,

Palabras y significado

2.1. Introducción
En este capítulo nos vamos a centrar en el significado de las unidades
léxicas de las lenguas naturales, con una mención especial al léxico del
español. Vamos a tratar fundamentalmente la cuestión de qué significan
las unidades léxicas. Si el principio de composicionalidad que hemos
expuesto en el Gapítulo 1 es válido (al menos como guía para la inves-
tigación sobre el significado), entonces perfilar e identificar el signifi-
cado léxico es tarea obligada en la descripción del significado lingüís-
tico (Saeed 1997, '2009).
En la Sección 2.2 vamos a presentar la distinción entre significado
conceptual y significado procedimental, y su correspondencia con va-
rios tipos de ítems léxicos desde la perspectiva teórica de la Teoría de
la Relevancia (Sperber y Wilson 1986, 2 1995; Wilson y Sperber 1993).
En este apartado también nos vamos a detener en la descripción de tipos
distintos de información comunicada y codificada por fterns léxicos. La
Sección 2.3 tiene por objeto principal abordar el análisis del significado
de las palabras desde la semántica léxica: en qué consiste el significado de
una palabra y cómo se interrelacionan los significados de las palabras
en un sistema lingüístico. En este apartado, después de presentar la
visión estructuralista, analizaremos la estructura conceptual codificada
por los ítems léxicos desde la perspecliva de la Teoría del Lexicón
Generativo (Pustejovsky 1995). En la última sección nos detendremos
en el análisis del significado de las palabras desde la tradición filosófi-
ca de corte veritativo. para analizar seguidamente el significado con-
ceptual de las palabras desde la aproximación teórica de la Semántica
Conceptual (Jackendoff 1972, 1983, 1989, 1990) y la Lingüística Cog-
nitiva (Langacker 1987, 2008). También vamos a analizar la categoriza-
ción desde la Teoría de prototipos (Rosch 1975, Lakoff 1987) y la for-
60 Scmánttt
mación de significado más allá de las palabras, mediante la activación
de metáforas conceptuales y esquemas de imagen (Lakoff y Johnson
1980, 1999).
2.2. Categorías léxicas: significado conceptual.
Categorías funcionales: significado procedi-
mental. Tipos de información comunicada y
codificada por las unidades léxicas
Uno de los problemas que las lenguas naturales plantean a las teorías
semánticas veritativas (es decir, aquellas que se fundamentan en la no-
ción de verdad) es que existen elementos léxicos que no desempeñan un
papel detenninante en la identificación del contenido conceptual y pro-
posicional asociado a una oración. Un caso ejemplar y paradigmático de
este problema es el que plantean los conectores discursivos. Considére-
se el intercambio de (1 ):
( 1) a. Las vfctjmas sufren histeria colectiva.
b. Entonces, deberían ser tratadas por especialistas.
La cuestión en la que nos vamos a fijar es que el conector discursivo
entonces en español no realiza ningún tipo de contribución a la verdad de
p (la proposición expresada por la oración que encabeza) ni tampoco a la
identificación del conjunto de condiciones de verdaJ necesarias y sufi-
cientes para la verdad de p. Si esto es así, la pregunta inmediata es cómo
debe definirse la función de entonces en (lb). Hay quien sostiene que su
función es meramente pragmática, como elemento inductor de presuposi-
ciones pragmáticas por parte del hablante (Stalnaker 1974) o como induc-
tor de contenidos implícitos, más exactamente de implicaturas conven-
cionales (Grice 1975). Sea cual sea la opción preferida, lo que tienen en
común estas dos propuestas es que los conectores discursivos no siempre
introducen significado que es posible codificar conceptualmente; es decir,
no siempre expresan significado que tiene una contribución veritativa (i.
e., al valor de verdad o a las condiciones de verdad de p).
En lo que sigue, abordaremos la cuestión de si toda contribución al
significado lingüfstico debe ser de tipo veritativo1• La respuesta que
vamos a argumentar, siguiendo los postulados de la Teoría de la Rele-
vancia (Sperber y Wilson 1986, 1 1995; Wilson y Sperber 1993; Escan-
dell et al. 2011, entre otros), es que:
- no todo el significado se traduce como una contribución o una res-
tricción a las condiciones de verdad de un enunciado o proposición;
' Vúse el Capitulo 3 pera una ducripcióo del rol de los conectores lógicos siguiendo los
postulados del c"culo propos!Ciooal.
Palabras y sign :ado 61
- el significado lingüístico no determina solamente las condiciones
de verdad;
- el significado lingüistico también puede contribuir a los aspectos
no veritativos de las expresiones lingüísticas, y
- los conectores discursivos introducen restricciones sobre la fase infe-
rencial de la interpretación de enunciados (Biakemore 1987, 1992):
dan instrucciones al oyente sobre cómo debe procesarse una determi-
nada proposición para explotar de modo óptimo su relevancia.
En este apartado nos vamos a detener en el análisis de los tipos de
significado y de información que diferentes clases de unidades léxicas
pueden comunicar y codificar. Vamos a poner nuestro énfasis en los
tipos de instrucciones semánticas directamente relacionadas con dife-
rentes categorías gramaticales.
En primer lugar, recuérdese del Capítulo 1 que las categorías gramati-
cales que se han descrito para las lenguas naturales son fundamentalmen-
te de dos tipos: categorías léxicas y categorías funcionales2 • Las primeras
agrupan fundamentalmente a nombres, verbos y adjetivos {Baker2003)3•
Las segundas agrupan, entre otras categorías, a detenninantes, cuanti-
ficadores y pronombres en el dominio nominal; a tiempo, flexión , as-
pecto, negación en el dominio verbal; a complementante, foco, tópico
en el dominio oracional.
En segundo lugar, hay que distinguir entre información que codifica
conceptos e información que codifica instrucciones que regulan u orien-
tan las inferencias. Dicho de otro modo, asumimos una distinción entre
significado conceptual ~significado procedimental. El prime.ro corres-
ponde al significado que puede concebirse como contribuciones a con-
ceptos, o estructuras conceptuales, unidades cognitivas que se supone
que admiten representación mental. El segundo puede concebirse como
conjunto de restricciones que infradeterminan el significado de una
expresión y que restringen el modo de manipulación de los conceptos4;
siendo este su valor, el significado procedimental no tiene representa-
ción conceptual.
' El uso del término categorla gramatical. en vez de parte del habla o del discurso. nos aleja
de la tradición gramatical de la AntigUedad y de la gramttiGa tnldicional, a la vez que nos acerca
a la línea seguida en la Gramática Eslnlcturalista y la Gramática Generativa. Estos modelos han
caracterizado las unidades ltxicas por medio de sus propiedades formales.
' El lector quizás se habrá sorprendido de que las preposiciones no se incluyan en el grupo de
las categorlas léxicas. Según Baker (2003). las preposiciones son elementos funcionales: clases
cerradas de palabras, unidades relacionales que no participan en procesos propios de la morfología
derivativa. Nuestro punto de vista es que, si bien es verdad que las preposiciones constituyen una
clase cerrada que. como en el ca1>0 de las coojunciones,los determinantes y los cuantificadores,
no puede ampliarse y no admite cre¡ción lingUistica ni tampoco la incorporación de neologismos,
las preposiciones son asimismo umdaóes predlc~tivas que denotan conceptos y seleccionan argu-
mentos, y en este sentido muestran ciertas similitudes con otras unidades predicativas.
Por Otr8 parte, algunos adverbaos son categorías léx~ derivadas de 1djetivos o categorías de
naturaleza cuasifuncional
• La noción de infradeterminación hace referencia a la falta de determinación del significado
de una expresión ya sea por parte de las unidades léxicas o de la sintlUis de la lengua.
 ,
62 Semántica Palabras y significado 63

¿Debemos postular una correspondencia biunívoca entre tipos de ca-

tegorías y tipos de significados? Es decir, ¿debemos pensar que las cate-
gorías léxicas codifican siempre significado conceptual, y las categorías
funcionales codifican significado procedimental? La respuesta se verá
con detalle más adelante, pero aquí podemos avanzar que esta corres-
pondencia no es exclusiva y que las categorías léxicas también pueden
codificar procedimientos e incluso no codificar ni conceptos ni proce-
dimientos. Este último parece ser el caso de los nombres propios, expre-
siones nominales que refieren y además designan el mismo objeto en
todos los mundos posibles en los que este objeto existe (Kripke 1980),
sin aportar propiamente contenido conceptual ni procedimentals. Por
otra parte, las categorías funcionales también pueden codificar concep-
tos. Considérese, por un momento, el significado de un pronombre
personal fuerte como él; este pronombre codifica procedimientos por
cuanto da instrucciones de que su referente debe ser una entidad atómi-
ca (siendo este un atributo de naturaleza conceptual) distinta de la pri-
mera y la segunda personas.
La distinción entre significado conceptual y significado procedimen-
tal no se corresponde tampoco con la división entre semántica y prag-
mática, o con la división entre aspectos veritativos y aspectos no veri-
tativos del significado.
Si la Semántica es el estudio del significado lingüístico de las uni- Contribuye a la Contribuye a las Constriñe las
dades de la lengua, ciertamente habrá significado que es conceptual y proposición exlicaturas de explicaturas de
significado que es procedimental, y habrá significado que contribuye ex resada nivel su nivel su rior
a identificar las condiciones de verdad de una oración y significado
que no es analizable en términos de funciones veritarivas (Wilson y (

Sperber 1993; Espinal 1996, 2011). Por todo ello, el lector debe tener
en cuenta que estas divisiones son de carácter metodológico y que, en
ningún caso, dividen la realidad objeto de análisis en compartimentos
discretos.
Veamos a continuación qué tipos de información comunican los
enunciados y qué tipo de información codifican los ftems léxicos. La
Tabla 1 es traducción de la tabla que se propone en Wilson y Sperber
(1993: 3).
Consideremos en primer lugar las categorías superiores del esquema.
Supongamos que somos personas de mal despertar. Por la mañana, aun-
que no queramos manifestarlo, nuestra cara, nuestra pose. nuestras gesti-
culaciones orales nos delatan y comunican no ostensivamente nuestro
cansancio matinal. Este mismo cansancio puede comunicarse ostensi-
vamente por medio de una partícula interjectiva uf, por ejemplo, o
puede comunicarse ostensivamente por medios no lingüísticos echando
carpetas y mochila sobre la mesa del despacho nada más llegar a nues-
tro puesto de trabajo.
' Pata ampliar conocimientos sobre la denotación semántica de los nombres propios, véase el
CapíNio 3.
TABI..A 1
A nosotros nos interesa la comunicación lingüística, ejemplificada
por la partícula, y la información que se codifica lingüísticamente por
medio de esta u otras unidades lingüísticas.
La primera acepción que proporciona el Diccionario de la lengua es-
paiú:Jia (RAE) de la palabra uf es: <para denotar cansancio, fastidio o
sofocación>. Esta información se codifica lingüísticamente y es parte in-
disociable del significado de esta unidad léxica. La cuestión, sin embargo,
es si conceptos tales como cansancio, fastidio o sofocación, que ufcodifi-
ca, se integran realmente a algún contenido proposicional. Parece más
bien que los conceptos de los que nos informa el diccionario acerca de
esta entrada corresponden a inferencias que el oyente debe deducir a par-
tir de la emisión del enunciado en distintas circunstancias contextuales.
Su significado, en este sentido, no es tipológicamente muy distinto
del significado de la conjunción ilativa entonces que veíamos en ( 1). En
aquel ejemplo, el significado <en tal caso, siendo así> establecía una
relación inferencia! entre la proposición expresada por el enunciado que
el conector precede y el contexto (discursivo o situacional), de modo
que la obligación de ir a especialistas debfa interpretarse en aquel ejem-
plo como una inferencia a partir de la proposición expresada en el
contexto discursivo lAs v(ctimas sufren histeria colectiva.
 ,
ntl
En el ejemplo de la palabra uf, el significado de <cansancio, etc.>
corresponde también a la inferencia que el oyente debe deducir a partir
de la emisión de la partícula o interjección, en un contexto discursivo
o situacional determinado, ya sea precediendo a una oración o como
expresión aislada.
Este tipo de información, que de forma común codifican uf y entonces,
se denomina, en términos de la Teoría de la Relevancia, restricciones a
las implicaturas 6 • La idea es que algunos elementos léxicos constriñen
las implicaturas que los hablantes y oyentes deben asumir7 , sí no tienen
motivos para pensar que no se ha obedecido el Principio de Relevancia
(Blalcemore 1987)8: premisas que forman parte del mensaje que el ha-
blante tiene intención de transmitir, que no se formula explfcitarnente y
que el oyente debe inferir para mantener el supuesto de que el hablante
ha observado los principios fundamentales que rigen la comunicación.
La información codificada por los conectores discursivos (conjuncio-
nes ilativas, adverbios conectores, partículas interjectivas) no restringe
ni el contenido explícito, ni las condiciones de verdad de la proposi-
ción expresada, ni la actitud del hablante/oyente respecto a lo que se
dice o se pide en el enunciado. Las palabras conectivas restringen el
tipo de relación lógica que debe establecerse entre el enunciado que
contiene la palabra conectiva y cierta información que debe encontrar-
se en el entorno contextual, con el fin de garantizar el Principio de
Relevancia.
Consideren seguidamente los ejemplos de (2):
(2) A. Ronald Reagan había sido actor de cine.
B. Con.todo, después fue presidente de los EE!JU.
Por consiguiente, después fue presidente de los EEUU.
Además, después fue presidente de los EEUU.
Nótese que los tres conectores que preceden al enunciado emitido por
B establecen relaciones semánticas distintas entre las dos proposicio-
nes que estas expresiones conectan. Con todo, al igual que otros conec-
tores con los que mantiene relación de sinonimia (no obstante, sin
embargo), establece que la verdad de la proposición expresada por A
no es impedimento para que también pueda ser verdad la proposición
• En cambio, en la Teoría de la Conversación de Gñce {1975) estos elementos inltOducen
implicoturos convencioMies, término técnico que hace referencia a inferencias sugeñdas por un
conector discursivo y que corresponden a un comen ido que no está expresado ni implicado dircc·
tamente por la expresión lingUistica.
' La noción de implicatura (Gñce 1975) hace referencia a aqueUa proposición que se sugiere
por medio de un enunciado, aunque en sentido estricto no se implica por parle de este enunciado.
Corresponde a contenido implícito sugerido por los enunciados.
• El principio comunicativo de la Relevancia regula las interacciones verbales y no velbales
sobre la base de un equilibño entre esfuerzo y efectos con textuales: una expresión es más relevan-
te que otra en relación a un contexto cuando permite inferir el mayor n6mero de inferencias o
implicaciones pragmáticas en este contexto con el mínimo esfuerzo necesario. La Relevancia es
un principio comunicativo (los enunciados se producen bajo el supuesto de que son óptimamente
relevantes) y cognitivo (la cognición humana persigue la maximización de la relevancia).
Palab• tic 65
expresada por B tras el conector. Por consiguiente fuerza a que.se con-
sidere una relación de consecuencia lógica entre las dos propOSICIOnes,
siendo la proposición expresada por B interpretada como una co~se­
cuencia de la proposición expresada por A. Finalmente. adenu:ís on~n­
ta la interpretación hacia una lectura aditiva, en cuanto que el contemdo
proposicional de B se añade al contenido proposicional de A. ,
Hasta aquí hemos avanzado la hipótesis según la cual algunas partlcu-
las y conectores discursivos codifican, como parte d.e su significado
lingüístico, instrucciones sobre lo.s conceptos o relaciOnes que deben
inferirse, si se da por supuesto que el Principio de Relevancia se ha
respetado. . .
Veamos a continuación el tipo de información que transm1teu otras
unidades léxicas. Un grupo importante de palabras contribuye a las
e:Kplicaturas, ya sea a la proposición expresada o a las explicaturas de
nivel superior9• La explicatura correspondiente a una oración es la pro-
posición que corresponde a esta oración después de procesos de desarn-
biguación y asignación de referencia pronominal, entre otros procesos
inferenciales implicados en la interpretación de enunciados.
Supongamos, para ilustrar esta categoría, la contribución que realiza
la negación en los siguientes enunciados:
(3) a. No está lloviendo.
b. Dibujo no simétrico.
c. ¡No vayas!
d. ¿No tendrás un lápiz?
En (3a) la negació01se relaciona con falsedad, en (3b) cttn ausencia de
un atributo, en (3c) con prohibición y en (3d) con incertidumbre. Todos
estos valores hacen de la negación un fenómeno complejo, por cuanto
fácilmente podemos pensar en un conjunto relativamente elevado de
conceptos que pueden asociarse a la expresión de la negación (Bosque
1980, Sánchez 1999), según la forma sintáctica de la expresión negativa
(oración declarativa en [3al, sintagma nominal en [3b]. oración impe-
rativa en [3c] y oración interrogativa en [3d]) y según el uso de la ne-
gación en diferentes actos de comunicación. . .
La expresión de la negación por medio del adverb10 negauvo no con-
tribuye a la proposición expresada mediante un concepto. Típi~~ente,
el significado de nombres comunes, adjetivos, verbos, prepostctones y
adverbios cae de lleno dentro de la categoría de unidades que contribu-
yen a la proposición e:Kpresada, dado que denotan conceptos que se
atribuyen a individuos o conjuntos de individuos, o conceptos que mo-
difican otros conceptos. Si considerarnos el tipo de información trans-
• La noción de explicatura (Carston \988) es un término técnico que hace referencia al conte-
nido proposicional explicito expresado por un enwteiado en un contexto. Explic.atura de nivel
superior es un ttrmino técnico que tlace referencia al contenido explfcito expresado por un enun-
ciado que infonna acerca de las actitudes. creencias, supuestos de los interlocutores en el acto
comunicativo.
 ,
66 Semántica
mitida por las palabras en cursiva que aparecen en el ejemplo siguiente,
diremos que todas ellas (probablemente con la excepción del artículo
definido, al que nos vamos a referir más adelante), contribuyen con
significado conceptual a la proposición expresada por esta oración:
(4) No avanzannws sin reforma del sistei1Ulfinanciero.
La identificación final de la proposición que corresponde al enunciado
de (4) requiere además la asignación de referencia al sujeto oracional y
la identificación, en relación con el contexto de interpretación, del país
a cuya reforma del sistema financiero se está haciendo referencia. N().
tese, sin embargo, que ambas tareas van más allá de la aplicación de
parámetros lingüísticos y no son responsabilidad estricta de la Semántica
Lingüística. La contribución que aquí nos interesa destacar es la que
realizan directamente nombres, verbos, adjetivos y preposiciones al con-
tenido proposicional del enunciado de acuerdo con el significado codi-
ficado conceptualmente en sus entradas léxicas.
A veces, los enunciados contienen elementos léxicos que transmiten
información lingüística relevante no para identificar la proposición ex-
presada o explicatura, sino para identificar actitudes proposicionales
respecto a p por parte de hablantes u oyentes, y también para identificar
tipos de actos de babia (Austin 1962, Searle 1969). Consideremos los
enunciados que siguen:
(5) a. Honestamente, confiaba en la nueva directiva.
b. Honestamente, ¿confiaba en la nueva directiva?
( En (5), el adverbio honestamente eodifica explícitamente información(
conceptual que no fonna parte de la proposición expresada por la ora-
ción declarativa en (5a) o interrogativa en (5b). Este adverbio codifica
información externa a la proposición, que informa de la actitud del ha-
blante respecto a p en (5a) y de la actitud que se solicita al oyente res-
pecto al contenido oracional en (5b).
Asimismo, los ejemplos de (6) ilustran el hecho de que la selección
de distintos verbos modales precediendo al verbo principal aporta in-
formación acerca de la certeza, sospecha o posibilidad que el hablante
considera respecto a p: el hablante está seguro de que p en (6a), el ha-
blante sospecha de que p en (6b), el hablante percibe una mera posibi-
lidad de que p en (6c) y el hablante considera necesario que p en (6d).
(6) a. Va a nevar.
b. Po<Jrfa nevar.
c. Puede nevar.
d. Deberfa nevar.
Tanto los adverbios de (5) como los verbos de (6) codifican explica-
tucas de nivel superior, dado que informan de la actitud respecto a p del
hablante o del oyente (p. e., en el caso de las oraciones interrogativas).
Siguiendo con la Tabla 1, existe información comunicada y codifica-
da lingüísticamente que, sin embargo, no codifica conceptos sino pro-
cedimientos. Este es el tipo de información transmitida por determinan-
Palabras y significado 67
tes, cuantificadores, pronombres personales y pronombres de relativo,
demostrativos, posesivos, artículos indefinidos, entre otros ítems léxi-
cos.
(7) a. Los periodistas investigan.
b. Algunos periodistas investigan.
c. El[()s investigan.
d. Aquellos periodistas que investiguen ...
e. Estos periodistas investigan.
Todos los elementos en cursiva tienen la característica semántica de
imponer restricciones a la construcción del significado de la proposi-
ción expresada por los distintos enunciados. El artículo definido plural
identifica la referencia del sujeto verbal a la suma máxima de indivi-
duos que comparten la propiedad de ser <periodistaS> e <investigar>:
si en el universo discursivo que consideramos hay JO periodistas,
mediante la selección del determinante definido plural se afirma que
todos los individuos de este conjunto están en la intersección del con-
junto de los que son periodistas y los que investigan 10•
En el ejemplo (4) que discutíamos más arriba, el artículo definido
singular constriñe la interpretación hasta identificar el único sistema fi-
nanciero accesible en el dominio discursivo o con textual.
El cuantificador existencial algunos da instrucciones para otro tipo.
de lectura, aquella en la que un subconjunto de los individuos que tie-
nen la propiedad de ser <periodistas> <investigan>. El pronombre de
tercera persona plural codifica información procedimental (p. e., terce-
ra pers~na, género masculino, número plural, definitud) que por sí sola
no identifica al referente, pero permite la identificación de este referen-
te en un contexto de uso determinado. El pronombre relativo es asimis-
mo una instrucción para encontrar la referencia en otra expresión lin-
güística que actúa de antecedente discursivo. Por último, el adjetivo
demostrativo restringe la interpretación de la oración al tiempo en que
el hablante produce el enunciado: el centro deíctico (Levinson 1983);
por tanto, la expresión estos periodistas debe interpretarse que hace
referencia a los periodistas accesibles en el momento en que el hablante
emite el enunciado y, por tanto, en relación a la asignación de valores
posible en el par mundo-tiempo que es relevante discursivamente.
Por lo que acabamos de decir, deducimos que todas las palabras en
cursiva en (7) restringen la proposición expresada. La pregunta que
ahora debemos plantearnos es si existen otras palabras o expresiones
que constriñan de algún modo las explicaturas. Es decir, ¿existen ítems
léxicos cuyo contenido semántico consista en restringir, por ejemplo,
las explicaturas de nivel superior? Desde la Teoría de la Relevancia se
ha defendido que la respuesta a esta pregunta es positiva y que en los
oo Por este motivo en sem6ntiea formal se ha afiiTIIIdo que 105 I.IÚCIIIos tienen una doble fun-
ciófl: por uaa parte, una referencial y, por ocra , una cuasicuantifi<:..:ional, pues n:l.aciooa conjuntos
(Bacb 1989).
 r
68 1ántica
sistemas lingüísticos existen a menudo partículas que, sin expresar ni
restringir el contenido conceptual, constriñen la actitud proposicional
del hablante del enunciado. Un caso paradigmático de elementos léxi-
cos que constriñen las explicaturas de nivel superior respecto a p se
ilustra en (8), con una partícula confirmatoria (8a), una partícula voca-
tiva (8b) y una partícula exclamativa (8c), respectivamente.
(8) a.¿ Verdad que no ha llamado?
b. Eh, compórtate.
c. Ah, ¡qué daño!
Desde el punto de vista interpretativo, el hablante de (8a) asume que la
proposición que sigue a la partícula forma parte del saber común entre
hablante y oyente, y persigue confirmar la verdad de p. Ello significa
que una partícula confirmatoria no interviene propiamente en el conte-
nido de la propo.sición que se está procesando, puesto que introduce
restricciones sobre explicaturas de nivel superior. El hablante espera
que no p sea la respuesta más relevante a la pregunta negativa y confía
en una actitud confirmatoria por parte del oyente.
Las partículas vocativas y exclamativas también codifican información
procedimental. La partícula vocativa eh restringe la atención del oyente,
mientras que ah restringe la información disponible acerca del hablante
(su dolor, sorpresa, emoción, etc.) con respecto al pensamiento que se
transmite.
Finalmente, nótese que en la lengua también existen unidades léxi-
cas que desde un punto de vista semántico no codifican ninguno de los
1
tipos de información previstos en la Tabfa 111 • Los nombres propios,
considerados sincrónicamente, no expresan contribuciones a las expli-
caturas, ni tampoco restricciones a las explicaturas e implicaturas de un
enunciado. La mayoóa de los nombres propios son etiquetas que designan
de un modo ógido a los individuos a los que hacen referencia. Consi-
deremos (9).
(9) Margaret Thatcher fue primera ministra del Reino Unido de 1979 a 1990.
Las dos expresiones nominales de (9) no transmiten información, con-
ceprual o procedimental, pero sin embargo refieren. No codifican concep-
tos, tampoco codifican procedimientos inferenciales, ni imponen res-
tricciones a la construcción del significado de la proposición expresada,
ni informan del tipo de acto o actitud proposicional del hablante, ni
constriñen la actitud del oyente, ni tampoco constriñen las implicatu-
ras. Los nombres propios, como se ha dicho más arriba, se usan en la
lengua para designar directamente entidades individuales del mundo,
11 La Tabla 1 prevé la existencia de elementos léxicos que conlribuyen a las implicawras. Estos
elementos léxicos en realidad serían aquellos que codifican implicaturas convencionales (Grice
1975). pero ya se ha dicho que Jos conectores discursivos, de acuerdo con los postulados de la
Teoría de la Relevancia. no codifican directamente implicaturas y más bien restringen el modo en
que los oyentes deben relacionar las proposiciones conectadas.
Palabras significado 69
sean personas,lugares u objetos (p. e., en el caso de las marcas comer-
ciales). ·
Antes de cerrar esta sección podemos preguntarnos, respecto a las
categorías descritas, cuáles se adquieren a lo largo de toda la vida y
cuáles se adquieren durante el corto periodo de tiempo óptimo para la
adquisición lingüística (Chomsky 1965, 1986). Los hablantes adquiri-
mos unidades léxicas que contribuyen conceptualmente a la informa-
ción expresada por un enunciado (es decir, nombres, verbos y adjeti-
vos) mientras las capacidades cognitivas de razonamiento y memoria
funcionan adecuadamente. En cambio, aquellas palabras que restringen
procedimentalmente la información transmitida por un enunciado (es
decir, conjunciones, determinantes, pronombres y cuantificadores), las
cuales tienen una correspondencia con la instanciación de categorías
funcionales, no se adquieren más allá del periodo de fijación de la fa-
cultad de lenguaje.
2.3. Relaciones de significado entre palabras
En la sección precedente hemos visto que distintas categorías de pala-
bras tienen diferentes descripciones semánticas. En esta sección vamos
a tratar, en primer Jugar,los supuestos tradicionales sobre la Semántica
Uxica, ideas que parten de una concepción del significado como algo
externo a los individuos que usan la lengua y las unidades léxicas . Se-
guidamente, vámos a tratar el significado de los ítems léxicos desde los
postuJados y metodología desarrollados en la década de Jos noventa en
Gramática Generativa, especialmente en la Teoóa del Lexicón Genera-
tivo, que promueve la idea de que el significado léxico contiene dife-
rentes tipos de estructuras y que el significado de una expresión com-
pleja es sensible a información contextual o enciclopédica especificada
en otras entradas léxicas. Ello nos obligará a tratar varias relaciones de
significado, pero nos detendremos de un modo especial en la noción de
polisemia, que alude a la situación en la que una palabra o entrada lé-
xica tiene asociados varios lexemas o sentidos.
Empecemos aclarando cuestiones terminológicas: ¿qué es una pala-
bra?, ¿qué es una entrada léxica?, ¿qué es un lexema?, ¿cómo se define
el significado de una palabra?
Partiendo de la concepción de Leonard Bloomfield, representante
máximo del estructuralismo americano, una palabra se define como la
unidad mínima de forma libre, es decir, la unidad mínima que en el
habla puede ocurrir libremente. En un sentido no técnico podemos
pensar que el léxico de una lengua es el conjunto de palabras de esta
lengua. Sin embargo, siguiendo este planteamiento, las dificultades
surgen de forma inmediata: ¿qué palabra cabe afirmar que forma parte
del léxico del español? ¿Saltar, saltada, saltaba, salt6, saltando, etc.?
Los diccionarios de la lengua ya han dado tradicionalmente una res-
puesta a esta pregunta, puesto que han escogido la forma de infinitivo
70 Semántica
saltar como forma de entrada lexicográfica o lema. El significado de
esta unidad mínima de significado correspondiente a la raíz salt-, sin
morfemas gramaticales, se denomina lexema en Lexicología o teoría
semántica léxica.
Asimismo, podemos considerar que las distintas realizaciones del
verbo saltar son palabras gramaticales que codifican distintos rasgos de
persona, número, tiempo y modo, y que corresponden a una única en-
trada léxica en el lexicón de los hablantes.
¿Qué estatus tienen expresiones como matamoscas, ojo del huracán,
ser la madre del cordero? Aquf no solo se plantea el problema de cómo
cabe tratar las palabras ortográficas, como la contracción entre preposi-
ción y artículo del, sino también el estatus de las palabras compuestas,
el estatus de expresiones que ilustran el fenómeno de la extensión de
significado (a partir de ojo), y el estatus de las denominadas frases he-
chas, locuciones y expresiones idiomáticas en general. Desde un punto
de vista semántico, cada una de estas expresiones, aunque esté formada
por más de una palabra, corresponde a una unidad de significado y, por
consiguiente, una teoría semántica léxica debe abordar la descripción y
formalización de su significado. La forma en que estas expresiones se
introducen en un diccionario puede depender de criterios lexicográficos,
pero ello no excluye que su significado muestre similitudes importantes
con el significado de lexemas de una sola palabra.
En los dos últimos párrafos hemos visto, primero, la posibilidad de
que cinco palabras gramaticales distintas correspondan a un único le-
xema y. segundo, la posibilidad de que tres unidades léxicas complejas
signifiquen una unidad semántica que no es totalmente composici$nal
a partir de sus partes. Ello nos lleva a considerar la cuestión de cómo
cabe describir el significado de lo que hemos denominado palabras o
unidades semánticas. Un modo de dar respuesta a esta pregunta es tra-
tando de especificar las relaciones léxicas posibles entre palabras (por
ejemplo, matar se define semánticamente con relación a asesinar, ajus-
ticiar, ejecutar, acuchillar, etc.). Otro modo es asociar las palabras con
los postulados de significado12 que expresan restricciones sobre las de-
notaciones de las palabras (por ejemplo, matar se define como x CAUSAR
que y MUERA, en el sentido de que esta fórmula será verdad exactamen-
te en los mismos mundos en que x mató a y será verdad). Un tercer
modo será identificar el conjunto de posibles extensiones (es decir, los
pares de individuos que la función matar relaciona en el mundo o mun-
dos objeto de consideración).
Empezaremos por la aproximación estructuralista, que consiste en
proporcionar el significado externo de las unidades léxicas a partir del
análisis de las diversas relaciones externas en las que participa un signo
verbal. Cabe tener en cuenta que todo signo verbal mantiene una triple
"En filosofía (Camap 1952) esta noción hace referencia al hecho de que las unidades l~xicas
pueden definirse analíticamente por medio de sus relaciones con otras palabras. Véase también en
el Capítulo 3 la noción de implicación analítica.
Palabras y significado 71
relación: (i) con los individuos que participan activamente en el proce-
so de comunicación y que usan la unidad x como signo; (ü) con la
realidad que x denota, u objeto respecto al cual comunica algo; (iü) con
los otros signos con los que forma un sistema lingüístico apto para
comunicar mensajes.
Detengámonos en el tercer punto. Si concebimos el lenguaje huma-
no como un sistema simbólico, un instrumento para conocer el mundo
simbólicamente y un medio para comunicar este conocimiento y ex-
presar ideas, estamos obligados a concebir el léxico de una lengua
como una red de relaciones léxicas, una red en la que cada lexema
particular puede participar simultáneamente en cierto número de estas
relaciones.
Como fue establecido por Ferdinand de Saussure, en un estado de len-
gua todo se basa en relaciones, entre las cuales también cabe incluir rela-
ciones de las palabras entre sí, que determinan el valor lingüístico de los
signos verbales. En una expresión lingüística compleja, una palabra cual-
quiera solo adquiere valor porque se distingue y se opone a la que la
precede y a la que la sigue, o a las dos; son lo que se denominan relaciones
in praesentia. Pero las palabras también muestran relaciones asociativas
muy diversas con otras palabras del sistema lingüístico que se describe,
relaciones que pueden ser accesibles en un determinado momento a los
participantes en un acto de comunicación y que son in absentia.
En esta concepción externalista de la lengua y el significado (véase
el Capítulo 1), se cree que la lengua es un sistema en el que todos los
miembros son solidarios y en el que el valor de una palabra, sea la que
~. viene condicionado por la presencia simultánea de las demás. Las
relaciones paradigmáticas se establecen entre una unidad particular en
un sintagma concreto y otras unidades que pueden ser substituidas por
esta en un determinado sintagma. El conjunto de unidades que pueden
intercambiarse en una posición particular es ciertamente distinto del con-
junto de unidades que pueden intercambiarse en otra posición. Iden-
tificamos el valor de las unidades léAicas por su posible aparición en
ciertos sintagmas . La selección de un miembro en vez de otro, de entre
un conjunto de palabras relacionadas paradigmáticamente, produce un
sintagma distinto; por tanto, esta selección también es pertinente para
la información semántica transmitida.
En la sección que viene a continuación, nos ocupamos de describir
los aspectos principales de las relaciones paradigmáticas entre unida-
des léxicas, así como de la información transmitida por estas unidades.
2.3.1. La información semántica de las palabras y sus relaciones
paradigmáticas
Algunos hablantes saben de modo intuitivo que fondista tiene dos sig-
nificados claramente diferenciados: <persona que tiene a su cargo una
fonda> y <deportista que participa en carreras de largo recorrido>; que
ancho es el contrario de estrecho; que pobre tiene infraespecificado su
significado entre: <necesitado, que no tiene lo necesario para vivir> y
72 Semántica alabras y significado 73

<escaso, insuficiente>, y también que responder es sinónimo de contes- Otro ejemplo ilustrativo de las diferencias entre campo léxico y cam-
tar. Estas y otras muchas intuiciones sobre las relaciones léxicas for- po semántico, y que se menciona a menudo en la bibliografía lingüísti-
man parte, de un modo más o menos consciente, del saber léxico de los ca sobre este tema, hace referencia a la organización de los colores. La
hablantes. Los hablantes saben que existen relaciones entre las unida- existencia de palabras para denotar los colores constituye un universal
des léxicas, determinadas por su propio significado y también por las semántico, aunque las lenguas naturales difieren de forma significativa
relaciones sistemáticas de significado que se producen entre las unida- en el número de palabras de que disponen para denotar los distintos
des léxicas de una lengua. colores. Lo más importante es que podemos postular unos patrones
El procedimiento que vamos a seguir aquí para describir los princi- universales que permiten clasificar las lenguas según ei número de
pales tipos de relaciones de significado entre unidades léxicas es el si- palabras para los colores; así, si una lengua tiene solo dos palabras para
guiente. Primero, describiremos las nociones estructuralistas de campo los colores, distingue entre el blanco y el negro; si una lengua tiene tres
léxico y campo semántico. Segundo, vamos a describir los grandes ti- palabras, añade una unidad léxica que hace referencia al rojo; etc. Véa-
pos de relaciones semánticas entre unidades léxicas y daremos cuenta se la tabla de correspondencias que se da a continuación (Finegan y
de la pertinencia de estas relaciones en el estudio del significado de las Besnier 1989: 251):
palabras.
Tipo de lengua
2.3.1.1. Campos léxicos vcampos semánticos
2 3 4 5 6 7
J. Trier (1931) fue el impulsor de la idea de que las palabras tienen Colores blanco< rojo< vetde/azul <amarillo < verde <marrón< púrpura, rosa,
significado según las relaciones con otras palabras de un mismo campo básicos negro amarillo verde/a~ul azul naranja, gris
léxico. Por campo léxico se entiende el conjunto cerrado de unidades lé- Nóm.de
2 3 4 5 6 7 8-11
xicas que cubre una determinada área conceptual en un sistema lingüís- palibns
tico. Así, por ejemplo, el campo léxico de los estados civiles en español
se compone en la actualidad de las siguientes palabras: {soltero, casa-
do, viudo, divorciado, separado}, mientras que en inglés se compone
de: {single, married, widowed, divorced}. Las lenguas pueden diferir Como se da la circunstancia de que lenguas distintas no tienen pre-
~en los campos léxicos en los que puede organizarse su léxico y en las ~ cisamente~el mismo número de unidades léxicas para un mismo campo
unidades léxicas que los integran. Además, una ampliación o disminu- semántico, los sistemas lingüísticos pueden ser comparados en relación
ción en el significado de una palabra condiciona el significado de las con la forma en que estructuran, articulan u organizan un mismo campo
palabras vecinas, y si una palabra sufre un cambio semántico, entonces semántico. De ahí las diferencias entre el inglés y el galés que se men-
la estructura entera del campo léxico queda afectada. cionan en la Tabla 3 (Crystal1997: 106).
Por otra parte, la noción de campo semántico o dominio semántico
hace referencia a un segmento de realidad caracterizado por una pro- gwyrdd
piedad semántica o rasgo conceptual común. Los campos conceptuales
green
o semánticos se definen por relaciones conceptuales referidas a la rea-
blue glas
lidad, las cuales se estructuran por medio de lexemas. Es decir, por un
lado, su significado se puede descomponer en rasgos conceptuales y, por grey
otro, tiene asociado uno o varios campos léxicos, conjuntos de lexemas brown llwyd
que estructuran un campo semántico, según consideremos este campo
sincrónica o diacrónicamente. Por ejemplo, pensemos en el campo se-
mántico de los estados civiles, relativo a los diversos tipos de condicio- TASI..A 3
nes jurídicas atribuibles a las personas físicas, con sus derechos y
obligaciones. Este campo semántico se puede caracterizar mediante los Un tercer ejemplo ilustrativo de las diferencias que pueden llegar a
rasgos semánticos [+HUMANO, +ADULTO, <ESTADO>] y tiene asociados producirse entre lenguas en la estructuración de un campo semántico
campos léxicos distintos según cuáles sean las lenguas objeto de des- tiene que ver con la codificación del movimiento. Las lenguas tienen
cripción. Dos lenguas distintas organizan diferentemente un mismo verbos de movimiento que lexicalizan la MANERA en que se produce el
campo semántico y muestran diferencias en la estructura léxica corres- movimiento, por ejemplo: correr, saltar, galopar, etc., y verbos que
pondiente a este campo semántico. Por tanto, a un campo semántico lexicalizan la DIRECCIÓN del movimiento, por ejemplo: entrar, salir, ba-
pueden corresponder múltiples campos léxicos. jar, subir, etc. En este segundo grupo cabe considerar también los ver-
74 Semántica
bos ir y venir. En español se selecciona ir cuando el movimiento se
r Palabras y significado
produce hacia la segunda o la tercera personas, mientras que venir co-
difica exclusivamente el movimiento hacia la primera persona. Si aho-
ra comparamos este campo léxico con el correspondiente en catalán,
observamos que los verbos anar y venir codifican de forma distinta la
información deíctica que resulta relevante para entender el significado
de estos verbos. En catalán se selecciona anar cuando el movimiento
se produce exclusivamente hacia la tercera persona y venir codifica
movimiento hacia la primera o la segunda personas.
-IP venir
venir
-2P
ir
-3P anar
TABLA4
En resumen, hemos mostrado que un mismo campo semántico se
estructura en campos léxicos diferentes en lenguas distintas. Un campo
léxico es un sector del léxico de una lengua en el que los términos están
estrechamente relacionados y en el que una esfera está dividida, clasi-
ficada y organizada d~ tal modo que cada elemento contriQuye a deli-
mitar a sus vecinos y está delimitado por ellos. Los campos léxicos son
conjuntos de unidades léxicas que mantienen relaciones de significado
y articulan de forma particular los campos semánticos o áreas de cono-
cimiento.
Esta concepción de los campos léxicos y su estructuración en distintas
lenguas está también estrechamente relacionada con la noción que iden-
tifica el sentido de una palabra con su valor dentro del sistema de una
lengua y con las relaciones que mantiene con las otras palabras de la
lengua de la que forma parte. La idea es que las conmutaciones u opo-
siciones lingüísticas fundamentadas en la sustitución identifican las
unidades de un campo, penniten establecer los rasgos distintivos que
las caracterizan y también las oposiciones de contenido que hay entre
ellas. Este procedimiento es precisamente una vía por medio de la cual
en la doctrina estructuralista y funcional europea se fija el valor de un
signo verbal particular.
La articulación entre los miembros de un campo semántico es una de
las tesis principales de la teoría de los campos semánticos. El vocabu-
lario de un estadio lingüístico sincrónico es un todo semánticamente
articulado, estructurado en campos léxicos, lo cual significa que las
distintas palabras que componen un campo léxico introducen limites en
el dominio conceptual y dividen dicho dominio de acuerdo con el nú-
mero de palabras y situación en el campo; es decir, organizan y estable-
cen límites a un determinado dominio conceptual. La conclusión es, por
75
tanto, que el valor de una palabra puede reconocerse si, y solo si, queda
delimitado frente al valor de las palabras vecinas, semánticamente ha-
blando, y frente a las palabras que se le oponen.
De este modo se pueden explicar dos cuestiones. Primero, que el lé-
xico de una lengua es un sistema de unidades léxicas o lexemas asocia-
dos por relaciones de sentido. Segundo, que el papel de cada uno de estos
lexemas dentro una estructura léxica no está determinado por su propio
significado, sino por su contenido en relación con los otros miembros
del sistema. Así, por ejemplo, dentro del campo semántico de la ense-
ñanza, si bien existe proximidad de significado entre enseñanza, edu-
caci6n, instrucci6n, adiestramiento, magisterio, etc., en el caso de que
alguna de estas unidades léXicas entrase en desuso, su significado de-
bería repartirse entre el resto de los lexemas con los que mantiene rela-
ciones paradigmáticas. Dicho de otro modo, el campo semántico de la
ENSEÑANZA se reparte en un estadio sincrónico E, y en una L1 entre un
número de lexemas, pero si se produce un cambio semántico, entonces
su significado se reestructuraría entre las unidades léxicas que queda-
ran. De ahí que los campos léxicos asociados a un campo semántico
determinado no solamente cambian de una lengua a otra, sino que tam-
bién cambian de una variante lingüística a otra, nos refiramos a varían-
. tes geográficas, sociales, estilisticas o históricas. Puede ocurrir que en
una L la estructura de un campo léxico en E1 y la estructura del campo
léxi~ en E2 sean distintas, a pesar del hecho de que cubran el mismo
campo o dominio conceptual. Dicho en otras palabras, en el transcurso
de la evolución histórica de una iengua, un mismo campo conceptual
puede estructurarse en campos léxicos diferentes en épocas diferentes.
En conclusión, es por la existencia de oposiciones distintivas entre
unidades léxicas por lo que la configuración semántica de un campo se
convierte en una verdadera estructura lingüística. Ello significa que los
campos semánticos se fundamentan en relaciones de sentido, mientras
que los campos léxicos agrupan las unidades léxicas que en el sistema
de una lengua lexicalizan dichas relaciones de sentido. . .
En los apartados que siguen a continuación, estudiaremos los pnnct-
pales tipos de relaciones de sentido que tienen lugar entre las unidades
de la lengua, y distinguiremos cuatro grandes grupos de relaciones: de
oposición, similitud, contigüidad y multiplicidad de significado
2.3.1.2. Relaciones de oposición
Podemos aislar varios tipos de relaciones de oposición paradigmática
que agruparemos en dos bloques: contrastes binarios y contra~tes no
binarios. Los primeros se establecen entre pares de lexemas, rruentras
que los segundos se establecen entre conjuntos no binarios de lexemas.
Cualquier hablante tiene la intuición de que grande se opone a p~­
queño, mache se opone a hembra y comprar se opone a vender; sm
embargo, el lector debe darse cuenta de que la relación que se estable-
ce entre los miembros de cada par no es del mismo tipo y que, por
76 Semántica
, Palabras y significado
tanto, es necesario diferenciar entre tipos distintos de contrastes: con-
trariedad, complementariedad e inversión 13•
Nótese que grande y pequeño relacionan una propiedad con un gra-
do: son adjetivos graduables que se ordenan en una escala abierta, lo
cual no puede realizarse entre macho y hembra. Es decir, ciertas pala-
bras opuestas implican gradación (grande/pequeño; alto/bajo; ancho/
estrecho; inteligente/estúpido; caro/barato; joven/viejo; etc.), mientras
que otras no implican ningún tipo de gradación (macho/hembra; casa-
do/soltero; nacimiento/defunción; etc.). La gradación lleva implícita, a
su vez, una comparación y, por este motivo, las palabras opuestas que
corresponden a lexemas graduables pueden introducirse en oraciones
comparativas.
( 10) a. Juan no está tan gordo como solía; está incluso más delgado que Pedro.
b. En esta taza el té no se nota muy caliente. Yo diría que está templado.
Los antónii1Ws verdaderos son contrarios. De ahí que entre las pro-
piedades semánticas de las palabras opuestas graduables está el hecho
de que no es posible predicar las dos propiedades del mismo objeto en
el mismo momento. Es decir, no pueden ser los dos verdaderos, pero sí
pueden ser los dos falsos. El símbolo# indica malformación semántica.
(11) a. #Una autopista suele ser ancha y estrecha.
b. El vestido que llevas no te queda ni ancho ni estrecho, te favorece
mucho.
En cambio, las palabras opuestas no graduables no tienen la posibi-
lidad de ser ambas verdaderas rij ambas falsas, porque dividen el uni-
verso del discurso en dos subconjuntos disjuntos. Estos opuestos se
denominan complementarios o contradictorios.
(12) a. #Esta yegua es macho y hembra.
b. Después del accidente sufrido, #Luis no está ni vivo ni muerto.
Los ejemplos de (12) ilustran el hecho de que las palabras opuestas
no graduables, cuando se utilizan como expresiones predicativas, divi-
den semánticamente hablando el universo del discurso, es decir, el con-
junto de objetos de los que se predican estas propiedades, en dos sub-
conjuntos complementarios. Así, al predicar una propiedad del par sobre
un objeto, estamos asumiendo la negación de la otra propiedad; al afir-
mar que x es hembra semánticamente se implica que x no es macho14 •
" En las obras lexicográficas. la relación de oposición entre pares de lexemas se conoce de
forma general con el término an1onimia, y en ellas no se distingue entre los úpos que aqul se van
a describir.
" Excepcionalmente. los c.!rminos contradictorios pueden participer en contextos que hacen
explícitas cienas gradaciones. Por ejemplo:
(i) a. Raimunda es muy sohetlllnús soltua que su vecina.
b. Estoy más muet1ll que viva.
Estos ejemplos son posibles porque, de hecho,lo que se está comparando no son las propiedades
solttra, muerta, o viWJ, sino las connotaciones asociadas a estos lexemas. Dicho en otras palabras.
77
Antónimos y complementarios deben pertenecer al mismo campo
semántico (Lyons 1977). Así, la antonimia entre grueso y delgado se
reduce al campo de las entidades inanimadas, y la complementariedad
entre vivo y muerto se reduce al campo de los seres animados. También
debe tenerse en cuenta que un lexema determinado puede tener más de
un opuesto; por ejemplo, hombre se opone a TT~UChacho en lo que res-
pecta al rasgo [±ADULTO) y se opone a mujer en lo que respecta al rasgo
[±HEMBRA). La conclusión es, pues, que la oposición, en un sentido am-
plio, no es el extremo opuesto a la identidad de significado. Cuando
comparamos o contrastamos dos objetos por su grado de satisfacción de
una determinada propiedad, debe tenerse en cuenta que esta compara-
ción está sujeta a la similitud con respecto a otras propiedades.
El uso de antónimos siempre comporta gradación, implícita o expli-
cita. Así, en (13) se compara implícitamente la temperatura del choco-
late o la del ordenador con un valor estándar que es distinto en cada
caso.
(13) a. El chocolate está caliente.
b. El ordenador está caliente.
A veces las lenguas pueden incluso lexicalizar los estados intermedios
de una propiedad en una dimensión escalar. De ahí que entre Jos an-
tónimos caliente/frío podamos identificar las propiedades caliente/tibio/
jresco/frfo e incluso afiadir propiedades a los dos extremos: hirviente/
helado.
Otra característica que suele acompañar la presencia de contrastes
binalios es la existencia de una relación ~orfológica entre los pares de
opuestos: felivinfeliz, interesado/desinteresado, decente/indecente, rft~
micolarrftmico, etc. Dos palabras relacionadas por un mismo prefijo no
manifiestan necesariamente el mismo tipo de relación semántica. Así,
jeliz)infeliz son contrarios, mientras que orgánico/inorgánico son con-
tradictorios (nótese que no es posible que una determinada sustancia
sea un poco más orgánica que otra entidad). Otro ejemplo interesante
es el que ofrecen los pares de contradictorios casado/soltero y casado/
descasado: de ellos solo el segundo muestra una relación morfológica.
Todavía nos queda un comentario que deseamos destacar en esta
revisión de la antonimia y la complementariedad. La cuestión que de-
seamos plantear hace referencia al hecho de que a menudo una de las
dos palabras opuestas actúa como palabra no marcada. Ello explica que
una de las dos unidades léxicas se utilice por defecto en la formación
de enunciados. Por ejemplo, en los enunciados que presentamos a con-
tinuación solo si se usa el término marcado (bajo en la pareja alto/bajo,
estrechez en el par anchura/estrechez) se da por supuesta la verdad de
estas oraciones son acepcables porque lo que se gradlla no es ninguna de las propiedades implicadas
analíticamente por los lexemas en cue.~tióo: en realidad se gradllan otras prupiedades que muy a
menudo los hablantes asocian a estos lexemas y que forman parte de su conocimiento enciclopé-
dico, no estrictamel\te lingüístico
 ,
78 Semántica
la proposición cuyo contenido es que el inruviduo u objeto del que se
habla es bajo o estrecho.
(14) a. ¿Es muy alto tu novio?
b. ¿Es muy bajo tu novio?
(15) a. La tela que ha escogido mide 1.5m de anchura.
b. ILa tela que ha escogido mide 1.5m de estrechez.
Además, relacionado con este punto está el hecho de que a menudo
los pares de palabras opuestas están ordenadas por un tipo de jerarquía
de preferencia que es idiosincrásico para cada lengua. En español se
dice blanco y negro, mientras que en inglés el orden preferido es black
and white. Otras secuencias que ilustran el mismo fenómeno son: pér-
didas y ganancias, cielo y tierra, comer y beber, etcétera.
Aparte de la antonimia y la complementariedad, erute un tercer tipo de
relación de oposición entre pares de palabras que muestran una inversión
de argumentos y que se conoce como relación de inversión. Esta relación
se encuentra mayormente en áreas del vocabulario que hacen referencia a
relaciones sociales (médico/paciente, acreedcrldeudcr. nuJestro/discfpu-
lo), relaciones de parentesco (padre/hijo, suegro/yerno, abuelo/nieto),
relaciones temporales y espaciales (encima/debajo, delante/detrás, arri-
ba/abajo, antes/después) . Algunas parejas de verbos también presentan
este tipo de relación de oposición: comprar/vender, dar/recibir, pregun-
tar/responder, etc. Lo común entre todos estos ejemplos es que la rela-
ción semántica entre cada par de palabras (predicados con contenido
conceptual) impliG,ll una inversión argumental: si x es e~ marido de y, y
es la mujer de x. La relación de inversión se da entre predicados diádi-
cos o biargumentales, y también entre predicados triádicos o triargu-
mentales: si x compra y a z, z vende y a x.
Finalmente, nótese que los nombres de los puntos cardinales son
ejemplos que típicamente sirven para mostrar la naturaleza de las rela-
ciones de oposición antipodal (por ejemplo, norte/sur) y ortogonal (en
este sentido, norte se opone a este y oeste). Y es precisamente esta úl-
tima observación la que nos permite introducir la existencia de contras-
tes no binarios en las lenguas naturales. La relación de sentido que hay
entre lexemas en conjuntos de muchos miembros, como los días de la
semana, los meses y estaciones del año, se define por incompatibilidad.
(16) Pepe se incorporó a la empresa en octubre.
Semánticamente, el hecho de que se haya escogido un miembro del
conjunto de lexemas que hace referencia a los meses excluye automá-
ticamente el resto de miembros.
En estos conjuntos no binarios encontramos conjuntos ordenados de
lexemas. En las series, dos miembros están en los extremos y las otras
palabras están ordenadas con respecto a estas. Unos párrafos más arriba,
en relación con la antonimia, hemos ejemplificado la serie de la tempera-
tura: hirviente>ca/iente>tibio>jresco>jrfo>helado. Otros ejemplos los
ofrecen las escalas usadas en la puntuación: sobresa/iente>notable>
Palabras y significado 79
aprolxuW>suspenso, magn(jico>destacable>bueM>pasable>irregu-
lar>malo>horrible>desastroso. En los ciclos no hay unidades léxicas
que lexicalicen los puntos extremos de una escala de incompatibilidad,
los elementos están ordenados por convención con relación a los otros
y la serialización puede continuar indefinidamente de forma circular: /u
nes>martes>miércoles>jueves>viernes>sábado>d't>mingo>lu-
nes>martes> ...15. Estaciones y meses del año son también ejemplos de
campos léxicos ordenados cíclicamente.
Para finalizar, nótese que en algunas ocasiones la incompatibilidad
entre unidades léxicas no está determjnada por ninguna ordenación:
simplemente se trata de unidades léxicas que pertenecen al mismo
campo semántico y comparten con sus iguales un número indetermi-
nado de rasgos semánticos. Desde este punto de vista, existe incompa-
tibilidad entre: rosa, clavel, hortensia, petunia, tulipán, lirio, geranio,
etc. Como veremos en el siguiente apartado, el hecho de pertenecer
todos estos lexemas a la clase flor permjte afinnar que la incompatibi-
lidad es una de las propiedades principales de los lexemas cohipóni-
mos.
2.3.1.3. Relaciones de implicación
En este apartado vamos a analizar dos relaciones entre unidades léxi-
cas: la hiponimia y la sinonimia.
La hiponimia es una relación estructuradora del léxico que se esta-
blece entre un lexema más específico y otro más general o superordina-
do. Parejas de unidades léxicas (y sus correspondientes lexemas)!. tales
como vaca-animal, clavel-flor, azul-color, asesinato-crimen, angustia-
sentimiento, contrato-acuerdo, casa-construcci6n, mesa-mueble, ilus-
tran esta relación léxica. El término más específico es el hip6nimo y el
más general es el hiper6nimo.
Un hipónimo implica analíticamente el hiperónimo. De ahí que un
enunciado que contenga un hipónimo implica la verdad del mismo e-
nunciado con el elemento léxico superordinado en vez del hipónimo.
Por este motivo (17a) implica (17b), lo cual significa que los rasgos
semánticos que se necesitan para definir crimen están incluidos en los
rasgos semánticos que se requieren para definir asesinato.
(17) a. Esto es un asesinato.
b. Esto es un crimen.
Es importante darse cuenta de que la hiponimia es implicación en
una dirección; por tanto, se define como una relación asimétrica y tran-
sitiva. Efectivamente, un hipónimo de otra palabra o de otro lexema
puede ser, a su vez, superordinado respecto a una tercera palabra o le-
xema. Si tulipán es hipónimo de flor y flor es hipónimo de planta, en-
u Prueba de que en los ciclos las unidade.~ lt~cas eslán ordenadas por convención es que en
in~s la semana comienza en domingo y u:rmina en sábado: Sunday>Monday> ...>Saturday.
80
, Palabras c:igni icado
tonces también es cierto que tulipán es hipónimo de planta. La palabra
mamifero es un hipónimo de animal y también un hiperórumo de car-
nívoro, que a su vez es un superordinado de felino.
Por su naturaleza impHcativa, la relación de sentido denominada hi-
ponimia está presente en proposiciones de carácter analítico muy fre-
cuentes en la etapa de adquisición del lenguaje. Los hablantes recurren a
relaciones de hipooimia para aprender que un lexema es más específico
que otro, o para aprender que dos lexemas son cohipónimos, sin necesi-
dad de aprender nada más de su significado. En realidad, gran parte de
nuestro conocimiento del significado de las palabras de nuestra lengua
materna es de este tipo.
( 18) a. El jilguero es un pájaro.
b. Un abedul es un árbol.
En algunos casos, el sentido del hipónimo puede considerarse el pro-
ducto del sentido de la palabra superord.inada (o superior en una clasifi-
cación jerárquica del léxico) combinado con un modificador adjetival.
( 19) a. Un tirano es un KObernante despótico.
b. Una cobra es un reptil venenoso.
La conclusión a la que debemos Uegar es que las unidades léxicas y los
lexemas se organizan en jerarqufas to.xon6micas y redes léxicas en vez de
constituir listas ordenadas de palabras, como uno podría pensar simple-
mente a partir de las recopilaciones que ofrecen las obras lexicográficas.
Nótese además la diferencia entre la hiponimia y la meronimia. Este
es un término usado para ~scribir la relación parte-todo entre e,Jemen-
tos léxicos. Asf, cubierta, página y contraportada son merórumos de
libro. Las jerarquías meronímicas difieren de las jerarquías hiponími-
cas en que no se definen por implicación: una mano es un merórumo de
cuerpo, pero ser mano no implica ser cuerpo (#Una tnano es un cuerpo
no está bien fonnada semánticamente). También difieren en que no
satisfacen necesariamente la propiedad transitiva: bisagra es merónimo
de puerta y puerta es merónimo de habitaci6n (Una puerta tiene bisa-
gras, Una habitaci6n tiene puertas), pero bisagra no es merórumo de
habitación (#Una habitación tiene bisagras).
La noción de hiponirnia es inseparable de la noción de sinonimia.
En el habla coloquial se dice que dos palabras son sinónimas si com-
parten el mismo significado o muestran una gran similitud de sentido.
Así. el saber popular atribuye sinonimia tanto a la pareja de palabras
avaro-tacaño como a la pareja responder-contestar.
De un modo más preciso, la sinonimia se define como hiponimia
simétrica: si x es un hipórumo de y y a su vez y es un bipónimo de x,
entonces x e y son sinónimos. Por consiguiente, si un individuo es ava-
ro, también es cierto que es tacaño, y al revés, si un individuo es tacaño,
también es cierto que es avaro. En el caso del par responder-contestar
nótese que, si alguien responde a lo que se pregunta, también contesta
dicha pregunta. De ah1 que podamos afirmar que responder es hipóni-
mo de contestar y, a la vez, contestar es hipónimo de responder.
81
La sinonimia, aunque sea parcial, también es una relación transiti-
va. Si contento es sinónimo de alegre y alegre es sinónimo de risue-
ño, entonces podemos afirmar que contento también es sinónimo de
risueño.
La sinonimia total tiene unos requisitos muy precisos. Según Lyons
(1995: 61), dos expresiones serán totalmente sinórumas solo si cum-
plen las tres condiciones siguientes:
(i) todos sus significados son idénticos,
(ü) son sinónimas en todos los contextos, y
(iii) son semánticamente equivalentes en su significado descriptivo
y también en su significado no descriptivo (es decir, sus conno-
taciones).
Si aplicamos estos requisitos a conjuntos de elementos léxicos con-
siderados sinónimos, ya sea por parte de hablantes nativos o de obras
lexicográficas, vamos a llegar a la conclusión de que la mayor parte de
los sinónimos solo son sinónimos parciales, puesto que no cumplen las
tres condiciones. Las condiciones (ii) y (iii) son las más prescindibles ,
lo cual quiere decir que muchas palabras puede ser que compartan el
mismo sentido, pero no se pueden utilizar en los núsmos contextos.
Los sinónimos tienen distintas distribuciones debido a un número de
parámetros: puede ser que pertenezcan a distintos dialectos geográfi-
cos o sociales (p. e., coger/tomar), a diferentes variantes estilísticas y
registros (p. e., apoyar/suscribir), o que incluso procedan en su origen
de distintas lenguas (p. e., entrevistalinrerviu1. Una importante fuente
ue sinonimia surge en las áreas de les tabúes, que permiten la sustitu- ~
ción de elementos léxicos por variantes eufemísticas (p. e., racionali-
zar/reducir la plantilla de una empresa, ajustes/recortes presupuesta-
rios).
2..3.1.4. Relaciones de contigüidad
Existe una tendencia en las lenguas naturales a colocar de forma recu-
rrente ciertos elementos de las categorías mayores (N, V,A,Adv) junto
a otros elementos léxicos también pertenecientes a categorías mayores.
El resultado es lo que en Lingilfstica se ha denominado colocación. Por
ejemplo, el adjetivo fuerte puede combinarse con el sustantivo razón y
con el sustantivo argumento, y en los dos casos significa <que tiene
fuerza para convencer>. Sin embargo, fuerte contiguo a nombres tales
como vino/tabaco significa <vigoroso y de un gran sabor>. Asimismo,
lo natural es que el verbo infligir se combine con los sustantivos daño,
castigo, golpe, pero no con otros muchos elementos léxicos de la cate-
goría nombre que también denotan eventos, por ejemplo: habla, con-
ducci6n, etcétera.
82 Semántica
r Palabras y significado
Las relllcionu de contigüidad en REDES
REDES. Diccionario combinatorio del español contemporáneo,
aparecido en 2004, recopila y describe un conjunto muy extenso de
redes Mxicas y conceptuales, e informa, por un lado, de las clases
en las que se agrupan las distintas palabras con las que puede com-
binarse una palabra determinada y, por otro, de las posibilidades
combinatorias que esas palabras permiten, según se enumeran en
las entradas correspondientes y en las múltiples referencias cruza-
das que contiene la obra. Su autor, Ignacio Bosque, demuestra que
lo que está en la base de las relaciones de contigüidad son las res-
tricciones de naturaleza semántica.
Lo novedoso de REDES es que se trata de un diccionario des-
criptivo de las restricciones semánticas que ciertas palabras (consi-
deradas como predicados) imponen sobre otras palabras (conside-
radas como argumentos de esos predícados). Nos informa de qué
posibles clases de sujetos o complementos puede tener un verbo
transitivo (p. e., derrumbar[se/), qué posibles clases de verbos
pueden ser modificados por un determinado adverbio (p. e.• pro-
fundamente) o qué clase de sustantivos pueden ser modificados por
un detenninado adjetivo (p. e., craso). Con respecto a este último
ejemplo, el adjetivo craso, si bien un diccionario de la lengua se
limita a indicamos su significado <indisculpable> y su combina-
~ ción con unos pocos sustantivos -c:r~o error, ignorancia crasa-,
REDES indica que este adjetivo se combina con: (a) sustantivos
que denotan equivocación o infracción, también con otros que de-
signan algunas acciones y estados irregulares o anómalos que se
asocian con esas nociones, y (b) sustantivos que designan ciertos
modos de ser de las personas, las instituciones o las comunidades,
frecuentemente en relación con actitudes vitales o ideológicas. En
resumeo,las colocaciones, entendidas como relaciones sintagmáti-
cas entre palabras, suelen estar fundamentadas en relaciones para-
digmáticas.
Finalmente, hay que señalar que las colocaciones pueden seguir un
proceso de fosilización hasta convertirse en expresiones idiomáticas,
expresiones de múltiples palabras a las que podemos asociar dos tipos
de significado: significado composicional, determinado por su estructu-
ra sintáctica y la naturaleza de sus constituyentes, y significado que no
es transparente sintácticamente, activado por mecanismos cognitivos
no estrictamente lingüfsticos. Así, una secuencia como encoger (al-
guien) los hombros tiene un claro significado conceptual determinado
a partir de la relación entre el verbo transitivo y el objeto directo defi-
nido. Sin embargo, esta expresión adquiere un significado adicional
motivado por la metáfora que relaciona la falta de control del evento
83
con un movimiento de los hombros para significar: <llevar con pacien-
cia algo desagradable>.
El efecto que puede tener la presencia de un contexto lingüístico
recurrente es el de restringir el significado de una expresión de múltiples
palabras. En la sección siguiente vamos a ver que los efectos contextua-
les también pueden incidir en el significado de las palabras en otra di-
rección: la expansión de significado.
2.3.1.5. Multiplicidad de significado
A menudo las unidades léxicas, sean palabras o sintagmas lexicaliza-
dos, pueden tener significados distintos.
(20) a. Los padres suelen costear los estudios de sus hijos.
b. La nave costeó las islas Azores.
(21) a. Este niño come demasiado.
b. Los administradores se han comido la herencia.
A la vista de diferentes valores de las palabras costear y comer, nos
vemos obligados a hablar de multiplicidad de significado en el léxico y
a distinguir entre dos fenómenos distintos: la homonimia y la polise-
mia.
El término homonimia hace referencia a la relación entre dos o más
palabras que se pronuncian y/o se escriben igual, pero tienen un signi-
ficado diferente y también un origen etimológico distinto16•
El diccionafio de la RAE nos advierte de que lbs dos ejemplos de
(20) constituyen un caso de homonimia. En (20a), costear, derivado del
sustantivo coste, significa <pagar o satisfacer los gastos de algo>. En
(20b), el verbo costear, derivado de costa, significa <ir navegando sin
perder de vista la costa>.
Los homónimos son lexemas que tienen la misma forma pero dife-
rente significado. De hecho, en todas las lenguas los homónimos son
conjuntos de palabras que tienen la misma forma por varias razones, ya
sea por la evolución fonética que han sufrido las palabras, ya porque un
sentido es un préstamo de otra lengua.
Los homónimos absolutos deben cumplir varias condiciones (Lyons
1995: 55), fundamentalmente:
(i) deben tener significados no relacionado~.
(ii) deben ser formalmente idénticos, y
(iii) deben ser gramaticalmente equivalentes (en cuanto a su catego-
rfa léxica y a su distribución).
"FJ criterio etimológico puede OODSi<lerane una QOndición suficieme, aunque no necesaria, dado
que en ocasiones la evolución hislórica de las ¡.labras se deaconoce. AdeiiW. debe tenene en
cuenta que dicha información ea irrelevaJlle en un análisis sinc:rónico de los sistemas lingüísticos.
 r
84 Semántica
Por consiguiente, de acuerdo con estos criterios s~ (del latín sibi),
pronombre personal reflexivo, no es homónimo absoluto de sí2 (del
latín sic), adverbio que expresa afirmación. Y tampoco son homónimos
absolutos si3 (del latín si), conjunción que denota condición, y si4 (de
Sancte loannes), nombre que denota la séptima nota de la escala musi-
cal. Estos cuatro elementos léxicos son homófonos, palabras con idén-
tica representación fonética pero con diferente ortografía, mientras que
los dos miembros de cada grupo son además homógrafos, por cuanto
comparten idéntica grafía.
Un caso distinto de multiplicidad de significado en el léxico es la
polisemia. Una palabra es polisémica, técnicamente hablando, si pode-
mos asignarle dos o más descripciones semánticas distintas a las que
puede atribuirle un origen etimológico común. Este es un punto impor-
tante, puesto que en lexicografía los sentidos homónimos tienen entra-
das separadas, mientras que los sentidos polisémicos son listados como
diferentes acepciones en una misma entrada léxica.
La polisemia es una propiedad semántica de una palabra: a una sola
forma gráfica es posible asociar varios significados. Típicamente, entre
estos múltiples significados existe un significado básico. Por ejemplo,
el verbo comer en (21a) corresponde a un predicado intransitivo con el
significado de <masticar y desmenuzar el alimento en la boca y pasarlo
al estómago; tomar alimento>; sin embargo, en (2lb) corresponde a un
predicado transitivo con el significado de <gastar, consumir, desbaratar
la hacienda, el caudal, etc>. Este segundo valor ejemplifica un proceso
de extensión de significado, el cual permite, a partir de un sentido lite-
ral, obtener un sentiqo figurado. Los procesos que están4Jlayormente
implicados en la polisemia son la extensión metafórica y la metonimia.
Antes de finalizar este apartado debemos distinguir la ambigüedad
de la vaguedad, fenómeno que se identifica con falta de especificación
en el significado. Kempson (1977: 124-128) establece cuatro tipos de
vaguedad en el significado léxico: (i) indeterminación referencial (es
decir, el significado de la unidad léxica parece claro, pero es difícil
decidir si esta unidad se puede aplicar o no a ciertos objetos; por ejem-
plo,pueblolciudaá); (ii) indeterminación en el grado de cumplimiento
de ciertos atributos (por ejemplo, el adjetivo bueno <que tiene bondad
en su género> es vago, por cuanto no nos permite distinguir con pre-
cisión entre el significado de buen vino, cuchillo bueno, buen profe-
sor); (iii) falta de especificación de ciertos atributos (por ejemplo, la
palabra habitante no especifica edad, raza, profesión, aspecto, reli-
gión, etc.); (iv) disyunción de valores (por ejemplo, la conjunción o
<denota diferencia, separación o alternativa entre dos o más personas,
cosas o ideas>, pero en español, como en otras muchas lenguas natu-
rales, o puede tener un uso exclusivo: Está casado o divorciado, o un
uso inclusivo: En el caso de una reacción alérgica, si el paciente se
encuentra mareado o con vómitos, debe llamar al doctor inmediata-
mente).
En la bibliografía lingüística se ha propuesto un test sintáctico para
distinguir entre la ambigüedad y la vaguedad léxicas (Zwicky y Sadock
Palabras y significado 85
1975; Kempson 1977). El test se basa en el uso de proformas en con-
textos de elipsis verbal. Considérense los dos ejemplos de (22).
(22) a. Sus vecinos descubrieron un topo y sus hijos también lo hicieron.
b. Los partidarios de Sarkozy contrataron publicistas y los partidarios de
Hollande también lo hicieron. ·
Nótese que topo es una palabra ambigua, puede referirse al mamífero
o a la persona infiltrada en una organización que actúa al servicio de
otros. Lo importante es que en (22a), sea cual sea el significado que se
atribuya a esta palabra en la primera coordinada, exactamente el mismo
significado debe inferirse a partir de la segunda coordinada. En cambio,
publicistas en (22b), referido a personas que ejercen la publicidad, no
especifica el atributo género, ·y es posible interpretar el nombre escueto
en la primera oración refiriéndose a personas del género masculino,
femenino o a hombres y mujeres. Aplicando el test de la anáfora verbal
a (22b), es posible interpretar que publicistas en las dos oraciones tiene
distintas especificaciones.
En esta sección hemos visto cómo la teoría semántica clásica ha
concebido las relaciones de significado entre las unidades léxicas. A
continuación, contrastaremos la concepción estática del lexicón asocia-
da a la visión tradicional de la Semántica Léxica con la concepción di-
námica del lexicón desarrollada por el lingüista James Pustejovsky en
su obra The Generative Lexicon (1995).
2.3.2. La información semántica de las palabras en un modelo de
Lexicón Generativo ~
Tal como observa Pustejovsky (1998: 292), "la Teoría del Lexicón Ge-
nerativo está en parte motivada por el deseo de ver qué contribución
aporta la información léxica en la interpretación semántica global de
las frases". Conviene aclarar que esta teoría no concibe el significado
desligado de la estructura léxica: así, por ejemplo, veremos cómo el
hecho de que el lexicón (generativo) esté estructurado en diferentes
niveles de representación léxica (véase la Sección 2.3.2.2) nos permite
hacer un análisis explicativo del fenómeno de la polisemia verbal (véa-
se la Sección 2.3.2.3) y de la polisemia adjetival (véase la Sección
2.3.2.4).
2.3.2.1. Lexicón de Enumeración de Sentidos ve~us Lexicón Generativo
Si nos centramos en el estudio de los sentidos que puede tener una
palabra, hemos visto que es necesario diferenciar la homonimia de la
polisemia o, para decirlo en términos de Weinreich (1964), conviene
diferenciar la ambigüedad contrastiva de la polisemia complementaria.
Tradicionalmente, esta diferencia se ha asociado con una particular
concepción del lexicón, que, siguiendo a Pustejovsky (1995: 38), podría-
mos llamar el Lexicón de Enumeración de Sentidos [Sense Enumeration
Lexicon]:
86 Semántica
(23) Un lexicón Les un Lexicón de Enumeración de Sentidos [LES] si y solo
si para cada palabra p deL que tenga múltiples s(entidos) sl, ... , sn
asociados con esta palabra, entonces:
(i) si s 1, ... , sn son sentidos contrastivos, las entradas léxicas que
expresan estos sentidos se almacenan como ps 1, ... , psn.
(ii) si s 1, ... , sn son sentidos complementarios, la entrada léxica
que expresa estos sentidos se almacena como p{sl, . .. ,sn}.
De hecho, esta concepción clásica del lexicón la podemos encontrar
también en modelos actuales tanto de lingüística teórica como de lin-
güística computacional. Tal como observa Pustejovsky (1995), la ven-
taja de este modelo clásico de descripción léxica es que permite separar
de una manera suficientemente bien definida el componente del lexi-
cón, como depósito de datos, del componente generativo de la gramá-
tica, esto es, la sintaxis.
No obstante, Pustejovsky observa que, aunque el enfoque tradicional
del lexicón de (23) sea suficientemente adecuado para el tratamiento de
la homonimia (o ambigüedad contrastiva), no lo es tanto para un trata-
miento explicativo de la polisemia como fenómeno natural de las len-
guas humanas. Según este lingüista, hay argumentos que demuestran
por qué es inadecuada la concepción de (23) para los propósitos de la
teoría lingüística y, en concreto, para los de la teoría de la semántica
léxica. Básicamente, la concepción de (23) no puede dar cuenta del uso
creativo de las palabras (esto es, las palabras adquieren nuevos senti-
dos en nuevos contextos) ni de la permeabilidad de los sentidos de la
palabra (esto es, los sentidos de la palabra no sM definiciones atómi-
cas sino que se sobreponen y hacen referencia a otros sentidos de la
palabra). Así, por ejemplo, Pustejovsky pone de manifiesto el hecho de
que no solo conviene dar una explicación adecuada de (i) cómo las ex-
presiones lingüísticas adquieren contenido, sino también de (ii) cómo
este contenido parece que sufre una continua modificación en nuevos
contextos: e. g., considérese el significado diferente del adjetivo rápido
en coche rápido, mecanógrafo rápido, baile rápido, etc., o el significa-
do diferente del verbo abrir en abrir una puerta, abrir una caja o abrir
un archivo. Tal como dice Pustejovsky (1998: 290), "aquello que es
característico del ser humano no es tanto un lenguaje extensional per
se como su habilidad generativa para construir el mundo tal como se le
revela a través del lenguaje y de las categorías que usa. El lenguaje es
una manifestación natural de esta facultad para la categorización gene-
rativa y el pensamiento composicional".
En este sentido, es útil también contrastar la concepción davidsoniana
que tienen del lenguaje algunos lingüistas y filósofos que asumen una
concepción estática del lexicón (véase [24]) con la que tienen aquellos
que proponen la necesidad de un lexicón generativo (véase [25]).
(24) El lenguaje es el instrumento que es porque la núsma expresión, con Jos
rasgos semánticos (significados) invariables, puede servir para una infini-
tud de propósitos (Davidson [1966: 108], apud Pustejovsky [1998: 291]).
Palabras y significado 87
(25) El lenguaje es el instrumento que es ya que la núsma expresión puede
servir para una infinitud de propósitos porque los rasgos semánticos (los
significados) varían en el contexto (Pustejovsky [1998: 291]).
En concreto, la concepción del lenguaje de (25) es la que subyace al
análisis de la polisemia que propone Pustejovsky. Para este autor, la
polisemia representa un caso idóneo para investigar cómo el significa-
do -y, junto con este, el potencial referencial de una expresión- varía
en el contexto de acuerdo con unas restricciones específicas.
Mientras que las aproximaciones al significado basadas en la concep-
ción estática del LES se limitan a separar y clasificar de manera clara y
limpia los sentidos de la palabra en casos diferentes, e~ las dos sec~io­
nes siguientes comprobaremos que en la Teoría del Léxtcon Generativo
se adopta otra metodología basada en (i) la infraespecificaci6n en la
semántica de los elementos léxicos 11 , (ii) todo elemento en un sintagma
puede funcionar de manera activa en la composición d.el sin.ta~m~, y
(iii) la noción de sentido de palabra solo emerge en el mvel smtáctico,
esto es, "su sentido en el contexto".
Veámoslo a continuación con un ejemplo adaptado de De Miguel
(2009: 342). Considérense las combinaciones siguientes: una maleta
ligera, una comedia ligera y #un lago ligero 18 • De acuerdo con el postu-
lado de la infraespecificación, palabras como el adjetivo ligero/a tienen
una definición poco especificada, lo que provoca que su significado se
especifique o se determine gracias al contexto. E? el primer caso (u~
maleta ligera), decimos que hay una concordancia de rasgos semánti-
cos: maleta es un nombre que se refiere a un objeto [coNTENEDOR) con
peso y volumen. Este~ hecho posibilita que un adj~tivo cÚmo ligera
pueda predicarse perfectamente de maleta. Ahora bien, cuando no. se
produce esta concordancia semántica, pueden darse do~ casos: o bien
que intervenga un mecanismo de rescate para recategonzar los rasgos
de una de las palabras discordantes, coaccionando su significado para
hacerlo compatible semánticamente con la otra (es el caso de una co-
media ligera), o bien que se produzca un colapso interpretativo (es el
caso de #un lago ligero). Volveremos a tratar más adelante casos como
estos.
Según Pustejovsky, la mayoría de las teorías de la semántica léxica
no han sido capaces de dar cuenta de la expresividad y/o del poder
creativo de los sentidos de las palabras. En los modelos que adoptan
un lexicón estático (LES), las palabras ya tienen generalmente un
significado fijado. El hecho de cambiar el sentido de ~na palabra en
estos modelos equivale a crear un nuevo elemento léxtco o un nuevo
sentido. En los enfoques tradicionales de la polisemia, lo que queda
" De Miguel (2009: 342) recoge una definición informal de infraespecijicaci6n: "falta de es-
pecificación de las entradas léxicas que las capacita para intervenir en diferentes estructuras sin-
tácticas y, por lo tanto, en diferentes operaciones de composición semántica (Pustejovsky I995)".
" El símbolo 1 expresa malformación semántica o pragmática. Conviene distinguirlo del aste-
risco (•), que expresa agramaticalidad.
88 Semántica
por _explicar es_cuál es la relación lógica entre los sentidos, lo que
eqmvale a exphcar qué combinaciones de sentido son posibles en una
lengua.
Antes de tratar este problema, en la Sección 2.3.2.2 presentamos las
características básicas del lexicón generativo. Concretamente, nos con-
centraremos en la información semántica de las unidades léxicas que se
estructura sobre la base de cuatro factores generativos llamados qualia,
que veremos que tienen un papel muy relevante en la explicación de la
polisemia verbal (véase la Sección 2.3.2.3) y la polisemia adjetival
(véase la Sección 2.3.2.4).
2.322. El Lexicón Generativo y la información semántica de los qua/ia
Pustejovsky (1995, 1998) propone cuatro niveles básicos de represen-
tación léxica:
(26) a. Estructura argumental: especificación del número y tipo de argumen-
tos.
b. Estructura eventiva: definición del tipo de evento denotado (estado,
proceso, etcétera).
c. Estructura de herencia léxica: identificación de cómo una estructura
léxica se relaciona con otras estructuras.
d. Estructura de qualia: representación de los diferentes modos de predi-
cación posibles de una unidad léxica.
En esta sección nos dedicaremos a demostrar la importancia de la es-
tructura de los qu~lia, que es concebida como el Iuga~ idóneo para la
codificación de la información semántica que hace referencia a nuestra
comprensión de un objeto o de una relación. Los niveles que son más
relevantes para la estructura gramatical (la estructura argumental y la
estructura eventiva) se examinan con más detalle en el Capítulo 4 sobre
predicación.
En la Teoría del Lexicón Generativo, el significado de las palabras se
estructura sobre la base de cuatro factores generativos, llamados qua-
lía, que dan cuenta de cómo los humanos entienden los objetos y las
relaciones en el mundo. En palabras de Pustejovsky (1995: 86), "for-
man un conjunto de restricciones semánticas mediante las cuales enten-
~emos una palabra en la lengua". Estos cuatro factores o roles genera-
tivos son los de (27), que encontramos esquematizados en (28), donde
a es un elemento léxico.
(27) ffiRMAL: Lo que distingue un objeto dentro de un dominio más amplio.
CONSTITUTIVO: Lo que indica la relación entre el objeto y las partes que lo
componen.
TÉuco: Lo que indica la función o finalidad del objeto.
AGENTivo: Lo que hace referencia a los factores implicados en la
creación u origen del objeto.
Palabras y significado 89
(28) a
ESTR.ARG =
[AR~~.~]
J
ONST. = de qué está hecho x
FORMAL =qué es x
QUALI.A=
Ü TÉLICO = cuál es la función de x
AGENTIVO = cómo se creó x
.
La estructura de los qualia forma el núcleo de las propiedades genera-
tivas del lexicón, ya que nos proporciona una estrategia general para
que, cada vez más, podamos crear conceptos específicos con propieda-
des conjuntivas. Por poner un ejemplo, considérense las propiedades de
nombres como roca o asiento. Normalmente, estos nombres los pode-
mos distinguir a partir de criterios semánticos que los clasifican en tér-
minos de categorías generales como tipo natural y objeto artefacto,
respectivamente. Ahora bien, aunque esta distinción es bastante útil,
Pustejovsky nos hace ver que no es suficiente para dar cuenta del dife-
rente comportamiento de estos nombres en la lengua. De hecho, existe
una distinción importante entre roca y asiento que afecta a las propie-
dades que diferencian los tipos naturales de los artefactos: la funciona-
lidad tiene un papel fundamental en el proceso de individuación de los
artefactos, pero no en el de los tipos naturales. Así, por ejemplo, si bien
son naturales expresiones como un buen asiento o disfrutar del asiento,
no son, sin contexto previo, expresiones semánticamente bien forma-
das #una buena roca o #disfr•tar de una roca. En efecto, la diferencia
radica en su diferente comportamiento en cuanto a la funcionalidad,
esto es, en términos de Pustejovsky, el rol TÉI..ICO está bien definido para
los objetos artefacto, pero no para los de tipo natural. Pustejovsky ob-
serva que el hecho de que esté bien formada una expresión como El
escalador disfrutó de aquella roca se debe a que roca adquiere en ese
contexto un nuevo significado: adquiere el rol TÉI..ICO, porque este sig-
nificado se adquiere por co-composición con la semántica del SN suje-
to. Más adelante veremos también casos de este mecanismo generativo
que da cuenta de la interpretación composicional de las palabras en el
contexto (véase la Sección 2.3.2.3).
Así, aunque'roca y asiento son nombres que hacen referencia a un
objeto físico, la estructura de qualia nos permite distinguirlos tanto por
lo que respecta al rol TÉLICO (esto es, su funcionalidad) como por lo que
respecta al rol AGENTIVO (i. e., los artefactos como asiento son creados
por los seres humanos, mientras que las rocas se originan de manera
natural). Cabe concluir, de esta manera, que la estructura de qualia nos
permite tratar diferentes aspectos ortogonales de una categoría, esto es,
nos proporciona una estructuración coherente para diferentes dimen-
siones del significado léxico. Tal como dice Pustejovsky (1998: 295),
la estructura de los qualia tendrá que tener un papel decisivo a la hora
de averiguar si hay restricciones naturales sobre lo que en principio
podemos conceptualizar los seres humanos.
 ,
90 Semántica
2.3.2.3. La polisemia verbal en el Lexicón Generativo
En el marco de la Teoría del Lexicón Generativo lo que se tiene que
explicar no es tanto el hecho de que haya diferentes significados para
una palabra como el hecho de que haya una relación lógica entre estos.
Es precisamente la relación lógica que hay entre los sentidos de las
palabras polisémicas lo que quiere explicar Pustejovsky. A continua-
ción lo ejemplificamos con casos de polisemia verbal. Considérese los
ejemplos siguientes:
(29) a. Juan pintó la pared.
b. Juan pintó un cuadro.
Como se puede ver en (29), el verbo pintar tiene dos sentidos: en (29a)
encontramos el sentido de cambio de estado, mientras que en (29b) en-
contramos el sentido de creación. Normalmente, un LES explicaría la
polisemia de este verbo mediante la codificación de los dos sentidos
dentro de una misma entrada léxica. Ahora bien, siguiendo a Pustejovs-
ky (1995), se puede proponer que solamente hay un sentido básico para
el verbo pintar y que cualquier otra lectura se deriva mediante mecanis-
mos generativos en composición con sus argumentos. Concretamente,
el sentido de creación del verbo pintar (cf. "hacer un cuadro pintando",
donde un cuadro es el objeto creado y pintando es el evento subordina-
do) no es necesario codificarlo en el lexicón, sino que este sentido surge
cuando el verbo entra en co-composición con un SN objeto que denota
un objeto creado. Por lo tanto, cabe remarcar que, para que surja el
sentido de creación, es imprescindible que en la estfllctura de qualia del
nombre cuadro, concretamente en el factor AGENTIVO, se codifique que
los cuadros se originan como resultado de la acción denotada por el
verbo. Es de esta manera como en (29b) el sentido de cambio de estado
del verbo pintar queda subordinado al sentido de creación (siendo este
un sentido generado en el nivel de SV) mediante reglas sistemáticas de
composición.
El caso del verbo pintar en (29) es interesante también porque pone
de manifiesto uno de los problemas no resueltos de las teorías basadas
en el LES, a saber, la permeabilidad de los sentidos de la palabra. Es
decir, es precisamente la superposición de los componentes nucleares y
periféricos de los sentidos de una palabra lo que no queda explicado en
el LES. Como hemos visto, la solución a este problema consiste en pro-
poner distinciones en el contenido semántico del argumento comple-
mento que sean más refinadas que las restricciones semánticas conven-
cionales.
Por otra parte, un mecanismo generativo que opera de manera pare-
cida al de la ca-composición [en inglés, co-composition], que acaba-
mos de comentar a raíz de los ejemplos de (29), es el denominado
coerción de tipo [en inglés, type coercion]. Este mecanismo actúa
cuando una unidad rectora fuerza otra unidad a cambiar su tipo semán-
tico (pero no su tipo sintáctico), como es el caso de (30a), donde el
verbo empezar selecciona semánticamente un evento en la posición de
Palabras y significado 91
argumento interno (cf. el uso de un SV en los ejemplos de [30b-c]).
Como novela es de tipo objeto, el verbo empezar fuerza un cambio de
tipo, esto es, de objeto a evento. Es importante darse cuenta de que la
interpretación del evento regido en (30a) dependerá de si selecciona-
mos de la estructura de qualia del nombre novela el factor rnuco, que
codifica el predicado leer, o el factor AGENTIVO, que codifica el predica-
do escribir.
(30) a. Empezó la novela.
b. Empezó a leer una novela.
c. Empezó a escribir la novela.
La importancia de la estructura de qualia en la interpretación de
(30a) queda manifiesta cuando contrastamos (30a) con (31a). Esta últi-
ma frase es anómala semánticamente, ya que, de entrada, no hay una
manera directa, esto es, sin contexto previo, de interpretar el evento
implicado en (31a). Ahora bien, si la frase contiene un SN sujeto como
el de (31b), entonces por co-composición con este elemento surge en la
sintaxis el significado de escalar asociado con el evento regido por el
verbo.
(31) a. #Empezó la roca (cf. supra: #Disfrutó de una roca).
b. El escalador empezó la roca (cf. supra: El escalador disfrutó de aque-
lla roca).
De hecho, tal y como dice Pustejovsky (1995: 45-46), "hay muchas
maneras de querer empezar o acabar alguna cosa".
"1
(32) a. Juan quiere un cigarrillo.
b. Maria quiere una cerveza.
c. Octavio quiere un empleo.
Así, por ejemplo, Pustejovsky (1995: 46) observa el hecho de que la
variación contextual que encontramos en (32) el LES solo la podría
describir a partir de la codificación léxica de diferentes sentidos para el
verbo querer, tal como se ejemplifica en (33).
(33) a. quererl: querer fumar
b. querer2: querer beber
c. querer3: querer tener
d ....
En cambio, si apelamos a la estructura de qualia de los nombres
implicados en (32), evitaremos la propuesta no deseada de que el verbo
querer sea polisémico, esto es, evitaremos la enumeración inútil de los
sentidos que pueda tener este verbo. Asumiendo, pues, que este verbo
está infraespecificado en cuanto a la actividad realizada, podemos ex-
plicar la creación de nuevos sentidos del verbo a partir del mecanismo
de la co-composición con otros elementos activos en la generación del
significado como son los nombres en (32), que tienen una estructura de
qualia claramente especificada en cuanto al factor TÉLICO, aquel que
indica la funcionalidad del elemento léxico en cuestión.
 r
92 Semántica Palabras y significado 93

2.3.2.4. La polisemia adjetival en el Lexicón Generativo (37) a. Un buen cuchillo

b. Un buen alimento
Otro de los casos interesantes de polisemia estudiados por Pustejovsky c. Un buen docente
(1995) es el que afecta a los adjetivos 19 • Considérense los ejemplos si- d. Una buena película
guientes: e . . ..

(34) a. Una barca rápida. De acuerdo con el LES,la única manera de hacer explfcitos los di-
b. Un mecanógrafo rápido. ferentes sentidos que puede tener el adjetivo bueno sería enumerarlos
c. Un bocadillo rápido. uno por uno, como se ejemplifica en (38):
d. Un taller rápido. (38) a. buenol : que funciona bien
e. Una autopista rápida . b. bueno2: que es sabroso
f . ... c. bueno3: que realiza una actividad de manera correcta
Un LES tendría que enumerar cada uno de los sentidos de la serie de d....
(34), una propuesta que no parece muy viable, ya que una enumeración Otra alternativa consistiría en considerar el significado del adjetivo
finita de los sentidos del adjetivo no explicaría de manera apropiada sus bueno suficientemente vago como para poder dar cuenta de todos los
aplicaciones creativas en la lengua: casos mencionados. De acuerdo con esto, sería precisamente nuestro
(35) a. rápido!: moverse de una manera rápida conocimiento del mundo el que se encargaría de especificar la manera
b. rápido2: realizar una actividad de manera rápida en la que algo o alguien es "bueno". Ahora bien, tal como dice Pustejov-
c. rápido3: hacer algo que no implique dedicar mucho tiempo sky (1995: 43), "el problema de esta estrategia es que el conocimiento
d .... de sentido común que se necesita para interpretar la manera como bueno
modifica al nombre forma parte de este mismo nombre modificado y no
Lo que conviene explicar, pues, es cómo podemos argumentar que el simplemente de nuestro conocimiento del nombre. Si esto es así, apelar
sentido de rápido cambie de acuerdo con el contexto, esto es, según sea a las inferencias de sentido común parece que es innecesario y poco
el nombre al que modifica. ¿Cómo podemos llegar, por ejemplo, a la elegante".
interpretación de 'Juan es un mecanógrafo que es rápido en la actividad Así pues, este lingüista propone usar el mismo mecanismo interpreta-
de la mecanografía'? Sc!gún Pustejovsky ,la solución consiste' en apelar livo que hemos visto en el caso anteribr del adjetivo rápido: elligamien- ~
a la estructura de qualia del nombre mecanógrafo, donde se codifica la to selectivo. Este mecanismo será el que nos permitirá explicar los senti-
información (parcial) de (36): mecanógrafo designa un ser humano x dos contextualizados de adjetivos evaluativos como bueno. Por ejemplo,
que tiene por función o telas la actividad codificada en el evento un buen cuchillo significa 'un cuchillo que corta bien': ya que bueno
[event: e] de mecanografiar". funciona como un predicado de evento, este es capaz de modificar de
manera selectiva la descripción eventiva contenida en el factor TÉLICO
(36) mecanógrafo del nombre cuchillo, tal como queda ejemplificado en (39): cuchillo
ESTRARG= [ARGI = x: humano] designa un utensilio x que tiene por función o telos la actividad codifi-
cada en el evento [event: e] de "cortar", donde x designa el instrumen-

QUALIA=
rRMAL
TÉLICO -·
=mecanografiar (e,x) J to e y la cosa cortada.
(39) ¡ uchil/o

J
Concretamente, el adjetivo escoge una interpretación selectiva de una 1 ESTR.ARG = [ARGl = x: instrumento]
expresión eventiva que figura en el factor TÉLICO del núcleo nominal.

~UAIJA=
Este mecanismo generativo Pustejovsky lo llama Ligamiento selectivo (FORMAL =x
[en inglés, selective binding]. Cabe observar que es precisamente este LTÉLICO =cortar (e,x,y)
mismo mecanismo el que nos permite explicar los sentidos contextua-
lizados de adjetivos evaluativos como bueno en (37): En definitiva, hemos podido comprobar cómo los mecanismos genera-
tivos son los que nos permiten modelar el significado de las palabras de
una manera dinámica . Por lo tanto, son estos mecanismos los que for-
1• Véase Demonte (1999) para un análisis detallado de los adjetivos en la Teoría del Lexicón
man la piedra angular de las operaciones composicionales de la Teoría
Generativo.
del Lexicón Generativo.
 r
94 Semántica
Ya para acabar, entre las ventajas que supone la introducción de
nuevas herramientas de descripción del significado léxico, Pustejovsky
(1998: 304) destaca que la estructura de qualia (i) permite limitar la
producción de interpretaciones [parsings] no motivadas (por ejemplo,
un buen cuchillo se interpreta como 'un cuchillo que corta bien' y no
como 'un cuchillo que es sabroso') y (ii) permite introducir una distin-
ción clara, siempre que sea posible, entre significados básicos y signi-
ficados derivados que se producen de manera generativa: por ejemplo,
hemos visto que el sentido de cambio de estado del verbo pintar es el
básico, mientras que el sentido de creación se produce una vez que este
verbo entra en contacto con un complemento nominal que denota un
objeto artefacto/creado como cuadro.
2.4. Conceptos
En la sección precedente se han expuesto dos formas distintas de en-
tender las relaciones de significado entre las palabras, a nivel puramen-
te léxico o accediendo al contenido conceptual de las mismas. En esta
sección vamos a abordar el significado de las palabras. Existen indicios
razonables para suponer que el significado de una palabra no se reduce
a su referencia (Bedeutung en términos de Frege). Las palabras también
tienen sentido (Sinn para Frege). Si bien la referencia de las palabras se
va a estudiar en el Capítulo 3, aquí nos vamos a centrar en su sentido.
~
2.4.1. Condiciones necesarias y suficientes
Un modo tradicional de entender el sentido es reducirlo a la noción de
concepto, y los conceptos se pueden concebir como conjuntos de condi-
ciones necesarias y suficientes. Este tipo de reduccionismo se ha practi-
cado en la lexicografía tradicional. La consulta de la palabra soltero en
el diccionario de la RAE da como resultado <que no está casado>, defi-
nición que podemos representar formalmente mediante el rasgo CASADO
especificado con el valor negativo. Dicho en otras palabras, para poder
afirmar de alguien que es soltero, tiene que cumplir necesariamente la
condición de estar [-cASAOO]. Sin embargo, esta condición no es sufi-
ciente, puesto que tienen que cumplirse además otras propiedades, tales
como ser un individuo humano y adulto (es decir, que tenga edad para
casarse), que podemos definir como sigue: [+HUMANO, +ADULTO]. El
conjunto de estos atributos constituye las tres condiciones necesarias y
suficientes para poder afirmar que alguien está soltero. Existe, sin em-
bargo, un conocimiento de tipo enciclopédico, cultural, que forma
parte de nuestro saber y que no es explícito en los diccionarios. Dicho
saber tamiza el conocimiento lexicográfico y permite decidir que ciertos
individuos son buenos ejemplares de esta categoría, mientras que otros
no lo son. En el ejemplo que estamos comentando, es evidente que el
Dalai Lama o Tarzán satisfacen las condiciones necesarias y suficientes
Palabras y significado 95
para ser solteros, pero no constituyen solteros prototípicos. Hablaremos
de prototipicidad unos párrafos más adelante; centrémonos por el mo-
mento en la noción de concepto.
2.4.2. Representaciones mentales
Decíamos en el Capítulo 1 que Jackendoff (1989) opone la noción de
concepto-E, concepto externo (conjuntos de condiciones de verdad,
de mundos posibles, de relaciones de oposición léxica), a la de con-
cepto-!, concepto interno (representaciones mentales). El sentido ex-
presado por medio de condiciones necesarias y suficientes es ilustra-
tivo de un concepto-E. Sin embargo, en ocasiones las descripciones
conceptuales requieren un ti¡)o de representación espacial y topológi-
ca. Este tipo de representación que requiere el acceso a imágenes vi-
suales de naturaleza tridimensional (Marr 1982) difícilmente va a po-
derse representar mediante atributos y rasgos binarios. Piénsese en la
diferencia semántica entre silla y taburete. La necesidad o ausencia de
respaldo parece ser un rasgo importante en la distinción entre objetos
que pertenecen a la primera categoría o a la segunda. No obstante,
todos nosotros tenemos en mente sillas que tienen un respaldo muy
estrecho o que incluso, por su particular diseño, prácticamente carecen
de él. Nuestra imagen, construida experiencialmente, de lo que consti-
tuye una silla no puede ser, por tanto, descrita en términos objetivos
(condiciones de verdad) y requiere el acceso a modelos subjetivos, mo-
delos que se centran en la representación mental (irnaginística) de los
conceptos. ' '
Jackendoff, por ejemplo, ha argumentado la necesidad de recurrir a
una representación o estructura conceptual de objetos léxicos y supra-
léxicos por razones de economía. Supongamos que debemos enfrentar-
nos a la necesidad de analizar la relación semántica de implicación
entre los pares de oraciones que enumeramos a continuación:
(40) a. El asesino descuartizó a la víctima.
b. La víctima murió.
(41) a. El niño rompió el jarrón.
b. El jarrón está roto.
En cada par, la frase (a) implica la frase (b) y lo que permite entender
esta relación es el concepto CAUSA que caracteriza el evento de descuar-
tizar y también el evento de romper, así como muchos otros predicados
verbales. La generalización es que una CAUSA de un evento implica un
CAMBIO DE ESTAOO y, por tanto, descuartizar implica morir, como romper
implica estar roto. Esto nos lleva a entender las palabras y las oraciones
en términos de estructuras conceptuales que relacionan primitivos con-
ceptuales tales como Evento, Estado, Cosa, Propiedad, Lugar, etc. En
(42) formalizamos la estructura conceptual de (40a, b) con las herra-
mientas que proporciona la Semántica Conceptual.
 r
96 Semántica
(42) a. (!!..,..CAUSAR (lcasaEL ASESINO], (l!slldoSER (le.,.. LA VfcnMA), (.._.EN ((Propie.
dad DESCUARTIZADA])])])]
b. (l!stadoSER (le.,. LA vfcnMA], (Lupr EN ((PropiedadDESCUARTIZADAl)])]
Los trabajos de Jackendoff comparten con los de Levin (Levin y
Pinker 1992) el objetivo de investigar hasta qué punto la descomposi-
ción semántica nos ayuda a entender la relación entre la existencia de
determinados conceptos y la existencia de determinados procesos gra-
maticales, como la alternancia causativa-incoativa, la posibilidad de
tener argumentos implícitos, etc. Estos autores persiguen la compren-
sión de fenómenos lingüísticos a partir de un enfoque objetivo del es-
tudio de los objetos del lenguaje y la ontología conceptual necesaria
para describir dichos objetos.
2.4.3. Prototipos
Existe, sin embargo, otra visión muy arraigada entre los lingüistas y
psicólogos cognitivistas que parte del supuesto de que la cognición
tiene una base corporal. Se asume que las estructuras que integran el
sistema conceptual nacen de la experiencia corporal y adquieren senti-
do como resultado de las características físicas, biológicas y psicológi-
cas del cuerpo humano. El concepto de experiencia al que se hace refe-
rencia incluye la herencia genética, el entorno en el que se desarrollan
los individuos, el modo en que interactúan en él, los estímulos cultura-
les, etc. Desde e&[.e enfoque, el significado no es exte{no al individuo,
sino que es resultado de la conceptualización humana. La capacidad de
conceptualizar se ve como la habilidad para formar estructuras simbó-
licas significativas (unidades con forma y significado) a partir de la
estructura experimentada. Significado y conceptualización se equipa-
ran.
Desde esta perspectiva, el significado es siempre materia de com-
prensión humana y, por tanto, una teoría del significado es una teoría
de la comprensión. La comprensión incluye modelos proposicionales y
modelos cognitivos que utilizan mecanismos imaginísticos tales como
los esquemas de imagen, las proyecciones metafóricas y las metoni-
mias. Entendido como un fenómeno global, el significado no se reduce
únicamente a las circunstancias objetivas.
La visión experiencia! destaca el carácter relativo del significado: un
concepto se define en relación con algún conocimiento o marco de co-
nocimientos (Fillmore 1982). Esta concepción implica una visión en-
ciclopédica del significado y, por tanto, la semántica y la pragmática no
se consideran, como en otras teorías, objetos de estudio separados. La
naturaleza misma del significado es, en cierto sentido, pragmática por
el hecho de que tiene que ver con las conceptualizaciones de los seres
humanos a partir de su propio conocimiento y sus circunstancias. En
este marco, la capacidad de categorizar se ve como una de las funciones
más básicas y recurrentes del pensamiento: formamos categorías de
Palabras y significado 97
especies biológicas, colores, palabras y significados. La comprensión
de cómo formamos categorías a partir de la realidad experimentada es
fundamental para comprender cómo pensamos y cómo funcionamos
ecológicamente en nuestro entorno físico, social y cultural.
Así pues, como alternativa a los problemas que plantean las defini-
ciones y caracterizaciones basadas en un número discreto de rasgos
objetivos o de condiciones necesarias y suficientes, surge otra noción
de concepto más subjetiva y experiencia!. El término prototipo (Rosch
1973, 1975; Rosch y Mervis 1975; Rosch et al. 1976; Lakoff 1987) se
utiliza en semántica y en psicología para hacer referencia a un modelo
representativo de una clase. Las categorías basadas en prototipos se
definen mediante modelos cognitivos y las entidades se conciben como
miembros de una categoría en virtud de su similitud respecto del pro-
totipo.
Como se verá a continuación, los prototipos son categorías gradua-
das, cuyos límites no están delimitados por una línea clara y definida,
y presentan un importante grado de difusión. No es cierto que los ele-
mentos de una categoría simplemente pertenezcan o estén fuera de esta
categoría; están más o menos dentro de este límite difuso. Incluso puede
darse el caso de que los miembros más periféricos puedan formar parte
de dos categorías contiguas. En definitiva, los prototipos se delimitan
mediante efectos de tipicidad.
Consideremos de nuevo el significado de silla y taburete. Puede ocu-
rrir que los hablantes no tengan una idea clara de cuáles son los atributos
que definen las dos palabras, ni tampoco una representación conceptual
precisa, pero tienden a coinc.fdir sobre los objetos que son típicamente
sillas y los que son taburetes. Por tanto, aunque el significado sea un
tanto incierto y difuso, los hablantes evalúan el grado de prototipicidad
de un objeto respecto a lo que, según su experiencia, consideran un buen
ejemplar.
Asimismo, los hablantes entienden que un jilguero o una gaviota
son mejores ejemplares de la categoría PÁJARO que un pollo o un pin-
güino. Una silla de comedor se considera más representativa de la ca-
tegoría SILLA que una mecedora o una silla eléctrica. Un caballo se
concibe como prototípico de la categoría MAMÍFERO, mientras que una
beluga se aleja de este prototipo a pesar de que las belugas son ballenas
y las ballenas son mamíferos. Al mismo tiempo, las belugas, quizás
bajo ciertos conocimientos enciclopédicos, se relacionan con la catego-
ría PEZ por el hecho de nadar bajo el agua y tener aletas, sin que existan
razones científicas para tal asociación conceptual.
De ello se deduce una de las afirmaciones más revolucionarias de
Rosch: el contenido de las categorías no es universal y puede diferir
según las culturas, las subculturas y los individuos. Es el principio ~e
formación de las categorías según la noción de prototipo lo que es um-
versal.
Para ilustrar esta afirmación solo cabe considerar que la noción de
prototipo también es relevante en la categorización lingüística. Una
categoría como PALABRA se difumina ante categorías como la de AAJO y
 ,
98 Semántica
CLtnco. Asimismo, la comparación entre lenguas de ciertas categorías,
como por ejemplo el DATIVO (Yngles 2011), permite entender la varia-
ción en el contenido de esta categoría: en español e inglés se utiliza el
dativo para Le enviamos dos cartas 1 We sent him two letters, pero en
cambio el inglés opta por el nominativo en Me gusta nadar 1/like
swimming. Un verbo TRANSITIVO prototípico denota una acción dinámi-
ca por la que una entidad causa cambios perceptibles en una segunda
entidad, estando estos dos participantes relacionados asimétricamente;
de ahí que un verbo como romper sea un transitivo más prototípico que
escuchar. Finalmente, la categoría NOMBRE también muestra asimetrías.
Un nombre prototípico denota una objeto visible, tangible y temporal-
mente estable, típicamente representado por un nombre contable. Por
ello, un nombre como moneda es más prototípico de la categoría nom-
bre que un nombre de masa (p. e., dinero) o un nombre abstracto (p. e.,
corrupción).
2.4.4. Metáforas conceptuales y esquemas de imagen
Mientras que la teoría psicológica de la categorización parece espe-
cialmente relevante para caracterizar las categorías concretas de
nuestro léxico, la teoría de las metáforas conceptuales de Lakoff y
Johnson (1980, 1999) es esencial para entender las categorías abstrac-
tas. Estos autores subrayan el hecho de que las metáforas no son enti-
dades de la lengua sino de nuestro pensamiento. Según ellos, las cate-
gorías abstractas están basadas en correspondencias metafóricas (y
también metonímicas) de áreas concretas\¡ue a menudo se basan en el
espacio físico (es lo que se denomina su dominio origen) con áreas
más abstractas de nuestra experiencia como son las emociones, la cau-
sación, la estructura eventiva, etc. (es lo que se denomina su dominio
meta). Considérese, por ejemplo, la metáfora de (43), que implica
comprender un dominio abstracto de nuestra experiencia (el amor) en
términos de un dominio más concreto/físico de nuestra experiencia
(los viajes)20 :
(43) EL AMOR ES UN VIAJE (Lakoff y Johnson 1986: 83)
a. Mira qué lejos hemos llegado.
"'La metáfora conceptual pone en relación dos dominios cognitivos diferentes, mientras que la
metonimia implica un solo dominio. Esta segunda figura del pensamiento consiste en un mecanis-
mo de asociación mediante el cual se utiliza una entidad conceptual para referirse a otra que perte-
nece al mismo dominio cognitivo. Asf, por ejemplo, (i) contiene una metonimia (la mesa por los
clientes que la ocupan), ya que mesa y clientes pertenecen al mismo dominio (el del restaurante):
(i) La mesa 1Oestá a punto de irse.
Otros ejemplos de metonimia son los siguientes: (ii) ejemplifica 'el contenido por el contene-
dor' y (iü) 'el autor por sus publicaciones'.
(Ü) Pásame el agua.
(iii) María ya no lee a Chomsky.
Palabras y significado 99
b. Estamos en una encrucijada.
c. Tendremos que emprender caminos separados.
d. Ahora no podemos volver atrás.
e. No creo que esta relación vaya a ninguna parte.
f. ¿D6nde estamos?
g. Estamos atascados.
h. Es un largo camino, lleno de baches.
i. Esta relación es un callej6n sin salida.
j . Esta relación está yéndose a pique.
k. Nuestro matrimonio hace aguas.
Es importante darse cuenta de que la metáfora EL AMOR ES UN VIAJE
en (43) no está constituida por ninguna palabra de nuestro léxico, es
decir, ninguna de las palabras destacadas en (43) estaría listada en
nuestro léxico como una palabra que se refiere al amor. Más bien, lo
que realmente constituye la metáfora de (43) son correspondencias on-
tológicas como las de (44), que relacionan los dos dominios, el dominio
meta (el amor) con el dominio origen (el viaje).
(44) Los amantes se corresponden con los viajeros.
La relación amorosa se corresponde con el vehículo.
El estar en una relación se corresponde con el viajar en el mismo vehículo.
La intimidad de la relación se corresponde con la proximidad física de
estar en el vehículo.
Los objetivos comunes de los amantes se corresponden con sus metas
comunes en el viaje.
Las dificultades se corresponden con los impedimedtos para viajar.
Cabe destacar que el dominio meta preserva a menudo el esquema
de imagen del dominio origen. Así, por ejemplo, en ambos dominios
cognitivos de la metáfora de (43) está presente el esquema de imagen
del camino [en inglés, path schema], que contiene un origen, una tra-
yectoria a seguir y una meta. De hecho, este esquema de imagen nos
ayuda a estructurar cognitivamente la metáfora conceptual EL AMOR ES
UN VIAJE . Fue, en efecto, el filósofo cognitivista Mark Johnson quien
formuló la existencia de unas estructuras abstractas que llamó "esque-
mas de imagen" [en inglés, image-schemata]. Según Johnson (1987),
un esquema de imagen es una estructura cognitiva formada por un con-
junto de propiedades que muestran una pauta repetida y que organizan
nuestra experiencia y nuestra comprensión del mundo que nos rodea.
Ejemplos de esquemas de imagen son los de "contenedor y contenido",
"origen-trayecto-meta", "centro y periferia" o "fuerza". Tal como pro-
ponen Lakoff y Johnson, los esquemas de imagen se encuentran en la
base de muchas metáforas conceptuales. Así por ejemplo, expresiones
metáforicas tales como No me entra en la cabeza lo que ha hecho o No
se puede quitar a María de la cabeza reciben una explicación natural si
se postula la metáfora conceptuall.A MENTE ES UN RECIPIENTE , que a su
vez implica la existencia del esquema de imagen del contenedor.
100 Semántica
'
Finalmente, cabe notar que las metáforas suponen un recurso muy
económico para cualquier lengua humana, ya que evitan la creación de
nuevos elementos léxicos para expresar nuevos conceptos (abstractos).
Gracias a las metáforas conceptuales, nuestro léxico es mucho más ma-
nejable y su existencia supone un recurso muy económico para cual-
quier lengua (y en particular para el léxico), ya que evita la creación de
expresiones léxicas nuevas para cada concepto nuevo que uno quiera
expresar.
2.4.5. Contenido conceptual y construalidad del significado
Tal como ha puesto de manifiesto Langacker (1987, 2008), los seres
humanos somos capaces de construir o conceptualizar un mismo conte-
nido (o una misma escena conceptual) de diferentes maneras, lo que a su
vez resulta en diferentes significados: según este lingüista cognitivista, el
significado es, pues, una función del contenido conceptual y de lo que él
llama la "construalidad" semántica [semantic construal], que a su vez se
concibe como un fenómeno multifacético, esto es, implica algunas ha-
bilidades cognitivas básicas que Langacker reagrupa en las siguientes:
especificidad, fondo [background], perspectiva, ámbito y prominencia,
que ejemplificamos a continuación. Aunque la dimensión abstracta de la
construalidad semántica permite también a Langacker proponer un aná-
lisis fino de ciertos fenómenos gramaticales, en esta sección nos ceñiremos
a ver cómo esta dimensión semántica nos permite proponer una mejor
caracterización del significado léxico.
La propiedad de la especificidad nos permite c<fncebir y caracterizar
una entidad con varios grados de precisión y detalle. Es interesante
observar que el grado de especificidad está sujeto a un continuum de
altamente específico a máximamente esquemático, tal como lo demues-
tran los siguientes ejemplos:
(45) a. martillo> instrumento> objeto> cosa
b. esprintar >correr> mover( se)> hacer
Langacker también subraya que el fondo [en inglés, background]
tiene un papel muy importante en nuestra cognición. Así, por ejemplo,
el hecho de que seamos capaces de construir una estructura a partir de
otra que constituye su fondo es fundamental en el funcionamiento de la
categorización humana. También el fondo tiene su papel en la metáfo-
ra: el dominio origen nos proporciona el fondo adecuado para construir
el dominio meta (cfr. supra la Sección 2.4.4) . Por otro lado, en cuanto
a las unidades léxicas, el autor propone que un sintagma como otra vez
caracteriza un evento con respecto al fondo de una situación previa.
Finalmente, es bien conocida la importancia que tal dimensión tiene en
el discurso: cfr. el contraste entre la información dada o conocida [back-
grounded] y la información nueva o no conocida [foregrounded].
La perspectiva es también una noción fundamental para caracterizar
semánticamente los elementos léxicos. Así, por ejemplo, términos como
arriba,juera o ayer incorporan un punto de vista, ya sea espacial, ya sea
Palabra~ y significado 101
temporal, como parte inherente de su significado (si no se especifica lo
contrario, por defecto se toma como punto de referencia el lugar del ha-
blante).
El ámbito o alcance de una expresión es el conjunto de contenido
conceptual que esta evoca (ya sea de manera típica, ya sea en un deter-
minado contexto). Comprende, pues, toda una serie de dominios cogni-
tivos que se activan para un determinado propósito expresivo. Así, por
ejemplo, ayer requiere para su alcance o ámbito temporal un lapso que
incluya a la vez el tiempo de habla y el día anterior. A veces el ámbito
está bien delimitado: por ejemplo, en la serie de brazo>mano>dedo>
nudillo, la entidad designada por cada término (esto es, su referente con-
ceptual) funciona como ámbito para el término que sigue.
Finalmente, según Langacker, la prominencia es una noción, clara-
mente relacionada con la anterior (ámbito), que tiene muchas aplicacio-
nes y/o ramificaciones. Por ejemplo, un tipo de prominencia es la im-
plicada en el ranking de los dominios cognitivos por parte de un
determinado elemento léxico: por ejemplo, el dominio de las relaciones
de parentesco es central en la caracterización del significado léxico de
tía pero es claramente periférico con respecto al significado de mujer.
En términos de la Gramática Cognitiva, se dice que una expresión im-
pone un determinado perfil [profile] sobre la base conceptual delimita-
da por su ámbito. Así, la base para tía está formada por una red parcial
de parentesco que debe incluir, como mínimo, el referente individual
[ego], el padre o madre y una hermana de este último, la cual formaría
el elemento perfilado [profiled] en cuestión.
En definitiva, Langaéker (1987, 1991, 1999) enfoca el estudio del
significado desde una perspectiva claramente psicológica. Para caracte-
rizar la semántica de los elementos léxicos y también la gramática,
Langacker apela a habilidades cognitivas básicas tales como nuestras
capacidades generales de (i) comparar dos experiencias y deducir cual-
quier identidad o discrepancia entre ellas, (ii) categorizar una estructura
a partir de otra más básica, (iii) esquematizar o concebir situaciones
desde varios grados de especificidad y detalle, (iv) relacionar o concebir
entidades conectadas y no por separado, (v) atender o focalizar nuestra
atención en determinados aspectos de una escena conceptual o (vi) or-
ganizar tal escena en términos de figura y fondo (Talmy 2000).
Resumen
Después de una breve introducción, hemos dedicado la Sección 2.2 a
la distinción semántica que puede establecerse entre categorías léxicas
y categorías funcionales. Para dicho análisis hemos apelado a las distin-
ciones metodológicas que se han perfilado desde la Teoría de la Rele-
vancia entre codificación conceptual y codificación procedimental.
La Sección 2.3 se ha dedicado a la descripción de las relaciones
paradigmáticas de significado entre palabras desde la perspectiva de los

102 Semántica
modelos estructuralistas europeos, para a continuación centrarnos en la
información semántica contenida en las palabras desde la perspectiva
de un modelo de Lexicón Generativo.
La Sección 2.4 se ha dedicado a la naturaleza misma del significado.
En ella se revisa la concepción del significado entendida como condicio-
nes necesarias y suficientes, como representaciones mentales o como
prototipos. Seguidamente se analiza la categorización basada en corres-
pondencias metafóricas y esquemas de imagen. El capítulo se cierra in-
troduciendo la habilidad cognitiva general de la construalidad del signi-
ficado.
• Glosario
antonimia Dos lexemas son antónimos o contrarios si mantienen una
relación semántica de oposición graduable.
campo léxico Conjunto de unidades léxicas que cubre una determinada
área conceptual en un sistema lingüístico.
campo semántico Segmento de realidad caracterizado por una propie-
dad semántica o rasgo conceptual común.
complementariedad Dos lexemas son complementarios o contradicto-
rios si mantienen una relación semántica de oposición no graduable.
construalidad semántica Habilidad cognitiva general que tenemos los
hablantes para construir e imaginar una misma escena conceptual o
~
un mismo contenido conceptual de diferentes maneras significativas. ~
contenido conceptual Dominio o red de conceptos mentales sobre cuya
base podemos aplicar nuestra habilidad cognitiva de la construalidad
semántica.
esquema de imagen Estructura recurrente en nuestros procesos cogni-
tivos que establece patrones de razonamiento y comprensión, y que
nos permite dar sentido a nuestra experiencia.
hiponimia Relación de inclusión entre palabras o lexemas más especí-
ficos y palabras o lexemas más generales, denominados superordina-
dos o hiperónimos. Un hipónimo contiene todos los rasgos semánti-
cos del hiperónimo en su especificación semántica.
homonimia Relación de significado entre dos o más palabras cuando
sus significantes coinciden pero tienen significados marcadamente
distintos.
metáfora Figura conceptual gracias a la cual un dominio cognitivo
normalmente abstracto (dominio meta) se puede entender o estructu-
rar en términos de otro dominio normalmente más concreto (domi-
nio origen).
polisemia Una palabra es polisémica cuando a un significante corres-
ponden varios significados relacionados entre sí.
prototipo Modelo conceptual representativo de una clase determinada.
sinonimia Relación de significado entre dos o más palabras o lexemas
caracterizada por hiponimia simétrica.
Palabras y significado 103
Actividades
l. Lo~ dfc~ionario~ de sinónimos ofrecen político/estadista como pala-
bras smommas. Tengase en cuenta que los hablantes asocian político a
v~s con demagogo y otras veces con diplomático. Busque las defini-
cton.es de estas p~abr:as en el diccionario de la lengua de la RAE y razo-
~e st se trata .de. smómmos totales. Dé ejemplos que justifiquen la posibi-
lidad de sustltmr estadista por estas palabras.
2. Consulte los significados de la preposición en en el diccionario de la
lengua de la RAE y argumente si se trata de un caso de ambigüedad o
de vaguedad.
3. Jackendoff afirma que es inviable una caracterización o definición
semánt~c~ de las categorías léxicas: así, por ejemplo, este lingüista
gen~ratlVlst~ pone .de .m.anifiesto que los nombres (N) no solo pueden
dest?"ar objetos o mdlVlduos (e. g., silla) sino también propiedades (e.
g., ~rr;zpatfa), eventos (e. g., concierto), tiempo (e. g., lunes), lugar (e. g.,
regwn), etc.¿ Cómo se aborda este problema en la lingüística cognitiva,
~n un marco en el que la forma es siempre significativa? ¿En qué sen-
tldo puede ser tambtén relevante la teoría de prototipos en la definición
de las categorías léxicas?
4. L?s ~ombres comunes denotan propiedades que pueden traducirse
en termmos ~onceptuales, conceptos que contribuyen a la proposición
1 expresada. ~m embargo, en ciertos contextos oM.cionales los nombres
com~ne~ ~enen propiedades referenciales por cuanto es posible identi-
fi~ar mdlVlduos en el mundo, de un modo parecido a los nombres pro-
p~os y los p~onomb~s. Identifique qué categorías funcionales propor-
cionan esta mformactón relevante en la identificación de la referencia.
a. Este calendario no es actual.
b. Nos vemos en el bar a la hora de siempre.
e. Tu coche acaba de llevárselo la grúa.
5. Compruebe ~i los d~ccionarios de la lengua del español tienen regis-
trada la exprestón salrr del armario. Razone cómo debería integrarse
en la lexicografía española esta expresión y cómo debe codificarse su
significado.
6. La expresión Juan tiene jr(o se corresponde con la expresión John is
cold del inglés. La situación a la que se aplican ambas expresiones
puede ser similar: Juan experimenta una sensación de frío; sin embar-
go, se aprecian diferencias en el modo como se percibe esta situación
por ~edio de una u otra expresión (cfr. la noción de construalidad).
Ex~h~ue brevemente estas diferencias (por ejemplo, ¿son diferencias
atnbmbles a la categoría gramatical, a la semántica de los elementos
léxicos, a la construcción?).
104 Semántica
7. Describa los posibles significados para estas construcciones:
a. ¿Te gusta la comedia?
b. Le gusta hacer la comedia.
a) Señale cuál es el significado básico de comedia en (a) y de hacer la
comedia en (b).
b) Establezca las relaciones metafóricas o metonímicas necesarias en-
tre el significado básico y las extensiones de este significado en cada
ejemplo.
8. Analice los ejemplos que se dan a continuación y justifique adecua-
damente la activación de las metáforas: EL TIEMPO SE MUEVE, EGO SE
MUEVE.
a. Tuvimos que retrasar la reunión .
b. El decano decidió avanzar las elecciones dos meses .
c. Tuvimos que dejar la reunión para más adelante.
d. Al regresar de Londres acuérdate que tienes que avanzar el reloj una hora.
Ejercicios
l. Considere los siguientes enunciados. Razone qué tipo de información
codifican los elementos léxicos en cursiva en cada una de las oraciones
atendieddo a las categorías que se indican en"IJ.a Tabla l.
a. Han detenido a un francotirador.
b. En principio, el acto está previsto que empiece a las ocho.
c. Ojalá pudiéramos vernos pronto.
d. Liquidación .
2. Lea detenidamente el texto que sigue y conteste las preguntas que se
especifican a continuación:
[ ...] La palabra "acorde", por ejemplo, tan inocente en apariencia, nos remite a
la música, y ahí tendrá quien oiga sus fonemas o Jea en sus letras una referencia
clara de significado. "Acorde" es igual a música: "se escucharon los acordes del
himno nacional", suelen contar las crónicas en una metáfora fosilizada que torna
la fracción por el todo, puesto que los acordes constituyen solamente una parte
de los rudimentos musicales. Y el receptor resumirá en su cerebro este mensaje
preferente: "se escuchó el himno nacional", expresión en la cual la palabra
"acordes" parece no tener misión, puesto que ya damos el valor "música" al
concepto "himno", porque la palabra "himno" contiene un espacio amplio para
el significado "música". Pero la voz "acordes" añade un matiz de significado
que se oculta en cualquier análisis somero y que no figurará expresamente en
ningún diccionario: si alguien ha empleado la fórmula "se escucharon Jos acor-
des del himno nacional" habrá querido significar, tal vez sin tener conciencia de
ello al pensar las palabras , que se trataba de una ejecución instrumental, porque
Palabras v sigmficado 105
"los acordes" remite a tubas, trompetas, clarinetes, la caja del redoblante, Jos
platillos con los que se arma ese·intérprete que se sitúa en escorzo para ver a sus
compañeros desde la esquina... Pese a que las voces humanas de una agrupación
musical también pueden formar acordes, nadie habrá deducido que aquel himno
nacional fuera interpretado por un coro.
El receptor descodificará solo de este modo "los acordes": oirá por un ins-
tante el concepto música, seducido por la historia de la palabra, y también
imaginará el himno que interpretó aquella banda presente en el acto oficial.
Pero el cien por cien del concepto "los acordes" implica otras connotaciones,
que también percibimos en su herencia, en los genes que la han conformado.
Los "acordes" musicales los forman las notas que están "de acuerdo" entre sí.
Y que, por tanto, son "acordes". Do, Mi y Sol forman el acorde de Do mayor,
Re, Fa Y La construyen el acordé de Re menor. Y así sucesivamente, las notas
se integran en familias bien avenidas cuyas vibraciones congenian. Los acor-
des llevan, pues, el concepto subliminal de la música elaborada, de la afinación
correcta; y así deducimos sin razonarlo que en aquel acto oficial se escuchó un
sonido armonioso donde el ritmo y las notas formaron un conjunto eufónico,
acorde consigo mismo. Ese "se escucharon los acordes del himno nacional"
que utilizan a menudo los cronistas excluye la posibilidad de recibir como
mensaje que los intérpretes desafinaran. Y si lo hubieran hecho, el narrador
difícilmente habría escrito de manera espontánea "se escucharon los acordes".
La fórmula más sencilla "se escuchó el himno nacional" (que unas líneas más
arriba presentábamos como equivalente a la otra, en su significado de superfi-
cie, puesto que el concepto "himno" ya valía para representar que se trataba
de música) difiere de "se escucharon los acordes del himno nacional" en que
aquella sí puede admitir la hipótesis subliminal de que la orqttestilla desafina-
ra. La frase "se escuchó el himno nacional" habría descrito el hecho con dis-
tancia, sin dar valor a la calidad de la ejecución artística. Simplemente, se
pudo escuchar el himno, y no importa mucho el sonido que ofrecieran los
músicos, tal vez incluso desafinaron. O tal vez quien lo escribe no estaba pre-
sente para saberlo. En cambio, "se escucharon los acordes del himno nacional"
traslada al cerebro receptor, en su significado de profundidad, la idea de que
ese hecho produjo placer en los presentes, sin posibilidad alguna de desatino
en los instrumentistas.
Porque ese es el valor profundo de la expresión. Acorde: acuerdo, con ar-
monía entre sus partes.
Aún cabría una inmersión mayor en el espacio espiritual de esta sencilla
palabra. Porque "acorde" no vale sólo por sí misma, no ocupa el lugar de sus
propios límites, toma también las referencias y los significados de sus vecinas
y de sus orígenes, el valor de "acordar", y de "acuerdo", por ejemplo; se conta-
gia de ellos en un movimiento simpático y simbiótico de sus tesoros profun-
dos ... los que derivan de aquella unión primitiva en el ténnino "kerd" del idioma
indoeuropeo. Y a su vez el concepto de "acuerdo" lo percibimos con un perfu-
me positivo porque arranca de "cor, cordis", corazón. El acorde musical aúna
los corazones de los sonidos, el acuerdo entre dos personas las aproxima, logra
un trato cordial (de corazón), busca la concordia y rechaza el incordio.[ ...]
"Acorde", pues, se ha ido rebozando en cuantos significados reunió su raíz,
"cordis: corazón", y los mantiene aunque algunas de sus acepciones cayeran

106 Semántica
en desuso; porque el verbo "acordar" también significó en otro tiempo "hacer
que alguien vuelva a su juicio", que reencuentre su corazón, metáfor~ antigua
de la conciencia. Y, como sucede con las estrellas muertas, habrá desaparecido
la acepción, pero no su reflejo.[ ...]
"Acuerdo" evoca también "concordia", y el viaje por el túnel del tiempo de
su etimología conduce de nuevo al corazón, a su raíz; y "concordia" nos su-
giere "concordancia", voces ambas que tienen sus antónimos en "discordia" y
"discordancia" ... expresión esta que a su vez forma un concepto musical para
amenazar al más tradicional de los "acordes" ...
Álex Grijelmo (2000), La seducción de las palabras, Madrid, Tauros.
a) Aísle el significado lingüístico que el autor atribuye a la palabra
"acorde" y contrástela con el significado que da el Diccionario de la
Lengua Española de la RAE de la misma palabra.
b) La palabra "acorde", según reza el texto, se relaciona conceptual-
mente con otros lexemas del mismo campo semántico. ¿Cuáles son?
e) Busque los conceptos de metáfora y de metonimia tal como se en-
tienden en semántica cognitiva y justifique si el autor utiliza adecuada-
mente el término metáfora cuando afirma:
"Acorde" es igual a música: "Se escucharon los acordes del himno nacional",
suelen contar las crónicas en una metáfora fosilizada que toma la fracción por
el todo, puesto que los acordes constituyen solamente una parte de los rudi-
mentos musicales. Y el receptor resumirá en su cerebro este mensaje preferen-
te: "se escuchó el himno nacional"[ ...].
d) Aísle el significado que, se~n el autor del texto, "acorde" impllca,
sugiere o connota, pero que no forma parte del significado estrictamen-
te lingüístico de la palabra.
3. Justifique la distinción entre el concepto técnico de lexicón y el con-
cepto tradicional de diccionario.
4. Diga qué mecanismo generativo se halla implicado en la buena for-
mación de una secuencia como "Juan acabó el edificio" (cfr. Juan
acab6 de construir el edificio). ¿Por qué en esta secuencia acabar se
interpreta como "acabar de construir"?
5. Según Lakoff y Johnson (1980), las expresiones de nuestro lenguaje
cotidiano nos pueden indicar la naturaleza metafórica de los conceptos
que estructuran las actividades de nuestra vida diaria. ¿Cuál es la me-
táfora implicada en los siguientes datos?
a. Hoy tengo la moral alta.
b. Estaba hundido en la miseria.
c. Tus palabras me levantaron la moral.
d. Saltaba de alegría.
e. Caí en una depresión.
Palabras significado 107
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