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Alegato de Apertura.

Su señ oría esto no es má s que una “Consecuencia de una obsesión clandestina”,


nos encontramos frente a un caso de caprichos, acosos y despecho de una adolescente
de 18 añ os, que por su inmadurez no sabe el rumbo de su vida.

Esto fue lo que sufrió don Cirilo Villaló n Martínez, un hombre de 30 añ os, casado,
trabajador, esforzado, de profesió n contador auditor, un buen padre de familia, buen
marido, buen jefe, sencillo y tranquilo. Por que no decir ademá s, no es una persona
con vicios y no es un peligro para la sociedad.

Producto del trabajo diario, don Cirilo Villaló n Martínez, decidió arrendar una cabañ a
ubicada en los Molles, que queda a 42.3 kiló metros, aproximadamente 35 minutos
desde la ciudad de la Ligua, para poder descansar junto a su señ ora y sus hijos.

El dueñ o de la cabañ a, era padre de una de sus trabajadoras en la oficina de


contabilidad, lo que también facilitaba que fuese un lugar de confianza, ya que el añ o
anterior había ido.

Pero toda esta tranquilidad, termino abruptamente aquél día 27 de febrero del añ o
2011, siendo entre las 10:00 – 10:30 de la mañ ana, don Cirilo Villaló n Martínez, se
encontraba solo en la cabañ a, ya que su mujer e hijos fueron a la Ligua a comprar
ropa, fue en ese momento que llega a golpear la puerta doñ a María Joaquina,
Ferná ndez quien lo invita a su casa a tomar desayuno, y quien también estaba sola en
el domicilio, ya que sus padres habían ido a Pichidangui.. Don Cirilo se niega, porque
se había sentido acosado, después que el añ o pasado tuvieron un romance fugaz, pero
fue porque estaba pasando una crisis matrimonial y se había separado de su pareja.

Fue tanta la insistencia de María Joaquina, que decidió aceptar su invitació n. Acto
seguido, después de terminar de tomar desayuno y mientras tanto doñ a María
Joaquina se tomaba una cerveza, fue donde le pidió arreglar su traje de bañ o, don
Cirilo se niega hacerlo, pero nuevamente fue la insistencia de María Joaquina, que
decidió ayudarla con el broche del traje de bañ o, fue en ese momento donde María
Joaquina le da un beso, y empezó a confesarle su cariñ o y amor, y que deseaba hacer el
amor por ú ltima vez.

María Joaquina, decidida a no dejarlo escapar, se empieza a sacar la parte de arriba del
traje de bañ o, y por consiguiente, tuvieron relaciones sexuales consentidas por ambos,
ademá s doñ a María Joaquina, le gusta sentir placer y excitació n a través del
masoquismo.

Terminado el acto sexual, don Cirilo le señ ala que esa misma noche se iría a La Ligua, y
que en el mes de marzo, conversarían respecto de su traslado a la ciudad de Viñ a del
Mar, pero esto desencadeno, a que doñ a María Joaquina se enojara, le devolvió el
collar que le había regalado por un cumpleañ os y empezó a gritar de forma eufó rica
que yo había abusado de ella y que me cagaría para que nunca me olvidase de ella.
Su señ oría, vemos como un hombre está siendo acusado de un delito que no cometió .,
dicha acusació n está basada exclusivamente en absurdos, negligencias y lo que es
peor, en caprichos de una adolescente.

Su señ oría en la vida no hay premios ni castigos, sino consecuencias, esa misma
consecuencia que llevo a este hombre ser acusado de violador, siendo absurdo e
injusto. Don Cirilo está sufriendo prejuicios y siendo estigmatizado por la sociedad,
por involucrarse con una adolescente y que posterior a ello, le dio trabajo en una
oficina privada, donde solo trabajaba medio día, pero que al paso de los meses,, doñ a
María Joaquina, empezó a seducirlo, llamá ndolo en las noches con excusas de trabajo,
pidió ser mi secretaria personal, pero por sus actitudes de querer destruir mi
matrimonio, le explicó que no era conveniente que siguiera trabajando en la oficina de
la ligua, y que seria mas factible un traslado a otra ciudad de la quinta regió n y de esa
forma también beneficiaria a sus estudios.

Su señ oría, la defensa probara durante todo el juicio mas allá de toda duda razonable,
mediante pruebas testimoniales y fotografías del sitio del suceso e informes médicos.
Demostraremos durante el juicio, con las pruebas que vamos a presentar, queda en
evidencia que nuestro representado no tuvo participació n alguna en el delito que se le
está acusando

Por tanto su señ oría, solicito que se declare inocente a don Cirilo Villaló n

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