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LOGOTERAPIA Y CORPORALIDAD

Adriana Sosa Terradas, PhD en Psicología

Después de un poco más de veinte años trabajando como logoterapeuta y habiendo


revisado innumerables veces los textos franklianos, hoy elijo para comenzar este homenaje al
legado de nuestro maestro, esta propuesta que nos dejara Frankl tan claramente expresada al
hablar de la “Degurificación de la Logoterapia” (Frankl, 1980). En ella nos dice:
Los logoterapeutas no necesitan hacer ningún voto religioso, no necesitan prometer
obediencia a una ortodoxia ni son sospechosos de haber hecho un voto de castidad (…) La
Logoterapia no es una doctrina que se endosa a alguien; no es una imposición, sino una oferta.
La Logoterapia no se parece a un bazar oriental donde se engatusa al cliente para que compre;
se parece más a un supermercado, que el comprador recorre velozmente para escoger lo que
puede necesitar. (Frankl, 1987, p.78)

Este llamado que nos hace Frankl, así como la experiencia de la práctica clínica,
me movilizaron a buscar recursos para abordar las manifestaciones de la corporalidad
expresándose a veces silenciosamente y otras a gritos en el motivo de consulta del paciente.
¿Cómo trabajar desde una psicoterapia que parte de lo espiritual lo que está marcado en el
cuerpo, es desconocido por lo psíquico (en tanto inconciente) y por lo tanto inasequible a la
libertad de la voluntad?
La medicina moderna, llamada por Frankl (1990) “deshumanizada” plantea que
para “curar” es necesario objetivar la enfermedad como un problema que hay que solucionar.
Pero a pesar de esta feroz lucha que la Medicina ha emprendido contra ella, lo corporal se
presenta una y otra vez como un molesto desafío expresión de la falibilidad y la indigencia
humana.
Heidegger (1999) afirma que la enfermedad es una eventualidad que altera nuestro
ser-en-el-mundo, confronta al dasein con su cuerpo y le recuerda su ser temporal. Unida a esta
categoría que resaltase Heidegger es Merleau- Ponty (2000) quien poniendo el acento en la
“espacialidad” nos recuerda que el cuerpo es siempre “cuerpo vivido y viviente”, vehículo
activo y perceptivo de la existencia.
El enfermar humano se produce debido a ciertos principios biológicos, Frankl llama
a esto patogénesis física, sin embargo admite que a esta patogénesis física la acompaña un
efecto o “patognomonia”, es decir un estado emocional o existencial de tensión que socava el
cuerpo causando la enfermedad.
Voy a partir de un padecimiento físico en particular, llamado fibromialgia, para
luego plantear los desafíos ante los que se enfrenta la Logoterapia hoy, con el avance de la
ciencia. Estos postulados actuales, lejos de oponerse al pensamiento frankliano, considero lo
enriquecen y revalorizan la tridimensionalidad psicofísicoespiritual como realidad humana
desde la cuál abordar al paciente.

Comencé a interesarme en esta temática a partir de la llegada a mi consultorio de una


paciente que, luego de años de deambular por distintas especialidades médicas, había recibido
el diagnóstico de estar padeciendo de “fibromialgia”. Su médico le había aconsejado
especialmente que realizara logoterapia, ya que había intentado otras terapias con anterioridad
e inclusive había recibido distintos tipos de psicofármacos antidepresivos, sin efecto aparente.
Lo primero que me pregunté era qué era la fibromialgia, ya que sonaba en mis oídos
por primera vez y luego por qué su médico le había insistido con tanto énfasis con que
recurriera a un logoterapeuta. ¿Qué suponía este profesional que la Logoterapia, a diferencia de
otras terapéuticas psicológicas, le podría aportar de ayuda a mi paciente?.
El desafío era grande y decidí aceptarlo, adentrándome en los oscuros laberintos del
dolor, protagonista principal de esta enfermedad, contaba al menos con mi olfato…o mejor
dicho mi intuición como manera de acercarme a lo que su cuerpo necesitaba expresar y yo
debía ayudarla a escuchar.
Cuando las personas enfermamos y acudimos en busca de ayuda profesional, un gran
monto de ansiedad y de expectativa nos acompañan. En el caso de las personas que padecen
fibromialgia que he atendido, su anamnesis estaba repleta de consultas médicas y tratamientos
sin resultados que habían minado su expectativa de recuperar la salud y habían hecho crecer su
ansiedad y autoobservación corporal a límites patógenos.
Respetando este concepto de Frankl de que unidad no es sinónimo de mismidad
decidí abocarme en primer lugar a investigar los aspectos biológicos de este padecer.
El primer concepto con el que me encontré es el del aspecto positivo del “dolor”, ya
que el mismo, a través de la señal de alerta que emite, nos posibilita sobrevivir, evitar o
eliminar un posible peligro (Bauer, 2008). Por lo cuál, el síntoma, en este caso el dolor, estaría
expresando una reacción de adaptación frente a un determinado acontecimiento y la
enfermedad, una solución biológica de un conflicto (Corbera,2011).

¿ Qué es la fibromialgia ?

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El término fibromialgia se compone de tres raíces: fibro- del latín fibra, filamento,
mi-mio- del griego myós que significa músculo y algia- del griego άλγος que significa dolor.
(Bauer, op.cit) “El síndrome de fibromialgia (SMF) es una combinación de molestias, un
conjunto de síntomas el principal de los cuáles es el dolor muscular generalizado, además de
numerosas alteraciones funcionales, vegetativas y psíquicas” (Bauer, op.cit, pág.18)
La Fibromialgia es una enfermedad reconocida por todas las organizaciones
médicas internacionales y por la OMS desde 1992. Está clasificada con el código M79.7 de
la Clasificación Internacional de Enfermedades (CIE-10 CM en su última revisión) como una
enfermedad reumatológica.
Toda la bibliografía médica consultada coincide en que, a pesar de que su etiología
es desconocida, cada vez se corrobora con mayor certeza la predisposición genética a
padecerla, ya que “aproximadamente el 40% de los pacientes que la padecen tienen parientes
directos con síntomas parecidos” (Bauer, op.cit, pág.29).
Las personas que la padecen sufren dolores en distintas partes del cuerpo que
pueden llegar ser muy intensos, entre otros síntomas que suelen aparecer de manera
fluctuante encontramos: la fatiga, trastornos del sueños, síndrome del intestino irritable,
anquilosamiento y rigidez del cuerpo, dolores de cabeza o en la cara, malestar
abdominal, vejiga irritable, parestesias, hormigueo, sensibilidad excesiva de la piel al
tacto y a los cambios de temperatura, dolor en el pecho, alteraciones menstruales, falta
de equilibrio y mareos.
Se la clasifica como leve, moderada o severa, según la implicancia que tenga en la
vida de quiénes la padecen, están aquellos pacientes que responden bien a los tratamientos y
pueden continuar con su vida normalmente, mientras que en el otro extremo de la escala,
encontramos a aquellos en los cuáles el padecimiento cercena totalmente su vida laboral y
social produciéndoles una severa descompensación .
Desde lo psicológico, las alteraciones en el sueño anteriormente mencionadas
producen en el paciente dificultades en la concentración y la memoria inmediata así como
vivencias de temor, dudas, confusión, tristeza, culpa, depresión y angustia ante la
incomprensión y el aislamiento social. El agravamiento de los cuadros origina que, con el
paso del tiempo, sea cada vez más difícil, separar el dolor físico del emocional.

EPIDEMIOLOGÍA

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Este síndrome se observa en todas partes del mundo, afectando sin diferencias de
nacionalidades o grupos étnicos. “Entre el 80 y el 90% de los afectados son mujeres de
edades comprendidas entre los 35 y los 60 años. Los niños y adolescentes de ambos sexos
también pueden verse afectados (…) En aproximadamente un 25% de los pacientes
afectados por fibromialgia, los primeros síntomas ya podía observarse entre los 9 y los 15
años.” (Bauer, op.cit, págs. 28-29)

El Colegio Americano de Reumatología (1990) define al dolor generalizado cuando


se presenta: en ambas mitades del cuerpo, por encima y por dabajo de la cadera. El dolor
asimismo afecta la columna cervical, la parte anterior del pecho, la columna dorsal y la
lumbar.
Para poder hacer un adecuado diagnóstico de este síndrome, el reumatólogo
inspecciona 18 puntos específicos del cuerpo del paciente (tenderpoints) los cuáles frente a
la presión, por lo menos 11 de ellos deben reaccionar con dolor. Esta exploración se
acompaña de otras pruebas diagnósticas con el fin de descartar otras enfermedades. El
diagnóstico diferencial es tan importante ya que los síntomas presentes en el SFM son
capaces de “imitar” las señales presentes en 30 enfermedades diferentes.

La fatiga crónica y su correlación con las alteraciones del sueño

El 90% de estos pacientes manifiestan fatiga que se extiende hasta el agotamiento.


En investigaciones EEG estos pacientes muestran en la fase de sueño NO REM o de sueño
profundo ondas alpha y no delta. El sueño profundo es esencial para la regeneración
reparadora del tejido muscular, así como el resto de los tejidos corporales, por lo cuál
algunos investigadores suponen que estos trastornos en el dormir serían un factor a
considerar en el dolor muscular que presentan estos pacientes.(Bauer, op.cit. pg.47)

Percepción alterada del dolor

En los pacientes que padecen fibromialgia, la química de la percepción del dolor


está comprobadamente alterada. La percepción del dolor es regulada por numerosos procesos
bioquímicos en el interior y en el exterior de las neuronas. Hay 2 sustancias decisivas en este
proceso, por un lado la sustancia P (pain) la cuál provoca la segregación de glutamato y
prostaglandinas cuya misión es trasmitir al SNC un mensaje de experiencia dolorosa

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proveniente de al periferia del cuerpo, y por otro lado la serotonina y las endorfinas que
tienen un efecto analgésico frente al dolor. Por lo cuál tanto un exceso de sustancia P como
una falta de serotonina generarían una mayor sensibilidad al dolor no vinculada a la
intensidad del estímulo. (Bauer, op.cit. pg. 79). De hecho es frecuente la utilización de IRSS
(antidepresivos inhibidores de la recaptación de la serotonina) en estos pacientes.

FIBROMIALGIA Y LOGOTERAPIA

Como decía anteriormente estos pacientes tienen un historial de visita a médicos


muy abultado, así como de uso de psicofármacos y analgésicos y muchos de ellos, desde una
visión psicológica reduccionista, son catalogados de hipocondríacos o con trastornos de
conversión o somatomorfos.
Obviamente cada padecer físico tiene su influencia en un modo de ser psíquico y
viceversa debido a la unidad de la persona, sin embargo el hecho de que establezcamos
generalidades en el estilo de personalidad no debe nunca hacernos olvidar la irrepetibilidad
de cada paciente que tenemos delante. Por otro lado, la Logoterapia rescata la dimensión
espiritual de la persona completando una imagen psicofísica del ser humano y por lo tanto
también de su enfermar.
La dimensión espiritual influye en nuestro ser desde dos lugares a trabajar por el
terapeuta: como instancia que se encuentra bloqueada, ahogada por lo psíquico, coartada en
su plena manifestación por un lado, mientras que por otro es justamente la fuerza de
oposición a la que debemos apelar para que el paciente pueda sentirse más que sus síntomas
y pueda darle un sentido a su vida “a pesar de”. Frankl sostiene que hay algo que no
encuentra marco en la sociedad de la felicidad y el placer actuales, “la imagen del hombre
doliente, del hombre que sufre con sentido, que asume su sufrimiento: el sufrimiento mismo
como un acto lleno de sentido” (1987, pg.272)
Y es justamente a ese ser doliente al que busca el logoterapeuta despertar y animar
en su camino hacia una mejor calidad de vida en la que incluyo la plenitud existencial.

LA COMPRENSIÓN PSICOLÓGICA DE LA PERSONA QUE PADECE


FIBROMIALGIA

Antes que nada quiero aclarar el concepto de comprensión como modo específico
de conocimiento de lo psíquico utilizado por Karl Jaspers (1993). Jaspers rescata de Dilthey

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(1978) la necesidad de una especificidad metodológica en el estudio de los distintos planos
de la persona, cuando sostiene que lo somático se explica mientras que lo psíquico se
comprende. La comprensión supone un acto de afirmación del paciente como un ser que no
sólo ha sido condicionado por sus genes y por el medio sino que a pesar de ello es un ser
capaz de valorar la realidad y autoconformarse. Elegir quién desea ser y qué desea hacer
con ese que es.
Por ello detrás de todo acto de comprensión partimos de que el paciente posee una personal
imagen del mundo y de sí mismo, que aunque no sea conciente, va acompañando su relación
con el mundo, con los otros y consigo mismo, o sea sus vivencias. Nuestra tarea será ir
buscando los nexos entre sus vivencias para ir descubriendo patrones de reacción anómalos
que puedan estar influyendo en su padecer físico. En los pacientes que sufren de
fibromialgia, la literatura especializada ha encontrado que un número considerable de
pacientes afectados habían sufrido abusos sexuales (Bauer, op cit.) sin embargo el mismo
concepto de libertad, anteriormente mencionado, da por tierra la idea de un trauma psíquico
como génesis de la enfermedad, aunque sí pueden actuar como factores desencadenantes.
También se menciona el distrés (experiencias traumáticas infantiles o adolescentes,
circunstancias familiares de violencia o abandono emocional) como elemento presente en la
vida de estos pacientes, pero sustentándonos nuevamente en la idea de persona libre,
considero más importante investigar qué valores o ideas subyacentes influyen en la elección
del estilo de vida de esa persona, más que en el condicionamiento ambiental.

La personalidad del paciente que padece fibromialgia


A modo descriptivo y como fruto de mi experiencia a continuación presentaré una
serie de patrones de reacción frente a las situaciones de la vida que hallé comunes en la
personalidad de estos pacientes. Antes de presentarlos quiero aclarar que no son producto de
una investigación estadística y que más que afirmaciones contundentes mi intencionalidad es
que sirvan a modo de humilde aporte con el objetivo de continuar investigando este padecer
y poder ayudar a las personas que lo padecen.
En mis pacientes pude observar las siguientes características:
1. Todos ellos habían padecido una infancia en la cuál, por circunstancias diversas,
habían debido sobreadaptarse y crecer rápidamente abandonando su posición de niños,
debido a las experiencias vividas. Son, o han sido trabajadores incansables y ocupados en la
consecución de un resguardo económico, apegados a los objetos pero no por su valor

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material sino por el esfuerzo que les costó conseguirlo o la connotación emocional que les
otorgan.
2. Se caracterizan por tener sus miradas puestas en el otro buscando solucionar sus
dificultades, ante las que se angustian y padecen como propias, con un grado extremo de
afectación.
3. Por otro lado, sienten un gran enojo con aquellos que no son capaces de amarlos
y brindarles lo mismo que ellos brindan, dificultándoseles mucho el percibir que no todas las
personas somos iguales al expresar o entregar amor. Buscan establecer vínculos emocionales
dependientes.
4. Poseen un yo con una débil tolerancia a la frustración vinculada a las enormes
expectativas que ponen en las situaciones que son importantes para ellos. Les cuesta
preguntarse acerca de su propia responsabilidad en su bienestar y tienden a culpabilizar a los
otros de sus desdichas.
5. Son personalidades sociables, siempre y cuando se sientan cómodos o en
ambientes conocidos, pero difícilmente capaces de pedir apoyo a sus conocidos o sus
amistades, lo esperan de su esfera más íntima y cuando esto no sucede les produce una gran
angustia y enojo que vuelve al cuerpo como dolor.
6. En la esfera existencial manifiestan dudas e incertidumbre frente a los
proyectos, se muestran indecisos, temerosos y en su búsqueda de realizar “lo mejor”
quedan estancados en el mismo lugar. Muchas veces necesitan de otro que los guíe o
acompañe para realizarlos.
7. Desde lo espiritual la pregunta por el sentido de sus vidas es central.
Durante su vida han centrado su existencia en dar su amor y dedicación a su círculo
familiar íntimo, cuando esta función se limita o cambia sufren terriblemente y sienten
que ya nada tiene sentido.

SUGERENCIAS PARA EL TRATAMIENTO

Ante la fragmentación de lo humano que sucede en la medicina tecnológica la tarea


de los psicólogos como profesionales de la salud supone 2 retos:
a) Informarse acerca del padecer del paciente, teniendo claro la sintomatología y
las limitaciones que la enfermedad producen para evitar falsas interpretaciones y orientarlo
en la búsqueda de alternativas.

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b) Acompañarlos en los momentos de crisis para que dejen de sentirse solos frente
al dolor y adquieran la fortaleza de enfrentarlo.

Como Logoterapeuta el abordaje que elaboré para trabajar con estos pacientes
apunta a abarcar todos los planos de la persona:

1. Plano físico: los pacientes con los que trabajé mejoraron su calidad de vida al
incorporar como hábitos la práctica del yoga y la meditación. Las sensaciones dolorosas
disminuyeron al tratarse con acupuntura. La depresión y la irritabilidad fueron cediendo al
aceptar el tratamiento con antidepresivos IRSS o tricíclicos.
2. Plano psíquico: suelo incorporar en mis sesiones sencillos ejercicios de
respiración, relajación y visualización antes de comenzar el trabajo puramente
psicoterapéutico. El mismo parte de buscar en la historia del paciente los recuerdos de
vivencias infantiles, para que ese niño que tuvo que crecer rápidamente, se manifieste y
exprese sus necesidades insatisfechas siendo conciente de ellas y no sólo actuándolas,
pudiendo así elaborar el “duelo por la infancia perdida o truncada”.
3. Plano familiar-social: además del sufrimiento psicofísico estos pacientes
experimentan, muchas veces, la incomprensión de sus familiares, amigos y en su ámbito
laboral. Por ello suelo citar a la familia y a aquellas personas significativas para él para
explicarles en qué consiste la enfermedad y de qué manera pueden colaborar en su
recuperación.
4. Plano existencial: el dolor crónico como situación límite confronta a la persona
con su finitud. La aceptación de que somos seres que irremediablemente vamos a morir, nos
lleva a replantearnos cómo queremos vivir la vida que nos resta y nos desafía a dar pasos
concretos en la concreción de nuestros proyectos. En aquellos pacientes en los cuáles el
registro de su propia muerte aparece negado, utilizo una terapia de confrontación que haga
aflorar la angustia reprimida. En estos pacientes no está presente el peligro de una
intervención iatrogénica al confrontarlos ya que la fibromialgia en sí no supone un peligro de
muerte para la persona. Mientras que la angustia sin objeto puede conducir a la desesperación
que se manifieste a través de conductas autoagresivas.
5. Plano espiritual: hasta aquí cualquier terapeuta podría desarrollar una estrategia
de intervención similar a la mía y no ser por ello logoterapeuta. Las técnicas que a
continuación integro suponen la consideración de una instancia superior y ordenadora de la
persona: el plano espiritual.

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a) Promover el autodistanciamiento a través de recuperar el sentido del
humor: que el paciente deje de autoobservarse y pueda desarrollar el sentido del humor
frente a sus limitaciones es un indicador de franca mejoría en el estado psicofísico de la
persona.
b) Ampliar la capacidad de autotrascendencia del paciente: como mencionaba
anteriormente estos pacientes tienen una gran dependencia emocional con su círculo de
afectos más íntimo. La tarea consistirá en que sean capaces de entregarse a algo o a alguien
distinto a sí mismos o a las personas que están acostumbrados a hacerlo. Transformar la mala
actividad y la mala pasividad por un sana actividad y una sana pasividad.
c) Ayudarlos a vencer la insuficiencia determinativa: el temor al error, al no
poder realizar el proyecto deseado, lleva a estos pacientes a una paralización en sus vidas que
profundiza su angustia y tedio vital, es por ello que el terapeuta es aconsejable que lo ayude
en la elaboración de metas y propósitos que se vayan cumpliendo a lo largo del tratamiento.
d) Apelar al poder de oposición del espíritu: Víktor Frankl ha demostrado con su
vida y obra el carácter mistérico del espíritu humano y la fuerza que genera en la persona
cuando sus dinamismos son puestos en marcha. El deseo de vivir una vida con sentido es
capaz de superar los condicionamientos psicofísicos más fuertes, siempre y cuando sea el
miso paciente el que descubra el valor de la actitud que quiere encarnar.

Conclusión final

Es mi deseo que en esta breve presentación de mi experiencia en el abordaje de


personas que padecen de fibromialgia pueda acercar al quehacer del psicólogo una
problemática que afecta al 2% de la población mundial, y que a partir de ella surjan nuevas
líneas de pensamiento para el alivio de la persona sufriente que se acerca a nuestra consulta.
Así como sabemos que nuestro cuerpo posee un enorme poder de autocuración, los
logoterapeutas estamos convencidos de que ese poder sólo puede ser movilizado si la persona
encuentra su “para qué” vivir, el sentido que cada situación de la vida nos pide que
descubramos y realicemos aquí y ahora.
“Frente al yo fáctico está el yo facultativo. Este yo representa el símbolo de las
posibilidades del yo. Esas posibilidades son el cumplimiento del sentido y la realización de
los valores, y son potencialidades que aparecen cuando afronta la necesidad inexcusable de

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su destino. El que engaña a una persona en lo concerniente a estas posibilidades, la despoja
de su propia individualidad como ámbito donde respira el yo”
Frankl, V. El hombre doliente, pg.207

Referencias

Frankl, V.E. El hombre doliente. Ed.Herder. Barcelona, 1987. p.78

BIBLIOGRAFÍA CONSULTADA

Acevedo, G (1985) El modo humano de enfermar. Ed. Fundal, Buenos Aires.


Bauer, J (2008) Fibromialgia. La curación es posible. Robin Book Group, Barcelona.
Casullo, M (2008) Prácticas en Psicología Positiva. Lugar Editorial, Buenos Aires.
Dilthey, W (1978) Psicología y teoría del conocimiento. Tomo VI de las Obras Completas. Ed. F.C.E, México
Frankl, V.E (1990) Logoterapia y Análisis Existencial. Ed. Herder, Barcelona
Frankl, V (1991) La voluntad de sentido. Herder, Barcelona
Frankl, V (1987) El hombre doliente. Herder, Barcelona
Heidegger M. (1999) Ontología: hermenéutica de la facticidad. Alianza Editorial, Madrid
Jaspers, K (1993) Psicopatología General. Ed. F.C.E, México
Lukas, E (1995) Psicoterapia en dignidad. Ed. San Pablo, Buenos Aires
Merleau-Ponty,M (2000) Fenomenología de la percepción. Península, España.
Oro, O. (1999) Persona y personalidad. Ed. Fundal, Buenos Aires.

Referencias de Recursos Electrónicos e Internet

Carbone, C. (2011) Fibromialgia: un camino a la espiritualidad. Recuperado de: www.fibromialgia.com.ar


Corbera, E. (2011) Qué es la BioNeuroEmoción. Recuperado de: http://www.naturalenric.com
Lilio, C. (2011) ¿Qué es la fibromialgia? Recuperado de : www.fibromialgiachile.cl
fibromialgia-noticias.blogspot.com www.fibromialgia-cat.org
http://aprendeenlinea.udea.edu.co/revistas/index.php/iatreia/article/viewFile/12416/11252

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