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Base y superestructura
Cualquier aproximación moderna a una teoría crítica marxista de la cultura debe
comenzar por considerar la proposición de una base determinante y una
superestructura determinada. Comenzar a partir de la proposición de que el ser social
determina la conciencia. El conjunto de estas relaciones de producción forma la
estructura económica de la sociedad, la base real sobre la que se levanta la
superestructura jurídica y política y a la que corresponden determinadas formas de
conciencia social. Condiciona el proceso de la vida social, política y espiritual, en
general. El ser social es lo que determina su conciencia. Al llegar a una fase
determinada de las fuerzas productivas materiales de la sociedad entran en
contradicción con las relaciones de producción existentes. Al cambiar la base
económica se transforma la superestructura, cuando se estudian esas
transformaciones hay que distinguir siempre entre los cambios materiales ocurridos en
las condiciones económicas de producción.
Este es el punto de partida para cualquier teoría cultural. Forma parte de una
exposición del método del materialismo histórico para la comprensión de las
relaciones legales y las formas del Estado. Hay formas definidas de conciencia social. La
transformación de la superestructura en la revolución social, que comienza a partir de
la alteración del vínculo entre las relaciones de producción y las fuerzas productivas,
“los hombres toman conciencia de este conflicto y luchan por resolverlo” mediante
“formas ideológicas”, las formas religiosas estéticas o filosóficas.
La superestructura es aquí toda la “ideología” de la clase: su forma de conciencia, sus
modos constitutivos de comprenderse a sí misma en el mundo. La emergencia de tres
sentidos de “superestructura”:
a. Las formas legales y políticas que expresan relaciones de producción realmente
existentes.
b. Las formas de conciencia que expresan una particular visión de clase del mundo
c. Un proceso en el cual, respecto de toda una serie de actividades, los hombres toman
conciencia de un conflicto económico fundamental y luchan por resolverlo.
Hegemonía
Hegemonía, es la dirección política o dominación en las relaciones sociales entre
Estados. El marxismo extendió la definición de gobierno o dominación a las relaciones
entre las clases sociales y especialmente a las definiciones de una clase dirigente. La
hegemonía de Antonio Gramsci.
El “dominio” se expresa en formas directamente políticas y por medio de la coerción
directa o efectiva. La Hegemonía o las fuerzas sociales y culturas activas que
constituyen sus elementos necesarios, los efectos que producen sobre la teoría
cultural son inmediatos. “cultura” es considerado como un “proceso social total” en el
que los hombres definen y configuran sus vidas y el de las “ideología”, en el que un
sistema de significados y valores constituyen la expresión o proyecciones de un
particular interés de clase. Este concepto de Hegemonía tiene un alcance mayor que el
concepto de “cultura”, por su instancia de relacione el “proceso social total” con las
distribuciones específicas del poder y la influencia. La totalidad del proceso donde el
concepto de Hegemonia va más allá del concepto de “Ideología”.
La ideología constituye un sistema de significados, valores y creencias, como una
concepción universal o una “perspectiva de clase”. Existe una tendencia
correspondiente en el análisis del arte que propende a buscar solamente expresiones
semejantes, plenamente sistemáticas y articuladas, de esta ideológicas en el contenido
(base-superestructura) o en la forma (homológica) de las obras reales. La tendencia es
a considerar los trabajos como variantes de la decisiva ideología abstraída. Una
ideología es aplicada de modos abstractos, una clase dominante “tiene” esta ideología
bajo formas simples y relativamente otras. Una clase subordinada, no tiene esta
ideología como su conciencia.
Hegemonía en la práctica, comprende las relaciones de dominación y subordinación,
bajo sus formas de conciencia práctica, como una saturación efectiva del proceso de la
vida en su totalidad. La Hegemonia no es solamente el nivel superior articulado de la
“ideología”, ni sus formas de control consideradas habitualmente como “manipulación
o adoctrinamiento”.
En la Hegemonía hay dos ventajas inmediatas. La primera es que sus formas de
dominación y subordinación se corresponden más estrechamente con los procesos
normales de la organización y el control social en las sociedades desarrolladas. En
segundo término, existe un modo diferente de comprender la actividad cultural, como
tradición y como práctica. El trabajo cultural y la actividad no son ahora, una
superestructura: porque la tradición y la práctica cultural son comprendidas como algo
más que expresiones superestructurales de una estructura social y económica
configurada. Las personas se ven a sí mismas y los unos a los otros en relaciones
personales; comprenden el mundo natural y a sí mismos en él; utilizan sus recursos
físicos y materiales en relación con lo que un tipo de sociedad explicita como “ocio”,
“entretenimiento” y “arte”: todas estas activas experiencias y prácticas, que integran
una gran parte de la realidad de una cultura y de su producción cultural, pueden ser
comprendidas tal como son sin ser reducidas a otras categorías de contenido y sin la
característica tensión necesaria para encuadrarlas dentro de otras relaciones políticas
y económicas determinadamente manifiestas.
Existe la dificultad, de que la dominación y la subordinación, como descripciones
efectivas de la formación cultural, sean refutadas por muchos; el lenguaje alternativo
de la configuración cooperativa, de la contribución común que expresaba el concepto
tradicional de cultura ha considerado preferible.
La hegemonía puede ser vista como más uniforme, más estática y más abstracta de lo
que realmente puede ser en la práctica. Una Hegemonia dada es siempre un proceso.
Es un complejo efectivo de experiencias, relaciones y actividades que tiene límites
presiones específicas y cambiantes. En la práctica Hegemonía jamás puede ser
individual.
Estructura de sentimiento
La cultura y la sociedad son expresadas habitualmente en tiempo pasado. Las
relaciones, las instituciones y las formaciones en que nos hallamos involucrados son
convertidas en procedimientos, en totalidades formadas en procesos formadores y
formativos. El análisis está centrado en las relaciones existentes que, en la actualidad,
que existen las formas explícitamente fijadas, la separación existente entre lo social y
lo personal, que constituye una modalidad cultural tan poderosa y determinante.
La producción del arte, es siempre un proceso formativo dentro de un presente
específico, en diferentes momentos de la historia y de modos significativamente
distintos, la realidad e incluso la primacía de tales presencias y tales procesos, ese tipo
de actualidades, y reivindicados.
El poder innegable de los dos grandes sistemas ideológicos - sistema estético y
psicológico- es derivado de estas acepciones de instancia y de proceso, donde la
experiencia, el sentimiento de instancia y de proceso, donde la experiencia, el
sentimiento inmediato y la luego la subjetividad la personalidad resultan nuevamente
generalizados y enlazados. En oposición estas formas personales, los sistemas
ideológicos de la generalidad social fija, de los productos categóricos, de las
formaciones absolutas de los productos categóricos, de las formaciones absolutas,
resultan ineficaces dentro de su dimensión específica.
Las formas sociales son admitidas a menudo como generalidades, de toda posible
relevancia en relación con esta verdadera significación del arte. Estas formas son más
reconocibles cuando son articuladas y explícitas. La conciencia práctica es casi siempre
diferente de la conciencia oficial, la conciencia práctica es lo que se está viviendo, y no
solo lo que se piensa que se está viviendo. La alternativa real en relación con las
formas fijas producidas y recibidas no es el silencio.
Es un tipo de sentimiento y pensamiento efectivamente social y material, aunque cada
uno de ellos es una fase embrionaria antes de convertirse en un intercambio articulado
y definido.