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Autores: Eva Samaniego Fernández, María Beatriz Pérez Cabello de Alba e Ismael Iván Teomiro García

INGLÉS PROFESIONAL Y
ACADÉMICO I: TEXTOS JURÍDICOS
Y ECONÓMICO-COMERCIALES

Tema 1:
Specialised texts in English
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ÍNDICE

1.1. Introducción 5
1.2. Los lenguajes de especialidad 5
1.2.1. La naturaleza de los lenguajes de especialidad 5
1.2.2. Términos y palabras 13
1.2.3. Los textos especializados: función, género y tipo textual 15
1.2.4. Rasgos generales de los lenguajes de especialidad 21
1.3. El Inglés Profesional y Académico (IPA) 27
1.3.1. La naturaleza del IPA 28
1.3.2. La estilística del IPA 30
1.3.2.1. Fase prescriptiva 30
1.3.2.2. El impacto de otros paradigmas 31
1.3.2.3. Fase descriptiva 33
1.3.3. Rasgos distintivos del IPA 35
1.3.3.1. Rasgos léxico-sintácticos 36
1.3.3.2. Rasgos textuales y pragmáticos 40
1.4. Conclusión 48
1.5. Listado de términos fundamentales 49
1.6. Cuestiones fundamentales 50

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1.1. INTRODUCCIÓN

El término “Inglés Profesional y Académico” (IPA), o ESP (English for Specific


Purposes) designa una disciplina académica fundamental.

Este tema introduce los lenguajes de especialidad y el Inglés Profesional y


Académico (IPA) o English for Specific Purposes (ESP). Por tanto, explica el origen y
desarrollo de los estudios centrados en los lenguajes de especialidad. A
continuación se describen los parámetros (pragmáticos, cognitivos, lingüísticos,
etc.) que permiten distinguir entre un texto general y un texto de especialidad, pues
no siempre la terminología (vocabulario especializado) discrimina claramente entre
ambos. También se estudian los rasgos distintivos del inglés especializado a varios
niveles: léxico, sintáctico, textual, pragmático, etc.

Las actividades prácticas sobre este tema se pondrán a disposición de los


alumnos en el curso virtual.

1.2. LOS LENGUAJES DE ESPECIALIDAD

En este apartado analizaremos la naturaleza de los lenguajes de especialidad.

1.2.1. LA NATURALEZA DE LOS LENGUAJES DE ESPECIALIDAD


El término lenguaje de especialidad, tomado del francés langue d’especialité, se
utiliza para designar el tipo de lenguaje utilizado en la comunicación especializada,
es decir, “el lenguaje específico que usan algunos profesionales y especialistas para
los términos, los conceptos y los conocimientos de una determinada área de
conocimientos (Alcaraz Varó 2000:15). Equivale al término inglés Language for
Special/Specific Purposes (LSP, que se utiliza de forma genérica para hacer
referencia a la “comunicación entre especialistas” 1). Este término se ha impuesto a

1
El término “lenguaje de especialidad”, como veremos más adelante, debe entenderse como un
continuo, que va desde el que utilizan los especialistas cuando se comunican entre sí en un contexto

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otras alternativas con las que ha estado compitiendo durante algún tiempo, entre
ellas special utility language, sublanguage, functional language type, dialect, register,
jargon, functional variety of language, etc. Al igual que ocurre con el término inglés
“LSP”, existen en español diversas formas de referirse a los lenguajes de
especialidad. Las más frecuentes son los siguientes: “lenguajes especializados”,
“lenguajes de especialidad”, “lenguajes con fines/propósitos específicos/especiales”,
“lenguajes especiales”, “lenguajes especializados por la temática”, “lenguajes de
especialidad determinados por la temática”, “tecnolectos” (Rabadán Álvarez 1992:
96; Alcaraz Varó 2000: 15), “dialectos profesionales/ocupacionales” (Rabadán
Álvarez 1991: 90), “jergas profesionales”, etc.

La demarcación de las diferencias que definen los lenguajes de especialidad


frente a la lengua general es una cuestión todavía hoy polémica y difusa (Cabré
Castellví 1993: 132). La definición clásica de Sager de la lengua general es “the
language used for every day non-specialist communication among a speech
community” (Sager 1990). Para llegar a una definición de lenguaje de especialidad
podríamos basarnos bien en sus diferencias respecto de la lengua general, en las
funciones o usos que desempeña, o finalmente, en las restricciones a las que está
sujeto.

Los lenguajes de especialidad son tipos mixtos a medio camino entre los
lenguajes artificiales y las lenguas naturales 2 (Cabré 1993: 132). Su naturaleza es
restrictiva respecto a los siguientes aspectos:

• su adquisición, que debe hacerse de forma consciente;

• su flexibilidad, que se ve constreñida por la incorporación de lenguajes


artificiales 3;

• su manifestación suele ser el medio escrito, y por lo tanto se trata de un


lenguaje más controlado 4;

profesional altamente especializado, hasta el que se emplea para la divulgación (de la ciencia, la
tecnología, la economía, etc.).
2
El lenguaje natural es un lenguaje que se adquiere como parte de una cultura (aprendizaje
inconsciente en la mayoría de los casos), mientras que en los lenguajes artificiales sus normas y
lexicón están explícitamente establecidos a priori por un colectivo determinado (Sager 1993: 321), lo
cual significa que se adquieren de una forma consciente e intencionada. Un ejemplo sería el lenguaje
de la programación informática.
3
Por ejemplo, los símbolos químicos o matemáticos.

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• sus funciones, que suelen estar reducidas a lo descriptivo, clasificativo e


informativo;

• la intención, que suele ser informativa o incluso directiva5.

Para la descripción de los lenguajes de especialidad Cabré (1999a: 1) propone


utilizar un eje horizontal y otro vertical. La variación horizontal se refiere a la
temática y la perspectiva, y la vertical a la intención y el nivel de especialización (cit.
en Montero Martínez, http://elies.rediris.es/elies19/index.html).

En cuanto a la variación horizontal, dado que la temática especializada es una


característica definitoria de estos lenguajes, en función de ésta se puede establecer
una primera clasificación de los mismos. Sin embargo, además de la temática habrá
que tener en cuenta la perspectiva desde la que se aborda el mensaje (Cabré
Castellví), ya que es posible tratar el conocimiento científico de una forma trivial
(Wierzbicka 1996: 350), como sucede en la divulgación.

Respecto a la variación vertical, incluye la intención y el nivel de especialización,


que vienen determinados por el emisor. Por lo general el emisor será un especialista
que quiere transmitir un mensaje sobre un tema determinado, mensaje que será
recibido por el destinatario en una situación determinada (Sager 1990: 99), es decir,
“marcada” (=distinta, concreta). Puesto que el emisor desea modificar de algún
modo el conocimiento del receptor (ampliarlo, mejorarlo, concretarlo…), habrá de
tener en cuenta las características de éste (si es un experto, si es un alumno, etc.)
para adaptar el texto al grado de conocimiento del receptor de manera que éste
pueda acceder al contenido. Por ejemplo, a mayor nivel de especialización del
receptor, menor cantidad de información es necesario incluir.

Para Marimón Llorca y Santamaría Pérez (2007: 128), una lengua de especialidad
“está constituida por un conjunto de conocimientos morfológicos, léxicos,
sintácticos y textuales que conforman el conjunto de recursos expresivos y
comunicativos que necesitan los especialistas en una materia para desenvolverse de
forma adecuada en el contexto profesional de una especialidad”.

4
El lenguaje escrito se cuida más que el verbal por ser planificado.
5
Las teorías clásicas afirmaban que el propósito fundamental de los textos de especialidad era
informativo, es decir, transmitir una serie de ítems de información. De forma secundaria, podían ser
directivos (=impositivos), como por ejemplo los textos jurídicos pertenecientes al género de las leyes.
Sin embargo, se ha demostrado que bastantes textos especializados tienen un propósito persuasivo, es
decir, intentan convencer al destinatario de una tesis/hipótesis determinada. Un ejemplo serían los
artículos científicos.

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Sager et al. (1980: 68 y sigs.) afirman que el lenguaje de especialidad es un


sistema semiótico complejo, semiautónomo (es decir, que depende del lenguaje
general pero funciona de forma semiautónoma) y basado en el lenguaje general, que
se diferencia en función de factores de índole pragmática. Podemos decir por tanto
que el conjunto de reglas, unidades y restricciones que conocen los hablantes de
una lengua constituyen lo que se llama “lengua general” o “lengua común”, que es
la lengua que se utiliza, normalmente, en situaciones comunicativas “no marcadas”
(= generales). Una definición clásica de “lenguaje de especialidad” es la siguiente
(Cabré Castellví 1993: 128-129; cf. 1993: 135):

“(…) conjunto de subcódigos -parcialmente coincidentes con el subcódigo


de la lengua común- caracterizados en virtud de unas peculiaridades
“especiales”, esto es, propias y específicas de cada uno de ellos, como
pueden ser la temática, el tipo de interlocutores, la situación
comunicativa, la intención del hablante, el medio en que se produce un
intercambio comunicativo, el tipo de intercambio, etc.”.

La variación lingüística hace referencia a los cambios que experimenta una


lengua en función del usuario (variación geográfica, temporal, social, idiolectal, etc.;
es decir, dialectos) o en función del uso (campo, tenor y modo; es decir, registros).
Por consiguiente, la variable que define un lenguaje de especialidad parece ser la
variación lingüística según el uso, más concretamente la variable denominada
“campo” 6.

La relación entre el lenguaje de especialidad y el lenguaje general puede ser de


cuatro tipos (cf. Bergenholtz y Tarp 1995):

1. El lenguaje general es sinónimo de la variante estándar y, por


consiguiente, todos los lenguajes de especialidad se consideran
“elements of general language” (Bergenholtz y Tarp 1995: 16). Para
los defensores de esta postura, los lenguajes de especialidad son

6
El término “campo” (“field”) hace referencia al ámbito de actividad (Hatim y Mason 1990:48), y
reflejaría la función social del texto). Crystal y Davy (1969/1990:71) lo denominan province; Bell
(1991:9) sin embargo prefiere el término de domain. Aunque el concepto de “campo” no es sinónimo
del de “área temática” (un campo tiene varias áreas temáticas), tienden a confundirse (Rabadán
Álvarez 1991:90). En definitiva, el campo analiza el tipo de lenguaje determinado por la actividad que
desarrolla el hablante y hace referencia al grado de especialización del área de actividad, que varía en
función de la situación comunicativa. El “modo” (“mode”) designa la forma en que se desarrolla el acto
comunicativo: oral, escrito, y todas las alternativas posibles: lenguaje escrito para ser hablado, como
el teatro, o lenguaje hablado para ser escrito, como una clase magistral. El “tenor” (“tenor”) o “variedad
según la actitud” (Mayoral Asensio 1990: 71) sería la relación existente entre emisor y receptor, en un
continuo que va de muy formal a muy informal, dependiendo de factores como la proximidad entre los
interlocutores, el grado de parentesco, la educación, etc. (cf. Baker 1992:16; Swales 1990:40).

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subconjuntos del lenguaje general (cf. Varantola 1986; Sager et al.


1980; Beaugrande 1987; Cabré Castellví 1993).

2. El lenguaje general es un subconjunto de los lenguajes de


especialidad, ya que todas las expresiones de la lengua general
pueden encontrarse en los lenguajes de especialidad que, además,
tienen una serie de entes léxicos propios y específicos de cada
temática (cf. Rondeau 1983).

3. Los lenguajes de especialidad y el lenguaje general son dos


fenómenos iguales pero de naturaleza diferente, ya que desde el
punto de vista comunicativo se utilizan en situaciones distintas.

4. No existe el lenguaje general, ya que “each usage is specific to a


certain situation. This approach implies that every language
variety is an LSP (language for specific purposes)” (Bergenholtz y
Tarp 1995: 18). Así pues, cualquier tipo de variación lingüística
constituiría un lenguaje de especialidad. Para Widdowson (1998:
3-4) éste sería el mayor inconveniente de utilizar el término
“lenguaje específico”, ya que cualquier uso que hagamos del
lenguaje siempre será “específico”.

Ahmad et al. (1995) resumen las tres primeras posturas en la figura siguiente.

Figura 1: Relación entre lengua general y lenguajes de especialidad


(Sublenguaje).

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Lengua Lengua
General Sub- General
lenguaje

Sub- Lengua
lenguaje General Sub-

lenguaje

Fuente: Pérez Hernández, Chantal. http://elies.rediris.es/elies18/index.html

Para Cabré (1993: 140), los lenguajes de especialidad están en relación de


inclusión respecto a la lengua global y en relación de intersección tanto entre sí
como con respecto a la lengua general, con la que comparten características. Entre
la lengua general y los lenguajes de especialidad se produce un constante trasvase
de unidades.

Figura 2: Relación entre lengua global, lengua general y lenguajes de


especialidad.

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Fuente: Pérez Hernández, Chantal. http://elies.rediris.es/elies18/index.html


Hoy en día está comúnmente aceptado que no resulta viable definir los lenguajes
de especialidad en términos estrictamente lingüísticos, ya que lo que los diferencia
de la lengua general son características pragmáticas o extra-lingüísticas.
Lehrberger (1986: 22, cit. en Pérez Hernández,
http://elies.rediris.es/elies18/index.html) considera que hay seis factores que
pueden ayudar a definir un lenguaje de especialidad:

1. la temática específica;

2. las restricciones léxicas, sintácticas y semánticas;

3. las reglas gramaticales “anómalas”;

4. la alta frecuencia de aparición de determinadas construcciones;

5. la estructura textual

6. el uso de símbolos específicos.

A estos seis factores habría que añadir las características especiales en que se
desarrolla el intercambio de información (Cabré 1993: 136), es decir, los rasgos
definitorios de la situación comunicativa, que atañen tanto a los interlocutores
(productores y receptores de comunicaciones especializadas) como a la situación y
función comunicativa o al canal de transmisión de los datos.

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La postura más comúnmente aceptada hasta ahora, que recientemente se ha


puesto en duda, es la que afirma que el lenguaje de especialidad es un subconjunto
del lenguaje general caracterizado pragmáticamente por tres variables:

• La temática (campo o field). Una temática es


especializada si no forma parte del conocimiento
general de los hablantes de una lengua y, por tanto,
ha de ser objeto de un aprendizaje específico.

• Los usuarios. Están agrupados en torno a una escala


de abstracción, que va desde los especialistas hasta el
público en general.

• La situación comunicativa. Sería, como ya hemos


visto, una situación “marcada”: se trata de situaciones
muy codificadas y convencionalizadas (González
Gómez-Jover 2007: 30). Esto implica la existencia de
tipos textuales y de géneros (cf. Swales 1990; Bhatia
1993), entre otros factores.

Según estas premisas, “the threshold between general and special language can
be delineated only by pragmatic criteria derived from usage” (Sager et al. 1980: 68;
cf. Lerat 1997: 17).

Sin embargo, como ya hemos mencionado, recientemente han comenzado a


plantearse dudas sobre esta caracterización de los lenguajes de especialidad. Las
últimas investigaciones de Cabré Castellví (2005) apuntan a que no es posible
definir en términos exclusivamente pragmáticos los lenguajes de especialidad, ya
que son necesarias otras condiciones para que se dé un discurso especializado
(2005: 194-195):

“(…) la detección inicial de los textos especializados se lleva a cabo por


condiciones externas, esto es, por las condiciones discursivo-
comunicativas en las que algunos textos se producen. Estas condiciones
se refieren más concretamente a los factores siguientes: los interlocutores
(…); las situaciones en que éste [el discurso] se produce habitualmente
(…); la temática, o más precisamente, el tratamiento de la temática; la
función lingüística básica del discurso producido; las funciones socio-
comunicativas del discurso: la función básica y la complementaria”.

Por consiguiente, el lenguaje de especialidad sería un subconjunto del lenguaje


general caracterizado por tres tipos de condiciones (Cabré Castellví 2005: 194-197):

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1. Condiciones pragmáticas. Pragmáticamente, los lenguajes de


especialidad se distinguen por dos variables: los usuarios (interlocutores)
y la situación socio-comunicativa. Los usuarios están agrupados en torno
a una escala de abstracción, que va desde los auténticos especialistas
hasta el público en general. El emisor de estos textos puede ser: (a)
experto, (b) semiexperto o aprendiz (futuro experto) o (c) experto puntual
(por ejemplo, un periodista). Respecto al receptor, puede tratarse de un
experto, un semiexperto o un lego 7. El punto en común que tienen todos
estos receptores, como afirma Cabré Castellví (2005: 195), es “su
expectativa a ser informados”. Finalmente, la situación socio-comunicativa
suele ser una situación profesional o, al menos, una situación
comunicativa con un enfoque profesional (cf. Swales 1990; Bhatia 1993).

2. Condiciones cognitivas. Básicamente se refieren a la temática y


sobre todo a su modo de conceptualización, así como al tratamiento que
ésta recibe. El concepto de “temática especializada”, estrechamente
relacionado con el de “campo”, ha cambiado considerablemente; como
recogen Bowker y Pearson (2002: 39): “un lenguaje de especialidad es el
que se emplea para hablar de campos especializados de conocimiento,
que pueden incluir los más diversos ámbitos, desde la actividad
profesional hasta los hobbies, siempre y cuando hagan referencia a un
campo restringido” [traducción propia]. La relación entre la temática y el
discurso especializado, como refleja Cabré Castellví (2005: 195-196), es
probabilística pero no automática: es cierto que la temática suele
discriminar el discurso especializado de manera habitual, pero lo que
identifica el discurso especializado en realidad es la forma en que se
expresa y comunica esa temática. Veamos las palabras de la autora al
respecto (2005: 196):

“(…) no podemos decir que sea la temática el factor que determina la


especialidad del discurso, sino que lo que identifica el discurso
especializado será la forma cómo se expresa y comunica esta temática,
forma condicionada a cómo se ha conceptualizado. Un discurso sobre un
tema será especializado si y sólo si transmite una estructura conceptual
reconocida por los expertos del ámbito como propia de este ámbito”.

7
En función de la relación emisor-receptor, podemos establecer varios tipos de discursos: discurso de
experto, discurso didáctico (formación de futuros especialistas) y discurso divulgativo.

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3. Condiciones lingüísticas. No se refieren exclusivamente a los


aspectos gramaticales como elementos discriminatorios de los textos
especializados, sino que van más allá, incluyendo aspectos como la
organización de los textos, la distribución de la información en estos, su
presentación en géneros y tipos textuales, sus convenciones discursivas,
etc. La función lingüística de los textos especializados suele ser una
función referencial (textos informativos), con poca incidencia de la
función emotiva aunque sí de la conativa 8 (determinados textos
jurídicos), de la metalingüística (textos didácticos que explican conceptos
e introducen denominaciones propias de la materia) y de la
argumentativa/persuasiva (textos con función persuasiva secundaria,
como por ejemplo un artículo médico que defiende las ventajas de una
técnica quirúrgica frente a otra).

1.2.2. TÉRMINOS Y PALABRAS.


Una de las mayores dificultades para poder discriminar entre el lenguaje general
y el lenguaje de especialidad es establecer la distinción entre “palabra” y “término”.
Sager (1990: 19) establece la distinción entre términos y palabras de la forma
siguiente:

The items which are characterised by special reference within a discipline


are the "terms" of that discipline, and collectively they form its
"terminology"; those which function in general reference over a variety of
sublanguages are simply called "words" and their totality the "vocabulary".

Algunos autores (Hoffman 1985 o Yang 1986), han propuesto una división
tripartita de los términos y las palabras:

1. Términos específicos (subject-specific terms o technical terms):


aquellos usados sólo en un dominio de conocimiento, con un
significado altamente concreto y un único referente conceptual.
Por ejemplo, “adenocarcinoma”.

2. Términos no-específicos (non subject-specific terms, nontechnical


terms o subtechnical terms): términos que son comunes a varias
disciplinas. Por ejemplo, “terapia”.

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También denominada impositiva.

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3. Vocabulario / léxico general: unidades léxicas de la lengua


general que no pertenecen a ninguna disciplina científica 9. Por
ejemplo, “tratamiento”.

Esta dificultad de distinción entre términos y palabras se ve aumentada por el


continuo transvase de unidades léxicas entre la lengua general y las lenguas de
especialidad. El avance de los medios de comunicación ha multiplicado la
divulgación de ciencias (Cabré 1993: 167), lo que ha traído consigo la difusión de la
terminología especializada, motivo por el que muchos hablantes están
familiarizados con términos como “clonación”, “gen”, “cromosoma”, etc.

Cuando se produce un transvase de términos de la lengua común a los lenguajes


especializados se habla de “terminologización” (Cabré 1993: 168) de palabras de la
lengua general, que pasan a los distintos ámbitos de especialización con
significados precisos. Igualmente puede darse un transvase de unidades de una
lengua de especialidad a otra, en ocasiones con un cambio de significado o del
referente conceptual en ambas disciplinas.

Ahmad et al. (1985: 10) ofrecen las siguientes posibilidades de trasvase de


elementos léxicos (Montero Martínez, http://elies.rediris.es/elies19/index.html):

• LESP  LG: un término de un lenguaje de especialidad extiende su uso a


la lengua general, por ejemplo parameter o paranoid. Esto tiene varias
consecuencias:

- pérdida de precisión en el significado;

- aumento del número de usuarios;

- posibilidad de un comportamiento lingüístico distinto (por ejemplo


más variantes combinatorias o distintas derivaciones y flexiones
morfológicas).

• LG  LESP: una unidad léxica de la lengua general se incorpora a un


lenguaje de especialidad, por ejemplo window o mouse. Algunas de las
consecuencias de este trasvase suelen ser:

- incremento en la precisión del significado;

9
Pero es necesario recordar que en algunos contextos pueden adquirir un significado específico, y por
ello convertirse en términos al ser empleados en un dominio restringido.

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- menor grupo de usuarios, que están más claramente definidos;

- comportamiento lingüístico diferente, probablemente más


restringido.

• LESP1  LESP2: un lenguaje de especialidad adopta un término


perteneciente a otro lenguaje de especialidad, por ejemplo virus. Algunas
de las consecuencias probables son las siguientes:

- se mantiene la precisión semántica, pero puede producirse un


cambio de significado;

- el grupo de usuarios cambia;

- comportamiento lingüístico diferente, probablemente más


restringido.

Tres son por consiguiente los parámetros principales que determinan el


comportamiento terminológico (o no-terminológico) de las unidades léxicas: el grado
de precisión semántica, el comportamiento lingüístico y el número de usuarios (que
está estrechamente relacionado con la frecuencia de uso).

1.2.3. LOS TEXTOS ESPECIALIZADOS: FUNCIÓN, GÉNERO Y TIPO TEXTUAL


Un texto especializado, según Cabré Castellví, se definiría de la siguiente forma
(2005: 196):

(…) conjuntos de unidades de información estructuradas lingüísticamente


cuya principal característica semántica es su precisión, siempre en
relación a un esquema conceptual preestablecido (y aprendido) y
reconocido por los expertos de cada ámbito. (…) En síntesis, un discurso
es especializado si se cumplen las siguientes condiciones con relación al
tratamiento temático: precisión conceptual; significado discreto; ubicación
estructural; establecimiento explícito y sanción por el grupo experto.

Arntz (1996: 121) ofrece una tipología de textos especializados en la que se


recogen once tipos de textos, ordenados según la dificultad temática del texto, sus
destinatarios potenciales y los conocimientos necesarios para trabajar con ellos:

Figura 3: Tipología de textos especializados.


Level Text Type(s) Target Audience Knowledge Required
I Encyclopaedias and Public interested in technology Little or no knowledge of technology
popular specialised
texts
II General technical Public especially interested in General knowledge of technology

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reference books technology


III Reference works in a Public interested in subfield of Knowledge of the subfield of
subject field technology technology
IV Introductory books Public interested in thorough Knowledge of the fundamentals of
and textbooks knowledge of a subfield science
V Practical reference Public interested in a working Working knowledge of a technical
works in a particular knowledge of a technical subject
area of technology subject
VI Advertising material Potential users from the User-specific technical knowledge
from specialised subject area
publications, product
information
VII Specialised article Specialists interested in a Good theoretical and practical
from specialised special subject area knowledge of a technical special
publication subject
VIII Fitting and installation Specialists working in a very Application-specific technical
instructions special area knowledge
IX Academic textbooks Students, scientists working in Good basic scientific and technical
a particular area knowledge
X Research reports Researchers working on Intricate theoretical knowledge
theoretical issues
XI Standards, patent Engineers familiar with system Combination of theoretical and
specifications, planning practical knowledge
application reports

Fuente: Arntz (1996: 121)

Los textos pueden ser, en términos generales, de tres tipos: no especializados,


especializados y divulgativos. Veamos los tres:

1. Texto general o no especializado: se da en una interacción social no


marcada (=concreta, distinta, especial), por lo que no se relaciona con un
campo profesional concreto.

2. Texto especializado: sería “the kind of language use associated with


highly specialized communication in a wide variety of subject areas”
(Asher y Simpson 1994: 2010). Se dividiría en lenguaje académico y
lenguaje profesional, y éste a su vez puede ser bidireccional o
unídireccionalo 10. El discurso académico sería propio de la comunicación
establecida entre un profesional y una institución o persona relacionada
con su profesión que se considera de prestigio 11. Sería el registro más
elevado, en el que el grado de conocimiento compartido con el

10
El lenguaje “unívoco” para Cabré Castellví (1993) sería otro tipo de discurso, que denomina “para
aprendices”.
11
Un ejemplo sería un arquitecto cuando escribe un artículo para una revista especializada, o cuando
da una conferencia en un congreso para especialistas.

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destinatario es máximo. El discurso profesional sería aquel en el que el


emisor es un experto, y el receptor otro experto o futuro experto; es por
tanto el que usan profesionales de un mismo campo o de campos afines
para comunicarse entre sí; por ejemplo, un médico cuando habla con
otro. Se da un grado alto de conocimiento compartido, aunque no es tan
especializado como el académico, y presenta dos niveles:

- bidireccional 12, típico de la comunicación entre expertos, por


lo que el emisor y el receptor presentan una equiparación de
especificidad discursiva. Se denomina “bidireccional” porque la
especificidad discursiva circula en ambos sentidos. Teresa
Cabré denomina a esta variante “comunicación entre
especialistas” (expert-expert communication). Tiende a usar un
vocabulario altamente especializado y los términos se usan de
forma precisa. No suelen encontrarse explicaciones de los
términos, a no ser que el especialista esté redefiniendo un
concepto existente o acuñando un término nuevo.

- unidireccional 13, o texto didáctico, propio de la comunicación


entre un profesional y un estudiante (o “aprendiz” según Cabré
Castellví 1993). Dado su carácter pedagógico, se hace un uso
alterno de términos especializados y de términos de
divulgación y/o sinónimos funcionales (“cuasisinónimos”), y se
da una mayor presencia de definiciones, clasificaciones y
categorizaciones. En ocasiones se acerca al discurso de
divulgación, pero no se da el mismo grado de conocimiento
compartido; por ende, en este caso la situación comunicativa
es especializada.

3. Texto divulgativo (o de transición): sería típico de una situación


comunicativa en el que el emisor es un experto, semi-experto (por
ejemplo, un estudiante) o pseudo-experto (una persona que se
documenta puntualmente en un tema, como un investigador o
documentalista) y el receptor un público general, profano o no

12
Es decir, la especificidad discursiva circula en ambos sentidos.
13
La especificidad discursiva circula fundamentalmente en un sentido (experto/profesional >
aprendiz/estudiante).

18
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especializado. Es lo que Alcaraz Varó (1994: 74) denomina “lenguaje


paralelo” 14, y Teresa Cabré lo denomina “comunicación entre semi-
especialista y lego” (relative expert to the uninitiated). Puesto que no se
presupone ningún conocimiento especializado por parte de los lectores, la
densidad de términos especializados suele ser bastante baja y, cuando se
usan, se indica su significado de forma genérica, por lo que se peca de
imprecisión. Se generaliza, se utiliza la sinonimia funcional (cuasi-
sinónimos), y se clasifica de forma sencilla y clara. El grado de
conocimiento compartido entre emisor y receptor es mínimo.

Algunos textos están tan sistematizados que se convierten en “documentos


especializados”, que Cabré Castellví (1993: 164) define de la siguiente forma: “textos
especializados que requieren una codificación formal muy elaborada desde el punto
de vista del diseño y de la expresión lingüística”. Un ejemplo lo constituyen los
formularios jurídicos y administrativos, que tienen un esquema rígido de
distribución, contenido, fórmulas, etc., hasta tal punto que si se altera u omite
alguno de estos elementos, el texto puede quedar invalidado. Estos documentos
conforman listas cerradas, no son espontáneos y se dan casi exclusivamente en el
nivel escrito (Sager et al. 1980).

Respecto a la función de los textos especializados, es fundamental en primer


lugar distinguir entre “propósito” y “función”, que hacen referencia a dos conceptos
diferentes, pues el propósito proviene del emisor textual y la función proviene del
receptor. El propósito hace referencia a la intención que el emisor quiere que tenga
el texto, o el objetivo que quiere que éste cumpla. Por el contrario, la función se
valora desde el receptor, es decir, independientemente del propósito que el emisor
deseara que tuviera ese texto, la función sería el papel que finalmente desempeña
ese texto en una sociedad determinada15.

Aunque lo habitual sea que coincidan ambas, la intención que el emisor del texto
otorga a éste no tiene que coincidir necesariamente con la que percibe el

14
“(...) existe un lenguaje paralelo, mediante el cual los medios de comunicación hacen accesible al
público en general la información técnica o especializada” (1994: 74).
15
Un ejemplo clásico son Los Viajes de Gulliver. Utilizando el género del relato infantil, Swift en
realidad introdujo en el texto original un propósito claramente crítico, pues se trata de una obra
sarcástica que critica todas las instancias sociales de la época. Sin embargo, con el paso del tiempo la
función que ha terminado por cumplir la obra es un relato de entretenimiento perteneciente al género
infantil

19
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destinatario (cf. Sager et al. 1980:23). Por ello, tal y como afirman Reiss y Vermeer
(trad. de 1996:177) y Nord (1991:16 y 47; 1994:86) un texto no tiene una función
inmanente, sino que es el receptor el que la asigna, de ahí que un mismo texto en
principio pueda tener tantas funciones como receptores 16.

Respecto a las funciones textuales, es posible proponer la siguiente división:

I) función mediativa: trata de influir en el receptor, y reflejaría la


función apelativa del lenguaje. Propósito: persuadir. Presenta dos
alternativas:

- función argumentativa o persuasiva: Propósito: se trata de


influir en el receptor o persuadirle de algo, utilizando todas las
estrategias que se consideren efectivas;

- función impositiva: Propósito: imponer al receptor la


propuesta/tesis del emisor, ya que se influye en su
comportamiento y pensamiento de forma directa (por ejemplo,
las leyes), independientemente de argumentación alguna;

II) función expositiva: los textos en los que predomina esta función
comunican información de forma relativamente aséptica, por lo que
predomina la transmisión de contenidos. Propósito: la transmisión de
información. Manifiestan la función representativa del lenguaje;

III) función expresiva: los textos en que predomina esta función


transmiten una información de forma emotiva/artística, y tratan de
producir un efecto determinado en el receptor (por lo general de deleite)
mediante los recursos de una lengua. Propósito: deleitar al receptor.
Manifiestan la función expresiva del lenguaje;

IV) función fática o de contacto: trata de mantener la comunicación


establecida entre emisor y receptor. Propósito: mantener el contacto
comunicativo. Los textos manifiestan la función fática del lenguaje;

Respecto a los conceptos de “género” y “tipo textual”, existe confusión. Biber


propone una distinción entre género, o “text distinctions recognized by mature

16
“Es un hecho conocido que un mismo texto puede tener diferentes funciones para la misma persona
en varios momentos de su vida. (…) Un texto no tiene una función inherente. En el acto de recepción,
el receptor decide sobre la función que el texto tendrá para él” (Nord 1994:86).

20
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adult speakers reflecting differences in external format and situations of use” (1989:
39) y tipo de texto, o “linguistically distinct texts within a genre” (1989: 5-6).

A continuación definimos el uso que se va a hacer en esta asignatura de los


términos expuestos:

- género: formas convencionalizadas de textos asociadas a determinadas


situaciones sociales y que por ello un hablante nativo de una lengua es
capaz de distinguir, al menos a grandes rasgos 17; por ejemplo, textos
periodísticos (que tendría como subgéneros los editoriales, las cartas al
director, etc.);

- tipo de texto o tipo textual: conjunto mental (Hatim y Mason 1997) y


abstracto (Roberts 1996:45) de textos agrupados en función de una(s)
dimensión(es) determinada(s) y que se caracteriza por: compartir tanto
determinadas manifestaciones lingüísticas como algunos rasgos de la
situación comunicativa (intención, función, etc.). Estos rasgos en común
no se encontrarían en igual medida en otros tipos de textos. Ejemplo:
textos expositivos;

Podemos proponer los siguientes tipos textuales:

• textos mediativos: tratan de lograr una reacción determinada en el


receptor. Pueden ser de dos tipos:

- argumentativos: predomina la interpretación sobre la


información. Su propósito es persuadir al receptor influyendo
en él, y valiéndose para ello de todas las estrategias que se
consideren efectivas. Ejemplo: un anuncio publicitario;

- impositivos: imponen al receptor la tesis del emisor, ya que


influyen en su comportamiento y/o ideología de forma directa,
con o sin razonamiento previo. Ejemplo: las leyes;

• textos expresivos: su propósito es deleitar al receptor. Ejemplos:


cuentos, poemas, etc.;

• textos informativos: su propósito es informar mediante la transmisión

17
Cf. Richards et al. (1985:122), Birch (1995:7), Hatim y Mason (1990:69) y Colina (1997:336).

21
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de información de forma neutral 18. Ejemplo: un informe de auditoría;

• textos fáticos: su propósito es mantener la comunicación. Ejemplo:


saludos;

• textos híbridos: combinan de forma simultánea varias funciones, de


ahí que puedan ser textos “expositivo-argumentativos”, “argumentativo-
estéticos”, etc.

1.2.4. RASGOS GENERALES DE LOS LENGUAJES DE ESPECIALIDAD


En este apartado haremos sólo mención general de los rasgos más destacados de
los lenguajes de especialidad en general, ya que en el apartado siguiente, dedicado
al Inglés Profesional y Académico, trataremos con más detenimiento los rasgos de
los lenguajes de especialidad en inglés.

Todos los textos de especialidad están unificados por la existencia de un código


común y cuentan, además, con peculiaridades léxico-gramaticales, pragmáticas,
funcionales, textuales y discursivas. Sin embargo las investigaciones estilísticas
actuales ponen en duda la posibilidad de caracterización de todos los lenguajes de
especialidad mediante una serie de rasgos comunes. La coincidencia en las
descripciones de estas pautas podría llevar a la conclusión de que, por encima de
las especialidades, estos rasgos caracterizan a todos los lenguajes de especialidad
en cuanto tales (Martínez Linares 2007: 15), como si todos los discursos
especializados compartieran unos mismos rasgos.

Para exponer estos rasgos de una forma práctica consideramos oportuno


dividirlos en dos niveles: léxico-sintáctico y textual-pragmático. Esto se hace
únicamente por motivos prácticos, ya que se trata de dos niveles en realidad
indivisibles, pues se hallan unidos de forma intrínseca (Martínez Linares 2007: 23).

Según Asher y Simpson (1994: 2011), la diferencia fundamental entre el lenguaje


“general” y el “especializado” radicaría más en la frecuencia de aparición de
determinados rasgos que en la naturaleza de estos:

18
Se trata de una utopía, ya que como afirma Roberts (1996), igual que es difícil imaginar un texto
puramente informativo (sin sesgo alguno), también lo es imaginar uno cuyo nivel de información sea
cero.

22
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“The morphological and syntactic properties of LSP, by and large,


correspond to those of the general language, but may differ strikingly in
frequency of occurrence”.

Para Martínez Linares (2007: 14), propiedades tales como la ‘neutralidad’, la


‘objetividad’, (…) junto con la ‘economía’, la ‘claridad’ y la ‘precisión’ parecen
perfilarse como atributos de los lenguajes de especialidad o, al menos, “como
ideales a los que deben aspirar”. Como veremos más adelante, alguno de estos
atributos, que tradicionalmente se daban por supuestos en los textos de
especialidad, no siempre son característicos de ellos.

El léxico

El léxico puede ser de tres tipos (cf. Trimble 1985: 128 y sigs; cf. Alcaraz Varó
2000):

• Léxico común o general, que puede aparecer en cualquier tipo de texto.

• Términos especializados o “técnicos”, que son “unidades léxicas (...)


llamadas “términos”, cuyos significados están definidos de forma unívoca
dentro de una teoría” (Cabré Castellví 1993). Predominan, en el caso de las
lenguas occidentales, los vocablos de raíz grecolatina, que se suelen
denominar “formantes cultos”

• Términos sub-técnicos (“semitécnico” según Alcaraz Varó 2000: 43; re-


designated general language items para Sager et al. 1980:24 y
“vocabulario interdisciplinario” para Hoffman 1998), que Trimble (1985:
129) define de la siguiente forma: “those words that have one or more
‘general’ English meanings and which in technical contexts take on
extended meanings (technical, or specialized in some fashion)”. Son
unidades léxicas del lenguaje común que han adquirido uno o varios
nuevos significados dentro de un campo del saber 19. Por tanto, tienen “un
significado dinámico o dependiente del contexto” (González Gómez-Jover
2007: 29). Este vocabulario en su mayoría se ha formado por extensión del
significado mediante analogía, añadiendo acepciones adicionales al
significado a través de extensiones en su mayoría de origen metafórico.

19
Veamos algún ejemplo: frog: rana; leap-frog test: comprobación por salto (informática); dog: perro;
yellow-dog contract: contrato laboral por el que el trabajador no se sindica.

23
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Los términos se diferencian de las unidades léxicas del lenguaje general en que
los términos son monosémicos, mientras que las unidades léxicas son “polisémicas,
ambiguas, transportan connotaciones, poseen sinónimos y su significado se activa
dentro de un contexto” (Alcaraz Varó 2000: 42). La terminología tiene “un único
referente conceptual (…); por lo general, estas unidades tienen “un significado
encapsulado, esto es, monorreferencial, unívoco y universal, que no se ve alterado
aunque varíen las situaciones comunicativas y discursivas” (Gómez González-Jover
2007: 28).

Los entes subtécnicos y técnicos resultan en su mayor parte de los siguientes


procesos (Alcaraz Varó 2000): (i) palabras cotidianas que adquieren un significado
especializado, normalmente a través de extensiones metafóricas; (ii) procesos de
formación de palabras con afijos clásicos; (iii) procesos de formación con elementos
nativos; (iv) préstamos; (v) designaciones por medio de figuras o símbolos
artificiales; (vi) nomenclaturas; (vii) marcas comerciales y/o nombres de productos.

Los lenguajes de especialidad también tienen un vocabulario cuya flexión plantea


algunos problemas concretos en determinadas lenguas (Lerat 1997: 73):

• Ausencia de variación de género (por ejemplo, “derechohabiente”,


“testigo”).

• Ausencia de variación de número (por ejemplo, “daños y perjuicios”,


“atrasos”, “buena fe”).

• Ausencia de concordancias (por ejemplo, “video cassettes”, “rayos alfa”).

• Vacilación de género (sobre todo en la designación de máquinas:


“amolador/amoladora”, etc.).

24
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Unidades sintagmáticas

En lo referente al léxico, abundan también las unidades sintagmáticas, es decir,


cierto tipo de combinaciones que son primordialmente fijas (por ejemplo, “síndrome
de inmunodeficiencia adquirida”.

Lenguajes artificiales

Suele ser frecuente, dependiendo del ámbito de conocimiento de que se trate, el


empleo de lenguajes artificiales con símbolos semióticos alternativos, como las
siglas y símbolos especializados (lenguaje de programación, símbolos de la química,
símbolos fonéticos, etc.). Estos lenguajes, habitualmente establecidos por
organismos competentes (asociaciones, órganos gubernamentales, etc.) son muy
específicos y no conceden apenas margen de variabilidad. Las nomenclaturas están
diseñadas para identificar, designar y describir entidades de forma precisa,
otorgando concisión y univocidad 20 a los elementos que designan.

Nominalizaciones

Una característica común a los lenguajes de especialidad es la alta proporción de


sustantivos (Martínez Linares 2007: 15), y por tanto la frecuencia de las
nominalizaciones procedentes en su mayoría de verbos, que permiten resumir en
pocas palabras fenómenos muy complejos y condensan una gran cantidad de
información. Se emplean nominalizaciones en los siguientes casos (González Pueyo
y Val 1996):

• Formación de términos técnicos. Se utilizan para agrupar una serie de


sucesos y estados, lo que trae consigo la formación de términos técnicos
que hacen referencia a fenómenos complejos.

• Desarrollo de conceptos técnicos y científicos abstractos. La complejidad


de la información científica hace que sea necesario utilizar grupos
nominales para elevar el nivel de abstracción de las palabras.

• Establecimiento de las relaciones de causa y efecto entre sucesos.

• Medición, comparación y ordenamiento.

• Cualificación y modificación de las descripciones y las explicaciones.

20
Cualidad o propiedad de ser unívoco, de poseer un sólo significado o ser utilizado siempre con un
sólo y único significado.

25
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• Organización de la información en el texto. La nominalización es un


recurso para agrupar el significado en tema y rema 21 y, por consiguiente,
es una herramienta de organización textual.

Univocidad y denotación

Con frecuencia se menciona la univocidad de los términos de los lenguajes de


especialidad. Es cierto que, en comparación con lo que sucede en el lenguaje no
especializado, en los lenguajes de especialidad se tiende a la monosemia, pero no se
puede afirmar que no exista la sinonimia, que se emplea con bastante frecuencia en
los lenguajes profesionales, como demuestran Trimble (1985), Alcaraz Varó (2000),
Lerat (1997), Congost Maestre (1994) o Sager et al. (1980) entre otros muchos.
Igualmente se solía afirmar que los lenguajes de especialidad eran denotativos; sin
embargo, y como afirma Lerat (1997: 98) “la connotación está muy lejos de ser
ajena a las lenguas especializadas”.

Impersonalización

Existe también un alto grado de impersonalización, que se logra mediante


diversos mecanismos textuales (Martínez Linares 2007: 14). Algunos de los más
usados en español son:

• El uso de la construcción pasivo-perifrástica22, que permite omitir al


experimentador del proceso o al agente que lleva a cabo la acción.

• El empleo de verbos y oraciones impersonales, carentes de sujeto al que


asignar la predicación (“se prohíbe el uso de dispositivos”).

• El uso de pasivas reflejas, que posibilitan una interpretación genérica del


agente y neutra con respecto a la inclusión del emisor (“se indemnizará a
la víctima”).

• El uso de sujetos inanimados, que hacen posible ocultar la participación


del agente para dejar paso a los objetos 23.

21
El “tema” sería la parte general del ítem del que se y de la que se supone un conocimiento previo por
parte del interlocutores; el “rema” es lo que se dice del tema aportando información nueva. Es decir,
sería la información conocida frente a la información novedosa y desconocida.
22
“La dureza del material fue determinada mediante otro procedimiento”.
23
“Los análisis muestran una alta concentración de esta sustancia”.

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• El uso de la segunda y tercera persona del plural (“Muchos estudios


afirman que…”; “si aplican esta técnica, los resultados son pobres”).

• Uso de los verbos “haber”, “ser” y “hacer” como impersonales (“hay


problemas”; “es difícil saber”, etc.).

Sin embargo, y como nos recuerda Martínez Linares (2007: 17), “no se debe
suponer el mismo grado de desagentivación o impersonalidad para todos los
géneros de especialidad”.

El objetivo de esta impersonalidad es intentar transmitir información de forma


neutral y objetiva. Sin embargo, según afirman Marimón Llorca y Santamaría Pérez
(2007: 129) los mecanismos lingüísticos de la impersonalidad pueden aportar un
elemento de persuasión al texto: “incluso la impersonalidad (…) en realidad es un
mecanismo que sirve para persuadir al lector: aquello que se está diciendo es un
hecho tan objetivo y claro que no hay más remedio que aceptarlo”.

La neutralidad se trata de lograr a través de fórmulas textuales como la


descripción, la definición, la clasificación, la enumeración, el cálculo, el
razonamiento, la argumentación, la citación, la referencia, etc. Todos estos
elementos conllevan una tendencia hacia la despersonalización reflejada en verbos
en presente, primeras personas del plural, ausencia de exclamaciones, uso de
frases cortas, falta de redundancia innecesaria, utilización de fórmulas
impersonales, sintagmas nominales, y otros sistemas de representación
incorporados en el texto.

Sintaxis

Especialmente significativo resulta el desacuerdo existente en torno a la


supuesta “complejidad sintáctica” de los lenguajes de especialidad (Martínez
Linares 2007: 16), pues depende del ámbito al que se haga referencia. Los textos
jurídicos en general presentan un grado de complejidad sintáctica muy elevado, con
abundante subordinación, mientras que los textos científico-técnicos suelen tener
una sintaxis más sencilla y poca subordinación compleja.

Formas verbales no personales

Otra pauta en la caracterización sintáctica de estos lenguajes es “la tendencia al


empleo de formas verbales no personales –infinitivos, gerundios y participios, en
‘construcción absoluta’ o ‘concertada’” (Martínez Linares 2007: 15).

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Funciones textuales

La mayoría de estos textos se sirven de la función referencial, por lo que


“recurren a menudo a fórmulas textuales como la descripción, la definición, la
clasificación, la enumeración, el cálculo, el razonamiento, la argumentación, la
citación, la referencia, etc.”. (Cabré Castellví 1993: 155). Sin embargo,
investigaciones recientes defienden la presencia frecuente de la función persuasiva
en ciertos géneros de los lenguajes de especialidad24 (cf. Alcaraz Varó 2000, Congost
Maestre 1994).

Mecanismos referenciales extratextuales

Alcaraz Varó (2000), Sager et al. (1980) y otros muchos nos recuerdan también el
uso de mecanismos referenciales metatextuales de índole semiótica (gráficos,
tablas, figuras, imágenes, etc.) típico de estos lenguajes.

1.3. EL INGLÉS PROFESIONAL Y ACADÉMICO


(IPA)

En este apartado nos centramos en el Inglés Profesional y Académico (IPA),


también denominado Inglés para Fines Específicos (IFE; procede del inglés ESP o
English for Specific Purposes).

24
Por ejemplo un artículo académico escrito por un cirujano en el que aboga por una técnica de
intervención concreta frente a otras. Independientemente del volumen informativo del texto, que
probablemente será relevante, en realidad el autor trata de convencer a la comunidad científica de que
la técnica que ha utilizado ofrece mejores resultados que otra/s, y por tanto las estrategias utilizadas
en el texto serán argumentativas, valiéndose de la información como mecanismo persuasivo.

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Una de las divisiones más frecuentes hoy en día es la siguiente:

Figura 4: Areas of ESP teaching

BRANCH SUB BRANCHES EXAMPLE


English for Academic English for General English for academic
Purposes (EAP) Academic Purposes (EGAP) reading and writing
English for Specific English for law, economy
Academic Purposes (ESAP) or sociology students
English for Professional English for General English for the health care
Purposes (EPP) Professional Purposes sector
(EGPP)
English for Specific English for nursing.
Professional Purposes
(ESPP)
English for Occupational English for General English for the hotel
Purposes (EOP) Occupational Purposes industry
(EGOP)
English for Specific English for hotel
Occupational Purposes receptionist
(ESOP)

El inglés es hoy la lingua franca por excelencia en los ámbitos de especialidad. El


desarrollo científico-tecnológico (y el creciente interés de la sociedad por éste), el
proceso de globalización y movilidad han favorecido la importancia de la lengua
inglesa, puesto que “en la sociedad del conocimiento se hace necesario el dominio
del lenguaje que emplea la comunidad científica para transmitir y difundir la
información” (Alcón Soler 2007: 259).

1.3.1. LA NATURALEZA DEL IPA


El término English for Specific Purposes en realidad puede significar dos cosas
distintas: de forma genérica, su docencia (es decir, los cursos que se imparten sobre
el inglés de diversas especialidades), y de forma específica, el inglés que se usa en
situaciones comunicativas marcadas (=concretas, específicas).

Aunque habitualmente se habla de “inglés para fines específicos”, Henry


Widdowson (1998: 3-4) descarta el adjetivo specific del término, pues para él
cualquier uso que se haga de la lengua es “específico”, ya que sirve siempre para un
fin concreto. Alcaraz Varó, siguiendo la opinión de Widdowson, prefiere usar el

29
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término “Inglés Profesional y Académico 25” (IPA), precisamente para evitar cualquier
ambigüedad.

Aunando las definiciones de Mackay y Palmer (1981) y Hutchinson y Waters


(1987), la noción de inglés para fines específicos responde a la enseñanza de la
lengua inglesa con fines primordialmente utilitarios o instrumentales, a fin de que
el alumno pueda utilizarlo dentro de su actividad profesional.

Autores como Hutchinson y Waters (1987: 18) han utilizado fórmulas indirectas
(es decir, definiciones por oposición) para perfilar el IFE:

• “ESP is not a matter of teaching ‘specialised varieties’ of English”.

• “ESP is not just a matter of science words and grammar for scientists,
hotel words and grammar for hotel staff and so on”.

• “ESP is not different in kind from any other form of language teaching”.

Muchos autores dividen el Inglés Profesional y Académico en dos grandes


ramas 26, English for Academic Purposes (EAP) e English for Occupational Purposes
(EOP):

1. EAP (English for Academic Purposes) se ocupa de las estrategias


comunicativas en lengua inglesa necesarias para realizar enseñanzas
regladas dentro de una institución o para llevar a cabo actividades
académicas de cualquier tipo (redacción y defensa de trabajos, exposición
de ponencias, impartición de clases, etc.).

2. EOP (English for Occupational Purposes) se ocupa de satisfacer las


necesidades de lengua inglesa de los profesionales. Estos pueden ser de tres
tipos (cf. Strevens 1988a: 139): (i) los que están preparándose y no cuentan
con experiencia profesional; (ii) los que están desarrollando una actividad
profesional concreta; (iii) cursos de reciclaje. Los grandes ámbitos
profesionales en que se han centrado la investigación y la docencia hasta

25
Esta distinción entre “Inglés Profesional” e “Inglés Académico” soluciona, en parte, alguna de las
dificultades metodológicas con las que se ha encontrado el Inglés para Fines Específicos desde sus
inicios.
26
Ver el glosario de términos de EAP: http://www.uefap.com/bgnd/glossfram.htm.

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ahora son tres 27: el inglés económico-comercial, el inglés jurídico (o jurídico-


administrativo) y el inglés científico-técnico.

1.3.2. LA ESTILÍSTICA DEL IPA


En la evolución de la investigación sobre el IPA podríamos hablar de tres fases:
(1) fase prescriptiva, (2) fase intermedia, en la que se deja sentir el impacto de
diversas disciplinas, y (3) fase descriptiva, en la que nos hallamos ahora mismo.
Veamos estas fases de forma individual.

1.3.2.1. Fase prescriptiva


Esta fase, para García Mayo (2000: 29-33), iría aproximadamente desde 1965
(Halliday, McIntosh y Strevens 1964) hasta mediados de los años 70. En estos años
iniciales del Inglés para Fines Específicos, éste se equiparaba con el English for
Science and Technology (EST), que fue el ámbito en el que comenzó.

Las investigaciones son en su mayoría de índole prescriptiva (afirmaciones de


naturaleza “intuitiva” según García Mayo 2000: 32): se suelen basar en hipótesis
que no se apoyan en corpus amplios de textos reales; son generalistas, extrapolan a
todos los lenguajes de especialidad rasgos que en realidad son típicos de uno o
varios de ellos, y se limitan a aspectos morfosintácticos sin ascender a niveles
superiores al de la oración (Alcaraz Varó 2000; García Mayo 2000: 32). El objetivo
didáctico es la competencia lingüística escrita.

Por otro lado, son característicos de esta etapa los estudios en los que se pueden
encontrar afirmaciones prescriptivas que carecen de base real, como las siguientes:

• Los factores determinantes de la especialidad de un texto son el


grado de especialización de su léxico y la presencia de una sintaxis
atípica (cf. García Mayo 2000: 33).

• Todos los textos de especialidad tienen una función informativa.

27
Estos ámbitos también se pueden dividir de distintas formas: por ejemplo, hay autores que
prefieren hablar del “inglés biosanitario” o del “inglés de las ciencias de la salud” en vez de “inglés
científico”. Otros incluyen el inglés del turismo dentro del inglés comercial o el inglés económico.

31
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• En los textos de especialidad no se dan los recursos retóricos. Por


tanto, no se hallarían en ellos metáforas, metonimias,
personificaciones, etc.

• Los textos de especialidad se caracterizan por su despersonalización,


pues recurren a mecanismos gramaticales que expresan la
impersonalidad, y por ello son neutrales.

• Los textos de especialidad son denotativos, es decir, en ellos la


connotación estaría ausente. Esto a su vez supondría la ausencia de
ambigüedad, de polisemia y de sinonimia.

• La gramática empleada por los textos de especialidad es clara,


correcta y sencilla.

• Los textos de especialidad se caracterizan por su concisión, es decir,


por la ausencia de redundancia.

1.3.2.2. El impacto de otros paradigmas


Son varios los paradigmas lingüísticos que han tenido una influencia directa en
la estilística de los lenguajes de especialidad, impacto que se ha traducido en una
modificación de sus principios fundamentales. Por ejemplo, Alcaraz Varó (2000) y
Fuertes Olivera (2005a) mencionan que en gran medida el futuro investigador de los
lenguajes de especialidad descansa sobre los principios de la pragmática (cf.
Aguado de Cea y Durán 2001b: 13), la lingüística cognitiva (Roldán 1999; Aguado
de Cea y Durán 2001b: 13) y la lingüística computacional, entre otras disciplinas.

En este apartado resumiremos muy brevemente las aportaciones de algunos


campos al estudio del IPA: la Lingüística Funcional y la Pragmática, la Lingüística
Cognitiva, los Estudios de Traducción, la Lingüística del Texto y el Análisis del
Discurso.

1. La lingüística sistémico-funcional y la pragmática. En ambos


paradigmas el centro de atención es la función, no la forma del lenguaje;
es decir, se centran en el sistema, no en la estructura. Así pues, el
lenguaje sería un proceso social frente a la antigua concepción de éste
como un conjunto de reglas gramaticales, lo que hace que se incluya la
importancia del contexto y la cultura en la comunicación especializada.
Cobra importancia el concepto de “uso” frente al de “gramaticalidad” (o

32
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“corrección”), y las investigaciones dejan de girar en torno al nivel léxico o


sintáctico para ascender al nivel textual/discursivo. Esta focalización en
el concepto de uso propicia el empleo de textos reales (material auténtico)
y, por consiguiente, el análisis de datos cuantificados. Dos aspectos de la
pragmática han tenido un impacto directo en el IPA: el análisis de la
comunicación entendida como lenguaje en acción, tanto en su vertiente
oral como escrita, y el empleo de material auténtico. Gracias a la
pragmática, se han incluido en el estudio del significado aspectos que
antes se dejaban de lado, como los textos orales, el lenguaje no verbal
(paralenguaje 28, kinésica 29 o proxémica 30) o la cortesía verbal.

2. La lingüística cognitiva 31. Son fundamentalmente tres las


contribuciones fundamentales: (a) la afirmación de que la estructura
lingüística depende de la conceptualización y a la vez influye en ella
(Ungerer y Schmid 2006); (b) el enfoque basado en el uso, pues el estudio
del lenguaje no puede separarse de su función cognitiva y comunicativa
(Croft y Cruse 2004: 1); y, (c) la concepción enciclopédica de la
semántica, ya que un diccionario no sería más que un repertorio
necesariamente limitado de los significados más frecuentes de algunos
términos. Para los cognitivistas no sería correcto separar el componente
gramatical del semántico; de este modo, se difuminan las fronteras entre
los componentes de la gramática.

3. Los estudios de traducción. Destacamos aquí dos aportaciones de


los DTS (Descriptive Translation Studies): en primer lugar, la afirmación
de que el componente gramatical no puede codificar todo el significado de
un texto/discurso. El segundo postulado, derivado de éste, es que la
diferencia entre fondo y forma es artificial: al depender el significado de
las unidades lingüísticas concretas, sin las cuales no se puede invocar,
éste es inherente a una lengua y una cultura determinadas.

28
Volumen, entonación, ritmo, pausas…
29
Llamado coloquialmente “lenguaje corporal”: estudia el significado comunicativo de los movimientos
corporales y de los gestos en relación con la situación comunicativa.
30
Grado de distancia física entre los interlocutores.
31
Trata fundamentalmente del conocimiento lingüístico en relación con otros procesos cognitivos.

33
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4. La lingüística del texto y el análisis del discurso. La Língüística


del Texto ha logrado que se estudien y clasifiquen los textos profesionales
y académicos en sus aspectos formales y funcionales como géneros,
junto con sus correspondientes tipos textuales. El Análisis del Discurso
ha aportado también el estudio de los rasgos característicos de la
comunicación oral en inglés en los ámbitos profesionales.

1.3.2.3. Fase descriptiva


La segunda fase, que es descriptiva, funcional y comunicativa, se desarrolla
desde principios de los años 80 a partir de conceptos como “discurso”, “análisis de
las necesidades”, “destrezas comunicativas” y “enfoque centrado en el aprendizaje”
(Dudley-Evans y St. John 1998; cf. García Mayo 2000: 29-47).

Entre los cambios fundamentales que se producen en esta fase (Fuertes Olivera
2007: 207) destaca la visión funcional del lenguaje, la inclusión del componente
oral, el uso de material auténtico, la relevancia del contexto comunicativo y de la
cultura, el análisis de datos cuantificados, el estudio de elementos
textuales/discursivos superiores a la oración, etc.

A partir de finales de los años ochenta, y dentro de la interdisciplinariedad que


caracteriza al IPA (cf. Gil Salom y Aguado de Cea 2005), es importante mencionar
los siguientes avances:

1. La división consolidada entre “inglés profesional” e “inglés académico”.


El ESP habitualmente se divide en dos grandes ramas, el English for
Academic Purposes (EAP) y el English for Occupational Purposes (EOP),
que ya hemos visto anteriormente (cf. Hutchinson y Waters 1987: 16;
Alcaraz Varó 2000: 61-62; Strevens 1988: 139).

2. La importancia del concepto de “género” (genre), que traerá consigo


una progresión geométrica de los estudios que llevan a cabo una
categorización y clasificación de los distintos géneros, subgéneros y tipos
textuales profesionales y académicos.

34
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3. La focalización en los rasgos supraoracionales. Por fin se reconoce que


la peculiaridad de los lenguajes de especialidad no se limita a su léxico o
a su gramática 32.

4. La ampliación de las competencias para la docencia (y aprendizaje) del


IPA. El fin último de los cursos de IFE ya no es sólo la competencia
lingüística en la L2, sino la competencia comunicativa o discursiva, es
decir, el conocimiento y dominio del lenguaje en acción (cf. Alcaraz Varó
2000).

5. La focalización en las necesidades del destinatario y en la situación


meta (needs analysis o, para Chambers 1980: 29, target situation
analysis, TSA; cf. García Mayo 2000: 37).

6. La integración metodológica del IFE en el aprendizaje del inglés como


lengua extranjera (ELT continuum). De hecho, el inglés para fines
específicos (IFE) se ha convertido en una de las áreas más destacadas de
la enseñanza del inglés como lengua extranjera.

Es obvio, pues, como afirma Alcaraz Varó (2000: 16), que “(...) el inglés con fines
específicos es hoy una disciplina académica reconocida”

Todos estos cambios se pueden sintetizar en los siguientes principios, que hoy en
día ya son comúnmente aceptados:

• La sinonimia y la polisemia existen en los lenguajes de especialidad,


que no están exentos de ambigüedad “ya sea por polisemia,
sinonimia, homonimia o variantes terminológicas por especialidades”
(Aguado de Cea y Durán 2001b: 16). También Alcaraz Varó (2000: 47
y 122) afirma que “en los lenguajes de especialidad la monosemia
sería la situación ideal, pero desgraciadamente no sucede en
ninguno” (2000: 49).

• El lenguaje figurado existe en los lenguajes de especialidad 33, y en


algunos es abundante.

32
En palabras de Bowker y Pearson (2002: 26), “aunque el vocabulario especializado de un lenguaje
de especialidad a menudo es el rasgo más llamativo, es importante recordar que éste último no se
limita a ser un lenguaje general al que se han añadido unos cuantos términos específicos. Un lenguaje
de especialidad también puede presentar formas especiales de combinación de términos o de
organización de la información que pueden diferir de los empleados por el lenguaje general” [traducción
propia].

35
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• Existen rasgos que los lenguajes de especialidad comparten con el


lenguaje coloquial (lenguaje conversacional): por ejemplo, la
tematización, la repetición léxica o la elipsis.

• Va desapareciendo la afirmación de que los lenguajes de especialidad


presentan una sintaxis “más sencilla”. Salvo algunas excepciones
(por ejemplo, la complejidad sintáctica de determinados textos
jurídicos), la estructura oracional tiende a ser más rutinaria, lo cual
no supone que haya de ser más sencilla.

• Se incluye por fin el estudio del lenguaje no verbal (Alcaraz Varó y


Martínez Linares 1997). Esto refleja el componente cultural de la
comunicación, que es aplicable también a la comunicación de tipo
profesional (Tannen 1986).

• Se analizan datos estadísticos aspectos supraoracionales


(condiciones de textualidad, macroestructura y superestructura de
los textos, modalidades discursivas, etc.) y se descubren rasgos
textuales distintivos como, por ejemplo, la existencia de una
coherencia y cohesión más relajadas, el mayor grado de tolerancia
del receptor respecto de un estilo gramatical menos cuidado (incluso
con incorrecciones gramaticales), el reflejo de la actitud del emisor
del texto a través de mecanismos lingüísticos (matizadores,
adverbios, verbos modales), etc.

• Se estudia el papel comunicativo que desempeñan otros sistemas


semióticos incluidos como elementos de referencia metatextual:
fotografías, gráficos, tablas, etc.

1.3.3. RASGOS DISTINTIVOS DEL IPA


En este apartado exponemos de forma muy genérica los “rasgos peculiares” del
IPA, pero hemos de hacer la misma advertencia que ya hacía Trimble en la década
de los años ochenta (1985: 2): “a word of caution: ‘different’ here means ‘different in
degree’, not ‘different in kind’”.

33
Esto se refleja en la proliferación de publicaciones sobre la metáfora y la metonimia en los lenguajes
de especialidad.

36
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Dividiremos estos rasgos en: (1) rasgos léxico-sintácticos y (2) rasgos textuales y
pragmáticos.

1.3.3.1. Rasgos léxico-sintácticos


Para Sager et al. (1980: 184), los rasgos distintivos estadísticamente
significativos se podrían resumir en lo siguiente: “a high density of nominal groups,
usually heavily modified, a large number of non-finite verb forms and extensive use
of the passive”. Entre los rasgos que aparecerían con poca frecuencia estarían las
contracciones de formas verbales, los idioms, algunos pronombres personales, las
tag questions, etc. (Sager et al. 1980: 186 y 224-228).

Veamos pues con algo más de detenimiento los rasgos léxico-sintácticos más
destacados del IPA:

• Monosemia/polisemia: como ya hemos visto, existen la sinonimia, la


polisemia 34 y la ambigüedad 35. La relación unívoca total entre significante
y significado sólo se encuentra en las fórmulas científicas (H2O = agua),
donde en teoría se daría la monosemia absoluta.

• Abundancia de léxico de origen greco-latino, lo que da lugar a cierto


grado de transparencia interlingüística, ya que la forma de los términos
puede ser muy similar en las lenguas con un componente greco-latino
relevante.

• Neología: existen básicamente dos tipos de neología: léxica y semántica.


La primera, también llamada “de forma” (Alcaraz Varó 2000: 50), es de
carácter morfológico, y consiste en la creación de nuevas unidades
léxicas utilizando los recursos léxicos y morfológicos de una lengua (cf.
Lerat 1997: 144). En la neología “de sentido” se suelen incluir los
préstamos y calcos, las metáforas y los falsos amigos. Veamos
brevemente los tipos de neología (cf. Gómez González-Jover 2007: 35-39):

34
Por ejemplo, case en el lenguaje jurídico, que puede ser un proceso o sumario, pero también el
argumento de la defensa o de la acusación.
35
Alcaraz Varó (2000: 122) nos proporciona unos ejemplos que prueban la existencia y el uso
frecuente de sinónimos en textos de naturaleza técnica: “region, area, site, patch, cluster, location,
domain”; “group, set, sample, batch, lot”; “disease, disorder, dysfunction, syndrome”; “compound,
product, drug, substance”; “factor, variable, parameter, effect”; “period, stage, phase”, etc.

37
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(1) Neología léxica

- Derivación. En las palabras formadas por derivación intervienen una


base léxica y unos afijos (prefijos y/o sufijos), que son elementos sin
autonomía que ocupan una posición fija en la estructura de la palabra y
que no pueden combinarse entre sí para constituir nuevas palabras 36.
Los prefijos son afijos prepuestos a la base léxica, y pueden ser de origen
anglosajón (counter-, over, self-, under-, un-, etc.) o greco-latino (auto-,
neo-, proto-, pseudo-, super-, etc.). Los sufijos son afijos pospuestos a la
base léxica, y es una de las formas principales de nominalización en los
lenguajes de especialidad (-tion, -al, -ism, -ment, -ure, etc.). La derivación
regresiva (backformation) es el proceso de formación de palabras
mediante su acortamiento (Alcaraz Varó 2000: 53), por ejemplo,
housekeep de housekeeper.

- Composición: es el recurso de formación de palabras más


característico del inglés (bookshop, chessboard, etc.). Se trata de dos
palabras yuxtapuestas. Normalmente comienzan separadas; a medida
que se van lexicalizando tienden a escribirse con guión y suelen terminar
escribiéndose juntas, aunque el uso de los guiones es una cuestión muy
controvertida en inglés 37.

- Conversión: una misma palabra puede tener varias categorías


gramaticales (to face, a face).

- Cruce o fusión: composición mediante palabras mutiladas (brunch =


breakfast y lunch, sitcom = situation y comedy, etc.).

- Condensación: formas abreviadas que provienen de siglas,


acrónimos, abreviaturas, mutilaciones léxicas o parasíntesis. Las siglas
son abreviaciones formadas por una o varias letras iniciales de un
lexema o sintagma, y que presentan la particularidad de deletrearse al
ser pronunciadas (por ejemplo, UN, tv). Los acrónimos son una variedad
de siglas que están lexicalizadas y adaptadas por completo a las formas

36
.
37
En algunos casos se contemplan las tres posibilidades, como head master, head-master y
headmaster.

38
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canónicas de la lengua (por ejemplo, radar: radio detection and ranging).


Las abreviaturas son representaciones gráficas reducidas de una palabra
o unidad léxica y se basan en el principio de economía lingüística (por
ejemplo, atb por antibiotic, mx por mixture, etc.). Las mutilaciones léxicas
consisten en la reducción de una parte de la unidad léxica (por ejemplo,
demo por demonstration).

(2) Neología semántica

- El uso de metáforas: Una metáfora es un mecanismo conceptual


consistente en una proyección de un campo conceptual a otro; así, el
lenguaje sería una manifestación de nuestros modelos cognitivos. Una
metáfora frecuente en los lenguajes de especialidad es THINGS ARE
PERSONS 38 (personificación), como por ejemplo our results show that ...,
the data demonstrate the view that..., this hypothesis suggests that...
Mediante este recurso se da carácter animado a algo que es inanimado. -
- Los falsos amigos son términos cognados, es decir, palabras cuyos
significantes son similares por tener el mismo origen, pero cuyos
significados se han alejado en el desarrollo histórico (por ejemplo, realize,
actual, etc.)

A continuación destacamos algunos de los rasgos sintácticos más


sobresalientes del IPA, aunque es necesario recordar de nuevo que la división en
rasgos léxicos y sintácticos es artificial, ya que existen muchos fenómenos que
pertenecen a ambos ámbitos, como los compuestos nominales o las metáforas. Los
rasgos más sobresalientes son:

• El uso de la pasivización: por lo general al hablar de datos se


emplea la pasiva (por ejemplo, Between 1995 and 1996 twenty
patients were studied). Al eliminar el agente 39, se da mayor énfasis
al resultado de la acción, que es lo fundamental, dada la
universalidad de la mayoría de las ciencias 40.

38
Por convención, se representan las metáforas cognitivas (o simplemente, “metáforas”) en
mayúsculas.
39
Otro modo frecuente de expresar la acción en IFE sin expresar el agente es el uso de verbos
ergativos, que expresan un estado de cosas sin nombrar al agente (por ejemplo, The water boiled).
40
Se suelen citar como excepción las ciencias jurídicas.

39
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• La frecuencia de las estructuras oracionales sencillas, que


provienen de la tendencia a la claridad expositiva y de la búsqueda
de precisión conceptual. Esta característica tiene, sin embargo,
algunas excepciones, como la sintaxis del inglés jurídico, que
presenta un grado muy alto de subordinación. Las contrucciones
más corrientes en el inglés de especialidad son las paratácticas
(coordinación y yuxtaposición), que buscan “objetividad expresiva
y comprensiva de datos” (Alcaraz Varó 2000: 32), pero también
está presente la hipotaxis o subordinación: expresiones
condicionales o hipotéticas (siendo la partícula más frecuente if);
causales, que son recurrentes en el IPA (because, since, as a result
of, etc. 41); consecutivas (therefore, thus,); finales (in order to; so as
to); concesivas, que son muy frecuentes en todos los tipos de
discurso especializado (although, however, etc.) y restrictivas (as
far as I know; to the best of my knowledge, etc.).

• El empleo de oraciones de relativo reducidas (Sager et al. 1980:


223-224) mediante la omisión del pronombre relativo y sustitución
de la forma finita por una forma en –ing (Circuit functions requiring
thin film include D/A and A/D conversion), o la omisión de to be
cuando es el verbo principal (Thin film substrates have dissipation
properties much worse than the pure alumina of thick films).

• La presencia recurrente de sintagmas nominales muy largos. Es


difícil establecer la frontera entre los sintagmas nominales
extensos, que son unidades sintácticas, y las palabras
compuestas, que son unidades léxicas. En cualquier caso, estas
unidades logran máxima eficiencia comunicativa, precisión y
capacidad de síntesis, ya que en algunos casos son auténticos
discursos resumidos, como demuestra uno de los ejemplos, casi
inverosímiles, que cita Trimble (1985: 133-134): Split damper
inertially coupled passive gravity gradient satellite attitude control
system.

41
También los verbos pueden expresar causa y efecto, por ejemplo lead to, cause o result in, que
expresan causa, y arise from o result from, que expresan consecuencia.

40
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• La frecuencia de cláusulas no finitas (Sager et al. 1980: 212-218).


El infinitivo se usa como complemento de adjetivos, sustantivos y
verbos 42. El participio de pasado la mayoría de las ocasiones
aparece como adjetivo 43. También se da en posición de
posmodificación como núcleo de una cláusula no finita que en
realidad es una oración de relativo sin pronombre relativo y sin el
verbo to be 44, o se tematiza a la posición inicial, siendo en este
caso premodificador 45. Las formas en –ing presentan varias
posibilidades en la oración: (i) sustantivos (In these conditions,
flooding is impossible); (ii) tras preposiciones (This is illustrated by
considering iron-carbon mixtures); (iii) como adjetivos (Collisions are
the dominating process in heat transfer); (iv) como reducción de
una cláusula (Assuming the standard rate, we can ...); (v) para
expresar resultados (The main case can be withdrawn, leaving all
the gears exposed) y (vi) en cláusulas no finitas del tipo detached,
en las que el sujeto no aparece (Radioactive decay is a first order
process, the rate of decay depending only upon the number of
radioactive atoms).

• La nominalización es una transformación que reduce una oración


completa a un sustantivo. En inglés puede llevarse a cabo
fundamentalmente mediante una conversión de verbo a nombre
(to study – a study) o una derivación (-ism, -tion, -ure, etc). Su
finalidad es resumir un predicado verbal largo en un dustantivo,
que es una forma sintética (Alcaraz Varó 2000: 28).

Una vez estudiados los rasgos léxicos y sintácticos generales del IFE, veamos
cuáles son sus principales rasgos discursivos (oralidad), textuales (textos escritos) y
pragmáticos.

42
Por ejemplo: Roof systems are easy to suspend (...); This suffices to show (...).
43
Por ejemplo: The most widely discussed result (...).
44
Por ejemplo: The best timing for a particular engine is a matter determined by its makers by a series
of experiments.
45
Por ejemplo: Marketed under a different name, our product still has the same quality.

41
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1.3.3.2. Rasgos textuales y pragmáticos


Como ya hemos visto, la Lingüística de Texto, el Análisis del Discurso, la
Semiótica, la Pragmática o la Cortesía Verbal han tenido un gran impacto en la
didáctica del IPA.

El análisis del discurso se centra en el estudio de los rasgos característicos de la


comunicación oral en inglés propia de los lenguajes de especialidad. En cuanto a la
Semiótica, también investiga los géneros y el uso de material metatextual no verbal,
y la pragmática se ocupa de muchos rasgos del uso de los lenguajes de
especialidad, entre ellos la cortesía verbal, la relación emisor-receptor, la
intencionalidad de los textos, etc.

El abanico de competencias, por tanto, se amplía y reorganiza: competencia


lingüística (conocimiento del código lingüístico), competencia sociolingüística
(conocimiento de las variaciones lingüísticas según el uso y según el usuario, así
como de la cortesía verbal), competencia discursiva y textual (conocimiento de las
reglas de organización estructural del discurso y de los textos, así como de sus
variaciones genéricas y tipológicas), y competencia estratégica (conocimiento de los
mecanismos necesarios para resolver problemas provocados por algún fallo en la
comunicación), entre otras.

Condiciones de textualidad

Un aspecto esencial del estudio de los textos de especialidad es la manifestación


de los “principios reguladores de la comunicación textual” y de las “condiciones de
textualidad”, de lo que se ocupan fundamentalmente los estudios de IPA influidos
por la lingüística textual. Los principios reguladores son la eficiencia 46, la eficacia 47,
la adecuación 48 y la naturalidad 49 (Malmkjaer 1991: 469-471). Las condiciones de
textualidad son las siguientes:

46
“Efficiency depends on the text being used in communicating with minimum effort by the
participants” (Malmkjaer 1991: 469-470).
47
“Effectiveness depends on the text leaving a strong impression and creating favourable conditions
for attaining a goal” (Malmkjaer 1991: 470).
48
“Appropriateness is the agreement between the setting of a text and the ways in which the
standards of textuality are upheld” (Malmkjaer 1991: 470).
49
“Naturalness is Sinclair’s term for the concept of well-formedness of sentences in a text” (Malmkjaer
1991: 470).

42
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• Intencionalidad (intentionality). Es la finalidad o propósito del


hecho comunicativo. La intencionalidad se puede manifestar
mediante varios recursos que afectan al IFE (Alcaraz Varó 2000:
94), entre ellos la pasivización (que borra al agente), la
nominalización (que omite información oracional), la modalidad
(que indica la actitud del hablante), los adverbios de opinión, los
micromarcadores, los macromarcadores, etc.

• Aceptabilidad (acceptability). Es el grado de tolerancia hacia el


texto por parte del receptor, en diversos aspectos: contenido
informativo, género, etc. Para que un texto resulte aceptable, ha
de adecuarse a las convenciones de su género.

• Situacionalidad (situationality). Los textos han de adecuarse a una


situación comunicativa “marcada” (= especializada).

• Informatividad (informativity). El grado de informatividad de los


textos de especialidad queda reflejado en el grado de
especialización que muestre el texto (“campo”), y el tipo y género a
que pertenezca (“tipo textual” y “género”). También haría referencia
al conocimiento compartido, ya que un texto nace y se articula en
función de los conocimientos que se presuponen en el
destinatario 50.

• Intertextualidad (intertextuality). Este factor determina la validez


de un texto en función de su relación con textos ya conocidos (por
ejemplo, un artículo académico ha de adaptarse a ciertas
convenciones), y por tanto se centra en aspectos como el género.

• Coherencia (coherence). El desarrollo de la estructura lógica del


texto queda expresado en su grado de conformidad a un tipo
textual y género específicos. Conformaría, por consiguiente, la
“estabilidad conceptual” del texto (Alcaraz Varó 1998: 131 y 2000:
92). La coherencia se dirige hacia las relaciones conceptuales, por
lo que se centra en aspectos como la retórica de la definición, la

50
“A good author (...) will put into a text as much information as he thinks it necessary for the
receptors to understand what he is saying, but no more than what he considers necessary” (Roberts
1996: 42).

43
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clasificación, las instrucciones, la descripción o la causalidad y el


resultado (cf. Trimble 1985: 52-103).

• Cohesión (cohesion). Sería la “trabazón morfosintáctica del texto”


(Alcaraz Varó 1998: 131 y 2000: 92); constituiría por tanto la
manifestación lingüística de la coherencia en tanto organización
de los elementos lingüísticos que contribuyen a mantener ésta. Por
ejemplo, el análisis de la distribución de los párrafos y su relación
con la distribución de la información (“párrafos físicos” y “párrafos
conceptuales” de Trimble 1985), o la distribución de la
información a lo largo del texto así como la trabazón semántica
entre los distintos elementos de éste.

Alcaraz Varó (1990: 120 y sigs.) menciona una condición adicional, la


“completez”, que haría que el texto se conciba como una unidad íntegra completa y
terminada.

Género y tipo textual

Es obligado mencionar aquí los estudios de género y tipo textual. Para el


establecimiento de los géneros del mundo profesional y académico, según Alcaraz
Varó (2000: 133; cf. Swales 1990, Bhatia 1993) se puede acudir a una serie de
convenciones formales y estilísticas que han de compartir los textos pertenecientes
a una misma categoría textual:

(1) Una misma función comunicativa.

(2) Un esquema organizativo (macroestructura) similar.

(3) Una modalidad discursiva semejante y unas técnicas


discursivas equiparables.

(4) Un nivel léxico-sintáctico análogo, formado por unidades y


rasgos funcionales equivalentes.

(5) Unas convenciones socio-pragmáticas comunes (es decir, su


utilización por profesionales y académicos en contextos socio-
culturales similares).

Es tal la importancia de los géneros, que muchos cursos de ESP han pasado de
centrarse en la competencia lingüística a dedicarse a la enseñanza de los géneros
profesionales. (artículos académicos, de divulgación, etc.).

44
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Modalidad discursiva

Es de destacar también la modalidad discursiva en los textos de especialidad.


Cada tipo textual puede valerse de diversas modalidades discursivas (discourse
modality (Halliday 1978: 108), que son las distintas formas que puede adoptar el
discurso. Alcaraz Varó y Martínez Linares (1997: 354) distinguen tres modalidades:
el discurso descriptivo, el narrativo, y el dialógico o diálogo. La narración, por
ejemplo, caracteriza la acción y los acontecimientos; la descripción crea una imagen
mental por medio de una representación verbal, y el diálogo es el intercambio de
información entre interlocutores. Con posterioridad Alcaraz Varó (2000: 120-130)
aumenta estos tipos de tres a cinco: descriptivo, narrativo, expositivo (también
llamado informativo o explicativo), persuasivo y conversacional:

• El discurso descriptivo se sirve de sintagmas nominales largos; oraciones


en presente, presencia de vocabulario de índole descriptiva, etc.

• En el discurso narrativo los tiempos verbales más frecuentes son: simple


past, present perfect y simple present (con función de presente histórico).
El narrador más frecuente es el omnisciente.

• El discurso expositivo se sirve de diversos recursos (Alcaraz Varó 2000:


125):

- Las técnicas de identificación (búsqueda de expresiones de


correspondencia51, semejanza, equivalencia y equivalencia
subjetiva52), y de contraste (antonimia53, antítesis 54, oxímoron 55,
dicotomía 56).

- Las técnicas de inclusión o de pertenencia a una clase: mediante


clasificación; mediante ejemplificación; mediante escala57, y

51
Correspond to, match, be proportional to, etc.
52
Be considered, be regarded as, be thought of as, etc.
53
Better/worse; successful/useless, etc.
54
Manifiesta un contraste entre los términos de la comparación, que suelen ser incompatibles o
irreconciliables (Alcaraz Varó y Martínez Linares 1997: 416, cf. Freeborn 1996: 68).
55
El oxímoron contrasta dos términos marcadamente diferentes (por ejemplo, “dulce muerte”, Alcaraz
Varó y Martínez Linares 1997: 416; cf. Freeborn 1996: 66). Se diferenciaría de la antítesis en que el
oxímoron “se aplica al choque en un mismo sintagma de dos unidades léxicas” (Alcaraz Varó y
Martínez Linares 1997: 416).
56
Form/function, etc.
57
Range from...to, vary from...to, etc.

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mediante composición (inclusión del todo con la parte 58 o


implicación 59).

- Las técnicas de exclusión, manifestadas mediante expresiones


como missing, be devoid of, be excluded from, lack, etc.

- Las técnicas de análisis procedimental, que son


fundamentalmente tres: la expresión del origen (arise from, derive
from, etc.); la expresión de la causa y el efecto (be due to, be result
from, etc.) y la expresión del cambio (become, transform into, etc.).

• El discurso persuasivo intenta influir en la conducta o pensamiento del


receptor por medio del mensaje. Como ya hemos comentado
anteriormente, es un tipo de discurso al que no se ha prestado suficiente
atención en los lenguajes de especialidad, ya que se pensaba que no era
característico de ellos. La persuasión hace uso de todos los recursos,
verbales o no verbales, para convencer al receptor; sin embargo, en los
lenguajes de especialidad las convenciones genéricas limitan hasta cierto
punto esta explotación de recursos, limitándolos en la mayoría de los
casos a una expresión implícita de la persuasión (subjetividad en el
discurso, matizadores, connotaciones, etc.), con la excepción de
determinados discursos de especialidad, como el turístico.

Las modalidades más frecuentes en el IPA (dependiendo en gran medida del


género de que se trate) son el descriptivo, el expositivo, el persuasivo y el narrativo,
con muy poca incidencia del conversacional (con ciertas excepciones como por
ejemplo los folletos publicitarios o algunos textos periodísticos).

58
Be a portion of, be a piece of, etc.
59
Appear in, be characteristic of, etc.

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Macroestructura

Dentro de las investigaciones dedicadas al análisis textual y discursivo, cobra


especial importancia el estudio de la macroestructura de un texto. La
macroestructura puede ser primaria o secundaria. La primaria consiste en
secciones: por ejemplo, en un artículo académico, las secciones o partes suelen ser
el título, las palabras clave, el abstract, la introducción, el método, los resultados, la
discusión, la conclusión y las referencias o bibliografía. La estructura secundaria
está compuesta por movimientos o moves, término tomado de las ciencias
musicales y que consisten en “segmentos textuales formados por un haz de rasgos
lingüísticos que confieren a dicho segmento una orientación uniforme” (Nwogu
1991: 114, cit. en Alcaraz Varó 2000: 135). Estos movimientos pueden o no
coincidir con los párrafos (recordemos los “párrafos físicos” y los “párrafos
conceptuales” de Trimble 1985).

Tópico y tematización

Esencial también para la comprensión de los textos escritos y orales del IPA es el
dominio del tópico. El tópico es “la unidad sintáctico-semántica (...) sobre la que se
da o se pide nueva información” (Alcaraz Varó 2000: 96). La localización del tópico o
tema discursivo es crucial para la interpretación de los textos, para lo cual es
necesario dominar con soltura las técnicas de topicalización, como la isotopía 60, los
macromarcadores y micromarcadores, etc.

Otro aspecto destacado es la tematización. Cuando se tematiza, mediante ciertas


técnicas (fundamentalmente la entonación, el uso de pasivas, las oraciones
truncadas 61 o la inversión sintáctica 62) se pasan a la posición inicial del enunciado
elementos lingüísticos que no suelen encontrarse allí, por lo cual se convierten en
elementos "marcados" 63.

60
Repetición de un mismo sema o rasgo semántico en las unidades léxicas del discurso (por ejemplo,
universe, world, global, etc.).
61
También denominada "discontinuidad sintáctica", por ejemplo: "A secure tenant has the right –
- if the dwelling-house is a house, to acquire the freehold of the dwelling-house;
- if the dwelling-house is a flat, to be granted a long lease of the dwelling-house"
62
Por ejemplo, "Had she known about it, she wouldn’t have gone" ("If she had known about it, she
wouldn't have gone").
63
In linguistics, markedness refers to the way words are changed or added to give a special meaning.
The unmarked choice is just the normal meaning.

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Modalidad

Los modofóricos 64 nos indican la actitud del emisor de un texto/enunciado


respecto de lo que emite (cf. Vilarnovo y Sánchez 1992) con relación a la verdad
(modalidad epistémica), la obligación (modalidad deóntica), el permiso (la modalidad
bulética) y la conveniencia (modalidad alética). El análisis de la modalidad en el IPA
es de una importancia capital, ya que permite al receptor de un texto o discurso
detectar el sesgo del mensaje (por ejemplo, si un arquitecto está sugiriendo que una
técnica no es adecuada, aunque en ningún momento lo diga de forma explícita). El
artículo de divulgación, por ejemplo, es más taxativo que el de investigación
(Martínez Linares 2007: 19; cf. Alcaraz Varó 2000: 144) por lo que concierne a la
modalidad. Entre los modofóricos destacan los matizadores discursivos 65 o hedges
(“frases mitigadoras” según Hyland 1998), los adverbios y los verbos modales. Entre
los modofóricos léxicos podemos citar los marcadores de distancia (por ejemplo, I
heard you say...), los adverbios de opinión (evidently, frankly, etc.), las partículas
modalizadoras (sort of, really, quite, etc.), y los matizadores (as far as I know...,
etc.). Algunos modofóricos oracionales son los topicalizadores (the thing is..., etc.),
las claúsulas de actitud (I think that...; I suppose that..., etc.) y los conectores
(however, although, etc.).

Cortesía verbal

La cortesía verbal o linguistic politeness se podría definir como un fenómeno


pragmático orientado a favorecer las relaciones sociales entre los interlocutores y
que está integrado por un conjunto de estrategias verbales, de entre las cuales los
hablantes “eligen” las más adecuadas a la situación comunicativa y al acto de habla
en cuestión (Alcaraz Varó 2000). El conocimiento de la cortesía verbal es
fundamental para lograr una máxima eficacia comunicativa mediante el dominio de
las estrategias comunicativas aplicables a cada situación específica (una comida de
trabajo, una reunión, un debate oral tras una conferencia, etc.) y ser consciente de
los objetivos específicos de la comunicación, así como de los medios para lograrlos.
En palabras de Yus Ramos (2007: 84):

64
“Elementos lingüísticos que informan u orientan sobre la actitud del emisor en un enunciado”
(Alcaraz Varó 2000: 144).
65
Serían “cualquier medio lingüístico para indicar o bien una ausencia de compromiso con la verdad
de la proposición a la que acompañan, o un deseo de no expresar dicho compromiso de forma
categórica” (Hyland 1998, cit. en Yus Ramos 2007: 85).

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En la mayoría de los contextos comunicativos, como las negociaciones


entre empresarios, o las disputas legales, los juicios, las entrevistas, etc.,
es muy importante prestar una atención especial a los requisitos de la
cortesía para poder obtener los fines conversacionales pretendidos.

Paralingüística, kinésica y proxémica

Igualmente fundamentales son la paralingüística66, la proxémica y la kinésica 67.


Aquí se da también un importante anisomorfismo cultural: la cultura anglosajona
en sus intercambios comunicativos prefiere mantener una cierta distancia física
con el interlocutor, distancia que considera parte de su propia individualidad.
Cuando un interlocutor procedente de otra cultura “viola” ese espacio
transpasándolo y acercándose más de lo debido, el “agredido” interpreta ese acto
como una intromisión en su privacidad. Esta es una diferencia típica entre la
cultura mediterránea y la anglosajona: los latinos se tocan, guardan mucha
proximidad en los intercambios comunicativos y hablan alto; los anglosajones
habitualmente no se tocan, guardan las distancias y hablan en un tono más
moderado. De hecho, Tannen (1986) afirma que los nórdicos piensan que los latinos
están siempre enfadados porque hablan muy alto, y a los latinos les da la impresión
de que los nórdicos son fríos y distantes.

El conocimiento de todos estos aspectos tan sutiles es fundamental para la


consecución del éxito comunicativo en los intercambios profesionales.

1.4. CONCLUSIÓN

A lo largo de este capítulo hemos analizado la naturaleza y rasgos de los


lenguajes de especialidad y de los textos especializados. Hemos visto que la
naturaleza de los lenguajes de especialidad es mucho más compleja de lo que creía
la estilística tradicional, y hemos estudiado también los nuevos campos de
investigación que han surgido de los nuevos enfoques.

66
Para Lyons (1977/1993: 64, cf. Richards et al. 1985: 206) a su vez incluiría “non-prosodic verbal
phenomena (variations of pitch, loudness, duration, etc.)” y “non-vocal phenomena (eye-movements,
head-nods, facial expressions, gestures, body-posture, etc.)”. Alcaraz y Martínez (1997: 114), sin
embargo, separan estos factores en: “paralingüística (carraspeo, modulaciones de la voz, etc), y
kinésica (movimientos faciales, dirección de la mirada, etc.)”. Para Crystal (1985: 171), la kinésica
incluiría los gestos corporales y la proxémica (espacio, posición o distancia que, conscientemente, los
interlocutores guardan entre sí).
67
O “cinésica”, (cf. Alcaraz y Martínez, 1997: 111, 315 y 473).

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Es fundamental recordar, por tanto, que no se pueden aceptar como premisas


ciertas las afirmaciones intuitivas sobre los rasgos característicos del inglés
especializado, pues estas han de estar basadas en estudios de textos reales.

1.5. LISTADO DE TÉRMINOS FUNDAMENTALES

En este apartado incluimos un listado de alguna de la terminología más


importante de este tema. Recuerde que no se incluye toda, sino sólo una selección.

TERMINOLOGÍA FUNDAMENTAL

- Lengua internacional
- Término
- Palabra
- Inglés Profesional y Académico (IPA) o English for Specific Purposes
(ESP)
- Lenguaje de especialidad o Language for Special/Specific purposes”
(LSP)
- Lengua general
- Variación lingüística
- Variación lingüística según el uso
- Variación lingüística según el usuario
- Función textual
- Género
- Tipo textual
- Textos argumentativos
- Textos impositivos
- Textos fáticos
- Textos estéticos
- Textos híbridos
- Lenguaje artificial
- Nominalización

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- Univocidad
- Denotación
- Formas verbales no personales
- Mecanismos referenciales metatextuales
- Tema
- Rema
- Tópico
- Tematización
- Modofóricos
- Cortesía Verbal
- Paralingüística
- Proxémica
- Kinésica

1.6. CUESTIONES FUNDAMENTALES

En este apartado incluimos un listado de las principales cuestiones que deben


saber responder los alumnos tras haber estudiado este tema. Recuerde que no se
incluyen todas las cuestiones, sino sólo una selección.

CUESTIONES FUNDAMENTALES
Apartado La naturaleza de los lenguajes de especialidad
Los lenguajes de 1) ¿Cómo influyó el paradigma funcionalista en el
Especialidad desarrollo del ESP?
2) ¿Qué es una lengua internacional y cuál es hoy en
día?
3) ¿Cuál es la definición de “lenguaje de especialidad
según Alcaraz Varó?
4) ¿Qué términos conoce en inglés y en español que
funcionen como sinónimos de LSP/Lenguaje de
especialidad?

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5) ¿Qué definición da Sager de “lengua general”?


6) ¿En qué tipo de situaciones comunicativas se usa la
lengua general? Explique su respuesta.
7) ¿Por qué principios está determinado el lenguaje
especializado?
8) Explique la siguiente definición de Sager et al. (1980:
68 y sigs.): “el lenguaje de especialidad es un sistema
semiótico complejo, semiautónomo y basado en el
lenguaje general”.
9) Explique lo que es la variación lingüística y explique
la variación lingüística según el uso.
10) ¿Respecto a qué aspectos es restrictiva la
naturaleza de los lenguajes de especialidad? Enumere
y explique.
11) Indique y explique la variación horizontal y
vertical en función de las cuales se pueden describir
los lenguajes de especialidad según Teresa Cabré.
12) ¿Qué significa una situación comunicativa
“marcada”?
13) Explique los tipos de relaciones posibles entre
la lengua general y las lenguas de especialidad.
14) ¿Es posible definir los lenguajes de
especialidad en términos exclusivamente lingüísticos?
Justifique su respuesta.
15) Un lenguaje de especialidad según la teoría
tradicional es un subconjunto del lenguaje general
caracterizado pragmáticamente por tres variables.
Indíquelas y explíquelas.
16) Según Teresa Cabré, un lenguaje de
especialidad sería un subconjunto del lenguaje
general caracterizado por tres tipos de condiciones.
¿Cuáles son? Explíquelas.
17) ¿Qué significa que “la relación entre la
temática y el discurso especializado es probabilística
pero no automática (Cabré Castellví 2005: 195-196)?
18) ¿Por qué, según Teresa Cabré, no se puede
afirmar que sea la temática el factor que determina la
especialidad del discurso?

Términos y palabras
1) ¿Cuál es la diferencia entre término y palabra?
2) Explique las consecuencias de las tres principales
posibilidades de trasvase de elementos léxicos: LESP

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 LG, LG  LESP y LESP1  LESP2.

Los textos especializados: función, género y tipo textual


1) ¿Cuáles son las funciones lingüísticas de los textos
especializados?
2) Explique la diferencia entre el propósito de un texto y
la función de éste.
3) Explique los distintos tipos de funciones textuales.
4) ¿Qué son los “textos híbridos”?
5) Describa los rasgos de los textos especializados, no
especializados y “de transición”.
6) ¿Cuáles son las funciones textuales principales de los
textos especializados?

Rasgos generales de los lenguajes de especialidad


1) ¿Qué tres tipos de léxico hay en los lenguajes de
especialidad? Explíquelos.
2) ¿Qué diferencia hay entre los términos técnicos y los
términos subtécnicos o semitécnicos?
3) ¿Qué problemas plantea la flexión de los términos
especializados?
4) ¿En qué casos se emplea el recurso de la
nominalización en los lenguajes de especialidad?
5) Indique fórmulas textuales de expresión de
neutralidad.

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Apartado La naturaleza del IPA


El Inglés 1) ¿Qué dos significados fundamentales tiene el
Profesional y término “English for Specific Purposes?
Académico (IPA)
2) ¿Cuáles son las dos grandes divisiones del Inglés
Profesional y Académico?

La estilística del IPA


1) ¿De qué mecanismos lingüísticos se sirven los
lenguajes de especialidad para aportar
impersonalidad a los textos?
2) Explique la diferencia entre la fase prescriptiva y la
descriptiva en la investigación sobre Inglés
Profesional y Académico.
3) Enumere las principales afirmaciones prescriptivas
sobre el IPA.
4) ¿Cuáles son los principales paradigmas que han
influido en el IPA y qué contribución ha hecho cada
uno de ellos?
5) ¿Cuáles son los principios comúnmente aceptados
hoy en día sobre el IPA?

Rasgos distintivos del IPA


1) ¿Cuáles son los rasgos léxico-sintácticos
fundamentales del IPA?
2) Explique la neología léxica y la neología semántica.
3) Explique las condiciones de textualidad.
4) ¿Qué convenciones formales y estilísticas que han de
compartir los textos pertenecientes a una misma
categoría textual?
5) Explique la modalidad discursiva en el IPA.

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