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ÉTICA VOLUNTARISTA
Según la ética voluntarista la voluntad viene a ser el fundamento básico del mundo, es el
último constituyente de la realidad, el elemento primario del universo. Niega que la
voluntad humana esté condicionada por el medio circundante.
La voluntad humana es básica en todos los problemas morales y superior a todos los
demás criterios morales, como la conciencia o el poder del razonamiento. Según esta
teoría subjetiva la elección de la voluntad determina el bien. Es equivalente a
indeterminismo y libertad.
Los que menosprecian la vida, son los malos. Los que la afirman y fomentan, son los
buenos. “El bueno, dice Nietzsche, es el poderoso y el fuerte”.
Precisa que sólo es digno de ser vivida aquella vida que desarrolla la fuerza e integridad,
a pesar de los sufrimientos y las peripecias que tiene la existencia y sin caer en un mundo
utópico. Todo valor se mide por su incremento de fuerza, por su voluntad de poderío. Se
da valor a la tendencia, a la aspiración, al esfuerzo, a la voluntad.
Decía: “Vida, eres mala, pero te adoro porque eres bella”. La filosofía nietzschiana es
conocida con el nombre de “voluntarismo” precisamente porque contrapone a la razón la
voluntad.
Aquí se aprecia y valora al hombre fuerte, al astuto, al capaz, al individuo que se supera
y triunfa, al hombre que lucha por la existencia superada de sus limitaciones y peripecias.
Es la moral de la clase de los señores, de la clase dominante, de la clase dotada de
suficientes recursos económicos y financieros (clase capitalista).
ÉTICA EXISTENCIALISTA
SOREN KIERKEGAARD (1813-1855). Para el hombre ético es más valioso el deber que
el amor, la ley moral que la religión, la existencia social que la divinidad. La existencia
humana se explica a través de tres estadios: el estadio estético, el estadio ético y el
estadio religioso.
La etapa ética constituye un salto en profundidad, en ella la persona cumple con su deber
y sus compromisos, une lo singular con lo general.
Para Unamuno cada hombre individual es un fin en sí mismo y no un medio. Abogó siempre
por los hechos “concretos”, “experimentales” del hombre vivo individual.
JEAN PAUL SARTRE (1905-1980). “La existencia precede a la esencia”, significa que el
hombre comienza por existir, se encuentra, surge en el mundo y después se define.
Sastre considera que el hombre está condenado a ser libre, es decir no somos libres de
dejar de ser libres. El hombre es íntegramente libre y enteramente responsable de sus
actos, absolutamente incondicionado. Sólo nuestros actos nos juzgan: son irreversibles.
De hecho, somos una libertad que escoge, pero no escogemos ser libres, estamos más
bien condenados a la libertad. Yo estoy obligado a desear, al mismo tiempo que mi
libertad, la libertad de los otros. El hombre es lo que él hace de sí mismo.
Por lo tanto, afirma Sastre, nuestra ética debe consistir en querer ser libres, en serlo
nosotros y en querer que los demás lo sean: en obrar en todo momento para que esta
libertad se realice de modo efectivo.
La angustia, proviene de que el hombre no es, sino que se hace y al hacerse asume
responsabilidad, porque se resuelve en actos absolutamente suyos y libres.
ÉTICA ANARQUISTA
Representantes del anarquismo son Max Stimer (alemán), William Godwin (inglés) y
Miguel Bakunín (Ruso).
La idea de Juan Jacobo Rousseau: “El hombre nació libre y está dondequiera
encadenado”, se convierte en uno de los principios básicos del anarquismo, el cual intenta
romper las cadenas mediante la reorganización de la economía y la política para liberar
al hombre de la opresión del Estado.
MAX STIRNER (1806-1856). Filósofo alemán, publica su libro “El único y su propiedad”,
en el que desarrolla el sistema del anarquismo. Para Stirner la única realidad es el “Yo”,
y todo el mundo es su propiedad. El ideal social de Stirner se cifra en la “unión de los
egoístas”, en la cual cada uno ve en otro tan sólo un medio para alcanzar sus objetivos.
En el aspecto ético, Bakunin piensa que “la moral no tiene otro origen, otro estímulo, otra
causa, otro objeto que la libertad. La moral misma no es otra cosa que la libertad.
Por eso, todas las restricciones que se le han hecho a la libertad con el fin de proteger
a la moral siempre han resultado en detrimento de ésta. El ideal ético se encuentra en
la libertad individual y para ello es necesario la destrucción de todo sistema normativo
que la impida.
ÉTICA MARXISTA
CARLOS MARX (1818-1883). Carlos Marx es el fundador del comunismo. Según él, en la
historia se encuentra una estructura formada por las relaciones económicas y sociales,
y una superestructura que es el resultado de una estructura económica dada.
En Marx se encuentra una auténtica filosofía de la historia, toda vez que pretende
encontrar la ley que explique la historia humana.
Esta ley implica sostener que el modo de producción de la vida material condiciona el
proceso de la vida social, política y espiritual en general.
Marx crítica la sociedad burguesa, por cuanto esta representa la más avanzada etapa de
explotación del hombre por el hombre.
“El trabajador en la sociedad capitalista, la explotación del hombre por el hombre llega
a su máximo, porque el capital es la forma de una riqueza acumulada a base de la
utilización del trabajo de los proletarios”, explica Marx.
Representantes de la ética pragmática son Charles Peirce, Wiliam James y John Dewey.
La tesis central del pragmatismo radica en la Acción y la Utilidad.
Para el pragmatismo el valor de las ideas deriva de un sentido práctico. Todo pensamiento
es un instrumento para resolver problemas inmediatos.
Es el autor del principio ético según el cual la limitada duración de todas las cosas finitas
exige lógicamente la identificación de los propios intereses subjetivos con los de una
comunidad ilimitada de personas y cosas.
JOHN DEWEY (1859-1952). Filósofo americano, define la idea como “una indicación de
algo para ser hecho”, es decir como un aguijón para la acción. El hombre, dice, es el “homo
faber”. Los hombres están constituidos más para actuar que para teorizar. Toda la
actividad del hombre es moral. La moral es todo el ser humano puesto en acción.
Para Dewey, “Es mejor para la filosofía el error participando activamente en las luchas
y problemas actuales de su propia época y tiempo, que el mantener una unánime
imposibilidad monástica sin relieve y sin influjo en las ideas generadoras de su presente
contemporáneo”.
Dewey considera que la vida moral no está en las costumbres o en los hábitos, sino en
que apliquemos el juicio correctamente para decidir cuáles son los valores que debemos
hacer permanecer en nuestra cultura, rechazar lo que sea una contraposición a éstos y
actuar en consecuencia.
ÉTICA NEOPOSITIVISTA
La ética se reduce a un examen de términos como los siguientes: bueno deber, recto,
justo, obligación, etc., así como a una investigación sobre cuestiones lógico-lingüísticas,
por ejemplo: ¿Cuál es el significado de los términos evaluativos?, ¿Es un juicio de valor
susceptible de verdad?, ¿Cabe inferir legítimamente una prescripción (o un juicio de
valor) de un juicio de hecho?
El neopositivismo concluye que los términos morales no pueden ser definidos, sino sólo
aprehendidos de un modo directo e inmediato, o sea intuitivamente, tesis ésta sostenida
por los intuicionistas George Edgard Moore, Prichard y Roos.
La ética, según el neopositivismo, no es ciencia. Los juicios éticos no pertenecen ni a la
matemática, ni a las ciencias positivas. Por consiguiente, no puede decirse que sean
verdaderos o falsos, porque carecen de sentido. ¿Qué expresan, entonces, los juicios
éticos? Expresan sólo estados anímicos, deseos traducidos en imperativos, mandatos o
simples exclamaciones.
GEORGE EDWARD MOORE (1873-1958). Este filósofo inglés distingue lo bueno por
medio de la intuición (intuicionismo) por medio de una facultad que nos permite percibir
las acciones buenas y malas, concebidas como valores intrínsecos, pero no las podemos
definir.
La doctrina ética de Moore tiene dos partes. Primeramente, es una averiguación de “las
cosas buenas”, luego es un análisis del significado de “bueno”. Y sostiene que bueno es un
predicado básico y que corresponde a un concepto que designa algo no natural.
Los filósofos que intentaron reducir el concepto de bueno a otro concepto, o trataron
de identificarlo con otro concepto, han cometido lo que desde Moore se conoce con el
nombre de “falacia naturalista”. Bueno puede ser el nombre, dice, que designa una cierta
“actitud”: la de aprobación.
ALFRED JULIO AYER (1910). Ayer, filósofo inglés, considera que “los conceptos éticos
no describen ni representan nada, por la sencilla de que no existen tales propiedades
como bueno, deber, etc.; son solamente expresiones de emociones del sujeto”. Estos
conceptos sólo tienen un significado emotivo, ya que no enuncian hechos y, por ello, las
proposiciones morales carecen de valor científico.
ÉTICA EMOTIVISTA
Stevenson, por ejemplo, entre el uso descriptivo y el uso dinámico o emotivo de las
palabras considera que resulta imposible definir lo bueno sin tener en cuenta el sentido
emotivo que lo envuelve. El significado de “esto es bueno” equivale más o menos al de “me
gusta esto, aficiónate a ello tú también”.
ÉTICA RELATIVISTA
Según el relativismo ético las verdades éticas son relativas, que la rectitud de una acción
y la bondad de un objeto depende o consiste en la actitud tomad hacia él por un individuo
o grupo, y puede variar de individuo a individuo o de grupo o grupo.
ÉTICA DE LA LIBERACIÓN
La ética de la liberación es propia de los países que sufrieron la dominación y la
dependencia, aunque esta ética es válida para todo lugar y situación donde haya “opresión
del hombre por el hombre” y “opresión del hombre por el Estado”. Para el filósofo
Leopoldo Zea, la dependencia se ha producido cuando nuestros pueblos pretendieron
imitar modelos de sociedad (llámese liberalismo, positivismo, socialismo, etc.) sin
asimilar, sin reconocer plenamente su pasado histórico, cayéndose así a nuevas
dependencias.
“El aceptar un modelo, decía Zea, es ya aceptar una subordinación. Lo que se debe es
reconocer la libertad en los otros y hacer que esta libertad sea reconocida por los otros.
Ningún hombre, ningún pueblo puede ser modelo de libertad de los otros, por distintos o
semejantes que éstos parezcan. Son los modelos los que crean los paternalismos, las
dictaduras para la libertad y en nombre de la libertad. Una libertad que se niega a si
misma al no reconocer en otro hombre su posibilidad”.
Dentro del ámbito erótico Dussell plantea problemas cruciales como el del aborto y la
homosexualidad. Respecto al aborto, piensa que es necesario tomar en cuenta que “la
separación del feto del útero materno es un acto ético cuya responsabilidad es
atribución del sujeto humano mujer, cuyo cuerpo propio es su ser”. En relación al
problema del homosexualismo Dussell sostiene que “la ética erótica debe sobrepasar el
sexo para llegar a la persona misma del otro…. Una relación sexual es justa si se respeta,
en justicia, la persona del otro y en la relación no es imposible un tal respeto”.
Fuente:
https://eudoroterrones.blogspot.com/2008/11/corrientes-ticas-contemporneas-
del.html?m=0