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Los componentes de un modelo pedagógico y su relación con la

inclusión educativa
Herrera Pastrana Javier Segundo
coordinador035@gmail.com
Línea de profundización seleccionada: Inclusión

El presente ensayo tiene como propósito exponer los componentes del modelo
pedagógico y su relación con la inclusión educativa. Inicialmente, se realiza una
aproximación conceptual sobre lo que se entiende por modelo pedagógico y sus
elementos constitutivos y la forma de cómo se desarrollarían en las instituciones
educativas. Finalmente, se presentan algunas reflexiones en torno a las implicaciones
que conlleva la implementación de un modelo pedagógico inclusivo.
Un modelo pedagógico, se puede definir como la forma de orientar los procesos de
aprendizaje y enseñanza para la formación de un tipo de hombre o mujer en un
momento histórico determinado y se fundamenta en la psicología, psicopedagogía,
antropología y sociología, en la didáctica, en la relación docente-estudiante y en las
particularidades de un contexto. Dependiendo del pedagogo - investigador, se pueden
determinar los elementos o componentes de un modelo pedagógico.
Para Flórez (1997), los modelos pedagógicos tienen cinco elementos constitutivos que
son: “La meta, método, relación: docente/alumno, desarrollo y contenidos” (p. 176).
Donde cada teoría pedagógica, responde a las preguntas esenciales que cada pedagogo
se ha formulado a lo largo del tiempo.
Existen criterios (componentes) que permiten distinguir un modelo pedagógico de otro,
tal como se sostiene a continuación: “Definir el concepto de ser humano que se pretende
formar, o la meta esencial de formación humana, caracterizar el proceso de formación
del ser humano (desarrollo, dinámica, secuencia), describir el tipo de experiencias
educativas y contenidos curriculares que se privilegian para impulsar el proceso de
desarrollo, describir las regulaciones y las interacciones entre el educando y el
educador (Relación pedagógica), describir y prescribir métodos y técnicas de enseñanza
y evaluación que pueden utilizarse eficazmente en la práctica educativa. (Ortiz, 2013 p.
46 - 47).
Por su parte De Zubiría (2014), sostiene que los componentes del currículo (que son los
mismos del modelo pedagógico), son los siguientes: “El contexto, las finalidades, los
contenidos, las secuencias, las estrategias metodológicas y la evaluación” (p. 38 – 39).
Donde cada uno de estos componentes, debe responder a preguntas cruciales tales
como: ¿A quién enseñar? ¿Para qué enseñamos lo que enseñamos? ¿Qué enseñamos?
¿Cuándo enseñar? ¿Cómo enseñamos? y ¿Para qué? ¿Qué? ¿Cómo evaluamos?
A partir de las anteriores preguntas, se puede esbozar cómo sería un modelo pedagógico
flexible que permitan la inclusión y la atención a personas con discapacidad en el
sistema educativo.
¿A quién enseñar?
En este punto es de suma importancia conocer al estudiante y su contexto inmediato,
para el caso de estudiantes con alguna discapacidad, el docente debe compenetrarse con
su familia, conocer de su historia y génesis de la discapacidad. Hoy en día, se cuenta
con instrumentos facilitados por el Ministerio de Educación Nacional1 y Secretarías de
Educación Municipales2 para hacer caracterización de nuestros estudiantes. En la
medida que el educador conozca sus estudiantes es más fácil entender su situación,
intereses y necesidades.
¿Para qué enseñamos lo que enseñamos?
La anterior pregunta se refiere a los fines de la educación. Al respecto De Zubiría
(2014), dice: “La escuela debería preparar para la vida, hoy siempre, y debería asegurar
la felicidad y la socialización del niño o niña, aquí y ahora” (p. 60). Por lo tanto, toda
educación debe propender por el pleno desarrollo de la personalidad dentro de un
proceso de formación integral, más si se trata de estudiantes con alguna discapacidad;
la escuela ha de facilitar dentro de sus intencionalidades que sus estudiantes no solo
alcancen unos conocimientos, sino un desarrollo en todas sus dimensiones: en lo
afectivo, lo cognitivo y lo práxico, es decir, la integralidad en la medida de sus
condiciones. Será una tarea perentoria de cada institución reflexionar sobre cuáles sería
esos fines de la enseñanza y su materialización.
¿Qué enseñamos?: Los contenidos o la concreción de las finalidades educativas.

1
http://www.mineducacion.gov.co/1759/w3-article-360293.html
2
Alcaldía de Montería, Secretaría de Educación Municipal. Caracterización pedagógica de estudiantes en
proceso de educación inclusiva: Fase 1 y 2. Montería, 2018.
De Zubiría (2014), dice: “En los contenidos se plasman de manera relativamente clara
las intenciones educativas. Y por ello los contenidos son expresión, desarrollo y
concreción de las finalidades educativas” (p.63). En este punto, una escuela que opte
por un modelo pedagógico inclusivo, debe determinar qué tipo de contenido va a
privilegiar: afectivos, cognitivos o práxicos. Porque de ello, también se establecen los
propósitos de formación. Se sugiere, trabajar la integralidad para no caer en una
dicotomía entre: lo afectivo o cognitivo; lo afectivo o práxico o viceversa. Lo
importante, sería preguntarnos: ¿Qué es lo que realmente se debe enseñar en la escuela?
Siguiendo a Coll (2006), dice: ¿Cuáles son los contenidos esenciales para la educación
básica? ¿Qué es en sentido estricto imprescindible y qué puede obviarse? (p.73). Y que
entendiendo lo básico – imprescindible como aquello que un estudiante que no lo
adquiera: a) vería condicionado de manera sensible y negativa su desarrollo personal y
su futuro social, b) su proyecto de vida y c) se ubicaría en una posición de claro riesgo
de exclusión o segregación social” (Coll, 2007 p. 73). Llama la atención lo expresado
por César Coll en el literal c). Donde claramente sostiene que si la escuela no enseña lo
básico – imprescindible, el educando se verá en riesgo de exclusión social, con mayor
razón los estudiantes que tienen alguna discapacidad. ¿Qué les debe enseñar en la
escuela a ellos?
¿Cuándo enseñar?
En este punto se debe, revisar la literatura relacionada con el desarrollo del
pensamiento, para este caso, se sugiere a Piaget, el cual proponen cuatro estadios: a).
Etapa sensorio-motora: la cual abarca desde el nacimiento hasta los 2 años. b). Etapa
pre-operacional: desde los 2 años hasta los 7 años aproximadamente. c). Etapa
operaciones concretas: de 7 a 11 años aproximadamente y d). Etapa operaciones
formales: que comienza en la adolescencia y se extiende hasta la edad adulta. Como el
trabajo es con niños y niñas con discapacidad, la escuela ha de reflexionar sobre en qué
condición de discapacidad se encuentra el niño o niña para poder ser pertinente en su
desarrollo. Al respecto el Ministerio de Educación Nacional (2018), realizó ajustes y
definiciones a las categorías de discapacidad, capacidades y talentos excepcionales. Lo
cual permite tener claridad conceptual sobre el estado actual de las categorías de
capacidades y talentos excepcionales.
¿Cómo enseñamos?
Se refiere a las estrategias metodológicas o las maneras de trabajar en el aula. Aquí se
puede parafrasear el refrán que dice: “dime con quién andas y te diré quién eres”. Dime
cómo enseñas y te diré cómo aprenden los estudiantes. De la concepción que tenga el
maestro del aprendizaje así también será su enseñanza. Si se trata de estudiantes con
alguna discapacidad, el maestro debe ser muy versátil porque debe poner a la
disposición de ellos, las mejores formas de enseñar hoy en día, es decir, la didáctica.
En este punto es fundamental que el maestro, tenga como referente el Documento del
Ministerio de Educación Nacional sobre las orientaciones técnicas, administrativas y
pedagógicas para la atención educativa a estudiantes con discapacidad en el marco de la
educación inclusiva3, el en cual presenta un abordaje pedagógico para cada una de las
discapacidades. No hay que olvidar que las metodologías deben estar centradas en las
características del estudiante, no en los contenidos, facilitando la diversificación de la
enseñanza y personalización de las experiencias de aprendizajes comunes.
¿Para qué? ¿Qué? ¿Cómo evaluamos?
El último componente de un modelo pedagógico y no por eso el menos importante, todo
lo contrario es de una gran relevancia. En él confluyen todos los demás componentes, es
más existe un interdependencias entre todos los componentes o elementos que
conforman un modelo pedagógico. Este elemento, es tal importancia que el mismo
Ministerio de Educación Nacional al momento de promulgar el Decreto 1421 de 2017
(por el cual se reglamenta en el marco de la educación inclusiva la atención educativa a
la población con discapacidad), modificó al Decreto 1290 de 2009 (por el cual se
reglamenta la evaluación del aprendizaje y promoción de los estudiantes de los niveles
de educación básica y media), y a su vez del Decreto 1075 de 2015 (por medio del cual
se expide el Decreto Único Reglamentario del Sector Educación), subrogando la
Sección 2 del Capítulo 5, Título 3, Parte 3, Libro 2, de dicho decreto. Todo lo anterior,
por el tema de la evaluación, al respecto dice: “Para la evaluación de los estudiantes con
discapacidad, el ICFES realizará una adaptación equiparable a la prueba empleada en la
aplicación censal de población general, para lo que deberá: a) Diseñar formatos
accesibles con ajustes razonables en los exámenes de Estado, con la finalidad de
garantizar una adecuada y equitativa evaluación del desarrollo de competencias de las

3
Ministerio de Educación Nacional (2017). Documento de orientaciones técnicas, administrativas y
pedagógicas para la atención educativa a estudiantes con discapacidad en el marco de la educación
inclusiva. Bogotá: Autor.
personas con discapacidad; b) Confirmar con el estudiante el tipo de adaptación que
requiere para la prueba, de acuerdo con el reporte realizado por los establecimientos
educativos para efectos del diseño y administración del examen que deba ser practicado;
c) Garantizar los ajustes razonables que se requieran para la inscripción y la
presentación de los exámenes de Estado por parte de personas con discapacidad, los
cuales deberán responder al tipo de discapacidad reportada por el usuario al momento
de la inscripción, ser verificables y no interferir con los protocolos de seguridad de la
evaluación (Decreto Reglamentario 1421 de 29 de agosto de 2017). Como se puede
apreciar, si el mismo Ministerio de Educación Nacional, ha realizado cambios
sustanciales al momento de evaluar a los estudiantes, con mayor razón el docente en su
práctica pedagógica diaria, está llamado a incorporar e implementar diferentes formas
de evaluar a sus estudiantes en especial aquellos que tienen alguna discapacidad.
Finalmente, optar por un modelo pedagógico inclusivo, tiene algunas implicaciones,
tales como: que la comunidad educativa pueda desarrollarse dentro de un entorno justo,
solidario y acogedor, y en la que la colaboración de los padres y madres es fundamental.
Una institución que apoye, atiende y satisfaga las necesidades de todos y no sólo de
unos pocos. Un modelo pedagógico tolerante en el que se aceptan y potencian las
características y circunstancias de cada uno.

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