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Universidad Abierta Para Adultos

(UAPA)

Escuela: Escuela de Negocios

Carrera: Mercadeo

Nombre: Carliset López Batista

Matricula: 2019-01048

Facilitador: Manuel de Jesús Tejada Marte

Tema: El Producto

Fecha: 19/10/2020
Introducción:

Cuando una persona acude a un establecimiento o visita una página web para
efectuar una compra como, por ejemplo, una cámara, no solo pide información
sobre las características técnicas y el precio, sino que además solicita
información comparativa con otra serie de marcas, así como las ventajas y
beneficios que le pueden reportar, tanto para realizar una filmación como para
su traslado físico, y se informara seguramente sobre si en ese momento existe
alguna oferta o descuento.
Las respuestas que el cliente reciba le proporcionarán una idea comparativa
acerca del producto que le ofrecen y del demandado por él que no se refiere
exclusivamente al tamaño, datos técnicos y precio, sino a un conjunto más
amplio de características que llamaremos atributos del producto.

Atendiendo a este ejemplo, extrapolable a cualquier otro bien o servicio,


podemos decir que:

Un producto es un conjunto de características y atributos tangibles (forma,


tamaño, color...) e intangibles (marca, imagen de empresa, servicio...) que el
comprador acepta, en principio, como algo que va a satisfacer sus
necesidades. Por tanto, en marketing un producto no existe hasta que no
responda a una necesidad, a un deseo. La tendencia actual es que la idea de
servicio acompañe cada vez más al producto, como medio de conseguir una
mejor penetración en el mercado y ser altamente competitivo.
Productos Tangibles:

En el mundo de las empresas, los productos tangibles son los bienes físicos
que ser fabricados, procesados y entregados. Algunos ejemplos son: un
teléfono móvil, una camisa o un coche. Por el contrario, un producto intangible
serían los bienes inmateriales que comercializa una empresa. En este caso, se
podrían identificar con un servicio, ya que no se oferta ni se compra algo físico
(Por ejemplo, una operación dental o la reparación de una lavadora). Una
misma empresa puede tener productos tangibles (por ejemplo, un modem) y
productos intangibles (la reparación de un modem).

Atributos:

o Características del envase.


o Colores
o Formas
o Usos
o Peso
o Servicios de atención al cliente.
o Servicios post- ventas
o Garantías del producto.

Clasificación:
Los productos pueden clasificarse en tres grupos dependiendo su
tángibilidad.
 Productos no duraderos: son productos tangibles que se consumen
por lo general en una o varias veces que se usen. Ejemplo: La
cerveza, el jabón, la sal… etc.
 Productos duraderos: son productos tangibles que suelen
sobrevivir al uso. Ejemplo: refrigeradores, maquinas, herramientas,
ropa...
 Productos de consumo: Los productos de consumo son los que
compran los consumidores definitivos para su propio consumo. Por
lo general, los mercadólogos clasifican estos productos basándose
en los hábitos de compra del consumidor.

Productos Intangibles.

Un producto intangible es todo aquello que no debe ser entregado


físicamente, pero que brinda un servicio. Mientras que un reproductor de
MP3 es un bien tangible, un MP3 es un ejemplo de bien intangible. Un
libro, un mueble, una hamburguesa son ejemplos de bienes tangibles.
Por el contrario, los bienes intangibles tienen valor pero no presencia
física.
Un activo intangible es definido por su propio nombre, es decir, no es
tangible, no puede ser percibido físicamente. El activo intangible es, por
tanto, de naturaleza inmaterial. Por ejemplo, el valor de una
marca, que no puede ser medido de manera física.
Las Características Intangibles de un producto son las que no se
pueden tocar ni cuantificar pero que llegan a la mente del consumidor y al
final son las que deciden por qué producto
Riesgos de productos tangibles e intangibles.

 Intangibles:

Este analiza que efectos y cambios potenciales, en las variables básicas del
proyecto, pueden generar en la factibilidad del mismo y de evaluar aquellas
variables que no han podido ser incluidas en todas las etapas anteriores con el
propósito de identificar las dificultades que puedan crear en el futuro negocio.
Los riesgos básicos y sus componentes son:
1. Riesgos de mercado: Este riesgo es consecuencia de la probabilidad de
variación del precio o tasa de mercado en sentido adverso para la
posición que tiene la empresa, como consecuencia de las operaciones
que ha realizado en el mismo. Por tanto, según el mercado donde se
opere, el riesgo podría ser:
 Riesgo de precio de las mercancías.
 Riesgo de precio de las acciones.
 Riesgo de tipo de interés.
 Riesgo de tipo de cambio.
 Riesgo de base y correlación entre las diversas posiciones y
mercado.

Segmentación.

La segmentación de mercado es un proceso de marketing mediante el cual una


empresa divide un amplio mercado en grupos más pequeños para integrantes
con semejanzas o ciertas características en común.
Una vez dividido para el público objetivo, será más sencillo elaborar una
estrategia de marketing más efectiva para cada grupo en cuestión. De esta
manera, se focaliza el esfuerzo y el trabajo logrando reducir el coste, en
comparación con una campaña enfocada a un público mayor y más
heterogéneo. Además, el resultado suele ser más rápido y satisfactorio.
La estrategia de la segmentación de mercado busca que las compañías
conozcan bien las características de la gente a la hora de consumir un producto
o servicio. De modo que esto les permita ofrecerles lo que realmente necesitan.
Tratan, por tanto, de conseguir que las empresas se centren en unos cuantos
mercados objetivos en lugar de tratar de apuntar a todos. Consiguiendo así una
ventaja competitiva en un segmento determinado.
Es una estrategia utilizada a menudo para empresas pequeñas, dado que no
suelen tener los recursos necesarios para lograr atraer a todo público. Aunque
no necesariamente, ya que a veces la competencia es tan grande que las
empresas que las empresas grandes también se especializan en un segmento
de mercado. Las empresas que utilizan este método suelen centrarse en las
necesidades del cliente y en como los productos o servicios podrían mejorar su
vida cotidiana. Además, algunas empresas pueden permitir que los
consumidores participen en su producto o servicio.

Ejemplo de segmentación de mercado:


Puede parecer evidente, por ejemplo, que si poseo una marca de accesorios
de guitarra, no sería muy inteligente poner anuncios publicitarios en todas las
televisiones y en prime time. ¿Qué podríamos hacer? Localizar a individuos
que potencialmente vayan a usar mi producto. Por ejemplo, claro está,
personas interesadas en la música. Será mucho más eficaz poner anuncios en
revistas de música, tiendas de instrumentos musicales y sitios relacionados.

Al igual que el ejemplo anterior puede parecer excesivamente básico y lógico,


no hay que olvidar que la segmentación es un proceso de marketing básico
para empresas. En otras palabras, será también necesario tener en cuenta
factores esenciales como la rentabilidad. Ya que el segmento debe ser lo
suficientemente numeroso como para obtener ganancias o estar situado en
localizaciones a las que la compañía sea capaz de abastecer.

El modo en que las empresas u otro tipo de organizaciones realizan la


agrupación en segmentos puede depender de variables tan dispares como los
gustos, modas, estilos, tipos de personalidad, su localización geográfica o el
nivel de riqueza.

Teniendo en cuenta este alto número de criterios, las compañías buscan


conocer los comportamientos de la gente a la hora de consumir un producto o
servicio. Siendo esto así, el siguiente paso será clasificar a los individuos en
segmentos de público que tengan una respuesta lo más parecida posible ante
el producto ofrecido.
Diferenciación de producto.

La diferenciación de producto es una estrategia competitiva que tiene como


objetivo que el consumidor perciba de forma diferente el bien o servicio ofrecido
por una empresa, con respecto a los de la competencia.
La diferenciación de producto puede basarse principalmente en diversos
atributos como calidad, color, tamaño, servicio post-venta, atención
especializada, localización, reconocimiento de marca o lujo. Así, cualquier
atributo que haga percibir de forma distinta un bien o servicio se considera
diferenciación de producto.
Cabe destacar que la diferenciación también tiene un elemento subjetivo. Esto,
ya que los consumidores pueden percibir cierta marca es distinta a otras
basándose no en la comparación de características objetivas, sino en la idea
que se hayan hecho de la empresa y su imagen.

Tipos de diferenciación de producto:


Diferenciación Horizontal: Se refiere a la diferenciación basada en la
variedad. Esto es, en los diversos atributos que pueda tener el producto
o servicio. Nos referimos, por ejemplo, al color, textura, tamaño,
localización, etc. Uno de los modelos más conocidos de diferenciación
horizontal es el propuesto por Hotelling que supone que los
consumidores están distribuidos de manera uniforme a lo largo de una
línea recta y los vendedores deben elegir su localización óptima. En este
caso, la diferenciación se basa en la localización y los consumidores
preferirán un vendedor que se encuentre cercano a ellos a menos que la
diferencia de precio sea significativa. El modelo puede extenderse para
la diferenciación de atributos distintos a localización.
Diferenciación Vertical: Se refiere a la diferenciación por calidad. En este
caso, los consumidores están de acuerdo en qué bienes o servicios
tienen una mayor o menor calidad. Los consumidores prefieren mayor
calidad a menos. No obstante, no todos estarán dispuestos a pagar el
precio. En este caso, los vendedores deben elegir el nivel de calidad que
optimice sus ganancias.

Participación de Mercado.

La participación de mercado, usualmente conocido en la jerga del sector como


Market Share, es un indicador del comportamiento empresarial en términos de
ventas y comercialización de un bien o servicio. Detrás de este indicador se
pueden identificar variables asociadas a la productividad de una compañía.

El mercado de los servicios de salud es un intercambio de servicios entre las


personas con necesidades en servicios y tecnologías en salud (demanda) y las
personas que suplen esas necesidades (oferta), el cual se condiciona
mutuamente. Este tipo de mercado tiene tanto participación del sector público
como del sector privado.

La participación de mercado consiste en el porcentaje de ventas y


comercialización de un producto o servicio que se tiene en un mercado, que
para este caso serían los servicios o tecnologías en salud, el porcentaje de
participación de mercado puede expresarse en términos de unidades de
medidas (número de ventas) o volumen de ventas en valores monetarios (peso,
dólares, etc.).

La participación de mercado puede ser considerada como un objetivo


empresarial. Es la consecuencia del desarrollo de una estrategia de mercadeo,
que incluye los precios de comercialización de los productos que ofertan,
políticas de descuentos, estrategias de publicidad y distribución, entre otros.

Ejemplo:

A continuación un ejemplo citado en un website de recursos de aprendizaje en


contabilidad, donde se evidencia la utilidad de la  identificación de la
participación de mercado de una compañía:
Para el 2015, las ventas totales para la industria farmacéutica alcanzaron $1.3
trillones de dólares. Durante el mismo período, las ventas de la compañía
farmacéutica X fueron de $47.4 billones de dólares.
El cálculo de la cuota de mercado de la compañía farmacéutica para el 2015
es:

Con esta información y con el fin de capturar más participación en el mercado,


la compañía farmacéutica X decide comercializar productos únicos. Estos se
pueden ofrecer a diferentes niveles de precio para satisfacer las necesidades
de los diferentes  consumidores.

La compañía también decide especializarse en el tratamiento de enfermedades


cardiovasculares y se dirigirá a clientes que pertenecen a grupos de prueba.
Esto con el fin de ganar ventas y ser competente frente a los competidores,
desde distintos frentes. Al presentar más productos y atraer a nuevos clientes,
esta estrategia ayudará a la empresa a expandir su base de clientes e
incrementar su cuota de mercado.

El Valor.

La propuesta de valor relaciona los aspectos más destacados de una empresa


y la posiciona entre sus consumidores, lo que mejora la capacidad para
resolver problemas que ellos tienen.

La propuesta de valor es una práctica original de marketing que tiene como


objetivo darle al cliente una idea clara, concisa y transparente de como un
negocio en particular puede ser relevante para él.

Desarrollar esta idea es uno de los pasos clave de cualquier estrategia de


planificación. Es un error comenzar un nuevo negocio sin tener este concepto
bien formulado.
Cada empresa se funda sobre la base de pilares de actuación y de prácticas
ante el mercado y el público. Estas ideas deben guiar la propuesta de valor y a
partir de ellas este negocio ofrecerá sus productos o servicios al público .

Posicionamiento de Mercado.

El posicionamiento es un concepto de marketing basado en la colocación por


parte de las empresas de sus marcas en el imaginario colectivo de los
consumidores.

Por medio de mecanismos de mercadotecnia las compañías hacen que los


clientes tengan una percepción particular de ellas. De eso se trata el
posicionamiento.

A través del posicionamiento, una compaña persigue contar con una posición
distinguida y positiva en cuanto a las opiniones que sus potenciales clientes
puedan tener de ella. Este conocimiento ayuda a la creación de diferentes
acciones en la vida de una firma u organización y a la toma de decisiones,
especialmente en el ámbito de la mercadotecnia.

El posicionamiento es un importante mecanismo en términos de medición de


competencia, ya que las empresas buscan conocer lo que provocan en las
personas frente a la reacción por parte de estas frente a sus habituales
competidores, valorando esta percepción y sacando conclusiones de dicho
análisis de cara a futuras estrategias de marketing.
La Calidad.

Calidad es el conjunto de propiedades y características de un producto o


servicio que le confieren capacidad de satisfacer necesidades, gustos,
preferencias, y de cumplir con expectativas del consumidor. Tales propiedades
o características podrían estar referidas a los insumos utilizados, el diseño, la
presentación, la estética, la conservación, la durabilidad, el servicio al cliente, el
servicio postventas, etc.

Algunos consumidores podrían preferir algunas propiedades o características,


mientras que otros podrían preferir otras, pero en ocasiones existen ciertas
propiedades o características que siempre deben ser satisfechas para que un
producto o servicio pueda ser considerado de calidad. Por ejemplo, en un
restaurante, por más exquisita que sea la comida, si la atención es mala o
lenta, difícilmente habrá algún consumidor que considere el restaurante como
de calidad.

En general, podríamos decir que un producto o servicio de calidad cuando


cuenta con insumos de primera, cuenta con un diseño atractivo, cuenta con
buena presentación, es durable en el tiempo, y está acompañado de un buen
servicio al cliente, a tal grado que satisface necesidades, gustos y preferencias,
y cumple o sobrepasa expectativas del consumidor.

Tipos de calidad:

 Calidad que se espera: se da cuando existen propiedades y


características que los consumidores dan por sentado que encontrarán
en los productos o servicios. Cuando encuentran estas propiedades y
características, los consumidores quedan satisfechos, pero cuando no
las encuentran, quedan muy insatisfechos.

 Calidad que satisface: se da cuando existen propiedades y


características que los consumidores solicitan específicamente. Cuando
están presentes estas propiedades y características, los consumidores
quedan satisfechos, pero cuando no está presentes, quedan
insatisfechos. La calidad que satisface cumple con las expectativas del
consumidor, pero sin llegar a superarlas.
 Calidad que deleita: se da cuando existen propiedades y características
que los consumidores no solicitan porque no saben que puedan existir,
pero que cuando están presentes y agradan, los consumidores quedan
muy satisfechos; sin embargo, si no las encuentran, no quedan
insatisfechos. La calidad que deleita supera las expectativas del
consumidor.

El Empaque.

En la actualidad, “El Empaque” es una parte fundamental del producto, y


que además de contener, proteger y/o preservar el producto permitiendo
que este llegue en óptimas condiciones al consumidor final, es una
poderosa herramienta de promoción y venta.

El empaque es el contenedor de un producto, diseñado y producido para


protegerlo y/o preservarlo adecuadamente durante su transporte,
almacenamiento y entrega al consumidor o cliente final; pero además,
también es muy útil para promocionar y diferenciar el producto o marca,
comunicar la información de la etiqueta y brindarle un plus al cliente.

Históricamente, el empaque se inventó en principio para proporcionar


protección. En la actualidad, reconocida cabalmente su significación de
marketing, el empaque es un factor principal para conseguir distribución
y clientes.

 Podemos resumir la importancia del empaque en tres puntos


fundamentales: 1) Es la parte o componente del producto que hace que
éste llegue al consumidor o cliente final en las condiciones adecuadas.
2) Es el componente que puede ayudar a vender el producto; primero,
logrando que el canal de distribución quiera distribuirlo (por ejemplo, al
considerar que el producto es fácil de transportar, almacenar y
manipular); y segundo, logrando una buena impresión en el cliente final
de manera que desee adquirirlo. 3) Puede ser el elemento que permita
establecer una ventaja diferencial con respecto a los productos
competidores, en especial aquellos de igual calidad.
Mezcla de Productos.

La mezcla de productos se refiere a la variedad de artículos ofrecidos


por una empresa al público. Entre sus ventajas está la posibilidad de
fidelizar a los clientes y garantizar una mayor cuota del mercado.
Asegurar una estrategia efectiva a este respecto es esencial para la
salud de cualquier emprendimiento.

Cuando hablamos de mezcla de productos, la primera palabra que viene


la mente es variedad. Está claro que la definición de los productos
ofrecidos debe hacerse de forma cuidadosa y estratégica, a fin de
mantener la identidad de la marca y retener a los consumidores.

Ofrecer productos diversificados es una excelente oportunidad para


impulsar el lucro del negocio. Eso porque, como sabemos, incluso si se
identifican con la marca, algunos consumidores aun no consumen
ciertos artículos.

Al aplicar la Mezcla de Marketing, tenemos la capacidad de decidir sobre


un producto con el poder de equilibrar la falta de demanda.

La mezcla de productos, también conocida como variedad de productos, se


refiere al número total de líneas de productos que una empresa ofrece a sus
clientes. Por ejemplo, una empresa pequeña puede ofrecer varias líneas de
productos. A veces, estas líneas de productos son muy similares, como los
detergentes líquidos y los jabones en barra, ya que ambos sirven para limpiar
y utilizan una tecnología similar. En otras ocasiones, las líneas de producto
son muy diferentes, como los pañales y las hojas de afeitar. Las cuatro
dimensiones de la mezcla de productos de una empresa incluyen: ancho,
largo, profundidad y consistencia.
Ciclo de vida de un producto.

Los mercados están en permanente cambio y en continua evolución, esto


conlleva a que los productos que ofrecen las compañías tengan una vida
limitada y experimenten una evolución desde el lanzamiento hasta su retirada,
pasando por diferentes etapas y sufriendo variaciones de venta.

En marketing, el ciclo de vida de un producto se entiende como el conjunto de


etapas por las que pasa un producto desde su introducción en el mercado
hasta su retirada.

El concepto de ciclo de vida de un producto surge de la analogía entre la


evolución de los seres vivos y la de los productos, ya que ambos pasan por
diferentes etapas a lo largo de su existencia. Un ser vivo traza una curva de
vida que pasa por el nacimiento, la adolescencia, la vida adulta, la vejez y la
muerte. En cuanto a los productos su ciclo es similar.

La identificación de los factores que afectan a la evolución y la demanda de


los productos, así como la duración de cada una de las fases, determinará la
capacidad de la empresa para poder adaptar sus productos a las nuevas
necesidades de los consumidores.  El ciclo de vida de un producto consta de
4 etapas principales: introducción, crecimiento, madurez y declive.

Introducción: En la etapa de introducción, después de elaborar el plan de


marketing, el producto es lanzado por primera vez al mercado, nos
encontramos ante una primera etapa llena de incertidumbre y de riesgo.
Además es la etapa del ciclo de vida de un producto que conlleva un mayor
coste, ya que se produce el primer acercamiento del producto al consumidor
en el que se contempla tanto los estudios de mercado previos  y el desarrollo
del propio producto, como la inversión en campañas de comunicación y
acciones de marketing promocional.

La clave en esta etapa del ciclo de vida de un producto consiste en


definir y trabajar el posicionamiento e investigar la respuesta del
mercado hacia el producto, para si fuera necesario reaccionar con
agilidad y poder reorientar las estrategias.

Crecimiento: En la fase de crecimiento, el producto se posiciona en el


segmento definido, y comienza a ser aceptado por los consumidores. Esto
provoca que las ventas y por tanto los beneficios vayan in crescendo.

Normalmente, el aumento de los beneficios se produce debido a que los


costes de fabricación se reducen bien por las economías de escala o bien por
la adquisición de experiencia en la fabricación.

A pesar de esto, la competencia en esta segunda etapa del ciclo de vida de


un producto no suele ser muy intensa. Es probable que hayan aparecido
nuevos competidores, pero estos nuevos players tratarán de diferenciar su
producto y de comenzar a construir su posicionamiento de marca .

La clave en esta etapa consiste en reforzar el posicionamiento y en


realizar modificaciones para poder adaptar el producto a la demanda
creciente.

Madurez: La etapa de madurez se produce cuando el producto ha alcanzado


la cima en cuanto a cuota de mercado. Esta etapa, la tercera del ciclo de vida
de un producto, suele tener una duración más amplia que el resto.

Las ventas siguen aumentando, pero a un ritmo más lento y decreciente,


hasta que llega el punto que se estabilizan y posteriormente comienzan a
detenerse

En esta etapa la competencia ya es considerable, por lo que no se ha de


competir únicamente en precios, sino que además se deben identificar y
trabajar otros factores relevantes para los consumidores, para conseguir
realmente un producto y una propuesta de valor diferenciada.

La clave en esta etapa está en anticiparse a la caída de las ventas


buscando propuestas e innovaciones que vuelvan a hacer el producto
atractivo para lograr sostener las ventas.

Declive: Ninguna empresa quiere llegar a la fase de declive, puesto que se


trata de la última etapa del ciclo de vida de un producto. Las ventas
comienzan a disminuir gradualmente debido a que el producto ha sido
sustituido por otras opciones más atractivas para los consumidores.

Los beneficios pueden convertirse en pérdidas y, por tanto, que el producto


deje de ser rentable para la empresa, si no se toman las medidas necesarias.

En esta fase suelo recomendar que se retire el producto del mercado, ya que
existen pocas oportunidades de lograr una reanimación del mismo.
La clave en esta etapa consiste en minimizar la inversión y planificar
acciones donde se tenga en cuenta diferentes vertientes: reemplazar el
producto o modificarlo para enfocarlo nuevamente en el mercado.

 Innovación y desarrollo de nuevos productos.

Los nuevos productos son indispensables para el crecimiento. Hoy, más que
nunca, escuchamos la frase “innovar o morir”, por lo tanto, dependiendo de los
objetivos de la empresa se decide la estrategia de orientarse a la innovación en
el desarrollo de nuevos productos.

La elección final de la empresa en cuanto al diseño de un producto debe ser


compatible con los objetivos globales de la compañía y un uso eficaz de los
recursos.

Todas las personas que participan en el desarrollo de un producto, lo venden o


lo consumirán deben ser tenidas en cuenta cuando se desarrolla un nuevo
producto. Desde luego, las necesidades y las actitudes de los clientes en un
segmento del mercado deben determinar el producto elaborado para ese
mercado. Pero no se debe tener solo en cuenta a los consumidores finales sino
también a los clientes intermediarios, ya que es posible que existan
requerimientos especiales en materia de envase, packaging o de manipulación.

Es un proceso que requiere muchísima coordinación, planificación, seguimiento


y control por parte de la persona responsable del producto e interrelación con
diversos departamentos internos y proveedores externos a la empresa.

Un nuevo producto puede ser creado o hecho “nuevo” de muchas maneras. Un


concepto enteramente nuevo se puede traducir en un nuevo artículo, simples
cambios secundarios en un producto ya existente puede convertirlo en otro
totalmente “nuevo”.

Los nuevos productos o servicios se pueden clasificar en:


 Productos totalmente innovadores que crean nuevos mercados.
Innovaciones radicales como el walkman e Internet, entre otros, que no
poseen al momento de su ingreso competencia directa.
 Nuevas líneas de productos y servicios que van a nuevos mercados. Por
ejemplo, para responder a estrategias de diversificación, tanto para
crecer o bien para no decrecer y atomizar riesgos.
Clientes: tipo de compradores

Se le llama cliente a aquella persona que solicita un bien o servicio a


cambio de un pago. Esto quiere decir, que los clientes de una empresa
son aquellos que contratan de forma ocasional o frecuente los servicios
o productos que esta ofrece. Es importante la clasificación de clientes
para poder concretar modelos de atención para cada perfil.

El profesional de la venta no realiza nunca una presentación hasta que


ha cualificado meticulosamente a la persona o empresa a la que se
dirige. No pierde el tiempo realizando presentaciones a candidatos no
cualificados. Hacer lo contrario es lo más descorazonador que existe .

El primer paso de un buen vendedor es conocer y establecer


una clasificación de los clientes.

Cliente interno: Cuando hablamos de cliente interno nos referimos a


aquellos que intervienen en el desarrollo de nuestro producto o servicio.
Son nuestros empleados, colaboradores y proveedores.

Cliente externo: Los clientes externos son aquellos que pagan por
obtener los bienes o servicios de la organización. A la hora de
clasificarlos podemos dividirlos en distintos perfiles y tipología de
clientes externos.
La Competencia.

Son aquellos conjuntos de empresas que ofrecen productos iguales y


comercializan los mismos que una determinada empresa.
Pero la competencia no se limita al caso de las empresas que compiten con la
nuestra directamente (con los mismos productos). También se considera
competencia a las empresas que ofrecen productos que pueden sustituir a los
nuestros. Evalúa el posicionamiento de los productos para saber el lugar que
ocupa el producto en el mercado de acuerdo al estilo de marketing.

También deben ser consideradas como competencia todas aquellas medidas y


acciones que impiden que nuestro producto llegue al mercado. Hay que tener
presente que no siempre nuestros competidores recurren a métodos
éticamente aceptables, muchas veces aprovechan ciertos vacíos legales para
emplear métodos éticamente muy cuestionables.
Además existen otras empresas que vienen a ser competencia con diferentes
productos o que simplemente son sustitutos de los nuestros es decir pueden
cambiar en calidad o precio pero para el usuario cumple las mismas funciones
al rato de satisfacer sus necesidades. Una empresa se encuentra rodeada de
mucha competencia y de potenciales competidores.

La competencia directa: Son las empresas que actúan dentro del mismo sector
y tratan de satisfacer las necesidades de los mismos grupos de clientes.

La competencia indirecta: empresas que se encuentran en el mercado


elaborando los mismos productos pero con diferencia posible en su calidad, es
decir no tiene un grado de competencia a un producto de distinta calidad o
precio.
Conclusión:

Un producto, en marketing, es todo bien o servicio que una empresa


produce con el propósito de comercializarlo y satisfacer una necesidad
del consumidor.

Sin duda, el producto se considera el elemento más importante de la mezcla


del marketing. Puesto que todas las otras variables dependen del producto, no
se puede pensar en establecer un precio si no hay un producto.

Del mismo modo, tampoco se puede pensar en la forma de comunicar los


beneficios que se ofrecen, si aún no se tiene un producto que comercializar.

Por otro lado, es imposible establecer una estrategia de distribución, si aún no


sabemos que vamos a vender en el mercado.

Por lo tanto, el producto es la primera idea que se genera, se planifica y se


desarrolla dentro del marketing, porque sin un producto es prácticamente
imposible hacer una planificación adecuada de marketing.

Claro que, para que algo sea considerado producto para el marketing, el
satisfactor producido debe ser comercializado dentro del mercado.

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