Está en la página 1de 4

Los ácidos grasos de cadena corta (AGCC) son producidos en el aparato gastrointestinal, en

particular en el colon. Contienen de 2 a 6 átomos de carbono, siendo los principales el ácido


acético, el propiónico y el butírico.

Se producen de forma típica por la fermentación de la fibra dietética por parte de la


microbiota intestinal (1).

Son aprovechados por el epitelio intestinal como substrato energético para mantener su
integridad y función. Destacando en este sentido el ácido butírico, por ser el principal
metabolito energético utilizado por los colonocitos.

Los ácidos grasos de cadena corta o ácidos grasos volátiles (AGV) son un subgrupo


de ácidos grasos con cadenas carbonadas de menos de seis carbonos.1 Su volatilidad se debe a la corta
cadena carbonada que poseen, en contraste con los ácidos grasos de cadena larga, que son sólidos a temperatura ambiente. Los ácidos grasos de cadena corta
son:

Ácido acético.

Ácido propiónico.

Ácido isobutírico (ácido 2-metilpropanoico).

Ácido butírico.

Ácido isovalérico (ácido 3-metilbutanoico).

Ácido valérico.

Ácido caproico.

Los ácidos grasos de cadena corta, al igual que los ácidos grasos de cadena mediana, son transportados directamente a la vena porta durante la digestión de las
grasas, sin embargo, en el caso de los ácidos grasos de cadena larga son almacenados dentro de los quilomicrones y entran a los capilares linfáticos y llegan a
la sangre por la vena subclavia.

Los ácidos grasos de cadena corta se producen cuando la fibra alimentaria soluble y el almidón resistente son fermentados por los microorganismos
intestinales en el colon y también en los preestomagos de los rumiantes.

Los ácidos grasos de cadena media (AGCM) contienen entre 6 y 12 átomos de carbono
y son digeridos, absorbidos y metabolizados de manera distinta que los ácidos grasos
de cadena larga (AGCL). Por ello, se utilizan en nutrición enteral y parenteral debido a
la buena absorción que presentan; y en fórmulas lácteas en niños prematuros para
mejorar la absorción de calcio. AGMC han cobrado un gran interés especialmente por
su posible papel en el tratamiento y prevención de la obesidad. Al ser más
hidrosolubles, no se incorporan a los quilomicrones y se acepta que no participan
directamente en la lipogénesis. Son capaces de incrementar el efecto termogénico de
los alimentos y en su metabolización elevan la formación de cuerpos cetónicos con el
consiguiente efecto anorexígeno. No obstante, se requiere ingerir cantidades elevadas
de AGCM para obtener efectos significativos en la reducción de peso. Los efectos sobre
el metabolismo lipoproteico son controvertidos. Así, aunque parecen disminuir la
respuesta trigliceridémica postprandial, los resultados no son uniformes respecto a sus
efectos sobre la trigliceridemia y colesterolemia. A pesar de ello, se diseñan cada vez
más productos en los que se incorporan grasas con AGCM para el tratamiento de la
obesidad y sobrepeso, habiendo sido considerados por la ADA como componentes
"GRAS" (Generally Recommended As Safe). Son necesarios estudios a más largo plazo
para garantizar la utilidad del consumo de estos compuestos, particularmente en el
tratamiento y prevención de obesidad.
Los triglicéridos de cadena media, TCM son ésteres de ácidos grasos de cadena media
(entre 8 y 12 átomos de carbono) y glicerol (1,2,3-propanotriol). Los TCM se difunden
pasivamente del tracto gastrointestinal al sistema porta (Los ácidos grasos de cadena larga se
absorben en el sistema linfático) sin requerir ningún tipo de transformación como ocurre con
los ácidos grasos de cadena larga o los ácidos grasos de cadena muy larga. Además, los
TCM no requieren el uso de sales biliares para su digestión. Los pacientes que tienen
desnutrición o síndrome de malabsorción se suelen tratar con ácidos grasos de cadena media
porque éstos no requieren energía para ser absorbidos, almacenados o para su utilización.
Algunas de las fuentes de TCM son el aceite de palma, de coco y las nueces del alcanfor. Los
ácidos grasos que podemos encontrar en los TCM son el caprílico, el cáprico y el láurico.

Se forman por acción de las elongasas, en donde se incrementa la longitud de la cadena del


ácido palmítico por condensación de moléculas de malonil-CoA (Alargamiento). Mediante
este proceso, que tienen lugar en el retículo endoplasmático y en la mitocondrias, se
adicionan unidades de dos carbonos a la cadena de C16 del ácido palmítico, obteniéndose
ácidos grasos de hasta C24. Los ácidos grasos son ácidos monocarboxílicos de
cadena larga. Por lo general, contienen un número par de átomos de carbono,
normalmente entre 12 y 24. Ello se debe a que su síntesis biológica tiene lugar
mediante la aposición sucesiva de unidades de dos átomos de carbono. Sin
embargo también existen ácidos grasos con un número impar de átomos de
carbono, que probablemente derivan de la metilación de un ácido graso de cadena
par.

Las propiedades químicas de los ácidos grasos derivan por una parte, de la


presencia de un grupo carboxilo, y por otra parte de la existencia de una cadena
hidrocarbonada. La coexistencia de ambos componentes en la misma molécula,
convierte a los ácidos grasos en moléculas débilmente anfipáticas (el grupo
COOH es hidrofílico y la cadena hidrocarbonada es hidrofóbica). El carácter
anfipático es tanto mayor cuanto menor es la longitud de la cadena
hidrocarbonada. La solubilidad en agua decrece a medida que aumenta la
longitud de la cadena.

Los ácidos grasos saturados (también, grasas saturadas) son ácidos carboxílicos de


cadena larga sin dobles enlaces entre sus átomos de carbono.1 Se encuentran presentes en los lípidos, raramente
libres, y casi siempre esterificando al glicerol (eventualmente a otros alcoholes). Son generalmente de cadena lineal y tienen un número par de átomos de
carbono.2 La razón de esto es que en el metabolismo de los eucariotas, las cadenas de ácido graso se sintetizan y se degradan mediante la adición o
eliminación de unidades de acetato.

Los ácidos grasos insaturados son ácidos carboxílicos de cadena larga con uno o varios


dobles enlaces entre sus átomos de carbono. En cambio, los ácidos grasos insaturados
poseen dobles enlaces C=C y pueden tener una o más insaturaciones. Los dobles enlaces
están generalmente separados por un grupo metileno (-CH
2-), por lo que no son conjugados. Se encuentran en general en la configuración cis, o sea, los
átomos de C contiguos están orientados hacia el mismo lado y generan con ello una doblez en
la cadena del hidrocarburo. La posición de la insaturación (doble enlace) se indica a veces con
la letra griega omega y un número: omega-3, omega-5, omega-6. El número designa en qué
enlace se encuentra la insaturación, contando desde el final de la cadena (omega es la última
letra del alfabeto griego y por lo tanto indica que hay que empezar a contar desde el final).

Los ácidos grasos poliinsaturados frecuentemente denominados por su acrónimo en lengua


inglesa PUFAs = Poly- Unsaturated Fatty Acids) son ácidos grasos que poseen más de un
doble enlace entre sus carbonos. Dentro de este grupo encontramos el ácido
linolénico (omega 3 y el omega 6) que es esencial para el ser humano.[cita  requerida] Tienen un
efecto beneficioso en general, disminuyendo el colesterol total.

Los PUFAs tienen unas características importantes que determinan sus funciones:

 Los dobles enlaces permiten que la cadena carbonada adopte una forma más curvada en el
espacio, lo que facilita su función.

Cuando se incorporan a los fosfolípidos de la membrana plasmática (la membrana celular


está formada por una doble capa de lípidos) y de la membrana de las organelas
celulares (por ejemplo, la mitocondria), sustituyen a los ácidos grasos saturados que son
más lineales y rígidos.

Este cambio que permite aumentar la fluidez y plasticidad de las membranas, facilitando


la interacción con las proteínas enzimáticas de la membrana (proteínas que se insertan en la
membrana) y, por tanto, su función y también la de los canales iónicos.
 Se oxidan enzimáticamente produciendo unos compuestos llamados eicosanoides, que
pueden entrar en el núcleo actuando sobre la regulación de genes que promueven la
inflamación.

Los eicosanoides pueden circular por la sangre reduciendo la agregación de las plaquetas y
la acumulación de ácidos grasos en las arterias. 
 
 Los PUFAs, tanto los libres como los incorporados en las membranas, se oxidan
espontáneamente con los radicales libres formando peróxidos lipídicos que activan la
transcripción (lectura y producción proteica) de genes nucleares.

Omegas- Acidos grasos poliinsaturados de cadena larga Los ácidos grasos esenciales son
los componentes básicos utilizados por nuestro organismo para la producción de unas
sustancias llamadas eicosanoides.

Los eicosanoides se encuentran en todas las células humanas y afectan el funcionamiento


de todos los sistemas corporales.

Los eicosanoides controlan la presión arterial, favorecen una buena circulación sanguínea y
regulan el dolor mediante el fortalecimiento natural de la respuesta antiinflamatoria del
organismo.
La inflamación crónica es uno de los procesos más importantes del envejecimiento, la toma
de suplementos de AGEs, evitan o ralentizan este proceso.
Los EFA también constituyen componentes estructurales de vital importancia para las
membranas que protegen y rodean todas las células del cuerpo.

También son de vital importancia en los procesos de adelgazamiento, donde debería estar
siempre incluidos, ya que ayuda a reducir el depósito de las grasas.

También podría gustarte