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Codificación para los trastornos

neurocognitivos mayores y leves:


etiologías restantes Etiología TN mayor TN levec Con
alteración del comportamiento Sin alteración del
comportamiento Lesión cerebral traumática S06.2X9S
[907.0]d (Sin código para el trastorno médico) — G31.84
[331.83] TN leve debido a [etiología] Sin indicar si es
{probable} {posible} Es posible indicar si se presenta {con}
{sin} alteración del comportamiento F02.81 [294.11] F02.80
[294.10] Enfermedad por VIH B20 [042] Infección por VIH
F02.81 [294.11] F02.80 [294.10] Enfermedad de Huntington
G10 [333.4] Enfermedad de Huntington F02.81 [294.11]
F02.80 [294.10] Enfermedad por priones A81.9 [046.79]
Enfermedad por priones F02.81 [294.11] F02.80 [294.10]
Otra afección médica ## [##] Nombre CIE-10 [nombre CIE-9]
F02.81 [294.11] F02.80 [294.10] Inducido por
sustancias/medicamentos Véase el cuadro 15.2 (p. 465)
Etiologías múltiplese (Series múltiples de números y
nombres) F02.81 [294.11] F02.80 [294.10] d Las dos
denominaciones para codificación de la LCT eran demasiado
largas para incluirlas en este cuadro: S06.2X9S = lesión
cerebral traumática difusa con pérdida del estado de
conciencia de duración no especificada, secuela; 907.0 =
efecto tardío de lesión intracraneal sin fractura de cráneo. e
Si un trastorno vascular contribuye en un cuadro con
etiología múltiple, se menciona en el segmento de
etiologías múltiples. © Editorial El manual moderno
Fotocopiar sin autorización es un delito. 498 Trastornos
cognitivos Por cierto, acabo de releer las notas al pie de los
cuadros 16-1a y 16-1b, y me disculpo por su complejidad.
Pudiera ser mejor para usted ignorar las explicaciones y sólo
mirar los cuadros unos cuantos minutos, o bien pudiera
preferir analizar por sus propios medios un par de casos
clínicos. Se incluyen ejemplos suficientes en todo este
capítulo, de manera que las cosas deben aclararse en forma
eventual. Respire con lentitud. El TN leve es una
designación nueva que surge junto con una gran cantidad
de sinónimos. Incluyen declinación cognitiva asociada con la
edad, disfunción cognitiva leve, disfunción de la memoria
asociada a la edad, disfunción cognitiva sin demencia. Estas
personas no presentan un cuadro florido de demencia, pero
tampoco son precisamente normales. Si bien muestran
sintomatología, sus capacidades para el desempeño se
encuentran en gran medida conservadas, pero necesitan
hacer un esfuerzo mayor para desempeñarlas. No debe
confundirse al TN leve con el deterioro cognitivo
relacionado con la edad, que es más o menos normal
(¿Dónde puse mis llaves?) según la edad de la persona—y
que ya no cuenta con un estatus diagnóstico en la CIE-10. Y,
por favor, no lleve al extremo la interpretación de esta
designación. Si bien algunos pacientes que pueden recibir el
diagnóstico de TN leve desarrollan más adelante la variedad
mayor del trastorno, por ningún motivo todos lo harán.
Aquí se incluye una nota puntillosa adicional en cuanto al
TN leve. El Buen Libro nos dice que si establecemos este
diagnóstico no debemos escribir un código que haga
referencia al agente causal sospechoso. Detecto en mí
renuencia ante esta limitación. Sin duda, si se sabe que la
persona sufrió, por ejemplo, una lesión cerebral traumática,
y que el resultado es un TN leve, entonces estamos
obligados a indicarlo. Se trata de información que pudiera
ser valiosa para el siguiente clínico que atienda al paciente,
y por ende puede tener un valor considerable para el
paciente mismo. A mi parecer, los editores del DSM-5
deseaban ser congruentes en el sentido de no registrar las
causas si no se tiene certeza de la etiología, lo que con
frecuencia ocurre en el caso del TN leve. Sin embargo,
cuando existe evidencia muy sólida, nuestra obligación es
para con el paciente, no para con un libro. Trastorno
neurocognitivo debido a la enfermedad de Alzheimer La
causa más frecuente de lo que en alguna época se
denominó senilidad, el TN debido a la enfermedad de
Alzheimer, se ha reconocido desde el inicio del siglo XX. La
enfermedad de Alzheimer genera más de la mitad de los
casos de demencia, que se incrementan de manera
constante al avanzar la edad; casi todos los pacientes
ancianos confinados en asilos están afectados por este
trastorno degenerativo. También es común entre individuos
mayores de 40 años que padecen síndrome de Down.
Cualquier clínico que atiende a personas añosas está
destinado a encontrarla con frecuencia. Los pacientes con
enfermedad de Alzheimer de inicio temprano tienden en
particular a contar con parientes con el mismo trastorno. El
TN debido a la enfermedad de Alzheimer también es
relevante porque existen muchos otros trastornos, tanto
cognitivos como de otros tipos, que pueden confundirse con
él. No obstante los avances para el diagnóstico, sigue siendo
un diagnóstico de exclusión que sólo debe establecerse una
vez que todas las otras causas (en particular, aquéllas
sensibles de tratamiento) se descartan. La pérdida de la
memoria es el primer síntoma que experimenta casi la
mitad de los pacientes con enfermedad de Alzheimer, pero
de manera eventual, al igual que en el resto de las
demencias, © Editorial El manual moderno Fotocopiar sin
autorización es un delito. Trastorno neurocognitivo debido
a. . . 499 todos los afectados tienden a olvidar las cosas. La
memoria reciente (la capacidad para recordar la
información que se recibió en el transcurso de algunos
minutos), suele ser el primer aspecto que se afecta; la
memoria remota se afecta más adelante. Los pacientes
pueden olvidar nombres de familiares o repetir preguntas
que acaban de recibir respuesta. Para compensar esto,
algunos escriben notas o integran listas. Si bien la
conciencia de si suele conservarse hasta una fase avanzada
de la enfermedad, los pacientes con demencia intensa
pudieran no poder reconocer a sus familiares o amigos de
mucho tiempo, y por último incluso ser incapaces de indicar
sus propios nombres. Puede presentarse un cambio
aparente de la personalidad en la fase temprana de la
enfermedad de Alzheimer. Es común que los rasgos de la
personalidad que ya existían se acentúen: un paciente
pudiera volverse más obsesivo, reservado o sexualmente
activo. Otras indicaciones tempranas de la demencia son
apatía, labilidad emocional (llanto súbito o estallidos
temperamentales) o pérdida de un buen sentido del humor
previo. La pérdida de la función ejecutiva (que por lo
general se atribuye al daño en el lóbulo frontal), puede
probarse de manera directa al solicitar al paciente que
identifique similitudes y diferencias, o que realice una
secuencia de pasos, como en el Mini-Mental State Exam
(MMSE). Sin embargo, con frecuencia el desempeño
ejecutivo se valora con más precisión a partir de los
antecedentes o de la observación de algunas de las
conductas siguientes: semejanza de las acciones con las del
clínico o un acompañante (conducta de imitación);
congelamiento de la expresión hasta que se hace referencia
a ello (falta de espontaneidad); uso de más de un par de
pantalones (perseveración); o extravío repetido en la
institución, no obstante exista una buena orientación en el
hogar (dependencia ambiental). La imagen resultante
pudiera corresponder a la de una persona capaz de
desplazarse y tener un desempeño adecuado en un
ambiente fijo y familiar, pero que tiene dificultad para
adaptarse a circunstancias cambiantes. Algunos individuos
son referidos para una valoración sólo una vez que son
incapaces de adaptarse a los ambientes desconocidos de
una residencia nueva. Como ocurre con la mayor parte de
las tareas intelectuales, los pacientes con enfermedad de
Alzheimer pudieran tener un mejor desempeño cuando
vuelven a someterse a las pruebas. El compromiso de las
funciones del lenguaje puede manifestarse primero por la
dificultad para encontrar palabras (afasia). El vocabulario se
contrae, al tiempo que se sustituye la comunicación real por
repeticiones y frases estereotipadas, y el individuo ya no
recurre a oraciones complejas. La lectura y la escritura
pudieran deteriorarse; la conversación es errática. Muchos
pacientes con enfermedad de Alzheimer también tienen
defectos de la percepción, como ilusiones o alucinaciones.
Pudieran desarrollar suspicacia desmesurada o bien
paranoia. Cerca de 20% cursa con depresión; incluso
quienes no están deprimidos experimentan con frecuencia
insomnio o anorexia. Por ende, es importante considerar a
la enfermedad de Alzheimer (u otras causas de demencia)
en el diagnóstico diferencial de cualquier paciente añoso
que se presente con síntomas sugestivos de un trastorno
depresivo. El paciente típico vive entre ocho y 10 años
después del inicio de la enfermedad de Alzheimer (conocí a
una mujer que murió en fecha reciente, después de 14 años
de establecido su diagnóstico). La evolución clínica, si bien
variable, de modo característico corresponde a un deterioro
constante que pasa por tres fases: 1. De uno a tres años con
tendencia creciente al olvido. 2. De dos a tres años con
desorientación progresiva, pérdida de las habilidades de
lenguaje y comportamiento inapropiado. Hasta que se
alcanzan las fases avanzadas, la mayor parte de los

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