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Dietantes y anoréxicas: una delimitación necesaria.

Una cosa es hablar de trastornos de la conducta alimentaria, dietantes o anorexias blandas.


Y otra diferente es hablar de anorexia (vera) -> trastornos que implican un agujero en el cuerpo, una
inscripción pictogramatica de rechazo: en la superficie continua del cuerpo algo ha sido inscripto en su
negatividad. Existencia de una desligadura que trae como consec el desmantelamiento de una zona erógena.
El agujero es y constituye o bien una pérdida de zona o bien una pérdida de la actividad ligada a ella y por
consiguiente una pérdida de cuerpo.
Mientras que la anorexia vera se deriva de lo que Nasio ha denominado formaciones del objeto a, las
problemáticas no anoréxicas de la modalidad alimentaria son derivaciones de las formaciones del icc.
Mientras que la anorexia vera, aquella que llevo a la muerte, es una afección tan poco frecuente,
debemos diferenciarla de otros problemas ligados al no comer. Para estos últimos derivados de formaciones
sintomáticas, relacionado con un síntoma, se las pone en la categoría de lo sintomatico. Utilizare la
denominación “problemáticas en la modalidad alimentarias”.
Rodulfo M se referirá a estas últimas en el tiempo de la pubertad y adolescencia femenina.

Del amor identificatorio y el deseo de reconocimiento.


F-> la id es el modo principal en que el niño pequeño puede reconocer la subj de otra persona, const el primer
lazo emocional con un obj
Benjamin, donde nos apoyaremos-> la noción de género encarna la diferencia genital, pero no está motivada
en ella.
El desarrollo de la id de genero hace más justicia a las complejidades de la problemática en juego al involucrar
en ella las vicisitudes narcisistas de la separación-individuación.
En el momento de mayor conflicto de separación es donde emerge una representación del padre que es
significativa tanto para las niñas y niños. Ambos necesitan ser reconocidos por el padre como sujetos
deseantes, es decir, como verdaderas alteridades.
La madre Rta los cuidados para la niña/o, y el padre Rta el mundo exterior. El padre se trasforma en una pieza
fundamental en esta nueva etapa del proceso de separación-individuación.
El amor de identificación es el contexto en que acontecen para los humanos la separación y la identificación
de género.
Este proceso de idcion homoerótico está al servicio en la niña de establecer su idad femenina.

¿Qué pasa si fracasa la nec reciprocidad de su cumplimiento?


Los padres suelen responder con más énfasis a las nec de reconocimiento identificatorio de sus hijos varones
que a las de sus hijas. El efecto de esta desigualdad es que la identificación con el padre no tiene un lugar
propio diferenciado y jerarquizado en el desarrollo narcisistico de la niña
Benjamin-> la niña desea ser reconocida por su padre porque esta luchado por subjetivarse-autonomizarse y
esta búsqueda se realiza a través de la identificación: afirmarse a sí misma, reconociendo su propio deseo.
Además el padre es elegido por esta porque representa otro diferente a la madre, en quien reconocer su
propia alteridad.
Cuando no encuentra disponible al padre en la posición de idse con ella, esta no disponibilidad obstaculiza su
propia idcion y a partir de allí se suceden diversos destinos psicopatológicos.
Se ha reducido el interés temprano de las niñas por el padre a un amor edípico heterosexual, mientras que lo
que prima es un deseo de semejanza, un deseo homoerotico.
La falta de reconocimiento y la negación del lazo identificatorio daña el sentido de ser un sujeto sexuado y
conduce a la mujer a buscar ese deseo de reconocimiento a través de modalidades alternativas más o menos
patológicas.

Pubertad y deseo de reconocimiento.


Según gutton, la metamorfosis puberales se desarrollan bajo el signo de la exterioridad. Las trasformaciones
del cuerpo son percibidas con extrañeza y asombro
Uno de los destinos patológicos lo constituye la neutralización de la erogeneidad genital del cuerpo. Y en los
casos de las problemáticas de la modalidad alimentaria esta neutralización llega al ataque biológico donde el
cuerpo entero se hace víctima. Contrainvestir el cuerpo erógeno conduce a la construcción de un
contracuerpo o cuerpo estético. Y este desplazamiento sobre otras zonas constituye una defensa privilegiada
en la pubertad.
Estas prácticas ponen de manifiesto el fracaso de una identificación, entrañando una dimensión identificante.
Todo esto se ensambla con el imaginario social que promueve al cuerpo como objeto de culto, y se despoja al
cuerpo de su alteridad. Allí funcionan las imágenes tv convirtiendo en cuerpos muñecas. El cuerpo queda
apresado en los procedimientos de una estética-dietética racionalizada por un discurso de lo saludable.

A diferencia del deseo de reconocimiento, que se pone en juego en el amor identificatorio, que es sobre todo
deseo de alteridad, este segundo reconocimiento por aproximación a un ideal despótico conduce al sacrificio
de dicha alteridad: hay un punto en que todas las muñecas son iguales entre sí.
La preminencia en mujeres en los trastornos de la modalidad alimentaria en la pubertad y adolescencia está
ligada al impacto que la generalización produce sobre la subjetividad, que desencadena una regresión por
mala resolución en el momento narcisista del amor identificatorio en la relación homoerotica con el padre.
La búsqueda de la identidad es una pieza no negociable y contiene facetas caracteriales e imágenes
corporales. Esta búsqueda de la identidad se da solo a partir del reconocimiento del otro y por trámites de
idcion que siguen las vías de facilitación que ofrecen los dispositivos sociales, modelos publicitarias.
La búsqueda del ideal se objetiviza a través de la búsqueda del cuerpo-ideal, que se const en soporte del ideal
del yo. Al alcanzar un ideal respondería a un estereotipo una uniformidad una pérdida de identidad.

Sin embargo, estala alienación en la imagen ideal debe entender es como una tentativa de curación de la
púber o adolescente, pues realizaría el intento de ser reconocida por el otro.
Se alcanza el ideal a riesgo de perder la identidad en tanto diferencial, pero por idcion, se puede obtener el
reconocimiento del otro.
Renunciar al ideal podría exponer a la joven a la pérdida de este reconocimiento y de esta manera puede
correr el riesgo de un derrumbe narcisista.
La falta de reconocimiento por parte del padre desemboca en la negación del lazo idetificatorio y daña el
sentido de ser una subjetividad afirmada en su diferencia: su ser de niña. En cambio, esta búsqueda de
reconocimiento parecería centrarse en la pubertad, vía identificación en este cuerpo-idealizado: las modelos.
El contagio identificatorio (garantía de reconocimiento) hace que todas hagan dietas, vayan al gim.
Todas se reconocen en este cuerpo sin cuerpo: estético-dietético que es consecuencia del fracaso del amor
identificatorio y lleva al borramiento de la diferencia de los sexos como derivación psicopatológica.

(en la salida del narcisismo es muy imp. la fig. del padre como aquel que promueva esa salida.
La niña busca id homoeroticamente es de un ser h a otro, que lo reconozca como ser deseante que el padre
reconozca a la niña como diferente, como ser femenino, como activa en el deseo. Padre como otro que la
reconoce en ella como ser deseante y la ayuda a la salida del narcisismo
Habría una falta del reconocimiento del padre. Sale pero no con el reconocimiento como ser deseante. La
mujer regresa y busca un reconocimiento patológico en los ideales que proponen la cultura. Se produce una id
histérica)

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