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DESARROLLO
A lo largo de los años, el concepto del producto fue evolucionando hasta llegar a lo que
representa hoy en día. Pasó de pensarse al producto como sus características físicas-
técnicas favorables, es decir centrar su concepto en sí mismo, a navegar por otros
conceptos, como el “producto como marca” siendo ésta marca la que lo caracterizaría y
diferenciaría frente a otros, centrar las necesidades del consumidor o lo que se conoce
como “producto-servicio” donde se buscaba crearlo con el fin de que llegara a satisfacer
las necesidades de los consumidores. Hoy, se piensa al producto como el conjunto de
características que el consumidor cree encontrar en él.
El diseñar un producto que lleve al éxito, debe cumplir con los siguientes niveles:
1- El beneficio básico: que nos indica que es lo que quiere adquirir el consumidor.
2- Producto genérico: donde encontraremos las características a modo general, que
sirven para cumplir con las necesidades básicas del consumidor.
3- Producto esperado: Son el conjunto de características y atributos que el
consumidor espera encontrar en el producto.
4- Producto aumentado: son las series de características que suman y lo distinguen
a nuestro producto del resto de la competencia.
5- Producto potencial: aquí se incluyen todas las mejoras que puede la empresa,
ponerse como objetivo para lograrlas en un futuro. Para poder perdurar y
diferenciarse de la competencia.
Para poder asegurarnos de que nuestro producto será exitoso, se debe hacer un análisis
teniendo en cuenta: las necesidades que se buscan satisfacer con nuestro producto, la
forma o marca del producto que alcanzará satisfacer todas o parte de ellas, y en qué
características en específico se basan los compradores al momento de seleccionar. El
marketing cumplirá la función del análisis de lo mencionado, sumado a la formulación
de estrategias para todos los sectores que componen a la competencia. El mercado en si
se compone de 3 mercados y el producto, a su vez, en 3 productos (producto físico-
funcional, producto imaginario y producto económico.) Para que el negocio si funcione, se
necesita el balance entre ellos, y el marketing desde su lugar trabaja vendiendo éstos
beneficios de los 3 productos, y no sus características (Ley de conversión). Así también,
busca diferenciar el producto físico, el precio y la marca para el análisis por parte del
consumidor. (Ley de traducción competitiva).
Indicadores tangibles: Son las diferencias que se pueden “tocar” del producto físico y que
lo diferencian.
Dentro del proceso para crear el producto perfecto, es de suma importancia el punto
referido a calidad. Para poder saber si existe en un producto, tenemos señales de calidad
que nos ayudan:
Tangibles: son las que podemos distinguir en el momento de la compra como aspecto,
tamaño, peso, su rendimiento, los elementos con los que el producto está fabricado.
Una vez lanzado el producto al mercado, lo que se espera es que su vida sea larga y
exitosa. Identificamos 4 etapas bien diferenciadas en su vida:
Ya en el mercado, una de las claves a analizar es la fijación de precios que nos permite
incrementar la tasa de compra para una forma de producto, incrementar la demanda entre
no usuarios, retener a todos los clientes actuales y a los rentables, captar nuevos clientes
interesados en el precio y en la calidad y por sobre todo permiten que el producto se
venda.
La importancia del precio en los procesos de búsqueda y selección por parte del
comprador, es clave cuando hablamos de la elasticidad. Ésta será mayor si los
compradores no tienen una preferencia por las marcas al igual que se potenciará si los
precios del producto son bajos.
Algunos de los factores que nos indican elasticidad son: que no exista preferencia en la
marca a la hora de la selección, las diferencias en la calidad, el riesgo económico,
cambios en los proveedores o diferencia en el precio.
Orientados hacia la rentabilidad: Son aquellos en los que se tienen en cuenta los
costos y los márgenes de utilidad. Se trabaja suponiendo que la demanda es inelástica.