Victoria Caligiuri

Fundación Barceló 2020

Psicología clínica con adolescentes y jóvenes 2°C Espacio de trabajos prácticos
(JTP: Pablo Pineda)

Guía para articular “La adicción virtual” con “Las penas no se olvidan ni con porros ni
bebidas”.

1) ¿Cómo diferencia Daniel Paola a la adicción en psicoanálisis de la definición clásica

(DSM IV)?

Aclaración: el autor define “discurso” según los términos lacanianos como “el propio
decir de una verdad que encierra un plus frente a un semejante, referido a otra
posición de saber.” Esto quiere decir que nos comunicamos con un semejante
motivados por una falta en ser en tanto plus que causa nuestro deseo (por efecto del
lenguaje en el viviente) y que intentamos cubrir con saber aunque no lleguemos a
colmar por completo dicha falta.

Según en DSM IV, para que algo sea definido adicción siempre se precisa de una
relación o consumo problemático de una sustancia química. La adicción para el
psicoanálisis se entiende en otros términos y tiene que ver con la presencia de
cuestiones particulares del discurso del adicto, sea toxicómano o no. La autora toma el
concepto de discurso de Lacan, entendido como “el propio decir de una verdad que
encierra un plus frente a un semejante, referido a otra posición de saber”. En el
discurso del adicto el plus de la verdad es sustituido por la sustancia, que le otorga un
saber. Es por eso que entendiendo la adicción en estos términos, la sustancia puede
ser reemplaza por un juego o una computadora que se ubica en posición de líder de
una masa o Ideal del Yo según Freud. El saber que otorga la sustancia o el juego o a
computadora, excluye a todo partenaire que no declare una identidad de percepción
vivencial.

2) ¿Qué características tiene la adicción virtual y en qué puntos se diferencia de las

toxicomanías?

En la adicción virtual, la computadora ocupa el lugar de líder de una masa o Ideal del
Yo según Freud. El lazo es establece fundamentalmente a través de los juegos en
línea y es imposible que el adicto virtual detecte, en algún momento, algún problema
en su conducta o proceder ya que esta no incluye ninguna sustancia prohibida ni es
juzgada por la ley. Esta es la principal diferencia con el toxicómano y por la cual, el
adicto a una sustancia química, si podría tener una relación social. Son los padres de
los adictos virtuales quienes comienzan a notar el problema ya que comienza a afectar
la escolaridad.

3) ¿Por qué no conviene la estrategia de la abstinencia en la adicción virtual y cómo

cree el autor que hay que intervenir en este tipo de adicción con el sujeto y con la
familia?

La autora considera que la abstinencia se convertiría en un primer obstáculo por la

angustia que causaría la falta de ese elemento que el sujeto considera imprescindible.
Es por ello que considera que lo primero que habría que plantear es no prohibir el uso
de la computadora. Este sería el primer paso para que el adicto virtual pueda entrar en
discurso, en tanto el juego determina un goce. El goce puede entenderse como un
soporte mental de actos destinados a producir su propio fracaso y no habría goce que
no tienda a su extinción en tanto cualquier actividad humana tiende un tope a la
satisfacción que pueda alimentar. El goce pasará por diferentes tiempos, desde la
satisfacción obvia hasta que al final, cuando el goce comienza a fracasar genera
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rechazo y el individuo tiende a preguntarse que sentido tiene seguir enfrascado en
algo que le da aversión. La autora dice que mientras no haya discurso se esta en los
tiempos preliminares pero que igual no se debería renunciar a iniciar la escucha ya
que, tarde o temprano, se impondrán las consecuencias de una culpabilidad por el
acto en cuestión. Los tiempos por los que pasa el goce hay que esperarlos y no se van
a producir si los padres del chico o el joven no lo comprender la imposibilidad de la
abstinencia. Para esto es necesario poder contener la hostilidad de los padres que
esperan una respuesta rápida y eficaz y por otro lado, también es importante poder
inferir una ubicación teórica del momento en el que se encuentra quien se satisface o
goza del juego.

4) El autor toma de Lacan la idea de que i(a) es la imagen real que el infans arma
sobre su cuerpo y le da existencia, tomando como referencia la i’(a), la imagen virtual,
su reflejo en el espejo, es decir, cómo cree que está siendo visto. Esto se da gracias al
sostén del Otro y a la ilusión de ser Uno con ese Otro, ofreciendo un goce imaginario
unificador entre infans y adulto. No obstante, deberá́ haber una duplicidad de eso Uno:
i(a) la imagen real, deberá́ poder diferenciarse de i’(a), la imagen virtual, para poder
separarse del Otro y construir su singularidad.

- Con todo esto, intente reconstruir por qué el autor habla de una “adolescencia virtual”
en sujetos que presentan una adicción virtual.

La autora habla de un adolescencia virtual en los sujetos que presentan una adicción
virtual porque considera que en estos sujetos ha habido una alteración en el estadio
del espejo. Específicamente una detención permanente en el momento de júbilo
cuando el infans se encuentra con la identidad virtual. En la duplicidad de la imagen
reflejada, el niño no solo se ve, sino que también se registra en el espejo como imagen
virtual y además ve la impronta que adulto, el Otro, refleja y se establece una
identidad con él a partir de esa imagen en el espejo que los muestra juntos. Esa
escena muestra la conexión virtual entre niño y adulto que aun esta libre de los efectos
de lo real del cuerpo. Si no hay un corte entre la imagen virtual y la imagen real, se
tenderá a un permanente pasaje al acto y no habrá inter subjetividad posible en la
realidad psíquica. La adicción virtual es una reedición de esa conexión o lazo virtual,
de un lazo intersubjetivo reemplazando con el Uno virtual el Ideal del Yo. La adicción
le permite seguir ligado e identificado virtualmente con el Ideal. Es por esto que la
dirección de la cura se orienta teniendo en cuenta la coagulación del sujeto en ese
instante de fascinación del Ideal del Yo, sabiendo que esa primera ilusión es a la larga
destruida y da lugar al síntoma.

5) ¿Qué puntos de divergencia y convergencia encuentra entre el caso de adicción

virtual y las problemáticas que aparecen en la población del PROA y por qué en este
último apelan a un abordaje comunitario? (“Las penas no se quitan ni con porros ni
bebidas”)

Considero que la convergencia entre el caso de adicción virtual y la población del

PROA consiste en que ambos comparten un mismo marco teórico, la concepción del
sujeto desde el psicoanálisis. Sin embargo, divergen en cuanto a la forma de trabajo
con las problemáticas adolescentes, mientras en el caso de adicción virtual se trabaja
de forma individual y en consultorio una vez aparecida la problemática; en la población
de PROA sostiene un abordaje preventivo y de promoción de la salud. Este abordaje
apela a una concepción comunitarias ya que consideran que una respuesta posible al
dolor del adolescente consiste en reforzar redes comunitarias mediante la creación de
espacios que permitan construir puentes entre los sujetos, las instituciones y la
comunidad. Apuntan al efecto multiplicador del abordaje preventivo, como los mismo
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jóvenes que participan en talleres o jornadas pueden trasmitirles sus vivencias a otros.
Además se comprende a la salud como una práctica social y por lo tanto a estimular a
la población a tomar una posición activa en relación a la resolución de conflictos y
búsqueda del bienestar, que sea la comunidad la que adopte el rol protagónico.
Además abordan la subjetividad desde la complejidad, desde los aspectos
intersubjetivos, interaccionales, intrasubjetivos, sociales, económico, políticos y
culturales.

6) ¿Qué función cumplió́ para los autores la frase “Hey paren, las penas no se olvidan
ni con porros ni bebidas!” dicha por uno de los jóvenes?

Según los autores, esta frase conmovió, despertó y habilito nuevos saberes y debates.
Significo un corte, un intervalo en el hablar vertiginoso que venia apareciendo en
donde se puede acotar el exceso de goce.