Está en la página 1de 18

UNIVERSIDAD NACIONAL MAYOR DE SAN MARCOS

FACULTAD DE CIENCIAS ADMINISTRATIVAS

DERECHO
ADMINISTRATIVO

DOCENTE: CATACORA SANTISTEBAN, PERCY

INTEGRANTES:

Carhuallanqui Alfaro, Lesslie


Chamorro Guerra, Alexandra
Martínez Valencia, Cristel
Orellana Ruiz, Gonzalo
Quiñones Huamaní, Alexandra

Ciudad Universitaria de San Marcos, mayo del 2017


ÍNDICE

INTRODUCCIÓN...........................................................................................................2
LA ACTIVIDAD SANCIONADORA DE LA ADMINISTRACIÓN PÚBLICA......2
El ius puniendi del Estado y la potestad sancionadora de la Administración Pública...............2
Fundamentos de la actuación sancionadora de la Administración Pública...............................3
La potestad sancionadora en la Ley del Procedimiento Administrativo General......................4
Los principios de la potestad sancionadora..............................................................................4
DEBIDO PROCESO.......................................................................................................5
Derecho al debido proceso.......................................................................................................6
DEBIDO PROCEDIMIENTO ADMINISTRATIVO..................................................7
Garantías del debido procedimiento administrativo:................................................................7
FACULTAD DE INFORMACIÓN...............................................................................9
El constitucionalismo peruano y el derecho a la información.................................................10
Límites al derecho de información en las constituciones peruanas anteriores a la actual. . .10
Procedimiento de la Acción de Habeas Data......................................................................11
Instrumentos internacionales y el desarrollo del Derecho a la Información........................11
DERECHO DE PETICIÓN O PETICIÓN DE GRACIA.........................................11
Concepto y Contenidos..........................................................................................................11
Sujeto activo.......................................................................................................................11
Sujeto Pasivo......................................................................................................................11
Materias..............................................................................................................................12
El derecho de petición en el Perú...........................................................................................12
Artículos Constitucionales..................................................................................................12
Contenido del Derecho de Petición en el Perú....................................................................13
El derecho de petición y la administración pública en el Perú................................................13
Opción Sobre el Concepto de Administración Pública.......................................................13
Implicancias Administrativas de las Disposiciones Constitucionales sobre el Derecho de
Petición..............................................................................................................................13
El Derecho de Petición y las Formas Jurídicas Administrativas.........................................14
CONCLUSIONES.........................................................................................................15
RECOMENDACIONES...............................................................................................16

1
BIBLIOGRAFÍA...........................................................................................................17

INTRODUCCIÓN

El derecho, como el aire, está en todas partes. Por ejemplo, puede ser que hoy usted se
haya contenido de ejercitar su agradable voz bajo la ducha, recordando que vecinos con
poca sensibilidad artística podrían hacer valer ciertas ordenanzas contra los ruidos
molestos; seguramente usted se habrá vestido al salir de su casa, porque entre otras
razones, usted sabe bien que hay regulaciones jurídicas que desalientan una excesiva
ligereza en el vestir; probablemente usted haya celebrado un contrato tácito de
transporte al ascender a un ómnibus público o, si ha conducido su automóvil, habrá
seguido, o simulado seguir, algunas reglamentaciones y habrá hecho uso de la facultad
jurídica de transitar por la vía pública; es casi seguro que usted debe haber celebrado
hoy varios contratos verbales de compraventa (al adquirir, por ejemplo, el periódico o
cigarrillos) y de locación de obra (al llevar, por ejemplo, sus zapatos a arreglar) ; aunque
usted no tenga un físico imponente, usted tiene alguna confianza en que probablemente
no será golpeado, insultado, vejado o robado gracias a la "coraza" normativa que le
proporciona el derecho; la organización donde usted trabaja o estudia (es de esperar que
usted no sea un miembro de una asociación ilícita) está seguramente estructurada según
una serie de disposiciones legales; si usted tiene que hacer un trámite quizá no advierta
que cada uno de sus intrincados pasos está prescripto por normas jurídicas.
Todos estos contactos con el derecho le ocurrirán a usted en un día normal; piense en
cuánto más envuelto en el derecho estará usted cuando participe de algún suceso
trascendente, como casarse, ser demandado judicialmente.

Carlos Santiago Nino 

2
LA ACTIVIDAD SANCIONADORA DE LA ADMINISTRACIÓN PÚBLICA
El ius puniendi del Estado y la potestad sancionadora de la Administración Pública

En la actualidad es totalmente aceptable, tanto por la doctrina como por la jurisprudencia, la


unidad de la potestad sancionadora del Estado, la cual tiene como manifestaciones: el Derecho
Penal y el Derecho Administrativo Sancionador. De esta forma, la adopción de la teoría del ius
puniendi estatal revela un recurso dogmático empleado para asimilar dos figuras aparentemente
distintas, pero que realmente provienen de una misma naturaleza que las caracteriza y define.
El carácter obligatorio de las disposiciones que integran un ordenamiento jurídico con respecto
de los administrados exige que el sistema tenga previsto una serie de mecanismos que hagan
frente a aquellas conductas que impliquen su incumplimiento o contravención, máxime si la
eficacia de todo sistema jurídico depende de la existencia de suficientes facultades coercitivas
en la Administración para garantizar su cumplimiento. La aplicación de estos mecanismos no es
más que una manifestación del ius puniendi estatal que, en lo relativo a las actuaciones
administrativas, se encuentra concretizado en la potestad sancionadora de la Administración
Pública.
Si bien es cierto que uno de los principios básicos del sistema constitucional involucra la
encomienda exclusiva del ejercicio de la potestad punitiva a los órganos jurisdiccionales, un
rápido examen del ordenamiento jurídico nacional y comparado permite evidenciar que la
Administración Pública cuenta con potestades represivas expresas dirigidas a contrarrestar
conductas ilícitas que se encuentran excluidas del ámbito de competencia de los órganos
jurisdiccionales penales.
Esta potestad sancionadora encuentra sustento en la autotutela administrativa, así como en la
necesidad que tiene la Administración Pública de contar con un régimen que garantice el
cumplimiento de obligaciones previstas en el ordenamiento jurídico administrativo y castigue su
contravención o incumplimiento.
De acuerdo a ello, es posible señalar que la potestad sancionadora de la Administración se funda
en un imperativo general de coerción asignado por ley, con la finalidad de asegurar el
cumplimiento de las normas dirigidas a regular las conductas de los ciudadanos. En ese sentido,
la obligatoriedad de las disposiciones que integran el ordenamiento jurídico administrativo
exige la incorporación de mecanismos de reacción frente a las conductas infractoras que
garanticen su eficacia y cumplimiento.

Fundamentos de la actuación sancionadora de la Administración Pública

En nuestro ordenamiento se ha aceptado pacíficamente la facultad de las entidades


administrativas para determinar infracciones y aplicar sanciones en casi todos los sectores de la
vida social que son regulados por el Derecho Administrativo.

Si bien la referida aceptación no se ha visto traducida en un reconocimiento expreso a nivel de


la norma constitucional, el Tribunal Constitucional ha recordado que la aplicación de una
sanción administrativa constituye la manifestación del ejercicio de la potestad sancionatoria de
la Administración y en esa medida se encuentra condicionada, en cuanto a su propia validez, al
respeto de la Constitución, al respeto de los principios constitucionales y, en particular, a la
observancia de los derechos fundamentales.

Ahora bien, de forma complementaria, en la jurisprudencia comparada es posible identificar una


serie de razones de índole práctico que fundamentarían la actuación sancionadora de la
Administración a partir de una interpretación de la Constitución:

3
 Conveniencia de no recargar con exceso a la administración de justicia con la atención de
ilícitos de menor gravedad.
 Conveniencia de dotar de mayor eficacia al aparato represivo respecto de los ilícitos
menores.
 La conveniencia de una mayor inmediación de la autoridad sancionadora respecto de los
sancionados.

En esta misma línea, en la doctrina se ha afirmado que la potestad sancionadora atribuida a la


Administración se traduce en un auténtico poder derivado del ordenamiento jurídico y
encaminado al mejor gobierno de los diversos sectores de la vida social que tiene como
principal característica su carácter represivo que se acciona frente a cualquier perturbación o
contravención del orden jurídico.

Así, a pesar de la falta de reconocimiento expreso en la norma constitucional, la potestad


sancionadora puede considerarse como un poder natural o corolario de las competencias
otorgadas a la Administración Pública en diversas materias, principalmente en las referidas a la
ordenación y regulación de las actividades en la sociedad.

La potestad sancionadora en la Ley del Procedimiento Administrativo General

El Capítulo II del Título IV de La Ley N° 27444, Ley del Procedimiento Administrativo


General, regula el denominado procedimiento sancionador, considerándolo un procedimiento
administrativo especial.

A través de este cauce procedimental, la Administración ejerce su potestad sancionadora


limitada por una serie de principios previstos en el artículo 230° de la Ley N° 27444, los cuales
constituyen una garantía para los particulares así como criterios interpretativos para el correcto
desempeño de la potestad sancionadora.

Los principios de la potestad sancionadora

El artículo 230º de la Ley N° 27444 recoge 10 principios aplicables a la potestad sancionadora


los cuales se aplicarán de manera adicional a los principios generales que se reconocen en el
artículo IV del Título Preliminar de la Ley N° 27444.

La potestad sancionadora de todas las entidades está regida adicionalmente por los siguientes
principios especiales:

a) Legalidad.- Sólo por norma con rango de ley cabe atribuir a las entidades la potestad
sancionadora y la consiguiente previsión de las consecuencias administrativas que a título
de sanción son posibles de aplicar a un administrado, las que en ningún caso habilitarán a
disponer la privación de libertad.
b) Debido procedimiento.- Las entidades aplicarán sanciones sujetándose al procedimiento
establecido respetando las garantías del debido proceso.
c) Razonabilidad.- Las autoridades deben prever que la comisión de la conducta sancionable
no resulte más ventajosa para el infractor que cumplir las normas infringidas o asumir la
sanción; así como que la determinación de la sanción considere criterios como la existencia

4
o no de intencionalidad, el perjuicio causado, las circunstancias de la comisión de la
infracción y la repetición en la comisión de infracción.
d) Tipicidad.- Sólo constituyen conductas sancionables administrativamente las infracciones
previstas expresamente en normas con rango de ley mediante su tipificación como tales, sin
admitir interpretación extensiva o analogía. Las disposiciones reglamentarias de desarrollo
pueden especificar o graduar aquellas dirigidas a identificar las conductas o determinar
sanciones, sin constituir nuevas conductas sancionables a las previstas legalmente, salvo los
casos en que la ley permita tipificar por vía reglamentaria.
e) Irretroactividad.- Son aplicables las disposiciones sancionadoras vigentes en el momento de
incurrir el administrado en la conducta a sancionar, salvo que las posteriores le sean más
favorables.
f) Concurso de Infracciones.- Cuando una misma conducta califique como más de una
infracción se aplicará la sanción prevista para la infracción de mayor gravedad, sin perjuicio
que puedan exigirse las demás responsabilidades que establezcan las leyes.
g) Continuación de Infracciones.- Para imponer sanciones por infracciones en las que el
administrado incurra en forma continua, se requiere que hayan transcurrido por lo menos
treinta (30) días desde la fecha de la imposición de la última sanción y se acredite haber
solicitado al administrado que demuestre haber cesado la infracción dentro de dicho plazo.
h) Causalidad.- La responsabilidad debe recaer en quien realiza la conducta omisiva o activa
constitutiva de infracción sancionable.
i) Presunción de licitud.- Las entidades deben presumir que los administrados han actuado
apegados a sus deberes mientras no cuenten con evidencia en contrario.
j) Non bis in idem.- No se podrá imponer sucesiva o simultáneamente una pena y una sanción
administrativa por el mismo hecho en los casos que se aprecie la identidad del sujeto, hecho
y fundamento.

DEBIDO PROCESO

El debido proceso tiene su origen en el due process of law, y este se encuentra conformado por
el debido proceso adjetivo y debido proceso sustantivo. En Latinoamérica, el debido proceso
adjetivo se refiere a que se deben cumplir ciertas formalidades de trámite y procedimiento que
deben observarse para la emisión de una sentencia; mientras que el debido proceso sustantivo
garantiza que las sentencias sean razonables.

El Tribunal Constitucional de nuestro país sostiene que el debido proceso presenta dos
expresiones: una formal y otra sustantiva. La expresión formal alude los principios y reglas
relacionados con las formalidades aplicables a todo proceso judicial, tales como el juez natural,
el procedimiento preestablecido, el derecho de defensa y motivación; en cambio, la expresión
sustantiva está relacionada con los estándares de razonabilidad y proporcionalidad que toda
decisión judicial debe cumplir.

Además, el Tribunal Constitucional señala que el debido proceso tiene un contenido complejo
puesto que no solo se encuentra conformado por las garantías reconocidas expresamente en las
normas jurídicas, sino también que se deriven del principio-derecho de dignidad de la persona
humana y que resulten esenciales para que el proceso pueda cumplir con su finalidad.

5
En el Numeral 3 del Artículo 139° de la Constitución Política del Perú textualmente se precisa:
“la observancia del debido proceso y la tutela jurisdiccional. Ninguna persona puede ser
desviada de la jurisdicción predeterminada por la ley, ni sometida a procedimiento distinto de
los previamente establecidos, ni juzgada por órganos jurisdiccionales de excepción ni por
comisiones especiales creadas al efecto, cualquiera sea su denominación”, esto quiere decir que
el debido proceso constituye un principio de la función jurisdiccional y que solo debe ser
observado por las autoridades que ejercen esta función como las autoridades del Poder Judicial,
el Tribunal Constitucional, Comunidades Nativas y Campesinas, Fuero Militar, Arbitral y
Electoral.

Cabe resaltar que el debido proceso no solo constituye un principio aplicable a quienes ejercen
función jurisdiccional, sino también es un derecho fundamental. Entonces se concluye que el
debido proceso constituye un derecho subjetivo que resulta exigible por todas las personas; y
por otra parte, es un derecho objetivo, puesto que contiene una dimensión institucional que lleva
implícito los fines sociales y colectivos de justicia.

Derecho al debido proceso

El Estado debe respetar todos los derechos legales que posee una persona según ley, es decir, se
debe asegurar un resultado justo y equitativo dentro del proceso. Quedan prohibidas, por tanto,
las sentencias dictadas sin un proceso previo. La exigencia de legalidad del proceso también es
una garantía de que el juez deberá ceñirse a un determinado esquema de juicio sin beneficiar a
algunas de las partes.

No existe un catálogo limitativo de garantías; sin embargo, pueden considerarse las siguientes
como las más importantes:

Derecho al juez predeterminado por la ley

Se prohíbe el establecimiento de los órganos jurisdiccionales denominados “tribunales de


excepción” para el enjuiciamiento de un determinado tema. Como consecuencia se establece el
requisito de que todos los órganos jurisdiccionales sean creados y constituidos por la ley.

Derecho a un juez imparcial

El juez debe ser equidistante respecto de las partes. Para evitar estas situaciones hay varios
mecanismos jurídicos:

 La mayoría de las legislaciones consideran la posibilidad de rechazar al juez que no tenga la


suficiente imparcialidad, por estar relacionado de alguna manera con la parte contraria del
juicio.
 El tribunal debe ser establecido con anterioridad a los hechos que motivan el juico y,
además, atienda genéricamente una clase particular de casos.

6
Legalidad de la sentencia judicial

En el área civil, la sentencia judicial debe ceñirse a lo pedido por las partes en el proceso, lo que
se concreta en la proscripción de la institución de la ultra petita. En el área penal, la sentencia
judicial sólo puede establecer penas establecidas por la ley, por delitos también contemplados
por la misma.

Derecho a la asistencia letrada

Toda persona tiene derecho a ser asesorado por un especialista (generalmente un abogado) que
entienda las cuestiones jurídicas. En el caso de que la persona no pueda procurarse defensa
jurídica por sí misma, se contempla la institución del defensor o abogado de juicio, designado
por el Estado, que le procura ayuda jurídica gratuita.

Dentro del derecho al debido proceso se consolida el derecho de toda persona a contar con el
asesoramiento de un letrado, de esta forma se busca garantizar el principio de igualdad y el uso
efectivo del derecho de contradicción.

Derecho a usar la propia lengua y a ser auxiliado por un intérprete

Toda persona tiene el derecho de ser escuchada por un tribunal mediante el uso de su propia
lengua materna y esto se basa en el reconocimiento al derecho fundamental de la identidad
cultural. Asimismo, en el caso de que una persona se presente ante un tribunal cuya lengua no es
la natural, tiene el derecho a ser asistido por un intérprete calificado.

DEBIDO PROCEDIMIENTO ADMINISTRATIVO

Se refiere a la aplicación del debido proceso en el procedimiento administrativo, es decir, las


garantías que conforman el debido proceso pueden ser utilizadas por las personas en los
procedimientos administrativos, para poder defender adecuadamente sus derechos ante
cualquier acto de la Administración Pública que pueda afectarlos.
Entonces podemos decir que el procedimiento administrativo constituye un principio-derecho
que brinda a los administrados derechos y garantías para que puedan tener a un procedimiento
regular y justo, en especial en aquellos en los que ejerce potestad sancionadora. Esto lleva a la
administración pública a actuar respetando la obligación que tiene de escuchar al administrado.
En el Numeral 1.2 del Artículo IV del Título Preliminar y el Numeral 2 de la Ley N° 27444 -
Ley del Procedimiento Administrativo General nos señalan lo anteriormente expuesto.

Garantías del debido procedimiento administrativo:

Según lo establecido por la jurisprudencia más relevante emitida por el TC y la Corte IDH.

 Derecho a la notificación: Mediante esta garantía los administrados tienen el derecho a ser
informados sobre el estado del procedimiento en el momento oportuno. Las resoluciones
emitidas por la Administración Pública deben ser notificadas a través de medios que
permitan tener constancia de su práctica y de las circunstancias en las que se ha realizado
como por ejemplo el correo, telégrafo, entre otros.

7
 Derecho de acceso al expediente: Mediante esta garantía los administrados tienen el
derecho a acceder a la información contenida en el expediente del procedimiento
administrativo ya sean documentos, antecedentes, estudios, informes y dictámenes
contenidos en este en cualquier momento del trámite. En algunos casos el pedido de acceso
al expediente puede realizarse verbalmente y se concede de inmediato, sin necesidad de
resolución expresa.
Esta garantía se encuentra reconocida en el Numeral 3 del Artículo 55° de la LPAG27 y en
el Artículo 160° de la LPAG28.

 Derecho a la defensa: Mediante esta garantía los administrados tienen derecho a exponer los
argumentos que sustentan su defensa, para esto, cuentan con un plazo razonable y los
medios necesarios. Tienen conocimiento completo de los cargos que se les imputan y, la
oportunidad de contradecir y argumentar en defensa de sus derechos e intereses con la
posibilidad en ciertas ocasiones de ejercerla en forma oral.
Esta garantía se encuentra reconocida en el Numeral 1.2 del Artículo IV del Título
Preliminar de la LPAG.

 Derecho a ofrecer y producir pruebas: Mediante esta garantía los administrados pueden
presentar las pruebas que sean necesarias para la defensa de sus derechos y para
fundamentar sus argumentos; también garantiza que la autoridad administrativa valore y
tome en cuenta cada una de las pruebas admitidas antes de emitir una decisión en el
procedimiento administrativo.
Esta garantía se encuentra reconocida en el Numeral 1.2 del Artículo IV del Título
Preliminar de la LPAG.

 Derecho a una decisión motivada y fundada en derecho:


Mediante esta garantía la Administración Pública debe manifestar y fundamentar las
razones que apoyan su resolución administrativa. Es decir, que la autoridad administrativa
demuestre en sus resoluciones los hechos y las normas jurídicas que han determinado el
sentido de su decisión.
La motivación es un requisito de validez de los actos administrativos y debe ser expresada,
indicando la relación concreta y directa entre los hechos probados, las normas aplicables y
las consecuencias previstas en estas.
No se admiten como motivación, fórmulas generales o vacías de fundamentos o aquellas
fórmulas que por su vaguedad, contradicción o insuficiencia no resulten específicamente
claras para la motivación del acto.
Esta garantía se encuentra reconocida en el Numeral 1.2 del Artículo IV del Título
Preliminar de la LPAG.

 Derecho a la presunción de licitud:


En el procedimiento administrativo, esta garantía permite que la actuación de toda persona
debe ser considerada lícita mientras no se haya probado lo contrario. Asimismo, esta
garantía establece que la Administración Pública tiene que realizar una actividad probatoria
suficiente que permita desvirtuar la inocencia del que goza todo acusado y de esa manera
probar lo que ha planteado como cargos imputados ya que este no puede ser condenado solo
sobre la base de simples suposiciones.
Se encuentra reconocida en el Numeral 9 del Artículo 230° de la LPAG.

8
 Derecho al plazo razonable:
Esta garantía exige que los procedimientos administrativos se desarrollen dentro de los
plazos establecidos por ley y sin retrasos indebidos. Esto ayuda a que los administrados no
permanezcan mucho tiempo sin certeza sobre la determinación de sus derechos y
obligaciones.
El “plazo razonable” debe ser establecido en base a la ley, considerando el tipo de
procedimiento en trámite; es decir, considerando las circunstancias de la causa, la
complejidad del asunto, el comportamiento del recurrente, la forma en que el asunto ha sido
llevado por las autoridades administrativas y las consecuencias de la demora.

 Derecho a impugnar las decisiones:


Este derecho conlleva a la posibilidad material de poder cuestionar las decisiones
administrativas mediante los mecanismos previstos en el procedimiento administrativo. En
caso no se hayan previsto medios impugnatorios dentro del procedimiento administrativo, o
cuando estos se han agotado y causado estado, esta garantía permite recurrir a la vía judicial
para cuestionar la decisión de la Administración Pública, a través del proceso contencioso-
administrativo o, el proceso de amparo, en caso se vulneren derechos fundamentales.

 Ne bis in ídem: Mediante esta garantía no se permite que el administrado sea enjuiciado dos
veces por el mismo hecho.
Este principio se desprende del derecho al debido proceso (cosa juzgada) reconocido en el
Numeral 2 del Artículo 139° de la CPP.

 «Nadie puede ser sancionado dos veces por los mismos hechos»
Imposibilidad de imponer a una persona dos sanciones por una misma infracción, ya
que tal sería un exceso del poder sancionador contrario a las garantías propias del
Estado de Derecho.

 «Nadie puede ser juzgado dos veces por los mismos hechos»
No se puede iniciar dos procesos distintos con el mismo objeto.

 Principio de publicidad de normas procedimentales:


Un requisito esencial para la eficacia de las leyes y de toda norma jurídica es que sea
publicado en el diario oficial; por lo tanto, cuando la norma no es publicada no resulta
obligatoria.
Entonces, el Tribunal Constitucional nos dice que en el ámbito del derecho administrativo
sancionador, la no publicación de la norma que regula las infracciones y sanciones
representa una trasgresión del derecho al debido proceso. Es por ello que toda norma
jurídica debe ser publicada en el diario oficial para que sea eficaz.

FACULTAD DE INFORMACIÓN
El derecho a la información es un derecho que está integrado básicamente por tres facultades:
investigar, recibir y difundir mensajes informativos.
Es decir, este derecho nos posibilita el acceso a la información libremente y sin restricciones y
a diferencia de otros derechos fundamentales no considera limitaciones como: minoría de edad,
procedencia (extranjería por ejemplo) u otras restricciones, es virtualmente un derecho para
todos.

9
La facultad de recibir se refiere a la obtención y recepción de información por parte de cualquier
ciudadano.
Por tanto, el derecho a la información establece el derecho a la generalidad y consecuentemente
es contrario a la restricción o limitación en el acceso a la información que está sujeto
usualmente a motivaciones de orden ético y moral.
El derecho a la información como parte de los derechos humanos
El derecho a la información es un derecho humano, es un derecho fundamental y un derecho
natural, pero sobre todo es un “derecho fundamentante “, como dice José María Desantes
Guanter, porque hacia el concurren una serie de otros derechos referidos a la persona humana.
El derecho a la información debe respetar el derecho a la intimidad, honor e imagen propia.
Este derecho se enmarca dentro de los derechos humanos de primera generación, que es como
se califica hoy a los derechos civiles y políticos y a las libertades públicas, tiene como objeto de
estudio la tutela de la libertad, la seguridad, integridad física y moral de la persona.
Los principios del derecho a la información: universalidad, de individualidad, de
excepcionalidad y de especialidad.
El derecho a la información y la libertad de información
Son términos semejantes, sin embargo la libertad de información es la posibilidad de ejercer
libremente el acceso y difusión de la información por cualquier medio y sin limitaciones.
Quiere decir que “si no soy libre para ejercer el derecho a la información solo estaré
difundiendo información en apariencia”.
Titularidad del derecho a la información
El derecho a la información, según fuentes constitucionales de diversos países incluye como
titulares del derecho a las personas físicas o jurídicas, nacionales o extranjeras sin distinción
alguna.
Corroboramos que la persona es el sujeto universal del derecho a la información.
El constitucionalismo peruano y el derecho a la información

La Constitución anterior (1979) y la presente (1993) consideran el derecho a la información


dentro de los “derechos fundamentales de la persona”, siguiendo la línea trazada por diversos
instrumentos internacionales relativos a los derechos humanos.

La Constitución de 1979 declara en el artículo 2°, inciso 2, Toda persona tiene derecho: “A las
libertades de información, opinión expresión y difusión del pensamiento mediante la palabra, el
escrito o la imagen, por cualquier medio de comunicación social, sin previa autorización,
censura ni impedimentos, bajo las responsabilidades de la ley”

Límites al derecho de información en las constituciones peruanas anteriores a la actual


Una limitación en el derecho a la información se encuentra en el derecho a la intimidad que es
mencionada implícitamente y explícitamente desde las primeras constituciones. El derecho a la
intimidad es parte de los “derechos personales”.

10
Procedimiento de la Acción de Habeas Data
La Acción de Habeas Data se aplica cuando a los ciudadanos no se les permite el acceso a la
información pública y se transgrede el artículo 2°, inciso 5, que faculta “a solicitar sin expresión
de causa información que requiera y a recibirla de cualquier entidad pública, en el plazo legal,
con el costo que suponga el pedido” de esta manera un personaje privado puede exigir la
información que necesita a un personaje público.

Instrumentos internacionales y el desarrollo del Derecho a la Información


Un desarrollo importante en los derechos humanos que incluyen el derecho a la información es
su internacionalización, que se erige como una garantía supranacional para cualquier ciudadano.

La Declaración Universal, así como el Pacto Internacional y la Convención Americana, definen


el derecho a buscar y recibir información e ideas como parte integral de la libertad de opinión,
expresión e información. La libertad de información es un derecho que es idéntico en todos
estos instrumentos, a pesar de las disimilitudes de forma.

El Pacto Internacional y la Convención Americana amplían el contenido de la Declaración


Universal y la Declaración Americana sobre la libertad a la información. Pero es claro que a
partir de estos cuatro instrumentos se ha configurado e universalizado el derecho a la
información como un derecho fundamental de la persona.

DERECHO DE PETICIÓN O PETICIÓN DE GRACIA

Concepto y Contenidos

El Derecho de Petición es el derecho de toda persona que no es titular de derechos subjetivos o


de intereses legítimos, de dirigir peticiones a los organismos, órganos y personas-órgano que
ejercen las funciones del Poder, sobre materias de competencia de éstos. Se regula según la
evolución histórica o jurisprudencial del referido derecho en el respectivo país. Las diferencias
de los conceptos posibles pueden estar referidas a quiénes son titulares del derecho; a quiénes
son considerados como sujetos pasivos; a las materias que pueden ser objeto de petición y a la
actitud que corresponde asumir al sujeto pasivo con respecto a ésta. En cuanto a los aspectos
formales del ejercicio del Derecho de Petición, también se presentan algunas diferencias en los
regímenes normativos.

Sujeto activo
En cuanto al sujeto activo puede ser toda persona calificada corno ciudadanos o aquellas que
aún no han adquirido la ciudadanía o la tienen suspendida, así como las personas naturales y
las personas jurídicas (por su profusión y su relación con los poderes públicos). Es necesario
precisar que el sujeto activo de la petición, en realidad no es titular de un derecho subjetivo ni
de un interés directo que sustente su pedido, pues, si lo fuera, no estaríamos frente al ejercicio
del Derecho de Petición; ya que éste supone la carencia de un derecho subjetivo o un interés
legítimo.

Sujeto Pasivo
Respecto del sujeto pasivo de la petición, cabe resaltar que las peticiones sólo pueden dirigirse a
"los poderes públicos". Es necesario precisar que el Derecho de Petición, desde su origen
histórico, sólo está referido a las relaciones entre las personas y los "poderes públicos, quedando

11
excluido de su ámbito las relaciones entre privados. En cuanto a los "poderes públicos", se debe
optar entre considerar corno sujetos pasivos a todos ellos o sólo a algunos.

Materias
En cuanto a las materias sobre las que puede ejercerse el Derecho de Petición, sólo se puede
hacer peticiones respecto de asuntos que son de competencia de los organismos u órganos a los
cuales se dirige la petición. En tal sentido, quedan descartadas las peticiones sobre asuntos
civiles respecto de los cuales el poder público no tiene competencia, siendo la competencia la
cuota de poder que le ha sido asignada a cada organismo, órgano o persona-órgano, estatal o no
estatal, que conforme a la Constitución Política puede ejercerla. A su vez, la competencia se
configura, en cada caso, según criterios como son los de materia, territorio, tiempo, grado y
cuantía. Actualmente el contenido mínimo del Derecho de Petición está configurado como la
facultad de formular petición, sin perjuicio para el peticionante por el hecho de efectuarla, con
las obligaciones para el sujeto pasivo de la petición de admitir la petición, acusar recibo de la
misma, tramitarla directamente - si es competente - o remitirla al órgano competente, examinar
materialmente la petición, pronunciarse motivadamente dentro de un plazo razonable sobre la
petición y comunicar al peticionante el pronunciamiento. Y tal contenido también constituye un
límite al legislador, pues en caso de desarrollo legislativo para regularlo, tiene que haber
coherencia entre la noción de tal derecho con lo recogido normativamente; ya que de no ser así,
la ley sería inconstitucional.

El derecho de petición en el Perú

Artículos Constitucionales
Vamos a referimos al Derecho de Petición en la actual Constitución Política:
La Constitución de 1993, Título 1 el De la Persona y la Sociedad, cuyo Capítulo1 se refiere a
los Derechos Fundamentales de la Persona, dentro de los cuales, el artículo 2, inciso 20, se
refiere expresamente al Derecho de Petición, señalando lo siguiente:
"Artículo 2.- Toda persona tiene derecho: (...) 20. A formular peticiones individual o
colectivamente, por escrito ante la autoridad competente, la que está obligada a dar al interesado
una respuesta también por escrito dentro del plazo legal, bajo responsabilidad. Los miembros de
las Fuerzas Armadas y de la Policía Nacional sólo pueden ejercer individualmente el derecho de
petición".
En cuanto al contenido mínimo del Derecho de Petición, esta constitución mantiene los
elementos esenciales del mismo, estableciendo que la autoridad "está obligada a dar al
interesado una respuesta también por escrito dentro del plazo legal", con lo cual se considera
respetado el derecho si, una vez ejercido, la autoridad se comporta dando respuesta al interesado
dentro de un plazo. Incorpora expresamente la generación de responsabilidad para la autoridad
que no conteste dentro del plazo legal, lo cual confiere certeza acerca del efecto de la inacción
de la autoridad que recibe la petición y suprime la referencia a la figura del silencio negativo
como posible de ser invocado por el peticionante en el supuesto que la autoridad no se
pronuncie dentro del plazo legal. La otra diferencia de esta constitución con respecto a las
precedentes, es que aquélla abre la posibilidad de que los miembros de las Fuerzas Armadas y
de la Policía Nacional ejerzan individualmente Derecho de Petición. Esto es importante, pues
corrige en parte la situación inequitativa preexistente en la que los militares y policías no tenían
iguales derechos que las personas en general. No obstante la constitución mantiene la
prohibición para el ejercicio colectivo del Derecho de Petición por parte de militares y policías
(ya que por el manejo de armas esta circunstancia implicaría un factor de presión potencial
autoridades que tienen que decidir si se atiende o no la petición.)

12
Contenido del Derecho de Petición en el Perú.
El Derecho de Petición en el Perú actualmente es un derecho fundamental de la Persona
consagrado constitucionalmente. En tal sentido, es susceptible de ser protegido mediante acción
constitucional.
El contenido mínimo o núcleo del Derecho de Petición en el Perú, implica lo siguiente:
a) Ejercicio individual o colectivo del derecho. Como límite de este elemento del núcleo del
derecho de petición, los miembros de las Fuerzas Armadas y de la Policía Nacional sólo pueden
ejercerlo individualmente.
b) Obligación de la autoridad competente de dar al interesado una respuesta, dentro del plazo
legal, bajo responsabilidad. En calidad de requisito formal para el ejercicio del Derecho de
Petición, se exige que la petición se formule por escrito, asi como la respuesta de la autoridad.
En cuanto a la protección del Derecho de Petición, si bien la Constitución Política no establece
expresamente la acción constitucional correspondiente, entendemos que la vía de protección por
excelencia es la Acción de Amparo, debido a que en la Ley de Hábeas Corpus y Amparo, Ley
23506, en su artículo 24, inciso 13, establece que la Acción de Amparo procede en la defensa
del Derecho de Petición ante la autoridad competente. Cabe precisar que el desarrollo
jurisprudencial y la doctrina irán determinando si el Derecho de Petición, únicamente puede ser
protegido vía Acción de Amparo o si también es posible protegerlo por otro tipo de acción
constitucional.

El derecho de petición y la administración pública en el Perú

La manifestación de Derecho de Petición dentro del ordenamiento positivo constitucional del


Perú nos mostró que el referido derecho puede ejercerse en el ámbito de cualquiera de las
funciones del Poder: legislativa, administrativa, jurisdiccional. Ahora procederemos a ver la
normativa legal general vigente sobre el Derecho de Petición en el ámbito administrativo.

Opción Sobre el Concepto de Administración Pública.


Administración Pública es el conjunto de organismos, órganos y personas-órgano, estatales o no
estatales, que ejercen la Función Administrativa del Poder. A su vez, la Función Administrativa,
es una de las funciones del Poder que tiene por objeto concretar los fines de aquél. La Función
Administrativa es ejercida por la Administración Pública, para lo cual ésta utiliza las formas
jurídicas administrativas, siendo las más usuales el Reglamento, el Acto Administrativo, el
Simple Acto de Administración, el Contrato de la Administración Pública y el Hecho
Administrativo. Cada forma jurídica administrativa implica, a su vez, un itinerario procesal
previo que debe ser seguido para que la forma jurídica respectiva se manifieste válidamente;
estando regulados tales itinerarios procesales, en unos casos de manera detallada, mientras que
en otros de manera flexible (emisión de reglamentos).

Implicancias Administrativas de las Disposiciones Constitucionales sobre el Derecho de


Petición.
El ejercicio del Derecho de Petición puede implicar la actuación de cualquier organismo,
órgano o persona-órgano integrante de la Administración Pública y, a su vez, que la autoridad
administrativa competente, de ser el caso, deba hacer uso de una o más de las formas jurídicas
administrativas y de los respectivos procedimientos, al atender la petición. No debe confundirse
el contenido del pronunciamiento de la autoridad con la notificación al interesado de lo
realizado por aquélla respecto de la petición. El contenido del pronunciamiento deberá ser
expresado mediante la forma jurídica administrativa que sea pertinente. En los casos de
pronunciamiento denegatorio o en los que no se acoja la petición, el pronunciamiento de la
autoridad tendrá como vía de expresión la notificación misma.

13
El Derecho de Petición y las Formas Jurídicas Administrativas.
En este punto, nos referiremos a la actuación que corresponde efectuar por parte de las
autoridades de la Administración Pública cuando reciben una petición, por lo cual abordaremos
la relación de este derecho con cada una de las formas jurídicas administrativas más usuales

Petición y Reglamentos.
Por lo general, la aprobación de reglamentos no tiene procedimientos establecidos. Por tal
razón, si al acoger una petición es necesario emitir una norma reglamentaria, la autoridad deberá
seguir el trámite correspondiente, si lo hubiera, o la práctica establecida para su aprobación.

Petición y Actos Administrativos.


Los actos administrativos son declaraciones de la Administración Pública de efectos
individuales o individualizables, por lo general existen procedimientos generales o específicos
para su emisión. En tal sentido, la evaluación material de las peticiones dirigidas a la emisión
de acto administrativo debe regirse por la ley específica de la materia o por los artículos que
sean pertinentes de la Ley de Normas Generales de Procedimientos Administrativos.

Petición y Simples Actos de la Administración.


De manera similar a lo que ocurre con los actos administrativos, los simples actos de la
administración, cuentan con procedimientos específicos para su emisión o ejercicio (Tesorería,
Contabilidad, Presupuesto, Personal, Abastecimiento y otros cuya finalidad inmediata es el
logro de eficiencia y eficacia en el funcionamiento interno del ente administrativo). En tal
sentido, la evaluación material de una petición, deberá conducirse el trámite conforme a la
normativa especial o, en su defecto, por las normas pertinentes de la Ley de Normas Generales
de Procedimientos Administrativos.

Petición y Contratos de la Administración Pública.


La contratación administrativa está regida por leyes y reglamentos especiales (regidos
actualmente por la Ley de Contrataciones y Adquisiciones del Estado y su reglamento, sin
perjuicio de leyes especiales); por lo que, ante una petición cuya evaluación material lleve a
seguir el trámite contractual, se deberá aplicar la normativa especial correspondiente y,
complementariamente, las normas pertinentes de la Ley de Normas Generales de
Procedimientos Administrativos.

Petición y Hechos Administrativos.


Constituyendo los hechos administrativos, la ejecución propia de los cometidos de la
Administración Pública, se muestra que, para ciertas materias se han emitido normas técnicas
de ejecución de obligatorio cumplimiento, mientras que para otras actividades no existe
normativa expresa, aunque sí es factible distinguir principios y criterios razonables de
ejecución. Por tanto, formulada una petición cuya atención requiere de hechos administrativos,
la autoridad debe respetar la normativa especial expresa o los principios y criterios de
razonabilidad correspondientes, sin perjuicio de la aplicación supletoria de las normas
pertinentes de la Ley de Normas Generales de Procedimientos Administrativos.

14
CONCLUSIONES

 La Administración no puede hacer responsable a una persona por un hecho ajeno, sino
solo por los propios. Conforme al principio de causalidad resultará condición
indispensable para la aplicación de cualquier sanción a un administrado que su conducta
satisfaga una relación de causa adecuada al efecto, esto es, la configuración del hecho
previsto en el tipo como sancionable. No puede sancionarse a quien no realiza la
conducta sancionable.

 El debido proceso constituye un principio – derecho que se define como una regulación
jurídica que limita los poderes del Estado y establece las garantías de protección a los
derechos de las personas; de esta manera, ninguna actuación de la autoridad
jurisdiccional dependerá de su propio arbitrio, sino que esta deberá estar sujeta al
procedimiento señalado por ley.

 La finalidad del debido procedimiento administrativo es la de asegurar el cumplimiento


posible de los fines de la administración con respeto a los derechos subjetivos y a los
intereses legítimos del administrado, de acuerdo con el ordenamiento jurídico. Es decir,
ayudará al administrado a poder defender adecuadamente sus derechos ante cualquier
acto de la Administración Pública que pueda afectarlos mediante algunas garantías que
le permiten exponer sus argumentos, a ofrecer y producir pruebas y a obtener una
decisión motivada y fundada en derecho.

 El derecho a la información es un derecho fundamental que ha nacido bajo la influencia


de las normas internacionales pero más que haber sido creado es simplemente regulado
por la ley.
 Hay muchas restricciones para ejercer el derecho a la información, en el país por
ejemplo no se han tipificado a los documentos, la forma de acceso y tampoco definido
las características de los documentos que tienen carácter público y los que tienen
carácter secreto.

 El Derecho de Petición está en la base del surgimiento de otros derechos como el de


libertad de expresión, de asociación, de información, entre otros derechos vinculados a
la relación entre la persona y la autoridad. Ello permite sostener que, en proyección al
futuro, el Derecho de Petición muy probablemente siga siendo la base del surgimiento
de otros derechos; lo cual, lejos de configurarlo como derecho meramente residual y
debilitado, como sostiene un sector de la doctrina, nos lleva a considerarlo como un
derecho de múltiples manifestaciones y que incoa el ejercicio de todas las funciones del
Poder, indistintamente.

 El Derecho de Petición, al ser ejercido, puede originar la necesidad de evaluarlo


materialmente haciendo uso de los itinerarios de cualquiera de las formas jurídicas
administrativas, según sea la naturaleza de la petición. En tales casos, es necesario
seguir el procedimiento especial correspondiente, si lo hubiera, y, en su defecto o
complementariamente, es de aplicación la Ley de Normas Generales de Procedimientos
Administrativos, salvo el caso de peticiones que darían lugar a la emisión de la figura
específica Acto Administrativo, en cuyo caso es de aplicación directa la mencionada
ley.

15
RECOMENDACIONES

 Para la configuración de una infracción basta medir la responsabilidad objetiva del


infractor, sin que resulte relevante tomar en cuenta factores como la intencionalidad,
diligencia debida o daño causado, los cuales podrán entrar a tallar únicamente al
momento de graduar la sanción.

 Es importante que la justicia ya sea a nivel del poder judicial o a nivel administrativo se
cuide de evitar incurrir en ciertas infracciones o arbitrariedades que incumplan con las
garantías de las personas. Debemos saber que todas las personas tenemos la posibilidad
de recurrir a la justicia para obtener la tutela jurisdiccional de los derechos individuales
a través de un procedimiento legal en que se dé oportunidad razonable y suficiente de
ser oído, de ejercer el derecho de defensa, de producir prueba y de obtener una
sentencia que decida la causa dentro de un plazo preestablecido en la ley procesal.

 Es importante que la información llegue a todas las personas, su acceso no debe ser
negado ante ninguna circunstancia. Los ciudadanos debemos hacer uso de nuestros
derechos y ejercerlos plenamente en el acceso de la información ya que esto impulsara
la transparencia informativa en nuestro país.

 El derecho de Petición, debe ser conocido por todos los peruanos, ya que mediante este
se puede ejercer el derecho de poder expresar algún pedido, de cualquier índole, a las
distintas instancias de poder, siendo responsabilidad de estas, atender cada una de ellas
y enviarnos su pronta respuesta. Esto refuerza la ciudadanía, la democracia y la
participación de todos los peruanos, he ahí la importancia de extender su conocimiento.

16
BIBLIOGRAFÍA

 Bartomeu Colom, P. (1997). El Derecho de Petición. Madrid: Marcial Pons.

 Morón Urbina, J. (1997) Derecho Procesal Administrativo. Lima: Página Blanca.

 Diario oficial El Peruano. (2001). Ley N° 27444 Procedimiento Administrativo General.

 Dirección General de Desarrollo y Ordenamiento Jurídico. (2005). Guía práctica sobre el


procedimiento administrativo sancionador. Lima: Biblioteca Nacional del Perú.

 Estrada, M. (1998). Principios constitucionales del derecho de información(Tesis de


Licenciatura). Universidad Nacional Mayor de San Marcos, Perú.

 Jiménez Vivas, J. (2007). ¿Qué es el debido proceso administrativo? Revista Actualidad


Jurídica, 166-170.

 Landa, C. (2002). El derecho fundamental al debido proceso y a la tutela jurisdiccional.


Pensamiento Constitucional, 445-461.

 Ministerio de Justicia. (2013). Guía sobre la aplicación del Principio-Derecho del Debido
Proceso en los procedimientos administrativos. Lima.

17

También podría gustarte