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Tema No.

7: Psicosis

CLASE TALLER

Título: “Psicosis Orgánicas”

Estimado estudiante en esta clase taller estudiaremos las características de las psicosis
orgánicas, como podemos diagnosticarlos, manejarlos en la Atención Primaria de Salud
y evitar complicaciones o malestar físico y psicológico para el niño, el adolescente o su
familia.

SUMARIO:
1. Psicosis. Generalidades.
2. Psicosis orgánicas. Concepto. Clasificación.
3. Delirium: concepto, manifestaciones clínicas y sociales, causas y tratamiento.
4. Trastornos amnésicos: concepto, manifestaciones clínicas, causas y tratamiento.
5. Psicosis demencial: concepto, clasificación, manifestaciones clínicas, diagnóstico,
causas y tratamiento.

OBJETIVOS:
1. Explicar el concepto de los diferentes tipos de psicosis.
2. Diagnosticar los síndromes y las entidades de las psicosis orgánicas.
3. Indicar la terapéutica de urgencia de estas psicosis.
4. Realizar el trabajo familiar y comunitario en el seguimiento y control de las psicosis
orgánicas.
Las psicosis orgánicas son enfermedades mentales que pueden poner en grave peligro
la vida de una persona, porque sus manifestaciones psiquiátricas pueden enmascarar y
desviar la atención de la verdadera causa que origina el trastorno y esta puede dar al
traste con la vida de ese ser humano o depararle graves discapacidades, con el
consecuente sufrimiento de la familia y afectación para el entorno comunitario.

INTRODUCCIÓN.
Los trastornos mentales se han convertido en la enfermedad no contagiosa más extendida en el mundo e
incrementan el riesgo de enfermedades como los problemas cardíacos o la diabetes mellitus.
El término psicosis procede del griego psyché, alma, y es aplicado generalmente a los
trastornos mentales de etiología funcional u orgánica en los cuales se presentan
alteraciones profundas de la realidad y de la respuesta a estímulos. Las psicosis o
trastornos sicóticos se definen como aquellos trastornos mentales que se manifiestan
en un nivel de funcionamiento sicótico. Son los trastornos mentales de mayor gravedad
en la nosografía psiquiátrica con tendencia a cronificarse, la cronicidad no debe verse
tanto por la gravedad, sino por la irreversibilidad de sus cuadros.
En cuanto a su origen se pueden clasificar en funcionales u orgánicas.
Se denominan psicosis funcionales cuando no puede detectarse manifestaciones
objetivas de lesión anatomofisiológica a nivel cerebral, puede ocurrir en trastornos tales
como en la esquizofrenia y el trastorno afectivo bipolar.
Encontrándose diversas causas provenientes del medio ambiente o de la propia
persona.

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Las catalogadas orgánicas ocurren cuando las manifestaciones actuales
fundamentales son la consecuencia directa de una alteración anatomofisiológica
conocida del encéfalo, como ocurre en las demencias y psicosis epilépticas.
La alteración primaria puede asentarse directamente en el cerebro, sus cubiertas, en
otro órgano o sistema del organismo humano y las alteraciones producidas pueden
afectar a distancia el funcionamiento cerebral a través de las toxinas producidas, lo cual
no niega la existencia de otros síntomas y comportamientos resultantes de la reacción
psicológica del sujeto ante sus discapacidades, su personalidad previa o el entorno.

ETIOLOGÍA.
1. Infecciones (virales, bacterianas, micóticas, otras)
2. Tumores (Benignos y Malignos)
3. Traumatismos
4. Intoxicaciones (Internas y Externas)
5. Trastornos endocrinos
6. Trastornos metabólicos
7. Otros

CLASIFICACIÓN.
La clasificación puede realizar mediante dos síndromes fundamentales o directamente,
en la primera variante quedaría de la siguiente manera:
I.- SÍNDROME CEREBRAL ORGÁNICO AGUDO.
Se va a caracterizar por la afectación de las funciones de síntesis (Atención, memoria,
orientación y fundamentalmente la toma de la conciencia vigil), así como la
reversibilidad del cuadro. Generalmente de comienzo brusco, dificultan grandemente la
adaptación creadora del individuo al medio, aunque tienden a evolucionar en breve
plazo a la curación con restitución total cuando la enfermedad que expresan es
correctamente tratada y diagnosticada, en otras ocasiones el cuadro puede derivar
hacia la cronicidad por diferentes complicaciones que pueden presentarse.
Se destacan el síndrome de obnubilación, crepuscular, de confusión mental y el coma.
Síndrome de obnubilación.
Su nombre etimológicamente significa ver a través de una nube y, en efecto como
consecuencia de la elevación patológica del umbral de estimulación de los
analizadores, el enfermo no sólo ve, sino oye, siente, huele y degusta como si entre los
estímulos y él existieran obstáculos sensoperceptivos.
El paciente obnubilado disminuye sus posibilidades de percatarse de lo que ocurre en
su entorno y sólo responde a estímulos más intensos que los habituales, su
pensamiento es lento y algo perseverante, la afectividad esta embotada y los
movimientos disminuidos y lentos.
Descripción general: enfermo tranquilo, hipomímico, con descuido de los hábitos si no
se auxilia.
Funciones de síntesis: vigilia baja, atención distráctil, memoria disminuida, orientación
muy grosera. Funciones de relación: afectadas globalmente. Capacidades intelectuales
disminuidas. Funciones cognoscitivas: sin síntomas productivos, lo más significativo es
el tener que utilizar estímulos fuertes para lograr la comunicación. Funciones afectivas:
indiferencia. Conducta: hipobulia e hipocinesia.

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Puede apreciarse en afecciones sistémicas severas, cuadros meningoencefálicos y
traumas craneales.
Síndrome de estado crepuscular.
Caracterizado por la afectación de conciencia expresada clínicamente por la
desorientación mantenida y la amnesia total de las vivencias una vez superado el
cuadro.
Existen dos modalidades: la pasiva y ordenada, y la desordenada o agitada, que es
precisamente la más frecuente y por ello será objeto de nuestra descripción
fundamental. La forma pasiva es la que posibilita las fugas epilépticas, en las que el
enfermo-en forma automática- es capaz de alejarse hasta miles de kilómetros de su
hogar en viajes sin propósito voluntario, y “despertar” súbitamente, sin recordar nada de
lo ocurrido, luego de haberse comportado en forma similar a un sonámbulo.
La forma desordenada es de instalación y terminación súbita.
Constituye una de las más importantes emergencias psiquiátricas por su frecuente
carácter agresivo y destructivo, y en ella el enfermo se enfrenta a sus alucinaciones de
contenido amenazador.
Descripción general.
Enfermo agitado, sudoroso y agresivo. Funciones de síntesis: nivel de vigilia muy bajo,
atención distráctil para temas ajenos a sus vivencias alucinatorias, amnesia total al
concluir el cuadro, comprensión disminuida, desorientación total y sin fluctuaciones.
 Funciones de relación: toma de las funciones de relación.
 Capacidades intelectuales: toma de las capacidades intelectuales.
 Funciones cognoscitivas: alucinaciones, sobre todo visual, terroríficas, pensamiento
y lenguaje prácticamente nulos.
 Funciones afectivas: agresividad, ansiedad, pánico.
 Conducta: agresiva, destructiva, fugitiva y vinculada con las alucinaciones.
Este síndrome puede ser expresión de la epilepsia, de algunas intoxicaciones y de
traumas craneales.
Síndrome de confusión mental.
Expresivo de un alto grado de disfunción cerebral, es también llamado amencia, término
que destaca la ausencia casi total de psique.
Este es el síndrome expresivo del mayor grado de toma de conciencia, luego del
síndrome de ataque convulsivo en su etapa postictal o del síndrome comatoso.
El pensamiento muestra un alto grado de incoherencia que impide la comunicación, y la
conducta se hace muy rudimentaria, aunque generalmente limitada al espacio de la
cama. La perplejidad es un elemento de primer orden para el diagnóstico.
Descripción general: se describe al enfermo como en agitación limitada a la cama, con
movimiento sin propósito- como enrollar la sábana- que se denominan movimientos
carfólicos, de alto valor diagnóstico; la expresión facial es de perplejidad. Funciones de
síntesis: vigilia a punto de abolirse, atención muy distráctil, memoria abolida,
comprensión abolida, desorientación total y fluctuante. Funciones de relación: abolidas.
Capacidades intelectuales: prácticamente nulas. Funciones cognoscitivas: predominio
de ilusiones visuales inferidas por la observación del enfermo, pensamiento
incoherente. Funciones afectivas: indiferencia. Conducta: agitación limitada a veces con
características profesionales, el enfermo repite movimientos propios de su trabajo
habitual.

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Este síndrome es frecuente en las intoxicaciones y traumas severos, así como en
accidentes cerebrovasculares y desbalances metabólicos sistémicos.
Debe destacarse que en la mayoría de los casos los síndromes se superponen y
mezclan sus componentes sintomáticos, aunque generalmente predominan las
manifestaciones de cualquiera de ellos.

II.- SÍNDROME CEREBRAL ORGÁNICO CRÓNICO.


Se va a caracterizar por la toma de la memoria y las funciones intelectuales superiores
(inteligencia, juicio, cálculo y aprendizaje) y un deterioro general de la personalidad, el
comportamiento y el validismo. Siendo generalmente irreversibles.
En este caso las alteraciones sensoperceptuales o del nivel de vigilia no existen o son
prácticamente despreciables, en tanto sobresale la afectación de las capacidades
intelectuales y del carácter. En esta categoría se encuentran los síndromes:
oligofrénico, síndrome amnesicoconfabulatorio, el síndrome apatoabúlico y el
demencial.
Síndrome oligofrénico.
Se expresa por un rendimiento general subnormal, acusado sobre todo en las
capacidades intelectuales del sujeto.
Las funciones psíquicas del paciente remedan las de un niño, cuya edad estaría en
razón inversa al grado de severidad del síndrome.
Síndrome amnesicoconfabulatorio.
En su forma más característica se manifiesta por amnesia notable y por
confabulaciones que llenan los vacíos de memoria.
Este síndrome muy cercano a la demencia, sin embargo por la hegemonía de los
trastornos de memoria sobre la afectación de las capacidades intelectuales y de la
personalidad, que en las primeras etapas no resultan tan relevantes. Las
confabulaciones muchas veces dominan el cuadro sintomático.
Síndrome apatoabúlico.
Los síntomas cardinales con la apatía o indiferencia afectiva y la abulia. Como
consecuencia de los dos síntomas cardinales, el enfermo se retrae y su pensamiento se
hace autista, lo que acelera y magnifica su inadaptación creadora al medio.
Síndrome demencial.
Este síndrome se caracteriza, en esencia, por la pérdida de las capacidades
intelectuales luego que estas hayan alcanzado un desarrollo normal y por el deterioro
de otros aspectos de la personalidad.
Una característica importante del síndrome demencial es la relativa precocidad con que
aparecen los trastornos de memoria reciente y la afectación proporcionalmente mayor
de las capacidades ejecutivas que las verbales, que tienden a conservarse hasta
etapas más avanzadas.
Los comportamientos eróticos y el incremento del apetito hasta conformar un cuadro de
bulimia son también elementos importantes del síndrome, durante cuyo establecimiento
la familia asiste al desmoronamiento progresivo y habitualmente irreversible de la
personalidad del paciente.
Descripción general.
Aspecto descuidado, comunicación limitada. Funciones de síntesis: vigilia normal,
atención distráctil; memoria muy tomada, sobre todo la de fijación, aunque después se
afecta la de evocación; desorientación en casos avanzados. Funciones de relación:

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globalmente afectadas. Capacidades intelectuales: muy disminuidas. Funciones
cognoscitivas: pensamiento concreto, perseverante, prolijo, a veces delirante.
Funciones afectivas: indiferencia o labilidad según los casos, explosividad. Conducta:
afección de hábitos, trastornos globales de las necesidades.
La segunda clasificación aglutina a los trastornos de la siguiente manera:
Demencias, delirium, síndrome amnésico orgánico, alucinosis orgánica, trastorno
catatónico orgánico, trastorno delusivo (esquizofreniforme) orgánico, trastornos del
humor (afectivos) orgánicos, trastorno de ansiedad orgánico, trastorno disociativo
orgánico, trastorno de labilidad emocional (asténico) orgánico, trastorno cognoscitivo
leve, trastorno de la personalidad y del comportamiento debidos a enfermedad o
disfunción cerebral, síndrome postencefálico y síndrome postconcusional.
Siendo el Delirium y las Demencias los principales trastornos de este grupo.
DELIRIUM
Para unos un síndrome, para otros una entidad nosológica, etimológicamente significa
deformación o desviación de la realidad, es un cuadro aparatoso, grave, donde el
paciente corre el riesgo de accidente si no es protegido. Siendo el alcoholismo la
principal causa etiológica, pero también puede ser producido por otras intoxicaciones
externas e internas, así como en procesos infecciosos severos o traumatismos
craneales.
La toma de la vigilia es importante, existiendo trastornos sensoperceptuales, sobre todo
visuales y táctiles, cuyo contenido habitualmente desagradable o terrorífico determina el
estado afectivo y la conducta frecuentemente defensiva o de escape, lo que determina
agitaciones a grandes espacios con peligros de defenestración.
Una de sus manifestaciones de más valor diagnóstico es la falsa orientación fluctuante,
expresada por momentos de orientación seguidos de inmediato por una desorientación
total.
El paciente se muestra agitado y tembloroso. Tanto las funciones cognoscitivas como
las afectivas y las conativas influidas directamente por las graves alteraciones
sensopercetuales, destacándose la agitación a grandes espacios, generalmente en
defensa ante sus presuntos agresores y determinante de riesgos, como lanzarse al
vacío o golpearse en las huidas
DEMENCIAS
El término francés démence, empleado por Esquirol en su obra Las Enfermedades
Mentales (París, 1838) se atribuye al mismo, así como la diferenciación entre retraso
mental y demencia, basándose en el carácter adquirido de la última.
Concepto.
Es un síndrome encefálico orgánico crónico, caracterizado por graves problemas de
memoria y múltiples funciones cerebrales como la inteligencia, juicio, el cálculo, la
comprensión, el pensamiento abstracto, la orientación y el aprendizaje.
Clasificación.
Demencia en la enfermedad de Alzheimer, Demencia Vascular (Demencia vascular de
comienzo agudo, demencia vascular por infartos múltiples, demencia vascular
subcortical, demencia vascular mixta), Demencia en la enfermedad de Pick, Demencia
en la enfermedad de Creutzfeldt-Jakob, Demencia en la enfermedad de Hutington,
Demencia en la Enfermedad de Parkinson.

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Otras demencias: la demencia vascular de Binswanger, la demencia con Cuerpos de
Lewy, la hidrocefalia normotensa, la parálisis supranuclear progresiva, la esclerosis
múltiple, el complejo demencia/SIDA y la degeneración talámica.
Demencia de Alzheimer.
Más de 100 años después de su descubrimiento, en 1906 por el médico alemán Alois Alzheimer, esta enfermedad
neurodegenerativa que conlleva una degradación progresiva de las funciones cognitivas ha sido catalogada como
una de las enfermedades del futuro en la actualidad.
La enfermedad de Alzheimer (EA) y los trastornos relacionados con ella afectan a 24,3 millones de personas en el
mundo y podrían perjudicar a 81 millones desde la actualidad hasta el año 2040. “Cada año se detectan 4,6 millones
de nuevos casos de la enfermedad, lo que equivale a uno cada siete segundos”
En el año 2001, el 60 % de las personas que padecían el mal de Alzheimer o demencias relacionadas vivía en los
países en vías de desarrollo. Esta cifra podría aumentar al 70 % en el año 2040. Entre el periodo del 2001 al 2040, el
número de enfermos podría multiplicarse por cuatro en India, China y en otros países de Asia y por cinco en América
Latina, el norte de África y Cercano Oriente. Cuba, en el momento actual, es el cuarto país más
envejecido de América Latina, y debe convertirse en el segundo para el año 2025. El
14,3 % de su población supera los 60 años de vida, lo que representa 1 600 000
personas, y aumentará a un 25 % en el año 2020, por lo que se pronostica que 1 de
cada 4 cubanos tendrá 60 años o más y que 400 000 personas superarán los 80 años.
Dentro de todos los cuadros demenciales, la EA comprende más del 50 % de los casos,
seguida en orden de frecuencia por la demencia vascular con un 20 a 30 %, sin excluir
la asociación de ambos procesos: la llamada demencia mixta y el resto de las
demencias.
Se estima que aproximadamente 100 000 personas en nuestro país padecen la EA o
una demencia relacionada, e igualmente, en estudios realizados en Cuba se ha
demostrado que por cada enfermo existen 2 familiares afectados.
Concepto.
La enfermedad de Alzheimer es la más frecuente (50% o más de todos los cuadros
demenciales), predomina en la mujer, teniendo dos variantes (la tardía y la presenil).
La tardía comienza después de los 65 años con una evolución generalmente lenta, pero
progresiva e irreversible.
La presenil, llamada así por presentarse en edades medias de la vida, menos frecuente,
con las alteraciones características de la memoria y usualmente con notables
componentes neurológicos
Ocurriendo en la misma una notable degradación de la personalidad, así como de las
capacidades intelectuales, memoria y juicio. La apatía, la rigidez afectiva y las ideas
delirantes son frecuentes.
La enfermedad de Alzheimer evoluciona de una manera gradual, insidiosa, produciendo
paulatinamente mayores dificultades tanto en la convivencia familiar y el funcionamiento
social por lo inadecuado de sus actos. En su patogenia tiene papel trascendental los
factores genéticos (existen al menos cinco genes que de sufrir alguna alteración
pueden originar la enfermedad conocida como el mal de Alzheimer) que determinan
una atrofia cerebral difusa a predominio temporoparietal, poco diferenciable
cualitativamente de la que se origina en personas normales de edad avanzada que no
presentan trastornos demenciales.
Histológicamente, la afectación es difusa y junto con la disminución del número de
neuronas se aprecian depósitos de substancias amiloideas, aumento del grosor de las
fibrillas neuronales y formaciones granulovacuolares. Bioquímicamente se ha
evidenciado reducción de los niveles de acetilcolina-transferrasa y de acetilcolina.

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Sin embargo el comienzo insidioso del cuadro lleva, en breve tiempo, al establecimiento
de una demencia total con un cuadro muy ruidoso en el cual se observa una notable
degradación de la personalidad, así como de las capacidades intelectuales, la memoria
y el juicio crítico. Los trastornos afectivos más típicos son la apatía y la rigidez afectiva,
que sólo se modifican ante sus ideas delirantes frecuentes relacionadas con
preocupaciones sobre sus pertenencias.
El atesoramiento es un síntoma habitual y consiste en la recolección de artículos sin
valor alguno. Junto al deterioro de hábitos e intereses. Son frecuentes los accidentes y
conductas transgresoras de normas jurídicas.
Etiología. Sigue siendo desconocida e incurable, aunque un diagnóstico precoz, ciertos medicamentos y estímulos
cerebrales contribuyen a retrazar la pérdida de memoria y el deterioro de las facultades intelectuales.
Las investigaciones se centran hoy principalmente en encontrar medicamentos que imiten la acción de las vacunas
para provocar en los pacientes una reacción inmunitaria contra las proteínas beta-amiloide y Tau, cuya acumulación
en el cerebro está relacionada con las causas de la enfermedad.
DEMENCIA VASCULAR.
La demencia vascular por multi-infartos es la segunda en frecuencia, predomina en el
hombre, suele comenzar en edades entre 50 y 55 años, la hipertensión es frecuente.
Usualmente con un comienzo brusco con evolución escalonada, deterioro desigual de
las distintas funciones y presencia de signos neurológicos.
Se acompaña de cefaleas, mareos, hipertensión arterial, convulsiones epileptiformes,
signos neurológicos focales como afasias, agnosias y apraxias, así como otros
trastornos psiquiátricos de tipo depresivo, asténico o delirante y los síndromes de
delirium y confusional. En las primeras etapas puede percatarse de sus trastornos, lo
cual es peligroso por el riesgo suicida a que puede dar lugar. La característica evolutiva
más importante son las fluctuaciones de un día para otro de su sintomatología.

Otras Demencias
1. Enfermedad de Pick.
2. Enfermedad de Creutzfeldt-Jakob.
3. Enfermedad de Huntington.
4. La enfermedad por cuerpos de Lewy

Diagnóstico del Síndrome Demencial.


El estudio de un síndrome demencial se realiza valorando los antecedentes familiares y
personales, para lo cual la entrevista familiar junto con el examen físico y observación
del paciente juegan un papel fundamental.
Antecedentes familiares.
Debe investigarse sobre enfermedades somáticas crónicas, de existir cuadros
demenciales en otros familiares, tratar de especificar la presencia de síntomas
neurológicos, evolución y grado de afectación.
Antecedentes personales.
Se debe precisar la presencia de enfermedades crónicas no transmisibles como la
hipertensión arterial, diabetes mellitus, nefrosis.
Dentro de las endocrinas-metabólicas: el hipotiroidismo y la obesidad. Otros trastornos:
como las manifestaciones terciarias de la sífilis, alcoholismo, trauma craneal, crisis
convulsivas, intoxicaciones, entre otras
Las manifestaciones clínicas, las pruebas neuropsicológicas y los exámenes
complementarios (TAC, Resonancia) son fundamentales para el diagnóstico.

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Las características clínicas tales como la edad de instalación, preferencia por sexo,
evolución del trastorno, así como síntomas acompañantes tales como:
afasoagnosoapraxias (afasia: alteraciones del lenguaje, apraxia: dificultades en la
capacidad motora, agnosia: incapacidad para reconocer o identificar objetos),
polineuropatías, convulsiones son igualmente importantes.
El adulto mayor con un posible trastorno de la memoria, debe ser sometido a un estudio
clínico, con una evaluación neurológica que incluya el examen de las funciones
cognitivas, así como una valoración neuropsicológica.
En caso de que existan indicios de deterioro cognitivo, las herramientas de tamizaje que se
recomiendan, sabiendo que generalmente tienen una buena especificidad, a expensas de la
sensibilidad, son el Mini Examen de Estado Mental (Folstein) y la Escala de Pfeffer
Pueden también utilizarse otros instrumentos como el Test del Dibujo del Reloj (TDR) y
los niveles líquidos de Piaget. Si se requiere de un examen más detallado, puede ser
necesaria la cooperación de un neuropsicólogo, así como la realización de pruebas más
complejas.
Para que una información sea registrada y evocada adecuadamente, es decir, para que
funcione la memoria, es necesario que otras funciones neuropsicológicas estén
intactas. Así, las fallas en atención, lenguaje, comunicación y motivaciones, pueden
dificultar el funcionamiento de la memoria sin que esta función en sí misma esté
afectada.
Para la prevención de la depresión y la ayuda a la resolución de conflictos psicológicos, se
propone dar prioridad a ciertos casos, basándose en factores de riesgo y vulnerabilidad. La
herramienta diagnóstica más ampliamente difundida es la Escala de Depresión Geriátrica
Abreviada (Yesavage) que se debe aplicar si existen indicios de alteración de la función
afectiva.
Trastornos que pueden interferir con el funcionamiento de la memoria
 Depresión
 Trastornos de la atención
 Afasia
 Defectos sensoriales (visuales, auditivos)
La evaluación clínica debe:
 Precisar si además del trastorno de la memoria, existen otras alteraciones
cognitivas como: apraxias, agnosias, trastornos del lenguaje y signos de
disfunción frontal, lo que sugiere una afectación difusa de la corteza cerebral y
conduce al primer criterio para el diagnóstico del síndrome demencial.
 Para completar el diagnóstico, es necesario delimitar si el trastorno de la
memoria interfiere con las actividades sociales, laborales, vocacionales o de la
vida cotidiana, es decir, si afecta la capacidad funcional. Para esto, pueden
aplicarse escalas de evaluación funcional que permitan tener una idea más
precisa (ver módulo 4- Literatura complementaria).
 El diagnóstico del síndrome demencial tiene dificultades que deben ser tomadas
en cuenta:
 Existen sujetos en quienes el trastorno de la memoria es muy ligero:
 Puede que estemos asistiendo a un sujeto en los estadios iniciales de una
demencia.
 Puede ser un trastorno de la memoria relacionado con la edad.

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 En algunos casos, el trastorno se limita a la memoria y entonces, se debe
considerar que el paciente presenta un síndrome amnésico.
 Una re-evaluación en 6 meses, permitirá en la mayoría de estos casos constatar
la progresión del trastorno, aunque a veces se requiere un tiempo de
observación mayor para estar seguros del diagnóstico de demencia.
 En los casos de trastorno de la memoria relacionados con la edad, el mismo no
progresa significativamente y no interfiere con la capacidad funcional del adulto
mayor.

OTROS TRASTORNOS ORGÁNICOS


Alucinosis orgánica. Trastorno con alucinaciones persistentes o recurrentes,
habitualmente visuales o auditivas, que ocurren en estado de plena conciencia, y que
pueden ser o no ser reconocidas como tales por la persona afectada.
Trastorno catatónico orgánico. Trastorno en el que la actividad psicomotriz se haya
disminuida (estupor) o aumentada (excitación), asociado a otros síntomas catatónicos,
como el negativismo.
Síndrome postencefálico. Cambio residual, no específico y variable del
comportamiento, que aparece después de la recuperación de una encefalitis viral o
bacteriana. El síndrome es reversible, lo que constituye su diferencia principal con
respecto a los trastornos de la personalidad de origen orgánico.
Síndrome postconcusional. Este síndrome aparece después de un traumatismo en la
cabeza (habitualmente con pérdida de la conciencia) presentándose con variados
síntomas: cefalea, vértigo, fatiga, irritabilidad, dificultad para la concentración y
ejecución de actividades mentales, deterioro de la memoria, insomnio, reducción de la
tolerancia al estrés, la excitación emocional y al alcohol.
Trastorno cognoscitivo leve. Trastorno caracterizado por deterioro de la memoria,
dificultades de aprendizaje, para concentrarse por períodos prolongados y
frecuentemente un marcado sentimiento de fatiga mental.
Trastornos amnésicos o Síndrome amnésico orgánico. Se expresa de manera
individual por un síndrome amnésicoconfabulatorio, conservación relativa de otras
funciones cognitivas y discreta disminución de las capacidades intelectuales. La toma
de memoria afecta, sobre todo, la memoria reciente y de evocación, no la inmediata-
hasta 5 minutos de retención. Se ve como secuela de encefalitis por herpes simple y
de intoxicaciones graves.
Trastornos de la personalidad y del comportamiento debidos a enfermedad o
disfunción cerebral. Este trastorno se caracteriza por una alteración significativa del
patrón habitual del comportamiento que exhibía la persona antes de la enfermedad, y
que afecta a la expresión de las emociones, de las necesidades y de los impulsos.
También puede formar parte del cuadro clínico el deterioro de la actividad cognoscitiva
y del pensamiento, y la alteración de la sexualidad.
Además incluimos los siguientes cuadros por su importancia y frecuencia de
presentación.
Psicosis Epiléptica. Se deben separar los trastornos que cursan con claridad de
conciencia y los que no.
Cuadro clínico donde se pueden apreciar cambios de personalidad, trastornos del
comportamiento. Estados crepusculares, delirios, alucinaciones (pueden ser visuales de

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carácter florido, coloreadas, apocalípticas y terroríficas). Las fugas son frecuentes, así
como los cambios de humor (irritabilidad, tenacidad afectiva), actos compulsivos.
Tumor cerebral. Crecimiento anormal de las células en los tejidos del cerebro. Los
tumores cerebrales pueden ser benignos (no cancerosos) o malignos (cancerosos).
Traumatismo Craneoencefálico (TCE). Es cualquier lesión física, o deterioro funcional
del contenido craneal, secundario a un intercambio brusco de energía mecánica,
producido por accidentes de tráfico, laborales, caídas o agresiones.

TRATAMIENTO DE LOS TRASTORNOS ORGÁNICOS


El tratamiento de las psicosis orgánicas requiere de una adecuada anamnesis y un
eficiente examen físico. Al ser diagnosticada la noxa se impondrá el tratamiento
específico para su eliminación y el tratamiento sintomático para la cura o mejoría de los
trastornos psiquiátricos producidos, siendo el primero prioritario, por lo que
regularmente estos pacientes deben ser hospitalizados en salas de cuidados intensivos
de medicina (Unidad de Cuidados Intensivos o Unidad de Cuidados Intermedios). En
ocasiones el médico debe ser cauteloso y no imponer un tratamiento inmediato para las
alteraciones psiquiátricas que pueden encubrir a la patología somática causante del
trastorno. Así como paciente, porque en ocasiones aunque desaparezca la causa
orgánica causante del proceso, demorarán en atenuarse o desaparecer las
manifestaciones psiquiátricas, inclusive con el tratamiento psiquiátrico correcto.
El trastorno orgánico derivado de la noxa actuante debe recibir un tratamiento
específico para su total erradicación, acorde con las características del mismo Ejemplo:
meningoencefalitis bacteriana, sepsis urinaria, descompensación de una diabetes
mellitus, etc.
El hematoma subdural, los déficits vitamínicos, el hipotiroidismo, la hidrocefalia
normotensa son trastornos tratables e incluso curables cuando se identifican
precozmente.
El uso de sedantes mayores (neurolépticos) o menores (ansiolíticos) será fundamental,
así como de antidepresivos, anticonvulsivantes y somníferos en el tratamiento
sintomático de las manifestaciones psiquiátricas.
El médico general integral jugará un papel fundamental en la prevención de estos
trastornos, así como en la derivación adecuada en tiempo y forma de estos pacientes
hacia el segundo nivel de atención.
Posteriormente a su egreso estará al tanto del seguimiento y rehabilitación del mismo
en su entorno comunitario.
TRATAMIENTO DE LAS DEMENCIAS
Son importantes los aspectos higiénicos dietéticos, orientaciones para el entorno
hogareño, eliminación o disminución de los hábitos tóxicos.
La psicoterapia de mayor profundidad no es tan efectiva, pero las adecuadas
orientaciones a los familiares y las técnicas de apoyo, sugestivas y persuasivas pueden
resultar muy útiles.
Debe tenerse en cuenta la pobre tolerancia de los ancianos a los medicamentos,
evitándose la polifarmacia, comenzando las terapias con bajas dosis de los mismos y
su aumento paulatino de ser necesario.
Recursos farmacológicos. Medicamentos sintomáticos:
 Ansiolíticos: el diacepán (5 mg), clorodiazepóxido (10 mg) y la tioridazina (25 mg).
Empezando por media tableta, aumentar a una dos o tres veces al día.

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 Antidepresivos: Imipramina (25 mg) si no hay ansiedad y si la hubiera amitriptilina
(25), la imipramina nunca después de las 3:00 p. m., pudiéndose utilizar dosis
única.
 Hinópticos: El nitrazepam (5) es la mejor indicación.
Recursos farmacológicos. Medicamentos específicos:
Medicamentos relacionados con la disfunción acetilcolinaesterasa: la tacrina, el
donepecil y la rivastigmina.
 Agentes nootropos: piracetam
 Antagonistas del calcio: nimodipino.
 Agentes antioxidantes: como la vitamina E
 Protectores de la membrana arterial: vitamina C
Recursos psicoterapéuticos:
La psicoterapia nunca ha de descartarse, aunque la psicoterapia de mayor profundidad
no es tan efectiva, pero las adecuadas orientaciones a los familiares y las técnicas de
apoyo, sugestivas y persuasivas pueden resultar muy útiles, así como las terapias
alternativas.
Consejos útiles:
La valoración debe seguir una secuencia lógica y ordenada con el fin de evitar las omisiones.
Al aproximarse al adulto mayor:
Se le debe llamar por su nombre.
Sentarse y hacer contacto visual con él.
Se debe utilizar un lenguaje que el adulto mayor pueda entender, tratando de evitar los
tecnicismos.
Rutina diaria:
Lleve a cabo con el paciente una rutina diaria de actividad física para minimizar su
incapacidad, la deambulación incesante y el vagabundeo.
Señale las salidas del edificio o domicilio con señales claras de “alto”, para desalentar
las tentativas de fuga
Proponga actividades grupales de canto o grupos de reminiscencia para disminuir las
conductas repetitivas.
Ante una situación de emergencia:
Atraiga la atención del adulto mayor perturbado.
Dé instrucciones precisas, aún para las acciones más simples
Comuníquese de manera clara y concisa.
Evite discutir o justificarse. Cuando un adulto mayor suspicaz, cree haber asustado o
irritado a su cuidador, aumenta su ansiedad y adopta un comportamiento defensivo.
Evite un lenguaje corporal amenazante.
Respete el espacio personal del paciente.
Lamentablemente, en estos pacientes, el trastorno cognitivo suele no ser reversible y
requieren cuidados que permitan su alimentación y faciliten su higiene, eviten
accidentes y controlen su conducta. Si además, el cuidador lo estimula a realizar
actividades físicas y sociales y entrenamiento cognitivo, el paciente podrá enfrentar
mejor su situación. Esto puede ser difícil de lograr, ya que habitualmente los familiares
o personas que cuidan al paciente no están preparados para tan compleja y prolongada
función.
El 90 % de los cuidadores pertenecen al sexo femenino, que es generalmente la
esposa, hija u otro familiar cercano, y que en muchas ocasiones interrumpe su trabajo

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por el cuidado. El grado de estrés o sobrecarga en los cuidadores es elevado, y se
encuentra una afectación psíquica en el 50 % de estos. Por todo ello, la necesidad de
trazar políticas y estrategias dirigidas a los enfermos, la población en riesgo y la familia,
constituye una preocupación a nivel mundial.
Asegúrese siempre de que no se trata de una depresión simulando una demencia.
El diagnóstico de demencia, no debe conducir a una actitud de nihilismo terapéutico.
El diagnóstico global, el entrenamiento y el apoyo de los familiares mejoran indiscutiblemente la
calidad de vida de los pacientes.
Es muy importante tener presente que el suicidio es 3 veces más frecuente en los adultos
mayores que en el resto de la población
Las conductas transgresoras de normas jurídicas, ofensas a la moral, lesiones, daños a
la propiedad particular o transacciones civiles inadecuadas con perjuicio del paciente,
es otra de las frecuentes complicaciones de estos cuadros.
Escuela de Cuidadores.
En algunos de nuestros CCSM se esta desarrollando esta propuesta como sabia
medida ante el creciente número de adultos mayores con trastornos que requiere
atención por parte de sus familiares u otras personas que desempeñen estas funciones,
ya se han realizado investigaciones que atestiguan la necesidad de que estas personas
reciban una formación, recursos fundamentales para enfrentar esta necesaria, noble,
pero muy difícil tarea de cuidar a nuestros familiares ancianos que presentan
alteraciones psiquiátricas.

BIBLIOGRAFÍA
Bibliografía básica:
1. González Menéndez, Ricardo: Clínica Psiquiátrica Básica Actual. Editorial Científico-
Técnica, La Habana, 1998.
Bibliografía complementaria:
1. Diagnóstico y Clasificación de los Trastornos Mentales. Tercer Glosario Cubano de
Psiquiatría GC-3. Adaptación para Cuba del Capítulo V de la 10ma. Revisión de la
Clasificación Internacional de Trastornos y Enfermedades (CIE-10) Ed. Hospital
Psiquiátrico de La Habana. 2001.
2. Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales D.S.M-IV 4ta. Edición.
Editorial Masson, Madrid, 2000.
3. Trastornos Mentales y del Comportamiento. CIE 10. OMS. 1992
4. Kaplan, Harold I., Sadock B. J. y Freedman A. M. : Comprehensive Textbook of
Psychiatry. 7th Edition. Volume I. Ed. Lippincott Williams & Wilkins, Philadelphia,
USA, 2000.

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