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M.Lri.aaL-___~--;--:- -·------
: San.són se vio perdido
: cuando reveló a Dalila Rubios o castaños,
f que el secreto de su largos, cortos,
~ fuerza residía en sus ca- trenzados o suel~
: bellos s'in cortar; el moro tos, los cabellos
¡ Otelo fue cegado' por los
' celos cuando imaginó en
son símbolo de la
brazos de otro la rubia vida cot idiana de
cabellera de Desdé- una época y
mona; la otrora be- simbo lizan
lla Medusa se vio '
castigada con su ca-
mucho más
beza convertida en de lo que
un nido de serpien- apar~ntan.
tes... En todos los Por Ciracie/a Cutu/í
tiempos, en el mito,
la religión, la litera- porque se lo asocia a
tura y el arte, los ca- los ciclos vitales e in-
bellos tuvieron siem- cluso al crecimiento
pre un pápel nada de la hierba, el corte
desdeñable que se de cabellos implica,
: revela aquí y allá ~ en cambio, una acti-
¡ historias de heroís- tud de humildad, co-
' mo o de perdición, mo en la tonsura
de enamoramiento eclesiástica o el corte
o de salvación. Se di- que .sufrían las pos-
ce que la cabellera tulantes a una vida
simboliza las propie- retirada en el con-
dades del ser'1uma- vento. En Sumatra,
no -sobre todo sus por ejemplo, las cos-
virtuctes-, así como la tumbres quieren que
vi.rilidad y la fuerza. se deje crecer el pelo
Tal vez por ello en de los niños para
muchas culturas el que no se pierda el
abandono de la in- alma que en ellos
fancia coincidía con tiene su morada, y
aquel la época de la también en algunos
lugares de Alemania
vida en que se deja-
ba crecer el pelo,_y se prefería no cortar
en la Francia medie- el pelo de un nitio
val sólo los reyes y hasta el año, para
príncipes -les rois no atraerle desgra-
chevelus~ podían
cias.
mantener el privile-
gio de los cabellos El Matrimo'!io Arnolfini: en el cuadro de Van Eyck se aprecia el toca-
Las
largos. Mucho más do típico de los Países Bajos hacia el fin de la Edad Media. Metamorfosis
hacia aquí en la his- Para escapar a la
lebre Lady Godiva, la ta romana que debía ca- persecución de Apolo, la
toria, el rapado de Ja c;a-
beza era la humillación aristócrata de Coventry sarse con un romano pa- bella Dafne y su cabelle-
impuesta después de la que se paseó desnuda gano, gracias a un mila- ra, como lo muestra una
para que los súbditos de gro se vio protegida de célebre escultura de Ber-
liberación a las mujeres
francesas que habían co- su marido se beneficia- su desnudez de la cabe- nini, se metamorfosea-
laborado con los ocu- ran con una reducción za a los pies cuando sus ron en ramas y hojas de
pantes alemanes ... en los impuestos. Pru- cabellos crecieron hasta laurel. Más triste fue el·
dente, la dama desató taparle todo el cuerpo. destino de Medusa: an-
De Lady Godiva a sus trenzas -atributo ha- El milagro, sin embargo, tes de éonvértirse en un
Santa Inés bitual de la mujer casa- le valió la acusación de monstruo, Medusa había
Entre las leyendas popu- da- y cubrió así su cuer- brujería y una terrible sido una hermosa joven
lares que otorgan al ca- po con los cabellos suel- muerte. que se dejó seducir por
bello un lugar clave no tos. Si el pelo largo era sím- Poseidón en el mismísi-
se puede olvidar a la cé- De la misma manera bolo de poderío y líber- mo templo de la diosa
s~-~~~- 1.~.~5.1 ~.~-~ jovenci- -~~.~.' probablemente A.tenea .. S<>.".'.~~r.ia, la ............
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 Tocados del siglo XVIII francés, tan exagerados que
podían alcanzar el metro y medio de altura.
: diosa decidió castigarla
· en lo que más le dolería,
convirtiendo los bucles
que eran el orgullo de la
ninfa en sinuosas víbo-
ras. Si antes era hermo-
sa, ahora su fealdad con-
. vertiría en piedra a cual-
. quiera que la mirara ...
: Pero ya lejos del terreno
: del mito y la leyenda, las
: mujeres han sido capa-
! ces de obrar en sus cabe-
: lleras verdaderas -y exa-
¡ geradas- metamorfosis,
¡ según lo iban dictando
: las épocas y las modas.
' Las matronas romanas
usaban el cabello rizado
recogido en un moño;
más tarde, ya en la Edad
~ Media, se usaban toca-
dos que recogían el pelo
como símbolo de recato.
Todo era cuestión de
gustos, por supuesto: y
así se pasó del típico pei-
nado en cornette que
muestran muchas pintu-
ras de la época a los
aborrecidos conos del
gótico, tan grandes y ex-
travagantes que termi-
naron por ser calificados
de "invención del dia-
blo". Sin embargo, nada
parece haber superado
al desmesurado siglo
XVIII francés, cuando las
damas -las más adinera-
das- se peinaban una
vez a la semana y cons-
truían sobre sus cabezas
verdaderas esculturas
que podían llegar,
en tiempos de Ma-
ría Antonieta, al
metro y medio de
altura. Eso no es to-
do: en aquella ma-
raña de cabellos,
tan alta que según
los reglamentos no
debía superar cier-
ta altura si se que-
ría entrar a la Ope-
ra, se agregaba to-
do tipo de adornos
(pájaros, maripo-
sas, animales y dis-
tintos personajes)
para constituir un
verdadero cuadro
viviente capilar.
Cuando rodaron
varias cabezas, du-
""'"'"' ; taba Brantóme pa-
rante la Revolución Fran-
cesa, también se termi-
naron aquellas exagera-
dones...
Lo que nunca terminaría,
por cierto, es la fascina-
ción de los cabellos. No es
nada de hoy día: las egip-
das ya usaban peluca y
las mujeres renacentistas
italianas se teñían de ru-
bio para estar a tono con
la moda, como lo revela
la blonda Venus de Bot-
Abundantes cabelle·
ras en las publicida-
des para el fortale·
cimiento del cabello
de principios de es-
te siglo.
ticcelli, mientras los
cabellos rojos -a ve-
ces asociados a un
toque demoníaco-
siempre representa-
ron la transgresión
y la audacia. Y si se
quiere todavía ha-
cer caso de los vie-
jos consejos, no ha-
brá que olvidar en-
tonces los que die-
ra toda mujer en el si-
glo XVI: "Tres cosas b/an-
cas: la piel, los dientes y
las manos. Tres negras:
/os ojos, las cejas y los pár-
pados. Tres rojas: los /a-
bios, las mejillas y las
uñas. Tres largas: el cuer-
po, los cabellos y las ma-
nos. Tres cortas: los dien-
tes, las orejas y los pies
( ..). Tres sueltas: los de-
dos, los cabellos y los /a-
bios... "
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