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CONVERSIÓN

1. ¿Qué es la conversión? 2. La conversión en el estado mental


3. Técnica: hipnosis 4. Cinco pasos para tratar la conversión 5.
Entrevista: identificación de los factores psicológicos bajo
hipnosis 6. Conversión e hipnosis en los trastornos
psiquiátricos RESUMEN Los pacientes con trastorno de
conversión presentan un déficit del sistema motor (p. ej.,
parálisis de las extremidades) o del sistema sensorial (p. ej.,
ceguera). Estos síntomas no se explican por un trastorno
neurológico o una enfermedad médica. Reflejan la
comprensión que el paciente tiene de su sistema nervioso (p.
ej., los síntomas no corresponden con los propios de una
lesión física del sistema nervioso). Las técnicas de entrevista
estándar no son eficaces para revelar el propósito
fundamental del síntoma de conversión. La hipnosis puede
ayudar a descubrir los sucesos precipitantes y, algunas veces,
la intención de la g conversión y puede eliminarla. :gj c: " ID ,5
El punto que merece especial atención es el estado de la
mente en di- .~ ferentes estadios como resulta ... del
hipnotismo. En un estadio confiere un ~ il poder
extraordinario de concentración de pensamiento ... mientras
que en .~ otro estadio, el discursivo, las facultades
imaginativas se estimulan total- l mente, y entonces se
presentan a la imaginación las escenas e imágenes ~ más
agrandadas, brillantes y radiantes. James Braid Neurypnology
(1843) 7 8 DSM-IV. El paciente difícil 1. ¿QUÉ ES LA
CONVERSIÓN? Según el DSM-IV (Manual diagnóstico y
estadístico de los trastornos mentales. Masson, Barcelona,
1995), la conversión es un fenómeno seudoneurológico. El
trastorno de conversión se observa en una proporción de. 11-
300 casos por 100.000 en la población general y en el 1-3 %
de los paCIentes ambulatorios derivados a clínicas de salud
mental. La conversión representa una aparente disfunción
médicamente ~r:e~plicable ~el sistema neuromuscular
voluntario (p. ej., como en la parahsls) o del Sistema sensorial
(p. ej., como en la pérdida de la percepción del dolor). Estas
deficiencias no corresponden a las vías anatómicas, pero
reflejan la comprensión que el paciente tiene del
funcionamiento corporal. Por ejemplo, un paciente sostiene la
pérdida de la percepción de; ~olor en su ~a~o derecha, si bien
su percepción de la temperatura esta mtacta.
Anatomlcamente, ambas modalidades se transmiten por los
mismos nervios periféricos. Uno no puede perder la capacidad
para experimentar dolor si conserva la capacidad para percibir
la variación de la temperatura. . Durante la entrevista con el
paciente pueden aparecer los Signos negativos y positivos de
la conversión. Los signos negativos implican ~na pérdida de
función ~ parálisis, retención .urinaria, s~r~era, ane~tesla).
Los signos positivos se refieren a las prodUCCIOnes
patologlcas (p. eh seudocrisis, temblores, movimientos raros,
alucinaciones, parestesias). A raíz del concepto en 1837 del
cirujano Sir Benjamin Brodie, Freud (1924) reintrodujo el
término conversión en 1894 para describir el proceso por el
que un paciente transforma una emoción en una
manifestación física (Ziegler y coIs., 1960). En el DSM-IV se
considera un trastorno la ocurrencia de los síntomas de
conversión clínicamente significativos en ausencia de
somatización.
2. La investigación reciente ofrece tres hallazgos relevantes de la
conversión. En primer lugar, los pacientes con un síntoma de
conversión pueden mostrar trastornos neurológicos que
implican la misma parte corporal afectada por el síntoma.
Este descubrimiento es compatible con la explotación que
hace el paciente de la dificultad con el fin de evitar una tarea
u obligación. El paciente simplemente puede haber exagerado
un trastorno neurológico legítimo, pero oculto clínicamente,
para que le ayude a escapar de esa tarea (Willerman y Cohen,
1990). Alternativamente, el déficit neurológico puede
provenir de una atrofia por desuso. En un estudio de
seguimiento (Spierings y coIs., 1990),52 de 84 (62 %) niños
.~ospitalizados que habían sido diagnosticados de trastorno
de converSIOn mostraban una historia de enfermedad médica
(aparte de las enfermedades normales en la infancia). Por lo
tanto, ante un paciente con trastorno de conversión ha de
explorar si está facilitando la conversión un trastorno
neurológico u otro trastorno general (Gatfield y Guze, 1962;
Stefánsson y cols, 1976). Además, el 45 % de los miembros de
la familia de los 84 niños mostraba Conversión 9 un trastorno
orgánico; el 44 %, enfermedades psicosomáticas, y el 26 %,
trastornos psiquiátricos (Spierings y cols., 1990). Por lo tanto,
debe evaluar la presencia de estrés y disfunción familiares,
pues éstos se han descrito en las familias de niños con
trastorno de conversión (Siegel y Barthel, 1986). En segundo
lugar, históricamente se han entrelazado los factores
psicológicos con el concepto de conversión (Martin, 1992). Se
incluyeron como criterios diagnósticos en el DSM-III
(American Psychiatric Association, 1980) y en el DSM-IlI-R
(American Psychiatric Association, 1987) para el trastorno de
conversión. Aun así, el poder empíricamente establecido de
estos factores para distinguir un trastorno de conversión de
un trastorno físico es débil (Cloninger, 1987). Raskin y cols.
(1966) distinguieron satisfactoriamente a 32 pacientes con
síntomas de conversión de 7 pacientes con trastornos físicos,
todos derivados de un servicio neurológico debido a una
sospechada reacción de conversión, «por criterios sobre si
utilizaban o no los síntomas para resolver un conflicto
causado por un estrés precipitante» (Cloninger, 1987, pág.
248). Sin embargo, estos criterios se confundieron por las
observaciones de los investigadores de que los pacientes
tenían historias de síntomas somáticos médicamente
inexplicables en 26 de los 32 casos. Por lo tanto, es dudoso
que el criterio del entrevistador -a saber, que un síntoma
neurológico precipitado por estrés y sin hallazgos somáticos
aparentes y que sirve para resolver conflictos- ayude a
identificar este síntoma como síntoma de conversión. A pesar
de este argumento, como entrevistador debe utilizar una
técnica de desvelamiento para el presunto síntoma de
conversión, ya que esta técnica puede tener dos efectos
positivos: a) puede resolver el síntoma y b) puede conducir a
un conflicto del paciente, tanto si el conflicto es o no el único
etiológicamente responsable de la aparición del síntoma de
conversión. En tercer lugar, Breuer y Freud (1957), Charcot
(Guillain, 1959) y otros (Janet, 1907, 1911; Babinski [Gauld,
1992]) observaron que los pacientes con trastorno de
conversión pueden ser hipnotizados fácilmente. Por ello, g
algunos teóricos piensan que el mecanismo psicogenético de
la disfunción ~ de conversión es la autosugestión o
autohipnosis. Sin embargo, no todos ~ los sujetos que pueden
ser fácilmente hipnotizados presentan síntomas de -6
conversión . . ~ B Además, la sugestionabilidad es una
condición necesaria, pero no sufi- ¡¡j ciente, para el desarrollo
de los síntomas de conversión, Es conveniente e .~ probar la
capacidad para el trance o para ser hipnotizado de un
paciente g- con trastorno de conversión (v. después) si se
planifica utilizar la entrelL. ~ vista hipnótica o no. Incluso si no
se utiliza la entrevista hipnótica, la ~ prueba puede utilizarse
como confirmación de la presencia de una condi- ~ ción
necesaria para la conversión: la sugestionabilidad.

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