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ACCIÓN DE SIMULACIÓN, ACCIÓN PAULIANA Y ACCIÓN OBLICUA

ISABELLA MUSALAN FERRER


SALOME AGUILAR SOTO
AUDREY MARTINEZ VENCE
MARYCARMEN OROZCO
NESTOR HAMBURGER

Derecho Civil Obligaciones II

Dr. Renato Arturo De Silvestri Saade

Facultad de Ciencias Jurídicas

Universidad del Atlántico

22 de septiembre, 2021
ACCIÓN DE SIMULACIÓN, ACCIÓN PAULIANA Y ACCIÓN OBLICUA

1. Acción De Simulación

La acción de simulación es una acción rescisoria o revocatoria cuyo fin es evitar que el

deudor defraude a su acreedor mediante la simulación de negocios jurídicos. La simulación

radica en una artimaña que tiene por objetivo el ocultamiento del verdadero negocio jurídico

celebrado entre las partes, esta maniobra puede ser fraudulenta. En el negocio, el contrato de

compraventa o la escritura pública son legales, debido a que se cumple con todos los requisitos y

formalidades que la Ley exige; la situación versa sobre la voluntad de las partes, puesto que es

diferente a la expresada en los documentos.

A través de esta figura, una persona que se vio perjudicada por la simulación de un

negocio o de un contrato, puede demandar ante un juez para que declare la simulación y

consecuentemente la inexistencia o nulidad del contrato; cosa que significaría que los bienes

objeto de simulación vuelven al patrimonio del dueño original.

Esta es una figura que se suele emplear para provocar la insolvencia o para convencer a

terceros que se es propietario de un bien. Una figura muy aprovechada por aquellas personas que

utilizan testaferros.

En la normatividad colombiana, el fundamento legal de dicha acción se encuentra

consagrado en el artículo 1766 el Código Civil colombiano, el cual estípula que:

‘‘Las escrituras privadas hechas por los contratantes para alterar lo pactado en

escritura pública, no producirán efecto contra terceros. Tampoco lo producirán las

contraescrituras públicas, cuando no se ha tomado razón de su contenido al margen de la


escritura matriz, cuyas disposiciones se alteran en la contraescritura, y del traslado en cuya

virtud ha obrado el tercero.’’

Adicionalmente, la Sala de Casación Civil de la Corte Suprema de Justicia, en sentencia

del 9 de julio de 2002 se manifestó sobre la simulación, diciendo que es una forma de concertar

los negocios jurídicos en la cual las partes de forma consciente y deliberada disfrazan la voluntad

real de lo que se acuerda.

Hay que tener en cuenta que la simulación se clasificara según las intenciones ocultas del

negocio jurídico, entonces se dirá que pueden ser absolutas y relativas. Tema del cual se hablará

más adelante.

1.1.1. Prueba Indiciaria Y Condiciones Para Un Negocio Simulado

Un aspecto fundamental en el acto de simulación es la prueba indiciaria, puesto que no

para probar la simulación en un negocio no bastará con documentos, puesto que los acuerdos de

simulación son verbales generalmente. Por lo anterior, la jurisprudencia desarrollo un listado de

hechos que pueden servir como indicadores de simulación en un acto jurídico.

‘‘En relación con la prueba indiciaria, la doctrina particular (nacional y extranjera), y

la jurisprudencia de la Corte Suprema de Justicia, además de reconocer su grado de

importancia en este campo, han venido elaborando un detallado catálogo de hechos indicadores

de la simulación, entre los cuales se destacan el parentesco, la amistad íntima de los

contratantes, la falta de capacidad económica de los compradores, la falta de necesidad de

enajenar o gravar, la documentación sospechosa, la ignorancia del cómplice, la falta de

contradocumento, el ocultamiento del negocio, el no pago del precio, la ausencia de


movimientos bancarios, el pago en dinero efectivo, la no entrega de la cosa, la continuidad en la

posesión y explotación por el vendedor, etc.’’ (2001, Corte Suprema de Justicia)

También, para que se configure la simulación se debe reunir una serie de condiciones. En

sentencia C-741 de 2004, se establecen los siguientes requisitos:

‘‘Primera. Las partes deben estar de acuerdo sobre el contrato que ellas celebran en

realidad […] Segunda. El acto secreto debe ser contemporáneo del acto aparente. La

simulación debe ser distinguida del acto posterior que revoca o modifica un acto anterior

realmente convenido. Tercera. El acto modificatorio es secreto: su existencia no debe ser

revelada por el acto aparente, así la declaración de encargo, por la que una persona declara

hacer una oferta por cuenta de otro sin dar a conocer inmediatamente el nombre de esta última,

no contiene una verdadera simulación […] la simulación puede recaer sobre diversos elementos

del contrato. Sobre el objeto […], sobre la causa […], sobre la persona de uno de los

contratantes’’ Es decir, es necesario que ambas partes tengan conocimiento del negocio que las

partes deseen y del negocio público; los actos deben ser simultáneos y el negocio secreto no se

debe revelar por el acto simulado.

Por ejemplo, Salomé y Audrey celebran una compraventa, pero realmente lo que se hace

es una donación. Otro caso, Carlos vende un apartamento por $100.000.000 pero realmente lo

vendió por $150.000.000 a Anthony, lo que configuraría el negocio secreto.

1.1.2. Buena Fe respecto a terceros

Conforme a lo dispuesto por la jurisprudencia, un futuro adquiriente no se ve afectado

cuando se declara la acción de simulación, solo si es un tercero de buena fe, por ende se

transforma en letra muerta. Dejando un espacio para maniobras con intención de defraudar al
acreedor, debido a que una vez que se celebre el contrato simulado, el adquiriente simulado

tiene la posibilidad de enajenar el inmueble a otro y alegará buena fe.

La Corte Suprema de Justicia en su sala civil, ha expuesto que ‘‘aunque tratándose de

inmuebles, la declaración de simulación produce la necesaria consecuencia de cancelar los

registros respectivos, pues solo así se logra devolver el dominio al verdadero propietario, en

este caso, resulta improcedente la restitución jurídica y material del bien enajenado, porque la

declaración sobre el fingimiento del negocio no produce efectos frente a la adquirente de buena

fe’’

1.1.3. Prescripción de la acción de simulación

La prescripción constituye un castigo frente a la inacción del titular de un derecho, si no

se ejercen a tiempo las respectivas acciones legales a que haya lugar la Ley estableció la perdida

de ese derecho conforme a la seguridad jurídica, debido a que no se puede estar sujeto a una

incertidumbre infinita.

En el tema de estudio, el interesado o afectado podrá interponer la demanda en contra de

la acción de simulación durante diez (10) años. Cuando el término concluya, el acreedor

defraudado no podrá demandar por dicha acción y no contará con más recursos legales para

evitar la materialización del presunto fraude. Tiempo que empezara a correr desde la fecha en

que nace el interés jurídico para el demandante. Esto según la sala civil de la Corte Suprema de

Justicia mediante sentencia C-21801 de 2017.

Aquí, el papel del concepto de interés es fundamental para que la demanda proceda. El

cual surge cuando al demandante se le vulnera un derecho por el presunto negocio simulado,

cosa que ocurre generalmente después de celebrado el negocio.


1.2. Simulación Absoluta y Simulación Relativa

La clasificación según las intenciones existentes detrás de la celebración de un negocio

puede ser absoluta o relativa. Al hablar de simulación absoluta encontramos que se da cuando

‘‘el concierto simulatorio entre los partícipes está destinado a crear una apariencia probatoria

de un negocio sin contenido real, esto es, a producir la idea de un negocio no querido.  Las

partes como dice Messineo, además de no tener la voluntad que declaran, no tienen ninguna

otra.’’ (1996, Corte Suprema de Justicia). Se asemeja al testaferrato, puesto que el vendedor

transfiere su propiedad a un tercero mediante escritura pública, pero no existe el traspaso

efectivo gracias a que este no tiene la voluntad de realizar la venta.

Por otro lado, la simulación relativa, como lo ha dicho la Corte Suprema de Justicia, se

refiere al negocio simulado que en su trasfondo esconde otro de forma parcial o total. Aquí hay

un negocio real, pero deformado. Por ejemplo, la venta de un bien inmueble dado por un valor

diferente al estipulado en el contrato de compraventa; existe un negocio verídico (transferencia

de dominio y posesión) pero hay una situación discrepante con la que establece el contrato

formal.

Es pertinente establecer diferencias entre ellas para una mejor claridad. La principal

disimilitud que se hace evidente es la intención o voluntad de realizar el negocio jurídico. En la

simulación absoluta no hay un negocio real ni voluntad de celebración. En contraposición, la

simulación relativa posee la intención real en la celebración del negocio, que también es

verídico. Como ambas son diferentes, al momento de interponer la acción civil que sea

pertinente, los fines perseguidos no serán semejantes. En la absoluta se persigue la declaración

de la inexistencia del negocio y en la relativa se persigue que el juez declare cual negocio será el

real.
Respecto al termino de prescripción de la acción será el mismo para ambas, puesto que la

Ley no estipulo una reglamentación especial sobre ellas. Termino correspondiente a diez (10)

años.

2. Acción Pauliana

La acción pauliana es una acción civil de carácter revocatorio o rescisorio, cuyo

objetivo principal es proteger a los acreedores cuando los deudores se insolventan para no

cumplir con la obligación de pago. Esto sucede cuando los deudores para no pagar sus

deudas recurren a la venta de sus propiedades para que el acreedor no pueda embargarlos,

constituyendo un fraude que perjudica al acreedor.

Previendo la situación mencionada, la Ley estipulo en el artículo 2491 del Código

Civil que cuando la acción pauliana prosperara, los bienes enajenados por el deudor tramposo

regresaran a su patrimonio para que con ellos garantice el pago de su obligación, y una vez

que vuelvan a él, puede ser objeto de medidas cautelares. Esta acción procederá sin importar

la forma de enajenación de los bienes.

Conforme a la procedencia de la acción, deberá cumplir con unos requisitos. En

primera medida, tiene que existir un crédito a favor del demandante y a cargo del

demandado. En segunda instancia, el negocio del cual se persigue la revocación debe

constituir un fraude que perjudique al acreedor o que haya causado la insolvencia del deudor.

Por último, el negocio debe estar permeado de mala fe (2002, Corte Suprema de Justicia).

Cabe aclarar que se da una diferencia cuando el acto constituido de mala fe es a título

oneroso o gratuito. Al hablar del primero debe existir mala fe de ambas partes; y sobre el

segundo, basta con la mala fe del demandado.


Al momento de interponer una acción pauliana, el demandante deberá probar que:

‘‘Debe demostrar que el deudor ha efectuado ciertos actos o contratos causándole

perjuicios con dicha situación, actos tales como despojarse de sus bienes. Es menester

demostrar en la acción pauliana la mala fe del deudor. También se debe probar la mala fe

del adquirente, cuando se trate de contratos onerosos, hipotecas, prendas y anticresis; existe

mala fe del adquirente cuando este tenga conocimiento de la situación del deudor. ’’

Lo trascendental es demostrar la mala fe del deudor y el perjuicio que se causó al

acreedor, salvo que sean a título gratuito. Al respecto, la Corte Suprema de Justicia en

sentencia de 2008, manifestó que ‘‘sobre el particular la Corte tiene explicado que el

acreedor, cuando demanda la revocación de un acto fraudulento a título gratuito, está

tratando de evitar un daño, sin que la revocación implique para el tercero adquirente un

perjuicio, sino la privación de un lucro; por tanto, nada interesa la buena o mala fe con que

actuó este último. ’’

El término de prescripción, conforme a lo estipulado al artículo 2491 del Código Civil

en su numeral tercero es de un año contados desde la fecha del contrato o acto.

2.1. Diferencias y similitudes entre la acción pauliana y la acción de simulación

En sus similitudes encontramos que ambas son acciones revocatorias que tienen como

fin revocar el negocio celebrado para enajenar un bien y regresarlo al patrimonio del deudor

para solventar sus obligaciones. La diferencia radica en la procedencia de ellas respecto a las

situaciones en las que se presentan. Entendiendo que, cuando el acto es real, procede la

acción pauliana; y cuando es simulada, procede la acción de simulación.

3. Acción Oblicua
En Colombia la acción oblicua no tiene una expresa consagración legal, pero su

presencia puede inferirse de varias normas del ordenamiento jurídico. Mencionado lo anterior

se dice que la acción oblicua es la acción que ejerce el acreedor contra el deudor de su

deudor, en nombre de este último.

Esto quiere decir que el acreedor ejerce los derechos en cabeza su deudor frente a

terceros, los cuales no han sido ejercidos por éste, ya sea por descuido, desinterés, malicia

por parte de éste; en esta situación yo como acreedor legalmente tengo la autoridad y la

potestad de forzar contra los deudores de mi deudor para que se pague, con la finalidad de

que él pueda aumentar su patrimonio y pueda satisfacer la obligación que tendrá conmigo.

La acción oblicua busca prevenir el eventual deterioro de la prenda general del

deudor y recomponer la prenda general mediante el ejercicio de derechos.

Los requisitos para configurar la acción oblicua son:

Ambas deudas deben estar exigibles. Es decir que el proceso este cumplido.

Se requiere que el deudor principal sea negligente. Que no quiera pagar la deuda

Que el derecho o las acciones del deudor posean un valor pecuniario.

Que el crédito del cual el acreedor deriva su derecho sea exigible y que el

acreedor cuente con la debida autorización judicial para ejercitar la acción.

Cabe resaltar que en la acción oblicua cuando hay un concurso de acreedores esta

acción beneficiara a todos por partes iguales.

3.1. ¿Cuándo se presenta esta acción oblicua?


La acción oblicua, interviene el tercero (demandado), el deudor (accionado), y el

acreedor (accionante).

Cuando se realiza la solicitud ante el juez se notificará al demandado, para que este no se

libere de la obligación al pagarle a su acreedor, y se notifica también al accionado.

3.2. Efectos que produce.


Otro ejemplo sería que Daniel es acreedor de Camilo por un crédito de 10 millones de

peso cuyo plazo es de un año. Sin embargo, Camilo incumple con el pago buscando satisfacer su

derecho de crédito, Daniel se entera de que Camilo había vendido una propiedad tiempo atrás

que no había terminado de pagarle siendo la deuda exigible desde algunos meses atrás. Ante esta

situación el no haber ningún otro bien que embargar a Camilo, Daniel decide pedir la

autorización judicial para poder ejecutar esta acción oblicua y cobrar el monto debido por la

venta de la propiedad en representación de su deudor.

A manera de conclusión no hay que olvidar que esta acción es solo una función

protectora temporal y que el hecho de ejercer no garantizará una satisfacción de la deuda,

también podemos decir que como acreedores no soy beneficiario directamente por eso es una

acción muy poco usada aquí en nuestro ordenamiento jurídico colombiano, ya que el beneficiario

de esta acción es el deudor.

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