Está en la página 1de 8

1

Mariela Weskamp UCES


ESTADIO DEL ESPEJO. LA AGRESIVIDAD EN
PSICOANÁLISIS

Lacan se pregunta como se produce el yo del cual nos da


cuenta el psicoanálisis.

Estadio del espejo. Toma la experiencia de lo que le sucede


a un niño entre los 6 y 18 meses cuando está frente a un espejo. El
infans, que no tiene dominio de su cuerpo, porque el nacimiento
del humano es prematuro, ve, sin embargo su imagen completa.

Esto unifica su cuerpo y es una impronta que constituye el


psiquismo humano, será la matriz del psiquismo. El niño anticipa
en el plano mental la conquista de la unidad funcional de un
cuerpo que aún realmente no posee

La imagen virtual, que allí se organiza, es un molde una


matriz a partir de la cual queda alienado en esta imago
(representación inconsciente, esquema imaginario adquirido) que
asume como propia y que es exterior a él. Esta forma le es dada
como Gestalt, como exterioridad y es constituyente (no
constituida por él sino que lo constituye).
Así queda preso para siempre de su imagen o la imagen que
los otros le dan. Se verá por los ojos de los otros que lo verán
como el espejo donde se refleja. Queda para siempre alienado en
el otro que lo constituye en esta imagen que le viene de afuera. Al
tiempo que le da unidad lo enajena queda sujetado, apresado en
el otro. El yo no es el centro sino que el centro está puesto en el
otro

Esta imago organizará toda su relación con la realidad y su


relación con los otros. Le da una unidad, crea el adentro y el
afuera del cuerpo, establecerá un modo de relacionarse con el
afuera.
2

Esa experiencia es una identificación (necesaria para el


paso de la fragmentación del autoerotismo a la unidad del
narcisismo), en el sentido de la transformación producida cuando
se asume una imago y es vivida en la esfera de lo visual: el niño
ve la imagen, y se reconoce en ella. Se identifica primordialmente
con la Gestalt visual de su propio cuerpo.

Imago no es lo mismo que imagen. Ver concepto de imago


en “La Familia” como constelación imaginaria hecha de
sensaciones cuya raíz es inconsciente. La imago incluye las
sensaciones, no se limita a lo visual. “La función de la imago es la
de establecer una relación del organismo con su realidad”. Del
mundo interno con el medio ambiente. No es que el hecho de
percibir arme la imago sino que esta imago organiza el modo de
percibir el mundo, va a hacer que el mundo sea percibido de esa
manera. Por eso dice “la forma total del cuerpo le es dada como
gestalt, como exterioridad en donde esa forma es más
constituyente que constituida” Es constituyente y no
constituida.
La imago es la representación inconsciente. Más que una
imagen es un esquema imaginario adquirido.

Lo que demuestra el reconocimiento, que se reconoce en la


imagen son los signos de júbilo y el juego que comienza con su
imagen en el espejo
Esta imagen lo transforma y la asume como propia. El otro
es él, él es el otro. La identificación a esa imagen virtual
conformará el YO IDEAL.

Mariela Weskamp UCES


Cuando se ve en el espejo, se desata un comportamiento. El
yo es lo que pasa allí y no lo que pasa acá. Cuando se mueve él
hay algo que se mueve y algo que no. Percibe y se apercibe.
Quiere decir que debe hacer algo con eso (esto no lo hace el
animal). El niño hace algo con eso que ve, le “rebota” dice Lacan.
3

La experiencia del bebé frente al espejo tiene cuatro


elementos: apercepción situacional (darse cuenta de algo y hacer
en consecuencia), mímica iluminante (lo que lo deslumbra de
aquello que ve), ajetreo jubiloso (la alegría que le produce lo que
ve y el intento de erguirse para alcanzar la imagen), partición del
complejo virtual (se da cuenta que hay algo que se mueve que es
yo y algo que no se mueve que es no yo)

En el animal la gestalt desencadena un comportamiento


(siempre el mismo) y ahí se termina la situación. Ejemplo el ver
una paloma le desencadena a la otra el desarrollo sexual y si le
ponen un espejo enfrente esa imagen le desencadena lo mismo. O
sea que esta gestalt tiene efectos sobre el organismo de la paloma

El infans percibe la imagen pero no se agota en el control


que adquiere a partir de esta sino que esta “rebota” en una serie de
comportamientos con su propio cuerpo, con las otras personas y
con los objetos que se encuentran junto a él
Ver “Este acto…. Hasta junto a él” pag 86

Esto conforma el primer narcisismo y esta identificación


narcisista determina la estructura formal del yo. El humano se fija
en una imagen que lo enajena a sí mismo y en esta forma toma su
origen su yo. El hombre por primera vez se ve reflejado y se
concibe como distinto, como otro de lo que él es esto va a
estructurar todo el modo de relación con los otros y los objetos.

La realidad se constituye desde el otro. El hombre se conoce


en el otro y así arma su yo, su conocimiento de los objetos y de la
realidad. A esto nos referimos cuando hablamos de
“Descentramiento del yo”, porque el centro está puesto en el otro.

El estadio del espejo inaugura dependencia del otro, no hay


yo autónomo. El conocimiento llega desde afuera, por eso dice
que el conocimiento es paranoico, porque se supone que el otro
sabe de mí, quiere de mí, está en relación de incidir en lo que soy
yo. El yo empieza afuera, cualquiera sabe de mí, el otro nos dirá
quién somos. El sí mismo en el origen está afuera.
4

El niño por la visión de su semejante recibe del otro


(pequeño otro) la imagen causal, matriz de su imagen especular.
Durante todo el tiempo del transitivismo se confunde con el otro
y no puede distinguir claramente su cuerpo del cuerpo del
semejante.

Lacan dice que lo que más le interesa de esta experiencia es


el ocaso, es decir, cuando el niño habiendo pasado por esta
aventura imaginaria, puede pasar por el espejo y seguir como si
nada. Esto indica que ya hay apropiación de esta imagen, ya no
queda totalmente alienado en ella, aunque esta alienación persiste
a lo largo de la vida.
El narcisismo primario (yo ideal) tiene que ver con la
captación, mientras que el Narcisismo secundario, tiene que ver
con la apropiación y el armado del Ideal del yo, en el ocaso del
estadio del espejo.

Mariela Weskamp UCES


LA AGRESIVIDAD EN PSICOANÁLISIS

Tesis IV
La agresividad es la tendencia (inclinación, propensión)
correlativa de un modo de identificación que llamamos narcisista
y que determina la estructura formal del yo del hombre y del
registro de entidades característicos de su mundo.

La agresividad es algo inherente a la naturaleza humana.


Lacan intenta comprender la naturaleza de la agresividad en
el hombre y su relación con la forma de su yo y de sus objetos.
Dice que la agresividad es estructural, está ligada a la relación
5

narcisista y a las estructuras de desconocimiento que caracteriza a


la formación del yo.
Todas las reacciones agresivas son respuesta a la
fragmentación de alguna forma del yo, no se trata de la
intencionalidad sino que es una tendencia que resulta de cualquier
situación en la cual el yo se fragmente.
Cuando algo fragmenta la unidad aparece la tendencia
agresiva. No es del orden de la intención, de algo determinado por
la voluntad
Esta tendencia tiene que ver con el modo en el cual el yo se
constituye. La tendencia es la reacción a la fragmentación del yo,
cuando algo fragmenta la unidad desencadena la tendencia a la
agresividad
La serie de las reacciones agresivas responde a esta cuestión
estructural y tiene que ver con la dialéctica de la constitución del
yo y de los objetos

Esta estructura narcisista es irreducible, no se puede reducir,


la tensión agresiva va a ser normalizada pero no desaparece. La
agresión está ligada a la fragmentación.

La agresividad es producto de la estructura narcisista del


sujeto que rivaliza consigo mismo, consigo mismo que está
afuera, en el otro.
El yo ideal tiene que coordinarse punto por punto con la
imagen, es una coordinación perfecta o una catástrofe. Siempre
espera que vuelva del otro lo que se espera. Cuando aparece algo
distinto se rompe la “comunión especular” y surge la agresividad
como rechazo a todo lo que modifica lo idéntico.
“Esta relación erótica en que el humano se fija en una
imagen que lo enajena a sí mismo es la forma donde toma su
origen esta organización pasional que es el yo”. La agresividad es
la tensión (rechazo) correlativa a la coordinación “fijada” a esa
primera imagen.
Esto es una matriz, un molde en el que precipitan todas las
identificaciones posteriores.
Con el semejante, el otro, en los celos en donde el otro está
en el lugar en el cual se quiere estar y tiene lo que se quiere tener.
6

Esta forma cristalizará en la tensión conflictual interna al


sujeto que determina que su deseo se despierta por el objeto del
deseo del otro. Esto desemboca en una competencia agresiva de la
cual nace: el prójimo (semejante), el yo y el objeto que rompen la
comunión (participación en lo común) especular.
Es así que inicialmente el otro (semejante) sólo puede
aparecer como idéntico o como intruso
Todo lo que rompe la comunión especular genera agresión.

Mariela Weskamp UCES


Habrá para siempre tensión entre unidad y fragmentación.
Entre armonía y discordancia
Podemos relacionar esta armonía con la alucinación, con
esta ilusión inicial de la cual nos habla Winnicott. Para poder salir
de esta captación, de esta alienación especular, es necesario que se
introduzca discordancia en la armonía. La constitución humana no
es armónica, no hay un medio al cual instintivamente se adapte.
Esta discordancia, es estructural y necesaria y saca al infans
de la alucinación y le permite construir la realidad.
Es necesario que aparezca falla en el narcisismo y se la
acepte. El paranoico queda apresado en esto.

¿Qué le pasa al infans en su relación con el semejante?

Transitivismo. (Transitivo: Que pasa y se transfiere de uno a


otro).
Entre los 6 meses y los dos años y medio esta captación por
la imago de la forma humana domina toda la dialéctica del
comportamiento del niño en presencia de su semejante. En este
tiempo lo que le pasa al niño y lo que le pasa al otro se
confunden. Lo que le pasa a él lo transfiere al otro y viceversa. El
que pega dice haber pegado…

Cuando el infans ve al semejante se ve él allí. Intenta


mantener una comunión entre él y la imagen, el yo ideal. Cuando
7

el otro tiene un objeto rompe esta identidad y lo quiere. Aparece


el deseo por ese objeto que se presenta a través del otro.
Entonces ese yo (je) que está en comunión con su imagen
(moi) no tolera una discordancia introducida por el objeto que “se
presenta” y la interpreta como una desintegración, como una
ruptura del yo ideal y desencadena la agresividad.
(ejemplo: de eso saben de sobra las maestras jardineras que no
sirven de a uno sino al mismo tiempo, vasos del mismo color,
modos de pacificación).
El yo (je) es la posición simbólica del sujeto, mientras que
el moi es la construcción imaginaria. Es eso que se constituye en
el espejo y del cual el yo (je) habla, dice.
La diferencia genera la tensión agresiva. Quiero eso que
tiene el otro porque con eso la imagen se completa, pero cuando
se lo saco la imagen aparece descompletada.

¿Cómo se sale de esta alienación especular, de esta tensión


agresiva?

Se sale de esto porque aparece la regulación de lo simbólico,


la legalidad, la palabra ordenadora.
La función pacificadora se produce porque hay una regla
que lo antecede, la prohibición del incesto que pone orden y
pacifica.
Esto no tiene solución si no es por la intervención de un
tercero que pone orden. Esto va a ir construyendo el Ideal del yo
en donde hay diferencia entre lo que yo es y lo que quisiera ser. El
Ideal del Yo tiene que ver con verse amable para el Otro. Ser
como el Otro espera.

Estas reglas van configurando el Ideal del Yo: el yo como


quiere ser por lo que el otro le dice. El yo que quisiera ser de
acuerdo a los ojos del otro.
La diferencia entre la imagen que ve de sí y la que le vuelve
desde el otro permite la diferencia entre el yo y el otro.

Mariela Weskamp UCES


8

El Ideal del yo tiene una función pacificante y se construye


edípicamente a través de la regulación de los intercambios. La
función pacificante que el ideal del yo puede venir a ocupar (los
sentimientos de orden, respeto) depende de la resolución de la
agresividad que no tolera al prójimo y en donde el hermano es
solamente un enemigo

Ya que normaliza la libido culturalmente. La identificación


edípica permite trascender la agresividad constitutiva de la
primera individuación subjetiva. Se instaura una distancia y
sentimientos de orden y respeto.

En cualquier tránsito de la vida, entre la presencia de una


frustración libidinal y su pasaje a una “sublimación normativa”
podemos volver a encontrar una tensión agresiva propia de la
discordancia sufrida en el nivel de la identificación narcisista.

Ejemplos: Para un yo “armado frágilmente” cualquier cosa


es dañina, susceptibilidad permanente. Cualquier ofensa ataca al
narcisismo ¿por qué a mí?
Es la tendencia que se desata cuando “le tocaron” la imago. Lo
mismo le pasa con el otro, cuando no es exactamente lo que
espera, cuando no responde como espera, cuando no se adecua a
la forma.
En la paranoia se ve este exceso de susceptibilidad.
Podemos pensar que por eso los cambios corporales de la
pubertad producen “fragmentaciones yoicas”.

También podría gustarte