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(extraído de https://ojulearning.es/author/nuvallejo/)
El papel del alumno ya no se limita a subrayar y memorizar el texto del libro, ahora es
un proceso más complejo que implica procesar la información.
1. Zona de Estudio
El entorno en el que estudiamos condiciona mucho los resultados. Hace un tiempo, José
Luis Coronado de INED21 nos hablaba de la importancia de la familia en el proceso
educativo. Tomando sus propias palabras “la familia es el principal actor respecto a la
educación de todo alumno. Esta afirmación obvia, tiene varias consecuencias. Primera: la
responsabilidad familiar del trabajo escolar en casa. Segunda: la construcción de hábitos,
actitudes y valores que moldeen las competencias de nuestros alumnos, es una
responsabilidad familiar, la escuela complementa esta tarea educativa.”
Por ello, hay que prestar atención a lo que nos rodea cuando hay que estudiar. El espacio
físico contribuye a la concentración y destacamos algunos aspectos importantes para tener
un buen ambiente de estudio:
Familia: Todo estudiante se ve muy influenciado por las personas que le rodean y
conviven diariamente con él. Si desde pequeños vivimos con unos padres que nos aportan
estabilidad, armonía y crean un clima positivo hacia el acto de estudiar, el niño, y
posteriormente el joven, lo integrará como un acto natural y su rendimiento escolar será
mayor.
Centro de estudios: Los compañeros y los profesores también ejercen una enorme
influencia para que los temas a estudiar se muestren interesantes a los ojos del alumno, y esto
puede ayudar en gran medida en el deseo de aprender más.
Ambiente físico: aquí incluiríamos tanto nuestras condiciones físicas (cuando nos
sentimos enfermos no somos capaces de integrar de igual forma cualquier información
nueva) como el lugar de estudio (éste debería ser sereno y a la vez que estimule el deseo de
estudiar).
Este plan de estudio, aconsejamos que esté visible, ya que aunque el estudiante tenga el
calendario en la cabeza, el hecho de organizarlo en papel o en Google Calendar, permite
disminuir la ansiedad de la falta de tiempo y fomenta un análisis de la situación más realista.
Organizar el plan de estudios en Google Calendar permite disminuir la ansiedad de la
falta de tiempo.
3. Método de estudio
El método clásico contempla 5 fases, aunque el estudiante tendrá que ir probando ya que
no a todas las personas les funciona hacerlas todas y agrupan varias:
Lectura rápida para hacerte una idea global de las ideas principales.
Lectura comprensiva y subrayado de las ideas más importantes.
Resumen o esquema. Se trata de resumir lo más destacable con nuestras propias
palabras para así recordarlo más fácilmente. En la mayoría de las ocasiones, la clave es ser
capaz de resumir el contenido al máximo, pero sin dejar fuera ningún dato clave.
Estudio y memorización. Para ello os recomendamos lecturas en voz alta de los
resúmenes. Varias lecturas llevarán a la memorización sin demasiada dificultad. Cuando yo
necesito aprenderme alguna información suelo recurrir a grabar en un audio en el móvil el
resumen y a escucharlo en varias ocasiones.
Repaso con algún adulto o compañeros. El hecho de “contar” lo aprendido ayuda a
interiorizar mejor.
4. Uso de Tecnología
“La tecnología lo inunda todo. También la forma de estudiar, pero hay que saber cómo
utilizarla”. Clic para tuitear
Para empezar debemos planificar las horas de estudio, pues así tendremos un control y
nos podremos organizar mejor el resto de tareas personales. Tener un horario adecuado nos
aportará:
Alivio psicológico.
Evitar malgastar el tiempo y estudiar más de lo necesario.
Permite la concentración.
Ayuda a crear el hábito del estudio.
Permite estudiar lo justo en el tiempo justo.
Estudiar de forma adecuada crea cansancio y existen unas técnicas que ayudan al
descanso del trabajo intelectual y al mismo tiempo favorecen la concentración:
Voluntaria: es aquella que requiere una elección por nuestra parte y por tanto un
esfuerzo evitar la atracción que ejercen otros estímulos hacia nosotros. Este tipo de atención
es indispensable para obtener rendimiento al estudiar.
Ejercitar la voluntad y el interés por el estudio, esto es, estar motivado hacia él.
Pensar a menudo porqué estudias, buscar la utilidad concreta que pueda tener lo que estás
haciendo ahora, volver siempre a la tarea sin nervios ayuda a reforzar la voluntad.
Tratar adecuadamente los asuntos personales, esto puede hacerse de dos modos:
anotarlos y posponer su atención para después del estudio, o bien, si es una cuestión
importante o irritante, darse un tiempo de 15 minutos para pensar en ella y luego volver al
estudio.
Entusiasmarse uno mismo con lo que está haciendo, teniendo en cuenta el poder que
tienen los pensamientos, de modo que éstos deben ser positivos respecto a la tarea para que
podamos sentirnos a gusto.
Procurar mantenerse físicamente en forma y sin tensiones a la hora de estudiar.
Hacer ejercicios específicos para mejorar la atención. Por ejemplo: Contar todas las
“a” de una página de un libro teniendo en cuenta el tiempo que tardas en hacerlo. Observar
un objeto cualquiera durante un minuto intentando recordarlo en el mínimo detalle.
Dibujarlo sin el modelo intentando buscar la exactitud de los detalles.
5. Organizar tu material
Antes de comenzar con el estudio diario, verifica contar con todo lo que necesitas,
debido a que salir de la habitación por una regla, un sacapuntas o un diccionario puede
perturbar notoriamente tu concentración.
6. Prueba distintas técnicas
Memorizar las lecciones, realizar esquemas, hacer resúmenes o estudiar mediante
técnicas interactivas, puede ser tu salvación. Averigua cuál es la mejor para ti y aplica esta
técnica de inmediato. Por ejemplo:
Asocia ideas. Una de las técnicas más empleadas por los estudiantes consiste en asociar
ideas y crear historias absurdas que les permitan recordarlas en orden.
Subraya el material. Aunque parezca una técnica sencilla y sumamente utilizada, sino
sabes identificar los conceptos más importantes, nunca te será muy útil. Tomate algunos
minutos para determinar qué cosas no puedes dejar de saber sobre el texto.
Has mapas mentales. Los mapas mentales no solo te permitirán fijar y organizar tus
ideas, sino también ahorrarte muchas horas de estudio.
Realiza lluvias de ideas. La lluvia de ideas, también conocida como brainstorming
consiste en juntarse con un grupo de estudio y que cada uno haga un aporte sobre un tema
determinado. De esta manera, se pueden tomar en consideración distintas ideas y
perspectivas, y además resolver dudas.
Completa ejercicios prácticos. Una vez que hayas estudiado los conceptos teóricos,
resulta fundamental que realices ejercicios prácticos. De este modo, no solo practicas, sino
también fijas los conceptos ya adquiridos.
Practica sobre exámenes. Realizar exámenes anteriores sobre una asignatura permite
conocer el tipo de preguntas y el formato de la evaluación. Por eso, es clave que destines
algunos días para evaluarte e identificar qué áreas debes pulir.
Inventa canciones. Aunque pueda llegar a suponer verse ridículo, inventar canciones
con conceptos teóricos puede ser una muy buena estrategia. Esto te permitirá fijar conceptos
más rápido y por más tiempo.
Graba tu voz. Otra estrategia consiste en grabarte diciendo la lección en voz alta y
escucharte mientras realizas otras tareas. De esta manera, estás siempre en contacto con la
asignatura.
7. Incorpora música instrumental
Si el silencio te incomoda, prueba incluir música en tu estudio. Procura que este
elemento no se convierta en un factor perturbador. Organiza una playlist de música
instrumental y acompaña tu jornada académica con canciones inspiradoras.
8. Estudia en grupo
Cuando un concepto no nos queda del todo claro, estudiar en grupo puede ser la
salvación. Recuerda que dos cerebros piensan mejor que uno, por lo que aprender junto a un
compañero puede ser vital para evacuar dudas y lograr un aprendizaje más profundo.
9. Ponte en el lugar del docente
¿A qué le dieron más énfasis durante el curso? ¿Cuáles fueron los tópicos más largos?
Formúlate estas preguntas y analiza cuáles son las posibles preguntas que pueden aparecer
en el examen. De este modo, verás que hay 4 o 5 temas claves que debes manejar para
aprobar la asignatura.
10. Alimenta tu cerebro
Puedes estudiar largas horas, pero si no tienes tus necesidades básicas cubiertas, no
servirá de nada. Estar bien alimentado e hidratado es clave para que los conceptos queden
fijos en tu mente.
Los recursos para aumentar nuestro rendimiento parecen no tener fin, es cosa de
aprovecharlos y lograr las sinergias que pueden elevar nuestro potencial a un nivel superior,
en el que podrás competir con los más capaces, simplemente porque serás uno de ellos.
En primer lugar hay que considerar que la luz es energía, y por lo tanto nos afecta no sólo en
el terreno psicológico sino incluso en el fisiológico.
Los diferentes colores tienen una longitud de onda particular, y por lo tanto cada color tiene
un efecto distinto, así como la combinación de los colores.
Así los de longitud de onda mayor como los amarillos, naranjas, rojos llamados colores
cálidos, tienen un efecto activador, motivando las expresiones físicas, de movimiento, y su
exceso suele poner inquietas a las personas, dispersa el pensamiento.
Estos colores son apropiados en ambientes o contextos muy fríos, de clima invernal, cuando
la luz natural es apagada y gris, ya que los colores cálidos promoverán un mayor nivel de
actividad cuando la tendencia por la estación, es a la inmovilidad y depresión.
Los colores cálidos despiertan la creatividad, mejoran el estado de ánimo, te hace más
proactivo y propositivo, pero su exceso disminuye la productividad intelectual por la pérdida
de concentración.
En el otro extremo están los colores conocidos como fríos, el azul, el violeta, que favorecen la
serenidad, la concentración, el aprendizaje, la memoria, pero que cuyo abuso puede llegar a
aburrir y lograr el efecto contrario al deseado.
El verde, en un color fresco, mezcla del amarillo no muy cálido con el frío azul, favorece la
tranquilidad, la paz interior, el equilibrio.
Los colores tierra dan sensación de seguridad.
Este hallazgo científico confirma los resultados empíricos de la Cromoterapia, una técnica de
medicina alternativa que ha dado excelentes resultados al tratar muchas patologías, entre ellas
la depresión, la irritabilidad, el dolor entre otras.
Rojo: Emociones fuertes, útil para preparar el ánimo para las competiciones.
Blanco: Con sus diversas tonalidades, es la combinación de todos los colores, es un buen
color de contexto, en el cual se incluyan colores especiales para fines específicos: Aumentar
la concentración, o el trabajo en equipo, o la memoria, o la creatividad, etc.
Por ejemplo, el clima es también un factor a tomar en cuenta, por ejemplo, en verano, buscar
la presencia notoria de colores fríos que nos refresquen psicológicamente y nos ayuden a
concentrarnos, y en invierno colores cálidos que nos ayuden a despertar la mente.
Prueba poniendo objetos de ciertos colores en la habitación que estudias o porqué no en el
aula, o quizás pintando paneles que puedas poner y quitar a voluntad, ya sea estudies sólo o
en grupo, si se trata de materias relacionadas con el arte y la creatividad, o si se trata de
materias donde debe predominar la lógica. Si no experimentas, es porque te falta desarrollar la
actitud creativa, fundamental para enfrentar un mundo donde la innovación y el cambio es el
estado natural.