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Define los componentes del lenguaje: componente fonético-fonológico

semántico, sintáctico y pragmático.

Fonético-fonológico

El componente fonético-fonológico o fónico, como su nombre lo indica, abarca el


conjunto de sonidos del idioma y sus modelos o tipos ideales: los fonemas. Del sistema
de sonidos del lenguaje se encarga la fonética, que es la que estudia la composición
material de los fenómenos sonoros del lenguaje, físicos y fisiológicos, mientras que la
fonología se encarga de los rasgos que tienen valor significativo: los fonemas.

Este componente fonético-fonológico o fónico del lenguaje, se desarrolla en el niño a


través de un proceso de percepción e imitación de los sonidos y sus combinaciones en
las palabras. En este proceso se perfeccionan paulatinamente, la articulación y
diferenciación de los sonidos del lenguaje.

Las capacidades para pronunciar y diferenciar correctamente los sonidos se adquieren,


como vemos, en el curso de las relaciones del niño con los adultos y el medio
circundante en general, aunque, como es lógico, exigen de la existencia de una base
estructural en el individuo; los órganos del lenguaje.
Históricamente, ante un niño con errores en su habla, poco inteligible, sin una causa
aparente para su trastorno, se tendía a pensar que las dificultades estaban en el acto
físico de producir los sonidos, es decir, en la posibilidad de ejecutar las secuencias de
gestos articulatorios necesarios.

Se usaba entonces la etiqueta de desórdenes articulatorios o dislalias múltiples. Otros


autores hablaban de trastornos sensorio motores, considerando la existencia de
problemas a nivel perceptual, en la discriminación auditiva de dichos sonidos. De esta
forma, se pensaba en un origen periférico, lo cual implicaba que todos los problemas
con los sonidos del habla fueran abordados como si solamente requirieran foco sobre la
percepción y/o la producción.

Se habla de desórdenes fonológicos del desarrollo y se instala la diferencia entre errores


fonológicos y errores fonéticos.

Errores fonológicos: derivan de una mala estructuración del sistema de contrastes de la


lengua. Los sonidos pueden aparecer en el habla del niño, pero en forma inapropiada, lo
cual genera problemas para la trasmisión de significados.

Errores fonéticos: derivan de un problema articulatorio y el niño altera la producción


del sonido en forma sistemática.

Semántico

Es el contenido, el significado o representación de los mensajes producidos, es decir, la


representación de objetos y acción mediante palabras o signos.

La semántica es la parte de la lingüística que se encarga de estudiar los significados de


las palabras, así como las relaciones semánticas entre ellas. Por tanto, las palabras y sus
significados, aunque están relacionados no son iguales a nivel psicológico. En la
categoría gramatical, las palabras se dividen en:

Clase abierta: son palabras de la lengua con contenido, expresadas en forma de


nombres, verbos, adjetivos o adverbios.

Clase cerrada: son palabras funcionales que conforman la arquitectura de las oraciones y
no poseen ningún significado por sí solas. Como son los artículos, pronombres,
preposiciones y conjunciones.

Sintáctico
La morfosintaxis es una parte de la lingüística que estudia el conjunto de las reglas y los
elementos que hacen de la oración un elemento con sentido y carente de ambigüedad.

Los niños parecen partir de ideas que formulan con un lenguaje muy distante del adulto,
pero eficaz desde el punto de vista comunicativo y aun más cuando hablan en el
ambiente familiar, aunque lo es en mucho menor grado en ambientes extraños. Para
lograr éste último aspecto tendrán que incorporar formas lingüísticas mucho más
amplias y flexibles.

La sintaxis tiene la función de ordenar, reglar la comunicación desde el ángulo


lingüístico. La adquisición de las reglas que permiten una expresión gramaticalmente
correcta se produce en la interacción activa entre un niño, aprendiz, y una persona
adulta competente en una lengua concreta.

Pragmático

La pragmática estudia el funcionamiento del lenguaje en contextos sociales,


situacionales y comunicativos. Se ocupa de las reglas que regulan el uso intencional del
lenguaje.

Aunque el objetivo básico de la pragmática sea el estudio del “lenguaje en la acción”


(en toda la experiencia del niño, las palabras significan en la medida que actúan y no en
la medida en que hacen que el niño entienda o perciba) no quiere decir que la
psicolingüística actual desprecie los aspectos morfosintácticos y semántico del lenguaje
infantil, sino que los sitúa en el mismo plano que otras dimensiones y, sobre todo, que
no centra su estudio exclusivamente en las adquisiciones del niño, sino que tiene en
cuenta el contexto como mediador en su aparición y desarrollo, deteniéndose más en los
usos (fines o funciones) que tienen o cumplen las estructuras lingüísticas en los
intercambios comunicativos.

Lee el capítulo 2 del libro Lenguaje y pensamiento preescolar. Elabora un texto de


4 párrafos con tus propias palabras (1 página) sobre la relación lenguaje -
pensamiento.

Resulta difícil cuestionar que los procesos cognitivos relacionados con el acceso y la
selección de palabras o la planificación del habla varían de una lengua a otra. Esta
variación se manifiesta, por ejemplo, en las dificultades que experimentan los
estudiantes de una segunda lengua a la hora de adquirir aspectos gramaticales de ella
que no están presentes en su lengua materna.

Una cuestión más controvertida abordada desde numerosas disciplinas, como la


filosofía, la antropología o la psicología es la naturaleza de las relaciones existentes
entre pensamiento y lenguaje. La cuestión fundamental que se plantea es hasta qué
punto el lenguaje en que nos comunicamos puede determinar nuestro modo de procesar
la realidad.

La conocida hipótesis del determinismo lingüístico de Sapir-Whorf defiende un papel


determinante de los patrones concretos de nuestra lengua sobre nuestra forma de
conceptualizar y organizar el mundo. Esta hipótesis destaca el papel del lenguaje en la
representación de la realidad, más allá de su función como sistema de uso convencional
al servicio de la comunicación. En su versión más radical, esta hipótesis postula que el
pensamiento y la acción están totalmente determinados por el lenguaje. Por lo tanto, los
hablantes de diferentes lenguas tendrían distintas percepciones de situaciones
objetivamente idénticas.

La hipótesis de Sapir-Whorf ha sido cuestionada a partir de estudios que han


demostrado que los miembros de tribus en las que solamente existen dos palabras para
nombrar colores, no muestran problemas para aprender las categorías de color de la
lengua inglesa.

Sin embargo, otros autores han planteado que la influencia del lenguaje en el
pensamiento puede ser más determinante en aspectos más abstractos, no directamente
relacionados con las experiencias puramente sensoriales. Así, se ha observado que el
lenguaje puede afectar al modo en que representamos conceptos abstractos, como el
tiempo, y que nuestras representaciones de este concepto varían en función de las
distintas metáforas espaciales que existen en nuestra lengua para referirnos a él.

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