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UNIVERSIDAD SAN CARLOS DE GUATEMALA

CENTRO UNIVERSITARIO DE JUTIAPA

Licda. Maira Elizabeth Lemus Hernández


Socioeconomía General

Licenciatura en Contaduría Pública y Auditoría

Alex Nehemías Nájera Chamalé.


Carnet: 202442268

Tesis Fundamentales del Materialismo Histórico


Papel Determinante del Ser Social con Respecto a la Conciencia Social

Conciencia social. Es el reflejo de las relaciones entre los hombres. La vida social es la esfera
más compleja del mundo material, y conjuntamente con los fenómenos de orden
económico-material y político-social, incluye los fenómenos espirituales definidos por el
marxismo-leninismo en el concepto de conciencia social.

Papel del ser social


La conciencia social es el reflejo del proceso vital del hombre, de su existencia social, que
surge de su actividad histórico-social, de la práctica, y en la medida en que es reflejo del ser
social, la conciencia del hombre es, en su esencia, también social y será de la misma manera
mientras el hombre exista.
La conciencia social guarda, en relación con la conciencia, la misma relación que el ser social
con el ser; es un aspecto, una parte esencial de la conciencia y al igual que la conciencia es un
reflejo del ser, se halla determinado por el ser social.

Efecto activo sobre el ser social


En la conciencia social existe la herencia o la sucesión en el desarrollo. Toda tendencia, una
vez que nace, se desarrolla en conexión con las ideas surgidas, desarrollándolas y
transformándolas. La conciencia corresponde a un modo de producción, recoge ideas
anteriores, conserva y aprovecha las que corresponden a los intereses de la clase dada, cuyo
contenido concreto será determinado por las condiciones materiales de vida de la sociedad.
La conciencia social se adelanta o se atrasa con respecto al desarrollo social.
El desarrollo de la ideología transcurre no solo sobre la base de las leyes generales de la
historia, según la cual la conciencia social es producto del ser social y se debe a él, sino
también sobre la base de las demás leyes objetivas específicas, inherentes al propio desarrollo
económico, a su capacidad para desarrollarse según las leyes específicas, en virtud de su
lógica interna.

Formas de la conciencia social


Distintas formas del reflejo, en la conciencia del hombre, del mundo objetivo y del ser social;
ese reflejo constituye la base apoyándose en la cual dichas formas surgen en el proceso de la
actividad práctica.

La conciencia social existe y se manifiesta en las formas, de la ideología política, de la


conciencia jurídica, de la moral, de la religión, de la ciencia, del arte y de la filosofía. La
diversidad de las formas de la conciencia social está determinada por la riqueza y diversidad
del mundo objetivo mismo: la naturaleza y la sociedad. Las distintas formas de la conciencia
reflejan los distintos dominios y aspectos de la realidad (por ejemplo, las ideas políticas reflejan
las relaciones entre las clases, naciones y Estados, sirven de base a los programas políticos
que se plasman en la actuación de las clases y grupos sociales; en la ciencia, se entra en
conocimiento de las leyes de la naturaleza y de la sociedad, etc.). Cada forma de la conciencia
posee un objeto peculiar de reflejo y se caracteriza, asimismo, por su forma especial de reflejar
(por ejemplo, concepto científico, norma moral, imagen artística, dogma religioso). Pero la
riqueza y la complejidad del mundo objetivo sólo crea la posibilidad de que aparezcan distintas
formas de conciencia social.
Tal posibilidad se convierte en realidad sobre la base de la necesidad social concreta. Así, la
ciencia nace únicamente cuando la simple acumulación de experiencia y de conocimientos
empíricos resulta insuficiente para el avance de la producción social; las concepciones e ideas
políticas y jurídicas surgieron, al aparecer las clases y el Estado, para fundamentar y consolidar
las relaciones de dominio y subordinación, etc.

En cada formación económico-social, todas las formas de la conciencia están concatenadas


entre sí, y en su conjunto constituyen la vida espiritual de una sociedad determinada. La
peculiaridad de las necesidades sociales que dan origen a tales o cuales formas de conciencia
social, determina asimismo el papel histórico concreto que tales formas desempeñan en la vida
y desarrollo de la sociedad. Por ejemplo, la formación comunista surge, existe y se desarrolla
sobre la base del conocimiento y de la aplicación consciente de las leyes objetivas. Por esto ya
en su fase inferior, bajo el socialismo, empieza a desaparecer la religión; en la fase superior, las
supervivencias religiosas quedarán plenamente superadas. Al mismo tiempo, ocurren
transformaciones esenciales en la vida espiritual de la sociedad en su conjunto.

Con la victoria del comunismo, dejará de existir la necesidad de una ideología política y jurídica,
y tales ideologías desaparecerán. En cambio alcanzarán su florecimiento formas de la
conciencia social como la ética, la ciencia, el arte y la filosofía, las cuales no sólo permitirán
satisfacer las múltiples necesidades sociales, sino que además, al formar la imagen espiritual
de cada persona, serán la condición necesaria para que el hombre pueda desarrollarse
plenamente, para que pueda aplicarse en su actividad creadora, para que cada ser humano
pueda desplegar toda la riqueza de las aptitudes, inclinaciones y hábitos individuales, una vida
plena. La formación del nuevo hombre incluye la concepción científica del mundo, la educación
moral, cultural, técnica y estética, lo cual atestigua el inmenso papel que desempeñan las
correspondientes formas de la conciencia social.

Ser social y conciencia social


Son dos aspectos, material y espiritual, de la vida de la sociedad que se hallan en determinada
conexión e interacción recíprocas.

Por ser social, el marxismo entiende la vida material de la sociedad, la producción de bienes
materiales y las relaciones que los hombres establecen en el proceso de dicha producción
(relaciones de clase en la sociedad clasista). La conciencia social está formada por las
concepciones, las representaciones, las ideas, las teorías políticas, jurídicas, estéticas, éticas,
etc., la filosofía, la moral, la religión y demás formas de la conciencia.

El problema de la relación entre el ser social y la conciencia social constituye una forma
concreta de la cuestión fundamental de la filosofía aplicada a la sociedad. Antes del marxismo,
la concepción predominante en filosofía era la de que en la vida de la sociedad
El marxismo no sólo explicó este hecho, decisivo para comprender la vida del hombre. También
ha puesto en claro que las correlaciones entre el ser social y la conciencia social no son
simples, sino complejas, móviles y se desarrollan a la par que avanza y se hace más compleja
la vida social.

Conciencia social y conciencia individual


El estudio de la conciencia como fenómeno social le permitió al marxismo superar la visión
naturalista propia del materialismo premarxista, que comprendía a lo ideal como resultado
automático del funcionamiento del cerebro, sin tomar en consideración su condicionamiento y
funciones sociales. Al mismo tiempo, tal comprensión de la conciencia dio la posibilidad de un
tratamiento cualitativamente nuevo de su carácter activo, distinto al que ofrecía el idealismo, es
decir, no como resultado de una fuerza autónoma e inmanente a lo ideal mismo, sino como
producto y condición del propio decursar objetivo de la sociedad en su desarrollo.
La conciencia, en su comprensión dialéctico-materialista, surge, funciona y se desarrolla como
producto de la interacción del hombre con la realidad. Pero se trata de un hombre
eminentemente social, producto de la práctica socio-histórica precedente e inmerso en el
conjunto de relaciones sociales de su época, para quien la conciencia es una necesidad, un
producto y un instrumento de su actividad como hombre social.
El propio contenido de la imagen ideal no es algo puro, natural, tal y como existe en la
naturaleza, sino que es un objeto transformado, socializado, humanizado, resultado de la
práctica. Su "elección" misma como objeto del reflejo ideal le incorpora ya una determinada
función social, lo hace significativo desde el punto de vista social. Esto, sin contar que con el
desarrollo de la sociedad humana, la realidad que interactúa con el hombre pertenece cada vez
más a la naturaleza, a la naturaleza transformada por la práctica histórico-social de los
hombres y que lleva, por consiguiente su sello distintivo.
En el enfoque y el estudio propiamente filosófico, la conciencia se manifiesta como fenómeno
de magnitud histórico-social. A la filosofía marxista ante todo le interesa el problema de la
esencia y función social de la conciencia, comprendida esta no como un producto espontáneo
de la naturaleza, sino como fruto del trabajo humano y del desarrollo social del hombre.
Papel Determinante de las Fuerzas Productivas con Respecto a las
Relaciones Económicas

Después de analizar las diversas relaciones que se producen dentro del proceso econó- mico
podemos llegar a concluir que son las relaciones de producción las que constituyen el elemento
determinante:

una producción dada determinada, por lo tanto -dice Marx- un consumo, una distribución y un
intercambio determinado, reglamenta igualmente “las relaciones recíprocas determinadas de
estos diferentes momentos” A decir verdad, la producción, también bajo su forma específica, se
encuentra, a su vez, determinada por otros factores... Hay una relación recíproca entre los
diversos momentos. Éste es el caso de toda la totalidad orgánica.

En el libro III de El capital, en el capítulo sobre la fórmula trinitaria, dice que "...(e1 conjunto de
relaciones de los agentes de la producción entre ellos y con la naturaleza.. constituyen
precisamente la sociedad bajo el aspecto de su estructura económica. En este texto se está
refiriendo tanto a las relaciones técnicas (agentes/naturaleza) como a las relaciones sociales de
producción (agentes/agentes)

Por otra parte, el texto del Prefacio a la crítica de la economía política confirma esta definición:

En la producción social de su vida los hombres contraen determinadas relaciones, necesarias,


independientes de su voluntad, relaciones de producción que corresponden a un grado
determinado del desarrollo de las fuerzas productivas materiales. El conjunto de las relaciones
de producción constituye la estructura económica de la sociedad.

El Papel de las Fuerzas Productivas en el Desarrollo Económico


Las fuerzas productivas desempeñan un papel fundamental en el desarrollo económico de
cualquier país. Estas se refieren a los recursos materiales, humanos y tecnológicos disponibles
para la producción de bienes y servicios. El conocimiento, la habilidad y la capacidad de
innovación de la fuerza laboral, así como el acceso a tecnologías eficientes, son algunos de los
factores que determinan el éxito de las fuerzas productivas en el ámbito económico.
En este sentido, las fuerzas productivas influyen directamente en la productividad de una
economía. Cuanto más eficientes sean los recursos utilizados en la producción, mayor será la
productividad y el crecimiento económico de un país. Además, unas fuerzas productivas sólidas
permiten la generación de empleo, la mejora de las condiciones de vida de la población y la
reducción de la pobreza.

Es importante destacar que el desarrollo de las fuerzas productivas no se puede lograr de


manera aislada, sino que requiere de políticas y estrategias adecuadas por parte de los
gobiernos y de la sociedad en general. La inversión en educación y formación de la fuerza
laboral, así como en investigación y desarrollo tecnológico, son aspectos clave para fomentar el
desarrollo de las fuerzas productivas y promover el crecimiento económico sostenible.
Papel Determinante del Modo de Producción con Respecto a una u Otras
Estructuras de la Sociedad

Los modos de producción son un concepto fundamental en la teoría económica y social. Desde
la época de los antiguos filósofos griegos, se ha debatido sobre la forma en que los seres
humanos organizan su trabajo y producen bienes y servicios. En este sentido, los modos de
producción se refieren a las diferentes formas en que se organizan las relaciones sociales y
económicas en una sociedad, incluyendo las relaciones entre los productores, los medios de
producción y los productos finales.
En este artículo, exploraremos los diferentes modos de producción a lo largo de la historia,
desde las sociedades primitivas hasta las modernas economías capitalistas, y analizaremos
cómo han influido en la evolución de la humanidad.

¿Qué son los modos de producción y su importancia en la historia económica?


Los modos de producción son una categoría teórica utilizada por los marxistas para describir
cómo se organiza la producción en una sociedad determinada. Según esta teoría, los modos de
producción son formas históricas de organización económica que se caracterizan por las
relaciones sociales de producción que se establecen entre las diferentes clases sociales.

En la historia de la humanidad, se han desarrollado diferentes modos de producción, como la


sociedad primitiva, la esclavista, la feudal, la capitalista y la socialista. Cada uno de estos
modos de producción tiene características específicas que lo diferencian de los demás, como la
forma en que se distribuyen los recursos, la relación entre los productores y los propietarios de
los medios de producción, y la forma en que se produce y se intercambia la mercancía.

La importancia de los modos de producción en la historia económica radica en que estos han
sido determinantes en la evolución de las sociedades humanas. Cada modo de producción ha
sido un paso en la evolución histórica de la humanidad, y en cada uno de ellos se han
producido importantes cambios económicos, políticos y sociales.

Por ejemplo, la sociedad esclavista se caracterizó por la explotación del trabajo de los
esclavos, quienes eran considerados propiedad de sus dueños. La sociedad feudal, por su
parte, se basó en el dominio de los señores feudales sobre los siervos y en la producción
agrícola para el autoconsumo. La sociedad capitalista, en cambio, se caracteriza por la
propiedad privada de los medios de producción y la explotación del trabajo asalariado.

En conclusión, los modos de producción son una categoría teórica fundamental para entender
la historia económica de la humanidad y las diferentes formas en que se han organizado las
sociedades en términos productivos. Su importancia radica en que han sido determinantes en
la evolución histórica y en la configuración de las relaciones sociales y económicas actuales.
Los diferentes modos de producción a lo largo de la historia
El concepto de modos de producción hace referencia a la forma en que se organiza la
producción y la distribución de bienes y servicios en una sociedad. A lo largo de la historia, han
existido diferentes modos de producción que han evolucionado y transformado las relaciones
sociales y económicas.

El modo de producción primitivo fue el primer sistema económico de la humanidad, basado en


la caza, la pesca y la recolección. Este modo de producción se caracterizaba por una economía
de subsistencia, donde las personas producían lo necesario para su propia supervivencia.

Posteriormente, surgieron los modos de producción esclavista y feudal. En el modo de


producción esclavista, los esclavos eran la principal fuente de producción y los dueños de
esclavos se beneficiaban de la explotación de su trabajo. En el modo de producción feudal, los
siervos trabajaban la tierra de los señores feudales y entregaban una parte de su producción
como tributo.

Con la llegada de la Revolución Industrial y el surgimiento de la máquina a vapor, se produjo


una transformación radical en el modo de producción. El modo de producción capitalista,
basado en la propiedad privada de los medios de producción y la búsqueda del lucro, se
convirtió en el sistema económico dominante.

Durante el siglo XX, surgieron otros modos de producción, como el socialismo y el comunismo,
que buscaban una sociedad más justa y equitativa. Sin embargo, el modo de producción
capitalista sigue siendo el predominante en la actualidad.

En resumen, los modos de producción han evolucionado a lo largo de la historia, transformando


las relaciones sociales y económicas. Cada modo de producción ha tenido sus propias
características y ha sido influenciado por factores políticos, sociales y tecnológicos.

Las características de cada modo de producción y su relación con la sociedad


Los modos de producción son una teoría sociológica que describe cómo las sociedades
organizan su producción y distribución de bienes y servicios. Según esta teoría, existen varios
modos de producción que han evolucionado a lo largo de la historia de la humanidad, cada uno
con sus propias características y relaciones sociales.

El modo de producción primitivo se caracteriza por la propiedad colectiva de la tierra y la


ausencia de clases sociales. La producción se basa en herramientas rudimentarias y la
recolección de alimentos. La relación social predominante es la de parentesco y la cooperación
comunitaria.

El modo de producción esclavista se desarrolló en la antigua Grecia y Roma. En este modo de


producción, los esclavos eran la fuerza laboral y los propietarios de esclavos eran los dueños
de los medios de producción. La relación social predominante era la de explotación y opresión,
ya que los esclavos no tenían derechos y eran tratados como propiedad.
El modo de producción feudal se desarrolló en la Edad Media. En este modo de producción, los
señores feudales eran los dueños de la tierra y los siervos eran la fuerza laboral. La relación
social predominante era la de vasallaje, donde los siervos estaban obligados a trabajar la tierra
del señor feudal a cambio de protección.

El modo de producción capitalista es el modo de producción predominante en la actualidad. En


este modo de producción, los capitalistas son los dueños de los medios de producción y los
trabajadores son la fuerza laboral. La relación social predominante es la de explotación, ya que
los trabajadores venden su fuerza laboral a cambio de un salario y los capitalistas buscan
maximizar sus ganancias.

La evolución de los modos de producción y su influencia en la actualidad.


Los modos de producción son un concepto fundamental en la teoría marxista y en la sociología
en general. Se refieren a la forma en que se organizan las relaciones sociales y económicas en
una determinada sociedad, y cómo se produce y distribuye la riqueza en esa sociedad. En
otras palabras, los modos de producción son la manera en que la gente trabaja para producir
bienes y servicios, y cómo se distribuyen esos bienes y servicios entre la población.

La historia de la humanidad ha estado marcada por la evolución de los modos de producción.


Desde las sociedades primitivas, en las que la producción y distribución de bienes se basaba
en la caza, la pesca y la recolección, hasta las sociedades capitalistas actuales, en las que la
producción se basa en el trabajo asalariado y la propiedad privada de los medios de
producción, hemos visto cómo los modos de producción han cambiado y evolucionado a lo
largo del tiempo.
Papel Determinante de la Base Económica con Respecto a la
Superestructura Social

Base Económica:
Conjunto de relaciones de producción que se establecen entre las clases o grupos sociales a
partir de las relaciones de propiedad, cambio y consumo.

Superestructura:
Conjunto de ideas, instituciones y organizaciones que tienen como fundamento la base
económica y ejerce una influencia activa sobre ella.

El modo de producción, es decir, las fuerzas productivas y las relaciones de producción


constituyen la base económica (el fundamento) de la sociedad, sobre la cual elevase un
sistema de superestructuras: el régimen político y las instituciones, como también las formas de
la conciencia social: moral, ciencia, religión, filosofía y otras. Con los cambios de la base
cambian, más o menos rápidamente, todas las superestructuras.

Las superestructuras ejercen su influencia sobre la base y, a su vez, aceleran o retardan el


desarrollo de la sociedad. Así, la burguesía emplea su Estado en la lucha con la revolución
proletaria, retardando de tal manera el desarrollo revolucionario de la sociedad. La
superestructura política, de consiguiente, juega aquí un activo papel reaccionario. El
proletariado, habiendo conquistado el poder político, suprime la propiedad privada burguesa,
que traba el desarrollo de las fuerzas productivas, y dirige la pequeña economía socialista
colectiva. En cambio de la propiedad privada, se establece la propiedad social socialista sobre
los medios de producción.
Con ello, el Estado proletario proporciona posibilidades ilimitadas para el desarrollo de las
fuerzas productivas.
Esto es un claro ejemplo del activo papel revolucionario de la superestructura política, en el
desarrollo de la sociedad, de su economía y de sus fuerzas productivas.
El marxismo-leninismo demuestra que el fundamento de las ideas, instituciones y
organizaciones dominantes en toda sociedad es la base, es decir, el conjunto de las relaciones
de producción, que se forma necesariamente en correspondencia con un determinado nivel de
desarrollo de las fuerzas productivas.
La superestructura es un sistema interconectado de fenómenos sociales que son engendrados
por la base económica e influyen activamente sobre la misma. Forman parte de la
superestructura: a) el conjunto de formaciones espirituales (pensamientos, sentimientos,
estados de ánimo, ideas, teorías, doctrinas), que, al analizarlas posteriormente, se dividen en
políticas, jurídicas, morales, religiosas, estéticas y filosófico-conceptuales; b) el conjunto de
relaciones entre los individuos, que, a diferencia de las relaciones de base, de producción
material, se forman independientemente de la voluntad y la conciencia de los hombres y se
denominan ideológicas, pues se crean en consonancia con las mencionadas formas de la
conciencia ideológica, interviniendo como relaciones sociales políticas, jurídicas, morales, &c.;)
El conjunto de instituciones y organizaciones políticas (el Estado, los partidos), jurídicas (los
tribunales), religiosas (la Iglesia).
La base y la superestructura son conceptos correlativos. La base determina la especificidad
cualitativa de una formación concreta, delimitando de esta manera las demás, mientras que la
superestructura, engendrada por la base, caracteriza la originalidad de la vida social y espiritual
de cada formación.
La base y la superestructura son características obligatorias para todas las formaciones y
específicas para cada una de ellas. Viviendo en una sociedad y sometiéndose a las exigencias
de las leyes objetivas, los hombres se ven obligados a establecer relaciones materiales, las
cuales forman la base de toda su vida social.
Al mismo tiempo, los hombres, como seres conscientes, realizan las demandas de las leyes,
pues estas demandas se reflejan de una u otra manera en su conciencia, estimulando su
actividad. Por eso, sobre la base de las relaciones materiales, surgen necesariamente una
determinada ideología y las relaciones, instituciones y organizaciones que corresponden a ella,
las cuales constituyen la superestructura de una formación concreta y sirven a la defensa y al
fortalecimiento de su base. Al surgir la sociedad de clases, el Estado pasa a ser una institución
de la superestructura, que asegura a la clase económicamente dominante la dominación en
todo el sistema de la superestructura.
En las sociedades antagónicas, la superestructura, con todas sus ideas, relaciones ideológicas,
instituciones y organizaciones, constituye un producto, un resultado y un instrumento de la
lucha de clases. Los fenómenos superestructurales poseen una relativa independencia, que les
asegura la posibilidad de ejercer una influencia activa sobre todos los aspectos de la vida
social, comprendida la base. La transición revolucionaria de una formación a otra está
enlazada, ante todo, con la sustitución de una base por otra, conforme a lo cual transcurre con
una rapidez mayor o menor la transformación de toda la superestructura. La base y la
superestructura evolucionan también de determinada manera en el marco de una formación,
por ejemplo, en el curso de la entrada de la sociedad socialista en la fase del socialismo
maduro.
El desarrollo del capitalismo conduce al reforzamiento del papel reaccionario de la
superestructura. Únicamente en la sociedad socialista, en la que la base económica carece de
antagonismos, la superestructura se hace cada vez más homogénea en el sentido social,
sirviendo al desarrollo progresivo de la sociedad y de su base.

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