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Ideología

El concepto de ideología es importante, forma parte del pensamiento marxista sobre la


cultura y especialmente sobre la literatura y las ideas, esto consiste en que debemos
distinguir tres versiones usuales del concepto que son:

a. Un sistema de creencias característico de un grupo o una clase particular.


b. Un sistema de creencias ilusorias- falsas ideas o falsa conciencia- que puede ser
contrastado con el conocimiento verdadero o científico
c. El proceso general de la producción de significados e ideas.
Es una variante del marxismo, a y b pueden ser combinadas. Es una sociedad de clases,
todas las creencias están fundadas en la posición de clase, y los sistemas de creencias
de todas las clases son entonces en parte o totalmente falsas (ilusorias).
Ideología constituye un término filosófico para la “ciencia de las ideas”. Su utilización
dependía de una comprensión particular de la naturaleza de las “ideas”. Por ende, las
ideas no habían de ser comprendidas dentro de ninguna de las antiguas acepciones
“metafísicas” o “idealistas”. Los verdaderos elementos de la ideología son “nuestras
facultades intelectuales, sus principales fenómenos y sus circunstancias más
evidentes”.
Para Bonald: “La ideología ha reemplazado a la metafísica porque la filosofía moderna
no ve en el mundo otras ideas que las de los hombres”.
La ideología se convirtió en un apodo polémico para los tipos de pensamientos que
negaban o ignoraban el proceso social material del que siempre formaba parte de la
“conciencia”. Esta conciencia nunca puede ser otra cosa que la existencia consciente, y
la existencia de los hombres en su real proceso de vida.
La ideología debería estar privada de su “aspecto de independencia” es razonable. Ese
lenguaje de “reflejos”, “fantasmas” es simplista. Pertenece al dualismo ingenuo del
“materialismo mecanicista” en el que la separación idealista de “ideas” y “realidades
materiales” ha sido repetida. La conciencia es tomada desde un comienzo como parte
del proceso humano social material y sus productos como “ideas”, parte de este
proceso en el que aparecen como productos materiales en sí mismos. Los usos de
“conciencia” y “filosofía” dependen del argumento central acerca de la futilidad de la
conciencia y el pensamiento al ser considerados separados del proceso social material.
Son separadas, a su turno, del “conocimiento verdadero” de los procesos prácticos.
Esta
versión del marxismo examina que “pensar” e “imaginar” son procesos sociales y que
se convierten en accesibles solo por medios indiscutiblemente físicos y materiales: las
voces, los sonidos producidos por instrumentos, manuscritos o impresos. El “proceso
práctico” del “desarrollo de los hombres” necesariamente los incluye desde un
comienzo, más que los medios técnicos para algún “pensar” y un “imaginar”
separados.
¿Qué puede afirmarse que sea la “ideología” a partir de esta forma negativa recibida?
Estos procesos, asumen formas variables, y que algunas de estas formas son ideología
mientras que otras no lo son.

Base y superestructura
Cualquier aproximación moderna a una teoría crítica marxista de la cultura debe
comenzar por considerar la proposición de una base determinante y una
superestructura determinada. Comenzar a partir de la proposición de que el ser social
determina la conciencia. El conjunto de estas relaciones de producción forma la
estructura económica de la sociedad, la base real sobre la que se levanta la
superestructura jurídica y política y a la que corresponden determinadas formas de
conciencia social. Condiciona el proceso de la vida social, política y espiritual, en
general. El ser social es lo que determina su conciencia. Al llegar a una fase
determinada de las fuerzas productivas materiales de la sociedad entran en
contradicción con las relaciones de producción existentes. Al cambiar la base
económica se transforma la superestructura, cuando se estudian esas
transformaciones hay que distinguir siempre entre los cambios materiales ocurridos en
las condiciones económicas de producción.
Este es el punto de partida para cualquier teoría cultural. Forma parte de una
exposición del método del materialismo histórico para la comprensión de las
relaciones legales y las formas del Estado. Hay formas definidas de conciencia social. La
transformación de la superestructura en la revolución social, que comienza a partir de
la alteración del vínculo entre las relaciones de producción y las fuerzas productivas,
“los hombres toman conciencia de este conflicto y luchan por resolverlo” mediante
“formas ideológicas”, las formas religiosas estéticas o filosóficas.
La superestructura es aquí toda la “ideología” de la clase: su forma de conciencia, sus
modos constitutivos de comprenderse a sí misma en el mundo. La emergencia de tres
sentidos de “superestructura”:
a. Las formas legales y políticas que expresan relaciones de producción realmente
existentes.
b. Las formas de conciencia que expresan una particular visión de clase del mundo
c. Un proceso en el cual, respecto de toda una serie de actividades, los hombres toman
conciencia de un conflicto económico fundamental y luchan por resolverlo.

Estos tres sentidos, dirigen nuestra atención hacia


a. las instituciones
b. las formas de conciencia
c. las prácticas políticas y culturales.
Estas áreas están relacionadas. La distinción entre analizar “las condiciones
económicas de la producción, que pueden ser determinadas con la precisión de una
ciencia natural” y el análisis de las “formas ideológicas”, para las que los métodos
fueron evidentemente menos precisos. El arte es conocido que algunas de sus cimas
no se corresponden en absoluto con el desarrollo general de la sociedad y por lo otro,
se corresponden con la subestructura material, con el esqueleto de su organización.
Constituye un característico reconocimiento práctico de la complejidad de las
verdaderas relaciones. Engels, argumentaba, la “base económica” de una lucha política
puede verse embotada en la conciencia o enteramente perdida de vista. Aún las
ideologías más elevadas, aquellas que se separan más de las bases económicas,
materiales, toman la forma de la filosofía y la religión. Incluye el reconocimiento de los
modos en que algunas conexiones se pierden para la conciencia, la primera fase del
reconocimiento de las complejidades prácticas acentuaba aquellas que realmente son
relaciones cuantitativas. Reconocer lo que puede ser “alteraciones “de relaciones que
de otro modo serían regulares. La síntesis clásica de la “relación existente entre la base
y la superestructura” es la distinción de Plejanov de “cincos elementos consecutivos:

1. El estado de las fuerzas productivas


2. Las condiciones económicas
3. El régimen socio-político
4. la psiquis del hombre social
5. las numerosas ideologías que reflejan las propiedades de esta psiquis.

Las categorías analíticas, como aparecen a menudo en el pensamiento idealista, se han


convertido casi desapercibidamente, en descripciones sustantivas que asumen
habitualmente una prioridad sobre todo el proceso social, pensar en la base y en la
superestructura como si fueran entidades concretas separables.
La base considerada como un objeto, se atribuyen a la base propiedades muy
generales, es la verdadera existencia social del hombre. Conforma las verdades
relaciones de producción que corresponde a un estadio del desarrollo de las fuerzas
productivas materiales. Es un modo de producción en un estudio particular de su
desarrollo. En la práctica son diferentes. Marx estableció una proposición contra la
reducción de la base a categoría: A fin de estudiar la conexión entre la producción
intelectual y la producción material es sencilla, sobre todo, comprenderla como última
instancia en su forma histórica determinada y no como una categoría general.
Existe una continua posibilidad de variación dinámica de estas fuerzas. Las
“variaciones” de la superestructura podrían deducirse a partir de éste único factor, que
no afirma que las implicaciones “objetivas” de la base reducen todas las variaciones de
esta índole a la calidad de consecuencias secundarias. La base es habitual referir las
variaciones es en sí misma un proceso dinámico e internamente contradictorio, es que
podemos liberarnos de la noción de un “área” o una “categoría” con ciertas
propiedades fijas.

Hegemonía
Hegemonía, es la dirección política o dominación en las relaciones sociales entre
Estados. El marxismo extendió la definición de gobierno o dominación a las relaciones
entre las clases sociales y especialmente a las definiciones de una clase dirigente. La
hegemonía de Antonio Gramsci.
El “dominio” se expresa en formas directamente políticas y por medio de la coerción
directa o efectiva. La Hegemonía o las fuerzas sociales y culturas activas que
constituyen sus elementos necesarios, los efectos que producen sobre la teoría
cultural son inmediatos. “cultura” es considerado como un “proceso social total” en el
que los hombres definen y configuran sus vidas y el de las “ideología”, en el que un
sistema de significados y valores constituyen la expresión o proyecciones de un
particular interés de clase. Este concepto de Hegemonía tiene un alcance mayor que el
concepto de “cultura”, por su instancia de relacione el “proceso social total” con las
distribuciones específicas del poder y la influencia. La totalidad del proceso donde el
concepto de Hegemonia va más allá del concepto de “Ideología”.
La ideología constituye un sistema de significados, valores y creencias, como una
concepción universal o una “perspectiva de clase”. Existe una tendencia
correspondiente en el análisis del arte que propende a buscar solamente expresiones
semejantes, plenamente sistemáticas y articuladas, de esta ideológicas en el contenido
(base-superestructura) o en la forma (homológica) de las obras reales. La tendencia es
a considerar los trabajos como variantes de la decisiva ideología abstraída. Una
ideología es aplicada de modos abstractos, una clase dominante “tiene” esta ideología
bajo formas simples y relativamente otras. Una clase subordinada, no tiene esta
ideología como su conciencia.
Hegemonía en la práctica, comprende las relaciones de dominación y subordinación,
bajo sus formas de conciencia práctica, como una saturación efectiva del proceso de la
vida en su totalidad. La Hegemonia no es solamente el nivel superior articulado de la
“ideología”, ni sus formas de control consideradas habitualmente como “manipulación
o adoctrinamiento”.
En la Hegemonía hay dos ventajas inmediatas. La primera es que sus formas de
dominación y subordinación se corresponden más estrechamente con los procesos
normales de la organización y el control social en las sociedades desarrolladas. En
segundo término, existe un modo diferente de comprender la actividad cultural, como
tradición y como práctica. El trabajo cultural y la actividad no son ahora, una
superestructura: porque la tradición y la práctica cultural son comprendidas como algo
más que expresiones superestructurales de una estructura social y económica
configurada. Las personas se ven a sí mismas y los unos a los otros en relaciones
personales; comprenden el mundo natural y a sí mismos en él; utilizan sus recursos
físicos y materiales en relación con lo que un tipo de sociedad explicita como “ocio”,
“entretenimiento” y “arte”: todas estas activas experiencias y prácticas, que integran
una gran parte de la realidad de una cultura y de su producción cultural, pueden ser
comprendidas tal como son sin ser reducidas a otras categorías de contenido y sin la
característica tensión necesaria para encuadrarlas dentro de otras relaciones políticas
y económicas determinadamente manifiestas.
Existe la dificultad, de que la dominación y la subordinación, como descripciones
efectivas de la formación cultural, sean refutadas por muchos; el lenguaje alternativo
de la configuración cooperativa, de la contribución común que expresaba el concepto
tradicional de cultura ha considerado preferible.
La hegemonía puede ser vista como más uniforme, más estática y más abstracta de lo
que realmente puede ser en la práctica. Una Hegemonia dada es siempre un proceso.
Es un complejo efectivo de experiencias, relaciones y actividades que tiene límites
presiones específicas y cambiantes. En la práctica Hegemonía jamás puede ser
individual.

Tradiciones, instituciones y formaciones


Distinguir tres aspectos dentro de cualquier proceso cultural; tradiciones, instituciones
y formaciones. La tradición ha rechazado el pensamiento cultural marxista. Es
considerado un factor secundario que puede modificar otros procesos históricos más
decisivos. Es considerada como una estructura social; una tradición selectiva: es una
versión selectiva de un pasado configurativo de un presente preconfigurado, resulta
poderosamente operativo en el proceso de definición e identificación cultural y social.
Toda tradición constituye un aspecto de la organización social y cultural
contemporánea del interés de la dominación de una clase específica. En la práctica, lo
que la tradición ofrece es un sentido de predispuesta continuidad.
Los hábitos tradicionales, se hallan aislados mediante algún desarrollo hegemónico
corriente. Una gran parte de la actitud pública ante esta tradición tiene lugar entre
representantes de estas dos posiciones. Es un proceso muy poderoso, se halla ligado a
una serie de continuidades prácticas- familiares, lugares, instituciones, un idioma- que
son experimentadas. Sus inclusiones y exclusiones prácticas son alentadas o
desalentadas y con frecuencia que la deliberada selección se produce con el objeto de
verificarse a sí misma en la práctica. Esta lucha por y contra las tradiciones selectivas
constituye comprensiblemente una parte fundamental de toda la actividad cultural
contemporánea. La relación entre las instituciones culturales, políticas y económicas
son en sí mismas muy complejos, y la esencia de estas relaciones constituye un sentido
amplio.
Las instituciones formales, tiene una influencia sobre el proceso social activo. Es
abstraído como “socialización”, el proceso universal abstracto del que puede decirse
que depende de todos los seres humanos, es un medio de evitar o esconder este
contenido y esta intención específicos. En una familia se cuida a los niños y se les
enseña a cuidar de sí mismos. La educación transmite las habilidades y el conocimiento
necesario, a través de una selección particular de la totalidad de la esfera de lo útil. En
las sociedades modernas debemos agregar los principales sistemas de
comunicaciones. No puede suponer que a la suma de todas estas instituciones
constituye una H orgánica.

Estructura de sentimiento
La cultura y la sociedad son expresadas habitualmente en tiempo pasado. Las
relaciones, las instituciones y las formaciones en que nos hallamos involucrados son
convertidas en procedimientos, en totalidades formadas en procesos formadores y
formativos. El análisis está centrado en las relaciones existentes que, en la actualidad,
que existen las formas explícitamente fijadas, la separación existente entre lo social y
lo personal, que constituye una modalidad cultural tan poderosa y determinante.
La producción del arte, es siempre un proceso formativo dentro de un presente
específico, en diferentes momentos de la historia y de modos significativamente
distintos, la realidad e incluso la primacía de tales presencias y tales procesos, ese tipo
de actualidades, y reivindicados.
El poder innegable de los dos grandes sistemas ideológicos - sistema estético y
psicológico- es derivado de estas acepciones de instancia y de proceso, donde la
experiencia, el sentimiento de instancia y de proceso, donde la experiencia, el
sentimiento inmediato y la luego la subjetividad la personalidad resultan nuevamente
generalizados y enlazados. En oposición estas formas personales, los sistemas
ideológicos de la generalidad social fija, de los productos categóricos, de las
formaciones absolutas de los productos categóricos, de las formaciones absolutas,
resultan ineficaces dentro de su dimensión específica.
Las formas sociales son admitidas a menudo como generalidades, de toda posible
relevancia en relación con esta verdadera significación del arte. Estas formas son más
reconocibles cuando son articuladas y explícitas. La conciencia práctica es casi siempre
diferente de la conciencia oficial, la conciencia práctica es lo que se está viviendo, y no
solo lo que se piensa que se está viviendo. La alternativa real en relación con las
formas fijas producidas y recibidas no es el silencio.
Es un tipo de sentimiento y pensamiento efectivamente social y material, aunque cada
uno de ellos es una fase embrionaria antes de convertirse en un intercambio articulado
y definido.

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