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La hora de juego lingüística. Por Ana María Soprano.

La hora de juego lingüística permite, con unos pocos juguetes y una guía de observaciones, obtener suficiente
información para establecer las hipótesis iniciales acerca de los diversos aspectos: fonológico, sintáctico, semántico,
pragmático del sistema lingüístico y demás características normales, retrasadas o desviadas del lenguaje y de la
comunicación de un niño en particular.

Capítulo 1. “La evaluación del lenguaje del niño.”


Queremos conocer al niño en su globalidad comunicativa, en ese punto donde se entrelazan los aspectos lingüísticos,
cognitivos, afectivos y sociales.
El lenguaje es un fenómeno complejo, multiforme y pluriestratificado y su evaluación resulta compleja.
¿Cómo evaluar?
Hay tres formas de evaluar el lenguaje del niño:
1) utilizar pruebas o tests: ITPA, TACL, PPVT etc.
En cuanto a los test enfatizamos como ventajas su aplicación, sencilla, su estabilidad formal, su objetividad, rapidez
de corrección y si tienen baremos, su valoración numérica y la posibilidad de comparación con la población. Como
inconveniente: plantean situaciones artificiales, solo miden aspectos limitados de la función lingüística, resultan
escasamente comunicativos y se prestan a generalizaciones excesivas a la hora de interpretar los resultados. De todas
maneras son instrumentos útiles.
2) utilizar perfiles evolutivos estándares: REEL, SCID-R etc.
Los cuestionarios se hallan constituidos por una serie de items, correspondientes a conductas observables.
3) analizar un registro de interacciones espontáneas: El análisis de las producciones orales en situaciones libres
corresponde al denominado “paradigma sociolingüístico”. Se analiza el lenguaje expresado por el niño en
situaciones de comunicación espontánea con otros niños o con adultos.

La lingüística clínica es la aplicación de la teoría, métodos y logros de la lingüística al estudio de las situaciones en las
cuales se diagnostica y se trata de trastornos de lenguaje.
Capítulo 2. “La hora de juego lingüística”.
La hora de juego lingüística consiste en obtener una muestra de lenguaje a través de una sesión de juego interactivo.
La situación de juego le permite al niño crear escenarios diversos en torno al material provisto. Jugando el niño es el
principal autor y actor de sus gestos, acciones, sentimientos, intereses, ideas y acontecimientos que puede evocar en
forma de relato.
Esta técnica nos brinda un abordaje exploratorio, interactivo, generador de respuestas verbales. Su utilidad no se
limita al estudio de las producciones del niño que habla, también hace posible la evaluación de las habilidades
lingüísticas en el niño con escaso vocabulario, reducido quizás a algunas pocas palabras y permite analizar las
conductas comunicativas en el niño que no habla (nivel pre-lingüístico).
Características principales:
▪ Objetivo 🡪 lograr una primera aproximación global al diagnóstico de los trastornos lingüísticos y
comunicativos del niño.
▪ Contexto de observación 🡪 juego interactivo.

▪ Contexto lingüístico 🡪 varía según las posibilidades de cada niño, puede ser: discurso de acción,
diálogo-conversación, narración.
▪ Niveles de análisis 🡪 fonológico, morfosintáctico, léxico-semántico, pragmático.

▪ Materiales 🡪 juguetes pequeños.

▪ Tiempo 🡪 de 15´a 45 minutos.

▪ Método de registro🡪 video, grabador, notas manuales.

▪ Aplicación 🡪 niños de 2 años 6m hasta 5años 6m, o mayores con retrasos.


Rol del examinador.

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Su objetivo principal consiste en animar al niño a que se comunique oralmente o que ponga en práctica sus otras
habilidades comunicativas (gestos, miradas) en el caso del niño pre-lingüístico.1

Capítulo 3. “Los componentes del sistema lingüístico”.


A través de la hora de juego lingüística intentamos evaluar el lenguaje ordinario, básico y necesario.
🡪Fonología.
Sistema fonatorio.
Conjunto de órganos que conforman el sistema fonatorio: pulmones, tráquea, bronquios, laringe, cavidades oral,
nasal, faríngea, lengua y labios. Constituye así un sistema bioacústico que transforma la energía muscular en energía
acústica. Este proceso implica la acción de una o más fuentes generadoras de sonido sobre las cavidades del tracto
vocal.
Sonido, fono y fonema: El habla como sonido es un continuo físico en el que se pueden deslindar segmentos
acústicos. Tanto los fonos como los fonemas son unidades discretas de diferente grado de abstracción. El fono se
describe como la suma de todos los rasgos articulatorios y/o acústicos que le dan su cualidad fonética propia. El
fonema se identifica solo mediante aquellos rasgos que lo diferencian de los demás fonemas de una lengua.
Vocales y consonantes: Todas las lenguas producen vocales y consonantes. Los sonidos vocálicos se producen sin
obstrucción oral. Los sonidos consonánticos en cambio, se producen mediante un cierre total o parcial del tracto
vocal.
El desarrollo fonológico.
El desarrollo fonético se va realizando a través de la consecución de diversos logros que pueden considerarse como
estadios. Cada estadio se caracteriza por un tipo particular de emisión. Cada logro particular se va estableciendo en
forma progresiva y predomina en un estadio determinado, pero surgen en cada uno de estos, nuevas habilidades que
se afianzan en el estadio posterior. Se superponen así emisiones que podríamos llamar regresivas y progresivas.
🡪Morfosintaxis.
Las actividades pre-verbales son ya actividades de comunicación que ponen en juego procesos que se encuentran en
el nivel verbal y que prefiguran en su contenido y en sus formas de actividad verbal. La entonación es una
característica de las producciones verbales que contribuye a la interpretación aportando un elemento semántico.
La competencia morfosintáctica del niño de 2a y 6m es muy amplia. Puede emplear interrogaciones basadas en la
entonación e iniciadas con partículas interrogativas y emitir frases negativas.
Además usa el presente y el pretérito perfecto de indicativo, esto corresponde al tiempo presente y seguido por el
pasado y después el futuro.
🡪Semántica.
La organización semántica se va logrando a través de una serie de adaptaciones entre el niño y el mundo que lo
rodea. La percepción de la realidad se va enriqueciendo gracias al desarrollo cognitivo, a las experiencias y a los
modelos transmitidos por el ambiente social, principalmente en el lenguaje.
Esa unión referente-significado y significante establecida por la convención social puede establecerse de dos formas:
en primera el lenguaje llega después de un primer contacto sensorial motriz. En la segunda el lenguaje se adelanta a
las experiencias.
Las variaciones de la extensión.
Existen diferencias en cuanto al significado de las palabras que usa el niño y el adulto. Las principales diferencias
pueden ser:
● Ausencia de correspondencia, el niño puede atribuir a un referente una palabra diferente de la que suelen
emplear los adultos.
● Uso parcial, es cuando el niño utiliza una palabra con un numero de referentes inferior a los que cubre el
léxico adulto.
● Sobregeneralización, es cuando el niño utiliza una misma palabra para referentes para los cuales los adultos
utilizan varias palabras.
Los primeros usos que el niño hace de las palabras están marcados por la sobre extensión. Esas palabras son
aplicadas no solamente a los objetos que designan en la lengua adulta, sino también a otros que poseen alguna
relación con ellos. La adquisición de palabras nuevas depende de las capacidades del niño y otras de los
comportamientos del entorno. En cuanto a la capacidad del niño hay que mencionar las cognoscitivas, pero también
las posibilidades de percepción y memorización de las palabras.
El desarrollo semántico.
Nivel preverbal.
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La primera forma que implica la necesidad para quien se halla frente a una producción de interpretarla sin poder
apoyarse en su contenido está representada por las producciones preverbales y en particular por los gritos del niño.
El grito es significativo en la medida en que el medio lo interpreta, lee en el la expresión de un estado de sufrimiento
del organismo y reacciona de una manera que cree apropiada. El mismo tipo de lectura se ejerce sobre otras
manifestaciones emocionales o afectivas, no siempre únicamente vocales, que serán tratadas como expresivas de la
alegría, la satisfacción, el enojo, el afecto, el malestar.
Estas manifestaciones se prolongan a todo lo largo de la vida y siguen siendo interpretadas y sirviendo como indicios
para descifrar información que el sujeto produce, a veces sin saberlo ni quererlo.
Atribuir intención a una producción requiere interpretar y decidir. Los padres creen distinguir muy pronto las
manifestaciones, como los gritos y llantos que son sinceros y resultan de un estado al que conviene poner remedio,
de aquellos que corresponden a una intención de manejarlos y de obtener su atención y solicitud.
La primera palabra.
La aparición del lenguaje oral, entre 18 y 24 meses, se sitúa al mismo tiempo en que la inteligencia sensoriomotriz
llega a un cierto punto culminante y en que el desarrollo de la imitación llega a la función semiótica o simbólica (18
meses). Llamamos primera palabra a la primera emisión fonética de carácter constante ligada a una situación
específica y en relación con una consecuencia del lenguaje adulto, sin tener en cuenta las deformaciones más o
menos importantes. Una vez condicionada esta primera relación actúa la repetición reciproca modelando la
producción primitiva hasta llegar a la palabra exacta.
El condicionamiento se basa en las relaciones palabras-comportamiento, de ahí que las primeras palabras del niño
tengan siempre un valor de acción y no de referencia. Se puede decir que las primeras palabras expresan
fundamentalmente deseos y necesidades, además del placer de usar una capacidad nueva.
El uso de una palabra se decide por una sola función situacional, el niño la aprende dentro de su contexto de
realización y solo después llega a disociarla. La etapa de sincretismo perceptivo-motor es la que favorece la
adquisición del lenguaje, sensibilizando al niño precisamente a las formas globales antes de que capte analíticamente
su sentido. La segunda tendencia aparecerá ya desde el año y medio, primero a nivel de la comprensión y después de
la expresión, complementándose así los caminos sincréticos y analíticos.
La etapa de dos palabras.
La característica de esta etapa es que las producciones lingüísticas de dos elementos expresan una idea completa
dentro del contexto en el cual se producen. El rango de relaciones semánticas o significados demostrados por el niño
en esta etapa es amplio. (ir a cuadro pag 63)
Desarrollo cuantitativo del léxico.
El niño de doce meses entiende más o menos 3 palabras distintas que aumentan hasta 20 a los 18 meses. Se estima
que el vocabulario de producción representa aproximadamente la mitad del de comprensión.
El niño de dos años, etapa en que comienza la aplicación de la HDL, ya posee la mayoría de los elementos de todas
las categorías de palabras de la lengua: sustantivos, verbos en distintos tiempos y con diversos aspectos, adjetivos,
pronombres, preposiciones, es capaz de producir oraciones coordinadas, copulativas y subordinadas, marcando
varios tipos de relación entre proposiciones y sabe expresar de muchas formas, sus intenciones , sus deseos, sus
juicios, finalmente se muestra con capacidad para integrarse en las conversaciones empleando los medios discursivos
apropiados.
Los tiempos verbales más empleados son el presente, el pretérito perfecto compuesto y la perífrasis con valor de
futuro. Constituyen la expresión de los momentos más cercanos al aquí y ahora.
El número de palabras distintas es una medida de diversidad léxica que además muestra una relación significativa
con los valores relativos de nombres y verbos, con la longitud media de enunciado y con el índice de complejidad
sintáctica.
Significación y comunicación.
La definición de significación según la cual se establece un vínculo entre la palabra y el referente, descuida la
dimensión fundamental del lenguaje que es la comunicación. La comunicación implica no solo que se hable de algo,
sino también que se tengan en cuenta el uno al otro.
Las palabras emitidas no están construidas de una manera objetiva. el habla desempeña el papel de instrumento que
permite la satisfacción de una necesidad más o menos forzosa.
El interés hacia los aspectos comunicativos del lenguaje complica la manera de tratar la significación y lleva a
considerar otros aspectos del desarrollo semántico y no solo los que se abordan cuando se trata nada más que las
relaciones con el referente. Descifrar la significación de un enunciado equivale a determinar aquello que incita al
locutor a hablar y a emitir ese enunciado particular.
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A la inversa, para aquel que habla y se dirige a un oyente, definir la naturaleza de su discurso está en función de una
acción que debe ejercer sobre el oyente y el discurso cobra formas y modalidades que están determinadas por esa
intención. Estos juegos a menudo sutiles del adulto, no se ejercen al capricho de la iniciativa individual. Las
comunicaciones, las relaciones entre los hombres están definidas por reglas y códigos sociales que el niño aprende y
va poniendo en práctica.
🡪Pragmática.
Se puede definir la pragmática como el estudio de los usos del lenguaje y de la comunicación lingüística. Considera
en forma dinámica. El análisis lingüístico ya no se ocupa solo del sistema de la lengua sino que se interesa por el
habla y el hecho de la comunicación en el sentido de la interacción.
Algunos términos que resultan esenciales para una comprensión básica de la teoría pragmática:
● Enunciación: acto en el que un locutor o emisor produce una sucesión de palabras en determinado tiempo y
lugar, dirigidos a un receptor.
● Enunciado: sucesión de palabras que produce el locutor, puede ser tanto una oración como un discurso.
● Transparencia: es la manera como el lenguaje deja ver a través de él, el referente a que apunta.
● Distancia: ubicación relativa del emisor con respecto al discurso.
● Tensión: presión del emisor sobre el receptor.
● Actos indirectos: no siempre el emisor habla directa y literalmente.
● Tópico: tema que le interesa al emisor, aquello de lo que quiere hablar.
● Coherencia: las oraciones que los componen deben apuntar directa o indirectamente al tópico del discurso,
es decir ser coherente.
● Operadores: son señales léxicas, morfosintácticas, conceptuales, semánticas, graficas, fónicas que marcan en
el discurso la relación: hablante-texto-oyente, clasificando el tipo de acto. Los operadores actúan
eficazmente para expresar la fuerza ilocucionaria. (ej. Por favor, no fumes)

Actos del habla: enunciado mediante el cual un emisor o hablante se dirige a un oyente o receptor en determinadas
circunstancias para expresar lo que quiere decir y a través de él comunicarse con el oyente o receptor para impulsarlo
a actuar de un modo determinado.
El uso del lenguaje implica una actividad que incluye el acto de decir algo.
Existen tres subactividades del acto del habla:
1) El acto locutivo o de emisión: acto de decir algo, que consiste en emitir ciertos ruidos con cierta entonación o
acentuación
2) El acto ilocutivo: el acto que llevamos a cabo al decir algo que tiene reglas convencionales.
3) El acto perlocutivo: el acto que llevamos a cabo porque decimos algo que no tiene reglas convencionales.
La pragmática no puede dejar de interesarse por la relación texto-contexto abarcando el conjunto de:
1) emisor o hablante real o sujeto parlante.
2) el receptor, oyente real o destinatario.
3) la situación de producción: lugar, época, costumbres,
La noción de acto de habla también se aplica a las producciones del niño pequeño permitiéndonos adjudicar esas
producciones a una base ya situada en las conductas preverbales. La interpretación de los gritos y otras
manifestaciones emocionales por parte del medio implica que dichas manifestaciones pueden ser tratadas como
actos.
Dore utiliza la noción de actos de habla primitivos para describir y clasificar las primeras producciones verbales del
niño:
● Denominación: toda expresión con la intensión de nombrar un objeto o acción.
● Respuesta: toda expresión con la intención de responder a la expresión anterior del niño.
● Pedido: expresión con la intención de dirigirse al adulto y esperar su respuesta.
● Saludo: expresión con la intención de convenir un saludo convencional.
● Protesta: expresión con la intención de objetar, resistir.
● Repetición: intención de imitar la acción de la otra persona.
● Practica: ejercitar juego vocal sin dirigirse a ninguna persona.
Análisis de la intencionalidad.
La intención se detecta por: indicadores verbales, por la dirección de la mirada, cambios de la entonación y del
volumen de la voz, naturaleza del acto precedente y subsecuente. Las reacciones del niño si logra o falla en alcanzar
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un objetivo, expresiones de alegría o desilusión dan la pauta de un acto intencional. Se trata de esclarecer el que y
como y cuando el niño expresa sus intenciones. Usa expresiones no convencionales (movimientos anormales), se
comunica llorando o gimiendo.
Análisis del discurso.
Los niños con trastornos de lenguaje tienen en general dificultades para organizar y participar en el discurso
cotidiano, más allá de los problemas de comprensión o expresión que también presentan.
Existen distintos recursos que se pueden implementar y que incluyen diferentes niveles de dificultad. Desde pedirle
un relato basado en u cuento familiar para alentarlo a entrar en confianza al contarnos algo que sabe casi de
memoria para luego continuar con otras actividades más complejas como describir una lámina no conocida, contar
algo divertido que le haya pasado, explicar los pasos a seguir para realizar determinada tarea.
Es sabido que el género del discurso tiene sus características y requerimientos particulares que deben investigarse.
Así, en la conversación se puede observar la cooperación que brindan los participantes para el mantenimiento del
tema, el respeto de los turnos, la reparación de los malentendidos, la forma de introducir los cambios y de superar
las superposiciones o las interrupciones.
Capítulo 4. “Los trastornos del lenguaje en el niño”.
La clasificación de los trastornos del lenguaje infantil:
1) Trastorno de la voz:
● Disfonías: alteración de la voz, ligada a un uso incorrecto de la misma y a una respiración insuficiente
o mal coordinada con la fonación. Suele combinar factores anatómicos y factores funcionales difíciles
de separar. Se puede traducir en una voz ronca, grave, con altibajos en el tono o en una voz sorda, de
escasa potencia. Otra variante es la rifonía, que puede ser: cerrada (no puede pasar el aire en las
cavidades nasales) o abierta ( insuficiente cierre del velo del paladar)
2) Trastornos del habla:
● Dislalias orgánicas: perturbaciones articulatorias de intensidad variable, debidas en su mayoría a
malformaciones del aparato bucofonador y a traumatismos ocurridos en etapas temprana de la niñez
(labio leporino, malformaciones dentarias).
● Dislalias funcionales: se deben a un trastorno funcional permanente de la emisión de un fonema sin
que existan defectos anatómicos, neurolingüísticas, parálisis, en niños mayores de cuatro años.
Algunos síntomas pueden ser: a) dislalias por omisión: el niño omite el fonema; b) dislalias por
sustitución: el niño sustituye el fonema por otro (ejemplo: sustituye k por t); c) dislalias por
distorsión: en lugar del fonema correcto, el niño produce un ruido que no pertenece al sistema
fonético del idioma (por ejemplo: mal pronunciación de la R, S, Z); d) Dislalia múltiple: las
alteraciones incluyen gran número de fonemas consonánticos y a veces también vocálicos.
● Disartrias: son trastornos en la pronunciación debidos a una afectación de las vías centrales, nervios
craneales o grupos musculares. Pueden distinguirse dos grupos: 1) las disartrias de los diferentes
tipos de parálisis cerebral infantil y 2) las disartrias que no se acompañan de disturbios neurológicos
graves.
● Disfluencias: trastornos de la fluencia y del ritmo. Se distinguen:
a. Farfulleo: es una forma rápida de hablar en la cual se observan omisiones de fonemas y
silabas.
b. Tartamudez: es la perturbación del habla y de la comunicación social caracterizada por una
discoordinación de los movimientos fonoarticulatorios y la presencia de espasmos
musculares en el diafragma, glotis, lengua, labios, etc. La intensidad de los síntomas, de
distinta gravedad según los casos, es variable dentro de un mismo sujeto, según el contenido
del mensaje, el interlocutor, el contexto de intercambio y el estado anímico del sujeto. Los
síntomas suelen aparecer entre los 3 y 4 años y van aumentando con la edad adulta. Forma
de manifestarse: Forma tónica (fuertes espasmos), forma clónica (leves espasmos y
repetidos) y mixta (combinación de ambas).
3) Trastornos del lenguaje:
● Retraso simple: retraso en la aparición de los niveles del lenguaje, que afecta a la expresión y no es
explicable por déficit intelectual, sensorial, ni conductual. Se respetan las etapas evolutivas del
desarrollo normal, pero con un desfasaje cronológico. Se observa importante mejoría con la edad,
incluso sin intervención terapéutica, con resolución total del trastorno antes de los 6 y 7 años.
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● Disfasias o Trastornos del lenguaje (TDL): estos niños forman un grupo heterogéneo cuyo
denominador común es que su sistema de lenguaje, por una u otra razón, no se corresponde con sus
capacidades cognitivas.
Algunos autores la definen como trastornos primarios y específicos del lenguaje oral ligados al
desarrollo. Se dice primarios para distinguirlos de los trastornos secundarios del lenguaje debidos a
una hipoacusia, causas metabólicas, neuromusculares o consecutivos a una lesión cerebral postnatal,
mientras que el termino se refiere a que las funciones motrices, sensoriales y cognitivas son
normales o por lo menos superiores al lenguaje oral.
Gerard propone 6 principales indicadores:
1. trastornos en la evocación léxica: falta de disponibilidad de la palabra, perseveraciones
verbales o parafasias.
2. trastornos en la codificación sintáctica: Incapacidad del niño para usar las inflexiones
verbales y palabras función necesaria.
3. trastornos de la comprensión verbal.
4. hipoespontaneidad: conjunto de comportamientos relacionados con una dificultad en la
iniciativa verbal y reducción de las emisiones vocálicas.
5. trastorno de la informatividad: incapacidad para transmitir información.
6. disociación automático-voluntaria: imposibilidad de algunos disfásicos de producir ciertas
unidades verbales a la orden o en situación dirigida, mientras que en situaciones
espontáneas, esas mismas producciones se logran sin ningún problema.
● Afasias: deterioro del lenguaje consecutivo a una lesión cerebral adquirida. Se emplea este término
cuando la lesión ocurre después de la adquisición del lenguaje, es decir después de los dos años de
edad. Las causas pueden ser infecciones bacterianas, lesiones vasculares, tumores cerebrales y
traumatismos. Los síntomas pueden ser el mutismo (ausencia de emisiones verbales o vocálicas), la
hipoespontaneidad verbal, los trastornos articulatorios, el agramatismo y los signos negativos.
Gracias a la plasticidad del cerebro infantil, se observa un proceso rápido de recuperación
post-lesional, con reaparición de las distintas funciones lingüísticas en un periodo de seis meses.
Los síndromes afásicos:
1) Afasia anómica: la anomia o “falta de palabra” consiste en una dificultad de evocación de
palabras conocidas.
2) Afasia sensorial: se caracteriza por trastornos severos de la comprensión verbal, dificultades de
evocación y una expresión verbal correctamente articulada y a menudo fluida.
3) Afasia de conducción: alteración en la capacidad de repetir, ya desde el nivel de la palabra. El
habla suele ser fluente, con buena articulación, sin embargo existen dificultades de evocación de
vocablos.
4) Afasia transcortical: capacidad para repetir mensajes verbales, ecolalia. Existe una afasia
transcortical motriz que cursa con un casi mutismo por dificultades para iniciar la expresión
verbal, y una afasia transcortical sensorial en la que el lenguaje es normal en su expresión
espontánea y a la repetición pero con alteraciones en la comprensión.
5) Afasia motriz: se caracteriza por una expresión verbal no fluente, emitida con lentitud y esfuerzo,
y con exceso de pausas. Los fonemas se producen deformados. Existe una gran variabilidad de
sustituciones fonémicas, pero la producción mejora en la repetición.

Capítulo 5. “Trastornos del lenguaje y la comunicación asociados a otros síndromes clínicos.”


Existen síndromes donde el trastorno del lenguaje ocupa un lugar muy importante dentro de la sintomatología.
Algunos tienen una etiología conocida (síndrome de Down), otros todavía no. Algunos síndromes son:
⮚ Síndrome de X frágil.
⮚ Síndrome de Down.
⮚ Síndrome de Klinefelter.
⮚ Síndrome de Prader-Willi.
⮚ Síndrome de Angelman.
⮚ Síndrome de Langer-Gledon.
⮚ Fenilcetonuria.
⮚ Síndrome de Williams.
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⮚ Esclerosis tuberosa.
⮚ Rubeola congénita.
⮚ Retraso mental.
⮚ Hipoacusia.
⮚ Síndromes epilépticos.
⮚ Síndrome autista.

Capítulo 6. “Guía para el análisis de La hora de juego lingüística”.


Semiología lingüística.
Los déficit neurolingüísticos pueden deberse a un trastorno sensorial o motor (sordera), pueden ser la manifestación
de un trastorno específico del desarrollo del lenguaje (disfasias) o incluso pueden formar parte de un cuadro
patológico más amplio (síndromes epilépticos, autismo).
Cuando nos disponemos a evaluar el lenguaje del niño, es importante en una primera etapa poder detectar los
síntomas patológicos, en forma aislada, independientemente del síndrome clínico al cual pertenezcan. Un
conocimiento profundo de esta semiología es esencial para un correcto diagnóstico.
Vertiente receptiva.
Observar si el niño aparenta oír bien. La sospecha de una posible hipoacusia, señala la necesidad de corroborar dicha
presunción con las técnicas adecuadas. Observar si el niño reconoce eventuales ruidos familiares, como el sonido del
timbre, el ladrido de un perro o la sirena de los bomberos. Dificultades a este nivel determinan la agnosia auditiva.
Vertiente expresiva.
Se deben considerar las praxias: bucales relacionadas con otras funciones además de la fonoarticulación, deglución y
las praxias articulatorias relacionadas con el lenguaje. El niño usando las capacidades neuromotrices básicas de su
aparato fonatorio, reconoce su sonido del lenguaje, lo articula con la intención de reproducirlo, ya sea aisladamente,
en una silaba o en una palabra. La articulación implica el control y la coordinación fina de grupos musculares para
alcanzar el objetivo. Se necesita precisión de las consonantes.
Estos trastornos de articulación son las dislalias. En los casos severos se podría considerar la existencia de una apraxia
verbal.
La ausencia total del habla resulta difícil de explicar por una sola existencia del componente apráxico, si este no va
acompañado también de un déficit en la programación de la secuencia de los fonemas.
La hora de juego lingüística en el niño preverbal.
¿Cómo evaluar el lenguaje de un niño que no habla o que pronuncia apenas palabras aisladas?
Antes de alcanzar la función simbólica y por tanto en el periodo sensorio motos correspondiente a la etapa llamada
del prelenguaje, el niño utiliza manifestaciones intencionales y voluntarias que tienen funciones comunicativas. Se
vale de gestos, miradas, sonrisas que están ligas a la presencia del otro.
Hay conductas básicas de alto valor que conviene observar:
1) Nivel de atención: resulta de fácil comprobación, suficiente con mirar al niño, una respuesta positiva revela
un estado receptivo y cuando además es mutua, es prueba evidente de comunicación.
2) Dialogo gestual.
3) Dialogo vocálico: si responde al “ajo”.
4) Dialogo melódico: si responde al canturreo.
5) Discriminación auditiva: si sonríe.
6) Discriminación visual: diferenciar la mirada serena y escrutadora cuando observa un objeto, de la mirada
llena de brillo.
La evolución del proceso comunicativo y su relación con el juego interactivo.
Durante el primer año de vida los contactos oculares, las expresiones faciales, los llantos y las sonrisas constituyen las
bases esenciales de la comunicación. Durante el periodo sensoriomotor casi todas las manifestaciones comunicativas
del niño utilizan el gesto de indicación que se presenta bajo una doble forma, por un lado, la extensión del brazo y
dedo índice hacia un objeto y por otro lado, dirigir la mirada hacia la persona que se pretenda.
Un aspecto a tener en cuenta en el juego interactivo es la imitación. El niño normal imita todo desde temprano,
desde la mitad del primer año goza imitando mímicas, risas, entonaciones.
Desde los 8-10 meses prevalecen los juegos de intercambio.
De los 12-18 meses el niño es muy activo y se muestra interesado por manipular las cosas. Hacia el final de esta
epata aparecen las primeras palabras. Así reclama la atención de su madre, es conveniente que esta misma lo
acompañe en la comunicación con sonidos y palabras claves.
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El evaluador debe hablar menos, cediendo de esta forma a la tentación de ocupar el protagonismo principal no
dejando hablar al otro. Tampoco debe situarse como observador no participante. Espontaneidad, flexibilidad y
adaptación deben caracterizar siempre la interacción.

Aquí los niños pueden desarrollar estrategias de comprensión conducentes a comportamiento adaptados sin que
tengan que analizar. Parece ser que las estrategias léxicas completadas por conocimientos pragmáticos de situaciones
habituales explican aquella comprensión.
En cuanto al juego, entre los 15 y 18 meses el construir y tirar es característico.
De los 18 a los 24 meses, la actividad del niño ya no es manifestación sino que guarda relación con las características
de los objetos y las posibilidades que ofrecen. La comunicación continúa siendo gestual y se acompañan de palabras.
De los 24 a los 36 meses la actividad del niño con los objetos está organizada con relación a un fin llamado el juego
simbólico. La comunicación con el adulto ya no necesita tanto apoyo gestual. El lenguaje verbal alcanza un grado
bastante elevado de complejidad, aparecen las estructuras de la frase: predicado nominal y verbal, las primeras
reglas morfosintácticas y los primeros enlaces entre frases.
Desde los 28 a los 30 meses encontramos un predominio de lenguaje verbal y el niño utiliza muchos menos el gesto
de indicación, con la palabra ya puede expresar lo que desea. Realiza gestos de indicación en donde predomina la
comunicación oral y además el niño verbaliza sus acciones para consigo mismo y para los demás.
A partir de los tres años, el niño juega en silencio al ser consciente de la diferencia entre estar acompañado y estar
solo, entre hablar para otro y hablar para sí. Sigue acompañando sus actividades con verbalizaciones. El lenguaje de
acción se hace cada vez menos frecuente frente al lenguaje de la comunicación que sigue progresando.

Capítulo 8. “El rol de la familia”.


Cualquier alteración importante en la capacidad del niño para comunicarse con los demás y asimilar los modelos
habituales de dicha comunicación, modifica la dinámica de la interacción y tiene una influencia negativa sobre la
cantidad y calidad de la estimulación familiar.
Si un niño habla poco, lo más probable es que reciba poca estimulación de su entorno, por lo tanto, su dificultad se
verá agravada involuntariamente por su familia.
Cuando tratamos de orientar a su familia, no debemos olvidar la naturaleza interactiva del lenguaje. Se prepara el
terreno para la instalación del lenguaje cuando se interactúa con el niño y se comunica con el de todas las maneras
posibles empleando tanto sonidos como gestos, tanto mímicas faciales como actitudes corporales.
Pero el lenguaje, además de comunicación e interacción y por lo tanto, fenómeno social es un fenómeno cognitivo. Es
una representación de la realidad. Las palaras simbolizan cosas, personas o sucesos. Para emplear las palabras
adecuadamente, es necesario poder establecer una correspondencia correcta entre los elementos de la realidad
aprehendida, las palabras y las combinaciones de palabras empleadas para representarlas.
Lo más importante es establecer un vínculo que permita comprender al niño y ayudarlo, sostenerlo, acompañarlo en
su proceso de crecimiento.

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