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J. Vallejo Revista de Filología Española, vol. 9, n.

o 1 (1922)

NOTAS SOBRE LA EXPRESIÓN CONCESIVA

1. — «Por.»

Del valor concesivo de expresiones con for se han ocupa-


do principalmente H. Johannssen, Der Ausdruck des Conces-
sivverháltnisses im Altfranzósischen, y Yobler, Beitr., 1, 24
y sigs. Sostenía equivocadamente el primero que el uso de
por en construcciones concesivas del francés moderno no
podía ser considerado como evolución de construcciones anti-
guas, sino como una nueva y diferente significación adquirida
por la «preposición». Tras un estudio más detenido, ha pro-
bado Tobler la inexactitud de esta tesis, y cómo, por el con-
trario, «die neufranzósischen Gebrauchsweisen durch áltere
vorbereitet sind», de suerte que «wer das Werden der jiing-
sten rúckwárts verfolgt, nirgends auf Liúcken der Entwicke-
lung stófst».
La evolución descrita por Tobler puede resumirse así:
1) Un verbo positivo aparece acompañado de una determina-
ción preposicional de ¿or con sustantivo, para expresar el mo-
tivo, el premio de un hecho, la persona o cosa en favor o res-
pecto de la cual se realiza: Puzs s'en alat en Alsis la citet Por
une imagene dont il odit parler. Alex., 18 b. (Los ejemplos
franceses se toman de Tobler); Pomen sentencias con derecho
por cosas que fazen; ffazen llamar a los clérigos por querella
que fazen dellos los legos (de documentos del siglo xm); Por
un marcho... daréyo quatro (Cid, 260).
2) Una negación añadida al verbo: se dice entonces que
el hecho nose efectúa a pesar de existir algo que habría podi-
do determinar su realización: On me le mist ou nombre des
martirs pour les grans peinnes que il souffri ou pelerimaige

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(Foinv, 4 e); Por llorar tú mucho por tus fijos no los podrás
nungua cobrar por ende (Crón. Gral., 442 ¿y a).
3) Suprimiendoel artículo se consigue la ilimitación cuan-
titativa: Por amistiet ne d'ami ne d'amie... N'en vuelt torner
(Alex., 33 c); Nin por sol nin por pluuia non fuya a cubierto
(Berc., Silos, 22 d); Nin por uoces, quel daban, non recudie
María (Ibíd., Duel., 112 b); Por oro nin por plata non podrie
escapar (Cid, 310); Mas por cosas que le dije, nunca pude saber
nin entender ninguna cosa de su facienda (Cifar, 76,4; edic. Mi-
chelant). Pero el procedimiento ordinario, generalizado desde
muy pronto, consiste en agregar una frase relativa con sub-
juntivo hipotético-concesivo: Ne per onors quí lui fussent
tramises N'en vuelt torner (Alex., 33 d); Ef después, por
lluuia que faga non puede nacer (J. Manuel, Luc., 92.2); Por
tuerto que le ficiesen nunqua auía en si quejumbre (Berc.,
S. Zidef., 323 0).
4) La evolución llega a su términocuando la antigua pre-
posición por no aparece apoyada en un sustantivo, sino en
inmediata unión con un adjetivo, tipo: por grande que sea, en
el que se insistirá más adelante.
En las siguientes observaciones se estudian las particula-
ridades de esta evolución en castellano (de cronología, influen-
cias favorables y contrarias, circunstancias distintas del fran-
cés, etc), para presentarla como resultado de un largo pro-
ceso analógico de' mayor fuerza interna y autónoma de lo
que Tobler había podido pensar ante la misma evolución: en
francés.

Por en expresiones claramente concesivas no aparece con


cierta frecuencia en lostextos castellanos hasta la segunda
mitad del siglo xu1: Por fuerza nin por seso, que podies(e)
auer, non la podrrya por guisa ninguna defender (F. (G.%, 40);
Ninguno non se temerá de tu justigia por grant pecado que
faga (Calila, 213-219). Sin embargo, los ejemplos son raros
hasta fines del mismosiglo. La Crónica General ofrece muy
pocos, reducidos casi al solo tipo por + adverbio: Mas por
mucho que con el otro cauallero, su contrario, trauaron clé-

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rigos, nin omnes de orden, nin el infante..., non lo quiso fazer


(728 ,, 0); Por mucho que se guardasen (726 az 0).
La evolución posterior por grande que sea, cuya existencia
poco después de mediado el siglo xn puede afirmarse vero-
símilmente, se presenta, sin embargo, mucho más tarde que
en tipos anteriores y con una extremada rareza; el primer
ejemplo que he encontrado es de un pasaje en estilo solem-
ne de la Crónica General, pero muy dentro ya de su segunda
parte: Farósse el Cid en pie, etfizo su predicagión muy noble,
en que les mostró cómo todos los omnes del mundo, por onrra-
dos el por bien audantes que sean en este mundo, non pueden
escusar la muerte (034 ,9 9). Contadísimos serán los ejemplos,
que puedan añadirse, anteriores al siglo xIv. Y es notable,
juntamente con este largo silencio, su repentina aparición
desde comienzos del siglo x1v, como construcción de uso ge-
neral y corriente; así, por ejemplo, en textos de tan diferente
estilo como los de D. Juan Manuel, Arcipreste de Hita, Caba-
llero Cifar, etc.
Estos hechos invitan a buscar una explicación; relaciona-
das con ella están las expresiones concesivas equivalentes, an-
teriores al desarrollo de las introducidas por por, que también
van a ser examinadas.
La repugnancia al empleo de giros concesivos con por,
especialmente del tipo por grande que sea, manifiesta en los
textos de la segunda mitad del siglo xn, hay que atribuirla,
sin duda, al carácter arcaico de sus redactores: pertenecientes
a una generación más vieja, se oponían tenazmente al uso de
una construcción sentida por ellos como un neologismo.
Además, no hay que olvidar que concentrada casi toda la
actividad literaria en la corte de Alfonso X y Sancho ÍV, aun
losescritos de esta época no procedentes de la cámara regia,
inclusos los de fecha muy avanzada, muestran la honda in-
fluencia del lenguaje tipo de la corte; influencia que arran-
caba ya de la época del rey Sabio, en cuyos trabajos, princi-
palmente en los legales, se habían recogido ciertos arcaísmos
que perduraron notablemente en la lengua escrita.
La hipótesis del arcaísmo de los escritores ha sido ya su-

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puesta con otro motivo por el Sr. Menéndez Pidal: «El re-
dactor de los primeros capítulos [de la Cróm. Gral] podía
pertenecer a una generación mucho más vieja que la de sus
continuadores coetáneos y podía provenir de una región dia-
lectal arcaizante.» (La Crónica General, en Estudios literarios,
pág. I91.)
Se sabe además que la perduración de arcaísmos es más
natural tratándose de conjunciones o expresiones equivalen-
tes; así lo ha hecho observar el Sr. Meillet: «Mais du parler
familier... elles passent a la langue savante, qui en développe
lusage et que les conserve souvent assez longtemps, alors méme
qu'elles ont disparu de la langue parlée.» (Le renouvellement
des conjonctions, en Ling. gen. et ling. htist., pág. 174.)
Ciertos pormenores vienen en ayudadela explicación pro-
puesta. La Crónica General presenta sus escasos ejemplos de
giros con por claramente concesivos en sus últimos capítulos;
ahora bien, algunos indicios inducen a ver en estos últimos
capítulos señales de una mano más moderna; así, por ejem-
plo, la partícula concesiva comoquier(a) se usa predominante-
mente con subjuntivo hasta los capítulos con que se comienza
el reinado de Fernando l!l; a partir de aquí, el modo ordina-
rio con comoquiera es el indicativo. Y seguramente nose trata
de un cambio fortuito o motivado, verbigracia, por preferencias
distintas de redactores diferentes, sino de un cambio general
que señalaba una nueva época en la vida de comoquiera; don
Juan Manuel construye normalmente comoguiera con indica-
tivo, reservando el subjuntivo para aunque (una exposición
más detenida de estos hechos intento dar en un estudio gene-
ral, que preparo, sobre la expresión concesiva española); la
misma oposición puede observarse, por ejemplo, entre los
Libros del saber de Astronomía (subjuntivo) y el Arcipreste de
Hita (indicativo). |
Y es precisamente en los últimos capítulos de la Crónica,
con rasgos más modernos, donde aparece el ejemplo citado:
«por onrrados que sean». Con la explicación señalada puede
aclararse el que de un silencio de casi medio siglo se pase a
un franco y general empleo desde principios del siglo xrv :

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una nueva generación nacida al tiempo en que Por grande


que sea pugnaba por abrirse camino, escribió libre ya de las
trabas de una épocalingiiística más arcaica y apegadaal len-
guaje tipo de la Corte.

Mucho más tiempo necesitó el francés para formarse la


expresión pour grand que soit, que corresponde al siglo xvi
(Tobler, /bíd., pág. 30).
Circunstancias especiales de cada lengua parecen explicar
esta diferencia.
Desde el punto de vista lógico-gramatical esta construc-
ción presenta dos anomalías : la antigua preposición por, en
vez de apoyarse en un sustantivo, se une inmediatamente a
un adjetivo : el relativo de la frase concesiva, antiguo pronom-
bre en relación con el sustantivo, ha pasado a conjunción.
Tobler ha señalado la explicación : el nuevo giro francés es
el resultado de una contaminación con la expresión sz grand
que sozt (págs. 30 y 31).
Un giro semejante no existía en español; de suerte, que,
si bien otras expresiones, que van a ser examinadas, pudieron
influir algo indirectamente, en lo esencial, el paso a por gran-
de que sea hay que atribuirlo a la propia fuerza del proceso
analógico interno. En efecto; es indudable que por fuerza,
que tenga, una vez adquirido el sentido concesivo, degeneró
en mero c/¿sé, en que las antiguas categorías gramaticales
pierden completamente su carácter. Así, la antigua frase re-
lativo-concesiva no fué ya más que un simple clisé de «gene-
ralización»; confróntese, verbigracia, la alternancia de fórmulas
«no lo hará por cosa del mundo», «no lo hará por cosa que
sea» y «no lo hará por cosa del mundo que sea»; este clisé
puede adaptarse indistintamente, como vacío de sentido gra-
matical, a un sustantivo, a un adverbio o a un adjetivo. De la
originaria «preposición» por se puede decir otro tanto : no es
más que un elemento de un «todo» con determinado sentido,
en Circunstancias determinadas. Tobler, más preocupado con
el aspecto «formal», pone naturalmente el tipo con adverbio
por poco que mire, como un grado evolutivo posterior a por

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grande que sea. El proceso español muestra bien la fuerza de


la analogía contra el análisis gramatical: precisamente son
tipos con adverbios los primeros en presentarse : Por fuerga
les conuenie a recibir y damno, por mucho que se guarda-
sen (Crón. Gral., 726,3 b); Et si ouiere auer... e non le fiztere
fazer fruto, aina se deue acabar por poco que despienda (Cali-
la, 56,9):
- Fueron distintas las circunstancias en francés y en espa-
ñol: «si grand QUE soit» opuesta a «pour grand QUI soit», a
más de hacer menos necesaria la evolución de esta última,
marcaba siempre bien la distinción gramatical entre las dos
construcciones, e impedía la rápida degeneración en clisé de
la primera : se necesitó mucho tiempo para llegar a la conta-
minación y confusión de ambas. En español, de un lado la
forma idéntica para el relativo y la conjunción, y de otro, la
influencia externa; verbigracia, de maguer sea grande, que, si
no directa, era al menos favorable a la evolución, precipitaron
el proceso. Se explica, pues, bien la gran diferencia cronoló-
gica que en este punto ofrecen las dos lenguas.

Entre las expresiones anteriores a la generalización de por


grande que sea, hay que señalar: 1) Construcciones raras,
propias de la lengua culta, como, por ejemplo, Vo a rey nir
enperador nin omne de la mayor alteza que seer pueda, que a
la muerte pueda foyr (Crón. Gral., 771,9 a).
2) Giros con las partículas concesivas ordinarias. El valor
expresivo se quiere obtener con el empleo de adverbios pon-.
derativos: La materia es luenga, mucho non demoremos | Ca
de las sus bondades, maguer mucho andemos| Su mjlesima parte
degir non la podremos (Berc., Silos, 33).
3) Expresiones del tipo guamvzs (=en la medida que quie-
ras, como, cuanto quieras; cfr. Schmalz, Latein. Synt., $ 315).
Mas por que las arterias de los omnes non ualen nada, quan
engannosas et sotiles quier que sean, contra lo que Dios faze
(Crón. Gral., 695 ¿, a); Dende adelante non lo podrie fazer nin
el nin otro... quanto quier que fuese de grant guisa o de pe-
quenna (Partidas 3, 29, 25).

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a) Quanto quier grande que sea es un giro de gran valor


expresivo, de exacta equivalencia a por grande que y de un
tipo de construcción muy genuino y de arraigo definitivo en
la lengua (cfr. guamvis, y quanto grande quier, con qual ma-
nera quier, como quier, etc.). A pesar de ello, su empleo apa-
rece reducido al lenguaje jurídico, y al culto, muy influído
por el latín, de los escritos cortesanos: Fuero de Soria, 88 56,
233,1, (edic. Galo Sánchez); Fuero Fuzgo, 4, 2, 17, Parti-
das 3, 10, 33; Crónica General, v. supra. Ahora bien; se sabe lo
que hechos, como éste, significan en lingiística: «Emploi limi-
té a certains anteurs, a certains textes, a certaines constructions,
ce sont les traits qui signalent d'ordinaire les mots desuets»
(Marouzeau, Synonymes latins, en Cinquentenalre de T Ecole
pract. des haut. étud., pág. 17). Y tal es el carácter de esta
expresión a mediados del siglo xn: expresión desusada, de
cabida sólo en los textos jurídicos, por la precisión de su sig-
nificado y, mucho más raramente, en algunos escritos cultos.
Si antes de esa fecha la construcción fué de uso popular, y
en qué medida, no es fácil mostrarlo. Á fines del siglo xt
desaparecía de la literatura. Pérez de Guzmán y Hernando del
Pulgar la emplean, sin duda, por afición arcaizante e influen-
cia del lenguaje de las crónicas; en otro grupo de escritores,
Venegas, Ávila, Fr. Luis de León, que gustan de usar el mis-
mo giro, puede pensarse en arcaísmo o en una influencia ana-
lógica de como quiera, también muy frecuente en sus escri-
tos. La cuestión no está bien examiñada (ejemplos, v. Cuervo,
Dicc. de const. y rég., Ú, 24 0).
b) Maguer muy grande sea — «por grande que sea», es la
expresión usual hasta el siglo x1v, no obstante su menor pre-
cisión respecto de guantoquier; ejemplos significativos son :
Conuiene a todo omne, maguer que sea muy poderoso, some-
terse (F. Fuzgo, 2, 1, 2), que traduce quamuis excellentessi-
mas potestates; El que es enamorado, por muy feo que sea, |
Otrossi su amiga, maguer que sea muy fea, | El uno e el otro
non a cosa que uea | Que tan bien le parezca, nin que tanto
desea (Arc. Hita, 158); los dos tipos usados indiferentemen-
te.. Los ejemplos son numerosos, El Calila, verbigracia, no

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conoce otra construcción. Esta era la única «construcción que


podía influir analógicamente en la evolución de por : maguer
muy fuerte sea, al lado de maguer fuerza tenga, ofrecía un
ejemplo favorable al paso de por fuerza que tenga a porfuerte
que sea; pero influencia bien distinta de la ejercida por el
francés sí grand que, ya examinada.
El proceso de la construcción por grande que fué paralelo
al de aunque, pero con esta diferencia: mientras la generación
nacida en el último tercio del siglo xr generalizó la expresión
concesiva con por frente a maguer muy grande sea, por nece-
sidad de precisar enérgicamente la ilimitación cuantitativa,
aunque, que se presenta asimismo muy tímidamente durante
todo el siglo x111, se abre también camino en el xIv; pero no
de un modo general, puesto que entonces sólo respondía a la
necesidad de ir sustituyendo viejas conjunciones, que, harto
gastadas, tendían a desaparecer: maguer, que iba confinán-
dose en ciertas capas sociales, y pero que, en vías de desapari-
ción completa. Por eso la generalización de aunque fué muy
posterior a la depor grande que.
En suma, las expresiones concesivas con por llegaron en
español a su última evolución en virtud, principalmente; de
un proceso analógico, interno y autónomo, circunstancias más
favorables en español la precipitaron y adelantaron en mucho
tiempo a la francesa; durante un largo período, sin embargo,
fué sentida como un neologismo y rechazada del lenguaje de
una serie de escritores.

1) Hay que corregir la explicación de la Gramática de la


Real Academia, que, mediante uno de esos antiguos malaba-
rismos, ve aquí un caso de prolepsis: Por grande que sea de
porque sea grande. Entre las frases con por, cuyo tipo cons-
tructivo originó la evolución a por concesivo, las había 'indu-
dablemente motivales o causales, que por circunstancias par-
ticulares de construcción y del contexto pudieron tener a
veces en los primeros monumentos sentido concesivo: Aun
Porque quisiese non ternía que dar | xugo del fuste seco ¿quilo
podría sacar? (Berc., Silos, 176 c d); Porque uos lo neguedes

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non seredes creída (Ibíd., Mil, $50). Pero esta particularidad


nada tiene que ver con la lamentable confusión académica
entre la idea de causa y la de concesión cuantitativamenteili-
mitada. Aun en los primeros monumentos a los raros giros
concesivos con porgue se oponía una fuerte tendencia estilís-
tica a lo que pudiera llamarse concretismo: Nin por UOCES,
quel dauan, non recudie María (en vez de la frase causal;
Berc., Duel., 112 b). Diz que se non quemaron los libros por
muchos buenos dichos de castigos et de exiemplos, que auie en
ellos (Crón. Gral., 83 ,, 0); Por tormenta, que ouo, arribó en
tierra de Damiata (Cong. Ultram., R-545 b); Et dixol todo el
Jecho de como fuera (Cróm. Gral., 475 ,, a); Catando el muro
del castiello... por o se podrie mas ayna prender (Crón. Gral.,
466 ¿y 0).
2) En las expresiones Concesivas se ha realizado varias
veces el paso de conjunción subordinante a coordinante. Para
aunque, verbigracia, véase Bello-Cuervo, $ 1225: «Bastaros
debiera haber mudado. todas sus facciones de buenas en ma-
las, sin que tocáredes en el olor que por él siquiera sacá-
ramos lo que estaba encubierto debajo de aquella fea córteza;
aunque para decir verdad, nunca vi yo su fealdad» (Cerv.).
Maguer presenta casos ya desde muy antiguo: Et quando los
echaren [los plazos] échenlos pora día cierto... MAGUER (=pero)
si alguno oujere pleyto con otro z outere y cartas del rey,
que gelo libren luego. El manuscrito 5, más moderno, pone
pero ($ 129, y 31) For... que ha llegado también a este último
grado de evolución; así expresiones como las siguientes del
lenguaje familiar: «Mire usted, que se vaya Crispín o que
entre; pero que no esté como una sombra chinesca por el
corredor. Por más que..., aguarde un poco y se irá usted
también con él» (Á. Quintero, Doña Clarines, 1, 6). «Hasta
las diez no viene nadie. ¿No digo? Cuatro gatos en el salón.
¡Así como así la velada es corta! Voy a prevenir (llamando):
¡Isidro!... For más que, antes... Pero no; bien está prevenir»
(Ibíd., £l niño prodigio, 1, 1).

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II. — EL SUBJUNTIVO CON «AUNQUE».

Cuando se pretende explicar la razón de un determinado


uso modal, hay que tener presentes dos hechoslingiiísticos :
de un lado la forma modal puede expresar el estado mental
del sujeto respecto del proceso indicado por el verbo, un
matiz psicológico que busca su manifestación externa; de otro,
el empleo modal en una construcción determinada puede ser
simplemente un clisé, cuya fijación obedezca a circunstancias
particulares (cfr. en castellano, v. gr., «por eso sucedió» y «de
ahí que sucediese»). Un excelente modelo de explicación psico-
lógica de empleos modales ha dejado P. Lejai en Le progres de
l'analyse dans la syntaxe latine, en Mélanges L. Havet. Sobre el
segundo punto de vista llama la atención el Sr. Meillet en Zes
caractéres du verbe, en Limg. gen. et ling. hist., pág. 102.
La distribución modal con aunque ofrece un ejemplo de
formas gramaticales al servicio del análisis psicológico.
La explicación corriente es la que, por ejemplo, el señor
Meyer-Liibke da en estos términos: «Dans les propositions
concessives, on peut... employer les deux formes verbales,
selon que la concession renferme quelque chose de réel ou
seulement quelque chose d'hypothétique. Mais, pour simple
que soit cette regle fondamentale, on rencontre pourtant, si
Von entre dans les détails, des dérogations de touté espece»
(HL, $ 673).
Así en español, conforme a esta regla fundamental, se
tiene: «Saldré, aunque llueve» (real) y «saldré mañana, aun-
que llueva» (hipotético). Pero además se emplea el subjuntivo
en frases concesivas que no encajan en el segundo caso de la
regla: Luego si vos | obráis afrentosos hechos, | aunque sedis
hijo mio, | dejárs de ser caballero (Alarcón, La verdad sospe-
chosa, págs. 2-9, R-30-330 a).
Según Bello «es más fácil sentir que explicar el valor pe-
culiar de las formas modales [con auxrgue], según los diferen-
tes casos: así, por ejemplo, en «bien pudiste venir aunque
lloviese», aquí... aun cuando se tratase de una lluvia pasada
Tomo IX. 4

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y cierta, sonaría mejor el subjuntivo» (Bello-Cuervo, $ 1221).


Cuervo explica el modo porque «tiene una fuerza ponderativa
que se percióe fácilmente» (Dicc. de constr. y réeg., pág. 785 0).
Veamossi es posible explicar este empleo.
Se conoce la tendencia de ciertas lenguas, y dentro de
ellas más o menos intensamente en determinados autores y
épocas, a distinguir no sólo el simple hecho del hecho envuel-
to en cualquier reflexión, sino también a expresar de una ma-
nera especial lo que procede del pensamiento de otro, y en
general, a separar el hecho considerado en sí mismo del hecho
relacionado con otros datos. En latín hay ejemplos muy ca-
racterísticos (V. P. Lejai, Loc. czf.). Uno de los casos más cono-
cidos lo constituyen las frases causales: /aud equidem credo
QUIA SIT divinitus 2llis | imgentm (Virg., Georg., 1-415); «No
creo que eso acontezca porque ellos tengan una inteligencia
superior»: el subjuntivo expresa que una hipótesis en que-
podría pensarse, para explicar un hecho, es contraria a la rea-
lidad. Se desecha, pues, por falsa una idea, lo que se toca
mucho con desecharla por provenir del pensamiento de otro.
El subjuntivo en nuestras frases concesivas «no hipotéticas»
(en el sentido generalmenteaceptado) es, sin duda, una mani-
festación de esta tendencia: si se dice, verbigracia, lo deshereda,
aunque es su hijo, se afirman, oponiéndolas al mismo tiempo,
dos realidades; por el contrario, en lo deshereda, aunque sea
su hijo, ya no se trata de oponer a una realidad otra nueva
realidad, sino que dando por conocida esta segunda realidad la
desecha como ineficaz: se sale al encuentro de una objeción
ineficaz que puede presentar un tercero, O presentarse en el
espíritu del mismo sujeto que habla; es, en suma, el subjun-
tivo sirviendo a una operación de análisis, un empleo modal
que distingue el hecho puro del hecho en relación con otros
datos, y aquí: la objeción propia o ajena que hay que des-
echar en seguida. Es el mismo proceso analítico el de dos fra-
ses, como «no le censura porque haya salido (como pudiera
creerse, pensamiento de un tercero), sino porque...» y «le
deshereda, aunque sea su hijo» (lo que pudiera objetarse,
pensamiento de un tercero).

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NOTAS SOBRE LA EXPRESIÓN CONCESIVA 51

Así, cuando Mendoza dice: «Aunque, la tierra fuese Mana,


impedida la caballería de las matas... no pudo... deshacer los
enemigos» (1-27-97,); ya ha manifestado antes que la tierra
era llana: no repite, pues, el anuncio de una realidad, sino
que dándola por conocida, pone de relieve la ineficacia del
hecho. Del mismo modo Jovellanos escribe: «Aunque repute-
1105 Como muy provechoso... el conocimiento de las lenguas...
no nos parece que debe exigirse» (Plan de Instrucción pública,
R-46-271,); pero ya antes ha hablado de la importancia de
ese conocimiento.
Ahora bien, en la construcción indicativa la subordinada
opone un hecho, que sí no determina o impide la realización
de la principal, conserva enfrente e independiente de ella toda
su realidad: la frase compuesta es la unión de dos entidades
que procuran contrarrestarse; en la subjuntiva, por el contra-
rio, anulada la subordinada, la frase compuesta da la impre-
sión de un bloque, en que lo predominante y absorbente es
el hecho afirmado en la principal; en suma, lo que se ha lla-
mado «la perfecta subordinación». Del latín, que presenta
numerosos rasgos de este género, se ha dicho que uno de sus
caracteres esenciales es la tendencia a la «estrecha subordina-
ción»; P. Lejai ha mostrado el origen «psicológico» de mu-
chas de esas construcciones en que el subjuntivo se había
considerado meramente como medio «formal» de un procedi-
miento estilístico.
Desde luego el subjuntivo que se acaba de examinar pue-
de aparecer en frases, no explicables por las consideraciones
expuestas; creado un tipo, intervienen después factores de
afectación, tendencias particulares, etc. Es siempre la conse-
cuencia. natural de tales hechos lingúísticos. Pero un estudio
más deténido del subjuntivo español ofrecería seguramente
muchas ocasiones de observarlo en la función de tal o cual
operación analítica.
J. VaLLeEjo.

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