personas no
demasiado fundamentada en datos reales (prejuicio hacia la carne de cerdo, hacia
la música clásica, etc.), en Psicología Social se estudian los prejuicios socia­les,
entendidos como actitudes nega­tivas de los miembros de un grupo habitualmente
mayoritario hacia los de otro u otros de carácter minoritario. El análisis de los pre-
juicios es un tema clásico de la Psicología Social norteamericana, dados los eviden-
tes conflic­tos intergrupales (negros, inmigrantes, etc.) que allí se dan. No obstante,
y si bien los prejuicios antinegros, antisemitas, etc. han sido los más inves­tigados,
conviene señalar que el pre­juicio no es en absoluto un proble­ma exclusivamente
racial: afecta a las relaciones entre todo tipo de grupos, ya sean de carácter político,
religioso, profesional, ideológico, deportivo, etcétera.
Por lo general suelen distinguirse tres componentes estrechamente interco-
nectados en el estudio de los pre­juicios:
ÌÌ Un componente cognitivo, com­puesto por un conjunto de creencias sobre los
rasgos de los miembros de un grupo: es el estereotipo de dicho grupo (por
ejemplo, los judíos son “ambiciosos”, “tacaños”);
ÌÌ Un componente evaluativo o afectivo, consistente en una evalua­ción negati-
va de un grupo junto con sentimientos de cierta hostilidad ha­cia sus miem-
bros, lo que vendría a ser propiamente el prejuicio (por ejem­plo, “me caen
mal” los judíos);
ÌÌ Un componente comportamental, constituido por una tendencia a conductas
hostiles y de marginación hacia los miembros del grupo, lo que suele deno-
minarse discriminación.
Entendido el prejuicio como un conjunto entramado de estereotipos negati-
vos, evaluaciones negativas y tendencias discriminatorias, la pre­gunta que surge al
punto es la de sus determinantes: ¿a qué se debe la exis­tencia y el mantenimiento
de los pre­juicios sociales?

28
Hay quienes sostienen que ciertos prejuicios son el resultado de la agresivi-
dad generada por diversas frustra­ciones y que se descarga en minorías indefensas.
Es la teoría del chivo ex­piatorio (o cabeza de turco), aplica­ble, por ejemplo, al
antisemitismo (prejuicio antijudío) en la Alemania nazi o al prejuicio antinegro en
EE.UU. Naturalmente, estos prejui­cios se justifican y racionalizan cul­pando a tales
minorías de los males y frustraciones del grupo dominante.
En otro orden de cosas, se ha afir­mado también que un cierto tipo de perso-
nalidad pudiera ser responsable del sostenimiento de los prejuicios: la personali-
dad autoritaria, caracteriza­da por un conjunto de rasgos, y entre ellos, por fuertes
prejuicios hacia las minorías y los disidentes. Asimismo, se ha señalado que los
individuos con necesidad de status y poder (por ocupar posicio­nes inferiores en la
jerarquía) po­drían necesitar despreciar a alguien para sentirse superiores. De hecho
parece haber cierta evidencia de que las personas con niveles bajos de sta­tus tienden
a sostener más prejuicios.
Sin embargo, y pese a estas explica­ciones, el prejuicio no deja de ser un pro-
blema intergrupal, lo que nos per­mite afirmar que probablemente la causa más ge-
nérica de su existencia radica en los conflictos intergrupales (derivados de la com-
petencia por me­tas económicas o políticas) o en las si­tuaciones de explotación de
una mi­noría por la mayoría; esto es, en las relaciones intergrupales negativas, tal y
como ya se ha comentado. En es­tas situaciones, los prejuicios ten­drían la posible
misión de sustentar y justificar el conflicto o la explotación. Así, ciertos prejui-
cios proporcionan ventajas económicas al grupo domi­nante, negando derechos a
las mino­rías (negros, las mujeres en ciertos países) y justificando el colonialismo,
la explotación de los pueblos considerados salvajes o atrasados, etcétera.
Finalmente, conviene señalar el in­significante papel en la génesis de un pre-
juicio de las experiencias negativas con miembros del grupo en cuestión. Los niños
blancos, por ejemplo, “aprenden” actitudes negativas hacia los negros aun antes
de tener contacto con ellos; y tales contactos serán claramente afectados después
por el pre­juicio, el cual no depende necesariamente de experiencias tempranas de­
sagradables con los negros. En conse­cuencia, se puede concluir que los prejuicios
son un producto social que adquieren y comparten los miembros de un grupo al
tiempo que van interiorizando valores, normas, actitudes... La familia, los amigos,
la escuela, los medios de comunicación social, etc. transmiten sin cesar esos prejui-
cios, que vamos incorporando de modo casi involuntario. Y las presiones ha­cia la
conformidad hacen el resto, sancionando y rechazando a quienes no compartan los
prejuicios dominan­tes.

29
ACTIVIDADES:

1. La mesa redonda es una de las formas de comunicación en grupo más


frecuentes, requiere de un conjunto de principios para desarrollarla.
Emplee las recomendaciones y características propuestas en el presente
capítulo y a partir de ellas establezca una mesa redonda con los com-
pañeros del curso, en la que aborden diferentes aspectos sobre la exis-
tencia de los prejuicios sociales en el mundo contemporáneo. Algunas
de esas directrices pueden responder a las siguientes preguntas: ¿A qué
denominamos prejuicio social, cuáles son los principales prejuicios so-
ciales que enfrenta el mundo contemporáneo? ¿Considera usted, que
una personalidad autoritaria y la necesidad de estatus social y de po-
der son condicionantes centrales para la formación de los denominados
prejuicios sociales? ¿Por qué considera usted que el prejuicio social es
un problema intergrupal? ¿Qué soluciones propondría para salvar en lo
posible los prejuicios sociales?

2. Para ejercitar u observar el funcionamiento del panel de discusión, in-


vite a tres especialistas sobre el tema: Los prejuicios sociales. Esta
actividad se desarrollará en clase y seguirá los puntos y secuencia reco-
mendada en la parte teórica de esta unidad.

3. A partir de un mapa conceptual claro y preciso, establezca las similitu-


des y deferencias que se presentan entre la mesa redonda y el panel de
discusión.

30
1.3.3 LAS AYUDAS AUDIOVISUALES PARA UNA PRESENTACIÓN ORAL

Una buena presentación requiere de una organización adecuada de los con-


tenidos verbales y de los materiales visuales que respaldarán y afianzarán dicha
presentación.

ÌÌ Los apoyos visuales:


Los apoyos visuales construidos y manejados adecuadamente convierten a
quien los emplea en un eficaz comunicador, pues le brindan precisión en el mensaje
y aumentan la tensión del auditorio o público al que se dirige. Estos apoyos no son
recursos mágicos ni sustitutos de los mensajes verbales y de las ideas que propone
el expositor oral. Deben ser considerados como auxiliares que pretenden reforzar,
precisar, sintetizar, los pensamientos de quien expone.

ÌÌ Funciones:
ÌÌ Refuerzan contenidos
ÌÌ Mantienen la atención del público
ÌÌ Reducen el tiempo de exposición
ÌÌ Permiten recordar datos o información útil
ÌÌ Inducen a la participación del auditorio

ÌÌ Clases de ayudas visuales3:


ÌÌ Los materiales proyectados, electrónicos y tecnológicos
ÌÌ Los materiales con imágenes impresas
ÌÌ Los materiales escritos
ÌÌ Los tridimensionales

3 Fuente: Fonseca Yerena, Socorro, Comunicación Oral: Fundamentos y práctica estratégica,


Pearson Educación, segunda edición, México, 2005, p. 134,135.

31
PROYECCIONES IMÁGENES ESCRITOS TRIDIMENSIO-
IMPRESAS NALES
Acetatos Gráficas de línea Texto Objetos:
Diapositivas Gráficas de barra Documentos - Modelos
Transparencias: Gráficas de pastel Folletos - Maquetas
Filmes, videos Folletos y pósters Volantes - Ejemplares
Presentaciones en Diagramas
Computadora Esquemas
Dibujos
Fotografías
Pinturas
Collages
Símbolos
Signos

Reglas para el uso de los apoyos visuales:

ÌÌ Deben emplearse cuando la situación los requiere y en momentos precisos.


ÌÌ Están dirigido a un auditorio, no a su expositor.
ÌÌ No debe exagerarse su uso. El número, tamaño, los signos, los colores deben
ser limitados a un tema, un objetivo, un público.
ÌÌ El expositor debe dirigirse a la gente, no debe leer el apoyo visual.
ÌÌ Se debe demostrar ciertas destrezas en el manejo de los aparatos electrónicos
y de proyección
ÌÌ Se debe considerar un tiempo prudencial en el empleo de los medios visua-
les y organizarlos en torno a una secuencia específica.
ÌÌ Es sustancial preparar con anticipación los equipos, materiales y demás ins-
trumentos que requiera para su presentación.

32
ESTEREOTIPOS SOCIALES

José Luis Sangrador

Español, 1946, catedrático de Psicología social de la Universidad Com-


plutense de Madrid. Ha escrito múltiples artículos sobre el tema del
amor y la pasión amorosa: sus rostros, devaneos, enseñanzas y proble-
mas que genera en el mundo de hoy.

Los estereotipos afectan también cla­ramente a las relaciones entre los gru­pos
humanos. Cuando en el seno de un grupo (o en la sociedad en general) existe cierto
acuerdo sobre los rasgos típicos de una categoría de personas o de los miembros de
otro grupo, deci­mos que hay un estereotipo de tales individuos. Existen estereotipos
étnicos (los negros son “sucios y perezosos”), nacionales o regionales (los galle-
gos son “sentimentales y supersticiosos”, los ingleses son “orgullosos y racis­tas”),
sexuales (las mujeres están “más dotadas para las labores del hogar”), profesionales
(los médicos son “muy peseteros”), etc.
Evidentemente, el grado de verdad de estas imágenes puede ser reducido, e
incluso pueden existir estereoti­pos radicalmente falsos. Sin embargo, a nivel ge-
neral, los estereotipos suelen poseer un cierto fondo de verdad; así, por ejemplo,
probablemen­te es cierto que los andaluces son más graciosos que los gallegos y
los latinos más emotivos que los anglosajones. Lo cual no impide que, a nivel de
per­sonas concretas, el estereotipo no corresponda con la realidad: existen sin duda
anglosajones apasionados y lati­nos poco emotivos.
Si las imágenes estereotipadas per­sisten a través del tiempo y las genera-
ciones, mostrando un cierto grado de rigidez, es lógico pensar que todo ello se
debe a su instrumentalidad en la sa­tisfacción de necesidades, esto es, a su carácter
funcional: los estereotipos surgen y se mantienen porque cumplen determinadas
funciones.
Alguna de ellas ha sido ya comentada: la de permitir la descarga de los pro-
pios impulsos socialmente inacep­tables, que se atribuyen al grupo estereotipado.
Así, la imagen de los ne­gros como sujetos fuertemente sexuales y potenciales vio-
ladores de las mu­jeres blancas podría ser una proyec­ción de los impulsos sexuales
reprimi­dos de los blancos. La atribución de tendencias imperialistas a los rusos
por los americanos, y viceversa -dan­do lugar a las clásicas “imágenes en espejo”-,
cumpliría esa función.
Otra de las funciones de los este­reotipos, en clara relación con la temática del
conflicto intergrupal, es la de justificar actitudes y conductas hacia el grupo este-
reotipado. Los este­reotipos actuarían justificando y dan­do una explicación “lógica”

33
a los pre­juicios, conductas discriminatorias e incluso agresivas hacia los miembros
del grupo estereotipado. Los princi­pales conflictos bélicos, políticos, etc., entre dis-
tintos países suelen, de hecho, ir acompañados de imágenes negativas. Y lo curioso
es comprobar cómo al modificarse la relación entre dos pueblos cambian los este-
reotipos. En distintos estudios se ha podido constatar cómo, por ejemplo, la bue­na
imagen que los americanos tenían de los japoneses antes de la guerra empeoró radi-
calmente después: la agresión atómica americana debía ser justificada, y ¿qué mejor
justificación que atribuir a los japoneses tales rasgos de crueldad que les hicieran
mere­cedores del holocausto nuclear?
Habría, pues, una primacía de la hostilidad, que para justificarse generaría en
su propia dinámica imágenes estereotipadas coherentes con la actitud hostil (“nos
caen mal los gitanos, ¿por qué?, porque son sucios, perezosos...” y, lógicamente,
“no nos gusta la gente sucia y perezosa”). De este modo, en situaciones de explo-
tación o conflicto intergrupal, los estereotipos surgen inevitablemente. Y, al jus­
tificar la conducta discriminatoria ha­cia el grupo estereotipado, ayudan a mantener
el status quo y la estructura social existente, haciendo perdurar la discriminación
socioeconómica que los grupos dominantes mantienen res­pecto a los minoritarios.
Este proceso podría tener lugar, de un modo muy sutil, a través de las llama-
das “profecías auto cumplidas”: la propia posición de los miembros de la minoría
se toma como prueba inequívoca de su inferioridad. Así un in­dividuo, al ver que
los emigrantes ocupan trabajos peores, viven en ba­rrios peores, etc., puede dedu-
cir go­zosamente que “deben” ser inferiores y, por tanto, merecen esa situación”.
Al comportarse el sistema social hacia ellos como si realmente esa imagen fuera
verdadera, y al considerarlos como realmente incapaces de acceder a ciertas fun-
ciones, se crean las condi­ciones que les llevan inevitablemente a ser tal como son
estereotipados y a perpetuarse así en su situación. De este modo, una desigualdad
de trato (discriminación) crea una desigual­dad real, que luego se invoca para esa
desigualdad de trato, en un círculo ce­rrado infernal: “como los gitanos son poco
trabajadores, ¿para qué darles trabajo?; si son poco inteligentes, ¿para qué darles
educación superior?”... A la larga, los gitanos acaba­rán ocupando puestos laborales
inferiores v llegando a niveles educativos bajos, lo que será una “evidencia” para
seguir discriminándolos.
Señalemos, finalmente, que los es­tereotipos no cumplen únicamente estas
funciones “negativas” para la vida social. Existen también estereoti­pos favorables
y otros muchos de ca­rácter neutral, que no tienen relación alguna con prejuicios,
discriminacio­nes o conflictos intergrupales y que simplemente reflejan la opinión
mayoritaria sobre las características de una categoría de personas (turistas, profeso-
res, taxistas, “suecas”, etc.). Recuérdese que los estereotipos, tan­to si son positivos,
neutrales o desfa­vorables, juegan un relevante papel en la percepción interpersonal,
siendo la base de uno de los procesos de infe­rencia que en ella operan: al identi­
ficar a un individuo como miembro de una categoría le atribuimos los rasgos de

34
su estereotipo, con lo que avanza­mos en su conocimiento y en la pre­dicción de su
conducta.

ACTIVIDADES:

1. Divida la clase en grupos de cinco alumnos. Cada uno de ellos anali-


zará los enunciados indicados a continuación. Se trata de reflexionar
sobre esas opiniones respecto a las formas de vivir o actuar de diferen-
tes culturas, grupos étnicos o países. Luego los presentará de manera
oral y respaldará sus reflexiones empleando una de las formas de ayuda
visual que se proponen en esta unidad:

ÌÌ Los norteamericanos son unos explotadores


ÌÌ Los alemanes son racistas
ÌÌ Los ingleses son orgullosos
ÌÌ Los colombianos son terroristas
ÌÌ Los serranos son muy “tapados”
ÌÌ Los costeños son demasiado “liberados”
ÌÌ Los judíos son tacaños
ÌÌ Los negros son sucios

35
1.4 ORTOGRAFÍA: USO DE LA H

Esta letra puede preceder a todas las vocales españolas y no representa nin-
gún sonido en el idioma español. Este hecho ocasiona ciertas dificultades para de-
terminar las palabras que deben escribirse con h y cuáles no. Mayor es el problema
cuando la grafía h permite distinguir significados en palabras homófonas, por ejem-
plo: hojear-ojear, honda-onda, hecho-echo.
La ortografía española no ha seguido reglas fijas en el uso de la h, así: la
mantuvo en voces que tenían en su origen h latina, el áspero griego, la aspiración
germánica o árabe, por ejemplo: haber, habitar, hebreo, hombre, honestidad, honor,
humilde, humor, hélice, helio, hedonista, harén y palabras de procedencia amerin-
dia como: hamaca, huaco, huasca y del inglés, hurra.
En otros casos se mantiene la doble posibilidad en la escritura: alhelí-alelí,
harmonía-armonía, harpía- arpía. La Academia de la lengua prefiere la primera de
estas versiones.
Otro grupos de palabras que conservan h son aquellas que proceden de voces
latinas con f inicial, por ejemplo: haba, hacer, halcón, hambre, harina, hermoso,
hijo, hilo, hoja, hongo, hundir, que proceden de las latinas: faba, facere, falcone,
etc.
En general, el uso de la h tiende a ser suprimida en palabras que originalmente
sí la tenían, por ejemplo: aborrecer, asta (mástil), invierno, ora.

REGLAS:

ÌÌ Llevan h, las formas de los verbos haber, hacer, hallar, hablar, habitar. Por
ejemplo:

He hice hallé hablo habito


Has hiciste hallaste hablé habité
Ha hice hallé hablaste habitaste
Hemos hicimos hallaremos hablamos habitamos
Había hice hallaría hablaría habitaría
Hubo haré hallaríamos hablaríamos habitaríamos
Habrá haría hallasteis hablaré habitaré

ÌÌ Llevan h los compuestos y derivados de los vocablos que tengan esta letra,
conserva su estructura ortográfica. Ejemplo:

deshabitar desheredar inhábil


deshonra rehacer gentilhombre

36
deshacer hacedero heredero
habilidoso hambriento herbáceo

ÌÌ Se escribe con h las palabras que comienzan con los diptongos: ia, ie, ue, ui.
Ejemplos:

Hiato hierro hueco


Hiena hielo huir
Huele hueso hialino
Huidizo huevo hioides

ÌÌ Llevan h intercalada en palabras que llevan el diptongo ue precedido de vo-


cal, ejemplo: cacahuete, vihuela, aldehuela, se exceptúa: grauero.

ÌÌ Algunas palabras que comienzan con hue, hui, pueden escribirse con gue,
gui. Así por ejemplo: huenel, huero, huillín, huipil, huiro, huisquil, huisqui-
lar, pueden escribirse también: guemel, güero, guillín, güipil, guiro, güisquil,
guisquilar.

ÌÌ Se escriben con h las palabras que empiezan con los prefijos: hecto, helio,
hema, hemi, hepta, hetereo, hidra, hidro, higro, hiper , hipo, holo, homeo,
homo. Por ejemplo:
hectómetro hemoglobina hidrógeno
holografría hipérbaton heliocentro
heptaedro higrómetro homeopatía
hiperemia hematoma heterosexual
hipérbole homógrafo hipocondrio
Hemiciclo hidráulico hiprócrita
hipódromo hipopótamo

ÌÌ Llevan h las palabras que empiezan con: histo, hosp, hum, horm, herm, hern,
holg, hog. Así, por ejemplo:

Histología humedad hormiga


hermano hermandad húmero
Hospital hernia holgado
hogar historias hogareño

37
ACTIVIDADES:

ÌÌ Escriba h donde corresponda:

1. En cuanto me tumbo en la amaca me entra un ambre.

2. Mi ermana ha ido a la uerta de malumor.

3. Es del todo inábil para enebrar la aguja con el ilo.

4. Los ombres que se encogen de ombros se muestran indiferentes.

5. Asta que no estés en posición orizontal, no te daré la almoada.

6. Onor, onra y acienda fueron siempre muy importantes.

7. El taúr ospedado en el otel “Jeová” dejó sus uellas por todas las abitacio-
nes.

8. Fue inumano y orripilante encontar ormigas asta en la toalla.

9. ¡En orabuena! Con tus aorros y las alajas que eredaste, ya puedes comprar
todo lo que anelas.

10. Me dijo con veemencia que el eno estaba en la era.

11. El veículo del omicida alcoólico circulaba cargado de igos. Quizá lo aor-
quen.

12. ernando e ilario encontraron ocultos en el ueco de la montaña varios uesos,


algunas erraduras y unas pocas abas podridas que olían fatal.

13. Les proibieron a sus ijos encender ogueras para auyentar a los alcones y los
búos.

14. E soñado que oy tendré un día orrible: primero, me querían aogar, después,
me urtaban el dinero; y, por último, trataban de ipnotizarme.

15. Los antiguos echiceros intentaban curar provocando emorragias.

16. Después de ervirlo durante una ora, ay que envasarlo erméticamente.

17. E aquí a los umoristas más famosos que van a actuar para los niños de nues-
tro ospicio y para otros niños uérfanos.

18. ¿Quién te dijo que es ovalado el ocico de la iena?

38
19. En la mayoría de ogares no se cría moo ni ongos; sin embargo sí encontrarás
ierbabuena, albaaca e inojo.

20. ¡Ola! ¡Uy, cómo as crecido! asta ahora no te abía reconocido.

21. Estos zapatos me acen daño. e de llevarlos a la orma del zapatero.

22. La idrofobia es el orror al agua.

23. La erida se te está inchando. Espero que el ueso no esté afectado.

24. Las erramientas que necesitamos las ará un ábil errero que vive cerca de la
de casa.

25. ércules y umberto tienen erpes en la piel de los ombros.

26. Estuvo tanto tiempo expuesto al sol observando los movimientos del idroa-
vión que se a desidratado.

27. Los pantanos y las presas son obras idraúlicas.

ÌÌ Examine los siguientes ejemplos y formule la regla ortográfica para el uso


de ha y a.

1. Todos han llegado a tiempo.

2. Nosotros hemos salido a pasear con el grupo.

3. Las maestras han escrito las cartas.

4. Él ha impreso su currículo.

5. Vamos a salir el fin de semana.

6. Fuimos a casa después del cine.

7. Llamé a mi familia todo el día.

8. Él ha dicho la verdad.

9. ¡Ah, qué pena con ella!

10. Vamos a llamar a todos, hoy.

39
Busque el significado de las palabras que no conozca y escriba oraciones
empleando las palabras en estudio.

- Hacer: deshacer, deshecho, deshacedor.


- Hábil: inhábil, inhabilidad.
- Hielo: deshielo, deshelar, deshelarse.
- Humano: inhumano, deshumanizar, exhumar.
- Hueco: ahuecado, ahuecar.
- Herir: malherir
- Hilo: deshilar, deshilado.
- Moho: enmohecerse.
- Hilván: deshilvanar, deshilvanado.
- Hoja: deshojar, deshojado.
- Hollín: deshollinar, deshonestidad.
- Hondo: ahondar.
- Honesto: deshonesto, deshonestidad.

40
UNIDAD 2
LA LECTURA

2.1 PRESENTACIÓN

2.2 OBJETIVOS

2.3 CONTENIDOS

2.3.1 DENOTACIÓN Y CONNOTACIÓN

2.3.2 MODALIDADES DE LECTURA

a) Informativa
b) Interpretativa
c) Crítica

2.3.3 PROCESO DE LA LECTURA

2.3.4 ESQUEMA DE LECTURA

2.3.5 EL RESUMEN

2.4 ORTOGRAFÍA: USO DE LA TILDE

LECTURAS Y ACTIVIDADES:

ÌÌ “El gran amor”, Rosa Montero


ÌÌ “Las palabras”, Pablo Neruda
ÌÌ “La aventura de leer”, Leonardo Romero Tobar
ÌÌ “La poesía al alcance de los niños”, Gabriel García Márquez

41
EL GRAN AMOR
Rosa Montero

Periodista y escritora española nacida en 1951. Entre sus novelas te-


nemos: Crónica del desamor, Bella y oscura, La loca de la casa. Ha ex-
puesto una visión crítica, irónica y pesimista de las relaciones humanas
y muy en especial de la dialéctica hombre-mujer. “Malentendidos” es un
artículo periodístico publicado en diario El País.

Leo un artículo sobre el Faraón Ramsés II en un número de la revista Na-


cional Geographic. El autor del trabajo visita Saqqara, la necrópolis de Menfis,
en donde están enterrados muchos de quienes ocupaban altos cargos en la corte de
Ramsés. En las paredes de las tumbas se pueden ver aún unos cuantos graffitis de
la época, frases en jeroglíficos que fueron formuladas hace ya más de tres mil años.
Algunas de ellas, cuenta el periodista, son de amor. Y reproduce lo que sin duda
salió de la mano enardecida de un muchacho: “Ojalá yo fuera el sello de firmar que
mi amada lleva puesto en el dedo para así ver a mi amor todos los días”.
Hay algo profundamente conmovedor en esta galantería: Se diría que la frase
condensa, de una manera muy especial, el peso y el polvo de los tiempos. La fugaci-
dad de todo lo humano. Me imagino a ese muchacho egipcio creciendo y olvidando,
en pocos años, a la dueña de ese dedo tan anhelado. Lo imagino soñando con otros
sellos, otras pieles, otros contactos íntimos; con otros amores que, en cada momen-
to, juzgaría inagotables y absolutos.
Claro que también puede que el chico se casara con la chica, e incluso, pues-
tos a imaginar, que fueran felices. Pero aun así, seguramente la frase perdió su
contenido abrasador algún tiempo después de vivir juntos. Porque la convivencia
y el amor real son otra cosa, un asunto más complejo; mientras que la inscripción
responde a la pasión, a ese obnubilamiento de la carne y del espíritu mediante el
cual el tiempo se anula, la muerte se fulmina, la realidad se desdibuja. Cuando amas
así estás seguro de que esa pasión perdurará indefinidamente. Crees, en suma, que
querrás seguir siendo el sello de firmar para siempre jamás, todos los días, hasta
que los soles se enfríen y el universo se detenga. Pero la pasión, como la borrachera,
es pasajera. Seguramente la frase perdió sentido para su autor mucho antes de que
se acabaran los días del muchacho, del hombre, del anciano. Y desde entonces hasta
hoy han transcurrido otros tres mil años, toneladas de polvo, de deseos olvidados,
de pasiones marchitas.
Que la pasión amorosa es un espejismo es una verdad incuestionable. ¿Quién
no ha tenido en el pasado algún enamoramiento fulminante, uno de esos senti-
mientos que te atropellan y ocupan, que te hacen pensar las veinte y cuatro horas
en el ser amado y creer que, sin él, la vida es imposible? ¿Y quién no ha mirado

43
desamoradamente, años después, a esa misma persona, con la incredulidad del que
no se recuerda en la pasión, de quien no se reconoce? Pasan los amores eternos por
nuestras vidas, uno detrás de otro, como estrellas fugaces.
De modo que la relatividad de la pasión es un hecho conocido de sobra. Y sin
embargo se trata de un tema delicado, que suele irritar a mucha gente. Pocas veces
recibo tantas cartas de protesta como cuando escribo en los periódicos que este tipo
de delirio amoroso es un invento, es hijo de nuestra imaginación y nuestro deseo.
Se diría que los crédulos del amor son tan susceptibles como los muy beatos salen
en seguida a combatir lo que suene a actitud crítica, a herejía ante su fe.
Y es que la pasión amorosa puede ser como la religión, un apoyo para sobre-
llevar el vértigo de la existencia, los terrores del ser y de la nada. Porque cuando
crees estar enamorado de ese modo tan alocado y frenético, te sientes tan lleno de
vida que la muerte no existe: eres eterno.
Quizá es por todo eso que algunas gentes reaccionan de forma tan airada
cuando les hablas de lo relativo y de lo pequeño que es eso que ellos llaman gran
amor, porque, para que el truco les funcione, necesitan creer en él a pie juntillas.
Hay personas capaces de vivir una pasión aún conociendo que es una droga dulce,
del mismo modo que pueden disfrutar del espectáculo de un mago aún a sabiendas
que no ha aserrado en dos a su ayudante. Pero hay otras personas que se alimentan
exclusivamente de certidumbres.
También en el amor hay fanatismo. Pero sobre todo hay inocencia. No hay
pasión más crédula que la primera. Es un deseo en estado puro, un espejismo intac-
to. Quizá fuera eso, un primer amor, el del muchacho egipcio, ese chico que quiso
convertirse en sello labrado y acariciar el dedo de su amada para siempre. Y sobre
ese sueño de felicidad y de eternidad, tan conmovedoramente humano, cayeron
después los siglos y los milenios, los quejidos de tantos nacimientos y los estertores
finales de innumerables muertos.

ACTIVIDADES:

1. Lea detenidamente el texto y de él extraiga el vocabulario que desco-


nozca, indague por su significado y luego elabore una oración con el
sentido de esos términos.

2. Precise el significado de las siguientes expresiones:

a) “La frase condensa el peso y el polvo de los tiempos”.


b) “Pero la pasión como la borrachera es pasajera”.

44
c) “Pasan los amores eternos por nuestras vidas, uno detrás de otros,
como estrellas fugaces”.
d) “Cuando crees estar enamorado de ese modo tan alocado y fre-
nético, te sientes tan lleno de vida que la muerte no existe: eres
eterno”.

3. Elabore el esquema de lectura correspondiente del presente artículo


Siga las indicaciones correspondientes, expuestas en los contenidos de
esta unidad.

4. En un párrafo de máximo cinco líneas, responda a las interrogantes:

ÌÌ ¿Qué dice el texto?


ÌÌ ¿Qué mensajes propone?
ÌÌ ¿Con qué otras situaciones comunicativas que usted conoce se la
puede relacionar?

5. A partir de los distintos párrafos construidos por los alumnos, comen-


ten en forma oral las fundamentales inquietudes que plantea la lectura
“El gran amor”.

45
LA LECTURA

2.1 PRESENTACIÓN

“La lectura es una conversación con el pensamiento de los siglos”

René Descartes

Leer un texto, comprender su mensaje, asimilarlo, evaluarlo, comentarlo, es


la principal forma de recibir el conocimiento, de atesorar la información, de ponerse
en contacto con hombres y mujeres que superando los condicionamientos de tiem-
po y espacio, no solamente nos proporcionan datos sino que, de una manera fun-
damental nos orientan y nos educan. Podemos establecer las siguientes funciones
posibles de la lectura:

a) Leer es ante todo, pese a la influencia de los medios audiovisuales y el


desborde tecnológico, la forma más eficaz de alcanzar una auto-educa-
ción.
b) En una época de comunicaciones instantáneas y fugaces, la lectura lenta
y reflexiva nos proporciona un conocimiento y una información perdu-
rables.
c) En la lectura de un texto científico, el lector tiene una información unívo-
ca que solamente se dirige a su memoria y a su capacidad de recepción.
d) En los textos vinculados a las ciencias humanas y al arte literario, el lec-
tor asimila el mensaje, lo cuestiona y de alguna manera, ya sea porque
manifieste su desagrado o su aceptación, lo hace suyo y gravita en su
vida personal.
e) En los dos casos, sin embargo, tanto en la lectura unívoca cuando el
mensaje es transparente, como cuando es polisémico y sujeto a la inter-
pretación y la controversia, evidentemente, la lectura es una forma de
conocimiento y aprehensión del mundo.
f) Una función aparentemente secundaria es la lúdica. No debemos ver en
la lectura, sin embargo, un ocio frívolo, un quemar tiempo o un entrete-
nimiento banal, sino un deleite auténtico, superior a muchos otros tipos
de deleite, además de que es el sustento ideal para que el proceso de
enseñanza-aprendizaje se desarrolle con eficacia.

46
2.2 OBJETIVOS

Objetivos generales:
ÌÌ Caracterizar, mediante el conocimiento de diversos textos, las modalida-
des de lectura.
ÌÌ Procesar la información de un texto en esquemas conceptuales básicos
determinando con precisión el significado textual y contextual.
ÌÌ Enriquecer el vocabulario a través de ejercicios de familias lexicales y
campos semánticos.

Objetivos conceptuales:
ÌÌ Determinar las modalidades de la lectura: informativa, interpretativa,
crítica.
ÌÌ Precisar el tema.
ÌÌ Caracterizar esquemas de contenido.
ÌÌ Diferenciar el significado textual y contextual.
ÌÌ Caracterizar el o los procedimientos que deben emplearse para formular
resúmenes.
ÌÌ Definir las reglas para el uso de la tilde.

Objetivos procedimentales:
ÌÌ Leer textos varios y clasificarlos según sus modalidades.
ÌÌ Elaborar esquemas y resúmenes de contenido.
ÌÌ Ejercicios de aplicación sobre el vocabulario: sinonimia, antonimia, po-
lisemia, denotación y connotación.
ÌÌ Utilizar las reglas para el uso de la tilde en ejercicios varios.

Objetivos actitudinales:
ÌÌ Valorar al texto escrito como fuente primaria y confiable del conoci-
miento y como medio de expresión artística.
ÌÌ Crear o fortalecer los hábitos de lectura.
ÌÌ Desarrollar el espíritu crítico para que se pueda hacer una selección acer-
tada de los textos.
ÌÌ Valorar el empleo de esquemas de contenidos y resúmenes como instru-
mentos de estudio.
ÌÌ Emplear eficazmente la tilde en escritos diversos.

47
DESARROLLO DE LA UNIDAD 2

2.3 CONTENIDOS

2.3.1 DENOTACIÓN Y CONNOTACIÓN

Leer no es únicamente la habilidad que se tiene para decodificar unos signos


llamados letras o grafías que se enlazan para formar palabras y a su vez frases y
oraciones. Es decir, no es una mera transferencia de información. Es más bien una
interacción entre el pensamiento y el lenguaje, e incluso, un proceso de transac-
ción entre el lector y el texto. Ahora bien, conviene recordar que las palabras, las
construcciones lingüísticas y las obras literarias poseen una significación general,
objetiva e impersonal, igual para todos los que las receptan, independientemente de
su edad, su nivel cultural o sus vivencias, es decir, tiene denotación, que consta en
el diccionario; pero también presentan un plus, un algo más, es decir, una serie de
valores subjetivos, significativos, capaces de sugerir otras significaciones, tienen
connotación.

El texto que a continuación transcribimos, por ejemplo, tiene un nivel deno-


tativo, pues únicamente informa y, por lo tanto, tan solo requerimos conocer el sig-
nificado de las palabras (diccionario) para entenderlo. En suma, al leerlo solamente
asumimos una información:

El proceso de comunicación: Funciones del lenguaje

Todo proceso comunicativo se halla integrado por varios elementos o requi-


sitos. Se precisa, en primer lugar, un emisor o autor del mensaje. Ahora bien, este
emisor necesita de unas “cosas” del mundo a las que referirse (objetos, ideas, sen-
timientos, realidades físicas, etc.), todas ellas extralingüísticas, pero que, “conver-
tidas” en palabras, dan lugar al componente semántico del lenguaje.

También necesita un código en el que cifrar el mensaje: las cosas referidas


(materiales o espirituales, reales o imaginadas) constituyen el contexto del acto co-
municativo, y la lengua o idioma empleado, el código del mismo. El mensaje, a su
vez, necesita para difundirse de un canal o medio de contacto, para así llegar hasta
el receptor. El esquema, por lo tanto, de todo proceso comunicativo es el siguiente:
Emisor-contexto-código-mensaje-canal-receptor

48
En cambio este texto, va más allá de la simple información.

LAS PALABRAS
Pablo Neruda

“Confieso que he vivido”

Pablo Neruda, seudónimo de Neptalí Reyes (1904-1973), poeta chileno;


Premio Nobel de Literatura en 1971.

Me prosterno ante ellas... Las amo, las adhiero, las persigo, las muerdo, las
derrito... Amo tanto las palabras... Las inesperadas... Las que glotonamente se espe-
ran, se asechan, hasta que de pronto caen... Vocablos amados, brillan como piedras
de colores, saltan como platinados peces, son espuma, hilo, metal, rocío... Persigo
algunas palabras... Son tan hermosas que las quiero poner todas en mi poema... Las
agarro al vuelo, cuando van zumbando, y las atrapo, las limpio, las pelo, me preparo
frente al plato, las siento cristalinas, vibrantes, ebúrneas, vegetales, aceitosas, como
frutas, como algas, como ágatas, como aceitunas... Y entonces, las revuelvo, las agi-
to, me las bebo, me las zampo, las trituro, las emperejilo, las libero... Las dejo como
estalactitas en mi poema, como pedacitos de madera bruñida, como carbón, como
restos de naufragio, regalos de la ola... Todo está en la palabra... Una idea entera
cambia porque una palabra se trasladó de sitio, o porque se sentó como una reina
dentro de la frase que no la esperaba, y la obedeció... Tienen sombra, transparencia,
peso, plumas, pelos, tienen de todo lo que se les fue agregando, de tanto rodar por
el río, de tanto transmigrar de patria en patria, de tanto ser raíces... Son antiquísimas
y recientes... viven en el féretro escondido y con la flor apenas comenzada... ¡Qué
buen idioma es el mío!

La lectura connotativa sirve para encontrar los elementos implícitos en el


contenido, es decir, aquellos ele­mentos que no se encuentran expresamente dichos,
pero que podemos inferir a par­tir de la lectura.

La lectura connotativa ayuda a:

ÌÌ Determinar los hechos principales.


ÌÌ Completar detalles.
ÌÌ Descubrir otros significados a las palabras y frases.
ÌÌ Deducir el tema, las ideas o las enseñanzas que no están explicitadas en
un texto.
ÌÌ Predecir resultados y consecuencias.

49
Otro ejemplo de lectura connotativa es la interpretación de un refrán. Por
ejemplo:

“Del árbol caído todos hacen leña”.

La lectura denotativa nos permitirá entender lo explícitamente dicho: que la


madera del árbol sirve para hacer leña. Pero la lectura connotativa permite interpre­
tar el contenido significativo de una manera diferente: la gente se aprovecha de las
personas que han caído en desgracia.

2.3.2 MODALIDADES DE LECTURA

a) Lectura Informativa. El texto “Proceso de la comunicación”, que se


halla al inicio de esta unidad, nos ilustra sobre los elementos de la co-
municación. Trasmite una información generalmente aceptada y, en con-
secuencia, es una verdad de hecho, concreta y verificable. Es el primer
nivel de lectura, pues como hemos dicho, para acceder a él, solamente
necesitamos el conocimiento de las palabras y lo que significan. Aquí ra-
dica el valor del manejo constante de un buen diccionario. A este tipo de
lectura corresponde la noticia periodística, el tratado científico, los datos
estadísticos, las instrucciones para el uso, etc.
b) Lectura Interpretativa. Para llegar a este tipo de lectura hay que as-
cender por distintos subniveles: habilidad para comprender lo que explí-
citamente dice el texto, destreza para inferir lo que implícitamente dice
y capacidad para extraer lo connotativo. Esta modalidad de lectura es la
que corresponde a los textos que tratan sobre las ciencias humanas o los
que tienen una intención estética, es decir, los textos literarios
c) Lectura Crítica. Todo texto es portador de una información y de he-
chos verificables, pero también de verdades de opinión. Por otra parte,
también los lectores tenemos conocimientos previos e ideas personales
sobre los temas que abordan los textos. Confrontar las afirmaciones y
sugerencias del autor con la propia experiencia requiere de un pensa-
miento crítico que solamente se desarrolla a partir de una lectura activa,
reflexiva y analítica que juzga y relaciona los contenidos de la lectura
con el criterio personal y las vivencias del lector.

Otros autores hablan de la lectura de extrapolación; esta se refiere a que la


información contenida en un texto, no está aislada del conjunto de informaciones
exteriores a él como son: las que provienen de otros textos, de la vida cotidiana, de
la experiencia personal, etc. Extrapolar significa poner en relación el contenido de

50
un texto con el conjunto de informaciones exteriores a él que posee el emisor. Cuan­
do leemos una noticia en un diario, relacionamos lo que dice esa noticia con toda la
información previa que conocemos, y decidimos si nos parece completa, imparcial,
o si es dudosa, falseada, distorsionada.

Este tipo de lectura permite:

ÌÌ Desarrollar el pensamiento crítico.


ÌÌ Juzgar y dar opiniones propias sobre un texto.
ÌÌ Relacionar los conocimientos adquiridos con otras áreas de estudio.

ACTIVIDADES:

1. Busque los sinónimos de los siguientes términos, luego emplee cada


una de ellas en una oración:

ÌÌ asechar
ÌÌ adherirse
ÌÌ zumbido
ÌÌ triturar
ÌÌ transmigrar

2. Dé los antónimos de las palabras siguientes, escriba además una ora-


ción con cada una de ellas:

ÌÌ revolver
ÌÌ derrito
ÌÌ transparencia
ÌÌ antiquísimo

3. En estos refranes, aplique las tres modalidades de lectura. Explique


en cada caso el significado encontrado. En el último refrán exprese un
juicio crítico: ¿Está de acuerdo? Razonar la respuesta.

“Más vale pájaro en mano que ciento volando”


“De tal palo tal astilla”
“Ande yo caliente, ríase la gente”

51
2.3.3 PROCESO DE LA LECTURA

El proceso de lectura de un texto es lineal, comprende un antes, un durante y


un después. Se recomienda que cuando una persona realiza una lectura se acostum-
bre a contestar las siguientes preguntas:

Antes: ¿Para qué voy a leer?


ÌÌ Para aprender.
ÌÌ Para presentar un trabajo académico.
ÌÌ Para practicar la lectura en voz alta.
ÌÌ Para obtener informaciones precisas sobre un tema que me interesa
ÌÌ Para seguir instrucciones.
ÌÌ Para cotejar informaciones de otro texto
ÌÌ Por placer.
ÌÌ Para demostrar que he comprendido
ÌÌ ¿Cuáles son mis conocimientos previos sobre el tema de este texto?
ÌÌ ¿Qué es lo que sé sobre el autor?

Durante:
ÌÌ Formular hipótesis y hacer predicciones sobre el texto.
ÌÌ Formular preguntas sobre lo leído.
ÌÌ Aclarar dudas.
ÌÌ Hacer resúmenes parciales.
ÌÌ Releer partes oscuras.
ÌÌ Subrayar las palabras claves y las de significación confusa.
ÌÌ Consultar el diccionario.
ÌÌ Leer en voz alta algunos párrafos, pues facilita la comprensión.
ÌÌ Crear imágenes mentales para visualizar imágenes vagas.

Después:

ÌÌ Hacer el resumen (expresar en forma concisa y con palabras propias el


contenido del texto) en forma oral y por escrito.
ÌÌ Formular y responder preguntas.
ÌÌ Utilizar organizadores gráficos.
ÌÌ Redactar un comentario.

52
2.3.4 ESQUEMA DE LECTURA

Una de las formas de sintetizar un texto de forma sistemática y lógica es apli-
cando esquemas. Un esquema es una manera compacta estructurada de presentar
un texto, conecta las ideas de apoyo con la idea principal. Finalmente, un esquema
proporciona una visión global de un texto o tema de estudio.

Cómo se elabora un esquema de contenido:

ÌÌ Se reconoce el número de párrafos presentes en el texto.


ÌÌ De cada uno de los párrafos se extraen las ideas principales y las de
apoyo. Se puede emplear la técnica del subrayado para determinar las
ideas principales y las de apoyo.
ÌÌ Para encontrar la idea principal se pueden formular ciertas preguntas ta-
les como: ¿Qué es lo fundamental en este párrafo? ¿Sobre qué trata este
párrafo? ¿Qué aspira a comunicar este párrafo? La respuesta a estas
interrogantes será la idea principal o global.
ÌÌ Para determinar el número de ideas de apoyo se puede guiar por la
separación de los puntos seguidos al interior del párrafo.
ÌÌ En ocasiones es necesario destacar frases o párrafos enteros para lo cual
se recomienda colocar una raya vertical en el margen izquierdo, lo que
significa que todo lo destacado es importante.
ÌÌ Finalmente, se elabora el esquema respectivo: el numérico, por letras,
icónico, u otros.

Ventajas en el uso del esquema:

ÌÌ Es una herramienta eficaz para retener información.


ÌÌ Permite captar de la manera más precisa y gráfica la estructura de un
texto o tema.
ÌÌ Posibilita organizar el trabajo de lectura.
ÌÌ Establece la concentración y atención.
ÌÌ Desarrolla la capacidad de análisis y síntesis.

53
LA AVENTURA DE L E E R

Leonardo Romero Tobar

Español, 1941, catedrático de Historia de la literatura de la Universidad


de Zaragoza. Destacado investigador del Romanticismo y de la novela
española del siglo XIX. Podemos señalar algunas de sus publicaciones:
La novela popular española del siglo XIX (1800-1870), 1974; Panorama
crítico del romanticismo español, 1994. Es especialista en la obra de
Juan de Valera; actualmente coordina la edición completa del autor en
diez volúmenes.

Una invitación a la lectura -tal como pretenden estas páginas- puede ser muy
completa o muy reducida en la información de textos y autores que proporcione.
Puede ser muy acertada en sugerencias o muy divagatoria en sus apreciaciones, pero
nunca podrá sustituir a la decisión libre y personal por la que cualquier lector toma
un libro entre sus manos para sumergirse entre los hechizos de la letra impresa.
La lectura, en una primera fase, es una técnica que tiene su etapa de aprendi-
zaje; una vez consolidado el proceso de apropiación de las técnicas lectoras, llega
el momento de afianzar el hábito de la lectura. Este hábito tiene una estación ideal
para su primer cultivo: los años infantiles y juveniles. La escuela y la familia son los
medios naturales en que se desarrollaron las iniciales y más excitantes experiencias
de los adictos a la lectura, ¡cuántos creadores literarios han evocado con nostalgia
la intensidad e influencia posterior de sus lecturas infantiles y de los años adoles-
centes!
El adulto que carece de los hábitos lectores adquiri­dos en los años de la infan-
cia siempre está en condiciones de iniciar la magnífica aventura del lector. Ningún
lector, ni los más aventajados en práctica y en cultivo de su sensibilidad, terminan
nunca su aprendizaje. “La letra con letra entra” repetía el poeta Pedro Salinas, y
bien está que volvamos a recordarlo aquí como estímulo para el desentrenado y
tambaleen co­mo consuelo para el experto.
Si pensamos en algunas actividades auxiliares de la lectura y que puedan
potenciar el mejor rendimiento de esta, tendríamos que señalar bastantes. Sin em-
bargo, no vamos a referirnos a los consejos prácticos que suelen encontrarse en
libros y manuales dedicados a la metodo­logía y técnicas del trabajo intelectual: los
lugares y horas recomendables para la lectura, el tiempo que se debe dedicar a ella,
las anotaciones que debe tomar el lector...
El buen sentido de la persona que ha decidido comprometerse con la lectu-
ra de un libro ha probado ya la perspicacia del lec­tor a la hora de solventar estas
adverten­cias menudas.

54
La lectura no es una actividad lineal que se inicia, de modo planificado, a par-
tir de los autores antiguos y con­cluye con los más recientes. Los planes y estrategias
para leer responden a las exigencias de cada lector. Las histo­rias de la literatura y los
estudios especializados tienen que adoptar unas pautas de sistematización en buena
medida artificiosas. Al lector curioso lo que le interesa es el inmenso caudal de lo
legible y, para él, lo legible se le ofrece como una admirable presencia simultánea:
la tertulia intemporal de todos los creadores literarios. En esa gran mesa redonda es
lícita la indagación desde cualquier punto de referencia o interés. Para saber elegir
qué leer solamen­te es necesaria una información amplia y digna de confian­za.
La información bibliográfica es una necesidad que se plantea tanto al lector ex-
perimentado como al escasa­mente advertido. Los procedimientos para resolver este
problema son varios y distintos. Dificultades de otro carácter surgen a la hora de dis-
poner de los medios adecuados para la consulta o formación de una biblioteca.
El verdadero lector es amante de los libros y, como tal, procura tenerlos al
alcance de su mano en sus espacios habituales de vida. Las bibliotecas particulares
son algo más que un mero índice de posición social o una inversión económica ren-
table a largo plazo. La biblioteca particular es el estímulo más próximo que existe
para la lectura. Y ante dificultades para la formación de una biblioteca particular
-algo que requiere tiempo y medios económi­cos- existe el recurso de las bibliotecas
públicas -estatales, municipales, de agrupaciones y sociedades-, cuya mejor razón
de vida estriba en el uso intenso que el público hace de ellas.
Leer, ¿para qué?: para aprender, para ocupar el tiempo del ocio, para estar
al día; no son respuestas satisfactorias. Sí lo es esta: leer para mejorarse en huma­
nidad. Y este objetivo se consigue con una atención cuidada e inteligente al texto,
cuyos reflejos variados incitan al lector a tomar postura, a desenmarañar, desde la
lengua literaria, los planos simbólicos de la existencia y, en definitiva, de su propia
vida.
Antes de iniciar la travesía de la lectura hay un contacto sensitivo con el libro:
su textura, el atractivo de la portada, incluso el olor del papel, son factores que no
por obvios carecen de importancia, como lo demuestra la valoración que los mo-
dernos métodos pedagógicos hacen de todas estas cuestiones. Desde los estantes de
librerías y bibliotecas, los libros nos ofrecen esa múltiple incitación a sumergirnos
en su contenido.

55
ACTIVIDADES:

1. Lea detenidamente el texto, extraiga de él el vocabulario que desco-


nozca, consulte su significado y elabore una oración con cada una de
dichas palabras para confirmar su aplicación en otros contextos.

2. Dé el significado denotativo y connotativo de las siguientes expresio-


nes:

ÌÌ La letra con letra entra.


ÌÌ El verdadero lector es un amante de los libros.
ÌÌ Se debe leer para mejorarse en humanidad.
ÌÌ Antes de iniciar la travesía de la lectura hay un contacto sensitivo
con el libro.
3. Elabore el esquema de lectura correspondiente, del texto “La aventura
de leer”, siga para el efecto los pasos que se indican en los contenidos
del Texto.

4. Aplique las tres modalidades de lectura: informativa, interpretativa y


crítica al artículo anterior y preséntelas por escrito en un párrafo de
entre cinco y ocho líneas.

5. El profesor, junto con los estudiantes, diseñará algunas actividades re-


lacionadas con el proceso de la lectura (antes, durante y después).

56
2.3.5 EL RESUMEN

Es la síntesis de un texto en el que se relieva sus ideas centrales. Se dice tam-


bién que resumir es condensar un texto, en donde no falte ninguna de las ideas im-
portantes que permiten su comprensión y mantienen su estructura argumentativa.

En un resumen, las ideas deben expresarse de manera breve, sin perder clari-
dad expositiva y deben además, mantener relación las ideas principales con las de
apoyo, en el orden y la secuencia de colocación.

Cuando se redacta un resumen se puede emplear dos formas: la primera, o


literal en donde se emplean términos y categorías del texto base; y la segunda, en
donde se puede utilizar las palabras del lector, pero sin perder el sentido central del
texto base.

Cómo se realiza un resumen:

ÌÌ Lea con atención un texto, las veces que sean necesarias.


ÌÌ Siga los pasos para realizar un esquema de contenido o aplique la técni-
ca del subrayado.
ÌÌ Elimine detalles, ejemplos, digresiones, se dejan los datos imprescindi-
bles para la comprensión de los sentidos del texto.
ÌÌ Reduzca a una sola referencia, las ideas repetidas.
ÌÌ Una las ideas principales mediante conjunciones y preposiciones nece-
sarias, de manera que estas adquieran cohesión y coherencia.
ÌÌ No emplee puntos seguidos y aparte, salvo en casos necesarios.
ÌÌ Emplee lenguaje informativo, directo y preciso en la redacción final del
resumen.
ÌÌ Si se mantuviera una forma dialógica, redúzcala sintetizando al máximo
las ideas, de tal forma que refieran la idea central.

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LA POESÍA AL ALCANCE DE LOS NIÑOS

Gabriel García Márquez

Escritor y novelista colombiano, nacido en 1928 y representante funda-


mental del denominado Realismo Mágico. Se ha desempeñado también
como periodista, ensayista, crítico y guionista de cine. Recibió el premio
Nóbel de Literatura en 1983. Dentro de su inmenso caudal de escri-
tos, destacan: El Otoño del Patriarca, 1975; La increíble historia de la
Cándida Eréndira y su abuela desalmada, 1977; Crónica de una muerte
anunciada, 1981; Cien años de soledad, 1967; El amor en los tiempos
del cólera, 1987.

Un maestro de literatura le advir­tió el año pasado a la hija menor de un grande


amigo mío que su exa­men final versaría sobre Cien Años de Soledad. La chica se
asustó, con toda razón, no sólo porque no había leído el libro, sino porque estaba
pendiente de otras materias más graves. Por fortuna, su padre tiene una formación
literaria muy seria y un instinto poético como pocos, y la so­metió a una preparación
tan intensa que sin duda llegó al examen mejor armada que su maestro. Sin embar-
go, éste le hizo una pregunta imprevista: qué significa la letra al revés en el títu­lo
de Cien años de soledad. Se refería a la edición de Buenos Aires, cuya portada fue
hecha por el pintor Vicente Rojo con una letra invertida, porque así se lo indicó su
absoluta y soberana inspiración. La chica, por supuesto, no supo qué contestar. Vi-
cente Rojo me dijo cuando se lo conté que tampoco él lo hubiera sabido. Ese mismo
año, mi hijo Gonzalo tuvo que contestar un cuestionario de literatura elaborado en
Londres para un examen de admisión. Una de las preguntas pretendía establecer
cuál era el símbolo del gallo en El coronel no tiene quien le escriba. Gonzalo, que
conoce muy bien el estilo de su casa, no pudo resistir la tenta­ción de tomarle el pelo
a aquel sabio remoto, y contestó: “Es el gallo de los huevos de oro”. Más tarde su-
pimos que quien obtuvo la mejor nota fue el alumno que contestó, como se lo había
ense­ñado el maestro, que el gallo del coronel era el símbolo de la fuerza popular re-
primida. Cuando lo supe me alegré una vez más de mi buena estrella polí­tica, pues
el final que yo había pla­neado para este libro, y que cambié a última hora, era que el
coronel le tor­ciera el pescuezo al gallo e hiciera con él un sancocho de protesta.
Desde hace años colecciono estas perlas con que los malos maestros de lite-
ratura pervierten a los niños. Co­nozco uno de muy buena fe para quien la abuela
desalmada, gorda y voraz, que explota a la Cándida Eréndira para cobrarse una
deuda, es el símbolo del ca­pitalismo insaciable. Un maestro católico enseñaba que
la subida al cielo de Remedios la Bella era una transposición poética de la ascen-
sión en cuerpo y alma de la Virgen María. Otro dictó una clase completa sobre Mr.

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Herbert, un personaje de algún cuento mío que resuelve problemas a todo el mundo
y reparte dinero a manos lle­nas. “Es una hermosa metáfora de dios” dijo el maes-
tro. Dos críticos de Bar­celona me sorprendieron con el descu­brimiento de que El
otoño del patriar­ca tenía la misma estructura del ter­cer concierto de piano de Bela
Bartok. Esto me causó una grande alegría por la admiración que le tengo a Bela
Bartok, y en especial a ese concierto, pero to­davía no he podido entender las analo­
gías de aquellos dos críticos. Un pro­fesor de literatura de la escuela de letras de La
Habana destinaba muchas horas al análisis de Cien años de sole­dad, y llegaba a la
conclusión -hala­gadora y deprimente al mismo tiempo- de que no ofrecía ninguna
solución. Lo cual terminó de convencerme de que la manía interpretativa termina
por ser a la larga una nueva forma de ficción que a veces encalla en el disparate.
Debo ser un lector muy ingenuo, porque nunca he pensado que los novelistas
quieran decir más de lo que di­cen. Cuando Franz Kafka dice que Gre­gorio Samsa
despertó una mañana con­vertido en un gigantesco insecto, no me parece que eso sea
el símbolo de nada, y lo único que me ha intrigado siempre es qué clase de animal
pudo ha­ber sido. Creo que hubo en realidad un tiempo en que las alfombras volaban
y había genios prisioneros dentro de las botellas. Creo que la burra de Balaam habló
-como lo dice la Biblia- y lo único lamentable es que no se hubiera grabado su voz,
y creo que Josué derri­bó las montañas de Jericó con el poder de sus trompetas, y lo
único lamentable es que nadie hubiera transcrito su música de demolición.
Creo, en fin que el licenciado Vi­driera de Cervantes era en realidad de vidrio,
como él mismo lo creía, y creo de veras en la jubilosa verdad de que Gargantúa se
orinaba a torrentes sobre Las catedrales de París. Más aún: creo que otros prodigios
similares siguen ocurriendo, y que si no los vemos es en gran parte porque nos lo
impide el racionalismo oscurantista que nos in­culcaron los malos profesores de lite­
ratura.
Tengo un gran respeto, y sobre todo un gran cariño por el oficio de maestro,
y por eso me duele que ellos también sean víctimas de un sistema de enseñanza
que los induce a decir ton­terías. Uno de mis seres inolvidables es la maestra que
me enseñó a leer a los cinco años. Era una muchacha bella y sabia que no pretendía
saber más de lo que podía, y era además tan joven que con el tiempo ha terminado
por ser menor que yo. Fue ella quien nos leía en clases los primeros poemas que me
pu­drieron el seso para siempre. Recuerdo con la misma gratitud al profesor de lite-
ratura del bachillerato, Don Car­los Julio Calderón, un hombre modesto y prudente
que nos llevaba por el labe­rinto de los buenos libros sin inter­pretaciones noveleras.
Este método nos permitía a sus alumnos una participa­ción más personal y libre en el
prodigio de la poesía. En síntesis, un curso de literatura no debería ser mucho más
que una buena guía de lecturas. Cual­quier otra pretensión no sirve para nada más
que para asustar a los niños. Creo yo, aquí en la trastienda.

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ACTIVIDADES:

1. Aprenda la ortografía y el significado de las siguientes palabras. Bus-


que sus sentidos en el diccionario. Construya una oración con cada una
de ellas.

ÌÌ Versar
 Metáfora
ÌÌ Imprevisto
 Interpretación
ÌÌ Admisión
 Oscurantismo
ÌÌ Transposición
 Derribó
ÌÌ Ascensión
 Críticos

2. Lea detenidamente el texto y a partir de él, comente el significado de


los siguientes planteamientos.

ÌÌ “La manía interpretativa termina por ser a la larga una nueva


forma de ficción que a veces encalla en el disparate”.

ÌÌ “Un curso de literatura no debería ser mucho más que una buena
guía de lectura. Cualquier otra pretensión no sirve para nada más
que para asustar a los niños”.

3. Escriba tres párrafos en los que confronte las afirmaciones del autor
con sus ideas sobre el tema, relacione el texto con otros posibles con-
textos en donde las ideas se comparen o se diferencien. Presente este
trabajo por escrito.

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2.4 ORTOGRAFÍA: USO DE LA TILDE

El acento prosódico es el que se pronuncia con mayor intensidad dentro de


una sílaba de una palabra, su presencia exige una elevación del tono de voz, una
mayor duración en la emisión de la sílaba y puede tener valor distintivo según la
sílaba en la que recae. Así, hábito- habito-habitó. La sílaba sobre la que recae el
acento prosódico se llama sílaba tónica para diferenciarla de aquellas de menor
intensidad a las que se les denomina átonas. El español emplea en ciertos casos el
denominado acento gráfico o tilde para señalar la sílaba tónica de una palabra; para
el efecto, sigue reglas precisas.

Según el lugar que ocupe la sílaba tónica, se pueden diferenciar cuatro clases de
palabras:

ÌÌ Palabras agudas: Son aquellas en las que el acento prosódico se ubica en su


última sílaba, ejemplo: balón, catedral, París, amar, responder.
ÌÌ Palabras llanas o graves: Palabras en donde se penúltima sílaba es tónica,
por ejemplo: césped, cabello, inútil, cráneo, lápiz.
ÌÌ Palabras esdrújulas: aquellas en donde la antepenúltima sílaba es tónica,
ejemplos: esdrújulas, helicóptero, rápido, cuídate, fósforo, pájaro.
ÌÌ Palabras sobreesdrújula: Aquellas en donde algunas de las sílabas anteriores
a la penúltima sílaba son tónicas, ejemplo: dígamelo, cómetelo, llévesela.

Las palabras agudas llevan tilde cuando terminan en vocal, n o s. Ejemplo, consomé,
alhelí, también, después.

Excepción: s precedida de otra consonante, no lleva acento gráfico. Ejemplos: ro-


bots, tictacs.

ÌÌ Las palabras graves llevan tilde cuando terminan en consonantes que no


sean n, s, o en vocal. Ejemplos: ágil, árbol, álbum, Héctor.
ÌÌ Excepciones: palabras graves terminadas en consonante precedidas de otra
consonante, sí llevan tilde. Ejemplos: bíceps, fórceps, cómics. Y palabras
graves terminadas en y, deben llevar tilde. Ejemplos: póney, yóquey.
ÌÌ Las palabras esdrújulas y sobresdrújulas llevan tilde siempre en la sílaba
tónica. Ejemplos: indígena, teléfono, pájaro, tráemela.

Acentuación gráfica en diptongos o triptongos:

ÌÌ Las palabras con diptongos llevan tilde cuando lo exigen las reglas generales
de acentuación de palabras agudas, graves y esdrújulas, la tilde va colocada

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sobre el sonido vocálico más abierto. Por ejemplo: bonsái, recién, amáis,
murciélago, cuáquero, jesuítico.
ÌÌ Los triptongos siguen también las reglas generales de acentuación de las
palabras: agudas, graves, esdrújulas, La tilde se coloca sobre la vocal abierta
del grupo vocálico. Ejemplo: apacigüéis, estudiáis, despreciéis.

ACTIVIDADES:
1. Coloque el acento gráfico o tilde donde corresponda:

- ¿Hace cuanto tiempo dejaste de verlo?


- ¿Por que se fue?
- Cuando llegues a Quito, llamame.
- ¿Cuando regresas?
- Lo deje donde lo encontre.
- ¿Cual es la direccion del comprador?
- ¡Que suerte que me permitieran venir!
- Llegue con el a la casa.
- Leere el libro que compre.
- Tu amistad me hace feliz.
- Nadie mas que tu lo sabe.
- De su mano al caido.
- Se demasiado para callar.
- Solo se que nada se.
- El egoista todo lo quiere para si.
- El te esta caliente.
- Espero que de una respuesta positiva.
- No pidas mas.
- Hubo si, mucho entusiasmo.
- Para mi tu recuerdo ya no existe.

2. Subrayar la sílaba tónica de cada una de las siguientes palabras e indicar


si se trata de una palabra aguda, llana, esdrújula o sobreesdrújula en cada
caso:

francés alhelí diócesis


argentino plata árido
sábado atención uniforme

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llama secreto antibiótico
dócil castaña enano
móvil fecha éxodo
pantera agua espuma
sombrero factura tiempo
difícil fácil examen
vapor alcohol botiquín
salud escribir subterráneo
carácter máquina próximo
tónico pérdida lunes
Jesús Bolivia decir
cielo águila autobús
paisaje cardenal húmedo

NOTA: Las reglas, los ejemplos y los ejercicios tienen como base algunas fuentes, des-
tacamos: El Manual de Ortografía de la Lengua Española, España, 2002, Composición
Joaquín Añorga, Madrid, 1972, y los ejercicios varios de los profesores de la Junta Acadé-
mica de Lengua, Literatura y Lenguajes Audiovisuales de la Facultad de Filosofía, Letras
y Ciencias de la Educación.
UNIDAD 3
ESTRUCTURAS TEXTUALES
FUNDAMENTALES

3.1 PRESENTACIÓN

3.2 OBJETIVOS

3.3 CONTENIDOS

3.3.1 DESCRIPCIÓN

3.3.2 NARRACIÓN

3.3.3 DIÁLOGO

3.3.4 EXPOSICIÓN

3.3.5 ARGUMENTACIÓN

3.4 ORTOGRAFÍA DE LA B-V

LECTURAS Y ACTIVIDADES:

ÌÌ “La última misa del caballero pobre”, César Dávila Andrade


ÌÌ “Mujer y Consumo: Los medios de comunicación”, Andrea Buccelli
ÌÌ “La cultura del terror”, Eduardo Galeano

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ESTRUCTURAS TEXTUALES FUNDAMENTALES

3.1 PRESENTACIÓN
“La letra con letra entra”
Pedro Salinas (1892-1951)

Poeta y crítico español. Entre sus obras más destacadas: Razón de amor,
Todo más claro y otros poemas y muchas más.

Escuchar y leer son destrezas receptivas del lenguaje, y hablar y escribir son
actividades expresivas. Entre los dos niveles hay una interacción, pues se supone
que, mientras más y mejor leamos o escuchemos, enriquecemos nuestra experiencia
lingüística (léxico, variaciones semánticas regionales y jergales, recursos de conno-
tación, etc.) y, en consecuencia, tenemos mayores posibilidades de hablar y escribir
con propiedad, eficacia y claridad.

Ahora bien, cuando se emite un mensaje, aplicamos las destrezas expresivas


del lenguaje con tal diversidad de intenciones: mostrar, encadenar acciones, demos-
trar, defender ideas, aclarar conceptos, trasmitir conocimientos, etc. sin embargo,
es casi imposible establecer una clasificación precisa y coherente de los diferentes
tipos de texto. Pese a ello, se suele admitir que las estructuras textuales básicas, que
desarrollamos en esta unidad, son: la descripción, la narración, el diálogo, la expo-
sición, la argumentación.

3.2 OBJETIVOS

Objetivos específicos:

ÌÌ Determinar y exponer ideas básicas de un texto para asumir una posi-


ción argumentativa y crítica al respecto.
ÌÌ Describir situaciones, seres, objetos, épocas, tiempos con orden, preci-
sión y coherencia.
ÌÌ Narrar y exponer a partir de investigaciones de campo, hechos cotidia-
nos, leyendas, tradiciones, costumbres y otras manifestaciones cultura-
les.
ÌÌ Estructurar diálogos en los que se empleen los diferentes niveles del
lenguaje.

Objetivos conceptuales:
ÌÌ Manejar conceptos básicos respecto a la descripción, la narración, el
diálogo, la exposición y la argumentación.

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ÌÌ Distinguir los diferentes tipos de descripción y de narración.
ÌÌ Establecer las diferencias entre exposición y argumentación.
ÌÌ Diferenciar el diálogo cotidiano del diálogo literario.

Objetivos procedimentales:

ÌÌ Leer los textos y reconocer las estructuras descriptivas y narrativas.


ÌÌ Elaborar textos expositivos y argumentativos a partir de la lectura críti-
ca de relatos, de ensayos y artículos de opinión.
ÌÌ Redactar diálogos en los que se utilicen los distintos niveles del lengua-
je: familiar, medio o estándar, y elevado.

Objetivos actitudinales:

ÌÌ Desarrollar la capacidad interpretativa y valorativa para seleccionar los


textos descriptivos y narrativos.
ÌÌ Elaborar textos en los que se defiendan criterios, respecto a asuntos de
interés general.

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DESARROLLO DE LA UNIDAD 3

3.3 CONTENIDOS

3.3.1 DESCRIPCIÓN

“De pie en medio de aquel inmenso salón, el doctor había empezado a


sospechar que su situación allí era irreal como los objetos que le rodea-
ban. Supuso que esto se debía a la luz de tonos rosados que provenía de
la araña. Hacía rato que la enfermera había salido. Momentos después vio
entrar a un hombre que se quedó imperturbable delante de la puerta. In-
cluso podía oír su respiración. Kronz alzó los ojos hacia la pared y se topó
con las huellas del tiempo impresas en cada objeto que veía: unas manchas
verdosas se habían ido depositando en las consolas, en los candelabros, en
la cristalería. Eran como las escamas de un árbol centenario, donde cada
hendidura tenía una significación muy especial, una marca tan peculiar
como los trazos dejados por el sufrimiento en el rostro del un hombre”.

Javier Vásconez, Quito, (1946),


El viajero de Praga, novela.
Premio Plural, México, 1981.

El autor describe una circunstancia en torno a un personaje –el doctor Kronz-


en un lugar (el salón) y en un tiempo (pretérito pluscuamperfecto del indicativo),
“nos lo hace ver”, incluso podríamos afirmar que lo pinta, pues emplea sustantivos,
adjetivos y verbos que implican color: el autor no se limita a enumerar elementos,
sino que los ha organizado en función de su intención estética.

Concepto. Describir es exponer minuciosamente las cualidades de una reali-


dad de los seres y sus circunstancias, los objetos, los lugares, las épocas, etc.

Para describir se debe desarrollar una técnica:

a) Observación. Captar todos los rasgos, aunque, en principio suponga


que carecen de importancia.

b) Selección. Quien describe debe tener capacidad para elegir ciertos ele-
mentos y cualidades. Al describir una persona, un espacio, un tiempo,
una ciudad, una circunstancia, no se trata de acumular detalles, hay que
seleccionar los más característicos y singulares. Describir no es hacer
inventario, se debe resaltar lo que la sensibilidad del autor considera lo
fundamental, ya sea el color, la forma, la dimensión, los contrastes, las
armonías, etc.

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c) Ordenamiento. Luego de la selección, se debe establecer un orden que
suele ir de lo general a lo particular, similar a la técnica cinematográ-
fica, cuando la cámara pasa del plano general a un primer plano que
destaca algún rasgo específico. Puede apreciarse en esta descripción de
Iván Egüez:

“Tenía la manos cálidas y suaves como paño recién azotado en


batán, decía el sastre recordando cómo era usted de niña. Tenía
los ojos achinados de tanto llorar, le gustaba comerse los gera-
nios: unas mujeres decían “esa niña tiene estómago de piedra”,
pero otras que no, que “esa niña es como un ángel” que eso es
lo que es, como un tambor nuevo sin una arruga ni nada, “como
oveja recién parida”.

Iván Egüez, Quito, (1944),


La Linares, novela.
Premio Aurelio Espinoza Pólit, 1975.

Tipos de descripción:

a) La descripción de los rasgos físicos o externos de una persona se deno-


mina Prosopografía. Puede ser útil para efectuar descripciones de este
tipo:

El Hombre de Neandertal es una especie del género Homo que habitó


Europa y partes de Asia occidental desde hace 230 mil hasta 29 mil
años atrás. Sus características definidoras, a partir de los huesos fó-
siles descubiertos hasta ahora, son: esqueleto robusto, extremidades
cortas, tórax en barril, arcos supraorbitarios resaltados, frente baja e
inclinada, faz prominente, mandíbulas sin mentón y gran capacidad
craneal —1.600. Fue una especie bien adaptada al frío extremo, lo
sabemos por sus cráneos alargados y amplios, complexión corta y
robusta, y nariz grande (rasgos de las poblaciones del Ártico). Sus
cerebros eran igual o más grandes que los del hombre moderno. Un
neandertal macho promedio tendría una altura de 1,65 m, de contex-
tura pesada, y musculatura robusta. Las mujeres tendrían una altura
promedio de 1,57 m1.

1 Wikipedia. Internet: http://es.wikipedia.org/wiki/Hombre_de_N…

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b) Si se describen los rasgos o cualidades internas, la descripción se llama
Etopeya. Miremos en ejemplo de etopeya médica:

En varios casos, las personas con diagnóstico de seropositividad se


caracterizan por poseer una fuerte carga emocional, por la percep-
ción del miedo a una muerte cercana e inevitable. Además, se suelen
añadir preocupaciones en torno a la pérdida de soporte social y del
afecto por parte de familiares y amigos, pues piensan que serán una
carga pesada para el entorno, también tienen miedo a la alteración de
su aspecto externo y a la posible pérdida de sus facultades mentales.
Otras presentan elevados grados de ansiedad y miedos hipocondría-
cos respecto a su posible contagio. En cuanto a la patología psiquiá-
trica, hay que señalar que son muy frecuentes los cuadros severos de
angustia y depresión, no es extraño que la persona infectada de SIDA
tenga una fuerte tendencia al suicidio2.

c) Cuando se combinan la etopeya con la prosopografía se tiene un Retrato:

Físicamente Barack Obama es un hombre joven, de alta estatura,


1,85 cm, de complexión delgada, mulato. De ancestro keniano por
parte de su padre. Según la teoría de la personalidad, las personas
con complexión similar a la de Barack se definen como tipos prag-
máticos, orientados al éxito, adaptables, sobresalientes, ambiciosos
y conscientes de su imagen. Además, presentan una gran inteligencia
ya que son capaces de manejar los hilos y controlar perfectamente
su comportamiento. En cuanto a su capacidad comunicativa posee la
capacidad empática, ponerse en los zapatos de los otros y es capaz
de transmitir un mensaje de forma que convence y da esperanza a
grandes mayorías. Hay que señalar que esto es un arma de doble
filo, ya que puede indicar prepotencia y soberbia si no se entiende su
conducta como efusiva y competente.

d) Cuando el retrato exagera burlonamente algunos de los rasgos se tiene
una Caricatura:

Él era un clérigo cerbatana, largo en el talle, una cabeza peque-


ña, pelo bermejo; no hay más que decir para quien sabe el refrán
que dice: ni gato ni perro de aquella color; los ojos cecinados en
el cogote, que parecía que miraba por cuévanos... la nariz, entre
Roma y Francia, porque se le había comido de pupas de resfria-
do; las barbas, descoloridas de miedo de la boca vecina, que de
pura hambre, parecía que amenazaba a comérselas; los dientes
2 Gómez Lavín, Carmen. “Aspectos siquiátricos del SIDA”, Internet:
http://www.vidahumana.org/vidafam/sida/aspectos_sida.html.

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le faltaban no sé cuantos, y pienso que, por holgazanes y vaga-
bundos se los había desterrado; el gaznate largo como avestruz,
con una nuez tan salida, que parecía que iba a buscar de comer,
forzada de la necesidad; los brazos secos: las manos, como ma-
nojo de sarmientos cada una. Mirado de medio abajo tenedor o
compás; con dos piernas largas y flacas, su andar muy espacioso,
si se descomponía algo, le sonaban los huesos como tablillas de
San Lázaro…

Francisco de Quevedo, (1580-1645),


Representante del Conceptismo Español y de la picaresca:
Buscón (Historia de la vida del Buscón, llamado Don Pablos).

e) Si describimos un lugar (una casa, un paisaje, una ciudad) se tiene una


Topografía:

El coliseo romano es el resultado de 12 años de trabajo. Está


formado por un anfiteatro construido en forma elíptica. Como
esta construcción fue erigida sobre una laguna artificial, tiene
unos cimientos que alcanzan los 13 metros de profundidad. Des-
de afuera puede verse que tiene cuatro pisos de arcos diferentes,
cada uno de los cuales maneja un estilo de arte diferente. La
plataforma central donde se celebran los juegos estaba diseñada
en forma ovalada para que los jugadores no se escondieran en
las esquinas de las formas cuadradas. El piso estaba cubierto de
madera (hoy esta cubierta se ha perdido), sobre la que se coloca-
ba la arena y sobre el cual también se creía que se vaciaba agua
para celebrar batallas navales. El sistema de drenaje del Coliseo
era impresionante, pues permitía evacuar grandes cantidades de
agua. El Coliseo de Roma también tenía una estructura llamada
“el velario”, que era una gran tela de lino con un hueco en el
centro que servía para dar brisa a los espectadores. ¿No crees que
vale la pena viajar al Coliseo de Roma?3

Recursos. El principal elemento gramatical de la descripción es el sustanti-


vo (ser o realidad de la cual se habla) seguido por el adjetivo, que proporciona las
características del objeto o el ser que se describe. Además, una buena descripción
emplea recursos como:

ÌÌ La enumeración: sucesión de palabras que cumplen la misma función


gramatical.
3 “Maravillas del coliseo romano” Viajes exóticos, Internet:
http://www.viajes-exoticos.info/maravillas-roma.php.

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ÌÌ Ejemplo: “Cantan en ella el agua, el viento, el color, el pájaro, el cerro,
la pradera, el hombre”.
ÌÌ La comparación: procede por similitud entre dos elementos.
ÌÌ Ejemplo: "Las manos como manojo de sarmientos cada una".
ÌÌ La metáfora: procede por identidad, es una comparación abreviada.
ÌÌ Ejemplo: "...mirado de medio abajo, tenedor o compás".
ÌÌ La personificación: se atribuye a animales u objetos y seres inertes las
cualidades y acciones propias de los seres humanos.

Ejemplo: “Canta la cúspide y canta el boscaje, canta el ragalo y canta la


arboleda, canta el molino y canta el maizal de los collados.”

ACTIVIDADES:

1. Destaque todos los adjetivos empleados en las diversas descripciones


leídas.

2. Forme grupos de adjetivos con sus respectivos sinónimos y antóni-


mos.

3. Establezca la polisemia de algunos adjetivos.

4. Realice los siguientes ejercicios:

a) Retrato o autodescripción
b) Prosopografía de un compañero de aula
c) Topografía: la catedral de Cuenca

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3.3.2 NARRACIÓN

Fue mi primer maestro, mi maestro de primeras letras, un viejecillo que olía


a incienso y alcanfor, cubierto con gorrilla de borla que le colgaba a un lado
de la cabeza, narigudo, con largo levitón de grandes bolsillos -bolsillos de
enorme autoridad- algodón en los oídos y armado de una larga caña que le
valió el sobrenombre de el pavero. Los pavos éramos nosotros, naturalmen-
te,... y, ¡tan pavos!

Repartía cañazos, en sus momentos de justicia que era una bendición. En un


rinconcito de un cuarto oscuro, donde no les diera la luz, tenía la gran co-
lección de cañas, bien secas, curadas y mondas. Cuando se atufaba, cerraba
los ojos para ser más justiciero, y cañazo por acá, cañazo por allá, a frente, a
diestro y a siniestro, al que le cogía y luego la paz con todos. Y era ello una
verdadera fiesta, porque entonces nos apresurábamos todos a refugiarnos
del cañazo metiéndonos debajo de los bancos.

Miguel de Unamuno (1864-1936)


Escritor y filósofo español: La agonía del
Cristianismo y Del sentimiento trágico de la vida.

ÌÌ El primer párrafo es descriptivo: presenta al personaje (el maestro) en su


aspecto exterior y en su vestimenta. El segundo lo muestra en sus acciones,
es narrativo. Por lo tanto, es frecuente que un texto combine elementos des-
criptivos con narrativos.
ÌÌ La descripción se desarrolla en el espacio, es de naturaleza estática y su
elemento estructural es el sustantivo y el adjetivo, como instrumentos fun-
damentales.
ÌÌ La narración se desarrolla en el tiempo, es dinámica y su elemento estructu-
ral es el verbo.

El punto de vista. En la descripción el autor puede ser objetivo y subjetivo


e igual en la narración; el autor, en este caso, el narrador, puede adoptar distintos
puntos de vista:

ÌÌ Si está dentro del mundo narrado emplea la primera persona tal como es el
caso del texto de Unamuno: “Fue mi primer maestro, mi maestro de prime-
ras letras.... los pavos éramos nosotros, naturalmente... nos apresurábamos a
refugiarnos... metiéndonos...”.

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ÌÌ Si está fuera del mundo narrado emplea la tercera persona:

“Cuando despertó, el dinosaurio todavía estaba allí”.

Augusto Monterroso (1921-2003)


Escritor guatemalteco, conocido por sus fábulas,
parodias, caricaturas y por su humor.

Elementos de la narración. Este texto narrativo de apenas siete palabras


permite observar los elementos o sustancias constitutivas de una narración:

ÌÌ Acontecimiento: despertarse, la permanencia del dinosaurio.


ÌÌ Personaje: el dinosaurio, ese alguien inefable que despierta.
ÌÌ Ambiente o espacio: “Allí” ¿?
ÌÌ Tiempo: “todavía”
ÌÌ Narrador: él
A veces, la posición del narrador respecto al mundo narrado es ambigua;
esta perspectiva intermedia y dudosa se da cuando emplea la segunda persona. Por
ejemplo, en el texto de Monterroso, quedaría así:

“Cuando despertaste, el dinosaurio todavía estaba allí”.

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LA ÚLTIMA MISA DEL CABALLERO POBRE

César Dávila Andrade


(Cuenca 1918- Caracas 1967).
Poesía, relato, ensayo: Trece relatos,
“Boletín y Elegía de las Mitas”.

Todos los domingos a las tres y media de la mañana en el Campanario de Los


Dominicos, un viejo lego soñoliento bostezando, echa a volar sobre el burgo dor-
mido las campanadas de la misa de cuatro. Al mismo tiempo las grandes hojas de la
puerta central del templo giran hacia dentro, tiradas cada una por un fraile. Enton-
ces, el vagabundo que se había acurrucado contra las maderas para pasar la noche,
despierta sobresaltado y entra santiguándose y parpadeando por las brillantes luces.
Se dirige a la última banca y, tímidamente, se sienta en un extremo, encogiéndose,
con las manos hundidas entre las piernas, y comienza a dormirse temblando aún de
frío.
El altar mayor destella como una cascada al sol y un ardiente y trémulo rocío
parpadea en las nervaduras y los tallados recubiertos de pan de oro.
El misacantano de turno atraviesa el tenebroso laberinto de las crujías y se
encamina a la Sacristía. Los primeros fieles empiezan a llegar urgidos por el carac-
terístico afán matutino de los madrugadores del Señor.
Eran gentes oscuras que durante el trayecto habían magnificado sus corazo-
nes con el eco fantasmal de sus pisadas, rebotando en las desiertas calles. Era un
viejo sastre desterrado en un milenario sobretodo verde; unas viejecitas de manta
color agua podrida; unas viejas criadas, de polleras negras y rebozos negros; unas
tejedoras miserables; unos artesanos enmugrecidos por el hambre; algún exclérigo
demacrado y miope; algún bebedor insomne atacado de repentina melancolía reli-
giosa. Y, entre estos seres arrancados a la sombra de los suburbios, aparecían otros,
extrayéndose de un dramático desamparo. Eran los ricos de otrora, hoy miserables,
los nobles venidos a menos; los que habían sido despeñados por fuerzas ciegas des-
de sus antiguos nidos de caballeros. Ellos, aparecían con sus rostros espectrales y
barbas sombrías de mugre y de olvido, con los codos de los abrigos despedazados,
raídos los cuellos, los zapatos silenciosos y fofos a la vez, los sombreros floridos de
lamparones. Ellas traían el color del ayuno en los rostros entristecidos, las mechas
del pelo secas y opacas por falta de vitalidad, los antiguos abrigos de terciopelo de-
sollados como la piel de las viejas ratas; las medias rotas y retorcidas alrededor de
las magras canillas, los zapatos con tacos ridículamente chuecos.
No habían logrado olvidar la rancia tibieza de la misa dominical y como su
pobreza no les permitía exhibirse ya a la luz del sol, cumplían el precepto entre la
penumbra del amanecer. Terminada la misa corrían como azoradas alimañas a sus
lejanos agujeros; así su viejo pudor no se veía sacrificado.

76
Tras las puertas de sus sombrías cuevas, agonizaban en decoro silencioso hasta
la misa del domingo próximo en que volvían con su amor y su miseria a prosternar-
se ante el altar resplandeciente. Entre estos furtivos fieles del amanecer se contaba
desde hacía ya varios años un viejo caballero llamado Matías Iriarte. Cuatro lustros
atrás, su paso marcial había resonado en los salones aristocráticos; los gavilanes de
su pluma de gobernador habían rechinado en los papeles oficiales; su puño de oro
había descansado en los relucientes percheros de los hoteles metropolitanos y, en su
solapa había ardido un clavel que se hizo célebre por su cotidiana infalibilidad. Los
banquetes que ofrecía estaban aureolados de grande prestigio, y sus fiestas duraban
siempre más de dos días. En una de éstas, hacia la medianoche, ardió la gran casa
señorial y perecieron quemadas sus dos hijas. Lo demás se llevó el irrevocable
viento de la ruina. Los amigos desaparecieron y el viejo caballero se ocultó como
un hombre que ha perdido el rostro. Alquiló un zaguán de piso rezumante, con un
cuartito sórdido en un flanco, y echando las aldabas se dispuso a defenderse de la
insolente mirada de las nuevas generaciones. Cada semana recibía un sobre con una
pequeña suma, enviada por un eclesiástico, pariente suyo; pero había semanas en
que la modesta subvención no llegaba. Y así tornose aguerrido en el ayuno y en el
olvido. Descubrió entonces que únicamente los cuerpos padecen soledad en tanto
que las almas mantienen una continua e inefable comunión.
Acariciándose el pulpejo de la oreja, meditaba con natural decoro en estas
cosas y esperaba el momento de salir de su zahúrda en los brazos anónimos de los
enterradores.
La noche anterior al primer domingo de aquel septiembre, el viejo caballero
dio incontables vueltas a su insomnio y llegó al amanecer con los ojos desencajados
y la cabeza hueca. Antes de escuchar las campanadas estaba ya vestido y esperaba el
clamor matutino a la luz de una vela que ardía junto a él titubeante y discontinua.
De pronto, por la dormida hondura del amanecer, volaron las primeras campa-
nadas. El anciano salió. Al avanzar por las calles abandonadas y oscuras abrigaba la
viva impresión de ser espiado desde el cielo, al mismo tiempo sabía que la piel de
su rostro estaba terriblemente macilenta y que sus ojos no serían capaces de resistir
la mirada de ninguna persona endomingada. Sin embargo continuaba avanzando
confiado en la protección uterina de la sombra. No tenía camisa este domingo y
directamente sobre su piel sentía el frote áspero del saco, cuyas solapas se encon-
traban unidas bajo la garganta con un imperdible. Marchaba con mucho tiento, pero
su angustiosa prudencia de miserable no le impedía llevar erguida la cabeza.
En cuanto franqueó las puertas del templo se renovó en él ese ligero des-
lumbramiento de todos los domingos, en el que sentía que su pobreza se entibiaba
momentáneamente. Se arrodilló dejando su sombrero sobre el banco y esperó con
el rostro entre las manos la aparición del sacerdote. Pero no alcanzó a ver la salida
del oficiante ni la ceremonia de la misa. Sus manos cubrían su rostro y sus hombros
se hallaban encogidos, de modo pétreo.

77
De pronto se despertó golpeado por un alto y sonoro ventarrón: era el órgano
entonando, llameante, el kirieleisón de la misa de las ocho. Había dormido cuatro
horas, de rodillas, con una especie de sueño anquilótico. La iglesia estaba repleta
de fieles endomingados; el ambiente olía a incienso, a Lavanda, a polvos, a ropa
nueva, a cabelleras recién untadas. Sin abrir los ojos escuchó vagos murmullos
atravesando la música, y pequeños ruidos de rosarios y de chismes a sus espaldas y
a sus lados. Mentalmente maldijo el insomnio de la noche anterior y luego su pen-
samiento se dirigió, rabioso, hacia la altura. Abrió los ojos irritados por un conato
de llanto y sin parpadear los clavó en el tabernáculo. “Me has traicionado” -musitó.
“Sí, me has puesto en ridículo ante los ojos de esta gentuza enriquecida. Y yo que
venía sólo por amor”. “Pero te juro que esta es la última vez que piso tu templo”.
Se santiguó, sellando caballerosamente el juramento y se puso de pie. Cuando
se volvió a recoger el sombrero, sus manos temblaban; giró los ojos y vio que se
encontraba entre dos señoras de altos peinados. A la izquierda, entre las columnas,
hombres elegantes con el sombrero entre las manos, miraban descaradamente a
las mujeres arrodilladas. A la derecha, entre las formaciones de bancos corría el
caminillo alfombrado hasta la puerta. Se arriesgaría por allí. Con una inclinación
de gentilhombre, pidió permiso a las damas, éstas se echaron hacia atrás y él salió
casi rozándolas. Sin detenerse a hacer la genuflexión, comenzó a descender. Cente-
nares de ojos curiosos le miraban; él, bajaba, pasaba, atolondrado, Embajador de la
miseria, en día de gala. En la mitad del trayecto se le cayó el sombrero. Lo recogió
lleno de confusión y de rabia y al reanudar la marcha clavó los ojos en el torrente de
sol que caía más allá de la puerta sobre la plaza, y más allá aún en un punto oscuro,
cada vez más oscuro, que sólo él podía contemplar sin terror.

ACTIVIDADES:

Para el aula de clase:

1. El autor de este relato corto es César Dávila Andrade. Investigue los


datos más importantes sobre su vida y obra.

2. Por lo general, la estructura textual de la narración se combina con la


descripción. Señale la estructura textual que predomina en los primeros
párrafos.

3. El proceso narrativo se desarrolla en el tiempo y su elemento estructu-


ral es el verbo; indique en qué tiempo verbal comienza el texto.

4. Su protagonista, Matías Iriarte, acude a la misa de cuatro de la mañana


para que no lo viera “la gentuza enriquecida” ¿Cuál fue su pasado?

78
5. Clasifique a los personajes que frecuentaban la iglesia los domingos al
amanecer.

6. El narrador puede adoptar distintos puntos de vista frente a los hechos


narrados. ¿En este caso está dentro o fuera de la narración?

7. En muchas ocasiones la lectura connotativa sirve para encontrar otros


significados a las palabras: ¿Cuál es el significado connotativo de las
siguientes frases: “Ellas traían el color del ayuno en sus rostros”; “No
habían logrado olvidar la rancia tibieza de la misa dominical”; “de
pronto se despertó golpeado por un alto y sonoro ventarrón, era el ór-
gano entonando, llameante, el kirieleisón de la misa de ocho”.

3.3.3 EL DIÁLOGO

En el diálogo o retroalimentación hay intercambio de roles de tal manera


que tanto el emisor como el receptor trasmiten informaciones y las procesan. Para
estructurar un diálogo hay que tomar en cuenta los distintos niveles del lenguaje,
pues si bien la lengua es una sola, se establecen diversas variantes, por una serie de
factores (lugar, intención comunicativa, edad, sexo y nivel cultural de los hablantes,
su grado de confianza, etc.)

Niveles:

Nivel Familiar: emplea un léxico espontáneo y expresivo. Utiliza repeti-


ciones, deformaciones de nombres propios, apodos, diminutivos, procacidades,
modismos, refranes, sentencias, dichos, etc. Es la forma cotidiana de dialogar con
personas con las que tenemos cierto grado de intimidad y confianza:

Las formas más restringidas del lenguaje familiar cuando competen a deter-
minados grupos humanos se denominan jergas. En el país se ha extendido mucho,
sobre todo en el habla de los jóvenes, la coba guayaquileña:

Pilas mi parcero que le canto la última: saqué la mirona por la window y


luquié a mi pelada gambeteando en la corner con un azul, como me subió
el ají al ojo, le medí el aceite al chivato y me trajeron a chirona.

Aquí, brother, para ligar la tamuga tengo que pasarle una luca al tira.

Algunas novelas y poemas ecuatorianos se acercan a la coba, por ejemplo, El


rincón de los justos de Jorge Velasco.

79
Nivel medio o estándar: es el más cercano al lenguaje general, es un lengua-
je con cierta dosis de formalidad y distancia respecto al interlocutor, su sintaxis es
simple, su léxico es más o menos selecto pero no rebuscado y oscuro, prefiere los
eufemismos en lugar de las expresiones consideradas fuertes.

Nivel formal: utilizado en ambientes donde la distancia entre emisor y re-


ceptor es aún más grande. Se trata de un lenguaje elaborado. El léxico es más
amplio, hay oraciones compuestas y un cuidado en el uso de las frases. Se emplea
en ambientes formales: conferencias, exposiciones, ante autoridades.

Estilo Directo e Indirecto:

a) Directo. Se transcribe las frases y parlamentos de cada interlocutor


precedido de un guion:

- ¿Qué sucede?
- Pues que Mario...
- Mario ¿qué?
- ¡Mario está haciendo una cosa muy fea!
- ¿También Mario? ¡pues estos hijos me van a volver loco!
- ¡Estoy muy disgustada!… porque... ¡cómo le parece...! Mario le
está haciendo el amor a Gloria.
- ¿Sí? ¡Pues eso le he aconsejado yo!
- ¿Usted?... ¿Y quién es usted para aconsejar una cosa semejante?
- Pues su padre y mire ya déjese de dramas y tragedias, eso es lo
que hay que hacer y punto.

b) Indirecto. Interviene el narrador ya sea para aclarar las expresiones de


los personajes o también para describirlos:

Baldomera les sorprendió juntos en el cuarto y les dijo con burla: ajá.
Y Candelaria le respondió que estaba muda y trémula. Intensamente
pálido. Le preguntó a Lamparita que quién era esa mujer, a lo cual le
respondió que era su propia mujer. Que ellos son casados. Baldomera
muerta de rabia le dijo que no sea hipócrita. A lo cual él respondió que
no le insulte.

Alfredo Pareja Diezcanseco,


Baldomera, Libresa, Quito, 1990,
pp. 164, 165.

80
ACTIVIDADES:

1. Realice una lista de expresiones familiares a nivel de hipocorísticos,


apodos y formas de tratamiento.

2. Transcriba en estilo directo el diálogo de Baldomera con Lamparita.

3. Redacte un diálogo entre dos compañeros de aula sobre los resultados


de un examen en el que han obtenido resultados muy diversos (crítica
al tipo de preguntas, actitudes y forma de calificar del profesor, escasez
de tiempo, temas, argumento a favor y en contra, etc.).

4. Escriba un texto en el que se combine descripción, narración y diálogo


en un espectáculo público.

5. Mediante un proceso de personificación imagine monólogos y diálogos


entre seres inertes; una piedra, una copa, un libro, dos casas vecinas.

3.3.4 EXPOSICIÓN

Los textos expositivos presentan un conjunto de informaciones y datos refe-


ridos a un tema concreto. Están ligados al conocimiento. Con frecuencia un texto
expositivo incluye párrafos descriptivos, narrativos y argumentativos. En gran parte
de su vida universitaria deberá exponer y argumentar sobre los más diversos temas,
por ello, es imprescindible que aprenda a hacerlo con estilo.

“Aunque el gran avance de la biología molecular fue durante la década


de 1950, la verdadera expansión de esta ciencia comenzó en la década de
1960 con el descubrimiento de la clonación de genes. Esta técnica per-
mitió aislar fragmentos libres de ADN puro a partir del genoma. Así, fue
posible secuenciar fragmentos de ADN, en los cuales estaban incluidos
los genes. Todo esto se completó con la puesta en marcha de la técnica
de la hibridación, que consiste en el marcaje con isótopos radioactivos
de una molécula clónica de ADN, de la cual se conserva sólo una hebra
(ADN desnaturalizado o monocatenario). Después de este tratamiento,
el fragmento sonda se emplea para detectar secuencias complementarias
en presencia de ADN o ARN. Ed Southern, puso en marcha un procedi-
miento que se llama absorción de Southern y que se describe a continua-
ción. Un ADN genómico que contiene un gen X, se corta en fragmentos
que se separan según su tamaño, y se transfieren a un filtro. Al filtro con

81
los fragmentos de ADN, se le aplica ARN o ADN marcado radiactiva-
mente, de secuencia complementaria a la del gen X (fragmento sonda),
que delatará al gen X al unirse a él. El método de absorción de Nothern
es similar al anterior, el ADN que contiene el gen X, se une al ARN son-
da de distintos tejidos, permitiendo así detectar el gen y cuantificarlo en
los distintos tejidos. Estas técnicas han hecho posible recopilar una gran
cantidad de información sobre la estructura y la expresión génica”.

Estilo. Es difícil definirlo. Es una de esas esencias que existen, se las siente,
se las palpa, pero “por definición son indefinibles”. En todo caso: “es la manera
propia que cada uno tiene para expresar su pensamiento por medio de su escritura
o su palabra”.

Cualidades:

a) Claridad. En términos generales implica una expresión que esté al al-


cance de una persona de cultura media, pero, además, quiere decir, pen-
samiento diáfano, conceptos bien digeridos, exposición limpia, sintaxis
correcta y léxico al alcance de la mayoría. Dicho de otra manera: el
estilo es claro cuando el contenido penetra sin dificultades en la inteli-
gencia del lector.

El problema surge cuando escribimos sobre un tema que, para nosotros,


es familiar y creemos que las palabras que empleamos necesariamente
son conocidas por todos. En aras de la claridad hay que evitar: cacofo-
nías y redundancias (“la clara claridad de la clara aurora”, “la húmeda
y sonora caída de la cascada” o extremos como “la azul azulidad del
azul cielo”), anfibologías y ambigüedades (“se alquila departamento
para matrimonio recién blanqueado”, “pidió las llaves a la sobrina del
departamento”).

b) Concisión. Utilizar exclusivamente las palabras indispensables. Em-


plear sinónimos en una enumeración es justificable en la expresión
oral; en la escrita debe “fluir el pensamiento”. Por lo tanto, en lugar de:
“tengo la evidencia, tengo la absoluta seguridad, tengo la convicción
de que...”, diga “Estamos seguros que...”.

Concisión no es parquedad y condensación excesiva, pues si se reco-


mienda: “no emplear dos o más adjetivos cuando el sustantivo solo re-
quiere de uno”, no quiere decir que se deba: “cortar las alas a la fantasía
y a la imaginación, renunciando al color y la magia de las palabras”
(Martín Vivaldi: Curso de Redacción).

82
Para ello: abominar, evitar a toda costa los lugares comunes: no es-
criba frases como: “porque una cosa es la libertad y otra muy distinta
es el libertinaje”, porque la expresión que alguna vez pudo ser nove-
dosa ha perdido frescor y originalidad, precisamente porque se la ha
utilizado hasta el fastidio, Huir del clisé, es decir, eliminar las frases
hechas, las imágenes que ya han erosionado, se han gastado, se han
consumido. Por ejemplo: Todos debemos remar en la misma dirección
para llevar la nave del estado hacia puerto seguro. Las amplificacio-
nes y los circunloquios, pues el texto se hace de difícil lectura. Valga
un ejemplo cotidiano: para qué decir: Tráigame un cristal hueco cuyo
interior contenga el líquido blanco, espumoso y nutritivo que segrega
la consorte del toro, si simplemente puedo pedir: Sírvame un vaso con
leche; o Apenas el dorado Febo había enjugado sus gotas de cristalino
llanto, si es más fácil: Apenas amaneció; o por último: Para salir de la
crisis requiero la ayuda de todos los políticos que dejen atrás sus inte-
reses personales y sectarios, los indígenas que superen sus diferencias,
los burócratas y los jubilados para que olviden, por un momento, sus
muy justas aspiraciones, los maestros y los médicos para que cumplan
sus obligaciones específicas, los inversionistas, los militares, la igle-
sia, las mujeres, los niños, en fin todos los hijos de esta patria, si evi-
tando lo ampuloso podía, y debía, decir: Para salir de la crisis necesito
el apoyo de todos los ecuatorianos.

c) Sencillez y naturalidad. Lo ideal es “escribir tal como se habla”. Esto,


sin embargo, resulta tarea compleja. En todo caso, hay que huir de
lo “enrevesado, lo artificioso, lo complicado, en suma, de lo barroco”
(Martín Vivaldi).

Alcanzar la sencillez es difícil porque tiene que ver con la naturalidad


que, a su vez, no nos exime de la elegancia. En todo caso, el peligro
estriba en el rebuscamiento, sobre todo, en el campo del léxico. Así, si
en los hábitos lingüísticos se emplea con más frecuencia palabras como
defunción y muerte, no se justifica que se escriba óbito, o escriba púber
cuando el sector emplea joven, o blondo cuando lo habitual es rubio, y
tampoco existe razón para el empleo de eufemismos y preferir cabello,
corteza, no vidente, pechos, partes pudendas, mujer fácil cuando, es
posible que el contexto recomiende escribir pelo, cáscara, ciego, senos,
genitales o puta. Es obvio, sin embargo, que naturalidad no implica
obscenidad.

83
ACTIVIDADES:

1. Señale el tipo de párrafos que registra el texto expositivo consignado


en líneas anteriores.

2. El texto expositivo ¿es denotativo o connotativo? ¿Por qué?

3. Señale si en este texto se registran las cualidades de una exposición:


claridad, concisión y sencillez.

84
MUJER Y CONSUMO
LOS MEDIOS DE COMUNICACIÓN

Andrea Buccelli

En las modernas sociedades súper-desarrolladas, los seres humanos son in-


citados constantemente a que consuman productos que pueden no necesitar –aun-
que en algunas de ellas falten todavía servicios básicos bien organizados- como
la escuela y la sanidad. En estas sociedades el consumismo –es decir el consumo
por el consumo, aliena al comprador de tal modo que éste cree erróneamente que
puede satisfacer su ilimitada capacidad de deseo. Una vez que las primeras ne-
cesidades están cubiertas, se inventan otras para que los consumidores crean que
podrán alcanzar la felicidad, la belleza, la libertad, etc. Las empresas productoras o
comercializadoras utilizan la moderna psicología para estudiar las insatisfacciones
de los seres humanos, cada vez más escindidos en la vida traumática de las grandes
ciudades y acorralados en su aislamiento.
Pero para que se mantenga económicamente la moderna sociedad de consu-
mo es imprescindible que permanezca sin cambios el papel tradicional de la mujer.
Ella se convierte, a la vez en objeto y en protagonista. Se la aliena todavía más en
su papel de hembra que tiene que atraer al macho –estética y belleza- y en el de
esposa y madre -productos de limpieza de hogar/electrodomésticos-. Así, gracias a
la paciencia creada por la publicidad, todas la mujeres pueden y deben ser “bellas”,
al mismo tiempo que perfectas” como amas de casa. En realidad, ambos papeles
están destinados al hombre y ella no hace más que asumirlos para convertir en
reales los deseos masculinos de potencia, de convertirse en amo de todas las cosas,
incluido el cuerpo de la mujer. La publicidad, además, crea en las mujeres un cierto
sentimiento de libertad al permitirles elegir entre miles de productos distintos. No
es casualidad que el 75% de los bienes de consumo sean adquiridos por las amas
de casa. Así, la industria inventa sin parar nuevos productos, que mercantiliza bajo
el señuelo de que constituyen el perfeccionamiento de la vida hogareña. Al mismo
tiempo, se alienan las ansias de liberación de la mujer moderna, haciéndola creer
que ya es una mujer liberada gracias a las máquinas. La modernización doméstica
de la tecnología, por otra parte incide también en el afán de prestigio social de las
familias, las cuales compiten continuamente entre ellas con el fin de ascender en
la escala social. El fetichismo del objeto de consumo se transforma en una religión
que acorta el ciclo de circulación de una mercancía. Así las lavadoras envejecen rá-
pidamente y las grandes marcas industriales anuncian nuevos aparatos cuya compra
hará creer a cualquiera que es más rica que su vecina.

85
Tratadas como objeto que satisface las apetencias sexuales masculinas, las
mujeres pueden ser igual que la más bella actriz si se lo proponen. Desde niñas, se
las introduce en una competencia erótica para que se adapten pronto a su función de
objeto sexual. Basta que se amolden a los rígidos cánones de la moda occidental, los
cuales, en apariencia, igualan a todas las mujeres, sea un arquetipo femenino creado
por las multinacionales de los productos de belleza. Los que dictan las modas de
vestir, los que inventan nuevos cosméticos y perfumes, etc., potencian este arqueti-
po con el fin de que todas las mujeres crean que solo alcanzarán las más altas cotas
de belleza si compran estos productos y se adaptan a la moda. Las que no cumplen
estos cánones se sienten desvalorizadas y creen que su “diferencia” es la causa de
su infelicidad. De este modo, sentimientos auténticos como el miedo a envejecer,
a la soledad, a no ser suficientemente amada, etc., son manipulados por los merca-
deres, los cuales aumentan la tragedia personal humana al ahondar el abismo entre
el deseo y la realidad. “Sea feliz siendo bella”, dicen los anuncios publicitarios y se
equiparan de este modo nociones tan abstractas y al mismo tiempo universal, como
son la belleza y la felicidad.

ACTIVIDADES:

1. En el texto anterior, identifique lo siguiente:

a) Los párrafos que corresponden a la introducción, al desarrollo y a


las conclusiones.
b) ¿Cuál es el tema?
c) ¿Cómo se introduce el tema?
d) ¿Qué subtemas contiene el desarrollo?
e) ¿Cuáles son las conclusiones?

2. Busque tres textos informativos en diversas fuentes (periódicos, libros,


entrevistas, enciclopedias, etc.).

3. Desarrolle en los textos localizados las mismas actividades señaladas


en el numeral 1.

86
3.3.5 ARGUMENTACIÓN

Un texto, un artículo breve o un ensayo asumen carácter argumentativo cuan-


do incluyen una tesis y se pueden destacar los argumentos que el autor sostiene. No
siempre la tesis se presenta al inicio del texto, puede estar incluida en el interior
del texto, consecuentemente, se deberá leer todo el texto para rescatar estos dos
elementos importantes de la argumentación.

Tesis: Debe prohibirse la publicidad de bebidas alcohólicas en la televisión.

Argumentos: En cada canal de la televisión ecuatoriana se trasmite un pro-


medio diario de 75 minutos de publicidad que alienta al consumo de alcohol, con
imágenes que expresan valores importantes para los jóvenes y adolescentes: perso-
nalidad, alegría, romance, amistad.

Existen estudios que demuestran que los adolescentes pasan gran parte de su
tiempo libre mirando televisión, y los expertos en psicología juvenil sostienen que
los adolescentes son especialmente sensibles a la publicidad.

Los datos estadísticos señalan que el consumo de bebidas alcohólicas afecta a


una gran mayoría de la población juvenil en el Ecuador y se ha transformado en un
grave problema social.

La experiencia de todos los países que han prohibido la publicidad de bebidas


alcohólicas comprueba que se ha registrado una importante disminución en el con-
sumo de alcohol por parte de los jóvenes.

En este texto se pueden reconocer sus elementos:

a) Tesis: La publicidad alienta el consumo de alcohol.

b) Argumentos:

b1: Cada canal de televisión nacional transmite, al menos, 75 minutos


de publicidad que alienta el consumo de alcohol.
b2: De acuerdo a diferentes estudios, se registró un elevado índice de
adolescentes que pasan gran parte de su tiempo frente a la televisión.
b3: Las estadísticas demuestran que el consumo de bebidas alcohólicas
afecta a la población adolescente del país.
b4: La eliminación de la publicidad que favorece el consumo de alco-
hol incide directamente en la disminución de esta afección en la juven-
tud.

87
c) Contraargumento: esta prohibición atenta contra la libertad de ex-
presión. Sin embargo, no puede permitirse una libertad ilimitada, pues
toda libertad termina donde comienza el derecho de los otros. En este
caso, los jóvenes y adolescentes tienen derecho a estar protegidos de
mensajes que afecten su desarrollo emocional y psíquico.

d) Conclusión: teniendo en cuenta todos estos hechos, es urgente que se


apruebe la ley que prohíba la publicidad de bebidas alcohólicas en la
televisión ya que los intereses económicos de las compañías producto-
ras de bebidas alcohólicas no pueden prevalecer sobre la seguridad de
nuestros jóvenes y su calidad de vida.

ACTIVIDADES:

1. Señale la manera más adecuada para determinar la tesis en un texto


argumentativo.

2. ¿Cuál es el indicio más claro para saber que un texto es argumentativo?

3. Redacte un pequeño texto argumentativo en torno al tema de las


drogas.

88
LA CULTURA DEL TERROR

Eduardo Galeano,
(1940), Escritor y periodista uruguayo.
Las venas abiertas de América Latina, ensayo periodístico.

Pedro Algorta, abogado, me mostró el gordo expediente del asesinato de dos


mujeres. El doble crimen había sido a cuchillo a fines de 1982, en un suburbio de
Montevideo.
La acusada, Alma Di Agosto, había confesado. Llevaba presa más de un año;
y parecía condenada a pudrirse de por vida en la cárcel.
Según es costumbre, los policías la habían violado y la habían torturado. Al
cabo de un mes de continuas palizas, le habían arrancado varias confesiones. Las
confesiones de Alma Di Agosto no se parecían mucho entre sí, como si ella hubiera
cometido el mismo asesinato de muy diversas ma­neras. En cada confesión había
personajes diferentes, pinto­rescos fantasmas sin nombre ni domicilio, porque la
picana eléctrica convierte a cualquiera en fecundo novelista; y en todos los casos
la autora demostraba tener la agilidad de una atleta olímpica, los músculos de una
fuerzuda de feria y la destreza de una matadora profesional. Pero lo que más sor-
prendía era el lujo de detalles: en cada confesión, la acusada describía con precisión
milimétrica ropas, gestos, escenarios, situaciones, objetos…
Alma Di Agosto era ciega.
Sus vecinos, que la conocían y la querían, estaban convencidos de que ella
era culpable:
- ¿Por qué? –preguntó el abogado-
- Porque lo dicen los diarios
- Pero los diarios mienten –dijo el abogado-
- Es que también lo dice la radio –explicaron los vecinos– ¡Y la tele!

89
ACTIVIDADES:

1. Realice una descripción sobre una realidad cualquiera.

2. Escriba una narración real sobre un hecho cotidiano: las clases en


la universidad por ejemplo. Emplee la primera persona (“Esta tarde
yo…”).

3. Usted ha sido testigo de un accidente de tránsito: escriba un relato fic-


ticio en primera persona.

4. Haga una exposición sobre un tema de su interés.

5. A partir de la lectura del texto de Eduardo Galeano, “La cultura del


terror”, escriba un texto argumentativo sobre los límites a la libertad de
información y expresión.

90
3.4 ORTOGRAFÍA DE LA B – V

USO DE LA B

Se escribe con b:

a) Los verbos terminados en –bir, Ejemplos: escribir, recibir, sucumbir.


Excepciones en voces de uso actual: hervir, servir, vivir y sus com-
puestos.
b) Los verbos terminados en –buir. Ejemplos: contribuir, atribuir, retri-
buir.
c) Los verbos deber, beber, caber, saber y haber.
d) Las terminaciones –aba, -abas, -ábamos, -ábais, aban del pretérito im-
perfecto de indicativo de los verbos de la primera conjugación. Ejem-
plos: cantaba, bajabas, amaban.
e) El pretérito imperfecto de indicativo de ir: iba, íbamos, ibas, etc.
f) Las palabras que empiezan por el elemento compositivo biblio- (‘libro)
o por las sílabas bu-, bur- y bus-. Ejemplos: biblioteca, bula, burla,
buscar. Excepción: vudú y sus derivados, además de otras voces caídas
en desuso.
g) Las que empiezan por el elemento compositivo bi-, bis-, biz- (‘dos’ o
‘dos veces’). Ejemplos: bipolar, bisnieto, bizcocho.
h) Las que contienen el elemento compositivo bio-, -bio (‘vida’). Ejem-
plos: biografía, biosfera, anaerobio, microbio.
i) Las palabras compuestas cuyo primer elemento es bien o su forma lati-
na bene. Ejemplos: bienaventurado, bienvenido, beneplácito.
j) Toda palabra en que el fonema labial sonoro precede a otra consonante
o está en final de palabra. Ejemplos: abdicación, abnegación, absol-
ver, obtener, obvio, subvenir, amable, brazo, rob, nabab. Excepciones:
ovni y algunos términos desusados.
En las palabras obscuro, subscribir, substancia, substitución, substraer
y sus compuestos y derivados, el grupo –bs- se simplifica en s. Ejem-
plos: sustancia, suscribir, oscuro.
k) Las palabras acabadas en –bilidad. Ejemplos: amabilidad, habilidad,
posibilidad. Excepciones: movilidad, civilidad y sus compuestos.
l) Las acabadas en –bundo y –bunda. Ejemplos: tremebunda, vagabundo,
abunda.

91
USO DE LA V

Se escribe con v:

a) Las palabras en las que las sílabas ad- sub- y ob- preceden al fone-
ma labial sonoro. Ejemplos: adviento, subvención, obvio.
b) Las palabras que empiezan por eva-, eve-, evi- y evo. Ejemplos:
evasión, eventual, evitar, evolución. Excepciones: ébano y sus de-
rivados, ebionita, ebonita y eborario.
c) Las que empiezan por el elemento compositivo vice-, viz o vi- (‘en
lugar de’). Ejemplos: vicealmirante, vizconde, virrey.
d) Los adjetivos llanos terminados en –avo, -ava, -evo, -eva, -eve,
-ivo, -iva. Ejemplos: esclavo, octava, longevo, nueva, aleve, deci-
siva, activo. Excepciones: suabo y mancebo.
e) Las voces llanas de uso general terminadas en -viro, -vira, como
decenviro, Elvira, triunviro, y las esdrújulas terminadas en -ívoro,
-ívora, como carnívora, herbívoro, insectívoro. Excepción víbora.
f) Los verbos acabados en -olver. Ejemplos: absolver, disolver, vol-
ver.
g) Los presentes de indicativo, imperativo y subjuntivo del verbo ir.
Ejemplos: voy, ve, vaya.
h) El pretérito perfecto simple de indicativo y el pretérito imperfec-
to y futuro de subjuntivo de los verbos estar, andar, tener y sus
compuestos. Ejemplos: estuvo, estuviéramos, estuviere, anduve,
desanduvo, desanduviere, tuviste, retuvo, sostuviera, contuviese,
mantuviere.

Escribir con b o v donde corresponda:

1. Ha reci__ido muy so__er__io al guardia ci__il que i__a en primer lugar.

2. Contesta__a ama__lemente a todos sus sir__ientes.

3. Los pár__ulos han __uelto a __urlarse de __uestras __ufandas de lana.

4. Cuando í__amos a la __i__lioteca. Ál__aro tra__aja__a en la __úsqueda


de __iografías.

5. En la em__oscada los no__les se mostraron co__ardes y poco há__iles.

6. El __urdo comerciante, medita__undo, no sa__ía donde ha__ía coloca-


do el __usto que aca__a__ba de comprar en __iena.

7. Se ha cam__iado de __lusa, se ha puesto el a__rigo y ha su__ido sú__


itamente a la am__ulancia hacia el pue__lo más próximo.

92
8. Su __isa__uelo fue un gran __enefactor de los __aga__undos y mori__un-
dos.

9. En __ista de que sus ingresos no le _asta__an para su__sistir, reci__ía la


ayuda de la __eneficencia.

10. Los __ucles de sus ca__ellos caían so__re las __londas del cuello de su
__lanco __estido.

11. Los __uitres, excelentes __oladores, presentan generalmente la ca__eza des-


nuda y de__oran la carroña, es decir, los cadá__eres de los que se alimentan.

12. No sa__íamos a que __urro atri__uir aquellos sonoros re__uznos.

13. La __iografía es la historia de la __ida de una persona.

14. __e__imos el agua tur__ia de aquellos __asos, a pesar de que pensá__amos


que no eran __ino ni ninguna otra __e__ida conocida.

15. Te prohí__o que le o__ligues a di__ujar más ar__ustos. De__erías ser más
__ene__olente y dejar que copie de ese li__ro de __otánica.

16. En la __anda de música Jo__ toca__a el tam__or y Jaco__o los tim__ales

17. ¡Quién sa__e cuánto de__eremos pagar de contri__ución!

18. Escri__iré un telegrama a__isándoles de que se muestren preca__idos ante


la inminente __isita de __uestro a__ogado.

19. El glo__o se soltó y se ele__ó por encima de los __arcos y __otes que espe-
ra__an anclados a que todos los pasajeros su__ieran a __ordo.

20. La mandí__ula del cadá__er ha sido descu__ierta en uno de los pasos su__
terráneos del su__ur__io, cerca de donde se oyó el al__oroto.

Escribir b o v donde corresponde:

Muchos años después, frente al pelotón de fusilamiento, el coronel Aureliano __


uendía ha__ía de recordar aquella tarde remota en que su padre lo lle__ó a conocer
el hielo. Macondo era entonces una aldea de __einte casas de __arro y caña __ra__a
construidas a la orilla de un río de aguas diáfanas que se precipita__a por un lecho
de piedras pulidas, __lancas y enormes como hue__os prehistóricos. El mundo era
tan reciente, que muchas cosas carecían de nom__re, y para mencionarlas ha__ía
que señalarlas con el dedo. Todos los años, por el mes de marzo, una familia de gi-
tanos desarrapados planta__a su carpa cerca de la aldea, y con un grande al__oroto
de pitos y tim__ales da__an a conocer los nue__os in__entos.

93
UNIDAD 4
EL PÁRRAFO

4.1 PRESENTACIÓN

4.2 OBJETIVOS

4.3 CONTENIDOS

4.3.1 EL PÁRRAFO: CARACTERÍSTICAS, ELEMENTOS, TIPOS.

4.3.2 TEXTO DE CONSULTA

4.4 ORTOGRAFÍA DE LAS C, S, Z

LECTURAS Y ACTIVIDADES:

ÌÌ “Malentendidos”, Rosa Montero


ÌÌ “Sin papeles,” José Saramago
ÌÌ “La resistencia”, Ernesto Sábato

95
MALENTENDIDOS

Rosa Montero

Periodista y escritora española nacida en 1951. Entre sus novelas tene-


mos: Crónica del desamor, Bella y oscura, La loca de la casa. Ha ex-
puesto una visión crítica, irónica y pesimista de las relaciones humanas
y muy en especial de la dialéctica hombre-mujer. “Malentendidos” es un
artículo periodístico publicado en diario El País.

Publiqué hace algunas semanas, en este mismo espacio, un artículo sobre el


amor pasional; y he leído después un par de cartas criticando mi escrito. Ponerse
a hablar de amor es meterse en un terreno de­li­cado: es un tema que curiosamente,
origina más trasiego epistolar que casi ningún otro. Con todo, lo más inquietante
es la distancia que sueles encontrar entre el contenido de las cartas y lo que crees
haber escrito. Lo más inquietante es comprobar, una vez más, que, sobre un mismo
texto, cada cual entiende una cosa distinta. Y no sucede solo con la palabra escrita:
hay amigos que adoran películas que tú odias, y viceversa, por razones que a ti te
parecen un disparate. Hay amantes que aseguran haberte oído decir cosas que tú ju-
rarías, por la salud de tu santa madre, no haber dicho jamás. Pensando en todo esto,
a veces me parece que la vida es un colosal malentendido.
Cabría preguntarse si las personas somos de verdad capaces de comunicar-
nos. Si, desde luego: de cuando en cuando, hablando con tu pareja, o en una dulce
sobremesa con algún amigo, puedes llegar a vivir uno de esos momentos de magia
cotidiana, cuando tus frases llevan un pellizco de tu corazón y tu interlocutor pare­
ce adivinarte. Se borra entonces momentáneamente la soledad interior, y entre tú
y el otro no hay distancia. No hay intimidad mayor, ni siquiera en el sexo, que esa
intuición brillante y fugaz del entendimiento.
Pero lo cierto es que, muy a menudo, no comprendes nada. Nos oímos, pero
sin escucharnos. Siempre me han pasmado de modo especial, quizá por mi trabajo,
las confusiones que puede originar un mísero puñado de líneas impresas. Personal-
mente, el malentendido profesional mayor y más patético que guardo en la memoria
sucedió hace cinco o seis años, con un pequeño artículo que escribí en la última
página de Diario “El País”, Nº 44. Ya no recuerdo bien la noticia que desencadenó
toda la historia, pero fue algo relacionado con un inmigrante ilegal africano con
quien la autoridad cometió alguna tropelía especialmente inicua. Recuerdo, eso sí,
que escribí el articulito por la vía sarcástica y que exacerbé la situación hasta el
absurdo, por ver de demostrar de esta manera la injusticia del caso. Y así, dije que
a los negros, si se ponían mañosos, había que encadenarlos y azotarlos como en
los buenos tiempos, y otras barbaridades semejantes de las que ahora ya no guardo
memoria y que, por supuesto, nadie podía tomarse al pie de la letra.

97
Pues bien, hubo alguien que sí lo hizo. Poco después de publicar el artículo,
me llegó la carta de un hombre que decía ser negro, inmigrante y guineano. Habrá
leído de manera literal y completamente en serio mi artículo atroz y, pese a ello,
su tono no era indignado, sino apesadumbrado. Era una carta sencilla y modesta,
apenas diez líneas escritas a mano, en la que me decía que los negros también tienen
derecho a vivir. Carecía de firma y de remitente, por lo que, para mi desesperación,
no pude contestarle ni explicarle. Sin duda mandó una carta anónima porque temía
posibles represalias.
Entendemos las cosas desde lo que somos: desde nuestras necesidades, nues-
tros miedos, nuestras obsesiones. Estremece imaginar desde qué realidad leyó aquel
hombre mi desenfrenado artículo sobre los negros para llegar a interpretarlo al pie
de la letra. Cómo sería su vida, de qué infiernos venía para creer que esta sarta de
infames disparates iba en serio. Para no tener ni siquiera la capacidad de indignarse.
Para hablar de este modo manso y dolorido. Es la propia existencia la que nos va
tallando nuestras entendederas.
De modo que, más que escuchar o leer al otro, creo que tendemos a proyectar
en ese otro nuestros sueños y nuestros temores, nuestras ambiciones y nuestros fan-
tasmas. Quizá sea por eso por lo que hablar del amor genere más malentendidos por
centímetro cuadrado que cualquier otro tema: porque el amor está especialmente
tejido de deseos y de ansias, y, por tanto nuestra proyección en el otro es más exi-
gente, más anhelante, más avasalladora.
Podría intentar explicar una vez más, en fin, que no desdeño el amor; que si
digo que la pasión romántica es algo inventado es porque creo que hay otro tipo de
amor, más real y profundo, al que el enamoramiento irreal y furibundo no hace sino
dañar. Podría intentar explicar todo esto otra vez, con más párrafos y una escritura
más pulida. Pero daría igual, porque muchos entenderán nuevamente lo que quieran
entender, del mismo modo que yo, seguramente, les malentiendo a ellos. Vamos los
humanos por el mundo envueltos en una nube de palabras, cegados y ensordecidos
por nuestra propia realidad, ensimismados. Pero de cuando en cuando se enganchan
casualmente dos frases dispersas, y entonces descubrimos súbitamente al otro, y
se abren las espesas nubes que nos rodean, y nos rozamos los lomos, y surge el
chispazo de la comprensión, el temblor de la complicidad y del entrañamiento. El
calorcito.

98
ACTIVIDADES

1. El contenido de esta lectura plantea cómo, sobre un mismo texto o


situación comunicativa, cada lector entiende una cosa distinta. Esta
idea está expresada a lo largo de varios párrafos, reconocidos por las
divisiones de un texto y señaladas por letra mayúscula al principio del
renglón y punto y aparte al final. Precise, entonces, el número de párra-
fos presentes en el texto, reconozca además, las ideas importantes de
cada párrafo que permiten expresar este tema. Formule un esquema de
contenido con ellas.

2. Redacte un texto de cinco párrafos (25 líneas más o menos) sobre las
apreciaciones y opiniones que usted tenga sobre el tema. Quizá las si-
guientes preguntas puedan guiar su composición: ¿por qué no nos en-
tendemos?, ¿por qué no nos conocemos o por qué no nos amamos lo
suficiente?

3. El contexto ayuda muchas veces a establecer los significados. Precise,


con ayuda del contexto, estas frases:

ÌÌ trasiego epistolar
ÌÌ pellizco de tu corazón
ÌÌ tallando nuestras entendederas

99
UNIDAD 4: EL PÁRRAFO

4.1 PRESENTACIÓN

Se afirma que quien formula párrafos de manera correcta puede desarrollar


textos en forma efectiva. Esto es así porque el párrafo constituye la estructura de
la construcción de un escrito, es una unidad de contenido de un texto, por lo que,
conocer los distintos elementos de la organización y redacción de un párrafo y
su idóneo funcionamiento, se vuelve de fundamental importancia para adquirir las
habilidades orientadas a la escritura de párrafos y luego de textos, y garantizar la
aprehensión de las competencias idiomáticas composicionales.

Para alcanzar una eficaz formulación de los párrafos debemos conocer cómo
se estructuran, los elementos que los constituyen, las diversas posibilidades de for-
mularlos, su ubicación al interior del texto mayor, las reglas y requisitos básicos que
permiten construirlos con coherencia y cohesionarlos de manera efectiva.

La presente unidad desarrollará estos temas y buscará a través de las lecturas


analizar las relaciones que se establecen entre las distintas ideas presentes en un
párrafo, los mecanismos de conexión como conectores y signos de puntuación, se-
cuencia y distribución adecuada de la información, así como también buscará ejer-
citar las diversas posibilidades de presentación de un párrafo y su posible ubicación
dentro de textos mayores.

4.2 OBJETIVOS

Objetivos conceptuales:

ÌÌ Caracterizar un párrafo y determinar los elementos que lo constituyen.


ÌÌ Trabajar en torno a la formulación de párrafos de desarrollo, introduc-
ción y conclusión.
ÌÌ Conocer acerca de las clases de conectores, sus funciones y usos en los
distintos niveles de la estructura de un texto.
ÌÌ Aprender el uso de las reglas de puntuación y sus aplicaciones al interior
de un texto.
ÌÌ Emplear fuentes diversas para citar y respaldar ideas.
ÌÌ Saber las reglas que guían el uso de S, C,Z

Objetivos procedimentales:

ÌÌ Componer o formular de manera coherente y concisa párrafos de desa-


rrollo, introducción y conclusión.

101
ÌÌ Emplear conectores de manera precisa en un párrafo.
ÌÌ Puntuar correctamente, según las normas que guían su aplicación.
ÌÌ Componer textos con coherencia y cohesión.
ÌÌ Conectar, con coherencia, las ideas principales y las ideas de apoyo.
ÌÌ Formular párrafos de distintos tipos y ubicarlos en el cuerpo del texto
con propiedad, coherencia, cohesión, aplicando las reglas para uso de
C,S, Z.

Objetivos actitudinales:

ÌÌ Reconocer el valor de formular con precisión diversos usos y funciones


de los párrafos.
ÌÌ Emplear de manera ética diversas fuentes de consulta en la redacción de
párrafos diversos.
ÌÌ Respetar las normas y reglas que guían el uso de conectores, signos de
puntuación y las letras c,s,z
ÌÌ Apreciar, comentar y establecer juicios de valor sobre textos varios.

102
DESARROLLO DE LA UNIDAD 4

4.3 CONTENIDOS

4.3.1 EL PÁRRAFO: CARACTERÍSTICAS, ELEMENTOS, TIPOS

Características: Es una unidad mayor de comunicación que está constituido


por varias oraciones conectadas entre sí. Un párrafo es la estructura de la construc-
ción de un escrito y desarrolla una unidad de contenido en un texto. Estas oraciones
son portadoras de varias ideas, de las cuales una debe ser la idea global o principal
que organice o guíe el o los sentidos que presentan las otras ideas. A estas ideas que
acompañan a la principal o global se las denomina ideas de apoyo, y son aquellas
que explican, exponen argumentos, expresan datos, detalles, de la idea central o
global.

Elementos de un párrafo:

ÌÌ Idea principal o global: desarrollo de un argumento básico sobre un tema


tratado.
ÌÌ Ideas de apoyo: Expresan matices diversos sobre la idea global o prin-
cipal.
ÌÌ Garantías-citas: Datos estadísticos, referencias de fuente, que en ocasio-
nes constan en la información de un párrafo.

ACTIVIDADES:

1. Su profesor le entregará una lectura. A partir de ella, separe el texto en


párrafos y en ellos ubique las ideas principales o globales de cada uno
de los párrafos de esa lectura.

2. En la misma lectura, ubique las ideas secundarias o que acompañan


a las principales o globales. Elabore con ellas un esquema, luego de-
termine el matiz que estas aportan: aclaran, ejemplifican, argumentan,
informan, preguntan, etc.

103
4.3.1.1 Tipos de párrafos: para desarrollar ideas, para introducir un tema, para
concluirlo:

Párrafos para desarrollar ideas:

ÌÌ Párrafo de enumeración. Se trata de una manera muy frecuente de ini-


ciar un texto básicamente expositivo. Está conformado por un conjunto
de características que describen un objeto, hecho o idea (separados por
una coma [ , ], y una frase organizadora que ayuda a comprender la in-
formación. La frase organizadora puede estar al comienzo o al final del
párrafo.

La etiqueta del agua Buenaire incluye los tres elementos utilizados


en las campañas publicitarias: un sol que representa la vida, una
hoja de árbol que simboliza la naturaleza, y un cuerpo femenino
estilizado que recuerda la importancia y el placer de sentirse lige-
ros.

ÌÌ Párrafo de similitud/contraste. Expone las semejanzas y diferencias


entre dos o más situaciones, personas, objetos o ideas, comparándolos o
contrastándolos según determinadas categorías. Este párrafo va introdu-
cido por una frase que presenta los distintos elementos.

Sócrates y los sofistas tienen en común el amor por la palabra y


la habilidad en la discusión. Sin embargo existen notables diferen-
cias entre ellos. Sócrates es el maestro que se propone ayudar al
discípulo a conocerse mejor a sí mismo, a encontrar por medio del
diálogo conocimientos que ya estaban implícitos en su interior;
mientras que los sofistas se proponen como finalidad el enseñar a
hablar bien sobre no importa qué tema.

ÌÌ Párrafo de desarrollo de un concepto. Se expone una idea principal


que posteriormente se reafirma por medio de argumentaciones. Esta idea
principal puede estar al inicio o al final del párrafo.

También un recién nacido tiene emociones. Sabe distinguir los es-


tímulos visuales, sonoros y táctiles; interactúa con el ambiente y
con sus padres. Recientemente, un pionero de las investigaciones
sobre la infancia ha escrito “El diario de un niño desde los cero
a los cuatro años”, construyendo lo que ve, lo que siente y lo que
piensa.

104
ÌÌ Párrafo de enunciado/solución de problemas. El escrito plantea y pos-
teriormente trata de resolver un problema en el desarrollo de un tema
determinado. Este tipo de párrafo está constituido por dos partes básicas:
en la primera, se expone un problema (una causa); en la segunda, se pro-
pone alguna solución (o efecto).

La sociedad contemporánea nos dice, en la mayoría de los casos,
lo que debemos hacer, cómo vestirnos, dónde vivir, con quién al-
ternar, qué aspiraciones debemos formular, qué tipo de objetos
debemos adquirir para ser respetados y admirados, continuamen-
te nos impone reglamentos y estereotipos a seguir para no ser re-
chazados y así, poder participar de los mejores grupos, tener los
mejores amigos, especialmente, aquellos que tienen dinero, que
pertenecen a familias adineradas y lo que es más, tienen el poder.
Esta falsa cara del éxito debería ser analizada por los jóvenes de
hoy, quienes desde la profundidad de sus convicciones deberían
aspirar a ser ellos mismos, a valorar al ser humano por lo que
es, por la sinceridad con la que actúa, y con la que devela sus
sentimientos e impresiones más no, por lo que tiene, por lo que
adquiere o por las instrumentos que lo acompañan y le envuelven
en un falso rostro que tarde o temprano se debilita, se fragmenta y
se destruye.

Párrafos para introducir un tema:



Las introducciones y las conclusiones son relativamente difíciles y compro-
metidas. A menudo, el párrafo introductorio es el que cuesta mayor trabajo, ya sea
por la necesidad de superar el obstáculo del “folio en blanco”, ya porque normal-
mente tiene un contenido impor­tante (indicar el problema, plantear la tesis defen-
dida por quien escribe), ya, finalmente, porque en él el escritor presenta su estilo.
De forma análoga, la conclusión contiene un último y significativo mensaje que a
menudo resume todo el texto.

ÌÌ Introducción síntesis. Presenta en forma resumida el tema o los subte-


mas que se van a desarrollar. Es la más frecuente pero también la menos
interesante.

La Universidad de Cuenca es la más antigua y la mayor de todas


las universidades cuencanas. Desde sus inicios en el siglo XIX
hasta hoy, ha formado a generaciones de destacados profesiona-
les que han conducido el desarrollo de Cuenca y la región. En
este trabajo hablaré sobre su fundación en la década de los años
30, los aspectos más importantes de su desarrollo a lo largo de

105
estos 150 años y las relaciones con otras provincias de la zona, las
carreras que ofrece actualmente, y su organización académica y
administrativa.

ÌÌ Preguntas retóricas. Plantea una serie de interrogaciones fundamenta-


les que el ensayo responderá en su desarrollo. Es más atractiva para el
lector.

¿Sabe usted qué es exactamente la clonación? ¿Cuándo comen-


zaron los científicos a pensar en la posibilidad de reproducir se-
res idénticos a partir de una célula? ¿Es verdaderamente posible
copiar seres humanos? ¿Qué peligros y qué ventajas ofrece este
procedimiento? ¿Hay un límite ético para la ciencia?

ÌÌ Introducción anécdota. Consiste en comenzar con una pequeña narra-


ción, en general inventada, referida al tema; tiene la ventaja de atraer al
lector, pues conecta el tema con la vida diaria y con experiencias con-
cretas.

Marcia es una adolescente de 16 años que está recuperándose en


una cama del hospital. Está muy pálida, pues ha perdido mucha
sangre, y ha sido una suerte que salvara su vida. Una amiga que
vive con ella la trajo a media noche inconsciente y con una fuerte
hemorragia. Ella había ocultado a todo el mundo sus tres meses
de embarazo, cuando su novio decidió marcharse repentinamente
a los Estados Unidos, y ella había perdido su trabajo en una fá-
brica de pantalones. Desesperada y sin tener a quién acudir, oyó
hablar de un consultorio médico en cierto barrio de la ciudad,
que podría resolver sus problemas. Allí le practicaron un aborto
sin ninguna clase de seguridad médica. Ahora ella ha perdido el
útero y no podrá volver a concebir. Esta es la historia de por lo
menos cincuenta y siete adolescentes que durante el año pasado
se sometieron a un aborto en condiciones peligrosas para su salud
y su vida.

ÌÌ Introducción analogía. Es semejante a la anterior, pero consiste sobre


todo en establecer una comparación entre el tema tratado y alguna si-
tuación que -aunque no se relaciona directamente con él- puede mostrar
ciertas similitudes.

En las peleas de gallos, no importa la raza, el colorido, la belleza


del ave; lo que importa es que el pico golpee feroz y brote copiosa
la sangre del pescuezo del animal herido de muerte. Esta actitud

106
parece haberse generalizado entre los diputados de distintas ten-
dencias políticas que integran el Congreso: una competencia para
ver quién grita más fuerte, quién consigue herir al adversario con
las peores acusaciones imaginables, quién logra cortar la cabeza
del enemigo político con denuncias escandalosas sobre su vida
pública e inclusive privada.

ÌÌ Introducción cita. Puede ser un refrán, los versos de un poeta, o una


frase de un especialista o de una persona conocida y respetada que está
relacionada con el tema a tratarse.

“Los Estados Unidos parecen destinados por la providencia para


llenar de males a la humanidad en nombre de la libertad”. Lo dijo
Simón Bolívar hace ya ciento cincuenta años y es asombroso que
hasta ahora no haya perdido actualidad.

Párrafos para concluir un tema:

El párrafo que concluye un escrito tiene, como el introductorio, una función


particular: la de dejar un buen recuerdo, enviar un último mensaje que resuma el
sentido del es­crito y dar a la lectura un sentido de plenitud. Al presentar algunos
ejemplos de conclusiones, seguiremos la misma tipología vista para las introduc-
ciones; de nuevo, utilizaremos para ello artículos de prensa.

ÌÌ Conclusión síntesis. La conclusión-síntesis, muy común en todo tipo de


escritos, presenta un breve resumen de las principales ideas del escrito.

Lo que estamos afirmando en esta cumbre es en realidad un se-


creto a voces: el afán destructivo de las potencias mundiales que
solo buscan consolidarse como fuerzas económicas es preocupan-
te. Prácticamente son quienes elaboran nuestra forma de vida, los
productos que consumimos son los que ellos nos venden. El efecto
globalizador ha convertido en monopolio a ciertas entidades co-
merciales.

ÌÌ Conclusión con anécdota. La conclusión con una anécdota, una histo-


ria, un hecho concreto, una imagen afortunada, recupera el hilo de todo
el texto a través de elementos narrativos o visuales que atraen la fantasía
y la imaginación del lector, dejándole un buen recuer­do del escrito. En el
párrafo siguiente aparece una imagen eficaz.

Con tal singular lucha se puso fin a muchísimos años de explota-


ción. En la mesa de negociaciones no cesaban de estrecharse la
mano, era increíble cuando antaño eran acérrimos enemigos; un

107
respiro de alivio se percibió entre los asistentes a la reunión, que
se retiraron satisfechos luego del tratado.

ÌÌ Conclusión-cita. También en la conclusión de un escrito es posible utili-
zar citas de todos los tipos, siempre que se adapten al tema tratado.

ONU, organización mundial esperanza de los pueblos”. ¡Qué be-


néficos se plantean sus propósitos! Luego de concluidas las gue-
rras mundiales se ha planteado la necesidad de crear un organis-
mo cuya única finalidad sea la de preservar la paz en el mundo,
que ha sido constantemente alterada por el egoísmo de los pue-
blos, y principalmente por la falta de diálogo, razón por la cual la
ONU actúa como mediadora con el fin de conciliar a las partes en
el conflicto.

ÌÌ Conclusión interrogante. La conclusión-interrogante plantea al final


del escrito las cuestiones no resueltas, los problemas abiertos a las hipó-
tesis de futuro.

La inauguración de la carretera ha constituido un punto de enlace


entre pueblos hermanos antes separados por la falta de vías de
comunicación. La obra llegó a feliz término gracias a que se con-
siguió el presupuesto necesario. ¿Tendrá la carretera el manteni-
miento necesario para preservarla en las actuales condiciones?

ÌÌ Conclusión analogía. La conclusión-analogía establece un parangón en-


tre el tema tratado y una situación que ofrece similitudes con él, única-
mente en el párrafo de conclusión. Se trata de una últi­ma imagen o idea
que se utiliza para reforzar los asuntos ya tratados en el escritorio.

En las peleas de gallos, lo que importa es que el pico gol­pee feroz y


brote copiosa la sangre del pescuezo del ani­mal herido de muerte.
Ocurre que toda la vida italiana ha asumido los rasgos espasmó-
dicos de la pelea callejera: hay competencia para ver quién grita
más fuerte, quién se lanza a morder al adversario en la yugular y
le envía al diablo, a él y a todos los filisteos que le hacen coro.

108
4.3.1.2 Métodos de citación de fuentes: pie de página, MLA, APA.

Existen muchas maneras de citar fuentes y, en ocasiones, cada institución


elige el modelo que empleará, pero se recomienda usar una de ellas durante la rea-
lización del trabajo, mas no mezclarlas.

El objetivo central del uso de estos mecanismo es que el estudiante aprenda


a sistematizar su trabajo, se centre en el contenido académico y que su esfuerzo
no sea una manera aislada de presentación sino que se vincule con los ambientes
editoriales y académicos de exigencia mundial. Finalmente, saber citar requiere de
la determinación de métodos específicos que informen del acceso al material inves-
tigado.

Existen diversas maneras para citar fuentes y señalar la referencia bibliográ-


fica, de entre las más frecuentes destacan: cita al pie de página, el método MLA
(Modern Language Association), el APA (American Psychological Association).

ÌÌ Notas al pie de página: recomienda introducir un numeral al texto que


se desarrolla para abrir un espacio aclaratorio al final de la página y en él
consignar los datos de referencias de las obras que sirven de base a esa
investigación. Ejemplo:

Pérez Torres, Raúl. Musiquero Joven, musiquero viejo. Editorial


Universitaria, Quito, 1978, p. 123.

Las notas al pie deben ir a un espacio, numeradas en orden ascen-


dente para todo el texto o por capítulos y aparecerán al final de
cada página o al final de un capítulo.

ÌÌ El método MLA: marca las fuentes señalando las referencias entre pa-
réntesis, así, el lector se remitirá a la bibliografía al final del trabajo.
Ejemplo:

El asunto es la materia del párrafo; o sea, aquello sobre lo que


trata el párrafo. La idea de apoyo es aquella que nos indica lo que
el autor o la autora piensan acerca del asunto (Vallejo, 76).

En la bibliografía general, bajo el nombre de Vallejo, encontrará la


información definitiva sobre el autor y la obra. Así:

Vallejo, Raúl. Manual de Escritura Académica: Guía para estu-


diantes y maestros, Corporación Editora Nacional, Quito, 2006.

109
ÌÌ El APA: sigue el mismo método de citación que el MLA, entre parénte-
sis y al interior del texto, lo que difiere es que se incluyen en el parénte-
sis el dato del año de publicación de la obra referida. Así, en el ejemplo
anterior tendremos:

El asunto es la materia del párrafo; o sea, aquello sobre lo que


trata el párrafo. La idea de apoyo es aquella que nos indica lo
que el autor o la autora piensan acerca del asunto (Vallejo, 2006:
76).

ACTIVIDADES:

1. Analice el primer párrafo del texto “Malentendidos”: ubique el párrafo


introductorio y procure establecer a qué tipo de párrafo introductorio se
aproxima. Razone tu respuesta.

2. Escriba un párrafo (entre cinco y seis líneas) sobre un tema libremente


escogido, señale su tipología, razone su respuesta.

3. Consulte en el texto sobre los párrafos de desarrollo o enlace y escriba


dos párrafos (entre cinco y ocho líneas) sobre el tema anteriormente
seleccionado.

4. Analice el último párrafo del texto “Malentendidos” de Rosa Montero,


establezca a qué tipo de párrafo de conclusión se aproxima. Explique el
porqué de su respuesta.

5. Redacte un párrafo de conclusión sobre el tema seleccionado, indique


previamente su tipología. Consulte el texto sobre los párrafos de con-
clusión.

6. Si en la formulación del texto requirió fuentes de información, señalar-


las de manera precisa, siga para el efecto las recomendaciones dadas en
la sección de los contenidos de la presente unidad.

110
4.3.1.3 La coherencia y la cohesión en el párrafo:

Por coherencia entenderemos la selección y distribución adecuadas de la in-


formación o contenido, es decir, la ilación o coordinación lógica de oraciones y
frases que integran el párrafo, con la finalidad de que se interpreten con facilidad
las ideas o pensamientos que se exponen. A las diferentes formas o maneras de
coordinar las ideas en relación con la lógica y la coherencia se denomina amplifi-
cación, que es la que vincula varias definiciones sobre un mismo asunto, las ubica
en un orden lógico o secuencial, para resaltar sus partes o formar una unidad textual
mayor, relacionada y compacta.

En conclusión, podemos decir que un texto es coherente si como lector soy


capaz de encontrarle sentido y distinguir la organización de sus partes.

La cohesión es también uno de los procedimientos pertinentes para estable-


cerlas conexiones o relaciones entre frases y párrafos que deben ser cuidadosamen-
te empleadas para evitar la falta de ilación y sentido entre las ideas en un párrafo,
y de éstos con los otros párrafos que conformen un texto mayor. La cohesión está
marcada principalmente, por el uso de los conectores y de los signos de puntua-
ción.

ACTIVIDADES:

1. Señale dónde están los problemas de coherencia en estos textos:

a) Después de llegar al campus, me fui a mi habitación y deshice el


equipaje. Nunca he sabido por qué mis padres se compraron aquel
coche.
b) Los niños se alegraron al abrir los regalos que estaban junto al ár-
bol de navidad. Las clases estaban acabando y ya tenían ganas de
que llegaran las navidades.
c) Hay varias ideas en que se defienden en el libro. La obra es una
crítica feroz contra la globalización.

2. Elija uno de los textos arriba presentados y escriba un texto algo más
largo presentando las ideas de una manera coherente.

111
3. Complete el siguiente texto usando algunos de los conectores propues-
tos:

¿Por qué el cine americano se ha impuesto de tal modo al europeo
hasta el punto de amenazarlo de extinción? Algunos claman que a
causa de la pura fuerza del dólar. ________ es algo que no ha pa-
sado en literatura, ni en pintura, ni en música sinfónica, ni en gas-
tronomía, ni en periodismo. Los dólares compran casi todo, pero
no aniquilan casi nada. Otros, _____________, arguyen la más
simple razón del triunfo: que las películas americanas son mejores.
_____________, el que una película sea considerada buena o mala
es algo desesperadamente subjetivo; y, _____________ cualquiera
que sea el baremo que se aplique, es incontrovertible que bastantes
películas europeas son estupendas y muchas películas americanas
son pésimas. Lo que, _____________, sí puede afirmarse es que
las películas americanas gustan por lo común más a la gente. ¿Por
qué?

(Fragmento adaptado de El cielo protector en Libre Mente de


Fernando Savater)

sin embargo por lo tanto ahora bien


pero además en cambio
de ahí que

4. Realizace las sustituciones léxicas y gramaticales que sean necesarias:

- Muchos atletas usan esteroides para desarrollar su potencial físico.


- Los esteroides son unas sustancias sintéticas.
- Los esteroides son análogos a la hormona testosterona masculina.
- Los esteroides son tomados habitualmente.
- Los esteroides desarrollan de forma impresionante los músculos, los
pectorales y deltoides.
- El consumo de esteroides provoca una serie de trastornos físicos.
- En el hombre disminuye la producción de espermatozoides.
- En el hombre aumenta el tamaño de los pechos.
- Las mujeres tienen irregularidades en el ciclo menstrual.
- La voz de las mujeres se torna más profunda.

112
- A las mujeres les crece vello en la cara y el cuerpo.
- Los esteroides provocan trastornos en el comportamiento.
- Los atletas tienen episodios maníaco-depresivos o depresivos.
- Los síntomas más frecuentes experimentados son una gran hiperactivi-
dad y una autoestima desbordada.
- Los adictos se arrepintieron una vez que los efectos de los esteroides
pasaron.
- Se sentían inmortales
- Tomaban cantidades anormalmente altas de esteroides.
- Tomaban hasta seis tipos de esteroides.
- ¿Cómo actúan los esteroides en el organismo?
- Los esteroides interrumpen el buen funcionamiento de los neuro-trans-
misores en el sistema nervioso central.

113
SIN PAPELES
José Saramago

José Saramago nació en Portugal en 1922, ganador del premio Nobel


de Literatura, es uno de los escritores portugueses más destacados y sus
obras se han convertido en la conciencia lúcida de una época cegada
por los mecanismos de poder. Así se conectan dos de sus principales
obras; Ensayo sobre la ceguera y Ensayo sobre la lucidez. Además ha
escrito narraciones como La caverna y El hombre duplicado. “Sin pape-
les” es un artículo periodístico publicado en el diario El Mundo.

La identidad de una persona no es el nombre que tiene, el lugar donde nació,


ni la fecha en que vino al mundo. La identidad de una persona consiste, simplemen-
te, en ser, y el ser no puede ser negado. Presentar un papel que diga cómo nos llama-
mos y dónde y cuándo nacimos, es tanto una obligación legal como una necesidad
social. Nadie, verdaderamente, puede decir quién es, pero todos tenemos derecho
de poder decir quiénes somos para los otros. Para eso sirven los papeles de identi-
dad. Negarle a alguien el derecho de ser reconocido socialmente es lo mismo que
retirarlo de la sociedad humana. Tener un papel para mostrar cuando nos pregunten
quiénes somos es el menor de los derechos humanos (porque la identidad social es
un derecho primario) aunque es también el más importante (porque las leyes exigen
que de ese papel dependa la inserción del individuo en la sociedad).
La ley está para servir y no para ser servida. Si alguien pide que su identidad
sea reconocida documentalmente, la ley no puede hacer otra cosa que no sea regis-
trar ese hecho y ratificarlo. La ley abusará de su poder siempre que se comporte
como si la persona que tiene delante no existiera. Negar un documento es, de alguna
forma, negar el derecho a la vida. Ningún ser humano es humanamente ilegal, y si,
aun así, hay muchos que de hecho lo son y legalmente deberían serlo, esos son los
que explotan, los que se sirven de sus semejantes para crecer en poder y riqueza.
Para los otros, para las víctimas de las persecuciones políticas o religiosas, para los
acorralados por el hambre y la miseria, para quien todo le ha sido negado, negarles
un papel que les identifique será la última de las humillaciones.
Ya hay demasiada humillación en el mundo, contra ella y a favor de la digni-
dad, papeles para todos, que ningún hombre o mujer sea excluido de la comunidad
humana.

4 de diciembre de 1998, El Mundo

114
ACTIVIDADES:

1. Para definir el factor principal de coherencia de un texto es necesario


especificar el tema. El artículo de Saramago tiene que ver con uno de
los problemas más dramáticos de la migración: la falta de documentos
o papeles que demuestren nuestra identidad. Sobre esta base, intentar
establecer los contenidos fundamentales (ideas principales) del tema de
la lectura.

2. Responder estas preguntas: ¿el tema está expresado claramente en el


texto?, ¿está presente en cada uno de los párrafos? Son aspectos que
garantizan la coherencia del escrito. Razone las respuestas apoyándose
en frases del mismo texto.

3. Redactar un escrito sobre un tópico relacionado con la migración, pro-


cure expresarlo con coherencia. En lo posible, relaciónelo con las rea-
lidades de nuestro entorno.

4. Organizar una mesa redonda sobre los problemas actuales de la migra-


ción.

115
LA RESISTENCIA
Ernesto Sábato

Ernesto Sábato nació en Buenos Aires en 1911. Es uno de los mejores


ensayistas contemporáneos de la literatura latinoamericana; Uno y el
universo, El escritor y sus fantasmas, La resistencia. Novelas: El túnel,
Sobre héroes y tumbas. En 1984 obtuvo el Premio Cervantes. De algu-
na forma representa la corriente existencialista en las letras hispano-
americanas. El texto de la lectura pertenece al volumen La Resistencia,
estructurado a base de una especie de cinco cartas dirigidas al lector;
precisamente el fragmento pertenece a la quinta carta.

El hombre de la posmodernidad está encadenado a las como­didades que le


procura la técnica, y con fre­cuencia no se atreve a hundirse en experien­cias hondas
como el amor o la solidaridad. Pero el ser humano, paradójicamente solo se salvará
si pone su vida en riesgo por el otro hombre, por su­prójimo, o su vecino, o por los
chicos aban­donados en el frío de la calles, sin el cuidado que esos años requieren,
que viven en esa intemperie que arrastrarán co­mo una herida abierta por el resto de
sus días. Son doscientos cincuenta millones de niños los que están tirados por las
calles del mundo.
Estos chicos nos pertenecen como hijos y han de ser el primer motivo de
nuestras luchas, la más genuina de nuestras vocaciones.
De nuestro compromiso ante la orfandad puede surgir otra manera de vivir,
donde el re­plegarse sobre sí mismo sea escándalo, donde el hombre pueda descubrir
y crear una existencia diferente. La historia es el más grande conjunto de aberracio-
nes, guerras, persecucio­nes, torturas e injusticias, pero, a la vez, o por eso mismo,
millones de hombres y mujeres se sacrifican para cuidar a los más desventura­dos.
Ellos encarnan la resistencia.
Se trata ahora de saber, como dijo Camus, si su sacrificio es estéril o fecundo,
y este es un interrogante que debe plantearse en cada corazón, con la gravedad de
los momentos deci­sivos. En esta decisión reconoceremos el lugar donde cada uno
de nosotros es llamado a opo­ner resis­tencia; se crearán entonces espacios de liber-
tad que pueden abrir horizontes hasta el momento inesperado.
Es un puente el que habremos de atravesar, un pasaje. No podemos quedar
fijados en el pa­sado ni tampoco deleitarnos en la mirada del abismo. En este camino
sin salida que enfrentamos hoy, la recreación del hombre y su mun­do se nos aparece
no como una elección entre otras sino como un gesto tan impostergable como el
nacimiento de la criatura cuando es llegada su hora.
Los hombres encuentran en las mismas cri­sis la fuerza para su superación. Así
lo han mostrado tantos hombres y mujeres que, con el único recurso de la tenacidad

116
y el valor, lu­charon y vencieron a las sangrientas tiranías de nuestro continente. El
ser humano sabe ha­cer de los obstáculos nuevos caminos porque a la vida le basta el
espacio de una grieta para renacer. En esta tarea lo primordial es negar­se a asfixiar
cuanto de vida podamos alumbrar. Defender, como lo han hecho heroicamente los
pue­blos ocupados, la tradición que nos dice cuánto de sagrado tiene el hombre. No
per­mi­tir que se nos desperdicie la gracia de los pe­queños momentos de libertad que
po­demos gozar: una mesa compartida con gen­te que queremos, unas criaturas a las
que demos am­paro, una caminata entre los árboles, la grati­tud de un abrazo. Un acto
de­arrojo como sal­tar de una casa en lla­mas.­
Estos no son hechos racionales, pero no es importante que lo sean, nos salva-
remos por los afectos.
El mundo nada puede contra un hombre que canta en la miseria.

ACTIVIDADES:

1. En el artículo anterior, Ernesto Sábato nos ofrece un mensaje esperan-


zado en medio de los problemas del hombre contemporáneo: el indivi-
dualismo, la incomunicación, la seducción de la tecnología, el crecien-
te sentimiento de orfandad. Tratar de exponer las respuestas que Sábato
da a esas situaciones (el mensaje) y los elementos de conexión que utiliza
(los conectores o nexos de relación, partículas como conjunciones).

2. Aplicar el mismo análisis a la lectura de “Malentendidos”, pero sola-


mente observando cómo se relacionan los diversos párrafos del texto,
mediante qué conectores.

3. Escribir un breve comentario personal (entre dos y tres párrafos de unas


cinco o seis líneas cada uno) sobre estas frases de Sábato, empleando
conectores para relacionar los distintos aspectos o ideas. (Utilizar la
información sobre los conectores en las tres actividades).

“Les pido que nos detengamos a pensar en la grandeza a la que toda-


vía podemos aspirar si nos atrevemos a valorar la vida de otra manera. No
pido ese coraje que nos sitúa en la verdadera dimensión del hombre”.

4. Otro procedimiento de cohesión son los signos de puntuación que, ade-


más de indicar las pausas de entonación y lectura, organizan y conectan
las ideas. No se puede escribir bien sin puntuar bien. Ejemplificar los
usos principales de los distintos signos de puntuación con oraciones o
frases tomadas de las lecturas: “Malentendidos”, “Sin papeles” y “La
resistencia”.

117
5. Redactar un breve texto de dos párrafos alrededor de seis líneas cada
uno y usar adecuadamente los signos de puntuación, sobre estas pala-
bras de Sábato:

“El ser humano sabe hacer de los obstáculos nuevos caminos porque a
la vida le basta el espacio de una grieta para renacer”.

4.3.2 TEXTO DE CONSULTA



4.3.2.1 Los conectores

En la redacción hay elementos que sin ser palabras esenciales como el verbo,
constituyen auxiliares muy importantes, entre ellos se encuentran los nexos, o ele-
mentos de enlace, los cuales deben ser debidamente utilizados para dar coherencia
y claridad a nuestros escritos.

4.3.2.2 Los nexos o elementos de enlace

Se los emplea para unir ideas con sentidos específicos, así:

ÌÌ Para expresar consecuencia:

Por lo anterior Por consiguiente


Por lo antes expuesto Por (lo) tanto
Como consecuencia de lo anterior Puesto que
Por lo antes dicho (expresado) Por lo que
Por lo mismo De tal modo (manera)

ÌÌ Para expresar causa:

Porque Puesto que


Pues Ya que

ÌÌ Para indicar finalidad:

A fin de
Con la finalidad de
Con el objetivo de
Con el fin de

118
ÌÌ Para expresar ilación:
Pues
Entonces A fin de cuentas
Por un lado También
Ahora bien Finalmente
En primer lugar (primeramente)
Por otra parte Por supuesto
En realidad Por cierto
Así pues Ante todo
Por el contrario Por un lado
Además Así mismo (asimismo)
En efecto (efectivamente) Por último
De la misma forma (manera) Seguramente
Sin duda En principio

ÌÌ Para indicar tiempo:

Cuando Luego que


Mientras que Después que
Durante Antes que

ÌÌ Para indicar objeción u oposición:

Pero
Sin embargo
A la inversa
Por el contrario

ÌÌ Para indicar condición:

Con tal de que Si


Dado que Siempre que
A menos que Una vez que
A no ser que En caso de que
A condición de que Salvo que

ÌÌ Para indicar restricción:

Aunque
No obstante Aun así
A pesar de Mientras que

119
ÌÌ Para indicar resultado:

Para terminar En síntesis


Por último En conclusión
Finalmente Para concluir

ACTIVIDADES:

Redactar un párrafo en el que emplee uno de los conectores que indi-


can: consecuencia, ilación, objeción u oposición, restricción, resultado.
Siga para el efecto las indicaciones y la lista de conectores analizados
en esta unidad. Recuerde que el párrafo deberá tener entre cinco y
ocho líneas. Los cinco párrafos del ejercicio deberán ser entregados por
escrito a su profesor.

4.3.2.3 Uso de los signos de puntuación

En la lengua escrita, junto a las palabras, aparecen diferentes signos para indi­
car las pausas, el comienzo y el final de las oraciones y los párrafos, para organizar
su significado y volverlo más claro. En la lengua hablada expresamos estos rasgos
por medio de pausas, de matices de voz, de cambios de tono, pero en la escritura se
indican por medio de los llamados signos de puntuación.

Los principales signos de puntuación son:

el punto (.)
el punto y coma (;)
la coma (,)
los dos puntos (:)
los signos de interrogación (¿?)
y de admiración ( ¡! )
paréntesis ( )
comillas (“ ”)
la raya o guion largo (― )
el guion (-)

Un texto escrito sin puntuación es completamente ilegible porque no se puede
saber dónde termina una idea y dónde comienza otra.

120
Lea con atención los siguientes párrafos en los cuales el escritor ecuatoriano
Simón Espinosa expone las razones por las que se debe aprender a puntuar correcta­
mente.

RAZONES PARA APRENDER A PUNTUAR CORRECTAMENTE

Son diez. Helas aquí: la primera, para evitar dudas, la segunda, para di-
sipar confusiones, la tercera, para individualizar párrafos; la cuarta para
separar palabras y realzar las más bonitas e importantes; la quinta, para
redondear los pensamientos; la sexta, para poder respirar y no ahogarse;
la séptima, para diferenciar un interlocutor de otro; la octava, para sepa-
rar lo esencial de lo accesorio; la novena, para soplar la vida en un escri-
to preguntando, exclamando, admirando, entusiasmándose, y la décima,
para inundar con claridad y limpieza todo lo escrito por modesto y pobre
que fuere.

Estas diez razones se resumen en dos: puntuamos para que nuestros es-
critos se distingan por el orden y resplandezcan por su mucha claridad.

EL PUNTO

El punto es la marca ortográfica que indica el límite oracional. Desde el punto


de vista significativo, el punto señala el paso de una idea a otra distinta. Fonéti­
camente, el punto marca un descenso en la curva de entonación.

Como se habrá podido observar en la lectura del texto, hay dos clases de punto:

ÌÌ El punto seguido, que se usa cuando termina una oración y comienza otra
que continúa tratando sobre el mismo asunto. Es decir, separa oraciones
que se refie­ren al mismo tema.

ÌÌ El punto aparte, que se coloca al final de un párrafo, e indica que se trata


de un asunto diferente.

Además de estos dos casos, el punto se emplea también detrás de una abrevia­
tura. Por ejemplo:

Ayer vi al Sr. López en la playa de Esmeraldas.

En la poesía del Ecuador se destacan Carrera Andrade, Escudero,


Dávila Andrade, etc.

La Dra. Inés Herrera llegará en el avión del día jueves.

121
ACTIVIDAD 1:

Escriba de nuevo este texto colocando el punto en donde corresponda.


Antes de escribir, lea el texto completo las veces que sea necesario, y
encuentre dónde comienzan y terminan las ideas. Re­cuerde que después
del punto se escribe siempre con mayúscula.

Hicieron alto en un claro del bosque el día se insinuaba, eliminando


veladuras comenzaron a piar las aves sentáronse en redondo los demo-
nios, y Satanás, el más enérgico, pues nada se compara con el dinamis-
mo de la ira, en segundos encendió una fogata la necesitaban los siete,
congelados por el clima de los espacios siderales antes de ubicarse en
el césped mustio, desuncieron sus bestias; la serpiente se enroscó so-
bre el grifo, que se puso a pastar, el sapo se dedicó a cepillar su casaca
púrpura, sumando su canción a la de los batracios fraternos, quedó
gruñendo el desprovisto motor del ve­llocino, y la sirena se acomodó
sobre la grupa del toro.

EL PUNTO Y COMA

Es un tipo de pausa más larga que la coma y menos larga que el punto, se lo usa:

ÌÌ Cuando escribimos proposiciones relacionadas entre sí. Expresa de esta ma-


nera, una relación más estrecha entre las proposiciones.
La situación política del país, agravada por las acciones de sus
funcionarios estatales, es preocupante; se impone una acción me-
diadora contundente, si se desea obtener resultados favorables en
las reacciones populares.

ÌÌ Cuando en frases largas, empleamos las conjunciones adversativas: pero,


mas, aunque, sin embargo, etc.

Se esforzaron como nunca en la realización del proyecto escrito;
sin embargo, les faltó decisión en el momento de la exposición.

ÌÌ Cuando se enumeran construcciones largas, en donde ya se empleó antes


comas.
Unos desean marcharse ya; otros esperan los resultados defini-
tivos; otros lamentan lo ocurridos, el caso es que todos tienen la
intención de desaparecer.

122
ACTIVIDAD 2:

Coloque punto y coma donde corresponda:

1. Espero poder contarte muchas cosas todo lo que en realidad pasó lo


haré en un futuro no muy lejano por hoy tengo que callar
2. Se comprometió a cambiar la situación laboral de las mujeres aunque
nunca formuló ninguna ley al respecto.
3. La situación educativa de las universidades del país, agravada por las
disposiciones legales últimas, requiere de acciones rápidas y contun-
dentes si se desea que el servicio a la comunidad continúe desarrollán-
dose esas acciones deberían llegar ya.
4. El desarrollo tiene muchas ventajas pero no da la felicidad. Se han
prolongado los años de vida se puede viajar a donde quiera con la ve-
locidad de un rayo pero la depresión, el desencanto y la soledad no han
desaparecido.
5. Los profesores opinan que los estudiantes deberían comprometerse
más con sus aspiraciones y responsabilidades académicas los estudian-
tes consideran que las metodologías los sistemas de evaluación y las
técnicas de enseñanza deberían ser replanteadas.
6. Los resultados de las pruebas fueron desastrosas seguramente no la
entendieron.

LA COMA

ACTIVIDAD 3:

Lea cuidadosamente las siguientes frases, marcando claramente las pau-


sas marcadas por la coma. Luego reflexionen colectivamente sobre la
utilidad de la coma.

Si vienes temprano, podremos ir a descansar.


Las ciudades nombradas fueron Ambato, Riobamba, Cuenca, Quito.
Aunque quieras, Rosa, no podrás llegar temprano.
Esperamos asistir al concierto, pero todavía no tene­mos las entradas.
Por más que estiro las manos, nunca te alcanzo luce­ro.

123
Como puede observar, en las frases anteriores se usa el signo de puntuación
llamado coma. La coma corresponde a las breves pausas que hacemos al hablar y
que vienen determinadas por el sentido de lo que decimos, por eso para pintar bien
la coma es útil leer en voz alta lo que escribimos. Las pausas de la voz suelen coin­
cidir con palabras, oraciones y funciones gramaticales.

Se separan con coma:

ÌÌ Los elementos de una serie (tanto si son palabras como oraciones breves)
cuando no van unidas por las conjunciones y, e, o, ni:

Porque ni lluvia, viento, mujer ni fortuna duran.


Tomaban cerveza, hacían chistes, jugaban a los dados
y lo pasaban muy bien.

Sin embargo, puede haber coma delante de la conjunción y cuando ésta une
proposiciones de cierta extensión y con diverso sujeto, aunque ambas sean de idén­
tica función gramatical:

Los futbolistas ganan ahora mucho dinero, y los profesores


ganan muy poco.

ÌÌ Los llamamientos (vocativos) a personas.


Manuel, ayúdame a llevar esta mesa.
Oye, Juana, apresúrate.
Quítate de la puerta, niño.

ÌÌ Las frases secundarias intercaladas en otras frases principales:

La verdad, dice un filósofo, debe ser necesaria.


La cuña, para que apriete, debe ser del mismo palo.

ÌÌ Cuando se invierte el orden regular de las oraciones, escribiendo primero


lo que debería escribirse después:

Donde no hay amor, todo es dolor,
Por más que insistí, no me hizo caso.

ÌÌ En las locuciones y adverbios: sin embargo, en efecto, con todo, es decir,


en realidad y otros equivalentes que cortan la frase, la explican, o aclaran
algunas circunstancias:

124
El domingo, en efecto, vino su madre.
Llegaron los productos importados, sin embargo, estuvieron
en mal estado.

ÌÌ Se usa la coma para encerrar elementos explicativos que interrumpen


una oración con la finalidad de ampliar o aclarar lo dicho.

En el momento oportuno, el maestro de literatura, mencionó el


nombre del autor de la obra.

ÌÌ Hay que poner coma cuando se omite un verbo:

Te pasas la vida parado en la esquina y yo, en los libros.

Es importante recordar que no se separa con coma el sujeto del verbo.

LOS DOS PUNTOS

Se emplean los dos puntos:

ÌÌ Delante de las enumeraciones anunciadas con un verbo:

El dueño del almacén vendió: telas, alambre, agujas y botones.

ÌÌ Después de expresiones que anuncian lo que se va a decir:

Escuchen todos: el día de mañana se recibirá la prueba de


matemáticas.

ÌÌ Antes de las citas textuales:

A media noche el hombre dijo: “Ha llegado la hora de dejar


mi casa y buscar a Dios”.

ÌÌ Luego de las fórmulas de saludo, datos en una carta, un oficio:

Apreciado amigo:
Distinguido señor:
Señor Presidente:

ÌÌ En textos políticos y administrativos con expresiones como:

125
Considerando:
Acuerdo:
Informo:

ÌÌ Para abrir paso a una aclaración, una justificación.

Aprobó todos los créditos necesarios para terminar la maestría;


cumplió con todos los requisitos legales impuestos por la Univer-
sidad: por eso hoy recibirá su investidura.

Habló con los amigos, suplicó a los parientes, visitó a los vecinos,
explicó a los jueces, pero a la larga, todo fue en vano: nadie la
comprendió.

Después de los dos puntos se escribe con minúscula, salvo que sea una
cita entrecomillada.

ACTIVIDAD 4:

Restituya los dos puntos a los siguientes textos:

1. El vocablo agricultura encierra un doble significado producción de la


naturaleza por la mano del hombre; sentimiento de veneración y res­
peto a la madre tierra.

2. A comienzos del siglo XX comenzaron a asomar por las calles de Cuen­


ca los primeros extranjeros ingenieros contratados para la construc­ción
de carreteras, buscadores de oro, uno que otro protestante.

3. El desabastecimiento de la sal, que tuvo lugar en nuestra provincia a


principios de 1920, obedeció a muchos factores el estancamiento del
producto, el mal estado de los caminos, la larga cadena de intermedia-
rios.

4. La dueña de casa, desceñida, jadeante, sacudía el puño frente al ex-


tranjero “Patentitas, Dios santo, las señales, le acompaña la peste, se
pierden los guaguas, asoma en el cielo el planeta, y él carga siempre
con real y medio en el bolsillo”.

126
5. Velasco Ibarra solía decir “Pueblo, chusma sublime”.

6. Asistieron a la sesión de trabajo los comerciantes, los trabajadores, los


representantes de los medios de comunicación y los políticos.

7. El sabio sacudió la cabeza y dijo “No veo banderas ni cortejos”.

8. En el juego no rindió lo que todos esperaban estaba muy cansado.

9. Señor Presidente

Pongo a su consideración el resultado de las últimas encuestas…

10. El Ministro de Educación del Ecuador

Considerando
Que de conformidad con…

LOS PUNTOS SUSPENSIVOS

Constituyen un signo ortográfico formado por tres puntos seguidos ... Repre­
sentan una pausa en la lengua hablada y normalmente indican una suspensión del
sentido. La voz ni asciende ni desciende, por tanto, marca un tonema de suspen­
sión.

Se emplean los puntos suspensivos:

ÌÌ Cuando queda pendiente una idea:


Dime con quién andas...

ÌÌ Para expresar vacilación o duda:


Si él supiera que yo... bueno mejor me callo
Llegarán las mercancías tal vez mañana... o el jueves... será
mejor esperar.

ÌÌ Para sorprender al lector con una salida inesperada:


Invitamos cuarenta personas para la fiesta y... vinieron tres.

127
ÌÌ Cuando se omite parte de una cita textual:

“La claridad del estilo se consigue únicamente con la práctica
permanente de la escritura y tiene que ver con el cuidado de la
redacción, ortografía, el ordenamiento coherente de las ideas y
la fluidez de las palabras. (…) Debe evitarse también, el uso del
llamado lugar común, que son aquellas frases gastadas que se
usan con frecuencia y que le restan elegancia a un texto” (Vallejo,
92-93)

Si el corte es al principio del texto, los puntos suspensivos irán luego de las
comillas de apertura, si está en medio de la cita, los puntos suspensivos irán entre
paréntesis, al final de la cita antes de las comillas de cierre:

“... el primer coche pasó en la dirección que ellos traían (...) iba
con sus padres un niño que los saludó alegremente...”. “Hundi-
dos o alzados en sus asientos, seguían mirando espantados y sin
aliento aquel hueco de aire que iban a atravesar (...) lo que allí
aparecía en ese instante iba a ser el estallido del mundo, el sol y
la tierra que finalmente han de encontrarse en sus caminos y des-
integrarse en la nada”.

Daniel Sueiro:
Cambio de rasante.

ÌÌ Al final de una enumeración cuando no se la va a concluir:

Todos los desastres posibles aparecerían: la acciones devastado-


ras de la corriente del niño, la ruptura del oleoducto, las huelgas
y los paros de maestros y transportistas, la falta de consensos so-
ciales y la consabida corrupción…

“Lo soñó con activo, caluroso, secreto, del tamaño de un puño


cerrado (...), con minucioso amor lo soñó, durante catorce lúcidas
noches”.

Jorge Luis Borges:


El jardín de los senderos que se bifurcan

128
LOS SIGNOS DE INTERROGACIÓN (¿?)

ÌÌ Sirven para delimitar enunciados interrogativos. Se ubican al inicio y al


final de la estructura. Ejemplo:

¿Entendiste la propuesta?
¿Estás bien?

ÌÌ Los signos de puntuación deben colocarse en donde empieza la pregun-


ta, aunque la exposición del tema haya comenzado antes, así:

Si todos opinan que este país debe cambiar, entonces, ¿por qué
no trabajan conjuntamente, para obtener esos cambios?

LOS SIGNOS DE EXCLAMACIÓN O ADMIRACIÓN (¡!)

ÌÌ Delimitan enunciados exclamativos y admirativos, por ejemplo:

¡Qué sorpresa, no esperaba verte tan pronto!


¡No pensé que llegarías!

ÌÌ En casos especiales, una misma frase al mismo tiempo interrogativa y


exclamativa, en estos casos se admite que empiece o termine con signos
distintos, así:

¡Por favor, qué ocurre en este lugar?

El ejemplo anterior podría ser enunciado también de la siguiente manera:

¡Por favor! ¿Qué ocurre en este lugar?

ÌÌ Los signos de admiración y exclamación sirven de punto, pero no exclu-


yen la presencia de los demás signos de puntuación. Ejemplo:

¿La reunión se inició a tiempo?, ¿qué asuntos trataron en ella?

129
LOS PARÉNTESIS ( )

ÌÌ Sirven para intercalar frases aclarativas o frases incidentales en las ora-


ciones. Ejemplo:

Si quiere conocer cómo los escritores (que son quienes mejor utili-
zan la palabra) producen sus obras, lo recomendable es acercar-
se a sus textos y leerlos detenidamente.

ÌÌ Para intercalar datos y precisiones temporales: Por ejemplo,

El hecho que hoy se comenta ocurrió muy cerca de aquí (Paute,


Provincia del Azuay) y todos hemos oído hablar de ella.

ÌÌ En las citas textuales cuando se omite parte del texto se coloca los tres
puntos entre paréntesis, así (…)

“El ensayo académico de cinco párrafos desarrolla un asunto con


tres ideas de apoyo (…) la extensión de orden escolar va, por lo
general, de 500 a 1000 palabras” (Vallejo, 100).

LAS COMILLAS (“ ”)

ÌÌ Se emplean para reproducir citas textuales, ejemplo:

Respondió con toda la sinceridad: “No estoy preparada para se-


mejante reto”.

ÌÌ Los títulos de los artículos o cuentos van también entre comillas, no ocu-
rre lo mismo con los libros, estos se escriben en cursiva. Ejemplo:

Leyó en voz alta el poema “Quejas” de Dolores Veintimilla de


Galindo.

ÌÌ Para señalar el uso indebido de una palabra o expresión impropia, vulgar,


extranjera, irónica o empleada con otro sentido.

Sus “recursos” insólitos, y poco conocidos.

130
LA RAYA O GUION LARGO (―)

ÌÌ Se lo emplea para encerrar aclaraciones o incisos que interrumpen el


discurso. Ejemplo:

Esperaba a sus compañeros ―grandes amigos de su infancia–,


lamentablemente nunca llegaron.

En este uso, las rayas pueden sustituirse por los paréntesis o por las comas.
El empleo de uno u otro dependerá de quien escribe y del grado de conexión que se
perciba entre la frase aclarativa y el resto del enunciado.

ÌÌ Se la emplea también para señalar cada una de las intervenciones de un diá-


logo en un relato. Se ubica la raya delante de cada enunciado. Ejemplo:

― ¿Qué hicieron anoche?


― Nada especial, nos reunimos en mi casa.
― ¿Hablaron del problema?
― No, nadie tocó el tema

ÌÌ Se utiliza también para introducir comentarios o precisiones del narrador


a las intervenciones de los personajes. Ejemplo:

Espero que tu presentación sea un éxito ―dijo el director– muy


entusiasmado.

Como vemos, en este caso se colocan dos rayas: una de apertura y una de
cierre. Si se requiriera punto, este deberá colocarse después de las palabras y detrás
de la raya de cierre.

Deberíamos contarle —dijo Julián–. Ella es la única que no lo sabe.

ÌÌ Se la emplea para señalar algunos índices alfabéticos de libros o biogra-


fías, la raya indica que en ese renglón se omite una palabra, ya sea un
concepto antes citado o el nombre de un autor que se repite. Ejemplo.

Verbos intransitivos
― Transitivos
― Regulares
― Irregulares

131
― Vallejo, Raúl.: Huellas del amor eterno (1999)
― Máscaras para un concierto (1986)
― Solo de palabras (1988)
― Fiesta de solitario (1992)

EL GUION (-)

Es un trazo de menor longitud que el signo llamado raya. Se lo usa para divi-
dir palabras y no se escribe entre espacios en blanco.

ÌÌ Se lo emplea, en determinados casos, para separar dos elementos de una


palabra compuesta. Se trata de un valor de enlace, con función similar al
de una preposición o de una conjunción.

Ejemplos: teórico-práctico, técnico-administrativo.


Esta es una relación de odio-amor.

En el caso de dos gentilicios pueden escribirse de manera separada o no esos


elementos. Así: hispanoárabe, francocanadiense o luso-japonés, franco-hispano.

ÌÌ Se utiliza para dividir una palabra al final del renglón, cuando no cabe en
él completa. Ejemplos: in- huma- no, des- hidra- tar, ca- llar, ca-rro.

En este punto, deben seguirse con precisión las reglas de la separación silábi-
ca para evitar errores y equivocadas segmentaciones de palabras. Por ejemplo, se
recomienda no segmentar palabras en otros idiomas al final del renglón, a no ser
que se conozcan las reglas vigentes en los idiomas respectivos. Igualmente se reco-
mienda no dividir al final del renglón las siglas y acrónimos. Ejemplo: UNESCO,
Láser, radar.

ACTIVIDAD 5:

En el texto que su profesor le presente coloque los signos de puntua-


ción que se requieran. Para el efecto, siga las reglas señaladas en los
contenidos de la presente unidad.

132
4.4 ORTOGRAFÍA: USO DE C-S-Z

REGLAS SOBRE EL USO DE C:

a) Se escriben con c las palabras terminadas en -encia, menos hortensia.


Ejemplos: clemencia, ausencia, ciencia, experiencia, indulgencia, ten-
dencia.

b) También las palabras terminadas en -ancia, menos ansia que significa


deseo. Ejemplos: arrogancia, ignorancia, tolerancia, infancia, abun-
dancia, lactancia.

c) Los verbos terminados en -cir y -ducir, menos asir. Ejemplos: condu-


cir, producir, reducir, reproducir, inducir, relucir, decir, zurcir, esparcir,
traducir.

d) Se escriben con c los verbos terminados en cer, menos ser, coser y


toser. Ejemplos: conocer, hacer, padecer, adolecer, mecer, retroceder,
fortalecer.

e) También llevan c las terminaciones: -icia, -icie, -icio, menos, alisios.

REGLAS SOBRE USO DE S:

a) Se escriben con s la terminación -ulsión. Ejemplos: emulsión, expul-


sión, convulsión, repulsión, otras.

b) La terminación -ense de algunos adjetivos gentilicios, menos, vascuen-


ce. Ejemplos: parisiense, londinense, bonaerense, canadiense, nicara-
güense.

c) Las palabras que empiezan por seg-, sig-, menos cigarro, cigarra, ci-
guato, cegajo, cegato, cegesimal, cegrí, cigüeña.

d) Llevan s las terminaciones -ísimo de los superlativos. Ejemplos: boní-


simo, felicísimo, elegantísimo, malísimo, riquísimo, fidelísimo.

e) Se escriben con s las terminaciones -sivo de los adjetivos, menos, noci-


vo, lascivo. Ejemplo: pasivo, progresivo, excesivo, corrosivo.

f) Las terminaciones verbales -ase, -ese. Ejemplo: mirase, llamase, ha-


blase, cogiese, muriese.

133
REGLAS PARA EL USO DE Z:

a) Se escriben con z las terminaciones anza, menos ansa, gansa, mansa.


Ejemplos: panza, matanza, danza, confianza, añoranza, alabanza.

b) También llevan z las terminaciones eza de los nombres abstractos.


Ejemplos: nobleza, pereza, tristeza, dureza, destreza, pureza, flaque-
za.

c) Llevan z las terminaciones: iz, ez, oz, az, de los nombres patronímicos.
Ejemplos: Díaz, Alvarez, Pérez, López, Hernández, Ordóñez, Ortiz.

d) Se escriben con z la terminación ez de los nombres abstractos. Ejem-


plos: dejadez, estupidez, sencillez, altivez, ridiculez, solidez, vejez, ni-
ñez.

ACTIVIDADES:

ÌÌ Formar sustantivos abstractos añadiendo las terminaciones ez, anza, eza, a


las siguientes palabras:

pobre ________________ rico __________________ niño ____________


viejo _________________ bello _________________ sencillo __________
honrado ______________ escaso _______________ redondo _________
esperar ______________ confia _______________ puro ____________
enseña ______________ triste ________________ pequeño _________

ÌÌ Escribir patronímicos derivados de los siguientes nombres:


Rodrigo ______________ Martín ________________ Álvaro __________
Fernando _____________ Benito ________________ Ramiro __________
Gonzalo ______________ Domingo ______________ Hernando ________

ÌÌ Completar con c, s, z, las siguientes palabras:

sen__ille__ esca__e__ pa__ien__ia pere__a


honrade__ triste__a franque__a au__en__ia
Ine__ita pe__e__ito flore__illa Tere__ita
coche__ito vieje__illo to__e__ita ca__ita

134
pere__o__ito ingle__ita pie__e__ito hermo__ito
prin__e__ita gra__io__ito vo__e__ita ciegue__ito
Andre__ito compa__illo fran__e__ita corazon__ito

ÌÌ Observar la ortografía de las siguientes palabras terminadas en azo, aso:

fracaso frascazo acaso tontazo


ocaso carrazo atraso gatazo
reglazo palazo sillazo manaza
garrotazo picaronazo cabezazo correazo
perrazo ojazo bocaza codazo

ÌÌ Copiar del ejercicio anterior las palabras que expresen golpe y los aumenta-
tivos. Las palabras subrayadas no expresan ni lo uno ni lo otro:

Expresan golpe (son ocho): ____________________________________


_____________________________________________________________

Son aumentativos (son ocho): _____________________________________


_____________________________________________________________

ÌÌ Formar el plural de:


luz _________________ cruz ____________ voz _____________
maíz _______________ raíz_____________ pez _____________
lápiz _______________ cáliz ____________ feliz _____________

ÌÌ Escribir al dictado las siguientes oraciones. Antes de hacerlo fíjese en la or-


tografía de las palabras que se escriben con s, c, z. Después del dictado haga
la autocorrección.

La sencillez es una virtud admirable. Todos deben actuar con honradez.


La escasez de exportaciones empobrece la economía nacional. No todas
las princesas actúan con sencillez. Su fortaleza es admirable. La belleza
de la duquesa francesa atrajo la atención de la multitud. Me gusta escu-
char música escocesa. La novela inglesa tiene muchos lectores. No he
visitado ciudades portuguesas. Poetisa es el femenino de poeta.

135
ÌÌ Escribir los gentilicios correspondientes a:

Francia Portugal Holanda


Dinamarca Génova Japón
Los Ríos Babahoyo El Oro
Carchi Cotopaxi Chimborazo

ÌÌ Escribir adjetivos terminados en oso, osa, derivados de las siguientes pala-


bras.

jugo ________________ espacio ________________


gloria ________________ gozo ________________
pereza ________________ veneno ________________
ansia ________________ vicio ________________
monstruo ________________ trampa ________________
juicio ________________ celos ________________

ÌÌ Escribir el superlativo de los adjetivos formados en el ejercicio anterior. Por


ejemplo:

Jugosísimo ________________ ________________


________________ ________________ ________________
________________ ________________ ________________
________________ ________________ ________________

ÌÌ De las siguientes voces, escribir derivados que terminan en ción o sión.

editor ______________ conciso ______________ compositor ________


convulso ____________ suspenso _____________ divisor ____________
sensato _____________ agresor _______________ omiso ____________
disperso ____________ relator ________________ frotador ___________
sucesor _____________ preciso _______________ felicitado __________
donador _____________ televisor ______________ lector _____________
ascensor ____________ intento _______________ averiguado ________
expulsar _____________ emisor _______________ invasor ___________
sucesor _____________ profesor ______________ extenso ___________
explosivo _____________ sumiso _______________ expreso ___________

136
ÌÌ Para ejercicio de dictado

invasión expiación suposición adopción supresión


difusión misión medición diversión reclusión
tensión transición concisión indecisión ilusión
crucifixión discusión expresión decisión concesión

137
UNIDAD 5
LA ESCRITURA DE ENSAYOS
Y OTROS TRABAJOS ACADÉMICOS
5.1 PRESENTACIÓN

5.2 OBJETIVOS

5.3 CONTENIDOS

5.3.1 MODALIDADES DE UN TRABAJO ACADÉMICO: RESEÑA, EN-


SAYO EXPOSITIVO Y ENSAYO ARGUMENTATIVO

5.3.2 FASES DE ELABORACIÓN DE UN TRABAJO ACADÉMICO: RESE-


ÑA, PRE-ESCRITURA, ESCRITURA Y POS-ESCRITURA

5.4 EL ENSAYO EXPOSITIVO

5.4.1 PRINCIPIOS ELEMENTALES: COHERENCIA Y COHESIÓN TEXTUAL

5.4.2 SINONIMIA Y PARÁFRASIS

5.5 EL ENSAYO ARGUMENTATIVO

5.5.1 ¿QUÉ ES ARGUMENTAR?

5.5.2 TIPOS DE ARGUMENTOS

5.5.3 ESCRITURA DE ENSAYOS ARGUMENTATIVOS

5.5.4 PROCEDIMIENTOS RETÓRICOS

5.6 ORTOGRAFÍA: USO DE LA J-G

LECTURAS Y ACTIVIDADES

ÌÌ “Vivir juntos”, Fernando Savater


ÌÌ “El factor Dios”, José Saramago
ÌÌ “No perdamos la memoria”
ÌÌ “El aborto”
ÌÌ “Madres de alquiler, una cuestión ética”

139
VIVIR JUNTOS

Fernando Savater
Las preguntas de la vida.
Bogotá, Planeta, 1999.

San Sebastián, 1947. Filósofo y escritor. Profesor de Ética en la Universi-


dad del país vasco y hoy imparte clases en la Facultad de Filosofía de
la Universidad Complutense de Madrid. Ensayista, periodista, novelista
y dramaturgo, ha publicado más de cuarenta y cinco libros, algunos de
los cuales han sido traducidos a una docena de lenguas. Sus obras más
conocidas son: La infancia torpedeada, Ética para Amador, Diccionario
filosófico, El valor de educar, Las razones del antimilitarismo y otras
razones y Contra las patrias. Savater se ha convertido en uno de los inte-
lectuales de mayor prestigio y algunas de sus creaciones han merecido
galardones tan destacados como el Premio Nacional de Literatura, el
Premio Anagrama, el Premio Cuco-Cerecedo y el González-Ruano de
Periodismo, entre otros.

Nadie llega a convertirse en humano si está solo: nos hacemos humanos los
unos a los otros. Nuestra humanidad nos la han “contagiado”, es una enfermedad
mortal que nunca hubiéramos desarrollado si no fuera por la proximidad de nues-
tros semejantes. Nos la pasaron boca a boca, por la palabra, pero antes aun por la
mirada: cuando todavía estamos muy lejos de saber leer, ya leemos nuestra huma-
nidad en los ojos de nuestros padres o de quienes en su lugar nos prestan atención.
Es una mirada que contiene amor, preocupación, reproche o burla: es decir, signifi-
cado. Y que nos saca de nuestra insignificancia natural para hacernos humanamente
significativos.
Uno de los autores contemporáneos que con mayor sensibilidad ha tocado
el tema, Tzvetan Todorov, lo expresa así: “El niño busca captar la mirada de su
madre no solamente para que esta acuda a alimentarle o reconfortarle, sino porque
esa mirada en sí misma le aporta un complemento indispensable: le confirma en su
existencia. Como si supieran la importancia de ese momento -aunque no es así-, el
padre o la madre y el hijo pueden mirarse durante largo rato a los ojos; esta acción
sería completamente excepcional en la edad adulta, cuando una mirada mutua de
más de diez segundos no puede significar más que dos cosas: que las dos personas
van a batirse o a hacer el amor”.
Siendo como somos en cuanto humanos fruto de ese contagio social, resulta
a primera vista sorprendente que soportemos nuestra sociabilidad con tanto desaso-
siego. No seríamos lo que somos sin los otros pero nos cuesta ser con los otros. La
convivencia social nunca resulta indolora. ¿Por qué? Quizá precisamente porque es

141
demasiado importante para nosotros, porque esperamos o tememos demasiado de
ella, porque nos fastidia necesitarla tanto. Durante un brevísimo período de tiempo
cada ser humano cree ser Dios o por lo menos el rey de su diminuto universo co-
nocido: el seno materno aparece para calmar el hambre (casi siempre en forma de
biberón), manos cariñosas responden a nuestros lloros para secarnos, refrescarnos
o calentarnos, para darnos compañía. Hablo de los afortunados, porque hay niños
cuyo destino atroz les niega incluso este primer paraíso de ilusoria omnipotencia.
Pero nuestro reinado acaba pronto, incluso en los casos menos desdichados. Pronto
tenemos que asumir que esos seres de quienes tanto dependemos tienen su propia
voluntad, que no siempre consiste en obedecer a la nuestra. Un día lloramos y
mamá tarda en venir, eso nos anuncia y nos prepara a la fuerza para otro día más
lejano, el día en que lloraremos y mamá ya no volverá.
La filosofía y la literatura contemporáneas abundan en lamentos sobre la car-
ga que nos impone vivir en sociedad, las frustraciones que acarrea nuestra condi-
ción social y los preservativos que podemos utilizar para padecerlas lo menos posi-
ble. En su drama “A puerta cerrada”, Jean Paul Sartre acuñó una sentencia célebre,
luego mil veces repetida: “El infierno son los demás”. Según eso, el paraíso sería la
soledad o el aislamiento (que por cierto distan mucho de ser lo mismo). El tema de
la “incomunicación” aparece también de las más diversas formas en obras de pen-
samiento, novelas, poemas, etc. A veces es una queja por la pérdida de una comu-
nidad de sentido que supuestamente existía en las sociedades tradicionales y que el
individualismo moderno ha desmoronado; pero en otros casos parece provenir más
bien de ese mismo individualismo, que se considera incomprendido por los demás
en lo que tiene de único e irreductible­mente “especial”. Otros autores deploran o
se rebelan contra limitaciones que la convivencia en sociedad impone a nuestra li-
bertad personal: ¡nunca somos lo que realmente queremos ser, sino lo que los otros
exigen que seamos! Y algunos plantean estrategias vitales para que lo colectivo no
devore totalmente nuestra intimidad: colaboremos con la sociedad en tanto nos re-
sulte beneficioso y sepamos disociarnos de ella cuando nos parezca oportuno. A fin
de cuentas, como dijo en una ocasión la emprendedora Mrs. Thatcher, la sociedad
es una entelequia y los únicos que existen verdaderamente son los individuos.
A favor de estas protestas y recelos abundan los argumentos aceptables. Las
sociedades modernas de masas tienden a despersonalizar las relaciones humanas,
haciéndolas apresuradas y burocráticas, es decir muy “frías” si se las compara con
la “calidez” inmediata de las antiguas comunidades, menos reguladas, menos popu-
losas y más homogéneas. En cambio crece la posibilidad de control gubernamental
o simplemente social sobre las conductas individuales, cada vez más vigiladas y
obligadas a someterse a ciertas normas comunes... ¡aunque esta última forma de ti-
ranía nunca ha faltado tampoco en las pequeñas comunidades premodernas! Pese a
tanto control, demasiados ciudadanos conocen muy pocas ventajas de la vida en co-
mún y padecen miseria o abandono. Por encima de todo, nuestro siglo ha conocido
ejemplos espeluznantes del terror totalitario que pueden ejercer sobre las personas

142
los colectivismos dictatoriales. Tantas adversidades pueden hacer olvidar hasta qué
punto la sociabilidad no es simplemente un fardo ajeno que se impone a nuestra
autonomía sino una exigencia de nuestra condición humana sin la cual nos sería
imposible desarrollar esa autonomía misma de la que nos sentimos tan justifica­
damente celosos. Sin querer llevarle la contraria a Mrs. Thatcher, parece evidente
que las sociedades no son simplemente un acuer­do más o menos temporal, más o
menos conveniente, al que llegan individuos racionales y autónomos, sino que por
el contrario los individuos racionales y autónomos son productos excelentes de la
evolución histórica de las sociedades, a cuya transformación contribuyen luego a su
vez. ¿Cómo podría ser de otro modo?
¿Son los demás el infierno? Solo en tanto que pueden hacernos la vida infer-
nal al revelarnos -a veces poco consideradamente- las fisuras del sueño libertario
de omnipotencia que nuestra inmadurez autocomplaciente gusta de imaginar: ¿Vi-
vimos necesariamente incomunicados? Desde luego, si por “comunicación” enten-
demos el que los demás nos interpreten espontáneamente de modo tan exhaustivo
como nosotros mismos creemos expresarnos; pero solo muy relativamente, si asu-
mimos que no es lo mismo pedir comprensión que hacerse comprender y que la
buena comunicación tiene como primer requisito hacer un esfuerzo por compren-
der a ese otro mismo del que pedimos comprensión. ¿Limitan nuestra libertad los
demás y las instituciones que compartimos con ellos? Quizá la pregunta debiera
plantearse de modo diferente: ¿tiene sentido hablar de libertad sin referencia a la
responsabilidad, es decir a nuestra relación con los demás?,­¿no son precisamente
las instituciones -empezando por las leyes- las que nos revelan que somos libres
de obedecerlas o desafiarlas, así como también pa­ra establecerlas o revocarlas?
Incluso los abusos totalitarios o simplemente autoritarios sirven al menos para que
comprendamos mejor –en la resistencia contra ellos– las implicaciones políticas y
sociales de nuestra autonomía personal.
Por justificadas que estén las protestas contra las formas efectivas de la socie-
dad actual (de cualquier sociedad actual), sigue siendo igualmente cierto que esta-
mos humanamente configurados para y por nuestros semejantes. Es nuestro destino
de seres lingüísticos, es decir, simbólico. Al nacer somos “capaces” de humanidad,
pero no actualizamos esa capacidad -que incluye entre sus rasgos, la autonomía
y la libertad- hasta gozar y sufrir la relación con los demás. Los cuales por cierto
nunca están “de más”, es decir nunca son superfluos o menos impedimentos para
el desarrollo de una individualidad que en realidad solo se afirma entre ellos. Para
conocernos a nosotros mismos necesitamos primero ser reconocidos por nuestros
semejantes. Por muy malo que pueda eventualmente resultarnos el trato con los
otros, nunca será tan irrevocablemente aniquilador como vendría a ser la ausen-
cia completa de trato, el ser plena y perpetuamente “desconocidos” por quienes
deben reconocernos. Lo ha expresado muy bien el gran psicólogo William James:
“El yo social del hombre es el reconocimiento que este obtiene de sus semejan-
tes. Somos no solamente animales gregarios, que gustamos de la proximidad con

143
nuestros compañeros, sino que también tenemos una tendencia innata a hacernos
conocer, y conocer con aprobación, por los seres de nuestra especie. Ningún castigo
más diabólico podría ser concebido, si fuese físicamente posible, que vernos arroja-
dos de la sociedad y permanecer totalmente desapercibidos por todos los miembros
que la componen”. Nadie llegaría a la humanidad si otros no le contagiasen la suya,
puesto que hacerse humano nunca es cosa de uno solo sino tarea de varios; pero una
vez humanos, la peor tortura sería que ya nadie nos reconociese como tales... ¡ni
siquiera para abrumarnos con sus reproches!

ACTIVIDADES:

1. Leer el texto respetando las pausas ya indicadas por los signos de pun-
tuación y la entonación correspondiente.

2. Organizar un pequeño diálogo o debate en torno a las opiniones verti-


das en los fragmentos leídos.

3. Nadie llega a convertirse en ser humano si está solo: nos hacemos hu-
manos los unos con los otros, ¿cómo se desarrolla este punto central en
el texto?

4. ¿Qué respuesta da el texto a esta problemática: limitan nuestra libertad


los demás y las instituciones que compartimos con ellos?

5. ¿Por qué Jean Paul Sartre consideraba que “El infierno son los demás”?
Comente esta frase célebre desde su particular opinión.

144
UNIDAD 5

LA ESCRITURA DE ENSAYOS Y OTROS


TRABAJOS ACADÉMICOS

5.1 PRESENTACIÓN

Una de las actividades más frecuentes en los estudios universitarios es la


escritura de trabajos académicos. El ensayo es una modalidad en la cual se expone
de manera ordenada y fundamentada, en un serio proceso de reflexión y de inves-
tigación, un conjunto de informaciones, comentarios y puntos de vista personales
sobre un tema. Igualmente, es importante destacar la escritura de la reseña como
una alternativa de valor en los estudios universitarios la cual deberá diferenciarse
del resumen -en su particular formulación- puesto que este consiste tan solo en la
síntesis de un texto.

Durante los estudios de bachillerato se habrán escrito muchos de estos traba-


jos, y seguramente se tiene conciencia de las dificultades que ellos conllevan.

En esta unidad se registran un conjunto de estrategias y técnicas que ayudan


a escribir los trabajos de una manera más organizada y sistemática. Esto es sustan-
cial para la formación académica, sobre todo porque la expresión adecuada de las
ideas ayudará a comprender y sistematizar, de mejor manera, los contenidos de las
asignaturas que se estudian a lo largo de una carrera.

La escritura de ensayos se plantea a través de tres fases fundamentales: 1.


Actividades de pre-escritura; 2. Actividades de escritura; y 3. Actividades de pos-
escritura.

5.2 OBJETIVOS

Objetivos específicos:

ÌÌ Establecer claramente los propósitos de tu trabajo, generar la informa-


ción que necesitas desde un sostenido proceso documentativo y organi-
zar la exposición en un esquema previo.
ÌÌ Escribir un ensayo expositivo con claridad, coherencia y precisión.
ÌÌ Revisar los aspectos formales y de contenido del trabajo para asegurar
su calidad.

145
Objetivos actitudinales:

ÌÌ Desarrollar la capacidad investigativa y de cohesión de la información.


ÌÌ Consignar su talento expositivo, crítico y argumentativo en los textos
académicos.

5.3 CONTENIDOS

Contenidos conceptuales:

Modalidades de un trabajo académico: reseña, ensayo expositivo y ensayo


argumentativo.

Contenidos procedimentales:

Fases de elaboración de un trabajo académico:

Actividades de pre-escritura:

ÌÌ Establecer los propósitos de la escritura.


ÌÌ Generar y asociar ideas, mapas conceptuales, categorización, esquemas.
ÌÌ Elaborar un plan de exposición.

Actividades de escritura:

ÌÌ Formas de titular.
ÌÌ Introducir adecuadamente el tema, a través de las distintas fuentes de
consulta, para despertar el interés del lector.
ÌÌ Desarrollo de ideas en forma coherente y sistemática.
ÌÌ Ejercitar alternativas para concluir el ensayo.

Actividades de pos-escritura:

ÌÌ Revisión de contenido: claridad, precisión, organización.


ÌÌ Revisión gramatical: oraciones demasiado largas, palabras repetidas,
puntuación y ortografía.
ÌÌ Revisión de aspectos formales: títulos y subtítulos; numeración; índices
gráficos; bibliografía, fuentes virtuales, actividades de campo (de haber-
las) y anexos.

146
DESARROLLO DE LA UNIDAD 5

5.3 CONTENIDOS

5.3.1 CONTENIDOS CONCEPTUALES: MODALIDADES DE UN TRABAJO


ACADÉMICO: RESEÑA, ENSAYO EXPOSITIVO Y ENSAYO ARGU-
MENTATIVO

Hay varias clases de trabajos académicos que serán indispensables desarro-


llar a lo largo de una carrera universitaria. Los más frecuentes son:

ÌÌ La reseña: es muy similar a un informe de lectura. A partir de la lectura


de un artículo o de un libro, se exponen las ideas principales contenidas
en él y las propuestas fundamentales que plantea el autor. La reseña se
completa con un juicio crítico en torno a ese texto.
ÌÌ El ensayo: consiste en un tratado sobre un tema determinado, sustentado
en una investigación previa y que deberá registrar una valoración perso-
nal del autor.

En razón de sus objetivos, el ensayo asumirá dos modalidades: ensayo expo-


sitivo o ensayo argumentativo.

a. El ensayo expositivo: es un trabajo en el que se presenta información obje-


tiva y ordenada acerca de un tema. La diferencia con la reseña estriba en que
ya no se respalda en un solo artículo ni se presentan solamente las ideas ex-
puestas por su autor, sino que lo fundamental es la consulta de varias fuentes
que servirán para desarrollar una exposición personal y crítica. Su finalidad
es informativa.

b. El ensayo argumentativo: es un trabajo en el que no solo se presenta una


información, sino en el que se propone un punto de vista, una posición frente
a un problema, que estará consignado en una tesis y respaldado por argu-
mentos apropiados que demostrarán su validez. Su finalidad ya no es solo
informar, sino sobre todo convencer al lector.

5.3.2 CONTENIDOS PROCEDIMENTALES: FASES DE ELABORACIÓN DE


UN TRABAJO ACADÉMICO: LA RESEÑA: PRE-ESCRITURA, ESCRI-
TURA Y POS-ESCRITURA.

5.3.2.1 Pre-escritura:

Todos los aspectos previos al inicio de un trabajo académico se consideran


como la fase de pre-escritura. Antes de comenzar a escribir es necesario preparar

147
y organizar la información que se utilizará para el trabajo. Se desarrollarán tres
pasos:
1. Establecer los propósitos de la escritura
2. Generar ideas
3. Organizar un esquema previo

Para escribir una reseña podemos seguir estos pasos, apliquémoslos pensando
que nuestro deseo es reseñar la lectura “El Factor Dios”.

1. Leer el texto completo, señale las palabras desconocidas y buscar su signifi-


cado.

2. Establecer el propósito de la escritura. ¿Sobre qué se va a escribir? ¿Para


quién es este trabajo? ¿Para qué? Pensar en los distintos propósitos que podría
tener este trabajo y qué diferencias habría en la escritura, de acuerdo con esos
propósitos diferentes. Por ejemplo: qué diferencias habrían si está destinado a
una charla con estudiantes de primer curso de colegio, o si es un artículo para
una revista.

3. Generar ideas. Para ello puede servirnos preguntarnos qué aspectos, ideas,
comentarios, sugerencias, pueden exponerse sobre el tema establecido. Hay
muchas estrategias para generar ideas nuevas:

a) Descubrir una idea principal en cada párrafo. No copiar textualmente


lo que está en el artículo; escribir solamente una frase para cada idea
que contenga lo fundamental.

b) Efectuar preguntas al texto. Utilizar el mismo procedimiento de análi-


sis establecido para el contenido de los párrafos (Unidad 2).

c) Procurar nuevas ideas buscando ejemplos concretos para los temas


anotados. Los ejemplos sirven para mostrar que esas ideas se cumplen
en la vida diaria.

d) Registrar hechos de su experiencia personal que se relacionen con al-


guna (o algunas) de las ideas principales. Anotar casos de experiencia
personal con relación al tema tratado.

4. Completar el desarrollo de este trabajo académico y exponer su punto de vista


personal sobre el tema de esta lectura.

148
5.3.2.2 Escritura:

Una vez terminadas las actividades de pre-escritura, se procederá a escribir
una reseña, se deberá tomar el tema de este texto u otro tema, para proceder luego,
según las diferentes fases, ya señaladas.

Durante la escritura, deberemos usar información proporcionada por el texto


base. Para hacerlo, utilizaremos frases como estas, a fin de evitar asumirlas como
propias: “el autor sostiene que...”; “en el artículo se afirma que...”; “este artículo
nos dice que...”; “en el texto se demuestra que...”. Otros verbos que pueden usarse
son: argumentar, analizar, revelar, descubrir, comprobar, asegurar.

Si vamos a incluir citas textuales en el trabajo, seguiremos estas indicaciones:

a) Escribir exactamente las palabras, conservando fielmente la puntuación,


entre comillas. Por ejemplo:

“Una vez que las primeras necesidades estén cubiertas, se inven-


tan otras para que los consumidores crean que podrán alcanzar la
felicidad, la belleza, la libertad”.

b) Si se desea citar textualmente, pero eliminando una o más palabras, que


no se consideran fundamentales, incluir este signo: ..., por ejemplo:

“En estas sociedades el consumismo (...) aliena al comprador de


tal modo que éste cree erróneamente que puede satisfacer su ili-
mitada capacidad de deseo”.

c) En el caso de una cita textual, consignar al pie de la página, la cita de


referencia con estos datos: nombre del autor, título del libro, ciudad, edi-
torial, año, página. Por ejemplo:

Andrea Buccelli, “Mujer y consumo: los medios de comunica-


ción”, Buenos Aires, Carena, 1997. p. 40.

149
ACTIVIDADES:

Escribir un trabajo de cinco párrafos con la información obtenida en


las actividades anteriores.

1. Seleccione un título para la reseña. El título debe dar una idea del con-
tenido propuesto. Es importante encontrar un buen título para atraer la
atención del lector. A veces es recomendable registrar el título cuando
ya se ha escrito el trabajo, porque entonces habrá una visión completa
de lo que contiene.

2. Redacte un primer párrafo introductorio para presentar el tema.

3. Escriba cuatro párrafos de desarrollo con las ideas del esquema de


exposición. Recordar que cada párrafo tiene varias oraciones que de-
sarrollan una sola idea fundamental. No escribir oraciones demasiado
largas; si una oración se extiende demasiado, dividirla en dos.

Recomendación: si se refiere a las ideas del artículo leído, utilizar frases


como estas, a fin de evitar asumirlas como propias: “el autor sostiene
que...”; “en el artículo se afirma que...”; “este artículo nos dice que...”;
“en el texto se demuestra que...”. Otros verbos que pueden usarse son:
argumentar, analizar, revelar, descubrir, comprobar, asegurar.

4. Escribir un párrafo final con los puntos de vista sobre el artículo leído.
Destacar los aspectos más importantes del trabajo.

5.3.2.3 Pos-Escritura:

Una vez concluida la escritura de la reseña, es muy importante hacer una


revisión final antes de entregarla. De esta manera, el trabajo mejorará significati-
vamente.

150
EL FACTOR DIOS

José Saramago

Escritor portugués, 1922. Escribe poesía, teatro, crónicas, pero sobre


todo es conocido universalmente por su narrativa consignada en nume-
rosas novelas, con un manejo persistente de la ironía. Premio Nobel de
Literatura en 1998. Murió en junio de 2010.

En algún lugar de la India. Una fila de piezas de artillería en posición. Atado


a la boca de cada una de ellas hay un hombre. En primer plano de la fotografía, un
oficial británico levanta la espada y va a dar orden de disparar. No disponemos de
imágenes del efecto de los disparos, pero hasta la más obtusa de las imaginaciones
podrá ver cabezas y troncos dispersos por el campo de tiro, restos sanguinolentos,
vísceras, miembros amputados. Los hombres eran rebeldes. En algún lugar de An-
gola, dos soldados portugueses levantan por los brazos a un negro que quizá no esté
muerto, otro soldado empuña un machete y se prepara para separar la cabeza del
cuerpo. Esta es la primera fotografía. En la segunda, esta vez hay una segunda foto-
grafía, la cabeza ya ha sido cortada, está clavada en un palo y los soldados se ríen.
El negro era un guerrillero. En algún lugar de Israel, mientras algunos soldados
israelíes inmovilizan a un palestino, otro militar le parte a martillazos los huesos de
la mano derecha. El palestino había tirado piedras. Estados Unidos de América del
Norte, ciudad de Nueva York. Dos aviones comerciales norteamericanos, secues-
trados por terroristas relacionados con el integrismo islámico, se lanzan contra las
torres del World Trade Center y las derriban. Por el mismo procedimiento un tercer
avión causa daños enormes en el edificio del Pentágono, sede del poder bélico de
Estados Unidos. Los muertos, enterrados entre los escombros, reducidos a migajas,
volatilizados, se cuentan por millares.
Las fotografías de India, de Angola y de Israel nos lanzan el horror a la cara,
las víctimas se nos muestran en el mismo momento de la tortura, de la agónica ex-
pectativa, de la muerte abyecta. En Nueva York todo pareció irreal al principio, un
episodio repetido y sin novedad de una catástrofe cinematográfica más, realmente
arrebatadora por el grado de ilusión conseguido por el técnico de efectos especiales,
pero limpio de estertores, de chorros de sangre, de carnes aplastadas, de huesos tri-
turados, de mierda. El horror, escondido como un animal inmundo, esperó a que sa-
liésemos de la estupefacción para saltarnos a la garganta. El horror dijo por primera
vez “aquí estoy” cuando aquellas personas se lanzaron al vacío como si acabasen
de escoger una muerte que fuese suya. Ahora, el horror aparecerá a cada instante al
remover una piedra, un trozo de pared, una chapa de aluminio retorcida, y será una
cabeza irreconocible, un brazo, una pierna, un abdomen deshecho, un tórax aplas-

151
tado. Pero hasta esto mismo es repetitivo y monótono, en cierto modo ya conocido
por las imágenes que nos llegaron de aquella Ruanda -de-un-millón-de-muertos, de
aquel Vietnam cocido a napalm, de aquellas ejecuciones en estadios llenos de gente,
de aquellos linchamientos y apaleamientos, de aquellos soldados iraquíes sepulta-
dos vivos bajo toneladas de arena, de aquellas bombas atómicas que arrasaron y cal-
cinaron Hiroshima y Nagasaki, de aquellos crematorios nazis vomitando cenizas,
de aquellos camiones para retirar cadáveres como si se tratase de basura. Siempre
tendremos que morir de algo pero ya se ha perdido la cuenta de los seres humanos
muertos de las peores maneras que los humanos han sido capaces de inventar. Una
de ellas, la más criminal, la más absurda, la que más ofende a la simple razón, es
aquella que, desde el principio de los tiempos y de las civilizaciones, manda matar
en nombre de Dios. Ya se ha dicho que las religiones, todas ellas, sin excepción,
nunca han servido para aproximar y congraciar a los hombres; que, por el contrario,
han sido y siguen siendo causa de sufrimientos inenarrables, de matanzas, de mons-
truosas violencias físicas y espirituales que constituyen uno de los más tenebrosos
capítulos de la miserable historia humana. Al menos en señal de respeto por la vida,
deberíamos tener el valor de proclamar en todas las circunstancias esta verdad evi-
dente y demostrable, pero la mayoría de los creyentes de cualquier religión no sólo
fingen ignorarlo, sino que se yerguen iracundos e intolerantes contra aquellos para
quienes Dios no es más que un nombre, nada más que un nombre, el nombre que,
por miedo a morir, le pusimos un día y que vendría a dificultar nuestro paso a una
humanización real. A cambio nos prometía paraísos y nos amenazaba con infier-
nos, tan falsos los unos como los otros, insultos descarados a una inteligencia y a
un sentido común que tanto trabajo nos costó conseguir. Dice Nietzsche que todo
estaría permitido si Dios no existiese, y yo respondo que precisamente por causa y
en nombre de Dios es por lo que se ha permitido y justificado todo, principalmente
lo peor, principalmente lo más horrendo y cruel. Durante siglos, la Inquisición fue,
también, como hoy los talibán, una organización terrorista dedicada a interpretar
perversamente textos sagrados que deberían merecer el respeto de quien en ellos
decía creer, un monstruoso connubio pactado entre la Religión y el Estado contra la
libertad de conciencia y contra el más humano de los derechos: el derecho a decir
no, el derecho a la herejía, el derecho a escoger otra cosa, que sólo eso es lo que la
palabra herejía significa.
Y, con todo, Dios es inocente. Inocente como algo que no existe, que no ha
existido ni existirá nunca, inocente de haber creado un universo entero para colo-
car en él seres capaces de cometer los mayores crímenes para luego justificarlos
diciendo que son celebraciones de su poder y de su gloria, mientras los muertos
se van acumulando, estos de las torres gemelas de Nueva York, y todos los demás
que, en nombre de un Dios convertido en asesino por la voluntad y por la acción de
los hombres, han cubierto e insisten en cubrir de terror y sangre las páginas de la
Historia. Los dioses, pienso yo, solo existen en el cerebro humano, prosperan o se
deterioran dentro del mismo universo que los ha inventado, pero el ‘factor Dios’,

152
ese está presente en la vida como si efectivamente fuese dueño y señor de ella. No
es un dios, sino el ‘factor Dios’ el que se exhibe en los billetes de dólar y se muestra
en los carteles que piden para América (la de Estados Unidos, no la otra...) la ben-
dición divina. Y fue en el ‘factor Dios’ en lo que se transformó el dios islámico que
lanzó contra las torres del World Trade Center los aviones de la revuelta contra los
desprecios y de la venganza contra las humillaciones. Se dirá que un dios se dedicó
a sembrar vientos y que otro dios responde ahora con tempestades. Es posible, y
quizá sea cierto. Pero no han sido ellos, pobres dioses sin culpa, ha sido el ‘factor
Dios’, ese que es terriblemente igual en todos los seres humanos donde quiera que
estén y sea cual sea la religión que profesen, ese que ha intoxicado el pensamiento y
abierto las puertas a las intolerancias más sórdidas, ese que no respeta sino aquello
en lo que manda creer, el que después de presumir de haber hecho de la bestia un
hombre acabó por hacer del hombre una bestia.
Al lector creyente (de cualquier creencia…) que haya conseguido soportar la
repugnancia que probablemente le inspiren estas palabras, no le pido que se pase
al ateísmo de quien las ha escrito. Simplemente le ruego que comprenda, con el
sentimiento, si no puede ser con la razón, que, si hay Dios, hay un solo Dios, y que, en su
relación con él, lo que menos importa es el nombre que te han enseñado a darle. Y que
desconfíe del ‘factor Dios’. No le faltan enemigos al espíritu humano, mas ese es uno
de los más pertinaces y corrosivos. Como ha quedado demostrado y desgraciada-
mente seguirá demostrándose.

153
5.4 EL ENSAYO EXPOSITIVO

Existen numerosas situaciones comunicativas, orales y escritas en las cuales


utilizamos, bien la exposición, pero también pueden tener relación con la argumen-
tación. Citaremos como ejemplos aquellas que, desde la perspectiva oral o hablada,
asumen la forma de discurso o exposición oral: en una reunión de trabajo, para
convencer a los asistentes sobre la necesidad de tomar una determinada resolución;
en los discursos políticos para promover la aceptación de ideas y acciones de un
partido o movimiento; en la dimensión militar o estratega, a través de las llamadas
arengas; en los sermones, para difundir ideas religiosas y formas de comportamien-
to; en la publicidad para promocionar el consumo de un bien o un servicio; para
sostener razonadamente una posición o una opinión; para demostrar una hipótesis;
en la dimensión escrita: en los textos científicos, un ensayo académico o en la uni-
versidad un trabajo, monografía, tesis, etc.

En cualquiera de estas situaciones es necesario determinar previamente el


tema, recolectar la información y establecer el esquema del ensayo expositivo, que
deberá ser crítico y de carácter informativo.

Para escribir un ensayo expositivo, se debe tener en cuenta los mismos pro-
cedimientos anteriores de pre-escritura (preparación y organización de la informa-
ción), escritura (redacción en párrafos) y pos-escritura (revisión del ensayo escrito).

Las actividades que van a desarrollarse tienen el propósito de descubrir que


un ensayo posee una estructura, es decir una organización coherente de las ideas,
decidida previamente por el autor. Se analizará esta estructura y de este modo se
tendrá un modelo que luego podrá ser utilizado para la escritura de trabajos poste-
riores.

El procedimiento para el ensayo exigirá una fase de investigación en torno


a un tema propuesto, sustentado en algunas fuentes: bibliográficas, virtuales o de
campo. Será siempre importante el punto de vista personal.


5.4.1 PRINCIPIOS ELEMENTALES: COHERENCIA Y COHESIÓN TEXTUAL

La coherencia constituye la propiedad y la pertinencia en el aprovechamiento


de la información o significados de un texto.

La cohesión indica la capacidad de enlace, de interdependencia y, por tanto,


de determinación de las partes entre sí, en el desarrollo de un párrafo e igualmente
de un texto.

Todo trabajo académico deberá exhibir una gran coherencia y una profunda
cohesión, de tal manera que se lo perciba como un trabajo bien logrado.

154
5.4.2 SINONIMIA Y PARÁFRASIS

La sinonimia consiste en establecer la similitud significativa registrada entre


dos o más vocablos, a los que se les denomina “sinónimos”. Ejemplo: acusar y
denunciar: determinar la causa y anunciar algo; casa y vivienda: estructura física y
lugar para habitar, etc. Es primordial que en un trabajo académico se busquen los
sinónimos apropiados para cada oración o párrafo, a fin de evitar que dentro de
ellos exista repetición de términos.

La paráfrasis es el comentario que se consigna sobre un texto, a manera de


una ampliación explicativa, cuando se juzgue pertinente. En un trabajo académico,
muchas veces es necesario establecer una paráfrasis en torno a un determinado pá-
rrafo o texto. Paráfrasis no significa copiar literalmente un texto o cambiar tan solo
determinadas palabras.

ACTIVIDADES:

Elegir alguno de estos temas para desarrollar un ensayo expositivo:

ÌÌ El racismo
ÌÌ La ciudad de Cuenca
ÌÌ La clonación
ÌÌ Los medios de comunicación
ÌÌ La Internet

1. Ejercicios de Pre-escritura

a) Establecer el propósito de la escritura:


¿Qué se va a escribir? ¿Para quién es este trabajo? ¿Cuál es la in-
tención?

b) Buscar tres fuentes de información sobre el tema elegido. Pueden


ser: artículos de revistas o de libros, enciclopedias, Internet, entre-
vistas a personas especializadas en el tema elegido, etc.
c) Generación de ideas: en este paso, pensar y escribir todas las ideas
posibles, todavía sin ningún orden:
Leer los textos recopilados. Anotar todas las ideas importantes.
Generar y escribir las propias ideas siguiendo los procedimien-
tos ya señalados (preguntas, ejemplos, experiencia personal, ideas
contrarias, cita de autoridades, causa-efecto, definición de concep-
tos fundamentales, etc.).

155
d) Elaborar un esquema de exposición:

Leer las ideas ya anotadas. Encontrar tres aspectos (o subtemas)


fundamentales del tema general. Agrupar dentro de cada subtema
las ideas generadas en el paso anterior y escribir un índice de con-
tenido.

Por ejemplo: si se va a escribir un ensayo sobre “La Universidad


de Cuenca”, podrían encontrarse estos subtemas:

ÌÌ Fundación y evolución histórica.


ÌÌ Su impacto regional.
ÌÌ Las Facultades y carreras que ofrece.
ÌÌ Los organismos de dirección académica.
ÌÌ Organismos estudiantiles

2. Ejercicios de Escritura

Con el esquema anterior, escribir un ensayo de cinco párrafos:

a) Desarrollar un párrafo introductorio para presentar el tema. Re-


cordar que es muy importante para captar el interés del lector. Hay
varias maneras de introducir el tema, elegir alguna de ellas: (Con-
sultar la Unidad 2).

b) Escribir cuatro párrafos de desarrollo, siguiendo el esquema de ex-


posición elaborado. Escribir cada idea en un párrafo, no escribir ora-
ciones demasiado extensas, no mezclar ideas en la misma oración.

Si se incluyen citas de los textos consultados, consignar la referen-


cia de la fuente al pie del texto, como ya se planteó anteriormente.
c) Escribir un párrafo de cierre. Para escribir el párrafo final o de
conclusiones, tomar como modelo los mismos tipos propuestos
para la introducción (anécdota, síntesis, cita, preguntas, analogías,
etc.)

d) Escoger un buen título para el ensayo e intentar que sea original,


atrayente, interesante.

3. Ejercicios de Pos-escritura

a) Revisión final muy prolija del trabajo. Para hacerlo, nos servirá de
gran ayuda respondernos a las siguientes preguntas:

156
Sobre el contenido:

ÌÌ ¿Todas las ideas se relacionan con el tema? Si hay ideas que


están fuera del tema deberán eliminarse.
ÌÌ ¿Se incluye suficiente información para demostrar las ideas?
Si no es así, busque información adicional para completarlas.
ÌÌ ¿Las ideas son interesantes? ¿Hay copias textuales de los
artículos leídos para el ensayo? Si las hubiere, replantee estas
ideas.
Sobre la organización:

ÌÌ La introducción: ¿es interesante, capta el interés del lector y


presenta el tema de una manera adecuada?
ÌÌ ¿Se desarrolla una idea en cada párrafo o están mezcladas?
ÌÌ ¿Las conclusiones contienen lo fundamental del trabajo?

Sobre el estilo:

ÌÌ ¿Se repiten demasiado algunas palabras? Sí es así, sustituir-


las por otras.
ÌÌ ¿Son las oraciones demasiado largas y se hace difícil la lec-
tura? Una manera de mejorarlo es tratar de dividir las oracio-
nes.
ÌÌ ¿Se conoce el significado de todas las palabras usadas? Re-
cuerde ser preciso en el vocabulario que usa.
ÌÌ ¿Hay oraciones confusas que no se entienden claramente?
Aspectos formales:

ÌÌ ¿La ortografía y la puntuación son correctas?


ÌÌ ¿Se han utilizado bien los títulos, subtítulos, numeraciones,
viñetas, etc.?
ÌÌ ¿Las citas bibliográficas están bien registradas?

b) Intercambiar el trabajo con el de un compañero. Cada uno revisa-


rá el ensayo del otro con el fin de pulir detalles que puedan quedar
pendientes.

157
NO PERDAMOS LA MEMORIA

Entre las numerosas debilidades que se le atribuyen a los sistemas tradiciona-


les de enseñanza, casi siempre ocupa el blanco principal de las críticas el llamado
“memorismo”. Como respuesta, los profesores han optado por descartar completa-
mente el adiestramiento de la memoria en la enseñanza. Sin embargo, esto es como
arrojar el agua sucia de la tina junto con el bebé. En realidad la memoria bien utili-
zada es una importantísima herramienta para futuros aprendizajes.
La memoria, como cualquier otra facultad humana, necesita de un entrena-
miento constante; si no se ejercita, se debilita y se atrofia. Retener en la memoria
un conjunto de informaciones básicas y bien estructuradas, es imprescindible para
estar en capacidad de incorporar nueva información, para investigar y relacionar
diferentes clases de información. Está comprobado que si durante la infancia y la
adolescencia aprendemos a utilizar adecuadamente nuestra memoria, seremos ca-
paces de retener muchos más conocimientos, de establecer relaciones pertinentes
entre ellos, y de utilizarlos en forma más eficiente.
Esto no significa que “aprender” sea sinónimo de “memorizar”; de lo que
se trata es de una forma diferente de utilizar la memoria. La memoria no solo sir-
ve -como muchos parecen creer- para almacenar conocimientos y poder repetirlos
después; repetir informaciones no es aprender, es más bien un desperdicio de me-
moria, pues para eso existen los libros y las enciclopedias, que son un “depósito de
memoria” mucho más confiables. Pero, si junto a la información que se introduce
en la memoria de un alumno, se le proporcionan los instrumentos y operaciones que
le digan qué hacer con esa información, la memoria se convierte en algo dinámico
y creador.
El alumno tiene primero que aprender unos “conceptos llave” que son los que
le van a permitir acceder después a toda la información que requiera. Lo importante
es construir unos conceptos primarios, básicos, que le van a servir para que com-
prenda lo demás, o para que él mismo invente y descubra el resto.
En países como Gran Bretaña y Francia, los especialistas en educación están
reivindicando el papel de la memoria, enfocada siempre hacia el saber utilizarla en
el momento adecuado. Inclusive muchos expertos han propuesto introducir esta
destreza en la enseñanza primaria y secundaria, para enseñar a los estudiantes las
estrategias de aprendizaje y de utilización de la memoria.

158
ACTIVIDADES:

1. Lea el título y determinar posteriormente su relación con el texto. ¿De


qué trata este ensayo?

2. ¿Cuántos párrafos tiene el texto? Numerarlos. ¿Cómo organiza el autor


sus ideas?

3. Lea el párrafo inicial. Consulte las palabras desconocidas o aquellas


cuyo significado desconozca.

4. Lea el segundo párrafo. Escriba un subtítulo para este párrafo que indi-
que el tema que desarrolla. Luego, en una sola oración y con las propias
palabras, resuma la idea fundamental del autor. ¿Cómo se relaciona con
el primer párrafo?

5. Lea los párrafos 3 y 4 del ensayo. Siga los pasos anteriores. Compare
estos párrafos. Establezca la relación entre ellos. Asigne un subtítulo y
una frase que resuma el contenido de cada uno. Determine la relación
entre ellos.

6. Lea el párrafo final. ¿Es igual que los anteriores? ¿En qué se diferen-
cia? ¿Se relaciona con el título? ¿Cómo se relaciona con los demás
párrafos?

7. Finalmente, organice un esquema en torno a este ensayo:

ÌÌ El primer párrafo consiste en la introducción al tema. ¿Cómo pre-


sentó el autor el tema?
ÌÌ Los párrafos del 2 al 4 permiten el desarrollo del tema. Muestre
esta organización en un esquema utilizando los subtítulos anterior-
mente escritos.
ÌÌ El párrafo final es una conclusión que cierra el ensayo, ¿cómo está
elaborado?

159
5.5 EL ENSAYO ARGUMENTATIVO

Un ensayo argumentativo deberá fundamentarse en una tesis propuesta por


el autor. Dicha tesis, a su vez, se respaldará con los argumentos que ratifiquen el
punto de vista de la tesis consignada en el texto. Un ensayo argumentativo aspira a
desarrollar o generar la capacidad crítica y propiciar la defensa de los criterios per-
sonales. Su finalidad ya no será solamente informativa, sino tratará de convencer al
lector.
Existen numerosas situaciones comunicativas, orales y escritas, en las cuales
utilizamos la exposición, pero también pueden tener relación con la argumentación.
Citaremos como ejemplos aquellas que, desde la perspectiva oral o hablada, asu-
men la forma de discurso o exposición oral, o bien pueden optar por la dimensión
argumentativa: en una reunión de trabajo, para convencer a los asistentes sobre
la necesidad de tomar una determinada resolución; en los discursos políticos para
promover la aceptación de ideas y acciones de un partido o movimiento; en la di-
mensión militar o estratega, a través de las llamadas arengas; en los sermones, para
difundir ideas religiosas y formas de comportamiento; en la publicidad para promo-
cionar el consumo de un bien o un servicio; para sostener razonadamente una po-
sición o una opinión; para demostrar una hipótesis; en la dimensión escrita: en los
textos científicos, un ensayo académico o en la universidad un trabajo, monografía,
tesis, etc. En estas variadas posibilidades comunicativas será necesario establecer
algunas precisiones:

5.5.1 ¿Qué es argumentar?


5.5.2 Tipos de argumentos
455.3 Escritura de ensayos argumentativos
5.5.4 Procedimientos retóricos

En esta sección de la unidad, analizaremos la estructura básica de la argumen-


tación y escribiremos algunos ensayos argumentativos.

5.5.1 ¿QUÉ ES ARGUMENTAR?

Una de las actividades más importantes en la lectura comprensiva desde el
nivel universitario consiste en identificar con precisión la tesis que sostiene un texto
-ya sea un artículo breve, un ensayo, o un libro completo- y reconocer los argumen-
tos que el autor sostiene. La tesis no siempre está expuesta de un modo explícito ni
aparece necesariamente en la primera línea del texto. Con frecuencia es necesario
leer todo el texto para establecer estos dos componentes.

Hay algunos aspectos que caracterizan a la argumentación y la diferencian de


la exposición informativa:

160
ÌÌ La actitud del emisor: la argumentación es una modalidad expresiva en la
cual el emisor no solamente expone una información, sino que toma partido
y sostiene una posición frente al tema que se aborda.
ÌÌ La intención comunicativa: su finalidad es persuadir al destinatario, conven-
cerlo para que acepte y se adhiera a las ideas propuestas e inclusive inducirlo
a la acción.
ÌÌ La estructura: el texto argumentativo contiene una tesis que expresa la posi-
ción del autor, unos argumentos que demuestran la validez de la tesis y una
opción de contraargumento que permite ejercitar la libertad de expresión.
ÌÌ El lenguaje: utiliza recursos lingüísticos y retóricos destinados a influir sobre
el receptor y convencerlo, como se verá posteriormente en la sección 4.5.4.

ACTIVIDADES:

1. Lea el texto argumentativo que le presenta su profesor. Fíjese en todas


las palabras. Si se desconoce el significado de alguna, consultar el dic-
cionario.

2. Determine y anote la tesis que sostiene el autor.

3. Identifique y escriba los argumentos que propone el autor para demos-


trar su tesis.

4. Lea el texto “El aborto” Identifique la tesis y los argumentos. Escriba


un ensayo argumentativo recurriendo a los principios establecidos en
la sección del ensayo expositivo: principios de coherencia y cohesión
textual y sinonimia y paráfrasis.

161
EL ABORTO

¿Qué sabe usted acerca del aborto? ¿Sabía que el aborto es una de las causas
más frecuentes de mortalidad femenina, especialmente de adolescentes? Aunque
es un acontecimiento relativamente frecuente, el hecho de que se haya convertido
en un poderoso tabú social, ha propiciado su casi total desconocimiento. Los pre-
juicios sociales, un moralismo mal entendido, los sentimientos de culpa, el miedo
injustificado, han rodeado tradicionalmente el tema del aborto y han impedido una
comprensión más profunda de sus causas y consecuencias.
Desde el punto de vista médico, el aborto es la interrupción del embarazo
producida por cualquier causa, antes de que el feto pueda continuar su vida en forma
independiente. Si el feto sale del útero cuando ya es capaz de sobrevivir aun con
ayuda de aparatos –se habla de parto prematuro- En general, se consideran abortos
los fetos expulsados antes de las 24 semanas de gestación o que pesan menos de 0,5
kg. Las estadísticas muestran que aproximadamente una cuarta parte de los emba-
razos terminan en abortos.
Podemos hablar de dos tipos de aborto: el espontáneo y el inducido. El aborto
espontáneo se produce naturalmente, por causas que aún no han sido determinadas
con exactitud. Con frecuencia se relacionan con malformaciones en el feto que
resultan incompatibles con la vida, o por problemas relacionados con el estado
físico o emocional de la madre, como enfermedades infecciosas, tumores uterinos,
ansiedad extrema y otras alteraciones psíquicas. La gran mayoría de los abortos
espontáneos se produce en los tres primeros meses del embarazo.
El aborto inducido es la interrupción deliberada del embarazo mediante la
extracción del feto de la cavidad uterina mediante diversas formas de intervención
quirúrgica. La inducción del aborto puede darse por causas económicas, sociales
o de salud de la madre. Hay situaciones concretas en las que el aborto se induce
porque la vida de la madre está en riesgo si continúa el embarazo. Los abortos
inducidos en el primer trimestre son relativamente sencillos y seguros cuando se
realizan en condiciones clínicas adecuadas. Sin embargo, existen riesgos de infec-
ciones, lesiones del cuello uterino, perforación uterina y hemorragias; algunos de
ellos pueden provocar la muerte.
Las regulaciones sobre el aborto inducido, han cambiado mucho en las dife-
rentes sociedades y épocas. En la antigüedad el aborto era un método generalizado
para el control de la natalidad. Después fue restringido o prohibido por la mayoría
de las religiones, pero no se consideró una acción ilegal hasta el siglo XIX. El abor-
to se prohibió para proteger a las mujeres de intervenciones quirúrgicas altamente
riesgosas. La única situación permitida su práctica era cuando peligraba la vida de
la madre o podía afectar seriamente su salud.

162
Durante el siglo XX, en muchos países las leyes han flexibilizado la práctica
del aborto inducido en diversas situaciones médicas, sociales o personales, aunque
todavía hay varios países que, sobre todo por razones religiosas, conservan legis-
laciones condenatorias con respecto al aborto. El movimiento de despenalización
para el aborto por causas justificadas ha seguido creciendo en todo el mundo y ha
sido defendido en las conferencias mundiales sobre la mujer, especialmente en la
de Pekín de 1995.
El hecho es que, en los países en donde existen prohibiciones legales muy
fuertes, los abortos inducidos provocan anualmente la muerte de millones de mu-
jeres, por las deplorables condiciones sanitarias e higiénicas en las que se practica.
Muchas personas consideran que, en última instancia, la interrupción voluntaria
de un embarazo no deseado, sea cual fuere la causa, es un problema que compete
únicamente a la mujer y a su entorno familiar, y que por lo tanto no debería estar
sujeto a penalización ni restricciones por parte del Estado. Antes bien, el sistema
de salud debería garantizar las condiciones más adecuadas para evitar los riesgos
que un aborto conlleva.

163
5.5.2 TIPOS DE ARGUMENTOS

Existen diferentes tipos de argumentos; aquí señalaremos los más frecuentes.

a) Argumentos de autoridad: el argumento se sostiene citando la opi-


nión de expertos en el tema, de personas e instituciones reconocidas,
de estudios especializados, datos estadísticos, etc.

Tesis: Esta región estuvo habitada desde un período muy anterior al


siglo XII.

Argumento: Las excavaciones realizadas en esta región por el equi-


po arqueológico de la Universidad de Cuenca han encontrado utensilios
pertenecientes a grupos humanos que vivieron en la zona en el siglo X.

b) Argumentos de experiencia: el emisor expone su propia experiencia


o la de otras personas como comprobación de lo que sostiene. Estos
argumentos tienen una validez parcial, pues no siempre la experiencia
de una persona puede ser generalizada a todas las demás.

Tesis: La televisión es un importante medio de educación no formal.



Argumento: Gran parte de la información disponible acerca de otros
países del mundo, de sus gentes, su cultura, sus modos de vida, no pro-
ceden tanto de los libros sino de la televisión.

c) Argumentos de recurso a la tradición: son argumentos de “sentido


común”, es decir que provienen del conocimiento colectivo y de los
principios generalmente aceptados como válidos por la sociedad. En
este caso se recurre a la tradición como fuente de comprobación: algo
es verdadero porque así se ha actuado siempre, o porque así piensa todo
el mundo. Sin embargo, muchas veces este conocimiento tradicional o
de sentido común puede ser discutible.

Tesis: El papel fundamental de las mujeres es el trabajo doméstico y el


cuidado de los hijos.

Argumento: Desde el comienzo de la humanidad, los varones han sido
quienes proveen de alimentos y vestuario mediante la caza y la pesca,
mientras que las mujeres han permanecido en el hogar cuidando de los
hijos.

164
d) Argumentos emotivos: consisten en una apelación a los sentimientos,
las emociones, los afectos del receptor para convencerlo mediante el
recurso de provocar en él compasión, miedo, ternura, etc.

Tesis: No es conveniente protestar contra una determinada medida del


gobierno.

Argumento: Esta protesta seguramente será utilizada por agitadores ex-


tremistas para crear un caos social que nos afectará a todos.

e) Argumentación causal: el argumento prueba la validez de la tesis me-


diante relaciones de causa/efecto. Este tipo de argumentación es el que
se utiliza en el campo de la ciencia, aunque no es exclusivo de ella.

Tesis: Es conveniente rotar los cultivos.

Argumento: Cada clase de vegetal extrae del suelo ciertos nutrientes


y devuelve otros. Si se siembra varias veces el mismo vegetal, los nu-
trientes que este necesita se agotarán y el suelo se volverá estéril. Si,
por el contrario, se siembra alternadamente diferentes vegetales, el te-
rreno se mantendrá fértil por tiempo indefinido.

5.5.3 ESCRITURA DE ENSAYOS ARGUMENTATIVOS

Para escribir un ensayo argumentativo se debe tener en cuenta los siguientes


puntos:

a) Seguir los mismos procedimientos de pre-escritura (establecer propó-


sitos, generar ideas, organizar un plan de exposición), escritura y pos-
­escritura (revisión del trabajo) tal y como hemos revisado.

b) Escribir un párrafo introductorio en el que conste la tesis.

c) Proponer argumentos para la tesis que defiende en los párrafos de de-


sarrollo. Recuerde que un argumento no es simplemente una opinión
subjetiva (por ejemplo: “porque a mí no me gusta’’; o “porque a mí no
me parece bien’’). Un argumento debe ser una posición razonada y lo
suficientemente fuerte como para convencer al lector. Utilizar algunas
estrategias y recursos para escribir la argumentación.

d) Elaborar un párrafo de cierre que refuerce la tesis.

165
5.5.4 PROCEDIMIENTOS RETÓRICOS

A continuación se exponen algunas ideas para desarrollar los párrafos que


contienen los argumentos y reforzar la función persuasiva de la argumentación.
Estos recursos bien pueden utilizarse en cualquier tipo de exposición oral o escrita,
no solamente en la dimensión argumentativa:

a) Los refranes: recogen un saber que aparece como verdad indiscutible


y aceptada por todos. Aunque no es propiamente un argumento, es un
recurso útil para reforzar un argumento.

Argumento: Es preferible separarse de las personas que consumen drogas.

Refrán: Como bien dice el refrán “Quien con lobos se junta, a aullar
aprende”.

b) Uso de ejemplos: para convencer o persuadir, en torno a un argumen-


to, podemos apoyarnos citando ejemplos sobre casos concretos.

Argumento: “El racismo termina siempre en actitudes violentas”.

Ejemplo: “Hace pocos días en Madrid, un joven atacó violentamente a


una muchacha ecuatoriana en el tren”.

c) Comparaciones: establecen una similitud entre el argumento que que-


remos demostrar y una situación imaginada con la que guarda semejan-
za.

Argumento: “La lectura es una necesidad primordial para el desarrollo


humano”.

Comparación: “Así como una sementera necesita del agua para que
germine y se desarrollen sus semillas, así el pensamiento humano nece-
sita de la lectura para que su espíritu crezca fuerte y robusto. Sin agua,
las semillas mueren; la lectura, el pensamiento se debilita y estanca”.

d) Preguntas retóricas: son preguntas que hace el emisor y que contie-


nen en sí mismas una respuesta.

Argumento: “No es verdad que haya un exceso de profesionales uni-


versitarios”.

166

Pregunta retórica: “¿Es que acaso se ha solucionado el problema de la
salud en nuestro país? ¿Podemos realmente afirmar que todos los habi-
tantes tienen acceso a la atención médica? ¿Es cierto que ya no hay más
escuelas con un solo profesor en el campo?”.

e) Reiteración: es la repetición, con distintas palabras, de una misma


idea:

“Cuánto dolor, cuánta angustia, cuánta frustración para esos jóvenes pro-
fesionales que peregrinan de puerta en puerta en busca de un trabajo”.

f) Fórmulas de despersonalización: Para convencer al destinatario, el


emisor suele disfrazar su opinión enunciándola en tercera persona. Es
decir, no expone su punto de vista directamente (yo pienso, yo creo)
sino que utiliza fórmulas en tercera persona o impersonales para provo-
car la impresión de que es una opinión generalmente aceptada: “Como
se sabe...”, “Todos aceptan que…”, “No se puede negar que...”.

Una guía para la revisión de un ensayo argumentativo

1. ¿Está claramente expuesta la tesis? ¿Quedan dudas sobre cuál es


su posición?

2. ¿Logra comunicar en forma clara y completa sus argumentos?

3. ¿Todos los argumentos expuestos se relacionan directamente con


la tesis?

4. ¿Son convincentes los argumentos expuestos?

5. ¿Cada párrafo desarrolla una sola idea?

6. ¿La introducción logra captar el interés del lector? ¿Logra estable-


cer lo fundamental del tema?

7. ¿La conclusión se relaciona con la tesis y recoge lo fundamental?

8. ¿Las ideas están claramente expresadas y son interesantes?

9. La redacción, la ortografía, la puntuación, ¿son adecuadas?

167
ACTIVIDADES:

ALTERNATIVA A:

1. Elija uno de estos temas:

ÌÌ Las supersticiones
ÌÌ La migración
ÌÌ Mujeres que trabajan fuera del hogar

2. Formule una tesis con relación al tema. Recuerde que proponer una te-
sis es asumir un punto de vista (favorable o no) con respecto a un tema
polémico.

3. Escribia en síntesis cinco argumentos que sostengan la tesis.

4. Siga los procedimientos de pre-escritura de 4.3.2.1 (generación de


ideas, organización del plan).

5. Escriba un ensayo argumentativo de ocho párrafos (introducción, desa-


rrollo, conclusiones).

6. Revise el trabajo realizado utilizando la guía arriba mencionada.

7. Intercambie el trabajo con el de un compañero y lea cada uno el ensayo


del otro usando la guía arriba propuesta. La actividad seguramente le
ayudará a identificar sus errores y a mejorar su capacidad de escritura:

ALTERNATIVA B:

Escriba un ensayo argumentativo. Utilice todos los procedimientos de


escritura de trabajos académicos que constan en la Unidad 4.

1. Lea “La Historia de Hilda”, asegúrese de entenderla perfectamente.

2. Escriba una tesis que contenga la posición personal sobre el tema de las
madres de alquiler.

3. Investigue y consulte otras fuentes.

168
4. Escriba tres argumentos válidos para demostrar la tesis.

5. Elabore un plan de exposición.

6. Escriba un ensayo argumentativo de cinco párrafos. Recuerde lo


siguiente:

7. Repase el ensayo aprovechando la guía de revisión del ensayo argu-


mentativo propuesta anteriormente.

169
MADRES DE ALQUILER, UNA CUESTIÓN ÉTICA

1. LA HISTORIA DE HILDA

El libro del Génesis cuenta que Sara dijo a su esposo Abraham: “He aquí que el
Señor me ha impedido tener descendencia. Te pido que vayas a mi doncella para que
yo pueda tener hijos a través de ella”. El acuerdo no tuvo un final feliz pues, cuando
finalmente Sara engendró su propio hijo, expulsó de su casa a la esclava Agar.
La historia hoy se repite y plantea complejos problemas éticos, legales y religio-
sos. Hilda es una mujer de treinta y cinco años; está casada desde hace diez años y a
pesar de todos los tratamientos intentados, no ha conseguido tener un hijo. En el tercer
año de su matrimonio, ella y su esposo decidieron someterse a una fecundación in vitro;
es un procedimiento relativamente frecuente; en un laboratorio inseminaron un óvulo
de Hilda con espermatozoides de su esposo y luego insertaron el embrión en su vientre.
Sin embargo, no llegó más allá del tercer mes de gestación. Un nuevo intento terminó
en un nuevo fracaso y en otra frustración. El diagnóstico de los médicos es unánime:
debido a una malformación de su útero, Hilda no podrá dar a luz un hijo o hija.
La pareja tomó una decisión desesperada: buscar una madre de alquiler. A
través de unos amigos hicieron contacto con Gloria, una joven muchacha de vein-
tiocho años, quien por una suma de dinero estaba dispuesta a gestar en su vientre el
óvulo de Hilda fecundado con el esperma de su esposo y a entregar el recién nacido
a sus padres biológicos.
Mientras avanzaba el embarazo, comenzaron las dudas de Gloria y, cuando el
niño nació, se negó a desprenderse de él y decidió romper el contrato. El asunto lle-
gó a las cortes de justicia y se convirtió en un debate mundial con implicaciones le-
gales y éticas: ¿quién era realmente la madre? Desde el punto de vista estrictamente
biológico, los padres eran sin duda Hilda y su esposo. Desde el punto de vista legal,
no existía ninguna ley que contemplara la cuestión y Gloria era la madre, pues ella
había gestado y dado a luz a un niño. Pero la cuestión va más allá de estos aspectos:
¿es ético alquilar un vientre para engendrar un hijo?

2. INFERTILIDAD VERSUS TÉCNICA

Durante la segunda mitad del siglo XX se han perfeccionado algunas técnicas


para permitir que la procreación de un hijo no esté sometida únicamente a las regu-
laciones de la naturaleza sino que sea cada vez más un asunto de decisión voluntaria
de sus padres.
Tanto los métodos anticonceptivos (píldoras, dispositivos intrauterinos, pre-
servativos, etc.) como las técnicas de fertilización, han entregado a los padres la
posibilidad de elegir cuántos hijos y cuándo desean tenerlos.

170
La inseminación artificial consiste en introducir el esperma del padre en el
útero de la madre por medios artificiales. En la fecundación in vitro la fertilización
del óvulo se produce fuera del vientre materno, en una probeta de laboratorio; una
vez engendrado el embrión, se lo inserta nuevamente para continuar la gestación.
Ambos métodos generaron reacciones positivas y negativas. Los opositores cues-
tionaban la manipulación de la vida humana y argumentaban posibles trastornos
emotivos y psíquicos en el futuro de los llamados “bebé probeta” o “bebé de labo-
ratorio”.
El alquiler de vientres vino a complicar más la cuestión. A los argumentos psi-
cológicos, morales y sociales, se suman ahora los argumentos legales. Las opiniones
están muy polarizadas entre los defensores y los detractores de esta posibilidad, y la
lista de preguntas es interminable. Sin embargo, no cabe duda de que es una opción
que soluciona los graves problemas que afectan a miles de parejas con problemas de
fertilidad.
3. INTERVIENE LA LEY

En 1984, en Inglaterra se intentó crear una agencia comercial que ofreciera


mujeres dispuestas a alquilar su vientre por una suma de dinero, siguiendo el ejem-
plo de Estados Unidos donde existían ya varias empresas similares; la agencia ga-
rantizaba la salud física y psíquica de las madres de alquiler y su cuidado durante el
embarazo. El problema se volvió aún más complicado porque se ofrecía también el
llamado “alquiler total”: si la madre no estaba en capacidad de ovular normalmen-
te, entonces la madre sustituta donaba sus propios óvulos para la fecundación. Y
aun más, era posible obtener espermatozoides de un banco de esperma congelado,
proveniente de donantes anónimos de los cuales se tenía un registro de sus caracte-
rísticas físicas y psíquicas.
Entonces intervino el “Comité de Investigaciones de la Fecundación y Em-
briología Humana” (Comité Warnock) del Reino Unido para proponer algunas re-
gulaciones que concluyeron en la promulgación de la “Ley de Acuerdos de Alquiler
de Vientres”. En primer lugar, se tipificó como delito el uso comercial del alquiler
de vientres a través de una empresa; la ley no persigue a los particulares que llegan
a un acuerdo privado, pero sí a quienes ofrezcan estos servicios comercialmente.
Además, determinó que los acuerdos privados no fueran de cumplimiento obliga-
torio, es decir, si la madre de alquiler decidía quedarse con el hijo, tenía el derecho
a hacerlo.
El pago es también una situación muy controvertida. Algunos consideran que
esto induce a convertir en mercancías negociables tanto a la madre de alquiler como
a los niños; se sugiere que se aplique la misma disposición que para la donación
de órganos humanos; estos pueden ser donados pero no se permite su “venta”. El
pago a la madre de alquiler, dicen, debería restringirse exclusivamente a los gastos
normales como la alimentación, vestuario prematernal, ayuda doméstica y gastos
médicos de embarazo y parto.

171
A la Sociedad Norteamericana de Fertilidad, le preocupa también otro asunto
relacionado con el pago: si se permite que las parejas paguen a otras mujeres para
que sirvan como madres de alquiler sin que haya una necesidad médica real, se
podría producir una discriminación por razones raciales o sociales, y el peligro de
una explotación de mujeres que, debido a su nivel socioeconómico, encuentren un
modo de ganarse la vida. Esto es inadmisible, pues implica una degradación de la
condición de mujer y de madre, a la de un aparato reproductor.
A pesar de los cuestionamientos, se continúa pagando a madres de alquiler. Y
se continúa ofreciendo esperma congelado. Tener un hijo podría convertirse en algo
similar a ir al supermercado, pues es posible escoger la talla, el color de la piel, de
los ojos y del cabello.

4. LOS DIFÍCILES PROBLEMAS

Una vez formulada la situación de cientos de mujeres que han pasado por esta
experiencia, se abre un abanico de preguntas implicadas en este problema:
ÌÌ Los límites éticos de la ciencia
Si por una configuración deficiente de su aparato reproductor, una madre uti-
liza un método de fecundación artificial, ¿está atentando contra las leyes naturales?
¿O es perfectamente legítimo utilizar los avances de la ciencia y la técnica para
contrarrestar las limitaciones y azares de la naturaleza? ¿Hasta qué punto es ética-
mente aceptable emplear los avances técnicos en lo que se refiere a la vida humana?
A este respecto y en este momento de la historia, la cuestión involucra también a las
técnicas de manipulación genética, como la clonación, que hagan posible procrear
seres humanos con talentos superiores para la ciencia, el arte, el deporte, etc.
ÌÌ La comercialización
Utilizar estos métodos de fecundación y particularmente el del alquiler de
vientres ¿puede considerarse como un avance de la sociedad? ¿Implica la solidari-
dad de una mujer con otras que no tienen su misma suerte de concebir y dar a luz
sus propios hijos? ¿O es una utilización y comercialización de la vida humana? Lo
mismo puede preguntarse sobre la madre sustituta: ¿es un medio legítimo de ayudar
a otras personas? ¿Es justo que reciba un pago por ello? ¿O queda degradada a la
condición de un medio de producción de bebés?
ÌÌ Las cuestiones legales
Finalmente están también las implicaciones legales: ¿Quién es la verdadera
madre? ¿Tiene derecho la madre sustituta a quedarse con el niño si así lo desea?
¿Tiene algún derecho la pareja donante del óvulo fecundado, ya que es su material
genético el que da vida al nuevo ser? Las cuestiones están planteadas. Usted, lector,
tiene la palabra.

172
5.6 ORTOGRAFÍA DE LA G – J

USO DE LA G

Se escriben con g:

a) Las palabras en que el fonema velar sonoro precede a cualquier con-


sonante, pertenezca o no a la misma sílaba. Ejemplos: glacial, grito,
dogmático, impregnar, maligno, repugnancia.
b) Las palabras que empiezan por gest-. Ejemplos: gesta, gestación, ges-
tor.
c) Las que empiezan por el elemento compositivo geo- (‘tierra’). Ejem-
plos: geógrafo, geometría, geodesia.
d) Las que terminan en -gélico, -genario, -géneo, -génico, -genio, -géni-
to, -gesimal, -gésimo y -gético. Ejemplos: angélico, sexagenario, ho-
mogéneo, fotogénico, ingenio, primogénito, cuadragesimal, vigésimo,
apologético.
e) Las que terminan en -giénico, -ginal, -gineo, -ginoso (excepto aguaji-
noso). Ejemplos: higiénico, original, virgíneo, ferruginoso.
f) Las que terminan en -gia, -gio, -gión, -gional, -gionario, -gioso y -gí-
rico. Ejemplos: magia, regia, frigia, liturgia, litigio, religión, legión,
regional, legionario, prodigioso, panegírico. Excepciones: las voces
que terminan en -plejía (apoplejía, paraplejia…) y ejión.
g) Las que terminan en -gente y -gencia. Ejemplos: vigente, exigente, re-
gencia. Excepción: majencia.
h) Las que terminan en -ígeno, -ígena, ígero, ígera. Ejemplos: indígena,
oxígeno, alígera, belígero.
i) Las que terminan en -logía, -gogia o -gogía. Ejemplos: teología, dema-
gogia, pedagogía.
j) Las que terminan en el elemento compositivo -algia (‘dolor’). Ejem-
plos: neuralgia, gastralgia, cefalalgia.
k) Los verbos terminados en -igerar, -ger y -gir (morigerar, proteger,
fingir) y las correspondientes formas de su conjugación, excepto en
el caso de los sonidos ja, jo, que nunca se pueden representar con g:
protege, fingía, pero proteja, finjo. Existen algunas excepciones como:
tejer, crujir y sus derivados.

USO DE LA J

Se escriben con j:

a) Las palabras derivadas de voces que tienen j ante las vocales a, o, u.


Así, cajero, cajita (de caja); lisonjear (de lisonja); cojear (de cojo);
ojear (de ojo); rojear, rojizo (de rojo).

173
b) Las voces de uso actual que terminan en -aje, -eje. Ejemplos: coraje,
hereje, garaje. Excepciones: ambages, enálage, hipálage.
c) Las que acaban en -jería. Ejemplos: cerrajería, consejería, extranjería.
d) Las formas verbales de los infinitivos que terminan en -jar. Ejemplos:
trabaje, trabajemos (de trabajar); empuje (de empujar). También las
de los pocos verbos terminados en -jer y en -jir, como cruje (de crujir);
teje (de tejer).
e) Los verbos terminados en -jear, así como sus correspondientes formas
verbales. Ejemplos: canjear, homenajear, cojear. Excepción: asper-
gear.
f) El pretérito perfecto simple y el pretérito imperfecto y futuro de sub-
juntivo de los verbos traer, decir y sus derivados, y de los verbos ter-
minados en -ducir. Ejemplos: traje (de traer); dije, dijera (de decir);
predijéramos (de predecir), adujera, adujeren (de aducir).

Escribir con j o g donde corresponda:

1. Se produ__o una explosión de __ran ma__nitud.

2. Aprobarás las asi__naturas si estudias y no te resi__nas.

3. Tradu__o un fra__mento del pane__írico.

4. Al lado de aquel __i__antón parecía un __nomo o un pi__meo.

5. El se__mento que pasando por el centro une dos puntos de la circunferencia


se denomina diámetro.

6. Un insi__ne abo__ado introdu_o al vi__ía en el refu__io.

7. Es iló__ico; para mí resulta un eni__ma.

8. En un si__no lin__üístico se ha de considerar el si__nificado y el si__nifi-


cante.

9. El dia__nóstico del ciru__ano fue desesperanzador: solo un mila__ro o la


ma__ia podría salvarlo.

10. El in__eniero __efe elo__ió la ori__inalidad del __ardín que rodeaba el


cole__io.

11. El ma__istrado __enovés fue muy indul__ente con los enér__icos __estos
que realizaba el acusador ar__elino.

12. En cada uno de los extremos del e__e terrestre hay un polo ma__nético.

174
13. En el __eriátrico los vie__ecitos exi__ían un avance ur__ente de las inves-
ti__aciones dermatoló__icas, oncoló__icas y neurál__icas y una me__ora
en la hi__iene __eneral.

14. Al mar__en de su ima__en, el a__ente cuidaba de su inteli__encia pero,


sobre todo, vi__ilaba si__ilosamente a su cónyu__e.

15. La le__ía blanqueará la mancha del te__ido de tu tra__e.

16. La le__ión avanzó sobre toda la re__ión realizando maniobras de camufla__e.

17. ¿Cuándo corre__imos los e__ercicios de __eolo__ía y mineralo__ía?

18. Aco__imos en el refu__io a un cachorro de león que había huido del zoo-
ló__ico.

Conjugar el presente de indicativo y el pretérito simple de los siguientes ver-


bos, tal y como se muestra en el ejemplo:

Elegir: elijo, eliges, elige, elegimos, elegís, eligen, elegí, elegiste, eligió, elegimos,
elegisteis, eligieron.

Corregir:__________________________________________________________
_____________________________________________________________
Regir: ____________________________________________________________
_____________________________________________________________
Surgir: ____________________________________________________________
_____________________________________________________________
Refrigerar:_________________________________________________________
_____________________________________________________________
Tejer: _____________________________________________________________
_____________________________________________________________
Fingir: ____________________________________________________________
_____________________________________________________________
Afligir:____________________________________________________________
_____________________________________________________________
Escoger:___________________________________________________________
_____________________________________________________________
Ingerir:____________________________________________________________
_____________________________________________________________
Exigir: ____________________________________________________________
_____________________________________________________________
Transigir:__________________________________________________________
_____________________________________________________________

175
ANTOLOGÍA

CON

ACTIVIDADES

177
EL ARTE DE LEER

André Maurois

André Maurois (1885-1967), es un escritor y ensayista francés. Su obra


comprende algunos relatos como por ejemplo “Los silencios del coronel
Bramel”, de tono humorístico sobre sus experiencias durante la I Guerra
Mundial. Se destacan sus novelas biográficas sobre la vida de algunos
intelectuales europeos. Entre estas biografías mencionemos la que es-
cribió sobre la vida del poeta inglés Shelley, y de la novelista francesa
Aurora Dupin, más conocida por el nombre masculino de George Sand.

¿Es un trabajo la lectura? Valery Larbaud la lla­ma el “vicio impune”, y Des-


cartes, por el contrario, dice es “una conversación con las gentes más honra­das de
los pasados siglos”. Ambos tienen razón.

La lectura-vicio es propia de los seres que en­cuentran en ella una especie de


opio y se libertan del mundo real hundiéndose en un mundo imaginario. Estos no
pueden estar un minuto sin leer; todo es bueno para ellos; abrirán al azar una enci­
clopedia, y leerán un artículo sobre la técnica de la acuarela con la misma voracidad
que un texto sobre las máquinas de vapor. Si se quedan solos en una habitación, irán
derecho a la mesa en que se hallan las revistas y los periódicos y atacarán una co-
lumna cualquiera, por la mitad, antes que librarse por un solo instante a sus propios
pensamientos. En la lec­tura no buscan ideas ni hechos, sino ese desfile con­tinuo de
palabras que les oculta el mundo y su alma. De lo que han leído retienen poco con
sus­tantiva médula; entre las fuentes de información no establecen ninguna jerarquía
de valores; la lec­tura practicada por ellos, es totalmente pasiva: soportan los textos;
no los interpretan; no les hacen sitio en su espíritu; no los asimilan.

La lectura-placer es ya más activa. Lee para su placer el aficionado a novelas


que busca en los li­bros, bien impresiones de belleza, bien un despertar y una exal-
tación de sus propios sentimientos, bien las aventuras que la vida le niega. Lee para
su pla­cer aquel que ama encontrar más perfectamente expresadas, en los moralistas
y en los poetas, las observaciones que él mismo ha hecho, las sensacio­nes que por
sí mismo ha experimentado. Lee para su placer, en fin, aquel que, sin estudiar tal
período definido de la Historia se satisface en comprobar la identidad, en el curso
de los siglos, de los tormen­tos humanos. Esta lectura-placer es sana.

La lectura-trabajo, en fin, es la del hombre que, en un libro, busca tales o cua-


les conocimientos de­finidos, materiales de los que él tiene necesidad para establecer
o acabar en su espíritu una cons­trucción de la que sólo ha entrevisto las grandes

179
líneas. La lectura-trabajo debe hacerse, a menos que el lector posea una memoria
extraordinaria, pluma o lápiz en ristre. Es inútil leer si nos conde­namos a tener que
releer cada vez que deseemos volver sobre el tema. Si me está permitido citar mi
ejemplo, diré que cuando leo un libro de historia o un libro serio cualquiera, escribo
siempre en la pri­mera o en la última página algunas palabras que indican los temas
esencialmente tratados y después, debajo de cada una de estas palabras, la cifra de
la página en que están estos pasajes que yo quiero poder consultar, si es necesario,
sin tener que volver a leer el libro entero.

La lectura, como todo trabajo, tiene sus reglas. Indiquemos algunas de éstas.
La primera, es que vale más conocer perfectamente algunos escritores y algunos
temas que conocer superficialmente un gran número de autores. Las bellezas de una
obra aparecen siempre mal a la primera lectura. En la juventud hay que andar entre
los libros como se va por el mundo, para buscar entre ellos los amigos, pero cuando
estos amigos han sido encontrados, elegidos, adoptados, es preciso apartarse con
ellos. Ser familiar de Montaigne, de Saint-Simón, de Retz, de Balzac o de Proust
basta para enriquecer una vida.

La segunda, es hacer en las lecturas un gran sitio a los grandes textos. Es ne-
cesario, a buen seguro, al mismo tiempo que natural, interesarse por los es­critores
de nuestro tiempo; es entre ellos entre quie­nes tendremos la oportunidad de poder
encontrar amigos que tengan los mismos cuidados y las mis­mas necesidades que
nosotros. Pero no nos dejemos sumergir por la marea de los librillos. El número de
las obras maestras es tal que jamás las conoceremos todas. Tengamos confianza en la
selección he­cha por los siglos. Un hombre se equivoca; una ge­neración se equivoca; la
humanidad no se equivoca jamás. Homero, Tácito, Shakespeare, Mo­liere, son cier-
tamente, dignos de su gloria. Habremos de dar­les cierta preferencia sobre quienes
no han sufrido.

La tercera, es elegir bien su nutri­mento. A cada espíritu le convienen sus ali-


mentos adecuados. Aprendamos a reconocer quiénes son nuestros au­tores. Serán
muy distintos de los de nuestros amigos. En literatura, como en amor, causa sor-
presa la elec­ción de los otros. Seamos fieles a lo que nos con­viene. En esto somos
nosotros los mejores jueces.

La cuarta, es rodear nuestras lecturas, siempre que sea posible, de la atmós-


fera de recogimiento y respeto de que se rodean un hermoso concierto, una noble
ceremonia. Leer no es recorrer una pági­na, interrumpirse para contestar al teléfono,
volver a tomar el libro cuando el espíritu está ausente, abandonarlo hasta el día
siguiente. El verdadero lector se procura largas veladas solitarias; reserva, para tal
escritor muy amado, el atardecer de un domingo de invierno; agradece a los viajes
en ferro­carril el que le den la ocasión de releer de un tirón una novela de Balzac,

180
de Sten­dhal, o las Memoires d’Outre-Tombe. Experimenta un placer tan vivo en
volver a encontrar tal frase, tal pasaje que él ama (en Proust la zarza blanca o la
pequeña Magdalena, en Tolstoi los desposorios de Levine), como el aficionado a la
música en acechar el lema del Mago en la Petrouchka de Stravinsky.

La quinta regla, en fin, es la de hacerse digno de los grandes libros, porque


con la lectura ocurre co­mo con las posadas españolas y con el amor; que no se halla
más que lo que se lleva. La pintura de los sentimientos no interesa más que a aque-
llos que los han experimentado o a aquello que, jóvenes aún aguardan su eclosión
con esperanza y angustia. No hay nada más emocionante que ver a un joven que,
el año pasado, no soportaba más que los relatos de aventuras, tomarle de pronto un
gusto vivo a Anna Karenine o Dominique porque a partir de este momento el joven
sabe lo que es la dicha y el dolor de amar. Los grandes hombres de acción son bue-
nos lectores de Kipling, los grandes hombres de Estado, de Tácito o de Retz. Era un
hermoso espectáculo ver a Lyautey al día siguiente de ha­berle quitado Marruecos
un gobierno injusto, en­tregarse al Corio­lano de Shakespeare. El arte de leer es, en
gran parte, el arte de volver a en­contrar la vida en los libros y de, gracias a ellos,
comprenderla mejor.

ACTIVIDADES:

1. Leer el texto de la lectura respetando las pausas indicadas por los


signos de puntuación y la entonación correspondiente.

2. Organizar un pequeño diálogo o debate en torno a las opiniones ver-


tidas en el texto.

3. ¿A qué llama el autor del texto lectura-vicio?

4. ¿Cuáles serían los aspectos negativos de ese tipo de lectura?

5. Sintetizar las características de lo que André Maurois considera lec-


tura-placer.

6. Enumerar las reglas de la lectura-trabajo.

7. Trabajo de Investigación bibliográfica: breve información sobre Bal-


zac, Proust y Dostoievsky.

8. Memoria de actividades: redactar un breve escrito con nuestras per-


cepciones personales sobre las lecturas literarias que haya cumplido
durante su paso por el colegio.

181
LA SOLEDAD DE LATINOAMÉRICA

Gabriel García Márquez

Escritor y novelista colombiano, nacido en 1928 y representante funda-


mental del denominado Realismo Mágico. Se ha desempeñado también
como periodista, ensayista, crítico y guionista de cine. Recibió el premio
Nóbel de Literatura en 1983. Dentro de su inmenso caudal de escri-
tos, destacan: El Otoño del Patriarca, 1975; La increíble historia de la
Cándida Eréndira y su abuela desalmada, 1977; Crónica de una muerte
anunciada, 1981; Cien años de soledad, 1967; El amor en los tiempos del
cólera, 1987.

Antonio Pigafetta, un navegante florentino que acompañó a Magallanes en el


primer viaje alrededor del mundo, escribió a su paso por nuestra América meridio-
nal una crónica rigurosa que sin embargo parece una aventura de la imaginación.
Contó que había visto cerdos con el ombligo en el lomo, y unos pájaros sin patas
cuyas hembras empollaban en las espaldas de los machos, y otros como alcatraces
sin lengua cuyos picos parecían una cuchara. Contó que había visto un engendro
animal con cabeza y orejas de mula, cuerpo de camello, patas de ciervo y relincho
de caballo. Contó que al primer nativo que encontraron en la Patagonia le pusieron
enfrente un espejo, y que aquel gigante enardecido perdió el uso de la razón por el
pavor de su propia imagen.

Este libro breve y fascinante, en el cual ya se vislumbran los gérmenes de


nuestras novelas de hoy, no es ni mucho menos el testimonio más asombroso de
nuestra realidad de aquellos tiempos. Los cronistas de Indias nos legaron otros in-
contables. El Dorado, nuestro país ilusorio tan codiciado, figuró en mapas nume-
rosos durante largos años, cambiando de lugar y de forma según la fantasía de los
cartógrafos. En busca de la fuente de la eterna juventud, el mítico Alvar Núñez
Cabeza de Vaca exploró durante ocho años el norte de México, en una expedición
venática cuyos miembros se comieron unos a otros, y sólo llegaron cinco de los 600
que la emprendieron. Uno de los tantos misterios que nunca fueron descifrados, es
el de las once mil mulas cargadas con cien libras de oro cada una, que un día salie-
ron del Cuzco para pagar el rescate de Atahualpa y nunca llegaron a su destino. Más
tarde, durante la Colonia, se vendían en Cartagena de Indias unas gallinas criadas
en tierras de aluvión, en cuyas mollejas se encontraban piedrecillas de oro. Este
deliro áureo de nuestros fundadores nos persiguió hasta hace poco tiempo. Apenas
en el siglo XIX, la misión alemana encargada de estudiar la construcción de un fe-
rrocarril interoceánico en el istmo de Panamá, concluyó que el proyecto era viable
con la condición de que los rieles no se hicieran de hierro, que era un metal escaso
en la región, sino que se hiciera de oro.

182
La independencia del dominio español no nos puso a salvo de la demencia.
El general Antonio López de Santana, que fue tres veces dictador de México, hizo
enterrar con funerales magníficos la pierna derecha que había perdido en la llamada
Guerra de los Pasteles. El general Gabriel García Moreno gobernó al Ecuador du-
rante 16 años como un monarca absoluto, y su cadáver fue velado con su uniforme
de gala y su coraza de condecoraciones sentado en la silla presidencial. El general
Maximiliano Hernández Martínez, el déspota teósofo de El Salvador, que hizo ex-
terminar en una matanza bárbara a 30 mil campesinos, había inventado un péndulo
para averiguar si los alimentos estaban envenenados, e hizo cubrir con papel rojo
el alumbrado público para combatir una epidemia de escarlatina. El monumento al
general Francisco Morazán, erigido en la plaza mayor de Tegucigalpa, es en reali-
dad una estatua del mariscal Ney comprada en París en un depósito de esculturas
usadas.

Hace algunos años, uno de los poetas insignes de nuestro tiempo, el chileno
Pablo Neruda, iluminó este ámbito con su palabra. En las buenas conciencias de
Europa, y a veces también en las malas, han irrumpido desde entonces con más
ímpetu que nunca las noticias fantasmales de la América Latina, esa patria inmensa
de hombres alucinados y mujeres histéricas, cuya terquedad sin fin se confunde
con la leyenda. No hemos tenido un instante de sosiego. Un presidente prometeico
atrincherado en su palacio en llamas murió peleando solo contra todo un ejército,
y dos desastres aéreos sospechosos y nunca esclarecidos segaron la vida de otro
corazón generoso, y la de un militar democrático que había restaurado la dignidad
de su pueblo. Ha habido 5 guerras y 17 golpes de Estado, y surgió un dictador luce-
ferino que en nombre de Dios lleva a cabo el primer etnocidio de América Latina
en nuestro tiempo. Mientras tanto, 20 millones de niños latinoamericanos morían
antes de cumplir dos años, que son más de cuantos han nacido en Europa desde
1970. Los desaparecidos por motivos de represión son casi los 120 mil, que es
como si hoy no se supiera dónde están todos los habitantes de la ciudad de Upsala.
Numerosas mujeres arrestadas encinta dieron a luz en las cárceles argentinas, pero
aún se ignora el paradero y la identidad de sus hijos, que fueron dados en adopción
clandestina o internados por las autoridades militares. Por no querer que las cosas
siguieran así han muerto cerca de 200 mil mujeres y hombres en todo el continente,
y más de 100 mil perecieron en tres pequeños y voluntarios países de la América
Central, Nicaragua, El Salvador y Guatemala. Si esto fuera en los Estados Unidos,
la cifra proporcional sería de un millón 600 muertes violentas en cuatro años.

De Chile, país de tradiciones hospitalarias, ha huido un millón de persona: el


10 por ciento de su población. El Uruguay, una nación minúscula de dos y medio
millones de habitantes que se consideraba como el país más civilizado del conti-
nente, ha perdido en el destierro a uno de cada cinco ciudadanos. La guerra civil en
El Salvador ha causado desde 1979 casi un refugiado cada 20 minutos. El país que

183
se pudiera hacer con todos los exiliados y emigrados forzosos de América Latina,
tendría una población más numerosa que Noruega.

Me atrevo a pensar que es esta realidad descomunal, y no sólo su expresión li-


teraria, la que este año ha merecido la atención de la Academia Sueca de las Letras.
Una realidad que no es la del papel, sino que vive con nosotros y determina cada
instante de nuestras incontables muertes cotidianas, y que sustenta un manantial de
creación insaciable, pleno de desdicha y de belleza, del cual este colombiano erran-
te y nostálgico no es más que una cifra mas señalada por la suerte. Poetas y men-
digos, músicos y profetas, guerreros y malandrines, todas las criaturas de aquella
realidad desaforada hemos tenido que pedirle muy poco a la imaginación, porque el
desafío mayor para nosotros ha sido la insuficiencia de los recursos convencionales
para hacer creíble nuestra vida. Este es, amigos, el nudo de nuestra soledad.

Pues si estas dificultades nos entorpecen a nosotros, que somos de su esen-


cia, no es difícil entender que los talentos nacionales de este lado del mundo,
extasiados en la contemplación de sus propias culturas, se hayan quedado sin un
método válido para interpretarnos. Es comprensible que insistan en medirnos con
la misma vara con que se miden a sí mismos, sin recordar que los estragos de la vida
no son iguales para todos, y que la búsqueda de la identidad propia es tan ardua y
sangrienta para nosotros como lo fue para ellos. La interpretación de nuestra reali-
dad con esquemas ajenos sólo contribuye a hacernos cada vez más desconocidos,
cada vez menos libres, cada vez más solitarios. Tal vez la Europa venerable sería
más comprensiva si tratara de vernos en su propio pasado. Si recordara que Lon-
dres necesitó 300 años para construir su primera muralla y otros 300 para tener un
obispo, que Roma se debatió en las tinieblas de la incertidumbre durante 20 siglos
antes de que un rey etrusco la implantara en la historia, y que aun en el siglo XVI
los pacíficos suizos de hoy, que nos deleitan con sus quesos manos y sus relojes
impávidos, ensangrentaron a Europa como soldados de fortuna. Aun en el apogeo
del Renacimiento, 12 mil lansquenetes (mercenarios alemanes) a sueldo de los ejér-
citos imperiales saquearon y devastaron a Roma, y pasaron a cuchillo a ocho mil
de sus habitantes.

No pretendo encarnar las ilusiones de Tonio Kröger, cuyos sueños de unión


entre un norte casto y un sur apasionado exaltaba Thomás Mann hace más de 50
años en este lugar. Pero creo que los europeos de espíritu clarificador, los que
luchan también aquí por una patria grande más humana y más justa, podrían ayu-
darnos mejor si revisaran a fondo su manera de vernos. La solidaridad con nuestros
sueños no nos harán sentir menos solos, mientras no se concrete con actos de res-
paldo legítimo a los pueblos que asuman la ilusión de tener una vida propia en el
reparto del mundo.

184
América Latina no quiere ni tiene por qué ser un alma sin albedrío, ni tiene
nada de quimérico que sus designios de independencia y originalidad se conviertan
en una aspiración occidental. No obstante, los progresos de la navegación que han
reducido tantas distancias entre nuestras Américas y Europa, parecen haber aumen-
tado en cambio nuestra distancia cultural. ¿Por qué la originalidad que se nos admi-
te sin reservas en la literatura se nos niega con toda clase de suspicacias en nuestras
tentativas tan difíciles de cambio social? ¿Por qué pensar que la justicia social que
los europeos de avanzada tratan de imponer en sus países no puede ser también un
objetivo latinoamericano con métodos distintos en condiciones diferentes? No: la
violencia y el dolor desmesurados de nuestra historia son el resultado de injusticias
seculares y amarguras sin cuento, y no una confabulación urdida a 3 mil leguas de
nuestra casa. Pero muchos dirigentes y pensadores europeos lo han creído, con el
infantilismo de los abuelos que olvidaron las locuras fructíferas de su juventud,
como si no fuera posible otro destino que vivir a merced de los dos grandes dueños
del mundo. Este es, amigos, el tamaño de nuestra soledad.

Sin embargo, frente a la opresión, el saqueo y el abandono, nuestra respuesta


es la vida. Ni los diluvios ni las pestes, ni las hambrunas ni los cataclismos, ni si-
quiera las guerras eternas a través de los siglos han conseguido reducir la ventaja
tenaz de la vida sobre la muerte. Una ventaja que aumenta y se acelera: cada año
hay 74 millones más de nacimientos que de defunciones, una cantidad de vivos nue-
vos como para aumentar siete veces cada año la población de Nueva York. La ma-
yoría de ellos hacen en los países con menos recursos, y entre estos, por supuesto,
los de América Latina. En cambio, los países más prósperos han logrado acumular
suficiente poder de destrucción como para aniquilar cien veces no sólo a todos los
seres humanos que han existido hasta hoy, sino la totalidad de los seres vivos que
han pasado por este planeta de infortunios.

Un día como el de hoy, mi maestro William Faulkner dijo en este lugar: “me
niego a admitir el fin del hombre”. No me sentiría digno de ocupar este sitio que fue
suyo si no tuviera el convencimiento de que por primera vez desde los orígenes de
la humanidad, el desastre colosal que él se negaba a admitir hace 32 años es ahora
una simple posibilidad científica. Ante esta realidad sobrecogedora que a través de
todo el tiempo humano debió de parecer una utopía, los inventores de fábulas que
todo lo creemos, nos sentimos con el derecho de creer que todavía no es demasiado
tarde para emprender la creación de la utopía contraria. Una nueva y arrasadora
utopía de la vida, donde nadie pueda decidir por otros hasta la forma de morir,
donde de veras sea cierto el amor y sea posible la felicidad, y donde las estirpes
condenadas a cien años de soledad tengan por fin y para siempre una segunda opor-
tunidad sobre la Tierra.

185
Texto del discurso de Gabriel García Márquez con ocasión de recibir el Pre-
mio Nobel de Literatura.

ACTIVIDADES:

1. Leer el texto de la lectura respetando las pausas indicadas por los


signos de puntuación y la entonación correspondientes.

2. Organizar un pequeño diálogo o debate en torno a las opiniones


vertidas en el texto.

3. Escribir todos los argumentos que el autor expone a favor de Lati-


noamérica.

4. Opinar sobre la siguiente parte del texto: …Ante esta realidad so-
brecogedora que a través de todo el tiempo humano debió de pa-
recer una utopía contraria. Una nueva y arrasadora utopía de la
vida, donde nadie pueda decidir por otros hasta la forma de morir,
donde de veras sea cierto el amor y sea posible la felicidad, y don-
de las estirpes condenada a cien años de soledad tengan por fin y
para siempre una segunda oportunidad sobre la Tierra.

5. ¿Qué opina el autor sobre la interpretación de nuestra realidad con


esquemas ajenos? ¿Cuál su comentario al respecto?

6. ¿Qué le pareció interesante del texto? ¿Qué fue nuevo para usted?
¿Qué le pareció difícil?

186
SEIS PROPUESTAS PARA EL PRÓXIMO MILENIO

Ítalo Calvino

Escritor italiano. Nacido en Cuba, de padres italianos, Calvino se tras-


ladó a Italia en su juventud. Después de la II Guerra Mundial, durante
la que luchó contra los nazis en un grupo de partisanos, se licenció en
Literatura y realizó trabajos editoriales. Su primera novela, El sendero
de los nidos de araña (1947) era realista. Luego utilizó técnicas alegó-
ricas en novelas como El caballero inexistente o El vizconde demedia-
do (1952-1959). En obras posteriores, como Las cosmicómicas (1965),
Tiempo cero (1966), Si una noche de invierno un viajero (1979) y Mr.
Palomar (1983), queda patente la original mezcla de Calvino de fanta-
sía, curiosidad científica y especulación metafísica.

LEVEDAD

“Es cierto que el software no podría ejercitar los poderes de su levedad sin
la pesadez de hardware, pero el software es el que manda, el que actúa sobre el
mundo exterior y sobre las máquinas, que existen sólo en función del software, se
desarrollan para elaborar programas cada vez más complejos. La segunda revo-
lución industrial no se presenta como la primera, con imágenes aplastantes como
laminadoras o coladas de acero, sino como bits en un flujo de información que corre
por circuitos en forma de impulsos eléctricos. Las máquinas de hierro siguen exis-
tiendo, pero obedecen a los bits sin peso…”

“¿Es legítimo extrapolar del discurso de las ciencias una imagen del mundo
que corresponda a mis deseos? Si la operación que estoy intentando me atrae es
porque siento que podría anudarse de nuevo a un hilo muy antiguo de la historia de
la poesía.”

RAPIDEZ

“Rapidez de estilo y de pensamiento quiere decir sobre todo agilidad, mo-


vilidad, desenvoltura, cualidades todas que se avienen con una escritura dispuesta
a las divagaciones, a saltar de un argumento a otro, a perder el hilo cien veces y a
encontrarlo al cabo de cien vericuetos…”

“En los tiempos cada vez más congestionados que nos aguardan, la necesidad
de literatura deberá apuntar a la máxima concentración de la poesía y del pensa-
miento.”

187
EXACTITUD

“Quería hablaros ahora de mi predilección por las formas geométricas, por


las series, por la combinatoria, por las proporciones numéricas, explicar las cosas
que he escrito en función de mi fidelidad a la idea de límite, de medida… Pero tal
vez esta idea es la que justamente evoca la idea de lo que no tiene fin.”

VISIBILIDAD

“De cualquier modo, todas las “realidades” y las “fantasías” pueden cobrar
forma sólo a través de la escritura, en la cual exterioridad e interioridad, mundo
y yo, experiencia y fantasía aparecen compuestas de la misma materia verbal; las
visiones polimorfas de los ojos del alma se encuentran contenidas en líneas unifor-
mes de caracteres minúsculos o mayúsculos, de puntos, comas, paréntesis; páginas
de signos alineados, apretados como granos de arena, representan el espectáculo
abigarrado del mundo en una superficie siempre igual y siempre diferente; como las
dunas que empuja el viento del desierto.”

MULTIPLICIDAD

”…Pero quizás la respuesta que realmente corresponde a mis de-


seos sea otra: ojalá fuese posible una obra concebida fuera del “self”, una
obra que permitiese salir de la perspectiva limitada de un yo individual, no
sólo para entrar en otros yoes, semejantes al nuestro, sino para hacer hablar
a lo que no tiene palabra, al pájaro que se posa en el canalón, al árbol den pri-
mavera y al árbol en otoño, a la piedra, al cemento, al material plástico…
¿No sería esta la meta a la que aspiraba Ovidio al narrar la continuidad de las for-
mas, la meta a la que aspiraba Lucrecio al identificarse con la común naturaleza de
todas las cosas?”

188
ACTIVIDADES:

1. Leer el texto de la Lectura, respetando las pausas indicadas por los


signos de puntuación y la entonación correspondiente.

2. ¿Cómo interpreta usted la idead de “levedad” que debería tener la


literatura actual?

3. Según el autor, ¿qué significa “rapidez de estilo”?

4. El autor tenía predilección por las formas geométricas, por las series,
por la combinatoria, por las proporciones numéricas; explicar las co-
sas que ha escrito en función de la fidelidad a la idea. Según él autor,
¿cómo debería ser la literatura de hoy?

5. Es posible que las realidades y las fantasías pueden cobrar forma


sólo a través de la escritura en la cual exterioridad e interioridad,
mundo y yo, experiencia y fantasía aparecen compuestas de la mis-
ma materia verbal; las visiones polimorfas de los ojos del alma se
encuentran contenidas en líneas uniformes de caracteres minúsculos
o mayúsculos, de puntos, comas, paréntesis; páginas de signos ali-
neados, apretados como granos de arena, representan el espectácu-
lo abigarrado del mundo en una superficie siempre igual y siempre
diferente; como las dunas que empuja el viento del desierto. ¿Qué
opina usted?, por favor sustente sus ideas.

189
LA SOCIEDAD DE LOS POETAS MUERTOS

Walt Whitman

Poeta estadounidense cuya obra afirma claramente la importancia y la


unicidad de todos los seres humanos. Su valiente ruptura con la poética
tradicional, tanto en el plano de los contenidos como en el del estilo,
marcó un camino que siguieron posteriores generaciones de poetas de
su país. Nació el 31 de mayo de 1819 cerca de Huntington (Nueva York).
Fue el segundo de nueve hermanos, hijo de un carpintero.

No dejes que termine el día sin haber crecido un poco,


sin haber sido feliz, sin haber aumentado tus sueños.

No te dejes vencer por el desaliento.

No permitas que nadie te quite el derecho a


expresarte, que es casi un deber.

No abandones las ansias de hacer de tu vida algo


extraordinario.

No dejes de creer que las palabras y las poesías sí


pueden cambiar el mundo.

Pase lo que pase nuestra esencia está intacta.

Somos seres llenos de pasión.

La vida es desierto y oasis. Nos derriba, nos lastima,


nos enseña, nos convierte en protagonistas de nuestra
propia historia.

Aunque el viento sople en contra, la poderosa obra


continúa: Tú puedes aportar una estrofa.

No dejes nunca de soñar, porque en sueños es libre


el hombre.

No caigas en el peor de los errores: el silencio. La


mayoría vive en un silencio espantoso.

190
No te resignes.

“Emito mis alaridos por los techos de este mundo”,


dice el poeta.

Valora la belleza de las cosas simples.

Se puede hacer bella poesía sobre pequeñas cosas,


pero no podemos remar en contra de nosotros mismos.
Eso transforma la vida en un infierno.

Disfruta del pánico que te provoca tener la vida


por delante. Vívela intensamente, sin mediocridad.

Piensa que en ti está el futuro y encara la tarea con


orgullo y sin miedo.

Aprende de quienes puedan enseñarte.

Las experiencias de quienes nos precedieron de


nuestros “poetas muertos”, te ayudan a caminar por la
vida.

La sociedad de hoy somos nosotros Los “poetas vivos”.


No permitas que la vida pase por ti sin que la
vivas…

ACTIVIDADES:

1. Leer el texto de la lectura respetando las pausas indicadas por los


signos de puntuación y la entonación correspondientes.

2. En los primeros versos del poema, el autor da mandatos negativos.


Con sus palabras explique cuáles son éstos.

3. ¿Cómo interpreta usted la frase: “Emito mis alaridos por los techos
de este mundo”?

4. Según el autor, ¿cómo debemos vivir la vida, considerando que a


pesar de todo, la esencia del ser humano todavía está intacta?

5. ¿Qué parte de poema le impactó más? ¿Por qué? Sustente sus ideas.

191
EL TEATRO DEL BIEN Y DEL MAL

Eduardo Galeano

En la lucha del Bien contra el Mal, siempre es el pueblo quien pone los muer-
tos. Los terroristas han matado a trabajadores de cincuenta países, en Nueva York y
en Washington, en nombre del Bien contra el Mal. Y en nombre del Bien contra el
Mal, el presidente Bush jura venganza: “Vamos a eliminar el Mal de este mundo”,
anuncia. ¿Eliminar el Mal? ¿Qué sería del Bien sin el Mal? No sólo los fanáticos re-
ligiosos necesitan enemigos para justificar su locura, también necesitan enemigos,
para justificar su existencia, la industria de armamentos y el gigantesco aparato mi-
litar de los Estados Unidos. Buenos y malos, malos y buenos: los actores cambian
de máscaras, los héroes pasan a ser monstruos y los monstruos héroes, según exigen
los que escriben el drama.

Eso no tiene nada de nuevo. El científico alemán Werner von Braun fue malo
cuando inventó los cohetes V-2, que Hitler descargó sobre Londres, pero se con-
virtió en bueno el día en que puso su talento al servicio de los Estados Unidos.
Stalin fue bueno durante la Segunda Guerra Mundial y malo después, cuando pasó
a dirigir el Imperio del Mal. En los años de la guerra fría, escribió John Steinbeck:
“Quizá todo el mundo necesita rusos. Apuesto a que también en Rusia necesitan
rusos. Quizá ellos los llaman americanos”. Después, los rusos se abuenaron. Ahora,
también Putin dice: “El Mal debe ser castigado”. Saddam Hussein era dueño, y bue-
nas eran las armas químicas que empleó contra los iraníes y los kurdos. Después,
se amaló. Ya se llamaba Satán Hussein cuando los Estados Unidos, que venían de
invadir Panamá, invadieron Irak porque Irak había invadido Kuwait. Bush padre
tuvo a su cargo esta guerra contra el Mal. Con el espíritu humanitario y compasivo
que caracteriza a su familia, mató a más de cien mil iraquíes, civiles en su gran ma-
yoría. Satán Hussein sigue estando donde estaba, pero este enemigo número uno de
la humanidad ha caído a la categoría de enemigo número dos. El flagelo del mundo
se llama, ahora, Osama Bin Laden, La CIA le había enseñado todo lo que sabe en
materia de terrorismo: Bin Laden, amado y armado por el gobierno de los Estados
Unidos, era uno de los principales “guerreros de la libertad” contra el comunismo
en Afganistán, Bush padre ocupaba la vicepresidencia cuando el presidente Reagan
dijo que estos héroes eran “el equivalente moral de los Padres, Fundadores de Amé-
rica”. Hollywood estaba de acuerdo con la Casa Blanca. En esos tiempos, se filmó
Rambo 3: los afganos musulmanes eran los buenos. Ahora son malos, malísimos,
en tiempos de Bush Hijo, trece años después.

Henry Kissinger fue de los primeros en reaccionar ante la reciente tragedia,


“Tan culpables como los terroristas son quienes les brindan apoyo, financiación e
inspiración”, sentenció, con palabras que el presidente Bush repitió horas después.

192
Si eso es así, habría que empezar por bombardear a Kissinger. El resultaría culpable
de muchos más crímenes que los cometidos por Bin Laden y por todos Ios terroris-
tas que en el mundo son. Y en muchos más países, actuando al servicio de varios
gobiernos norteamericanos, brindó “apoyo, financiación e inspiración” al terror de
estado en Indonesia, Camboya, Chipre, Irán, África del Sur, Bangladesh y en los
países sudamericanos que sufrieron la guerra sucia del Plan Cóndor.

El 11 de septiembre de 1973, exactamente 28 años antes de los fuegos de


ahora, había ardido el palacio presidencial en Chile. Kissinger había anticipado el
epitafio de Salvador Allende y de la democracia chilena, al comentar el resultado
de las elecciones: “No tenemos por qué aceptar que un país se haga marxista por
la irresponsabilidad de su pueblo”. El desprecio por la voluntad popular es una de
las muchas coincidencias entre el terrorismo de estado y el terrorismo privado. Por
poner un ejemplo, la ETA, que mata gente en nombre de la independencia del País
Vasco, dice a través de uno de sus voceros: “Los derechos no tienen nada que ver
con mayorías y minorías”. Mucho se parecen entre sí el terrorismo artesanal y el de
alto nivel tecnológico, el de los fundamentalistas religiosos y el de los fundamenta-
listas del mercado, el de los desesperados y el de los poderosos, el de los locos suel-
tos y el de los profesionales de uniforme. Todos comparten el mismo desprecio por
la vida humana; los asesinos de los seis mil seiscientos ciudadanos triturados bajo
los escombros de las torres gemelas, que se desplomaron como castillos de arena
seca, y los asesinos de los doscientos mil guatemaltecos, en su mayoría indígenas,
que han sido exterminados sin que jamás la tele ni los diarios del mundo les presta-
ran la menor atención. Ellos, los guatemaltecos, no fueron sacrificados por ningún
fanático musulmán, sino por los militares terroristas que recibieron “apoyo, finan-
ciación e inspiración” de los sucesivos gobiernos de los Estados Unidos. Todos los
enamorados de la muerte coinciden también en su obsesión por reducir a términos
militares las contradicciones sociales, culturales y nacionales.

En nombre del Bien contra el Mal, en nombre de la Única Verdad, todos re-
suelven todo matando primero y preguntando después. Y por ese camino terminan
alimentando al enemigo que combaten. Fueron las atrocidades de Sendero Lumino-
so las que en gran medida incubaron al presidente Fujimori, que con considerable
apoyo popular implantó un régimen de terror y vendió el Perú a precio de banana.

Fueron las atrocidades de los Estados Unidos en Medio Oriente las que en
gran medida incubaron la guerra santa del terrorismo de Alá. Aunque ahora el líder
de la Civilización esté exhortando a una nueva Cruzada, Alá es inocente de los crí-
menes que se cometen en su nombre. Al fin y al cabo. Dios no ordenó el holocausto
nazi contra los fieles de Jehová y no fue Jehová quien dictó la matanza de Sabrá y
Chatila ni quien mandó expulsar a los palestinos de su tierra. ¿Acaso Jehová, Alá y
Dios a secas no son tres nombres de una misma divinidad? Una tragedia de equívo-
cos: ya no se sabe quién es quién. El humo de las explosiones forma parte de una

193
mucho más enorme cortina de humo que nos impide ver. De venganza en venganza,
los terrorismos nos obligan a caminar a los tumbos. Veo una foto, publicada recien-
temente: en una pared de Nueva York, alguna mano escribió: “Ojo por ojo deja al
mundo ciego”. La espiral de la violencia engendra violencia y también confusión,
dolor, miedo, intolerancia, odio, locura. En Porto Alegre, a comienzos de este año,
el argelino Ahmed Ben Bella advirtió: “Este sistema, que ya enloqueció a las vacas,
está enloqueciendo a la gente”. Y los locos, locos de odio, actúan igual que el po-
der que los genera. Un niño de tres años, llamado Luca, comentó en estos días: “El
mundo no sabe dónde está su casa”. El estaba mirando un mapa. Podía haber estado
mirando un noticiero.

ACTIVIDADES:

1. Leer el texto de la lectura respetando las pausas indicadas por los


signos de puntuación y la entonación correspondiente.

2. Sacar las ideas principales de cada párrafo y escribir un resumen


sobre éste.

3. ¿Qué dice el autor sobre la violencia?

4. ¿Qué opina usted sobre las ideas propuestas por el autor? Sustentar
sus ideas

5. Establecer una relación entre la información del texto con nuestro


contexto nacional

6. Investigar sobre la vida, obra y estilo de Eduardo Galeano

194
HACIA UN NUEVO HUMANISMO

Monserrat Roig

En este libro hemos visto cómo la opresión que han vivido y que todavía
viven las mujeres, se desarrolla en to­dos los sectores de nuestra sociedad, en la
escuela, en el trabajo, en la calle y en el hogar. Hemos visto cómo la misoginia se
transformaba muchas veces en una actitud claramente antifeminista.

En la introducción decíamos hasta qué punto era necesario vencer el miedo


al feminismo a través del cono­cimiento de las raíces de la opresión femenina, la
más antigua y universal. Ahora bien, conocer estas causas no debe llevar a la mujer
actual de nuevo a la queja y al lamento, a presentarse como víctima exculpada de
su propia condición. Sería demasiado fácil decir que la mujer solo tiene que luchar
contra el hombre para llegar a ser li­bre. También tiene que luchar contra sí misma.
Ser mujer, hoy día, no es nada fácil. Pero tampoco lo es ser hombre. En realidad, lo
que es difícil es poder llegar a comportarse y a ser considerados como seres huma-
nos, tanto las mujeres como los hombres.

Las mujeres tienen ante sí un apa­sionante desafío. Si bien hoy es posi­ble


saber por qué han sido considera­das como el sexo de segundo orden sería triste e
inútil apiadar este cono­cimiento a la escueta venganza se­xual. Los hombres y las
mujeres son las personas que pueblan el mundo. Pueden desaparecer las ideolo-
gías, las clases sociales e incluso los pue­blos. Pero los sexos, no. La lucidez y la
razón no son atributos específica­mente masculinos. Pero tampoco el sentimiento
y las emociones lo son fe­meninos. Son atributos humanos y son las personas, sean
mujeres u hom­bres, las que pueden perfeccionarlos. Claro que las mujeres tienen
ante sí pocos modelos conocidos a seguir. Claro que casi todo está todavía por
hacer. Pero solo aquellas mujeres que se respetan a sí mismas pueden optar por
su propia libertad y autonomía. No todas las mujeres son iguales, y como indivi-
duos, poseen su personal concepción del mundo. El feminis­mo, como conciencia y
como lucha, pre­sen­ta varias opciones. Y depende de la libre voluntad de las mujeres
elegir aquella que se estime más justa.

Ser mujer y al mismo tiempo ser persona no es tarea fácil. Es un largo y arduo
camino: muchas veces se paga con la soledad, la incomprensión y el aislamiento.
Las mujeres tienen que luchar contra su propia inseguridad, contra la victimización
interiorizada y, muchas veces, contra la resistencia del hombre a perder sus privile-
gios. Sin embargo, las mujeres, por ser mu­jeres, no son mejores que los hom­bres.
También ellas son hostigadas por los valores morales de nuestra ci­vilización, tam-
bién pueden sentirse fascinadas por el poder, por el ansia de dominio y de opresión
hacia otros seres más débiles, también pueden competir entre ellas y ser crueles e

195
in­justas. La única diferencia es que no han tenido para ello las mismas oportunida-
des, en la historia, que los hom­bres.

No se nace feminista o antifeminista. Se trata de una elección que se asume,


conscientemente, a lo largo de toda una vida. La asunción de la opresión en que
vive la mujer comporta también, la posibilidad de caer en el error, en la intolerancia,
en el dogma en la contradicción. Pero todo ello no invalida algo que es real: la si-
tuación dolorosa y humillante que vive día a día, gran parte de los seres que for­man
la mitad de la humanidad.

El feminismo que duda y reflexiona es el que avanza con más profundidad,


puesto que parte en realidad de una nueva visión humanista del mun­do actual. El
miedo a la libertad es en suma, miedo al error. Pero los errores y contradicciones
en los que puede caer el feminismo no son motivos sufi­cientes para atacarlo en su
totalidad. a estas alturas, nadie puede negar que ha nacido de las más profundas y
auténticas ansias de libertad de la mujer como ser humano.

El día en que hombres y mujeres dejen de ser seres mutilados, el día en que
el sexo no condicione el desarrollo total de las personas, el día en que la dominación
y supremacía del varón pase a los anales de la Historia y deje de ser presente, el
día en que la comunicación entre los dos sexos nazca del respeto entre seres libres,
aquel día el feminismo ya no tendrá razón de ser. Ni tampoco que existan libros
como este.

ACTIVIDADES:

1. Leer el texto de la lectura respetando las pausas indicadas por los


signos de puntuación y la entonación correspondiente.

2. Dar el significado de las palabras que están marcadas con negrita en el


texto. Intentar obtenerlo por contexto o utilizar el diccionario.

3. Sacar las ideas principales de cada párrafo y escribir un resumen


sobre este texto.

4. ¿Qué dice el autor sobre el feminismo y el humanismo?

5. ¿Qué opina usted sobre las ideas propuestas por la autora? Sustentar
sus ideas.

6. Investigar sobre la vida, obra y estilo de Monserrat Roig.

196
ENTREVISTA A JOSÉ SARAMAGO

Antonio Cortés Sánchez

Su sonrisa es tímida, serena como su plante. Sus ojos limpios reflejan un aire
de tristeza. Su imaginación se funde con la realidad y consigue alcanzar la fuerza de
la creatividad, una creatividad que vierte en páginas blancas. Hombre de principios
claros, de corazón grande, de sueños alcanzables quizá no soñados, como el Nobel.
Señor de las Letras, compañero de horas que transcurren al amanecer. Luchador del
mundo, ventana abierta que reivindica una mirada al dolor, a la pobreza... que cree
en la solidaridad. Un nombre, José Saramago, un hombre, simplemente, sencillo.

Pregunta.- Iniciemos la entrevista con inocencia, la misma de su niñez. Un


favor: cierre los ojos, regrese al pasado, a ese pueblo portugués donde pasó su in-
fancia. ¿Qué ve?
Respuesta.- La inocencia perdida es irrecuperable. Regresar al pasado sólo
es posible a través de la memoria, y ésta, demasiado lo sabemos, no siempre es de
fiar. La aldea donde nací ya no “existe”, existe una que tiene el mismo nombre,
calles que son las mismas y otras nuevas, un río sucio en el que no se puede nadar.
Lo que cuenta no es el espacio, sino el tiempo. Diría que es el propio tiempo el que
perdió la inocencia.

P.- ¿Mantiene relación con los niños de entonces, con la gente con la que
creció?
R.- Han muerto casi todos. Los que han quedado ya no tienen mucho que
decirse unos a otros.

P.- Su juventud la pasó en Lisboa, ¿qué queda hoy de aquella Lisboa del
ayer?
R.- Un cierto espíritu. Aunque las transformaciones físicas han alterado los
perfiles de la ciudad todavía se encuentran algunos lugares conservados, todavía se
respira una cierta atmósfera de perennidad, todavía permanece la luz. Pero Lisboa
cambió mucho. De hecho, todo va cambiando.

P.- Vuelva a recorrer las calles del barrio alto, de la Lisboa antigua de
vados y ropas colgadas en las ventanas y dígame un momento feliz y otro triste.
R.- La Lisboa antigua, los vados, las ropas colgadas de las ventanas son tó-
picos turísticos, las calles del Barrio Alto son hoy casi intransitables. En cuanto a
momentos felices e infelices los viví un poco de todo tipo. El Barrio Alto nunca fue
uno de mis lugares preferidos.

197
P.- Conoce bien la dureza del campo, también trabajó en un taller de
motos. Ha contado que al salir de su trabajo se iba a la Biblioteca. ¿Recuerda
el primer libro que leyó?
R.- Trabajé con coches, no con motos. Mi memoria no es tan perfecta que
haya conseguido guardar el recuerdo del primer libro que leí. Sólo puedo decir que
leí mucho, muchísimo, durante mi adolescencia.

P.- ¿Quién fue cómplice de los primeros escritos de Saramago, la noche o


el día? ¿Cree en las musas, en la inspiración, en el momento?
R.- No creo en musas ni en la inspiración, y del momento sólo sirve lo que
acontece en él. Si fue el día o la noche... no me acuerdo.

P.- No es fácil publicar, convencer a alguien para que su obra salga a la


luz. ¿Tuvo que llamar a muchas puertas o fue un hombre de suerte?

R.- En general tuve suerte. Apenas tuve dos o tres negativas de editores y esas
las tuve cuando quise publicar la novela Alzado en el suelo. Parece que el tema les
asustaba.

P.- ¿Qué prefiere leer Saramago, sus poemas, sus novelas, sus cuentos?
R.- No me releo, salvo si por algún motivo preciso tengo que recordar algún
pasaje, y eso tanto me puede ocurrir con las novelas, como con los cuentos o con
las poesías.

P.- ¿Hasta que punto marca lo comercial la obra de un escritor?


R.- Yo no escribo pensando en el “comercio”. Como cualquier otro objeto de
consumo, el libro pasa por procesos de producción, distribución y publicidad, pero
eso no condiciona mi trabajo.

P.- Siempre ha dicho que tiene todo porque quizá no buscó nada, ¿cree en
el destino o el camino de la vida se lo va haciendo cada uno?
R..- No creo en el destino, pero no ignoro que en la vida de cada uno de
nosotros hay una parte que depende de nosotros y otra que depende de los demás.
Obsérvese que nosotros somos los demás de los demás.

P.- Le ha tocado vivir un siglo duro, ha sido testigo de guerras como la de


Yugoslavia, por ejemplo. ¿Qué entristece más a Saramago, la intransigencia, el
racismo, el poder de determinados gobiernos sobre los demás?
R.- No se trata de tristeza, se trata de indignación.

P.- También ha sido, es aún, un siglo de grandes cambios tecnológicos.


¿Morirá la era del papel ante la era digital?
R.- Nunca se consumió tanto papel como en esta era digital.

198
P.- José Saramago es un hombre que ha defendido los derechos humanos,
que ha criticado la actuación de los gobiernos, que ha vivido y visto el hambre,
la miseria, imagino que la impotencia. ¿Cuándo y por qué decidió ir a Chia-
pas?
R.- Decidí ir a Chiapas cuando la matanza de Acteal... Volveré allí en breve.
En cuanto a la razones... ¿es necesario decirlas?

P.- ¿Piensa que es necesaria la revolución?


R.- Son necesarias las revoluciones. Ninguna revolución es definitiva.

P.- ¿Qué sintió el Nobel de Literatura ante la mirada de los niños que
acompañaron su reportaje del viaje a México?
R.- Entonces todavía no era Nobel... de todas formas sentí lo que cualquier
persona con sentimientos hubiera sentido. No soy especial.

P. Con la caída de los regímenes comunistas, ¿se ha ido apagando tam-


bién alguna parte de José Saramago? ¿Hay que creer en utopías?
R.- No creo en utopías, creo en realidades y su transformación.

P.- ¿Cambiaría por algo su Nobel?


R.- Nunca pensé en eso.

P.- Hemos comenzado la entrevista con inocencia, acabémosla con espe-


ranza. Dígame un deseo.
R.- Este mundo no va bien. Que venga otro.

ACTIVIDADES:

Esta entrevista concedida por José Saramago a Antonio Cortés Sán-


chez implica descubrir muchos aspectos de su personalidad:

1. ¿Cuáles son los que llaman la atención?

2. ¿Existe aún la aldea donde nació?

3. ¿Queda algo de la antigua Lisboa de su juventud?

4. Más que tristeza siente indignación por lo que ocurre en el mundo


actual, ejemplificar algunos de estos acontecimientos.

199
LA IMAGEN DEL UNIVERSO ANTERIOR AL SIGLO XX

Stephen W. Hawking

Stephen W. Hawking, el físico más brillante de nuestros tiempos, plantea en


el capítulo inicial de su obra Historia del Tiempo, determinadas teorías sobre la
imagen del cosmos sostenidas por algunos pensadores anteriores al siglo XX. En
forma clara y coherente se refiere a las ideas de Aristóteles, Ptolomeo, Copérnico,
Kepler, Galileo y Newton y sus repercusiones en los diferentes períodos de la his-
toria y la religión cristiana.

En el año 340 a.C. el filósofo griego Aristóteles, en su libro “De los Cielos”
fue capaz de establecer dos buenas razones para creer que la tierra era una esfera
redonda en vez de una plataforma plana. En primer lugar, se dio cuenta de que los
eclipses lunares eran debidos a que la tierra se situaba entre el sol y la luna. La
sombra de la tierra sobre la luna era siempre redonda. Si la tierra hubiera sido un
disco plano, su sombra hubiera sido alargada y elíptica. En segundo lugar, tenía otro
motivo a favor de que la tierra debía ser redonda, ¿por qué, si no, ve uno primero la
vela de un barco que se acerca en el horizonte, y solo después se ve el casco?

Aristóteles creía que la tierra no se movía y que el sol, la luna y las estrellas
giraban en órbitas circulares alrededor de ella. Sostenía esto por razones religiosas
ya que la tierra era para este pensador el centro del universo y el movimiento circu-
lar el más perfecto. Esta idea fue ampliada por Ptolomeo en el siglo II d.C. hasta
constituir un modelo del cosmos completo. La teoría de Ptolomeo fue adoptada
por la Iglesia Cristiana como la imagen del universo que estaba de acuerdo con las
Sagradas Escrituras y que además presentaba una gran ventaja, dejar fuera de las
estrellas fijas, una enorme cantidad de espacio para el cielo y el infierno.

Sin embargo en el año 1514 un sacerdote polaco, Nicolás Copérnico dio a co-
nocer una teoría, al principio en forma anónima por miedo a ser tildado de hereje por
su iglesia. Su idea era que el sol estaba estacionario y los planetas se movían en órbi-
tas circulares a su alrededor. Pasó casi un siglo antes de que su idea fuera tomada en
serio. Dos astrónomos: el alemán Kepler y el italiano Galileo apoyaron públicamente
la teoría de Copérnico.

Con un telescopio que acababa de inventar, Galileo al mirar el planeta Júpiter


observó que estaba acompañado por varios satélites que giraban a su alrededor.
Esto implicaba que no todo tenía que girar alrededor de la tierra, como Aristóteles
y Ptolomeo habían supuesto. Al mismo tiempo, Kepler había modificado la teoría
de Copérnico, sugiriendo que los planetas no se movían en círculos sino en elipses
(una elipse es un círculo alargado).

200
En el siglo XVIII, Isaac Newton, no solo presentó una teoría de cómo se mue-
ven los cuerpos en el espacio y el tiempo, sino que también desarrolló complicadas
fórmulas matemáticas para analizar estos movimientos. Además, Newton postuló
una ley de la gravitación universal, de acuerdo con la cual cada cuerpo en el uni-
verso era atraído por cualquier otro con una fuerza que era tanto mayor cuando más
grandes eran los cuerpos y cuando más cerca estuvieran uno del otro. Newton com-
prendió que, de acuerdo con su teoría de la gravedad, las estrellas debían atraerse
unas a otras, de forma que no era posible que pudieran permanecer en reposo ¿No
llegaría un determinado momento en que todas ellas se aglutinarían?... En una carta
a otro científico de la época, Newton señalaba que esto pudiera suceder si solo
hubiera un número finito de estrellas distribuidas en un espacio finito, pero razo-
naba, que si, por el contrario, hubiera un número infinito de estrellas distribuidas
en un espacio infinito, ello no sucedería porque no habría un espacio central donde
aglutinarse.

ACTIVIDADES:

Para el aula de clase:

1. Explicar los fundamentos de Aristóteles para sostener que la Tierra


era esférica.

2. Organizar grupos de discusión sobre los motivos de la Iglesia Cris-


tiana que la llevaron a adoptar las teorías de Aristóteles y Ptolomeo.

3. Mencionar en un breve párrafo la ley de gravitación universal descu-


bierta por Newton.

4. Identificar el tipo de argumentos que se utilizan en el texto para sos-


tener la tesis.

201
LA COMPUTADORA Y YO

Eduardo Galeano

No bien llegué a territorio norteamericano, me acerqué a una computadora y


pulsé la tecla Quejas. Mis viejas convicciones anti-imperialistas me impulsaron a
protestar contra el muro que Estados Unidos está levantando en la frontera con Mé-
xico. Yo creía que esa vasta pared de acero se proponía impedir la libre circulación
de las personas, al mismo tiempo que el Tratado de Libre Comercio aseguraba la li-
bre circulación del dinero, y eso no me parecía bien. Pero la computadora despejó la
confusión de mi espíritu: N
­ o es un muro ­explicó­. Es una obra de arte. Un gigantesco
monumento que se erige en memoria de los mártires del oprobioso Muro de Berlín.

Entonces pulsé la tecla Dudas. Se me ocurrió plantear el caso de las leyes


contra los inmigrantes. Leyes ya aprobadas, como la 187 de California, que su-
prime los derechos de los inmigrantes ilegales, y leyes anunciadas, como las que
amenazan suprimir también los derechos de los inmigrantes legales. Mi duda era:
¿Se proponen estas leyes beneficiar a los indios? Siendo Estados Unidos una nación
de inmigrantes, sólo los indígenas, los Native Americans, quedarían a salvo de esas
medidas. Me parecía un gesto conmovedor: una expiación histórica, al cabo de tan-
to crimen y de tanto desprecio. Pero la máquina me aclaró las cosas: en América,
inmigrantes son todos, y los indios también. Ellos vinieron desde el Asia, hace 30
mil años. Las leyes no tendrán excepciones.

Pulsé la tecla Iniciativas. Pregunté si ya existía algún proyecto para fabricar


una tinta mágica, que fuera capaz de bañar a la mano de obra latinoamericana, para
hacerla invisible, cada día, a la caída del sol, después de las horas de trabajo en
los campos y en las calles del norte. Esa tinta podría evitar la molesta presencia de
los braceros mexicanos y centroamericanos en las plazas, cines, restoranes y otros
lugares públicos de los pueblos y ciudades de Estados Unidos. No todavía ­informó
la computadora.

Volví a pulsar la tecla Iniciativas. Pregunté si a nadie se le había ocurrido la


idea de abrir una embajada de los Estados Unidos de América en Estados Unidos
de América, con sede en Washington, para que la CIA pudiera organizar golpes de
Estado también en su propio país. No todavía r­ epitió la computadora.

Regresé a la tecla Dudas. Pregunté: ¿No será un error que se llame Secretaría
de Defensa al órgano de gobierno que se ocupa de la fuerza militar de Estados Uni-
dos? ¿No será un error llamar Presupuesto de Defensa al dinero que la alimenta?
Defensa me parecía una palabra equivocada, teniendo en cuenta que Estados Uni-
dos no ha sido jamás invadido por nadie, pero en cambio se ha dedicado a invadir

202
a los demás, desde los albores de su vida independiente, a un promedio de una
invasión por año. ¿Y por qué esos gastos de Defensa siguen siendo tan enormes,
casi el doble que en 1980? ¿Defensa contra quién, si ahora los rusos son buenos?
Con cibernética impaciencia, la máquina me cortó el discurso y puso las cosas en su
lugar: El mundo amenaza ­explicó­. No se puede confiar en nadie. Los buenos de ayer
pueden ser los malos de hoy. Los buenos de hoy pueden ser los malos de mañana.

Yo agradecí la información, pero pedí a la computadora que me diera un


ejemplo, sin ánimo de abusar de la buena voluntad de la tecnología. El tabaco
­respondió la máquina.

En ese momento se me iluminó la cabeza. Me di cuenta de que ésa era una


tremenda verdad: ayer el cigarrillo había sido bueno, en los labios de Humphrey
Bogart o del vaquero de Marlboro, pero hoy es malo. Malísimo. Estados Unidos
ha declarado la guerra santa contra el cigarrillo. Ignorante de mí, pregunté: ¿Por
qué? ¿Se prohíbe el cigarrillo porque da cáncer, o porque da placer? Entonces la
computadora se desconectó. Y yo me quedé sin saber si los marines iban a invadir
a los países fumantes, para salvar al mundo del pecado del humo. No habiendo más
enemigos a la vista, ésa me parecía una promisoria posibilidad para el Pentágono y
su presupuesto.

La máquina se negó a seguir funcionando. No me sorprendió. Yo nunca he


tenido confianza en las computadoras. Siempre he sospechado que ellas beben de
noche, cuando nadie las ve.

ACTIVIDADES:

Para el aula:

1. El estilo del texto es humorístico, conformar un grupo de compañe-


ros, cinco o seis, y exponer ante los otros estudiantes los ejemplos
encontrados.

2. Existe en la lectura varias sugerencias sobre el racismo en Estados


Unidos, consignar en pocos renglones las opiniones que encuentre.

3. Investigar otras obras del autor.

203
ANGELOTE, AMOR MÍO

Javier Vásconez

Nació en Quito, Ecuador, en 1946. Realizó estudios en literatura en la


Universidad de Navarra, España. Posteriormente continuó sus estudios
en París. En 1982 publicó la primera edición del libro de cuentos Ciu-
dad lejana, y en 1983 gaño la Primera mención de la Revista Plural, de
México, con el cuento Angelote, amor mío.
Sus cuentos se caracterizan por una factura excepcional, poblada de ob-
sesiones.
Ha publicado El hombre de la mirada oblicua (Premio Joaquín Gallegos
Lara del Municipio de Quito 1989), Café Concert (1994), Un extraño en
el puerto (1998), Thecla teresina (2004).
En novela: El viajero de Praga (1996), La sombra de apostador (1999).
Algunos de sus cuentos han sido traducidos al inglés, alemán, francés.

Angelote, amor mío, ayer cuando contemplé tu rostro espolvoreado de arroz,


tu rostro de payaso angelical, lívido dentro del ataúd, no tuve ánimo para nada.
Menos todavía para llorar a tus pies, Jacinto mi vida, menos todavía…

Con ojos atentos tu parentela seguía cada uno de mis pasos.

Una vez más aparecía la mentira, el engaño, la hipocresía de todos ellos lim-
piando sus lágrimas con pañuelitos de seda. Pero a ti, que el sentido de la historia
te pasó por la entrepierna, ¿qué más daba? Ahora eres Angelón de retablo, eres un
poco de historia en la ciudad. Pero ya no eres el aguijón que fuiste, Demonio de
Ángel. Pues has resultado traidor a pesar tuyo. A causa de eso no pude depositar
unas violetas a tus pies. Ni una rosa que manchara tu vestido de novia. Ni una pobre
azucena. Después, todo ocurrió de otra manera. Ángel con arreboles de puta, me da
pena que esté penando tu pene en manos de la Petrona. Demonio que has perdido
definitivamente tu trompeta. ¿Qué más daba? Un ángel se rompió en mil pedazos al
nacer tu desdicha, un ángel guardián de tu pobre infancia. Yo sé entonces alimen-
tabas tu curiosidad palpando el ojo moreno de un adolescente, el anillo encantado,
allí donde más tarde habrías de repasar día a día tu lengua maligna. Arcángel anal,
ojo de Dios persignando tus vicios.

¿Qué más te daba? Has sido la Diabla en los abismos de la Alameda en esas
noches donde aparece un hombre muerto a puntapiés, en el infierno de esta ciudad
conventual. Has sido máquina de cardar tu lana sodomita, tu lengua mordaz en mi
cuerpo. Ahora, en cambio eres Ángel de luz, ángel de tercera, pues navegas suave-
mente entre flores de seda como las novias de Chagall, mientras tu funeral prosigue

204
con ritmo de adoración. No Angelote, no fui capaz de poner esas violetas a tus pies.
Demasiada gente había sollozado, repitiendo sin cesar, que mejor era así. Mejor que
fueras bestia, pero no pecador.

¿Por qué disimular, si toda tu vida no has sido más que un motivo de escánda-
lo para ellos? ¿Por qué inquietarse, si nunca tendrán el valor suficiente para vomitar
sobre tu tumba? Por más que quieran hacer de ti un Ángel, un San Sebastián o lo
que sea, no lo lograrán jamás. Pienso que ganaste la partida, aunque no es así. El
viejo Castañeda, cuyo cinismo era bien conocido en el vestíbulo del Hotel Majes-
tic, comentó a mi lado: “Pobre Jacinto, era maricón, pero un maricón con mucha
clase. Eso nos hace falta para diferenciarnos de los otros, mucha clase en todo…”.
Pero al advertir la mirada desafiante de tu hermana, prefiero guardar sus comentarios
acomodándose un monóculo en sus ojos diminutos. Pasó un ángel tropezado, breve-
mente, con esa luz grisácea que iluminaba el salón.

De repente estalló un resplandor lunar: los relojes musicales, las condeco-


raciones en el interior de un chinero, los pescados de plata encima de la mesa, los
libros empastados en cuero, estallaron a su vez con el paso de aquel ángel de luz a
través de los cristales. Parecía tu cuerpo un inventario de baratijas, un inventario de
fantasías que Petrona ha decorado con determinación de cocinera. Recostado entre
lunas de papel cromado, tenías una ridícula actitud de espera, esperando esa santi-
dad, que únicamente el amor de la Petrona ha sabido ofrecerte. Demonio de Ángel,
has muerto como debías morir, pervirtiendo colegiales en un cine de barrio. Retazo
de Ángel, has muerto vomitando sangre sobre el regazo de un adolescente. ¿Busca-
bas a Dios en el pantalón mugriento de quien te apuñaló? No puedo creer, Angelote,
pues la idea de Dios era la única idea que no podías perdonar a los hombres.

Ayer vi tu rostro angelical en la mitad del ataúd, confundiéndose en la


penumbra del salón con todos esos santos demasiado bellos para ser santos.
Demasiados insolentes, agresivos en sus marcos de pan de oro, como la numismática
de tus parientes: eran más Demonios que Santos. Destripaban tu funeral con ojos de
codicia. Deliraban asaltando tus propiedades cada instante. Rostros complacientes
lujuriosos que parecían brotar del interior de una catedral. De la Compañía bañada
en oro, tu compañía pervirtiéndose mediante dudosos artificios. Un arcángel
mostraba su sexo a punto de reventar: acólito como yo en noches de hambruna. Del
pecho de un San Sebastián se abrían cavernas, recintos sangrantes donde acomodar
un falo, donde repasar una piedra pómez, dónde inventar el dedo a Dios luego de
cada espasmo de placer que yo recibía con tu gracia divina. Demonio de Ángel,
has convertido tu muerte en una santería trivial, sodomita empedernido en París o
Río de Janeiro, patrono de las tinieblas, has hecho de tu vida una reliquia de vicios.
¿Qué más te da, si desde las repisas los santos te vigilan con lágrimas vidriosas?
¿Qué más te da, si estás muerto? Ah, la vida no puede ser sólo recuerdos. Pero
desde el paraíso de mis recuerdos, esos santos aparecen vagamente recortados en la
oscuridad. Aparece entre la niebla el rostro de un ángel exterminador, dominando

205
los sueños de tu infancia. Desaparece con la bruma el rostro de una virgen prudente,
mientras tú estás a punto de derramar con premura de niño maldito el fruto de tu
placer.

Aparece en sueños el rostro de un efebo que alguna vez te cautivara por su


hermosura. Desaparecen en el recuerdo ciertos rostros bailando al compás de las
sombras en el carnaval de los espejos. De golpe apareces tú, Ángel violador, tú
que nunca lograste penetrar en los recovecos de la miseria ya que siempre hubo un
amorcillo hambriento, un querubín desolado que te flagelara, que mi pene porfiado
entrara y empujase con furia tu ojo vital, tu estrella de anís en tu ano lunar, tu rosa
de los vientos con aromas de pedos, tu brújula pidiendo, exigiendo, clamando a gri-
tos por una torre mayor en los atrios de los conventos, en los baños públicos, en los
zaguanes húmedos del centro, en los parques, en las escribanías, en esos hoteluchos
que sin duda frecuentabas portando bastón, sombrero y bufanda de seda blanca para
resguardarte de las miradas indiscretas.

Angelote, amor mío, te han engañado. Pues así te querían ver tus parientes.
Reducido a ser el mascarón seráfico de un catafalco. Por fin respirarán esos di-
plomáticos panzones que frecuentaban tu casa, esos ministros enloquecidos por la
alquimia del poder, esos señorones de blasón y brillantina que tú tanto abominabas.
Respirarán satisfechos los periodistas.

Ya no causarás más escándalos. Ya no serás el vicioso de San Juan en noches


de lluvia. Ya no podrás sublevarte, ni aullar ante el retrato de tu madre. Respirarán
aliviados tus deudos.

Angelote, amor mío, estás muerto. Pero yo jamás olvidaré el magnético olor
de tu semen perlando el rostro de los santos como si fueran lágrimas, al contrario,
siempre te estremecerás buscando en mi mano lo más recóndito de ti, dos en uno
como muñecas rusas. Yo prolongaré tu vida con la tempestad de mi orgasmo, An-
gelote. No morirás en mi recuerdo, ni tampoco te perdonaré jamás. Yo derramaré
con abundancia de carnicero, vapores de sangre sobre tu espalda, buscaré tus mus-
los en mi soledad amarga, purgarán tus ancas mi venganza cada vez que mis uñas
se claven como mariposas en los sueños que acechan y doblegan.

206
EL ESTIGMA DE LA ESQUIZOFRENIA

Suspenso mundial en la lucha contra la discriminación


de los enfermos mentales

Patricia Matey, Experta en trastornos psiquiátricos causados


por terrorismo, Madrid, España

Hace más de dos décadas que la reforma psiquiátrica española cerró los ‘ma-
nicomios’ y, afortunadamente, los enfermos mentales dejaron de llamarse ‘locos’.
Pese a ello y pese a los esfuerzos internacionales, aquí y en el resto del planeta las
barreras del estigma de la patología psiquiátrica siguen levantadas.

La mayor prueba de ello es un nuevo trabajo llevado a cabo en 27 países en


el que los propios afectados (en él han participado 732 enfermos de esquizofrenia)
documentan la discriminación que experimentan a diario, en la calle, en el seno
familiar cuando van a sacar el carnet de conducir, a la hora de abrir una cuenta co-
rriente o cuando tratan de entablar amistades.

Afortunadamente para los pacientes españoles (un 1% de la población) y sus


familias los datos del nuevo trabajo, publicado en la versión ‘on line’ de la revista
‘The Lancet’ y dirigido por Graham Thornicroft, del Instituto de Psiquiatría del
Kings College de Londres (Reino Unido), muestran que aunque perdura cierta
marginación, los niveles son más bajos dentro de nuestras fronteras que los
detectados en otros países.

La investigación ha sido realizada por miembros del grupo INDIGO, espe-


cializado en las consecuencias de la discriminación y el estigma y perteneciente al
Programa Global contra el Estigma y la Discriminación, de la Esquizofrenia de la
Asociación Mundial de Psiquiatría.

Los autores llevaron a cabo cuestionarios entre los pacientes con el fin de
evaluar tanto la naturaleza de la segregación como de la llamada discriminación
anticipada, que provoca que el paciente se adelante a la existencia de reacciones
negativas por parte de quien le rodea pese a la ausencia de comportamientos de
exclusión.

Todos los participantes respondieron a preguntas sobre si sentían ven-


tajas o desventajas a la hora de hacer amigos o mantenerlos, buscar trabajo,
relacionarse con los vecinos, encontrar pareja, en el terreno educativo, con la poli-
cía, cuando utilizaban el transporte público o a la hora de usar un banco o caja de
ahorros.

207
Además contestaron a preguntas relacionadas sobre el trato con terceras per-
sonas, como los familiares, los agentes encargados de expedir pasaportes o visados
para viajar a otros países o los agentes de seguros, entre otros.

La amistad y la familia

“A lo largo de todos los países analizados, las áreas más comunes de expe-
riencia de discriminación negativa han sido las relacionadas con hacer o mantener
amistades (47%), así como con la sensación de sentirse tratado de forma distinta por
los familiares (43%)”, explican los autores.

También se sienten segregados cuando buscan o tratan de mantener “un


trabajo o intentan entablar una relación íntima. Desafortunadamente, la discri-
minación positiva es rara, pero cuando se produce suele suscribirse a las relaciones
con los miembros de la familia o a la hora de obtener asistencia social”, se insiste
en el estudio.

En cuanto a la propia automarginación, los datos constatan que se produce


mayoritariamente (un 64%) a la hora de buscar empleo o encontrar pareja (un 55%).

“El estudio es complejo y tiene limitaciones metodólógicas, no obstante,


acredita lo que ya sabíamos sobre la discriminación y el estigma que sufren los
enfermos con esquizofrenia y su entorno. No creo que las diferencias entre países
sean muy relevantes, ya que el fenómeno es ubicuo”, comenta Jerónimo Saiz, jefe
del Servicio de Psiquiatría del Hospital Ramón y Cajal de Madrid.

“Este estudio abre un nuevo campo de batalla en la investigación sobre la na-


turaleza de la segregación y su extensión a los enfermos mentales. Tanto las cifras
de la estigmatización como de la discriminación anticipada siguen siendo elevadas
en todos los países... Si los datos de nuevos trabajos confirman los hallazgos sobre
autodiscriminación encontrados en nuestro estudio, los servicios de salud mental
deberían promover la inclusión social como parte del tratamiento futuro de los tras-
tornos mentales”, asegura el estudio.

No sólo. Beate Schulze, de la Universidad de Zurich (Suiza), destaca en un


editorial que acompaña al trabajo que “para que las medidas antiestigma tengan
efecto debemos seguir enfrentándonos a las actitudes públicas negativas... ad-
quiriendo una actitud preventiva y disipando los estereotipos antes de que surjan”.
Además, esta especialista cree que dado que las tasas de paro entre los enfermos
mentales graves son cercanas al 95%, los programas contra la discriminación debe-
rían desarrollar herramientas que permitan a los afectados fomentar sus habilidades
y el coraje suficientes para poder encontrar un trabajo y mantenerlo.

208
ACTIVIDADES:

1. ¿Qué entiende usted por esquizofrenia?

2. ¿Qué importancia tiene el grupo INDIGO en la perspectiva de la


esquizofrenia?

3. ¿Usted cree que en nuestro medio ya hay una atención especiali-


zada en este nivel?

4. Busque en Internet datos complementarios sobre esta limitación


humana y social.

209
LOS MELÓMANOS

Diego Oquendo Sánchez


Periodista, conductor y director radiofónico. Quito

Érase una vez una isla cuyo soberano tenía pocos amigos entre sus vecinos, y
el más poderoso de ellos prohibió que los demás le vendieran y le compraran pro-
ductos de cualquier tipo para dificultarle las cosas a su enemigo. Pero quienes más
sufrían el efecto de esta decisión eran los habitantes de la isla. Por esa y otras ra-
zones, cada día exigía de ellos mucha imaginación, paciencia y sentido del humor.
Lo que para los habitantes de países cercanos y lejanos eran cosas de todos los días,
para los isleños podían ser auténticas joyas por el precio astronómico que solían
alcanzar y sobre todo por las dificultades que debían superar para conseguirlas.

Un día arribó a la isla un cargamento de blue jeans, que desapareció en pocas


horas a pesar del exorbitante precio que los vendedores del mercado negro exigían.
Uno de aquellos llegó a las manos de un joven pálido, introvertido, de pocas pala-
bras, que solía caminar por las callejuelas de la ciudad cargando su guitarra en ban-
dolera, casi siempre… Nunca sabía cuándo se le ocurriría una canción. Al enterarse
de que esos pantalones acababan de llegar, corrió a conseguir uno.

No dejó de ponérselos hasta que una mañana, semanas después, notó que
despedían mal olor. Dudó un momento y decidió lavarlos con sus propias manos.
Terminada la tarea, los colgó en la terraza del descascarado edificio en el que vivía
y se sentó en calzoncillos a esperar que se secaran bajo el candente sol de la isla.
Tres horas después, los blue jeans seguían tan mojados como al principio. Él era
quién se había secado. Perdiendo la batalla contra la sed, bajó por un vaso de agua,
repitiéndose que no había ningún peligro en alejarse. Pero fue un grave error, pues
al regresar sorprendió desnudo el alambre donde los había tendido. Le acababan de
robar sus blue jeans.

Desesperado, intentó encontrar al miserable que le había arrebatado su joya


azul, pero de nada sirvió. Ahí mismo, sin más, tomó su guitarra y trató de decantar
su desolación componiendo. Al día siguiente tenía terminada una canción a la que
llamó “Unicornio”.

Esta historia me la contaron, de otra manera, en La Habana. Ante mi incredu-


lidad, me hicieron un recuento comparativo entre la letra y la anécdota y, efectiva-
mente, todo parecía concordar.

210
He creído oportuno contar esta historia porque a través de “Unicornio” po-
dríamos identificar a los melómanos que andan sueltos por ahí. Para ello, es nece-
sario que partamos del supuesto de que la anécdota es verdadera. Si el lector o la
lectora aceptan el acuerdo, tratemos juntos de calcular cuántos millones de personas
conocen o han escuchado esa canción. Varios millones, pero una cantidad inferior
se ha apropiado de la letra de la melodía, casi como el ladrón que le robó los pan-
talones al personaje de la historia. Sí, para un círculo determinado, “Unicornio”
es una canción que les pertenece tanto como al mismo autor, o más quizá. Y hay
tantas interpretaciones de la letra, como personas que la han escuchado. En el caso
particular de los melómanos, cada uno de ellos o ellas tienen la suya propia y esta
no se vendría abajo aunque Silvio le revelara el críptico mensaje que parece haber
escondido en la canción, porque, en muchos casos, tienden a idealizar al autor y a su
obra hasta niveles insospechados. Para unos el unicornio del que habla Rodríguez
es un sueño, para otros la inspiración, y en este punto ya no importa que todo tenga
origen en unos sencillos blue jeans, especialmente para el tipo de individuos de los
que estamos hablando.

El melómano puede compartir –de hecho en algunas referencias aparecen


juntos- una categoría similar a la del mitómano y aun a la del cleptómano porque,
para comenzar, estos tres tipos de personas son maniáticos y adictos a algo. El
melómano no puede vivir sin música, de alguna manera se roba un tema y lo hace
suyo, con tanta vehemencia que llega a creer ciegamente, sin ninguna reflexión de
por medio, que lo que le dice la letra y lo que evoca la melodía es la única interpre-
tación posible.

Pero a diferencia del cleptómano y el mitómano, el melómano es apreciado,


respetado y muy valorado por la gente que le rodea, entre otras cosas porque tiene
una particular sensibilidad para el goce estético. Es muy raro encontrar personas a
las que les desagrada la música, son tan pocos y extraños que Shakespeare advertía
que se debe desconfiar de aquellos sujetos que no gustan de ella. Que no gustan,
decía, no que no les interesa. Esas personas, que son escasas, suelen carecer de sen-
sibilidad, algo que si evaluamos detenidamente puede ser aterrador.

Al igual que estos especímenes, los melómanos también son escasos y no es


fácil encontrarlos. Se los puede identificar porque suelen andar por ahí silbando,
y es común que cierren los ojos y viajen a otro mundo cuando escuchan una bella
melodía.

Son individuos que tienen una memoria auditiva muy aguda, un oído orgá-
nico afinadísimo y un oído interno muy desarrollado. Cuando entran en las tiendas
de discos que quedan, un hormigueo les recorre todo el cuerpo, su billetera puede
disolverse entre sus manos húmedas, la emoción que se apropia de ellos solo puede
ser saciada con el descubrimiento de nueva música, de paisajes sonoros descono-
cidos.

211
Mozart, en otra dimensión, es uno de los casos más deslumbrantes de me-
lomanía. Aunque su genio es valorado por otras razones más trascendentes, es in-
dudable que era un melómano, puesto que solía recoger, coleccionar y memorizar
casi involuntariamente lo que iba escuchando a su paso. En una ocasión recibió una
agria reprimenda por haber memorizado un tema musical entero. Eso sucedió en
Roma, mientras asistía a las audiciones del “Miserere” de Allegri. Esta pieza sólo
podía ser interpretada dos veces al año exclusivamente en la capilla Sixtina frente a
un grupo selecto de creyentes; de hecho, de ella se guardaba celosamente una sola
partitura. Mozart la escuchó de pasada y la retuvo como si nada, luego la escribió en
un papel, poniendo en peligro el sagrado y secreto misterio tratamiento que recibía
el “Miserere”. Literalmente, lo había robado.

Sin ser todos geniales, ni mucho menos, los melómanos tienen ese tipo de
destrezas porque han desarrollado algo que la ciencia contemporánea denomina
engramas neuronales, redes muy complejas de neurotransmisores y neurorecepto-
res que les permiten gozar de la belleza de manera notable. En este terreno quizá el
pueblo gitano puede dar testimonio deslumbrante.

A lo largo de su diáspora de mil años, los gitanos han vagado por un mundo
que los ha marginado y arrinconado en la miseria. Su cultura no logró concebir la
escritura, es ágrafa. Pero, el instinto les ha obligado a desarrollar el oído como he-
rramienta de supervivencia. Valiéndose de él han conseguido sortear los mortales
embates de su largo viaje, conservando sus costumbres y desarrollando un universo
sonoro que los cobija, que les permite expresar su dolor y sobre todo compartir un
patrimonio que los define como pueblo. Un género musical suyo que nace, entre
otros talentos, gracias a la memoria auditiva. Parecería que ellos llevaran consigo
un magnetófono incorporado en el oído que va registrando todo lo que escucha a
su paso, para luego fusionarlo en cantes de misteriosa belleza. Así han acuñado los
cantos sinagogales judíos, las romanzas cristianas, los melismas árabes, entre otras
expresiones musicales. El resultado ha hecho posible compensar su carencia de
territorio, con una patria sonora: el flamenco.

Sí, los gitanos son melómanos a pesar de ellos, llevan una forma de melo-
manía genética, que en el caso del flamenco se expresa en un grito acompasado,
individualizado y único. Esto me trae a la memoria una anécdota de Aurelio Sellés,
quien fue llevado por José María Pemán al Teatro Falla para escuchar al “Orfeón
Donostiarra”, un ensamble de más de cuarenta voces. Al finalizar la actuación, Pe-
mán le pidió su opinión a Sellés y este respondió que estuvo muy bonito pero que
no entendía que fueran tantos para cantar lo mismo.

La melomanía permite al ser humano encontrar una identidad como indivi-


duo. Hallar dentro de sí un sonido, afanarse y refinarse aunque el mundo exterior
esté lleno de ruido. Un refugio sonoro en el cual aliviar las angustias del corazón
con bellas melodías.

212
ACTIVIDADES:

1. Registre la vinculación que encuentra en la lectura el blue Jean y


los melómanos.

2. ¿Qué entiende usted por melómano?

3. ¿Qué importancia tiene en la lectura el tema de Unicornio?

4. Precise sistemáticamente los términos: melómano, gitano, mitó-


mano, cleptómano, engramas, ágrafa y romanzas.

213
¿CONOCEMOS LOS BENEFICIOS Y PERJUICIOS
DEL FLÚOR QUÍMICO?

Autora, Doctora Irina Eguiguren Hidalgo


Docente de la Cátedra de Odontología Preventiva

INTRODUCCIÓN

“Muchos países desarrollados de Europa han prohibido o rechazado la adi-


ción de flúor a sus suministros de agua, como Alemania, Francia, Bélgica, Luxem-
burgo, Finlandia, Dinamarca, Noruega, Suecia, Holanda, Irlanda del Norte, Austria
y la República Checa. Y hay muchos más que están luchando en contra de los
grandes grupos de presión que recomiendan y venden sistemas de medicación para
el agua”1.

Existe una enorme cantidad de estudios científicos y de evidencia estadística


en todo el mundo, que demuestran los efectos tóxicos y dañinos del consumo del
flúor en exceso.

Con toda esta controversia, es importante que los consumidores nos informe-
mos de los peligros comprobados, así como de los beneficios del flúor; de donde
viene, en qué forma actúa.

La fluoración consiste en ajustar el contenido de flúor en los suministros de


agua comunitarios a una concentración óptima con el fin de prevenir la caries den-
tal. La saga de fluoración de los abastecimientos de agua se inició en EEUU en el
año de 1945.

En los años de 1901 Eager describió una condición dental caracterizada por
manchas blancas y pigmentaciones pardas en personas que vivían en Nápoles Italia.
Años más tarde se dedicaron a buscar la causa de un defecto en el esmalte que se
presentaba en personas que vivían en la región de las Montañas Rocosas de EEUU
al cual se lo llamó esmalte veteado. Fue el Dr. Frederick S. McKay, un odontólogo
de Colorado Springs, quien había observado tal estado en sus pacientes y advertido
a la profesión odontológica al respecto.

Con la ayuda del Dr. G.V. Black un extraordinario maestro e investigador,


dio comienzo a un estudio epidemiológico del problema. Al inicio de 1930 H.V.
Churchill, un químico de la Aluminium Company of America (ALCOA), relacionó
1
Pinkerton Tamara, El guardián de la salud, Chile faltan datos

214
un exceso de flúor en el agua potable con los dientes veteados. A este hallazgo
siguió de inmediato un informe del equipo de los esposos Smith y Smith de la
Universidad de Arizona en el cual se mostraba de manera concluyente que el fluoruro
era el causante del veteado. Por primera vez los dientes veteados se denominaron
correctamente como fluorosis dental. Durante los estudios de Mckay y de Black
se informó que las personas que presentaban fluorosis dental presentaban menos
caries2.

¿QUÉ ES EL FLÚOR?

El flúor es un elemento químico que pertenece al grupo de los no metales


halógenos, lo que significa que pertenece a la categoría de químicos que son cuatro
veces más tóxicos que el plomo. En estado puro es un gas de color amarillo claro,
bastante tóxico y de olor irritante. Una de las características del flúor es que solo
acepta electrones y nunca los cede.

ACTIVIDADES:

1. Realice una síntesis de este texto en cinco líneas

2. ¿Qué entiende usted por flúor?

3. ¿Considera usted que la problemática que se registra en este texto


en torno al uso del flúor, corresponde tan solo a los países desarro-
llados de Europa? ¿Por qué razón?

4. ¿Flúor o fluoruro? Investigue el correcto uso de estos términos.

2
Harris Norman O. García Godoy Franklin, Odontología primitiva primaria, México DF

215
LOS ESTATUTOS DEL HOMBRE

Thiago De Mello
Escritor y poeta brasilero
(Traducción: Alfonso Carrasco Vintimilla)

Artículo 1.

Queda decretado que ahora vale la vida,


que ahora vale la verdad,
y que de manos dadas
trabajaremos todos por la vida verdadera.

Artículo 2.

Queda decretado que todos los días de la semana


inclusive los martes más grises,
tienen derecho a convertirse en mañanas de domingo.

Artículo 3.

Queda decretado que, a partir de este instante,


habrá girasoles en todas las ventanas,
que los girasoles tendrán derecho
a abrirse dentro de la sombra;
y que las ventanas deben permanecer el día entero
abiertas para el verde donde crece la esperanza.

Artículo 4.

Queda decretado que el hombre


no precisará nunca más
dudar del hombre.
Que el hombre confiará en el hombre
como la palmera confía en el viento,
como el viento confía en el aire,
como el aire confía en el campo azul del cielo.

216
Parágrafo único:
El hombre confiará en el hombre
como un niño confía en otro niño.

Artículo 5.

Queda decretado que los hombres


están libres del yugo de la mentira.
Nunca más será preciso usar
la coraza del silencio
ni la armadura de las palabras.
El hombre se sentará a la mesa
con la mirada limpia,
porque la verdad pasará a ser servida
antes del postre.

Artículo 6.

Queda establecida, durante diez siglos,


la práctica soñada por el profeta Isaías,
y el lobo y el cordero pastarán juntos
y la comida de ambos tendrá el mismo gusto a aurora.

Artículo 7.

Por decreto irrevocable


queda establecido
el reinado permanente
de la justicia y de la claridad.
Y la alegría será una bandera generosa
para siempre enarbolada
en el alma del pueblo.

Artículo 8.

Queda decretado que el mayor dolor


siempre fue y será siempre
no poder dar amor a quien se ama,
sabiendo que es el agua
quien da a la planta el milagro de la flor.

217
Artículo 9.

Queda permitido que el pan de cada día


tenga en el hombre la señal de su sudor.
Pero que sobre todo tenga siempre
el caliente sabor de la ternura.

Artículo 10.

Queda permitido a cualquier persona,


a cualquier hora de la vida,
el uso del traje blanco.

Artículo 11.

Queda decretado, por definición,


que el hombre es un animal que ama,
y que por eso es bello,
mucho más bello que la estrella de la mañana.

Artículo 12.

Decrétese que nada estará obligado ni prohibido.


Todo será permitido.

ACTIVIDADES:

1. Realizar una ficha bibliográfica sobre el autor.

2. ¿Cómo interpreta usted el título de este poema? Explíquelo brevemente.

3. ¿Qué sentimientos despierta en usted la lectura de este poema?

4. Analice conceptualmente el parágrafo único (dos líneas).

5. En el Artículo 11 usted encontrará un símil o comparación. Analícela


en sus dos elementos y en el término comparativo.

218
LOS ESTUDIOS VISUALES
Alfredo Breilh

Profesor universitario de Artes Visuales y Diseño en la Pontificia Universi-


dad Católica del Ecuador. Autor de numerosos artículos de crítica y comen-
tarios de asuntos culturales y artísticos y realizador de videos.

1. Que estamos rodeados de imágenes como nunca antes la humanidad lo estuvo


ya es una verdad de Perogrullo, igual el cálculo moderado de que por cada año
de vida una persona promedio tiene mil horas de televisión almacenadas de
alguna manera en su cerebro. (Aquí en Ecuador la televisión aparece en 1960,
pero ese promedio corre desde los ochentas, década en la que la TV ya estaba
extendida en el país). La publicidad visual y auditiva hace lo suyo en ciudades,
carreteras y campos. Hasta en los pueblos más pequeños podemos ver humil-
des casas pintadas del color característico y con el nombre escrito del producto
químico para la agricultura que está en promoción. Periódicos y revistas, ropa
y paisaje urbano contienen una multiplicidad de imágenes.

Los celulares incorporan pequeñas cámaras de fotos lo que significa una de-
mocratización de la herramienta, de manera que aquellas circulan en todos los
niveles. Esas fotos van a las computadoras. Estas reciben también fotos en los
correos. La Internet hace lo suyo. Los niños aprenden rápidamente a “bajarse”
de la red imágenes de su gusto, curiosidad o moda, haciendo cadena con sus
personajes o programas de televisión favoritos. Es la llamada iconósfera, el
mundo de imágenes que nos rodea desde mediados del siglo pasado convir-
tiendo el presente en un entorno visual de imágenes que transmiten sentidos,
significados, propuestas, y que marcan la cultura occidental del siglo veintiu-
no, proponiendo modos de mirar y pautándonos la manera de ver la realidad.

El campo del arte, a su vez, perdió hace tiempo la hegemonía que tuvo como
productor de imágenes y en este sentido podemos hablar de tres fenómenos
actuales: uno, el clásico planteamiento de Walter Benjamín sobre los efectos
del arte en la época de la reproducción mecánica, al señalar la pérdida del aura
del original de la obra artística en su reproducción; dos, la irrupción del arte
digital, que utiliza una circulación compartida con las otras imágenes; tres; la
expansión actual del arte a formas, productos y circulaciones nuevas, ya que,
en el campo de las prácticas simbólicas, se han diversificado y fusionado los
soportes, lenguajes y procedimientos de la producción artística con otras prác-
ticas sociales, tanto como se han fusionado géneros. Centrándose la problemá-
tica, por ejemplo, en la potencia de la distribución digital, en unos casos, o en
la cotidianidad, en otros. Conviviendo el arte con las imágenes “no artísticas”

219
pero de eficientes efectos sociales dentro de las problemáticas identitarias de
los grupos sociales.

2. ¿Cómo entiende el pensamiento contemporáneo este fenómeno? ¿Quién nos


ayuda a pensar lo que ese diluvio significa? ¿Cuál es su sentido y cuáles sus
repercusiones? Hace más de veinticinco años se generalizó un cuestionamiento
a las ciencias sociales en el sentido de que no enfocaban el tema de la cotidia-
nidad y el entorno visual del hombre urbano de fines del siglo veinte. Uno de
los planteamientos más conocidos para América Latina lo pone Néstor García
Canclini en su libro Culturas Híbridas. Señala que a las ciencias sociales se
les escurre el tema. Comenta cómo –lo cito de memoria– los sociólogos llegan
al lugar en automóvil, los antropólogos a pie y los comunicólogos en avión,
refiriéndose a las tres ciencias sociales que llegan con tres miradas diferentes
pero aptas para interrelacionarse.

Aparecen entonces los llamados Estudios Culturales, se trata de enfoques es-


pecíficos a casos y situaciones concretas a analizarse con diversos métodos
cualitativos y/o cuantitativos. El aporte de los Estudios Culturales fue genero-
so en acercamientos reflexivos hacia manifestaciones sociales y culturales con-
cretas como la interculturalidad, los temas de género, las minorías culturales,
etc. Pero solamente hace alrededor de una década se expande, entre los teóricos
enfocados a la problemática de la cultura visual, la necesidad de relacionar los
diversos aportes que, sobre todo en el último tercio del siglo veinte, se han
realizado desde la filosofía, la estética, los mismos Estudios Culturales y las
ciencias sociales.

En tales circunstancias, irrumpe un nuevo campo de estudio indistintamente lla-


mado Estudios Visuales, Cultura Visual, Estudios Culturales Visuales o Estu-
dios de Cultura Visual. Campo que existe de manera no sistematizada desde
hace varias décadas y que ahora parece haberse ganado un espacio en institu-
ciones, en universidades –incluso los estados se plantean problemáticas a su
alrededor-, pero que a la vez se resiste a formalizarse ya que ello puede signi-
ficar cerrarse, congelarse, delimitarse, disciplinarse, perder su visión abierta.
Esta propuesta entra en el lenguaje y la tradición académica no sin sacudir lo
inmóvil de dicho espacio.

Ante todo, debemos acceder a los Estudios Visuales tomando en cuenta tres
aspectos importantes: que son una reflexión en construcción; que se trata de un
territorio frontera donde se encuentran y relacionan la amplia gama de zonas
de conocimiento que hemos mencionado; y, que toman como punto de partida
una posición abierta, relativista, en el sentido de que sus ámbitos de estudio:
la visión, la visualidad y la visualización, son fenómenos perceptivos psico-
sociales atravesados por la alteridad, lo que supone partir de comprender la
diferencia y entidad del otro, la diversidad cultural como un quiebre de la me-

220
tafísica, del mito de la posesión de la verdad que los pensamientos dominantes
de las diversas épocas del mundo occidental han pretendido.

Partimos, pues, de un nodo problemático para tratar de resolver inquietudes


contemporáneas sobre la visión, la visualidad y la visualización, ahí están los
debates sobre “la construcción social de lo visual” o “la construcción visual de
lo social”, como lo señala Philip Armstrong3; y lo referido a la globalización,
lo multicultural, el nomadismo, la “desterritorialización”, lo poscolonial…
Problemas que también atraviesan los estudios y reflexiones sobre el cine,
los nuevos medios, las teorías sobre lo digital, la pintura contemporánea, la
fotografía, la revisión contemporánea de la historia del diseño, el arte digital,
el web-art, etc.

En resumen, las problemáticas actuales sobre arte y cultura pasan ineludible-


mente por este nudo de la visualidad como fenómeno social, cultural, político,
económico y ético. El enfoque a este conjunto de prácticas simbólicas que
producen significado cultural requiere un estudio cooperativo interdisciplina-
rio. No se trata de una unificación, sino más bien de adoptar ciertos principios
de trabajo que permitan avanzar en la diferencia. Una red de compromisos
culturales para profundizar las interrelaciones en un territorio no abarcado ex-
haustivamente por campo académico alguno, una red de dimensión social, eco-
nómica y política como vendrían a ser las industrias culturales, las prácticas
del espectáculo, el arte y la misma cotidianidad urbana del siglo presente. (…)

ACTIVIDADES:

1. ¿Qué entiende usted por imagen?

2. ¿Cómo interpreta “el aura” según Walter Benjamín en la reproduc-


ción de la obra artística?

3. ¿Cómo asumen las ramas de las ciencias sociales el tema de la ima-


gen?

4. ¿Qué entiende por Estudios Culturales? ¿Cómo explicarse aquello de


los estudios visuales?

3
Philip Armstrong en “¿Una epistemología de los Estudios Visuales? Recepciones de Deleuze
y Guattari”, en Estudios Visuales, ed. de José Luis Brea, Ediciones AKAL, Madrid, 2005.

221
LA JUSTICIA

“Jesús de Nazaret, al ser interrogado por el gobernador romano, admitió


ser un rey, mas agregó: ‘Yo para esto he nacido y para esto he venido al
mundo, para dar testimonio de la verdad’. Pilato preguntó entonces: ‘¿Qué
es la verdad?’ Es evidente que el incrédulo romano no esperaba respuesta
al interrogante: el justo, de todos modos, tampoco la dio. Lo fundamental
de su misión como rey mesiánico no era dar testimonio de la verdad. Jesús
había nacido para dar testimonio de la… Justicia, de esa Justicia que de-
seaba se realizara en el reino de Dios. Y por esa Justicia fue muerto en la
cruz”.
Hans Kelsen
Escuela Jurídica de Viena

El término Justicia es una de las palabras más difíciles de definir y de las que
más preguntas se han hecho. Filósofos, juristas, escritores, entre otros, han tratado
de dar su concepto pero, ninguno se ha considerado como universal. Es por ello que
surge la pregunta: ¿Qué es la Justicia? El jurista Hans Kelsen afirmó que: “No hubo
pregunta alguna que haya sido planteada con más pasión, no hubo otra por la que
se haya derramado tanta sangre preciosa ni tantas amargas lágrimas como por ésta;
no hubo pregunta alguna acerca de la cual hayan meditado con mayor profundidad
los espíritus más ilustres, desde Platón a Kant. No obstante, ahora como entonces
carece de respuesta”.

Desde la época romana, la Justicia ha sido representada por la diosa Themis.


La cual se presenta con el aspecto de una noble mujer empuñando en todo lo alto
la espada de la ley; sosteniendo con la otra mano, la balanza de la equidad y man-
teniendo siempre los ojos vendados en señal de imparcialidad. Esto es, que deja
caer la fuerza de la espada sobre quien trate de desequilibrar la balanza, no viendo
las particularidades del individuo, sin importar que sea joven o viejo, rico o pobre,
enfermo o sano, blanco o negro, virtuoso o criminal.

El sentimiento de la Justicia, la oscuridad de su noción, las discusiones y los


conflictos que esta oscuridad hace surgir, existe desde que hay hombres que pien-
san y viven en sociedad. El hombre siempre realiza conductas a las cuales se les
puede catalogar como justas o injustas. Un claro ejemplo, es cuando un individuo
da muerte a otro individuo, pues aquí ya nos encontramos con la privación del valor
primordial del ser humano: la vida. Porque donde hay negación de la vida o atenta-
dos contra la misma, en cualquier forma y aspecto, no hay Justicia; ya que ella es la
reina y señora de todas las virtudes.

222
Existen dos posiciones respecto a la Justicia: la Justicia de los moralistas
y la Justicia de los juristas. Los moralistas la conciben como una gran virtud, en
donde el fin primordial es la perfección moral del individuo. Es así como Sócrates
declaraba que la Justicia es ante todo una perfección interior, una virtud que radica
en el alma. Y Aristóteles termina diciendo que la Justicia es la virtud más alta, la
virtud perfecta. Por el contrario, para los juristas es el fin principal para solucionar
de forma práctica y oportuna los problemas sociales que surgen de la convivencia
humana, siendo esta última la que le pertenece al abogado.

Ahora surge otra pregunta: ¿En dónde se encuentra plasmada la Justicia


dentro de esta convivencia humana? La respuesta no se hace esperar, la Justicia se
encuentra plasmada en el Derecho, pues éste es quien, con sus normas, busca como
fin dar Justicia a todos los miembros de una sociedad, pues el medio para alcanzar
la Justicia es evidentemente el propio Derecho.

El Derecho es justo por naturaleza, tal como lo afirmaran los iusnaturalistas.


La ley, en cambio, trata de serlo. Aquí hay que hacer una aclaración, que no es lo
mismo ley que Derecho; porque toda ley es Derecho, pero no todo Derecho es ley.
La ley es una parte del Derecho, ella surge de él, por lo que es necesario no incurrir
en el error de catalogarlos como sinónimos.

Después de lo anterior, se puede ver que la Justicia es inherente al Derecho,


en donde se debe tratar por igual a todos los individuos, no restringiéndoles su liber-
tad de actuar, siempre y cuando ésta no dañe a los miembros de la sociedad.

El Derecho es justo, no obstante, son los seres humanos los que lo hacen in-
justo puesto que los legisladores hacen el Derecho positivo y éste es el que debe ser
observado por todos. Los positivistas consideran que por Justicia debe entenderse la
legalidad, el riguroso apego a la ley, o sea, la imparcial y correcta aplicación e inter-
pretación del Derecho positivo. Pero, en uno de los mandamientos del abogado que
da Couture, sostiene: “Tu deber es luchar por el Derecho, pero el día que encuentres
en conflicto el Derecho con la Justicia, lucha por la Justicia”. Esto significa que la
Justicia está por encima del propio Derecho, pero del derecho positivo.

El Derecho es en sí el que radica en el pensamiento, en las ideas, en la doc-


trina que los estudiosos de esta materia realizan. En cambio, el Derecho Positivo es
aquél que el legislador crea, y en la mayoría de las ocasiones sin previa meditación
y sin razonamiento alguno. Este Derecho es al que debe enfrentarse el abogado y lo
debe hacer con el arma más poderosa: la Justicia.

Es por eso, que el estudiante de Derecho debe de prepararse conscientemen-


te para conocer plenamente lo que es el Derecho y cómo debe alcanzar la Justicia.
El abogado debe sentirlo porque ésta es inmaterial no puede ser captada por los sen-

223
tidos. Cada acto del abogado debe ser una impresión de su fe en la Justicia; porque
la Justicia es para el abogado como Dios para el creyente.

Si se pudiera enseñar la Justicia, no sería dando teorías ni explicaciones,


sino comportándose de una manera recta y conciente, asumiendo las responsabili-
dades de nuestros propios actos. Sócrates nos dejó este legado, que a pesar de haber
sido juzgado y sentenciado a muerte por leyes injustas, decía que más injusto sería
no cumplir con la ley, porque cumplir con la ley es cumplir con la Justicia.

Se debe dejar en claro, que todos aquellos jueces impartidores de Justicia,


deben de hacerlo, no conforme a Derecho sino conforme a la propia Justicia. Así
como el profeta Isaías dijo: “Y ciertamente haré del Derecho el cordel de medir y
de la Justicia el instrumento de nivelar”.

Después de haber hecho el análisis anterior con respecto de la Justicia, en-


contramos que no hay una definición clara aceptada por todos. Desde la antigüedad
los grandes pensadores han tratado de dar un concepto claro de este término, ya que
es un tema que puede ser encarado bajo tantas facetas y del cual se ha escrito tanto
y con tanta pasión, por lo que se presenta tan impreciso.

La Justicia carece de realidad material, no puede ser pesada, palpable ni


medida y, además, se muestra constantemente huidiza ante los esfuerzos de asirla
palpablemente. Porque ¿quién puede negar que cambia constantemente?

Tampoco podemos negar a la Justicia como una parte de la moral y al igual


que ella, cambia según el lugar, según la época y según el tiempo, sin embargo la
Justicia podrá cambiar pero siempre será el valor supremo de toda moral y sobre
todo del propio Derecho.

ACTIVIDADES:

1. Intente definir el término justicia.

2. ¿Cómo definen la justicia Sócrates y Aristóteles?

3. Establezca la diferencia entre justicia y ley.

4. ¿Es la justicia una realidad cambiante? Explíquelo.

224
¿QUÉ ES LA ECONOMÍA?

Macario Schettino
(Tomado de su obra: Introducción a la Economía para no Economistas)
Tecnológico de Monterrey, México

Definir una ciencia no es cosa sencilla. Podríamos escribir un libro completo


intentando establecer una definición adecuada de la economía. La versión más po-
pular es la que propone el economista inglés Lionel Robbins en su libro “Ensayo
sobre la naturaleza y significado de la Ciencia Económica” (1932): Economía es
la ciencia que estudia el comportamiento humano como una relación entre fines
y medios escasos que tienen usos alternativos. Sin embargo, esta definición tiene
pequeños defectos desde el punto de vista práctico, pero importantes desde un en-
foque de filosofía de la ciencia: falta, por ejemplo, el concepto de sociedad en esta
definición, y los fines y los medios no están claramente identificados. En realidad,
no existe la economía de Robinson Crusoe, siempre decidimos desde nuestra posi-
ción en la sociedad.

Oscar Lange propone la siguiente definición de economía: La economía polí-


tica, o economía social es el estudio de las leyes sociales que gobiernan la produc-
ción y distribución de los medios materiales que satisfacen las necesidades huma-
nas. Otra vez se presenta el problema de utilizar conceptos, como leyes sociales o
medios materiales, que oscurecen el sentido de la definición.

Edmond Malinvaud, economista francés contemporáneo, propone una kilo-


métrica definición que intenta capturar el sentido de la economía sin utilizar con-
ceptos indefinidos: Economía es la ciencia que estudia de qué manera los recursos
escasos son empleados para la satisfacción de las necesidades de los hombres en
sociedad; por una parte, está interesada en las operaciones esenciales de la pro-
ducción, distribución y consumo de los bienes, y por la otra, en las instituciones y
actividades cuyo objeto es facilitar estas operaciones.

Esta definición, aunque un poco larga, es bastante completa. Nosotros no


intentaremos redefinir la economía; basta conocer las definiciones anteriores para
hacernos una idea de cuál será nuestro objeto de estudio. Mientras avancemos en su
estudio, más claro será para nosotros qué busca la economía, e indudablemente será
menos árida de lo que las definiciones nos hacen pensar.

225
LA ECONOMÍA COMO CIENCIA

La economía es una ciencia social, de acuerdo con aquella clasificación an-


tigua entre ciencias naturales y ciencias sociales. Para avanzar en esto, primero
tenemos que resolver qué es una ciencia.

Desde la escuela secundaria nos acostumbramos a pensar en ciencia como


una actividad en la que se puede experimentar para probar hipótesis: el método
científico resulta de la observación, análisis, teoría y experimentación. Esta defini-
ción para de la escuela llamada positivista, precisamente por sostener que el cono-
cimiento puede obtenerse y probarse.

Para cualquiera es claro que en economía no se pueden hacer experimentos,


aunque algunas decisiones gubernamentales parezcan muy experimentales. En rea-
lidad los experimentos requieren de condiciones restrictivas que permitan aislar las
causas y los efectos que se desean medir. En economía no es posible hacer esto;
nunca se podrá aislar el comportamiento humano en comunidad para probar hipó-
tesis. Entonces, ¿por qué se considera una ciencia?

Resulta que la definición positivista de ciencia no es la única posible; pode-


mos tener otra, que nos dice que el conocimiento se obtiene mediante argumentos
que traten de explicar la realidad y puedan ser falsificables o refutables, esto es que
puedan rebatirse.

Según estas definiciones, la economía es una ciencia, puesto que sigue un


método muy riguroso, es conocimiento acumulable, y plantea hipótesis que se pue-
den refutar. Un ejemplo de lo contrario (según Popper) sería el psicoanálisis de
Freud, en el que cualquier alternativa es posible, puesto que no hay manera de
refutar los argumentos freudianos. Y según lo anterior, algo que no puede refutarse
no es conocimiento.

De estas definiciones de ciencia podemos concluir que la economía sí es una


ciencia, aun cuando no se puedan realizar experimentos controlados en un sistema
económico. La economía es una ciencia que intenta descubrir las relaciones entre
variables como la producción, el consumo, los precios y otras, que son representa-
tivas de la manera en que se utilizan los recursos para alcanzar diversos fines. Sin
embargo, pretender que la economía pueda alguna vez explicar el comportamiento
humano, aún en un ámbito tan restringido, es demasiado. Por lo mismo, esperar que
la economía pueda resolver problemas como el desempleo, la inflación, el creci-
miento económico u otros, es exigir resultados mágicos o milagrosos a una ciencia.
Ésta es precisamente la gran desventaja de las ciencias no experimentales. No se
alcanza una certeza absoluta del conocimiento, y éste es susceptible de ser refuta-
do por esta razón. En consecuencia, las conclusiones que la economía provee son
siempre tentativas.

226
Dentro del estudio de la economía, como dentro del estudio de cualquier
ciencia, se forman escuelas de conocimiento. Estas escuelas difieren entre sí por
enfatizar más algún concepto que otro, o por realizar juicios de valor diferentes. Lo
importante es que si la economía como un todo es incapaz de generar conocimiento
a toda prueba, las escuelas, una a una, son aún más incapaces de hacerlo.

ACTIVIDADES:

1. ¿Qué entiende usted por ciencia?

2. Y ¿qué es la Economía?

3. ¿Es la experimentación el fundamento de la Escuela Positivista?


¿Por qué?

4. ¿Es la Economía una ciencia?

227
OSTEOPOROSIS: NO PIERDAS ALTURA

Autor: Escudero. A.

Hoy, 19 de octubre, se celebra el Día Mundial de la Osteoporosis, una en-


fermedad que afecta a más de 75 millones de personas en Europa, EEUU y Japón
y cuyas principales pacientes son mujeres mayores de 50 años que, tras la meno-
pausia, sufren la pérdida del efecto protector de los estrógenos. Este trastorno, que
se produce por la disminución de la resistencia ósea y de la fortaleza del hueso,
cuando no se trata de la manera adecuada, puede provocar la pérdida de hasta 10
centímetros de altura y un dolor crónico agudo. Sin embargo, un fármaco mensual
podría ser la solución.

Perder unos centímetros de altura siempre se ha considerado como un sig-


no inevitable del paso de los años o una marca propia del envejecimiento. Pero
recientes estudios señalan que, en realidad, ese “encorvamiento” puede deberse
a una osteoporosis no tratada (disminución de la masa ósea). Por ese motivo, la
Fundación Internacional de Osteoporosis (IOF) ha lanzado la campaña “Stop the
stoop’” (Frena el encorvamiento), con la que se pretende concienciar a las mujeres
de la importancia de tratar su enfermedad para evitar que esa deficiencia ósea y sus
consiguientes fracturas acaben “encogiéndola”.

La osteoporosis es una enfermedad crónica que afecta en España a más de dos


millones y medio de mujeres (la mayoría posmenopáusicas) y a 750.000 hombres.
Este trastorno degenerativo se caracteriza por un deterioro paulatino de los huesos,
que se vuelven más porosos y frágiles, lo que inevitablemente acaba en fracturas de
cadera, antebrazo, clavícula... Las más frecuentes son las vertebrales, que generan
una contracción en los huesos de la columna de entre un 20% y un 60%, lo que con
el tiempo se traduce en una pérdida de altura de hasta 10 centímetros.

“Pero lo preocupante es que las fracturas vertebrales, por lo general, no pre-


sentan apenas dolor ni síntomas cuando ocurren por primera vez. Al ser silentes,
el afectado no se da cuenta de que las tiene y, por lo tanto, no las trata”, asegura el
profesor Dieter Felsenberg, director del Centro de Investigación Ósea y Muscular
de la Universidad Humboldt de Berlín. Estas fracturas pueden producirse como
resultado de actividades cotidianas, como levantar bolsas de la compra pesadas o
un golpe leve. “Más de dos tercios de las fracturas vertebrales no se manifiestan,
aunque repetidas pueden llevar a una incapacidad severa y producir dolor crónico.
El problema es que la primera fisura desencadena más”, asegura el Dr. Adolfo Díez
Pérez, jefe del Servicio de Medicina Interna del Hospital del Mar, de Barcelona.

228
Falta de diagnóstico

“Las pacientes con osteoporosis no pueden resignarse a encorvarse ni a sufrir


por el estado de sus huesos”, insiste el Dr. Díez Pérez. Aunque la pérdida de altura
puede ser ralentizada e incluso evitada con tratamiento médico, el experto asegura
que muchas mujeres no lo toman de manera adecuada e incluso lo abandonan, entre
otros factores por la naturaleza silenciosa de la enfermedad, que dificulta compro-
bar los efectos de las terapias.

Tratamiento mensual

Partiendo de la base de que la osteoporosis se caracteriza porque el ritmo de


destrucción del hueso es más rápido que el de formación, los tratamientos para tra-
tarla y prevenirla se centran en fármacos que disminuyen la reabsorción ósea (entre
los que se encuentran la calcitonina y los bisfosfonatos), así como los encargados
de aumentar el proceso de remineralización.

Pero, lo que más preocupa a los especialistas es el correcto cumplimiento del


tratamiento médico. En este sentido, se han desarrollado fármacos cuyo uso puede
ser diario, semanal e, incluso, mensual. Este último ha nacido con la intención de
conseguir una mayor continuidad al tratamiento, uno de los grandes retos de los mé-
dicos a tenor de los datos que barajan: a los seis meses de iniciarlo, lo interrumpen
un tercio de las pacientes. Al año, lo hacen más la mitad. Por esa razón, se espera
que los fármacos de toma mensual sean más eficaces y las estadísticas son espe-
ranzadoras en este sentido: con la toma diaria, un 32% de las afectadas sigue fiel la
terapia un año después, mientras que el porcentaje aumenta hasta el 44% en el caso
de los de administración semanal.

Un paso más allá

Recientemente se presentaron en París, en el IX Congreso de la Liga Euro-


pea Contra el Reumatismo los resultados del estudio VIBE, en los que, a juicio del
Dr. Díez Pérez, se aprecian dos ideas importantes: “Por un lado, la posibilidad de
suministrar el tratamiento de forma mensual y, por otro, la oportunidad de poder
hacerlo por vía oral o inyectada. Así, si el paciente está hospitalizado o tiene que
permanecer en la cama (situación en la que no se pueden tomar bisfosfonatos –para
lo que hay que estar en ayunas y permanecer media hora de pie–) puede recibir la
terapia por vía intravenosa”. Lo cierto es que no hay diferencias entre el tratamiento
mensual y semanal en cuanto a efectos adversos. Sin embargo, con los bisfosfo-
natos el problema más común es la intolerancia gastrointestinal, algo relacionado
directamente con el número de dosis.

229
Según Díez Pérez, una exposición diaria del estómago a esta sustancia puede
provocar mayor irritación que si se hace cada semana o cada mes. Diario, mensual
o semanal, lo importante es ser persistente a lo largo del tiempo. Los pacientes que
toman el tratamiento regularmente tienen un 45% menos de fracturas que los que
lo interrumpen.

¿Qué puedo hacer?

Desde la Fundación Internacional de Osteoporosis (IOF) aseguran que la


combinación “ejercicio + dieta + medicamentos” reduce el riesgo de fracturas hasta
en un 62%.

Según los expertos, el ejercicio regular puede reducir la probabilidad de frac-


turas óseas asociadas con la osteoporosis. Algunos de los ejercicios recomendados
son: caminar, footing, jugar al tenis, bailar, pesas, tai chi, yoga, bicicleta estática,
máquinas de remos... Es importante evitar cualquier ejercicio que ofrezca riesgo de
caída.

Alimentación. Se debe seguir una dieta que tenga una cantidad adecuada de
calcio, vitamina D y proteína. Aunque esto no detendrá completamente la pérdida
ósea, garantizará que habrá disponibilidad de sustancias que el cuerpo utiliza para
la formación y el mantenimiento de los huesos. Los alimentos ricos en calcio son:
leche, yogur, helados y queso, tofu, salmón y sardinas, y hortalizas de hoja verde,
como espinacas y col rizada. Además, el médico puede recomendar suplementos de
calcio y vitamina D.

Evitar los hábitos poco saludables. Los fumadores deben despedirse definiti-
vamente del tabaco, al igual que limitar el consumo de alcohol, ya que el exceso de
esta sustancia puede causar daño a los huesos y aumenta el riesgo de sufrir caídas.

ACTIVIDADES:

1. ¿Qué es la osteoporosis

2. ¿Qué significa la frase en inglés stop the stoop?

3. Para el control de la osteoporosis existe una fórmula triple. ¿Cuál es


ésta? Regístrela.

4. Explique –desde su percepción- esta tríada que constituye un resguar-


do de la persona frente al problema de la osteoporosis.

230
AL SUR DE AMÉRICA
ANTES Y AHORA
Horacio Torrent
Magíster en Arquitectura
Pontificia Universidad Católica de Chile

“Como todo arte, la arquitectura nos ayuda a contemplar: La vida va gastando


nuestra capacidad de sorpresa y la sorpresa es el principio de una visión ver-
dadera del mundo”.

1. Antes

Los años cincuenta y sesenta podrían pasar a la historia como los años de la
mejor arquitectura del siglo XX en Sudamérica. Bullrich presentó la experiencia
en “Arquitectura Latinoamericana 1930/1970”, publicado en 1969 en oportunidad
del X congreso de la UIA que se realizaba en Buenos Aires. Advertía al inicio que
la arquitectura de América Latina era tan desconocida en Europa y al norte del Río
Grande como en el propio continente, “y si ello es así es porque recién estamos
descubriendo que el conocimiento mutuo requiere un trabajo cotidiano que debe
realizarse más allá de la retórica…”4. Era una de las primeras contribuciones que
mostraba lo que –parafraseando a Peter Smithson- constituiría el “período heroico”
de la arquitectura sudamericana. Se presentaban las imágenes de esa Brasilia solita-
ria y vacía –que pesarían durante tantos años en la idea errada que nos formamos de
esa ciudad-; y las grandes obras de los mejores arquitectos del período: Niemeyer,
Reidy, Testa, Soto y Rivarola, Bayardo, Dieste, Porro, Garatti, Gottardi, Carlos R.
Villanueva, Candela, Ramírez Vázquez, entre otros. Chile aparecía representado
por obras claves de la época: la sede de la CEPAL en Santiago, la Iglesia del Con-
vento Benedictino de Las Condes y la Unidad Vecinal Portales. Una nueva versión
ampliada editada posteriormente5, incluiría las primeras obras de Salmona, las de
Guedes, y Nuestra Señora de Fátima (1958) de Caveri y Ellis.

Estas obras, algunas de las mejores que se produjeran durante el siglo XX,
correspondían a obras monumentales, en algún sentido cívicas, pero como produc-
tos de autor, donde el estilo se mezclaba con la visiones idealistas de un cambio en
las condiciones económicas y sociales. Eran obras capaces de significar un nuevo
estado de la cultura y la civilización, acorde a la utopía que proponían. Planteaban
una condición de identidad de una América Latina en progreso.

Estos años se interpretaban como los de una arquitectura de gran calidad que
hacían sus genuinos aportes en claves de revisión de la modernidad.

4
Bullrich, Francisco, Arquitectura Latinoamericana. Editorial Gustavo Pili, Barcelona 1969, p. 11.
5
Francisco. New Directions in Latin American Architecture. George Braziller, New York,
1969.

231
No resulta desvinculada la experiencia a las ideas que Giedion, Sert y Léger
propusieran hacia 1943, en el manifiesto sobre los nueve puntos sobre la nueva
monumentalidad: “La gente quiere que los edificios que representan su vida social
y colectiva les ofrezcan algo más que una satisfacción funcional. Desean satisfacer
sus aspiraciones de monumentalidad, alegría, orgullo y esperanza”6.

Los años sesenta mostrarían la sustancia de la arquitectura moderna sudame-


ricana. Las políticas desarrollistas y la extensión del estado de bienestar otorgarían
a la arquitectura moderna un rol en la acción civilizadora y la conformación de las
ciudades y el territorio. La transformación del modelo racionalista vendría postu-
lado en las obras por la inclusión de las texturas y espesores conceptuales locales
en relación al clima, la vegetación, las artes populares. Esta arquitectura estaba ya
lejana de los modelos ortodoxos que la arquitectura moderna había propuesto en
este continente entre 1930 y 1950. En vertientes más o menos elaboradas, las obras
establecían nuevas relaciones con el arte y visiones experimentales de la tecnología.

El arte era propuesto en integración con los modelos propiamente arquitectó-


nicos,–como el caso de las acciones de arte en la Universidad Central de Venezuela-
o la nueva consideración de la relación obra-paisaje y la integración del discurso del
arte –culto y popular- en sus muros, que proponía el edificio de la CEPAL, tan sólo
para dar algunos ejemplos. Las visiones experimentales sobre la tecnología incluían
desde los acercamientos a la tecnología computacional –el cálculo de la estructura
del Banco de Londres en Buenos Aires-, o las búsquedas de Dieste sobre la forma y
“las leyes que rigen la materia en equilibrio7.

Representaban un momento de auge, de optimismo para la arquitectura, por


lo que ella significaba para el Estado y la sociedad. Y ese momento era asumido por
una generación joven, deseosa de instalar en estas tierras, un nuevo modo de vida.
Importa recordar algo a lo que Bullrich refería: en aquellos años, los principales
protagonistas contaban con edades entre los 35 y 45 años (como Testa, Garatti, Sa-
linas, Porro, Bayardo, o Caveri) o en los “prematuros cincuenta”, (Duhart, Dieste,
Valdés, Castillo, entre otros).

Pero también la crítica a este optimismo aparecería simultáneamente. En


1967, Architectural Design presentaba ampliamente dos de estas obras8: el edificio
de la CEPAL, y el Banco de Londres. Entre ambos, el texto “Sin Retórica”, de Meter

6
Joseph Lluís Sert, Fernand Léger, Sigfred Giedion. “Nueve Puntos sobre la Monumentali-
dad” en: Costa, Xavier, Hartray, Guido, Sert. Arquitecto en Nueva York, Actar, Barcelona, 1997, p. 15.
7
Dieste, Eladio, en: Eladio Dieste 1943-1996”, Junta de Andalucía, Sevilla-Montevideo,
1001, p. 13.
8
Architectural Design N° 1, Vol. XXXVII January 1967. Se publicaban “United Nations
Building, Santiago, Chile”en las páginas 33 a 37 , y “Bank of London & South America, Buenos
Aires” en las páginas 40 a 46.

232
Smithson, en el que propugnaba la calma, la ausencia de intención persuasiva, la
condición ordinaria, una suerte de disminución del lirismo que carga de potencia
a la obra9. En el mismo número, se publicaba una carta abierta de siete arquitectos
argentinos que situaban críticamente la obra de Testa, donde se recordaban las con-
tradicciones entre la visión racional e inteligente del funcionalismo, reunida en un
“nuevo modo de vida”, en las situaciones de subdesarrollo existentes. Afirmaban
que “… en América Latina, ese nuevo modo de vida no existe. Todavía hoy tene-
mos nada más que ideales que no pueden volverse realidades in cambios socioeco-
nómicos profundos”; denotaban los “vanos esfuerzos racionalistas” y el formalismo
como el gran escape. “Creemos que nuestro camino consiste en desarrollar posibi-
lidades existentes; examinando posibilidades pero manteniendo nuestra vista en las
necesidades”, proponían10.

Desde fines de los sesenta, se articularía el paradigma de la concepción cen-


tro-periferia, que interpretaría estas arquitecturas dentro de los marcos de la de-
pendencia cultural. Cuesta hoy rebatir la evidencia de la dependencia en América
Latina, pero cuesta mucho más aceptar que algunas arquitecturas pudieran ser ex-
plicadas en aquel marco. En muchos casos, su evidencia en tanto obras de calidad
anulaba su potencial interpretación en aquel marco.

Esa interpretación articulada con la fuerza discursiva postmoderna, planteada


en torno al problema del significado, y explícita en categorías polares de entendi-
miento, envejeció pronto. La construcción de discursos totalizadores redundó en
las obras eclécticas, que poblaron el panorama durante los 80. Paradójicamente, la
historiografía latino-americanista ha reciclado durante años aquellos grandes éxi-
tos, a veces en tono triunfalista, a veces para su crítica y revisión en la dialéctica de
lo propio y lo ajeno. Estos discursos aportarían poco en el trazado de caminos más
libres y fecundos y caerían en la invención de fórmulas adjetivadas sobre nuestra
modernidad apropiada, hecha propia o despechada. El predominio de la obra como
objeto, y la pretensión de control de las significaciones como constitutivas de iden-
tidades sociales, encubrían muchas veces una fuerte imposibilidad de transforma-
ción.

2. Ahora

Las obras de los noventa no tienen la magnificencia de aquellas del período


heroico. El Estado no ha estado –presente– para promover una práctica de la cons-
trucción del hábitat fuertemente ligada a las instancias civiles y colectivas. Ni en
Chile, Argentina o Paraguay; tampoco en Brasil donde tenía una cierta tradición.

9
Smithson, Peter. “Whitout Rhetoric”, Architectural Design. Op. Cit. pp. 38-39.
10
Charosky, Eduardo; Clusellas, Gerardo; Kuperszmith, Jorge; Levisman, Martha; Lopatín,
Ignacio; Moreo, Jorge; Zylberberg, Leonardo; “Bank of London and South America. Open Letter
from 7 Argentine Architects”, Architectural Design Op. Cit. pág. 5.

233
Es notable como la arquitectura se ha replegado; sus pocas posibilidades de
influir donde queda mucho por hacer, su poco poder de convicción para con la so-
ciedad, el poder, y hasta para con los propios arquitectos: una disciplina bastante
indisciplinada.

Pero si nos situamos en posición de observatorio, y desde lejos miramos el


panorama, con cierta agudeza, encontraremos unas cuantas obras que nos muestran
otros caminos.

Representan una nueva etapa, tal vez sin héroes. Son pragmáticas que pro-
ponen una respuesta arquitectónica plena a las circunstancias de hacer arquitectura
en Sudamérica.

No hay en ellas un discurso genérico coherente en la totalidad; libre de com-


plejos proponen ausencia de estilo. Dicen, a su manera, no al realismo, no al pro-
ductivismo, no al consumismo de formas y lenguajes; están libres de la opresión del
discurso latinoamericanista.

En gran parte son operas primas de jóvenes arquitectos. Y es el sentido ge-


neracional el que nos presenta una nueva manera, de ver y hacer arquitectura en el
sur de América.

En parte estas arquitecturas parecen más genuinas que aquellas que buscaban
un entendimiento claro y preciso por parte del público; no reclaman atención, se
hacen presentes para la vida diaria. Son obras “sin retórica”.

Obras que apelan a la experiencia del tiempo, a la relación abstracta con el


paisaje, y sobre todo a la ausencia de significado. Otorgan valor al juego; tienen im-
presas matrices surrealistas en oposición a la estética del racionalismo. Exploran el
campo de la imagen, para constituirse en dispositivos de impresión y sorpresa, aún
en temas muy sacralizados como el caso de la Tumba en Piribebuy de Benítez. El
chileno Eduardo Castillo recurre a las ideas asociadas a la imagen como recuerdos,
juega entre interpretaciones gráficas y memorias, apelando a los códigos de una
genética que está aún hoy en el territorio.

Hay obras como la Plaza Santa Cruz, de Caballero y Giménez, que reducen
sus opciones al mínimo, para habilitar la experiencia al máximo; pocas cosas sobre
el suelo, escapan a cualquier intención de uso conocido, a cualquier manipulación
como producto, porque solamente así puede expandir el mundo de la experiencia.
En el Estacionamiento del Trianon, los MMBB proponen arquitectura donde antes
sólo había infraestructura: con la sola acción de la continuidad del suelo, establecen
espacio donde sólo había producto. La experimentación en la tradición constructi-
va, se vuelve un tema de importancia para descubrir, comprobar y examinar posibi-
lidades para el proyecto. Rafael Iglesia transpone lógicas de la madera al hormigón
armado, en el edificio San Luis. Solano Benítez explora con las tecnologías del
ladrillo, configuraciones inéditas. Lo que tienen en común estas arquitecturas en

234
el sur de América es que escapan a los problemas del lenguaje, para dejar que la
acción de proyecto provoque la sorpresa, algo impensado. Apelan a la sensibilidad,
por medio de mecanismos débiles en su concepción de hechos concretos, pero ex-
tensivamente fuertes en sus capacidades de provocación, por ausencias o por signi-
ficaciones difusas. La relación con el arte es recurrente, pero no como integración
arte-arquitectura, sino como condición de obras íntegras, donde la arquitectura asu-
me condición elocuente de obra de arte, del arte reciente, a veces hermético en sus
significados pero elocuente en la condición sensible que nos plantea. Y justamente
por eso, abiertas a la interpretación libre de la gente sencilla. Es significativo que
Rafael Iglesia escribiera en los inicios de la década, un breve texto para acompa-
ñar la construcción de aquella piedra en la Clínica de calle Mitre, donde afirmaba:
“…hoy que se ha roto la unidad del discurso, cómo lograr una arquitectura que
sea susceptible de tantas interpretaciones y sentidos como la historia misma, que
niegue el discurso narrativo como un todo cerrado, que pueda ser contada de mil
maneras, donde pierda sentido el significado, la interpretación. Que no establezca
ninguna verdad o falsedad… Una arquitectura que esté dispuesta a despojarse de
sus certezas, que se mida con lo que no sabe, que se aventure a seguir pistas más
difusas, incluso pistas falsas, que corra riesgos, que se anime a caminar fuera de su
red conceptual”11.

Después de todo parece que los noventa resultaron una década fértil en algún
sentido. Ambigüedades, imágenes, juegos, experimentaciones, son algunas condi-
ciones que nos permitirán reconocer arquitectura más allá de las vulgaridades que
nuestros espacios cotidianos han asumido durante muchos años.

Es decir, arquitectura fuera de su red conceptual. No se constituirá probable-


mente desde estas ideas un nuevo período heroico. Sería contradictorio.

ACTIVIDADES:

1. ¿Qué significado comporta Brasilia en la arquitectura?

2. ¿Cómo entiende usted “la condición de identidad” de Latinoamérica en


la dimensión arquitectónica?

3. ¿En qué década se produce el desarrollo de la arquitectura en Latinoa-


mérica? ¿Por qué?

4 ¿Qué se conoce como “período heroico” en la arquitectura latinoamericana?


En los años 90, la arquitectura dice: “no al realismo, no al productivis-
mo, no al consumismo”. Explíquelo desde su perspectiva personal.

11
Iglesia, Rafael. “Clínica de Calle Mitre. Lawrence” Texto inédito.

235
ÍNDICE

UNIDAD 1: LA EXPOSICIÓN ORAL..................................................... 9

1.1 Presentación........................................................................................... 13
1.2. Objetivos................................................................................................ 13
1.3 Contenidos.............................................................................................. 15
1.3.1 La lectura expresiva: elementos verbales y no verbales................... 15
1.3.1.1 La fórmula VVV (visuales, vocales, verbales)................................. 15
1.3.1.2 La entonación.................................................................................... 16
1.3.1.3 La dicción y su importancia.............................................................. 16
1.3.1.4 La expresión corporal....................................................................... 16
1.3.2 Situaciones comunicativas orales: interpersonales y grupales.......... 17
1.3.2.1 La exposición oral: esquema y aplicación..................................... 21
1.3.2.2 El debate: elementos y metodología.............................................. 23
1.3.2.3 Situaciones comunicativas grupales.............................................. 25
a) La mesa redonda....................................................................... 25
b) El panel de discusión................................................................ 27
1.3.3 Las ayudas audiovisuales para una presentación oral....................... 31
1.4 Ortografía: El uso de la h....................................................................... 36

LECTURAS Y ACTIVIDADES:

“La violencia entra en casa”, Fernando y J. Ramón Pardo / 11


“La realidad hecha espectáculo”, Fernando y J. Ramón Pardo / 19
“Los prejuicios sociales”, José Luis Sangrador / 28
“Estereotipos sociales”, José Luis Sangrador / 33

UNIDAD 2: LA LECTURA....................................................................... 41

2.1 Presentación........................................................................................ 46
2.2 Objetivos............................................................................................. 47
2.3 Contenidos........................................................................................... 48
2.3.1 Denotación y connotación................................................................... 48
2.3.2 Modalidades de lectura....................................................................... 50
2.3.3 Proceso de la lectura........................................................................... 52
2.3.4 Esquema de Lectura............................................................................ 53
2.3.5 El resumen.......................................................................................... 57
2.4 Ortografía: uso de la tilde.................................................................... 61
LECTURAS Y ACTIVIDADES:

“El gran amor”, Rosa Montero / 43


“Las palabras”, Pablo Neruda / 49
“La aventura de leer”, Leonardo Romero Tobar / 54
“La poesía al alcance de los niños”, Gabriel García Márquez / 58

UNIDAD 3: ESTRUCTURAS TEXTUALES FUNDAMENTALES..... 65

3.1 Presentación......................................................................................... 67
3.2 Objetivos.............................................................................................. 67
3.3 Contenidos............................................................................................ 69
3.3.1 Descripción.......................................................................................... 69
3.3.2 Narración ............................................................................................. 74
3.3.3 El Diálogo............................................................................................ 79
3.3.4 Exposición............................................................................................ 81
3.3.5 Argumentación..................................................................................... 87
3.4 Ortografía de la B - V........................................................................... 91

LECTURAS Y ACTIVIDADES:

“La última misa del caballero pobre”, César Dávila Andrade / 76


“Mujer y consumo. Los medios de comunicación”, Andrea Buccelli / 85
“La cultura del terror”, Eduardo Galeano / 89

UNIDAD 4: EL PÁRRAFO....................................................................... 95

4.1 Presentación......................................................................................... 97
4.2 Objetivos.............................................................................................. 97
4.3 Contenidos............................................................................................ 103
4.3.1 El párrafo: características, elementos, tipos...................................... 103
4.3.1.1 Tipos de párrafos: para desarrollar ideas, para introducir un tema,
para concluirlo.................................................................................. 104
4.3.1.2 Métodos de citación de fuentes: pie de página, MLA, APA............. 109
4.3.1.3 La coherencia y la cohesión en el párrafo......................................... 111
4.3.2 Texto de Consulta.............................................................................. 118
4.3.2.1 Los conectores.................................................................................. 118
4.3.2.2 Los nexos o elementos de enlace...................................................... 118
4.3.2.3 Uso de los signos de puntuación....................................................... 120
4.4 Ortografía: uso de C, S, Z.................................................................... 133
LECTURAS Y ACTIVIDADES:

“Malentendidos”, Rosa Montero / 101


“Sin papeles,” José Saramago / 114
“La resistencia”, Ernesto Sábato / 116

UNIDAD 5: LA ESCRITURA DE ENSAYOS Y OTROS TRABAJOS


ACADÉMICOS............................................................................................ 139

5.1 Presentación......................................................................................... 145


5.2 Objetivos.............................................................................................. 145
5.3 Contenidos............................................................................................ 146
5.3.1 Contenidos conceptuales: modalidades de un trabajo académico:
reseña, ensayo expositivo y ensayo argumentativo............................ 147
5.3.2 Contenidos procedimentales: fases de elaboración de un trabajo
académico: la reseña: pre-escritura, escritura y pos-escritura............. 147
5.3.2.1 Pre-escritura..................................................................................... 147
5.3.2.2 Escritura........................................................................................... 149
5.3.2.3 Post-escritura.................................................................................... 150
5.4 El ensayo expositivo............................................................................ 154
5.4.1 Principios elementales: coherencia y cohesión textual....................... 154
5.4.2 Sinonimia y Paráfrasis........................................................................ 155
5.5 El ensayo argumentativo..................................................................... 160
5.5.1 ¿Qué es argumentar?........................................................................... 160
5.5.2 Tipos de argumentos........................................................................... 164
5.5.3 Escritura de ensayos argumentativos.................................................. 165
5.5.4 Procedimientos retóricos..................................................................... 166
5.6 Ortografía: uso de G-J......................................................................... 170

LECTURAS Y ACTIVIDADES:

“Vivir juntos”, Fernando Savater / 141


“El factor Dios”, José Saramago / 151
“No perdamos la memoria” / 158
“El aborto” / 162
“Madres de alquiler, una cuestión ética” / 173

ANTOLOGÍA CON ACTIVIDADES........................................................ 177

- El arte de leer / André Maurois.................................................................... 179


- La soledad de Latinoamérica / Gabriel García Márquez............................. 182
- Seis propuestas para el próximo milenio / Ítalo Calvino............................. 187
- La sociedad de los poetas muertos / Walt Whitman..................................... 190
- El teatro del bien y del mal / Eduardo Galeano............................................ 192
- Hacia un nuevo humanismo / Monserrath Roig.......................................... 195
- Entrevista a José Saramago / Antonio Cortés Sánchez................................ 197
- La imagen del universo anterior al siglo XX / Stephen W. Hawking.......... 200
- La computadora y yo / Eduardo Galeano.................................................... 202
- Angelote, amor mío / Javier Vásconez........................................................ 204
- El estigma de la esquizofrenia / Patricia Matey.......................................... 207
- Los melómanos / Diego Oquendo Sánchez................................................. 211
- ¿Conocemos los beneficios y perjuicios del flúor químico /
Irina Eguiguren Hidalgo............................................................................. 214
- Los estatutos del hombre / Thiago De Mello.............................................. 216
- Los estudios visuales / Alfredo Breilh......................................................... 219
- La justicia / Hans Kelsen............................................................................. 222
- ¿Qué es la economía? /Macario Schettino................................................... 225
- Osteoporosis: no pierdas altura / Escudero A.............................................. 228
- Al sur de América antes y ahora / Horacio Torrent..................................... 231

md’v.
2012-03-08
17:30

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