Vicios del acto jurídico

Los vicios del acto jurídico son aquellos que vulneran uno de los principios generales del derecho:
la buena fe.
¿Qué es la buena fe?
Alpino: En las relaciones jurídicas se pensó que debía primar la buena fe, entendido en términos
generales como la honestidad, la verdad, la lealtad en todas las conductas jurídicas.
La buena fe constituye un requisito esencial. Debe estar presente en todas las etapas de la vida de
un acto jurídico, desde las partes que se vinculan para negociar y llevar adelante las tratativas

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previas, en la instancia de la celebración, ejecución e interpretación de las clausulas dudosas para
establecer su verdadero sentido y alcance.
La violación implica obrar de mala fe, constituyendo un vicio. Los vicios del acto jurídico son
aquellas conductas de las partes que comprometen o atacan la buena fe. Con dicha conducta
abusiva se daña al lesionado. Por estas razones, la simulación, el fraude y la lesión son vicios del
acto jurídico.

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Distinción con los vicios de la voluntad
Los vicios de la voluntad afectan a dos de los elementos internos: la libertad y la intención. Los
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vicios del acto jurídico en cambio, no afectan a los elementos de la voluntad ya que esta es sana,
sino que afecta a la buena fe.

SIMULACION
Simular es aparentar algo que no es, falsear la realidad, sea que se afirme algo que no existió,
como algo existente sucedido, o también ocultando la realidad de un hecho ocurrido. El fin
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subjetivo es el engaño en si mismo, del cual se causa daño a un tercero.

Art 333. La simulación tiene lugar cuando se encubre el carácter jurídico de un acto bajo la
apariencia de otro, o cuando el acto contiene clausulas que no son sinceras, o fechas que no son
verdaderas, o cuando por el se constituyen o transmiten derechos a personas interpuestas, que no
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son aquellas para quienes en realidad se constituyen o transmiten.

Elementos
Hay tres elementos para que haya simulación:
a) Que no haya coincidencia entre la voluntad interna y la voluntad declarada. No hay


correspondencia entre lo que realmente han querido las partes y lo que ellas han manifestado.
b) Debe haber acuerdo de las partes en llevar un acto jurídico simulado
c) Debe existir la intención de engañar a los terceros, ya que la causa o motivo de las partes no es
otro que crear una apariencia ficticia.
La simulación puede ser lícita. Solo en el caso de que se concrete el daño a un tercero o vaya en
contra de la ley, la simulación será ilícita.
Clasificación de los actos simulados
Hay cuatro clases de simulación: relativa, absoluta; lícita e ilícita.
-Relativa: Cuando se encubre el verdadero carácter de un acto jurídico bajo la apariencia de
otro, de manera que coexisten dos actos jurídicos diferentes, uno que es real y otro que
permanece oculto, que es el que se muestra frente a terceros. También cuando alguna de sus

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clausulas no son ciertas como la fecha de celebración, el precio de la venta, etc. Ejemplo: Pedro le
vende un inmueble a Juan por $100.000 mientras que la escrituran por $50.000
-Absoluta: El acto simulado absoluto no tiene nada de real en su apariencia, es todo ficticio.
Ejemplo: Juan le transfiere a Pedro un inmueble para que no se lo embarguen.
-Licita o ilícita: Si lo que busca la simulación es proteger los propios intereses frente a un eventual
accionar abusivo o injustificado por parte de un tercero, en nada hay daño, esta puede ser
calificada como licita. En cambio, si la finalidad es perjudicar un tercero o contrariar la ley, dicha
simulación es ilícita.

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ACCION DE SIMULACIÓN

Entre partes
La finalidad de la acion es demostrar que el acto simulado no es verdadero y que solo es una
apariencia. Si la simulación es absoluta, se pretende demostrar que el acto simulado no tiene

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nada de real. Si la simulación es relativa, se pretende demostrar la parte del acto que no es cierta.
Una vez demostrado que el acto simulado es falso, la finalidad de acción se proyecta a la sanción
de ineficacia, dentro de esta la nulidad.
Por regla general, la acción de simulación entre partes no es procedente, salvo que sea licita o que
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las partes no se beneficien con ella.
Prueba especial
En los juicios de simulación entre partes, por regla general la ley exige una prueba especial: el
contradocumento. Éste es un instrumento privado o público destinado a permanecer oculto en el
cual consta el acto o la clausula verdadera.
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Ejercida por terceros

Existe una regla general que pesa sobre todos los terceros, y es que deben respetar todo acto
jurídico en los que no sean parte; correlativamente, las partes tienen el deber de no perjudicar a
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terceros con el acto jurídico por ellas celebrado.

Si las partes violan este deber, dejan abierta la posibilidad de que se deduzca alguna acción en su
contra. Cuando el perjuicio se consuma, este tercero pasa a ser interesado y podrá deducir la
acción de simulación en contra del acto jurídico simulado que le cause un menoscabo.


Por lo tanto, no cualquier tercero está legitimado para ejercer una acción de simulación, es
necesario que sea interesado, y tal situación se configura cuando a partir de un acto simulado se
consuma el daño al tercero o exista peligro real de que se produzca.
EFECTOS
El acto simulado es un acto pasible de nulidad. La simulación deberá ser demostrada en juicio y la
sanción que le corresponderá al acto simulado debidamente probado será la nulidad. Por lo tanto,
los efectos de la acion de simulación serán retroactivos.
Si la simulación fuese relativa, quedara sin efecto entre ellas el acto que en parte es simulado,
pero deberá ejecutarse el acto oculto y verdadero en la parte pertinente, o en su totalidad según
el caso, siempre que no sea contraria a la ley o perjudique a terceros.
Si la simulación fue deducida por un tercero interesado, el efecto de a sentencia será la nulidad

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del acto aparente.
En el caso de que el adquiriente por acto simulado transfiera el bien a un tercero subadquieriente,
la sentencia de nulidad del acto simulado es inoponible a dicho tercero.
Habrá buena fe si el tercero (subadquiriente) ignoraba la situación de apariencia.

Prescripción de la acción
El plazo de prescripción, sea ejercida entre partes o por terceros es de 2 años. En cuanto al
cómputo del plazo, hay distinción: Si se ejerce entre partes, desde que requerida una de ellas se

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negó a dejar sin efecto el acto simulado. Si se ejerce por un tercero, desde que el tercero conoció o
pudo conocer el vicio en el acto jurídico.
La jurisprudencia entendió que por ser de orden publico los plazos de prescripción liberatoria, el
silencio de la ley no puede ser llenado por analogía, entonces debe aplicarse en este caso el plazo
de prescripción decenal establecido para cualquier acción personal que no tenga fijado por ley de
modo expreso un plazo menor.

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FRAUDE
La palabra fraude es ambigua, tiene varias acepciones o significados. En términos generales,
significa engañar para perjudicar; en sentido estricto sus significados aluden a diversas conductas.
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El engaño puede ser dirigido a la ley. Son aquellos casos en que los actos en su apariencia son
lícitos por cumplirse los requisitos legales, pero a través de ellos, la finalidad práctica perseguida
está prohibida por otra norma de carácter imperativo.
El fraude se configura cuando el deudor, con el propósito de engañar o perjudicar a su acreedor,
enajena sus bienes para caer en estado de insolvencia, y asi impedir que su acreedor pueda
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ejecutarlos.

Noción del acto fraudulento

Son conductas fraudulentas la del deudor en perjuicio de su acreedor, que dan cabida a la
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declaración de inoponibilidad. Dichas conductas pueden ser por acción u omisión.

Por acción, el deudor celebra un acto real de disposición para perjudicar a su acreedor, causando
su insolvencia o ya estando en ella, agravándola aun mas.
Por omisión, el deudor renuncia expresamente al ejercicio de derechos o facultades que de ser


ejercidos incrementarían el activo patrimonial.

ACCION DE FRAUDE
El fin principal de esta acción ha sido y es declarar la inoponibilidad. Hay dos categorías de
ineficacias; la nulidad y la inoponibilidad respecto de determinadas personas. Art 382.
La declaración de inoponibilidad en concreto, implica que el acto fraudulento impugnado, que es
real y no ficticio, seguirá siendo válido entre el deudor enajenante y el tercero adquiriente, pero se
tendrá como no celebrado para el acreedor impugnante, quien podrá ejecutar el bien del poseedor
actual (tercero) y cobrar lo que le corresponde de la deuda.
Requisitos de procedencia:
Algunos son generales para todo acto fraudulento, pero también existen especiales, según que el

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acto sea a titulo oneroso o gratuito.
•Requisitos generales. Arts 338 – 339
a) Ser acreedor del deudor fraudulento;
b)Insolvencia del deudor;
c)Relación causal entre el acto fraudulento que se impugna y el estado de insolvencia del
deudor, ya sea porque en virtud de aquel el deudor cae en ese estado, o estando ya en esa
situación, el acto que se impugna agravo más aun la insolvencia existente.
d) El crédito por el cual acciona el acreedor debe ser de fecha anterior al acto que se impugna,

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salvo que se trate de un acto ilícito posterior al acto de disposición hecho en fraude.
•Requisitos especiales: Se trata de exigencias adicionales a los requisitos generales y que
dependen del carácter oneroso o gratuito que tenga el acto fraudulento. Arts 339 – 340
Si el acto fraudulento es a titulo oneroso, se exige por un lado, el ánimo o intención de perjudicar
al deudor, y por otro, la complicidad del tercero que contrata con el deudor fraudulento.
Si el acto fraudulento es a titulo gratuito, solo se exige la existencia de daño para el impugnante.

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Ejercicio contra subadquirentes.
Si el tercero que contrato con el deudor fraudulento a su vez enajenara o dispusiera, sea a titulo
gratuito u oneroso, el acreedor defraudado podrá accionar directamente en contra de este
tercero subadquiriente (poseedor actual del bien). Deberán configurarse los mismos requisitos,
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tanto los generales como los especiales exigidos para el supuesto de que la acción sea deducida
contra el primer adquirente, según que la disposición haya sido a titulo oneroso o gratuito.

EFECTOS
Son diferentes según hacia quien se propaguen-
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a) Entre los diversos acreedores del deudor: si la impugnación hubiese sido realizada en sede civil,
como la misma es individual, solo beneficiará al acreedor demandante; pero si la demanda fuere
interpuesta por el sindicato de la quiebra, la sentencia beneficia a todos los acreedores que
hubiesen verificado sus créditos en la misma.
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b) Entre el acreedor demandante y el tercero adquiriente demandado: Este último puede ofrecer
el pago de la deuda del deudor fraudulento (art 341). En caso de que el juicio haya llegado hasta la
sentencia condenatoria, el acreedor defraudado solo puede reclamar hasta el monto de la deuda y
ejecutar le bien enajenado hasta ese limite.


c) Entre el deudor fraudulento y el adquiriente demandado: Cabe distinguir si el tercero

adquirente es de buena o mala fe, dependerá si obró con dolo, es decir, si fue cómplice del fraude,
o todo lo contrario. Si fue de buena fe, el adquiriente podrá reclamar al deudor fraudulento la
reparación de daños y perjuicios que la situación fraudulenta le causo; si fue de mala fe, no solo no
podrá pedir indemnización alguna, sino que además es solidariamente responsable frente al
acreedor demandante. –
d) Entre el acreedor demandante y los terceros subadquirientes: Los mismos efectos que se
producen entre el y el adquiriente.
e) Entre el acreedor demandante y los acreedores del adquiriente demandado: Si los acreedores
del bien enajenado en virtud del acto fraudulento lo hubiesen ejecutado de buena fe, los
acreedores del adquirente demandado, la acción de fraude no prosperará contra ellos dado que el

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fraude no le es oponible.

LESIÓN

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Es el daño emergente de un acto jurídico a titulo oneroso en el cual hay un desequilibrio
importante en las prestaciones que no tiene justificación y que deviene del aprovechamiento que
ejerce una de las partes sobre la otra, que se encuentra en inferioridad de condiciones. Hay dos
clases de lesión, la objetiva-subjetiva y la subjetiva.
Lesión subjetiva: Radica en conductas y situaciones de las partes (aprovechamiento de una
inferioridad de otra victima), de las cuales se produce un daño.

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Lesión objetiva-subjetiva: Se constituye no solo por las conductas y situaciones de las partes, sino
también por el desequilibro injustificado de las prestaciones.
En definitiva la lesión es un vicio del acto jurídico porque el obrar del lesionante es de mala fe y
genera daños a la otra parte que es el lesionado.
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REQUISITOS
•Requisitos objetivos
○Desequilibrio de las prestaciones: en los negocios a titulo oneroso el equilibrio de las
prestaciones lo determinan las partes en el ejercicio de la autonomía de la voluntad. El objeto del
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acto, puede interpretarse que hay equilibrio entre las prestaciones o todo lo contrario, porque sus
valores no son parejos sino desiguales y tal apreciación será enteramente objetiva.
○Desequilibrio evidente: Se puede inferir cuando el valor de las prestaciones a cargo de las partes
no guardan entre si un equilibrio razonable, sino todo lo contrario, y tan información es clara,
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porque es evidente por si misma con solo conocer el precio del bien o servicios del mercado.
○Desequilibrio descontrolado: lo que podrá determinarse o inferirse de las conductas de las
partes.

•Requisitos subjetivos


○Del lesionante: En el caso de lesión, quien ‘explota’ la situación de inferioridad particular en la

que se encuentra la otra parte, se transforma en lesionante, y su obrar es de mala fe, porque al
aprovecharse de la desventaja en la que se encuentra la víctima, abusa de ella, siendo por lo tanto
a su favor, tal determinación.
○Del lesionado: La otra parte es víctima por encontrarse en un estado de inferioridad con relación
al lesionante, se la infiere de la mención en ella de tres estados especiales en los que se encuentre
la parte afectada al tiempo de celebrar el acto.
El CCyC también señalo tres situaciones especiales en que debía encontrarse la victima <necesidad,
ligereza e inexperiencia>. En el CCyC se repiten las dos primeras, pero con relación a la segunda se
alude a la debilidad psíquica.

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•La necesidad: Es la urgencia que priva a la victima de libertad para negociar, porque tiene
conciencia de que en otras circunstancias no celebraría el acto jurídico en cuestión, lo hace
presionado por circunstancias personales.
•Debilidad psíquica: Remite a aquella persona que tiene una limitación en las facultades
cognoscitivas y/ o emocionales, y puede darse de modo temporal o permanente. El estado de
ligereza refiere a una cierta debilidad psíquica o mental y también a un desorden de la conducta a
causa de ciertas patologías. Ligereza y debilidad psíquica son equivalentes.
•Inexperiencia: Tiene que ver con la falta de conocimiento que se obtiene con la práctica de los

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negocios, el no conocer el mercado o la praxis, coloca a la persona en una situación de
inferioridad.

PRUEBA
Según el articulo 322 la victima deberá demostrar su situación de inferioridad, es decir, su
necesidad, su debilidad psíquica o su inexperiencia, por un lado, y el desequilibrio injustificado por

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el otro.

Efectos de la declaración
El art 322 señala los dos efectos que puede producir la lesión: la nulidad del acto jurídico o su
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reajuste. Si hay lesión, el acto celebrado tiene un defecto constitutivo y es pasible de la sanción de
nulidad. Dicha nulidad será relativa, porque el interés vulnerado es de carácter privado o
particular. Declarada la nulidad de la sentencia, el acto queda sin efecto, y por ello, las partes
deberán restituirse lo que hubieren entregado y el demandado deberá reparar los daños causados
al lesionado.
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El ART 332, cuarto párrafo, establece que el lesionado tiene otra opción distinta a la nulidad:
puede demandar la revisión del contrato para lograr el reajuste equitativo de las prestaciones.
Si la victima decide demandar la nulidad, el lesionante demandado puede, al contestar la
demanda, ofrecer el reajuste equitativo de las prestaciones. Ello se justifica, al ofrecer reajuste,
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está ofreciendo reparar el daño, y con ello, la acción de nulidad carecería de fundamento.

Prescripción de la acción
El plazo de la prescripción de la acción es de dos años, sea que la victima demande la nulidad o el
reajuste. Según el computo establecido legalmente, dicho plazo empieza a correr desde la fecha


en que la obligación a cargo del lesionado debía ser cumplida (art 2563).

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