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(Nota: Las fichas de la Parte I están organizadas de la más reciente a la más antigua
y los datos identificadores se encuentran al inicio. Las contenidas en la Parte II,
están organizadas de la más antigua a la más reciente y los datos identificadores de
las providencias se encuentran al final)
PARTE I
RELEVANTE
Tesis:
«De conformidad con el contenido del artículo 250 de la Constitución Política,
corresponde a la Fiscalía General de la Nación adelantar el ejercicio de la acción
penal y realizar la investigación de los hechos que revistan las características de un
delito, ámbito funcional que también comprende, en el marco de las regulaciones
legales para el efecto, la decisión sobre la razonabilidad y viabilidad de formular
acusación o solicitar la preclusión de la investigación.
1
necesidad de agotar todas las etapas previstas para el proceso, ante la comprobada
existencia de una de las causales establecidas en la Ley.
[…]
Frente al inconformismo del apelante, preciso resulta recordar que, esta Sala tiene
establecido que debidamente acreditada una causal de preclusión durante la
audiencia, corresponde al juez de conocimiento decretarla, aun si, por error o por
divergencia de criterios, la invocada en la solicitud no se corresponde con lo
fehacientemente acreditado.
[…]
Tesis:
«Con el acostumbrado respeto por la decisión mayoritaria de la Sala, al no
compartirla en su totalidad, salvo parcialmente el voto pues, a mi juicio, la
providencia dictada por la Sala Especial de Primera de Instancia de esta
Corporación, ha debido revocarse en lo que concierne a la preclusión con la que
resultó favorecido LEMG.
[…]
2
Al descender al asunto de la especie, coincido con la Sala Mayoritaria en que esas
expresiones de MG, efectuadas ante medios de comunicación nacional, y en las que
falsamente imputó a JAOC, por lo menos, los punibles de daño en bien ajeno
agravado y violencia contra servidor público, objetivamente configuran el punible de
calumnia por el que se le investigó, razón para acogerme a las consideraciones que
se hicieran, en punto de tipicidad objetiva de la conducta.
Tampoco, que JAOC hiciera parte de las movilizaciones en solidaridad con el paro
agrario y popular, hecho que, incluso, es aceptado por éste en todas las salidas
procesales que ha tenido ante diversos despachos judiciales.
Sin embargo, una cosa es que se hubiera utilizado información suministrada por
sus subalternos y recaudada por la institución para “ayudar a la identificación” de
ciertas personas, al parecer involucradas en los desórdenes, o como se dice en el
auto de la Corte: “además de identificar a los responsables, el objetivo del cartel “era
que las personas se acercaran y manifestaran su grado de participación o dieran
indicios para la identificación de las personas que habían realizado este tipo de
desmanes” situación acaecida entre el 29 y el 30 de agosto de 2013, y otra es que,
habiendo transcurrido más de un mes de aquellos hechos (3 de octubre siguiente),
se diga que el Brigadier General LEMG obró con un “convencimiento personal,
fundado, errado y vencible” que descarta el dolo y sólo entiende sus expresiones
como “inferencias ligeras” en el marco de un actuar “culposo”.
(i) Contó con aquel lapso temporal para que, en coordinación con la Fiscalía General
de la Nación, se identificaran e individualizaran a los actores vandálicos, razón para
considerar que a su alcance estuvo la posibilidad de actualizar el precario
conocimiento que para el mes de agosto poseía.
(ii) Así, la “creencia errónea” de que se habla en la providencia (en el sentido de que
el promotor de la medida de protección estaba involucrado en los desmanes), si bien
puede acuñarse válidamente en un primer momento, esto es, al elaborar y publicar
el pluricitado cartel en agosto de 2013, ella se desvanece hacia octubre del mismo
año, cuando ya el investigado MG tenía una amplia noción del individualizado OC, a
quien reconoció, además, como el autor de una acción de amparo precedente.
3
un juez con función de control de garantías, también constitucional por excelencia,
en la que se protegieron sus derechos fundamentales a la honra, al buen nombre y
a la presunción de inocencia, ciertamente sabía que la atribución de
responsabilidad en algunos delitos y demás calificativos deshonrosos y difamatorios,
no era el resultado de una simple equivocación, como así lo hace ver la providencia
mayoritaria.
(v) No puede explicarse el proceder del Brigadier General (R) en el ámbito del mero
comportamiento culposo, habida cuenta que, en nuestro criterio, obró con absoluta
consciencia de la falsedad en la atribución de delitos a OC y con la firme intención
de lesionar la integridad moral de éste, máxime cuando mediaba una decisión
judicial que ordenaba el retiro del cartel.
Por contera, si no era dable para la Policía hacer uso de este, para el solo propósito
de “ayudar a identificar a los vándalos”, mucho menos podía el indiciado imputar la
comisión de conductas punibles al actor y querellante, pues, a esa altura, la
expresión ya podía ser tildada de falaz, y con la potencialidad de causar daño al
buen nombre, como quiera que, sin existir una investigación previa donde se
corroborara que OC hacía parte del grupo de jóvenes que presuntamente
protagonizó actos delictivos el 29 de agosto de 2013 en la Plaza de Bolívar de
Bogotá, así se le señaló, obligándolo a padecer el escarnio de ser rotulado como
delincuente, sin existir material probatorio que respaldara tan delicada afirmación.
(vii) Aunque en el auto del cual discrepo, la Corte menciona que posteriormente
[negrilla original del texto] se logró establecer que la creencia del procesado pudo ser
errónea, no se requería arribar hasta el año 2014 para llegar a la conclusión de que
JAOC no estaba formalmente vinculado a proceso penal alguno, habida cuenta que,
para el mes de septiembre de 2013, la Policía Nacional ya era conocedor de esa
circunstancia, al punto que ello fue objeto de mención en la acción de tutela que
aquél invocara contra la institución castrense:
[…]
Tesis:
«[…] recuérdese que el buen nombre es uno de los bienes jurídicos más importantes
que integran el patrimonio moral de una persona. En este orden de ideas, el ámbito
de protección de este derecho, en materia de imputación de conductas delictivas,
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está ligado a la veracidad y certeza de la información, toda vez que la transmisión de
afirmaciones falsas, además de compeler a la persona concernida a afrontar las
consecuencias penales de la sindicación, afecta la buena imagen que un individuo
ha construido en sociedad, precisamente por el efecto multiplicador del mensaje,
mayor aún si quien lo emite es el Comandante de la Policía Metropolitana de
Bogotá.
Sobre este específico tópico, no debe pasar inadvertido que, con base en lo
disciplinado en los artículos 218 de la Carta Política y 1 y 5 de la Ley 62 de 1993, a
la fuerza policial le corresponde el “mantenimiento de las condiciones necesarias
para el ejercicio de los derechos y libertades públicas, y para asegurar que los
habitantes de Colombia convivan en paz”; por tanto, flaco favor se hace a la Policía
Nacional, el que sea uno de sus altos miembros quien se encargue de transgredir
ese mandato superior.
Por lo mismo, para el suscrito resulta bastante preocupante, por decir lo menos, el
dicho del Brigadier General LEMG en sus alocuciones del 3 de octubre de 2013, en
las que no solo efectuó imputaciones falsas a una persona, sino que entró en
abierta rebeldía contra una decisión judicial, respecto de la cual respondió: “Si uno
no puede mostrar esos desadaptados sociales que le causan tanto problema a la
ciudad, que le causan tanto problema al país, que generan tanta inseguridad para
los ciudadanos, pues entonces apague y vámonos”.
Esas expresiones, divulgadas por el emisor de que se habla, hacen que las palabras
se tornen en demasía graves y constituyan un acto de incitación a la violencia (entre
otras variables, por: la conducta e intención del orador, peligro probable e
inminente de que la audiencia se vea realmente incitada a un acto proscrito, el
contexto de la expresión, la posición del emisor y su autoridad o influencia sobre la
audiencia, alcance y magnitud de la expresión -incluyendo su naturaleza pública, la
audiencia y los medios de difusión-, naturaleza pública de la expresión, los medios y
la intensidad o magnitud de la expresión en términos de su frecuencia o volumen,
etc.), rayando en lo que la doctrina constitucional y de esta Corte han abordado a
partir de los denominados discursos prohibidos (una aproximación al tema puede
verse en CSJ SP112-2019, 30 en. 2019, rad. 48388).
Ello per se, bien pudo igualmente ameritar investigación penal por la conducta
punible de fraude a resolución judicial, o cuando menos, un pronunciamiento o
mención de la Corte en dicho sentido, atendido el principio de responsabilidad
jurídica de los servidores públicos, conforme al cual aparte de responder por
infringir la constitución y la ley también lo serán por la omisión o extralimitación en
el ejercicio de sus funciones (art. 6, Constitución Política de Colombia), en la que
palmariamente se aprecia incurso el referido implicado.
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Una y otro se echan de menos en el encuadernamiento, restando sólo dejar sentada
mi posición insular frente a esa temática.
Tesis:
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PROCEDENCIA : Tribunal Superior Sala Penal de Barranquilla
CLASE DE ACTUACIÓN : SEGUNDA INSTANCIA
TIPO DE PROVIDENCIA : AUTO INTERLOCUTORIO
FECHA : 03/07/2019
DECISIÓN : CONFIRMA
DELITOS : Prevaricato por acción
ACTA n.º : 160
FUENTE FORMAL : Constitución Política de Colombia de 1991 art.
250 / Ley 906 de 2004 art. 32, 114 y 200
Tesis:
«En atención a los postulados del artículo 250 de la Carta Política, cuyo desarrollo
legal se aprecia en el artículo 200 de la Ley 906 de 2004, es claro que corresponde a
la Fiscalía General de la Nación el ejercicio de la acción penal, cometido para el cual
ha de ejecutar los actos propios de indagación e investigación de los hechos que
lleguen a su conocimiento y revistan las características de una conducta punible,
siempre que medien suficientes motivos y circunstancias fácticas que indiquen la
probable existencia de la misma.
De igual manera, el artículo 114, numeral 1º, del mencionado Estatuto Procesal,
establece como atribución de la Fiscalía la de “Investigar y acusar a los presuntos
responsables de haber cometido un delito”».
RELEVANTE
Tesis:
7
«A voces del artículo 250 de la Constitución Política, modificado por el artículo 2º del
Acto Legislativo 003 de 2002, la titularidad del ejercicio de la acción penal recae en
la Fiscalía General de la Nación y, en tal virtud, le asiste el deber de investigar los
hechos penalmente relevantes que lleguen a su conocimiento por cualquier medio
permitido por la ley, siempre y cuando medien suficientes motivos y circunstancias
fácticas que indiquen su posible existencia. En consecuencia, le está vedado al ente
acusador suspender, interrumpir o renunciar a la persecución penal, salvo los
casos que resulte procedente -de conformidad con la política criminal del Estado- la
aplicación del principio de oportunidad, en todo caso, sujeto a control jurisdiccional.
Tesis:
«El artículo 250 de la Constitución Política, modificado por el artículo 2º del Acto
Legislativo 003 de 2002, impone a la Fiscalía General de la Nación la obligación de
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adelantar el ejercicio de la acción penal y realizar la investigación de los hechos
penalmente relevantes que sean conocidos por cualquier medio legalmente
permitido, siempre y cuando medien suficientes motivos y circunstancias fácticas
que indiquen su posible existencia.
Siendo así, la Ley 906 de 2004, en sus artículos 331 a 335, reglamenta la
preclusión y faculta exclusivamente a la Fiscalía para solicitarla durante la
indagación o en la investigación; mientras que en el juicio excepcionalmente pueden
solicitarla el mismo Fiscal, el Ministerio Público o la defensa, solo por las causales
previstas en los numerales 1”imposibilidad de iniciar o continuar el ejercicio de la
acción penal” y 3° “inexistencia del hecho investigado”del artículo 332 de la misma
ley.
[...]
Tesis:
«Por mandato del artículo 250 de la Constitución Política, la Fiscalía General de la
Nación está obligada a adelantar el ejercicio de la acción penal y realizar la
investigación de los hechos que revistan las características de un delito, cuando
medien suficientes motivos y circunstancias fácticas que indiquen la posible
existencia del mismo, siéndole vedado suspender, interrumpir, o renunciar a la
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persecución penal, salvo en los casos que establezca la ley para la aplicación del
principio de oportunidad. Así mismo, solicitará ante el juez de conocimiento la
preclusión de las investigaciones, siempre que, conforme lo dispuesto por la ley, no
hubiere mérito para acusar».
Tesis:
«[…] por mandato del artículo 250 de la Constitución Política, la Fiscalía General de
la Nación cuenta con la obligación de adelantar la acción penal y efectuar la
investigación de los hechos que revistan las características de un delito, siempre y
cuando existan motivos y hechos que indiquen su posible existencia. Asimismo, la
facultad de solicitar la preclusión ante el juez de conocimiento cuando no existiere
mérito para continuar con la investigación.
“…hay que rememorar que la fase de la indagación tiene como propósitos establecer
la ocurrencia de los hechos llegados al conocimiento de la fiscalía, determinar si
constituyen o no infracción a la ley penal, identificar o cuando menos individualizar
a los presuntos autores o partícipes de la conducta punible y asegurar los medios
de convicción que permitan ejercer debidamente la acción punitiva del Estado…”
Producto de estas labores, el Fiscal debe sopesar los resultados y tomar una de tres
posibles decisiones: i) el archivo, cuando constate que no existen elementos que
permitan su caracterización como delito o indiquen su inexistencia; ii) la preclusión,
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si encuentra que se configura una de las causales consagradas en el artículo 332
del código de procedimiento penal, o una de las causales del artículo 82 del código
penal; o, iii) la solicitud de audiencia de formulación de imputación, si de los
resultados obtenidos se puede inferir razonablemente que el investigado es autor o
participe del delito que se investiga.
Como se puede observar, en esta etapa la Fiscalía tiene un rol protagónico, pues la
Ley 906 de 2004, en sus artículos 331 a 335, establece que es el único sujeto
procesal legitimado para solicitar la preclusión durante la indagación. De ahí que,
en esta fase del proceso tenga una alta carga argumentativa y demostrativa para
evidenciar que ha efectuado el análisis respecto de todos los posibles hechos
punibles puestos a su conocimiento.
[…]
[…] para este momento del proceso, la Fiscalía es el único sujeto legitimado para
solicitar la preclusión y tiene la obligación de examinar todos los hechos que le
fueron allegados, con el respectivo análisis de los elementos materiales de prueba, a
fin de que el juez decida en derecho sobre la configuración de la causal
[…]
[…]
En tal sentido, no hay razón para que la Fiscalía haya omitido sus obligaciones de
investigación y acreditación al momento de solicitar la preclusión de este hecho
-según fueron descritas en su momento-, máxime cuando, en virtud del mismo,
pudo materializase un pago sin el respectivo soporte legal o con origen en una
eventual conducta punible.
No puede perderse de vista que al tratarse de una decisión que hace tránsito a cosa
juzgada, se exige que la causal se encuentre plenamente demostrada y no haya
duda o posibilidad de verificación de una mejor labor. Esta carga no la cumplió la
Fiscalía, por lo que aún no ha sido esclarecida la legalidad o ilegalidad del actuar
del juez cuando libró el mencionado mandamiento de pago.
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Como lo expuso acertadamente el Ministerio Público, “una decisión de esta
naturaleza no puede agotarse sin que exista dentro de la actuación una certeza
absoluta de que fue lo que pasó cuando el juez decretó en su momento ese
mandamiento de pago”; dicho recurrente también refirió que “la decisión de
preclusión de la investigación que esta ordenando la Sala del Tribunal, lo hace con
base en sustentos y argumentos propios, pero no con los argumentos que en su
momento hubiese proferido o emitido la Fiscalía…”.
Tesis:
«[…] resulta relevante indicar que el artículo 39 de la Ley 906 de 2004, modificado
por el 48 de la Ley 1453 de 2011, establece que “la función de control de garantías
será ejercida por cualquier juez penal municipal”, regla cuya amplitud ha sido
interpretada por la Sala en cuanto a que:
… “no permite que la elección en el caso concreto obedezca al capricho o arbitrio del
solicitante, sin parar mientes en el elemento territorial, que sigue siendo factor
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fundamental para el efecto, como fácil se extracta de la sola lectura contextualizada
de la totalidad del artículo modificado, en cuanto, remite siempre al lugar de
ocurrencia del hecho.
[…]
En el sub judice, los motivos por los cuales el Juzgado Quinto Penal Municipal con
Función de Control de Garantías de Cúcuta rehusó el conocimiento de la solicitud
de control de legalidad frente a la aplicación del principio de oportunidad en la
actuación seguida contra EAG, subyacen en el desconocimiento del factor territorial,
toda vez que el delito de cohecho por dar u ofrecer acaeció en la ciudad de
Pamplona, en consecuencia un homólogo de ese territorio debe asumir el asunto
propuesto.
[…]
En ese orden, se tiene establecido i) que el proceso penal contra EAG se adelanta
por la conducta punible de cohecho por dar u ofrecer, presuntamente, cometida en
el mes de mayo de 2017, a las 5 y 50 de la tarde, en el sector conocido como
Pirulay, ubicado en el kilómetro 114 más 800 metros, vía Pamplona - Cúcuta, ii)
que la correspondiente fase de juzgamiento se desarrolla ante el Juzgado Único
Penal del Circuito de Pamplona y iii) que el acusado no se encuentra privado de la
libertad.
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TEMA: SISTEMA PENAL ACUSATORIO - Preclusión de la investigación:
oportunidad / SISTEMA PENAL ACUSATORIO - Preclusión de la investigación:
retiro de la solicitud / SISTEMA PENAL ACUSATORIO - Fiscalía: obligación legal
del ejercicio de la acción penal, salvo aplicación del principio de oportunidad y
cuando no hay mérito para acusar
Tesis:
«Conforme a lo previsto en el artículo 331 de la Ley 906 de 2004, en cualquier
momento de la actuación, el fiscal solicitará al juez de conocimiento, la preclusión,
en caso de no existir mérito para acusar.
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SISTEMA PENAL ACUSATORIO - Preclusión de la investigación: retiro de la solicitud
/ SISTEMA PENAL ACUSATORIO - Fiscalía: obligación legal del ejercicio de la
acción penal, salvo aplicación del principio de oportunidad y cuando no hay mérito
para acusar
Tesis:
15
Prescripción: servidor público, aumento del termino de prescripción Rad: 43997 |
Fecha: 10/02/2016 | Tema: SISTEMA PENAL ACUSATORIO - Prescripción:
Interrupción del término / SISTEMA PENAL ACUSATORIO - Prescripción:
diferencias con la Ley 600 de 2000 / SISTEMA PENAL ACUSATORIO - Prescripción:
servidor público, aumento del termino de prescripción Rad: 43658 | Fecha:
27/01/2016 | Tema: SISTEMA PENAL ACUSATORIO - Preclusión de la
investigación: recursos, legitimación
Tesis:
«El artículo 250 de la Constitución Política impone a la Fiscalía General de la Nación
la función de adelantar el ejercicio de la acción penal y realizar la investigación de
los hechos que revistan las características de un delito. En consecuencia, no puede
suspender, interrumpir o renunciar a la persecución penal, excepto cuando se trate
de aplicar el principio de oportunidad y, en el evento en que encuentre que no hay
“mérito para acusar”.
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50600 | Fecha: 22/10/2018 | Tema: DELITOS CONTRA LA ADMINISTRACIÓN
PÚBLICA - Víctima: la participación de las entidades públicas en la investigación es
obligatoria / DELITOS CONTRA LA ADMINISTRACIÓN PÚBLICA - Deber del
representante legal de la entidad: aplicación Ley 190 de 1995 y 600 de 2000 a
procesos de Ley 906 de 2004
Tesis:
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NÚMERO DE PROVIDENCIA : AP4241-2018
PROCEDENCIA : Tribunal Superior Sala Penal de Tunja
CLASE DE ACTUACIÓN : SEGUNDA INSTANCIA
TIPO DE PROVIDENCIA : AUTO INTERLOCUTORIO
FECHA : 26/09/2018
DECISIÓN : CONFIRMA
ACTA n.º : 339
FUENTE FORMAL : Constitución Política de Colombia de 1991 art.
250 y 331 / Ley 906 de 2004 art. 32-3, 332,331 y
334
Tesis:
«De conformidad con el artículo 250 de la Constitución Política, corresponde a la
Fiscalía General de la Nación el ejercicio de la acción penal, y en desarrollo de tal
función adelantar la investigación de los hechos que revistan las características de
un delito, con el propósito de arribar a conclusiones sobre la razonabilidad y la
viabilidad de formular acusación; o, en su lugar, solicitar la preclusión de la
investigación con los efectos previstos en el artículo 334 del C. de Procedimiento
Penal.
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DELITOS : Abuso de autoridad por acto arbitrario e injusto
ACTA n.º : 10
FUENTE FORMAL : Constitución Política de Colombia de 1991 art.
277 núm. 3 y 277 núm. 4 / Ley 600 de 2000 art.
35 / Ley 906 de 2004 art. 25, 78 y 132 / Ley 1564
de 2012 art. 322 núm. 2 y 352 núm. 2 / Ley 1826
de 2017 art. 5
Tesis:
Así, el artículo 2º del Acto Legislativo 03 de 2002 establece que “La Fiscalía General
de la Nación está obligada a adelantar el ejercicio de la acción penal y realizar la
investigación de los hechos que revistan las características de un delito que lleguen
a su conocimiento por medio de denuncia, petición especial, querella o de oficio,
siempre y cuando medien suficientes motivos y circunstancias fácticas que indiquen
la posible existencia del mismo. No podrá, en consecuencia, suspender, interrumpir,
ni renunciar a la persecución penal, salvo en los casos que establezca la ley para la
aplicación del principio de oportunidad regulado dentro del marco de la política
criminal del Estado, el cual estará sometido al control de legalidad por parte del juez
que ejerza las funciones de control de garantías (…)”.
Este texto normativo fue modificado, a su turno, por el artículo 2º del Acto
Legislativo 06 de 2011, mediante el cual se adiciona al artículo 250 Constitucional
el parágrafo 2º, conforme con el cual, “atendiendo la naturaleza del bien jurídico o
la menor lesividad de la conducta punible, el legislador podrá asignarle el ejercicio
de la acción penal a la víctima o a otras autoridades distintas a la Fiscalía General
de la Nación”.
19
En efecto, ha precisado la Corte Constitucional que la querella no es un elemento
del punible, sino que constituye un instrumento de la política criminal del Estado,
que se justifica en aquellos eventos en que la defensa del interés público de
judicialización de un delito, es de menor intensidad que el interés individual que
involucra, por lo que resulta razonable su disponibilidad por el titular, atendiendo
su mayor o menor gravedad.
Ante este panorama, la “única interpretación posible” del numeral 1º del artículo 74
de la Ley 906 de 2004 que pretende la Fiscalía, resulta inaceptable, pues comporta
un criterio contrario al diáfano mandato que contiene y que en su momento,
determinó que el legislador considerara que todo delito sancionado con pena no
privativa de la libertad fuere querellable. Los diversos cambios normativos que ha
sufrido el citado artículo solo refuerzan esta posición, en tanto de ser investigable de
oficio en el sistema procesal de la Ley 600 de 2000 -por no estar enlistado dentro
del catálogo de delitos querellables contemplado en su artículo 35-, el abuso de
autoridad por acto arbitrario e injusto pasó a ser querellable en virtud de la Ley 906
de 2004, hasta la expedición de la Ley 1826 de 2017, que en su artículo 5º lo
despojó de dicha condición, sin que de manera alguna pueda afirmarse que la
conducta prohibida haya cambiado sus elementos normativos o su naturaleza.
ASUNTO:
En el presente asunto la Sala debería pronunciarse sobre el recurso de apelación
interpuesto en contra de la sentencia de primera instancia de carácter absolutorio,
no obstante, se advierte que se encuentra prescrita la acción penal para el delito de
prevaricato por acción objeto del proceso
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TEMA: PRESCRIPCIÓN - Prevaricato por acción / LEY 890 DE 2004 - Aplicable a
procesos de Ley 600 de 2000 / LEY 890 DE 2004 - Aplicable a procesos de Ley 600
de 2000: requisitos / DEBIDO PROCESO - Inaplicabilidad de cambio
jurisprudencial desfavorable al procesado: casos en que aplica / SISTEMA PENAL
ACUSATORIO - Principio de oportunidad: favorabilidad, en procesos de la ley 600
de 2000
Tesis:
«La Fiscalía General de la Nación acusó por el delito de prevaricato por acción a
MMGG en su condición de Fiscal 10º Seccional de Montería, como consecuencia de
haber proferido la resolución de preclusión de fecha 24 de julio de 2006, la cual
consideró como “manifiestamente contraria a la ley”.
Dicha conducta punible, según el artículo 413 del Código Penal vigente para el
momento del hecho, se sanciona con pena de prisión que oscila entre tres (3) y ocho
(8) años, sin contar con los incrementos punitivos establecidos en el artículo 14 de
la Ley 890 de 2004.
(i) El origen de equiparar los beneficios por colaboración con la justicia en los dos
sistemas de enjuiciamiento procesal penal -en aplicación del principio de
favorabilidad-, tiene que ver con el trato desigual dado a los aforados
constitucionales, a quienes se les investiga y juzga en aplicación de la Ley 600 de
2000, pero muchas veces, habiendo cometido delitos en vigencia de la Ley 906 de
2004, en cuyo régimen es posible acceder a mayores beneficios (Cfr. CSJ AP400-
2018).
(ii) Al equiparar los dos sistemas en punto a los beneficios por colaboración con la
justicia, dichos aforados obtienen las mismas rebajas que otorga el sistema penal de
tendencia acusatoria, pero con la consecuencia de partir del cálculo de penas con
los incrementos establecidos en el artículo 14 de la Ley 890 de 2004, a efectos de
garantizar la efectividad de la justicia premial (Cfr. CSJ SP379-2018).
(iii) Como ocurre en el presente asunto, y se espera sea la regla general en los
procesos que se sigue en contra de los no aforados a quienes se les aplica la Ley 600
de 2000, ya se encuentran superadas las etapas procesales para acceder a los
beneficios de rebaja de pena. Es decir que, al aplicarse dicho criterio bajo estas
circunstancias, no sería favorable sino desfavorable para el procesado, pues ante el
incremento punitivo, no accedería a beneficio alguno.
21
La única posibilidad para que se aplique dicha línea jurisprudencial a quienes no
ostentan fuero constitucional, es que la actuación se encuentre en una oportunidad
procesal donde sea procesalmente viable y la persona procesada tenga la
disposición de acceder a rebajas de pena a cambio de colaboración con la justicia.
Tal presupuesto no concurre en el presente asunto, pues lo que se resuelve es la
apelación al fallo de primera instancia, etapa en la cual, ya no es posible acceder a
estos beneficios, por lo que tampoco se aplican los incrementos de la Ley 890 de
2004».
RELEVANTE
Tesis:
[…]
[…]
22
doscientos dieciséis (216) meses de prisión, multa de cincuenta (50) a doscientos
(200) salarios mínimos legales mensuales vigentes, que corresponden a los extremos
mínimos e inhabilitación para el ejercicio de derechos y funciones públicas de 60 a
144 meses.
Aquí corresponde aclarar que de acuerdo con el criterio fijado por la Sala a partir de
CSJ SP 18 ene. 2012., rad. 32764, el incremento de pena fijado por la Ley 890 de
2004, no resulta aplicable para casos regulados por la Ley 600 de 2000 a pesar de
que los hechos se comentan en vigencia de aquella normativa, esto es, a partir del
1º de enero de 2005, tal y como ocurre en este caso en donde el suceso criminal se
ejecutó en el mes de diciembre de 2006, motivo por el que bajo tal entendimiento, la
sanción para el punible de contrato sin cumplimiento de requisitos legales es
aquella prevista en la ley antes de la modificación de la Ley 890.
[…]
23
de tendencia acusatoria, como lo es el principio de oportunidad, a cambio de su
colaboración con la justicia pese a que la acción penal en su contra se adelanta bajo
los lineamientos de la Ley 600 de 2000, concluyó la viabilidad de aplicar los
beneficios por colaboración eficaz regulados por la Ley 906 de 2004 a procesos
tramitados por la primera normativa. Esto fue lo que sostuvo la Sala:
(…)
En ese orden, al haberse admitido que a casos de Ley 600 se pueden aplicar los
beneficios que por colaboración con la justicia contempla la Ley 906, se generaría
una situación de desigualdad injustificada si se mantuviera la prohibición de aplicar
el aumento de penas para los primeros, pero no para asuntos adelantos por el
segundo de los estatutos, pese a que de acuerdo con el nuevo criterio de la Sala, en
ambos sistemas es posible obtener el mayor beneficio que es el contemplado en la
ley 906.
Así las cosas, la única razón que motiva la distinción consiste en que el sistema de
justicia premial contendido en la ley 906 es mucho más amplio que el acogido por el
legislador del año 2000, y en esa medida se justifica que la sanción para los delitos
cuya investigación corresponde seguirse por los parámetros de la Ley 906, sea
mayor.
24
Por lo anterior, la sanción que se impondrá a WHPP por el delito de contrato sin
cumplimiento de requisitos legales será la prevista en el artículo 410 del Código
Penal sin el aumento previsto en el artículo 14 de la Ley 890.
[…]
25
Por consiguiente, la Sala estima pertinente otorgar a WHPP el máximo de reducción
permitido por la ley de acuerdo con la fase procesal por la que se transita,
equivalente a la tercera (1/3) parte, conforme fue demandado por la señora
Representante del Ministerio Público y su similar de la Fiscalía General de la
Nación, en la audiencia de formulación de cargos al acusado.
Tesis:
«Con mi habitual respeto por las decisiones de la mayoría, paso a exponer las
razones que en esta oportunidad me obligan a apartarme de ella y a sostener la
tesis según la cual, a partir de la entrada en vigor del Acto Legislativo 01 de 2018, la
Sala de Casación Penal de la Corte Suprema de Justicia perdió competencia
constitucional para proferir sentencia en los procesos de única instancia.
La tesis mayoritaria.
Lo anterior por cuanto la Sala considera que mantiene de forma plena sus
competencias, hasta tanto entren en funcionamiento las Salas Especiales creadas
por la reforma
26
interrumpida y que la Sala, en consecuencia, deba prorrogar sus competencias
incluyendo la de proferir sentencias.
Tesis:
Una regulación en tal sentido contrariaba el texto Superior en sus artículos 13, 29 y
31. Al primero de ellos, porque establecía una clara violación al derecho a la
igualdad en las condiciones de investigación y juzgamiento de los ciudadanos
colombianos; el segundo, consagratorio del derecho al debido proceso aplicable a
toda clase de actuaciones judiciales y administrativas y el derecho a impugnar la
sentencia condenatoria como una de sus expresiones, reconocido en el ámbito
internacional por el artículo 8.2.h de la Convención Americana sobre Derechos
Humanos y por el canon 14.5 del Pacto Internacional de Derechos Civiles y
Políticos, por cuanto cercena el impugnar la sentencia condenatoria y; el tercero,
por violación a la garantía de la doble instancia de las sentencias judiciales.
27
Legislativo 01 de 2018, aplicabilidad, mientras se expide la ley que cree las salas
especiales, la Sala mantiene todas sus competencias menos la de dictar sentencia
Tesis:
"... una labor hermenéutica del procedimiento penal, deberá tener en cuenta no sólo
las normas contenidas en el Código respectivo, sino que además es fundamental en
dicha tarea, tener en cuenta no sólo las normas del Acto legislativo 03 de 2002, sino
las demás disposiciones pertinentes de la Constitución, incluidas aquellas que se
integran al bloque de constitucionalidad, de acuerdo con lo dispuesto en el articulo
93 Superior, en especial, con los artículos 8, 9 y 27.2 de la Convención Americana
sobre Derechos Humanos, al igual que con los artículos 4 y 15. 1 del Pacto
Internacional de Derechos Civiles y Políticos."
En el caso concreto, los contenidos del Acto Legislativo 01 de 2018, mediante el cual
se modifican los artículos 186, 234 y 235 Superiores y se implementa la garantía de
la doble instancia y el derecho a impugnar la primera sentencia condenatoria, no
pueden ser en tendidos y aplicados de manera insular, sino de conformidad con el
derecho fundamental al debido proceso, y especialmente, en armonía con el bloque
de constitucionalidad, cuya preservación y respeto fue justamente lo que motivó la
expedición del aludido Acto reformatorio de la Constitución ».
Tesis:
«Aplicación del test de ponderación en relación con los contenidos del Acto
Legislativo 01 de 2018.
28
Especiales encargadas de investigar y juzgar en primera instancia a los funcionarios
aforados, la Sala de Casación Penal de la Corte Suprema de Justicia conserva su
competencia, incluso para proferir sentencias. El referido planteamiento no se
ajusta a los métodos de interpretación constitucionales contemporáneos, en
especial, el denominado test de ponderación.
En el caso concreto, se presenta una tensión entre, por una parte, la necesaria
continuidad de la prestación del servicio público de administración de justicia (bien
jurídicamente amparado) y, por la otra, las garantías procesales a la doble instancia
y el derecho impugnar la primera sentencia condenatoria (derechos fundamentales).
29
NORMA CONSTITUCIONAL - Vigencia, eficacia e implementación / NORMA
CONSTITUCIONAL - Acto Legislativo 01 de 2018: vigencia e
implementación / CORTE SUPREMA DE JUSTICIA- Sala de Casación Penal:
competencia y estructura, Acto legislativo 01 de 2018, aplicabilidad, mientras se
expide la ley que cree las salas especiales, la Sala mantiene todas sus competencias
menos la de dictar sentencia
Tesis:
"La "eficacia" de las normas puede ser entendida tanto en un sentido jurídico como
en un sentido sociológico;es el primero el que resulta relevante para efectos del
asunto bajo revisión. El sentido jurídico de "eficacia" hace relación a la producción
de efectos en el ordenamiento jurídico por la norma en cuestión; es decir, a la
aptitud que tiene dicha norma de generar consecuencias en derecho en tanto
ordena, permite o prohíbe algo. Por su parte, el sentido sociológico de "eficacia" se
refiere a la forma y el grado en que la norma es cumplida en la realidad, en tanto
hecho socialmente observable; así, se dirá que una norma es eficaz en este sentido
cuando es cumplida por los obligados a respetarla, esto es, cuando modifica u
orienta su comportamiento o las decisiones por ellos
adoptadas.
(... )
30
Justicia no puede inaplicar la reforma constitucional, preservando su competencia
de dictar sentencias de única instancia para los casos de los aforados
constitucionales.
Así las cosas, me resulta forzoso concluir que hoy por hoy, a los aforados
constitucionales les es atribuible la garantía de la doble instancia al igual que el
derecho a la impugnación de la sentencia condenatoria, lo cual conlleva a la pérdida
de competencia de la Sala de Casación Penal de la Corte Suprema de Justicia para
proferir fallos en sus procesos.
Conclusión
31
ACTA n.º : 06
FUENTE FORMAL : Ley 906 de 2004 art. 180, 184, 323-2 y 324
Tesis:
32
2000 art. 42 y 109 / Ley 906 de 2004 art. 323 y
324 inc. 1 / Ley 1312 de 2009 art. 1y 2 / Ley
1326 de 2009 art. 1
Tesis:
Se procede por el delito de homicidio culposo, previsto en el artículo 109 del Código
Penal.
Existió acuerdo sobre el monto del daño causado, pues entre las partes ya
mencionadas se celebró un convenio de transacción en el que: se identificaron los
hechos motivo del mismo; se vincularon éstos con el trámite del presente proceso
penal; se especificó que con la finalidad de darlo por concluido las víctimas
aceptaban recibir como indemnización la suma de cincuenta millones de pesos
($50.000.000.oo), estipulaban la misma como integral y, en consecuencia, avalaban
la consiguiente solicitud de preclusión.
33
SALA DE CASACIÓN PENAL
M. PONENTE : EUGENIO FERNANDEZ CARLIER
NÚMERO DE PROCESO : 45272
NÚMERO DE PROVIDENCIA : AP4476-2017
PROCEDENCIA : Tribunal Superior Sala Penal de Cúcuta
CLASE DE ACTUACIÓN : CASACIÓN
TIPO DE PROVIDENCIA : AUTO INTERLOCUTORIO
FECHA : 11/07/2017
DECISIÓN : INADMITE
DELITOS : Fabricación, tráfico, porte o tenencia de armas de
fuego, accesorios, partes o municiones
ACTA n.º : 219
FUENTE FORMAL : Constitución Política de Colombia de 1991 art.
235-1 y 250 / Acto Legislativo 3 de 2002 art. 2 /
Ley 599 de 2000 art. 12 inc. 2 / Ley 906 de 2004
art. 7, 123, 180, 181, 184 -2, 323, 324, 381 y 458
Con base en la citada norma superior fue expedida la Ley 906 de 2004 en la que se
diseñó para Colombia un proceso penal de tendencia acusatoria en el que se
enfrentan dos partes en controversia: de un lado, la Fiscalía General de la Nación
como autoridad encargada por mandato constitucional de promover y adelantar la
acción penal; y de otra el sujeto pasivo de esa acción, estos es, el imputado o, en
términos generales, el procesado.
34
Fiscalía General de la Nación, por ser justamente una potestad que el constituyente
le confirió como excepción al deber-obligación de esa entidad para el impulso o
ejercicio de la acción penal.
Y cuando se afirma que esa facultad está enmarcada dentro de una discrecionalidad
reglada -o que no constituye un “PODER OMNIMODO”, como lo aduce el actor-,
sencillamente ello significa que el ejercicio de la comentada atribución sólo puede
tener como sustento las causales que el legislador diseñó para tal efecto (Ley 906 de
2004, artículo 324) y que la procedencia de la suspensión, interrupción o renuncia
de la persecución penal pese a tener como fundamento esos motivos, está sometida
a revisión judicial, como que para su efectividad el juez que cumple la función de
control de garantías la debe avalar.
Tesis:
«La figura jurídica de la indemnización integral como forma de extinción de la acción
penal no está prevista en la Ley 906 de 2004, mientras que la Ley 600 de 2000 sí la
contempla en su artículo 42.
[…]
La consecuencia jurídica que en la Ley 906 de 2004 se determina para los eventos
en que la víctima es indemnizada integralmente, es la de configurar una causal de
procedencia del principio de oportunidad, según lo normado en el numeral 1 del
artículo 324, modificado por el artículo 2 de la Ley 1312 de 2009.
[…]
35
cuando ya se ha proferido fallo de segunda instancia, no resultaría viable acudir a
dicho instituto jurídico.
[…]
De modo que, ningún obstáculo encuentra la Sala para aplicar en esta coyuntura
procesal la figura de la extinción de la acción penal por indemnización integral, más
aún si con la solución aparecen satisfechas las demandas de justicia y verdad de la
víctima quien, precisamente, como atrás se reseñó, se une a la petición de
procesados y defensores en el sentido de que se declare la extinción de la acción
penal. (Subrayas fuera de texto)”.
Concluido lo anterior, por igual conviene señalar que en punto de los requisitos que
se deben cumplir para dar aplicación al artículo 42 de la Ley 600 de 2000, la
jurisprudencia de la Sala tiene establecido los siguientes:
[…]
RELEVANTE
36
2002 art. 1, 2-6, 2-7 / Ley 906 de 2004 art. 7-2,
11-G, 20, 161, 176, 177, 323, 324, 327, 331, 333,
334, 348 A354, 381, 442, 446, 448
ASUNTO:
El problema jurídico a resolverse en sede de casación es el siguiente: ¿En un
proceso penal regulado por la Ley 906 de 2004, el juez, sea en primera o en
segunda instancia, puede condenar al procesado cuando la Fiscalía ha solicitado su
absolución?
Tesis:
«En un modelo procesal en el que la regla general es la legalidad, la persecución
penal es un deber jurídico y no una facultad (discrecional), como bien lo enfatizó el
artículo 2º del Acto Legislativo No 03 de 2002: “La Fiscalía General de la Nación está
obligada a adelantar el ejercicio de la acción penal y realizar la investigación de los
hechos que revistan las características de un delito…”, y no solo eso sino que en la
norma superior se estableció el efecto que tal naturaleza imperativa acarrea: “No
podrá, en consecuencia, suspender, interrumpir, ni renunciar a la persecución
penal,…”. Ahora bien, la admisión excepcional del principio de oportunidad permite
entender que en los casos taxativamente señalados por el legislador en tal virtud
(art. 324 C.P.P./2004), el impulso de la acción penal es una facultad, claro está
siempre reglada y sujeta a control judicial, como se verá.
37
consustancial a los procesos acusatorios, aunque no puede negarse el auge que en
estos últimos ha adquirido.
Tesis:
«La Sala Mayoritaria en el proceso de la referencia ha decidido que la petición
absolutoria del fiscal en el juicio oral no obliga al juez singular ni plural, dado que
la alegación de dicha parte es un acto de postulación que no integra la acusación.
Las siguientes son las razones por las cuales no comparto el juicio de los cinco
magistrados que adoptaron el criterio señalado en el párrafo anterior:
“El acusado no podrá ser declarado culpable por hechos que no consten en la
acusación, ni por delitos por los cuales no se ha solicitado condena”
Esta regla desarrolla el principio de legalidad que debe regir el debido proceso del
sistema acusatorio establecido en la Ley 906 de 2004 para Colombia. La
interpretación acogida en la decisión mayoritaria no se ajusta a la garantía
fundamental que representa el texto trascrito.
La única lectura admisible del artículo 448 del C de P.P., dada su descripción y
carácter imperativo, no es otra que la absolución ante la no petición de condena por
el ente fiscal.
38
Reglas de hermenéutica. Las dos premisas en examen, la del texto legal y la regla
jurisprudencial de la decisión de la Sala Mayoritaria, son opuestas y excluyentes, no
pueden coexistir, la primera elimina la posibilidad que haya condena cuando se
solicite absolución por el Fiscal, esa fue la voluntad expresamente manifestada por
el legislador en el texto legal.
En las actas de los debates surtidos en las sesiones para la aprobación de los
Proyectos de Ley números 229 de 2004 de Senado y 001 de 2003 de Cámara, no se
hizo ninguna modificación al texto ni a la motivación de lo que se aprobó como
artículo 448 de la Ley 906 de 2004, con lo que debe admitirse que el Congreso
prohijó la propuesta de la Fiscalía.
Sí, es cierto, algunas normas del proyecto de Código de Procedimiento Penal fueron
reformadas, pero la congruencia y los fundamentos en los que se sustenta no fueron
modificadas, en el caso de la institución de marras se conservó la redacción de la
norma originalmente propuesta.
[…]
Las facultades del fiscal en el proceso penal, algunas son absolutas, no tienen
control y otras por el contrario son relativas y tienen control.
Son ejemplos de potestades exclusivas del fiscal, en las que no puede ejercer ningún
control las demás partes e intervinientes, ni el juez: la fijación de los hechos en el
proceso penal, decidir si celebra preacuerdos o no, la imputación jurídica en la
formulación de acusación en los juicios ordinarios, elegir qué elementos materiales
de prueba no utilizara en el juicio oral, entre otras. Luego no es ajeno ni un
desacierto en el sistema acusatorio señalar que la petición de absolución pertenece
al grupo de situaciones examinadas, al amparo de un texto legal que así lo
consagra, el artículo 448 del C de P.P.
39
En cambio, tienen control, los siguientes actos de la Fiscalía: la medida de
aseguramiento, la preclusión, el principio de oportunidad, la petición de condena,
los preacuerdos, ectra.
No puede y no debe el juez sustituir a las partes ni apoyar de cualquier manera los
actos que le corresponden a éstas. El juez sustituye al Fiscal y asume la función
acusadora cuando aquél solicita la absolución en las alegaciones y el funcionario
judicial decide condenar.
Los cargos formulados como acusación por el Fiscal son definitivos y concretados
con base en la prueba practicada en su alegación final. Si la propuesta del Fiscal en
este momento no constituyera una expresión de la acusación, el juez estaría
facultado para modificarlos a su antojo, libertinaje que el sistema de la Ley 906 de
2004 no acepta.
[…]
40
estructura y columna vertebral del sistema y afectando la garantía de la
congruencia.
Tesis:
«Las víctimas ni el Ministerio Público tienen interés para apelar la sentencia
absolutoria.
Para este caso es válido traer a colación que en los preacuerdos o allanamientos la
víctima carece de interés para apelar el fallo aduciendo su inconformidad con los
beneficios otorgados, tampoco tiene interés el procesado para lograr a través de la
alzada la retractación de lo válidamente aceptado o preacordado.
Los intervinientes, víctima y Ministerio Público, en los procesos que terminen con
petición absolutoria obligatoria para el juez, tienen otros mecanismos de defensa
judicial, en su caso, a través de una acción pública o de una de las causales de
revisión establecidas en la Ley Procesal Penal bajo los supuestos allí previstos.
41
El problema jurídico de un proceso penal termina con la decisión que absuelve o
condena, el tema que nos ocupa, el de la petición absolutoria, resuelve absolviendo
por los cargos formulados, luego la providencia participa de la naturaleza de una
sentencia y no de un auto.
[…]
El acto de parte que ejecutada la Fiscalía para pedir absolución en las alegaciones
es excepcional, reglado, taxativo y expresamente el legislador lo eliminó de controles
al no establecerlos.
No rige un sistema adversarial neto, pero no es ese argumento válido para cambiar
el sentido del artículo 448 del C de P.P. Si bien algunas instituciones se
caracterizaron por la Ley 906 de 2004 con matices diferentes a la legislaciones de
otros países, ello no autoriza al juez a apartarse de la concretas regulaciones para la
petición de absolución que hizo el legislador colombiano en el artículo 448 del C de
P.P., la situación está reglada y no puede desconocerse, de su tenor no se desprende
sino una interpretación coherente, lógica y sistematizada con el esquema acusatorio
adoptado.
SALVAMENTO CONJUNTO:
DR. JOSÉ LUIS BARCELÓ CAMACHO
DR. JOSÉ FRANCISCO ACUÑA VIZCAYA
LUIS GUILLERMO SALAZAR OTERO
Tesis:
42
«Con nuestro acostumbrado respeto por las decisiones de la mayoría, nos
permitimos consignar los motivos por los cuales discrepamos de la determinación
adoptada en este caso, toda vez que, en nuestro concepto, la petición de absolución
efectuada por el delegado de la Fiscalía durante su alegato de cierre sí es vinculante
para la judicatura, conforme lo había precisado la Corte, hasta ahora, de manera
inequívoca.
Como preludio del disenso, vale la pena recordar que la jurisprudencia proferida
con ocasión de la implementación del sistema de gestión de noticias criminales
consagrado en el Acto Legislativo 03 de 2002 y desarrollado en la Ley 906 de 2004,
ha destacado el cambio de paradigma consustancial a la reforma procesal penal en
pos de la adopción explícita del principio acusatorio. Con ese cometido, y teniendo
como referente algunas características de esquemas procesales foráneos que
históricamente prohíjan aquel modelo, se delinearon ciertas pautas metodológicas
hasta decantarse un sistema acusatorio específico para Colombia que no puede
denominarse “puro” sino que, por el contrario, se cataloga de “tendencia
adversarial” o, incluso, “modulado”.
[…]
Por consiguiente, y frente al papel del juez en el sistema penal acusatorio, se venía
señalando que con el advenimiento de la reforma procesal quedó despojado del rol
de investigador oficioso. En el nuevo modelo, se entendía, su papel había
evolucionado para convertirse en garante de la imparcialidad, legitimando así su
función al resguardar el derecho a un juicio justo y velar por la aplicación real de la
43
igualdad material (artículo 13 de la Constitución Política). Su deber, entonces, desde
esa perspectiva, consistía en equilibrar el rol de las partes y de ahí que no le
asistiese interés en que “gane” o “pierda” alguno de los contendientes, en otras
palabras, su función ya no se explicaba en la de ser aquel paladín a cargo de
obtener la verdad real y prodigar justicia material, según se indicó en el auto
emitido el 14 de agosto de 2013, dentro del radicado 41375.
[…]
Si se dice que esa era la hermenéutica con la que se había asumido el tema, lo es
porque la decisión de la cual nos apartamos implica un retroceso que abarca
prácticamente todo el interregno en el que se perfilaron los parámetros conceptuales
en comento y con los que se buscaba lograr cierta coherencia con los rasgos
esenciales del sistema acusatorio. Ese propósito, luego de superarse una visión
inicial que permitía al juez de conocimiento, verbi gratia, aplicar la excepción de
inconstitucionalidad para decretar prueba de oficio en contravía de la prohibición
del artículo 361 de la Ley 906 de 2004, venía consolidándose con la importancia que
la jurisprudencia confería a los actos de parte y que para el caso de la Fiscalía se
congloban, fundamentalmente, en lo atinente a su pretensión punitiva, en el
supuesto normativo previsto en el artículo 448 ibídem, conforme al cual “el acusado
no podrá ser declarado culpable por hechos que no consten en la acusación, ni por
delitos por los cuales no se ha solicitado condena”. Este canon se había definido, en
concordancia con lo señalado en su oportunidad por la Corte Constitucional en
sentencia C-025 de 2010, “no [como] una simple directriz, llamada a dotar de una
mayor racionalidad y coherencia al trámite procesal en sus diversas etapas, sino de
una garantía judicial esencial para el procesado”».
Tesis:
«El cambio de postura, necesariamente, va a tener repercusión en la depuración que
había alcanzado el principio de congruencia, pues el juez ya no estará sometido a
las peticiones de las partes “desmantelándose”, por así decirlo, aquel “trípode” en el
que descansaba dicho axioma en su componente jurídico, o sea, en la consonancia
entre acusación, petición de condena y sentencia.
Tesis:
«La posición mayoritaria valida que bajo la égida del Acto Legislativo 03 de 2002,
corresponde a la Fiscalía investigar los hechos que pueden llegar a ser constitutivos
de delito, que a su cargo está el ejercicio de la acción penal y que la función de los
jueces de conocimiento se circunscribe a llevar a cabo el juzgamiento, fase que se
activa cuando el delegado de esa institución eleva la respectiva acusación.
44
Dicho acto procesal, ha de contener la relación de los hechos jurídicamente
relevantes que permitirán a la Fiscalía, con base en los elementos materiales de
prueba y evidencia física obtenida hasta ese instante, presentar su pretensión a los
jueces de cara a la teoría del caso que maneje. Ahora bien, solo una vez practicados
los medios de convicción necesarios que permitan establecer la existencia del delito
y la responsabilidad del acusado podrá aquella, en su rol de parte, pedir la adopción
de sentencia condenatoria o absolutoria, categoría jurídica cuya construcción es de
su exclusivo resorte y si se dice que únicamente al fenecer la etapa probatoria del
juicio estará en condiciones de dilucidarla, en forma definitiva, lo es al ser factible
que cumplida esa etapa los medios de conocimiento arrojen un resultado diferente
al que ab initio concibió, de modo tal que “la determinación de una sanción penal
no puede fundarse solo en los hechos jurídicamente relevantes imputados en la
acusación, sino principalmente en la solicitud de condena que haga el ente
persecutor en el alegato de cierre, valga decir, después del debate probatorio del
juicio, pues solo en ese momento es que la partes pueden conocer a ciencia cierta
[…] lo acontecido y ello es lo que permite discernir cuál es el derecho aplicable. Esta
realidad es lo que le da sentido a lo dispuesto en el artículo 443 de la Ley 906 de
2004” (CSJ SP 5065-2015).
Tesis:
«En nuestro concepto, también es erróneo inferir que el control judicial a la
actuación de la Fiscalía al aplicar el principio de oportunidad, solicitar la
preclusión, o en los eventos de terminación anticipada del proceso, da lugar a
predicar que su petición de absolución en el alegato conclusivo se encuentra sujeta
a ese examen, por vía de analogía juris, toda vez que, cuando se sigue el trámite
ordinario: i) los jueces de control de garantías no pueden intervenir en la
imputación, así estén convencidos de que la calificación jurídica que hace el fiscal
“favorece injustamente” al implicado, ii) el juez de conocimiento no puede incidir en
la acusación, así esté totalmente convencido de que el fiscal incurrió en errores -a la
manera de la variación de la calificación jurídica descrita en el artículo 404,
numeral 2º, de la Ley 600 de 2000-, con el fin de evitar “injusticias”, iii) el juez no
puede sugerirle al fiscal que practique una prueba, ni decretarla de oficio, aunque
tenga la persuasión de que sin la misma no se hará “justicia material” y iv) el juez
no interviene en la práctica de la prueba, así considere que la gestión del fiscal es
“tan mala” que no logrará esclarecer un delito grave. Por lo tanto, en esa secuencia,
45
no podría condenar por hechos no incluidos en la acusación, ni por delitos por los
cuales no se ha solicitado condena, según lo prevé de manera literal el artículo 448
de la Ley 906 de 2004.
Entonces, destacamos los suscritos, no puede afirmarse que la teleología del control
judicial a otro tipo de actuaciones de la Fiscalía cuyo rasgo distintivo es la
terminación anticipada de las diligencias, aplica extensivamente al despliegue de
sus facultades exclusivas de parte. Esa generalización resulta inadecuada, porque
implica trasladar las características de casos individuales a un conjunto mucho
más amplio, regido por otras reglas. Por eso, no es igual la legitimidad de las
víctimas para interponer recursos en contra de las decisiones proferidas en aquellos
eventos, por ejemplo la preclusión -momento en el que la acción penal se analiza
desde la perspectiva de su procedencia-, a cuando, luego del juicio, esta ya se ha
ejercido.
Tampoco sería apropiado decirse que la petición absolutoria elevada por el Fiscal
obedece a la discrecionalidad o asimilarse a la renuncia en el ejercicio de la acción
penal, por cuanto ello no está sujeto a su llana potestad, de tal forma que, una vez
presentada la acusación, la determinación definitiva sobre la misma habrá de ser la
preclusión o la sentencia -esta última ya bien sea condenatoria o absolutoria-
teniendo como referente en ambos supuestos las pruebas agotadas en el juicio,
haciendo tránsito a cosa juzgada. De ahí que, cotejando las inquietudes evocadas
para proceder al cambio de postura por cuenta de la naturaleza de la decisión
ulterior a aquella solicitud, estas se muestran anodinas no solo porque es
indiscutible que aquella providencia constituye una sentencia, por decidir el objeto
del proceso al tenor del artículo 161 de la Ley 906 de 2004 y estar integrada por los
requisitos contemplados en el artículo 162 ibídem, sino, además, porque solventar
estos cuestionamientos no se ofrece en nuestro parecer de entidad tal que
ameritaren cambiar la jurisprudencia para dispersar el contenido de una garantía
fundamental integrante del debido proceso.
Tesis:
«Otro de los argumentos enarbolados para el cambio de postura es el de velar por
las facultades que en él tienen las víctimas. En ese contexto, es inconcusa la
existencia de derechos a su favor, sin embargo, tales prerrogativas no implican
avasallar otras garantías que integran el debido proceso y que conjugan principios
por igual caros, en particular frente al inculpado, como el derecho a un juicio justo
en sus formas, la presunción de inocencia y el in dubio pro reo.
En efecto, si bien a las víctimas de los delitos les asiste lo que se ha denominado el
derecho a la tutela judicial efectiva, reflejado en herramientas ciertas para acudir a
la administración de justicia en procura de conocer las circunstancias de tiempo,
modo y lugar en que aquellos ocurrieron, lo que significa contar con una
investigación pronta, imparcial y exhaustiva tendiente a la identificación,
juzgamiento y sanción de los responsables y, así mismo, a la reparación de los
perjuicios que se les han irrogado mediante medidas que permitan en lo posible un
regreso al estado en que se encontraban antes de la ejecución del injusto, no debe
perderse de vista que tales presupuestos han de conciliarse con el sistema procesal
46
a través del cual se concibe su ejercicio, siendo necesario recalcar que en la Ley 906
de 2004 las víctimas no son partes, ni comparten la titularidad de la acción penal
conferida por la Constitución exclusivamente a la Fiscalía General de la Nación, lo
que se manifiesta, entre otros, en que no son actores probatorios, en tanto esa
responsabilidad se le confiere al sujeto procesal llamado a ello dentro de un plano
de igualdad de armas en el desempeño de las labores de acusación, debiendo
canalizar sus solicitudes en ese sentido por su conducto y hacer junto con él causa
común.
[…]
Así las cosas, a nuestro modo de ver, es palmario que dentro de la lógica esencial
del sistema penal acusatorio consagrado en la Ley 906 de 2004, la petición
absolutoria de la Fiscalía supedita al Juez a actuar en consonancia, de manera tal
que la víctima ni ningún otro interviniente cuenta, en principio, con legitimidad o
interés para impugnar la providencia que materialice aquel pedimento. Valga
aclarar que ello no conduce a descartar hipótesis que podrían dar lugar a predicar
la eventual transgresión de intereses constitucionales y que únicamente
encontrarían alternativa de solución a través de la interposición de los recursos, por
lo que ante situaciones relacionadas con la vulneración del debido proceso, sería
viable apelar la sentencia proferida en esas condiciones y en circunstancias
puntuales, por ejemplo, si se interpreta o se entiende por el juzgador que hubo
petición de absolución de la Fiscalía cuando en realidad no haya sido así o que,
definitivamente, no sea posible dilucidar si ello se dio, por mencionar algunos
supuestos».
Tesis:
«No basta, en nuestra opinión, con la mención abstracta de que “razones de una
pretendida coherencia sistemática” son insuficientes para concluir que la petición
absolutoria realizada durante el alegato de cierre por la Fiscalía es vinculante,
puesto que más allá de una propuesta dogmática, conceptual o académica, el objeto
de la previsión normativa del artículo 448 de la Ley 906 de 2004, además de
desarrollar el principio acusatorio, es garantizar la imparcialidad del juez como
componente esencial del sistema, lo cual no es asunto de menor calado, ya que la
nueva postura mayoritaria apareja incertidumbres que resultan de mayor relevancia
confrontadas con aquellas que la propiciaron. Por ejemplo, si la Fiscalía solicita
absolución, estaría a cargo de los jueces infirmar la presunción de inocencia de
vislumbrar estos funcionarios procedente la condena? Si en el delegado de la
Fiscalía radica solo un poder de postulación, en aquel evento, le corresponde a los
jueces asumir esa carga persuasiva? Cuál sería la diferencia, en ese escenario, entre
el rol de la Fiscalía y de la judicatura?
En ese orden, la postura adoptada bien podría dar pie a que se admitan criterios
judiciales con la capacidad de aniquilar otra serie de garantías superiores también
custodiadas por el ordenamiento jurídico, como darle cabida a la prueba ilegal o
ilícita o ignorar la prohibición de la reformatio in pejus, si de ello depende la
consecución del valor justicia, anteponiéndose esa arbitrariedad, so pretexto de
disímiles intereses, a la protección del individuo que es lo que se pretende con la
congruencia.
47
concepto, se ofrece rezagada y anclada en la visión propia de modelos de
investigación y juzgamiento inquisitivos. Lo anterior, porque al subrogar el juez el
rol del Fiscal, de mediar petición absolutoria elevada por aquel, se pervierten y
deforman los pilares esenciales de un sistema acusatorio aun cuando sea
modulado, con tendencia a ese raigambre o “a la colombiana”, como se le quiera
llamar, pues si se avala que quien acusa y juzga sea la misma persona,
indubitadamente, se mantiene un ideario inquisitivo con todo lo que eso implica,
quedando así lo acusatorio apenas en el plano formal, por cuenta de la existencia de
este arquetipo mixto».
48
Disposición que armoniza con lo estipulado en el inciso segundo del artículo 359 del
mismo estatuto procesal que reza: “Igualmente inadmitirá los medios de prueba que
se refieran a las conversaciones que haya tenido la fiscalía con el imputado,
acusado o su defensor en desarrollo de manifestaciones preacordadas,
suspensiones condicionales y aplicación del principio de oportunidad, a menos que
el imputado, acusado o su defensor consientan en ello”.
Y no podría aducirse que tal proscripción solo aplica dentro de la actuación que se
adelanta contra el referido imputado, hoy testigo en el presente proceso, pues dicho
entendimiento, además de comportar una grave conculcación a la garantía ya
citada, burlaría impunemente la finalidad de la norma que no es otra que estimular
los mecanismos alternativos de solución de conflictos y la justicia premial, tan cara
al sistema adversarial consagrado en la Ley 906 de 2004.
I
Pero llama la atención el grave descuido, por decir lo menos, en que pudo incurrir la
fiscal quinta seccional de la unidad de falsos testigos al suministrar al ciudadano
LLPG información confidencial, dada la naturaleza de la misma, que luego éste
aportó a otra en la que sí aparece como víctima el hoy acusado en el presente
asunto. Información que ahora también pretende ingresar el defensor de RB, en esta
causa.
49
proferido el fallo de segunda instancia, pues no debe perderse de vista que dicho
instituto procesal está consagrado para precisamente precaver que se llegue a esta
instancia».
RELEVANTE
50
TEMA: SISTEMA PENAL ACUSATORIO - Principio de oportunidad: No es aplicable
por favorabilidad a procesos regidos por la Ley 600 de 2000
Tesis:
«Resulta del todo desenfocada la tesis del impugnante en el sentido de que el
fallador dejó de aplicar el principio de oportunidad, según lo normado en el artículo
324-10 de la Ley 906 de 2004; respecto de la norma invocada, la Corte, en indebido
auxilio al argumento del censor, supone que éste se refiere al texto original, sin la
modificación introducida por la Ley 1312 de 2009. Con todo, reitera la Corporación,
el razonamiento es desafortunado porque evidentemente el principio de
oportunidad, consagrado y desarrollado en el sistema acusatorio que adopta la Ley
906 de 2004, no cabe respecto de actuaciones procesales adelantadas bajo el
imperio de la Ley 600 de 2000, menos aún por el principio de favorabilidad, pues
éste supone necesariamente que una cierta institución aparece regulada en al
menos dos ordenamientos, en uno de ellos de manera menos gravosa que en otro.
Obviamente, no es el caso del principio de oportunidad, que no aparece consagrado
en la Ley 600 de 2000, pues dicho estatuto no le permite a la fiscalía disponer de la
acción penal como sí es ocurre en el sistema acusatorio».
RELEVANTE
Podrá, eso sí, priorizar un trámite procesal respecto de otros, si aquél cuenta con
los elementos necesarios que le permiten avanzar hacia etapas procesales
subsiguientes; pero -y allí está la diferencia- el hecho de que impute o acuse, no por
todas las conductas punibles realizadas en desarrollo del concierto para delinquir
sino por las que admiten su imputación o acusación, no le permite omitir su
obligación de investigar los demás casos.
51
Lo segundo -que las imputaciones parciales o acusación parcial se identifiquen con
el ejercicio disfrazado del principio de oportunidad- es también impreciso, habida
cuenta que este principio opera en la Ley 906 de 2004 cuando el fiscal se halla ante
los presupuestos legales para formular acusación, no obstante lo cual declina dicha
posibilidad por alguna de las razones que consagra el artículo 324 del estatuto
mencionado.
Por el contrario, las acusaciones parciales se producen en los eventos en los cuales
la fiscalía no logra documentar de manera suficiente todos los delitos atribuidos al
postulado; en otras palabras -a diferencia de lo que ocurre en relación con el
principio de oportunidad-, no cuenta con los elementos de convicción necesarios
que le permitan elevar una acusación por una particular conducta, naturalmente
distinta al delito base, pero no por ello renuncia a investigar o acusar los
comportamientos punibles que no logra incluir en una acusación inicial ; éstos
podrán ser objeto de investigación, imputación y acusación en el marco de la Ley
975 de 2005, o bien conforme el proceso penal ordinario.
52
PARTE II
PRINCIPIO DE OPORTUNIDAD
Como en el sistema procesal penal adoptado en la Ley 600 de 2000 rige el principio
de legalidad, no es procedente aplicar criterios propios del conocido principio de
oportunidad, según los cuales la fiscalía, autónomamente, puede prescindir de
proseguir con la actuación con fundamento en hechos o circunstancias que, de
acuerdo con las legislaciones que acogen este principio, pueden estar regulados en
la ley o ser discrecionales de quien tiene la función de acusar.
Casación Discrecional
FECHA : 07/09/2005
DECISION : Inadmite, corre traslado por posible violación de
garantías
DELITOS : Peculado culposo
PROCESO : 23700
PUBLICADA : Si
NOTAS ACLARATORIAS : Véase también en - Internet
DR.ALVARO ORLANDO PEREZ PINZON -
Salvamento de Voto
DR.SIGIFREDO ESPINOSA PÉREZ - Salvamento
Parcial de Voto
01/02/2007
El principio de oportunidad regulado por los artículos 321 a 330 de la Ley 906 de
2004 no opera en todos los casos.
En efecto, de acuerdo con el artículo 323 de ese Código, la Fiscalía General de la
Nación puede suspender, interrumpir o renunciar a la persecución penal cuando,
entre otras causales, la persona fuere entregada en extradición a causa de la misma
conducta punible (artículo 324.2 ibídem).
También es cierto que el fiscal no puede hacer uso del principio de oportunidad
cuando se trata, además de otros, de delitos de narcotráfico, según lo establece el
parágrafo 3º del citado artículo 324.
El impugnante entiende que su caso está comprendido en esa excepción, pues
considera que el país requirente lo reclama por delitos de narcotráfico.
La figura del concierto según el contenido de las normas penales de Estados Unidos
de América, equivale, como ha sido sostenido por la Corte en múltiples
oportunidades, al concierto para delinquir que consagra el artículo 340 del Código
Penal colombiano, más precisamente con su inciso 2º, modificado por el artículo 8º
53
de la Ley 733 de 2002 y por el 19 de la Ley 1121 de 2006, preceptiva que establece
una pena que hoy va de 8 a 18 años de prisión y multa que va de 2.700 a 30.000
smlmv., cuando el concierto se produce para cometer, entre otros, delitos de tráfico
de drogas tóxicas, estupefacientes o sustancias psicotrópicas.
Aunque esa especie delictiva no está comprendida dentro de las excepciones que el
parágrafo 3º del mentado artículo 324 de la Ley 906 de 2004 consagra para la
ejecución del principio de oportunidad por parte de la Fiscalía General de la Nación,
debe entenderse que por su teleología, es decir, por tener la finalidad de llevarlos a
cabo, queda incorporada en las mentadas excepciones.
De otro modo expresado, cuando quiera que una persona sea requerida en
extradición por un delito respecto del cual esté siendo investigada o haya sido
juzgada en Colombia, el Fiscal General de la Nación no podrá ejercer la atribución
señalada en el artículo 323 de la Ley 906, cuando ese delito sea el de concierto para
delinquir que tenga como finalidad cometer delitos de narcotráfico o que signifiquen
graves infracciones al derecho internacional humanitario, que constituyan crímenes
de lesa humanidad, genocidio o terrorismo, según lo consagra el parágrafo 3º del
artículo 324 ibídem.
Sin embargo, no por esa razón adquiere prevalencia el derecho aducido por el
recurrente de ser juzgado en Colombia como para que se erija en motivo impediente
de la extradición, pues frente a una tal circunstancia, si la Corte encuentra
satisfechos por parte del país requirente los requisitos que el ordenamiento interno
establece para concederla y emite concepto favorable, será el Gobierno Nacional,
debidamente informado de la situación, como supremo director de las relaciones
internacionales y consultando los altos intereses de la Nación, el estamento que
decidirá si accede o no a la entrega de la persona requerida.
Como quiera, entonces, que las razones aducidas por (.....) no tienen la capacidad
de hacer que la Corte modifique el pronunciamiento recurrido, en cuanto ningún
acto irregular que signifique agravio al derecho de defensa o al debido proceso se ha
manifestado en el presente trámite, éste se mantendrá.
Auto Extradición
FECHA : 01/02/2007
DECISION : No repone la providencia impugnada
DELITOS : Concierto para delinquir-narcotráfico
PROCESO : 25436
PUBLICADA : Si
8/11/2008
“Este principio pretenderá resolver los conflictos menores que se presentan con gran
frecuencia, que a pesar de que muchas veces no alcanzan a vulnerar materialmente
54
los bienes jurídicos protegidos por el legislador, aumentan las cifras de congestión
judicial e implican un desgaste innecesario del sistema.
Por eso, considera la Corte que se requiere desarrollar el derecho penal del Estado
social y democrático de derecho, para lo cual esta herramienta que brinda el
sistema penal acusatorio resulta de gran ayuda. Y es que afincado en la equidad
como principio rector, la fórmula constitucional del Estado social, supone la
superación de la igualdad formal característica del Estado liberal, que advertía que
todos debían ser tratados por igual; cuando el escenario en que debe actuar el juez
del nuevo esquema le impone justamente privilegiar a los desvalidos, a los
discriminados y a los infelices que como en el caso que se analiza, cayeron en la
desgracia de la adicción. Estas personas merecen respuestas constitucionales y
legales diferentes a la pena, que lo único que garantizaría es la insensible
agravación de su situación personal, familiar y social.
Sentencia Casación
FECHA : 18/11/2008
DECISION : Casa, absuelve
DELITOS : Tráfico, fabricación o porte de estuperf.
PROCESO : 29183
PUBLICADA : No
1
Gaceta del Congreso No. 157, página 3. (10-05-02).
55
02/12/2008
___________________________________________________
1. Sentencia de casación No 23700 del 7 de septiembre de 2005.
Sentencia Casación
FECHA : 02/12/2008
DECISION : No casa
DELITOS : Fraude procesal, Falsedad en documento úblico
agravada
PROCESO : 27523
PUBLICADA : Si
18/03/2009
No puede ignorarse, por otra parte, que la Ley 600 de 2000 y la 906 de 2004
consagran sistemas procesales expedidos en desarrollo de normas constitucionales
diferentes y, por tanto, para establecer si uno de los institutos contemplados en éste
puede imbricarse en el otro, es necesario compararlos.
56
Para este ejercicio, ha de recordarse cómo la jurisprudencia de la Sala -referida a la
aplicación favorable de normas de la Ley 906 de 2004 a procesos tramitados por la
Ley 600 de 2000-, ha precisado reiteradamente "que ella está condicionada
básicamente al cumplimiento de tres requisitos, a saber: (i) que la figura a aplicar
esté regulada en ambas legislaciones, sin requerirse para el efecto que lo sea bajo el
mismo nomen iuris, pues basta una identidad sustancial en torno al fenómeno
jurídico inmerso en ambas normatividades. (ii) que la aplicación de la norma
favorable se haga sobre la base de la existencia de similitud de presupuestos
fácticos o procesales. Y (iii) que para hacer efectiva la garantía no se desvertebre o
resquebraje el sistema llamado a gobernar la respectiva actuación, vale decir que,
entre otras cosas, no se omita algún paso del esquema procesal. O dicho de otro
modo, que se aplique la favorabilidad en lo estrictamente necesario".(3)
Por esta misma causa, la práctica pretendida resultaría, de igual forma, lesiva de la
estructura básica de la Ley 906, pues sería necesario, en este escenario, adoptar un
procedimiento acorde con el fuero de los congresistas, no previsto por el
constituyente ni por el legislador cuando introdujo el sistema acusatorio.
Ahora, en otro ámbito, aunque asiste razón a la defensa cuando afirma que los
anteriores pronunciamientos de esta Sala en torno a la improcedencia de aplicar el
principio de oportunidad a procesos regidos por la Ley 600 de 2000, no
contemplaron el caso de los miembros del Congreso de la República, se equivoca
cuando hace de esta calidad la condición determinante para predicar, respecto de
su asistida, los aumentos punitivos de la Ley 890 de 2004.
________________________________________
(2). Cfr. Auto 07/04/05 Rad. 23247; auto 04/05/05 Rad. 1904; auto 23/05/06
Rad. 25300.
(3). Sentencia del 9 de febrero de 2006, radicados 23700. En el mismo sentido
radicados 25300 del 23 de mayo de 2006 y 26831 del 15 de mayo de 2008.
(4). Sentencia C - 592 de 2005
57
Auto Unica Instancia
FECHA : 18/03/2009
DECISION : No cesa procedimiento, niega por improcedente la
aplicación del principio de...
DELITOS : Falsedad ideológica en documento público, Estafa
agravada
PROCESO : 27339
PUBLICADA : No
NOTAS ACLARATORIAS : DR.ALFREDO GOMEZ QUINTERO - Aclaración de
voto
DR.AUGUSTO JOSE IBAÑEZ GUZMAN - Aclaración
de voto
DR.JOSÉ LEONIDAS BUSTOS MARTÍNEZ -
Aclaración de voto
DR.YESID RAMIREZ BASTIDAS - Aclaración de voto
DRA.MARIA DEL ROSARIO GONZALEZ DE LEMOS -
Aclaración de voto
13/05/2009
12. Aun en el evento de considerar que la ausencia de afectación relevante del bien
jurídico sea un problema de atipicidad, lo procedente no sería solicitar ante el
funcionario de conocimiento la preclusión con base en el numeral 4 del artículo 332
del Código de Procedimiento Penal, que se refiere a la atipicidad del hecho
investigado, toda vez que el juez natural para conocer de la extinción de la acción
penal por comportamientos insignificantes es, de acuerdo con el acto legislativo 03 de
2002 y las causales que para tal efecto consagró el artículo 324 del Código de
Procedimiento Penal(46), el juez de control de garantías y medidas de seguridad.
De ahí que la Sala, en el referido fallo de 18 de noviembre del año pasado, hizo un
llamado a los operadores de la norma para que funcione el principio de oportunidad
58
como mecanismo idóneo que evite el adelantamiento de investigaciones por conductas
en las que no se haya afectado de manera significativa el bien jurídico:
13. Fue dentro de este contexto como el Tribunal llegó a la conclusión de que la
conducta de ofrecer tan solo un ejemplar no autorizado de los libros Pacto en la
sombra y H. P.: Historias particulares de los honorables parlamentarios no
representaba amenaza significativa alguna a tales intereses y, por lo tanto, aunque
había concurrido un desvalor de la acción (es decir, tanto un ánimo de lucro como la
intención de afectar los derechos patrimoniales de autor), no había sucedido otro
tanto en lo que al desvalor del resultado respecta, tal como lo dispone el artículo 11
de la ley 599 de 2000.
Esto último no quiere decir que toda conducta relacionada con la venta callejera o
informal de obras no autorizadas debería quedar en la impunidad, sino que, de
acuerdo con las circunstancias particulares del caso, el objeto material de la acción,
analizado en directa relación con el bien jurídico que el numeral 1 del artículo 271 del
Código Penal pretende proteger, no implicó un peligro trascendente para los derechos
patrimoniales en cabeza de los escritores y de las casas editoriales, sin perjuicio de
que sí lo sea la acción de ofrecer para la venta reproducciones ilegales en cantidades
considerablemente superiores.
Acerca de este último aspecto, es de destacar que fue desacertada en cuanto al factor
de competencia la actuación de la representante de la Fiscalía que en su momento
elevó ante el juez de conocimiento una solicitud de preclusión por atipicidad, pues si
bien es cierto que no contradice principio lógico alguno la postura según la cual la
afectación irrelevante del bien jurídico es un asunto atinente al tipo objetivo (ya que
incluso está en armonía con la teoría de la imputación objetiva a la que tantas veces
ha acudido la Sala), también lo es que el juez natural para extinguir la acción penal
en este caso era el de control de garantías y medidas de seguridad, con base en la
aplicación del principio de oportunidad.
__________________________________
Sentencia Casación
FECHA : 13/05/2009
DECISION : No casa
DELITOS : Violación a los Derechos de Autor
PROCESO : 31362
PUBLICADA : Si
NOTAS ACLARATORIAS : DR.SIGIFREDO ESPINOSA PÉREZ - Salvamento de
Voto
DR.YESID RAMIREZ BASTIDAS - Salvamento de
Voto
59
DRA.MARIA DEL ROSARIO GONZALEZ DE LEMOS -
Salvamento de Voto
03/12/2009
03/12/2009
60
otros países. Así entonces, el daño que produce el delito de lesa humanidad se
traslada, por representación, a toda la comunidad internacional, constituyéndose en
el límite de lo soportable para la humanidad y el ser humano.
Sobre la esencia del delito de lesa humanidad, vale traer a colación lo expresado por
el Tribunal Penal Internacional para la antigua Yugoeslavia, en su sentencia sobre
el caso ERDEMOVIC:
Los crímenes contra la humanidad son actos graves de violencia que dañan a los
seres humanos al atacar lo que les es más esencial: su vida, su libertad, su
bienestar físico, salud y/o dignidad. Son actos inhumanos que por su extensión y
gravedad sobrepasan los límites tolerables por la comunidad internacional, la cual
debe forzosamente exigir su castigo. Pero los crímenes contra la humanidad
también trascienden lo individual, puesto que cuando lo individual es violado, la
humanidad viene a ser objeto de ataque y es negada. De allí el concepto de la
humanidad como víctima que caracteriza de manera esencial los crímenes contra la
humanidad.
_____________________________________________
(1) Repárese con provecho, Corte Suprema de Justicia, Sala de Casación Penal,
auto de única instancia de 18 de noviembre de 2009, radicación 28540.
(2) Cfr. Estatuto de la Corte Penal Internacional, artículo 8°. Violaciones severas de
las Convenciones de Ginebra de 12 de agosto de 1949.
(3) Cfr. Estatuto de la Corte Penal Internacional, artículo 7°.
(4) Cfr. Estatuto de la Corte Penal Internacional, artículo 6°.
(5) Caracterizadas por no constituir un ataque generalizado y sistemático, y por ello
su diferenciación respecto de los crímenes de lesa humanidad.
(6) Corte Suprema de Justicia, Sala de Casación Penal, auto de 11 de julio de
2007, radicación 26945.
(7) El Tribunal Penal Internacional para la antigua Yugoslavia en la sentencia de
apelación del caso TADIC, de 14 de noviembre de 1995, afirmó que no se requiere
probar la relación de los delitos en cuestión con situaciones de conflicto armado.
(8) El término "Lesa" viene del latín "laesae", que corresponde al participio presente,
en voz pasiva, del verbo "Laedo", que significa: herir, injuriar, causar daño.
(9) En Colombia se determina que comete genocidio "el que con el propósito de
destruir, total o parcialmente, un grupo nacional, étnico, racial, religioso o político,
por razón de su pertenencia al mismo, ocasionare la muerte de sus miembros"
(Código Penal, artículo 101).
(10) Se puede consultar el Estatuto del Tribunal de Nuremberg en LUIS JIMÉNEZ
DE ASÚA, Tratado de derecho penal, Tomo II, Buenos Aires, 1964, p. 1232 ss.
(11) La Ley 26 de 1987 incorporó al ámbito nacional la "Convención Internacional
para la Represión y el Castigo del Crimen de Apartheid", suscrita en New York, el
30-11-1973 de 1973.
05/08/2010
61
SISTEMA PENAL ACUSATORIO-Principio de oportunidad: Competencia del juez de
control de garantías/
PONENTE(S) :
13/04/2011
62
5. La aplicación del principio de oportunidad, es una función asignada
exclusivamente a la Fiscalía General de la Nación que, de aceptarla, podría
suspender, interrumpir o renunciar a la persecución penal (art. 323).
-------------------------------------------------------------------------------------------------------
-----------------------------------------------------------------------------
1. Cfrt., entre otras, Corte Suprema de Justicia, Sala de Casación Penal, Sentencia
del 4 de febrero de 2009, Rdo. 30043 y Auto del 21 de abril de 2010, Rdo. 33.160.
07/12/2011
…
Del referido fallo constitucional C-209 del 2007 se desprende que en el juicio la
víctima tiene la potestad de reclamar las medidas de protección del artículo 342.
Igualmente, si la Fiscalía pide en audiencia la preclusión (artículo 331) tiene la
obligación de garantizar la presencia e intervención de la víctima, quien puede
oponerse a esa pretensión y, con esa finalidad, allegar o solicitar elementos
materiales probatorios y evidencia física. La misma participación, con la opción de
controvertir la prueba aducida por la acusación, se le habilita cuando la Fiscalía
acude al principio de oportunidad del artículo 327, modificado por el 5º de la Ley
1312 del 2009.
______________________
1. Ley 906 de 2004, artículo 344 y 356.
2. López Barja Quiroga, Jacobo. Ob. Cit. Pág. 342.
3. Jauchen, Eduardo M. Ob. Cit. Pág. 37.
63
PUBLICADA : Si
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