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El Liderazgo
El Liderazgo
Integrantes:
Figueredo Luis C.I: 28.275.574
Sección:
07S-0929-D1
Asignatura:
Teoría y manejo del conflicto
Profesora:
Dulce Macías Gálea
Definición de Líder
Es una persona con capacidad para ejercer influencia sobre otros con el fin de
guiarlos y dirigirlos hacia el logro de los objetivos comunes, sean organizacionales,
deportivos, políticos, personales o de cualquier otra índole. El líder ejerce un liderazgo
reconocido por sus seguidores, basado en la confianza y credibilidad gracias a las cuales
puede llevar a su equipo al máximo rendimiento y desempeño. En tal sentido, el líder tiene
la función de transmitir una visión global e integrada, mostrar confianza al grupo, orientar y
movilizar a las personas a concretizar los objetivos planteados, animar y mantener el interés
del grupo a pesar de los obstáculos y crisis que se pueden encontrar a lo largo del trabajo,
reforzar los sucesos y cuando sea necesario corregir los desvíos. Asimismo, el líder debe de
utilizar todo el potencial de su personal y repartir las funciones a cada uno.
Cabe mencionar que no puede nacer y florecer un grupo de seres humanos en el que
nadie asuma el rol de líder, por sutil que sea su desempeño. Todas las personas necesitan de
un cierto grado de organización en su vida, y para ello es esencial que exista un guía,
alguien que tome o evalúe las decisiones importantes y que mantenga a sus compañeros
animados y enfocados en un objetivo, para que no se pierda el sentido de la unión. Desde
un pequeño grupo de amigos hasta un país entero, todos se basan en un sistema jerárquico
y, aunque a simple vista puedan parecer ejemplos dispares, en ambos casos el papel de líder
es más difícil de mantener que de alcanzar.
Existen diferentes enfoques para abordar la cuestión sobre si los directivos poseen
ciertos rasgos innatos que los definen como grandes líderes o, simplemente, se trata de
profesionales que han apostado por la formación y el desarrollo continuo de las habilidades
de liderazgo (se han hecho a sí mismos como directivos).
Los líderes nacen
Es verdad que hay personas que desde su más tierna infancia demuestran una cierta
facilidad para asumir roles de líder. Estas personas normalmente presentan características
muy particulares como un gran carisma, confianza en sí mismos y una capacidad casi
natural para aprehender y manejar el contexto que los rodea. Bajo esta perspectiva, existen
personas más destinadas a asumir el rol de liderazgo y parecen tener una cierta
predisposición para ocupar cargos de Dirección dentro de las organizaciones. Según esta
visión, existen ciertos rasgos que las diferencian del resto:
Ambición y energía.
Deseo de dirigir.
Honestidad e integridad.
Confianza en uno mismo.
Inteligencia y conocimiento del entorno.
En todo caso, y más allá de estas características concretas, estas personas son
referentes en su organización y se manejan desde un liderazgo carismático, con el que se
ganan la autoridad y desechan el mando desde el poder.
Compromiso: Ningún líder puede ser bueno si no posee y demuestra una capacidad
de compromiso para con la agrupación que lo sigue. A fin de cuentas, si el líder de
una empresa cualquiera no parece interesado en ella sino en otros asuntos, ¿por qué
habría de seguir dirigiendo las cosas? Una cuota importante de compromiso es
esencial para ejercer el liderazgo de la mejor manera: el grupo debe poder confiar en
el interés de su líder.
Iniciativa: La toma de decisiones es uno de los ámbitos en que un grupo más acude
a su líder. La conducción de un colectivo, desde una junta de condominio hasta una
empresa internacional, dependerá siempre de la capacidad de tomar decisiones
oportunas de sus líderes y de la manera específica en que estos enfrenten el reto
adelante. Los líderes pueden tomar decisiones de manera temeraria (valiente pero
irresponsable), tímida (temerosa y con poca motivación) o algún punto intermedio
entre dichos extremos. De un buen líder se espera que tome las decisiones
pertinentes en la conducción de las estrategias del grupo, de la manera más
conveniente para alcanzar los objetivos planteados.
Claridad de visión: No se trata de que un líder deba poder predecir el futuro, pero
sí se espera de él que intuya, anticipe o cuando menos se prepare para las futuras
eventualidades, tomando así las precauciones necesarias que le conduzcan al éxito.
El cortoplacismo e inmediatismo, o también la demora, pueden ser igualmente
perjudiciales en su camino hacia el éxito.
Respeto: Los buenos líderes inspiran respeto en su grupo, lo cual proviene no del
miedo, la intimidación o la dominación, sino justamente el trato frontal y
respetuoso, considerado, para con su entorno. Un líder déspota o uno pusilánime
fallarán en granjearse el respeto de sus seguidores y es probable que duren poco a
cargo de ellos.
Marca la diferencia: Ten en cuenta que los líderes toman decisiones cuya
repercusión tiene un gran alcance. Aprovéchalo para inculcar valores y principios ya
no sólo desde el punto de vista de un líder, sino desde la perspectiva de una persona
cuyas palabras y comportamientos van a calar en el resto de personas que tiene a su
mando, las cuales, a su vez, a través de esa experiencia, calarán a sus allegados.
Saca lo mejor de cada uno: Los líderes tienen la capacidad de motivar y promover
la grandeza a otros. Un buen líder conoce los puntos fuertes de cada uno de su
equipo y saca lo mejor de cada uno de ellos. El grupo espera que le digan qué deber
hacer, pero los buenos líderes reconocen las destrezas de cada uno y saca lo mejor
de todos ellos, desafiándoles a ellos mismos a ir más allá de lo que ellos creen que
son capaces de llegar.
Ayuda a los demás: Un buen líder no sólo promueve el cambio y la mejora a sus
trabajadores con fines laborales. Un buen líder dedica la mayor parte de su tiempo y
energía en ayudar a sus trabajadores a tener más éxito, a desempeñar mejor su
función, a dar retroalimentación y proporcionar los recursos necesarios para que se
dé una armonía laboral y personal.
Estilo de liderazgo
Los gerentes trabajan entorno a lo que son siete estilos de liderazgo. Cada uno de
estos estilos de liderazgo está representados por métodos específicos que son aplicables en
ciertas situaciones, por lo que un líder no debe ceñirse solo a uno de estos estilos. La clave
está en la capacidad de adaptarse a todos ellos según más convenga.
Visionario: Sirve para movilizar a las personas hacia una determinada visión, es un
«Ven conmigo». Sirve cuando es tiempo de cambios que necesitan para su éxito de
una nueva visión o se requiere de una dirección clara para funcionar. Este estilo no
funciona cuando la visión que se tiene es una que se encuentra lejos de la realidad,
por lo que con facilidad bajará la moral del equipo de trabajo. La clave de este estilo
es una visión clara del futuro, una que sea alcanzable, concreta y directa.
Empático: Entre los tipos de liderazgo este el encargado de crear armonía y
vínculos emocionales, es del tipo «La gente es lo primero». Y sirve sobre todo
cuando es necesario curar divisiones en un equipo, también lo es para motivar a las
personas cuando están atravesando circunstancias estresantes. Con este estilo no
está bien exagerar porque lo que produce es falta de dirección, y por lo tanto puede
resultar en rendimientos mediocres. La clave para ejercerlo bien, es establecer un
equilibrio certero.
Los roles: Cada una de las personas del grupo tienen un papel que desempeñan, lo
que constituye los comportamientos esperados del ocupante de esa posición. Pero
además existe el papel percibido y el desempeñado. El papel percibido es el
conjunto de comportamientos que la persona que ocupa un puesto piensa que debe
desempeñar, en ciertos casos el papel percibido puede corresponder con el esperado.
El papel desempeñado es el comportamiento que de hecho tiene la persona en
grupos relativamente estables suelen fomentar un buen acuerdo entre los papeles
esperados y los percibidos, pero pueden originar conflictos y frustraciones por las
diferencias entre los tres papeles.
La Cohesión: Es una fuerza que mantiene unidos a los miembros del grupo, la cual
es mayor que las fuerzas que tratare de alejarlos. Conforme aumenta la cohesión en
el grupo también se incrementa el nivel de acatamiento de las normas del grupo. El
grado de cohesión del grupo puede arrojar efectos positivos o negativos según el
grado de coincidencia ente las metas del grupo y la de la organización formal
El Conflicto Intergrupal: Los grupos pueden tener conflictos con otros grupos de
la organización por diversas razones y las consecuencias pueden ser buenas o
negativas. Se considera que ese conflicto es positivo, cuando induce a la
productividad, resultado de la competencia, así como al cambio organizacional. Se
considera negativo el conflicto intergrupal, cuando éste se apodera del grupo y
paraliza cualquier otra actividad.
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS
Mc. Farland, J. y otros (1997). Liderazgo en Acción: Liderazgo para el Siglo XXI. Mc
Graw Hill.