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B. Síntomas primarios o secundarios: señalan el significado de incomprensibilidad o
comprensibilidad de los síntomas.
o Patognomónico: todo signo o síntoma específico de una enfermedad o
trastorno cuya sola presencia basta para hace run diagnóstico positivo.
C. Egosintónico o egodistónico: síntomas percibidos y reconocidos por el paciente como
propios, o percibidos como ajenos y extraños a uno mismo.
D. Orgánico o funcional: alteración más o menos definida y localizada de la estructura de
un órgano y aquellos que evolucionan sin mostrar dicha alteración estructural.
EXPLORACIÓN PSICOPATOLÓGICA
- Consciencia: saber perceptor acerca de algo, referida a algo que se puede apercibir o
de lo que puedo percatarme y, por tanto, conocer. Se divide en tres sectores:
1. Vigilancia o estado de alerta (arousal): proceso cambiante y variable que
experimenta continuas oscilaciones durante las 24 horas del día.
2. Claridad de consciencia: grado de vigilancia.
3. Consciencia de sí mismo (autoconsciencia, yo, sí mismo. Dimensiones pag.
83): certeza del individuo despierto y lúcido acerca de sí mismo. Virtud de la
cual nos sabemos y conocemos a nosotros mismos como seres vivos. Permite
la introspección.
- Atención: focalización activa o pasiva de la consciencia hacia algo que se experimenta y
supone una condición indispensable para la diferenciación del percibir y del pensar,
ejerciendo una función muy importante en la adaptación del individuo a su entorno.
- Orientación: capacidad para precisar los datos sobre nuestra situación real en el
ambiente y sobre nosotros mismos.
Alopsíquica: respecto al tiempo y al espacio.
Autopsíquica: respecto a uno mismo.
NIVELES DE CONSCIENCIA
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1. TRASTORNOS DEL AROUSAL:
a. Hipervigilancia: desorden de la actividad, con exceso del nivel de alerta
secundario e hiperactivación de los sistemas neurofisiológicos que modulan la
vigilia y la atención. Otorga una sensación subjetiva de claridad mental y una
percepción más viva y emocionalmente más intensa. Aparición:
i. Metanfetaminas.
ii. Fase de manía del trastorno bipolar (psicosis maníaco-depresiva).
iii. Período inicial de algunas esquizofrenias.
b. Obnubilación (hipovigilancia): disminución del nivel de vigilancia y de la
claridad de la consciencia. Lentitud general de la actividad mental y de la
conducta con somnolencia, falta de espontaneidad, apatía, desorientación y
pérdida de atención. Puede evolucionar a estados de sopor (letargia) o
comatosos, o mantenerse en estadios propios de la embriaguez alcohólica.
c. Estupor (hipovigilancia): grado extremo de obnubilación. Ausencia de
respuesta al entorno. Inmovilidad (acinesia) y silencioso, mutismo. Cuando el
paciente puede hacer movimientos oculares de seguimiento o cambia
bruscamente de patrón motor la causa es orgánica. Al contrario, los
movimientos de oposición de los párpados y los ojos a la instrucción o
valoración del clínico suelen conectarse con el estupor no orgánico.
d. Coma: ausencia total de respuesta a estímulos externos o internos. Coma vigil
(estado parasómnico de consciencia) paciente despierto, mudo e inmóvil, no
reaccionando a estímulos, pero conservando las funciones vegetativas
elementales. La muerte cerebral (30 min de EEG plano) es el último estadio del
coma. Causado principalmente por lesiones graves, traumatismos
craneoencefálicos o accidentes vasculares cerebrales.
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i. Delírium trémens (delirio con temblores): cuadro agudo característico
del alcoholismo crónico, producido por la abstinencia brusca de alcohol
o la ingesta de ciertos fármacos. Puede dar lugar a:
Microzoopsias: visión alucinatoria de pequeños animales.
Liliputienses: visión alucinatoria de figuras diminutas de
personas.
Labilidad emocional: estado emocional de mezcla de ansiedad
y euforia con cólera.
Temblor distal abundante y taquicardia.
Hiperhidrosis: transpiración abundante.
Hipersensibilidad sensorial.
Trastornos del ritmo sueño-vigilia.
Empeoramiento nocturno.
b. Estado crepuscular: estado confusional parcial, que consiste en un
estrechamiento del campo de la consciencia, con disminución de respuestas a
estímulos externos y pensamiento enturbiado en grado variable en el que el
paciente enfoca su atención exclusivamente hacia determinadas vivencias
interiores al tiempo que disminuye la atención prestada al entorno. Debido a
los síntomas pueden darse:
o Fugas (poriomanía, dromomanía o dromofilia): desplazamientos fuera
de su casa, que pueden durar horas o días y de los que no recuerda
nada.
o Fuga ictal (epiléptico): acto en cortocircuito con menor organización
de la conducta que en casos extremos lleva a una huida violenta o
raptus.
o Tipos clínicos de los casos epilépticos:
Petit mal: propio de las crisis de ausencia. Descarga
generalizada, bilateral y sincrónica.
Psicótico: manifiesta ideas delirantes y alucinaciones.
Confusional: notable desorden de la actividad mental y
desorientación.
Posparoxístico: estado de obnubilación con impulsividad,
conducta agresiva y desordenada.
Dos tipos de estados crepusculares en pacientes con trastornos de disociación:
i. Estados crepusculares que reproducen el trauma psíquico o que llegan
a formar parte de un trastorno tan complejo como del de la
personalidad múltiple.
ii. Estados crepusculares psicógenos, muy semejantes a los epilépticos.
3. TRASTORNOS DE LA CONSCIENCIA DE SÍ MISMO: PSICOPATOLOGÍA DEL YO
Estas alteraciones suponen un modo de vivenciar el propio yo (física/mental) en
transformación, es decir, un yo distinto del que conocemos, sufriendo perturbaciones
más o menos importantes en los rasgos funcionales del yo, unidad, identidad, actividad
y delimitación del yo con el mundo exterior.
A. Trastornos de la identidad del yo: tres formas de presentación:
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a. Desorientación autopsíquica: que una persona tengo un concepto erróneo o
una ausencia de reconocimiento sobre quién es, sus cualidades y su propia
historia.
i. Desorientación apática: falta de interés por uno mismo (pacientes
graves o esquizofrénicos residuales con falta de habilidades sociales).
ii. Desorientación amnésica: en situaciones de pérdida de memoria.
iii. Desorientación alucinatoria: en casos con alucinaciones, típicos de los
estados de alcoholismo.
iv. Desorientación delirante: trastornos delirantes del pensamiento,
donde se dan ideas falsas, pese a la lucidez del paciente.
v. Desorientación confusional/por obnubilación: en estados de
confusión de conciencia (delírium) y estados de obnubilación.0
b. Que no se sienta siempre idéntica a sí misma: pérdida de la continuidad de la
propia identidad, típica de la despersonalización, sentimiento de aparecerse
uno a sí mismo como extraño, desvitalizado o irreal, extrañándose del entorno
también a veces (desrealización). Características del síndrome:
i. Sentimiento de irrealidad.
ii. Sentimiento de automatización.
iii. Tendencia al papel de espectador.
iv. Alteraciones emocionales: pérdida de subjetividad emocional
manteniendo la expresividad.
v. Alteración de la imagen corporal.
vi. Alteraciones de la vivencia del tiempo.
vii. Dificultados cognitivas.
viii. Conexión con déjà vu, heautoscopia o autoscopia (experiencia en la
que el individuo, mientras cree estar despierto, ve su propio cuerpo
desde una perspectiva fuera de su cuerpo); crisis de angustia y
pródromos (síntomas iniciales de una enfermedad) de las psicosis.
ix. En etapas más avanzadas puede aparecer: escisión o desdoblamiento
de la personalidad y enajenación (desaparición de la sensación de ser
el mismo de antes) total, finalmente suelen dar lugar a la
personificación (identificación con otra entidad, persona o animal).
c. Que sienta la pérdida de la unidad de su propio yo, sintiendo la existencia de
varias entidades distintas en ella misma: presente en estados de
desdoblamiento de la personalidad con disociación de la consciencia como en
la personalidad múltiple o alternante, presentación de en el mismo individuo
de dos o más personalidades con o sin conexión entre ellas.
B. Trastornos del gobierno del yo: sensación de no poder dirigir libremente nuestros
deseos, pensamientos y actos, implicando una amplia serie de fenómenos que en
ocasiones constituyen estados patológicos muy complejos, donde se ven
comprometidas la actividad y la delimitación del yo respecto al mundo externo.
- El déficit de la actividad del yo (síntoma nuclear de la esquizofrenia) se
caracteriza por la imposición de vivencias y sentimientos ajenos.
- Capacidad de delimitación entre el yo y el mundo: desaparece en algunos
trastornos mentales graves.
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o Fusión: del yo con los objetos.
o Retirada: del yo respecto a los objetos, e.g. autismo.
4. TRASTORNOS DE LA ATENCIÓN
Pueden ser causados por condiciones anormales y disfunciones en tres áreas de la
conducta del individuo: la consciencia, la afectividad y la psicomotricidad, estando o no
mediadas dichas disfunciones por un daño o afectación cerebral. Se dividen según su
expresión clínica en:
A. Hipoprosexia y aprosexia: grados ligero e intenso del déficit de la atención, siendo
el individuo incapaz de enfocar, fijar y mantener concentrada la atención hacia un
objeto. Atención lábil (inconstante), con sentimiento de fatigabilidad atencional y
apatía. E.g. hemianosognosia (no atender a uno de los dos hemicuerpos) o
anosodiaforia (indiferencia a dicha parte del cuerpo).
B. Pseudoaprosexia: falsa distraibilidad, déficit aparente de la atención, siendo en
realidad el paciente capaz de fijar su atención en determinados objetos de su
interés.
La hipoaprosexia y la pseudoaprosexia pueden entenderse también como inatención,
debido a la escasa capacidad para movilizar la atención o cambiar el foco frente a
estímulos externos.
C. Hiperprosexia: exacerbación de la atención, tratándose de focalizaciones intensas,
exageradas y transitorias en el transcurso de los estados anormales de consciencia
designados como hipervigilancia, o en los estados maníacos de los trastornos
bipolares o psicosis maníaco-depresiva. Es distraibilidad, cambios bruscos o
sincopados de la atención, que se desplaza de un objeto a otro de forma
constante.
5. TRASTORNOS DE LA ORIENTACIÓN EN EL TIEMPO Y EL ESPACIO
A. Desorientación alopsíquica: dificultades para precisar los datos respecto a nuestra
situación en el tiempo y el espacio.
a. Desorientación temporal: pérdida de la noción de la fecha o del día de la
semana.
i. Tiempo cronológico: tiempo físico medido.
ii. Tiempo vivido: experiencia de cada uno acerca del paso del tiempo.
b. Desorientación espacial: referido a cuatro tipos dimensiones:
i. Espacio personal: sector del espacio que nos pertenece como si
fuera nuestro propio yo psicológico y corporal.
ii. Espacio activo: sensación de resistencia que la realidad exterior
opone a la acción del individuo.
iii. Espacio vital: sector del mundo en el que uno ejerce su vida y se
asienta en los elementos afectivos de la personalidad.
iv. Espacio social: mundo compartido con los demás.
c. Doble orientación u orientación alopsíquica delirante: orientación
simultánea o de forma alternativa hacia elementos correctos e incorrectos
del tiempo y del espacio.
i. Falsa orientación o desorientación confabulada: manejo de
coordenadas de tiempo y espacio de invención propias, ignorando
las correctas. Elaboran una falsificación involuntaria de los propios
recuerdos por fallos de memoria.
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------------------------------------- TEMA 3 -------------------------------------
PSICOPATOLOGÍA DE LA PERCEPCIÓN Y DE LA IMAGINACIÓN
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PERCEPCIÓN E IMAGINACIÓN COMO PROCESOS COGNITIVOS FUNCIONALES Y SUS
CONDICIONANTES
La imaginación es el acto de representar los objetos que ya se han percibido con anterioridad.
No supone una exacta reproducción de la realidad (imaginación creadora).
Los trastornos perceptivos más importantes son los errores de fidelidad perceptiva o
parapercepciones. Estas se dividen en dos:
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d. Modificaciones del humor y de las emociones (catatímicas): determinadas por
sentimientos internos. Se deforman objetos o situaciones por influencia de los
sentimientos.
e. * Fantásticas o pareidolias: producidas por un acto de autoinducción
voluntaria cuando una persona deja vía libre a su imaginación, dando
estructura formal a algo que no lo tiene, que es vago y difuso.
B. Alucinaciones: percepciones sin objeto. Invención de un objeto inexistente, ya que
no se fundamenta en estímulo alguno. Hay que tener en cuenta que:
1. No todas las experiencias alucinatorias son percepciones.
2. Que la exigencia de que no exista una excitación sensorial real como pretexto
de la alucinación no es siempre comprobable.
Tipos de alucinaciones:
Otra clasificación:
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imperativos o impositivos. En la alucinación bilateral antagonista los
fonemas son diferentes en un oído y otro.
b. Alucinaciones visuales: están las simples (fotomas o fotopsias) y las
complejas, además existen las visiones extrañas (aura), la autoscopia
(o heautoscopia o alucinación especular) en la que uno se ve a sí
mismo desde fuera y la alucinación en blanco (se dan durante el sueño
o al despertarse, siendo sensaciones del tipo de movimientos muy
rápidos apreciadas sobre todo en las manos, boca y cara).
c. Alucinaciones gustativas y olfativas: suelen asociarse a estados de
sugestión. En el delirio de Cotard suelen llegar a oler su propia
putrefacción ya que creen que están muertos. El delirio ósmico es un
delirio de base olfativa.
d. Alucinaciones táctiles: sensaciones en la piel o sensaciones de
contacto. Estas suelen ser hápticas, hígricas (humedad) y de contacto.
e. Alucinaciones somáticas o cenestésicas: referidas a la sensibilidad
general del organismo interno y de las vísceras, producidas por
entidades distintas del individuo que las sufre.
f. Alucinaciones k/c-inestésicas (o vestibulares, musculares o motrices):
sensaciones de motricidad del cuerpo.
i. Miembro fantasma: falsa experiencia perceptiva de un
miembro amputado o en parapléjicos.
ANOMALÍAS DE LA PERCEPCIÓN
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b. Agnosia acústicas: ausencia de reconocimiento para el significado de la palabra
aunque el sonido se perciba (agnosia auditiva pura), de los ruidos, de la música
(amusia).
c. Agnosias táctiles o estereoagnosias: incapacidad para reconocer los objetos
mediante el tacto. Puede fracasar el reconocimiento del tamaño y forma
(amorfognosia) o la densidad, peso y temperatura (ahilognosia).
d. Agnosias somáticas o somatognosias: errores de reconocimiento del cuerpo.
Autopatognosia: incapacidad para reconocer partes del cuerpo propio o de
otros. Agnosia digital: no poder distinguir entre sí los propios dedos al tacto.
Agnosia lateral o agnosia derecha-izquierda: está afectada la diferenciación
entre ambos lados del cuerpo.
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ii. Escisión perceptiva: desintegración del objeto percibido en los
elementos que lo integran, bien sólo respecto al color (metacromía), o
respecto a la forma en su conjunto (morfolisis).
Los pacientes pueden experimentar tanto una disonancia como una consonancia o afinidad
entre lo que uno piensa y las vivencias de pertenencia (egoimplicación), control (gobierno) y
certeza (juicio de realidad) respecto a lo que se piensa.
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Fobias: temores exagerados, irracionales e incontrolables a determinados estímulos o
situaciones que normalmente no causan esa desproporcionada respuesta de temor en la
mayoría de las personas de la misma cultura.
Delirios (del latín: salirse del surco/camino): conjunto de ideas delirantes, es decir, creencia
autorreferencial anómala, en virtud de sus notas de sobrecarga afectiva, firmeza o tenacidad y
absurdidad.
Ideas delirantes (idea delirante primaria, o creencias patológicas): resultan para el observador
totalmente incomprensible y suponen la aparición en la vida del paciente de algo nuevo y
distinto, produciéndose una alteración profunda y global de la personalidad.
Ideas deliroides (idea delirante secundaria, o creencias anormales): pueden ser comprensibles
para los demás (que no compartidas), son secundarias a determinadas situaciones personales,
moduladas por factores afectivos, pueden ser transitorias y no implican una transformación
global y profunda de la personalidad.
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* Delirio nihilista o delirio de Cotard: negación del paciente de su propia existencia y la
del mundo exterior, afirmando la propia muerte y la desaparición de todo lo que nos
rodea.
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d. El síndrome de los dobles subjetivos: cuando la falsa identidad adjudicada
a la otra persona es la del doble del propio sujeto enfermo.
2. Delirio heautoscópico (o delirio del doble): consiste en reconocer a personas
desconocidas como conocidas, es decir, como su doble. Este doble es de uno mismo,
en cuanto producto de un falso reconocimiento, representa una modalidad marginal
de heautoscopia que tiene una raigambre delirante. Hay tres modalidades:
a. Despersonalización heautoscópica: experiencia de extrañamiento referida al
yo corporal, dando lugar a la duplicidad de la persona sensible. El doble
sensible puede ser investido de los atributos físicos o de los atributos
psíquicos.
b. Delirio heautoscópico: fenómeno de presentación rara, donde se da temple
delirante entre lo terrorífico y lo angustioso, sospechas o presentimientos de
que algo va a ocurrir, vivencias de significación vaga e inspiraciones delirantes.
c. Alucinación heautoscópica: las dos primeras modalidades son
pseudoalucinaciones.
Un fenómeno infrecuente son los delirios compartidos, que pueden ser impuestos
(transmitidos a otro paciente que no puede defenderse), comunicados (tras resistencia
duradera cede al sistema delirante), inducidos (enriquecimiento del delirio en un paciente ya
delirante) y simultáneos (compartir el sistema delirante al mismo tiempo, siendo uno el
verdadero psicótico).
a. Taquifemia, verborrea, logorrea o presión del habla: expresión verbal muy abundante,
rápida e incoercible.
b. Fuga de ideas (o pensamiento ideofugal): desviación o fuga de la tendencia
determinante.
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Pensamiento interrumpido o bloqueado: supone la ruptura de la continuidad del discurso a
causa de interrupciones súbitas de las asociaciones, deteniéndose el paciente en la mitad de
una frase sin poder retomar después la idea directriz al perder el hilo de la conversación.
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Mutismo: suspensión de las funciones del lenguaje sin que estén afectadas las capacidades
instrumentales.
Afonías: causadas por daños en las cuerdas vocales que provocan disturbios en el tono y en el
timbre de la voz; se puede observar en pacientes histriónicos y esquizofrénicos.
Dislexia: confusión (lectora, gráfica o fonatoria) de una consonante por otra y por la inversión
de sílabas o palabras (escritura en espejo), de manera que el individuo es incapaz de reconocer
y reproducir las palabras y su significado.
Alexia (ceguera verbal): incapacidad para comprender el lenguaje escrito. Tres tipos distintos:
a. Alexia pura.
b. Alexia con agnosia de los objetos, los colores y algunos elementos espaciales.
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c. Alexia con agrafia: incapacidad de escribir.
Glosolia: uso de un lenguaje extraño inventado por el paciente, en el que asocia neologismos
con asintaxia, resultando así totalmente incomprensible para el que escucha a no ser que el
paciente le facilite las claves para su traducción.
LAS AMNESIAS
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o Selectiva: pérdida de recuerdos acerca de un tema concreto que ha resultado
significativo en el pasado del individuo.
- Amnesia psicógena (o disociativa): olvido de información sutil e importante, pero a la
vez traumática para la persona, sin que intervengan agentes que pudieran causar daños
cerebrales. Tratándose de un problema de evocación, ya sea localizado o generalizado,
generalmente debido a situaciones de shock o episodios de disociación de la
consciencia.
- Amnesia de evocación: se representa por un caso prototípico llamado afasia amnéstica
(anomia y disnomia), que se caracteriza por un empobrecimiento del lenguaje, sobre
todo para el uso de los sustantivos, y una incapacidad para nombrar objetos conocidos,
entre otros síntomas. En epilepsias con afectación del lóbulo temporal y Alzheimer.
o Dismnesia: forma de alteración menor de la memoria (no amnesia), cotidiana,
consistente en una dificultad en el recuerdo.
- Pseudoamnesias: sensaciones subjetivas de pérdida de memoria que no se
comprueban objetivamente. Suelen estar condicionadas por una excesiva
concentración de la atención en la vivencia de la angustia vital y sus equivalentes
(pseudoaprosexia). Por ejemplo el síndrome de Ganser también llamado psicosis
carcelaria.
LAS HIPERMNESIAS
Criptomnesia: recordar muy vivamente y con gran minuciosidad los recuerdos de una época de
la vida, conservándose la orientación en el momento presente. Se da especialmente en el curso
de estados crepusculares histéricos, epilépticos o hipnóticos y en algunas descompensaciones
maníacas del trastorno bipolar, además de en situaciones de gran riesgo vital y estados
preagónicos (fenómeno del libro de la vida o memoria panorámica).
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LAS PARAMNESIAS
Proceso intelectivo resultado del funcionalismo del sistema nervioso central como un todo del
que se desgranan dos categorías de conocimiento:
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Juicio: facultad de la inteligencia que permite a los individuos la capacidad para distinguir lo
verdadero de lo falso, y en un plano moral, el bien del mal. Además de ser una capacidad para
ejercer la crítica o conjunto de opiniones formadas tanto hacia sí mismo como hacia el entorno.
Hay tres grandes alteraciones de esta:
La asociación del déficit intelectual junto con otro trastorno se le denomina psicopatología dual.
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Sinónimo de demencia o psicosíndrome orgánico, aunque no hay que confundir una demencia
senil con un deterioro fisiológico.
Todos los trastornos con expresión de déficit o perdida de la capacidad intelectual de carácter
funcional y generalmente reversibles, donde no interviene un factor físico o biológico causante
del daño cerebral.
Conjunto de la vida de los sentimientos del ser humano con arreglo a sus características de
personalidad, intensidad, expresividad y duración en el tiempo.
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Afectos: experiencias emocionales o sentimentales asociadas a un estado mental, es decir,
patrones de comportamiento observables que son la expresión de sentimientos o emociones,
experimentados subjetivamente, como la tristeza o la alegría.
Existen dos tipos de afectos o vivencias afectivas, las emociones y los estados de ánimo y se
diferencian en:
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a. Las emociones son afectos de instauración brusca, mientras que los estados de ánimo
surgen de forma más lenta y con arreglo a ritmos o ciclos.
b. Las emociones se manifiestan por cortejo psicosomático agudo compuesto por
cambios vegetativos y endocrinos, mientras que los estados de ánimo apenas se
acompañan de modificaciones somáticas.
c. Las emociones constituyen una respuesta transitoria a un estímulo, mientras que los
estados de ánimo constituyen una disposición a manifestarse afectivamente de forma
duradera.
Pasiones: afectos muy similares a las emociones pero que se pueden distinguir de ellas por
tener una duración algo más prolongada en el tiempo y sobre todo, por producir una
deformación de las ideas del sujeto sobre ciertas cuestiones o problemas, donde el individuo
sobrevalora las ideas (ideas cargadas de afectividad) y juicios acordes con el significado de la
pasión y suprime los datos contrapuestos a ella. Pueden transformarse en ideas deliroides.
LA ANSIEDAD PATOLÓGICA
a. El miedo es un movimiento psíquico propio de toda reacción normal ante una situación
de peligro; la ansiedad es un sentimiento vital patológico.
b. El miedo es un sentimiento motivado; la ansiedad, un sentimiento inmotivado o
autónomo.
c. El miedo se acompaña siempre de un contenido: la situación de peligro, el objeto
amenazador; la ansiedad no se acompaña de ningún objeto concreto, siendo ésta la
diferencia fundamental.
Pánico: miedo no concretado en algo determinado, sino en todo, viniendo el peligro de todas
partes.
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La transición de la ansiedad en una fobia bien definida puede tomarse como una
transformación de la ansiedad en miedo, obedeciendo a un mecanismo defensivo del yo, ya
que la ansiedad condensada en un objeto externo (fobia) es menos mortificante que la
ansiedad libre y abstracta (diferencia entre ansiedad situacional y flotante, respectivamente).
La ansiedad puede manifestarse como síndrome en covariación con una amplia gama de
síntomas y signos: en forma de crisis de ansiedad (o ataques de pánico) o como estado
permanente de ansiedad generalizada.
LA TRISTEZA PATOLÓGICA
Sentimiento exagerado de pena y aflicción (afecto alterado depresivo como síntoma nuclear de
la depresión). Donde se manifiesta la tríada cognitiva negativa (desesperanza): percepción
negativa de sí mismo, del mundo y del futuro.
Pérdida de interés por las actividades cotidianas, ya sean de trabajo o de diversión, aislándose
del entorno, rompiendo la comunicación social y mostrándose anímicamente aplanado ante el
agravamiento del estado, con escasa reactividad emocional y facilidad para llorar. La
autoestima
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es muy baja, se reprocha continuamente y puede desear la muerte o el suicidio en los casos
más graves.
Tristeza vital: disgusto por la vida y por seguir viviendo. Es el síntoma nuclear y primario de la
depresión mayor, siendo su composición muy compleja. Con malestares localizados en el plano
corporal, como opresión precordial, epigástrica o cervical, especialmente una gran pesadez
física. En el plano psíquico su vivencia se acompaña de una sensación de falta de sentimientos o
anestesia afectiva, y anulación de los intereses personales, excepto: preocupaciones por la
salud del cuerpo, la salud del alma y la subsistencia económica.
LA EUFORIA PATOLÓGICA
La euforia patológica se traduce en exaltación vital, debido al humor expansivo, con intensa
reactividad emocional, atención dispersa e hiperactividad motora. El curso del pensamiento es
acelerado e incluso ideofugal, así como el discurso que puede llegar a ser logorreico. Con
tendencia a la hilaridad (estado permanente de alegría y felicidad), su umbral para las
frustraciones es muy bajo, cayendo en momentos explosivos de ánimo irritable o colérico y
agresivo, con la necesidad de hacer cosas.
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EL ENFADO PATOLÓGICO Y LA DISFORIA
Puede estar relacionada con ciertas dificultades de la vida cotidiana, el síndrome disfórico
premenstrual, el padecimiento de trastornos graves de la personalidad, la ingestión de ciertas
drogas, algunas enfermedades cerebrales, la epilepsia, las deficiencias mentales y las
esquizofrenias.
El enfado patológico (ira o cólera) es la base del síndrome disfórico. Que puede traducirse en
ataques de ira, similares a los ataques de pánico, ya que comparten algunos síntomas
(sudoración, taquicardia, acaloramiento). Tienden a ser crisis repetitivas y probablemente
compartan una vulnerabilidad común.
La ira tiene lugar cuando la identidad del sujeto resulta amenazada y no pueden realizarse otras
acciones, tratándose de una defensa o esfuerzo por restituir el malestar ocasionado por el
ataque al sistema de creencias.
LA TIMIDEZ
Actitud afectiva que se refleja en la dinámica social por la inhibición del sujeto para desarrollar
adecuada y suficientemente una conducta de relaciones interhumanas y sobre todo para
comunicarse con los demás, donde la tendencia la retirada total o el aislamiento psíquico.
Las raíces y la esencia de la timidez tienen una índole afectiva, estando montada sobre un
estado de ánimo o un sentimiento persistente de tonalidad displacentera o desagradable, cuyo
contenido puede ser la tristeza, culpa o inferioridad, teniendo en cualquier caso una estructura
psíquica impregnada de vergüenza. Los tipos de timidez más frecuentes son:
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a. Primero grado: dirigida a suprimir o minimizar el defecto real o imaginario y sus
consecuencias.
b. Segundo grado: afán de sobresalir en una esfera distinta.
c. Tercer grado (supercompensaciones): se dirigen directamente al sentimiento de
inferioridad, donde queda oculto ante los demás y ante el propio sujeto.
En definitiva, un misántropo (ser que se retira de la sociedad para vivir sumido en sí mismo).
LA HIPOCONDRÍA
El neurótico hipocondríaco (trastorno) se caracteriza por una actitud anormal frente a las
sensaciones corporales propias, las cuales carecen en este momento de una infraestructura
vital morbosa.
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LA SOMATIZACIÓN
Traslado al plano corporal de los conflictos del paciente. La somatización como síndrome
abarcaría tres modalidades:
Las somatizaciones son una muestra de las dificultades para la comunicación verbal
(alexitimia), una incongruencia de las respuestas afectivas (y habitual conexión con las
manifestaciones depresivas) y una deficiente comprensión de las señales corporales.
Paratimia, discordancia o inadecuación afectiva: supone una falta de ajuste de las emociones
al contenido actual de sus vivencias. Es un síntoma frecuente en los síndromes orgánico-
cerebrales como en las esquizofrenias residuales que han dejado un defecto en la
personalidad.
Labilidad afectiva: las emociones y los estados de ánimo cambian constantemente estén o no
influidos por estímulos externos, tratándose de una distraibilidad afectiva. Síntoma
característico de las deficiencias mentales, personalidades inmaduras, de estados de ansiedad
intensa y de enfermos con lesiones cerebrales.
Incontinencia afectiva: falta de control sobre las emociones, surgiendo éstas de modo
exagerado y brusco ante pequeños estímulos sin que se las pueda controlar. Se observa en
demencias seniles.
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Indiferencia o frialdad afectiva: carencia o pérdida de capacidad para producción de
respuestas emocionales, no manifestando sentimientos hacia los demás, siendo incapaces de
sentir afecto, característica de las personalidades psicopáticas o antisociales, ciertos
esquizofrénicos, alcohólicos con afectación cerebral y adictos a la heroína.
Alexitimia: dificultad para identificar, expresar con palabras los sentimientos y diferenciarlos de
las sensaciones corporales. Se observa en pacientes con enfermedades psicosomáticas, los
caracterizados por la somatización, la disociación y en las depresiones graves.
Aprosodia: dificultad para expresar el lenguaje con tonalidad emocional. Característica de los
enfermos que presentan lesiones en el hemisferio derecho del cerebro, asiento neural del
lenguaje emocional. Típico de la enfermedad de Parkinson.
1. Tono muscular: cuya evolución se produce a lo largo de la vida, siendo en los primeros
meses cuando adquiere mayor relevancia.
2. Armonía cinética: permite el encadenamiento de cada uno de los momentos gestuales
o motores en el tiempo y el espacio.
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b. Segundo nivel: (estructuralidad) producen a su vez dos efectos:
i. Cambios excesivamente acusados de la expresividad, que generalmente
implica una pérdida del equilibrio expresión-contexto.
ii. Aparición de patrones motores más primitivos y autónomos.
TRASTORNOS DE LA MÍMICA
a. Las generalizadas se caracterizan por dos signos: la participación de todos los músculos
faciales y la mirada inquieta y distraída del paciente. Se puede observar desde actividad
expansiva de los pacientes maníacos hasta las actitudes de pánico en los estados
oníricos.
b. Las localizadas expresan una intensa focalización afectiva hacia una vivencia muy
concreta como la crispación de los rasgos faciales acompañada de una mirada que
traduce la experiencia dramática de una crisis de ansiedad.
Dismimias: contradicción entre la expresión facial y gestual y las vivencias afectivas. Pueden
distinguirse de dos formas:
TRASTORNOS DE LA MOTÓRICA
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atención lábil, confusión de consciencia y estado de ánimo ansioso, eufórico o colérico.
Esta agitación puede obedecer a tres tipos de causas:
a. Factores exógenos: situaciones de tensión extrema vividas en la realidad o
imaginarias, intoxicaciones por fármacos o drogas.
b. Orgánico-cerebrales: como en los cuadros de delírium, durante las crisis
comiciales (convulsiones), o como consecuencia de ciertos accidentes
vasculares cerebrales o traumatismos craneoencefálicos.
c. Factores endógenos (eretismo): relacionados con los trastornos psicóticos
como en ciertos tipos de esquizofrenia (especialmente catatónica), fases
maníacas del trastorno bipolar y en estados demenciales, debido a pérdida
progresiva de juicio crítico y comprensión de la situación, así como de las
propias dificultades práxicas del cuadro.
Inquietud psicomotriz: formas menores de agitación en las que el paciente
conserva un mayor grado de control sobre la motórica, manifestándose en los
estados de ansiedad y en ciertas depresiones.
B. Retardo psicomotriz, lentitud psicomotora o hipocinesia (término más preciso que el
de inhibición psicomotriz): se caracteriza por la presencia de una disminución notable
de los movimientos generales, soliendo acompañar a diversas patologías mentales, y
manifestándose en diversos grados de intensidad, desde la hipocinesia hasta la acinesia
total en pacientes estuporosos, autistas, parkinsonianos y en diferentes enfermedades
que dan lugar al llamado mutismo acinético.
Estupor catatónico: síndrome psicomotor de actividad motora muy lenta que puede
llegar a la inmovilidad en la que el paciente interrumpe el contacto con su entorno.
Catalepsia: signo motor que se refiere a la conservación de una postura o una actitud
inmóvil con la musculatura rígida. Ejemplo de obediencia automática (cumplimiento
exagerado de cualquier orden del evaluador), denominada flexibilidad cérea, pues se
moldea la posición de un miembro notando una ligera resistencia inicial.
El opuesto de la obediencia automática es el negativismo como actitud de oposición
ante cualquier movimiento que se le ordena al individuo y que puede ser pasiva (sin
movimientos) o activa (haciendo lo contrario de lo que se le pide). El paciente puede
negarse a moverse, comer, defecar o beber (retraimiento).
También pueden darse fenómenos en eco como la ecolalia (repetición de las palabras
del examinador) y la ecopraxia (repetición de los movimientos del examinador).
En ocasiones se observa obstrucción (interrupción brusca de un movimiento) o la
ambitendencia (movimientos que dan la impresión de indecisión porque el paciente no
puede concretar un acto). Otras manifestaciones son mutismo, muecas, estereotipias,
verbigeraciones y gritos.
C. Tics: movimientos musculares locales, rápidos y espasmódicos del mismo grupo
muscular que se manifiestan de forma frecuente, involuntaria, inesperada, repetitiva y
a intervalos irregulares y que se inician frecuentemente en la infancia.
Pueden aparecer como vía de escape emocional ante situaciones estrés, como síntoma
acompañante de otras patologías o síntoma de conversión somática en situaciones
postraumáticas.
D. Estereotipias: repetición continuada e innecesaria de movimientos o gestos que son
organizados y generalmente complejos. Se manifiestan especialmente en la mímica
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facial, pero también pueden observarse en otras zonas del cuerpo, como las manos o el
tronco en el balanceo rítmico. Los rituales de los pacientes obsesivos son actos
estereotipados. Se distinguen dos tipos según su complejidad:
a. Simples: acompañan a los trastornos orgánicos cerebrales de evolución
demencial que suponen patrones motores arcaicos y con función estimular,
como frotar o rascar.
b. Complejas: asociadas al retraso mental, el autismo y otros trastornos
psicóticos funcionales o endógenos como la esquizofrenia, manifestándose
como movimientos aparatosos de manos y brazos, como mesarse los cabellos.
E. Manierismos: movimiento que aumentan la expresividad de los gestos y la mímica,
como las sonrisas inmotivadas o las posturas forzadas y excesivamente afectadas de
ciertos pacientes esquizofrénicos.
F. Temblores: movimientos musculares oscilatorios, involuntarios, rítmicos y rápidos que
se manifiestan normalmente en la cabeza, cara, legua y extremidades, especialmente
manos. Pueden ser de tres tipos:
a. Intencionales: sacudidas que aparecen durante los movimientos voluntarios.
Por ejemplo en la ataxia (pérdida de la coordinación del movimiento muscular
voluntario). Un tipo es el balbismo (oscilación rápida en la barbilla que aparece
en algunos disfémicos en el esfuerzo por la articulación del habla.
b. Posturales: muy similares a los anteriores, consisten en sacudidas que
aparecen al iniciar o efectuar algún movimiento, más claramente cuando se
tiene una postura forzada.
c. De reposos: movimientos de corto recorrido con oscilaciones finas y rápidas de
las partes afectadas, generalmente acompañadas de rigidez muscular y
ausencia (acinesia) o disminución (hipocinesia) de movimientos. Suele
desaparecer o atenuarse con el control voluntario (también llamados
temblores parkinsonianos).
G. Convulsiones: movimientos musculares en forma de contracciones violentas e
incontrolables de la musculatura voluntaria que se manifiestan en uno o varios grupos
musculares o bien de forma generalizada en todo el cuerpo. Por ejemplo, la crisis
convulsiva de la epilepsia conocida como grand mal, que se desarrolla en tres fases:
a. Fase tónica: contracción brusca con instauración de apnea (suspensión de la
respiración) y pérdida de consciencia. Al cabo de dos segundos aparece una
fase de contracción de los músculos de la cabeza y extremidades, durante 5 ó
10 segundos.
b. Fase convulsiva (o clónica): se mantiene la apnea y se inician los movimientos
convulsivos involuntarios, rítmicos y regulares que empiezan en los brazos,
piernas y musculatura periocular y rápidamente se generalizan al resto del
cuerpo durante 20 ó 30 segundos.
c. Fase de recuperación: el paciente empieza a recuperar el ritmo respiratorio y
como consecuencia de la hipotonía generalizada se produce un vaciado vesical
urinario. Esta última fase puede durar unos 20 ó 30 minutos.
Diferenciar de las crisis de conversión histérica en cuyos movimientos convulsivos no se
incluye apnea, ni ritmo o regularidad en las convulsiones, no se producen mordeduras,
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incontinencia urinaria y nunca se producen en soledad (desencadenadas por vivencias
afectivas traumáticas).
H. Manifestaciones extrapiramidales: dos conceptos muy cercanos pero distintos:
a. La distonía: es una contracción y postura sostenida.
b. La discinesia: se refiere a movimientos repetitivos e involuntarios de la lengua,
boca y cara, pero considerados habitualmente en la discinesia tardía como
movimientos distónicos. Hay dos tipos:
i. Discinesia aguda: series de contracciones (espasmos) y movimientos
anormales de los músculos de las extremidades superiores, cuello y
espalda, que permanecen contraídos durante 30 segundos,
apareciendo de nuevo minuto y medio después.
ii. Discinesia tardía: consiste en una serie de movimientos involuntarios y
raros de la lengua, la boca y la cara, con movimientos coreoatetósicos
(involuntarios lentos, continuos y de contorsión) en manos. Comienzo
insidioso.
Acatisia: estado de sobreabundancia de movimientos con deambulación e
incapacidad para descansar, pararse y con movimientos involuntarios en las
piernas. Los pacientes describen una necesidad subjetiva de moverse para
hallar alivio (distinta de la agitación psicótica).
I. Apraxias: dificultad para llevar a cabo actividades propositivas que exijan secuenciar y
coordinar una serie de movimientos (como escribir, abrocharse los botones, vestirse…).
Dificultad para realizar actividades que requieran cierto nivel de complejidad
psicomotora (en niños dispraxia evolutiva). Es indicador de deterioro cortical.
J. Conversión: desde el punto de vista sintomático como manifestación en la que el
paciente exhibe una alteración motora (aunque también sensorial) con un supuesto
simbolismo o manera de transmitir su malestar y necesidad de ayuda. Ejemplos de los
llamados síntomas pseudoneurológicos son la parálisis de algún miembro, lentitud
exagerada en los movimientos, síndrome atasia-abasia (marcha descoordinada, débil y
con tendencia a caídas), etc. No son histriónicos, ya que puede demostrarse una causa
orgánica.
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