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Ansiedad en adolescentes

El trastorno de ansiedad generalizada es una patología mental frecuente caracterizada por preocupación y
ansiedad persistentes ante una amplia diversidad de circunstancias, acompañada de una serie de síntomas
físicos y psicológicos. A nivel mundial, el trastorno de ansiedad generalizada implica una importante carga de
enfermedad, detrimento en la calidad de vida y aumento de los costos en salud. Considerando así la ansiedad
es como una respuesta relativamente normal frente a peligros inmediatos, y por consiguiente como una parte
de la conducta humana. la ansiedad refleja un conjunto de interacciones de los sistemas cognitivo fisiológico
y/o conductual con el entorno por lo cual tiene muchos síntomas con los cuales podemos detectarla.

Síntomas
 Taquicardias, palpitaciones
 Dilatación pupilar
 Temblores de mano
 Hipersudoración
 Dificultad respiratoria
 Nauseas
 Vómitos
 Inseguridad
 Inquietud
 Presentimiento de la nada
 Sensación de vacío en el interior
 Temor a agredir
 Temor a la locura
 Temor a suicidarse
 Dificultad para llevar a cabo tareas simples
 Hipervigilancia

Los diferentes trastornos de ansiedad se diferencian entre sí en función del tipo de objeto o situaciones
desencadenantes del miedo, la ansiedad o las conductas de evitación y del contenido de los pensamientos
por ejemplo la ansiedad normal surge en el plano de los sentimientos psíquicos, mientras que la patológica en
el plano de los vitales, los que se refieren a las vivencias corporales, implicando una reducción en la libertad
del individuo. Según la evolución, los trastornos por ansiedad, pueden ser agudos y crónicos. La forma aguda,
suele iniciarse bruscamente, pero el comienzo es en ocasiones paulatino y va aumentando a lo largo de un
breve periodo de tiempo. Suele acompañarse de manifestaciones somáticas. Los síntomas pueden ceder
rápida o gradualmente, y eventualmente desaparecer o mantenerse. La forma crónica, origina un estado de
híper alerta con una importante disminución del rendimiento del sujeto. Este estado de ansiedad flotante o
focalizada, tiene fluctuaciones condicionadas por los acontecimientos vitales
Hombres y Mujeres frente a la ansiedad
Se han identificado un conjunto de factores que pueden explicar el predominio femenino en los trastornos de
ansiedad, así como las diferencias entre los sexos en otros trastornos psiquiátricos. Un grupo de estos
factores serían los psicosociales y socioculturales que incluyen diferencias en el tipo de afrontamiento de la
persona, rol sexual, pobreza, nivel educativo, estado civil, nivel de ingresos, apoyo social, aislamiento social,
adversidades durante la infancia, cambios sociales, normas culturales y vulnerabilidad a la exposición y
reactividad ante acontecimientos vitales estresantes. Otros factores que sugieren diferencias de sexo son la
comorbilidad previa, la predisposición genética, los rasgos de la personalidad, las hormonas sexuales, la
reactividad endocrina frente al estrés, los sistemas de neurotransmisión y los determinantes
neuropsicológicos. La conclusión es que las diferencias de género en las tasas de los trastornos psiquiátricos
son en gran parte psicobiológicas. Evaluar cuales de los factores explicativos de las diferencias entre los
sexos son de naturaleza biológica y cuáles de naturaleza social, nos permitirá conocer cuáles son inmutables
y cuáles no.

Consecuencias
En una revisión meta-analítica de 23 estudios hallaron que todos los individuos con trastornos de ansiedad
experimentaban resultados de calidad de vida muy significativamente más pobres que las muestras de
control, y el deterioro, y el deterioro de la calidad de vida era equivalente en los diferentes trastornos de
ansiedad. Los individuos con un trastorno de ansiedad perdían más días de trabajo, estaban más tiempo de
baja. A veces teniendo que recurrir a sustancias por culpa de este trastorno, estas consecuencias también
pueden ser aplicadas para los adolescentes, pero hay algunas extras como el fallar al enfocarse, también
dolores físicos como dolores de cabeza o problemas digestivos.

El sistema nervioso
Algo obvio par este punto es que el sistema nervioso así como el cerebro juega un papel importante pues
Dentro del sistema nervioso simpático, se produce la activación del eje hipotalámico-hipofisario adrenal
con la consiguiente liberación de ACTH  —la hormona adrenocorticotropa—. La liberación al cuerpo de
esta hormona está regulada por el hipotálamo , región que interviene en la regulación de la alimentación,
la ingesta de líquidos, el apareamiento y la agresión. Por ello, tiene lógica que aparezca también en los
mecanismos neurohormonales de la respuesta de alarma, concretamente estimulando la hipófisis para
extraer ACTH.

La hormona ACTH produce estimulación en las glándulas suprarrenales que vierten a la sangre


glucocorticoides.
Tratamientos e investigaciones
En la literatura específica, esta práctica recibe el nombre de tratamiento combinado (TC). Otras modalidades de
tratamiento, sean biológicas o psicosociales, pueden incluirse dentro de esta definición genérica, aunque es escasa
la investigación dirigida en esa dirección en comparación con aquella que estudia los resultados de la
administración conjunta de psicofármacos y psicoterapia. En un importante estudio clínico, controlado y
aleatorizado, que fue publicado hace más de 20 años, dividieron a 101 pacientes con diagnóstico de Trastorno de
Ansiedad Generalizada (TAG) en cinco grupos: el primero recibió diazepam, el segundo, placebo, el tercero,
terapia cognitivo-conductual, el cuarto, terapia cognitivo-conductual y placebo y el quinto recibió TC (terapia
cognitivo-conductual y diazepam). Todos los tratamientos produjeron reducciones significativas en la
sintomatología del trastorno. Pero no se encontraron diferencias entre el grupo de pacientes tratados con diazepam
y aquel tratado con placebo. Por el contrario, los grupos de pacientes tratados con terapia cognitivo-conductual, ya
sea como monoterapia, asociado con placebo o en TC con diazepam, obtuvieron diferencias significativas con
relación al placebo. Es importante aclarar que, al igual que los estudios que evaluaron la eficacia de los
benzodiacepinas para el TP, aquí también se considera que este grupo de psicofármacos podría tener efectos
beneficiosos en el corto plazo que se irían perdiendo durante la fase del mantenimiento. Los tratamientos tuvieron
lugar en centros de atención primaria y se extendieron por diez semanas. Por su parte Bond et al. (2002) asignaron
en forma aleatoria 60 pacientes a cuatro grupos: el primero recibió buspirona, el segundo, placebo, el tercero
recibió TC (buspirona y entrenamiento en manejo de la ansiedad), y el cuarto, terapia no directiva. Todos los
grupos mostraron una mejoría significativa al final de los tratamientos, aunque se observó una mayor tasa de
deserción en aquellos que recibieron buspirona. En un estudio más reciente, Ferrero et al. (2007), compararon la
eficacia de la psicoterapia psicodinámica breve, ISRS y TC (ISRS y psicoterapia psicodinámica breve). La muestra
incluyó 87 sujetos seguidos y evaluados a los seis y doce meses. Después de los seis meses, se halló una mejoría
similar en cada uno de los tratamientos y las diferencias entre los tres grupos no fueron significativas. Como puede
apreciarse, y a pesar de los numerosos estudios que evalúan la monoterapia para el tratamiento del TAG, son
escasos los ensayos controlados y aleatorizados destinados a evaluar el TC en este trastorno de ansiedad. Como
en el caso del TEPT, podemos confirmar las conclusiones de Black y Bandelow en sendas revisiones y meta-
análisis, quienes sostienen que no existen datos suficientes que avalen el TC por encima de cualquier otra
modalidad de tratamiento activo para el TAG.

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