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1) La acción pauliana es una acción destinada
fundamentalmente a conservar el patrimonio del deudor
frente al acreedor que la intenta; del acto disuelto
mediante la acción pauliana sólo se aprovecha dicho
acreedor y no los demás acreedores; al contrario de lo que
ocurre con la acción oblicua, que aprovecha a todos los
acreedores del deudor.
2) El acreedor que intenta la acción pauliana, actúa en
nombre propio y ejerce un derecho propio, al contrario del
acreedor que intenta la acción oblicua, que actúa en
nombre propio y ejerce derechos ajenos, los del deudor.
3) La acción pauliana requiere del fraude, es decir, la
necesaria intención del deudor de hacerse insolvente o de
disminuir su patrimonio. Por ello, la simple disminución
del patrimonio por actos efectuados por el deudor din la
intención de hacerse insolvente, no es una circunstancia
suficiente para que pueda intentarse la acción pauliana.
4) El acto que se impugna mediante la acción pauliana
debe ser real, sincero, efectivamente realizado. Si el acto
no se ha efectuado realmente sino sólo se ha aparentado
efectuar, lo procedente es la acción por simulación, pero
no la acción pauliana.
5) La acción pauliana se ejerce directamente contra el
tercero que celebró con el deudor el acto que se quiere
impugnar, y no contra el deudor, si bien conviene citar a
éste el juicio para que la sentencia produzca también
efectos contra él.
Efectos de la acción pauliana.
…el objeto fundamental que persigue la acción pauliana es
la restitución por el tercero del bien que ha salido del
deudor por haber sido fraudulentamente enajenado. La
acción tiene por finalidad reponer las cosas a su estado
anterior, pero sólo por lo que respecta al acreedor
demandante.
Ahora bien, puede ocurrir que la reposición al estado
anterior no fuere posible de lograrse por cuanto el tercero
adquirente hubiese enajenado la cosa a un subadquirente a
título oneroso de buena fe que puede ser afectado por la
acción. En esta situación el tercero adquirente no podrá
ser obligado a restituir la cosa pero sí al pago de una
indemnización de daños y perjuicios equivalentes al valor
del bien por su complicidad en el fraude. En este caso, el
tercero queda sujeto a una verdadera acción de
responsabilidad civil”.
lo siguiente: