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Prueba Solemne 2: Psicología de la Adolescencia y Juventud

Nombre Sección
9:00-11:00 11:30-13:00
1. Soledad Andrades x
2. Antonia Cuneo x
3. Mildred Moya x
4. Thais Muñoz x
5. Tomás Stipicevic x

1.- A) Al hablar de las emociones, se tiene una creencia o idea popular de que éstas
corresponden a la manifestación de la individualidad, una expresión auténtica del individuo
con las cuales éste puede mostrar lo que siente subjetivamente (Gil, 2009). Sin embargo, esta
ideología es contradictoria a la realidad en donde las emociones serían sociales, es decir, son
colectivas y están organizadas por la sociedad, ayudando en la predicción de ciertas
conductas y a poder manipular las emociones de la gente. Un ejemplo de esto es la campaña
de Teletón donde se seleccionan vivencias que suelen generar determinadas emociones en el
público impulsando a las personas a cooperar con la causa. A partir de esto, es común que se
generen sentimientos sociales, estos pueden presentarse de forma similar en grupos de
individuos, provocando que se vinculen de manera social generando emociones en conjunto,
esto deriva posteriormente en manifestaciones y expresiones por un objetivo general.
Entendemos por práctica de consumo, un modo de acceder a un determinado bien
(material, simbólico, etc.) a través de la libre elección del individuo en donde se demuestra
una experiencia que refleja el gusto o deseo de la persona. En el consumo, la forma de
conseguir, acceder o vincularse con el objeto es más importante que el objeto propiamente
consumido, debido a que elegir algo libremente termina por conformar nuestra identidad
individual. Con esto, se entiende que la identidad es construida a través de los actos de
consumo permitiendo que los objetos hablen por la persona y la identifiquen. A su vez, el
deseo de adquirir un objeto surge a partir de la influencia social (Gil, 2009).
Al hablar de las culturas juveniles y su consumo, existe una relación entre prácticas de
consumo y la formación e identificación del estilo de las subculturas. Existe una
retroalimentación entre el mercado y las culturas juveniles, es decir, éste influiría en la
creación de identidades sociales, por lo que la juventud termina por reinventar los objetos que
proporciona el mercado al destinarlos para fines que no estaban previstos por él. Es por esto
que mientras más construimos la individualidad según las prácticas de consumo, más sujetos
estamos al mercado y al consumismo.
B) El video en cuestión habla sobre las tribus urbanas, las cuales se rigen
principalmente por la música, el estilo, y las formas de vida. Se distribuyen conformando
grupos distintos, pero en algunas situaciones pueden llegar a mezclarse. Éstos sirven de
referencia para que los jóvenes conformen una identidad al formar parte de dichos grupos.
Estas tribus emergen a raíz de distintas transformaciones políticas y sociales, viéndose
fortalecidas por el ámbito cultural de la globalización y por las sociedades de consumo. A
partir de esto, es posible evidenciar que existe una conexión entre ambos conceptos que
pueden verse reflejados en la práctica de consumo llamada Teenage Market, la cual otorga a
los jóvenes bienes según las nuevas formas de expresión que pueden surgir dentro de sus
grupos, reuniéndolos según sus preferencias comerciales. Éstas al manifestarse de manera
interconectada e intercultural, contribuyen a la idea de la globalización a través del consumo.
Los individuos suelen guiarse desde las emociones sociales, ya que son el reservorio
de nuestra originalidad, es decir, nos hacen sentir espontáneos expresando nuestra
individualidad. Los sujetos modernos no son solo libres de elegir, sino también obligados a
ser libres, a poner en escena sus vidas en término de elecciones. Al guiarse por el gusto de
manera acrítica, terminan por convertirse en un individuo social y predecible, ejerciendo así
lo que la sociedad pretende que hagamos. Según Foucault, debemos imaginarnos y construir
lo que podíamos ser para librarnos de este tipo de doble vínculo, que es la simultánea
individualización y totalización de las modernas estructuras de poder.
2. A) Butler (2011) cuestiona la afirmación la “biología es destino” al entender que no
hay una relación de causalidad entre género y sexo, es decir, el primero estaría construido
culturalmente a través de instituciones tradicionales conservadoras. Por ende, no se puede
afirmar que un género es únicamente producto del sexo, refutando la idea impuesta de un
sistema binario. Esto es reformulado por Money y Ehrhardt (1972, citado en Fausto-Sterling,
2006) quienes popularizaron la idea de que sexo y género son categorías separadas,
explicando al primero como los atributos físicos, y al segundo como la transformación
psicológica del yo y las expresiones conductuales representadas por fuerzas sociales (Fausto-
Sterling, 2006). Cuando el género se define individualmente pasa a ser un concepto ambiguo
el cual puede referirse a cuerpos tanto de mujeres como de hombres o viceversa (Butler,
1990).
Fausto-Sterling (2006) cuestiona la noción misma del sexo y su concepción
contemporánea, presenta también la idea de la concepción binaria que existe en relación al
sexo y al género, explicando que en la época ciertos elementos físicos eran determinantes
para clasificar al individuo dentro de uno u otro género. El etiquetar a alguien como hombre o
como mujer corresponde a una decisión social, ya que lo que siente la persona no puede ser
impuesto por algún modelo o sistema, sino que la identidad sólo puede surgir desde la propia
concepción de género. No obstante, Butler (2011) considera al género como el medio
discursivo/cultural mediante el cual un “sexo natural” se establece como prediscursivo, éste
sería una superficie neutral en donde influiría la cultura desde la más temprana infancia,
organizando y estructurando nuestra vida. Debido a esto el sexo se entiende como el
resultado final de la interacción entre cultura y género.
B) Según lo expuesto en clases, Francisco Vázquez genera una distinción entre tres
periodos históricos importantes en el que el vínculo entre la medicina y la determinación de
nuevas categorías sexuales cambiarían. El autor explica cómo la medicina ha reaccionado
frente a la aparición de sexos ambiguos, refiriéndose a cuando el cuerpo no demuestra
explícitamente lo que es, por lo que no eran clasificables en los ideales culturales de hombre
y mujer (binarismo).
El primer momento histórico surge en el siglo XIX, donde se intenta responder la
cuestión de género desde lo biológico, buscando una coincidencia sexo-genética. En este
periodo se creía que, si alguien nacía con un sexo ambiguo, “lo verdadero” y determinante se
encontraría en su biología. Sin embargo, si no se sabe con claridad el órgano reproductor que
posee (pene o vagina) podrían haber asíndromes genéticos. Si esto sucede, no se podría
clasificar como hombre o mujer, por lo que el individuo quedaría excluido de la cultura y sus
parámetros.
El segundo momento histórico surge en el Siglo XX, donde se otorga mayor
importancia a la crianza del individuo. Emerge la Segunda Ola Feminista influyendo
totalmente en la concepción de la sexualidad, sin embargo, la urgencia por hacer coincidir el
sexo con género perdura, por lo que es relevante que la crianza oriente a que el individuo se
desarrolle y comporte según su fisiología. Por ello, en algunos casos de ambigüedad era
necesaria la intervención quirúrgica (muchas veces mutilaciones como el caso de John/Joan)
para lograr una concordancia con lo permitido o establecido según el imperativo moral y
hegemónico, al igual que en la película.
El tercer momento histórico surge a partir del año 2000, en donde se establece que lo
verdadero no es el género ni el sexo, sino el individuo. Desde este año se espera que el
individuo crezca y elija de manera autónoma lo que quiere para su vida. Pasa a decidir
directamente la persona qué es lo que le define, se decide desde los ideales que tenga cada
uno y no de lo que la sociedad impone. Es por esto, que en este tercer momento histórico se
termina de desvincular el sexo del género.
C) La película XXY (2007) relata la historia de un adolescente intersexual, quien se
siente confundido al expresar su verdadera identidad de género. Este concepto alude a la
vivencia del género tal como la persona la siente, por lo que puede corresponder o no con el
sexo biológico con el que nace el individuo. El protagonista Alex Kraken, presenta
ambigüedad respecto a cómo identificarse a sí mismo, de esta forma, a lo largo de su vida sus
padres lo identifican como una mujer debido a sus rasgos biológicos. Para esto, él ingiere
medicinas hormonales que le ayudan a controlar la aparición de facciones masculinas, como
por ejemplo, el crecimiento de vello corporal excesivo que menciona respecto de su barba.
El protagonista posee el aparato reproductor masculino, por lo que escapa totalmente
de la identidad femenina que le ha otorgado su familia a lo largo de su crecimiento y
desarrollo personal, debido a esto su madre contacta a un médico cirujano quien se
especializa en este tipo de operaciones “normalizadoras”. En el desarrollo de la película, se
muestra que él deja de tomar hormonas que lo mantienen como un sujeto femenino,
intentando de esta forma dejar fluir su identidad de género. Alex a simple vista presenta una
expresión de género no definida, ya que se viste con ropa neutra, mostrando de esta forma un
género no establecido según su vestimenta, comportamiento e incluso nombre. Es más, al
conocer a Álvaro, hijo del médico-cirujano, el protagonista se siente atraído hacia él,
surgiendo una complicidad al relacionarse, llegando al punto de tener un encuentro sexual
que confunde a ambos. Luego del encuentro Álvaro le pregunta a Alex “¿qué eres?”, a lo que
responde “soy las dos cosas” llorando, ya que no comprende ni se define por ninguna
identidad aún. Se podría decir que no presenta una orientación sexual definida, puesto que la
atracción física, emocional y afectiva que siente se ve demostrada sólo hacia él.

El cuestionamiento presente en la película, se enfoca en criticar de cierta forma el


comportamiento que suelen tener familiares, amigos o conocidos hacia las personas
intersexuales, identificándolas como un “otro” o discriminandolos por no comprender su
condición al ser distintos. Se suele excluir al sujeto de la sociedad ya que enfrenta desafíos
distintos, limitando su actuar y forma de vivir, dejando de esta forma al espectador
reflexionar acerca del tema y abriendo un debate entre el hermafroditismo y la elección
sexual.

3.- A) Se plantea que la cultura se concibe como la manera en la que las relaciones de
grupo se forman, cada grupo social tiene su propia cultura, pero cuando un grupo domina al
otro (cultura dominante) gana terreno imponiendo una ideología a la cultura subordinada. Las
culturas dominantes son las que dominan los medios de producción y a la vez el ámbito de la
producción de ideas, por lo cual las ideas correspondientes a estas culturas rigen la época en
la que se sitúan. A su vez se dividen en dos grupos, por un lado están las culturas parentales y
por otro las subculturas (juveniles). Según Feixa (2012) las culturas parentales son el lugar
específico en el que cada quien está posicionado en el contexto de la cultura dominante,
dependiendo de la clase social, el género y la etnia. Éstas se consideran como grandes redes
culturales definidas por identidades étnicas y de una clase, dentro de ellas surgen las llamadas
culturas juveniles distinguidas por edad y generación. Retomando la idea de las culturas
parentales, es relevante mencionar que se encargan de redefinir las normas de conducta y
valores vigentes en el medio social. Éstas no se limitan a influir en un conjunto específico,
sino que abarcan interacciones cotidianas entre miembros de generaciones diferentes.
Feixa (2012) plantea que las culturas generacionales se refieren a experiencias
específicas que los jóvenes adquieren en espacios institucionales, parentales y de ocio. En
estos lugares el joven se encuentra con otros y comienza a identificarse con determinados
comportamientos y valores, diferentes a los vigentes en el mundo adulto. Las subculturas son
culturas diferenciadas de la cultura paterna, es una manera de reinterpretar y vivir por edad y
generación una clase social determinada. Las culturas juveniles surgen como una manera de
posicionarse frente a la tensión propia de la cultura paterna, en la cual emerge frente a la
cultura dominante una manera de vivir diferenciadamente esta tensión. Una de las formas de
construir estas culturas es el estilo, siendo éste una expresión por la que las culturas juveniles
adquieren una identidad y se diferencian entre ellas, expresándose en el lenguaje, la música y
la apariencia. De esta manera, podemos vislumbrar cómo las culturas juveniles se conforman
desde el plano de una subcultura al ligarse con los estilos de vida, la generación, la etnia, el
género, etc.
B) Ambas subculturas expuestas en el reportaje Cara & Sello (2009), nacen a partir
de una cultura dominante hegemónica que expresa una determinada ideología. A través de las
culturas paternas, las subculturas se diferencian según sus distintas formas de vivir y de
posicionarse frente a la presión propia que suele ejercer dicha cultura.
La juventud, como forma de subcultura, suele distinguirse por edad y generación,
refiriéndose a la manera en que experiencias sociales se expresan colectivamente según sus
propios estilos de vida (Feixa, 2012). En el reportaje de Mega, se presentan dos grandes
agrupaciones de jóvenes, los “pelolais” y los “pokemones/hardcore” con el fin de realizar una
comparación entre la manifestación de culturas juveniles. El estilo de ambas tribus urbanas
no solo se refiere a la moda, sino también aborda modos privilegiados de identificación
simbólica expresados a través de elementos materiales e inmateriales. El Bricolaje sería la
manera en que estos grupos realizan un reciclaje creativo de bienes u objetos dados por la
cultura, explotando su potencial expresivo con el fin de utilizarlos para su propia
identificación.
Es relevante mencionar que las culturas juveniles se expresan a través de la
construcción de estilos diferenciales, por lo que no serían sólo simples “marionetas” de la
cultura dominante, a su vez, estos grupos se manifiestan mediante tres grandes áreas; la
música, el lenguaje y tendencias o prácticas culturales (Feixa, 2012).
C) Si bien los grupos expuestos en el video ya no se ven con frecuencia en la
actualidad, han surgido nuevas subculturas juveniles dentro de la sociedad. Hoy en día
podemos identificar con más claridad nuevas identidades adolescentes, un ejemplo de esto
son los “otakus”, quienes se caracterizan por presentar cierta afinidad con elementos de
origen asiático. A través de los años diferentes grupos han surgido, contribuyendo a la idea de
que la globalización permite una conexión intercultural de estos elementos y permitiendo que
tengan un carácter internacional. La difusión de elementos como la moda o la música
mediante plataformas masivas, facilitan la producción de distintas identidades que pueden
verse atraídas a las subculturas existentes. Esto se puede entender desde la posmodernidad,
donde las sociedades se encuentran hiperconectadas a las redes y a internet, logrando una
identificación con otros mediante elementos compartidos o publicados en éstas.
Referencias

Butler, Judith (2011): El género en disputa. pp. 45-56. México: Paidós.

Dir. Puenzo, L. (2007). XXY. Cinéfondation. [cinta cinematográfica]. Recuperado de:

http://www.youtube.com/watch?v=bjXona0uQCw. 

Fausto-Sterling, A. (2006).  Cap. 1 Duelo a los Dualismos. En: Cuerpos sexuados: La política

de género y la construcción de la sexualidad. Barcelona: Melusina. 

Feixa, Carles (2012): De las culturas juveniles al estilo. En: El reloj de arena. Culturas

juveniles en México, México, SEP-Causa Joven (Jóvenes, 4), 1998, pp. 60-73.  

Gil Juárez, Adriana (2009): El consumo como emoción. Rasgos afectivos de la sociedad de

consumo. Documento de trabajo. P05/80042/00919Puenzo. 

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