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La producción de las ideas y representaciones de la conciencia aparece al principio

directamente entrelazada con la actividad material y el comercio material de los


hombres, como el lenguaje de la vida real. Las representaciones, los pensamientos,
el comercio espiritual de los hombres se presentan todavía, aquí, como emanación
directa de su comportamiento material. Y lo mismo ocurre con la producción espiritual,
tal y como se manifiesta en el lenguaje de la política, de las leyes, de la moral,
de la religión, de la metafísica, etc., de un pueblo.

Marx y Engels en La ideología alemana equiparan la conciencia práctica, la conciencia real, del
individuo al lenguaje, que “existe también para los otros hombres y que, por tanto, comienza a
existir también para mí mismo; y el lenguaje nace, como la conciencia, de la necesidad, de los
apremios del intercambio con los demás hombres.” (pág. 25). En esta etapa temprana, la
producción de representaciones e ideas de la conciencia del individuo aparece directamente
entrelazada a su actividad material y como resultado del intercambio con otros hombres.

La conciencia es la capacidad que puede desarrollar el ser humano de reconocer la historicidad


de sus condiciones materiales de existencia en las que se desenvuelve su proceso de vida, en
otras palabras, entenderlas como creación constante de las relaciones sociales entre los
individuos de una sociedad, que tiene un determinado modo de producción también
determinado históricamente por el desarrollo de la división del trabajo. Los cambios físicos y
sociales que conlleva el desarrollo histórico también cambian la conciencia y sus productos.

“Los individuos que forman la clase dominante tienen también, entre otras cosas, la conciencia
de ello y piensan a tono con ello” (pág.35), de tal manera que tienden a perpetuar las relaciones
sociales existentes para continuar en su posición dominante, mientras que a un individuo
comunista no sólo le importa conocer este hecho existente, sino también derrocarlo, pues
considera necesaria una revolución radical, al contemplar la posición en que se halla colocada la
clase dominada.

Esta conciencia social (de clase) del individuo se opone a la noción de autoconciencia, concepto
clave para la ideología alemana, “que se le antoja independiente de sus relaciones sociales y
enfrentada a ellas, y, en vez de la producción real, la actividad sustantivada de esta
autoconciencia” (pág.77) y que está en estrecha relación con la enajenación de él mismo.

(Véase individuo, proceso de vida, división del trabajo, enajenación.)

Iniciando el tercer apartado (pág.166) , Lukács dice que "El proletariado comparte, pues, con la
burguesía la cosificación de todas las manifestaciones de la vida" y un poco más arriba afirma
que "sus formas de existencia (...) son de tal naturaleza que la cosificación tiene que mostrarse
precisamente en ellas del modo más cargado y penetrante, produciendo la deshumanización
más completa". De este modo, parece como si la cosificación de la consciencia, más que una
restricción, fuera un momento necesario -una condición- en el proceso histórico para que pueda
surgir la conciencia del proletariado. Me parece que este surgimiento de una consciencia real
del proletariado está relacionado también con que la consciencia "individual" o cosificada se
encuentra ella misma impotente ante su realidad objetiva inmediata, y por este motivo tiende a
rebasar esta inmediatez de su existencia mediante la constitución de una consciencia de clase
esencialmente práctica que pueda y tenga la necesidad de transformar esta realidad.

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