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DERECHO
ADMINISTRATIVO
INTEGRANTES:
INTRODUCCIÓN...........................................................................................................2
LA ACTIVIDAD SANCIONADORA DE LA ADMINISTRACIÓN PÚBLICA......2
El ius puniendi del Estado y la potestad sancionadora de la Administración Pública...............2
Fundamentos de la actuación sancionadora de la Administración Pública...............................3
La potestad sancionadora en la Ley del Procedimiento Administrativo General......................4
Los principios de la potestad sancionadora..............................................................................4
DEBIDO PROCESO.......................................................................................................5
Derecho al debido proceso.......................................................................................................6
DEBIDO PROCEDIMIENTO ADMINISTRATIVO..................................................7
Garantías del debido procedimiento administrativo:................................................................7
FACULTAD DE INFORMACIÓN...............................................................................9
El constitucionalismo peruano y el derecho a la información.................................................10
Límites al derecho de información en las constituciones peruanas anteriores a la actual. . .10
Procedimiento de la Acción de Habeas Data......................................................................11
Instrumentos internacionales y el desarrollo del Derecho a la Información........................11
DERECHO DE PETICIÓN O PETICIÓN DE GRACIA.........................................11
Concepto y Contenidos..........................................................................................................11
Sujeto activo.......................................................................................................................11
Sujeto Pasivo......................................................................................................................11
Materias..............................................................................................................................12
El derecho de petición en el Perú...........................................................................................12
Artículos Constitucionales..................................................................................................12
Contenido del Derecho de Petición en el Perú....................................................................13
El derecho de petición y la administración pública en el Perú................................................13
Opción Sobre el Concepto de Administración Pública.......................................................13
Implicancias Administrativas de las Disposiciones Constitucionales sobre el Derecho de
Petición..............................................................................................................................13
El Derecho de Petición y las Formas Jurídicas Administrativas.........................................14
CONCLUSIONES.........................................................................................................15
RECOMENDACIONES...............................................................................................16
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BIBLIOGRAFÍA...........................................................................................................17
INTRODUCCIÓN
El derecho, como el aire, está en todas partes. Por ejemplo, puede ser que hoy usted se
haya contenido de ejercitar su agradable voz bajo la ducha, recordando que vecinos con
poca sensibilidad artística podrían hacer valer ciertas ordenanzas contra los ruidos
molestos; seguramente usted se habrá vestido al salir de su casa, porque entre otras
razones, usted sabe bien que hay regulaciones jurídicas que desalientan una excesiva
ligereza en el vestir; probablemente usted haya celebrado un contrato tácito de
transporte al ascender a un ómnibus público o, si ha conducido su automóvil, habrá
seguido, o simulado seguir, algunas reglamentaciones y habrá hecho uso de la facultad
jurídica de transitar por la vía pública; es casi seguro que usted debe haber celebrado
hoy varios contratos verbales de compraventa (al adquirir, por ejemplo, el periódico o
cigarrillos) y de locación de obra (al llevar, por ejemplo, sus zapatos a arreglar) ; aunque
usted no tenga un físico imponente, usted tiene alguna confianza en que probablemente
no será golpeado, insultado, vejado o robado gracias a la "coraza" normativa que le
proporciona el derecho; la organización donde usted trabaja o estudia (es de esperar que
usted no sea un miembro de una asociación ilícita) está seguramente estructurada según
una serie de disposiciones legales; si usted tiene que hacer un trámite quizá no advierta
que cada uno de sus intrincados pasos está prescripto por normas jurídicas.
Todos estos contactos con el derecho le ocurrirán a usted en un día normal; piense en
cuánto más envuelto en el derecho estará usted cuando participe de algún suceso
trascendente, como casarse, ser demandado judicialmente.
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LA ACTIVIDAD SANCIONADORA DE LA ADMINISTRACIÓN PÚBLICA
El ius puniendi del Estado y la potestad sancionadora de la Administración Pública
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Conveniencia de no recargar con exceso a la administración de justicia con la atención de
ilícitos de menor gravedad.
Conveniencia de dotar de mayor eficacia al aparato represivo respecto de los ilícitos
menores.
La conveniencia de una mayor inmediación de la autoridad sancionadora respecto de los
sancionados.
La potestad sancionadora de todas las entidades está regida adicionalmente por los siguientes
principios especiales:
a) Legalidad.- Sólo por norma con rango de ley cabe atribuir a las entidades la potestad
sancionadora y la consiguiente previsión de las consecuencias administrativas que a título
de sanción son posibles de aplicar a un administrado, las que en ningún caso habilitarán a
disponer la privación de libertad.
b) Debido procedimiento.- Las entidades aplicarán sanciones sujetándose al procedimiento
establecido respetando las garantías del debido proceso.
c) Razonabilidad.- Las autoridades deben prever que la comisión de la conducta sancionable
no resulte más ventajosa para el infractor que cumplir las normas infringidas o asumir la
sanción; así como que la determinación de la sanción considere criterios como la existencia
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o no de intencionalidad, el perjuicio causado, las circunstancias de la comisión de la
infracción y la repetición en la comisión de infracción.
d) Tipicidad.- Sólo constituyen conductas sancionables administrativamente las infracciones
previstas expresamente en normas con rango de ley mediante su tipificación como tales, sin
admitir interpretación extensiva o analogía. Las disposiciones reglamentarias de desarrollo
pueden especificar o graduar aquellas dirigidas a identificar las conductas o determinar
sanciones, sin constituir nuevas conductas sancionables a las previstas legalmente, salvo los
casos en que la ley permita tipificar por vía reglamentaria.
e) Irretroactividad.- Son aplicables las disposiciones sancionadoras vigentes en el momento de
incurrir el administrado en la conducta a sancionar, salvo que las posteriores le sean más
favorables.
f) Concurso de Infracciones.- Cuando una misma conducta califique como más de una
infracción se aplicará la sanción prevista para la infracción de mayor gravedad, sin perjuicio
que puedan exigirse las demás responsabilidades que establezcan las leyes.
g) Continuación de Infracciones.- Para imponer sanciones por infracciones en las que el
administrado incurra en forma continua, se requiere que hayan transcurrido por lo menos
treinta (30) días desde la fecha de la imposición de la última sanción y se acredite haber
solicitado al administrado que demuestre haber cesado la infracción dentro de dicho plazo.
h) Causalidad.- La responsabilidad debe recaer en quien realiza la conducta omisiva o activa
constitutiva de infracción sancionable.
i) Presunción de licitud.- Las entidades deben presumir que los administrados han actuado
apegados a sus deberes mientras no cuenten con evidencia en contrario.
j) Non bis in idem.- No se podrá imponer sucesiva o simultáneamente una pena y una sanción
administrativa por el mismo hecho en los casos que se aprecie la identidad del sujeto, hecho
y fundamento.
DEBIDO PROCESO
El debido proceso tiene su origen en el due process of law, y este se encuentra conformado por
el debido proceso adjetivo y debido proceso sustantivo. En Latinoamérica, el debido proceso
adjetivo se refiere a que se deben cumplir ciertas formalidades de trámite y procedimiento que
deben observarse para la emisión de una sentencia; mientras que el debido proceso sustantivo
garantiza que las sentencias sean razonables.
El Tribunal Constitucional de nuestro país sostiene que el debido proceso presenta dos
expresiones: una formal y otra sustantiva. La expresión formal alude los principios y reglas
relacionados con las formalidades aplicables a todo proceso judicial, tales como el juez natural,
el procedimiento preestablecido, el derecho de defensa y motivación; en cambio, la expresión
sustantiva está relacionada con los estándares de razonabilidad y proporcionalidad que toda
decisión judicial debe cumplir.
Además, el Tribunal Constitucional señala que el debido proceso tiene un contenido complejo
puesto que no solo se encuentra conformado por las garantías reconocidas expresamente en las
normas jurídicas, sino también que se deriven del principio-derecho de dignidad de la persona
humana y que resulten esenciales para que el proceso pueda cumplir con su finalidad.
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En el Numeral 3 del Artículo 139° de la Constitución Política del Perú textualmente se precisa:
“la observancia del debido proceso y la tutela jurisdiccional. Ninguna persona puede ser
desviada de la jurisdicción predeterminada por la ley, ni sometida a procedimiento distinto de
los previamente establecidos, ni juzgada por órganos jurisdiccionales de excepción ni por
comisiones especiales creadas al efecto, cualquiera sea su denominación”, esto quiere decir que
el debido proceso constituye un principio de la función jurisdiccional y que solo debe ser
observado por las autoridades que ejercen esta función como las autoridades del Poder Judicial,
el Tribunal Constitucional, Comunidades Nativas y Campesinas, Fuero Militar, Arbitral y
Electoral.
Cabe resaltar que el debido proceso no solo constituye un principio aplicable a quienes ejercen
función jurisdiccional, sino también es un derecho fundamental. Entonces se concluye que el
debido proceso constituye un derecho subjetivo que resulta exigible por todas las personas; y
por otra parte, es un derecho objetivo, puesto que contiene una dimensión institucional que lleva
implícito los fines sociales y colectivos de justicia.
El Estado debe respetar todos los derechos legales que posee una persona según ley, es decir, se
debe asegurar un resultado justo y equitativo dentro del proceso. Quedan prohibidas, por tanto,
las sentencias dictadas sin un proceso previo. La exigencia de legalidad del proceso también es
una garantía de que el juez deberá ceñirse a un determinado esquema de juicio sin beneficiar a
algunas de las partes.
No existe un catálogo limitativo de garantías; sin embargo, pueden considerarse las siguientes
como las más importantes:
El juez debe ser equidistante respecto de las partes. Para evitar estas situaciones hay varios
mecanismos jurídicos:
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Legalidad de la sentencia judicial
En el área civil, la sentencia judicial debe ceñirse a lo pedido por las partes en el proceso, lo que
se concreta en la proscripción de la institución de la ultra petita. En el área penal, la sentencia
judicial sólo puede establecer penas establecidas por la ley, por delitos también contemplados
por la misma.
Toda persona tiene derecho a ser asesorado por un especialista (generalmente un abogado) que
entienda las cuestiones jurídicas. En el caso de que la persona no pueda procurarse defensa
jurídica por sí misma, se contempla la institución del defensor o abogado de juicio, designado
por el Estado, que le procura ayuda jurídica gratuita.
Dentro del derecho al debido proceso se consolida el derecho de toda persona a contar con el
asesoramiento de un letrado, de esta forma se busca garantizar el principio de igualdad y el uso
efectivo del derecho de contradicción.
Toda persona tiene el derecho de ser escuchada por un tribunal mediante el uso de su propia
lengua materna y esto se basa en el reconocimiento al derecho fundamental de la identidad
cultural. Asimismo, en el caso de que una persona se presente ante un tribunal cuya lengua no es
la natural, tiene el derecho a ser asistido por un intérprete calificado.
Según lo establecido por la jurisprudencia más relevante emitida por el TC y la Corte IDH.
Derecho a la notificación: Mediante esta garantía los administrados tienen el derecho a ser
informados sobre el estado del procedimiento en el momento oportuno. Las resoluciones
emitidas por la Administración Pública deben ser notificadas a través de medios que
permitan tener constancia de su práctica y de las circunstancias en las que se ha realizado
como por ejemplo el correo, telégrafo, entre otros.
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Derecho de acceso al expediente: Mediante esta garantía los administrados tienen el
derecho a acceder a la información contenida en el expediente del procedimiento
administrativo ya sean documentos, antecedentes, estudios, informes y dictámenes
contenidos en este en cualquier momento del trámite. En algunos casos el pedido de acceso
al expediente puede realizarse verbalmente y se concede de inmediato, sin necesidad de
resolución expresa.
Esta garantía se encuentra reconocida en el Numeral 3 del Artículo 55° de la LPAG27 y en
el Artículo 160° de la LPAG28.
Derecho a la defensa: Mediante esta garantía los administrados tienen derecho a exponer los
argumentos que sustentan su defensa, para esto, cuentan con un plazo razonable y los
medios necesarios. Tienen conocimiento completo de los cargos que se les imputan y, la
oportunidad de contradecir y argumentar en defensa de sus derechos e intereses con la
posibilidad en ciertas ocasiones de ejercerla en forma oral.
Esta garantía se encuentra reconocida en el Numeral 1.2 del Artículo IV del Título
Preliminar de la LPAG.
Derecho a ofrecer y producir pruebas: Mediante esta garantía los administrados pueden
presentar las pruebas que sean necesarias para la defensa de sus derechos y para
fundamentar sus argumentos; también garantiza que la autoridad administrativa valore y
tome en cuenta cada una de las pruebas admitidas antes de emitir una decisión en el
procedimiento administrativo.
Esta garantía se encuentra reconocida en el Numeral 1.2 del Artículo IV del Título
Preliminar de la LPAG.
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Derecho al plazo razonable:
Esta garantía exige que los procedimientos administrativos se desarrollen dentro de los
plazos establecidos por ley y sin retrasos indebidos. Esto ayuda a que los administrados no
permanezcan mucho tiempo sin certeza sobre la determinación de sus derechos y
obligaciones.
El “plazo razonable” debe ser establecido en base a la ley, considerando el tipo de
procedimiento en trámite; es decir, considerando las circunstancias de la causa, la
complejidad del asunto, el comportamiento del recurrente, la forma en que el asunto ha sido
llevado por las autoridades administrativas y las consecuencias de la demora.
Ne bis in ídem: Mediante esta garantía no se permite que el administrado sea enjuiciado dos
veces por el mismo hecho.
Este principio se desprende del derecho al debido proceso (cosa juzgada) reconocido en el
Numeral 2 del Artículo 139° de la CPP.
«Nadie puede ser sancionado dos veces por los mismos hechos»
Imposibilidad de imponer a una persona dos sanciones por una misma infracción, ya
que tal sería un exceso del poder sancionador contrario a las garantías propias del
Estado de Derecho.
«Nadie puede ser juzgado dos veces por los mismos hechos»
No se puede iniciar dos procesos distintos con el mismo objeto.
FACULTAD DE INFORMACIÓN
El derecho a la información es un derecho que está integrado básicamente por tres facultades:
investigar, recibir y difundir mensajes informativos.
Es decir, este derecho nos posibilita el acceso a la información libremente y sin restricciones y
a diferencia de otros derechos fundamentales no considera limitaciones como: minoría de edad,
procedencia (extranjería por ejemplo) u otras restricciones, es virtualmente un derecho para
todos.
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La facultad de recibir se refiere a la obtención y recepción de información por parte de cualquier
ciudadano.
Por tanto, el derecho a la información establece el derecho a la generalidad y consecuentemente
es contrario a la restricción o limitación en el acceso a la información que está sujeto
usualmente a motivaciones de orden ético y moral.
El derecho a la información como parte de los derechos humanos
El derecho a la información es un derecho humano, es un derecho fundamental y un derecho
natural, pero sobre todo es un “derecho fundamentante “, como dice José María Desantes
Guanter, porque hacia el concurren una serie de otros derechos referidos a la persona humana.
El derecho a la información debe respetar el derecho a la intimidad, honor e imagen propia.
Este derecho se enmarca dentro de los derechos humanos de primera generación, que es como
se califica hoy a los derechos civiles y políticos y a las libertades públicas, tiene como objeto de
estudio la tutela de la libertad, la seguridad, integridad física y moral de la persona.
Los principios del derecho a la información: universalidad, de individualidad, de
excepcionalidad y de especialidad.
El derecho a la información y la libertad de información
Son términos semejantes, sin embargo la libertad de información es la posibilidad de ejercer
libremente el acceso y difusión de la información por cualquier medio y sin limitaciones.
Quiere decir que “si no soy libre para ejercer el derecho a la información solo estaré
difundiendo información en apariencia”.
Titularidad del derecho a la información
El derecho a la información, según fuentes constitucionales de diversos países incluye como
titulares del derecho a las personas físicas o jurídicas, nacionales o extranjeras sin distinción
alguna.
Corroboramos que la persona es el sujeto universal del derecho a la información.
El constitucionalismo peruano y el derecho a la información
La Constitución de 1979 declara en el artículo 2°, inciso 2, Toda persona tiene derecho: “A las
libertades de información, opinión expresión y difusión del pensamiento mediante la palabra, el
escrito o la imagen, por cualquier medio de comunicación social, sin previa autorización,
censura ni impedimentos, bajo las responsabilidades de la ley”
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Procedimiento de la Acción de Habeas Data
La Acción de Habeas Data se aplica cuando a los ciudadanos no se les permite el acceso a la
información pública y se transgrede el artículo 2°, inciso 5, que faculta “a solicitar sin expresión
de causa información que requiera y a recibirla de cualquier entidad pública, en el plazo legal,
con el costo que suponga el pedido” de esta manera un personaje privado puede exigir la
información que necesita a un personaje público.
Concepto y Contenidos
Sujeto activo
En cuanto al sujeto activo puede ser toda persona calificada corno ciudadanos o aquellas que
aún no han adquirido la ciudadanía o la tienen suspendida, así como las personas naturales y
las personas jurídicas (por su profusión y su relación con los poderes públicos). Es necesario
precisar que el sujeto activo de la petición, en realidad no es titular de un derecho subjetivo ni
de un interés directo que sustente su pedido, pues, si lo fuera, no estaríamos frente al ejercicio
del Derecho de Petición; ya que éste supone la carencia de un derecho subjetivo o un interés
legítimo.
Sujeto Pasivo
Respecto del sujeto pasivo de la petición, cabe resaltar que las peticiones sólo pueden dirigirse a
"los poderes públicos". Es necesario precisar que el Derecho de Petición, desde su origen
histórico, sólo está referido a las relaciones entre las personas y los "poderes públicos, quedando
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excluido de su ámbito las relaciones entre privados. En cuanto a los "poderes públicos", se debe
optar entre considerar corno sujetos pasivos a todos ellos o sólo a algunos.
Materias
En cuanto a las materias sobre las que puede ejercerse el Derecho de Petición, sólo se puede
hacer peticiones respecto de asuntos que son de competencia de los organismos u órganos a los
cuales se dirige la petición. En tal sentido, quedan descartadas las peticiones sobre asuntos
civiles respecto de los cuales el poder público no tiene competencia, siendo la competencia la
cuota de poder que le ha sido asignada a cada organismo, órgano o persona-órgano, estatal o no
estatal, que conforme a la Constitución Política puede ejercerla. A su vez, la competencia se
configura, en cada caso, según criterios como son los de materia, territorio, tiempo, grado y
cuantía. Actualmente el contenido mínimo del Derecho de Petición está configurado como la
facultad de formular petición, sin perjuicio para el peticionante por el hecho de efectuarla, con
las obligaciones para el sujeto pasivo de la petición de admitir la petición, acusar recibo de la
misma, tramitarla directamente - si es competente - o remitirla al órgano competente, examinar
materialmente la petición, pronunciarse motivadamente dentro de un plazo razonable sobre la
petición y comunicar al peticionante el pronunciamiento. Y tal contenido también constituye un
límite al legislador, pues en caso de desarrollo legislativo para regularlo, tiene que haber
coherencia entre la noción de tal derecho con lo recogido normativamente; ya que de no ser así,
la ley sería inconstitucional.
Artículos Constitucionales
Vamos a referimos al Derecho de Petición en la actual Constitución Política:
La Constitución de 1993, Título 1 el De la Persona y la Sociedad, cuyo Capítulo1 se refiere a
los Derechos Fundamentales de la Persona, dentro de los cuales, el artículo 2, inciso 20, se
refiere expresamente al Derecho de Petición, señalando lo siguiente:
"Artículo 2.- Toda persona tiene derecho: (...) 20. A formular peticiones individual o
colectivamente, por escrito ante la autoridad competente, la que está obligada a dar al interesado
una respuesta también por escrito dentro del plazo legal, bajo responsabilidad. Los miembros de
las Fuerzas Armadas y de la Policía Nacional sólo pueden ejercer individualmente el derecho de
petición".
En cuanto al contenido mínimo del Derecho de Petición, esta constitución mantiene los
elementos esenciales del mismo, estableciendo que la autoridad "está obligada a dar al
interesado una respuesta también por escrito dentro del plazo legal", con lo cual se considera
respetado el derecho si, una vez ejercido, la autoridad se comporta dando respuesta al interesado
dentro de un plazo. Incorpora expresamente la generación de responsabilidad para la autoridad
que no conteste dentro del plazo legal, lo cual confiere certeza acerca del efecto de la inacción
de la autoridad que recibe la petición y suprime la referencia a la figura del silencio negativo
como posible de ser invocado por el peticionante en el supuesto que la autoridad no se
pronuncie dentro del plazo legal. La otra diferencia de esta constitución con respecto a las
precedentes, es que aquélla abre la posibilidad de que los miembros de las Fuerzas Armadas y
de la Policía Nacional ejerzan individualmente Derecho de Petición. Esto es importante, pues
corrige en parte la situación inequitativa preexistente en la que los militares y policías no tenían
iguales derechos que las personas en general. No obstante la constitución mantiene la
prohibición para el ejercicio colectivo del Derecho de Petición por parte de militares y policías
(ya que por el manejo de armas esta circunstancia implicaría un factor de presión potencial
autoridades que tienen que decidir si se atiende o no la petición.)
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Contenido del Derecho de Petición en el Perú.
El Derecho de Petición en el Perú actualmente es un derecho fundamental de la Persona
consagrado constitucionalmente. En tal sentido, es susceptible de ser protegido mediante acción
constitucional.
El contenido mínimo o núcleo del Derecho de Petición en el Perú, implica lo siguiente:
a) Ejercicio individual o colectivo del derecho. Como límite de este elemento del núcleo del
derecho de petición, los miembros de las Fuerzas Armadas y de la Policía Nacional sólo pueden
ejercerlo individualmente.
b) Obligación de la autoridad competente de dar al interesado una respuesta, dentro del plazo
legal, bajo responsabilidad. En calidad de requisito formal para el ejercicio del Derecho de
Petición, se exige que la petición se formule por escrito, asi como la respuesta de la autoridad.
En cuanto a la protección del Derecho de Petición, si bien la Constitución Política no establece
expresamente la acción constitucional correspondiente, entendemos que la vía de protección por
excelencia es la Acción de Amparo, debido a que en la Ley de Hábeas Corpus y Amparo, Ley
23506, en su artículo 24, inciso 13, establece que la Acción de Amparo procede en la defensa
del Derecho de Petición ante la autoridad competente. Cabe precisar que el desarrollo
jurisprudencial y la doctrina irán determinando si el Derecho de Petición, únicamente puede ser
protegido vía Acción de Amparo o si también es posible protegerlo por otro tipo de acción
constitucional.
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El Derecho de Petición y las Formas Jurídicas Administrativas.
En este punto, nos referiremos a la actuación que corresponde efectuar por parte de las
autoridades de la Administración Pública cuando reciben una petición, por lo cual abordaremos
la relación de este derecho con cada una de las formas jurídicas administrativas más usuales
Petición y Reglamentos.
Por lo general, la aprobación de reglamentos no tiene procedimientos establecidos. Por tal
razón, si al acoger una petición es necesario emitir una norma reglamentaria, la autoridad deberá
seguir el trámite correspondiente, si lo hubiera, o la práctica establecida para su aprobación.
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CONCLUSIONES
La Administración no puede hacer responsable a una persona por un hecho ajeno, sino
solo por los propios. Conforme al principio de causalidad resultará condición
indispensable para la aplicación de cualquier sanción a un administrado que su conducta
satisfaga una relación de causa adecuada al efecto, esto es, la configuración del hecho
previsto en el tipo como sancionable. No puede sancionarse a quien no realiza la
conducta sancionable.
El debido proceso constituye un principio – derecho que se define como una regulación
jurídica que limita los poderes del Estado y establece las garantías de protección a los
derechos de las personas; de esta manera, ninguna actuación de la autoridad
jurisdiccional dependerá de su propio arbitrio, sino que esta deberá estar sujeta al
procedimiento señalado por ley.
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RECOMENDACIONES
Es importante que la justicia ya sea a nivel del poder judicial o a nivel administrativo se
cuide de evitar incurrir en ciertas infracciones o arbitrariedades que incumplan con las
garantías de las personas. Debemos saber que todas las personas tenemos la posibilidad
de recurrir a la justicia para obtener la tutela jurisdiccional de los derechos individuales
a través de un procedimiento legal en que se dé oportunidad razonable y suficiente de
ser oído, de ejercer el derecho de defensa, de producir prueba y de obtener una
sentencia que decida la causa dentro de un plazo preestablecido en la ley procesal.
Es importante que la información llegue a todas las personas, su acceso no debe ser
negado ante ninguna circunstancia. Los ciudadanos debemos hacer uso de nuestros
derechos y ejercerlos plenamente en el acceso de la información ya que esto impulsara
la transparencia informativa en nuestro país.
El derecho de Petición, debe ser conocido por todos los peruanos, ya que mediante este
se puede ejercer el derecho de poder expresar algún pedido, de cualquier índole, a las
distintas instancias de poder, siendo responsabilidad de estas, atender cada una de ellas
y enviarnos su pronta respuesta. Esto refuerza la ciudadanía, la democracia y la
participación de todos los peruanos, he ahí la importancia de extender su conocimiento.
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BIBLIOGRAFÍA
Ministerio de Justicia. (2013). Guía sobre la aplicación del Principio-Derecho del Debido
Proceso en los procedimientos administrativos. Lima.
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