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SUSANA BIANCHI: PERONISMO Y SUFRAGIO FEMENINO: LA LEY ELECTORAL DE

1947
Pese a lo que el acto del 23 de septiembre de 1947. Pretendió identificar los derechos políticos
de las mujeres con el peronismo. Lo cierto es que el problema del sufragio femenino tenia larga
data en la Argentina. Ya en los primeros años del siglo XX, los derechos de la mujer habían
sido reivindicados por los socialistas. Tanto el Centro Socialista Femenino (1902) fundado por
Fenia Chertkoff, como la Unión Femenina Nacional (1918) presidida por Alicia Moreau de
Justo, habían desarrollado activas campañas a favor de los derechos civiles y políticos de las
mujeres y en contra de su explotación social, levantando principalmente la reivindicación de las
mujeres trabajadoras y obreras
Por otra parte, la argentina no había quedado al margen del desarrollo internacional del
feminismo. De este modo habían surgido otros grupos de mujeres que centraban sus actividades
en torno a la defensa de los derechos femeninos, por ejemplo, el Comité Pro- Sufragio
Femenino (1907), la Asociación Pro- derechos de la Mujeres, que cuenta con la participación de
Alfonsina Storni (1918) y el Partido Feminista Nacional (1919) organizado por Julieta Lantieri
como un partido político
A comienzo de los años 30, la cuestión de los derechos de las mujeres sufre cambios. Las
organizaciones femeninas abandonan reivindicaciones mantenidas anteriormente, para
circunscribirse exclusivamente a la cuestión del sufragio. En 1928 Mario Bravo un proyecto de
voto femenino que queda en olvido tras el golpe del’30. La restauración del orden conservador
significo la afirmación de los valores tradicionales, de los que quedaban excluidos las mujeres.
Dentro de ese clima de ideas , en la provincia de San Juan, donde desde 1927 las mujeres tenían
derecho al voto en las elecciones municipales y provinciales, la intervención federal elimina a
las ciudadanas del padrón. No obstante algunos grupos de mujeres continúan la lucha por el
sufragio. En julio de 1930, Carmela Horne de Burmeister funda el Comité Argentino Pro-
Voto de la mujer. El Comité se declara prescindente en cuestiones políticas religiosas y
sociales y considera su único objetivo lograr el voto para las mujeres en los mismos términos
que la ley Sáenz Peña: secreto, universal y obligatorio. Sin embargo, el Comité no escapa al
clima de la época por lo cual cuando en 1932 el Comité se trasforma en la Asociación
Argentina del sufragio Femenino, su posición frente al sufragio femenino queda bastante
limitada en relación con su postura anterior, dado que solo solicita el voto, para las mujeres
mayores de edad y alfabetizadas. En este sentido, la Asociación, coincide con las ideas
nacionalistas predominantes en la década del ’30 y su preferencia por el voto calificado.
La cuestión del voto femenino vuelve a aparecer en el Congreso en 1932, Alfredo Palacios
presenta tres proyectos, pero ninguno logra tener éxito.
En 1936 surgen dos nuevas organizaciones que se suman a la reivindicación del sufragio
femenino: la Federación Argentina de Mujeres Universitarias, fundada por la médica Irma
Vertua y María Teresa Ferrari y la Unión Argentina de Mujeres presidida por Victoria
Ocampo. Esta organizaciones presentan en 1938 un proyecto de ley al senado, Este intento será
el último de la década. Por otra parte, el estallido de la segunda guerra mundial cambia la
situación. Las mujeres, que integraban la Unión Argentina de Mujeres pasan en su mayoría a
formar parte de la Junta de la Victoria y las acciones a en pro del voto son postergadas en
función de la lucha anti-fascista.
SUFRAGIO FEMENINO EN LOS ORIGENES DEL PERONISMO.
El golpe militar de 1943 plantea una nueva situación, poco favorable para el voto femenino. Sin
embargo la heterogeneidad del Golpe del ’43, amplio la participación a los sectores
populares, lo cual a su vez permitió que la cuestión de los derechos políticos femeninos vuelve a
ser retomados.
El proyecto populista de Perón, busco incorporar a los sectores marginados, para evitar su
deslizamiento hacia tendencias revolucionarias. Para conseguir el apoyo de los sectores
populares era necesario obtener el consenso y el apoyo del Estado Benefactor. En segundo
lugar, era necesario ampliar las bases de sustentación convocando a aquellas que nunca habian
alcanzando una concreta participación politica. De esta manera para esta ampliación de la base
politica que requeria este populismo, el sufragio femenino se tornaba una medida
imprescendible
Siguiendo esta linea, en octubre de 1944, en el ámbito de la Secretaria de Trabajo y previsión
se crea la División de Trabajo y Asistencia a la Mujer, a cargo de Lucia de Gregorio Lavie.
Esta División intenta transformarse en el centro de la movilización politica que nuclee a las
mujeres en torno a la cuestión del sufragio. Dentro de la Division se crea en 1945, la Comision
Pro- Sufragio Femenino, presidido por Rosa Bazan de Camara. El problema del sufragio había
dejado de ser reinvindicacion de grupos privados y opositores, para ser asumido por el mismo
oficialismo que buscaba movilizar a las mujeres para incorporarlas a las practicas politica.
Planteadas, así las cosas, el sufragio femenino parecía considerarse un asunto resuelto. Pero su
posible aprobación genero reacciones distintas por parte de las organizaciones que habían
venido bregando por el sufragio. La Asociación Argentina del Sufragio Femenino, que
presidia Carmela Horne Burmeister no vacila en presentar su apoyo a las acciones que se
desarrollan desde la Secretaria y adhiere a la Comisión Pro- Sufragio Femenino. En cambio, la
Unión Argentina de Mujeres se encuentra entre los grupos que ejercen una cerrada oposición.
Finalmente, en 1945 confluyen en la Asamblea Nacional de Mujeres distintas organizaciones
femeninas de marcado carácter anti-peronista y presidido por Victoria Ocampo, que resuelven
rechazar el voto otorgado por un gobierno de facto al mismo tiempo que reclama que el
gobierno sea asumido por la Corte Suprema.
Dentro de los sectores que apoyan a Perón, las mujeres estaban organizadas a nivel barrial en
Centros Cívicos que reúnen a mujeres de la Junta Renovadora del radicalismo y otras de la
extracción obrera. No obstante, la movilización de mujeres en apoyo a la formula Perón-
Quijano alcanza su mayor expresión cuando dentro del Centro Universitario Argentino, donde
participaban Ricardo Guardo y Ramón Carrillo, se forma la Secretaria Femenina. Desde donde
Haydee Frizzi de Longoni procura entroncar la acción de las mujeres universitarias con las de
extracción gremial: en un acto de febrero de 1946, 20 mil mujeres cubren ampliamente las
instalaciones del Luna Park. La fervorosa participación de mujeres en la campaña electoral del
peronismo tiene su contrapartida también en la nutrida presencia femenina que se da dentro de
los sectores que integran la Unión Democrática, que también contara con su Secretaria
Femenina
MUJERES Y CAMBIO SOCIAL
Durante la década del 30 y comienzos de la del 40 se registran una serie de cambios tendientes a
adecuar la economía del país a las nuevas condiciones del mercado mundial. Los cambios más
importantes se registran en el tipo de trabajo que realizan las mujeres, las cuales se centran en el
sector secundario y terciario, lo cual denota la profesionalización que van adquiriendo las
mujeres, las cuales llegan a ocupar cargos en la administración pública, docente, etc.
Paralelamente la misma estructura familiar denota transformaciones. Según Germani (24) entre
1936 y 1947 se acentúa la tendencia a reducir la edad de los casamientos, siendo más frecuente
los matrimonios entre personas jóvenes, lo que puede asociarse con las mejoras en las
situaciones económicas que se registran durante los años de la Segunda Guerra Mundial. A
partir de varios datos económicos y sociales se expresa el cambio dentro de la estructura de la
familia que indudablemente inciden en la posición de las mujeres y en las imágenes y
representaciones que se genera culturalmente: se percibe la mujer alejándose de la maternidad y
del mundo doméstico y con una mayor presencia en el ámbito público. Y esta imagen, si bien
generan alarma en cuanto se las asocia con la destrucción de la familia y la perdida de los
valores tradicionales, al mismo tiempo crean un mayor consenso acerca de la presencia pública
de la mujer y de sus derechos políticos.
EVA PERON Y EL SUFRAGIO FEMENINO
Apenas asume la presidencia, Perón vuelve a la cuestión de los derechos políticos de las
mujeres. En su primer mensaje al Congreso, se pronuncia a favor del sufragio femenino. El
consenso al respecto ya era generalizado y con un congreso depurado de sus elementos más
conservadores no se presentaba ningún obstáculo serio. Incluso el principal partido de
oposición, la Unión Cívica Radical, ya se había asumido la cuestión como propia. De esta
manera en agosto de 1946 el proyecto de ley del sufragio de voto femenino ya tenia media
sanción de la Cámara de Senadores. Sin embargo, pese al acuerdo y a la falta de una oposición
real a principio de 1947, Eva Perón es colocada al frente de una campaña a favor del voto
femenino. El diario la Democracia se encarga de la divulgación del protagonismo de Eva Perón.
La influencia que Eva de Perón va consolidando desde 1946 debe buscar algún tipo de
legitimidad ¿Cuál es el lugar que ocupa? ¿Por qué es ella y no otra la que encabeza esta
campaña por el sufragio femenino? De allí que importe particularmente analizar en los discursos
dirigidos a las mujeres, el modo en que se define y caracterizo la posición de Eva Perón dentro
del peronismo, así como los objetivos que se buscan lograr mediante la campaña, a través de la
definición y caracterización de la ciudadanía femenina.
En su primer discurso de la campaña a favor del sufragio, Eva se dirige a las mujeres en la
medida que ella se reconoce como la Mujer de Perón “así como el destino me hizo ser la esposa
del general Perón, vuestro presidente me hizo también adquirir la noción paralela de lo que
significa ser la esposa del coronel…”
Eva se diferencia a si misma a partir de su vocación de servicio, su altruismo y capacidad de
entrega a los demás, diferenciación que le permitía acceder a una posición de cierta autonomía y
a ocupar un lugar que pronto se perfila como propio “antes de ser la primera dama de los
argentinos, soy Evita para todos los que me necesiten”
Pero esta autonomía, este lugar propio que le da ser Evita, definido por su altruismo y capacidad
de entrega, es posible en la medida que ella misma encarna el peronismo-pueblo. Precisamente
en esa condición de mujer-pueblo radica la base del lugar específico que perfila para Eva, lugar
que no solo le permite reformular su posición de mujer del presidente, sino que constituye la
diferencia más importante que se establece entre ella y el mismo Perón. Perón es el que llega de
afuera y se dirige hacia el pueblo como un acto de servicio. Eva en cambio, ha salido del
pueblo. Y esta doble posición que ocupa Eva (mujer de perón/ Evita mujer del pueblo) permite
definir su función: la mediadora
MUJERES E HISTORIA
A partir de la afirmación de que Perón es el primero en reconocer los derechos de la mujer se
diluye el pasado de la reivindicación del sufragio.
De allí que la historia del voto de las mujeres sea entroncada exclusivamente con la historia
peronismo, es decir con la historia de la patria misma. Y en esa historia se encuentra la segunda
justificación de la legitimidad del voto femenino. Dado que su participación en la jornada
fundacional del peronismo, es lo que permitió a las mujeres alcanzar su “visibilidad” en la
historia y la legitimidad de sus derechos ´políticos.
LA CIUDADANIA DE LAS MUJERES: ELEGIR Y VIGILAR
Las mujeres son reconocidas con problemas y aspiraciones comunes que les otorga identidad y
una unidad específica. A partir de este reconocimiento, la mujer que puede y debe votar es
convocada por Eva a partir de la nueva visibilidad que le otorga el peronismo y de la posición
que ocupa en la sociedad. Este reconocimiento del espacio público ganado por las mujeres es
presentado como otra de las justificaciones de la legitimidad del voto femenino, sin embargo, el
derecho al voto no les será otorgado a partir de ese reconocimiento, sino que este se justifica en
tanto la mujer representa a la guardiana del hogar y de la familia. En este sentido hay que tener
en cuenta que las mujeres son apeladas por el peronismo desde sus roles domésticos y
convocadas a sufragar no por un proyecto político sino en defensa de lo es considerado como
propio de su naturaleza, el hogar y la familia. La mujer es reconocida “defendiendo la mesa
familiar y el derecho a un destino menos duro. Defendiendo en resumen todo aquello que la
mujer tiene el deber de defender: su sangre, su pan, su techo, sus ensueños”
Sin embargo, esto no resulta contradictorio con la politización de las mujeres, en la medida que
se considera la defensa del hogar y la familia constituyen en sí misma una acción politica. En
ese plano de defensora y guardiana del hogar emerge el concepto de Bien común, que permite
diluir la dicotomía entre lo público y lo privado, entre lo político y lo domestico. Así diluida la
dicotomía entre lo privado y lo público, las funciones y el control que las mujeres tienen sobre
sus hogares pueden ser ampliadas a un ámbito mayor. El “vigilar” que las mujeres ejercen sobre
los suyos y sobre la economía y moralidad hogareña puede mediante el sufragio ser extendido al
resto de la sociedad. Así, el sufragio femenino puede ser definido como “la voluntad de elegir,
la voluntad de vigilar desde el sagrado recinto del hogar”
Así, la participación politica de las mujeres no significa de modo alguno cambiar su lugar social
en la politica sino más bien que refirma las actitudes, sentimientos y valores que son
considerados como propios de las mujeres. Elegir y vigilar no significa que las mujeres se
“masculinicen”. Pero al mismo tiempo esta posibilidad de elegir y vigilar desde el ámbito
doméstico al mundo público, hace necesario que la imagen de la mujer sea despojada de ciertas
connotaciones de subordinación. Se apela así a la su autonomía y capacidad de decisión.
Empero esta apelación a la autonomía y capacidad de decisión tiene sus limitaciones, dado que
la mujer aparecerá como acompañante y apoyo. Además, esa limitación estará dada también
por la posición de subordinación que ocuparan las mujeres en el orden público, con respecto a
Perón, quien aparece como líder del movimiento.
LA CIUDADANIA DE LAS MUJERES: CONSERVAR Y EDUCAR
A partir del retorno al hogar y la politización de los roles domésticos, la misión de las mujeres
de vigilar y moralizar la vida pública es el eje central del discurso peronista referido al sufragio
femenino.
Pero el sentido que le otorga el peronismo al sufragio femenino es diferente al que le otorgan los
socialistas. Dado que para estos últimos el sufragio femenino era una herramienta para
transformar la sociedad, era un medio para romper con los marcos tradicionales de la sociedad.
en tanto que para el peronismo, era un medio para conservar los valores tradicionales de la
sociedad Argentina. Así los supremos valores que la mujer debe conservar están ligados a la
defensa de la moral y la fe católica.
A partir de la identificación entre argentinidad, catolicismo y peronismo, la orientación
moralizante que asume el vigilar queda explicitada en la conservación dela religión y el hogar
cristiano. Y ese hogar tiene que ver fundamentalmente con la maternidad y la crianza y
educación de los hijos varones. Asi el deber de la mujer argentina, es engendrear héroes.
LAS MUJERES PERONISTAS
Vigilar, conservar, educar, son las funciones políticas que cumplen las mujeres, funciones que
son reiteradamente destacadas a lo largo de la campaña por el voto femenino, que encuentra su
referente último en la voluntad de perón y que es presentada como una cuestión personal de
Eva, encargada de realizar la voluntad misma de Perón ¿pero ¿cuál es la posición en la que
ellas, las mujeres, son colocadas en el discurso?
Las mujeres a las que está dirigido este discurso son básicamente las mujeres peronistas,
identificadas como aquellas que forman parte del pueblo. Sin embargo, la campaña a favor del
voto se dirige a las mujeres, pero no las incluye, la campaña en su misma es una cuestión
personal de Eva Perón, que lucha por las mujeres, pero sin las mujeres. A la mujer solo se le
pide, reconoce, agradece la confianza el apoyo y la fe para algo que es su propia reivindicación,
pero que ha quedado en manos de Eva y las deja fuera de las mismas reivindicaciones “ sé que
miles de compañeras confían en mi”
Y esta posición que ocupan las mujeres en la campaña peronistas de “acopañantes o de
“apoyo”, tambien refleja la posición que ocupan en el conjunto de la sociedad. Dado que si
bien las mujeres se hicieron visibles en la historia, su participación es reconocida como
“alentando”, “prestando su apoyo” “colaborando”. Así, el sufragio significa también el derecho
y el deber de acompañar y apoyar a los hombres en su acción politica.
En el discurso peronista los hombres son exclusivamente trabajadores, mientras las mujeres son
fundamentalmente esposas o madres. Es esa posición de “acompañamiento” en que se coloca a
las mujeres se encuentra otro de los limites, la apelación a la autonomía y capacidad de
decisión. En síntesis, el discurso de Eva Perón a las mujeres retoma los elementos que el sentido
común atribuye como rasgos inherentes a la naturaleza femenina- altruismo, espiritualidad,
elevados sentimientos, intuición, tendencias conservadoras, etc. Al mismo tiempo que refuerza
su papel en el hogar y la maternidad. Si el peronismo buscaba la preservación de las estructuras
sociales, la idea de la familia como célula básica, la influencia de la Iglesia católica, la
educación de los niños, sabían ser retomados como importantes de control social.
LOS ENEMIGOS DE LAS MUJERES
A pesar de que la ley estaba en marcha y no parecía presentarse demasiados obstáculos para su
aprobación, la campaña implementada por Eva Perón adquiere el carácter de una intrépida lucha
a favor de las mujeres. Un incidente con los radicales permite das a la campaña este tono d
verdadera cruzada contra solapados enemigos.
Quien es este enemigo, al que desde el discurso peronista se le entabla la batalla y sobre el que
se obtiene el triunfo. Básicamente, el enemigo fundamental es la oligarquía, es decir el mismo
enemigo del peronismo- pueblo. Pero este enemigo es definido en términos de oposición y no
de alternativa y en esa medida es despojado de contenidos específicos.
Ante enemigos reales inexistentes ¿Cuál es el sentido que tiene el espíritu de lucha de la
campaña por el sufragio femenino que implementa el peronismo?
En primer lugar, la campaña que encabeza Eva, tiene por objetivo tanto legitimar, modelar y
otorgar un sentido al ejercicio de la ciudadanía de esta potencial fuerza politica, como
incorporarla, juntos con los hombres, a ese vasto movimiento que se identifica con la
nacionalidad. Pero, además, este carácter de lucha tiene también otro sentido, ya que
evidentemente sin batalla no hay victoria. De esta manera a través de la campaña, es Eva Perón
quien finalmente derrota al enemigo y obtiene el triunfo para las mujeres argentinas

BARRY CAROLINA (2009) cap. 3 “ Creación del partido” en Evita Capitana


Luego de la reforma constitucional (1949), se pone en el centro en la organización de la
Asamblea, la cual constituyo el primer paso para la incorporación de la mujer en la vida politica
¿pero ¿cómo se articulan las mujeres al partido?
Se dice que una vez Perón terminado con la Reforma reestructuro el Consejo Superior del
Partido Peronista, en el cual cobro preeminencia Mercante, convirtiéndose en una figura
indispensable a la hora de darle forma a la nueva estructura, aunque no ocupo una posición
formal dentro del mismo. Dado que el nuevo partido seria integrado por nuevos militantes, sin
trayectoria politica y formados en esos primeros años del peronismo.
La primera misión del nuevo consejo Superior fue organizar la primera Asamblea Nacional del
partido Peronista, en la cual el tema central giraba en torno al espacio que se les asignaría a los
distintos sectores que integraban el peronismo. Pocos días después el Consejo Superior dio a
conocer que la reunión partidaria tendría carácter de Asamblea a la que asistirían 3 mil
delegados de los cuales 500 serían mujeres. Estaba previsto que sesionarían por separado y que
las delegadas dieran inicio a la Rama Femenina bajo dirección de Eva Perón. Se supone de esta
manera que el movimiento de mujeres tendría autonomía total, sin ninguna dependencia del
consejo superior (Eva participaba en el consejo)
En las etapas previas a la organización del Partido Peronista Femenino se aprecia una suerte de
acuerdos y concilios pautados antes de la asamblea partidarias. Las formas de elección,
responden a los mecanismos utilizados en 1949. Los delegados del PP fueron elegidos
directamente por los interventores partidarios, en su mayoría eran diputados provinciales,
afiliados con cargos en los organismos del partido provincial. En cambio, las delegadas eran
mujeres conocidas por Evita o de gente de suma confianza como la esposa de Domingo
Mercante. En general eran empleadas, obreras, presidentas o integrantes de centros cívicos
femeninos, integrantes de la fundación Eva Perón, universitarias y profesionales.
La asamblea se llevó acabo el 25 de Julio. Lo más importante y sustancial del acto fue que por
primera vez la mujer compartía una manifestación Cívica argentina con los mismos derechos y
las mismas obligaciones que los demás ciudadanos de la república. Perón inicio la asamblea con
un discurso en el que dijo que el partido tenía tres direcciones: los superiores, medios y los
comandos directos. Después de la Asamblea, los hombres y las mujeres peronistas se reunieron
y trabajaron por separado, la rama masculina comenzó sus deliberaciones en la Federación del
Box, luego trasladada a Parque Norte, donde Evita fue invita a la reunión de los hombres del
partido. Allí pronuncio un discurso de neto corte político, además en este y en otras
pronunciaciones publicas trataba de presentarse como el nexo entre el gobierno y los
trabajadores. Decía también que el partido peronista femenino estaría formado a partir de una
unidad espiritual y no se “asalto a las posiciones públicas”, pues su objetivo era “aportar valores
espirituales y morales al partido delos hombres” Y trataría de formar un movimiento al servicio
del peronismo.
En su discurso dejo claro que ni ella ni las mujeres peronistas harían politica por más que
estuvieran organizando un partido político. Entonces ¿Cuál era su misión? Dado que la
incorporación de las mujeres en la vida politica generaba incertidumbre tanto en Perón como en
la oposición.
En esta primera asamblea las mujeres se reunieron en el teatro Cervantes. Pese a lo armonioso
que parecía el escenario, el acceso fue rigurosamente fiscalizado por la policía federal, solo
podían ingresar aquellas mujeres que presentaran una credencial que las acreditara como
delegadas.
Perón no pudo concurrir a la apertura de la Asamblea, por lo cual Mercante inauguro la cesión
con un discurso, en donde señalo que, para las mujeres en la lucha por el bien de la patria, el
hogar debía ser el cuartel general, pero no el único campo de batalla, porque también lo era
ahora, el escenario político, para ser en adelante guardianas del hogar nacional: “conformad
vuestra militancia politica dentro del partido peronista, sobre las tres virtudes cívicas de :
heroísmo, abnegación y lealtad.
Por su parte evita leyó un discurso externo en el que explicaba a las mujeres la razón por la que
debían formar un movimiento político femenino y también cuál sería su misión y su ideología
encuadrada dentro de los objetivos señalados por Perón, dentro de la doctrina del justicialismo y
la tercera posición. De esa manera, aunque el discurso fue impreciso y ambivalente. Ella
sostuvo que las mujeres formaban parte de los sectores que habían estado excluidos antes de la
revolucion del 4 de junio. Realizo una enumeración de las virtudes femeninas en contraposición
a las masculinas diciendo que las mujeres sean la más alta reserva moral del hogar, depositarias
del sentido común de a especie y las responsables de perpetuarla. Evita enfatizo en el discurso
que las mujeres debían organizarse políticamente y que el único camino era la unidad del
movimiento femenino peronista al servicio del líder y de la Nación. En síntesis, según Evita las
mujeres eran la más alta reserva moral del hogar y como madres, desde el movimiento
femenino, debían enseñar la obra de Perón e inculcar su doctrina en los niños “para la mujer,
ser peronista, es ante todo fidelidad a Perón, Subordinación a Perón y confianza ciega en
Perón”
En cuanto a la organización del partido, lo único que dijo es que las mujeres cubrirían el país de
centros y ateneos femeninos de educación y de cultura, es decir de unidades básicas femeninas.
Cuando evita se dirigió a las mujeres al referirse a su organización la menciono como
“Movimiento peronista Femenino”, en cambio al dirigirse a los hombres en su discurso lo hizo
como partido Peronista Femenino. La denominación Movimiento Peronista femenino se
mantuvo hasta mayo de 1950 cuando la organización de las mujeres comenzó a llamarse Partido
Peronista Femenino tanto en los discursos como en los membretes partidarios. (precaución con
esto)
La propuesta de encuadrar a las mujeres bajo el liderazgo y doctrina de Perón, proponer a Eva,
Pero nomo presidente de la organización femenina, apoyar la reelección de perón, efectuar un
censo de mujeres peronistas en todo el país, unificar todos los centros femeninos existentes
hasta ese momento, como el Ateneo peronista femenino, la asociación Pro derechos políticos de
la mujer, Centro Femenino María Eva Duarte y también los centros que dirigía su hermana Elisa
Duarte.
El conflicto que se generó entre esta última y s hermana Eva duarte revela que, que la figura
carismática que mantenía evita no se podía disputar bajo ninguna modalidad, y en caso que se
manifestara se lo eliminaría al instante. Motivo por el cual después Elisa Duarte no participo
activamente de la asamblea de mujeres, hasta el final que apareció para firmar la puesta en
marcha del Movimiento Peronista femenino. Estas acciones hicieron suponer la existencia de
una autonomía del partido feminista, desde sus inicios.
El fin de la asamblea se cerró, con las asistencias y un discurso de Perón. Allí Eva también
enuncio un discurso en el cual, hacía uso de terminologías religiosas, llamando a las mujeres
“hermanas”. Además, en su discurso, Perón aparecía como un ser de carácter divino, y ella junto
a las mujeres peronistas, como misioneras y peregrinas de Perón. La misión femenina estaría
apuntala por dos grandes “palancas”: la primera la “doctrina”, la segunda “la unidad femenina”
Perón por su parte anuncio que “ahora las mujeres empiezan a sentir nuestras inquietudes
porque comienzan a comprenderlas… dichos los países donde las mujeres se interesan en los
problemas de sus hombres. De esta manera para Perón las mujeres no se ocuparían solo de los
temas considerados como propios, es decir todo lo itinerante al hogar y la familia, sino que
comenzaría a interesarse en cuestiones estimadas de incumbencia singularmente masculinas: lo
público, la politica, la cultura, la razón, la injusticia. De allí en más, ellos “contarían” con la
ayuda de la mujer, quien, sin dejar de ocuparse de los asuntos domésticos, además se
involucraría en temas políticos.
Hay que mencionar que, pese a la inclusión de un nuevo sector, la organización del peronismo
no dejaría de ser piramidal.
Como resultado de la primera Asamblea re organizativa del PP, se acordó que el Movimiento
Peronista Femenino se desarrollase autónomamente dentro de las fuerzas peronistas y
desvinculadas del consejo superior, aunque Evita participaba en dicho organismo. Se convierte
también en la tercera rama que constituiría el movimiento peronista, junto con el PP y la CGT.
Primer sé hablo de una rama, luego de un Movimiento. Pero si la organización de mujeres era
una rama femenina, entonces solo sería una parte del PP; si era un movimiento una derivación
secundaria del mismo. El partido femenino en cambio era una entidad en sí mismo y con
existencia propia
¿Qué Certezas se llevaron las mujeres de la asamblea? Primero, que el nuevo partido actuaría en
unidad en torno a la doctrina y a la figura de Perón y que se organizaría al servicio del líder y de
la nación. En segundo lugar, que su dirección seria guiada por Evita. En tercer lugar, quedaron
claro los lineamientos sobre la misión y objetivos del PPF, como también el lugar otorgado a la
mujer peronista y los límites de su participación
¿Cómo conjugar dos partidos, que tienen los mismos líderes y doctrinas? Surge la ley 13.010,
La cual dio el marco legal para el surgimiento del PPF
Esta ley genero algunas controversias, sobre todo, por los enunciados de algunos artículos. En
este caso el artículo que llamo la atención fue el 8, en él se sostenía que las asociaciones
femeninas que tengan los objetivos y reúnan los requisitos previstos en el artículo 1, podrán
actuar al amparo de la personería politica de partidos reconocidos que sustenten la misma
ideología y que tenga idéntica carta orgánica. toda asociación femenina que haya actuado bajo
el amparo de la personería de un partido político podrá solicita su reconocimiento como partido
político, sin necesidad de la antigüedad requerida por el art 1.
La ley fue aprobada en septiembre en la cámara de Diputados y el 30 en la cámara de senadores.
Esta ley fu sumamente criticada por diferentes agrupaciones. Las comunistas, las radicales se
opusieron. Las socialistas emitieron un documento firmado por Alicia Moreua y otras
miembros, donde alegaban que, si bien las luchas feministas iniciadas a mediados del siglo
pasado marcaban una fuerte división de sexos, esta división había desaparecido a medida que la
oposición a sus fines iba menguando. La división entre partidos podía deberse a cuestiones
ideológicas, de clase, pero nunca de sexo, pues las mujeres participaban de los intereses, ideas,
aspiraciones de grupo social del cual formaban parte.
Aunque es dable pensar que el articulo 8 era a medida de la organización femenina que estaba
en ciernes, pues al acoplarse al PP no necesitaba aguardar tres años para ser reconocida y
además le permitía integrar las listas de candidatos por el partido al que se hallaba asociado.
Este sector femenino que se fue organizando poco a poco, espontáneamente, alrededor de los
centros cívicos, llevo a Perón a cuestionarse cuál sería la mejor manera de organizarlas
políticamente.
¿hubiera sido posible incorporar a las mujeres al PP, tal como estaba organizado corriendo el
riesgo de que quedaran presas de las luchas internas que de daban en el peronismo?
Desde el ámbito sindical era poco probable que se las incorporase, si tenemos en cuenta que el
censo de 1947 marcaba un nivel de participación femenina poco significativa en el mercado de
trabajo, con un registro del 22 %. Por otra parte, es para destacar que el trabajo femenino
comenzó a tener más calificación debido al aumento de mujeres que estudiaban, registrándose
en 1947, un porcentaje del 4%, siendo la tendencia completar el ciclo de enseñanza media y
alcanzar el título de maestra lo que significaba un signo de ascenso social. La formación del
partido peronista femenino podría haber sido distinto. Pero no lo fue, pues también entro en
juego el liderazgo que había adquirido Eva Perón a lo largo de esos años que la llevo a
organizar un partido político exclusivo de mujeres, desvinculadas del Consejo Superior del PP y
que le respondería sin ningún tipo de miramiento
Para concluir queda cuestionarse si este nuevo partido se organizó y se activó desde arriba.
Cuando se realizó la primera asamblea Nacional del partido se sabía, que se crearía la rama
femenina y que sería presidido por Eva Perón. Las delegadas participantes de la Asamblea no
propiciaron ni participaron en la organización que las nuclearia una vez finalizada la misma. Lo
único que las mantenía unidas entre ellas y las simpatizantes era el imperativo de fidelidad a la
líder como autoridad única de un partido que todavía no tenía existencia propia, ni sabía con
cuantas mujeres contaría
BARRY CAROLINA (2009) cap. 4 “ en ORGANIZACIÓN DEL PARTIDO en
Evita Capitana
Eva perón no estuvo sola en el momento de armado de la nueva estructura politica y estaba fue
muy compleja. Hay que tener en cuenta que no contaban con una tradición y experiencia de
participación politica.
Como resultado de la Asamblea de creación del PPF se propuso encuadrarla bajo el liderazgo de
Perón; nombrar a Eva Perón presidenta de la organización femenina, efectuar un censo de
mujeres peronista en todo el país y unificar los centros cívicos femeninos. ¿Qué paso con las
presidentas e integrantes de los centros cívicos que ya estaban organizados en el país?
Las delegadas censista
El PPF a diferencia del PP se organizó a partir de una táctica politica de penetración territorial
que conto con un centro que controlaba, estimulaba y dirigía el desarrollo de la periferia, es
decir, la constitución de las agrupaciones locales e intermedias del partido. Con esta estrategia
de penetrar el territorio a mediado de octubre de 1949, Evita eligió 23 mujeres, una por
provincia o territorio. A diferencia de los que sucedió con el partido de los hombres, el PPF se
organizó con una rapidez llamativa, producto del trabajo frenético de Evita, pero también del
buen ojo que tuvo en elegir a sus infatigables colaboradoras. Las mujeres fueron elegidas sobre
la base de pautas muy subjetivas como los contactos personales, la probada lealtad y amor por la
causa peronista.
Cada una de las 23 delegadas censistas era responsable de una provincia territorio o la capital
federal. Para salta fue elegida Hilda Nélida Castañeira. Todas las elegidas recibieron en sus
casas una breve carta con membrete del Movimiento Peronista Femenino. La carta decía nada
más y nada menos que había sido designada delegada del movimiento Peronista Femenino en
determinada provincia. Las mujeres elegidas estaban vinculadas estrechamente con algún sector
del peronismo o contaban con una fuerte recomendación de alguien cercano a Evita. Pertenecían
en general, a los sectores medios. Todas eran muy jóvenes, instruidas, sin experiencia politica,
sumamente activas y de reconocida afinidad con el peronismo.
Aunque evita afirmaba que todas provenían de la fundación, lo cierto es que solo alguna y las
más destacadas provenían de la fundación como Trinidad Coronel, Ana Macri, que era
secretaria del Hogar de Transito N° 2. Teresa Adelina Fiora, por su parte era mano derecha evita
en la fundación. Hilda Castañeira, era maestra, dirigía los centros Cívicos femeninos de Santa
Fe y mantenía desde 1947 una estrecha relación con Evita. Cuando ella la nombro, le dijo: “no
sé si te premio o te castigo con esto”, pues mandarla a Salta no era una tarea fácil debido a la
situación politica de la provincia. Ninguna fue enviada a su provincia de origen para impedir la
formación de caudillos. Por ejemplo, Hilda Castañeira, santafecina, fue destinada a Salta.
El 22 de octubre todas partieron a sus destinos con una serie de instrucciones generales y un
claro mandato. “su gran ideal es el de la Patria; como único líder Perón, y como única
aspiración politica: servir a las órdenes de Evita.
En un discurso evita señala que estas delegadas se convirtieron en las verdaderas misioneras de
la doctrina peronista en la acción. También dijo que las mujeres que colaborasen con ellas con
desinterés, perseverancia y lealtad serían las futuras dirigentes del movimiento en cada destino.
Por eso lo primero que necesitaban saber cuántas peronistas existían en el país. Por esto motivo
se dio inicio al gran censo de mujeres peronistas en todo el país. Es así como las primeras
delegadas fueron conocidas como censista. El censo era una manera sutil de decir afiliación.
Cuando llegaban a la provincia asignada, las delegadas censistas tenían una entrevista con el
gobernador quien con mayor o menor entusiasmo ponía a su disposición autos con chofer,
casas, locales, escritorios, y todo lo que ellas necesitaran.
La primera circular del PPF llego con la censista a cada provincia. Extensa y firmada por Eva
Perón, recordaba a las censistas la misión que debían cumplir y los pasos a seguir. Lo primero
que debían hacer era inaugurar “antes del 30 de octubre el local asignado para que funcione la
sede central”. Las delegadas debieron acondicionarlo para su inauguración y funcionamiento,
que, desde su inigualable ubicación, pasaron a formar parte del paisaje del centro urbano, frente
a la plaza principal y junto a la catedral.
La primera sede inaugurada fue en la ciudad de Bs. As. a la apertura asistieron funcionarios,
legisladores, dirigentes partidarios, integrantes de los Centros Cívicos, que debieron ser
autorizados expresamente por la presidencia del partido. Además, la única que podía hablar en
el Acto era la censista, quien pronunciaba un discurso bajado de linea, donde debía destacar que
la mujer tenía no solo una misión politica que cumplir en el peronismo sino una misión social.
Debía acentuar que la lealtad era la virtud que no debía dejar de poseer ninguna peronista. Debía
enfatizar que la única tarea del movimiento en ese momento era 2 investigar cuantas peronistas
hay”. También debía destacar la necesidad de desterrar el caudillismo y de contar con el trabajo
desinteresado y abnegado de las mujeres peronistas, sin ambiciones personales.
La rama femenina copio de la burocracia estatal la rapidez de decisión uniformidad,
jerarquización formal, disciplina y secreto; estos atributos convirtieron al PPF en un instrumento
político mucho más eficiente y eficaz que los partidos que Weber denomina notables. Pronto las
delegadas se convirtieron en un ejército de “Evitas”. Ellas preservaban, observan y vigilaban las
lealtades a Perón y a Evita y luego transmitían gustosas las novedades. Las delegadas también
viajaban cada 15 días o cada vez que evítalas llamara a Bs. As para recibir instrucciones y pasar
parte de lo que sucedía hasta en los rincones más apartados del país.
Durante los primeros meses de actividad partidaria, la organización del PPF, como se llamaba
en ese momento tenía una sede central por gobernación o provincia y las censistas actuaban
directamente en la sede central.
La tarea de registro de mujeres peronistas comenzó el mismo día de apertura de cada sede
central. Por cada mujer censada se llenaba cinco fichas con todos sus datos completos. Las
instrucciones eran que las afiliaciones debían ser persuasivas y voluntaria. Los métodos de
captación de mujeres quedaban en manos de cada censista, que se manejaba de acuerdo con las
características propias del lugar. En general las delegadas solían encontrarse con dos
dificultades: el miedo de muchas mujeres a lo desconocido, a incorporarse a una tarea que “no
era “para mujeres y la oposición de los padres o maridos a que actuaran en la politica.
Las censistas debían enviar semanalmente a, Eva Perón, un informe acerca de la labor y de la
marcha del partido, una copia de los discursos pronunciados por ellas y recortes de las
publicaciones que eventualmente hubiera efectuado la prensa sobre sus actuaciones. Hay que
decir que las delegadas llegaron a tener tanto o más poder que el gobernador, señala Hilda
Castañeira por el temor que le tenían a evita.
Se mantuvo un tipo de organización que buscaba evitar la generación de conflictos internos, al
punto de que tenía prohibido el contacto mutuo entre ellas y de ser incumplida orden eran
separadas de su cargo.
Una vez instaurada la afiliación o censo en la sede central comenzó el desplazamiento territorial
hacia los distintos barrios de las capitales provinciales. Luego, este trabajo se tornó cada vez
más complejo al trasladarse a las cabeceras departamentales y después a las ciudades pueblos,
caseríos, zonas rurales del interior de cada provincia. Junto con el desplazamiento territorial
vino la necesidad de nombrar sub-delegadas censistas que abarcarían zonas menores, no ya una
provincia
LAS SUBDELEGADAS
A medida que transcurrían los días, el trabajo se tornaba cada vez más arduo y fue necesario
seleccionar a mujeres que estuvieran dispuestas a trabajar como subdelegadas censistas. Las
delegadas se ocupaban de la provincia mientras las subdelegadas eran encargadas de organizar
el PPF en las ciudades, pueblos, barrios. Todas ellas también fueron nombradas bajo la
supervisión de evita. Había una buena cantidad de maestras afiliadas muchas de ellas fueron
nombradas subdelegadas censistas. Tener maestras en el partido era importante porque las
maestras aparecen como figuras referenciales en una sociedad y en una familia, además de ser
reproductoras sociales por excelencia. La maestra era la segunda madre e integrante de la
trilogía de “hadas buenas”: mama, evita y la “señorita” que protegían a los niños.
Las censistas instalaban una mesa en la plaza principal y comenzaban el ritual desafiliación y
separación de las más aptas para tenerlas como subdelegadas. Una vez seleccionadas, las
delegadas enviaban a Eva Perón ternas de mujeres con los datos completos, tal como lo disponía
el circular número 1 “las censistas debían proponer ternas de mujeres por distrito barrio para ser
nombradas subdelegadas y los datos deben presentarlos personalmente a Eva Perón. Para la
elección se ponía mucha atención en la decencia y el comportamiento de estas mujeres.
Las delegadas solo podían poner en funciones a las subdelegas una vez que evita les hubiera
dado el visto bueno. Nunca nombraban a una subdelegada por localidad, debían nombrar por lo
menos dos, para evitar la formación de caudillas. Estas se harían cargo de un determinado
territorio para censar y buscar lugar apto para la apertura del local partidario, pues donde había
una subdelegada existía una unidad femenina
Las delegadas censista eran 24, mientras que las subdelegadas se multiplicaron por miles. Las
subdelegadas debían ser mujeres que habitaran el mismo pueblo o barrio. Había distintos
criterios para la selección de subdelegadas que dependían de la delegada censista de la zona. En
general, lo que se buscaba era que fueran muy peronistas e instruidas. También se valuaba la
lealtad capacidad y disciplina, unidas a los deberes especialísimos de su militancia para los que
les pedía que tuvieran un buen trato, compañerismo, desinterés y la disposición para obra recta y
consciente. Además, se les pedía que se han carismáticas.
Entre las seleccionadas y especialmente en las ciudades, mas importantes había maestras,
inspectoras, directoras de escuelas, empleadas públicas, como también empleadas
administrativas y asistentes sociales de la Fundación Eva Perón. Pero así también había muchas
maestras y empleadas administrativas, había muchas otras, especialmente en las zonas rurales,
que por su fanatismo y lealtad se convirtieron en subdelegadas. Eran mujeres duras, de carácter
fuerte, muy curtidas y que Vivian en el campo.
El PPF actuaba como si fuera una entidad estatal. Las delegadas y la mayoría de las
subdelegadas censistas, las secretarias de la sede central provincial y las colaboradoras rentadas
estaban adscriptas a él y continuaban percibiendo sus haberes al mismo lugar de trabajo de
donde provenían, aunque laboralmente dependían de la sede central del partido, lugar al que
debían reportarse. En tanto empleadas estatales, estaban desafectadas de las tareas inherentes al
cargo que revistaban presupuestariamente para desempeñar en el ámbito nacional, provincial o
municipal y a requerimiento de otro organismo, repartición o dependencia estatales, funciones
tendientes a satisfacer necesidades excepcionales propias del área solicitante. De esta manera las
delegadas y subdelegadas dependían laboralmente del PPF, que de ninguna manera era un ente
estatal: allí debían remitirse por pedido de vacaciones, ausentismo y enviar certificado médico.
A las subdelegadas de zonas “humildes” y alejadas, que no podían ocupar un cargo estatal. La
presidencia del PPF les enviaba 50 pesos por mes. Las delegadas y subdelegadas no recibían
dinero para el mantenimiento de las unidades básicas y en caso de ser necesario, cubrían los
gastos con sus propios ingresos. De cualquier modo, el partido enviaba todos los elementos
necesarios para su funcionamiento.
No todas las mujeres eran susceptibles de ser elegidas subdelegadas. Según claras instrucciones
de Evita, las mujeres que encabezaban los centros cívicos femeninos (que generalmente estaba a
cargo de la esposa de un caudillo o dirigente de una unidad básica masculina no podía ser
designada). Evita aconsejaba que eligiesen solo a las integrantes de los centros cívicos, pero no
a sus dirigentes, porque según les decía, ellas habían adquirido los viejos vicios de la politica
criolla y el PPF era una cosa nueva que no debía contaminarse.
Aunque los centros femeninos habían sido unificados e incorporados en bloque la PPF, todavía
muchos de ellos mantenían cierta autonomía y resistencia a disolverse. Tampoco debían ocupar
cargos las esposas de los gobernadores, funcionarios o políticos.
El peronismo no solo tenía sus jerarquías sino también su liturgia, sus dogmas, sus instituciones
y sus símbolos.
Las delegadas censista no solo debían se Apóstoles de la doctrina peronista, sino que también
debían mantener, igual que las subdelegadas, una conducta recta en todas las circunstancias.
Debían mostraras como ejemplo permanente en todos los instantes de su vida. De acuerdo con
las directivas, las subdelegadas debían comportarse con lealtad y disciplina como base de toda
la acción partidaria. Además, debían tener con las afiliadas “buen trato, el don de la atracción y
simpatía, compañerismo, entre otras cualidades.
Las delegadas y subdelegadas censistas no estaban relacionadas con su líder a partir de un
interés político, por demás legítimo, que las llevase a desarrollar una acción determinada, sino
que lo que las unía a ellas era el amor.
Las tareas que desempeñaban las subdelegadas eran múltiples: primero y principal no tenían
horario en el trabajo prefijado; en un principio trabajaban de 8 a 20 hs y más cerca de las
elecciones, todos los días, de 8 a 24 hs. Si bien estaba adscriptas al PPF, se les recalcaba qué las
unidades básicas no eran oficinas administrativas por eso no podían limitar su horario de
atención. Las subdelegadas iban casa por casa con una carpeta llena de papeles con las
indicaciones de lo debían hacer: afiliar o buscar a las peronistas y ver cuáles eran las
necesidades de los vecinos del barrio que pudieran ser cubiertas por la fundación. El contacto
casa por casa funcionaba como una invitación a las vecinas a afiliarse y a convocarlas a la
unidad básica.
Las delegadas de todo el país viajaban a Buenos Aires, para el encuentro con Eva y Perón,
siguiendo una serie de actos protocolares. Ya que cuando llegaban a Bs. As el plan era extenso y
variado Evita las recibía entre gritos y desmayos generalizados. Les hablaba en líneas generales
sobre el PPF y sobre las expectativas que tenía acerca del desarrollo del trabajo partidario. Tras
visitar varios lugares. El broche de oro era una recepción en la residencia de Olivos en donde las
chicas del partido eran presentadas a Perón.
Estos encuentros no solo eran incentivos para las mujeres del partido, sino que también
actuaban como potentes herramientas políticas, pues eran eficaces métodos de divulgación.
Ellas contaban lo que habían visto en buenos Aires y los esparcían.
El poder carismático propio del PPF, entrañaba una organización altamente centralizada donde
todas las decisiones clave se encuentran en manos de la líder, quien tenía un absoluto y total
control del PPF en todo el país, como por ejemplo en la selección de las subdelegadas,
secretarias y subsecretarias, tamaña tarea teniendo en cuenta que solo las subdelegadas eran más
de 3.600 en todo el país
Finalmente, para terminar la autora señala que la organización del PPF fue orquestada desde la
presidencia del partido que ejercía Eva Perón. El PPF fue una organización centralizada
dominada por el principio de obediencia al mando, en la que la simbiosis entre la identidad
organizativa y la líder fundadora fue total y absoluta. Ella decidió como sería la organización y
la estructura del partido y quienes ocuparían puestos organizativos. Las electas delegadas eran
una suerte de interventoras. Ellas eran representantes de evita, más que del PPF, y en tanto tales,
llegaron a tener, en algunas circunstancias, más influencia que el gobernador de las provincias
donde trabajaban. Las delegadas se autoproclamaban representantes directas de evita más que
del partido, lo que era cierto, pues ellas habían sido elegidas por Eva para que la representasen
personalmente y la naturaleza de su poder estaba dado porque eran sus delegadas.
El PPF, a diferencia del PP, se organizó a partir de una tatica politica de penetración territorial,
consistente en un centro que controlaba, estimulaba y dirigía el desarrollo de la periferia, es
decir, la constitución delos mandos locales e intermedios. Considerando que se trataba de una
organización de mujeres sin experiencia politica, Eva Perón, impidió, con éxito, cualquier
posibilidad de linea interna o de formación de caudillas, como ella las llamaba, a partir de una
serie de medidas. En primer lugar, la elección minuciosa de las mujeres, segundo, la instrucción
tajante a las censistas de la imposibilidad de que existieran líneas internas; tercero, la forma de
organización al establecer que en cada pueblo se nombrase más de una subdelegada y la
prohibición de nombrar a las ex presidentas de los centros cívicos o esposas de algún
funcionario.
En fin, la única aspiración politica que podían tener estas mujeres era servir a las órdenes de
Evita, dejando de lado cualquier tipo de aspiración personal, aunque, en definitiva, el contacto
estrecho o contar con la confianza de la líder era una aspiración propia en si misma
En el PPF no había tendencias, ni grupos, ni sectores que se propiciaran siquiera como linea
interna. La abierta contestación a un líder carismático comporta la excomunión del oponente. En
caso de producirse fuentes de conflicto o algún atisbo de crear una tendencia interna, eran
rápidamente aniquilados por la líder fundadora como sucedió con algunas dirigentes de centros
cívicos femeninos que quisieron mantener si control una vez fundado el PPF.
Los lazos de lealtad que unían a la líder con las delegadas y subdelegadas produjeron una
relación politica derivada del Estado de Gracia y formaba parte de la misión que la líder estaba
llamada a cumplir. Es decir, se sentían parte más de una misión cuasi religiosa que de un partido
político, situación que era alimentada por la presidencia del PPF a través del empleo de un
vocabulario rayano al religioso. Este celo misionero en el que se sentían imbuidas las censistas
las llevaba a un fuerte desprendimiento personal que implicaba no reparar en horarios, llegando
a tener jornadas extenuantes de trabajo. Además, ellas tomaban su misión como parte de una
misión salvadora de la mujer y de los humildes a que estaba llamada evita.
SUFRAGIO FEMENINO: Practicas, debates políticos, religiosos, culturales en la Argentina y
América Latina
Cap.: 4 ¿una cruzada de Evita? El peronismo y la ley de sufragio femenino
Eva Perón: “lo primero que tuve que hacer en el movimiento femenino de mi Patria fue
resolver el viejo problema de los derechos políticos de la mujer”
Era conocida frase de Eva Perón revela el posicionamiento que ella, y el peronismo, asumieron
frente a la sanción de la Ley de Sufragio Femenino. La Sanción de la ley 13.010 en 1947
implico sumar a la mitad de la población que hasta ese momento se encontraba excluida de las
prácticas políticas formales. Sancionada el 9 de septiembre de 1947, la ley de sufragio femenino
constituyo el primer paso hacia la incorporación de la mujer al ámbito político. Pero como se
puede apreciar en el artículo de Silvana Palermo, no era la primera vez que se trataba de un
proyecto de este tipo en el parlamento. Entre 1919-1942 se había presentado más de una decena,
pero ninguno llego a buen puerto.
Para el peronismo la incorporación de mujeres a la politica, formaba parte de las estrategias de
ampliación de las bases de sustentación politica. A su vez la sanción del sufragio tuvo un
significado especial para Eva Duarte en su llamativo ascenso político, especialmente por la
manera en se conjugo toda la simbología que rodeo a los prolegómenos del tratamiento de la ley
y como los capitalizo a su favor. En este sentido vale preguntarse ¿Cuál fue el papel e Perón en
este proceso? Y si la ley se sanciono en 1947, ¿Por qué las mujeres votaron por primera vez en
1951?
SECRETARIA DE TRABAJO Y PREVISION
El 14 de agosto de 1944, Perón creo la división de trabajo y Asistencia de la Mujer, que, en
octubre del mismo año, adquirió la categoría de Dirección de Trabajo y Asistencia de la Mujer.
Fue el primer organismo dedicado a la mujer creado desde el Estado. La división fue presidida
por Lucila De Gregorio Lavie, abogada y doctora en jurisprudencia. Esta división decidió
estrechar lazos con las organizaciones de feministas y sufragistas existentes y creo la comisión
Pro- Sufragio Femenino que presidio la escritora riojana Rosa Bazán de Cámara. En 1945, se
inició una nueva e intensa campaña por el voto femenino, impulsada por las antiguas
asociaciones, como, por ejemplo, la Asociación Pro-sufragio femenino.
Sin embargo, las feministas argentinas, imbuidas por un espíritu anti oficialistas, priorizaron su
oposición al gobierno militar y a Perón y proclamaron que solo aceptarían una ley de sufragio
que fuera promulgada por un gobierno constitucional. Originaron así un movimiento de mujeres
que busco ser el frente femenino de la oposición. En consonancia, la Asamblea Nacional de
Mujeres, presidida por victoria Ocampo, rechazo la posibilidad de que el voto fuese otorgado
por un gobierno de facto. A medida que se fue intensificando el enfrentamiento entre el
gobierno y la oposición, el movimiento feminista se fue diluyendo.
LAS FUERZAS PERONISTAS
Numerosas mujeres apoyaron taxativamente la propuesta oficialista, imbuidas de una
efervescencia politica sin igual y atraídas por el nuevo proyecto político encarado para la
Argentina por Juan Domingo Perón. La adhesión a Perón no se circunscribió únicamente a
ocupar las calles, sino que también muchas mujeres actuaron como agentes activos de la
movilización y como fundadoras de centros cívicos, que, entre sus propósitos, tenían el logro
del derecho político. Estas organizaciones tuvieron sus propias secretarias y comisiones
femeninas, en las que organizaban concursos y también afiliaban y donde la convocatoria estaba
dada por el tema del voto femenino. El comité Directivo Central creo la organización femenina,
que estuvo a cargo del obrero metalúrgico, Antonio Andreott. A fines de 1945 las distintas
provincias organizaron sus propias secciones femeninas laboristas
UNA LEY PERONISTA
Cuando Perón asumió la presidencia, el proyecto de ley de sufragio femenino formaba parte del
conjunto de leyes del Plan de gobierno que se había anunciado durante el mensaje inaugural del
periodo ordinario de sesiones del Congreso Nacional, en junio 1946. El voto femenino era un
tema social y políticamente aceptado por la mayoría de la dirigencia nacional, y difícilmente
encontraría obstáculos para su implantación, salvo algunas excepciones, tal como lo
demostraron los debates parlamentarios.
A principios de 1947, el gobierno retomo la embestida, pero ahora con una nueva protagonista
que, a partir de ese momento, se convirtió en la voz más fuerte de la batalla final: Eva Perón. La
campaña a favor del sufragio femenino comenzó en enero de 1947 con una serie de discursos
que ella pronuncio y que fueron transmitidos por la Radio del Estado y la Red Argentina de
Radiodifusión.
La campaña a favor del voto femenino fue uno de los ejes que le sirvieron a Eva Perón para la
construcción de su todavía incipiente liderazgo. Sin embargo, cuando se coloca al frente de la
campaña, capitalizo toda una historia de luchas de grupos feministas y sufragistas. De esta
manera podemos decir que Evita apoyo la idea del voto recién al final de la última etapa,
cuando de hecho ya no había un movimiento sufragista y la medida venia avalada por el
gobierno y por el contexto internacional y no tenía oposición abierta desde las esferas de poder.
LOS CENTROS CIVICOS FEMENINOS
Evita no estaba sola en la cruzada. Numerosas mujeres se congregaron en distintas
organizaciones que confluían en el peronismo y rehicieron eco de la campaña a favor del
sufragio femenino y también de la incipiente obra de ayuda social encarada por ella.
En marzo de 1947 se realizó la primera reunión de mujeres peronistas, organizada por las
juventudes femeninas. Así también la nueva campaña a favor del sufragio femenino llevo a la
apertura de nuevos locales de agrupaciones políticas y sindicales peronistas femeninas o
comisiones de damas. En estas agrupaciones femeninas, que intervenían en la organización
partidaria, se realizaban charlas y actos de divulgación a favor del voto femenino. En sus sedes
se comenzó a perfilar el trabajo de ayuda social, como lo fue el reparto de ropa y víveres a
personas carenciadas.
Los centros cívicos femeninos a diferencia de las secciones o ramas femeninas, no tenían
relación alguna con la Junta Central del, por entonces, novel partido peronista ni con ninguna
facción politica. Se constituyeron con la única intención de cooperar con la esposa de Perón, en
su campaña de obra y justicia social y asegurar los derechos políticos de la mujer y afiliar a sus
participantes. Estos centros estaban destinados a todas las mujeres argentinas nativas o
naturalizadas mayores de 18 años, a quienes se les aseguraba la absoluta independencia en
relación con sus ideologías políticas y en su credo religioso.
Una vez sancionada la ley, los centros cívicos, comenzaron a colaborar con los comandos
militares encargados de las tareas de enrolamiento femenino. Algunos, incluso, estaban
autorizados a realizar los trámites de enrolamiento de las mujeres. En 1949, los centros fueron
disueltos e incorporados a la nueva instancia organizativa del peronismo: el Partido Peronista
Femenino.
NO SOLO UNA LEY DE VOTO
La ley 13.010 fue promulgada el 23 de septiembre de 1947, por decreto del poder ejecutivo N°
29465. El acto de celebración estuvo plagado de símbolos. Y en el cual Evita era la figura
central. La ceremonia se convierto en un acto de fundación para ella. A esta altura de las
circunancias, Eva Perón era una figura tangencial dentro del poder peronista y fuera de la
estructura formal del gobierno. Así fue construyendo esta mujer el poder y la influencia que más
tarde tendría sobre las decisiones del gobierno sin ocupar ningún cargo en él.
La sanción de esta ley tuvo una significación especial para el peronismo: la coronación de Evita
como la propulsora indiscutida del ingreso de las mujeres a la politica. En este sentido no
podemos dejar de pensar que la ley de voto formo parte de las tácticas de incorporación y
ampliación de kas bases de sustentación que llevaba a cabo el peronismo al introducir en la
politica a sectores sociales que antes no estaban incluidos.
La ley se sufragio femenino y la reforma de la constitución que generaron de por si una
situación politica particular- podrían verse como dos momentos de articulación en el liderazgo
de Evita. Con la primera, ella capitalizo una historia de luchas infructuosas y se ubicó en la
cúspide que la podría erigir en una líder partidaria. En cambio, con la reforma de la
constitución, su liderazgo se proyectó a nivel político nacional
UN ESPACIO PARA LAS MUJERES
Todas las manifestaciones políticas surgidas desde fines de 1945, organizadas o no, cimentaron
de alguna manera un campo propicio para la creación del PARTIDO PERONISTA
FEMENINO. Pero un partido cuyas características estuvieron marcadas por la carencia de
formación politica de las mujeres, era un partido carismático, con una estructura centralizada.
Dominado por el principio de obediencia al mando, en la que la simbiosis entre organización y
el líder fundador es total y absoluta.
Las tres fuerzas que conformaban el movimiento peronista eran independientes unas de otras,
pues en los inmediato se ocupaban de sectores diferentes y de problemas distintos, aunque las
tres perseguían los mismos objetivos generales. Cada rama tenía sus propias autoridades y su
propia organización. El liderazgo de Eva Perón, la inexperiencia politica de la mujer y la difícil
situación imperante en el Partido Peronista llevaron a la conformación de un partido singular.
El PPF, se organizó a partir de una táctica politica de penetración territorial en la cual un centro
controla, estimula y dirige el desarrollo de la periferia, es decir, la constitución de los mandos
locales e intermedios del partido. Las políticas de penetración territorial se implementaron con
el nombramiento de las delegadas y subdelegadas censistas y la consecuente apertura de
unidades básicas femeninas. El partido femenino se organizó con una rapidez llamativa,
producto del trabajo apasionado de Evita, pero también del buen tino que tuvo al elegir a sus
infatigables colaboradoras, a lo que se sumaban ingentes recursos del Estado. Como partido de
integración social, busco incluir a un grupo social especifico, las mujeres. Un rasgo distintivo
muy importante era la tajante prohibición de ingreso de hombres. Ya que el PPF, se quería
diferenciar del partido masculino, el cual se seguía ajustando a las formas tradicionales de hacer
politica. Las mujeres por su parte apuntaban a la afiliación, pero también a la capacitación y la
ayuda social. Para atraer a las mujeres al partido se implementaron una serie de cursos de
capacitación ajustados a sus necesidades y al rol social que cumplían y que, a la vez, las
potenciaban en el ámbito doméstico. La ocupación y preocupación por temas sociales que se
gestionaban desde las unidades básicas femeninas fueron configurando el papel de las mujeres
peronistas que, como parte de su misión politica, cumplía también una misión social, misión de
la cual “su ejemplo vivo era Eva perón”
¿Fue exitosa la táctica politica destinada a movilizar a las mujeres? Una de las formas de medir
esta respuesta es por la cantidad de votos obtenidos por el peronismo

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