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«Querido árbol baniano, ¿has visto pasar por aquí al hijo de Mahārāja Nanda, riendo y
tocando Su flauta? Él ha robado nuestros corazones y se ha ido. Si lo has visto, ten la
bondad de informarnos por dónde se ha ido. Querido árbol aśoka, querido árbol de la
flor de nāga y árbol de la flor campaka, ¿han visto ustedes pasar por aquí al hermano
menor de Balarāma? Él ha desaparecido a causa de nuestro orgullo».
Las gopīs miraron entonces el suelo que estaban atravesando, y empezaron a hablarle
a la Tierra: «Querido planeta Tierra, nosotras no sabemos a cuántas penitencias y
austeridades debes haberte sometido para estar viviendo ahora con las huellas del
Señor Kṛṣṇa sobre ti. Tú estás muy alegre; los vellos de tu cuerpo son estos jubilosos
árboles y plantas. El Señor Kṛṣṇa debe haberse complacido mucho contigo; de no ser
así, ¿cómo pudo haberte abrazado en la forma del jabalí Varāha? Cuando tú estabas
sumergida en el agua, Él te salvó, tomando todo el peso de tu ser sobre Sus
colmillos».
Después de dirigirse a innumerables árboles y plantas, ellas voltearon sus caras hacia
los hermosos venados que estaban viéndolas muy complacidamente. «Parece —les
dijeron a los venados— que Kṛṣṇa, quien es el Supremo Nārāyaṇa Mismo, debe de
haber pasado por este lugar junto con Su compañera, Lakṣmī, la diosa de la fortuna.
De lo contrario, ¿cómo es posible que el aroma de Su guirnalda, la cual está untada de
kuṅkuma rojo del pecho de la diosa de la fortuna, pueda percibirse en la brisa que
sopla por aquí? Parece que ellos deben de haber pasado por aquí y tocado los cuerpos
de ustedes, y por eso ustedes se sienten tan agradados y nos miran con simpatía.
¿Tendrían la bondad, por consiguiente, de informarnos por dónde se ha ido Kṛṣṇa?
Después de buscar a Kṛṣṇa aquí y allá, cuando las gopīs se fatigaron, empezaron a
hablar como locas. Únicamente pudieron satisfacerse imitando los diferentes
pasatiempos de Kṛṣṇa. Una de ellas imitó al demonio Pūtanā, y otra imitó a Kṛṣṇa y
chupó de su pecho. Una gopī hizo las veces de una carreta de mano, y otra se acostó
debajo de la carreta y empezó a tirar sus piernas hacia arriba, tocando las ruedas de la
carreta, tal como Kṛṣṇa hizo para matar al demonio Śakaṭāsura.
Así como Kṛṣṇa solía llamar a Sus vacas por sus distintos nombres, así mismo las
gopīs lo imitaron, llamando a las vacas por sus nombres respectivos. Una de las gopīs
empezó a tocar una flauta, y otra la alababa de la misma manera en que los amigos de
Kṛṣṇa lo hacían mientras Él tocaba Su flauta. Una de las gopīs alzó a otra gopī en
hombros, así como Kṛṣṇa solía hacer con sus compañeros. Absorta en pensamientos
acerca de Kṛṣṇa, la gopī que estaba cargando a su amiga empezó a jactarse de que ella
misma era Kṛṣṇa:
«¡Todas ustedes simplemente vean mis movimientos!». Una de las gopīs levantó su
mano con la ropa que la cubría, y dijo: «Ahora no tengan miedo de los torrentes de
lluvia y de los severos huracanes. ¡Yo los salvaré!». De esa manera, ella imitó el
levantamiento de la colina Govardhana. Una gopī puso su pie a la fuerza sobre la
cabeza de otra gopī y dijo: «¡Tú pícaro Kāliya! Yo te castigaré severamente. Debes
abandonar este lugar. ¡Yo he descendido a esta Tierra para castigar a todo tipo de
malhechores!». Otra gopī le dijo a sus amigas: «¡Vean! Las llamas del incendio del
bosque nos van a devorar. Por favor, cierren sus ojos, y yo inmediatamente los salvaré
de este peligro inminente».
De esa manera, todas las gopīs estaban sintiendo locamente la ausencia de Kṛṣṇa.
Ellas les preguntaron por Él a los árboles y a las plantas. En algunos lugares
encontraron las huellas de las marcas de las plantas de Sus pies —a saber, la bandera,
la flor de loto, el tridente, el rayo, etc.—. Después de ver esas huellas, ellas
exclamaron: «¡Oh!, aquí está la impresión de las marcas de las plantas de los pies de
Kṛṣṇa. Todas las marcas, tal como la bandera, la flor de loto, el tridente y el rayo,
están claramente visibles aquí».
Ellas empezaron a seguir las pisadas, y prontamente vieron otro par de huellas al lado
de las primeras, e inmediatamente se apesadumbraron mucho. «Queridas amigas,
¡vean! ¿De quién son estas otras huellas? Están al lado de las pisadas del hijo de
Mahārāja Nanda. Sin duda que es Kṛṣṇa que está pasando por aquí, reposando Su
mano sobre alguna otra gopī, tal como un elefante va al lado de su amada compañera.
Debemos, por consiguiente, comprender que esta gopī en particular le sirvió a Kṛṣṇa
con mayor amor y afecto que nosotras mismas. Debido a esto, aunque nos ha dejado a
nosotras, Él no pudo dejar Su compañía. Él se la ha llevado consigo. Queridas amigas,
imagínense cuán trascendentalmente glorioso es el polvo de este lugar. El polvo de los
pies de loto de Kṛṣṇa lo adoran incluso el Señor Brahmā, el Señor Śiva y la diosa de la
fortuna, Lakṣmī.
Pero al mismo tiempo, sentimos mucho que esta gopī en particular se haya ido con
Kṛṣṇa, porque Ella está compartiendo el néctar de los besos de Kṛṣṇa, y nos deja a un
lado, lamentándonos. ¡Oh, amigas, vean! En este sitio en particular no vemos las
huellas de esa gopī. Parece que debido a que había pasto seco que pinchaba, Kṛṣṇa
tomó a Rādhārāṇī sobre Sus hombros. ¡Oh, Ella le es tan querida! Kṛṣṇa debe de
haber recogido algunas flores en este lugar para satisfacer a Rādhārāṇī, porque aquí,
donde Él se paró en la punta de los pies para tomar las flores de las ramas altas del
árbol, encontramos solamente la mitad de las huellas de Sus pies. Queridas amigas,
vean cómo Kṛṣṇa debe de haberse sentado aquí con Rādhārāṇī y tratado de poner
flores en Su cabello. Ustedes pueden estar seguras que los dos se sentaron juntos aquí.
Kṛṣṇa es autosuficiente; Él no tiene nada que disfrutar de ninguna otra fuente, pero
solamente para satisfacer a Su devota, ha tratado a Rādhārāṇī tal como un muchacho
lujurioso trata a su novia. Kṛṣṇa es tan bondadoso, que siempre tolera los disturbios
creados por Sus novias».
De esa manera, todas las gopīs empezaron a señalar las faltas de la gopī en particular
que Kṛṣṇa se había llevado sola. Ellas empezaron a decir que la gopī principal,
Rādhārāṇī, quien había sido llevada sola por Kṛṣṇa, debía estar muy orgullosa de Su
posición, creyéndose la más grande de las gopīs. «Sin embargo, ¿cómo podría Kṛṣṇa
llevársela sola, dejándonos a todas a un lado, a menos que ella fuera
extraordinariamente capacitada y hermosa? Ella debe de haber llevado a Kṛṣṇa a lo
profundo del bosque, diciéndole entonces:
“Mi querido Kṛṣṇa, Yo ahora estoy muy cansada. No puedo ir más adelante. Por
favor, cárgame a donde Tú gustes”. Al hablarle a Kṛṣṇa de esa manera, Él le debe de
haber dicho a Rādhārāṇī: “Está bien, mejor súbete a Mis hombros”. Pero Kṛṣṇa debe
de haber desaparecido inmediatamente, y ahora Rādhārāṇī debe de estar lamentándose
por Él: “Mi querido amante, lo más querido que tengo, ¡Tú eres tan magnífico y tan
poderoso! ¿Adónde Te has ido? Yo no soy sino Tu sirvienta más obediente. Yo estoy
muy afligida. Por favor, ven y quédate conmigo otra vez”. Kṛṣṇa, no obstante, no
viene a Ella. Él debe de estar mirando desde un lugar distante y disfrutando de la
tristeza de Ella».
Así termina el significado de Bhaktivedanta, del capítulo trigésimo del libro Kṛṣṇa,
titulado: «Kṛṣṇa se esconde de las gopīs».
FUENTE https://vedabase.io/es/library/kb/30/