Está en la página 1de 1077

Estudios rurales

y movimientos sociales:
miradas desde el Sur
Norma Giarracca: Estudios rurales y movimientos sociales: miradas
desde el Sur. Antología esencial / Norma Giarracca... [et al.] - 1a ed. -
Ciudad Autónoma de Buenos Aires: CLACSO, 2017.
Libro digital, PDF (Antologías del Pensamiento Social Latinoamericano
y Caribeño / Pablo Gentili)

Archivo Digital: descarga y online


ISBN 978-987-722-287-6

1. Movimiento Social. 2. Agroindustria. 3. Sociología Rural.


I. Giarracca, Norma
CDD 305.963

Otros descriptores asignados por la Biblioteca virtual de CLACSO:


Estudios rurales / Movimientos Sociales / Estado / Políticas Públicas /
América Latina / Sociología Rural / Campesinado / Agronegocio /
Extractivismo / Colonialidad
Colección
Antologías del Pensamiento Social
Latinoamericano y Caribeño

Norma Giarracca
Estudios rurales
y movimientos sociales:
miradas desde el Sur
Antología esencial

Selección, edición y prólogo a cargo de


Miguel Teubal
Antologías del Pensamiento Social Latinoamericano y Caribeño
Director de la Colección Pablo Gentili

CLACSO - Secretaría Ejecutiva


Pablo Gentili - Secretario Ejecutivo
Nicolás Arata - Director de Formación y Producción Editorial

Núcleo de producción editorial y biblioteca virtual:


Lucas Sablich - Coordinador Editorial

Núcleo de diseño y producción web:


Marcelo Giardino - Coordinador de Arte
Sebastián Higa - Coordinador de Programación Informática
Jimena Zazas - Asistente de Arte
Rosario Conde - Asistente de Programación Informática
Fotografía de tapa - Jitka Teubalova

Creemos que el conocimiento es un bien público y común. Por eso, los libros de CLACSO están disponibles en acceso abierto y gratuito. Si usted
quiere comprar ejemplares de nuestras publicaciones en versión impresa, puede hacerlo en nuestra Librería Latinoamericana de Ciencias Sociales.

​Biblioteca Virtual de CLACSO www.biblioteca.clacso.edu.ar
Librería Latinoamericana de Ciencias Sociales www.clacso.org.ar/libreria-latinoamericana

CONOCIMIENTO ABIERTO, CONOCIMIENTO LIBRE.

Primera edición
Norma Giarracca. Estudios rurales y movimientos sociales: miradas desde el Sur. Antología esencial (Buenos Aires: CLACSO, noviembre de 2017)

ISBN 978-987-722-287-6
© Consejo Latinoamericano de Ciencias Sociales | Queda hecho el depósito que establece la Ley 11723.

CLACSO
Consejo Latinoamericano de Ciencias Sociales - Conselho Latino-americano de Ciências Sociais
Estados Unidos 1168 | C1023AAB Ciudad de Buenos Aires | Argentina
Tel [54 11] 4304 9145 | Fax [54 11] 4305 0875 | <clacso@clacsoinst.edu.ar> | <www.clacso.org>

No se permite la reproducción total o parcial de este libro, ni su almacenamiento en un sistema informático, ni su transmisión en cualquier forma o
por cualquier medio electrónico, mecánico, fotocopia u otros métodos, sin el permiso previo del editor.

Patrocinado por la Agencia Sueca de Desarrollo Internacional

La responsabilidad por las opiniones expresadas en los libros, artículos, estudios y otras colaboraciones incumbe exclusivamente a los autores
firmantes, y su publicación no necesariamente refleja los puntos de vista de la Secretaría Ejecutiva de CLACSO.
Índice

Prólogo......................................................................................................................................... 15
Miguel Teubal

Sobre los trabajos seleccionados. Introducción..................................................................... 25


Miguel Teubal

PRIMERA PARTE
La Sociología Rural y el debate sobre el campesinado

Complejos agroindustriales y la subordinación del campesinado.


Algunas reflexiones y el caso de los tabacaleros mexicanos (1985)................................... 83

Campesinos y agroindustrias en los tiempos del “ajuste”. (Algunas reflexiones


para pensar la relación, con especial referencia a México y la Argentina) (1993).......... 109

Las agriculturas del Mercosur: el papel de los actores sociales (1998)............................. 131
Norma Giarracca y Silvia Cloquell

Las Ciencias Sociales y los estudios rurales en la Argentina


durante el siglo XX (1999)....................................................................................................... 147

América Latina: nuevas ruralidades, viejas y nuevas acciones colectivas (2004)............ 187

Introducción a Acciones colectivas y organización cooperativa:


reflexiones y estudios de caso (1994).................................................................................... 197
“Tucumanas de ojos grandes”. Un estudio sobre acciones colectivas
de campesinas tabacaleras (1994).......................................................................................... 211

El oficio del sociólogo o de los sociólogos con oficio (2001)............................................. 235


Norma Giarracca y Susana Aparicio

Métodos cuantitativos y cualitativos en los estudios de la Sociología Rural (1995)....... 265


Norma Giarracca, Carla Gras y Paula Gutiérrez

Ensamblando las voces: los actores en el texto sociológico (2004).................................. 275


Norma Giarracca y Karina Bidaseca

Notas sobre el trabajo de campo (2006)................................................................................ 293

Prólogo a El campo argentino en la encrucijada (2005)................................................... 307


Norma Giarracca y Miguel Teubal

Los debates acerca del campo (2005).................................................................................... 313


Norma Giarracca y Miguel Teubal

El campesinado en la Argentina: un debate tardío (1990).................................................. 331


SEGUNDA PARTE
Agroindustria, agronegocio y extractivismo

Del desarrollo agroindustrial a la expansión del “agronegocio”:


el caso argentino (2008)........................................................................................................... 349
Norma Giarracca y Miguel Teubal

Introducción a Agroindustrias del Noroeste:


el papel de los actores sociales (1995)................................................................................... 381

La integración económica con el Brasil y los


pequeños productores cañeros (1993)................................................................................... 389
Norma Giarracca y Miguel Teubal

Introducción a Actividades extractivas en expansión.


¿Reprimarización de la economía Argentina? (2013)...................................................... 413
Norma Giarracca y Miguel Teubal

Las actividades extractivas en la Argentina (2013).............................................................. 423


Norma Giarracca y Miguel Teubal

Tres lógicas de producción de alimentos:


¿hay alternativas al agronegocio? (2013).............................................................................. 451
Norma Giarracca y Tomás Palmisano
La actividad cañera. Los campesinos cañeros en los nuevos
escenarios económicos (1995)................................................................................................ 467
Norma Giarracca y Susana Aparicio

De colonos a sojeros. Imágenes de la estructura social del sur de Santa Fe (2005)....... 537
Norma Giarracca, Carla Gras y Pablo Barbetta

Multiocupación y pluriactividad en el agro argentino:


el caso de los cañeros tucumanos (2001).............................................................................. 565
Norma Giarracca, Susana Aparicio y Carla Gras

Los peligros de los modelos “productivistas” en el sector primario (2007)...................... 589

TERCERA PARTE
Protesta y movimientos sociales

Democracia y neoliberalismo en el campo argentino.


Una convivencia difícil (2006)................................................................................................ 603
Norma Giarracca y Miguel Teubal

Prólogo a La protesta social en la Argentina.


Transformaciones económicas y crisis social en el interior del país (2001)................ 629
Introducción a La protesta social en la Argentina.
Transformaciones económicas y crisis social en el interior del país (2001)................ 635
Norma Giarracca y Karina Bidaseca

El conflicto agrario 2008-2009: los debates necesarios (2010)........................................... 653

La tragedia del desarrollo. Disputas por los recursos


naturales en la Argentina (2007)............................................................................................. 685

Movimientos sociales y protestas en los mundos sociales latinoamericanos.


Nuevos escenarios y nuevos enfoques (2002)...................................................................... 713

El “Movimiento de Mujeres Agropecuarias en Lucha”.


Protesta agraria y género durante el último lustro en Argentina (2001)........................... 737

Bienes comunes en la hegemonía extractivista. Disputas y resistencias (2013).............. 763


Ger-Gemsal (Grupo de Estudios Rurales - Grupo de Estudios
de los Movimientos Sociales de América Latina)

Presentación y notas metodológicas a Cuando hasta las piedras se levantan.


Oaxaca, México, 2006 (2008)................................................................................................. 783

Notas metodológicas: experiencia de investigación desde lugares diferentes.


(Algunas reflexiones acerca del intelectual comprometido) (2008).................................. 795
El “desarrollo” basado en la extracción de recursos naturales (2011).............................. 805

La rebelión de 2001-2002: protestas, rupturas y recomposiciones (2007)........................ 823


Norma Giarracca y Miguel Teubal

El día en que la Plaza de Mayo se vistió de campo (1993).................................................. 851


Norma Giarracca y Miguel Teubal

De las fincas a las casas a las rutas y las plazas: las protestas y
las organizaciones sociales en la Argentina de los mundos “rururbanos”.
Una mirada desde América Latina (2003)............................................................................. 867

La lucha por los derechos del agua en Tucumán.


Transnacionales y mujeres en la protesta social (2005)...................................................... 893
Norma Giarracca y Norma del Pozo

La tierra: polisemias, confusiones y debates (2012)............................................................ 917

El Foro Social Mundial de Porto Alegre:


otro paso de los movimientos sociales globalizados (2001)............................................... 923
Norma Giarracca, Miguel Teubal y Diego Domínguez

Recuperación del territorio, “recuperación de Estado”.


Mosconi, Argentina después de ocho años de lucha (2009)............................................... 937
Norma Giarracca y Juan Wahren
“Vejaciones x 8”: arte y protesta social en Buenos Aires (2001)........................................ 955
Norma Giarracca y otros

Producción y mercados para la vida: una posibilidad


emancipadora para el siglo XXI (2008).................................................................................. 985

CUARTA PARTE
Perspectivas desde el Sur.
Colonialidad del poder, otros bicentenarios

Presentación de Teoría y crítica del pensamiento latinoamericano


de Arturo Roig, a modo de homenaje (2012)........................................................................ 997

El Bicentenario: miradas sobre la Argentina (2011).......................................................... 1007

Cambiar de espejo: mirarnos en América Latina. Reflexiones, desde la Argentina,


inspiradas en las entrevistas al doctor Noam Chomsky (2011)........................................ 1025

Tres paradojas para repensar la política (2012)................................................................. 1037

Prólogo a Nosotros los indios de Hugo Blanco (2010)..................................................... 1067

Sobre la autora........................................................................................................................ 1075


Prólogo
Miguel Teubal*

Consideraciones generales del estudio de la cuestión agraria en el interior


sobre los aportes de Norma del país, en donde vivía la mayor parte de los
Giarracca al pensamiento social productores y trabajadores rurales y en donde
las condiciones de vida del grueso de esa po-
Los aportes de Norma Giarracca al pensamien- blación dejaba mucho que desear.
to social y, en particular, a la Sociología Rural, Desde sus inicios, Norma orientó sus traba-
son vastos y multifacéticos. Históricamente, en jos de investigación hacia zonas donde habi-
nuestro país eran numerosos los estudios de taban sectores campesinos y sujetos agrarios
agrónomos y economistas sobre la zona pam- subordinados, sometidos a situaciones de mar-
peana, la región agraria más rica y poderosa ginación, pobreza extrema y gran sufrimiento
del país, proveedora del grueso de las expor- social. Constituía, y constituye aún en la ac-
taciones y de los alimentos consumidos inter- tualidad, una problemática analizada tanto por
namente. No podía decirse lo mismo respecto la Sociología Rural, como así también por la
Antropología, la Geografía y otras disciplinas
sociales. Norma era consciente de que formaba
* Economista, PhD en Economía Agraria de la Uni- parte de uno de los primeros grupos de soció-
versidad de California, Berkeley. Profesor consulto e logas rurales argentinas en abordar esa proble-
investigador superior del CONICET. Fue profesor titular mática en forma sistemática, la cual continuó
de Economía Agraria en la Facultad de Ciencias Eco-
nómicas, y de Economía II de la Facultad de Ciencias
estudiando durante su estadía en México. Allí,
Sociales de la UBA. Ex-miembro del Transnational Insti- se sumerge en el análisis del campesinado
tute de Ámsterdam. mexicano que culmina con un trabajo de tesis
16 Estudios rurales y movimientos sociales. Miradas desde el Sur

de maestría que está referido específicamente nales que dominan sectores clave de los com-
al complejo tabacalero (ver más adelante). plejos agroindustriales que se van perfilando
Norma orientó su trabajo de investigación aceleradamente en nuestros países? O visto
hacia los sectores agrarios subalternos en de otra manera: ¿en qué medida los media-
donde la cuestión agraria era también densa nos y pequeños productores de Tucumán y de
pero tenía otras características, y por tanto otras regiones del noroeste y nordeste del país
involucraba otras perspectivas teóricas. Se —muchos de los cuáles podrían asemejarse al
trataba de analizar las condiciones de vida de campesinado mexicano, peruano o boliviano,
pequeños productores y trabajadores rurales, y con una problemática diferente a la del cha-
y de los factores que influían sobre su evo- carero, o colono, o gran terrateniente de la
lución futura. En fin, se trataba de un tópico región pampeana— podrían “sobrevivir” fren-
no siempre considerado como relevante para te al embate del neoliberalismo en general?
entender aspectos que atañen del sector agro- ¿Cuáles son las consecuencias de esa nueva
pecuario de nuestro país. Más afín incluso a ruralidad que Norma percibe y que se estaba
la problemática del campesinado latinoameri- manifestando sobre las condiciones de vida
cano, en general, a los casos de México, Perú, de todos esos sectores —incluidos también, a
Brasil, y a países en donde se manifestaron una parte apreciable de los productores “cha-
importantes movimientos de reforma agraria careros” pampeanos—?
en diferentes momentos históricos. Esta es Desde sus primeros pasos, todas sus investi-
una primera cuestión que podemos conside- gaciones requirieron de trabajo de campo am-
rar: el realce de la sociología rural debido a pliamente extendidos, siendo este una parte
los aportes que realiza Norma en relación con importante de su aporte como investigadora
los productores y trabajadores rurales del in- del agro argentino. Pero tras varios años de
terior de Argentina y de toda Latinoamérica. Y analizar casos circunscriptos territorialmente,
las preguntas que surgen entonces son: ¿cómo sus reflexiones se amplían hacia las transfor-
son sus condiciones de vida? ¿En qué medida maciones que operan tanto en el sector, cuan-
podrán sobrevivir frente al embate de los pro- do conceptualiza el surgimiento del agronego-
cesos de globalización, frente a la importancia cio —en especial el sojero— o hacia aquellas
que adquieren grandes empresas transnacio- transformaciones vinculadas a la minería a
Prólogo | M. Teubal 17

cielo abierto o el fracking en la producción de los escritos, pues hay trabajos de los años
petrolífera. Surge entonces la problemática y noventa que consideran el auge del agronego-
conceptualización del extractivismo.  cio y el extractivismo, pero al mismo tiempo
En paralelo, Norma analiza en sus trabajos se presentan consideraciones sobre diferentes
las alternativas y las resistencias. En un primer protestas y movimientos sociales. Algo similar
momento piensa en la cooperativa o el coope- ocurre con la protesta social que Norma ana-
rativismo como una salida importante para los lizó en paralelo al desarrollo de consideracio-
productores y trabajadores rurales, pero en nes sobre las epistemologías del Sur, las cua-
forma conjunta con esta problemática también les, sin embargo, no pueden ser aisladas del
va sumergiéndose en el análisis de la protesta surgimiento de nuevos movimientos sociales,
social para concluir en consideraciones en tor- especialmente en lo que atañe a las resisten-
no a nuevos enfoques, y a las epistemologías cias socio-ambientales.
del Sur que desarrolla profusamente Boaventu- De todos modos, lo que presentamos aquí
ra de Sousa Santos. constituye simplemente una matriz que nos
En esta Antología hemos pautado las si- permite ubicar los trabajos y tener alguna no-
guientes secciones, que de alguna manera ción respecto de las relaciones que tienen en-
reflejan la evolución de los intereses y prio- tre sí. Por lo demás, esta ha sido la respuesta
ridades de Norma en su trabajo de investiga- al complejo problema inicial de seleccionar
ción. Una primera parte que denominamos “La algunos escritos de entre una multiplicidad de
Sociología Rural y el debate sobre el campe- trabajos de gran calidad. Luego de varias lectu-
sinado”. Seguidamente, “Agroindustria, agro- ras e intercambios logramos seleccionar unas
negocio y extractivismo”. La parte siguiente la 900 páginas. Ello requirió un gran trabajo de
denominamos “Protesta y movimientos socia- selección de mi parte, y de Tomás Palmisano
les”; y, finalmente, “Perspectivas desde el Sur. que me ayudó en esta tarea y en otras de inelu-
Colonialidad del poder, otros bicentenarios”. dible importancia como, por ejemplo, la edi-
Estos núcleos temáticos reflejan diferentes ción adecuada del Prólogo y la Introducción.
momentos del interés de Norma sobre tópicos Tomás posteriormente siguió colaborando
diversos, pero que inevitablemente se entre- en sucesivas versiones que fui produciendo,
cruzan. Esto se hace evidente en las fechas como así también en la selección de los traba-
18 Estudios rurales y movimientos sociales. Miradas desde el Sur

jos que finalmente incluimos en este libro. Su un entrañable amigo mexicano de origen ar-
aporte fue una contribución inestimable que gentino. Él escribe:
me ayudó mucho para la elaboración de esta
versión final. Norma se apasionó, desde sus primeros pasos
Para lograr esta selección tuvimos que dejar académicos en México, mucho más en el estu-
afuera materiales muy importantes. Decidimos dio de los pequeños productores rurales que del
excluir algunos libros que coordinó o en los agribusiness… Estuvo atenta y escribió sobre
los grandes problemas sociales agrarios de Ar-
que colaboró Norma, y que podríamos decir
gentina y de América Latina. Uno puede seguir
que ya tenían su autonomía propia y estaban
la evolución de los mismos a través de la obra
lanzados al mundo de la Sociología en general. de una intelectual enterada, que participa en la
Entre ellos figuran Tucumanos y tucumanas, cambiante discusión intelectual y política: la de-
territorios y lugares; 15 mitos y realidades pendencia, el debate campesinistas-descampesi-
sobre la minería transnacional en la Argen- nistas, la globalización, las nuevas característi-
tina; La tierra es nuestra, tuya y de aquel…; cas del sistema capitalista, las luchas indígenas
Las disputas por el territorio en América (zapatismo) y su impacto en el cono Sur, el co-
Latina, y un último libro que Norma pensaba lonialismo interno, la multiplicación de nuevos
publicar y para el que ya tenía algunos capítu- grupos sociales en el campo, nuevas expresiones
los escritos cuyo título es Pensar resistencias de lucha, la soya transgénica, la minería a cielo
abierto, las nuevas alternativas políticas y socia-
y protestas. Problemas y conceptualizaciones
les que se plantean, etc. Casi tienes, a través de
del siglo XXI, que será publicado prontamente
su obra, una historia de América Latina rural des-
por la editorial Antropofagia. El material requi- de los inicios del capitalismo dependiente hasta
rió un importante trabajo de evaluación y se- el neoliberalismo.
lección, pero creemos que esta versión final de
la compilación es un fiel reflejo del pensamien- Una de las características que define gran parte
to de Norma. de la obra de Norma es el trabajo conjunto con
También recabé la opinión de otros amigos, otros investigadores, y muy especialmente con
y quisiera incluir aquí un párrafo realmente em- sus ayudantes y doctorandos que investigaban
blemático sobre el pensamiento de Norma que y estudiaban con ella. Por una parte adopta el
me enviara en su momento Horacio Mackinlay,
Prólogo | M. Teubal 19

enfoque que tempranamente había planteado do, porque Norma ponía pasión en su trabajo,
Rolando García, quien consideraba que el pro- y esto se manifiesta a lo largo de sus escritos.
ceso mismo de la investigación forma parte de Estaba además fuertemente comprometida
la enseñanza del “cómo investigar”. Por ello con lo público, en tanto necesidades que ata-
sus becarios y discípulos, maestrandos y doc- ñen a la sociedad en su conjunto.
torandos que trabajaron con ella integran sus
libros y artículos como partes esenciales, en
muchos casos, de su formación como investi- Semblanza sobre
gadores. No cabe duda de que ello constituye la vida de Norma Giarracca1
una tarea ardua, pero que Norma la asume con
gran naturalidad y como inherente a la investi- Norma Aída Giarracca nació en Ramos Mejía,
gación misma. en el Gran Buenos Aires, el 7 de abril de 1945.
Todo su trabajo también está imbuido de Hija de Mateo Giarracca y Cayetana Saita, su
un profundo sentido político, que se basa en familia, tanto del lado de su padre como de su
la pregunta: ¿cómo contribuir a las luchas que madre, era originaria de Niscemi, Sicilia. Su
realizan los sectores subalternos en las so- madre había nacido en Mendoza, su padre en
ciedades capitalistas para superar las condi- Niscemi. Cristina, la otra hija de ambos, le lle-
ciones de vida en que se encuentran? ¿Cómo vaba a Norma cuatro años.
superar los procesos de explotación y los de- Su padre había trabajado con el abuelo en
terioros ambientales que provoca el proceso la zona de huertas de San Justo, habiendo
de “desarrollo” que se está llevando a cabo en establecido posteriormente un pequeño ase-
el mundo en general? Todo ello bajo la firme
creencia de que tales análisis y procesos de
1 Agradezco a Cristina Giarracca y Marta Cufré, her-
investigación también deben ser de excelen- mana y prima de Norma; a Carlos Abeledo, ex director
cia. No es incompatible la excelencia con el del CONICET con quien trabajó Norma en los ochen-
sentido político de la investigación. O sea, la ta a la vuelta de la democracia; a Néstor del Pozo de
acción política también requiere de los análi- Tucumán, productor y director de una cooperativa de
pequeños cañeros; y a Sandra Carli, quien realizó una
sis de excelencia de los tópicos relevantes e
entrevista a Norma en el año 2013 de donde extrajimos
importantes. Su trabajo no solo es apasiona- para este Prólogo algunas de sus palabras.
20 Estudios rurales y movimientos sociales. Miradas desde el Sur

rradero que mantuvo hasta comienzos de los tancia de que sus hijas se formaran cultural-
años setenta. mente y siguieran una carrera universitaria. Fue
Cuando las hijas comenzaron la secundaria así como ambas estudiaron, y Norma incluso en
la familia se trasladó a Ramos Mejía. Norma su formación tuvo clases de música. Su madre
siempre fue muy buena alumna, aunque tam- cantaba tangos y era una ferviente admiradora
bién se destacó por su rebeldía, o mejor dicho, de la ópera italiana. Ellas estuvieron entre las
su inconformismo. Sin embargo, en todo mo- primeras profesionales de la familia.
mento se evidenciaba su avidez por el conoci- Norma pasó su adolescencia en Ramos Me-
miento. Señalaba alguna vez que cuando descu- jía. Su abuelo materno era socialista, muy polí-
brió a Nkrumah, el líder político africano, se le tico, había leído a Gramsci e influyó significa-
abrieron los ojos respecto de lo que pasaba en tivamente en su pensamiento. Norma destaca
ese continente. que su familia no era antiperonista, un factor
Estudió la secundaria en el Colegio Normal que fue importante en su formación. Su padre
de San Justo, donde se recibió de Maestra. Dice era frondizista pero no antiperonista; todo lo
Norma: contrario, más bien tuvo simpatías por el pe-
ronismo. Su abuelo tampoco era antiperonista.
Las materias como Historia de la Educación o Por otra parte el tío político de Norma era pe-
Filosofía estaban en manos de profesores de Fi- ronista, y su hermano Carlos Cufré fue sindica-
losofía y Letras, que influyeron muchísimo en un lista del gremio de la carne, con una actuación
grupo grande de alumnas que veían en esas ma- durante el conflicto de Lisandro de la Torre en
terias la fuente del conocimiento. (Entrevista de
Mataderos, y que también tuvo algún vínculo
Sandra Carli, en prensa)
con Evita. Asimismo, Norma en su adolescen-
cia, junto con amigos de Ramos Mejía, estaba
En parte, esto contribuyó a forjar su interés
al tanto en los años sesenta del pensamiento
por inscribirse en la Facultad de Filosofía y
de Perón, y se intercambiaban cassettes que él
Letras, primero en la carrera de Educación y
enviaba desde su exilio en Madrid.
Psicología, y finalmente en Sociología.
En 1968 terminó de cursar y en 1969 dio
Su familia y parientes eran en general comer-
las materias. En 1967 la proponen como co-
ciantes, pero sus padres reconocían la impor-
ayudante de Estadística de Fernando Álvarez.
Prólogo | M. Teubal 21

Era el período en que se estaban formando las guel (Teubal), y era muy fuerte Psicología Social.
cátedras nacionales y, con Fernando, Norma se (Entrevista de Sandra Carli, en prensa)
acerca a la CGT de los Argentinos (CGTA).
Sentía orgullo de haber participado junto a Reconocía haber tenido una buena formación
Adriana Puiggrós y otras docentes en la Comi- en Sociología gracias a la cátedra de Murmis y
sión de Educación de la CGTA, y de haber co- Verón, Sociología Sistemática. Germani ya se
nocido a Ongaro y a Di Pascuale. Y justamente, había ido a los EEUU pero estaba Miguel Mur-
en paralelo a la CGTA, se estaba formando el mis, a quien respectaba mucho, y consideraba
Peronismo de Base. O sea, empezó a ligar la como uno de sus principales mentores intelec-
experiencia como maestra con la experiencia tuales. Asimismo, tuvo oportunidad de hacer
política, a conocer la resistencia peronista. En- trabajo de investigación con Lelio Mármora, y
tonces (unos años después de 1968) se contactó participó en el proyecto de marginalidad que di-
con esa organización y empezó el trabajo terri- rigía Miguel Murmis. Hacia el final de su carrera
torial en los barrios de La Matanza o de Moreno pasó a ser ayudante de Estadística y después
o de Boulogne, pero dejó de participar cuando ayudante de Metodología de la Investigación
esa organización se integró a Montoneros. Social. El hecho de que daba Estadística, un
Uno de sus primeros trabajos fue como maes- cuatrimestre para Sociología y otro para Psi-
tra de escuela primaria en la zona de Rafael cología, fue muy importante para su formación
Castillo (en el Gran Buenos Aires), que duró un como investigadora.
tiempo durante su formación como socióloga A comienzos de los años setenta empezó a
en la carrera de Sociología. Destaca que quien trabajar en el Ministerio de Agricultura, pero
la indujo a pasarse a Sociología fue la cátedra previamente surgió un repentino viaje a Perú.
de Introducción a la Sociología que dirigía Jorge La experiencia peruana fue fundamental en su
Graciarena. Ingresó a Sociología porque en esa percepción sobre la vida y el trabajo en general.
carrera había reflexión de filosofía social: Se estaba gestando la Reforma Agraria de Ve-
lasco Alvarado. A ese curso asisten sociólogos,
La Carrera de Sociología era una mezcla de So- economistas, educadores y un matemático.
ciología funcionalista y estructuralista, el marxis- No solo fue importante el curso sino tam-
mo como mecha que daban Miguel Murmis y Mi- bién las visitas a diferentes localidades durante
22 Estudios rurales y movimientos sociales. Miradas desde el Sur

los fines de semana. De lunes a viernes estudia- Dice Néstor:


ban la historia social y económica del Perú. Y
los fines de semana iban a otros lugares. Cuando fui conociendo el pensamiento de Nor-
ma, el abordaje que tenía de la cuestión agraria
Un médico peruano (que había estudiado en La era en función de una humildad terrible, diga-
Plata) nos acompañó. El primer fin de semana mos, y una capacidad de inserción con la gente
fuimos a los cerros a Huancayo a grandes alturas que es fundamental para hacer cualquier inves-
con una combi, y hablamos con la gente, a través tigación… Si vos no te insertás en el territorio
de él. Nos encontramos con aymaras y quechuas no te van a dar bola ni te van a contar lo que
con su ropa y muchas veces hablando en su idio- les pasa. Entonces Norma manejaba todas esas
ma. Algunos estaban enterándose de la reforma cosas a diez puntos y toda la gente que traía, lo
agraria; otros, ni siquiera. mismo. Y a partir de eso comenzó todo un estu-
El segundo fin de semana fuimos a Mala, una pla- dio que hizo de las luchas cañeras. (Entrevista a
ya al sur de Lima. Lo que yo sentía que tenía que Néstor del Pozo, 16 de diciembre de 2016, cañero
hacer es lo que hice toda la vida: sentarme frente tucumano y líder de una cooperativa de peque-
a alguien, y que esa persona me acepte, que pueda ños productores cañeros)
hablar conmigo. El desarrollo de ese talento tuvo
que ver con la militancia; sin embargo, es mucho Pocos años después de su viaje a Perú, en ju-
más fácil sentarse frente a un obrero del Conur- nio de 1972, nos reencontramos con Norma.
bano y decirle “compañero” para entablar un Ella había sido alumna del curso de Economía
diálogo. Acá, en Perú, no eran “compañeros”. Sin que yo dictaba en la carrera de Sociología de
embargo, yo sentía que la gente, las mujeres o los la UBA. pero nunca había hablado con ella. Sin
hombres, se sentaban frente a mí y me hablaban,
embargo, justo cuando a ella le faltaban pocas
y para mí era algo natural, no me daba cuenta de
materias para recibirse, yo renuncio tras la fa-
que no le pasaba a todo el mundo. (Entrevista de
Sandra Carli, en prensa) mosa Noche de los Bastones Largos.
Ese año yo daba clases en la carrera de Econo-
En efecto, quizá sea esta una de las cualidades mía de la Universidad del Sur en Bahía Blanca.
más notables que tenía Norma. Néstor del Pozo Por lo general iba en ómnibus, estaba de lunes a
lo destaca, teniendo presente la experiencia jueves y regresaba para el fin de semana a Bue-
que Norma tuvo años después en Tucumán.
Prólogo | M. Teubal 23

nos Aires. En esa ocasión había perdido el ómni- bre de la mujer de un cañero tucumano que
bus y decidí tomar el avión a la mañana siguiente cayó en 1968. Comenta Norma:
para no perder la clase en Bahía Blanca. Norma,
al mismo tiempo viajaba a Bahía Blanca porque Ese espacio se había formado con algunos gru-
su cuñado y hermana habían tenido un bebé, Pa- pos estudiantiles que venían de FORPE [Fuerza
blo, y necesitaban de su ayuda ineludible. Como para la Organización Revolucionaria Peronista],
consecuencia, luego de un cierto retraso del y con gente que venía de CGTA [Confederación
General del Trabajo de los Argentinos]. Vivíamos
avión, nos “conocimos” nuevamente en Aeropar-
en Juramento y Freire, y terminamos trabajando
que. Hacia fines de año Norma vino a vivir con-
ambos en la Unidad Básica que le correspondía
migo y en marzo del año siguiente, nos casamos. a Barrio Mitre, donde estaba [Carlos] “Chacho”
Ya para entonces Norma trabajaba en el Mi- Álvarez como principal referente. […]
nisterio, y yo había ingresado a la carrera del Nos dedicábamos básicamente a establecer rela-
Investigador, teniendo como lugar de trabajo ción con la gente y a organizarla, primero electo-
el Instituto de Investigaciones Económicas ralmente, en el ’73, y después, en lo que pudiéra-
de la Facultad de Ciencias Económicas de la mos hacer para contribuir a la democracia. Por-
UBA cuyo director era el Dr. Julio H. G. Olive- que ellos me decían —nunca me voy a olvidar—:
ra (quién además fue el director de mi trabajo “Hasta ahora fue difícil, pero ¿sabés lo que va a
de investigación). ser después del 25 de mayo?”.
El 25 de mayo era la fecha en que asumiría Cámpo-
Estando casados, Norma y yo decidimos que
ra. Por ejemplo, se armó una red de carnicerías en
teníamos que militar en forma conjunta, en una
la zona para, entre otras cuestiones, contribuir al
misma organización. Norma, como mencioné control de precios. Pero estas propuestas eran re-
anteriormente, venía del Peronismo de Base, chazadas por las Unidades Básicas subordinadas.
que sin embargo estaba dividido. Un grupo de Había una línea que no era militarista, y otra que
militantes, entre los cuales se encontraba ella, era netamente militarista. Y nosotros teníamos
no estaban de acuerdo con que la organización una gran identificación con los sectores popu-
se integrara a Montoneros. Entonces elegimos lares. Con eso no quiero decir que fuéramos li-
militar en una unidad básica contigua al Barrio berales y creyéramos que en la democracia se
Mitre de Saavedra de la Ciudad de Buenos Ai- iba a conseguir todo porque, de hecho, tampoco
res, llamada “Hilda Guerrero”, que era el nom- Perón era liberal. Pero sentíamos que había que
24 Estudios rurales y movimientos sociales. Miradas desde el Sur

acompañarlo [a Cámpora] con la transición de- Bibliografía


mocrática y con Perón. Sentíamos que había que
respetar esta transición. (Entrevista de Sandra Carli, S. s/f (en prensa) Entrevista inédita a
Carli, en prensa) Norma Giarraca realizada el 19/12/2013,
en el marco de los Proyectos PIP-CONICET
Después de la muerte de Perón la situación se 2011-2014 “Transformaciones de los
hizo más compleja. No se apoyó a Isabel Pe- procesos de adquisición, producción
rón en el marco del proyecto “Lealtad”, y ello y transmisión del conocimiento
implicó un quiebre. No obstante, Norma siem- universitario. Un estudio de caso centrado
pre mantuvo un profundo respeto por Perón en las historias de vida de profesores/
y siguió destacando la importancia de su pen- as de la Universidad de Buenos Aires del
samiento, por ejemplo, en materia ambiental, área de humanidades y ciencias sociales”
cuarenta años antes de que esta se volviera im- y UBACYT 20014-2017 “La universidad
portante a escala mundial. pública en perspectiva histórica: culturas
Norma siempre tuvo un especial vocación institucionales, biografías de profesores/
por “ayudar al otro” y en especial a los más as y experiencias de conocimiento”
necesitados y explotados por las políticas ofi- (Buenos Aires: Instituto de Investigaciones
ciales. Señalaba su preocupación por el sufri- Gino Germani, Facultad de Ciencias
miento de vastos sectores sociales. Era, ade- Sociales, Universidad de Buenos Aires).
más, una excepcional organizadora, creadora
de trabajos y de vínculos entre las personas.
Se señaló alguna vez su “carácter fuerte”, pero
este no era otra cosa que su fuerte sentido de
justicia, que nunca dejó de manifestar, incluso
frente a los más encumbrados.
Sobre los trabajos seleccionados
Introducción

Miguel Teubal*

Primera Parte: La Sociología Rural nes y Corrientes, lo que da lugar a sus prime-
y el debate sobre el campesinado ras publicaciones1.
Hacia el año 1973, con el fin de la dictadura
Norma Giarracca comienza su trabajo de in- iniciada en 1966 por Onganía y la vuelta del país
vestigación en el año 1970 cuando integra el a la democracia, siendo Horacio Giberti secre-
Grupo de Trabajo en Economía y Sociología tario de Agricultura y Ganadería de la Nación,
Rural del Ministerio de Agricultura y Ganade- Norma participó activamente en actividades
ría de la Nación. En este marco empiezan sus vinculadas con las políticas agrarias a nivel na-
trabajos de campo en las provincias de Misio- cional e integró varias comisiones de concer-
tación con sectores diversos de la comunidad.

1 Como resultado participó en la Investigación socio-


lógica del área tabacalera correntina (Giarracca, Flood,
* Economista, PhD en Economía Agraria de la Uni- Aparicio y Baudron, 1971) y en la publicación Estudio
versidad de California, Berkeley. Profesor consulto e de la mano de obra rural en la actividad forestal de la
investigador superior del CONICET. Fue profesor titular Provincia de Misiones (Grupo de Trabajo de Sociología
de Economía Agraria en la Facultad de Ciencias Eco- Rural, 1974). Entre otras cuestiones se trataba de analizar
nómicas, y de Economía II de la Facultad de Ciencias el mercado de trabajo en zonas de reforestación, desta-
Sociales de la UBA. Ex-miembro del Transnational Insti- cando sus particularidades y la extrema precariedad e
tute de Ámsterdam. inestabilidad que caracterizaba al empleo en esas áreas.
26 Estudios rurales y movimientos sociales. Miradas desde el Sur

Con Norma estuvimos exiliados2 en México México. Su posición a favor de esta tendencia
entre 1978 y 1984 en un período de gran eferves- se basó en la diferenciación social que se mani-
cencia intelectual. Allí ella retomó sus estudios festaba en el campesinado. Para ello se propuso
de posgrado en la Universidad Nacional Autó- revisar el debate en torno a esta cuestión que no
noma de México (UNAM). En el campo de los solo tenía vigencia en México sino también en
estudios agrarios tenía vigencia el debate entre varios países de Europa.
campesinistas y descampesinistas3, siendo es- En esta postura a favor de los campesinistas,
tos últimos los que consideraban inevitable la Norma recurre al último Marx, entre otros, y su
desaparición del campesinado en el marco del intercambio epistolar con la entonces populista
desarrollo del capitalismo mexicano. Norma Vera Zasúlich, y a su diálogo con los populistas
se manifestó a favor de los campesinistas que rusos sobre la posibilidad de que el socialismo
refutaban esa tesitura destacando la importan- pasara por la comuna campesina, por lo menos
cia de los aportes y la presencia del campesina- para el caso de la Rusia de su época. Aunados
do, en momentos en que se producía una gran a esta problemática están los planteos de Cha-
transformación social, económica y política en yanov y Shanin, y la perspectiva de este último
del campesinado como una “clase incómoda”.
En uno de los capítulos de su tesis presenta una
2 En el año 1976 tras el golpe militar de Videla, nos revisión crítica sobre esta problemática.
tuvimos que exiliar debido a que yo había formado par- Norma se inscribió en el Departamento de
te de la carrera de Economía que se dictó a partir del Estudios de Postgrado de la UNAM, tomó cur-
año 1972 en la Universidad del Sur en Bahía Blanca. To-
dos los que participamos en un concurso de oposición
sos y elaboró su tesis para la obtención del títu-
internacional y fuimos designados profesores fuimos lo de Master en Sociología4. Participó asimismo
tildados de subversivos; muchos de mis colegas fueron
presos, y otros tuvimos que emprender el exilio.
3 Entre otros autores que participan en el debate 4 Había sido aceptada para realizar el doctorado en
están Roger Bartra, Arturo Warman, Erich Wolf, Lui- el Institute of Development Studies de Inglaterra, pero
sa Paré, Rodolfo Stavenhagen, Kristen A. de Apendi- por diversas razones nos trasladamos a México. Allí la
ni, Héctor Díaz-Polanco, y desde una perspectiva que UNAM exigía que antes de postularse para el Doctora-
sobrepasa México véase la recopilación de Teodor do todo investigador debía primero obtener la Maestría.
Shanin (1971), Peasants and Peasant Societies. Los cursos requeridos para ambos eran los mismos.
Sobre los trabajos seleccionados | M. Teubal 27

en el Seminario de Desarrollo Agrícola y Agro- boración teórica del debate sobre el campesi-
industrial que dirigía Ruth Rama en la División nado continuó en décadas posteriores y estuvo
de Estudios de Posgrado, donde encontró un presente en casi todas las fases de su trabajo de
importante ámbito de reflexión y discusión. investigación. Tan es así que en las clases que
Entre sus profesores también estuvieron Emi- dio en el año 1987 en el marco del seminario
lio de Ipola, René Zavaleta Mercado y Herbert sobre Sociología Rural que dictaba en el De-
Frey, un historiador conocedor de la problemá- partamento de Sociología de la Universidad de
tica campesina de México e influenciado por Buenos Aires (UBA) trató con cierto detalle la
el pensamiento marxista post renovador de la problemática “campesinista” que había analiza-
New Left Review de Perry Anderson. También do con anterioridad.
se interesó por el pensamiento de Iván Illich y En este período que pasamos en México la
su concepto de “convivencialidad”. investigación de Norma se materializó en el tra-
Allí se retoma otra cuestión que tuvo vigen- bajo de tesis de Maestría titulado “La subordi-
cia en el México de este período y se relaciona nación del campesinado a los complejos agro-
con los análisis de diversos autores latinoa- industriales. El tabaco en México” (Giarracca,
mericanos sobre los denominados comple- 1983). El trabajo de campo se basó en datos
jos agroindustriales, y las articulaciones del recogidos durante una investigación sobre el
campesinado con los mismos. Entre ellos se complejo agroindustrial del tabaco llevada a
destacaban los trabajos de Raúl Vigorito, Raúl cabo por los departamentos de Economía y
Trajtenberg y Gonzalo Arroyo, así como los Sociología de la UAM Azcapotzalco bajo mi
de Ruth Rama, la directora de tesis de Norma. coordinación en la que participaron Norma,
Estos aportes fueron importantes para la evo- Silvia Ortega y Carlos Calderón. Norma fue
lución de su pensamiento. nombrada investigadora principal de la inves-
Con posterioridad a este periodo y en fun- tigación, que fue impulsada por su directora de
ción de una etapa en la que se planteaban alter- tesis, Ruth Rama, quien gestionó su financia-
nativas en términos políticos a estas cuestiones, miento por parte de la Secretaría de Agricul-
Norma rescató la experiencia del campesinado tura y Recursos Hidráulicos de México en el
ucraniano en la figura de Néstor Majnó, de las marco de un convenio de esa institución con
comunas de Aragón en los años treinta. La ela- la UAM Azcapotzalco.
28 Estudios rurales y movimientos sociales. Miradas desde el Sur

Norma trabajó intensamente en este pro- reflexiones analíticas y epistemológicas sobre


yecto y coordinó varios de sus aspectos, en la categoría campesinado, y otro sobre las arti-
especial el trabajo de campo referido a los culaciones agroindustriales. Asimismo, fue re-
campesinos tabacaleros y sus articulaciones lacionando estos conceptos al mundo agrario
agroindustriales. mexicano, “particularizándolo(s) a un proceso
A partir de estos trabajos, se planteó cuestio- social e histórico, para llegar al subsector que
nes que le permitieron adquirir un importante hemos decidido estudiar: el subordinado al ca-
conocimiento del agro mexicano. “La etapa de pital agroindustrial” (ibídem).
campo me proporcionó la oportunidad de re- En la Introducción de su tesis, Norma señaló
correr zonas campesinas, de platicar con sec- el papel del campesinado mexicano:
tores integrados a empresas transnacionales;
ya no solo los productores tabacaleros sino […] cumplió un importante papel en el desarrollo
que en los ejidos platicamos con cafetaleros, industrial del país hasta mediados de la década de
cañeros, huleros, barbasqueros, etcétera” (ibí- los sesenta. Representaba el abastecedor de ali-
dem). Norma se propuso “integrar la experien- mentos baratos para la reproducción de la fuerza
de trabajo industrial, al mismo tiempo que el sector
cia con los tabacaleros a un marco de expli-
agrario capitalista aportaba una cuota importante
cación más amplio que incluyera a los campe-
de productos de exportación que permitía adquirir
sinos ‘subordinados’ al capital agroindustrial” divisas para la compra de bienes de capital necesa-
(ídem). Asimismo se realizaron entrevistas a rios para dicho proceso. […]
productores, funcionarios de Tabamex, jor- [En efecto,] el campesinado proporcionaba ali-
naleros, sindicatos, líderes regionales, y a los mentos y trabajo baratos, indispensables para
que actuaron en el conflicto que derivó en la mantener un nivel de explotación de los sectores
creación de Tabamex. También se entrevistó a obreros urbanos y se constituía en un elemento
productores privados que aún persistían en las importante para el patrón de acumulación esta-
regiones (ibídem: 8). blecido. (Ibídem: 1)
Fue así como Norma aportó elementos
teóricos y metodológicos importantes que no Este modelo entró en crisis en México duran-
habían sido considerados en el trabajo “técni- te la mitad de la década de los sesenta. Para
co” anterior. Presentó un capítulo entero con algunos autores ello fue consecuencia de la
Sobre los trabajos seleccionados | M. Teubal 29

polarización que se fue dando en el agro a raíz todo a la fracción agroindustria) en esta etapa.
de la presencia de esas dos formas de produc- Otros autores oponen a esto el argumento de la
ción: la campesina y la capitalista. Y por la “funcionalidad” que el sector campesino le ofrece
concentración de los recursos hacia la segun- el capital. Para estos últimos, el sector pasaría a
estar organizado y controlado por el capital trans-
da (Paré, 1982, citado en Giarracca, 1983). A
nacional en función de la lógica capitalista de la
partir de esa situación, que repercutió fuerte-
valorización. (Ibídem: 3)
mente en los productores de alimentos, sobre
todo maiceros,
Comenta Norma:
hubo una marcada reorientación de la produc-
Creemos que los descampesinistas ponen dema-
ción. Muchos campesinos orientaron sus tierras
siado énfasis en el resultado final del proceso de
hacia el sorgo y otros abandonaron sus parcelas y
diferenciación, y dejan de lado las etapas inter-
migraron hacia las ciudades. Cundió la perdida de
medias por las que el sector atraviesa. En algunos
la autosuficiencia alimentaria, el incremento de
casos, estos autores ya suponen un sector desinte-
las migraciones rurales urbanas y la reorientación
grado y “ordenadamente” proletarizado. Mientras
de la producción hacia productos de exportación
los autores “campesinistas” en su afán de susten-
y agroindustriales. Asimismo, se produce la fuer-
tar la hipótesis de la “refuncionalización” preten-
te presencia de las Empresas Transnacionales en
den presentar un campesinado homogéneo sin de-
la producción de alimentos, una creciente impor-
masiadas contradicciones en su interior. Nuestro
tancia de la ganadería, la presencia del Estado en
principal objetivo es demostrar cómo el proceso
la comercialización de ciertos productos, todo lo
de diferenciación campesina en México, se evi-
cual, por un lado, modificó los patrones de pro-
dencia en el proceso de diferenciación social in-
ducción y, por el otro, determinó cambios en la
terna más que en una acelerada descomposición.
estructura jurídica en la que se sustentaba el mo-
Este hecho es el que determina, a nuestro juicio,
delo anterior. De este contexto el sector campe-
la cada vez mayor heterogeneidad del sector. […]
sino con fuerte presencia en la producción de ali-
[Asimismo,] la “proletarización” asume la forma
mentos (maíz, azúcar, café, etcétera) es analizado
de un proceso complejo y contradictorio, donde
por algunos autores como una fracción social
resaltan las formas de pauperización campesina
que tiende a desaparecer, debido a las ventajas
o la semiproletarización sin abandono de parce-
que el sector capitalista ofrece al capital (sobre
las. (Ibídem: 3)
30 Estudios rurales y movimientos sociales. Miradas desde el Sur

Otro objetivo, más específico, es “demostrar mática que, podríamos presumir, tenía solo vi-
que la penetración del capital agroindustrial gencia en esos tiempos mexicanos. El rol y los
acentúa este proceso, llegando a subordinar avatares con los que se enfrenta el campesina-
a campesinos de los sectores pauperizados, do (y otros sectores rurales subordinados afi-
ofreciéndoles ingresos iguales o menores a los nes como la población indígena e incluso sec-
pagados a los jornaleros de la región” (Ibídem). tores chacareros pequeños, así como también
Esta problemática está ampliamente trata- los sectores quilombolas y afroamericanos de
da en la tesis de Maestría, y en otros dos tra- muchos países latinoamericanos) en sus di-
bajos que publicó posteriormente: “Tabamex, versas manifestaciones siguen siendo hechos
a remolque de las empresas cigarreras. Y el importantes del mundo actual. En este sentido,
tabaco se nos vuelve humo” (Giarracca, 1982) los trabajos de Norma no han perdido vigencia.
y “Complejos agroindustriales y la subordina- Una muestra de esta problemática es el ar-
ción del campesinado. Algunas reflexiones y el tículo “Campesinos y agroindustrias en los
caso de los tabacaleros mexicanos” (Giarrac- tiempos del ‘ajuste’. (Algunas reflexiones para
ca, 1985). Incluimos en este libro este último pensar la relación, con especial referencia a
trabajo, ya que en él se presentan los resulta- México y Argentina)” (Giarracca, 1993) que in-
dos de su trabajo de investigación que condujo cluimos en este libro.
a su tesis de Maestría. De todos modos, la tesis En este artículo Norma destaca a los cam-
de Maestría “La subordinación del campesina- bios que se fueron materializando en el desa-
do a los complejos agroindustriales. El tabaco rrollo agrario de Argentina y México impulsa-
en México”, publicada por la Universidad Na- dos en gran medida por cambios en la econo-
cional Autónoma de México en julio de 1983, mía mundial.
fue muy reconocida, y obtuvo una mención
honorífica y una medalla de honor. Entre los Algunas décadas atrás no existían mayores dudas
pocos argentinos que obtuvieron este recono- acerca del papel dinámico del Estado en los pro-
cimiento se encuentran Ana María Escurra y cesos de incorporación de los sectores campesi-
Cayetano de Lella. nos, a los procesos económicos nacionales […]
Desde las reformas agrarias hasta paquetes de le-
Considero que los aportes de Norma son
yes que regulaban el desempeño agrícola, se había
fundamentales y van más allá de una proble-
Sobre los trabajos seleccionados | M. Teubal 31

dado una amplia gama de intervenciones estatales problemática de las agriculturas del Noroeste
en las agriculturas latinoamericanas. (Ibídem) continuaron en muchos sentidos con los análisis
de esta problemática. Como muy bien lo plantea
Sin embargo a partir de las políticas de ajuste Norma, si bien no existe un campesinado en
que se aplicaron en ambos países, la Argentina tal como el que existe en México,
Perú y otros países latinoamericanos, en Tucu-
el Estado retira paulatinamente los apoyos im- mán sí existe un campesinado, que ella se em-
prescindibles para presumiblemente mantener la peña en estudiar a fondo, y que constituyó una
“integración” de las agriculturas campesinas a la
parte importante de su trabajo de investigación.
expansión agroindustrial.
En 1998 se publica el libro coordinado por
Norma Giarracca y Silvia Cloquell Las agri-
En el artículo se analizan las condiciones que
culturas del Mercosur: el papel de los actores
facilitan (o no) “la integración de agricultores
sociales5. En la Introducción Norma y Silvia
familiares a la expansión agroindustrial en
comentan que
México y la Argentina” (Ibídem: 16).
Vemos así que aún antes de que Harvey ela-
desde mediados de la década del ochenta, los
borara el concepto de “acumulación por despo- gobiernos latinoamericanos asesorados por los
sesión” Norma presagiaba los efectos nefastos organismos internacionales —los agentes de la
que sobrevendrían en nuestros países si los globalización— generan una serie de medidas
sectores subalternos y en particular los campe- económicas que tienden a expandir los intere-
sinos (y otros sectores subordinados como los ses privados en las agriculturas. La denominada
chacareros medianos y pequeños, poblaciones “retirada del Estado” en el sector agrario desató
originarias y sectores afines) no tomaban car- un proceso muy complejo que aún está en mar-
tas en el asunto y se organizaban con efectivi- cha. […] Se corrobora en casi todos los países
dad para hacer frente las políticas neoliberales una fuerte intención por lograr altos niveles
que aparecían con fuerza en el horizonte.
Esta perspectiva atravesó el trabajo de inves- 5 Aparte de la Introducción que presentan las coordi-
tigación que realizó Norma a su vuelta al país. nadoras se incluyen artículos de Anita Brumer, Sergio
Su trabajo sobre los cañeros tucumanos y la Gómez, Miguel Murmis, Tomás Palau, Diego Piñeiro y
José Vicente Tavares dos Santos.
32 Estudios rurales y movimientos sociales. Miradas desde el Sur

tecnológicos en las nuevas y viejas produccio- habían sufrido exilio o cárcel durante la dic-
nes para lograr rentabilidades adecuadas en un tadura militar, como mecanismo para encau-
mercado externo en “proceso de globalización”, zar la investigación científica en nuestro país.
altamente competitivo y donde las produccio- Asimismo, Norma contribuyó a orientar a los
nes subsidiadas (EE.UU. y Europa) tenderían a
exiliados que regresaban hacia las institucio-
desaparecer. […]
nes en las que podrían retomar sus respectivos
[Frente a esta situación] también asistimos a di-
versas respuestas de estos sectores subordina- trabajos de investigación. Fue muy importante
dos: marchas y tomas de tierra de los “Sin Tierra” la participación que tuvo en la consolidación y
brasileños; movilizaciones y partidos agrarios en activación de las investigaciones en Ciencias
Paraguay; organización de mujeres agropecuarias Sociales, que habían sufrido un especial dete-
endeudadas, tractorazos, marchas federales y rioro en el período militar, y que muchas veces
cortes de ruta en Argentina […] Nos propusimos eran menospreciadas en el mundo de las cien-
trabajar algunas ideas acerca del Mercosur como cias (duras) en general.
proceso económico de integración pero también En un artículo incluido en un número espe-
recordar que hay un proceso social en marcha, cial de la revista Sociedad: Facultad de Cien-
con múltiples determinaciones y cargado de las
cias Sociales, dedicado a “Las Ciencias Socia-
incertidumbres que le son propias. (Giarracca y
les en el fin de siglo”, Norma presentó “Algunas
Cloquel, 1998: 6-8)
reflexiones sobre las Ciencias Sociales y la
investigación en los espacios académicos pú-
En paralelo a estas investigaciones y a nuestra
blicos” (Giarracca, 19926). Reflexionó allí so-
vuelta a la Argentina en 1984, Norma trabajó
bre diversos asuntos vinculados con sus prác-
varios años en el Consejo Nacional de Inves-
ticas institucionales desarrolladas tanto en el
tigaciones Científicas y Técnicas (CONICET).
CONICET, entre 1984 y 1988, asesorando a la
En esos años, se trataba de reestructurar y ade-
Secretaría de Coordinación Académica, como
cuar dicha institución a los requerimientos de
en la Facultad de Ciencias Sociales desde 1988,
la democracia, dada la devastación habida en
“tratando de gestar y construir, junto con mis
ella durante la dictadura militar. Entre otras po-
líticas fueron impulsadas las “becas de actuali-
zación” para todos aquellos investigadores que
6 No se incluye en este libro.
Sobre los trabajos seleccionados | M. Teubal 33

colegas, un espacio de investigación universi- bre los Movimientos Sociales (GER-GEMSAL),


taria”. Dice Norma: que formaron parte del marco institucional en
el que desarrolló el grueso de su trabajo de in-
Como docentes e investigadores universitarios vestigación y el de sus colaboradores, desde
en este final de siglo en Argentina, nos toca vivir ese entonces hasta el fin de su vida.
una paradoja: la de poder actuar dentro de cli- En este período Norma elaboró una serie
mas de libertad y tolerancia poco conocidas en de reflexiones en torno de la evolución de las
otras épocas, que nos permiten pensar, analizar,
Ciencias Sociales y los estudios rurales en la
transmitir y difundir conocimientos, pero tam-
Argentina. Estas reflexiones se materializa-
bién dentro de situaciones impregnadas por una
profunda crisis de las instituciones dependientes ron en diversas publicaciones incluidas en el
del Estado. (Ibídem: 157) libro Estudios rurales: Teorías, problemas
y estrategias metodológicas (Buenos Aires:
El artículo mencionado trata sobre “un poco de La Colmena, 1999). Fueron además adosados
la historia” de las Ciencias Sociales en nuestro diversos trabajos de carácter metodológico
medio, durante el retorno a la democracia, al- y epistemológico tanto en este libro como en
gunos de sus logros, y los escollos y dificulta- otras publicaciones.
des con que ella y sus colegas se enfrentaron a En el primer capítulo del libro, titulado “Las
estos problemas en un momento crucial para el Ciencias Sociales y los estudios rurales en la
desenvolvimiento de la investigación y la ense- Argentina durante el siglo XX” (incluido en esta
ñanza de las Ciencias Sociales en el país. compilación), Norma nos presenta un panora-
Al mismo tiempo tuvo una participación ac- ma general del aporte de la Sociología Rural y
tiva en la creación de la Facultad de Ciencias las demás Ciencias Sociales a los estudios de los
Sociales de la UBA y en el desarrollo de nume- procesos agrarios y mundos rurales de Argenti-
rosas actividades en el seno de lo que poste- na. El artículo siguiente, “Una aproximación a
riormente sería el Instituto de Investigaciones los estudios agrarios en Europa y los EEUU”,
Gino Germani de la Facultad. En el marco de extiende la recopilación a los países centrales.
este instituto creó el Grupo de Estudios Rura- El libro marca un hito importante en el aná-
les y posteriormente el Grupo de Estudios so- lisis del alcance y la significación que tienen los
estudios sociales agrarios de nuestro país y de
34 Estudios rurales y movimientos sociales. Miradas desde el Sur

los enfoques y problemas sobre esta temática por el Programa Regional de Becas de CLAC-
tratados en diversos países del mundo. Tam- SO. En este libro Norma publica la Introduc-
bién se presenta una reflexión sobre algunos ción “América Latina, nuevas ruralidades, vie-
de los principales temas y agendas de proble- jas y nuevas acciones colectivas” (Giarracca,
mas que Norma percibía podrían ser objeto de 2004), incluida en esta antología, en la que
análisis durante el siglo XXI: alimentación, me- destaca que
dio ambiente, movilidad social, sistemas agro-
alimentarios, pobreza, etcétera. Como Anexo desde la década del ochenta las políticas públi-
del primer capítulo, el libro incluye la masa de cas de América Latina tendieron a reorientar la
trabajos vinculados al agro publicadas en el si- intervención estatal, liberalizar la economía y
glo XX por los investigadores de las diversas la apertura al comercio internacional, tomando
como variable de ajuste el salario. [Crecieron las
disciplinas sociales de nuestro país.
tasas de desocupación y] se precarizaron las con-
A su vez, el resto de los capítulos están de-
diciones laborales de los que aún conservaban
dicados a orientaciones y estrategias metodo- sus puestos de trabajo.
lógicas pensadas y diseñadas por sociólogos […]
investigadores aun cuando esto no significa Las políticas públicas ortodoxas —como el Plan
que sean de su uso exclusivo (de la Sociología). Austral (1985) y el Plan de Convertibilidad (1991)
En efecto, “las reflexiones presentadas […] in- de la Argentina, la megaestabilización de Bolivia
tegran el repertorio metodológico tanto de los (1985) y una serie de programas de estabilización
sociólogos como de los antropólogos, geógra- como los de Collor de Melo y Cardoso en Bra-
fos, etcétera” (ibídem). sil entre 1986 y 1999, y en México entre 1987 y
En el libro Ruralidades latinoamericanas. 1994— pusieron en marcha los mecanismos insti-
tucionales para llevar a cabo una transformación
Identidades y luchas sociales, compilado por
sin precedentes en el siglo XX. Las agriculturas
Norma y Betina Levy, y publicado por CLAC-
y las poblaciones afectadas sufrieron las conse-
SO-ASDI en 2004, se reúne un conjunto de en- cuencias de tales cambios macroinstitucionales.
sayos producidos por jóvenes investigadores (Giarracca, 2004: 14)
latinoamericanos del concurso “Globaliza-
ción, transformaciones en la economía rural Fue en este escenario donde se llevaron a
y movimientos sociales agrarios”, organizado cabo nuevas acciones colectivas y surgieron
Sobre los trabajos seleccionados | M. Teubal 35

nuevos actores sociales, muchos de las cuales En torno a esta problemática coordinó va-
tuvieron que ver con el mundo social agrario. rios libros, algunos de los cuales reflejan as-
Al finalizar la década del noventa, “la protesta pectos de sus preocupaciones de carácter
se hizo global y se enfocó contra los organis- metodológico sobre el trabajo de campo. Ac-
mos internacionales que promovieron estas ciones colectivas y organización cooperativa.
transformaciones (la Organización Mundial Reflexiones y estudios de caso (Buenos Aires:
del Comercio, el Fondo Monetario Internacio- Centro Editor de América Latina / Instituto de
nal, el Banco Mundial, etcétera)”. Asimismo, Investigaciones, Facultad de Ciencias Sociales,
entre fines de 1993 y 1994 en muchos países UBA), publicado en 1994, es un libro que, si
de América Latina “aparecieron novedosas y bien a primera vista aparece orientado funda-
significativas resistencias que recuperaron las mentalmente a la acción cooperativa —en efec-
experiencias y luchas que se venían desple- to el capítulo que escribe Norma en la segunda
gando desde el comienzo de la mencionada parte del libro trata sobre la Liga de Cooperati-
década” (Ibídem). vas Cañeras de Tucumán— también se expla-
Según Norma, a pesar de ser mayoría en va- ya en la Introducción “sobre la organización y
rios de nuestros países, los pueblos originarios autogestión como herramientas de desarrollo”7.
nunca antes se habían propuesto gobernar: Asimismo, se pregunta
Ecuador y luego Bolivia ponen esta cuestión en
la agenda política regional (Ibídem: 17). en qué condiciones de posibilidad los sectores
Desde el año 1987 hasta fines de los años no- medios y populares logran cambios que mejo-
venta, Norma trabajó fundamentalmente sobre ren, en algún sentido, sus posiciones laborales y
el complejo cañero de Tucumán en la Argentina, sociales en general. La cooperativa en sus diver-
aunque también analizó otros complejos, como
el arrocero de Entre Ríos y el tabacalero del 7 Aparte de la Introducción y el capítulo sobre la
noroeste del país. En los primeros momentos Liga de Cooperativas Cañeras de Tucumán que escri-
obtuvo subsidios para trabajar en el CEPA, pero bió Norma, y que incluimos en esta recopilación, el
posteriormente se dedicó de lleno a la investi- libro incluye trabajos míos y de Marta Panaia, Gurli
Jacobsen, Mirta Vuoto, Carla Gras, Gabriela Riveiro,
gación en el marco del Instituto Gino Germani Valeria Hall, María Inés Alfaro, Ariadna Guaglianone y
de la Facultad de Ciencias Sociales de la UBA. Marta Vuotto.
36 Estudios rurales y movimientos sociales. Miradas desde el Sur

sas variantes de organización económica, apare- país. La mujer en la sociedad argentina (Bue-
ce como una herramienta, siempre y cuando se nos Aires: Centro Editor de América Latina / Fa-
cumplan determinadas condiciones. El problema cultad de Ciencias Sociales, UBA, 1994), y que
reside en indagar (acerca de) la naturaleza y las también incluimos en este libro forma parte del
características de esas condiciones y, en esta ac-
trabajo de investigación que realizó Norma so-
ción, nos internamos en los mundos sociales, cul-
bre las condiciones de posibilidad de nuevas ac-
turales y económicos. (Giarracca, 1994b: 7)
ciones colectivas dentro de los sectores popula-
[…]
La experiencia de trabajar con la Liga de Coope- res del noroeste rural argentino. Entre ellas tuvo
rativas de Cañeros de Tucumán, una organiza- gran éxito la Cooperativa Tabacalera de Trabajo
ción autogestionaria, observar su funcionamien- “El Sacrificio”
to y la destreza de sus miembros (manejar un
fax, conocer diariamente el precio del azúcar, que comienza en 1984, cuando un grupo de jorna-
manejar un ingenio, etcétera) nos planteó el leras tabacaleras, conscientes de la importancia
desafío de conocer acerca de estos sujetos, ubi- del propio trabajo en la producción, se hicieron
cados en categorías subordinadas del espacio la pregunta: “por qué no trabajar para nosotras”.
económico y social, que habían decidido modifi- […] Iniciaron así un proceso de organización que
car en conjunto sus condiciones preexistentes y involucra tanto aspectos productivos como so-
crear otra situación. cioculturales. (Giarracca, 1994a: 397)
Así, pues, abordamos la problemática del cambio
desde la perspectiva del “agente”, tomando al “ac- En numerosos trabajos Norma se preocupa por
tor” como un recurso de inteligibilidad para dar la problemática que marca al sociólogo en el
cuenta de las acciones mientras nosotros —cien- trabajo de campo y en el trabajo de investiga-
tíficos sociales— nos ubicamos como intérpretes ción en sí. De allí su interés como investigadora
del “otro” en una situación de intersubjetividad y
por los aspectos teóricos y metodológicos de
de implicación. (Ibídem: 9-10)
su disciplina. Varios artículos siguen esta línea
de análisis. En esta compilación se incluye un
El trabajo “’Tucumanas de ojos grandes’. Un
artículo un tanto coloquial impulsado por Susa-
estudio sobre acciones colectivas de campesi-
na Lamboglia, en el que Norma conjuntamente
nas tabacaleras”, incluido en el libro compilado
con Susana Aparicio comentan cómo investi-
por Lidia Knecher y Marta Panaia, La mitad del
Sobre los trabajos seleccionados | M. Teubal 37

garon y cuáles fueron los problemas con que Con posterioridad a esta investigación
se enfrentaron en sus estudios sobre Tucumán. surgieron diversos trabajos de becarios, in-
Este artículo, “El oficio del sociólogo o de los cluyendo tesis de maestría que se elaboraron
sociólogos con oficio”, en el que ambas dialo- en el país y en Holanda, y fueron planteadas
gan con Susana Lamboglia y Adriana Puiggrós, otras muchas preguntas. Las autoras se pro-
fue publicado originalmente en 1995 en el libro pusieron narrar los problemas que tuvieron
colectivo de F. Schuster, N. Giarracca, S. Apa- en esta etapa inicial de investigación sobre el
ricio, J. C. Chiaramonte y B. Sarlo El oficio del complejo cañero:
investigador (Buenos Aires: Homo Sapiens /
Instituto de Ciencias de la Educación, Facultad No vamos a hacer una reflexión teórica, episte-
de Filosofía y Letras, UBA). mológica, sobre los problemas de investigación,
sino que vamos a hacer una reflexión acerca del
Nosotras no somos epistemólogas. No somos me- proceso mismo, de la actividad misma que noso-
todólogas, sino que somos dos investigadoras que tras fuimos desarrollando a lo largo del período.
venimos trabajando en investigación en Sociolo- […] Entonces dijimos: ¿qué pasa con los campe-
gía Rural desde hace muchos años, y que acepta- sinos? ¿Qué pasa con una actividad agroindustrial
mos esta invitación para contarles los problemas tradicional, como la cañera, que estaba sufriendo
que tuvimos en una de ellas: la articulación del transformaciones? Complejos agroindustriales
campesinado al complejo agroindustrial cañero tradicionales o complejos agroindustriales nue-
de Tucumán. (Giarracca y Aparicio, 1995a) vos eran atravesados por estas tendencias ma-
croestructurales que estaban ocurriendo en la ma-
yor parte de América Latina y yo diría, en la mayor
Tal como lo señala Norma, el trabajo que reali-
parte del mundo. (Giarracca y Aparicio, 1995a)
zaron ella y Susana Aparicio dio lugar a un “cua-
derno” denominado “El campesinado cañero:
Entre otras varias cuestiones planteadas, Nor-
multiocupación y organización”, reproducido
ma menciona un problema importante que se
en el año 1990 en Agroindustrias del Noroeste.
plantean los científicos sociales cuando coordi-
El papel de los actores sociales (que incluimos
nan los trabajos de investigación de su equipo:
con actualizaciones en el libro actual; véase
“la construcción del objeto de investigación”.
más adelante Giarracca y Aparicio, 1995b).
38 Estudios rurales y movimientos sociales. Miradas desde el Sur

Creo que ese es uno de los pasos más difíciles y Este trabajo es importante pues señala la
más complicados de la tarea del investigador en multiplicidad de herramientas técnico-meto-
Ciencias Sociales. Y yo diría bastante complica- dológicas que utilizaron Norma, Susana y su
do para los sociólogos. Bourdieu insiste mucho equipo, a lo que “después Touraine le pondría
sobre esto, ustedes habrán leído, porque él está
nombre: ‘intervención sociológica’” (ibídem).
constantemente discutiendo y debatiendo con-
En el trabajo “Métodos cuantitativos y cuali-
tra el empirismo, contra el empirismo ingenuo. Y
está discutiendo, y se la agarra constantemente tativos en los estudios de la Sociología Rural”
con lo que él llama el “eje Lazerfeld, Merton y (Ruralia, Revista Argentina de Estudios Agra-
Parsons”, formadores de las mentes, de la acti- rios), que incluimos en este libro, Norma junto
tud y del “habitus” de los investigadores de mu- a Carla Gras y Paula Gutiérrez (1995) continúan
chas generaciones. Nosotras no escapamos a analizando la problemática de “Campesinos y
esa formación, nosotras fuimos formadas como agroindustrias en los tiempos del ‘ajuste’. (Al-
sociólogas en períodos en que la Carrera de So- gunas reflexiones para pensar la relación, con
ciología tenía un fuerte componente de la So- especial referencia a México y la Argentina.)”
ciología norteamericana, porque su fundador — (Giarracca, 1993). Después de reflexionar nue-
Gino Germani— consideraba que los pasos más
vamente sobre las técnicas cuantitativas y cuali-
importantes para el desarrollo de una Sociología
tativas, señalan:
científica se estaba dando en Estados Unidos.
Aun cuando él tenía muy buena formación en
Sociología y Filosofía europeas, admiraba a Par- Cuando entrevistábamos a los dirigentes de coo-
sons y a la Sociología del Norte. Pero también perativas, por ejemplo, en sus relatos se podrían
es cierto que permitió que en la Carrera hubiese rastrear las condiciones y situaciones que de-
otras miradas críticas, otros sociólogos que co- rivaron en la construcción de un tipo de acción
menzaron a formarnos dentro de la Sociología social, los momentos de “éxito” y de crisis, las
crítica. (Ibídem: 58-59) opciones que como actores fueron construyendo,
las relaciones establecidas con otros. Sabíamos
de las funciones que cumplen las entrevistas en
Más adelante las autoras se plantean el proble- profundidad y las historias de vida en la identi-
ma de la persistencia del campesino cañero y ficación de procesos esenciales, de momentos
lo que había pasado con el campesinado en su de decisión, de aspectos centrales que parecen
relación con los cambios agroindustriales. dignos de un estudio en profundidad (Bertaux,
Sobre los trabajos seleccionados | M. Teubal 39

1989), así como en la reconstrucción de datos que la antropología ejerció sobre “los estudios
factuales que de otra forma hubiesen sido difícil campesinos”. Una investigación o una tesis sin
obtener. A poco de andar, nos dimos cuenta que “trabajo de campo” resultaba impensable y los
la interacción con nuestros entrevistados nos grabadores fueron —y siguen siendo— nuestras
permitía intercambios densos. No solo podíamos herramientas más preciadas. Heredamos, desde
identificar determinadas líneas de análisis sino siempre, entrenamientos en estrategias metodo-
también “universos sociológicos” (Bertaux, 1989) lógicas que valoraban la centralidad del sujeto y
relevantes para nosotras. al investigador como intérprete del otro en una
relación de plena intersubjetividad. […] Pero
“Ensamblando las voces: los actores del texto siempre tanto antropólogos como sociólogos
sociológico” (en el libro coordinado por Ana Lía rurales, contaban con los “cuadernos de cam-
Kornblit Metodologías cualitativas en Ciencias po” verdaderos reservorios de documentación
que eran inestimables fuentes de voces de los
Sociales: modelos y procedimientos de análi-
sujetos en los momentos de mayor libertad en
sis. Buenos Aires: Biblos, 2004) es otro trabajo
la relación investigador-investigado. (Giarracca
incluido en este libro en el que Norma y Karina y Bidaseca, 2004: 35-36)
Bidaseca transitan por este mismo escenario:
En este artículo las autoras se proponen re-
La Sociología y la Antropología Social, como dis-
flexionar “precisamente acerca del lugar que
ciplinas sociales, poseen una larga tradición en
ocupan los relatos de los entrevistados en los
investigaciones en las que los actores sociales, o
simples sujetos bajo estudio, son centrales tanto textos sociológicos, el lugar ‘cedido’ y el lugar
en los modos de indagación como en los textos ‘ganado’, así como de la configuración narrati-
resultantes. Recordemos, como ejemplos ilus- va de las identidades e implicancias personales
tres, el clásico trabajo de Thomas Znaniecki de puestos en juego en la relación de entrevista”
comienzos de siglo, The Polish Peasant in Europe (ibídem: 38).
and América, o la reciente obra magistral de Pie- Varios trabajos del GER-GEMSAL y del Gru-
rre Bourdieu La miseria del mundo, sin olvidar, po de Trabajo Desarrollo Rural de CLACSO re-
por supuesto, Los hijos de Sánchez y el resto de sultaron en publicaciones referidas a diversas
las obras de Oscar Lewis. […] regiones de América Latina. Un primer trabajo
Los sociólogos rurales evitamos, en parte, el
publicado como parte de la serie Universalis-
mandato positivista por la fuerte influencia
40 Estudios rurales y movimientos sociales. Miradas desde el Sur

mo Pequeño N° 1 del GEMSAL8 se titula Cuan- combinación de teoría y “experiencias” sobre


do el territorio es la vida: la experiencia de los una situación social son, a nuestro juicio, los
Sin Tierra en el Brasil (Buenos Aires: GEM- aspectos primordiales para la generación de un
SAL / Antropofagia, 2006). En el artículo “No- conocimiento científico. Escribimos “experien-
cias” entre comillas pues deseamos dejar abierta
tas sobre el trabajo de campo”, incluido en este
los diversos sentidos del término, las variadas
volumen, Norma comenta:
formas de acercarnos a las realidades concretas.
Como solemos decir en nuestros seminarios de
Muchas veces se piensa que una sólida forma- investigación, en el momento de pensar las meto-
ción teórica por sí sola puede convertirnos en dologías de una investigación así como en la in-
buenos intérpretes de la realidad que nos rodea terpretación final de la misma, se ponen en acto
y que no hace falta conocer las realidades par- la formación y la solidez del investigador pero
ticulares para saber, por ejemplo, qué son los también entra en juego su capacidad creativa.
campesinos y cómo actúan en nuestros países. (Giarracca, 2006: 63-64)
Es verdad que si no partimos de una sólida for-
mación teórica no obtendríamos los resultados
esperados aunque conviviéramos días, meses, e
Este es tan solo un párrafo de un conjunto de
incluso años con una comunidad campesina. Tal notas emblemáticas que escribe Norma sobre
vez obtendríamos una excelente experiencia per- el trabajo de campo.
sonal (que no es poco) pero nada muy relevante En otro artículo conjunto de Norma con
para aportar a los estudios campesinos. Si no sa- Karina Bidaseca, “La entrevista: técnica meto-
bemos interrogar a la realidad, esta no habla por dológica y experiencia comunicativa”, que se
sí misma (como muchos empiristas estiman). La encuentra en el libro Estudios rurales: proble-
mas, teorías y estrategias metodológicas (no
incluido en este libro) se elabora “el escenario
8 El trabajo incluye un Prólogo que escribió Norma;
la Presentación de Bernardo Mançano Fernándes; “Los conceptual” para una reflexión sobre la entre-
apuntes de un trabajo de campo: el MST, San Pablo”, vista. Dicen las autoras:
escrito por Norma y Jorge Montenegro; “Movimiento
Sin Tierra: antecedentes y construcción territorial” de La entrevista es básicamente un encuentro, una
Comeli, García Guerrero, Petz y Wahren; y “Notas so- interacción comunicativa entre personas. No solo
bre el trabajo de campo” de Norma, que incluimos en reafirma la importancia de las relaciones persona-
esta compilación.
Sobre los trabajos seleccionados | M. Teubal 41

les, también desnuda la cotidianeidad silenciada, milia: siempre habrá, por reiteradas entrevistas
pero fundamentalmente recupera el valor de los que se piensen “completas”, un final inconclu-
métodos cualitativos, del “estar allí” en la esencia so, un sentido huidizo, de “incompletitud” que
del hecho social. (Giarracca y Bidaseca, 1999: 201) desborda al saber y que la disciplina por sí sola
no logra descifrar. Y esto mismo sucede en el
La interacción entre entrevistador y entrevista- nivel más general, cuando nos enfrentamos al
do se vuelve fundamental porque garantiza la interrogante “¿Qué sucede con los campesinos
paridad entre el entrevistador y su interlocutor cañeros?”. Mientras el dato cuantitativo es indi-
cativo y tiende a sedimentar lo social, el conoci-
durante la entrevista.
miento construido desde la práctica etnográfica
desliza tal pretensión advirtiendo la contingen-
Predomina una idea democrática del sujeto de los
cia y la incompletitud de los procesos sociales.
procesos sociales, el reconocimiento de un mun-
(Ibídem: 214-215)
do social popular y la esperanza de aproximarnos
a comprender las grandes configuraciones de
sentido, a veces locales (como en nuestro caso) El libro coordinado por Norma Giarracca y
en otros casos más generales pero siempre atra- por mí El campo argentino en la encrucijada.
vesados por “los climas de época” (estas últimas Estrategias y resistencias sociales, ecos en la
son palabras de Arfuch, 1992). (Ibídem) ciudad (Buenos Aires: Alianza, 2005) incluye
trabajos sobre la situación del agro en los años
Por último y a modo de reflexión final, co- dos mil. Se basa en el trabajo de investigación
mentan: que llevó a cabo el GER-GEMSAL, además de
investigadores afines, entre los años 2000 y
Pensamos que la entrevista trasciende el lugar 20049. En el Prólogo, que conjuntamente con
del encuentro permitiendo abrir la interioridad
de los sujetos a nuestras miradas, a nuestras
escuchas, a nuestras posibles interpretaciones, 9 Aparte de los trabajos de los coordinadores se in-
sin cuestionar nuestra intrusión en su privaci- cluyen trabajos de Susana Aparicio, Pablo Barbetta,
dad. No obstante, no se puede pretender que Karina Bidaseca, Adolfo Boy, Norma del Pozo, Diego
ella abarque de modo exhaustivo la totalidad de Domínguez, Celeste Golsberg, Carla Gras, Pablo Lapeg-
los aspectos de la vida de un sujeto o de una fa- na, Daniela Mariotti, Javier Rodríguez, Pablo Sabatino,
Juan Wahren y Ana Mariel Weinstock.
42 Estudios rurales y movimientos sociales. Miradas desde el Sur

la “Introducción: los debates acerca del cam- cran al sector agropecuario de nuestro país
po” incluimos en este libro, señalamos que en décadas recientes. Después de presentar
una visión global sobre “El papel del sector
durante estos cuatro años de trabajo atravesa- agrario”, nos abocamos a dilucidar aspectos
mos una de las peores crisis que se recuerda en de esos debates.
el país en materia económica. La población se Si bien con frecuencia se destacan aspectos
empobreció en una magnitud inédita; en el país el positivos de la evolución del sector en déca-
excedente alimentario, las poblaciones de los des-
das recientes —por ejemplo como generador
ocupados, campesinos arrancados de sus tierras,
de divisas (crucial a la hora de pagar los ser-
trabajadores precarios, comenzaron a pasar ham-
bre. Nosotros, como especialistas del sector agra- vicios de la deuda externa) o como proveedor
rio, vivimos esta situación como una paradoja que de alimentos—,
ameritaba un gran esfuerzo de nuestra parte para
comprenderla y dar cuenta de ella. Investigamos, el gran reproche que se le puede hacer es que, a
recorrimos provincias, generamos datos cuantita- pesar de su crecimiento en décadas recientes, no
tivos y cualitativos. Entrevistamos a todos, pre- ha contribuido a solucionar los grandes proble-
sentamos atención a los argumentos económicos, mas de los argentinos: el hambre, la miseria, la
políticos, comprendimos por qué los productores desnutrición. Es decir, dejó de contribuir a la re-
aceptaron rápidamente la nueva propuesta, pero producción de toda la población y pasó a consti-
también escuchamos las voces de quienes experi- tuirse en fuente de alimentos solo para una parte
mentaron los cambios en sus propias existencias, del país, mientras que la otra no puede acceder a
deteriorando su calidad de vida y perdiendo dere- ellos. (Giarracca y Teubal, 2005a)
chos. (Giarracca y Teubal, 2005b)
En determinado momento se introdujo la pro-
Tanto en el Prólogo como en la Introducción se blemática de la renta de la tierra, entre otros
presenta un análisis crítico sobre la agricultura factores. En efecto,
que se viene configurando en décadas recientes.
En la Introducción del libro que aquí con- en nuestro país, por la forma en que fue distribui-
sideramos y que titulamos “Los debates acer- da la tierra, así como por la falta de mano de obra
ca del campo” se plantean algunas de las para su trabajo, se configuraron tres modos de
organización en esta relación: el sistema de arren-
problemáticas más importantes que involu-
damientos, que fue ampliamente mayoritario, la
Sobre los trabajos seleccionados | M. Teubal 43

hacienda con mano de obra asalariada o acasillada la yerba mate, el té, etcétera. No eran campesi-
y el sistema de colonias agrícolas. El sistema de nos al estilo latinoamericano ni totalmente ca-
arrendamientos era compatible con la persistencia pitalistas. La antropología guardaba el concepto
de la gran propiedad y siguió siendo importante a “campesino” para grupos donde el peso indígena
lo largo del siglo XX. (Giarracca y Teubal, 2005a) fuera mayor o con fuertes particularidades étni-
cas, mientras Francisco Delich (1970), sociólo-
No cabe duda de que la renta surge como una go, postulaba la singularidad del campesinado
porción importante de los excedentes genera- argentino, imposible de asemejarlo al marco
dos en el sector que tiende a ser apropiado por latinoamericano. […] La ambigüedad de origen
condujo a otro debate con mayor anclaje en el
los grandes productores agropecuarios o trans-
registro político que tuvo que ver con las Ligas
feridos a otros sectores de la economía nacio-
Agrarias de los años setenta. (Ibídem: 30-31)
nal o internacional.
En este trabajo introductorio también se re-
El otro debate que mencionamos en esta Intro-
toma el debate en torno a la cuestión campesi-
ducción trata sobre “el campo y la democracia”.
na, como así también aquella que tiene que ver
con la cuestión de la democracia. En nuestro país […] las disputas agrarias giraban
centralmente alrededor del aporte del sector al
En la Argentina durante la década del setenta, desarrollo capitalista. En muchos casos, se daba
Archetti y Stölen habían sostenido el carácter de por supuesto que este tipo de desarrollo derivaba,
la pequeña explotación capitalizada de la gran necesariamente, a la formación de una sociedad
franja de las unidades familiares de la estructura democrática, suposición muy cuestionada por las
social, dejando en claro que no era correcto con- teorías sociales y políticas contemporáneas (véa-
siderarla una economía campesina. […] En los se De Sousa Santos, 2000). (Ibídem: 33-3410)
setenta, había consenso de que estábamos frente
a una franja de proporciones importantes en la
estructura social, formada, en su mayor parte,
por unidades que raramente se mantenían fuera
del mercado, que cuando podían utilizaban mano 10 Vease también el trabajo que publicamos con Nor-
de obra asalariada y que, en la mayoría de los ca- ma sobre Democracia y neoliberalismo en el campo
sos, habían sido generados al calor del desarrollo argentino. Una convivencia difícil, incluido en el libro
compilado por Grammont y que incluimos también en
agroindustrial de la caña de azúcar, el algodón,
este libro. (Ver más adelante.)
44 Estudios rurales y movimientos sociales. Miradas desde el Sur

Estas dos temáticas, el campesinado y el cam- miento del agro, situación absolutamente impen-
po y la democracia fueron tópicos en los que sable para México, el Perú o Bolivia. (Giarracca,
Norma venía trabajando (como señalamos en 1990: 55, énfasis propio: MT)
este libro) desde algún tiempo. En un artículo
emblemático publicado en la revista Realidad Norma se preocupa por dilucidar las diferen-
Económica N° 94 en 1990, “El campesinado en tes conceptualizaciones que aparecen en los
la Argentina: un debate tardío”, Norma seña- estudios agrarios referidos a los denominados
la que “la cuestión campesina” nunca tuvo en pequeños productores, los cuales podían ser
nuestro país el peso o la importancia que tiene caracterizados como “colonos”, o “minifundis-
en Bolivia, México o Perú: tas”, diferenciados de los “productores más ca-
pitalizados como los que consideraron Archetti
En estos países la persistencia del campesinado y Stölen” mientras que “se reservaba la caracte-
está fuertemente relacionada con el pasado indí- rización de “campesinos” para algunos grupos
gena y con las reformas agrarias que fueron apli- de pequeños agricultores con identidades cultu-
cadas en distintos momentos del siglo XX. rales o étnicas fuertes o demandas típicamente
La estructura social agraria de nuestro país reco- campesinas”. Señala también que han apareci-
noce otros orígenes y otros procesos de desarro- do estudios que “utilizan la categoría ‘campesi-
llo. El carácter capitalista del terrateniente pam-
na’ para designar a todo productor agrario que
peano, el papel de la renta del suelo, los procesos
de colonización y de consolidación de la unidad
utiliza mano de obra ajena o a todo habitante
familiar presente en todas las regiones del país, rural que trabaja una porción de tierra”. Norma
las relaciones entre las burguesías agrarias pam- se involucra en este debate, analiza los datos
peanas y las regionales, la adecuación de la mano censales y los datos elaborados en sus investi-
de obra a cada período de desarrollo, fueron as- gaciones y “propone una postura ‘campesinista’
pectos relevantes del proceso de evolución agra- para ser tomada en cuenta frente a la elabora-
ria capitalista que concentraron la atención de ción de políticas públicas” (ibídem)11.
aquellos que buscaban dar cuenta de la cuestión
agraria nacional. […] Aunque existieron y exis-
ten campesinos, estos no se tomaron en cuenta 11 Norma conjuntamente con Susana Aparicio siguen
en las comprensiones más globales del funciona- el debate en torno al concepto de campesinado en sus
análisis sobre Los campesinos en la agroindustria
Sobre los trabajos seleccionados | M. Teubal 45

Segunda Parte: Agroindustria, y en las teorías sociales. Allí comenzó a circular


agronegocio y extractivismo el interrogante que otorga el título a este libro:
¿una nueva ruralidad en América Latina? (Gia-
rracca, 2001b: 11)
Tal como señalamos más arriba, Norma con su
[…]
equipo de investigación dedicó la mayor parte Las imágenes rurales de nuestros países cambia-
de su trabajo a la actividad cañera de Tucumán, ron con tal intensidad que habilitan a pensar “una
aunque también se extendió a la actividad taba- nueva ruralidad” donde coexisten empresas de
calera de la región. En determinado momento alta complejidad tecnológica, empresas que for-
analizó la producción del arroz en la Provincia man parte de “grupos económicos” extra-agrarios
de Entre Ríos. En función de estos y otros tra- transnacionalizados, empresas del agroturismo,
bajos surgen las preguntas sobre en qué medi- con mundos rurales heterogéneos con campesi-
da se va configurando una nueva etapa en el nos, productores medios y trabajadores segmen-
desarrollo agrario de nuestro país y si esta nue- tados por los procesos de mecanización, grupos
va etapa constituye parte de una ¿Una nueva étnicos, y nuevos desocupados. Todos ellos están
presentes en las nuevas arenas tratando de im-
ruralidad en América Latina?, que es el título
poner o adaptarse a las nuevas reglas del juego,
del libro que coordinó como titular del Grupo resistir y organizarse para modificar gramáticas
de Trabajo de Desarrollo Rural de CLACSO. En de poder políticas, o también buscar estrategias
el Prólogo de ese libro comenta: que les permitan encontrar otros espacios territo-
riales que los integran (migraciones nacionales e
¿De qué estamos hablando cuando nos referi- internacionales). Se plantea, además que en esta
mos al desarrollo rural? Se trataba de actualizar nueva ruralidad la producción agraria se descen-
conceptos, dar sentido a los nuevos, referir a las tró para dar lugar a territorios donde ella es solo
realidades del hoy. No podemos seguir pensan- un elemento de un amplio abanico de aspectos
do con los mismos parámetros de unas décadas a considerar (bienes simbólicos, como lenguas,
atrás; pasaron muchas cosas en nuestros países arte, comidas, producciones no-agrarias, servi-
cios, etcétera. (Ibídem: 11-12)

cañera. Véase el trabajo incluido en este libro “La ac- Ya por aquel entonces Norma fue desarrollan-
tividad cañera. Los campesinos cañeros en los nuevos
do la idea de que lo que estaba en ciernes eran
escenarios económicos” (Giarracca y Aparicio, 1995b).
46 Estudios rurales y movimientos sociales. Miradas desde el Sur

cambios que atañen al sector agropecuario, lo Una medida de gran importancia para el
cual tenía que ver con la transformación de la nuevo modelo agrario en ciernes lo constituyó
agroindustria en agronegocio. En efecto, desa- el decreto de desregulación del año 1991 que,
rrolla esta idea a partir de varios trabajos y, en entre otras cuestiones, formó parte de un pa-
forma explícita, en un artículo que escribimos quete de medidas tendiente a la liberalización
en conjunto, “Del desarrollo agroindustrial a la plena de la economía, desarticulando la insti-
expansión del ‘agronegocio’: el caso argentino”, tuciones que constituían parte del andamiaje
que integra el libro de CLACSO coordinado por institucional que regía en la economía agraria
Bernardo Mançano Fernandes, Campesinato nacional desde los años treinta a esta parte:
e agronegocio na América Latina: a questão fueron desarticuladas la Junta Nacional de Gra-
agrária atual (2008). nos, la Junta Nacional de Carnes, la Dirección
Nacional del Azúcar, la Comisión Reguladora
Tratamos de sintetizar los dos momentos indi- de la Yerba Mate, así como se disolvieron diver-
cados —el agroindustrial dentro de la ISI (In- sas regulaciones sobre vitivinicultura, etcétera.
dustrialización Sustitutiva de Importaciones), De golpe el sector agropecuario argentino se
y el del agronegocio, en el modelo neoliberal— transformó en uno de los más desregulados y
mostrando cómo juegan en cada uno de ellos los
abiertos del mundo, sujeto mucho más que an-
productores, las empresas, el capital extranjero,
tes a los vaivenes de la economía internacional.
las trasnacionales y el Estado. (Giarracca y Teu-
bal, 2008: 141)
A partir de entonces, son los agronegocios los
que influyen en forma destacada sobre el sector
El trabajo presenta una revisión crítica de polí- agropecuario, mediante la provisión de insumos,
ticas y tendencias que se manifiestan desde los la compra de tierras en algunas regiones, el con-
años setenta en adelante, pero particularmen- trol del procesamiento industrial y la comerciali-
te a partir de un nuevo disciplinamiento insti- zación de la producción, tanto para el mercado
tucional que se establece en los años noventa interno como para la exportación. (Ibídem)
bajo el gobierno de Menem durante el cual pre-
valecen los preceptos más preclaros del neoli- El modelo se potencia cuando se introduce la
beralismo económico. semilla transgénica para la soja, que se expan-
Sobre los trabajos seleccionados | M. Teubal 47

de enormemente, introduciéndose la siembra actividad tabacalera. En nuestro antología se


directa que requiere como contrapartida la fu- publica la Introducción al libro, en la que se
migación masiva con glifosato, un agrotóxico incluye un contrapunto entre ambas activida-
que no afecta a la semilla transgénica. des, y finalmente reproducimos el largo trabajo
El trabajo comenta los avatares involucrados mencionado sobre la actividad cañera de nues-
en esta transición, que comienza a ser muy re- tro país (véase más adelante)12.
sistida. En el trabajo se sostiene la tesis de que En la Presentación general de este libro se
señala que
una integración de los medianos y pequeños pro-
ductores y de los campesinos en el circuito de durante el siglo que se acaba, el Noroeste fue
los agronegocios ya casi no es posible debido, cañero y ello significó no solo que las clases
precisamente, a la lógica de su funcionamiento. dirigentes estuvieran fuertemente conectadas
(Ibídem: 161) con la actividad, sino que, todos los sectores
sociales estuvieran signados por esta historia
Tal como señalamos más arriba, a su vuelta a la regional. Se nacía en pueblos de los ingenios; se
Argentina, el complejo cañero fue el más exhaus- crecía y se aprendía a cosechar en itinerarios mi-
tivamente estudiado. Una de sus tempranas pu- gratorios zafreros, los ciclos de la vida social es-
blicaciones fue realizada conjuntamente con Su- taban fuertemente conectados con el comienzo
o el final de la cosecha: muchos mitos y leyendas
sana Aparicio, y titulada “Los campesinos cañe-
regionales están relacionados con las resisten-
ros: multiocupación y organización”, publicado
cias y conflictos de los trabajadores del surco o
en 1991. Con algunos agregados y actualizacio- del ingenio (la leyenda de el familiar, por ejem-
nes este trabajo fue reproducido en el libro Agro- plo); las identidades étnicas se cruzaban con las
industrias del Noroeste. El papel de los actores de clase, todo ello dentro de una organización
sociales en el año 1995 con el título “La actividad social, en gran medida estamental, autoritaria
cañera. Los campesinos cañeros en los nuevos y paternalista. La región ingresaba de manera
escenarios económicos” (incluimos en este libro despareja e incompleta, a la modernización eco-
esta versión; Giarracca y Aparicio, 1995b).
En el libro Agroindustrias del Noroeste
también se presentan varios artículos sobre la 12 No incluimos en esta antología los trabajos sobre el
complejo tabacalero.
48 Estudios rurales y movimientos sociales. Miradas desde el Sur

nómica y a la modernidad política cultural. (Gia- procesos y movimientos sociales con caracte-
rracca, 1995: 15) rísticas similares.

A continuación presentamos otra caracterización El libro propone una mirada sobre estas activi-
del complejo cañero en el trabajo “La integración dades en sus condiciones de posibilidad para su
económica con el Brasil y los pequeños produc- surgimiento, procesos de conformación y desa-
tores cañeros” (1993), coescrito conmigo. En rrollo y sobre todo, la fundamentación para ca-
este trabajo reflexionamos racterizarlas como “extractivistas”, una palabra
que no figura en nuestros diccionarios pero que
sobre los probables efectos de los procesos de desea mostrar la falta de valoración social que
integración económica (con el Brasil principal- gran parte de la población otorga a esas activida-
mente) sobre los sectores subalternos dentro del des. (Giarracca y Teubal, 2013a: 16)
complejo cañero, considerando que los intereses
de estos no siempre coinciden con los intereses En la Introducción del libro señalamos que
de los demás agentes que lo integran. (Giarracca
y Teubal, 1993: 129). no es la primera vez en la historia de América Latina
que uno de los ejes centrales de los debates y de las
El 2013 coordinamos con Norma el libro luchas políticas, sociales. culturales y epistemológi-
Actividades extractivas en expansión. cas del momento, gira en torno a la relación entre
actividades primarias e industriales. (Ibídem: 11)
¿Reprimarización de la economía argentina?.
Tanto en la Introducción como en el primer
En el primer capítulo nos dedicamos
capítulo “Las actividades extractivas en la Ar-
gentina”, nuestro planteamiento se remite no
a definir minuciosamente qué entendemos por
solo al agronegocio, sino también a otras ac- “extractivismo” y lo que, juzgamos, tienen en co-
tividades denominadas extractivas o extracti- mún las actividades que caen en esta categoría.
vistas que incluyen la minería a cielo abierto Lo que importa resaltar es que si la agricultura y
y el fracking, en la producción hidrocarburí- las extracciones de materiales de la tierra como
fera, entre otros sectores. Se trata de los de- cal, cemento, hierro, petróleo, gas, etcétera, ne-
nominados “recursos naturales” que tienen cesarias para el modelo de la vida “moderna”, se
características afines, y por tanto involucran llevasen a cabo de otros modos, no devastadores,
Sobre los trabajos seleccionados | M. Teubal 49

tales actividades tendrían características produc- Finalmente presentamos el exhaustivo tra-


tivas muy diferentes y sería imposible encontrar bajo que publicaron Norma y Susana Aparicio
en ellas rasgos comunes “extractivistas”. La agri- sobre el complejo cañero de Tucumán, resul-
cultura rara vez en la historia se la caracterizó tado de varios años de una intensa labor que
como actividad “extractiva”. Pero lo que intenta-
realizó su equipo de investigación. En su ver-
mos demostrar en este libro es que los cambios
sión original se denominó “Los campesinos
en la agricultura con la denominada “revolución
biotecnológica”, el retorno “actualizado” de la mi- cañeros: multiocupación y organización” (Gia-
nería de metales y la actividad petrolera con sus rracca y Aparicio, 1991). Fue reproducido con
nuevas tecnologías han hermanado en este rasgo agregados en la segunda parte del libro Agroin-
“extractivista” a todas estas actividades. (Giarrac- dustrias del Noroeste y se titula “La actividad
ca y Teubal, 2013b: 1713) cañera. Los campesinos cañeros en los nuevos
escenarios económicos” (Giarracca y Aparicio,
El capítulo va desglosando estas característi- 1995b: 139-237). Decíamos que se trata de un
cas de las actividades extractivas. trabajo exhaustivo sobre la actividad cañera
En este libro reproducimos, aparte de la In- de Tucumán, en la que, “en los últimos años
troducción y el primer capítulo que coescribi- apareció la preocupación por conocer las con-
mos con Norma, “Tres lógicas de producción secuencias que la fuerte expansión del capital
de alimentos: ¿Hay alternativas al agronego-
cio?” de Giarracca y Palmisano (2013)14.
Teubal y Tomás Palmisano); la tecnociencia aplicada a
la vida en el ejemplo de las semillas (Tamara Perelmu-
13 En el artículo de Norma Giarracca y Miguel Teubal ter); el papel de la tecnociencia en la expansión sojera
“Argentina: Extractivist dynamics of soy production and (Fernando Barri y Juan Wahren) y casos específicos
open-pit mining”, incluido en el libro compilado por Henry de las expansiones de estas actividades tanto provin-
Veltmeyer y James Petras The new extractivism. A post- ciales (Tucumán, Ana I. Rivas) como en sus derivados,
Neoliberal Development Model of Imperialism of the los biocombustibles (Virginia Toledo). Al avance que se
Twenty-First Century? se amplían aspectos vinculados presenta como “imparable” contraponemos las luchas
con estas actividades, y se presenta un análisis más por- silenciosas y de gran paciencia de los mapuche (Gracie-
menorizado de la minería a cielo abierto en nuestro país. la Hadad), de las valerosas Madres de Ituzaingó (Fer-
14 El libro incluye trabajos sobre la generación de nando Barri) así como un pantallazo general de estas
grandes rentas diferenciales a escala mundial (Miguel resistencias (GER-GEMSAL).
50 Estudios rurales y movimientos sociales. Miradas desde el Sur

agroindustrial transnacional ha tenido sobre En todos los casos estudiados y conocidos, los
los pequeños productores” (ibídem: 149). Estados nacionales cumplieron funciones prio-
Dicen Norma y Susana en la Introducción al ritarias para el funcionamiento del modelo agro-
primero de los trabajos arriba señalados: industrial. Arroyo, Rama y Rello (1985), en un
trabajo de síntesis del período de los ochenta
para América Latina, sostenían que las formas
Las hipótesis en que basamos nuestros trabajos en
más frecuentes del modelo agroindustrial era el
general relacionan las reestructuraciones del capi-
de una triangulación entre la producción familiar,
tal agroindustrial (cambios en el nivel de las empre-
las empresas procesadoras y los Estados. Daban
sas, concentración de firmas y capitales, transfor-
como ejemplos los cultivos tropicales con una
maciones en el destino de la producción, procesos
fuerte incidencia de la producción campesina, así
de transnacionalización o internacionalización)
como parte de la producción de granos y oleagi-
con las producidas en el nivel de los actores socia-
nosas. (Giarracca y Aparicio, 1995b: 152)
les intervinientes. En este trabajo nos abocamos a
[…]
las modificaciones que se dan en la conformación
En los noventa este modelo de desarrollo agroin-
del sector cañero y particularmente dentro de los
dustrial se transforma; se registra una fuerte dismi-
pequeños productores. En la etapa de ¨planes de
nución de la inversión extranjera directa en los paí-
ajuste”, de exclusión de vastos sectores sociales
ses de América Latina, especialmente en las agro-
del aparato productivo industrial, muy pocos dis-
industrias de alimentos y bebidas. (Rama, 1992) y,
cuten la funcionalidad de la pequeña producción
en segundo lugar, en el nuevo modelo conservador,
agraria dentro del nuevo “régimen social de acu-
el Estado permite la libre negociación entre em-
mulación”. (Giarracca y Aparicio, 1991: 10)
presas procesadoras y campesinas (ver Giarracca,
1992). Aun cuando el productor familiar está en
El caso del cañero tucumano es bastante único mejores condiciones que antes para negociar de-
por cuanto, como mencionamos anteriormen- bido a la conformación de organizaciones de todo
te, es una de las pocas provincias de nuestro tipo, la asimetría entre los actores transnacionales
país en la que se sigue considerando al campe- y los campesinos es muy marcada. (Ibídem: 152)
sinado en términos clásicos, así como también
por el impacto de diversas políticas públicas Una versión reducida de este trabajo, titulado
sobre este importante actor social. “La acción social en los procesos económicos.
El caso de la actividad cañero en Tucumán”
Sobre los trabajos seleccionados | M. Teubal 51

se publicó en 1997 en el libro coordinado por por una parte, la aplicación de una encuesta a
Darío Cantón y Jorge Raúl Jorrat La inves- los productores cañeros en dos momentos del
tigación social hoy. A cuarenta años de la fin del siglo XX (1988 y 1996); por el otro, y con
recreación del Instituto de Sociología (UBA) la misma metodología, a los trabajadores en
(Giarracca y Aparicio, 1997). Asimismo, en el 1999. También se trabajó sobre las cooperati-
libro coordinado por Norma y por mí El cam- vas cañeras, sobre la Unión de Cañeros Inde-
po argentino de la encrucijada. Estrategias pendientes de Tucumán (UCIT) hasta 1990 y en
y resistencias sociales, ecos en la ciudad, al el momento actual.
cual hice referencia más arriba, se incluye el
artículo de Norma con Daniela Mariotti “La Como en todo trabajo sobre productores de
caña de azúcar en Tucumán: transformacio- cultivos agroindustriales con una mirada des-
nes y permanencias” (Giarracca y Mariotti, de la perspectiva de los complejos, se generó
2015), que constituye en muchos aspectos además información acerca de otros agentes
económicos de la actividad cañera: los dueños
una actualización de trabajos anteriores. En
de los ingenios, las cooperativas, etcétera. Asi-
este trabajo las autoras comentan:
mismo, el estudio sobre los trabajadores rurales
nos permitió abordar la caracterización de otros
En los primeros años […] emprendimos varios actores —contratistas—, así como la dinámica
estudios específicos acerca de los distintos agen- y las articulaciones entre ellos —trabajadores y
tes económicos de la actividad, ya desde su ubi- contratistas— y los productores de los ingenios
cación jerarquizada en el espacio económico, ya etcétera. (Ibídem)
desde sus posibilidades y márgenes para la acción
social, que les permiten negociar posiciones rela-
En síntesis, las autoras analizan los distintos
tivas. Es decir, utilizamos elementos tanto de los
aportes teóricos metodológicos de los complejos agentes que llevan a cabo la actividad cañera
agroindustriales, como del paradigma orientado en Tucumán en los finales del siglo XX tanto
al actor. (Giarracca y Mariotti, 2015) en su condición de productores, trabajadores,
oferentes de servicios, como en el nivel de las
Las fuentes de los datos de este artículo están relaciones sociales, lo cual “les permiten nego-
constituidas por dos trabajos que incluyeron, ciar, año tras año, permanencias y posiciones
relativas” (Ibídem: 133).
52 Estudios rurales y movimientos sociales. Miradas desde el Sur

Una aproximación similar se propone en De plantea un nuevo desafío: dar cuenta de que,
colonos a sojeros. Imágenes de la estructura además de la producción agropecuaria que nos
social del sur de Santa Fe escrito por Norma conduce a peligros sociales y ambientales, han
conjuntamente con Carla Gras y Pablo Bar- aparecido la producción de la minería a cielo
abierto, la expansión petrolera en manos de las
betta (2005), que incluimos en este libro.
empresas privatizadas y otra serie de negocios
Otros aportes de las investigaciones sobre
centrados en nuestros bienes naturales, y todos
complejos agroindustriales se encuentran en ellos suman consecuencias catastróficas.
el artículo “Multiocupación y pluriactividad en En síntesis, el modelo de agricultura —“agrone-
el agro argentino: el caso de los cañeros tucu- gocio”— que se viene desarrollando desde 1991
manos” que publican Norma Giarracca, Susana y que se profundiza con la expansión sojera a
Aparicio y Carla Gras en Desarrollo Económi- partir de la autorización del uso de la semilla
co en 2001 y que se reproduce en este libro. El transgénica en 1996, favorece a las grandes em-
mismo representa un importante trabajo sobre presas transnacionales, a grandes inversores,
algunas de las formas según las cuales los ca- exportadores, comisionistas y comerciantes de
ñeros tucumanos “comienzan a vincularse, en los pueblos del interior donde estos procesos se
dan. (Giarracca, 2007b: 5)
forma creciente, con el problema del abordaje
de las transformaciones agrarias y rurales en
curso” (Giarracca, Aparicio y Gras, 2001).
Concluimos este acápite con el importante Tercera Parte: Protesta y
trabajo “Los peligros de los modelos ‘produc- movimientos sociales
tivistas’ en el sector primario”, publicado en
Anales de la Educación Común, en 2007, en el El artículo “Democracia y neoliberalismo en el
que Norma nos presenta una crítica exhausti- campo argentino. Una convivencia difícil”, en
va en toda su esencia del modelo extractivista coautoría con Norma (Giarracca y Teubal, 2006)
sobre el que venía trabajando desde hacía mu- incluido en el libro de CLACSO compilado por
chos años. Hubert C. de Grammont, La construcción de
la democracia en el campo latinoamericano,
Una década después, cuando los resultados del trata sobre una problemática ya planteada en la
modelo del “agronegocio” están a la vista, se nos Introducción de El campo argentino en la en-
Sobre los trabajos seleccionados | M. Teubal 53

crucijada. En este artículo se analizan las con- a hacerse visibles, como suele suceder en mo-
diciones socioeconómicas para el surgimiento mentos de crisis, América Latina irrumpe confi-
de la democracia tanto en la agricultura como gurando nuevos escenarios imbricados con los
en la sociedad en su conjunto. Una versión tra- que se construyen las protestas antiglobalización
o altermundo. El nuevo siglo nos encuentra en
dicional sostenía la idea de que
esta transición, en estos momentos de pasajes
en los que, por ejemplo en América Latina los
mientras los mundos urbanos, ligados a la indus-
movimientos indígenas de Ecuador y Bolivia, el
trialización, fueron más propensos a encontrar
movimiento zapatista de México, los piqueteros
formas democráticas de convivencia, jerarqui-
(desocupados) Argentinos que forman alianza
zando relaciones secularizadas basadas en la
con los campesinos, o el movimiento de los Sin
meritocracia que asigna recursos con criterios ra-
Tierra del Brasil, son —para dar algunos ejem-
cionales, los mundos agrarios permanecen en las
plos— algunos de los actores políticos que ma-
típicas dimensiones de las comunidades, regidas
yor visibilidad pública han logrado y que luchan
por pautas tradicionales contrarias a las liberta-
por demostrar la construcción de otro mundo
des democráticas. Como consecuencia de todas
posible; es decir, una transformación democrati-
estas ideas, los procesos de industrialización
zadora. (Ibídem: 70-71)
asociadas indefectiblemente a la modernización
habrían de conducir a las sociedades contempo-
ráneas hacia procesos democratizadores cada En este artículo se analiza el impacto del mode-
vez más acabados, inclusive en el dominio de lo lo agroalimentario implantado a escala mun-
agrario y rural. (Giarracca y Teubal, 2006: 70). dial para los procesos democratizadores y sus
consecuencias en el caso argentino. En el caso
Sin embargo, este paradigma fue fuertemente generalizado,
cuestionado en nuestros países dado el surgi-
miento de dictaduras militares y políticas neoli- la agricultura industrial condujo no solo al au-
berales de exclusión social en décadas recientes. mento de la mecanización y a la utilización de
tractores cada vez más potentes, sino también a
Pero hacia fines de la década de los años no-
la utilización creciente de agroquímicos… […]
venta, cuando las tensiones dentro del modelo
Surgen estratos de grandes productores que se
neoliberal comienzan adueñan de la mayor parte de la tierra, adqui-
riendo un excesivo poder, lo que tiende a ser
54 Estudios rurales y movimientos sociales. Miradas desde el Sur

perjudicial para la democracia política. Esta se ciones corporativas”. Unas y otras son acciones
basa en la persistencia de una democracia eco- con sentidos muy diferentes y con consecuen-
nómica, es decir, un contexto en el cual a mu- cias sociales también distintas. (Giarracca,
chas pequeñas explotaciones familiares les va 2001b: 9)
bien, adquiriendo un compromiso no solo con la
tierra sino también con el gobierno constitucio- Norma amplía esta conceptualización y descri-
nal. (Vallianatos, 2001: 49, citado en Giarracca y be el contenido del libro:
Teubal, 2006: 74)
Pueblos fantasmas, miles de expulsados del cam-
En el Prólogo al libro La protesta social en la po, zonas del interior del país en las que su cerca-
Argentina. Transformaciones económicas y na prosperidad es solo un recuerdo, quiebra de in-
crisis social en el interior del país (Buenos finidad de cooperativas: estos hechos son algunos
Aires: Alianza, 2001), Norma comenta: de los resultados de la desregulación económica
aplicada en amplias áreas rurales del territorio
En este libro presentamos una serie de trabajos argentino; y a la vez son parte relevante del pro-
acerca de las acciones colectivas emprendidas blema de inserción y arraigo de los habitantes de
por quiénes se sintieron agraviados, excluidos, la “nación postergada”. Que frente a tales situa-
violados en sus derechos sociales en la Argen- ciones se realice una Marcha Federal o surja un
tina de la última década. En la mayoría de los Movimiento de Mujeres Agropecuarias en Lucha,
casos conceptualizamos estas acciones como o que los trabajadores del petróleo, los cañeros
“protestas”. Protestar, en su definición corrien- tucumanos, los estatales jujeños y tantos otros
te, significa “manifestar alguien su disconfor- sectores afectados por esas políticas impiadosas
midad vehemente, con algo”, “manifestarse al- protesten, y que esas protestas sean cada vez ma-
guien contra la validez o legalidad de un acto yores no debe asombrar a nadie. Sí, en cambio,
tachándolo de vicioso” (Diccionario Kapelusz asombra la escasa atención que se ha prestado al
de la lengua española). En las definiciones aca- fenómeno. Pareciera que solo cuando los piquete-
démicas —que están incluidas en el capítulo ros cortan las rutas o se producen otras “incomo-
introductorio— la protesta aparece como una didades” para los ciudadanos de las grandes urbes
herramienta política de los que no tienen poder, los medios se hacen eco y los cientistas sociales
el arma de los débiles. Cuando se manifiestan intentan algún análisis. (Ibídem)
los poderosos, estamos frente a “lobbies” o “ac-
Sobre los trabajos seleccionados | M. Teubal 55

El Prólogo de Norma en el libro de referencia aquellos tiempos había esperanza respecto de un


también nos da un pantallazo acerca de sus desarrollo económico equitativo que acompaña
principales tópicos y artículos15. el proceso de democratización política.
Allí se propone dilucidar ciertas tendencias [En los noventa] comienzan a manifestarse, pri-
mero sobre las cooperativas bajo estudio y luego
que imperan en la evolución de las acciones co-
en el mundo rural en general, las consecuencias
lectivas.
de la medida económica conocida como “desre-
gulación económica”. […] La situación de crisis
A mediados de la década del ochenta, la genera- no solo comenzaba a manifestarse en el Tucumán
ción de organizaciones de tipo productivas (coo- rural o en la economía valletana de Río Negro,
perativas, emprendimientos agroindustriales, so- sino que comenzaban a colapsar los pequeños po-
ciedades familiares, etcétera) estaba a la orden blados, dependientes de extracciones primarias
del día entre agricultores familiares. Es así que, como el petróleo. La imagen de “arrinconamien-
con el GER emprendí el estudio de las cooperati- to” a la población trabajadora del interior del
vas como agentes de un posible desarrollo16. Por país se expandía: crisis de la pequeña agricultura,
quiebra de las cooperativas, pequeños poblados
que se convertían en fantasmas, desocupación
15 “La mayoría de los trabajos que integran este libro que comenzaba a notarse en los grandes centros
fueron elaborados por el equipo de trabajo que dirijo urbanos. (Ibídem: 10)
en la Universidad de Buenos Aires. Para llevar a cabo
estos estudios contamos, además, con los investigado-
res invitados, los economistas Miguel Teubal y Javier No fue tarea fácil instalar el tema de la protesta
Rodríguez. Pero en el libro encontramos, además, el im- social agraria en la agenda de investigación de
portante aporte de colegas de las Ciencias Políticas que comienzos de la década.
están estudiando la protesta social en el nivel nacional
como Federico Schuster y Sebastián Pereyra” (Ibídem). No había consenso entre los especialistas de los
También se invitó a participar en el libro a Cynthia Piza-
estudios rurales acerca de las consecuencias
rro de la Universidad Nacional de Catamarca, quien es
una asidua visitante de numerosos seminarios internos que desataría el proceso político económico. La
“y sensible conocedora de las acciones campesinas de gente con formación marxista ortodoxa o desa-
la provincia” (Ibídem: 9). rrollista vio con buenos ojos las medidas desre-
gulatorias: se liberarían fuerzas productivas y se
16 Véase Giarracca, 1994a y 1994b, ambos incluidos
en este libro. produciría un desarrollo notable. El recuerdo del
56 Estudios rurales y movimientos sociales. Miradas desde el Sur

“progreso” basado en la economía agroexporta- En 1992 fui invitado a pasar unos meses en La
dora aún está presente entre algunos sectores Haya como Visiting Fellow (investigador visi-
de la producción y de sus especialistas. […] La tante) del Institute of Social Studies. Me acom-
imagen de un fuerte desarrollo agrario (la pro- pañó Norma, quien tuvo acceso
ducción y productividad de algunos cultivos au-
mentaba) estaba muy apoyada, además, por un
a la magnífica biblioteca del ISS en la que me in-
dispositivo discursivo generado por las grades
terné durante esos meses. Mi lectura se despla-
organizaciones, las empresas de agroquímicos y
zó de los problemas de desarrollo rural a estar
semillas, los “especialistas” de los suplementos
más interesada, a mi entender, en comprender
rurales de los principales matutinos porteños y
los cambios sociales y políticos desde una geo-
las fundaciones de los economistas neoliberales.
grafía conceptual post-estructuralista que recibe
Todavía perdura: la diferencia es que hoy tienen
el nombre genérico de Estudios de Nuevos Mo-
que admitir que el desarrollo programado tiende
vimientos Sociales (NMS). Los textos de Alberto
a convertir a los chacareros y a los trabajadores
Melucci, Mario Diani y Ron Eyerman, Donatella
en “¡expulsados del campo!”. La resistencia y la
Della Porta, Paolo Donatti y David Slater, así
protesta social es un tema ignorado por quienes
como nuevos textos de autores más conocidos
mantienen este discurso: la generación de “pa-
en Argentina como Ernesto Laclau, Alain Tourai-
rias” en el campo se considera inevitable. (Gia-
ne, Charles Tilly, fueron invalorables aportes en
rracca, 2001b: 10-11)
aquella búsqueda personal por dilucidar situacio-
nes de fuertes transformaciones en las que la con-
Norma comenzó aquí a trabajar el tema de la flictualidad se expande socialmente. […]
protesta agraria así como “el nuevo tipo de Mi interés se centraba en comprender los momen-
organizaciones rurales nacidas al calor de las tos en que la gente se siente excluida, agraviada,
resistencias a desalojos de la tierra, etcétera, no contenida en los marcos institucionales de las
y al margen de los proyectos institucionales” democracias, comprender estas situaciones en
(ibídem). Muchos de los aportes teóricos utili- las que es dable llegar a la acción colectiva o, por
zados tenían origen en una lectura de las teo- el contrario, cuando la gente puede resignarse o
rías de los movimientos sociales surgida en el emprender respuestas de violencias difusas. […]
La acción colectiva se produce en “ciertas con-
Norte (Europa y EEUU) y reinterpretada des-
diciones” y conocerlas es uno de los grandes in-
de una perspectiva latinoamericana. terrogantes de las Ciencias Sociales. Es en tales
Sobre los trabajos seleccionados | M. Teubal 57

momentos, cuando las personas agraviadas o ex- la “acción colectiva” y sus posibilidades en los
cluidas pueden superar el malestar mortificante nuevos escenarios de los noventa. En ellos en-
que produce la situación, es cuando aparece la contré a los interlocutores que no tenía en los es-
acción de protesta. Protestar es una actitud ac- pacios de los estudios agrarios, y creo no equivo-
tiva, transgresora (Ulloa, 1995). (Ibídem: 11-12) carme si digo que ellos valoraban en mi esa larga
experiencia en trabajos empíricos y esa facilidad
No obstante la importancia de la problemáti- para acercarnos y comprender las acciones de
ca planteada a raíz de las lecturas realizadas los actores sociales que tenemos algunos soció-
por Norma, logos rurales. (Ibídem: 12)
[…]
Un tiempo más tarde aparecieron los colegas bra-
las protestas y movimientos europeos son muy
sileños y mexicanos que ya habían iniciado fértiles
diferentes de los de nuestras realidades: no se
reflexiones sobre las nuevas experiencias campe-
trataba de extrapolar comprensiones. En reali-
sinas (el Movimento Sin Tierra, la Coordinadora
dad lo que me importaba como búsqueda era el
Plan de Ayala, etcétera) desde los aportes teóricos
modo de abordar, de pensar estas nuevas pro-
metodológicos que proporcionan las nuevas bi-
blemáticas, sus sugerencias teórico-metodoló-
bliografías. (Ibídem: 12-13, nota al pie de página)
gicas que aquellos materiales nos podían brin-
dar. (Ibídem)
Además del Prólogo de La protesta social...; se
Norma hace mención que ese material descu- incluyen en esta compilación la Introducción
bierto en Holanda por aquellos años, así como que escriben Norma y Karina Bidaseca; y el
su acercamiento a colegas que, desde otras trabajo de Norma, Diego Domínguez y yo, “El
perspectivas (políticas, filosóficas) comenza- Foro Social Mundial de Porto Alegre. Otro paso
ban a abordar el tema, de los movimientos sociales globalizados”.
El GER-GEMSAL, en el que todos participa-
fueron decisivos en mi decisión de incorporar el mos, y en especial Norma, no pudimos abstraer-
tema a la agenda de la Sociología Rural. En efec- nos del denominado conflicto campo-gobierno
to, Federico Schuster y Adrián Scribano desde (“lockout patronal” en la caracterización del
otras disciplinas y con un buen bagaje de teoría gobierno y “paro agrario” en la de otros). “Si los
política, comenzaban también a preguntarse por medios de comunicación, programas periodís-
58 Estudios rurales y movimientos sociales. Miradas desde el Sur

ticos y hasta las sobremesas familiares estuvie- En el artículo “La tragedia del desarrollo: dis-
ron impregnados por esta situación, es imagina- putas por los recursos naturales en la Argentina”
ble cómo se vivió en el Grupo de Estudios Rura- publicado por la revista Sociedad de la Facultad
les y la Facultad de Ciencias Sociales de la UBA de Ciencias Sociales de la UBA y reproducido
donde desarrollamos nuestro trabajo” (ibídem). en el libro coordinado por Ingrid Sarti, Ciência,
El libro Del paro agrario a las elecciones de Política e Sociedade. As Ciências Sociais na
2009. Tramas, reflexiones y debates, incluye América do Sul (Porto Alegre: UFRGS) ambos
una larga trama del día a día que va de marzo publicados en 2007, Norma, después de descri-
a julio del 2008, más algunos artículos publica- bir algunas de los protestas sociales —disputas
dos en diarios y revistas, así como también otro por los recursos naturales— que se venían dan-
material más extenso que fue elaborado con do desde la década del noventa en el interior
posterioridad a los acontecimientos vividos17. del país —“aunque hay que remarcar que, desde
En esta antología se incluye el artículo de principios de este nuevo siglo, se han converti-
Norma “El conflicto agrario 2008-2009: los de- do en claves para la comprensión de las luchas
bates necesarios” (Giarracca, 2010a). sociales contra el modelo capitalista neoliberal
en la Argentina y en toda América Latina” (Gia-
rracca, 2007a)—, presenta algunas considera-
17 El libro comienza con una trama muy larga en la que
ciones acerca de las diferentes concepciones de
se detallan los principales acontecimientos registrados
por los diarios en ese período. Luego presentamos un “desarrollo” que están en juego:
artículo mío y de Tomás Palmisano, “El conflicto agra-
rio: características y proyecciones”; a continuación el Las promesas del “progreso”, es decir, paz, ali-
trabajo publicado por Norma, Tomás Palmisano y yo, mentos, salud y educación para todos, formaban
“Paro agrario: crónica de un conflicto alargado”; sigue el parte del sentido central de la dupla desarrollo
trabajo de Norma y Tomás Palmisano, “Expansión soje- económico y científico que, de distintos modos,
ra y paro agrario: reflexiones para comprender el 2008 y
se desplegaba tanto en el capitalismo como en
2009 en la Argentina”; “Los usos del conflicto: la influen-
cia de la Mesa de Enlace en el escenario electoral de
las sociedades comunistas […] A mediados de los
2009” escrito por Celeste Castro García, María Comelli años setenta, este modelo sufrió una “gran trans-
y Tomás Palmisano; concluye el libro con una serie de formación”. (Giarracca, 2007a)
colaboraciones periodísticas. En un anexo se incluye la
votación que hubo en el Congreso de la Nación.
Sobre los trabajos seleccionados | M. Teubal 59

Norma plantea diversas cuestiones referidas al ciones de una sociología de los movimientos so-
nuevo modelo, pero en el ciales que recupere al sujeto su capacidad agen-
cial, pero también que recupere al investigador
plano internacional, con nuevas instituciones le- como “intérprete” de significados y sentidos
gales, financieras, económicas, han terminado de de los actores y sus producciones. (Giarracca,
romper con las promesas de la modernización. 2002: 268)
[…] Con los auspicios del Banco Mundial y del
Fondo Monetario Internacional se expanden for- A continuación incluimos en este libro la ver-
mas expoliatorias y expropiatorias de este capita- sión anterior de “El ‘Movimiento de Mujeres
lismo al conjunto del territorio mundial. El ham- Agropecuarias en Lucha’: protesta agraria y
bre, la pobreza, el surgimiento de viejas y nuevas género durante el último lustro en Argentina”,
enfermedades irán devastando al Tercer Mundo escrito por Norma y que integra el libro ¿Una
mientras la polarización de la riqueza alcanza ni- nueva ruralidad en América Latina, publicado
veles desconocidos, las guerras, con alto costo de
por CLACSO en 2001.
poblaciones civiles, acompañan. (Ibídem)
El acercamiento a las Mujeres Agropecuarias en
Son múltiples los trabajos en los que Norma Lucha (AAL) fue muy importante para compren-
analiza el ciclo de protestas que define para der que la situación no tenía retorno sin una ac-
nuestro país en los noventa y el primer decenio ción eficaz de los actores afectados: estaban per-
del nuevo centenario, y en particular aquellos diendo las tierras, los trabajadores perdían sus
que tienen que ver con la disputa por los recur- trabajos, los pueblos del interior se convertían en
sos naturales. Un primer artículo publicado en lugares de soledad y desamparo. En 1996 comen-
el año 2002 en la revista de Porto Alegre So- zamos a investigar con Miguel Teubal el origen
ciologías se titula “Movimientos sociales y pro- del MML y la situación de endeudamiento por la
testas en los mundos rurales latinoamericanos: que atravesaban. (Giarracca, 2001a18)
nuevos escenarios y nuevos enfoques” y se in-
cluye en esta selección. Se trata de
18 Incluimos esta versión del trabajo porque incluye
pensar esta nueva etapa difícil y compleja, para
entrevistas que no fueron incluidas en versiones pos-
las poblaciones rurales desde las conceptualiza- teriores.
60 Estudios rurales y movimientos sociales. Miradas desde el Sur

“Bienes comunes en la hegemonía extractivista. destinadas a actividades de exploración, desa-


Disputas y resistencias” se trata de un artículo rrollo de proyectos y producción de minerales
colectivo producto de investigaciones de dife- por más de $5.600 millones, que significaron un
rentes integrantes de los programas de investi- crecimiento acumulado de 748% con respecto al
2003 y la existencia de más de 336 emprendimien-
gación del GER-GEMSAL así como las investi-
tos mineros en todo el país. La emergencia de las
gaciones colectivas de los miembros de la Cáte-
organizaciones de los pueblos patagónicos y cor-
dra de Sociología Rural financiadas por Foncyt dilleranos se coordinaron en muy pocos años y
y Ubacyt. Se intenta mostrar en este trabajo son paradigmáticos de esta lucha por parar esta
cómo a la lógica del agronegocio de le oponen actividad depredadora. (Ger-Gemsal, 2013: 188)
otras lógicas de producción de alimentos (y no
commodities), de cuidado de la tierra y de otra El trabajo del GER-GEMSAL se extiende al aná-
relación con los bienes comunes en general. lisis de la APPO en la Oaxaca mexicana del año
2006. Se trata de otro libro incluido en la colec-
Son las apuestas de organizaciones de los pueblos ción Universalismo Pequeño, el N° 3, Cuando
indígenas y de los campesinos. Estos procesos de hasta las piedras de levantan, Oaxaca, Méxi-
apropiación mercantil de los territorios también
co, 2006. Norma concibió este libro, pidió cola-
pueden constatarse con la megaminería. Si en el
caso de la tierra la renta se genera principalmen-
boraciones a Gustavo Esteva, Rubén Valencia y
te con los mayores ingresos por la fertilidad de David Venegas que participaran en los eventos,
la tierra (entre otros factores), la minería lo hace y escribió tanto la Presentación como el artí-
por el control estratégico y monopólico de un re- culo “Notas metodológicas: experiencia de in-
curso que es escaso. En la tendencia mundial ha- vestigación desde lugares diferentes (Algunas
cia el aumento de los commodities los minerales reflexiones acerca del intelectual comprometi-
no fueron la excepción; si bien el caso del petró- do)” que incluimos en esta publicación.
leo es paradigmático por la alta dependencia del
sistema capitalista mundial al oro negro, el oro, Este libro nos habla sobre una experiencia de ex-
la plata, el cobre y la gran mayoría de los metales traordinaria riqueza política, cultural, social que
han subido notablemente. Según un informe rea- aconteció en Oaxaca, en uno de los Estados del
lizado por la Secretaría de Minería de la Nación sur mexicano, durante varios meses de 2006. Co-
(2008), en el año 2007 se realizaron inversiones menzó con un paro de los maestros y por la fuerza
Sobre los trabajos seleccionados | M. Teubal 61

del autoritarismo de los gobernantes terminó en minería”, “asambleas, movimientos, organiza-


una poblada que muchos denominaron “la comu- ciones, por el no a la minería”, el “conflicto más
na de Oaxaca”. […] Durante varios meses pobla- importante de 2010: Andalgalá, Catamarca”,
ciones, pueblos (como ellos gustan denominarse) “Los glaciares y su ley “, y “Algunas reflexiones
se auto organizaron para protestar, para resistir
a modo de conclusión”, y fundamentalmente su
la represión pero en la travesía fueron generando
crítica al concepto de desarrollo, sobre el cual
lazos sociales, apropiándose de la ciudad, de las
calles, instituyendo su “barrikadas”, sus espacios discute ampliamente en otros trabajos.
asamblearios, sus propios modos de construir No podía faltar entre los trabajos de Norma
mundos de vida. (Giarracca, 2008b) el libro en el que participaron Daniela Mariotti,
María Comeli, María Inés Petz, Juan Wahren,
Una visión global sobre las actividades extrac- junto a Norma y yo, con una presentación de
tivas y su impacto sobre el “recalentamiento Raúl Zibechi, titulado Tiempos de rebelión:
mundial” se presenta en el trabajo de Norma: “Que se vayan todos”. Calles y plazas en la Ar-
‘desarrollo’ basado en la extracción de los re- gentina: 2001-2002. Del mismo reproducimos
cursos naturales” que incluimos en este libro. el artículo que coescribimos con Norma titula-
Se trata de un escrito encargado por el CELS do “La rebelión de 2001: protestas, rupturas y
(Centro de Estudios Legales y Sociales) para recomposiciones”.
su compilación Derechos humanos en Argen- Continuando con el análisis de diversas pro-
tina: Informe 2011. En este trabajo se plantea testas que se manifestaron a lo largo de estas
una perspectiva crítica sobre el agronegocio, y décadas presentamos el artículo “El día en que
en particular sobre la expansión sojera como la Plaza de Mayo se vistió de campo” realizado
su paradigma más caracterizado. Dedica al- por Norma y por mí, que se basa en los regis-
gunas páginas a definir el agronegocio ya que tros de 1993 de la primera gran marcha de los
“si bien es una producción agrícola-ganadera, agricultores después de la desregulación. In-
funciona con la lógica económica del modelo cluimos en este libro este trabajo
extractivo en relación con los recursos natu-
rales y humanos”. (Ibídem: 331) magistralmente ilustrado por Sábat en la revis-
Entre otros tópicos analiza “los conflictos ta Realidad Económica. La Plaza de Mayo, en
por el agronegocio”, “la actividad de la mega- la imaginación de Sábat, recibía la marcha del
62 Estudios rurales y movimientos sociales. Miradas desde el Sur

campo con un tractor en la punta de la Pirámi- prender los acontecimientos del 19 y 20 de diciem-
de. Ese tractor, El Pampa, estuvo muchas veces bre en la Argentina así como los nuevos sentidos
en la plaza durante la década, acompañando a de la política asamblearia en las calles porteñas,
la Marcha Federal (1994) y al Movimiento de los barrios “piqueteros”, las fábricas recuperadas,
Mujeres Agropecuarias en Lucha (1997), hasta de los tiempos posteriores. No obstante lo que
que en 1998 las autoridades de la ciudad (cuan- ocurrió desde finales de 2001 no se deriva nece-
do Fernando de la Rúa era jefe de Gobierno) le sariamente, de la década; es decir, protestas, ajus-
prohibieron la entrada. Los agricultores solo se tes, pobrezas, desempleos, pérdidas de derechos
animaron a desobedecer la medida en la gran sociales, vaciamiento de la palabra por parte de
protesta agraria de julio de 1999, cuando el go- los políticos, etcétera, constituyen los escenarios,
bierno de Carlos Menem agonizaba y la Alianza la “situación incompleta” de donde se deslizan los
estaba más cerca que nunca de la protesta so- acontecimientos posteriores cuando los hechos ya
cial. (Giarracca y Teubal, 2007: 10) ocurrieron. No los anuncian, constituyen a poste-
riori, las condiciones estructurales de la situación
En efecto, el artículo trata sobre una de las emergente. (Giarracca, 2003: 274)
protestas del campo que llegaron a la Plaza de
Mayo. Incluye entrevistas que grafican clara- El artículo “La lucha por los derechos del agua
mente la problemática que afecta a producto- en Tucumán. Transnacionales y mujeres en la
res de diversas provincias del país. protesta social” 19, publicado en el libro que
En el año 2003 en la revista Sociologías de coordinamos con Norma El campo argentino
Porto Alegre Norma publica “De las fincas a las
casas a las rutas y las plazas: las protestas y las
organizaciones sociales en la Argentina de los 19 Existe una versión publicada como “Agua que no
has de beber… La protesta social en Tucumán y el papel
mundos ‘rururbano’. Una mirada desde Améri-
de las mujeres” incluido en el libro Conflicto y colabo-
ca Latina”, que se incluye en este libro. Comen- ración en el manejo de los recursos naturales, coordi-
ta al respecto: nado por Carlos Vacaflores (La Paz: Plural, 2005). Este
artículo fue también traducido con el título “To make
Las múltiples protestas, con o sin organizaciones waves. Water and Privatization in Tucumán, Argentina”
sociales, que durante toda la década del noventa, e incluido en el libro coordinado por Bennett, Dávila-
Poblete y Nieves Rico (2005), Opposing Currents. The
constituyen un aspecto significativo para com-
Politics of Water and Gender in Latin America.
Sobre los trabajos seleccionados | M. Teubal 63

en la encrucijada, fue escrito por ella y Norma que las diversas culturas entablaron con ella. Por
del Pozo (2005) sobre “un hecho insólito pero eso la enuncio como un concepto polisémico: para
festejado por toda una población que aún no las culturas ancestrales de América Latina/Abya
llegaba a darse cuenta de la magnitud de lo que Yala los hombres/mujeres pertenecen a ella, son
parte indisoluble de ese espacio material y espiri-
había logrado” cuando
tual que conforma la Naturaleza y en ella la tierra.
Para los campesinos, descendientes de aquellas
la Compagnie Genérales des Eaux, operadora del
culturas que habitaron y dieron sentido a estos
servicio de agua y cloacas de Tucumán que brinda
territorios, la tierra es su principal herramienta de
Aguas del Aconquija, anunció que se retiraba de
trabajo; se la cuida pues sin ella no hay vida. Por
la provincia tres años después de la concesión del
otro lado para el chacarero —farmer en la biblio-
servicio de agua y cloacas de la provincia en 1995.
grafía anglosajona— la tierra es un legado familiar,
En este trabajo se rescata la protesta social que se
un patrimonio que se pasa de una a otra generación
llevó a cabo y que tenía varias particularidades. En
y hasta la expansión sojera se cuidaba como cual-
primer lugar involucraba a una gran empresa ex-
quier otro legado familiar. Por último, la tierra para
tranjera de servicios en un período en el que pre-
el capitalista es una mercancía. Se compra, se usa
dominaba una energética demanda de “seguridad
y abusa. Aquí debemos marcar la primera falacia
pública” al Estado; fue un movimiento urbano de
del pensamiento que da sustento al capitalismo: la
pequeñas ciudades del interior, y tuvo la particu-
tierra se comporta como una mercancía aunque no
laridad de que la participación de las mujeres fue
lo es; no es producto del trabajo humano pero sí
“decisiva para sostener y llevar la lucha hasta las úl-
es un recurso renovable. En efecto, a diferencia de
timas consecuencias. (Giarracca y Del Pozo, 2005)
otros medios de producción, la tierra no puede ser
construida por los hombres como cualquier mer-
En “La tierra: polisemias, confusiones y de- cancía, como una fábrica o una maquinaria. No es
bates” (2012), Norma nos presenta un análi- producto del trabajo humano pero el capitalismo le
sis exhaustivo del problema de la tierra. Dice hace jugar ese papel.
al respecto: [Como consecuencia,] el terrateniente agrario —
actor capitalista— recibe una “sobreganancia” por
La tierra, base de una de las actividades más anti- poseer un medio limitado, que no tiene el resto de
guas del hombre, siempre fue esquiva para su con- la burguesía productiva. (Giarracca, 2012a: 44).
ceptualización, debido a las diferentes relaciones
64 Estudios rurales y movimientos sociales. Miradas desde el Sur

A continuación se presenta el artículo que pu- La territorialidad en Mosconi se va fijando a par-


blicamos Norma Giarracca, Diego Domínguez y tir de múltiples intervenciones de la UTD en el
yo en Realidad Económica sobre “El Foro So- terreno comunitario y cultural, en áreas produc-
cial Mundial de Porto Alegre. Otro paso de los tivas, en áreas de servicios. Pero también está la
movimientos sociales globalizados”. ruta como un lugar simbólico y a la vez concreto,
desde dónde la organización comenzó estos pro-
cesos […] Esta recuperación abarca más allá de
A finales del siglo XX las protestas adquirieron
la ciudad de Mosconi; incluye pueblos aledaños,
carácter global con Seattle, Praga, Davos. Duran-
comunidades aborígenes alejados, campos y po-
te la década de los noventa algunos movimientos
blados; territorios recuperados por sus propios
sociales habían irrumpido en la prensa interna-
habitantes mediante el trabajo autogestionario
cional y crearon lazos mundiales. Todo ello y mu-
pero también en la disputa cotidiana con las gran-
cho más precedió al Foro Social Mundial de Por-
des empresas petroleras y sojeras. (Giarracca y
to Alegre que se desarrolló del 25 al 31 de enero
Wahren, 2009: 212)
del 2001. Pero el encuentro “gaúcho” fue pensado
y organizado como un eslabón distinto en esta ca-
dena de eventos de la resistencia global. En efec- Incluimos en esta parte una protesta nove-
to, el FSM tuvo como finalidad transitar por una dosa aunque por cierto alejada de las pro-
reflexión que batalle con las ideas dominantes, testas que giran en torno del extractivismo
presentadas como “la única salida”, convertidas analizadas por Norma y su equipo. Se trata
en sentido común durante mucho tiempo. (Gia- de un trabajo de investigación que fue reali-
rracca, Teubal y Domínguez, 2001: 32) zado por el seminario “Acciones de protes-
ta en escenarios en transformación”. En el
Este libro también contiene el trabajo de Nor- año 2001, en un semestre caracterizado por
ma y Juan Wahren titulado “Recuperación del el alto nivel de protesta social en Argentina,
territorio, ‘recuperación de Estado’: Mosconi, el trabajo “‘Vejaciones x 8’. Arte y protesta
Argentina después de ocho años de lucha”, pu- social en Buenos Aires” propone un análisis
blicado en la compilación de José Vicente Tava- de la coyuntura y un estudio de caso. Fue la
res dos Santos, Democracia, violências e lutas protesta llevada a cabo por los alumnos y do-
sociais na América Latina (2009). Allí afirman: centes del Conservatorio Nacional de Músi-
ca López Buchardo. Su particularidad radica
Sobre los trabajos seleccionados | M. Teubal 65

en la utilización de la música como modo de de control al que todo el mundo le debe respe-
expresión de los sentidos de la acción co- to. Mientras este nivel de organización que nos
lectiva, a través de la resignificación de la propone el discurso hegemónico se expande en
obra “Vejaciones” de Erik Satie. La misma toda América Latina, África y Asia, existen otras
formas de pensar la producción para la vida.
fue ejecutada durante siete días ininterrum-
Observemos a las organizaciones mapuche: han
pidamente por diversos artistas. Se trata,
perdurado siglos y han perdurado a pesar de la
pues, de interpretar esta novedosa acción de gran dominación que han soportado desde hace
protesta, en la que la música aparece como más de quinientos años. Y esto es por la fuerza
un símbolo incompleto que irrumpe en el de la cultura y la voluntad humana de producir y
escenario nacional, para “incorporar el nue- de organizar la vida de otra forma. Esta otra for-
vo sentido de la política fusionada al arte”. ma tiene como cuestión fundamental el “producir
Presentamos aquí el texto completo publica- para vivir”, como dice Boaventura de Sousa San-
do en Informes de Coyuntura (Giarracca y tos, producir para las necesidades de la vida y no
AAVV, 2001). para el mercado. (Giarracca, 2008c: 37-38)
El trabajo de Norma titulado “Producción y
mercados para la vida: una posibilidad emanci-
padora para el siglo XXI” (publicado en la com- Cuarta Parte: Perspectivas desde el
pilación de Giarracca y Massuh, El trabajo por Sur. Colonialidad del poder, otros
venir. Autogestión y emancipación social) de bicentenarios
2008 se trata de un artículo crítico sobre el efec-
to arrollador que tiene el mercado en el capita- Boaventura de Sousa Santos viene escribiendo y
lismo contemporáneo. debatiendo profusamente sobre la necesidad de
impulsar unas “Epistemologías del Sur”, como
El mercado como dispositivo ideológico y co- elementos esenciales de la nueva creatividad
municativo se muestra en todos los ámbitos. Los democrática que se requiere en el mundo con-
medios de comunicación proclaman disparates temporáneo. Dice en una reciente entrevista:
como “los mercados son sensibles”, se habla del
“nerviosismo en el mercado”; el mercado apare- Hay un campo muy grande para la creatividad
ce como un ser animado, como un mecanismo democrática. Por eso yo lucho en mi trabajo por
66 Estudios rurales y movimientos sociales. Miradas desde el Sur

lo que llamo las “epistemologías del Sur”, en el Norma presentó la ponencia “Paradigmas de
sentido de crear también una reforma en el co- los estudios rurales, opción decolonial y cons-
nocimiento. Porque no pienso que sea posible la telaciones semánticas” (Giarracca, 2012d) en
justicia social global sin justicia cognitiva global, la que se explaya sobre estos temas:
o sea, una democracia entre diferentes formas de
conocimiento. En la raíz de todo el sistema políti-
Arturo Roig, uno de esos pensadores de Nuestra
co está el conocimiento académico que controla
América de imprescindible lectura, dice refirién-
las universidades y que es eurocéntrico, como la
dose a la identidad latinoamericana que no es un
Ciencia Política, la Sociología y la Antropología.
“yo” el que mira sino “un nosotros”, y no es un
Son los instrumentos que produjeron las políti-
“todos los hombres” los que miran con nosotros
cas y las formas de representación política que
sino algunos, los de nuestra diversidad en cual-
tenemos. Eso tiene que transformarse, aceptando
quier orden para insistir en esa parcialidad de
que hay otras maneras de conocer, que la repre-
todo mirar (Roig, 2009 [véase más adelante]).
sentación del mundo es mucho más amplia que la
Más recientemente, Boaventura de Sousa San-
representación occidental del mundo. Hay otras
tos, otro gran pensador, formuló la idea de una
formas de transformación social que quizá no se
“Epistemología del Sur”, no como una posición
van a llamar socialismo ni comunismo: se van a
geográfica ni social sino como unos modos de ver
llamar respeto, dignidad, protección de los te-
el mundo atravesado por nuestras historias de
rritorios, derechos del cuerpo de las mujeres. A
dominaciones y resistencias que nos habilita al
esto le llamo una ecología de saberes, que implica
mirar sin ausencias.
también una reforma de la universidad. (De Sou-
Comienzo con estas palabras, esta ponencia,
sa Santos, 2016)
para señalar de entrada que hay “miradas”,
“epistemes” (modos de conocimientos) que
Norma en sus últimos trabajos adhiere plena- acompañan los estudios rurales y que si bien
mente a la necesidad de reconocer e impulsar coexisten (a diferencia de las ciencias duras),
estas nuevas epistemologías del Sur mencio- hay algunos que intentan ser hegemónicos y je-
nadas. En esa línea, durante la XXIV Asamblea rarquizar a los otros. (Ibídem)
General de CLACSO (2012) en la mesa “Lo plu-
rinacional, la descolonización y el cuestiona- El documento que expone Norma es notable
miento a la problemática del desarrollo rural”, en cuanto a su conceptualización y a la necesi-
Sobre los trabajos seleccionados | M. Teubal 67

dad de buscar nuevos enfoques que enfrenten En la “Presentación de Teoría y crítica del
a nuestras realidades contemporáneas. Des- pensamiento latinoamericano de Arturo Roig
pués de presentar tres paradigmas, que anali- a modo de homenaje” Norma destaca algunos
za a fondo y críticamente, nos presenta lo que pensadores que son precursores e impulsores
sigue “a modo de conclusión”: del nuevo pensamiento “decolonial”: Quijano,
Mignolo, Grosfoguel, y por supuesto Boaventura
Coexisten tres paradigmas en los estudios rura- de Sousa Santos, entre otros. También mencio-
les y de los recursos naturales en América La- na a Kusch, a quien Norma no llegó a conocer,
tina: la vieja “cuestión agraria”, aggiornada en aunque en el último año de su vida había leído
algunos casos y en su forma más ortodoxa en varios escritos de él y sobre su pensamiento.
otros; el “neodesarrollismo” que ven en cual-
Asimismo, ella reconoce como un importan-
quier transformación agraria “un progreso” que
te antecesor de esta perspectiva a Arturo Roig,
también puede estar en su estado puro, utilizan-
do conceptos desarrollistas puros o se puede el gran filósofo mendocino, a quien Norma tuvo
imbricar con las ideas de la “cuestión agraria” el privilegio de conocer durante su gestión en
que sucede en muchos estudiosos que provi- el CONICET, y también de interactuar con él a
niendo del marxismo, justifican este proceso de lo largo de su vida. La nieta de Roig y editora de
“desposesión” en materia de recursos naturales. su libro Teoría y crítica del pensamiento lati-
Por último, existe una constelación semántica, noamericano le pidió a Norma que participara
es decir un conjunto de ideas, conceptos, senti- en su presentación en el año 2010.
dos que tal cual las estrellas van configurándose,
armando una figura, armando un espacio teórico Esta solicitud me llenó de inquietud; cómo negar-
que puede funcionar como programa político. me a un pedido semejante y qué hacer para estar
Es decir, produce efectos, resignifica procesos, a la altura de las circunstancias. No soy filósofa,
situaciones y habilita una nueva cultura política. mis conocimientos de la historia de las ideas en
Esa que necesitamos para producir nuevos mun- América latina son más que modestos; no obstan-
dos porque este en el que vivimos no solo no es te no podía dejar de leer nuevamente el libro y
sustentable, no aguanta mucho tiempo más, sino poder lograr algún comentario desde, por qué no,
que está produciendo demasiado sufrimiento so- mi propia experiencia contemporánea sobre la
cial en todo el mundo. (Giarracca, 2012d) región. (Giarracca, 2012b)
68 Estudios rurales y movimientos sociales. Miradas desde el Sur

Arturo Roig falleció en Mendoza el 30 de abril Francia y económica de Inglaterra, no es solo ya


de 2012 a pocos meses de cumplir 90 años. Fue ocasión de denuncia sino de análisis de la doble
allí que Norma decidió publicar sus notas a cara de los momentos históricos fundacionales
modo de homenaje. cuyo sentido fue controlado, hasta estas últimas
décadas, por quienes lo hacen no solo desde la
autoridad política y la política económica sino so-
Estas notas escritas para presentar su libro hoy se
bre todo mediante la política del saber. (Mignolo,
convierten en un medio para homenajearlo por-
2011: 11-12)
que fue uno de los intelectuales más importantes
de este país, el gran pensador de Nuestra Améri-
ca y de lectura ineludible para quienes asumimos En el primer párrafo del Prólogo de este libro,
una “mirada situada” del mundo, una mirada des- en el que participan 24 autores, Norma nos pre-
de el sur, es decir, desde América Latina. (Ibídem) senta una pauta de su contenido esencial.

El libro Bicentenarios (otros): transiciones y Las llamadas “revoluciones” y a veces “indepen-


resistencias compilado por Norma Giarracca dencias” que sacudieron a América y al mundo
nos presenta, en las palabras de Walter Mig- del Atlántico (desde España y Portugal hasta
Francia, Alemania e Inglaterra), sostiene Walter
nolo, un conjunto de “batallas epistémicas de
Mignolo, fueron en realidad revoluciones e inde-
nuestra época”. Según este autor:
pendencias post-coloniales. Post-coloniales en
sentido literal: instauraron órdenes políticos y
El último cuarto del siglo XX y la primera década económicos sobre las ruinas de las colonias ibéri-
del siglo XXI son testigos del surgimiento de una cas y británicas. Ordenes políticos y económicos
sociedad política global que, contrario a la socie- y además —como él y todos los autores que re-
dad civil, no asiste callada a los festejos y celebra- flexionan en la primera parte de este libro sostie-
ciones de los beneficiarios del descubrimiento y nen—matrices de pensamientos, colonialidad del
de las independencias, sino que se levanta en le- saber y del ser. (Ibídem: 14)
tras para callar las armas. La toma de conciencia
de que el descubrimiento encubre la humanidad
de quienes fueron descubiertos y que las inde-
En este Prólogo, Norma sintetiza el contenido
pendencias de España resultaron en colonialis- del libro, la multiplicidad de aspectos que ata-
mos internos y en la dependencia intelectual de ñen a esta problemática. Presentamos en esta
Sobre los trabajos seleccionados | M. Teubal 69

antología “El bicentenario: miradas sobre la ción del Estado-nación en América Latina así como
Argentina” (Giarracca, 2011c), un importante sobre las formas comunales de vida de muchas
artículo de Norma en la que se explaya en un poblaciones que habitaban y habitan en sus terri-
análisis crítico de lo que fueron los festejos del torios, y que resurgen como opciones políticas en
la última parte del siglo XX. Querría detenerme en
Bicentenarios en la Argentina.
la aparición de estos procesos en la Argentina, ya
El libro Comunalidad, educación y resis-
que en su fuerte imaginario social se ubica como
tencia indígena en la era global. Un diálogo el país más europeizado de América Latina; como
entre Noam Chomsky y más de 20 líderes una nación donde la “colonialidad” (Quijano, 2000)
indígenas e intelectuales del continente ame- caló tan hondo en su trama cultural que los secto-
ricano está constituido por tres diálogos que res pensantes o progresistas tradicionalmente se
tienen Lois Meyer y Benjamín Maldonado con plantearon solo una parte de estos problemas (el
Noam Chomsky, y otros múltiples trabajos es- surgimiento del Estado) pero muy pocas veces la
critos por una serie de autores en torno a las cara oculta de la modernidad capitalista; la opera-
temáticas tratadas en tales diálogos. Un tema ción cultural de subalternización de las diversas
central considerado tiene que ver con la supre- poblaciones involucradas. La cuestión indígena
quedó recluida a una antropología colonial y con
sión cultural y la resistencia: “Chomsky sostie-
influencias marcadamente racistas; cuando hoy
ne que debemos entender que la constitución
aparece, es por la insistencia de intelectuales como
de los Estados nacionales homogéneos ha sido Osvaldo Bayer y de los propios actores sociales
un proceso brutal y áspero al servicio de los in- (las comunidades indígenas junto con poblaciones
tereses políticos y económicos de los poderes campesinas) en el dramático escenario de la ex-
imperiales” (Meyer y Maldonado, 2011). pansión agraria sojera. (Giarracca, 2011a: 249-250)
El artículo de Norma se titula “Cambiar de
espejo: mirarnos en América Latina. Reflexio- En el libro Renunciar al bien común: extrac-
nes, desde la Argentina, inspiradas en las entre- tivismo y (pos)desarrollo en América Latina,
vistas al doctor Noam Chomsky”. Allí plantea: (2012), Norma escribe “Tres paradojas para
pensar la política”. En el texto reafirma:
Las sugerentes entrevistas realizadas al intelectual
norteamericano Noam Chomsky dan pie para re- Tres paradojas trasvasan la situación actual de
flexionar acerca de los problemas de la construc- América Latina. La primera proviene de la con-
70 Estudios rurales y movimientos sociales. Miradas desde el Sur

junción de dos conceptos tan antagónicos como El sistema de representación no cambió en los
subdesarrollo y abundancia: países ricos con países que habían despertado las esperanzas de
recursos naturales incapaces de reducir las sig- un nuevo pacto fundante a través de la modifi-
nificativas franjas de pobreza de sus poblacio- cación de sus constituciones (Bolivia, Ecuador,
nes aún bajo el riesgo de dilapidar sus recursos Venezuela). El Estado y sus instituciones demo-
naturales. La segunda conjuga una modalidad cráticas no son los actores adecuados para llevar
política progresista, que por un lado esgrime un a cabo un cambio de rumbo hacia el “buen vivir”
discurso de izquierda, con una tradición desa- andino (para usar la polisémica y holística idea
rrollista socialdemócrata y por el otro no cues- andina), o para acceder a un mundo “otro”, alter-
tiona el saqueo de los recursos naturales, sino nativo al que nos ofrece esta etapa devastadora
que lo integra como parte esencial de las polí- del capitalismo global. La representación solo
ticas de Estado. La tercera ofrece un horizonte habilita la gestión del Estado, que puede ser me-
abierto: el de los movimientos, que hace más de jor o peor, más o menos corrupta. El Estado se
una década hacían eclosión en sus luchas pro- subordina a la economía, conserva lo existente y
poniendo nuevas formas de articulación social y se muestra impotente frente a la transformación
ahora no logran reunirse alrededor de consignas que reclaman los nuevos sujetos (Cfr. Cerdeiras,
como aquella del “otro mundo es posible” del 2011). (Ibídem)
Foro Social Mundial. […] Una economía basa-
da exclusivamente en la explotación de los re- Que Hugo Blanco, el dirigente histórico de la
cursos naturales profundiza el subdesarrollo y lucha campesina peruana y de la izquierda re-
generan democracias de baja calidad. La segun- volucionaria latinoamericana, quien “fuera pro-
da situación paradojal marca la coexistencia y
tagonista fundamental de la inmensa insurrec-
entrelazamiento entre una ideología neoliberal y
ción de los pobres del campo en los valles de La
un neodesarrollismo. Esta constelación genera
el actual “Consenso de los Commodities” y su Convención y Lares que impuso de manera sin-
paradójica redistribución del ingreso. (Giarrac- gular una reforma agraria desde abajo” (Blanco,
ca, 2012c: 231-232) 2010), le propusiera a Norma escribir el Prólogo
a su libro Nosotros los indios, una compilación
Más adelante puntualiza una cuestión que con- de sus textos escritos en diversos momentos,
tinúa teniendo vigencia en América Latina: fue un gran honor para ella, máxime teniendo
presente que dicho prólogo estuvo precedido
Sobre los trabajos seleccionados | M. Teubal 71

por comentarios de Eduardo Galeano y Raúl Zi- Más adelante Norma agrega:
bechi. En su aporte afirma:
Hugo Blanco es un “sujeto social rebelde” que
Estamos frente a un libro que conmueve y sorpren- pudo sentir las injusticias, las injurias, la tragedia
de por muchas razones. Conmueve por la posibili- colonial de sus hermanos indígenas en su propio
dad de conocer de modo directo las luchas de Amé- cuerpo y generar ese “nosotros” que da título a
rica/Abya Yala extendidas por múltiples tiempos y este libro. […] Los debates de los pensadores y
territorios. Conmueve porque las resistencias están militantes de la Revolución de Octubre, el monu-
narradas en una forma simple y profunda; conmue- mental emprendimiento de la China de Mao Tse
ve por lo que representa su autor, Hugo Blanco, Tung, el voluntarismo infinito de Sierra Maestra
para muchas generaciones de luchadores; por su o los movimientos de liberación de África permi-
inmenso afecto por la selva y por la Pachamama; tían pensar vías y horizontes posibles.
por el privilegio de convertirnos en testigos del [El pensamiento político emancipador] aún cir-
intercambio epistolar entre el protagonista y José culaba como un fantasma cruzando mares y en-
María Arguedas en los últimos momentos trágicos tremezclándose con las ideas de los intelectua-
de la vida del escritor. Conmueve por constatar les indígenas y criollos de América Latina. […]
una vez más los infinitos sufrimientos que el orden Esa apuesta a la construcción histórica de un
colonial infligió e inflige a vastas poblaciones; sor- espacio de no dominación, atravesaba tiempos
prende por el grado de empobrecimiento subjetivo y territorios. […]
del “hombre moderno” que es capaz de provocar El agotamiento de los pilares de la modernidad
los peores sufrimientos en prisiones, enfrentamien- socavó la emancipación para quedarse con la
tos, saqueos […] Sorprende por la actualidad que pura regulación, con el puro control social. Pero
adquieren esas luchas de los años sesenta en los la potencia de ese pensamiento decimonónico
contextos regionales e internacionales actuales tan que prefiguraba un espacio de “no dominación”,
diferentes en algunos aspectos y tan cercanos en la que fue capaz de articular las luchas obreras eu-
continuidad del poder colonial y depredador. Sor- ropeas con las campesinas e indígenas de Amé-
prende y conmueve la posibilidad de seguir los de- rica Latina, o las de liberación nacional de Asia
rroteros de aquel estudiante de agronomía que en o África, impregna aún hoy la búsqueda de los
estas tierras argentinas se convierte en un militante pensamientos emancipatorios en las múltiples
político tenaz e íntegro hasta llegar a este presente resistencias. Y, a mi entender, Hugo Blanco viene
de madurez y compromiso. (Giarracca, 2010b) a representar esta constante, esta tenacidad, esta
72 Estudios rurales y movimientos sociales. Miradas desde el Sur

presencia irreductible de un pensamiento políti- Bibliografía


co. Es decir, una decisión ligada a una ruptura:
a la ruptura con un orden moderno/colonial, ca-
Abeledo, C. 2007 “Ciencia y tecnología en el
pitalista, racista, patriarcal e individualista. […]
retorno a la democracia” en Ruptura y
Considero que el hallazgo más significativo en la
lectura de este libro reside en la historia de vida
reconstrucción de la ciencia argentina,
de Hugo Blanco, en ese andar político más pareci- 2 y 3 de agosto, Buenos Aires, Ministerio
do al de los activistas indígenas del presente que de Ministerio de Educación, Ciencia y
al de los luchadores de las décadas del sesenta y Tecnología, Salón Leopoldo Marechal,
setenta. (Ibídem: 22-23) Palacio Pizzurno.
Bartra, A. 1982 El comportamiento económico
de la producción campesina (México DF:
Universidad Autónoma de Chapingo).
Bennett, V.; Dávila-Poblete, S. y Nieves Rico,
M. (coords.) 2005 Opposing Currents.
The Politics of Water and Gender in
Latin America (Pittsburgh: University of
Pittsburgh Press).
Blanco, H. 2010 Nosotros los indios (Buenos
Aires: Herramienta / La Minga).
De Sousa Santos, B. 2016 “Hay que empezar
de nuevo” en La Diaria (Montevideo) 17
de mayo. Entrevista de D. León Pérez y G.
Delacoste. Disponible en <https://ladiaria.
com.uy/articulo/2016/5/hay-que-empezar-
de-nuevo/>.
Ger-Gemsal 2013 “Bienes comunes en la
hegemonía extractivista. Disputas y
resistencias” en Giarracca, N. y Teubal,
M. (coords.) Actividades extractivas
Sobre los trabajos seleccionados | M. Teubal 73

en expansión. ¿Reprimarización de la Giarracca, N. 1990 “El campesinado en la


economía argentina? (Buenos Aires: Argentina: un debate tardío” en Realidad
Antropofagia). Económica (Buenos Aires: IADE) N° 94.
Giarraca, N. y Mariotti, D. 2005 “La caña de Giarracca, N. 1992 “Algunas reflexiones sobre
azúcar en Tucumán: transformaciones y las ciencias sociales y la investigación
permanencias” en Giarraca, N. y Teubal, en los espacios académicos públicos”
M. (coords.) El campo argentino en la en Sociedad (Buenos Aires: Facultad de
encrucijada (Buenos Aires: Alianza). Ciencias Sociales, UBA) N° 1, pp. 157-166.
Giarracca, N. (coord.) y AAVV 2001 Giarracca, N. 1993 “Campesinos y
“‘Vejaciones x 8’. Arte y protesta social en agroindustrias en los tiempos del ‘ajuste’.
Buenos Aires” en Informes de Coyuntura (Algunas reflexiones para pensar la
(Buenos Aires: Instituto de Investigaciones relación, con especial referencia a México
Gino Germani, Facultad de Ciencias y la Argentina)” en Realidad Económica
Sociales, UBA) N° 2, diciembre. (Buenos Aires) N° 114-115.
Giarracca, N. 1982 “Tabamex, a remolque de Giarracca, N. 1994a “’Tucumanas de ojos
las empresas cigarreras. Y el tabaco se nos grandes’. Un estudio sobre acciones
vuelve humo” en Página Uno, suplemento colectivas de campesinas tabacaleras”
político de Uno más Uno, 21 de noviembre. en Knecher, L. y Panaia, M. (comps.) La
Giarracca, N. 1983 “La subordinación mitad del país. La mujer en la sociedad
del campesinado a los complejos argentina (Buenos Aires: Centro Editor
agroindustriales. El tabaco en México”, de América Latina / Facultad de Ciencias
tesis para obtener el grado de Maestría en Sociales, UBA / FIHES / Ministerio de
Sociología (México DF: UNAM). Cultura y Educación).
Giarracca, N. 1985 “Complejos Giarracca, N. 1994b “Introducción” en
agroindustriales y la subordinación del Giarracca, N. (comp.) Acciones colectivas
campesinado. Algunas reflexiones y el y organización cooperativa. Reflexiones y
caso de los tabacaleros mexicanos” en estudios de caso (Buenos Aires: Bibliotecas
Estudios Rurales Latinoamericanos Universitarias del Centro Editor de América
(Bogotá) Vol. 8, N° 1. Latina / Instituto de Investigaciones,
74 Estudios rurales y movimientos sociales. Miradas desde el Sur

Facultad de Ciencias Sociales, Universidad Giarracca, N. 2003 “De las fincas a las casas
de Buenos Aires) pp. 7-16. a las rutas y las plazas: las protestas y las
Giarracca, N. 1995 “Introducción” en organizaciones sociales en la Argentina de
Giarracca, N. (coord.) Agroindustrias del los mundos ‘rururbanos’. Una mirada desde
Noroeste: el papel de los actores sociales América Latina” en Sociologías (Porto
(Buenos Aires: La Colmena) pp. 11-18. Alegre) Año 5, N° 10, julio-diciembre.
Giarracca, N. 1999 “Las Ciencias Sociales y Giarracca, N. 2004 “América Latina, nuevas
los estudios rurales en la Argentina durante ruralidades, viejas y nuevas acciones
el siglo XX” en Giarracca, N. (coord.) colectivas: Introducción” en Giarracca,
Estudios rurales: problemas, teorías y N. y Levy, B. (comps.) Ruralidades
estrategias metodológicas (Buenos Aires: latinoamericanas. Identidades y luchas
La Colmena). sociales (Buenos Aires: CLACSO-ASDI) pp.
Giarracca, N. 2001a “El ‘Movimiento de 13-19.
Mujeres Agropecuarias en Lucha’: protesta Giarracca, N. 2006 “Notas sobre el trabajo de
agraria y género durante el último lustro campo” en AAVV Cuando el territorio es
en Argentina” en Giarracca, N. (coord.) la vida: la experiencia de los Sin Tierra
¿Una nueva ruralidad en América Latina? en el Brasil (Buenos Aires: GEMSAL /
(Buenos Aires: CLACSO / ASDI). Antropofagia).
Giarracca, N. 2001b “Prólogo” en Giarracca, N. 2007a “La tragedia del
Giarracca, N. (coord.) La protesta social desarrollo. Disputas por los recursos
en la Argentina. Transformaciones naturales en la Argentina” en Sociedad
económicas y crisis social en el (Buenos Aires: Facultad de Ciencias
interior del país (Madrid / Buenos Sociales de la UBA / Editora da
Aires: Alianza). Universidade Federal do Rio Grande do Sul
Giarracca, N. 2002 “Movimientos sociales / Solina) N° 26, invierno.
y protestas en los mundos sociales Giarracca, N. 2007b “Los peligros de los
latinoamericanos: nuevos escenarios y modelos ‘productivistas’ en el sector
nuevos enfoques” en Sociologías (Porto primario” en Anales de la Educación
Alegre) Año 4, N° 8, julio-diciembre. Común, Vol. 3, N° 8.
Sobre los trabajos seleccionados | M. Teubal 75

Giarracca, N. 2008a “Notas metodológicas: Giarracca, N. 2011a “Cambiar de espejo:


‘experiencia de investigación’ desde lugares mirarnos en América Latina. Reflexiones,
diferentes (algunas reflexiones acerca del desde la Argentina, inspiradas en las
intelectual comprometido)” en Esteva, G.; entrevistas al doctor Noam Chomsky” en
Valencia, R. y Venegas, D. (eds.) Cuando Meyer, L. M. y Maldonado, B. (coords.)
hasta las piedras se levantan. Oaxaca, Comunalidad, educación, y resistencia
México, 2006 (Buenos Aires: GEMSAL / indígena en la era global. Un diálogo
Antropofagia). entre Noam Chomsky y más de 20 líderes
Giarracca, N. 2008b “Presentación” en Esteva, indígenas e intelectuales del continente
G.; Valencia, R. y Venegas, D. (eds.) Cuando americano (Oaxaca de Juárez: CSEIIO).
hasta las piedras se levantan. Oaxaca, Giarracca, N. 2011b “El ‘desarrollo’ basado
México, 2006 (Buenos Aires: GEMSAL / en la extracción de recursos naturales”
Antropofagia). en CELS (ed.) Derechos Humanos en
Giarracca, N. 2008c “Producción y mercados Argentina. Informe 2011 (Buenos Aires:
para la vida: una posibilidad emancipadora CELS / Siglo XXI).
para el siglo XXI” en Giarracca, N. y Giarracca, N. 2011c “El Bicentenario: miradas
Massuh, G. (comps.) El trabajo por venir. sobre la Argentina” en Giarracca, N. (comp.)
Autogestión y emancipación social Bicentenarios (otros), transiciones y
(Buenos Aires: Goethe Institut / GEMSAL / resistencias (Buenos Aires: Una Ventana).
Antropofagia). Giarracca, N. 2011d “Prólogo” en Giarracca,
Giarracca, N. 2010a “El conflicto agrario N. (comp.) Bicentenarios (otros),
2008-2009: los debates necesarios” en transiciones y resistencias (Buenos Aires:
Giarracca, N. y Teubal, M. (coords.) Del Una Ventana).
paro agrario a las elecciones de 2009. Giarracca, N. 2012a “La tierra: polisemias,
Tramas, reflexiones y debates (Buenos confusiones y debates” en Causa Sur,
Aires: Antropofagia). Pensar Nuestra América, Año 1, N° 2,
Giarracca, N. 2010b “Prólogo” en Blanco, junio-julio.
H. Nosotros los indios (Buenos Aires: Giarracca, N. 2012b “Presentación de Teoría y
Herramienta / La Minga). crítica del pensamiento latinoamericano
76 Estudios rurales y movimientos sociales. Miradas desde el Sur

de Arturo Roig, a modo de homenaje” en Giarracca, N. y Aparicio, S. 1997 “La acción


Realidad Económica, N° 268, mayo-junio. social en los procesos económicos. El
Giarracca, N. 2012c “Tres paradojas para caso de la actividad cañero en Tucumán”
pensar la política” en Massuh, G. (ed.) en Cantón, D. y Jorrat, J. (coords.) La
Renunciar al bien común. Extractivismo investigación social hoy. A cuarenta
y (pos)desarrollo en América Latina años de la recreación del Instituto de
(Buenos Aires: Mardulce). Sociología (UBA) (Buenos Aires: Instituto
Giarracca, N. 2012d “Paradigmas de los de Investigaciones Gino Germani / Oficina
estudios rurales, opción decolonial y de Publicaciones del CBC).
constelaciones semánticas”, ponencia en la Giarracca, N. y Bidaseca, K. 1999 “La
XXIV Asamblea General de CLACSO. entrevista: técnica metodológica y
Giarracca, N. y Aparicio, S. 1991 “Los experiencia comunicativa” en Giarracca,
campesinos cañeros: multiocupación y N. (coord.) Estudios rurales: problemas,
organización” en Cuaderno del Instituto de teorías y estrategias metodológicas
Investigaciones (Buenos Aires: Facultad de (Buenos Aires: La Colmena).
Ciencias Sociales, UBA) N° 3. Giarracca, N. y Bidaseca, K. 2001
Giarracca, N. y Aparicio, S. 1995a “El oficio del “Introducción” en Giarracca, N. (coord.)
sociólogo o de los sociólogos con oficio” La protesta social en la Argentina.
en Schuster, F.; Giarracca, N.; Aparicio, S.; Transformaciones económicas y crisis
Chiaramonte, J. C. y Sarlo, B. El oficio del social en el interior del país (Madrid /
investigador (Buenos Aires: Homo Sapiens Buenos Aires: Alianza Editorial).
/ Instituto de Ciencias de la Educación, Giarracca, N. y Bidaseca, K. 2004
UBA) pp. 53-77. “Ensamblando las voces: los actores en el
Giarracca, N. y Aparicio, S. 1995b “La texto sociológico” en Kornblit, A. L. (coord.)
actividad cañera. Los campesinos cañeros Metodologías cualitativas en ciencias
en los nuevos escenarios económicos” en sociales. Modelos y procedimientos de
Giarracca, N. (coord.) Agroindustrias del análisis (Buenos Aires: Biblos).
Noroeste: el papel de los actores sociales Giarracca, N. y Cloquel, S. 1998 “Las
(Buenos Aires: La Colmena). agriculturas del Mercosur. El papel de los
Sobre los trabajos seleccionados | M. Teubal 77

actores sociales. A modo de introducción” Giarracca, N. y Teubal, M. 2005a


en Giarracca, N. y Cloquel, S. (comps.) “Introducción: los debates acerca del
Agriculturas del Mercosur. El papel de campo” en Giarracca, N. y Teubal, M.
los actores sociales (Buenos Aires: La (coords.) El campo argentino en la
Colmena / CLACSO). encrucijada (Buenos Aires: Alianza).
Giarracca, N. y Del Pozo, N. 2005 “La lucha Giarracca, N. y Teubal, M. 2005b “Prólogo”
por los derechos del agua en Tucumán. en Giarracca, N. y Teubal, M. (coords.)
Transnacionales y mujeres en la protesta El campo argentino en la encrucijada
social” en Giarracca, N. y Teubal, M. (Buenos Aires: Alianza) pp. 9-13.
(coords.) El campo argentino en la Giarracca, N. y Teubal, M. 2006 “Democracia y
encrucijada (Buenos Aires: Alianza). neoliberalismo en el campo argentino. Una
Giarracca, N. y Palmisano, T. 2013 “Tres convivencia difícil” en De Grammont, H. C.
lógicas de producción de alimentos: (comp.) La construcción de la democracia
¿Hay alternativas al agronegocio?” en en el campo latinoamericano (Buenos Aires:
Giarracca, N. y Teubal, M. (coords.) CLACSO, Colección Grupos de Trabajo).
Actividades extractivas en expansión. Giarracca, N. y Teubal, M. 2007 “La rebelión
¿Reprimarización de la economía de 2001-2002: protestas, rupturas y
Argentina? (Buenos Aires: Antropofagia). recomposiciones” en GER-GEMSAL
Giarracca, N. y Teubal, M. (coords.) 2005 Tiempos de rebelión: “Que se vayan todos”.
El campo argentino en la encrucijada Calles y plazas en la Argentina, 2001-2002
(Buenos Aires: Alianza). (Buenos Aires: Antropofagia).
Giarracca, N. y Teubal, M. 1993a “El día en Giarracca, N. y Teubal, M. 2008 “Del
que la Plaza de Mayo se vistió de campo” desarrollo agroindustrial a la expansión
en Realidad Económica, N° 118, agosto- del ‘agronegocio’: el caso Argentino” en
septiembre. Mançano Fernandes, B. (org.) Campesinato
Giarracca, N. y Teubal, M. 1993b “La e agronegócio na América Latina: a
integración económica con el Brasil y los questião agrária atual (San Pablo:
pequeños productores cañeros” en Ciclos, CLACSO, Colección Grupos de Trabajo /
Año III, Vol. III, N° 5, 2° semestre. Expressão Popular).
78 Estudios rurales y movimientos sociales. Miradas desde el Sur

Giarracca, N. y Teubal, M. 2013a agro argentino: el caso de los cañeros


“Introducción” en Giarracca, N. y Teubal, tucumanos” en Desarrollo Económico.
M. (coords.) Actividades extractivas Revista de Ciencias Sociales (Buenos
en expansión. ¿Reprimarización de la Aires: Instituto de Desarrollo Económico y
economía argentina? (Buenos Aires: Social) Vol. 41, N° 162, julio-septiembre.
Antropofagia). Giarracca, N.; Flood, C.; Aparicio, S.
Giarracca, N. y Teubal, M. 2013b “Las y Baudron, S. 1971 Investigación
actividades extractivas en la Argentina” sociológica del área tabacalera
en Giarracca, N. y Teubal, M. (coords.) correntina (Buenos Aires: Dirección
Actividades extractivas en expansión. Nacional de Economía y Sociología
¿Reprimarización de la economía Rural de la Secretaría de Agricultura y
Argentina? (Buenos Aires: Antropofagia). Ganadería) publicación N° 28.
Giarracca, N. y Teubal, M. 2014 “Argentina: Giarracca, N.; Gras, C. y Barbetta, P. 2005
Extractivist dynamics of soy production “De colonos a sojeros. Imágenes de la
and open-pit mining” en Veltmeyer, H. y estructura social del sur de Santa Fe”
Petras, J. (eds.) The new extractivism. en Giarracca, N. y Teubal, M. (coords.)
A post-Neoliberal Development Model or El campo argentino en la encrucijada
Imperialism of the Twnty-First Century? (Buenos Aires: Alianza).
(Londres: Zed books). Giarracca, N.; Gras, C. y Gutiérrez, P. 1995
Giarracca, N. y Wahren, J. 2009 “Métodos cuantitativos y cualitativos en los
“Recuperación del territorio, ‘recuperación estudios de la Sociología Rural” en Ruralia,
de Estado’: Mosconi, Argentina después Revista Argentina de Estudios Agrarios
de ocho años de lucha” en Tavares dos (Buenos Aires: FLACSO) octubre.
Santos, J. V. (org.) Democracia, violências Giarracca, N.; Teubal, M. y Domínguez, D. 2001
e lutas sociais na América Latina (Porto “El Foro Social Mundial de Porto Alegre.
Alegre: Editora de Universidade Federal Otro paso de los movimientos sociales
do Rio Grande do Sul - UFRGS). globalizados” en Giarracca, N. (coord.)
Giarracca, N.; Aparicio, S. y Gras, C. 2001 La protesta social en la Argentina.
“Multiocupación y pluriactividad en el Transformaciones económicas y crisis
Sobre los trabajos seleccionados | M. Teubal 79

social en el interior del país (Madrid /


Buenos Aires: Alianza).
Grupo de Trabajo de Sociología Rural 1974
Estudio de la mano de obra rural en
la actividad forestal de la provincia de
Misiones (Posadas: Provincia de Misiones,
Dirección General de Estadísticas y
Censos).
Meyer, L. M. y Maldonado, B. (coords.) 2011
Comunalidad, educación, y resistencia
indígena en la era global. Un diálogo
entre Noam Chomsky y más de 20 líderes
indígenas e intelectuales del continente
americano (Oaxaca de Juárez: CSEIIO).
Mignolo, W. 2011 “Prefacio” en Giarracca,
N. (comp.) Bicentenarios (otros),
transiciones y resistencias (Buenos Aires:
Una Ventana).
Roig, A. 2009 (1981) Teoría y crítica del
pensamiento latinoamericano (Buenos
Aires: Una Ventana).
Shanin, T. 1971 Peasants and Peasant
Societies (Harmondsworth: Penguin).
Primera Parte

La Sociología Rural y el debate


sobre el campesinado
Complejos agroindustriales y la
subordinación del campesinado

Algunas reflexiones y el caso


de los tabacaleros mexicanos*

Objetivos nuevos patrones de acumulación capitalista.


Se sostiene que esos cambios están relacio-
A mediados de la década del sesenta comenzó nados con la “internacionalización” de la agri-
a manifestarse en México una crisis agrícola cultura mexicana en relación a un proceso
cuyas consecuencias más importantes fue- más amplio de “internacionalización del ca-
ron el estancamiento de la producción de ali- pital” y con una nueva división internacional
mentos básicos, el estancamiento de la pro- del trabajo. Todo lo cual se verificaría tanto
ducción de bienes de exportación (algodón) en la producción como en la distribución y
y por lo tanto un descenso considerable en consumo de los productos agrícolas (Rama y
el volumen de exportaciones agropecuarias. Rello, 1978).
Para algunos autores esta situación puso de Junto a la retracción en la producción de
manifiesto el agotamiento del modelo de cre- granos básicos y de otros cultivos de expor-
cimiento que hasta ese entonces se había se- tación, comenzó un dinámico desarrollo de
guido y marcó un cambio fundamental en el nuevos cultivos ligados a la exportación, a
papel del sector agropecuario dentro de los las empresas agro-industriales y a la alimen-
tación del ganado. La penetración del capital
agroindustrial tomó especial importancia y
* Giarracca, N. 1985 “Complejos agroindustriales y la la producción agraria comenzó cada vez más
subordinación del campesinado. Algunas reflexiones y a pasar por algún tipo de elaboración indus-
el caso de los tabacaleros mexicanos” en Estudios Ru- trial. Este proceso acarreó transferencia in-
rales Latinoamericanos (Bogotá) Vol. 8, N° 1. ternacional de tecnologías, produjo cambios
84 Estudios rurales y movimientos sociales. Miradas desde el Sur

en los procesos productivos y en las relacio- agroindustriales: frutas y legumbres, granos


nes de producción de la estructura agraria básicos, otros granos, oleaginosas, sacarí-
en general. El crédito se convirtió en el me- genos, fibras, bebidas alcohólicas, café y té,
dio más importante para adquirir esta nueva cacao, tabaco, especias, chicles, etcétera. En
tecnología. Por tal motivo, la disposición del 1975 eran 193 las empresas transnacionales
mismo estuvo en función de aquellos cultivos que participaban en el control de 390 firmas;
que se quisieron estimular y favoreció en los de ellas, 284 se dedicaban exclusivamente al
últimos años la producción de frutas y legum- procesamiento de materias primas de origen
bres, granos industriales y ganadería, y deses- agrícola. De estas, 43 son las más importantes
timuló la producción de granos básicos. que operan a escala mundial con volúmenes
El resultado de este proceso fue un im- de venta que superan los quinientos millones
portante cambio en los cultivos, se estimula- de dólares. Para algunos organismos oficiales,
ron estos sectores dinámicos y cada vez más todo beneficio o procesamiento por mínimo
se fue desalentando la producción de granos que sea constituye procesos agroindustriales;
básicos. Esta situación derivó en una depen- sin embargo los criterios establecidos por es-
dencia cada vez más importante del mercado tos trabajos suponen sistemas más complejos
internacional para satisfacer las necesidades y con cierto grado de integración vertical.
alimentarias de la mayoría de la población. Du- Dentro de los sistemas agroalimentarios,
rante los últimos años la renta obtenida por las las transnacionales controlan el 97 por cien-
exportaciones de petróleo y las exportaciones to en la producción de la leche evaporada,
industriales financiaron estas importaciones, condensada y en polvo, el 86 por ciento en
optando de este modo la política oficial por el la elaboración de concentrados, jarabes y co-
camino de las “ventajas comparativas”. lorantes, el 73 de la fabricación de palomitas
El trabajo sobre sistemas agroindustriales de maíz, papas fritas y otros, el 96 por ciento
en México de Domike y Rodríguez (1976), del café soluble y el té, el 95 por ciento de los
junto con otros trabajos más recientes de la cereales y el 100 por ciento de los alimentos
CEPAL, nos permiten desarrollar una carac- infantiles (Gómez Cruz, 1980: 59).
terización general del desarrollo del país. En este trabajo nos proponemos analizar
Estos estudios establecen doce complejos las nuevas modalidades de articulación de las
Complejos agroindustriales y la subordinación del campesinado 85

explotaciones agropecuarias a estas formas producto de las investigaciones que sobre


de organización económico-social que son los complejos agroindustriales se han realizado
complejos o sistemas agroindustriales. Nos en los últimos años en el país.
detendremos particularmente en los sectores
campesinos y señalaremos, tanto los meca-
nismos utilizados para integrarlos, como las Los complejos agroindustriales y
consecuencias que este proceso acarrea a ni- los productores agropecuarios:
vel de esta clase social. modalidades de integración
Los caminos que se han producido a partir
del desarrollo agroindustrial no solo se han En los últimos años se han realizado varios
dado a nivel de los mercados, sino que lo no- trabajos tendientes a definir criterios meto-
vedoso de este proceso es la intervención a dológicos que permitan identificar “comple-
través de diversos mecanismos utilizados jos sectoriales” en general, y en particular
por las procesadoras e integradoras en los los agroindustriales (Vigorito, 1979; Trajten-
procesos productivos. Como lo plantea Sorj berg, 1977).
(1980), la explotación del sector campesino Se define al complejo o cadena como la es-
ya no se da a partir de su atraso, como era tructura de relaciones entre las distintas eta-
corriente con los comerciantes tradicionales, pas que intervienen en la elaboración de un
sino a partir de la introducción en los proce- bien. Cuando el producto tiene origen agrope-
sos productivos de prácticas modernas, de cuario, estamos en presencia de un complejo
utilización de tecnologías avanzadas por un agroindustrial. En este caso existe una divi-
control monopsónico del mercado por parte sión de las etapas productivas relacionadas
de la industria procesadora. con la transformación de la materia prima.
Utilizaremos para ejemplificar este proce-
so el caso del complejo tabaco, basándonos El complejo agroindustrial es un mecanismo
en trabajos que hemos realizado en los últi- de reproducción que se estructura en torno a
mos tres años (Teubal et al., 1982; Giarracca, la cadena de transformaciones directamente
1983). Además, haremos referencias a otros vinculadas a la producción agraria, hasta llegar
complejos utilizando material disponible, a: a) su destino final como medio de consumo
86 Estudios rurales y movimientos sociales. Miradas desde el Sur

o inversión, o b) formar parte de la órbita de producción primaria se lleva a cabo por la


otro complejo no agroindustrial. En un comple- existencia de un “polo integrador”. Este, ge-
jo agroindustrial el dominio relativo se ejerce neralmente, pero no siempre, coincide con el
mediante el control directo o indirecto de sus “núcleo” y es el que determina qué, cuánto,
etapas. (Vigorito, 1979: 25)
cuándo, cómo y dónde producir. La integra-
ción procura garantizar una oferta regular
Es importante determinar no solo los aspec- de materia prima con determinada calidad y
tos formales relacionados con los procesos precio a las empresas transformadoras. Ade-
técnicos y económicos de la producción, más, supone que el ciclo de reproducción de
agroindustrialización y transformación, sino las unidades agropecuarias está incluido y
tomar en cuenta además las relaciones socia- comprendido en el ciclo de reproducción de
les y económicas que se dan en los complejos los núcleos.
y las bases materiales que las sustentan. Las En el país una gran parte de la producción
relaciones que se desarrollan dentro del com- agropecuaria se relaciona de alguna manera
plejo entre las unidades de producción son con el capital agroindustrial. Existe una di-
“asimétricas” (Vigorito, 1979; Scott, 1983), o versidad de situaciones de integración que
que significa que ciertas empresas tienen ma- responden no solo al tipo de relaciones de
yor poder de determinación que otras. Estas producción que se dan en el sector agrario
empresas consideradas “núcleos”… “operan integrado, sino además al tipo de relaciones
en etapas en cuyas condiciones de reproduc- que se entabla entre las unidades agrícolas
ción tienen más alto grado de incidencia so- y la empresa integradora o con sus agentes
bre el proceso de reproducción en su conjun- intermediarios. De esta forma, aparece un
to” (Vigorito, 1979: 24). amplio espectro de posibilidades de formas
En los complejos agroindustriales se cons- de articulación. En un extremo encontra-
tata un alto grado de integración vertical, los mos una posible unidad productiva indepen-
procesos de trabajo complejos se subdividen diente y autónoma que se relaciona con las
y se ejecutan en forma sucesiva, pasando empresas agroindustriales, simplemente en
a estar integrados en forma vertical o sub- el momento de realizar la producción en un
secuente en el tiempo. La integración de la mercado que guarda una forma tradicional y,
Complejos agroindustriales y la subordinación del campesinado 87

si bien, los productores tienen algún tipo de proceso. Sin embargo, a través de los trabajos
compromiso de venderles la producción, pue- sobre el tema que se han realizado en los últi-
den optar por mercados alternativos. Aquí, el mos años, podemos señalar las formas de in-
nivel de integración es bajo y generalmente tegración más frecuentes y las principales de-
las unidades primarias articuladas son media- terminantes que intervienen en esa relación.
nas o grandes. En el otro extremo ubicarnos A partir de una serie de variables, como
empresas que a pesar de estar formalmente tipo de mercado, tipo de explotaciones agra-
separadas del resto del complejo y de poseer rias, tipo de empresas procesadoras (nacio-
la tierra, tanto por el capital de operaciones nal, transnacional, estatal), grado de parti-
que utilizan, como por la toma de decisiones cipación del Estado, fuente de financiación,
y gestión de la explotación, están totalmen- intentamos una primera clasificación de las
te integradas o subordinadas al capital agro- formas de integración, ubicando los tipos de
industrial. En este caso, planteamos que el articulaciones que se presentan entre los pro-
grado de integración vertical es alto. Entre ductores y los integradores.
ambos extremos se presenta una compleja En primer lugar, encontramos complejos
gama de situaciones con particularidades im- cuya característica fundamental, para los fines
portantes, cuando se trata de complejos que de nuestro trabajo, reside en una articulación
involucran a los sectores campesinos. entre productores y procesadores, que permi-
te cierta autonomía de los primeros respecto
Algunas modalidades de los segundos. Esto se verifica fundamental-
de integración en el país mente en el control del proceso productivo y
en la posibilidad de rescindir el contrato agro-
Aún no existe información sobre la cantidad industrial por parte de los agricultores. Son
de productores que trabajan relacionados complejos con presencia de empresas trans-
al capital agroindustrial. Sabemos que un 57 nacionales que fungen como “núcleos” de los
por ciento de la producción agropecuaria na- mismos. Sin embargo, entre los productores
cional pasa por algún tipo de procesamiento y los procesadores aparecen una serie de ins-
agroindustrial, pero desconocemos qué canti- tancias intermediarias que, en última instan-
dad de agricultores están involucrados en este cia, redundan en un menor control sobre es-
88 Estudios rurales y movimientos sociales. Miradas desde el Sur

tos últimos. Otra característica importante de ductivos. Los agricultores tienen mercados
esta primera modalidad de integración es que alternativos para colocar la producción, y en
estas empresas transnacionales tienen que última instancia tienen la posibilidad del au-
compartir los mercados. Este hecho posibilita toconsumo. En el complejo granos se consta-
a los agricultores alternativas para colocar la ta una importante presencia estatal, a través
producción y, por otro lado, a través de aso- de BANRURAL que entrega los créditos y de
ciaciones o uniones llegan a negociar en tér- la CONASUPO que fija los precios de garan-
minos favorables para sus propios intereses tía. Sin duda, el Estado tiene particular inte-
con estas grandes empresas. rés en tener algún tipo de regulación dentro
Por supuesto, el dominio dentro del com- de este complejo, pues los granos son bienes
plejo es ejercido por las empresas transna- de consumo directo y componentes básicos
cionales (ET), en tanto tienen mayor capaci- del valor de la fuerza de trabajo.
dad financiera, pueden acaparar recursos y En segundo lugar, incluimos en esta pri-
pueden tener mayor injerencia que las otras mera forma de integración la que se presenta
empresas en los mecanismos de fijación de dentro del complejo leche. Se articulan me-
los precios en el complejo. Ejemplos de este dianos y pequeños productores empresaria-
tipo de complejos en México son el de gra- les y campesinos. Las ET (Nestlé, Carnation)
nos y el de leche. En el primero, la relación se relacionan con sus proveedores de materia
entre productores y procesadores siempre prima a través del típico contrato agroindus-
está mediada. Puede aparecer alguna insti- trial: les proporcionan financiación, asisten-
tución que represente al Estado, como lo es cia técnica, insumos y el productor les garan-
CONASUPO, pero también pueden funcionar tiza la entrega de la leche en las cantidades
como mediadores comisionistas o algún co- y calidades que aquellas necesitan. Mientras
merciante que actúe de intermediario (Bar- dura el contrato el control sobre los proce-
kin y Suárez, 1980). No se presenta la unidad sos de trabajos es alto, pero lo interesante de
integradora que desarrolla la función de pro- este ejemplo es que generalmente después de
veedora de semillas e insumos y de “compra- uno o dos años los productores, incluso los
dor”. Tampoco existe una intervención direc- campesinos, buscan mercados alternativos
ta de los contratantes en los procesos pro- para el producto y logran desvincularse de
Complejos agroindustriales y la subordinación del campesinado 89

las transnacionales. De este modo, en el com- dos monopsónicos controlados por grandes
plejo leche aparece una alta rotación de los firmas transnacionales (General Food, Mc-
productores integrados (CODAI, 1982; Quin- Cormick, entre otros) o grandes firmas na-
tar, 1983). Por lo tanto, también planteamos cionales (Herdez, Alimentos del Fuerte). Ge-
que la articulación resultante permite cierta neralmente son complejos agroindustriales
autonomía de los productores involucrados. que actúan en espacios que van más allá de
En este caso esto es así, no porque haya bajo las fronteras nacionales, y donde los produc-
control del proceso productivo, sino por la tores mexicanos cumplen un determinado
posibilidad que tienen los ganaderos de res- papel dentro de las estrategias más globales
cindir el contrato. Esto está relacionado, por de estos conglomerados.
un lado, con la existencia de mercados regio- Las modalidades específicas que asume la
nales alternativos, pero, también, con el tipo integración de los productores en estos tipos
de financiación que utilizan estas transnacio- de complejos están dadas por la condición de
nales que no desarrolla endeudamientos cró- empresa capitalista de aquellos, por la necesi-
nicos en los integrados. dad de modernizarse que el proceso les impo-
La segunda forma de integración que esta- ne y por los resultados positivos en cuanto al
blecimos es la más representativa de lo que dinamismo que las empresas agrarias van ad-
en México se conoce como “agricultura de quiriendo. De todos modos, los integradores
contrato”. Se presenta sobre todo para los imponen el qué, cómo, cuánto producir, aun
casos de productos que se han desarrolla- cuando los mecanismos utilizados guarden
do muy intensamente en los últimos años, formas aparentemente comerciales.
por ejemplo frutas y legumbres, soja y la Un tercer tipo de integración se da a partir
avicultura. En este caso, la producción bajo de dos situaciones: los productores que se
contrato se propone modernizar los proce- articulan son mayoritariamente campesinos
sos productivos agrarios. Por este motivo se y se trata de productos tradicionales en el
tiende a seleccionar de entrada productores país (azúcar, tabaco, café). Generalmente
capitalistas que sean capaces de absorber funcionan con estructura de mercado mo-
los avances tecnológicos que los procesado- nopsónicas, y entre los productores y los
res les imponen. Regionalmente son merca- procesadores aparece una instancia con una
90 Estudios rurales y movimientos sociales. Miradas desde el Sur

función mediadora, tanto en el plano eco- Casi siempre las ET se ubican en la segun-
nómico como en el político. La integración da fase de la transformación, evitando de este
se realiza por medios de mecanismos cla- modo una relación directa con los sectores
ramente subordinativos. Así, los agriculto- campesinos. El Estado o las uniones de pro-
res deben cumplir con un programa laboral ductores quedan a cargo de la integración,
que se adecue a los criterios de los proce- cumpliendo de este modo un papel importan-
sadores. La empresa integradora interviene te, logrando una organización capitalista de la
directamente en los procesos productivos producción, aun cuando esta esté en manos
determinando qué insumos se usan, qué tipo de ejidatarios o pequeños propietarios cam-
de labores deben realizarse y marcando el pesinos, y por otro lado una función política
calendario de entregas. Se modernizan las mediatizadora de los conflictos sociales. En
prácticas laborales de los campesinos, pero segundo lugar, pareciera no ser indispensable
esto no redunda en un desarrollo global de para estas grandes empresas una moderniza-
las fuerzas productivas del sector. Los nú- ción de los procesos productivos primarios.
cleos utilizan mecanismos de extracción del Si bien hubo algunos importantes adelantos
excedente campesino vía precios, vía depen- técnicos para los cultivos mencionados, ellos
dencia financiera, de tal manera de recupe- no son comparables con los que se han dado
rar lo máximo posible la acumulación que en otros productos como las frutas y legum-
por otro lado se propicia. Margulis (1979) bres y soja. En estos, tercer tipo de comple-
llama a este proceso “acumulación subordi- jos (café, caña, tabaco), las principales inno-
nada”, así aportes externos a la unidad pro- vaciones tecnológicas se han producido en la
ductiva, créditos, tecnologías, la preparan y etapa de transformación industrial.
la ponen al servicio de las necesidades de la
valorización del capital. Como veremos más
adelante algunos segmentos de los sectores La subordinación del campesinado al
campesinos integrados pueden aprovechar capital agroindustrial
para sí mismos esta clase de integración. De
este modo funcionalizan la integración y lo- El debate sobre la naturaleza, funcionamien-
gran un proceso de acumulación. to y futuro del campesinado se ha extendido
Complejos agroindustriales y la subordinación del campesinado 91

al caso del moderno desarrollo agroindus- nes en las formas campesinas de producción
trial. Así, para algunos autores son las media- para adaptarlas a sus necesidades. Estos úl-
nas y grandes propiedades agrícolas las que timos autores van más lejos aun y argumen-
se adaptan a los requerimientos necesarios tan que en realidad el capital agroindustrial
para la utilización de insumos agroindus- necesita de la presencia campesina, en tanto
triales. Según este razonamiento, la pequeña las explotaciones capitalistas para funcio-
producción es incapaz de invertir dentro del nar reclaman no solo la ganancia media sino
cuadro de tecnologías modernas y de sopor- también la renta de la tierra. De allí que se
tar la competencia en momentos de bajas de haya adoptado por integrar unidades cam-
precios o de cosechas (Arroyo, 1979). Por pesinas “refuncionalizándolas”, es decir, in-
otro lado, se sostiene que el proceso de des- troduciendo en ellas modificaciones (deter-
aparición de las pequeñas explotaciones es minados procesos laborales, uso de tecnolo-
inherente al desarrollo agroindustrial. Así, gías) para que se adecuen a las necesidades
aunque las transnacionales se adapten a las de valorización del capital (Gómez Olivier,
legislaciones vigentes y a situaciones sociales 1979; Bartra, 1979).
diversas, seguirán manteniendo una misma lí- El capital transnacional en el país se adap-
nea de operaciones, la cual supone el rechazo tó a las características agrarias vigentes, por
y desplazamiento de las explotaciones cam- un lado, una fuerte limitación legal sobre la
pesinas (Feder, 1979). Así, tanto Arroyo como tierra que le impide una forma de integración
Feder plantean que la tendencia predominan- vertical directa (comprar o rentar tierra) y,
te del capital agroindustrial es relacionarse por otro lado, una estructura agraria con fuer-
con productores medianos y grandes. El ar- te predominio de unidades campesinas. De
gumento principal, en ambos, parte de la ne- allí que para ciertas regiones del país y para
cesidad de la agroindustria de modernizar las ciertos cultivos, independientemente de las
agriculturas y ese proceso no tiene viabilidad estrategias más globales de estas empresas,
en las economías campesinas. el capital agroindustrial tuvo que relacionarse
Sin embargo, para otros autores, este no con sectores campesinos. Como planteamos
es un argumento válido ya que el capital en el punto anterior, esa relación no es direc-
agroindustrial puede producir modificacio- ta, sino que en la mayoría de los casos apare-
92 Estudios rurales y movimientos sociales. Miradas desde el Sur

ce una empresa estatal o gremial que media tales como las financieras, las comerciales,
entre el capital agroindustrial transnacional y técnicas, gerenciales y administrativas. Este
los campesinos. proceso no debe ser visto como una relación
Planteamos en este trabajo que estos sec- “funcional” en la que los productores actúan
tores se integran de manera subordinada a en términos de cómo servir mejor a la acu-
las empresas agroindustriales. Definimos mulación capitalista, sino como un proceso
la subordinación como un proceso social, contradictorio donde el comportamiento so-
por lo tanto contradictorio, con determina- cial y político del sector afectado también
ciones mutuas, resultado por un lado de los condiciona las modalidades que esta relación
intereses de rentabilidad de las empresas asume, lo cual aparece claramente en el análi-
procesadoras, pero también de las negocia- sis histórico de la formación de estos comple-
ciones y luchas que los sectores campesinos jos. Por ejemplo, los cambios ocurridos en el
realizan para modificar las condiciones de año 1972 en la caña y en el tabaco (Giarracca,
integración. En segundo lugar, supone una 1983; Paré, 1982).
relación asimétrica, es decir, las empresas La subordinación supone, por un lado, las
integradoras a partir de diferentes condi- necesidades de las empresas productoras de
ciones de existencia y funcionamiento (mo- abastecerse de ciertas materias primas que
nopolio de los recursos, posición favorable estos campesinos cultivan y, por el otro, el
en el mercado, capacidad de financiación y condicionamiento que tienen estos produc-
dominación) pueden ubicar bajo su control, tores para adoptar la conducta económica
y sacar provecho de esta situación, a las uni- que sus integradores les imponen a través del
dades integradas. contrato. Establecimos que el soporte de esta
Así planteada la subordinación, las vincula- relación social lo constituye el contrato. Este
ciones que la operacionalizan quedan sujetas puede ser oral o escrito; el último formaliza
al mismo supuesto básico. En todos los casos aún más la relación y generalmente interviene
los objetivos de las empresas integradoras se además de las partes alguna dependencia ofi-
inscriben en esta necesidad de control de las cial para la suscripción del mismo. El contra-
unidades y de captación de excedentes. Po- to refleja las condiciones logradas por las par-
demos puntualizar una serie de vinculaciones tes en el proceso de subordinación, teniendo
Complejos agroindustriales y la subordinación del campesinado 93

siempre presente el carácter “asimétrico” que representar un “crédito” en el sentido tradi-


esta relación presenta. cional del término, esta forma de financiación
agroindustrial tiene el sentido de un adelanto
(en tabaco se llama “habilitación”), pues en
Mecanismo de subordinación todos los casos a través de la financiación la
producción queda comprometida para un de-
El crédito es el mecanismo de subordinación terminado recibidor. Se establece una especie
más importante; a través de él se financia par- de “venta a futuro”, la cosecha queda prenda-
cial o totalmente la producción. Las funciones da y no se puede hacer con ella más que entre-
más importantes del crédito son seleccionar garla a las empresas que la financiaron o a la
la parcela contratada, establecer especifica- empresa que el financiador estipuló. De esta
ciones técnicas de las labores, marcar un ca- forma, el crédito o financiación se convierte
lendario de labores, determinar la cantidad, en un importante mecanismo de integración.
calidad y uso de los insumos, determinar la Existen dos situaciones generalmente aso-
cantidad de mano de obra a utilizar. Un nue- ciadas a este proceso de subordinación de los
vo elemento que introduce el crédito en las productores campesinos al capital agroindus-
formas campesinas de producción es la utili- trial: la primera es la estructura de los mer-
zación en cantidades importantes de mano de cados donde participan las ET o las grandes
obra asalariada. Se usa en las tareas que re- firmas nacionales, y la segunda es la resultan-
basan la utilización de la mano de obra fami- te de la acción del Estado. Los complejos se
liar. El contratante es el campesino con fon- caracterizan por un alto control de los merca-
dos que le provee el crédito, y generalmente dos por parte de las empresas procesadoras e
el integrado estipula las actividades precisas industrializadoras. Frente a mercados oligop-
que esos asalariados deben realizar, y se deja sónicos o monopsónicos los campesinos no
librado al productor el cumplimiento del sala- tienen la menor posibilidad de negociar, aun
rio mínimo legal. cuando los precios fijados por las empresas
El crédito es otorgado siempre a muy baja no cubran el costo de producción más la ga-
tasa de interés y su devolución está condi- nancia media. Esto es así porque los peque-
cionada a la entrega de la cosecha. Más que ños agricultores no cuentan con mercados
94 Estudios rurales y movimientos sociales. Miradas desde el Sur

alternativos, y cuando los tienen, el carácter en forma transitoria, la intervención estatal


perecedero de su producción o el financia- aplaca los conflictos, y los mecanismos de
miento previo que han recibido les impiden subordinación pueden seguir desarrollándose
una libre elección. Lo que planteamos como y perfeccionándose.
elemento a tener en cuenta al analizar la sub-
ordinación de los sectores campesinos es que
el contratante, el financiador, el planificador Los campesinos tabacaleros
(aun cuando lo sea en forma indirecta) es
además, en la mayoría de los casos, el “único” La subordinación de los 26.000 campesinos a
comprador posible de la producción. un complejo agroindustrial como el tabaca-
La segunda situación que condiciona el lero tiene particular importancia. En efecto,
proceso de subordinación campesina es la se trata de un complejo que, en primer lugar,
presencia del Estado. A pesar que las empre- presenta un alto grado de integración verti-
sas privadas y el Estado no siempre buscan cal, además, un alto grado de transnacionali-
los mismos objetivos e incluso pueden existir zación en la segunda transformación el Esta-
enfrentamientos entre ellos, siempre parten do tiene una fuerte presencia, y, por último,
de una identidad básica en la persecución de en la actividad tabacalera tradicionalmente
una mayor rentabilidad para el capital. En las se ha presentado un alto nivel de lucha social
ramas agroindustriales, el Estado interviene tanto entre los campesinos como dentro de
con acciones precisas por la importancia que los asalariados de Tabamex y de las empresas
los alimentos tienen en la reproducción de transformadoras.
la fuerza de trabajo. En muchas ocasiones, El tabaco, desde la siembra en campo has-
además el Estado interviene con acciones de ta la venta de los productos terminados, pasa
tipo mediador entre campesinos y empresas por una serie de procesos de transformación
procesadoras. Por ejemplo, en regiones tra- técnica que supone actividades que son lleva-
dicionalmente conflictivas interviene en al- das a cabo por distintos agentes intervinien-
gún espacio del complejo. Así, encontramos tes. El mayor número de unidades se encuen-
a Inmecafé, Tabamex, la nacionalización de tra a nivel de la producción primaria (25.284
los ingenios en 1972, en general, aunque sea campesinos en 1981), gran parte de las etapas
Complejos agroindustriales y la subordinación del campesinado 95

agroindustriales está en manos de la empresa ro (CAT) entablan relaciones; ellas están de-
paraestatal Tabamex. Esta, además, tiene a su terminadas por múltiples factores: los tipos
cargo etapas productivas de campo (almáci- de uso y destino finales de los tabacos, las
gos), la administración del financiamiento de características de los productores en cada re-
la producción primaria, y el control general de gión, el funcionamiento de Tabamex en ellas,
todo el proceso productivo. Por último, tiene las estrategias que asuman las transnaciona-
a su cargo “la compra” o acopio de todo el ta- les cigarreras y exportadoras, el peso relativo
baco producido por estos productores. En la de las pureras. El conjunto de unidades pro-
etapa manufacturera operan tres empresas, ductivas y empresas, por un lado, y las rela-
dos de las cuales controlan el 99 por ciento ciones asumidas entre sí en torno al proceso
del mercado y están en manos de dos de las de transformación de la materia, por otro,
grandes transnacionales; ellas son La Moder- conforman el CAT. Son “núcleos” las trans-
na SA, filial de la British American Tobacco, nacionales cigarreras y comercializadoras
y Cigarros La Tabacalera Mexicana SA (CI- que operan en el país por lo tanto ejercen un
GATAM), filial de la Philips Morris. Además significativo control sobre el complejo en su
actúan veinte pureras, y para la distribución conjunto. Son capaces de garantizar la vigen-
en el mercado interno intervienen empresas cia del proceso de reproducción global según
distribuidoras o departamentos de las propias sus propias determinaciones. Esto se verifica
empresas manufactureras. El control del mer- en el desarrollo que ha tenido en los últimos
cado externo de los tabacos claros lo tienen años la actividad tabacalera nacional, carac-
cuatro grandes y también transnacionalizadas terizado por cambios ventajosos para estas
exportadoras. Ellas son The Austin Company, empresas, por ejemplo, la concentración y la
Edwards Leaf Tobacco GF, Vaugham Tobacco transnacionalización de la industria, la impo-
lnc., de origen norteamericano, y Chuo Tobac- sición del “gusto” por el cigarro rubio, retrac-
co de origen japonés. La comercialización ex- ción de las regiones productoras de tabacos
terna de los tabacos oscuros está en manos oscuros, el desempeño real de la paraestatal
de una serie de exportadores y comisionistas. que en última instancia cumple “un servicio”
Las unidades de producción y empresas para esas empresas y el control sobre la lucha
dentro del complejo agroindustrial tabacale- social de los sectores campesinos.
96 Estudios rurales y movimientos sociales. Miradas desde el Sur

La empresa paraestatal Tabamex fue crea- nos insumos adelantados. En las primeras, el
da en 1972 como consecuencia de un proce- “crédito” o “habilitación” se presenta como el
so social de organización y movilización que principal mecanismo de subordinación de los
llevaron a cabo los tabacaleros a fines de los productores al resto del complejo. La empresa
sesentas en las regiones de Nayarit y Norte de integradora es Tabamex, pero el capital ade-
Veracruz. Este levantamiento se produjo a raíz lantado, sin interés, proviene de las cigarreras
de la creciente explotación y dominación que (industrializadoras y comercializadoras) y
llevaron a cabo los departamentos de campo para los tabacos que no son insumos de aque-
de las cigarreras. Tabamex desde entonces llas Tabamex consigue créditos bancarios.
monopoliza el acopio y agroindustrialización A través de la habilitación se determina: 1)
del tabaco, administra la financiación que en- la extensión de las áreas de cultivo, 2) el nú-
trega el capital cigarrero para que se realicen mero de tareas u operaciones a realizar, 3) la
los procesos de producción en las cantidades cantidad de fuerza de trabajo que se empleará
y calidades que estas empresas necesitan. en el proceso, 4) la cantidad y calidad de los
Además, la paraestatal mediatiza las relacio- insumos. La cuota de habilitación se establece
nes entre las ET y los productores, desplazan- por medio de una negociación entre la paraes-
do el conflicto entre ET y productores que se tatal y los representantes campesinos. Los pro-
dio antes de 1972 a una relación mucho más ductores organizados en entidades gremiales
compleja, pero también mucho más controla- fuertes y con poder contestatario son los que
da entre los campesinos y ella misma. logran habilitaciones más altas. Con la cuota
Tabamex desde su creación organiza las de habilitación se establece un control estricto
regiones productoras e impone distintas mo- sobre las decisiones de los ejidatarios. La fun-
dalidades de contratación1. Algunas regiones ción concreta del funcionario de Tabamex es
reciben la financiación completa de la produc- recomendar, vigilar y aprobar el uso adecuado
ción (habilitación) y otras solo reciben algu- de los insumos y la correcta labor que el cam-
pesino o el asalariado desarrollan. La entrega
periódica del dinero está condicionada al cum-
1 En el Cuadro N° 1 se presentan las regiones pro-
ductoras con la información más importante de cada plimiento de lo estipulado.
una de ellas.
Complejos agroindustriales y la subordinación del campesinado 97

Cuadro N° 1
Número de productores, tipo de tabaco y destino de los mismos por regiones
productoras y zonas administrativas (1980-1981)

Zona y región Estado Productores Tipos de tabaco Uso


Zona Nayarit
Jalisco y Insumo de Cigarreras
Chile - Región Nayarit 15.804 Virginia Burley
Nayarit Exportación
Total (Zona Nayarit) 15.804
Zona Golfo
Insumo de Cigarreras
Región Norte de Huasteco, Tlapacoyan,
Veracruz 2.187 Insumo de Pureras
Veracruz Habano
Exportación
Región San Andrés Negro San Andrés - Su- Insumo de Pureras
Veracruz 685
Tuxtla matra Exportación
Región Córdoba Veracruz 2.000 Córdoba Exportación
Insumo de Pureras
Región Tuxtepec Oaxaca 1.975 Jaltepec, TW
Exportación
Región Zimatlán Oaxaca 3.300 Aromático Insumo de Cigarreras
Insumo de Cigarreras
Región Huixtla Chiapas 417 Burley Huixtla
Exportación
Región Simojovel Chiapas 400 Simojovel Exportación
Total (Zona Golfo) 10.964

Fuente: Elaboración propia en base a datos de TABAMEX.

Las regiones no habilitadas de todos modos establecido en el contrato en el momento de


reciben algunos insumos adelantados y la entregar la producción. Allí es cuando Taba-
paraestatal controla que se haya cumplido lo mex y sus clientes seleccionan la producción
98 Estudios rurales y movimientos sociales. Miradas desde el Sur

y se llegan a desechar porcentajes importantes que son difíciles de colocar en los mercados in-
de la misma. Por este motivo los campesinos ternacionales (algunos tabacos oscuros) y ade-
de estas regiones, aun cuando no reciben las más no presentan conflictos sociales de mag-
visitas de los auxiliares de campo de Tabamex nitud importante. Estas regiones, por lo tanto,
para controlar el proceso de producción, igual- no reciben la habilitación; solo se les adelanta
mente siguen las indicaciones que la empresa algunos insumos y se les asegura la compra de
les hace al comienzo de la temporada. En estos la producción (Córdoba, Simojovel).
casos la estructura monopsónica del mercado Existe un tercer grupo de regiones que pro-
es la situación que determina el proceso de ducen tabacos que no son insumos de las ET,
subordinación. que a Tabamex tampoco le interesa comercial-
A nuestro juicio, estas diferentes formas mente mantenerlas abiertas como productoras,
de organizar la producción y modalidades de pero como son muy activas gremialmente la
contratación están relacionadas a dos facto- paraestatal las ha habilitado desde su creación.
res: en primer lugar, la importancia que el tipo El funcionamiento de Tabamex no es eficiente
de tabaco cultivado en cada región tiene para (desalienta la producción), y además ha ini-
las transnacionales como insumos, o el éxito ciado en ellas un acelerado plan de reducción
que la propia Tabamex logra en la comerciali- del área sembrada, aprovechando que en estos
zación del mismo, y, en segundo lugar, el pa- últimos tiempos la organización independien-
pel que hayan desempeñado las regiones en el te de los campesinos parece haber fracasado
movimiento tabacalero de los sesentas y la ca- (Norte de Veracruz y Tuxtepec).
pacidad organizativa y contestataria actual. De Existe una región que por sus característi-
este modo, las regiones que producen insumos cas escapa a estos tres grupos de regiones pre-
de las transnacionales o que producen tabacos sentadas. Es Zimatlán, en Oaxaca, productora
fácilmente colocables en los mercados interna- de un importante insumo de las ET (el tipo
cionales o nacional, están habilitadas (reciben Aromático) y además presenta un importante
financiación) y Tabamex funciona eficiente- grado de movilización social, sin embargo no
mente en ellas. está habilitada y los campesinos producen en
En segundo lugar, tenemos regiones que pro- condiciones de extrema pobreza. Como expli-
ducen tabacos que no son insumos de las ET, caremos más adelante, tanto las ET como la
Complejos agroindustriales y la subordinación del campesinado 99

paraestatal se basaron en esas condiciones de mos y medios de producción (arados, fumiga-


pobreza para organizar la producción, sin em- doras). No están habilitados; sin embargo es-
bargo, sobre la base de lo que planteamos en tos productores reciben indicaciones precisas
este trabajo, en Zimatlán pueden ocurrir en el sobre los procesos laborales (de otro modo no
futuro dos cosas: 1) que mediante la “coopta- se les recibe el tabaco), y al terminar el ciclo
ción” de los líderes o la represión se aplaque el reciben un ingreso (“alcance”) que no cubre la
movimiento campesino y se siga con la moda- reproducción de la fuerza de trabajo invertida
lidad de contratación actual o 2) que a través por el productor y su familia. Estos campesi-
de la organización independiente de los cam- nos complementan el ingreso tabacalero con
pesinos se logre mejorar las condiciones del trabajos asalariados fuera de la explotación.
contrato agroindustrial. En estos casos, la modalidad asumida por el
Estas diferentes modalidades que asume contrato está fuertemente relacionada con el
el contrato en las regiones están también re- tipo de campesino por integrar. Como se tra-
lacionadas con las diferenciaciones internas ta de estratos pobres (de infrasubsistencia) la
que el campesinado como clase social presen- subordinación, y por lo tanto el contrato, se
ta. Si bien muchos autores coinciden en que basan en la explotación directa de la fuerza de
el capital agroindustrial busca integrar cam- trabajo de la familia campesina, lo que a varios
pesinos medios, como vemos con el tabaco (y autores ha llevado a plantear que estos produc-
también en otros cultivos) muchas veces tie- tores son en realidad “proletarios disfrazados”
ne que integrar campesinos pobres que solo o “proletarios a domicilio”. Como plantea Ar-
cuentan con un trozo de tierra (y no siempre) mando Bartra (1979), en estos casos se refun-
y su fuerza de trabajo. En estos casos el ele- cionaliza el trabajo campesino y se lo pone al
mento más importante del contrato es esa servicio del capital agroindustrial.
fuerza de trabajo campesina. Por otro lado, cuando los integrados perte-
En el ejemplo que nos ocupa se presentan necen a los estratos medios y acomodados del
regiones con mayoría de campesinos pobres campesinado, el contrato asume otras moda-
(Zimatlán, Simojovel). Allí se organizó la pro- lidades y la subordinación tiene otras conse-
ducción de forma de aprovechar el trabajo cuencias. El contrato se basa en la unidad de
campesino, en tanto la empresa adelanta insu- producción, es decir, supone que el productor
100 Estudios rurales y movimientos sociales. Miradas desde el Sur

además de la tierra cuenta con otros medios de la producción, porque la plena proletarización
producción. Habilita una superficie que difícil- haría rígida y permanente la parte variable de
mente el cosechero podría cultivarla sin recu- los costos, mientras la producción agrícola tiene
rrir a mano de obra externa a la explotación, y una distribución desigual en el tiempo de sus re-
por último hace recaer la contratación de los querimientos de trabajo. Es decir que, al capital
asalariados en el propio campesino. le conviene más que el ingreso campesino siga
Las consecuencias del proceso de subor- dependiendo de la producción, que asumir el
dinación en estos distintos estratos campesi- costo de una fuerza de trabajo proletarizada que
nos tendrán sus propias particularidades. Así no puede utilizar regularmente (Bartra, 1979).
como las modalidades que asume el contrato Tanto en el caso del tabaco, como en otros
están condicionadas por esta característica estudios de complejos consultados, aparecen
inherente al campesinado que es la diferen- ciertos estratos campesinos que, más que in-
ciación social, el proceso de subordinación la tegrados, “trabajan” para las procesadoras.
acentúa y la acelera. Población que ocupa tierra en la que ciertos
cultivos que les interesan a determinadas em-
presas se dan, se les suministra insumos, fer-
Consecuencias del proceso tilizantes, los medios de trabajo necesarios, y
de subordinación bajo la dirección técnica de los integradores se
pone en marcha el proceso productivo, aprove-
Algunos autores enmarcan la subordinación chando el trabajo de la familia campesina y la
del campesinado al capital agroindustrial en tierra que poseen. Al finalizar el ciclo producti-
el esquema de la “refuncionalización”. En ge- vo, estos campesinos reciben un ingreso igual
neral, esta supone que el capital introduce los o menor al que hubiesen recibido asalariados
cambios que necesita para su proceso de valo- realizando esa actividad. Como decíamos ante-
rización en los procesos laborales de la forma riormente, en estos casos el proceso de subor-
campesina de producción, logrando que la uni- dinación se basa en la explotación de la fuerza
dad siga mostrando el aspecto formal de su au- de trabajo campesina y lo que se consigue con
tonomía. Según esta argumentación, el capital la subordinación es un reforzamiento de esas
agrario opta por esta forma de organización de condiciones iniciales de pobreza. En efecto,
Complejos agroindustriales y la subordinación del campesinado 101

ante la posibilidad de cultivar para la venta ge- como asalariados más frecuentemente y duran-
neralmente esa población que antes de la apa- te períodos más largos.
rición del capital agroindustrial producía para Zimatlán es una de las regiones que no reci-
la subsistencia, al dedicar la tierra al tabaco o a be financiación, al campesino se le suministran
cualquier otro cultivo agroindustrial, debe pro- solo los insumos necesarios para comenzar el
veerse de sus medios de subsistencia con un proceso productivo, al entregar la producción se
ingreso que rara vez le alcanza para tal fin. le descuenta los valores de los mismos. Si bien
En un trabajo de campo realizado durante los líderes gremiales tienen estimaciones de los
los años 1980-19812 se concluyó que los 3.300 costos de producción, no existen registros que
campesinos tabacaleros que producían tabaco puedan permitir una aproximación al ingreso de
aromático en los valles centrales de Oaxaca per- estos campesinos. El trabajo sobre tabacaleros
tenecían al estrato más pobre del campesinado mencionado anteriormente recoge para la región
mexicano. En esa región, Zimatlán, la totalidad las cifras más bajas de “alcances” por hectáreas.
de los productores entrevistados solo produ- En efecto, los campesinos entrevistados de Zi-
cían tabaco para el mercado y complementaban matlán registraron los ingresos más bajos del
sus ingresos con trabajos como asalariados fue- total de la población tabacalera estudiada, cifra
ra de la explotación. El tiempo anual de trabajo que en promedio estuvo en los $4.000 por hec-
fuera de la unidad se relacionaba con la compo- tárea para 1981, mientras para el mismo año los
sición familiar. Aquellos productores que tenían productores nayaritas del Burley Sombra-Mata
hijos pequeños que no los podían reemplazar en recibieron un alcance promedio de $30.000 por
las labores, solo salían a trabajar entre los dos hectárea. Estos datos, así como la condición de
ciclos (en la región el tabaco es bianual). Por “semiproletarios” de estos campesinos, permi-
otro lado, los campesinos con hijos grandes que tieron ubicarlos en el estrato más pobre de la
los reemplazaban en las labores culturales in- población tabacalera entrevistada. Agreguemos
termedias entre la siembra y la cosecha salían que su situación no era mejor antes de la crea-
ción de Tabamex, pues ya las empresas cigarre-
ras, a partir de la apertura de la región en 1967,
2 Los resultados de ese trabajo de campo se encuen- habían organizado la producción en base a esta
tran en Teubal y otros, 1982; y Giarracca, 1983. situación de pobreza: atomización de la produc-
102 Estudios rurales y movimientos sociales. Miradas desde el Sur

ción y explotación de la fuerza de trabajo de la En el caso del tabaco, las diferentes moda-
familia campesina. Lo que es importante señalar lidades de contratación aunado a ciertas con-
es que con la intervención del Estado esta situa- diciones iniciales favorables (poseer tierra de
ción no solo no se modifica sino que se acentúa. buena calidad) permitieron, en el periodo que
En esta región, así como en las otras dos que va desde la creación de Tabamex hasta la ac-
tampoco reciben financiación (Simojovel, Chis tualidad, el surgimiento de un estrato de pro-
y Córdoba) predominan campesinos pobres y ductores excedentarios. Este estrato es reduci-
las condiciones y consecuencias de la subordi- do y aún poco representativo del tabacalero en
nación pueden ser explicadas en el marco de la general, pero está presente en la mayoría de las
“refuncionalización” del campesinado. También regiones productoras (no aparece en Zimatlán
Rama presenta para los cañeros lo que la autora y Simojovel). Son productores que se encuen-
llama “campesinos como asalariados de la fábri- tran en expansión en sentido empresarial, di-
ca de azúcar”, que ocupan nada menos que el 45 versificando la explotación en algunas regiones
por ciento de la superficie cañera sembrada del (Norte de Veracruz), invirtiendo en capital fijo
país (Rama, 1980: 186). Tanto en el caso del ta- en otras (Nayarit), pero en casi todos los casos
baco como en el de la caña, características parti- dedicándose a actividades como el transporte,
culares de los procesos laborales han permitido el comercio minorista, la cantina del ejido.
que este estrato de productores pueda integrarse En la región tabacalera que denominamos
a estos sistemas agroindustriales (por ejemplo la Norte de Veracruz (Papantla, Platón Sánchez y
posibilidad de aprovechar la mano de obra infan- Álamo) estos productores pueden ubicarse por
til y femenina). Es difícil encontrar este estrato las siguientes características: tienen entre 5 y 12
de productores en otros sistemas agroindustria- ha de superficie total, y en todos los casos han
les donde los procesos laborales de los cultivos logrado ser habilitados con 4 ha (la máxima ha-
en cuestión están más tecnificados. bilitación) de tabaco. Sacan alcances mayores a
En los campesinos medios y acomodados los $30.000 por hectárea y lograron un conside-
la subordinación tiene otro tipo de consecuen- rable nivel de diversificación (Cuadros N° 3, 4 y
cias, ya que a partir del contrato agroindustrial 5). Por otro lado, la Región de San Andrés Tuxtla
algunos pueden iniciar un proceso de acumula- permite seguir la evolución que estos tabacale-
ción y reproducción ampliada. ros han tenido, ya que al habilitarse la región la
Complejos agroindustriales y la subordinación del campesinado 103

mayoría de ellos eran ejidatarios de subsisten- Cuadro N° 2


cia. Actualmente es una de las regiones próspe- Alcance promedio por hectárea y por kilogramo de
tabaco, por tipos de tabaco y regiones (1979-1980)
ras y, si bien la mayoría de los cosecheros per-
tenece a los estratos medios, se encuentra un
Tipo de tabaco Alcance Alcance por
pequeño grupo de productores que se destaca
por regiones por ha ($) kg ($)
por el nivel económico alcanzado. En las entre-
Nayarit
vistas aparece este hecho muy relacionado con
el tiempo que lleva como habilitado de Taba- Virginia Sarta Sol 11.309,79 6,64
mex. Así, la totalidad de los productores entre- Burley Sarta Sol 7.951,76 5,76
vistados que pertenecen a este estrato comenzó Burley Semi Sombra 11.079,56 7,36
a producir con la apertura de Tabamex en la Burley Sombra Mata 29.525,34 12,77
zona. Obtienen alcances por encima de la media Veracruz
regional ($20.573,63; Cuadro N° 2), comenzaron
R. Norte Huasteco 18.626,26 9,27
a diversificar la producción y, en algunos casos,
Tlapacoyan 12.332,15 5,87
hasta han dejado temporalmente la gestión de la
explotación en manos de hijos o “administrado- Habano 17.942,43 13,96
res”, para dedicarse a algún negocio dentro del R. San Andrés Tuxtla
ejido. Si bien estos tabacaleros son minoritarios Negro San Andrés 20.573,63 15,24
en la región y en la población tabacalera na- Oaxaca
cional, ejemplifican cómo, a través de un buen Valle Nacional 12.101,51 —
contrato agroindustrial, algunos campesinos Chiapas
que combinan este hecho con alguna otra bue-
Burley Huixtla 7.803,57 5,18
na condición, logran diferenciarse del resto del
sector, permitiendo que la integración al com- Fuente: Elaboración propia con base en datos de
TABAMEX.
plejo valorice los recursos detentados. En gene-
ral, siguen utilizando mano de obra familiar, aun
cuando lo decisivo es que comienzan a utilizar Si bien en este trabajo como intento de expli-
mano de obra asalariada en forma regular. cación del surgimiento de este estrato campe-
sino, jerarquizamos la modalidad que asume el
104 Estudios rurales y movimientos sociales. Miradas desde el Sur

contrato agroindustrial y la capacidad de rene- Cuadro N° 3


gociación del mismo, debemos tener presente Superficie total de la explotación y alcance por
hectárea en la región norte de Veracruz (1979-1980)
otros factores tanto de tipo económico como
también político.
Superficie
Para el caso del tabaco, en ciertas regiones los Alcance por ha (%)
(ha)
dirigentes campesinos muy activos en años pasa-
Hasta $16.301 a $30.000 y
dos, son en la actualidad pequeños empresarios
$16.300 $30.000 más
agrícolas y esto lo han logrado, no solo por con-
2,5 a 5 100 45 —
seguir óptimas condiciones en el contrato, sino
por recibir ayudas extraordinarias (préstamos 5,1 a 8 — 45 10
especiales, doble cupo de producción) de parte 8,1 a 12 — 10 90
de Tabamex. Luisa Paré ha realizado interesan- Total 100 (31) 100 (9) 100 (3)
tes análisis de los mecanismos políticos que in- Fuente: Entrevistas a productores tabacaleros, 1981.
fluyen en la posición que a través del tiempo fue
adquiriendo el campesinado cañero (Paré, 1982). Este tipo de campesino medio corresponde a
Tal vez el estrato más representativo del cam- los productores típicos de Nayarit y San Andrés
pesinado tabacalero es el formado por produc- Tuxtla. La primera región es productora del
tores medios, para los cuales el contrato agro- principal insumo de las cigarreras transnacio-
industrial representa la posibilidad de obtener nales y la segunda produce un tipo de tabaco
ingresos que cubren la reproducción simple de que Tabamex comercializa con mucho éxito. A
la explotación. En este estrato, el ingreso tabaca- los estratos de campesinos medios los ubica-
lero cubre la reproducción de la familia campe- mos también en las regiones Norte de Veracruz
sina, tanto en el ciclo productivo como en el im- y Tuxtepec (Oax). Son poco representativos de
productivo. Este hecho es de especial importan- la región Córdoba, y están definitivamente au-
cia, ya que diferencia al tabaco de otros cultivos sentes en Zimatlán y Simojovel.
campesinos no agroindustriales, y, a nuestro jui- Es un estrato inestable y tiende a generar en
cio, se presenta, pues las empresas procesadoras su interior contradicciones que producen dife-
quieren asegurarse ciclo tras ciclo el uso de esas renciación. Por ejemplo, en la actividad taba-
tierras que son las más aptas para el cultivo. calera este fue un sector muy afectado con la
Complejos agroindustriales y la subordinación del campesinado 105

política de reducción de áreas sembradas que Cuadro N° 5


planificó Tabamex en algunas regiones (Tuxte- Grado de diversificación de la producción y
alcance por hectárea en la región norte de
pec y Norte de Veracruz). Con disminuciones Veracruz (1979-1980)
del 39 al 50 por ciento del área cultivada, can-
tidades importantes de campesinos pertene-
Diversificación Alcance por ha (%)
cientes a este estrato volvieron a la producción
Nada a $16.301 a
de maíz y frijol y tuvieron que salir a trabajar
$16.300 $55.000
fuera de la explotación para completar sus
Tabaco, maíz y frijol
ingresos, lo cual los acerca a los estratos más para el consumo
65 —
pobres dentro del campesinado. Por otro lado,
Tabaco, maíz y frijol
también es cierto que, en Nayarit o San Andrés para el mercado
15 33
Tuxtla, de este estrato medio han surgido algu-
Tabaco y otros (cítri-
nos cosecheros que han logrado funcionalizar cos, otros frutales)
20 77
la integración y convertirse en excedentarios.
Total 100 (31) 100 (12)

Cuadro N° 4 Fuente: Entrevistas a productores tabacaleros, 1981.


Superficie con tabaco y alcance por hectárea en la
región norte de Veracruz (1979-1980) En síntesis, dentro de la población tabacalera
del país se observa una primera e importante di-
Superfi- ferenciación interna que aparece muy relaciona-
Alcance por ha (%)
cie (ha)
da a las regiones productoras y a las modalida-
Nada Hasta $16.301 a Más de des que el contrato asume en cada una de ellas.
$16.300 $30.000 $30.001
De este modo pueden establecerse regiones
0a2 100 90 50 — prósperas (Nayarit, San Andrés Tuxtla) y regio-
2,1 a 3 — 10 — — nes pobres (Zimatlán, Simojovel). Pero, además,
3,1 a 4 — — 50 100 en algunas regiones se distinguen distintos tipos
Total 100 (3) 100 (28) 100 (9) 100 (3) de productores, los que se van diferenciando
por condiciones particulares del contrato, por
Fuente: Entrevistas a productores tabacaleros, 1981.
el aprovechamiento que hagan de este, por las
relaciones establecidas con Tabamex.
106 Estudios rurales y movimientos sociales. Miradas desde el Sur

En general, en los estudios de complejos que Castillo, D. 1982 “El desarrollo agroindustrial
subordinan campesinos, estas diferenciaciones y los sistemas alimentarios: cacao” en
están presentes (caña, cacao, café). Desarrollo Técnico para el Desarrollo
En este proceso de subordinación del cam- Agroindustrial (México DF: SARH-CODAI)
pesinado al capital agroindustrial, algunos se N° 27.
convertirán en “proletarios disfrazados” de las CODAI 1982 “El desarrollo agroindustrial y
empresas procesadoras, otros pocos empren- los sistemas alimentarios básicos: leche”
derán un proceso de acumulación de capital, en Desarrollo Técnico para el Desarrollo
y los estratos medios se reproducirán en las Agroindustrial (México DF: SARH-
condiciones que la dinámica del cultivo en CODAI) N° 8.
cuestión y sus propias luchas sociales y políti- Domike, A. y Rodríguez, G. G. 1976
cas determinen. Agroindustrias en México, estructuras de
los sistemas de y oportunidades para las
empresas campesinas (México DF: CIDE,
Bibliografía Proyecto FAO/PNUD/SRA) mimeo.
Feder, E. 1979 El imperialismo fresa, una
Arroyo, G. 1979 “Firmas transnacionales investigación sobre los mecanismos de la
y agroindustriales, reforma agraria dependencia en la agricultura mexicana
y desarrollo rural” en El Desarrollo (México DF: Campesina).
Agroindustrial y la Economía Giarracca, N. 1983 “La subordinación
Internacional. Documento de Trabajo para del campesinado a los complejos
el Desarrollo Agroindustrial (México DF: agroindustriales. El tabaco en México”,
SARH-CODAI) N° 1. tesis para obtener el grado de Maestría en
Barkin, D. y Suárez, B. 1980 El complejo de Sociología (México DF: UNAM).
granos en México (México DF: Centro de Gómez Cruz, M. 1980 “Las transnacionales
Eco-Desarrollo-ILET). en la industria alimentaria y la agricultura
Bartra, A. 1979 La explotación del trabajo mexicana” en Textual. Revista de
campesino por el capital (México DF: Humanidades y Ciencias Sociales (México
Macehuel). DF: Universidad de Chapingo) N° 4.
Complejos agroindustriales y la subordinación del campesinado 107

Gómez Olivier, L. 1979 “Las agroindustrias y la en México”, tesis para obtener el grado de
distribución del excedente económico en Maestría en Economía (México DF: UNAM).
la economía campesina” en El Desarrollo Rama, R. y Rello, F. 1978 La
Agroindustrial. Documento de Trabajo para internacionalización de la agricultura
el Desarrollo Agroindustrial y la Economía mexicana (México DF: UNAM, División
Campesina (México DF: SARH-CODAI) N° 2. de Estudios de Posgrado de la Facultad de
Jáuregui, J. et al. 1980 Tabamex, un caso de Economía) mimeo.
integración vertical en la agricultura Rama, R. y Vigorito, R. 1978 Transnacionales
(México DF: CIDER / Nueva Imagen). en América Latina. El complejo frutas y
Lenin, V. I. 1977 El desarrollo del capitalismo legumbres en México (México DF: ILET /
en Rusia (México DF: Cultura Popular). Nueva Imagen).
Margulis, M. 1979 Contradicciones en la Scott, C. D. 1983 “Transnational Corporations
estructura agraria y transferencia de and Asymetries in the Latin American food
valor (México DF: Jornadas 90 / El Colegio system”, ponencia para el Congreso de Las
de México). Américas y la Nueva División Internacional
Paré, L. 1982 “Mecanismos económicos y del Trabajo (Florida: University of Florida)
políticos de subordinación de la tierra y del mimeo.
trabajo campesino al capital en la zona de Sorj, B. 1980 Estado o clases sociais na
abastecimiento del ingenio La Margarita” en agricultura brasileira (Río de Janeiro:
Cómo le dieron caña a los cañeros (México Zahar).
DF: UNAM, Instituto de Investigaciones Teubal, M. et al. 1982 El desarrollo
Sociales) documento de circulación interna. agroindustrial y los sistemas no
Quintar, A. 1983 “Las empresas alimentarios. Tabaco (México DF: SARH-
transnacionales en la agroindustria de CODAI) documento técnico para el
lácteos: el caso de la compañía Nestlé en desarrollo agroindustrial.
México”, tesis de Maestría en Sociología Trajtenberg, R. 1977 Un enfoque sectorial
(México DF: UNAM). para el estudio de la penetración de las
Rama, R. 1980 “Transnacionales. Estado y empresas transnacionales en América
acumulación agrícola. La caña de azúcar Latina (México DF: ILET, DEE/D).
108 Estudios rurales y movimientos sociales. Miradas desde el Sur

Vigorito, R. 1979 “Criterios metodológicos


para el estudio de los complejos
agroindustriales” en El desarrollo
agroindustrial y la economía
internacional. Documento de Trabajo para
el Desarrollo Agroindustrial (México DF:
SARH-CODAI) N° 1.
Campesinos y agroindustrias
en los tiempos del “ajuste”
(Algunas reflexiones para pensar la relación, con
especial referencia a México y la Argentina)* **

Objetivos y se han profundizado desde entonces con la


aplicación de políticas económicas efectuada
Este trabajo contiene reflexiones sobre los por los gobiernos nacionales bajo la estricta su-
cambios de las condiciones macro-estructura- pervisión de los organismos financieros inter-
les para la integración de los estratos de peque- nacionales. Las políticas de ajuste en América
ños productores agrícolas a la expansión agro- Latina se aplican en un contexto internacional
industrial. Estas transformaciones se han ido caracterizado por la globalización de las rela-
manifestando desde comienzos de los ochenta ciones de producción, distribución y consumo;
la globalización de las finanzas y del comercio
en valores de bolsa; tendencias a las regiona-
lizaciones en torno a las grandes potencias;
* Giarracca, N. 1993 “Campesinos y agroindustrias cambios en la división internacional del traba-
en los tiempos del ‘ajuste’. (Algunas reflexiones para jo; grandes movimientos migratorios de Sur a
pensar la relación, con especial referencia a México y
Norte y un medio ambiente competitivo que lo
la Argentina.)” en Realidad Económica (Buenos Aires)
N° 114-115. acelera todo (Cox, 1992).
Algunas décadas atrás no existían mayores
** Este trabajo es la versión en castellano, con algu- dudas acerca del papel dinámico del Estado
nas modificaciones, de la comunicación presentada al en los procesos de incorporación de los sec-
seminario “New forms of Agroindustrial Modernization
and Globalization. Impacts on Rural Development in
tores campesinos, a los procesos económicos
the Third World”, que se realizó en La Haya, Holanda, nacionales. Los debates sobre el desarrollo
en diciembre de 1992. agrario, y en particular sobre la capacidad de
110 Estudios rurales y movimientos sociales. Miradas desde el Sur

“modernización” e integración de los sectores sión. El crecimiento de las ramas agroalimenta-


campesinos, incluían cuestiones tales como rias y agroindustriales, en general, modificaron
el origen del financiamiento; los intercambios sustancialmente las estructuras productivas y
desiguales entre sectores capitalistas y campe- sociales agrarias de la mayoría de los países.
sinos; la función del capital privado y, nunca Hubo un importante número de proyectos fi-
faltaba, el papel que se le asignaba al Estado. nanciados por organismos internacionales
Desde las reformas agrarias hasta paquetes de (Banco Mundial, BID, AID) que apoyaban la
leyes que regulaban el desempeño agrícola, se integración de regiones y de sectores de bajo
había dado una amplia gama de intervenciones desarrollo a la expansión agroindustrial. En
estatales en las agriculturas latinoamericanas. todos ellos, tanto la intervención de estos or-
La intervención estatal se visualizaba como ganismos como la del Estado jugaron papeles
una necesidad en tanto se daba una dualidad decisivos, se hablaba de proyectos “tripartitos”
agraria estructural difícil de superar sin dicha cuando la acción incluía a los tres actores: em-
intervención. Se fundamentaba también en presas agroindustriales, Estado y campesinos.
cierta incapacidad de los sectores industriales Desde la crisis de 1982 en casi todo el con-
para absorber el posible excedente de mano de tinente han menguado los montos de recursos
obra agraria y se buscaba, con la intervención, destinados a los programas sectoriales de desa-
una modernización que permitiera la persisten- rrollo y los nuevos créditos provenientes de los
cia de vastos sectores poblacionales en el cam- organismos internacionales comenzaban a ser
po; estos problemas, como otros relacionados otorgados condicionados a severas políticas
con la búsqueda de legitimidad política, indu- de ajuste. En este nuevo marco de política ma-
cían respuestas fuertes de los Estados nacio- croestructural, el Estado retira paulatinamente
nales y hasta pactos de tipo continentales (por los apoyos imprescindibles para mantener la
ejemplo la Alianza para el Progreso). “integración” de las agriculturas campesinas a
A fines de los sesenta, cuando comienzan a la expansión agroindustrial.
expandirse las relaciones agroindustriales con Los términos del debate cambian: las nue-
fuerte predominio del capital transnacional, la vas condiciones generales de producción
discusión giró sobre las posibilidades de los agroindustrial (incluyendo las tecnológicas,
campesinados para integrarse a dicha expan- financieras y, fundamentalmente, las institu-
Campesinos y agroindustrias en los tiempos del “ajuste” 111

cionales) son desfavorables para la integra- algunas informaciones recientes dan cuenta
ción de los sectores campesinos. El problema sobre el poco interés del capital transnacio-
ya no reside solo en la naturaleza y el grado nal agroindustrial en América Latina como
de subordinación al capital agroindustrial de zona de inversión, pero poco se conoce aún
estos sectores, o la ideología que subyace al sobre las transformaciones que las nuevas
“contrato agroindustrial” (Clapp, 1988), sino condiciones macroestructurales pueden aca-
que la situación actual habilita un debate que, rrear en las relaciones entre agroindustrias y
sin dejar de lado la naturaleza de esta relación, pequeña producción.
debería centrarse en otras cuestiones. Las más Tal vez sea demasiado pronto para registrar
relevantes son: quién o quiénes sustituyen el tales cambios, por eso este trabajo propone un
papel regulador del Estado; qué capacidad de ejercicio teórico. Consiste en analizar las con-
negociación pueden tener las organizaciones diciones macroestructurales de la expansión
existentes de productores (uniones, coopera- agroindustrial con integración de la pequeña
tivas, etcétera) frente a los procesadores; qué propiedad que se dieron en otros momentos
posibilidades tienen hoy los campesinos para y plantear los cambios actuales que modifican
construir nuevas organizaciones o mantener estas condiciones.
las propias; cómo pueden participar los cam- Una primera revisión a las actuales condi-
pesinos, sin reglas preexistentes, en mercados ciones macroestructurales, sobre todo el reti-
oligopsónicos o monopsónicos. En definitiva, ro del Estado (con sus funciones reguladoras,
qué mecanismos sociales podrían neutralizar financiadoras) y su reemplazo por el mercado
los crecientes procesos de exclusión de los como principal asignador de recursos, tentaría
mercados, a los que están expuestos la mayo- a caracterizar la actualidad como un desarrollo
ría de los sectores subalternos dentro del nue- agroindustrial de tipo “kautskyano”, es decir,
vo modelo de acumulación. un proceso en el que se concentra tierra y capi-
La bibliografía reciente trata los procesos tal, donde la gran industria capitalista domina
macroeconómicos del ajuste, las transforma- y la pequeña agricultura tiende a desaparecer
ciones que se presentan en los niveles de los (Kautsky, 1977). Sin embargo, considero que
mercados, de las áreas productivas, en los los cambios en las condiciones generales mol-
espacios de concertación (Garramón, 1988); dean, limitan, pero no determinan los procesos
112 Estudios rurales y movimientos sociales. Miradas desde el Sur

sociales. El accionar de los actores, la fuerza capital y una nueva división internacional del
que adquieran sus organizaciones, los aconte- trabajo. Dichos procesos se verificaban tanto
cimientos políticos, el éxito o fracaso de las ac- en la producción como en la distribución de los
tuales políticas, el consenso y legitimidad que productos agrícolas.
logren o no, son factores tan importantes como Muchos trabajos especifican que no todos
las tendencias estructurales en los procesos de los sectores campesinos latinoamericanos
mediano plazo. Es más, algunos autores consi- pudieron ingresar al proceso modernizador.
deran que el retiro del Estado puede contribuir De Janvry (1989) estimaba alrededor de 7 mi-
a una mayor autonomía de los sectores campe- llones de explotaciones de tipo “subfamiliar”
sinos, al desaparecer las relaciones clientelísti- (es decir incapaz de reproducirse como uni-
cas que aquel alentó (Cornelius, 1992). dad) dentro del conjunto de países de Amé-
Expondré las condiciones que facilitaron la rica Latina y recordaba que, precisamente,
integración de agricultores familiares a la ex- este sector “subfamiliar” era el que más había
pansión agroindustrial en México y en la Ar- crecido en los últimos treinta años. Un traba-
gentina y señalaré algunos cambios actuales jo de la CEPAL (1982) daba cuenta de casi un
que, a mi juicio, modifican las condiciones para millón y medio de explotaciones campesinas
que el modelo se reproduzca. en México en real o potencial proceso de des-
aparición; el programa de gobierno Sistema
Alimentario Nacional recomendaba subsidiar
Las condiciones de integración con alimentos a esa franja de campesinos y
agroindustrial hasta los ochenta excluirlos de los programas de apoyo tecnoló-
gico y financiero tendientes al aumento de la
El debate sobre las posibilidades producción alimentaria.
de la pequeña explotación Al mismo tiempo, se señalaba la existencia
de estratos de explotaciones campesinas que
El proceso de “modernización” agrícola ini- habían logrado insertarse en procesos capita-
ciado algunas décadas atrás acompañaba otro listas, adoptando tecnologías y produciendo
proceso más amplio de internacionalización de para mercados internos o externos con relativo
éxito (Piñeiro, 1992). Pero sin duda, lo que más
Campesinos y agroindustrias en los tiempos del “ajuste” 113

llamaba la atención eran los procesos que co- ternacional y los nuevos esquemas de desarro-
nectaban a sectores campesinos con desarro- llo agroindustrial podían brindar a la pequeña
lladas empresas agroindustriales —nacionales producción las herramientas necesarias para
o transnacionales— en distintas variantes de desarrollarse e integrarse.
“agricultura de contrato”. Desde una perspectiva distinta de análisis,
Bernardo Sorj (1980) planteaba que la ex- los agraristas latinoamericanos afirmaban que
plotación del sector campesino ya no se daba a el capital agroindustrial producía modificacio-
partir de su atraso, como era usual con los co- nes en las pequeñas explotaciones de manera
merciantes tradicionales que los endeudaban, de “funcionalizarlas” a sus necesidades de ex-
sino a partir de la introducción en los procesos pansión. Es decir mediante la financiación, se
productivos de prácticas modernas, de utiliza- imponían determinados procesos laborales y
ción de tecnologías avanzadas, por un control tecnologías sin que necesariamente se estimu-
monopsónico del mercado por parte de la in- lara la acumulación interna de la explotación.
dustria procesadora. Mario Margulis (1979) denominaba a este pro-
El punto de vista de los grandes financiado- ceso “acumulación subordinada”: aportes ex-
res (Banco Mundial, US AID) sostenía que este ternos a la unidad —créditos y tecnologías— la
sistema de incorporación de los campesinos preparaban y la ponían al servicio de la valori-
solucionaba el “problema campesino” trans- zación del capital.
formando a ese productor de autosubsistencia, Un trabajo de Arthur Goldsmith (1985) ana-
aislado en otro más productivo que se integra- lizaba doce casos de grandes proyectos agroin-
ba a la economía de mercado. “El Estado, dota- dustriales con “agricultura de contrato” lleva-
do con un coherente propósito, asesorado por dos a cabo en los setenta, ocho de los cuales
las agencias internacionales debe emprender la estaban localizados en América Latina. Lo pri-
forma de proveer infraestructura y un ambien- mero que advertía era que “hasta el presente
te adecuado para las inversiones” (Citado por la compra de insumos agrícolas a los pequeños
Clapp, 1989: 22). productores puede contabilizarse en un peque-
La Harvard Business School y su represen- ño porcentaje del 5% de las transacciones de
tante más conocido, Ray Goldberg (1981), agrobusiness con los agricultores del tercer
sostenían que la agricultura es un sistema in- mundo” (Goldsmith, 1985: 1127). El Estado, en
114 Estudios rurales y movimientos sociales. Miradas desde el Sur

algunos casos, había iniciado el proyecto y “fue tado u otra instancia intermediadora. Y ponían
común que el gobierno donara tierra al proyec- como ejemplos los cultivos tropicales con fuer-
to y construyera o mejorara rutas, edificios o te incidencia de producción campesina como
inversiones en infraestructura. Parecería que café o azúcar, así como parte de la producción
pocos proyectos hubieran podido ser llevados de granos y oleaginosas (ibídem: 78).
a cabo sin algunas de las asistencias públicas”
(ibídem: 1128). Algunas referencias a los casos
Gonzalo Arroyo y sus colaboradores en un mexicano y argentino
trabajo de síntesis del período, afirmaban:
El Estado mexicano durante las presidencias
En forma creciente, los agricultores y parte del de Echeverría y López Portillo entre 1970 y
campesinado latinoamericano están articulados
1982, expandió sus funciones en la economía
con las cadenas agroalimentarias. Es decir, que
no solo se está reduciendo la importancia numé-
nacional y desarrolló una serie de acciones
rica de los que están aislados del mercado, sino tendientes a la financiación general del sector
incluso de los que operan independientemente en agropecuario. Fueron elementos esenciales
los mercados locales, sobre la base de recursos de este proceso tanto la renta lograda por las
financieros propios y con autonomía empresarial. exportaciones petroleras como la solvencia de
(Arroyo et al., 1985: 78) México —por esta misma situación— en los
mercados de crédito internacionales. Si agrega-
Según ellos, las formas de integración eran mos a esta política general las acciones empre-
seleccionadas por las empresas procesadoras sariales directas en actividades agroindustria-
de acuerdo con una serie de variables como el les podremos evaluar la enorme importancia
tipo de mercado de materias primas, la dispo- estatal en las condiciones macrogenerales en
nibilidad de recursos financieros o la dotación que la agricultura de contrato para la pequeña
de know-how de cada una de las partes. Sin em- propiedad se llevaba a cabo.
bargo, concluían, era cuantitativamente mucho En un trabajo realizado sobre México du-
más importante la integración con alguna for- rante los setenta (Giarracca, 1985) encontré
ma de triangulación, con intervención del Es- varias formas de presencia estatal mediando
Campesinos y agroindustrias en los tiempos del “ajuste” 115

las relaciones entre empresas y agricultores. encontrar formas de articulación con los eji-
En el complejo granos esto se verificaba a datarios campesinos.
través de BANRURAL, que entregaba los cré- En general, la participación estatal se había
ditos, y de la CONASUPO —ambas empresas dado como culminación de procesos conflicti-
del Estado— que fijaba los precios de garan- vos entre campesinos y procesadores agroin-
tía. En los cultivos tropicales, en tanto, el Es- dustriales. El Estado demostraba la voluntad
tado controlaba directamente algunas de las política de supervisar las negociaciones eco-
etapas de producción: Inmecafé y Tabamex nómicas entre actores con muy desigual capa-
(en café y tabaco respectivamente) controla- cidad de negociación-confrontación (campe-
ban la etapa de beneficio y comercialización, sinos y grandes procesadores), pero también
en tanto que en el azúcar, a partir del gran garantizaba a las empresas un control más
conflicto campesino de 1972, el Estado con- directo y eficaz de los conflictos que pudieran
trolaba directamente la primera industrializa- interrumpir el abastecimiento de la materia pri-
ción en los ingenios. Las empresas transna- ma. Con la estatización de la comercialización
cionales, ubicadas en la segunda etapa de in- tabacalera, por ejemplo, las movilizaciones
dustrialización (desde las refresqueras como de campesinos demandando mayores precios
Coca-Cola hasta la British American Tobbaco, para la materia prima ya no se hacían en las
pasando por Nestlé) raramente establecían puertas de la BAT o la Philip Morris (como en
algún tipo de contrato con los productores los cincuenta o sesenta), sino que los tabacale-
agropecuarios sin que mediaran claras regu- ros se dirigían al edificio central de Tabamex
laciones y sin que participara directamente el en Ciudad de México.
Estado. Debemos agregar que para gran parte Barros Nock (1992) sostiene en su análisis
del territorio cualquier otra forma de integra- sobre el complejo frutícola que
ción de la agricultura que se propusiera (por
ejemplo la compra de tierra), se encontraba en 1972 el gobierno decidió intervenir directa-
con la limitante del sistema ejidal. Para pro- mente con la creación del Frutícola Industrial
ducir café, azúcar o tabaco en Veracruz había de Papaloapan S.A. (COFRINA). El gobierno
que obtener la materia prima en zonas donde proveía créditos a los pequeños productores y
recibía la producción como pago, garantizan-
el sistema ejidal estaba difundido: había que
116 Estudios rurales y movimientos sociales. Miradas desde el Sur

do de este modo demandas y ofertas regulares. vienen de las antiguas comunidades indígenas
(Nock, 1992: 12) y han subsistido como productores de auto-
subsistencia, como ganaderos trashumantes,
En tanto Feder (1977), sostenía que la criadores de ovinos o como jornaleros de los
CONAFRE y posteriormente la CONAFRUT grandes establecimientos agroindustriales.
(comisiones nacionales de la fresa y de la fruta Los pequeños productores conectados con
respectivamente), establecidas bajo el control las actividades agroindustriales como la caña, el
de la Secretaria de Agricultura, tuvieron como tabaco, el algodón, la yerba mate, el té, el arroz,
función conciliar los intereses de productores, son, o bien resultado de colonizaciones de inmi-
comerciantes e industriales y que dada la na- grantes europeos (los algodoneros, los yerbate-
turaleza del régimen de propiedad de la tierra ros), o asentamientos de poblaciones que bus-
ello significaba proteger a los pequeños agri- caron dentro del país regiones donde hubiese
cultores ejidatarios. En estos casos, otra vez, actividades en expansión (la caña de azúcar en
el Estado aparece mediando las relaciones en- Tucumán). Tsakoumagkos (1986) sostiene que
tre pequeños productores y procesadores, en la combinación “agroindustria-campesino” fue
situaciones no exentas de conflictos. predominante en las regiones no-pampeanas,
En el caso de la Argentina, país sin una fuer- aun cuando —aclara— en ningún caso se trata
te tradición indígena y con muy pocas comuni- de ofertas exclusivamente campesinas.
dades campesinas, la mayoría de los grupos de Algunas de estas agroindustrias, las produc-
pequeños productores que conocemos actual- toras de bienes-salarios, han perdido dinamis-
mente se han originado precisamente al calor mo en los últimos veinte años y han registrado
de la expansión agroindustrial con apoyo de un lento crecimiento y una moderada moder-
políticas públicas de fomento a dicha expan- nización; es el caso de la caña de azúcar, de la
sión. Estas actividades se desarrollaban dentro yerba mate, del algodón. Otras han encontrado
de un régimen social de acumulación que se nuevos mercados (para sectores de medios o
basaba sobre la expansión del mercado interno altos ingresos o para la exportación) y han lo-
en el proceso de sustitución de importaciones. grado expandirse y modernizarse; son los ca-
Solo en zonas como la Puna (lindante con Bo- sos del tabaco claro, del arroz, de la avicultura,
livia) o en el Sur Andino, los campesinos pro- el complejo oleaginoso, etcétera.
Campesinos y agroindustrias en los tiempos del “ajuste” 117

En el caso de la caña de azúcar en Tucumán cultor cañero y disparó un proceso de organi-


(Región Noroeste del país), el proceso de arti- zación de cooperativas (Giarracca y Aparicio,
culación entre cañeros independientes e inge- 1991). En uno y otro sistema, la Dirección Na-
nios es un fenómeno que se profundiza en este cional del Azúcar supervisaba las operaciones.
siglo y es el resultado de una serie de políticas Las articulaciones entre agricultores y pro-
públicas del primer gobierno radical (1916- cesadoras en la actividad tabacalera datan de
1930) y del primer gobierno peronista (1946- períodos más recientes. Comenzaba después
1955). En la historia de la industria azucarera de la segunda guerra mundial dentro de un
argentina el Estado ha sido un actor privile- proceso de sustitución del tabaco negro por
giado. Los estudios dan cuenta de una amplia variedades de tabaco claro destinado a la fabri-
gama de intervenciones que van desde la ge- cación del cigarrillo rubio de estilo americano
neración de políticas públicas que protegieron (american blend).
a la industria de la competencia internacional En el período que llega hasta 1967 se desa-
(tarifas aduaneras); la formación de la CO- rrollaron condiciones muy desventajosas para
NASA (Comisión Nacional Azucarera) creada los agricultores: pocas empresas cigarreras
en 1970 para nuclear a los ingenios con dificul- para una oferta agrícola atomizada y donde
tades financieras o, directamente, la compra de predominaba el “acopiador”. Este persona-
ingenios. En síntesis, la actividad cañera, des- je mediaba entre empresas y agricultores de
de su surgimiento hasta hace muy poco, estuvo tabaco y se quedaba con un porcentaje del
fuertemente regulada y la configuración actual precio que las empresas ofrecían a los taba-
de la actividad solo puede explicarse en fun- caleros. Eran, generalmente, dueños de los
ción de los pasos que en distintas épocas fue negocios de alimentos donde se proveían los
dando el Estado nacional. agricultores y lograban mantener a los más
Durante muchos años la relación agriculto- pequeños, siempre endeudados. La situación
res-ingenios se formalizó mediante un “contra- cambió con la creación del Fondo Especial del
to de compra-venta” de caña y en los últimos Tabaco (FET) en 1967. El Fondo es un organis-
años previos a la desregulación total de la acti- mo estatal que funciona con los fondos prove-
vidad (1991), se había establecido una norma- nientes de un impuesto directo al consumidor
tiva de comercialización que favoreció al agri- interno de cigarrillos. Mediante el FET se le
118 Estudios rurales y movimientos sociales. Miradas desde el Sur

abona al agricultor un “sobreprecio” al abona- guladora de la Yerba Mate, la Junta Nacional de


do por las empresas cigarreras (que rondaba el Granos, la Junta Nacional de Carnes, etcétera.
40% del precio total). El aporte más significa- Como en el caso mexicano, la interven-
tivo del FET fue la financiación de un sistema ción del Estado argentino es la clave para
cooperativo de exportación que posibilitó un comprender la coexistencia durante décadas
posicionamiento diferente del agricultor ta- de “colonos” o “pequeños productores” con
bacalero. Hubo un período de capitalización las empresas capitalistas agroindustriales.
de la agricultura, generándose una burguesía La persistencia de pequeños agricultores, en
agroindustrial dinámica, exportadora y la posi- ambos casos, se sostenía en una trama de
bilidad de que la pequeña explotación fuese in- relaciones institucionales que, a nuestro en-
cluida en el proceso de expansión (Giarracca tender, formaban parte del régimen social de
y Aparicio, 1991b). A partir de allí, la relación acumulación imperante. Empresas paraesta-
contractual con las empresas cigarreras o ex- tales, bancos de créditos, oficinas del Estado,
portadores se modificó. convenios con organismos internacionales
En la actividad avícola de la Región Noreste, conformaban un entramado social donde ade-
los campesinos firman contratos muy estrictos más, las organizaciones gremiales producti-
con las transnacionales del sector. Se trata de vas fueron tomando parte.
una actividad que reúne una alta demanda de La crisis del modelo se manifestó en la des-
mano de obra, lo cual favorece a la explotación aceleración del crecimiento económico de
familiar, pero también el más alto riesgo de México y en un franco estancamiento de la
toda la cadena recae en estos productores. Es economía argentina. Los Estados nacionales,
un “contrato de producción” sin participación asesorados por los organismos internaciona-
directa del Estado, pero con una serie de políti- les, respondieron a esta situación generando
cas públicas que ordenaron al sector durante la una serie de políticas macroestructurales de
década de los sesenta. ajuste. En el sector agrario se está modificando
Otros entes reguladores se han originado en sustancialmente la red institucional donde la
políticas gestadas para contrarrestar las conse- relación agricultor-empresa agroindustrial se
cuencias locales de la crisis mundial de 1930: llevaba a cabo.
juntas reguladoras tales como la Comisión Re-
Campesinos y agroindustrias en los tiempos del “ajuste” 119

El nuevo régimen social de Desarrollo (BID) sean otorgados condicionados


acumulación y las agriculturas a severas políticas de ajuste económico. Así, la
agricultura se desenvuelve en un marco económi-
mexicana y argentina
co altamente condicionado. (1988: 2)

Los analistas marcan la crisis del endeuda-


Las políticas económicas están sujetas a fuer-
miento externo, desatada inicialmente por la
tes restricciones de los organismos externos,
moratoria mexicana de 1982, como un hito im-
en parte acreedores de nuestros países, pero
portante en el proceso profundo de reestruc-
también financiadores de los cambios en mar-
turación económica, social y cultural que vive
cha. Los nuevos préstamos externos se reali-
América Latina. Proceso donde las agriculturas
zan ligados a ajustes estructurales, préstamos
cumplen un rol estratégico.
amarrados a paquetes de políticas macroeco-
Dice Casio Luiselli:
nómicas, que se parecen mucho entre sí, in-
dependientemente del organismo involucrado
A partir de la crisis de 1982, las restricciones pre-
supuestarias que han resultado de la política de (Banco Mundial, Fondo Monetario Internacio-
austeridad en el gasto dirigidas a eliminar el dé- nal) o del país en cuestión.
ficit público, así como los menores ingresos gu- Las medidas generales más importantes
bernamentales debidos a la caída de los precios impulsadas desde el nuevo modelo son, entre
del petróleo y de las mayores tasas de interés otras: procesos de privatización; desregulación
(nacionales e internacionales), han menguado de la economía; ajustes en los gastos fiscales;
fuertemente el monto de recursos que el gobierno liberalización del comercio exterior y apertura
mexicano destina a programas sectoriales de De- general al mercado mundial; tendencia a la for-
sarrollo, como la agricultura. Además, la enorme mación de mercados regionales como la North
deuda externa acumulada y la crisis económica
American Free Trade Association (NAFTA) y el
por la que atraviesan países como México, han
Mercado Común del Cono Sur (Mercosur).
creado desconfianza acerca de la efectividad de
las políticas económicas que estos países suelen En el caso mexicano, a partir de 1982 se
adoptar, lo que ha causado que los nuevos présta- fueron dando distintos momentos de mayor o
mos provenientes de instituciones como el Ban- menor éxito en cuanto al crecimiento económi-
co Mundial (BM) y el Banco Interamericano de co. La experiencia argentina solo resultó, hasta
120 Estudios rurales y movimientos sociales. Miradas desde el Sur

ahora, en un programa de estabilidad basado sus vecinos y próximos socios en la integración


sobre la libre convertibilidad y un acelerado regional: “El campo es el ámbito de la nación
y desordenado proceso de privatización, sin donde el cambio es más apremiante y más sig-
que los índices de estancamiento económico nificativo para el futuro del país […] El cambio
variaran demasiado. Dice el ex-secretario de deliberado es una necesidad”, dice el presiden-
Agricultura, Ganadería y Pesca del gobierno te mexicano Salinas de Gortari (1991).
radical, Lucio Reca: Dentro de este contexto general, señalaré
las medidas para el sector agrario que según
Los problemas estructurales de crecimiento de la mi opinión están modificando las condiciones
Argentina […] se profundizaron en ocasión de la macroestructurales donde se llevan a cabo las
crisis de la deuda y aumentaron su magnitud con relaciones entre agricultores y procesadores, y
la nacionalización (de la deuda externa) (1981), particularmente las relaciones que involucran
que creó ingentes obligaciones al sector público,
a pequeños agricultores familiares.
sin generar recurso alguno. El cierre de esta bre-
En México, la medida más importante ha
cha permanece como una de las cuestiones crí-
ticas, aún no resueltas de la política económica, sido, sin duda, la modificación del artículo 27 de
que se manifiesta entre otras cosas, en la caída la Constitución Nacional de 1917. Me remitiré
de la inversión por falta de recursos disponibles a los fundamentos que el presidente Salinas de
y en el deterioro del potencial de crecimiento. Gortari desarrollaba para sustentar la medida:
(Reca, 1988: 34)
En el artículo 27, el constituyente de Querétaro
En ambos países ya es posible contabilizar estableció decisiones políticas fundamentales,
importantes pasos hacia la nueva orientación principios fundadores de la institución de la pro-
de las políticas económicas en general y de las piedad en México […] La población rural crece,
mientras que la tierra no varía en extensión […]
agrarias en particular. Predomina en ambas
Debemos reconocer que culminó el reparto de la
clases dirigentes un discurso que acentúa la tierra que estableció el artículo 27 constitucional
necesidad de la transformación —“moderni- de 1917 y sus sucesivas reformas. (Salinas de
zación”, “mayor productividad”— que prepare Gortari, 1991: 1090)
las condiciones para la libre competencia en
el mercado internacional y especialmente con
Campesinos y agroindustrias en los tiempos del “ajuste” 121

El artículo 27 establecía la propiedad origina- tor agrícola. Se suprimieron varias agencias


ria, inalienable e imprescriptible, sobre todos y programas oficiales y se reformularon el
los recursos naturales (tierra, agua, riquezas mandato para muchas de las otras como par-
del subsuelo y de sus derivados). La modifica- te de una acción más amplia para redefinir el
ción actual alcanza a la forma de propiedad de papel del Estado en la economía. Dice Cinthya
la tierra y no la modifica para los otros recur- Hewitt que no hubo una posición única dentro
sos naturales. La Reforma Agraria de 1917 es- del gobierno para llevar a cabo este programa:
tablecía la parcela individual o el ejido colecti- algunos defendieron la posición extrema de
vo como unidad inalienable y transferible solo retirarse y dejar actuar las fuerzas del merca-
por herencia. La modificación actual permite la do internacional en tanto otros, que recono-
venta, renta, la formación de sociedades mer- cían la ineficiencia y el alto costo del modelo
cantiles por acciones, la asociación con terce- intervencionista anterior, bregaban por una
ros y establece las condiciones conforme a las estructura de apoyo oficial más eficiente y
cuales el núcleo ejidal podrá otorgar al ejidata- acorde con la mayoría de los intereses de los
rio el dominio sobre sus parcelas. productores (ibídem: 964).
El sector ejidal ocupa más de la mitad de la En la producción de cereales, la combina-
tierra cultivable del país y cuenta con 28.000 ción CONASUPO-BANRURAL, que permitía la
ejidos, ocupa a 3,1 millones de agricultores y articulación de vastos sectores campesinos al
a gran parte de los millones de familiares del complejo cerealero, fue modificando su funcio-
ejidatario. La modificación genera las condicio- namiento. La CONASUPO ha quedado reduci-
nes para la formación de un mercado de tierras, da a la recepción de maíz y frijol y se suprimió
anteriormente ausente en las zonas afectadas su papel regulador del mercado de otros culti-
por la Reforma Agraria, y por las magnitudes vos básicos, permitiéndose la competencia con
de los recursos que están en juego es de espe- productos importados. Entre 1983 y 1986 la
rar consecuencias económicas y sociales que compra de frijol y maíz se redujo a la mitad (de
modificarán el paisaje rural de México. 530.400 t a 259.500 t y de 5.518.500 a 2.300.900
Esta modificación estructural fue acompa- t, respectivamente). BANRURAL comenzó en
ñada, además, por una serie de medidas que 1989 un saneamiento de su cartera de morosos
reformaron el sistema de apoyo oficial al sec- y a partir de allí se anunció que solo los pe-
122 Estudios rurales y movimientos sociales. Miradas desde el Sur

queños productores mejor dotados recibirían (Tabamex) a las grandes empresas cigarreras,
créditos. El Crédito BANRURAL dejó de cubrir sin dudas modificaron los dos casos de agricul-
para 1989 más de 1,2 millones de hectáreas en tura de contrato con mediación estatal más im-
comparación a 1987 y disminuyó 553 mil hectá- portante de la década de los setenta.
reas más en 1990 (Appendini, 1991). En la Argentina la situación del sector agro-
En materia de comercio exterior el gobier- pecuario estaba en franco proceso de reestruc-
no iniciaba una política de libre importación turación desde mediados de la década de los
que incluía sorgo, arroz, soya, manzana, du- setenta. Algunos de esos cambios estaban ba-
raznos, leche. Políticas que afectaban bási- sados sobre la recuperación del ritmo de cre-
camente a pequeños y medianos agricultores cimiento de cinco productos pampeanos para
(Barros, 1992). la exportación y en un proceso importante de
La política de privatización de las empre- modernización tecnológica (Ver Aparicio, Gia-
sas públicas, iniciada en la práctica a partir de rracca y Teubal, 1992). Los gobiernos democrá-
febrero de 1985, cuando el Estado anunció la ticos debieron afrontar la caída de los precios
necesidad de desincorporar entes que ya no internacionales de muchos de estos productos
tenían un papel estratégico, incluyó gran can- y la consiguiente interrupción de la tendencia
tidad de entes estatales y paraestatales que alcista en materia de producción. La respues-
funcionaban en el sector agrario. Del listado ta estatal fue la eliminación de los derechos a
de empresas vendidas entre diciembre de 1982 la exportación y, durante el gobierno radical
a noviembre de 1988, se pueden contabilizar (1983-1989), una mejora en el tipo de cambio.
veinte, mientras que seis estaban en etapa de Esas políticas beneficiaron principalmente a la
finalización del trámite, todas ellas dentro de la región pampeana y a productores cerealeros
coordinación de la Secretaría de Agricultura y del resto del país. Durante el gobierno radical
Recursos Hídricos1. se modificó el modo de intervención estatal
La desincorporación de Inmecafé, así como en algunas actividades agroindustriales regio-
la devolución de la comercialización del tabaco nales; asimismo los presupuestos para el fun-
cionamiento de las agencias estatales agrarias
bajaron en tal magnitud que casi se paralizaron
1 Este dato fue contabilizado a partir de los cuadros
del trabajo de Zamora, 1989. las actividades regulatorias o fiscalizadoras.
Campesinos y agroindustrias en los tiempos del “ajuste” 123

Si bien el Estado había perdido capacidad las intervenciones y regulaciones del Comercio
de intervención y, en los últimos meses del go- Exterior e Interior no se justifica la existencia de
bierno radical de Alfonsín, la “desregulación” numerosos organismos públicos, creados a partir
se daba casi de hecho, las acciones definitivas de la crisis mundial de la década del treinta, que
no resultan aptos para la Argentina de los umbra-
se produjeron durante el gobierno justicialista
les del siglo XXI.
de Carlos Menem.
El decreto 2284 de fines de 1991 de desre-
El decreto establece:
gulación económica formó parte de un paquete
1. disolución del Mercado de Concentración
de medidas tendientes a la liberalización de la
Pesquera de Mar del Plata, el Instituto Na-
economía: ley de emergencia económica, ley
cional de Actividades Hípicas, el Instituto
de reforma del Estado, ley de flexibilización
Forestal Nacional y el Mercado de Hacienda
del mercado laboral. Con el decreto de desre-
de Liniers;
gulación se desactivaba por completo la red
institucional que había regulado la actividad 2. definitiva disolución y ventas de activos de
agropecuaria por más de seis décadas. la Corporación Argentina de Productores de
En los considerandos de la normativa se re- Carne (CAP);
fuerzan los principios de libre comercio y se 3. definitiva disolución de la Junta Nacional de
enuncia, con una claridad sorprendente, la ne- Granos, que se ocupó, entre otras cosas, de
cesidad de modificar las relaciones básicas del otorgar adelantos para las exportaciones,
modelo de desarrollo de la posguerra: fijar precios de garantías, estimular conve-
nios de país a país, llevar la estadística de los
Que habiendo iniciado la Nación una nueva fase principales cereales y oleaginosas del país;
de su historia política y económica, caracterizada
4. disolución de la Junta Nacional de Carnes y,
por el afianzamiento de los principios constitu-
como vimos, la privatización simultánea del
cionales en todos los planos y la instauración de
una economía social de mercado, la permanen- Mercado de Liniers que fue el principal ente
cia de normas dictadas en otros contextos cons- concentrador de la comercialización de carne;
tituye un factor de atraso y entorpecimiento del 5. disolución de la Dirección Nacional del
desarrollo nacional. […] Que una vez eliminado Azúcar, que regulaba la producción de
124 Estudios rurales y movimientos sociales. Miradas desde el Sur

caña desde la producción primaria (esta- programa una eliminación total del FET en dos
bleciendo cupos de producción) hasta la años ya que el porcentaje seria del 66% en 1993
entrega final al mercado interno (cuotas de y del 100% en 1994” (Bertoni, 1992: 22).
comercialización); En el mismo decreto se establecían medidas
6. disolución de la Comisión Reguladora de la que fortalecían la desregulación del comercio
Yerba Mate, que establecía cuotas de pro- interior de bienes y servicios, la desregulación
ducción así como una serie de mecanismos del comercio exterior, regímenes de graváme-
que regulaban la comercialización final; nes a las importaciones, desregulación del sis-
tema de transporte, etcétera.
7. derogación de las regulaciones sobre la
vitivinicultura, se liberaban la plantación,
reimplantación o modificación de viñedos,
así como también venta y despacho de
Algunas reflexiones
vinos. Se redefinen las funciones del Ins-
tituto Nacional de Vitivinicultura, que se En uno y otro caso —México y la Argentina—
limitan al control de la genuinidad de los las medidas que se han tomado en relación con
productos vitivinícolas. el funcionamiento de la economía y el sector
agrario en particular, posibilitan modificacio-
nes en relaciones básicas de producción y dis-
En cuanto al Fondo Especial del Tabaco, el de- tribución que por décadas fueron constitutivas
creto establecía una mayor injerencia del Esta- del “régimen social de acumulación” donde el
do en el uso de la recaudación fiscal, es decir, Estado fue agente regulador y de intervención.
que no se afectaba el impuesto directo al con- Después de la segunda posguerra, para los
sumo, sino que se establecía una utilización fis- países desarrollados se dio una ruptura deli-
cal que no contemplaba la legislación anterior berada con el capitalismo de libre mercado,
“la acción del FET queda completamente redu- se aplicaron las políticas keynesianas no solo
cida e impredecible ya que depende de los fon- para atacar la desocupación sino para estimu-
dos que quedan después de que el Ministerio lar la demanda (Hobsbawm, 1992). El “keyne-
de Economía resuelva la proporción a afectar a sianismo mixto” se basó sobre la asociación
rentas generales, que para 1992 es del 34%, y se del capital con el trabajo organizado bajo los
Campesinos y agroindustrias en los tiempos del “ajuste” 125

benevolentes auspicios de los gobiernos. El México hubo un creciente proceso de feminiza-


modelo, con variantes, se extendía al mundo ción del trabajo rural; los ancianos, las mujeres
capitalista y en América Latina alentó posibi- y los niños son los encargados de cultivar la tie-
lidades de industrialización y modernización rra mientras los hombres migran a zonas urba-
dentro de regímenes políticos diversos (demo- nas o a los Estados Unidos (Hewitt, 1992). En
cracias limitadas o dictaduras) que proponían la Argentina se redujo durante los veinte años
programas “desarrollistas”. transcurridos entre los dos últimos censos
Con el agotamiento mundial del modelo y agrarios —en términos absolutos y relativos—
con la crisis del endeudamiento externo, se ins- el estrato de “pequeños productores”. Mientras
tala en nuestros países un período de profundos las explotaciones de “hasta 25 hectáreas” eran
cambios estructurales. Algunos autores hablan 217.318 y representaban el 41% del total en
de “un nuevo poder económico” y de una nueva 1969, han pasado a ser 140.177 y a representar
función estatal que busca generar la legitima- el 37% en el último censo de 19882.
ción de los nuevos grupos económicos en las El proceso en curso nos desafía a pensar
funciones conductoras de las acciones econó- nuevamente desde la teoría, problematizando
micas, es decir, el mercado (Azpiazu, 1986). el lugar de la pequeña propiedad familiar en el
En este nuevo contexto, la red institucional modelo de acumulación en formación. Al revi-
que posibilitó la persistencia durante décadas sar los trabajos recientes, se pueden encontrar
de la explotación familiar argentina o el ejido dos posiciones. La primera sostiene que la in-
mexicano, se está resquebrajando, lo cual debi- tervención del Estado no hizo más que limitar el
lita las posibilidades de acceso de estas explo-
taciones al modelo de “agricultura de contrato”
2 Hubo una reducción de 151.687 explotaciones agro-
desarrollado por las empresas agroindustriali-
pecuarias entre los dos censos y casi el 50% de esa re-
zadoras transnacionalizadas. ducción recayó en el estrato de pequeños productores.
Durante toda la década de los ochenta se Sin embargo es necesario señalar que muchos analistas
manifestaron emigraciones de las zonas de coinciden en que el censo de 1969, por errores técnicos,
agricultura campesina en ambos países. En la sobreestimó la cantidad de explotaciones. De todos mo-
dos, la mayoría de los estudios sectoriales dan cuenta de
Argentina crecieron las ciudades intermedias
una notable reducción de las explotaciones y aún más
y los empleos precarios (Giarracca, 1990) y en de los “productores” (como personas jurídicas).
126 Estudios rurales y movimientos sociales. Miradas desde el Sur

desarrollo productivo y crear relaciones políti- Sin embargo existe una lucha diaria de los secto-
cas clientelísticas en el campo latinoamericano; res subalternos rurales de Latinoamérica por la
con los nuevos cambios estamos frente a una “inclusión” en los nuevos mercados, en mante-
coyuntura que permitirá la consolidación de nerse o integrarse en los espacios de los ciuda-
actores sociales autónomos que deberán con- danos, etcétera; también se dan “intervenciones”
certar en espacios más transparentes que los de todo tipo (ONG, proyectos de desarrollo de
que producía la intervención estatal y se dará organismos internacionales, extensiones univer-
una liberalización de fuerzas productivas. La se- sitarias, etcétera3). Hace falta la generación de un
gunda posición considera que, justamente por pensamiento activo que ayude a esclarecer fun-
la naturaleza de los Estados latinoamericanos, cionamientos, posibilidades de transformación.
muy poco quedaron de los recursos y acciones Esta comunicación tiene esa finalidad: advertir
que este aplicó y desarrolló, y por lo tanto se que no podemos seguir pensando la articulación
abre un período donde prevalecerán los sec- campesina a la expansión agroindustrial como
tores más fuertes y los pequeños productores lo hacíamos hace unas décadas, que las condi-
correrán la misma suerte que muchos grupos ciones generales se han transformado y que los
sociales: serán excluidos de los mercados de actores sociales ya no son los mismos, incluidos
producción agrícolas y se sumarán a los “nue- los “sujetos” pequeños productores4.
vos pobres”. Sostienen la posición “optimista”
la mayoría de los organismos internacionales
y ONG (ver Murmis, 1992); en la segunda posi- 3 Es interesante observar que la presencia activa de
las ONG en el campo latinoamericano (o en las socie-
ción encontramos a la mayoría de las organiza-
dades en general) ha estimulado dos direcciones de
ciones representativas de campesinos. análisis sobre sus funciones: que pueden reemplazar al
Aún falta sostener conceptualmente una u Estado en materia de políticas sociales (y en algunos
otra posición: la crisis de los paradigmas teóri- países como Chile lo logran con bastante eficiencia) o
cos parecen habernos paralizado en tal sentido. que pueden tener un papel político esencial en la for-
mación de nuevos movimientos sociales (ver en esta
En esta coyuntura existe un debate agrario, que
última dirección Restrepo, 1989).
como en otros tiempos, exige acciones y la gene-
4 Una propuesta de reflexión interdisciplinaria ten-
ración de un pensamiento activo. Parecería que
dría que tomar un esquema que dé cuenta de la tensión
no son tiempos ni para una cosa ni para la otra. constante entre las tendencias estructurales y el accio-
Campesinos y agroindustrias en los tiempos del “ajuste” 127

Bibliografía permanente” en Comercio Exterior


(México DF) Vol. 41, N° 10.
Aparicio, S.; Giarracca, N. y Teubal, M. 1992 Arroyo, G.; Rama, R. y Rello, F. 1985
“Transformaciones en la agricultura argentina, Agricultura y alimento en América Latina
su impacto sobre los sectores sociales” (Madrid: UAM, Instituto de Cooperación
en Jorrat, J. y Sautu, R. (eds.) Después de Iberoamericana).
Germani. Exploraciones sobre la estructura Azpiazu, D. et al. 1986 El nuevo poder
social argentina (Buenos Aires: Paidós). económico (Buenos Aires: Legasa).
Appendini, K. 1991 “Los campesinos frente Bertoni, L. 1992 “El Estado en el complejo
a la política de abasto: una contradicción agroindustrial tabacalero”, Informe parcial
de Beca de Iniciación (Buenos Aires:
UBACYT) mimeo.
nar de los actores, entre la “determinación” y la “inde- CEPAL 1982 Economía campesina y
terminación”. Que contenga los niveles de explicación
económicos más generales, procesos difíciles de modi-
agricultura empresarial (México DF: Siglo
ficar desde los actores locales, pero que incluya ade- XXI).
más una rigurosa reflexión sobre las potencialidades CEPAL 1987 Despoblamiento rural y cambios
transformativas de los “sujetos” en juego, sobre sus ca- recientes en los procesos de urbanización
pacidades para moverse en condiciones desfavorables regional (Buenos Aires: CEPAL)
y producir cambios en beneficio propio y del conjunto
(capacidad para producir acciones políticas); se necesi- Documento de Trabajo N° 25.
tan análisis sobre las condiciones de posibilidad de las Clapp, R. 1988 “Representing Reciprocity,
organizaciones, sobre la viabilidad de la organización Reproducing Domination: Ideology and
cooperativa. Se necesita tomar en cuenta el papel de la Labour Process in Latin American Contract
socialización del “sujeto campesino”, de la educación,
Farming” en The Journal of Peasant
de la posibilidad de formación y capacitación de jóve-
nes dirigentes; debemos indagar más sobre la potencia- Studies, Vol. 16, N° 1.
lidad de la mujer campesina en todo este proceso, y aún Cornelius, W. 1992 “The Politics and
más sobre sus condiciones de subordinación. Es una Economics of Reforming The Ejido Sector
tarea muy compleja, que en parte la estamos haciendo, in Mexico. An Overview and Research
pero también es el desafío de producir un pensamiento
Agenda” en LASA Forum (Estados Unidos)
activo que acompañe la lucha por la “inclusión” de los
sectores subalternos rurales de América Latina. Vol. XXIII, N° 3.
128 Estudios rurales y movimientos sociales. Miradas desde el Sur

Cox, R. W. 1992 “Globalización, Giarracca, N. 1988 “Nuevas situaciones de


multilateralismo y posibilidades de articulación agroindustrial en el complejo
elección” en Realidad Económica (Buenos arrocero. El papel de las cooperativas” en
Aires) N° 109. Realidad Económica (Buenos Aires) N° 85.
De Janvry, A. 1981 The Agrarian Question Giarracca, N. 1990 “El campesinado en la
and Reformism in Latin American Argentina. Un debate tardío” en Realidad
(Baltimore / Londres: The John Hopkins Económica (Buenos Aires) N° 94.
University Press). Giarracca, N. y Aparicio, S. 1991a El
De Janvry, A. et al. 1989 “Land and labour in campesinado cañero: multiocupación y
Latin American Agriculture from 1950s to organización (Buenos Aires: Instituto de
1980” en Journal of Peasant Studies, Vol. Ciencias Sociales) Cuaderno N° 3.
16, N° 3. Giarracca, N. y Aparicio, S. 1991b
Feder, E. 1977 El imperialismo fresa (México “Las cooperativas en el Complejo
DF: Editorial Campesina). Agroindustrial Tabacalero”, Informe de
Garramón, C. et al. 1988 Ajuste Investigación (Buenos Aires: UBACYT)
macroeconómico y sector agropecuario mimeo.
en América Latina (Buenos Aires: IICA / Glover, D. 1984 “Contract Farming and
KIFP / FS). Smallholder Out Grower Schemes in
Gasca Zamora, J. 1989 “Fuentes para el Less-Developed Countries” en World
estudio de las empresas paraestatales de Development, Vol. 12, N° 11/12, noviembre-
México y su privatización. 1983-1988” en diciembre.
Comercio Exterior (México DF) Vol. 39, Glover, D. 1987 “Increasing the Benefits to
N° 2. Smallholders from Contract Farming:
Giarracca, N. 1985 “Complejos Problems for Farmer’s Organizations and
agroindustriales y la subordinación del Policy Markers” en World Development,
campesinado. Algunas reflexiones y el Vol. 15, N° 4.
caso de los tabacaleros mexicanos” en Goldberg, R. 1981 “The role of the
Estudios Rurales Latinoamericanos multinational corporation” en American
(Bogotá) Vol. 8, N° 1. Journal of Agricultural Economics, Vol. 63.
Campesinos y agroindustrias en los tiempos del “ajuste” 129

Goldsmith, A. 1985 “The Private Sector and Murmis, M. 1992 “Ajuste y pobreza campesina:
Rural Development: Can Agribusiness Help análisis de algunas propuestas para
the Small Farmer?” en World Development, América Latina”, mimeo.
Vol. 11, octubre-noviembre. Nock Barros, M. 1992 “Agro-Industrial
Hewitt de Alcántara, C. 1991 “La economía Production in Mexico. The case of Fruit
política del maíz en México” en Comercio and Vegetables” en Research Seminars -
Exterior (México DF) Vol. 41, N° 10. Rural Development Studies (Ámsterdam:
Hobsbawm, E. 1992 “El día después del fin de Institute of Social Studies).
un siglo” en Realidad Económica (Buenos Piñeiro, D. 1992 “Estructura Agraria y
Aires) N° 108. constitución de actores en una época de
Kautsky, K. 1977 La cuestión agraria (Buenos cambios en la agricultura”, mimeo.
Aires: Siglo XXI). Reca, L. y Katz, L. 1988 “Proceso de ajuste
Lappe, F. y Collins, J. 1977 Food First: Beyond y política agropecuaria y alimentaria:
the Myth of Scarcity (Boston: Houghton algunas reflexiones sobre la experiencia
Mifflin). argentina” en Garramón, C. et al. Ajuste
León, C. 1991 “El sector agropecuario durante macroeconómico y sector agropecuario
la década de los ochenta: de la euforia en América Latina (Buenos Aires: IICA /
productivista a la crisis de improvisación” en KIFP / FS).
Realidad Económica (Buenos Aires) N° 99. Restrepo, L. A. 1989 “Los movimientos
Luiselli Fernández, C. 1988 “Las políticas sociales, la democracia y el socialismo”
de ajuste estructural sobre el sector en Análisis Político (Bogotá) N° 5,
agroalimentario de México” en Garramón, septiembre-diciembre.
C. et al. Ajuste macroeconómico y sector Salinas de Gortari, C. 1989 “Criterios generales
agropecuario en América Latina (Buenos de política económica para 1990” en Comercio
Aires: IICA / KIFP / FS). Exterior (México DF) Vol. 39, N° 12.
Margulis, M. 1979 Contradicciones en la Salinas de Gortari, C. 1991 “Iniciativa de
estructura agraria y transferencia de reformas al artículo 27 de la Constitución”
valor (México DF: El Colegio de México, en Comercio Exterior (México DF) Vol. 41,
Jornadas 90). N° 11.
130 Estudios rurales y movimientos sociales. Miradas desde el Sur

Sorj, B. 1980 Estado o clases sociais na


agricultura brasileira (Río de Janeiro:
Zahar).
Tsakoumagkos, P. 1986 Sobre la
descomposición del campesinado en la
Argentina (Buenos Aires: CEPA).
Wilson, J. 1986 “The political Economy of
contract farming” en Review of Radical
Political Economics, Vol. 18, N° 4.
Zamora, J. 1989 “Fuentes para el estudio de
las empresas paraestatales de México y
su privatización, 1983-1988” en Comercio
Exterior (México DF) Vol. 39, N° 2.
Las agriculturas del Mercosur:
el papel de los actores sociales
A modo de introducción*

Norma Giarracca y Silvia Cloquell**

Introducción agrarios, quienes se dedican a la investigación


y a la docencia en doce universidades nacio-
Este libro contiene las ponencias centrales de nales del Mercosur: cinco brasileñas, cinco ar-
las III Jornadas Regionales: “Agriculturas La- gentinas, así como las de Paraguay y Uruguay.
tinoamericanas y las Transformaciones Socia- Existe una organización que agrupa a estas
les” que se llevaron a cabo entre el 7 y el 9 de universidades, se denomina Asociación de Uni-
noviembre de 1996 en Argentina. versidades Grupo Montevideo (AUGM) y está
Dichas jornadas y las anteriores tuvieron apoyada por la UNESCO. La AUGM constituye
como finalidad fomentar el encuentro de acadé- una importante herramienta para articular dis-
micos especializados en los procesos sociales tintos tipos de esfuerzos universitarios. Tanto
la AUGM como el Consejo Latinoamericano de
Ciencias Sociales (CLACSO) apoyaron la rea-
* Giarracca, N. y Cloquell, S. 1998 “Las agricultu- lización de este evento. CLACSO facilitó la in-
ras del Mercosur: el papel de los actores sociales. A
modo de introducción” en Cloquell, S. y Giarracca, N.
corporación del representante chileno y apoyó
(comps.) Agriculturas del Mercosur. El papel de los la publicación de este libro.
actores sociales (Buenos Aires: La Colmena / CLACSO). Estos encuentros se iniciaron con una
convocatoria realizada por la Universidad
** Doctora por la Universidad de Rosario, Santa Fe, de la República en 1991, la cual se llevó a
Argentina. Profesora titular e investigadora. Directora
del Grupo GEA (Grupo de Estudios Agrarios) en la Fa- cabo en Montevideo y que fue el comienzo
cultad de Ciencias Agrarias de la Universidad Nacional de un fértil intercambio de investigadores,
de Rosario. docentes y alumnos de la región, preocupa-
132 Estudios rurales y movimientos sociales. Miradas desde el Sur

dos por los aspectos sociales del desarrollo mientos sociales, universidades, miembros de
agrario. Además de los tres encuentros, se movimientos culturales, etcétera. Como para
han logrado intercambios docentes, reunio- todos ellos, nuestras dificultades son múlti-
nes de investigadores, pasantías de alumnos ples; los recursos son escasos para disminuir
avanzados, sobre todo entre el Grupo de distancias físicas tan vastas. Aun así, mediante
Investigaciones en Sociología Agraria de la las acciones conjuntas y la movilización de los
Universidad de la República del Uruguay, la recursos disponibles se logran poner en mar-
Facultad de Ciencias Agrarias de la Univer- cha procesos que permiten la concurrencia de
sidad Nacional de Rosario, el Programa de los actores universitarios y, en nuestro caso, la
Posgraduación de la Universidad Federal de participación de los jóvenes, protagonistas del
Río Grande del Sur y el Grupo de Estudios nuevo siglo. Pero vayamos, en primer lugar a
Rurales de la Universidad de Buenos Aires. conocer algunos de los propósitos convocan-
En el último año y gracias al apoyo de CLAC- tes de las Jornadas.
SO, se lograba una mayor interacción con los Desde mediados de la década del ochen-
colegas paraguayos y chilenos. Todo lo cual, ta, los gobiernos latinoamericanos asesora-
además, se fortalece mediante el esfuerzo dos por los organismos internacionales —los
académico del Grupo de Trabajo Desarrollo agentes de la globalización—, generan una
Rural desde 1995 a la actualidad. serie de medidas económicas que tienden a
Relatamos este proceso porque considera- expandir los intereses privados en las agricul-
mos importante transmitir nuestra propia ex- turas. La denominada “retirada de Estado” en
periencia dentro del proceso de integración re- el sector agrario desató un proceso muy com-
gional como actores universitarios. En efecto, plejo que aún está en marcha. La información
si bien el Mercosur tiende a constituirse como general permite registrar la expansión de sec-
una serie de acuerdos económicos-comercia- tores privados agrarios y extra-agrarios con
les con predominio de agentes económicos de magnitudes muy altas de capital aplicadas a
envergadura, es también, una posibilidad para la agricultura a través de nuevas formas de
que interactúen actores económicos subordi- organización productiva y empresarial. Asi-
nados (campesinos, obreros) además de otros mismo, se corrobora en casi todos los países,
actores tales como organizaciones y movi- una fuerte intención por lograr altos niveles
Las agriculturas del Mercosur, el papel de los actores sociales | N. Giarracca y S. Cloquell 133

tecnológicos en las nuevas y viejas produc- de la producción agraria latinoamericana sin la


ciones para lograr rentabilidades adecuadas red de contención legal que había habilitado su
en un mercado externo en “proceso de globa- sostenimiento durante este siglo.
lización”, altamente competitivo y donde las Al final del siglo XX preguntamos: ¿qué es
producciones subsidiadas (EEUU y Europa) lo nuevo y particular en las agriculturas y en
tenderían a desaparecer. los mundos rurales de nuestras sociedades?
Pero esta expansión del sector empresarial ¿Cuáles son los elementos vinculados con
coexiste con la persistencia de los pequeños lo agrario y lo rural que caracterizan y dife-
y medianos productores en procesos de des- rencian la etapa actual de etapas anteriores?
capitalización, con campesinos sin tierra o ¿Cómo conforma y a la vez es conformado el
campesinos con tierra pero arrinconados por proceso de integración regional en relación
las políticas neoliberales. También asistimos a con las agriculturas?
diversas respuestas de estos sectores: marchas Los autores de los trabajos que se presen-
y tomas de tierra de los “Sin tierra” brasileños; tan en este libro fueron invitados a participar
movilizaciones y partidos agrarios en Para- en las Jornadas a partir de una consigna: diag-
guay; organización de mujeres agropecuarias nosticar y problematizar las agriculturas y sus
endeudadas, tractorazos, marchas federales y transformaciones en cada uno de los países.
cortes de ruta en Argentina. Como veremos, los trabajos exceden esta con-
A lo largo de la historia del capitalismo lati- signa y a través de ellos podemos conocer no
noamericano, la agricultura fue desarrollándo- solo los cambios agrícolas sino otros aspectos
se con sus particularidades y tiempos propios. económicos, sociales y políticos de los países
Las “revoluciones verdes”, “las reformas agra- en cuestión. No les solicitamos que articula-
rias” y la participación estatal fueron moldean- ran explícitamente estas problemáticas con
do estructuras agrarias donde predominaban el proceso de integración del Mercosur, aun
distintos tipos de productores y relaciones so- cuando este fuera un escenario privilegiado
ciales. A partir de los años ochenta comenza- para sus análisis.
ron a aplicarse una serie de medidas que cono- Por tales razones, las compiladoras de este
cimos por el sentido común como “retirada del libro —coordinadoras académicas del even-
Estado” que dejó a los sectores mayoritarios to—, consideramos necesario abrirlo con una
134 Estudios rurales y movimientos sociales. Miradas desde el Sur

introducción que recupere la temática del Mer- en el marco de la política de globalización de


cosur. Se trata de puntualizar las principales la economía.
tendencias, problemas, conflictos que el pro- La conformación de bloques regionales
ceso de integración acarrea. Nos propusimos aparece en este contexto relacionado con
trabajar algunas ideas acerca del Mercosur la dinámica de la globalización y con la apli-
como proceso económico de integración pero cación de instrumentos económicos a fin de
también recordar que hay un proceso social en revertir los efectos de una excesiva apertura
marcha, con múltiples determinaciones y car- para algunos sectores.
gado de las incertidumbres que les son propias. La regionalización se presenta como una
forma en la que pueden regularse ambas ten-
dencias, correspondiendo así a una estrategia
El Mercosur como de desarrollo combinada, la integración regio-
proceso de integración nal como un primer paso para la integración
al mercado mundial (Zimmerling, 1992). En el
Con la creación del Mercosur nos asomamos Cono Sur estas tendencias dominantes en el
en la década del noventa a la generación de sistema económico internacional, son, además,
uno de los bloques subregionales más impor- un impulso importante para la integración eco-
tantes de América Latina. nómica de los países.
Los incentivos más inmediatos para su La eliminación de barreras aduaneras, la
creación tienen que ver con el interés que apertura de los mercados nacionales, a dife-
Brasil y Argentina pusieron en la promoción rencia de otros intentos de integración latinoa-
del Programa de Integración y Cooperación mericana, marcan el cambio en las modalida-
Económica en 1986, con el fin de profundi- des de comercialización regional y parecerían
zar la dinámica de las relaciones bilaterales. constituir el núcleo central. La plena recipro-
Las iniciativas a partir de los años noventa cidad de derechos y obligaciones es uno de los
están relacionadas con la consolidación de pilares donde se sustenta el Mercosur, sin que
gobiernos neoliberales en el área; con la des- se establezcan tratos diferenciales a partir del
regulación de los mercados mundiales y con grado de desarrollo relativo de cada uno de los
la apertura y liberalización de los mercados pilares que se integran.
Las agriculturas del Mercosur, el papel de los actores sociales | N. Giarracca y S. Cloquell 135

Esto permite pensar que se exponen mucho de integración. Esto se fundamenta ante la co-
más las vulnerabilidades de cada uno, y aumen- munidad internacional al poco tiempo de su
ta la probabilidad de exclusión de importantes creación, como un mercado de una población
capas de población. de 200 millones de personas en una superficie
La reconversión tanto en el agro como en la de 11.872.000 km2. La producción agropecuaria
industria es un prerrequisito de la rebaja aran- ascendía en 1993 a 64.520 millones de dólares,
celaria encarada por los gobiernos, ya que el en tanto que la producción industrial alcanzaba
incentivo a las exportaciones es uno de los a 248.640 millones de dólares.
principales puntos del modelo. Precisamente La región en su conjunto tiene una gran con-
esto, junto con la anulación de las barreras centración de su población en zonas urbanas.
arancelarias, trajeron importantes cambios Más del 87% de personas en Argentina viven en
en el interior de las economías nacionales y localidades de más de 2.000 habitantes; 77% en
fomentaron la especialización productiva a ni- Brasil, 89% en Uruguay y 49% en Paraguay (Te-
vel regional. ubal, 1997).
La alta heterogeneidad social de la región, Según Hirst (1992) la promoción e integra-
la coexistencia de diversos tipos de unidades ción asumió para estos gobiernos un sentido
de producción agropecuaria e industrial, con estratégico, en tanto se transformó en un ele-
diversas productividades y potenciales compe- mento de dinamización de los vínculos eco-
titivos, presentan también distinta respuesta a nómicos externos, vínculos que habían estado
la eliminación de barreras al comercio intra- mediatizados a partir de la década de los años
rregional. Los pequeños productores agrope- ochenta por la crisis de la deuda externa, con
cuarios y algunos sectores industriales cons- varios intentos frustrados de concertación re-
tituirían el segmento más sensible a la integra- gional en torno a esa problemática.
ción aun en cadenas altamente competitivas El condicionamiento del crecimiento con
(Buxedas, 1994). deuda pone en severos riesgos la estabilidad
La articulación de los Estados a través del de los países del bloque. La deuda externa en
comercio en el bloque, coloca en el escenario el Mercosur es de 235 mil millones de dólares,
de la región un nuevo status para los países que lo que representa el 24% del PBI regional. Para
lo conforman, el cual se establece en la noción Argentina la deuda externa representa el 26%
136 Estudios rurales y movimientos sociales. Miradas desde el Sur

del PBN, para Brasil el 23%, para Paraguay el el brasileño es su principal mercado con una
16,2%, mientras que para Uruguay el 52,1% del demanda sostenida. Mercosur representa alre-
PBN, para el año 1994. dedor del 30% de las exportaciones argentinas.
La deuda es uno de los principales proble- Para Brasil, comparativamente, el bloque re-
mas para la economía del bloque ya que repre- gional es menos importante, ya que representa
senta entre tres y cuatro veces el valor de las el 13,6% del destino de sus exportaciones. Pa-
exportaciones de cada país (Teubal, 1997). raguay y Uruguay tienen una mayor dependen-
Las iniciativas regionales de los años no- cia, siendo el 52% para Paraguay y casi el 47%
venta, responden a una filosofía comercia- para Uruguay sobre el total de las exportacio-
lista neoliberal cuya base es la creencia en nes para 1994.
las propiedades transformadoras del merca- Los principales actores, públicos y privados
do y en la necesidad de limitar el poder del promotores del esquema subregional argumen-
Estado. Este discurso hegemónico perfila los taron, según Del Huerto Romero (1992) que la
rasgos que va tomando el bloque: fundamen- selección del modelo de integración comercia-
talmente tendería a constituirse en una zona lista, combinado con una apertura comercial
de libre comercio. al mundo, responden a las actuales tendencias
Entre los años 1980 y 1993, el incremento del mundiales de constitución de bloques regio-
intercambio dentro de la región fue significati- nales. Concomitantemente la ideología sobre
vo, pasando desde menos de 10% del total de la que se construye el acuerdo presupone que
las exportaciones intramercosur en 1990, a un los efectos del mercado garantizarán la integra-
20% en 1994. ción de los países del bloque, potencializando
Se registraría en esta primera etapa una es- las economías de los países miembro.
trategia exportadora por parte de las empresas No obstante, la separación entre Mercado
transnacionales y grandes empresas naciona- y Estado será progresivamente uno de los ele-
les, las que son capaces de incrementar la pro- mentos de conflicto en el marco de la integra-
ducción y comercialización hacia el interior del ción. Tema que abordaremos más adelante.
bloque y operar bajo economías de escala. Los actores que lideran el proceso —los re-
Argentina se configura como uno de los paí- presentantes estatales de cada uno de los paí-
ses que más ha incrementado su comercio y ses y las corporaciones económicas— dirimen
Las agriculturas del Mercosur, el papel de los actores sociales | N. Giarracca y S. Cloquell 137

las negociaciones externas y los proyectos nada han incidido en los intereses del bloque
que son viables para la región. Pero, ¿son es- en su origen, y a cuyo conocimiento y posibili-
tos actores del acuerdo los únicos que deben dades van accediendo lentamente.
participar en la integración? ¿Qué ocurre con la La adaptación a las exigencias mundiales
participación de otros actores? ¿Acaso la conti- impuso a los agentes económicos un determi-
nuidad subregional no requiere de una revisión nado cuadro de políticas económicas tanto en
de su origen y de una ampliación de la partici- el nivel macro como en el sectorial que produ-
pación a otros actores sociales, pasando así de ce efectos de variado signo. Y esto se hace más
una integración excluyente a una integración notorio en cuanto a las desigualdades de los
ampliada y participativa? ¿Es la noción de inte- actores en el proceso de decisión del Mercosur.
gración original la que se tiene que seguir sos- La producción agrícola del Mercosur es de
teniendo en el presente inmediato? alrededor de 64.500 millones de dólares para
La región en su totalidad abarca más que los 1993, alrededor del 6,6% del PBI regional. El
intereses originales ya que comprende distintas Mercosur exporta cerca de 70 mil millones de
realidades de cada uno de los países. Muchos dólares, el 7% del PBI.
de los subsistemas económicos están localiza- La integración económica de los países in-
dos en puntos estratégicos de la circulación de crementó la interacción entre Argentina y Bra-
mercancías y a través de la operacionalización sil. Entre ambos absorben el 97,7% del PBI re-
del transporte y las comunicaciones, se vislum- gional, el 98% del industrial y el 95% del comer-
bra la posibilidad de construir estrategias de in- cio exterior regional, ambos países constituyen
serción para los diversos tipos de actores. Po- su base (Lavagna, citado por Teubal, 1997).
sibilitando, de este modo, el posicionamiento Desde la formación del bloque todos los
de pequeños y medianos productores agrarios países miembros incrementaron sus exporta-
e industriales. ciones. Mercosur absorbe en 1994 el 30% de
Los sectores sociales ausentes en el deba- las exportaciones de Argentina, siendo menos
te sobre la formulación e implementación del importante para Brasil con el 13,6% durante el
esquema subregional, los sectores de trabajo y mismo año. Tanto para Uruguay como para Pa-
de la pequeña empresa, los gobiernos locales, raguay el 46,7% y el 52% respectivamente para
la gente de la educación, de la ciencia, poco o el mismo período.
138 Estudios rurales y movimientos sociales. Miradas desde el Sur

Para el año 1996, la tasa de desempleo más No obstante los conflictos ya comenzaron a
alta es la de la Argentina con el 17,6% y la más manifestarse y no podía ser de otro modo. La for-
baja Brasil con el 4,5%, en tanto Paraguay y mación de la Unión Europea, que es considerada
Uruguay arrojan una tasa del 9%. Los guaris- como un proceso largo, cuidadoso y fundamen-
mos que muestra la tasa de desempleo son los talmente, orgánico (Vizentini, 1994) reconoce
que permiten visualizar con mayor expresión, momentos de tensión, fragilidad de los acuerdos,
los distintos niveles de apertura a la economía negativas de participación de las comunidades
de los cuatro países, la intervención del Estado nacionales, así como una larga historia de ma-
y los problemas de poner en práctica políticas nifestaciones sociales en su contra. Aun en una
neoliberales, ajuste, reconversión productiva, situación como la europea, que como sostiene
flexibilización laboral, en forma casi paralela a Vizentini, cuenta con instrumentos más eficaces
la formación del bloque. que los nuestros y resultados exitosos, la tensión
y los conflictos han estado siempre presentes.
Existe una concepción de las relaciones en-
El Mercosur como proceso social tre los países que parte del supuesto de cierto
nivel de unidad (aunque tensional) de la socie-
En este punto proponemos centrar la atención dad internacional pero también de una profun-
en las tensiones y en los conflictos que los pro- da diversidad y desigualdad de los actores. Tal
cesos de integración regional comportan. Nos concepción se plantea la necesidad de estudiar
permitiremos arriesgar una reflexión centrada las interacciones entre actores. En este enfo-
en el cuestionamiento de una frecuente visión que, al concepto de integración se incorpora el
“integradora” de estos procesos de regiona- de conflicto, a partir de su inserción en la red
lización, tentada por el carácter polisémico de intereses, de la viabilidad de acciones coo-
del término. Esta perspectiva integradora —a perativas o diferenciadas para prever pautas de
nuestro juicio, tributaria del discurso neocon- acción que incrementen la capacidad de otros
servador— se orienta a relativizar los conflic- actores para participar.
tos sociales que estos procesos económicos Pero tal perspectiva de las relaciones inter-
acarrean y a funcionar como un dispositivo nacionales se subvalorizan en las cancillerías
ideológico-comunicacional. participantes del Mercosur. Prueba de ello
Las agriculturas del Mercosur, el papel de los actores sociales | N. Giarracca y S. Cloquell 139

es que desde la Ciencia Jurídica, se manifies- cradas en la formación del bloque regional,
ta cierta preocupación por la lentitud para la están aquellas otras derivadas de los intereses,
generación de marcos legales eficaces para di- derechos y expectativas de los protagonistas.
rimir conflictos y un trabajo (Rimoldi de Lad- En primer lugar, existe una primera dife-
man, 1995: 176) puntea las siguientes posibles rencia acerca de las interpretaciones que los
fuentes de controversias: actores dan al proceso iniciado en Asunción.
1. Por aplicación e interpretación de normas Un primer sentido atribuye al proceso la pro-
firmadas por los países con terceros o con moción de la plena liberalización y apertura
acuerdos multilaterales. de las economías nacionales, en consonan-
2. Por la interpretación y aplicación de las nor- cia con el discurso neoconservador. Se pone
mas del Tratado de Asunción, y el derecho énfasis sobre los procesos de liberalización
interno vigente de cada país. arancelaria y se confía en el “mercado” para
establecer pautas y orientaciones necesarias
3. Tanto en Argentina como en Brasil, con es-
y suficientes como para lograr una adecua-
tructuras de Estado de tipo federal, pueden
da inserción de los sectores regionales en la
presentarse conflictos entre los acuerdos y
economía mundial. Se necesitaría una mínima
las normas que pueden aprobar los Estados
coordinación solo para impulsar los procesos
miembros o provincias y las normas del Tra-
de liberalización, desregulación y apertura.
tado de Asunción (el artículo 124 de la nueva
Los acuerdos se orientarían a lograr la libre
Constitución de Argentina le confiere a las
circulación de los factores de la producción
provincias capacidad de celebrar convenios
(en especial el capital) y una reestructuración
internacionales).
industrial tendientes a un esquema de especia-
4. Pueden darse contradicciones de interpreta- lización relativa donde prevalecerían ventajas
ción entre las reglas secundarias que se van comparativas estáticas (Giarracca y Teubal,
creando a medida que el proceso avanza y 1995 y Chudnovsky, 1993).
las reglas más generales del Tratado. La segunda interpretación propone un pro-
ceso de integración regional similar al de la
Además de estas situaciones que tienen como Unión Europea: un bloque económico defen-
fuentes de conflictos a las normativas involu- sivo con una etapa de acuerdos y de coordi-
140 Estudios rurales y movimientos sociales. Miradas desde el Sur

nación de políticas —industriales, agrarias, todos los representantes de los Estados nacio-
financieras— entre los países. Pone el énfasis nales ni todos los actores económicos pione-
en el mediano y largo plazo y toma en cuen- ros en los acuerdos se manejan con una sola
ta la reestructuración industrial, el desarrollo interpretación. Los conflictos más importantes
tecnológico, la consolidación de los complejos aparecidos, sobre todo entre Estado-agentes
educativos, científicos y culturales. En esta in- económicos argentinos y Estado-agentes eco-
terpretación el puro accionar del “mercado” nómicos brasileños, dan cuenta de esta com-
generaría costos sociales demasiado altos. plejidad. Y esto es así porque, hasta ahora, los
En una variante más amplia de esta segunda objetivos de la integración mantienen un fuer-
interpretación, algunos actores —provenien- te grado de indefinición, o —como dice Lad-
tes de los movimientos sociales o las ONG— man— si los que toman las decisiones políticas
agregan que no puede darse una verdadera conocen esos objetivos, no lo han comunicado
integración sin un compromiso de las mayo- adecuadamente ni a la totalidad de los opera-
rías sociales, para lo cual deben generarse es- dores económicos ni a la ciudadanía en gene-
pacios de coordinación para los movimientos ral (1995: 231).
sociales. Dice Marcel Marloie que existen dos De este modo pueden aparecer conflictos
requerimientos importantes en los procesos entre Estados miembros, entre un Estado y el
de integración: Mercosur como conjunto, entre actores econó-
1. el desarrollo de una sociedad civil en la esca- micos particulares de diferentes países, acto-
la territorial implicada, res económicos regionales (transnacionales)
2. el compromiso de los movimientos sociales, y un Estado o el Mercosur, etcétera. Aparecen
con sus problemáticas y gramáticas particu- además, conflictos ligados al mundo laboral:
lares (Marloie, 1994: 194). diferencias en las tradiciones legislativas rela-
cionadas con los derechos de los trabajadores,
diferencias en los costos laborales que pueden
En tanto prevalece la hegemonía del discurso
generar conflictos internos, etcétera. Pueden
neoconservador, muchos pasos dados hasta
darse conflictos regionales en cada país rela-
ahora pueden leerse desde el primer sentido
cionados con los acuerdos generales que deci-
del proceso de integración, sin embargo no
den la “viabilidad” o “no viabilidad” de regio-
Las agriculturas del Mercosur, el papel de los actores sociales | N. Giarracca y S. Cloquell 141

nes, actividades y sectores sociales (recuérde- conflicto social, entre sectores con distintos
se el conflicto por la Ley del Azúcar de 1997). intereses o sectores económicos asimétricos
Es decir, como proceso social la formación en sus capacidades, así como la participación
del bloque regional comporta conflictos, que de otros actores con intereses no materiales (el
cuando emergen, hasta ahora se niegan/repri- interesado en el cuidado del medio ambiente,
men, sin embargo, es posible pensar en las po- los movimientos feministas, las universidades,
sibilidades de crear espacios con formas crea- etcétera), podrían habilitar la posibilidad de
tivas de negociación y resolución. transformaciones con un sesgo más democráti-
Desde la perspectiva analítica que propone- co que el proceso concentrador actual.
mos, estos aspectos son especialmente rele- Por ahora y a pesar de algunos avances,
vantes por la centralidad que el conflicto social las entidades representativas de los sectores
presenta en los procesos de cambio. económicos subordinados son invitadas a las
La tendencia hegemónica dentro del proceso convocatorias oficiales en carácter consultivo
iniciado desde el Tratado de Asunción privilegia y están al margen de los espacios donde se to-
la participación de los grandes actores económi- man las decisiones más importantes. El carác-
cos. Según el Tratado, los gobiernos deben favo- ter subordinado de algunos de los actores en
recer a las economías de escala, estimular los los escenarios socioeconómicos nacionales,
flujos del comercio y servir de referencias a las se traslada al nuevo espacio regional. Solo al-
acciones del sector privado; todas estas medidas gunos pocos sectores que habían conseguido
son coherentes con la liberalización que predo- mejores posiciones en la negociación nacional,
mina en los países del Mercosur (Romano, 1995). están en mejores condiciones de presentarse
Los actores que quedan excluidos o des- como “actores” cuyas prácticas y discursos
favorecidos por la iniciativa política de los puedan legitimarse en el Mercosur.
Estados y los grandes grupos económicos no La temática fundamental, a partir de nuestras
siempre aceptan sin reclamos tal situación. investigaciones, es conocer las condiciones de
Además, como decíamos anteriormente, no ne- posibilidad para la generación y sostenimiento
cesariamente los grandes agentes económicos de nuevos actores capaces de democratizar el
y políticos actúan entre ellos sin oposiciones espacio económico del Mercosur. Las coope-
o conflictos de intereses. Esta expansión del rativas (por el importante apoyo internacional
142 Estudios rurales y movimientos sociales. Miradas desde el Sur

que tienen) están en adecuadas condiciones de torcer. La participación de otros actores


para negociar mecanismos de integración para que impidan la consolidación de un único es-
los pequeños agricultores y trabajadores, siem- cenario es una posibilidad que depende de la
pre y cuando logren primero solucionar las política. Y la política depende del Estado, de
diferencias propias. Las ONG, que ya son re- los sectores dirigentes pero también de la so-
conocidas como actores en otros foros interna- ciedad civil.
cionales así como las nuevas asociaciones de
productores que han surgido al calor de estos
últimos años, también podrían convertirse en El contenido del libro
“actores” con acceso a los formadores de opi-
nión pública y a los espacios de decisión. Los trabajos presentados en este libro nos ofre-
En síntesis, el MERCOSUR es un espacio cen diagnósticos de las estructuras sociales
social, por lo tanto abierto y complejo, donde, agrarias de los cinco países que integran el Mer-
desde nuestra perspectiva, los distintos actores cosur: Brasil, Uruguay, Chile, Paraguay y Argen-
pueden cambiar el “rumbo natural de los acon- tina. Los artículos analizan las transformaciones
tecimientos económicos”. Si bien hay actores a nivel nacional que surgen a partir de los pro-
con mayor capacidad que otros para imponer cesos de la globalización, los que, en nuestros
sus intereses, sus prácticas y sus discursos, la casos, están muy relacionados con el Mercosur.
posibilidad de que se instalen conflictos y an- Asimismo, en todos ellos encontramos re-
tagonismos permite pensar el Mercosur como ferencias a los actores sociales, es decir se
un espacio social no suturado, no sedimenta- reflexiona desde una perspectiva sociológica
do, donde circulen prácticas que no contengan en la que actores, conflictos y poder son los
el sesgo concentrador de las políticas neocon- aspectos centrales.
servadoras. Es decir, que incluya tanto a los Abrimos el libro con el trabajo acerca de
actores económicos subordinados como a los la agricultura brasileña. Respetamos el idio-
nuevos movimientos sociales, respetando y ex- ma original del artículo —portugués— debi-
pandiendo el campo de sus derechos. do a que el bilingüismo constituye una ca-
La presencia de los actores fuertes y con- racterística del Mercosur, sobre todo en los
centrados es una tendencia económica difícil ámbitos académicos.
Las agriculturas del Mercosur, el papel de los actores sociales | N. Giarracca y S. Cloquell 143

El trabajo de Anita Brumer y José Vicente la evolución de las principales variables so-
Tavares Dos Santos “Tensões agrícolas e agra- cioeconómicas en el agro desde 1960 a 1990,
rias na transição democrática brasileira” anali- sin descuidar los aspectos sociopolíticos tales
za las principales transformaciones ocurridas como las organizaciones de los productores o
en la agricultura brasileña. Ellos toman el pe- las políticas públicas.
ríodo que caracterizan como la “modernización En el segundo punto, Piñeiro se centra en la
conservadora” y en él, se ponen de manifiesto actual coyuntura y otorga al Mercosur un papel
las acciones de los actores (Estado, campesi- central para comprender las transformaciones
nos, etcétera). Luego se centran en el Brasil ac- recientes. El optimismo acerca del crecimiento
tual pero, especialmente, en el “campo de los del sector agrario no opaca la centralidad que
conflictos agrarios”. se desprende del análisis acerca de la posibili-
En el período comprendido entre 1985 a dad de un desarrollo sustentable.
1995 hubo un elevado número de conflictos en La propuesta de Sergio Gómez en su trabajo
el campo —por la tierra, por las condiciones la- “Novedades en la agricultura chilena. Nuevos
borales, etcétera— que suscitaron las políticas actores sociales y escenarios: negociaciones
implementadas. Los autores consideran que y confrontaciones” radica en pensar la actua-
hasta hoy, no se generó una reforma agraria lidad del agro chileno desde dos pares de ideas
masiva, entendida como una redistribución de centrales: “integración- consenso” y “desinte-
la propiedad de la tierra y una redistribución gración-conflicto”. Ellas se toman como ele-
del poder. Asimismo, se interrogan acerca de mentos que permiten explicar la dinámica del
los cambios agrícolas generados bajo las distin- proceso de modernización. Básicamente estas
tas políticas públicas aplicadas por el Estado ideas se refieren al tipo de estructuras predo-
(Plan Cruzado, Plan Real, Mercosur, etcétera) minantes y al tipo de relaciones sociales que
sin dejar de tomar en cuenta además los aspec- establecen los actores.
tos políticos, especialmente los que emanan de En el trabajo de Sergio Gómez, además, se
la Nueva Constitución. avanza en la formulación de un marco explica-
Diego Piñeiro en su artículo “Cambios y per- tivo acerca de los efectos que la globalización
manencias en el agro uruguayo. Tendencias y y modernización tecnológica tienen sobre los
coyunturas” nos ofrece una mirada acerca de procesos de trabajo, sobre las organizaciones
144 Estudios rurales y movimientos sociales. Miradas desde el Sur

representativas y sobre las nuevas demandas dimensiones culturales. Finalmente, retoma la


que surgen desde los principales actores. En cuestión agraria y rural explorando la posibili-
tales demandas, los niveles de integración así dad de una fragmentación de lo agrario.
como la negociación y los enfrentamientos en-
cuentran nuevamente espacios de expresión.
Tomás Palau en “La agricultura paraguaya Bibliografía
al promediar la década del noventa: situación,
conflictos y perspectivas”, expone de modo Buxedas, M. 1994 “El Mercosur y las
general, los problemas que la agricultura pa- políticas agropecuarias” en O Mercosul e
raguaya arrastra para detenerse en aquellas si- a Comunidade Europeia (Porto Alegre:
tuaciones y problemas que permiten compren- UFRGS).
der la compleja realidad paraguaya. Chudnovsky, D. 1993 “El futuro de la
En efecto, el mapa agrario paraguayo, sus integración hemisférica: el Mercosur y la
principales actores, el papel del Estado, las or- Iniciativa para las Américas” en Desarrollo
ganizaciones campesinas y los nuevos debates Económico (Buenos Aires) Vol. 32, N° 28,
de las políticas públicas son ofrecidas al lector enero-marzo.
a lo largo del trabajo. Del Huerto Romero, M. 1994 “Mercosur-Nafta
Por último Miguel Murmis en el trabajo “El y apertura comercial al mundo: condiciones
agro argentino: algunos problemas para su aná- y factores nacionales que han favorecido la
lisis” nos ofrece un amplio diagnóstico de los creación del mundo” en Laredo, I. (comp.)
problemas de la agricultura. Estado, mercado y sociedad (Rosario:
Se interroga acerca de las nuevas formas Universidad Nacional de Rosario).
de presentarse el capital en el agro; y con esa Giarracca, N. y Teubal, M. 1995 “Los pequeños
pregunta expresa la centralidad de las nuevas productores cañeros y la integración
transformaciones en el nivel económico finan- económica con Brasil” en Beckerman,
ciero. No obstante, Murmis enfatiza los aspec- M. y Rofman, A. (comps.) Integración y
tos que dan cuenta de la complejidad y pro- sociedad en el Cono Sur. Las relaciones
fundidad de las transformaciones: la cuestión con el MERCOSUR y Chile (Buenos Aires:
social, los viejos y nuevos actores sociales, las Espacio Editorial).
Las agriculturas del Mercosur, el papel de los actores sociales | N. Giarracca y S. Cloquell 145

Hirst, M. 1992 “Condicionantes y regional” en Cloquell, S. y Santos, E.


motivaciones del proceso de integración (comps.) Argentina frente a los procesos de
y fragmentación de América Latina” en integración regional. Los efectos sobre el
Integración Latinoamericana (Buenos agro (Rosario: Homo Sapiens).
Aires: INTAL-BID) N° 175. Teubal, M. 1997 “Mercosur, Argentina,
Laredo, I. 1994 “América Latina en el sistema and Regional Integration processes” en
internacional. La integración regional como Fernández, A. y Hogenboom, E. (eds.) “The
herramienta de transformación del status” Political Economy of open regionalism” en
en Laredo, I. (comp.) Estado, mercado y Latin American, International Journal of
sociedad (Rosario: Universidad Nacional de Political Economy, Vol. 26, N° 4.
Rosario). Vizentini, P. G. F. 1995 “Diversidades e
Marloie, M. 1995 “Comunidades Econômica adversidades dos processos de integração”
Europeia e MERCOSUL: da confrontação en Algorta Pla, J. O. (org.) Mercosul e a
a cooperação, emergência de una nova comunidade europeia. Uma abordagem
problemática” en Algorta Pla, J. O. (org.) comparativa (Río de Janeiro: Editora da
Mercosul e a comunidade europeia. Uma Universidade / Goethe-lnstitut).
abordagem comparativa (Río de Janeiro: Zimmerling, R. 1992 “El futuro de América
Editora da Universidade / Goethe-lnstitut). Latina en el mercado mundial” en
Rimoldi de Ladman, E. 1995 “Propuesta Integración regional vs. Integración
para la solución de controversias en los en el mercado mundial (Buenos Aires:
procesos de integración” en Beckerman, Fundación Ebert).
M. y Rofman, A. (comps.) Integración y
sociedad en el Cono Sur. Las relaciones
con el MERCOSUR y Chile (Buenos Aires:
Espacio Editorial).
Romano, J. O. 1995 “El Mercosur como proceso
social: el reconocimiento público y las
estrategias de los actores sociales agrarios
brasileños en el contexto de la integración
Las Ciencias Sociales y los
estudios rurales en la Argentina
durante el siglo XX* **

Introducción particularmente, su valor teórico o metodoló-


gico. No obstante, el solo hecho de seleccionar
Este trabajo pretende dar un panorama general unos trabajos y no otros supone decisiones no
del aporte de las Ciencias Sociales a los estu- exentas de algún tipo de valoración académica.
dios de los procesos agrarios y mundos rurales Esto aparece sobre todo en el último período
de Argentina. Está diseñado como una tarea en el que, sorprendentemente, encontré una
de organización del material sin considerar, producción abundante y heterogénea.

* Giarracca, N. 1999 “Las Ciencias Sociales y los estu- he decidido retomarlo; completar un cuarto período,
dios rurales en la Argentina durante el siglo XX” en Gia- revisarlo e incluirle la bibliografía que, a mi juicio, es
rracca, N. (coord.) Estudios rurales: problemas, teorías un importante propósito de pasar aquella exposición a
y estrategias metodológicas (Buenos Aires: La Colmena). la forma de artículo. Lamentablemente mis colegas no
pudieron acompañarme en esta ocasión, por razones de
** El trabajo tuvo una primera versión, “Los aportes agendas laborales; no obstante, considero que el traba-
de las Ciencias Sociales a la cuestión agraria argentina”, jo no hubiese sido posible sin la organización de temas
producto de una exposición que Susana Aparicio, Ma- y autores que ellas realizaron para el primer y tercer
ría Isabel Tort y yo realizamos en 1985 en un seminario período. En síntesis, este trabajo está diseñado y pensa-
titulado “El agro argentino, hoy”. Sobre la base de esas do, en gran medida, con Susana Aparicio y María Isabel
exposiciones redacté provisoriamente aquel trabajo Tort. Por último. Karina Bidaseca, miembro del Grupo
que circuló como trabajo mimeografiado. No contenía de Estudios Rurales, colaboró en la recopilación biblio-
la bibliografía, llevaba la autoría de las tres y durante gráfica. Asimismo agradezco las lecturas y comentarios
estos años fue muy utilizado por los docentes del cam- de Miguel Teubal y Roberto Benencia de los borradores
po temático. Por esta misma razón, después de 12 años, de esta versión.
148 Estudios rurales y movimientos sociales. Miradas desde el Sur

Sin embargo, no es mi intención realizar un Por razones igualmente empíricas, se delimi-


análisis que incluya una jerarquización del va- tan los cuatro períodos para ubicar y contex-
lor teórico de la producción ni de la injerencia tualizar el material localizado. El primero está
que este material tuvo en las decisiones políti- marcado por un acontecimiento académico:
cas de cada época. Esta tarea se va iniciando, antes y después de la aparición de las Ciencias
lentamente, con algunos aportes dirigidos a Sociales como disciplinas institucionalizadas;
evaluar las conceptualizaciones de una disci- los otros tres, por los acontecimientos políti-
plina (Llovet, 1996) o de una temática (Barsky, cos de nuestro país.
1997). También se pueden encontrar mis pro- El primer período incluye las primeras
pias reflexiones acerca de cómo afectaron las seis décadas de este siglo, etapa anterior a
crisis de los paradigmas teóricos a la Sociolo- lo que se considera la “profesionalización de
gía Rural (Giarracca, 1997). las Ciencias Sociales”. En ella inserto autores
Recopilé el material e inicié un ordenamien- que, sin estar “profesionalizados” como aca-
to de acuerdo con ciertos ejes temáticos que démicos, tuvieron una marcada influencia en
hegemonizaron los debates en cada etapa, y en el desarrollo posterior de las disciplinas socia-
segundo lugar, encaré algunas reflexiones acer- les aludidas.
ca de los avatares institucionales por los que El segundo período abarca desde finales de
atravesaron estas disciplinas sociales en cada los cincuenta —que es el momento de la insti-
etapa. Todo ello precedido de un pantallazo ge- tucionalización de las Ciencias Sociales como
neral del período. carreras universitarias— hasta 1976. Fue una
La “perspectiva social” que en el título del etapa muy productiva, que supuso uno de los
trabajo se expresa como “Ciencias Sociales”, períodos más fructíferos de la universidad ar-
supone una discusión epistemológica que no gentina, así como el trabajo de equipos técni-
es mi intención abordar aquí; simplemente par- cos de primer nivel en el aparato del Estado
tí de decisiones empíricas, condicionadas por (véase Giarracca, 1991).
mis propias prácticas profesionales. Ubico en En el tercer período se consideran los años
esta categoría a los trabajos de la Sociología, del “proceso militar” y se intenta dar cuenta
la Antropología Social, la Geografía Humana, la del sistemático desmantelamiento de centros
Historia y la Economía Política. de estudios y equipos de trabajo que operaban
Las Ciencias Sociales y los estudios rurales en la Argentina durante el siglo XX 149

en las universidades y organismos del Estado. dos tipos de referencias bibliográficas: 1) la


Asimismo se recuperan los intentos organizati- bibliografía que tiene que ver con el texto en
vos de finales de la dictadura. su carácter de una Sociología de los estudios
Por fin, el último período, que tomo como rurales —con el autor y el año entre parénte-
un bloque por razones prácticas, podría sub- sis— y se encuentra al final del artículo bajo
dividirse tanto en relación con los procesos el rubro “Bibliografía citada”, 2) la bibliografía
agrarios como con los estudios rurales. Res- acerca de los estudios rurales que aparece den-
pecto del primer punto, es el momento de la tro del texto o al final del párrafo, con la indi-
agriculturización, en especial del auge sojero. cación de los autores y las fechas pero siempre
Luego se presenta una retracción productiva con la referencia a la “Bibliografía general”1.
y se genera la medida política más impactante Bajo este último rubro el lector encontrará al
de esta parte del siglo: la desregulación econó- final, como un anexo al libro, una organización
mica (1991). Asimismo es el momento de las alfabética de autores que durante este siglo
normalizaciones universitarias, rearmados de han contribuido a conocer y comprender los
grupos, formación de recursos desde los pro- procesos productivos agrarios y los mundos
gramas de becas y maestrías. Es también el pe- rurales en sus complejidades sociales y cultu-
ríodo de surgimiento del Mercosur, del auge de rales. Fue mi intención seleccionar los trabajos
las políticas neoliberales pero también de las más representativos de cada período o de cada
redes académicas, de la expansión de la infor- autor. Aunque en la selección haya ausencias,
mática, etcétera. Es un período complejo: por errores y confusiones involuntarias, propias de
los cambios del país en su conjunto, por las no- toda acción organizativa y clasificatoria, es una
vedades del mundo agrario y por los virajes de
miradas para abordarlos. Ameritaría un trabajo
en sí mismo y, en tal sentido, esta primera or- 1 Por motivos de extensión y pertinencia, al final del
ganización del material puede ser de suma uti- presente artículo, bajo el título común de “Bibliogra-
lidad para tal finalidad. fía”, se incluyen conjuntamente la bibliografía citada en
Para terminar esta introducción querría él y las referencias explícitas a la “Bibliografía general”
(extenso anexo final del libro). Para conocer la “Biblio-
señalar la organización del texto en relación
grafía general” a la que hace referencia el párrafo, véase
con la bibliografía. El lector va a encontrar la publicación original. [N. de los Ed.]
150 Estudios rurales y movimientos sociales. Miradas desde el Sur

primera tarea que puede estimular para que se tamiento de mano de obra apta para la agricul-
continúe y perfeccione. tura, colonización y propiedad de la tierra. Se
propiciaron tecnologías ahorradoras de mano
de obra como una forma de solucionar dichos
Primer período: el pensamiento problemas, lo que colaboró a conformar una
social agrario (1900-1956) estructura productiva que —cuando cambia-
ron las condiciones internacionales— respon-
Desde fines del siglo XIX hasta la década del dió con la retracción.
treinta, el sector agropecuario argentino ge- Comenzó entonces la etapa conocida como el
neró importantes excedentes que permitieron estancamiento pampeano que duró hasta la dé-
un deslumbrante progreso económico del país. cada del setenta. En realidad, el momento más
Este período expansivo, basado en un modo de duro se extendió entre 1930 y 1960; a partir de
producción “capitalista agroexportador”, estu- esta última fecha la situación había comenzado
vo favorecido por las condiciones internacio- a mejorar, aun cuando seguían existiendo dificul-
nales que estimularon la demanda externa de la tades para mantener la participación relativa del
región pampeana, tanto por los altos precios de país en el comercio mundial de granos, de carnes
los productos agropecuarios como por el asen- y de oleaginosas. Esta incapacidad de respuesta
tamiento de poblaciones en las vastas y fértiles a las exigencias internacionales, y el simultáneo
tierras disponibles. Se produjo un proceso de aumento de la oferta de otras naciones produc-
expansión horizontal, en el cual la producción toras, no mantenían una relación razonable con
aumentó debido a la incorporación de tierras. el potencial productivo del país. En términos re-
Cuando este recurso se agotó, el ritmo de ex- lativos, el estancamiento continuaba.
pansión disminuyó considerablemente. Dado el papel del sector agropecuario en el
Durante esta etapa, los principales proble- modelo de acumulación establecido histórica-
mas a solucionar hacían girar las discusiones mente y, dentro de este, la importancia de las
—académicas y políticas— alrededor de los exportaciones, el estancamiento pampeano
elementos necesarios para la puesta en pro- sacudió a la sociedad en su conjunto. Además,
ducción de esas tierras que se iban incorporan- esta fuerte relación del sector con el resto de
do con el avance de la línea de frontera: asen- la economía se manifestaba en las orientacio-
Las Ciencias Sociales y los estudios rurales en la Argentina durante el siglo XX 151

nes de política económica desarrolladas por el La etapa del estancamiento relativo de la


Estado. En este mismo lapso, las economías re- economía pampeana dio origen a distintas po-
gionales pasaron por severas crisis de produc- siciones y debates.
ción que originaron distintos tipos de interven- En su libro La agricultura y la ganadería
ciones estatales así como diversas consecuen- argentina en el período 1930-1960, José Al-
cias en el plano social. fredo Martínez de Hoz sintetizó la posición de
En este período tenemos que referirnos al uno de los sectores más poderosos del sector
“pensamiento social agrario” más que a la pro- agropecuario, el representado por la Sociedad
ducción de las Ciencias Sociales. Y esto es así, Rural Argentina. En dicha obra planteaba que
sencillamente, porque no existían estas discipli- la elevación de los rendimientos solo podía
nas científicas tal cual las conocemos en la actua- obtenerse mediante una mayor tecnificación
lidad. No había aparecido la “profesión” del in- del agro. El país, según Martínez de Hoz, había
vestigador social, es decir, cargos universitarios o quedado en aislamiento técnico, a la zaga del
institucionales de tiempo completo que permitie- progreso, a causa de la crisis de 1930, luego por
ran sustentar económicamente al análisis social. la guerra, por la política desarrollada por el go-
De este modo, el “pensamiento social agrario” bierno peronista, y por las desacertadas políti-
estaba generado por dirigentes económicos y po- cas de precios y medidas financieras y fiscales
líticos y por técnicos de los organismos estatales. que desfavorecían al sector.
El debate de comienzos de siglo, estuvo Otros autores adoptaron posiciones dife-
signado por el pensamiento positivista. Esta rentes, más estructuralistas; ellos provenían,
influencia fue tan fuerte que la idea del progre- generalmente, del campo socialista. Así Lázaro
so como proceso ilimitado deslumbraba a los Nemirovsky realizó un exhaustivo estudio (fue
pensadores de todas las corrientes. Varios au- su tesis doctoral) sobre los precios y márgenes
tores, influidos por el pensamiento socialista, de ganancias que obtenían los terratenientes,
se interrogaban acerca de las razones por las para sustentar su argumento de la necesidad
que algunos sectores no podían acceder al pro- de cambios en la estructura social, capaces de
greso, pero no se cuestionaban el origen o la superar el estancamiento.
naturaleza de estos procesos. La crisis de 1930 Juan L. Tenembaum, profesor de la Cátedra
marcó el fin de esta idea de progreso ilimitado. de Economía Agraria de la Universidad de La
152 Estudios rurales y movimientos sociales. Miradas desde el Sur

Plata, en su libro Orientación económica de profesores universitarios. Su trabajo —lamen-


la agricultura argentina aparecido en 1948 tablemente nunca traducido al español— puso
demostraba el cambio producido desde 1930, de manifiesto uno de los debates latinoameri-
año en que la crisis comenzó a sentirse con todo canos más importantes de la época: el papel
rigor. Fue partidario del sistema agrícola-gana- de la mediana explotación familiar (farm) en
dero sobre el ganadero-agrícola porque, a su jui- el desarrollo del capitalismo. Este autor, fun-
cio, aseguraba un régimen económico más esta- cionario del Departamento de Agricultura de
ble. Sus argumentaciones tendían a demostrar EEUU, lamentaba en su libro la poca difusión
la necesidad de un desarrollo agrícola-industrial del modelo farmer en nuestro país; una de sus
como única posibilidad de superación de una conclusiones enunciaba que la principal traba
etapa agotada. El prólogo de su libro, escrito para su implementación era el sistema de te-
por Luis Reissig, se planteaba: “Su tesis coincide nencia imperante.
con el pensamiento político que ha de primar en La influencia teórica y metodológica de Carl
la etapa de la democracia progresista. El mundo Taylor fue notoria durante muchos años2. Prue-
se abre a una sucesión de profundas reformas, ba de ello son los trabajos publicados por la
entre las cuales, la agraria y la industrial tendrán Dirección de Economía Rural del Ministerio
que ocupar un puesto de vanguardia en el desa- durante 1940 y 1950: el trabajo de Vicien y Del
rrollo del mundo nuevo” (1948: 7). Castillo, Regiones sociales agrarias, publica-
Durante 1943, Carl Taylor visitaba el país do en 1943 y actualizado en 1952.
invitado por el Ministerio de Agricultura y Ga- Por estos mismos años, además, en el Mi-
nadería. Taylor era un experto norteamericano nisterio de Agricultura aparecía el Grupo de
en organizaciones productivas agrarias y el pro- Sociología Rural. Los análisis del primer equi-
ducto de su trabajo en la Argentina fue su libro po que trabajó bajo ese nombre daban cuenta
Rural Life in Argentina considerado “clásico” no solo de la influencia de la Sociología Rural
por los sociólogos y antropólogos rurales. El norteamericana, sino de la Geografía Humana
autor visitó la mayor parte de las zonas agrarias desarrollada fuertemente en Francia.
del país, entrevistó a más de 120 personas repre-
sentativas, conversó con periodistas, dirigentes
2 Véase, en este mismo libro, el capítulo “El pensa-
gremiales, ministros, productores, jornaleros y miento de Carl Taylor”, de Floreal Forni.
Las Ciencias Sociales y los estudios rurales en la Argentina durante el siglo XX 153

Simultáneamente, comenzó un florecimien- basado en la sustitución de importaciones co-


to de las Ciencias Sociales como disciplinas menzaba a mostrar signos de agotamiento y
científicas institucionalizadas. no se hallaban políticas capaces de solucionar
Aquí debemos señalar el importante esfuer- las recurrentes crisis de la balanza comercial.
zo del fundador de la Carrera de Sociología de Si bien la industrialización mostraba claras
la Universidad de Buenos Aires, Gino Germani, evidencias de desarticulaciones y contradic-
no solo para abrir el espacio de esta disciplina ciones entre las diferentes fracciones de la
en la universidad argentina, sino en el ámbito burguesía industrial, todavía daba lugar a inte-
científico en general. Durante los años cuarenta rregnos redistributivos que se ubican en esos
se crearon cátedras de Sociología y Economía momentos de los intersticios democráticos de
en varias universidades, se creó el Instituto de nuestra sociedad. A una reactivación indus-
Sociología en la UBA y aparecieron las primeras trial correspondía un aumento de las importa-
evidencias de la influencia europea en el pensa- ciones de bienes de capital, los sectores indus-
miento social. A fines de la década del cincuen- triales presionaban por mantener baja la tasa
ta comenzaron a crearse las carreras universi- de cambio y esto desfavorecía a los sectores
tarias de las principales disciplinas sociales. A exportadores, dentro de los cuales el agrope-
pesar de todos los avatares que sufrieron las uni- cuario era el más importante.
versidades, a partir de entonces comenzó una En el nivel agrario, durante casi todo el pe-
producción sistematizada de estas disciplinas ríodo la mayor preocupación giraba alrededor
científicas (véase Giarracca, 1991 y 1992). del estancamiento relativo de la producción
pampeana y de las políticas más adecuadas
para superar esa situación. Las crisis de super-
Segundo período: la producción de las economías regionales tuvie-
institucionalización de las ron consecuencias significativas en el nivel de
Ciencias Sociales (1957-1976) sus conflictivas estructuras productivas y de
los sectores sociales involucrados. Se produjo
Este segundo período se caracterizó por la al- una importante reestructuración de las organi-
ternancia de gobiernos civiles y militares. En zaciones gremiales de la región y se exacerbó
el nivel económico, el modelo de crecimiento el conflicto social.
154 Estudios rurales y movimientos sociales. Miradas desde el Sur

Durante los años sesenta aparecieron, por oponiéndose, de este modo, al automatismo y
un lado, nuevos y significativos aportes de la la universalidad del proceso de desarrollo im-
Teoría Social y, por otro, un fructífero debate plícito en el pensamiento neoclásico.
entre los economistas neoclásicos y estructu- En oposición al estructuralismo, los neoclá-
ralistas. Esta confrontación se observó en toda sicos hacían abstracción del contexto social
América Latina, pero tuvo ciertas particulari- donde se desarrollaba la producción. Esta es-
dades en el país dado su específico desarrollo cuela estaba basada en una sólida tradición
agrario dentro de la región. intelectual y el representante más significativo
El pensamiento de la Comisión Económica para América Latina fue Theodore Schultz.
para América Latina (CEPAL), claro exponente Para Schultz las diferencias dentro de las
del pensamiento estructuralista, fundamentaba agriculturas latinoamericanas reflejaban el gra-
la necesidad de transformación del sector agra- do de contribución al crecimiento económico
rio en el necesario papel que este cumplía en el que ellas realizaban. Caracterizaba a las agri-
desarrollo general de las naciones. Desarrollo culturas tradicionales en términos de una ra-
que, para la CEPAL, debía estar basado en el cionalidad propia y proponía su modernización
sector industrial. Es decir, había que adecuar el a través de la disponibilidad de nuevos medios
sector agrario a las necesidades del desarrollo de producción de alta rentabilidad. El trata-
industrial, principal pivote del crecimiento y el miento del problema se planteaba en términos
bienestar general. de decisiones individuales y no del contexto
La CEPAL señalaba dos elementos de la pro- más general que condiciona estas decisiones.
blemática agraria latinoamericana a considerar Para los neoclásicos, las políticas guberna-
cuidadosamente: a) la lentitud del crecimien- mentales de los países latinoamericanos esta-
to ligado a determinadas estructuras agrarias, ban inspiradas en principios industrialistas y
y b) la estructura de propiedad y tenencia de habían logrado que los precios en la agricul-
la tierra. Ambos elementos merecieron cuida- tura fueran sistemáticamente inferiores a los
dosos estudios en la mayoría de los países del “precios sombras”. Se desalentaba el flujo de
área. En el nivel teórico, el estructuralismo tra- capitales al sector y lo precios bajaban. De
tó de incorporar y formular conceptos capaces esta forma, concluían los neoclásicos, se pro-
de dar cuenta de la realidad latinoamericana ducía una disminución en la tasa de beneficio
Las Ciencias Sociales y los estudios rurales en la Argentina durante el siglo XX 155

que condicionaba las decisiones de inversión cesitados de otros —capaces de generar mayor
del productor. nivel de explotación— era utilizado tanto para
En este mismo período, simultáneamente la relación entre países desarrollados y subde-
al debate entre economistas neoclásicos y sarrollados como para la relación entre regio-
estructuralistas, aparecieron nuevos aportes nes de un mismo país con distintos grados de
de la Teoría Social. Estas nuevas corrientes, desarrollo. La teorización acerca del “colonia-
que caracterizamos de manera general como lismo interno” se usó como referente obligado
“dependentistas”, al igual que el estructuralis- para explicar las desarticulaciones sociales y
mo en Economía, proponían entender a Amé- regionales de América Latina, oponiendo esta
rica Latina con parámetros teóricos propios. perspectiva analítica a la del “continuo rural-
Los análisis de Gunder Frank, Theotonio Dos urbano” que había sido utilizada por los funcio-
Santos, Pablo Gonzáles Casanova, Ruy Mau- nalistas en años anteriores.
ro Marini impugnaron los supuestos de las A finales del período se acentuó la influencia
teorías sociales norteamericanas y dieron el de las teorías que debatían “la cuestión campe-
debate tanto en el campo académico como en sina”. Los estudios sobre la persistencia o des-
el político. aparición campesina se realizaban en la mayo-
La influencia de la teoría marxista del desa- ría de los países donde la problemática de la
rrollo desigual y de la teoría política del impe- pequeña producción ocupaba un lugar central.
rialismo se puede comprobar en cualquiera de En nuestro país la Antropología Social había
las variantes de la escuela dependentista. Asto- tenido un débil desarrollo y, salvo escasas ex-
ri (1984) sostiene que el dependentismo realizó cepciones, no había una línea de estudios cam-
una crítica al enfoque dualista que predomina- pesinos. Sin embargo, la rica discusión que se
ba en la bibliografía sociológica de la época y formulaba en otros países despertó interés en
jerarquizó las condiciones del funcionamiento antropólogos y sociólogos. Prueba de ellos son
capitalista relacionadas con el sistema mundial dos publicaciones de importante difusión que
con una identificación de las contradicciones aparecieron en 1972 y 1974, respectivamente.
asociadas a dicha expansión. Se trata de: 1) el Estudio del campesinado, una
El esquema analítico que consideraba cier- recopilación de los aportes de la Antropología
tos espacios de expansión capitalista como ne- Social norteamericana realizada y prologada
156 Estudios rurales y movimientos sociales. Miradas desde el Sur

por el antropólogo Leopoldo Bartolomé3, y 2) los cultivos regionales: 4) la problemática de la


la traducción al español de Teoría de la orga- mano de obra agrícola; y 5) las organizaciones
nización campesina, de Alexandre Chayanov, gremiales de los productores.
realizada y prologada por Eduardo Archetti. El primero de estos temas fue debatido fun-
A partir de estas reflexiones sobre los para- damentalmente por economistas e ingenieros
digmas teóricos, intentaremos ubicar la pro- agrónomos. Las interpretaciones neoclásicas
ducción del período. del estancamiento provenían de los econo-
Aquellos años representaron una época de mistas de la Sociedad Rural Argentina y están
gran efervescencia social y política en el país. publicados en los Anales de la Sociedad Rural
Existían centros académicos de primer nivel Argentina o en el diario La Nación. En esos
en las universidades, proliferaban los equipos textos se explicaba el lento crecimiento de la
técnicos (con cierta autonomía conceptual) en producción pampeana como una consecuencia
el aparato del Estado. También existía un re- de las políticas gubernamentales desfavorables
ducido número de centros de investigación pri- al sector agropecuario. Políticas tales como fi-
vados que habían sido creados posteriormente jación de precios, tasas de cambio, retención
a la intervención universitaria de 1966. Entre de las exportaciones y otras medidas impositi-
ellos pueden mencionarse el Instituto Di Tella, vas lograban desalentar la inversión en el sec-
el Centro de Investigaciones de Ciencias Socia- tor y producían el estancamiento.
les (CICSO) y el Centro de Estudios Urbanos y A diferencia de los primeros, los llamados
Regionales (CEUR). economistas “estructuralistas” no abordaban
Los temas que focalizaron la atención de las el estancamiento como un problema del “sec-
Ciencias Sociales fueron: 1) el estancamiento tor” frente al Estado, sino que basaban sus
de la producción pampeana; 2) los arrenda- análisis en el papel del terrateniente pampeano
mientos y las posibilidades de la mediana pro- como agente económico del desarrollo capita-
ducción en la región pampeana; 3) la crisis de lista. Algunos de ellos subrayaban la resisten-
cia de estos productores a introducir métodos
de producción más intensivos. Consideraban
3 Véase el capítulo “La antropología social y el me-
que los grandes terratenientes no se comporta-
dio rural en la Argentina”, de Hugo Ratier y Roberto
Ringuelet. ban como capitalistas en procura de ganancias.
Las Ciencias Sociales y los estudios rurales en la Argentina durante el siglo XX 157

Esta tesis fue sostenida por Aldo Ferrer y Ho- La mayoría de estos trabajos tomó como
racio Giberti. base y referencia el análisis llevado a cabo por
Dentro de los “estructuralistas”, otro grupo el Comité Interamericano de Desarrollo Agrí-
de autores intentaba demostrar la racionali- cola y el Consejo Federal de Inversiones (CI-
dad capitalista de las explotaciones extensivas DA-CFI). Este informe puso de relieve el grado
(Guillermo Flichman). En general, los auto- de concentración de la tierra y la presencia del
res que debatieron acerca del estancamien- minifundio dentro del sector agrario argenti-
to pampeano desde estas posiciones fueron no. La información analizada, que se basaba
Horacio Giberti, Aldo Ferrer, Oscar Braun, en el Censo Agropecuario de 1960, así como el
Edith Obschatko, Alain de Janvry, Guillermo enfoque histórico estructuralista, perduraron
Flichman, Miguel Teubal y Alfredo Pucciarelli durante décadas en los estudios de la cuestión
(aun cuando este último publicó su trabajo en agraria del país.
los años ochenta). Sin duda, muchos de estos A mediados de los años setenta, la mayoría
economistas no escapaban a la influencia de de los cultivos regionales pasaron por crisis
las teorías neoclásicas, pero se planteaban los de diversa índole; el éxodo rural persistía y a
problemas y los interrogantes desde espacios finales de la década los productores de estas
teóricos influidos por las distintas variantes de regiones buscaban formas de organización gre-
las “teorías críticas”. mial diferentes a las tradicionales. Estos temas
El papel de los productores medios en el concentraban la atención de los equipos que
desarrollo pampeano y la discusión sobre trabajaban dentro del aparato del Estado.
el destino de los arrendatarios dieron lugar El Consejo Federal de Inversiones (CFI) al-
a investigaciones y publicaciones. Así, por bergaba interesantes equipos de investigado-
ejemplo, el trabajo de Daniel Slutsky sobre res que produjeron sólidos informes sobre la
“Los aspectos sociales del desarrollo rural de región NEA, entre otros nombres recordemos
la Pampa Húmeda”, publicado en la revista a los sociólogos Daniel Slutzky, Víctor Broh-
Desarrollo Económico, cuestionaba las inter- derson, Gustavo Tesoriero, quienes trabajaron
pretaciones que sostenían que la mayor parte sobre las producciones de algodón y tabaco.
de los arrendatarios habían podido acceder a Otro tanto ocurría en el Grupo de Sociolo-
la compra de la tierra. gía Rural de la Secretaría de Agricultura y Ga-
158 Estudios rurales y movimientos sociales. Miradas desde el Sur

nadería donde, a partir de 1969 y hasta 1976, tes autores: Osear Colman, Alfredo Puccia-
un grupo de sociólogos, economistas y agró- relli, Nicolás Iñigo Carrera, Diego Piñeiro y
nomos emprendió una serie de trabajos sobre Mercedes Basco. Ellos, como muchos concu-
los pequeños productores y la mano de obra rrentes a los seminarios, se beneficiaron con
agrícola en las regiones del norte. Algunos de las lecturas y reflexiones grupales coordina-
los sociólogos participantes en este grupo, que das por Miguel Murmis.
aún hoy persisten en los estudios rurales de El debate de la viabilidad de la pequeña
tipo académico, son: Susana Aparicio, Merce- explotación familiar congregó estudios de la
des Basco, Norma Giarracca, Diego Piñeiro y Antropología Social. Muchos de los trabajos
Susana Soverna. realizados sobre el tema se presentaron en
El Departamento de Economía del INTA- un encuentro de la Asociación de Economía
Castelar desarrollaba el programa Sistema de Agraria, en la provincia de Tucumán, durante
Información para el Plan de Abastecimiento 1974. En tal dirección pueden mencionarse
de Productos e Insumos de Origen Agropecua- los estudios sobre este tema de Hebe Vessuri,
rio (SIPNA). El mismo consistía en la descrip- Esther Hermitte, Carlos Herrán y Leopoldo
ción de sistemas productivos y de comerciali- Bartolomé.
zación por productos, con el fin de planificar Simultáneamente a estos eventos, otro im-
la producción en función de los mercados. portante antropólogo. Santiago Bilbao, junto
A estos trabajos de carácter empírico, pero con un grupo de agrónomos, llevaba a cabo
que contribuyeron a generar abundante y ca- la experiencia de organizar y acompañar en
lificada información sobre el sector, debemos su funcionamiento la primera cooperativa de
agregar otros con problemáticas abordadas producción agrícola en el país: Campo de He-
teórica e históricamente. En este sentido, el rrera, en la provincia de Tucumán. Este em-
CICSO albergó a un importante número de so- prendimiento que, tempranamente, articuló
ciólogos, antropólogos, historiadores y eco- la teoría y la acción, estuvo sostenido por la
nomistas que contribuyeron a los análisis de pericia técnica del Ing. Roberto Fernández
la estructura social agraria, los desequilibrios de Ullivarri y por la valiosa producción inte-
regionales y las estructuraciones de clase. En lectual de Bilbao en temas de campesinos y
estas temáticas podemos ubicar a los siguien- mano de obra rural.
Las Ciencias Sociales y los estudios rurales en la Argentina durante el siglo XX 159

Si bien se estudiaron las condiciones de nes económicas y la posición estructural del


trabajo de la mano de obra agrícola, la ex- pequeño agricultor con su identidad política
periencia no incorporó a tantos técnicos e peronista. Por último recordamos un estu-
investigadores como la de los pequeños agri- dio acerca de las formas prepolíticas de or-
cultores. A partir del clásico trabajo de G. ganización de los sectores marginados de las
Gallo Mendoza y J. Tadeo, La mano de obra regiones pobres del país, Isidro Velásquez,
en el sector agropecuario, comenzaron a de- formas prerrevolucionarias de violencia, fir-
sarrollarse estudios sobre la precariedad del mado por el sociólogo Roberto Carri. Influido
empleo rural (Sociología Rural de SEAG), por los análisis de la época, en especial por
las migraciones (Carlos Reboratti, Cristina Eric Hobsbawm y Franz Fanon, relacionaba
Sabalain, Mario Margulis), las deficientes el “bandolerismo social” del campo chaqueño
condiciones laborales y la estacionalidad del con las condiciones de posibilidad para la ac-
empleo (Hebe Vessuri, Nicolás Iñigo Carrera, ción política radicalizada.
Floreal Forni). En este período se produjeron otros tres
Tampoco el estudio de la problemática trabajos que he dejado intencionalmente para
gremial de los sectores agrarios recibió un tratar en forma particular porque, a mi juicio,
exhaustivo tratamiento. Sin embargo, cabe sintetizaron significativos debates teóricos
mencionar trabajos como los de Liliana Kuz- y permitieron abrir la discusión conceptual
nir y Nidia Margenat, sobre la Federación sobre cuestiones altamente relevantes. El
Agraria y los de Francisco Ferrara y Leopoldo primero fue un trabajo dirigido por el soció-
Bartolomé, sobre las Ligas Agrarias. La bús- logo Miguel Murmis que se conoció como el
queda de una interpretación para los fenóme- estudio sobre marginalidad y que dio origen a
nos políticos del sector tampoco contaba en varios artículos del número 69/2 de la Revista
aquellas décadas con muchos adherentes. Latinoamericana de Sociología del Instituto
El trabajo de Francisco Delich sobre el Di Tella y en otros números posteriores de la
estudio de las luchas sociales y políticas de misma revista. Estos trabajos partían de for-
los campesinos cañeros de Tucumán, publica- mulaciones teóricas del marxismo y discutían
do como Tierra y conciencia campesina en la validez de ciertos conceptos para las reali-
Tucumán, intentaba relacionar las condicio- dades subdesarrolladas. Pero el debate teóri-
160 Estudios rurales y movimientos sociales. Miradas desde el Sur

co estaba acompañado por extensos trabajos u olvidos, dejó un importante aporte al estudio
empíricos sobre el norte, sobre distintas pro- de la cuestión agraria.
ducciones y actores sociales, que marcaron
un hito en los estilos de trabajo en la Sociolo-
gía Rural de nuestro país. Tercer período:
El segundo trabajo al que hacemos referen- el “Proceso” (1976-1983)
cia es el de E. Archetti y K. Stölen, Explota-
ción familiar y acumulación de capital en el El contexto social y político en que se desa-
campo argentino. En él se recoge el redescu- rrolló esta etapa se caracterizó por una in-
brimiento de los aportes del economista ruso usual concentración de poder que posibilitó la
Alexandre Chayanov, se discute el concepto puesta en marcha de políticas que implicaban
de campesinado y, a través de un trabajo de profundas transformaciones de la sociedad. La
campo en Santa Fe, se caracteriza al colono apertura de la economía nacional a la compe-
argentino y se lo conceptualiza como empresa tencia internacional, la política financiera que
familiar susceptible de llevar adelante un pro- sobredimensionó a este sector y la crisis de en-
ceso de acumulación, lo cual lo diferenciaría, deudamiento de los sectores económicos, para
según los autores, de las unidades campesinas nombrar solo algunos aspectos de la política
de producción. económica de “las juntas”, se acompañaban
Por último, el libro de Guillermo Flichman, por la represión social y política más fuerte y
La renta del suelo en el desarrollo capitalis- sistemática de la historia argentina.
ta sintetiza la producción del período. Utilizó En lo que atañe al sector agropecuario, es
gran parte de la información disponible para el período del salto productivo de algunos pro-
las distintas regiones del país, y, apoyándose en ductos pampeanos, proceso que se conoció
la teoría de la renta, interpretó las formas asu- como la “agriculturización” de la región pam-
midas por el desarrollo capitalista en e l sector peana. Este cambio fue acompañado, además,
agropecuario argentino. Si bien es un trabajo por la expansión y transnacionalización de la
publicado en 1977, fuera de nuestro país, consi- industria de insumos (semillas, agroquímicos)
deramos que constituye “un broche de oro” de y por un notable cambio en los sistemas pro-
un período que, si bien tuvo grandes falencias ductivos. Las regiones extrapampeanas tam-
Las Ciencias Sociales y los estudios rurales en la Argentina durante el siglo XX 161

bién registraron cambios de consideración, investigación. Se buscaba mantener contactos


como la expansión de productos y capitales y discusiones entre los profesionales que per-
de origen pampeanos, el apoyo a nuevos pro- manecían en el país, para lo cual se desarrolla-
ductos de exportación y la aparición de nuevos ban seminarios internos o reuniones acotadas.
sujetos sociales. Se trataba de compartir la bibliografía que se
Pero veamos qué pasó durante esos años en podía conseguir del exterior y lograr ámbitos
los centros e instituciones donde se llevaban a de discusión y reflexión.
cabo trabajos sobre el sector agrario. En el ám- En el Grupo de Sociología Rural de la SEAG,
bito de la universidad desaparecieron las cáte- después del desmantelamiento del equipo que
dras que se habían consolidado en décadas an- había estado trabajando desde 1969, se fue re-
teriores. Es necesario señalar que, si bien este construyendo un pequeño grupo que comenzó
era un proceso que comenzó a darse durante un trabajo sobre el minifundio en las distintas
la última etapa del gobierno de Isabel Perón, regiones del país.
se aceleró y encontró su punto culminante a El Centro de Estudios e Investigaciones La-
partir del gobierno militar. Se cerró la Escue- borales (CEIL), Instituto perteneciente al Con-
la para Graduados en Ciencias Agropecuarias sejo Nacional de Investigaciones Científicas y
que funcionaba en el INTA-Castelar, se desacti- Técnicas (CONICET), fue un lugar de reagrupa-
varon los equipos que trabajaban en el aparato miento de sociólogos que habían trabajado en
del Estado, tanto en el INTA como en el CFI y el otros centros y que, dirigidos por Floreal Forni
grupo de trabajo de Sociología Rural de SEAG, y con el apoyo de becas y subsidios del Conse-
y se anuló la existencia del Consejo Agrario jo, aportaron interesantes estudios sobre mer-
Nacional. El panorama no sería completo si no cados de trabajo regionales, condiciones de
mencionáramos la persecución, desaparición y trabajo, trabajo femenino e infantil, sobre los
exilio de varios especialistas, así como la desa- contratistas de maquinarias en la Región Pam-
parición, muerte o exilio de dirigentes gremia- peana. Sociólogos rurales que hoy ocupan des-
les, políticos y sociales del sector agrario. tacados lugares académicos o profesionales
Pasada la máxima violencia, comenzó a dar- aprovecharon las becas y el ambiente adecua-
se un período de transición en el que se trató de do (excepcional para la época) para completar
continuar o iniciar algunas líneas de trabajo e formaciones y posgrados.
162 Estudios rurales y movimientos sociales. Miradas desde el Sur

Por su parte, el Centro de Investigaciones bibliografía. Un hito importante en ese senti-


en Ciencias Sociales (CICSO) desarrollaba do, fue el V Congreso Mundial de Sociología
investigaciones de tipo histórico y retomaba Rural realizado en México en 1980, donde los
una línea de análisis de la estructura social. especialistas que habían permanecido aquí se
Mientras tanto, el Instituto Argentino de De- reencontraron con sus colegas desparrama-
sarrollo Económico (IADE) organizaba semi- dos por el mundo.
narios con la participación de los que trata- Desde este momento, los seminarios y
ban de proseguir el debate sobre la problemá- cursos fueron más concurridos, se volvían
tica agraria. a intentar trabajos de campo, se realizaban
En este recordatorio, que intenta dar cuen- estudios de cátedras de universidades del in-
ta del esfuerzo de los científicos sociales que terior del país (Rosario, Comahue, Posadas).
permanecieron en el país por mantener abier- En estos ámbitos la escasez de recursos hu-
ta la posibilidad de pensamiento y reflexión, manos forzó una fructífera integración inter-
debemos señalar también los papeles cum- disciplinaria, ya que las dificultades del mo-
plidos por los seminarios y la revista Desa- mento requerían privilegiar el análisis de la
rrollo Económico del Instituto de Desarrollo problemática por sobre las especializaciones
Económico (IDES), por el curso tutorial de la académicas. En la Universidad Nacional de
Facultad Latinoamericana de Ciencias Socia- Rosario, por ejemplo, a través de un conve-
les (FLACSO) y por el grupo que se conoció nio con organismos nacionales y provincia-
como Centro de Estudio y Promoción Agra- les, la socióloga Silvia Cloquell comenzó un
ria (CEPA), que fue un lugar de encuentro y trabajo sobre el cambio técnico en los pro-
discusión de sociólogos, economistas y agró- ductores pampeanos acompañada por inge-
nomos, radicados en distintas regiones y con nieros agrónomos.
diversas o ninguna inserción institucional. Durante estos años, algunos investigado-
A partir de 1981-1982 comenzó a visualizar- res habían seguido desarrollando sus tareas
se la necesidad y posibilidad de incrementar de investigación en la problemática social, en
los intercambios abiertos, de integrar a las centros privados con financiación de agen-
reuniones los debates teóricos que se daban cias internacionales que derivaban fondos
en otros países, y, sobre todo, de actualizar la especiales para los países de América Latina
Las Ciencias Sociales y los estudios rurales en la Argentina durante el siglo XX 163

que estaban sufriendo regímenes represivos. Cuarto período: el regreso a la


Algunos de estos centros también se aboca- democracia (1983 a la actualidad)
ron a la problemática agraria. En el Centro
de Investigaciones Sociales sobre el Estado En diciembre de 1983 los argentinos recobra-
y la Administración (CISEA), a través de una mos a través del voto la esperanza de recrear
serie de trabajos realizados por Jorge F. Sá- una ciudadanía perdida durante los oscuros
bato sobre la región pampeana, se conformó años del “Proceso”. El desgaste que ocasionó la
un equipo que en la última época del “Proce- guerra con el Reino Unido, la recesión económi-
so”, emprendía un completo análisis sobre las ca, la presión internacional y el importante pa-
transformaciones de la agricultura pampeana. pel cumplido por los organismos de Derechos
Este grupo estuvo dirigido por el economista Humanos, fueron algunos de los elementos que
Martín Piñeiro e integró a muchos investiga- persuadieron al gobierno militar a convocar
dores retornados al país. a elecciones nacionales. El presidente Raúl
También en el CEUR se trabajó sobre las Alfonsín gobernó un país donde se desplega-
problemáticas regionales, en tanto en el Cen- rían, con el tiempo, los cambios estructurales
tro de Estudios de Población (CENEP) geó- preanunciados durante la etapa anterior y que
grafos, economistas y sociólogos empren- darían su cabal significado a la tremenda repre-
dían trabajos sobre las distintas regiones del sión iniciada en 1976. La recesión económica,
país. Por último, en aquella época, el Centro la deuda externa, el cambio en las relaciones
de Investigaciones Educativas (CIE) incor- de propiedad, el comienzo de la hegemonía del
poraba el tema rural a través de la problemá- discurso neoliberal, las transformaciones en el
tica educativa, utilizando una interesante y mundo laboral, provocaron —y no solo en este
novedosa propuesta metodológica: la inves- país sino en toda América Latina— lo que la
tigación participativa. CEPAL llamó “la década perdida”.
Los trabajos de estos equipos empezaron a No obstante, y casi paradójicamente, el sec-
ser publicados y difundidos cuando nuestro tor agropecuario había venido creciendo en for-
país comenzó a transitar nuevamente por la ma desigual y despareja. Algunos subsectores
senda constitucional y se encuentran en la bi- aumentaron su producción debido a los nuevos
bliografía que acompaña a este artículo. paquetes tecnológicos y a los cambios en las
164 Estudios rurales y movimientos sociales. Miradas desde el Sur

orientaciones de los mercados (comenzaron económicas con un sesgo fuertemente con-


a exportar). Otros, generalmente vinculados centrador, que se desplegarían con todo rigor
con el mercado interno, se estancaban y dis- en los años noventa. Aumentaron los impues-
minuían sus niveles de actividad. Se producía tos, los servicios privatizados, faltaron polí-
el boom de los cereales y oleaginosas debido a ticas agrarias, los costos financieros fueron
la producción de cinco cultivos pampeanos. A muy altos, etcétera. Gran parte del sector se
partir de los años ochenta, la heterogeneidad endeudaba e, incluso, se armaban organiza-
del crecimiento se visualiza más claramente ciones de los productores endeudados que
al analizar los incrementos de los subsectores temían por sus patrimonios.
que lo componen y la evolución de la participa- Simultáneamente, a mitad de la década
ción relativa de los mismos. comenzaban a generarse otras formas de en-
En términos generales, la modificación en carar la producción con diferentes formas de
el nivel productivo se daba, básicamente, por conseguir el capital. Se registraban dos mo-
un auge del complejo sojero y de la producción dalidades: los fondos de inversión y los pool
ligada a la industria de aceites vegetales y a de siembra. Los productores cedían tierra a
sus productos de exportación. En lo que atañe estas organizaciones que se encargaban de la
a las regiones extrapampeanas, crecían deter- producción tratando de gestionarse a gran-
minados cultivos, en particular: poroto seco, des escalas tanto en la compra de in sumos
manzanas, arroz, té y tabaco para exportación. como en la venta del producto. Asimismo, se
En los últimos años crecieron las producciones eximían de pagar los costos fijos de la explo-
hortícolas y citrícolas. tación y los gastos del mantenimiento de las
Pero las modificaciones más importantes se administraciones locales.
daban en la estructura social del agro, situa- Eran notables las diferencias entre los fon-
ción que se reforzó a partir del decreto de des- dos de inversión: podían ser conjuntos de pro-
regulación del gobierno del presidente Carlos ductores que se asociaban para una o dos tem-
Menem, a finales de 1991. poradas, o inversiones de capitales externos al
A fines de la década del ochenta, los peque- agro, o podían darse grandes inversiones con
ños y medianos productores de todo el país consultoras y bancos en operaciones de gran-
comenzaban a sentir una serie de medidas des magnitudes.
Las Ciencias Sociales y los estudios rurales en la Argentina durante el siglo XX 165

Frente a estos sistemas más desarrollados, como a veces se plantea. Los que más sufrieron
algunos estudiosos temen un proceso concen- los cambios regionales fueron los trabajadores
trador muy relevante, pero otros creen que las rurales y los campesinos. Las tasas de desocu-
entradas y salidas del capital al sector no re- pación de las provincias afectadas por estos
sultarán en cambios significativos en cuanto a ajustes son altas y también se registran asen-
las relaciones de propiedad. No obstante, tam- tamientos de subsistencias en provincias ante-
bién existen grandes capitalistas que compran riormente proveedoras de mano de obra rural.
importantes magnitudes de tierra (Soros, Be- Frente a estas situaciones, el Estado, ase-
netton, etcétera) y se registra la formación de sorado y financiado por los organismos inter-
“grupos económicos”. nacionales, comenzaba a elaborar programas
Una posible división en el período, en fun- sociales tendientes a paliar los aumentos de
ción de los procesos agrarios, se ubicaría en los índices de pobreza rural. Es la época de los
1991, cuando el gobierno justicialista de Car- programas de apoyo a los pequeños producto-
los Menem, por medio de un decreto de ne- res, del Programa Social Agropecuario y de la
cesidad y urgencia, terminó con toda la red gestión y aplicación de un gran programa finan-
institucional que había sostenido la estructura ciado por el Banco Mundial dirigido a los estra-
social agraria argentina desde comienzos de tos más necesitados (PROINDER).
siglo. A mi juicio, en estos momentos de fina- Por otro lado, en el período abierto en 1984,
les de los años noventa, el agro argentino está se generó la recuperación de los espacios uni-
atravesando, con cierto rezago, cambios tan versitarios mediante concursos y regresó al
profundos como los que sufrió el resto de la país una generación que había permanecido
economía argentina. exiliada en la época anterior, que se sumó a los
Las llamadas “economías regionales” sufrie- profesionales que habían permanecido. Sin em-
ron el impacto de la desregulación; la forma- bargo, ni el sistema universitario ni el científico
ción de “mercados” en regiones atravesadas otorgaron las condiciones para que los cientis-
por poderes locales de tipo tradicional, con ca- tas sociales se instalaran y permanecieran en
pacidad de influir en el gobierno nacional a par- ellos. Los bajos sueldos, la falta de concursos,
tir de los partidos políticos y sus legisladores, el retroceso del CONICET luego de 1989 y las
no es una situación meramente “económica” dificultades de todo tipo que se generaron en
166 Estudios rurales y movimientos sociales. Miradas desde el Sur

las universidades, fueron razones que llevaron ros años de la democracia (en función de nues-
a muchas personas de las Ciencias Sociales a tro análisis) fue Estudios Comparados Inter-
trabajar como consultores de organismos in- disciplinarios de la Realidad Andina (ECIRA),
ternacionales o en organizaciones no guberna- que luego se transformó en Centro Andino de
mentales. En muchos de los casos hicieron las Investigación y Formación (CADIF). Las nove-
dos cosas —trabajar en las universidades o el dades que instaló ECIRA fueron tanto el tipo
CONICET y hacer consultorías— lo cual, a mi de organización como la articulación que esta-
juicio, profundiza una interpenetración de esti- bleció con la UBA. En efecto, fue un programa
los discursivos que ha sido frecuente en nues- de investigación y desarrollo financiado por la
tras disciplinas. cooperación italiana que aportó distintos resul-
Por otro lado, los centros privados de inves- tados. En su primera etapa la dirigió el antropó-
tigación siguieron funcionando hasta 1989. A logo Alejandro Isla, quien le imprimió un estilo
partir de allí, se retiraron los apoyos externos muy particular; fue un programa de la UBA ins-
y los que habían recibido del gobierno radical; talado en Jujuy que generó material de riguro-
algunos se trasladaron a la Universidad de Bue- sidad intelectual. Asimismo, llevó adelante un
nos Aires (CISEA; CEUR), otros se transforma- programa de desarrollo en Amaicha del Valle
ron en consultoras (CEDES y CEPA). La excep- (Tucumán) sin que, en esta tarea, el grupo pu-
ción fue FLACSO, que pasó de un período de diera superar las dificultades y conflictos que
crisis en los primeros años de la democracia las intervenciones de este tipo acarrean.
a otro donde recibió mayores apoyos y conti- Durante los primeros años, ECIRA/CADIF
nuó como centro de posgrado e investigación. publicó, a mi juicio, uno de los intentos más
Paralelamente abren sus puertas la Fundación logrados de acercar acción y Teoría Social:
del Banco Patricios, la Universidad Di Tella y Norte Andino. Fue una revista excelentemen-
varias universidades nacionales ubicadas en el te ilustrada donde se combinaban entrevistas e
gran Buenos Aires. historias de vida con interesantes reflexiones,
Por último, están las organizaciones no gu- acercando al debate a los principales actores
bernamentales (ONG), que tuvieron distintos sociales del NOA. Solo aparecieron siete nú-
comportamientos a lo largo de estos años. La meros, pero la experiencia marcó un estilo de
que mayor impacto produjo durante los prime- trabajo que, lamentablemente, no se ha logrado
Las Ciencias Sociales y los estudios rurales en la Argentina durante el siglo XX 167

repetir. Posteriormente CADIF, ya desvincula- En el recorrido de los párrafos anteriores se-


do de la UBA y con un cambio en su dirección, ñalé varios centros o sedes donde se produce y
cambió el estilo de trabajo y se transformó en guarda material relevante. Sinteticemos:
una ONG con un funcionamiento más parecido –– Programas de investigación de las universi-
al resto de estas organizaciones. dades nacionales; pueden incluir maestrías
Junto a CADIF, existen otras ONG vincu- o posgrados y, por lo tanto, producción de
ladas con el sector rural y el medio ambien- tesis de maestrías o sencillamente la pro-
te, con despareja producción de material en ducción de los equipos de investigación con
función de nuestros objetivos. Varias de ellas investigadores y becarios; en los últimos
están fuertemente articuladas al Programa So- tiempos se sumaron varias tesis de doctora-
cial Agropecuario (PSA) de la SAGPyA (que dos. En esta categoría incluimos también al
es la política social para el sector agrario más CEIL, ya que si bien no es un centro univer-
importante del gobierno de Menem) y esto de- sitario, está financiado por aportes estatales
bido a que el PSA está dirigido por un técnico (CONICET) y la mayoría de sus miembros
salido de sus filas. El material de este sector, tienen docencia universitaria.
con algunas excepciones, circula de modo –– Centros de investigación privados que fun-
restringido y tal vez sea el que esté más subre- cionaron hasta hace poco o que siguen en
presentado en la Bibliografía general anexada funcionamiento.
a este trabajo.
–– Organismos internacionales y organismos
En síntesis, el material sobre los estudios
del Estado que solicitan a los consultores
agrarios y rurales de esta etapa está disperso,
trabajos socioeconómicos para generar po-
en gran medida sin publicar y, por lo tanto, tie-
líticas públicas.
ne una circulación limitada. Cabe preguntar si
estas condiciones resultan de la falta de inte- –– Organizaciones no gubernamentales dedi-
rés de la temática en el conjunto de las Cien- cadas a programas de desarrollo en áreas
cias Sociales o por la falta de organización de rurales.
las comunidades disciplinarias (revistas de
aparición errática, escasos seminarios y con- La rigurosidad y calidad académica de la pro-
gresos, etcétera). ducción no son necesariamente producto de al-
168 Estudios rurales y movimientos sociales. Miradas desde el Sur

guno de estos lugares en especial. No obstante, ral4. Intentan dar cuenta de los cambios en
las investigaciones con producción de datos, las estructuras productivas, y económico-
paradójicamente, fueron más frecuentes en las social del sector. Los anteriores trabajos
universidades y en el CEIL que en otras institu- jerarquizaban tierra, propiedad, tenencia y
ciones. Sostengo que es una situación parado- niveles de capital; los nuevos se ocuparon
jal porque si bien las universidades han estado de recuperar las instituciones, las políticas
escasamente financiadas y, por otro lado, han públicas, y, en algunos casos, se detuvieron
dedicado un porcentaje muy bajo de sus presu- en las relaciones sociales que las estructu-
puestos a la investigación, los equipos empren- ras soportan. Las influencias de las nuevas
dieron costosos trabajos de campo. corrientes francesas regulacionistas y los
Las distintas perspectivas teórico-metodoló- renovados aportes de la Economía Política
gicas que podemos encontrar revisando parte permitieron dotar de mayor complejidad a
del material, tienen mucho que ver con las te- los trabajos de este tipo. Asimismo, muchos
máticas abordadas, ya que a diferencia de los se produjeron bajo la influencia de modelos
períodos anteriores hubo más dispersión temá- económicos neoliberales, sobre todo los de
tica ligada a nuevas perspectivas de análisis. los organismos internacionales.
Esta organización, que aborda temáticas y Dentro de este primer tipo podemos ubicar
perspectivas analíticas a la vez, produce un re- los estudios generados por el programa de
sultado ecléctico, con categorías no excluyen- investigación que, en los comienzos de pe-
tes en referencia a los autores. Sin embargo, lo ríodo fue dirigido por Martín Piñeiro y lue-
presento de este modo en tanto permite rela-
cionar los nuevos debates del período con los
4 Entiendo por posiciones estructuralistas un am-
nuevos aportes teóricos metodológicos. A mi
plio espectro de teorizaciones que jerarquizan las es-
juicio, esta diversidad temática y flexibilidad tructuras económicas o sociales para explicar procesos
teórica es la principal característica del perío- y conductas económicas (y a veces sociales). Es una
do y es lo que propongo resaltar. acepción más amplia que la utilizada en el punto del
1. En primer lugar están los estudios que per- “Segundo período” donde me referí a los estructuralis-
tas como aquellos que daban cuenta de la influencia de
sisten en las perspectivas de tipo estructu-
la escuela “cepalina” en contraposición a los economis-
tas neoclásicos.
Las Ciencias Sociales y los estudios rurales en la Argentina durante el siglo XX 169

go por Osvaldo Barsky en el CISEA. Dicho Lattuada mantienen un interesante debate


programa pretendió dar cuenta de los cam- acerca de las tendencias concentradoras
bios de la Región Pampeana hasta los años en el agro con Eduardo Basualdo, del área
ochenta, enfocando y buscando explicacio- económica de FLACSO (véase tal debate en
nes en el nivel tecnológico pero sin descui- Realidad Económica, N° 134, Vol. 34). Nue-
dar otros aspectos económico-sociales que vamente, mientras Basualdo crea y organiza
posibilitaron los saltos productivos de la datos inéditos, y comprueba que en el nivel
época (véanse los tres trabajos compilados de las relaciones de propiedad la concentra-
por Barsky, 1988). ción de la tierra es continua, Barsky sigue
En la misma dirección pueden ubicarse apostando a que no hay tendencias compro-
los trabajos, también acerca de la Región bables de desaparición de los sectores me-
Pampeana, generados por el CEPA (véase dios (basándose en los datos censales).
CEPA, 1983 y 1990), que permitieron un in- Es interesante señalar que este debate, que
teresante debate acerca de las tendencias comenzó con los albores de la recuperada
socioeconómicas que marcaban los cambios democracia, recorrió el período. Se expresó
productivos. Los investigadores del CEPA, a en artículos y también en espacios de semi-
diferencia de los del CISEA, sostenían que la narios que reunieron a los estudiosos del
tendencia económico-institucional indicaba campo. En tal sentido el más recordado fue
que la explotación pequeña y mediana corría el que organizó en 1993 la Facultad de Cien-
riegos de desaparecer, en tanto los otros en- cias Sociales de la UBA y se llamó “El agro
fatizaban el carácter “farmerizador” del pro- argentino, hoy” (rememorando al de 1985),
ceso de agriculturización. donde los investigadores que participaban
En nuestros días, al final del período, el de- en esta polémica protagonizaron un enfer-
bate sigue pero ya entre investigadores de vorizado debate.
un mismo centro de investigación: FLACSO. La mayoría de los informes técnicos genera-
En efecto, Osvaldo Barsky (coordinador de dos por los consultores para la SAGPyA se
la orientación Rural de la maestría de FLAC- ubican en esta perspectiva estructuralista
SO), junto a Alfredo Pucciarelli y a Mario y fueron realizados por agrónomos, econo-
170 Estudios rurales y movimientos sociales. Miradas desde el Sur

mistas y sociólogos. En general, diagnosti- Existe otro conjunto de trabajos, que ubi-
can ciertas producciones, regiones o pro- camos en esta primera categoría, que rea-
blemas socioeconómicos. Del largo listado lizaron tipologías o tomaron para su carac-
de informes de todo tipo generado en este terización a un sector socioeconómico en
marco institucional, y publicados en Esta- especial (campesinos, trabajadores rurales,
dísticas Agropecuarias y Pesqueras, de la etcétera). Todos ellos ponen énfasis en las
Secretaría de Agricultura, Ganadería y Pes- transformaciones de los escenarios eco-
ca, Subsecretaría de Economía Agropecua- nómicos donde estos sectores actúan, atri-
ria, en 1994, he seleccionado e incluido en la buidas a las modificaciones de un régimen
Bibliografía general aquellos trabajos firma- social de acumulación ocurridas en los alre-
dos cuyos autores son expertos de las áreas dedores de 1970.
socioeconómicas, con antecedentes en tra- Ubicamos en él a las construcciones de ti-
bajos de tipo académico. Es decir, traté de pologías de productores realizadas antes y
que los trabajos citados guarden algunas de después del Censo Nacional Agropecuario
las reglas del trabajo intelectual propias de de 1988 orientadas a registrar cambios en las
las Ciencias Sociales. estructuras agrarias. En general se trata de
En general son de tipo técnico, descripcio- investigaciones sobre las estructuras socia-
nes y diagnósticos de producciones, comer- les que complementan la ubicación estruc-
cialización, problemas de financiación, etcé- tural del productor con otros análisis donde
tera. Entre los autores figuran especialistas se ponen de relieve las capacidades de los
con largas trayectorias en los estudios rura- actores no explicables desde las estructu-
les como los economistas Edith Obschatko, ras5 (véase IPDERNOA, 1992 y Giarracca y
Juan Iñigo Carrera, Sergio Levín, María del Aparicio, 1991).
Carmen González, Graciela Gutman, etcéte- Están, además, los trabajos que abordan un
ra. También figuran sociólogos como Merce- tipo de productor en particular: los campe-
des Basco, Ignacio Llovet, María del Carmen
Borro, Susana Soverna, Clara Craviotti, Ro-
berto Benencia, etcétera. 5 Véase el capítulo “Las tipologías como construccio-
nes metodológicas”, de Susana Aparicio y Carla Gras.
Las Ciencias Sociales y los estudios rurales en la Argentina durante el siglo XX 171

sinos, los familiares capitalizados, etcétera. Neiman y Aparicio, 1988; Benencia, 1992;
Por ejemplo, los análisis acerca de los “con- Benencia y Forni, 1996).
tratistas” realizados por Ignacio Llovet en el En síntesis, en todos estos trabajos la lógica
equipo del CISEA; los trabajos que tienen de los cambios es buceada en las profundas
esta misma dirección en el CEIL; los trabajos reestructuraciones por las que pasó nues-
sobre los campesinados efectuados por eco- tra sociedad desde mediados de los años
nomistas o ingenieros agrónomos (Mabel setenta. Sin descuidar las tendencias exter-
Manzanal, Raúl Paz, Pedro Tsakoumagkos, nas, el énfasis está puesto en quiénes reci-
etcétera); los trabajos sobre la explotación ben dichas tendencias y cómo lo hacen, sin
familiar de la socióloga Silvia Cloquell y los apartarse de las ubicaciones estructurales.
generados por investigadores de la Universi- Generalmente estos trabajos contienen gran
dad Nacional de Misiones. cantidad de información secundaria y gene-
Una década atrás se debatió acerca de los ración cuantitativa de datos.
atributos para caracterizar a los pequeños 2. En el segundo grupo ubico aquellos ma-
productores como campesinos y acerca de teriales que han enfatizado en sus análisis
su peso relativo en la estructura social agra- las relaciones estructurales pero condicio-
ria (véanse los trabajos de Giarracca y Man- nadas por las tendencias que escapan a los
zanal, 1990). espacios nacionales. Pueden partir de apro-
Por último ubico dentro de este grupo a los ximaciones de tipo estructuralista pero se
estudios laborales rurales que están conec- caracterizan por plantear la problemática
tados con las redes de estudios laborales nacional como “casos” de tendencias inter-
(ASET) que tienen gran influencia de la es- nacionales. Mientras en el primer grupo el
cuela de los regulacionistas franceses. En supuesto teórico está fuertemente conecta-
estos trabajos se hacen fuertes relaciones do con tendencias y fuerzas sociales inter-
entre los “regímenes de acumulación” y los nas, aquí la mirada parte desde un mundo
cambios en el mundo laboral (véanse los tra- cada vez más interrelacionado.
bajos del área laboral del CEIL en la Biblio- En el período anterior fue frecuente encon-
grafía general, en especial Forni, Benencia, trar autores que plantearan las limitaciones
172 Estudios rurales y movimientos sociales. Miradas desde el Sur

que el agribusiness encontraba, como forma ral latinoamericana: reestructuración, des-


de organización, en el campo argentino. En estructuración y problemas de excluidos e
los años ochenta comenzaba a evidenciarse incluidos”, de 1994, sostiene, como lo hacen
el impacto de la expansión del capital agro- los brasileños, que puede hablarse de la “ca-
industrial en todo el mundo. Nuestro país no lificación” del agro, como una nueva forma
podía escapar a estas tendencias dada las de analizar al agro, ya no como sector sino
políticas de corte neoliberal que se estaban en el escenario de sus articulaciones con el
aplicando. Ubicamos en esta categoría a los resto de la economía. Desde estas miradas,
trabajos que fueron construyendo (mirando) es importante analizar tanto a quienes en-
la problemática de la expansión agroindus- tran como a los que quedan fuera de estos
trial, del sistema agroalimentario o relacio- procesos agroindustrializadores.
nando los fenómenos locales con el proceso Dentro de este segundo grupo de materia-
de globalización6. les podemos ubicar tanto a economistas
Desde estos enfoques se puede analizar como a sociólogos y geógrafos que comen-
un particular sistema agroindustrial, pero zaron tempranamente a plantear la incor-
siempre preexiste una serie de conceptua- poración de Argentina a la fuerte expan-
lizaciones (presuposiciones en el sentido sión agroindustrial que se daba en el nivel
de Alexander, 1997) que derivan en formas mundial. Los trabajos de los economistas
nuevas de mirar al sector agrario, mucho Miguel Teubal y Graciela Gutman fueron
más relacionado (articulado) tanto con el pioneros en tal sentido. Ambos autores
resto de la economía como con la econo- habían trabajado con las metodologías de
mía globalizada. los complejos o sistemas agroindustriales
Miguel Murmis, en su artículo “Algunos te- y agroalimentarios en México y Venezue-
mas para la discusión en la Sociología Ru- la, respectivamente, y los aplicaron antes
que nadie en nuestro país (véase Gutman y
Gatto, 1990, y Teubal, 1995).
6 Véase el capítulo “Complejos y sistemas agroali- Simultáneamente, los sociólogos y geógra-
mentarios: aspectos teórico-metodológicos”, de Miguel fos acompañaron estos trabajos enfocando
Teubal.
Las Ciencias Sociales y los estudios rurales en la Argentina durante el siglo XX 173

las relaciones, los conflictos y las negocia- Graciela Gutman llevó a cabo estudios agro-
ciones entre actores dispares dentro del es- industriales dentro del marco de consulto-
pacio del CAI. rías para la SEAGYP, introduciendo estas
Podemos mencionar, en estas líneas, los metodologías en los informes técnicos del
trabajos que se hicieron alrededor de la sector público (Gutman y Rebella, 1989).
agroindustria frutícola del alto valle de Río Ya entrando en la década del noventa, los
Negro realizados por la socióloga Mónica estudios agroindustriales despertaron el
Bendini y sus colaboradores; por el geógra- entusiasmo de los jóvenes investigadores
fo Gerardo De Jong y por el economista Er- formados durante este período y que fueron
nesto Bilder, todos ellos investigadores de sistematizando y comentando los trabajos
la Universidad Nacional del Comahue. Tam- realizados durante la década del ochenta
bién están los trabajos acerca de las agroin- (véase Martínez Ibarreta, Pucciarelli y Po-
dustrias del NEA y NOA —arroz y caña— sada, 1994).
llevados a cabo, en una primera época por En la temática agroalimentaria podemos in-
Susana Aparicio, Norma Giarracca, Susana cluir, además de los aportes de Teubal y Gut-
Soverna y María Isabel Tort en el marco del man, los de Graciela Ghezan y Mónica Ma-
CEPA. Encontramos también un programa teos de la Universidad Nacional de Mar del
coordinado por Alejandro Rofman en el Plata (véase Ghezan y Mateos, 1994). En los
CEUR que abordó las agroindustrias y que últimos años, desde distintas instituciones,
en los últimos tiempos continúa sus análi- se fueron generando una serie de trabajos
sis incorporando el impacto del Mercosur. acerca de la actividad hortícola, que contie-
Un equipo de la Facultad de Agronomía nen elementos relacionados con el proble-
también toma los cambios que el Mercosur ma alimentario, con las nuevas formas de or-
produce en la agroindustria arrocera (Lilia- ganización agrícola, con las migraciones de
na Pagliettini). Asimismo encontramos los bolivianos7, etcétera (véase Benencia, 1997).
trabajos sobre cebada cervecera de Teubal
y Pastore y sobre el complejo avícola de Pa-
tricia Dávalos (véanse todos estos autores 7 Véase el capítulo “El concepto de movilidad social
en la Bibliografía general). en los estudios rurales”, de Roberto Benencia.
174 Estudios rurales y movimientos sociales. Miradas desde el Sur

Estos trabajos también contienen mucha En tales estudios se reconoce la búsqueda


información secundaria y generación de de “actores”, “agentes” capaces de producir
información cuantitativa primaria. Asimis- sentidos, representaciones en un mundo so-
mo existe un gran componente de análisis cial del cual el investigador no es ajeno. Ya
de tipo comparativo en ellos ya que, como no es la “estructura” la que otorga inteligi-
decíamos antes, la metodología de los “com- bilidad a las relaciones y procesos sino que
plejos o sistemas agroindustriales” es apli- la realidad social está pensada en términos
cada con pocas variantes para distintas pro- de símbolos (signos, representaciones) cuyo
ducciones y en distintos países. Además, los significado (sentido, valor) queremos com-
sociólogos y antropólogos introducen infor- prender.
mación cualitativa que acerca a los lectores El material que incluimos en esta categoría se
mundos sociales de los actores estudiados. debe, básicamente, a antropólogos y soció-
3. El impacto de la crisis y los virajes de las logos. Por otra parte, aunque con cierta len-
teorías sociales después de los años setenta titud, los politólogos se van acercando a los
fue menor en la Sociología y la Antropología estudios rurales y, por lo menos, conocemos
Rural que en otros campos temáticos (los es- un aporte producido desde esta perspectiva.
tudios políticos; los culturales, por ejemplo). En general, este tipo de estudios requiere de
En esta tercera categoría incluiremos todos trabajos de campo, de cierta etnografía ca-
aquellos trabajos que registran tales impac- paz de acercar al lector los mundos sociales
tos de distintas formas y en diferentes gra- y de vida de las poblaciones rurales8. Sin em-
dos. En general son estudios de tipo interpre-
tativo, con más énfasis en “la comprensión”
que en la explicación, lo cual supone un lugar 8 Acerca de las dificultades y posibilidades que pre-
distinto del investigador. En efecto, la com- senta esta forma de trabajo, puede consultarse la Terce-
prensión de los significados y los sentidos ra Parte de este libro, particularmente los capítulos de P.
que producen los sujetos es, básicamente, Gutiérrez y M. Roggi “Encuentros y desencuentros. Re-
flexiones sobre el trabajo de Campo”; K. Bidaseca, “Et-
una experiencia comunicativa y, además, re- nografías de un encuentro: un intento de reflexión me-
quiere de una participación del investigador todológica”; y N. Giarracca y K. Bidaseca, “La entrevista:
y de otra preparación para producirla. técnica metodológica y experiencia comunicativa”.
Las Ciencias Sociales y los estudios rurales en la Argentina durante el siglo XX 175

bargo también es posible trabajar sobre los expansión de la pelea por los derechos, por
escenarios donde participan los actores que el espacio en la democracia de las minorías
generan conflictos, negociaciones, arreglos, étnicas (mapuches, kollas, etcétera) fueron
con materiales periodísticos, textos (decla- abriéndose paso como temas desde estas
raciones, solicitadas, etcétera). Un buen perspectivas teóricas metodológicas. Los
ejemplo de un manejo mixto de material es temas de la cultura, de las identidades étni-
el trabajo del politólogo José Nun en un en- cas, de género o sociales, son abordados por
sayo de hace unos años sobre la agroindus- sociólogos y antropólogos. Los interrogantes
tria láctea (véase Nun y Lattuada, 1991). del biculturalismo como facilitador o limi-
En general, buena parte de los antropólogos tante de la modernización económica circu-
y un buen número de sociólogos están tra- lan no solo por los ámbitos académicos sino
bajando desde estas perspectivas. Las refe- por los de las ONG. Además, esta perspecti-
rencias a la teoría de la acción, a Anthony va intenta abrirse paso en los debates acerca
Giddens o a Pierre Bourdieu ya no son ex- del “desarrollo rural” donde los discursos es-
cepciones en los estudios rurales. Los traba- tructuralistas aún son hegemónicos.
jos del antropólogo británico Norman Long En el nivel académico, estas perspectivas
en la Universidad de Wageningen, Holanda, permiten que los jóvenes sociólogos y an-
contribuyeron a consolidar lo que fue circu- tropólogos, formados en carreras donde
lando como “la perspectiva del actor”. La mi- predominan las nuevas teorías sociales, se
rada comenzó a posarse en los actores y sus interesen por los estudios rurales y generen
acciones; empezaron a circular conceptos sus trabajos desde estas orientaciones.
tales como “estrategias familiares”, “accio- Ubico en esta categoría el trabajo de Nun
nes colectivas”. anteriormente citado, los trabajos del Pro-
Los nuevos movimientos sociales de las mu- grama de Investigación coordinado por el
jeres de productores endeudados u otros que antropólogo Mauricio Boivin de la Facul-
resultaban en organizaciones gremiales o tad de Ciencias Sociales de la UBA y de la
cooperativas, despertaron también la curio- Universidad de Paraná, los trabajos del an-
sidad de los estudiosos. La mujer rural y la tropólogo Hugo Ratier, investigador de la
176 Estudios rurales y movimientos sociales. Miradas desde el Sur

Facultad de Filosofía y Letras de la UBA; los Estas miradas “comprensivistas”, en mu-


trabajos acerca de las transformaciones de chas ocasiones complementan los análisis
los productores familiares frutícolas de Río de tipo estructural que utilizan datos cuan-
Negro llevados a cabo por un grupo interdis- titativos (triangulaciones). Estas interesan-
ciplinario (que incluye a una filósofa) de la tes combinaciones aparecen en general en
Universidad de Comahue. Incluyo nuestros los trabajos de los sociólogos Floreal Forni,
propios trabajos acerca de las acciones co- Roberto Benencia9, Guillermo Neiman, Su-
lectivas en los mundos rurales (Grupo de Es- sana Aparicio, Carla Gras y en los de casi
tudios Rurales del Instituto Gino Germani); todos aquellos que se manejan con entrevis-
las tesis y trabajos acerca del mundo rural tas a los actores involucrados en sus inves-
del Programa de Posgrado de la Universi- tigaciones. No siempre la presentación de
dad Nacional de Catamarca, en especial los las entrevistas da lugar a interpretaciones
de la antropóloga Cynthia Pizarro. También del investigador, más bien aparecen como
están los trabajos del santiagueño José Luis ejemplificación o testimonio de algo que se
Grosso, del antropólogo Alejandro Isla y los argumenta desde los datos.
aportes de Silvia Cloquell acerca del medio 4. Querría establecer una categoría residual,
ambiente desde la perspectiva del actor. mucho más ecléctica que las anteriores,
En los programas y grupos de trabajo men- que incluye temas que refieren a proble-
cionados, los jóvenes han producido tesis de máticas agudizadas en estos tiempos. Me
posgrados e informes de investigación que refiero a los estudios sobre la pobreza, la
son muy buenos ejemplos de estas nuevas mujer rural y el medio ambiente. En efecto,
miradas sobre los mundos sociales agrarios la importancia de estos problemas convo-
(véanse en tal sentido Cynthia Pizarro; Fer- có un mayor interés por parte de los estu-
nando Balbi; Valeria Hall; Inés Alfaro; Paula diosos de los años noventa que están en la
Gutiérrez, Leandro Bertoni, entre otros). El
uso de la “historia de vida” ayuda a compren-
9 Véase el capítulo “Aspectos metodológicos de una
der los mundos de vida de los actores socia- investigación sobre población y salud en áreas rurales.
les que protagonizaron acciones colectivas El uso de indicadores simples y complejos”, de Rober-
(véase Bidaseca, 1998). to Benencia.
Las Ciencias Sociales y los estudios rurales en la Argentina durante el siglo XX 177

búsqueda de aproximaciones teóricas-me- INDER) en la Secretaría de Agricultura.


todológicas para un fructífero abordaje y Dentro de tal programa se generaron impor-
de cómo institucionalizarlos en los campos tantes informes que recopilaron los trabajos
académicos. Aquí no podemos establecer sobre pobreza y pobres rurales y que produ-
relaciones entre “temas” y “abordajes” sino jeron buenas síntesis a partir de categoriza-
que en los abordajes de estos problemas ciones muy útiles (véase Craviotti, 1995, So-
encontramos tanto posturas estructuralis- verna, 1995, Benencia y Karasik, 1995).
tas como comprensivistas. Desde la Economía Política, Miguel Teubal
En efecto, en el tema de pobreza rural Mi- relaciona la pobreza tanto con los cambios
guel Murmis no solo ha realizado importan- en el modelo de acumulación, y en especial
tes aportes teóricos y rigurosos análisis de con la distribución del ingreso como con el
datos (véase Murmis, 1996) sino que congre- sistema agroalimentario que modificó sus-
gó una discusión interdisciplinaria en una tancialmente las condiciones de posibilidad
sesión especial del congreso de “Pobres y de acceso a la alimentación de vastos secto-
pobreza en Argentina” que tuvo lugar a fi- res sociales.
nes de 1997 en la Universidad Nacional de En la temática de género los aportes provie-
Quilmes. Allí se presentaron trabajos sobre nen tanto de los sociólogos y antropólogos
trabajadores rurales, campesinos pobres, sociales como de los historiadores y agróno-
migrantes, multiocupados, y se propuso la mos. En las Jornadas “Historia de las muje-
construcción de una red temática. res y estudios de género”, que llevan a cabo
El tema había sido abordado unos años periódicamente los Centros de Estudios de
antes por la economista Mabel Manzanal, Género, se logran armar interesantes deba-
quien publicó un primer diagnóstico acerca tes interdisciplinarios. Como los trabajos
del problema en el año 1993 en Estrategias publicados son escasos, en la Bibliografía
de sobrevivencia de los pobres rurales. general incluí los trabajos presentados, fun-
Como se dijo antes, en el tema de la pobreza damentalmente, a las últimas Jornadas, aun
rural existe un particular interés del Banco cuando también aparecen otros trabajos
Mundial que desarrolla un programa (PRO- presentados a las anteriores jornadas que
178 Estudios rurales y movimientos sociales. Miradas desde el Sur

fueron, llamativamente, muchos menos. de Rosario generaron una producción inte-


El trabajo de Cristina Biaggi “La mujer como resante10.
productora agropecuaria en la Argentina” En efecto, Carlos Reboratti sabe convocar
presentado a las últimas Jornadas en la en sus análisis a otras disciplinas pertinen-
Universidad Nacional de Tucumán en 1996, tes al tema pero sin olvidar que el “proble-
ofrece un panorama general a través del aná- ma” se centra en la relación del hombre en
lisis de los datos censales de 1988 acerca del sociedad con la naturaleza. En tal sentido,
trabajo de la mujer en el campo. También los aportes de los biólogos y ecólogos con
encontramos trabajos sobre el papel de la quienes trabaja otorgan densidad a estos tra-
mujer en los discursos de la modernización bajos sin que pierdan, en conjunto, la “pers-
pampeana, sobre la problemática de la salud pectiva social”.
y las campesinas, etcétera. Por otro lado, los trabajos de Silvia Cloquell
Además de estos trabajos, figuran los artícu- demuestran la fertilidad de la “perspectiva
los publicados con una perspectiva de “gé- del actor” en este tipo de cuestiones. Ellos
nero” que intentan dar cuenta de las posicio- muestran cómo las lógicas de las decisiones
nes subordinadas de las mujeres tanto en los de los productores, en relación con el me-
ámbitos laborales como familiares (véanse dio ambiente, están construidas desde sus
Basco, 1992; Racedo, 1988; Bravo y Garrido, condiciones sociales y económicas. En tal
1993; Giarracca, 1994 y 1998; y Bendini y Bo- sentido, las propuestas de Cloquell son muy
naccorsi, 1998). útiles para complementar las visiones de los
La temática del medio ambiente despertó el “ecologistas” como actores sociales.
interés de economistas, geógrafos y sociólo- Los trabajos del economista Pedro Tsa-
gos, ya sea porque se la toma como centro koumagkos ponen ciertos límites a las
de interés o como un aspecto a considerar posiciones radicalizadas de la Economía
en los estudios generales. Los equipos del Política ecologista y contribuyen al tema
geógrafo Carlos Reboratti en la Facultad de
Filosofía y Letras de la UBA y de la sociólo-
ga Silvia Cloquell en la Universidad Nacional 10 Véase su capítulo en este libro “Apuntes y discusio-
nes sobre la construcción de una sociología ambiental”.
Las Ciencias Sociales y los estudios rurales en la Argentina durante el siglo XX 179

de la evaluación de los aspectos ambienta- Algunas reflexiones finales


les en los proyectos de desarrollo (véase
Tsakoumagkos, 1988 y 1992). Por último, Durante el siglo que se acaba, tanto el pensa-
se encuentran equipos de trabajo dirigidos miento social como las Ciencias Sociales que
por biólogos o ecólogos que introducen se institucionalizaron poco después de los
perspectivas sociales en sus análisis pero años cincuenta, estuvieron atentas a los gran-
que, por razones de campos disciplinarios, des problemas agrarios de cada período y par-
no tomé en cuenta para esta organización ticiparon en sus debates.
bibliográfica. Y esto no es poco, como conclusión, si re-
Finalmente, desearía señalar que en este úl- cordamos cómo fueron las condiciones de
timo período lamento omitir la producción posibilidad para la producción de pensamien-
de los historiadores que, de una u otra for- tos, ideas y debates durante este siglo que se
ma, estuvo presente en los anteriores. Abor- apaga. La tensión entre “democracia-autorita-
darlos hubiese representado un trabajo en sí rismo” o entre “institucionalización-falta de
mismo, ya que considero que la producción presupuesto” atravesó los ámbitos de gene-
historiográfica desde 1984 ha sido de una ración del pensamiento social de este siglo.
fertilidad mucho mayor que la de otras dis- Muchos excelentes trabajos nunca llegaron a
ciplinas. No obstante, es necesario señalar publicarse, a reeditarse o a traducirse (como
que los historiadores contemporáneos cam- el de Taylor).
biaron las imágenes de los procesos agra- Sin embargo, como vimos en las páginas an-
rios constitutivos de este país y, por lo tanto, teriores, los temas relevantes para la produc-
contribuyeron a cambiar las preguntas del ción agropecuaria, para el desarrollo, o para la
presente. De todos modos, muchos de los vida de la gente han sido abordados, aunque
historiadores que me han ayudado, en mi ta- más no sea, por un grupo o por un par de per-
rea docente y como investigadora, a pensar sonas. Las posibilidades de difusión y circula-
el desarrollo pampeano y la conformación ción de estos trabajos es harina de otro costal
de la sociedad rural tucumana, figuran en la y merecen pensarse dentro de un campo más
Bibliografía general. amplio a construir por una Sociología de las
Ciencias Sociales.
180 Estudios rurales y movimientos sociales. Miradas desde el Sur

El otro interrogante que quiero plantear en ducción en la política agraria: Horacio Giberti,
estas últimas líneas se refiere a los efectos de Lucio Reca, Felipe Solá, por nombrar los más
los estudios rurales en la construcción social recientes. Por su parte, sociólogos, antropólo-
de los mundos económicos, sociales y cultu- gos y geógrafos participaron en la generación
rales del campo argentino. Y tal pregunta se de políticas públicas, en diseños de censos o en
puede formular si aceptamos una perspectiva programas de desarrollo. Con las restricciones
teórica “constructivista” de los mundos socia- lógicas en los períodos de represión, la mayo-
les. Es decir, si partimos del reconocimiento ría de nosotros pasó, en algún momento, por
de nuestra participación como actores sociales los espacios de la administración pública.
universitarios, técnicos, funcionarios estatales La mayoría de los autores “agraristas” deba-
o miembros de los programas de desarrollo, en tió, en términos generales, dentro de posturas
la construcción social de los mundos rurales, “modernizantes” que proponían introduccio-
comprenderemos el sentido de la pregunta. nes tecnológicas que impulsaran una mayor
Los trabajos organizados y presentados en este productividad, una lógica empresarial, políti-
artículo no fueron, según esta perspectiva, aje- cas públicas activas para mejorar los créditos,
nos a tales construcciones. las condiciones laborales para los trabajado-
En relación con las inserciones institucio- res, los mercados de los pequeños producto-
nales de los autores, varios aspectos fertilizan res, etcétera.
esta posición: circularon por distintos ámbitos Los principales debates de comienzos del siglo
—universidades, dependencias del gobierno, pueden sintetizarse en los siguientes interrogan-
organismos internacionales— y no se encon- tes: ¿Cómo lograr que el deslumbrante desarro-
traron diferencias importantes entre los estilos llo agrario pueda incluir a los sectores medios
discursivos o las propuestas producidas en uno y a los trabajadores? ¿Qué políticas generales
u otro lugar. No es posible sostener seriamente limitan tal desarrollo? En los años posteriores el
que se generaron discusiones marginales o ex- debate estimulado por Taylor giró alrededor de
teriores a las instituciones. las posibilidades de extender el modelo farmer
Varios de los autores citados en el texto o y poner límites al poder de los terratenientes. A
que figuran en la Bibliografía general han des- partir de los años cincuenta la cuestión tecnoló-
empeñado (o desempeñan) altos cargos de con- gica ocupó el centro de la escena.
Las Ciencias Sociales y los estudios rurales en la Argentina durante el siglo XX 181

Con la institucionalización de las Ciencias predominio numérico de una clase media agríco-
Sociales los debates se tornaron más acadé- la, en segundo lugar la “invisibilidad” política de
micos pero siempre vinculados con el proble- los trabajadores rurales, es decir, el fracaso en
ma del desarrollo y sus principales actores. El la construcción de un “actor social” privilegiado
tema acerca del papel del terrateniente pam- para el cambio según tales posiciones.
peano tuvo fuertes connotaciones políticas y Para las posiciones con fuertes anclajes en el
fue llevado a cabo por intelectuales de distin- marxismo ortodoxo, los chacareros y farmers
tas posiciones teóricas. Pero tales debates no y la Federación Agraria Argentina representa-
se correspondían con situaciones de expansión ban la “pequeña burguesía” y no resultaban ac-
de la conflictualidad social agraria. tores sociales interesantes para los modelos de
Y esta es una diferencia importante en rela- cambios sociales. Por su parte, los asalariados
ción con otras producciones intelectuales lati- rurales —aunque alcanzaron cantidades com-
noamericanas, donde se pueden encontrar tan- parables con los de la Unión Obrera Metalúrgi-
to posiciones radicales como producciones de ca— rara vez protagonizaron acciones colecti-
discursos que modificaron el “sentido común” vas y no fueron considerados sujetos políticos
acerca de la naturalidad de las relaciones de a tener en cuenta.
poder. Un ejemplo de lo que afirmo reside en Por tales razones, los debates agrarios de
el significado de la idea o concepto “reforma los autores inscriptos en algunas variantes de
agraria”: para la mayoría de los países latinoa- las teorías críticas, siempre tuvieron como
mericanos ya en los años setenta representa- referentes al “terrateniente pampeano” y a su
ba una política pública como cualquier otra, “cara” más política: la Sociedad Rural Argen-
incorporada al acervo lingüístico del “sentido tina. Sin embargo, como vimos, no hubo con-
común”, mientras en nuestro país se traducía senso acerca del papel que tal actor cumplía
como una medida que requería una revolución dentro del desarrollo capitalista y casi todos
social previa y era casi un concepto peligroso. reconocían su carácter modernizador. Fueron
Los procesos y estructuras sociales agrarias muy pocos los que argumentaban acerca de él
de nuestro país tenían particularidades que des- como un sujeto tradicional, latifundiario.
estimulaban las teorizaciones radicales acerca En síntesis, en los estudios rurales de este
de cambios sociales. En primer lugar, el histórico siglo fueron importantes, tanto en términos
182 Estudios rurales y movimientos sociales. Miradas desde el Sur

numéricos como por sus efectos políticos, en nuestro país, costos sociales y personales
las producciones generadas desde posiciones muy altos.
“modernizadoras” (de cualquier origen teóri- Hoy, a diferencia de épocas anteriores, el
co). Las variantes más “reformistas” que incor- discurso neoliberal hegemónico se apropió
poraban las cuestiones sociales de farmers, de la idea de la “modernización” otorgándole
campesinos y trabajadores debieron abrirse ca- un sentido único. El desafío de los estudios
mino entre la crítica de las posiciones influidas rurales, que aún conservan la crítica como
por la izquierda tradicional y la oposición polí- elemento esencial, consiste en superar teóri-
tica de los que detentaban el poder. Algunos de camente esta falacia y poder articular la idea
nuestros “autores” intentaron demostrar desde de la modernización con la de salidas múlti-
el pensamiento y la acción que las posiciones ples y diversas. La tarea es tan complicada
“modernizadoras” y “reformista” no eran, nece- como lo fue pensar la modernización con las
sariamente, incompatibles. reformas sociales en otros momentos. El dis-
Pero algunos de los que intentaron produ- curso económico es, por ahora, el que genera
cir nuevos sentidos teóricos-políticos o em- sentidos y un acervo lingüístico que convirtió
prender reformas democratizadoras desde el “la única salida” en “sentido común”. Pero,
Estado o desde instituciones como el INTA, como vimos en el desarrollo del cuarto perío-
fueron marginados o expulsados de sus car- do, contamos con una diversidad de trabajos
gos estatales o universitarios y sufrieron la y acciones sociales que abonan la vieja idea
represión de los años setenta: cárcel y exi- de Pierre Rosanvallon de “la sociedad experi-
lio11. Es decir, las inscripciones a líneas que mental”, un mundo no terminado y siempre en
cuestionaran ciertos órdenes hegemónicos y transformación. El campo de batallas del co-
trataran de modificarlos en un “aquí y ahora”, nocimiento, como fue denominado por Long
desde los propios actores sociales, tuvieron, (1992) cobra significado en esta imagen abier-
ta, no suturada de lo social.
Querría terminar este trabajo con un recono-
11 Estoy pensando en Horacio Giberti y sus colabo- cimiento a “los sujetos”. Durante todo el trabajo
radores en 1974 o en los técnicos del INTA que aseso-
fui poniendo énfasis en las condiciones institu-
raban la Cooperativa de Trabajo Campo de Herrera, en
1975, por solo tomar algunos ejemplos. cionales de la producción. Sin embargo el cam-
Las Ciencias Sociales y los estudios rurales en la Argentina durante el siglo XX 183

po de los estudios rurales académicos existe fin de un período (Buenos Aires: CBC /
por la presencia de ciertos sujetos más que por FLACSO).
las condiciones institucionales. En efecto, pien- Barsky, O. et al. 1988 “Evolución y rasgos
so que la debilidad institucional para desarro- actuales de estructura agraria pampeana”
llar los estudios rurales durante todo este siglo en La economía agraria argentina
y aún hoy, se ha visto compensado por la pre- (Buenos Aires: Asociación Argentina de
sencia de ciertos sujetos que “hicieron escuela”, Economía Agraria / IICA).
desde las universidades, los organismos públi- Basco, M. et al. 1992 Trabajando con mujeres
cos o modestos centros de investigación. campesinas en el noroeste argentino:
aportes al enfoque de género en el
desarrollo rural (Buenos Aires: IICA).
Bibliografía Bendini, M. y Bonaccorsi, G. 1998 Con las
puras manos (Buenos Aires: La Colmena).
Alexander, J. 1997 Las teorías sociológicas Benencia, R. (coord.) 1997 Área hortícola
desde la Segunda Guerra Mundial. bonaerense. Cambios en la producción
Análisis multidimensional (Barcelona: y su incidencia en los sectores sociales
Gedisa). (Buenos Aires: La Colmena).
Alfaro, M. I. 1997 “Conflictividad social y Benencia, R. 1992 “Características de la
nuevos patrones de acción colectiva: el expansión capitalista en el agro pampeano”,
caso de los campesinos santiagueños”, tesis de Maestría (Buenos Aires: Flacso)
Informe final de beca de iniciación (Buenos mimeo.
Aires: UBACyT) mimeo. Benencia, R. y Forni, F. 1996 “Sociología y
Astori, D. 1984 Controversia sobre el agro empleo agrario en la Argentina” en Panaia,
latinoamericano: un análisis crítico M. (comp.) Trabajo y empleo. Un abordaje
(Buenos Aires: CLACSO). interdisciplinario (Buenos Aires: Eudeba /
Barsky, O. 1997 “La información estadística Paite).
y las visiones sobre la estructura agraria Benencia, R. y Karasik, G. 1995 “Bolivianos en
pampeana” en Barsky, O. y Pucciarelli, A. Buenos Aires: aspectos de su integración
(comps.) La agricultura pampeana. El laboral y cultural” en Estudios Migratorios
184 Estudios rurales y movimientos sociales. Miradas desde el Sur

Latinoamericanos (Buenos Aires: CEMLA) CEPA 1990 “Transformaciones sociales en el


N° 27, agosto. agro pampeano” en Realidad Económica
Bertoni, L. 1992 “El Estado en el complejo (Buenos Aires) N° 92-93.
agroindustrial tabacalero”, informe parcial Craviotti, C. 1995 “Relevamiento y síntesis
de Beca de Iniciación (Buenos Aires: de estudios de casos sobre pobres
UBACYT) mimeo. rurales”, informe (Buenos Aires: SEAGyP /
Bertoni, L. 1995 “El complejo tabacalera PROINDER).
y la intervención estatal” en Giarracca, Forni, F.; Benencia, R.; Neiman, G. y
N.; Aparicio, S.; Gras, C. y Bertoni, L. Aparicio, S. 1988 “El empleo agropecuario
Agroindustrias del Noroeste, el papel de los en la Argentina” en La economía agraria
actores sociales (Buenos Aires: La Colmena). argentina. Consideraciones sobre
Bidaseca, K. 1998 “Los campesinos cañeros: su evolución y situación actual (XX
construcción de una identidad” en Congreso Internacional de Economistas
Giarracca, N. y Mallimaci, F. (comps.) Agrarios) (Buenos Aires: Asociación
Movimientos sociales: acciones colectivas Argentina de Economía Agraria).
e identidades en transformación (Buenos Ghezan, G. y Mateos, M. 1994 “Las grandes
Aires: Eudeba). empresas agroalimentarias frente a
Bravo, M. C. y Garrido de Biazzo, H. 1993 la integración regional” en Realidad
“Aportes de la Universidad a los estudios de Económica (Buenos Aires) N° 85.
la mujer campesina den Tucumán: entre la Giarracca, N. y Aparicio, S. 1991 “Los
crisis y la migración”, Jornadas Preparatorias campesinos cañeros: multiocupación y
para el Congreso de la Mujer en Berlín. organización” en Cuaderno del Instituto de
CEPA 1983 “La política económica y su Investigaciones (Buenos Aires: Facultad de
impacto en las economías agrarias Ciencias Sociales, UBA) N° 3.
marginales (caso de algunas producciones Giarracca, N. (comp.) 1994 Acciones
del noroeste argentino en la década 70/80” colectivas, organizaciones cooperativas.
en I° Seminario Latinoamericano sobre Reflexiones y estudios de caso (Buenos
campesinado y tecnología campesina Aires: Centro Editor de América Latina,
(Punta de Tilcara, Chile). Bibliotecas Universitarias).
Las Ciencias Sociales y los estudios rurales en la Argentina durante el siglo XX 185

Giarracca, N. 1990 “El campesinado en la productivos y organizativos recientes


Argentina. Un debate tardío” en Realidad (Buenos Aires: CEAL).
Económica (Buenos Aires) N° 94. Gutman, G. y Rebella, C. 1989 “subsistema
Giarracca, N. 1991 “Germani y su época” lácteo: elementos de diagnóstico para la
en Boletín de Ciencias Sociales (Buenos formulación de políticas comerciales y
Aires: UBA-FSOC). tecnológicas”, borrador para discusión,
Giarracca, N. 1992 “Algunas reflexiones sobre primera versión (Buenos Aires: SEAGyP, BM).
las ciencias sociales y la investigación IPDERNOA 1992 “Estadísticas básicas rurales
en los espacios académicos públicos” en y del sector agropecuario” (Tucumán:
Sociedad (Buenos Aires) N° 1. Instituto para el Desarrollo Rural del
Giarracca, N. 1997 “La acción social en los Noroeste Argentino, Universidad Nacional
procesos agrarios y en el mundo rural”, de Tucumán, Serie Investigación).
presentación en Red de Filosofía y Teoría Llovet, I. 1996 “Ensayismo y empiricidad:
Social, 2º Encuentro, Universidad Nacional apuntes sobre las orientaciones de la
de Catamarca, Catamarca. Sociología Rural en la Argentina (1990-
Giarracca, N. 1998 “El trabajo invisible de 1996)”, ponencia presentada al Congreso de
las campesinas tucumanas: un intento Historia Económica y Social, Tandil.
de reflexión” en Temas de Mujeres. Long, N. 1992 Battlefields of Knowledge
Perspectivas de género (Tucumán: Centro (Londres: Routledge).
de Estudios Históricos Interdisciplinarios Manzanal, M. 1990 “El campesinado en la
sobre la Mujer, UNT). Argentina: un debate tardío o políticas para
Gutiérrez, P. y Roggi, M. C. 1998 “Sobre el sector: una necesidad impostergable” en
encuentros y desencuentros. Reflexiones Realidad Económica (Buenos Aires) N° 97.
acerca del trabajo de campo” en Giarracca, Manzanal, M. 1993 Estrategias de
N. (coord.) Estudios rurales: teorías, sobrevivencia de los pobres rurales
problemas y orientaciones metodológicas (Buenos Aires: CEAL).
(Buenos Aires: Eudeba). Martínez de Ibarreta, R.; Pucciarelli, A.
Gutman, G. y Gatto, F. (comps.) 1990 y Posada, M. (comps.) 1994 Estudios
Agroindustrias en Argentina. Cambios agroindustriales (Buenos Aires: CEAL).
186 Estudios rurales y movimientos sociales. Miradas desde el Sur

Murmis, M. 1994 “Algunos temas para agroindustrial. ¿Superación de la pobreza


la discusión en la Sociología Rural en América Latina? (Buenos Aires:
latinoamericana: reestructuración, Corregidor).
desestructuración y problemas de excluidos Tsakoumagkos, P. 1992 Manual de evaluación
e incluidos” en Ruralia. Revista Argentina económica para proyectos de mejoramiento
de Estudios Agrarios (Buenos Aires: ambiental del hábitat popular urbano
FLACSO) N° 5, septiembre. (Buenos Aires: GTZ-SVCA, Agencia Alemana
Murmis, M. 1996 “Pobreza rural y ocupación: de Cooperación Técnica, Secretaría de
revisión de algunos datos inéditos” en Vivienda y Calidad Ambiental).
Revista Estudios del Trabajo (Buenos Tsakoumagkos, P. et al. 1988 “Algunos límites
Aires) N° 12, agosto-diciembre. ideológicos, conceptuales y económicos
Nun, J. y Lattuada, M. 1991 El gobierno de del discurso ecológico-ambiental” en
Alfonsín y las corporaciones agrarias Yanes, L. (ed.) Aportes para el estudio del
(Buenos Aires: Manantial). espacio socioeconómico II (Buenos Aires:
Racedo, J. 1988 Crítica de la vida cotidiana El Coloquio).
en comunidades campesinas. Doña rosa,
una mujer del noroeste argentino (Buenos
Aires: Cinco).
Soverna, S. 1995 “Sistematización de estudios
de casos de pobreza rural”, informe final
(Buenos Aires: SEAGyP, PROINDER).
Taylor, C. 1948 Rural life in Argentina
(Louisiana: Louisiana University Press).
Tenembaum, J. L. 1948 Orientación
económica de la agricultura argentina
(Buenos Aires: Losada).
Teubal, M. 1995 “Notas sobre la mano de
obra excedentaria del tercer mundo” en
Teubal, M. et al. Globalización y expansión
América Latina, nuevas ruralidades,
viejas y nuevas acciones colectivas
Introducción*

L a CEPAL caracteriza el sexenio que va de


1998 a 2003 como “el sexenio perdido”
para la región. De este modo, hace referencia
nes de la crisis argentina. Pero este país no fue
el único que mostró las consecuencias de las
“políticas de mercado” impuestas por los orga-
al pobre desempeño de las principales varia- nismos multilaterales y aceptadas por las diri-
bles económicas y rememora lo que a fines de gencias políticas locales; Uruguay, Venezuela,
los años ochenta caracterizó como “la década Haití y varios países del Caribe registran tasas
perdida”. El discurso neoliberal sostenía que, anuales negativas en la variación de su PBI, y
después de las reformas estructurales de los las que crecen lo hacen en muy pequeñas mag-
ochenta y noventa, las economías crecerían y nitudes (CEPAL, 2003).
los sectores populares recibirían el derrame Desde la década del ochenta, las políticas pú-
(el famoso trickling down) de tal crecimiento. blicas de América Latina tendieron a reorientar
No fue así: solo la variación del Producto Bruto la intervención estatal, liberalizar la economía
Interno (PBI) para la región muestra una caí- y la apertura al comercio internacional, toman-
da sostenida desde 1998, que llega a su punto do como variable de ajuste el salario. De este
culminante en el año 2002 por las repercusio- modo, crecieron las tasas de desocupación y
se precarizaron las condiciones laborales de
los que aún conservaban sus puestos de traba-
* Giarracca, N. 2004 “América Latina, nuevas rurali-
jo. Las políticas públicas ortodoxas —como el
dades, viejas y nuevas acciones colectivas: Introduc-
ción” (sel.) en Giarracca, N. y Levy, B. (comps.) Rurali- Plan Austral (1985) y el Plan de Convertibili-
dades latinoamericanas. Identidades y luchas socia- dad (1991) de la Argentina, la megaestabiliza-
les (Buenos Aires: CLACSO-ASDI) pp. 13 a 19. ción de Bolivia (1985) y una serie de programas
188 Estudios rurales y movimientos sociales. Miradas desde el Sur

de estabilización como los de Collor de Melo y efecto, el retroceso de las amplias mayorías en
Cardoso en Brasil entre 1986 y 1999, y en Mé- la participación de las riquezas nacionales fue
xico entre 1987 y 1994— pusieron en marcha sistemático durante dos décadas: “la década
los mecanismos institucionales para llevar a perdida” —la del ochenta— y la de los noventa.
cabo una transformación sin precedentes en Pero, en esta última, los índices que miden la
el siglo XX. Las agriculturas y las poblaciones pobreza y la indigencia subieron en tal magni-
afectadas sufrieron las consecuencias de tales tud que los constructores del modelo idearon
cambios macroinstitucionales. y lanzaron los famosos programas de “alivio”
Reca y Echeverría (citado por Spoor, 2002) que lograron bajarlos en términos relativos en
sostienen que la participación del sector agra- los últimos años.
rio de América Latina en su conjunto pasó de Un informe de la CEPAL sobre el Panora-
representar un 15% del PBI en 1970 a un 10% ma Social de América Latina 2002-2003 mues-
en la década del noventa. Al parecer, en tér- tra que, si bien los porcentajes de población
minos puramente productivos, el desempeño pobre bajaron del 48,3% al 43,9% entre 1990 y
de las agriculturas no fue mejor después de la 2002, en el volumen absoluto de personas se
desregulación y la apertura externa. Según los registró un aumento de 20 millones de pobres
especialistas, no existen diferencias sustancia- y la cifra pasó de 200 a 220 millones. Lo mis-
les en las tendencias de producción y exporta- mo ocurre en el nivel de indigencia. Tal vez el
ción con respecto a períodos previos en los que caso más dramático sea el de la Argentina, cu-
hubo una fuerte intervención estatal, como en yos gobernantes siguieron al pie de la letra los
las décadas de los sesenta y los setenta, pero dictados del Fondo Monetario Internacional
hay otras fuentes de vulnerabilidad que pare- endeudando al país, entregando sus recursos
cen emerger como consecuencia de la apertu- naturales a las empresas trasnacionales, fle-
ra, tales como las derivadas de la volatilidad in- xibilizando el mercado laboral y desregulan-
ternacional y de la distribución interna (Spoor, do la economía. Como consecuencia de ello,
2002: 382-383). provocaron una de las crisis más profundas
En otras palabras el desempeño de las varia- de la historia nacional: entre 1999 y 2002, el
bles macroeconómicas no mejoró y las conse- índice de pobres llegó prácticamente al doble
cuencias en el nivel social fueron atroces. En (pasó del 23,7% al 45,4%), mientras que los
América Latina, nuevas ruralidades, viejas y nuevas acciones colectivas 189

indigentes se multiplicaron por tres. En reali- Comercio, el Fondo Monetario Internacional,


dad, América Latina no fue la única que sufrió el Banco Mundial, etcétera). Asimismo, entre
las consecuencias del modelo neoliberal; el fines de 1993 y 1994 en muchos países de Amé-
crecimiento de la economía mundial fue más rica Latina aparecieron novedosas y significati-
bajo entre 1980 y 2000 —época de oro del libe- vas resistencias que recuperaron las experien-
ralismo y de la desregulación que se hacía en cias y luchas que se venían desplegando desde
nombre del crecimiento— que entre los años el comienzo de la mencionada década.
sesenta y ochenta, período de regulación y A mi juicio, en ese momento pueden con-
proteccionismo (Cassen, 2003). tabilizarse tres acontecimientos que atravesa-
En este escenario, se llevan a cabo las ac- ron el continente de Norte a Sur (o de Sur a
ciones colectivas y surgen nuevos actores so- Norte). Primero, la aparición del movimiento
ciales. Muchas de estas nuevas experiencias zapatista en México, en el mismo instante en
tienen que ver con el mundo social rural y agra- que el país ingresaba al TLCAN (Tratado de
rio. Según el Report on Rural Movements de Libre Comercio con América del Norte). Este
NACLA (2000), en muchas partes de América colocó en el espacio de las resistencias un
Latina los movimientos sociales rurales han nuevo pensamiento político, por primera vez
tomado el centro del escenario político de su a distancia del Estado, centrado en la autono-
nación. Y nosotros agregamos que este fenó- mía y con una lógica discursiva más cercana a
meno no es exclusivo de países con una fuerte la estética “expresiva” que a la “científica” de
tradición de luchas campesinas, como Brasil o los viejos discursos de izquierda. Como dice
México, sino que se da también en países con Alain Badiou, “la irrupción de Chiapas fija una
una historia significativa de luchas obreras ur- medida —una distancia— al Estado mexicano;
banas, como la Argentina, donde aparecen nue- muestra que tal Estado puede ser identificado
vos actores, no necesariamente articulados al y limitado por una nueva forma de acción polí-
mundo industrial o urbano. tica” (Badiou, 2003: 13).
Al finalizar la década del noventa, la protes- El desarrollo de la tecnología informativa
ta se hizo global y se enfocó contra los orga- y comunicacional habilitó nuevas formas de
nismos internacionales que promovieron estas circulación del capital financiero, que fue uno
transformaciones (la Organización Mundial del de los pilares del nuevo modelo, pero también
190 Estudios rurales y movimientos sociales. Miradas desde el Sur

permitió la acción a distancia de los grupos en se produjo contra las autoridades del Estado
resistencia. Y tal vez el ejemplo paradigmáti- provincial y se manifestó a través de la quema
co de esta situación haya sido la propagación de edificios y la persecución de los políticos
de las ideas del zapatismo y su tremendo im- corruptos. Ese episodio, en pleno gobierno de
pacto en una población mundial que vivía con Carlos Menem, se recuerda como el “santia-
cierto malestar el avance “deshumanizante” gueñazo” y es un importante antecedente de
del capitalismo neoliberal. Hoy, muchas de las la crisis de 2001. A partir de entonces, los ín-
ideas del zapatismo circulan por espacios aca- dices de abstención electoral de la provincia
démicos, culturales y artísticos y encuentran treparon al 50% y comenzó un período de po-
numerosos aliados en el mundo social urbano litización de la sociedad civil que llevó a una
europeo. De hecho, el primer Encuentro In- persecución política y social feroz por parte
tercontinental por la Humanidad y contra el del poder provincial. Esta situación hizo crisis
Neoliberalismo —llevado a cabo en Chiapas en 2003 con el asesinato de dos jóvenes, que
a fines de julio de 1996 por iniciativa del Ejér- el gobierno intentó ocultar por estar involu-
cito Zapatista de Liberación Nacional (EZLN) crado. Nuevamente la gente ganó las calles,
y con la presencia de casi medio centenar de aunque esta vez lo hizo en forma pacífica, bus-
organizaciones de la resistencia de todo el cando justicia y un cambio político. Esta irre-
mundo— es considerado el antecedente más conciliable relación entre la sociedad civil y
importante de la serie de protestas que se co- los representantes del gobierno impregnó los
noce como movimiento social de la antigloba- avatares de la política argentina desde esos
lización neoliberal. primeros momentos de 1994. Los hechos del
El segundo acontecimiento ocurre en la Ar- 19 y 20 de diciembre marcaron el momento
gentina y es casi simultáneo al levantamiento culminante de este ciclo en el nivel nacional.
zapatista. Fue en una de las provincias más A pesar del proceso abierto desde el nuevo
pobres, Santiago del Estero, que tiene una alta gobierno de Néstor Kirchner —que despertó
proporción de población rural. La rebelión grandes expectativas—, la tensión entre “re-
se desató en su ciudad capital, donde la gen- presentantes-representados” y el cuestiona-
te vive de la administración pública o de los miento a la idea de “representación” —clave
servicios hacia la agricultura. La “pueblada” de la democracia liberal— son centrales en el
América Latina, nuevas ruralidades, viejas y nuevas acciones colectivas 191

pensamiento de muchas de las nuevas formas del Movimiento Pachakutik, que durante los
políticas surgidas desde entonces1. noventa incursionó en el campo de la política
El tercer acontecimiento ocurre en Ecua- partidaria. Le siguió luego 1997 con la destitu-
dor. En efecto, en junio de 1994, pocos me- ción del presidente Abdalá Bucará, la Asam-
ses después de los sucesos de México y de la blea Constituyente de 1998 y la destitución del
Argentina, los indígenas de todo el territorio presidente Jamil Mahuad en el año 2000 (Dáva-
convocaron a una movilización que paralizó los, 2003). Finalmente, a fines del año 2002, el
el país durante dos semanas. Como sostiene Movimiento Pachakutik fue protagonista de la
Nina Pacari (1996), abogada y líder de la Con- alianza electoral que llevó al triunfo electoral
federación de Nacionalidades Indígenas del del coronel Lucio Gutiérrez, pero, a los pocos
Ecuador (CONAIE), la protesta se orientó en meses de gobierno, sus miembros se retiraron.
contra de la Ley de Desarrollo Agrario, pieza Este proceso dinámico transcurrido en una dé-
clave del plan de ajuste estructural del progra- cada transformó el destino que históricamente
ma implementado por Sixto Durán Ballén. “La se deparó a los indígenas de América Latina y,
ley aprobada por el Congreso apelaba por la una vez más, marcó un hito en el pensamiento
eliminación de las tierras comunales a favor de político de la región. A pesar de ser mayoría en
la agricultura empresarial, además de otras me- varios de nuestros países, los pueblos origina-
didas que favorecían los intereses de los gran- rios nunca antes se habían propuesto gobernar.
des terratenientes. Se ignoraba todo lo concer- Ecuador y luego Bolivia ponen esta cuestión en
niente a los indígenas, campesinos y pequeños la agenda política regional.
agricultores del Ecuador” (Pacari, 1996: 23, Podríamos sumar a este listado de protes-
traducción propia). En los años posteriores, el tas, resistencias de campesinos e indígenas,
movimiento indígena convergió con otros, no “puebladas”, fortalecimiento de organizacio-
indígenas y urbanos, y dio lugar a la formación nes, otros tantos hechos ocurridos en el pe-
ríodo: el Movimento dos Trabalhadores Rurais
Sem Terra de Brasil —así como los numero-
1 La abstención electoral en un país con voto obliga- sos sindicatos campesinos de este país, como
torio trepó de una cifra histórica inferior al 20% al 32%
la Confederação Nacional de Trabalhadores
en el conjunto de las varias elecciones del último año,
con excepción de la elección presidencial. na Agricultura (CONTAG)—, la Federación
192 Estudios rurales y movimientos sociales. Miradas desde el Sur

Nacional Campesina de Paraguay, los movi- la disputa por las riquezas naturales de la re-
mientos campesinos e indígenas de Bolivia, gión (Duterme, 2004).
Colombia, Perú, Chile y la Argentina. La mayo- Nuevos reclamos y nuevas estéticas comien-
ría de ellos se integran en la organización que zan a circular de manera significativa de un
los agrupa —Coordinadora Latinoamericana lado al otro del continente sin que sus prota-
de Organizaciones del Campo (CLOC)— y, a gonistas, que coinciden en sumar al reclamo
través de ella, en la organización internacional histórico de la tierra el de otros recursos na-
Vía Campesina. turales, sepan necesariamente unos de otros.
Del mismo modo, se va desplegando a lo Con el correr de los primeros años del siglo
largo del continente una lucha por la preser- XXI, la lucha por los recursos naturales se ins-
vación de recursos naturales en encuentros de tala como central y el concepto de “territorio”
poblaciones campesinas y pequeños centros remplaza al de “tierra”, pues la incluye y suma
urbanos, como los casos de Cochabamba y de las riquezas del subsuelo.
la protesta por la privatización del agua en el El encuentro entre las organizaciones cam-
Sur de Tucumán en Argentina (Giarracca y Del pesinas e indígenas en federaciones continen-
Pozo, 2004). Las poblaciones mapuches del Sur tales e internacionales, la movilidad territorial
argentino reclamaron por la instalación de una de algunos de los dirigentes y los principios
empresa minera, aduciendo lo que significaría universalizables de orden político —como pue-
en términos de gasto de agua; los campesinos y den ser la “soberanía alimentaria”, el respeto a
comunidades de pueblos originarios de Bolivia la biodiversidad, la bioseguridad, así como el
se opusieron a la exportación del gas boliviano respeto a la igualdad de género, a la diversidad
a EEUU a través de Chile y protagonizaron una cultural, a los derechos humanos— marcan las
rebelión que terminó con el gobierno de Gon- novedades, producen nuevos sentidos y nos
zalo Sánchez de Losada. En esta misma direc- desafían a pensar desde nuevos paradigmas
ción, el sociólogo Bernard Duterme advierte (véase Vía Campesina).
que en Chiapas la privatización de los bienes Un párrafo aparte amerita el proceso que se
públicos transformará la tensión entre pueblos generó durante los últimos años en el campo
indígenas y Estado en una confrontación entre mexicano. “El Campo No Aguanta Más”, jun-
los últimos y las empresas trasnacionales, por to con muchas otras organizaciones campesi-
América Latina, nuevas ruralidades, viejas y nuevas acciones colectivas 193

nas e indígenas, reaccionó ante la devastación Cassen, B. 2003 “Los efectos de la


agraria prevista por el TLCAN. Asimismo, se liberalización del comercio mundial” en
sumaron luchas campesinas como la de Aten- Le Monde Diplomatique, Año V, N° 51,
co, Estado de México, contra la destrucción del septiembre.
aeropuerto en Texcoco; la de las comunidades CEPAL 2003 Situación y Perspectivas.
de Montes Azules, Chiapas, contra los desalo- Estudio económico de América Latina y el
jos; la de Tepoztlán, Morelos, contra un campo Caribe (Santiago de Chile: ONU-CEPAL).
de golf, y la de los campesinos ecologistas de Cerdeiras, R. 2002 “La política que viene” en
Guerrero contra los talamontes trasnacionales Acontecimiento (Buenos Aires: La Escuela
y por la libertad de sus presos (Bartra, 2003). Porteña) N° 23.
[…] Cerdeiras, R. 2003 “Las desventuras de la
ontología. Biopolítica del imperio” en
Bibliografía Acontecimiento (Buenos Aires: La Escuela
Porteña) N° 24-25, mayo.
Alfaro, M. I. 2001 “Los trabajadores Dávalos, P. 2003 “Plurinacionalidad y poder
citrícolas en Tucumán: las condiciones político en el movimiento indígena
para la construcción de la protesta ecuatoriano” en Observatorio Social de
social” en Giarracca, N. (coord.) América Latina (Buenos Aires: OSAL-
La protesta social en la Argentina. CLACSO) N° 9.
Transformaciones económicas y crisis De Sousa Santos, B. 2000 A crítica da razão
social en el interior del país (Buenos indolente. Contra o desperdício da
Aires: Alianza Editorial). experiência (Brasil: Cortez Editora).
Badiou, A. 1990 Se puede pensar la política Duterme, B. 2004 “Diez años de zapatismo
(Buenos Aires: Nueva Visión). en Chiapas” en Le Monde Diplomatique
Badiou, A. 2003 “Conferencia en Buenos Aires” (Buenos Aires) Año V, N° 55, enero.
en Acontecimiento (Buenos Aires) N° 26. Ejército Zapatista de Liberación Nacional 2003
Bartra, A. 2003 “El campo no aguanta más, a “Chiapas: la treceava estela” en <http://
báscula” en La Jornada (México, DF) 23 www.fzln.org.mx/modules.php?op=modloa
de abril. d&name=News&file=article&sid=725>.
194 Estudios rurales y movimientos sociales. Miradas desde el Sur

Giarracca, N. (comp.) 2001 ¿Una nueva NACLA 2000 Report on the Americas, Vol.
ruralidad en América Latina? (Buenos XXXIII, N° 5, marzo-abril.
Aires: CLACSO / ASDI). Orgaz García, M. 2003 La guerra del gas (La
Giarracca, N. 2003 “La protesta agrorrural Paz: s/d).
en la Argentina” en Seoane, J. (comp.) Pacari, N. 1996 “Taking on the neoliberal
Movimientos sociales y conflicto en agenda” en NACLA. Report on the
América Latina (Buenos Aires: OSAL- Americas, Vol. XXIX, N° 5, marzo-abril.
CLACSO). Página/12 2003 “La guerra no ha terminado”
Giarracca, N. y Del Pozo, N. 2004 “To make en Página/12, 31 de diciembre.
water… Water privatization and social Pérez, E. 2001 “Hacia una nueva visión de lo
protest in Tucumán, Argentina” in Barnett, rural” en Giarracca, N. (comp.) ¿Una nueva
V. et al. Swimming against the Current: ruralidad en América Latina? (Buenos
Integrated Water Resource Management Aires: CLACSO / ASDI).
and Gender in Latin America (Pittsburgh: Pérez, G. 2002 “Modelo para armar:
University of Pittsburgh Press). complejidad y perspectiva de la protesta
Giarracca, N. y Teubal, M. 2001 “Crisis social en la Argentina reciente” en
and agrarian protest in Argentina. The Argumentos (Buenos Aires: IIGG) N° 1,
Movimiento de Mujeres Agropecuarias en diciembre.
Lucha in Argentina” en Latin American Petras, J. y Veltmeyer, H. 2001 “Are Latin
Perspectives, Vol. 28, N° 6/121, noviembre. American peasant movements still a force
Grinberg, L. y Grinberg, R. 1984 Psicoanálisis for changes? Some new paradigms revisited”
de la migración y del exilio (Madrid: en Journal of Peasant Studies (Londres:
Alianza). Frank Cass Journal) Vol. 28, N° 2, enero.
Hardt, M. y Negri, A. 2002 Imperio (Buenos Schuster, F. 2002 “La trama de la protesta” en
Aires: Paidós). Cuadernos de coyuntura (Buenos Aires:
Laclau, E. y Mouffe, Ch. 1987 Hegemonía Instituto Gino Germani, Universidad de
y estrategia socialista. Hacia una Buenos Aires) N° 4.
radicalización de la democracia (Madrid: Schuster, F. y Pereyra, S. 2001 “La protesta
Siglo XXI). social en la Argentina democrática. Balance
América Latina, nuevas ruralidades, viejas y nuevas acciones colectivas 195

y perspectivas de una forma de acción


política” en Giarracca, N. et al. La protesta
social en la Argentina. Transformaciones
económicas y crisis social en el interior
del país (Buenos Aires: Alianza).
Spoor, M. 2002 “Policy Regimes and
Performance of Agricultural Sector in Latin
America and the Caribbean during the last
three decades” en Journal of Agrarian
Change (Londres: Blackwell Publishing)
Vol. 2, N° 2, julio.
Teubal, M. 2004 “Perspectiva sobre la tierra
y la reforma agraria en América Latina”
en Realidad Económica (Buenos Aires)
N° 200.
Teubal, M. y Rodríguez, J. 2002 Agro y
alimentos en la globalización. Una
perspectiva crítica (Buenos Aires: La
Colmena).

Sitios web

CEPAL: <http://www.eclac.cl/>.
Vía Campesina: <http://www.viacampesina.
org>.
Acciones colectivas
y organización cooperativa:
reflexiones y estudios de caso
Introducción*

“Hay napas potenciales, reservas profundas de y populares logran cambios que mejoran, en
solidaridad en los individuos y en la sociedad; algún sentido, sus posiciones laborales y socia-
se actualizan y resurgen cuando hay una es- les en general. La cooperativa, en sus diversas
timulación fuerte. Es cierto que se desvanecen variantes de organización económica, aparece
rápidamente, pero la potencialidad y la reserva
como una herramienta, siempre y cuando se
perduran. El egoísmo es contagioso pero la
cumplan determinadas condiciones. El proble-
solidaridad también puede serlo.”
ma reside en indagar la naturaleza y las carac-
Edgar Morin terísticas de esas condiciones y, en esta acción,
nos internamos en los mundos sociales, cultu-

E ste libro contiene una serie de trabajos que rales y económicos.


giran alrededor del interrogante sobre la Los estudios de caso, que se presentan en
organización y la autogestión como herramien- la segunda parte del libro, pertenecen mayori-
tas de desarrollo. Los autores preguntan en qué tariamente al Noroeste rural de nuestro país;
condiciones de posibilidad los sectores medios solo uno aborda una cooperativa de trabajo
industrial-urbana ubicada en la ciudad de La
Plata. Asimismo, en las reflexiones que inte-
* Giarracca, N. 1994 “Introducción” (sel.) en Giarrac- gran la primera parte encontramos referencias
ca, N. (comp.) Acciones colectivas y organización coo- a otras cooperativas urbanas, así como a las de
perativa. Reflexiones y estudios de caso (Buenos Aires:
Bibliotecas Universitarias del Centro Editor de América
otras regiones agrarias de la Argentina. En los
Latina / Instituto de Investigaciones, Facultad de Cien- estudios de caso prevalecen las cooperativas
cias Sociales, Universidad de Buenos Aires) pp. 7 a 16. rurales del NOA, porque la idea de reflexio-
198 Estudios rurales y movimientos sociales. Miradas desde el Sur

nar sobre estas experiencias de organización les emana de la necesidad de mostrar de entra-
—“exitosas” algunas y “fallidas” otras— surgió da las condiciones económicas-institucionales
del equipo de investigación del Área de Estu- donde surgen y/o actúan dichas organizacio-
dios Rurales del Instituto de Investigaciones nes. Aun cuando la situación macroeconómica
de la Facultad de Ciencias Sociales de la Uni- e institucional, por sí misma, no dé cuenta de
versidad de Buenos Aires. Sin embargo, el tipo las posibilidades de los actores, aunque no les
de indagación que nos propusimos traspone otorgue un libreto para actuar, forman parte de
una cuestión privativa de la Sociología Rural las condiciones de posibilidad para la acción y
y se ubica en la problemática del cambio, de la quisimos señalarlo explícitamente.
posibilidad de integración de los sectores sub- La segunda parte del libro, como ya se men-
alternos a la economía y a la democracia. Nos cionó, contiene una serie de artículos que
internamos así en el viejo y nuevo problema cuentan experiencias concretas de organiza-
del desarrollo. ción de campesinos del Noroeste. Todos ellos
En este libro, acompañan al equipo de Socio- fueron producidos con financiación de los pro-
logía Rural investigadores invitados que, des- gramas de investigación y de becas tanto de la
de sus propias perspectivas y temáticas, han Universidad de Buenos Aires como del CONI-
aportado a la reflexión del equipo. Los trabajos CET y con los apoyos, además, de la Fundación
que se presentan abordan el tema de la coope- Enrique y Hugo Minyersky y del Instituto de
rativa desde diferentes perspectivas: como or- la Cooperación, Fundación de Educación, In-
ganización social, como resultado de acciones vestigación y Asistencia Técnica (IDELCCOP).
colectivas, como herramienta de inclusión y La mayoría, además, fue realizada por jóvenes
generadora de empleos en distintas ramas de sociólogas (o estudiantes de Sociología) que
actividad y como posible agente de desarrollo. pasaron largas temporadas en las zonas de tra-
Uno solo de los trabajos no tiene como tema bajo apoyadas, casi siempre, por instituciones
central la organización cooperativa, se trata del provinciales y por las organizaciones en estu-
artículo de Miguel Teubal, “Cambios en el mo- dio. Susana Aparicio, quien integra el Área de
delo socioeconómico: problemas de incluidos Estudios Rurales pero no colabora en este li-
y excluidos”. El sentido de la inclusión de una bro, asesoró, junto con Norma Giarracca, los
reflexión sobre los cambios macroestructura- trabajos de las becarias y fue una importante y
Acciones colectivas y organización cooperativa: reflexiones y estudios de caso. Introducción 199

activa acompañante en casi todos los trabajos La perspectiva del actor


de campo. Gurli Jakobsen, investigadora del
Centro de Investigaciones de Desarrollo de Co- Cuando los miembros del Equipo de Sociolo-
penhague, desarrolla su trabajo en el Área de gía Rural trabajábamos en regiones campesi-
Estudios Rurales y, en sus largas estadías en el nas, observábamos que los agricultores que
país, participa en los seminarios y talleres del habían podido permanecer dentro de cam-
Área. Los alumnos que participan en nuestros biantes actividades agroindustriales como la
seminarios de investigación aportan interpela- caña de azúcar o el tabaco, y en algunos ca-
ciones, preocupaciones, dudas y, casi siempre, sos mejorar sus posiciones, eran aquellos que
suman alguna nueva experiencia al programa habían logrado convocar a otros campesinos
de estudios de cooperativas. en formas asociativas diversas o bien ser con-
Marta Panaia es investigadora y coordinado- vocados por ellos. Las cooperativas aparecían
ra del Área de Estudios Laborales del Instituto como las formas organizacionales más logra-
de Investigaciones de la Facultad de Ciencias das, pero en Tucumán se daban muchas otras
Sociales; Miguel Teubal y Mirta Vuotto son maneras de asociarse: desde pre-cooperativas
investigadores y docentes en la Facultad de hasta otros modos informales semipermanen-
Ciencias Económicas. Es decir, este libro es el tes (las llamamos “sociedades de hecho” o “so-
resultado del esfuerzo conjunto de investigado- ciedades familiares”). También podía suceder
res, becarios, docentes y alumnos avanzados que la forma asociativa fuera un producto de
de la Universidad de Buenos Aires. una intervención externa (gubernamental o no
Pero estos esfuerzos son posibles también gubernamental). Si rastreábamos el proceso
debido a que algunas organizaciones cooperati- de la “intervención” se encontraban dos situa-
vas están dispuestas a ser estudiadas, a brindar ciones posibles:
información y a dialogar con los analistas. Es- 1. la intervención había generado un aconte-
tos “pactos cognitivos” que establecemos con cimiento social que motorizaba un proceso
esos agentes sociales habilitan diálogos, deba- transformativo; o
tes e interacciones, así como la posibilidad de
2. el impacto de la intervención (independien-
templar ideas y arriesgar interpretaciones. Mu-
temente de su valor) era neutralizado por los
chas de ellas están vertidas en este libro.
200 Estudios rurales y movimientos sociales. Miradas desde el Sur

aspectos preexistentes, sin producir modifi- lo son (generalmente en estas últimas caen los
caciones esperadas en los “mundos de vida”1 campesinos). Y aquellas otras que suponen que
de las personas. el mundo social de los sectores subordinados
es el mero espacio de la reproducción. En am-
Estas experiencias nos llevaron a interrogarnos bos enfoques, solo mediante la intervención
acerca de nuestros conocimientos sobre los estatal (política, económica), y la planificación
procesos de cambio que involucran a los sec- e intervención, se logran mejoras en las condi-
tores populares. Las teorías del desarrollo, de ciones de existencia de estos sectores.
cualquier origen, se manejan con determinados La experiencia de trabajar con la Liga de
supuestos acerca del comportamiento huma- Cooperativa de Cañeros de Tucumán, una or-
no. En muchas de ellas, son más importantes ganización autogestionaria, observar su fun-
los factores técnicos que los humanos; en todo cionamiento y la destreza de sus miembros
caso, el problema reside en qué uso hacen los (manejar un fax, conocer diariamente el precio
hombres de los factores de la producción, cuán del azúcar, manejar un ingenio, etcétera), nos
“racionales” son o qué “racionalidades” utili- planteó el desafío de conocer acerca de estos
zan. Por otro lado, las teorías sociales de gran sujetos, ubicados en categorías subordinadas
parte de este siglo se han manejado con dos del espacio económico y social, que habían de-
grandes líneas interpretativas: las que suponen cidido modificar en conjunto sus condiciones
que hay categorías estructurales, ubicaciones preexistentes y crear otra situación.
sociales, propensas al cambio y otras que no Así, pues, abordamos la problemática del
cambio desde la perspectiva del “agente”, to-
mando al “actor” como un recurso de inteligibi-
lidad para dar cuenta de las acciones mientras
1 El concepto “mundos de vida” (life-world) fue
desarrollado por A. Schütz y T. Luckmann y supone nosotros —científicos sociales— nos ubicamos
el carácter autoorganizado de la vida social. Decían como intérpretes del “otro” en una relación de
los autores que tenemos que entender nuestros mun- intersubjetividad y de implicación2.
dos de la vida para actuar en él y actuar sobre él. Es
retomado por Jürgen Habermas (1990) en Teoría de
la acción comunicativa y por Norman Long (1992) en 2 Una reflexión sobre los abordajes metodológicos
Battlefields of Knowledge. del equipo figuran en Giarracca, Gras y Gutiérrez, 1994.
Acciones colectivas y organización cooperativa: reflexiones y estudios de caso. Introducción 201

¿Quién actúa? ¿Cómo las acciones indivi- En la destreza del actor se juega su capaci-
duales devienen acciones colectivas? ¿Cómo dad de apropiación y manejo de recursos mate-
los individuos devienen actores sociales? ¿Su- riales y simbólicos. La construcción de la vida
pone un programa consciente y racional? ¿De social no es “natural”, es el producto de prác-
dónde proviene la capacidad productora del ticas sociales entendidas como estrategias,
“agente”, su poder? ¿Por qué unos y no otros? procedimientos, aprendizajes, conocimiento
¿Cómo se mediatizan las condiciones externas mutuo, métodos y técnicas calificadas. La or-
en las acciones del actor? ¿Por qué algunos ganización aparece como un punto crítico, un
intentos son más perdurables que otros? ¿Por nivel que no puede ser ignorado, un momento
qué los “éxitos” o “los fracasos”? donde aparecen destrezas, pero también liber-
Se trata, en primer lugar, de respetar las fa- tades y restricciones.
cultades de los agentes sociales para producir y La organización se presenta en los sectores
transformar sus propias circunstancias y reco- estudiados como una herramienta para superar
nocer la libertad inherente al actor. Dice Giddens problemas de escasez de recursos y de aisla-
que los actores pudieron haber actuado en for- miento. En realidad, la organización económi-
ma distinta y esto permite reconocer que actúan ca —ya sea productiva, laboral, de mercadeo,
en un marco de libertad. Pero Giddens y las teo- etcétera— es una herramienta privilegiada para
rías “estructuracionistas” prestan atención a las la administración de unidades económicas de
restricciones que el mundo social impone a la cualquier nivel de capitalización. Pero en nues-
acción, niegan la libertad absoluta, “el margen tros casos se trata de comprender cómo se lo-
de libertad de la agencia depende decisivamente gra combinar la organización administrativa en
de la variedad de actividades que un agente pue- el nivel de la empresa (cooperativa, sociedad
de realizar con competencia” (Giddens citado de hecho, etcétera) con la organización social
por Cohen, 1990). Es más, en sus nuevas reglas, que supone un fuerte componente de solidari-
Giddens sostiene que el dominio de la actividad dad. Nos enfrentábamos al tema del “por qué”
humana es limitado; si los hombres producen y del “cómo” de la acción colectiva.
la sociedad, lo hacen desde una ubicación his- Frente a las mismas situaciones estructura-
tórica, no en condiciones de su propia elección les los actores responden de diferentes formas,
(Giddens, 1987: 164). las organizaciones aparecen como creaciones
202 Estudios rurales y movimientos sociales. Miradas desde el Sur

de los propios actores y estos como activos que los precede sino una interacción constan-
participantes que procesan información, crean te en el que se va fabricando un mundo “razo-
procesos de aprendizaje, generan estrategias nable” para vivir en él (Coulon, 1987: 34). Las
de negociación y confrontación con otros acto- personas o los grupos sociales inventan for-
res e instituciones. No parece que la inexorable mas para resolver los problemas, aun cuando
lógica estructural pueda explicar estas accio- con ello se conviertan en “activos cómplices”
nes, las mismas condiciones externas son pro- de su propia dominación; no son pasivos re-
cesadas y traducidas en diferentes formas de ceptores de aparatos de dominación que los
acción y aunque se reconozca que la mayoría constituyen en seres subordinados, pasivos
de los integrantes de un sector llevan a cabo y débiles, y, al revés, no despiertan al “mun-
acciones, más o menos, esperadas y previs- do modernizador” y se convierten en activos,
tas que hacen a la reproducción social de un modernos y fuertes mediante la planificación e
orden hegemónico, algunos intentan y logran intervención de otros aparatos o porque se los
cambios en el nivel de las asimetrías de las re- lance al mercado.
laciones. Crear nuevas condiciones de trabajo Giddens plantea que toda reproducción es
en el caso de obreros represaliados, lograr la necesariamente producción; la conducta de
propiedad de la tierra, mejorar las condiciones los actores se mueve dentro de un amplio mar-
de un contrato agroindustrial entre campesi- gen de libertad; la simiente del cambio, conti-
nos y procesadores, generar la propia integra- núa, existe en cada acto constitutivo de la re-
ción agroindustrial independizándose del pro- producción de cualquier forma “ordenada” de
cesador, son todas acciones presentadas en los vida social. Es decir, para Giddens, toda repro-
trabajos que fueron transformando un orden ducción contiene la potencialidad de la no-re-
que se mostraba como dado o “natural”. producción. En términos de Laclau se diría que
Reconocer las capacidades de los agentes las relaciones sociales se ubican en el registro
para resolver los problemas que se les presen- de la contingencia y en la imposibilidad de fijar
tan en sus mundos de vida habilita a pensar identidades, lo cual resulta en un campo rela-
la organización social como una forma de con- cional que niega toda positividad. Las condicio-
tinua creación. La realidad social es creada nes para el cambio, en uno y otro autor, no se
constantemente por los actores, no es un dato ubican en “niveles” configurados de una estruc-
Acciones colectivas y organización cooperativa: reflexiones y estudios de caso. Introducción 203

tura, sino como dimensión misma, intrínseca, que hasta ahora nadie está consciente del cos-
de la vida social. La política, dice Laclau, dejó to humano de la experimentación […] Es fá-
de ser un nivel (donde se constituía la identi- cil decir que los interesados la pueden tomar
dad de los agentes sociales) y se transformó en por su cuenta (la gestión de conjunto) pero
una dimensión, la cual está presente con ma- no pueden hacerlo más que si desarrollan un
yor o menor extensión en todas las prácticas constructo social considerable que por el mo-
sociales La política es una de las tantas formas mento no se puede elaborar si no se cuenta
de existencia de lo social (Laclau, 1993 y 1985). con un largo aprendizaje”.
Esta concepción de lo social deriva en una Como plantea Norman Long (1992) la biblio-
forma diferente de pensar los problemas del grafía reciente ha enfatizado la necesidad de
desarrollo. Si la vida de la gente no está, nece- simplificar y condensar la investigación social
sariamente, ordenada por la lógica del capital o para arribar a una rápida evaluación del con-
por la intervención del Estado; si la posibilidad texto y de los problemas del desarrollo, sin
del desarrollo no deviene necesariamente de comprender que los problemas del cambio y
una carencia (capital, tecnología, conocimien- del desarrollo se resisten a tratamientos rápi-
tos, conciencia) que pueda cubrirse u otorgar- dos. Ni los análisis científico-tecnológicos pu-
se; si los individuos desarrollan sus propias ros ni las opciones ideológicas nos habilitan a
destrezas para arreglárselas en el mundo; si el determinar cuál es la mejor opción y el medio
lugar del cambio no es necesariamente el Es- más adecuado para alcanzarla. Y allí aparecen
tado o la “política como gestión”, el desarrollo nuevamente los actores, con sus prácticas, sus
en términos de cambio es un problema para re- capacidades de aprendizaje, sus libertades y
flexionar y resolver y no una solución. restricciones y con las valoraciones y sentidos
Crozier y Friedberg (1990: 363, 364) pro- que otorgan a sus acciones3.
ponen la fórmula de Pierre Rosanvallon de
la “sociedad experimental”, un mundo nunca
terminado y siempre en desarrollo; pero en- 3 Existen, en todo el mundo, grupos que piensan
seguida los autores se preguntan: ¿cuáles son estos problemas y que buscan alternativas a las con-
cepciones tradicionales del desarrollo. Por ejemplo: el
los límites de la capacidad de los hombres
equipo de Norman Long de Wageningen Agricultural
para soportar la experimentación? “Parece University en Holanda; el CEPAUR dirigido por Man-
204 Estudios rurales y movimientos sociales. Miradas desde el Sur

No podemos negar que la historia de nues- Querríamos dejar bien claro que de ninguna
tros países está plagada de intervenciones y manera negamos que una intervención exter-
proyectos de desarrollo con “buenas intencio- na pueda generar un acontecimiento y tradu-
nes” para los más necesitados. Este libro da cirse en un proceso de cambio o facilitar las
cuenta de ello; aparecerán desde las políticas condiciones en las que los actores se mueven.
estatales proteccionistas para los cañeros o el Tampoco se trata de no reconocer que hay po-
Fondo Especial del Tabaco para los tabacale- líticas públicas adecuadas o facilitadoras del
ros, hasta la explícita intervención del gobierno desarrollo (o todo lo contrario), el problema
de Salta en Finca Palermo. La cuestión reside reside en el valor y los sentidos que le otorgan
en entender cómo estas intervenciones pene- las personas destinatarias y allí es donde cree-
tran en los mundos de vida de las personas y lo mos que los planificadores y expertos subdi-
hacen a través de políticas que deciden y cam- mensionan el problema.
bian pautas económicas (cómo producir, cómo Para mejorar las condiciones de existencia
comercializar) o de vida (las relocalizaciones, de los campesinos, o de “los pobres” en gene-
por ejemplo), o a través de personas que entran ral, se necesitan políticas públicas, acciones
en interacción con la población objetivo. En tal del Estado, financiamientos, asesoramientos
sentido, la intervención es también un proceso tecnológicos, intervenciones “en redes”, exper-
construido y negociado, con conflictos, gene- tos y conocimientos, pero todo esto no basta
ración de poder y conocimientos mutuos, y no si no se reconoce que los actores construyen
solo un plan de acción “neutro”, con determi- sus mundos y no necesariamente de acuerdo
nados objetivos y resultados. con “necesidades” o “intereses” determinados
por los otros. La concepción general de “los ex-
pertos” se basa en que el actor ignora la fuente
fred Max Neef, en Chile, quien es un “ex-experto” de de sus acciones cotidianas y son ellos los que
organismos internacionales y ha adoptado no solo una otorgan los conocimientos y las interpretacio-
posición crítica, sino de cierta radicalidad en relación nes autorizados4. Se pueden dar muchos ejem-
con los mercados. Existen, además, muchos otros an-
tropólogos, sociólogos y economistas que, a partir de
sus propias prácticas y experiencias, inician reflexiones 4 El creador de la Etnometodología, Harold Gar-
fecundas sobre el problema. finkel, dice que “Los sociólogos conciben al hombre-
Acciones colectivas y organización cooperativa: reflexiones y estudios de caso. Introducción 205

plos de intervenciones con respetables objeti- relaciones (prácticas y discursos) está surcado
vos de desarrollo, con altas financiaciones, con por los antagonismos que impide fijarlo como
expertos de todo tipo que fracasaron en sus positividad, el poder es inherente a las relacio-
objetivos explícitos y, al terminar el proyecto, nes y se constituye en puntos nodales dentro
la gente volvió a sus ocupaciones (o desocupa- de tal sistema. Las relaciones sociales, que dan
ciones) habituales, aunque quedaran grandes cuenta de esos puntos nodales, no son, efec-
inversiones en riego, maquinarias, etcétera. tivamente, fácilmente des-enlazables o “nivela-
Algunos pensadores eluden enfrentar la bles” (democratizables), pero el desarrollo con
complejidad que comporta un cambio social equidad, frecuentemente, requiere de acciones
hacia una mayor democracia económica —pro- que subviertan un orden social hegemónico
yectado (proyectos de desarrollo) o autogestio- que se presenta como natural (sedimentado).
nado— y lo ubican como un problema irresolu- Las condiciones de posibilidad para que tales
ble dada cierta “naturaleza” de los individuos, o acontecimientos ocurran no necesariamente
dado el carácter determinante e inmodificable, se generan desde un Estado o desde cualquier
en el corto plazo, de las estructuras (económi- otro tipo de intervención (o de institución) con
cas, de poder). Aquí lo situamos, como proble- vocación política democratizadora, sino que
ma, en el orden de lo social, entendiendo esto también fluyen dentro de la vida social que los
último como un precario, inestable y no-fijado hombres/mujeres producen y reproducen.
conjunto de prácticas y discursos, producidos, Goran Hyden (1988) sostiene que existen
significados y reproducidos por los agentes en dos formas de pensar la promoción de la orga-
sus esfuerzos por lograr la construcción social nización para el desarrollo: la perspectiva blue-
de sus mundos de vida. Pero este sistema de print (reproducción de impresión o cianotipo)
y la perspectiva greenhouse (invernadero). En
la primera, la programación y planeación son
en-sociedad como un idiota desprovisto de juicio (a los temas centrales. Existe una fuerte creencia
judgemental dope). El actor social de los sociólogos es en la macro-planificación y en los modelos y
un ‘idiota cultural’ que produce la estabilidad de la so- conocimientos técnicos que pueden reprodu-
ciedad al actuar de acuerdo con las alternativas de ac-
cirse de experiencia en experiencia. Son pro-
ción preestablecidas y legitimadas que le proporciona
la cultura” (véase Garfinkel, citado por Coulon, 1987). yectos de altos costos de transacción porque
206 Estudios rurales y movimientos sociales. Miradas desde el Sur

requieren la intervención de organismos del necesitan las redes burocráticas de gerentes,


Estado, organismos internacionales y de mu- técnicos, expertos, etcétera. En esta perspecti-
chos técnicos y expertos. El acento está en la va, la población no es “objeto” sino sujeto.
intervención, en el otorgamiento de “algo que
falta” y los expertos deciden qué es. En general
existe poca reflexión sobre las nuevas relacio- Las organizaciones cooperativas
nes y poderes que se van generando a partir de
la intervención y poca autocrítica sobre “los Justamente el tema de las cooperativas nos
fracasos” y sus razones. remite a las iniciativas y construcciones de la
En cambio, en la perspectiva greenhouse, el gente para encontrar soluciones a sus proble-
supuesto de trabajo es que si solo se proveen mas y al papel de las instituciones externas
estímulos e incentivos adecuados, la gente se frente a estas iniciativas.
organizará y efectuará tareas de interés común Una primera pregunta sobre la acción orga-
y encontrará distintos niveles de soluciones a nizada de los hombres, sobre la acción colecti-
sus problemas. Lo que se enfatiza en esta pers- va, nos conduce al problema de la autogestión.
pectiva es la decisión política de apoyar a la Dijimos antes que no todos los hombres están
población en sus propios esfuerzos, en sus pro- dispuestos a la “experimentación” y el proble-
pias prácticas, no aplicar modelos sino crear ma aún reside en conocer cuándo y por qué
un clima de hospitalidad y fecundidad para están dispuestos a correr el riego de construir
estimular y apoyar sus iniciativas. Los apoyos y mantener sus propias organizaciones econó-
tecnológicos, las propuestas de formaciones y micas. La autogestión aumenta la autonomía
capacitaciones, las articulaciones con otras ex- y la independencia de los individuos, pero los
periencias o en otros niveles económicos (arti- sitúa en un espacio donde no todos están dis-
culación entre cooperativas, por ejemplo) son puestos a ubicarse. Las situaciones de subor-
prioritarios. La diferencia reside en que se apo- dinación (no necesariamente de dominación)
yan y se potencian los esfuerzos de la propia tienen aspectos que pueden ser valorados por
gente. Se fortalece la autonomía y la capacidad la gente: no tener que tomar decisiones, no co-
de decisión aun a costa de las equivocaciones; rrer riegos (o correr riegos de otro tipo), et-
son programas de menores costos, ya que no cétera. Pero como veremos en el artículo de
Acciones colectivas y organización cooperativa: reflexiones y estudios de caso. Introducción 207

Marta Panaia, muchas veces la cooperativa no Hay autores que hacen fuertes críticas al
es una opción sino un último recurso frente a ideal autogestionario porque suponen que en-
la desocupación. cubre el objetivo de suprimir todo poder (como
Un primer interrogante nos ubica frente al si esto fuese posible). En tal sentido se lo rela-
problema de quiénes están dispuestos a parti- ciona con las concepciones filosóficas revolu-
cipar en proyectos autogestionarios, quiénes a cionarias y se lo desvaloriza como alternativas
liderarlos o conducirlos, y por otro lado, qué de las sociedades capitalistas modernas, en
pasa cuando la formación de la asociación o la tanto consideran que son organizaciones que
cooperativa es una imposición de un financia- corrieron la misma suerte de los socialismos
dor externo o del propio Estado. En los casos reales. Como todos sabemos, el cooperativis-
estudiados en este libro, la mayoría de las coo- mo nació en el país más avanzado del capitalis-
perativas son resultado de acciones colectivas mo en el siglo XIX —Inglaterra— y alcanzó su
llevadas a cabo para obtener o reconquistar máximo desarrollo en los países del Norte eu-
ciertos derechos negados o perdidos. Pero en ropeo (los países escandinavos, Alemania, Ho-
el caso de Finca Palermo nos enfrentamos a landa). Las cooperativas se convirtieron en una
una decisión no tomada por la gente. En efecto, poderosa estrategia agrícola e industrial dentro
el Estado provincial salteño visualizó los lazos de la Unión Europea y la Alianza Internacional
prevalecientes en esta “tradicional” comuni- de Cooperativas representa, hoy, fuertes secto-
dad (no integrada a los procesos de moderni- res de la producción capitalista mundial.
zación), como una condición favorable para Por otro lado el movimiento cooperativo
que los campesinos pasaran de una relación fue muy mal visto por quienes sustentaban
“patronal” a la “autogestión”: compró la finca posiciones de izquierda porque consideraban
y “les armó” una cooperativa. La trama de este que debilitaba la conciencia de clase del tra-
proceso tejida entre “pobladores” y “Estado”, bajador. Hans Holmén (1990: 18) cuenta que
el carácter “indexical” de los relatos y diálogos en Europa, frecuentemente, los cooperativis-
que presenta la autora, así como las dificulta- tas agitaban en contra de la excesiva estati-
des para pensar “agencias” dentro de la Finca, zación y proponían la propiedad cooperativa
dan cuenta, más que cualquier otro caso, de la como alternativa a la “propiedad estatal”. De
complejidad de estos procesos. este modo suscitaban antipatías de los socia-
208 Estudios rurales y movimientos sociales. Miradas desde el Sur

listas y los socialdemócratas, que en aquellos espacio importante en la comercialización y la


años eran acérrimos estatistas. Algunos países exportación de granos.
europeos, por ejemplo Dinamarca, habían for- No existen cifras fehacientes sobre el núme-
mado cooperativas para solucionar el acceso ro de cooperativas en Argentina y menos aún
a los “bienes públicos” como la electricidad y sobre la cantidad de personas asociadas a coo-
el agua, pero a partir del auge del Welfare Sta- perativas. Generalmente se registran “miem-
te esas empresas pasaron a manos del Esta- bros” y una persona puede ser socia de varias
do. Las cooperativas mismas, además, fueron cooperativas. Durante la gestión de Héctor
adaptándose a los requerimientos de la de- Polino en la Secretaría de Acción Cooperativa
manda de un capitalismo maduro y fueron per- (1983-1989) se realizó un Censo que no se ter-
diendo, en algunos casos, los principios fun- minó de procesar; de todos modos, los datos
dacionales de la cooperación y la autogestión. publicados indican que durante 1983-1989 se
Quedaron con las formas de empresas coope- crearon 3.407 nuevas cooperativas, de las cua-
rativas, pero se perdió la concepción humanis- les 876 fueron de trabajo y 427 agropecuarias.
ta de los pioneros. Sin embargo, en Europa y Gurli Jakobsen (“Procesos de aprendizaje
en todo el mundo siguen existiendo cooperati- en las cooperativas”), las define como una
vas que son ejemplo, tanto de autogestión y de forma especial de firma identificada por el
cooperación, como de flexibilidad frente a los carácter de la propiedad y sus principios or-
cambios y de eficiencia económica. ganizativos. Una cooperativa es una organi-
Argentina es el país de América Latina don- zación económica —una empresa— propie-
de el desarrollo del movimiento cooperativo dad de una asociación de miembros, y diri-
fue más temprano y guardó mayores similitu- gida por ellos mismos de acuerdo con ciertos
des con el desarrollo europeo. Las primeras principios y con el propósito de satisfacer
cooperativas fueron, también, de servicios una necesidad económico-social comparti-
públicos (eléctricas) y se fundaron en los co- da. La Alianza Internacional de Cooperativas
mienzos del siglo. Pero, en el movimiento de (AIC) ha venido manteniendo el principio de
los chacareros pampeanos encontró rápida- “administración y control democrático (un
mente un fértil lugar de desarrollo; las em- miembro = un voto)” y ha agregado otros,
presas cooperativas comenzaron a ocupar un como, por ejemplo, el de cooperación in-
Acciones colectivas y organización cooperativa: reflexiones y estudios de caso. Introducción 209

ternacional “movimiento a movimiento”. Se sostiene el diccionario de Economía y coope-


esperan cambios para la próxima reunión de rativismo, la “meta es formar al hombre coope-
la AIC, se propondrán medidas tales como rativo, que es la coexistencia armónica entre
el refuerzo de las relaciones de cooperación lo individual y lo social” (Olivera, 1973).
“Norte-Sur” y un mayor énfasis en los temas […]
ambientales. Sin embargo, algunos dirigentes
esperan que se ponga en discusión el princi- Bibliografía
pio orgánico de “un miembro = un voto”, lo
que significaría, por un lado legalizar situa- Cohen, I. 1990 “Teoría de la estructuración y
ciones que se dan de hecho en el cooperati- praxis social” en Giddens A.; Turner, J. et
vismo internacional, pero por el otro termi- al. La Teoría Social, hoy (Madrid: Alianza
nar con un principio que hace al ideario de la Universidad).
democracia económica. Coulon, A. 1987 La Etnometodología (Madrid:
No obstante las cooperativas interesan so- Cátedra).
ciológicamente porque son algo más que una Crozier, M. y Friedberg, E. 1977 El actor y el
empresa: son formas que encuentra la gente sistema (México DF: Alianza).
para resolver necesidades de manera conjun- Giarracca, N.; Gras, C. y Gutiérrez, P. 1994
ta; en tal sentido, las acciones colectivas y la “Métodos cualitativos y cuantitativos
organización son complementarias, son dos en Sociología Rural”, presentación en
facetas indisociables del mismo problema Primeras Jornadas de Etnografía y Métodos
que remiten a la construcción de los actores Cualitativos (Buenos Aires: UBA / IDES).
o agentes sociales. Pero también la formación Giddens, A. 1987 Las nuevas reglas del método
de cooperativas y las acciones y rutinas dentro sociológico (Buenos Aires: Amorrortu).
de ellas tienen que ver con la constitución de Habermas, J. 1990 Teoría de la acción
sujetos preparados para la vida democrática. comunicativa (Madrid: Taurus).
Se ha hablado de las cooperativas como “es- Holmén, H. 1990 State, Cooperatives and
cuelas de democracia” en tanto preparan cul- Development in Africa (Uppsala: The
turalmente a ciudadanos preocupados por el Scandinavian Institute of African Studies)
bien común, preocupados por “el otro”. Como Research Report N° 86.
210 Estudios rurales y movimientos sociales. Miradas desde el Sur

Hyden, G. 1988 “Approaches to Cooperative


Development: Blueprint versus
Greenhouse” en Attwood, D. W. y Baviskar,
B. S. (comps.) Who Shares? Cooperative
and Rural Development (Oxford: Oxford
University Press).
Laclau, E. 1985 “New Social Movements and
the plurality of the social” en Slater, D. (ed.)
New Social movements and the State in
Latin America (Ámsterdam: CEDLA).
Laclau, E. 1993 Nuevas reflexiones sobre la
revolución de nuestro tiempo (Buenos
Aires: Nueva Visión).
Long, N. 1992 “Introduction” en Long, N. et al.
Battlefields of knowledge (Londres / Nueva
York: Routledge).
Olivera, J. H. 1973 Teoría económica y
sistema cooperativo (Buenos Aires:
Academia Nacional de Ciencias
Económicas).
“Tucumanas de ojos grandes”:
un estudio sobre acciones colectivas de
campesinas tabacaleras*

“Una cosa es hacer sonar un instrumento y Por ahí es donde está, con toda exactitud, el
otra muy distinta es hacer música. La música sonido que deseas. Cuando lo sabes, no tienes
tiene que tener magia de los buenos impulsos. más que sacarlo. ¡Sácalo!”
Mira —dijo pasando un brazo por la cintura Ángeles Mastretta, Mujeres de ojos grandes
de la tía—: tú quieres dar un Re con más énfa-
sis, no sabes cómo.
En apariencia no tienes más que un dedo y
Objetivos del trabajo
una tecla para hacerlo, pero con el dedo y la
tecla no haces más que un ruido, lo demás tie-
nes que sacarlo de tu cabeza, de tu corazón, de Este trabajo forma parte de una investigación
tus entrañas. más amplia sobre las condiciones de posibili-
dad de nuevas acciones colectivas dentro de
los sectores populares del noroeste rural ar-
gentino1. Se trata de ex-jornaleros, campesi-
nos sin tierra (ex-ocupantes de tierra fiscales
* Giarracca, N. 1994 “’Tucumanas de ojos grandes’:
un estudio sobre acciones colectivas de campesinas 1 El Proyecto de Investigación sobre Cooperativas
tabacaleras” en Knecher, L. y Panaia, M. (comps.) La en las Agroindustrias del NOA está coordinado por Nor-
mitad del país. La mujer en la sociedad argentina ma Giarracca y Susana Aparicio. Las entrevistas pre-
(Buenos Aires: Centro Editor de América Latina / Fa- sentadas fueron realizadas por Mercedes Ríos, quien
cultad de Ciencias Sociales, UBA / FIHES / Ministerio participa y colabora con esta investigación, y por Nor-
de Cultura y Educación). ma Giarracca.
212 Estudios rurales y movimientos sociales. Miradas desde el Sur

o privadas), y campesinos ricos o farmers que cas” —aliados, tolerancia de las élites, niveles
en los últimos diez años comenzaron una serie de aperturas y cierres de posibilidades políti-
de acciones, estrategias en el sentido de Bour- cas— son especialmente tomados en cuenta
dieu, para modificar sus situaciones en algún por los estudios sobre los movimientos socia-
sentido. Estas acciones se cristalizaron en coo- les. Sin embargo consideramos que estas “con-
perativas de distintos tipos. En este trabajo diciones” no son tales si no son subjetivamente
presentamos el origen y los primeros pasos de valoradas e interpretadas. Es decir estas con-
una de ellas: la Cooperativa Tabacalera de Tra- diciones permiten modelar una acción porque
bajo “El Sacrificio”. los individuos le atribuyen un sentido que ocu-
Esta experiencia de organización comienza rre en el plano subjetivo e intersubjetivo, son
en 1984, cuando un grupo de jornaleras tabaca- relaciones sociales que contribuyen a formar el
leras, consciente de la importancia del propio sentido de la acción.
trabajo en la producción del cultivo, se hicieron El centro de nuestro artículo es la recupe-
la pregunta: “¿por qué no trabajar para noso- ración, a través del relato, de las prácticas so-
tras?”. Iniciaban así un proceso de organización ciales y culturales desarrolladas por los sujetos
(que será presentado en este trabajo mediante que les posibilitaron un accionar “intencional-
los relatos de sus actores) que abarca tanto as- mente” (independientemente de que lo consi-
pectos productivos como socio-culturales. gan o no) superador de condiciones críticas de
Algunas preguntas que guían nuestra in- exclusión por las que atraviesan mayoritaria-
vestigación se relacionan con las condiciones mente los sectores populares de nuestro país.
macro-sociales que posibilitaron el accionar En aquellos casos en que los sujetos enuncia-
de estas mujeres. Las condiciones “macro” ron su disposición a no aceptar la exclusión,
son consideradas de suma importancia para fueron creando un nuevo sistema de sentidos.
la emergencia y sostenimiento de las acciones Se anunciaba que en la sociedad en su conjun-
colectivas, factores tales como los económicos to estaban emergiendo nuevos problemas y po-
—la prosperidad o recesión y su impacto en tenciales nuevos conflictos2.
la disponibilidad de recursos—; los niveles y
tradiciones previas de organización en las pro-
2 Estos “nuevos problemas y nuevos conflictos” son
vincias; “la estructura de oportunidades políti- no solo enunciados por estas pequeñas organizaciones
“Tucumanas de ojos grandes”. Un estudio sobre acciones colectivas de campesinas tabacaleras 213

Esta experiencia, como otras estudiadas en posibles formas de existencia de lo social. Los
la misma región (Giarracca, 1992), representa movimientos sociales se han caracterizado por
un estadio de consolidación de “acciones co- un incremento de la politización de la vida so-
lectivas”. Este concepto, más amplio que el de cial (Laclau y Mouffe, 1987).
“movimiento social”, permite pensarlas analí- Una primera pregunta es acerca del cómo de
ticamente más allá de una descripción empíri- estas organizaciones; cómo lograron armarse;
ca (Diani, 1992). Reconstruirlas a partir de un cómo aparece la cooperativa en sus horizon-
dispositivo teórico que ubica una política ya tes de posibilidades; cómo se cumple el doble
no más como un nivel de lo social, sino como rol de las cooperativas de unidad productiva y
transformada en una dimensión que está pre- de movimiento social. Pero además del cómo
sente, con mayor o menor extensión, en todas nuestra reflexión apunta a establecer el por-
las prácticas sociales. La política es una de las qué de estas organizaciones. Y en el caso de
“El Sacrificio” nos ocupamos de un doble por-
qué: ¿cómo este “nosotros” (que aparece en
rurales. Al movimiento por los derechos humanos (sur- los relatos) se convirtió en “nosotros”, “cómo
gido en los setenta, y más estudiado, ver Mainwaring y
Viola, 1984; Cheresky, 1991) debemos sumar un nuevo
y por qué un agregado social llegó a una defini-
tipo de sindicalismo —autónomo de los partidos políti- ción de sí mismo como un colectivo capaz de
cos y de la burocrática central de trabajadores, CGT— actuar como un grupo”? (Melucci, 1992), y en
que trata de lograr organizarse en el nivel nacional (ver segundo lugar, ¿por qué las mujeres, por qué
“La marcha continúa” en Página/12, 30-4-1992); una in- todo comenzó cuando ellas (y no todo el gru-
finidad de pequeñas organizaciones urbanas apoyadas
por las ONG y por la iglesia progresista, quienes hacen
po) enunciaron la pregunta “por qué no traba-
frente a la problemática del ajuste y la exclusión. Los jar para nosotras”?
jóvenes —independientemente de su origen de clase— La particularidad de esta experiencia recae
protestan por el autoritarismo tanto policial como de justamente en esta doble condición de sus ac-
otras esferas sociales (escuelas, por ejemplo); y existen tores: mujeres trabajadoras. Fuimos reconstru-
otras manifestaciones provinciales (ver Norte Andino,
varios números). Además existe una infinidad de radios yendo el sistema de relaciones que las ubica
locales, periódicos, boletines alternativos, grupos in- tanto en la producción como en posiciones de
formales, etcétera; todos ellos constituyen un potencial género, étnicas o de nacionalidad. Lo hicimos
“sector de movimiento social” (Melucci, 1992) pero no desde una perspectiva analítica que recupe-
existen acciones visibles para construir la red que po-
dría llegar a articularlos.
214 Estudios rurales y movimientos sociales. Miradas desde el Sur

ra la acción de un sujeto constituido por una ron la creación de colectivos de este tipo. En la
diversidad de prácticas y discursos (Laclau y segunda parte indagaremos sobre los orígenes
Mouffe, 1987). El tipo de conexiones que se y los primeros pasos del grupo.
establece entre varias “posiciones de sujeto”,
relaciones no-predeterminadas, inconsistentes
y contingentes es lo que Laclau llama “articu- Los escenarios
lación”; cada “posición de sujeto” está consti-
tuida dentro de un campo inestable, sujeta a El proceso de reconversión económica co-
prácticas articulatorias. Esta inconsistencia es menzado a mediados de los años setenta invo-
la que permite la proliferación de puntos de an- lucraba a fuertes cambios en el sector agrario
tagonismo, la acción política como una forma que afectaban particularmente a campesinos y
disruptiva de lo social. jornaleros. La principal consecuencia, durante
Lo que se pone en juego en el momento de la los primeros años, fue el despoblamiento rural.
acción es tanto la experiencia de los sujetos, es Muchas familias abandonaban la producción
decir, el conjunto de valores, ideas, recuerdos, de los cultivos en crisis, especialmente los liga-
prácticas sociales. Prejuicios y saberes, como dos al mercado interno, y migraban a ciudades
la capacidad de innovar, de crear, de imaginar, provinciales. Se producía la denominada “ter-
de lograr un efecto. ciarización”: gran cantidad de población activa,
La posición de género, el trabajo y también ligada anteriormente al sector agropecuario, se
el trabajo desde pequeñas, así como el color de iba integrando a mercados informales de servi-
la piel, “la negritud”, son inserciones constitu- cios y a las administraciones públicas provin-
tivas de nuestros “sujetos, generadoras y or- ciales y municipales.
ganizadoras” de la Cooperativa Tabacalera de A partir de la crisis del endeudamiento ex-
Trabajo “El Sacrificio”. terno (Teubal, 1985) y la aplicación de las po-
En la primera parte de este trabajo, bajo el líticas de ajuste de achicamiento del Estado,
título de “Los escenarios” daremos cuenta de la población regional sufría un nuevo agra-
las condiciones macrosociales de donde partió vamiento en su situación general: muchos de
esta experiencia, tanto las que remiten a las po- ellos quedaban desocupados o con salarios
líticas de ajuste, como aquellas que posibilita- muy bajos y desamparados en todo lo concer-
“Tucumanas de ojos grandes”. Un estudio sobre acciones colectivas de campesinas tabacaleras 215

niente a la seguridad social. Faltaban recursos denominamos “multiocupación”, involucra a


para hacer frente al gasto social de salud, edu- todos los campesinos, desde los semiproleta-
cación, viviendas y para pagar los salarios del rios hasta los más ricos o farmers (Giarracca y
personal a cargo del Estado. Aparecían los bo- Aparicio, 1991).
nos como monedas provinciales. A partir del advenimiento de la democracia,
En trabajos anteriores indagamos sobre las las cooperativas comenzaban a expandirse y a
formas de reproducción o sobrevivencia de fortalecerse. Para la actividad tabacalera exis-
los sectores sociales que no abandonaron sus ten dos factores que posibilitaron tal desarrollo.
tierras o residencias rurales (Giarracca y Apa- Por un lado, se generaron ciertas políticas pú-
ricio, 1991). Los hallazgos más importantes re- blicas que fomentaron y crearon un marco ins-
lacionan esta permanencia con dos factores: el titucional favorable para iniciar pequeños em-
fortalecimiento de las organizaciones coopera- prendimientos productivos, y, por otro, comen-
tivas y la “multiocupación”. zaba un proceso de expansión de la producción
Las cooperativas comenzaban a desarrollar tabacalera en el nivel internacional que permi-
funciones articuladoras en las cadenas agro- tía la incorporación de nuevos productores.
industriales; apoyaban, de este modo, la inclu-
sión de las economías campesinas en la expan-
sión agroindustrial. Existen cooperativas ope- La Cooperativa Tabacalera de
rando en etapas de beneficio, industrialización Trabajo “El Sacrificio”
o exportación dentro de las dos agroindustrias
más importantes de la región: caña de azúcar y Durante muchos años un grupo de jornale-
tabaco; en ambas existe un predominio de pe- ros de tabaco compartió el mismo patrón. La
queñas explotaciones que reciben apoyos tec- relación contractual que se establece entre el
nológicos y financieros por parte de ellas. patrón y los jornaleros en la producción de
Por otro lado, la familia campesina comien- tabaco del NOA se denomina “aparcería” o
za a desarrollar un abanico de ocupaciones y “sociedad”. Sin embargo, no es una aparcería
a recolectar una serie de ingresos que generan tradicional donde el patrón pone solo la tierra,
desde los más ancianos hasta los más peque- aquí aporta además, los medios de producción
ños. Este fenómeno, que en un trabajo reciente y vivienda, en tanto el jornalero solo aporta su
216 Estudios rurales y movimientos sociales. Miradas desde el Sur

trabajo. No existe salario sino un porcentaje En este contexto general, un grupo de traba-
sobre la producción; es decir que el trabajador jadores iniciaba en el sur de la provincia la ex-
asume todos los riesgos de la producción y nin- periencia de organizarse independientemente
gún beneficio social. del patrón que los contrataba. En realidad, fue-
En general, el trabajador que se hace cargo ron las mujeres del grupo las creadoras de este
de la aparcería cultiva con su familia; en las proyecto y las que emprendieron los primeros
fincas trabajan grupos familiares que se cono- pasos. Hubo un momento en que la reacción pa-
cen, comparten el trabajo y la vida cotidiana tronal fue dura (se quedaba sin trabajadores) e
por años. intentó convencer a los hombres del “disparate
La producción tabacalera es intensiva en ideado por las mujeres”, pero no hubo ni vio-
mano de obra, hacen falta calendarios de tra- lencia ni acciones que trascendieran la esfera
bajo estrictos y una serie de labores ponen en privada de las relaciones laborales.
peligro la salud del trabajador. Las enfermeda-
des respiratorias y las intoxicaciones son fre- Los orígenes desde las protagonistas
cuentes entre los tabacaleros, causadas por las
tareas de fumigación y por el cáncer tóxico de La presidenta actual de la Cooperativa Tabaca-
la planta. lera de Trabajo “El Sacrificio” —Cristina Juá-
En la producción tabacalera de Tucumán rez— es una mujer joven, soltera, sin hijos, la
predominan los pequeños campesinos (59%), mayor de seis hermanos, cuatro mujeres y dos
pero existe un sector importante que utiliza varones (el menor fallecido hace dos años). Su
diversas formas contractuales de trabajo (IP- padre fue un jornalero de tabaco toda su vida
DERNOA, 1992). En los últimos treinta años, y Cristina y sus hermanos trabajaron desde pe-
aproximadamente, con la incorporación de queños con él.
un tipo de tabaco —el Burley— se va incre- Cristina vive con su familia muy cerca de las
mentando el área tabacalera, destinando gran instalaciones de la cooperativa. Elena, la ma-
parte a la exportación. El mercado mundial dre, es una tucumana muy expresiva, sus frases
está en plena expansión debido a la incorpo- están llenas de metáforas. Tiene un pensamien-
ración de los países del Este, sobre todo la to complejo, opina sobre la situación social de
ex-Unión Soviética.
“Tucumanas de ojos grandes”. Un estudio sobre acciones colectivas de campesinas tabacaleras 217

los campesinos, sobre el gobierno y sobre el mujeres, después vienen ellos y al final otra mu-
papel asignado a la mujer campesina. Las hi- jer. En realidad nosotras siempre trabajamos con
jas hablan frecuentemente de la rebeldía de su él, era jornalero. Yo te cuento, íbamos a la escuela
madre frente a las injusticias sociales. Su padre y trabajábamos unas horas con él, no había do-
mingos ni nada. Por suerte éramos buenas alum-
es más silencioso, todas las hijas afirman que
nas, pero trabajábamos duro. Siempre en tierra
fue firme pero no autoritario y que, a diferencia
ajena, hasta hoy que estamos arrendando […]
de la mayoría de los hombres de la región, ja- Al enfermarse papá empezamos a tener respon-
más manifestó disgusto por el alto número de sabilidad nosotras, entonces pensamos si tene-
mujeres dentro de su familia. Dos de las Juárez mos la responsabilidad nosotras, empezamos a
están casadas, Josefina tiene cinco niños y vive comparar, si teníamos toda la responsabilidad
muy cerca de la casa de sus padres. Todos ellos nosotras, por qué no para nosotras (acentuado
forman un núcleo central dentro de la coope- en el relato). Por qué no empezar a hablar entre
rativa; sin embargo las relaciones no son de- las cinco personas que trabajábamos la aparcería,
masiado diferentes de las de las otras familias donde estábamos mi hermana (la soltera) y yo.
que participan de la experiencia. Existen lazos Empezamos a contar los recursos con los que
contábamos nosotros, teníamos un caballo, un
de afecto y solidaridad entre ellos, claramente
arado, una carpidota, la azada. Un muchacho
enunciados como valores dentro de los Juárez
amigo nos prestó el galpón (para el secado del
como familia, pero es probable que estos hayan tabaco). Arrendamos una hectárea, nos ayudaron
sido, además, un componente importante en la conocidos de la zona, teníamos contactos, IN-
generación del grupo de trabajo. CUPO fue el puente [una ONG], nos tiraron un
Cristina fue armando, durante varias horas dinero para que fuéramos comprando las cosas
de entrevistas, el origen y los comienzos de la que íbamos necesitando. Al pasar la campaña lo
cooperativa. pudimos devolver, pero con eso y todo nos dimos
cuenta que era mucho más rentable trabajar para
Nosotras comenzamos a trabajar cuando mi papá nosotras que como aparceras […].
se enfermó, comenzamos nosotras porque los Cuando nos hacemos cargo de esa aparcería, no
muchachos estudiaban, estaban en la secundaria. satisfechos con los resultados, porque teníamos
Nosotras somos las mayores, ellos son los meno- como se dice una aparcería, tenías que darle una
res con otra de las hermanas, es decir somos tres parte a él.
218 Estudios rurales y movimientos sociales. Miradas desde el Sur

El porcentaje era del 60% de lo que se comercia- acordándome mal, ya formó parte Don Sánchez,
lizaba a través de las bocas de acopio para noso- para el año 1985-1986. En realidad le ofrecimos a
tros y el resto era para él, de lo que el Fondo Es- varios, lo invitamos así, a varios, digamos, a par-
pecial del Tabaco, de ese sobreprecio que venía, ticipar dentro de esta organización que nosotros
que en ese entonces se lo pagaba en tiempo y en ya la vislumbrábamos, así quien podía ser una
forma, eso era todo beneficio para él3. Y así co- parte, que podíamos salir de esa forma, y traba-
menzamos, cuando vamos a arrendar, a trabajar jaríamos todos juntos. Fue don Sánchez quien
para nuestra cuenta, teníamos esas herramientas nos lo hizo, quien ha trabajado este año y luego
y a su vez trabajábamos en la aparcería también, se ha sumado Don Córdoba… Primero se suma-
el primer año, para que podamos disponer de la ron Don Sánchez, Don Córdoba, después se sumó
casa en la que estábamos viviendo, porque no te- Jorge (Cuqui), el esposo de Josefina, y después
níamos otro lugar donde estar, tenías que trabajar se sumó el marido de Francis, Leo. Ya fue en el
ahí y salir a trabajar afuera […]. año 1986-1987 cuando se realiza ese proyecto que
Ahí cuando se enteró el patrón, nos quiso presio- pedíamos, a la embajada de Alemania, MISERIOR
nar, la verdad que habló con los hombres, dijo era, también una ONG que ayudaba a grupos de
que estábamos locas si pensábamos que lo que trabajo. Y hemos pedido y nos han dado ese sub-
queríamos iba a funcionar. Les pidió que nos pu- sidio. Nosotros cuando pedimos, pedimos para
sieran en orden, él sabía que éramos las mujeres la construcción de un galpón, para construir un
las que armábamos todo aquello. No creía que galpón. En ese momento teníamos relación con
íbamos a ser capaz —nosotras tampoco [risas]— la gente de INCUPO que había un coordinador
pero quería asegurarse con los hombres. en la provincia. El dato [sobre la posibilidad de
Cuando hacemos el proyecto en 1985, si no estoy pedir un subsidio], el asesoramiento, lo pasó él,
hicimos el proyecto y lo hemos conseguido.
Como resultado de eso hemos logrado comprar
3 El precio inicial era de alrededor del 60% del precio esta hectárea y media primero, de la que dispo-
final, sobre ese porcentaje recibían el 60%, es decir, re-
nemos. Habíamos pedido para comprar mulas y
cibían un 36% del precio final para todo el grupo de tra-
bajadores. Esto es así porque el productor tabacalero arneses. Cuando recibimos ese dinero, dice Cu-
recibe el monto estipulado por el precio del tabaco en qui especialmente, que por qué no comprábamos
dos momentos: alrededor del 60% lo ganaba el acopia- un tractor, aunque sea usado, pero que teníamos
dor (empresa o cooperativas) y el 40% restante el Fon- la ventaja para que así podíamos cultivar el cam-
do Especial del Tabaco con recursos de los impuestos po, cultivar el tabaco y no estar haciendo los
directos que pagaba el consumidor.
“Tucumanas de ojos grandes”. Un estudio sobre acciones colectivas de campesinas tabacaleras 219

intercambios que solíamos hacer en aquel mo- muchacho que se fue. Decidimos que se compre a
mento para con la mano de obra, ¿no?. Nuestro nombre mío y que después se transfiera a la coo-
único capital siempre es, hasta el momento, es la perativa “El Sacrificio”. Y así fue, al trabajar con
mano de obra, ¿no?, con la que podemos avalar representantes, entonces íbamos y comprábamos
cualquier trabajo, así, encararlo; y lo hacíamos, a mi nombre, y el tractor está comprado a nom-
pagábamos con trabajo para que nos cultiven el bre de Jorge y mío, pero acá nunca es de Jorge
suelo (con maquinarias, la preparación inicial y mío, es de la cooperativa, porque uno avala la
para trasplantar los almácigos). Entonces Cu- confianza que los demás socios han tenido hacia
qui dice: si nosotros compramos un tractor, con nosotros. Se ha comprado eso y luego fue cuando
ese tractor vamos a cultivar el campo y después hemos trabajado acá en La Invernada.
cultivaremos el tabaco o el producto, digamos Ya éramos seis familias y con nosotras siete.
el cultivo que lo estés haciendo. Y hemos com- Las siete familias se juntaron porque los fuimos
prado ese tractor que tú lo conoces. Cambiamos, convenciendo, también había otros trabajadores
claro, cambiamos, en lugar de comprar las mu- de la zona pero no se han quedado. Nosotras no
las, los arneses compramos el tractor. En lugar sé si por un poco de orgullo o que hemos dicho “sí
de comprar azadas, palas, continuamos sufriendo se puede” y así hemos comenzado. Nos repartía-
esas necesidades que eran más chicas y compra- mos organizadamente que es lo que teníamos que
mos el tractor. Al comprarlo, ese año hicimos el hacer, yo compraba los insumos por ejemplo, y
galpón este, con ese dinero, compramos la hec- cada familia hacía algo.
tárea y media de tierra, el tractor y paremos de Allí nos dimos cuenta que no podíamos seguir
contar, no teníamos más que comprar con eso, manejándonos con el delegado (de INCUPO), él
¿no? Esa fue la primera inversión que hicimos a se podía morir, le podía pasar algo, los delegados
través de un subsidio. Lo que pasa es que como se mueren no son eternos, lo podían trasladar, te-
en ese momento todavía no teníamos personería níamos que formar nuestra propia organización.
jurídica, no nos habíamos formado en coopera- Allí fue que nos conectamos con Campo de He-
tiva, cuando compramos ese lote lo compramos rrera (cooperativa de trabajo azucarera con 25
a mi nombre, trabajábamos con representantes años de funcionamiento) y ellos nos dijeron que
de cada familia, con Córdoba, don Sánchez, eran era mejor que formáramos una cooperativa, por-
los representantes, Leo, Jorge y por los Juárez que en realidad nosotros ya estábamos viviendo
era yo. Entonces de todos esos representantes, y como una cooperativa de trabajo. El 17 de agosto
Eduardo López era el otro compañero, y hubo un de 1986 nos hemos transformado en una coope-
220 Estudios rurales y movimientos sociales. Miradas desde el Sur

rativa […] y así dando pasos más largos que nuestras cuchá aunque no hables” algunas vinieron están
piernas hemos avanzado […]. participando, otras se quedaron […].
Hoy tenemos muchos problemas, distintos cri- Yo me siento contenta porque nosotras no que-
terios, distintas edades, hay desencuentros des- remos romper nada, no queremos poner a las
agradables, a mí tampoco no me gusta que me mujeres en contra de sus maridos, queremos que
vengan y me digan hacé esto sin explicarme por hagamos las cosas todos juntos.
qué. Pero hoy ya tenemos un estímulo válido, te- Las mujeres que participan son titulares de las
nemos, gracias a Dios un buen tabaco. Con mi cooperativas, ellas son las socias, son ellas las
hermana la casada, que nunca quiso trabajar con que hacen los trámites, ¿vieron ese carrito que
el patrón, porque es medio rebelde, no hubo más pasó por ahí? Bueno allí va el hombre a entregar
que decirle “querés participar” que comenzó a su tabaco y muchas veces las mujeres viajan con
participar en la organización. El marido antes nos él a realizar los trámites.
ayudaba cuando estábamos con el patrón, pero Tendría que ponerme a escribir las experiencias
él también nos ayudó al comienzo, les decía a los que hemos tenido año a año, todo lo que vivimos.
demás “miren sí se puede, las chicas tienen ra-
zón”, él estaba convencido por sí solo. Es difícil contestar al interrogante de por qué
Acá ha sido muy importante el primer paso que este grupo de mujeres en la cosecha de 1984 (co-
hemos dado, para vencer el miedo a lo que podía- mienzos de la democracia) imaginó que podían
mos hacer, y eso ha servido. Y las cosas que nos
transformar sus condiciones laborales, las rela-
han ido pasando también nos han servido […].
ciones entre ellos y sus cotidianidades, y además
Me gustan los inicios, porque después es fácil,
después la gente se pone en marcha, después vie- juntas. El padre de las Juárez se enfermó, pudie-
ne gente a consultar, a interesarse. Pero lo que ron vivenciar sin él que ellas podían con todo el
cuesta es el inicio, lo duro, la lucha, son los mejo- trabajo; el país hacía muy poco había vuelto a
res momentos. Lo bueno es cuando están difíciles plantearse proyectos conjuntos (independiente-
las cosas sacarlas adelante […]. mente de que se cumplieran o no), y la produc-
Yo veía que la mujer campesina es conformista, ción tabacalera comenzaba por aquellos años un
que se conforma con lo que tiene, yo quería que período de expansión que fue de crucial impor-
esto fuera distinto y que sirva para otras zonas. tancia para “el éxito” actual del proyecto. Pero
Había mujeres que les costaba venir porque les estas mujeres no estaban enteradas de las ten-
cuesta hablar, yo les decía “vení, participá, es-
dencias internacionales del comercio del tabaco
“Tucumanas de ojos grandes”. Un estudio sobre acciones colectivas de campesinas tabacaleras 221

por aquellas épocas (ahora lo están); tampoco de hombres titulares de las aparcerías, en “El
creemos que su padre haya sido factor limitante Sacrificio” las acciones de la cooperativa perte-
para que la idea hubiese surgido antes, simple- necen, por igual, a hombres y mujeres4.
mente su ausencia fue un desencadenante. Cristina dice: “Nosotras hemos dicho no sé
Cuando el padre se enfermó durante casi si por un poco de orgullo o que ‘sí se puede’
todo un año, el patrón les dijo que era muy di- y así hemos comenzado”. El consenso inicial
fícil que ellas pudieran seguir manteniendo “la fue fuerte dentro del grupo familiar afectado,
aparcería”, que faltaba un hombre; sintieron en trabajan tres de las hermanas pero la cuarta,
esa oportunidad las consecuencias prácticas así como Elena, la madre, estuvieron presentes
de la subordinación de la mujer. Otras hubie- desde los comienzos.
ran aceptado la decisión “patronal-masculina” Bourdieu sostiene que los agentes no están
y hubiesen ido a trabajar de “domésticas”. Una completamente definidos por las propiedades
de las hermanas confiesa: “…antes de ir a tra- que poseen en un momento del tiempo y cu-
bajar de ‘muchacha’, prefiero hacer otra cosa, yas condiciones de adquisición sobreviven en
yo digo no es una deshonra, pero nunca nos los habitus. La correlación entre una determi-
ha gustado. Preferíamos hacer un esfuerzo, y nada práctica y el origen social es el resultado
hacer otra cosa”. Ellas buscaron generar otra de ciertos efectos y uno muy importante es el
situación, sin “patrón” y donde las mujeres no de inculcación (Bourdieu, 1988). En los relatos
dependieran de padres o maridos. Las otras de estas mujeres siempre aparecen los padres
mujeres pudieron imaginarse a sí mismas en como “diferentes” y sobre todo siempre están
la misma situación y aceptaron el desafío de muy presentes las palabras de Elena, la madre.
intervenir el presente. Doña Justina, una de
las ancianas del grupo, relató sus largos itine-
rarios, cargando críos, buscando patrones por
todo el NOA durante toda su vida, ella y su hija 4 Que las mujeres sean socias es un hecho casi in-
ya casada aceptaron de inmediato y con en- édito en Tucumán (y nos animaríamos a afirmar que en
tusiasmo el proyecto, los maridos se unieron todo el país); en la actividad cañera las mujeres no han
logrado ser titulares de las cooperativas en vida de pa-
después. El proyecto de producir por cuenta
dres o maridos, ni siquiera la Cooperativa de Trabajo de
propia suponía no depender más del patrón ni Campo de Herrera.
222 Estudios rurales y movimientos sociales. Miradas desde el Sur

Yo siempre he sentido que el papá es diferente […] Esta vida mía es la vida real, y si no hemos avan-
hasta el día de hoy el papá me alcanza los chicos zado más no es porque no haya inteligencia. En el
hasta casa cuando se los dejo para cuidar, yo sé que campo se pierde mucha inteligencia, por la situa-
ya no está para cargar niños, pero es la forma que ción, aunque a veces en la ciudad se consiguen
él demuestra que participa con nosotras. (Josefina) también los títulos a base de dinero y no porque
se lo ganen. En el campo está la base, donde
El papá era un hombre de campo, muy duro y la crece la materia prima. Hoy la gente de campo
mamá tenía otra formación, pero el papá siempre ¿cómo está viviendo?, (cómo es esa diferencia
nos ha tratado bien, no ha tenido la escuela pri- entre) el nativo y el blanco, el rico y el pobre. Al
maria, que nosotros consideramos que es lo ne- lado de la inteligencia debe existir el amor, en el
cesario, […] yo siempre lo he valorado a mi papá campo el amor sigue existiendo por el nivel de
y lo sigo valorando, porque nunca nos ha tratado vida que tenemos. Bueno, esta es mi forma de
con términos duros, fue muy respetuoso con no- pensar, porque no es cuestión que cada uno se
sotras. Nos ha reclamado las cosas con palabras considere dueño de la verdad. El afecto y la soli-
suaves, nunca tuvo palabras agresivas, guasas daridad se extinguen porque existe materialismo,
como en el campo se usan […] mamá siempre ha y donde existe materialismo se adueña de todo,
trabajado duro y no ha tenido un salario, de allí porque yo he pasado, yo tengo a mis hijos, que les
esa rebeldía, que ha tenido muy marcada. Por eso doy, amor, (también sufrimiento porque en esta
en esa tarea de criarnos a los seis, la mamá ha vida el trabajo es pesado) […] Mire si vamos a
sido costurera, ha sido maestra, la mamá había la autoridad nosotros somos los nativos, pero en
tenido toda su formación y estaba ingresando esa hora que ellos llaman verdad —yo no lo llamo
casi a su escuela secundaria, y lo que ha tenido así— en esa hora prevalece “el esclavo”. En esa
adentro no se lo ha guardado para ella sino que lo hora el voto ese tiene importancia, pero que ha
ha sabido transmitir […]. (Cristina) pasado después m’hija, somos los primeros que
quedamos olvidados. En la ciudad prevalecen las
Escuchemos a Elena —“la mamá”—, una alfombras, el oro, el lujo. Una vez vino un señor
campesina que colaboró con el trabajo de su y trajo un perfume, que era así, o así y yo le dije,
marido hasta hace muy poco, que crió seis “el mejor perfume se llamaría así Sudor de Po-
bre, porque el pobre no tiene una gota de perfume
hijos, que cuidó de la casa pero que guardó
pero se baña con ese sudor que el trabajo le da”.
tiempo para la reflexión y para la transmisión
Por allí lo que digo no tiene sentido, el no sentido
de sus ideas:
“Tucumanas de ojos grandes”. Un estudio sobre acciones colectivas de campesinas tabacaleras 223

viene de mi situación, por el dolor que siento […] tituciones, con medios de comunicación, con
Una persona como yo de 61 años que siento do- ONG, con una cooperativa más grande y con
lor porque mis hijos siguen con ese trabajo bruto una compleja trama de relaciones que les de-
del campo. La inteligencia en el campo no existe, vuelve la imagen de una organización. Ese sis-
porque vivimos aislados, de una sociedad que nos
tema de relaciones que van conformando es el
olvida. Porque el país es de todos, nuestro país
que permite pensarlos como un grupo con una
es rico por naturaleza pero los hombres no lo sa-
ben usar. Porque los gobernantes son nuestros identidad colectiva. Cuando comenzaron con-
representantes, pero no saben representarnos. Y taban con poco capital, poco dinero y pocos
el pueblo calla. recursos no materiales: la relación entre ellas,
ciertos contactos, un discurso que valoraba
El discurso materno, la transmisión de “esa los derechos individuales y sociales. Movilizar
rebeldía” fue importante; esa inculcación que estos recursos —materiales y simbólicos— po-
permitió preservar “un núcleo del buen senti- sibilitó la formación de una matriz que les fue
do” (Nun, 1987) que fue más fuerte que los men- permitiendo el cuestionamiento de la subordi-
sajes de los aparatos de la reproducción social. nación y las reivindicaciones de sus derechos
Josefina recuerda, en las entrevistas, la escue- como campesinas y mujeres de tez oscura.
la como un lugar donde se hacían jerarquiza- Sin embargo la enumeración de condicio-
ciones según el color de la piel; la “negritud”, nes de posibilidades no es finita, no es posible
sospechaba ella, incidía en el reconocimiento explicar el origen de las acciones colectivas
del trabajo y el esfuerzo, “…la bandera siem- cuando estas logran un des-enlace social. No
pre caía en manos de los blanquitos del grado”. todas las condiciones son ubicables y enun-
La casera era el lugar donde, al contrario, se ciables, en el relato de Cristina queda un lugar
reivindicaban esas condiciones, ser niñas, ser para lo que no se puede explicar “estábamos
negras o ser pobres era un “desafío” (la posibi- locas”, “el patrón no lo creía posible y noso-
lidad de una resistencia) y no una vergüenza. tras tampoco”, “dimos pasos más largos de lo
Todas las hijas siguen alrededor de la casa que nuestras piernas podían”. No hubo una
materna, y por la casa de las Juárez pasan to- lógica de medios-fines, de racionalidad po-
das las mujeres de la cooperativa. En la actua- lítica, de hacer “lo posible”. Hubo un campo
lidad el grupo se va vinculando con otras ins- de posibilidades y límites dentro del cual el
224 Estudios rurales y movimientos sociales. Miradas desde el Sur

propósito fue perseguido, pero ese propósito La organización


fue co-producido por ellas mismas y en el sen-
tido que le fueron atribuyendo aparecen los La unidad es un resultado y no un punto de
determinantes estructurales (las condiciones partida, gran parte de las acciones de los par-
macro), así como la capacidad de invención, ticipantes de “El Sacrificio” se realizan preci-
de creación de sentidos de ellas mismas como samente tratando de conseguir la unidad. En
sujetos. No había nada que predijera que la muchas ocasiones, la visibilidad de un nombre
acción sucedería, hubiese podido no suceder, tapa la fragilidad transitoriedad de las rela-
que sucediera fue una contingencia. Estas va- ciones que están detrás de él. La organización
rias familias podrían estar hoy trabajando con aparece como un fin en sí mismo, si lo van lo-
un patrón como muchas otras, la interven- grando, el actor sigue en el escenario. Todas las
ción, la apuesta de unos sujetos posibilitó una experiencias que analizamos en el NOA buscan
transformación. recursos que contribuyan con la tarea de la uni-
Dice Melucci: dad (boletines, programas de educación, sub-
sidios, apoyos externos, nuestro propio apoyo
Hablar de propósitos implica poner el acento en reflexionando y escribiendo sobre ellos).
fines y sentidos. La idea de un campo que refiere
“El Sacrificio” se origina como organización
a posibilidades y límites dentro del cual las me-
“autogestionaria”: con ello entendemos que no
tas son conseguidas; la definición de esos pro-
pósitos es algo que los actores co-producen y es
depende en ningún sentido de “gestiones exter-
una representación o reflejo de las condiciones nas” para su desarrollo y sostenimiento. Esto
estructurales. Este proceso es un activo proce- no significa que no puedan solicitar créditos,
so relacional, lo que yo llamo, a falta de mejor subsidios, y toda clase de apoyos externos,
término, “identidad colectiva” […] Este proceso pero las decisiones de cómo usar los fondos, de
de definición implica la presencia de esquemas cómo actuar, de a quiénes elegir como aliados
de conocimientos, de densas interacciones y de son tomadas por ellos. De hecho, esta organi-
intercambios emocionales y afectivos. (Meluc- zación tuvo un importante apoyo del INCUPO
ci, 1992) en sus primeros momentos, pero el núcleo que
armaron sujetos fue tan potente que el delega-
do de la ONG terminó trabajando directamente
“Tucumanas de ojos grandes”. Un estudio sobre acciones colectivas de campesinas tabacaleras 225

con ellos. Cristina expresa muy bien la autono- tipo de acciones. Sin embargo lo primero que
mía inicial, no se podía depender de una per- debemos plantear es que la distinción es ana-
sona (o de una institución), solo necesitaban lítica ya que las tareas de la cooperativa como
apoyos para ir armando la propia5. unidad productiva re-construyen o destruyen
En el plano empírico aparecen dos niveles el lazo social solidario tanto como la toma de
de organización: el que remite al accionar de decisiones o la elección de representantes.
la cooperativa como unidad económica y aquel
que permite que cada sujeto decida diariamen- La organización desde los
te trabajar o entregar su producción a la coo- actores: “El Sacrificio”
perativa, participar de sus reuniones, “delegar”
responsabilidades, las mujeres seguir peleando Cristina contó el proceso de organización eco-
la participación, los jóvenes cuestionando el nómica-productiva en los momentos de deci-
lugar de los “viejos”, en síntesis seguir forman- siones relevantes (cómo distribuir el trabajo,
do parte de “un nosotros”. Cada día que esto qué hacer con el excedente). Tratamos de com-
ocurre se co-produce y redefine el sentido de la plementar ese relato con otros sobre la vida
acción social para el conjunto. El mensaje que cotidiana de estas mujeres: qué se hace con los
viene desde el exterior, en la actual coyuntura, niños, cómo actúan los compañeros, cómo lo-
es el de no se puede, independientemente de la grar la participación, etcétera.
rudeza o sofisticación del emisor. Algunas de las integrantes de “El Sacrifi-
El seguimiento y el análisis del nivel de or- cio” (no todas) colaboran con un programa
ganización de las unidades económicas es una provincial para mujeres. Cuando se les pre-
tarea más fácil que la reconstrucción del otro guntó el motivo y si en esa decisión se tomaba
en cuenta la experiencia actual, una de ellas
planteó claramente las dificultades de conci-
5 En nuestras investigaciones aparecen dos tipos liar consenso acerca de los procesos labora-
de experiencias organizativas de los sectores popula- les dentro de “El Sacrificio”. Las labores cul-
res: las “autogestivas” y las que son producto de una
“intervención extrema” producida por organizaciones turales agrícolas son muy pesadas y además
gubernamentales o no gubernamentales (véase Gia- los hombres creen poseer un saber superior
rracca, 1992).
226 Estudios rurales y movimientos sociales. Miradas desde el Sur

al de ellas. El tema de la división sexual del Yo soy la que menos hago en el surco porque
trabajo no está discutido a fondo, aún cuesta estoy con los chiquitos. Mi marido ayuda en las
hacerlo, tanto dentro de la cooperativa como cosas de la casa cuando yo voy también al cam-
dentro del hogar. po. En general voy a las tareas del galpón, o a la
cosecha, allí sí cuando volvemos repartimos las
Los niños están a cargo de las madres, va-
tareas, él cocina y yo lavo […].
cunarlos, llevarlos a revisaciones médicas
Cuando viajé, me di cuenta que aquí en “El Sa-
periódicas son tareas muy complejas en las crificio”, las mujeres tienen el mismo peso que
zonas rurales. Hay que caminar mucho hasta el hombre, no es así en otras cooperativas […]
la ruta, esperar colectivos que pasan una o nosotras no trabajamos gratis, tenemos mucha
dos veces al día. Josefina pone mucho empe- influencia, tenemos mucha participación. Hemos
ño en lograr una adecuada escolaridad de los ido a conocer otras cooperativas, y (las muje-
pequeños, habla con las maestras, supervisa res) no tienen la participación que tenemos aquí.
sus deberes. Las tareas domésticas también Hemos ido por allí, dejamos a los niños con los
son más complicadas que en los hogares ur- abuelos, la beba tenía 20 días y la llevé conmigo,
banos, los alimentos necesitan mayor elabo- vi al médico que me ha dicho que no la desabrigue
en los cerros y que la lleve.
ración, el pan o las galletas se hacen en las
Pero a la siguiente vez no he salido porque me di
casas. Ellas se alegran de los intercambios
cuenta que no es factible salir todas las veces con
que realizan: cuando necesitan tomates pi- los chiquitos. No tenés una niñera que los cuide.
den a los vecinos o los cambian por naranjas.
Josefina, y casi todas ellas, preferirían un tra- Hace cuatro años “El Sacrificio” solicitó la in-
bajo menos pesado y menos insalubre que el corporación a la Cooperativa de Agroindustria-
cultivo del tabaco. “¿Cómo querer una tarea lización Tabacalera de Tucumán. Una organi-
que te deje exhausta?” nos pregunta con fre- zación que acopia, agroindustrializa y exporta
cuencia. Prefiere el trabajo doméstico, pero tabaco. Esta integración les facilitó ciertas de-
ello implica no participar en la cooperativa, cisiones acerca de la organización del proceso
por eso apareció la idea de una nueva coo- laboral. Cristina cuenta cómo fueron logrando
perativa, tomando, pero superando, la expe- la organización económica:
riencia actual.
“Tucumanas de ojos grandes”. Un estudio sobre acciones colectivas de campesinas tabacaleras 227

Y nosotros ya éramos una cooperativa y si sos Habíamos arrendado ese año 12 hectáreas, en
una cooperativa y hay otra más grande y tabaca- realidad eran menos porque siempre te arrien-
lera es como si fueras de la familia. Nos informa- dan 12 hectáreas pero cuando las caminas son
mos a través del síndico, él tiene experiencia en menos. Eso ya era 1990-1991, allí empezamos a
cooperativas [el anterior promotor de INCUPO], distribuir tareas y no parcelas. Distribución del
desde que nos conocimos que conversamos las trabajo lo llamábamos nosotros y allí no más ele-
decisiones con él. Cuando INCUPO se retira no- gimos los responsables. Esa campaña tuvimos
sotros seguimos en contacto con él […]. plantadas 10 hectáreas pero con el pulgón (una
Hasta el año 1987-1988 nos equivocamos, cada fa- enfermedad del tabaco) terminamos cosechan-
milia agarraba un lote y plantaba su tabaco. Des- do 8 hectáreas.
pués dijimos “muchachos tenemos que cambiar”. […]
Un año trabajamos juntos los Juárez, el gallego y Cosechadas las 8 hectáreas nos preguntamos qué
otro muchacho, y nos fue muy bien. Nosotros sa- íbamos a hacer con el excedente. No teníamos
bíamos lo que trabajábamos cada uno, teníamos un buen excedente (le preguntamos si tuvieron
cierto control, las horas de trabajo, anotamos todo un buen excedente), pero no sé si no es un “no
lo que hicimos. Nos fue bien. Al año siguiente diji- soberbio” porque en realidad nosotros queremos
mos volvamos a probar y volvimos a trabajar jun- siempre más. Teníamos después de haber pagado
tos. El resto seguía trabajando cada uno en lo suyo. las deudas equis cantidad y teníamos que pagar el
En los años 1989-1990 hicimos “un bolsillo” (jun- trabajo que cada uno había realizado. Sacamos el
taron dinero entre todos los que producían jun- cuaderno donde cada uno había anotado y hemos
tos) y compramos una rastra. Éramos cuatro ido sacando de allí los números.
familias y estuvimos todos de acuerdo. Pero en Fijamos la hora de trabajo de acuerdo a lo que
el año 1990 éramos socios de la cooperativa taba- estaba en la zona, a razón de ese precio nos adju-
calera y un asesor nos dijo que hiciéramos los al- dicamos la hora. Antes nos habíamos puesto de
mácigos (plantines de tabaco previos a la planta- acuerdo: el tractorista cobraría un 30% más que
ción) todos juntos. Nos pusimos de acuerdo para los demás, hombre o mujer, no habría diferen-
probar. Decíamos es como trabajar todos juntos cias por sexo. Nos habíamos puesto de acuerdo
con un solo patrón, la cooperativa “El Sacrificio” que tractorista, fumigadores de noche y los que
que es nuestra será nuestro patrón con la diferen- trabajaron los domingos cobrarían más. No era
cia que teníamos que organizarnos nosotros y or- un plus en pesos sino en horas. Él había anotado
ganizar los recursos. 10 horas de tractoristas y nosotros agregábamos
228 Estudios rurales y movimientos sociales. Miradas desde el Sur

30% más, es decir, 3 horas más. Los criterios los Volvíamos a necesitar para comprar algo no pre-
discutimos, los sacamos entre todos, discutimos visto… nuevamente hacíamos el “bolsillo”.
las responsabilidades, por ejemplo un tractoris-
ta tiene que cuidar el capital de todos. En la temporada 1991-1992 cultivaban 22 ha de
Así pagamos, sin recibo, con confianza pagamos tabaco y melón bajo cubierta, tomaban crédi-
el trabajo y nos quedó la mitad del excedente tos y seguían distribuyendo tareas y no tierra.
¿Qué íbamos a hacer? Discutimos que teníamos
Le entregaban el tabaco a la Cooperativa Ta-
que dejar un porcentaje para capitalizar la coo-
bacalera y recibían de parte de esta, insumos
perativa, para las necesidades más urgentes que
tuviéramos y luego el excedente lo adjudicaría- y asesoramiento técnico y contable. Al final de
mos a cada familia de acuerdo a la proporción la temporada sintieron que se habían sobre-
de trabajo. Es decir íbamos a tener ganancias de excedido: durante la actual temporada (1992-
acuerdo a tu dedicación a tu trabajo. 1993) están atravesando por la crisis que ins-
Esto surge porque siempre decíamos que nuestro taura la retirada desordenada del Estado (De-
capital es el trabajo. Todos sabíamos eso, aun los creto de desregulación económica), pero “el
que no saben leer ni escribir el criterio del trabajo colectivo” funciona: dividieron tareas, buscan
era fácil de entender, debemos ganar de acuerdo pequeños proyectos complementarios, sienten
al trabajo, fue simple… ¿a quién se le ocurre la que juntos pueden afrontar la situación en me-
idea?, era clara, era una buena idea… creo que se
jores condiciones.
le ocurre al gallego6 […].
Las decisiones siguen tomándolas entre
ellos, y los “externos” asesoran y aconsejan.
6 Es interesante notar que la idea de tomar el criterio Son pocos y se tienen confianza, van de una
de trabajo para la distribución de excedente surgió en casa a la otra tomando una decisión rápida.
la Cooperativa Campo de Herrera, hace más de veinti- Participan siete familias, unas veinte personas,
cinco años atrás; es muy probable que la gente de allí
deciden entre todos, no han tenido que abordar
haya recomendado el criterio pero ya no se recuerda,
forma parte de los valores cooperativos provinciales. aún el tema de la representación o la delega-
En nuestras investigaciones encontramos que en la pro- ción. Todos actúan por igual, lo cual es igual a
vincia siempre hubo organizadores, personas en distin- decir nadie actúa, ni habla “en nombre de otro”.
tas épocas de este siglo que fueron figuras clave en la Esta experiencia que comenzó como un
creación del movimiento cooperativo, difusores de los
valores de la cooperación.
cambio en las relaciones de producción, puso
“Tucumanas de ojos grandes”. Un estudio sobre acciones colectivas de campesinas tabacaleras 229

al descubierto una serie de problemáticas que actividad desregulada que se inició con esta
tienen que pensar y resolver: el trabajo coope- nueva siembra7.
rativizado sin perder eficiencia productiva; la
igualdad del ingreso pero con respecto a la di-
visión sexual de las tareas; el trabajo hogareño Algunas reflexiones
de la pareja; el cuidado de los niños frente a la a modo de conclusión
participación pública de las madres; el cuidado
de la salud y el medio ambiente; las otras igual- Esta experiencia, así como muchas otras que
dades posibles. se desarrollan en el Norte, se originaron en
El desafío que se les presenta en estos mo- torno de nuevos conflictos y suponen la parti-
mentos es cómo superar la crisis y seguir cre- cipación de individuos que comparten ciertas
ciendo. Los referentes para la toma de decisio- imágenes que les permiten una valorización co-
nes en estos momentos se han diversificado, mún de lo que sucede. Algunos sujetos buscan
existe un discurso “eficientista” de la Coope- diferenciarse: actúan, proponen, movilizan re-
rativa Tabacalera “La Invernada”, que pone el cursos. “El Sacrificio” ha logrado en estos años
acento en el crecimiento económico en sí mis- un nivel de visibilidad que habilita a pensarla
mo más que en las formas de organización del como un actor colectivo en construcción. Pero
grupo (Gras y Ríos, 1992). esta construcción es constante, la organización
Estas mujeres de tez oscura hoy en día no es un resultado, es la finalidad misma de las
participan en reuniones de la cooperati- acciones; en esta construcción se juega la posi-
va grande en condiciones de igualdad con bilidad de reconocimiento e inclusión.
hombres y con técnicos, son escuchadas y Los sectores populares pueden recurrir a
reconocidas. Ellas mismas se extrañan de la múltiples formas de sociedad primordial —el
potencia que han adquirido para hacer res- parentesco, la solidaridad vecinal, la amistad,
petar sus derechos. El lugar que actualmente la cooperación— en la lucha por el hacerse re-
ocupan en la Cooperativa Tabacalera les per-
mite participar en las políticas que se están
7 Cuando revisaba este nuevo trabajo para su publica-
generando allí para los productores campe-
ción hubo un cambio de autoridades en la Cooperativa
sinos y los jornaleros, en la nueva etapa de la Tabacalera. Cristina Juárez dejó de ser vicepresidenta.
230 Estudios rurales y movimientos sociales. Miradas desde el Sur

conocer (Barbero, 1988), y sin escapar del todo actores generaron en los últimos tiempos y en
(situación inimaginable) de la institucionaliza- muchos casos se generan políticas públicas
ción de lo social y de los aparatos de la repro- que los ahogan.
ducción, pueden construir herramientas para Si bien la producción tabacalera posibilita
lograr la inclusión en “los mercados” y en “la un nicho de producción y exportación para
democracia”, para lograr mayor equidad en las el desarrollo de este emprendimiento, las
relaciones sociales que involucran a mujeres, a condiciones generales del país han cambiado
jóvenes y a minorías étnicas. Las cooperativas sustancialmente. La desregulación (la desapa-
(sobre todo las de reciente constitución) apa- rición del Fondo Especial del Tabaco), la libe-
recen en este horizonte de expectativas. ralización del mercado, y hasta el proyecto del
Varios autores han desarrollado argumentos MERCOSUR, si no se modifican condiciones
sólidos sobre las ventajas de las cooperativas iniciales, juegan en contra de la lucha de es-
de trabajo dentro del capitalismo moderno, tos campesinos por la inclusión. Por otro lado
pueden mejorar costos de producción, propi- ni el Estado ni los partidos políticos (gestores
ciar la incorporación de tecnologías avanzadas, dentro del Estado) están capacitados para ges-
sobre todo de gestión; asimismo el capital tien- tionar y representar las demandas de los sec-
de a rendir un retorno fijo y limitado que facili- tores populares.
ta la inversión productiva, etcétera (Baldacchi- Las clases subalternas argentinas hicieron
no, 1990; Holme, 1990). Otros argumentos se suyo durante muchos años, un imaginario po-
orientan por el lado de las cooperativas como lítico que suscitaba la confianza de que parti-
“escuelas para la Democracia”, es decir, espa- cipaban o podían participar en un sistema que
cios donde se juegan los principios de igualdad los incluía y los reconocía: imaginario desde
y control democrático. Sin embargo, en Argen- los ochenta y, más aún, desde el gobierno del
tina no existe actualmente una política dirigida Dr. Menem, no deja margen a dudas sobre la
al fomento de estas organizaciones. Desde el capacidad (o, mejor dicho, la incapacidad) del
gobierno se sostiene, por un lado, el discurso Estado de hacerse cargo de las demandas de
de los “microemprendimientos” como herra- “inclusión” de los sectores populares. En el
mienta de política social, pero, por el otro, se nuevo modelo de país el Estado no expande
ignoran los emprendimientos que los propios “ciudadanía”, sino todo lo contrario.
“Tucumanas de ojos grandes”. Un estudio sobre acciones colectivas de campesinas tabacaleras 231

Uno de los resultados más interesantes de las acciones del grupo para lograr insertarse en
esta, como de otras experiencias, reside en una red de relaciones que permiten sostener la
constatar la predisposición “modernizante” experiencia.
de los actores: toman créditos, recibe asesora-
miento tecnológico, participan en programas
sobre la mujer, se preocupan por los factores Bibliografía
contaminantes del tabaco, etcétera. No existen
lógicas diferenciales de los campesinos que Aparicio, S., Giarracca, N. y Teubal, M. 1992
justifiquen la orientación que los excluye del “Trasformaciones en la agricultura argentina.
mercado, existen condiciones de aislamiento Impacto sobre los sectores sociales” en Jorrat,
y subordinación que no son fáciles de supe- R. y Sautu, R. (comps.) Después de Gino
rar. Las acciones colectivas autogeneradas, así Germani: exploraciones sobre la estructura
como aquellas que son producto de interven- social argentina (Buenos Aires: Paidós).
ciones externas programadas, constituyen he- Baldacchino, G. 1990 Worker Cooperatives
rramientas eficaces para superar el aislamien- with Particular Reference to Malta:
to, aunque esto solo no baste. An Educationists Theory and Practice
La pregunta que está en juego, pues, es so- (La Haya: Institute of Social Studies)
bre las condiciones de posibilidad para gene- Occasional Paper N° 107.
rar redes sociales capaces de autosostener Barbero, M. 1988 “Comunicación, pueblo y
estas iniciativas. Los apoyos más importantes cultura en el tiempo de las transnacionales”
que aparecieron hasta ahora se han originado en Gilli, G. (comp.) Comunicación y
en algunos espacios internos del movimiento cultura en América Latina (Buenos Aires:
cooperativo nacional e internacional, dentro CLACSO).
de sus redes institucionales, o a partir de otras Bourdieu, P. 1988 Cosas dichas (Buenos Aires:
organizaciones no gubernamentales extranje- Gedisa).
ras, sobre todo europeas. En nuestro ejemplo, Bourdieu, P. 1988 La distinción (Madrid:
tanto el movimiento cooperativo como las or- Taurus).
ganizaciones que apoyan a mujeres campesi- Boyer, R. 1980 La teoría de la regulación: un
nas o a microemprendimientos han facilitado análisis crítico (Buenos Aires: Humanitas).
232 Estudios rurales y movimientos sociales. Miradas desde el Sur

Cheresky, I. 1991 “Creencias políticas, partidos Holmen, H. 1990 “State, cooperatives


y elecciones” en Cuadernos del Instituto de and development in Africa” en The
Ciencias Sociales (Buenos Aires: Instituto Scandinavian Institute of Africa Studies
de Ciencias Sociales, Facultad de Ciencias (Upsala) Research Report N° 86.
Sociales, UBA) N° 2. IPDERNOA (Instituto Provincial de
Diani, M. 1992 “Analysing Social Movement Desarrollo Rural del NOA) 1992 Los
Network” en Diani, M. y Eyerman, R. (eds.) pequeños productores de Tucumán.
Studying Collective Action (Londres: SAGE). Diagnóstico y alternativas (Tucumán,
García Canclini, N. 1988 “Reconstruir lo Universidad Nacional de Tucumán, Serie
popular”, ponencia presentada en el Investigación).
seminario “Cultura popular: un balance Laclau, E. y Mouffe, C. 1987 Hegemonía
interdisciplinario” (Buenos Aires). y estrategia socialista, Hacia una
Giarracca, N. 1992 “Sectores populares radicalización de la democracia (Madrid:
rurales y políticas de ajuste en Argentina: Siglo XXI).
arrinconamiento, exclusión, acciones Mainwaring, S. y Viola, E. 1987 “New
colectivas”, ponencia presentada al VII Social movements, political Culture and
Congreso Mundial de Sociología Rural, Democracy Brazil and Argentine in the
Pennsylvania, EEUU. 1980’s” en Telos, N° 61.
Giarracca, N. y Aparicio, S. 1991 “Campesinos Melucci, A. 1987 “An end to Social Movement?
cañeros: multiocupación y organización” Introductory paper to the sessions on
en Cuadernos del Instituto de Ciencias New Social Movement and change in
Sociales (Buenos Aires: Instituto de organizational forms” en Social Science
Ciencias Sociales, Facultad de Ciencias Information, Vol. 23, N° 4-5.
Sociales, UBA) N° 3. Melucci, A. 1992 “Frontier Land: Collective
Gras, C. y Ríos, M. 1992 “Encrucijada en una Action between Actors and Systems” en
actividad agroindustrial en expansión: Diani, M. y Eyerman, R. (eds.) Studying
inclusión democrática o subordinación de Collective Action (Londres: SAGE).
los sectores subalternos” en Revista de Minujin, A. 1991 “En la rodada”, ponencia
INDELCOOP (Buenos Aires). presentada en seminario “Efectos de la
“Tucumanas de ojos grandes”. Un estudio sobre acciones colectivas de campesinas tabacaleras 233

Crisis en la Sociedad Argentina, Los nuevos Vargas, V. 1991 “The Women’s Movement
pobres” (S/d: UNICEF). in Perú Streams, Spaces and Knots”
Nun, J. 1987 La rebelión del coro, estudios en Revista Europea de Estudios
sobre la racionalidad política y el sentido Latinoamericanos y del Caribe (Holanda:
común (Buenos Aires: Nueva Visión). CEDLA) N° 50.
Página/12 1992 “La marcha continúa” en
Página/12, 30-4.
Rodríguez, M. T. 1992 “La relación entre
movimiento social y democracia desde una
perspectiva de género: el caso de las ‘Madres
de Plaza de Mayo’, 1980-1988”, ponencia
presentada en la II Jornadas de Historia de
las Mujeres (Buenos Aires: FSOC-UBA).
Secretaría de Acción Cooperativa 1989 Cinco
años de acción cooperativa (Buenos Aires:
Ministerio de Economía).
Secretaría de Agricultura, Ganadería y Pesca
1989 “Tipos de trabajadores y mercado
laboral en la producción de tabaco virginia
en la provincia de Jujuy”, preliminar, mimeo.
Slater, D. 1985 “New social movement and
old political questions. Rethinking state-
society relations in Latin American
Development”, ponencia presentada al
XV Congreso Internacional de Ciencias
Políticas (Buenos Aires).
Teubal, M. 1985 Crisis y deuda externa:
América Latina en la encrucijada (Buenos
Aires: IDES).
El oficio del sociólogo o de los
sociólogos con oficio*
Norma Giarracca y Susana Aparicio**

N orma Giarracca: Me gustaría dedicar diez


minutos a que nos presentáramos. Daniel
Suárez ya lo hizo, pero agregaría que, efectiva-
dó en el país, también hizo un posgrado y ade-
más, hizo parte de su carrera en el CONICET,
trabajando en CEIL (Centro de Estudios e In-
mente, Susana Aparicio y yo hace muchos años vestigaciones Laborales).
que trabajamos juntas, además estudiamos Ayer, cuando repasaba el material que les ha-
juntas la carrera de Sociología y por lo tanto bía enviado para leer, pensé que había sido una
compartimos este oficio de hacer investigación elección muy pertinente porque, como ustedes
desde tiempo atrás, con el único paréntesis de vieron, la mayoría de los ejemplos que pone
ocho años, en los que yo estuve en el exterior, Pierre Bourdieu son sobre educación y cuando
varios de ellos en México. Allí hice un posgra- uno encuentra ejemplos que hacen a la propia
do y trabajé sobre el campesinado mexicano. práctica puede llegar a percibir o darse cuenta
Mientras tanto, Susana Aparicio, quien se que- mejor de los problemas que marca el autor. En
relación con la lectura —no sé si todos uste-
* Giarracca, N. y Aparicio, S. 1995 “El oficio del soció-
des pudieron hacerse del material y leerlo— yo
logo o de los sociólogos con oficio” (sel.) en Schuster, F.; querría pedir disculpas por la traducción: fue
Giarracca, N.; Aparicio, S.; Chiaramonte, J. C. y Sarlo, B. hecha —para la discusión interna de nuestro
El oficio del investigador (Buenos Aires: Homo Sapiens equipo de investigación— por un miembro del
/ Instituto de Ciencias de la Educación, UBA) pp. 53-77. mismo que maneja bien el francés, pero la tra-
** Magíster en Sociología. Investigadora principal del
ducción tiene algunos problemas de redacción
CONICET (Argentina). Docente e investigadora con y de ortografía. Les pido disculpas por no haber
una extensa trayectoria en temáticas rurales. revisado la versión que envié para esta charla.
236 Estudios rurales y movimientos sociales. Miradas desde el Sur

Quiero comenzar mi exposición, justamen- Esta investigación da lugar al “Cuaderno” que


te con una de las primeras frases de Bourdieu. les recomendamos revisar —“El Campesinado
Como ustedes vieron, en ese trabajo reflexio- cañero: multiocupación y organización”—, pu-
na sobre los problemas de la tarea de investi- blicación que sale en 1990. Pero de esta primera
gación: era una serie de reuniones que incluía parte de la investigación salen otros trabajos,
distintas presentaciones de investigadores se abren muchas otras preguntas. Nosotras les
invitados1. Pierre Bourdieu toma al público vamos a narrar los problemas que tuvimos en
desprevenido y le pide a cada uno que cuente esta etapa inicial. A partir de ese trabajo salen
sus trabajos. Él dice que lo pide sorpresiva- diversas investigaciones de becarios, salen tesis
mente adrede, para que nadie esté preparado de maestría en el país y en Holanda.
y tenga un discurso demasiado armado sobre Desde 1984, Susana y yo estamos trabajando
sus investigaciones. Y dice que la exposición en la problemática agroindustrial y en la pro-
de una investigación es todo lo contrario a un blemática de los actores dentro de los espacios
show, a una exhibición en la que uno busca agroindustriales, pero elegimos reflexionar
hacerse ver y hacerse valer. Es un discurso en con ustedes sobre esta investigación en con-
el que uno al a poner, se expone, toma riesgos. creto porque pensamos que plantea muchas
Y, precisamente, esto es lo primero que quiero cuestiones interesantes desde el punto de vista
decirles. Nosotras no somos epistemólogas. de nuestro oficio. Nosotras vamos a plantear
No somos metodólogas sino que somos dos algunos problemas que tuvimos en el proceso
investigadoras que venimos trabajando en in- de investigación, siempre con referencia a la
vestigación en Sociología Rural aplicada des- misma, haciendo referencia a nuestra propia
de hace muchos años, y que aceptamos esta problemática. No vamos a hacer una reflexión
invitación para contarles los problemas que teórica, epistemológica, sobre los problemas
tuvimos en una de ellas: la articulación del de investigación, sino que vamos a hacer una
campesinado al complejo agroindustrial cañe- reflexión acerca del proceso mismo, de la acti-
ro de Tucumán. vidad misma que nosotras fuimos desarrollan-
do a lo largo del período.
Una de las razones por las cuales elegimos
1 El trabajo recomendado es Bourdieu, 1992. para comentar con ustedes esta investiga-
El oficio del sociólogo o de los sociólogos con oficio | N. Giarracca y S. Aparicio 237

ción, fue porque ella nos requirió mayor nivel Armar un equipo en la Universidad, ¿qué sig-
de reflexión metodológica. Tuvimos una serie nificó? Significó que Susana y yo, que veníamos
de problemas que aparecieron en el trabajo trabajando desde hacía muchísimos años con
de campo, con la muestra, que nos demandó supuestos y con consignas, procedimientos,
decisiones, opciones, consultas con colegas, procederes, reglas en el sentido de Bourdieu,
cuestiones que hacen “a la cocina” de la inves- estrategias implícitas, tuvimos que empezar a
tigación. Pero además fue la primera investiga- explicitarlas porque tuvimos que comenzar a
ción, después de muchos años, que hicimos en sostener nuestras actividades frente a los mu-
el ámbito de la Universidad de Buenos Aires. chachos que estaban aprendiendo a investigar
Hasta ese momento habíamos estado traba- con nosotras. Esto fue una tarea tan fascinante
jando sobre la problemática de la expansión que nos llevó a dejar CEPA y radicarnos en lo
agroindustrial en un centro privado de inves- que en aquel entonces era el Instituto de Socio-
tigación, el CEPA (Centro de Estudios y Pro- logía y después sería el actual Instituto de Cien-
moción Agraria) y estábamos dando cursos y cias Sociales. Así, el equipo de las sociólogas
seminarios y la materia Sociología Rural en la rurales de mediana edad, para no decir grandes,
Universidad. En los años 1987 y 1988 comien- que veníamos trabajando desde 1970, comenzó
zan los subsidios de investigación de UBACYT. a abrirse a los nuevos sociólogos rurales en for-
Nosotros teníamos subsidios de investigación mación. Cuando comenzaron a investigar hubo
para el CEPA del CONICET y decidimos poner que plantear preguntas y procedimientos y no
una parte de la tarea de mayor relevancia so- en forma teórica como se hace en las materias
ciológica, la que hacía a los actores sociales, metodológicas, sino en forma práctica: toman-
en la Universidad de Buenos Aires. Lo hicimos do decisiones y sosteniéndolas, argumentándo-
con el convencimiento de que la investigación las frente a los jóvenes aprendices.
sería, además, una herramienta de trabajo con Las principales preguntas que iniciaban la
los alumnos. Y así fue, a partir del proyecto, en investigación tenían que ver con la capacidad
el marco del mismo, se presentaron varios be- de los campesinos, sectores desfavorablemente
carios. Daniel (Suárez) lo sabe muy bien por- ubicados en la actividad azucarera, para generar
que fueron becarios a pedir fondos para viajar y poder utilizar la organización como una herra-
a Tucumán y lo tuvieron bastante loco. mienta para transformar en algún sentido sus
238 Estudios rurales y movimientos sociales. Miradas desde el Sur

condiciones de existencia. Entonces por eso, la cuestión de la convivencia de distintas genera-


elección de esta investigación, para reflexionar ciones que están trabajando y formándose en
con ustedes. Antes habíamos hecho otra sobre el un mismo lugar. Esto que aparece como una re-
complejo arrocero en el NEA, después hicimos lación natural en la Universidad o en cualquier
muchas más en el NOA, sin embargo cuando Su- otro centro que sea un centro de investigación
sana Lamboglia me propuso esta conversación, y docencia —porque no todos los centros de
Susana Aparicio y yo no tuvimos ninguna duda docencia son universidades— no aparece
y elegimos hablar sobre esta experiencia, que como natural en centros donde generalmente
se puede compartir, que se puede discutir y que aparece una sola generación o aparece la otra
puede servir, creo, para saber los problemas que como auxiliar y no en tanto tarea consciente
se le presentan a un sociólogo cuando está tra- de formación. Y la segunda razón para elegir
bajando en investigación. la Universidad es por lo que dice un conocido
Querría hacer una pequeña referencia a la científico del campo de las ciencias duras, que
cuestión institucional. Antes dije que elegimos es el Dr. Benjamín Fridman, y es que la tarea
la Universidad de Buenos Aires porque noso- de investigación, la tarea científica, es una ta-
tras estábamos ahí dando clases, pero además rea demasiado importante para la humanidad
fue con la convicción de que la elección del lu- como para que no haya algún control, alguna
gar donde se hace investigación es relevante. evaluación de la sociedad en su conjunto a
Uno no puede hacer cualquier investigación en través del Estado. Creo que estas son las dos
cualquier parte: la institución que la contiene, razones que me parecen de mayor peso para
que es sede, es importante. Y creo que para creer que la investigación debe hacerse dentro
las investigaciones en Sociología —yo hablo del marco de la Universidad.
por la Sociología— y en las Ciencias Sociales La otra cuestión, en relación al planteo ins-
en general y, es más, yo diría en las ciencias titucional, es que nosotras somos sociólogas
en general, uno de los mejores lugares para in- rurales que siempre hemos trabajado fuera
vestigar es la Universidad. Y esto por muchas de la región pampeana, tal vez porque somos
razones; una de las razones es por esto que yo de esa generación donde el trabajo de la So-
planteaba antes, por esta cadena generacional ciología Rural estaba muy ligado a los proble-
que coexiste dentro de la Universidad, por esta mas sociales. Cuando nosotras empezamos a
El oficio del sociólogo o de los sociólogos con oficio | N. Giarracca y S. Aparicio 239

trabajar en Sociología Rural los economistas tura, yo considero que los problemas que noso-
agrarios (que generalmente eran ingenieros tros trabajamos en las regiones no pampeanas
agrónomos que habían hecho un posgrado en son problemas sociales del agro argentino, y yo
Economía Agraria) se ocupaban de la cuestión diría más, son problemas que hacen a la Teoría
económica o productiva que se relacionaba Social. La Sociología Rural es tributaria de la
con las divisas para el país, y esa producción Teoría Social. Le ha aportado algunas cuestio-
se hacía en la región pampeana. Así nos deja- nes específicas, como el problema de la renta
ban a los antropólogos y a los sociólogos las agraria o como la cuestión campesina. Pero es
cuestiones regionales del campo argentino. Si tributaria de la Teoría Social. Por lo tanto yo no
bien cuestiones sociales se daban tanto en las me considero una socióloga rural especialista
regiones no pampeanas como en la pampeana, en una región del país, sino que me considero,
el imaginario “tecnocrático” decía que la región primero y antes que nada, una socióloga, y des-
pampeana no necesitaba de la perspectiva so- pués una socióloga rural en general.
cial. Había un discurso oficial, un discurso ins- Pero esta cuestión, que así se fue dando,
titucional que nos orientaba hacia regiones de nos llevó a que siempre trabajáramos en zonas
problemas sociales más importantes. Se trata- muy alejadas de nuestro lugar de residencia y
ba de los pobres rurales, o sea la mano de obra con muchas complicaciones como para levan-
rural, los jornaleros rurales o los campesinos, tar —hijos, maridos— e instalarse en otra re-
y los sociólogos rurales nos orientábamos a gión del país. Por lo tanto, nosotros, en nuestra
abordar los problemas de las llamadas econo- práctica de investigación también tuvimos que
mías regionales. Esta demanda externa llegó desarrollar —y esto es bueno que lo desarro-
a una especialización, y yo diría que en algún lláramos— el trabajo con otras instituciones.
momento —por lo menos por mi parte y creo Porque nosotros estábamos trabajando en re-
que de parte de Susana Aparicio también— nos giones, en problemáticas que se daban en un
llevó a una decisión, una opción. Cuando uno espacio, en regiones muy alejadas de nuestro
comienza a acumular capital académico, como lugar de trabajo y de nuestro lugar de residen-
diría Bourdieu, en alguna especialización, des- cia. Y esto es importante. Para nosotros es una
pués tiene la tendencia a seguir trabajando necesidad, y aprendimos a hacerlo como una
sobre esa problemática. Sin embargo a esta al- necesidad, pero creo que aprendimos a hacer-
240 Estudios rurales y movimientos sociales. Miradas desde el Sur

lo. Este trabajo, como el resto de los trabajos son necesariamente relaciones cara a cara, uno
que hicimos sobre el NOA, no se hubiese podi- puede estar relacionado con otras partes del
do realizar si no hubiésemos tenido el apoyo de mundo, lo cual enriquece la tarea del equipo.
la Universidad Nacional de Tucumán. La parte Otro problema, bastante complicado para
del complejo azucarero en su conjunto no la los científicos sociales, es la construcción del
hubiésemos podido realizar si no hubiésemos objeto de investigación. Creo que ese es uno
tenido el apoyo de la Universidad Nacional de de los pasos más difíciles y más complicados
Jujuy, de los INTA regionales; y esto que apa- de la tarea del investigador, de la tarea del
rece para nosotras como algo imprescindible, investigador en Ciencias Sociales. Y yo diría
creo que tiene que ser un paso importante en bastante complicado para los sociólogos. Bou-
todo proceso de investigación. rdieu insiste mucho sobre esto, ustedes habrán
Las conexiones con las instituciones de in- leído, porque él está constantemente discutien-
vestigación del espacio disciplinario e inter- do y debatiendo contra el empirismo, contra el
disciplinario donde estoy me permiten varias empirismo ingenuo. Y está discutiendo, y se la
cosas: un diálogo con quienes están trabajan- agarra constantemente con lo que él llama el
do en temáticas que me conciernen; facilidad “eje Lazarfeld, Merton y Parsons”, formadores
para rastrear el estado de la cuestión; no do- de las mentes, de la actitud y el “habitus” de los
blar esfuerzos en la organización y generación investigadores de muchas generaciones.
de información, etcétera. Estos primeros pasos Nosotras no escapamos a esa formación,
son muy importantes en la construcción, en la nosotras fuimos formadas como sociólogas en
formulación del proyecto y en las revisiones períodos en que la carrera de Sociología tenía
bibliográficas iniciales. Revisión bibliográfica un fuerte componente de la Sociología nortea-
que nos dice cuál es el estado de la cuestión mericana, porque su fundador —Gino Germa-
y quiénes han trabajado sobre el tema. Es el ni— consideraba que los pasos más importan-
rodeo bibliográfico que debo hacer, tanto de tes para el desarrollo de una Sociología cientí-
trabajos aplicados como de trabajos teóricos. fica se estaban dando en Estados Unidos. Aun
Bueno, todo esto está en conexión con las cuando él tenía muy buena formación en So-
relaciones institucionales, que además, tecno- ciología y Filosofía europeas, admiraba a Par-
logías de comunicación modernas mediante, no sons y a la Sociología del norte. Pero también
El oficio del sociólogo o de los sociólogos con oficio | N. Giarracca y S. Aparicio 241

es cierto que permitió que en la Carrera hubie- romper con esta mirada ingenua de la realidad
se otras miradas críticas, otros sociólogos que y para ello contamos con buenos maestros.
comenzaron a formarnos dentro de la Sociolo- Tuvimos que aprender que la realidad como
gía crítica que por aquella época, después de la objeto de conocimiento es una construcción.
posguerra, venía desarrollándose fuertemente, Y es una construcción donde, como dice Bour-
tanto en Estados Unidos como en Europa: los dieu —lo voy a leer porque es muy lindo— dice:
radicals norteamericanos o los miembros de la
Escuela de Frankfurt en Alemania que duran- Construir el objeto supone que se tiene frente a
te el nazismo se instalan en Estados Unidos, los hechos una postura activa y sistemática para
etcétera; además se veían a los Interaccionis- romper con la pasividad empirista que no hace
tas Simbólicos y a los Etnometodólogos. Sin sino ratificar las preconstrucciones del sentido
común. No se trata de proponer grandes cons-
embargo, en nuestra formación metodológica,
trucciones teóricas vacías sino de abordar un
nosotros aprendimos las cosas básicas de la
caso empírico con la intención de construir un
Sociología empirista: “la variable se constru- modelo que no tiene necesidad de revestir una
ye con los indicadores”; “la realidad social es forma matemática o formalizada para ser riguro-
cuantificable”; “no tengo más que construir so, para ligar los datos pertinentes de tal manera
las herramientas para acercarme a la realidad que funcionen como un programa de investiga-
y medirla”; “cuando tengo las mediciones de ción, planteando preguntas sistemáticamente. En
la realidad, tengo la matriz de datos y puedo una palabra, de construir un sistema coherente
plantearme una serie de relaciones”. Y cuan- de relaciones que debe ser puesto a prueba en
ta más matemática y cuantos más coeficien- tanto que tal. (Bourdieu, 1992)
tes use, y cuantas más cuentitas largas haga,
más rigurosidad tendrá esta formulación. Todo Como ustedes habrán visto, lo que él plantea
esto fue parte de nuestra formación. Y como constantemente en la formulación del proble-
dice Bourdieu, romper con esto, plantearnos la ma, lo que yo llamo “la tematización”, que tal
duda radical del investigador, la nueva mirada vez es uno de los procesos más difíciles en la
del investigador fue un proceso largo, fue un formulación del proyecto de investigación, su-
proceso de trabajo con investigadores forma- pone formar un sistema de relaciones. En ge-
dos. Tanto Susana Aparicio como yo debimos neral, en mi experiencia como lectora de pro-
242 Estudios rurales y movimientos sociales. Miradas desde el Sur

yectos de investigación de jóvenes postulantes tal agroindustrial. Aquello que Kautsky, a fina-
a becas (esto lo digo al margen) observo que la les del siglo XIX, cuando escribe La cuestión
mayoría de los proyectos fracasan en el intento agraria, predecía: la subordinación de la agri-
de tematizar. En general lo que se hace es dar cultura al desarrollo industrial, al desarrollo
vueltas alrededor de la relevancia del tema, por del capitalismo. Como ustedes saben, a partir
ejemplo “los pobres en la Argentina”; no hay de la posguerra hay un gran avance no sola-
ninguna duda de que es un tema importante mente en el desarrollo de la tecnología, lo que
pero se gira alrededor de la relevancia que tie- se llamó la “revolución verde”, sino de la inter-
ne estudiar a los pobres en la Argentina y no se nacionalización del capital agroindustrial, del
tematiza, no se plantea, de este referente empí- capital industrial invirtiendo en las ramas agro-
rico, una cuestión digna de ser investigada. ¿Se industriales o agroalimentarias. Y esto apare-
entiende lo que quiero decir? Este es uno de cía en todos los países, se estaba analizando en
los problemas más importantes que aparece en todos los países, yo misma venía de estudiarlo
la formulación de proyectos de investigación. en México. Allí, habíamos visto cómo ya no se
¿Qué nos pasó a nosotros cuando tuvimos podía pensar la cuestión campesina en los tér-
que “tematizar” en la investigación? Nosotros minos en que se la había pensado en la década
veníamos con un capital académico: éramos del cuarenta o en la década del treinta, sino que
autoras de estudios sobre actividades agroin- la cuestión campesina estaba atravesada por la
dustriales y estudios sobre la cuestión campe- presencia del capital agroindustrial, se subor-
sina. Un capital académico que nos permitía dinara o no se subordinara a la agroindustria.
pensar sobre lo que había pasado con los cam- Regiones que se subordinaban, regiones que no
pesinos en el país. Nos interesaba qué estaba se subordinaban, pero toda la cuestión campe-
pasando —no solo qué había pasado—, qué sina estaba atravesada por la expansión agro-
sucedía con este impresionante proceso de ex- industrial.
pansión del capital agroindustrial. Muchos so- Nosotras habíamos estudiado lo que había
ciólogos, antropólogos, economistas plantea- pasado con la expansión agroindustrial en Ar-
ban que había aparecido un nuevo ordenador gentina. Habíamos encontrado ciertas especifi-
de los espacios agrícolas en América Latina en cidades nacionales de la expansión agroindus-
función de esta expansión importante del capi- trial. Les digo una sola para que tengan idea. Ha-
El oficio del sociólogo o de los sociólogos con oficio | N. Giarracca y S. Aparicio 243

bíamos encontrado que el capital transnacional En el caso del arroz, habíamos encontrado que
no se ubicaba en las etapas de procesamiento algunos formaban molinos cooperativizados y
como ahora (en los noventa) lo hace. En los se- otros encontraban una salida individual com-
tenta y ochenta se había ubicado básicamente prando un pequeño molino propio. A diferencia
en los insumos, fundamentalmente en la venta de lo que yo había encontrado en México, que
de las semillas —la aparición de los híbridos, era fundamentalmente que el capital industrial
los fertilizantes, los agroquímicos, etcétera— proponía la salida para el sector agrario, aquí
Pero nuestra preocupación por el tema pasa- encontrábamos un sector, actores sociales
ba por lo que ocurría con los actores sociales, agrarios muy activos, con estrategias muy acti-
qué cambios se estaban dando en la estructura vas en la incorporación agroindustrial.
social. La idea era estudiar, elegir algunos com- Entonces dijimos: ¿qué pasa con los cam-
plejos agroindustriales que estuviesen ligados pesinos? ¿Qué pasa con una actividad agroin-
a productores familiares. Habíamos estudiado, dustrial tradicional, como la cañera, pero que
hasta ese momento, el complejo agroindus- estaba sufriendo transformaciones? Comple-
trial arrocero, donde participaban producto- jos agroindustriales tradicionales o complejos
res empresariales, pequeños y grandes, pero agroindustriales nuevos eran atravesados por
no participaban “campesinos”. Y estábamos estas tendencias macroestructurales que esta-
encontrando cosas interesantes. Estábamos ban ocurriendo en la mayor parte de América
encontrando que esta cuestión de las particula- Latina y yo diría, en la mayor parte del mun-
ridades que la expansión agroindustrial eviden- do. Era un desafío porque era muy importante
ciaba en Argentina, tenía mucho que ver con la saber qué estaba pasando con un actor social
estrategia de los actores sociales. Estábamos que había sido un actor social y político muy
encontrando que allí donde el proceso de inte- importante: el campesinado cañero. ¿Por qué?
gración agroindustrial aparecía, por la deman- Porque no cabían dudas de que aparte de ser
da tecnológica, por la demanda productiva, un sector con características “no capitalistas”
como necesario, no era necesariamente el ca- en su forma de producir, el campesinado tu-
pital agroindustrial que subordinaba al sector cumano era un sujeto político importante. Un
agrario sino que había acciones de los actores sujeto político que había sido actor provincial
agrarios, por ejemplo formando cooperativas. y regional muy importante. Desde la forma-
244 Estudios rurales y movimientos sociales. Miradas desde el Sur

ción del primer Sindicato Cañero, en la déca- y Jujuy), como Ledesma o como San Martín
da del cincuenta, las respuestas, las acciones del Tabacal, nosotros encontrábamos que en
políticas habían sido estacadas en cada uno la actividad cañera, persistía este sector de pe-
de los períodos de crisis que había sufrido la queños productores. Quiero decir que nosotros
actividad azucarera en Tucumán. Si nosotros estábamos oyendo en la etapa exploratoria una
pensamos, la primera cooperativa de trabajo cantidad de discursos que daban cuenta de tal
que permanece hoy como cooperativa de tra- existencia. Y aquí aparece un elemento muy
bajo, ejemplo en todo el país, es la de Campo importante, un problema muy importante que
de Herrera en Tucumán. Y es cañera. Creo que es esto que Bourdieu llama las pre-nociones o
Francisco Delich fue el que primero lo enun- las pre-construcciones. Nosotras, como soció-
cia, pone de manifiesto la condición campe- logas, teníamos por un lado un capital acadé-
sina cuando hace su estudio en el año 1965, mico, la problemática teórica del campesina-
saca un libro que se llama Tierra y conciencia do en el desarrollo agro-industrial, habíamos
campesina2, que es un estudio de los campesi- estado pensando, nos habíamos dado cuenta
nos cañeros, en que el autor decide dejar eufe- de que había que re-pensar conceptos funda-
mismos y llamarlos campesinos. mentales, que eran necesarias nuevas inter-
Entonces la pregunta fundamental es que pretaciones. Yo estaba trabajando un concepto
había pasado con los campesinos cañeros que se usó mucho en América Latina, que es
dentro del proceso de transformaciones agro- el concepto de “subordinación o de integración
industriales. Cuáles eran los mecanismos que subordinada”, de acumulación subordinada.
habían permitido la persistencia de los campe- Teníamos un capital académico que nos permi-
sinos cañeros, aun con las transformaciones tía acercarnos a la problemática, pero también
del complejo agroindustrial azucarero. fuimos receptoras, en la etapa exploratoria, de
Frente a la modernización y a una serie de ciertos discursos. Había un discurso técnico —
estrategias empresariales que se habían plan- de los técnicos del INTA por ejemplo—, había
teado en los grandes ingenios del Norte (Salta un discurso político y teníamos un discurso
académico. El último trabajo integral que se
había hecho sobre los campesinos cañeros era
2 Para conocer la experiencia de “El Sacrificio” ver
Giarracca, 1994. el de Delich, publicado en el año 1970. Delich,
El oficio del sociólogo o de los sociólogos con oficio | N. Giarracca y S. Aparicio 245

en aquel entonces decía: el 98% de la estructura teníamos el discurso técnico que decía: el 90%
social cañera de Tucumán son campesinos. No o el 95% de los productores de caña son mini-
utilizan mano de obra asalariada, no tienen me- fundistas campesinos, tienen un cupo menor a
canización, no utilizan tractor, no tienen nin- las veinte toneladas de caña. Por lo tanto son
gún nivel de capitalización y raramente salen campesinos. El discurso político o de las orga-
a trabajar afuera. Son campesinos puros que nizaciones gremiales, y en ese momento tanto
tienen una hipervaloración de la tierra. La rela- las cooperativas en formación como las más an-
ción trabajo-tierra es la relación fundamental y tiguas y las federaciones de cooperativas en for-
de ahí su bajo nivel de conciencia política. De mación, la Liga de Cooperativas Cañeras, con
ahí, su adhesión al peronismo y su no adhesión quienes más discutimos este trabajo, decían lo
revolucionaria, como se podía esperar de los mismo: la estructura de caña en Tucumán es
sectores jornaleros o de proletarios. Este era, básicamente minifundiaria, son productores
en términos generales, el esquema de interpre- pequeños, con bajo nivel de capitalización y por
tación de Delich. lo tanto no se puede tomar ninguna medida eco-
Después del trabajo de Delich no había habi- nómica en Tucumán que no afecte a esa masa
do otros trabajos importantes. empobrecida de productores.
Ustedes saben que el último Censo Agrope- Pero aparte de eso —por supuesto que este
cuario anterior al de 1988 es el censo de 1969. también era el discurso de los dirigentes de la
O sea que era el trabajo de Delich y el censo Unión de Productores Cañeros Independien-
agropecuario y después algunos trabajos del tes (UCIT)—, a medida que nosotros íbamos
INTA, que eran trabajos técnicos. Esto se creía planteándonos la formulación del problema,
conocer porque en 1988, cuando iniciamos el también nos encontramos con que algunos tra-
trabajo, el Estado aún entregaba cupo de pro- bajos académicos, sobre todo de economistas,
ducción, decía cuánto podía producir cada uno, planteaban la misma situación: hay un 90% de
de acuerdo a un registro de productores. Esta- campesinos, de productores pequeños, con
ba totalmente regulada la comercialización. Se bajo nivel de capitalización, con una estructura
decía cuánto se iba mandando de azúcar al mer- homogénea, etcétera.
cado por mes. La Dirección Nacional de Azúcar Estos fueron los discursos que heredamos,
regulaba todo ese proceso. Entonces, nosotros estas eran las prenociones, diría Bourdieu, con
246 Estudios rurales y movimientos sociales. Miradas desde el Sur

que nosotros nos encontramos. Nuestra acti- ubicación estructural, es importante, que los
tud, nuestra estrategia de investigación fue la agentes están ubicados en una posición y las
de la duda: cómo puede ser que las otras ac- posiciones estructurales no son intercambia-
tividades agroindustriales habían sufrido tre- bles. Esto es un supuesto teórico que apren-
mendas transformaciones y no así la cañera. dimos con Miguel Murmis. Él siempre dice
No teníamos censo agropecuario, pero los cen- que lo primero que tenemos que saber cuando
sos de población, cuando tomaban categorías nos planteamos una problemática en el sector
ocupacionales, daban transformaciones en las agrario es quién produce, cómo produce, para
regiones de pequeños productores. Pero en el quién produce, con qué medios produce. Pero
Tucumán cañero, según toda esta gente, no ha- desde el comienzo nosotras combinamos esta
bía pasado nada. perspectiva estructural con otra que enfoca la
Pero para nosotras el registro de producto- acción de los actores, que plantea la contingen-
res de la Dirección Nacional del Azúcar era un cia del hecho social.
recurso técnico muy importante. Y efectiva- Nosotras utilizamos para este trabajo mu-
mente allí figuraba que había 17 mil nombres chas herramientas técnico-metodológicas,
de productores y que un gran porcentaje de utilizamos encuestas, utilizamos entrevistas
esos nombres tenían pequeños cupos. Cupos cerradas, utilizamos entrevistas abiertas, utili-
de tres toneladas, dos toneladas, cuatro tonela- zamos participación en reuniones y finalmente
das. Efectivamente había un registro estadísti- derivamos en un método que veníamos traba-
co, una construcción, un dato construido —de jando desde hace muchos años, con nuestras
esto después va a hablar Susana— del registro propias particularidades por supuesto, y que
de productores, que hablaba de 17 mil produc- después nos alegró Touraine le pusiera nom-
tores con bastante homogeneidad. bre: “intervención sociológica”. Pero nosotras
La decisión de cómo plantearnos el proble- nos dimos cuenta de que estábamos trabajando
ma de la persistencia campesina y lo que había el método Touraine sin saber de su existencia
pasado con el campesinado en su relación con (en 1984 aparecen las primeras publicaciones
los cambios agroindustriales fue una decisión sobre el método). También Alberto Melucci
que tenía que ver con la problemática teórica en Milán, había reflexionado bastante sobre el
que plantea que la ubicación de los agentes, la asunto. Pero la decisión de qué herramientas
El oficio del sociólogo o de los sociólogos con oficio | N. Giarracca y S. Aparicio 247

construir tiene que ver con la problemática teó- dicación estructural de estos sujetos. La deci-
rica y tiene que ver con los recursos con que sión fue hacer la encuesta, y con qué elementos
nosotras contamos. Yo estoy de acuerdo con hicimos la encuesta es algo que voy a dejar que
Bourdieu cuando dice que es difícil trabajar cuente Susana.
con datos construidos por otros; a la realidad Pero antes quiero decirles que aparte de la
hay que interrogarla y hay que interrogarla de encuesta, nosotras trabajamos con entrevis-
acuerdo a nuestras ideas, de acuerdo a nuestra tas, trabajamos con historias de vida, trabaja-
problemática teórica. Dice: cada vez que noso- mos con entrevistas cerradas sin grabador y
tros nos encontramos con datos construidos trabajamos con entrevistas abiertas, historias
por otros y queremos interrogarlos nos encon- de vida con grabador. Y ahí la recolección de
tramos que es un problema. Pero sin embargo, información permitió que realmente los pro-
yo creo que sobre todo los últimos dos censos, blemas teóricos que nos habíamos planteado
tanto el Censo de Población como el Censo en un comienzo se ramificaran, aparecieron
Agropecuario fueron hechos con mucha parti- muchos problemas relevantes que permitieron
cipación de los usuarios. En el censo agrope- que la investigación se ramificara. Por ejemplo,
cuario nosotras participamos, criticamos, tra- Clara Cravioti trabajó toda la cuestión de la or-
bajamos las categorías. Si hubiésemos tenido ganización gremial de los cañeros. Otra becaria
el Censo Agropecuario —nosotros hicimos la trabajó la historia de cómo aparecieron —por-
encuesta en el mismo año del censo— no hu- que el final de la historia es que la estructura
biésemos hecho la encuesta. ¿Se entiende? social no era homogénea sino tremendamen-
Porque hubiésemos pedido al Censo Agrope- te heterogénea— y esta persona del equipo
cuario tabulaciones especiales, cruzamientos empezó a plantearse el cómo había sido eso,
especiales para la ubicación estructural de cómo había sido el proceso por el cual muchos
nuestros agentes. Faltaba un censo desde 1969. campesinos se habían capitalizado, se habían
Esta fue una decisión. Una decisión muy cara, tecnificado, y apareció esta otra problemática
por otro lado. Hacer una encuesta rural es una de la agricultura familiar, de la agricultura de
de las cosas más complicadas y más caras que los campesinos ricos. Apareció, además, un
hay. Pero una de nuestras primeras decisiones problema que nos sigue obsesionando hasta
fue hacer una encuesta porque no teníamos in- ahora que es esta capacidad de los actores para
248 Estudios rurales y movimientos sociales. Miradas desde el Sur

innovar y para proponer estrategias de acción de los cuales, por supuesto, están los ingenios,
que permitan ubicarlos en mejores condiciones que producen caña. Y dentro de los pequeños
en los procesos de transacción y negociación productores, a diferencia de Delich, que en-
con el resto de los actores, el problema de la contró un campesino homogéneo, todo igual,
organización y del cambio (viejo tema de la encontramos mucha diferenciación; aun con el
Teoría Social). Y apareció otro problema al que respeto que me merece Delich como investiga-
nosotros le dimos nombre, creo que fuimos de dor, estamos poniendo en cuestionamiento su
las primeras en nombrar este fenómeno para el trabajo de los años 1965-1970, porque cuando
sector agrario, lo llamamos “multiocupación”. se empezó a estudiar cómo se habían capita-
Nos dimos cuenta de que además de produc- lizado los campesinos, se encontró que no se
tores eran trabajadores agrícolas, trabajadores habían capitalizado en 1970 o 1972. Muchos se
en las ciudades, trabajadores en la hotelería, habían capitalizado sobre todo por los créditos
se iban al sur a levantar las manzanas, las hijas de Lanusse, pero había muchísimos que ve-
trabajaban haciendo pastelitos y vendiéndolos nían de la década del sesenta. Entonces, ¿justo
en la ruta. Nos dimos cuenta de que la familia Delich en la muestra no los encontró? ¿No le
campesina desarrollaba un abanico de activi- cayeron en la muestra de Delich? ¿O Delich es-
dades que sumaban al ingreso cañero. Por eso taba convencido de que se iba a encontrar con
el título del trabajo fue “Los campesinos cañe- homogeneidad productiva y no se preocupó de
ros” y dos pistas teóricas importantes: organi- la validez de sus datos? Esta es la duda. Nos en-
zación y multiocupación. contramos con que, dentro de lo que llamamos
Si leyeron el trabajo, habrán visto la presen- en términos generales campesinos, nosotros
tación de la estructura social, que es un poco tenemos los que llamamos campesinos puros,
el final del cuento (Giarracca y Aparicio, 1991: o sea que no utilizan mano de obra asalaria-
37, cuadro), nosotros presentamos la estructu- da y no tienen niveles de capitalización, pero
ra social cañera. Y presentamos algo absolu- encontramos campesinos transicionales que
tamente distinto a una homogeneidad social. comienzan a tener elementos capitalistas muy
Planteamos pequeños productores y empresa- importantes dentro de la unidad productiva, y
rios; y empresarios no un 3%, sino que encontra- “familiares capitalizados”. Un 22% de lo que no-
mos 17% de productores empresariales, dentro sotros llamamos “familiares capitalizados”, que
El oficio del sociólogo o de los sociólogos con oficio | N. Giarracca y S. Aparicio 249

fue lo que más nos sorprendió. ¿Cómo pasó Pero nadie había encontrado compra y venta a
esto? Ahora Susana Aparicio les va a contar la vez, todo el mundo decía: los chiquitos ven-
cómo pasó esto. Porque cómo pasó esto tiene den mano de obra, los grandes compran mano
muchísimo que ver con los problemas metodo- de obra, pero nadie se había planteado que en
lógicos, problemas técnicos que tuvimos. todos los estratos pasaba de todo. Y ahí fue
La otra cosa importante —y acá la dejo a cuando revisando material vimos que en todos
Susana, si no me va a matar— es que cuando los países del Tercer Mundo se tiende a la mul-
nosotras nos dimos cuenta de los elementos tiocupación. Uno ve trabajos de la India, traba-
capitalistas que había dentro de la unidad, nos jos de Pakistán, trabajos del resto de América
dimos cuenta de que esos elementos capita- Latina y parece que están repitiendo las cosas
listas no solamente estaban en la demanda de que pasan entre los campesinos argentinos,
contratación de mano de obra sino en esto que aparece la multiocupación. Encontramos una
yo les dije es el final de la historia que es la mul- herramienta de primer nivel que fue una tasa, a
tiocupación, la venta de trabajo. Entonces, ahí, la que nosotras le pusimos el nombre de la au-
aparte de la construcción de variables comple- tora, la llamamos Tasa Patnaik (por Utsa Pat-
jas, tuvimos que buscar, imaginarnos, optar por naik), pero ella la llama “tasa de balance neto
alguna otra herramienta metodológica. En el de fuerza de trabajo”. Y es una tasa que mide
momento de la problemática de la multiocupa- la relación entre fuerza de trabajo comprada y
ción, en el momento en que se rompe ese esque- fuerza de trabajo vendida y aplicada a la uni-
ma teórico de una sola inserción estructural, dad. Pero este es un poco el final de la cues-
la inserción de productores, nosotras tuvimos tión, y las decisiones metodológicas, la cocina
que pensar el problema teórico pero además metodológica no solamente quedan en el relato
tuvimos que plantearnos el problema técnico, de Susana, sino que es así porque ella coman-
metodológico, porque en la Argentina a nadie da gran parte de esta etapa. En general, la que
se le había ocurrido, nadie había necesitado re- está pensando en cómo implementar opciones
gistrar varias ocupaciones agrarias (además de técnicas es Susana Aparicio.
la semiproletarización, por supuesto), siempre
se está pensando en la contratación de mano de Susana Aparicio: Nosotras teníamos un pri-
obra para los campesinos, para los familiares. mer problema, como habrán escuchado por el
250 Estudios rurales y movimientos sociales. Miradas desde el Sur

relato de Norma: nos interesaba ver la relación dicotomía se presentaba en la relación que se
entre la estructura social agraria y las nuevas llamaba la constelación latifundio-minifundio.
transformaciones agroindustriales. Lo cual su- La gran explotación versus el campesino. La
pone tener un abordaje del problema desde un gran explotación era homogénea, tradicional,
punto de vista relacional, de la relación entre improductiva, compraba mano de obra, es
aquellos que producen la materia prima con un decir tenía asalariados, era rentista, tenía nor-
sistema más amplio, un sistema complejo que mas de prestigio. Por otro lado el campesinado
inclusive tiene características transnacionales. araba con bueyes, el más pobre se contrataba
Voy a saltear un poco las decisiones metodoló- en las cosechas, el más rico resistía. Es decir,
gicas del complejo cañero que habíamos pen- eran todos homogéneos. Esta dicotomía yo
sado. Me voy a centrar más en las que hicieron creo que a Delich lo limitó, pero también a los
a la investigación sobre el campesinado. Y si que vinieron después, al punto que en 1976 hay
después a alguien le interesa, vemos las deci- un trabajo muy técnico, absolutamente técni-
siones metodológicas del complejo, cómo las co del INTA, en donde se ve una heterogenei-
fuimos tomando. dad, y fue pasado por alto por la mayor parte
Norma (Giarracca) decía recién que no- de los que trabajaban con la cuestión agraria,
sotras veníamos con preconceptos. Yo creo inclusive por gente que participa con nosotros
que el colmo del preconcepto es Delich en de una posición crítica respecto de lo agrario
esto, ¿no? Creo que esta imagen viene de la y siguió usando el 92% de Delich de bueyes y
influencia de un mundo dicotómico en la dé- de bucolismo en relación con la naturaleza.
cada del sesenta, la influencia teórica de un Siguió usando ese “corsé”, aunque este traba-
mundo dicotómico, un mundo donde por un jo del INTA, que es muy poco conocido, es un
lado había una sociedad tradicional y por otro trabajo absolutamente técnico, donde lo que
una sociedad moderna. Esto en términos del trataban de ver era cómo introducir tecnología
Funcionalismo. En términos de las teorías en los cañeros, planteaba una mayor heteroge-
más radicales o por influencia marxista uno neidad. En 1990, simultáneamente con nuestro
decía que había un colonialismo interno y el trabajo hay una publicación que sigue usando
colonizador era heterogéneo y lo colonizado el 92%. ¿Por qué este corsé? Por un lado por no
era homogéneo. Y en la cuestión agraria esta discutir uno mismo con los preconceptos.
El oficio del sociólogo o de los sociólogos con oficio | N. Giarracca y S. Aparicio 251

Cuando empezamos a trabajar con caña, sentes. Como forma de abordaje del problema.
que fue después de trabajar con el arroz, con Eso fue lo primero que hicimos, un poco an-
el complejo arrocero y empezamos a revisar, tes de ir a Tucumán. Es decir, cuáles son las
como decía Norma, lo primero que hacemos propiedades que hay en la estructura social
es ver, poner en duda el bagaje académico que agraria, que están presentes en un grupo y es-
traemos y empezar a contrastar con otros tra- tán ausentes en otro o que están presentes en
bajos como el del INTA donde había indicios de los dos grupos. Nosotros tomamos como ele-
capitalización, había indicios de cambio, por mento relacional cierto tipo de propiedades.
ejemplo había muchos productores con trac- Yo puse allí la relación con el trabajo, lo cual
tor, que es un elemento de capital, es una rela- quiere decir no solo si él trabaja, sino cómo se
ción con el capital distinta a un campesino que relaciona con el mercado de trabajo. ¿Es ofe-
trabaja con bueyes. Ahí tenemos un indicio de rente de mano de obra, sale a vender su fuerza
que había más heterogeneidad. Al menos había de trabajo? ¿Es demandante de mano de obra,
algo dado por otros que nos ponía en cuestión contrata asalariados? ¿Contrata asalariados en
los preconceptos. Nosotros empezamos a du- forma permanente? ¿Contrata asalariados en
dar porque dudábamos desde el principio. Es forma transitoria? ¿Qué combinaciones son
decir, lo que nosotros hacíamos era decir: bue- posibles? ¿Qué relación tiene con la tierra? La
no, existe 92% de campesinos, veamos, porque relación principal con la tierra es la propiedad-
acá tuvo que haber transformaciones, no puede no propiedad. ¿Cuánto domina? ¿Cuánto tiene
ser que esto siga así. No puede ser que no haya de propiedad? Es un indicador, una relación
habido cambios cuando hubo cambios tan im- que va a significar cosas distintas. Es distinto
portantes en todo el agro argentino. tener un dominio sobre un territorio de monta-
Primera duda, cómo trabajar la estructura ña de mil hectáreas versus un señor que sola-
agraria pensando en estos términos. ¿Qué es lo mente tiene una manzana de dominio. Enton-
que uno hace primero? Una cosa que dice Bou- ces acá aparecen diferencias inclusive en los
rdieu en su trabajo es que uno arma los distin- poderes de negociación que van a tener en los
tos grupos que pueden aparecer —él lo plantea distintos mercados. Es distinto tener mil man-
con las instituciones educativas— y ve cuáles zanas en una montaña que tener mil manzanas
propiedades están presentes y cuáles están au- en Pergamino.
252 Estudios rurales y movimientos sociales. Miradas desde el Sur

¿Qué otros vínculos aparecen? Aparece el vín- nombró que había un registro de productores.
culo con lo social, con lo organizativo. ¿Cómo se Eso era lo más actualizado. Si yo no recuerdo
vincula con los distintos tipos de organizaciones mal, el último censo de productores cañeros
que hay? ¿Hay organizaciones? ¿Se organizan? era de 1976, pero era una especie de censo
En qué cosas está presente la comisión vecinal, donde lo único que se preguntaba era cuántas
la cooperativa, la cámara de productores, la cá- hectáreas de caña tenía y el cupo de produc-
mara azucarera, el mundo internacional de los ción otorgado por la DNA. El cupo quiere decir:
bancos, hay uno de los ingenios que es dueño usted produce esta cantidad y no puede produ-
de bancos. Entonces, hay una serie de vínculos cir más, se le puede comprar solo esto. Esto es
con toda la sociedad que deben ir planteándose: una relación. Así como en la mayor parte de los
¿dónde hay ausencia y presencia de esto? ¿Qué trabajos aparece como un dato, no es un dato,
sistema se construye con esto? Y a nosotras es “un construido”. ¿Por qué es un construido?
nos interesaba, por las razones que dijo Norma Porque el cupo implica una relación de propie-
antes, tener alguna aproximación de cuánto re- dad o en dominio sobre una producción. Si yo
presentaba esto, cuánto era esta estructura. El domino solamente —así tenga 50 hectáreas de
92%, decían, tenía la característica de ser cam- caña—, si mi cupo es de cinco toneladas, yo
pesinos, de tener una baja dotación de capital, en realidad tengo solamente una hectárea de
de utilizar solo su mano de obra familiar y a lo caña porque solo una hectárea de caña es la
sumo utilizar su mano de obra familiar y ven- que puedo vender. El resto, en estos términos,
derla. Vender la mano de obra familiar es visto se transforma en ilegal. Esto duró hasta 1991.
generalmente, en el corsé teórico, en un proceso Es decir, todo el resto que yo tenía era ilegal.
donde uno finalmente deja de ser campesino y Esto es una relación social. Inclusive hay una
se transforma solo en asalariado: tomado desde legislación que sostenía y legitimaba esta rela-
el mundo de la transformación del feudalismo al ción. Con esto no estoy juzgando si era bueno
capitalismo, lo que aparece es que la venta de la o malo, sino esto es lo que era y este es un vín-
fuerza de trabajo termina por despojar al cam- culo. Como vínculo debe ser entendido el cupo.
pesino de la tierra. Nosotras teníamos este registro. En base a
¿Pasaba eso en Tucumán? Esa era nuestra este registro es que se seguía diciendo el 92%.
pregunta. Esta duda era permanente. Norma Porque ese 92% no era que se trasladaba el dato
El oficio del sociólogo o de los sociólogos con oficio | N. Giarracca y S. Aparicio 253

de Delich, sino que lo que se trasladaba de De- por un salario. Esas deconstrucciones hay que
lich era que todos los campesinos vendían me- hacerlas permanentemente. ¿Qué había detrás
nos de diez toneladas, o cinco —no me acuerdo del cupo? Dijimos antes que había una relación
cuánto era—, de caña. Entonces, se tomaba el de propiedad, que suponía un dominio sobre la
cupo y se decía ¿cuántos tienen menos de cin- producción y que lo que se producía por fuera
co toneladas? Y en base a eso saco la propor- de eso era ilegítimo, era muy posible que hubie-
ción. Pero este era el único dato que teníamos ra violaciones a esto por algún lado. Entonces, si
del universo de productores cañeros. Sabíamos, este era el concepto de “cupo”, había que pensar
con solo mirar el registro y con solo tratar de de- por qué lado podía ser violada esta norma.
construir el concepto, que podíamos tirar abajo Teníamos un capital académico, hay otras
el concepto que hay por detrás del registro. Vol- producciones en la Argentina que fueron cu-
ver a armar los pasos con los que se construyó pificadas con lo que nosotras trabajamos por
el dato. Deconstruir es eso. Es volver para atrás los setenta: el caso de la yerba mate tuvo cupo.
ese dato del cupo y la cantidad de hectáreas que Sabíamos que en los registros de productores,
fue construido también con un preconcepto. No cuando hay cupificación, es bastante frecuente
solo Delich trabajaba con preconceptos. Los que se anote como productor el marido con un
censos trabajan con preconceptos. El concepto cupo y la mujer con otro cupo y el hijo con otro
de trabajo, por ejemplo, que se usa en el censo cupo. Esto nosotros lo sabíamos, teníamos ex-
cuando nos preguntan “¿usted trabajó la última periencia, la norma nos daba lugar a pensar que
semana?” es entendido por nosotros de una ma- las formas de poder tener un cupo más grande
nera, y por un campesino es entendido en forma pudieran ir por este lado: distintas personas re-
distinta y por una mujer campesina mucho más. gistradas, pero que en realidad trabajan juntos.
Una mujer campesina contesta que no trabajó. Tomamos recaudos, al hacer la investigación y
Porque el concepto de trabajo para una mujer al plantearnos los problemas técnicos, de tra-
campesina es salir a trabajar afuera. Aunque tar de identificar la existencia de distintos cu-
haya estado atando tabaco y vendiendo tabaco pos dentro de los que residían y trabajaban en
todo el tiempo, va a decir que no trabajó, por- la explotación.
que para ella, lo que ella tiene en su concepto ¿Cómo tomamos recaudos? Tomamos re-
de trabajo es otra cosa, es salir a trabajar afuera caudos repreguntando, preguntando al prin-
254 Estudios rurales y movimientos sociales. Miradas desde el Sur

cipio, preguntando al final del cuestionario la único dato que teníamos era el cupo. No arma-
misma cosa de distinta manera, haciendo pre- mos dos estratos como decía Delich, los cam-
guntas de control, como por ejemplo “¿cuánto pesinos y los empresarios; sino que armamos
vendió en el último año?”. Entonces, aparece cuatro estratos en donde presuponíamos que
por ahí toda la producción junta y entonces había heterogeneidad; el de productores más
volver al principio y preguntar “¿cuántos cu- pequeños suponíamos que era el más homogé-
pos, qué otro cupo había en la familia?”. neo y el que más población tenía, por lo tanto
Nosotras hicimos primero entrevistas en se extrae una unidad cada más casos. En cam-
la zona, donde tomamos los conceptos más bio en el último, que era el de los empresarios
globales, si quieren. La lista de propiedades y grandes, los ingenios integrados, que eran creo
ausencias de las mismas que habíamos hecho, que 17 en ese momento, o 18; de esos tomába-
eso fue lo primero que hicimos en la entrevista. mos todos los casos. Entrevistábamos a todos.
Y después diseñamos el cuestionario con es-
tas perspectivas: lo que habíamos visto en las Norma Giarracca: Perdoname Susana, para
entrevistas, el bagaje intelectual, los trabajos los que leyeron Bourdieu, él dice que es imposi-
académicos y los datos de registro que tenía- ble hacer un muestreo o un campo de los cien-
mos. En base a eso diseñamos el cuestionario. tíficos de relevancia; los científicos del siglo XX
Perdón, me olvidé una parte: el registro era el sin que caiga Einstein, por ejemplo. Es imposi-
universo que habíamos usado para la muestra; ble, ¿se entiende? Uno tiene que garantizar que
habíamos hecho una muestra con distintos en el estrato de los productores más grandes
estratos lo cual supone que tiene distinta pon- estén los ingenios, por un problema de relevan-
deración, distinto peso. Si uno supone que hay cia en el campo; ese es un problema metodoló-
mucha homogeneidad toma menos casos, para gico que lo conversás con el muestrista: ¿cómo
eso llama a un muestrista, pero es uno, el in- hacés para garantizar la presencia de actores
vestigador, el que le dice al muestrista los pro- relevantes en el campo?
blemas teóricos, metodológicos y técnicos que
tiene. Nosotras le dijimos ojo con este registro, Susana Aparicio: Primera gran alarma: Norma
queremos que haya representación buena de se va primero con todo un grupo de graduados
tales, tales y tales estratos de productores. El y estudiantes con los que estábamos trabajan-
El oficio del sociólogo o de los sociólogos con oficio | N. Giarracca y S. Aparicio 255

do y el primer día a la noche llama desespera- ba otros cupos, cómo era la relación con los
da, a las 0:30, cuando no se usaba no dormir de cupos que administraba. Y esto nos llevó a un
noche como ahora. El primer día se hicieron hallazgo que llamamos “sociedades familiares”,
una o dos entrevistas, el primer día en el cam- que son grupos productivos administrados y
po, en el mundo rural me refiero, difícilmen- organizados familiarmente y donde la familia
te se hagan más de una o dos entrevistas por no terminaba en la unidad doméstica que re-
persona, inclusive menos, sobre todo si uno va side allí sino que había miembros de la familia
con estudiantes que es la primera vez que van que estaban viviendo muy lejos, en Buenos Ai-
al campo y van de a dos. Bueno, llama Norma res, en una villa o donde fuera, pero que tenían
y dice: “Susana, no solo hay familias en donde un vínculo familiar al estilo de lo que define el
el marido tiene un cupo y la mujer tiene otro, censo como familia. Para el censo, “familia” es
sino que hay familias donde el dueño del cupo la unidad que reside en un mismo lugar y que
está viviendo en Buenos Aires, no pertenece a comparte la misma olla, es decir el presupues-
la unidad doméstica, está viviendo en Buenos to familiar en común. Acá lo que pasaba era
Aires y el hermano administra su cupo, hay que no residían en el mismo lugar, pero había
familias con varios cupos, etcétera, etcétera”. como presupuestos familiares comunes. Es de-
En síntesis se presentaba una complejidad no cir que el que estaba en Buenos Aires le manda-
esperada ni prevista. ba dinero por mes de la plata de su salario a la
Yo llamé a la muestrista y le dije que había familia que estaba en Tucumán. La familia que
una complicación más: “Con el cupo no solo estaba en Tucumán le reintegraba lo que había
pasa esto, sino que además hay familiares no “ganado”, lo que habían obtenido con el cupo
residentes que tienen cupos”. Y le pregunto si de caña que el hermano tenía. Entonces, el vín-
esto modificaría mucho las ponderaciones con culo familiar iba mucho más allá de la frontera
que eran extraídos los casos. Con las indica- de la definición tradicional de familia.
ciones de la muestrista (Sara Novaro) pensa- Y esto se está viendo en este momento en
mos una serie de cosas nuevas para preguntar las zonas urbanas también: la familia que se usa
y agregar al cuestionario, para poder registrar operativamente. El uso del concepto “familia”
correctamente la existencia de este tipo de hay que hacerlo con cuidado. Estar permanen-
casos: preguntábamos si el jefe administra- temente preguntándose por qué se sigue usando
256 Estudios rurales y movimientos sociales. Miradas desde el Sur

tal cosa. Así yo después la uso porque reconozco estructura social. Claro, el censo no dice cómo
que es lo mejor, que es lo que más se adecua a mi apareció, y creo que el hallazgo de nuestra in-
interpretación teórica, a mi explicación teórica, a vestigación es decir cómo apareció. En el cua-
los vínculos que esto tiene con otras cosas. Pero dro que muestra los cupos que manejaba cada
hay que ponerlo en duda. Finalmente, nosotros explotación encontramos que podían manejar
cometimos un error al no poner totalmente en hasta ocho cupos. ¿Se entiende? Sumaba mi
duda la construcción del registro, pero también cupo de cuatro toneladas, el cupo de mi mujer
tuvimos un hallazgo. Cometimos un error porque de cuatro toneladas, ocho toneladas, el cupo de
no pudimos estimar bien cuánto era la cantidad mi cuñado que estaba en la ciudad de Tucumán,
de campesinos. Posiblemente tengamos una so- cuatro toneladas, el cupo del hermano de mi
brevaluación de los campesinos. cuñado que trabajaba en la construcción y que
había accedido al cupo, otras cuatro toneladas.
Norma Giarracca: Ella dice “posiblemen- Ya iban doce toneladas. Encontramos que un
te”, porque no cree en el censo, porque en el solo jefe manejaba ocho cupos. Por supuesto,
mismo año se hizo el censo. En vez de 17 mil los más pequeños son los que menos manejan,
cañeros, como decían todos, nosotros estima- manejan hasta dos cupos, porque si manejaran
mos 11 mil cañeros en el mismo 1988. El Cen- más dejarían de ser pequeños, tendrían más po-
so Agropecuario de 1988, cinco años después, sibilidades en esta compactación… porque la
estimó diez mil, o sea la diferencia con nuestra compactación de cupos viene sumada a la com-
estimación fue lo que era nuestro margen de pactación de tierras. El cupo viene con la tierra
error. Pero el Censo Agropecuario registró me- y con el crédito de las cooperativas. Entonces,
nos campesinos aún de los que registramos no- los campesinos manejaban hasta dos cupos,
sotros. Este 60% de campesinos que nosotros pero lo más interesante es que los familiares
registramos, el Censo Agropecuario creo que lo capitalizados, son el 26% de los familiares ca-
baja al 40 y pico. Y aumentan los familiares ca- pitalizados, manejaban ocho cupos. Ese era el
pitalizados. Ese estrato que descubrimos unos secreto de la posibilidad de capitalización.
años antes de que saliera el censo, el censo
lo registra perfectamente. Ese estrato que no Susana Aparicio: Yo voy a decir por qué tengo
había aparecido nunca, que era novedad en la mi duda con lo del Censo, porque me parece
El oficio del sociólogo o de los sociólogos con oficio | N. Giarracca y S. Aparicio 257

que es importante en el proceso de investiga- ción o en un censo agropecuario, coincidió en


ción cuando uno tiene que ver cómo fue cons- una provincia con una huelga de maestros. Eso
truido el concepto con el que está registrado el es muy importante, porque son los maestros
dato, lo que llamamos el dato secundario que los que hacen el censo. Por lo tanto ahí hubo
construyó otro. Tener en cuenta que ese dato algún “despiole”. En otra provincia, en el Censo
que nos aparece como un numerito y que nos de 1988, una Dirección de Agricultura provin-
encanta porque nos solucionó la vida porque cial estafó la plata del censo. Esto se descubrió
es un número, no nos solucionó nada. Porque y se tuvo que volver a hacer el censo. Pero po-
hay que ver como se construyó. Entonces, mi dría no haberse descubierto.
preocupación con los censos es que, como los Volviendo al tema del campesinado en
campesinos suelen vivir en los sectores más caña, el primer hallazgo que tuvimos fue esta
alejados, en los sectores donde hay que pasar cuestión de la existencia de “sociedades fami-
un bañado, por ejemplo, para llegar, o hay que liares”, como “sociedades de hecho” de fami-
ir en burro hasta allí, en un censo, que es un lias que nucleaban cupos, y esto fue como un
relevamiento masivo es muy posible que esos avance. No hay solo una familia, la unidad de
casos se pierdan. Justamente, los que se suelen producción campesina no es solo una unidad
perder son los más pobres. Nosotros teníamos de producción residente, sino que también pue-
el nombre del productor y dónde estaba ubica- de incluir otro tipo de relaciones, de vínculos.
do y lo ubicábamos como fuera. Y cuando no Relaciones con otros familiares que de alguna
pudimos llegar, como una vez me pasó perso- manera forman parte de la olla, permite pensar
nalmente, no pude llegar con la camioneta, no- en conceptualizaciones, en nuevas relaciones.
sotros supimos que ese campesino se había ido Eso por un lado. Por otro lado, esta heteroge-
y que ya no estaba viviendo más en ese lugar, neidad que nosotras vimos que existía y que Nor-
porque preguntábamos a todos los vecinos. ma les mostró en ese cuadro que tiene muchísi-
Esto, un censista no lo hace. Entonces, en la mas celdas; solamente con verlo uno encuentra
deconstrucción del dato, uno tiene que mirar que hay por lo menos nueve o diez hileras que
no solo qué conceptos usó, qué indicadores son distintos tipos de productores. Otro recau-
usaron sino qué inconvenientes hubo en el re- do que habíamos tomado —y esto por nuestra
levamiento. Por ejemplo, en un censo de pobla- experiencia en otras zonas y por cuestiones teó-
258 Estudios rurales y movimientos sociales. Miradas desde el Sur

ricas para definir la penetración del capital en el Nosotras habíamos tomado recaudos, pero
agro— fue el conocimiento sobre los elementos no quiere decir que preguntáramos “¿señor, us-
de capital en cada tipo de productor, qué ele- ted contrata en forma encubierta asalariados?”.
mentos de compra de fuerza de trabajo o venta No. Preguntábamos sobre algunas tareas que
de fuerza de trabajo. Nosotras, en eso, tomamos sabemos que son típicas para que pase esto:
muchos recaudos. ¿Por qué? Porque puede ha- preparar el terreno, transportar el producto.
ber formas encubiertas de compra de fuerza de Preguntábamos ¿cómo prepara el terreno?
trabajo o de venta de fuerza de trabajo y esto ¿Lo hace usted? ¿Con tractor? ¿Con bueyes?
pasa mucho cuando uno escucha el discurso de ¿Contrata a alguien que se lo hace? Y ahí nos
la Sociedad Rural Argentina. La Sociedad Rural aparecía una forma de compra de fuerza de tra-
Argentina se cree casi campesina y dice que no bajo que tuvo bastante peso, muchísimo peso.
tienen asalariados. Es verdad, no tiene asalaria- Cuando nosotras decimos que el 7% son “cam-
do porque no contrata un asalariado como se pesinos puros”, en general lo que estamos di-
contrata en la fábrica. Contrata a través de ter- ciendo es que el que le sigue, que es un “campe-
ceros. Contrata un servicio, es distinto por ejem- sino medio”, que tiene alguna contratación de
plo tener una empleada doméstica que llamar a fuerza de trabajo, no es contratante de asalaria-
Manpower o qué sé yo cuál, o a una empresa de dos por un día o por dos días, sino que muchas
limpieza que haga el servicio de limpieza. No es veces lo que contrató es un servicio para pre-
uno el que contrata asalariados. Es el servicio paración de terreno y para el transporte. Eso
de limpieza el que lo contrató. Por lo tanto, este era muy común, la contratación de un servicio
tipo de desdibujamiento del vínculo laboral don- en donde había un sistema de compra de fuer-
de el patrón no es directamente el patrón, sino za de trabajo no tradicional, o no tradicional
que contrata un servicio, servicio que sí tiene en el mercado formal con el que se trabaja. El
asalariados, ahí hay una compra de fuerza de mercado formal es el mercado urbano, donde
trabajo que no está claramente en la relación. existen en el diario los pedidos de trabajadores
No es la clásica relación patrón-empleado, sino y las ofertas de trabajadores. En cambio en el
es la relación empresa-empresa en donde el se- campo esto no pasa y aparecen estos servicios,
gundo empresario es el que está poniendo la y en la ciudad también, si uno mira un poco hay
fuerza de trabajo. montones de cosas que se contratan por servi-
El oficio del sociólogo o de los sociólogos con oficio | N. Giarracca y S. Aparicio 259

cio y que no aparecen como un vínculo claro de de trabajo nos aparecía en todos los estratos
patrón-empleado. que llamamos subordinados. Es decir, desde el
Esto además indicaba una penetración del campesino puro hasta el familiar capitalizado,
capital en el agro. No es solo que hay contrata- encontrábamos que algún miembro de la fami-
ción de “esta cosa”, ¿qué está significando “esta lia trabajaba afuera. Y esto no significaba que
cosa”? Esto es la puesta en función de una se fuera a ir del campo o que fuera el paso pre-
cuestión conceptual: esto implica una penetra- vio a la migración ni a la proletarización, sino
ción del capital en el agro, una mayor cantidad que era una estrategia del grupo familiar para
de elementos de capital de lo que tradicional- su canasta de ingresos. Lo que sí había eran di-
mente se veía. Por otro lado antes decíamos ferencias en qué se ocupaban. Los más pobres
“los más pobres solo venden fuerza de trabajo”, se ocupaban en tareas más inestables, de más
y esto representaba algo que era un supuesto uso de la fuerza. No quiero utilizar la palabra
muy fuerte. Esta cuestión de que los más po- “calificación” porque en general las tareas de
bres terminan por irse del campo. Teníamos al- cosecha son calificadas, son desvalorizadas
gunos indicios, en general “el último que se va por ser manuales, pero son calificadas, no
que cierre la puerta”, pero los campesinos nun- cualquiera puede cortar la caña en el momen-
ca cerraban las puertas. Siempre queda alguien to oportuno y hacer bien todas las cosas que
cuidando la tranquera. Por algo la persistencia hay que hacerle para que no pierda el juguito
campesina en sistemas donde hay mucha pe- que tiene. Es decir, son tareas más bien manua-
netración de capital. ¿Qué pasaba? En primer les, de mucha fuerza, esto es lo que aparecía
lugar lo que vimos: el vínculo familiar con otros en los estratos más pobres y en los estratos de
sistemas que no fueran agrarios, es decir, salís los “familiares transicionales” lo que aparecía
a trabajar afuera, ¿adónde? Si tenía otras inver- era el trabajo más estable en algún sector de
siones, es decir, si el que es un familiar capita- servicios —enfermera, en la cooperativa, como
lizado y tiene un pequeño negocio, un almacén empleado, alguna hija maestra, empleado en
de ramos generales o vende su capital, alquila servicios de alguna cuestión municipal—. Esto
su capital, sale a hacer preparación del terre- sí mostraba diferencias, pero que vendían fuera
no para otros, o transporte para otros. Lo que de trabajo, en los dos sectores vendían. Esto es
vimos fue que esta cuestión de vender fuerza lo que nosotros llamamos “multiocupación”. La
260 Estudios rurales y movimientos sociales. Miradas desde el Sur

proletarización no es, necesariamente, un paso cuesta, entrevista, datos provistos por otros y
previo a la migración. No es una condición pre- demás—, cómo sintetizo la información de for-
via necesaria. Es una propiedad, pero no una ma tal que aquello que uno sintió como relevan-
condición previa. Esta es un poco la conclu- te lo pueda resumir para que otro lo entienda.
sión que sacábamos. Es decir, cómo se presenta un nuevo dato dan-
La otra cuestión era el tema de la alta hetero- do cuenta de los conceptos que lo generaron.
geneidad que significaba todo este mundo. Es- Todo proceso de investigación supone que
tuvimos viendo propiedades, relaciones, y esto uno va haciendo estas cosas, que son artesa-
no era fácil de sintetizar metodológica o téc- nales y tediosas, junto con lecturas; y que va
nicamente. ¿Por qué diferencio metodológico buscando nuevas lecturas en función de lo que
de técnico? Porque creo que lo metodológico le va apareciendo. Una de las cosas que Nor-
es estar dudando siempre de lo que uno está ma decía antes, nosotras estuvimos revisando
proponiendo y de lo que el dato está diciendo. material y encontramos esa tasa que llamamos
Dudar del dato, y deconstruir, y dudar de lo que Tasa Patnaik que nos permitía sintetizar este
uno dice y decir qué preconcepto estoy usan- mundo complejo sobre las distintas formas de
do para esto. Creo que esa es la esencia de lo fuerza de trabajo. Esa tasa lo que hacía era re-
metodológico. Lo técnico es un derivado que sumir relacionando distintas variables. Toma-
surge casi espontáneamente, con un poco de ba básicamente la cantidad de jornales que en
oficio, con el oficio que usamos para superar una unidad de producción se habían comprado
estas dudas. Superar las dudas no quiere de- versus la cantidad de jornales que se habían
cir encontrar la verdad, sino cómo controlar vendido, en relación con los que habían sido
estas dudas. Cómo preguntar, cómo mantener provistos por la mano de obra familiar. Eso si
esta duda que yo tengo acerca de si todos los quieren en el trabajo nuestro está más explica-
que venden fuerza de trabajo son muy pobres. do, pero quiero darles una idea de que la tasa
Cómo controlar esta duda. Cómo pensar que sintetizaba bastante bien aquello que nosotras
esto no es cierto. Entonces, lo técnico surge habíamos visto: una alta heterogeneidad y
casi inmediatamente. En lo técnico hay distin- cómo resumirla de forma tal que diera cuenta
tos elementos. Desde cómo uno va a aproxi- de esta heterogeneidad, es decir ver cuál era el
marse al campo, qué estrategia va a usar —en- balance de la fuerza de trabajo que aparecía y
El oficio del sociólogo o de los sociólogos con oficio | N. Giarracca y S. Aparicio 261

si esto nos permitía estratificar a los producto- características y que el cupo conjunto de todos
res teniendo en cuenta las relaciones teóricas los que él maneja no supere tantas toneladas.
que nosotras estábamos viendo. Este tipo de instrucciones no quedan regis-
Con respecto a la tasa, lo que hicimos fue vin- tradas muchas veces, y después uno tiene que
cularla con otros elementos del sistema cam- tratar de acordarse, como lo hicimos nosotras,
pesino. ¿Cómo? Nosotras, desde el principio, tomamos esta decisión, entonces, nuestra en-
nos planteamos el problema campesino, quie- trevista a campesinos, que era una entrevista
ro decir “la acción de los campesinos”. Para la en profundidad, se hacía solo en estos casos. Y
investigación de los “complejos” utilizábamos esa fue la que trabajamos más cualitativamente
conceptos “macro” (sociales y económicos) en el libro.
pero para este buscamos elementos “micro” Al reducir en esta charla lo que habíamos
o “etno-sociológicos”. Nuestra encuesta tenía pensado dar de la estrategia metodológica y
dos partes: tenía un cuestionario bastante for- técnica, tuvimos que saltear algunas partes.
mal, bastante trabajado con entrevistas previas Usamos distintas técnicas, usamos hasta téc-
y una entrevista mucho más informal pero bas- nicas históricas, y estuvimos revisando archi-
tante estructurada, para aquellos que al apli- vos, historia de los ingenios y demás. Usamos
car el cuestionario grande nos daba que eran múltiples técnicas, inclusive técnicas de traba-
campesinos. Antes de irnos habíamos dicho jo en grupo, reuniones con las cooperativas.
que había que aplicar el segundo cuestionario Pero también hicimos reuniones entre noso-
a todos aquellos que tengan menos de veinte tros, al mediodía nos encontrábamos a almor-
toneladas de cupo, pero mientras estábamos zar o a la noche, a cenar y discutíamos lo que
allí resolvimos que no, que eso no era un buen habíamos estado viendo. Algunos de nuestros
indicador, por más que si alguno de ustedes en- planteos e hipótesis surgen de esas cenas o al-
cuentra por ahí el cuestionario arriba dice eso, muerzos, de la charla entre nosotros. El que
“hacer a todos los que tienen menos de vein- hayamos usado distintas técnicas no quiere
te toneladas”. Pero no fue así, no usamos eso, decir que hayamos tenido distintas metodolo-
porque en el trabajo de campo mismo hicimos gías. La metodología permanente era estar du-
un cambio y solamente aplicamos el segundo dando de lo que uno decía. Cuando otro decía
cuestionario a aquellos que tenían tales y tales algo, decirle: bueno, no, pero ¿si es de tal otra
262 Estudios rurales y movimientos sociales. Miradas desde el Sur

manera? Pero fíjate que esto no tiene que ver zada para el accionar de ellos como organiza-
con lo que uno espera teóricamente. Y había ciones. Pero al comienzo les costó aceptar los
que argumentar para poder sostener lo que resultados de nuestro trabajo porque no coin-
se estaba diciendo. Este ejercicio es como el cidían con el discurso más generalizado de que
ejercicio que se transmite solo en “el hacer”. había un 92% de campesinos todos igualitos.
Entonces, por ahí múltiples técnicas pero una Ellos, la Liga de Cooperativas cañeras y UCIT,
sola inquietud metodológica: dudar desde la ayudaron económicamente a que esta publi-
teoría, si no está pasando algo que contrasta cación saliera, presentamos la primera vez el
o que tengo que indagar más. Por ahí eso era libro en Tucumán. Y ellos dicen: “como dicen
un poco, en cuanto a abordaje metodológico- ellas, yo que soy familiar capitalizado…”, “yo
técnico, lo que queríamos contarles. que soy campesino transicional…”, “en esta
posición hago tal y tal cosa, pero si vendo más
Norma Giarracca: Yo les quiero contar algo, trabajo seguramente no lo haría”. Es decir, em-
como broche de cierre. Cuando les transmiti- pezaron a complejizar sus propias estrategias
mos los primeros resultados, nuestras cons- gremiales. Ellos mismos se dieron cuenta de
trucciones, a los dirigentes campesinos se les la importancia de romper con las prenociones.
pusieron los pelos de punta. “¿Cómo? ¿Y nues- De la importancia de la buena información, de
tro discurso político en Buenos Aires? ¿Qué la mirada compleja. Otra cosa que les quiero
decimos ahora? Que hay un estrato de 22% más decir es que en 1991, hubo un decreto presi-
acomodado etcétera, etcétera. No, pero qué sé dencial, que desreguló totalmente la actividad
yo”… Trabajamos muchísimo con ellos. Noso- cañera; en este momento hay un “sálvese quien
tras tenemos una relación muy importante con pueda”, pero es muy, muy importante lo que
las organizaciones, seguimos trabajando con ellos hicieron estos años, sobre todo a partir
las organizaciones y vemos con el tiempo que del fortalecimiento de sus cooperativas desde
se da lo que llamamos “efecto de teoría”: ellos 1985. Ellos ahora son actores más fuertes para
ahora hablan de “familiares capitalizados”, de enfrentarse al mercado. El libro es una fotogra-
“familiares transicionales” y gestan políticas fía de fines de los ochenta, y los procesos ac-
para cada uno de los sectores. Se dieron cuen- tuales plantean, justamente, esta capacidad de
ta de lo importante que es información actuali- los distintos actores para ir moviéndose, para
El oficio del sociólogo o de los sociólogos con oficio | N. Giarracca y S. Aparicio 263

ir negociando. Pero ellos, en este momento, Argentina: la otra mitad del país (Buenos
no solamente están negociando con el capital Aires: CEAL, Colección Universitaria).
agroindustrial tucumano, con el capital agroin- Giarracca, N.; Gras, C. y Gutiérrez, P. 1994
dustrial argentino en su conjunto, sino con el “Métodos cuantitativos y cualitativos
brasileño. Porque la caña, si bien todavía los en los estudios de la Sociología Rural”,
protocolos no han sacado las tarifas, va a ser ponencia presentada a las Primeras
una de las tarifas o en la integración con Brasil. Jornadas sobre Etnografía y Métodos
Muchas de las cosas que se plantea el libro son Cualitativos, Buenos Aires.
coyunturales, son de ese momento. No la cues- Giddens, A. 1987 Las nuevas reglas del
tión estructural, pero sí sobre todo la cuestión método sociológico (Buenos Aires:
de la intervención del Estado. Amorrortu).
[…] Hooks, B. 1990 Yearning, Race, Gender,
and Cultural Politics (Boston: South End
Press).
Bibliografía Melucci, A. 1993 “Frontier Land: Collective
Action between Actors and systems” en
Bourdieu, P. y Wacquant, J. D. 1992 Réponses Diani, M. y Eyerman, R. (comps.) Studying
pour une anthropologie réflexive (París: collective action (Londres: Sage).
Seuil). Nun, J. 1987 La rebelión del coro. Estudio
Delich, F. 1970 Tierra y conciencia sobre la racionalidad política y el sentido
campesina (Buenos Aires: Signos). común (Buenos Aires: Nueva Visión).
Giarracca, N. y Aparicio, S. 1991 “Los Touraine, A. 1988 El regreso del actor (Buenos
campesinos cañeros: multiocupación y Aires: Eudeba).
organización” en Cuaderno del Instituto de
Investigaciones (Buenos Aires: Facultad de
Ciencias Sociales, UBA) N° 3.
Giarracca, N. 1994 “Tucumanas de ojos grandes”
en Panaia, M. (comp.) Las mujeres en la
Métodos cuantitativos y cualitativos en
los estudios de la Sociología Rural* **
Norma Giarracca, Carla Gras*** y Paula Gutiérrez****

Introducción Pero en la producción realizada después de la


institucionalización de la Sociología a fines de
La Sociología Rural en Argentina ha seguido los cincuenta, se nota una fuerte influencia del
diferentes escuelas y perspectivas teóricas. estructuralismo. Sus análisis e interpretaciones
se centraron en las “estructuras” (productivas,
económicas, sociales), y “la producción” es el
* Giarracca, N.; Gras, C. y Gutiérrez, P. 1995 “Métodos
cuantitativos y cualitativos en los estudios de la Socio- lugar de referencia obligado de cualquier in-
logía Rural” en Ruralia, Revista Argentina de Estu- tento de comprensión de la acción. Aun en los
dios Agrarios (Buenos Aires: FLACSO) octubre. estudios de sectores subalternos, en los que co-
existen producción y consumo, y en los que es
** Comunicación presentada a las “I Jornadas sobre
Etnografía y Métodos Cualitativos”, realizadas en el Ins-
muy difícil obviar la vida cotidiana para com-
tituto de Desarrollo Económico y Social (IDES), 9-10 de prender el funcionamiento de la unidad, las re-
junio de 1994. ferencias estructurales ocupan un fuerte lugar.
De igual modo, los pocos trabajos producidos
*** Posdoctora y socióloga, es investigadora del Con- hasta los años ochenta sobre las organizaciones
sejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas
(CONICET) y miembro del Grupo de Estudios Rurales y movimientos políticos de actores agrarios han
del Instituto Gino Germani de la Facultad de Ciencias tendido a relacionar la naturaleza y eficacia de
Sociales de la universidad de Buenos Aires. las demandas y reivindicaciones con la posi-
ción estructural de los sujetos en cuestión.
**** Socióloga (UBA). Integra el área de Estudios Ru- La mayoría de los sociólogos rurales se for-
rales del Instituto de Investigaciones de la Facultad de
Ciencias Sociales, UBA. maron para organizar y trabajar información se-
266 Estudios rurales y movimientos sociales. Miradas desde el Sur

cundaria y para generar información cuantitati- Conceptos como “estructura agraria”, “es-
va. Series de datos de producción, área sembra- tructura de tenencia y tamaño de la tierra”,
da, rendimientos y precios, así como los censos “mercados de tierra o de trabajo”, comenzaron
son informaciones de uso cotidiano. Sin embar- a combinarse con otros como “estrategias”,
go, la Sociología Rural se ha diferenciado de la “construcción”, “sentido”, “negociación”, “au-
economía agraria por llevar a cabo estudios de toorganización”. Los aspectos singulares, vi-
campo para generar nueva información, lo que venciales, intersubjetivos y las historias de los
llevó a encuestar, entrevistar, entrar en contac- sujetos comienzan a importar tanto como los
to con los sujetos analizados. Y, precisamente, estructurales.
este estilo de investigación facilitó que dentro En este trabajo reflexionaremos, desde
de la Sociología Rural se generaran otros tipos nuestra propia experiencia, acerca de este
de interrogantes que necesitaron otras formas proceso, que fue mutando preocupaciones
de generar información y conocimientos. por la ubicación estructural, por cortes sin-
Esos otros interrogantes refieren a la pre- crónicos y tipologías que borraban las singula-
sencia de “un sujeto”, pero ya no aquel ubi- ridades, por otra posición que busca un sujeto
cable y comprensible dentro de la estructura, singular y la comprensión del sentido que los
sino aquel otro capaz de intervenir en un cur- sujetos dan a sus acciones. En ese espacio de
so de acontecimientos o en un estado de co- reflexión, aparecerán las otras metodologías y
sas, ese otro “agente” capaz de estructurar al técnicas de análisis.
mismo tiempo que es estructurado (Giddens,
1987). Los actores comienzan a ser tomados
como recursos de inteligibilidad para explicar Campesinos y agroindustrias:
los acontecimientos, la “acción” pasa a tener la organización social y
un papel central. Como plantean Delacroix y la forma de abordarla
Dosse (1993), se pasa a valorizar simultánea-
mente al sujeto como actor y al científico como En la década de setenta, los campesinos no
intérprete del Otro, “situándolos en una rela- solo no desaparecían —como se había pronos-
ción que siempre es de intersubjetividad y de ticado tantas veces— sino que cuando se pre-
implicancia” (ibídem: 21). sentaban ciertas condiciones, se integraban a
Métodos cuantitativos y cualitativos en los estudios … | N. Giarracca, C. Gras y P. Gutiérrez 267

las formas más avanzadas de la organización competían con las grandes empresas. Nuestros
capitalista: las agroindustrias. El interés por trabajos conceptualizaron esta situación como
estudiar la relación entre campesinos y agroin- “integración cooperativizada” (Giarracca y
dustrias permitió generar una abundante pro- Aparicio, 1991; Giarracca, 1988; Gras, 1993).
ducción sobre lo que se conoció como “agricul- La organización cooperativa y sus nuevas
tura por contrato” (contract farming). funciones —que exigían destrezas, iniciativas,
Estos estudios coincidían en que las con- novedosas prácticas (manejar un fax, por ejem-
diciones para el contrato agroindustrial entre plo)— nos planteó un desafío de conocimiento:
campesinos y empresas agroindustriales eran cómo y por qué unos sujetos ubicados desfa-
heterogéneas, cambiantes, no solo de país en vorablemente dentro de la estructura social
país, sino dentro de un mismo país, o de una deciden modificar en conjunto las condiciones
misma región. Nestlé, por ejemplo, no podía existentes y crear otra situación, que modifica-
obtener en México el mismo contrato agroin- ra la situación inicial. Por qué son unos y no
dustrial con los pequeños ganaderos de dos otros, por qué algunos toman iniciativas capa-
regiones cercanas. Además de las necesidades ces de convocar a otros y formar un “nosotros”.
de abastecimiento de las empresas, aparecían Se trataba entonces, de focalizar el punto
acciones, estrategias de los actores que modi- de vista de los actores desde situaciones eco-
ficaban y daban particularidades a la relación. nómicas, pero también desde el campo de sus
La mirada comenzó a posarse en los actores y representaciones, desde sus universos simbó-
sus acciones, el concepto “estrategias” comen- licos, desde sus prácticas culturales, inculca-
zó a circular en los estudios. A los importantes ciones y experiencias, creatividades y deseos.
aportes de los economistas para comprender Para trabajar en este plano, se tenían que pri-
los procesos estudiados había que sumar la mi- vilegiar ámbitos de acción que incluyeran des-
rada de la Antropología, de la Micro-Sociología. de los laborales-familiares hasta los afectivos
En Argentina dicho proceso adquirió inte- (educación, relaciones familiares etcétera), sin
resantes características: los pequeños agricul- olvidar los culturales y comunicacionales. Bus-
tores buscaban formas de integrarse a la ex- car en las historias de vida de los pioneros, por
pansión agroindustrial a partir de sus propias ejemplo, las marcas que contribuyen al deseo
organizaciones, que agroindustrializaban y de generar salidas compartidas.
268 Estudios rurales y movimientos sociales. Miradas desde el Sur

Contábamos con un adecuado nivel de in- cial, no están ubicados de cualquier modo, es
formación cuantitativa, habíamos trabajado decir, no son intercambiables. En función de la
con esos productores desde hacía años, co- posición que ellos ocupan en este espacio muy
nocíamos la situación económica en la que se complejo, se puede avanzar en la comprensión
movían y habíamos conversado con muchos de de la lógica de sus prácticas y en la percep-
ellos sobre las crisis y las salidas imaginadas. ción, entre otras cosas, de cómo clasificarán
El trabajo dentro de equipos interdisciplinarios y se clasificarán y, llegado el caso, cómo se
nos había facilitado el estudio de las condicio- pensarán como miembros de un determinado
nes económicas donde los agricultores accio- sector (Bourdieu, 1988). Sin embargo, este co-
naban. Las condiciones “macro” estaban sufi- nocimiento debe evitar, por un lado, sustancia-
cientemente elaboradas e interpretadas. Pero lizaciones sobre un sujeto privilegiado para el
la propuesta se ubicaba en otro orden: no era cambio por su ubicación estructural (la clase),
en la ubicación estructural donde podíamos y, por el otro, perspectivas que suponen que
comenzar a indagar el por qué y el cómo del el mundo de la vida cotidiana de los sectores
accionar colectivo. Sin embargo, sin ese cono- subordinados es el mero espacio de la repro-
cimiento, la pregunta sobre el accionar de los ducción. Ese espacio se halla atravesado por
actores perdía significado. Aquella pregunta múltiples puntos de ruptura con el orden he-
cobraba sentido, precisamente, por la ubica- gemónico vigente y, aunque contradictorios y
ción subordinada de los actores (analizaríamos parciales, ellos hacen a la lógica más íntima y
una liga campesina y no las fuertes coopera- permanente de la lucha social (Nun, 1987: 24).
tivas de medianos cañeros que se constituían
simultáneamente, por ejemplo), por la posibili-
dad de ruptura de una relación asimétrica que ¿Por qué las técnicas cualitativas?
la acción de estos sujetos comportaba.
Podemos suponer que delimitar un sector La pregunta sobre qué estrategias metodoló-
social es eficaz porque existe alguna relación gicas utilizar para acercarnos al proceso de
entre dicha delimitación y las conductas indivi- construcción de las acciones colectivas invo-
duales. Como sostiene Bourdieu, las personas, lucraba, como vimos, ciertos puntos de parti-
los individuos están ubicados en un espacio so- da: enfocar la singularidad de una situación so-
Métodos cuantitativos y cualitativos en los estudios … | N. Giarracca, C. Gras y P. Gutiérrez 269

cial sin renunciar a estudiar procesos sociales Dicha interpretación es la que se intenta re-
más amplios. cuperar a través de estas técnicas (por ejem-
La caracterización estructural de producto- plo, historias de vida, entrevistas focalizadas):
res agrarios del NOA vinculados con distintos una sucesión de acontecimientos que pueden
mercados no alcanzaba para explicar cómo y ubicarse temporalmente, y que son recordados
por qué estos sujetos lograban actuar sobre como significativos porque produjeron una di-
las condiciones subordinantes. El problema ferencia entre lo que había/pasaba antes y lo
consistía en relacionar las condiciones y ubica- que hubo/pasó después.
ciones macrosociales con la singularidad, con En particular, cuando se trata de reconstruir
el sujeto. Pero las condiciones macrosociales la historia de un movimiento, de una organi-
no representan aspectos meramente externos zación, o de una acción colectiva, lo que que-
que se imponen o condicionan a los individuos, remos es rastrear la formación de ese “noso-
sino que han afectado a su propio ser social. tros” que les permitió a los sujetos actuar en
Representan condiciones en tanto son subjeti- forma conjunta, identificarse (entre sí y frente
vamente valoradas e interpretadas. Esas con- al “otro”). “La solidaridad que lleva a la acción
diciones permiten modelar una acción porque colectiva a ciertos individuos que viven en con-
los individuos le atribuyen un sentido que ocu- diciones estructurales comunes nace, en el
rre en el plano subjetivo e intersubjetivo, de plano subjetivo, a partir de la experiencia de
ciertas relaciones sociales, que contribuyen a encuentro y reconocimiento provocados por la
formar también el sentido de la acción. vivencia de ciertos acontecimientos” (Saltala-
El uso de distintas técnicas cualitativas per- macchia, 1990: 325). Lo que buscamos, enton-
mitió acompañar este tránsito de las categorías ces, es reconstruir esas vivencias, comprender
sociales a los sujetos actuantes. En particular, el sentido que adquirieron y que permitió la ac-
permitió rastrear el proceso de construcción ción en ese lugar y no en otro. En los relatos de
de las acciones colectivas y el sentido que los los actores se tejen, a través de distintas tem-
actores les fueron otorgando. En efecto, como poralidades, no solo testimonios sino también
señala Saltalamacchia (1990: 325), “los hechos identidades. En estos testimonios, es posible
son importantes no solo en tanto ocurren, sino encontrar los trazos de algo que los excede,
en tanto son interpretados por los actores”. esto es, el orden de lo social.
270 Estudios rurales y movimientos sociales. Miradas desde el Sur

Las técnicas cualitativas permiten, así, recu- yendo un tipo determinado de acción social. Las
perar el punto de vista del actor y recuperar la condiciones que en los relatos aparecían como
dimensión temporal de sus acciones: “Se trata- “facilitadoras” o “inhibidoras” de la acción eran
rá de revivir, en lo posible, los hechos, tratando tales porque los sujetos las habían valorado, les
de recordar el sentido atribuido a los mismos habían otorgado un determinado sentido. Y en
en el momento en que ocurrieron” (Saltalamac- ese sentido, se jugaban destrezas, experiencias
chia, 1990: 331). pero fundamentalmente creatividades.
Cuando entrevistábamos a los dirigentes de Debimos recurrir a numerosas formas de
cooperativas, por ejemplo, en sus relatos se control del material recogido a través de estas
podían rastrear las condiciones y situaciones entrevistas, era necesario tener en cuenta que
que derivaron en la construcción de un tipo “el entrevistado tenderá a organizar el discurso
de acción social, los momentos de “éxito” y de de su memoria desde sus actuales conviccio-
crisis, las opciones que como actores fueron nes e instrumental cognitivo” (Saltalamacchia,
construyendo, las relaciones establecidas con 1990: 330), o que, como plantea Arfuch (1993),
otros. Sabíamos de las funciones que cumplen los entrevistados tienen sus propias “estrate-
las entrevistas en profundidad y las historias gias de presentación”. Utilizamos así archivos
de vida en la identificación de procesos esen- periodísticos, datos estadísticos, etcétera. Con-
ciales, de momentos de decisión, de aspectos frontamos los discursos de distintos sujetos.
centrales que parecen dignos de un estudio en Muchas veces tuvimos que aceptar que la “opa-
profundidad (Bertaux, 1989), así como en la cidad” de lo social, la “incertidumbre” se iba a
reconstrucción de datos factuales que de otra colar también en nuestro trabajo, en tanto este
forma hubiesen sido difícil obtener. era un proceso de construcción social.
A poco de andar, nos dimos cuenta que la inte-
racción con nuestros entrevistados nos permitía
intercambios densos. No solo podíamos identi- La relación
ficar determinadas líneas de análisis, sino tam- entrevistador-entrevistado
bién “universos sociológicos” (Bertaux, 1989)
relevantes para nosotros. En efecto, podíamos Pero también tuvimos que problematizar nues-
acercarnos al sentido que les permitió ir constru- tra propia relación con los entrevistados, nues-
Métodos cuantitativos y cualitativos en los estudios … | N. Giarracca, C. Gras y P. Gutiérrez 271

tras expectativas sobre la relación, focalizar las durante la relación” (1990: 332). En este tipo de
emociones y relaciones que se involucraban en entrevistas, “el interlocutor no es simplemente
las situaciones de entrevista. Este tipo de “in- un ‘objeto de investigación’, es un ser huma-
tervención” requiere de parte del investigador no que se confía” (Ferrarotti, 1990: 123); por
un determinado compromiso. lo tanto, la relación entre el investigador y el
El trabajo de campo del sociólogo rural entrevistado es “esencialmente un ‘pacto fidu-
(como el del antropólogo) es una tarea que ciario’ que liga a los contrayentes al respeto re-
compromete al actor investigador tanto como cíproco y a una empresa cognoscitiva común”
al investigado. Compartir el tiempo, encon- (ibídem: 127).
trar al entrevistado “en familia”, volver cada Las experiencias en el trabajo sobre las orga-
tanto, va configurando un escenario de par- nizaciones cooperativas del NOA desarrolladas
ticipación con subjetividades en juego. Los en los últimos cinco años las llevamos a cabo
“informes de campo”, donde registramos in- sin una “metodología de participación” previa.
formación fuera de entrevista o detalles de Fuimos logrando acuerdos de trabajo con las
la escena, son de gran utilidad a la hora de cooperativas: manteníamos largas entrevistas
comprender ciertos procesos y, sobre todo, grabadas con los dirigentes, podíamos presen-
cuando analizamos las experiencias de orga- ciar reuniones entre ellos, y podíamos propo-
nización a través del tiempo. ner el análisis de ciertas coyunturas y la forma
El compromiso que se asume al realizar una en que ellos habían actuado. Si bien no realiza-
historia de vida es el de compartir con el en- mos una “intervención sociológica” en la mo-
trevistado la tarea de construcción y búsqueda dalidad que Touraine propone (ver Touraine,
teórica: en el proceso de reconstrucción de los 1987; Vuoto, 1990) o que Alberto Melucci llevó
sentidos que los hechos pasados tuvieron para a cabo en Milán, la metodología desarrollada
el entrevistado, surgirán interpretaciones nue- tomaba algunos aspectos de estas propuestas.
vas sobre lo vivido. Como señala Saltalamac- Una primera advertencia realizada por Me-
chia, “dado que la entrevista no es una forma lucci, y que pronto realizamos en nuestro tra-
de ‘recolección de datos’, sino una propuesta bajo, se refería a los intereses en juego en la
de investigación conjunta, los propios signifi- relación “investigadores-entrevistados”. Tanto
cados de la entrevista deberían ser discutidos nosotros, en nuestro rol de investigadores,
272 Estudios rurales y movimientos sociales. Miradas desde el Sur

como los entrevistados teníamos intereses que sentaciones. En nuestro caso, aceptamos que
eran distintos, más allá de las coincidencias la acción colectiva “puede pensarse como una
que pudiéramos tener en torno a algunos tó- orientación propositiva construida a través de
picos (el impacto de las medidas económicas relaciones sociales, en un campo de posibilida-
sobre los mercados regionales, por ejemplo). des y limitaciones que los actores pueden per-
Fue necesario trabajar dentro del equipo en cibir y tomar en cuenta” (Melucci, 1992, traduc-
la clarificación de dichos intereses: nosotros ción nuestra).
requeríamos la información y experiencia con- En este sentido, la relación del equipo con
trolada por los entrevistados mientras que es- las organizaciones de productores campesi-
tos requerían de cierta información que noso- nos entraba en el campo de relaciones socia-
tros podíamos generar. Este “pacto cognitivo” les sobre el que se construían las acciones de
(Melucci, 1992) era el espacio desde donde era aquellos. Esto significaba entonces, reconocer
posible el intercambio. Desde ese lugar, era que nuestra presencia generaba efectos: con-
posible indagar sobre la acción. Unos y otros dicionaba en algún sentido las “estrategias de
teníamos intereses en el proceso de “decons- presentación” de los entrevistados, ponía a su
trucción-reconstrucción de los datos” (Saltala- alcance información, percepciones e imágenes
macchia, 1990). (sobre ellos, sus organizaciones, sus estrate-
La participación de los entrevistados en el gias), que facilitaban o inhibían acciones.
proceso de construcción de conocimiento su- Pero esta relación también tenía efectos so-
puso también reconocer que “los actores com- bre nuestras propias estrategias y apuestas de
prenden el significado de sus acciones” (Meluc- conocimiento. No solo en términos de la orien-
ci, 1992, traducción nuestra). Ello cuestionaba tación de nuestras hipótesis, sino fundamental-
cierto rol tradicional del investigador en tanto mente en la construcción de los problemas de
“concientizador”, a la vez que implicaba no investigación planteados por el equipo. Las vi-
identificar la acción con el punto de vista de siones, las apuestas, las demandas de estos ac-
los actores. En otras palabras, si bien las con- tores tenían peso en nuestras decisiones. Nos
diciones estructurales que definen a los actores dimos cuenta que nosotros también construía-
no son capaces de explicar en todo su sentido mos nuestras acciones sobre una trama de re-
las acciones de los sujetos, tampoco sus repre- laciones sociales, en las que ellos participaban.
Métodos cuantitativos y cualitativos en los estudios … | N. Giarracca, C. Gras y P. Gutiérrez 273

Este “pacto cognitivo” permitió construir Oral (Barcelona: Instituto Municipal de


relaciones más democráticas en la vinculación Historia) N° 1.
con los sujetos estudiados. Se trataba de romper Bourdieu, P. 1988 Cosas dichas (Barcelona:
con la idea de que el investigador —el analista— Gedisa).
puede guiar las acciones de los actores, y des- Delacroix, C. y Dosse, F. 1993 “El viraje de las
de ahí, trabajar nuestras propias expectativas y ciencias sociales” en Ciencias Sociales.
sentimientos acerca de la capacidad de los sec- Boletín de Informaciones de la Facultad de
tores estudiados para modificar sus condiciones Ciencias Sociales (Buenos Aires: Facultad
de existencia, y de las opciones que ello pudiera de Ciencias Sociales, UBA).
significar en términos de sus estrategias. Ferrarotti, F. 1990 La historia y lo cotidiano
La “transferencia” de los resultados de nues- (Buenos Aires: Centro Editor de América
tros trabajos se realiza en el mismo proceso Latina).
investigativo, existe un ida y vuelta constan- Giarracca, N. 1988 “Nuevas situaciones de
te. Como plantea Melucci, en nuestro rol de integración agroindustrial: el caso de
investigadores, la capacidad de producir co- las cooperativas arroceras” en Realidad
nocimiento supone responsabilidades éticas y Económica (Buenos Aires) N° 85.
políticas en relación con dicha producción y al Giarracca, N. y Aparicio, S. 1991 “Los
destino de la misma, así como el respeto por la campesinos cañeros: multiocupación y
libertad de los actores. organización” en Cuaderno del Instituto de
Investigaciones (Buenos Aires: Facultad de
Ciencias Sociales, UBA) N° 3.
Bibliografía Giddens, A. 1987 Las nuevas reglas del
método sociológico (Buenos Aires:
Arfuch, L. 1993 “La interioridad pública. La Amorrortu).
entrevista como género” en Cuadernos del Gras, C. 1993 “Las cooperativas en el
Instituto de Investigaciones (Buenos Aires: desarrollo agroindustrial”, Informe de
Facultad de Ciencias Sociales, UBA) N° 11. Investigación, Beca de Iniciación (Buenos
Bertaux, D. 1989 “Los relatos de vida en Aires: CONICET / IPDERNOA / UNT-
el análisis social” en Historia y Fuente IIFCS / UBA).
274 Estudios rurales y movimientos sociales. Miradas desde el Sur

Melucci, A. 1992 “Frontier Land: Collective


Action between Actors and Systems” en
Diani, M. y Eyerman, R. (eds.) Studying
Collective Action (Londres: Sage).
Nun, J. 1987 La rebelión del coro: Estudios
sobre la racionalidad política y el sentido
común (Buenos Aires: Nueva Visión).
Saltalamacchia, H. et al. 1990 (1983)
“Historias de vida y movimientos sociales:
Propuesta para el uso de la técnica” en
Iztapalapa, Revista de Ciencias Sociales y
Humanidades (México DF) Año 4, N° 9.
Touraine, A. 1988 El regreso del actor (Buenos
Aires: Eudeba).
Vuoto, M. et al. 1990 “El método de la
intervención sociológica: su validación en
el análisis de la acción sindical”, informe de
investigación (Buenos Aires: UBA).
Ensamblando las voces:
los actores en el texto sociológico* **
Norma Giarracca y Karina Bidaseca***

“A wild crowd outside the department stores Karol from among the crowd. He approaches
in the city center. A terrible noise, vendors closer, cranes his neck and, using the camera
shouting, street organs grinding, children cry- as a mirror, scrutinizes himself”.
ing. Hell. The camera observes this sea of faces
Krzysztof Kieslowski, guion de Blanc
slightly from above. Slowly it distinguishes
(citado en Insdorf, 1999)

Introducción
* Giarracca, N. y Bidaseca, K. 2004 “Ensamblando las
voces: los actores en el texto sociológico” en Kornblit,
A. L. (coord.) Metodologías cualitativas en ciencias La Sociología y la Antropología Social, como
sociales. Modelos y procedimientos de análisis (Bue- disciplinas sociales, poseen una larga tradición
nos Aires: Biblos). en investigaciones en las que los actores so-
ciales, o simples sujetos bajo estudio, son cen-
** Una primera versión de este trabajo fue presentada
en las “Terceras Jornadas sobre Etnografía y Métodos
trales tanto en los modos de indagación como
Cualitativos” realizadas en el Instituto de Desarrollo en los textos resultantes. Recordemos, como
Económico y Social, en junio de 2001. ejemplos ilustres, el clásico trabajo de Thomas
y Znaniecki de comienzos de siglo, The Polish
*** Posdoctora por PUC-SP/Universidad de Manizales- Peasant in Europe and America (1919), o la
CINDE/COLEF/CLACSO/FLACSO y Doctora en Cien-
cias Sociales (Universidad de Buenos Aires). Es coor- reciente obra magistral de Pierre Bourdieu La
dinadora del Programa Sur-Sur (CLACSO). miseria del mundo (1999), sin olvidar, por su-
276 Estudios rurales y movimientos sociales. Miradas desde el Sur

puesto, a Los hijos de Sánchez (1961) y el resto dernos de campo”, verdaderos reservorios de
de las obras de Oscar Lewis. documentación que eran inestimables fuentes
Esta tradición nunca perdió vigencia en la de las voces de los sujetos en los momentos
Sociología; no obstante, durante los años del de mayor libertad en la relación investigador-
“consenso ortodoxo”, la hegemonía positivista investigado. Esos momentos de “intercambios
y su obsesión cuantitativista, trataron de exi- densos” donde el investigador puede dedicar-
liarla en la Antropología o en la Etnografía. se a identificar mundos sociales, detalles de
Los sociólogos rurales evitamos, en parte, las escenas laborales o familiares, sentidos y
el mandato positivista por la fuerte influencia significados en disputa entre distintos sujetos,
que la Antropología ejerció sobre “los estudios resultaban ser de vital importancia a la hora de
campesinos”. Una investigación o una tesis, sin comprender hacia donde se dirigía el deseo de
“trabajo de campo” resultaba impensable y los conocimiento y comprensión.
grabadores fueron —y siguen siendo— nues- Con la nueva Teoría Social Posestructura-
tras herramientas más preciadas. Heredamos, lista, la centralidad del sujeto en los estudios
desde siempre, entrenamientos en estrategias sociales tomó una vigorosa actualidad y se ex-
metodológicas que valoraban la centralidad pandió a diversas especialidades de la Socio-
del sujeto y al investigador como intérprete del logía. Se toman a los actores como recursos
otro en una relación de plena intersubjetivi- de inteligibilidad para comprender los aconte-
dad. No obstante, en muchos casos se buscaba cimientos, para producir conocimientos y, en
corroborar las palabras de los entrevistados muchas ocasiones, convierten sus narrativas
con otras fuentes pues se los sospechaba de en elementos centrales de los materiales resul-
“subjetividades” como si tales aspectos en las tantes (artículos, libros, etcétera). Pierre Bou-
encuestas se pudieran evitar. En las etapas de rdieu, con su trabajo mencionado, se convirtió
mayor hegemonía de las posiciones estructura- en el mejor exponente contemporáneo de esta
listas hasta los antropólogos rurales evitaban Sociología. En la teleconferencia ofrecida a
la soledad con las voces de los sujetos y bus- mediados del año 2000 en la Universidad de
caron los siempre legitimados “datos” cuantita- Buenos Aires, nos desafió precisamente a pro-
tivos. Pero siempre, tanto antropólogos como blematizar la Sociología en sus posibilidades
en sociólogos rurales, contaban con los “cua- “socioanalíticas”, potenciando el espacio don-
Ensamblando las voces: los actores en el texto sociológico | N. Giarracca y K. Bidaseca 277

de la gente se expresa en cuestiones profundas en lugar de tratar de analizar o explicar, intentar


e importantes. Como alguna vez M. Ferro (s/f) evocar, que es una palabra muy de moda en la An-
dijo acerca del cine, las disciplinas sociales tropología interpretativa. […] Y otra palabra que
en sus potencialidades comprensivistas e in- se usa en inglés es inacting, que decidimos que
puede ser “puesta en acto”, o sea, comunicar por
terpretativas develan el secreto y hacen caer
los textos mismos que mimetizan lo que uno está
las máscaras, muestran el revés, los lapsus de
tratando de comunicar. (Taylor, 1993: 3)
aquello que nos presentan como “social”.
La “escucha” de la gente, le demanda al so-
Los actores o los simples sujetos sociales tejen
ciólogo un concienzudo proceso de autorre-
sus propias interpretaciones de los aconteci-
flexión acerca de los tamices por los que se
mientos, pueden narrarlos de una forma o de
escucha y de las resignificaciones (“traduccio-
otra, y una misma realidad puede ser represen-
nes” en términos de Long, 1992) por las que
tada por expresiones distintas, hasta incompa-
se filtran sus narrativas, así como un entrena-
tibles, por diferentes actores. Las narrativas
miento interpretativo (teórico) que lleva tiem-
orales son modos de argumentar; los actores
po. Mientras que el objetivo de la “explicación
en sus discursos realizan operaciones retóricas
sociológica” a partir de técnicas “neutras” —
para convencer a sus interlocutores acerca de
como los cuadros de doble entrada, los aná-
cómo interpretar los hechos narrados.
lisis multivariables o los coeficientes de rela-
En esta perspectiva los acontecimientos y
ción— es una estrategia que puede transmitir-
procesos son obras de “sujetos activos y cono-
se fácilmente en las carreras de Sociología, la
cedores”, de “actores sociales”, y no resultados
comprensión y comunicación de las acciones
del impacto diferencial de grandes fuerzas so-
de los hombres en sus distintas dimensiones
ciales despersonalizadas sobre individuos pasi-
requiere algo más que el aprendizaje de las me-
vos o engañados por dispositivos ideológicos.
todologías. Compromete al investigador en su
Y en esta ontología nosotros mismos como in-
formación intelectual, sensibilidad, capacidad
vestigadores somos sujetos activos, con capa-
intuitiva y de autoconocimiento y reflexión.
cidades puestas a prueba para comunicar, evo-
Compromete además al investigador en su ca-
car, traducir diferencias culturales y desnatu-
pacidad de comunicación y, como dice la an-
ralizar aquello que pretende presentarse como
tropóloga Julie Taylor,
278 Estudios rurales y movimientos sociales. Miradas desde el Sur

“natural”, que casi siempre está en el orden de ciólogo y el antropólogo se transforman en


la dominación. autores, como diría Julie Taylor en “comunica-
Apelamos a los sujetos para obtener infor- dores”. La intervención del analista consiste en
mación, interpretaciones, gestos, etcétera, que publicar las narrativas de los sujetos que ha-
son valiosos para la comprensión de una situa- blan; en quebrar el límite de la interioridad tras-
ción; pero, ¿qué destino damos a sus palabras, poniendo la barrera del “sí mismo”, revelando,
a sus interpretaciones?, ¿por qué incorporarlas a través de sus escritos, la subjetividad del ha-
al texto o no? Es decir, ¿por qué brindarles un blante. Se convierte así en intermediario entre
lugar en los textos? este y el lector, en traductor de la oralidad, de
Para los sujetos, la producción textual que el las expresiones gestuales, de las emociones, de
analista realiza, significa además de la posibili- los lapsus, y cómplice de los silencios, de aque-
dad de ser escuchados, la de trasladar su expe- llos que emiten su voz en una relación espacio-
riencia privada al espacio de lo público. temporal única que lo incluye a él y al hablante
y excluye al lector.
Una oportunidad también de explicarse, en el La tarea del analista, por cierto privilegiada,
sentido más completo del término, es decir, de requiere impregnarse de cierta ética que, con-
construir su propio punto de vista sobre sí mis- forme a un bálsamo, nos evite caer, presos de
mos y el mundo y poner de relieve, dentro de los deslices de nuestra propia subjetividad, en
este, el punto a partir del cual se ven y ven el
traducciones incorrectas o, peor aún, en tergi-
mundo, se vuelven comprensibles y se justifican,
versaciones de sentido. No hay más técnicas
en principio para sí mismos. (Bourdieu, 1999: 536,
énfasis en el original) para ello que el “autoconocimiento”, la capaci-
dad reflexiva y el control que dan los equipos
Este proceso puede provocar en los sujetos un de trabajo (la presencia de otro investigador
proceso de liberación de estados larvados duran- que funciona como “control”).
te largo tiempo; experiencias cognitivas y emo- Una tensión puede cobrar relieve; aquella
cionales, ambas, penosas y/o reconfortantes. que reside en la representación de la expe-
En las formas textuales resultantes también riencia, tan rica y diversa, que desafía los pos-
se modifica el lenguaje del investigador; el so- tulados mismos de la escritura y nuestra pro-
pia capacidad de traducción. El sujeto de la
Ensamblando las voces: los actores en el texto sociológico | N. Giarracca y K. Bidaseca 279

voz, en el texto crece, cobra autonomía —tal anteriores. Esas voces habían sido fuente de
como cuentan los escritores que les ocurren exploración temática, de testimonios, de “di-
con sus personajes—, el sociólogo-autor, se sonancias” (narrativas contradictorias sobre
siente “en retirada”. los procesos); de intentos de análisis textua-
Este artículo se propone reflexionar precisa- les, pero a la hora de producir el libro, algunas
mente acerca del lugar que ocupan los relatos de ellas nos reemplazaban en la tarea de orga-
de los entrevistados en los textos sociológicos, nizar procesos sociales, de mostrar la comple-
el lugar “cedido” y el lugar “ganado”, así como jidad de las transformaciones o sus aspectos
de la configuración narrativa de las identidades dramáticos, casuales (contingentes), o de cen-
e implicancias personales puestas en juego en trar las improntas personales (la singularidad
la relación de entrevista. de los sujetos).
Esta reflexión surge del trabajo de campo Una corta reflexión acerca de estos temas
realizado en los espacios rurales de la provin- apareció en el Boletín de Ciencias Sociales de
cia de Tucumán en varias oportunidades con- la Universidad de Buenos Aires, bajo el nombre
tiguas en el tiempo, en el marco de la investi- de “La sociología y las palabras de los otros”
gación “El trabajo en el complejo azucarero en (Boletín de Ciencias Sociales, 2000). En este
Tucumán: trabajadores del surco y campesinos nuevo trabajo retomamos aquella línea de re-
multiocupados”, financiada por la Agencia Na- flexión incorporando “casos”: dos mujeres cla-
cional de Promoción Científica y Tecnológica ve en el proceso de investigación, a quienes les
(FONCYT), entre los años 1998 y 2000. Los re- fuimos otorgando el espacio que sus voces re-
sultados de la investigación dieron lugar al li- querían en el texto: Rita y Amalia.
bro Tucumanos y tucumanas. Zafra, trabajo,
migraciones e identidad, que escribimos las
autoras de este artículo junto a Carla Gras y Tras las huellas de la polifonía.
Daniela Mariotti (2000). Narración e identidad
La escritura del libro se convirtió en una
experiencia que ameritaba una reflexión; las Desde que Marcus y Cushman definieron como
voces de los actores pujaban por aparecer ficción al “realismo etnográfico”, las críticas se
de un modo distinto al de nuestros trabajos profundizaron y, por consiguiente, se tendió a
280 Estudios rurales y movimientos sociales. Miradas desde el Sur

buscar la polifonía (despliegue de voces a ve- El rol del analista implica trasvasar su pro-
ces en disputa) y a recrear esta plurivocalidad pia subjetividad en la elección del texto; esto
en el texto. De este modo, podemos asimilar es, seleccionar de modo arbitrario, fragmentos
esta nueva concepción acerca del lugar que de la vida de los hablantes aceptando con com-
las voces ocupan en él utilizando el concepto plicidad la construcción artificial de sentidos.
de “novela polifónica” que desarrolló Bajtin Como sostiene James Clifford (1988), la tex-
(1993), desde una concepción dialógica de la tualización implica una autoridad interpretati-
lectura, a partir de la novela rusa de Dostoie- va que excluye el diálogo.
vski. En ella los personajes poseen voz propia, La metáfora del diálogo, que emula la de la
independiente de la voz del autor, y a menudo, “cultura como texto” (Geertz, 1994), ha sido
se desarrollan en disonancia. central en las discusiones acerca de la escri-
Frente a los “textos realistas” de principios tura etnográfica. En su artículo “Ethnography
del siglo XX, los “textos modernos” introdujeron and Interpretative Anthropology”, Marcus y
una reciprocidad de perspectivas entre el ana- Fischer (1986) expresan que el diálogo se tornó
lista y los sujetos y establecieron nuevos modos central para expresar el modo en que los antro-
de textualidad: el diálogo; el discurso; los textos pólogos se involucran en los procesos comuni-
cooperativos y el surrealismo, entre otros. cativos con otras culturas. Al respecto citan las
En el primer caso, la etnografía se nutre de ideas más relevantes, como la noción de “ter-
la experiencia inmediata del trabajo de campo cera persona” de Lacan presente en cualquier
reproduciendo, por ejemplo, pasajes de entre- conversación o entrevista1; la yuxtaposición
vistas o autobiogramas; en el segundo caso, se de los conceptos de “experiencia cercana” y
estructura el texto en términos de una retórica
tratando de capturar el discurso oral en forma
textual. Por su parte, los “textos cooperativos” 1 Algunos autores han señalado que en la conversa-
son elaborados por los sujetos y el analista en ción entre dos personas siempre hay, al menos, una ter-
forma conjunta, y por último, los “textos su- cera que constituye la mediación de la internalización
rrealistas”, a modo de puzzle, reproducen pa- de estructuras culturales inconscientes en el lenguaje,
terminologías, códigos no verbales de comportamiento,
sajes de historias de vida o entrevistas inclu-
que conforman el imaginario real y simbólico (Marcus y
yendo al lector en el proceso de interpretación. Fischer, 1986: 31).
Ensamblando las voces: los actores en el texto sociológico | N. Giarracca y K. Bidaseca 281

“experiencia lejana” desarrollados por Geertz2 Decíamos, párrafos atrás, que la producción
(1994) y la perspectiva dialéctica del diálogo textual que elabora el analista puede implicar
formulada por Gadamer en la que integra la para los sujetos la oportunidad de explicarse.
noción de mediación lacaniana y de yuxtaposi- Esta reflexión nos remite a profundizar en el
ción de Geertz (1994: 30-31). tema de la identidad.
En esta relación dialógica que analista y el/ En los momentos en que la situación de en-
los sujeto/s acuerdan, ambas identidades se trevista deja de ser tal para convertirse en “en-
modelan recíprocamente; los interlocutores, a trega emocional” de aquellos recuerdos más
pesar de situarse en diferentes posiciones del íntimos, más emotivos, la voz del entrevistado
espacio social, intercambian puntos de vista. aparece habitada por una heteroglosia en la
En el nivel del discurso, los “otros” son fijados que es posible reconocer otra voz, la autobio-
textualmente. gráfica.
En ese intercambio se plasman experien- ¿Qué avatares recorre la voz del entrevis-
cias, imágenes, prejuicios, representaciones de tado hasta llegar al texto que es ofrecido al
la alteridad, pero también la misma situación lector? ¿Cómo interviene el analista en el
de investigación puede conducir a que el sujeto proceso de alteración de una identidad que
perturbe nuestra posición de traductores. Es el se cree indemne?
momento en que se evanece nuestra mediación Para responder a estos interrogantes nos
hermenéutica y el excedente de sentido, insta- remitiremos a los tres niveles de análisis que
la, de este modo, una tensión entre el autor y explicita Régine Robin (1989): el nivel de lo
su escritura. autobiográfico o personal; el de la “identidad
narrativa”, que es la narración que el individuo
hace de sí mismo, sobre sí mismo; y el nivel fic-
2 Conceptos de “experiencia próxima” son aquellos cional, que remite a la omnipotencia del escri-
que alguien puede emplear naturalmente y sin esfuerzo tor sobre lo que él inventa.
alguno para definir lo que él o sus prójimos ven, sienten, En estos tres niveles reside la dificultad de la
piensan, imaginan, etcétera. Conceptos de “experiencia narración, así como del intento de dar cuenta
distante” son aquellos que los especialistas emplean
de la vida de otro, de su trama identitaria cons-
para impulsar sus propósitos científicos, filosóficos o
prácticos (Geertz, 1994: 76). truida a través de complejas mediaciones. Allí
282 Estudios rurales y movimientos sociales. Miradas desde el Sur

es donde se impone el límite de lo decible, don- En síntesis, se trata, como expresa Robine
de se cuestiona la legitimidad del texto resul- (1989: 73), de “poder promover en la escritu-
tante, donde la vida del otro se torna inasible. ra la diversidad cultural que uno promueve”.
Ello conduce a plantear la tematización de Como lo sugiere la lógica de la interpretación
los relatos de vida como acceso directo a la ex- de textos, “existe una plurivocidad específica
periencia, que concierne a la palabra del otro re- en el significado de la acción humana. También
cogida a través de las diversas técnicas cualitati- la acción humana es un campo limitado de in-
vas que emplean las Ciencias Sociales: entrevis- terpretaciones posibles” (Ricoeur, 1985).
tas, historias de vida, autobiogramas, etcétera.
Este límite opera en el cuestionamiento del
(los) lugar(es) en el (los) que se sitúa el analis- Los “casos”: tucumanas
ta: el del saber, instalando una situación apa- de ojos grandes3
rentemente asimétrica; el del otro que escucha;
el del otro extraño que se entromete en la vida Rita…
de los sujetos; el del otro que puede remediar
alguno de los males que padecen (falta de tra- Los mundos rurales de la provincia de Tucu-
bajo; enfermedad; violencia familiar, etcétera), mán también se pueden definir como uno en-
y tantos otros otros que nuestra imaginación tre otros lugares “difíciles de describir y de
pueda albergar. pensar” (Bourdieu, 1999: 9), que sintetizan la
Es que el analista que se sumerge en aque- complejidad y la contradicción inherentes a la
llos lugares difíciles que describe Bourdieu — condición humana.
las ciudades marginales, las escuelas, las cár- Tucumán lleva tras de sí las marcas de un pro-
celes, los guetos, las zonas rurales en las que ceso político que ha caracterizado a la sociedad
abunda la pobreza—, tampoco puede negar
que su identidad resulta alterada y que en más
de una oportunidad ha cuestionado su práctica 3 En otro trabajo sobre la historia de mujeres de la
profesional, su situación de privilegio frente a provincia parafraseamos el título de la novela de Ángeles
Mastretta (Mujeres de ojos grandes) utilizando el mismo
la crudeza con que a menudo, y sin vacilacio-
sentido que la autora impregna a esas mujeres mexica-
nes, se muestra la realidad en esos lugares. nas, simples, con historias cargadas de significación.
Ensamblando las voces: los actores en el texto sociológico | N. Giarracca y K. Bidaseca 283

argentina durante gran parte del siglo XX. Nos La violencia ejercida desde “el poder” se ma-
referimos a la impronta militar y a la interven- terializaba en los cuerpos de los individuos de
ción del ejército en la escena política nacional una forma original e inaudita; al mismo tiempo
a partir de los años treinta, siendo una de las que se iba encarnando en ellos, desatando el
provincias que más ha sufrido las consecuen- miedo y el terror e impregnando los diferentes
cias de estas intervenciones: el golpe de Estado discursos, marcaba a toda una comunidad e
del año 1966 de Onganía, que implicó el cierre instalaba las contradicciones y paradojas que
de once ingenios y la migración forzosa de miles emergerían con el devenir del tiempo.
de tucumanos, produjo un malestar social que La violencia política de aquellos tiempos fue
se profundizaba y era expresado a través de las seguida por las crisis, el aumento de los niveles
manifestaciones de protesta de las clases me- de la pobreza y desocupación de los tiempos
dias y de los obreros, así como en la violencia re- actuales: tasas de desempleo que trepan y so-
volucionaria de los movimientos guerrilleros y brepasan el 20%, lo que representa unas cien
la consiguiente cruenta represión sintetizada en mil personas6; una tasa de mortalidad infantil
el “Operativo Independencia” que continuó du- que es más de tres puntos superior a la nacio-
rante la dictadura militar de los años 1976-19834. nal y, según cifras oficiales, cerca de 250.000
Durante este lapso, Tucumán se vio invo-
lucrada en un proceso muy doloroso carac-
terizado por las desapariciones forzadas de (FOTIA) muere en marzo de 1976 en un confuso aten-
personas, seguidas, a menudo, de muerte: di- tado. Junto con él se estima que desaparecieron al-
rededor de doscientos cuarenta dirigentes sindicales
rigentes sindicales, políticos y universitarios,
desde el régimen de Onganía hasta entonces. Cabe
maestros, militantes…5 recordar también a Isauro Arancibia, maestro rural y
dirigente de CTERA.
6 En mayo de 1999 se registró una tasa de desempleo
4 En el año 1975, el general Antonio Bussi se hace de 19,2%, cifra que indica que un año después hay 4.000
cargo del “Operativo Independencia” y el 24 de marzo personas desocupadas más. La fuerza laboral de la pro-
de 1976 se convierte en gobernador de facto de la pro- vincia asciende a 495.000 personas y la tasa actual de
vincia hasta fines del año 1977. desempleo sería la segunda más alta de los últimos diez
5 Atilio Santillán, secretario de la “Federación años, solo superada por el 21,8% de octubre de 1996 (La
Obrera de Trabajadores de la Industria Azucarera” Gaceta, 20-07-2000).
284 Estudios rurales y movimientos sociales. Miradas desde el Sur

niños y jóvenes analfabetos (Llanos Navarro, años como empleada doméstica para ayudar a
1997, citado por Giarracca et al., 2000). su madre y a su padre enfermo. Luego trabajó
Este cuadro nos resultaba familiar después como cosechera del limón a la par de los hom-
de tantas recorridas por estos mundos rura- bres. Amasó empanadas de humita, migró con
les, pero logró volver a conmovernos cuando Juan en algunas ocasiones y fue “remisera”.
comenzamos a enfocar a los zafreros (trabaja- De a poco fue convirtiéndose en una persona
dores rurales de la caña). Aunque parecido, se casi imprescindible en nuestra investigación.
presentaba distante de aquel otro —el de los Nos acompañó a realizar las primeras encues-
campesinos cañeros— ya conocido por noso- tas piloto; a rastrear informantes clave en la
tras. Los zafreros se nos mostraban siempre primera etapa del proceso de investigación. Así
“en tránsito” (venían de…, o iban hacia…), sin es que decidimos integrarla al proyecto como
anclajes políticos, abandonados por el gremio encuestadora, sumando una nueva actividad a
a las arbitrariedades de la sociedad neoliberal su fructífera y flexible trayectoria laboral.
“del mercado”, habitando campamentos sin Al principio, tímidamente hizo explícito su
luz, sin condiciones sanitarias mínimas, con miedo de no poder afrontar tal responsabilidad
changos desertores del año escolar, etcétera. pues conocía que sus compañeros de trabajo —
En una de esas tantas travesías por para- los otros encuestadores— poseían una educa-
jes inciertos conocimos a quienes, en forma ción formal alta. Pero el desafío fue enfrentado
ficticia, nombramos como Rita, Juan y la pe- y terminó destacándose en el grupo de encues-
queña Danita. tadores por la destreza que logró desarrollar en
Juan era zafrero, quizás uno de los últimos poco tiempo y por la confianza que recibía de
zafreros7, cosechero del limón y migrante. Rita, sus vecina/os (migrantes de los Valles Calcha-
como tantas otras mujeres del campo, había quíes), muchas de ellas, “comadres”. Varias en-
comenzado su trayectoria laboral a los quince cuestas, a migrantes asustados por la falta de
trabajo, no hubiesen podido realizarse sin Rita.
Ella fue adquiriendo protagonismo; conta-
7 La incorporación de la cosechadora integral en los ba la historia de Juan —su marido, el zafre-
procesos laborales ha reducido la necesidad de mano
ro— con un detalle que no hallábamos en él.
de obra en la zafra, dada la economización de tiempos y
costos. Por ello se alude a los “últimos zafreros”. Grabamos muchas horas, observamos muchas
Ensamblando las voces: los actores en el texto sociológico | N. Giarracca y K. Bidaseca 285

fotos familiares, conocimos cada detalle del de origen y de la familia de su compañero.


proceso de construcción de esa casa de Los Además incluyó descripciones de su comuni-
Sosa, donde se destinaban los ingresos de Juan dad, resultado de una pequeña investigación
como “golondrina”. La casa de Los Sosa fue que fue realizando en las distintas institucio-
convirtiéndose, poco a poco, en un lugar en el nes, y agregó un mapa de la zona marcando
que pasábamos largas horas, habilitadas por ríos y carreteras. Nos entregó el cuaderno en
la calidez de esta mujer joven que encontraba un corto tiempo.
en nuestra “escucha” el espacio de conforma- Nosotras respetamos su decisión y guarda-
ción de su propia historia articulando etapas, mos aquel cuaderno con sus relatos, dibujos,
períodos felices con los que no lo fueron. Sus descripciones, etcétera y seguimos las entre-
álbumes de fotos familiares (el casamiento, el vistas en el período interzafra. Ella había modi-
nacimiento de Danita) fueron dispositivos del ficado el objetivo de la técnica pero había com-
recuerdo, de rememorar aquellos momentos — prendido el sentido más profundo de la misma.
los más felices— frente a nosotras. Nosotras mismas, contagiadas del entusiasmo
Nuestro trabajo requiere que viajemos a Tu- literario de Rita, comenzamos a bosquejar
cumán continuamente, pero nuestra residencia nuestras etnografías ocupando más lugar que
está en Buenos Aires. Por eso, frente a esta en otras investigaciones y deslizando con ma-
disposición de Rita, decidimos emplear la téc- yores libertades nuestras propias emociones.
nica del “autobiograma”, utilizada por Thomas Cuando armamos el libro convencimos a
y Znaniecki en The Polish Peasant in Europe nuestra editora de hallar un modo en que, la
and America, ya por el año 1919. Las consignas descripción de los procesos sostenidos por
para Rita fueron que escribiera en un cuader- información de distintos tipos, se diferenciara
no cuando ella quisiera y que registrara, sobre de las voces de nuestros actores y de nuestras
todo, sus vidas en los períodos de interzafra. propias voces como etnógrafas. En forma con-
Que se tomara todo el tiempo que quisiera. junta diseñamos “ese otro libro” que atraviesa,
Rita escribió un relato de su vida que co- se mezcla y enriquece al discurso más tradicio-
mienza con su encuentro con Juan pero que, nal de la Sociología Rural —necesario en este
por momentos, se remonta a su infancia, su caso pues el Estado no guarda ningún tipo de
adolescencia dando pincelazos de su familia estadísticas sobre el sector de los trabajado-
286 Estudios rurales y movimientos sociales. Miradas desde el Sur

res rurales de la caña y ni siquiera el sindicato y contradichos que la vida, en sus intrincados
podía establecer el grado de formalidad en los despliegues deparó para esta joven de los secto-
vínculos laborales—. Habíamos logrado tales res subalternos tucumanos. Y en tal historia se
datos con la rigurosidad estadística que nos condensan muchas otras historias —parecidas
da aquella vieja formación cuantitativa pero y diferentes— de jóvenes mujeres migrantes,
queríamos transmitir, además, los mundos con identidades en tránsito, desafiando al “lu-
culturales que solo a través de la experiencia gar” y buscando esa dimensión que apela al “es-
y vivencias de los investigadores se pueden re- pacio” en su significación de “libertad” (Tuan,
cuperar. La tarea con el material etnográfico y 1997). Cuando nos convencimos de que Rita se-
con las entrevistas se nos presentaba como una ría nuestra co-autora nos pareció necesario su
tarea propia de decidir su uso, su ubicación en propia opinión y autorización. Ella autorizó sin
el libro, pero con el cuaderno que contenía la dudar pero prefirió que el relato tuviese unidad,
historia escrita por Rita se nos presentaban al- que llegara de modo directo, sin intervenciones
gunos interrogantes. de nuestra parte. Le recordamos que en algu-
En efecto, teníamos que tomar una decisión: nos tramos se recuerdan aspectos dolorosos e
¿qué destino le otorgábamos a la autobiografía íntimos (un aborto, por ejemplo) pero ella, de
de Rita?, ¿fragmentarla como hicimos con sus algún modo, catalizando su sufrimiento pasado
entrevistas o con otras entrevistas? ¿Usarla a través de la palabra, nos repitió que ya forma-
como testimonio, interpretándola? La primera ba parte de su relato escrito.
e importante decisión fue que su autobiogra- Así, el texto autobiográfico8 está presentado
fía habilitaba una comprensión del mundo de completo, casi como un capítulo del libro, res-
las mujeres jóvenes tucumanas ligadas a los petando su redacción y modismos. Solo segui-
jornaleros migrantes que ningún otro material mos las indicaciones del programa del proce-
podría lograr. En esa historia singular, de casi sador de textos con relación a la ortografía, del
niña trabajando en el servicio doméstico de mismo modo que se hace con cualquier trabajo
ciudades desconocidas, en sus encuentros y en nuestros días.
desencuentros con su compañero, en su valo-
ración positiva a sus propias migraciones, ha-
llamos un modo expresivo complejo, de dichos 8 Ver Giarracca, Gras, Bidaseca y Mariotti, 2000.
Ensamblando las voces: los actores en el texto sociológico | N. Giarracca y K. Bidaseca 287

En síntesis, Rita pasó de ser entrevistada, y ros, la mayoría migrantes que venían a traba-
luego encuestadora a ser autora y en su texto jar en la cosecha de la caña de azúcar, habi-
pudo plasmar los momentos más dramáticos y tando sitios construidos con malojas verdes y
ricos de su vida. La escritura, su compromiso pisos de tierra.
puesto en describir “Los Sosa”, la fue convir- Ella también fue maestra en los tiempos de
tiendo en un personaje central. De este modo, la dictadura, la etapa más dramática de su vida.
el espacio biográfico que Rita configuró inin- Sus hermanos Isauro y Arturo habían sido ase-
tencionadamente, fue necesariamente incor- sinados el 24 de marzo de 1976 cuando volvían
porado como un elemento de transmisión, de del entierro del compañero y amigo, secretario
comunicación de los mundos pocos conocidos de la Federación de Obreros Trabajadores de la
por los lectores urbanos. Industria Azucarera (FOTIA), Atilio Santillán,
también asesinado dos días antes. La muerte
Amalia… rondaba por aquellos días los lugares de los
sindicalistas luchadores (Isauro había sido el
La segunda experiencia que presentamos fundador de CTERA).
aquí, es la relación que sostuvimos con Ama- Amalia, como antes Rita, fue adquiriendo
lia Arancibia. Ella no dudó en aparecer con mayor protagonismo en la investigación, pero
su nombre, pues comparte ese respetado por otras causas, sin duda más dolorosas. Cada
apellido con sus hermanos, reconocidos gre- entrevista con ella nos deparaba mayor cono-
mialistas docentes, asesinados por la dicta- cimiento del mundo rural de otras décadas,
dura. Nuestro interés en ella se inició por su de suma importancia en nuestro trabajo para
condición de maestra rural jubilada que nos comprender la profundidad de las transforma-
podía conducir al pasado. Efectivamente, con ciones. Pero fundamentalmente, Amalia nos
su fabulosa memoria durante varias horas, en introducía en las huellas del terror, en situacio-
esa entrañable casa familiar de Monteros, se nes extremas en las que los significantes irrum-
remontó una y otra vez a la vida rural de los pían desestabilizando la experiencia y marcan-
zafreros de décadas anteriores. Ella conoció do la fractura del relato. Por su alto contenido
la pobreza de los niños descalzos de los zafre- emotivo, porque develaba lo ominoso, lo brutal
de nuestra condición humana.
288 Estudios rurales y movimientos sociales. Miradas desde el Sur

Su relato detallado sobre la muerte de sus este caso no podíamos delegar la responsabili-
hermanos, la violencia desplegada desde el te- dad (como cuando le consultamos a Rita acerca
rrorismo de Estado sobre la trama familiar, los de su biografía). Sabíamos también que las lar-
detalles de otras desapariciones, muertes abs- gas horas de grabación con Amalia no podían
tractas, se hacían presentes en su narración. Si ser presentadas en el libro (ameritaban un libro
bien se trataba de un tiempo lejano, cobraba aparte). La decisión, en este caso, se basó en
actualidad en el relato, se hacía más próximo mostrar todos los matices de la historia conta-
cuanto más se lo describía. da por Amalia: el horror (la represión), el dolor
Las entrevistas con Amalia nos remitían a por la muerte de un chango, la pobreza, pero
la memoria como construcción colectiva, obli- también las fiestas, los bailes, las alegrías, el re-
gándonos a detenernos en una historia que, cuerdo del compromiso de aquellas otrora jóve-
desde la práctica sociológica, nos interpela a nes maestras rurales, vacunando, enseñando y
salir del encierro y a honrar a los muertos. Los asistiendo a los bailes de final de zafra.
fantasmas de la muerte, de los cuerpos mutila- El relato de Amalia nos permitió abordar el
dos, las presencias de las desapariciones tran- tema de la dictadura y la violencia en Tucumán
sitaban por las entrevistas. desde los relatos de los sujetos. Mostrar como
Rita, con sus 29 años, representaba el pre- desde los problemas económicos actuales (la
sente, con sus angustias económicas, sus iras desocupación de los zafreros) hasta muchas
hacia el sindicalismo corrupto, sus ganas de enfermedades de la población de mayor edad,
pelearle a la vida. Amalia nos recordó que este prácticas cotidianas, el hambre de los niños, et-
presente tiene un pasado y que todo proceso cétera, remontan sus razones a ese horroroso
social en Tucumán —como en la Argentina período.
toda— está atravesado por él. Transmitir los significados de la violencia es
Amalia también tiene su lugar privilegiado en una de las tareas más complejas del etnógrafo,
el libro, pero, a diferencia del caso de Rita, tu- nos dice Julie Taylor, quien abordó este tema,
vimos que cortar, fragmentar su relato, hacerlo justamente, para Tucumán:
aparecer en trozos y en esa decisión se fueron
muchas y complicadas horas de trabajo. ¿Cómo Igual que el arte, la vivencia de la violencia no en-
cortar? ¿Qué dejar, qué sacar? Sabíamos que en cuentra, para mí al menos, expresión en discursos
Ensamblando las voces: los actores en el texto sociológico | N. Giarracca y K. Bidaseca 289

racionales o logocéntricos. Justamente una de las cos se atrevían a imaginar en los años seten-
secuelas de la violencia que marca más profunda- ta; es bien sabido, también, que la condena
mente a la población que la ha sufrido es el esfuer- más publicitada internacionalmente al tirano
zo, frente a un sinsentido, de reformular la expe- venido a gobernador demócrata, provino del
riencia para que tenga sentido, y es una traición a
silencio de una voz y de un canto, los de Mer-
la vivencia misma. A la vez la naturaleza extendida
cedes Sosa.
y difusa de la violencia la hace inexplicable de to-
das las otras experiencias de vida con las cuales La vida cotidiana de Amalia durante la dic-
está plasmada. Y entonces al explicar la violencia tadura, cuando ella sospechaba que la vigi-
se deja de lado todas las otras cosas con las cuales laban pero debía seguir su tarea de maestra
está trenzada. Tan es así que cuando estalla dentro que la ponía en contacto con niños que aún
del contexto de lo cotidiano parece una contradic- no comprendían las mentiras de sus padres
ción total, y esta naturaleza, o sea, la contradicción, con el fin de protegerlos, condensa las con-
es justamente lo que tenemos que conservar, pero tradicciones de la naturaleza de la violencia.
¿cómo? En un artículo antropológico se supone que El relato de Amalia, “Arancibia” (con la carga
no podés tener una contradicción, una paradoja — significativa que tal apellido ostenta en Tucu-
aunque los antropólogos posmodernos hablan de
mán) por un lado, y maestra sensible y pro-
paradojas— pero no hablan de nada en concreto,
tectora por el otro, nos muestra más que cual-
entonces es un problema… Lo que yo diría es que
lo que estaba buscando aquí es una formulación de
quier otro material lo ominoso apropiándose
textos suficientemente fuertes, del sufrimiento que de los espacios políticos y sociales pero tam-
es la secuela de las rupturas violentas que irrum- bién la ternura y la tenacidad en la búsqueda
pen en la vida cotidiana […]. Tenemos que poder de justicia, como las más eficaces apuestas a
volcar, de alguna manera, a gente que no haya vivi- la vida, capaces de sostener a los sujetos que
do, o no lo haya querido reconocer cuando lo vivió, padecen. En tal sentido, la voz de Amalia en
las contradicciones extremas que pueden encon- el texto permite ubicar de modo complejo la
trar su expresión en técnicas literarias y artísticas, violencia de la dictadura militar y sus actua-
o sea hay arte sobre la violencia. (Taylor, 1993: 15) les secuelas. Sus relatos inhibieron cualquier
interpretación posible de nuestra parte, cual-
Es bien sabido que fueron los artistas quienes quier intento de llevar racionalidad allí donde
advirtieron desde la plástica aquello que po- no existe.
290 Estudios rurales y movimientos sociales. Miradas desde el Sur

Reflexiones finales políticos, culturales a través de acceder al testi-


monio de los miembros participantes y logran-
Como podemos observar, las estrategias de do la “fusión de horizontes” gadameriana entre
incorporar la voz de los hablantes en el texto la cultura y el intérprete.
son variadas y creativas; no obstante, como ex- Se trata de captar discontinuidades, fractu-
presa Bourdieu (1999: 540), “transmitir tales o ras, contradicciones, los aspectos inexplica-
cuales palabras no es dar realmente la palabra dos, y de lograr una representación compleja
a quienes habitualmente no la tienen”. y múltiple, fundada en la expresión de las mis-
Unas décadas atrás, los intelectuales solían mas realidades en discursos diferentes, a veces
aplicar una estrategia que enunciaban como irreconciliables y abandonar el punto de vista
“otorgar voz a los sin voz” (las minorías étnicas, único en beneficio de la pluralidad de puntos
los pobres, los campesinos, etcétera) dentro del de vista coexistentes y a veces irreconciliables
espacio textual, a modo de una “contramemoria”. (Bourdieu, 1999: 9).
En la actualidad, no se trata de una conce- El libro mencionado (Giarracca, Gras, Bi-
sión que el sociólogo establece con los sujetos, daseca y Mariotti, 2000) representa nuestra
sino que la voz de los hablantes es parte consti- decisión de asumir “las co-autorías” de los ac-
tutiva del discurso sociológico, necesitamos a tores —fraccionando sus narrativas lo menos
los entrevistados en los abordajes, en las prác- posible, respetando sus modos de expresar las
ticas investigativas, en los textos. experiencias de un presente y un pasado— y
Las voces de los sujetos cobran cada vez ma- de presentar sus voces como textos autóno-
yor protagonismo, se transforman en autores mos. Creemos que, si bien nosotras desde el
o en co-autores de los analistas, como vimos discurso sociológico pudimos acercar al lector
sucedió con Rita y Amalia; crecen en el texto, los mundos laborales rurales fragmentados,
se autonomizan, fijan sus identidades en él. flexibilizados, empobrecidos, etcétera, solo los
Acercarnos a comprender el mundo que nos sujetos de la experiencia pueden dar cuenta
rodea, implica persuadirnos de que la esencia de esos “lugares difíciles” en sus dimensiones
de la ciencia social se basa en la comprensión existenciales profundas.
de lo significativo, penetrando hermenéutica- Rita puede, desde su propia historia, na-
mente en formas de vida, mundos laborales, rrar lo que les ocurre a los sujetos cuando
Ensamblando las voces: los actores en el texto sociológico | N. Giarracca y K. Bidaseca 291

deben separarse todos los años por las mi- Bibliografía


graciones estacionales, cuando la pérdida de
un embarazo debe pasarse sin el compañero, Bajtin, M. 1993 Problemas de la poética en
cuando con la migración también se logran Dostoievski (México DF: Fondo de Cultura
crecimientos personales. Las experiencias y Económica).
palabras de Amalia Arancibia, que abrigaban Boletín de Ciencias Sociales 2000 (Buenos
la tragedia provincial, ponen en el texto so- Aires) N° 41.
ciológico, mejor que nada y que nadie aquello Bourdieu, P. (dir.) 1999 La miseria del
que no hay que olvidar, aquello que atraviesa mundo (Buenos Aires: Fondo de Cultura
los procesos sociales. Económica).
Estas propuestas metodológicas están ar- Clifford, J. 1988 “On ethnographic self-
ticuladas a un conocimiento que se genera fashioning” en The Predicament of Culture
consciente de una doble transición, paradig- (Cambridge: Harvard University Press).
mática y sociocultural, que no aspira a con- De Sousa Santos; B. 2000 A crítica da razão
formar una gran teoría, sino como sostiene indolente. Contra o desperdício da
De Sousa Santos (2000) aspira a una teoría de experiência (San Pablo: Cortez).
la traducción (de diferencias con inteligibili- Ferro, M. s/f “El cine, ¿un contraanálisis de la
dad) “que sirva de soporte epistemológico a sociedad?”, copia fotostática.
las prácticas emancipatorias, todas ellas fini- Geertz, C. 1973 La interpretación de las
tas, incompletas y por eso apenas sustenta- culturas (México DF: Gedisa).
bles con la condición de estar ligadas a redes” Geertz, C. 1994 Conocimiento local. Ensayo
(ibídem: 31). Redes, agregamos, en la que los sobre la interpretación de las culturas
grupos que generamos conocimientos forma- (Barcelona: Paidós).
mos parte en una relación horizontal y demo- Giarracca, N., Gras, C., Bidaseca, K., y
crática con los actores de la acción en este Mariotti, D. 2000 Tucumanos y tucumanas.
complejo país del siglo XXI. Zafra, trabajo, migraciones e identidad
(Buenos Aires: La Colmena).
Hastrup, K. 1992 “Writing Ethnography.
State of the art” en Okely, J. y Callaway, J.
292 Estudios rurales y movimientos sociales. Miradas desde el Sur

(eds.) Anthropology and Autobiography Ricoeur, P. 1985 “La acción entendida como un
(Londres: Routledge). texto” en Hermenéutica y acción (Buenos
Heller, A. 1991 “De la hermenéutica en las Aires: Docencia).
ciencias sociales a la hermenéutica de las Robin, R. 1989 Identidad, memoria y relato. La
ciencias sociales” en Historia y futuro. imposible narración de sí mismo (Buenos
¿Sobrevivirá la modernidad? (Madrid: Aires: Publicaciones del CBC, UBA).
Península-Ideas). Taylor, J. 1993 “La experiencia como método
Insdorf, A. 1999 Doubles lives, second antropológico”, seminario en el Instituto
chances. The cinema of Krzysztof Gino Germani, copia fotostática.
Kieslowski (Nueva York: Mairamax). Thomas, W. y Znaniecki, F. 1919 The Polish
Llanes Navarro, A. 1997 “La educación en Peasant in Europe and America (Boston:
un ámbito regional de subdesarrollo: el Gotham Press).
Noroeste Argentino - Tucumán” en Bolsi, Tuan, Yi-Fu 1997 Space and Place. The
A. (dir.) Problemas poblacionales del Perspective of Experience (Minnesota:
Noroeste Argentino (contribuciones para University of Minnesota Press).
su inventario) (San Miguel de Tucumán:
Instituto de Estudios Geográficos, Facultad
de Filosofía y Letras, Universidad Nacional Otras fuentes
de Tucumán, Junta de Andalucía).
Long, N. y Long, A. 1992 Battlefields of Diario La Gaceta (Tucumán).
Knowledge (Londres: Routledge).
Long, N. y Villarreal, J. 1996 “Exploring
development interfaces: From the transfer
of knowledge to transformation of
meaning” en Schuurman, F. (ed.) Beyond
the Impasse (Londres: Zed Books).
Marcus, G. y Fischer, M. 1986 Anthropology as
Cultural Critique (Chicago: University of
Chicago Press).
Notas sobre el trabajo de campo*

A lgunas disciplinas científicas se caracteri-


zan por un proceso de investigación en el
que es imprescindible incluir “salidas al cam-
veces en el espacio del sistema científico no se
encuentra una cabal comprensión por parte del
resto de las disciplinas científicas: ¿Para qué
po”. Con este polisémico nombre se hace refe- salir tanto tiempo de los lugares habituales de
rencia a la necesidad de los investigadores de trabajo? ¿Para qué incrementar tanto los gas-
trasladarse a otros escenarios diferentes de los tos de investigación con estas salidas?
laboratorios o institutos de investigación don- Como dice Bernardo Mançano Fernandes en
de se supone que habitualmente realizan sus ta- la introducción de este trabajo, muchas veces
reas, con la finalidad de recoger datos, registrar se piensa que una sólida formación teórica por
situaciones, participar —en el caso de las Cien- sí sola puede convertirnos en buenos intérpre-
cias Sociales y Humanidades— en situaciones tes de la realidad que nos rodea y que no hace
reales de la vida de las poblaciones estudiadas. falta conocer las realidades particulares para
Nadie conoce mejor la necesidad de contar saber, por ejemplo, qué son los campesinos y
con financiamientos para salir “a campo” que cómo actúan en nuestros países. Es verdad que
los geólogos, arqueólogos, paleontólogos, an- si no partimos de una sólida formación teórica
tropólogos, geógrafos y sociólogos. Muchas no obtendríamos los resultados esperados aun-
que conviviéramos días, meses, e incluso años
con una comunidad campesina. Tal vez obten-
* Giarracca, N. 2006 “Notas sobre el trabajo de cam-
po” en AAVV Cuando el territorio es la vida: la expe- dríamos una excelente experiencia personal
riencia de los Sin Tierra en el Brasil (Buenos Aires: (que no es poco) pero nada muy relevante para
GEMSAL / Antropofagia). aportar a los estudios campesinos. Si no sabe-
294 Estudios rurales y movimientos sociales. Miradas desde el Sur

mos interrogar a la realidad, esta no habla por campo”. En efecto, un trabajo de campo en las
sí misma (como muchos empiristas estiman). Ciencias Sociales está organizado en base a
La combinación de teoría y “experiencias” so- muchos aspectos que hacen, básicamente, a la
bre una situación social son, a nuestro juicio, comunicación humana. La entrevista es uno de
los aspectos primordiales para la generación nuestros principales dispositivos pero existen
de un conocimiento científico. Escribimos “ex- muchos otros que en conjunto podemos definir
periencias” entre comillas pues deseamos dejar como los “elementos de la intervención”.
abierta los diversos sentidos del término, las Cuando hablamos de intervención explicita-
variadas formas de acercarnos a las realidades mos la conciencia acerca del involucramiento
concretas. Como solemos decir en nuestros en la situación por parte de los investigadores:
seminarios de investigación, en el momento de entramos en interacciones densas y debemos
pensar las metodologías de una investigación manejar nuestras propias simpatías, empatías,
así como en la interpretación final de la misma, esas energías que fluyen en los encuentros hu-
se ponen en acto la formación y la solidez del manos, sobre todo en los primeros encuentros
investigador pero también entra en juego su ca- entre las personas. Comienza con las imáge-
pacidad creativa. nes, las miradas, el reconocimiento del otro y
Todos los investigadores involucrados en de uno mismo en él. El reconocimiento de los
estas relatorías sobre las experiencias del Mo- escenarios, modos de percibirlos e integrar-
vimiento de Trabajadores Rurales Sin Tierra los a la situación de interacción. Luego está
(MST), habían pasado por un entrenamiento la palabra, el escucharse, la presentación, el
teórico acerca de las temáticas del campesina- momento de lograr construir, o no, un espacio
do, de los movimientos sociales y en particular democrático de encuentro, de presentarnos
del MST. Desde los más experimentados hasta en nuestras verdaderas funciones (investiga-
los más jóvenes. Es decir, llegaron a los asenta- dores, universitarios) pero sin pretender una
mientos y campamentos con muchos insumos: connotación jerárquica en virtud de ellas. En
teoría, lecturas, investigaciones previas sobre nuestras palabras y en las de los entrevista-
el movimiento (en el caso de J. Montenegro), dos, desde el comienzo, se juegan no solo lo
etcétera. Esta preparación es una condición ne- que decimos sino también lo que no decimos;
cesaria pero no suficiente para lograr “un buen esas experiencias que anduvieron en nosotros
Notas sobre el trabajo de campo 295

y en ellos, que nos atravesaron y constituye- etnográfico, un escenario configurado en situa-


ron como sujetos sociales. Experiencias que ción que trasciende el registro de lo observable
no necesariamente se expresan con las pala- y genera un espacio intersubjetivo. Los relatos
bras sino que a veces solo se necesitan ges- se tornan interacciones cargadas de sentido
tos, movimientos, miradas, e incluso silencios. que van mucho más allá de las palabras, las mi-
Luego, generalmente, comienza el diálogo. La radas, los gestos, lo no dicho. El sentido de lo
capacidad de escuchar, conectarse con el en- narrado se interpreta a partir de la “estructura
trevistado y que él pueda confiar en nosotros. de relevancia” que organiza la percepción ac-
Mantener una actitud atenta y posibilitar que tiva del sujeto. De allí que los gestos, lapsus,
nuestra capacidad de percepción se potencie, silencios tengan tanta significación como las
ensanchando el horizonte y el contexto de la palabras. “En el mundo intersubjetivo del tra-
situación. La práctica de esta actitud, con el bajo de campo, el etnógrafo y los informantes
tiempo, puede llegar a ampliar nuestra capa- están atrapados en redes de significación que
cidad de percepción, de conexión con quienes ellos mismos han tejido” (Rabinow, citado por
deseamos conocer y hacer más interesantes Hastrup, 1992: 119).
los modos en que nos damos a conocer y ac- Es habitual encontrar en la bibliografía es-
tuamos para nuestros entrevistados. pecializada la idea de que en toda entrevista
Tenemos varios aportes publicados acerca se producen “traducciones” que van y vienen
de la entrevista en situación de trabajos de entre los personajes de la situación; son mo-
campo muy similares a los que aquí se presen- mentos donde nuestra mediación hermenéu-
tan (Giarracca et al., 1995, Giarracca y Bidase- tica como entrevistador se evanesce para dar
ca, 1999, 2005)1. La entrevista es un dispositivo lugar a excedentes de sentidos que produ-
cen momentos de tensiones. Lacan sostiene
que en una conversación entre dos perso-
1 También tenemos publicada una larga reflexión nas siempre existe al menos una tercera que
sobre el trabajo de campo en las zonas de campesinos constituye la mediación de la internalización
cañeros, las peripecias con técnicas como la muestra de estructuras culturales inconscientes en el
estadística y la encuesta en el contexto de una inves-
lenguaje, terminologías, códigos no verbales
tigación que incluyó técnicas cuantitativas (Véase Gia-
rracca y Aparicio, 1995). de comportamientos, que conforman el ima-
296 Estudios rurales y movimientos sociales. Miradas desde el Sur

ginario real y simbólico (Marcus y Fischer, nes de encuentros culturales que se podían
citados por Giarracca y Bidaseca, 2005). convertir en escollos para el diálogo o de los
Si lo dicho en el párrafo anterior vale para que podíamos sacar provecho, tanto los en-
cualquier situación de entrevista, es aún mu- trevistadores como los entrevistados. El len-
cho más importante para nuestro trabajo guaje es la cultura y nuestro esfuerzo por ha-
donde el idioma materno de los entrevista- cernos entender y comprender también tenía
dores difería con el de los entrevistados. En ese sentido.
efecto, un elemento importante en este cam- Pero estos “trabajos de campo” no se ba-
po fue la cuestión del lenguaje. El portugués saron exclusivamente en las entrevistas
y el español son dos idiomas muy cercanos (que hubo muchas) sino en otro tipo de ex-
pero distintos y si bien en todos los casos se periencias: compartir comidas, recorrer los
daba una buena comprensión del idioma local campamentos, los asentamientos, compar-
por parte de los investigadores, la lengua se tir un curso de formación, conocer las coo-
convertía en un elemento de tensión en la si- perativas y los emprendimientos, etcétera.
tuación de entrevista. La excepción fue Jorge Compartir un “tiempo extraordinario” por un
Montenegro que por los años de residencia y lado pero también intervenir en los “tiempos
trabajo en Brasil con estas poblaciones, supe- cotidianos” (por ejemplo la merienda de los
raba este problema y muchas veces actuó de niños en el asentamiento “Mario Lago”). Esta
traductor en sentido literal. Y el resto, ¿cómo “otra” experiencia no siempre es posible en
superarlo? Creemos que lo superamos por el los trabajos de campo, muchas veces nues-
deseo de los entrevistados de transmitir sus tros entrevistados interrumpen sus trabajos
experiencias a visitantes latinoamericanos, y agrarios para atendernos y no es posible pro-
por nuestro propio deseo de comprender este longar el encuentro por mucho tiempo. Los
complejo mundo campesino. Lo superamos “tiempos extraordinarios” fueron posibles
con la ayuda de los gestos, los movimientos por varias razones pero, en el primer caso,
y energías corporales que pueden ser instru- básicamente por la visita programada del
mentos de comunicación tan útiles como las grupo latinoamericano.
palabras. Sin embargo fuimos conscientes de
que en todo momento se formaban situacio-
Notas sobre el trabajo de campo 297

Lo que vinimos a presentar años 1914-1915 y 1917-1918. Fue descubier-


to después de su muerte en 1942 y hubo que
Después de un “trabajo de campo” se llevan esperar otros veinticinco años para que fuera
a cabo varias tareas: 1) el informe de campo publicado. Geertz (1989) afirma que el diario
donde se cuenta día a día los encuentros, las de Malinowski es perturbador; y a mi enten-
visitas, el material grabado y el que no lo está, der perturba porque devela los complejos sen-
las anécdotas, las percepciones, las sensacio- timientos y sensaciones del “estar allí” de un
nes, etcétera; 2) las desgrabaciones de las en- europeo constituido en los paradigmas de su
trevistas o el desarrollo de las mismas cuando tiempo. Pero esta revelación, en la actualidad
no se usó grabador; 3) la organización del ma- es casi más importante que el resultado mismo
terial que se recogió (periódicos, materiales de aquellas investigaciones, y esta subjetividad
de cooperativas, organizaciones, etcétera). El del etnógrafo nos permite dar cuenta del papel
informe de campo, por muchos años, fue el ma- eurocéntrico y colonizador de las tempranas
terial donde el investigador podía escribir sus Ciencias Sociales.
percepciones, experiencias subjetivas, sus te- Otra función interesante de las relatorías o
mores y alegrías en relación con los sujetos del diarios de campo es el registro inmediato de
encuentro. Luego, en los trabajos finales de in- acontecimientos a los que volveremos si se tra-
vestigación esos registros raramente aparecían ta de una investigación de larga duración. Sa-
ya que se los consideraban una intromisión bemos que la memoria es subjetiva, selectiva,
subjetiva incompatible con el principio de “ob- fragmentada. Muchas veces estos registros de
jetividad” que se debía respetar. Con la crisis los investigadores pueden ayudar para recons-
de los paradigmas estructuralistas y sus consa- truir una situación de algunos años atrás2.
bidas metodologías cuantitativas, los informes
de campo comenzaron a ocupar un lugar sig-
nificativo en la reconstrucción e interpretación 2 Con los campesinos cañeros trabajamos más de
de las situaciones analizadas. una década y nos convertimos en testigos de sus pro-
blemas durante la etapa neoliberal de los noventa.
El diario de Malinowski, escrito en polaco También de sus resignaciones y luchas. De este modo
intercalando frases en inglés, fue escrito en pudimos comprobar como una movilización numérica-
Nueva Guinea y las islas Trobiand durante los mente pobre contra una política gubernamental se con-
298 Estudios rurales y movimientos sociales. Miradas desde el Sur

El material que aquí presentamos son in- duda radical con la que encaramos la escucha
formes o relatorías de campo. La pregunta del otro. La relatoría, el informe de campo (o
que cabe es: ¿por qué presentarlos en una el diario de Malinowski) muestran mejor que
publicación? ¿Por qué no dejarlos como ma- cualquier otra herramienta este principio, de-
terial para los estudios campesinos dentro de velan al cientista social como persona en in-
los proyectos de investigación grupal o indi- teracción con otras personas. Por todo esto
vidual? La decisión de publicar estas relato- decidimos publicar estos relatos.
rías se relaciona, como decíamos antes, con En los informes y relatorías se explicitan
la valorización que deseamos dar a este tipo no solo los escenarios que rodean los encuen-
material; con la significación que, por sí mis- tros sino los momentos del “pacto fiduciario”
mo, este material posee dentro del procesos donde el entrevistado “es un ser humano que
de investigación y de producción de conoci- confía” (Ferrarotti, 1990: 123) y entre ambos
mientos. Pierre Bourdieu en sus últimos tiem- se va configurando un espacio de respeto mu-
pos solía repetir que “la gente tiene cosas muy tuo y una empresa cognoscitiva común. Este
importantes que transmitirnos” (que no se espacio común no es un camino de una sola di-
contradice con aquel otro Bourdieu joven que rección: nuestro interés en conocer los entre-
recomendaba desconfiar de la veracidad del vistados. Como vimos en estas relatorías, en
actor, ponerla en duda). Para escuchar esas los encuentros se dan intercambios de infor-
cosas importantes debemos estar preparados mación entre ambas partes y muchas veces les
y esta preparación no solo se da en el registro contamos acerca de nuestros trabajos y ocu-
teórico y metodológico sino en el humano. El pamos tiempo para poder argumentar por qué
punto de partida debe ser, por ejemplo, que nos interesamos sobre ellos. No fue el caso en
sabemos escucharnos y comprendernos a estas visitas: los acampados y asentados del
nosotros mismos con la misma rigurosidad y MST tienen mucha conciencia de que están
generando una organización que interesa en
muchas partes del mundo.
vertía, con el pasar de los años mediante el recuerdo También están los momentos de las fotogra-
de los actores secundarios, en “una gran movilización”.
fías, las filmaciones y todos esos nuevos dis-
Llegamos a leerles nuestras propias descripciones y re-
sultaron interacciones muy interesantes. positivos visuales de la etnografía que despier-
Notas sobre el trabajo de campo 299

tan la curiosidad de las personas de todas las Por último, un comentario sobre el contex-
edades. Compartirlas como hizo muchas veces to de estos trabajos. En el primero sobre el
Douglas Mansur en estos campos es una for- MST de San Pablo se trató (como muy bien
ma de democratizar conocimientos. Regresar lo explica Bernardo Mançano Fernandes en
las fotos a los propios actores es un principio la introducción) de un encuentro del Grupo
ineludible. Esta publicación está acompañada de Trabajo de Desarrollo Rural de CLACSO.
por las fotografías de los lugares y las perso- No obstante lo que el colega no dijo es que
nas que conocimos. Como etnógrafos cons- la práctica de complementar los encuentros
cientes de toda la complejidad y riqueza de de discusión de trabajos con las visitas de
estos procesos, las imágenes se convierten en campo en los distintos países en los que nos
dispositivos de primer nivel. La posibilidad de encontramos, fue una idea suya. Como buen
presentar ambos registros abre un campo de geógrafo hizo que territorializáramos estos
reflexión sobre estos viajes que no solo cobran encuentros tanto en sentido simbólico como
valor en sí mismo sino que se convierten en en un conocimiento denso de las problemáti-
medios muy útiles para seguir estos procesos cas agrarias y campesinas de cada país. Luego
de investigación sobre los movimientos socia- estuvimos en Tarija, Bolivia y el ritual volvió
les latinoamericanos. a repetirse, conociendo las experiencias del
En muchos de nuestros trabajos el lector movimiento campesino tarijeño. El trabajo
interesado encontrará interpretaciones más sobre el MST de Río Grande del Sur fue rea-
elaboradas sobre estos Movimientos Socia- lizado por estudiantes de grado y posgrado
les. Estos trabajos que presentamos son una en el marco de un encuentro académico en
invitación a acompañarnos en estas travesías Porto Alegre. Acostumbrados a las visitas a
territoriales pero también emocionales que los mundos campesinos, no desearon perder
raramente aparecen en los libros o publica- una oportunidad que no se da muy frecuen-
ciones finales. De estas travesías extraemos temente. Vale aclarar que todos, los colegas
materiales, información pero, básicamente, del GT de CLACSO como los estudiantes, son
una experiencia insustituible para nuestra académicos formados en los estudios rurales
formación y para una significativa reflexión y con buenos conocimientos de la problemá-
académica-política. tica brasileña.
300 Estudios rurales y movimientos sociales. Miradas desde el Sur

Nuestras experiencias con el como muchos cargaderos (lugares donde se


registro fotográfico3 depositaba la caña). Las fotos complementa-
ban los recuerdos de los viejos dirigentes sobre
Desde los inicios de la formación del equi- “los tiempos de antes”. Allí comprendimos el
po de investigación (1984, cuando regresé al valor de la fotografía como registro histórico.
país) comenzamos a registrar con la cámara Después comenzó la etapa de diseñar las ta-
fotográfica nuestros “trabajos de campo”. Lo pas de nuestros libros y apareció la necesidad
hacíamos con las máquinas comunes y con el de la “buena imagen”, tanto desde la mirada
permiso de los entrevistados. Ese conjunto de artística como técnica. Aproveché la ocasión
fotografías forma parte de los recuerdos del y comencé a considerar el registro fotográfi-
grupo de trabajo, como diría Bourdieu, “re- co como elemento propio de la investigación.
cuerdos de familias”. Para eso necesitaba gente que garantizara los
Luego, en una ocasión (no recuerdo la ra- dos aspectos —el técnico y el artístico— y que
zón) buscamos fotos en el archivo fotográfi- pudiera trabajar con nosotros en un viaje a la
co del diario Clarín y nos impactó comparar provincia con la naturalidad que los investiga-
aquellas imágenes del Tucumán cañero de los dores vamos adquiriendo con la experiencia
años sesenta o setenta con las que habíamos de campo. Además era imprescindible que ese
registrado en nuestros viajes: los caballos trabajo no significara un gran desembolso para
que tiraban a los carros helvéticos en los que nuestro financiamiento.
se transporta la caña habían desaparecido así Se lo propuse a Julián Teubal, mi hijo mayor
que se dedica al arte y que comenzó su carre-
ra con la fotografía artística. Él aceptó. Luego
viajó Jitka Teubal, su mujer de nacionalidad
3 Este apartado que consideré oportuno incluir en
estas notas, fue realizado hace un tiempo respondiendo checa, también fotógrafa. Finalmente, Danie-
a una entrevista que nunca se utilizó. Por lo tanto está la Mariotti, Paula Gutiérrez (investigadoras) y
escrito en primera persona del singular. Podría haber- casi todos los integrantes del grupo se hicieron
lo cambiado para darle coherencia gramatical con la cargo de la tarea. Últimamente sumamos el vi-
primera parte del trabajo pero decidí mantenerlo para
deo como forma de registro y ya tenemos un
darle ese matiz testimonial que, finalmente, todo este
apartado tiene. (NG) bello material sobre Formosa.
Notas sobre el trabajo de campo 301

El viaje de Julián fue breve, aunque él se grafo, en grandes sobres que presagiaban los
tomó su tiempo para estar con esa gente que de tamaños de las imágenes. La comunidad es
algún modo ya conocía a través de mis relatos grande y yo no contaba con fotos de todos ni
y trabajos. Elegí para comenzar una coopera- para todos. Estaban las imágenes de los ancia-
tiva de mujeres con la que veníamos trabajan- nos —Elena, Don Pancho y Don Sánchez— de
do hacía muchos años. Fue bien recibido por algunas de las mujeres, pioneras de la coopera-
personas que mantienen —después de muchos tiva y de casi todos los niños. Tomé la decisión
años de trabajo compartido en la provincia— de mostrárselas primero a los ancianos, sobre
un lazo de confianza con nosotros. Julián se todo a Elena, esa inteligente mujer que es el
tomó tiempo para comenzar el trabajo; tomó centro de ese conjunto de campesinas luchado-
mate con Elena, la anciana campesina, y espe- ras. Las desparramé sobre una mesa del patio,
ró el momento oportuno para sacar la cámara. con las gallinas alborotadas alrededor nuestro
Allí disparó su vocación de “capturador de al- y con Don Pancho, su marido, bajando las na-
mas” y rollo tras rollo fue registrando ese mun- ranjas que terminan en nuestros vehículos para
do campesino que conoció desde muy pequeño acompañar el viaje de regreso. Elena miró las
acompañándome en los trabajos de campo por fotos, tomándose el tiempo del mundo, se vio
Latinoamérica. Julián, como todos los hijos de ella, sus hijas y vecinas, sus nietos, el grupo de
las antropólogas o sociólogas rurales, me ha- niños, una y otra vez. Finalmente me abrazó y
bía acompañado de pequeño a varios “viajes de me pidió que abrazara a mi hijo por ella. No me
campo” por las zonas campesinas de México. pidió ninguna, yo le ofrecí que eligiera y delegó
El resultado de este trabajo dio lugar a expo- la tarea en una de sus hijas. Dos de ellas viven
siciones fotográficas, a imágenes que se mez- en la misma casa de la madre y otra en una de
claron con la plástica y que integran un libro las viviendas de la cooperativa. Todas quisie-
de arte de su autoría (Teubal, 2000), tapas de ron fotos de Elena y negociaron el reparto. La
libro de mis colegas, galería de fotos en nues- escena tenía un sentido trascendente y pude
tro lugar de trabajo y, sobre todo, imágenes de notar que Elena también lo percibía pero guar-
los miembros de las familias campesinas de daba silencio.
distintas dimensiones que regresaron al lugar Después de esta escena en casa de Elena, fui
de origen. Las llevé yo misma, ya sin el fotó- a las viviendas de la cooperativa para repartir
302 Estudios rurales y movimientos sociales. Miradas desde el Sur

el resto del material. Cuando regresé a despe- terminado y los dueños de las imágenes habían
dirme de Elena, había preparado una planta en partido a otros destinos migratorios.
una precaria maceta y me pidió que se la lleva- Las fotos tomadas por ella, que integran
ra, en su nombre, al fotógrafo. nuestro archivo fotográfico y la galería en el
Los niños reaccionaron de modo diferente, Instituto, guardan la perplejidad de su mirada
me rodearon, me dificultaron la tarea de encon- ajena y a la vez sensible a la realidad de nues-
trar una mesa, hablaban todos juntos y cuando tros países. Hay en esas imágenes más interro-
logré desparramar el material sobre una mesa, gación que en el resto del material tomado por
se ubicaron cada uno cerca de su imagen. Para mi hijo o por los miembros del equipo que poco
muchos fue la primera imagen fotográfica de a poco fueron reemplazando a los fotógrafos
gran tamaño. Comentaron sus fotos, las de sus profesionales. Las fotos de Jitka quieren des-
hermanos, las de sus amigos, se las intercam- cubrir, desean comprender este otro país pro-
biaban, se reían, festejaban y reprochaban a fundo, desconocido por el Buenos Aires don-
aquellos más tímidos y menos fotografiados. de ella residió los dos años previos a su viaje
Fue muy interesante la reacción de los propios a Tucumán. Los zafreros la recibieron como a
tímidos pues ellos mismos estaban arrepenti- cualquiera de nosotros y permitieron el trabajo
dos y me preguntaron más de una vez si el fotó- fotográfico. (Estos episodios están relatados
grafo regresaría alguna otra vez. en las etnografías de Tucumanos y Tucuma-
El reparto del material, finalmente, no pude nas. Zafra, trabajo, migraciones e identidad
presenciarlo pues quedó a cargo de las dirigen- [Giarracca et al., 2000].)
tes de la cooperativa, quienes aprovechan estas A mi entender, el material fotográfico com-
ocasiones para trabajar con los niños los temas plementa nuestro trabajo acerca de las comu-
relacionados con la propiedad del conjunto. Ju- nidades campesinas, sus culturas, sus mundos
lián, el fotógrafo, no regresó pero es muy recor- laborales, sociales y cotidianos. Alguna vez,
dado en la comunidad. Elena —la anciana de la cooperativa— alegrán-
Con Jitka, su mujer, fue distinto. Al año si- dose al verme llegar después de muchos me-
guiente, tomó fotos en comunidades de zafre- ses, comentó su preocupación por mi ausencia
ros golondrinas. No pudimos devolverlas pues y su pensamiento fue “mi biógrafa tarda en re-
cuando el material estuvo listo, la zafra había gresar”. Me sentí depositaria de esa historia de
Notas sobre el trabajo de campo 303

vida rica en experiencias y reconocí en su elo- testa con sumo interés, nos manifestaron que
gio la responsabilidad por la construcción de los hizo pensar y reflexionar sobre sus propias
esas imágenes que le devolvía con cada uno de acciones. Músicos al fin, estaban acostumbra-
mis escritos. El trabajo sociológico como espe- dos al registro de sus interpretaciones pero
jo de la vida, de las personas, donde se pueden no al de sus acciones (a diferencia de las co-
re-conocer o des-conocer. En tal sentido las fo- munidades campesinas). Entregué las fotos al
tografías en sus posibilidades de capturar mo- docente más importante en la organización del
mentos de las vidas de nuestros actores, apa- evento (el Maestro Santiago Santero) y pude
recen también como otro modo en que ellos se comprobar, una vez más, que en esa devolu-
re-conocen o se des-conocen. ción se completaba lo que ya habían recibido
La tercera experiencia que deseo comentar con la publicación. Allí estaban, los pianistas
se refiere a un grupo social totalmente dis- en el escenario de esa magnífica casa de la ca-
tinto y con fotografías tomadas por Daniela lle Córdoba, en medio de carteles en defensa
Mariotti. Ella fue la socióloga que sucedió, por la educación pública, en aquel raro clima
con la misma calidad técnica y artística, a los que el ritual de “la música no para” había logra-
fotógrafos profesionales (tomó cursos y en el do crear. Las imágenes capturadas por Daniela
entusiasmo fotográfico casi la perdemos como poseían ese excedente de sentido que conduce
socióloga). Registró (entre muchas otras) la no solo a recrear aquello que pasó sino a perci-
protesta musical del Conservatorio López Bu- birlo con otros matices que dan la distancia y
chardo de septiembre del 2001. La población: las distintas perspectivas. Aquello había suce-
músicos, pianistas, en su continua interpreta- dido, ellos fueron los protagonistas de la pro-
ción de Vejaciones de Erik Satie (estuvieron 8 testa pero hubo muchas consecuencias pos-
días ininterrumpidos)4. La experiencia de de- teriores que no dejaron de sorprenderlos. En
volución del material escrito y del registro fo- los viajes de campo que presentamos en esta
tográfico resultó sumamente interesante. Los publicación contamos con muchos fotógrafos.
músicos recibieron la publicación de la pro- En Río Grande del Sur los autores de la rela-
toría tomaron sus propias fotografías en una
práctica que ya es tan habitual como el gra-
4 Véase Giarracca et al., 2001. bador y la entrevista. Todos los autores, inte-
304 Estudios rurales y movimientos sociales. Miradas desde el Sur

grantes de mi equipo de investigación, comen- de los olivos, podemos ir con nuestras cáma-
zaron sus formaciones en una época donde la ras hasta cierto punto, pero la vida sigue…
fotografía ya estaba instalada. Además, todos Solo ellos pueden continuar con el registro de
ellos comparten una especial sensibilidad para sus propias existencias.
conectarse con los mundos campesinos y de
los sectores populares en general. Cuando
los acompaño en algunos de sus trabajos de Bibliografía
campo, siento como si ellos y las personas (de
distintas edades) del “caso” se conocieran de Ferrarotti, F. 1990 La historia y lo cotidiano
mucho tiempo atrás. Estoy segura de que el (Buenos Aires: Centro Editor de América
registro fotográfico es una extensión con la cá- Latina).
mara de por medio de estas fáciles relaciones Geertz, C. 1989 El antropólogo como autor
de estas jóvenes generaciones. (Barcelona: Paidós Estudio).
La relatoría de Jorge Montenegro y mía co- Giarracca, N. (coord.) et al. 2001 “Vejaciones
rresponde al campo donde tuvimos la inmensa por 8. Arte y protesta social en Buenos
fortuna de compartir esos días con Douglas Aires” en Informes de Coyuntura (Buenos
Mansur, excepcional fotógrafo y estudioso de Aires: Instituto de Investigaciones Gino
los movimientos campesinos. Con él aprendi- Germani, Facultad de Ciencias Sociales,
mos muchas cosas en relación con el registro UBA) N° 2, diciembre.
fotográfico: que la cámara siempre cuelgue de Giarracca, N. et al. 1995 “Métodos
nuestro cuello, aun en esas situaciones que cuantitativos y cualitativos en la Sociología
presagian que no la utilizaremos; registrar todo Rural” en Ruralia (Buenos Aires:
para luego elegir los momentos más significa- FLACSO) N° 6.
tivos: de antemano no sabemos cuáles serán; Giarracca, N. y Aparicio, S. 1995 “El oficio del
despojarnos del monopolio de la cámara y co- sociólogo o de sociólogos con oficios” en
menzar a pasárselas a nuestros actores. Son Schuster, F. et al. El oficio del investigador
ellos los que deben seguir el registro. Noso- (Rosario: Homo Sapiens).
tros, como nos muestra muy bien el cineasta Giarracca, N. y Bidaseca, K. 1999 “La
iraní Abbas Kiarostami en el final de A través entrevista: técnica metodológica y
Notas sobre el trabajo de campo 305

experiencia comunicativa” en Giarracca,


N. (coord.) Estudios rurales, teorías,
problemas y estrategias metodológicas
(Buenos Aires: La Colmena).
Giarracca, N. y Bidaseca, K. 2004
“Ensamblando las voces: los actores en el
texto sociológico” en Kornblit, A. (comp.)
Metodologías cualitativas en ciencias
sociales (Buenos Aires: Editorial Biblos).
Giarracca, N., Gras, C., Bidaseca, K. y Mariotti,
D. 2000 Tucumanos y tucumanas. Zafra,
trabajo, migraciones e identidad (Buenos
Aires: La Colmena).
Hastrup, K. 1992 “Writing ethnography. State
of the art” en Okely, J. y Callaway, H.
(eds.) Anthropology and Autobiography
(Londres: Routledge).
Teubal, J. 2000 And polenta? (Buenos Aires:
Fetuccini).
El campo argentino en la encrucijada.
Estrategias y resistencias sociales:
ecos en la ciudad
Prólogo*

Norma Giarracca y Miguel Teubal**

R ecorrer la Argentina en toda su extensión


es una travesía por los grandes contrastes:
los campos prósperos, las señales comerciales
ligiosidad popular que crece en la figura roja y
flameante del Gauchito Gil. Sus altares se en-
cuentran por doquier y las imágenes de las ban-
que indican que estamos utilizando la biotec- deras rojas al costado de las rutas y caminos de
nología de punta vendida por exitosas empre- todo el país nos recuerdan que este territorio
sas transnacionales, las nuevas maquinarias aún es habitado por una población con creen-
agrícolas, los helicópteros, los “mosquitos”, las cias, ideas y resistencias.
camionetas 4 x 4 de la “nueva burguesía”; todo ¿Por qué crece la figura de quien, sin delin-
esto conviviendo con poblaciones expulsadas, quir, pasó toda la vida en conflictos con la ley?
pueblos fantasmas, pobreza, hambre y una re- En efecto, Antonio Mamerto Gil Núñez nació en
Corrientes en 1847; fue alistado para distintas
guerras, pero terminó desertando y vivió erran-
* Giarracca, N. y Teubal, M. 2005 “Prólogo” en Gia-
rracca, N. y Teubal, M. (coords.) El campo argentino
te, junto a otros compañeros, alimentándose de
en la encrucijada. Estrategias y resistencias sociales: productos del campo que robaban a los ricos y
ecos en la ciudad (Buenos Aires: Alianza) pp. 9 a 13. que compartían con los pobres, sobre todo con
familias numerosas que sufrían hambre. Termi-
** Economista, PhD en Economía Agraria de la Universi- nó degollado por un escuadrón militar. En el
dad de California, Berkeley. Profesor consulto e investiga-
dor superior del CONICET. Fue profesor titular de Econo- mismo acto de su muerte, cuenta la leyenda
mía Agraria en la Facultad de Ciencias Económicas, y de que generó el primer milagro: le deparó el bien
Economía II de la Facultad de Ciencias Sociales de la UBA. a su asesino y sanó a uno de sus hijos. Quienes
Ex-miembro del Transnational Institute de Ámsterdam. recorren el interior del país pueden corrobo-
308 Estudios rurales y movimientos sociales. Miradas desde el Sur

rar cómo su figura gana espacio con relación en el diario La Nación: “Los fieles encienden
a otros “santos populares”, como la Difunta velas y tocan la tumba antes de tomar asiento
Correa o Ceferino Namuncurá. Las Vírgenes re- en largos bancos de madera que dan al tinglado
gionales, “mujeres-madres” bondadosas y por- un aire de iglesia rural. Cada cual sigue sus ora-
fiadas que eligieron lugares donde permanecer, ciones particulares como le viene en gana. Re-
siguen ocupando un espacio importante en la zan, piden, lloran, ríen. No es raro ver músicos
religiosidad popular, pero en sitios fijos (Luján, que, bajando de un micro, regalen canciones al
Catamarca, etcétera). El Gauchito Gil, en cam- santo de sus amores” (24 de mayo de 1999).
bio, sigue sin pausas un recorrido interminable Mientras desaparecen campos con frutales,
por los campos, pueblos, comunas, barriadas, arroz, producción tambera, cultivos industria-
que se muestran cada vez más polarizados so- les que antes alimentaban a los argentinos, y
cialmente. Con sus improvisados altares rojos, aparecen los campos de la otra “milagrosa”
el santo y la pobreza se acercan, sin tregua, a figura —no popular—, la soja (para exporta-
los esquivos espacios urbanos (por ejemplo, lo ción), muchos levantan altares a aquel gaucho
encontramos en el límite de Palermo Viejo). rebelde del siglo XIX que compartió sus alimen-
Zygmunt Bauman (2004) contrapone la ima- tos con los paisanos hambrientos. El Gauchito
gen del hombre de esta época, nómada, casi Gil, como la protesta social de la década del no-
un vagabundo, al colono de antaño, instalado venta, ocupa las rutas y los espacios públicos y
y aquerenciado a un lugar. El hombre de hoy, desde el interior se va acercando al centro, a la
como la imagen del Gauchito Gil, no tiene un Ciudad de Buenos Aires.
destino final que marque de antemano su iti- El campo argentino en la encrucijada. Es-
nerario ni un lugar privilegiado al cual llegar. trategias y resistencias sociales: ecos en la
Por eso, llama la atención que, en el momento ciudad es un análisis crítico de la agricultura
en que el país de colonos, campesinos y chaca- y los mundos rurales que se han configurado
reros corre peligro de desaparecer, la imagen en las últimas décadas. Varios de sus autores
del santo popular nómada y errante recorra la tienen una larga experiencia en el estudio del
Argentina. Sin embargo, sus comentaristas nos sector agrario, desde la Economía, la Sociolo-
recuerdan que el gauchito tiene un lugar de ori- gía y las Ciencias Agronómicas. Siguieron las
gen: la provincia de Corrientes. Decía una nota transformaciones, tanto desde la reflexión y
El campo argentino en la encrucijada. Prólogo | N. Giarracca y M. Teubal 309

la investigación, como desde la participación sus tierras por empresas que les desconocen de-
activa en el diseño y gestión de políticas públi- rechos emanados de legislaciones nacionales e
cas y foros de debates; sobre todo, a partir de internacionales, yungas y montes del Noroeste
los viajes realizados por el país, las ciudades arrasados para siempre, familias de chacareros
o poblados del interior y las conversaciones o que perdieron sus tierras por endeudamientos
entrevistas sostenidas con la gente. tan irracionales como todo el comportamiento
Asimismo, los investigadores más jóvenes financiero de la última década.
que firman muchos de los trabajos se han for- También comprobamos que, a pesar del sal-
mado en la Universidad de Buenos Aires —en to productivo de algunos granos y del aumento
el Instituto Gino Germani y en el Centro de Es- del valor de las exportaciones, la pobreza, el
tudios Avanzados—, en la tradición crítica de hambre, la mortalidad y desnutrición infan-
las disciplinas científicas, donde se valora la po- til nos ha convertido en uno de los países de
sibilidad de investigar y trabajar con fondos pú- América Latina con más pobreza relativa (véa-
blicos que habilitan la libertad y la autonomía se CEPAL, 2003). Los argumentos que intentan
en el proceso de creación de conocimientos. consolidarse como “sentido común” disocian
Frente a la actitud celebratoria de un campo esta última situación de la celebración agrope-
que aumenta la producción para exportación, cuaria. “La soja es, fundamentalmente, un gran
que utiliza tecnología de punta y que soluciona éxito nacional. Ha sido la nueva colonizadora
los problemas de ingresos fiscales del gobierno de la Segunda Revolución de las Pampas, como
nacional, los autores de este libro nos ocupa- lo reconoce el último censo”, reclamaba una
mos de sumar otros aspectos de este proceso: nota de Clarín Rural del 10 de mayo de 2003,
poblaciones campesinas amenazadas por la en respuesta a los comentarios sobre los datos
aparición de “guardias blancas” (fuerzas arma- del Censo Nacional Agropecuario de 2002 que
das privadas) que amedrentan a los pobladores habían aparecido en diarios y revistas de difu-
con la intención de apropiarse de tierras en sión masiva, varios de ellos firmados por algu-
“propiedad veinteañal”, comunidades enteras nos autores de este libro.
intoxicadas por la prepotencia de la fumigación Por esta razón, venimos a debatir, a recupe-
aérea de los grandes inversores sojeros, pobla- rar una de las herramientas más valiosas del
ciones indígenas despojadas violentamente de pensamiento crítico y de las sociedades con
310 Estudios rurales y movimientos sociales. Miradas desde el Sur

vocación democrática. Deseamos recuperar Agrarias. No pretendemos mostrar un simple


el debate sobre la Argentina agraria: país con registro de los datos productivos o sociales; la
fértiles praderas que solían abastecer de ali- realidad se resiste a tal registro (es puro em-
mentos al mundo, con recursos naturales su- pirismo) si no partimos de interrogantes signi-
ficientes, con una población agraria con larga ficativos. Por eso, las Ciencias Sociales, como
experiencia en su métier (véase el capítulo de dijo alguna vez Pierre Bourdieu, son las disci-
Adolfo Boy), pero también territorio de una plinas que molestan: las que hacen las pregun-
agricultura mono-productora y mono-cultiva- tas incómodas, las que vienen a traer, en medio
dora (nuevamente referimos al ingeniero Boy). de la fiesta, algunas malas noticias.
Un país, tercer exportador mundial de soja, que El trabajo central de la investigación en que
se ha convertido en la punta de lanza para el se basa este libro se llevó a cabo entre fines
proyecto de las grandes semilleras transnacio- de 2000 y 2004. Durante estos cuatro años de
nales en América del Sur (véase el mapa de la trabajo atravesamos una de las peores crisis
República Unida de la Soja1). que recuerde el país en materia económica.
Nuestros argumentos en el debate están La población se empobreció en una magnitud
sustentados por información obtenida de los inédita; en el país del excedente alimentario,
censos, de las estadísticas oficiales y de nues- las poblaciones de desocupados, campesinos
tra propia producción, que cumple con los arrancados de sus tierras, trabajadores preca-
recaudos de la estadística social en la que os- rios, comenzaron a pasar hambre. Nosotros,
tentamos largos entrenamientos. No obstante, como especialistas del sector agrario, vivimos
nuestras interpretaciones se basan en ideas, en esta situación como una paradoja que amerita-
conceptos que provienen de las Ciencias Socia- ba un gran esfuerzo de nuestra parte para com-
les, de la Economía Política y de las Ciencias prenderla y dar cuenta de ella. Investigamos,
recorrimos provincias, generamos datos cuan-
titativos y cualitativos. Entrevistamos a todos,
1 Una propaganda de la empresa Syngenta señala, so- prestamos atención a los argumentos econó-
bre un mapa de América del Sur en blanco, un sombrea- micos, políticos, comprendimos por qué los
do en verde de zonas de la Argentina, el Brasil, Bolivia
productores aceptaron rápidamente la nueva
y el Paraguay. La titula “República Unida de la Soja” y
remarca como consigna: “La soja no tiene fronteras”. propuesta, pero también escuchamos las voces
El campo argentino en la encrucijada. Prólogo | N. Giarracca y M. Teubal 311

de quienes experimentaron los cambios en sus


propias existencias, deteriorando su calidad de
vida y perdiendo derechos.

Bibliografía

Bauman, Z. 2004 La sociedad sitiada (Buenos


Aires: Fondo de Cultura Económica).
CEPAL 2003 Situaciones y perspectivas.
Estudio económico de América Latina
y el Caribe (Santiago de Chile: Naciones
Unidas, CEPAL). Disponible en <http://
www.eclac.cl/>.
Los debates acerca del campo
Introducción*

Norma Giarracca y Miguel Teubal**

El papel del sector agrario principales habitantes de casi las tres cuartas
partes del territorio argentino ocupado por
En la Argentina, los medios urbanos tienden a este sector. Las entidades corporativas que se
darle la espalda al sector agropecuario, acer- expresan públicamente como representativas,
ca del cual existe un gran desconocimiento, en muchas ocasiones, durante las últimas déca-
en especial en lo que se refiere a la población das, han abandonado a su suerte a esta franja.
mayoritaria, es decir, pequeños productores, A veces, en los discursos gubernamentales, se
campesinos, trabajadores rurales, indígenas los presenta como “descartables”1 o “inviables”
campesinos, quienes, con sus familias, son los (organismos internacionales) ante el embate
de “las economías a escala” y la “eficiencia”.
El sector agropecuario argentino sigue te-
* Giarracca, N. y Teubal, M. 2005 “Introducción: Los niendo importancia, aunque no la misma que
debates acerca del campo” en Giarracca, N. y Teubal, en el pasado. En efecto, su significación no es-
M. (coords.) El campo argentino en la encrucijada.
Estrategias y resistencias sociales: ecos en la ciudad
triba en su contribución al producto nacional,
(Buenos Aires: Alianza). que es apenas del 6 al 7% (aunque, si conside-
ramos el sistema agroindustrial o agroalimen-
** Economista, PhD en Economía Agraria de la Universi- tario en su conjunto, ese porcentaje aumenta
dad de California, Berkeley. Profesor consulto e investiga-
dor superior del CONICET. Fue profesor titular de Econo-
mía Agraria en la Facultad de Ciencias Económicas, y de 1 Recuérdese a un subsecretario de Agricultura que
Economía II de la Facultad de Ciencias Sociales de la UBA. pronosticó (y efectuó en consonancia) la desaparición
Ex-miembro del Transnational Institute de Ámsterdam. de la mitad de las unidades productivas.
314 Estudios rurales y movimientos sociales. Miradas desde el Sur

sustancialmente). Tampoco puede ser consi- ca; un ámbito natural que debe preservarse
derado como generador pivote de empleo, un para la vida misma, fuente de la biodiversidad,
factor tan vital para salir de la crisis actual. Por del paisaje, de la soberanía alimentaria de la
el contrario, se trata de un medio que continúa población, en fin, del bienestar de muchas
expulsando —incluso con mayor intensidad personas de la sociedad toda, incluyendo a las
que antes— a productores y trabajadores rura- generaciones futuras.
les. Tiene importancia como generador de divi- En el imaginario popular y del mundo en ge-
sas (crucial a la hora de pagar los servicios de neral, la Argentina siempre fue “un país rico”,
la deuda externa) y como proveedor de alimen- precisamente por sus vastos recursos natura-
tos. No obstante esta centralidad en los ingre- les, grandes extensiones de tierras fértiles, de
sos fiscales y en la reproducción poblacional, agua, petróleo, etcétera.2 Este país rico, que
el gran reproche que se le puede hacer es que, a atrajo a millones de inmigrantes del Viejo Mun-
pesar de su crecimiento en décadas recientes, do y que en la actualidad recibe millones de
no ha contribuido a solucionar los grandes pro- personas de países limítrofes, también expulsa
blemas de los argentinos: el hambre, la miseria a miles de ciudadanos. En el siglo XIX forma-
y la desnutrición. Es decir, dejó de contribuir a ba parte de la “periferia próspera”, que se per-
la reproducción de toda la población y pasó a filaba como una “potencia mundial”; pero, por
constituirse en fuente de alimentos solo para complejas razones del orden de lo político, no
una parte del país mientras que la otra no pue- pudo lograr un desarrollo sostenido.
de acceder a ellos. En torno al sector agropecuario de nuestro
El sector agropecuario tiende a ser consi- país giraron grandes e importantes debates que
derado, en forma casi exclusiva, como un pro-
veedor de recursos para otros segmentos de la
2 Según Hobsbawm, los países del Tercer Mundo
economía. En efecto, visto desde la perspecti- que emergen en la era poscolonial eran generalmen-
va urbana, el agro aparece como un recurso te pobres, “con raras excepciones, particularmente la
al que hay que exprimir de la mejor manera Argentina, que, aunque era un país rico, nunca pudo
posible. Sin embargo, es mucho más que eso. recuperarse de la declinación y caída del Imperio
Británico que, hasta 1929, le había dado prosperidad
Constituye el sustento y la forma de vida de
como exportador de alimentos” (Hobsbawm, 1996:
muchas personas, con todo lo que ello impli- 357, traducción nuestra).
Los debates acerca del campo. Introducción | N. Giarracca y M. Teubal 315

se expresaron, primero, en la producción escri- global, tras la crisis de los años treinta, empren-
ta del pensamiento social, luego, en la de los día el proceso denominado de “industrialización
ámbitos académico y periodístico y, en estos por sustitución de importaciones” (ISI). El de-
últimos años, en espacios donde también inter- bate se nutrió de varias vertientes: “estructura-
vienen organizaciones ligadas al cuidado de los lista” (con énfasis en la persistencia en nuestro
recursos naturales, la agroecología, etcétera país de una estructura latifundista), “neoclásica”
(véase Giarracca, 1999). Retomaremos, en esta o “liberal” (que clamaba por la falta de “incenti-
introducción, algunas de estas discusiones, ya vos” a la producción agropecuaria argentina),
que recordarlas nos conduce a recuperar ideas “tecnológica” (que señalaba el retraso tecnoló-
muy caras al concepto de democracia: la posi- gico relacionado con características inherentes
bilidad de encontrar posiciones diferentes en a la estructura agraria) (véase Giarracca, 1999).
relación con los procesos sociales, de disentir La controversia tenía implicancias relacio-
de las políticas públicas, de recuperar el pensa- nadas con las estrategias socioeconómicas de
miento crítico que atravesó el siglo XX, desde los diferentes gobiernos. La corriente neoclási-
Juan L. Tenembaum y Carl Taylor (a pesar de ca o liberal cuestionaba las políticas de ISI por-
ser este un funcionario del gobierno norteame- que se contraponían al impulso que debía dár-
ricano) hasta Guillermo Flichman o los antro- seles en el proceso de desarrollo económico
pólogos y sociólogos que comenzaron a regis- al agro y a la agroindustria. En lo esencial, se
trar, después de los sesenta, el “otro campo”. planteó que la política global de impulsar pro-
cesos de industrialización se contraponía a es-
trategias que privilegiaban a sectores, como el
Algunos debates acerca agropecuario, con “ventajas comparativas” en
del sector agropecuario el concierto mundial. En este sentido, se con-
sideraban como perjudiciales ciertas políticas
Uno de los planteos más recordados tuvo que de gobierno, tales como la fijación de precios
ver con las características y evolución del sec- de garantía, tasas de cambio desfavorables, re-
tor agrario y se focalizó en el “estancamiento tenciones y otras medidas impositivas. Se pre-
agrario” de la zona pampeana entre 1930 y 1970. sumía que todas ellas desalentaban la inversión
Se trataba del período en que nuestra economía y el desarrollo del sector.
316 Estudios rurales y movimientos sociales. Miradas desde el Sur

En cambio, las corrientes estructuralistas cultura como el único elemento capaz de ge-
enfatizaban las limitaciones que entrañaban nerar un excedente económico (produit net)
las relaciones y los regímenes de propiedad, la susceptible de contribuir al proceso de acumu-
persistencia de grandes explotaciones que con- lación de capital. Los clásicos, Adam Smith y
figuraban parte de una estructura agraria retró- David Ricardo, no desdeñaban la importancia
grada, poco propensa al desarrollo capitalista de los recursos naturales en los procesos eco-
y menos aún al bienestar social. Cuestionaban nómicos, pero destacaban, en cambio, el traba-
también el modelo agroexportador, vulnerable jo —en el caso de A. Smith, también la división
a los vaivenes de la economía mundial, que no del trabajo— como generador de la riqueza de
generaba empleo y se contraponía a procesos las naciones. Sin embargo, según estos autores,
de industrialización considerados como esen- los frutos del trabajo no era percibidos íntegra-
ciales para el desarrollo económico. mente por los trabajadores: los terratenientes,
La discusión se extendió más allá del perío- a través de la propiedad y el control de la tierra,
do señalado (1930-1970) y tuvo un punto de recibían un tipo de ingreso muy diferente del
inflexión cuando se introdujo la problemática de los obreros y los dueños del stock de capi-
de la renta de la tierra con los planteamientos tal, que los ubicaba en una posición de poder.
de Laclau (1975), Flichman (1974, 1977), Braun Surge, entonces, la necesidad de explicar
(1974) y Teubal (1975), entre otros. Reciente- las razones por las cuales los terratenientes
mente, Basualdo y Arceo retomaron aspectos percibían un ingreso por el uso de las “ener-
de esta perspectiva de análisis. gías originarias e indestructibles del suelo”
(Ricardo, 1959: 51), por el solo hecho de tener
La renta de la tierra, el “monopolio de […] determinadas porciones
componente del debate del planeta, sobre las cuales pueden disponer
como esferas exclusivas de su arbitrio priva-
La importancia del agro como generador de do, con exclusión de todos los demás” (Marx,
riqueza fue destacada por los fisiócratas en el 1981: 793). Como señaló Adam Smith, “no bien
siglo XVIII. Fueron los primeros en considerar toda la tierra del país se ha transformado en
la tierra como madre de la riqueza y la agri- propiedad privada, a los terratenientes, como
a todos los demás (por el solo hecho de ser los
Los debates acerca del campo. Introducción | N. Giarracca y M. Teubal 317

propietarios y controlar porciones de la tierra), manifiesta el alza del precio de los alimentos
les gusta cosechar donde nunca sembraron y —ciertamente, esas tierras menos fértiles no
demandan una renta aun por aquello produci- se hubieran incorporado si no fuera por el pre-
do por la naturaleza” (Smith, 1964: 44). Se trata cio elevado, que garantiza la cobertura de los
de explicar la renta que el terrateniente percibe costos de producción—. Este precio es el que
y que es pagada por el arrendatario capitalista3. habrá de regir en toda la economía. Como con-
Según estos autores, la renta de la tierra cons- secuencia, los propietarios de las tierras más
tituye un ingreso que no necesariamente tiene fértiles son los únicos que perciben una renta.
que ver con el trabajo (la principal fuente de ri- De ahí la denominación de “renta diferencial”.
queza de la nación) y aparece, en este sentido, Para los dueños de las tierras más fértiles, se
como un beneficio claramente diferenciado de trata de una especie de ganancia extraordinaria
la ganancia y del salario. debido a los menores costos de producción. El
David Ricardo proyectó rigurosamente un precio del maíz no es alto porque se paga una
modelo en el que introduce el concepto de renta; se paga una renta precisamente porque
renta diferencial, imbricada en uno de los el precio del maíz (del pan) es alto (Ricardo,
objetivos esenciales de su pensamiento y de 1959: 56). Se trata, como dijimos, de una ganan-
la Economía Política clásica: determinar los cia extraordinaria, es decir, de un plus sobre
factores que inciden en la distribución de los la tasa de ganancia normal y que es apropia-
ingresos entre las tres principales clases de la da por los terratenientes, que son los dueños
sociedad: los trabajadores, los terratenientes y de las tierras más fértiles. Constituye, además,
los capitalistas. la explicación de por qué estos puedan cobrar
¿Por qué surge la renta de la tierra? En el una renta a los arrendatarios.
modelo que elabora Ricardo, a medida que Marx le dedica bastantes páginas, en sus
van siendo incorporadas al proceso producti- principales obras, a la cuestión de la renta de
vo porciones de tierra cada vez menos fértiles, la tierra. Le interesa incorporar el concepto y
con niveles de productividad decrecientes, se sus diversas formas, en su análisis de las leyes
de movimiento de la sociedad capitalista. Se-
ñala que las mejoras introducidas por el hom-
3 Señala Marx que, en el caso irlandés, el arrendata-
rio era un pequeño campesino. bre para aumentar la productividad de la tierra
318 Estudios rurales y movimientos sociales. Miradas desde el Sur

también inciden en la renta. “Un campo cultiva- “regímenes de acumulación”, así como las ca-
do vale más que un campo inculto de la misma racterísticas que asume el sector agropecuario
calidad natural… Las mejoras incorporadas al y, en particular, la renta de la tierra, en cada
suelo caen en manos del terrateniente en cuan- una de ellas: 1) la economía “agroexportado-
to accidentes inseparables de la sustancia, del ra” (c. 1880-1930); 2) la etapa de “industriali-
suelo” (Marx, 1981: 797-798). Para este autor, zación por sustitución de importaciones” (ISI)
al igual que para Ricardo, la renta de la tierra (1930-c. 1970); y 3) la actual etapa de “apertura
no surge por sí misma, sino porque los terra- al exterior”, “ajustes estructurales” o de “valo-
tenientes son capaces de apropiarse de parte rización financiera” (de mediados de los años
del trabajo de los trabajadores, por el solo he- setenta a esta parte). En este libro, focalizamos
cho de ser propietarios de la tierra. En efecto, el análisis en la última etapa de hegemonía del
la renta representa parte de una deducción del neoliberalismo económico y social enmarcado
valor generado en otro lugar. Con relación al en los procesos de globalización.
modelo ricardiano, Marx complejiza la teoría
de la renta de la tierra, los diversos casos y ten- 1) La economía “agroexportadora”
dencias que se manifiestan en torno a la “renta (c. 1880-1930)
diferencial” e introduce, asimismo, el concepto
de “renta absoluta”. El pensamiento de los economistas clásicos
influyó significativamente en la percepción que
La renta en el caso argentino tuvieron los pensadores argentinos, tanto en
el siglo XIX como en el XX, respecto del papel
Nos interesa ver de qué modo ciertos elemen- importante que habría de tener nuestro país en
tos inherentes a estas teorías —por cierto, mo- la economía mundial, precisamente a causa de
dificados— pueden ser útiles para entender su enorme dotación de recursos. Se visualizaba
aspectos esenciales del desarrollo agrario y que, con capital y trabajo, esos vastos territo-
económico argentino. El análisis que nos pro- rios susceptibles de ser incorporados al pro-
ponemos organiza el proceso de desarrollo ceso productivo podrían valorizarse. Ricardo
económico del país en tres grandes etapas o Ortiz planteaba que la revolución industrial y
Los debates acerca del campo. Introducción | N. Giarracca y M. Teubal 319

el triunfo del liberalismo en Inglaterra habían para otras ramas y actividades de la economía:
generado una demanda a escala mundial de el transporte, la comercialización, los bancos,
alimentos y de recursos naturales; la Argentina y que podrían incluso traducirse, en algunos
habría de aprovechar significativamente esta momentos y para determinados sectores, en
situación (Ortiz, 1955: 29-46). salarios relativamente altos4.
Por esta razón, se pensaba que el auge de La existencia de las “ventajas comparativas”
la producción agropecuaria argentina —prin- de nuestro país con relación a otros se debía,
cipalmente la pampeana— generaba una ren- como se dijo, a la mayor fertilidad de las tie-
ta, en su forma de “renta diferencial en escala rras. Los países europeos tenían elevados cos-
internacional”. En efecto, la persistencia de tos para el mismo tipo de producción agrope-
costos internos significativamente más bajos cuaria. La producción y exportación crecientes
que los que prevalecían en los países altamente generaban, pues, grandes rentas diferenciales
industrializados generaban esta renta, y el cre- o internacionales5. Se trató de un período de
cimiento sustancial que tuvo nuestro país en expansión horizontal en el cual vastas exten-
el período 1880-1930 se podía explicar, funda- siones de tierras fértiles eran incorporadas
mentalmente, por esta situación. La Argentina a la producción agropecuaria, en un proceso
formaba parte de un grupo de países que con- que configuraría el desarrollo de un modelo
formaban la “periferia próspera”, por la gran
disponibilidad de sus recursos naturales, junto
con Canadá, Australia, Nueva Zelanda e inclu- 4 Según Laclau, “…el monopolio de la tierra y la ele-
vadísima renta diferencial proveniente de la inagotable
so los Estados Unidos. En todos estos países,
fertilidad de la llanura pampeana se unieron para con-
una producción agropecuaria de sus regiones solidar la estructura a la vez capitalista y dependiente
templadas se constituyó en una fuente impor- de la economía argentina… La expansión de la renta
tante de alimentos básicos para los países eu- pasó a ocupar en nuestra economía el lugar que en un
ropeos. Este auge de la producción se debió capitalismo no dependiente corresponde a la acumula-
ción del capital” (Laclau, 1975: 36-37).
a la existencia de tierras fértiles, en cantidad
y calidad, que posibilitaban una producción 5 Arceo prefiere llamarlas “rentas internacionales”
dado que en el nivel mundial no tendían a igualarse
agropecuaria que habría de generar sustancia-
las tasas de ganancia (Arceo, 2003; véase también Te-
les rentas, tanto para los terratenientes como ubal, 2004).
320 Estudios rurales y movimientos sociales. Miradas desde el Sur

“agroexportador”. Este modelo entró en crisis liano y neozelandés. En todos estos procesos,
en los años treinta con la caída de los precios fueron desplazadas, acorraladas, diezmadas
internacionales de nuestros productos de ex- las poblaciones indígenas originarias. El proce-
portación. Comenzó desde entonces otro “ré- so de conquista y colonización que caracterizó
gimen de acumulación”, basado, como dijimos, a América Latina continuó tras la independen-
en los procesos de industrialización por susti- cia y la adopción de las Constituciones libera-
tución de importaciones. les de mediados de siglo XIX. Se constituyeron
Pero antes de pasar a la otra etapa, podemos regímenes oligárquicos que desplazaron a las
interrogarnos: ¿cómo se distribuía la renta o comunidades y poblaciones indígenas preexis-
las ganancias extraordinarias entre 1880-1930? tentes. En la Argentina, al igual que en los Esta-
En primer lugar, se debe considerar una serie dos Unidos, Canadá y Australia, la densidad po-
de factores institucionales vinculados a la or- blacional de los pueblos originarios era mucho
ganización nacional. Tal como lo señala Arceo, menor que la de países tales como México o el
la distribución de la renta tuvo mucho que ver Perú y, por tanto, pudieron ser arrasadas casi
con la forma de apropiación de la tierra en los por completo. La colonización y “conquista del
orígenes de estos procesos. Según el autor, en desierto” fueron definitorios en este sentido.
los demás países de la periferia opulenta, el ac- La problemática de la renta, en su sentido
ceso a la tierra fue más “democrático”, los pro- clásico, está indisolublemente asociada a la
ductores familiares pudieron obtener terrenos propiedad de la tierra. Pero esta tiene diversas
y, en consecuencia, no se consolidó un régimen funciones y significados, que son recreados en
terrateniente al estilo argentino6. diferentes períodos históricos y por diferentes
Sin embargo, en un punto importante, el de- grupos sociales. Diversos teóricos reflexiona-
sarrollo agrario argentino se asemejó al esta- ron sobre esta cuestión (véase Polanyi, 1957;
dounidense y canadiense, así como al austra- Wolf, 1973; y otros).
En nuestro país, por la forma en que fue
distribuida la tierra, así como por la falta de
6 Arceo deja entrever que el nuestro fue el único mano de obra para su trabajo, se configuraron
país de la periferia próspera que no logró un desarro-
tres modos de organización de esta relación:
llo industrial acorde con el de los países del llamado
Primer Mundo. el sistema de arrendamientos, que fue amplia-
Los debates acerca del campo. Introducción | N. Giarracca y M. Teubal 321

mente mayoritario, la hacienda con mano de nadas economías regionales, predominaba una
obra asalariada o acasillada y el sistema de co- agricultura “intensiva en mano de obra”.
lonias agrícolas. El sistema de arrendamientos De la perspectiva planteada por Flichman se
era compatible con la persistencia de la gran desprenden importantes consecuencias, como
propiedad y siguió siendo importante a lo lar- la necesidad de impulsar una mayor intensifica-
go del siglo XX. ción de la producción agropecuaria, o bien, un
proceso de “agriculturización”. En los hechos,
2) La etapa de “industrialización por fue lo que ocurrió en nuestro país, en particu-
sustitución de importaciones” (ISI) lar, a partir de mediados de los años setenta. En
(1930-c. 1970) efecto, a partir de entonces, se potencia el cre-
cimiento de la producción agrícola con relación
La crisis de los años treinta dio por tierra con a la pecuaria. Los argumentos para comprender
el modelo agroexportador instaurado hacia estos procesos hacían referencia a la aplicación
mediados y fines del siglo XIX. Tal como se- de nuevas tecnologías, combinadas en lo que se
ñalamos más arriba, comienza un período de denominó un “paquete tecnológico”, centrado
industrialización por sustitución de importa- en los agroquímicos y en nuevas formas orga-
ciones. El debate, aquí, gira en torno a qué usos nizativas para la producción (véase el artículo
debía darse a la renta agraria, en qué medida de Teubal, Domínguez y Sabatino en este libro).
debía utilizarse para promover un proceso de
industrialización. 3) La actual etapa de “apertura al
El análisis de Flichman (1977) sobre la renta exterior”, “ajustes estructurales” o
de la tierra está centrado en los diferentes gra- de “valorización financiera”
dos de extensividad agropecuaria en distintas (de mediados de los años
regiones y provincias del país. Algunas de ellas, setenta a esta parte)
donde prevalece una mayor extensividad (la ga-
nadería y la gran agricultura, por ejemplo), son En el presente trabajo nos proponemos una
regiones en las que se generan rentas diferencia- puesta al día de la problemática agraria y agro-
les a escala mundial. En cambio, en las denomi- alimentaria actual de nuestro país, que parte
322 Estudios rurales y movimientos sociales. Miradas desde el Sur

del análisis de las transformaciones operadas, las nuevas formas de articulación del agro, de
precisamente, desde la década del setenta. El los productores agrarios con grandes empresas
panorama agrario sufre cambios sustancia- —muchas, transnacionales—, núcleo del siste-
les en este período, transformaciones en las ma agroalimentario. Cómo se dan la provisión
relaciones sociales agrarias, que involucran a de los insumos —en particular, semillas—, el
numerosos sujetos sociales del campo. Estos procesamiento industrial de la materia prima,
cambios tienen que ver con un nuevo “régimen la distribución final, gran parte del consumo a
de acumulación” (véase Aparicio et al., 1992) y través de los fast foods que crecen significati-
un nuevo “paradigma agrario” que se manifies- vamente en nuestro país. Estos interrogantes
ta de diversos modos; supone otros comporta- nos refieren al impacto de los procesos de glo-
mientos sociales, otras políticas globales, refe- balización y al papel jugado por esas grandes
ridos tanto a la economía global como al sector empresas que dominan segmentos clave del
y, así también, otro contexto global mundial sistema agroalimentario.
que incide significativamente en los procesos La renta de la tierra también está presente
sociales agrarios. Nuevamente, la producción en la actualidad, pero la forma en que es apro-
y la apropiación de las grandes rentas genera- piada y quiénes se la apropian ha cambiado. Si
das contribuyen a sustentar un modelo deno- bien los grandes terratenientes siguen siendo
minado de “valorización financiera” dada la im- algunos de sus beneficiarios —en los trabajos
portancia que van asumiendo las actividades e más recientes de E. Basualdo y N. Arceo (2005)
intereses financieros en la economía nacional. sobre la evolución de los grandes grupos eco-
Otro aspecto destacable, en esta etapa, es nómicos vinculados al sector, en particular, las
que el sector agropecuario se articula cada vez “sociedades”, la renta fundiaria percibida por
más con “complejos agroindustriales” y con un estos aparece como definitoria—, también lo
“sistema agroalimentario o agroindustrial” en el son las grandes empresas agroalimentarias (los
contexto del proceso de globalización. Nuevos proveedores de la semilla y de los insumos, las
temas y debates emergen: qué tecnología, para grandes empresas procesadoras de la materia
quiénes, el acceso a la tierra, nuevas políticas, prima agraria, los supermercados, etcétera).
el papel del agro en la economía global, etcéte- Finalmente, existe otra articulación entre
ra. Cómo son y cuáles son las consecuencias de renta de la tierra y valorización financiera. El
Los debates acerca del campo. Introducción | N. Giarracca y M. Teubal 323

auge de la soja transgénica tiene un vínculo hicieron tardíamente en relación con otros paí-
casi directo con el modelo económico instaura- ses. Son, por un lado, la cuestión del campe-
do desde mediados de los años setenta, que se sinado como categoría social en la estructura
basó en el auge del endeudamiento externo. En social agraria; por otro, la discusión sobre la in-
efecto, uno de los cuellos de botella que define, dagación de las condiciones que aporta la agri-
en gran medida, el “régimen de acumulación” cultura, como sector económico y social, en la
actual tiene que ver precisamente con el endeu- constitución de una sociedad que aspira a la de-
damiento externo. En la década del noventa, mocracia tanto en su forma de gobierno como
esto se expresó claramente: la política econó- en las relaciones entabladas en los espacios so-
mica giraba en torno a la deuda externa, sus ciales (en los mundos agrarios y rurales).
condicionamientos y la necesidad de proveer
mecanismos que garantizaran el pago y la ex- El debate campesino
pansión de esta. El proceso de reprimarización
de la economía ha llegado a niveles extremos Los debates sobre los campesinados fueron
con la importancia que se le asigna en la actua- frecuentes e importantes en la sociedad euro-
lidad a las exportaciones sojeras transgénicas. pea (véase Etxezarreta, 1980) y en la mayoría
La recomposición del modelo de la economía de las sociedades latinoamericanas, aunque
global, tras el derrumbe de 2001-2002, se basa fue en México donde desplegaron su riqueza
casi exclusivamente en el logro de un superávit conceptual, sus aspectos interdisciplinarios
de la balanza comercial que garantice a acree- y, con el tiempo, ciertas consecuencias políti-
dores externos e intereses financieros locales e cas profundas (véase CEPAL, 1982; Giarracca,
internacionales la continuidad del modelo de- 2004). En la Argentina, durante la década del
nominado de “valorización financiera”. setenta, Archetti y Stölen habían sostenido el
carácter de pequeña explotación capitalizada
de la gran franja de las unidades familiares de
Otros debates la estructura social, dejando en claro que no
era correcto considerarla una economía cam-
Existen otros dos debates que en nuestro país pesina. “Si una economía campesina se repro-
no se desarrollaron con profundidad o que se
324 Estudios rurales y movimientos sociales. Miradas desde el Sur

duce, no crece, no se desarrolla, la economía las Ligas Agrarias. Estas organizaciones, muy
farmer se caracteriza porque acumula capital y sostenidas por el ala progresista de la Iglesia
se reproduce a una escala mucho más amplia, católica, convocaron a un gran conjunto de
crece y se desarrolla” (1975: 15). agricultores familiares ligados a las agroindus-
En los años setenta, había consenso acerca trias del norte (véase Golsberg en este libro).
de que estábamos frente a una franja de pro- La polémica que se abrió en relación con
porciones importantes en la estructura social, las Ligas Agrarias giró alrededor del carácter
formada, en su mayor parte, por unidades que político de la organización. En efecto, se inte-
raramente se mantenían fuera del mercado, rrogaban sobre el tipo de demandas que gene-
que cuando podían utilizaban mano de obra raban los productores organizados y, como los
asalariada y que, en la mayoría de los casos, requerimientos más frecuentes eran precios
habían sido generadas al calor del desarrollo o mejores condiciones de comercialización,
agroindustrial de la caña de azúcar, el algodón, algunos autores consideraban las Ligas como
la yerba mate, el té, la vid, etcétera. No eran movimientos “populistas” y las ubicaban en el
campesinos al estilo latinoamericano ni total- mismo registro que farmers canadienses o nor-
mente capitalistas. La Antropología guardaba teamericanos; otros analistas, al contrario, po-
el concepto “campesino” para grupos donde el nían el acento en la condición subordinada de
peso indígena lucra mayor o con fuertes parti- estos actores y los comparaban con los movi-
cularidades étnicas, mientras Francisco Delich mientos campesinos latinoamericanos (véase
(1970), sociólogo, postulaba la singularidad del Bartolomé, 1982 y Ferrara, 1973).
campesinado argentino, imposible de aseme- Es importante recordar este planteamiento
jarlo al marco latinoamericano. en el orden de la caracterización política de las
Esta ambigüedad de origen condujo a otro organizaciones de los agricultores en la déca-
debate con mayor anclaje en el registro políti- da del setenta, pues sus principales ejes aún
co. En efecto, la crisis de superproducción de impregnan las discusiones acerca de los mo-
los años setenta y las oportunidades políticas vimientos sociales en el campo. Si bien en la
expresadas en cierta apertura de los gobiernos cultura política contemporánea, despojada de
militares de la época (1970) fueron condiciones determinantes estructurales, no cabe duda de
de posibilidad positivas para la organización de que campesinos y pequeños productores son
Los debates acerca del campo. Introducción | N. Giarracca y M. Teubal 325

sujetos interesantes en las resistencias globa- meros años de la democracia), aún se apostaba
les a las políticas neoliberales y que generan a que las políticas públicas de los gobiernos
organizaciones y principios novedosos (véase democráticos neutralizaran las tendencias eco-
los principios de Vía Campesina), algunos auto- nómicas concentradoras de la tierra y el capi-
res locales ven con beneplácito la desaparición tal. Es decir, las sostenedoras de este debate
de la pequeña unidad de producción o carac- no pudieron anticipar que los chacareros y los
terizan al Movimiento de las Mujeres Agrope- campesinos correrían una misma suerte y que
cuarias en Lucha, y hasta al mismo Movimiento la situación de los trabajadores se agravaría a
Campesino Santiagueño, como organizaciones partir de una profundización sin límites de las
de poco interés en el espacio de las resisten- políticas de corte neoliberal. Esto ocurrió, pri-
cias al modelo vigente. mero, con el decreto de desregulación de 1991
En relación con la franja de la agricultura y, luego, con el cambio productivo de la soja
familiar, observamos que, con el regreso a la transgénica en 1996, enmarcados en un contex-
democracia (1983), los cuestionamientos ex- to político de muy baja densidad democrática.
presaron otros problemas. Se centraron en la La discusión actual focaliza en el acceso a la
delimitación de las unidades agrícolas más vul- tierra, las nuevas tecnologías, la redistribución
nerables para ser objeto de políticas públicas. de los ingresos; y también cobra significación
Algunos especialistas utilizaban la categoría el tema de las desapariciones de numerosos
“campesino” para caracterizar a todo el seg- agricultores de la famosa franja de la pequeña
mento de la agricultura familiar y proponían y mediana producción. El problema de los tra-
políticas públicas basadas en créditos interna- bajadores rurales, sus fragmentaciones y po-
cionales para sostenerla, tecnificarla y desarro- larizaciones son otras novedades de la época
llarla. Otros reprochaban un uso exagerado del actual (véase el artículo de Susana Aparicio en
concepto y proponían ajustar las definiciones este libro).
y utilizar diferentes categorías sociales (cam- Aun sin políticas públicas que tomen en sus
pesinos, chacareros, trabajadores sin tierra) manos las condiciones de producción para la
para diseñar sendas políticas públicas (véase convivencia de la pequeña y gran explotación
el debate Manzanal-Giarracca, 1990). En reali- (solo hubo las llamadas “políticas sociales”), la
dad, en los tiempos de esta controversia (pri- fracción de explotaciones familiares, aunque
326 Estudios rurales y movimientos sociales. Miradas desde el Sur

disminuida, se mantiene. En los más pequeños, necesariamente, la formación de una sociedad


por la persistente actitud de generar organiza- democrática, suposición muy cuestionada por
ciones fuertes y por su persistente lucha (véase las teorías sociales y políticas contemporáneas
la tercera parte de este libro), y en las franjas (véase De Sousa Santos, 2000).
de los capitalizados, por las estrategias de plu- Las disquisiciones sobre el desarrollo del ca-
riactividad, cooperativismos, etcétera (véase la pitalismo agrario para el mundo occidental fue-
primera y segunda parte de este libro). ron abundantes; recordemos, por ejemplo, que
Barrington Moore (1976) dedicó un profundo
El debate acerca del campo estudio histórico a los orígenes sociales de las
y la democracia democracias (y de las dictaduras). Su contun-
dente conclusión fue que Inglaterra constituyó
Por último, querríamos retomar sucintamente el primer éxito en materia de democracias por-
un debate que no tuvo una expresión plena en que supo deshacerse a tiempo de la agricultura
nuestro país y que ahora se está desarrollando como actividad principal. Esta idea acerca de
para toda América Latina: aquel que se centra que la industrialización favorecía las democra-
en la relación “agricultura y democracia” o cias, la formación de partidos políticos, etcé-
“campo y democracia”, con toda la polisemia tera, se constituyó como una marca del pensa-
que esta supone (véase Grammont, 2005). La miento social occidental por mucho tiempo.
Argentina no tuvo históricamente una discu- Algunos autores han sostenido que en los
sión que examinara las condiciones que apor- países de la periferia próspera fueron impulsa-
taba la agricultura a la conformación de una dos tempranos procesos de democratización,
forma de gobierno democrático, planteo que debido, precisamente, a la difusión que tuvo
fue significativo en Europa y los Estados Uni- la pequeña propiedad en el medio rural (Vallia-
dos. En nuestro país, como vimos más arriba, natos, 2003 y el mismo Barrington Moore). Se
las disputas agrarias giraban centralmente alre- marcaba una fuerte relación entre la forma en
dedor del aporte del sector al desarrollo capi- que es controlada la tierra y el carácter políti-
talista. En muchos casos, se daba por supues- co de la sociedad. “Por esta razón, los griegos
to que de este tipo de desarrollo se derivaba, insistían en que pequeños pedazos de tierra
debían ser distribuidos entre la mayor canti-
Los debates acerca del campo. Introducción | N. Giarracca y M. Teubal 327

dad posible de ciudadanos libres dentro de sus pietario de las plantaciones) con condiciones
Estados, para que la democracia fuera la regla de posibilidad negativas para gobiernos demo-
y no la excepción” (Vallianatos, 2003: 57). Los cráticos. Aunque Taylor encuentra en los terra-
promotores de la constitución de los Estados tenientes un aporte significativo al desarrollo,
Unidos incorporaron, según Vallianatos (2003: considera necesario ponerles límites para ga-
46-47, 57), el modelo griego de democracia rantizar la democracia.
agraria en los fundamentos constitucionales de Hoy, el debate de la agricultura y la democra-
su república. Eran estos los principios que sus- cia se da en un doble nivel: primero, se discute
tentaban la democracia “jeffersoniana” de los qué tipo de configuración social y económica
1800, el Homestead Act de los años de 1860 y el necesita el campo para contribuir al bienestar
desarrollo de la irrigación bajo el Reclamation del conjunto social, que es un aspecto básico
Act en los 1900. “Un sistema de poder basado de una forma de gobierno democrático, y, en
en la Norteamérica rural como para favorecer segundo lugar, qué tipo de organizaciones y de
a los pequeños farmers sería acorde con los actores sociales democratizan el espacio social
principios fundamentales de la Constitución” ocupado por la producción agraria (véase Gia-
(Vallianatos, 2003: 57). Pero este modelo pier- rracca y Teubal, 2005).
de vigencia, en los mismos Estados Unidos, a Este libro trata de contribuir a los nuevos
partir del auge de la agroindustria, de las gran- interrogantes, centrados en el modelo agrario
des empresas agroalimentarias, denominadas actual, a través de discusiones que contienen as-
genéricamente como agribusiness. pectos actualizados de aquellas problemáticas
Se puede marcar un paralelismo entre estos presentadas en la presente introducción y don-
procesos y la Argentina. En Rural life in Ar- de aparecen, además, cuestiones propias de la
gentina, Carl Taylor (1948) valoriza la presen- época (la biotecnología, el rol político desempe-
cia de las esferas medias rurales, tanto por su ñado en toda América Latina por los indígenas
contribución al desarrollo económico, como y los campesinos, etcétera). Por eso, es nuestra
por su importancia cultural en los mundos so- intención aportar a los nuevos debates marcan-
ciales del interior del país. Como en Europa y do continuidades y permanencias, pero desta-
en otros países de América Latina, se relacionó cando, fundamentalmente, las singularidades y
al gran terrateniente (junker, latifundista, pro- particularidades de los nuevos procesos.
328 Estudios rurales y movimientos sociales. Miradas desde el Sur

Bibliografía Braun, O. 1974 “La renta absoluta y el uso


ineficiente de la tierra en la Argentina”
Aparicio, S. et al. 1992 “Las transformaciones en en Desarrollo Económico - Revista de
la agricultura; el impacto sobre los sectores Ciencias Sociales (Buenos Aires) Nº 54,
sociales” en Jorrat, J. R. y Sautú, R. (comps.) julio-setiembre.
Exploraciones sobre la estructura social de CEPAL (Shejtman, A.) 1982 Economía
la Argentina (Buenos Aires: Paidós). campesina y agricultura empresarial
Arceo, E. 2003 Argentina en la periferia (México DF: Siglo XXI).
próspera. Renta internacional, De Sousa Santos, B. 2000 A crítica da
dominación oligárquica y modo de razão indolente: contra o desperdício da
acumulación (Buenos Aires: Universidad experiência. Vol. 1: Para um novo senso
Nacional de Quilmes / FLACSO, Instituto de comum. A ciência, o direito e a política
Estudios sobre Estado y Participación). na transição paradigmática (San Pablo:
Archetti, E. y Stölen, K. 1975 Explotación Cortez).
familiar y acumulación de capital en el Delich, F. 1970 Tierra y conciencia
campo argentino (Buenos Aires: Siglo XXI). campesina en Tucumán (Buenos Aires:
Bartolomé, L. J. 1982 “Base social e ideología Edición Signos).
en las movilizaciones agraristas en Etxezarreta, M. 1980 La evolución del
Misiones entre 1971 y 1975. Emergencia campesinado en el desarrollo capitalista
de un populismo agrario” en Desarrollo (Madrid: Ministerio de Agricultura,
Económico - Revista de Ciencias Sociales Secretaría General Técnica).
(Buenos Aires) Vol. 22, Nº 85, abril-junio. Ferrara, F. 1973 ¿Qué son las Ligas
Basualdo, E. y Arceo, N. 2005 “Incidencia y Agrarias? Historia y documentos de las
características productivas de los grandes organizaciones campesinas del nordeste
terratenientes bonaerenses durante la argentino (Buenos Aires: Siglo XXI).
vigencia del Plan de Convertibilidad” Flichman, G. 1974 “Nuevamente en torno al
en Desarrollo Económico - Revista de problema de la eficiencia en el uso de la
Ciencias Sociales (Buenos Aires) Vol. 45, tierra y la caracterización de los grandes
Nº 177, abril-junio. terratenientes” en Desarrollo Económico -
Los debates acerca del campo. Introducción | N. Giarracca y M. Teubal 329

Revista de Ciencias Sociales (Buenos Aires) excedente. Aproximación histórica


Nº 54, julio-septiembre. a los casos argentino y chileno” en
Flichman, G. 1977 La renta del suelo y el Giménez Zapiola, M. (comp.) El régimen
desarrollo agrario argentino (México DF: oligárquico. Materiales para el estudio
Siglo XXI). de la realidad argentina (hasta 1930)
Giarracca, N. 1999 “Las ciencias sociales y los (Buenos Aires: Amorrortu).
estudios rurales en la Argentina durante Manzanal, M. 1990 “El campesinado en la
el siglo XX” en Estudios Rurales (Buenos Argentina: un debate tardío o políticas para
Aires: La Colmena). el sector: una necesidad impostergable” en
Giarracca, N. 2004 “América Latina, nuevas Realidad Económica (Buenos Aires) Nº 97.
ruralidades, viejas y nuevas acciones Marx, K. (Engels, F.) 1981 El Capital. Crítica
colectivas” en Giarracca, N. y Levy, B. de la Economía Política (México DF /
(comps.) Ruralidades latinoamericanas. Buenos Aires / Madrid / Bogotá: Siglo XXI)
Identidades y luchas sociales (Buenos Libro tercero, Vol. 8.
Aires: CLACSO-ASDI). Moore, B. 1976 Los orígenes sociales de la
Giarracca, N. y Teubal, M. 2005 “Democracia dictadura y de la democracia (Barcelona:
y neoliberalismo en el campo argentino. Península).
Una convivencia difícil” en Grammont, H. Polanyi, K. 1957 The Great Transformation
(comp.) La construcción de la democracia (Boston: Beacon Press).
en el campo latinoamericano (Buenos Ricardo, D. 1959 Principios de economía
Aires: CLACSO-ASDI). política y tributación (México / Buenos
Grammont, H. (comp.) 2005 La construcción de Aires: Fondo de Cultura Económica).
la democracia en el campo latinoamericano Smith, A. 1964 The Wealth of Nations
(Buenos Aires: CLACSO-ASDI). (Londres: Everyman’s Library) Vol. I.
Hobsbawm, E. 1996 The Age of Extremes. A Taylor, C. 1948 Rural life in Argentina (Baton
History of the World, 1914-1991 (Nueva Rouge: Louisiana State University Press).
York: Vantage Books). Teubal, M. 1975 “Estimaciones del excedente
Laclau, E. 1975 (1969) “Modos de producción, financiero del sector agropecuario
sistemas económicos y población argentino” en Desarrollo Económico -
330 Estudios rurales y movimientos sociales. Miradas desde el Sur

Revista de Ciencias Sociales (Buenos


Aires) Nº 56, enero-marzo.
Teubal, M. 2004 “Reseña bibliográfica del libro
de Arceo” en Realidad Económica (Buenos
Aires) Nº 201, enero-febrero.
Vallianatos, E. G. 2003 “American cataclism” en
Race & Class (Institute of Race Relations:
Londres) Vol. 44, Nº 3, enero-marzo.
Wolf, E. 1973 (1969) Las luchas campesinas del
siglo XX (Madrid / México DF: Siglo XXI).
El campesinado en la Argentina:
un debate tardío*

E l carácter capitalista del terrateniente pam-


peano, el papel de la renta del suelo, los
procesos de colonización y de consolidación
Durante la década de los setenta, antropó-
logos, sociólogos y economistas de América
Latina debatieron acaloradamente sobre la
de la unidad familiar presente en todas las persistencia, funcionalidad o desaparición de
regiones del país, las relaciones entre las bur- la forma social campesina de producción agra-
guesías agrarias pampeanas y las regionales, la ria en el contexto de la “modernización” o “in-
adecuación de la mano de obra a cada período ternacionalización del capital” en la región. La
de desarrollo, fueron aspectos relevantes del Argentina no participó en este debate, en parte
proceso de evolución agraria capitalista que porque en ese período se vivió bajo la dictadura
concentraron la atención de aquellos que bus- militar, que no permitió y hasta reprimió toda
caban dar cuenta de la cuestión agraria argen- forma de reflexión crítica pública; los pocos
tina. Aunque existieron y existen campesinos, grupos que permanecían en el país discutieron
estos no se tomaron en cuenta en las compre- “puertas adentro” y hasta se vieron privados de
hensiones más globales del funcionamiento del la recepción de la revista temática de habla his-
agro, situación absolutamente impensable para pana más difundida, que por aquellos años ha-
México, el Perú o Bolivia. cía su aparición: Estudios Rurales Latinoame-
ricanos. Pero, además, es necesario reconocer
que “la cuestión campesina” nunca tuvo en
* Giarracca, N. 1990 “El campesinado en la Argenti- nuestro país el peso o la importancia que tiene
na: un debate tardío” en Realidad Económica (Buenos en Bolivia, México o el Perú. En esos países la
Aires: IADE) N° 94. persistencia del campesinado está fuertemente
332 Estudios rurales y movimientos sociales. Miradas desde el Sur

relacionada con el pasado indígena y con las blaba de “colonos” para referirse a los misio-
reformas agrarias que fueron aplicadas en dis- neros; el Grupo de Sociología Rural de la SEAG
tintos momentos del siglo XX. (1970) decía “minifundistas” cuando describía
La estructura social agraria de nuestro país a los aparceros correntinos y se reservaba la
reconoce otros orígenes y otros procesos de caracterización de “campesinos” para algunos
desarrollo. El carácter capitalista del terrate- grupos de pequeños agricultores con identi-
niente pampeano, el papel de la renta del sue- dades culturales o étnicas fuertes o demandas
lo, los procesos de colonización y de consolida- típicamente campesinas. Actualmente ese con-
ción de la unidad familiar presente en todas las senso parece haberse quebrado: han aparecido
regiones del país, las relaciones entre las bur- varios estudios que generalizan la categoría
guesías agrarias pampeanas y las regionales, la “campesino” y la utilizan para caracterizar a
adecuación de la mano de obra a cada período todo productor agrario que no utiliza mano de
de desarrollo, fueron aspectos relevantes del obra ajena o a todo habitante rural que trabaja
proceso de evolución agraria capitalista que una porción de tierra. El resultado de ello es
concentraron la atención de aquellos que bus- que casi la mitad de los productores agrarios
caban dar cuenta de la cuestión agraria nacio- del país, según estos estudios, son campesinos
nal. Aunque existieron y existen campesinos, o minifundistas.
estos no se tomaron en cuenta en las compre- Esta falta de consenso entre los que trabaja-
hensiones más globales del funcionamiento del mos sobre la estructura social agraria de nues-
agro, situación absolutamente impensable para tro país, me impulsó a explicitar la situación y
México, el Perú o Bolivia. reflexionar sobre esta nueva orientación “cam-
En la década de los setenta, Archetti y pesinista” que se pone de manifiesto en traba-
Stölen (1974) se preocuparon por caracterizar jos recientes. Si bien aparecen citados varios
a los productores agrarios que utilizan mano de autores, tomo como base el trabajo de Mabel
obra familiar diferenciándolos particularmen- Manzanal (1988) “El minifundio en la Argen-
te de los campesinos. Por aquellos años hubo tina: políticas alternativas sobre una realidad
cierto consenso acerca de la conceptualización poco conocida”. En él, a mi juicio, se sintetizan
utilizada en los estudios que involucraban a e integran a otros autores que han trabajado en
pequeños productores. Bartolomé (1975) ha- la misma orientación.
El campesinado en la Argentina: un debate tardío 333

Mi propuesta es contrastar dos formas de resa debatir sobre los posibles contenidos del
mirar a los sectores subalternos del agro ar- concepto “campesino”: “No es nuestro interés
gentino, debatir para poder llegar a las formu- entrar en este trabajo en el debate de la cues-
laciones más adecuadas para sustentar los pro- tión del campesinado y en especial sobre quié-
yectos de cambio. Estos trabajos son la base nes serían, según una definición u otra, cam-
de proyectos de desarrollo rural con financia- pesinos o no en la Argentina, a partir de una
miento externo, por lo cual la validez de las ca- defensa de nuestra propia definición” (ibídem:
racterizaciones de los sectores sociales sobre 45). Sin embargo, sus primeras definiciones
los que se interviene con políticas concretas, de minifundistas hacen referencias básicas al
importa tanto académica como políticamen- concepto: “Entendemos que los minifundistas
te. Por otro lado, estoy segura de que la tarea en la Argentina son asimilables a la categoría
de producción de conocimiento necesita de la de campesinos con ciertas particularidades
discusión y del libre intercambio de las ideas propias” (ibídem: 145). Estas particularidades
tanto como de la información cuantitativa o son, según Manzanal —y en ello sigue a Pedro
de las buenas técnicas de análisis. Eso que no Tsakoumagkos (1986)— la producción mayo-
pudimos realizar durante muchos años, es un ritaria para el mercado, su coexistencia con
ejercicio saludable que debemos retomar. otros tipos de productores, su participación en
En síntesis, mi propuesta es reflexionar so- las cadenas de producción agroindustrial, su
bre la base conceptual de esta posición “cam- menor importancia (en relación con otros paí-
pesinista” y plantear algunas hipótesis opcio- ses de América Latina) en el complejo latifun-
nales sobre lo que sucede actualmente en el dio- minifundio. Y agrega: “De todos modos los
agro no pampeano. minifundistas en la Argentina son campesinos
que viven en niveles de subsistencia, funda-
mentalmente porque su inserción subordinada
Campesinado como en la producción y en los mercados les impide
categoría analítica toda posibilidad de acumulación, y esta ausen-
cia de capitalización es la característica deter-
Una de las primeras advertencias que nos hace minante en la clasificación de minifundio en la
Mabel Manzanal en su trabajo es que no le inte- Argentina” (ibídem: 145).
334 Estudios rurales y movimientos sociales. Miradas desde el Sur

A mi juicio, definir y dar contenido al con- unidad familiar y la tierra, a una relación social,
cepto “campesino” es una tarea previa e im- y básicamente a la relación social de un grupo
prescindible, sobre todo cuando con él esta- o sector articulado de una u otra forma al resto
mos significando sectores sociales sobre los de los sectores y a la sociedad en su conjunto.
que se programa intervenir. Dentro de las Cien- Una segunda imprecisión de la definición
cias Sociales el concepto campesino se ha uti- ofrecida por el trabajo comentado reside en la
lizado para caracterizar distintas situaciones o identificación entre “campesinos” y “asalaria-
sectores sociales. El campesino puede ser un dos agrícolas”.
pequeño productor, pero también un proletario
rural (campesino sin tierra). Por otro lado, es Son hombres, mujeres, niños y ancianos, algunos
frecuente encontrar el concepto asociado a ca- criollos, otros aborígenes, que trabajan como ha-
tegorías tales como “economía”, “sociedades”, cheros, o cosecheros o como simples peones de
“cultura” y hasta “modo de producción”. Esta campo, mientras también producen en una pe-
queña parcela, un poco para el consumo y otro
amplia variación en la aplicación del término
poco para el mercado, según lo determinen facto-
ha llevado a imprecisiones y confusiones tales
res climáticos, políticos o económicos, no mane-
que podemos llegar a no saber sobre qué esta- jados por ellos. (Ibídem: 114)
mos hablando cuando caracterizamos con él a
un sector social. En la vasta bibliografía sobre la cuestión cam-
Por otro lado, el campesino es frecuente pesina aparece reiteradamente la preocupa-
pero no necesariamente un minifundista. Este ción por establecer diferencias conceptuales y
último término hace referencia a la escasez del metodológicas entre estos dos sectores —asa-
recurso tierra, o a la escasez relativa de tierra y lariados con tierra y campesinos— que pueden
fuerza de trabajo, en tanto “campesino” remite tener un mismo origen, dado los procesos de
a un conjunto de aspectos económicos, pero constante diferenciación interna de los campe-
también sociales y culturales; un pasado o re- sinos. Miguel Murmis (1980) pudo aprehender
ligión común, historias de luchas sociales que toda la complejidad de este proceso y formular
los haya conformado como grupo. “Minifundio” una serie de precisiones acerca de la diferen-
hace referencia a una característica de la ex- ciación, descomposición del sector o la fran-
plotación, “campesino” a una relación entre la
El campesinado en la Argentina: un debate tardío 335

ca descampesinización. Existen campesinos ño productor familiar”. La confusión en este


ricos, medios y pobres y estos últimos muy caso se acentúa por lo engorroso que resulta
fácilmente se transforman en semiproletarios, diferenciar en los censos estos dos sectores,
pero el trabajo fuera de la explotación es tem- pero aun así vale la pena intentarlo concep-
poral y la mayor parte de sus ingresos provie- tualmente. El famoso antropólogo Teodoro
ne de la producción; por otro lado se integran Shannin (1975), en uno de sus trabajos más im-
gremialmente a asociaciones de productores portantes proponía reservar la utilización de la
(cooperativas, uniones de productores). Muy categoría “campesino” para los productores de
distinta es la situación del “proletario-parcele- autoconsumo que mantuvieran independencia
ro”, generalmente golondrina, que, o bien deja de los mercados y con identidades sociales y
a su familia con una huerta de subsistencia o culturales definidas y fuertes. En tal sentido, los
bien sale el grupo familiar completo a levantar agricultores integrados a los mercados dejarían
cosechas dejando casas y pertenencias a cargo de ser “campesinos”. Sin embargo la tradición
de los ancianos o vecinos. Algunos pueden ser latinoamericana de estudios de la “cuestión
asalariados de origen campesino, otros nunca campesina” aportó gran cantidad de trabajos,
tuvieron tierra para la producción mercantil, los cuales demuestran que los campesinos han
pero la inserción dentro de la economía y de sido integrados a los mercados, a las activida-
la trama social regional suele ser muy distinta des capitalistas más variadas y a las formas más
a la de los campesinos que no venden fuerza de sofisticadas del desarrollo agroindustrial, sin
trabajo o que lo hacen ocasionalmente y a la perder la condición de campesinos aun cuando
de los pequeños productores. En la bibliografía solo sea formalmente; muchos hablaron de su
especializada aparece una serie de instrumen- “refuncionalización” dentro del capitalismo1.
tos metodológicos para delimitarlos (Patnaik,
1988); también es necesario tomar en cuenta
sus representaciones sociales, culturales y gre- 1 Estas características no están reservadas a los
miales así como la autopercepción como sec- campesinos argentinos como supone Tsakoumagkos
tor o clase social. (y cita Manzanal), sino que son comunes a gran parte
de los campesinos latinoamericanos. Ver Bruno Ker-
La tercera dificultad aparece en la delimita-
vin (1988), Armando Bartra (1979), Norma Giarracca
ción entre las categorías “campesino” y “peque- (1985), Arthur Goldsmith (1985).
336 Estudios rurales y movimientos sociales. Miradas desde el Sur

Pero cuando aceptamos que el campesino es el “pequeño productor familiar” son dos suje-
no solo una categoría antropológica e históri- tos sociales cercanos pero de naturaleza dife-
ca sino, además, sociológica y utilizable para rente: se integran de manera distinta a las re-
comprender las clases sociales de las socieda- giones, a los mercados, a la política.
des actuales, aparece el riesgo de confundirlo Delimitar estos dos sectores resulta una di-
con los pequeños productores familiares. Las fícil tarea a partir de las publicaciones de los
diferencias entre ambos no son de matices o de datos censales, son necesarias recategoriza-
escala de ingresos, sino de tal índole que los ha- ciones y pedidos especiales de información
cen sujetos sociales distintos. El “pequeño pro- para poder llegar a ello. Pero el tema preocupó
ductor familiar”, “colono”, “chacarero” (o far- a técnicos e investigadores que poco más de
mer en la bibliografía anglosajona), igual que el una década atrás dejaron una vasta bibliogra-
“campesino”, no utiliza mano de obra asalaria- fía (Vessuri [1975], Bartolomé [1975, 1982],
da en forma permanente pero, a diferencia de Archetti y Stölen [1974], Archetti [1975], Forni
este, es capitalizable, puede acumular. Las con- y Tort [1984]). Estos estudios permiten acer-
diciones técnicas de su explotación, la combi- carnos a las regiones de pequeños produc-
nación en el uso de sus recursos, el incremento tores con una visión más compleja de la que
en la incorporación de relaciones salariales, lo nos proporcionan los datos de superficie o la
ubica en una posición que le permite negociar categoría “cuenta propia” de los censos. Es
las condiciones de reproducción. La posición cierto que en estas últimas décadas ocurrieron
de clase del campesinado es diferente, es un transformaciones importantes en el agro, pero
sector subalterno; Armando Bartra (1979) ha los datos disponibles como así también los es-
planteado que es un grupo explotado más, den- tudios recientes muestran una profundización
tro del capitalismo. El campesino puede lograr en las relaciones capitalistas y una expulsión
un fondo de reproducción de su unidad, pero neta de población del sector, lo cual en princi-
no acumula y no es capitalizable hasta tanto no pio no parece una dirección compatible con la
cambien las condiciones básicas de su inser- hipótesis de la “campesinización” o aumento
ción en la sociedad (reformas agrarias) o haya del minifundio de subsistencia que sostienen
modificaciones tales que impulsen acelerados algunos autores.
procesos de diferenciación. El “campesino” y
El campesinado en la Argentina: un debate tardío 337

La lógica campesina que las vinculaciones entre el sector y el sis-


tema capitalista se consolidan, comienzan a
¿Cuál es la razón por la cual el minifundista- generarse condiciones objetivas que se tradu-
campesino —según la conceptualización de cen en la adopción de nuevos patrones de con-
Manzanal— no puede acumular, a diferencia de ducta y valoración: una racionalidad común.
un agricultor empresarial? En la primera parte En nuestro país, con un desarrollo capitalista
de su trabajo, la clave reside en las racionalida- temprano que integró de una u otra forma a los
des de uno y otro sujeto. distintos sectores sociales, resulta difícil sos-
tener la tesis de racionalidades distintas para
Los minifundistas no son capitalistas, tienen una los pequeños agricultores. La generalización
racionalidad diferente. No persiguen en su acti- de las pautas y valores capitalistas ha sido tal,
vidad la obtención de la máxima ganancia sino que Isla (1988) propone hasta para las comu-
el máximo ingreso neto (aunque no deducen el nidades andinas campesinas de nuestro país,
costo de la mano de obra propia y familiar). […] la “búsqueda de excedente” como uno de los
Esta racionalidad está asociada, en alguna medi- principios de análisis; como plantea Llambí,
da y en ciertos casos, a su propia cultura. (Ibí- citando a Harrison y Patnaik, no debe confun-
dem: 147, 148)
dirse lo que el campesino se propone con lo que
logra alcanzar de hecho y muy a pesar de él
No es mi intención entrar en la polémica de si
(1981: 133).
el campesinado tiene o no una racionalidad o
El peligro de las explicaciones de tipo sub-
conducta diferente a la del empresario, sino
jetivo sobre la falta de ganancia campesina ra-
señalar que considero que con ello no se pue-
dica en desconocer o ignorar en el análisis las
de explicar la situación social subordinada del
condiciones objetivas y mecanismos sociales
sector. Algunos autores influidos por el pensa-
(económicos, políticos, culturales) que condu-
miento chayanoviano ponen en los aspectos
cen a esta situación. No es el caso del trabajo
subjetivos la clave de la comprensión de la
comentado; en efecto, Manzanal adhiere a la
situación de los campesinos; otros como Luis
hipótesis de la racionalidad campesina, pero
Llambí (1981), se encargaron de refutar estas
arriba a otras conclusiones:
ideas. Este autor sostiene que, en la medida en
338 Estudios rurales y movimientos sociales. Miradas desde el Sur

El determinante decisivo que explica esta raciona- ductor actúa de tal forma que el resultado es la
lidad es la nula posibilidad de capitalización que falta de ganancia y persistencia en el mercado;
tienen estos productores. No siempre obtienen para el segundo, el sujeto no puede actuar de
excedentes y cuando lo obtienen es escaso y les es otra manera, debido a condiciones materiales
extraído —precisamente por su condición subor-
y objetivas, y cuando puede lo hace, lo cual ex-
dinada— en los mercados con los que se vinculan,
plica la diferenciación y capitalización de fran-
como el de comercialización de sus productos y
artículos de consumo, el de tierra, el financiero, jas campesinas en todo el mundo.
etcétera. En este sentido el minifundio puede de-
finirse como una unidad de producción-consumo
cuyo grado de escasez en recursos naturales y de El campesinado en la Argentina
capital, en relación con los requerimientos pro-
medio para la actividad y la zona en cuestión, le El uso generalizado y laxo del concepto “cam-
impide su capitalización y lo obliga a basarse en pesino” lleva a que asuma diversos significados
el trabajo familiar. (Ibídem: 146, énfasis propio) sociológicos. Vimos que para algunos autores,
“campesino” significa “minifundista”, “proleta-
En este último desarrollo, las variables explica- rio”, “población rural pobre”, y estimo, aunque
tivas son otras y de índole distinta al anterior. es muy difícil corroborarlo para todo el país,
En el primer planteo, los pequeños producto- también “productores familiares”. Desde hacía
res no persiguen la obtención de ganancia, en veinte años no se realizaba un censo agrope-
el último la inserción del sector en la estructu- cuario (los resultados del censo de 1988 aún
ra económica (posición subordinada) lo obliga no se conocen), y además, censalmente es
a basarse sobre el trabajo familiar y no capi- complicado diferenciar a un campesino de un
talizarse2. Para el primer razonamiento, el pro- pequeño productor familiar. Lo más usual es
relacionar la superficie y la utilización de mano
de obra ajena/familiar con el grado de mecani-
2 Es interesante observar que ocurre lo mismo en el zación. Difícilmente se puede sostener que un
trabajo de SEAG (1978); parte de la hipótesis chayano- pequeño productor familiar que posee uno o
viana de la “lógica campesina”, pero termina afirmando
que el sujeto social minifundista aspira a ganar como dos tractores es un campesino; en todo caso es
cualquier otro sujeto dentro del capitalismo. un campesino en transición.
El campesinado en la Argentina: un debate tardío 339

Manzanal toma algunos trabajos y arriesga la mitad de las explotaciones son minifundia-
cifras sobre el número de los minifundistas- rias y alojan a campesinos pobres con necesi-
campesinos del país: “Un bien conocido tra- dades básicas insatisfechas, estaríamos frente
bajo (Basco y Rodríguez Sánchez, 1978: 132) a una estructura agraria con fuerte contenido
calculaba que había en 1969 en el país 234.335 campesino en cuanto a la relación social de
explotaciones subfamiliares (asimilables a la producción, es decir entre otros aspectos,
definición dada aquí a minifundio). Estas repre- escasa asalarización y bajos niveles de me-
sentaban el 44,5% de las explotaciones agrope- canización. Expondré sobre qué baso mis re-
cuarias del país y ocupaban el 3% de la super- servas. Tal vez cuando se publiquen los datos
ficie en explotación” (ibídem: 148). Cita luego del censo agropecuario de 1988 esta discusión
un trabajo de Schmalenberger sobre el NOA y pueda realizarse sobre una base más firme;
el NEA donde se identifican minifundio con ho- por ahora utilizo las mismas fuentes de infor-
gares con necesidades básicas insatisfechas y mación que la autora.
cuyo jefe trabaja en el sector agropecuario y
en la categoría “cuenta propia”, lo cual arroja
118.200 hogares que representan una pobla- 1
ción activa de 273.000 personas. “Asimismo
equivaldrían a una población total de 600.000 La estimación de 234.335 explotaciones para
personas en solo dos regiones” (ibídem: 149). 1969 que realizó SEAG está basada sobre
Es más, comparando los dos trabajos —el de una proyección para ese año del trabajo de
Basco para 1969 y el de Schmalenberger para CONADE-CFI de 1960. Organizaron los datos
1980— concluye que para el NOA y el NEA del Censo de 1969 para cuantificar la categoría
hubo un aumento del 10% de esta categoría “subfamiliar” según los cortes por hectáreas
(minifundio = hogares con necesidades bási- que fija el trabajo del CONADE-CFI para cada
cas insatisfechas con jefe cuenta propia en el departamento. Recordemos que aquel clásico
sector agrario). trabajo, que formaba parte de un gran estudio
Para algunos de los que estudiamos la es- que realizó el CIDA (Comité Interamericano
tructura social agraria de nuestro país, estas de Desarrollo Agrícola), constituyó un avan-
cifras nos despiertan ciertas reservas. Si casi ce en la percepción de la heterogeneidad de
340 Estudios rurales y movimientos sociales. Miradas desde el Sur

la estructura social del agro latinoamericano ducción como en la tecnología y en la relación


y basaba su tipología sobre el tamaño de las costos-ingresos que alterarían la cantidad de
explotaciones y en el valor de la producción. mano de obra ocupada en las distintas escalas
Se estimaba mediante este último indicador de extensión y por lo tanto el límite en hectá-
la capacidad de la explotación para absorber reas de lo que se considera familiar” (SEAG,
trabajo familiar/asalariado; el trabajo se realizó 1978: 18).
con una muestra del total de explotaciones del Recordemos que este trabajo de la SEAG
censo de 1960. data de 1978 y tiene como mérito propio —aun
¿Qué riesgos corrieron Basco y Rodríguez con todas estas limitaciones— plantear la pro-
Sánchez —que por otra parte los hacen explí- blemática del minifundio en el país en un mo-
citos— cuando a partir de la metodología del mento de severas transformaciones. Pero, a mi
CONADE-CFI realizaron la estratificación para juicio, para poder ser usado diez años después
1969? En primer lugar, el censo de 1969 no hubiese sido imprescindible revisarlo y afinarlo
unifica las explotaciones de un mismo produc- metodológicamente3.
tor si son lotes no linderos, excepto que sean Ese trabajo arrojaba un pequeño aumento en
trabajados por el mismo personal, se empleen la cantidad de subfamiliares en nivel nacional,
los mismos elementos de trabajo y respondan pero también demostraba una disminución de
a una misma dirección técnica. Esto significa este tipo de explotaciones en Tucumán (NOA),
que en algunas provincias en las que el produc- Chaco (NEA) y en algunas zonas patagónicas.
tor tiene varias parcelas pequeñas sin que se
cumplan esos requisitos, aparecen como varios
minifundios y se elevan los porcentajes. 2
Otro supuesto que toman los técnicos de la
SEAG es que entre 1960 y 1969 no hubo modifi- La segunda fuente de información disponible
caciones sustanciales en la absorción de mano es el Censo de Población de 1980. Las cifras y
de obra en el estrato subfamiliar y por departa-
mento. Pero como aclaran ellos mismos “en al-
gunos pudieron haberse producido y de hecho
3 Ver la elaboración que realizó Alejandro Schejtman
se produjeron cambios tanto en el tipo de pro- sobre el trabajo del CIDA para México. CEPAL (1982).
El campesinado en la Argentina: un debate tardío 341

análisis que sobre ellas se han realizado mar- nómeno que abarca a la mayor parte de las
can las siguientes tendencias: producciones” (ibídem: 128).
1. Desde el censo de 1960 al último censo po- 5. El despoblamiento rural va acompañado de
blacional, la población rural decreció siste- un importante aumento de pequeños centros
máticamente. Representó dentro de la po- urbanos en el interior del país (CEPAL, 1987).
blación nacional el 26,8% en 1960, el 20,8%
6. Es frecuente tomar la categoría censal
en 1970 y el 17,0% en 1980.
“Cuenta propia” del censo poblacional como
2. En el período 1960-1980 la población eco- indicador de jefes de explotaciones cam-
nómicamente activa agropecuaria se redujo pesinas. Generalmente esa categoría cubre
aproximadamente en 150.000 personas, mien- distintos sujetos: productores agrarios, con-
tras que la PEA total del país creció en casi un tratistas de maquinarias, pequeños rentistas.
millón y medio de personas (CEPAL, 1987). Forni y colaboradores plantean al respecto:
3. Si se toma la PEA-GD1 (Gran división nacio- “En la actividad agropecuaria […] hay am-
nal: agricultura, caza, silvicultura y pesca) la plios estratos de trabajadores cuenta pro-
participación de los asalariados en el sector pia, muchos de los cuales están altamente
pasó de 48,8% en 1960 a 52,9% en 1980. Si capitalizados en maquinarias” (Forni et al.,
relacionamos esto con la disminución en la 1988: 170). Con esta advertencia echemos
PEA agropecuaria de los censados en la ca- una mirada a las cifras y cambios arrojados
tegoría “Patrón y socios” (de 19,7% en 1960 en esta categoría. Según los datos presen-
se redujo al 7,8% en 1980), podemos compro- tados por Rodríguez Sánchez (1987), entre
bar la concentración en la relación asalaria- 1960 y 1980 los “cuenta propia” aumentaron
dos/patrones, destacada en varios trabajos en 70.937 casos, lo que representa el 4,8% de
(S. Aparicio, 1986). aumento en la participación en la PEA total.
4. Además, como destaca el trabajo de CEPAL Ese aumento se refleja muy bien en algunas
(1987): “El proceso de creciente asalariza- provincias del NEA (Chaco, Formosa y espe-
ción de la mano de obra agropecuaria se cialmente Misiones) pero no así en el NOA
verifica en la mayor parte de las provincias, donde se registra una disminución de 4.665
lo cual indicaría en principio que es un fe- casos. Por otro lado el principal aporte de
342 Estudios rurales y movimientos sociales. Miradas desde el Sur

este aumento general proviene de la región gión pampeana, pero también en el resto del
pampeana con 42.619 casos, zona donde país, el crecimiento en la utilización de insu-
están concentrados los sujetos altamente mos agroindustriales, el mayor nivel de meca-
mecanizados, muy lejos de la condición de nización, el mayor grado de integración ver-
campesinos a los que se refiere Forni. tical agroindustrial, inducen a pensar que el
agro argentino atraviesa una etapa de profun-
Esta información da cuenta de dos tendencias: a) dización de las relaciones capitalistas. Es un
modificaciones en la organización social produc- proceso complejo y contradictorio, pero que
tiva: concentración de asalariados por patrones; deja poco espacio a la duda de su dirección.
aparición de nuevos sujetos como los “contra- Por un lado, aparece una fuerte concentración
tistas de producción accidental” en cereales que de capital y es muy probable que también de
aparecen censalmente como “cuenta propia”, tierra, nuevas formas de organización de la
pero que sabemos, por los estudios realizados, producción, concentración de asalariados por
que están altamente capitalizados; descapitaliza- patrones. Por otro, se producen diferenciacio-
ción e incremento del trabajo familiar en algunas nes sociales: aumento del trabajo asalariado,
de las provincias del NEA, sobre todo en Misio- pequeños productores que se capitalizan o se
nes y desaparición de pequeñas explotaciones convierten en pequeños rentistas, otros que
familiares en la región NOA (con excepción de se “campesinizan” y muchos que son despla-
La Rioja); b) despoblamiento rural, crecimiento zados y marginados pero que, a diferencia de
de poblados en zonas rurales que permiten plan- otras épocas, se quedan subsistiendo en la re-
tear la hipótesis de incremento de empleos urba- gión. Estos últimos son la principal base de
nos precarios o abierta desocupación. los altos índices de pobreza de las zonas rura-
les que arrojan los estudios pertinentes.
El resultado es una compleja trama de ocu-
Conclusiones paciones nuevas en las zonas rurales, aumento
de pequeños rentistas, desocupados, inactivos,
El importante aumento de la producción de incremento de los empleos precarios y una
un conjunto de granos, básicamente en la re- mayor heterogeneidad de la estructura social
agraria. Este proceso necesita de políticas
El campesinado en la Argentina: un debate tardío 343

públicas y, en tal sentido, los proyectos de de- Por último, quisiera reparar un olvido; rei-
sarrollo rural con financiamiento externo son teradamente Manzanal sostiene que en el país
una excelente herramienta de intervención. La nunca hubo políticas públicas y programas de
participación de las organizaciones no guber- desarrollo tendientes a mejorar la situación
namentales, de los técnicos y de los propios de los pequeños productores y que esa es una
interesados muestra la orientación democráti- novedad que ocurre con el advenimiento de la
ca de estos proyectos. En tal sentido quisiera democracia en 1984 (ibídem: 151, 153). Cabe
alertar sobre la necesidad de contar con infor- recordar que en la década anterior, durante el
mación y conocimiento de las problemáticas gobierno democrático justicialista, la Secreta-
generales y particulares como paso previo a la ría de Agricultura y Ganadería a cargo del Ing.
programación participativa. A mi entender, un Horacio Giberti diseñó y puso en marcha el
campesino minifundista, un pequeño produc- Programa de Reconversión de Áreas Minifun-
tor capitalizable, los asalariados o la población distas (PRAM). Ese programa formaba parte de
rural desplazada conectada a los mercados de una política global de reformas de fondo para
trabajo urbanos, no necesitan la misma políti- el agro. Tanto la creación de políticas de fondo,
ca. Por ejemplo, los problemas de la comercia- como de programas específicos para los más
lización y los precios, la articulación con las perjudicados por las políticas de ajuste, repre-
empresas agroindustriales, son problemas prio- sentan una necesidad impostergable en las ac-
ritarios de los pequeños productores; la tierra tuales circunstancias.
es el punto clave del campesino minifundista,
para los jornaleros la cuestión básica no está
en la producción de subsistencia que pueda o Bibliografía
no realizar sino en los mercados de trabajo y en
la legislación laboral. Con la conceptualización Aparicio, S. 1986 “Evidencias e interrogantes
generalizada de minifundista o campesino, aun acerca de las transformaciones sociales en
con buenas intenciones, se puede llegar a velar la zona extra pampeana”, mimeo.
estas heterogeneidades y diferencias que es ne- Archetti, E. 1975 “Viabilidad estructural y
cesario sacar a la luz y respetar en las formula- participación gremial en explotaciones
ciones de políticas opcionales. familiares. Explotaciones agrícolas y
344 Estudios rurales y movimientos sociales. Miradas desde el Sur

tamberas en Santa Fe” en Desarrollo Forni, F. et al. 1988 “El empleo agropecuario
Económico (Buenos Aires) Vol. 15, N° 59. en la Argentina” en La economía agraria
Archetti, E. 1988 “Ideología y organización argentina (Buenos Aires: AAEA).
sindical: las Ligas Agrarias del norte Forni, F. y Tort, l. 1984 Las explotaciones
de Santa Fe” en Desarrollo Económico familiares en la producción de cereales de
(Buenos Aires) Vol. 28, N° 11. la región pampeana argentina (Buenos
Archetti, E. y Stölen, C. 1975 Explotación Aires: CEIL).
familiar y acumulación de capital en el Giarracca, N. 1985 “Complejos agroindustriales
campo argentino (Buenos Aires: Siglo XXI). y la subordinación del campesinado.
Bartolomé, L. 1975 “Colonos, plantadores y Algunas reflexiones y el caso de los
agroindustrias. La explotación agrícola tabacaleros mexicanos” en Estudios Rurales
familiar en el sudeste de Misiones” en Latinoamericanos (Colombia) Vol. 8, N° 1.
Desarrollo Económico (Buenos Aires) Vol. Goldsmith, A. 1985 “The private sector and
15, N° 58. Rural Development: can agribusiness help
Bartolomé, L. 1982 “Base social e ideología the small farmer?” en World Development,
en las movilizaciones agraristas en Vol. 13, N° 10-11.
Misiones entre 1971-1975. Emergencia Isla, A. 1987 Persistencia y desestructuración:
de un populismo agrario” en Desarrollo dos casos para su comparación (Jujuy:
Económico (Buenos Aires) Vol. 22, N° 85. ECIRA, Dto. de Trabajo).
Bartra, A. 1979 La explotación del trabajo Kervin, B. 1988 “La economía campesina en
campesino por el capital (México DF: el Perú: teorías y políticas” en Estudios
Macehual). Rurales Latinoamericanos (Colombia) Vol.
CEPAL (Schejtman, A.) 1982 Economía 11, N° 1-2.
campesina y agricultura empresarial Llambí, L. 1981 “Las unidades de producción
(México: Siglo XXI). campesina en un intento de teorización”
CEPAL 1987 Despoblamiento rural y cambios en Estudios Rurales Latinoamericanos
recientes en los procesos de urbanización (Colombia) Vol. 1, N° 4.
regional (Buenos Aires: CEPAL) Manzanal, M. 1988 “El minifundio en la
Documento de trabajo N° 25. Argentina: políticas alternativas para una
El campesinado en la Argentina: un debate tardío 345

realidad poco conocida” en Economía Vessuri, H. 1975 “La explotación agrícola


Agraria Argentina (Buenos Aires: AAEA). familiar en el contexto de un sistema
Murmis, M. 1980 Tipología de pequeños de plantación: un caso de la provincia
productores campesinos (Costa Rica: de Tucumán” en Desarrollo Económico
PROTAAL) Documento N° 55. (Buenos Aires) Vol. 15, N° 58.
Patnaik, U. 1988 “Ascertain the Economic
Characteristics of peasant class in
Themselves in Rural India. A methodological
and Empirical Exercise” en The Journal of
Peasant Studies, Vol. 15, N° 3.
SEAG (Basco, M. y Rodríguez, S.) 1978 El
minifundio en la Argentina (Buenos Aires:
SEAG).
SEAG (Rodríguez Sánchez, C.) 1987
Transformaciones económicas y sociales en
el campo argentino (Buenos Aires: SEAG).
SEAG 1970 Investigación sociológica del
área tabacalera correntina (Buenos Aires:
SEAG) Pub. N° 28.
Shanin, T. 1975 “Peasantry as a political factor”
en Burns, T. (ed.) Peasants and Peasant
Societies (Londres: Penguin Books).
Thompson, E. 1979 Tradición, revuelta
y conciencia de clase. Estudios sobre
la crisis de la sociedad preindustrial
(Barcelona: Crítica).
Tsakoumagkos, P. 1986 Sobre el campesinado
en la Argentina (Buenos Aires: CEPA)
mimeo.
Segunda Parte

Agroindustria, agronegocio
y extractivismo
Del desarrollo agroindustrial a la
expansión del “agronegocio”:
el caso argentino*
Norma Giarracca y Miguel Teubal**

Introducción situación de pobreza. Los organismos interna-


cionales formulan salidas “agroindustriales” a
Es común escuchar el argumento de que el las “agriculturas familiares” y se propone la in-
problema de la pequeña agricultura latinoame- corporación de insumos industriales (agroquí-
ricana es la falta de valor agregado a sus pro- micos en general) y el agregado de etapas de
pias producciones y que se debería estimular beneficio (lo que comúnmente se conoce como
la creación de agroindustrias para salir de la la “modernización” agraria).
Estas propuestas “modernizadoras”, que
ocupan muchas páginas de organismos nacio-
* Giarracca, N. y Teubal, M. 2008 “Del desarrollo nales e internacionales, se basan en la situación
agroindustrial a la expansión del ‘agronegocio’: el caso presente y poco o nada nos dicen de las expe-
argentino” en Mançano Fernandes, B. (org.) Campe- riencias anteriores de agroindustrialización en
sinato e agronegócio na América Latina: a questião regiones de América Latina donde predomina-
agrária atual (San Pablo: CLACSO - Colección Grupos
de Trabajo / Expressão Popular).
ban agriculturas familiares (pequeños capitalis-
tas o campesinos). Se procede, de este modo, a
** Economista, PhD en Economía Agraria de la Uni- producir “ausencias”, o lo que De Sousa Santos
versidad de California, Berkeley. Profesor consulto e (2006) denomina un gran “desperdicio de ex-
investigador superior del CONICET. Fue profesor ti- periencias”. En efecto, en esta etapa de capita-
tular de Economía Agraria en la Facultad de Ciencias
Económicas, y de Economía II de la Facultad de Cien- lismo neoliberal, predomina una construcción
cias Sociales de la UBA. Ex-miembro del Transnational cultural-comunicacional que indica que debe-
Institute de Ámsterdam. mos pensar en un puro futuro, como si todo
350 Estudios rurales y movimientos sociales. Miradas desde el Sur

comenzara nuevamente, y muchas de las pro- dentro de América Latina, donde se había con-
puestas de los “expertos” de estos organismos figurado una estructura agraria heterogénea,
excluyen las experiencias de las poblaciones con un sector medio muy extendido y casi sin
involucradas, aunque sostengan a rajatabla el campesinado, excepto en las regiones denomi-
principio de la “participación”. nadas extra pampeanas.
Muchos países de América Latina exhibie- Durante el siglo XX y, sobre todo, en los
ron desarrollos agroindustriales importantes períodos de expansión del mercado interno,
que, con las políticas públicas generadas en el cuando predominó el modelo de Industrializa-
período del Consenso de Washington, fueron ción por Substitución de Importaciones (ISI),
excluyendo a la pequeña agricultura de sus eta- los casos de desarrollos agroindustriales, tanto
pas primarias para conectarse con productores sectoriales como regionales, encontraron los
capitalistas o adoptar la integración vertical di- momentos de mayor florecimiento dentro de
recta (asumir por sí mismo la etapa). un sistema de integración con fuertes desigual-
En este trabajo, nos proponemos reflexio- dades. El excedente de los sistemas agroindus-
nar acerca de las condiciones necesarias para triales era apropiado de modo desigual por los
un desarrollo agroindustrial con integración distintos agentes dentro del espacio general
de la agricultura familiar y revisar qué ocurre (industrias, agricultores, distribuidores, etcé-
cuando estas condiciones han sido desbara- tera) y en el espacio agrario en particular (en-
tadas. Para este fin, nos serviremos del caso tre los agricultores participantes). Con estas
argentino, país donde el sector agrario ocupó expansiones, se beneficiaron los productores
el centro del crecimiento económico en las grandes, los medianos y la agricultura familiar.
últimas décadas del siglo XIX y primera par- Fue la etapa en la que muchas poblaciones que
te del siglo XX y que posteriormente siguió se desplazaban de una provincia a otra para el
teniendo una importancia relativa. Y esto en trabajo agrario pudieron asentarse y comenza-
relación con el desarrollo no solo de la agri- ron a conformar pequeños bolsones de campe-
cultura cerealera-pampeana sino de las agroin- sinados pobres, que entregaban la producción
dustrias claves como la cárnica o la azucarera. a estas empresas agroindustriales (la caña de
La significación del ejemplo propuesto se basa azúcar en Tucumán es paradigmática en este
también en que ha sido uno de los pocos casos, sentido; véase Giarracca et al., 1995).
Del desarrollo agroindustrial a la expansión del “agronegocio” | N. Giarracca y M. Teubal 351

A nuestro juicio, este esquema agroindustrial tino, deseamos indagar en qué condiciones de
comenzó a resquebrajarse a partir de mediados posibilidad se habilitaba la articulación de la
de los años setenta y, luego de un período de pequeña agricultura con el crecimiento agro-
transición, en 1991, se lo desbarata con el de- industrial. Asimismo, trataremos de mostrar
creto de desregulación económica del gobierno cómo esas condiciones —que no son más que
de Carlos Menem. Desde entonces, no solo se un gran andamiaje institucional—, al ser des-
intensifica la desaparición de las agriculturas baratadas, comienzan primero a arrinconar y
familiares de las agroindustrias sino que estas luego a excluir a la pequeña agricultura. Este
mismas sufren fuertes transformaciones. Con proceso no es muy diferente del que ocurrió en
la expansión sojera, se impone un nuevo modo México, entre la etapa del “desarrollo estabi-
de funcionamiento general, con predominio del lizador” y el actual modelo agrario preparado
capital financiero, orientado ya casi exclusiva- para el Tratado de Libre Comercio.
mente al mercado externo y con una tendencia
inherente a la concentración de unidades de ex-
plotación. A este modelo, como veremos más De la agroindustria a los
adelante, lo denominamos agronegocio. agronegocios
Trataremos de sintetizar los dos momentos
indicados —el agroindustrial, dentro de la In- Existe cierta tradición en el país que clasifica el
dustrialización Sustitutiva de Importaciones territorio nacional en “regiones homogéneas”
(ISI), y el del agronegocio, en el modelo neo- basadas en producciones clave. La de mayor
liberal— mostrando cómo juegan en cada uno significación económica es la región pampea-
de ellos los productores, las empresas, el ca- na, que incluye —según distintos momentos y
pital extranjero, las transnacionales y el Esta- regionalizaciones— algunas provincias y por-
do. A través de esta tipología de situaciones, ciones de otras; en general, está integrada por
no pretendemos cristalizar procesos sino hacer Buenos Aires, el sur de Santa Fe, parte de La
más visibles los puntos clave de la transforma- Pampa, de Entre Ríos y de Córdoba. Su princi-
ción y su resultado actual. pal producción son los granos y la ganadería y,
Con el ejercicio intelectual de comparar en las últimas décadas, las oleaginosas, en es-
dos momentos en el desarrollo agrario argen- pecial la soja. De igual modo, las denominadas
352 Estudios rurales y movimientos sociales. Miradas desde el Sur

residualmente regiones no pampeanas consti- Sobre la base de esta producción, la Argenti-


tuyen una importante porción del territorio na- na se transformaba rápidamente en uno de los
cional agropecuario y también son relevantes. “graneros del mundo”, y exportaba carnes y ce-
Las regiones no pampeanas han conocido, reales a la economía mundial. Se trataba de pro-
a lo largo del tiempo, diferentes formaciones ductos que conformaban los alimentos básicos
pero, en general, se habla del Noroeste (NOA) de consumo popular masivo. En las regiones no
y Noreste (NEA), haciendo referencia al norte pampeanas, el procesamiento de los cultivos
andino y al litoraleño, respectivamente; Cuyo, industriales se orientaba fundamentalmente ha-
para la zona oeste andina; Centro, que incluye cia el mercado interno aunque circunstancial-
básicamente Córdoba y, en algunos casos, La mente una parte podía ser exportada. Desde
Pampa (región pampeana seca); y la gran región hace varias décadas, algunos de estos cultivos
patagónica, en el sur del país. Actualmente, en han venido transformándose en productos de
muchas de estas regiones, se encuentran culti- exportación (la manzana, el vino, etcétera).
vos de granos, antes considerados netamente El proceso de agroindustrialización tiene
“pampeanos”, o de oleaginosas, como la soja. larga data en el país. Comienza en la etapa
No obstante, en el período de la conformación agroexportadora, o sea, en el período que va
agropecuaria, cada región se especializó en una de 1880 a 1930, aproximadamente; recibe un
producción básica adecuada a sus condiciones fuerte impulso durante la etapa de Industriali-
ecológicas. Así, a fines del siglo XIX y comien- zación por Sustitución de Importaciones (ISI)
zos del siglo XX, el NOA fue el centro de la pro- (1930-1970), cuando se fortalece el mercado in-
ducción cañera; Cuyo, el de la vitivinicultura; el terno en el marco de una mejora en la distribu-
NEA comenzaba la explotación de yerba mate, ción de los ingresos y un aumento de los sala-
té, algodón; y la Patagonia tenía una producción rios reales; finalmente, desde mediados de los
lanera con algunos oasis de fruticultura (la re- años setenta y hasta la actualidad —periodo de
gión del Valle de Río Negro). la apertura de mercados, ajustes estructurales,
El grueso de la agroindustria centrada en la extranjerización e impulso a determinados de-
región pampeana procesaba alimentos y ma- sarrollos tecnológicos— la agroindustria se va
teria prima de origen agropecuario, tanto para transformando en la base de sustentación de
el mercado interno como para la exportación. los agronegocios.
Del desarrollo agroindustrial a la expansión del “agronegocio” | N. Giarracca y M. Teubal 353

Como se puede ver en los cuadros del apén- (1976-1983); 2) la primera década del regreso
dice, elegimos dos momentos que, en cuanto institucional a la democracia (1984-1995).
modelos agrarios y agroindustriales, difieren Durante la dictadura de 1976, se desarrolló
radicalmente. El primero corresponde, en un proceso caracterizado por una inusual con-
términos generales, al modelo agroindustrial centración de poder, lo cual posibilitó la puesta
dentro del ISI, que entra en crisis en los 1970; en marcha de profundas transformaciones con
y el segundo, al modelo actual, que denomina- fuerte disciplinamiento social que crearían las
mos del agronegocio, dentro del neoliberalis- condiciones para que, una década después, ya
mo. En ambos cuadros aparecen referencias en democracia, se profundizaran las medidas
a la tipología regional que hemos explicitado neoliberales sin grandes costos políticos. En
en el párrafo anterior. Podemos plantearnos efecto, la apertura de la economía nacional a la
el interrogante: ¿qué se modifica de un mode- competencia internacional, el sobredimensio-
lo a otro? Nuestra interpretación se sustenta namiento del sector financiero, el aumento de
en dos cuestiones básicas: 1) las condiciones la deuda —deuda privada externa, que por esos
políticas que habilitaron esta gran transforma- años se traspasa al Estado— fueron medidas
ción; 2) los cambios en los arreglos institucio- y tendencias acompañadas de un alto nivel de
nales que han sido producto de aquellas condi- represión social y política, que dejó sin margen
ciones políticas. Desarrollaremos brevemente de acción a los sindicatos y al resto de las orga-
estas ideas. nizaciones sociales.
Es importante destacar que, en el sector
agrario de esta etapa, los actores tuvieron
Condiciones políticas y comportamientos políticos claramente di-
macroinstitucionales para la ferenciados. Las Ligas Agrarias, asociación
transformación de pequeños agricultores familiares y cam-
pesinos, fue objeto de feroces represiones,
Dos momentos históricos recientes nos permi- y sus principales dirigentes sufrieron cárcel,
ten comprender los contextos en los cuales fue desapariciones y exilio. Otro tanto sucedió
posible la gran transformación agraria de nues- con las organizaciones de trabajadores ru-
tros días: 1) el período de la dictadura militar rales como la Federación Obrera Tucuma-
354 Estudios rurales y movimientos sociales. Miradas desde el Sur

na de la Industria Azucarera (FOTIA): a su La gran transformación agraria tal cual


máximo dirigente lo fusilaron en las oficinas la conocemos hoy, en términos económicos
de Buenos Aires, el mismo día del golpe de apenas despuntaba. Es la etapa de la “agricul-
Estado. Así también, la agrupación de peque- turización”, cuando se extienden los cereales
ños y medianos agricultores, la Federación de la “revolución verde”: nuevas variedades,
Agraria, mantuvo en casi todo el período un híbridos que permiten ciclos más cortos y
profundo silencio gremial, no obstante, su una doble cosecha. Se legitiman los contratos
máximo dirigente, Humberto Volando, salió accidentales por una cosecha y surge la figu-
en apoyo de los reclamos de los organismos ra del “contratista”. Es, además, el momento
de derechos humanos, sobre todo en los fina- de la transnacionalización de la industria de
les de la dictadura. Lo cierto es que las cor- insumos, de la profundización de la apertura
poraciones ligadas a los grandes productores de los bancos genéticos de los organismos
agropecuarios gozaron de los privilegios de oficiales, como el Instituto Nacional de Tec-
un gobierno que tuvo a varios de sus hom- nología Agropecuaria (INTA) y del traspaso a
bres —mayormente de la Sociedad Rural las empresas privadas de funciones de inves-
Argentina (SRA)— en sus filas1. Hasta el día tigación y venta de semillas. Pero, aun con es-
de hoy, grandes productores e ingenios son tos cambios de lógica y de políticas públicas,
acusados de haber colaborado con la desapa- los actores agrarios mantenían cierta inercia
rición de obreros, campesinos y pobladores2. inherente a la lógica agroindustrial de las
etapas anteriores. Tenuemente, el sector te-
rrateniente va siendo amenazado en su poder
1 Un caso muy conocido fue el de Jorge Zorreguie-
ta, miembro del Centro Azucarero Argentino, involu-
crado con el gobierno de la dictadura, quien por esta
causa no pudo asistir a la boda real de su hija, la ac- genio Ledesma, de su propiedad. Recientemente, se
tual princesa Máxima de Holanda. Otro ejemplo es el ha elevado un pedido a la Justicia para que se reabra
de José Martínez de Hoz, ministro de Economía del el caso en su contra, en el contexto de las modifica-
gobierno de facto, quien pertenecía a una encumbra- ciones de las leyes de amnistía llevadas a cabo por
da familia de la Sociedad Rural Argentina. el gobierno de Néstor Kirchner. Veremos, por otro
2 Es el caso de Carlos Pedro Blaquier, acusado de lado, lo que ocurre en los casos de encumbrados ac-
participar en la gran desaparición de obreros del In- tores económicos.
Del desarrollo agroindustrial a la expansión del “agronegocio” | N. Giarracca y M. Teubal 355

histórico frente al avance de los actores del nes laborales se flexibilizaron. A esta situa-
agronegocio y otros provenientes del sector ción se llegó no solo por la tragedia de la dé-
financiero, que comienzan a incidir significa- cada del proceso militar sino también por va-
tivamente sobre los procesos agrarios. rios “golpes económicos”, que desataron una
Se necesitó unos cuantos años —los pri- hiperinflación y una fuerte desestructuración
meros de la democracia— para que el sector de lazos sociales, resultado de varias etapas
terrateniente se adaptara al nuevo modelo de “saqueo” en todo el país. Pero, para el sec-
de la economía general, participara en priva- tor agrario, el bajo costo de la mano de obra
tizaciones y hasta llegara al Congreso Nacio- no llegaba a compensar las consecuencias de
nal con diputados propios que levantaron la la convertibilidad y la consiguiente sobreva-
defensa sectorial. También sus encumbrados luación del tipo de cambio. El sector sufrirá
dirigentes participaron en la nueva configu- especialmente esta situación y comenzará el
ración económica y política que ya se perfi- período del endeudamiento. Millones de hec-
laba como irreversible. Precisamente, con el táreas hipotecadas, restricciones a las posi-
regreso a la democracia en 1984, durante el bilidades de colocación en mercados exter-
gobierno del Partido Radical, se van desple- nos y depreciación del mercado interno por
gando lentamente los cambios estructurales los bajos salarios conformaron las bases de
preanunciados en el período anterior: se dis- una importante crisis agraria, a pesar de los
cuten las privatizaciones paralelamente a la aumentos de productividad global (el sector
sistemática crítica al Estado en sus funciones aumentó un 20% su producción total en vo-
empresariales, se mantiene la centralidad del lúmenes entre 1993 y 1999). En los primeros
sector financiero, el sector agrario comienza años de la convertibilidad, aumentaron los
lentamente a incorporarse al nuevo modelo precios agrícolas externos, con un pico en
económico y sociocultural. No obstante, la 1995-1996; tendencia que luego se revirtió
profundización llega con el gobierno de Car- y se tradujo, al concluir el siglo, en caídas
los Menem y el plan de convertibilidad aplica- sustanciales para los principales productos
do a partir de 1991. del sector. Sumemos a esto que los insumos
Por efecto del nuevo plan económico, que agropecuarios aumentaron en pesos/dólar.
imponía el control de salarios, las condicio- En la segunda mitad de la década, cayeron
356 Estudios rurales y movimientos sociales. Miradas desde el Sur

sustancialmente los precios relativos pro- El Estado y los arreglos


ducto/insumo, principales sostenes del nivel institucionales3
de rentabilidad.
En 1993 y 1994, se desencadenó una se- Como vemos a lo largo de este trabajo, la con-
rie de paros y marchas agrarias, hasta que, dición de posibilidad para la convivencia de
en 1996, apareció una propuesta de “salida”. actores muy desparejos en un mismo espacio
Se trataba de profundizar el modelo neolibe- económico, donde las asimetrías son muy mar-
ral dentro de la agricultura, lo que vino de la cadas, es construida por la intervención regu-
mano de la autorización del uso de la semilla ladora del Estado. Así, terratenientes, fuertes
transgénica y de la expansión de la produc- agroindustrias y medianos y pequeños produc-
ción sojera. tores y campesinos solo pueden coexistir (con
En definitiva, las condiciones de posibili- participación desigual en el usufructo del ex-
dad de profundización del modelo neoliberal cedente generado) si el Estado interviene con
en la agricultura argentina, el agronegocio, políticas públicas de regulación. Esto, que es
tuvo que ver con tendencias globales impulsa- una de nuestras conclusiones más importan-
das por los organismos y empresas internacio- tes, amerita un análisis de las razones por las
nales pero también con las intervenciones del cuales el Estado, en la etapa conocida como de
Estado nacional, las presiones de los grandes ISI (en nuestro país), o de “Estado de bienes-
grupos económicos y las respuestas de los di- tar” (en casi todo el mundo), adoptó una polí-
ferentes actores en cada una de estas coyun- tica intervencionista que reguló el espacio eco-
turas. Hubo que desarmar la vieja sociedad nómico, además de ofrecer servicios estatales
conformada por la anterior etapa del capita- gratuitos o de muy bajo costo en educación,
lismo —ISI— tanto con represión como con
otros dispositivos dentro de la democracia
—los golpes económicos— para establecer el 3 Agradecemos los comentarios de Carlos Vacaflo-
nuevo país neoliberal. res, en ocasión de la presentación de este artículo en
Tarija, acerca de por qué el Estado se ha comportado
de forma tan disímil en la etapa anterior y en la actual.
Es a raíz de sus observaciones que incluimos estas re-
flexiones teóricas.
Del desarrollo agroindustrial a la expansión del “agronegocio” | N. Giarracca y M. Teubal 357

salud, vivienda, alimentación, etcétera (lo que to de las fracciones dominantes del capital
se denominan derechos de segunda generación pero se presenta como entramando el interés
o derechos sociales) y decidió tener en sus ma- general. La salud, la educación, etcétera, de
nos el control de los servicios de transporte, los sectores subordinados así como el trans-
explotación energética y otros. porte público o las fuentes de energía, antes
En un clásico trabajo de Nicos Poulantzas del Estado de bienestar en manos privadas y
—publicado en una recopilación de los Cua- luego estatizados por este, constituyeron un
dernos de Pasado y Presente (Poulantzas, prefinanciamiento público de las bases de ex-
1975)— acerca de la hegemonía del Estado pansión y de acumulación monopólica (Gorz,
moderno, el autor sostiene que aunque este citado por Poulantzas, 1975).
corresponde o expresa los intereses priva- En otras palabras, podemos decir que la
dos de las clases dominantes “mediante una reproducción de los sectores subordinados
proyección ‘ideológica’ claramente mistifica- (trabajadores, medianos y pequeños produc-
dora, se proclama la esfera del interés uni- tores, campesinos, etcétera) estaba implícita
versal” (Poulantzas, 1975: 54); su proyecto en la lógica capitalista, y el Estado moderno
incluye a la “sociedad civil” en la reproduc- funcionaba como financiador de las condicio-
ción de sus condiciones materiales de vida y nes de reproducción social de esos sectores.
en la integración a la producción y el consu- El Estado, a través de estas actividades de
mo. Los denominados “Estados de bienestar” producción de hegemonía, incluía al conjunto
solo pueden ser comprendidos en función de la sociedad en un sistema de desigualdad.
de las diferentes evoluciones de la hegemo- Conocemos demasiado bien los cambios
nía de clases. Citando a André Gorz, señala ocurridos en el capitalismo a partir del Con-
Poulantzas que las funciones sociales del Es- senso de Washington, centrados en proce-
tado moderno están subordinadas a la labor sos de globalización que incluyeron no solo
principal de regulación de la producción, co- prácticas financieras sino todo un modo de
rrespondiente a los intereses de la fracción organizar la producción, la distribución y el
hegemónica. Entonces, el papel realmente consumo mundial. Los Estados nacionales
hegemónico del Estado reside en el hecho pierden la centralidad en la evolución de la
de que este representa el interés del conjun- regulación y aparecen nuevos actores inter-
358 Estudios rurales y movimientos sociales. Miradas desde el Sur

nacionales —Fondo Monetario, Banco Mun- tina no solo no fue la excepción sino que fue
dial, entre otros— que son los que van mar- pionera en estas renovaciones.
cando las políticas a seguir: desregulación, Con las transformaciones del siglo XXI, en
privatización de los servicios públicos, ex- el marco del contexto latinoamericano, el Esta-
pansión de empresas privadas de energía, de do va adquiriendo nuevas funciones que, como
servicios de agua, aperturas al exterior, etcé- dice el pensador uruguayo Raúl Zibechi, supo-
tera. En lo político, como sostiene De Sousa ne el control de los pobres no organizados por
Santos (2000), se pasó del “consenso” conse- medio de subsidios del Banco Mundial; ya no
guido por el Estado moderno (nacional), en es el Estado benefactor ni el Estado neoliberal,
tanto se gobernaba en nombre de “un interés es el Estado de los subsidios. Es una configu-
general”, a una propuesta de pura “resigna- ración estatal en formación, que deberíamos
ción” (“el futuro puede ser aún peor”). Las tener cuidado al caracterizar (lavaca, julio de
transformaciones internacionales, la caída 2006). En la Argentina, la conexión del Gobier-
del mundo socialista y la falta de un pensa- no con sectores populares mediante la red de
miento político emancipador nuevo coadyu- subsidios aporta a esta nueva idea de Zibechi,
van a ello. Las clases dominantes no buscan pero en el sector agrario la preeminencia del
consensos, en tanto están muy seguras de modelo del agronegocio le deja poco margen
que no hay alternativas posibles a las ideas al Estado para intentar una política asistencia-
y soluciones que defienden. “Lo que existe lista (electoralista) con los sectores popula-
no tiene que ser aceptado por bueno. Bue- res —además de que no representan un gran
no o malo, es inevitable, y en base a esto es número—, como los desocupados urbanos. La
que se tiene que aceptar” (De Sousa Santos, necesidad de tierras de los inversores sojeros
2000: 35). reclama la mirada complaciente de los pode-
En ese cambio de contexto económico, po- res judiciales de las provincias más articuladas
lítico, cultural e ideológico, se toman medidas con el proyecto presidencial4.
que desbaratan la red institucional que permi-
tía la inclusión en la producción, en el consu-
4 En el año 2006 el gobierno nacional avanzó en la
mo, en la educación, en la salud, etcétera, de
cooptación del recientemente creado movimiento cam-
millones de personas en todo el mundo. Argen- pesino e indígena nacional. Varios de sus técnicos asumie-
Del desarrollo agroindustrial a la expansión del “agronegocio” | N. Giarracca y M. Teubal 359

De la ISI al neoliberalismo países como Canadá, Australia e, incluso, los


EEUU, se transformó en uno de los “graneros
En este trabajo, señalamos que el complejo del mundo” en razón de sus exportaciones de
agroalimentario de nuestro país se fue trans- granos y carnes. Ese modelo o régimen de acu-
formando de un sistema basado en la expan- mulación entra en crisis a raíz de la caída ver-
sión agroindustrial en otro basado fundamen- tical de los precios de sus exportaciones y del
talmente en el agronegocio. A continuación, cierre de los mercados de exportación tradicio-
consideraremos en términos globales estas nales. La conjunción de medidas tomadas por
etapas diferenciadas del desarrollo agrario ar- el gobierno argentino para conjurar la crisis —
gentino, incluyendo el papel del Estado. el control de cambios, un régimen arancelario
para las importaciones, la creación del Banco
Central, la instauración del impuesto a los ré-
Conformación del modelo ISI
ditos, la creación de diversas organizaciones
reguladoras de la actividad agropecuaria (Jun-
Las dos guerras mundiales y la crisis de los
ta Nacional de Carne - JNC, Junta Nacional de
años treinta ponen de manifiesto las vicisitu-
Granos - JNG y Dirección Nacional del Azúcar
des del modelo agroexportador, impulsado
- DNA)— tuvo como consecuencia el desarro-
desde fines del siglo XIX, cuando nuestro país
llo del mercado interno y la instalación de una
se integró a la economía mundial y, junto con
serie de industrias relacionada con él. Las po-
líticas de ISI continuaron en los años cuarenta,
cuando se impulsaron industrias livianas, ali-
ron la dirección del programa asistencial para el sector mentarias, textiles, de artefactos para el hogar,
así como anteriormente varios dirigentes del movimiento
etcétera, que se compatibilizaban con las po-
piquetero asumieron cargos de gobierno en las áreas asis-
tenciales. Estas integraciones al gobierno nacional no se líticas de redistribución de los ingresos entre
expresan en cambios de políticas: la polarización social los sectores populares, constituidas como ejes
sigue en aumento, los nuevos puestos laborales son in- fundamentales del fortalecimiento del merca-
formales, las apropiaciones de las tierras campesinas e do interno. Vemos así cómo el alza de los sala-
indígenas por parte de los inversores aumentaron y estas
rios reales, directos e indirectos, característica
siguen siendo con violencia estatal o privada; la ley para
detener los desmontes no se pudo aprobar. de esa década, fue compatible con el desarrollo
360 Estudios rurales y movimientos sociales. Miradas desde el Sur

de una industria orientada hacia el mercado in- trataba de “compatibilizar” la producción ce-
terno sustentado en la producción de “bienes realera con la ganadera mediante sistemas de
salario”. Al mismo tiempo, como se plantea en arrendamiento: los grandes ganaderos podían
el apartado anterior, fueron nacionalizados los proveerse de mano de obra agropecuaria, pro-
servicios públicos y ciertos sectores considera- veniente en gran medida de Europa, sin perder
dos estratégicos —la siderurgia, el carbón, el el control de la tierra y, por consiguiente, su po-
petróleo— y, por ende, susceptibles de mante- der político. El censo de 1937 denota un fuerte
nerse bajo la égida del Estado. componente de arrendatarios en la estructura
La política de ISI se expande aun en los años agraria argentina. Se produce también un fuer-
sesenta, en un marco de políticas desarrollistas. te proceso de colonización, que potencia al
En ese momento, se pasó a una segunda fase de sector chacarero de nuestro país.
ISI, con la implantación de la industria pesada, Las primeras décadas del siglo marcan un pe-
por ejemplo, la automotriz, la petroquímica. Si ríodo de lucha del sector chacarero por mejorar
bien se impulsó la promoción de la inversión ex- sus condiciones de vida y de acceso a la tierra,
tranjera, las industrias estratégicas productoras por regular los arrendamientos, el crédito a su
de petróleo, de carbón y la siderúrgica continua- sector, etcétera. Muchas de estas contiendas fi-
ron teniendo un fuerte componente estatal. nalmente se plasmarán en legislación efectiva
En el sector agropecuario, la presencia de establecida durante la etapa de ISI, en particular
un fuerte sector chacarero en la región pam- durante el primer gobierno peronista. Es decir,
peana coexistía con otro de grandes explota- el tipo de lucha gremial de los pequeños y me-
ciones ganaderas. Los terratenientes pampea- dianos agricultores en esta etapa es por conquis-
nos, agrupados en la Sociedad Rural Argentina, tar un mejor posicionamiento en el sector.
ejercían un gran poder político en el ámbito
nacional, con cargos ejecutivos durante los go- Políticas agropecuarias
biernos militares y con fuertes lobbies duran- durante la etapa ISI
te la alternancia de gobiernos democráticos. Tal como señalamos más arriba, durante el pe-
A comienzos de siglo, empezó a prevalecer riodo ISI se adoptan determinadas medidas ma-
un sistema de arrendamiento, en especial, en croeconómicas —la implantación del control
regiones de la provincia de Buenos Aires. Se de cambios, en los años treinta, o la creación
Del desarrollo agroindustrial a la expansión del “agronegocio” | N. Giarracca y M. Teubal 361

del Instituto Argentino para la Promoción del silos y otras industrias vinculadas al procesa-
Intercambio (IAPI), en los cuarenta, en la pri- miento de alimentos. Se registraban algunas
mera etapa del gobierno de Juan Perón— que grandes empresas, generalmente nacionales,
habrán de incidir directamente sobre el sector pero también infinidad de pymes, en varias de
agropecuario. En efecto, el Estado profundiza las cuales predominaba el trabajo familiar, por
su papel primordial en materia agropecuaria. ejemplo, en el sector panadero. Las exporta-
Se crean organismos de control que, hasta su ciones estaban, en general —salvo el caso de
defunción en el año 1991, definen aspectos Bunge & Born, que operaba como una empre-
esenciales de la política agropecuaria: precios sa transnacional, o la Asociación de Coopera-
sostén, medidas anticíclicas, etcétera. tivas Argentinas—, en manos extranjeras. En
La producción se vendía en forma directa lo referente al procesamiento industrial de las
—generalmente a través de cooperativas— a carnes, la cadena englobaba a muchos secto-
empresas agroindustriales, acopiadores y ex- res: partiendo desde los matarifes, vinculados
portadoras. La JNG intervenía con frecuencia a la comercialización, hasta desembocar en el
estableciendo precios sostén, necesarios para mercado interno, en una serie de carnicerías,
mantener la rentabilidad, particularmente de locales relativamente reducidos que servían a
los medianos y pequeños productores. En el los intereses de los barrios o localidades pe-
área del procesamiento industrial de esta pro- queñas. Persistían grandes frigoríficos nacio-
ducción, prevalecían algunas grandes empre- nales y extranjeros —aunque también los ha-
sas, conjuntamente con un grupo importante bía medianos y pequeños— que se dedicaban
de empresas medianas y pequeñas. Igual si- a las exportaciones cárnicas, actividad sustan-
tuación se presentaba en la distribución final cialmente regulada por el Estado a través de
de alimentos, caracterizada por gran cantidad la JNC. Cabe destacar la preponderancia de la
de “pymes” (pequeñas y medianas empresas), ganadería vacuna frente a otros productos ga-
mercados de concentración diversos e infini- naderos (caprino y ovino) y el crecimiento de
dad de pequeñas bocas de expendio (almace- la avicultura, fundamentalmente en función de
nes, verdulerías, etcétera). los denominados “pollos de campo”.
Dentro de las cadenas agroindustriales de la El Instituto Argentino para la Promoción
región pampeana, existían molinos, aceiteras, del Intercambio (IAPI), creado en 1944, tenía
362 Estudios rurales y movimientos sociales. Miradas desde el Sur

por función el monopolio del comercio ex- en 1946-1947 a 23,6 millones de hectáreas en
terior, convirtiéndose en uno de los ejes del 1950; en tanto que, entre 1946 y 1949, el volu-
proceso de redistribución del ingreso y de la men de la producción agrícola declina en más
renta agraria en favor de la pequeña y media- de un 10%. A partir de 1950, el gobierno revisa
na industria nacional. En noviembre de 1943, su política económica e incorpora a ella una
el Decreto 14.001 se hace eco de los reclamos serie de medidas de corte liberal que revierte
de los arrendatarios y se concede una rebaja tendencias manifestadas anteriormente. Se
obligatoria del 20% en el precio vigente para hace hincapié en los incentivos que requiere el
los arriendos, una medida fuertemente apoya- sector agropecuario, en que “el campo necesita
da por la Federación Agraria Argentina, que la seguridad y tranquilidad para producir”, en que
consideraba como un paso previo a la resolu- las reformas sociales deben ser equilibradas o
ción del histórico problema de “la tenencia de en que “no hay latifundio si la tierra produce”.
la tierra para quien la ocupa y la trabaja”. Otras Tras el derrocamiento del presidente Perón,
medidas que impulsó el gobierno nacional son en el año 1955, muchas de las políticas que ca-
el Estatuto del Peón, de 1944, el Estatuto del racterizaron a su gobierno son modificadas.
Tambero-Mediero, diversas disposiciones ten- Priman nuevamente los intereses agropecua-
dientes a la sindicalización de los peones es- rios tradicionales, que presionan al gobierno
tacionales o transitorios y otras propuestas para desmantelar gran parte del andamiaje
de reforma agraria sustentadas por el Consejo institucional. Sin embargo, en 1957, se crea
Agrario Nacional. el INTA, como base de sustentación para im-
En síntesis, se promulgaron normas econó- pulsar un agro cada vez más tecnificado y en-
micas, políticas de tierras y concesiones labo- marcado en los preceptos más preclaros del
rales que, junto con una creciente presión na- desarrollismo. Se liberaliza en gran medida el
cional sobre la tierra, se combinaron con los control de cambios y el comercio exterior. Co-
bajos precios que el IAPI pagaba a los produc- mienza un período de grandes pujas sectoriales
tores rurales, por lo menos en los últimos años entre los diversos agentes de la economía, en
de la década del cuarenta. Esto dio como resul- particular entre el agro y la industria o, mejor
tado un decaimiento del área sembrada por el dicho, entre sectores agrarios y los asalariados
sector, que pasa de 27,6 millones de hectáreas urbanos, estos últimos asociados a la mediana
Del desarrollo agroindustrial a la expansión del “agronegocio” | N. Giarracca y M. Teubal 363

y pequeña empresa industrial orientada hacia su vez, se compatibilizaba con una mayor reac-
el mercado interno. Los economistas caracte- tivación económica.
rizan la década del sesenta como un período Los años sesenta se constituyeron en un pe-
de importantes procesos cíclicos, políticos y ríodo de importante crecimiento del PBI, man-
socioeconómicos y de conflictos que se mani- teniéndose en un nivel alto la participación de
fiestan en función de intereses divergentes. En los salarios en el ingreso global. También crece
cuanto a la política global, comienza a aplicarse ostensiblemente la producción agropecuaria. El
planes de estabilización impulsados por el FMI, modelo de ISI comienza a modificarse en forma
que tienden a favorecer a los sectores tradicio- considerable a mediados de los años setenta.
nales del agro, en detrimento de los intereses
urbanos tanto sindicales como empresariales. El ISI y la agroindustria regional
Uno de los mecanismos más utilizados para fa-
vorecer al sector agropecuario es la política de Tanto los pequeños productores campesinos
devaluación del tipo de cambio. Dado que las como los que lograban algún tipo de capitali-
exportaciones de nuestro país seguían siendo zación dentro de las agroindustrias regionales
predominantemente de origen agropecuario, provenían de colonizaciones de inmigrantes
una devaluación favorecía fundamentalmente europeos (los algodoneros, los yerbateros, los
al “sector” (a los grandes productores agro- tealeros) o de los asentamientos de poblacio-
pecuarios, pero también, en alguna medida, a nes que buscaron dentro del país producciones
los medianos y pequeños). Sin embargo, estas en expansión, primero para conseguir trabajo
devaluaciones tenían efectos recesivos impor- como asalariados y luego para fundar distin-
tantes, ya que, entre otras razones, el alza de tos tipos de asentamientos (ver Giarracca y
los precios de los alimentos incidía en la caí- Aparicio, 1991). El economista Pedro Tsakou-
da de los salarios reales. Por su parte, esto magkos (1994) sostiene que la combinación
afectaba a la demanda global de la economía, agroindustria-campesino fue significativa en
profundizándose sus efectos recesivos. Como estas regiones, aun cuando en ningún caso se
consecuencia, surgían conflictos y presiones tratara de ofertas exclusivamente campesinas.
sindicales sobre el gobierno para el logro de la Nos detendremos en el caso de la caña, tanto
correspondiente recomposición salarial que, a
364 Estudios rurales y movimientos sociales. Miradas desde el Sur

por conocer su período de expansión y su cri- adquirido hacia 1991 solo puede comprender-
sis actual como por resultar paradigmático en se por las distintas intervenciones estatales.
relación con la integración de campesinos y La Dirección Nacional del Azúcar, entidad
productores capitalistas de todos los tamaños. pública desbaratada en 1991, intentó distintas
En el complejo agroindustrial cañero, el formas de organización de la producción y la
proceso de articulación entre cañeros inde- comercialización para que hubiese mayor re-
pendientes e ingenios se profundiza en el si- distribución del excedente del sistema. En el
glo XX y es resultado de una serie de políti- último periodo, antes de que Menem asumie-
cas del primer gobierno del Partido Radical ra, hubo interesantes intervenciones que favo-
(1916-1930) y del primer gobierno del Partido recieron la formación de cooperativas y que
Justicialista (1946-1955). En esta relación en- aumentaron los ingresos campesinos.
tre agroindustria privada y productores inde- Procesos parecidos encontramos en la agro-
pendientes (mayoritariamente campesinos en industria tabacalera, con fuerte presencia cam-
la provincia de Tucumán) fue fundamental la pesina tanto en el NEA como en el NOA, en la
presencia directa del Estado, así como la ge- del cultivo del arroz, la yerba mate, el té, el al-
neración de políticas regulatorias. En efecto, godón, la fruta fresca, etcétera.
diversos estudios dan cuenta de una serie de
intervenciones estatales, que van desde la ge-
neración de políticas públicas que protegieron Hacia un sistema de
a la industria de la competencia internacional agronegocios en la Argentina
(tarifas aduaneras) hasta la creación de la
CONASA (Comisión Nacional Azucarera), en A mediados de los años setenta, se estableció
1970, para nuclear a los ingenios con dificulta- otro tipo de “disciplina institucional” a fin de
des financieras o directamente para la compra poder impulsar eficazmente un nuevo mode-
de ingenios. En síntesis, la actividad cañera- lo socioeconómico: el neoliberal5. Comienza
azucarera es paradigmática en el país como
sistema agroindustrial con integración cam-
5 Consideramos que, a diferencia del modelo ISI, las
pesina. Desde su surgimiento, estuvo fuerte-
características del modelo general del neoliberalismo
mente regulada, y la configuración que había son más conocidas por todos, tanto por la vasta biblio-
Del desarrollo agroindustrial a la expansión del “agronegocio” | N. Giarracca y M. Teubal 365

a dársele cabida —en forma por demás des- El decreto de desregulación de 1991:
proporcionada— al sector financiero y, por hacia el agronegocio
ende, al endeudamiento externo, que habrá
de transformarse en el condicionamiento más El decreto de desregulación de 1991 formó
importante del desarrollo de nuestro país en parte de un paquete de medidas tendiente a la
las décadas siguientes. En los años noventa, liberalización plena de la economía. Algunas
ya bajo el gobierno de Menem, se establece de las entidades disueltas por esta norma son
el plan de convertibilidad que, si bien logra las siguientes:
frenar las tendencias inflacionarias del perío- 1. el Mercado de Concentración Pesquera de
do 1989-1991, tenía por finalidad primordial Mar del Plata, el Instituto Nacional de Activi-
establecer las condiciones para impulsar un dades Hípicas, el Instituto Forestal Nacional
fuerte “ajuste estructural” y la “integración y el Mercado de Hacienda de Liniers;
a la economía mundial”. Se proclama la pri- 2. la Corporación Argentina de Productores de
mada del “mercado” en todos los órdenes Carne, incluyendo la venta de sus activos;
del quehacer nacional. La desregulación de
la economía, en particular en lo que atañe 3. la Junta Nacional de Granos, que se ocupa-
al mercado laboral y al sector agropecuario, ba, entre otras medidas, de otorgar adelan-
conjuntamente con las privatizaciones reali- tos para las exportaciones, fijar precios de
zadas a mansalva a comienzos de la década y garantía (sostén), estimular convenios de
la apertura indiscriminada hacia el exterior, país a país y llevar la estadística de los prin-
fueron todos elementos del modelo neolibe- cipales cereales y oleaginosas;
ral que se implantó en nuestro país, quizás 4. la Junta Nacional de Carnes, cuya disolu-
con mucha mayor severidad que en otros paí- ción se lleva a cabo simultáneamente con
ses latinoamericanos. la privatización del Mercado de Liniers, el
principal ente concentrador de la comercia-
lización de carne;
5. la Dirección Nacional del Azúcar, que regu-
grafía sobre el tema como por la experiencia cotidiana laba la producción de caña desde la produc-
que tenemos de él. ción primaria (estableciendo cupos de pro-
366 Estudios rurales y movimientos sociales. Miradas desde el Sur

ducción) hasta la entrega final al mercado antes a los vaivenes de la economía interna-
interno (cuotas de comercialización); cional (Giarracca, 1993; Teubal y Rodríguez,
6. la Comisión Reguladora de la Yerba Mate, 2001: 73-74).
que establecía cuotas de producción, así Esta política impactó decisivamente en el
como una serie de mecanismos que regula- sector agropecuario y, en particular, sobre los
ban la comercialización final; medianos y pequeños productores y trabajado-
res rurales. La fijación de determinados precios
7. además, se disolvieron diversas regulaciones
agropecuarios, las condiciones de entrega, las
sobre vitivinicultura, se liberó la plantación,
cantidades a producir, etcétera, dejaron de es-
reimplantación o modificación de viñedos,
tar reguladas por el Estado, mientras que la
así como la venta y el despacho de vinos. Se
articulación entre el productor agropecuario y
redefinen las funciones del Instituto Nacio-
el semillero, el acopiador, la industria o el su-
nal de Vitivinicultura, limitando sus funcio-
permercado se vio súbitamente transformada.
nes al control de la genuinidad de los produc-
tos vitivinícolas (Giarracca, 1993: 24).
Impactos sobre la estructura agraria
y otras consecuencias
En el mismo decreto se establecen medidas
que fortalecen la desregulación del comercio
Decíamos que, desde mediados de los años
interior de bienes y servicios, del comercio
setenta, y potenciado por el cambiante marco
exterior, de regímenes de gravámenes a las
institucional que refleja el decreto de desregula-
exportaciones, del sistema de transporte, et-
ción, surge en nuestro país un nuevo régimen de
cétera. También se acotó el alcance del Fondo
acumulación y de política económica, denomi-
Especial del Tabaco, al permitir que sus recur-
nado de “apertura” con “ajustes estructurales”.
sos fueran utilizados por Rentas Generales del
A partir de entonces, son los agronegocios los
Ministerio de Economía. Estas medidas tenían
que influyen en forma destacada sobre el sector
por finalidad acercar el sector al mercado. De
agropecuario, mediante la provisión de insu-
golpe, el sector agropecuario argentino se
mos, la compra de tierras en algunas regiones, el
transformó en uno de los más desregulados
control del procesamiento industrial y la comer-
y abiertos del mundo, sujeto mucho más que
Del desarrollo agroindustrial a la expansión del “agronegocio” | N. Giarracca y M. Teubal 367

cialización de la producción local, tanto para el proveen la maquinaria, el equipo y los agroquí-
mercado interno como para la exportación. micos necesarios para impulsar la producción
Este vasto sistema de agronegocios se mani- de los commodities requeridos por el merca-
fiesta en gran medida en función de la primacía do. El agro se transforma cada vez más en un
que adquieren la producción de soja y el paque- productor de commodities; y, cada vez menos,
te tecnológico que la acompaña. Dicho cultivo, constituye un medio de vida para la mayoría de
que comienza a realizarse en gran escala en los los productores agropecuarios, especialmen-
años setenta, adquiere un cariz muy especial a te para los productores familiares. Asimismo,
mediados de los noventa, cuando se libera al el país va perdiendo su calidad de productor
mercado el cultivo de la soja transgénica. Este de alimentos básicos. Se van conformando los
desarrollo se manifiesta en detrimento de la denominados complejos agroindustriales, con
ganadería, de otros cereales tradicionales y de grandes empresas que extienden su poderío
cultivos industriales del interior del país. “hacia delante” y “hacia atrás” en la cadena
Las grandes empresas semilleras, combina- agroindustrial, integrándose verticalmente, sea
das con las que venden los agrotóxicos —in- en forma directa o mediante alguna forma de
troducidos en forma creciente en el sector—, agricultura de contrato.
adquieren una preeminencia inusitada en el Se potencia una agricultura sin agricul-
sistema agroindustrial de nuestro país, en gran tores. Los productores agropecuarios, en es-
medida potenciada como consecuencia, prime- pecial los medianos y pequeños productores
ro, de las denominadas revoluciones tecnológi- familiares y los campesinos, son desplazados
cas de los híbridos (la revolución verde) y, más por grandes productores o terratenientes y por
recientemente, de los transgénicos (la revolu- grandes empresas favorecidas por un proce-
ción biotecnológica). so de sojización que privilegia las “economías
En la Argentina, estas grandes empresas a escala” orientadas a las exportaciones, en
se conectan con el sector financiero, forman- oposición a las necesidades de los productores
do los denominados “pools de siembra”, que familiares. La escala de producción requerida
transforman al sector en un negocio financie- para los nuevos cultivos, fundamentalmente la
ro. Algunas veces compran tierras, otras ope- soja transgénica, es cada vez mayor, lo que ex-
ran con “contratistas” que arriendan tierras y cluye a los productores medianos y pequeños,
368 Estudios rurales y movimientos sociales. Miradas desde el Sur

así como la producción de commodities des- liar el hambre en el mundo y, menos aún, en
plaza a los tradicionales alimentos básicos de nuestro país.
consumo popular masivo. El boom sojero se da en detrimento de otros
El cultivo de la soja en nuestro país crece productos cerealeros y oleaginosos. Entre las
notablemente. La producción pasa de 3,7 millo- campañas agrícolas de 1997-1998 y 2004-2005,
nes de toneladas en 1980-1981 a 10,8 millones la producción sojera aumentó en casi 20 mi-
en 1990-1991 y a 35 millones en 2002-2003. Se llones de toneladas, mientras que la de girasol
prevé que en la actual campaña (2006) alcan- cayó 2 millones, la de arroz 0,5 millones y la
zará entre 38,5 y 40 millones de toneladas. Esto de maíz se mantuvo más o menos constante.
significa que la soja, que expresaba el 10,6% En la provincia de Córdoba, el auge de la soja
de la producción de cereales y oleaginosas en vino acompañado de la pérdida del 17% de
1980-1981, pasa a representar casi el 50% en el las cabezas de ganado, una tendencia equipa-
período 2002-2003. La mitad de la superficie rable a la que se manifiesta a nivel nacional.
que se destina a la producción de estos culti- Asimismo, a escala nacional, de 1988 a 2003,
vos se utiliza para producir soja. En la actua- el número de tambos pasó de 30.141 a menos
lidad, la casi totalidad de la producción sojera de la mitad, 15 mil establecimientos. También
es transgénica y se destina a la exportación. En cayó la producción de frutales y de los tra-
el año 2005, las exportaciones de los diversos dicionales cultivos industriales (algodón) del
productos sojeros representaban 8.460 millo- interior del país.
nes de dólares, es decir, el 24,5% del total. La Por otro lado, el auge de la soja se ha dado
mayor parte de las exportaciones de soja eran también en perjuicio de la yunga, de la biodi-
harinas y otros subproductos del aceite de soja, versidad y de la flora y fauna que habitan exten-
que se destinan fundamentalmente al consumo sos territorios del interior del país. Es, además,
animal de los países europeos. Después de la un modelo que ha menoscabado la agricultu-
crisis de la “vaca loca”, la soja se transformó ra familiar, que era tradicional. En el período
en uno de los alimentos balanceados más ape- 1960-1988 desaparecieron 51 mil explotaciones
tecibles para alimentar los pollos y los cerdos agropecuarias, 1.800 por año. Entre los censos
del antiguo continente. Evidentemente, no es de 1988 y 2002 —en la era neoliberal— desapa-
un cultivo que necesariamente contribuye a pa- recieron 87 mil explotaciones agropecuarias,
Del desarrollo agroindustrial a la expansión del “agronegocio” | N. Giarracca y M. Teubal 369

esto es, 6.263 explotaciones por año, casi todas y los viejos ingenios, las agroindustrias de la
de menos de 200 hectáreas. vitivinicultura, de los cítricos, etcétera, siguen
Los productores que logran sobrevivir y sus pasos. Viejos y nuevos inversores actúan
mantenerse en el sector se ven sujetos más de modo similar.
que nunca a la agricultura de contrato que el
agronegocio le impone, o bien, a la provisión
de semilla y al paquete tecnológico que la se- Reflexiones en torno a la
millera exige. Qué, cómo y con qué tecnología lógica de funcionamiento
producir tienden a ser cuestiones dictamina- de los agronegocios
das cada vez más por la gran empresa transna-
cional: el agronegocio. La lógica del sistema de los agronegocios invo-
Algunas consecuencias de estos procesos lucra una nueva etapa en la evolución del siste-
son: la desaparición de la agricultura familiar; ma agroindustrial o agroalimentario; etapa que
la transformación del sector en una agricultura integra la era de la globalización que predomi-
sin agricultores; la creciente dependencia del na en el mundo por lo menos desde los años
productor agropecuario del semillero que le setenta (véase McMichael et al., 1994).
provee la semilla y los agroquímicos; la pérdida Las grandes empresas transnacionales agro-
de soberanía alimentaria, al tiempo que se de- industriales, en el Sistema Agroalimentario-In-
jan de producir los alimentos básicos de consu- dustrial (SAI) de nuestro país, van adquiriendo
mo popular masivo; el avance sobre la yunga, un creciente poder mediante el control de sec-
las tierras fiscales del interior, la flora y fauna tores determinantes. Se trata de procesos que
tradicional; y, en general, la pérdida de la biodi- comenzaron en la anterior etapa de ISI pero
versidad y el deterioro ambiental, especialmen- que adquieren una significación muy especial
te en algunas regiones, como efecto de la utili- en la actualidad.
zación masiva del glifosato y otros agroquími- Una de las consecuencias es que esas gran-
cos requeridos cada vez en mayor proporción. des empresas transnacionales adquieren una
Los conflictos por la tierra aumentan expo- mayor autonomía de los demás actores que
nencialmente debido a la voracidad de los in- componen el sistema agroalimentario. En
versores. La lógica del agronegocio se expande la etapa anterior de ISI, el ciclo del capital y,
370 Estudios rurales y movimientos sociales. Miradas desde el Sur

por lo tanto, de las finanzas de las agroindus- la distribución la “soja solidaria” en comedores
trias clave y de otras empresas dependían del y organizaciones orientadas a paliar el ham-
ciclo de producción del sistema agroalimen- bre en el país, no se logró transformarla en un
tario propiamente dicho. Efectivamente, este alimento básico de consumo popular. En con-
se reproducía o se ampliaba en función de los secuencia, la soja se mantiene casi exclusiva-
ciclos de producción y comercialización. Pero mente como un producto de exportación; solo
ahora, con la liberalización de los mercados una porción ínfima de la producción total se
financieros, el ciclo del capital se independiza consume internamente, en forma de aceite. Se
del funcionamiento del SAI; el sistema puede replica aquí la tendencia que encontramos en
proveerse de productos, capitales y fuentes de el resto de Latinoamérica pero que estaba au-
financiamiento externos. sente en nuestro país en el siglo XX: un sector
Nuevas fuentes de financiamiento también exportador disociado del mercado interno. En
involucran la posibilidad de nuevas fusiones muchos países, la demanda de alimentos bási-
empresariales, internacionalización del capital cos se diferencia radicalmente de los produc-
y compra de empresas nacionales. Evidente- tos agroalimentarios de exportación, incluso,
mente, la enorme extranjerización que se pro- se va perdiendo la “seguridad alimentaria”, al
dujo en el país hacia fines de los años noventa ser provisto el consumo popular cada vez más
tiene que ver con esto. por importaciones.
Por las razones apuntadas más arriba, y al Convendría aquí volver hacia atrás y re-
igual que en otros sectores de la economía, flexionar algo más sobre el proceso de glo-
para el SAI, el mercado interno pierde impor- balización y su incidencia sobre el SAI y, en
tancia en relación con el mercado externo. particular, sobre el sector agropecuario que
Esto se observa notablemente en el caso de la lo integra. El proceso de globalización involu-
soja. A diferencia de lo que ocurre con la car- cra una preeminencia creciente de las grandes
ne y los cereales, la soja y, en particular, sus empresas transnacionales en el sistema econó-
subproductos —más importantes que el acei- mico mundial, con un componente financiero
te— se destinan fundamentalmente a las ex- muy importante (véase Teubal y Rodríguez,
portaciones. Pese a los intentos, durante la re- 2001, entre otros). Esto involucra lo que antes
ciente crisis, de difundir su consumo mediante se denominaba internacionalización del capi-
Del desarrollo agroindustrial a la expansión del “agronegocio” | N. Giarracca y M. Teubal 371

tal, lo cual implica que los circuitos de capital diciones climáticas adecuados. Dependen de
a escala mundial inciden sobremanera sobre el ciclos biológicos que están fechados: el trigo
SAI interno. No es de extrañar, entonces, que se siembra y cosecha en determinados momen-
algunos de los preceptos más preciados del tos y tiene un ciclo que define su producción
neoliberalismo se remitan a la liberalización ulterior. Por más que las nuevas tecnologías
de los movimientos del capital, hacia y desde puedan modificar en alguna medida estos fac-
el país, conjuntamente con las “reformas finan- tores —irrigación cuando falta agua, inverna-
cieras” que posibilitaron la plena liberalización deros que regulan factores climáticos, semillas
de las finanzas internacionales, como un ele- híbridas que definen ciclos cortos de trigo, per-
mento complementario de la libre movilidad de mitiendo la siembra de soja “de segunda” y la
los capitales6. Cabría preguntarse cuáles son doble cosecha, etcétera— el proceso producti-
las implicaciones de esta plena liberalización vo no puede fácilmente trasladarse a cualquier
o “apertura” a los movimientos de capital para parte del mundo, de la misma manera en que se
los sectores agropecuarios de nuestros países. puede trasladar, por ejemplo, una planta fabril
Analicemos esta cuestión: el sector agrope- para la producción de automóviles. Esto tam-
cuario es socioterritorial (Mançano Fernan- bién requiere que los productores agropecua-
des, 2005) por excelencia, mucho más que lo rios se afinquen en determinados territorios,
que puedan ser el sector industrial o el de servi- pese a que el proceso de globalización tienda a
cios. A diferencia de lo que ocurre con el sector hacer su situación mucho más precaria.
industrial, las nuevas tecnologías no siempre La internacionalización del capital impulsa
tienden a superar esa restricción: no se puede la relocalización de las grandes empresas en
producir cualquier producto, en cualquier par- cualquier parte del mundo, en regiones donde
te del mundo, en cualquier época del año y al los salarios son más bajos y se ofrecen mejores
ritmo que se desee. Los desarrollos producti- condiciones para la producción desde el punto
vos agropecuarios necesitan de suelos y con- de vista empresarial (por ejemplo, en regiones
donde existan tierras adecuadas y no se pon-
gan reparos a las industrias contaminantes).
6 El Plan de Convertibilidad de 1991 incluía entre
Pero la producción agropecuaria no es fácil-
sus medidas la libre movilidad del capital, desde y ha-
cia el país. mente relocalizable; en muchos casos resulta
372 Estudios rurales y movimientos sociales. Miradas desde el Sur

casi imposible o, por lo menos, los márgenes hacen algunas grandes empresas: compran tie-
para ello son en general limitados. Sin embar- rras en distintas regiones del globo para pro-
go, se pueden encontrar formas para modificar veer a sus circuitos productivos internaciona-
la comercialización, la distribución final o el les, lo cual constituye una forma de adecuar el
procesamiento industrial de la materia prima circuito productivo agropecuario a los ciclos
agropecuaria, o bien, su financiamiento. Es productivos del capital transnacional. Esto es
por ello que las transnacionales, los agrone- lo que caracteriza un sistema basado en los
gocios, ocupan esos espacios y actividades. agronegocios. También se van conformando
Remarquemos que la producción agropecuaria determinados productos globales, por ejem-
misma tiende a “internacionalizarse”, o sea, a plo, la Coca-Cola, ciertas marcas de cerveza,
ser vendida en cualquier país del mundo siem- las hamburguesas, etcétera. Son algunos de los
pre y cuando se encuentren formas para evitar aspectos que inciden sobre una suerte de ho-
su perecibilidad. mogeneización de la producción a escala mun-
La internacionalización de los capitales sig- dial en el marco de procesos de globalización
nifica que las grandes empresas pueden orien- de los circuitos productivos del sistema agroa-
tar sus inversiones de capital hacia cualquier limentario mundial.
región del mundo y, por ende, no dependen La liberalización de los movimientos de ca-
de los mercados internos para su evolución o pital, la difusión de tecnologías capital intensi-
acumulación de capital. Aunque, como adver- vas, de híbridos y transgénicos son tendencias
tíamos más arriba, la producción agropecuaria que pueden ser contradictorias con las necesi-
no siempre puede localizarse en cualquier par- dades de campesinos y productores agropecua-
te del mundo, hecho que limita la internaciona- rios, así como con la producción de alimentos
lización de los circuitos de capital. Con todo, básicos de consumo popular. No es de extrañar
hay segmentos del sistema agroalimentario-in- que, pese a la creciente importancia que ad-
dustrial que sí se pueden internacionalizar, por quiere este circuito dominado por los agrone-
ejemplo, los supermercados, en cierta medida, gocios, existan otros que, en forma creciente,
la industria alimentaria, la producción de insu- operan al margen y con cierta independencia
mos agropecuarios, etcétera. Cabe desatacar de aquellos. No todo el sistema agroalimenta-
que una forma de superar este límite es lo que rio está subsumido en el de los agronegocios.
Del desarrollo agroindustrial a la expansión del “agronegocio” | N. Giarracca y M. Teubal 373

En la actualidad, ha cobrado relevancia el riormente— un núcleo de poder, que articula


concepto de redes de producción en el agro a las demás empresas, generalmente “pymes”,
argentino, que tiende a sustituir el anterior que lo integran7.
concepto de complejos agroindustriales, ela- Frente a esta perspectiva, aquí preferimos
borado por autores tales como Vigorito, Tra- considerar la nueva realidad agroindustrial
jtenberg, Giarracca y Teubal (véase Teubal, como aquella en la que prevalece una red de
1999 y Murmis, 1993). Se trata de un enfoque agronegocios, o sea, aquella dominada por
que permite analizar “las relaciones entre los grandes empresas agroindustriales transna-
agentes principales de un subsistema económi- cionales que definen las pautas de funciona-
co como, por ejemplo, cualquiera de los com- miento del sistema en su globalidad.
plejos agroindustriales” (Díaz, 2006: 7). En este nuevo sistema, sustentado en
¿Qué es una red? Según el artículo perio- commodities tales como la soja, no existen
dístico mencionado en el párrafo anterior, se indicios de que vayan a tener sustancial ca-
trata de “un ámbito económico de creación de bida los medianos y pequeños productores
competencias e intercambio, tanto de bienes agropecuarios o las pymes industriales, de
como de servicios, que incluye una o varias
empresas núcleo y a sus proveedores y clien-
tes”. El objetivo es lograr “intercambios de flu- 7 Gustavo Grobocopatel, el principal sojero del país,
explica: “Compartimos nuestro negocio con otros in-
jos de información, experiencias productivas, versores, la mayoría de ellos en la actualidad son los
conocimientos, estrategias concurrentes de jubilados argentinos. Con Los Grobo SGR poseemos un
desarrollo a futuro” (Ibídem: 7). Visto desde programa de financiación para 220 Pymes por 60 millo-
esta perspectiva, el énfasis puesto en el con- nes de pesos y con Grobo Gestión de Talentos busca-
mos desarrollar competencias y aumentar la empleabi-
cepto de red tiene que ver fundamentalmente
lidad de los que trabajan directa o indirectamente con
con el intercambio de información científica y nosotros. La formación de redes es parte de un proceso
técnica. En realidad, lo que no se subraya en revolucionario que cambiará la vida y las relaciones
la formulación del concepto, pero que está im- de las personas. Las redes podrían ser la base de un
plícito en él, es que esta “red” o “trama” opera, Capitalismo Social y resolver problemas que aún están
pendientes: la equidad y una redistribución más justa
por lo general, a partir de una empresa o mega
de la riqueza” (Grobocopatel, Página/12 - Suplemento
empresa madre o —como se lo llamaba ante- Económico “Cash”, 13-8-2006: 4).
374 Estudios rurales y movimientos sociales. Miradas desde el Sur

comercialización o de provisión de semilla familiar. Y esto que demostramos para el caso


e insumos agropecuarios. Las nuevas prácti- argentino, ocurrió en la mayoría de los países
cas tecnológicas —por ejemplo, la siembra latinoamericanos con cierta modernización
directa en la producción de soja, conjunta- agraria. No solo existió la posibilidad de que
mente con el uso masivo del glifosato como los campesinos agroindustrializaran su pro-
agroquímico privilegiado para la eliminación ducción sino que fueron desarrollos exitosos
de la maleza— configuran parte de un sistema que desplegaron distintas formas de articula-
que favorece sobremanera a “economías a es- ción, dando lugar a acalorados debates (Gia-
cala de producción” y, por ende, a “empresas rracca, 1983; Paré, 1982). Es cierto que pre-
agropecuarias” de mayor tamaño. Se trata de dominaba un fuerte sistema de desigualdad,
un sistema que se combina con “contratos” que el excedente agroindustrial se distribuyó
por una cosecha, en el marco de los “pools en forma muy desigual y que muchos trabajos
de siembra”, emporios financieros que tratan mostraban que los ingresos campesinos te-
a la actividad agropecuaria y agro industrial nían un sentido más cercano a un salario que
como “un negocio más”, independientemente a un cierto nivel de ganancia. Pero represen-
de las necesidades de productores agrope- taba un sistema de inclusión.
cuarios, campesinos o trabajadores rurales El modelo del agronegocio es un sistema
(Giarracca y Teubal, 2005). de pura exclusión en relación con la agricul-
tura familiar y campesina. De exclusión y de
mayor desigualdad que en el periodo anterior
Algunas reflexiones en lo que se refiere a mano de obra, puesto
a modo de conclusión que el trabajo es reemplazado por nuevas or-
ganizaciones laborales. En el agronegocio, el
La gran transformación agraria de la Argenti- trabajo escasea y está mal retribuido (véase
na, con la imposición del “agronegocio” como Aparicio, 2005).
modelo configurado en el marco institucio- Por estas razones, las agroindustrias capi-
nal, a partir del decreto de desregulación, talistas con integración campesina y el “agro-
estrechó el margen de posibilidades de la negocio” difícilmente puedan coexistir. Los
articulación agroindustrial con la agricultura marcos institucionales vigentes fueron, pre-
Del desarrollo agroindustrial a la expansión del “agronegocio” | N. Giarracca y M. Teubal 375

cisamente, impuestos para desarrollar el mo- der del agronegocio, se abren paso con el
delo del agronegocio, y esta transformación apoyo de subsidios internacionales, algunas
respondió a una nueva configuración de fuer- fuentes nacionales y mucho esfuerzo de las
zas, con nuevos agentes económicos apoyados propias comunidades.
por los gobiernos de nuestra región. La “vuelta Las experiencias de organización agroin-
atrás” es muy difícil de pensar, aun si se produ- dustrial campesina emanadas del incipiente
jeran ciertos cambios en los Estados naciona- movimiento campesino nacional, si bien no
les. Los nuevos gobiernos de América Latina, tienen la densidad de las que hallamos en Bra-
tales como los de Argentina, Brasil, Venezuela sil (véase Giarracca et al., 2006), muestran
(marcamos una diferencia con el caso de Bo- que también para Argentina es una alternativa
livia por la fuerte presencia de la “comunidad viable. La nueva pregunta es si es posible, en
andina”), si bien tienen una estrategia conti- un mundo globalizado pero fragmentado, la
nental interesante y una mayor sensibilidad coexistencia del modelo del agronegocio y la
hacia algunos aspectos sociales, apoyan las territorialidad campesina.
lógicas productivistas del agronegocio, pues En este trabajo, sostenemos la tesis de que
ven en el modelo la posibilidad de aumentar una integración de los medianos y pequeños
los ingresos fiscales gracias a las divisas gene- productores y de los campesinos en el circuito
radas por la exportación. de los agronegocios ya casi no es posible de-
¿Cuál es la salida para la pequeña explota- bido, precisamente, a la lógica de su funciona-
ción dentro de este modelo? La experiencia miento. Por ello, es importante pensar en for-
de nuestros países muestra que hay una fuer- mas alternativas de producción/comercializa-
te intención de generar una economía o te- ción por fuera de este sistema. En muchas par-
rritorialidad campesina con sus propios pro- tes del país —y, por cierto, también en América
cesos de agroindustrialización, con lógicas Latina—, han ido plasmándose nuevas prácti-
propias basadas en los principios de la sobe- cas y recortándose espacios socioeconómicos
ranía alimentaria y el respeto a la biodiversi- y territoriales al margen de su integración a la
dad. Estas acciones alcanzan un importante lógica de los agronegocios.
grado de avance en Brasil con el Movimiento
Sin Tierra. En la Argentina, a pesar del po-
376 Estudios rurales y movimientos sociales. Miradas desde el Sur

ANEXOS
Cuadro N° 1
Sector agropecuario argentino (hasta 1991)
Del desarrollo agroindustrial a la expansión del “agronegocio” | N. Giarracca y M. Teubal 377

Cuadro N° 2
Sector agropecuario argentino (después de 1991)
378 Estudios rurales y movimientos sociales. Miradas desde el Sur

Bibliografía y Argentina)” en Realidad Económica


(Buenos Aires: IADE) N° 114-115.
Aparicio, S. 2005 “Trabajo y trabajadores en Giarracca, N. y Aparicio, S. 1991 “Los
el sector agropecuario de la Argentina” campesinos cañeros: multiocupación y
en Giarracca, N. y Teubal, M. (coords.) organización” en Cuaderno del Instituto de
El campo argentino en la encrucijada. Investigaciones (Buenos Aires: Facultad de
Estrategias y resistencias sociales, ecos Ciencias Sociales, UBA) N° 3.
en la ciudad (Buenos Aires: Alianza). Giarracca, N. y Teubal, M. (coords.) 2005
De Sousa Santos, B. 2000 Pela Mão de Alice. El campo argentino en la encrucijada.
O social e o político na pós-modernidade Estrategias y resistencias sociales, ecos en
(San Pablo: Cortez). la ciudad (Buenos Aires: Alianza).
De Sousa Santos, B. 2006 Renovar la teoría Giberti, H. 2003 “Modernizado e insatisfactorio
crítica y reinventar la emancipación sector agropecuario” en Realidad
social (Buenos Aires: CLACSO). Económica (Buenos Aires: IADE) N° 200,
Díaz, S. 2006 “Una nueva armonía en el noviembre-diciembre.
campo” en Cash, Suplemento Económico Girbal-Blacha, N. 1998 Ayer y hoy de la
de Página/12, 13 de agosto. Argentina Rural. Gritos y susurros del
Domínguez, D. y Sabatino, P. 2003 “Con la soja poder económico (1880-1997) (Buenos
al cuello. La transgénesis de un modelo” Aires: REUN).
en Biodiversidad en América Latina, Mançano Fernandes, B. 2005 “Movimentos
página web. Disponible en <http://www. socioterritoriais e movimentos
biodiversidadla.org/content/view/full/6898>. socioespaciais” en Seoane, J. (comp.)
Giarracca, N. (coord.) 1995 Agroindustrias Reforma agraria y lucha por la tierra
del Noroeste: el papel de los actores en América Latina. Territorio y
sociales (Buenos Aires: La Colmena). movimientos sociales (Buenos Aires:
Giarracca, N. 1993 “Campesinos y agro CLACSO-OSAL) Año VI, N° 16.
industrias en los tiempos del ‘ajuste’ McMichael, P. et al. 1994 The global
(Algunas reflexiones para pensar la restructuring of agro-food systems (Ithaca:
relación, con especial referencia a México Cornell University Press).
Del desarrollo agroindustrial a la expansión del “agronegocio” | N. Giarracca y M. Teubal 379

Página/12, Suplemento Económico “Cash”, perspectiva crítica (Buenos Aires: La


varios números. Colmena).
Paré, L. 1982 “Mecanismos económicos y Tsakoumagkos, P. 1994 “Sobre la
políticos de subordinación de la tierra y el descomposición del campesinado en la
trabajo campesino al capital en la zona de Argentina” en Posadas, M. (ed.) Sociología
abastecimiento del ingenio La Margarita” Rural en la Argentina. Estudio en torno al
en Cómo le dieron caña a los cañeros campesinado (Buenos Aires: Ceal).
(México DF: Instituto de Investigaciones Zibechi, R. 2006 Entrevista en lavaca.
Sociales, UNAM). Disponible en <http://lavaca.org/seccion/
Poulantzas, N. 1975 Hegemonía y dominación actualidad /1/1398.shtml>.
en el Estado moderno (Buenos Aires:
Cuadernos de Pasado y Presente).
Scaletta, C. 2006 “Mañanas” en Cash,
Suplemento Económico de Página/12, 30
de julio.
Teubal, M. 2004 “Rise and collapse of
neoliberalism in Argentina: the role
of economic groups” en Journal of
Developing Societies (Londres: Thousand
Oaks / Nueva Delhi: Sage Publications) Vol.
20, N° 3-4.
Teubal, M. y Rodríguez, J. 2001
“Neoliberalismo y crisis agraria” en
Giarracca, N. et al. La protesta social en la
Argentina. Transformaciones económicas
y crisis social en el interior del país
(Buenos Aires: Alianza).
Teubal, M. y Rodríguez, J. 2002 Agro y
alimentos en la globalización. Una
Agroindustrias del Noroeste:
el papel de los actores sociales
Introducción*

“Tabaco y azúcar son ambos productos del rei- semillas que germinan. La una tiene su riqueza
no vegetal que se cultivan, se elaboran, se mez- en el tallo y no en sus hojas, las cuales se arro-
clan y al fin se consumen con gran deleite en jan, el otro vale por su follaje, no por su tallo,
las bocas humanas. Además en la producción que se desprecia. La caña de azúcar vive en el
tabacalera y la azucarera pueden advertirse los campo largos años, la mata de tabaco solo bre-
cuatro elementos: tierra, máquina, trabajo y ves meses. Aquella busca la luz, este la sombra;
dinero, cuyas variantes combinaciones cons- día y noche, sol y luna… El azúcar es ella; el
tituyen su historia. Pero, desde su germen en tabaco es él… La caña fue obra de los dioses,
la entraña de la tierra hasta su muerte por el el tabaco lo fue de los demonios; ella es hija de
consumo humano, tabaco y azúcar se conducen Apolo, él es engendro de Proserpina… El consu-
casi siempre de modo antitético. mir tabaco, o sea el fumar, es un acto personal
de individualización. El consumir azúcar no
La caña y el tabaco son todo contraste. Diríase
tiene nombre específico, es un acto común de
que una rivalidad los anima y separa desde sus
la gula. Por esto, el fumador está en el vocabu-
cunas. Una es planta gramínea y otra es planta
lario; pero no existe el azucarador… El cultivo
solanácea. La una brota del retoño, el otro del
del tabaco requiere atenciones delicadísimas en
simiente; aquella de grandes trozos de tallo con
todo momento; no puede dejarse, en el grado que
nudos que se enraízan y este de minúsculas
la caña de azúcar, al propio impulso natural.”
Fernando Ortiz, Contrapunto cubano
* Giarracca, N. 1995 “Introducción” (sel.) en Gia- del tabaco y el azúcar
rracca, N. (coord.) Agroindustrias del Noroeste: el
papel de los actores sociales (Buenos Aires: La Colme-
na) pp. 11 a 18.
382 Estudios rurales y movimientos sociales. Miradas desde el Sur

La expansión agroindustrial La importancia de la expansión agroindus-


en el Noroeste trial en el Noroeste, es económica pero también
socio-cultural. Dice el historiador Roberto Puc-
Este libro contiene una serie de trabajos, pro- ci (1994) que en 1860 el azúcar ya constituía la
ducto del Programa de Investigación “Expan- principal actividad económica de los tucuma-
sión agroindustrial y transformaciones socia- nos, veinte años más tarde se había convertido
les”, que se llevó a cabo en el Área de Estudios en una fiebre arrasadora y que con el correr del
Rurales del Instituto de Investigaciones de la tiempo, fue trazando una huella tan profunda
Facultad de Ciencias Sociales de la Universi- en todas las dimensiones de la vida provincial,
dad de Buenos Aires. Los autores de este libro que dio origen a una “segunda naturaleza” de la
formamos un equipo de investigación que des- geografía tucumana.
de hace varios años, estudia dos de las más im- La presencia de la industria azucarera en
portantes agroindustrias del Noroeste argenti- el Noroeste, nos remite al período nacional
no: la tabacalera y la cañera. de consolidación del Estado y a la integra-
Si bien nuestros trabajos toman las agroin- ción del país a la economía internacional.
dustrias como un conjunto de actividades eco- Estos procesos implicaron el crecimiento de
nómicas, llevadas a cabo por agentes sociales un mercado interno y, como sostiene Balán
alrededor de los procesos técnicos de la pro- (1978), la modernización y el crecimiento de
ducción, comercialización y distribución de las economías del interior, orientadas a satis-
la materia prima de origen agrícola, el énfasis facer un mercado que crecía, paralelo a la po-
siempre está puesto en los procesos sociales. blación y a los ingresos.
Somos sociólogos, estudiosos de las relaciones En la década de 1840 se instalaron las pri-
que entablan los agentes sociales y por lo tanto, meras fábricas de azúcar en Tucumán que, en
nos interesan las acciones, los conflictos, las realidad, eran haciendas cañeras con simples
negociaciones, las estrategias, llevadas a cabo trapiches de madera. La modernización tecno-
por los actores agrarios dentro del espacio so- lógica se dio con la llegada del ferrocarril, en
cio-económico que definimos como agroindus- 1876, que permitió transportar las maquinarias
trias. Nuestra perspectiva parte de los actores de origen europeo. La provincia pionera fue,
sociales y no de los procesos económicos. sin duda, Tucumán. En 1894 existía un solo in-
Agroindustrias del Noroeste, el papel de los actores sociales. Introducción 383

genio en Salta y tres en Jujuy, pero en Tucumán de ciertos avatares económicos y financieros,
ya existían 36. Sin embargo con la fundación el ingenio pasó totalmente a manos de Leach
del ingenio San Martín del Tabacal en Orán, y sus hermanos, quienes a esa altura también
Salta —que junto con el Ledesma en Jujuy lle- habían migrado de Inglaterra. En 1892, en las
garon a ser los más grandes e importantes den- tierras jujeñas se instala un tercer ingenio, La
tro de la actividad— el peso de Salta y Jujuy Mendieta, fundado por Alvarado y Müller. En-
se acrecentó. En 1891, Salta y Jujuy ya habían tre 1880 y 1890 la producción de las tres provin-
logrado, también, comunicarse por ferrocarril cias aumentó de 9.000 a 41.000 toneladas.
con Buenos Aires. En Tucumán, hasta 1880, los ingenios eran
La agroindustria regional se expandía gra- propiedades de residentes en la provincia. Fa-
cias a la política aduanera, que la protegía de milias como los Posse, los Gallo, los Méndez,
la competencia de producciones externas más los Terán, el grupo Paz, los Padilla y los Ave-
baratas. La protección contenía, además, una llaneda fueron los que iniciaron la inversión
favorable política crediticia, que permitía una de capital. Se logró un crecimiento que atrajo
amplia y sólida modernización tecnológica. capitales extrarregionales interesados, sucesi-
Algunos de los principales agentes de la vamente, en la importación de maquinarias, la
modernización en Jujuy fueron los integrantes comercialización en los centros urbanos y más
de la familia inglesa Leach. Cuenta Rutledge tarde en la inversión directa (Giarracca y Apa-
(1987) que el joven ingeniero inglés llamado ricio, 1989: 74).
Roger Leach llegó a Jujuy, en 1876, a supervi- Dentro de este grupo de inversionistas, se
sar la instalación de la maquinaria del ingenio destacaron Clodomiro Hileret, quien fundó el
Ledesma, propiedad de los hermanos Ovejero; ingenio Lules y el Santa Ana; Manuel García
en 1878 repite la tarea para el ingenio San Isi- Fernández, quien fundó el Bella Vista; y Ernes-
dro de la provincia de Salta, propiedad de los to Tornquist, quien en 1885, fundó la Compañía
Cornejo. Finalmente en 1882, Roger Leach jun- Azucarera Tucumana.
to con Miguel Aráoz, propietario de la Hacien- Salta y Jujuy fueron organizando la produc-
da San Pedro, Wenceslao Lobo y los hermanos ción en grandes complejos agroindustriales
Uriburu, instalaban su propio ingenio —La que integraban las distintas etapas en una sola
Esperanza— en la provincia de Jujuy. Después unidad productiva. La situación de Tucumán
384 Estudios rurales y movimientos sociales. Miradas desde el Sur

fue distinta: ya antes de la expansión cañera, alianza de la burguesía agroindustrial provin-


varios autores coinciden en reconocer la pre- cial con el poder central de Buenos Aires en los
sencia de la pequeña explotación campesina. finales del siglo XIX (Batán, 1978), fue confor-
Con la fiebre azucarera se generaría un exten- mando una región integrada tempranamente al
so campesinado que imprimiría la particulari- desarrollo nacional.
dad provincial dentro de la actividad. Tucumán tuvo, por un lado, movimientos so-
El peso de la agroindustria cañera en Tucu- ciales importantes (de cañeros chicos, de obre-
mán, Salta y Jujuy permite pensar que, en gran ros, etcétera), y tuvo, además, un temprano
medida, la vida sociopolítica de la región fue desarrollo socio-cultural (su Universidad, por
constituida por actores sociales muy ligados ejemplo, fue una de primeras en ser creadas y
a dicha actividad. En Salta, los dueños de los era una de las más importantes del país); estos
ingenios estuvieron fuertemente conectados al dos aspectos la diferenciaron, en gran medida,
partido Demócrata Nacional, que predominó en del resto de las provincias del Noroeste.
la vida política salteña durante los treinta y los Durante el siglo que se acaba, el Noroeste
cuarenta. Los Patrón Costa, dueños del ingenio fue cañero y ello significó no solo que las clases
San Martín del Tabacal, fueron destacadas figu- dirigentes estuvieran fuertemente conectadas
ras del partido y Luis Patrón Costas, hermano con la actividad, sino que, todos los sectores
de Robustiano, fue gobernador hasta 1940. El sociales estuvieran signados por esta historia
Partido Conservador Jujeño, pivoteado por regional. Se nacía en pueblos de los ingenios;
Don Herminio Arrieta, dueño del ingenio Le- se crecía y se aprendía a cosechar en itinera-
desma después de los Ovejero, tuvo, también, rios migratorios zafreros, los ciclos de la vida
significativa influencia en la vida política jujeña. social estaban fuertemente conectados con el
Algunos autores sostienen que en Tucumán, comienzo o el final de la zafra; muchos mitos
antes de la fiebre del azúcar, se vislumbraba y leyendas regionales están relacionados con
otro desarrollo más diversificado, y que el mo- las resistencias y conflictos de los trabajado-
delo monoproductor inspiró voces de resisten- res del surco o del ingenio (la leyenda de “el
cia así como prácticas y acciones —proyectos familiar”, por ejemplo); las identidades étnicas
políticos e investigaciones técnicas— orienta- se cruzaban con las de clase, todo ello dentro
das hacia la diversificación (Pucci, 1993). La de una organización social, en gran medida es-
Agroindustrias del Noroeste, el papel de los actores sociales. Introducción 385

tamental, autoritaria y paternalista. La región En la década del cuarenta comenzaron los


ingresaba de manera despareja e incompleta, a primeros intentos de sustitución de importa-
la modernización económica y a la modernidad ciones de los tabacos claros. Los realizó la BAT
político-cultural. y fue en el NOA. En realidad ya existían algu-
Las diferencias entre Salta y Jujuy (el Norte) nos intentos personales de finqueros que pro-
y Tucumán persistieron y se profundizaron. En ducían tabaco Virginia y variedades de tabacos
el Norte se logran mayores rendimientos saca- criollos y elaboraban cigarrillos en forma arte-
rinos y culturales de la materia prima, debido sanal. En varias entrevistas, los productores de
a situaciones climáticas más adecuadas; a la tabaco jujeños, y otros actores ligados a este
producción de la gramínea —menos heladas proceso, nos relataron la historia de sus fa-
por ciclo agrícola—; y a la utilización del rie- miliares y vecinos, todos migrantes europeos,
go. En el nivel industrial, los ingenios del Norte que comenzaron por los treinta producciones
logran menores costos como resultado de una intensivas en pequeñas parcelas. Esa fue la
adecuada escala de producción y de la organi- base social de la organización productiva que
zación integrada. llevaría a cabo la sustitución de importaciones
La actividad tabacalera, por otra parte, tie- por el tabaco Virginia y luego el Burley en Jujuy
ne una larga historia en el Noreste argentino y (véase el artículo de Susana Aparicio y Carla
cobra importancia en el Noroeste solo a partir Gras en este volumen).
de los años cuarenta. En efecto, la producción El cultivo del tabaco en Tucumán, en los de-
de tabacos negros, criollos y las manufactu- partamentos del Sur de la provincia, es relati-
ras artesanales de cigarros son ya muy impor- vamente reciente. Aparece como otro posible
tantes en el siglo XIX en Corrientes. Pero el cultivo para escapar de la monoproducción
desarrollo de la actividad en el Noroeste está cañera (también se probó con la soja), de he-
conectado con la expansión del consumo del cho, muchas de las tierras que en la década del
cigarrillo rubio, tipo americano, que comienza cincuenta se dedican al tabaco fueron entre-
con la importación de cigarrillos o del taba- gadas por un miembro de la familia Hileret a
co claro, cuando la British American Tobacco sus aparceros. La producción se incrementaba
(BAT) se instala en el país, en las primeras dé- paralelamente a los procesos expansivos de la
cadas de este siglo. industria y al crecimiento de la exportación de
386 Estudios rurales y movimientos sociales. Miradas desde el Sur

tabaco. Como consecuencia, muchos produc- avanzada la primera mitad de este siglo, situaba
tores abandonan la producción cañera para de- a las tres provincias en un nivel de desarrollo
dicarse en forma casi exclusiva al tabaco. En medio, dentro de la escala nacional. En efecto,
distintas entrevistas, los tabacaleros tucuma- en 1959, el producto bruto interno per cápita
nos nos relataron este proceso que se da fuer- nacional fue de $31.248 (aproximadamente 550
temente a partir de la década del sesenta con la dólares). Con excepción de las provincias más
instalación de la BAT, de Massalin y Celasco, y despobladas, Buenos Aires era la de mayor ni-
la firma Imparciales; hasta entonces, la mayoría vel, $60.987 (1033 dólares) y Misiones la de me-
de ellos producían hortalizas, caña o bien eran nor nivel, $9.870 (167 dólares). Jujuy lograba
jornaleros. Este proceso modificó la geografía un ingreso per cápita de $23.740 (402 dólares);
del sur tucumano, y La Cocha, el departamento Tucumán $19.311 (327 dólares) y Salta $18.737
que concentraba la mayor parte de las tierras (317 dólares). Jujuy estaba en el undécimo lu-
con tabaco, se convirtió en la capital del taba- gar de las veinticuatro provincias, solo un lugar
co. En todo el NOA, la actividad tabacalera mo- por debajo de la provincia de Córdoba; Tucu-
viliza cantidades importantes de población en mán estaba en el décimo quinto lugar y Salta
las épocas de implantación y de cosecha. en el décimo séptimo (Revista de Economía
En Jujuy y Salta las organizaciones tabacale- Regional, 1964)1.
ras están muy vinculadas a la vida institucional La suerte de la región se vio fuertemente
y política. Algunos de sus gobernadores han afectada por los cambios en la política econó-
surgido de las Cámaras provinciales, y sus es- mica desarrollada desde mediados de la déca-
trategias de intervención y negociación política da de los setenta, proceso que algunos autores
explican en buena medida los logros obtenidos denominan cambios en el régimen social de
por los productores en momentos de fuertes acumulación (Teubal, 1994; Nun, 1994). En el
pujas sectoriales; un ejemplo reciente lo que nuevo modelo, los cultivos destinados al merca-
constituye la restitución del Fondo Especial do interno —sobre todo los de consumo masivo
del Tabaco (véase el artículo de Leandro Ber-
toni en este volumen).
1 La equivalencia entre pesos y dólares para la épo-
En conjunto, las dos actividades fueron con-
ca es de la Economic Commission for Latin America
formando una economía regional que, hasta (ECLA). Citado por Rutledge, 1987: 237.
Agroindustrias del Noroeste, el papel de los actores sociales. Introducción 387

como el azúcar— sintieron los efectos de la re- Giarracca, N. y Aparicio, S. 1989 La


tracción en el consumo, debido tanto a la políti- integración del campesinado al complejo
ca regresiva de ingresos como a los altos índices agroindustrial cañero (Buenos Aires:
de desocupación y subocupación. Aquellos pro- UBACYT) Informe de Investigación.
ductos que pudieron lograr los cambios reque- Giarracca, N. y Aparicio, S. 1991 “Los
ridos para colocarse en los mercados externos, campesinos cañeros: multiocupación y
mantuvieron o expandieron la producción. organización” en Cuaderno del Instituto de
Mientras el azúcar se destina, básicamente, Investigaciones (Buenos Aires: Facultad de
al mercado interno, una parte importante de Ciencias Sociales, UBA) N° 3.
la producción de tabaco se exporta a través de Nun, J. 1994 “Populismo, representación y
fuertes cooperativas de agricultores. Mientras menemismo” en Sociedad (Buenos Aires)
que el decreto de desregulación económica libe- N° 5.
ralizó la actividad azucarera, el Fondo Especial Pucci, R. 1993 Monocultivo y diversificación en
del Tabaco, órgano de regulación y apoyo a la el Tucumán azucarero (Tucumán) Mimeo.
actividad tabacalera, sigue en funcionamiento. Revista de Economía Regional 1964 (Buenos
Es decir, las dos agroindustrias atraviesan por Aires) Año I, N° 1.
situaciones muy diferentes. La conformación de Rutledge, I. 1987 El desarrollo del capitalismo
estos escenarios y las acciones de sus principa- en Jujuy (Jujuy: Proyecto Ecira / UBA).
les actores, son presentadas en este libro. Scott, C. D. 1983 “Transnational corporations
[…] and asymmetries in the Latin American
food system”, ponencia presentada al
congreso Las Américas y la nueva
Bibliografía división internacional del trabajo,
Universidad de Florida.
Balán, J. 1978 “Una cuestión regional en la Teubal, M. 1994 “Cambios en el modelo
Argentina: burguesías provinciales y el económico: problemas de incluidos y
mercado nacional en el desarrollo agro- excluidos” en Giarracca, N. (comp.)
exportador” en Desarrollo Económico Acciones colectivas y organización
(Buenos Aires) N° 69, Vol. 18. cooperativa. Reflexiones y estudios de
388 Estudios rurales y movimientos sociales. Miradas desde el Sur

caso (Buenos Aires: Centro Editor de


América Latina).
Vigorito, R. 1978 “Criterios metodológicos
para el estudio de los complejos
agroindustriales” en El desarrollo
agroindustrial y la economía
internacional (México DF: SARH-CODAI)
Documento de Trabajo N° 1.
La integración económica
con el Brasil y los pequeños
productores cañeros* **
Norma Giarracca y Miguel Teubal***

Introducción ca con el Brasil en el marco de la formación


del Mercosur. Durante los años sesenta la in-
En años recientes se ha intensificado el debate tegración económica de América Latina había
en torno a los posibles caminos, mecanismos y sido impulsada, en gran medida, por la CEPAL,
consecuencias para diversos grupos y sectores siendo visualizada como un espacio que per-
sociales, del proceso de integración económi- mitiría profundizar el proceso de industrializa-
ción de la región (Teubal, 1961 y 1968). Pos-
teriormente esta problemática fue relegada,
* Giarracca, N. y Teubal, M. 1993 “La integración eco-
nómica con el Brasil y los pequeños productores cañe-
hasta que, en la actualidad, la integración eco-
ros” en Ciclos, Año III, Vol. III, N° 5, 2° semestre. nómica de la Argentina con el Brasil adquiere
una nueva entidad.
** Comunicación originalmente presentada al seminario Nuevos mecanismos de cooperación e inte-
“Redéfinition des politiques agricoles et alimentaires et le gración se han ido planteando, habiéndose fir-
rôle des petits producteurs”, Institut d’Etude du Dévelop-
pement Economique et Social, París, marzo de 1993. mado una serie de tratados y protocolos, tanto
globales como sectoriales. De este modo se
*** Economista, PhD en Economía Agraria de la Uni- abren nuevas perspectivas para la reestructu-
versidad de California, Berkeley. Profesor consulto e ración de ciertas ramas industriales y sectores
investigador superior del CONICET. Fue profesor ti-
productivos de ambas economías.
tular de Economía Agraria en la Facultad de Ciencias
Económicas, y de Economía II de la Facultad de Cien- Sin embargo, el proceso abierto es comple-
cias Sociales de la UBA. Ex-miembro del Transnational jo y multifacético, y su orientación futura, al-
Institute de Ámsterdam. tamente incierta (Chudnovsky, 1993). Asimis-
390 Estudios rurales y movimientos sociales. Miradas desde el Sur

mo, persisten perspectivas diferentes acerca les. En todos los países del Mercosur se están
del sentido mismo del proceso de integración aplicando políticas tendientes a la liberalización
y de cómo debería tramitarse. Desde una cier- plena de las economías, y fueron reduciéndose
ta perspectiva los mecanismos de integración los niveles arancelarios externos y medidas de
deben remitirse fundamentalmente a la pro- protección no arancelaria. A partir de ahí, “la re-
moción de la plena liberalización y apertura de estructuración pasa a ser orientada estrictamen-
las economías nacionales, como una suerte de te por mecanismos de mercado… la función del
continuación de procesos que, en años recien- gobierno es promover la liberalización comer-
tes, fueran iniciados por los gobiernos de los cial y, eventualmente, una política cambiaria
Estados miembros del Mercosur. Como conse- que no la desvirtúe” (Chudnovsky, 1993: 496).
cuencia, se pone énfasis sobre la liberalización Como consecuencia, los tratados y proto-
arancelaria y el impulso al comercio intrarre- colos firmados en el marco del Mercosur son
gional en el marco de una ampliación de los vistos —desde esta perspectiva— como pasos
mercados; esto presupone que “el mercado”, intermedios de esta tendencia liberalizadora.
por sí solo, establecerá pautas y orientaciones Si bien la conformación de un mercado común
necesarias y suficientes como para lograr una para el año 1994 involucraría, además, la coor-
adecuada reestructuración y una nueva inser- dinación de políticas y una mayor cooperación
ción de los diversos sectores en la economía económica para lograr la reestructuración in-
regional y mundial. Esta variante, que ha sido dustrial del espacio económico ampliado del
denominada “comercialista” (Chudnovsky, Mercosur, la plena liberalización del comercio
1993), no siempre considera como esencial la intrarregional así como también la libre circu-
coordinación de políticas entre los dos países, lación de factores de producción en la región
excepto aquellas que contribuyan a impulsar (básicamente del capital) contribuirían presun-
plenamente estos procesos de liberalización, tamente a la profundización de un esquema de
desregulación y apertura. especialización relativa en donde prevalece-
Dentro de esta tesitura, la integración eco- rían ventajas comparativas estáticas1.
nómica con el Brasil solo tendría sentido como
un instrumento que coadyuvara a la plena libe-
1 Dentro de esta tesitura, en meses recientes el go-
ralización y apertura de las economías naciona- bierno argentino se ha orientado hacia la finalidad de
Agroindustrias del Noroeste, el papel de los actores sociales. Introducción 391

Otras perspectivas que se han planteado en En este trabajo nos remitimos al análisis de
torno a la integración económica argentino- un sector particular —el de los pequeños pro-
brasileña visualizan este proceso como un me- ductores cañeros de Tucumán— y a los proba-
canismo mucho más defensivo, tendiente a la bles escenarios futuros que se le abren frente al
constitución de un bloque económico, y que re- proceso de integración económica con el Brasil.
queriría una mayor coordinación de políticas de El problema que abordamos atañe, por una
los países miembros, tanto a nivel global como parte, a la actividad o el complejo cañero en su
sectorial. Esta variante “industrialista” pone én- globalidad y, por la otra, a los pequeños pro-
fasis sobre el desarrollo de estrategias de más ductores cañeros tucumanos vinculados con
largo alcance, no solo en el campo del comercio este complejo agroindustrial. Evidentemente la
intrarregional, sino también en lo que atañe al actividad cañera en nuestro país ha estado regi-
proceso de reestructuración industrial, desarro- da por políticas nacionales, aunque también ha
llo tecnológico, consolidación de los complejos estado influida, indirectamente, por políticas
educativos, científicos, tecnológicos y del área que se desarrollan en el Brasil y en el mundo
de las políticas sociales. En este sentido se reco- azucarero y cañero en su globalidad. No es de
noce la necesidad de adoptar políticas de inte- extrañar entonces que los cañeros tucumanos
gración específicas para diversos sectores y de —en particular los más pequeños y los traba-
impulsar el desarrollo de estrategias que posibi- jadores vinculados con el sector— reciban el
liten la consolidación de “ventajas comparativas impacto de procesos más amplios que escapan
dinámicas”. Según esta variante, “el mercado”, a su control.
por sí solo, generaría costos sociales excesivos, En este trabajo nos proponemos reflexionar
por lo cual los múltiples problemas de reestruc- sobre los probables efectos de estos procesos
turación industrial que surgen en torno al proce- sobre los sectores subalternos dentro del com-
so de integración económica deberían ser nego- plejo cañero, considerando que sus intereses
ciados y coordinados en forma conjunta. no siempre coinciden con los intereses de los
demás agentes que integran el complejo cañero.
Las políticas más amplias que giran en torno
integrar el espacio económico que configura el Merco-
a la conformación del Mercosur, los acuerdos
sur en el NAFTA, a partir de las propuestas impulsadas
por la “Iniciativa para las Américas”. macroeconómicos y políticos que se logren en
392 Estudios rurales y movimientos sociales. Miradas desde el Sur

el nivel nacional e internacional, no consideran comenzado a desarrollar. El trabajo concluye


necesariamente los intereses específicos de los con algunas reflexiones en torno al impacto
pequeños productores cañeros tucumanos. Si que los procesos desatados en la actualidad,
bien fue firmado un protocolo según el cual así como la integración económica, podrían
habrán de continuar las negociaciones tendien- ejercer sobre la actividad y el sector de los pe-
tes a la coordinación de las políticas agrope- queños cañeros en el futuro.
cuarias de ambos países, nada asegura que esa
coordinación considere los intereses específi-
cos de estos sectores. Se trata, además, de un El mercado azucarero mundial
vasto sector que está en crisis, en gran medida
como consecuencia del proceso de desregula- De todos los bienes agropecuarios producidos
ción que se ha operado en los últimos años. en el Tercer Mundo, la caña de azúcar es casi
En la primera parte de este trabajo, presen- el único que sufre la competencia directa de
tamos algunas consideraciones en torno al otras actividades desarrolladas en los países
mercado cañero y azucarero mundial; caracte- templados del mundo altamente industrializa-
rizamos después al Brasil como productor de do. En primer lugar, está el azúcar de remola-
caña, de azúcar y de alcohol de caña a escala cha, que, por tener —por lo menos hasta hace
mundial. Seguidamente, ubicamos los princi- poco— mayores costos de producción que la
pales parámetros de la producción cañera de caña, es una actividad fuertemente subsidiada
nuestro país y dedicamos un apartado a la evo- tanto en la Comunidad Económica Europea
lución de la regulación estatal que ha tenido la (CEE) como en los EEUU. Asimismo, se han
actividad, para comprender el amplio entrama- desarrollado múltiples sustitutos del azúcar,
do institucional en el que los pequeños produc- tales como la isoglucosa o fructosa de jarabe
tores se desarrollaron y las repercusiones que de maíz, que sustituye al azúcar como un edul-
el desordenado retiro del Estado nacional pro- corante importante utilizado en la producción
voca en la actualidad. Caracterizamos al sector de gaseosas y alimentos procesados.
de pequeños productores así como a sus orga- El azúcar consumido actualmente en el
nizaciones representativas y presentamos algu- mundo proviene principalmente de la remola-
nas de las estrategias que en la actualidad han cha azucarera (37%) que se produce en climas
Agroindustrias del Noroeste, el papel de los actores sociales. Introducción 393

templados, y de la caña de azúcar (63%) que se dos terceras partes de la producción mundial.
produce en climas tropicales y subtropicales. Los EEUU y la CEE son también tradicionales
Durante la década de los años setenta la pro- importadores de azúcar, pese a que han aumen-
ducción de azúcar aumentó 25% —debido so- tado constantemente su producción en las úl-
bre todo al alza de la producción de la Comuni- timas décadas, en gran medida debido a políti-
dad Económica Europea— pese a la caída del cas proteccionistas. Estas les han permitido re-
consumo per cápita en los países ricos. Entre ducir sus volúmenes de importación y —en el
los años 1975 y 1979 la producción de azúcar caso de la CEE y la ex-URSS— convertirse en
de la CEE se triplicó debido a los fuertes sub- autosuficientes y exportadores de azúcar. Por
sidios desarrollados bajo la Política Agrícola otra parte, algunos países del Tercer Mundo
Común. En ese período, la superficie destinada han disminuido su producción, al mismo tiem-
a la producción de remolacha para azúcar fue po que han aumentado su demanda interna y
duplicada en Gran Bretaña. Estas tendencias reducido sus excedentes exportables. En la
continuaron en los años ochenta, debido a pre- década de los noventa se espera que continúe
cios mundiales nuevamente en alza luego de el auge de la producción en la CEE, la India,
que hubieran caído a los niveles más bajos de China y el Brasil, mientras que la producción
su historia en años anteriores, y a la sustancial de la ex-URSS tiende a declinar, así como tam-
caída de los stocks existentes. bién las exportaciones de Cuba. En el trienio
La producción mundial de azúcar en bruto 1988-1990 el Brasil fue uno de los principales
fue de 109 millones de toneladas en 1990-1991 productores de azúcar en el mundo, con una
(USDA, 1990, 1991, 1992), para la cual fueron producción de 8,1 millones de toneladas, sien-
utilizadas 20 millones de hectáreas (11,2 millo- do superado solamente por la CEE (16,1 mi-
nes de caña y 8,6 millones de remolacha). La llones de toneladas) India (11,8 millones), y la
India, el Brasil, Cuba y los EEUU son los prin- URSS (9,2 millones). Asimismo, los principales
cipales productores de caña de azúcar en el consumidores mundiales fueron la URSS (13,7
mundo, mientras que la ex-URSS y la CEE fue- millones de toneladas), la CEE (12,9 millones),
ron los mayores productores de azúcar de re- India (11,5 millones) y los EEUU (7,7 millones
molacha. Los países y regiones mencionados, de toneladas). El resto del mundo consumió
más Australia, China y México, aportaron casi 62,1 millones de toneladas.
394 Estudios rurales y movimientos sociales. Miradas desde el Sur

En los años ochenta el comercio mundial para el logro de la autosuficiencia alimentaria


de azúcar se mantuvo relativamente estable en en los países altamente industrializados. Estos
torno a los 28 a 29 millones de toneladas. Hubo elementos contribuyen a configurar una situa-
un lento crecimiento de la producción de los ción negativa para los productores cañeros del
países del Tercer Mundo debido a programas Tercer Mundo.
de sustitución de importaciones. Asimismo, En los EEUU se han aplicado regulaciones
se produjo una cierta saturación del mercado de todo tipo sobre el régimen azucarero ins-
de edulcorantes en los países altamente indus- taurado en el año 1934. Tras una serie de cam-
trializados, mientras que hubo una sustitución bios en la legislación que regulaba el sistema
importante de la producción cañera por edul- impuesto en esa fecha, en 1981 se sancionó
corantes derivados del maíz, y otros de alta in- la “Food and Agriculture Act”, que facultó al
tensidad y escasas calorías. presidente a establecer cuotas y derechos de
Los principales exportadores mundiales de importación variables para el azúcar, de hasta
azúcar son la CEE, Cuba, Tailandia, Australia el 50% ad valorem, adicionales a la tarifa de
y el Brasil, que en conjunto proveen 70% de importación. También impuso el “Market Sta-
las exportaciones totales. En el año 1990-1991 bilization Price” (MSP: Precio de Estabiliza-
hubo reducciones de los envíos del Brasil y de ción del Mercado), destinado a aplicar un im-
Cuba, que incidieron significativamente sobre puesto variable o “levy”, por diferencia entre
la caída de las exportaciones mundiales. el precio del mercado internacional y el MSP,
En el primer caso, se debió a la estrategia de el mínimo valor deseado para la producción
abastecer prioritariamente al mercado interno de local. Como la legislación obligaba a optar en-
azúcar y alconafta por sobre las exportaciones. tre el “levy” y la cuota y aquel no alcanzó para
A la competencia que significa para los pro- cubrir la protección deseada, porque la dife-
ductores cañeros del Tercer Mundo, la produc- rencia entre el precio local e internacional su-
ción de azúcar de remolacha y de otros susti- peró el 50%, se decidió utilizar la cuota como
tutos por parte de los países del “Primer Mun- sistema de restricción a las importaciones.
do”, se le suma un mercado mundial azucarero Esto tuvo lugar en 1982. A partir de entonces
altamente regulado. En efecto, existen cuotas el precio internacional del azúcar inició una
a las importaciones y subsidios de todo tipo caída espectacular que lo llevó hasta niveles
Agroindustrias del Noroeste, el papel de los actores sociales. Introducción 395

no imaginados anteriormente (véase de las El Brasil en el mercado mundial


Carreras, 1990: 18-19).
Una situación semejante involucró a la CEE El Brasil es uno de los mayores productores
en los años ochenta. El régimen azucarero de mundiales de caña de azúcar, que se destina
la CEE forma parte de una estrategia destinada en un 60 por ciento a la producción de alco-
a lograr la autosuficiencia alimentaria en este hol para uso energético y en un 40 por ciento
rubro. Se establecieron precios de garantía para la producción de azúcar. En ese país el
para la producción comunitaria, limitaciones a azúcar y el alcohol están profundamente inte-
las importaciones, y subsidios a las exportacio- rrelacionados. La industrialización de la caña
nes que llegaron a costar aproximadamente 3 está a cargo de empresas que originariamente
millones de dólares por día. se dedicaban a la elaboración del azúcar y que
luego instalaron destilerías, y de otras que solo
La Comunidad Económica desarrolló una po- elaboran alcohol. El programa alcoholero tuvo
lítica de producción beligerante destruyendo
su origen en 1975, cuando aumentó el precio
los mecanismos internacionales para la fijación
del petróleo generándose la crisis del sector
de los precios (del azúcar) establecidos bajo el
Acuerdo Internacional del Azúcar (lnternational
externo del país, lo cual motivó la decisión de
Sugar Agreement, ISA), que en teoría deberían expandir el cultivo de la caña para el desarrollo
haber servido como “salvavidas” para los pro- del programa energético. Como consecuencia,
ductores cañeros del Tercer Mundo en una época la producción de caña pasó, entre 1975 y 1988,
en que los precios internacionales se colapsaron. de 68 millones a 231 millones de toneladas.
(Plant, 1987: 158) En 1989-1990 la producción de caña rindió
260 millones de toneladas de caña no proce-
Estas políticas han incidido significativamente sada sobre una superficie de 4,1 millones de
sobre el mercado azucarero mundial, que no ha hectáreas. De esta producción, aproximada-
podido recobrar el dinamismo y el potencial mente 147 millones de toneladas se utilizaron
que tuvo en épocas pasadas. Son pocos aque- para la producción de etanol, 73 millones se
llos que piensan que existe un futuro promiso- orientaron a la producción de azúcar, y el resto
rio para el azúcar en el mercado mundial. se utilizó como forraje o tuvo usos no comer-
ciales (USDA, 1990: 32). Aproximadamente un
396 Estudios rurales y movimientos sociales. Miradas desde el Sur

73% de la producción cañera y dos terceras que recibe subsidios tanto para la producción
partes de la superficie utilizada pertenecen a como para el consumo, ha generado la indus-
los Estados del centro-sur del país. San Pablo, tria productora de etanol más importante del
que contribuye con más del 50% de la produc- mundo. Se trata de una industria que provee
ción de caña del Brasil y que tiene los menores gran parte de la alconafta utilizada en la flota
costos de producción, domina esta área, que de automotores del país.
incluye además a los Estados de Minas Gerais, Hasta hace unos años, las refinerías produ-
Río de Janeiro, y de Paraná. En esta región la cían la mayor proporción de azúcar brasileño;
producción de caña se realiza sobre tierras fér- era un producto más artesanal y de mayor cali-
tiles y planas, lo cual ha posibilitado una alta dad que el cristal. Actualmente, las usinas son
tasa de mecanización. las que producen el azúcar centrifugado o cris-
El centro-sur produce aproximadamente el tal. Las usinas, que conforman el eslabón más
85% del etanol provisto a los grandes centros importante del complejo agroindustrial, están
industriales y a la población urbana. La indus- llegando al autoabastecimiento pero tienen
tria del etanol basada en la producción cañera aún una proporción de materia prima provista
se considera altamente eficiente. Estudios reali- por los fornecedores.
zados indican que la región está entre los prime-
ros seis países con costos más bajos del mundo
para este tipo de actividad (USDA, 1990). El complejo agroindustrial
El resto de la producción proviene de los Es- cañero en la Argentina
tados del norte y del nordeste, que producen
entre el 20 y el 25% de la producción cañera del Frente a la producción y el consumo cañeros
país, aproximadamente un tercio de su produc- del Brasil, la actividad cañera y azucarera de la
ción de azúcar y 15% del etanol. La industria Argentina tiene una importancia mucho menor.
del etanol es allí relativamente menos eficiente. Nuestro país es solo el productor número 21
Gran parte de la actividad cañera del Brasil de azúcar en el mundo, con una producción de
estuvo relacionada con la estrategia nacional apenas 1,1 millones de toneladas.
de producir etanol en sustitución de las impor- La producción de caña de azúcar en la Ar-
taciones de petróleo. El programa de etanol, gentina está destinada, mayoritariamente, al
Agroindustrias del Noroeste, el papel de los actores sociales. Introducción 397

mercado interno (75% en promedio histórico). compran solo pequeñas cantidades comple-
Genera el 7% del valor bruto de la producción mentarias a la propia (a 80 productores capi-
agrícola nacional (cuarto lugar después de la talistas independientes, de origen inmigrante),
soja, trigo y maíz), mientras que el azúcar re- en Tucumán abundaron ingenios sin produc-
presenta el 4,14% del rubro “alimentos y bebi- ción de caña propia que compraban a peque-
das” de la canasta familiar. ños productores independientes, asentados en
Se trata de una de las agroindustrias más an- los alrededores de los molinos. La formación
tiguas del país, que fue iniciada en forma arte- de este sector “cañero” en Tucumán, y su rela-
sanal en el siglo XVII. Con la consolidación del ción con la burguesía industrial, ha sido objeto
“Estado moderno” a fines del XIX, comenzó su de varios estudios (Pucci, Santamaría, Delich,
etapa de expansión y modernización. La pro- Giarracca y Aparicio entre otros).
vincia de Tucumán, pequeño territorio ubicado La producción total nacional de caña fue
en el noroeste del país, fue la primera región de 9,3 millones de toneladas en 1970 y pasó a
que —con la instalación del ferrocarril y con 16,4 millones en 1980. A partir de entonces la
fuertes inversiones de distintos orígenes (véa- producción cañera fue disminuyendo: a 14,8
se Balán, 1978)— logró el abastecimiento del millones de toneladas en 1987 y superando
mercado interno. En los comienzos del siglo apenas los 10 millones de toneladas en 1989
XX se incorporaban las provincias de Salta y y 1990. Es decir que en la actual década la
Jujuy, que contaban con mejores condiciones producción cañera vuelve a estar en los nive-
climáticas y agronómicas que Tucumán y con les de la década del setenta y con una fuerte
la posibilidad de abastecerse de mano de obra tendencia a la disminución. Tucumán partici-
barata proveniente de pueblos cordilleranos pa de esta producción en un 60%, Jujuy, 25%,
andinos y bolivianos. y Salta, 10%.
Las diferencias entre Salta y Jujuy (el Nor- La producción total de azúcar aumentó de
te) y Tucumán persistieron y se profundizaron. 900 mil toneladas en 1970 a un máximo de
Mientras que en la primera zona predominó la 1.600.000 toneladas en 1980. Luego, igual que la
organización de grandes y pocos ingenios inte- producción de caña, fue descendiendo: en 1990
grados verticalmente (5 en la actualidad, que apenas superó 1.200.000 toneladas. Tucumán
producen el 85% de la caña que necesitan), que participó a lo largo del período con entre un 50
398 Estudios rurales y movimientos sociales. Miradas desde el Sur

y un 60% del total; Jujuy, entre 24 y 37% y Salta, zación del riego2. En el nivel industrial, los in-
entre un 9 y un 15%. genios del Norte tienen menores costos como
Durante la década del ochenta se puso en resultado de una adecuada escala de produc-
marcha un programa para estimular la pro- ción (Campi, 1992) y a la integración agroin-
ducción de alcohol de caña: Programa Alco- dustrial vertical.
nafta. Como hubo una disminución de la de- Cualquier caída de los precios siempre ha
manda internacional, el gobierno generó una afectado en mayor medida a los productores
política impositiva favorable al solo efecto de tucumanos (agrícolas e industriales), quienes
buscar un uso alternativo a la caña. La pro- se han visto más expuestos a variaciones cí-
ducción de alcohol ha estado a cargo de los clicas por su mayor vulnerabilidad frente a los
ingenios con destilerías que la proveen a las cambios climáticos.
empresas petroleras, las que se encargan de Estas condiciones de producción han lle-
la mezcla y la distribución como sustituto de vado a que Tucumán siempre fuera decidida-
la nafta en doce provincias. El programa no mente favorable a la regulación estatal, y los
ha tenido éxito y ha dejado de aplicarse en productores del Norte fueran demandantes de
varias provincias. medidas de mayor liberalización. Sin embargo,
En Tucumán, la caña es producida por en la práctica, la regulación también los ha fa-
11.496 cañeros; funcionan 16 ingenios (mu- vorecido vía precios.
chos en delicada situación financiera). To-
davía es la principal zona productora: como
vimos anteriormente, cuenta con casi 70% de
la superficie plantada del país; genera 60% de
la producción de caña y 50% de la producción
de azúcar.
En la zona Norte se logran mayores rendi- 2 Los rendimientos tucumanos oscilan entre 42 y
mientos sacarinos y culturales de la materia 45 mil kg. de caña por hectárea, mientras los de Salta
prima, debido a situaciones climáticas más trepan los 70 mil y Jujuy ha llegado a 80 mil y en los
últimos años se mantienen en 78 mil kilogramos de
adecuadas a la producción de la gramínea —
caña por hectárea (Fuente: Secretaría de Agricultura
menos heladas por ciclo agrícola— y a la utili- y Ganadería).
Agroindustrias del Noroeste, el papel de los actores sociales. Introducción 399

La regulación estatal y los 7. condiciones para que los ingenios obtuvie-


pequeños cañeros ran fuerza de trabajo barata.

El Estado argentino ha sido un actor privilegiado En todo el período de expansión del complejo
en el funcionamiento de la actividad cañera. En agro-industrial los actores sociales conforma-
los primeros tiempos, fue creando las condicio- ron “frentes azucareros” con el propósito de
nes de posibilidad para que la agroindustria se defender, en el plano nacional, la protección in-
desarrollara: en forma indirecta, mejorando la in- dustrial. Sin embargo, los objetivos y necesida-
fraestructura, o de manera directa, protegiendo la des de estos agentes no fueron siempre coinci-
producción interna de azúcar mediante el manejo dentes. La crisis de sobreproducción de finales
de tarifas aduaneras. En un trabajo sobre el com- del siglo XIX que saturó el mercado, provocó la
plejo cañero (Giarracca y Aparicio, 1991) se de- baja de los precios y las consecuentes quiebras
tectaron siete formas de intervención del Estado de ingenios y agricultores, mostró temprana-
durante los orígenes de la actividad en Tucumán: mente los límites del sistema (Bravo, 1992).
1. el establecimiento de un sistema eficiente de En la primera parte de este siglo, básica-
transporte; mente a partir de 1920, las medidas del Estado
2. aplicación de tarifas aduaneras proteccio- tendían a mantener cierto equilibrio de fuerzas
nistas para la industria; entre los principales agentes del sistema. Se ha
caracterizado a esta etapa como de “protección
3. ayuda crediticia;
distributiva” (Murmis y Waisman, 1969). Las po-
4. exenciones de impuestos; líticas públicas más importantes del período que
5. subsidios a las exportaciones; dan cuenta de la intención distributiva fueron: el
6. concesiones especiales a la empresa Refine-
ría Argentina3;
gentina, gracias a dos factores confluyentes: la protec-
ción del Estado nacional y el apoyo financiero de la ban-
3 Como resultado de la demanda creciente de azúcar ca europea. El apoyo estatal se materializó a través de la
refinado, hacia 1885 varios empresarios consideraron la garantía de dividendos por 15 años a una tasa del 7%, las
idea de crear una refinería. El plan que resultó exitoso exenciones de impuestos y un impuesto a la importación
fue el de Ernesto Tornquist, quien fundó la Refinería Ar- de azúcar (Soverna, Giarracca y Aparicio, 1991).
400 Estudios rurales y movimientos sociales. Miradas desde el Sur

“Laudo Alvear” del gobierno radical en 1927 y las En 1966 el gobierno del general Onganía produ-
políticas sociales y la creación del Fondo Regu- jo el cierre de siete ingenios: cuatro pertenecían a
lador del primer gobierno peronista (1945-1955). “nuevos industriales” ajenos a la provincia y con
vinculaciones con la opositora Confederación
General Económica, dos eran ingenios coopera-
La crisis de 1966 y el sistema de tivos y uno de empresarios tucumanos. De los 15
“cupos de producción” ingenios que quedaron solo 7 estaban en situación
financiera sólida. Los productores de caña, mien-
A comienzos de los años sesenta la industria tras tanto, quedaron sin las protecciones genera-
azucarera tucumana presentaba un retraso das por el gobierno anterior, y no pudieron resistir
tecnológico y un bajo nivel de equipamiento, al establecimiento de la cupificación —realizada
consecuencia de una política que no indujo ne- en base a la cosecha de 1965— que generó la ad-
cesariamente a la inversión productiva. El bajo ministración de facto. Se estimuló la venta volun-
nivel de desarrollo de estas empresas era resul- taria de cupos previamente repartidos, así como
tado de políticas de subsidios sin los cuales no la expropiación de los cupos más pequeños con
operaban: cuando se veían amenazadas echa- una compensación a los agricultores.
ban mano a la “cuestión social” provincial para Estas medidas, lejos de solucionar la si-
no perder privilegios. Esta situación alcanzó su tuación, la empeoraron aún más. No fueron
punto de ruptura hacia 1960. coordinadas con efectivas medidas de recon-
El gobierno del Dr. Frondizi intentó erradi- versión; en consecuencia, si bien se retiraban
car la regulación estatal, en tanto el breve in- los cupos, no se erradicaban los cañaverales y
terregno democrático del Dr. Illia (1963-1966) los agricultores siguieron levantando su caña y
consideró las modificaciones del sistema pre- entregándosela a productores con cupos. Las
ocupándose particularmente por la situación consecuencias más notables de esta situación
del pequeño productor. El golpe de Estado de fueron la disminución de los rendimientos en
1966 y la administración militar decidieron general4 y el desarrollo de un mercado negro
una de las intervenciones directas más con-
tundentes en la actividad cañera: la fijación de 4 Los productores con cupos no debieron esforzarse
cupos de producción. para obtener la cuota fijada: si no la alcanzaban la con-
Agroindustrias del Noroeste, el papel de los actores sociales. Introducción 401

de cupo (Canitrot y Sommer, 1972; citado por dificado en 1972 y 1975. Ciertamente, a través
Giarracca y Aparicio, 1991). del crédito barato y de la liquidación de una
Los pequeños productores fortalecieron, en compañía estatal que manejaba varios ingenios
este período, formas asociativas, como estrate- (CONASA) se había facilitado la entrada de
gias para sostenerse, y en algunos casos para ca- grupos empresarios estrechamente vinculados
pitalizarse. Es el período en que se registran dos con el gobierno.
tipos de asociaciones: “sociedades de hecho”, El salario del obrero industrial y del peón
grupos de parentesco o vecinales que compac- agrícola disminuyó notablemente en el pe-
taban los “cupos” y trabajaban en una escala su- ríodo, como también la cantidad de personal
perior de producción; o las cooperativas, como ocupado en la rama, todo lo cual favoreció a
medios de abaratar insumos y comercializar en los industriales y cañeros grandes al disminuir
mejor posición con los ingenios. Un buen núme- costos de producción. De todos modos las za-
ro de campesinos adquirieron tractores y dentro fras seguían siendo financiadas por las institu-
de este mismo estrato aparecieron los dirigentes ciones oficiales que recibían créditos del Ban-
más activos del movimiento cooperativo que en co Central, en tanto la Dirección Nacional del
los ochenta tomarán iniciativas relevantes para Azúcar fiscalizaba la operatoria.
el sector: la “integración hacia delante”. Si bien el azúcar no había sido un producto
destinado a la exportación, los grandes volú-
menes exportados en el trienio 1972-1974 —
La crisis de 1984-1985 y la que obtuvieron altos precios— se explican
intervención del gobierno radical debido a una favorable coyuntura del mer-
cado mundial. Otra situación internacional
La dictadura militar (1976-1983) no había gene- propicia se reiteró en los años 1980-1981 y las
rado políticas que modificaran sustancialmen- exportaciones de ese año significaron el 47%
te el sistema de cupos establecido en 1966 mo- de la producción nacional. La importancia del
nuevo mercado para la actividad se pone de
manifiesto en la profunda crisis de los años
1984-1985, cuando debido a las tendencias
seguían a un precio muy inferior al de venta comprán-
dola a los pequeños cañeros sin cupo. recesivas del mercado internacional los inge-
402 Estudios rurales y movimientos sociales. Miradas desde el Sur

nios entraron en cesación de pagos a provee- perdieron su azúcar). Finalmente, a instancias


dores y acreedores. de la organización representativa del pequeño
Frente al deterioro del estado financiero de cañero (Unión de Cañeros Independientes de
los ingenios tucumanos, el gobierno del Dr. Al- Tucumán, UCIT), se sancionó otra normativa
fonsín buscó un mecanismo que permitiera una para autorizar a las cooperativas a comerciali-
mayor autofinanciación de los agentes y que zar por cuenta de los cañeros.
solucionara la situación de emergencia en la De este modo, la intervención del Estado
que se encontraban los pequeños productores en esta coyuntura innovó y fortaleció la orga-
a quienes los ingenios habían dejado de pagar nización de los productores. Aumentaron las
la cosecha 1985. cooperativas, sobre todo las de segundo grado
Un decreto presidencial estableció un siste- (federaciones de cooperativas) se capacitaron
ma de comercialización opcional al estableci- para funciones agroindustriales, y se estimuló
do por ley. Este sistema, denominado “maquila la integración cooperativizada agroindustrial.
oficial”, limitaba las funciones financiadoras e El sistema estimuló la capitalización del
integradoras de los ingenios y modificaba la re- sector agrario, permitió un mayor ingreso al
lación cañero-ingenio. sector de pequeños productores y un notable
El “Decreto de maquila” autorizaba a los in- aumento de los rendimientos agrícolas. Asi-
genios a contratar con los productores de mo- mismo, puso una vez más al descubierto la in-
lienda de caña a cambio de una participación eficiencia de parte del sector industrial tucu-
en la misma. El ingenio recibía 47% de azúcar mano: convocatorias de acreedores, quiebras
molida a cuenta del cañero como pago del ser- y “vaciamientos” de empresas estuvieron a la
vicio, y el agricultor recibía el 53% restante. Uno orden del día. Simultáneamente, otro grupo
de los problemas que se puso de manifiesto con de ingenios (entre los cuales se encontraba
el funcionamiento del sistema fue quién comer- uno en poder de las cooperativas) mostraban
cializaba el azúcar del cañero. Se intentó una altos rendimientos industriales, bajos costos
“corporación de cañeros de Tucumán” pero fue y con el tiempo comenzaron a sanear situa-
resistida por los industriales; en segundo lugar ciones financieras complicadas; más aún, la
se adjudicó aquella tarea a la Dirección Nacio- sociedad de la que la Liga de Cooperativas Ca-
nal del Azúcar, pero fue un fracaso (los cañeros ñeras formaba parte, que arrendaba al ingenio
Agroindustrias del Noroeste, el papel de los actores sociales. Introducción 403

Nuñorco, lo lograba comprar. Asimismo, gran- ducción, la DNA establecía cupos mensuales
des capitales agrarios cañeros comenzaban a de comercialización de azúcar, y mediante el
invertir en ingenios, en una nueva tendencia otorgamiento de “cupos extras” mantuvo en
—iniciada por las cooperativas— de “integra- pie a varios ingenios a punto de quebrar, más
ción vertical hacia delante”. por razones políticas que por razones técnicas
El sistema de participación y concertación o “sociales”, como aducían las resoluciones.
de los agentes que establecía el sistema de
maquila no se correspondía con la rigidez que
establecía la Dirección Nacional del Azúcar en El decreto de
la regulación de la actividad en su conjunto. desregulación de 1991
Mientras se creaban federaciones de coopera-
tivas de pequeños, medianos y grandes produc- El decreto 2284 de desregulación económica
tores, se creaban formas de competencia para de fines de 1991, formó parte de un paquete de
atraer a los agricultores más productivos5, se medidas del gobierno de Menem, tendientes a
iniciaban formas de organización agroindus- la liberalización de la economía.
trial con integración de costos y se encontraba El decreto establece la disolución de la Di-
una forma de concertación con los grandes in- rección Nacional del Azúcar que regulaba la
genios del Norte, la DNA seguía con los viejos producción de caña, así como la derogación de
sistemas clientelísticos y no exentos de corrup- la Ley Nacional del Azúcar y todos los decretos
ción; era un antiguo organismo nacional donde ad hoc de regulación.
el grupo “político” tenía mayor fuerza que el Algunas medidas tomadas por el Ejecutivo
grupo de técnicos que habían ideado el sistema Nacional desde que el Dr. Menem asumió la
de maquila. Así, además de los cupos de pro- presidencia se orientaron a la desregulación.
Por ejemplo, durante 1990 el decreto de maqui-
la fue sustituido por otro que establecía: “Los
5 El cañero podía optar por pertenecer a una coo- porcentajes de distribución del azúcar produci-
perativa y entregar carla y recibir azúcar, operar do serán de libre negociación entre las partes”.
vendiendo la caña (venta por ley) o, por último, otros
arreglos privados con el ingenio, que se llamaban “ma- Complementando esta normativa se permitía
quila privada”. comerciar el azúcar de maquila (anteriormente
404 Estudios rurales y movimientos sociales. Miradas desde el Sur

en manos de las cooperativas) a los ingenios cumana. El trabajo señalaba una tendencia
que la procesaron. a la disminución del “campesino puro” y la
formación de una capa de “transicionales” y
“familiares capitalizados” quienes registraban
Los pequeños productores en la un nivel de capitalización más elevado que los
actividad cañera primeros. El Censo Nacional Agropecuario
corroboró estas tendencias en cifras aún más
Un trabajo da cuenta de 11.496 productores tu- contundentes que las del trabajo de Giarracca
cumanos que conforman una estructura produc- y Aparicio6.
tiva heterogénea y en constante modificación. Se La producción de caña como única activi-
establecieron tipos de productores según el ni- dad agropecuaria para la venta subsiste como
vel de capital invertido en la unidad (medido por característica predominante: casi el 77% de
maquinarias) y utilización de mano de obra ajena las explotaciones son monoproductoras. Si a
a la explotación (Giarracca y Aparicio, 1991). esta información se la cruza por la tipología
presentada en el cuadro anterior se obtiene
Cuadro N° 1
Tipología de productores
6 Este trabajo se hizo en 1988, unos meses antes
de que se realizara el Censo Nacional Agropecuario.
Pequeños productores Porcentaje
Este último (cuyos datos se publicaron cuatro años
Campesinos puros 42,2% después) registra alrededor de mil productores menos
Campesinos transicionales 18,1% en los estratos menores de superficie que el estudio de
Giarracca y Aparicio. La muestra estadística (basada
Familiares capitalizados 22,0%
en el registro de la DNA) sobreponderó a los cañeros
Empresarios 17,7% de pequeños cupos (hasta 25 t. de cupo) que aparecían
Total 100% (11.496) en los registros de productores del ente oficial pero en
los hechos ya habían desaparecido, por muertes o por
Fuente: Giarracca y Aparicio, 1991: 37. “venta” del cupo (que legalmente estaba prohibida: el
cupo estaba ligado a la tierra, no se podía vender sin
En el Cuadro N° 1 se muestra la gran hetero- ella). En todos los otros parámetros la “muestra” y el
“censo” coinciden (Ver Giarracca y Aparicio: anexo me-
geneidad en la estructura agraria cañera tu- todológico y Tecno UBACYT, 1991).
Agroindustrias del Noroeste, el papel de los actores sociales. Introducción 405

que mientras el 86,9% de los “campesinos Los pequeños productores


puros” y el 76,9% de los “empresarios” son y sus organizaciones
monoproductores, estas proporciones bajan
en los “campesinos transicionales” a 59,4% y Los pequeños cañeros están organizados gre-
en los “familiares capitalizados” a 69,9%. En mialmente en la Unión de Cañeros Indepen-
efecto, los productores medios adoptan una dientes (UCIT), creada en 1945, pero que re-
estrategia productiva de mayor diversifica- gistra antecedentes importantes (el Sindicato
ción en la producción destinada al mercado, Cañero) en la década del treinta. UCIT tuvo po-
los “transicionales” incorporaron tabaco, hor- siciones reivindicativas que expresaban el alto
talizas y animales (vacunos y porcinos); los grado de organización de los cañeros.
“familiares capitalizados” incorporaron espe- La primera cooperativa cañera se forma en
cialmente cereales y hortalizas (Giarracca y ese mismo año, 1945, en el departamento de
Aparicio, 1991: 41). Simoca; sin embargo, la proliferación de coo-
Así también los campesinos comenzaron perativas se produce en los años sesenta, en
a complementar ingresos con otras activi- un período de intensa agitación social. Entre
dades fuera de la explotación. Gran parte 1966 y 1969 surgen cooperativas en casi todos
de los miembros de las unidades “pequeños los departamentos cañeros. Los dirigentes que
productores” (los componentes de la unidad formaban las cooperativas actuaban en UCIT.
doméstica) desarrollan actividades asalaria- “Cooperativas y sindicato eran estrategias de
das fuera de la explotación. Los más pobres, un movimiento, formado por luchadores, para
en tareas agrícolas precarias, y las mujeres defendernos de las injusticias” (Entrevista a un
e hijas, en tareas de servicio doméstico de cañero, citado por Riveiro, 1992).
ciudades cercanas o en Buenos Aires (mi- A partir de 1985, las cooperativas se organi-
graciones transitorias); los miembros de los zan en “federaciones” para cumplir el requisito
“familiares capitalizados” en trabajos más de la normativa de maquila y comercializar el
calificados en servicios y las mujeres en en- azúcar a cuenta del cañero. También se crean
fermería o docencia. cooperativas de grandes productores, que en la
actualidad están desapareciendo.
406 Estudios rurales y movimientos sociales. Miradas desde el Sur

La Liga de Cooperativas Cañeras de Tucu- más “de hecho” que por las normativas, ya que
mán, la Cooperativa de Productores Agrarios la DNA se estaba desmantelando. Los actores
de Tucumán (COPRATUC) y la Asociación de del complejo programaban formas de concer-
Cooperativas Cañeras de Tucumán agrupan a tación privada y hubo un intento de acuerdo
los “pequeños productores”. La Liga agrupó, entre las cooperativas tucumanas y el sector
hasta hace poco, a once cooperativas de pri- industrial nacional, para establecer reglas del
mer grado, entre ellas la cooperativa de traba- juego respetadas por todos, por ejemplo man-
jo Campo de Herrera. Además forma parte de tener cierta cuota de azúcar en el mercado
una sociedad (junto con el Estado provincial mensualmente para no bajar los precios.
y los trabajadores de fábrica) propietaria del Sin embargo, la aparición del decreto de des-
ingenio Nuñorco7. regulación apresuró un proceso que, de haber-
Las tres federaciones que agrupan a peque- se dado con más tiempo, hubiese resultado de
ños productores comercializaban alrededor otra forma. La desregulación total, el cierre de
del 10% del azúcar a nivel nacional. La Liga la DNA (que de hecho casi no funcionaba) vol-
fraccionaba y distribuía por su cuenta y llegó a vió a cohesionar a los agentes regionalmente.
tener un local de distribución en Buenos Aires. Los industriales tucumanos nuevamente aduje-
ron la “cuestión social” para encontrar solucio-
nes a la situación de endeudamiento en la que
La situación actual se encontraban mayoritariamente. Los cañeros
pequeños y sus organizaciones, frente a la reti-
Durante los cuatro años en que se comerciali- rada total del Estado y el peligro de un precio
zó mediante el contrato de maquila oficial, los del azúcar que comenzó a bajar casi un 50%
agricultores se capitalizaron y fortalecieron (llegó a $0,21 el kg) volvieron a la antigua alian-
sus organizaciones. En los primeros años del za con los industriales de Tucumán, demandan-
gobierno menemista la situación funcionaba do al Estado provincial que interviniera.
Así se creó un ente concentrador de azúcar
financiado por el Banco Provincia y el Banco
7 Para un desarrollo mayor del proceso de formación
Nación, con la garantía de la coparticipación
de la Liga y la importancia de la compra del ingenio, ver
Giarracca, 1992. federal de Tucumán. Es decir que si no se cum-
Agroindustrias del Noroeste, el papel de los actores sociales. Introducción 407

plía con los pagos de los préstamos la Nación mos una suerte de Plan Brady azucarero en Tu-
podía retener la partida de la provincia en la cumán, con formas de pago especiales para las
co-participación de ingresos nacionales. Ese deudas previsionales, impositivas, bancarias
ente financió la zafra de 1992 recibiendo azúcar que arrastran los ingenios” (Clarín, 1-2-1993).
a $0,25, pero con la finalidad de no entregarlo al En otros ingenios la situación no es mejor: gru-
mercado hasta que no se produjera un aumen- pos de dudoso origen arrendaron dos ingenios
to del precio. Este ente, llamado Mercoazúcar, y en la mitad de la zafra desaparecieron de la
está integrado por ingenios y las cooperativas provincia dejando deudas con los cañeros8.
comercializadoras y sustentado por el gobier- Las organizaciones de los pequeños produc-
no provincial. En noviembre de 1992 terminó tores, mientras tanto, actúan de distintas for-
la zafra, y en las últimas semanas de febrero de mas. Algunos dirigentes, sobre todo de UCIT,
1993 efectivamente el precio del azúcar subió a consideran que el sector no puede reacomo-
$0,38, con lo cual es de esperar que el Mercoa- darse a la nueva situación recibiendo precios
zúcar haya logrado su objetivo de cancelar el muy bajos. Muchos pequeños productores,
préstamo y lograr una mayor ganancia para los frente a la situación de este año, vendieron
entes comercializadores que participaron en él. caña en pie sin cubrir costos; las cooperativas
Esta fue una situación de emergencia frente que entregaron al ingenio cooperativizado fue-
al descontrol que suscitó el decreto de desregu- ron las únicas que lograron contratos de maqui-
lación, o por lo menos así fue caracterizada por la con los porcentajes anteriores. Esto derivó
importantes actores del complejo. Existen des- en problemas de costos para el ingenio, con lo
niveles entre los grupos de ingenios que con- cual la situación del sector cooperativizado se
trolan el mercado y el ingenio cooperativizado tornó delicada. Esto, a nuestro entender, ha lle-
y las cooperativas en general. vado a que las organizaciones de los pequeños
Los ingenios tucumanos tienen fuertes deu-
das con el Estado provincial y el nacional que
constantemente buscan refinanciar. Carlos Paz, 8 Un artículo sobre grupos mafiosos de Tucumán se
dueño del ingenio Concepción, en su carácter sorprende de que ciertos personajes que actuaron en
negocios clandestinos durante la década pasada hayan
de presidente del Centro Azucarero Tucumano
podido arrendar un ingenio en la última cosecha (ver
(que nuclea a los ingenios) declaró: “necesita- “Buenos muchachos” en Clarín, 21-2-1993).
408 Estudios rurales y movimientos sociales. Miradas desde el Sur

productores hayan perdido la capacidad para les; existe además un programa dedicado a
generar iniciativas en forma independiente del este fin de la SEAGYP.
sector industrial. 3. fortalecer las cooperativas de comercializa-
De todas formas, las organizaciones represen- ción para estar en mejores posiciones frente
tativas de los pequeños productores desarrollan a los ingenios10.
distintas estrategias frente a la grave situación:
1. buscar soluciones para el ingenio propie-
dad de las cooperativas, mediante créditos y
disminución de costos; encontrar formas de
Reflexiones finales
disminuir costos agrícolas mediante “fren-
La actividad cañera y azucarera de nuestro país
tes de cosecha”9, y preservar el espacio de
pasa por una importante crisis, que seguramen-
la integración cooperativizada, que alcanza
te va a derivar en una profunda reestructura-
a 2.000 pequeños cañeros;
ción del sector. Dentro de este contexto, la su-
2. buscar formas de reconversión de la pro- pervivencia de los pequeños productores solo
ducción cañera. El problema fundamental podrá realizarse en la medida en que las orga-
es la financiación de este proceso; por ahora nizaciones cooperativas que los representan
COPRATUC ha encontrado financiar un pro- puedan desarrollar estrategias y políticas que
yecto de cría de cerdos y la Cooperativa de les permitan capear la tormenta actual, una de
Trabajo (que integra la Liga) buscaba finan- las peores crisis de su historia, y desarrollar es-
ciación para varios proyectos agroindustria- trategias viables para el mediano y largo plazo.
Es difícil dilucidar, más allá de la situación
coyuntural por la que atraviesan los pequeños
9 El “frente de cosecha” consiste en armar un ca- productores cañeros, los posibles rumbos es-
lendario de zafra regional donde con las maquinarias tratégicos por los que van a tener que transitar
y transporte de los socios y el trabajo de los cañeros,
se van cosechando sucesivamente los cañaverales.
a mediano y largo plazo. En este contexto, la
Las cooperativas han demostrado que esta forma baja proyectada integración económica con el Bra-
el costo de la cosecha y sube los rendimientos porque
el pequeño cañero no tiene que esperar contratar un
transporte para trasladar su cosecha. 10 Entrevistas a dirigentes del sector.
Agroindustrias del Noroeste, el papel de los actores sociales. Introducción 409

sil seguramente va a constituirse en un impor- la apertura plena de ambos complejos. En este


tante elemento a tener en consideración. escenario, no habría lugar para la producción
El complejo cañero de nuestro país se en- familiar (por lo menos para un mercado legal)
frenta con un complejo mucho más desarrolla- y los agentes que permanecerían encontrarían
do como es el brasileño. Asimismo, allí la pro- formas de integración parecidas a las del Nor-
ducción cañera estuvo mucho más vinculada a te prescindiendo de terceros, o con muy pocos
la producción de alconafta y, por consiguiente, productores independientes.
ligada a consideraciones estratégicas globales La otra alternativa tendría que ver con la
relacionadas con una política de energéticos. negociación paulatina de la reestructuración
Se trata de un complejo que ha evolucionado del sector en función de una equivalente coor-
en función de claras políticas estatales, tomán- dinación de políticas que sean elaboradas con
dose en consideración objetivos estratégicos el Brasil. Tampoco aquí podría darse, necesa-
de largo alcance. riamente, un resultado apropiado para el con-
Frente a esta disyuntiva, se plantean por lo junto del complejo azucarero, o para el sector
menos dos escenarios alternativos para el com- de los productores familiares en particular.
plejo cañero de nuestro país. Una posibilidad Pero por lo menos se habilitarían soluciones
es que sea impulsado plenamente el proceso discutidas, analizadas, y negociadas por las
de apertura en el marco del Mercosur, permi- organizaciones y los sectores involucrados en
tiéndose que “el mercado”, por sí solo, sea el forma paulatina.
único o principal elemento reordenador de la En el escenario de una “negociación cañera”
reestructuración del sector. Pero la apertura con el Brasil, un aspecto a considerar es la po-
plena e indiscriminada, no necesariamente lítica petrolera de nuestro país11, a la que se po-
coadyuvaría a una mayor eficacia productiva
o social. Es muy probable que determinados
sectores sigan persistiendo en el complejo ca- 11 Demás está decir que la actual política de pri-
ñero argentino, y no necesariamente por ser vatizaciones que incluye a YPF no nos permite decir
los más eficientes y eficaces. Existen “sesgos” nada respecto de lo que sería, en el futuro, la política
estatal de energéticos para nuestro país, dado que el
y “fallas del mercado” en este sentido, que no
Estado ha perdido significativamente capacidad de
serían necesariamente subsanados mediante gestión en esta área.
410 Estudios rurales y movimientos sociales. Miradas desde el Sur

dría vincular con la de la actividad cañera brasi- lítica. Está demostrado para la Argentina que
leña. En la medida en que nuestro país pudiera frente a aumentos de precios y por lo tanto
proveer al Brasil de una oferta regular de petró- de ingresos, el sector familiar aumenta la pro-
leo a precios estables, esto coadyuvaría no solo ductividad de su cañaveral, tecnifica y cuida
a consolidar una política conjunta en materia la calidad de su producción (véase Giarracca
de energéticos sino que también permitiría que, y Aparicio, 1991). La combinación de produc-
a cambio se fortaleciera el desarrollo de una ción familiar tecnificada y eficiente con in-
estrategia conjunta para la actividad cañera de genios azucareros modernizados y saneados
ambos países frente al mercado internacional. financieramente puede complementar y no
El análisis de los intereses específicos de los competir con el complejo brasileño y recupe-
pequeños productores cañeros, tanto de nues- rar mercados internacionales. Esta estrategia
tro país como del Brasil, podría ser incorpora- necesita de políticas públicas coherentes para
do en este contexto más global. A lo largo de las economías regionales y el agro en general,
los años, la formación de cooperativas cañeras, que, como sabemos, son reclamadas perma-
y la integración cooperativizada “hacia delan- nentemente por el sector.
te” con la compra de un ingenio azucarero, les
ha otorgado una herramienta importante que
les ha permitido —hasta ahora— desarrollar Bibliografía
mecanismos para enfrentar la crisis que afec-
ta al sector. En el futuro, sería importante que Balán, J. 1978 “Una cuestión regional en la
estos esfuerzos sean aunados con los que es- Argentina: burguesías provinciales y el
tuvieran desarrollándose en el Brasil. Solo en mercado nacional en el desarrollo agro-
forma conjunta podrán estas organizaciones exportador” en Desarrollo Económico
representativas de pequeños cañeros y traba- (Buenos Aires) Vol. 18, N° 69.
jadores del sector desarrollar estrategias que Bravo, M. 1992 “Las leyes machete y la ruptura
posibiliten su permanencia y reestructuración del frente azucarero tucumano” en Campi,
en el marco de la constitución del Mercosur. D. (comp.) Estudios sobre la historia de
La importancia del productor familiar ca- la industria azucarera argentina (Jujuy:
ñero es social, pero también productiva y po- Universidad Nacional de Jujuy).
Agroindustrias del Noroeste, el papel de los actores sociales. Introducción 411

Campi, D. (comp.) 1992 Estudios sobre la Pucci, R. 1989 La élite azucarera y la


historia de la industria azucarera argentina formación del sector cañero en Tucumán
(Jujuy: Universidad Nacional de Jujuy). (1880-1920) (Buenos Aires).
Chudnovsky, D. 1993 “El futuro de la Riveiro, G. 1992 Producción familiar y
integración hemisférica: el Mercosur y la acumulación de capital: el caso de los
Iniciativa para las Américas” en Desarrollo cañeros tucumanos (Buenos Aires:
Económico (Buenos Aires) Vol. 21, N° 128. Instituto de Investigaciones de la Facultad
Clarín 1993 “Buenos muchachos”, 21-2. de Ciencias Sociales, UBA) Informe final de
De las Carreras, A. 1990 El azúcar en la investigación, mimeo.
Argentina y en el mundo (Buenos Aires: Rutledge, I. 1987 Cambio agrario e
Hemisferio Sur). integración. El desarrollo del capitalismo
Estrugo, F. y Habiague, C. 1993 El complejo en Jujuy: 1550-1960 (Tilcara / Buenos
cañero en Brasil ante el Mercosur. Aires: CICSO / ECIRA / ITT-MLAL).
Posibles repercusiones y estrategias en Santamaría, D. 1986 Azúcar y sociedad en
el sector cañero tucumano (Buenos Aires: el Noroeste Argentino (Buenos Aires:
Monografía de la UBA) mimeo. Ediciones del IDES) N° 11.
Giarracca, N. y Aparicio, S. 1991 “Los Teubal, M. 1961 “Europa y Latinoamérica ante
campesinos cañeros: multiocupación y la integración económica” en Desarrollo
organización” en Cuaderno del Instituto de Económico (Buenos Aires) Vol. 1, N° 3.
Investigaciones (Buenos Aires: Facultad de Teubal, M. 1968 “The Failure of Latin
Ciencias Sociales, UBA) N° 3. America’s Economic Integration” en
Murmis, M. y Waisman, C. 1969 Petras, J. y Zeitlin, M. (comps.) Latin
“Monoproducción agroindustrial, crisis America: Reform or Revolution (Nueva
y clase obrera: la industria azucarera York: Fawcett).
tucumana” en Revista Latinoamericana de United States Department of Agriculture
Sociología, Vol. 15, N° 69/2. (USDA) 1990 “Brazilian Sugar at a
Plant, R. 1987 Sugar and Modern Slavery. A Crossroads” en Agricultural Outlook
Tale of Two Countries (Nueva York: Zed (Washington DC: Economic Research
Books). Service) junio.
412 Estudios rurales y movimientos sociales. Miradas desde el Sur

United States Department of Agriculture


(USDA) 1991 “Global Sugar Output Catches
Up” en Agricultural Outlook (Washington
DC: Economic Research Service) enero-
febrero.
United States Department of Agriculture
(USDA) 1992 “U.S. Sugar Consumption
on the Rise” en Agricultural Outlook
(Washington DC: Economic Research
Service) enero-febrero.
Actividades extractivas en
expansión. ¿Reprimarización de la
economía argentina?
Introducción*

Norma Giarracca y Miguel Teubal**

E l paisaje tanto geográfico como agrario-


cultural de la Argentina llamaba mucho
la atención de propios y ajenos; las inmensas
mano del hombre; inconmensurables zonas de
lagos y glaciares, saltos verticales u horizonta-
les de los cauces de los ríos en una provincia de
llanuras planas donde se llegaba a divisar tanto tierra ferrosa de color ladrillo; todo junto y mu-
la salida como la puesta de sol, ese horizonte cho más podía registrarse como en muy pocas
difícil de encontrar en otros territorios fue fre- otras naciones del mundo. Los recorridos por
cuentemente cantado por los poetas; caminos las rutas, hasta hace unos años suponía cambiar
de montañas, serranías, desiertos que desem- cada tanto de paisaje agrario; pasar por zonas
bocaban en oasis naturales o producidos por la de vacas pastando a campo abierto en grandes
extensiones, los tupidos girasoles o campos de
maíz y trigo que nos hicieron famosos en todo
* Giarracca, N. y Teubal, M. 2013 “Introducción” (sel.) el mundo. Llegar a Tucumán era perderse en un
en Giarracca, N. y Teubal, M. (coords.) Actividades ex-
mundo verde de cañaverales arroyos y ríos; a
tractivas en expansión. ¿Reprimarización de la econo-
mía argentina? (Buenos Aires: Antropofagia), pp. 9-16. Chaco en un mundo blanco del algodón a punto
de cosechar; Misiones un universo pequeño de
** Economista, PhD en Economía Agraria de la Uni- cultivos y culturas de muchas partes del mun-
versidad de California, Berkeley. Profesor consulto e do. Esa diversidad, que como siempre ocurre
investigador superior del CONICET. Fue profesor ti-
era biológica y cultural, se expresaba en exten-
tular de Economía Agraria en la Facultad de Ciencias
Económicas, y de Economía II de la Facultad de Cien- siones interminables de cultivos (por lo menos
cias Sociales de la UBA. Ex-miembro del Transnational para el europeo) y pueblos entrañables donde
Institute de Ámsterdam. los vecinos paseaban o hacían compras sobre
414 Estudios rurales y movimientos sociales. Miradas desde el Sur

un sulky o en un tractor; los bares eran lugares asadito de los albañiles). Necesitábamos cam-
de reunión y amistad y todo giraba alrededor de bios, distribuir la tierra o profundizar innova-
las plazas. Nuestra literatura da cuenta de estos ciones propias para subir rendimientos; en eso
territorios y poblaciones preñadas de historias estábamos a comienzos de los setenta bajo la
que tanto reenviaban a los pueblos preexisten- batuta experta del Ing. Horacio Giberti.
tes con sus leyendas como las del “familiar” o Hoy, dictadura, década del noventa y gobier-
“la salamanca” en el norte como a los “gringos” nos posteriores mediante, todo eso ha cambia-
de todos los rincones: árabes, ucranianos, ale- do y muchos lo llaman “progreso”. Solo men-
manes, daneses, españoles, gauchos judíos y cionar ese tramo de la Ruta 158 de Villa María
“chinas” rubias y polacas. Las comidas de los a Río Cuarto en la provincia de Córdoba para
pueblos podían ser tan variadas como las cul- ejemplificar los que “esos muchos” denomi-
turas mismas pero los huevos siempre fueron nan progreso. Los desiertos de soja verde de-
caseros, los asados de carne de vacas camina- rivan en la ciudad General Deheza, reinado del
doras que nos hizo famosos en el mundo por su complejo del agronegocio sojero donde el olor
calidad y los vinos de verdaderos maestros en rancio del aceite indica la famosa “agroindus-
el arte de hacerlos. Esos territorios nunca estu- trialización” o “incorporación de valor” como
vieron exentos de tensiones y conflictos porque dicen las propagandas oficiales del “modelo”.
en el momento fundacional del Estado-nación Una ciudad intervenida, rodeada por unos hie-
además de un etnocidio se configuró una injus- rros de una pestilente fábrica que cruza la ruta
ta distribución de la tierra que no pudo reme- en forma de puentes e imponen al que pasa por
diarse con los miles de colonos que comenza- la ciudad esa presencia prepotente de poder,
ron a llegar y asentarse durante décadas. Pero devastación y saqueo de una tierra que para la
un fuerte entramado institucional había logrado Constitución de 1949, debía cumplir una fun-
una convivencia sin violencias y un sistema de ción social. Con sus propios trenes a los costa-
inclusión, muy desigual por cierto, pero donde dos para sacar las producciones por los puer-
todos estaban adentro. Éramos autosuficientes tos de Rosario, una parte de Córdoba se alza
alimentariamente y podíamos exportar; el mer- con el orgullo de los ricos ignorantes en el co-
cado interno permitía alimentar con los mismos razón del agronegocio sojero. Recordamos al
productos a la clase obrera y al resto (el famoso pasar por allí a esos hijos muertos y enfermos
Actividades extractivas en expansión. Introducción | N. Giarracca y M. Teubal 415

de unas madres valerosas que en esta misma “ocultar” en páginas lo que construimos alrede-
provincia llevaron a los tribunales por conta- dor de una naturaleza generosa y exuberante,
minación a dos sojeros y un fumigador en un porque lo perdemos.
juicio penal que les dio la razón (véase artículo
de Fernando Barri en este libro).
¿Debemos resignarnos a que estamos en fina- ¿Reprimarización de la economía?1
les de una época, que esta es la nueva Argentina
a la que nos debemos adaptar? ¿Reconocernos No hay ninguna duda y el libro así lo demuestra,
como los “perdedores del modelo” como sue- que las actividades extractivas se expandieron,
le decir el sojero Grobocopatel? O como nos la inquietud que cabe es si este crecimiento se
cuenta el final de la novela de Gabriela Massuh, refleja en los datos de los componentes de la
La omisión, debemos mantener oculta de al- economía del país. Hemos demostrado en tra-
gún modo nuestra cultura como lo hizo una de bajos anteriores (Giarracca, 2012) que en el ni-
las más antiguas civilizaciones entre el Éufra- vel de los valores exportables, en la Argentina
tes y el Tigris, Góbekli Tepe, que preservaron como en el resto de la América Latina incluido
el pasado enterrándolo para testimoniar sobre Brasil, hubo una reprimarización (aunque la
él en tiempos futuros. ¿Son los libros nuestras presidenta en sus discursos se empeñe en de-
formas contemporáneas de preservar u ocultar cir lo contrario). El interrogante reside en si en
lo que fuimos para un futuro incierto? En cierto el nivel de la actividad interna prevalecen tam-
sentido los son, pero también son herramientas bién los sectores de origen primario o la indus-
de resistencia para parar y modificar aquello tria ha recuperado cierta dinámica que la lleva
que destruye el tesoro más importante que se a convertirse en motor de la economía.
nos otorgó: un territorio diverso y fértil. No es la primera vez en la historia de Amé-
Este libro trata de esto, de mostrar las trans- rica Latina que uno de los ejes centrales de los
formaciones en marcha desde diversas discipli- debates y de las luchas políticas, sociales, cul-
nas y con la rigurosidad del buen oficio de in-
vestigadores pero también desde la invitación
a conocer y sumarse a las resistencias y propo-
1 Los datos de este apartado provienen de los infor-
ner un camino a seguir que no haga necesario mes económicos de CEPAL de varios años.
416 Estudios rurales y movimientos sociales. Miradas desde el Sur

turales y epistemológicas del momento, gire en del país, una feroz degradación ambiental y
torno a la relación entre actividades primarias consecuencias en el nivel de la salud humana.
e industriales. En otras palabras, el interrogan- El papel que juega el sector primario, y lo
te de si hubo un proceso de reprimarización de que denominamos como la reprimarización o
la economía, las características que asumiría sea el extractivismo, en nuestra sociedad pue-
dentro de lo que hemos denominado modelo de ser visualizado en un contexto más amplio,
extractivo o extractivismo y su relación con el en el marco de las políticas globales aplicadas
sector industrial. Hablamos de reprimarización en diferentes períodos históricos. En este sen-
porque esta relación ha sufrido un largo derro- tido podemos considerar como trasfondo de
tero en el continente desde la conquista hasta estos análisis las políticas y los procesos refe-
nuestros días, es decir en algún momento el ridos a la explotación de los recursos naturales
continente tuvo una vocación industrializadora. en tres períodos:
Entendemos por reprimarización al énfasis 1. Una primera etapa en la que se resaltan muy
puesto sobre la producción de materias primas marcadamente las denominadas políticas de
que se constituyen en productos básicos de “industrialización por sustitución de las im-
exportación (commodities) aunque también portaciones” (ISI);
aquellos provistos por el sector agropecuario 2. Las denominadas políticas de “apertura” im-
en el modo de producción del “agronegocio” pulsadas tanto por la dictadura militar como
o agroindustrias para el mercado interno. Los por la convertibilidad enmarcada en el neo-
sectores primarios de la economía incluyen en liberalismo económico;
forma creciente sectores que pueden ser alta-
3. Las actuales políticas de la “postconverti-
mente intensivos en capital, pero que generan
bilidad”.
poco empleo, e incluso lo expulsan, y que tie-
nen pocos vínculos con el resto de la economía
(tienden a formar parte de las llamadas econo- Las políticas de ISI surgen como consecuencia
mías de enclave). Y si bien, como señalamos de la crisis de los años treinta y las dos gue-
en este libro, en el momento actual son activi- rras mundiales y concluyen hacia comienzos
dades muy rentables, involucran el desgaste y de la década de los setenta con el embate del
agotamiento de la base de recursos naturales neoliberalismo. Señaladas como políticas que
Actividades extractivas en expansión. Introducción | N. Giarracca y M. Teubal 417

se proponían modificar el tradicional patrón bienes de consumo) que a lo largo del perío-
primario exportador establecido en nuestro do se reduce sustancialmente. El proceso de
país desde fines del siglo XIX, se manifiestan industrialización incide sobre el aumento del
claramente a partir del primer gobierno pero- PBI per cápita de toda la región alcanzando un
nista del período 1946-1955. Diversos estudios 2,5% por año entre 1950 y 1973. Asimismo, si
remarcan como parte de este proceso el creci- bien se manifiesta una tendencia decreciente
miento de la industria, y la sustitución de im- en las importaciones de productos manufac-
portaciones de productos manufacturados. En turados, en casi todos los países de la región
un primer período se trata del establecimiento se producen déficit de la balanza comercial in-
de industrias livianas (textiles, artefactos para clusive en nuestro país. Esto se debe, por una
el hogar, etcétera), mientras que en una segun- parte, a los aumentos de las importaciones de
da etapa se complejiza el desarrollo industrial bienes intermedios y de capital, y por la otra, a
y tienden a sustituirse las importaciones de al- que las exportaciones siguen siendo casi exclu-
gunos bienes intermedios y de capital al esta- sivamente productos primarios que no aumen-
blecerse industrias tales como la petroquímica, tan sus volúmenes o valores de exportación lo
química pesada, automotriz, etcétera. suficientemente como para hacer frente a las
A lo largo de esta etapa el proceso de in- crecientes importaciones. Asimismo se trata
dustrialización se manifiesta en el aumento de un período en el que se presenta un claro
de la participación del producto industrial en enfrentamiento entre el modelo de ISI y el de la
la producción global; en nuestro país este al- “apertura” apoyado por sectores tradicionales
canza un máximo en el período 1970-1974 con y el capital extranjero.
un producto industrial que representa 43,5% En esta etapa el movimiento obrero ad-
del PBI. Se trata de un proceso que involucra quiere un protagonismo muy importante y la
a toda América Latina en general. La otra va- participación del trabajo en el ingreso nacio-
riable que configura un indicador del grado de nal alcanza niveles muy altos (en particular a
sustitución de importaciones alcanzado es el comienzos de los años cincuenta). En nuestro
porcentaje de la participación de la producción país el modelo es en general resistido por di-
manufacturera en las importaciones (en parti- versos sectores, lo que se manifiesta en una
cular en lo que concierne a importaciones de gran inestabilidad política.
418 Estudios rurales y movimientos sociales. Miradas desde el Sur

Vemos así que con vaivenes y en el marco Comienzan a prevalecer las políticas de “aper-
de procesos políticos complejos que conducen tura” al exterior, la presunta necesidad de dar
inclusive a golpes de Estado, el proceso de in- rienda suelta a las denominadas “ventajas com-
dustrialización en nuestro país sigue su curso. parativas”, y al “mercado” que cuestionaban
Al mismo tiempo el grueso de las exportacio- las anteriores políticas de ISI. Se trata de la im-
nes están conformadas por los tradicionales plantación de políticas de desregulación, priva-
productos primarios de exportación, constitu- tizaciones, y aperturas al exterior, políticas que
yéndose en determinadas coyunturas económi- habrían de potenciar fundamentalmente a dos
cas cuellos de botella a causa de los déficits en sectores de la economía que paulatinamente
la balanza comercial que conducen a cambios se transformaron en hegemónicos: el sector fi-
bruscos de política. Cabe destacar también que nanciero y los sectores primarios relacionados
la ISI como régimen de acumulación se cons- fundamentalmente al agronegocio sojero. Es el
tituyó como un proceso que se proponía mo- período en el que se impulsa la expansión soje-
dificar las pautas primarias exportadoras de ra y se establecen las bases para el crecimiento
antaño. Ya se había generado un debate impul- de la minería a cielo abierto. También se trata
sado inicialmente por la Comisión Económica de darle rienda suelta al capital extranjero en
Para América Latina (CEPAL) destacándose la estos sectores y en el sector petrolífero, en el
importancia de la ISI y la necesidad de modifi- proceso de privatización de YPF.
car estructuras económicas y los modelos de A lo largo y ancho del continente se estable-
acumulación basados en exclusividad en las cen regímenes y leyes que favorecen al extrac-
“ventajas comparativas” que presuntamente te- tivismo y a la reprimarización de la economía.
nían los países de la periferia respecto de sus En Argentina se decreta el Plan de Convertibili-
productos primarios de exportación. dad y el Decreto de Desregulación del año 1991
Estas políticas de ISI entran en crisis en los siendo este último el marco en el que se esta-
años setenta, a causa del auge del neolibera- blecen las bases para dar impulso al neolibera-
lismo en todo el continente. En nuestro país lismo y a la reprimarización de la economía. El
surge con el golpe militar del “proceso de re- Plan de Convertibilidad establece el uno a uno
organización nacional” primero y durante la (un peso igual a un dólar) y la plena liberali-
“convertibilidad” de los años noventa después. zación de los capitales desde el exterior hacia
Actividades extractivas en expansión. Introducción | N. Giarracca y M. Teubal 419

el país y desde el país hacia el exterior. Como los tradicionales socavones, en la producción
consecuencia existe una recuperación de los de hidrocarburos el nuevo sistema de frac-
sectores primarios en el producto agregado y king— y entre cuyas características determi-
en particular en la estructura de las exportacio- nantes están los enormes pasivos ambientales
nes, pero también se manifiesta un intenso pro- y sociales que generan. No es de extrañar en-
ceso de desindustrialización, lo cual conduce a tonces que son procesos altamente resistidos
“la destrucción de la capacidad instalada y del tanto en nuestro país como en todo el conti-
tejido industrial, así como la pérdida de capaci- nente, dados sus efectos sociales y ambientales
dades humanas difíciles y costosas de revertir altamente perniciosos.
(Nadal, 2009). En esta etapa del proceso de apertura, la ISI
Durante este período se promueve activa- se revierte sustancialmente y tiene que ver en
mente la reprimarización de la economía apar- gran medida con las reprimarización de la eco-
te de la importancia que le es asignada al sector nomía. El sector manufacturero como porcenta-
financiero. Se manifiesta cierta recuperación je del PBI cae en casi todos los países del con-
de los sectores primarios en el producto agre- tinente. A nivel latinoamericano cae del 12,7%
gado y en las exportaciones, o sea, una tenden- en el período 1970-1974 al 6,4% en 2002-2006, en
cia hacia la reconfiguración de la tradicional nuestro país del 43,5% a 27 % en el mismo lapso.
economía primario-exportadora. El contex- Este retroceso del sector manufacturero, es in-
to global ha cambiado con relación a lo que terpretado como una pérdida de importancia o
eran las economías primario-exportadoras de abandono del proyecto de industrialización. Sin
comienzos del siglo pasado; hoy en día están embargo en varios países aparentemente hay un
motorizadas por grandes empresas transnacio- aumento del proceso de industrialización con-
nales que dominan sectores claves en las que trariando estas tendencias. Según Nadal (2009)
operan y en los espacios financieros que las se trata de una reprimarización que va acompa-
impulsan. Se manifiesta la utilización de tec- ñada del síndrome maquilador; la mayoría de los
nologías de punta —en la producción agraria países que muestran esta tendencia distinta (au-
las semillas transgénicas, en la minería grandes mento de la participación de las manufacturas
emprendimientos “a cielo abierto” en la que se en el PBI) fueron receptoras de maquiladora:
dinamitan montañas enteras en vez de utilizar México, Honduras, El Salvador y Costa Rica.
420 Estudios rurales y movimientos sociales. Miradas desde el Sur

En nuestro país con la reprimarización acepta que hubo un proceso industrializador


de la economía las exportaciones de soja circunscrito a determinados sectores pero
adquieren preeminencia en el total, y en tér- tuvo sus limitaciones. La única política activa
minos globales si bien se produjo cierto re- que hubo fue la promoción industrial que fa-
cupero de las exportaciones de productos voreció a los oligopolios (las siderúrgicas, las
manufacturados (por ejemplo automóviles al automotrices y las de procesamiento de soja).
Brasil), casi el 70% de las exportaciones si- En medio del conflicto del agro, se les dio bene-
guen siendo productos primarios, tanto agro- ficios de promoción a los que procesaban soja
pecuarios y manufacturas de origen agro- de exportación y a las que producen biodiesel
pecuarios, como productos mineros. Como a partir de la soja (véase Toledo López en este
veremos más adelante, es una tendencia que libro). Se promocionaron además proyectos
sigue también en nuestros días, pese a que el que se hubiesen hecho de todas formas porque
modelo neoliberal es denostado por los go- estaban las condiciones dadas en el escenario
biernos denominados “progresistas”. internacional (Azpiazu, 2009).
La reprimarización continúa intensamente Daniel Azpiazu fue crítico del proceso in-
durante la tercera etapa, la postconvertibili- dustrializador por ser concentrador y extran-
dad. Si bien en 2001-2002 hay una crisis propia jerizante, marcaba que no hubo políticas para
del neoliberalismo, algunas políticas que se las pymes y se mantenía un perfil exportador
remiten precisamente a la reprimarización de semejante a los de 1990. Asimismo, si bien
las economías siguen su curso con posterio- hasta 2006 las cifras muestran superávit co-
ridad. Un cambio importante lo constituye el mercial, en 2007 y 2008 se transforman en dé-
hecho de que en los términos planteados por ficit industrial. Vuelven a aparecer las figuras
Daniel Azpiazu habría habido una reactivación del stop and go de la industrialización sustitu-
industrial donde se quebró el modelo de des- tiva; y si la estructura de la producción indus-
industrialización que arrancó en el año 1976. trial no se modificaba volvería a aparecer el
Sin embargo, la nueva paridad cambiaria y los déficit comercial.
bajos costos salariales en dólares potenciaron Como es sabido, y este libro refuerza la idea
un perfil exportador vinculado con la produc- con datos y análisis de todo tipo, la Argentina
ción de commodities (Azpiazu, 2009). El autor sigue impulsando significativamente los secto-
Actividades extractivas en expansión. Introducción | N. Giarracca y M. Teubal 421

res primario-exportadores a fin de garantizar Giarracca, N. 2012 “Tres paradojas para


la provisión de reservas de divisas para hacer repensar la política” en Renunciar al bien
frente a posibles efectos de la crisis mundial. común. Extractivismo y (pos) desarrollo en
El modelo extractivista cobra intensidad a raíz América Latina (Buenos Aires: Mardulce).
del aumento de la demanda de China y la India Nadal, A. (Colegio de México) 2009 Ponencia
y del alza de los precios de los commodities en en La reprimarización de América Latina,
los mercados internacionales. Tal como lo se- CISDA IV, Bogotá, octubre.
ñalaba Nadal (2009), el mercado de commodi-
ties asume plenamente las características que
tienen los mercados financieros globales y que
han contribuido significativamente a la debacle
actual que sufren los países europeos, EEUU y
Japón, entre otros.
Con respecto a nuestro país, creemos que
es necesario poner en cuestionamiento un mo-
delo que no solo es inestable y no resuelve los
problemas fundamentales de la sociedad sino
que los agrava, creando con el correr de los
años creciente sufrimiento entre amplios es-
pectros de la población.
[…]

Bibliografía

Azpiazu, D. 2009 “No hubo políticas para las


pymes”, entrevista de Natalia Aruguete
en Cash, Suplemento Económico de
Página/12, 29 de marzo.
Las actividades extractivas
en la Argentina
Introducción* **

Norma Giarracca y Miguel Teubal***

A Tupac Teubal, ternura y afecto les hace 10 mil años; actividades que integra-
en nuestras vidas. ban al hombre con la naturaleza en una rela-
ción en la que este, si bien incidía en el proceso
productivo, se adaptaba plenamente a su en-
El modelo extractivo torno respetando la capacidad de producción
y reproducción de las plantas, los animales y
Las sociedades humanas, desde tiempos inme- el medio ambiente. Tanto los alimentos como
morables, estuvieron vinculadas con la natu- la ropa que el hombre “producía” (superada la
raleza y con una dinámica productiva que se etapa de recolección propiamente dicha) eran
estableció en torno de los recursos naturales. y siguen siendo productos de la naturaleza. A
Esto se vio claramente a partir de la invención esto se suman los materiales utilizados en la
de la agricultura y la domesticación de anima- construcción de edificios de todo tipo, los ins-
trumentos de producción y los combustibles
usados para resguardarse del frío (madera). A
* Giarracca, N. y Teubal, M. 2013 “Las actividades ex-
tractivas en la Argentina. Introducción” en Giarracca,
N. y Teubal, M. (coords.) Actividades extractivas en *** Economista, PhD en Economía Agraria de la Uni-
expansión. ¿Reprimarización de la economía argen- versidad de California, Berkeley. Profesor consulto e
tina? (Buenos Aires: Antropofagia). investigador superior del CONICET. Fue profesor ti-
tular de Economía Agraria en la Facultad de Ciencias
** Una primera versión de este trabajo fue publicada Económicas, y de Economía II de la Facultad de Cien-
en la revista de Alasru, N° 5, 2010. La presente versión cias Sociales de la UBA. Ex-miembro del Transnational
es nueva, modificada, ampliada y actualizada a 2013. Institute de Ámsterdam.
424 Estudios rurales y movimientos sociales. Miradas desde el Sur

partir de la Modernidad, la Revolución Indus- sión de diversas formas de derechos de propie-


trial y particularmente con la intensificación dad —común, colectiva, estatal, etcétera— en de-
del capitalismo en el siglo XX, esas necesida- rechos de propiedad exclusivos; la supresión del
des fueron extendiéndose en términos cuanti- derecho a los bienes comunes; la transformación
de la fuerza de trabajo en mercancías y la supre-
tativos y geográficos: surgieron otras fuentes
sión de formas de producción y consumo alter-
energéticas, nuevas formas de producir ropa y
nativos; los procesos coloniales, neocoloniales e
alimentos, y la búsqueda de minerales y mate- imperiales de apropiación de activos, incluyendo
riales que pudieran ser utilizados, tanto como los recursos naturales […] El Estado, con su mo-
fuentes energéticas (carbón y luego petróleo) nopolio de la violencia y sus definiciones de lega-
como para otros usos (la gama de materiales lidad, juega un papel crucial al respaldar y promo-
utilizados en los procesos de industrializa- ver estos procesos […] Asimismo, a estos rasgos
ción). Todos estos materiales fueron insumos que en la actualidad forman parte de la geografía
de formas productivas que muchas veces te- del capitalismo, y que tienen reminiscencias con
nían como sustento relaciones sociales regre- lo ocurrido en la etapa de su acumulación ori-
sivas en términos laborales (esclavitud, servi- ginaria, se le suman otros nuevos que configu-
ran la acumulación por desposesión: el énfasis
dumbre) como también efectos negativos so-
en los derechos de propiedad intelectual en las
bre el medio ambiente (Grigg, 1977; Diamont,
negociaciones de la Organización Mundial del
2006; Van Bath, 1974; Altieri, 2009). Comercio (el denominado Acuerdo Trips) marca
Harvey (2004) señala que, en la etapa actual los caminos a través de los cuales las patentes
del desarrollo del capitalismo neoliberal a es- y licencias de materiales genéticos, plasma de
cala internacional, prevalece lo que él denomi- semillas, y cualquier forma de otros productos,
na un proceso de acumulación por despose- pueden ser usados contra poblaciones enteras
sión, contrapuesto a lo que tradicionalmente cuyas prácticas de manejo ambiental han jugado
constituía el proceso de acumulación expansi- un papel crucial en el desarrollo de estos mate-
va del capital. riales. La biopiratería es galopante, y el pillaje del
stock mundial de recursos genéticos en beneficio
Esto involucra entre otras cuestiones: la mercan- de unas pocas grandes empresas multinacionales
tilización y privatización de la tierra; la expulsión está claramente en marcha. La reciente depreda-
forzosa de las poblaciones campesinas; la conver- ción de los bienes ambientales globales (tierra,
Las actividades extractivas en la Argentina. Introducción | N. Giarracca y M. Teubal 425

aire, agua) y la proliferación de la degradación pone de manifiesto la extracción (el saqueo) de


ambiental, que impide cualquier cosa menos los materiales de la tierra que se hallan en cantidad
modos capital-intensivos de producción agríco- limitada y que, una vez extraídos y utilizados,
la, han resultado de la total transformación de la no pueden ser reproducidos. O sea, generan
naturaleza en mercancía… La corporativización
la depredación de estos y otros recursos de su
y privatización de activos previamente públicos
entorno. En efecto, este tipo de minería ame-
(como las Universidades), por no mencionar la
ola de privatización del agua, y de otros servicios naza —como en muchas partes del globo terrá-
públicos que han arrasado al mundo, constituye queo— recursos naturales escasos —por ejem-
una nueva ola de cercamiento de los bienes co- plo, el agua— en las distintas regiones donde
munes. (Harvey, 2004: 113-115) se ha establecido, así como también poblacio-
nes enteras y otras actividades que operan en
Un aspecto importante de esta acumulación su entorno.
por desposesión está relacionado con lo que En décadas recientes, las transformaciones
denominamos en este artículo el modelo ex- operadas en el agro mundial han potenciado
tractivo, es constitutivo de la misma. Se trata los aspectos netamente extractivos del modelo
de un modelo vinculado al recurso natural e agrario (el “agronegocio”). Se trata de un pro-
impulsado con gran ahínco por grandes em- ceso novedoso, ya que por siglos la agricultura
presas transnacionales que dominan sectores tendió a ser sustentable al reproducir los recur-
claves de la producción y comercialización, así sos extraídos de la naturaleza. Incluso hoy per-
como las tecnologías utilizadas en estos pro- siste en muchos espacios el interés por mante-
cesos. Si bien constituye un modelo remitido ner la sustentabilidad del agro, lo cual permi-
originalmente a la extracción de minerales — tiría su reproducción. Pero no toda la agricul-
potenciado en años recientes por la minería tura es sustentable, pues requiere de recursos
a cielo abierto— también tiene que ver con como el agua, la tierra fértil, la biodiversidad,
la extracción del petróleo y con cierto tipo de que se hallan en cantidad limitada y no todos
agricultura como el modelo sojero y otros iden- son reproducibles. Menos aún cuando se trata
tificados como “agronegocio”. de darle impulso a un agro extractivo, como
La minería es paradigmática del modelo el caso de la expansión sojera en la Argentina,
extractivo, pues se trata de una actividad que que incide de manera significativa en el medio
426 Estudios rurales y movimientos sociales. Miradas desde el Sur

ambiente y en las poblaciones del entorno en el neral, se piensa que la tecnología de punta es
que opera (Giarracca y Teubal, 2008). forzosamente buena, impulsora del progreso
Los modelos extractivos recientes de la agri- y del bienestar del país y de la comunidad en
cultura y la minería fueron todos promovidos general. Pero esto no es necesariamente cierto.
en el marco de la aplicación de tecnologías de La semilla transgénica, base de sustentación
punta, por parte de grandes empresas transna- del modelo sojero, fue inventada no para paliar
cionales. Por este término puede entenderse el hambre en el mundo, sino para acrecentar
simplemente cualquier tecnología que fue re- la rentabilidad de las empresas que la promue-
cientemente inventada y que es de última gene- ven junto con el paquete tecnológico que la
ración. Aunque por lo general se remiten a tec- acompaña. En efecto, Monsanto —la principal
nologías cuyos campos de aplicación se vincu- proveedora de semilla en el mundo— acrecien-
lan con la frontera del conocimiento científico. ta sus ganancias con la difusión de la semilla
Por ejemplo, la biotecnología, la informática o transgénica. Una vez establecida en el merca-
la nanotecnología, también pueden incidir en el do, los productores agropecuarios —contra-
desarrollo de otros campos de aplicación entre riando 10 mil años de agricultura durante los
los cuales se encuentran los recursos naturales. cuales reproducían su propia semilla— se ven
En efecto, las tecnologías que se impulsan en el obligados a comprarla año tras año a la empre-
campo de los recursos naturales —en concreto sa transnacional. Por ahora, eso no ocurre en
aquellas vinculadas con la soja transgénica y su totalidad: los productores pueden también
la minería metalífera a cielo abierto, e incluso reproducir su propia semilla. Pero ocurrirá
con las nuevas pasteras como la de UTM-Bot- cuando Monsanto traiga una semilla “de última
nia en Uruguay o el fracking en el campo del generación” que se suicide después de su pri-
petróleo— pueden ser consideradas de punta. mer (y único) uso. Entonces los productores
Tras muchos años de neoliberalismo, de multi- agropecuarios se verán obligados a comprar a
plicidad de desregulaciones y medidas promo- Monsanto o a sus licenciatarias año tras año.
cionales, se han comenzado a aplicar cambios Y no solo eso, también tendrán que comprar el
tecnológicos, considerados “de punta” y que paquete tecnológico que la acompaña, inclu-
habilitan esta nueva etapa del neoliberalismo yendo los agroquímicos que son provistos por
portadora de los modelos extractivos. En ge- la empresa o sus licenciatarias.
Las actividades extractivas en la Argentina. Introducción | N. Giarracca y M. Teubal 427

La minería a cielo abierto también involu- También en este caso la utilización del agua es
cra la utilización de una nueva tecnología de descomunal y se contamina junto con el aire.
punta. En vez de utilizar los tradicionales so- Luego se devuelven dioxinas altamente con-
cavones de la minería de antaño, se dinamitan taminantes a los ríos. Los gases que se liberan
grandes extensiones del territorio —montañas devuelven lluvia ácida. Estos tóxicos no se eli-
y glaciares enteros— y se aplica el método de minan ni se degradan; se transforman en grasas
lixiviación para separar materiales valiosos, de los animales, en leche y carne, mediante los
de aquellos que no lo son. Este sistema pue- forrajes, etcétera. Asimismo, los accidentes en
de considerarse una tecnología de punta que todos los casos son muy frecuentes. Como el
utiliza una cantidad exorbitante de cianuro y ocurrido en el Lago Laimaa, en Finlandia, que
otros elementos, así como agua a raudales (que mató a infinidad de peces, o el caso de los cis-
escasea y termina contaminada). Todos estos nes de cuello negro en Concepción, Chile.
factores inciden en las actividades agropecua- Las actividades extractivas (minera, petro-
rias y turísticas, así como en la vida misma de lera, forestal, “agronegocio”) tienen múltiples
las provincias donde se han establecido o van a aspectos en común:
establecerse estos emprendimientos mineros. –– Fueron impulsadas en el marco del neolibera-
En todas estas demarcaciones, tanto en nues- lismo económico difundido a escala mundial.
tro país como en Chile y en el resto de América –– Se vinculan con el interés de grandes corpo-
Latina, uno de los factores limitantes cruciales raciones que las impulsan y que controlan
para la vida en general, es el agua. sectores clave del espacio económico don-
En el caso de las pasteras-papeleras también de operan.
se introducen métodos nuevos de cloración
–– Se remiten a escalas de producción mayores
(sin embargo, se sigue tirando cloro elemental
a las tradicionales desplazando multiplici-
a los ríos, y se utiliza ácido sulfúrico —50 mil
dad de actividades preexistentes.
litros diarios en el caso de UTM-Botnia, 14 mi-
llones de metros cúbicos de gases—). El ácido –– Utilizan tecnologías de punta.
sulfúrico se transforma en ácido sulfhídrico, –– Se localizan territorialmente porque depen-
el cual genera un olor nauseabundo en todos den de la existencia y la persistencia de de-
los lugares en donde hay plantas de este tipo. terminados recursos naturales.
428 Estudios rurales y movimientos sociales. Miradas desde el Sur

–– Desplazan masivamente tanto a trabajado- escala mundial” de los recursos naturales, aun-
res rurales, como al campesinado, a la agro- que también son generadores de grandes dese-
industria1 en general y a pobladores cordi- conomías externas, o costos sociales y ambien-
lleranos circundantes. tales no considerados por sus promotores.
–– Significan actividades con alto consumo de
recursos no reproducibles, como el agua, la
tierra fértil, la biodiversidad. Las “rentas” (sobreganancias)
–– Se orientan fundamentalmente hacia las ex- en la explotación de los
portaciones, con lo cual no contribuyen a recursos naturales
resolver necesidades internas.
–– Son altamente conflictivas respecto de las La actividad extractiva es altamente rentable.
tradicionales actividades existentes en las Esa gran rentabilidad tiene que ver tanto con
distintas regiones (agricultura, ganadería, sus tasas de ganancia como con rentas dife-
turismo, cultivos industriales). renciales a escala mundial que son apropiadas
en gran medida por las empresas del sector2.
–– No son esenciales para la vida de las comu- Se trata de actividades rentables no solo por-
nidades —o del mundo en general—. Pode- que sus costos internos son relativamente bajos
mos vivir sin oro y también sin soja, pero no —tierra fértil, gran disponibilidad de recursos
sin agua, ni alimentos. mineros o petrolíferos— sino también porque
–– Son actividades que generan mucho valor existe en la actualidad una tendencia alcista en
de cambio, grandes rentabilidades para al- los precios internacionales de los commodities.
gunos agentes económicos, pero muy poco La valorización de esas rentas se realiza en el
valor de uso para la comunidad. mercado mundial, en relación con esos aumen-
–– Generalmente están relacionadas con la gene- tos de precios internacionales. A las empresas
ración y apropiación de “rentas diferenciales a
2 Para un análisis de las rentas diferenciales a esca-
la mundial vistas desde la periferia del sistema mun-
1 Para comprender la diferencia entre “agroindus- dial, véase el trabajo de Teubal y Palmisano incluido
trias” y “agronegocios” ver Giarracca y Teubal (2008). en este volumen.
Las actividades extractivas en la Argentina. Introducción | N. Giarracca y M. Teubal 429

les interesan los salarios más bajos que pueden Actividades extractivas versus
existir a nivel interno u otros costos de produc- la producción de alimentos
ción que, en términos relativos, pueden ser com-
parativamente más bajos. Pero la disponibilidad Presentamos en términos muy generales los
de recursos “escasos” frente a una demanda cre- rasgos de dos tipos de actividades: producción
ciente en el ámbito mundial constituye un ítem de alimentos con sistemas agrícolas regiona-
fundamental que determina la gran rentabilidad les y actividades que caracterizamos como
de esas actividades. Sin embargo, esa alta renta- extractivas. Partimos del presupuesto de que
bilidad generada por la actividad minera y la del la competencia por los recursos naturales de
“agronegocio” no debería ser la única dimensión este tipo de actividades conduce finalmente a
considerada en los análisis sobre esta cuestión. la sustitución de una por la otra. Entre agri-
También deberían tenerse en cuenta una serie cultura de alimentos o de procesos (véase el
de “costos” —sociales, económicos, culturales, trabajo de Giarracca y Palmisano en este libro)
medioambientales y respecto a la salud hu- y la minería a cielo abierto la competencia es
mana— que no siempre son considerados. Tal por el agua; y entre el “agronegocio”, cuyo pa-
como se señala en trabajos diversos, esos costos radigma es la soja, y la agricultura de alimen-
involucran muchas veces lo que los economis- tos o de procesos, la competencia se da, princi-
tas denominan eufemísticamente deseconomías palmente, por el recurso tierra. Debido a que
externas; es decir, son “externas” a las empresas la sustitución de la agricultura de alimentos
involucradas en la producción (véanse Martínez o de procesos por alguna de las actividades ex-
y Schlupmann, 1993; y Mishan, 1967). tractivas pone en peligro la seguridad alimen-
En definitiva, cualquier análisis de la via- taria de importantes poblaciones regionales, el
bilidad de una actividad —en particular las Estado en sus diferentes niveles, debería cum-
extractivas a que hacemos referencia en este plir un papel fundamental. Asimismo también
trabajo— debería considerar tanto las enormes intervienen en estos territorios organizaciones
rentas o rentabilidad que generan como la mul- de la sociedad civil: los “nuevos movimientos
tiplicidad de costos o deseconomías externas sociales” (campesinos, indígenas, “paren de fu-
generadas por las empresas involucradas. migar” y poblaciones autoconvocadas contra la
megaminería), organizaciones gremiales, de re-
430 Estudios rurales y movimientos sociales. Miradas desde el Sur

gantes, cooperativas, etcétera, que resisten la de entonces, Argentina se transforma en uno


aplicación de estos modelos en sus respectivos de los principales países del Tercer Mundo en
entornos territoriales. el que se cultivan transgénicos. Todo esto in-
En este trabajo, nos proponemos conside- volucra un nuevo paquete tecnológico basado
rar, como ejemplo de un modelo agropecuario no solo en la utilización de la semilla transgé-
no sustentable, en primer lugar, el denominado nica, sino también, en la siembra directa y el
modelo sojero que ha tenido una creciente vi- uso masivo del glifosato y otros agroquímicos.
gencia en nuestro país. Extractivo por excelen- La soja en nuestro país creció en forma espec-
cia además de paradigmático del “agronegocio” tacular. La producción pasó de 3,7 millones de
contrasta en toda su esencia con los preceptos toneladas en 1980, a 11 millones en 1996-1997
y análisis elaborados, desde hace mucho, por y a 47,5 millones en 2006-2007. La cosecha de
Vía Campesina y otras organizaciones, que se 2012-2013 es estimada en 50 millones de tone-
remiten fundamentalmente a la soberanía ali- ladas. Así la soja pasó de representar 10,6% de
mentaria. El otro caso de estudio que consi- la producción granaria total en 1980-1981 a más
deramos en este trabajo es el de la minería a de 50% en 2011-2012.
cielo abierto, y la manera en que entre otras El auge de esta oleaginosa se manifiesta
cuestiones, esta actividad incide en el agro y la también en la superficie destinada al cultivo.
producción de alimentos. En 1996, cuando se liberó al mercado la semilla
transgénica, se le destinaba 20% de la superfi-
cie granaria total; en la actualidad esta se es-
El “agronegocio” en Argentina tima en más de 53%. Además, la soja cultivada
casi en su totalidad es transgénica, y más del
A partir de la década del setenta, se ha produci- 90% de su producción se exporta.
do un intenso proceso de expansión sojera en Tras la devaluación de 2002 y el alza de los
el país, basado en la preeminencia de este pro- precios internacionales de la soja y de otros
ducto agropecuario en detrimento de otros. Se commodities, se produce un aumento continuo
trata de un modelo que adquiere un cariz muy del valor total de las exportaciones de estos
especial a mediados de los noventa, cuando se ítems. Durante 2008 se exportó aceite de soja
libera al mercado la soja transgénica. A partir por 4.275 millones de dólares; harina y pellets
Las actividades extractivas en la Argentina. Introducción | N. Giarracca y M. Teubal 431

por 5.762 millones, y poroto de soja por 3.428 en los frigoríficos como en las harinas: Terra-
millones; todos estos productos sumaron en to- busi o Bagley, por ejemplo, eran algunas de las
tal 13.602 millones de dólares, lo que represen- viejas empresas nacionales que estaban en la
ta 24,4% del valor total de las exportaciones de cadena agroindustrial y les iba bien (Giarracca,
Argentina. El valor de las exportaciones de soja 2008). Había una doble lógica, orientada a ex-
en 2007 aumentó con relación a 2006 en 52,3%; portar pero también a producir alimentos para
debido no solo a mayores volúmenes exporta- el consumo popular masivo.
dos sino también al alza significativa de sus pre- Todo ello comenzó a cambiar durante la dicta-
cios. Otros commodities también se orientaron dura militar de 1976-1983, y se enmarca en la glo-
en forma creciente a la exportación. En 2007 el balización y el predominio del capital financiero.
trigo representó 4,3% de las exportaciones tota- Cada vez es más común que grandes empresas
les (en 2002 representaba 3,6%), el maíz 4,1%, la transnacionales o transnacionalizadas definan
carne 2,7% y los productos lácteos 1,2%. aspectos esenciales de la política agropecuaria.
Dichos procesos operaron en el marco de Un hito importante es el Decreto de Desregu-
arreglos institucionales que facilitaron la con- lación de 1991, el cual eliminó de raíz todas las
solidación de un sistema de “agronegocios” en juntas reguladoras de la actividad agropecuaria
el país. Se trata de un sistema que propicia el —la Junta Nacional de Granos, la Junta Nacional
control, por parte de grandes empresas transna- de Carnes, entre otras— que operaban en el país
cionales, de sectores claves del sistema agroa- desde la década del treinta. De manera intem-
limentario argentino: la provisión de semillas e pestiva, el agro argentino se transformó en uno
insumos, la compra de tierras en algunas regio- de los más desregulados del mundo, sujeto como
nes, el control del procesamiento industrial (la ningún otro a los vaivenes de la economía mun-
industria alimenticia) y el comercio de la pro- dial. Se trataba de producir commodities orien-
ducción, tanto para el mercado interno (súper tados a la exportación, con base en “tecnologías
e hipermercados) como para el externo. Estas de punta” y en grandes unidades productivas.
empresas asumen una lógica muy distinta a la Según funcionarios del gobierno de los noventa
agroindustrial de antaño. Argentina era un país debían desaparecer 200 mil explotaciones agro-
de chacareros, de cooperativas, de industrias pecuarias (de las 420 mil registradas en el censo
nacionales, de cadenas agroindustriales, tanto de 1988) consideradas ineficientes.
432 Estudios rurales y movimientos sociales. Miradas desde el Sur

El modelo sojero ha sido altamente rentable oportunidad que podría significar para el país,
para una parte considerable del agro pampea- responder a una creciente demanda interna-
no, así como también para el Gobierno, debido cional de commodities de exportación, inclu-
a los superávits de la balanza comercial y fiscal yendo la soja. Pero, salvo algunas excepciones,
que se generaron y que le redituaron fondos im- persiste la sensación de que pocos fueron los
portantes por concepto de retenciones y otros análisis críticos del modelo. Y que los efectos
impuestos. En lo esencial, se trató de la apro- negativos del mismo, tanto económicos, como
piación de una parte de grandes “rentas dife- sociales, culturales, medioambientales y sani-
renciales a escala mundial” generadas a causa tarios, no fueron considerados suficientemente
de, entre otros factores, el alza continua de los importantes.
precios internacionales de la soja y otros com- A continuación presentamos algunas de las
modities en los mercados internacionales. Sin consecuencias del modelo.
embargo, tal como hemos señalado más arriba,
estos procesos no tomaron en consideración 1
una serie de “costos” y “deseconomías exter-
nas” que genera el modelo sojero, tanto socia- El boom de la soja transgénica ha causado la
les, como económicos, ambientales y para la especialización del país en producir y exportar
salud humana. unos pocos productos primarios (monocultor
en soja); esto lo ha sujetado, como en ningún
periodo anterior, a los vaivenes de la economía
Efectos del modelo mundial. De haber sido un importante provee-
dor de carnes y cereales para el mundo durante
A lo largo del conflicto agrario de 2008 —así gran parte del siglo XX, y autosuficiente respec-
como en los debates que hubo tanto en el Con- to a los alimentos que consumía su población,
greso Nacional como en los medios— muchos en la actualidad, tiende a perder esa calidad. La
aspectos vinculados al modelo sojero salieron doble cosecha trigo-soja ha desplazado a la ga-
a la luz. Pero no siempre fueron considerados nadería como actividad de rotación incluyen-
los efectos nocivos del mismo. Se siguieron do a los tambos y a gran parte de los cultivos
haciendo proyecciones a futuro respecto de la
Las actividades extractivas en la Argentina. Introducción | N. Giarracca y M. Teubal 433

industriales del interior. Todo ello contribuye derechos de propiedad sobre la patente de la
al deterioro de la seguridad alimentaria. En semilla de soja transgénica, que van más allá de
efecto, la superficie destinada a la producción lo que cobra por la venta de la semilla. En la ac-
sojera aumenta sistemáticamente año tras año, tualidad, exige el cobro a los agricultores de las
mientras las de otros cultivos caen o se estan- “regalías extendidas” (2 dólares por cada bolsa
ca. Esta situación también se da con los fruta- de 50 kg, incluso sobre las semillas que se guar-
les y el algodón, y con la cantidad de tambos dan para uso propio). En el año 2012 fuentes
existentes en el país que en pocos años cayó de oficiales presentaron en el Congreso un nuevo
30 mil a la mitad. Si bien todavía persiste una proyecto de Ley de Semillas “como correspon-
suerte de seguridad alimentaria —se produce de en un país que aspira a ser líder en la pro-
casi la totalidad del alimento que se consume ducción de alimentos, y que busca proteger la
internamente— estos no son totalmente acce- propiedad intelectual en el proceso de desarro-
sibles para gran parte de la población debido al llo” (sic). Esta situación deja abierta al menos
alza de sus precios internacionales y a su inci- tres discusiones. Por un lado, respecto del pago
dencia en el mercado interno. de regalías en tanto significa un aumento del
precio de las semillas con fuertes implicancias
2 para los pequeños productores y los consumi-
dores. Por otro lado, respecto de lo que pasaría
El crecimiento de la soja transgénica ha origi- con los derechos de los productores agrarios
nado un fenómeno de dependencia del país res- para guardar, conservar, intercambiar y repro-
pecto de las grandes empresas multinacionales ducir sus propias semillas. Y, finalmente, con
agroalimentarias. Esto se evidencia por el do- relación a los dilemas que involucra el hecho
minio que ejercen los proveedores de semillas de tratar al material vivo de la naturaleza como
(Monsanto y sus licenciatarias), así como otros propiedad privada plausible de ser patentada
sectores que suministran el paquete tecnológi- y, por ende, tener dueño. (Para una discusión
co y los agroquímicos para el cultivo de la soja sobre las leyes y debates en torno a las semillas
transgénica. Cabe destacar que Monsanto de- en Argentina véase Teubal, 2006 y Perelmuter
sarrolla acciones para hacer cumplir supuestos en este libro.) En otras áreas del sistema agro-
alimentario, las corporaciones transnacionales
434 Estudios rurales y movimientos sociales. Miradas desde el Sur

controlan gran parte del procesamiento indus- tablaron contra ellos las Madres de Ituzaingó,
trial y la comercialización de alimentos. Anexo-Córdoba (véase el artículo de Fernando
Barri en este libro). El uso masivo del glifosato,
3 su rocío intensivo por aire sobre comunidades
campesinas e indígenas, ejerce efectos perni-
Cabe destacar el aumento inusitado en el uso ciosos para la salud humana, así como también
de agroquímicos que está involucrado en la para la producción local de campesinos y po-
producción sojera. Durante 2011 la superficie blaciones indígenas.
implantada con soja recibió más de 300 millo-
nes de litros de glifosato, un aumento de más 4
de 2100% respecto a lo aplicado en 1996 (14
millones de litros). A este herbicida, parte in- El modelo ha contribuido a la desaparición de
dispensable del paquete tecnológico, se suman gran parte de la agricultura familiar, campesina,
las aplicaciones de 2-4D, atrazina y endosulfán, de las comunidades indígenas y de los trabaja-
los cuales sumaron entre 32 y 37 millones de dores rurales. Entre los censos de 1988 y 2002
litros. El creciente uso de estos agroquímicos desaparecieron 25% de las explotaciones agro-
se debe tanto al significativo avance del culti- pecuarias existentes en el país, es decir, 87 mil
vo de soja como a la creciente resistencia que explotaciones (86% de las cuales tenían menos
las malezas presentan al agroquímico, lo cual de 200 ha y 9% entre 200 y 500 ha). En cambio,
provoca que se incrementen las dosis. Es im- aumentaron las de más de 500 ha (en especial
portante destacar que, en el caso del glifosato, las de entre 1000 y 2500 ha). Este fenómeno, ha
existen importantes y documentados estudios convertido al agro argentino en una especie de
que advierten sobre la peligrosidad de este agricultura sin agricultores. El avance de la
herbicida para la salud humana, a los cuales soja en el interior del país desplaza con violencia
se suman numerosas denuncias e investigacio- a campesinos de sus tierras amparados en las le-
nes de organizaciones y poblaciones afectadas. yes veinteañales, y a comunidades indígenas que
Cabe destacar las condenas que sufrieron dos tienen derechos ancestrales sobre esos terrenos.
productores y un fumigador en el juicio que en-
Las actividades extractivas en la Argentina. Introducción | N. Giarracca y M. Teubal 435

5 Los ecosistemas boscosos son considera-


dos como una organización vegetal compleja,
Consideremos otros costos importantes: a pues involucran diferentes tipos biológicos
lo largo del periodo considerado hubo un au- vegetales (hierbas, arbustos, árboles), forma-
mento de la deforestación y un avance de la ciones que brindan un hábitat adecuado para
actividad agropecuaria sobre el monte nativo. otro tipo de organismos, como hongos, algas
Desde comienzos del siglo XX, la Argentina y animales vertebrados e invertebrados. Todo
perdió dos tercios de la superficie de su bosque esto constituye un sistema biológico complejo,
nativo. Según diversos Censos Agropecuarios establecido sin la intervención del hombre, con
Nacionales, la superficie de bosques nativos un alto grado de biodiversidad. Por otra parte,
pasó de 39% en 1939 a 17% en 2002. Hacia 1987 estos ecosistemas brindan una serie de bienes
esa superficie se había reducido a poco más y servicios (funciones biológicas, reguladores
de 35,1 millones de hectáreas y para 1998 que- del clima, protectores del suelo, además de las
daban poco más de 33,1 millones. A partir de culturales y recreativas), que se ven afectados
entonces el ritmo de deforestación aumentó; seriamente por la degradación y eventual pér-
hoy esa superficie apenas llega a 31 millones dida de las masas forestales nativas.
de hectáreas. Durante el periodo 1998-2002 se En la actualidad, una de las causas princi-
perdieron 938.699 ha de bosques nativos por pales de la pérdida de los bosques nativos es
deforestación (aproximadamente 200.000 ha el avance de la frontera agropecuaria. Miles de
por año). En los años posteriores, durante el hectáreas son desmontadas para el cultivo de
periodo 2002-2006, se perdieron 1.356.868 ha diferentes especies agrícolas, en particular la
de bosque, es decir, 250 mil ha por año. Como soja. Esto incide también en el suelo. Existe
es de imaginar, este proceso se encuentra es- un conjunto de circunstancias tecnológicas y
trechamente vinculado al avance de la soja. Las económicas que repercuten gravemente sobre
provincias más afectadas son Chaco, Santiago este recurso y pone en peligro el desarrollo
del Estero, norte de Santa Fe y Salta. Esta úl- sustentable de las regiones cultivadas. El prin-
tima ha tenido el índice de deforestación más cipal problema de la degradación del suelo es
alto: perdió en la primera década del milenio el sistema de monocultivo y el mal manejo de
1,2 millones de hectáreas de bosques nativos. este, sin respetar su aptitud agrícola. En este
436 Estudios rurales y movimientos sociales. Miradas desde el Sur

sentido, la soja tiene las características de ser particular en las provincias del norte, al tiempo
un cultivo extractivo de los nutrientes del sue- que desplaza campesinos y comunidades indí-
lo, que exige una práctica de rotación determi- genas y compromete la biodiversidad del país3.
nada según la zona. Además, en ciertos suelos
no es aconsejable producirla, a pesar de sus 7
buenos resultados económicos de corto plazo.
Según Pengue (2005) el cultivo de la soja ero- En los últimos tiempos se han dado importan-
siona los suelos, especialmente en aquellas si- tes inundaciones en ciudades ubicadas en terri-
tuaciones donde no es parte de rotaciones lar- torios vinculados a la expansión sojera: Tarta-
gas. Los agricultores creen erróneamente que gal (Salta), ciudad de Santa Fe, La Plata (Pro-
con la siembra directa no habrá erosión, pero vincia de Buenos Aires) y también en la Ciu-
los resultados de su estudio demuestran que, a dad Autónoma de Buenos Aires. Hay motivos
pesar del incremento de la cobertura del suelo, urbanos por semejantes catástrofes —lo que el
esta es inevitable y de grandes proporciones. abogado ambientalista Dr. Enrique Viale llama
En la Argentina, el incremento de la produc- el “extractivismo urbano”: fiebre inmobiliaria
ción sojera ha llevado a una importante caída devastadora, ciudades convertidas en piscinas
en el contenido de nutrientes del suelo. por la falta de respeto a los espacios verdes,
etcétera— pero el ecosistema que envuelve a
6 esas ciudades también influye.
Vemos así cómo el avance de ese paquete
El boom de la soja en la Argentina está íntima- tecnológico involucrado en la producción so-
mente asociado con el deterioro ambiental.
Además de la irresuelta cuestión acerca de los
riesgos del cultivo de la soja transgénica a gran 3 El sistema de siembra directa que evita que se re-
escala y en el largo plazo, su auge se ha dado vuelva la tierra mediante su labranza, la compacta a la
en detrimento de la yunga, la flora y la fauna tierra y evita que sea absorbida la lluvia. Como conse-
cuencia el agua se escurre hacia los ríos. La sojización
en extensos territorios del país. Esto también del agro fue considerada como uno de los factores de-
ocasiona la deforestación de extensas áreas, en terminantes de las inundaciones en la ciudad de Santa
Fe en 2009.
Las actividades extractivas en la Argentina. Introducción | N. Giarracca y M. Teubal 437

jera amenaza la soberanía alimentaria del país; micas, sociales, ambientales y sobre la salud.
crea graves problemas de salud a las poblacio- Frente a este panorama que se plantea a
nes donde se fumiga —con el agrotóxico que la nivel mundial, movimientos internacionales
transnacional estadounidense Monsanto y sus impulsados por gobiernos y grandes intereses
licenciatarias comercializa con la marca Roun- agroalimentarios impulsan la adquisición de
dup Ready (RR)—; tiene efectos edafológicos, vastos territorios en los países del sur. Se trata
con un deterioro sustancial de la calidad de los de una tendencia hacia la creciente apropia-
suelos debido a prácticas corrientes del paque- ción de tierras, o lo que en inglés se denomina
te tecnológico utilizado; afecta la biodiversidad land grabbing. Boaventura de Sousa Santos
así como la fauna y flora del medio rural, y con- (2011) caracteriza esta tendencia como for-
tribuye a que los desechos tóxicos se dispersen mando parte de una suerte de fascismo territo-
por el medio ambiente. Asimismo, la sobreutili- rial que, según este autor, “asume una virulen-
zación de fertilizantes, y agroquímicos en gene- cia alarmante en la actualidad”. Según Santos
ral, afecta lagos, ríos, regiones oceánicas y las “la adquisición masiva de tierra… afecta muy
capas acuíferas de vastas regiones en el mun- especialmente al campesinado sujeto a perder
do (Foster, 2010). Por último, enunciamos dos el control sobre sus tierras y culturas y even-
elementos que pueden contribuir a incremen- tualmente a que les sean expropiadas”. El land
tar la expansión continua del modelo: a) los grabbing constituye “una nueva forma de co-
biocombustibles, debido al interés de Estados lonialismo” que se realiza “muchas veces con
Unidos y otras potencias por sustituir el petró- la connivencia de los países […] Son procesos
leo con otras fuentes energéticas; y b) el papel dominados por la corrupción, ya que la adqui-
que comienza a ejercer China y la India en el sición masiva de tierra envuelve una flagrante
panorama mundial, una de cuyas expresiones ilegalidad dado el carácter no escrito y ances-
es su creciente demanda de soja. Estas pers- tral de los títulos de propiedad individual” (De
pectivas pueden llevar a muchos a considerar Sousa Santos, 2011: 123). Se trata de la misma
que la Argentina debe continuar siendo un gran estrategia que condujo a los colonizadores a
productor de soja, lo cual también acrecentaría apropiarse de las tierras de las poblaciones ori-
la peligrosa dependencia del país de este mo- ginarias en los orígenes mismos de los procesos
nocultivo con las demás consecuencias econó- de colonización (De Sousa Santos, 2011). En la
438 Estudios rurales y movimientos sociales. Miradas desde el Sur

Argentina han recibido mucha atención públi- atracción de inversoras, como lo propagandi-
ca en los últimos años las grandes propiedades zan las páginas oficiales de Internet. Las prin-
adquiridas por extranjeros, principalmente en cipales áreas de explotación se localizan en la
zonas de frontera, en el área cordillerana y en Cordillera de Los Andes, en un recorrido de
la Patagonia. Una parte de estas adquisiciones unos 4.500 kilómetros de extensión. Un docu-
se caracteriza por el gran tamaño de los esta- mento del Ministerio de Economía publicado
blecimientos y el hecho que, en muchos casos, en línea recomienda la inversión en el sector
dichas inversiones son realizadas por personas minero. De acuerdo con un trabajo de la CEPAL
que representan fortunas a escala mundial. (1999) basado en información de la Escuela de
Vemos así que en la Argentina en los últimos Minas de Colorado, Estados Unidos, sobre un
veinte años se ha dado con cierta intensidad la total de 24 países considerados en dicho docu-
compra de tierra por extranjeros, aunque no mento, la Argentina presenta la segunda Tasa
se han concretado compras por parte de Esta- Interna de Retorno más alta para un proyecto
dos extranjeros que, según la FAO, constituye modelo de oro y la tercera más alta para un
un componente central del fenómeno de land proyecto modelo de cobre. El Ministerio de
grabbing (véase Murmis y Murmis, 2012)4. Economía complementó estos datos con otra
información acerca de la conveniencia de los
bajos costos que ofrecen los servicios públicos
La minería a cielo abierto y la mano de obra local (2006).
Una actividad paradigmática del extractivis-
Argentina es un país sumamente vasto en re- mo es la minería a cielo abierto. A lo largo de
cursos mineros, con una superficie continental los últimos 10 a 15 años, se ha desarrollado lo
cercana a los 2.700.000 km2. De las áreas con que se considera una nueva oleada minera a es-
potencial minero la mayor parte se encuentra cala mundial, en un contexto de reformas de
sin explotar, lo que hace del país un centro de corte neoliberal de los códigos mineros nacio-
nales; reformas promovidas tanto en países de
tradición minera como en aquellos que no con-
4 Corea del Sur, Arabia Saudita y China han mostra-
taban con esa tradición. En lo esencial fueron
do interés en comprar tierras en la Argentina, pero has-
ta ahora estas operaciones no se han materializado. impuestos códigos mineros que constituyen un
Las actividades extractivas en la Argentina. Introducción | N. Giarracca y M. Teubal 439

copy paste del marco legal establecido en paí- para la construcción, el aluminio, el hierro, el
ses emblemáticos de estas actividades. Cabe acero, etcétera. Pero en años recientes ha cre-
destacar que también dio impulso a esta activi- cido la megaminería a cielo abierto, enlazada
dad la explosión de los precios de los metálicos con la producción de materiales metalíferos
en el mercado mundial, el crecimiento de Chi- —oro, plata y cobre principalmente— junto a
na y en menor medida el de la India, así como otros productos afines. En 1990 la producción
el uso de metales preciosos —por ejemplo, el de minerales metalíferos representaba solo el
oro— como valores refugio, a raíz de la última 22% de la producción minera total, mientras los
crisis financiera y la especulación desatada en no metalíferos y las rocas de aplicación con-
torno a estos metales. Vinculado con este pro- formaban el 78% de todos los emprendimientos
ceso, la nueva megaminería es del tipo “a cielo mineros del país. En 2002 ya se había reverti-
abierto”, alejada de la explotación minera en do esta tendencia: la producción de minerales
los típicos socavones de antaño. También co- metalíferos alcanzaba el 69% de la producción
rresponde señalar que en un mundo multipolar minera nacional, frente a solo el 31% de los no
en el que han surgido nuevas potencias emer- metalíferos y rocas de aplicación. En el año
gentes a nivel planetario, muchos más países 2012 la producción de oro (33%), plata (21%),
tienen como objetivo asegurarse el acceso a cobre (19%) y uranio (5%) representaban el 78%
minerales tanto debido a su valor económico, de la producción minera total del país, confor-
como por su carácter militar o industrialmen- mando en su globalidad la megaminería o mi-
te estratégicos, como por ejemplo el litio. En nería a cielo abierto. La minería tradicional se
América Latina, la llegada al poder de gobier- había reducido al 22% (minería industrial 12%;
nos considerados progresistas no ha frenado zinc, hierro, plomo, grafito, níquel, etcétera, 9%;
este tipo de minería. otros minerales 1%). También cabe destacar la
En la Argentina la minería nunca tuvo la im- significación del litio que se proyecta producir
portancia relativa que tuvo o tiene, por ejem- en la Argentina y que tiene importancia para
plo, en Perú o Chile. Asimismo, la que persistió la producción de pilas eléctricas, la industria
en el caso argentino estuvo vinculada con las electrónica y de computación. El valor total de
necesidades internas y el proceso de indus- la producción del sector minero aumentó de
trialización: el carbón, los diversos materiales 461 millones de dólares en 1993 a 1786 millo-
440 Estudios rurales y movimientos sociales. Miradas desde el Sur

nes en 2004. Las exportaciones representaban Reforma constitucional de 1994 confirmó este
solo 16 millones de dólares en 1993. En el año hecho: las provincias constituyen la autoridad
2010 ascendían a 4500 millones de dólares, y en originaria que rige sobre los recursos natura-
los primeros nueve meses de 2012 a 5349 millo- les existentes en sus territorios. Los aumentos
nes. Cabe destacar que, si bien está en aumen- de los precios de los minerales en los merca-
to, la proporción de las exportaciones mineras dos mundiales contribuyeron a aumentar sus-
no representan más del 2,55% del total de las tancialmente la rentabilidad de los commodi-
exportaciones argentinas (Colectivo Voces de ties tales como el oro, la plata y el cobre; y dio
Alerta, 2011). aún mayor impulso a la minería a cielo abierto
En su nueva etapa la actividad minera del también llamada a tajo abierto.
país fue impulsada durante las administracio- En 1997 inició actividades la empresa La
nes de Menem (1989-1995 y 1995-1999), donde Alumbrera en Catamarca. A partir de 2003, se
fueron aprobadas por el Congreso Nacional da el gran salto según lo demuestra la página
una serie de leyes que favorecían cabalmente de Internet de la Secretaría de Minería: en 2008
a la minería. Legislación y normas especiales a registra 302% más metros de perforación que
favor de la minería incluían exenciones y be- en 2003, en cuanto a las inversiones, 1,014%
neficios impositivos que no fueron aplicados más que el año de referencia. Asimismo, en
a otros sectores de la economía. Si bien esta materia de exploraciones se pasó de 40 pro-
legislación fue configurada en los años noven- yectos en 2003, a unos 400 proyectos en 2008
ta, los gobiernos que le sucedieron continua- y a más de 600 proyectos mineros de todo tipo
ron introduciendo normas y legislaciones muy en la actualidad. Hacia el año 2008, el 85% de
favorables a la minería. En mayo de 1993 fue la actividad empresarial minera estaba toda-
aprobada la Ley 24.196 que establecía condi- vía en la etapa de exploración y tan solo 14%
ciones muy favorables para las inversiones eran empresas en operación, mientras un 1%
mineras. Esta Ley fue complementada con se encontraba en una etapa de desarrollo. Pese
otras Leyes (24.296, 25.161 y 25.429) que “per- a la importancia que algunos círculos asignan
feccionaban” y completaban las leyes anterio- a la megaminería en nuestro país, en la actua-
res. Históricamente la minería constituía una lidad representa solo el 2% del PBI nacional y
actividad perteneciente a las provincias. La su contribución al empleo sigue siendo ínfima.
Las actividades extractivas en la Argentina. Introducción | N. Giarracca y M. Teubal 441

Según datos de la Secretaría de Minería de la 2010 hubo un promedio de 19.412 trabajado-


Nación (Secretaría de Minería, 2008, citado en res registrados en explotación de minerales
Voces de Alerta, 2011: 31) en 2007 el país con- no energéticos (es decir, sin considerar petró-
taba solamente con 40.000 empleos directos en leo, gas, carbón y uranio), 7.127 en minerales
minería, lo que equivalía apenas al 0,24% de la metalíferos y 12.285 en otras minas y canteras
población económicamente activa, compuesta (Colectivo Voces de Alerta, 2011: 31). Los da-
por 16 millones de trabajadores. Asimismo, tos más recientes publicados en el sitio Web
la Secretaría de Minería afirmaba que la acti- del Ministerio de Minería de San Juan, corres-
vidad generaba 192.000 puestos de trabajo in- pondientes al año 2006, indican la existencia
directos lo cual nos daría un total de 232.000 de 4.167 empleos directos en la minería de esa
empleos generados por la minería. Sin embar- provincia, equivalente al 1,8% de la PEA sanjua-
go, no se indica la metodología utilizada para nina (Colectivo Voces de Alerta, 2011: 32).
determinar estas cifras. Tampoco está claro En la actualidad la Argentina cuenta con la
cómo se generarían los 380.000 empleos direc- mayor cantidad de minas en operación de toda
tos y 800.000 indirectos que la Secretaría de su historia, entre las cuales se destacan 12 me-
Minería de la Nación promete para 2025. Ade- talíferas: Veladero, Martha, Cerro Vanguardia,
más, se elude el cálculo acerca de los empleos San José, Alumbrera, Pirquitas, Gualcamayo,
que serían resignados a causa de la expansión Manantial Espejo, Aguilar, Farallón Negro,
minera en muchas provincias y sus impactos Andacollo y Sierra Grande. También operan
sobre la agricultura y otras actividades tales yacimientos de minerales industriales, entre
como el turismo. Tampoco está claro en qué los que sobresalen Salar del Hombre Muerto,
información se basó recientemente la Secreta- Tincalayu y Loma Blanca, así como el carbón
ría de Minería de la Nación, para afirmar que el de Río Turbio y la rodocrosita en Capillitas.
sector minero ya genera 500.000 empleos en el Varias minas se localizan en la provincia de
país (Infobae.com, 2010, citado por Colectivo Santa Cruz mientras que gran parte del oro se
Voces de Alerta, 2011: 31). produce en San Juan en donde Pascua-Lama
Estos datos contrastan con los publicados de la empresa minera Barrick Gold se proyecta
por el Instituto Nacional de Estadísticas y Cen- como una de las mineras de oro más importan-
sos (INDEC, 2011), según esta fuente durante tes del mundo, aun cuando en los últimos tiem-
442 Estudios rurales y movimientos sociales. Miradas desde el Sur

pos su actividad está suspendida en Chile y no bernadores locales, apoyados por el gobierno
se sabe que pasará. central, pregonan este tipo de minería como
El 64% de los emprendimientos mineros es- “factor de desarrollo” y hacen promesas de
tán en su fase exploratoria. Aunque esta activi- todo tipo sobre los presuntos beneficios de
dad se presenta en el marco de unos escenarios largo plazo, las poblaciones se han informado
de grandes riesgos, las perspectivas futuras de sobre sus efectos depredadores y contami-
la actividad indujeron a una expansión fenome- nantes, así como su impacto sobre una forma
nal de la actividad exploratoria. Existen corpo- de vida construida a lo largo de los años. Para
raciones mineras de diversas nacionalidades, empezar está el agua: en la región cordillera-
43% son canadienses y solo 19% pertenecen a na del noroeste y cuyo, este recurso es muy
capitales locales. escaso; no obstante se ha desarrollado en la
No solo la minería saquea el agua en zonas región una agricultura importante en base a
donde esta escasea, también se contaminan las un uso racional de este insumo, vital para la
napas freáticas a causa de la utilización masiva vida de las comunidades y la actividad agro-
de cianuro y otros tóxicos para la lixiviación. pecuaria. Los emprendimientos mineros uti-
Asimismo, cabe destacar la contaminación del lizarían para los procesos de lixiviación agua
aire y de la tierra, con su incidencia sobre la que será retraída de la agricultura y del con-
flora y la fauna. La actividad minera en gene- sumo de las familias en tanto no existe agua
ral tiene un límite en su proceso productivo, suficiente que permita convivir a la actividad
y cuando termina la extracción del mineral la minera conjuntamente con la tradicional ac-
mina queda abandonada generándose en el tividad agrícola de la región (tanto la impul-
terreno pasivos ambientales adicionales, pues sada en base a los beneficios otorgados por
sigue contaminando el medio ambiente por la Ley de Diferimientos, como la tradicional
muchos años más e incluso décadas. que fuera desarrollada en la región a lo largo
En la zona cordillerana donde los gobier- del siglo XX).
nos locales impulsan esta megaminería, se Este es uno de los ejes centrales del conflic-
ha tomado conciencia de los efectos nefastos to que suscita la actividad minera en toda la
que ha de tener: la experiencia de Andalgalá región cordillerana: por una parte, los grandes
lo demuestra patéticamente. Mientras los go- proyectos mineros impulsados por los gobier-
Las actividades extractivas en la Argentina. Introducción | N. Giarracca y M. Teubal 443

nos provinciales con el apoyo del gobierno La agricultura de alimentos


nacional; por otra, las numerosas asambleas y la minería a cielo abierto:
y organizaciones que la resisten en distintas dos lógicas
provincias. Las consultas populares de Es-
quel y Loncopué, poblada masiva de Chilecito Como hemos dicho antes, la Argentina a dife-
y Famatina, y las resistencias de Tinogasta y rencia de otros países de América Latina ha
de otras regiones del país demuestran que la alcanzado su desarrollo capitalista en base al
oposición a la megaminería es apoyada por el modelo agroexportador, es decir sistemas agrí-
conjunto de las comunidades afectadas. “El colas y agroindustrias diversos por todo el país
agua vale más que el oro”. Se trata de una con- (anterior al período del “agronegocio”). Por
signa que refleja una realidad palpable: el agua esto mismo las poblaciones asocian la activi-
es una necesidad vital, no así el oro; podemos dad minera con etapas muy lejanas en la histo-
vivir sin oro, no así sin agua. El oro puede te- ria colonial, y también la asocian con condicio-
ner mucho valor de cambio, generar mucha nes de trabajo precarias, como la esclavitud.
rentabilidad, pero en los términos en los que Aunque minería y agricultura pertenezcan al
se lo extrae de la naturaleza y utiliza no ga- sector primario, están sustentadas por lógicas
rantiza el bienestar de la población. Por lo productivas diferentes:
tanto, el agua es un bien común esencial para 1. Las lógicas de apropiación de los territorios
mantener la calidad de vida de la población, son disímiles; en la agricultura la tierra es
la cual es incompatible con la megaminería. el lugar colonizado, es decir de asentamien-
Sumada al saqueo de otros minerales críticos to familiar y de trabajo. Si bien no en todas
y estratégicos y a la contaminación, todos es- las provincias hubo procesos de coloniza-
tos elementos contribuyen a la destrucción de ción ordenados, el uso del territorio para
los territorios de las economías regionales. El comenzar un trabajo y una vida agraria,
discurso “desarrollista” de los gobernadores fue el elemento común en todos los tipos
locales suena hueco, cuando un pueblo entero de asentamientos de pequeñas y medianas
defiende su forma de vida, su ambiente y la unidades productivas del país. Es decir, la
naturaleza en general. apropiación del recurso básico para produ-
cir no generaba conflictos con la sociedad
444 Estudios rurales y movimientos sociales. Miradas desde el Sur

sino que, en principio, se ponía al servicio biental que genera y a los daños en el medio
de esta. Muy diferente es la apropiación del ambiente que deja tras su paso.
territorio minero; en este caso, son empre- 3. La lógica agraria produce para un consumo
sas extranjeras que desconocen las carac- ligado directa o indirectamente a las pobla-
terísticas de las poblaciones circundan- ciones de origen. La extractiva tiene como
tes y de la sociedad nacional. Se apropian principal destino el mercado internacional,
(aunque se trate de consignaciones) de una en un sendero difícil de seguir por las po-
parte importante del territorio, que incluye blaciones locales y nacionales. La sospecha
cerros, caminos, agua, flora, glaciares, et- del saqueo tiene que ver con esta caracte-
cétera. Además, en la actividad se extraen rística de desconexión con el destino de los
minerales que no se articulan con las nece- recursos una vez extraídos de sus lugares
sidades de las poblaciones. Se estima, por de origen.
dar un ejemplo de minería, que solo el 15%
4. La agricultura requiere adaptarse a un ciclo
del oro extraído en el mundo tiene fines in-
biológico de la producción: tiene una fecha
dustriales, mientras que el resto se destina
para el cultivo y otra para la cosecha; una
a consumos suntuarios y reservas moneta-
para el apareo de los animales, otra para el
rias (de países diferentes de donde se extra-
nacimiento, y los trabajos se llevan a cabo en
jo el mineral).
ese marco. No puede producirse cualquier
2. La lógica agrícola es de sostenibilidad en el cosa en cualquier lugar y momento: depende
tiempo. Con un buen manejo y el cuidado de no solo del suelo y su fertilidad, sino también
los recursos, la producción agraria resulta del clima, de las precipitaciones, de la dispo-
no solo una de las más antiguas del mundo, nibilidad del agua y del momento del año; así
además puede reproducirse infinitamente. como del ciclo biológico que incide sobre el
La lógica extractiva es insostenible en el crecimiento de las plantas y los animales. To-
tiempo porque la destrucción del recurso dos estos elementos influyeron sobre la es-
le es inherente: se basa en extraer, agotar y tructura social del campo con la importancia
retirarse a otras regiones donde aún no se histórica de la agricultura familiar. El proce-
ha iniciado el proceso. Esta insostenibilidad so de trabajo en la minería se asemeja mucho
temporal es proporcional al impacto am-
Las actividades extractivas en la Argentina. Introducción | N. Giarracca y M. Teubal 445

más al trabajo industrial, aunque a diferen- dicalizados como Bolivia, Ecuador y Venezuela
cia de este no puede realizarse en cualquier y los que se orientan a gobiernos de derecha,
lado, pues el lugar de establecimiento de una como México o Chile, se comportan de modo
mina obedece fundamentalmente a la dispo- similar frente al modelo extractivo. En los mo-
nibilidad de los minerales existentes en las mentos más duros del neoliberalismo —década
diferentes regiones del globo. Por ello, la ac- del noventa— prepararon su legislación y reci-
tividad minera depende del cateo realizado bieron las inversiones. Algunos partidos consi-
para determinar, previamente, la disponibi- derados de “izquierda” fuera del poder critica-
lidad de los minerales. Además, la actividad ron estas actividades pero una vez en acciones
concluye y deja secuelas contaminantes, así de gobierno se adaptaron a ellas (el caso de
como un gran cráter inútil en el terreno. Brasil con la soja transgénica; Uruguay con las
5. Ambas actividades utilizan grandes canti- pasteras, etcétera). Es decir, no se puede pen-
dades de agua, aunque la agricultura lo re- sar en alguna resistencia nacional-institucional
quiere por el proceso biológico que tienen más allá de algunas votaciones de legisladores
las plantas o animales, y la minería para no oficialistas en casos excepcionales. Enton-
algunos procesos industriales. Es decir, la ces, ¿quiénes resisten esta devastación? Lo
agricultura consume y transforma el agua en hacen las poblaciones, las comunidades indí-
alimentos (u otras producciones), mientras genas, pequeñas ciudades perjudicadas por la
que la minería solo la consume y la contami- minería, etcétera. Las resistencias tanto en los
na (Giarracca y Hadad, 2009). países andinos como en México, han intenta-
do férreamente impedir avances de las corpo-
raciones del extractivismo. Tienen a su favor
toda la legislación internacional, que les asegu-
Conflictos y disputa ra cierta autonomía en sus territorios. Algunos
por los territorios gobiernos latinoamericanos han llegado a la
masacre, como ocurre en Chile con los mapu-
Tanto la Argentina —considerada un país con
ches, para pararlos. También las comunidades
un gobierno de orientación socialdemócrata—
campesinas han resistido en la región, contra
como Brasil y Uruguay, así como otros más ra-
los nuevos inversores sojeros y agronegocios
446 Estudios rurales y movimientos sociales. Miradas desde el Sur

de todo tipo, que están dispuestos a quedarse El caso argentino es muy interesante. Las
con sus tierras en el imparable avance de la poblaciones indígenas y campesinas fueron tan
expansión. Los movimientos campesinos y las invisibilizadas por la modernidad/colonialidad,
comunidades indígenas de toda América Lati- que cuando salieron a resistir tomaron a mu-
na resisten tanto la sojización como el avance chos por sorpresa. Hoy se considera que exis-
minero. Recordemos la Guerra del Gas o del ten 20.000 familias campesinas distribuidas por
Agua en Bolivia a comienzos de siglo; Bagua, todo el país con un alto nivel de organización y
pueblo amazónico peruano que perdió muchas reclamos. Los indígenas contagiados de los bo-
vidas defendiéndose del avance autoritario del livianos y ecuatorianos comienzan a hablar de
gobierno de Alan García sobre sus territorios, Estado plurinacional, paralelamente a la recu-
el pueblo de Andalgalá, Catamarca, Argentina, peración de sus tierras (siempre amenazadas);
que puso un límite, y el ejemplo de Famatina por otra parte, las poblaciones cordilleranas
que ha logrado parar durante años distintas in- que se organizan en Asambleas de autoconvo-
versiones mineras a su región. cados por el “no a la minería”, son el fenómeno
Estos movimientos se apoyan en muchas re- social más importante de este siglo5.
des regionales e internacionales (Vía Campesina
es la más conocida) y de esos lugares pueden ex-
traer más fuerzas para resistir que de las institu- Algunas reflexiones
ciones nacionales; lamentablemente esto ocurre a modo de conclusión
en Chile y en México pero también en Ecuador
y Bolivia, considerados de los más progresistas. La crisis que sufre la humanidad no es solo la
Instalados en el modelo económico y cultural del capital en la era del neoliberalismo y en la
del neoliberalismo, dependen de los excedentes globalización, ni siquiera es solo civilizatoria;
generados por estas actividades (pocos, si se constituye más bien una crisis planetaria de
considera lo que consiguen) para seguir con los enormes proporciones, de la vida de la humani-
dispositivos del reparto de subsidios a los secto-
res subalternos y ampliar sus bases para generar
hegemonía. Pero es un proceso en tensión que
5 Para un panorama general de las resistencias véase
aunque se quiera no puede cerrarse. en este libro el artículo firmado por GER-GEMSAL.
Las actividades extractivas en la Argentina. Introducción | N. Giarracca y M. Teubal 447

dad en el planeta. El recalentamiento mundial sión del “agronegocio” a escala mundial y de


puede ser considerado la punta del iceberg de la sustitución de una agricultura más o menos
fenómenos y trasformaciones profundas que sustentable por otra extractiva, generadora de
subyacen detrás de estos. Por ello la crisis se la depredación de los recursos, altamente con-
ha transformado en uno de los hechos funda- taminante, que se orienta hacia la demanda de
mentales de nuestra actualidad que atraviesa el los países centrales, China e India. Para todas
mundo y las vidas de los que lo habitan. estas actividades fueron decisorias las nuevas
Una de las expresiones de esta crisis que tecnologías de punta que las habilitaron en te-
produce una imparable decadencia es la reapa- rritorios antes impensables.
rición de actividades de despojo como en los Es difícil vislumbrar el desarrollo de un
comienzos del capitalismo. En toda América modelo alternativo sin el impulso de los movi-
Latina, pero también en Asia y África, hay un mientos sociales en toda América Latina. Sin
nuevo potenciamiento de las industrias extrac- embargo, es necesario el trabajo en redes en-
tivas de exportación que expresa y sobredeter- tre estas organizaciones, periodistas, artistas,
mina la crisis civilizatoria. intelectuales con actores de las instituciones
La reemergencia extractivista tuvo que ver gubernamentales. No son tiempos fáciles cuan-
con cierta escasez de los países centrales, algu- do la autonomía de muchos movimientos en re-
nos límites que establecen los recursos natura- lación con el Estado fue socavada. Cuando las
les; es conocida, por ejemplo, la problemática organizaciones comienzan a tener distinto tipo
del petróleo y el interés que tienen los países de relaciones con los funcionarios del gobierno
centrales por sustituirlo con otras fuentes (participar en mesas de las secretarías del área,
energéticas, como consecuencia de su impac- recibir más subsidios que el resto de otras or-
to sobre el calentamiento mundial y también ganizaciones, que sus técnicos pasen a trabajar
debido a que las fuentes del mismo son limi- en el gobierno, etcétera) las posibilidades de
tadas. Este constituye el trasfondo del proble- críticas y prácticas autonómicas disminuyen
ma energético y de los proyectos para impul- notablemente. La particularidad del neolibera-
sar los biocombustibles a nivel mundial. Pero lismo del tiempo de las actividades extractivas,
también está la crisis alimentaria mundial, que consiste en avanzar en territorios donde otrora
puede ser considerada producto de la expan- convivían diversas sociedades.
448 Estudios rurales y movimientos sociales. Miradas desde el Sur

En efecto, en tiempos pre-neoliberales coe- proceso de desposesión silenciosa o con una


xistían distintas capas societales en las mismas violencia descarada.
regiones. Las capitalistas avanzadas con traba- Es así que las comunidades formadas en
jo asalariado de mala calidad pero en los límites las luchas de los noventa y primera década
del capitalismo (como por ejemplo los ingenios de este siglo, junto con las viejas comunida-
azucareros del norte del país), coexistían con des indígenas y campesinas con pretensiones
otros mundos “río arriba” como convierten en de autonomía del orden capitalista/moderno/
imágenes los cineastas, donde, después de la patriarcal/racista, presentan en la actuali-
etapa de asalarización en condiciones casi es- dad serias dificultades frente al gobierno y
clavas en las fábricas de azúcar, pudieron vivir las grandes corporaciones. Muchos sostie-
casi en el decir de Zibechi y Hardt (2013) como nen que después de una catástrofe se podrá
sociedades otras, en comunidades regidas por pensar en las alternativas. Pero, aun así, para
sus propias reglas y conectadas en lo educativo esos momentos los espacios alternativos que
y cultural con la nación. pululan como “campos de experimentación”
Esa “nación interior” reclamaba mejoras en adquieren la necesidad de mantener la vida
sus zonas, pero preferían sus trabajos cam- hoy y en el futuro.
pesinos que les proveían alimentos y trabajos
eventuales en la sociedad oficial, antes que lo
que habían hecho parte de sus familias: engro- Bibliografía
sar los bordes pobres de las ciudades capita-
les y ciudades intermedias. En muchos países Altieri, M. A. 2009 “Agroecology, Small Farms
de América Latina estas sociedades otras eran and Food Sovereignty” en Monthly Review
importantes en cantidad de habitantes. En (Nueva York) Vol. 61, N° 3, julio-agosto.
cambio, en la Argentina nunca fueron numéri- CEPAL 1999 Panorama minero de América
camente significativas; pero estaban, formaban Latina a fines de los noventa (Santiago de
parte de un país que el citadino e intelectual Chile: CEPAL) Serie Recursos Naturales e
europeizado ignoraba. En tiempos neolibera- Infraestructura Nº 1.
les extractivistas esos territorios ocupados por Colectivo Voces de Alerta 2011 15 mitos y
estas poblaciones se valorizaron, y se inicia el realidades de la minería transnacional
Las actividades extractivas en la Argentina. Introducción | N. Giarracca y M. Teubal 449

en la Argentina (Buenos Aires: Editorial El (Cambridge / Londres / Nueva York:


Colectivo). Cambridge University Press).
De Sousa Santos, B. 2011 Portugal: ensaio Harvey, D. 2004 “The New Imperialism:
contra a autoflagelação (Coimbra: Accumulation by Dispossession” en The
Alamedina). Socialist Register (Londres: Merlin Press).
Diamont, J. 2006 Armas, gérmenes y acero. INDEC, documentos varios. Disponibles en
Breve historia de la humanidad en los <www.indec.gov.ar>.
últimos trece mil años (Barcelona: Debate). Martínez, A. J. y Schlupmann, K. 1993 La
Foster, J. B. 2010 “Why Ecological ecología y la economía (México DF: Fondo
Revolution?” en Monthly Review (Nueva de Cultura Económica).
York) Vol. 61, Nº 8, enero. Mishan, E. J. 1967 The Costs of Economic
Giarracca, N. 2008 “Agronegocios y Growth (Londres: Staples Press).
retenciones: el conflicto” en Diario La Murmis, M. y Murmis, M. R. 2012 “El caso
Vaca, 10 de junio. argentino” en Baquero, F. y Gómez, S. (eds.)
Giarracca, N. y Hadad, G. 2009 “Disputas Dinámicas del mercado de tierras en
manifiestas y latentes en La Rioja minera. América Latina y el Caribe. Concentración
Política de vida y agua en el centro de la y extranjerización (Roma: FAO).
escena” en Svampa, M. y Antonelli, M. Pengue, W. A. 2005 Agricultura industrial y
(eds.) Minería trasnacional, narrativas transnacionalización en América Latina.
del desarrollo y resistencias sociales ¿La transgénesis de un continente?
(Buenos Aires: Biblos). (México: PNUMA, Red de Formación
Giarracca, N. y Teubal, M. 2008 “Del Ambiental) Serie Textos Básicos para la
desarrollo agroindustrial a la expansión del Formación Ambiental Nº 9.
‘agronegocio’: el caso argentino” en Mançano Teubal, M. 2009 “La lucha por la tierra en
Fernandes, B. (org.) Campesinato e América Latina” en Giarracca, N. y Teubal,
agronegócio na América Latina: a questão M. (coords.) La tierra es nuestra, tuya y
agrária atual (San Pablo: CLACSO). de aquel… Las disputas por el territorio
Grigg, D. B. 1977 The Agricultural Systems en América Latina (Buenos Aires:
of the World. An Evolutionary Approach Antropofagia).
450 Estudios rurales y movimientos sociales. Miradas desde el Sur

Van Bath, S. 1974 Historia agraria de


Europa occidental – 500-1850 (Barcelona:
Ediciones 62).
Zibechi, R. y Hardt, M. 2013 Preservar
y Compartir. Bienes comunes y
movimientos sociales (Buenos Aires:
Mardulce).
Tres lógicas de producción de
alimentos: ¿hay alternativas
al agronegocio?*
Norma Giarracca y Tomás Palmisano**

A partir del desarrollo global del “agronego-


cio”, se pueden distinguir tres formas de
producir en el sector agrario y en los alimentos
rra; diferencias fundamentales en los procesos
productivos y laborales; en las orientaciones
de la producción; en el tipo de “capital” inter-
en particular: 1) la campesina, 2) la del “agro- viniente, etcétera. Si bien en nuestro país la
negocio” y 3) la “farmer” o “chacarera” (en la forma campesina de producción no ha tenido,
Argentina). Esta última forma, en nuestra hi- por razones históricas, una marcada significa-
pótesis, mantiene rasgos interesantes que aún ción, de la mano de los pueblos indígenas ha
no se han perdido del todo pero corre peligro cobrado importancia en un interesante pro-
de su desaparición en un mediano plazo. Esta ceso de recuperación histórica de sus tierras,
tipología supone distintas relaciones con la tie- que se suma a los muchos criollos desplazados
de la agricultura comercial que también están
intentando esta modalidad, estimulados bási-
* Giarracca, N. y Palmisano, T. 2013 “Tres lógicas de camente por los postulados de la organización
producción de alimentos: ¿hay alternativas al agronego- internacional Vía Campesina.
cio?” en Giarracca, N. y Teubal, M. (coords.) Activida-
des extractivas en expansión. ¿Reprimarización de la
economía argentina? (Buenos Aires: Antropofagia).
La lógica de producción campesina
** Doctor en Ciencias Sociales por la Universidad de
Buenos Aires. Becario CONICET en el Instituto de In- El campesino mantiene una relación de fami-
vestigaciones Gino Germani y miembro de GER-GEM-
SAL (Grupo de Estudios Rurales-Grupo de Estudios de lia/trabajo/tierra como unidad que habilita la
los Movimientos Sociales de América Latina). ocupación familiar, la valoración de la tierra
452 Estudios rurales y movimientos sociales. Miradas desde el Sur

como instrumento de trabajo y un proceso tros derivados más que nada de los procesos
productivo con escasos componentes capita- históricos de cada país. No obstante, el merca-
listas como los insumos agroindustriales o ma- do de producción en un intercambio desigual,
quinarias agrícolas. En primer lugar debemos es el punto de coincidencia para la realización
diferenciar la forma de producción campesina del valor del trabajo campesino, que se suma a
integrada de diversos modos a los mercados otros mecanismos de explotación registrados
capitalistas que prevalece en las décadas de las en los mercados laborales (semi-proletariza-
reformas agrarias o las intervenciones estata- ción) o en los circuitos de comercialización de
les y donde se producía alimentos para los mer- alimentos o insumos.
cados internos. Es el caso de México y muchos Esta discusión ya no es una preocupación
otros países con tradición campesina durante de los estudios campesinos del siglo XXI, no
la etapa de sustitución de importaciones (ISI). interesa tanto la valorización del trabajo cam-
Luego aparecerán desde los movimientos so- pesino porque se considera que los procesos
ciales nuevas formas surgidas a fines del siglo tanto productivos como comerciales, se llevan
XX (el Movimiento Sin Tierra de Brasil es pa- a cabo en espacios con una autonomía relati-
radigmático) que guardan relativa autonomía va de los mercados capitalistas. Y esto ocurre
de los mercados capitalistas. En el primer caso tanto porque al capitalismo neoliberal no le
los autores, sobre todo Armando Bartra (1979), interesa la producción campesina como fuen-
proponían una diferenciación de la producción te de alimentos para las poblaciones locales
campesina y capitalista dejando en claro varias o nacionales, como porque los campesinados
cuestiones. En primer lugar, que mientras en la surgidos de movimientos de finales del siglo
capitalista el trabajo es inmediatamente subor- XX y comienzos del siglo XXI, tratan de formar
dinado al proceso de valorización del capital mercados propios donde se abastecen e inter-
(la explotación de la mano de obra le es inhe- cambian unos con otros. La agroecología, no
rente), el trabajo campesino solo se valoriza a solo es un modo de producir de los movimien-
través de una serie de mediaciones, cuando en- tos campesinos (sobre todo los organizados
tra en el circuito de comercialización capitalis- dentro de Vía Campesina) sino que también
ta. Allí los autores muestran encuentros entre incluye circuitos propios de comercialización.
el campesino y el capital en una serie de regis- En un trabajo reciente (Vía Campesina, 2010)
Tres lógicas de producción de alimentos | N. Giarracca y T. Palmisano 453

se lo plantea como un concepto clave que re- principios y metas sociales, culturales y políticas.
envía a un enfoque interdisciplinario que expli- En esta visión, por ejemplo, no existe —por in-
ca el funcionamiento de los agroecosistemas; compatibilidad— un “latifundio agroecológico”,
se trata de principios que guían las prácticas o una “plantación agroecológica” que produzca
“agrocombustibles” para automóviles en vez de
agronómicas y productivas que permiten culti-
alimentos y productos para seres humanos. Para
var alimentos y fibras sin agrotóxicos. Miguel
nosotros, pues, la agroecología es un pilar fun-
Altieri, importante miembro de la ecología polí- damental en la construcción de la soberanía y la
tica citado en el trabajo que aludimos, es quien Seguridad Alimentaria. (Vía Campesina, 2010: 16)
puntea sus principios más importantes:
–– Incrementar el reciclaje de biomasa y lograr Sin embargo, no todas las comunidades cam-
un balance en el flujo de nutrientes; pesinas la utilizan, es un principio pero no ne-
–– Asegurar las condiciones favorables del sue- cesariamente una imposición y esto está claro
lo, con alto contenido de materia orgánica y en las diversidades de producción que pueden
biológica; encontrarse en todas las regiones que se orga-
–– Minimizar la pérdida de nutrientes del sis- nizan alrededor de Vía Campesina.
tema; La agroecología es una práctica ancestral en
las comunidades indígenas y de reciente apli-
–– Impulsar la diversificación genética y de es-
cación en las comunidades campesinas de crio-
pecies, a nivel de finca y a nivel del paisaje;
llos pero existen rasgos comunes entre ellas
–– Incrementar las interacciones biológicas y que perduran a través del tiempo: a) el jefe de
sinergismos entre los componentes del agro- explotación tiene bajo su control qué y cómo
ecosistema. producir; b) si bien en los últimos tiempos hay
introducción tecnológica, predominan las “téc-
Se sostiene, por último y a modo de síntesis, que nicas” producidas localmente o en muchos ca-
sos por el productor mismo; c) predominan los
para los movimientos sociales que componen la valores de uso por sobre los valores de cambio;
Vía Campesina, el concepto de agroecología va d) el manejo agronómico está en función de
más allá de los principios ecológicos-producti- preservar la tierra como instrumento de labor y
vos. Se incorpora a su visión agroecológica otros
454 Estudios rurales y movimientos sociales. Miradas desde el Sur

de integrar a la familia al trabajo campesino in- mente a sus características. Quizá la prime-
dependientemente del uso de la agroecología1. ra a destacar es el requerimiento de escalas
productivas más amplias que en el pasado.
Desde la década del setenta se registra una
La lógica de producción disminución constante de la cantidad de ex-
del agronegocio plotaciones agropecuarias (EAPS) en todo el
país. Tal es así que mientras el Censo Nacio-
A partir de la instauración del neoliberalismo, nal Agropecuario de 1969 registraba más de
en el campo argentino se extendió un modelo medio millón de EAPS, para 2002 este número
de producción agropecuaria cuyas característi- había disminuido a 333.533 EAPS y la tenden-
cas lo asemejan a otras dinámicas extractivas cia parece mantenerse a pesar de la ausencia
extendidas en el país y el mundo. Específica- de datos oficiales fiables. Como puede imagi-
mente, el agronegocio es la expresión en el narse este proceso estuvo acompañado por un
mundo rural del modelo civilizatorio neolibe- crecimiento de la superficie promedio de las
ral. Esto implica una profunda transformación explotaciones en todo el país (característica
de las estructuras productivas y de los actores que será detallada en las páginas subsiguien-
que actúan en y sobre ellas. tes). No solo en la región pampeana, que será
El caso argentino es paradigmático por el escenario privilegiado del avance del culti-
la enorme expansión que tuvo esta forma de vo “estrella” del modelo, la soja, las escalas de
producir y por eso nos referiremos particular- las unidades crecieron también en las regiones
extrapampeanas. En estas zonas, se introduje-
ron cultivos que requerían gran inversión tec-
1 La tierra tanto para los campesinos como para los
nológica y plantaciones mucho más amplias
indígenas es concebida como territorio en el sentido
más pleno y diverso de la palabra: como jurisdicción; de las habituales. Su establecimiento fue favo-
como espacio geográfico; como hábitat o conjunto sis- recido por la política de diferimientos agríco-
témico de recursos esenciales para la existencia colec- las que se intensificó en la década del noventa2
tiva; como biodiversidad y los conocimientos ancestra-
les conectados a ella; y como espacialidad socialmente
construida vinculada a la identidad colectiva (Toledo 2 Los diferimientos agrícolas constan de una serie
Llancaqueo, 2005). de exenciones impositivas reguladas por la Ley 22.021
Tres lógicas de producción de alimentos | N. Giarracca y T. Palmisano 455

e introdujo nuevas producciones orientadas torialidades (campesina, indígena, chacarera,


al mercado externo o a sectores de alto poder etcétera). La manifestación de este avance tiene
adquisitivo. Así en regiones donde la superfi- al menos dos caras. La primera, de índole eco-
cie promedio de las explotaciones rondaba en nómica que se encarna en el constante encare-
las 5 ha, se difundieron establecimientos que cimiento de la tierra tanto para arrendamiento
excedían con creces las 25 ha con niveles de como para la compra. En términos prácticos
inversión considerables tanto en los cultivos esto implica mayores dificultades en el acceso
como en la tecnología aplicada (principalmen- a la tierra por parte de los actores de menor
te sofisticados sistemas de riego). capacidad económica y mayores posibilidades
Tras este proceso de concentración también para los grandes emprendimientos que aprove-
se fortalece una concepción particular de la tie- chan sus economías de escala y las estrategias
rra como mercancía cuyo valor simbólico está de acaparamiento de renta para sostener su
completamente diluido en las posibilidades de posición privilegiada3. Este proceso excluyen-
negocios que la misma pueda aportar. Tanto el te se potencia por la tendencia a la reducción
sentido patrimonial como el territorial pierden del número total de trabajadores por hectárea,
significancia frente a la faceta mercantil de la principalmente aquellos de carácter familiar
tierra, que en un contexto de avance de las ac- que pierden importancia relativa frente a los
tividades del agronegocio implican una presión asalariados, ya sea aquellos que se encuentran
constante y el desplazamiento de las otras terri- directamente vinculados a la explotación, los
contratistas4 que realizan las labores culturales

dictada durante la última dictadura (1979) y prorroga-


da durante la década de los noventa. Esta legislación
les concede a los empresarios que invierten en explota- 3 Para una descripción detallada de este proceso
ciones agropecuarias de alto requerimiento de capital, véase Teubal y Palmisano en este libro.
facilidades de pago y exenciones del Impuesto al Valor 4 En la bibliografía sobre el tema el concepto de
Agregado, el Impuesto a las Ganancias, Derechos de contratista suele tener un doble sentido. Por un lado,
Importación, etcétera. La mayoría de los emprendi- incluye a prestadores de servicios agrícolas que reali-
mientos que se han establecido corresponden a pro- zan las labores culturales (rotulación, siembra, fumiga-
ducciones orientadas al mercado externo o de consu- ción, cosecha, poda, desmalezamiento, etcétera) para
mo de alta gama. diversos productores; por el otro, a aquellos dueños
456 Estudios rurales y movimientos sociales. Miradas desde el Sur

o la tercerización de la toma de trabajadores a agronómicas a las modernas “fábricas de po-


través de empresas intermediarias. Es decir, se llos, cerdos y vacas”.
borran las relaciones contractuales de asalariza- Otra característica importante de la lógica del
ción de mano de obra y se acentúan los modos agronegocio es la intensificación de las estrate-
mediados por contratistas en la relación con los gias de integración vertical y horizontal de los
trabajadores rurales (véase Aparicio, 2005). establecimientos más importantes, impulsados
La segunda cara de este proceso es el recru- por la continua incorporación de “tecnología de
decimiento de la violencia rural. Las lesiones punta” difundida, y en muchos casos patentada,
físicas e incluso la muerte son el resultado de por empresas transnacionales o transnacionali-
las disputas territoriales que desata la lógica zadas. El rol del capital foráneo se incrementó
del agronegocio. La expansión de la superficie principalmente en dos sectores. Por un lado,
agrícola-ganadera sobre las tierras de comu- la provisión de insumos (semillas, fertilizantes,
nidades campesinas e indígenas se ha dado herbicidas, etcétera) se convirtió en una sección
tanto a través del desplazamiento silencioso, clave donde las empresas ingresaron a medida
donde las poblaciones son desalojadas sin que la lógica del agronegocio se extendía ofre-
mayores conflictos a partir de engaños o ma- ciendo los adelantos tecnológicos de la “revolu-
nipulaciones, y también por medio de formas ción transgénica”5. Asimismo, varias empresas
más violentas, donde frente a la resistencia de nacionales del área desplegaron un proceso de
las familias y organizaciones se erigen estruc- transnacionalización, que se manifestó notable-
turas públicas y privadas que accionan en pos mente en el segundo sector que consideraremos:
de una reconfiguración territorial que suele los eslabones de transformación y comercializa-
favorecer a los intereses más concentrados ción alimentaria. Aquí la mayoría de las compa-
(GER, 2004 y GEPCyD, 2010). En este punto ñías nacionales recibieron capitales del exterior
también debería destacarse la violencia sobre que reconfiguraron su paquete accionario a la
los animales al pasar de las viejas prácticas par que se intensificaba la concentración en la
producción y comercio de los alimentos en el
de maquinarias que además tienen tierras (propias o
arrendadas) en producción. En este caso nos referi-
mos a la primera noción. 5 Véase en este libro el artículo de Tamara Perelmuter.
Tres lógicas de producción de alimentos | N. Giarracca y T. Palmisano 457

mercado interno y externo (Teubal y Rodríguez, A estas tecnologías materiales se suma el con-
2002). En el caso de la producción agropecuaria, tinuo énfasis a la integración de redes de diversos
el ingreso de capital extranjero fue un poco más actores de la cadena agroalimentaria. A primera
limitado y en la mayoría de los casos se originó vista, estas propuestas parecen ofrecer mecanis-
producto de fusiones y emisión de acciones en mos de democratización dentro de la dinámica
diversas bolsas de valores del mundo. del agronegocio, sin embargo, el esquema de las
Si bien algunas actividades propias de las redes esconde las jerarquías típicas que se dan
agriculturas integrantes del modelo agroindus- en los contextos socio-económicos donde las
trial (Giarracca y Teubal, 2008) mantienen sus grandes empresas tienen participación. La igual-
formas productivas pero concentradas en me- dad aparente del modelo reticular propuesto
nos manos, paralelamente se desarrollan estra- desde los think tanks podría pensarse como una
tegias para integrarlas a la lógica del agronego- manifestación actualizada de la “monocultura de
cio. Quizá el ejemplo más marcado sea la ten- la naturalización de las diferencias que ocultan
sionante realidad que presenta la producción jerarquías” (De Sousa Santos, 2006) para el mun-
azucarera en la cual muchos ingenios fueron do rural. Al sostener la apariencia de un vínculo
comprados por empresas transnacionales y entre iguales no solo se naturaliza la primacía
buscaron ensamblarse a la creciente tendencia de las grandes corporaciones sino que se acota
de los agrocombustibles. En este caso el “salto el mundo de los actores posibles a aquellos que
tecnológico” más profundo se da en los eslabo- muestren un perfil netamente empresarial que se
nes superiores de la cadena agroalimentaria, al adapte a los designios y demandas del mercado.
sumarle un paso hasta ese momento inexisten- En definitiva, la perspectiva que subyace a
te. De esta manera a la compra de tierras para la lógica del agronegocio es el desplazamiento
su propio abastecimiento y la renovación de del rol de la agricultura como productor alimen-
maquinaria se suman las inversiones necesa- tario o de materias primas hacia una dinámica
rias para destilar el bioetanol (Mariotti, 2011)6. ordenada por los commodities. Los mercados
internacionales, cuya expresión máxima es el
6 Para 2013 un conflicto entre Santiago del Estero y
Tucumán en torno a los desechos contaminantes gene-
rados por esta producción que afecta la cuenca del Río Salí-Dulce podría detener la producción de bioetanol.
458 Estudios rurales y movimientos sociales. Miradas desde el Sur

Chicago Board of Trade, son los que marcan a agronegocio”, actualizando a los antropólogos
fuego los cultivos que se deben producir para Archetti y Stölen (1975) que hablaron a co-
satisfacer la demanda mundial que en la enorme mienzos de los setenta de “ni campesinos ni ca-
cantidad de los casos está completamente des- pitalistas” refiriéndose al “chacarero”. Se trata
ligada de las necesidades de las comunidades del productor que en la Argentina reenvía a la
locales. Más aún, la fortaleza de estos lineamien- colonización de fines del siglo XIX y comienzos
tos llega a transformar los hábitos alimentarios del XX y que, con los cambios democráticos
de un país entero, tal es así que entre el año 2000 del país, de arrendatario de los grandes terrate-
y el 2007 el consumo de aceite de soja en la Ar- nientes pasó a pequeño y mediano propietario
gentina creció un 224,5%, convirtiéndose en el dedicándose básicamente a producir alimen-
producto oleaginoso más consumido en el país. tos. En nuestro país, este agricultor medio,
Similarmente, la lecitina de soja desplazó a las asumía la característica de orientarse tanto al
grasas animales de la gran mayoría de los ali- mercado interno como a la exportación; esta
mentos a base de harina (galletitas, panificados, combinación era posible por las instituciones
golosinas, etcétera) generando que en la actua- que regulaban al sector y que desaparecieron
lidad la población argentina consuma a diario en 1991 con el “Decreto de desregulación” de
alimentos modificados genéticamente sin que Menem-Cavallo. Las características de ese
exista ninguna identificación en ellos. productor residen en que utiliza mano de obra
familiar (como los campesinos), una mínima
utilización de insumos agroindustriales (sobre
La lógica de producción “farmer o todo agroquímicos8) y una mecanización esca-
agricultura de procesos”7 lonada, con fuertes innovaciones tecnológicas

Por último, querríamos referirnos a la tercera


forma de producir alimentos, “ni campesino ni 8 La gran expansión agraria de 1880 a 1930 se hizo
sin agroquímicos, que se introdujeron paulatinamente
a fines del período. El aumento del consumo de agro-
7 Agradecemos al Ing. Alfredo Galli las conversacio- químicos en la Argentina pasó de 10.000 litros por año
nes interesantes e inspiradoras mantenidas sobre esta en los setenta a 270 millones de litros en 2010, de los
problemática. cuales 200 millones corresponden al glifosato.
Tres lógicas de producción de alimentos | N. Giarracca y T. Palmisano 459

propias del sector de acuerdo a sus necesida- de esta tercera forma de producir alimentos?
des, y apoyadas por el Instituto Nacional de Este interrogante es muy importante no solo
Tecnología Agropecuaria (INTA). por el futuro de la agricultura y la alimentación
Para el colono “gringo”9 la tierra tenía el sen- en el país, sino básicamente por una cuestión
tido de un fuerte patrimonio familiar que per- de índole política. En efecto, si el modelo de
mitía reproducir y educar a la familia y pasarla actividades extractivas, con el avance de nue-
de generación en generación. Si bien a partir de vas tecnologías llega a consolidarse de tal for-
la desregulación de 1991, de la liberación de la ma que el “agronegocio” colonice todo los es-
semilla transgénica en 1996 (Menem-Solá), este pacios agropecuarios, con soja, transgenia en
sujeto se fue transformando en “sojero” (el “pe- maíz, feed lot en ganadería, etcétera, estaremos
queño productor” del sistema sojero)10, el origi- en una situación muy difícil de revertir y muy
nal (productor de alimentos) perdura en otras complicada en términos no solo de “soberanía
producciones. En un libro de hace unos años, alimentaria” (derecho a elegir lo que necesita-
nuestro equipo de investigación tituló la histo- mos) sino en el registro del mapa político de
ria de los productores del sur de Santa Fe “De los que detentan el poder en la Argentina vía
colonos a sojeros” (Giarracca y Teubal, 2005) concentración de tierra, capital y renta agraria.
dando cuenta de esta transformación luego de Por ahora, dadas las actuales condiciones
sufrir los embates de las políticas económicas del llamado “avance tecnológico”, podemos
de los noventa que los obligaron a tal cambio asegurar que existe una parte muy importante
y que dejó muchos agricultores en el camino. de los productores agrícolas que producen ali-
¿Existe hoy ese productor de alimentos “cha- mentos y que no están involucrados en la ex-
carero”? ¿Podemos hablar en tiempo presente pansión del “agronegocio”. En nuestras inves-
tigaciones a este sector lo denominamos “agri-
cultura de procesos” para distinguirlo por una
9 En el campo argentino al colono de origen inmi- serie de características —definidas previamen-
grante se lo ha denominado coloquialmente gringo.
te— de la lógica económica del agronegocio.
10 Escribimos “pequeño productor” con comillas Consideramos que es aún un sector importante
pues consideramos que las dos palabras son contradic-
sobre todo en algunas zonas. Veamos los de-
torias, si se es sojero ya no se es un pequeño productor,
excepto en la escala de relación del sistema sojero. rroteros de la estructura agraria del país para
460 Estudios rurales y movimientos sociales. Miradas desde el Sur

comprender que aún el potencial peso de esta na. No afirmamos que la totalidad del estrato
categoría es alto. responda a las características de “agricultura
de procesos” ya que existen muchas formas de
Cuadro N° 1 incluir a esas parcelas en el circuito del “agro-
Peso relativo de las EAP por estratos según los negocio” sin perder la titularidad de la tierra,
distintos censos
pero una parte pertenece a esa categoría que
CNA CNA CNA CNA CNA
intentamos caracterizar.
1947 1960 1960 1988 2002 Estas explotaciones que preservan una
EAP pe- “agricultura de procesos” en regiones donde
79,91 80,42 79,60 74,54 69,51 por razones climatológicas (pluviales) pueden
queñas
EAP me- utilizarse las semillas transgénicas ya son es-
14,27 13,81 14,31 18,20 20,73 casas para no decir inexistentes. Habría que
dianas
EAP analizar producción por producción pero sin
5,82 5,77 6,09 7,26 9,76
grandes siquiera contar con el CNA de 2008, es una ta-
Total 100,00 100,00 100,00 100,00 100,00 rea difícil de llevar a cabo. No obstante, en las
regiones productoras de otros alimentos tan o
Fuente: Elaboración propia en base a los censos
agropecuarios.
más importantes como los granos y oleagino-
sas, como la horticultura, frutales, legumbres,
No se puede estimar que ha pasado en estos etcétera, en zonas afuera de la región pampea-
años desde el 2002 ya que el Censo Nacional na, pueden encontrarse con facilidad.
Agropecuario de 2008 no se puede utilizar (véa- Consideramos que este sector muy arrin-
se Giarracca, 2011) pero dadas las tendencias a conado por el agronegocio (y por la minería)
la concentración de tierra y capital impuestas contiene los elementos que podrían colaborar
por el modelo del agronegocio, es esperable va- a configurar una agricultura distinta para nues-
rios puntos de reducción en el primer estrato tro país. Esos rasgos tuvieron una clara pre-
de EAP, “Pequeñas”; no obstante, su peso así sencia en las décadas del siglo XX cuando se
como el de las medianas siguen siendo signifi- consolidó la agricultura no solo granaria sino
cativos sobre todo fuera de la región pampea- de otros productos alimentarios y no alimenta-
rios; es decir como modo de producción está
Tres lógicas de producción de alimentos | N. Giarracca y T. Palmisano 461

en la memoria histórica colectiva del sector. 3. Diversificación productiva tanto agraria


No se trata de la imposición de modos de pro- como ganadera, la diversificación a pequeña
ducción ajenos a las tradiciones del país. De escala es la que garantiza procesos micro-
allí la importancia de mostrar algunas de las biológicos naturales que evitan o reducen la
características de este tercer sector delimita- utilización de los agroquímicos;
do no como compartimiento, es decir “son o 4. Todas estas características por sí solas, con-
no son” sino como un continuo, donde esos ducen a mayor utilización de mano de obra,
rasgos pueden darse en mayor o menor grado es decir generan trabajo que puede ser fa-
pero que lo diferencian, aquí si cualitativamen- miliar o contratado a pequeña escala (cose-
te, del “agronegocio”. chas, por ejemplo).
Estos puntos, nuevamente, son graduales
y en todo caso ofreceremos ejemplos de pro-
Este “modelo aggiornado” a este siglo no pue-
cesos concretos de nuestro país para mostrar
de sostenerse sin una decisión política fuerte
como aún con la relatividad de algunos ejes se
(que es reclamada por importantes sectores
mantiene la diferencia con la forma de produc-
damnificados o no del país) pero también por
ción campesina y del “agronegocio”.
un nuevo armado institucional que otorgue
1. Es el jefe de explotación (individual o socie-
financiación, infraestructura, asesoramiento
dades pequeñas tipo cooperativas) quienes
técnico (no ya propaganda de las tecnologías
tienen a su cargo las decisiones básicas de
de punta de las corporaciones), y otras formas
qué, cómo, dónde producir. Esto se basa en
de exportación, etcétera. Pero también es ne-
la hipótesis de que existe un saber del pro-
cesario recomponer las formas de comercia-
ductor por su experiencia que lo orienta a
lización cooperativa; los productores, nueva-
tomar las mejores decisiones para él y su co-
mente, tienen un importante saber y experien-
munidad (incluida la nacional);
cia en esto pero, seguramente desactualizada.
2. Rotación de los cultivos y de ser posible, con No es lo mismo exportar en 1970 que en 2015,
producción ganadera. Nuevamente aquí es sin embargo existen una serie de experiencias
el productor quien conoce las ventajas y des- desde las famosas cooperativas en la exporta-
ventajas de las combinaciones productivas; ción de granos en Canadá (Abramovich y Ama-
462 Estudios rurales y movimientos sociales. Miradas desde el Sur

rilla, 2011), hasta formas latinoamericanas que Las ventajas frente al “agronegocio” son más
las federaciones de pequeños productores y que evidentes: por un lado, conservar el recurso
cooperativas, conocen muy bien. Sin estos en- tierra, por el otro volver a imponer condiciones
tramados, el “mercado” (léase grandes actores de salud a las poblaciones agrarias y rurales, así
económicos) impiden el funcionamiento de como diversificar la producción agraria, producir
estos sistemas. alimentos y recuperar la soberanía alimentaria.

Cuadro N° 2
Síntesis de las formas de producción

Lógica
Campesina Chacarera Agronegocio
Relación con la tierra Territorial - Instrumento de Patrimonial Mercantil (mercancía)
trabajo - Pachamama
Uso de técnicas Uso de técnicas externas Incorporación paulatina de Utilización intensiva de “tec-
Tecnología combinado con saberes tecnología en relación con la nologías de punta”
Tecnología de punta técnicos tradicionales mano de obra familiar dispo- Alto nivel de agroquímicos
nible.
Mecanización con bajo nivel
de insumos agroquímicos
Destino de la pro- Mercados locales y regio- Mercado interno y externo Mercado externo
ducción nales
Utilización de mano Mano de obra familiar Combinación de mano de Asalariados y contratistas
de obra obra familiar y asalariados
transitorios

Fuente: Elaboración propia.


Tres lógicas de producción de alimentos | N. Giarracca y T. Palmisano 463

Algunas reflexiones supuesta “modernización” y desjerarquiza for-


a modo de conclusión mas que no necesitan los insumos que las gran-
des empresas transnacionales imponen en el
Queda claro que el avance del “agronegocio” “mercado”. Ese “grave pecado” —no entrar en
hipoteca los territorios de nuestro país, con- cantidades masivas en el mercado de insumos
vierte la tierra en recurso “no renovable” y an- agroindustriales— las convierten, en el acervo
ticipa un final dramático para una Argentina lingüístico modernizador, en “atrasadas”. Si a
que tuvo las praderas más fértiles del planeta. esto le agregamos la “vocación” modernizante
No obstante aún existen otros sistemas agríco- de la sociedad argentina, sobre todo las pobla-
las que con un adecuado fomento pueden pro- ciones de las grandes ciudades, entenderemos
ducir alimentos, preservar los suelos, generar porque cuesta tanto introducir estos elemen-
empleos y tener sobrantes para la exportación. tos en los debates. Solemos afirmar, que lo que
Pueden coexistir adecuadamente con los siste- plantea el discurso oficial con sus intelectuales
mas campesinos y con las comunidades indíge- iluministas, corresponde a los debates de me-
nas; no necesita arrebatarles tierras y además, diados del siglo XX: el desarrollismo, el papel
pueden colaborar en etapas de mercadeo loca- de la ciencia en él, los motores modernizadores
les y regionales. del desarrollo, los sectores capaces de introdu-
El interrogante que nos hacemos es cómo cir tecnologías de punta, etcétera. Todos esos
revertir la tremenda expansión del “agrone- puntos formaban parte de la esperanza liberal
gocio” con las tendencias a la no rotación, al del “desarrollo” (difícilmente alcanzado por los
monocultivo y a la orientación externa además países periféricos al poder central) y también
con todas las consecuencias sociales, ambien- de la teoría crítica que apostaba al “desarrollo
tales y sobre el nivel de la salud de la pobla- de las fuerzas productivas”.
ción que acarrea. Es un interrogante difícil de Entre la posguerra y la segunda década del
responder cuando todas las políticas públicas siglo XXI han ocurrido muchos procesos que
tienden a fomentarlo y a desalentar los otros han echado por tierra las promesas de la mo-
sistemas. Se trata básicamente de una cues- dernidad y han hecho tambalear sus tres pila-
tión cultural, de una matriz de conocimiento y res: la ciencia, el derecho y el poder (De Sousa
poder que valoriza aquello que proviene de la Santos, 2006). La modernidad y todas sus cons-
464 Estudios rurales y movimientos sociales. Miradas desde el Sur

telaciones semánticas: desarrollo, innovacio- pasando por los sistemas agrícolas caracteriza-
nes tecnológicas, educación como herramienta bles como agriculturas de proceso, como por
de progreso, y el concepto mismo de progreso ejemplo, el sistema agrícola-ganadero del Valle
están en crisis terminales si tenemos en cuenta de Famatina (véase Giarracca y Hadad, 2009).
las formaciones económico-sociales de EEUU Sabemos porque no solo tenemos experiencia
y Europa en esta última etapa. Ya no se trata de de investigación sobre estos sectores sino la par-
una crisis financiera o económica sino, como ticipación en el diseño de políticas públicas de
lo muestran bien quienes resisten en los terri- neto corte transformador11, que modificar esta
torios, se trata de una crisis civilizatoria. Para- expansión descomunal del “agronegocio” nece-
dojalmente, las novedades que despuntan por sita más que voluntad de los actores, requiere de
ahora como simples bisagras de nuevos tiem- políticas públicas que orienten ese cambio. Pero
pos civilizatorios provienen del Sur. Se genera también es cierto que la mayoría de las veces las
una epistemología del sur, se instalan concep- políticas que perjudican a la gran mayoría y a
tos como soberanía alimentaria, derecho a la los territorios, finalizan cuando quienes salen a
tierra, el buen vivir, derechos de la naturaleza, hacer “política de calles” logran poner un límite
etcétera; se genera un pensamiento performa- al “orden hegemónico”. Recordemos la política
tivo donde se demuestra que otro mundo, efec- del primer “neoliberalismo”, como la privatiza-
tivamente, es posible. ción de todos los activos sociales de la Argenti-
Si bien en América Latina estos mundos tie- na, se revirtió después de la gran “rebelión” del
nen relativa importancia, en la Argentina el im- 2001-2002 cuando el capital financiero se quedó
pacto de las actividades extractivas los esconde también con los ahorros de los argentinos y se
y los invisibiliza. Es por ello que desde el pen-
samiento crítico nos proponemos otorgarle es-
pacio a la discusión y la interacción con los ac- 11 Norma Giarracca participó en la Secretaría de Agri-
tores mismos de estas pequeñas experiencias. cultura y Ganadería durante los años 1973-1974 cuando
Realidades que se despliegan desde las apues- el Ing. Horacio Giberti emprendió con el Ministerio de
tas del movimiento campesino hacia la agro- Economía una indiscutida política a favor de la distri-
bución de la riqueza agraria que terminaría con la muer-
ecología, a la incansable lucha de los pueblos
te del presidente Perón y la renuncia del ministro de
indígenas en pos de sus territorios ancestrales, Economía, José Gelbard.
Tres lógicas de producción de alimentos | N. Giarracca y T. Palmisano 465

expresó el hartazgo a todo ese modo de gober- De Sousa Santos, B. 2006 Renovar la teoría
nar. Es decir, cuando una franja importante de crítica y reinventar la emancipación
la población comprenda que las grandes corpo- social. Encuentros en Buenos Aires
raciones del agronegocio se están quedando con (Buenos Aires: CLACSO / Facultad de
un bien común como es la fertilidad de la tierra Ciencias Sociales, UBA).
además del gran sufrimiento social que desata, Giarracca, N. 2011 “El fracaso del Censo
posiblemente nuevamente logremos poner lími- Nacional Agropecuario” en Giarracca, N.
te a este orden hegemónico extractivista. y Teubal, M. (comps.) Del paro agrario
a las elecciones de 2009 (Buenos Aires:
Antropofagia).
Bibliografía Giarracca, N. y Hadad, G. 2009 “Disputas
manifiestas y latentes en La Rioja minera.
Abramovich, F. y Amarilla, C. 2011 Política de vida y agua en el centro de la
“Situación actual y perspectivas del escena” en Svampa, M. y Antonelli, M.
comercio de granos en la Argentina”, (eds.) Minería trasnacional, narrativas
ponencia presentada en las IV Jornadas del desarrollo y resistencias sociales
de Economía Crítica, 25 a 27 de agosto, (Buenos Aires: Biblos).
Córdoba, Argentina. Giarracca, N. y Teubal, M. (coord.) 2005
Aparicio, S. 2005 “Trabajos y trabajadores El campo argentino en la encrucijada:
en el sector agropecuario de la Argentina” estrategias y resistencias sociales, ecos en
en Giarracca, N. y Teubal, M. (coords.) la ciudad (Buenos Aires: Alianza).
El campo argentino en la encrucijada Giarracca, N. y Teubal, M. 2008 “Del
(Buenos Aires: Alianza). desarrollo agroindustrial a la expansión del
Archetti, E. y Stölen, K. 1975 Explotación ‘agronegocio’: el caso argentino” en Mançano
familiar y acumulación de capital en el Fernandes, B. (org.) Campesinato e
campo argentino (Buenos Aires: Siglo XXI). agronegócio na América Latina: a questão
Bartra, A. 1979 La explotación del trabajo agrária atual (San Pablo: CLACSO).
campesino por el capital (México DF: Grupo de Estudios Rurales (GER) 2004
Macehual). “Desalojos y arrinconamientos de
466 Estudios rurales y movimientos sociales. Miradas desde el Sur

campesinos y comunidades indígenas en


la Argentina” en Realidad Económica
(Buenos Aires) Nº 203, abril-mayo.
Grupo de Estudios sobre Ecología Política,
Comunidades y Derechos (GEPCyD) 2010
“La violencia rural en la Argentina de
los agronegocios: crónicas invisibles del
despojo”, ponencia presentada en las VI
Jornadas de Antropología Social (Buenos
Aires: 3-6 de agosto.
Mariotti, D. 2011 “Estrategias sociales y
acciones colectivas de la Unión de Cañeros
Independientes de Tucumán. Una historia
sobre la herejía, la infamia y lo profano”,
tesis de doctorado, Facultad de Ciencias
Sociales, Universidad de Buenos Aires, 4 de
noviembre.
Teubal, M. y Rodríguez, J. 2002 Agro y
alimentos en la globalización. Una
perspectiva crítica (Buenos Aires: La
Colmena).
Vía Campesina 2010 Revolución
agroecológica: El Movimiento de
Campesino a Campesino de la ANAP en
Cuba (s/d: Vía Campesina).
La actividad cañera
Los campesinos cañeros en los
nuevos escenarios económicos*

Norma Giarracca y Susana Aparicio**

Introducción —el 2284— con el que ponía en funcionamien-


to la más amplia desregulación conocida por
“Y hacia la tarde ya, el sector agropecuario en este siglo. El decreto
los peladores regresan; estableció la disolución de la Dirección Nacio-
tristes, desmemoriados… nal del Azúcar (DNA), la derogación de la Ley
Y el callejón, Nacional del Azúcar así como la de todos los
pura sombra, los va borrando…” decretos de regulación. La desregulación sig-
O. M. Costello, Agosto en Tucumán nificó, también, la eliminación de las cuotas de
producción de caña —cupos de producción—
que se habían mantenido durante más de vein-
En noviembre de 1991, el presidente Menem ticinco años y habían cristalizado una forma
firmaba un decreto de necesidad y urgencia de mirar al agro tucumano.
Durante muchos años el cupo fue el indica-
dor a través del cual se estudiaba el agro tucu-
* Giarracca, N. y Aparicio, S. 1995 “La actividad ca-
ñera. Los campesinos cañeros en los nuevos escenarios mano. Nuestro estudio, cuyo trabajo de campo
económicos” en Giarracca, N. (coord.) Agroindustrias por encuesta se realizó antes de la desregula-
del Noroeste: el papel de los actores sociales (Buenos ción, ya mostraba señales o evidencias de si-
Aires: La Colmena). tuaciones sociales diferentes de las que se de-
** Magíster en Sociología. Investigadora principal del
ducían de una lectura lineal de las estadísticas,
CONICET (Argentina). Docente e investigadora con que tomaban el cupo como base del análisis de
una extensa trayectoria en temáticas rurales la estructura agraria tucumana.
468 Estudios rurales y movimientos sociales. Miradas desde el Sur

La situación desde entonces se ha tornado altas del país (entre 12 y 14% de desocupación
muy difícil, no solo para los cañeros sino para abierta para el conglomerado de San Miguel de
el conjunto del sector agropecuario nacional1. Tucumán) la situación se tornaba desesperan-
La desregulación, el cierre de la DNA (que te. La producción de caña de azúcar a finales
de hecho ya casi no funcionaba) aceleró un de 1993 fue de 6.092.256 toneladas, 1.927.943
proceso que se hubiese podido dar de otra toneladas menos que el año anterior (Cuadro
forma, con menores costos para los actores N° 1). El 30% de los cañaverales quedó sin co-
subordinados del sector. La respuesta de los sechar. Sin embargo, el precio del azúcar había
distintos agentes de la actividad cañera fue la bajado hasta alcanzar cifras un 50% por debajo
tradicional: la cohesión regional. Los indus- de los años anteriores (llegó a $0,21 el kg en
triales tucumanos nuevamente adujeron la 1992), se hablaba de un importante stock de
“cuestión social” para acertar con soluciones a los ingenios y de la entrada ilegal de azúcar de
las situaciones de endeudamiento en la que se países limítrofes. Productores e industriales,
encontraban mayoritariamente. después de un período de enfrentamientos,
La zafra de 1992 comenzó tarde debido a volvieron a formar la tradicional alianza regio-
la incertidumbre que generaba la nueva si- nal y demandar al Estado provincial que inter-
tuación, el fantasma de 1966 con el cierre de viniera (ver Giarracca, 1994).
ingenios, campesinos y jornaleros sin trabajo Así se creó un ente concentrador de azúcar
cayó sobre el Tucumán de finales de siglo. En financiado por el Banco Provincia y el Banco
una provincia donde las tasas de desocupa- Nación, con la garantía de la co-participación
ción abierta y encubierta están entre las más federal de Tucumán. Es decir, que si no se cum-
plían con los plazos de devolución, la Nación
podía retener la co-participación de ingresos
1 Durante 1992, 1993 y en el corriente año se han ge- nacionales. Este ente financió la zafra de 1992
nerado tanto una infinidad de conflictos regionales (Río recibiendo azúcar a $0,25 con la intención de no
Negro, Misiones, Santa Fe, etcétera), como dos grandes venderla hasta lograr subir el precio de merca-
manifestaciones nacionales: el “tractorazo” en julio de do. Mercoazúcar, nombre del ente, está formado
1993 (Ver Giarracca y Teubal, 1993) y el Paro Agrario de
por los ingenios, las cooperativas comercializa-
agosto de 1994. Los agricultores fueron también impor-
tantes participantes de Marcha Federal en julio de 1994. doras y sustentado por el gobierno provincial.
La actividad cañera | N. Giarracca y S. Aparicio 469

Según los dirigentes de los pequeños pro- en pie sin cubrir sus costos o dejan de levantar
ductores, esta fue una situación de emergencia el cañaveral; las cooperativas que entregaron al
frente al descontrol que suscitó el decreto de ingenio cooperativizado fueron las únicas que
desregulación. Carlos Paz, dueño del ingenio lograron contratos de maquila cercano a los
Concepción en su carácter de presidente del porcentajes históricos. Esto derivó en proble-
Centro Azucarero Tucumano (que nuclea a los mas de costos para el ingenio en un momento
ingenios) declaró: Necesitamos una suerte de donde la tendencia a la concentración se pre-
Plan Brady azucarero en Tucumán, con for- senta en todos los niveles. Grupos empresa-
mas de pago especiales para las deudas pre- riales (algunos de origen agrario) compran o
visionales, impositivas, bancarias que arras- arriendan ingenios con problemas de funciona-
tran los ingenios (Clarín 1-2-1993). En el resto miento. Por tal motivo, la situación del ingenio
de los ingenios la situación no es mejor: grupos de las cooperativas (en sociedad con la provin-
de dudoso origen rentaron dos ingenios y en la cia) también es complicada.
mitad de la zafra desaparecieron de la provin- Esto, a nuestro entender, ha llevado a que
cia dejando deudas con los cañeros2. las organizaciones de los campesinos deban re-
Las organizaciones de los pequeños pro- solver muchos problemas a la vez: la situación
ductores, mientras tanto, actúan de distintas de los campesinos como cañeros, la posible re-
formas. Algunos dirigentes, sobre todo los de conversión productiva y la situación del inge-
la Unión de Cañeros Independientes de Tucu- nio co-propiedad de las cooperativas.
mán (UCIT), consideran que el sector no puede Nuestro equipo de investigación ha conti-
reacomodarse a la nueva situación recibiendo nuado trabajando en la región, elaborando un
precios muy bajos. Muchos pequeños produc- seguimiento del proceso de cambio y analizan-
tores, frente al nuevo escenario, venden caña do las posibilidades de la actividad en el marco
del MERCOSUR. Si bien las transformaciones
son importantes y estimamos que el número
2 Un artículo sobre grupos mafiosos de Tucumán se de cañeros independientes está disminuyendo,
sorprende cuando ciertos personajes que actuaron en evaluamos que la configuración de la estructu-
negocios clandestinos durante la década pasada hayan
ra social del complejo agroindustrial cañero en
podido arrendar un ingenio en la última cosecha. (Ver
“Buenos muchachos” en Clarín, 21-2-1993). Tucumán no ha variado sustancialmente.
470 Estudios rurales y movimientos sociales. Miradas desde el Sur

Sin embargo, también nos surgen nuevas el agro tucumano, ayuda a comprender cómo,
preguntas que aún no podemos contestar. Qué frente a situaciones de crisis importantes, la
pasará con las sociedades familiares; qué in- unidad familiar agraria persiste.
fluencia tenía en esas sociedades el sistema de
cupos de producción; qué nuevas estrategias
de persistencia adoptarán los distintos secto- Los campesinos en la
res; estos son algunos de los procesos que ana- agroindustria cañera
lizaremos en el futuro. Pero estos interrogan-
tes son hoy posibles, porque el trabajo que aquí Campesinado como
presentamos echó luz sobre una sociedad mu- categoría analítica
cho más compleja de lo que generalmente se
describía. En efecto, el aporte más significativo “El campesino no encaja bien en ninguno de
fue mostrar la heterogeneidad de la estructura nuestros conceptos generales de sociedad con-
social agraria y oponer nuestra mirada a otras, temporánea. Esta exasperante cualidad campe-
que aun a fines de los años ochenta, daban por sina parece subyacer en todos los problemas de
supuesta una estructura social polarizada. investigación de este campo.”
Asimismo, fue importante encontrar la for- Teodor Shanin (1975: 239)
ma de nombrar y registrar un fenómeno cada
vez como más significativo en el agro argenti-
no: la multiocupación. Encontramos y adapta- Nuestra investigación no escapó a esta afirma-
mos para nuestro país, una metodología utiliza- ción de Teodor Shanin: no es fácil en primer lu-
da por Utsa Patnaik en la India que logra medir gar saber y en segundo definir, en términos que
los niveles de incorporación de trabajo dentro logren cierto consenso, qué es hoy un campesi-
y fuera de la unidad campesina. La construc- no cañero. Primero porque hay que acordar mí-
ción metodológica fue denominada Tasa de nimamente que significa definir un sector de la
balance de la fuerza de trabajo en los traba- estructura social agraria como “campesino” y en
jos originales, nosotros la denominamos Tasa segundo lugar porque heredamos un conjunto de
Patnaik, haciendo referencia de este modo, a “teorizaciones”, construcciones empíricas y di-
su creadora. El alto nivel de multiocupados en versos “discursos” que dan por definido al sector.
La actividad cañera | N. Giarracca y S. Aparicio 471

Nosotros elaboramos nuestras propias ca- la vez, especialmente en Tucumán, el término


tegorías: tanto “productor campesino”, como es tan amplio que abarca prácticamente toda
“productor familiar capitalizado” o “productor la población rural por oposición de la urbana
capitalista” son conceptos construidos. Fui- (Vessuri, 1974: 38 bis).
mos operando a partir de teorizaciones, más Para gran parte de la bibliografía actual,
que de teorías (García, 1981), lo que nos permi- los campesinos son agricultores que pueden
tió jerarquizar un dato, una relación y no otra. producir para el mercado, que combinan esa
Los resultados obtenidos son producto de … producción con otras para el autoconsumo,
ese conjunto de afirmaciones y suposiciones pero cuyo rasgo principal es la organización
sobre las cuales el investigador establece sus productiva basada en el trabajo familiar. Ga-
hipótesis o realiza sus inferencias (García, leski (1977) destaca como atributo esencial
1981: 50). Repensamos la categoría “campesi- la fusión o identificación entre la unidad de
no” otorgándole el significado que resulta de la producción de mercancías y la unidad domés-
actual reflexión teórica, que incorpora análisis tica familiar; hecho básico que influye decisi-
micro-sociales y regularidades, que se presen- vamente en la relación del campesino con los
tan en las regiones campesinas de países como diversos mercados.
los nuestros, atravesados por profundas crisis. La relación “trabajo familiar-tierra” repre-
Dentro de la Teoría Social los campesinos senta el elemento campesino básico (Murmis,
han dado lugar a históricos debates políticos 1980), pero la interacción de estas unidades
y académicos y a muchas confusiones con- dentro de sociedades más amplias determina la
ceptuales. Se los relaciona con los agriculto- incorporación de elementos capitalistas, como
res, pero también se habla de “campesinos trabajo asalariado, capital, venta de fuerza de
sin tierra” identificándolos con los jornaleros; trabajo, etcétera, que hace que, aun mantenien-
se asocia el término a otros conceptos de la do la relación social básica, se presenten diver-
magnitud de “sociedades”, “culturas” y hasta sidad de situaciones.
“modo de producción”. Hebe Vessuri, refirién- González de Olarte (1988) plantea que, fren-
dose a nuestro país sostiene que el concepto te a las nuevas situaciones económicas, el
suele ser usado con vaguedad de significado campesinado ha demostrado una gran adapta-
cuando no se lo toma con sentido crítico, y a bilidad y permeabilidad a la modernización. El
472 Estudios rurales y movimientos sociales. Miradas desde el Sur

elemento común, que se encuentra en todos los Los campesinos se insertan subordinada-
casos estudiados, es la capacidad, de estos ac- mente al sistema, interactúan y asumen rela-
tores, de diversificar estrategias que permitan ciones asimétricas con los otros actores eco-
su reproducción y sostenimiento. nómicos o sociales. Es decir, los agentes mejor
En la década pasada se planteaban dos tipos dotados en cuanto a recursos tenderán a con-
de hipótesis sobre el papel de los campesinos, trolar y a sacar provecho económico de esta
en los países subdesarrollados. La primera fo- situación (Llambí, 1981). Las relaciones asimé-
calizaba las contradicciones que este tipo de tricas y por ende desventajosas para los cam-
unidad productiva desarrollaba en relación a pesinos se entablan, en los mercados donde es-
las tendencias del moderno desarrollo agrario, tos participan, en el mismo proceso productivo
por ejemplo la necesidad de contar con uni- mediante mecanismos nuevos como los siste-
dades “capitalizables”, receptoras de insumos mas de contratación agrícola (agricultura de
industriales, de nuevas tecnologías, etcétera; contrato), o en otros campos donde interactúa:
la segunda reconocía una lógica específica de educativos, culturales, políticos. Amartya Sen
acumulación en los países periféricos que per- utiliza el concepto de entitlements:
mitiría la coexistencia de formas productivas
no capitalistas con las que lo son; en términos […] en una economía de mercado basada en la
de De Janvry (1981), la persistencia en nues- propiedad privada el conjunto de entitlements
tros países de modelos de acumulación “desar- (derechos) de una persona está determinada por
ticulados social y sectorialmente”. el conjunto originario de bienes de su propiedad
En esta etapa de “planes de ajustes”, de exclu-
sión de vastos sectores sociales del aparato pro-
nes estructurales que caracterizan determinadas etapas
ductivo industrial, muy pocos discuten la funcio-
históricas. Aquí nos referimos solo esquemáticamente a
nalidad de la pequeña producción agraria dentro la transición de la etapa de industrialización sustitutiva
del nuevo régimen social de acumulación3. de importaciones orientada al mercado interno, hacia
la etapa de apertura hacia el exterior tendiendo hacia
un modelo de acumulación “social y sectorialmente
3 Un “régimen social de acumulación” tiene que ver desarticulado”. Para una revisión crítica de este con-
con ciertas formas institucionales (la relación salarial, cepto de “régimen social de acumulación, véase Boyer,
la competencia y la inserción internacional) y relacio- 1989; Teubal, 1994.
La actividad cañera | N. Giarracca y S. Aparicio 473

(lo que se le llama su dotación) y los diversos mecanismos significativos de diferenciación so-
conjuntos alternativos que pueden adquirir a par- cial interna dentro del sector social campesino.
tir de su dotación original, mediante el comercio Los procesos de expansión capitalista ha-
y la producción lo que se denomina su mapeo de bían sido regulados por los Estados y es muy
derechos de intercambio (Exchange entitlement
difícil imaginar cómo se hubiesen desenvuelto
mapping). (Sen, 1986 citado por Teubal, 1994)
sin esta mediación. Como planteaba lúcida-
mente Claude Meillassoux (1978), los campe-
La articulación del campesinado con el resto
sinados fueron simultáneamente preservados
del sistema social forma parte de un proceso
y destruidos, coexistiendo con sectores capita-
complejo, moldeado fuertemente por las con-
listas en una organización contradictoria, don-
diciones materiales de reproducción y por las
de se conservaba al campesinado para extraer-
políticas generadas por el Estado. Pero apare-
le su sustancia y, al hacerlo, destruirlo en tanto
cen también aspectos referidos a otros campos:
se le limitaba los medios para su reproducción.
actitudes y conductas frente al riesgo, búsque-
En el actual modelo de desarrollo, el Estado
da de seguridad, posibilidades de educación y
tiende a intervenir en menor grado, transfirien-
capacitación, imaginarios sobre la posibilidad
do sus responsabilidades a organizaciones no
de retener excedentes, múltiples formas de
gubernamentales que mediante distintos tipos
“resistencia cotidiana” y de “estrategias de sos-
de intervención logran, con mayor o menor
tenimiento”. La unidad campesina mezcla la
éxito, regular o neutralizar procesos macro-
producción —conectada con configuraciones
económicos, generalmente desfavorables a los
económicas complejas— con los mundos de
campesinos. Hasta hace poco tiempo existía un
vida de la gente conformadas a través de una
debate en América Latina acerca de la función
historia multicultural y compleja.
de la agricultura familiar en el nuevo modelo
El efecto más significativo de la dinámica ca-
neo-conservador (Ver Murmis, 1992), hoy, des-
pitalista sobre las unidades de producción cam-
pués de conocer los resultados de la aplicación
pesinas es producirles inestabilidad. Los ele-
de las políticas instrumentales del modelo en
mentos básicos del desarrollo agrario —expan-
México o en nuestro país, pocas dudas caben
sión de mercados, concentraciones agroindus-
acerca de los efectos excluyentes de la política
triales, difusión de insumos, etcétera— resultan
económica hegemónica.
474 Estudios rurales y movimientos sociales. Miradas desde el Sur

Los campesinos y el capital se produce una transformación del productor


agroindustrial de autosubsistencia y aislado a otro, que au-
mentará su productividad y su integración
En los últimos años apareció la preocupación a la economía de mercado. El Estado tenderá
por conocer las consecuencias que la fuerte a invertir en infraestructura para complemen-
expansión del capital agroindustrial transna- tar las financiaciones de las agencias” (Clapp,
cional ha tenido sobre los pequeños produc- 1989: 22, énfasis propio).
tores. Desde la década del sesenta, el creci- Una parte de la bibliografía —sobre todo la
miento de las ramas agroalimentarias y agroin- elaborada en la década anterior— debatía so-
dustriales, en general, modificaron sustancial- bre las posibilidades de la pequeña explotación
mente las estructuras productivas y sociales dentro de este esquema de desarrollo agroin-
agrarias de la mayoría de los países. Había un dustrial. Para algunos autores esas explotacio-
importante número de proyectos financiados nes eran incapaces de invertir, dentro del cua-
por organismos internacionales que apoyaron dro de tecnologías modernas, y de soportar la
la integración de regiones de bajo desarrollo a competencia en momentos de bajas de precios
la expansión agroindustrial. o de cosecha (Arroyo, 1979; Feder, 1979). Asi-
En zonas de pequeños productores, espe- mismo, Frances Lappé y Joseph Collins (1977),
cialmente campesinos, la integración entre las del Institute of Food and Development Policy
grandes firmas procesadoras y los agricultores sostenían que la transnacionalización de la
se efectuaba bajo la forma de “agricultura de agricultura hería de muerte a la pequeña pro-
contrato”. En el contrato se especificaban ca- ducción al exponerla a la competencia más efi-
lendarios, volumen de producción, calidad y ciente y conducirla fuera de sus tradicionales
precios; la compañía proveía créditos, insumos, esquemas de nutrición (Goldsmith, 1985: 1125).
tecnologías de punta y siempre se guarda el de- Más cercana a la posición de las agencias
recho a rechazar la producción (Glover, 1987: financiadoras, la Harvard Business School y
441). Desde el punto de vista de los grandes su representante más conocido, Ray Goldberg
financiadores (Banco Mundial, US, AID) este (1981), sostenían que la agricultura era un sis-
sistema de incorporación de los campesinos tema internacional y los nuevos esquemas de
“…soluciona el problema campesino en tanto desarrollo agroindustrial podían brindar, a la
La actividad cañera | N. Giarracca y S. Aparicio 475

pequeña producción, las herramientas necesa- ductivo, que se costean los períodos de subo-
rias para desarrollarse e integrarse. cupación y que no reclaman renta, representa
La bibliografía de los ochenta se ocupaba un esquema “funcional” para la lógica del capi-
básicamente de analizar estudios de casos y tal agroindustrial.
comparar los resultados de las experiencias en John Wilson (1986) plantea que la presun-
distintos países. De este modo los debates se ta neutralidad entre productor y procesador,
enriquecieron y en algunos casos se presenta- se asemeja a las relaciones contractuales de
ban variantes al modelo inicial. Como plantea “trabajador” y “empleador” y constituye parte
Roger Clapp (1989), el contrato es “la represen- de una estrategia de acumulación. El modelo
tación de la relación”, y no la relación en sí mis- se sustenta en determinantes de tipo tecno-
ma, la divergencia entre las dos partes puede lógico, en la estructuración de los mercados
demostrar ser un determinante esencial en el (mono u oligopsónicos) y en mecanismos cul-
desarrollo del esquema. Durante el desarrollo turales e ideológicos; por ejemplo, los meca-
del modelo ocurren conductas imprevistas, las nismos de supervivencias desarrollados por
relaciones no se desenvuelven tal cual espera- las familias campesinas frente a los procesa-
ban los que elaboraron los proyectos, los acon- dores oligopólicos.
tecimientos modifican los planes iniciales; la La elección de los productores para partici-
confrontación-negociación se convierte en un par en el esquema es autónoma, Clapp enfatiza
elemento inherente al esquema. dos tipos de condicionantes en la elección: la
La agricultura, históricamente, fue un espa- posibilidad de acceder a bienes y consumos
cio problemático para el capitalismo: el com- distantes de su cotidianidad, la atracción de
ponente biológico en el proceso productivo lo que el autor citando a M. Taussig llama “la
que marca tiempos con márgenes escasos de magia de la modernidad” y en segundo lugar
acortamiento, la estacionalidad e irregulari- la posibilidad de reducir el riesgo de la propia
dad en los requerimientos de mano de obra y subsistencia. El contrato reduce riesgos, ase-
la renta agraria, obstaculizaron el ritmo de su gura el acceso al crédito y promete el incre-
expansión. La “agricultura de contrato” que mento de rendimientos, mediante modernas
integra productores campesinos que asumen tecnologías que, de otro modo, estarían fuera
—aunque sea formalmente— el proceso pro- de su alcance.
476 Estudios rurales y movimientos sociales. Miradas desde el Sur

En los trabajos de recopilación y evalua- prioritarias para el funcionamiento de este


ción de estas experiencias, se encontraron modelo agroindustrial. Arroyo, Rama y Rello
significativos impactos en el crecimiento de (1985) en un trabajo de síntesis del período
la productividad y de los ingresos de los pro- de los ochenta para América Latina, sostenían
ductores. Goldsmith analiza doce proyectos que, las formas más frecuentes que asumía el
que llevaron a cabo procesadoras transnacio- modelo de contrato agroindustrial era el de
nales, con campesinos de varios países del una triangulación entre la producción fami-
mundo, concluye que el modelo no solucio- liar, las empresas procesadoras y los Estados.
na todos los problemas de subdesarrollo y de Daban como ejemplos los cultivos tropicales
hambre en todas las áreas rurales, pero puede con una fuerte incidencia de la producción
aumentar la productividad y el ingreso en al- campesina, así como parte de la producción
gunas regiones favorecidas. de granos y oleaginosas.
Algunos trabajos focalizaron los efectos En los noventa este modelo de desarrollo
“diferenciadores” del contrato agroindustrial agroindustrial se transforma: se registra una
(Giarracca, 1985); sin embargo, no existen con- fuerte disminución de la inversión extranjera
clusiones definitivas acerca de la dirección de directa en los países de América Latina, espe-
los cambios. Aparecen diferenciaciones, es- cialmente en las agroindustrias de alimentos
tratificaciones internas, algunos agricultores y bebidas (Rama, 1992) y en segundo lugar,
se capitalizan refuncionalizando para sí las en el nuevo modelo neo-conservador, el Esta-
ventajas del contrato, otros se convierten en do permite la libre negociación entre empre-
pequeños rentistas y dejan la producción direc- sas procesadoras y campesinos (ver Giarrac-
tamente bajo el control de las empresas. Las ca, 1992). Aun cuando el productor familiar
cooperativas, uniones de productores y empre- está en mejores condiciones que antes para
sas mixtas, cumplen papeles muy importantes, negociar debido a la conformación de organi-
aprovechando los “nichos” productivos, co- zaciones de todo tipo, la asimetría entre los
merciales o de exportación de estos espacios actores transnacionales y los campesinos es
agroindustriales de alta rentabilidad. muy marcada.
En todos los casos estudiados y conocidos,
los Estados nacionales cumplieron funciones
La actividad cañera | N. Giarracca y S. Aparicio 477

Origen y configuración del En una primera etapa, los ingenios tendían


campesinado cañero en Tucumán a autoabastecerse de caña; varios autores rela-
cionan el surgimiento del campesinado cañero
Los campesinos tucumanos que participan con la necesidad de mano de obra que expe-
desde tiempo atrás en la actividad agroindus- rimentaban los ingenios y los grandes produc-
trial cañera, se los puede considerar como un tores de caña (Rosenzvaig, 1987: 127; Bilbao,
antecedente histórico del esquema de “la agri- 1974: 3; Santamaría, 1986: 100). Se sostiene que
cultura de contrato”. Los ingenios financiaban la doble condición de campesinos y proletarios
la producción, adelantaban algunos insumos, permitía a los ingenios pagar salarios relativa-
algún capital de operaciones que funcionaban mente bajos, en tanto la unidad de producción
como comprometedores de la producción, una familiar complementaba la reproducción de la
modalidad de “venta a futuro”. fuerza de trabajo. Para corroborar esta hipóte-
Durante muchos años la relación contrac- sis sería necesario comprobar que los cañeros
tual se mantuvo y en varias ocasiones, los tenían efectivamente doble ocupación, cose-
productores estaban tan fuertemente articu- chando caña propia y la de los ingenios, lo que
lados con los ingenios que terminaban co- no ha sido realizado hasta ahora. Además, un
rriendo su misma suerte cuando quebraban. dato que limita esta hipótesis, es que los inge-
A diferencia del modelo moderno, el capital nios instalaban colonos en sus tierras con el fin
agroindustrial local, no dinamizó la produc- de satisfacer sus demandas de mano de obra
ción ni las innovaciones técnicas de los cañe- (Vessuri, 1977).
ros independientes. Por otro lado, el sistema Para explicar el surgimiento del campesina-
de financiación implementado se basaba en do cañero, es imprescindible tomar en cuenta
créditos oficiales baratos a los ingenios para las políticas estatales regulatorias de la activi-
habilitar las zafras, lo cual, en última instan- dad azucarera. Nuestra hipótesis es que el tipo
cia resultó otra forma de subsidiar al sector de intervención estatal que comienza a media-
industrial. Este sistema se mantuvo hasta dos de los años veinte con el gobierno radical
hace muy poco y su implementación se re- y culmina con el derrocamiento del gobierno
monta a los orígenes de los campesinos como peronista, favoreció el asentamiento de mu-
sector independiente. chas familias procedentes de otras provincias
478 Estudios rurales y movimientos sociales. Miradas desde el Sur

que llegaban a Tucumán buscando trabajo en zó el 2 de junio, una concentración frente a la


la industria azucarera. Estas familias ocupaban Casa de Gobierno de Tucumán. Concurrieron,
tierra y comenzaban a producir caña. Como según estimaciones de los periódicos, unos
productores, supieron organizarse, presiona- 30.000 manifestantes. Decidieron luego confe-
ron al Estado y lograron una legislación que los rir al Presidente Alvear el cargo de árbitro úni-
defendía frente a los industriales, creando así co para solucionar el conflicto y establecer la
condiciones que facilitaron sus asentamientos. liquidación definitiva de la cosecha de 1926 y la
El mejoramiento de las condiciones técnicas fijación de los precios para la cosecha de 1927.
de la producción —por ejemplo, la extensión El Laudo Arbitral del Presidente Alvear es-
del riego y la consiguiente incorporación de tie- tableció los derechos de molienda para los
rras marginales al cultivo de la caña— actua- cañeros asignándoles el 43,42% y el 56,58% a
ron en el mismo sentido. los ingenios, sobre la base de la zafra 1927. El
precio de la caña se fijó en el 50% del valor del
Legislación favorable azúcar obtenido, según los precios de venta de
La intervención del Estado en la actividad azu- los azúcares en la plaza de Buenos Aires. En los
carera se hizo necesaria para regular los con- considerandos del pronunciamiento se remar-
flictos entre industriales y cañeros que, desde caba “la necesidad de fomentar la economía
principios de la década del veinte, se repetían del norte argentino en base de la subdivisión
año a año al iniciarse la zafra. En ese momento de la tierra”. Después del Laudo el número de
los productores presionaban para que el precio cañeros prácticamente se duplicó, aunque una
de la caña fuese más flexible. Tras la crisis de parte de este aumento se debió a falsas subdi-
sobreproducción de 1926-1927 y el incumpli- visiones de grandes propiedades.
miento de los ingenios en el pago de la caña, Las condiciones favorables del Laudo para
el conflicto entre cañeros e industriales se agu- los cañeros culminaron en el aumento de la im-
dizó. La Federación Agraria Argentina4 organi- portancia de este sector dentro de la estructura

4 La FAA agrupaba a los pequeños cañeros, los me- y se constituyó la Unión Agraria Provincial. En 1945
dianos y grandes eran representados por el Centro Ca- el Centro y la Unión Agraria se unieron y formaron la
ñero. En 1973 se disolvieron las seccionales de la FAA UCIT (Unión Cañeros Independientes de Tucumán).
La actividad cañera | N. Giarracca y S. Aparicio 479

productiva tucumana. En los veintiún años que rios de los jornaleros, incluyendo los semipro-
van desde 1919 a 1940 los cañeros independien- letarios cañeros, se sumó a los altos costos de
tes pasaron de controlar el 33,3% del área cul- la industria tucumana. Los ingenios disminu-
tivada al 55% de la misma. En 1937 dos tercios yeron sus plantaciones de caña e incrementa-
del sector eran unidades de menos de 4 ha y ron la compra a terceros. Se ha planteado al
casi la cuarta parte cultivaba entre 4 y 10 ha respecto, la hipótesis de que la producción fue
(Santamaría, 1986). dejada en manos de los ex-jornaleros que, con-
vertidos en productores cañeros, seguirían ob-
La política social del peronismo teniendo un ingreso igual o menor al jornalero,
La legislación social del radicalismo y del pero- pero asumiendo los riesgos de la producción
nismo impulsó indirectamente la subdivisión y para la venta6.
venta de parte de las plantaciones cañeras de Es conocido el caso de la poderosa Com-
los ingenios. Desde la década del veinte el cos- pañía Azucarera Tucumana que en los años
to de la mano de obra se había convertido en cincuenta vendió todas sus propiedades, en
un problema para los industriales por la san- parte a sus propios cañeros. En el análisis que
ción de leyes sociales y el establecimiento de Carlos León (1974) hace de este caso, señala
bases mínimas de organización del movimien- que la CAT impulsó la subdivisión y la venta
to obrero. Este problema se agudizó durante el de sus tierras para equilibrar sus quebrantos.
gobierno peronista. Derivados tanto de las dificultades durante la
Desde 1945 en adelante, los obreros azuca- cosecha provocadas por huelgas e incendios
reros protagonizaron importantes huelgas y intencionales de cañaverales, como de los ma-
acciones en contra de los ingenios, buscando yores costos de los salarios y beneficios socia-
elevar sus salarios y mejorar sus condiciones les, la escasez de mano de obra y materiales y
de vida5. La obligación de aumentar los sala-
azucareros […] para entregarlas en propiedad y en par-
5 Los obreros reclamaban también la subdivisión de celas a los obreros que tienen los requisitos a estable-
los latifundios. El dictamen del Segundo Congreso de cerse” (tomado de Carlos León, 1974: 2).
la FOTIA declaró necesarios “…la subdivisión de la tie- 6 Ver Carlos León, 1974; Canitrot y Sommer, 1972;
rra y expropiación de latifundios de cañeros e ingenios Slutzky, 1967.
480 Estudios rurales y movimientos sociales. Miradas desde el Sur

las leyes provinciales que imponían al ingenio ban su participación con una organización pro-
la construcción de hospitales con instalaciones ductiva exenta de la forma social campesina de
y servicios completos. producción. El Estado debía financiar a las em-
Slutzky (1967) analizó el proceso de subdi- presas, para que no dejaran de proveer de fuen-
visión de los grandes cañaverales y demostró tes de trabajo a los obreros, y a los pequeños
que entre 1937 y 1963 se registró un aumento cañeros. Los ingenios lograron la protección
de las explotaciones de 20 a 100 ha a expensas estatal invocando la “cuestión social”. Como
de las explotaciones mayores de 1.000 ha, por vemos, la problemática minifundista ha sido
entonces propiedad de los ingenios. utilizada como elemento de presión por los
otros agentes del complejo (ingenios, grandes
El Fondo Regulador y medianos cañeros), para obtener medidas
La intervención directa del gobierno peronis- que, en realidad, los beneficiaban más a ellos
ta en la regulación de la producción también que a los campesinos.
incidió sobre el sector industrial y el agrícola. En síntesis, el surgimiento y consolidación del
El Fondo Regulador, creado durante el primer campesinado cañero es producto de sucesivos
gobierno peronista, protegía a los productores asentamientos poblacionales posibilitados por:
de menores rendimientos. El precio del azúcar 1. la necesidad de mano de obra por parte de
se fijaba en base al costo de producción medio los ingenios;
nacional. Los ingenios del Norte, cuyos costos 2. la intervención estatal directa del radicalis-
eran inferiores a la media nacional, debían in- mo y del peronismo;
gresar la diferencia al Fondo Regulador, que 3. la política social radical y peronista que al
utilizaba esos recursos para subsidiar a los in- aumentar el costo de los salarios, alentó la
genios de más altos costos. subdivisión de las tierras de los ingenios y el
De este modo se permitió la entrada a la pro- asentamiento de ex-jornaleros. A esto debe
ducción de pequeños agricultores que se ubi- sumarse la división sucesoria de tierras,
caban en las zonas menos fértiles y aptas para mecanismo que históricamente ha operado
el cultivo de caña. Paralelamente. Tucumán como multiplicador del minifundio.
perdía importancia relativa en la producción
nacional y el norte —Salta y Jujuy— aumenta-
La actividad cañera | N. Giarracca y S. Aparicio 481

Por los elementos recogidos y expuestos, dades azucareras, se relacionaba fuertemen-


el surgimiento cañero no fue producto de un te con la condición de empresas ineficientes
proceso de desintegración de una economía y subsidiadas que tuvieron desde sus oríge-
de plantación (como las de Salta o Jujuy), no nes. Esta situación alcanzó el punto de rup-
hubo tampoco población campesina indígena tura hacia 1960.
que se la desplazara de otros cultivos para pro- Antes del golpe de Estado de 1966 se pre-
letarizarse. Hubo sucesivos grupos poblacio- sentó en Tucumán una producción récord de
nales que se asentaron y se conformaron como 1.200.000 t. Los industriales no pudieron ab-
sector productivo en un proceso ni lineal ni sorberla y atrasaron sus pagos a cañeros y jor-
ordenado —como son las colonizaciones— naleros. Estas deudas se sumaron a las que los
que comenzaron a producir y que se fueron ingenios habían contraído con el Estado por la
asumiendo como sector social, es decir con- falta de pago de impuestos y de créditos reci-
formando un modo de vida alrededor de los bidos. Entre 1966 y 1967 se redujo en un 31%
ingenios que signó no solo la economía sino la el precio de la caña en valores constantes. El
cultura de la provincia. sistema bancario restringió al máximo los cré-
La forma en que se desarrolló este proceso ditos a los productores cañeros lo que afectó
dio lugar a una estructura social agraria carac- muy duramente a los estratos de pequeños y
terizada por la coexistencia de una mayoría de medianos productores independientes. Hubo
pequeños productores familiares con escasos un intenso período de agitación social y tras
recursos e ingenios integrados verticalmente. el golpe de Estado comenzó el cierre de los
ingenios. Se mantuvieron los más poderosos
La crisis de los sesenta que iban concentrando en sus manos lo que
anteriormente producía el conjunto (Murmis
A comienzos de los sesenta la industria azu- y Waisman, 1969: 350).
carera tucumana presentaba un retraso tec- Con relación a la producción de caña, en
nológico y un bajo nivel de equipamiento abril de 1966 el gobierno radical había dis-
producto de su política de no inversión. El puesto la disminución de la producción tucu-
desarrollo que habían alcanzado estas socie- mana al 70%, tratando de minimizar el impacto
de esta reducción sobre los sectores minifun-
482 Estudios rurales y movimientos sociales. Miradas desde el Sur

distas. Las fincas de hasta 6 ha sufrieron una El cupo de producción


reducción del 20%, en tanto que entre las ma- cañera hasta 1991
yores de 20 ha ese porcentaje era del 40%. El
gobierno del Gral. Onganía dejó sin efecto las El cupo cañero se inscribió dentro de estas
diferenciaciones según tipo de productor y políticas regulatorias e intervencionistas. La
canceló una resolución del gobierno de Illia producción cañera se mantuvo a un ritmo ex-
que establecía que cada ingenio debía man- pansivo, con crisis periódicas hasta 1966, fecha
tener la misma proporción de caña propia y en que se desata la crisis. El Estado intervino
comprada que en la zafra de 1965. obligando a reducir fuertemente la cantidad de
A comienzos de 1967 se sancionó la Ley caña molida y en consecuencia el azúcar pro-
17.163 que dispuso la reducción de la pro- ducido. Este hecho se combinó con la decisión
ducción a nivel nacional y la expropiación oficial de no subsidiar a los ingenios en situa-
de los productores cuya cuota de producción ción de quiebra o convocatoria, en aras de efi-
fuese menor a las 8 toneladas. Esta expulsión cientizar y modernizar la actividad industrial.
de sectores campesinos de la actividad jun- Como consecuencia de la crisis se cerraron
to con el cierre de los ingenios complejizó once ingenios y disminuyó en 6.000 el número
la cuestión social de la provincia y llevó al de cañeros.
gobierno a diseñar programas de diversifica- A partir de esta coyuntura, y exceptuando
ción del agro y radicación de industrias. La algunos períodos, la producción cañera que-
falta de coherencia en la formulación e im- dó cuotificada. El Poder Ejecutivo Nacional,
plementación de estas aspiraciones llevó a mediante la Dirección Nacional de Azúcar,
que la situación se agravara y se intensificara fijó cada año la cantidad de azúcar a producir
el conflicto social. y se le asignó un cupo a cada productor. La
La crisis de sobreproducción de 1966 fue base de la cupificación de 1988 (año en que
una coyuntura que permitió reordenar las re- se realizó la encuesta) derivaba de la distribu-
laciones de fuerza a favor de los sectores más ción realizada en función de la zafra de 1965.
concentrados del capital y en contra de los pe- Para estar habilitado como productor cañero,
queños productores. se debía acreditar un cupo y estar inscripto en
el registro de productores. Además se debía
La actividad cañera | N. Giarracca y S. Aparicio 483

tener la titularidad de la explotación en la que producto del trabajo y no era reproducible. Se


“siembra, cultiva y cosecha caña”. El último trataba de una producción cerrada donde no
listado disponible había sido actualizado y re- era posible el ingreso de nuevos productores.
visado en 1976. Esta situación había llevado a algunos investi-
La cuotificación efectuada sobre la base de gadores a plantear la existencia de una renta
la cosecha de 1965, se modificó sustancialmen- ligada al cupo (Kostzer, 1989).
te con un decreto del ministro Martínez de Hoz El cupo suponía un “monopolio” sobre una
que introdujo algunos cambios a la ley. A par- cuota de la producción, así, todo productor que
tir de entonces se tomó como base la zafra de tenía cupo podía vender azúcar, aunque no cul-
1976, año en que por razones climáticas (hela- tivara caña. Las situaciones que se presentaban
das) y políticas (operativo Independencia) no a partir de este hecho eran variadas: era proba-
se había podido cumplir con el cupo provincial. ble la existencia de productores con cupo pero
La caña con cupo solo podía ser destinada al sin caña, o con menos caña que cupo; producto-
mercado interno de azúcar y la caña sin cupo res con cupos pequeños y plantaciones grandes
(excedente) se podía destinar a la fabricación que “entregaban” o “tiraban” caña para los que,
de alcohol o azúcar crudo para exportación, si bien tenían cupos, no plantaban caña. Tam-
pero a un precio sensiblemente menor. bién encontrábamos situaciones donde lo que
La cantidad de cupos no coincidía con el se buscaba era mantener fragmentado un cupo
número de productores: la primera excedía al de grandes dimensiones, para evitar ser perju-
segundo. Es decir que existían personas físicas dicados ante cualquier redistribución de los cu-
y/o jurídicas que eran titulares de más de un pos a favor de los pequeños “cupohabientes”.
cupo. La asignación de la cuota de producción Todas estas situaciones derivaban en tran-
(cupo) estaba indisolublemente ligada a la tie- sacciones con precios fijados entre las partes
rra, se transfería con ella, excepto en el caso de y permitían suponer un ingreso, para algunos
traslados a tierras, dentro de la misma provin- de estos productores, que se podía categorizar
cia, que garantizaran rendimientos más altos. como renta. Era el caso de un “cupohabiente”
En la práctica el cupo funcionaba como una sin cañaveral que compraba caña excedente
mercancía más, se vendía, se rentaba; la dife- barata y la entregaba como propia al ingenio al
rencia es que el cupo, como la tierra, no era precio de mercado.
484 Estudios rurales y movimientos sociales. Miradas desde el Sur

La distribución y asignación de los cupos el sistema de cupos establecido en 1966 y mo-


que realizó la Dirección General de Azúcar, en dificado en 1972 y 1975. Ciertamente a través
el año 1987 le otorgaba a la provincia de Tu- del crédito barato, y de la liquidación de una
cumán el 57,24% de la producción nacional, a compañía estatal que manejaba varios ingenios
Jujuy el 27,51 %, a Salta el 10,83%, en tanto el (CONASA) se había facilitado la entrada de
resto quedaba para el litoral (Cuadros N° 2 y 3). grupos empresarios estrechamente vinculados
Si analizamos el número de “cupohabientes” con el gobierno.
por provincias, se observa que Tucumán tenía El salario del obrero industrial y del peón
el 88,27%, Jujuy el 0,52% y Salta el 0,04%. agrícola disminuyó notablemente en el perío-
Del análisis de la distribución de cupos a do, también disminuyó la cantidad de personal
nivel nacional correspondiente al año 1988, ocupado en la rama, todo lo cual favoreció a
se desprende que el 56% de los casos poseían los industriales y cañeros grandes a disminuir
cupos menores a las 15 t de azúcar y concen- costos de producción. De todos modos las za-
traban solo el 5,9% del azúcar autorizado. En el fras seguían siendo financiadas por las institu-
otro extremo 66 productores de cupos de más ciones oficiales que recibían créditos del Ban-
de 1000 t acumulaban el 51,19% de la produc- co Central en tanto la Dirección Nacional del
ción de azúcar (Cuadro N° 2). Azúcar fiscalizaba la operatoria.
Este mismo análisis para la provincia de Tu- Si bien el azúcar no había sido un producto
cumán arroja que el 56,8% de los cupos era me- destinado a la exportación, los altos volúmenes
nor a las 15 t de azúcar y concentraba el 9,3% del exportados en el trienio 1972-1974 que obtu-
producto, mientras que 45 productores poseían vieron altos precios —debido a una favorable
cupos de más de 1000 t de azúcar y acumulaban coyuntura del mercado mundial— estimuló la
el 24,4% del total provincial (Cuadro N° 3). exportación. Otra situación internacional pro-
picia se reiteró en los años 1980-1981 y las ex-
La crisis de 1984-1985 y la portaciones de ese año significaron el 47% de la
intervención del gobierno radical producción nacional. La importancia del nuevo
mercado para la actividad se pone de manifies-
La dictadura militar (1976-1983) no había gene- to en la profunda crisis de los años 1984-1985,
rado políticas que modificaran sustancialmente cuando debido a las tendencias recesivas del
La actividad cañera | N. Giarracca y S. Aparicio 485

mercado internacional los ingenios entraron en su azúcar). Finalmente, a instancias de la or-


cesación de pagos a proveedores y acreedores. ganización representativa del pequeño cañero
Frente al deterioro del estado financiero de (Unión de Cañeros Independientes de Tucu-
los ingenios tucumanos, el gobierno del Dr. Al- mán (UCIT), se sancionó otra normativa para
fonsín buscó un mecanismo que permitiera una autorizar a las cooperativas a comercializar
mayor autofinanciación de los agentes y que por cuenta de los cañeros.
solucionara la situación de emergencia en la De este modo, la intervención del Estado
que se encontraban los pequeños productores en esta coyuntura innovó y fortaleció la orga-
a quienes los ingenios habían dejado de pagar nización de los productores. Aumentaron las
la cosecha 1985. cooperativas, sobre todo las de segundo grado
Un Decreto presidencial estableció un siste- (federaciones de cooperativas) se capacitaron
ma de comercialización opcional al estableci- para funciones agroindustriales y se estimuló
do por ley. Este sistema denominado “maquila la integración cooperativizada agroindustrial.
oficial” limitaba las funciones financiadoras e El sistema estimuló la capitalización del
integradoras de los ingenios y modificaba la re- sector agrario, permitió un mayor ingreso al
lación cañero-ingenio. sector de pequeños productores y un notable
El Decreto de Maquila autorizaba a los inge- aumento de los rendimientos agrícolas. Asi-
nios a contratar con los productores la molien- mismo, puso una vez más al descubierto la
da de caña a cambio de una participación en la ineficiencia de parte del sector industrial tucu-
misma. El ingenio recibía 47% de azúcar molida mano: convocatorias de acreedores, quiebras
a cuenta del cañero como pago del servicio y y “vaciamientos” de empresas estuvieron a la
el agricultor recibía los 53% restantes. Uno de orden del día. Simultáneamente, otro grupo de
los problemas que se puso de manifiesto con ingenios (entre los cuales se encontraba uno
el funcionamiento del sistema fue quién comer- en poder de las cooperativas) mostraban altos
cializaba el azúcar del cañero. Se intentó una rendimientos industriales, bajos costos y con
“corporación de cañeros de Tucumán” pero el tiempo comenzaron a sanear situaciones fi-
fue resistida por los industriales; en segundo nancieras complicadas; más aún la sociedad en
lugar se le adjudicó a la Dirección Nacional del la que la Liga de Cooperativas Cañeras forma-
Azúcar y fue un fracaso (los cañeros perdieron ba parte y que rentaba el ingenio Nuñorco lo
486 Estudios rurales y movimientos sociales. Miradas desde el Sur

lograba comprar. Asimismo, grandes capitales DNA establecía cupos mensuales de comercia-
agrarios cañeros comenzaban a invertir en in- lización de azúcar y mediante el otorgamien-
genios en una nueva tendencia —iniciada por to de “cupos extras” mantuvo en pie a varios
las cooperativas— de “integración vertical ha- ingenios a punto de quebrar, más por razones
cia adelante”. políticas que por razones técnicas o “sociales”
El sistema de participación y concertación como aducían las resoluciones.
de los agentes que establecía el sistema de ma-
quila no se correspondía con la rigidez que es- El decreto de desregulación de 1991
tablecía la Dirección Nacional de Azúcar en la
regulación de la actividad en su conjunto. Mien- El Decreto 2284 de fines de 1991 de desregula-
tras se creaban federaciones de cooperativas ción económica formó parte de un paquete de
de pequeños, medianos y grandes productores, medidas del gobierno de Menem tendientes a
se creaban formas de competencia para atraer la liberalización de la economía: ley de emer-
a los agricultores más productivos7, se inicia- gencia económica, ley de reforma del Estado, y
ban formas de organización agroindustrial con el proyecto de ley de flexibilización del merca-
integración de costos, se encontraba una forma do laboral. Con el decreto de desregulación se
de concertación con los grandes ingenios del desactivaba por completo la red institucional
Norte, la DNA seguía con los viejos sistemas que había regulado la actividad agropecuaria
clientelísticos y no exentos de corrupción; era por más de seis décadas.
un antiguo organismo nacional donde el grupo El decreto establece la disolución de la Di-
político tenía mayor fuerza que el grupo de téc- rección Nacional del Azúcar que regulaba la
nicos que habían ideado el sistema de maqui- producción de caña, así como la derogación de
la. Así, además de los cupos de producción, la la Ley Nacional del Azúcar y todos los decretos
ad-hoc de regulación.
Algunas medidas tomadas por el Ejecutivo
7 El cañero podía optar por pertenecer a una coo- Nacional desde que el Dr. Menem asumió la
perativa y “entregar caña y recibir azúcar”; operar
vendiendo la caña (venta por Ley) o, por último, otros presidencia se orientaron a la desregulación.
arreglos privados con el ingenio que se llamaban “ma- Por ejemplo, durante 1990 el decreto de maqui-
quila privada”.
La actividad cañera | N. Giarracca y S. Aparicio 487

la fue sustituido por otro que establecía: “Los cional de Actividades Hípicas, del Instituto
porcentajes de distribución del azúcar produci- Forestal Nacional;
do será de libre negociación entre las partes”. 2. la definitiva disolución y ventas de activos
Complementando esta normativa, se permitía de la Corporación Argentina de Producto-
comerciar a los ingenios procesadores el azú- res de Carne (CAP) y de la Junta Nacional
car de maquila que anteriormente estaba en de Granos que se ocupó, entre otras cosas,
manos de las cooperativas. de otorgar adelantos para las exportaciones,
En los considerandos de la normativa desre- fijar precios de garantías, estimular conve-
guladora se refuerzan los principios de libre co- nios de país a país, llevar la estadística de los
mercio y se enuncia la necesidad de modificar principales cereales y oleaginosas del país;
las relaciones básicas del modelo de desarrollo
3. la disolución de la Junta Nacional de Carnes
de la posguerra:
y la privatización del Mercado de Liniers,
que fue el principal ente concentrador de la
Que habiendo iniciado la Nación una nueva fase de
su historia política y económica, caracterizada por comercialización de carne;
el afianzamiento de los principios constitucionales 4. la disolución de la Comisión Reguladora de
en todos los planos y la instauración de una econo- la Yerba Mate;
mía social de mercado, la permanencia de normas 5. se derogaban las regulaciones sobre la viti-
dictadas en otros contextos constituyen un factor
vinicultura y se redefinen las funciones del
de atraso y entorpecimiento del desarrollo nacio-
nal. Que una vez eliminado las intervenciones y
Instituto Nacional de vitivinicultura que se
regulaciones del Comercio Exterior e Interior no limitan al control de la genuinidad de los
se justifica la existencia de numerosos organismos productos vitivinícolas;
públicos, creados a partir de la crisis mundial de 6. la disolución de la Dirección Nacional del Azú-
la década de 1930, que no resultan aptos para la car que regulaba la producción de caña desde
Argentina de los umbrales del siglo XXI. la producción primaria (estableciendo cupos
de producción) hasta la entrega final al merca-
El decreto establece: do interno (cuotas de comercialización).
1. la disolución del Mercado de Concentración
Pesquera de Mar del Plata, del Instituto Na-
488 Estudios rurales y movimientos sociales. Miradas desde el Sur

Las primeras zafras después de la desregula- político. Se reconoce un proceso social con-
ción fueron configurando un nuevo escenario flictivo en el cual los cañeros se originaron y
donde lo que se puso en juego fueron las ca- constituyeron su identidad.
pacidades de los actores para adaptarse a la Como sostiene E. Thompson (1984) las con-
nueva situación. A partir de ese momento, los diciones de producción dan lugar a las forma-
cañeros van perdiendo posición relativa en el ciones de clases y a la disposición de compor-
excedente de la producción de azúcar y el gru- tarse como tal. El campesinado tucumano se
po de industriales van perfilando una diferen- conformó históricamente a través de la deman-
ciación interna importante, aunque todavía no da, del conflicto, de la lucha social. Como ac-
cerró ningún ingenio definitivamente. tores concretos experimentaron situaciones de
clase mucho antes de constituirse en “clase”;
El campesinado cañero se agruparon, se cohesionaron cuando con-
y su identidad de clase frontaron o negociaron con el resto de los ac-
tores. Se constituyeron en el proceso mismo de
¿Cómo se forma un sector social integrado por demandar, en la búsqueda de su representación
sujetos de distintos orígenes étnicos y geográfi- encontraron su identidad.
cos?; ¿cómo se transformó un grupo productivo En el devenir histórico moldeado —no de-
ligado a unas cuantas empresas, en un sector so- terminado— por la lógica de las condiciones
cial protagónico, reconocido como actor social materiales, se reconocieron como actor social
tanto por el resto de los sectores involucrados y se comportaron como tal. De allí en más, con-
en la actividad azucarera como por el Estado? frontaron y constituyeron alianzas según las
Los cañeros tucumanos han sido de los po- coyunturas; formaron parte de “la provincia”
cos pequeños productores en el país que, des- en alianzas tácticas con los ingenios frente al
de los ámbitos políticos y académicos, se los Estado nacional o fueron “la mayoría cañera”
llama “campesinos”. Para nuestro país, ello frente a los empresarios, se aliaron a los traba-
significa registrar en el sector no solo compo- jadores de FOTIA o negociaron con los inge-
nentes económicos y sociales de no-asalari- nios del norte en contra de los de su provincia.
zación sino, fundamentalmente, otros de tipo Armaron representaciones sociales o gre-
miales y generaron soluciones alternativas en
La actividad cañera | N. Giarracca y S. Aparicio 489

los momentos más críticos. Como otros cam- El dinamismo social y político de las repre-
pesinados activos, contaron con aliados urba- sentaciones campesinas, así como la combati-
nos y generaron líderes. vidad de los jornaleros y su gremio FOTIA, fue
La creación de la Unión de Cañeros Indepen- tan inusitado dentro del comportamiento gene-
dientes de Tucumán (UCIT) en 1945 marcó un ral de los sectores agrarios del país, que incluso
hito muy importante en ese proceso; UCIT tuvo impulsó a grupos de izquierda a generar “gue-
posiciones reivindicativas que expresaban un rrillas” rurales en la región, lo cual produjo una
alto grado de organización que permitía au- fuerte reacción militar8.
mentar la capacidad de negociación-confronta- Aquellos años marcaban el inicio de un pe-
ción del sector. ríodo, en el que se modificaron drásticamente
La creación de la UCIT, como sostiene Cra- las pautas de acumulación nacional y la con-
viotti (1992), surgió de la fusión de las prin- formación y funcionamiento de los sectores
cipales organizaciones de cañeros: la Unión sociales. Mientras la economía general dejaba
Agraria Provincial, el Centro Cañero y el Cen- de crecer, el sector agropecuario retomaría un
tro de Cañeros Independientes quienes con- ritmo de crecimiento perdido desde décadas
vocaron una asamblea en Monteros, donde se atrás. Aunque ese crecimiento no fue homogé-
decidió la conformación de una única gremial.
De entrada, el precio de la caña fue la deman-
8 Según Richard Gillespie (1987) la guerrilla se con-
da unificadora de tan diversos grupos, la opo- centró en las áreas rurales por espacio de un año y
sición fundamental fue contra los industriales tuvo varios éxitos iniciales al enfrentarse con la poli-
azucareros: con ellos se disputaba precios y cía, pero sucumbió gradualmente al ejército. Se había
condiciones de comercialización. La identidad conseguido apoyo por el trabajo realizado por grupos
políticos de izquierda afines a la guerrilla durante los
cañera se forma en oposición al ingenio en un
años de cierre de ingenios; ese trabajo fue socavado
conflicto no exento de violencias. por el ejército con la creación de “áreas protegidas” y
Durante la crisis de 1966 constituyeron una la destrucción de zonas de viviendas para separar a la
alianza con FOTIA y gremios estatales para población de la guerrilla (ibídem: 240). También María
oponerse a la burguesía azucarera que conside- Seoane describe la conexión del ERP con los conflic-
tos cañeros de los sesenta y los criterios de elección de
raban como responsable de la caducidad de la
esta organización armada cuando se retiran al monte
estructura económica provincial. tucumano (Seoane, 1992).
490 Estudios rurales y movimientos sociales. Miradas desde el Sur

neo y, especialmente los productos ligados al les confería un derecho tan primordial como la
mercado interno se retrajeron, ciertas trans- tierra misma. Estas especificidades lo diferen-
formaciones involucraron por igual a todos los cian de otros actores subalternos: jornaleros
actores del sector agropecuario. del surco o del ingenio.
Es difícil reconstruir cómo se sostuvo,
cómo demandó a los otros sectores y cómo se Aquel cañero de antaño
fue transformando el campesinado tucumano.
Los últimos veinte años aparecen fragmenta- En 1970 se publicó Tierra y conciencia campe-
dos en los relatos de los tucumanos, existen sina en Tucumán del sociólogo Francisco De-
reticencias, la memoria no basta. Aparecen al- lich. El trabajo está muy influido por posicio-
gunos elementos recurrentes en las entrevis- nes marxistas ortodoxas acerca de la “cuestión
tas que permiten orientar los próximos traba- campesina”. La investigación se llevó a cabo
jos, pero de ninguna manera reconstruir hoy desde mediados de los sesenta, exactamente
la transformación. durante el desarrollo de una de las crisis más
En definitiva, jerarquizamos los momentos importantes de la actividad cañera.
políticos en los que el campesinado irrumpió, Fue una etapa de conflictos, de generación
confrontó y negoció con otros actores para de alternativas autogestionarias, de posibili-
explicar su formación como grupo. Su identi- dades de tecnificación y de consolidación del
dad se constituyó en la interacción y en la re- movimiento cooperativo. Sin embargo, estos
presentación que en cada momento logró. De hechos son escasamente registrados por el tra-
este modo UCIT se ubicó en el escenario del bajo en tanto que el autor parte de ciertas limi-
complicado mundo azucarero y fue reconocido taciones políticas de los campesinos, frente a
como actor de concertaciones, negociaciones los procesos de cambio. Delich sostenía que la
y también de confrontaciones. Los contenidos conciencia del campesino es “filial” —contra-
sociales y políticos de las demandas expresa- parte de la política populista en la que se inser-
ron el nivel de organización y capacidad de ta a través del peronismo— y está infranquea-
confrontación, pero también posiciones estruc- blemente limitada por el principio de identidad
turales de los actores, originadas en el control con la tierra, la hipervaloración de la tierra.
de la tierra y en el control del cupo cañero que
La actividad cañera | N. Giarracca y S. Aparicio 491

En esta conceptualización, la ubicación de la explotación. Así, tomaba de otros trabajos


como “productor” especifica la relación subor- de la época el requerimiento de mano de obra
dinada dentro de la sociedad, así sus intereses, de las explotaciones y el nivel de mecanización
demandas, reivindicaciones son formuladas y encontrado. Concluía que las explotaciones de
contenidas a partir de esa identidad, de esta menos de 500 surcos (aproximadamente 10 ha)
poca “clasicidad” en el decir de Shanin. ni siquiera se adaptaban al concepto de “explo-
El análisis socio-económico de Delich sobre tación familiar”, en el sentido de dar ocupación
los campesinos cañeros se basaba en un traba- a la familia, es decir, que dentro de lo que luego
jo de campo que se había realizado entre 1965 fue la conceptualización utilizada en el infor-
y 1967. La muestra se había realizado en base al me CONADE-CFI (CIDA) eran “explotaciones
padrón de la Dirección Nacional de Azúcar de subfamiliares”9. Con respecto a la mecanización
1963, y el primer problema con que se encontró encontraba que el 97,49% de los campesinos en-
el investigador fue la disparidad en el número cuestados no tenía tractor. El 54,99% no usaba
de cañeros registrados por distintos organis- ningún tipo de abonos y el 77,20% no usaba her-
mos. Para 1965, la DNA registraba 18.602 cañe- bicidas. Alrededor del 50% tampoco poseía ca-
ros y la UCIT 23.000. rros por lo que dependían de otros para trans-
Delich consideraba, que una finca cañera re- portar al cargadero. El 72% presentaba una sola
sultaba rentable para una familia tipo, cuando ocupación: la de jefe de la explotación agraria.
la superficie sembrada se situaba entre las 14 y Esta alta homogeneidad del sector estu-
20 ha. Era el mínimo de una explotación cañe- diado por Delich en los sesenta, así como la
ra y racional a la vez; la racionalidad se refiere
a la utilización del suelo (Delich, 1980: 37). De
9 El trabajo del Comité Interamericano de Desarro-
este modo, de las 18.602 explotaciones que re-
llo Agrícola (CIDA) consideró explotación familiar a
gistraba la DNA figuraban 17.341 minifundistas aquella que, por su disponibilidad de recursos, podía
o campesinos. De ellos, 13.000 poseían menos asegurar al productor empleo permanente e ingresos,
de cinco hectáreas. al menos a dos miembros de la familia. Para la fami-
Sobre la base del trabajo de campo, el soció- lia “tipo” del campo argentino una situación inferior a
esta categoría, las explotaciones “subfamiliares”, las
logo combinaba el criterio de la superficie cul-
convierte en explotaciones pobres. Esta tipología fue
tivada con otras variables estructurales dentro utilizada en 7 países de América Latina.
492 Estudios rurales y movimientos sociales. Miradas desde el Sur

inexistencia de “elementos capitalistas” dentro ción y capitalización, orígenes distintos de la


del mismo lo llevó a concluir que como todo mano de obra ocupada en la producción (fa-
campesinado, el tucumano tenía una inserción miliar, transitoria, asalariada, permanente),
equívoca dentro del sistema, en tanto trabaja- formas distintas de cosecha, entrega y venta
dor y propietario. Esta doble condición mode- de la caña. Este trabajo muestra la existencia
laba, a su entender, los modos de acción y las de una estructura agraria más heterogénea que
orientaciones básicas del sector. la presentada por Delich unos años antes. La-
Santiago Bilbao, ya en 1972 recopiló los prin- mentablemente no se analizaba internamente
cipales trabajos sobre el “minifundio cañero”. el sector de la pequeña producción.
Planteaba que la mayoría coincidía en el corte Las condiciones de vida de los campesinos
de las 20 ha con caña para determinar el “mi- eran muy duras, la mayoría habitaba viviendas
nifundio”. Sobre la información del censo de precarias, de barro y paja, los servicios de luz
1971 que arrojaba 17.657 cañeros presentaba la eléctrica y agua potable eran casi inexistentes y
siguiente clasificación: hasta 500 surcos (10 ha) se daba un alto grado de hacinamiento. Bilbao,
se registraba el 85,75% de los cañeros y hasta citando un estudio del INTA, mencionaba 5,1
1000 surcos (20 ha) el 92,57%. La utilización de hijos por familia. Las migraciones estaban al or-
la mano de obra familiar y la residencia de la den del día, el Censo de 1970 arrojaba una canti-
familia en la explotación, eran atributos de los dad de 170.000 personas menos de la esperada.
campesinos que los diferenciaban de las me- Como vemos, había bastante consenso acer-
dianas y grandes explotaciones. ca de la delimitación y caracterización del sec-
Hacia fines de los setenta, un trabajo realiza- tor campesino cañero. Los trabajos lo presen-
do por Ponce y Haro (INTA, s.f.) muestra una tan homogéneo, subordinado al capital agroin-
estructura agraria diferenciada. Se realiza una dustrial a través del contrato de compra-venta.
estratificación de los productores cañeros to- La estricta regulación a la que estaba sometido
mando como variable discriminante el número por el sistema de cupos, los conflictos que lo en-
de surcos y se identifican seis tipos de explo- frentaban, por un lado, al gobierno nacional para
taciones. En cada una de las seis categorías defender su fuente de trabajo cuando peligraban
aparecen formas distintas de organización de los ingenios, y por otro, a esas empresas cuando
la producción, diferentes niveles de tecnifica- se trataba de establecer los precios y condicio-
La actividad cañera | N. Giarracca y S. Aparicio 493

nes del contrato, coadyuvaban a mantener cierta establecimos las combinaciones de variables
homogeneidad y a imponer resistencias a los ele- (construcción de variables complejas) para
mentos disruptores de la organización familiar. categorizar al conjunto de cañeros. De la tipo-
Aunque ignoramos gran parte de lo que logía resultante, delimitamos el sector campe-
ocurrió en Tucumán desde 1975 hasta 1983, sino, conformándolo por unidades que no con-
podemos afirmar que los campesinos cañeros tratan mano de obra asalariada permanente y,
dentro de una cotidianeidad silenciada y aco- o no están mecanizadas, o poseen un tractor,
tada por severas condiciones de sobrevivencia pero en tal caso sin comprar trabajo.
funcionalizaron esa equívoca inserción, esa Jerarquizamos la relación social básica —
ambigua acción de la que hablaba Delich, para utilización de mano de obra familiar— com-
adecuarse a los difíciles momentos que los se- binando este elemento con los componentes
tenta y los ochenta les deparaban. “capitalistas” (compra de trabajo, nivel de
Hubo “descampesinización”, hubo cambios mecanización) que permiten dar cuenta de los
generacionales, y hubo incontables estrategias procesos de diferenciación interna.
de reproducción que les permitieron permane- El supuesto teórico de esta construcción, es
cer. En la actualidad; aunque reducidos en nú- que el trabajo asalariado en forma permanente
mero, y sin una clara adhesión al peronismo, los es un elemento que modifica la organización so-
campesinos siguen produciendo caña y siendo cial de la unidad. La utilización de trabajo ajeno
un importante actor social provincial. Sin du- permanente refleja un componente capitalista
das, la primavera de 1991, con el decreto des- dentro de la unidad, que combinado con otras
regulador del gobierno justicialista marcará un dotaciones de recursos, permite la capitaliza-
nuevo hito en la historia de este grupo social. ción. Existen, además, otros elementos capaces
de modificar la organización social productiva
de las unidades campesinas, y en las entrevistas
El campesinado cañero, hoy en profundidad, tratamos de detectarlos y son
también presentados en este trabajo.
Para categorizar las unidades cañeras jerarqui- La contratación de trabajo se presenta den-
zamos dos variables: tipo de fuerza de traba- tro de un proceso —una transición— que pue-
jo utilizada y nivel de mecanización. Primero de iniciarse a partir de diversas situaciones. En
494 Estudios rurales y movimientos sociales. Miradas desde el Sur

nuestro caso, la variable laboral fue jerarquiza- ción” sino de la “escala de la explotación”, es
da tanto por un criterio teórico como por su decir de la inversión de capital por unidad de
consistencia con otros aspectos. Registra una superficie, entendiendo también por capital la
adecuada relación con: a) el tamaño de la su- fuerza de trabajo asalariada. Pero además de
perficie cañera, b) el cupo, c) el tipo de partici- generar excedentes, se trata de conocer la po-
pación laboral del jefe, d) su lugar de residen- sibilidad de retenerlo, ya sea para reinvertir e
cia y e) el nivel técnico de la unidad. iniciar un proceso sostenido de acumulación
Se trata de diferenciar las formas de pro- o para mejorar las condiciones generales de
ducción, o como sostiene Utsa Patnaik (1988), la unidad doméstica y el desarrollo de las per-
detectar las jerarquizaciones resultantes a sonas (inversiones para mejorar la vivienda,
partir de “complejos de métodos de produc- hacer estudiar a los hijos).
ción técnicos-organizativos”. Actualmente, Pero además de tomar “fuerza de trabajo”
con el uso de técnicas e insumos industriales, como “compra” (contratada), la tomamos en
importa más la posibilidad de aplicación de su otro sentido: cuando la unidad doméstica
capital por unidad de tierra que la extensión “vende” fuerza de trabajo. El significado ca-
de la misma. pitalista que asume esta situación no solo se
En la actividad cañera, esta idea de “com- basa en que la venta de trabajo “proletariza”
plejos técnicos” contribuye a una primera a los miembros de la unidad, y cuando se tra-
diferencia entre unidades integradas agroin- ta del “jefe” puede llevar a la desaparición de
dustrialmente, de las que no lo son (Blume, la finca productora de bienes, sino en otros
1985). Sin embargo, dentro de los cañeros aspectos. En primer lugar, a la posibilidad
independientes, también se dan diferencias de que ese ingreso que proviene del trabajo
sustanciales en los modos de combinar los extra-predial facilite el sostenimiento y re-
recursos; todo esto a partir de considerar, producción de la unidad. En segundo lugar, el
siempre, la desigual dotación de los mismos, desarrollo de “multiocupaciones” que, desde
básicamente de la tierra y, en el momento de los actores permite desarrollar estrategias de
la encuesta, del cupo. reproducción, y desde el modelo de acumula-
Las posibilidades de generar excedentes ción actual, representa formas de inclusión de
dependen no tanto del “tamaño de la explota- los sectores populares al aparato productivo.
La actividad cañera | N. Giarracca y S. Aparicio 495

El resultado de la información elaborada las que permiten economías de escala, adop-


indica una disminución en el número de cañe- tan tecnología y diversifican actividades.
ros y un proceso de diferenciación en marcha. Desde nuestra perspectiva, para estudiar la
Desconocemos el proceso social y político estructura agraria azucarera tucumana, no po-
que derivó en esta situación; de aquel sector demos limitarnos al análisis de las formas de
de entre 15 y 18 mil cañeros, que Delich carac- distribución y tenencia de la tierra y del cupo
terizaba, por lo menos homogéneo en el 90% azucarero vigente hasta 1991. Es necesario
de los casos minifundistas, donde el 98% de adoptar una concepción teórica que permita
ellos no tenía tractores ni los contrataba, y la identificar qué lugar ocupa cada actor en el pro-
mitad ni siquiera tenía cualquier medio para ceso de acumulación de capital, cómo se rela-
transportar la caña al cargadero, encontramos cionan o subordinan relaciones aparentemente
en 1988 un heterogéneo sector social produc- “no capitalistas”, qué formas de acción o reac-
tivo y básicamente un diferenciado sector de ción se generan y organizan en función de rete-
pequeños productores familiares. Estos 9.470 ner o disminuir la apropiación de excedentes.
pequeños cañeros conforman un conjunto con Con este objetivo partimos de una concep-
franjas o estratos bien diferenciados por las tualización de productores en términos de la
variables más relevantes. organización del trabajo en la chacra y de los
niveles de capitalización existentes. Esto supo-
El campesinado en el mundo cañero ne la presencia de dos figuras contrapuestas:
el campesino que basa la realización de su pro-
Las estratificaciones de productores mencio- ducción en la utilización de su mano de obra
nadas anteriormente aluden a modelos de familiar, sin disponer de capital; y en el otro ex-
análisis de la estructura agraria que, en ge- tremo, el sector empresario, caracterizado por
neral, toman el volumen disponible de tierra la contratación de fuerza de trabajo asalariada
como variable discriminante que permite dis- y con propiedad del capital, reflejada en insta-
tinguir tipos de productores: en Delich la uni- laciones y dotación de maquinarias.
dad a alcanzar eran 16 ha; en los trabajos de En cuanto al tipo de mano de obra utilizada,
INTA son las explotaciones de mayor tamaño los productores cañeros presentan una amplia
gama de posibilidades:
496 Estudios rurales y movimientos sociales. Miradas desde el Sur

1. los que utilizan solo el recurso humano dis- 3. los que utilizan personal eventual en forma
ponible en la familia; indirecta a través de la compra de servicios
2. los que contratan asalariados transitorios; a contratistas de maquinarias y
4. los que basan su producción en el empleo de
trabajadores permanentes.

Cuadro N° 1
Distribución de los productores según tipo de mano de obra y nivel de mecanización (%)

2 o más
Tipo de mano de obra Sin 2 o más
1 tractor tractores y Total
utilizada mecanización tractores
cosechadora
Solo mano de obra familiar 7,3 18,1 — — 23,4
Mano de obra familiar y transitorios 5,4 15,9 — — 2,4
Mano de obra familiar y contratista 21,1 — — — 21,1
Mano de obra familiar, contratista
8,2 2,8 — — 12,1
y transitorios
Con asalariados permanentes 4,1 5,3 7,9 0,4 17,7
Total 46,1 42,1 11,4 0,4 100 (11,496)

Fuente: Encuesta a productores, 1988.

El Cuadro N° 1 nos indica que —a diferencia El trabajador transitorio contratado en


de los datos brindados por Delich— a fines forma directa, en especial para la cosecha,
de los años ochenta solo un 25,4% de los pro- está presente en el 23,7% de las explotacio-
ductores no utilizan ninguna forma de trabajo nes; mientras que un 21,1% de los produc-
asalariado. En el otro extremo, un 17,7% de tores contratan servicios, en especial para
los productores basan su producción en la la preparación del terreno y/o transporte de
contratación de personal permanente. la caña.
La actividad cañera | N. Giarracca y S. Aparicio 497

En cuanto a la disponibilidad de capital, los sosteniendo que el área tiene una fuerte presen-
datos actuales revelan una importante transfor- cia campesina combinada solo con grandes em-
mación respecto a la situación descripta para presas integradas.
1965. En esa época, se señalaba la casi inexis- En realidad, como se verá a lo largo del traba-
tencia de maquinarias, nuestra encuesta detectó jo, el sector campesino es importante (60%) pero
que, actualmente, solo un 46% no posee tractor, está diferenciado internamente: adquiere rele-
mientras que un 11,4% posee más de dos tracto- vancia una franja transicional de productores
res y un 0,4% dispone además de cosechadoras que utilizan solo mano de obra familiar y dispo-
integrales (Cuadro N° 5). Cabe aclarar que un nen de algún nivel de capitalización (tractores).
1%, de las unidades productoras son ingenios in- Por otro lado, se registra un sector de peque-
tegrados verticalmente. ños productores capitalizados (22,2%) que com-
La combinación de las distintas formas de uti- bina la contratación de asalariados transitorios
lización de fuerza de trabajo y de disponibilidad con la disponibilidad de elementos de capital
de capital permite caracterizar a los distintos ti- (maquinarias) al que hemos excluido del grupo
pos de productores presentes en el área cañera campesino. Por último, el sector empresario re-
(Cuadro N° 5). presenta el 17,7% de los productores.
Este cuadro muestra la gran heterogeneidad La siguiente tipología de productores cañeros
en la estructura agraria. No es posible seguir sintetiza los actores predominantes en el área:
498 Estudios rurales y movimientos sociales. Miradas desde el Sur

Cuadro N° 2
Tipología de productores

Con mano de obra familiar sin mecanización 7,3


Con transitorios o contratistas
Campesinos 26,5
sin mecanización
Transitorios y contratistas sin mecanización 8,2
Pequeños
Campesinos transicionales Mano de obra familiar y con un tractor 18,1
productores
Transitorios o contratistas y un tractor 15,9
Transitorios y contratistas con uno y más 3,9
Familiares capitalizados
tractores
Transitorios y dos o más tractores 2,4
Permanentes sin mecanización 4,1
Permanentes, uno o más tractores,
13,2
Empresarios sin cosechadora
Permanentes, uno o más tractores
0,4
con cosechadora

Fuente: Encuesta a productores, 1988.

Algunas características mica, no significa que el minifundista sea ne-


por sectores sociales cesariamente un campesino. Puede tener otras
actividades, agropecuarias o no agropecuarias,
La superficie con caña constituye tradicional- y esta explotación corresponder a una de sus
mente una variable discriminadora del tipo de diversificaciones de inversión o también, pue-
productor, no obstante que impide caracteri- de estar produciendo en base exclusivamente
zar, exhaustivamente, la ubicación del produc- a la contratación de fuerza de trabajo, lo que
tor en un sistema de estratificación social. impediría categorizarlo como campesino.
En efecto, si bien un minifundio es una ex- No obstante, generalmente existe una estre-
plotación pequeña que está por debajo de lo que cha asociación entre el tamaño de la explota-
se considera, para un producto, unidad econó- ción y el tipo de productor.
La actividad cañera | N. Giarracca y S. Aparicio 499

Cuadro N° 3
Superficie con caña y tipología de productores (%)

Superficie Campesinos Familiares


Campesinos Empresariales Total
con caña transicionales capitalizados
1-2 39,3 10,2 8,2 10,4 22,2 (2.533)
3-4 32,4 30,5 — 4,4 19,9 (2.288)
5 2,2 35,6 11,7 — 9,9 (1.145)
6-12 19,7 23,8 37,4 14,8 23,4 (2.701)
13-20 6,5 — 30,0 15,4 12,1 (1.392)
21-50 — — 9,3 12,1 4,1 (482)
51-100 — — 2,0 24,6 4,7 (549)
101-200 — — 1,3 14,9 2,7 (318)
201-400 — — — 2,2 0,3 (44)
401-600 — — — 1,1 0,1 (22)
600 y más — — 0,1 1,0 0,1 (22)
Total 100 (4.834) 100 (2.078) 100 (2.558) 100 (2.026) 100 (11.496)

Fuente: Encuesta a productores, 1988.

En el área cañera, se puede observar (Cuadro lizado la tipología en función de la superficie


N° 3) que el 52% de los productores poseen me- con caña, ese casi 15% de los productores em-
nos de 5 ha con caña, pero este elato alcanza presariales, hubiera sido incluido en el estrato
aproximadamente el 75% en los productores de pequeños productores campesinos.
campesinos y transicionales. Entre los far- En el otro extremo, con más de 50 ha con
mers, solo el 19,9% está en ese tamaño de ex- caña se encuentran el 3,4% de los pequeños
plotación y en los sectores empresarios llega productores familiares capitalizados y el 42%
solo al 14,8%. Es decir que si hubiéramos rea- de los empresarios.
500 Estudios rurales y movimientos sociales. Miradas desde el Sur

Cuadro N° 4
Cupo real y tipología de productores (%)

Campesinos Familiares
Cupo real Campesinos Empresariales Total
transicionales capitalizados
1-5 39,3 20,3 — 10,4 22,0
6-15 39,3 40,6 8,2 10,4 27,5
16-20 4,4 20,3 — — 5,5
21-25 8,4 5,1 20,6 — 9,0
26-30 1,8 5,1 32,2 — 8,9
31-47 3,1 8,6 15,2 6,6 7,4
48-99 3,7 — 19,1 23,4 9,9
100-250 — — 2,6 25,7 5,1
251-430 — — 2,0 15,9 3,3
431-759 — — — 3,3 0,6
760 y más — — 0,1 4,2 0,8
Total 100 (4.834) 100 (2.078) 100 (2.558) 100 (2.026) 100 (11.496)

Fuente: Encuesta a productores, 1988.

Muchos trabajos sobre el área cañera utiliza- agentes sociales (por ejemplo: compactación
ron el tamaño del cupo como indicador del tipo de cupos).
de productor (León, 1988; Kostzer, 1989). Sin Al analizar la distribución de los cupos en
embargo, para esta variable valen las mismas función de los datos de la Dirección Nacional
críticas que las indicadas para el tamaño de la de Azúcar, mencionamos que un 56,1% de los
explotación; aún más, dado que el cupo tenía productores tenía hasta 15 t de cupo de azúcar.
un carácter de no reproducible ni ampliable, Sin embargo, los datos relevados por nuestro
su concentración estaba subvaluada a través trabajo de campo disminuyen esa proporción
de distintos mecanismos que desarrollaban los al 49,5% (Cuadro N° 4); los productores con
La actividad cañera | N. Giarracca y S. Aparicio 501

más de 100 t de cupo para la DNA representa- de un cupo. Como se observa en el Cuadro N°
ban el 7,3%; sin embargo, en nuestra encuesta, 5 aproximadamente el 20% de los productores
son casi el 10%. controlaba más de un cupo y el 10% más de dos
Obviamente estas diferencias entre nuestros cupos. Estas características se acentuaban en
datos y los provenientes de la DNA pueden de- los productores farmers y empresariales. La
berse a errores de muestreo; no obstante, es gestión de más de un cupo aparecía como una
importante señalar que fue relativamente fre- estrategia central en el sector farmer: el 41% de
cuente que un productor “administrara” más estos productores manejaba más de un cupo.

Cuadro N° 5
Número de cupos administrados y tipología de productores (%)

Número de Campesinos Familiares


Campesinos Empresariales Total
cupos transicionales capitalizados
1 88,1 94,9 58,7 74,6 80,4
2 11,9 5,1 11,8 10,5 10,4
3 — — 2,7 5,0 1,5
4 — — — 6,3 1,1
5 — — 0,7 — 0,2
6 — — — 0,7 0,1
8 — — 26,0 2,9 6,3
Total 100 (4.834) 100 (2.078) 100 (2.558) 100 (2.026) 100 (11.496)

Fuente: Encuesta a productores, 1988.


502 Estudios rurales y movimientos sociales. Miradas desde el Sur

A partir de la zafra de 1992, con la desregula- tor expresan su preocupación ante las nuevas
ción de la economía, el cupo desaparece. Sin condiciones que no les han dado tiempo sufi-
embargo, es posible sostener que la concen- ciente ni los apoyos financieros indispensables
tración de producción indicada por el sistema para una reconversión productiva. Seguramen-
de cupos —y que nuestra encuesta relevó con te, la situación de los campesinos y familiares
mayor peso que el surgido de los datos de la capitalizados también ha empeorado, ante la
DNA— se debió agudizar. caída de ingresos y la escasa diversificación
Aún más, existen indicios de una tendencia a existente ya antes de la desregulación.
desmejorar la producción proveniente de peque- La producción de caña como única activi-
ños productores. La baja de ingresos, las ventas dad agropecuaria para la venta subsiste como
en pie, los cambios en las formas de comercia- característica predominante en el área: casi el
lización los han desfavorecido al disminuir sus 77% de las explotaciones son monoproducto-
ingresos netos. En consecuencia, no les ha sido ras. Los productores medios adoptan una es-
posible realizar algunas labores culturales que trategia productiva de mayor diversificación en
implican gastos, la renovación de los cañavera- la producción destinada al mercado. En efecto,
les se ha detenido y la productividad de los caña- los campesinos transicionales incorporan en-
verales ha disminuido, reduciendo sus ingresos. tre sus rubros productivos tabaco, hortalizas
En este contexto, es necesario preguntarse y algunos animales, en especial porcinos. Los
cómo ha afectado la desregulación a las socie- pequeños productores familiares capitalizados
dades familiares, a la antigua compactación de incluyen especialmente cereales y hortalizas
cupos. Hoy los pequeños empresarios del sec- (Cuadro N° 6).
La actividad cañera | N. Giarracca y S. Aparicio 503

Cuadro N° 6
Actividades agropecuarias para la venta y tipología de productores (%)

Campesinos Familiares
Actividad agropecuaria Campesinos Empresariales Total
transicionales capitalizados
No diversifica 86,9 59,4 69,9 79,6 76,8
Solo cereales — — 5,9 4,1 2,0
Solo ganadería (vacuno-
4,4 10,2 8,2 — 5,5
porcino)
Cereales, ganadería con o
— — — 3,7 0,6
sin forraje
Cítricos y/o reforestación — — — 1,3 0,2
Combinaciones con tabaco — 20,3 — 6,9 4,9
Hortalizas y otros sin
4,4 10,2 16,0 2,0 7,6
tabaco
Otras Combinaciones 4,4 — — 2,6 2,3
Total 100 (4.834) 100 (2.078) 100 (2.558) 100 (2.026) 100 (11.496)

Fuente: Encuesta a productores, 1988.

La explotación familiar capitalizada, tal como contratando transitorios para las tareas más
señala Caballero (1980) presenta también algu- intensivas y de mayor esfuerzo físico, como la
nas particularidades. En ella se visualiza una cosecha. En este grupo de productores, solo
creciente división del trabajo del grupo fami- un tercio realiza todas las tareas, mientras que
liar. En efecto, es frecuente que el productor también en un tercio del estrato, el productor
y sus hijos se reserven solo el manejo de la solo se ocupa de las gestiones y decisiones de
maquinaria y/o la administración de la chacra la producción (Cuadro N° 7).
504 Estudios rurales y movimientos sociales. Miradas desde el Sur

Cuadro N° 7
Tipo de trabajo en la chacra y tipología de productores (%)

Campesinos Familiares
Tipo de trabajo Campesinos Empresariales Total
transicionales capitalizados
Todas las tareas 78,9 74,6 33,9 0,8 54,3
Manejo de la maquinaria
— — 32,4 11,3 9,2
y gestión
Solo gestión 16,8 25,4 33,6 86,9 34,4
No corresponde — — 0,1 0,8 0,2
No trabaja en la explo-
4,4 — — 0,2 1,9
tación
Total 100 (4.834) 100 (2.078) 100 (2.558) 100 (2.026) 100 (11.496)

Fuente: Encuesta a productores, 1988.

Esta división del trabajo implica en muchos ca- tica y la unidad de producción: el 45% de los pro-
sos una separación física entre la unidad domés- ductores no reside en la chacra (Cuadro N° 8).

Cuadro N° 8
Lugar de residencia del productor y tipología de productores (%)

Campesinos Familiares
Lugar de residencia Campesinos Empresariales Total
transicionales capitalizados
En la explotación 83,2 91,4 55,2 19,8 67,3
Fuera de la
16,8 8,6 44,8 79,5 32,6
explotación
No corresponde — — — 0,7 0,1
Total 100 (4.834) 100 (2.078) 100 (2.558) 100 (2.026) 100 (11.496)

Fuente: Encuesta a productores, 1988.


La actividad cañera | N. Giarracca y S. Aparicio 505

En cuanto a la compra y venta de servicios cios a terceros para la preparación del terreno
de contratistas de maquinarias aparecen dos previa a la implantación de la caña y también
comportamientos complementarios. En primer para el transporte del producto hasta el carga-
lugar, el 70% de los campesinos contratan servi- dero (Cuadro N° 9).

Cuadro N° 9
Tareas para las que utiliza contratista y tipología de productores (%)

Campesinos Familiares
Utilización de contratista Campesinos Empresariales Total
transicionales capitalizados
Ninguna 30,2 100 82,5 61,0 59,9
Preparación de suelo 29,0 — — — 12,2
Para cosecha — — 8,2 3,4 2,4
Para transporte 10,9 — 2,7 8,9 6,8
Combinación de dos o
19,3 — 1,7 6,8 9,7
más (sin cos.)
Combinación de dos o
10,6 — 4,8 20,0 9,0
más (con cos.)
Total 100 (4.834) 100 (2.078) 100 (2.558) 100 (2.026) 100 (11.496)

Fuente: Encuesta a productores, 1988.

Complementariamente, el sector de campesi- su capital vendiendo sus servicios a aquellos


nos transicionales maximiza la valorización de que no disponen de maquinaria (Cuadro N° 10).
506 Estudios rurales y movimientos sociales. Miradas desde el Sur

Cuadro N° 10
Tareas para las que se ofrece como contratista y tipología de productores (%)

Se ofrece como Campesinos Familiares


Campesinos Empresariales Total
contratista transicionales capitalizados
Ninguna 100 74,6 86,9 83,6 89,6
Preparación suelo — 5,0 — 1,6 1,2
Para cosecha — — — 1,9 0,3
Para transporte — 10,2 — 6,6 3,0
Combinación de dos o
— 10,2 13,0 1,6 3,2
más (sin cos.)
Combinación de dos o
— — 0,1 4,7 2,7
más (con cos.)
Total 100 (4.834) 100 (2.078) 100 (2.558) 100 (2.026) 100 (11.496)
Ninguna 100 74,6 86,9 83,6 89,6

Fuente: Encuesta a productores, 1988.

En cuanto a los niveles tecnológicos en el culti- mientras que la utilización de herbicidas está
vo (Cuadro N° 11) se observa que prácticamen- poco difundida, prevaleciendo el desmaleza-
te el 87,5% fertiliza debido a la necesidad de miento en forma manual.
recomponer nutrientes, en especial, con urea;
La actividad cañera | N. Giarracca y S. Aparicio 507

Cuadro N° 11
Utilización de insumos y tipología de productores (%)

Utilización de Campesinos Familiares


Campesinos Empresariales Total
insumos transicionales capitalizados
No utiliza 8,7 20,4 20,4 1,7 7,6
Usa solo urea 91,3 79,6 79,6 71,6 87,5
Usa solo herbicida — — — 10,4 1,8
Usa urea y herbicida — — — 16,3 3,1
Total 100 (4.834) 100 (2.078) 100 (2.078) 100 (2.026) 100 (11.496)

Fuente: Encuesta a productores, 1988.

La cosecha de la caña tradicionalmente ha La cosecha manual consiste en cortar la


demandado una abundante mano de obra es- caña en la base con el machete, luego deshojar
tacional. Ir a la zafra implicaba un gran movi- y despuntar el tallo y por último apilar y cargar
miento de trabajadores con sus familias. Los la caña en carros, estimándose que un obrero
cosecheros llegaban desde otras áreas de la cosecha aproximadamente entre 1,5 y 2 t por
provincia y también de provincias vecinas. día, lo que implica aproximadamente 30 jorna-
A partir de la década del setenta comienza a les por hectárea. En Tucumán, aún hoy prevale-
incorporarse la cosecha semimecánica e inte- ce la forma de cosecha manual (81,8%), aunque
gral de caña, desplazando un volumen consi- en el sector empresario es importante la incor-
derable de mano de obra. poración de cargadoras mecánicas y, también,
el corte y la carga mecánica (Cuadro N° 12).
508 Estudios rurales y movimientos sociales. Miradas desde el Sur

Cuadro N° 12
Forma de cosecha y tipología de productores (%)

Campesinos Familiares
Forma de cosecha Campesinos Empresariales Total
transicionales capitalizados
Manual 93,8 100 72,4 46,1 81,8
Corte manual y carga
1,8 — 13,1 26,4 8,3
mecánica
Corte y carga mecá-
4,4 — 14,5 27,2 9,9
nica
Integral — — — 0,2 0,0
Total 100 (4.834) 100 (2.078) 100 (2.558) 100 (2.026) 100 (11.496)

Fuente: Encuesta a productores, 1988.

Esta forma de cosecha, conocida como semi- ductores queman cuando el ingenio lo indica.
mecánica, puede incluir solo corte mecánico o El 53,8% de los productores quema la caña y
solo carga mecánica o bien corte y carga me- solo un 22,8% realiza todas las tareas en for-
cánica, reduciéndose la tarea a aproximada- ma manual, sin quemar el cañaveral (Datos de
mente 10 a 15 jornales por hectárea respecto al la encuesta).
promedio histórico. La incorporación de tecnologías mecáni-
Las máquinas integrales realizan el corte, el cas ahorradoras de mano de obra en la cose-
despuntado, el troceado, y efectúan la limpie- cha prevalece en el sector empresarial. Estos
za y la carga simultáneamente, lo que implica agentes, pueden ofrecerse, inclusive, como
cosechar una hectárea de caña en 5 horas (0,6 contratistas para la cosecha y existen casos de
jornales/ha). ingenios que se ocupan de la zafra de sus pro-
Los productores también cosechan la caña ductores proveedores.
“quemándola” previamente, lo que implica co- Estos establecimientos disponen en general
nocer el momento de maduración para evitar de un gran parque de maquinaria, a la vez que
pérdidas de producción. En general, los pro- tienen una compleja organización del trabajo:
La actividad cañera | N. Giarracca y S. Aparicio 509

profesionales en distintas áreas (Agronomía, El sector empresarial presenta una im-


Contaduría, Ingeniería); operarios especializa- portante diversificación en sus inversiones
dos en el uso de las maquinarias; obreros de externas al sector agropecuario: el 42% está
planta y obreros de surco; y, también, en épocas inserto en otras actividades empresariales
de cosecha, contratan personal suplementario. (Cuadro N° 13).

Cuadro N° 13
Diversificación de actividades empresariales y tipología de productores (%)

Diversificación de Campesinos Familiares


Campesinos Empresariales Total
actividades transicionales capitalizados
No diversifica 95,6 100 79,1 57,7 86,1
Comercio 4,4 — 17,0 8,6 7,1
Industria — — — 2,2 0,4
Finanzas — — — 1,6 0,3
Transporte — — — 3,8 0,7
Construcción — — 0,1 4,4 0,8
Otras — — 2,6 20,6 4,2
Combinaciones — — 1,3 1,0 0,5
Total 100 (4.834) 100 (2.078) 100 (2.558) 100 (2.026) 100 (11.496)

Fuente: Encuesta a productores, 1988.

La cúpula de este sector —los dueños de los productores diferenciados en función de sus
ingenios— forma parte generalmente de im- distintos accesos al capital, a los mercados de
portantes grupos económicos a nivel nacional insumos y productos, a la compra de trabajo y
que incluyen inversiones en otras industrias, a las posibilidades de acumulación sostenida.
finanzas, comercio. Los campesinos coexisten con estos otros
En síntesis, la actual estructura social ca- estratos, sin que este hecho marque grandes di-
ñera es heterogénea y presenta estratos de ferencias en la productividad y calidad del pro-
510 Estudios rurales y movimientos sociales. Miradas desde el Sur

ducto final. La caña es una producción que si se –– Subgrupo 2: Unidades que utilizan mano de
realiza en forma artesanal (con poca mecaniza- obra familiar y mano de obra transitoria o
ción) mantiene un buen rendimiento industrial. contratistas y no tienen tractor. Representan
Las diferentes calidades de azúcar provienen, el 44% del sector.
más que de la etapa agrícola, de los niveles de –– Subgrupo 3: Unidades que utilizan mano de
eficiencia en los procesamientos industriales. obra familiar, mano de obra asalariada tran-
sitoria y contratistas y no tienen tractor. Re-
¿El campesino o tipos de campesinos? presentan el 14 % del sector.
–– Subgrupo 4: Unidades que utilizan solo
La encuesta estima 6.912 unidades campesinas, mano de obra familiar y poseen un tractor.
60,12% del total. Este conjunto, delimitado a par- Representan el 30% del sector.
tir de las variables señaladas anteriormente, pre-
senta diferencias internas. Se acentúa la hetero-
Estos cuatro estratos fueron presentados y
geneidad del sector, no se registra una “conducta
analizados en relación con el total de cañeros
campesina” sino varias “conductas campesinas”.
en el capítulo anterior10.
Esto resulta de su inserción dentro del capitalis-
mo, tanto por las inestables situaciones estructu-
rales de la actividad azucarera como por las múl-
tiples estrategias adaptativas que desarrollan.
Una primera caracterización de las unidades 10 Debemos aclarar que del total de productores campe-
se hizo a partir de las diferencias entre los que sinos que aparecen en el cuadro 10, procedimos a retirar
600 casos distribuidos en los subgrupos 2 y 3 y que apare-
utilizan solo mano de obra familiar y los que in- cen en los análisis en la categoría “otros”. En el específico
corporan trabajo ajeno en forma transitoria y/o análisis del sector campesino, estas unidades presentan
contratistas, combinando esto con el nivel de un comportamiento irregular en un aspecto importante:
mecanización. De este modo, registramos los el jefe de la familia realiza solo tareas de administración
siguientes subgrupos: y, a pesar de utilizar mano de obra familiar, el jefe y la fa-
milia residen fuera de la explotación. Estos “campesinos
–– Subgrupo 1: Unidades que utilizan solo urbanos” aparecen en los cuadros de este capítulo como
mano de obra familiar y no tienen tractor. “otros” (para no confundirlos con el estrato 5 de cañeros
Representan el 12% del sector. en general) y representan el 8,7% de los campesinos.
La actividad cañera | N. Giarracca y S. Aparicio 511

Los aspectos estructurales: mente el 10% del cupo provincial. En primer


superficie y cupo cañero lugar, relacionamos los estratos campesinos
En conjunto, los campesinos ocupan el 11% de con la superficie cañera y el tamaño del cupo
la superficie cañera y acaparan aproximada- (Cuadros N° 14 y 15).

Cuadro N° 14
Superficie con caña y categorías de campesinos (%)

Categorías de campesinos
Superficie con Sin mecanización
caña Mano de obra Un tractor y mano de
Transitorios o Transitorios y Otros
familiar obra familiar
contratista contratista
1-2 50 52,2 — 10,2 —
3-4 50 22,3 91,9 30,5 —
5 — 3,7 — 35,6 —
6-12 — 3,1 8,1 — 29,7
Total 100 (844) 100 (2.834) 100 (556) 100 (2.078) 100 (600)

Fuente: Encuesta a productores, 1988.

Las tres cuartas partes del sector cultiva “hasta La mayoría es parte del grupo de los “cañe-
5 ha” de caña. El subgrupo 1 no pasa de las 4 ros urbanos” (ver nota 10) y el resto pertenece
ha, en tanto el subgrupo 4 cultiva hasta 12 ha. a los grupos 2 y 3, es decir con predominio de
¿Qué subgrupos ocupan el estrato mayor de trabajo contratado a terceros. No se registran
superficie: 13 a 20 ha? cañeros que ocupan solo trabajo familiar.
512 Estudios rurales y movimientos sociales. Miradas desde el Sur

Cuadro N° 15
Tareas para las que utiliza contratista y categorías de campesinos (%)

Categorías de campesinos
Sin mecanización
Utilización de contratista Mano de obra Un tractor y mano de
Transitorios o Transitorios y Otros
familiar obra familiar
contratista contratista
No utiliza 100 21,8 — 100 —
Utiliza para preparación
— 37,2 62,1 — —
del suelo
Utiliza para cosecha — — 37,9 — —
Utiliza para transporte — 11,2 — — —
Combinación de 2 o más
— 29,8 — — 14,8
(sin cos.)
Combinación de 2 o más
— — — — 85,2
(con cos.)
Total 100 (844) 100 (2.834) 100 (556) 100 (2.078) 100 (600)

Fuente: Encuesta a productores, 1988.

De la combinación de la información propor- (aunque no combinen estas condiciones con la


cionada por la encuesta, dedujimos que las po- posesión de máquinas). Representan el 2% de
cas unidades que se ubican en el estrato alto de los campesinos y si profundizáramos el análi-
superficie con caña (unos 134 excluyendo a los sis encontraríamos, probablemente, que tienen
cañeros urbanos) combinan, mayoritariamen- más semejanzas con los “familiares capitaliza-
te, esta condición con la contratación de tra- dos” (de origen campesino) que con el resto del
bajo de terceros para las tareas mecanizadas conjunto campesino. Situación que da cuenta
(preparación del terreno, transporte y cose- del dinamismo del proceso y que nos alerta so-
cha). Esta organización del proceso productivo bre el peligro de tomar a las tipologías como
se asemeja a la de los familiares capitalizados cristalizaciones duraderas.
La actividad cañera | N. Giarracca y S. Aparicio 513

Cuadro N° 16
Cupo real y categorías de campesinos (%)

Categorías de campesinos
Sin mecanización
Cupo real Mano de obra Un tractor y
Transitorios o Transitorios y Otros
familiar mano de obra familiar
contratista contratista
1-5 75,0 44,7 — 20,3 20,3
6-15 25,0 37,3 37,9 40,6 40,6
16-20 — — 37,9 20,3 20,3
21-25 — 11,2 16,1 5,1 5,1
26-30 — — — 5,1 5,1
31-47 — 3,7 8,1 8,6 8,6
48-99 — 3,1 — — —
Total 100 (844) 100 (2.834) 100 (556) 100 (2.078) 100 (2.078)

Fuente: Encuesta a productores, 1988.

En cuanto al tamaño del cupo, se observa en el y el 1, es decir que aunque ambos comparten la
Cuadro N° 16 que el 90% está ubicado en el es- condición de usar solo mano de obra familiar,
trato de cupos menores a las 25 t El subgrupo los que están mecanizados (indicador de algún
1 no pasa de cupos de 15 t, y nuevamente en el nivel de excedente), han partido, mayoritaria-
estrato de mayor tamaño se registran frecuen- mente, de una mejor situación en cuanto a do-
cias de los “cañeros urbanos” y del subgrupo 2. tación de recursos.
Es interesante comentar cómo se compor- El subgrupo 4 está integrado por unidades
ta el subgrupo 4 (mano de obra familiar y un con mayores posibilidades de capitalización, la
tractor): si bien se concentran en “hasta 20 mecanización les permite aumentar la produc-
ha” se registran casos en casi todas las celdas. tividad. Como la cuotificación de la caña no les
Este hecho, a nuestro juicio, da cuenta de las permite acrecentar esa producción, diversifi-
diferencias estructurales entre este subgrupo can. Plantan tabaco y hortalizas.
514 Estudios rurales y movimientos sociales. Miradas desde el Sur

Las variables jerarquizadas en la construc- nan estas dos variables con la tipología, se dedu-
ción de la tipología, están fuertemente rela- ce que el subgrupo 1 es el más homogéneo en re-
cionadas con la superficie y con el tamaño del lación con estas características: las frecuencias
cupo, aspectos relevantes dentro de la estruc- se concentran en las cuatro primeras celdas del
tura productiva. Sin embargo no son correla- Cuadro N° 17 (hasta 15 t de cupo y 4 ha).
ciones perfectas: la mayoría de las unidades Los desvíos en la diagonal del Cuadro N° 17
campesinas presenta poca superficie y poco (superficie y cupos) pueden ser explicados por
cupo, pero una pequeña proporción tiene su- las diferencias de productividad, por distintas
perficie y cupo más grandes (Cuadro N° 17). fertilidades de la tierra y por la posibilidad real
de producir caña fuera de cupo. Las relacio-
Cuadro N° 17 nes se establecieron por las respuestas de los
Tamaño del cupo según superficie total (%) entrevistados que siempre coincidían con lo
Cupos Superficie que, legalmente, su cupo le permite y no con
(tonela- 6 a 12 12 a 20
lo que produce de hecho. De todos modos sos-
das) 1 a 2 ha 3 a 4 ha 5 ha tenemos que no siempre a un cupo pequeño le
ha ha
1-5 70 38 — 29 — corresponde poca superficie y viceversa.
6-15 30 29 75 29 — De la información presentada podemos
16-20 — 29 — — —
concluir que los aspectos laborales y técnicos
usados para la delimitación del sector se rela-
21-25 — 4 — 30 —
cionan fuertemente con las variables estruc-
26-30 — — 12 — 29
turales (tamaño y cupo). El subgrupo 1 es el
31-47 — — 13 12 14
más homogéneo en este nivel del análisis; allí
48-99 — — — — 57
se concentran los cañeros más pobres. Aque-
Total 100 100 100 100 100 llas unidades donde se comprueba la aparición
(2.111) (2.199) (845) (1.445) (312)
de componentes capitalistas (contratación de
Fuente: Encuesta a productores, 1988. trabajo o mecanización) son más heterogéneas
y presentan comportamientos más irregulares
Si comparamos el Cuadro N° 17 —cupo y super- en estas variables.
ficie— con los Cuadros N° 14 y 16, que relacio-
La actividad cañera | N. Giarracca y S. Aparicio 515

Caracterización de la unidad doméstica11 ba o se heredaba con la tierra; en general los


Boguslaw Galeski (1977) sostiene que la unidad campesinos accedían a él cuando fallecían
de producción campesina se caracteriza por la los padres, mientras tanto vivían y trabajaban
fusión o, más exactamente, la identificación con ellos. En estos casos el anciano titular del
de la empresa con la economía doméstica del cupo se asume como Jefe y los hijos o yernos
hogar familiar (ibídem: 47). Este argumento si- lo reconocen como tal. Para la encuesta el
gue siendo válido siempre y cuando tengamos “jefe” era el titular, siempre y cuando toma-
presente que, en los procesos capitalistas, los ra las principales decisiones en relación a la
grupos familiares campesinos complejizan sus organización productiva; en los casos de fami-
comportamientos económicos y sociales. lias ampliadas la doble condición se cumplió
Entre los campesinos cañeros se registra en todos los casos.
una marcada mayoría de familias de “tipo nu- En el Cuadro N° 18 presentamos las edades
clear” (73%). Dentro de las unidades con fami- de los jefes; la mayoría tiene entre 51 y 70 años.
lias de “tipo ampliadas”, predominan las inte- El 22% tiene más de 70 años y solo el 17% tiene
gradas por padres grandes (mayores de 70 años entre 30 y 50 años. Se trata de una población en
y “cupohabientes”) que viven con hijos casados proceso de envejecimiento.
y varios niños pequeños.
Cuadro N° 18
El sistema de cupos también se ligaba con
Distribución de los jefes por edad
los papeles que desempeñaban los distintos
miembros de la familia. El cupo se compra- Edad del jefe
Número de
Porcentaje
productores
30-40 422 9

11 En este apartado los cuadros difieren de los del 41-50 389 8


resto del artículo en la estimación del total de cam- 51-60 1.477 31
pesinos debido a que en algunos casos no fue posi- 61-70 1.462 30
ble recabar la información sobre el grupo familiar. En
71-80 422 9
consecuencia, es válido sostener las tendencias que
de ellos surgen, sin esperar que los valores absolutos +80 633 13
(frecuencias de cada celda) estimen correctamente
Fuente: Encuesta a productores, 1988.
los parámetros poblacionales.
516 Estudios rurales y movimientos sociales. Miradas desde el Sur

Se relacionó el “tipo de familia” con los sub- Cuadro N° 20


grupos presentados anteriormente. En este Cantidad de miembros del grupo familiar y tipo de
explotación campesina (%)
caso nos interesaban solo dos categorías: los
que usan solo mano de obra familiar (1 y 4) y Grupo familiar
los que contratan trabajo (2 y 3). Se buscó la Tipo de explotación
campesina Hasta 4 5 y más
relación entre tipo de familia y utilización de miembros miembros
mano de obra familiar suponiendo que las fami- Solo mano de obra
33 46
lias ampliadas tienen mayor disponibilidad de familiar
trabajo familiar. Sin embargo, no se halló nin- Mano de obra familiar,
guna relación, o peor aún, prevalece la relación asalariada y/o con- 67 54
contraria (Cuadro N° 19). tratista
Total 100 (2.513) 100 (3.226)
Cuadro N° 19 Fuente: Encuesta a productores, 1988.
Tipo de explotación campesina y tipo de familia (%)

Tipo de familia Es evidente que no siempre las “familias am-


Tipo de explotación campesina
Nuclear Ampliada pliadas” tienen mayor disponibilidad de tra-
Solo mano de obra familiar 47 24 bajo. Generalmente se trata de grupos donde
Mano de obra familiar, asalariada
conviven personas de avanzada edad con hijos
53 76 pequeños. Por otro lado, los “grupos familia-
y/o contratista
Total 100 (4.028) 100 (1.507) res”, tan frecuente en la utilización de los cu-
pos, no necesariamente conviven. En muchos
Fuente: Encuesta a productores, 1988.
casos parte de la familia residía en el campo y
parte en las ciudades cercanas.
Cuando efectuamos la misma relación con el nú-
Los miembros de las familias son mayorita-
mero de miembros de la familia se registró cierta
riamente activos. Esto resulta de medir la pro-
asociación entre “familias numerosas” y “trabajo
porción de la población activa (independiente-
familiar” y por otro lado “familias pequeñas (has-
mente de la remuneración del trabajo) sobre la
ta 4 miembros)” y “contratación de trabajo ajeno”
población total:
(diferencia porcentual del 13%, Cuadro N° 20).
La actividad cañera | N. Giarracca y S. Aparicio 517

Tasa de actividad (TA) = de trabajo. Sin embargo, cuando se integran


Población Activa
componentes capitalistas al interior de la uni-
Población Total
dad campesina, pueden ocurrir diferenciacio-
nes “hacia arriba” (unidades que mejoran su
La cercanía al valor 1 indica una composición situación para generar y retener excedentes),
familiar adulta y activa, la cercanía al 0 mues- pero también ocurren diferenciaciones “hacia
tra unidades con muchos niños, ancianos, o abajo”. En su significado más clásico: la uni-
inactivos desalentados a trabajar por escasez dad no puede aportar a la reproducción fami-
de oportunidades ocupacionales en el área liar y productores y familiares salen a trabajar
(“desocupados que no buscan trabajo”). Cate- fuera de la unidad.
gorizamos una tasa entre 0,01 y 0,49 como baja Tanto la capacidad de contratar trabajo aje-
(menos de la mitad de la familia está activa), y no como la obligación de vender trabajo, de
de 0,50 a 1 como alta. “semiproletarizarse”, son relaciones de tipo
Los niveles de la tasa de actividad de las uni- capitalista que se van convirtiendo en compo-
dades domésticas entrevistadas alcanza los si- nentes cuantitativos y medibles. Shanin (1978)
guientes valores: con tasas altas encontramos sostiene que la medición del capitalismo den-
un 66% de unidades mientras que las tasas de tro del campesinado es una de las preocupa-
actividad baja se registran en el 34% restante ciones centrales de las Ciencias Sociales con-
(Encuesta a productores, 1988). temporáneas y tiene que ver con el “proceso
Esta relación se corroboró aún más con otra capitalista”, es decir con la focalización de los
tasa que midió el balance neto de fuerza de tra- posibles mecanismos que este desarrolla para
bajo comprado-vendido y el aplicado a la uni- estabilizar, reproducir e incluso expandir eco-
dad y que presentamos en el siguiente apartado. nomías y sociedades campesinas haciéndolas
más explotables o marginándolas.
Tasa de Patnaik (índice de Para registrar las diferencias dentro del sec-
balance de fuerza de trabajo) tor en relación, no solo a la compra de trabajo,
Hasta este momento analizamos las dife- sino a la venta de trabajo familiar utilizamos un
rencias internas del sector campesino jerar- índice elaborado por Utsa Patnaik para la In-
quizando básicamente la compra de fuerza dia. Se trata de la medición del balance final en-
518 Estudios rurales y movimientos sociales. Miradas desde el Sur

tre compra y venta de trabajo en relación al tra- La siguiente fórmula expresa la forma de
bajo familiar aplicado a la unidad. Utilizamos la medición utilizada:
versión simplificada de la tasa, ya que la autora
le agrega la relación entre tierra arrendada y E=
(Hi - Ho)
tierra cedida, altamente relevante para la po-
F
blación objeto de su estudio, pero irrelevante
para el caso tucumano donde toda la población Donde:
es propietaria de las tierras. Hi: días de trabajo contratado para la explotación.
La tasa representa un instrumento metodo- Ho: días de trabajo vendidos por la familia campesina.
F: días de trabajo totales ocupados por la familia en la unidad.
lógico capaz de registrar el uso “neto” de fuerza
Todos en un ciclo agrícola anual.
de trabajo. Teodor Shanin, quien efectuó una
interesante crítica al índice, sostiene que la
Si el balance del numerador (Hi-Ho) da nega-
relación entre trabajo vendido y comprado es
tivo (vende más trabajo del que compra), el
altamente significativa e
resultado final es negativo. Los límites posi-
bles son:
[…] indudablemente central a cualquier intento
de comprensión de la estructura y dinámica del
–– E > 1: El balance da un margen tan impor-
capitalismo dentro de la agricultura campesina. tante de trabajo ajeno como propio dentro
En este sentido es indudable que “funcionará”, es de la unidad. Patnaik los llama “campesinos
decir ofrecerá una forma de estratificar las fami- ricos” y nosotros “transicionales”.
lias campesinas de una manera relevante al pro- –– 1 > E > 0: Menor cantidad de contratación
blema básico planteado. (1978: 152) de trabajo ajeno que propio: “Campesinos
medios”.
Tasa de balance de fuerza de trabajo
–– 0 > E > -1: El balance entre trabajo compra-
Se trata de registrar el “status” de clases de las do y vendido es negativo, pero el trabajo
unidades domésticas, desde el punto de vista para otros se da en menor escala que para la
del balance entre fuerza de trabajo contratada propia explotación: “Pequeños campesinos”.
y ofrecida y el trabajo ocupada en ella (Pat-
–– E > -1: El trabajo fuera de la explotación es
naik, 1988).
más importante que el trabajo dentro de la
La actividad cañera | N. Giarracca y S. Aparicio 519

unidad: “Campesinos Pobres”, “Semiproleta- laborales para los sectores de bajos ingresos
rios”, o “Semiasalariados”. en la mayoría de las provincias se presentan en
los sectores de servicios, fundamentalmente
A diferencia de Patnaik, que en la India en- en los organismos públicos y en tareas cortas
cuentra “semiproletarios”, es decir campesinos y mal pagas (“precarias”).
que trabajan como jornaleros de explotaciones
Cuadro N° 21
capitalistas, en Tucumán la familia campesina
Estratos campesinos según la Tasa Patnaik
sale a trabajar, en parte como jornaleros agrí-
colas o industriales, pero también como obre- Estratos
Frecuen- Porcenta-
ros o empleados en el sector de servicios, o em- cias jes

pleos gubernamentales. En rigor a la verdad, se A: Transicionales (E > 1) 422 7


“asalarizan”, pasan a depender de salarios men- B: Medios (E entre 0 y 0,99) 1.084 17
sualizados a los que suman el ingreso cañero. C: Pequeños (E entre 0 y -0,99) 2.289 36
El interrogante que nos planteamos frente a los D: Semiasalariados (E < -1) 2.517 40
resultados de la información fue: este fuerte com- Total 6.312 100
ponente de trabajo fuera de la explotación es la
Fuente: Encuesta a productores cañeros, 1988.
clave para entender un proceso de descampesini-
zación en marcha o para entender cómo, a pesar
El 53% de los productores presenta un com-
de las reiteradas crisis, persisten estas unidades.
portamiento campesino “clásico”, es decir un
La primera decisión tomada fue registrar
predominio de trabajo familiar aplicado a la
todo tipo de trabajo realizado fuera de la unidad
unidad productiva (B y C). Los ubicados en la
por cualquier integrante del grupo doméstico.
categoría B, están en mejores condiciones de
La recesión económica del capitalismo argen-
asegurar la reproducción familiar (17%) en tan-
tino ha limitado la incorporación de población
to en la categoría C la reproducción comienza
al sector industrial (con excepción de las regio-
a depender del trabajo vendido fuera de la ex-
nes favorecidas por el régimen de promoción
plotación (entre 0 y -1,36%).
industrial), y por otro lado, la mecanización
Un escaso 7%, está en mejores condiciones
de las tareas agrícolas hace lo propio para las
que el resto para generar excedentes, aunque
actividades agropecuarias. Las posibilidades
520 Estudios rurales y movimientos sociales. Miradas desde el Sur

no haya realizado inversiones en maquinarias, tratación de trabajo asalariado representaban


lo cual lo hubiese colocado en la categoría de buenos indicadores de la capacidad de generar
los “Pequeños Productores Capitalizados”. excedentes y que las unidades excedentarias no
Pero sin duda, lo más significativo de este necesitaban vender trabajo. Esto generalmente
análisis es haber hallado un 40% de unidades era así, excepto en algunos casos de agricultu-
que arroja un balance negativo de fuerza de tra- ra part-time que se presentaban en países de-
bajo. Es decir que lo que predomina es la venta sarrollados como Italia (Brusco, 1978).
de trabajo familiar y como veremos, en muchos Pero los campesinos se integran a las nue-
casos en forma permanente. vas condiciones del capitalismo, son agentes
¿Cómo interpretar esta información? Es- económicos flexibles; como plantea González
tamos realmente frente a un 40% de campe- de Olarte (1988) tienen una gran adaptabilidad
sinos pobres? ¿Salir a trabajar significa que a situaciones nuevas. Frente a las políticas de
agotaron todas las posibilidades como fami- la crisis, de los planes de ajuste, del endeu-
lia agricultora? damiento los campesinos cañeros buscaron
Cruzamos los resultados de la Tasa con la Ti- diversas salidas, entre ellas la de combinar
pología presentada en la primera parte. Ambos ocupaciones. La “multiocupación” les permite
índices utilizan un mismo tipo de información: subsistir, pero también progresar: aumentar el
tipo de mano de obra usada en la unidad. Pero cupo, comprar una o dos hectáreas más.
en la tasa se toma también la venta de trabajo, Como observamos en el Cuadro N° 22, ca-
y en la tipología el grado de mecanización, es ñeros que venden considerable cantidad de
decir existen mediciones de atributos seme- trabajo fuera de la explotación compran traba-
jantes y diferentes. Se combinaron los índices jo para su finca; y cañeros que poseen tracto-
tanto para integrar más elementos en la com- res, también venden trabajo en proporciones
prensión de los comportamientos campesinos importantes. Otra ocupación, salarios extras,
como para medir el grado de correspondencia no son necesariamente, indicadores de empo-
entre los atributos escogidos. brecimiento. En algunos casos la “multiocupa-
El “supuesto” teórico utilizado en la biblio- ción” familiar permite mecanizarse, pagar sala-
grafía especializada de la década del setenta rios o educar a los hijos.
indicaba que el nivel de mecanización y la con-
La actividad cañera | N. Giarracca y S. Aparicio 521

Cuadro N° 22
Tasa de Patnaik y categorías de campesinos

Tasa de Patnaik
Categorías de Sin mecanización
campesinos Mano de obra Un tractor y mano de
Transitorios o Transitorios y Total
familiar obra familiar
contratista contratista
Transicionales — 422 — — 422
Medios — 617 45 422 1.084
Pequeños 211 633 — 1.445 2.289
Semiasalariados 633 1.162 511 211 2.517
Total 844 2.834 556 2.078 6.312

Fuente: Encuesta a productores, 1988.

Tanto para subsistir como para mejorar, de acuer- Los campesinos diversifican sus actividades,
do al aprovechamiento de ciertas condiciones, se como hace el resto de los agentes productivos
necesita un gran esfuerzo familiar. Las entrevis- del capitalismo. Encuentran una diversidad de
tas dan cuenta de que existe una gran voluntad estrategias que les permiten subsistir, y en al-
para permanecer en la actividad cañera: se desea gunos casos crecer y mejorar.
y valora la condición de cañero. Dejar de ser ca- En definitiva, en Tucumán el trabajo fuera
ñero implica varias cosas: levantar el cañaveral, de la explotación está relacionado tanto con la
perder el cupo (deseado por otros campesinos), necesidad de sumar ingresos familiares como
y sobre todo perder una actividad cuyo proceso con la de contar con un fondo adicional a la
laboral le permite realizar otras actividades. gestión productiva.
El trabajo fuera de la explotación, esta “mul-
tiocupación” que aparece en los datos, adquie- Trabajo de la familia campesina:
re el significado de otra estrategia de reproduc- la multiocupación
ción de su finca, y no el paso previo al abando- Estas distintas posibilidades del significado
no de la agricultura. del trabajo extra-predial están fuertemente
522 Estudios rurales y movimientos sociales. Miradas desde el Sur

relacionadas con tipo y frecuencia de estas Cuadro N° 23


tareas. Es muy probable que los “campesinos- Distribución de las explotaciones campesinas según
niveles de asalarización externa de los miembros y
jornaleros golondrinas” necesiten el salario
percepción de ingresos de miembros migrados
extra para alimentar a la familia y subsistir, en
tanto que esos otros que trabajan todo el año Cantidad de
Asalarización externa Porcentaje
en la administración pública sumen ingresos unidades
para una más eficiente organización de sus Jefe, asalariado permanente 406 6,4
unidades doméstico-productivas. Algún miembro asalariado
1.822 8,4
La información registrada por la encuesta permanente

y la que proviene de las entrevistas permitió Jefe o miembro asalariado


1.822 28,9
encontrar ciertas relaciones significativas que transitorio

a la luz de los testimonios de los actores con- Giros enviados por


1.583 25,1
ex-miembros
tribuyen a hacer comprender la naturaleza y el
Percibe solo ingreso
significado del trabajo extra-predial dentro de 1.972 31,2
de explotación
la unidad doméstica.
Total 6.312 100,0
En el Cuadro N° 23 se muestra que en el
14,8% de las unidades, el jefe o algún miembro Fuente: Encuesta a productores, 1988.
tienen algún trabajo estable externo al predio
y en el 28,9% de las unidades, las tareas extra- Veamos el caso de esta anciana cañera: vive en Mon-
prediales son de tipo transitorio. teros, a 12 cuadras del camino, para llegar es nece-
sario pasar por otras fincas. Se define como “cañera”
aunque parte de sus ingresos provienen del trabajo
como costurera. Sus padres eran cañeros como ella,
desde comienzos de siglo. Trabaja con un hermano
tan viejo como ella (setenta y pico de años). Antes
hacían juntos un poco de tabaco, ya no lo hacen, es
mucho trabajo. Levantan la caña a mano, usan trac-
tor solo si algún amigo o pariente pasan y les hacen
algo, no contratan mano de obra, reciben trabajo
por ayuda de vecinos. Le venden por maquila priva-
La actividad cañera | N. Giarracca y S. Aparicio 523

da al ingenio para recibir plata de entrada, luego se Aparece una alta proporción de población
arregla con sus trabajos para afuera. activa: 57,3% (16.360 personas en actividad
sobre un total de 28.552 estimadas por la en-
En el Cuadro N° 24 presentamos el tipo de acti- cuesta), alta proporción, típica de sectores
vidad y de mercado laboral, así como la estabi- donde desde edades tempranas e indepen-
lidad de la tarea. dientemente del sexo se colabora tanto en tra-
bajos en la finca, como en otras actividades
Cuadro N° 24 que permiten obtener ingresos adicionales. De
Distribución de la población campesina según tipo
de ocupación y estabilidad de la misma (%) esta población activa, un 34,3% (5.619) tiene
alguna ocupación extrapredial, además de la
% sobre total de
% sobre total
que desarrolla en la chacra.
Tipo de ocupación población campe-
de población
y estabilidad sina que trabaja
activa Es cañero desde 1950, su padre era cañero pero le
fuera de la unidad
quitaron el cupo en la crisis de 1966. Va todos los
Asalariados perma- años a la cosecha de tomate a Río Negro. Cuenta
28,0 9,6
nentes en servicios
que antes mandaban camiones a buscarlos pero
Asalariados transito- este año tuvo que pagarse el pasaje, con ese gas-
42,3 14,5
rios en caña
to y la comida, volvió sin plata. Un hijo trabaja
Asalariados transito- en Buenos Aires pero vuelve para la época de
rios en otras activida- 12,9 4,4 zafra, su otro hijo solo trabaja de cosechero en
des agropecuarias
Tucumán. Los hombres de la familia pasan poco
Asalariados transito- tiempo todos juntos, cuando lo hacen hablan de
7,5 2,6
rios en servicios los problemas del INTA con las semillas —que
Contratistas y cuenta
9,4 3,2
las dan gratis pero hay que pagarse el flete— de
propia UCIT, o de las cooperativas cañeras.
Mano de obra familiar — 65,7
Total 100,0 (5.619)* 100,0 (16.360)** Este grupo “semiproletarizado” realiza ciclos
* Total de ocupados campesinos con doble ocupación. ocupacionales fuera de la provincia: como vi-
** Total de población activa. mos, participan de la cosecha de tomate en Río
Fuente: Encuesta a productores, 1988. Negro, levantan papas en Balcarce o van a la
524 Estudios rurales y movimientos sociales. Miradas desde el Sur

vendimia en San Juan o Mendoza. Todas son Antaño contaba con un cupo de 400 t, estaba mu-
actividades de verano que coinciden con el ci- cho mejor ya que los niños eran pequeños y su
clo de baja demanda técnica de trabajo en la trabajo en la finca rendía. Salió por necesidad,
producción de caña. pero insiste en su condición de cañero.
Por último, otro grupo de transitorios y una
parte importante de los “cuenta propia”, se in- En este caso, el trabajo fuera de la explotación
corporan al mercado informal urbano: hacen ayuda al campesino a mantener a la familia y
changas en la construcción, venden artesanías y conservar la esperanza de que alguna vez po-
productos de granja (huevos, aves, hortalizas). drá vivir de la caña. Su problemática principal
gira alrededor de la caña, presenta una fuerte
R. G. tiene 46 años y desde 1966 es productor de identidad campesina y el trabajo extra-predial
caña. Actualmente es propietario de 6 ha que las es vivido como una necesidad transitoria.
dedica a la caña. Posee además un tractor que lo
utiliza, tanto para arar y preparar la tierra como J. R. tiene 52 años, es propietario de 3 ha y de
para trasladarse. Con el tractor lleva su caña al un cupo de 7 t; es productor desde 1975, año en
cargadero más cercano. Su cañaveral tiene en que heredó la tierra y el cupo. Cultiva papas y
promedio 5 años, renueva periódicamente y tiene tiene algunas aves para el autoconsumo, espe-
adecuada información sobre variedades y técni- ra poder sembrar algo de maíz el año entrante.
cas de siembra. Su familia está compuesta por la Contrata trabajo de terceros y maquinarias para
esposa y cinco hijos de 18; 17; 15; 12 y 1 años. Su arar y preparar la siembra y para el traslado de
hijo mayor está contratado en una empresa —a la caña al cargadero cercano. Sin embargo, su
la que viaja diariamente— como ayudante mecá- trabajo más importante por la cantidad de horas
nico y tanto el jefe como los hijos de 15 y 12 años dedicadas, es el de cuidar un pozo de Obras Sa-
(la de 17 es una joven) salen a cosechar alrededor nitarias de la Nación. Es un empleo permanente,
de 60 jornales anuales. Los ingresos provenientes mensualizado y según declara el mismo cañero
de estas actividades son claramente contabiliza- trabaja en el campo en “los ratos libres, 2 o 3
dos por el jefe como extraprediales. veces a la semana”.
Le preocupa el actual sistema de cupos, insistió La familia está compuesta por la esposa, una hija
acerca de la necesidad de redistribuir los cupos: de 23 años, otro hijo de 12 y el yerno de 35 que
“necesitamos más cupo”, “mi cupo actual no cubre”. es obrero permanente de la empresa de electri-
ficación rural. El grupo familiar recibe, además,
La actividad cañera | N. Giarracca y S. Aparicio 525

giros en dinero y en especies que mandan los hi- niendo un estrecho lazo: mandan giros, vuel-
jos migrados. ven transitoriamente. o mandan a sus hijos. En
el Cuadro N° 23 se observa que el 25% de las
J. R. se queja fuertemente de su condición de unidades reciben giros de miembros migrados,
campesino, insiste “estamos embromados”, estos ingresos junto a otros provenientes de la
sin embargo no plantea levantar el cañaveral. seguridad social (pensiones y jubilaciones) son
Tampoco piensa dejar la agricultura o vender otros componentes que permiten el manteni-
la tierra, se declara agricultor “medio-tiempo”, miento de estas unidades.
pero sabe que esta condición lo ayuda a seguir
adelante y como R. G. (el semiproletario ante- Don A. S. es muy viejo, no recuerda cuantos
rior) seguirá siendo cañero. años tiene. Con él viven un hijo soltero, retrasa-
Estas entrevistas son representativas de las do mental, y una de sus hijas, con la familia: su
vidas de estas familias dentro del estrato de esposo y cinco de sus siete hijos. Los dos niños
población cañera que vende trabajo. En el se- más pequeños están internados en la casa cuna
gundo testimonio hay elementos objetivos que de Tucumán. “Son muchas bocas y pocos brazos”
sostienen. El cupo es pequeño (4 t), los niños no
preanunciarían un proceso de descampesiniza-
pueden ayudar. El yerno del jefe trabaja todo el
ción. Pero no es así: esta y otras familias en la año de jornalero y otros hermanos que viven en
misma situación mantienen los cupos, mantie- Buenos Aires mandan giros cada tanto. Reciben
nen la producción de la finca y también salen ayuda alimentaria.
a trabajar.
La combinación de salarios, el cupo cañero, La situación familiar de A. S. no podría soste-
y el pequeño reaseguro de la tierra componen nerse sin la internación de los niños (presen-
estrategias de acción para estas familias tucu- taban cuadros de desnutrición) sin la ayuda
manas. Además, la unidad doméstica, suele ser alimentaria y sin los giros de los familiares que
el lugar donde los miembros migrados regre- consiguieron trabajo en Buenos Aires. No es re-
san en situaciones de desocupación prolonga- presentativa de los cañeros en general, pero sí
das, enfermedad o muerte. de los “cupohabientes” ancianos. En este caso,
Muchas familias campesinas tienen miem- sus hijos viven con él, en otros, la situación de
bros migrados, muchos de ellos siguen mante- precariedad alcanza al anciano con su esposa.
526 Estudios rurales y movimientos sociales. Miradas desde el Sur

Entre los más pobres se dan migraciones ven con dinero pero en muchos otros la sobre-
por relevos, a pesar de las largas ausencias vivencia y los viajes acabaron con todo.
de los miembros, mandan dinero y casi siem- La relación más clara que encontramos es
pre vuelven: entre el nivel de precariedad del trabajo y tipo
de campesinos. Los más pobres encuentran
R. C. tiene 58 años, vive con su esposa de 48 años, trabajos inestables, deben recorrer grandes
su hija de 15 y un hijo de 10. En 1968 heredó la distancias, y no les queda dinero para ahorrar,
tierra con el cupo, la sucesión nunca se regularizó. en tanto los “excedentarios” suelen combinar
Maneja 5 ha, 3 las dedica a la caña para cubrir un la condición de cañeros con trabajos perma-
cupo de 4 t. En la tierra libre su esposa y él cul-
nentes en servicios o en la administración.
tivan hortalizas y producen aves, cerdos y tienen
El último testimonio refleja, precisamente,
una cabra, todo para el autoconsumo. Contrata un
tractor para el arado y transporte de su caña, el esta relación entre tipo de empleo y nivel de
resto de las tareas las hacen él y sus hijos. Al ter- cañero. V. M. está entre los mejores ubicados:
minar la zafra R. C. se va, todos los años, cuatro
meses a la vendimia de San Juan. En esos meses, V. M. posee 8 ha, tres de las cuales las adquirió
Dominga, su esposa, queda al cuidado de la finca y este año. Tiene un cupo de 6 t y declara que llegó
de los niños. Cuando el productor regresa, ella se a tener el doble. Tiene mucha caña excedente que
va a Buenos Aires y trabaja de sirvienta: se queda vende a otros cañeros. Tiene producción para el
todo el ciclo de la zafra (junio-diciembre) o sea el autoconsumo: maíz, 2 vacas y 3 caballos; es pro-
tiempo en que su esposo reside en Tucumán. pietario de un tractor de 55 HP con el que realiza
las tareas de preparación del terreno y transporte
Esta entrevista da cuenta del complejo funcio- de caña. V. M. trabaja todo el año, jornada com-
pleta en la comuna, es Delegado Comunal, su hijo
namiento de las unidades más pobres: ausen-
trabaja también allí. Sin embargo se autodefine
cias, combinaciones de trabajos rurales y ur- como cañero, pertenece a UCIT, a una coopera-
banos. Dominga divide su existencia entre un tiva y se interesa por las perspectivas de la caña.
medio rural pobre y el Buenos Aires próspero Se autodefine como un agricultor.
de los sectores que contratan sirvientas. Los
niños no logran ver más que un par de meses En definitiva, los cañeros puros son pocos, los
a sus dos padres juntos. En algunos casos vuel- campesinos persisten porque desarrollaron
La actividad cañera | N. Giarracca y S. Aparicio 527

formas mixtas de producción, porque se agru- a esta tendencia y resultó una tarea comple-
paron en diversas asociaciones y porque desa- ja reconstruir el ingreso y sus componentes.
rrollaron un complejo sistema “multiocupacio- Por esta razón no fue posible efectuarla para
nal” donde se combinan mercados laborales, todo el sector campesino: la información ofre-
rurales y urbanos. cida para algunos aspectos del ingreso, señala
tendencias pero no estima mediciones para el
El ingreso cañero12 total de la población.
La tarea de reconstrucción del ingreso campesi- En primer lugar obtuvimos los ingresos origi-
no presentó serias dificultades: como en todas nados en la producción cañera a partir de la esti-
las mediciones de ingreso anual, hubo un primer mación de la venta de caña para azúcar en cada
problema relacionado con el “recuerdo de la in- explotación. Se estimó el ingreso promedio men-
formación”, que se agrava aún más en períodos sual a partir del cupo, y el precio promedio de
de inflación acelerada, cuando los parámetros dos meses de referencia: mayo y junio de 1988.
monetarios están en constante movimiento. ¿Qué era esperable hallar en relación con
La explotación campesina, aparentemente este aspecto del ingreso?
sencilla en su organización, suele encubrir La caña es un cultivo perenne, renovable
una amplia gama de estrategias de produc- cada 5 o 6 años; la tierra destinada a su pro-
ción y de sobrevivencia de las familias. Como ducción está inhabilitada de producir comple-
acabamos de ver, los cañeros no escaparon mentariamente a su calendario. Por lo tanto el
ingreso debería asegurar al productor la repro-
ducción de la unidad contemplando el período
12 Quisiéramos aclarar que el ingreso de los cañeros de inactividad. Esto es, proporcionar ingresos
campesinos está estimado sobre las condiciones de la
semejantes al salario mínimo legal para todos
actividad en 1987-1988. En tal sentido fue un año ex-
cepcionalmente bueno y, a la luz de los años posterio- los miembros familiares participantes en el cul-
res, no pueden tomarse las cifras como representativas tivo y un fondo de reposición que permitiera co-
del ingreso regular. Sin embargo creemos importante menzar ciclo a ciclo la operatoria, teniendo en
incluirlo en esta nueva presentación del trabajo, porque cuenta además que en muchas unidades apare-
da cuenta de cómo una política pública (el decreto de
ce contratación de asalariados o pagos de servi-
maquila) puede ser a la vez menos estatista y favorecer
a los sectores subalternos. cios contratados. Además, dadas las caracterís-
528 Estudios rurales y movimientos sociales. Miradas desde el Sur

ticas de algunos estratos, también era esperable Esta metodología de estimación de ingresos
encontrar excedentes a esos básicos. cañeros tiende a sobrestimar el monto. Su-
Para establecer esta relación comparamos los pone que todos los productores vendieron en
ingresos estimados con los salarios del peón ru- el mismo momento y al precio promedio de
ral y el mínimo legal para los meses de referencia: mercado. Sin embargo, no todos los campe-
sinos venden por maquila oficial y al precio
Cuadro N° 25 de mercado, los más pobres venden caña en
Distribución de las unidades campesinas según pie, por maquila privada o por ley. Por otro
ingresos promedios mensuales provenientes de la
venta de caña (en %) lado, las operaciones del pesaje y control de
contenido de sacarosa en los cargaderos no
Ingresos Mensuales (en A)* Mayo Junio parecieran estar supervisadas particularmen-
Hasta 520 6,7 6,7 te a favor de los campesinos. Además, en este
521 a 680 3,3 — cálculo estamos suponiendo que los produc-
681 a 800 — 3,3 tores (a través de los entes comercializado-
801 a 1040 13,4 13,4 res) venden 1/12 parte de su producción mes
1041 a 1360 16,7 13,4 a mes, cuando en realidad en algunos meses
1361 a 1600 5,0 8,4
las cuotas de venta al mercado interno son
mayores y los precios en esos momentos tien-
1601 a 2080 11,7 11,7
den a bajar (Entrevista a DNA). Por último,
2081 a 2720 3,3 6,7
debemos aclarar que este cálculo estima el in-
2721 a 3200 6,7 3,3
greso bruto, es decir sin descontar los gastos
3201 a 4160 10,0 10,0
de producción.
4161 a 5440 14,8 14,8 En primer lugar, observamos que la me-
5441 y + 8,3 8,3 diana de ingresos se ubica en 1800 A, es
Total 100 (6.312) 100 (6.312) decir cercana a los cuatro salarios básicos
* Salarios utilizados como parámetro: en mayo, pero en el mes de junio, donde la
Salario mínimo: $520 (mayo), $680 (junio) / Salario de mediana sigue siendo la misma, pasa a repre-
Peón Rural: $520 (mayo), $800 (junio) sentar 2,6 salarios mínimos y 2,3 salarios del
Fuente: Encuesta a productores, 1988; DNA y FATRE. peón rural. Es decir que si se descontaran los
La actividad cañera | N. Giarracca y S. Aparicio 529

egresos monetarios incurridos en la produc- Cuadro N° 26


ción, estas familias percibirían dos salarios Distribución de unidades campesinas
según ingresos total promedio mensual
mínimos de las categorías ocupacionales de
(incluye ingresos por caña y otros ingresos)
menor calificación.
Si recordamos que la encuesta estima Ingreso promedio del mes
Categorías de ingresos (A)
16.360 personas activas en el sector campe- de mayo
sino cañero, resulta que en promedio cada Hasta 520 —
unidad campesina tendría 2,6 miembros de la 521 a 1040 28,0
familia trabajando en la explotación. Por lo 1041 a 1560 4,7
tanto, a partir de ese punto (1800 A) el 50% 1561 a 2080 14,0
superior de las unidades tomadas en el análi- 2081 a 2600 4,7
sis de los ingresos, retribuye la mano de obra 2601 a 3120 14,0
familiar empleada en el ciclo productivo y en 3121 a 3640 9,3
el no productivo; más allá de este límite re-
3641 a 4680 —
flejaría la existencia de un “excedente” a los
4681 a 5200 9,3
gastos de producción.
+ de 5200 15,9
Pero es importante analizar el otro 50% por
Total 100 (4.518)
debajo de los 1800 A, es decir unidades con
menos de 2,6 salarios mínimos en el mes de Fuente: Encuesta a productores, 1988.
junio. Si relacionamos estas proporciones
con el hecho de que el salario mínimo legal Incorporamos los ingresos anuales (a valores
generalmente no cubre la canasta familiar constantes del mes de mayo de 1988) prove-
básica, y que los campesinos tucumanos son nientes de la venta de otras producciones; los
importadores netos de alimentos, se entiende ingresos obtenidos por la venta de fuerza de
la causa de la asalarización de aquel 40% de trabajo y los aportes provenientes de benefi-
unidades vendedoras netas de trabajo. cios sociales (jubilaciones y pensiones) y aque-
llos registrados como “giros en dinero”.
Observamos que, incorporando los otros
componentes del ingreso campesino, la media-
530 Estudios rurales y movimientos sociales. Miradas desde el Sur

na pasa a ser 2,450 A, es decir casi cinco sala- campesino, este nivel de ingresos es signifi-
rios mínimos. cativamente inferior, dado que tiene menor
En cuanto a la producción de autoconsumo, producción de caña y menor diversificación
solo un 13% de las unidades presenta una super- de actividades.
ficie equivalente a más del 25% del área cultiva-
da. Sin embargo, todos tienen alguna produc-
ción para el consumo doméstico, aunque más Bibliografía
no sea algunas aves. Como decíamos, Tucumán
es una provincia importadora de alimentos, por Aparicio, S. y Tort, M. I. 1980 La producción
lo tanto, muchos productos básicos tienen que agropecuaria y su relación con el mercado
ser comprados porque, o no se dan por razones de trabajo rural: estudios de casos de
agronómicas o no existe la tradición de produ- desequilibrio (Buenos Aires: CEIL) Informe
cirlos en la provincia. El ingreso monetario es de Investigación N° 2.
indispensable para el campesino tucumano. Arroyo, G. 1979 “Firmas transnacionales
Por último, en relación con los ingresos agroindustriales. Reforma agraria
cañeros, querríamos presentar un informe y desarrollo rural” en El desarrollo
reciente (octubre de 1994), producido por el agroindustrial y la economía
Programa Social Agropecuario en Tucumán. internacional (México DF: SARH-CODAI)
Este señala que para un productor familiar Documento de trabajo para el desarrollo
capitalizado (un tractor, 7 ha de caña) el in- agroindustrial N° 1.
greso bruto anual proveniente de la caña es Azpiazu, D. et al. 1986 El nuevo poder
de $6.489,77 y el ingreso neto de $2.317. Es- económico (Buenos Aires: Legasa).
tos datos mostrarían en comparación con los Balán, J. 1976 “Migraciones, mano de obra
nuestros, que se ha reducido el ingreso de los y formación de un proletariado rural
productores en forma significativa: el ingreso en Tucumán, Argentina, 1879-1914” en
bruto de este productor estaría en dos salarios Demografía y Economía (México DF)
mínimos mensuales. La situación empeora al Vol. X, N° 2.
tomar el ingreso neto, este se reduce a menos Balán, J. 1978 “Una cuestión regional en
de un salario mínimo mensual. En el sector la Argentina: burguesías provinciales
La actividad cañera | N. Giarracca y S. Aparicio 531

y el mercado nacional en el desarrollo Tucumán (Buenos Aires: ITDT) Documento


agroexportador” en Desarrollo Económico, de trabajo N° 67.
N° 69, Vol. 18. Carrasco, G. 1894 La producción y el
Bartra, A. 1979 La exploración del trabajo consumo de azúcar en la República
campesino por el capital (México DF: Argentina (Buenos Aires: Peuser).
Macehual). CEPA 1984 La economía del azúcar en la
Bilbao, S. 1972 “El minifundio cañero de década del ’70 (Buenos Aires: CEPA).
Tucumán”, trabajo presentado al Seminario CEPAL 1985 Principales consecuencias
sobre identificación y análisis del problema socioeconómicas de la división regional
del minifundio en la Argentina, IICA-Zona de la actividad agrícola (Buenos Aires:
Sur (Famaillá: INTA-EERA). CEPAL) Documento de Trabajo N° 17.
Blume, H. 1985 Geography of Sugar Cane. CFI 1988 Programa: Determinación de
Environmental, Structural and Economics espacios diferenciados. Actividades
Aspects of Cane Sugar Productions (Berlín: productivas: Caña de azúcar (Buenos
Dr. Albert Bartens). Aires) Vols. I y II.
Bourdieu, P. 1988 Cosas dichas (Buenos Clapp, R. 1988 “Representing Reciprocity,
Aires: Gedisa). Reproducing Domination: Ideology and
Bousquet, A. et al. 1882 Memoria histórica y Labour Process in Latin American Contract
descriptiva de la Provincia de Tucumán Farming” en The Journal of Peasant
(Buenos Aires: M. Biedma editor). Studies, Vol. 16, N° 1.
Boyer, R. 1980 La teoría de la regulación: un Craviotti, C. 1989 “Campesinos y farmers
análisis crítico (Buenos Aires: Humanitas). en situaciones de crisis: la Unión
Brusca, S. 1979 Agricultura ricca e classi Cañeros Independientes de Tucumán y la
sociali (Milán: Feltrinelli). reconversión azucarera”, tesis de maestría
Caballero, J. M. 1980 Campesinos y Farmers: en Ciencias Sociales.
Desarrollo capitalista y tipos de empresa De Janvry, A. 1981 The agrarian question
agraria (Roma: s/d) mimeo. and reformism in Latin American
Canitrot, A. y Sommer, J. 1972 Diagnóstico de (Baltimore / Londres: The Johns Hopkins
la situación económica de la provincia de University Press).
532 Estudios rurales y movimientos sociales. Miradas desde el Sur

Delich, F. 1970 Tierra y conciencia Giarracca, N. 1990 “El campesinado en la


campesina en Tucumán (Buenos Aires: Argentina. Un debate tardío” en Realidad
Signos). Económica (Buenos Aires) N° 94.
Feder, E. 1979 “Agronegocio y la eliminación Giarracca, N. 1993a “Campesinos y
del proletariado rural de América Latina” en Agroindustria en los tiempos del Ajuste.
El desarrollo agroindustrial y la economía Algunas reflexiones para pensar la
internacional (México DF: SARH-CODAI). relación con especial referencia a México
Gaignard, R. 1964 “Une spéculation tropicale y Argentina” en Realidad Económica
en crise: les plantations de canne a sucre (Buenos Aires) N° 114-115.
de Tucumán (Argentine)” en Les cahiers Giarracca, N. 1994a “Conflicto y negociación
d’outre mer, Tomo XVII, pp. 245-291. en los nuevos escenarios económicos.
Galeski, B. 1977 Sociología del campesinado La primera zafra cañera después de la
(Barcelona: Península). desregulación, Tucumán, Argentina”,
García, R. 1986 “Conceptos básicos para ponencia presentada al IV Congreso
el estudio de los sistemas complejos” Latinoamericano de Sociología Rural, Chile.
en Leff, E. (coord.) Los problemas del Giarracca, N. y Aparicio, S. 1991 Los
conocimiento y la perspectiva ambiental campesinos cañeros, multiocupación y
del desarrollo (México DF: Siglo XXI). organización (Buenos Aires: Instituto de
Giarracca, N. (comp.) 1994b Acciones Investigaciones, UBA) Cuaderno N° 3.
colectivas, organizaciones cooperativas. Giarracca, N. y Teubal, M. 1993a “El día en que
Reflexiones y estudios de caso (Buenos la Plaza de Mayo se vistió de Campo” en
Aires: Centro Editor de América Latina, Realidad Económica (Buenos Aires) N° 118.
Bibliotecas Universitarias). Giarracca, N. y Teubal, M. 1993b “La
Giarracca, N. 1985 “Complejos integración con Brasil y los pequeños
agroindustriales y la subordinación del productores cañeros” en Ciclos (Buenos
campesinado. Algunas reflexiones y el caso Aires) N° 5.
de los tabacaleros mexicanos” en Estudios Giddens, A. 1987 Las nuevas reglas del
Rurales Latinoamericanos, Vol. 8, N° 1, método sociológico (Buenos Aires:
enero-abril. Amorrortu).
La actividad cañera | N. Giarracca y S. Aparicio 533

Gillespie, R. 1987 Soldados de Perón, los Cuadernos de Anagrama, Serie Sociología y


Montoneros (Buenos Aires: Grijalbo). Antropología, N° 128.
Glover, D. 1984 “Contract Farming and Huici, N. y Jacobs, E. 1989 Agroindustrias
Smallholder Out grower Schemes argentinas de alimentos, Diagnósticos y
in Less-developed Countries” en perspectivas (Buenos Aires: CISEA).
World Development, Vol. 12, N° 11-12, Iñigo Carrera, N. 1988 La violencia como
noviembre-diciembre. potencia económica (Buenos Aires:
Glover, D. 1987 “Increasing the Benefits to Cuadernos de CICSO, Serie Estudios N° 61).
Smallholders from Contract Farming: Kostzer, D. 1989 “Cupo azucarero, una
Problems for Farmer’s Organizations and forma de redistribuir la renta en el sector
Policy Markers” en World Development, agroindustrial cañero-azucarero” en
Vol. 15, N° 4. Realidad Económica, N° 87.
Goldberg, R. 1981 “The role of the Lappe, F. y Collins, J. 1977 Food First:
multinational corporation” en American Beyond the Myth of Scarcity (Boston:
Journal of Agricultural Economics, Vol. 63. Houghton Mifflin).
Goldsmith, A. 1985 “The Private Sector and Lasa, C. 1989 “Apuntes sobre un proceso de
Rural Development: Can Agribusiness mediación política. El movimiento rural y
Help the Small Farmer” en World las Ligas Agrarias chaqueñas”, ponencia
Development, Vol. 13, N° 10/11, octubre- presentada al Congreso Nacional de
noviembre. Antropología, Salta.
Gonzales de Olarte, E. 1988 “Modernización a León, C. 1974 “Desarrollo socioeconómico
paso de tortuga. El campesinado en el Perú” de un área de colonización en ‘La Florida’,
en Nueva Sociedad, N° 96. Departamento Cruz Alta, Tucumán,
González Lelong, A. y Cárdenas, G. s/f estructurado en base a unidades agrícolas
“Evolución de la agroindustria en el país y familiares” (Horco Molle: Universidad
en Tucumán” en La industria azucarera Nacional de Tucumán) mimeo.
(Buenos Aires). León, C. 1988 “Una nueva crisis azucarera
Hobsbawm, E. 1976 Los campesinos y de mayor profundidad” en Realidad
la política (Barcelona: Anagrama) Económica (Buenos Aires) N° 82.
534 Estudios rurales y movimientos sociales. Miradas desde el Sur

Llambí, L. 1981 “Las unidades de producción Ponce, J. L. y Haro, M. s/f Incidencias


campesina en un intento de teorización” económicas de la mecanización en la cosecha
en Estudios Rurales Latinoamericanos de la caña de azúcar (Famaillá: INTA).
(Bogotá) Vol. 4, N° 21, mayo-agosto. Pucci, R. 1989 La élite azucarera y la
Llambí, L. 1988 La moderna finca familiar formación del sector cañero en Tucumán
(Caracas: Acta Científica Venezolana). (1880-1920) (Buenos Aires: Centro Editor
López, M. 1988 Antecedentes y perspectivas de América Latina, colección Conflictos
de la actividad agroindustrial azucarera y Procesos de la Historia Argentina
(Famaillá: INTA). Contemporánea N° 37).
Marechal, C. 1983 La gran burguesía Riveiro, G. 1989 “La persistencia del
comercial y financiera de Buenos Aires campesinado cañero tucumano”, informe
(1860-1914). Tipología de cinco grupos final, beca de UBACYT (Buenos Aires:
(México DF) mimeo. Universidad de Buenos Aires) inédito.
Meillassoux, C. 1978 Mujeres, graneros y Riveiro, G. 1991 “Producción familiar y
capitales (México DF: Siglo XXI). acumulación de capital: el caso de los
Murmis, M. 1980 Tipología de pequeños cañeros tucumanos”, informe final, beca
productores campesinos en América Latina de UBACYT (Buenos Aires: Universidad de
(Costa Rica: PROTAAL) Documento N° 55. Buenos Aires) inédito.
Murmis, M. y Waisman, C. 1969 Rojas, F. 1938 “Los productores de azúcar” en
“Monoproducción agroindustrial, crisis Argumentos (Tucumán).
y clase obrera: la industria azucarera Rosenzvaig, E. 1987 Historia social de
tucumana” en Revista Latinoamericana de Tucumán y del azúcar (Tucumán:
Sociología (Buenos Aires) Vol. 15, N° 69/2. Universidad Nacional de Tucumán).
Patnaik, U. 1988 “Ascertaining the Rutledge, I. 1987 Cambio agrario e
Economic Characteristics of Peasant integración. El desarrollo del capitalismo
Classes in Themselves in Rural India: A en Jujuy: 1550-1960 (Tilcara / Buenos
Methodological and Empirical Exercise” en Aires: ECIRA (ITT-MLAL) / CICSO).
The Journal of Peasants Studies (Londres) Sabalain, C. y Reboratti, C. s/f “Vendimia, zafra
Vol. 15, N° 3. y alzada: migraciones estacionales en la
La actividad cañera | N. Giarracca y S. Aparicio 535

Argentina” en Lattes, A. (comp.) Migración Soverna, S. 1986 Algunos elementos para


y Desarrollo (Buenos Aires: CLACSO) N° 6. describir el complejo agroindustrial
Santamaría, D. 1986 Azúcar y sociedad en azucarero (Buenos Aires) inédito.
el noroeste argentino (Buenos Aires: Soverna, S. et al. 1989 “El complejo agroindustrial
Ediciones IDES) N° 11. Cañero”, Informe de Investigación (Buenos
Schleh, E. 1921 La industria azucarera en su Aires: CONICET / CEPA) mimeo.
primer centenario (Buenos Aires: Ferrari Teubal, M. 1985 Crisis y deuda externa:
Hnos.). América Latina en la encrucijada (Buenos
Seoane, M. 1992 Todo o nada (Buenos Aires: Aires: Ediciones IDES).
Planeta). Thompson, E. 1984 “Tradición, revuelta y
Shanin, T. 1975 “Peasantry as a political factor” conciencia de clase” en Estudios sobre
en Burns, T. (ed.) Peasants and Peasant la crisis de la sociedad preindustrial
Societies (Londres: Penguin Books). (Barcelona: Crítica).
Shanin, T. 1978 “La medición del capitalismo Tort, M. I. 1982 “La mecanización en la
dentro del campesinado” en Estudios cosecha de caña de azúcar”, informe de
Rurales Latinoamericanos, Vol. 1, N° 2. beca de perfeccionamiento (Buenos Aires:
Sidán, E. 1988 “La Liga de las Cooperativas, CONICET) inédito.
una experiencia solidaria” en IDELCOOP, Vessuri, H. s/f Ocupación y estratificación
N° 58, julio-septiembre. social entre los obreros de la finca cañera
Sigal, S. 1970 “Crisis y conciencia obrera: la tucumana (Buenos Aires: CICSO).
industria azucarera tucumana” en Revista Vigorito, R. 1979 “Criterios metodológicos para
Latinoamericana de Sociología (Buenos el estudio de los complejos agroindustriales”
Aires) N° 70/1. en El desarrollo agroindustrial y la
Slutzky, D. 1967 “Algunos aspectos de la economía internacional (México DF:
estructura socioeconómica en una zona SARH-CODAI) Documento de trabajo para
rural de la Argentina” en Economía y el desarrollo agroindustrial N° 1.
Ciencias Sociales (Caracas: Facultad Wilson, J. 1986 “The political Economy of
de Economía, Universidad Central de contract farming” en Review of Radical
Venezuela) Año IX, N° 4. Political Economics, Vol. 18 (4).
De colonos a sojeros
Imágenes de la estructura
social del sur de Santa Fe*

Norma Giarracca, Carla Gras** y Pablo Barbetta***

Introducción de soja, introducción de las tecnologías de la


semilla transgénica, es decir, la expansión del
Desde mediados de la década del noventa, el herbicida glifosato producido por la empresa
Sur de Santa Fe mostró como primicia lo que Monsanto, siembra directa, arrinconamiento
ocurriría luego en casi todo el país: producción de producciones de alimentos (en este caso,
carne y leche) a zonas marginales. Como vere-
mos en este trabajo, los resultados del proceso
* Giarracca, N.; Gras, C. y Barbetta, P. 2005 “De castigan a la pequeña producción familiar cu-
colonos a sojeros. Imágenes de la estructura social yos agricultores pierden de a poco su viejo ofi-
del sur de Santa Fe” en Giarracca, N. y Teubal, M.
(coords.) El campo argentino en la encrucijada
cio mientras ceden o venden sus tierras y bus-
(Buenos Aires: Alianza). can trabajo en ciudades o pequeños pueblos de
una sociedad con altas tasas de desocupación.
** Posdoctora y socióloga (Universidad de Buenos Ai- Cuando logró permanecer, el colono san-
res), es investigadora del l Consejo Nacional de Investi- tafecino, productor familiar con gran conoci-
gaciones Científicas y Técnicas (CONICET) y miembro
del Grupo de Estudios Rurales del Instituto Gino Ger- miento de su actividad, se fue convirtiendo en
mani de la Facultad de Ciencias Sociales de la universi- el “productor profesional” aplaudido y estimu-
dad de Buenos Aires. lado por el discurso hegemónico. No obstante,
la cultura “chacarera” y los nuevos aspectos se
*** Doctor de la Universidad de Buenos Aires (área
entremezclan, se tensionan, se pueden fugar
Antropología), docente de la materia Sociología Rural
de la carrera de Sociología (FSOC-UBA) e investigador por cualquier resquicio y reaparecer con nue-
asistente del CONICET (Argentina). vos sentidos.
538 Estudios rurales y movimientos sociales. Miradas desde el Sur

Este trabajo fue llevado a cabo durante los los conflictos surgidos alrededor del arrenda-
últimos años: el trabajo de encuesta se realizó miento, que dieron lugar a la protesta chacarera
antes de la devaluación y del aumento de los conocida como “Grito de Alcorta”, en 1912.
precios internacionales de la soja; aun así, las El chacarero, primero colono (Kusnir de
tendencias, que se fueron profundizando, son Winkler, 1971), fue tomando la condición de
claras y marcadas. El Censo Nacional Agrope- arrendatario, pero, a pesar de las condiciones
cuario de 2002 nos mostró el gran avance soje- que imponían los terratenientes, no descuida-
ro en todo el país; aquí exponemos las particu- ron los vínculos de sociabilidad entre conna-
laridades de una de las zonas privilegiadas: el cionales y crearon organizaciones duraderas
sur de Santa Fe. orientadas a protegerse.
El sistema de explotación eclosionó en 1912
con una huelga de los arrendatarios, inespera-
Del colono al “sojero”, da para los terratenientes. Si bien no todas las
un poco de historia reivindicaciones demandadas fueron consegui-
das, el impacto político y la creación de la Fe-
Las fértiles tierras santafecinas habilita- deración Agraria estimularon muchas mejoras;
ron, en momentos tempranos del desarrollo y, en última instancia, dieron lugar al proceso
agroexportador argentino, la coexistencia de que los condujo en el mediano plazo a la pro-
pequeños y medianos arrendatarios y terrate- piedad de la tierra.
nientes. No obstante, el pago de renta por la En la primera posguerra, a diferencia de
tierra arrendada, así como la aparición de di- épocas anteriores, tanto el crédito como el co-
versos agentes intermediarios (acopiadores), mercio, que participaban en el ciclo expansivo,
configuraron una estructura social no exenta fueron accesibles y facilitaron el acceso a las
de tensiones. maquinarias e implementos. Como sostiene
Es preciso señalar algunos hitos en estos pro- Cloquell (2003), la introducción de toda clase
cesos de finales del siglo XIX y comienzos del de maquinarias agrícolas fue una constante an-
XX: en primer lugar, la colonización que acompa- tes de la crisis del treinta. Luego la situación
ñó a los fenómenos migratorios, alentados por la cambió: la falta de crédito bancario afectó gra-
magnitud del excedente agrario; y por otro lado, vemente la producción. Precisamente, a partir
De colonos a sojeros | N. Giarracca, C. Gras y P. Barbetta 539

de este momento, se produjo una desacelera- de la gran crisis anterior. Tanto los cultivos del
ción del crecimiento productivo agrario y una trigo como del maíz aumentan sus rendimien-
reducción del nivel de ocupación rural1. tos, y la razón corresponde a las buenas con-
El Censo Nacional Agropecuario de 1947 diciones climáticas y a un proceso masivo de
mecanización. A partir del segundo quinquenio
registra 60.847 explotaciones en la provincia
de 1960, la difusión del maíz híbrido quiebra, en
de Santa fe, con un total de superficie agro-
la región del sur de Santa Fe y norte de Pergami-
pecuaria de 11.815.668 hectáreas, distribuidas no, el equilibrio de asignación de tierras a cada
del siguiente modo: “praderas, pastoreos y su- uno de los cultivos. En el primer quinquenio de
perficie apta para agricultura” 47%; “superficie los años setenta, se difunde en forma masiva el
con cultivos anuales” 25%; el resto es para cul- cultivo de soja que arrastra la recuperación del
tivos permanentes, montes y superficie de des- trigo y desplaza al maíz en el sur de Santa Fe.
perdicio. En 1937, un censo provincial había (Cloquell, 1983: 22)
registrado 52.991 explotaciones, de las cuales
35.754 eran predominantemente agrícolas. Es decir, en los quince años que van desde
Con el peronismo, se sancionó el Estatu- principios de los cincuenta a la mitad de la
to de Perón y se pactó una rebaja del canon década del sesenta, comienza cierta recupe-
de los arrendamientos. Durante los años cin- ración de la etapa anterior. El trigo y el maíz
cuenta, se registró un retroceso productivo aumentan sus rendimientos; con la introduc-
relacionado con la desestructuración del sis- ción del maíz híbrido, y luego, en los setenta,
tema de arriendo en la región, pero duró poco. con la difusión masiva de la soja que arrastra
Dice Cloquell: la recuperación del trigo y desplaza al maíz,
se reestructura la ocupación del suelo en la
Desde la década del cincuenta y hasta la mitad provincia. Mientras el Censo Nacional Agro-
de los años sesenta, comienza la recuperación pecuario de 1960 había registrado 56.267 ex-
plotaciones, el de 1969 muestra una leve ex-
pansión de 1,4% (57.054 explotaciones). Asi-
1 En el censo de 1937 se registran 2.635.585 perso- mismo, se da un aumento de la superficie total
nas ocupadas en el sector agrario; diez años después,
de estas explotaciones, así como un 9,1% de
el censo de 1947 consigna solo 2.428.747 (casi un 10%
menos) (Teubal, 1975). aumento en la superficie media que pasa de
540 Estudios rurales y movimientos sociales. Miradas desde el Sur

81,7 a 89,1 ha. Del mismo modo, los datos de mando a esto los gastos de la explotación y
los dos censos dan cuenta de una disminución de la casa de los productores, que aumentan
de la población que vive en las explotaciones al ritmo de las privatizaciones, la situación
y del personal ocupado. de muchos agricultores se dificulta, razón
En estas décadas, la tierra sigue represen- por la cual comienzan a contraer deudas. La
tando un recurso abundante; esta situación, magnitud del endeudamiento llega al punto
combinada con la incorporación tecnológica, de que, solo en el Banco Nación, trece mi-
le da al modelo de organización la posibilidad llones de hectáreas de tierras agropecuarias
de modificarse, manteniendo la estructura de del país están bajo hipotecas. Y en Santa Fe,
una agricultura netamente familiar. Será en la como en el resto del mundo, las hipotecas
década del ochenta cuando este sistema em- agrarias son mecanismos clásicos por medio
piece a resquebrajarse, pues el aumento de la de los cuales los grandes capitales se quedan
escala de producción y el mayor requerimien- con las tierras.
to de capitales son dispositivos que agreden la Con la introducción de la semilla transgé-
producción familiar. Comienza un proceso, aún nica y la siembra directa, a mediados de la
hoy en marcha, de segmentación y exclusión década, se supera la situación crítica en re-
de productores. lación con los precios internacionales; pero,
La década del noventa se inaugura con el dado el endeudamiento y el requerimiento
proceso de desregulación económica de fines de capitales para la nueva agricultura, tam-
de 1991, desbaratando la trama institucional bién comienza el final de una agricultura fa-
que había permitido la coexistencia de la miliar diversificada.
“gran” con la “mediana y pequeña” explota- A continuación, reproduciremos un cua-
ción agraria. Sin regulación alguna, se desata dro comparativo de las décadas del setenta,
un proceso de concentración en la agricultu- ochenta y noventa, síntesis realizada por Silvia
ra, que el CNA de 2002 mostrará en el nivel Cloquell, que, a nuestro juicio, representa una
nacional y —en niveles aún más altos— en herramienta capaz de resumir y hacer gráfica
algunas regiones. las transformaciones de este último tiempo.
Los precios relativos no son favorables en
estos primeros momentos de los noventa. Su-
De colonos a sojeros | N. Giarracca, C. Gras y P. Barbetta 541

Cuadro N° 1
Secuencia histórica

Del 70 al 80 Del 80 al 90 Del 90 en adelante


Rotación Agrícola Trigo-Soja Soja de primera Soja de primera
Soja de primera Trigo-Soja Trigo-Soja-Maíz
Sistemas de Labranza Sistema tradicional, con arado Labranza Vertical Siembra directa
de rejas Labranza Mínima con disco doble
acción
Percepción del deterioro Muy baja Primeras observaciones Profundiza la observación del
deterioro
Acciones para contra- Inexistente Realizan algunas prácticas Realizan distintas prácticas
rrestarla
Siembra directa según No se realiza En soja de segunda Soja de segunda, generalizada
cultivos Parcial en soja de primera, trigo
y maíz
Rotación agrícola- Presencia de algunos estableci- Casi desaparición del sistema Ubicación de la ganadería en
ganadera mientos ganadero en rotación, ubicación sectores marginales
de la ganadería en sectores
marginales
Tipos de herbicidas Genéricos de bajo espectro Específicos variados Glifosato
Específicos variados
Fertilizantes Esporádico Maíz Generalizado y multinutricional
Nitrogenado Nitrogenado
Semillas Híbridos y variedades Híbridos y variedades Transgénicos

Fuente: Cloquell et al., 2001: 16.

Según los datos censales, entre 1988 y 2002, las explotaciones (de 300 ha en 1988 a 397
hubo una disminución de casi un 33% de ex- en 2002).
plotaciones en la provincia y un aumento de Al analizar la distribución de unidades por
97 hectáreas en la superficie promedio de estratos de superficie, se observa que en las
542 Estudios rurales y movimientos sociales. Miradas desde el Sur

explotaciones de hasta 200 hectáreas se re- aumento global del 4%. Sin embargo, cabe se-
gistra el mayor desplazamiento de explota- ñalar que mientras las unidades de hasta 500
ciones; la proporción se ubica por encima hectáreas aumentan en número, el resto de
del promedio general. En total, este estrato los tramos se mantiene o disminuye.
registra 75.293 unidades menos que en 1988, El análisis censal señala la importancia del
lo cual representa cerca del 93% de la dismi- arrendamiento como categoría que explicaría
nución total de explotaciones, indicando que las formas que asume el desplazamiento y, en
el desplazamiento se condensa principalmen- consecuencia, los mecanismos que adopta el
te en las explotaciones de menor superficie. incremento de escala productiva. Se observa,
Para el sur santafecino, el CNA de 2002 mues- en ese marco, que la cantidad total de tierras
tra una disminución del 23% en el número to- bajo arriendo aumenta un 52% entre 1988 y
tal de explotaciones agropecuarias respecto 2002, fundamentalmente: a expensas de la
de la medición censal de 1988. La caída es sig- forma “propiedad”. Las explotaciones que
nificativamente mayor en el tramo de hasta 50 tienen toda su tierra bajo arrendamiento au-
hectáreas (29%) y aún más en la franja de 50 a mentan un 18%, mientras que la cantidad de
200 hectáreas (31%). hectáreas que controlan se incrementa en un
En lo que respecta al estrato de 200 a 500 43%, lo que: resulta también en un mayor ta-
hectáreas, la variación intercensal es menor: maño medio: pasan de 411 hectáreas en 1988
16%. Si bien la pérdida de unidades tiene me- a 498 en 2002. Un comportamiento similar tie-
nor incidencia en este estrato que en el de nen las explotaciones que combinan propie-
hasta 200 hectáreas, las explotaciones medias dad y arrendamiento de la tierra: aumentan
también resultaron afectadas por las pautas un 7,5%, y la cantidad de hectáreas operadas
emergentes del modelo neoliberal. En tal sen- bajo esta forma se incrementa en un 48%. En
tido, tempranamente, autores como Llovet el mismo período, las explotaciones con toda
(1991) o Cloquell (1996) mostraron la rela- su tierra bajo propiedad disminuyen un 26%,
ción entre la conversión de los productores y la cantidad de hectáreas, en este caso, de-
en rentistas y la expansión del contratismo en crece un 11%.
la región pampeana. Por su parte, las explota-
ciones de más de 500 hectáreas registran un
De colonos a sojeros | N. Giarracca, C. Gras y P. Barbetta 543

La imagen de la estructura social un peso significativo en la estructura agraria


agraria en el Sur de Santa Fe de la región.
Si tomamos los departamentos del sur de la
En el sur santafecino, como vimos anterior- provincia, en los que se basa nuestra informa-
mente, la estructura agraria ha estado mar- ción por encuesta, observamos ciertos cam-
cada históricamente por el carácter familiar bios entre los censos agropecuarios de 1988 y
de las explotaciones agropecuarias. Todavía 2002. No se registra, entre los dos censos, un
hoy, y a pesar de la importante disminución aumento de la superficie utilizada sino una leve
en el número de las explotaciones de hasta disminución, mientras la cantidad de las explo-
200 hectáreas y de la introducción de tecnolo- taciones cae en 2853 unidades. Ambas cifras
gías que determinaron cambios en la relación dan cuenta de un proceso de concentración de
tierra-trabajo, la agricultura familiar presenta la tierra en producción, con un aumento pro-
medio de 55 hectáreas por explotación.

Cuadro N° 2
Cantidad y superficie (ha) en departamentos seleccionados, 1988 y 2002

Cantidad de Superficie Explotación Cantidad de Superficie Explotación


Departamentos
EAP (1988) (1988) media (1988) EAP (2002) (2002) media (2002)
Belgrano 1.287 225.174,8 174,96 1.011 223.797 221,3
Caseros 2.513 332.980,5 132,50 2.201 332.053 150,8
Constitución 2.167 280.867,2 129,61 1.615 265.084 164,1
Gral. López 4.042 976.998,0 241,71 2.957 1.004.721 339,7
San Jerónimo 1.904 334.218,8 175,5 1.276 308.281 241,5
TOTAL 11.913 2.150.239,3 180,4 9.060 2.133.936 235,5

Fuente: Elaboración propia en base a los CNA de 1988 y 2002.


544 Estudios rurales y movimientos sociales. Miradas desde el Sur

El trabajo que emprendimos en 2001 compren- Cuadro N° 3


dió estos departamentos, que representan casi Valores estimados del total de productores (%)
el 20% de la superficie provincial pero casi un Ven-
tercio de las explotaciones provinciales. La Perte- Pasa- die-
Es- Ceden
muestra fue de 141 explotaciones2 y 319 incur- necen ron de ron
tratos su Otros Total
siones al campo para hallar la unidad seleccio- (ha)
al
tierra
estra- la
Estrato to tie-
nada. La razón de esta diferencia es un hallazgo
rra
interesante que muestra la diferencia numéri-
Menos
ca y el destino de las explotaciones ubicadas de 50
21,7 29,9 16,9 9,7 21,7 100,0
en los distintos estratos, desde que la institu-
50-200 45,7 13,1 18,1 2,1 21,0 100,0
ción provincial que proveyó el padrón realizó
201-500 51,7 8,5 25,4 — 14,4 100,0
el listado (mitad de la década de los noventa)
501 y
y el momento de la encuesta. Se encontraron 85,0 5,0 — — 10,0 100,0
más
unidades inexistentes (cedentes de tierra, ven-
Total 35,9 20,1 17,9 5,3 20,7 100,0
dedores, otros destinos productivos, etcétera)
que se reemplazaron por otras; asimismo, se re- Fuente: Convenio GER-UNR (resultado de incursiones
colectó toda la información que se pudo acerca a campo).
del destino de los agricultores ausentes. Vea-
mos el cuadro resumen donde se estima, desde Como puede observarse en el cuadro anterior,
los datos de las incursiones y la muestra final, solo el 21,7% de las explotaciones de menos de
el estado de situación (Cloquell, 2003: 41): 50 hectáreas había permanecido en produc-
ción, mientras casi el 30% había cedido sus tie-
rras. El cuadro muestra, además, que solo los
grandes habían permanecido mayoritariamen-
te (85%), mientras solo un 5% habían cedido su
2 El trabajo de campo se llevó a cabo entre el Grupo de
Estudios Rurales, dirigido por Norma Giarracca, y el equi- tierra. En el nivel general casi el 36% había per-
po de la Universidad Nacional de Rosario, dirigido por manecido en el estrato o, dicho de otra forma,
Silvia Cloquell. Para mayor información sobre el proceso 64% de las incursiones muestrales mostró un
de muestreo, véase la tesis doctoral de Cloquell, 2003, y cambio en esa unidad de producción.
acerca del convenio, véase el prólogo de este libro.
De colonos a sojeros | N. Giarracca, C. Gras y P. Barbetta 545

La muestra así constituida arrojó los si- Cuadro N° 4


guientes resultados: el 63% de las unidades Tipología de productores (%)
se ubica en el estrato de hasta 200 hectáreas, Tipología de productores Absolutos En %
la mayor parte de ellas en el tramo de más
Pequeños 88 62,9
de 50 hectáreas. Las unidades de 200 a 500
Medianos 17 12,1
hectáreas representan el 20%; sin embargo,
Medianos con trabajadores
al interior de este grupo, es importante dis- 11 7,9
permanentes
tinguir entre quienes contratan mano de obra
Grandes 24 17,1
permanente y quienes no lo hacen. A nuestro
Total 140 100,0
juicio, la contratación de mano de obra sigue
representando (aunque en magnitud distinta Fuente: Encuesta. Convenio GER-UNR.
con relación a otros años) elementos de ca-
pitalización de las unidades. En efecto, como Al construir tipos de unidades, la tierra adquie-
veremos en cruces muy importantes, la varia- re en la región pampeana una predominancia
ble discrimina a los medianos en forma signi- fundamental. En nuestra clasificación, jerar-
ficativa. De este modo, las explotaciones que quizamos este factor básico de producción,
contratan incluyen el 12% del total, mientras constituyéndose en un indicador operativo del
que las segundas representan el 7%. Final- capital controlado por las explotaciones. Los
mente, las unidades de más de 500 hectáreas niveles de capitalización guardan relación con
alcanzan al 17%. el tamaño de las unidades. No obstante, es im-
Se observa que, a pesar de la pérdida en los portante señalar que, en las últimas décadas, la
estratos de magnitudes pequeñas de superfi- difusión del servicio de labor en siembra direc-
cie, sigue habiendo un fuerte predominio de ta y en la fertilización modificó el acceso de los
las explotaciones pequeñas y medianas (has- productores a los recursos de capital. Así pues,
ta 200 hectáreas). la presencia de productores con poco capital o
sin él de ningún modo determina su exclusión
de los modelos tecnológicos vigentes. Como
veremos, la contratación de labores es predo-
minante tanto a nivel del total de explotacio-
546 Estudios rurales y movimientos sociales. Miradas desde el Sur

nes como al interior de los distintos estratos una proporción muy baja respecto del total de
de superficie. De modo que, para dar cuenta de explotaciones (3,6%). La región sigue asentan-
las formas en que los productores han podido do a pequeños productores capitalizados, en
o no mantener un ritmo de capitalización, es claro proceso de diferenciación.
necesario considerar que su profundización La distribución de los distintos niveles de ca-
puede operar tanto por la vía de la adquisición pitalización —medidos en los términos señala-
de maquinarias o animales como de la compra dos— muestra cierta relación con el tamaño de
o toma de tierras. En efecto, en las entrevistas, la unidad. Así, se observa que las explotaciones
muchos productores señalaron que prefieren de más de 500 hectáreas se ubican mayorita-
invertir en animales o en tierras antes que en riamente en el cuartil superior, mientras que
maquinarias, ya que mantener el ritmo de ca- dos tercios de las explotaciones de hasta 200
pitalización en este nivel supone incorporar hectáreas se encuentran en los cuartiles infe-
elementos que no son amortizables dentro de riores. En el estrato de 200 a 500 hectáreas, que
ciertas escalas productivas. presentan una distribución más heterogénea,
Para analizar el capital en maquinarias y ve- el grueso se concentra en los niveles medios de
hículos (camiones y camionetas) construirnos capitalización.
una variable que sintetiza todos estos elemen- La mano de obra es fundamentalmente fami-
tos en un mismo valor monetario3, y que estra- liar tanto en tareas físicas como de dirección
tificamos teniendo en cuenta los cuartiles en y gestión. Esta, en general, se combina con el
la distribución. Un primer aspecto a señalar es trabajo de asalariados transitorios y/o la con-
que las unidades sin ningún capital representan tratación de servicios. Las explotaciones que
operan hasta 200 hectáreas tienen una organi-
zación laboral en la que predomina el trabajo
3 Este valor monetario refleja los precios de cada
ítem en el momento de relevar la encuesta (septiembre familiar e, incluso, existe una importante fran-
de 2001). Registran valores a dólares de entonces, cuan- ja en la que el trabajo depende solamente de
do la paridad cambiaria en la Argentina era U$S1 = $1. la familia. Sin embargo, entre las unidades de
Con los cambios en el régimen monetario, a partir de este grupo, se observa un comportamiento di-
enero de 2002, estos valores se han devaluado fuerte-
ferencial en las ubicadas en el tramo de hasta
mente. No obstante, la variable así construida mantiene
las diferencias internas entre magnitudes. 50 hectáreas: allí existe una franja significativa
De colonos a sojeros | N. Giarracca, C. Gras y P. Barbetta 547

(casi cuatro de cada diez) en la que el trabajo gistran cesiones y ventas de tierras en la última
familiar se limita a tareas de dirección, y es la década. Finalmente, las unidades que operan
que presenta mayores indicadores de descapi- más de 500 hectáreas incluyen, en la mayoría
talización: es uno de los estratos donde se re- de los casos, a asalariados permanentes.

Cuadro N° 5
Cuartiles de capitalización según tipología de productores (%)

Medianos con
Cuartil / Tipología de
Pequeños Medianos trabajadores Grandes Total
productores
permanentes
1 35,2 (31) 5,9 (1) 9,1 (1) 4,2 (1) 24,3 (34)
2 31,8 (28) 29,4 (5) 18,2 (2) 4,2 (1) 25,7 (36)
3 23,9 (21) 29,4 (5) 54,5 (6) 12,5 (3) 25,0 (35)
4 9,1 (8) 35,3 (6) 18,2 (2) 79,2 (19) 25,0 (35)
Total 100,0 (88) 100,0 (17) 100,0 (11) 100,0 (24) 100,0 (140)

Fuente: Encuesta. Convenio GER-UNR.

La presencia o no de asalariados permanentes Cloquell, esta combinación tuvo consecuen-


aparece con alguna significación a la hora de cias “en el tipo de capital fijo y la organización
diferenciar los tipos de unidades. El reemplazo laboral necesaria para poder llevar adelante el
de la labranza tradicional por la labranza verti- proceso productivo” (2001: 17).
cal y la posterior adopción de la siembra direc- Una primera consecuencia, además de la
ta (es decir, la implantación sin laboreo previo mayor necesidad de capital circulante necesa-
del suelo), durante la década del noventa, re- rio para afrontar la contratación de estos ser-
dujo el número de labores. Ello, junto con la in- vicios, es la simplificación de las tareas pro-
corporación de semillas transgénicas, resisten- ductivas, que se traduce también en menores
tes al glifosato, dio lugar a cambios cualitativos requerimientos de trabajo por hectárea y en
en el modelo tecnológico ya que, como señala una mayor flexibilidad en el ciclo laboral, ya
548 Estudios rurales y movimientos sociales. Miradas desde el Sur

que estas tareas no precisan ser realizadas en una cristalización de procesos contextuados
un momento preciso. La segunda consecuen- históricamente en el tiempo. El momento de
cia a destacar es el cambio en la conducción relevamiento de la encuesta correspondió a
de los cultivos, que pasan a estar creciente- un período particularmente crítico (previo a
mente en manos de los contratistas. Estos la crisis de 2001). La salida de la convertibi-
adquieren la capacidad de incidir en la forma lidad, la devaluación y los altos precios de la
en que las tareas contratadas son llevadas a soja en los dos años siguientes han abierto
cabo. Por otra parte, la externalización de ta- otras movilidades, que plantean todavía in-
reas implica cierta relativización del trabajo terrogantes pero que introducen algunas va-
familiar, así como de la contratación directa riantes: productores que vendieron sus parce-
de asalariados. las en los noventa y que vuelven a arrendar
De tal forma, en nuestra tipología, distingui- pequeñas superficies, productores que renue-
mos solamente entre las unidades medias (es van sus equipos, productores que amplían su
decir, entre 200 y 500 hectáreas) la presencia escala mediante la toma de nuevas tierras,
o no de asalariados permanentes. En esta fran- productores que se concentran en la tierra
ja, se observan relaciones distintas con ciertas propia atemorizados por los altos valores de
variables según el peso relativo que adquiere el los alquileres, productores que aún continúan
tipo de organización laboral. endeudados y venden herramientas o anima-
La tipología, así como su relación con la va- les para saldar sus compromisos. El punto
riable capitalización, muestra que la estructu- de partida de cada grupo delimita el marco
ra agraria del sur santafecino presenta aspec- de posibilidades en situaciones cambiantes.
tos dinámicos y de gran diversidad, situación Esa imagen cristalizada en el momento de la
básicamente relacionada con la presencia crisis no solo hace referencia a los procesos
de una agricultura familiar capitalizada, que previos durante los años noventa, sino tam-
desarrolló una variedad de comportamientos bién a los comportamientos y estrategias del
para mantenerse en la producción durante presente. En los puntos que siguen, profundi-
las últimas décadas y que no siempre estuvie- zaremos en la caracterización de los distintos
ron dados en torno de la escala. Ello se refle- tipos de unidades.
ja en una imagen de heterogeneidad, que es
De colonos a sojeros | N. Giarracca, C. Gras y P. Barbetta 549

Soja: cultivo predominante En nuestro trabajo, se registró qué porcenta-


je de la superficie se dedica a soja de primera.
La región es predominantemente agrícola, no Los resultados son los siguientes:
obstante lo cual aún es importante la porción de
la superficie dedicada a pasturas en tierras no ap- Cuadro N° 6
Porcentaje de soja de primera sobre el
tas para la agricultura, que dan un carácter mixto total de hectáreas con agricultura
a la explotación. En efecto, en nuestros datos,
el 47% de la unidades son solo agrícolas, es de- Porcentaje de
Porcentaje
cir, no dedica superficie alguna a pasturas: en un soja sobre ha con Porcentaje
acumulado
agricultura
9,3% solo se cultiva soja; en un 15,7% soja y trigo;
Hasta 25% 9,0 9,0
en un 5,7% soja y maíz; en un 14,3% soja, maíz y
trigo; un 0,7% más le agrega sorgo. Un 2,1% hace Entre 25,1 a 50% 29,5 38,5

solo pastura, y el resto combina esos cultivos Entre 50,1 y 75% 35,2 73,8

mencionados anteriormente con pasturas. Más de 75% 26,3 100,0


La rotación —tanto de agricultura-ganadería Fuente: Encuesta. Convenio GER-UNR.
como con distintos productos agrícolas— es
muy importante para el mantenimiento de la Con la excepción de ese 2% de unidades re-
fertilidad de los suelos. Las rotaciones agríco- gistradas que hacen solo pasturas, el resto de
las se logran con trigo y, en una proporción sig- nuestros encuestados hace soja y, como ve-
nificativa, con maíz. Cloquell (2003) halló que, mos, más de un cuarto de ellos tiene un 75%
entre los que hacen predominantemente gana- de su superficie dedicada a la oleaginosa.
dería, se registra una tendencia a disminuir la
rotación agrícola ganadera.
550 Estudios rurales y movimientos sociales. Miradas desde el Sur

Cuadro N° 7
Porcentaje de soja de 1ª sobre el total de hectáreas con agricultura por tipología de productores

Tipo de productores / Porcentaje de


Pequeños Medianos Medianos con permanentes Grandes Total
soja de primera
Hasta el 25% 10,8% 0,0% 10,0% 8,3% 9%
Más de 25 y hasta 50% 25,7% 37,5% 20,0% 41,7% 29,5%
De 51 a 75% 31,1% 56,3% 40,0% 33,3% 35,2%
Más de 75% 32,4% 6,3% 30,0% 16,7% 26,3%
100,0% 100,0% 100,0% 100,0% 100,0%

Fuente: Encuesta. Convenio GER-UNR.

Como vemos en el cuadro anterior, las propor- de la soja. De esta manera, la preeminencia
ciones de la superficie agrícola de la explota- de este cultivo se evidencia, por otro lado, en
ción dedicadas a soja de primera se mantie- la alta proporción de productores que reali-
nen altas en todos los tipos de unidades. En zan una doble cosecha. En efecto, el 62,15%
las pequeñas, el 63,5% de las unidades, más de de los productores cultiva soja en primera y
la mitad es soja; crece esa proporción en las en segunda ocupación. Si bien la superficie
medianas y baja un poco en las grandes, aun cultivada en segunda ocupación es significa-
cuando más de un cuarto de ellas siembra con tivamente menor a la primera (23,6% y 49,8%
soja más del 25% de su superficie. respectivamente), si se suma la extensión
Muy ligada al cultivo de la soja transgé- implantada con soja de primera y de segun-
nica está la incorporación de la llamada “la- da ocupación, hay una superficie cubierta
branza cero”, una práctica supuestamente que garantiza el consumo de soja transgé-
conservacionista que ha comenzado a plan- nica y, por lo tanto, del herbicida glifosato,
tear dudas con respecto a los efectos a largo un potente producto incorporado a partir de
plazo en materia de absorción de agua y las la aparición de la soja transgénica, que es la
probables inundaciones. Esta nueva técnica única que lo resiste.
permitió la realización de un doble cultivo
De colonos a sojeros | N. Giarracca, C. Gras y P. Barbetta 551

Tipo de unidades productivas serva la predominancia que adquirieron en


esos años las actividades agrícolas sobre las
ganaderas en la estructura productiva de es-
Las unidades de más de 500 hectáreas
tas explotaciones. Al igual que se observa en
el nivel agregado —nos referimos al aumento
La mayoría de estas explotaciones utilizan
de la superficie agrícola en detrimento de la
mano de obra permanente, que combinan con
ganadera en toda la región pampeana—, en
el trabajo de la familia, este último aplicado en
las trayectorias de muchos de estos produc-
gran medida al manejo de maquinaria, la ges-
tores, ello también está presente. En efecto,
tión y la administración. La organización labo-
y tomando en cuenta las distintas rentabilida-
ral incluye la contratación de contratistas: el
des que tuvieron estas actividades en la últi-
80% utiliza estos servicios.
ma década, muchos productores abandona-
Estas unidades se caracterizan, asimismo,
ron progresivamente la ganadería. El capital
por el control de altos niveles de capital fijo y
ganadero se liquida total o parcialmente para
circulante. Es interesante señalar que el 50%
propiciar la inversión en los nuevos equipos
de las explotaciones dispone de cosechado-
agrícolas o bien para tener un “fondo de reser-
ras que, en el momento del relevamiento, eran
va” para apuntalar la actividad agrícola.
“nuevas”, es decir, adquiridas luego de 1995.
La forma de tenencia predominante entre
Además de utilizar las maquinarias en la propia
estas explotaciones es la combinación propie-
explotación, una pequeña franja (17%) vende
dad-arrendamiento (79% de las unidades). El
también servicios a terceros.
12,5% opera solamente tierras en propiedad
El 83% de estas unidades son mixtas, esto
y solo un 4,2% son arrendatarios puros. Pero,
es, combinan la producción agrícola con la
como planteábamos más arriba, la compra o
ganadería. Cabe destacar que, de acuerdo con
el arrendamiento de tierras permite dar cuenta
distintas entrevistas, durante los años noven-
de los cortes que se producen al interior de las
ta, la ganadería no tuvo entre estos producto-
distintas capas de productores, entre quienes
res un comportamiento dinámico, cumpliendo
han podido mantener un ritmo de expansión
más bien cierta función de “reaseguro”. Más
y quienes no. Como trataremos de demostrar,
aún, relevamos ejemplos en los cuales se ob-
la persistencia y expansión de las unidades de
552 Estudios rurales y movimientos sociales. Miradas desde el Sur

más de 500 hectáreas involucró respuestas sig- puede estar asociado a la incorporación de ga-
nificativas en torno de la escala, sea mediante nadería en los últimos años o al aprovechamien-
la compra, sea a través del arrendamiento. to de rentas diferenciales, según la aptitud de los
Para ello, analizamos la información referen- suelos en cada zona y la organización producti-
te a compra, venta, toma y cesión de tierras en va de las unidades. Otra situación a considerar,
los últimos años. La compra de tierras, durante de más larga data entre los productores familia-
los años noventa, ha representado un compor- res, es la venta de parcelas entre miembros de
tamiento importante en estas explotaciones, una sociedad familiar y la compra por parte de
alcanzando a más de las tres cuartas partes productores individuales o por dos integrantes
de quienes se ubican en este estrato. Ello de- de la antigua sociedad familiar.
muestra la relación entre las posibilidades de La cesión de tierras propias es prácticamen-
inversión y las posiciones estructurales. En te inexistente entre estas unidades: apenas el
otras palabras, la importancia que adquiere la 4%. Por el contrario, dentro de la imagen ex-
expansión en tierras propias en estas unidades pansiva que los datos anteriores mostraban, se
se vincula directamente con su mayor capaci- observa que el 57% de estas unidades aumen-
dad de generación de excedentes. tó la cantidad de tierras tomadas en los cinco
Sin embargo, la interpretación se complejiza años previos al relevamiento. Cabe señalar que
al incorporar otro dato: el 29% de estas unida- en varios de los productores entrevistados, se
des también vendió tierras en los años noventa. observó que el alquiler de tierras involucra la
Para comprender esta información, es preciso toma de propiedades de familiares que dejan
tomar en consideración la valorización diferen- de producir para pasar a percibir una renta por
cial que tenían las tierras ubicadas en distintas la cesión de la tierra. Para quienes toman tie-
zonas, proceso relacionado con la expansión rras, ello permite un arreglo más conveniente:
sojera. Así, según la información cualitativa que estos productores se aseguran así continuidad
se desprende de las entrevistas realizadas, se re- en la cesión a valores que no son los de mer-
gistran situaciones de venta de tierras agrícolas cado; para quienes ceden, significa efectivizar
ubicadas en distritos donde el valor de la hectá- un ingreso a través de un esquema que permite
rea era alto, y de compra de mayores superficies conservar la propiedad de la tierra en el marco
en zonas más marginales. Este comportamiento de las relaciones familiares.
De colonos a sojeros | N. Giarracca, C. Gras y P. Barbetta 553

Las explotaciones directo de la familia muestra que este tipo de


de 200 a 500 hectáreas comportamiento forma parte de las respues-
tas desarrolladas por estos productores para
Como ya mencionamos, en este grupo se di- mantenerse en la producción, aprovechando
ferencian dos situaciones en relación con al máximo los recursos provistos por la fami-
las modalidades que asume la organización lia. Sin embargo, las que no contratan asalaria-
laboral, según la presencia de trabajadores dos registran en mayor proporción más de un
externos permanentes. Así, es posible hablar, miembro de la familia trabajando en la explota-
dentro de este estrato, de explotaciones de ción (75% del total de unidades de este grupo);
carácter familiar (donde la fuerza de trabajo por el contrario, entre las que sí contratan per-
doméstica se combina en distinto grado con la manentes, el 54,5% ocupa a un solo miembro
incorporación de asalariados transitorios y la de la familia.
contratación de servicios) y de explotaciones En otras palabras, la existencia de formas
de tipo empresarial-familiar, para aludir, en de organización laboral donde la participación
este caso, a una forma de organización don- de la familia sigue siendo importante —espe-
de existe una menor importancia del trabajo cialmente entre las que no tienen trabajadores
físico directo del productor o de su familia, externos permanentes— refleja un cambio en
concentrándose estos en tareas de gestión y la estructura de las explotaciones, en particu-
dirección. No obstante, aun en este subgrupo lar, en este estrato, que es uno de los que han
existen unidades en las cuales la familia (ma- visto más fuertemente comprometidas sus po-
yoritariamente el titular de la explotación) sibilidades de sostenibilidad durante los años
participa incluso con trabajo directo en algu- noventa. Podemos plantear que este comporta-
nas tareas consideradas críticas. Entre estas miento revierte una de las dinámicas que había
unidades que contratan trabajo permanente, caracterizado, en buena medida, los procesos
se observa, por otra parte, una disminución de modernización; como sostiene Cloquell
en el número de asalariados. (2001: 19), la equivalencia entre cambio tecno-
Tanto en las explotaciones que no incorpo- lógico y reducción de mano de obra familiar
ran asalariados permanentes como en las que toma otro signo a partir de mediados de la dé-
lo hacen, la importancia relativa del trabajo cada del noventa.
554 Estudios rurales y movimientos sociales. Miradas desde el Sur

Al igual que en las explotaciones de más en buena medida con la organización de otro
de 500 hectáreas, en este estrato la contrata- negocio más que con las necesidades de capital
ción de servicios es predominante, si bien con para operar la explotación agraria.
diferencias entre los tipos de organizaciones En comparación con las explotaciones de
laborales que distinguimos: alcanza al 82% de más de 500 hectáreas, las de 200 a 500 presen-
las unidades que no tienen trabajadores perma- tan un mayor peso relativo de la agricultura
nentes y al 73% de las que tienen permanentes. como única actividad. En efecto, cerca de la
Es interesante destacar que se registran dife- mitad de estas unidades se dedican exclusiva-
rencias porcentuales similares al considerar la mente a la producción agrícola, ya sea que con-
venta de servicios a terceros por parte de es- traten permanentes o no.
tas explotaciones: así, el 45,5% de las que con- La forma de tenencia predominante en es-
tratan permanentes son también contratistas, tas explotaciones es también la combinación
mientras que, entre las unidades sin permanen- propiedad-arrendamiento. Bajo esa forma se
tes, el 35% vende servicios. De tal forma, es po- encuentran el 71% de las unidades sin perma-
sible pensar que la presencia de permanentes nentes y el 64% de las que incorporan a estos
se relaciona en algún grado con la organización trabajadores. La segunda categoría en impor-
de otro negocio, que permite —dada su com- tancia, en el caso de los primeros, es la propie-
plementariedad con la propia actividad predial dad (18%), seguida del arrendamiento (12%).
agraria— un mejor aprovechamiento de los re- Entre las unidades que contratan permanentes,
cursos de la explotación. se observa una distribución similar, aunque
Como se planteó anteriormente, los niveles con alguna variante: el 18% es propietario, el
de capitalización entre los dos subgrupos de 9% arrienda, mientras que un porcentaje idénti-
unidades es similar: las mayores concentracio- co combina propiedad y arrendamiento con la
nes se ubican en los dos superiores. Sin em- cesión de tierras propias.
bargo, entre las unidades con permanentes, el El análisis de la información referida a la
peso relativo de quienes están en el cuartil más compra, toma, venta o cesión de tierras en la
alto es mayor. Teniendo en cuenta lo dicho en década de los noventa revela algunos aspectos
el párrafo anterior, es posible pensar que el ni- importantes para captar las dinámicas de las
vel de capitalización en este grupo se relaciona explotaciones familiares.
De colonos a sojeros | N. Giarracca, C. Gras y P. Barbetta 555

Aunque con una importancia relativa menor permanentes, el 44% aumentó la superficie to-
que en el estrato de más de 500 hectáreas, en mada y el 33% la mantuvo.
los años noventa, la compra de tierra entre es- Se observa así que las unidades de tipo fa-
tas explotaciones aparece como un comporta- miliar-empresarial tuvieron estrategias más
miento significativo: alcanza al 57% de las uni- expansivas que los productores familiares me-
dades. Pero, al considerar a los dos grupos que dios, tanto en lo referido a la compra como a la
integran este estrato, se observan importantes toma de tierras. Por otra parte, es posible pen-
diferencias. En efecto, entre las unidades que sar que los productores más típicamente fami-
no contratan permanentes, el 41% compró tie- liares desarrollaron estrategias de “repliegue”:
rras durante los años noventa, porcentaje que como vimos, también tienen entre ellos mayor
asciende a 82% en el caso de las explotaciones peso relativo quienes redujeron la cantidad de
que incorporan asalariados permanentes. Cabe hectáreas tomadas. Sin embargo, no querría-
señalar que, según entrevistas realizadas, la mos traducir una imagen de mera expansión
compra de tierras no involucró generalmente entre quienes tienen asalariados permanentes;
grandes extensiones entre estos productores en efecto, en este caso, se registra una peque-
sino pequeñas parcelas. Por otra parte, tam- ña franja (9%) de unidades que cede tierras a
bién en este caso está presente la circulación terceros, situación que no encontramos en el
de tierras al interior de un “mercado familiar”, otro grupo.
tanto en la compra como en la toma de tierras. La venta de tierras, durante los años noven-
Respecto del arrendamiento, ambos gru- ta, también es significativa entre las explotacio-
pos muestran un comportamiento diferencia- nes de 200 a 500 hectáreas. En conjunto, una
do. Así, entre las explotaciones que no con- de cada cuatro unidades vendió tierras duran-
tratan permanentes, predominan dos com- te ese período. Entre tipos de unidades, no se
portamientos: la reducción de la superficie observan grandes diferencias (23,5% de quie-
bajo arriendo (44%) o el mantenimiento de la nes no tienen permanentes y 27% de quienes
cantidad de hectáreas tomadas (44%) entre contratan). Entre estas explotaciones, la venta
1995 y 2001. Es decir, solo el 12,5% expandió está vinculada en distinto grado con situacio-
su escala a través de este mecanismo. Por el nes de endeudamiento.
contrario, entre las unidades que contratan
556 Estudios rurales y movimientos sociales. Miradas desde el Sur

Las explotaciones Estas explotaciones están capitalizadas aun-


de hasta 200 hectáreas que, en comparación con los estratos anterio-
res, en menor nivel: el grueso (77%) se ubica
Estas explotaciones, que constituyen el grupo en el segundo cuartil de la distribución. Ello es
más numeroso en términos absolutos y relati- coherente con la menor importancia que tiene
vos en el sur de Santa fe, tienen una organiza- en este grupo la venta de servicios, que alcanza
ción laboral en la que predomina el trabajo fa- al 20% de las unidades, y, paralelamente, con
miliar tanto en tareas físicas como de dirección la fuerte presencia de unidades que compran
y gestión. Como ya señalamos, aunque en la servicios (86%) respecto de los otros estratos.
mayoría de los casos la mano de obra familiar La estructura productiva es similar a la de las
se combina con el trabajo asalariado transito- explotaciones de 200 a 500 hectáreas. El 51%
rio y/o la contratación de servicios, en una im- se dedica exclusivamente a la producción agrí-
portante franja el trabajo depende solamente cola, y, en el caso de las explotaciones mixtas
de la familia. Es importante destacar que, entre (47%), la ganadería ocupa un lugar secundario
estas explotaciones, adquieren relevancia las en términos de uso del suelo. En ello influye la
unidades que ocupan a un solo integrante de búsqueda por obtener las mayores rentabilida-
la familia: alcanzan al 46%, el porcentaje más des para los recursos disponibles, teniendo en
alto en comparación con el resto de los estra- cuenta la evolución diferencial que han tenido
tos. En el mismo sentido, las unidades de hasta los precios ganaderos respecto de los agríco-
200 hectáreas representan el 70% del total de las, en particular, de la soja.
unidades que solo ocupa a un integrante de la La forma de tenencia predominante es la
familia en la producción agraria predial. propiedad (54,5%), seguida de la combinación
Por otra parte, como se remarcó anterior- propiedad-arrendamiento (35%). Ello muestra
mente, dentro de este grupo, y en términos de significativas diferencias respecto de los otros
las modalidades laborales, se distinguen las de estratos y pone de manifiesto las dificultades
menos de 50 hectáreas, donde en una significa- que tuvieron estas unidades para ampliar su es-
tiva franja (casi cuatro unidades de cada diez) el cala productiva mediante el tradicional meca-
trabajo familiar se limita a tareas de dirección, nismo de la agricultura familiar, lo que los co-
combinado con la contratación de contratistas. locó en una situación sumamente difícil frente
De colonos a sojeros | N. Giarracca, C. Gras y P. Barbetta 557

al contexto macroeconómico de la década pa- anterior la cantidad de tierras tomadas. El 19%


sada. Al respecto, un estudio realizado en 2001 aumentó la superficie bajo arriendo mientras
estimaba que, en el área sur de la provincia de que el 16% la disminuyó. Entre estas últimas,
Santa Fe, el umbral mínimo de rentabilidad predominan las unidades ubicadas en las esca-
(es decir, el que corresponde a la definición de las más pequeñas (hasta 100 hectáreas).
Unidad Agrícola Económica) se ubica en la ac- Es precisamente en estos tamaños donde se
tualidad en torno de las 330 hectáreas mientras registra la mayor cantidad de unidades que ce-
que, a principios en 1992, dicha escala mínima den parte de sus tierras. En efecto, si bien para
se calculaba alrededor de las 226 hectáreas el total del estrato la cesión alcanza a una fran-
(Porstmann y López, 2001). ja minoritaria (6%), al discriminar por grupos,
Sin embargo, al analizar la información re- se observan comportamientos diferentes: entre
ferida a la compra y toma de tierras durante las de menos de 50 hectáreas, el 7% cedía tie-
la década de los noventa, se advierten algunas rras en el momento del relevamiento, y todavía
complejidades. En primer lugar, la compra de es más alta la cesión en las explotaciones de 50
tierras ha sido un comportamiento importante a 100 hectáreas (12%).
en las explotaciones de menos de 200 hectá- Puede afirmarse, en tal sentido, que existe
reas (particularmente en las de más de 100): el una heterogeneidad de estrategias desarro-
29,5% realizó inversiones en tierras, en la ma- lladas con el fin de permanecer de un modo
yoría de los casos, comprando pequeñas parce- u otro en la producción, con comportamien-
las. Si se tienen en cuenta —en un contexto de tos de tipo defensivo (en los que se puede
incremento de los umbrales mínimos de soste- encuadrar la compra de pequeñas parcelas o
nimiento de las explotaciones— las posibilida- el incremento de la superficie bajo arriendo),
des de generación de excedentes entre las más pero también involucrando formas de replie-
pequeñas, puede plantearse que la presencia de gue (dejando de tomar tierras, por ejemplo).
unidades que compraron tierras en este estrato En síntesis, se puede apreciar una diversidad
daría cuenta de la canalización de recursos ex- de estrategias, que contemplaron, en algunos
tra agrarios hacia la producción agropecuaria. casos, respuestas en torno del problema de la
En segundo lugar, la mayoría de estas explo- escala; aunque, en la mayoría, se advierte el
taciones (64%) mantuvo a lo largo de la década despliegue de distintas estrategias “conserva-
558 Estudios rurales y movimientos sociales. Miradas desde el Sur

doras” del patrimonio familiar. En ese marco, (Teubal y Rodríguez, 2001), cabe preguntarnos
cabe destacar que solo el 9% de las unidades de acerca de las formas de acceso a los principa-
este estrato vendió tierras en la última década les insumos agropecuarios.
(el grueso se concentra en las explotaciones Los datos de la encuesta muestran que, de
de hasta 50 hectáreas), en comparación con el las 39.949 hectáreas destinadas a la agricultu-
23% de las unidades de 200 a 500 sin trabaja- ra, cerca del 50% están implantadas con soja
dores permanentes, el 27% de las unidades del en primera ocupación. Dada esta preeminencia
mismo tamaño con permanentes y el 29% de del cultivo de la soja entre los productores en-
las unidades de más de 500 hectáreas. cuestados, y dado que la utilización de semillas
transgénicas (el 87,9% de las semillas de soja
utilizadas es de estas características) y la apli-
Compra de insumos y cación de fertilizantes y agroquímicos deben
comercialización ser integradas en la forma de un “paquete” —en
el cual el uso de una determinada técnica obli-
Como resaltamos en las secciones anteriores, ga a la implementación de todas las demás—,
la incorporación de nuevas tecnologías en el consideraremos la compra de tres insumos bá-
sector configuró un esquema tecnológico de sicos en relación con este cultivo: las semillas,
mayor capital intensivo y, por lo tanto, un au- los fertilizantes y los herbicidas.
mento de los requerimientos mínimos de ca- Los diferentes insumos pueden ser adqui-
pital exigidos a las unidades agrarias, según ridos por canje, por cosecha, financiados o al
hacen constar Teubal y Rodríguez (2001). En contado. Ya que las tres primeras modalidades
efecto, los autores sostienen que la provisión suponen algún grado de financiamiento, la va-
de insumos agropecuarios durante la década riable “forma de pago” fue clasificada en dos
del noventa aumentó a tasas significativamente categorías: “contado” y “financiado”. Por otro
altas, incluso a un ritmo bastante mayor que el lado, la encuesta consultó a los productores
aumento de la producción agropecuaria. Ade- qué porcentaje de los diferentes insumos eran
más, si tenemos en cuenta que el valor unitario comprados bajo estas modalidades, y los que
de la producción tiende a caer significativa- superaban el 50% en alguna de ellas fueron in-
mente en relación con el valor de los insumos cluidos en dicha categoría. Existen casos puros
De colonos a sojeros | N. Giarracca, C. Gras y P. Barbetta 559

(con más de 50% en una de las dos formas) pero (76,2% y 83,3% en el caso de la compra de se-
en casi todos aparecen casos mixtos. Lo que se millas y 67,6% y 80% en los fertilizantes, res-
pone en juego aquí es la capacidad de disponer pectivamente). Dicha tendencia se revierte en
de diferentes niveles de capital circulante. los productores “medianos con trabajadores
Una visión de conjunto da cuenta de la impor- permanentes”, donde el financiamiento para la
tancia que adquiere el financiamiento en la com- compra de semillas es solo del 40% (minoría),
pra de insumos. En efecto, dentro de las tres registrándose un 57,9% en el caso de los pro-
categorías de “forma de pago”, la “financiación” ductores grandes.
adquiere proporciones superiores al 60% (69,4% En el caso de los fertilizantes, el pago al
en el caso de las semillas, 64,2% en los fertilizan- “contado” y el “financiado” adquieren la mis-
tes y 64,7% en los herbicidas). Sin embargo, los ma importancia relativa para los productores
datos muestran comportamientos diferenciales “medianos con permanentes” y “grandes” (en
de acuerdo al tipo de productor de que se trate. ambos casos es del 50%). De esta situación,
En la compra de semillas y fertilizantes, apa- a nuestro juicio, se deriva que, a pesar de la
rece una estrecha relación entre las formas de existencia de mayor capital circulante en los
pago y el tipo de productor. En efecto, entre estratos más grandes de productores, los in-
los productores “pequeños” y “medianos”, la sumos no pueden ser adquiridos sin algún tipo
compra de dichos insumos se realiza mayo- de financiación.
ritariamente con algún tipo de financiación

Cuadro N° 8
Forma de pago de las semillas de soja según tipología (%)

Tipo de productores /
Pequeños Medianos Medianos con permanentes Grandes Total
Forma de pago de insumos
Mayormente al contado 23,8 (10) 16,7 (1) 60,0 (3) 42,1 (8) 30,6 (22)
Mayormente financiado 76,2 (32) 83,3 (5) 40,0 (2) 57,9 (11) 69,4 (50)
Total 100,0 (42) 100,0 (6) 100,0 (5) 100,0 (19) 100,0 (72)

Fuente: Encuesta convenio GER-UNR.


560 Estudios rurales y movimientos sociales. Miradas desde el Sur

Cuadro N° 9
Forma de pago de los fertilizantes para soja según tipología (%)

Tipo de productores /
Pequeños Medianos Medianos con permanentes Grandes Total
Forma de pago de insumos
Mayormente al contado 32,4 (11) 20,0 (1) 50,0 (4) 50,0 (5) 35,8 (19)
Mayormente financiado 67,6 (23) 80,0 (4) 50,0 (2) 50,0 (5) 64,2 (34)
Total 100,0 (34) 100,0 (5) 100,0 (4) 100,0 (10) 100,0 (53)

Fuente: Encuesta convenio GER-UNR.

En el caso de los herbicidas, se presenta una En conclusión, la incorporación de la soja


singularidad. En efecto, si bien existen algunas transgénica y de los insumos asociados a esta
diferencias porcentuales, no se presenta una no solo cercena la capacidad de decisión del
diferenciación significativa entre productores productor sobre su producción —los insumos
como en los otros insumos mencionados an- utilizados y las técnicas productivas a imple-
teriormente. Una posible explicación remite a mentar— sino que, por la alta incidencia del fi-
la utilización de la soja RR (variedad de soja nanciamiento en la compra de insumos, remite
transgénica más conocida y cuyo uso es el más a una pérdida de control sobre los excedentes
extendido), que tiene tolerancia al herbicida generados. En otras palabras, la financiación
glifosato, producido durante mucho tiempo de los insumos incide en forma indirecta sobre
solo por Monsanto. De esta manera, una vez la rentabilidad de las explotaciones agrope-
que el productor incorporaba esta semilla cuarias en la medida en que esta supone una
transgénica, estaba obligado a comprar el gli- transferencia de ingresos a favor de otros suje-
fosato de Monsanto al precio establecido, sin tos pertenecientes al complejo (cooperativas,
poder siquiera optar por otro producto. acopiadores, cerealistas, etcétera).
De colonos a sojeros | N. Giarracca, C. Gras y P. Barbetta 561

Cuadro N° 10
Forma de pago de los herbicidas para soja según tipología (%)

Tipo de productores /
Pequeños Medianos Medianos con permanentes Grandes Total
Forma de pago de insumos
Mayormente al contado 33,8 (24) 33,3 (5) 40,0 (4) 39,1 (9) 35,3 (42)
Mayormente financiado 66,2 (47) 66,7 (10) 60,0 (6) 60,9 (14) 64,7 (77)
Total 100,0 (71) 100,0 (15) 100,0 (10) 100,0 (23) 100,0 (119)

Fuente: Encuesta convenio GER-UNR.

Otro factor que remite a la transferencia de in- cializar su producción: el acopiador, la coo-
gresos entre los productores agrarios y otros su- perativa y la venta directa (a cerealeras, mo-
jetos pertenecientes al complejo agroindustrial linos harineros o industrias aceiteras, entre
es la comercialización. La década del noventa otros). Se les consultó a los productores qué
fue un periodo de crisis para el sector a nivel de porcentaje de su producción comercializaban
precios, situación que se vio profundizada por la a través de los distintos canales. Aquellos que
brecha existente entre los valores de los produc- superaban el 50% en alguna de estas modalida-
tos agropecuarios y los precios en la distribución des fueron incluidos en esa categoría (es decir
final de alimentos (supermercadismo) (Teubal y que una parte inferior de su producción puede
Rodríguez, 2002). En este contexto, avanzar en ser vendida por otra vía). En el acceso a uno
la cadena de comercialización se convirtió en un u otro canal, comienzan a tallar una serie de
proceso clave para mejorar la sustentabilidad cuestiones que tienen que ver con el empleo
de los productores agropecuarios. de determinados recursos: informativos, eco-
Básicamente, existen tres canales a través nómicos y financieros.
de los cuales los productores pueden comer-
562 Estudios rurales y movimientos sociales. Miradas desde el Sur

Cuadro N° 11
Formas de comercialización según tipología (%)

Tipo de productores / Forma Medianos con


Pequeños Medianos Grandes Total
mayoritaria de comercialización permanentes
Acopiador 46,6 (41) 41,2 (7) 36,4 (4) 37,5 (9) 43,6 (61)
Cooperativa 35,2 (31) 17,6 (3) 27,3 (3) 8,3 (2) 27,9 (39)
Venta directa 4,5 (4) 17,6 (3) 18,2 (2) 29,2 (7) 11,4 (16)
Otras combinaciones 13,6 (12) 23,5 (4) 18,2 (2) 25,0 (6) 17,1 (24)
Total 100,0 (88) 100,0 (17) 100,0 (11) 100,0 (24) 100,0 (140)

Fuente: Encuesta convenio GER-UNR.

En efecto, del Cuadro N° 10 se desprende la pre- ella, siguiéndole en importancia los productores
eminencia del acopiador (43,6%) y de la coope- medianos con permanentes (27,3%) y los media-
rativa (27,9%) como canales de comercialización nos (17,6%). En este caso, debemos resaltar la
de la producción. Al interior de los estratos, la importancia que históricamente tuvieron las coo-
figura del acopiador es importante en todos ellos perativas agrarias en el sector, generalmente aso-
aunque, a medida que nos desplazamos hacia ciadas al movimiento cooperativo de la Federa-
productores de mayor tamaño, su importancia ción Agraria Argentina (véase Lattuada y Renold,
decae. Así, mientras que el 46,6% de los producto- 2004). Su importancia se comprueba a la hora de
res pequeños vende su producción mayormente apoyar a los productores a través de adelantos
a través de este medio, solo el 37,5% de los pro- financieros y de insumos (semillas, fertilizantes,
ductores grandes utiliza dicho canal. En cuanto etcétera). Muchos entrevistados han resaltado el
a la comercialización a través de la cooperativa, papel jugado por la cooperativa durante la déca-
encontramos que, salvo para los productores da del noventa para permanecer en la actividad.
grandes —solo el 8,3% utiliza mayormente di- Por último, la venta directa. Es aquí donde más
cho canal—, es la cooperativa la que adquiere se marca la relación entre el tamaño de la explo-
especial importancia. En efecto, el 35,2% de los tación y la posibilidad de comercializar la pro-
productores pequeños comercializan a través de ducción en forma directa, ya que lo que está en
De colonos a sojeros | N. Giarracca, C. Gras y P. Barbetta 563

juego es un acceso disímil a la información y a los significativas en torno de la escala, sea median-
recursos económicos y financieros. En efecto, las te la compra, sea a través del arrendamiento.
diferencias porcentuales entre los pequeños y me- En las explotaciones de 200 a 500 hectáreas,
dianos y los grandes productores certifican dicha la venta de tierras durante los años noventa es
relación. Incluso, si observamos a todos aquellos significativa. Se observa así que las unidades de
productores que comercializan en forma directa, tipo familiar-empresarial tuvieron estrategias
el 43,8% corresponde a productores grandes. más expansivas que los productores familia-
res medios, tanto en lo que refiere a la compra
como a la toma de tierras. Por otra parte, es
Síntesis y algunas reflexiones posible pensar que los productores más típica-
a modo de conclusión mente familiares desarrollaron estrategias de
“repliegue”: como vimos, también tienen entre
Todavía hoy, y a pesar de la importante disminu- ellos mayor peso relativo quienes redujeron la
ción en el número de las explotaciones de hasta cantidad de hectáreas tomadas.
200 hectáreas y de la introducción de tecnologías Las explotaciones de hasta 200 hectáreas
que determinaron cambios en la relación tierra- tuvieron dificultades para ampliar su escala
trabajo, la agricultura familiar presenta un peso productiva mediante el tradicional mecanismo
significativo en la estructura agraria de la región. de la agricultura familiar, lo que las colocó en
La estructura agraria del sur santafecino pre- una situación sumamente difícil en el contex-
senta aspectos dinámicos y de gran diversidad, to macroeconómico de la década pasada. Las
situación básicamente relacionada con la pre- compras de tierra en este estrato no son despre-
sencia de una agricultura familiar capitalizada. ciables y puede plantearse que la presencia de
La compra o el arrendamiento de tierras per- unidades que compraron tierras da cuenta de la
mite dar cuenta de los cortes que se producen canalización de recursos extra agrarios hacia la
al interior de las distintas capas de producto- producción agropecuaria (véase en este libro el
res, entre quienes han podido mantener un rit- artículo de Gras y Sabatino). Entre estas explo-
mo de expansión y quienes no. taciones, se registra la mayor cantidad de uni-
La persistencia y expansión de las unidades dades que ceden parte de sus tierras.
de más de 500 hectáreas involucró respuestas
564 Estudios rurales y movimientos sociales. Miradas desde el Sur

Bibliografía Llovet, l. 1991 “Contratismo y agricultura”


en Barsky, O. (ed.) El desarrollo
Cloquell, S. 1996 “Producción familiar en el agropecuario pampeano (Buenos Aires:
agro santafecino” (Rosario: UNR) copia INDEC / INTA / IICA).
fotostática. Porstmann, J. C. y López, G. 2001 “Variaciones
Cloquell, S. 2003 “Estrategias de reproducción en la Unidad Agrícola Económica. La
de la producción familiar. La problemática influencia del precio de los granos”,
de la sustentabilidad de los recursos ponencia presentada a las II Jornadas
naturales en un área agrícola de la Región sobre Estudios Agrarios y Agroindustriales
Pampeana”, tesis doctoral (Rosario: (Buenos Aires: Facultad de Ciencias
Universidad Nacional de Rosario). Económicas, UBA).
Cloquell, S. et al. 1983 “Diagnóstico de las Teubal, M. 1975a “Estimaciones del excedente
limitantes al aumento de la productividad financiero del sector agropecuario
en el sur santafesino”, convenio (Rosario: argentino” en Desarrollo Económico -
INTA-MAG-UNR) copia fotostática. Revista de Ciencias Sociales, Nº 56, enero-
Cloquell, S. et al. 2001 “Transformaciones en marzo, Buenos Aires.
el área agrícola del sur de Santa Fe: los Teubal, M. y Rodríguez, J. 2001
cambios locales en la dinámica económica, “Neoliberalismo y crisis agraria” en
social y cultural. Su importancia para la Giarracca, N. et al. La protesta social en
construcción de estrategias”, ponencia Argentina. Transformaciones económicas
presentada en las Jornadas del programa y crisis social en el interior del país
de estudios agroindustriales (Buenos Aires: (Buenos Aires: Alianza).
Facultad de Ciencias Económicas, UBA). Teubal, M. y Rodríguez, J. 2002 Agro y
Kusnir de Winkler, L. 1971 “Los forjadores alimentos en la globalización. Una
del cereal” en Crecimiento y desequilibrio perspectiva crítica (Buenos Aires: La
(Buenos Aires: CEAL). Colmena).
Lattuada, M. y Renold, J. M. 2004 El
cooperativismo agrario ante la
globalización (Buenos Aires: Siglo XXI).
Multiocupación y pluriactividad
en el agro argentino
El caso de los cañeros tucumanos* **

Norma Giarracca, Susana Aparicio*** y Carla Gras****

Introducción migraciones estacionales en América Latina—,


es a partir de los años ochenta cuando se ex-
En la última década, el estudio de las estrate- tiende la preocupación por abordar este fenó-
gias de multiocupación y pluriactividad entre meno de diversificación de ocupaciones y acti-
productores de tipo familiar comenzó a vincu- vidades del productor y su familia en relación
larse, en forma creciente, con el problema del con los procesos en la estructura agraria1.
abordaje de las transformaciones agrarias y ru-
rales en curso. Si bien la temática figuraba ya
1 En la década del setenta, los estudios sobre la agricul-
en las agendas de investigación de los distintos tura part-time en Europa y Estados Unidos reflejaron el
países —a partir de los análisis del part-time interés por comprender este fenómeno (Motura y Puglie-
farming en Europa y Estados Unidos o de las se, 1980; Brusca, 1979). Inicialmente, los investigadores
se centraron en las actividades extraprediales realizadas
por el titular de la explotación. De tal forma, el enfoque de
* Giarracca, N.; Aparicio, S. y Gras, C. 2001 “Multio-
cupación y pluriactividad en el agro argentino. El caso
de los cañeros tucumanos” en Desarrollo Económico. *** Magíster en Sociología. Investigadora principal del
Revista de Ciencias Sociales (Buenos Aires: Institu- CONICET (Argentina). Docente e investigadora con
to de Desarrollo Económico y Social) Vol. 41, N° 162, una extensa trayectoria en temáticas rurales.
julio-septiembre.
**** Posdoctora y socióloga (UBA), es investigadora
** Este trabajo se basa en investigaciones financiadas del l Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y
por la Agencia de Promoción de Investigación del FON- Técnicas (CONICET) y miembro del Grupo de Estudios
CYT, Secretaría para la Ciencia, la Tecnología y la Inno- Rurales del Instituto Gino Germani de la Facultad de
vación Productiva, Ministerio de Educación. Ciencias Sociales de la universidad de Buenos Aires.
566 Estudios rurales y movimientos sociales. Miradas desde el Sur

La mayoría de los trabajos sobre el tema agriculturas. La misma aparece fuertemente


abordan la pluriactividad como una estrategia asociada a la búsqueda por mantener la propie-
de adaptación a las cambiantes condiciones dad de la tierra, asegurar la subsistencia de la
técnicas, económicas e institucionales, ten- familia y mantener ciertas condiciones de vida
diente a garantizar la persistencia de las ex- previas, en contextos de pérdida de rentabili-
plotaciones, en particular, de las más vulnera- dad. Si bien dicha estrategia puede aparecer
bles, frente a los nuevos requisitos de capita- como una respuesta frente a determinadas co-
lización que afectan a las agriculturas en esta yunturas críticas, pocas dudas caben respecto
etapa de globalización. No obstante, los estu-
dios también destacan la importancia de cier-
tos factores que coadyuvan a la emergencia de Hacia fines de los años ochenta, hubo un primer cambio
pautas de pluriactividad entre los productores en las conceptualizaciones empleadas para el abordaje
agropecuarios: la existencia de oportunidades de este fenómeno. Los estudiosos del tema comenzaron a
utilizar el término “multiocupación” para tomar en cuen-
laborales extraprediales, las condiciones de ta las diferentes estrategias ocupacionales desplegadas
los mercados de trabajo rural, la estructura y por todos los miembros de la unidad doméstica. El pro-
composición de las familias, etcétera. yecto de Arkleton Trust, llevado a cabo en 1984-1985 en
Distintos autores plantean que la pluriac- 12 países de Europa, constituyó un hito en el desarrollo
tividad constituye un rasgo estructural de las de investigaciones sobre el tema. Entre sus principales
conclusiones, establecía que la multiocupación era un fe-
nómeno de vieja data y que constituía un modo de vida
extendido y variado, y, en tal sentido, un rasgo importante
la agricultura part-time asumía que la dedicación parcial de la economía rural. Asimismo, se destacaba la natura-
del titular a las actividades agrarias significaba también un leza estable y persistente de las unidades multiocupadas.
funcionamiento parcial de la unidad de producción. Este En el período 1987-1990, distintos autores adoptaron
enfoque comparaba las explotaciones part-time con las el término “pluriactividad”, ampliando los alcances del
full-time, conceptualizaba a las primeras como pequeñas concepto de manera de incluir tanto las actividades
e ineficientes, considerando que podían estar tanto inser- que no necesariamente remitieran al trabajo asalaria-
tas en procesos de desplazamiento de la actividad agro- do como las actividades no agrarias realizadas en la
pecuaria como ingresando al sector. En ese contexto, la explotación. De tal forma, el foco de atención viró de
agricultura part-time se visualizaba como un mecanismo las unidades de producción a las unidades domésticas,
de ajuste, que involucraba principalmente a las explota- integrando la diversificación de actividades prediales y
ciones de menor tamaño (Craviotti, 1999). no prediales (véase Fuller, 1990).
Multiocupación y pluriactividad en el agro argentino | N. Giarracca, S. Aparicio y C. Gras  567

tanto de su persistencia en el tiempo como del como heterogeneización creciente de capas


hecho de que el campo es, en forma crecien- sociales anteriormente homogéneas; como fe-
te, asiento de actividades no agrarias (Fuller, nómeno que conlleva procesos de distinto tipo
1990). En tal sentido, Buttel y La Ramee sos- si se considera la variedad de puntos de partida
tienen que “la pluriactividad se ha convertido y de llegada involucrados en las trayectorias de
en una fuerza fundamental que modela la es- dichas capas. En tal sentido, nos importa abor-
tructura agraria” (1991: 163, la traducción es dar las formas en que la diversidad se redefine
nuestra). Podemos pensar, entonces, que las de cara a la pluriactividad, es decir, al conside-
características de los distintos tipos de sujetos rar las conexiones del sector agropecuario con
presentes en el agro en la actualidad no solo se los mercados de trabajo y, en general, con ac-
complejizan al considerar sus conexiones con tividades no agropecuarias. Nos proponemos
actividades fuera del predio, o con actividades así vincular el análisis de la pluriactividad en
no agrarias, sino que las mismas son condicio- sectores campesinos —más precisamente, el
nadas, e incluso posibles, por tales conexiones análisis de la multiocupación campesina, ya
(Murmis, 2000: 13). que, como veremos, las estrategias analizadas
En este trabajo nos proponemos abordar el se centran básicamente en la realización de
análisis de estrategias de pluriactividad en sec- ocupaciones externas a la unidad productiva
tores campesinos en la Argentina —a partir de más que en actividades de tipo empresarial no
la presentación del estudio de caso de campe- agrarias en la explotación2— con las formas
sinos vinculados con la producción de caña de
azúcar en la norteña provincia de Tucumán—,
retomando dos cuestiones presentes en el de- 2 En sentido estricto, el concepto de “pluriactividad”
no forma parte de un marco teórico consistente. En el
bate sobre las transformaciones actuales en las
uso que hacen del mismo los estudiosos de la temáti-
agriculturas y los mundos rurales. ca, existen diferencias con respecto a tres dimensiones
En primer lugar, sostendremos la hipótesis fundamentales: a) si se consideran los trabajos reali-
de que la pluriactividad no es solo una estra- zados por el productor y/o su familia fuera del predio
tegia adaptativa sino también, y fundamental- o solo aquellos fuera de la actividad agrícola, a lo que
se agrega una segunda distinción vinculada con la con-
mente, una de las principales fuentes de di-
sideración exclusiva o no de actividades salariales; b)
versidad (Murmis, 2000); diversidad entendida si se toman en cuenta actividades o ingresos; e) si se
568 Estudios rurales y movimientos sociales. Miradas desde el Sur

que asume la persistencia de las explotacio- cimiento de la economía informal, como tam-
nes campesinas y la complejidad resultante en bién al empleo en el sector público.
cuanto a las características de los sujetos invo- Dentro de ese contexto, en este trabajo nos
lucrados en la producción agraria. interrogaremos acerca de cómo y en qué medi-
Por otra parte, diversos autores han esta- da el desarrollo de estrategias de multiocupa-
blecido una relación entre la expansión de la ción resulta afectado en contextos de estanca-
pluriactividad y los procesos de diversificación miento económico. En otras palabras, cómo se
económica en áreas rurales, como es el caso puede sostener una estrategia de multiocupa-
de los países centrales. En el agro argentino, ción en regiones donde la desocupación ame-
la pluriactividad —multiocupación en nuestro naza la “primera ocupación” de mucha gente.
caso3— ha estado estrechamente ligada al cre- Nuestro ejercicio se halla facilitado por la
posibilidad de comparar la magnitud y las ca-
racterísticas de la multiocupación entre los
considera la realización de actividades no agrarias en el campesinos cañeros en dos contextos socioe-
predio. En nuestro caso, hablaremos de multiocupación conómicos diferentes: antes y después de la
y no de pluriactividad, en tanto que las estrategias que implementación del decreto de des regulación
analizamos para el caso de los campesinos cañeros eng-
loban, principalmente, a las ocupaciones externas de económica de 1991, que modificó hasta niveles
los miembros de la familia. Estas pueden ser con rela- anteriormente desconocidos las condiciones
ción de dependencia o pequeños emprendimientos por en que se desarrollaban las actividades econó-
cuenta propia, pero de ningún modo actividades de tipo micas y los mercados de trabajo en la Argenti-
empresarial. En efecto, la precarización de los vínculos
na (véase Giarracca et al., 1997).
laborales hace que consideremos como “multiocupa-
das” no solo a aquellas explotaciones cuyos miembros Para ello recurrimos a la labour-use index
se asalarizan en los mercados formales sino también a utilizada por la investigadora Utsa Patnaik
aquellos que realizan actividades como cuentapropistas, (Patnaik, 1988) y que en nuestras publicacio-
sin contratar mano de obra (véase Giarracca y Aparicio, nes aparece como “tasa Patnaik” en referencia
1991). En tal sentido, definimos a la “multiocupación”
como una forma de pluriactividad orientada a observar
estos comportamientos en sectores campesinos. tación que son “empresas” también en la actividad agra-
3 Por pluriactividad se entiende la combinación de ria, en tanto se reserva el concepto de “multiocupación”
actividades empresariales propias de unidades de explo- para unidades de tipo campesinas y trabajadores rurales.
Multiocupación y pluriactividad en el agro argentino | N. Giarracca, S. Aparicio y C. Gras  569

a la investigadora que la construyó (Giarracca la unidad productiva? ¿Supone una estrategia


y Aparicio, 1991; Giarracca, Aparicio, Gras y de ingresos que permite generar un fondo adi-
Bertoni, 1995). La tasa —que fue construida cional para el funcionamiento de la unidad en
con información relevada por encuestas en momentos en que existe una mayor demanda
los años 1988 y 1996— nos permite abordar la de capital para sostenerse en la producción?
organización del trabajo en la unidad tomando ¿Qué inserciones laborales pueden lograr los
en cuenta el trabajo del productor y su familia, campesinos fuera de sus explotaciones, te-
tanto dentro como fuera de la misma, y la con- niendo en cuenta los cambios en los mercados
tratación de mano de obra ajena. En nuestra de trabajo rurales? Estos son algunos de los
investigación empleamos la tasa para describir interrogantes que intentaremos responder a lo
las estrategias ocupacionales de las familias largo de este trabajo.
campesinas, y no en el sentido clásico de iden- En los puntos que siguen, situamos nuestro
tificar tendencias a la descampesinización con estudio de caso en el contexto de las tenden-
la que fue desarrollada por Patnaik para la In- cias recientes que afectan a la capa de produc-
dia. La herramienta permite las dos cosas, ya tores familiares. En ese marco, hacemos alu-
que la existencia de “otras ocupaciones” (sobre sión a las formas en que tanto la pluriactividad
todo en el “jefe”) era vista en los años setenta como la multiocupación se hacen presentes. La
como un indicador de “descampesinización”. decisión de integrar el debate de la multiocu-
Sin embargo el tiempo permitió corroborar que pación campesina y de los trabajadores en otro
no necesariamente solo tenía ese significado y más amplio, que incluye la pluriactividad de los
el fenómeno se comenzó a mirar desde la “per- “familiares capitalizados”, se basa en la hipóte-
manencia” campesina. sis de que ambos fenómenos forman parte de
¿Qué procesos —desplazamiento, persisten- la creación de una “nueva ruralidad” paralela a
cia, expansión— pueden vislumbrarse en sec- la expansión de los procesos económicos en el
tores campesinos? ¿Qué relación existe entre nivel global.
esos procesos y la multiocupación? ¿En qué Seguidamente, nos detendremos en el análi-
medida esta se asocia a la persistencia de las sis de los sectores campesinos a partir del caso
unidades campesinas? O bien, ¿en qué medida en estudio: los campesinos cañeros de la pro-
puede asociarse a procesos de expansión de vincia de Tucumán. Ubicaremos a los campesi-
570 Estudios rurales y movimientos sociales. Miradas desde el Sur

nos cañeros dentro de la estructura social pro- ha poseían en conjunto 133.640.000 hectá-
vincial así como dentro de algunos parámetros reas, 76% de la superficie agropecuaria total
de la actividad. Por último, nos ocuparemos de del país. Las explotaciones de menos de 200
la multiocupación en esta capa de productores. hectáreas, alcanzaban en esos años a 282.029
y representaban el 74% del total de unidades.
Pese a su importancia numérica, controlaban
Multiocupación y pluriactividad solo 13.637.000 hectáreas, 7,7% de la superfi-
en el agro argentino cie agropecuaria.
En el estrato de “hasta 200 hectáreas” se ubi-
Las explotaciones agrícolas están disminuyendo ca la mayoría de las explotaciones familiares,
considerablemente en la Argentina debido a una es decir las que utilizan trabajo del jefe de la ex-
tendencia a la concentración que se manifiesta plotación y de sus familiares en la mayor parte
en toda la actividad económica. El Censo Agro- de las labores agrícolas. Las encontramos por
pecuario de 1988 registró 378.357 explotaciones todas las regiones del país, incluyendo la rica
con límites definidos, mientras que en 1969 ese región pampeana; presentan algún grado de
número ascendía a 538.430. Estos datos mos- mecanización y fuertes conexiones con otros
traban un descenso significativo en las explota- sectores, como los contratistas de servicios,
ciones que, seguramente, sería aún mucho más las cooperativas, los exportadores, las institu-
marcado de haberse realizado el censo agrope- ciones de asistencia técnica, etcétera.
cuario en 1998 (como estaba programado)4. Este sector es el que mayores interrogantes
En el último censo realizado (1988), las presenta respecto de su capacidad de respues-
explotaciones agropecuarias de más de 1.000 ta frente a las exigencias del nuevo escenario en
que se desarrolla la agricultura argentina, vale
decir, frente a la demanda de una mayor escala
4 Tanto el Pre-censo Agropecuario que realizó el IN- de producción (tanto en términos de la extensión
DEC en Pergamino como los datos generados por una de los predios como de la dotación de capital) en
consultora nacional para la Región Pampeana, indican un contexto en el que se suprimen los apoyos es-
alrededor de 24% menos de unidades de producción,
tatales. Un trabajo reciente (Murmis, 1998) plan-
siendo especialmente afectadas las de menor superfi-
cie de tierra. tea la existencia de una diversidad de procesos
Multiocupación y pluriactividad en el agro argentino | N. Giarracca, S. Aparicio y C. Gras  571

en los que este sector se haya involucrado: des- Diversos estudios (Craviotti, 1999; Gonzá-
plazamiento de unidades, formas de persistencia lez et al., 1996; Neiman et al., 1998; Soverna
que pueden incluso involucrar procesos de capi- y Craviotti, 1999) permiten afirmar que estas
talización, reproducción, estabilidad productiva, estrategias sociales caracterizan, en la actua-
expansión. En todos estos procesos, la pluriacti- lidad, a buena parte de los productores de
vidad se presenta como un resorte que aporta a tipo familiar en la Argentina. Se trata de fe-
la comprensión de los mismos. nómenos de diversificación de ocupaciones
En efecto, en las últimas décadas, la multio- e inserciones productivas que resultan en un
cupación y la pluriactividad ya no implican en aumento de la heterogeneidad de las capas de
forma excluyente la venta de trabajo estacional unidades agrarias de tipo familiares. Ello se
en mercados agropecuarios o el desarrollo de debe, por un lado, a que complejizan las inser-
otra actividad ligada a la explotación agraria. ciones en la estructura económica, y, por otro
Adquieren también el carácter de estrategias lado, a que, por lo menos en el caso de la plu-
de sostenimiento de unidades familiares (tanto riactividad, se involucran tanto procesos de
campesinas como farmers), que anteriormen- reproducción como de estabilidad productiva
te habían encontrado formas más o menos exi- e, incluso, de expansión con intensificación
tosas de permanencia en la producción y que, de la capitalización.
en el nuevo contexto, evidencian pérdidas de
ingresos, que ponen en cuestión la superviven-
cia de la explotación. Pero, también, la multio- El caso bajo estudio
cupación y la pluriactividad están conectadas,
en algunos casos, con procesos de expansión El sector social que presentaremos como
de la explotación: se trata de situaciones en las “caso” en este artículo —los campesinos cañe-
cuales la capitalización de las unidades está ros de la provincia de Tucumán5— forma parte
viabilizada, en distinta medida, por ingresos
externos a la actividad agraria predial (Murmis,
1998). En otros casos, este tipo de estrategia se 5 Esta provincia tiene solo el 0,8% de la superficie
nacional, pero es la región de mayor densidad pobla-
vincula con la búsqueda de ingresos familiares
cional del país: 50,7 habitantes por kilómetro cuadrado.
acordes con expectativas más altas. Ostentó una urbanización muy temprana en pequeños
572 Estudios rurales y movimientos sociales. Miradas desde el Sur

del estrato de productores familiares —unida- tablecida, que combina ingenios de distintos ta-
des de hasta 200 hectáreas para los parámetros maños con agricultores independientes —mo-
nacionales—, pero en sus estadios de exten- nocultivadores de caña— y, por lo tanto, con
sión de superficie más pequeños. Por el tipo una alta dependencia de los ingenios6. La caña
de producción que emprenden, históricamente de azúcar producida en el país se orienta fun-
han estado incluidos en el mercado azucarero, damentalmente al mercado interno, tanto para
aun aquellos más pequeños (con menos de una el consumo de azúcar como para los consumos
hectárea de superficie). La participación del industriales (las embotelladoras de gaseosas,
Estado mediante distintas políticas a lo largo fábricas de golosinas, etcétera).
de este siglo tuvo mucho que ver en tal situa- Se trata de una actividad muy amenazada por
ción (véase Campi, 1990). En efecto, los cam- los acuerdos económicos firmados en el marco
pesinos cañeros, que han tenido una larga tra- del Mercosur, en la medida en que Brasil es un
yectoria de luchas sociales durante gran parte gran productor de caña y está en condiciones
del siglo pasado, surgieron y permanecieron de sustituir la producción nacional7. Esta situa-
en la actividad cañera amparados por políticas ción no es novedosa ya que la actividad se de-
proteccionistas que favorecían a la actividad sarrolló, desde el siglo XIX, con aranceles que
azucarera en su conjunto, especialmente a los la protegían del mercado internacional.
ingenios azucareros en manos de fuertes bur-
guesías provinciales.
Tucumán produce alrededor del 60% de
la producción nacional de caña de azúcar en
6 Las otras regiones, ubicadas en las provincias de
el país, diferenciándose de las otras regiones Salta y Jujuy, se organizaron con pocos y grandes inge-
productoras (las provincias de Salta y Jujuy nios que producían su propia caña y muy pocos cañeros
principalmente) por el tipo de organización es- independientes, de tipo empresarial.
7 Por ahora existe un arancel al azúcar brasileño
debido a que Brasil produce con importantes subsi-
pueblos y ciudades que viven de la administración y ser- dios del Estado. Es producto de fuertes negociaciones
vicios para sus principales actividades agrarias. En la entre la región NOA en su conjunto con el poder cen-
medición del INDEC de mayo de 2000, presentó la tasa tral. El vigente es un decreto firmado por el presidente
de desocupación más alta del país, arañando el 20%. De la Rúa.
Multiocupación y pluriactividad en el agro argentino | N. Giarracca, S. Aparicio y C. Gras  573

Los productores de caña y simultáneamente entró al sector una de las


de azúcar en Tucumán principales empresas alimentarias del país,
gran consumidora industrial del azúcar8. En tal
En 1988, en Tucumán producían caña alrede- escenario no es extraño que en 1996 nuestros
dor de 10.000 cañeros, de los cuales solo el estudios registraran un menor número de pro-
25,4% no utilizaba ninguna forma de trabajo ductores cañeros que en 1988 y que de ellos los
asalariado, mientras que el 46,1% no emplea- pequeños campesinos fueran los que habían
ba ningún tipo de mecanización agrícola. En desaparecido en mayor medida.
esta situación estaban los campesinos que,
aun en tales condiciones, se mantenían den- Cuadro N° 1
Tipología de cañeros para 1988 y 1996,
tro de la actividad porque estaban habilitados en porcentajes
por el Estado con un “cupo”, es decir, tenían
una cuota de la producción y comercializa- Tipo de productor 1988 1996
ción asegurada. Sin embargo, esa habilitación Campesinos 42,0 34,9
—que suponía también una cuotificación del Campesinos transicionales 18,1 12,5
mercado— no garantizaba la sostenibilidad de Familiares capitalizados 22,2 42,5
estas pequeñas explotaciones y los campesi- Empresarios 17,7 10,0
nos combinaban ocupaciones recurriendo al Total 100 (11.496) 100 (7.373)
trabajo fuera de la explotación.
Fuente: Tipologías construidas por el Grupo de Estudios
En 1991, todas las regulaciones —cupos de
Rurales (GER), sobre la base de las encuestas de 1988
producción, cuotas de mercado, etcétera— y 1996.
desaparecieron, generándose así mercados
libres, negociaciones privadas entre agentes En efecto, en 1996 —a cuatro años de estar en
económicos muy desiguales y sin aprendizajes funcionamiento la desregulación económica
en la negociación del mercado (véase Giarrac-
ca y Aparicio, 1997). La situación se tornó muy
8 La empresa agroindustrial Arcor S.A. fue pionera
difícil para los campesinos que fueron aban-
en la integración vertical con el ingenio. En los últimos
donados a su suerte, sin apoyos crediticios años entraron a sociedades de ingenios las embotella-
ni técnicos. Algunos ingenios desaparecieron doras de Pepsi y de Coca-Cola.
574 Estudios rurales y movimientos sociales. Miradas desde el Sur

en el agro— se registraron 7.373 explotaciones petentes que logran generar estrategias sociales
cañeras, lo que significa alrededor de un 25% capaces de hacerlos sobrevivir en condiciones
menos de agricultores que en 1988. Dentro de muy desfavorables. Desde una pura “lógica de
nuestra tipología, la mayor disminución recayó mercado”, este interrogante no tendría sentido.
en el estrato de “campesinos”, mientras que, en En 1988 habíamos analizado dos estrategias
términos relativos, se incrementaba el estra- de los campesinos: una socio-organizativa (las
to medio (“los familiares capitalizados”)9. Los cooperativas) y otra familiar (la multiocupa-
grandes empresarios también disminuyeron en ción). Reconstruirlas en el mundo campesi-
número, pero aumentaron la cantidad de su- no nos permitió dar cuenta de cómo algunos
perficie que controlaban. sectores campesinos lograban —por aquellas
El principal interés de nuestros últimos es- épocas— no solo subsistir sino también, en
tudios acerca de los cañeros se centró en las algunos casos, mejorar sus condiciones eco-
perspectivas futuras de la población campesi- nómicas y sociales. En efecto, tomando las
na tucumana. A mediados de los años noventa trayectorias de los “familiares capitalizados” y
las tasas de desocupación de la provincia lle- de los “campesinos transicionales” habíamos
garon al pico más alto de las últimas décadas corroborado en muchos de ellos una movilidad
(cercanas al 20%) y las economías regionales social ascendente en las décadas del setenta y
comenzaron a agravarse en relación con los pa- ochenta, proceso sostenido a través de las or-
rámetros económicos. En ese contexto, nues- ganizaciones cooperativas (básicamente para
tros interrogantes se orientaban a comprender la comercialización) y de la multiocupación.
cómo lograban permanecer los campesinos en Sin embargo, en los años noventa las coo-
la actividad cañera dadas estas nuevas condi- perativas sufrieron duros golpes, sobre todo
ciones económicas. Y tal pregunta nos remite a desde que dejaron de cumplir un papel impor-
los campesinos entendidos como actores com- tante en el sistema de comercialización del
azúcar denominado “maquila” (véase Giarrac-
ca y Aparicio, 1991). Disminuyeron en número,
9 Para una mayor información acerca de los crite- quebraron y, en varios casos, se quedaron con
rios de construcción de la tipología de cañeros véase
dinero o azúcar de los campesinos. Sobrevi-
Giarracca y Aparicio, 1991; Giarracca, Aparicio, Gras y
Bertoni, 1995; Aparicio y Gras, 1999. vieron tres de las más de 30 existentes en los
Multiocupación y pluriactividad en el agro argentino | N. Giarracca, S. Aparicio y C. Gras  575

años ochenta. Estas tres cooperativas siguen do la multiocupación en tanto, al otorgar la co-
teniendo una fuerte importancia en la zona de secha a los “frentes”, el productor y su familia
mayor densidad campesina y, a través de ellas, tendrían mayor disponibilidad de tiempo y lo
los campesinos reciben servicios de cosechas ocuparían para trabajar afuera.
y comercialización que les permiten mayor ca-
pacidad de negociación.
No obstante, la estrategia organizativa para La “multiocupación” campesina
1996 no tenía la relevancia que tuvo ocho años
atrás. Nos propusimos averiguar, entonces, qué En 1988 nuestra investigación abordó el análi-
pasaba con la estrategia familiar que denomi- sis de la multiocupación a través de la aplica-
namos “multiocupación”. Era de esperar que, ción de la tasa Patnaik, la cual mide el balance
aun con trabajos más precarios que en 1988, final entre la compra y la venta de trabajo en
esta estrategia se hubiese extendido. relación con el trabajo familiar aplicado en la
Debemos aclarar que si bien la organización unidad campesina10. Si bien la tasa fue trabaja-
cooperativa había quedado reducida a dos o
tres cooperativas que seguían en funciona-
miento, ellas fueron muy importantes para in- 10 Utilizamos una versión simplificada de la tasa, ya
troducir a una fracción campesina en el gran que la autora le agregaba la relación entre tierra arren-
dada y tierra cedida, altamente relevante para la pobla-
“salto tecnológico”: la cosechadora integral. ción objeto de su estudio, pero irrelevante pera el caso
En efecto, las cooperativas fueron las primeras tucumano, donde toda la población era propietaria de
en armar “frentes de cosecha” (calendarios de las tierras. Una segunda precisión que debemos realizar
cosechas tomando a los pequeños cañaverales aquí en relación con el cálculo de la tasa remite a la
definición de “trabajo vendido” que utilizamos. Al igual
como un todo) e introducir la forma de cosecha
que en 1988, consideramos todo tipo de trabajo realiza-
integral. Cuando se comprobó que era posible do fuera de la unidad por cualquier integrante del grupo
integrar en estas nuevas formas de cosecha a doméstico, tanto aquellos trabajos que suponían un sa-
los campesinos, se expandieron los servicios lario como aquellos otros ingresos que correspondieran
de contratistas que trabajaban para los inge- a actividades extraprediales, relacionadas, en general,
con formas de cuentapropismo (“changas” en la cons-
nios o para un gran productor. Esta modalidad
trucción, venta de productos artesanales, ingresos pro-
abonaba la hipótesis de que hubiese aumenta- venientes de pequeños comercios). Debemos señalar
576 Estudios rurales y movimientos sociales. Miradas desde el Sur

da por su autora para precisar las tendencias Donde:


Hi es días de trabajo contratado para la explotación; Ho es días
hacia la diferenciación y descampesinización,
de trabajo vendidos por la familia campesina; F es días de trabajo
el hecho de combinar las relaciones entre ven- totales ocupados por la familia en la unidad durante todo un ciclo
ta de trabajo y trabajo aplicado a la explotación agrícola anual.
tiene la virtud de resumir en un solo valor datos
que nos permiten clasificar a las unidades cam- E ≥ 1: El balance da un margen importante de
pesinas en un gradiente de multiocupación. trabajo contratado que es, por lo menos, seme-
La comparación entre los valores que asume jante al propio dentro de la unidad. Patnaik los
la tasa para 1988 y 1996 nos permite además denomina “campesinos ricos” y nosotros los
abordar el análisis de los cambios en la estruc- denominamos “ricos y transicionales”.
tura agraria tomando como variables significa- 1 > E > 0: Si bien el trabajo contratado supe-
tivas las conexiones de este sector social con ra al vendido por la familia, este saldo es menor
los mercados de trabajo. que el provisto familiarmente; son los “campe-
La tasa se construyó a partir de la siguiente sinos medios”.
fórmula: -1 < E < 0: El balance entre el trabajo com-
E= prado y vendido es negativo pero el trabajo
(Hi-Ho)
para otros se presenta en menor escala que
F
para la propia explotación; son “campesinos
pequeños”.
E ≤ -1: El trabajo fuera de la explotación es
que como parte de la unidad doméstica se consideró a más importante que el trabajo dentro de la uni-
todos los miembros que vivían en ella, ya fuera en for- dad (“Campesinos semiasalariados”).
ma permanente o transitoria. En tal sentido, la defini- E → 8: No hay trabajo familiar pero hay mu-
ción de trabajo familiar empleada remite a la de “hogar”
y no a “familia”, ya que no computamos en el cálculo de cho trabajo de otros; Patnaik los llama “land-
la tasa el trabajo que realizan los miembros migrados, lords” (terratenientes) y nosotros “receptores
quienes muchas veces mantienen vínculos económicos de pequeñas rentas”.
con la unidad, enviando dinero o especies, los cuales La tasa identificó en 1996 los siguientes estra-
constituyen un resorte fundamental en su reproduc-
tos de productores, que comparamos con los
ción. Ellos fueron tenidos en cuenta para el análisis del
ingreso campesino. valores encontrados en 1988.
Multiocupación y pluriactividad en el agro argentino | N. Giarracca, S. Aparicio y C. Gras  577

Cuadro N° 2 junto de campesinos que estaba en mejores


Estratos campesinos según la tasa Patnaik en condiciones que el resto para generar algún
1988 y en 1996 (en porcentajes)
excedente. Si bien entonces esta situación al-
Estratos / años 1996 1988 canzaba a un escaso porcentaje de unidades
Campesinos ricos o transicionales — 7,0 campesinas, su “ausencia” en 1996 denota que,
Campesinos medios 34,8 17,0
en el período reciente, los campesinos no pu-
dieron participar de procesos de expansión.
Campesinos pequeños 35,3 36,0
Muestra, además, que la multiocupación dejó
Campesinos semiasalariados 14,8 40,0
de jugar un papel importante como estrategia
Campesinos receptores de pequeñas rentas 15,1 —
que permitía la generación de un fondo adicio-
Total 100,0 100,0
nal para la capitalización de la unidad produc-
Fuente: GER, 1996 y 1988. tiva. En efecto, en 1988 las unidades que deno-
minamos “transicionales” registraban trabajo
El cuadro muestra cambios muy significativos extrapredial —en términos relativos, en tareas
en el periodo. En primer lugar, a diferencia de y actividades con mejores ingresos que el resto
1988, en 1996 no se registran unidades “ricas de los campesinos— que permitían a la unidad
o transicionales”. Pero para comprender mejor disponer de otros recursos además de los pro-
esta información, se necesitan ciertas aclara- venientes de la venta de la materia prima para
ciones: seguramente “los ricos o transiciona- sostener procesos de inversión.
les” de 1988 no desaparecieron (por lo menos En el caso analizado, era posible pensar
la totalidad) sino que, si lograron sostener su que la existencia de factores tales como la eli-
posición de finales de los años ochenta, en 1996 minación de medidas que favorecían el soste-
no fueron registrados como “campesinos” sino nimiento del ingreso campesino (a partir de
como “familiares capitalizados” y, por lo tanto, la desregulación de la actividad cañera) y los
no les aplicamos la tasa. Lo que en realidad ex- procesos de cambio tecnológico habían inci-
presan los datos de 1996 es que en el período dido para determinar formas de persistencia
no se generaron nuevos “transicionales”. sin capitalización en las que la unidad depen-
En 1988 la presencia de esta franja daba de de su capacidad de conseguir ingresos fue-
cuenta de la existencia de un pequeño subcon- ra de la parcela. Sin embargo, la evolución de
578 Estudios rurales y movimientos sociales. Miradas desde el Sur

las restantes categorías de campesinos según En primer lugar, el avance de la mecanización


la tasa pone en duda esta afirmación. En efec- de la cosecha muestra la intensificación de capi-
to, el Cuadro N° 2 muestra que, entre las uni- tal en la producción cañera. Determina niveles
dades que registran venta de trabajo, el peso de rentabilidad muy diferentes para las explo-
de las “pequeñas” no varió significativamente taciones, que expresan nuevas escalas de sos-
(apenas un 0,7% menos), mientras que, por tenimiento en la producción (Giarracca y Gras,
otro lado, las “semiasalariadas” disminuyeron 1999). De allí que la incorporación de esta tecno-
en cerca de un 26%. Coincidentemente, las logía aparezca en forma creciente como un requi-
unidades “campesinas medias” se duplicaron sito de capitalización necesario para permanecer
en el período. en la producción. Ello se tradujo en un aumento
¿Cómo comprender el aumento de estas úl- de la compra de trabajo en las unidades campe-
timas en un contexto en el que la evolución del sinas vía contratación de servicios de cosecha12.
ingreso cañero y, en general, las condiciones
en que los productores más pequeños parti-
cipan del complejo azucarero hacía esperar,
como tendencia, un incremento de las formas 12 La contratación da servicios para labores (por ejem-
de persistencia campesinas asociadas a la mul- plo, la cosecha) consiste en la realización de la tarea por
tiocupación? En otras palabras, ¿es posible un tercero qua cobra por un trabajo y pone maquina-
rias y trabajadores. Es una organización agrícola muy
suponer que el grueso de las unidades cam- expandida en el país, que en la actividad cañera pasó de
pesinas ha podido sostenerse en estos años representar el 40% en 1988 al 60% en 1996 (Giarracca,
solo con el ingreso proveniente de la caña?11 1999). Esta modalidad amplió la mecanización de proce-
Nuestra hipótesis es que para comprender las sos laborales agrarios, en particular, la cosecha: resulta
sorprendente que el 16% de los campesinos declararon
variaciones entre categorías es necesario ana-
hacer cosecha integral a través de cooperativas, contra-
lizar dos procesos que se habrían desarrollado tistas o del ingenio. Estas nuevas modalidades de inte-
en forma simultánea. gración agroindustrial, que incorporan la realización del
servicio de cosecha a los cañeros, facilitan el acceso de
los productores más pequeños a estas tecnologías. No
11 Cabe señalar en tal sentido qua la producción de obstante, los distintos tipos de arreglos con el ingenio
caña como único cultivo para la venta subsiste en el expresan, en la mayoría de los casos, una menor partici-
88% de las explotaciones campesinas. pación del productor en el precio del azúcar.
Multiocupación y pluriactividad en el agro argentino | N. Giarracca, S. Aparicio y C. Gras  579

Cuadro N° 3 compensa la disminución del trabajo apli-


Trabajo familiar y contratado en cado en la explotación. En promedio, en el
las unidades campesinas
total de explotaciones se venden más jorna-
Indicador 1988 1996 les (188 en 1996 con respecto a 147 en 1988);
A: Jornales contratados por explotación 36 36 sin embargo, como coexiste con un menor
B: Jornales familiares por explotación 130 82
porcentaje de unidades que registran multio-
cupación (42% en 1996 mientras que en 1988
Total jornales 166 118
alcanzaban al 49 %), al tomar del total de
Fuente: Encuesta a cañeros, 1996, GER. las explotaciones campesinas solo aquellas
en que se registra multiocupación, vemos
En segundo lugar, se presenta una disminu- que el número de jornales vendidos en cada
ción del trabajo campesino, tanto el aplicado familia alcanza a cerca del 50% más que en
a la explotación como el trabajo fuera de ella. 1988 (446 jornales en 1996 respecto de 300 en
Por un lado, y como muestra el Cuadro N° 3, 1988). Podríamos concluir que los que logran
la incorporación de tecnologías ahorradoras algún vínculo con el mercado de trabajo ex-
de mano de obra significó una importante re- terno al predio pueden intensificar su oferta,
ducción de jornales aplicados en la realización mientras que los que tienen relaciones más
del cultivo que incluyó el trabajo de la familia. débiles ven constreñidas sus posibilidades
En efecto, mientras que el total de jornales fa- ocupacionales extraprediales.
miliares aplicados a la explotación muestra un Los datos señalan la incapacidad del mer-
descenso, los jornales contratados no varían cado de trabajo local para absorber la mano
entre los dos años considerados, dato que es de obra excedentaria en las explotaciones
coherente con los cambios en las modalidades campesinas. Ello es coherente con el aumen-
de cosecha. En otras palabras, el tiempo dedi- to de los índices de desocupación en la pro-
cado a la caña es menor porque algunas etapas vincia. En otras palabras, lo que se encontró
de la producción (cosecha, transporte, prepa- es una disminución de trabajo campesino
ración del suelo) se contratan. aplicado a la finca y una economía provin-
Por otra parte, se observa un aumento de cial que no genera puestos de trabajo para
los jornales vendidos que, sin embargo, no esta población.
580 Estudios rurales y movimientos sociales. Miradas desde el Sur

El análisis anterior plantea el interrogante Cuadro N° 4


acerca de las posibilidades que tienen los sec- Distribución de la población campesina según tipo
de ocupación y estabilidad (en porcentajes)
tores campesinos para generar otras alterna-
tivas de ingresos. Las demandas laborales en Porcentaje sobre el total de
la producción de caña (donde la población Tipo de ocupación y población campesina que trabaja
campesina solía contratarse) son menores a estabilidad fuera de la unidad
las de una década atrás y requieren de cierta 1988 1996
calificación. Asimismo, en la oferta de trabajo Asalariados perma-
28,0 13,9
hacia mercados más dinámicos como el de la nentes en servicios

citricultura, los cañeros compiten con mano Asalariados transito-


42,3 13,9
de obra urbana (no solo por su lugar de resi- rios en caña

dencia sino también por la trayectoria laboral Asalariados perma-


— 2,8
nentes en caña
de muchos cosecheros de cítricos, en particu-
Asalariados transito-
lar, los más jóvenes, véase Aparicio, 1999). 7,5 —
rios en servicios
Asalariados transito-
El trabajo fuera rios en otras activida- 12,9 19,4
de la unidad campesina des agrarias
Asalariados perma-
La información sobre la cantidad de miembros nentes en actividades — 36,1
no agrarias
multiocupados por unidad que registra trabajo
extrapredial arroja luz sobre la complejidad de Cuenta propia 9,4 13,9

esta estrategia para aquellos que pudieron man- Total 100,0 (5.619) 100,0 (3.528)
tenerla en la última década. En efecto, del total Fuente: GER, 1988 y 1996.
de unidades que venden trabajo, el 55% tiene más
de un miembro ocupado, y cerca del 23% tiene Como en 1988, el tipo y la frecuencia o esta-
tres o más miembros con trabajo extrapredial. bilidad del trabajo extrapredial están fuerte-
La mayoría de los miembros multiocupados son mente relacionados con las distintas posibili-
hijos del “jefe de explotación” (cerca del 80%). dades del significado de estas tareas para las
Multiocupación y pluriactividad en el agro argentino | N. Giarracca, S. Aparicio y C. Gras  581

familias campesinas. Sin embargo, casi una este caso por el lado de su conexión al mercado
década después observamos algunos cam- de trabajo, en tanto el trabajo en la caña y en
bios en la distribución de la población cam- actividades de servicios, constituían estrategias
pesina “multiocupada”. En efecto, si bien se mayoritarias entre los multiocupados de 1988.
siguen combinando las ocupaciones agrarias Como sugiere el Cuadro N° 4, la disminu-
con trabajos en servicios (“cuentapropismo”), ción en caña y servicios parece haber sido
con trabajos en los municipios o delegacio- compensado en parte por el incremento re-
nes comunales, con trabajos permanentes lativo de los asalariados en actividades no
en algunas de las industrias de la provincia y agrarias, de los cuentapropistas y el de los
con otros trabajos agrarios, como jornaleros, transitorios en otras actividades agrarias. Sin
la importancia relativa de cada una de estas embargo, los valores absolutos hablan clara-
combinaciones varió. mente de la expulsión de población campe-
El Cuadro N° 4 muestra, en primer lugar, sina de los mercados laborales formales e
el crecimiento absoluto de las ocupaciones informales. Esta falta de nuevas ocupaciones
no agrarias entre la población campesina tiene que ver con el estancamiento de la eco-
multiocupada. Este dato abona nuestra hi- nomía provincial que no generó actividades
pótesis acerca de la conformación de “nue- económicas en las localidades donde vive
vas ruralidades” que señalan nuevas articu- esta población. Las pocas nuevas actividades
laciones entre el sector agrario y el resto de se desarrollaron en la ciudad de Tucumán y,
la economía. como en todo el país, tienen que ver con los
En segundo lugar, el cuadro señala la pérdi- servicios: supermercados, “shoppings”, ex-
da de puestos de trabajo en la propia actividad pansión bancaria, etcétera.
cañera: los “campesinos —jornaleros golondri-
na”— ya no encuentran en ese mercado la posi- Unidades campesinas
bilidad de sumar ingresos extra para alimentar receptoras de pequeñas rentas
a la familia y subsistir. Finalmente, se destaca la
disminución relativa de los ocupados en el sec- La aplicación de la tasa Patnaik (Cuadro N°
tor servicios. Ambas situaciones muestran el 2) muestra, por último, el surgimiento de una
debilitamiento de las unidades campesinas, en
582 Estudios rurales y movimientos sociales. Miradas desde el Sur

nueva categoría, integrada por aquellos que no importancia significativa entre los productores
registran trabajo familiar directo en la unidad13. de esta última categoría (3%), encontramos que
Patnaik los denomina para la India “terrate- un 19% entrega parte de sus tierras en aparce-
nientes” y, en el caso de la población estudiada ría. Esto daría sustento a la caracterización que
por la autora, la ausencia de trabajo familiar hacemos de este subgrupo como un conjunto
directo se combina con la contratación de tra- de productores que comienza a dejar de parti-
bajo ajeno en proporciones significativas. Para cipar de la actividad a partir de la generación
el caso de Tucumán, nosotros los llamamos de excedentes en el proceso productivo, para
“receptores de pequeñas rentas”, porque los recibir un ingreso por la propiedad de la tierra
cambios que registra este subconjunto de ex- que trabajan otros, si bien mantienen su poder
plotaciones campesinas en sus características de tomar decisiones.
generales y, en particular, en el uso del trabajo Otro rasgo interesante de destacar en este
familiar, no permiten homologarlo a lo que en subgrupo es que el 100 % vive fuera de la ex-
Argentina se entiende por “terratenientes”. plotación. En 1988, también se identificó un
Se trata de un subconjunto de explotaciones conjunto de productores residente en las ca-
en las cuales el trabajo familiar —en todos los beceras departamentales y los pueblos del
casos del productor y de algún otro miembro— interior de la provincia, pero, a diferencia de
se restringe a tareas de administración y super- 1996, en estas unidades se registraba trabajo
visión. El proceso productivo se lleva adelante, familiar directo, y era el productor el que no
en la mayoría de los casos, mediante contra- trabajaba en la explotación (8,7% del total de
tistas (privados o los propios ingenios) que campesinos). En 1996, además, el cambio en
realizan la cosecha. En algunos casos se ob- las formas e intensidad en que se utiliza el
serva, además, la contratación de asalariados trabajo familiar coincide con un aumento del
transitorios para otras tareas, principalmente trabajo fuera del predio.
para la plantación. Si bien la cesión de tierras Se trata de un subconjunto de campesinos
bajo la forma del arrendamiento no tiene una que van perdiendo inserción como productores
y que desarrollan estrategias defensivas para
mantener su capital —la tierra—. En otras pa-
13 Esto es, donde la tasa tiende a infinito por tener
valor “0” en el denominador. labras, en este caso la multiocupación, unida al
Multiocupación y pluriactividad en el agro argentino | N. Giarracca, S. Aparicio y C. Gras  583

abandono del trabajo directo en la explotación te, ha desaparecido un gran número de ellos.
y el cambio de residencia, estaría ejemplifican- No obstante, muchos insisten en mantener
do las formas que asume el desplazamiento en sus cañaverales y en encontrar formas de fi-
los sectores campesinos que, sin embargo, se nanciar sus actividades agrícolas en condicio-
reservan la posibilidad de “volver” a la activi- nes muy desfavorables.
dad, manteniendo la tierra como una fuente de El interrogante que se plantea es por qué los
pequeñas rentas. Por el tamaño de las activi- campesinos insisten en producir caña si ya no
dades económicas que realizan —ocupaciones es un negocio redituable y ni siquiera les permi-
asalariadas como jornaleros agropecuarios o te mantener a la familia en condiciones dignas.
trabajos informales (“changas”)— es posible Una primera respuesta a este interrogante pro-
sostener que no se trata de sectores empresa- viene de un aspecto que no debemos pasar por
riales con inversiones agrarias. alto: en Tucumán existe “una cultura cañera”.
La aparición de esta nueva categoría en 1996 La identidad cañera es fuerte: ser cañero es
es un “hallazgo”, porque plantea una situación pertenecer a un sector social con una historia
paradójica para una capa social que se define que posee reconocimiento nacional por mu-
básicamente por la relación tierra-trabajo fami- chas razones. En primer lugar, porque fue una
liar. En qué medida ello modifica la inserción actividad exitosa dentro del desarrollo capita-
de este estrato de productores en la estructura lista nacional y fueron muy pocas las provin-
social es un interrogante planteado. cias —sobre todo las del norte del país— que
podían ostentar tal status. En segundo lugar,
los campesinos cañeros, así como los trabaja-
Algunas reflexiones finales dores rurales y de los ingenios, protagonizaron,
durante varias décadas, a través de fuertes y
Desde un punto de vista puramente económi- combativas organizaciones, protestas sociales
co, con la desregulación estatal de la actividad en búsqueda de mejores posiciones en una acti-
agroindustrial los pequeños agricultores tie- vidad hegemonizada por los propietarios de los
nen pocas probabilidades de permanecer en ingenios que constituyeron fuertes burguesías
la actividad. Los datos comparativos entre las provinciales. Los campesinos cañeros, sobre
dos encuestas demuestran que, efectivamen- todo los de mayor edad, conocen y recuerdan
584 Estudios rurales y movimientos sociales. Miradas desde el Sur

sus luchas sociales y, si bien se muestran muy propiamente campesino: vive fuera de la explo-
preocupados por el presente, no se resignan a tación, no realiza tareas agrícolas y cede tierra
dejar la producción y creen que “la situación además de vender trabajo. Esta nueva combi-
puede mejorar”. nación es una estrategia que, tal vez, les per-
Otro elemento importante que no debemos mita atravesar estos momentos que son muy
dejar de lado para contestar el interrogante desfavorables para los campesinos.
acerca de la “insistencia campesina” es la falta Tal vez el rasgo más importante que mues-
de oportunidades para quienes quieran dejar tra la última medición es una organización tipo
la actividad. La citricultura —sobre todo el li- campesina con más trabajo adentro que afuera
món— se ha expandido en Tucumán debido a de la explotación (más del 70% de los multio-
la estrategia de exportación que llevaron a cabo cupados según el Cuadro N° 2). Ese trabajo es
las grandes empresas. Pero es una actividad a cada vez más “ineficiente” en términos de pro-
la que los campesinos no tienen la mínima po- ductividad. La disponibilidad de formas de ser-
sibilidad de acceso, dados los altos niveles de vicio para cosecha (a través de las cooperativas
inversión iniciales requeridos. o los ingenios) si bien les permite mantenerse
Frente a tales situaciones, los campesinos en la actividad, les resta tareas para hacer y,
cañeros siguen manteniendo (sin incrementar) por otro lado, no existe una demanda externa
la estrategia de “multiocupación”, que les per- de ese trabajo campesino sobrante.
mite un ingreso que complementa al cañero en A diferencia de otros campesinados de
el mantenimiento de las familias. En 1988, un América Latina, los argentinos no tienen
7% de los multiocupados podía pensar en una posibilidades de migrar a otros países más
expansión o inversión porque la combinación desarrollados (como en el caso de los mexi-
de ocupaciones los hacía excedentarios. En canos). Tampoco Buenos Aires es ya una
1996 ese estrato desapareció, todos tienen las posibilidad laboral. En definitiva, las estra-
otras ocupaciones para subsistir o, peor aún, tegias de pluriactividad y multiocupación se
para financiar la actividad cañera. pueden desarrollar en economías con algún
No obstante, a diferencia de 1988, en 1998 nivel de crecimiento sostenido y con cierta
encontramos un estrato —receptores de pe- capacidad para generar empleos. No es el
queñas rentas— que tomó distancia del trabajo caso de algunas de las economías regionales
Multiocupación y pluriactividad en el agro argentino | N. Giarracca, S. Aparicio y C. Gras  585

en la Argentina actual, lo cual repercute en Bibliografía


las condiciones de trabajo y de vida de los
sectores campesinos y de trabajadores rura- Aparicio, S. y Gras, C. 1999 “Las tipologías
les del noroeste argentino. como construcciones metodológicas”
Una última reflexión está orientada al pro- en Giarracca, N. (comp.) Estudios
blema del azúcar en la provincia en relación Rurales. Teorías, problemas y estrategias
con la probable finalización del proteccionis- metodológicas (Buenos Aires: La Colmena).
mo a la importación de Brasil. El lobby azuca- Brusca, S. 1979 Agricultura ricca e classi
rero, formado básicamente por el sector indus- sociali (Milán: Feltrinelli).
trial del Noroeste, suele invocar la “cuestión Buttel, F. y La Ramee, P. 1991 “The
social” para mantener el arancel al azúcar bra- Disappearing Middle: a Sociological
sileño, sin reconocer los graves problemas de Perspective” en Friedland, W. et al. Towards
asimetrías en el interior mismo de la actividad. a new political economy of agriculture
No obstante, en el caso de que subsistan las (Boulder: Westview Press).
actuales condiciones de la actividad econó- Campi, D. 1990 Política Azucarera en
mica, la provincia de Tucumán enfrentará un Argentina, 1945-1990 Regulación y crisis
problema social de magnitud aún mayor que (Tucumán: UNT).
el actual, lo que planteará, finalmente, un es- Craviotti, C. 1999 “Pluriactividad: su
cenario sin actividad cañera-azucarera. Este incorporación en los enfoques y en las
problema puede ser mayor que el que enfrenta políticas de desarrollo rural” en Estudios
actualmente la provincia a raíz de la disminu- del Trabajo (Buenos Aires: ASET) N° 17.
ción de puestos de trabajo en la zafra debido Craviotti, C. y Soverna, S. 1999
a la expansión de la cosechadora integral, ya Sistematización de estudios de casos de
que parte de los zafreros reemplazados fueron pobreza rural (Buenos Aires: Secretaría
transitorios de otras provincias vecinas, mien- de Agricultura, Ganadería, Pesca y
tras que los campesinos y sus familias residen Alimentación de la Nación, Dirección de
y consumen en Tucumán. Desarrollo Agropecuario, PROINDER).
Fuller, A. 1990 “From part-time farming to
pluriactivity. A decade of change in rural
586 Estudios rurales y movimientos sociales. Miradas desde el Sur

Europe” en Journal of Rural Studies tabaco en Tucumán”, informe final (Buenos


(Londres: Pergamon Press) Vol. 6, N° 4. Aires: UBACYT).
Giarracca, N. 1999 “Trabajo y trabajadores González, M. y Bilello, G. 1996
en la actividad cañera de Tucumán” en “Heterogeneidad y estrategias de los
Estudios del Trabajo (Buenos Aires: productores agrarios de la región pampeana
ASET) N° 17. argentina” en Políticas Agrícolas (Buenos
Giarracca, N. y Aparicio, S. 1991 “Los Aires) Año 2, Vol. II, N° 2.
campesinos cañeros: multiocupación y Motura, G. y Pugliese, E. 1980 “Capitalism
organización” en Cuaderno del Instituto de in agriculture and capitalistic agriculture:
Investigaciones (Buenos Aires: Facultad the Italian case” en Buttel, F. y Newby, H.
de Ciencias Sociales, UBA) N° 3. (eds.) The Rural Sociology of the Advanced
Giarracca, N. y Aparicio, S. 1997 “La acción Societies (Nueva Jersey: Alianheld, Osmund
social en los procesos económicos” en & Co.).
Jorrat, R. (comp.) La investigación social Murmis, M. 1998 “Agro argentino: algunos
hoy (Buenos Aires: EUDEBA). problemas para su análisis” en Giarracca, N.
Giarracca, N. y Gras, C. 1999 y Cloquell, S. (comps.) Las agriculturas del
“Transformaciones en las organizaciones Mercosur. El papel de los actores sociales
laborales de las explotaciones agrarias (Buenos Aires: La Colmena).
de las actividades agroindustriales. Caña Murmis, M. 2000 “Diversidad y Sociología
y tabaco en Tucumán, Argentina” en Rural”, ponencia presentada al X Congreso
Cuadernos de Desarrollo Rural (Bogotá: Mundial de Sociología Rural (Río de
Pontificia Universidad Javeriana) N° 42. Janeiro).
Giarracca, N.; Aparicio, S.; Gras, C. y Bertoni, Neiman, G.; Jiménez, D. y Bardomas, S.
L. 1995 Agroindustrias del Noroeste: el 1988 “Entre lo rural y lo urbano. La
papel de los actores sociales (Buenos Aires: pluriactividad entre los agricultores de la
La Colmena). región pampeana”, ponencia presentada en
Giarracca, N.; Gras, C.; Gutiérrez, P. y las Jornadas de Estudios Agrarios Horacio
Bidaseca, K. 1997 “Negociación y conflicto Giberti (Buenos Aires: Facultad de Filosofía
en el contrato agroindustrial. Caña y y Letras, UBA) agosto.
Multiocupación y pluriactividad en el agro argentino | N. Giarracca, S. Aparicio y C. Gras  587

Patnaik, U. 1988 “Ascertaining the


Economic Characteristics of Peasant
Classes-in-Themselves in Rural India: A
Methodological and Empirical Exercise” en
The Journal of Peasant Studies (Londres)
Vol. 15, N° 3, abril.
Los peligros de los modelos
“productivistas” en el
sector primario*

Q uienes tenemos largas trayectorias de tra-


bajo en estudios de la producción agraria
y los mundos rurales desde una mirada crítica,
Una década después, cuando los resultados
de diez años del modelo del “agronegocio”1 es-
tán a la vista, se nos plantea un nuevo desafío:
hace más de una década que nos venimos pre- dar cuenta de que, además de la producción
ocupando por el rumbo que toma el modelo agropecuaria que nos conduce a peligros socia-
agropecuario (resultado del conjunto de políti- les y ambientales, han aparecido la producción
cas emanadas del Estado y de los organismos de la minería a cielo abierto, la expansión pe-
internacionales). La tendencia a la producción trolera en manos de las empresas privatizadas
de commodities, (por ejemplo la soja); la orien- y otra serie de negocios centrados en nuestros
tación exportadora; el avance sojero sobre cul- bienes naturales, y todos ellos suman conse-
tivos alimentarios; la concentración de las uni- cuencias catastróficas. Es un avance sobre el
dades de producción, etcétera, nos conducían a territorio, es decir, sobre la tierra (nuestro bien
pensar que la profundización de las tendencias tan preciado y envidiado) pero también sobre
agravarían problemas tales como la alimenta-
ción, la pobreza, el despoblamiento de pequeños
1 Denominamos “agronegocio” al modelo impuesto
poblados; un avance ciego de la frontera agraria por el neoliberalismo económico que se basa en una ló-
sobre yungas, montes y bosques, etcétera. gica de producción con fuerte apoyo del sector financie-
ro, orientado a la exportación, con fuerte inversión de
agroquímicos, semillas transgénicas y en gran escala. Se
* Giarracca, N. 2007 “Los peligros de los modelos diferencia del anterior modelo agrícola y agroindustrial
‘productivistas’ en el sector primario” en Anales de la porque expulsa a la pequeña unidad familiar, reduce la
Educación Común, Vol. 3, N° 8. incorporación de mano de obra y la fragmenta.
590 Estudios rurales y movimientos sociales. Miradas desde el Sur

cerros y montañas con minas de todo tipo; so- habilitan las nuevas formas de inversión: leyes
bre el agua (el Acuífero Guaraní2, por ejemplo); de privatización, patentamientos, licencias de
los ríos (el uso de los ríos por las empresas utilización de semillas transgénicas, ley de pro-
papeleras ubicadas en Uruguay y también en ducción minera, ley de exploración petrolera.
Argentina), y sobre las zonas de biodiversidad Estos procesos son económicos, sociopolíti-
acechadas por las empresas transnacionales. cos y culturales. Se basan en viejas concepcio-
Estos territorios son disputados económica- nes del desarrollo (un ciego productivismo), en
mente dentro de un plan de dominación política una ciencia acrítica al servicio de la innovación
en el nivel mundial. Como dice la investigadora tecnológica de los grandes grupos económicos
mexicana Ana Esther Ceceña (2004) el “otro y en prácticas de gestión acorde a ellas. Nue-
nacional” pierde su expresión para reencarnar- vas organizaciones como la Red Internacional
se el mundo como un único territorio a dispu- de Metodología de Investigación de Sistemas
tar. La globalización como dispositivo ideológi- de Producción/Centro Latinoamericano para el
co comunicacional; los efectivos procesos de Desarrollo Rural (RIMISP), complejos progra-
globalización donde se jerarquizan las finan- mas para alivio de la pobreza rural del Banco
ciaciones de los organismos de crédito como Mundial, así como organismos que se centran
el Banco Mundial (BM) o el Fondo Monetario en una gestión de los recursos y de la biodi-
Internacional (FMI); los ordenamientos comer- versidad, sustentadas en instituciones como el
ciales pivoteados por la Organización Mundial BM, el G8 o varias ONG como la World Wildlife
del Comercio (OMC) o los nuevos tribunales Fund, World Conservation Union o el World Re-
como el Centro Internacional de Arreglo de source Institute, constituyen la mano izquier-
Diferencias Relativas a Inversiones (CIADI), da de esta política de los grandes intereses in-
configuraron los nuevos escenarios. Los Es- ternacionales. Proponen “desarrollos territoria-
tados nacionales contribuyeron con leyes que les”, “sustentabilidad” dentro de la política de
corte neoliberal y siguen realizando inventarios
de la biodiversidad latinoamericana y mundial
2 El Sistema Acuífero Guaraní es un cuerpo transfron- para continuar con la actual política de apropia-
terizo de agua subterránea, uno de los reservorios más
ción, patentamientos o “biopiratería”.
grandes del mundo, perteneciente a Argentina, Brasil,
Paraguay y Uruguay. [Nota de los editores originales]
Los peligros de los modelos “productivistas” en el sector primario  591

La agricultura Los campesinos constituían un pequeño nú-


y los mundos rurales cleo dentro del gran estrato de explotaciones
familiares capitalizadas (Explotaciones Agro-
Nuestro país ha sido integrado tempranamente al pecuarias Pequeñas - EAP en Cuadro N° 1) cuyo
capitalismo mundial sobre la base de sus fértiles corte de superficie en tierra se establecía “hasta
praderas productoras de cereales y ganadería. 200 ha”. Con este corte de superficie, el estrato
Desde la formación nacional, la agricultura tuvo alcanzaba alrededor del 80% de las explotacio-
fuertes rasgos capitalistas y dio lugar a burgue- nes en el período que llega hasta 1960, y dina-
sías agrarias que, si bien eran diversas de acuer- mizaba la economía agraria como productor de
do a las regiones donde vivían y desarrollaban agroalimentos para el mercado interno y tam-
sus empresas, supieron conformar alianzas que bién como exportador (y generador de divisas)
posibilitaran tanto el impresionante desarrollo acompañando a los sectores más capitalistas.
pampeano como el de las llamadas “economías
Cuadro N° 1
regionales”. Los territorios agrarios capitaliza-
Peso relativo de las EAP por estratos
dos ocuparon la mayor parte de la agricultura, según los distintos censos
aunque siempre existió una serie de territorios
marginales a este centro capitalista ocupado por CNA CNA CNA CNA CNA
1947 1960 1960 1988 2002
mano de obra asentada, campesinos integrados
de forma subordinada a las agroindustrias, co- EAP Pe-
79,91 80,42 79,60 74,54 69,51
queñas
munidades indígenas asentadas en distintas for-
EAP Me-
mas (las “fincas” salteñas, por ejemplo), selvas, 14,27 13,81 14,31 18,20 20,73
dianas
yungas, bosques, etcétera. El Censo Agropecua-
EAP
rio de 1947 mostró que en esa fecha el 22,4% de Grandes
5,82 5,77 6,09 7,26 9,76
la superficie censada era propiedad del fisco, y
Total 100,00 100,00 100,00 100,00 100,00
el 17% eran bosques y montes naturales. Junto
al núcleo capitalista pervivían diversidades pro- Fuente: Teubal et al., 2005: 62.
ductivas y culturales. Pequeños agricultores ca-
pitalizados, campesinos, comunidades de cam- El Censo del 2002 ya mostraba el proceso de
pesinos que practicaban trashumancia, etcétera. concentración en unidades de producción ma-
592 Estudios rurales y movimientos sociales. Miradas desde el Sur

yores a 200 hectáreas (sobre todo mayores a orden de los 35 millones de toneladas: casi la
500) y el fuerte crecimiento de lo que pasaron mitad de una producción total de 70 millones
a denominarse: megaexplotaciones (mayores a de toneladas de cereales y oleaginosas.
las 100.000 hectáreas). ¿Qué se dejó de producir? La soja avanzó
Pero no solo en el nivel de la estructura sobre tierras dedicadas a tambos, es decir que
agraria el nuevo modelo tuvo consecuencias hoy contamos con menos producción lechera,
notables, también se mostró un cambio impor- ganadería, arroz, hortalizas, etcétera. Como ve-
tante en el tipo de producción predominante: mos son producciones para el mercado interno,
se redujeron los alimentos de consumo nacio- para la alimentación de la población interna y
nal y la producción sojera se impuso sin tapu- principales alimentos de la infancia como es la
jos en el país; el crecimiento del área sembrada leche. Los cambios en las formas de producir
con soja pasó de 4.328.847 en 1993 a 10.835.300 fueron notables. En 1996 comienza la implan-
hectáreas en 2002, es decir, un crecimiento del tación de la semilla transgénica de la soja, co-
orden del 150,3%. El aumento de la superficie mercialmente llamada “RR”, cuyas siglas en in-
implantada con esta oleaginosa se manifestó glés significan Roundup Ready. Roundup es la
en muchas regiones del país: un 116,4% para marca comercial del glifosato, herbicida al cual
la región pampeana; un 119,1% para la región es resistente la soja RR. El paquete tecnológico
del noreste argentino (NEA) y un 207,7% para consiste en combinar esta semilla con el glifo-
la región del noroeste (NOA). En estas últimas sato, utilizado en cantidades cada vez mayores.
dos regiones, tal aumento de la superficie olea- Tanto la semilla RR como el glifosato Roundup
ginosa fue a costa de aquella destinada a los son producidos por Monsanto. La distribución
tradicionales cultivos industriales, ya que esta de la semilla fue luego transferida a su licen-
se redujo en 29,5% y 15,8% en el NEA y NOA, ciataria Asgrow, que fue adquirida por Nidera.
respectivamente. Según datos de la Secretaría Sobre la base de esta nueva biotecnología de
de Agricultura, Ganadería, Pesca y Alimenta- los transgénicos, la Monsanto y sus licenciata-
ción (SAGPyA), la campaña 1980-1981 arrojó rias en la Argentina han podido inducir a los
una cosecha de soja de 3,7 millones de tone- productores a agregar un paquete tecnológico
ladas; durante la de 1990-1991 fue de 10,8 mi- controlado por ellas, al hacer que la soja incor-
llones, mientras que en la de 2002-2003 fue del pore genéticamente la resistencia a su propio
Los peligros de los modelos “productivistas” en el sector primario  593

agroquímico, el glifosato. La introducción de do sus derechos a la tierra y otorgándoselas a


este paquete tecnológico ha aumentado la de- los nuevos inversores sojeros o a los ingenios
pendencia de los agricultores respecto de las que se expanden por el nuevo negocio de los
grandes empresas transnacionales proveedo- biocombustibles. Esto se hace con la compli-
ras de semillas e insumos agrícolas. cidad de los gobiernos provinciales y la mirada
En muchos países del mundo las semillas distraída del gobierno nacional.
transgénicas no están autorizadas para el con- Lo que está en peligro es la convivencia de dos
sumo humano porque se respeta el “principio mundos agrarios que caracterizaron a la Argen-
de precaución” que supone que aún no se ha tina y la diferenciaron de otros países latinoame-
establecido con exactitud qué consecuencias ricanos muy polarizados (Guatemala, Ecuador,
pueden acarrear a la salud humana. Otros paí- Perú). En efecto, el país se había caracterizado
ses como el nuestro, violan este principio y por la coexistencia de una agricultura con sus
no solo autorizan el cultivo de semillas sino la mundos culturales y sociales de tipo familiar en
alimentación humana en base a transgénicos. la que convivían las explotaciones campesinas,
Tampoco se conocen a ciencia cierta las con- las comunidades indígenas, para la subsistencia
secuencias en el nivel de los suelos. Hay fuer- con la explotación familiar capitalizada, nuestro
tes sospechas acerca de la impermeabilización “chacarero”. Unos produciendo para la autoa-
de los suelos por el uso del glifosato, y las re- limentación; los campesinos, para las agroin-
cientes inundaciones en (la provincia de) San- dustrias/autoalimentación, y los chacareros en
ta Fe, (en la localidad de) Tartagal (provincia la Región Pampeana, para el mercado interno y
de Salta) y otras regiones netamente sojeras la exportación. Sus representaciones gremiales
así lo demostrarían. han sido la Federación Agraria Argentina, las
Pero tal vez la consecuencia más trágica del asociaciones de pequeños productores (tal vez
nuevo modelo en el nivel social la constituya la más recordada es Ligas Agrarias Argentinas
la aparición de una violencia en territorios ru- de la década del setenta) y organizaciones con
rales desconocida por la Argentina agraria del cobertura zonal. Todos ellos convivieron, por
siglo XX, que tiene la finalidad de arrinconar a supuesto con tensiones, durante casi todo el si-
comunidades indígenas y campesinas del norte glo XX con la gran propiedad ganadera y agríco-
(Salta y Santiago del Estero sobre todo) violan- la representados por la Sociedad Rural Argenti-
594 Estudios rurales y movimientos sociales. Miradas desde el Sur

na y Confederaciones Rurales Argentinas. Esto primer lugar la alimentación de la población y


fue posible por una serie de arreglos institucio- la oportunidad para todos aquellos que desean
nales (instituciones como la Junta Nacional de mantener el oficio de agricultor. 2) es una moda-
Granos, de Carnes; direcciones nacionales del lidad muy perversa: arrojar a grandes cantidades
azúcar, la vitivinicultura, etcétera) que el Estado de población fuera de sus territorios de orígenes
fue generando a partir de la década de treinta. A donde producían para la autosuficiencia alimen-
partir de 1991, un decreto del presidente Menem taria, para las agroindustrias nacionales, y para
y su ministro (de Economía, Domingo) Cavallo, una diversificada exportación (los chacareros),
da por tierra con todas estas instituciones y se así como a pobladores que con sus comercios
prepara el terreno para la implantación de este creaban una dinámica en muchas pequeñas ciu-
nuevo modelo. dades del interior, para ofrecerles solo la gran
En síntesis, el modelo de agricultura —“agro- desocupación urbana y el asistencialismo de los
negocio”— que se viene desarrollando desde planes sociales.
1991 y que se profundiza con la expansión soje- Por último, un gran peligro del nuevo modelo
ra a partir de la autorización del uso de la semi- es la incidencia en la salud de las poblaciones,
lla transgénica en 1996, favorece a las grandes no solo por el consumo de productos que aún
empresas transnacionales, a grandes inversores, no se conoce si podrán dañar o no la salud, sino
exportadores, comisionistas y comerciantes de por la ya probada incidencia de aumentos de
los pueblos del interior donde estos procesos se enfermedades (sobre todo cáncer) en poblacio-
dan. También el Estado es un gran socio, pues nes en contacto con los nuevos agroquímicos3.
a través de las retenciones a las exportaciones
(que han crecido mucho) obtiene ingresos fisca-
les. No obstante, podemos sostener dos conside-
raciones: 1) la cantidad de población beneficia- 3 No solo aparecen varios documentales televisivos
da directamente con este modelo es muy poca que han mostrado esta situación, sino que existe un in-
si ponemos en la balanza los riegos que este tipo teresante estudio de la Universidad Nacional de Rosa-
de producción acarrea, y si consideramos que lo rio con la Fundación del Hospital Italiano de la región,
que demuestran contundentemente la relación entre
que está en juego son las fértiles praderas que
consumos y acopio de agroquímicos y aumentos de en-
debieran utilizarse con una función social, en fermedades, sobre todo cáncer.
Los peligros de los modelos “productivistas” en el sector primario  595

Los otros bienes podría decir en relación con el Acuífero Guara-


naturales en peligro ní, una de las mayores reservas de agua dulce
del mundo (en este caso con la responsabilidad
Pero como decíamos al comienzo de este artí- compartida con Brasil, Paraguay y Bolivia) y
culo, no solo la tierra está en peligro, lo están con la política de puertas abiertas a la biopirate-
muchos otros territorios que son los que con- ría de las grandes empresas europeas (con sus
tienen nuestros recursos naturales ahora codi- famosas ONG supuestamente ambientalistas)
ciados por el capital transnacional. En etapas que están registrando y llevándose la informa-
anteriores del capitalismo fue el Estado-nación ción de las regiones de biodiversidad5.
el que resguardó el uso de los recursos pues se No podemos ocuparnos de todos estos
conocía que por un lado, la mayoría no son re- bienes naturales en este artículo. Por eso he
novables; por otro, que acarrean grandes rentas elegido el caso de la minería que desarrolla-
(sobreganancias) y básicamente porque forman ré en estas últimas páginas. La elección de la
parte del patrimonio de todos. Con el neolibera- minería recae en varias razones que trataré de
lismo esto cambió, sobre todo en la Argentina. enumerar: 1) compartimos esta tragedia de la
En efecto, el nuestro es el cuarto productor de gran invasión de capitales norteamericanos,
petróleo en América Latina pero es uno de los canadienses y australianos con el resto de los
pocos (ahora el único) que privatiza su explo- países de América Latina, y se están confor-
ración y explotación en la década del noventa mando redes de organizaciones continentales
con consecuencias económicas y sociales de en contra de la minería; 2) la expansión en la
inmensa magnitud (recuérdese las pobladas Argentina es exponencial; 3) considero a los
de Cutral-Có, Mosconi, Tartagal4). Lo mismo se

ron en Cutral-Có y Plaza Huincul (ambas en Neuquén);


4 Las movilizaciones acompañadas por cortes de en Tartagal, y en General Mosconi (Salta). [Nota de los
ruta (piquetes) para protestar contra la desocupación editores originales]
surgieron en localidades del interior de la Argentina, en 5 Pobladores de comunidades indígenas han prohi-
las provincias de Jujuy, Neuquén y Salta en 1996 y 1997; bido el paso a supuestas ONG que trabajan a cuenta de
se desarrollaron en los años sucesivos con inusitada empresas para llevarse información de la rica cantidad de
violencia y represión. Los primeros piquetes se registra- plantas de posibles usos medicinales en el norte del país.
596 Estudios rurales y movimientos sociales. Miradas desde el Sur

maestros agentes sociales muy importantes sado en información de la Escuela de Minas


que deben estar informados acerca de esta si- de Colorado, EEUU, Argentina presenta la
tuación realizada sobre la base de las investi- segunda Tasa Interna de Retorno (ganancias)
gaciones de equipos universitarios autónomos más alta para un proyecto modelo de oro, y la
e independientes, ya que la propaganda de las tercera Tasa Interna de Retorno más alta para
empresas es abundante, producto de las mejo- un proyecto modelo de cobre, sobre un total
res consultoras de publicidad, y confunden a de 24 países considerados. El Ministerio de
la población desinformada. Economía complementó estos datos con otra
información acerca de la conveniencia de los
bajos costos que ofrecen los servicios públicos
La producción minera: el “no” y la mano de obra local.
debe ser “no” El contexto macro Con la sanción de la Ley 24.196/93, en ple-
institucional no gobierno neoliberal de Carlos Menem, hubo
un incremento muy significativo de las inver-
Argentina es un país sumamente vasto en re- siones mineras. Asimismo, estas empresas fue-
cursos mineros, con una superficie cercana a ron aumentando en número6. Un informe de la
los 2.700.000 km2. El 75% de las áreas con po-
tencial minero se encuentra sin explotar, lo que 6 Principales empresas mineras en Argentina: Bajo
hace del país un centro de atracción de inver- La Alumbrera (Xstrata, Wheaton River Minerals Ltd.,
soras, tal como lo propagandizan las páginas Northern Orion Resources Inc.), Salar del Hombre
oficiales de Internet. Las principales áreas de Muerto (FMC Lithium Corp.), Mina Aguilar (Compañía
explotación se localizan en la cordillera de Los Minera Aguilar S.A.), Cerro Vanguardia (Anglogold),
Agua Rica (Northern Orion Resources Inc.), Farallón
Andes, en un recorrido de unos 4.500 kilóme- Negro (YMAD), Pirquitas (Silver Standard), Pascua-La-
tros de largo. Un documento del Ministerio de ma (Barrick Gold Corp.), Pachón (Noranda), Manantial
Economía (y Producción de la Nación) publi- Espejo (Silver Standard, Pan American Silver Corp.),
cado en Internet, recomienda la inversión en el Andacollo (Andacollo Gold), Veta Martha (Coeur Dále-
sector minero, argumentando que, de acuerdo ne), Potasio Río Colorado (Río Tinto), Borax Argentina
(Borax Argentina), Arizaro/Lindero (Mansfield Minera
con un trabajo de la Comisión Económica para S.A., Río Tinto) (Fuente: Secretaría de Minería). Un in-
América Latina y el Caribe (CEPAL, 1999) ba- formante, miembro del Estado, me aseguró que existen
Los peligros de los modelos “productivistas” en el sector primario  597

CEPAL sostiene que de siete empresas mineras consecuencias ambientales en todo el mundo
que se registraban en el país a comienzos de los desarrollado (en varios países está prohibida),
noventa, se llegó en nuestros días al número de pueda encontrar una especie de zona franca
55 firmas extranjeras y algunas pocas empre- jurídica y económica en la Argentina y en toda
sas nacionales. Y no era para menos; la citada la América Latina.
Ley configuró un marco legal inconcebible de
ser generado por un Estado soberano: le otorga
a las empresas extranjeras plenos derechos de Las Asambleas Autoconvocadas
acceder al crédito interno, transferir al exterior por el “No” a la minería
las utilidades líquidas y realizadas, repatriar su
inversión, además de extraer cualquier tipo de Mientras los gobiernos de toda América Latina
mineral sin restricciones de ningún tipo (nu- (gobiernos “progresistas” y de derecha como
clear, por ejemplo). Sumado a este marco ge- el de Guatemala) prepararon y actualizaron la
neral, (las empresas extranjeras) podrán gozar legislación para que esta inversión extractiva
de una serie de incentivos que establece el ré- pueda darse, son las poblaciones las que salie-
gimen de inversiones mineras que hace de esto ron a oponerse y a defender nuestros cerros,
un gran negocio. ríos, territorios. Tal vez el caso más conocido
Es decir, el marco legal para la explotación es el de Esquel7 que en 2003 logró un plebis-
minera tiene tal permisividad y favorece de tal cito con un resultado del 82% en contra de la
modo la inversión foránea que se puede com- instalación de la empresa canadiense Meridian
prender fácilmente el aluvión de capitales ex- Gold. Luego, la organización surgió en todos
tranjeros llegados al país en los últimos años. los pueblos andinos en la mira del gran capi-
Como decíamos anteriormente, el Estado no tal internacional minero. Se formó una Red de
solo no regula sino que habilita las condicio-
nes para que la actividad económica extracti-
va, criticada por los modos de explotación y las 7 Ciudad cordillerana de aproximadamente 40.000
habitantes, está ubicada en el noroeste de la provin-
cia de Chubut, a 620 kilómetros de la capital de esa
alrededor de 500 proyectos mineros en marcha y 250 provincia de la Patagonia argentina. [Nota de los edi-
con trabajos de exploración avanzados. tores originales]
598 Estudios rurales y movimientos sociales. Miradas desde el Sur

organizaciones y finalmente la Unión de Asam- hotel para 2.000 personas, televisión satelital,
bleas de Autoconvocados (UAC) donde parti- Internet, etcétera, que aprovechará las mejores
cipan también organizaciones en disputa por ventajas de las ya favorecedoras legislaciones
la tierra y la Asamblea (Ciudadana Ambiental) de ambos países.
de Gualeguaychú8. El inmenso boquete a cielo abierto estará del
El gobernador sanjuanino José Luis Gioja lado chileno pero Argentina se llevará lo peor
se ha convertido en un símbolo del funciona- en contaminación ambiental: “la planta de pro-
rio aliado al capital expoliador: no solo impide cesos” (donde las rocas se muelen, con enor-
un plebiscito que tiene el visto bueno del inten- mes cantidades de polvo liberadas al aire) y el
dente y del Consejo Deliberante de Calingasta “dique de colas”, una gigantesca pileta de 420
sino que se muestra orgulloso de formar parte hectáreas y de 200 metros de profundidad, que
del primer emprendimiento binacional de mi- cumplirá la función de basurero químico. Allí se
nería Pascua-Lama, inversión de la canadiense- depositarán, según cifras de la misma empresa,
norteamericana Barrick Gold. Ya cuenta con hasta 257 millones de toneladas de basura quí-
la aprobación de Chile donde (el emprendi- mica. Además de los gases que emanan, estos
miento) se ubicará en el Valle de Huayco en la diques pueden sufrir roturas, con filtraciones
Tercera Región, y del lado argentino muy cerca subterráneas que terminan en arroyos y ríos. El
de otro yacimiento en producción —Velade- 3 de junio de 2007, el diario Página/12 expresó:
ro— en el noroeste de (la provincia de) San
Juan. Se dice que se constituirá un “tercer país” “Imagínese ese enorme piletón con basura quí-
virtual con una ciudad a 5.000 metros con un mica filtrando en la cordillera, donde nacen to-
dos los ríos que nos alimentan de agua y que
permanecerá allí por siempre, más allá de cuan-
do se vaya la Barrick. Además, todo en una zona
8 La empresa española Ence y la finlandesa Botnia es- de movimientos sísmicos, con dos devastadores
tán finalizando el emplazamiento de dos plantas de pasta terremotos en los últimos sesenta años”, la-
de papel en Uruguay, frente a las costas de la provincia
menta Leonardo Fernández, de la organización
argentina de Entre Ríos. Los impactos negativos que pro-
vocarán, generaron un fuerte movimiento de oposición campesina Asociación de Familias Rurales del
liderado por los habitantes de la localidad entrerriana de Norte Jachalero.
Gualeguaychú. [Nota de los editores originales]
Los peligros de los modelos “productivistas” en el sector primario  599

¿Para qué sirve el oro extraído? Casi un 80% desocupación). En este período de la historia
para joyas y solo el 20% para usos industriales. les toca a las poblaciones de toda América Lati-
¿Qué le queda al país? Gran contaminación, na defender sus territorios, y lo están haciendo;
territorios destruidos y poblaciones empo- y quienes estudiamos estas cuestiones tenemos
brecidas y enfermas. ¿Negocios para quiénes? la obligación de difundirlo y colaborar para que
Para las transnacionales y sus socios nacio- todas las poblaciones estén informadas. Es una
nales que seguramente están ubicados dentro gran tarea de la universidad y de toda la educa-
del Estado nacional, y José Luis Gioja es un ción pública.
claro ejemplo.
Las poblaciones ancestrales desde siempre
buscaron y extrajeron el oro de modo artesa- Bibliografía
nal preservando los territorios; las leyendas
cuentan de expropiadores foráneos que, en- Barbetta, P. 2005 “El Movimiento Campesino
ceguecidos por la búsqueda de oro, destruían de Santiago del Estero: luchas y sentidos
con sus picos y palas partes importantes de en torno a la problemática de la tierra”
los cerros. Los adelantos tecnológicos permi- en Giarracca, N. y Teubal, M. (coords.)
ten detectar vía satélite los cerros que contie- El campo argentino en la encrucijada.
nen plata, oro y cualquier otro mineral, y el Estrategias y resistencias sociales, ecos en
cianuro que, con el agotamiento del agua de la ciudad (Buenos Aires: Alianza).
la región, permite separar rápidamente el mi- Ceceña, A. E. 2004 Hegemonías y
neral. Lo que queda ya lo narramos. El interro- emancipaciones en el siglo XXI (Buenos
gante es: ¿se puede permitir y estimular esta Aires: CLACSO).
aberrante producción? Giarracca, N. 2007 “La tragedia del desarrollo:
Dos importantes poblaciones latinoameri- disputas por los recursos naturales en la
canas lograron parar la explotación minera: Argentina” en Sociedad (Buenos Aires:
Tambogrande en Perú, y Esquel en Argentina. Facultad de Ciencias Sociales, UBA) N° 27.
Es decir, se puede y esto se logra con una ciu- Teubal, M.; Domínguez, D. y Sabatino, P.
dadanía informada, no propensa al engaño y sin 2005 “Transformaciones agrarias en
vulnerabilidades extremas (grandes tasas de la Argentina. Agricultura industrial y
600 Estudios rurales y movimientos sociales. Miradas desde el Sur

sistema agroalimentarios” en Giarracca,


N. y Teubal, M. (coords.) El campo
argentino en la encrucijada. Estrategias
y resistencias sociales, ecos en la ciudad
(Buenos Aires: Alianza).
Tercera Parte

Protesta y movimientos sociales


Democracia y neoliberalismo
en el campo argentino
Una convivencia difícil*

Norma Giarracca y Miguel Teubal**

Introducción so que acompaña al desarrollo del capitalismo


y, por lo tanto, al progreso técnico —desarro-
Para pensar los procesos democratizadores en llo de las fuerzas productivas— y a una sola
el campo latinoamericano se requiere poner en manera de producir (en determinado contex-
claro el sentido que le queremos dar a la idea. Y to histórico), así como sus consiguientes mo-
esto es así porque existe una vieja concepción dos de distribuir y consumir, ordenados por el
derivada de las teorías de la modernización que mercado. En tal escenario, se presume que las
da por supuesto que la democracia es un proce- producciones agrarias latinoamericanas y sus
mundos sociales, que sufrieron fuertes atrasos
en relación con otros sectores económicos en
* Giarracca, N. y Teubal, M. 2006 “Democracia y neo-
la introducción tecnológica y en la producción
liberalismo en el campo argentino. Una convivencia di- para el mercado (o sea, en su “moderniza-
fícil” en De Grammont, H. C. (comp.) La construcción ción”), serían más vulnerables a sufrir retrasos
de la democracia en el campo latinoamericano (Bue- en sus procesos de democratización; y como
nos Aires: CLACSO, Colección Grupos de Trabajo). consecuencia, a permanecer bajo la influencia
** Economista, PhD en Economía Agraria de la Uni- de fuerzas políticas tales como el caudillismo,
versidad de California, Berkeley. Profesor consulto e los compadrazgos, etcétera.
investigador superior del CONICET. Fue profesor ti- Otra versión de la misma idea sostiene que
tular de Economía Agraria en la Facultad de Ciencias mientras los mundos urbanos, ligados a la in-
Económicas, y de Economía II de la Facultad de Cien-
dustrialización, fueron más propensos a en-
cias Sociales de la UBA. Ex-miembro del Transnational
Institute de Ámsterdam. contrar formas democráticas de convivencia,
604 Estudios rurales y movimientos sociales. Miradas desde el Sur

jerarquizando relaciones secularizadas ba- toria que le dio origen, y pretendió sostener
sadas en la meritocracia que asigna recursos esta fase de su desarrollo con políticas neoli-
con criterios racionales, los mundos agrarios berales enmarcadas en democracias plagadas
permanecen en las típicas dimensiones de las de casos de corrupción asociados a los mega-
comunidades, regidos por pautas tradiciona- negocios transnacionales. Cuando se abando-
les contrarias a las libertades democráticas. nó la intención política de generar hegemonía
Como consecuencia de todas estas ideas, los con programas de inclusión, la resignación
procesos de industrialización asociados inde- fue la única propuesta frente a un futuro que
fectiblemente a la modernización habrían de podía ser peor (el TINA thatcheriano: no hay
conducir a las sociedades contemporáneas alternativa). Como sostiene De Sousa Santos
hacia procesos democratizadores cada vez (2000), los otrora progresistas se convierten
más acabados, inclusive en el dominio de lo en conservadores: mantener el presente es lo
agrario y rural. mejor que puede ocurrir frente a un futuro sin
Todos estos planteos se sostuvieron firme- progreso. Una espera sin esperanza.
mente durante gran parte del siglo XX, cuan- Pero en los finales de la década, cuando
do la modernidad tardía aún desplegaba los las tensiones dentro del modelo neoliberal
últimos estertores de una arquitectura social comienzan a mostrarse, a hacerse visibles,
que nos había incluido como parte de un oc- como suele suceder en los momentos de cri-
cidente subdesarrollado. En los finales del si- sis, América Latina irrumpe configurando
glo, con los dramáticos procesos dictatoriales nuevos escenarios imbricados con los que se
de los setenta en casi toda Latinoamérica, los construyen las protestas antiglobalización o
ochenta como la década perdida en lo eco- altermundo. El nuevo siglo nos encuentra en
nómico pero con despliegues de incipientes esta transición, en estos momentos de pasajes
procesos de democracias formales, y con la en los que, por ejemplo en América Latina, los
última década neoliberal y sus ajustes estruc- movimientos indígenas de Ecuador y Bolivia,
turales extremos a lo largo y ancho del con- el movimiento zapatista de México, los pique-
tinente, tales paradigmas son radicalmente teros (desocupados) argentinos que forman
cuestionados. En los noventa, el capitalismo alianza con los campesinos, o el movimiento
mostró nuevamente la dimensión expropia- de los Sin Tierra en Brasil son —por dar solo
Democracia y neoliberalismo en el campo argentino | N. Giarracca y M. Teubal  605

algunos ejemplos— los actores políticos que experimentación democrática que resignifica
mayor visibilidad pública han logrado y que el concepto mismo y deja abierta la potencial
luchan por demostrar la construcción de otro creatividad de la acción humana.
mundo posible; es decir, una transformación En este trabajo nos proponemos demostrar
democratizadora. que estas tensiones de control social/democra-
Por eso nos interrogamos: ¿se puede seguir tización se manifiestan en todos los dominios
pensando la democracia y los procesos demo- sociales y no solo en las arenas donde se jue-
cratizadores como hace cincuenta años? ¿Po- gan las decisiones políticas. Con el ejemplo
demos sostener las mismas categorías dicoto- de lo que ocurre en la agricultura argentina se
mizadoras de campo-ciudad, progreso-atraso, muestran, por un lado, los componentes autori-
etcétera, de las teorías de la modernización? tarios del modelo productivista agrícola; y por
¿O por el contrario, se trata de buscar nue- otro, las posibilidades de algunas experiencias
vos sentidos para el concepto democracia, y de resistencias e iniciativas en los niveles de la
bucear, desde las nuevas experiencias que sur- producción, distribución y consumo.
gieron como rebeldía a un modelo autoritario, Desde las acciones de las poblaciones afec-
los componentes que integran estos nuevos tadas se ponen de manifiesto las tremendas
campos de experimentación? Dentro de este irracionalidades de una política que ha condu-
espacio encontramos movimientos sociales cido al país a una transformación conservado-
tales como los de derechos humanos en todo ra, concentradora de riqueza y de un empobre-
el continente, mujeres, ecologistas, indígenas cimiento nunca antes conocido. Esto se logró
y campesinos, desocupados y ocupados —esta con un manejo institucional que condujo al va-
nueva categoría que, en nuestro país, se llama ciamiento de los mecanismos de la democracia
piqueteros— pero también hallamos experien- representativa y a la pérdida de todas las posi-
cias de producción, redes de comercialización bilidades que, en los comienzos de los ochenta,
al margen del mercado, consumos justos y parecían poder desarrollarse.
solidarios, medios de comunicación (Indyme- Antes de desarrollar el caso argentino quere-
dia, por ejemplo), nuevas instituciones edu- mos enmarcarlo en un contexto más global, y
cativas o científicas que cuestionan los viejos mostrar que no es solo la agricultura argentina
paradigmas, etcétera. Es decir, un campo de la que viabilizó fuertes retrocesos en las condi-
606 Estudios rurales y movimientos sociales. Miradas desde el Sur

ciones de posibilidad de una democracia, sino tiene mucho que ver con la hegemonía crecien-
que ha sido un proceso iniciado y desarrollado te de la agroindustria; o mejor dicho, el agri-
en occidente. business, o sea, las grandes empresas transna-
cionales agroalimentarias en diversos ámbitos
rurales y agropecuarios del mundo. El para-
El modelo agroalimentario digma del modelo agroalimentario impulsado
implantado a escala mundial por estas transnacionales y por organismos
internacionales se basa fundamentalmente en
Vivimos en un mundo crecientemente globali- el modelo agrario estadounidense, en donde se
zado. En décadas recientes, tanto en nuestro originó la agricultura industrial que según al-
país como en otros, fueron introducidas pau- gunos autores ha hecho estragos en todas par-
tas, políticas y mecanismos vinculados con la tes, inclusive en EEUU, y que se contrapone al
producción agropecuaria y agroindustrial que modelo de la agricultura familiar.
tienen mucho que ver con el denominado mo- Como lo señala Vallianatos,
delo agroalimentario difundido masivamente a
escala mundial. Como consecuencia, convie- el modelo agropecuario (de EEUU), que es el íco-
ne que analicemos algunos de los elementos no de la agricultura industrial en el mundo, se ha
esenciales de este modelo, para luego tratar de transformado en una fábrica mecanizada gigante,
que en el último siglo ha atravesado a la ruralidad
vislumbrar su incidencia sobre el medio local.
norteamericana minándola y “canibalizándola” y
Nuestro punto de partida es el análisis de algu- dejando detrás de sí una tierra desolada, comuni-
nas cuestiones relacionadas con las caracterís- dades que se desintegran y una población temero-
ticas que asume este modelo que se expande sa. (Vallianatos, 2001: 48, la traducción es nuestra)
mundialmente y sus vínculos con la problemá-
tica de la democracia. Estas reflexiones sobre La importancia de la pequeña explotación fami-
las tendencias que operan a nivel mundial nos liar y campesina como elemento condicionante
habilitan para pensar, luego, lo ocurrido en la del proceso democratizador ha sido conside-
Argentina en la década del noventa. rada con frecuencia (Moore, 1976; Meiksins
No cabe duda de que el nuevo modelo agro- Wood, 1988; Vallianatos, 2003). En efecto, son
alimentario que se expande a escala mundial
Democracia y neoliberalismo en el campo argentino | N. Giarracca y M. Teubal  607

diversas las interpretaciones que señalan que Diversos autores (Strange, 1988; Vallianatos,
en sus orígenes mismos, la democracia griega, 2003) señalan el embate en contra del proceso
y en particular la ateniense, se basaba en la democratizador que significó en EEUU el auge
persistencia de un importante estrato de cam- de la agricultura industrial en contraposición al
pesinos que trabajaban su tierra conjuntamen- modelo de agricultura familiar corporizada en
te con otros trabajadores artesanos. Si bien la pequeña explotación familiar2.
también la esclavitud era una característica de
la época, la diferencia específica del caso ate-
2 Walter Goldschmidt, antropólogo del Departamen-
niense se debía fundamentalmente al campesi- to de Agricultura de EEUU (USDA) en los años cuaren-
nado y a los demás estratos que constituían los ta, formuló una comparación entre dos comunidades
ciudadanos trabajadores por excelencia (Meik- rurales del Estado de California con características
sins Wood, 1988)1. climáticas y de fertilidad semejantes pero que se dife-
También en EEUU se consideró que la difu- renciaban básicamente por el tamaño promedio de sus
explotaciones. En Arvin, el tamaño promedio de la ex-
sión de la explotación familiar sentó las bases plotación agropecuaria era de 500 acres; en cambio, en
económicas de las libertades y de las institu- Dinuba, localizada en una región cercana a Arvin, las
ciones democráticas del país. Evidentemente, explotaciones tenían en promedio 53 acres. Las explo-
el modelo de agricultura industrial que pasó taciones de más de 160 acres cubrían el 91% de la tierra
por diversas etapas y que tuvo una difusión en Arvin, pero solo el 25% en Dinuba. Menos de un ter-
cio de la población activa en Dinuba eran trabajadores
creciente y masiva en este siglo se contrapone rurales, mientras que en Arvin dos tercios de dicha po-
al tradicional modelo asentado en los farmers. blación lo eran. Las diferencias entre ambas comunida-
des no podían ser mayores. “Tres cuartas partes de los
farmers de Dinuba eran propietarios de sus tierras. Se
1 Vallianatos (2003) también señala la importancia trataba de una economía vigorosa y democrática. Una
que tenían los campesinos como basamento del surgi- comunidad que tenía buenas escuelas tanto primarias
miento de la democracia en la antigua Grecia de sus como secundarias. Los maestros vivían en la localidad
antepasados. Hijo él mismo de un pequeño productor contribuyendo ampliamente a la cultura comunitaria.
del pueblo montañoso de Valsamata, en la isla griega Los residentes de Dinuba eran, en general, de clase me-
de Kephalonia, recuerda la vida y la alegría de vivir que dia, tenían buenos ingresos y un interés intenso en su
tenían sus familiares y su comunidad de antaño. Según comunidad. En el pueblo había tres parques públicos y
este autor, ahora todo ha cambiado: prevalece la agro- dos periódicos. El pueblo disponía de buenos servicios
industria y se han vaciado las comunidades. sanitarios, calles asfaltadas y buena iluminación. Die-
608 Estudios rurales y movimientos sociales. Miradas desde el Sur

La conquista del oeste en el siglo XIX se pro- portante se produjo a partir de la introducción
dujo en el marco de la difusión del arado, el y la difusión masiva del maíz híbrido, que tuvo
hacha y el ganado, siendo la base de sustenta- un auge espectacular entre 1930 y 1965. Este,
ción de un posterior proceso de mecanización. que rápidamente sustituyó al maíz de poliniza-
También se produjo a costa de la deforesta- ción abierta, permitió al farmer intensificar la
ción, el deterioro ambiental, el sobre-pastoreo mecanización de su campo, ya que las plantas
y la eliminación de cuajo de las comunidades de maíz híbrido eran esencialmente idénticas
indígenas originarias. Pero el cambio más im- y, por tanto, permitían una fácil cosecha me-
cánica. En 1935 solo el 15% de los productores
de maíz en el Estado de Iowa poseía cosecha-
cinueve por ciento de los residentes eran californianos doras mecánicas. En 1945, ya el 70% utilizaba
nativos, 22% inmigrantes de los Dust Bowls. La media cosechadoras. Los híbridos también permitie-
de residencia de los habitantes de Dinuba era de entre ron una mayor fertilización. Entre 1950 y 1980
15 y 20 años”. En definitiva, “la prosperidad de Dinuba
se debía a sus pequeñas explotaciones” (Vallianatos,
la cantidad de semillas híbridas utilizadas por
2003: 41). La situación de Dinuba contrastaba con la de superficie se duplicaba año tras año. Las ven-
Arvin. Aquí solo el 35% de los farmers eran propieta- tas de semillas híbridas aumentó 60%, y el to-
rios. El 4% eran nativos de California. El 63% eran inmi- nelaje de venta de fertilizantes nitrogenados
grantes de la era de los Dust Bowls con menos de cinco se multiplicó por 17. La producción de plan-
años de residencia en el pueblo. Ganaban poco, no te-
nían mucho interés en su comunidad. Los gerentes de tas muy cercanas unas a otras con abundantes
las grandes explotaciones eran ausentistas. Hasta los fertilizantes también contribuyó al aumento de
maestros del pueblo lo encontraban triste, la mayoría yuyos, insectos y enfermedades, lo cual hizo
prefería vivir a 30 km, en Bakersfield, y viajar todos los que ese maíz dependiera cada vez más de los
días. Tanto las escuelas como las iglesias y la economía
nuevos pesticidas.
de Arvin estaban empobrecidas. Al pueblo le faltaba
una escuela secundaria. Faltaban calles asfaltadas, ilu- Estos procesos se encadenaron con el auge
minación y veredas para caminar. No tenía adecuadas de la industria química y la producción de po-
facilidades sanitarias y de agua. El pueblo tampoco te- tentes venenos y agrotóxicos. El Paratión y
nía un liderazgo político y administrativo propio. Por otros agrotóxicos mataban insectos y plantas,
todas estas razones, Goldschmidt consideraba a Arvin
pero también pájaros y toda fauna y flora úti-
“más una aglomeración de casas que una comunidad”
(citado por Vallianatos, 2003: 41). les. Uno de los agrotóxicos más importantes
Democracia y neoliberalismo en el campo argentino | N. Giarracca y M. Teubal  609

fue el DDT, sucedido por el 2,4-D. La lucha acumulación de maquinaria poderosa hace que
contra los rastrojos, sin embargo, contribuyó algunos farmers sean grandes y poderosos, ca-
al surgimiento de insectos resistentes a los paces de explotar vastos territorios. Tienden
nuevos agrotóxicos, los superbugs (los bi- a colonizar a los pueblos rurales vaciando al
chos gigantes). En la actualidad existen más campo de la pequeña explotación. O sea, el sur-
de 540 tipos de estos bichos que comen gran- gimiento de un estrato de grandes productores
des cantidades de la cosecha y que son prác- que se adueña de la mayor parte de la tierra,
ticamente indestructibles. adquiriendo un excesivo poder, es lo que tien-
En el Tercer Mundo los campesinos que uti- de a ser perjudicial para la democracia política.
lizan grandes cantidades de pesticidas pierden Esta se basa en la persistencia de una demo-
hasta la mitad de los alimentos que producen cracia económica, es decir, un contexto en el
por pestes que no pueden ser controladas por cual a muchas pequeñas explotaciones familia-
ellos. En EEUU las pérdidas por la difusión de res les va bien, adquiriendo un compromiso no
nuevas pestes ha ido en aumento, ascendiendo solo con la tierra sino también con el gobierno
a 77 mil millones de dólares en 1974. El surgi- constitucional” (Vallianatos, 2001: 49).
miento de nuevos gases tóxicos, la utilización La concentración de la tierra y de los recur-
de los híbridos y el uso del DDT y otros agro- sos naturales, inclusive debido a los subsidios
tóxicos son característicos del nuevo modelo gubernamentales y a factores tales como la
agroindustrial impulsado en el mundo, poten- provisión privilegiada de agua para irrigación a
ciados en la actualidad por los nuevos organis- los productores más grandes por parte del go-
mos genéticamente modificados. bierno, significó otorgar “a estos grandes pro-
Fue así como la agricultura industrial con- ductores privilegios antidemocráticos”, ya que
dujo no solo al aumento de la mecanización y en última instancia “les permitieron echar a los
a la utilización de tractores cada vez más po- pequeños productores familiares de la agricul-
tentes, sino también a la utilización creciente tura; lo cual constituye una tragedia y una falla
de los agroquímicos, los cuales aumentaron los de la democracia” (Vallianatos, 2001: 49).
costos sociales de producción agropecuaria. Las cifras que denotan la desaparición de los
Vallianatos sostiene que “los costos de esta in- farmers familiares en EEUU son contunden-
dustrialización agraria han sido muy altos. La tes. En la década del veinte el éxodo agrario
610 Estudios rurales y movimientos sociales. Miradas desde el Sur

afectaba a 600 mil farmers por año, un proce- commodities que compran una pocas grandes
so que se intensificó entre 1940 y 1960 cuando corporaciones agroindustriales con enorme
más de un millón de farmers dijeron adiós a la poder” (Vallianatos, 2003: 50).
América rural. En 1940 la población agraria de Un análisis de la distribución de la tierra y de
EEUU alcanzaba a 30,5 millones de personas. aspectos vinculados con los subsidios estata-
Hacia 1960 había descendido a 15,6 millones, les denota una creciente regresividad en el re-
y en 1970 no superaba los 10 millones. El ra- parto de los recursos. Hacia fines de 1980, los
cismo también tuvo que ver con este proceso. principales beneficiarios de los favores y sub-
De los 926 mil productores negros que había en sidios federales y estaduales eran los grandes
1920, en 1974 solo quedaban 46 mil. “Se trataba productores agropecuarios y las compañías
de una calamidad que en 54 años deshizo todo agroindustriales gigantes, en detrimento de los
lo que los antiguos esclavos habían ganado des- medianos y pequeños productores familiares.
pués de siglos de servidumbre” (Vallianatos, Se considera que los subsidios a favor de los
2003: 49, la traducción es nuestra). grandes productores y compañías contribuye-
La desaparición de los farmers familiares se ron significativamente a la exclusión social de
extendió hasta décadas recientes. Hacia 1979 los productores familiares, lo cual, a su vez, re-
eran 6 millones en todo EEUU. En los años presenta una falla de la democracia.
ochenta continuó el éxodo ante la desintegra- La agricultura industrial continúa deterio-
ción de las comunidades en los Estados del rando el medio ambiente y no solo en el medio
Farm Belt, en donde los servicios sociales y las rural. Los agrotóxicos han generado un cata-
instituciones tienden a colapsar. En 1990, 100 clismo con efectos destructivos inusitados:
mil farmers por año dejaron el campo. “La vida constituyen la metáfora de lo que la agricultura
de la Norteamérica Rural se cae. En lugar de industrial le está haciendo tanto a la naturaleza
comunidades rurales florecientes encontramos como al mundo rural en general. La utilización
gente pobre, organizaciones sociales decaden- de maquinaria agrícola gigante, la aplicación
tes, guetos rurales con los farmers viviendo descontrolada de pesticidas y agrotóxicos, y
de la asistencia pública, las calles principales la difusión de fábricas ganaderas, se expanden
pobladas de dealers, brokers y agentes. Los como si los Dust Bowls, las grandes tormen-
farmers ya no producen alimentos, producen tas de polvo y tierra de las décadas del treinta,
Democracia y neoliberalismo en el campo argentino | N. Giarracca y M. Teubal  611

cincuenta y setenta, nunca hubiesen ocurrido3. Cambios en el sistema


La enfermedad de la Vaca Loca y la ingeniería agroalimentario en Argentina:
genética constituyen elementos clave de la la transformación conservadora
culminación de todo este proceso. Una de las
conclusiones de Vallianatos afirma que “la en- Con algunas diferencias, por supuesto, estos
fermedad de la Vaca Loca es solo un síntoma procesos se replican en el medio rural y agro-
de una enfermedad sistémica de la agricultura industrial argentino. Si bien en sus orígenes
industrial. Se trata de un sistema agropecuario la agricultura familiar en nuestro país no tuvo
global que está fuera de control”. Es un sistema tanta injerencia como en EEUU, donde fue de-
sarrollada en el marco del movimiento homes-
que encomia al comercio (exterior) […] El co- tead de mediados y fines del siglo XIX, en nues-
mercio significa que los productores occiden-
tro medio la agricultura familiar basada en un
tales subsidiados puedan continuar haciendo
sistema de arrendamientos tuvo cierta impor-
dumping en los trópicos con sus granos y pro-
ductos alimentarios manufacturados excedenta-
tancia4. Sin embargo, en los últimos decenios
rios. Este dumping favorece a pocas personas del siglo XX, en particular con la introducción
urbanas con dinero, pero hace irreparable daño a de la soja, se acentúan todos los elementos del
los campesinos que tratan de ganarse la vida con modelo de la agricultura industrial caracteriza-
el cultivo de sus cosechas tradicionales. (Vallia- dos en el acápite anterior.
natos, 2003: 52) En la década del noventa se adoptaron, tanto
a nivel de la economía en su globalidad como
En esta misma dirección se orienta la ingenie- del sector agropecuario, una serie de medidas
ría genética que tiende a generar desarreglos a que habrían de significar cambios importantes
partir de los orígenes mismos de la semilla. en el funcionamiento del sistema agroalimenta-
rio, entendiendo por este a la serie de activida-
des involucradas en la producción agropecua-
3 Durante esas décadas, la utilización de estos insu-
mos, el sobrepastoreo y la erosión del suelo generaron 4 Para un análisis de la ocupación territorial en nues-
una serie de tormentas de polvo que trajeron conse- tro país comparada con la de otros países de la denomi-
cuencias muy graves al medio ambiente. nada periferia próspera, ver Arceo (2003).
612 Estudios rurales y movimientos sociales. Miradas desde el Sur

ria, el procesamiento industrial, la comerciali- Nacional de Carnes, la Dirección Nacional del


zación y distribución final de alimentos. Azúcar. A partir de entonces, el sector agrope-
Tales transformaciones tuvieron que ver cuario argentino emerge como uno de los más
fundamentalmente con: políticas macroeco- desregulados del mundo; pero, por ello mismo,
nómicas globales que aplicaron sucesivos más que ningún otro, se encuentra sujeto a los
gobiernos, particularmente los ajustes estruc- vaivenes de la economía mundial. Asimismo,
turales (privatizaciones, desregulaciones y con este conjunto de medidas —ajustes es-
apertura al exterior) enmarcadas en el Plan de tructurales y decretos desregulatorios— cuyo
Convertibilidad de 1991; y políticas sectoria- objetivo manifiesto era lograr una mayor in-
les con influencia sobre el sector agropecua- tegración a la economía mundial, se produce
rio, así como también sobre los demás secto- una mayor variabilidad de la actividad agrope-
res que integran el sistema agroalimentario cuaria debido a la variabilidad de los precios de
(procesamiento industrial y distribución final su producción y de sus insumos, y del acceso
de alimentos, provisión de semillas e insumos al crédito; factores estos que inciden sobre la
agropecuarios, etcétera). rentabilidad general de la actividad y las condi-
Entre las políticas más notables dirigidas al ciones de vida de los grupos mayoritarios que
sector se encuentra el Decreto de Desregula- integran el sector, o sea, los medianos y peque-
ción de noviembre de 1991. Si bien se trata de ños productores y trabajadores rurales.
una disposición que incluye medidas desregu- Estas políticas a que hacemos referencia
latorias que afectaron a una amplia gama de incidieron en la incorporación de una serie de
actividades, aquellas referidas tanto al sector transformaciones tecnológicas y organizativas,
agropecuario como a la comercialización y así como en las relaciones de poder que operan
distribución final de productos de origen agro- internamente en diferentes sectores y comple-
pecuario ocupan en él un lugar destacado. A jos del sistema agroalimentario. Se trata de un
partir de este decreto, entre otras medidas de conjunto de políticas que abrió el campo a la
desregulación, quedaron eliminadas de cuajo difusión local de una serie de procesos de glo-
todas las entidades reguladoras de la produc- balización en nuestro medio, los cuales signifi-
ción agropecuaria que habían sido creadas des- caron, en lo esencial, la adopción de pautas y
de 1930: la Junta Nacional de Granos, la Junta medidas que habrían de impulsar, más que en
Democracia y neoliberalismo en el campo argentino | N. Giarracca y M. Teubal  613

otros períodos anteriores, la instauración en el En la década del noventa aumentó la produc-


país del modelo de agricultura industrial alu- ción global agropecuaria en la Argentina. Tuvo
dido en el acápite anterior. un protagonismo importante en este proceso el
A partir de las privatizaciones, las desregula- auge de la soja, y a partir de 1996 la soja RR,
ciones y la apertura al exterior de la economía o sea, aquella basada en semillas transgénicas.
argentina introducidas en los años noventa, Hacia 1970 se introdujeron nuevas varieda-
grandes empresas agroindustriales y supermer- des de cereales y oleaginosas en la zona pam-
cados transnacionales o transnacionalizados peana, y los cultivos de segunda en combina-
adquieren preeminencia en el ámbito del Sis- ción con el trigo. Comienza el auge fenomenal
tema Agroalimentario Argentino. Se acrecienta de la producción sojera que, conjuntamente
el uso de nuevos insumos y tecnologías desa- con la introducción del “germoplasma mexica-
rrollados o impulsados por esas grandes em- no” en el trigo, permite el desarrollo del doble
presas. Asimismo, se intensifica la concentra- cultivo trigo-soja, que rápidamente se difunde
ción, extranjerización e integración vertical al en la región pampeana, y muy especialmente
interior de los complejos que integran el siste- en la región maicera típica. Se produce una
ma agroalimentario de nuestro país, redefinién- parcial sustitución del maíz y del sorgo, así
dose las características y la naturaleza de las como de actividades ganaderas, que participan
relaciones de poder al interior del mismo, así con estos cultivos en sistemas de explotación
como su perfil tecnológico. Con el aumento de mixta (ver De Obschatko y Piñeiro, 1986: 11).
la integración vertical, crecen la agricultura de Tal fue la base de sustentación de la nueva
contrato y otras formas de articulación agroin- agriculturización del campo argentino, basa-
dustrial, adquiriendo mayor poder las grandes da profusamente en la soja y el paquete tecno-
empresas extra-agrarias con respecto a los me- lógico que habría de acompañarla. Se trataba
dianos y pequeños productores agropecuarios de la aplicación tardía en nuestro país de algu-
y campesinos, quienes tendieron a perder sig- nos rasgos de la revolución verde.
nificativamente su autonomía de decisión y/o Hacia mediados de la década de los noventa,
fueron expulsados masivamente del sector, tal se da un nuevo salto tecnológico en el agro ar-
como lo demuestran los datos provisorios del gentino. En 1996 comienza la implantación de
reciente Censo Nacional Agropecuario (CNA). la semilla transgénica de la soja RR que se com-
614 Estudios rurales y movimientos sociales. Miradas desde el Sur

bina con la denominada siembra directa y la lo de agricultura industrial en nuestro país? El


utilización del glifosato, el agroquímico exclu- último Censo Nacional Agropecuario de 2002
sivo aplicable a aquella implantación. La pro- registra 318 mil explotaciones agropecuarias
ducción sojera se expande a lo largo y ancho en el país, que ocupan una superficie de 171
del país. Se trata de una producción que tiene millones de hectáreas. En comparación con los
dos consecuencias importantes para el perfil valores del censo anterior muestra una dismi-
del agro argentino: en primer lugar, contribu- nución de 24,5% en el número de explotacio-
ye significativamente a la desaparición de una nes (en 1988 eran 378 mil) y otra de 3,4% en
serie de explotaciones agropecuarias; y, en se- la superficie incorporada a las explotaciones
gundo lugar, se trata de una producción orien- agropecuarias (en 1988 estas ocupaban 177 mi-
tada casi exclusivamente hacia la exportación llones de hectáreas). Asimismo, aumentó 28%
que sustituye en gran medida la producción de el tamaño promedio de las explotaciones agro-
alimentos básicos orientados hacia la demanda pecuarias para alcanzar 538 hectáreas, lo cual
del sector interno. refleja la desaparición de las más pequeñas
Se trata de una producción que no solo se explotaciones. Cabe destacar que el tamaño
expande a costa de las tradicionales produccio- promedio de las explotaciones agropecuarias
nes agrícola-ganaderas de Santa Fe, Córdoba y en Argentina es mucho mayor que el que se re-
Buenos Aires. También en el interior sustituye gistra en EEUU, Europa u otras partes del mun-
a los tradicionales cultivos industriales. En to- do. Una encuesta privada realizada en casi toda
das partes “se están reemplazando otros culti- la región pampeana registró la reducción de la
vos y sistemas productivos, y si esto se pudiera cantidad de explotaciones en 31% en el perío-
cambiar al año siguiente no sería un problema, do 1992-1977. Según Giberti (2001: 128), “tan
pero lo que está sucediendo es que se están acelerado ritmo no se observa ni remotamente,
levantando montes enteros, frutales, tambos, por ejemplo, en EEUU o Europa”, reflejando el
para la siembra de soja y se está eliminando sesgo netamente anti mediana y pequeña ex-
la diversidad productiva” (Pengue citado por plotación agropecuaria de las políticas guber-
Backwell y Stefanoni, 2002: 31). namentales.
¿Cuáles son algunas de las consecuencias Pero no solo desaparecen las medianas y
de estos procesos de intensificación del mode- pequeñas explotaciones agropecuarias. Cabe
Democracia y neoliberalismo en el campo argentino | N. Giarracca y M. Teubal  615

destacar su impacto sobre la autonomía de los esa capacidad y autonomía. El proceso co-
productores agropecuarios. Esta pérdida de menzó con las semillas híbridas y continúa, en
autonomía incluye una creciente dependencia la actualidad, con los transgénicos.
del productor de la provisión de insumos y No es de extrañar entonces algunas de las
semillas; y cada vez más, de la semilla trans- consecuencias de estos procesos que involu-
génica, que a partir de 1996 fue difundida ma- cran una agricultura sin agricultores. Tam-
sivamente en el nivel de la producción sojera. bién en Argentina encontramos pueblos desola-
Asimismo, existen algunas pocas grandes em- dos, el medio ambiente desarticulado, pobreza
presas semilleras transnacionales que no solo rural inusitada, y éxodo rural continuo. Todos
proveen la semilla sino también el paquete estos elementos contribuyen al deterioro de las
tecnológico y los insumos que la acompañan, condiciones que sustentan la democratización.
que el productor se ve obligado a comprar. Aunque el proceso también contiene los movi-
De tal modo, se produce la creciente depen- mientos a que hacemos referencia en los próxi-
dencia del productor agropecuario no solo mos acápites, los afectados suman millones.
respecto de la agroindustria y la provisión de Desde tiempo atrás, también en nuestro
insumos agroquímicos, sino también —y mu- país se produce un fuerte proceso de mecani-
cho más que antes— a las empresas provee- zación, y la aplicación de agrotóxicos de todo
doras de semilla. Se trata posiblemente de un tipo que acompaña el auge de la soja con su
punto de inflexión en el desarrollo agropecua- paquete tecnológico. Asimismo, en la década
rio de nuestro país y del mundo en general. de los noventa se introduce la siembra direc-
Desde que se inventó la agricultura hace diez ta, que se combina con la soja transgénica y la
mil años el productor agropecuario se proveía aplicación masiva del glifosato. La soja trans-
a sí mismo de la semilla que requería para el génica arrasa con todo, influye sobre el medio
año siguiente, esencial para garantizar la re- ambiente y contribuye sin igual a la exclusión
producción de su finca agraria y su identidad social que afecta a vastos sectores de media-
como productor. Ahora, en la medida en que nos y pequeños productores agropecuarios y
depende de unas pocas empresas gigantes trabajadores rurales. Vemos así que todos los
para la provisión de la semilla y del paquete elementos de una agricultura industrial se ha-
tecnológico que la acompaña, va perdiendo llan presentes en nuestro medio, y van configu-
616 Estudios rurales y movimientos sociales. Miradas desde el Sur

rando este perfil de una agricultura sin agri- prendieron dos tipos de acciones: trataron de
cultores que caracteriza a nuestro ámbito rural adaptarse a las nuevas circunstancias econó-
en la actualidad. micas por medio de lo que en nuestros traba-
jos llamamos estrategias sociales. Dentro de
ellas contabilizamos la pluriactividad, la mul-
Protestas e iniciativas: tiocupación, las migraciones temporales y las
campo de experimentación formas asociativas para emprender etapas del
proceso productivo o la compra de insumos
Las consecuencias sociales y culturales del con el fin de abaratar costos; y comenzaron
modelo se desplegaron en los modos de pro- a protestar y llevar a cabo todo tipo de accio-
ducir los alimentos, la descomposición de la nes colectivas. Primero intentaron movilizar
agricultura familiar, los arrinconamientos y a los viejos gremios que representaban a los
desalojos campesinos; así como en el empo- pequeños y medianos productores (Federa-
brecimiento de pueblos y pequeñas ciudades ción Agraria Argentina), y luego, claramente al
del interior del país. Se registraron en todas margen de estos, buscaron nuevos modos de
las regiones del país, desde la rica región pam- expresión, nuevas estéticas en las acciones; y
peana hasta el norte campesino. No obstante, fue cuando aparecieron nuevas demandas con
como adelantamos en los primeros párrafos sentidos más universales, es decir, elementos
de este trabajo, con este proceso se desarro- más democráticos.
llaron otras acciones de las poblaciones. Al-
gunas comenzaron y finalizaron dentro de la
década, y otras perduran hasta el día de hoy. Estrategias de adaptación
En tales acciones indagamos en su potencial
democrático así como en las posibilidades de Como vimos en los apartados anteriores, el
articulación con otras más consolidadas en el Censo Nacional Agropecuario de 2002 mos-
nivel nacional. tró que casi un cuarto de los productores
En los primeros años de la década, los agrarios perdieron en su intento de adaptar-
chacareros (farmers en la bibliografía anglo- se al modelo que propagaban los técnicos
sajona), los campesinos y los jornaleros em- de los organismos oficiales —nacionales e
Democracia y neoliberalismo en el campo argentino | N. Giarracca y M. Teubal  617

internacionales— y los comunicadores de enlatadas. En los distritos crece el cuentapro-


los suplementos rurales de los principales pismo y los pequeños comercios manejados
diarios nacionales, entre otros dispositivos por la familia” (Cloquell, 2003: 143).
comunicacionales (Domínguez, Lapegna y Esta situación no solo ocurre en provin-
Sabatino, 2003). Algunos tomaron créditos y cias de la región pampeana, corazón de la
perdieron las tierras; otros fueron convenci- producción sojera, sino también en el Norte
dos de que eran inviables en sus escalas de del país. Las políticas públicas nacionales
producción y vendieron sus campos; y otros, no se orientan a fijar a la población en zonas
sencillamente, los cedieron por una renta agrarias; y los agricultores, aunque lo sigan
que les permitía vivir en algún poblado don- siendo, tratan de vivir en poblados para que
de complementaban sus ingresos con traba- el resto de la familia encuentre salidas labo-
jos informales o con empleos en educación o rales. Es el caso de Tucumán, donde desde
salud de las esposas. los campesinos cañeros hasta los agriculto-
Silvia Cloquell sostiene, para el sur de San- res familiares capitalizados de la producción
ta Fe, que la desestructuración del sistema hortícola de Lules residen en poblados y pe-
económico de las décadas pasadas, es decir queñas ciudades (Giarracca, 1998-1999; Gia-
los cierres de fábricas, frigoríficos, comercios rracca et al., 2003).
en los pueblos del interior de la provincia y Estas mudanzas les permiten desarrollar la
la mudanza de los agricultores familiares que estrategia de ocupaciones múltiples, donde
cedieron sus tierras a los grandes sojeros, las familias se convierten en verdaderas em-
modificó la semblanza de tales poblados. Dice presas que consiguen ingresos de los modos
Cloquell: “Hay distritos en los que la falta de más diversos. En los siguientes cuadros podrá
trabajo local genera procesos de migraciones observarse la incidencia de la pluriactividad
diurnas, donde los trabajadores se trasladan familiar en dos poblaciones estudiadas por
a localidades vecinas para desarrollar sus ac- nosotros: productores sojeros del Sur de Santa
tividades laborales. Es, por ejemplo, el caso Fe (estudio en convenio con Silvia Cloquell) y
de Maciel hacia Puerto San Martín y Rosario, los horticultores del departamento de Lules de
o los traslados desde Santa Teresa hacia Pa- la provincia de Tucumán.
vón para trabajar en una fábrica de hortalizas
618 Estudios rurales y movimientos sociales. Miradas desde el Sur

Cuadro N° 1
Tipología de explotaciones hortícolas de Lules y condición de actividad de las familias (%)

Tipo de explotación
Tipo de familia a cargo
Medias capitalizadas Campesinas medias Campesinas puras Total
Pluriactiva 57,1 83,3 53,1 56,5
No pluriactiva 42,9 16,7 46,9 43,5
Total 100,0 100,0 100,0 100,0

Fuente: Encuesta Grupo de Estudios Rurales (2001).

Cuadro N° 2
Explotaciones sojeras del sur de Santa Fe y condición de actividad de las familias (%)

Tipo de familia a cargo Hasta 200 ha De 200-500 ha Más de 500 ha Total


Pluriactiva 68,2 75,0 70,0 70,0
No pluriactiva 31,8 25,0 30,0 30,0
Total 100,0 100,0 100,0 100,0

Fuente: Encuesta del Grupo de Estudios Rurales en convenio con la Universidad Nacional de Rosario (2001).

La pluriactividad familiar es una estrategia dad medida en los grandes productores indica
que permite comprender la permanencia de sobre todo diversificación de inversiones, en
las explotaciones que para el modelo o la polí- tanto ese fenómeno en los productores fami-
tica oficial ya no tendrían que estar en produc- liares muestra una clara estrategia de las fa-
ción. Para el caso de Lules (Cuadro N° 1) no milias y no solo de la empresa agrícola. Viven
constan los empresarios, pues consideramos en los pueblos o pequeñas ciudades y desarro-
la pluriactividad como un atributo de las fami- llan todo tipo de actividades, desde trabajos
lias (no de las empresas), y puede observarse formales en docencia o enfermería a cargo de
que es un fenómeno mayoritario en todos los las esposas, hasta comercios de ropa, venta de
estratos. En el caso de Santa Fe, la pluriactivi- empanadas, etcétera.
Democracia y neoliberalismo en el campo argentino | N. Giarracca y M. Teubal  619

Otras formas de adaptación muy frecuentes nos productores, en los fondos de inversión la
de los productores argentinos al modelo pro- tierra se alquila justamente a estos producto-
puesto por el Estado y las grandes corporacio- res, convirtiéndolos en pequeños rentistas que,
nes, fueron los pools de siembra. Comenzaron mudados a las ciudades, buscan otros ingre-
por ser una modalidad de los pequeños y me- sos. Mientras tanto, estos poblados pierden las
dianos productores para superar la escala de inversiones que antes hacían los agricultores
producción con que el aparato comunicacional locales, en tanto que los fondos de inversión
insistía como una de las principales limitantes actúan económicamente tanto en la provisión
para permanecer en la producción, y termina- de insumos como en el nivel de transacciones
ron siendo adoptados por los grandes. bancarias en otros niveles territoriales.
Consiste en agrupar una serie de produc- En todos los casos se incrementó el uso de
tores en distintas formas asociativas para agroquímicos, pues el razonamiento se susten-
comprar insumos en cantidades mayores y a taba en que el aumento de la escala de produc-
mejores precios, contratar servicios de terce- ción debía ir acompañado de una agricultura
ros para una superficie mayor que abaratara el más intensiva y con programas tecnológicos
servicio, etcétera. No obstante, con el tiempo, definidos (como en el caso de la producción
estas formas artesanales propias de los pro- sojera de semilla transgénica).
ductores fueron adoptadas por los fondos de Otra estrategia que se ha incrementado en
inversión, que incorporaron a una combina- el sector de los pequeños agricultores es la
ción de inversionistas privados, operadores multiocupación del jefe, con desplazamientos
técnicos experimentados en el manejo del territoriales. Muchos jefes de explotación bus-
negocio agropecuario y un management que can nuevos trabajos en los períodos de descan-
incluía administradores, consultores, bancos so, fuera de la región donde viven. Pueden ser
auditores, etcétera. En este nuevo esquema dentro de la misma provincia en actividades de
de fondos de inversión, los productores me- turismo y construcción o siguiendo circuitos
dianos y pequeños pasaron —simplemente— a de trabajos por varias provincias.
ceder sus tierras. Estas estrategias, a nuestro entender, no
En efecto, a diferencia de los pools de siem- modifican aspectos fundamentales de las re-
bra donde participaban los pequeños y media- laciones sociales internas a la familia o ex-
620 Estudios rurales y movimientos sociales. Miradas desde el Sur

ternas con otros actores socioeconómicos. lera, y en todos los casos hubo consecuencias
Son acciones sociales de tipo defensivo, in- tanto en el medio ambiente como en la salud
tentando salvar patrimonios de todo tipo y, de las poblaciones5.
en la mayoría de los casos, sin mensurar las
responsabilidades en las consecuencias que
sus estrategias podían producir en el nivel del Campos de experimentación
medio ambiente, en el de la salud, en el de las de democracia
relaciones con los pares o con los trabajado-
res. Se adoptaron los paquetes tecnológicos Como decíamos anteriormente, junto con es-
con agroquímicos en cantidades a veces inne- tas estrategias que desarrollaron las pobla-
cesarias, pues la relación peso-dólar permitió ciones agrarias para poder mantenerse en la
acceder sin grandes erogaciones relativas a producción, sin marcar alternativas a las pro-
estos insumos. El caso de la soja, con la siem- puestas del discurso económico hegemónico,
bra directa y el glifosato, ya fue analizado en se generaron acciones colectivas. Nuestros
los apartados anteriores, pero en otras pro- trabajos anteriores (Giarracca, 2001) demues-
ducciones el aumento de agroquímicos fue tran el gran despliegue de acciones acaecidas
muy notable. en el interior del país. En efecto, se llevaron a
La horticultura se expandió en todo el país cabo protestas, rebeliones de pueblos enteros,
sobre la base de producciones bajo cubierta, cortes de ruta, marchas con entregas de peti-
que requieren de mayor cantidad de fertilizan- torios, etcétera. Los llevaron a cabo actores
tes. En 2002, después de la devaluación, los agrarios como los campesinos, los chacareros,
productores del Norte del país comenzaron los trabajadores; pero también se desplegaron
a disminuir el uso de agroquímicos importa- en un territorio —la ruta al costado de un in-
dos y tomaron conciencia de que en todos los genio, por ejemplo— que congregaba a actores
años anteriores habían utilizado hasta un 50% agrarios y desocupados, estatales, docentes,
más de lo necesario por indicaciones, a veces,
de los propios técnicos del Instituto Nacional
5 El caso más dramático fue el de la provincia de Mi-
de Tecnología Agropecuaria. Esto ocurrió en
siones, en la zona de producción tabacalera, con regis-
zonas de horticultura, de producción tabaca- tro de nacimientos con malformaciones.
Democracia y neoliberalismo en el campo argentino | N. Giarracca y M. Teubal  621

etcétera. Es decir, comenzó un período donde el caso del Movimiento de Mujeres Agrope-
los sujetos de la protesta pudieron superar la cuarias en Lucha. El agua, por el proceso de
reivindicación sectorial y conectar sus proble- privatizaciones, llegó a precios que las pobla-
mas con muchos otros que incluían a la mayo- ciones del interior no podían afrontar. Fue la
ría de los argentinos. lucha por el agua en la Provincia de Tucumán
Los proyectos productivos de pequeños pro- entre 1995 y 1998. Podemos sumar a estas or-
ductores y campesinos tienen larga data en el ganizaciones muchas otras como la Red Puna,
país; pero en los últimos años se vinculan con Poiajú, Asociación de Pequeños Productores
este nuevo espacio de conflictos y propuestas del Noroeste de Córdoba (APENOC), Unión
alternativas al modelo hegemónico. Estos pro- de Pequeños Productores del Chaco (UNPE-
yectos, de algún modo, tratan de conectar el PROCH), Movimiento Campesino de Formosa
oikos (la economía de la gente) con la política; (MOCAFOR), etcétera.
es decir, con las acciones que se proponen mo- Para sustentar la hipótesis de que en estas
dificar la gramática del poder que construyen organizaciones aparecen componentes no-
los actores económicos concentrados. Y, preci- vedosos que habilitan caracterizarlas como
samente, en estos espacios es donde se pueden agentes de procesos democratizadores, to-
registrar novedades democráticas en relación mamos algunas cuestiones ligadas a su surgi-
tanto con el discurso hegemónico como con las miento y desarrollo.
viejas organizaciones gremiales. En primer lugar, todas ellas hacen su apari-
Por un lado encontramos organizaciones ción pública como organización después de un
que se originan básicamente por la defensa de proceso de acciones colectivas llevadas a cabo
los recursos naturales como la tierra y el agua. al margen de las viejas corporaciones gremia-
La tierra, para no perderla frente a la expan- les. Aparecen, justamente, por carencias im-
sión de los grandes inversores sojeros, como portantes de las antiguas organizaciones que se
fue el caso del Movimiento Campesino de San- ligaron de varios modos a las políticas hegemó-
tiago del Estero. Para no perderla tampoco a nicas y que se mostraron incapaces de hacerse
favor de los bancos acreedores de créditos cargo de los problemas que surgían en las ba-
que llegaron a multiplicar sus sumas iniciales ses. Un dato muy ilustrativo en tal sentido es la
por 100, en dólares, en un par de años. Fue conexión entre los partidos políticos y los anti-
622 Estudios rurales y movimientos sociales. Miradas desde el Sur

guos gremios del campo: muchos diputados na- ciones plurales y no monopólicas. No abusan
cionales y provinciales salieron de sus filas, en de la representación de un campo pues son
estos veinte años, comprometiendo al gremio concientes de que los problemas de los distin-
con tal o cual partido. La crisis de los partidos tos sectores no son los mismos.
políticos arrastró a muchos de estos gremios, a En tercer lugar, una diferencia muy impor-
quienes se les cuestiona la pretensión de repre- tante con los viejos gremios recae en el tipo
sentar un campo y una fuerte complicidad con de reivindicación que instalan. Si bien hay una
las políticas neoliberales. variedad de tipos de demandas, que van de lo
En segundo lugar, estas organizaciones tie- estrictamente sectorial a muchas otras arti-
nen carácter político; sin embargo, a diferen- culadas dentro de la sociedad, en general no
cia de las organizaciones corporativas del agro piden privilegios. No son así las viejas corpo-
argentino, no proponen la representación del raciones agropecuarias —como la Sociedad
campo, o de los productores, entendidos como Rural Argentina, las Confederaciones Rura-
uno. No aspiran, como la Federación Agraria les Argentinas y muchas veces la Federación
Argentina o las Confederaciones Rurales Ar- Agraria Argentina— que pararon el país agra-
gentinas, a representar los intereses del con- rio para lograr reivindicaciones tales como no
junto del campo frente al Estado6. Se ubican en pagar impuestos. Este es un claro reclamo de
los nuevos espacios de los movimientos socia- tipo corporativo que supone un mejor posicio-
les donde las representaciones son de carácter namiento en el espacio social nacional en detri-
horizontal (aunque puedan surgir liderazgos). mento de muchos otros sectores.
Es decir, a diferencia de la representación de Tal vez la demanda de carácter más secto-
tipo corporativo de las viejas organizaciones rial durante los noventa fue la del Movimiento
agrarias, los nuevos grupos buscan representa- de Mujeres Agropecuarias en Lucha (MML) al
tratar de renegociar sus deudas. Su reclamo
era comprendido por el resto de la sociedad
6 Schmitter considera el corporativismo como un pues, como se demostró más tarde, muchos
sistema de representación de intereses y/o actitudes, un sectores medios estaban en situaciones se-
particular acuerdo institucional para vincular los inte-
mejantes dado el carácter especulativo que
reses, organizados en asociaciones de la sociedad civil,
con las estructuras de decisión del Estado (1987: 3). tuvo el sector financiero durante esta etapa
Democracia y neoliberalismo en el campo argentino | N. Giarracca y M. Teubal  623

del neoliberalismo. Las principales referentes menos consolidadas y rotativas. Otro elemento
del MML, además, se integraron a los partidos muy importante es la intención de darles a sus
políticos, pero cuando esta estrategia fracasó demandas un carácter universal y de tomar dis-
(se fueron con una declaración pública), el tancia de los tradicionales reclamos que sepa-
movimiento estaba fragmentado y debilitado. raban al mundo agrario de las luchas populares
Sin embargo, después de ocho años de fuerte (supresión de impuestos, aumento de precio de
exposición en el espacio público, muchas de los alimentos, etcétera).
las chacareras habían solucionado el proble- Podemos mencionar, a modo de ejemplo,
ma del endeudamiento. dentro de este primer grupo de organizaciones
En cuarto lugar, son importantes los intentos de tipo político-reivindicativo, a las de la zona
de democratizar las organizaciones en el plano Norte del país. El Movimiento Campesino de
interno. Las corporaciones agrarias argentinas Formosa (MOCAFOR) lleva a cabo reuniones
son verticalistas, con conducciones que pue- por colonia, forma parte de la Federación Na-
den durar décadas (es el caso de la Federación cional de Trabajadores de la Tierra, la Vivienda
Agraria Argentina) y están atravesadas por la y el Hábitat de la Central de los Trabajadores
cultura patriarcal. En efecto, las mujeres no Argentinos y de la Mesa Nacional de Organiza-
han logrado cargos importantes de conduc- ciones de Productores Familiares de Argenti-
ción gremial en las corporaciones a pesar de na. Actualmente está en lucha con inversores
que más del 10% de los jefes de explotación y sojeros por casos de envenenamiento de ani-
más de un tercio de la mano de obra familiar males y plantas debido a la fumigación con
son mujeres. La cuestión de género, así como glifosato. Sus demandas se centran también en
la cuestión ambiental, han ganado espacio en los derechos como ciudadanos y campesinos y
las nuevas organizaciones. en el cuidado de la salud y del medio ambiente.
En síntesis, estas nuevas organizaciones La organización Unión de Pequeños Produc-
presentan aspectos internos novedosos desde tores del Chaco (UNPEPROCH) generó una
su origen, ya que nacen de acciones colectivas fuerte crítica a la política social agraria del go-
que se consolidan en estructuraciones preca- bierno del presidente Menem. Discutió, frente
rias y transitorias, con liderazgos igualmente a los componentes autoritarios de los progra-
transitorios que dan posibilidades a dirigencias mas sociales, las estrategias diseñadas para
624 Estudios rurales y movimientos sociales. Miradas desde el Sur

ellos. Sostiene, en un documento interno de la La Asociación de Pequeños Productores del


organización, la necesidad de debatir la cues- Norte de Córdoba (APENOC) hace su apari-
tión relativa al uso y forma de devolución de ción en los noventa entre campesinos cordobe-
los créditos otorgados a los beneficiarios. Es ses con interesantes modos de organización. Y
decir, trata de introducir una mayor participa- dejamos para el final al Movimiento Campesi-
ción de estos últimos en la toma de decisiones, no de Santiago del Estero (MOCASE) por ser
situación que los lineamientos de los progra- uno de los más conocidos. Surge como parte
mas no consideran. de la lucha de los campesinos con propiedad
El Movimiento de Mujeres Agropecuarias veinteañal que ven amenazadas sus tierras por
en Lucha (MML) surge en 1995 cuando se ne- los nuevos inversionistas en conjunción con un
garon a que sus campos hipotecados por ab- régimen de gobierno y un poder judicial pro-
surdas deudas bancarias fueran rematados. vinciales que, sin duda, son de los más corrup-
Pararon más de 500 remates y lograron poner tos del país. Forma parte de la Coordinación
en la agenda pública el problema de los endeu- Latinoamericana de Organizaciones del Campo
damientos. Por primera vez las mujeres agra- (CLOC) y de Vía Campesina. Propone la sobe-
rias se organizaron y aparecieron en el espacio ranía alimentaria, se opone al nuevo modelo
público con gran receptividad en los mundos agrario basado en la soja y mantiene una in-
sociales urbanos. Pudieron lograr una cobertu- teresante articulación con organizaciones de
ra territorial más amplia que las organizaciones desocupados de origen urbano.
anteriores (Giarracca y Teubal, 2001). Pero además de generar nuevas organiza-
El Movimiento Agrario Misionero (MAM) ciones en el plano político-gremial, estos movi-
proviene del viejo movimiento de la década mientos sociales emergentes han desarrollado
del setenta: las Ligas Agrarias. Se propone la diversas experiencias en el plano de la produc-
defensa de los campesinos constantemente ción, distribución y consumo de alimentos. En
amenazados por los nuevos inversores, por la lo referente a la producción y comercialización
contaminación ambiental, etcétera. Forman adoptaron la forma de cooperativas. El movi-
parte de la Mesa Nacional de Organizaciones miento cooperativo en el campo argentino
de Productores Familiares de Argentina (Gol- tiene una fuerte tradición; pero estas nuevas
dberg, 1999). iniciativas tratan de no repetir algunos de los
Democracia y neoliberalismo en el campo argentino | N. Giarracca y M. Teubal  625

problemas registrados en otras épocas. Nue- vimos a los largo de estas páginas, el modelo
vos componentes, como un uso más frecuente agroindustrial y las posteriores políticas de
de la asamblea, que permite tomar decisiones corte neoliberal no son condiciones de posibi-
con el conjunto de los asociados, la participa- lidad positivas para pensar procesos de demo-
ción de las mujeres, la formación permanente cratización en los mundos agrarios y urbanos
de los miembros para evitar que se delegue en de Argentina, pero tampoco en cualquier otro
los dirigentes, etcétera, son constantes en es- lugar. Creemos que volver a las viejas ideas de
tas experiencias. Barrington Moore —que relacionaban concen-
Por otro lado surgieron ferias, basadas mu- tración de tierra y centralización de capital con
chas veces en viejas tradiciones provinciales. procesos de índole autoritarios en el nivel de
Tanto las ferias como las cooperativas están los gobiernos— y repasar las de Vallianatos
frecuentemente articuladas con un movimien- puede ayudar en estos momentos de la Améri-
to social que les dio origen. Esta articulación ca Latina cuando los propios actores piden un
entre la economía y la política les permite ge- modelo más democrático con base en el repar-
nerar una mayor autonomía y relacionarse de to de tierras y asignación de recursos.
modo distinto con los programas del Estado. Las transformaciones en el nivel de las pro-
Las cooperativas ligadas a la Red Puna y al ducciones, la agroindustrialización creciente,
MOCASE, así como las Ferias Francas ligadas al la hegemonía de grandes empresas transnacio-
Movimiento Agrario Misionero, son los ejemplos nales o nacionales, la concentración de la tie-
más elocuentes de este tipo de experiencias. rra ligada a la centralización del capital, no son,
a nuestro juicio, condiciones positivas para
pensar las democracias más allá del concepto
Algunas reflexiones finales a minimalista (ciertos procedimientos como vo-
modo de conclusión tar cada tanto tiempo, por ejemplo). Circula un
pensamiento que relaciona economía de mer-
Retomamos en este apartado las ideas de la cado con el retiro de los Estados nacionales; y
introducción de este trabajo, es decir, ¿de qué como estos últimos, históricamente, desplega-
estamos hablando cuando hablamos de demo- ron una carga de corporativismo (está bien cla-
cracia o procesos de democratización? Como ro en el caso de México), se considera tal reti-
626 Estudios rurales y movimientos sociales. Miradas desde el Sur

ro como positivo. Sin embargo, ni con Estados el plazo de posesiones es excesivamente largo
corporativos ni con la hegemonía de empresas y requiere de un sostenido, preciso y costoso
económicas o terratenientes, que desarrollan asesoramiento legal que impide, tácitamente,
prácticas con una gran dosis de autoritarismo, el acceso a la justicia […] Muchos de los cam-
hay democracia en un sentido profundo, que pesinos tenedores de derechos son injustamen-
incluya la querella por una posible igualdad. te desalojados de sus legítimas posesiones por
Frente a los avances de las acciones colec- supuestos dueños y compradores”. Para finali-
tivas y movimientos de los campesinos, en la zar, “la problemática de la tenencia y posesión
Argentina de los noventa surgieron, por prime- de la tierra es una de las principales cuestiones
ra vez en su historia agraria, guardias blancas, de la agenda de derechos humanos santiague-
civiles pagados por los nuevos inversores so- ña, ya que el proceso de avance indiscriminado
jeros, que desalojan a tiros a los campesinos de la frontera agrícola de las oleaginosas con
del MOCASE. El gobierno de Néstor Kirchner, eje en la soja, atenta no solo contra los dere-
después de muchos años de inacción guberna- chos reales de la posesión sino también contra
mental durante los gobiernos de Alfonsín, Me- el patrimonio ambiental de las comunidades
nem, De la Rúa y Duhalde, decidió intervenir. campesinas” (Ministerio de Justicia, Seguridad
El informe realizado por la Secretaría de Dere- y Derechos Humanos, 2004).
chos Humanos de la Nación muestra muy bien, Este informe surge después de muchos años
por un lado, la relación de empobrecimiento de de resistencias del MOCASE y varios meses de
la población con la imposibilidad de acceder a acciones colectivas en toda la provincia por el
los derechos; y por el otro, la manera en que la esclarecimiento del asesinato de dos jóvenes,
corrupción de los poderes del Estado (en este que los poderes provinciales pensaban igno-
caso provincial) imposibilita la ejecución de la rar debido al involucramiento de funcionarios.
única herramienta que las democracias forma- Movimiento que pide por justicia y al que se le
les ofrecen a sus ciudadanos: la justicia. sumaron los campesinos provinciales.
Dice el informe: “Si bien el derecho asiste a Estos procesos en el campo argentino, que
la gran mayoría de los campesinos, la Ley de integran a su vez los nuevos procesos de la
Prescripción Veinteañal es muy compleja y re- sociedad en su conjunto, ocurren después de
quiere de carísimas mensuras, además de que una de las crisis de legitimidad política más
Democracia y neoliberalismo en el campo argentino | N. Giarracca y M. Teubal  627

importantes de la historia (2001-2002), cuyas Backwell, B. y Stefanoni, P. 2002 “El negocio


expresiones dejaron como saldo 48 muertos en del hambre en la Argentina. ¿Soja solidaria
pocos días y cuyos ecos aún están presentes o apartheid alimentario?” en Le Monde
en el país. Los procesos de democratización Diplomatique (Buenos Aires) febrero.
reales se obtienen de una relación, en tensión Censo Nacional Agropecuario 2002, datos
y en cuestión, entre los representantes y los provisionales.
representados, y no del mero mantenimiento Cloquell, S. 2003 “Estrategias de reproducción
de procedimientos formales de la democracia. de la producción familiar. La problemática
Para que esa relación persista, para neutralizar de la sustentabilidad de los recursos
los avances de los actores económico-políticos naturales en un área agrícola de la Región
que condujeron a nuestros países a la situación Pampeana”, tesis doctoral (Rosario:
actual, es necesario mantener estos campos de Universidad Nacional de Rosario).
resistencias y experimentación con nuevos ac- De Obschatko, E. y Piñeiro, M. 1986
tores, nuevas estéticas, nuevas propuestas, que Agricultura pampeana: cambio tecnológico
son los que les otorgan valor a las democracias y sector privado (Buenos Aires: CISEA).
formales y delegativas que prevalecen en Amé- De Sousa Santos, B. 2000 A crítica da razão
rica Latina. En síntesis, la democratización de indolente (San Pablo: Cortez).
los mundos rurales y agrarios es un proceso Domínguez, D. y Sabatino, P. 2003 “Lo que la
que se produce en el mismo registro que la de soja se llevó: transgénesis de un modelo”,
las sociedades en su conjunto. ponencia presentada a las III Jornadas
de Agricultura y Agronomía (Buenos
Aires: Facultad de Ciencias Económicas,
Bibliografía Universidad de Buenos Aires).
Domínguez, D.; Lapegna, P. y Sabatino, P.
Arceo, E. 2003 Argentina en la periferia 2003 Diagnóstico socioeconómico. Efectos
próspera. Renta internacional, de la agricultura industrial en un área
dominación oligárquica y modo de de agricultura familiar (Buenos Aires:
acumulación (Buenos Aires: Universidad Universidad de Buenos Aires / Grupo de
de Quilmes / FLACSO / IDEP). Estudios Rurales).
628 Estudios rurales y movimientos sociales. Miradas desde el Sur

Giarracca, N. (coord.) 2001 La protesta Humanos 2004 “Informe de Santiago del


social en la Argentina. Transformaciones Estero” en <www.jgm.gov.ar>.
económicas y crisis social en el interior Moore, B. 1976 Los orígenes sociales de la
del país (Buenos Aires: Alianza). dictadura y de la democracia (Barcelona:
Giarracca, N. 1998-1999 “Transformaciones Península).
en la estructura social agraria cañera de Pengue, W. 2000 Cultivos transgénicos ¿Hacia
Tucumán y las estrategias de los actores dónde vamos? (Buenos Aires: Lugar).
sociales” en Población y Sociedad. Revista Schmitter, P. C. 1987 “El siglo del
Regional de Estudios Sociales (Tucumán). corporativismo” en Cuadernos de
Giarracca, N. et al. 2003 Territorios y lugares. Sociología (Buenos Aires: Universidad de
Entre las fincas y la ciudad. Lules en Buenos Aires).
Tucumán (Buenos Aires: La Colmena). Strange, M. 1988 Family Farming. A New
Giarracca, N. y Teubal, M. 2001 “Crisis Economic Vision (Lincoln, San Francisco:
and Agrarian protest in Argentina. The University of Nebraska Press, Institute for
Movimiento de Mujeres Agropecuarias en Food and Development Policy).
Lucha in Argentina” en Latin American Vallianatos, E. G. 2001 “All of Africa’s gods are
Perspectives (Riverside) Vol. 28, N° 6, weeping” en Race and Class (Nueva York:
noviembre. Sage Publications) Vol. 43, N° 1.
Giberti, H. 2001 “Sector agropecuario. Oscuro Vallianatos, E. G. 2003 “American cataclysm”
panorama ¿y el futuro?” en Realidad en Race and Class (Nueva York: Sage
Económica (Buenos Aires) N° 177, enero- Publications) Vol. 44, N° 3.
febrero.
Goldberg, C. 1999 “El Movimiento
Agrario de Misiones en un escenario en
transformación”, mimeo.
Meiksins Wood, E. 1988 Peasant-Citizen
and Slave: The Foundations of Athenian
Democracy (Londres / Nueva York: Verso).
Ministerio de Justicia, Seguridad y Derechos
La protesta social en la Argentina.
Transformaciones económicas y crisis
social en el interior del país
Prólogo*

E n este libro presentamos una serie de tra-


bajos acerca de las acciones colectivas em-
prendidas por quienes se sintieron agraviados,
el arma de los débiles. Cuando se manifiestan
los poderosos, estamos frente a “lobbies” o “ac-
ciones corporativas”. Unas y otras son accio-
excluidos, violados en sus derechos sociales en nes con sentidos muy diferentes y con conse-
la Argentina de la última década. En la mayoría cuencias sociales también distintas.
de los casos, conceptualizamos estas acciones La mayoría de los trabajos que integran este
como “protestas”. Protestar, en su definición libro fueron elaborados por el equipo de traba-
corriente, significa “manifestar alguien su dis- jo que dirijo en la Universidad de Buenos Aires.
conformidad vehemente, con algo”, “manifes- Para llevar a cabo estos estudios contamos,
tarse alguien contra la validez o legalidad de un además, con los investigadores invitados, los
acto, tachándolo de vicioso”1. En las definicio- economistas Miguel Teubal y Javier Rodríguez.
nes académicas la protesta aparece como la he- Pero en el libro encontramos, además, el im-
rramienta política de los que no tienen poder, portante aporte de colegas de las ciencias po-
líticas que están estudiando la protesta social
en el nivel nacional, como Federico Schuster y
1 Según el Diccionario Kapelusz de la Lengua
Española.
Sebastián Pereyra.
Por último, invitamos a participar en el libro
a la antropóloga Cynthia Pizarro, de la Universi-
* Giarracca, N. 2001 “Prólogo” (sel.) en Giarracca, N.
(coord.) La protesta social en la Argentina. Transfor-
dad Nacional de Catamarca, asidua visitante de
maciones económicas y crisis social en el interior del nuestros seminarios internos y sensible conoce-
país (Madrid / Buenos Aires: Alianza). dora de las acciones campesinas de su provincia.
630 Estudios rurales y movimientos sociales. Miradas desde el Sur

A mediados de la década del ochenta, la ge- ción que comenzaba a notarse en los grandes
neración de organizaciones de tipo productivas centros urbanos.
(cooperativas, emprendimientos agroindustria- En 1993, con Miguel Teubal registramos la
les, sociedades familiares, etcétera) estaba a la primera gran marcha de los agricultores des-
orden del día entre los agricultores familiares. pués de la desregulación, en un artículo que
Es así que, con el GER (Grupo de Estudios Ru- denominamos “El día en que la Plaza de Mayo
rales), emprendí el estudio de las cooperativas se vistió de campo”, magistralmente ilustrado
como agentes de un posible desarrollo (véase por Sábat en la revista Realidad Económica.
Giarracca, 1994). Por aquellos tiempos había La Plaza de Mayo, en la imaginación de Sábat,
esperanzas respecto de un desarrollo econó- recibía la marcha del campo con un tractor en
mico equitativo que acompañara el proceso de la punta de la Pirámide. Ese tractor, El Pampa,
democratización política. estuvo muchas veces en la plaza durante la dé-
A comienzos de la década del noventa (y so- cada, acompañando a la Marcha Federal (1994)
bre todo después de 1991) comenzaron a ma- y al Movimiento de Mujeres Agropecuarias en
nifestarse, primero sobre las cooperativas bajo Lucha (1997), hasta que en 1998 las autorida-
estudio y luego en el mundo rural en general, des de la ciudad (cuando Fernando de la Rúa
las consecuencias de la medida económica era jefe de Gobierno) le prohibieron la entrada.
conocida como “desregulación económica” Los agricultores solo se animaron a desobe-
(que es tratada en el trabajo de Teubal y Ro- decer la medida en la gran protesta agraria de
dríguez). La situación de crisis no solo comen- julio de 1999, cuando el gobierno de Carlos Me-
zaba a manifestarse en el Tucumán rural o en nem agonizaba y la Alianza estaba más cerca
la economía valletana de Río Negro, sino que que nunca de la protesta social.
empezaron a colapsar los pequeños poblados, No fue tarea fácil instalar el tema de la protes-
dependientes de extracciones primarias como ta social agraria en la agenda de investigación
el petróleo. La imagen de “arrinconamiento” a de comienzos de la década. No había consenso
la población trabajadora del interior del país entre los especialistas de los estudios rurales
se expandía: crisis de la pequeña agricultura, acerca de las consecuencias que desataría el
quiebra de las cooperativas, pequeños pobla- proceso político-económico. La gente con for-
dos que se convertían en fantasmas, desocupa- mación marxista ortodoxa o desarrollista vio
La protesta social en la Argentina. Prólogo  631

con buenos ojos las medidas desregulatorias: interné durante esos meses. Mi lectura se des-
se liberarían fuerzas productivas y se produci- plazó de los problemas de desarrollo rural a la
ría un desarrollo notable. El recuerdo del “pro- más interesada, a mi entender, en comprender
greso” basado en una economía agroexporta- los cambios sociales y políticos desde una geo-
dora aún está presente entre algunos sectores grafía conceptual postestructuralista, que recibe
de la producción y de sus especialistas. el nombre genérico de estudios de Nuevos Mo-
La imagen de un fuerte desarrollo agrario vimientos Sociales (NMS). Los textos de Alberto
(la producción y productividad de algunos Melucci, Mario Diani y Ron Eyerman, Donatella
cultivos aumentaba) estaba muy apoyada, ade- Della Porta, Paolo Donatti y David Slater, así
más, por un dispositivo discursivo generado como nuevos textos de autores más conocidos
por las grandes organizaciones; las empresas en Argentina como Ernesto Laclau, Alain Tou-
de agroquímicos y semillas, los “especialistas” raine, Charles Tilly, fueron invalorables apor-
de los suplementos rurales de los principales tes en aquella búsqueda personal por dilucidar
matutinos porteños y las fundaciones de los situaciones de fuertes transformaciones en las
economistas neoliberales. Todavía perdura: la que la conflictualidad se expande socialmente.
diferencia es que hoy tienen que admitir que el Mi interés se centraba en comprender los
desarrollo programado tiende a convertir a los momentos en que la gente se siente excluida,
chacareros y a los trabajadores en “expulsados agraviada, no contenida en los marcos institu-
del campo”. La resistencia y la protesta social cionales de las democracias; comprender es-
es un tema ignorado por quienes mantienen tas situaciones en las que es dable llegar a la
este discurso: la generación de “parias” en el acción colectiva o, por el contrario, cuando la
campo se considera inevitable. gente puede resignarse o emprender respues-
Comencé a trabajar el tema de la protesta tas de violencias difusas.
agraria, el nuevo tipo de organizaciones rurales La acción colectiva se produce en “ciertas
nacidas al calor de las resistencias a desalojos condiciones” y conocerlas es uno de los gran-
de la tierra, etcétera, al margen de los proyectos des interrogantes de las Ciencias Sociales. Es
institucionalizados. En 1992 pasé unos meses en en tales momentos, cuando las personas agra-
La Haya y tuve acceso a la magnífica biblioteca viadas o excluidas pueden superar el malestar
del Institute of Social Studies (ISS), en la que me mortificante que produce la situación, cuando
632 Estudios rurales y movimientos sociales. Miradas desde el Sur

aparece la acción de protesta. Protestar es una en sus seminarios, discusiones, redes. En ellos
actitud activa, transgresora (Ulloa, 1995). encontré a los interlocutores que no tenía en
Las protestas y movimientos europeos son los espacios de los estudios agrarios, y creo no
muy diferentes de los de nuestras realidades: equivocarme si digo que ellos valoraban en mí
no se trataba de extrapolar comprensiones. En esa larga experiencia en trabajos empíricos y
realidad, lo que me importaba como búsqueda esa facilidad para acercarnos y comprender las
era el modo de abordar, de pensar estas nuevas acciones de los actores sociales que tenemos
problemáticas, las sugerencias teórico-metodo- algunos sociólogos rurales2.
lógicas que aquellos materiales nos podían brin- En julio de 1994, en una gran acción desde el
dar. Recordemos que los europeos habían pasa- interior del país, conocida como la Marcha Fede-
do unas décadas antes por el surgimiento de los ral, se puso en acto esta situación de arrincona-
NMS (mientras en la Argentina estábamos en miento de las poblaciones subalternas de la que
dictadura) y, además, nos llevaban la delantera, hablaba antes. El campo estuvo en la calle pero
por muchas razones, en este ejercicio de pen- también marcharon los desocupados de General
sar imaginativa y creativamente las transforma- San Martín o de Cutral-Có, los estatales de Jujuy,
ciones sociales (lo que en este trabajo llamo la los maestros de Neuquén. Un tiempo después,
comprensión “postestructuralista”). cuando los medios de comunicación comenza-
Ese material descubierto en Holanda por ron a dar cuenta de los primeros remates judi-
aquellos años, así como mi acercamiento a co- ciales saboteados por un grupo de chacareras de
legas que, desde otras perspectivas (políticas,
filosóficas), comenzaban a abordar el tema,
fueron decisivos en mi decisión de incorporar 2 Un tiempo más tarde aparecieron los colegas bra-
sileños y mexicanos que ya habían iniciado fértiles re-
el tema a la agenda de la Sociología Rural. En
flexiones sobre las nuevas experiencias campesinas (el
efecto, Federico Schuster y Adrián Scribano, Movimiento Sin Tierra, la Coordinadora Plan de Ayala,
desde otras disciplinas y con un buen bagaje etcétera) desde los aportes teóricos metodológicos que
de teoría política, comenzaban también a pre- proporcionan las nuevas bibliografías postestructura-
guntarse por “la acción colectiva” y sus posi- listas. En julio de 2000, en el Congreso Mundial de So-
ciología Rural, participé y coordiné junto a Edna Cas-
bilidades en los nuevos escenarios de los no-
tro un simposio sobre los nuevos movimientos sociales
venta. Con mucha generosidad me integraron agrarios en el sur de América Latina.
La protesta social en la Argentina. Prólogo  633

La Pampa, decidí que ya era hora de generar un Bibliografía


programa de investigación, que la problemática
de la “protesta social agraria” nos acompañaría, Giarracca, N. 1994 Acciones colectivas
como país, durante un largo tiempo. y organización cooperativa (Buenos
El acercamiento a las Mujeres Agropecua- Aires: Centro Editor de América Latina,
rias en Lucha (MML) fue muy importante para Bibliotecas Universitarias).
comprender que la situación no tenía retorno Ulloa, F. 1995 Novela clínica psicoanalítica.
sin una acción eficaz de los actores afectados: Historial de una práctica (Buenos Aires:
estaban perdiendo las tierras, los trabajadores Paidós).
perdían sus trabajos, los pueblos del interior se
convertían en lugares de soledad y desamparo.
En 1996 comenzamos a investigar con Miguel
Teubal el origen del MML y la situación de en-
deudamiento por la que atravesaban.
Y en efecto, generamos un programa de in-
vestigación en el cual intentamos cuantificar
las acciones de protesta de cuatro regiones del
país. Tomamos no solo las acciones de los acto-
res agrarios sino las que ocurrían en pueblos de
baja urbanización castigados por los cierres de
empresas agroindustriales o extractivas (YPF).
Realizamos, además, el seguimiento de varias
experiencias, muchas de ellas a través de los
proyectos de investigación de los becarios
UBA o CONICET. Miguel Teubal y Javier Ro-
dríguez, economistas ambos, son investigado-
res del Centro de Estudios Avanzados y fueron
miembros invitados en nuestro programa.
[…]
La protesta social en la Argentina.
Transformaciones económicas y crisis
social en el interior del país
Introducción*

Norma Giarracca y Karina Bidaseca**

Las definiciones lucci sobre los movimientos sociales— comen-


zamos por diferenciar la “acción colectiva” del
Esta introducción a los diversos y ricos trabajos “movimiento social”; así llegamos a una carac-
—que dan cuenta de un fenómeno social al que terización de la acción colectiva de protesta. Su
caracterizarnos genéricamente como “protesta dimensión política se presenta en la politización
social”— tiene como finalidad alcanzar una defi- de los cuerpos y del lenguaje, hecho que se pue-
nición teórica de la acción colectiva de protesta. de rastrear en los relatos de los sujetos.
Partimos de comprenderla, obviamente, como Es necesario aclarar que, aunque no todos
un tipo específico de acción colectiva que se ins- los trabajos utilizan la misma conceptualiza-
cribe en el espacio público y que es síntesis de ción, como veremos al atravesar este libro, en
un acto político. Para aprehender su especifici- casi todos se mencionan autores e interpre-
dad —y desde las teorizaciones de Alberto Me- taciones que se acercan más a las corrientes
“comprensivistas” que a las que buscan expli-
caciones a partir de factores estructurales. En
* Giarracca, N. y Bidaseca, K. 2001 “Introducción” en todos los trabajos los factores objetivos que
Giarracca, N. (coord.) La protesta social en la Argenti-
na. Transformaciones económicas y crisis social en el favorecen una acción de protesta o de organi-
interior del país (Madrid / Buenos Aires: Alianza). zación tienen tanta importancia como las in-
terpretaciones y los reconocimientos que los
** Posdoctora por PUC-SP/Universidad de Manizales- actores son capaces de hacer de ellos.
CINDE/COLEF/CLACSO/FLACSO y Doctora en Cien-
Como decíamos al comienzo, nos interesa
cias Sociales (Universidad de Buenos Aires). Es Coor-
dinadora del Programa Sur-Sur (CLACSO). problematizar la acción de protesta como un
636 Estudios rurales y movimientos sociales. Miradas desde el Sur

tipo específico de acción colectiva. Para ello mediante relaciones sociales desarrolladas en
intentaremos deslindar teóricamente las nocio- un sistema de oportunidades y obligaciones”
nes de movimiento social, acción colectiva y (Melucci, 1994: 157).
protesta basándonos fundamentalmente en la Para Melucci (1984), un movimiento social
teoría de la acción colectiva desarrollada por podría adquirir la forma de acción colectiva,
la escuela europea (Melucci; Diani; Della Porta; pero basada en tres dimensiones: la solidari-
etcétera) cuyos miembros combinan distintos dad, el desarrollo de un conflicto y la ruptu-
aportes provenientes de la Sociología post-es- ra del límite del sistema donde ocurre la ac-
tructuralista, la Filosofía Social y la Psicología. ción. A tal fin, concibe la solidaridad como
Melucci (1984: 202) define la acción colecti- la capacidad de los actores de compartir una
va como el ensamble de los diversos tipos de identidad colectiva, es decir, la capacidad de
acciones basadas en conflictos. “Una acción reconocerse y ser reconocido como parte de
colectiva implica la existencia de una lucha en- la misma unidad. La construcción de un “noso-
tre dos actores por la apropiación y orientación tros” se integra en el proceso de conformación
de los valores sociales y los recursos”. En un de la identidad colectiva, que es “el producto
segundo nivel, “la acción colectiva también in- de una definición de la situación, construida y
cluye todo tipo de conductas que transgreden negociada a través de la constitución de redes
las normas que han sido institucionalizadas en sociales que conectan a los miembros de un
roles sociales; aquellas que exceden las reglas grupo o movimiento. Dicho proceso implica la
del sistema político y/o que atacan la estructu- presencia de marcos cognitivos, interacciones
ra de una sociedad basada en relaciones de cla- densas, de intercambios emocionales y afecti-
ses” (ibídem: 202). El autor denomina acción vos” (Melucci, 1992: 244).
basada en conflictos a la primera categoría y La presencia de una identidad colectiva re-
movimiento social a la acción colectiva que quiere una alteridad adversaria —“nosotros”
cumple con ambas condiciones. frente a “ellos”—, instancia conflictiva que se
En sus trabajos posteriores, suma elementos dirime en el campo de disputas1. En cambio, el
más subjetivos y define a la acción colectiva
como el “resultado de intenciones, recursos y
1 Touraine (citado por Hilhorst, 1992) define en este
límites, una orientación intencional construida sentido la meta de los movimientos sociales: la reali-
La protesta social en la Argentina. Introducción | N. Giarracca y K. Bidaseca  637

conflicto es definido como una relación entre que, tal como la acción colectiva, se relaciona
actores opuestos que contienden sobre los mis- con los períodos de latencia2.
mos recursos a los que ambos otorgan un valor Autores como Lipsky (citado por Della Porta
(Melucci, 1984: 423). y Diani, 1999) sostienen que la protesta es el re-
El movimiento social es una construcción curso político de los sujetos carentes de poder
analítica y no un objeto empírico; la sola exis- (powerless), que no están representados por
tencia de un conflicto no basta para el sur- las formas políticas tradicionales (partidos,
gimiento de un movimiento social. Un actor sindicatos, etcétera). Con la protesta aparecen
colectivo es siempre una realidad construida nuevas formas de participación en la arena po-
que se presenta empíricamente como una uni- lítica a nivel nacional (piquetes, paros de rema-
dad dada, ya sea porque los mismos actores le te3, tractorazos, ocupaciones de tierras4, etcé-
atribuyen una realidad objetiva o porque los tera) y supranacional (redes transnacionales
investigadores otorgan coherencia a fenóme-
nos empíricos dispares. Precisamente dicha
2 Los dos polos que describe Melucci (1994) —la la-
unidad debe cuestionarse y comprenderse tencia y la visibilidad— se encuentran conectados en-
como lo que es: el resultado de intercambios, tre sí dado que la fase latente posibilita la acción visible
negociaciones, decisiones y conflictos (Me- al brindar recursos de solidaridad y produce el marco
lucci, 1992). cultural dentro del cual surge la movilización. Por su
parte, el estado de movilización fortalece las redes y la
Los movimientos, en tanto acciones colecti-
solidaridad del grupo y funciona como espacio de re-
vas, se relacionan directamente con una expan- clutamiento de otros individuos que se identifican con
sión de la conflictualidad social; allí deviene las consignas del movimiento.
campo propicio para la aparición de la protes- 3 Metodología inventada y utilizada por el Movimien-
ta. Comprendemos a la protesta como una for- to de las Mujeres Agropecuarias en Lucha.
ma específica de acción colectiva —razón por 4 En Brasil las ocupaciones de tierra son el prin-
la cual comparte sus rasgos identificatorios— cipal instrumento de los movimientos sociales agra-
que no se agota en su sola manifestación sino rios (especialmente del Movimento dos Trabalhadores
Sem Terra) que actúan bajo el lema “ocupar, producir,
resistir”. En las diferentes regiones los asentamientos
zación de valores culturales así como la victoria sobre son respuestas de las familias a un modelo excluyente
una adversario social (Ibídem: 123). y conservador.
638 Estudios rurales y movimientos sociales. Miradas desde el Sur

de defensa5 tendientes a influir en los gestores cual aparece un tercer actor, el espectador u
de políticas). Según Della Porta y Diani (1999) observador, que si bien no se halla involucrado
una de las características de la protesta es su en la acción, emitirá un juicio respecto de la
capacidad para movilizar la opinión pública a misma ofreciendo una interpretación alterna-
través de un proceso persuasivo mediado por tiva a lo sucedido. La protesta comienza a ser
los medios de comunicación utilizando formas eficaz cuando, a través de los medios de comu-
no ortodoxas de acción y ejerciendo presión nicación, persuade a los actores más podero-
sobre los decisores de políticas. sos de que están “legitimados” para tomar deci-
La acción colectiva de protesta aparece de siones (legisladores, funcionarios de gobierno,
este modo como una irrupción conflictiva, etcétera). En realidad, la protesta moviliza una
es decir, aquella que está comprendida en un gran variedad de actores. Por ejemplo, puede
“campo conflictual” que se inscribe en el es- ser que el acto de protesta no haya convocado
pacio público a partir de una demanda con- a los medios; pero si un religioso influyente o
creta y que necesita del discurso y de la ac- un legislador mediático o un cantante popular
ción para adquirir visibilidad aunque también lo menciona, se logra por fin que los medios y
está vinculada con los períodos de latencia. el público se ocupen de él.
Su especificidad viene dada por la manifes- En un trabajo reciente (Della Porta y Diani,
tación de un litigio y la construcción de un 1999) se adaptó un esquema del flujo de comu-
sentido político público. nicación que había sido realizado por Michael
Su sentido público adquiere tal característi- Lipsky en su clásico trabajo de 1965, Protest
ca cuando logra generalizar las demandas par- and City Politics, cuya inclusión considera-
ticulares en la esfera pública, momento en el mos de mucha utilidad.
Del grupo iniciador de la protesta —la
“base”— surgen los líderes, que son los que ini-
5 Keck y Sikkink (1999) definen a estas redes bási- cian las relaciones con el medio externo. Los
camente como “estructuras comunicativas”; formas medios de comunicación expanden el mensaje,
de organización que se caracterizan por patrones de que está dirigido a quienes toman decisiones.
comunicación e intercambio voluntarios, recíprocos y
Estos se convierten en el objetivo de la protesta
horizontales que encierran un potencial de transforma-
ción mutua de los participantes. y, para que la misma tenga éxito, no solo debe
La protesta social en la Argentina. Introducción | N. Giarracca y K. Bidaseca  639

producirse un estímulo positivo, sino que los lí- lativamente fácil (los reciben los funcionarios
deres necesitan ganarse las simpatías de quienes o legisladores), en las protestas de los grupos
tienen los recursos, para influir en los que toman subalternos, o de poblaciones minoritarias, etcé-
las decisiones. Mientras que para las acciones tera, la situación es más compleja. Por eso casi
de tipo corporativas (grupos con poder que pro- siempre involucran a terceros que puedan crear
testan para mantener privilegios, por ejemplo) acercamientos con quienes toman las decisiones
la relación con quienes toman decisiones es re- o impulsar decisiones a su favor.

Cuadro N° 1
El proceso de comunicación de la protesta

Fuente: Della Porta y Diani, 1999.


640 Estudios rurales y movimientos sociales. Miradas desde el Sur

La situación descripta en los párrafos anteriores que recordar que muchos movimientos socia-
se verá muy claramente en los artículos de este les comienzan con acciones de protesta (por
libro: mientras las marchas y protestas de las ejemplo los comienzos del Movimiento por los
grandes corporaciones agrarias reciben inmedia- Derechos Humanos). Pero como nos recuer-
tamente la atención del secretario de Agricultura dan Della Porta y Diani:
de turno, los cortes de ruta de los desocupados,
el acto de parar los remates de las chacareras en- Los movimientos sociales no poseen el monopo-
deudadas, etcétera, deben contar con la prensa y lio sobre la protesta. Otros actores, tales como
con las simpatías y el apoyo de la jerarquía ecle- partidos políticos o grupos de presión, también
siástica o de legisladores progresistas para que hacen uso de la acción de protesta y ocasional-
mente llevan a cabo alianzas con los movimientos
los atienda la autoridad correspondiente6.
sociales en determinadas campañas. No obstan-
En general, las acciones de protesta se aso-
te, la protesta (particularmente en su máxima
cian con los movimientos sociales o las “cam- innovación y radicalización) ha sido considerada
pañas”; sin embargo, las protestas pueden te- como una forma de acción típica de los movi-
ner identidades propias. En relación con los mientos sociales porque, a diferencia de los parti-
primeros, las acciones de protesta identifica- dos políticos y grupos de presión, poseen escasos
das como tales (que no son formas de un movi- canales a través de los cuales pueden acceder a
miento social) son más discontinuas, más cor- los que producen decisiones. Las formas de ac-
tas, como acción propiamente dicha, y además ción son importantes ya que los movimientos so-
menos previsibles. También es cierto que pue- ciales son generalmente recordados por los mé-
den ser una forma de acción de un movimiento todos persuasivos que adoptan más que por sus
objetivos. (Ibídem: 170)
social o parte de una campaña. O, incluso, hay

6 El caso más dramático ocurrido en la Argentina en


Acción colectiva de
los últimos tiempos (comienzos de 2001) fue una pro- protesta y espacio público
testa por desalojos de casas tomadas donde uno de los
habitantes se quemó vivo delante de las cámaras de la El giro lingüístico y pragmático implementado
televisión para llamar la atención de las autoridades, por la Filosofía ha influido decisivamente en
insensibles frente a la situación de los “sin techo”.
La protesta social en la Argentina. Introducción | N. Giarracca y K. Bidaseca  641

las teorías sociales modernas, de modo que los se reúne se encuentra potencialmente allí, pero
conceptos, la acción y el discurso, se han vuel- no necesariamente ni para siempre.
to esenciales para comprender procesos que Por otro lado, hay autores que proponen
interesan al sociólogo. Hannah Arendt en su hablar de discurso para diferenciar el len-
obra La condición humana (1998), expresa que guaje hablado del escrito, y lo definen como
“a través de la acción y el discurso los hombres “acontecimiento en forma de lenguaje o uso
muestran quiénes son, revelan activamente su lingüístico” (Ricoeur, 1985: 9). Para este autor
única y personal identidad y hacen su aparición el discurso solo existe como instancia tempo-
en el mundo humano. ral y presente; es autorreferencial, alude a un
Ambos conceptos crean un espacio local y mundo que afirma describir, expresar o repre-
temporal. Se trata del espacio de aparición: sentar, se dirige a un interlocutor y posee un
“el espacio donde yo aparezco ante otros como carácter fugaz, donde el acontecimiento apa-
otros aparecen ante mí” (Arendt, 1998: 223). rece y desaparece, lo que remite a un problema
En la concepción arendtiana, lo público re- de fijación o inscripción. El mismo sentido de
mite a la acción y al discurso, a lo manifiesto, fugacidad le otorga Hannah Arendt a la acción,
a la libertad y a la capacidad de inicio de algo teñida además por su inherente ilimitación e
nuevo; lo privado a la reproducción, al trabajo, inherente falta de predicción, solo remediadas
al reino de la necesidad, “a lo oscuro que debe por la facultad humana de perdonar y mante-
ser ocultado, sustraído a la mirada de los de- ner las promesas.
más” (Rabotnikof, 1997: 143). La constitución del nombre implica la con-
Según Arendt, ninguna otra actividad huma- formación de un “nosotros”, momento a par-
na requiere el discurso como la acción; en to- tir del cual se desarrolla un poder, cuando un
das las demás cumple un papel subordinado. grupo de personas se percibe como colectivo
En efecto, la acción sin el discurso perdería capaz de inscribir sus reclamos en un universo
su carácter revelador y su sujeto. El espacio de significados públicos y hace oír su voz.
de aparición cobra existencia toda vez que los El poder solo es realidad donde palabra y
hombres se reúnen por el discurso y la acción acto no se han separado, donde las palabras no
y, por lo tanto, precede a toda formal constitu- están vacías y donde los actos no son brutales.
ción de la esfera pública. Siempre que la gente “El poder surge entre los hombres cuando ac-
642 Estudios rurales y movimientos sociales. Miradas desde el Sur

túan juntos y desaparece en el momento en que conflictivamente para, postfacto, inscribir sus
se dispersan” (Arendt, 1998: 223). Esa instancia demandas en la esfera pública.
de conformación del colectivo, del nacimiento No obstante, la inscripción de la demanda
del poder, es el momento esencialmente políti- en el espacio público depende de otro exte-
co; este instala un espacio que permite la confi- rior al lenguaje, la acción. El “nosotros” in-
guración de una nueva identidad colectiva que terpela a un público abierto inscribiendo un
genera un nuevo tipo de prácticas, de solidari- acto de lenguaje (protesta, reclamo, promesa)
dades compartidas. Este momento constituye con contenido proposicional y fuerza ilocu-
una experiencia única, porque conduce a los cionaria que adquiere mayor magnitud con
actores a la construcción de una interpretación la acción colectiva: “La protesta en cuanto
alternativa de la realidad a partir de la cual di- protesta no es simplemente la interacción,
cha realidad se presenta como contingente y sino la emergencia unificada de un hablante
pasible de transformación; implica un quiebre, colectivo que expresa un acto ilocucionario”
un punto de inflexión en la cotidianidad, y, ade- (Naishtat, 1999: 10). La acción colectiva tiene
más, la creación de un nuevo espacio social, pretensión de generalidad y aparece articula-
cultural y político que expone a los sujetos, los da en un “juego de lenguaje”7.
“hace visibles” públicamente.
En el proceso de constitución de la identi-
7 En Investigaciones filosóficas, Wittgenstein (1988)
dad colectiva dos dimensiones, la cultural y la define el “juego de lenguaje” como “un todo formado
política, se imbrican mutuamente: la primera por el lenguaje y las acciones con las que está entrete-
alude a la construcción de un nuevo espacio jido” (Ibídem: 25). Para él imaginar un lenguaje equi-
alternativo en el cual se construyen nuevos vale e “imaginar una forma de vida”. El lenguaje para
Wittgenstein antes que “representación” es acción, es
lenguajes, se establecen códigos, se sintetizan
un modo de acción específicamente humano. El autor
otros símbolos; la dimensión política es la sín- utiliza dos metáforas para describir al lenguaje: como
tesis del grupo, su capacidad de proyección de “caja de herramientas”, es decir, el lenguaje no tiene
ese espacio. solo una función, sino muchas funciones, y además se
Naishtat (1999) expresa que la acción colec- define por el uso; los usos están articulados, pero no
son inamovibles. No hay límites prefijados para el len-
tiva implica “decir” y “mostrar”, enunciación de
guaje, sino que se caracteriza por su disponibilidad. La
sentidos y cuerpos demandantes que irrumpen segunda metáfora alude al “juego”.
La protesta social en la Argentina. Introducción | N. Giarracca y K. Bidaseca  643

Para Arendt (1998), el discurso correspon- por su rasgo inherente, el de ser comunicables
de al hecho de la distinción, es la realización en un espacio de visibilidad o campo discursi-
de la condición humana de la pluralidad. La vo, tanto a través del discurso como del lengua-
pluralidad humana tiene el doble carácter de je corporal, a un público que puede ser espec-
igualdad y distinción: si los hombres no fueran tador o narrador o partícipe. Dicho espacio, al
iguales, no podrían entenderse; si no fueran dar visibilidad, otorga existencia.
distintos, no necesitarían el discurso ni la ac- Pensamos en los “actores mediáticos” como
ción para entenderse. los “piqueteros” o “fogoneros” del sur y del nor-
En este trabajo, abordaremos el espacio pú- te de nuestro país, nominados de este modo a
blico como campo polifónico (Naishtat, 1999) partir de su aparición en los medios; o en las
en el cual se despliegan disputas hegemónicas Mujeres Agropecuarias en Lucha, cuyo origen
y contrahegemónicas de discursos y sentidos8. se puede rastrear en el llamado desesperado
Es el lugar formador de audiencias y no mero de Lucy de Cornelis (presidenta del MML) por
espacio deliberativo, lugar de reconocimiento la radio local en el momento en que el remata-
de la otredad. dor había llegado a su casa para iniciar el em-
Esta concepción ampliada de espacio públi- bargo de sus bienes. Pero también la multipli-
co “históricamente extendido y culturalmente cidad y heterogeneidad de acciones colectivas
enriquecido” posee una acepción interesante que se desarrollaron hacia fin de siglo desde la
que puede vincularse al problema de la inscrip- refundación democrática, cuyo referente más
ción de las demandas de los actores colectivos, próximo fueron las Madres de Plaza de Mayo,
en tanto dicho espacio es definido como medio y las acciones que las prosiguieron: el Movi-
privilegiado para la conformación de identida- miento por los Derechos Humanos, las Mar-
des colectivas a través de un proceso de apro- chas del Silencio por el caso María Soledad; el
piación histórica. nacimiento de HIJOS; las movilizaciones por
Las acciones de protesta deben compren- el asesinato del fotógrafo Cabezas; la Marcha
derse, entonces, como acciones caracterizadas Federal; Memoria Activa, por el esclarecimien-
to de los atentados a la AMIA y a la Embajada
de Israel; las movilizaciones de los estudiantes
8 A diferencia de Arendt, para quien dicho campo se
halla libre de antagonismos. por la defensa de la universidad pública; los
644 Estudios rurales y movimientos sociales. Miradas desde el Sur

cortes de ruta de los desocupados; los “Trac- los estudios previos sobre movimientos sociales
torazos”, protagonizados por los productores y por los teóricos de la escuela de “movilización
agrarios; etcétera. Todos ellos han propiciado de recursos”, los que resultan fundamentales
lo que Habermas define como ensanchamiento para comprender el origen de la acción de pro-
del espacio público, movilizando amplios sec- testa: la “liberación cognitiva”. Las desigualda-
tores de la sociedad. des estructurales (condiciones objetivas) pue-
Por consiguiente, la elaboración de nuestra den ser constantes, pero la percepción colectiva
concepción de espacio público no se limita a su de la mutabilidad y legitimidad de esas condicio-
carácter de ser comunicable. El espacio públi- nes varían todo el tiempo (McAdam, 1982).
co es consustancial con el sistema democrático En un lugar intermedio entre las estructuras
y el ejercicio de la ciudadanía. Nuestro interés de oportunidades y la acción, se ubican los su-
parte de comprenderlo, además, como “campo jetos y su capacidad de atribuir sentidos a las
polifónico” en el cual se despliegan disputas he- situaciones. La transformación que opera en la
gemónicas y contrahegemónicas de discursos y conciencia de los sujetos implica creer en su
sentidos (Naishtat, 1997). Es el lugar formador propia capacidad de alterar sus destinos. ¿Son
de audiencias y no mero espacio deliberativo o las estructuras de oportunidades políticas in-
espacio de comunicación abierta como lo en- dependientes de las interpretaciones y defini-
tiende Habermas (1981), es el lugar de reconoci- ciones de los sujetos?, ¿son los recursos inde-
miento de la “otredad”, otra vez, de la existencia. pendientes de lo que la gente piensa de ellos
y de cómo los usarán?, ¿tienen importancias
las redes sociales más allá de los significados
Marcas y relatos y lealtades efectivas que ellas representan?, se
del malestar: el actor interroga James Jasper (1997: XI).
El proceso de liberación cognitiva, si bien
Algunos autores americanos, influidos por las es subjetivo, alcanza su plenitud bajo condi-
interpretaciones marxistas acerca de la trans- ciones de fortalecimiento de redes interperso-
formación subjetiva de la conciencia como pro- nales e intersubjetivas y de fuerte integración
ceso crucial en la generación de insurgencia, social. Antes del surgimiento de la protesta, la
destacan factores que habían sido ignorados por gente debe definir colectivamente sus situacio-
La protesta social en la Argentina. Introducción | N. Giarracca y K. Bidaseca  645

nes como injustas y tener la creencia de que las acciones como seres humanos tanto como el
la acción puede surtir efectos. Esta noción de locus de resistencia a la acción, está constituido
“acción” es entendida como la “única facultad por el mundo de la vida diaria; el hombre tiene
humana de hacer milagros”, en tanto “actuar es un acervo de “conocimiento a mano”. Este cono-
tomar una iniciativa, comenzar. Se inicia algo cimiento se origina en lo social y está socialmen-
nuevo que no puede esperarse de cualquier te distribuido, pero el modo individualizado que
cosa que haya ocurrido antes. Lo nuevo apa- asume está condicionado por la situación exclu-
rece como milagro. Si el hombre es capaz de siva que ocupa el individuo en el mundo social.
acción, significa que puede esperarse de él lo La protesta enfrenta a los sujetos con preten-
inesperado” (Arendt, 1998: 202). siones de constituir colectivos, un “nosotros” a
En los trabajos del Grupo de Estudios Rura- un “otro”. Ese otro, generalmente, posee recur-
les aparece claramente esta opción conceptual sos que los primeros no tienen y que pueden
a la que el GER llegó a través de la recreación usarlos para agraviarlos, violar derechos ad-
del aporte teórico metodológico del paradigma quiridos o mejorar/reformar el hecho que dio
orientado al actor. Los primeros trabajos en los origen a la protesta, etcétera. En tales situa-
estudios rurales provienen del antropólogo in- ciones (pueblos indios enfrentados a grandes
glés radicado en Holanda, Norman Long (1992, empresas como Techint; el MML y los bancos
1997), quien lo desarrolló, básicamente, para acreedores; los desocupados y los funcionarios
abordar problemas de desarrollo y transfor- del Ministerio de Trabajo, etcétera) se constitu-
maciones macroestructurales en relación con ye un espacio de interacción en el que no solo
comunidades campesinas. Pero tal paradigma se enfrentan proyectos (project of actor) sino
abre posibilidades indagatorias para cualquier mundos sociales y culturales con profundas
aspecto de la vida social, incluidos los movi- diferencias. En tales escenarios —“interfaces”
mientos sociales o la formación de las protestas en la conceptualización de Long (1996)— se
sociales. Las situaciones sociales se constituyen ponen en acto los esquemas cognitivos, los de
a partir de las interpretaciones, traducciones que interpretación, las traducciones que posibilitan
llevan a cabo sujetos capaces y cognocientes en negociaciones o enfrentamientos.
un mundo que conocen, que es parte de su vida En síntesis, los espacios de conflicto in-
diaria. Como en Schutz (1995) el escenario de corporan distintos actores y lo que propone
646 Estudios rurales y movimientos sociales. Miradas desde el Sur

el paradigma orientado al actor es tomar en en una “voz moral”, lo que permite articular y
cuenta a todos, buscar los sentidos de cada elaborar sentimientos morales y convicciones
uno, las distintas interpretaciones, narrati- tanto en ellos como en aquellos que obser-
vas, argumentos propositivos, para lograr una van o participan de forma periférica. Se pro-
comprensión de los procesos donde las pro- duce una articulación no solo colectiva sino
testas se incluyen. Se trata de construcciones pública, lo que conduce a James Jasper, uno
de imágenes sociales densas que, como dice de los estudiosos de los aspectos “morales”
Bourdieu (1999), sean representaciones com- de la protesta, a sostener que se profundizan
plejas y múltiples, fundadas en la expresión de las significaciones e impactos emocionales de
las mismas realidades en discursos diferentes, creencias y sentimientos. Pocas instituciones
a veces irreconciliables y que, a la manera de en las sociedades modernas otorgan este tipo
novelistas como Faulkner, Joyce o Virginia de espacios, incluso las iglesias, sinagogas y
Woolf (o incluso el Don Quijote de Cervantes), mezquitas son más importantes como lugares
abandonan el punto de vista único, central, do- de encuentro que como auténticos test mora-
minante, en beneficio de la pluralidad de pun- les (Jasper, 1997: 5).
tos de vista coexistentes y muchas veces casi Según W. Gamson (1995: 90), la injusticia
irreconciliables. entendida como “indignación moral expresada
En toda protesta existe un hecho que se en forma de conciencia política”, es un compo-
vive como injusto, agraviante, maltratador. nente presente en casi todas las protestas estu-
Los sujetos de la protesta expresan necesi- diadas en este libro. Injusticia que, como bien
dades de cambio, necesidades de ser oídos, lo remarca Gamson, “no es meramente un jui-
vistos, escuchados pero también su despre- cio cognitivo o intelectual sobre la equidad; es
cio e ira por ciertas prácticas existentes en lo que los psicólogos denominan conocimien-
el mundo social (discriminación racial, vio- to caliente (hot cognition), y por lo tanto se
lencia policial, violaciones a los derechos de encuentra cargado de emoción” (Ibídem: 90).
los pueblos indios, etcétera)9. Se convierten Este marco requiere el desarrollo de un proce-

9 Esto ocurre también en las llamadas “protestas inde- ta tolerancia o libertad (las protestas contra los inmigran-
seables” donde los sujetos se sienten agraviados por tan- tes en Europa o a favor de los dictadores en la Argentina).
La protesta social en la Argentina. Introducción | N. Giarracca y K. Bidaseca  647

so de concientización del daño y del sufrimien- condiciones que permiten plantear las diferen-
to humano. No obstante, su dimensión crítica tes formas de desigualdad como ilegítimas y
se basa en la abstracción del antagonista res- antinaturales (Ibídem: 174). A partir de allí se
ponsable del sufrimiento, lo que puede condu- da un desplazamiento de la crítica de la des-
cir a la aceptación y resignación al cambio. igualdad de unos espacios a otros (de la des-
El sentimiento de injusticia experimentado igualdad en la esfera económica a la política,
por los sujetos en forma individual puede con- por ejemplo)11.
ducir a su generalización cuando es compartido
con los demás sujetos. En este proceso incide
decisivamente la articulación colectiva del dis- Repertorios de acciones
curso de los derechos universales de justicia,
libertad e igualdad que se inscribe en las prácti- Los participantes en movimientos sociales o
cas sociales y su consiguiente apropiación. acciones colectivas emplean en general dife-
En este sentido, Laclau y Mouffe (1987) se rentes repertorios de acciones. Tal concepto es
han interrogado acerca de las condiciones dis- definido por Charles Tilly como “una serie de
cursivas de emergencia de una acción colecti- interacciones entre los detentadores del poder
va encaminada a luchar contra las desigualda- y las personas que se declaran con éxito porta-
des y a cuestionar las relaciones de subordina- voces de una base social (constituency). A lo
ción10. Así, la existencia de un “exterior discur- largo de esta serie, los portavoces hacen públi-
sivo” que impide estabilizar la subordinación cas sus demandas a favor de cambios en la dis-
como diferencia, determina la emergencia de tribución o el ejercicio del poder y respaldan

11 Para los autores, la “Declaración de los Derechos


10 Los autores distinguen tres tipos de relaciones: re- del Hombre” que instaura la Revolución Francesa de-
laciones de subordinación (cuando un individuo se en- termina la emergencia de dichas condiciones y el de
cuentra sometido a las decisiones de otro); relaciones un nuevo imaginario político y social sustentado en los
de opresión (cuando las relaciones de subordinación principios de igualdad y libertad que habilita la posibi-
se convierten en sede de un antagonismo) y relaciones lidad de que una relación de subordinación se transfor-
de dominación (relaciones de subordinación conside- me en una relación de opresión, y por ende, en sede de
radas como ilegítimas por los actores). un antagonismo.
648 Estudios rurales y movimientos sociales. Miradas desde el Sur

las demandas con manifestaciones públicas de En la acción colectiva los participantes


apoyo” (Tilly, citado por Pérez Ledesma, 1994). cuentan con un repertorio de acciones que han
Además de las tradicionales, los movimien- adquirido en los procesos de aprendizaje, den-
tos suelen incluir formas novedosas u origina- tro del cual existen —y esto hay que resaltar-
les de acción. En el primer caso, la acción es lo— posibilidades de variación y creación.
transmitida culturalmente a través de las gene- Como sostienen los autores, las formas
raciones de trabajadores, campesinos, aboríge- convencionales de acción suelen ser más uti-
nes, mujeres, etcétera, imprimiendo una memo- lizadas dado que, de este modo, se facilita el
ria propia de la acción colectiva. Así, como sos- proceso de adaptación a repertorios ya cono-
tienen Giarracca y Gras en su artículo sobre la cidos por la gente y puesto que poseen para
protesta rural, los “cortes de ruta” no son crea- ellos resonancias simbólicas y culturales que
ción de los desocupados y de los piqueteros los ligan al pasado.
—a quienes se ha denominado “cortadores de En tal sentido, las huelgas, vinculadas con
ruta”—, sino fueron inventados por los chacare- la cultura laboral, y las manifestaciones, con
ros pampeanos que iniciaron el Grito de Alcorta las fases de la democratización moderna, son
a principios del siglo XX al sur de la provincia expresión de esas formas modulares institu-
de Santa Fe y trasladados a la protesta de fin de cionalizadas, a menudo utilizadas por las or-
siglo. De igual modo, las caravanas de los kollas ganizaciones más sedimentadas. No obstante,
analizadas en este libro, se remontan a la déca- ellas pueden aparecer junto a otro tipo de ac-
da del cuarenta y fueron actualizadas en años ciones: sabotaje, cortes de ruta, tomas simbó-
recientes a través de la memoria generacional. licas, etcétera.
Tilly categoriza a esta reserva de formas Las formas no convencionales de la acción
conocidas de acción como “repertorio de con- colectiva poseen el atractivo que trae consi-
frontación”, que puede dar origen a la utiliza- go la incertidumbre de lo que se desconoce y
ción de estas rutinas por diversos grupos socia- además pueden atraer, por su originalidad o
les en territorios cada vez más extensos y res- novedad, la atención de los medios y de los
pecto de cuestiones de distinto tenor, creando observadores.
lo que Tarrow (1997: 52) denomina “repertorio La protesta argentina en la década de los
modular” de la acción. años noventa se ha caracterizado por el surgi-
La protesta social en la Argentina. Introducción | N. Giarracca y K. Bidaseca  649

miento de formas novedosas e inéditas de ac- Los marcos de la acción colectiva se nutren
ción cuya expresión máxima, por la repercu- de creencias y símbolos preexistentes, y ape-
sión y continuidad, ha sido la implementación lan a una combinación de formas ancestrales y
de la “Carpa Blanca” de los docentes, que fue novedosas de lucha. Es el caso de la Unión de
luego utilizada por otros actores sociales en Cañeros Independientes de Tucumán (UCIT),
diferentes momentos y lugares. No obstante, que remonta sus orígenes a las luchas entre
han trascendido otras formas, algunas de ellas cañeros e ingenios hacia principios de siglo,
a nivel internacional: las rondas alrededor de la o el recuerdo que el Grito de Alcorta significa
Pirámide de Mayo que impulsaron las Madres para el Movimiento de Mujeres Agropecuarias
de Plaza de Mayo con sus pañuelos blancos cu- en Lucha, en tanto se identifican con aquellos
briendo sus cabellos ante la orden imperiosa de chacareros inmigrantes que luchaban contra
“circular”; los “escraches” iniciados por la agru- el poder terrateniente, ambos analizados en
pación HIJOS a los torturadores del proceso mi- este libro.
litar; los “apagones”; los abrazos simbólicos a Asimismo, los marcos de significado que ela-
instituciones en proceso de privatización, entre boran los movimientos sociales se encuentran
otros, sin dejar de nombrar una en especial que disponibles para otros movimientos, de igual
ha marcado, por su innovación simbólica, y su modo que las formas modulares de la acción.
espontaneidad, el nacimiento del Movimiento En la era de la globalización, tanto la tecnolo-
de Mujeres Agropecuarias en Lucha, el “paro de gía de los mass media como el uso de Inter-
remates” de las chacras endeudadas a partir del net influyen en la adopción de acciones y en la
uso de dos símbolos, uno nacional, el canto del adaptación de marcos culturales a través de la
Himno, y otro religioso, el rezo continuado. circulación de redes internacionales, transfor-
La utilización de símbolos constituye un he- mando de este modo la lógica de los movimien-
cho trascendente en la perduración de los mo- tos o la forma que adquiere la protesta.
vimientos y en su trascendencia. Ellos forman Es el caso del movimiento internacional
parte de los “marcos de la acción colectiva”, Vía Campesina, entre otros, con su consigna
sobreentendidos cognitivos vinculados con la de “Globalizar la lucha, globalizar la esperan-
construcción de los sentidos de la acción (Ta- za”, cuyo análisis forma parte de este libro; o
rrow, 1997). el ropaje de los piqueteros argentinos con sus
650 Estudios rurales y movimientos sociales. Miradas desde el Sur

rostros cubiertos por un trozo de tela de color de violencia entre los actores, “como una
negro, que nos recuerda la imagen del subco- batalla del poder en la cual la participación
mandante Marcos del Ejército Zapatista de Li- de la sociedad civil no está solo confinada
beración Nacional, en México. al acto electoral de las elecciones” (Ibídem:
Un interrogante que surge repasando los 176). En nuestro país puede ilustrarse con
repertorios de protesta, tanto en los movi- los cortes de ruta donde se queman cubier-
mientos internacionales como en los locales, tas, o, como complemento a las marchas,
es cómo influyen estos en quienes tienen la cuando algún desprendimiento del grupo
capacidad de tomar decisiones. Parece cla- rompe vidrieras.
ro que la “forma de acción”, “el repertorio”, 3. La lógica del testigo: se trata de una de-
apunta a varios blancos: la opinión pública, mostración de las convicciones, de mostrar
los medios, los que toman decisiones. Utili- lealtad a algunos principios aun a costa de
zan estrategias culturales, políticas, y las for- correr riesgos personales. La desobedien-
mas de acción pueden distinguirse según las cia consciente (objetores de conciencia,
“lógicas” o modus operandi que los activistas por ejemplo) descansa en esta lógica. Pen-
les asignan. semos en nuestro país: “las marchas del
Un trabajo reciente (Della Porta y Diani, silencio” en la Catamarca agredida por la
1999) tipifica las formas de acción por: muerte de María Soledad, o el comienzo si-
1. La lógica de los números: la gran cantidad de lencioso pero persistente de las Madres de
participantes de una marcha no solo atrae la Plaza de Mayo.
atención sino que produce algún grado de
molestia en la vida cotidiana de una ciudad
Las protestas combinan estas lógicas aun cuan-
como para no ser ignorada. En un petitorio
do siempre hay alguna que predomina. En los
el interés por “los números” es aún más cla-
últimos años, los movimientos campesinos de
ro; pensemos en las campañas para el ingre-
raíz “gandhiana” de la India comenzaron a de-
so familiar de la Confederación de Trabaja-
sarrollar lo que se conoce como “acción direc-
dores Argentinos (CTA), por ejemplo.
ta”, que suponen daños materiales a los patri-
2. La lógica del daño material: infligir daño monios pero nunca a las personas. Y, justamen-
supone una hipótesis de cierta necesidad
La protesta social en la Argentina. Introducción | N. Giarracca y K. Bidaseca  651

te, este componente “no violento” a personas Lucha. Las mujeres en la protesta rural
es una gran e importante diferencia con las en la Argentina” en Realidad Económica
protestas de las décadas del sesenta y setenta. (Buenos Aires) N° 150.
Giddens, A. 1979 “Las perspectivas actuales de
la teoría sociológica” en Central Problems
Bibliografía in Social Theory (Nueva York: Macmillan).
Giddens, A. 1995 La constitución de la
Arendt, H. 1998 La condición humana sociedad (Buenos Aires: Amorrortu).
(Barcelona: Paidós). Habermas, J. 1987 Teoría de la acción
Bajtín, M. 1993 Problemas de la poética de comunicativa II (Madrid: Taurus).
Dostoievski (México DF: FCE). Hilhorst, D. 1992 “Discourse Formation in
Bidaseca, K. 2000 “El Movimiento de Mujeres Social Movements. Issues of Collective
Agropecuarias en Lucha. La emergencia de Action” en Long, N. y De Haan, H. (eds.)
acciones colectivas, nuevos actores rurales Images and Realities of Rural Life (Assen:
y alianzas en el escenario del Mercosur” en Van Gorcum).
Cuadernos para el Debate, N° 12 (Buenos Jasper, J. 1997 The art of moral protest
Aires: IDES). (Chicago: The University of Chicago Press).
Della Porta, D. y Diani, M. 1999 Social Keck, M. y Sikkink, K. 1998 Activists
Movements. An Introduction (Malden: Beyond Borders: Advocacy Networks in
Blackwell). International Politics (Cornell: Cornell
Foucault, M. 1992 Microfísica del poder University Press).
(Madrid: La Piqueta). Laclau, E. y Mouffe, C. 1987 Hegemonía y
Gamson, W. 1995 “Constructing Social estrategia socialista (Buenos Aires: Siglo
Protest” en Johnston, H. y Klandermans, XXI).
B. (eds.) Social Movements and Culture McAdam, D. 1982 Political Process and the
(Mineápolis: University of Minnesota Development of Black Insurgency 1930-1970
Press). (Chicago: The University of Chicago Press).
Giarracca, N. y Teubal, M. 1997 “EI McCarthy, J. y Zald, M. 1988 “Resource
Movimiento de Mujeres Agropecuarias en Mobilizations and Social Movements: A
652 Estudios rurales y movimientos sociales. Miradas desde el Sur

Partial Theory” en American Journal of Rabotnikof, N. 1997 “El espacio público:


Sociology, N° 82. caracterizaciones teóricas y expectativas
Melucci, A. 1984 “An end to Social políticas” en Quesada, F. (comp.) Filosofía
Movements?” en Social Science Information Política I, Enciclopedia Iberoamericana de
(Londres: SAGE) N° 4-5, Vol. 23. Filosofía (Madrid: Trotta).
Melucci, A. 1985 “The Symbolic Challenge Rancière, J. 1996 El desacuerdo (Buenos
of Contemporary Movements” en Social Aires: Nueva Visión).
Research, N° 4, Vol. 52. Ricoeur, P. 1985 Hermenéutica y acción. De la
Melucci, A. 1992 “Frontier Land: Collective hermenéutica del texto a la hermenéutica
Action between Actors and Systems” en de la acción (Buenos Aires: Docencia).
Diani, M. y Eyerman, R. (eds.) Studying Scribano, A. 1998 “Argentina cortada:
Collective Action (Londres: SAGE). visibilidad social en el contexto del ajuste”
Melucci, A. 1994 “Asumir un compromiso: en López Maya, M. (ed.) Lucha popular,
identidad y movilización en los movimientos democracia, neoliberalismo: protesta
sociales” en Zona Abierta (Madrid) N° 69. popular en América Latina en los años de
Melucci, A. 1996 Challenging Codes (Londres: ajuste (Caracas: Nueva Sociedad).
Cambridge University Press). Tarrow, S. 1997 El poder en movimiento. Los
Naishtat, F. 1999 “Acción colectiva y movimientos sociales, la acción colectiva y
regeneración democrática del espacio la política (Madrid: Alianza Universidad).
público” en Ververen, P.; Quiroga, H. y Taylor, V. y Whittier, N. 1995 “Analytical
Villavicencio, S. (comps.) Filosofía de la Approaches to Social Movement Culture:
ciudadanía (Buenos Aires: Homo Sapiens). The Culture of the Women’s Movement” en
Nardacchione, G. 1997 “Acción y sentido: Johnston, H. y Klandermans, B. (comps.)
antagonismo y espacio público” en Seminario Social Movement and Culture (Mineápolis:
permanente del Área de Epistemología y The University of Minnesota Press).
Estudios filosóficos de la acción (coordinado Wittgenstein, L. 1988 Investigaciones
por F. Naishtat y F. Schuster) (Buenos Aires: filosóficas (México DF: UNAM, Instituto de
Instituto de Investigaciones en Ciencias Investigaciones Filosóficas).
Sociales, UBA) octubre.
El conflicto agrario 2008-2009:
los debates necesarios*

Introducción centros urbanos dependientes de la produc-


ción agraria —Trenque Lauquen, Firmat, Ma-
Los mundos agrarios se conocieron más, sobre ciel, Alcorta, etcétera— y la ciudad de Buenos
todo en las grandes ciudades, desde el con- Aires demostró tener conexiones familiares
flicto por la Resolución 125 que establecía un presentes o pasadas con esos mundos sociales
régimen de retenciones móviles a las exporta- donde las producciones primarias son centro
ciones de soja en el país. Y con la información de las economías regionales y de las ciudades
acerca del qué, cuánto, cómo y dónde se pro- grandes y pequeñas de las provincias.
ducen los cereales y oleaginosas cuya produc- Este apoyo citadino al conflicto de 2008 fue
ción se discutía diariamente en los programas uno de los centros del debate y un elemento
de televisión y en los principales diarios, se co- significativo para la caracterización del pro-
noció más acerca de los mundos sociales: las blema. Por un lado, muchos grupos cerca-
ciudades intermedias, poblados, rutas, roton- nos al Gobierno Nacional consideraron que
das y plazas de la Argentina “no porteña”, para las poblaciones que dieron esos apoyos eran
decirlo de alguna manera. Aparecieron en los potenciales aliados de una “nueva derecha”
medios de comunicación los nombres de los que intentaba desestabilizar al gobierno de la
presidenta Cristina Kirchner por su intento
de subir las retenciones agropecuarias para
* Giarracca, N. 2010 “El conflicto agrario 2008-2009:
los debates necesarios” en Giarracca, N. y Teubal, M.
una mejor redistribución de los ingresos. Para
(coords.) Del paro agrario a las elecciones de 2009. Tra- otros —actores sociales en juego, medios de
mas, reflexiones y debates (Buenos Aires: Antropofagia). comunicación, analistas políticos y gran parte
654 Estudios rurales y movimientos sociales. Miradas desde el Sur

de las poblaciones urbanas— la situación ha- Existen diferentes posiciones expuestas en


bía emergido como detonante de un modo de referencia a la caracterización del conflicto y
tomar las decisiones y gestionar los conflictos en ese debate intervinimos nosotros como Gru-
por parte del Gobierno Nacional. Aquel discur- po de Estudios Rurales; lo hicimos de un modo
so del 25 de marzo de 2008 de la Presidenta, que procuró no convertirlo en posiciones irre-
denominando “piquetes de la abundancia” a conciliables sino proponer diálogos para supe-
las formas de manifestarse de los ruralistas, rar una dicotomía que se presentaba como in-
habría simbolizado para ellos un modo intole- salvable. Tratamos de caracterizar a los actores
rante de administrar el conflicto que se suma- agrarios en conflicto, la importancia del mode-
ría a muchos otros “gestos” presidenciales en lo agrario sojero en las políticas de Estado, y
el mismo registro. nos atrevimos también a caracterizar el tipo de
Esta situación fue profusamente debatida en conflicto con el que nos enfrentábamos.
los medios, diarios muy ligados a los sectores Para intervenir en las caracterizaciones eco-
agrarios como Clarín o La Nación por un lado nómicas de los actores en juego se necesitaba
y, por otro, en Página/12 a través de las colum- un conocimiento más especializado y técnico
nas de opinión utilizadas por el grupo de Carta del sector agrario, y por tal motivo este tipo
Abierta (CA), formado por intelectuales cerca- de debate se circunscribió a un círculo menos
nos al Gobierno Nacional y otros especialistas extendido de personas. Distinto fue cuando
e intelectuales (entre quienes me incluyo). Si de interpretaciones políticas se trataba; allí se
bien, como veremos, los sectores que apoya- involucraron tanto periodistas como filósofos,
ban al campo evitaban una caracterización historiadores, contadores, antropólogos, nove-
política y ponían énfasis en las demandas eco- listas, religiosos, politólogos y sociólogos de
nómicas, CA basó su estrategia de debate en todos los gustos. En este artículo me limitaré a
politizarlo (y me atrevería a decir “ideologizar- las interpretaciones de los miembros del grupo
lo”). ¿“Nueva derecha” o sectores productivos denominado Carta Abierta (CA)1.
amenazados por un Poder Ejecutivo sospecha-
do de autoritario y de hacer un uso indebido de
1 Carta Abierta comenzó como un espacio de discu-
lo recaudado?; esa es la pregunta que sintetiza
sión de la coyuntura del conflicto y terminó como un
aquella discusión. fenómeno muy interesante desparramado por muchas
El conflicto agrario 2008-2009: los debates necesarios  655

Para los miembros de CA estábamos en pre- tes políticas progresistas que denunciaron a
sencia de un actor social agrario ligado históri- los exportadores como sectores beneficiados
camente a sectores “golpistas” de la sociedad y detrás de la acción del Gobierno (Mario Cafie-
que continúa conformando la base del modelo ro, Claudio Lozano, Pino Solanas, Alcira Argu-
agrario que se enriquece con la expansión soje- medo). El dramático discurso en el Congreso
ra. Son, en su criterio, los grandes propietarios Nacional de Claudio Lozano sintetizó estos in-
de la rica región pampeana del país cuya tenen- tentos, siempre incompletos, de darle visibili-
cia de la tierra se remonta a la conformación de dad a los actores sojeros que se quedan con las
la Nación y del capitalismo argentino. El grupo abultadas ganancias y sobreganancias (véase
de Economía y Tecnología de FLACSO armó artículo de Página/12 del 9-7-2008 y Teubal y
una demostración empírica de esta posición. Palmisano en este libro).
Es importante analizar cómo se sostuvo esta Creemos que para transformar el capitalis-
posición porque terminó expresándose en las mo neoliberal agrario se debe contar con infor-
declaraciones de muchos funcionarios de pri- mación e interpretaciones que puedan corro-
mera línea y del ex-presidente Néstor Kirchner. borarse empíricamente. Las caracterizaciones
Estábamos nuevamente en presencia de “la e interpretaciones basadas en datos erróneos
vieja oligarquía”. pueden servir para el debate mediático pero no
Frente a esta idea de la “vieja oligarquía” para avanzar en una transformación descon-
aparecieron otras posiciones: las nuestras y centradora de la estructura productiva y social
también las de otros grupos ligados a corrien- del campo. Hemos demostrado con un impor-
tante soporte empírico que hubo grandes cam-
bios en el sector agrario (Giarracca y Teubal,
provincias y en el exterior. Si bien desearon mantener
2005); por esta razón, los sectores en conflicto
ciertas distancias con el gobierno, fue conocida su es-
trecha relación con el ex presidente Néstor Kirchner. (los miembros de la Mesa de Enlace) ya no son
Aún hoy siguen representando el grupo de intelectuales los núcleos de poder del nuevo sistema agrario
cercanos al poder gubernamental. Sus cartas, sus artí- que denominamos “agronegocio” y simplemen-
culos de opinión, fueron publicados por el diario Pági- te ocupan un papel subordinado y territoriali-
na/12 y se encuentran en su blog <www.cartaabierta.
zado (básicamente antiguos propietarios de
org.ar>. En la bibliografía incluimos todas las fechas en
que se sacaron las declaraciones. tierra) en el nuevo modelo.
656 Estudios rurales y movimientos sociales. Miradas desde el Sur

En este artículo me propongo trabajar alrede- ocurridas desde 1976 tanto en el nivel de la eco-
dor de dos cuestiones. Comenzaré con la carac- nomía mundial, de los organismos de crédito
terización económica de los actores, ya que con que comenzaron a tener una injerencia inédita
ella se habilita una mejor comprensión acerca de en los Estados nacionales, como en los niveles
la naturaleza política del conflicto, que desarro- de los territorios nacionales. Muchas veces he-
llaré en la segunda parte de la argumentación. mos remarcado en nuestros trabajos que estas
Considero que ya en las breves reflexiones que configuraciones económicas, sociales, cultura-
fui publicando en Página/12 y Crítica intenté les que vivimos hoy como escenario de nues-
incluir algunas ideas acerca de la naturaleza del tras vidas, no se realizaron de un momento para
conflicto. Básicamente lo caractericé como un otro sino que comienzan con el disciplinamien-
conflicto patronal por impuestos estatales que to social que supuso la dictadura de 1976-1983,
les influyen directamente en las condiciones de las medidas que condujeron a la des-industria-
producción, tasas de ganancia y posibilidades lización, la apertura del comercio exterior y los
de apropiación de renta. Es decir, uno de los climas sociales de terror e individualismo que
muchos conflictos de los agricultores en todos acompañaron estos procesos (Giarracca, 2003;
los tiempos del capitalismo argentino que, en véase también entrevista a Norma Giarracca en
este caso, cobra una dimensión política por la Página/12, 31-03-2008). Todos estos cambios
respuesta desmesurada del Gobierno frente al resultaron en “un campo social” mucho más
paro y su escasa capacidad de negociación con complejo, heterogéneo y fragmentado. Lo que
estos capitalistas nacionales heterogéneos (pe- siguió en democracia poco cambió en relación
queños, medianos y grandes). con los ejes fundamentales del modelo que los
grandes centros de poder generaban para es-
tos países vía endeudamiento y servidumbres
El debate acerca de la financieras. Si los setenta y ochenta fueron
caracterización de los las décadas de los disciplinamientos sociales
actores del conflicto y significaron el establecimiento de un clima
cultural que parecía decirnos “no hay alterna-
Me remito a la vasta bibliografía existente que tivas”, es “esto o algo peor”, es decir etapas de
se propone comprender las transformaciones una producción de subjetividades resignadas,
El conflicto agrario 2008-2009: los debates necesarios  657

los noventa será la década en que se pondrá en mica, social, cultural, es difícil sostener la per-
marcha una segunda etapa de reformas estruc- manencia de los viejos actores sociales con sus
turales, privatizaciones, predominio del sector viejas conductas en el escenario nacional. En
financiero, y se establecerá todo el andamiaje primer lugar porque desde 1975 hasta hoy hubo
legal para el modelo extractivo de los recursos un recambio generacional en todos los ámbitos
naturales minería a cielo abierto, etcétera. En y si bien decimos con Pierre Bourdieu, que la
esos años se producen las privatizaciones de “reproducción social” es fuerte y difícil de tor-
los hidrocarburos y de las empresas de servi- cer, las generaciones viven distintos climas so-
cio del agua; se emite un decreto de desregu- ciales y culturales y las dirigencias cambian en
lación económica que afecta al sector agrario esos plazos de tiempo; en segundo lugar, porque
(Decreto 2284); se implementan paquetes de las transformaciones impregnaron todas las
leyes para habilitar a las corporaciones del sec- instituciones del capitalismo argentino en sus
tor agrario, al gran negocio de la minería a cielo diversos ámbitos: economía (mercado), política
abierto en el país. Pero los noventa también se- (Estado), educación, ciencia, salud, cultura. Y
rán la década en la que el programa de produc- de esa catástrofe (para utilizar la metáfora de Ig-
ción de subjetividades resignadas comienza a nacio Lewcowicz) quienes pueden salir adelante
resquebrajarse y en el país comienza un gran se parecen muy poco a lo que eran en los mo-
“ciclo de protestas” que, me atrevería a decir, mentos previos a ella; muchos encontraron su
aún no ha finalizado2. final como agentes económicos y otros reapare-
En este contexto de profundas transforma- cieron atados al motor de quienes pueden seguir
ciones en todos los niveles de la vida econó- adelante en la coyuntura. En nuestro caso, fue-
ron las nuevas corporaciones transnacionales,
las que se quedaron con las empresas públicas,
2 Estas protestas, vale la pena decirlo, fueron opa- con las empresas en cadenas agroindustriales y
cadas durante el año 2008 por el supuesto conflicto del con los recursos naturales. Ya no son los mis-
campo capitalista. Ese conflicto, dentro del espacio del mos actores industriales, agrarios, banqueros,
poder político y económico, opacó las resistencias al como no son los mismos dirigentes gremiales, o
modelo neoliberal que se daban simultáneamente a que
los mismos políticos, ni es la misma ciencia, la
las cámaras de televisión se concentraban casi exclusi-
vamente en el conflicto campo-gobierno. misma universidad ni los mismos medios de co-
658 Estudios rurales y movimientos sociales. Miradas desde el Sur

municación, aunque todo muestre un significa- de dos modos diferentes al nuevo escenario:
tivo “parecido de familia” (por aquello que nos traspasan sus patrimonios a los capitales trans-
recordaba Bourdieu). Incluso de los movimien- nacionales (para operar en el sector financiero
tos sociales centrados casi exclusivamente en la o sumar a la fuga de capitales) que son los que
inserción de clase —el movimiento obrero— se imponen la nueva lógica de funcionamiento
pasó a otros diversos, centrados en problemas (empresas agroalimentarias, ingenios azucare-
culturales y en las disputas territoriales. ros, grandes bodegas vitivinícolas, etcétera) o
En el registro de la economía agraria, además, mantienen sus patrimonios nacionales y se su-
se ha ido configurando una nueva lógica produc- bordinan a los nuevos “núcleos de poder”. De-
tiva que denominamos “agronegocio” que mol- nominamos “núcleo de poder” en las cadenas de
dea un espacio dinámico, generador de grandes producción a aquellos agentes capaces de im-
ganancias y con marcadas diferencias de funcio- poner qué, cómo, cuánto producir y subordinar
namiento con el antiguo sector agrario y agro- los funcionamientos del resto de los agentes a
industrial (véase Giarracca y Teubal, 2008). En su propia lógica (Vigorito, 1979; Teubal, 1999).
ese nuevo espacio económico del “agronegocio” En el nivel de la producción agraria, la novedad
se registra una fuerte intervención del sector fi- que se dibuja en la década del noventa y aparece
nanciero; en él, además, participan capitales con fuerza a partir de la expansión sojera es la
transnacionales en puntos clave de la cadena de gestión de los denominados “pools de siembra”
producción, distribución y ventas a los merca- o “fondos de inversión”.
dos externo y doméstico. Tanto las transnacio-
nales que proveen insumos, los exportadores,
así como las cadenas de “hipermercados” en el La caracterización del
mercado interno, son unos pocos ejemplos de actor económico
lo que deseo significar. Pero no es mi intención
detenerme en el funcionamiento de este espacio Los nuevos actores de la producción que habili-
económico y simplemente me remito al trabajo tan la impresionante expansión sojera pampeana
de Teubal y Palmisano en este libro. primero y luego en las otras regiones antes dedi-
Los viejos actores agrarios y agroindustria- cadas a las agroindustrias tradicionales o donde
les del capitalismo nacional se van adaptando habitaban comunidades campesinas e indígenas
El conflicto agrario 2008-2009: los debates necesarios  659

así como en bosques y yungas, son estos nuevos político que detenta el gobierno. Es decir, se
inversores en la modalidad de “pools de siembra” invisibilizan los nuevos actores capaces de im-
o “fondos de inversión”. Estos agentes, que en la poner leyes, decretos, resoluciones y se vuelve
mayoría de los casos están fuertemente relacio- a apuntar a la “vieja oligarquía” en el supuesto
nados con el capital financiero y con el mercado de que activaría la memoria de la población que
internacional a través de la gestión de exporta- supo de sus andadas golpistas.
ción, las empresas transnacionales y algunas im- Para demostrar esta posición se toma el Censo
portantes empresas nacionales (Arcor, por ejem- Agropecuario (CNA) de 2002 y se lo compara con
plo), las proveedoras de insumos, agroquímicos, el anterior de 1988, año este en que los propieta-
semillas, maquinarias, etcétera, configuran el rios de la región pampeana explotaban en forma
conjunto de agentes económicos que componen directa el 90% de la tierra cultivada; los autores
el pacto fundante del capitalismo del “agronego- sostienen que ese porcentaje para 2002 “apenas
cio” argentino en estos tiempos presentes. disminuyó al 86,4%”. Frente a esta situación se
Por eso, como no podía ser de otro modo, el deriva la “invariante” presencia en el escenario
debate alrededor del actor agrario productivo pampeano del terrateniente, base de Sociedad
giró en torno al peso de los pools de siembra y Rural Argentina (SRA) y de Confederaciones Ru-
fondos de inversión en la producción sojera. Es rales Argentina (CRA).
decir, se discutió si se trata de un nuevo actor
hegemónico o si volvemos a estar frente al terra- La primera comprobación es que el propietario
teniente pampeano de siempre ahora metamor- rural sigue siendo durante la fase de expansión el
foseado en sojero. protagonista decisivo de la producción agropecua-
Un estudio de FLACSO, que se entregó con el ria pampeana. En efecto, los propietarios trabajan
el 90% de la superficie agropecuaria en 1988 y el
diario Página/12 en 2009 (citado el año anterior
86% de la misma en 2002, lo cual indica la posi-
por el mismo diario) de Arceo et al. (2009), sos-
ción privilegiada que tiene el propietario en ambos
tuvo la hipótesis acerca de que el terrateniente relevamientos censales respecto a las restantes
propietario es el principal beneficiario del mo- formas de tenencia. No obstante esta significativa
delo y que, al mantener ese poder económico estabilidad, es preciso reparar en una serie de al-
se guarda, como lo hizo históricamente, una teraciones que refuerzan el protagonismo que tra-
posición de poder capaz de “jaquear” al poder dicionalmente ejercieron los propietarios pero que
660 Estudios rurales y movimientos sociales. Miradas desde el Sur

al mismo tiempo introduce nuevas facetas. En este de tierras” más relevantes de la región pampeana
sentido es revelador observar que la superficie tra- superando ampliamente a quienes son “arrendata-
bajada por aquellos propietarios que solo explotan rios puros” entre los que se encuentran los Pools
sus tierras descendió muy acentuadamente (9,5 de Siembra pertenecientes al sector financiero.
millones de hectáreas) mientras que los propie- En efecto al confrontar la superficie tomada en
tarios que, además de explotar sus tierras, traba- arrendamiento por los propietarios y por quienes
jan otras, se incrementaron en forma ostensible no lo son, se constata una notable superficie de los
(prácticamente en cinco millones de hectáreas). primeros (17,3 versus 5,5 millones de hectáreas de
La importancia de estos últimos, se pone de mani- acuerdo al cuadro siguiente [ver Cuadro Nº 1]).
fiesto cuando se constata que son los “tomadores (Arceo et al., 2009: 71)

Cuadro N° 1
Distribución de la tierra de la región pampeana* según la toma de tenencia de la tierra,
1988 y 2002 (en millones de hectáreas y porcentajes)

1998 2002 Diferencia 2002-1998


Hectáreas % Hectáreas % Hectáreas %
Total Región Pampeana 70.749.256 100,0 68.245.542 100,0 -2.503.714 -3,5
1. Tierras trabajadas por los propietarios 63.589.989 89,9 59.009.761 86,3 -4.580.228 -7,2
2. Propietarios que no toman tierra 44.051.073 62,3 34.520.100 50,5 -9.530.973 -21,6
3. Propietarios que toman tierra en: 19.538.916 27,6 24.489.661 35,8 4.950.744 25,3
3.1 Arrendamiento 11.566.816 16,3 17.333.123 25,4 6.766.307 49,9
3.2 Contrato accidental 4.249.416 6 2.953.074 4,3 -1.296.342 -30,5
3.3 Otros** 3.722.684 5,3 4.105.244 6 382.561 10,3
4. Tierra trabajada por no propietarios 7.159.267 10,2 9.235.781 13,5 2.076.514 49,6
4.1 Arrendamiento 3.591.452 5,1 5.474.838 8 1.883.386 52,4
4.2 Contrato accidental 1.124.639 1,6 901.670 1,3 -222.969 -19,8
4.3 Otros** 2.443.176 3,5 2.859.273 4,2 416.097 17

* Comprende las provincias de Buenos Aires, La Pampa, Santa Fe, Córdoba y Entre Ríos.
** Incluye tierras ocupadas, aparcería, que no tienen la tenencia discriminada y otras.
Fuente: Elaborado sobre la base de los Censos Nacionales Agropecuarios de 1988 y 2002.
El conflicto agrario 2008-2009: los debates necesarios  661

Este razonamiento se basa en una relación que de FLACSO pudieran sostener la proposición:
los datos del Censo Nacional Agropecuario “La importancia de estos últimos (propietarios
(CNA) no otorga en las publicaciones que se tomadores de tierra), se pone de manifiesto
vienen haciendo desde 2003 y que todos sus cuando se constata que son los ‘tomadores de
usuarios citamos. Es la relación entre dos va- tierras’ más relevantes de la región pampeana
riables: “forma de tenencia” y “forma de ges- superando ampliamente a quienes son ‘arren-
tión”. En efecto, tanto el censo de 1988 como datarios puros’ entre los que se encuentran
el del 2002 incluyeron en su cédula censal las los pools de Siembra pertenecientes al sector
clásicas preguntas que indican las relaciones financiero” (énfasis propio).
de propiedad con la tierra y las posibles combi- ¿De dónde se había sacado que solo entre los
naciones entre ellas. De este modo se obtienen arrendatarios puros se encuentran los “pools
“propietarios que no toman tierras” (en arrien- de siembra” ligados mayoritariamente al sec-
do), “propietarios que toman tierra” (en arrien- tor financiero? ¿Esto significaba que entre los
do), “arrendatarios”, “contrato accidental” y propietarios no había gestiones del tipo “pool
las posibles combinaciones. Por otro lado, en de siembra”? ¿Cómo podían estar seguros sin
virtud de la importancia que adquiere el sector corroborarlo con los datos censales? Esta re-
financiero a través de las nuevas formas pro- lación, que no aparecía en el trabajo de FLAC-
ductivas, en 2002 se incluyó una nueva pre- SO en forma de hipótesis a comprobar sino de
gunta que indagaba la “forma de gestión” de la aseveración, despertó dudas y las marcamos
empresa. Se preguntaba si el censado formaba en la primera versión del artículo de Giarrac-
parte de un “pool de siembra”. Esa respuesta se ca, Teubal y Palmisano, que integra este libro,
respondía por la afirmativa o la negativa y nada publicado por primera vez en Realidad Econó-
decía acerca de las características de la empre- mica en agosto de 2008. De un simple análisis
sa censada. Fue una primera indagación acerca censal corroborábamos que la mayoría de los
de un fenómeno que crecía día a día (aún las ci- productores de “hasta 200 ha” son propietarios
fras no alcanzaban un rango significativo) y que y también lo son la mayoría de quienes desapa-
para el proyectado y abortado censo de 2008 recieron de la producción entre 1988 y 2002. Es
sería perfeccionada. Es decir, no existía fuen- decir, la condición de “propietario” en la Argen-
te empírica alguna para que los investigadores tina no delimita por sí misma estratos sociales y
662 Estudios rurales y movimientos sociales. Miradas desde el Sur

capacidad política de sus miembros; ni siquiera producción. Veamos cómo se distribuye la va-
la delimita la relación entre tenencia y “canti- riable “forma de gestión pool de siembra” en
dad de superficie” ya que, por ejemplo, algunos las variables que expresan las distintas formas
dueños de empresas agroindustriales suelen te- de tenencia.
ner en propiedad o arriendo una superficie que La forma de gestión “pool de siembra” que
los colocaría entre “los chacareros”. Aún más una parte incorpora como elemento central a
del simple cruce de “régimen de tenencia” se- inversores financieros (grandes y pequeños)
gún “escala de extensión” en el nivel nacional tiene relaciones significativas con las principa-
se deduce que en casi todas las subcategorías les formas de tenencia y no solo —como sos-
de propiedad se toma tierra, desde los estratos tiene el trabajo de FLACSO— con los “arren-
más pequeños a los más altos (Datos del CNA); datarios puros” (arrendatarios y “contrato acci-
algunos simplemente arriendan más tierras, dental”, de solo un año de alquiler). Es decir, la
otros entran en “pool de siembra”. forma “pool de siembra” aparece con porcenta-
Profundizando estas cuestiones logramos, jes altos entre las EAP (explotaciones agrope-
con datos censales de 2002, la información cuarias) de propietarios (47%), pero mantiene
acerca de quiénes participan en los pools de guarismos significativos en los arrendatarios,
siembra, grupo dentro del cual están, según en el contratista accidental y en combinacio-
nuestras hipótesis, gran parte de los nuevos nes de “propietarios” con “arrendatarios” o
actores del sector productivo. En efecto, en el “contratistas accidentales”. En la forma “pro-
conjunto de los que gestionan su explotación pietario” en todas las provincias el porcentaje
en la modalidad “pool de siembra” (o fondos es mayor. Esto no nos llamó la atención pues
de inversión) están algunas explotaciones po- en esos años llevamos a cabo un trabajo sobre
derosas por el volumen producido y/o por sus los colonos del sur de Santa Fe y la mayoría
conexiones con la exportación; es decir agen- de los que estaban produciendo soja declara-
tes económicos hegemónicos en la cadena ban pertenecer a un “pool de siembra”. Estos
del “agronegocio” y están los otros, formados eran pequeños agricultores, y el “pool” era una
por pequeños propietarios (mayoritarios en la solución para superar la escala de producción
estructura social agraria desde su origen) to- que la soja les exigía (véase Giarracca, Gras,
madores de tierra para aumentar la escala de Barbetta, 2005).
El conflicto agrario 2008-2009: los debates necesarios  663

Pero ya existía para Santa Fe, Buenos Ai- están además las nuevas generaciones de in-
res, y el resto de las provincias donde la soja genieros agrónomos formados en la universi-
se expandía, otro tipo de propietarios, de dad del neoliberalismo, trabajando para estos
2000 ha o más de tierra, que participaba en actores3. Considero que estamos frente a la
otro tipo de pool de siembra (a los que en los formación de un nuevo actor (no necesaria-
primeros años se los denominaba “fondos de mente encarnado en una persona única) que
inversión”). Esta combinación de propietarios ostenta no solo rasgos económicos propios
grandes y tomadores de tierra (arrendatarios sino sociales y culturales; por ejemplo, otro
o contratos accidentales) con la participación tipo de relación con la universidad pública a
del capital financiero en altos montos, suma- la que la vieja clase terrateniente consideraba
do a los servicios de terceros para el proce- un lugar “peligroso”, una relación distinta con
so productivo más los importantes estudios los medios de comunicación y que, incluso,
agronómicos al servicio de esta lógica, fueron creó sus propias “exposiciones” anuales de la
configurando el nuevo agente productivo que mano de los principales matutinos porteños
se corresponde con el resto de los actores de (Clarín y La Nación)4.
la cadena (los grandes exportadores, las cor-
poraciones, corredores de bolsa, etcétera).
No siempre se pueden corporizar en una per-
sona como es el caso de Gustavo Grobocopa-
tel, cabeza visible de Los Grobos, la familia 3 “Bajo la coordinación de Casenave y Asociados, la
dirección técnica de Jorge González Montaner, el ase-
Rodrigué de La Redención, o los Alvarado de
soramiento de Pablo Calviño y la participación de las
El Tejar, quienes amasaron inmensas fortunas compañías SPS, Syngenta, BASF, Nitragin, Dow Agros-
en muy pocos años acorde a los tiempos de ciences y Glencore Argentina se sembrarán…” anun-
la globalización, partiendo de extensiones y ciaba orgullosamente La Nación, Campo, el 29 de abril
biografías variadas. Sin duda en este sector se de 2006. Es un pequeño ejemplo de la complejidad del
nuevo agente agrario.
encuentran familias de apellidos tradicionales
pero están también los inmigrantes como los 4 Durante el conflicto Gustavo Grobocopatel fue
invitado a seminarios universitarios en representa-
Grobocopatel, están los viejos estudios agro-
ción de nuevos empresarios diferenciados de “la vie-
nómicos de la vieja clase terrateniente pero ja oligarquía”.
664 Estudios rurales y movimientos sociales. Miradas desde el Sur

Cuadro N° 2
Forma de tenencia y provincias por participación en un “pool de siembra” (%)

Provincia
Total
Buenos Aires Córdoba Santa Fe La Pampa Entre Ríos
Sup. Sup. Sup. Sup. Sup. Sup.
Tipo de tenencia EAP EAP EAP EAP EAP EAP
(ha) (ha) (ha) (ha) (ha) (ha)
Propiedad 39,60 45,02 37,76 41,63 55,25 52,63 75,05 54,35 38,11 38,11 44,36 47,01
Sucesión indivisa 0,18 1,24 0,50 1,91 0,76 2,02 0,00 0,00 0,00 0,00 0,25 1,50
Arrendamiento 20,93 17,91 24,42 27,27 13,33 19,03 2,94 15,22 0,82 0,82 18,00 19,66
Aparcería 1,04 2,99 0,83 1,91 2,08 4,45 0,00 0,00 1,14 1,14 0,96 2,99
Formas Contrato accidental 10,83 12,69 7,15 7,66 4,04 4,45 0,17 2,17 24,67 24,67 9,09 9,08
puras
Ocupación con
0,15 1,24 0,08 0,48 0,00 0,00 0,00 0,00 0,00 0,00 0,10 0,64
permiso
Ocupación de
0,00 0,00 0,00 0,00 0,00 0,00 0,00 0,00 0,00 0,00 0,00 0,00
hecho
Otros 0,01 0,25 0,00 0,00 0,00 0,00 0,00 0,00 0,00 0,00 0,00 0,11
Sucesión indivisa 1,74 0,50 0,59 0,96 0,00 0,00 0,00 0,00 0,00 0,00 1,11 0,43
Arrendamiento 16,76 11,69 20,52 13,88 19,68 14,17 19,54 10,87 12,01 12,01 17,78 12,50

EAP que Aparcería 0,80 1,49 2,80 1,44 0,00 0,00 1,71 15,22 1,37 1,37 1,27 1.82
combina Contrato accidental 7,96 4,98 5,36 2,87 4,85 3,24 0,59 2,17 21,89 21,89 7,07 4,27
tierra en Ocupación con
propie- 0,00 0,00 0,00 0,00 0,00 0,00 0,00 0,00 0,00 0,00 0,00 0,00
permiso
dad con:
Ocupación de
0,00 0,00 0,00 0,00 0,00 0,00 0,00 0,00 0,00 0,00 0,00 0,00
hecho
Otros 0,00 0,00 0,00 0,00 0,00 0,00 0,00 0,00 0,00 0,00 0,00 0,00
Total 100,0 100,0 100,0 100,0 100,0 100,0 100,0 100,0 100,0 100,0 100,0 100,0

Fuente: Elaboración propia a partir de datos inéditos del CNA, 2002.


El conflicto agrario 2008-2009: los debates necesarios  665

Estos nuevos actores productivos junto a las y proclamados en el debate parlamentario por
grandes exportadoras aceiteras y cerealeras el diputado Claudio Lozano (véase debate en
que están lideradas por Cargill, Bunge Argen- diputados en La Trama y nuestro artículo en
tina, LCD Argentina, Aceitera General Deheza, Página/12 del 9 de julio de 2008).
Vicentin y Nidera, etcétera, son los núcleos del ¿Por qué insistir en la caracterización de que
espacio económico que definimos como “agro- estamos en presencia de la vieja clase agraria?
negocio sojero”. Son empresas que exportaron ¿Por qué tratar de invisibilizar estos profun-
en 2008 por un total de 20 mil millones de dóla- dos cambios en la estructura social agraria del
res, 28,7% de las exportaciones totales del país. país? Son interrogantes difíciles de responder
Son empresas que se encuentran entre las 20 ya que supone otorgar intencionalidades y no
principales exportadoras (acompañadas por es mi propósito hacerlo sino simplemente mos-
YPF-Repsol, Minera Alumbrera, Tenaris Sider- trar cómo en los grandes debates se pueden
ca). Estas empresas están siendo demandadas “construir” los actores de acuerdo a las nece-
por el fisco por una presunta evasión realizada sidades de los mismos. La mía también es una
entre enero de 2007 y mayo de 2008 que ascien- construcción, no existen “personas” o “grupos
de a 1447,9 millones de dólares. Como lo de- de personas” que se caracterizan como los ca-
muestran el artículo de Teubal y Palmisano en racterizamos nosotros, no existe un grupo que
este libro, por las características del sistema de se autoidentifique como “núcleo de poder”, por
retenciones, que en principio son pagadas por ejemplo. No obstante una vez “realizadas” las
las exportadoras, estas luego las transfieren a construcciones comienzan a ser utilizadas para
los productores. O sea que los productores re- identificar situaciones o autoidentificaciones
signaron ingresos pero estos no fueron trans- (efecto de teoría). Pasan del espacio teórico
feridos al Estado. Cabe destacar también que al cotidiano. Durante todo el siglo XX historia-
la industria aceitera, frigorífica y otras agroin- dores, economistas, ingenieros agrónomos, so-
dustrias que forman parte del modelo, también ciólogos, antropólogos fueron construyendo,
han recibido múltiples subsidios del Gobierno contrastando, dando batallas de sentido para
en el marco de una “declarada” lucha contra caracterizar al sector terrateniente, al chacare-
la inflación. Estos escándalos con los expor- ro y al campesino en la dinámica de la estruc-
tadores fueron denunciados por Mario Cafiero tura agraria argentina (véase Giarracca, 1999).
666 Estudios rurales y movimientos sociales. Miradas desde el Sur

Esta tarea retoma aquella otra y como enton- Sus dirigentes ni siquiera tenían visibilidad
ces los fundamentos teóricos y empíricos son mediática antes de 2008, nadie sabía quiénes
de primer orden. eran Luciano Miguens, Mario Llambías, Eduar-
do Buzzi. Tampoco se sabía que el senador Ro-
berto de Urquía había participado en la lista
Caracterizaciones políticas oficial y era el dueño de una de las empresas
“ganadoras del modelo” sojero o que Gustavo
El antiguo actor “terrateniente pampeano”, Grobocopatel tuviera el poder económico que
propietario de grandes extensiones de tierra tiene y que concentrara una profunda admira-
dedicadas a la ganadería y agricultura, repre- ción de la mayoría de los funcionarios del go-
sentado por SRA y por las capas más concen- bierno. La situación de comienzos de 2008 po-
tradas de CARBAP, fue quien ostentó un papel dría resumirse de este modo en referencia a las
económico, político y cultural significativo en relaciones sociales entre actores agrario-Go-
la conformación de la Argentina “moderna”; bierno: 1) los nuevos inversores concentraban
fue quien trató de influir en todos los gobiernos las simpatías de los funcionarios del gobierno
a través de prácticas corporativas o quien apo- “por innovadores, empresarios de la sociedad
yó a militares golpistas; es quien hoy mantiene del conocimiento”, viajaban en el avión presi-
su remanente, una sombra de lo que fue, en las dencial y ocupaban bancas y puestos de fun-
mismas siglas gremiales que lo acompañaron cionarios6; 2) los medianos productores “nego-
por décadas. No obstante, los contenidos sec- ciaban” con mandos medios del gobierno tales
toriales y corporativos del sector hoy son muy como el presidente de la Comisión de Agricul-
distintos a los que tuvieron hasta el golpe de tura de la Cámara de Diputados o el presiden-
1976. Esta es la base de nuestra diferencia con te del INTA, sin conseguir mucho (una de las
la postura del Gobierno y sus aliados intelec- razones que explican sus posteriores alianzas)
tuales durante el conflicto5. y 3) los miembros de la vieja clase terratenien-

5 No solo nosotros registramos estas diferencias, lo 6 No solo están los viajes en el avión presidencial
hicieron legisladores, periodistas y otras personas con sino que existen videos con escenas de Expoagro que
capacidad de observación. muestran estas cercanas relaciones.
El conflicto agrario 2008-2009: los debates necesarios  667

te, subordinada a los nuevos núcleos del poder, la hipótesis. El razonamiento gubernamental
recibían oficialmente la desconfianza propia de y el de sus aliados estratégicos sostenía que si
los gobiernos democráticos por pecados pasa- se podía disciplinar a los dirigentes agrarios, a
dos pero mantenían cierta cercanía social con los miles de agricultores y poblaciones rebel-
muchos de los funcionarios de gobierno por la des a los costados de las rutas, se estaría en
vecindad de sus residencias o por pertenencias condiciones de tomar el camino hacia la redis-
a una mismo sector social7. tribución de los ingresos, en pos de cambios
El paro, uno de los tantos de las entidades sustanciales en la estructura de clases y hacia
corporativas en todos los tiempos (véase Gia- la consolidación de una sociedad democrática
rracca, Teubal y Palmisano en este libro), fue que vence a sus sectores más conservadores,
convertido en “conflicto” y caracterizado por de derecha. Este fue el trasfondo del mensaje
el Gobierno como crucial e indispensable para que se quería emitir. Este mensaje se encontró
cambiar de modelo, para “terminar con la pola- con un primer y grave problema: la oposición
rización social, con la pobreza y la indigencia”. de los grandes y concentrados medios de co-
Fue construido para darlo a conocer por los municación que por intereses diversos habían
medios e informar al conjunto de los argenti- tomado partido por “el otro” del conflicto, es
nos como un conflicto cuya resolución podía decir por los dirigentes rurales8. De este modo
afectar al pacto fundante, es decir un conflicto generaron la otra cara de la moneda de la
que refiere a la posibilidad de modificar las re-
glas aceptadas por el capitalismo de esta etapa.
¿Realmente lo fue? Nuestra hipótesis de traba- 8 Podría no haber sido así; por ejemplo, en los años
jo es que no lo fue; con solo repasar la caracte- con predominio de los sectores terratenientes Clarín
representaba intereses desarrollistas industriales con
rización de quiénes son los núcleos de poder y
Rogelio Frigerio a la cabeza. Ahora se encuentra muy
con quiénes entraron en conflicto justificamos comprometido con el sistema sojero o agronegocio en
general, es en sí mismo un importante grupo económico
concentrado; basta con analizar un par de ejemplares
7 Información de entrevistas periodísticas televisa- de su suplemento rural para corroborar esto. Existen
das frente a preguntas acerca de los efusivos saludos intereses económicos en juego pero también ideológi-
entre funcionarios y dirigentes en los encuentros en la cos. El desarrollismo hoy se ubica, según el diario, en la
Casa Rosada. expansión agraria en base a la biotecnología.
668 Estudios rurales y movimientos sociales. Miradas desde el Sur

imagen oficial y construyeron su propia “re- había convertido lo cotidiano en algo extraor-
presentación social” del conflicto en la cual dinario, y los dirigentes se sentían (y lamenta-
el Gobierno, supuestamente, quería manejar blemente aún se sienten) muy a gusto en esa
una caja más grande para generar hegemonía construcción que los transforma de dirigentes
y mantenerse en el poder; en otras palabras, el de segunda línea a sujetos en situaciones ex-
Gobierno, en esta postura, deseaba sacarle sus traordinarias. Si bien no es nuestro objetivo
razonables ganancias a un sector emprendedor abordar la batalla de sentidos entre estos dos
que generaba riqueza genuina: el sector agra- factores de poder (Gobierno-medios) es, sin
rio. A lo largo de los meses la Presidenta, como dudas, el trasfondo de cualquier tipo de análi-
respuesta a esta acusación, anunciaba nuevas sis. De más está decir que nuestros discursos
medidas sociales y prometía subvencionarlas (ver última parte de este libro) intentaron no
con las recaudaciones; trató por meses de de- abonar ninguna de las posiciones y pusimos
mostrar un fin noble para el impuesto como se allí donde nuestras voces encontraron espa-
puede comprobar siguiendo las intervenciones cios —como estudiosos de la cuestión agra-
de la Presidenta en el capítulo “La trama de un ria— brechas que oxigenaran la oclusión dis-
conflicto extendido” en este libro. cursiva enfrentada.
Intentaremos demostrar nosotros aquí Pero pasado un tiempo prudencial, es ne-
cómo la construcción del Gobierno “campo- cesario retomar los discursos de quienes ro-
enemigo” (de la democracia; de los derechos dearon y alentaron las posiciones binarias del
humanos y redistributivos de la sociedad, et- Gobierno; esas posiciones que generaron los
cétera) fue una pieza clave para el desarrollo desplazamientos que investirían a los produc-
del conflicto y su posterior resolución parla- tores de las rutas de un poder hegemónico que
mentaria. Pero también, a nuestro juicio, fue no tenían y proponían repudiarlos como repre-
una pieza clave para que el Gobierno perdiera sentantes de la “vieja oligarquía”; aquellos dis-
su pulseada con el campo (representado por cursos que conducían a que la Presidenta el 1
la Mesa de Enlace) que se encontró muy có- de abril de 2008 comparara el “lock out” patro-
modo en el rol de concentrar las oposiciones nal al pre-golpe de febrero de 1976 con el paro
y críticas al Gobierno. Como dijo alguna vez agrario que ella enfrentaba en una operación
Bertolt Brecht en referencia al acto teatral, se de torsión de los hechos reales que preocupa-
El conflicto agrario 2008-2009: los debates necesarios  669

ron a quienes vivimos aquellas época9; o volver Cualquier cientista social sabe que la batalla
a recordar a quienes en el debate intelectual de sentidos fue tan importante como el enfrenta-
ampliaron con sus calificativos y caracteriza- miento parlamentario o las mediciones de la den-
ciones supuestamente “expertas” (por la con- sidad de las marchas y concentraciones en las
dición de universitarios, pensadores) las dis- calles. Por esta razón vale la pena simplemente
tancias que la propia Presidenta, erróneamente recordar algunas de las cuestiones que se dijeron.
a mi juicio, estableció con los sectores medios No es nuestra intención analizar esos discursos
agro-rurales (no solo chacareros sino habitan- desde el análisis semiótico sino intentar poner a
tes de las ciudades intermedias del país), que su lado algunas reflexiones basadas en nuestra
en una gran proporción la había votado. propia experiencia en el análisis social y en un
derrotero de compromiso político de décadas10.
Tomaremos básicamente las declaraciones
9 Dijo la Presidenta: “Las mismas organizaciones del grupo que se denominó Carta Abierta (CA),
(que hoy paran) llamaron también a un ‘lock out’ patro-
nal, allá por febrero del 76. Un mes después el golpe, la
formado por un conjunto de intelectuales de la
tragedia más terrible que han tenido los argentinos […] Facultad de Ciencias Sociales bajo el liderazgo
Esta vez no han venido acompañados de tanques sino de, entre otros, Horacio González, director de la
de ‘generales multimediáticos’” (<http://www.casaro- Biblioteca Nacional.
sada.gov.ar/index>). El “lock out” patronal de carácter Dicen en su primera carta del 19 de abril
golpista de 1976 al que hace mención la Presidenta, lo
convocaron no solo la SRA y CARBAP sino conjunta- de 2008:
mente el resto del Consejo Empresario Argentino, con
la Cámara de la Construcción, de Comercio, las cáma- Como en otras circunstancias de nuestra crónica
ras de los grandes importadores y exportadores, super- contemporánea, hoy asistimos en nuestro país a
mercados, bancos y por supuesto la entidad empresa-
rial de Martínez de Hoz que luego tomaría directamente
el rumbo económico del país (la Asamblea Permanente 10 Muchas veces durante el conflicto eché mano a mi
de Entidades Gremiales Empresarias). ¿Por qué omitir propia experiencia durante los años setenta como una
a estas corporaciones industriales y de servicio y, sobre joven profesional que acompañó el corto período del
todo, por qué incluir a la Federación Agraria que no es- Ing. Horacio Giberti en la Secretaría de Agricultura, a la
tuvo y mantuvo una posición digna allí y durante toda vez que participaba en aquel impresionante movimien-
la dictadura militar? ¿Ese “las mismas”, un error de la to social que se proponía transformaciones de fondo
presidenta o una estrategia de sus asesores? para el país.
670 Estudios rurales y movimientos sociales. Miradas desde el Sur

una dura confrontación entre sectores económi- En el primer párrafo se delimitan los dos
cos, políticos e ideológicos históricamente domi- actores en conflicto y deducen la caracteriza-
nantes y un gobierno democrático que intenta de- ción del mismo, veamos: “dura confrontación”;
terminadas reformas en la distribución de la renta “sectores económicos, políticos e ideológicos
y estrategias de intervención en la economía. La
históricamente dominantes” y “un gobierno de-
oposición a las retenciones —comprensible obje-
mocrático que intenta determinadas reformas
to de litigio— dio lugar a alianzas que llegaron a
enarbolar la amenaza del hambre para el resto de en la distribución de la renta…”. Se describe
la sociedad y agitaron cuestionamientos hacia el una atmósfera política que trasciende el tema
derecho y el poder político constitucional que tie- del agro y pone en jaque a la democracia mis-
ne el gobierno de Cristina Fernández para efecti- ma. De este modo, el paro con sus actores que
vizar sus programas de acción, a cuatro meses de luego se constituirían en la Mesa de Enlace, se
ser elegido por la mayoría de la sociedad… Esta convertirán desde el comienzo, según CA, en
atmósfera política, que trasciende el “tema del quienes impedían el programa democratizador
agro”, ha movilizado a integrantes de los mundos de la Presidenta inaugurando su gestión.
políticos e intelectuales, preocupados por la suer- Desde 2003 el Gobierno del matrimonio
te de una democracia a la que aquellos sectores
Kirchner apostó fuertemente al modelo pro-
buscan limitar y domesticar. La inquietud es com-
ductivo extractivo como una de las patas im-
partida por franjas heterogéneas de la sociedad
que más allá de acuerdos y desacuerdos con las
portantes de su plan económico para el país
decisiones del gobierno consideran que, en los úl- (véase discurso de 2004 de Néstor Kirchner
timos años, se volvieron a abrir los canales de lo presentando el Plan Minero o la celebración
político. No ya entendido desde las lógicas de la en las páginas gubernamentales acerca del país
pura gestión y de saberes tecnocráticos al servi- que en la agricultura había dado el salto “pro-
cio del mercado, sino como escenario del debate ductivista”). Los núcleos de poder del sistema
de ideas y de la confrontación entre modelos dis- productivo extractivo y de servicios públicos
tintos de país. Y, fundamentalmente, reabriendo (refrendado por los Kirchner), las empresas ex-
la relación entre política, Estado, democracia y portadoras que se quedan con las retenciones
conflicto como núcleo de una sociedad que desea (véase artículo de Teubal y Palmisano en este
avanzar hacia horizontes de más justicia y ma-
libro), las proveedoras de insumos como Mon-
yor equidad. (Énfasis propio)
santo, los grandes lobbistas de la deuda exter-
El conflicto agrario 2008-2009: los debates necesarios  671

na, los grupos nacionales concentrados como rumbo del país? ¿Por qué los Kirchner deciden
Techint, las corporaciones mineras como Ba- utilizar las demandas de los productores agra-
rrick Gold o la Alumbrera, las empresas de la rios para tratar de imponer a la sociedad una
privatización de los ferrocarriles, de los subte- imagen binaria de sí misma?
rráneos, los grandes medios de comunicación, Cuando la presidenta Fernández decide res-
son quienes comandan con el Estado argentino ponder en términos descalificadores a los pro-
el modelo económico. Estos fuertes actores ductores en las rutas, esperaba sin duda des-
económicos y políticos gozaban del consenso pertar las viejas antinomias del peronismo, tan-
de empresarios nacionales agrarios, industria- to de 1945 como de 1973, referir a ese otro país
les, de servicios, de casinos y juegos, etcétera injusto, de importante base agraria, al que el
de las distintas regiones del país. Algunos por General Perón y Evita aludían constantemente
convicciones ideológicas y otros por subordi- en sus discursos11. Sin embargo, esta estrate-
naciones de diversos tipos. En la actualidad ese gia no tuvo los efectos esperados sino el efecto
consenso se ha resquebrajado, asistimos a una contrario: se convertiría en un catalizador de
crisis de consenso hegemónico y en tal sentido muchos descontentos que los sectores medios
el Gobierno aparece en litigio con muchos de tenían con el Gobierno en su nueva etapa. Y es-
sus antiguos aliados, todos aquellos que cons- tos se hicieron escuchar como en ningún otro
tituyeron con el Estado el pacto fundante del momento porque los medios de comunicación
capitalismo de esta etapa del neoliberalismo decidieron tomar sus voces para posicionarse
(posterior a la década del noventa). también en contra del Gobierno. De este modo,
El interrogante que nos hacemos es ¿con los tradicionales sectores que se oponen a la
este modelo es posible la redistribución de la política de derechos humanos del Gobierno,
riqueza más allá de las políticas asistenciales
también consensuadas con los que diseñan
estos modelos (Banco Mundial)? ¿Es el paro 11 El enfrentamiento de Juan Perón con la oligarquía
de los productores y ese relativo monto de in- ganadera en su primer gobierno llevó a esta a buscar su
gresos fiscales (véase artículo de Teubal y Pal- histórica alianza con sectores de las FFAA, sobre todo
la Marina. En 1973, con el corto lapso de Cámpora-Juan
misano en este libro) que ganaba o perdía el
Perón, la política de intercepción de renta agraria fue
Gobierno lo que imposibilitaba un cambio de política de Estado.
672 Estudios rurales y movimientos sociales. Miradas desde el Sur

el arco político partidario opositor y esa clase adecuadamente ni por reflexionar con pondera-
media —generalmente con poca voz mediá- ción las mismas circunstancias conflictivas y
tica— se unieron a los reclamos del campo y críticas sobre las que operan. (Énfasis propio)
constituyeron un espacio político confuso con
voces superpuestas. En ese espacio también Estaríamos totalmente de acuerdo con este pá-
se encontraban sectores de la izquierda tradi- rrafo si no fuera por la operación discursiva de
cional parlamentaria (Vilma Ripoll), grupos pi- ocultamiento de estas mismas capacidades se-
queteros y gran parte de la “centro izquierda”. mióticas del poder político. El Gobierno a tra-
Allí se constituía el espacio dicotómico al que vés de sus voceros también estructuraba dia-
alude unos días después CA. Es decir, entre el riamente “la realidad de los hechos” con dispo-
Gobierno y los medios de comunicación lo- sitivos que generan sentidos, interpretaciones
graban borrar ese rasgo abigarrado de grupos y definen la verdad sobre los actores sociales
para convertirlo en “la voz del campo”, espacio y políticos. Estábamos frente a una verdadera
homogéneo, sin fisuras. CA registra inmediata- batalla de sentidos con dos poderosos actores
mente el papel de los medios de comunicación enfrentados: el primero por contar como pivo-
y sostiene en esa primera carta: te al Estado y el segundo, el llamado “cuarto
poder” mediático (con el que el Gobierno había
En la actual confrontación alrededor de la políti- acordado desde 2003). En este espacio dicoto-
ca de retenciones jugaron y juegan un papel fun- mizado que pretendía generar distintos senti-
damental los medios masivos de comunicación dos, los grandes perdedores fueron la duda, las
más concentrados, tanto audiovisuales como grá- posiciones que recogieran la historicidad del
ficos, de altísimos alcances de audiencia, que es- suceso, que pusieran toda la información dis-
tructuran diariamente “la realidad” de los hechos, ponible en el juego de nominar y significar. Lo
que generan “el sentido” y las interpretaciones y más importante de remarcar aquí es que ni el
definen “la verdad” sobre actores sociales y polí-
Gobierno ni los medios de comunicación resal-
ticos desde variables interesadas que exceden la
pura búsqueda de impacto y el rating. Medios que
taban lo que estaba por detrás de la construc-
gestan la distorsión de lo que ocurre, difunden el ción binaria: el gran “agronegocio” generador
prejuicio y el racismo más silvestre y espontáneo, de riquezas que ambos grupos aprovechan mu-
sin la responsabilidad por explicar, por informar cho más que los chacareros o los ganaderos. Si
El conflicto agrario 2008-2009: los debates necesarios  673

algún calificativo cabe al conflicto, sobre todo cial; entonces surgió la otra idea fuerte de CA:
por la intervención del monopolio mediático estábamos frente a un operativo “destituyente
(Grupo Clarín), se orientaría a ubicarlo al in- del gobierno popular”, concepto que desarro-
terior del bloque de poder hegemónico hasta llará más extensa y claramente CA en la V Car-
marzo de 2008. ta, ya en los epílogos del núcleo del conflicto
Frente a esta interpretación vale preguntar- (abril de 2009).
se ¿Por qué los actores ruralistas seguían el
juego, entonces? FAA trataba de hacer explíci- Recorre la Argentina la fanfarria de una restau-
to su rol subordinado mediante las voces de di- ración conservadora, expresión de una derecha
rigentes de segunda línea pero eran simples su- vieja y nueva. Con arrebatos cambiantes, a veces
surros en el contexto de los grandes poderes y, con estridencia, muchas veces en la penumbra,
nerviosamente se preparan. Van de reunión en
por otro lado, a los dirigentes de primera línea
reunión, en una coreografía que se hace y re-
se los veía muy cómodos en el nuevo papel de
hace bajo la bitácora de semanales gacetilleros
visualización política en el que factores contin- del gran desquite. Ventrílocuos, pronostican el
gentes los habían ubicado. Gustavo Groboco- próximo viraje. El fin de la pesadilla. No llegan
patel no aparecía en los medios, por el contra- a ser aún la Santa Alianza. Pero a falta de un
rio era invitado a seminarios universitarios (en Metternich, pululan políticos de diversas histo-
la Facultad de Filosofía y Letras de la UBA, por rias y procedencias, estilos comunicacionales
ejemplo) como integrante de la “sociedad del aparentemente objetivos y representantes de
conocimiento” para discutir el conflicto que, economías facciosas que apuestan a recrear un
supuestamente, no lo involucraba. Estado sin capacidad de pensar el conjunto de la
Tal vez por la cercanía de sus propios oríge- Nación, cuando es necesario transformarlo en el
sentido contrario, sacudiéndose sus modos neo-
nes culturales, por razones políticas coyuntu-
liberales y su debilidad institucional. Los restau-
rales, u otras razones, la mayoría de los secto-
radores exudan el deseo de recuperar los fastos
res medios urbanos de Rosario, Córdoba y una de la Argentina del primer centenario, aquella en
buena parte de Buenos Aires no fueron con- la que la mitología agroganadera representaba
vencidos por el discurso binario que apuntaba los fundamentos de la Nación. Sus narrativas del
a los agricultores como la condensación de los presente se inspiran en las injusticias y desigual-
límites de una democratización e inclusión so- dades del pasado.
674 Estudios rurales y movimientos sociales. Miradas desde el Sur

¿A qué se llamaba restauración conservadora? son actores de primer nivel desde muy tempra-
¿A la del Centenario, a la del país agroganade- no en la consolidación de este modelo. En él,
ro de 1910? ¿Al criminal intento de 1976 en su a nuestro juicio, participaron no solo Carlos
momento represivo? Estamos seguros de que Menem y Domingo Cavallo, sino que a partir
quienes esto escribieron, acordarían con noso- de 1994 comenzarían a participar activamente
tros que la restauración del conservadurismo el conjunto de gobernadores (y partidos políti-
de comienzos del siglo XX la dejamos en ese cos) a quienes se habilita, por la reforma cons-
triste pasado del país. La configuración con- titucional, para tomar en sus manos el destino
servadora que sufrimos en el presente, la más de los recursos naturales de este país. Tal vez
enquistada y difícil de desarmar en el país ac- esta sea la etapa más peligrosa e irreversible
tual, es de manufactura “menemista” (recor- del modelo, y en ella el matrimonio Kirchner
demos que se la llama además de neoliberal, así como José Luis Gioja o Mario Das Neves,
neoconservadora); es esa construcción que son piezas claves para su consolidación. Re-
toma su punto crucial en los noventa pero se cordemos nuevamente que el senador Roberto
prepara desde el golpe de 1976 y se proyecta de Urquía o César Gioja estaban en las listas
en estos complejos presentes. La restauración que acompañaron las candidaturas de Cristina
conservadora no es un peligro futuro a partir Fernández y Néstor Kirchner respectivamente.
del conflicto campo-Gobierno, sino un proce- El campo entró algo más tarde en la “mo-
so en marcha y de muy difícil desactivación dernización conservadora” de la mano de un
sin una fuerte decisión política, sin otro tipo modelo productivo que se asemeja a las pro-
de Estado, sin otro pacto fundante, sin una ducciones extractivas de la minería, el petróleo
nueva Asamblea Constitucional. Por otro lado, y que conceptualizamos como “agronegocio”.
los actores políticos son activos constructores Para que tal cosa sucediera, se necesitaron
de este modelo que hemos denominado “mo- legislaciones, políticas públicas, nuevas direc-
dernización conservadora” (véase entrevista ciones de biotecnología en la administración
a Norma Giarracca en González Arzac, 2009). pública, etcétera. Todos los funcionarios del
La gran mayoría de los gobernadores y ex-go- gobierno actual y el de Néstor Kirchner son
bernadores (Néstor Kirchner, Felipe Solá, Juan acérrimos defensores del modelo extractivo:
Carlos Romero, Eduardo Duhalde, etcétera) sojero, minero, petrolero. Todos estos actores
El conflicto agrario 2008-2009: los debates necesarios  675

económicos correspondientes al nuevo mode- mismo tiempo que se pone la responsabilidad


lo no necesitaban representación política: ya la de todos los problemas de polarización social
tenían y la mantienen férreamente dentro del del país en los productores agrarios, se sigue
Estado y del grupo político gobernante. CA se- apoyando como política de Estado la soja, el
guía sosteniendo en su quinta carta: petróleo y la minería. Carta Abierta no fue aje-
na al apoyo que el Gobierno nacional daba a
Los líderes del “partido del orden”, mientras todas las instituciones agronómicas y científi-
aguardan el auxilio de la crisis, no pueden atrave- cas, articuladas con este modelo al que tantas
sar ciertos dilemas de parroquia: ¿qué represen- veces Gustavo Grobocopatel anunciaba como
tación política dará finalmente el nuevo bloque el verdadero logro de la “sociedad del cono-
agrario que trae la sorprendente fusión en las
cimiento”. ¿Entonces por qué necesitarían los
consignas de los agronegocios de los sectores que
agricultores una representación política nueva
antaño se diferenciaban por distintos tipos de
actividad agropecuaria? Una nueva soldadura para las consignas de “agronegocio”? Recor-
material y simbólica ha ocurrido frente a las nue- demos la denuncia del investigador Andrés
vas características tecnológicas y empresariales Carrasco contra los efectos dañinos del gli-
de la explotación de la tierra sobre el trasfondo fosato sobre embriones efectuada en abril de
de ganancias inesperadas. Se trata de un bloque 2009 (Página/12, 13-04-2009). Cuando se hizo
“enlazado” que, bajo un débil manto de republica- pública, salieron todos los dispositivos a cargo
nismo, se propone la cruzada restauradora y para de los distintos ministerios para contrarrestar
hacerlo declara vetustos a los desvencijados par- el impacto del anuncio ¿necesitaban un parti-
tidos remanentes, exige una derechización social do propio acaso los simples consumidores del
y pone en crisis también a las tradicionales repre-
agroquímico (los agricultores) para lograr se-
sentaciones del sector. (Énfasis propio)
mejante colaboración? Es evidente que no lo
necesitaban porque no se trataba de sacar par-
Si algo se constató después del tiempo trans-
te de los impuestos a los heterogéneos capita-
currido desde la cima del conflicto es que toda
listas del país sino de cuidar el negocio de una
la administración pública apoya el modelo de
de las empresas más cuestionadas del mundo:
expansión sojera con inusitada coherencia.
Monsanto. Ni la denuncia, ni el impresionante
Y esto en el ámbito político, mientras que al
apoyo de la comunidad científica internacio-
676 Estudios rurales y movimientos sociales. Miradas desde el Sur

nal12 impidieron al Gobierno archivar el asunto taria del conflicto, la situación se despeja de
del glifosato (mientras las denuncias de las po- esa oclusión que la había caracterizado hasta
blaciones afectadas aumentan y el gran sufri- entonces. Como podemos registrar en el pri-
miento social sigue). mer capítulo de este libro —“La trama…”— el
Alrededor de mayo, cuando CA proclama- 17 de junio la Presidenta manda el proyecto al
ba formas nuevas de “golpes de Estado”, no- Congreso e inmediatamente el oficialismo se
sotros nos sumamos a las variadas voces que encolumna en el mantenimiento de la Reso-
pedían que el debate se diera en el Congreso lución N° 125; no obstante con el transcurrir
de la Nación (véase Página/12, 19-05-2008); la de los días el proyecto se fue modificando y
situación se iba tornando muy violenta dado tomando en consideración muchos de los re-
la construcción maniquea “amigo-enemigo” clamos de los productores más allá de las re-
que gobiernos e intelectuales defendían y en tenciones. Pasaron muchos grupos, técnicos,
la que el campo opositor (medios, partidos especialistas por el Congreso donde las comi-
opositores y Mesa de Enlace) parecía sentir- siones debatían y decididamente comenzaba
se muy cómodo. Un puñado de periodistas otra etapa del conflicto.
independientes y políticos de centro izquierda No obstante estos avances en la discusión
(Claudio Lozano, Eduardo Macalusse, Pino So- con mayor envergadura conceptual y empírica,
lanas, Alcira Argumedo, Ernesto Tenembaum, el ex-presidente Néstor Kirchner concentró el
etcétera) pedían semana tras semana tratar de núcleo duro del discurso oficial y llevó el con-
“calmar las aguas” y buscar un espacio de de- flicto a las calles de la ciudad de Buenos Aires.
bate acorde con la democracia que teníamos El Gobierno decidió “medir” fuerzas alrededor
entre manos. El peligroso dispositivo “schmit- del Congreso y si bien la situación parlamenta-
teano” de amigo-enemigo podía generar conse- ria distendió el enfrentamiento, el grupo calle-
cuencias no deseadas en rutas y calles urbanas jero que se llamó “compromiso K”, endureció
donde los enfrentamientos se caldeaban. Y en su discurso y CA se propuso comprender en
efecto, cuando comienza la etapa parlamen- sus propios términos las razones por las que
las movilizaciones del campo (o antigobierno)
eran tan masivas.
12 Véase <www.voces-de-alerta.blogspot.com>.
El conflicto agrario 2008-2009: los debates necesarios  677

Un nuevo sentido común producido por los teji- imperfectas maneras”. Referencia peligrosa
dos tecnoinformativos nutre así el círculo de cap- y anticuada que siempre refiere a la supuesta
tura de imágenes y discursos. Se habla como lo “representación de las víctimas silenciosas”
hace la llamada “sociedad del conocimiento”, y (las “masas populares”) que las viejas concep-
esta habla como lo hacen previamente quienes ya
ciones políticas amparadas por los sistemas
fueron tocados por la conquistada neoparla que
de representación siempre se atribuyen (des-
insiste en estar “fuera de la política”, pero muni-
dos de jergas sustitutivas de la experiencia públi- de los conservadores populares hasta la vie-
ca. Hasta el modo de ir a los actos políticos es ja izquierda). Si algo llamó poderosamente la
puesto bajo la grilla admonitoria de un juez del atención en las movilizaciones de uno y otro
Olimpo que dictamina los momentos de supues- bando del conflicto fue la pasividad que los
ta “falsa conciencia” de miles de conciudadanos sectores populares del Gran Buenos Aires —
que no poseerían la legítima pasión espontánea otrora base de los redistributivos peronismos
de los refundadores del nuevo federalismo sin “con Perón”— mostraron en la coyuntura.
historia, sin Estado, sin instituciones, sin suje- ¿Cuáles eran las imperfectas maneras de
to. El descrédito de lo político comienza por des- “los de abajo y los de más abajo”? (como sue-
tituir a las masas populares y sus imperfectas
len decir los zapatistas): ¿acaso las manifesta-
maneras, para hacer pasar por buenas solo las
ciones de los tradicionales gremios de la CGT
supuestas movilizaciones pastoriles roussonia-
nas, efectivamente multitudinarias, que mal
con sus prácticas gremiales habituales? ¿Las
se sostienen bajo las diversas modalidades del intempestivas apariciones de Luis D’Elia en
tractorazo, más amenazante que bucólico. (Car- la Plaza de Mayo? Fue muy notable que ese
ta Abierta III, junio de 2008, énfasis propio) gran espacio, desconocido, invisibilizado por
los medios de comunicación (quienes reflejan
Lo que más llama la atención en la interpre- a sus habitantes solo como “sujetos de la in-
tación “de las supuestas movilizaciones pas- seguridad”) de los sectores populares urbanos
toriles roussonianas” dispuestas a fundar un no tuvo voz pública, no llegó a los espacios de
nuevo federalismo sin historia, sin Estado, sin las disputas callejeras. Estuvo ausente, calla-
instituciones y sin sujeto, es la mención a un do, tal vez agobiado y distraído por sus propias
posible descrédito de lo político que comien- condiciones de existencia (véase el capítulo de
za a destituir a las masas populares y “sus “La trama…”). Mientras los sectores subalter-
678 Estudios rurales y movimientos sociales. Miradas desde el Sur

nos del campo tuvieron voces en los medios de bienes; agreguemos que estaba hablando de
comunicación (Página/12 sacó declaraciones sectores tan (o más) desposeídos como los sec-
del MOCASE, del CAI, y de otros movimientos tores más castigados del gran Buenos Aires. En
campesinos) a aquel sector sujeto de la política nuestro propio país, el peronismo popular, ese
del país de la industrialización nacional, de la de los barrios obreros, las villas, los suburbios,
redistribución peronista y radical, se lo perci- demostró durante muchas décadas que no ne-
bió callado y pasivamente transportado en una cesitaba “incentivos” para acompañar los pro-
u otra movilización gestionadas por los inten- yectos que consideraba “suyos”. Fueron mar-
dentes de todo el país (recordemos la muerte chas que llegaron al millón de personas con-
del joven tucumano, véase Crítica, 7-7-2008). vencidas de que sus propios destinos estaban
Algunas voces cercanas al gobierno —algu- atados al proyecto que apoyaban.
nos miembros de CA y funcionarios— intenta- Por aquellos meses de invierno, las clases
ron colocar en el debate “el viático” (transporte medias urbanas se dividieron entre uno u otro
y un dinero) como nuevas formas de expresión espacio; CA es un claro ejemplo de esto, profe-
de los sectores populares y que las críticas a sionales, maestros, artistas, universitarios, mu-
estas gestiones constituyen prejuicios de clase chas texturas de sectores medios que formaron
media. A mi juicio esta fue una pobre concep- este colectivo con el claro propósito de apoyar
ción de los modos de lograr los apoyos popu- y defender al gobierno de los Kirchner frente al
lares o justificar ese modo “neoliberal” del go- “golpista campo”. En tanto en las marchas pro-
bierno para acercarse a ellos. El vicepresidente campo se podía encontrar un amplio espectro
de Bolivia, el intelectual y ex-activista Álvaro de profesionales, empleados, docentes, peque-
García Linera sostiene en su extenso trabajo ños empresarios que se ubicaban en dicho es-
sobre los movimientos sociales de su país, que pacio por una difusa simpatía con “la lucha del
los hombres del orden siempre sospechan de campo” pero también, según las encuestas que
los supuestos “financiamientos espurios” de logramos hacer durante los cacerolazos, por
las largas marchas y huelgas porque no pueden un nítido repudio al gobierno de Cristina Kir-
creer cómo el pueblo boliviano puede mante- chner. Las razones de la oposición al gobierno
nerse en tiempos de protestas con sus propios que registramos en entrevistas que realizamos
recursos, sin un centavo externo a sus propios en tres marchas de la ciudad de Buenos Aires
El conflicto agrario 2008-2009: los debates necesarios  679

son difíciles de organizar; se mezclan cuestio- portante para el gobierno no fue en esos mo-
nes acerca de los rasgos de personalidad del mentos sino otras consecuencias tales como
matrimonio en el poder (soberbia, autoritaris- las elecciones de junio de 2009, la ruptura con
mo, falsedad, etcétera) con un reclamo que se el Vicepresidente de la Nación (Presidente de
convirtió en una constante en las entrevistas: la Cámara de Senadores) y el exacerbamiento
falta de transparencia en los usos de los fondos del enfrentamiento con el grupo mediático Cla-
públicos (incluía corrupción, manejo de los rín, quien se convirtió en el peor y más brutal
ámbitos de control, acercamiento de amigos opositor del gobierno. A partir de ese momen-
empresarios que reciben prebendas, etcétera). to, coincidimos que el Gobierno Nacional se
Las entrevistas fueron realizadas en la zona de enfrenta a un concentrado grupo económico
Belgrano (Cabildo y Monroe, Cabildo y Jura- que se propone sustituirlo (electoralmente)
mento). Podemos suponer que en San Isidro, para seguir con ese imperio montado en base
Olivos, Recoleta con predominio de sectores a oscuros y ominosos procesos (adquisición de
altos cercanos a los militares esas marchas ex- Papel Prensa) que hasta 2008 no había salido a
presaran otros sentidos cercanos al intento de la luz. El modelo sojero sigue como la minería
desactivar la política de derechos humanos que a cielo abierto, el despilfarro de agua de glacia-
generó el gobierno en respuesta al requisito de res, la contaminación de los ríos, aumentan los
los organismos de derechos humanos. Entre casos de enfermedades por la fumigación con
las decenas de entrevistados en tres marchas, glifosato y muchos etcéteras.
el 42% había votado a Cristina Fernández, el
33% a Elisa Carrió.
El debate parlamentario fue de un alto nivel Algunas reflexiones
de discusión y terminó en un empate pero el a modo de conclusión
Senado, con el voto del presidente de la Cáma-
ra de Senadores y Vicepresidente de la Nación, En 2009 no se formó “el partido del campo”,
inclinó la balanza para el lado del campo: se no se registró un “giro a la derecha” institucio-
sustrajo la situación al 10 de marzo de 2008. nal sino que en las elecciones de junio de 2009
Pero hubo derrotas anteriores, en la calle y hubo una gran dispersión del voto entre: 1) los
en los medios; no obstante la derrota más im- sectores aliados al gobierno (gran parte de los
680 Estudios rurales y movimientos sociales. Miradas desde el Sur

gobernadores mencionados anteriormente); 2) suscribir que represente a la nueva o vieja dere-


la alianza del peronismo disidente con el “ma- cha, refrendó su papel en la provincia.
crismo” (seguidores de Mauricio Macri y mu- ¿Y el campo? Pablo Orsolini (Frente de To-
chos de los ex-gobernadores mencionados an- dos, por la provincia del Chaco) Ulises Forte
teriormente), 3) un espectro de alianzas entre (FREPAM), por La Pampa, Juan Francisco
radicales, coalición cívica (seguidores de Elisa Casañas (ACyS, por Tucumán), Estela Garne-
Carrió), “cobismo” (seguidores del vicepre- ro (Unión por Córdoba) por Córdoba y Lucio
sidente Cobos), parte del socialismo y 4) una Aspiazu (Encuentro por Corrientes - ACyS) por
nueva franja del centroizquierda que en parte Corrientes, todos de Federación Agraria, jura-
levantó la bandera crítica al modelo producti- ron como diputados nacionales en diciembre
vista extractivo: Proyecto Sur pivoteado por la de 2009. Otros entraron como diputados pro-
figura del cineasta Pino Solanas, con parte de vinciales como Jorge Solmi, PRO en la provin-
la CTA, parte del socialismo, desprendimientos cia de Buenos Aires (véanse las cifras y nom-
de la Coalición Cívica y otro pequeño espacio bres completos en el artículo de Castro García,
del intendente de Morón, Martín Sabatella, más Comelli y Palmisano en este libro).
cercano al kirchnerismo. Además se registró “Un hecho histórico”, titula la noticia el sitio
un alto nivel de abstencionismo (27%). de internet de Federación Agraria. Y en efecto,
Los festejos poselectorales mostraron que la participación directa en la política había sido
nadie ganó plenamente pero que el gobierno de casi un privilegio de la SRA, desde diputados
los Kirchner perdió sus mayorías parlamenta- como Guillermo Alchouron hasta miembros de
rias y pasó a constituir la primera minoría. En dictaduras como Alfredo Martínez de Hoz. El
algunas de las provincias en que más se sufre antecedente más inmediato es el de Humberto
el modelo minero, por ejemplo La Rioja, en- Volando, que después de muchos años de pre-
contraron motivos para festejar la derrota del sidente de la Federación Agraria se convirtió
oficialismo que se llevó puesta a la por enton- en diputado nacional. El conflicto de 2008 po-
ces Presidenta de la Comisión de minería en sibilitó esta representación “rural” en distintos
la Cámara de Diputados; ganó un riojano pro- partidos políticos, algunos considerados “de
ductor agropecuario. El socialismo de Santa Fe derecha” (como el PRO) pero muchos en par-
que apoyó a sus agricultores y que nadie puede tidos de larga tradición democrática como la
El conflicto agrario 2008-2009: los debates necesarios  681

Unión Cívica Radical. Lo que ocurre es que esa muerte y desapariciones de jóvenes/niños en
“larga tradición democrática” fue adaptándose los sectores populares, por ejemplo) colocan
a los tiempos neoliberales y ni el peronismo ni estos aciertos en otra perspectiva.
el radicalismo persisten en la querella por la Por último, estos debates son necesarios
igualdad. Por otro lado, existen sobradas prue- porque la “realidad” resulta de discursos y
bas que demuestran que las “representaciones prácticas que son objeto de interpretación.
corporativas” en el Congreso Nacional nunca Michel Foucault (1991) pensaba el discurso
fueron buenas para la democracia. como juego estratégico “de acción y reacción,
Solo en los discursos de una pequeña franja de pregunta y respuesta, de dominación y re-
de legisladores y funcionarios estatales del po- tracción y también de lucha. El discurso —de-
der ejecutivo y judicial podemos hallar núcleos cía— es ese conjunto de hechos lingüísticos en
semióticos de nuevas emancipaciones necesa- determinado nivel, y polémico y estratégico en
rias y rechazos explícitos a todos los discursos otro” (1991: 15). Las prácticas dejan algo así
de derecha. Estamos parados en una situación como marcas, huellas, a veces simples pala-
que contiene 35 años de neoliberalismo, 30 bras dichas o escritas y es necesario recoger
mil desaparecidos, y un bombardeo mediático todo para intentar convertirlo en esas situacio-
diario de apoyo al modelo y sus “necesidades nes y procesos que luego, en las narrativas del
sociales” (cárceles, seguridad, etcétera). Lo investigador social, aparecen coherentes. Son
extraordinario es que haya resistencias a estas los actores quienes otorgan significados y sen-
posiciones de derecha que también cruzan el tidos y desde ellos se nutre el narrador (sea
arco social y político. ensayista o investigador social) para otorgar
El gobierno nacional es hegemónicamente interpretaciones a determinada situación. Po-
neoliberal —del siglo XXI y no de los noven- dríamos decir que el análisis social es (o debe-
ta— aunque se presente con un supuesto dis- ría ser) siempre más democrático que la socie-
curso progresista. Ha hecho justicia con los dad que estudia: no le niega la palabra a nadie
derechos humanos y ha sacado una buena ley y necesita de todas las voces para comprender
de medios de comunicación, pero la brutal en- los complejos procesos que los hombres y mu-
trega de recursos naturales y la ceguera fren- jeres construyen, en posiciones asimétricas,
te al sufrimiento social del hoy (la sistemática en la lucha por la ganancia, por el poder polí-
682 Estudios rurales y movimientos sociales. Miradas desde el Sur

tico, por atávicos sentidos de pertenencia, por que aspiran a democracias profundas y den-
reconocimientos de todo tipo, y muchos etcé- sas, se necesitan todas las voces y todas las
teras. Las posiciones sociales son fundamen- batallas, también aquellas que producen los
tales, como decía Pierre Bourdieu (1988) son debates. Se trata de buscar senderos emanci-
importantes porque no son intercambiables, patorios para construir nuevos modos justos,
no es lo mismo un “chacarero” que Groboco- convivenciales (Illich, 2006) y libertarios de
patel, un desocupado que un chacarero. Las re- producir “espacios de esperanza” (Harvey,
laciones de poder existen, las subordinaciones 2003) y el interrogante siempre abierto es qué
capaces de imponer devastaciones y maltratos papel puede jugar este viejo Estado-nación
sociales también. que en muy pocas ocasiones históricas en-
Por eso es tan importante en cada tiempo frentó la querella por la igualdad en contra del
el esfuerzo por dar cuenta de los mecanis- gran poder económico (véase mi prefacio al
mos de poder, de subordinación, de explota- libro de De Sousa Santos, 2010). De esto se
ción. Por eso son tan importantes las batallas, trata este debate. La aspiración de quien de-
todas las batallas, las que llevan adelante el bate en la arena política se basa en acompañar
Movimiento Nacional Campesino Indígena, el discurso con ciertas actitudes decodificado-
el Consejo Asesor Indígena, grupos de pro- ras que “anticipen el poder desestructurador
ductores medios críticos de la conducción de de la factibilidad social misma” (Roig, 2009:
Federación Agraria, las asambleas de pueblos 45). Pero como este autor mismo alerta no
cordilleranos, las publicaciones de Biodiversi- siempre el discurso contrario puede evitar las
dad (Grain), las huelgas de nuevos grupos de formas discursivas de lo que quiere oponerse.
jóvenes obreros, los periodistas responsables, Esto se inscribe en la “colonialidad del saber”,
los científicos conscientes, los abogados auto en evitar la posibilidad siempre abierta de que
interpelados, los legisladores transgresores se piense especularmente en relación con “el
del orden económico, la Iglesia de los pobres, amo” a quien se pretende reemplazar. Y aquí
los universitarios que pelean por la indepen- nuevamente la cuestión de los “polizones” del
dencia de pensamientos y todo aquello que se discurso liberal de la “democracia moderna”,
orienta a buscar nuevos sentidos para la cons- del “desarrollo y progreso”, juega un impor-
trucción de una vida social. En las sociedades tante papel.
El conflicto agrario 2008-2009: los debates necesarios  683

Bibliografía Giarracca, N.; Gras, C. y Barbetta, P. 2005


“De colonos a sojeros. Imágenes de la
Arceo, N. y Basualdo, E. 2009 “Características estructura social del sur de Santa Fe”
estructurales y alianzas sociales en el en Giarracca, N. y Teubal, M. (coords.)
conflicto por las retenciones móviles” en El campo argentino en la encrucijada.
Arceo, E.; Basualdo, E. y Arceo, N. La Estrategias y resistencias sociales, ecos en
crisis mundial y el conflicto del agro la ciudad (Buenos Aires: Alianza).
(Buenos Aires: La Página). González Arzac, R. 2009 ¡Adentro! Millonarios,
Bourdieu, Pierre 1988 Cosas dichas (Buenos chacareros y perdedores en la nueva
Aires: Gedisa). Argentina rural (Buenos Aires: Marea).
Foucault, M. 1991 La verdad y las formas Harvey, D. 2003 The new imperialism (Londres
jurídicas (Barcelona: Gedisa). / Nueva York: Oxford University Press).
Giarracca, N y Teubal, M. 2008 “Del Illich, I. 2006 Obras reunidas I (México DF:
desarrollo agroindustrial a la expansión del FCE).
‘agronegocio’: el caso argentino” en Mançano Roig, A. 2009 1981 Teoría y crítica del
Fernández, B. (org.) Campesinato e pensamiento latinoamericano (Buenos
agronegócio na América Latina: a questão Aires: Una Ventana).
agrária atual (San Pablo: CLACSO). Teubal, M. 1999 “Complejos y sistema
Giarracca, N. 1999 “Las ciencias sociales y los agroalimentarios: Aspectos teórico-
estudios rurales en la Argentina durante el metodológicos” en Giarracca, N. (coord.)
siglo XX” en Giarracca, N. (coord.) Estudios Estudios rurales. Teorías, problemas y
rurales. Teorías, problemas y estrategias estrategias metodológicas (Buenos Aires:
metodológicas (Buenos Aires: La Colmena). La Colmena).
Giarracca, N. 2003 (coord.) Territorios y Vigorito, R. 1979 “Criterios metodológicos
lugares. Entre las fincas y la ciudad. Lules para el estudio de los complejos
en Tucumán (Buenos Aires: La Colmena). agroindustriales” en El desarrollo
Giarracca, N. y Teubal, M. (coord.) 2005 agroindustrial y la economía
El campo argentino en la encrucijada internacional (México DF: Codaisarth)
(Buenos Aires: Alianza). Documento de trabajo para el desarrollo
agroindustrial Nº 1.
La tragedia del desarrollo
Disputas por los recursos
naturales en la Argentina* **

E ste trabajo fue realizado con la finalidad de


reflexionar acerca de las relaciones entre
los denominados “nuevos movimientos socia-
y/o mantenimientos de los recursos naturales.
Estas protestas sociales ya venían producién-
dose desde la década del noventa en el interior
les” y las democracias de nuestra región. Para del país (véase Giarracca et al., 2001) aunque
tal fin presento algunos resultados de un traba- desde principios de este nuevo siglo, se han
jo de investigación que dirijo en la Universidad convertido en las claves para la comprensión
de Buenos Aires sobre la problemática de las de las luchas sociales contra el modelo capita-
acciones colectivas —o, como las denomina- lista neoliberal en la Argentina y en toda Amé-
mos nosotros, disputas1— por la apropiación rica Latina. A mi entender estos actores son
primordiales en la construcción de las demo-
cracias de la región.
1 El término “disputa” comporta el sentido de con-
Con el título de este artículo, tomado pres-
tender con otro por el mismo bien.
tado el pensamiento de Marshall Berman “tra-
gedia del desarrollo” (Berman, 1988, citado por
* Giarracca, N. 2007 “La tragedia del desarrollo. Dis-
putas por los recursos naturales en la Argentina” en So-
Sibilia, 2005), adelantamos una posición crítica
ciedad (Buenos Aires: Facultad de Ciencias Sociales de en relación con cierto impulso ciego hacia el
la UBA / Editora da Universidade Federal do Rio Gran- dominio y la apropiación de la naturaleza. Una
de do Sul / Solina) N° 26, invierno. concepción del desarrollo basada en un proyec-
to cuyo eje central es el progreso técnico, des-
* Este trabajo fue presentado en la Mesa “Movimien-
tos Sociales y Democracia” del encuentro “Ciencia en el conectado de las necesidades de las mayorías
MERCOSUR”, junio de 2006. y al servicio de la pura obtención de ganancias
686 Estudios rurales y movimientos sociales. Miradas desde el Sur

y control social. El desarrollo, con sus signifi- Si algunos actores son capaces de protes-
cados otorgados por los países hegemónicos tar y construir las condiciones de posibilidad
dentro del capitalismo, ha sumado abundantes para generar o mantener otros modos de re-
críticas. Estos significados están centrados en producción material de la vida, alejados de
el crecimiento económico y en la metáfora del la devastación del capitalismo neoliberal, se
continuo: “subdesarrollo-desarrollo”. Dice Gus- hace necesario para quienes los estudiamos y
tavo Esteva en uno de los libros críticos más acompañamos un trabajo de “deconstrucción”
interesantes acerca de estos conceptos: de los conceptos que nos han guiado desde el
pensamiento hegemónico y contrahegemónico
La metáfora del desarrollo dio hegemonía global durante gran parte del siglo XX. Muchos movi-
a una genealogía de la historia puramente occi- mientos sociales del mundo, y particularmen-
dental, privando a los pueblos de culturas dife- te de América Latina, han demostrado por un
rentes de la oportunidad de definir las formas de lado que la promesa del desarrollo perjudicó
su vida social. La secuencia vernácula (desarro-
regiones y poblaciones que vivían en mejores
llar es posible después de enrollar) se invirtió con
condiciones antes de los programas de “mo-
la transferencia. Las leyes científicas tomaron el
lugar de Dios en la función de enrollar, definiendo dernización” y por otro, en ruptura con el mito,
el programa. (2001: 69) que podían tomar la cuestión en sus propias
manos volviendo o implantando la agroecolo-
Desde las teorías críticas originadas en Euro- gía, actividades económicas basadas en su pro-
pa se cayó en la trampa de los sentidos funda- pia cultura, iniciativas innovadoras y muchas
cionales del concepto, se mostró el desarrollo, veces de una alta complejidad técnica.
dice Esteva, como un proceso histórico que se Caracterizaré brevemente los principales
desenvuelve con el mismo carácter necesario movimientos socioterritoriales que se enfrentan
de las leyes naturales. La mayoría de los pen- a las transnacionales y a los Estados nacionales
sadores críticos latinoamericanos no cuestio- o provinciales en estos escenarios. Nos ocupa-
naron esta concepción y hasta se encontraron mos de las cuestiones de la producción minera,
atrapados y deslumbrados por el mito del desa- las papeleras y el agronegocio, así como de los
rrollo capitalista. actores que los han puesto en la agenda pública.
En el último punto haremos algunas considera-
La tragedia del desarrollo: disputas por los recursos naturales en la Argentina  687

ciones acerca de los modelos económicos, la América Latina— se dan por los bienes natu-
tecnociencia y la relación de todo esto con las rales. Esto sucede desde que el capital, en sus
posibilidades de expansión de los procesos de formas más avanzadas y transnacionalizadas,
democratización dentro de la sociedad. tomó como centro importante de su valoriza-
Las conceptualizaciones novedosas, que son ción a los recursos naturales. En efecto, en los
abundantes en los últimos años, proponen un últimos veinte años vimos aparecer procesos
“conocimiento desde el sur” (De Sousa Santos, de apropiación de la naturaleza dentro de nue-
2006), las epistemologías de frontera (Gerfo- vos campos de valorización del capital. La idea
guel, 2006) o la conciencia de la colonialidad de desarrollo de estos nuevos tiempos implica
del saber y del poder (Lander, 2000; Quijano, la dominación de los recursos, sobre todo el
2000) y apuntan a asumir las profundas crisis agua, la energía y la diversidad biológica.
de los paradigmas epistemológicos de nuestro Los territorios son disputados económica-
tiempo y a pensar desde estos campos experi- mente dentro de un plan de dominación polí-
mentales que construyen los movimientos (De tica mundial. Como dice Ceceña, el “otro na-
Sousa Santos, 2000). Asimismo junto a esta ta- cional” pierde su expresión para reencarnarse
rea de conocer desde estas sugerentes concep- como un único territorio a disputar (Ceceña,
tualizaciones se llevan a cabo críticas radicales 2004). Según veremos en este trabajo (para la
a las viejas miradas modernizadoras y desarro- Argentina y Uruguay) los Estados nacionales
llistas. (Sachs, 2001, Santos, 2000) Este trabajo contribuyen con leyes que habilitan las nuevas
analiza estos nuevos “desarrollo” (basados en formas de inversión: leyes de privatización, pa-
la devastación de los recursos naturales) y las tentamientos, licencias de utilización de semi-
oposiciones de los movimientos sociales desde llas transgénicas, etcétera.
estas líneas de pensamiento. En otras palabras, de los viejos territorios
primordiales del capitalismo privado —fábri-
cas, espacios agrarios, espacios financieros—,
Las disputas dentro de las “naciones”, se pasa a una nueva
configuración territorial mundial. Se trata de
Desde fines del siglo XX, las disputas más sig- una territorialidad como proceso, espacios hoy
nificativas en la Argentina —como en toda la en construcción y en disputa, geografías des-
688 Estudios rurales y movimientos sociales. Miradas desde el Sur

garradas y reconfiguradas. Debemos recordar por exportar por los puertos patagónicos. Lo
que el Estado-nación pasó de su condición de que ocurre con la tierra agraria, los montes y
regulador del capital privado en términos de las yungas aparece como otro indicador de la
mediación a una función de habilitador del situación de exposición de este país a los gran-
cambio, generando —por ejemplo— las nue- des actores económicos.
vas normas jurídicas y aceptando las creadas Quienes están denunciado y actuando para
en los espacios transnacionales, como el CIADI con el fin de parar estos atropellos son las
(Centro Internacional de Arreglo de Diferen- mismas poblaciones: ciudadanos de pequeñas
cias Relativas a Inversiones). ciudades del interior del país, campesinos y
comunidades indígenas que se organizan, con-
centran información, se conectan con organi-
La situación argentina zaciones de otros países para intentar frenar a
los nuevos inversores. La batalla es larga y muy
La Argentina es uno de los países de América desigual ya que enfrentan a los grandes capita-
Latina que más expone su territorio y sus re- les del mundo económico global: las grandes
cursos naturales a los procesos de privatiza- empresas mineras canadienses y australianas,
ción y apropiación por parte del gran capital las transnacionales de origen francés que han
transnacional. Cuarto productor de petróleo asumido el gerenciamiento del agua en casi
en América Latina, hipoteca toda posibilidad todo el mundo, los grandes inversores sojeros,
de una política económica autónoma privati- acompañados por las empresas Monsanto y Si-
zando el petróleo y entregándoselo a empresas genta, y las grandes pasteras, como la española
extranjeras. Otro ejemplo paradigmático fue la Ence y la finlandesa Botnia.
privatización del agua para el consumo (véase En este último tiempo, registramos varios
Giarracca y Del Pozo, 2005). Sumemos a esto conflictos por los recursos que concentran la
la legislación favorable a la instalación de em- escena nacional. Presentamos en este trabajo
presas mineras que, además de destrozar los una selección de los más significativos, ya sea
territorios y dejar sin agua a las poblaciones por el tipo de actores que involucran o por su
aledañas, otorgan muy bajos ingresos al país y permanencia en el tiempo. Todos ellos, ade-
hasta terminan cobrando incentivos estatales más, se enmarcan en una situación donde el
La tragedia del desarrollo: disputas por los recursos naturales en la Argentina  689

significado de términos como “desarrollo” y información acerca de la conveniencia de los


“progreso” está no solo en juego sino en dis- bajos costos que ofrecen los servicios públicos
cusión. y la mano de obra local.
Con la sanción de la Ley 24.196/93, en pleno
El rechazo a la minería gobierno neoliberal de Carlos Menem, hubo un
incremento muy significativo de las inversio-
El contexto macro institucional nes mineras2. Asimismo, estas empresas fue-
ron aumentando en número3. Un informe de la
Argentina es un país sumamente vasto en re-
cursos mineros, con una superficie cercana a
los 2.700.000 km2. El 75% de las áreas con po- 2 El flujo de inversiones extranjeras se dirigió prin-
tencial minero se encuentra sin explotar, lo que cipalmente a la exploración y explotación de minerales
hace del país un centro de atracción de inver- metalíferos, destacándose los emprendimientos de Bajo
soras, tal como lo propagandizan las páginas La Alumbrera y Salar del Hombre Muerto (Catamarca),
Mina Aguilar (Jujuy), Cerro Vanguardia (Santa Cruz) y
oficiales de Internet. Las principales áreas de Veladero (San Juan, (Barrick Gold Corp., Homestake)
explotación se localizan en la cordillera de Los todos en explotación. Entre los grandes proyectos que
Andes, en un recorrido de unos 4.500 kilóme- aún no han llegado a la etapa de explotación, se hallan:
tros de largo. Un documento del Ministerio de Agua Rica (Catamarca), Cordón de Esquel (Chubut),
Pascua-Lama y Pachón (San Juan), Pirquitas (Jujuy) y
Economía publicado en Internet recomienda la
Potasio Río Colorado (Mendoza). Existe otro importan-
inversión en el sector minero, argumentando te número de emprendimientos mineros, algunos de los
que, de acuerdo con un trabajo de la CEPAL cuales están en explotación y otros en etapas de explo-
(1999) basado en información de la Escuela de ración o prospección (Ministerio de Economía).
Minas de Colorado, EEUU, Argentina presenta 3 Principales empresas mineras en Argentina: Bajo
la segunda Tasa Interna de Retorno más alta La Alumbrera (Xstrata, Wheaton River Minerals Ltd.,
para un proyecto modelo de oro y la tercera Northern Orion Resources Inc.), Salar del Hombre
Muerto (FMC Lithium Corp.), Mina Aguilar (Compañía
Tasa Interna de Retorno más alta para un pro-
Minera Aguilar S.A.), Cerro Vanguardia (Anglogold),
yecto modelo de cobre, sobre un total de vein- Agua Rica (Northern Orion Resources Inc.), Farallón
ticuatro países considerados. El Ministerio de Negro (YMAD), Pirquitas (Silver Standard), Pascua-La-
Economía complementó estos datos con otra ma (Barrick Gold Corp.), Pachón (Noranda), Manantial
Espejo (Silver Standard, Pan American Silver Corp.),
690 Estudios rurales y movimientos sociales. Miradas desde el Sur

CEPAL sostiene que de siete empresas mineras –– Devolución del IVA a la exploración: La Ley
que se registraban en el país a comienzos de los 25.429 incorporó la devolución de los crédi-
noventa, se llegó en nuestros días al número de tos fiscales de IVA originados en la inversión
cincuenta y cinco firmas extranjeras y algu- en exploración, a los doce meses de produ-
nas pocas empresas nacionales. Y no era para cida la erogación.
menos; la citada ley configuró un marco legal –– Exención de aranceles y tasas aduaneras:
inconcebible de ser generado por un Estado Las compañías mineras registradas están
soberano: le otorga a las empresas extranjeras exentas del pago de derechos a la importa-
plenos derechos de acceder al crédito interno, ción de bienes de capital y equipos especia-
transferir al exterior las utilidades líquidas y les o partes componentes de dichos bienes.
realizadas, repatriar su inversión, además de Las compañías de servicios mineros también
extraer cualquier tipo de mineral sin restriccio- gozan de este beneficio.
nes de ningún tipo (nuclear, por ejemplo).
–– Exenciones impositivas y deducciones: Las
Sumado a este marco general, podrán gozar
utilidades derivadas del aporte de minas y
de los siguientes incentivos que establece el ré-
derechos mineros para constituir capital
gimen de inversiones mineras:
de sociedades están exentas del impuesto
–– Doble deducción de gastos de explotación:
a las ganancias.
Se podrá deducir el 100% del monto inverti-
do en determinar la factibilidad del proyec- –– Exención del Impuesto a la Ganancia Mínima
to a los efectos del cálculo del impuesto a Presunta (Activos). Capitalización de los ava-
las ganancias; lúos de reservas mineras: Podrán ser capita-
lizados (tras su aprobación) hasta en un 50%.
–– Devolución anticipada y financiamiento
Andacollo (Andacollo Gold), Veta Martha (Coeur Dále- del IVA: Cuando se trate de proyectos nue-
ne), Potasio Río Colorado (Río Tinto), Borax Argentina vos o de un aumento sustancial de la capa-
(Borax Argentina), Arizaro/Lindero (Mansfield Minera cidad productiva, recibirán el reembolso o
S.A., Río Tinto) (Fuente: Secretaría de Minería). Un in- el financiamiento de IVA en las siguientes
formante, miembro del Estado, me aseguró que existen transacciones: importación definitiva o
alrededor de 500 proyectos mineros en marcha y 250
con trabajos de exploración avanzados. compra de bienes de capital nuevos e in-
La tragedia del desarrollo: disputas por los recursos naturales en la Argentina  691

versiones en infraestructura destinadas al tiva, criticada por los modos de explotación


proceso productivo. y las consecuencias ambientales en todo el
–– Exención de contribuciones sobre la propie- mundo, pueda encontrar una especie de “zona
dad minera: No se impondrá ninguna contri- franca” jurídica y económica en la Argentina
bución sobre la propiedad minera (ni sobre (y nos arriesgamos a suponer que en toda la
sus productos, establecimientos de benefi- América Latina).
cio, maquinaria, talleres y vehículos).
–– Gravámenes provinciales y municipales: En Los sujetos de las protestas
el Acuerdo Federal Minero (Ley 24.228), las del “No a las minas”
provincias acordaron facilitar la elimina-
ción de gravámenes y tasas municipales e Las “asambleas de autoconvocados” son los
impuestos de sellos que afecten la actividad principales actores en juego. Están integradas
minera dentro de cada provincia. por ciudadanos de poblaciones afectadas por
la explotación minera. Se trata de habitantes
–– Regalías: De las veintitrés provincias argen-
de ciudades “intermedias” (alrededor de 50.000
tinas, solo siete cobran regalías. Asimismo,
habitantes), con diferentes orígenes migrato-
varias provincias han adoptado nuevos es-
rios y étnicos (europeos, criollos, indígenas,
quemas de regalías, decrecientes a medida
etcétera). Poblaciones donde conviven desde
que crece el valor agregado al mineral den-
profesionales con formación para acumular y
tro del territorio provincial.
organizar la información acerca de la produc-
ción minera hasta comunidades indígenas que
Es decir, el marco legal para la explotación tratan de articular sus propios saberes y “senti-
minera tiene tal permisividad y favorece de tal dos” del problema con los de los asambleístas.
modo la inversión foránea que se puede com- Si bien la primera inversión y explotación ex-
prender fácilmente el aluvión de capitales ex- tranjera pos legislación habilitadora fue en Ca-
tranjeros llegados al país en los últimos años. tamarca, emprendimiento conocido como Bajo
Como decíamos anteriormente, el Estado no La Alumbrera, la acción colectiva de protesta
solo no regula, sino que habilita las condicio- aparece con fuerza e irrupción en la localidad de
nes para que la actividad económica extrac-
692 Estudios rurales y movimientos sociales. Miradas desde el Sur

Esquel, provincia de Chubut, en las postrimerías Un habitante de Andalgalá (Catamarca), quien


de 2002. El escenario nacional es el posterior al está a punto de vender su casa por la conta-
19 y 20 de diciembre en la Argentina (véase Gia- minación que la rodea, confiesa a un periódico
rracca y Teubal, 2004) y el tipo de organización provincial: “Hace diez años yo le di la bienve-
elegida en Esquel —la Asamblea— surge al ca- nida a La Alumbrera. Creía que era signo de
lor de aquellas luchas en la gran ciudad. progreso. Todos estábamos felices. Pero fue el
En la sureña ciudad de Esquel se dio el pun- error de mi vida. Todo fue mentira: no dieron
tapié inicial para seguir luego con el rechazo a trabajo, trajeron más pobreza y contaminaron
los megaproyectos en otras zonas andinas. En todo. Nos están matando, en serio, se lo juro”
ese “ciclo de protestas”, entre 2003 y 2007, Ca- (Andalgalá, Catamarca, 21-12-2005).
tamarca despertará a la disputa con su propia En esta pequeña ciudad del noroeste argen-
organización, articulándose a la red nacional4. tino, la disputa enfrenta a dos asociaciones:
de un lado, la Suiza Xstrata, las canadienses
4 Dice la página web del movimiento “No a la mina”:
Goldcorp y Northern Orion, que extraen cobre
“Desde el punto de vista de la política minera, La Alum- y oro, y del otro, una asamblea de jubilados,
brera fue “la prueba de amor” ofrecida por el gobierno docentes, profesionales, amas de casa, que
neoliberal de Carlos Menem y Domingo Cavallo a las dedican su tiempo de descanso a aprender fór-
corporaciones mineras transnacionales y exigida por mulas o buscar por Internet otras experiencias
estas. Además de la modificación del marco legal, tribu-
tario y administrativo que inauguró la etapa neoliberal similares a la suya, en el porfiado propósito de
en la minería argentina, resultaba necesaria una prueba decirle “no a la minería”.
piloto, que pusiera a prueba el nuevo marco. Fue una Durante el año 2006, en Andalgalá hubo una
nueva mina descubierta por el poseedor de un cateo que serie de protestas y reclamos y prepararon un
manifestara su descubrimiento y se propusiera luego
plebiscito a raíz del proyecto de una nueva in-
explotarla. Se trataba de una mina descubierta, inves-
tigada y factibilizada, que el Estado argentino sacó a li- versión. Ese año, además, sufrieron rupturas de
citación. Si observamos ahora cómo fue cambiando de mineraloductos con la consiguiente contamina-
manos (Lundin, Rio Algom, North Ltd, MIM Holdings, ción del agua del río cercano a la población.
BHP Billiton, Río Tinto, Xstrata, Wheaton River, Nor- Pero la apuesta política de la sociedad civil
thern Orion), tal vez incluso puede sospecharse que “la
para poner límites a la actividad extractiva co-
prueba de amor” fue para que la disfrutaran un poco to-
dos los que la exigieron” (<http://www.noalamina.org>). mienza en Esquel. La famosa asamblea de au-
La tragedia del desarrollo: disputas por los recursos naturales en la Argentina  693

toconvocados de esa localidad logra parar, en la empresa”. Se trata de material grabado de una
2003, el proyecto de la minera Meridian Gold reunión de hace unos años donde un grupo de
Inc., del tipo de “cielo abierto” y a base de cia- lobbistas argentinos asesoran a los funcionarios
nuro. El tipo de minería “de tajo a cielo abierto” de la empresa como quebrar la voluntad de re-
fue prohibido en Vallenar (Chile), Tambogrande sistencia de Esquel, ofreciéndoles sus servicios
(Perú), Cantón Cotacachi (Ecuador), San Luis como personajes “cercanos” al gobierno. La de-
de Potosí (México), Montana (Estados Unidos), manda, instalada en Buenos Aires, está en curso
San Marcos (Guatemala), Valle de Siria (Hondu- y los abogados defensores de los asambleístas
ras), por citar solo algunos ejemplos. Como con- son del Centro de Estudios Legales y Sociales.
secuencia, en 2002, en la provincia de Río Negro, En síntesis, a estos pueblos patagónicos, así
se forma una cadena de asambleas que se exten- como a Calingasta, en la provincia de San Juan,
derá por todo el país, creándose una red nacio- se les suma el despertar de Catamarca y de mu-
nal ligada a los movimientos de otros países. chas otras localidades para tratar de poner fin
En la provincia sureña de Río Negro, a partir a los emprendimientos mineros atraídos por la
del trabajo de las asambleas de las localidades benevolencia de la ley mencionada5.
de Epuyén, Lago Puelo, Bariloche, Jacobacci,
El Maitén, Maquinchao, el gobernador decidió
prohibir la minería de oro con cianuro o mer-
5 Este no es un fenómeno exclusivo de nuestro país.
curio y los “autoconvocados” reclamaron la ur- La Confederación Nacional de Comunidades del Perú,
gente promulgación de una ley que prohibiera creada en el 2000 por comunidades y rondas campesi-
el desarrollo de este o cualquier otro sistema nas, mantiene una larga lucha contra las inversiones
de minería que use agua mezclada con tóxicos mineras canadienses y australianas y en algunos casos
lograron parar los emprendimientos. Los agricultores
y la suspensión definitiva de la autorización de
del Valle de Tambogrande y la comunidad afectada por
cateos, con el fin de evitar el gran daño ambien- la mina conforman un espacio “plural y diversificado,
tal causado por la exploración. no confesional, no gubernamental y no partidario”
Tal vez la novedad más significativa de los (como se definen ellos mismos), que articula de manera
últimos tiempos es la demanda que la empresa descentralizada movimientos involucrados en acciones
concretas “por la construcción de un mundo diferente
Meridian Gold Inc. entabló contra una serie de
local e internacional” (Material del Encuentro de Tam-
vecinos de Esquel por difundir “la estrategia de bogrande, Perú, disponible en Internet).
694 Estudios rurales y movimientos sociales. Miradas desde el Sur

La disputa por la tierra Mate, entre otras). Este entramado se desarma


en 1991 con el decreto de desregulación econó-
mica de Menem-Cavallo (véase Teubal y Rodrí-
Los escenarios
guez, 2002) cuya política neoliberal habilita la
producción a gran escala, una antigua deman-
El espacio agrario argentino ocupa el 63% del
da de los grandes actores económicos deseo-
territorio continental y está conformado por
sos de poder sacar todo el provecho posible de
una región que, por su fertilidad, es conocida
las espaciosas extensiones de tierras excepcio-
como una pradera productiva de significación
nalmente fértiles de este país.
mundial y por otras regiones con gran diver-
Podemos afirmar que la disputa por la tierra
sidad de suelos, posibilidades productivas y
comienza en la mitad de la década del noventa
biodiversidad.
con un cambio significativo de modelo agrario.
Históricamente, la estructura social agraria
Coincide con la expansión sojera pero es mu-
argentina se conformó de modo heterogéneo.
cho más que eso, es un cambio en la lógica de
La gran estancia agrícola ganadera coexistió
producción, es decir en el rol del sector pro-
durante el siglo XX con la pequeña y mediana
ductivo, de la tierra, del sector financiero, etcé-
explotación agraria. A diferencia de otros paí-
tera. En este nuevo modelo —que en el Grupo
ses de América Latina, la mediana y pequeña
de Trabajo de Desarrollo Rural de CLACSO he-
explotación (considerando dentro de estas úl-
mos denominado “modelo del agronegocio”—
timas a las campesinas) llegó a representar el
la convivencia de las grandes empresas con las
78% de las unidades de explotación. Esta co-
tierras campesinas e indígenas no está contem-
existencia fue posible gracias a una serie de
plada. La tierra en su conjunto entra en la va-
arreglos institucionales que mantuvieron cierta
lorización capitalista y de sus polisémicos sen-
negociación entre los actores económicos y el
tidos para a reducirse a una mera mercancía;
Estado (representado en el espacio productivo
incluso se desmonta, se termina con las yun-
agrario por una serie de instituciones genera-
gas y otros territorios indispensables para un
das después de la crisis de 1930: la Junta Na-
cierto equilibrio ecológico, todo en función de
cional de Granos, la de Carnes, la Dirección
las nuevas inversiones. Los desmontes, según
Nacional del Azúcar, la Dirección de la Yerba
cifras de Greenpeace-Argentina, han aumenta-
La tragedia del desarrollo: disputas por los recursos naturales en la Argentina  695

do exponencialmente. Se calcula alrededor de resistir sus embates. En efecto, durante los


250 mil hectáreas desmontadas por año. Pero noventa, tuvieron que enfrentarse con la ter-
no solo los nuevos inversores presentan una quedad de muchos habitantes que desde hacía
conducta económica de este tipo sino que los décadas ocupaban tierras, producían para la
viejos ingenios y otras antiguas agroindustrias auto subsistencia y para el mercado y no es-
adoptan la misma lógica. De allí que la disputa taban dispuestos a dejarlas ni a “cederlas”. La
por el territorio recorra todo el país. mayoría de los campesinos no cuenta con las
En síntesis, el paquete de políticas públicas titularizaciones de sus tierras, ya sea porque
parte del decreto de desregulación pero inclu- poseen una propiedad veinteañal o porque son
ye también una serie de instrumentos con el sucesiones.
que el Estado cuenta para promover una pro- Los “nuevos” agentes, como las empresas
ducción y no otra. En ese contexto, a los cam- sojeras, cuando deciden ocupar las tierras
pesinos y a las comunidades indígenas se los campesinas optan por estrategias múltiples,
ha tratado como a los desocupados urbanos: se incluso por el desalojo violento. Para este fin,
generaron programas asistenciales en tanto se cuentan con sistemas judiciales provinciales
espera que terminen dejando definitivamente atados a los poderes locales y muy influidos
la tierra. por los “nuevos poderes”. En todos los casos,
los actores son los empresarios “desalojado-
Los sujetos de las protestas: los res”, los campesinos o comunidades aboríge-
campesinos y las comunidad nes y un sistema judicial bajo sospecha en for-
es aborígenes ma implícita o explícita (como en Santiago del
Estero; véase Barbetta, 2005).
En la primera parte de este proceso, los gran- La venta de tierras que aparece como un
des actores económicos no tuvieron en cuenta contrato voluntario muchas veces es el resul-
a los campesinos. En primer lugar, porque es- tado de prácticas de arrinconamiento que al
tos no estaban ubicados en los mejores suelos no presentar signos de violencia explícita (a
que eran los que más importaban, y segundo, diferencia de los desalojos), hacen que la desa-
porque no los imaginaban organizados para parición de productores tome la forma de una
“exclusión silenciosa”. Los campesinos que re-
696 Estudios rurales y movimientos sociales. Miradas desde el Sur

sistieron a los embates de los desalojos y a los gente el marco legal que reconoce el derecho
arrinconamientos donde los colocó la “nueva de los pueblos originarios a vivir en las tierras
agricultura”: permanecen a través de organiza- ocupadas por sus antepasados y a desplegar
ciones campesinas, primero incipientes y ahora sus prácticas culturales y modos de vida; su
más sólidas, que han conformado el Movimien- cumplimiento y concreción permanece en el
to Nacional Campesino e Indígena, compuesto plano formal. Es decir, a pesar de la Ley In-
por movimientos provinciales y regionales que dígena 23.302, del artículo 75 inciso 17 de la
se expanden a un ritmo muy acelerado6. Constitución Nacional y de todos los tratados
Las comunidades kolla, mapuche, wichí,
toba y ava guaraní han protagonizado en años
recientes una sostenida resistencia a los des- miento legal) porque según ellos llegó la orden de des-
alojos y, al mismo tiempo, no han abandonado alojo. Sorprendidos, exigimos la orden escrita a lo cual
su lucha por alcanzar la propiedad legal de las se negaron. Les pedimos a estas personas que por favor
no nos toquen nuestras cosas, que iríamos a buscar un
tierras que ocupan; no obstante este empeño, abogado. Cuando vuelvo a mi casa habían tirado a mis
en muchas ocasiones, ellos han sido desalo- dos niños y a mi anciana madre, mientras con hachas
jados con violencia7. En nuestro país, está vi- destrozaron mi casa y robaron todas mis pertenencias.
En la casa de mi hermano Mario, mientras fue a las nue-
ve de la mañana a buscar un abogado dejó a sus nueve
hijos con su señora dentro de su casa. Cuando volvió
6 Esta organización no escapó a la política de “inte- encontró su casa destrozada y nada quedaba de sus bie-
gración” a la gestión kirchnerista que el gobierno ofre- nes. Se habían robado todo y a los niños los tiraron al
ció a la mayoría de las organizaciones populares. Son, medio de la calle. A las 35 familias que desalojaron les
desde 2006, fuertes participantes en el programa Social pasó lo mismo y a toda la comunidad le robaron sus
Agropecuario de la Secretaria de Agricultura, Ganade- cosechas que ya estaban listas para levantar: choclos,
ría, Pesca y Alimentación. Con esta integración nada se maníes, mandioca, batata, etcétera, que iban a ir a los
transformó en relación con lo que a los campesinos e mercados. Ellos las levantaron y la robaron mientras a
indígenas les venía sucediendo con sus tierras. nosotros no nos dejaron entrar a las chacras para ali-
7 Leamos la carta al presidente Kirchner enviada por mentar a nuestros niños y ancianos. También nuestros
la Comunidad Kolla Guaraní, Río Blando, Banda Norte, animales sufrieron la misma suerte, parte la robaron y
de la ciudad de Orán, provincia de Salta, en el 2004: “Sin parte quedaron desparramados sin poder alimentarlos”
ninguna orden escrita, ni aviso previo nos exigieron que (comunicación electrónica de la Comunidad al equipo
nos vayamos (de sus tierras en proceso de reconoci- de investigación).
La tragedia del desarrollo: disputas por los recursos naturales en la Argentina  697

y convenios internacionales de rango constitu- cluida en el Código Civil del siglo XIX) de los
cional, como el Convenio 169 de la Organiza- campesinos. El último informe acerca del esta-
ción Internacional del Trabajo, las demandas do de los derechos humanos que anualmente el
de los indígenas no se responden y las comu- Centro de Estudios Legales y Sociales produce,
nidades sufren aún la incertidumbre sobre la es muy elocuente al respecto en su capítulo fi-
entrega de títulos. Muchas veces, los abusos de nal dedicado a las poblaciones indígenas.
las autoridades locales, que hacen caso omiso
del cumplimiento de la ley en relación con esas
poblaciones, reproducen las viejas tradiciones El cuidado del río Uruguay: la
discriminatorias de este país que alentaba, en protesta por las papeleras
el siglo XIX, la migración europea para “po-
blar” con blancos. Los escenarios de las inversiones
Si las demandas de derechos indígenas son en forestación y papeleras
de tan difícil cumplimiento, es justamente por
esta gran disputa con las empresas por los terri- En el año 2003, el gobierno uruguayo de Julio
torios y sus riquezas. Tales procesos están aún Batlle posibilitó la inversión de dos papeleras
hoy en marcha y aparecen como “imparables” y un puerto para la vía fluvial, conectando el
por una legalidad jurídica con gran deslegiti- emprendimiento con anteriores desarrollos de
mación social pero muy difícil de transformar. forestación en el país. Según denuncian organi-
En síntesis, en el caso de las comunidades zaciones ecologistas uruguayas y argentinas, el
indígenas deben proceder en contra de una le- proyecto tuvo desde el comienzo varios vicios
gislación nacional e internacional que el Esta- de procedimiento, como no contar con estu-
do argentino se comprometió a respetar. Y no dios ambientales o no proceder a la consulta
lo hace, no la respeta, aun a costa de rozar con con la Argentina, incumpliendo de este modo
una política “etnocida”. La política de derechos tratados preestablecidos. Por eso, en el 2005,
humanos por la que este gobierno es positiva- cuando el gobierno de Tabaré Vázquez intenta
mente conocido en el mundo, no alcanza para poner en marcha la inversión, surge una orga-
respetar los derechos sociales de las comuni- nización binacional de muy diversos sectores
dades indígenas ni la propiedad veinteañal (in-
698 Estudios rurales y movimientos sociales. Miradas desde el Sur

en contra de una iniciativa cuyas consecuen- Fray Bentos, a 60 km de la ciudad argentina de


cias podrían acarrear un verdadero desastre Gualeguaychú. Fue con los gobiernos civiles
ecológico en el Río Uruguay. que el modelo forestal se afianzó en Uruguay,
Las compañías en juego son la española impulsados por organismos como el Banco
Ence y la finlandesa Matse Botnia. El intelec- Mundial y el Banco Interamericano de Desa-
tual uruguayo Raúl Zibechi sostiene que Botnia rrollo (BID), para forestar con destino a la in-
y Ence producirán ellas solas más que el con- dustria papelera internacional. Cuando se creó
junto de las once fábricas argentinas de simila- la ley de promoción forestal, ya se vislumbraba
res características. Mientras Uruguay se autoa- un mercado internacional apetecible.
bastece de papel con dos pequeñas fábricas en Uruguay tiene alrededor del 34% de su suelo
Juan Lacaze y en Mercedes, estas otras están apto para uso forestal y el 66% restante, propi-
destinadas a la exportación para abastecer las cio para la actividad agropecuaria. De las tie-
cuantiosas necesidades de los países del norte. rras forestables resta un poco más del 10% para
Zibechi hace referencia, además, a las palabras poner en producción. En los últimos años, ade-
que Alan Greenspan pronunció ante al Comité más, hubo un fuerte proceso de concentración
de Asuntos Extranjeros del Senado estadouni- a raíz de que los pequeños y medianos inverso-
dense, el 7 de junio de 2006, cuando hizo men- res forestales vendieron sus propiedades a las
ción del etanol como un derivado de la celulosa grandes empresas extranjeras.
que podría quebrar la dependencia de EEUU De acuerdo con la Dirección Forestal del
con el petróleo. Es decir, veía la nueva función Ministerio de Ganadería, Agricultura y Pesca,
de la celulosa como un estímulo muy fuerte en 2002, solo la superficie subsidiada superaba
para la generación de estas “cuencas pasteras” las 625.000 hectáreas forestadas. El gobierno
en el Cono Sur (Zibechi, 2006). subsidia desde hace tiempo la actividad fores-
La española Ence, que finalmente se retiró tal y ha generado varios decretos y resolucio-
de Fray Bentos, está en Uruguay desde 1989 nes con ese fin. Un trabajo de la UITA (Unión
con una terminal logística que cuenta con un Internacional de Trabajadores de Alimenta-
patrimonio forestal de más de 62.000 hectáreas ción) sostiene: “Hoy, un predio declarado de
y anunció que invertirá 600 millones de dólares prioridad forestal accede al derecho de cobrar
en una planta de celulosa de eucalipto cerca de el subsidio y obtener los demás beneficios
La tragedia del desarrollo: disputas por los recursos naturales en la Argentina  699

otorgados por el Estado: 50 por ciento del cos- allá del “agronegocio” (al que también nuestros
to ficto de la forestación; crédito preferencial vecinos aspiran).
—tasa Libor más 2 por ciento— del Banco Re- En el área industrial, cuatro son las empre-
pública hasta por el cien por ciento del costo sas transnacionales que dominan totalmente
de la plantación con una gracia por diez años el sector: las que están en conflicto, Botnia y
para capital e intereses; exoneración de tri- Ence; la Stora Enso, que acaba de instalarse en
butos nacionales y municipales, aun de aque- el Uruguay con capitales sueco-finlandeses; y
llos a crearse, y fuerte respaldo en obras de la estadounidense Weyer Haeuser. El proyecto
infraestructura (redes ferroviaria y vial, puen- de la Stora Enso, aprobado en 2005, compren-
tes, puertos) […] Entre 1988 y 2000 el Estado de forestación e instalación de una planta de
aportó a los emprendimientos forestales 69,4 celulosa en el centro del país, a orillas del Río
millones de dólares en subsidios directos, 55,8 Negro. Weyer Haeuser está en tratativas de
millones en impuestos no pagados, 55 millones construir por lo menos cinco plantas de pro-
en créditos blandos y 234,1 millones en obras cesado de madera en el norte del país, que se
vinculadas al sector, según un estudio reali- instalarán en los departamentos de Rivera, Ta-
zado por el economista Joaquín Etchevers, cuarembó y Paysandú. La primera, en Tacuar-
miembro del Grupo de Apoyo Parlamentario embó, ya está iniciada y a punto de terminarse
(GAP) del Frente Amplio. Un total de 414,3 y no está excluido que construya otra planta de
millones de dólares que desde entonces se in- celulosa sobre el Río Negro8.
crementaron año tras año, superando sobrada- Las denuncias de contaminación causada por
mente los 500 millones” (Falco, 2006). este tipo de empresas se multiplican en todo el
No es una actividad que genere trabajo ya mundo. Las intervenciones más significativas en
que solo se ocupa en el sector el 1,88% de los relación con este trabajo son las que han pro-
trabajadores rurales. Los destinos de estas
producciones forestales son muy limitados, de
allí la estrategia de convertir a Uruguay en un 8 Argentina no se queda atrás, cuenta con once plan-
territorio de forestación “con papeleras”. Esta tas altamente contaminantes. En Brasil, la situación no
es demasiado diferente y es conocida la lucha de los
integración aparece como viable, sobre todo
Sin Tierra contra los “desiertos verdes” (las plantacio-
por la falta de otro proyecto económico más nes forestales).
700 Estudios rurales y movimientos sociales. Miradas desde el Sur

ducido profesionales y ambientalistas urugua- las conclusiones a las que arriba el documento
yos. Justamente, el uruguayo Ricardo Carrere, es que, para proveer de materia prima suficien-
secretario del Movimiento Mundial de los Bos- te para el funcionamiento de las dos plantas de
ques Tropicales, quien visita frecuentemente la celulosa que ya se comenzaron a construir, es
Argentina, sostuvo en una entrevista periodísti- necesario aumentar el área forestada en un 40%
ca que uno de los aspectos más peligrosos es el en relación con la ya existente en Uruguay, que
tamaño de estas papeleras: “Son grandes plan- supera las 700.000 hectáreas.
tas que van a procesar en conjunto un millón y Por otra parte, también es alarmante el nivel
medio de toneladas. La escala es muy importan- de consumo de agua de las dos plantas en un
te porque todas usan químicos”. Desmiente que funcionamiento considerado normal. En efec-
haya nuevas tecnologías que no contaminen: to, el informe indica que “el funcionamiento
de las plantas proyectadas requiere de un ele-
El año pasado, Suecia hizo un estudio del mar vado consumo de agua tanto en la generación
Báltico por este tema. Como las celulosas re- de la materia prima (monocultivos extensivos)
emplazaron el cloro por dióxido de cloro, en el como en su transformación (producción de ce-
‘93, se suponía que iba a bajar el nivel de doxinas lulosa)”. Las plantas tendrían un consumo dia-
(calificadas como cancerígenas y depresoras del
rio conjunto de 140.000 m3.9
sistema inmunológico). Pero ¿qué encontraron?
Que siguió subiendo. (Página/12, 5-2-2006)

Por otro lado, un reciente informe de científi-


9 “Ambas celulosas prometen producir pulpa de eu-
cos de la Universidad de La República, después calipto. Para esto, aplicarán la tecnología del proceso
de un importante estudio medioambiental, Kraft al sulfato en la producción de pulpa, empleando
presenta conclusiones contundentes. Por una para el blanqueo la tecnología ECF (libre de cloro ele-
parte, son alarmantes los efectos del cultivo mental), que utiliza compuestos de alta toxicidad. Con
forestal sobre los servicios ecosistémicos que el Kraft, por cada tonelada de pulpa se libera a la atmós-
fera entre uno y tres kilos de dióxido de sulfuro, carac-
proveen los pastizales naturales, así como los terístico por el “olor a huevo podrido”. Las partículas
efectos generados por los efluentes líquidos de sulfurosas se combinan con la humedad de las nubes
las plantas de celulosa. Precisamente, una de y caen con la lluvia y el rocío: es la llamada y temida
lluvia ácida” (Clarín, 2-5-2005).
La tragedia del desarrollo: disputas por los recursos naturales en la Argentina  701

Los actores: las organizaciones te; intercambiaron banderas y se fundieron en


ambientalistas y la Asamblea de un abrazo con la población uruguaya.
Gualeguaychú El conflicto venía gestándose desde mucho
antes y los actores de la protesta se habían ido
“Estamos en un territorio ocupado. Es una configurando con un accionar sistemático que,
lucha simbólica, no es una lucha armada, sino por lo menos, se remonta al año 2003. Es im-
‘almada’: de gente con alma.” portante recordar que la provincia del noreste
Miembro del Ejército Alpargatista, organiza- argentino en cuestión —Entre Ríos— tiene una
ción ecologista de Entre Ríos
larga tradición de movimientos ambientalistas
centrados en el cuidado de los ríos que la rodean.
Varios participantes de la Asamblea de
En una periodización posible de la protesta, po- Gualeguaychú reconocen que el antecedente
dríamos marcar el 30 de abril de 2005 como el más significativo es la Red de Asociaciones
“momento de la alborada”, de su aparición pú- Socioambientales de Uruguay y Argentina, co-
blica y masiva. Efectivamente, el sábado 30 de nocida como “la Red”, donde participan, por
abril de 2005, argentinos y uruguayos llevaron a el lado argentino, M’Bigua de Paraná, el Foro
cabo “la mayor protesta ambientalista registra- de Ecologistas de Paraná, que funciona como
da hasta la fecha” (Página/12, 2-5-2005). Se en- el nexo entre Uruguay y Entre Ríos, y por el
contraron en Gualeguaychú pero la gente pro- lado uruguayo, la organización Guayubira, con
venía de Paraná, Victoria, Colón, Concepción Ricardo Carrere como principal referente. Ese
del Uruguay y Buenos Aires. Unas cuarenta mil año, la corporación española Ence hacía su pre-
personas cubrieron el puente internacional que sentación pública y el Frente Amplio uruguayo
conecta Fray Bentos con Gualeguaychú, una presagiaba su próximo triunfo. En setiembre de
ciudad de la provincia de Entre Ríos conocida 2003, en una audiencia pública en Fray Bentos,
por sus festividades carnavalescas. El punto de son las organizaciones uruguayas las encarga-
encuentro de los manifestantes fue justamente das de observar un informe sobre las papeleras
el “corsódromo”, desde donde marcharon cua- generado por la Dirección Nacional del Medio
renta kilómetros en caravanas y cuatro a pie Ambiente (DINAMA) de Uruguay. Es decir, en
hasta encontrarse en el lugar más alto del puen- la primera etapa, las iniciativas estaban a cargo
702 Estudios rurales y movimientos sociales. Miradas desde el Sur

de las organizaciones ambientalistas en forma una pastera de Valdivia, Chile, que usaba la
conjunta y, cuando actuaban las uruguayas, lo misma tecnología que se implantaría en Uru-
hacían con mucha autonomía del Estado. guay, tuvo un incidente catastrófico.
Mientras tanto, en Gualeguaychú, Argentina, El período más conocido en la opinión pú-
las organizaciones ambientalistas comenzaron blica de ambos países es el que va de abril de
una campaña de información y difusión, en la 2005 a nuestros días. Después de esa impor-
que se integró a diversos sectores: poderes po- tante marcha del 30 de abril, se van sumando
líticos locales, grupos económicos de la región nuevos cortes de rutas y comienzan las ac-
y movimientos ecologistas, que se convocaban ciones en el terreno diplomático. Además, se
por diversas razones: el turismo, la posibilidad pide la intervención de Banco Mundial, quien
de incluir el tema en las campañas electorales nombra un ombudsman para reunirse con las
de ese año, la contaminación, etcétera. Esta partes en conflicto pero, unos meses más tar-
operación de difusión, que se dio sobre todo en de, este mediador impone condiciones al otor-
colegios primarios y secundarios, alcanzó reu- gamiento de créditos por parte de la Corpora-
niones que congregaron a unas cuatrocientas ción Financiera Internacional del Banco Mun-
personas, hasta que, el 3 de octubre de 2003, dial. Es decir, en pocos meses se despliegan
unos mil quinientos participantes convocados tres grandes líneas de acción: la irrupción del
por las agrupaciones uruguayas y argentinas tema en el espacio público, la presión sobre el
cortaron el puente que une las ciudades de gobierno para abordar gestiones diplomáticas
Gualeguaychú y Fray Bentos, con la consi- y la puesta en evidencia, gracias a los infor-
guiente conformación de una organización no mes sobre las condiciones medioambientales,
gubernamental: Vecinos Autoconvocados. de que son emprendimientos que no deberían
Durante el año 2004, Vecinos Autoconvoca- ser financiados.
dos entró en contacto con organizaciones de En esta etapa, la Asamblea concentró las ini-
otros países —Chile y España, fundamental- ciativas y logró entrevistarse con el presidente
mente— que enfrentaban situaciones similares argentino. Las organizaciones uruguayas des-
con papeleras, cuyas consecuencias ambienta- aparecieron del primer plano y una interpre-
les eran nefastas por la contaminación de los tación posible de sus causas es el triunfo del
ríos cercanos y de la atmósfera. Poco después, Frente Amplio y su incondicional apoyo. Para
La tragedia del desarrollo: disputas por los recursos naturales en la Argentina  703

la mayoría del pueblo uruguayo, el triunfo del gremios (el metalúrgico y el de la construc-
Frente Amplio era una conquista largamente ción) tienen a muchos asociados trabajando
esperada y se consideraba que había que darle en las papeleras, incluso a gran parte de sus
un tiempo prudencial de no oposición. Eduar- dirigentes (Zibechi, 2006).
do Galeano, en una de sus pocas declaraciones Podemos decir que el comienzo del vera-
públicas en contra de las papeleras, declaró no 2005-2006 fue una oportunidad para que la
que no se trataba de una manifestación contra Asamblea de Gualeguaychú cambiara la lógica
el gobierno, sería raro, aclaró, que él no estu- de su formato de protesta: si hasta ese momen-
viera presente en un acto que reivindica la so- to había prevalecido la numérica (congregar a
beranía nacional. Una de las banderas que el miles de personas en cortes y marchas), con
Frente Amplio levantó siempre10. la cercanía del verano rioplatense aparece la
En octubre de 2005, la página de la presiden- posibilidad del “daño material”. En efecto, la
cia de la República Oriental del Uruguay mos- circulación entre Uruguay y Argentina se in-
traba que el 58% de los uruguayos se oponía a crementa exponencialmente en los meses de
la instalación de las papeleras por razones de verano por el atractivo turístico de las playas
cuidado del medio ambiente. Ese espíritu civi- orientales, que muchos argentinos de clase
lista y de respeto al medio ambiente aún no ha- media y alta han elegido como lugar de vera-
bía sido colonizado por la propaganda basada neo. Los ingresos de origen argentino, si bien
en el reforzamiento de la identidad nacional, no han sido calculados oficialmente, represen-
que cada tanto se reactiva: la del pequeño país tan una buena proporción de la entrada de di-
que se siente amedrentado por su poderoso visas al país vecino. La estrategia de cortar la
vecino. También había razones prácticas: las entrada por tierra repercutió fuertemente en el
centrales sindicales, cuyos congresos se ha- Uruguay, que sufrió las consecuencias econó-
bían pronunciado en contra de las papeleras, micas; aunque también supo aprovecharla para
deciden ahora apoyarlas —aun violando regla- incentivar la propaganda contra los reclamos
mentos internos— porque los dos principales entrerrianos. En distintos momentos, se van
sumando otras localidades entrerrianas, otros
puentes cortados, de modo que la situación del
10 Ver <http://www.noalapapelera.com.ar>. verano de 2006 fue extraordinariamente intere-
704 Estudios rurales y movimientos sociales. Miradas desde el Sur

sante por muchos aspectos: la perseverancia acciones conjuntas con otras asambleas am-
de la población, los apoyos que lograban con- bientales y organizaciones sociales.
gregar, la instalación del problema ambiental En el marco de la propuesta de extender la
en la propia Argentina. lucha a otras regiones, los jóvenes de la asam-
Las gestiones diplomáticas se intensifican, blea, organizaron durante enero el “Encuentro
hasta que surge la posibilidad de presentar sudamericano de ambientalistas” para oponer-
una demanda en el Tribunal Internacional de se al “saqueo, depredación y contaminación de
La Haya, con un primer fallo desfavorable a la nuestros recursos naturales”. Se llevó a cabo
demanda argentina y un segundo favorable a en Arroyo Verde, sobre la Ruta 136, y partici-
la Asamblea. Pero el tema está instalado y con paron jóvenes procedentes de varias provin-
pocas posibilidades de revertirse; asimismo, cias y de algunos países limítrofes. El objetivo
muy lentamente pareciera que el silencio de fue coordinar acciones y debatir la situación
la población uruguaya comenzara a resquebra- actual. Sin embargo, a pesar de lo positivo de
jarse, con tibias manifestaciones en el centro dicho encuentro, en uno de los intentos por
de Montevideo en contra del modelo forestal- sumar al pueblo uruguayo, la acción de mani-
pastero que el gobierno eligió para desarrollar festarse en Montevideo, repartir volantes in-
la economía nacional. formativos acerca de la oposición a las plantas
La actividad de la Asamblea no claudicó y de celulosa, terminó en un lamentable enfren-
continuó todo el año con los reclamos y protes- tamiento entre uruguayos y argentinos en la
tas. Se celebró la decisión de Ence de retirarse Plaza Independencia.
de Fray Bentos y en diciembre de 2006 produje- Del mismo modo se expresaron opiniones
ron una numerosa manifestación en la Plaza de divididas en Colón, Entre Ríos donde hubo al-
Mayo con el apoyo de muchas otras asambleas gunos incidentes cuando un grupo de comer-
que luchan por el medio ambiente. ciantes afectados por el corte del puente inter-
Los asambleístas de Gualeguaychú, en este nacional Gral. Artigas, intentaron levantarlo a
verano del 2007, buscaron lograr el consen- la fuerza enfrentándose a los asambleístas.
so del resto de la población y de esta manera En este mismo verano del 2007 los asam-
otorgar mayor legitimidad a la lucha; utilizaron bleístas porteños y militantes de izquierda
para ello nuevas estrategias y participaron en realizaron una original protesta de apoyo
La tragedia del desarrollo: disputas por los recursos naturales en la Argentina  705

frente a la embajada de Finlandia, colocando mandas particulares? A mi juicio, es la forma


dos piletas de lona, una con agua limpia y otra de encarar la vida, material y cultural, que en
con agua sucia, en alusión a la contaminación otras épocas llamábamos “modelo de desarro-
que sufrirá el río Uruguay. La intención de los llo”. Estas asociaciones vienen a rechazar una
manifestantes fue sumar al Estado de Finlan- manera de organizar la vida, la economía, un
dia. Esta variedad de formas de acción y es- modo de relación con los bienes naturales, y
téticas recorrieron un verano expectante con muchos de ellos proponen desde sus propias
relación a los posibles desenlaces. (Giarracca acciones otro tipo de actividades económi-
y Petz, 2007) cas (véase Giarracca y Wahren, 2005; Esteva,
2001). La identidad común es construida desde
el rechazo a un “modelo” que los excluye como
Algunas reflexiones finales: la ciudadanos con capacidad de optar por una
tragedia del desarrollo “política de vida” (Giddens, 1994).
Dice un pronunciamiento de los catamar-
A partir de “La cumbre de los pueblos”, que fun- queños contra la minería a gran escala: “Con-
cionó paralelamente a la Cumbre del MERCO- sideramos que el “progreso” no debe en ningún
SUR, realizada en Córdoba, en julio de 2006, se caso significar la destrucción de nuestro hábi-
creó la Unión de Asambleas Ciudadanas. Entre tat, de nuestros sitios sagrados, el saqueo de
sus reclamos, figuran tanto el reconocimiento nuestros recursos naturales, de nuestras reser-
a campesinos e indígenas de su derecho a la vas de agua dulce, la contaminación de nuestro
tierra como la suspensión de la actividad mine- entorno natural, la agresión sistemática y pro-
ra y de industrias contaminantes (papeleras), gresiva de nuestro frágil ecosistema” (agosto
el rechazo al “agronegocio”. El interrogante de 2006, en <www.noalamina.com>).
que podemos plantear es ¿qué tienen en común Estos nuevos movimientos sociales —o, por
las demandas de las poblaciones aborígenes lo menos, los nuevos sentidos que adquieren
con las asambleas de Gualeguaychú, Esquel, las acciones de estas poblaciones— se enmar-
Andalgalá y las organizaciones campesinas? can en una nueva etapa del capitalismo en la
¿Cuál es ese significante vacío, en términos que, nuevamente, los recursos naturales son
de Laclau (1996), capaz de articular estas de- centrales y se perciben en peligro. El concepto
706 Estudios rurales y movimientos sociales. Miradas desde el Sur

de “territorio”, la idea de procesos de “territo- precaución la naturaleza, fueron desperdiciados


rialización”, marcando las identidades de las (De Sousa Santos, 2000).
poblaciones que viven en esos lugares, circulan Muchas veces se ha sostenido que el mar-
en los movimientos y entre los estudiosos que xismo, enmarcado en las ideas modernas, ins-
los acompañan. taló una relación con la naturaleza acorde a
Los recursos naturales siempre fueron fuente los postulados básicos de la revolución cientí-
de riqueza y esto quedó claro desde el surgimien- fica11. Pero es importante recordar que en esta
to del capitalismo. No son casuales las páginas cuestión, como en muchas otras, Marx osci-
que Adam Smith dedica a los fisiócratas en La la entre los valores de su época y otras con-
riqueza de las naciones, tratando de relativizar cepciones profundamente avanzadas. Fueron
el papel de la tierra en su producción y para mo- sus seguidores los que tuvieron pensamientos
ver a pensar que el trabajo y la técnica también mucho menos complejos que los del fundador
cumplen importantes roles. Asimismo, el tercer de la teoría e hicieron prevalecer el concep-
tomo de El Capital, de Carlos Marx, está dedica- to de un desarrollo de las fuerzas producti-
do a la renta agraria (extensiva a otros recursos vas socialmente “indeterminadas”, ciego a las
naturales que no son producto del trabajo huma- consecuencias de esos avances en el mundo
no y que el autor menciona especialmente) para social y natural.
comprender el funcionamiento del capitalismo. La teoría crítica hubiese podido marcar una
La esperanza en el desarrollo tecnológico llevó diferencia: construir otra relación con la natu-
a la creencia de que se podrían llegar a sustituir
esos recursos con mercancías generadas por
el trabajo humano y la tecnología. Esta misma 11 A partir del método empírico de Bacon, la ciencia
adoptó como fin la dominación y el control de la natu-
concepción condujo a que, desde el punto de
raleza. Dice el ecólogo Fritjof Capra: “Los términos que
vista económico y productivo, se tratara a los Bacon utilizaba para defender su nuevo método empí-
recursos naturales como infinitamente renova- rico no solo eran apasionados sino que, a menudo, se
bles, cuando casi ninguno lo es. Los recursos podían tachar de atroces. En su opinión, la naturaleza
naturales, como el “futuro”, fueron expandidos tenía que ‘ser acosada en sus vagabundeos’, ‘sometida
y obligada a servir’, ‘esclavizada’, había que reprimirla
al infinito; el presente y la experiencia de po-
por la fuerza y la meta de un científico era ‘torturarla
blaciones que por siglos habían manejado con hasta sacarle sus secretos’” (1992: 58).
La tragedia del desarrollo: disputas por los recursos naturales en la Argentina  707

raleza y con los aspectos políticos y culturales caracterizamos como “prometeico”: pretendía
de la actividad económica, pero el determinis- doblegar técnicamente a la naturaleza apos-
mo eclosionó esa oportunidad. Por otro lado, tando al papel liberador del conocimiento, que
poco se podía esperar del resto de la ciencia generaba y aspiraba a mejorar las condiciones
económica y de las teorías del desarrollo, que de vida de la humanidad (Sibilia, 2005: 45). Las
se basaron en una concepción fragmentaria promesas del “progreso”, es decir, paz, alimen-
del conocimiento y separaron las cuestiones tos, salud y educación para todos, formaban
del crecimiento económico de los valores so- parte del sentido central de la dupla desarrollo
ciales y culturales para reducirse a problemas económico y científico que, de distintos modos,
de mercado, oferta, demanda, productividad se desplegaba tanto en el capitalismo como en
Hubo intentos posteriores ad hoc de agregar las sociedades comunistas (sobre todo en la
“lo social” “lo cultural” o plantearse la medi- Unión Soviética). Es de destacar que, en ese
ción del “desarrollo humano” que poco pudie- contexto, los Estados nacionales valoraban
ron remediar. La ciencia económica terminó recursos como el petróleo, el gas, las minas,
convirtiéndose en una técnica de las empresas la tierra, el agua como geopolíticamente estra-
y de los gabinetes gubernamentales. Mientras tégicos y los mantenía en propiedad estatal o
tanto se creaban organismos internacionales o ejercían un riguroso control sobre ellos (en el
nacionales que abordaban separadamente las caso de la tierra, había casi siempre restriccio-
otras cuestiones. nes de venta a las poblaciones extranjeras). A
Durante gran parte del siglo XX, prevaleció mediados de los años setenta, este modelo su-
un modelo de desarrollo basado en la produc- frió una “gran transformación” (véase Teubal y
ción industrial que, si bien mostraba una mar- Rodríguez, 2002).
cada tendencia a la internacionalización del ca- Existe una vasta bibliografía acerca de las
pital, respetaba aún ciertos límites impuestos particularidades de la economía capitalista en
por los Estados nacionales que todavía jugaban la nueva etapa globalizada, su conexión con
un significativo papel regulador y jurídico. Po- el poder hegemónico, los modos políticos y
demos arriesgar que por detrás de estos mode- militares de generación de hegemonías, etcé-
los industrialistas se encontraba un desarrollo tera (véase Ceceña, 2004). Desde los estudios
científico que, de acuerdo con Paula Sibilia, agrarios, también se ha contribuido a la carac-
708 Estudios rurales y movimientos sociales. Miradas desde el Sur

terización de este modelo en su naturaleza ex- llas promesas de la modernidad. Paula Sibilia
tractiva y concentradora, remarcando el paso sostiene que existe un programa tecnológico
de la agricultura alimentaria y agroindustrial al oculto tras la ciencia de nuestros días, un for-
“agronegocio” (véase Giarracca y Teubal, 2006; talecimiento de una tradición “fáustica”12. Y
Mançano Fernandes, 2006). Miguel Teubal ha afirma: “De acuerdo a la perspectiva fáustica,
demostrado el papel de la renta agraria y de su […] los procedimientos científicos no tendrían
relación con los recursos naturales en esta nue- como meta la verdad o el conocimiento de la
va forma de crecimiento (véase Teubal, 2004). naturaleza íntima de las cosas sino una com-
Agreguemos solamente que este nuevo modelo prensión restringida de los fenómenos para
que opera en el plano internacional con nuevas ejercer la previsión y el control; ambos pro-
instituciones legales, financieras, económicas, pósitos estrictamente técnicos. Es inevitable
ha terminado de romper con las promesas de asociar los criterios fáusticos a la tecnociencia
la modernización. Con los auspicios del Banco contemporánea. Hasta podríamos insinuar que
Mundial y del Fondo Monetario Internacional existe cierta afinidad entre la técnica fáustica
se expanden formas expoliatorias y expropia- —con su impulso hacia la apropiación ilimita-
torias de este capitalismo al conjunto del terri- da de la naturaleza (humana y no humana)— y
torio mundial. El hambre, la pobreza, el surgi- el capitalismo, con su impulso hacia la acumu-
miento de viejas y nuevas enfermedades irán lación ilimitada de capital. Ese proyecto parece
devastando al Tercer Mundo mientras la polari- estar alcanzando su ápice hoy en día, como se
zación de la riqueza alcanza niveles desconoci- observa en la ilimitada carrera tecnológica y su
dos; las guerras, con alto costo de poblaciones inextricable relación con los mercados globali-
civiles, acompañan sin tregua este proceso. zados” (2005: 50).
Algunos autores consideran que la denomi- Muchos autores coinciden en que estos nue-
nada “tecnociencia” no es totalmente ajena al vos modelos no tratan de mejorar las condi-
nuevo desarrollo. Una concepción “tecnocien-
tífica” que tiende a convertirse en hegemónica
en todo el mundo y que, a diferencia de la épo- 12 Sibilia observa que las tradiciones “prometeica” y
“fáustica” siempre han coexistido en el sistema cientí-
ca del mito científico “prometeico”, hoy devela
fico, en tensión y debate, y que una u otra adquieren
otras aspiraciones humanas alejadas de aque- predominancia en distintas épocas.
La tragedia del desarrollo: disputas por los recursos naturales en la Argentina  709

ciones de vida de la mayoría de los hombres y Como nos dice Vandana Shiva (2003), exis-
de las mujeres, ni siquiera para lograr ciertos ten grandes movimientos sociales en las pobla-
consensos que les permita seguir gobernando. ciones y comunidades del Tercer Mundo para
De la búsqueda de consenso capaz de generar seguir siendo productoras de conocimiento,
hegemonías, proyectos inclusivos, se mutó alimentos, medicamentos: ellos luchan por su
hacia una supuesta resignación: “esto o algo derecho a guardar e intercambiar las semillas,
peor”, “la única salida” (Sibilia, 2005; De Sousa por la libre utilización de los recursos y de los
Santos, 2000). conocimientos para satisfacer sus necesida-
Sin embargo, no todos se resignan; pobla- des, por la defensa de la diversidad cultural,
ciones enteras luchan y en el proceso mismo etcétera. Es decir, detrás de las disputas por
de estas luchas conciben otras formas de vida. la tierra, el agua, la semilla, la biodiversidad,
Asimismo —y esto es importante destacarlo—, existe una lucha por la soberanía de los pue-
científicos de todo el mundo se oponen a las blos y por el derecho a mantener otras concep-
formas fáusticas de generar conocimiento y ciones de la reproducción material de la vida y
buscan soluciones desde el conocimiento cien- de la cultura.
tífico para otras formas ecónomico-sociales, Esta expansión de visiones alternativas re-
donde el hambre, la educación, la salud de los sulta de la toma de conciencia de los nefastos
cuerpos, la cultura y las democratizaciones resultados de la actual propuesta neoliberal
sean debidamente considerados13. capitalista, basada en el individualismo, en las
relaciones patriarcales, en las democracias
formales o en la guerra y en una “tecnocien-
13 En la discusión pública de este trabajo se dio un cia” ligada a los intereses de las grandes cor-
interesante debate entre científicos sociales y un re-
poraciones. La mercantilización de la vida, el
presentante de las ciencias exactas. Mi posición no es
enjuiciar a “toda la ciencia” por cuanto yo misma forma biopoder, es resistido en muchos lugares del
parte de ella; se trata de crear espacios de reflexión crí- mundo tanto de manera abierta e irruptiva
tica para lograr la autonomía de la ciencia en relación
con las grandes corporaciones económicas. La fina-
lidad de muchos grupos de investigadores de todo el del pasado) en reinvención. La autonomía, libertad y
mundo es que la ciencia nuevamente se ubique dentro autorreflexión de las comunidades científicas son los
de los pensamientos emancipadores, hoy (a diferencia principales caminos para lograr esto.
710 Estudios rurales y movimientos sociales. Miradas desde el Sur

como en la práctica de construcción de “otros Bibliografía


mundos” posibles.
Los movimientos sociales que presenta- Barbetta, P. 2005 “El Movimiento Campesino
mos en este trabajo expanden la democracia, de Santiago del Estero: luchas y sentidos
marcan límites a un “desarrollo” que pode- en torno a la problemática de la tierra”
mos caracterizar de apropiador y extractivo en Giarracca, N. y Teubal, M. (coords.)
pero básicamente mortificante, que enferma El campo argentino en la encrucijada.
y entristece a los sujetos. Hombres y mujeres Estrategias y resistencias sociales, ecos en
pueden adoptar un papel pasivo frente a estas la ciudad (Buenos Aires: Alianza).
situaciones y agudizar el sentimiento de mor- Berman, B. 1988 “El Fausto de Goethe: la
tificación o pueden protestar (Ulloa, 1995). tragedia del desarrollo” en Todo lo sólido se
Pueden seguir engañándose con mitos y pro- desvanece en el aire: la experiencia de la
mesas (de trabajo, de un bienestar parecido modernidad (Buenos Aires: Siglo XXI).
al del norte, etcétera) o pueden emprender la Capra, F. 1992 El punto crucial (Buenos Aires:
vida desde sus propias potencialidades. Esta Estaciones).
última es una actitud activa, transgresora y Ceceña, A. E. 2004 Hegemonías y
alegre y fuerza a los Estados a torcer algunos emancipaciones en el siglo XXI (Buenos
(no muchos) rumbos. Aires: CLACSO).
Tal vez la solidaridad y la alegría en las ca- CELS (Centro de Estudios Legales y Sociales)
lles, los puentes y las plazas ganados por las Informe anual sobre derechos humanos,
protestas y los movimientos sociales constitu- 2006 en <www.cels.org.ar>.
yan no solo el mejor antídoto para estos proce- CEPAL 1999 Panorama minero de América
sos mortificantes (mortíferos muchas veces) Latina a fines de los noventa (Santiago de
sino la mejor oportunidad para pensar un futu- Chile: CEPAL) Serie Recursos Naturales e
ro democrático para todos los que apuestan en Infraestructura N° 1.
serio a una sociedad mejor. De Sousa Santos, B. 2000 A crítica da
razão indolente: contra o desperdício da
experiência. Vol. 1: Para um novo senso
comum. A ciência, o direito e a política
La tragedia del desarrollo: disputas por los recursos naturales en la Argentina  711

na transição paradigmática (San Pablo: American (Pittsburgh: University of


Cortez). Pittsburgh Press).
De Sousa Santos, B. 2006 Conocer desde Giarracca, N. y Petz, I. 2007 “La Asamblea
el Sur. Para una cultura política de Gualeguaychú: su lógica de nuevo
emancipadora (Lima: Universidad Nacional movimiento social y el sentido binacional
de San Marcos). ‘artiguista’ de sus acciones” en Realidad
Esteva, G. 2000 “Desarrollo” en Sachs, W. Económica (Buenos Aires) N° 226.
Diccionario del desarrollo. Una guía del Giarracca, N. y Teubal, M. 2004 “’Que se vayan
conocimiento como poder (México DF: todos’: Neoliberal collapse and social
Galileo). protest in Argentina” en Demmers, J.;
Falco, W. 2006 Uruguay, país forestal: modelo Fernández Gilberto, A. E. y Hogenboom, B.
en rojo (Montevideo: Rel UITA / Brecha). (eds.) Good governance in the era of global
Disponible en <http://www.rel-uita.org/ neoliberalism. Conflict and depolitisation
agricultura/uruguay/forestacion/>. in Latin America, Eastern Europe,
Gerfoguel, R. 2006 “La descolonización Asia and Africa (Londres / Nueva York:
de la economía política y los estudios Routledge).
poscoloniales. Transmodernidad, Giarracca, N. y Teubal, M. 2008 “Del
pensamiento fronterizo y colonialidad desarrollo agroindustrial a la expansión
global” en Tábula Rasa (Bogotá) N° 4, del ‘agronegocio’: el caso argentino” en
enero-junio. Mançano Fernandes, B. (org.) Campesinato
Giarracca, N. et al. 2001 La protesta social en e agronegócio na América Latina: a
Argentina: transformaciones económicas questião agrária atual (San Pablo:
y crisis social en el interior del país CLACSO, Colección Grupos de Trabajo /
(Buenos Aires: Alianza). Expressão Popular).
Giarracca, N. y Del Pozo, N. 2005 “To make Giarracca, N. y Wahren, J. 2005 “Territorios
waves: water and privatization in Tucumán, en disputa: iniciativas productivas y acción
Argentina” en Bennett, V.; Dávila-Poblete, S. política en Mosconi, Argentina” en Seoane,
y Nieves Rico, M. (ed.) Opposing Currents. J. (comp.) Reforma agraria y lucha por
The Politics of water and gender in Latin la tierra en América Latina. Territorio
712 Estudios rurales y movimientos sociales. Miradas desde el Sur

y movimientos sociales (Buenos Aires: of economics groups” en Journal of


CLACSO-OSAL) Año VI, N° 16. Developing Societies (Londres: Thousand
Giddens, A. 1994 Consecuencias de la Oaks / Nueva Delhi: SAGE) Vol. 20, N° 3-4.
modernidad (Madrid: Alianza). Teubal, M. y Rodríguez, J. 2002 Agro y
Laclau, E. 1996 Emancipación y diferencia alimentos en la globalización. Una
(Buenos Aires: Ariel). perspectiva crítica (Buenos Aires: La
Lander, E. 2000 La colonialidad del saber: Colmena).
eurocentrismo y ciencias sociales (Buenos Ulloa, F. 1995 Novela clínica psicoanalítica.
Aires: CLACSO). Historial de una práctica (Buenos Aires:
Mançano Fernandez, B. 2006 “Um nome para Paidós).
‘modernizar’ o sistema de latifundio” en Zibechi, R. 2006 “Los movimientos según
Fórum, Suplemento do Journalunesp (San Zibechi: empezar de nuevo”, entrevista
Pablo: Universidade Estadual Paulista) Año realizada por La Vaca, disponible en <http://
XX, N° 211. www.lavaca.org/seccion/actualidad/1/1398.
Quijano, A. 2000 “Colonialidad del poder shtml>.
eurocentrismo y América Latina” en La
colonialidad del saber: eurocentrismo y
ciencias sociales (Buenos Aires: CLACSO).
Sachs, W. 2001 Diccionario del desarrollo.
Una guía del conocimiento como poder
(México DF: Galileo).
Shiva, V. 2003 Cosecha robada: el secuestro del
suministro mundial de alimentos (Buenos
Aires: Paidós).
Sibilia, P. 2005 El hombre postorgánico: cuerpo,
subjetividad y tecnologías digitales (Buenos
Aires: Fondo de Cultura Económica).
Teubal, M. 2004 “Rise and collapse of
neoliberalism in Argentina: the role
Movimientos sociales y
protestas en los mundos
rurales latinoamericanos
Nuevos escenarios y nuevos enfoques*

Introducción una etapa de latencia o de casi invisibilidad y


las pocas protestas que los involucraban no
En la última década del siglo XX, los proble- lograron atravesar los límites locales o, ex-
mas de los campesinos y de los indígenas de cepcionalmente, nacionales. El efecto de las
América Latina vuelven a ocupar un espacio reformas agrarias en el marco de regímenes
importante en la agenda política internacional. de acumulación internamente orientados, así
La rebelión de los indígenas en Chiapas, Méxi- como de la expansión agroindustrial con inte-
co, en el primer día de 1994; las acciones cada gración de la agricultura familiar, configuraron
vez más coordinadas, complejas y públicas del escenarios donde los campesinos y sus familia-
Movimiento de los Sin Tierra en Brasil, los le- res se articulaban a los mercados (de produc-
vantamientos de los campesinos ecuatorianos tos, de tierra, de crédito y también de trabajo)
y bolivianos, nos enfrentan a la magnitud y re- y se percibía la fuerte esperanza de lograr una
levancia de este fenómeno. mayor integración económica para los mundos
Desde fines de los años setenta, las accio- subalternos agrarios a partir de esta conexión,
nes de los pobladores rurales —campesinos, aunque tales relaciones comportaran fuertes
farmers, obreros rurales— habían entrado en asimetrías sociales.
Simultáneamente, el debate académico se
centraba en los mecanismos de subordinación
* Giarracca, N. 2002 “Movimientos sociales y protes- de estos sectores y en los márgenes de nego-
tas en los mundos sociales latinoamericanos. Nuevos
ciación frente a las empresas procesadoras
escenarios y nuevos enfoques” en Sociologías (Porto
Alegre) Año 4, N° 8, julio-diciembre. o de fabricantes de insumos. Si bien, por un
714 Estudios rurales y movimientos sociales. Miradas desde el Sur

lado, se contaban por millones los campesi- ejemplo, los conflictos con las empresas pa-
nos que aún quedaban fuera del mercado y de raestatales en México (Tabamex, Inmecafé, et-
la expansión agroindustrial1 y, por otro lado, cétera), durante los años setenta.
los datos acerca de la población rural registra- Esta situación se fue modificando a medida
ban una marcada disminución, la posibilidad que los gobiernos de la región, acompañados
de integrar los campesinos a una “vía agroin- por los organismos internacionales, comenza-
dustrial de modernización” se sostuvo desde ron a generar políticas tendientes a la liberali-
las políticas públicas y se celebró desde los zación de las economías nacionales orientadas
“estudios campesinos”. a crear una economía abierta y globalizada. Así,
Los Estados nacionales fueron un soporte los nuevos créditos provenientes de los orga-
fundamental para esta relación agroindustrial; nismos internacionales comenzaban a otorgar-
en muchos casos se caracterizaban como pro- se condicionados a severas políticas de ajuste.
gramas de desarrollo “tripartitos” (campesi- En el nuevo marco de políticas macroestruc-
nos, empresas agroindustriales y Estados). El turales, el Estado retiraba paulatinamente los
conflicto social, mientras tanto, se centraba en apoyos imprescindibles para mantener la “inte-
el contrato agroindustrial; en el logro de un ac- gración” de las agriculturas campesinas a la ex-
ceso más justo a los créditos o en la relación pansión agroindustrial. Las medidas generales
con el Estado para mejorar su intervención. impulsadas por el nuevo modelo se orientaron
Asimismo, como muchos trabajadores rurales a liberalizar el comercio exterior, a una apertu-
trabajaban para grandes empresas agroindus- ra general al mercado mundial y a la formación
triales (en sus tierras o en sus empresas proce- de mercados regionales como la North Ameri-
sadoras), estas se convirtieron en los centros can Free Trade Association (NAFTA) y el Mer-
de reclamos de campesinos y de trabajadores cado Común del Cono Sur (Mercosur).
rurales y agroindustriales. Recordemos, como Las consecuencias del nuevo modelo econó-
mico neoliberal son bien conocidas en lo que
se refiere a los procesos de concentración de la
1 De Janvry et al. (1989) estimaban alrededor de 7 riqueza, acentuación de las desigualdades so-
millones de explotaciones de tipo “subfamiliar” y soste-
ciales, aumento de la pobreza y de la desocupa-
nía que eran las que más habían crecido en los últimos
treinta años. ción. En el nivel de las agriculturas, la apertura
Movimientos sociales y protestas en los mundos rurales latinoamericanos  715

exterior requirió de nuevas reglamentaciones quiridos que en aquella otra donde esos dere-
para desarmar aquellas redes institucionales chos nunca echaron raíces.
—desde las reformas agrarias hasta las insti- Pero como toda situación social, la generada
tuciones de fijación de precios mínimos— que en las últimas décadas es compleja e implica
habían sostenido a la pequeña explotación fa- racionalidades múltiples (y no una sola como
miliar durante décadas. La modificación del ar- desean creer los economistas neoliberales).
tículo 27 de la Constitución de 1917 en México, Con el discurso económico neoliberal que re-
y el decreto de Desregulación Económica de dujo derechos sociales adquiridos, comenzó a
Argentina, en 1991, fueron, tal vez, los ejemplos circular, con más fuerza que nunca en nuestros
más elocuentes en esta dirección. territorios, un discurso liberal con alto conte-
El escenario conformado por unas nuevas nido democratizador. En efecto, la puesta en
reglas económicas tendientes a crear econo- marcha de unas reglas económicas que resul-
mías de escala en la agricultura, con fuertes taban excluyentes de importantes sectores po-
inversiones de capital, con tecnologías acor- blacionales, era acompañada con discursos de
des a tales condiciones y altas productivida- recuperación de formas democráticas de go-
des, arrinconó a gran parte de los sectores bierno, de mayor respeto por las minorías, por
de la pequeña explotación. Además, seguían las diferencias étnicas, por género, por respeto
pendientes problemas de tierra (por reparto al medio ambiente, etcétera. Tales discursos
o titularizaciones), así como otras reparacio- circularon en el nivel de la globalización acom-
nes históricas de las poblaciones indígenas pañando a los capitales y, a mi juicio, produje-
o soluciones para la pobreza extrema de los ron importantes impactos en los niveles locales
trabajadores sin tierra, etcétera. A este mapa además de los nacionales. Las Organizaciones
social de “derechos pendientes” se sumaban No Gubernamentales cumplieron un relevante
pérdidas de derechos adquiridos. Tales situa- papel en la expansión de tales discursos. Por
ciones implican, casi siempre, condiciones de último, los avances de las tecnologías de comu-
posibilidad positivas para la expansión de la nicación, sobre todo Internet, coadyuvaron a
conflictualidad social. Es más fácil, dicen La- romper con aislamientos y favorecer la circu-
clau y Mouffe (1985), que se generen conflictos lación de tales discursos hasta en las regiones
en una situación de pérdidas de derechos ad- más aisladas geográficamente.
716 Estudios rurales y movimientos sociales. Miradas desde el Sur

En síntesis, se presentó esta conjunción de En este trabajo me ocuparé de las particu-


condiciones que, por un lado, arrinconan y ex- laridades del Sur de América Latina, de los
cluyen a los campesinos y a los trabajadores, dos países con menor cantidad de poblaciones
pero que, por el otro, habilitan nuevas “oportu- campesinas e indígenas: Uruguay y Argentina.
nidades políticas” (Tarrow, 1997). Los gobiernos Los conflictos agrarios que se desplegaron du-
democráticos —aun los débiles— reconocen a rante toda la década pasada en la Argentina
los ciudadanos como portadores de derechos y y en los últimos años en Uruguay, tienen sus
admiten la posibilidad de demandar otros nue- particularidades: la presencia de la explotación
vos; este escenario y los discursos democrati- familiar capitalizada coexistiendo con grandes
zadores (en varios sentidos), representan, junto productores (Piñeiro, 1999).
con las condiciones económicas que los arrinco- En relación con los países del Cono Sur
nan, el marco en el que se generan y desarrollan planteo una cuestión teórica: cómo concep-
los conflictos y acciones de la población rural de tualizar las acciones que expresan diversos
América Latina de la última década del siglo XX. conflictos, diversos actores, diversos niveles
Pensar y reflexionar en el nivel de América de organización. ¿podemos sostener que son
Latina como una unidad, y sobre todo en re- “movimientos sociales” con todas las cargas
lación con sus mundos rurales, puede condu- de sentidos que tal concepto acarrea? Soy cau-
cirnos a generalizaciones estériles. La región telosa y prefiero mantener el análisis en los ni-
tiene aspectos similares en relación con las veles conceptuales de “acciones de protesta” y
políticas públicas que fueron impulsadas por delimito aquellas acciones que incorporan, en
los agentes de la globalización (Fondo Mone- efecto, el sentido de una “protesta” (más ade-
tario Internacional, Banco Mundial, etcétera). lante definiré el concepto) de aquellas otras
Además, no le costó mucho participar de una que comportan presiones al poder político
mayor integración internacional y de una ma- tendientes a defender intereses sectoriales. A
yor interacción cultural facilitada por las nue- este último tipo de acciones las conceptualizo
vas tecnologías de comunicación. Sin embargo, como “corporativas”.
cada región, cada país, se constituyó en un es- No obstante utilizar tales conceptos, parto
cenario particular cuyos actores desplegaron del análisis más general de los “movimientos
procesos singulares e irrepetibles. sociales” que permite sostener una mirada dis-
Movimientos sociales y protestas en los mundos rurales latinoamericanos  717

tinta (a la de décadas atrás) sobre estos pro- de la rebelión, el edificio de la sociedad ya está en
cesos sociales. De allí que dedicaré un aparta- condiciones que los exponen a ese fuego. Cuando
do a reflexionar acerca de las viejas y nuevas la batalla haya terminado la estructura no será la
teorizaciones sobre los movimientos sociales misma. (Wolf, 1973: 401)
campesinos de América Latina. Por último, me
ocuparé de caracterizar las acciones de protes- La discusión giraba alrededor del problema del
ta del Cono Sur y me centraré en los conflic- nivel de “clasicidad” de las poblaciones campe-
tos agrarios de Argentina en los últimos años, sinas, en comparación con el de la clase obrera,
basándome en información generada por nues- que estaba destinada a tener el rol protagónico
tras propias investigaciones2. en los grandes cambios revolucionarios.
¿En qué medida se puede hablar del campesi-
no como clase? se preguntaba Eric Hobsbawm
Los enfoques teóricos- (1976). El problema residía en establecer su
metodológicos conciencia de clase y, en tal sentido, la mayo-
ría de los estudiosos de la época coincidieron
Durante la década de los años sesenta, Erich con Shanin (1966) en considerarlo un sector de
Wolf, estudiaba los movimientos campesinos baja “clasicidad”. La personalización de las re-
como formas de “luchas” en referencia a los laciones sociales, a través del clientelismo, el
grandes cambios. parentesco artificial como el compadrazgo, así
como la expansión de la política de tipo faccio-
…las rebeliones campesinas del siglo XX ya no nal (Alavi, 1976), impedían la existencia de una
son solo simples respuestas a problemas locales conciencia de clase permanente.
si es que alguna vez lo fueron. Son reacciones lo- Los campesinos tendían a relacionarse con
cales ante disturbios sociales de gran importan- sectores urbanos (clase obrera, intelectuales,
cia que han sido causados por importantes cam- etcétera) para superar esta limitación tan esen-
bios de la sociedad… De este modo, cuando los cial. Y allí residía la segunda clave de los estu-
protagonistas campesinos levantan la antorcha dios de los movimientos campesinos de unas
décadas atrás: la importancia de poder contar
con intelectuales simpatizantes. La tercera cla-
2 Grupo de Estudios Rurales, UBA.
718 Estudios rurales y movimientos sociales. Miradas desde el Sur

ve, en aquellos sugerentes estudios, residía en seer o controlar tierra y sus apegos a tradicio-
centrarse en el papel del campesinado medio. nes culturales que no contaban con las simpa-
En efecto, no eran los más pobres los lla- tías de los intelectuales “modernizadores” (por
mados a levantarse, porque, como sostenía ej. la comunidad) contribuyeron a esta situa-
Hobsbawm, “por muy militantes que sean los ción. El actor del cambio político se construía
campesinos, el ciclo de sus faenas los ata a su en referencia al capitalismo y a sus reglas de
destino” (Ibídem: 124). La militancia y la parti- funcionamiento, donde las relaciones de pro-
cipación en las organizaciones recaían en los piedad eran fundamentales.
campesinos medios, con mayores dotaciones A partir de las grandes transformaciones
de recursos —materiales y simbólicos— para que comenzaron a manifestarse en la década
la acción política. del ochenta y continuaron con más fuerza en
La acción campesina se comparaba con las la última década del siglo XX, la situación de
acciones políticas de la clase obrera, que te- los campesinos, sus movimientos y luchas así
nía mayor nivel de conciencia de clase, ma- como los paradigmas de las Ciencias Sociales
yor homogeneidad en tanto no poseedora de para comprenderlos, también cambiaron. Por
medios de producción y que establecía un un lado, obtuvieron reconocimiento como ac-
vínculo con las vanguardias revolucionarias tor social capaz de protestar, reclamar, gene-
(partidos, intelectuales) de distinta naturale- rar acciones colectivas. El hecho de que otros
za. En América Latina, como en el resto del sujetos de cualquier origen social fueran acep-
mundo subdesarrollado, los trabajadores ru- tados como centro de los “nuevos movimien-
rales estuvieron demasiado entreverados con tos sociales”3 condujo a una revisión, dentro
las comunidades campesinas como para con- de las Ciencias Sociales, de aquellas teoriza-
siderarlos sujetos políticos comparables a los
obreros industriales.
Los campesinados protagonizaron grandes 3 Jóvenes de clase media sin acceso a créditos que
movimientos políticos durante las seis prime- “tomaban” casas desocupadas en Europa o rechazaban
ras décadas del siglo XX, pero las corrientes el mandato de servir militarmente a sus naciones —ob-
jetores de conciencia—, madres de todas las condicio-
más ortodoxas del marxismo los colocaron
nes sociales que reclamaban por sus hijos desapareci-
siempre “bajo sospecha”. La condición de po- dos, etcétera.
Movimientos sociales y protestas en los mundos rurales latinoamericanos  719

ciones que estrechaban las oportunidades de ser comprendidos con los viejos paradigmas de
acción política de cualquier actor social. Se las Ciencias Sociales.
comenzó a pensar la política como un modo Para sumar complejidad, recordemos que
de presentación de lo social, sin sujetos privi- estos nuevos movimientos campesinos e indí-
legiados “a priori”. genas no tienen, necesariamente, correlatos en
Por otro lado, los movimientos agrarios de la conducta electoral de los pobladores rurales.
la actualidad no manifiestan las pretensiones Como sostiene Fox (1996), para mediados de
revolucionarias de otros tiempos (tomar el po- los noventa y en términos generales creemos
der); sus demandas son variadas: persistencia que la situación no varió mucho: las regiones
en la producción, autonomía, participación, rurales de América Latina apoyan electoral-
democratización (intensificación de procesos mente a los partidos conservadores debido a
de ciudadanización). Tal vez el caso más pa- las redes clientelísticas muy consolidadas en
radigmático sea el movimiento indígena de la las regiones donde predominan las antiguas or-
Selva Lacandona de Chiapas. La gran variedad ganizaciones gremiales.
de “formas de acción” que han desplegado — Estas situaciones de los mundos rurales no
desde el levantamiento armado de comienzos son ajenas a muchos otros cambios acaecidos
de 1994, hasta “la poética” que apela a senti- en escenarios políticos, económicos, tecnoló-
mientos profundos y simpatías de los sectores gicos, sociales y culturales globales. Y el pen-
medios pasando por una marcha por México en samiento social no fue ajeno a estos procesos;
estos primeros meses del 2001— no tiene como las Ciencias Sociales sufrieron sus propios
finalidad “tomar el poder” (a la vieja usanza re- virajes y las nuevas interpretaciones pos-es-
volucionaria) ni crear un partido político pro- tructuralistas encararon las novedades desde
gresista (al nuevo estilo latinoamericano). otros horizontes. La reproducción y la trans-
Los zapatistas, los movimientos indígenas formación social se encaró desde la reflexión
de Ecuador, de Chile, así como el Movimien- acerca de las condiciones que habiliten la for-
to de los Sin Tierra en Brasil, la aparición de mación de “actores” capaces de “intervenir en
Vía Campesina en el nivel internacional (véase un estado de las cosas”, capaces de producir
Giarracca, Teubal y Domínguez, 2001) son fe- nuevos sentidos. Se resignificó el concepto
nómenos sociales originales que se resisten a “estructura”, se mostró que, como todo siste-
720 Estudios rurales y movimientos sociales. Miradas desde el Sur

ma de significantes, los mundos sociales son cuenta de sus dinámicas. Para que podamos
susceptibles de “comprensiones” y no de “ex- adentrarnos en los análisis de los movimien-
plicaciones y predicciones”. En tales virajes tos sociales —sostenía Melucci— es necesario
las disciplinas sociales perdieron pretensiones que haya acciones colectivas y que estas pro-
de cientificidad y recuperaron su pasado junto voquen una ruptura en los límites de compa-
a las Humanidades. tibilidad del sistema en el cual se sitúan, sea
Alain Touraine, en su intento de reemplazar a nivel del mercado o del Estado. Una acción
una representación de la vida social basada en colectiva, nos decía este autor, implica la exis-
nociones de sociedad, evolución y rol por otra, tencia de una lucha entre dos actores por la
basada en nociones como historicidad, movi- apropiación y orientación de los valores socia-
miento social y sujeto, fue uno de los pioneros les y de los recursos. Pero la acción colectiva
en esta tarea. Los “movimientos sociales” (MS) incluye también —agrega— un segundo aspec-
aparecían en las nuevas teorizaciones como to: conductas que transgreden las normas que
claves para comprender los nuevos tiempos. han sido institucionalizadas en roles sociales.
Touraine (1988) presentaba ciertos principios Es decir acciones que tienden a una ruptura
capaces de conceptualizar una relación como de los límites de compatibilidad del sistema
movimiento social y diferenciarlo de otros ti- dentro del que se encuentran situados. Los
pos de conductas colectivas y luchas. Definía al Movimientos Sociales están constituidos por
movimiento social como una acción conflictiva acciones colectivas que cumplen con la prime-
que cambiaba tanto las orientaciones cultura- ra y la segunda condición. De este modo, nos
les, como el campo de historicidad en forma de advertía, los MS no son objetos empíricos sino
organización social, definidos a la vez por nor- construcciones analíticas.
mas culturales generales y por relaciones de Esta analítica nos conduce a la búsqueda de
dominación social. Establecía tres principios: significados de las acciones, al sujeto que las
orientación cultural; control de la historicidad; genera y a situarlas en el sistema de relaciones
lucha contra la dominación social. sociales. Nos permite ubicar el conflicto como
En la misma línea, Alberto Melucci ubica- límite de toda positividad y, por lo tanto, a limi-
ba el concepto MS en el centro de una teoría tar las pretensiones positivistas de viejo cuño
procesual que recuperaba el conflicto para dar de tomar lo social, como dado, naturalizado. Se
Movimientos sociales y protestas en los mundos rurales latinoamericanos  721

comenzaban a reivindicar los mundos sociales pectos étnicos, locales, las historias políticas
y culturales, la vida cotidiana, las grandes pero producen densos y complejos modos de apari-
también las pequeñas acciones de los actores, ción de conflictos y acciones.
los grandes movimientos sociales pero tam- Y efectivamente, el fluir de procesos diver-
bién las pequeñas protestas. sos, con fuertes particularidades nacionales
Los autores europeos, entusiasmados ade- y regionales, que manifestaban las primeras
más por los acontecimientos que ocurrían en respuestas a los “nuevos tiempos”, sostenían
sus países durante los años ochenta, buscaban el temprano resquemor de Calderón. Pero
las novedades de los movimientos sociales, también, vale decirlo, se iban generando con-
a los que adjetivaron como “nuevos” y desde flictos y acciones con características descono-
sus análisis proponían una mirada descentra- cidas hasta entonces y diversos estudios em-
lizadora de las ubicaciones estructurales de píricos que los registraban desde abordajes no
los sujetos (la clase). Los Nuevos Movimientos tradicionales. Podríamos mencionar, a modo
Sociales no respondían a demandas de clases de ejemplo, el impresionante movimiento por
ni buscaban posicionarse frente o dentro del los derechos humanos que se generó desde el
“poder” entendido como estructura. Sur del continente o los insistentes intentos
Estas teorizaciones comenzaron a circular campesinos para lograr autonomía en México
por América Latina. A mediados de la déca- a través de las grandes marchas de la Coordi-
da del ochenta apareció uno de los primeros nadora Plan de Ayala a la ciudad de México
textos dedicados a la problemática: Los mo- o las primeras acciones del Movimiento Sin
vimientos sociales ante la crisis. En este Tierra en Brasil.
esfuerzo colectivo estimulado por CLACSO, Como sostiene Fox (1996) a fines de 1980,
producto de un seminario regional, el compi- el MST pasó a asumir un papel dominante en
lador del libro, Fernando Calderón, advertía las acciones más radicales y directas a favor
la inmadurez teórica de la problemática si se a la implantación de una Reforma Agraria en
consideraban las particularidades latinoame- Brasil, en tanto en México, la formación de “re-
ricanas. En la región, decía Calderón, los mo- des”, “coordinadoras” buscaban estructuras or-
vimientos no aparecen claros ni definidos: la ganizativas de tipo horizontal entre los campe-
multidimensionalidad de las relaciones, los as- sinos. En casi todos los casos aparecían otros
722 Estudios rurales y movimientos sociales. Miradas desde el Sur

actores: la Iglesia Católica, las ONG, etcétera. 1. las identidades estaban dadas por la posi-
La pregunta que rondaba entre los estudiosos ción en la estructura social;
era que “novedades” de estas acciones campe- 2. el tipo de conflicto estaba determinado por
sinas habilitaban a tratarlas como “nuevos mo- el paradigma evolucionista (feudalismo-ca-
vimientos sociales”. pitalismo; capitalismo-socialismo, etcétera);
Una pionera respuesta a tales interrogantes
3. el espacio del conflicto era la política donde
fue la de David Slater, quien en su temprano tra-
se representaban los intereses dados por la
bajo acerca de los NMS y el Estado en Améri-
ubicación económica de los agentes.
ca Latina (1985), resaltaba la mercantilización,
masificación y burocratización como rasgos
acompañantes de la globalización económica. Con la aparición de los NMS, la unidad de es-
Se colonizaban todos los espacios de la vida, tos tres aspectos del paradigma se rompería:
se mercantilizaban hasta los bienes simbólicos los actores ya no podían ser caracterizados por
y los rituales sagrados, aumentaba la burocra- su ubicación en la estructura de la producción
tización sumando a las estructuras nacionales sino que resultaban de varias posiciones, de
las internacionales, etcétera. varias ubicaciones (posiciones de sujeto en la
De este modo, sostenía Slater, aparecían conceptualización de Laclau y Mouffe, 1985).
nuevas formas de subordinación y opresión y, Las reacciones contra esta analítica dentro
simultáneamente, se ponía de manifiesto una de los estudios campesinos provenían del lado
ruptura con la idea de la constitución de una del marxismo más ortodoxo y no se hicieron
identidad social plena (la clase) que daba lugar esperar. En efecto, Tom Brass, uno de los edi-
a la representación política. Valiéndose de la tores de Journal of Peasant Studies, criticó
conceptualización de Ernesto Laclau, el autor esta posición y la consideró inaceptable para
agregaba que las nuevas luchas habían provo- los estudios de América Latina. La crítica re-
cado una crisis en tradicionales paradigmas de caía, por supuesto, en la desvalorización de la
las Ciencias Sociales, en referencia a la carac- analítica centrada en las “clases sociales” para
terización de los agentes sociales y sus conflic- caer nuevamente —según Brass— en posicio-
tos. El conflicto social, en su antigua versión, nes neopopulistas en las que se perderían las
se caracterizó por tres rasgos: dimensiones político-ideológicas (Brass, 1991).
Movimientos sociales y protestas en los mundos rurales latinoamericanos  723

A mi entender, Brass no puede compren- El debate entre marxistas ortodoxos y pos-


der (o aceptar) los nuevos modos de pensar estructuralistas pierde todo sentido intelectual
los aspectos políticos e ideológicos en las frente al avance del denominado Movimiento
acciones colectivas de los mundos rurales de Campesino (Vía Campesina entre otros), que
América Latina. Estos no se pierden sino que en realidad incluye una serie de sectores y de
se los comprende de otro modo. Las nuevas demandas que van desde los productores fami-
teorizaciones toman los conflictos que hacen liares europeos a los “consumidores concien-
a las dimensiones económicas y por lo tanto, tes” pasando por las demandas indígenas, las
parten de una ubicación de los actores en la de los trabajadores sin tierra, etcétera. Aque-
estructura agraria. Aunque haya dejado de uti- lla vieja discusión fue agotándose frente al
lizarse la clásica conceptualización marxista protagonismo de las llamadas genéricamente
(que en los mundos agrarios trajo bastantes “luchas campesinas” que en el nivel mundial
malentendidos) se ubica, se posiciona social- impactan en este nuevo milenio de un modo
mente a los sujetos. Pero a las demandas de realmente inesperado y sorprendente.
tipo social, los nuevos enfoques suman otras: El nuevo dispositivo conceptual permitió
la búsqueda por los derechos de las minorías, no solo comprender los grandes movimientos
las diferencias por género, por etnias; menor que conmueven al mundo (como Chiapas o
corrupción, mayor participación en planes de el MST) sino otras expresiones de conflictos,
gobiernos, por ejemplo. protestas, como también considerar las estra-
Además, los reclamos no provienen necesa- tegias de los actores en los niveles productivos,
riamente de una supuesta “identidad de clase”, en los mercados laborales o en el de la parti-
sino que, por ejemplo, en los “Sin Tierra” parti- cipación en las pequeñas organizaciones. Todo
cipan pobladores rurales y desocupados urba- ello nos permite vislumbrar un mundo rural
nos, o bien en movimientos tales como El Bar- activo, adaptándose o resistiendo a las nuevas
zón, en México, y las Mujeres Agropecuarias condiciones, produciendo rupturas o pequeñas
en Lucha, en Argentina, participan productores reformas o, en última instancia, buscando es-
con cierto capital (las conceptualizaciones tra- trategias urbanas o migratorias. Tales imáge-
dicionales no dudarían en ubicarlos como “pe- nes sustituyen esas otras donde una “globaliza-
queñas burguesías”). ción” o “un mercado” arrasan, inevitablemente,
724 Estudios rurales y movimientos sociales. Miradas desde el Sur

con las regiones “inviables” (como alguna vez representativas la FAA y CNFR4— son actores
las definió el Banco Mundial). relevantes en los mundos sociales del agro de
ambos países.
En un trabajo de la década del ochenta, Die-
La especificidad del Cono Sur: go Piñeiro (1985) intentó conceptualizar como
¿acciones colectivas o acciones “campesina” a la agricultura familiar de los es-
corporativas? tratos más bajos de superficie de la agricultu-
ra uruguaya y, muy influido por el trabajo de
Argentina y Uruguay fueron países de América Scott (1976), se propuso registrar las acciones
Latina donde coexistió la estancia ganadera, individuales de resistencia a la explotación ca-
de considerables extensiones, con explota- pitalista.
ciones pequeñas y medianas de tipo familiar
capitalizada, dedicadas a las agriculturas y En la medida en que su poder político no era
agroindustrias (caña, yerba, arroz, etcétera). efectivo —sostenía Piñeiro— y en la medida en
Piñeiro suele caracterizar al Uruguay como un que las organizaciones de productores tampoco
podían ser efectivas debido al contexto político
país “pastoril”, con un estancamiento relativo
reinante en el país (se refiere a las dictaduras
de este sector ganadero a partir de la crisis del militares) las formas de resistencia al nivel de
1930 (Piñeiro, 1995; 1999). Otro tanto ocurrió la unidad doméstica fueron las más relevantes.
en la misma época en la Argentina, aunque el (Ibídem: 164)
sector terrateniente pampeano siguió mante-
niendo un poder político relativo por muchas En Argentina, durante los años setenta, se
décadas más. había generado un movimiento de pequeños
En las estructuras agrarias de ambos países productores en el Norte del país: las “Ligas
se destacan los estratos de productores me- Agrarias”. Ese movimiento tuvo demandas
dios y familiares y, si bien a lo largo del siglo
el número de hectáreas promedio por explota-
ciones aumentó y el peso relativo de las explo- 4 FAA es la Federación Agraria Argentina y la CNFR
es la Comisión Nacional de Fomento Rural de Uruguay,
taciones medias y familiares disminuyó, este ambas creadas en la primera década del siglo XX (1912
tipo de productor —a través de sus entidades y 1915 respectivamente).
Movimientos sociales y protestas en los mundos rurales latinoamericanos  725

heterogéneas (tierra, precios, créditos, etcé- cimiento que conmovió al próspero país del
tera) y formas de luchas novedosas dentro “centenario”, en 1912: el Grito de Alcorta5.
de la tradición agraria argentina. Abordado Este temprano acceso a la tierra los convirtió
en los primeros momentos con analíticas en pequeños propietarios recelosos de con-
tradicionales de las Ciencias Sociales, el mo- signas de los partidos de izquierda que eran
vimiento fue objeto de muy diferentes inter- los únicos que levantaban la necesidad de una
pretaciones. Hubo quienes lo consideraban reforma agraria, partiendo del supuesto (nun-
parte de las luchas populares con alto con- ca comprobado) de que el gran terrateniente
tenido revolucionario (Ferrara; Francisco, pampeano era “un latifundista” (véase al res-
1973) o quienes calificaron esas luchas como pecto Giarracca, 1999).
movimientos de tipo populistas con reivindi- Las acciones de los campesinos “rioplaten-
caciones “pequeño-burguesas” (Bartolomé; ses” no son fácilmente comparables a las de los
Leopoldo, 1978). campesinos de Brasil, Paraguay o México. Pero
Pero en ninguno de estos dos países, los hay otro aspecto que tenemos que considerar:
pequeños productores ni sus resistencias pue- muchas de las protestas del agro de ambos paí-
den atribuirse el peso nacional que lograron
ses estuvieron, y aún hoy están, conducidas
en países como México, Brasil, Bolivia. En
por los productores —agrarios y pecuarios—
primer lugar, por el papel marginal de estos
sectores en la sociedad global de ambos paí- más grandes.
ses, dados sus altos niveles de urbanización; Es necesario, por lo tanto, diferenciar de-
en segundo lugar, porque los asentamientos mandas y orientaciones dentro de los “blo-
de los agricultores fueron el resultado de ques” que se presentan como la “protesta del
procesos de colonización (a veces conflic-
tivos) y las “reformas agrarias” no constitu- 5 El “centenario” de la Revolución de Mayo de 1810,
yeron banderas políticas. Uruguay es un país encontró al país en crecimiento y próspera inserción en
de “propietarios” y tales derechos son solo el capitalismo internacional. En 1912, los arrendatarios,
cuestionados por posiciones muy radicaliza- productores de cereales, de la provincia de Santa Fe ini-
ciaron un movimiento tendiente a lograr una mejor po-
das. En la Argentina los colonos accedieron
sición en el reparto del excedente agrario. La propiedad
a la tierra básicamente a partir de un aconte- de la tierra fue una de sus principales consignas.
726 Estudios rurales y movimientos sociales. Miradas desde el Sur

campo” tanto en Uruguay como en Argentina. como se ocupan de aclarar las entidades— en
Como sostiene Piñeiro en relación con su país: movilizaciones y paros destinados a conseguir
mejores condiciones de negociación con los
Por lo mismo que es esta la base social de la pro- funcionarios que, por otra parte, siempre los
testa, no hay reclamos de carácter estructural. No reciben en sus despachos y escuchan atenta-
se habla de los procesos regresivos en la distribu- mente los reclamos. Esas movilizaciones son
ción de la tierra, de los procesos de concentra- convocadas por las cuatro entidades del agro,
ción de los activos físicos, de políticas diferencia-
pero están hegemonizadas por la tradicional
das para los pequeños y medianos productores.
Sociedad Rural Argentina.
No se habla de la creciente extranjerización de la
tierra. Solo se reclama por los precios de los pro- A mi entender, en tales situaciones estamos
ductos, por las deudas y los impuestos que aho- en presencia de acciones corporativas, lleva-
gan al campo. Uno de los lemas de este conflicto das a cabo por las entidades con la necesaria
ha sido “rentabilidad o Muerte”. Son reclamos de capacidad de lobby para mejorar posiciones
un empresariado que quiere que se le asegure ren- relativas. Schmitter (1987) define a las accio-
tabilidad en su explotación. (1999: 25) nes de tipo corporativo como un sistema de
representación reconocido y autorizado por
En efecto, si bien en Uruguay existen reclamos el Estado, que se les ha otorgado el monopo-
de sectores subalternos del agro —pequeños lio deliberado de la representación, a cambio
horticultores, sectores empobrecidos de la de observar ciertos controles en la selección
agricultura familiar, trabajadores rurales, et- de sus dirigentes y en la articulación de las
cétera— no son ellos, como actores, quienes demandas y apoyos (1987: 10). Otra lógica im-
aparecieron en la protesta de 1999. Las deman- plícita en este tipo de representaciones es el
das empresariales, de carácter corporativas, de la homogeneidad en tanto se habla de “un
son las que se visualizan tanto en las formas campo”, “los productores”. De este modo, las
de acción como en la simbología del episodio diferencias y asimetrías internas que pujan por
de aquel año. expresarse son tapadas en aras de la búsqueda
Otro tanto ocurre en Argentina cuando se de un solo actor, un solo campo.
trata de conseguir financiaciones o cambiar los La habilidad de los sectores de grandes pro-
precios relativos sin tocar la convertibilidad — pietarios, en Uruguay y Argentina, consiste en
Movimientos sociales y protestas en los mundos rurales latinoamericanos  727

articular sus demandas con los sectores más El tipo de acción desarrollada por los distin-
golpeados por los ajustes presentando “un tos sujetos de los mundos rurales, tanto sean
campo” en peligro, una unidad donde apare- productores, trabajadores, como desocupados
cen como “iguales” los pequeños productores o comerciantes de pequeños poblados, la ca-
empobrecidos, los trabajadores sin tierra y los racterizamos como “acciones de protesta”, en-
propietarios de más de 1.000 ha o de más de tendiéndolas como una subclase de las accio-
5.000 ha en ambos países, respectivamente. nes colectivas que suponen intervenciones no
convencionales en los espacios públicos para
influir en quienes toman decisiones políticas.
La nueva protesta La protesta es un recurso político de quienes
agraria en Argentina carecen de poder para hacer conocer sus de-
mandas y se caracteriza por desarrollar formas
Defino “la nueva protesta agraria” en Argentina de acción novedosas, no ortodoxas y con obje-
como el conjunto de acciones que comienzan a table legitimidad (Della Porta y Diani, 1999). La
desplegarse e intensificarse a partir de los cam- protesta social supone el fracaso de las insti-
bios institucionales que resultaron del decreto tuciones en relación con sus capacidades para
de desregulación económica generado por la “oír, entender y resolver” los problemas de los
presidencia de Carlos Menem, en 1991 y que ciudadanos. Las acciones de protesta, dice
duró 10 años. Grossi (1989), tienen como objetivo la trans-
La medida de política económica marcó un formación de los valores políticos dominantes
límite temporal importante debido al efecto y de las reglas del juego relativas al proceso de
producido en los procesos agrarios y los mun- influencias sobre el poder (Ibídem: 41).
dos rurales. Con esta medida, se disolvieron La nueva “protesta agraria”, en Argentina,
la mayor parte de las normas regulatorias, así comenzó con grandes marchas de tipo corpora-
como las instituciones que las llevaban a cabo tivo de los gremios que representan a produc-
y que habían permitido, a partir de las primeras tores medios y pequeños. Pero, a diferencia de
décadas del siglo XX, la coexistencia de las pe- lo que ocurriera en décadas anteriores, estos
queñas y medianas explotaciones agrarias con primeros eventos estuvieron hegemonizados
la gran explotación agraria ganadera o mixta. por las entidades que nuclean a los pequeños y
728 Estudios rurales y movimientos sociales. Miradas desde el Sur

medianos productores y no intervino la Socie- Esta organización de grandes terratenientes


dad Rural Argentina. Esta situación particular (SRA) había sido protagonista principal de los
en el campo que dividía a las cuatro entidades reclamos de la década de los años ochenta, bajo
corporativas, así como la falta de coherencia la presidencia de Raúl Alfonsín y había logrado
de los dirigentes de tales organizaciones en la articular a los pequeños y medianos producto-
demanda de políticas para el sector, presagia- res a sus propios reclamos. Pero a partir del
ban lo que ocurriría durante la década. gobierno de Menem, ella se convertiría en un
Desde fines de 1991 hasta julio de 1993, se ha- núcleo económico beneficiado por las nuevas
bían registrado protestas locales como la de los medidas. A partir de 1989, las políticas públicas
fruticultores del Valle de Río Negro o la de los aparecían sesgadas a favor de grandes escalas
cañeros de Tucumán; pero la protesta se hace de producción; la pequeña y mediana produc-
visible —pública y nacionalizada— a partir de ción, comenzaban a sentir el rigor de las polí-
la marcha agraria del 27 de julio de 1993. Ese ticas neoliberales, pues las nuevas condiciones
día, los agricultores familiares de todo el país de funcionamiento les resultaban intolerables.
ganaron el espacio público de la Plaza de Mayo De todos modos, en algunos pocos momentos
y demostraron su desacuerdo con las políticas de esta década, la Sociedad Rural Argentina lle-
económicas neoliberales (véase Giarracca y vó a cabo, con las tres organizaciones corpora-
Teubal, 1993). Desfilaron con sus tractores los tivas restantes, algunos paros agrarios debido
agricultores nucleados en la Federación Agraria a que evaluó que su propia rentabilidad agraria
Argentina (FAA) y en la CONINAGRO (la fede- estaba en peligro. A partir de la devaluación
ración de tercer grado del movimiento coopera- y el reestablecimiento de los impuestos a las
tivo agrario). La voz cantante la llevó, sin dudas, exportaciones —conocidos como “retenciones
la FAA bajo la presidencia de un viejo luchador y agropecuarias”— la vieja alianza corporativista
reconocido representante del sector de los cha- se perfila nuevamente en este complicado 2002.
careros, Humberto Volando. Fue una marcha del En 1994, los agricultores familiares volvie-
campo de los agricultores y los representantes ron a ganar la Plaza de Mayo, en esa oportuni-
de las grandes empresas agrarias y agroindus- dad acompañando a todo el interior del país en
triales nucleadas básicamente en la Sociedad lo que se conoció como la “Marcha Federal”.
Rural Argentina (SRA) estuvieron ausentes. Se perfilaba de este modo la separación de la
Movimientos sociales y protestas en los mundos rurales latinoamericanos  729

Federación Agraria de la entidad de los gran- paro agrario” para ocasiones excepcionales y
des terratenientes y su alineación con la Confe- ubicar en el espacio público acciones perió-
deración de Trabajadores Argentinos (CTA). Si dicas tales como “paros de remates de tierras
bien el “modelo” en el nivel nacional aún man- endeudadas”, “cortes de ruta”, “toma de explo-
tenía cierto consenso, la ciudad capital —Bue- taciones”, “toma de tierras”, etcétera.
nos Aires— se conmocionaba con cada uno de La protesta social agraria en Argentina se in-
estos encuentros. tensificó dentro de la “protesta social nacional”
Los elementos “novedosos” de las acciones que adquiría una magnitud inesperada, en los
de los actores del campo se manifestaron en últimos años del gobierno del presidente Me-
plenitud a partir de entonces. Hizo su irrupción nem. En 1989, al comienzo de su gobierno, el
el “Movimiento de Mujeres Agropecuarias en número de “expresiones de conflictos” (medi-
Lucha”, se consolidaba la corriente interna de do por dos métodos diferentes) no sobrepasó
FAA “Chacareros Federados”, la organización los 200 por año pero, a partir de 1997, según las
“Movimiento Campesino de Santiago del Este- mismas fuentes, trepó a las casi 600 expresio-
ro” (MOCASE) lograba una importante conso- nes de conflictos por año. La intensidad y regu-
lidación, comenzaban algunos cortes de ruta laridad de los conflictos permiten caracterizar-
en varias provincias, volvieron a expresarse en los como “un ciclo de protesta”, en el que, aún
huelgas de alcance provincial algunos trabaja- hoy, el país está inmerso. Durante este período
dores rurales y comenzaban a manifestarse los aparecieron la “Carpa Blanca” de los docentes,
reclamos de los pueblos indios. los “escraches” a violadores de los derechos
A nuestro entender, la “novedad” de la pro- humanos, los cortes de las rutas estratégicas
testa reside, en primer lugar, en la aparición o en el nivel de la comunicación nacional don-
el fortalecimiento de las organizaciones que de desocupados agrarios y pequeños poblados
nuclean a pequeños y medianos agricultores, urbanos se convirtieron en “fogoneros y pique-
campesinos, trabajadores rurales, pueblos in- teros” (véase Giarracca y Gras, 2001), los “apa-
dios. Es decir, se trata de sectores subalternos gones” y muchas nuevas formas de acción.
muy castigados por las políticas neoliberales. En tal escenario de protesta, las acciones
En segundo lugar aparece tal repertorio de ac- de los agricultores familiares, los conflictos de
ciones que permite reservar la “marcha” o “el poblaciones indígenas para recuperar sus tie-
730 Estudios rurales y movimientos sociales. Miradas desde el Sur

rras, las nuevas articulaciones de los pobres Cuadro N° 1


del campo con los de los centros urbanos (en Tipos de sujetos participantes en la protesta
agrorrural 1997-1999 (%)
una marcha de 1998), las acciones de las “cha-
careras” endeudadas que decidieron no perder Sujetos sociales
1997 1998 1999 Total
sus tierras, de los campesinos que resistían / año
desalojos de viejos y nuevos terratenientes, las Productores
30.8 40.9 51.7 42.5
“caravanas” de los pueblos indios, cobraron un agrarios
sentido que los diferenciaba claramente de las Trabajadores
6.3 0.9 1.3 2.5
acciones corporativas que cada tanto, aún, lle- Rurales

van las cuatro entidades corporativas pivotea- Trabajadores


11.9 6.5 10.6 9.5
das por la Sociedad Rural Argentina. Agroindustriales

En 1998, durante una marcha a la Plaza de Aborígenes 8.0 8.8 7.6 7.4

Mayo que se llevó a cabo unos pocos días des- Desocupados 21.4 19.1 5.9 14.6
pués de inaugurarse la tradicional exposición Otros 21.6 23.8 22.1 24.5
de la Sociedad Rural Argentina en el centro de Total 100.0 100.0 100.0 100.0
la ciudad, se acuñó la consigna “el otro cam- (159) (215) (236) (610)
po”. En su discurso inaugural el presidente de Fuente: Banco de datos del Grupo de Estudios Rura-
la SRA había sostenido “este es el campo”. les, UBA.
Los datos sobre protestas registrados duran-
te los tres últimos años del siglo XX por una Es interesante observar que el sujeto más im-
investigación que llevamos a cabo en la Univer- portante de las protestas fueron los “producto-
sidad de Buenos Aires, dan cuenta de dos tipos res agrarios”, lo cual marca claramente la cri-
de fenómenos: acciones de sujetos del sector sis sin solución institucional del sector. Luego
agrario (productores, trabajadores, etcétera) tienen peso los “desocupados” y en tercer lugar
y, en segundo lugar, acciones en zonas de baja aparecen los reclamos de los trabajadores (aun-
urbanización afectadas por las crisis del sector que sumáramos rurales y agroindustriales).
primario, llevadas a cabo por sujetos no nece-
sariamente agrarios (desocupados de ingenios,
docentes, etcétera).
Movimientos sociales y protestas en los mundos rurales latinoamericanos  731

Cuadro N° 2 desocupados junto a otras dirigidas a obte-


Formas de acción de las protestas agrorrurales, ner mayor autonomía, mayores inserciones
1997-1999 (%)
como ciudadanos en la vida política y, la más
Formas de acción 1997 1998 1999 Total importante, el derecho a la existencia como
Movilizaciones 15,3 16,6 17,2 16,5 actores económicos y sociales diferentes a la
Cortes de ruta 33,3 7,6 22,3 19,9
supuesta “producción a gran escala” que repi-
te el discurso oficial como “única salida”. En
Ocupaciones 3,3 9,0 10,3 8,1
todos ellos aparece un fuerte discurso acerca
Asambleas, plenarios,
reuniones abiertas
19,3 35,5 12,2 23,1 de una “identidad amenazada” que viene de
Petitorios e
orígenes étnicos (a veces en discusión, véase
intimaciones
18,0 16,1 19,7 21,2 Domínguez y Mariotti, 2000), del género —“las
Otros (repudios, accio-
mujeres chacareras”—, o de ser parte de la
nes judiciales, desobe- 10,8 15,2 16,3 11,2 descendencia de aquellos que poblaron unas
diencia civil, etcétera) tierras vacías en los comienzos del siglo XX y
Total 100,0 100,0 100,0 100,0 crearon pueblos y mundos sociales.
(161) (215) (194) (569)

Fuente: Banco de datos del Grupo de Estudios Rura-


les, UBA. Algunas reflexiones finales
Como vemos en el Cuadro N° 2, las “movili- En este trabajo, me propuse reflexionar acerca
zaciones” y los “cortes de Rutas” fueron las de las acciones colectivas en los mundos agra-
formas más frecuentes de protestar. En 1997 rios y rurales de América Latina. Propuse pen-
los cortes de ruta se impusieron como for- sar esta nueva etapa, difícil y compleja, para
ma de acción, es el año de Cutral-Co y de la las poblaciones rurales desde las conceptuali-
muerte de Teresa Rodríguez. Sin duda, esta- zaciones de una Sociología de los movimientos
mos frente a un nuevo tipo de protesta (en el sociales que recupere al sujeto su capacidad
escenario de la protesta social nacional) que agencial, pero también que recupere al investi-
incluye demandas sectoriales de campesinos, gador como “intérprete” de significados y senti-
“chacareros”, pueblos indios, trabajadores dos de los actores y sus producciones.
732 Estudios rurales y movimientos sociales. Miradas desde el Sur

Para iluminar en términos comparativos la que tradicionalmente se han conceptualizado


nueva propuesta teórico-metodológica, dedi- como “movimientos sociales”, “acciones colec-
qué algún espacio a recordar los paradigmas vi- tivas”, o en ocasiones como “revoluciones” y
gentes hasta fines de los setenta que abordaron las “contrarrevoluciones” o “contrarreformas”.
los movimientos campesinos desde la centra- Estamos en un nivel donde lo que está en juego
lidad del capitalismo y los modos para lograr es el sistema institucionalizado y las condicio-
transformaciones revolucionarias. El referente nes de posibilidad para modificarlo; la acción
clásico fue “la clase obrera” y, a partir de allí, se “en los límites de compatibilidad del sistema”
trabajaba acerca de la baja “clasicidad” de los como suele sostener Melucci.
sectores campesinos. Los movimientos sociales, sus actores, sus
En las nuevas ontologías sociales post-es- organizaciones son constructos sociales de difí-
tructuralistas que reabrieron la discusión de cil y compleja creación. El principal interrogan-
“la acción social”, los denominados estudios te de las Ciencias Sociales en relación con ellos,
de Movimientos Sociales (MS) tuvo un papel gira acerca de las condiciones de posibilidad
central. La perspectiva de los MS permite con- positiva para que tal cosa ocurra. No se trata
siderar los procesos de institucionalización y de “conocer” a los “movimientos u organizacio-
de cambios de los órdenes sociales. Melucci nes” (como si fuesen entidades empíricas), sino
sostiene que tanto las “acciones colectivas” de analizar hasta qué punto ellos logran formar-
como los “movimientos sociales” son niveles se como tales. Y en esta tarea es imprescindible
analíticos de la acción y no entidades empíri- orientarse a las dislocaciones de aquellas iden-
cas, (y esto es importante remarcarlo). Por su tidades sociales que aparecían como plenas,
parte, Buechler y Kurt Cylke (1997) sostienen que no es otra cosa que el momento de expan-
que muchas corrientes sociológicas están de sión de la conflictualidad social. El momento en
acuerdo en que la sociedad es una creación que las dislocaciones ponen en acto el carácter
social de la gente que luego, con frecuencia, contingente de aquello que se nos presentaba
olvida esta acción y “naturaliza” tales construc- como pleno, necesario y hasta cierto punto de-
ciones, las da por dadas. En el fondo de todo terminante. De allí además, la importancia que
“orden social” hay un momento de ruptura, de adquieren las nuevas acciones de protesta en
des-orden producido por acciones disruptoras, escenarios políticos como el de Argentina.
Movimientos sociales y protestas en los mundos rurales latinoamericanos  733

Las acciones colectivas o movimientos so- En la protesta social agraria traté de diferen-
ciales pueden derivar en nuevas instituciona- ciar los eventos iniciados por las viejas alian-
lizaciones que contengan nuevos derechos, zas, con demandas de tipo corporativas, de “la
nuevos espacios democratizadores. No obs- nueva protesta” (véase Alonso et al., 1999; GER,
tante los cambios institucionales también pue- 1999). Nuevos actores (mujeres en un mundo
den provenir de los sectores más poderosos y rural fuertemente patriarcal, “pueblos indios”
orientarse a anular “derechos sociales” ante- en un país de fuerte ascendencia europea; por
riormente conquistados como muy bien lo han ej.); nuevos repertorios de acciones; nuevas de-
demostrado varios gobiernos de corte “neoli- mandas y los intentos de construcción de redes
beral” en los últimos años. horizontales entre ellos y con los movimientos
En estos escenarios de fuertes cambios ins- campesinos de América Latina, nos habilita a
titucionales que desatan conflictos entre los sostener que estamos en presencia de un nuevo
sectores económicos concentrados, es necesa- tipo de protesta social.
rio diferenciar “acciones colectivas”, con inten- Esta “novedad” del mundo social agrario
ciones democratizadoras, de las “acciones cor- argentino difiere de la situación uruguaya. Si
porativas”, tendientes a defender privilegios e bien allá los sectores subalternos están arrin-
intereses económicos. conados por el discurso neoliberal y tienen
En el Sur de América Latina, sobre todo en problemas graves, la protesta de 1999 estuvo
la Argentina, después de un período en el cual hegemonizada por los sectores más fuertes.
el discurso de “la única salida” había logrado Más que derechos reclaman privilegios, como
convertirse en hegemónico (“sentido común”), ocurre también con la SRA en Argentina. En la
se abrió un período de grandes protestas y de protesta uruguaya se manifestó “un solo cam-
nuevas e importantes acciones del movimiento po” y en Argentina se construyó un espacio de
social por los derechos humanos. En relación conflictos para “otro campo”. Esa “otra situa-
con la protesta nacional, los análisis dan cuen- ción” argentina es una condición de posibilidad
ta de la diversidad de actores, de formas de ac- positiva para la formación de un movimiento
ción, de demandas, de niveles de organización social. Y, por ahora, esta es una importante di-
(véase Schuster, 1999; Scribano, 1999; Iñigo ferencia con Uruguay.
Carreras, 1997).
734 Estudios rurales y movimientos sociales. Miradas desde el Sur

Bibliografía Ferrara, F. 1973 Qué son las ligas agrarias


(Buenos Aires: Siglo XXI).
Alavi, H. 1976 Las clases campesinas y Fox, J. 1996 “A política e as novas formas de
las lealtades primordiales (México DF: organização camponesa na América Latina”
Anagrama). en Navarro, Z. (coord.) Política, protesto e
Brass, T. 1991 “Moral Economists, subalterns, cidadania no campo (Porto Alegre: Editora
new social movements, and the (re-) da Universidade, UFRGS).
emergence of a (post-) modernised (middle) Giarracca, N. y Gras, C. 2001 “Conflictos y
peasant” en Journal of Peasant Studies protestas en Argentina de finales del siglo
(Londres) V. 18, N° 2. XX con especial referencia a los escenarios
Buechler, S. y Cylke Jr., F. K. 1997 Social regionales y rurales” en Giarracca, N.
movements: perspectives and issues (comp.) La protesta social en la Argentina.
(Houston: Mayfield Publishing Company). Transformaciones económicas y crisis
Calderón, F. 1986 Los movimientos sociales social en el interior del país (Buenos Aires:
ante la crisis (México DF: UNU). Alianza).
Carrera, N. I. y Cotarelo, M. C. 1997 “Las Giarracca, N. y Teubal, M. 1997 “El
formas que toma la lucha social en la movimiento de mujeres agropecuarias
Argentina actual” en Cuadernos del Sur en lucha: las mujeres en la protesta rural
(Buenos Aires). en la Argentina” en Realidad Económica
Carrera, N. I. y Cotarelo, M. C. s/f “Relaciones (Buenos Aires) N° 150.
de fuerzas en la Argentina actual. (De los 60 Giarracca, N.; Teubal, M. y Domínguez, D.
a los 90)”, ponencia. 2001 “El Foro Social Mundial: un paso más
De Janvry, A. et al. 1989 “Land and labour in Latin para “otro mundo posible” en Giarracca, N.
American Agriculture from 1950 to 1980” en (comp.) La protesta social en la Argentina:
Journal of Peasant Studies, V. 16, N° 3. transformaciones económicas y crisis
Domínguez, D. y Mariotti, D. 2000 “Nuevas social en el interior del país (Buenos Aires:
dinámicas de acción en el conflicto por Alianza).
la tierra” en Revista de Comunicación Giddens, A. 1995 La constitución de la
Popular WAYRURO, internet. sociedad (Buenos Aires: Amorrortu).
Movimientos sociales y protestas en los mundos rurales latinoamericanos  735

Golsberg, C. 1999 “El movimiento agrario del Mercosur”, ponencia presentada al IX


de misiones en un escenario en Congreso Brasileño de Sociología (Porto
transformación”, tesis de grado (Buenos Alegre: UFRGS).
Aires: Universidad de Buenos Aires, Schuster, F. 1996 “Protestas sociales en
Facultad de Agronomía). la Argentina: 1989-1996” en Informe
Grossi, M. 1989 “El cuestionamiento de la Anual sobre la situación de los Derechos
política partidaria: los movimientos de base Humanos en la Argentina (Buenos Aires:
en el Brasil” en Crítica & Utopía, Revista CELS).
Latinoamericana de Ciencias Sociales Schuster, F. 1998 Social protest in
(Buenos Aires). contemporary Argentina: Is there
Hobsbawm, E. 1976 Los campesinos y la anything new? (Buenos Aires: Universidad
política (México DF: Anagrama). de Buenos Aires) copia fotostática.
Laclau, E. 1993 Nuevas reflexiones sobre la Scribano, A. 1999 “Argentina cortada: cortes
revolución de nuestro tiempo (Buenos de ruta y visibilidad, el contexto del
Aires: Nueva Visión). ajuste” en López Maya, M. (ed.) Lucha
Melucci, A. 1980 “The new social movements: popular, democracia, neoliberalismo:
a theoretical approach” en Social Science protesta popular en América Latina
Information, N° 192. en los años del ajuste (Caracas: Nueva
Melucci, A. 1989 Sistema politico, partiti e Sociedad).
movimenti sociali (Milán: Feltrinelli). Scribano, A. s/f Los otros, nosotros, y ellos:
Piñeiro, D. 1985 Formas de resistencia de la hacia una caracterización de las prácticas
agricultura familiar (Montevideo: CIESU). políticas en contextos de exclusión (s/d)
Piñeiro, D. 1998 “Cambios y permanencias copia fotostática.
en el agro uruguayo” en Giarracca, N. y Shanin, T. 1966 Peasants and Peasants
Cloquell, S. (comps.) Agriculturas del Societies (Londres: Penguin Books).
Mercosur: el papel de los actores sociales Slater, D. 1985 “Social Movements and a
(Buenos Aires: La Colmena). recasting of political” en Slater, D. (ed.)
Piñeiro, D. 1999 “Las organizaciones de New Social Movements and the State in
trabajadores y empresarios y los vaivenes Latin American (Ámsterdam: CEDLA).
736 Estudios rurales y movimientos sociales. Miradas desde el Sur

Tarrow, S. 1997 El poder en movimiento. Los


movimientos sociales, la acción colectiva
y la política (Buenos Aires: Alianza
Universidad).
Touraine, A. 1988 La parole et le sang (París:
Odile Jacob).
El “Movimiento de Mujeres
Agropecuarias en Lucha”
Protesta agraria y género durante
el último lustro en Argentina*

“…Nadie pudo ver nunca la incesante morada bezadas por mujeres que son “jefe de explota-
donde todo repite nuestros nombres más allá de ción”. Pero esta proporción aumenta cuando
la tierra. consideramos a las “mujeres ocupadas en las
Mas nosotros sabemos que ella existe, como tareas agropecuarias” (17,34% de la PEA rural),
nosotros mismos.
y más aún cuando solo se toma la categoría
Por el deseo de volver a vivir, entre el afán del
“trabajadores familiares del productor”, don-
polvo
y la tristeza de aquello que quisimos…”. de la proporción de mujeres llega casi al tercio
(Biaggi, 1998).
Olga Orozco (poeta pampeana), La casa Los trabajos históricos muestran a las muje-
res criollas o indias, anteriores a la expansión
capitalista y a la colonización europea, como
Introducción activas compañeras de los gauchos trashuman-
tes: “…como una integrante permanente del
En el último Censo Nacional Agropecuario de grupo […] y no como una simple y ocasional
1988, el 11% de las explotaciones figuran enca- visitante…” (Vedoya, 1975). Esta situación se
modifica con la expansión de la agricultura a
partir de la segunda mitad del siglo XIX, mo-
* Giarracca, N. 2001 “El ‘Movimiento de Mujeres mento que coincide con el comienzo de la colo-
Agropecuarias en Lucha’: protesta agraria y género
durante el último lustro en Argentina” en Giarracca, N.
nización europea. A partir de entonces, el dis-
(coord.) ¿Una nueva ruralidad en América Latina? curso “agrarista”, orientado a los colonos, se
(Buenos Aires: CLACSO-ASDI). centró en la necesidad de la extensión técnica
738 Estudios rurales y movimientos sociales. Miradas desde el Sur

(extraída de los países europeos) y en ciertos sector de colonos de una región vecina pero
valores de austeridad y laboriosidad familiar marginal en cuanto a la productividad de la
dentro del hogar, especialmente dedicado a las rica Región Pampeana, productora de cereales
mujeres (Diodati y Fernández, 1998). y ganado vacuno.
Durante este siglo las mujeres del campo Es importante señalar que la organización
ocuparon espacios sociales anteriormente de- surge en un mundo rural “pampeano” tradicio-
dicados solo a los hombres, sobre todo en las nalmente masculino: irrumpen con modos de
cooperativas y, a partir de 1980, en programas acción novedosos y transgresores, como por
gubernamentales dedicados a estimular su par- ejemplo impedir una acción judicial. Lo hacen
ticipación. Lograron también algunos cargos con un discurso que se radicaliza, y que marca
en sindicatos de trabajadores rurales donde la discontinuidades con las acciones de protes-
proporción de mujeres era significativa, como ta social agrarias previas, y establece nuevas
el de embalaje y empacado de frutas de la re- alianzas desde un inicio al incluirse en el movi-
gión Sur del país (Bendini y Bonaccorsi, 1998). miento social de las mujeres. Estas caracterís-
Pero el espacio gremial de los agricultores es- ticas habilitan para pensarlo no solo como “un
tuvo, hasta 1995, reservado para los hombres, enfrentamiento” coyuntural, sino como “accio-
y en esto no hubo ninguna excepción: desde nes colectivas” (que podrían derivar en un mo-
la Sociedad Rural Argentina (representación vimiento social o ser parte de él), las cuales se
gremial de los grandes terratenientes pampea- conectarían tanto al mundo rural como al mo-
nos) hasta las radicalizadas Ligas Agrarias, que vimiento social de las mujeres de los noventa.
agruparon a campesinos y colonos del Norte En sus estudios acerca de las acciones de
durante los años setenta. protesta, Charles Tilly (1986) caracteriza al
En este trabajo reflexionamos acerca de “enfrentamiento” como una acción colectiva
un movimiento agrario iniciado y constituido discontinua a favor de los propios intereses.
por mujeres, esposas de pequeños y medianos En el caso de MML hay un intento de generar
agricultores o bien ellas mismas agricultoras. un nuevo sujeto social, de producir nuevos sen-
Este movimiento se denomina Movimiento tidos que dan cuenta de un conflicto que, más
de Mujeres Agropecuarias en Lucha (MML), y allá del reclamo puntual —parar los remates
surgió en 1995 de la acción espontánea de un de los campos—, muestra un problema cultu-
El “Movimiento de Mujeres Agropecuarias en Lucha”  739

ral del país de hoy: la posibilidad o imposibi- mitaban a parar los remates judiciales de otros
lidad de seguir viviendo en el campo o en las agricultores endeudados, su visibilidad pública
zonas rurales como lo hicieron los padres o los volvió a aumentar considerablemente con mar-
abuelos de las protagonistas. Dicho en otras chas, apariciones en los medios, etcétera.
palabras, el conflicto enuncia la tensión entre A nuestro entender, esta mayor visibilidad
la posibilidad de persistencia o la desaparición del MML desde fines de 1998 se relaciona con
de la “explotación agraria familiar capitaliza- dos situaciones: a. un aumento de la protesta
da”, con todas las consecuencias culturales que social general del país que se repite en los años
esta aporía implica. de elecciones nacionales importantes; b. un as-
Estos rasgos alientan a pensar el MML en el pecto intrínseco al MML que tiene que ver con
marco analítico que ofrecen los estudios de los su expansión tanto territorial como en el nivel
“nuevos movimientos sociales”. Sin embargo, del fortalecimiento de la organización.
hemos optado por no establecer denomina- En efecto, después del período de emergen-
ciones que indiquen puntos de partida, y por cia, que fue de alta visibilidad pública, siguie-
tratar de lograr la reconstrucción y el sentido ron otros tiempos donde se reforzaron las soli-
de las acciones mismas que emprendieron es- daridades y se crearon nuevos códigos que per-
tas mujeres partiendo del concepto más gene- mitieron desarrollar prácticas comunes. En ese
ral de “acciones colectivas”. Como sostiene otro momento —de latencia, como otro polo
Melucci (1992), tenemos que precavernos de de la misma acción (Melucci, 1984)— se bus-
caer en la concepción frecuente de un sentido có armar las redes que sostendrían ese primer
común que observa una unidad precisamente “mensaje” lanzado en el momento fundacional.
allí donde ella debe ser investigada. El proble- En los comienzos del 2000, a un poco más
ma es cómo este “nosotras” que aparece en los de cuatro años de sus primeras apariciones, no
relatos se convirtió en “nosotras”, cómo y por solo cuentan con la personería jurídica que las
qué un agregado social llegó a la definición de habilita como organización gremial, con una
sí mismo como un colectivo capaz de actuar amplia expansión en el nivel territorial y una
como grupo. metodología de acción (códigos) que las iden-
En los últimos años del siglo XX, después de tifica en todo el país, sino que son reconocidas
un tiempo en el que las acciones del MML se li- como un actor de peso en el gremialismo agra-
740 Estudios rurales y movimientos sociales. Miradas desde el Sur

rio nacional, que siempre se caracterizó por es- taleció necesariamente al MML como “actor”.
tar conformado por hombres. Sin embargo, este primer paso de “expansión”
En el análisis de la organización recurrimos facilitó un proceso de identificación, una inte-
a las dirigentes y participantes del movimiento gración simbólica de estos colonos (o mejor
como sujetos sociales, con prácticas, conoci- dicho de estas mujeres), cuyas voces no habían
mientos, calificaciones, deseos y motivaciones sido recogidas por los otros actores gremiales.
que las habilitan a traspasar los límites mar- Este fue un primer e importante paso.
cados por las restricciones, y situarse con sus Cuando pensamos en el concepto “fortale-
demandas y métodos de acción en el escena- cimiento” (empowerment en la conceptuali-
rio de la protesta nacional, y por lo tanto en el zación anglosajona), aparece en primer lugar
espacio de la política. En tal sentido nos cen- el interrogante de Tarrow (1997) en su funda-
traremos en las capacidades agenciales (en el mental análisis sobre el tema: ¿cuáles son las
sentido de Giddens, 1984) que habilitan al MML circunstancias en las que surge el poder de
a intervenir como “actor” en un curso de acon- los movimientos? Tarrow se orienta hacia las
tecimientos o en un estado de cosas. Este pre- “oportunidades políticas” que organizan nue-
supuesto teórico que enuncia la relación entre vas oleadas y dan formas a sus despliegues.
la capacidad agencial y el poder precede a cual- Cuestiones como las tradiciones políticas, la
quier ubicación socioeconómica que formule- tolerancia de las elites, los niveles de apertura
mos para comprender al movimiento. y cierre de posibilidades políticas, el proce-
El proceso de expansión territorial y el for- so de democratización en Argentina, etcéte-
talecimiento del movimiento no son dos pro- ra, tienen una importancia fundamental para
cesos que se dan de modos necesariamente dar cuenta del poder en las organizaciones.
correlativos. Desde los comienzos mismos del Sin dejar de tomarlos en consideración, res-
MML aparecieron colonos en situaciones pare- catamos otros aspectos relacionados con el
cidas a las de las “pioneras”, quienes empeza- fortalecimiento de las propias acciones de las
ron a comunicarse telefónicamente con ellas primeras participantes.
dispuestos a iniciar el mismo tipo de acciones. El “poder” es un atributo de toda relación so-
La expansión territorial siguió el impulso es- cial, un proceso por el cual, en nuestro caso, las
pontáneo de los primeros momentos, y no for- pioneras se percibieron como capaces de ocu-
El “Movimiento de Mujeres Agropecuarias en Lucha”  741

par espacios públicos, y sobre todo de ocupar En un primer momento desarrollaremos las
aquellos lugares donde se toman las decisiones demandas originales del MML, y luego nos de-
que hacen a sus problemáticas económicas, so- dicaremos a la extensión y al fortalecimiento
ciales y culturales. Ellas se fueron fortalecien- del movimiento, marcando en especial las for-
do a medida que desplegaban acciones que las maciones de redes sociales y las situaciones de
convertían en “más capaces y cognoscentes”. encuentros.
Desde esta concepción del “poder”, y toman-
do las ideas de Pettersen y Solbakken (1998),
“fortalecimiento” significa un proceso en el Los orígenes del movimiento
cual personas, organizaciones o grupos:
–– adquieren conocimientos de dinámicas de Casi un año después de la Marcha Federal de
poder trabajando en sus diferentes contex- 1994 (en la que participaron todas las provin-
tos de vida; cias dirigiéndose a la ciudad capital), y con un
–– desarrollan habilidades y capacidades para gobierno nacional recién reelecto (Menem fue
ganar un razonable control sobre sus vidas; reelecto el 15 de mayo de 1995), los periódicos
–– ejercen ese control sin infringir los derechos de la provincia de La Pampa alertaban acer-
de los otros; ca del riesgo que corrían los establecimientos
agropecuarios cuyas deudas seguían un trá-
–– apoyan el fortalecimiento de otros en la co- mite que derivaría en la acción judicial. Los
munidad. dirigentes agropecuarios locales transmitían
muy poco optimismo acerca de las posibles
En tal sentido, “poder” y “fortalecimiento” es- negociaciones: no habían tenido éxito en los
tán fuertemente relacionados con el “conoci- tiempos de campaña política preelectoral, me-
miento” en sentido amplio, que incluye tanto nos aún —argumentaban— lo conseguirían
los conocimientos prácticos como los técnicos, después del triunfo político alcanzado por el
pero también los “autoconocimientos” y aque- presidente Menem (50% de los votos). El re-
llos otros que habilitan para tomar decisiones mate de las explotaciones agropecuarias se
y optar. Aquellos que según Giddens (1991) dan convertía en una amenaza real para los cam-
sostén a las opciones de vida (políticas de vida). pos hipotecados.
742 Estudios rurales y movimientos sociales. Miradas desde el Sur

La zona elegida para comenzar los remates fue Lucy de Cornelis no se cansa de decir que se
Winifreda, una localidad situada a 45 kilómetros endeudaron porque le creyeron al ex-presiden-
de Santa Rosa, la capital de la provincia de La te Menem cuando prometía que aquellos que
Pampa. Es una localidad fundada sobre los cam- incorporaran tecnología y aumentaran la pro-
pos de un británico que murió en 1924, y cuyos ducción recibirían todo el apoyo del gobierno.
herederos —dentro de los cuales estaba su hija No fue así. Las variables manejadas por el Mi-
Winifreda— arrendaron y vendieron a colonos nisterio de Economía —a pesar de incorporar
alemanes, franceses, rusos, españoles e italianos. tecnologías— los dejaron fuera de los márge-
La zona no está dentro de la rica pampa húme- nes de ganancia e inversión.
da, y la lluvia, por falta o demasía, siempre fue un Se dio comienzo a los remates, pero los ta-
problema. El Ferrocarril Oeste los conectaba con sadores del Banco de la Provincia de La Pampa
el puerto de Buenos Aires, y en muchos casos no se imaginaban que en la explotación de los
con la posibilidad de que el migrante recuperara Cornelis sería la esposa del propietario, Lucy,
a una familia que había quedado en Europa. la que no aceptaría la práctica judicial y se lan-
En el momento en que se inicia el MML, Wi- zaría a una acción llevada por la desesperación,
nifreda tenía una característica inusual en es- que terminaría convocando a muchas otras
tos pueblos rurales de Argentina: el gobierno mujeres y poniéndolos en apuros. En efecto,
y la justicia estaban en manos de dos jóvenes cuando el martillero empezó su tarea, Lucy sa-
mujeres, que habían sido electas como Inten- lió de su casa y acudió a los medios. En la FM
dente (alcalde local) y Juez de Paz (encargada local (radio) contó lo que estaba ocurriendo, y
de legalizar nacimientos, casamientos, defun- muchas otras familias, que estaban o no en la
ciones, etcétera). misma situación que los Cornelis, acudieron al
El primer intento de remate se llevó a cabo llamado e impidieron el remate.
precisamente en Winifreda, en una explotación El esposo de Lucy había tenido actuación
propiedad de un matrimonio descendiente de política en el Partido Radical. Sin embargo, la
franceses él, y de españoles y sirios ella. La ex- reacción no salió de él porque, como dice ella,
plotación fue heredada del padre francés a fi- es de la clase de hombres que piensa que una
nes de los setenta, y sostenida y expandida con deuda siempre se debe pagar. La que salió fue
mucho sacrificio por la familia Cornelis. Lucy, y según ella no fue una acción premedi-
El “Movimiento de Mujeres Agropecuarias en Lucha”  743

tada: cuando los tasadores iniciaron su trabajo, No había nada que predijera que estas accio-
fue presa de un ataque de furia tal que decidió nes sucederían (aun cuando a posteriori algunos
salir de la casa y dirigirse a la radio local. Había quieren creer “que estaba todo armado”). Podrían
un clima que predisponía a creer que la apela- no haber sucedido. Esta acción inicial fue una
ción tendría resultados. Era el primero de una contingencia. Estas creaciones de propósitos de
larga lista de remates en carpeta, pero fue el una acción colectiva suponen no solo esquemas
primer llamado en una población que a esas ho- de conocimientos, reconocimientos y moviliza-
ras estaba en pleno trabajo agrícola y de la que ción de los recursos con los que se cuenta, sino
no se conocían reacciones conflictivas. también densas interacciones e intercambios
Es importante el reconocimiento y moviliza- emocionales y afectivos (Melucci, 1992: 224).
ción de los recursos que utilizó Lucy: la radio, Joaquina Moreno, una viuda sin hijos de 65
apelar a sus pares, poner la situación en un lí- años que es otra de las dirigentes del MML,
mite tal que apareciera la posibilidad de la “ac- organiza y gestiona su campo con una proli-
ción social” como eficaz. jidad financiera sorprendente. Sabe que las
Lo que querríamos remarcar en estos oríge- deudas solo sirvieron para comenzar un mo-
nes es que no hubo en esta protagonista una vimiento cuyos propósitos están construyen-
lógica de “medio-fines”, una “acción racional” do entre todas.
que le llevara a medir medios y fines. El propó-
sito de la acción fue generado por ella misma, y …Mi papá vino de España en 1908 cuando tenía 13
en el sentido que ella y los otros fueron atribu- años, lo mandaron solo para acá, empezó de peon-
yendo a estas acciones aparecen los limitantes cito […] logró arrendar un campo un poco antes
institucionales (la acción jurídica que se pue- de que yo naciera, 100 hectáreas, en una gran ex-
plotación de 400 mil hectáreas. […] Con el cambio
de posponer pero no anular), las condiciones
del ‘45 [se refiere al advenimiento del peronismo
macro-económicas donde operan las fincas, y
en 1945] se les obligó a los propietarios a recono-
aparece también —y esto es lo importante de cer algunos derechos a los arrendatarios. Se les
señalar— la capacidad de invención de Lucy dio a los arrendatarios la posibilidad de comprar
como sujeto, su capacidad de iniciar una ac- […] mi padre compró 150 ha. Yo heredé ese cam-
ción que derivaría en una situación inexistente po […] me casé con un periodista mendocino, era
en el momento previo. un “tipo” que podía estar en el campo sin salir […]
744 Estudios rurales y movimientos sociales. Miradas desde el Sur

como yo, nos gustaba esta vida, no nos importaba sión se hizo en base a un productor por cada pue-
nada del mundo, mi marido falleció hace 6 años. blo, de Trenel (su pueblo) estaba yo sola. Todas ha-
[…] Nos fue bien, desde chiquita fui progresando blamos, cada “chica” fue exponiendo su problema,
despacito con mi trabajo, por supuesto con las de- todas estaban por las deudas. Estaban un poquito
bidas limitaciones y fui progresando casualmen- “crudas” (se refiere a poco entrenadas en la acción
te hasta 1989. De entonces para acá me voy para gremial) y entonces yo expuse el problema de to-
atrás rápidamente… dos, porque la deuda no viene porque sí, la deuda
era una consecuencia ¿eh? el origen de la deuda
A comienzos de junio de 1995 se realizó la pri- era la falta de políticas agropecuarias adecuadas.
mera asamblea. El diario provincial La Arena A la gente le gustó […] no era una cosa del otro
afirma: “…Con la sencillez de quien solo sabe mundo, era lo que todo el mundo sabe, siente por
su situación. Y entonces dijimos, qué hacemos, va-
de trabajo, con palabras simples, y en algunos
mos a ver al gobernador, vamos a ver a “fulano”
casos hasta con lágrimas en los ojos, las mu-
y ahí empezó todo. […] Y bueno, fuimos, tuvimos
jeres agropecuarias autoconvocadas en asam- una entrevista con el gobernador. El movimiento
blea, ayer en Winifreda, expusieron sin tapu- estaba recién iniciado […] o sea en esa primera
jos la difícil realidad del campo pampeano…” asamblea se originó la idea de elaborar un petito-
(La Arena, 4-6-1995). En estos primeros mo- rio para llevárselo al gobernador y fuimos 10 seño-
mentos, el movimiento contó con las simpa- ras. Y estaba el ministro de Asuntos Agrarios de
tías de la prensa y de la población en general. la provincia, quien “se metió” conmigo (inició un
Incluso, el gobernador de la provincia de La diálogo descortés con ella); yo daba ejemplos de
Pampa, cuando días después le acercaron el la desvalorización de los novillos y me quiso hacer
petitorio, se mostró comprensivo y prometió callar porque creía que yo no sabía nada, pero se
metió mal porque yo tenía datos precisos. Bueno el
“revisar caso por caso” los endeudamientos.
gobernador nos atendió bien, lo invitamos a poner-
Ellas se sintieron complacidas de tales res-
se al frente de nuestros reclamos, así que ahora no
puestas, creyeron que las soluciones llegarían diga que vamos en contra de él. Bueno no quiso, se
pronto. Así recuerda Joaquina Moreno la asam- “jodió” (él perdió la oportunidad de comprender).
blea y la entrevista con el gobernador: Siempre dicen “La Pampa está linda”, La Pampa
está linda en apariencia. En La Pampa hay medio
…La asamblea era grande esa vez. En Winifreda millar de vacas menos que hace 6 o 7 años….
había como 300 personas por lo menos y la Comi-
El “Movimiento de Mujeres Agropecuarias en Lucha”  745

Tanto del relato de las protagonistas como del entre las mujeres agropecuarias y las autori-
registro periodístico de la época de esos pri- dades provinciales. Solo unos días después de
meros momentos, se puede inferir la importan- la entrevista con el gobernador y de escuchar
cia de la primera acción de Lucy de Cornelis las promesas acerca de la reconsideración de
(convocar a sus pares para parar los remates): los remates, el Banco de La Pampa (banco ofi-
de ella surgía un movimiento con reivindica- cial de la provincia) remató la maquinaria de
ciones, de tipo económico, claras y sencillas. dos productores en sociedad, quienes estaban
Se proponían el apoyo de las autoridades pro- endeudados. La presencia de las mujeres, el
vinciales para lograr que se pararan las ame- pedido de Rosita Garat, y la asistencia de los
nazas de remates. Confiaban en que podrían medios de comunicación, no bastaron para
dar cuenta de sus razones, en que sus reclamos que se impidiera la subasta de una maquinaria
serían lógicamente escuchados y sus proble- perteneciente a estos dos chacareros prendada
mas solucionados. Todavía no pensaban en un por el banco.
enfrentamiento con las autoridades políticas. Rosita Garat, que asistió al remate, se expre-
El movimiento hubiese podido tener una vida só así:
coyuntural, y ser meramente reivindicativo.
…Buenos días. Con todo respeto me quiero diri-
gir a ustedes para decir que integro la comisión
El desarrollo y la de esposas agropecuarias y solamente nuestra
presencia acá está diciendo mucho, porque el
radicalización del movimiento
martes estuvimos con el señor gobernador y nos
dijo que el Banco de La Pampa no remataba. Bue-
“…Las mujeres agropecuarias se sienten de-
no, esto es un remate, nos sentimos un poco tris-
fraudadas por el gobernador…”.
tes y defraudadas… (La Arena, 18-6-1995)
“‘…Estamos verdaderamente dolidas…’, dice
Rosita de Garat.” El fracaso en las negociaciones y la falta de
cumplimiento de la palabra empeñada por el
Estos titulares del principal diario pampeano gobernador Marín tuvieron un efecto detona-
preanunciaban el final de las buenas relaciones dor en la expansión geográfica de las acciones
746 Estudios rurales y movimientos sociales. Miradas desde el Sur

de las mujeres, así como en un cambio de acti- consecuentes con un estilo cívico que indica
tud en las dirigentes pioneras. respeto a las autoridades democráticas, ha-
Es posible que el gobernador de La Pampa bían cursado invitaciones a todos, incluidos el
haya prometido soluciones sin intenciones presidente Menem, el secretario nacional de
serias de buscarlas en modo inmediato (así, Agricultura, las autoridades provinciales, et-
por lo menos, se muestra en los resultados). A cétera. Querían soluciones consensuadas, no
nuestro juicio, Marín subestimó la capacidad buscaban enfrentamientos.
de acción de estas “chacareras”. Sabía que las Dijo Lucy de Cornelis en esa oportunidad:
soluciones negociadas, donde cada parte cede
algo, no eran frecuentes en la gestión del go- …cuando en mayo mi desesperación llegó al lí-
bierno de Menem al cual él pertenecía, y sin mite máximo porque golpeé todas las puertas y
embargo les prometió soluciones inmediatas. nadie me escuchó. Por eso dispuse convocar a
“…Bueno el gobernador nos atendió bien, lo las mujeres y encontré una respuesta inesperada.
Sentía impotencia porque factores externos nos
invitamos a ponerse al frente de nuestros recla-
estaban arrebatando nuestras cosas. Por eso de-
mos, así que ahora no diga que vamos en contra
cidimos luchar juntas y hacernos fuertes….
de él. Bueno no quiso, se jodió…”, nos dijo con …No somos mujeres ricas, con autos importados
una lógica muy alejada de la política partidaria ni mansiones lujosas, sino que venimos de fami-
Joaquina Moreno. lias que andaban en sulky o a caballo por los cam-
En la segunda mitad de 1995 el Movimiento pos, abriendo surcos, cosechando a mano y hasta
de Mujeres Agropecuarias en Lucha crecería pariendo en el monte… (La Arena, 22-9-1995)
en una forma inesperada por las pioneras: se
realizan reuniones de mujeres en el oeste de La En esta Asamblea elaboraron y presentaron a
Pampa, y se conectan mujeres de la provincia las autoridades un petitorio con 15 demandas y
de Buenos Aires, Santa Fe, Formosa, Neuquén apelaron a las autoridades políticas y a la socie-
y Río Negro. dad civil. El texto decía:
El 21 de septiembre se llevó a cabo la pri-
mera Asamblea Nacional: “Quinientas perso- …la Asamblea Nacional de Mujeres Agropecua-
nas y ningún funcionario”, tituló la prensa el rias en Lucha, con participación de mujeres re-
artículo acerca de la asamblea. Las dirigentes, presentantes del comercio, la industria y otros
El “Movimiento de Mujeres Agropecuarias en Lucha”  747

movimientos de todo el país, reunidas en Santa todas las entidades agropecuarias que agrupan
Rosa, La Pampa, el día 21 de septiembre de 1995 a las pequeñas y medianas explotaciones y, por
elaboramos el siguiente petitorio para ser eleva- supuesto, con el apoyo de los movimientos fe-
do al excelentísimo Sr. Presidente de la Nación, ministas que ese día recuerdan las luchas mun-
gobernadores, senadores, diputados nacionales y
diales de las mujeres. Pero para entonces el
provinciales y a los representantes del poder judi-
MML ya había radicalizado su posición: había
cial… (La Arena, 22-9-1995)
logrado suspender con prácticas confrontati-
vas varios remates (“los gritos hacen imposi-
De esta Asamblea salió el Movimiento de Mu-
ble los remates”, comentaba un martillero), y
jeres Agropecuarias en Lucha. Se fueron cono-
el diálogo con las autoridades era “un diálogo
ciendo, fueron reconociendo los recursos con
de sordos”, como ellas mismas lo caracterizan.
los que contaban y generando una sociabilidad
que fue importante en la continuidad del mis-
…Si no hay voluntad de pagar van a ser ejecuta-
mo. Las rionegrinas, por ejemplo, lograron que das como cualquier deudor…”, amenazaba a esas
asistieran intendentes de las regiones agrarias alturas el gobernador Marín, a lo que Lucy contes-
que provenían de la lucha agraria gremial. Co- taba: “…Qué voluntad de pagar vamos a tener si
menzaron a recibir adhesiones de la Federa- no cosechamos y antes de llevarle plata al banco
ción Agraria, que aún estaba presidida por un le tengo que dar de comer y educar a mis hijos…
viejo partícipe de las luchas agrarias, Humber- (Clarín, 25-9-1996)
to Volando. También recibieron apoyos de los
pequeños comerciantes en situaciones no muy …El remate del campo de un pequeño agricultor,
distintas a las suyas, y comenzaron a recibir el endeudado con un financista, de la localidad Luis
aliento de grupos de mujeres de todo el país. Palacios, no se pudo concretar ayer ante la opo-
sición de las 200 personas, que se concentraron
Esta identidad de género las llevaría a elegir
frente al juzgado de Paz, convocadas por el MML
como fecha para ganar Buenos Aires los 8 de de Santa Fe… (Clarín, 1-11-1996)
marzo, día internacional de la mujer. En efec-
to, tanto en 1996 como en 1997, el MML estuvo Las entidades gremiales insistían en la refinan-
ese día ocupando la Plaza de Mayo, con trac- ciación de pasivos, buscaban la negociación
tores manejados por ellas, con adhesiones de tras el impacto que representaba la presencia
748 Estudios rurales y movimientos sociales. Miradas desde el Sur

en televisión del MML. Mientras tanto, las mu- El concepto de “redes” al que nos referi-
jeres se preparaban para suspender los rema- mos es amplio en tanto fenómeno cultural,
tes, llegar a los medios de prensa y contar al conjunto de significados, normas y expectati-
público el diálogo de sordos con las autorida- vas usualmente vinculados con correlatos de
des democráticas. conductas de todo tipo (Curran et al., citado
Y efectivamente, sus voces simples, con la por Roggi, 1998). La red está concebida como
sinceridad y claridad de las mujeres de campo, estructuración, es decir, medio y resultado de
tuvieron un fuerte impacto en la sociedad na- la acción de los actores que participan en ella.
cional. Son invitadas a programas de televisión El acento está en los actores, en la capacidad
tanto de tipo político como dedicados a las mu- de vincularse con el medio y generar un con-
jeres y, poco a poco, son identificadas como las junto de relaciones que habilite una estrate-
dirigentes más combativas del sector agrario. gia de fortalecimiento.
En este apartado nos proponemos anali-
zar y comprender el proceso de construc-
Fortalecimiento y ción del MML desde los conceptos de “ex-
expansión del MML pansión” y “fortalecimiento” enunciados en
los párrafos anteriores.
El proceso de expansión territorial contribu- Abordaremos tres niveles: 1) las acciones
yó al fortalecimiento del movimiento en la generadas por sujetos individualizados (diez
medida en que incluyó actividades grupales, dirigentes, incluidas las que definimos como
encuentros, incorporación de conocimien- “pioneras”1) que se orientan a procesos de for-
tos, habilidades, elementos identificadores y talecimiento de la organización; 2) la expan-
construcción de redes de solidaridad. Otro
nivel posible para abordar la “expansión” y el
“fortalecimiento” del MML se relaciona con 1 Con el término “pioneras” nos referimos al grupo
los contactos entablados con otras organi- de no más de diez mujeres que iniciaron el MML sin
zaciones de colonos, campesinos, pequeños pensar en un programa racional de “medios-fines”, sino
desde una respuesta a una situación vivida como injus-
productores endeudados, etcétera, del país o ta. Entre ellas se encuentran Lucy de Cornelis y Joaqui-
del exterior. na Moreno, ambas de La Pampa.
El “Movimiento de Mujeres Agropecuarias en Lucha”  749

sión territorial del movimiento en estos años; […] aparte por la vergüenza, porque antes te po-
3) la conformación de redes sociales. nías roja, de todos los colores. […] Bueno ahora,
dicen las otras mujeres, vamos a hacer una comi-
sión provisoria. Y me eligieron presidenta. El 21
de septiembre (de 1995) cuando vienen las de las
El fortalecimiento desde los provincias dijimos: vamos a discutir. Había muje-
sujetos: las dirigentes res con más capacidad (que yo) y en esa reunión
me eligieron presidenta nacional del movimiento.
Las primeras en organizarse fueron las mujeres De ahí que se llame “Movimiento Nacional”, las de
de la provincia de La Pampa, desde el liderazgo Santa Fe le ponen “en lucha” y las de Formosa “en
de su actual presidenta, Lucy de Cornelis (LC). pie” pero siempre todas dentro del movimiento….
Decíamos antes que ella corría el peligro de
perder sus tierras, y fue quien convocó y gene- La actual presidenta del MML reconoce la “ca-
ró ese acontecimiento. Otra de las “pioneras”, pacidad” como un elemento fundamental para
Joaquina Moreno, no estaba endeudada y deci- ser elegida dirigente, aunque el sentido que
dió participar porque consideró que, más allá le da al recurso “capacidad” está básicamen-
de su situación personal, las condiciones para te relacionado con la educación formal. Esta
los pequeños y medianos agricultores estaban es una creencia social muy difundida entre la
empeorando día a día, y que las organizacio- población descendiente de los inmigrantes,
nes existentes tenían serias dificultades para quienes consideraban que educación formal y
reconocer y hacerse cargo de tales problemas. capacidad tienen una fuerte relación. Sin em-
Luego llegan otras mujeres de la provincia de bargo, ella fue la elegida como presidenta del
Santa Fe, más cerca de la rica región pampea- movimiento, porque la consideran “capaz” en
na, las del Sur del país y, por último, las de las el sentido de quienes pueden generar, recono-
provincias más pobres, del Norte. Lucy cuenta cer y movilizar recursos, o de quienes poseen
esos primeros momentos con cierto asombro, destrezas para iniciar una acción.
marcando la precariedad del proceso:
…Estábamos todas desesperadas pero ninguno
…En la primera asamblea, había una mesa redon- tuvo la idea de salir al aire, convocar a la gente
da que habíamos puesto y estaba yo sola delante […] por eso la apreciamos tanto a Lucy y no la
750 Estudios rurales y movimientos sociales. Miradas desde el Sur

queremos abandonar porque fue la iniciadora y lores dentro de un discurso, que pueda interpelar
la que hoy mantiene la misma fuerza que en aquel efectivamente a los sujetos sociales involucra-
momento… (Miembro del MML de La Pampa). dos en la situación o región. Este anuncio de un
proyecto —entendido como imágenes, códigos
En las entrevistas a miembros del MML o a y valores— es lo que otorgó a la acción de LC la
otras dirigentes, es frecuente encontrar la fra- relevancia que resultaría en su liderazgo.
se “ella nos unió/reunió/convocó/llamó para Ese liderazgo está basado, además, en sus
poder”, y las frases siguen: “luchar por nues- propias destrezas para generar relaciones con
tras tierras”, “enfrentar a los bancos”, “luchar los otros, capacidad para convocar y para ser
contra todo esto”, “luchar todos juntos”. Esta autorizada por los otros en el propio acto. La
“capacidad” de Lucy —este poder como ac- “no aceptación” del discurso institucional (re-
ción—no deriva de su experiencia previa en chazo de las acciones judiciales) politizó su ac-
organizaciones gremiales (pues no la había te- ción y la convirtió en una acción colectiva, don-
nido) ni de su educación formal (no completó de un conflicto está implicado y donde partici-
su educación media). Deriva, a nuestro juicio, pan dos actores enfrentados por la apropiación
de las habilidades e inversiones emocionales y orientación de valores sociales y recursos de
que esta mujer pudo poner en acto frente a una tipo material y simbólico (Melucci, 1980).
situación vivida como injusta y agraviante. Ese Este proceso no necesariamente tuvo que
momento de decisión —resignificar recursos, ver solo con los niveles de educación formal al-
convocar a otros chacareros— fue relevante en canzados o con formaciones o capacitaciones
sí, pero además ella pudo sostener la acción, previas de las protagonistas. Tuvo que ver con
asumió su rol de liderazgo. otros aspectos de “las pioneras” como sujetos,
En un estudio acerca de los “nuevos movi- que las habilitaron para desplegar sus capaci-
mientos sociales” en América Latina, David Sla- dades agenciales en un campo social dado. Los
ter (1991) rescata la importancia de un “lideraz- recursos educativos, las experiencias organiza-
go” con el que se pueda garantizar una rudimen- cionales, son elementos de primer orden en los
taria forma organizacional. Liderazgo, agrega el procesos de formación de movimientos, pero
autor, que debe estar en posición de anunciar un también se pueden adquirir si se produce esta
proyecto, una serie de conceptos, imágenes y va- predisposición para la acción.
El “Movimiento de Mujeres Agropecuarias en Lucha”  751

¿Qué sintieron las otras mujeres que escu- Hemos entrevistado a 10 de las principales
charon la apelación de Lucy por la radio? dirigentes actuales del MML, y de este mate-
rial registramos algunos aspectos que permi-
… ¡Ay! Una emoción muy grande porque la ver- ten un primer acercamiento a ellas como su-
dad estábamos todos desesperados pero ninguno jetos. Las más jóvenes rondan los 40 años, y
tuvo la idea esa de poder salir al aire, convocar a las más grandes los 65. Todas descienden de
la gente […] ella salió, estaba sacando las cosas familias europeas: italianos, españoles y fran-
de su casa porque la iban a rematar, la amenaza
ceses2. La mayoría tiene 3 o 4 hijos, pero dos
del remate y desesperada dejó todo lo que estaba
no tienen descendencia. Solo dos habían teni-
haciendo o sea como decimos nosotras “tiramos
el delantal” y se fue a la radio… (Miembro del do experiencias de participación política, una
MML de la región). estudiantil y en derechos humanos, y la otra
había intentado participar en el gremialismo
Lo que Lucy logró poner en circulación tenía agrario. Algunas habían sido socias o partici-
que ver con una situación económica común pado en cooperativas.
a un conjunto de agricultores, pero lo que Estos rasgos permiten ubicarlas en un mun-
desencadenó las acciones tuvo que ver con la do social formado por las ciudades pequeñas o
posibilidad de innovar, de crear, de imaginar, simples pueblos del interior del país, centros
de lograr un efecto. Hubo un campo en el cual administrativos de los alrededores agrarios de
los propósitos fueron construidos, coprodu- sectores medios habitados por descendientes
cidos entre estas “pioneras” (tanto quien de inmigrantes que lograron con muchas difi-
convocó como las que acudieron al llama- cultades cierta movilidad social durante este
do). Como nos recuerda Melucci (1992), este siglo, confiando en el trabajo y en el esfuerzo
proceso es activo y relacional, generador de familiar, y valorizando la educación formal. Sa-
“identidades colectivas”, e implica la presen- bemos que Lucy y otras dirigentes tienen hijos
cia de esquemas de conocimientos, de densas
interacciones, de inversiones subjetivas e in-
2 Aquí debemos aclarar que no fueron entrevistadas
ter-subjetivas, y de intercambios emocionales aún las representantes del norte, Formosa y Tucumán,
y afectivos. y es posible que en estas zonas encontremos descen-
dientes de “criollos” o incluso indígenas.
752 Estudios rurales y movimientos sociales. Miradas desde el Sur

universitarios, o por lo menos en el nivel de en- esto… lo que pasa es que me toca muy de cerca
señanza media3. porque yo soy hija de chacareros fundidos. El pri-
En varias de las entrevistas a estas 10 diri- mer remate a que asistí fue al de mi familia a los
gentes registramos situaciones familiares difí- 14 años y sufrí tanto que juré que nunca más iba a
dejar que pasara alguno…” (En la entrevista lue-
ciles, ubicadas en algún momento de sus pasa-
go se aclara que aquel remate tenía que ver con
dos, relacionados con pérdidas de patrimonios,
una pequeña empresa no agraria).
quiebras de empresas o de campos, o por lo
menos historias de sacrificios para lograr la tie- Caso III: “…Bueno el origen de mi familia fue,
rra familiar. Veamos algunos de los casos: mi papá que fue inmigrante italiano (vino) con
mi abuelo. Mi papá vino a los 14 años de Italia y
Caso I: “…Mi abuelo era italiano y se vino des- se instalaron en una pequeña chacrita de Perga-
de Italia ya grande, en la época en que se venía a mino, antes tenía que arrendar campos, pagaban
“hacer la América” y trabajando compró campos. unos alquileres espantosos, cada vez que después
[…] Mi padre compró un tractor para que mi her- de hacer el pozo, de hacer el rancho de adobe y
mano —que no quería estudiar— fuera contratis- allí poner a la familia, a lo mejor estaban 3 años y
ta rural y, bueno, tuvo mala suerte, se le fundió luego venía el dueño y les decía ‘no, no quiero que
el tractor, para pagar el arreglo tuvo que vender trabajen más el campo, pongo a otro’ y se tenían
el campo y sembró y ese año vino mal el clima que ir dejando todo el sacrificio…”4.
y perdimos todo. Yo ya tenía 18 años y tuve que
empezar a trabajar de sirvienta y mi hermano de Estos relatos testimonian historias frecuentes
peón rural para sobrevivir…”. de los inmigrantes que llegaron masivamente
durante varias décadas al país, que poblaron
Caso II: “…Yo siempre milité en lo agrario o en
derechos humanos antes, en la Universidad, pero
“la pampa gringa”, y cuyas posiciones y dere-
chos se lograron con sacrificios y diversas lu-

3 Esta caracterización de los sectores medios ar-


gentinos descendientes de europeos que poblaron no 4 Los términos de los arrendamientos se fijaron cin-
solo Buenos Aires sino también el interior, está am- co años después de uno de los grandes movimientos
pliamente sustentada por la literatura de la primera sociales agrarios de este siglo, conocido como “El grito
mitad del siglo. de Alcorta”, en 1912.
El “Movimiento de Mujeres Agropecuarias en Lucha”  753

chas sociales urbanas y agrarias. El peligro de par (y a veces criticando al MML), y el análisis
perder nuevamente aquellos derechos o patri- de este nivel —el de los sujetos sociales— co-
monios por los que sus familiares tanto lucha- labora en la comprensión de estas diferencias.
ron aparece repetidamente en los relatos, y nos
arriesgamos a pensarlo como una motivación
—consciente o no— de la acción colectiva. Sus La expansión del
familiares se sobrepusieron al sentido de esas movimiento en el país
pérdidas, y estas mujeres lograron, con sus es-
posos o solas, conseguir una finca, una produc- Desde el momento mismo de su creación, el
ción para el mercado, patrimonios y educación MML buscó a los medios de comunicación y los
para los hijos. Nuevamente, como en las histo- utilizó como una herramienta de expansión. La
rias familiares, todo está en peligro. radio local en el primer momento, y las reper-
En síntesis, el nivel de los sujetos es im- cusiones en la prensa escrita, fueron recursos
portante para entender aquellos aspectos que relevantes para el proceso de expansión. Los
posibilitan el fortalecimiento: las trayectorias periódicos provinciales anunciaban a las pocas
familiares, sus propios procesos de formación semanas de que se parara el remate del campo
como mujeres de campo, hijas y nietas de in- de los Cornelis: “Cunde el ejemplo de Winifre-
migrantes, con sus tradiciones culturales, sus da” (nombre del pueblo de LC). Allí también
imaginarios en relación con la llegada de esos anunciaron que las mujeres del oeste de la pro-
abuelos “gringos”. Se trata de comprender vincia de La Pampa se auto-convocaron y des-
las singularidades que distinguen un relato pués se pusieron en contacto con LC.
de otro; los modos en que cada una vivió las El 3 de junio de 1995 fue el remate en Winifre-
condiciones de conformación de la vida social da, y el 21 de septiembre tuvo lugar la reunión
rural argentina. Esas experiencias personales donde se formó la “mesa nacional” a la que asis-
de “logros y pérdidas” también se vinculan con tieron representantes de distintas zonas de La
esta decisión imprevista en los años noventa Pampa y de las provincias de Santa Fe, Buenos
de “tirar el delantal” y salir a la escena pública. Aires, Río Negro y Formosa. La primera etapa
Tengamos presente que muchas otras miles de de expansión fue espontánea, aun cuando los
mujeres permanecen en sus hogares sin partici- medios de comunicación fueron de gran ayuda.
754 Estudios rurales y movimientos sociales. Miradas desde el Sur

En una segunda etapa, “las pioneras” se tras- Una de las dirigentes de la provincia de Santa
ladaban y participaban en los nuevos remates. Fe cuenta de este modo la creación de un gru-
El mecanismo era simple: los agricultores las po que se integró al MML desde la provincia
llamaban porque les llegaba la cédula judicial; de Tucumán:
entonces ellas decidían quiénes iban y cómo
financiaban el viaje. Las más conocidas se co- …Y fue muy lindo, primero porque nosotros sa-
municaban con los medios, y las delegadas se bíamos del remate y fuimos a organizar el mo-
trasladaban a la nueva región. vimiento. Se organizó el movimiento, a los 15
días se hizo el remate. El remate, en realidad, se
…Van apareciendo mujeres que se enteran por transformó en un acto público y político. Fue un
los medios […] te digo que todavía es bastante montón de organizaciones, UCIT (Unión de Ca-
artesanal…. ñeros Independientes de Tucumán), estaban los
de Federación Agraria, estaban todos, estaban las
Madres de Plaza de Mayo, H.I.J.O.S., estaba todo
Ellas mismas cuentan que muchas veces logra-
el movimiento adelante. Era la primera vez en Tu-
ban parar los remates porque los funcionarios cumán, entonces nos ponemos todos de pie cuan-
retrasaban la acción frente a la posibilidad de do empieza el rematador y empezamos a cantar
intervención del MML, o porque ellas creaban el Himno Nacional, (la situación) era totalmente
las condiciones para que el remate no se pudie- nueva, el remate en medio del “bochinche” (pero)
ra concretar. En otras ocasiones no lograban el remate se hace. Lo anulamos y a los 10 días se
pararlos, y los campos se vendían. En estos vuelve a hacer, lo anulamos otra vez…
últimos casos, la presencia del MML generaba
una situación solidaria en la que los perjudica- El MML cuenta con un conjunto de asesores lega-
dos no se sentían solos. les que apoyan estos actos y proponen las accio-
nes judiciales a seguir en cada caso. Sus acciones
…Yo creo que a medida que se van haciendo eje- se mueven en estos dos niveles: la protesta para
cuciones las mujeres se movilizan espontánea- impedir la acción del rematador, pero también las
mente […] el otro día en Bariloche no teníamos acciones legales necesarias y pertinentes.
(formado el MML) y bueno, “las mujeres” fueron Pequeños grupos de mujeres que comien-
y pararon el remate…. zan a identificarse con el MML aparecen con
El “Movimiento de Mujeres Agropecuarias en Lucha”  755

frecuencia en muchas provincias y regiones en Canal 9. Todo eso ayuda a que los bancos to-
del país. Algunas de estas nuevas participan- men algunas medidas, yo creo que pesan mucho
tes logran luego viajar a las reuniones de la esas suspensiones de remates, porque ¿cómo ex-
“mesa nacional”. Pero la organización es, en plicás vos que un grupo de mujeres, solamente
entonando el Himno Nacional y agarrándose de
este terreno, de una marcada precariedad y es-
las manos, resista de esa forma, viste, un sim-
pontaneidad. Faltan recursos económicos para
ple acto?… (Entrevista, 1998, énfasis propio)
financiar los viajes, los teléfonos, un simple
lugar donde reunirse, o sus publicaciones. Sin
embargo, en cada acto donde participan y con
La expansión hacia afuera: la
cada nuevo grupo de mujeres endeudadas que
formación de redes sociales
hace su aparición en el país, logran fortalecer-
se. Nos dice una activa dirigente de Santa Fe:
Una de las primeras iniciativas de las “pione-
…Mirá últimamente formamos el movimiento en ras” fue conectarse con otras organizaciones
el Valle de Río Negro, en Neuquén, Santiago del del país y del exterior con mayores experien-
Estero, Formosa, Buenos Aires, parte de Córdo- cias en este tipo de acciones. Sus esposos o pa-
ba, no tenemos demasiado desarrollo del movi- dres eran o habían sido miembros de la Fede-
miento todavía. Santa Fe es muy fuerte, La Pam- ración Agraria Argentina (FAA) o de las socie-
pa, Río Negro, que te decía recién que lo creamos dades rurales locales que están agrupadas en la
hace cuatro meses. Ayer (marzo de 1998) las mu- Confederación Rural Argentina (CRA). Habían
jeres pararon por primera vez un remate, tenían tenido participación en el movimiento coope-
una alegría, me llamaron y aplaudían todas por rativo, y por lo tanto su federación —CONINA-
teléfono, me llamaron a Rosario porque habían
GRO— también era una organización cercana.
logrado parar el remate, hicieron su primera ex-
Dentro de la FAA se había creado una co-
periencia, eran 3 ha de una mujer que estaba ella
al frente de la chacra, bueno llamó al movimiento rriente más combativa que la línea nacional ofi-
y con la misma modalidad nuestra de cantar el cial, denominada Chacareros Federados, que
himno y entorpecer el desarrollo del acto. Tuvo ha logrado un interesante desarrollo en Santa
bastante repercusión porque hoy lo estaban pa- Fe y el Norte de la provincia de Buenos Aires.
sando en TN (noticiero televisivo), anoche lo vi La relación con los Chacareros Federados
756 Estudios rurales y movimientos sociales. Miradas desde el Sur

fue muy importante, ya que el MML, a nuestro en el hogar” o a las “funciones femeninas”. Una
entender, tiene dos tipos de problemas con y otra vez, los dirigentes nacionales de la FAA
FAA: el primero tiene que ver con una diferen- aluden a funciones femeninas y masculinas, y
cia en la concepción general del papel de las se reservan los espacios públicos (hablar en
organizaciones gremiales, y el segundo con la actos, declaraciones a los medios) para ellos.
concepción patriarcal que manifiestan los prin- Es importante atender a estas diferencias se-
cipales dirigentes de la Federación. ñaladas por las dirigentes del MML en referen-
En efecto, mientras que FAA expresa desde cia a la principal organización gremial de los
hace unos años una posición negociadora y pequeños y medianos productores, ya que se
mantiene un discurso que pone el acento en los relacionan con los aspectos que ellas mismas
factores tecnológicos y en la eficiencia para in- ponderan para generar alianzas. La capacidad
tegrarse al mercado, el MML presenta una po- para registrar los despliegues de asimetrías por
sición más combativa, dado que sus demandas género, criticarlos, y buscar los grupos donde
cuestionan a las instituciones que las indujeron los hombres estén más abiertos a estos nuevos
a endeudarse para tecnificarse: “Estamos en- aprendizajes democratizadores, señala ciertas
deudadas porque creímos en la modernización habilidades personales y grupales. En efecto,
tecnológica”, razonan ellas. La FAA no tiene buscan fortalecer y conectar al movimiento
problemas en generar alianzas con los grandes con otras organizaciones que cumplan estos
productores de la Sociedad Rural Argentina, en dos aspectos (para ellas esenciales): combati-
tanto que el MML busca formas de acercamien- vidad y respeto por las posiciones de género5.
to al Movimiento de los Sin Tierra de Brasil. El MML se conectó además con organizacio-
El segundo problema, muy claramente enun- nes provinciales de pequeños agricultores o de
ciado en los relatos, tiene que ver con las posi- comerciantes endeudados. Con el Movimiento
ciones de género. Las principales dirigentes del Campesino de Santiago del Estero (MOCASE)
MML creen que sus acciones son cuestionadas desarrollaron no solo relaciones de solidaridad
por la FAA por haber sido generadas por mu-
jeres. En reuniones gremiales o actos públicos
5 Están muy atentas a no entablar relaciones con
con ellos, se sintieron descalificadas por frases
grupos de viejo estilo “nacionalista” xenófobos o con-
que hacían referencia a sus “lugares naturales servadores.
El “Movimiento de Mujeres Agropecuarias en Lucha”  757

en las acciones, sino ciertos proyectos de for- buscan generar nuevos sentidos que los inclu-
talecimiento organizacional. En la provincia yan en conjuntos, etcétera. Arriesgamos que es
de Tucumán el MML tiene una fuerte relación así con Chacareros Federados y con el MOCA-
con el Centro de Empresarios de Famaillá, que SE. Las otras relaciones son precarias, y por
agrupa a pequeños comerciantes. ahora tienden a conformarse como espacios
Además, están en contacto y tratan de for- donde ellas buscan apoyos. Son importantes
talecer vínculos con varias organizaciones de recursos en las estrategias de sostenimiento
mujeres, con organismos de derechos huma- de sus acciones y crean grandes corrientes de
nos, y con la Confederación de Trabajadores simpatías y solidaridad en distintos mundos so-
Argentinos (CTA) y el Movimiento de Traba- ciales (el de las organizaciones de mujeres, el
jadores Argentinos (MTA), organizaciones religioso, el universitario, etcétera).
gremiales combativas y alternativas a la vieja En el nivel de América Latina mantienen
y “oficialista” Confederación General del Tra- contactos con la organización mexicana El
bajo (CGT). Tienen fuertes contactos con al- Barzón, y con la brasileña Movimiento de
gunos legisladores de los partidos de centro- los Sin Tierra (MST). Según la presidenta del
izquierda que conforman la Alianza (pero de- MML, existe un proyecto para crear un “mo-
claran neutralidad partidaria), con grupos de vimiento de deudores de América Latina”.
universitarios, con sectores de la Iglesia pro- Viajaron a México invitadas por miembros de
gresista (muchas de las dirigentes se manifies- El Barzón, y ellos estuvieron en Buenos Aires
tan muy creyentes) y con grupos indigenistas. trabajando con las dirigentes de La Pampa
A sus asambleas nacionales concurren los me- y Santa Fe. La situación común de endeuda-
dios de comunicación provinciales (La Arena, mientos recientes —producto de las políticas
Pampa TV) pero también las grandes empresas neoliberales— es un punto muy fuerte de en-
nacionales de comunicación (Clarín, La Na- cuentro con los mexicanos. Las diferencias
ción, Multicanal, etcétera). residen en la forma de expansión interna de
Algunas de estas vinculaciones en el nivel ambos: mientras que El Barzón integró endeu-
nacional se orientan a la formación de “redes” dados agrarios y no agrarios (comerciantes,
en el sentido definido anteriormente: producen pequeñas empresas), el MML prefiere mante-
proyectos comunes, complementan acciones, nerse en el sector agrario.
758 Estudios rurales y movimientos sociales. Miradas desde el Sur

…El Barzón empezó también con la deuda agra- Algunas reflexiones


ria en México. […] Ahora estuve en México con- a modo de conclusión
vocada por El Barzón, lo curioso es que empeza-
mos con El Barzón que fue la primera (organiza-
ción) que nos invitó pero ahora ellos dicen que
La irrupción del Movimiento de Mujeres
nos conocen en Canadá, en Nueva Zelanda que Agropecuarias en Lucha tuvo lugar a media-
las agriculturas son muy parecidas a las nuestras; dos de los años noventa, cuando los escena-
ahora con El Barzón somos medio hermanos…”. rios político y económico argentinos presa-
giaban los ciclos de protestas que aparece-
Con el MST han mantenido varios encuentros, rían unos años después.
sobre todo con los dirigentes del Sur (Estado La generación de la situación de endeuda-
Río Grande Do Sul). Los une la demanda sobre miento, en especial para los pequeños y me-
la tierra: los brasileños para acceder a ella, y el dianos agricultores, fue resultado de políticas
MML para no perderla. “…Ellos son tan pelea- concretas: convertibilidad y su consecuente
dores como nosotros…”, sostiene una de las di- disponibilidad monetaria, aumento o disminu-
rigentes remarcando el aspecto combativo del ción de las tasas de interés, etcétera. A todo
MST. Desde hace un tiempo están proyectando esto se sumaban una gran inestabilidad de los
viajar a Europa, apelando a sus orígenes, para mercados internacionales —las crisis de Mé-
buscar apoyos y solidaridades. xico, la asiática, las de Rusia y Brasil—, los
En esta etapa de la organización, estas re- vaivenes de los precios agrícolas, y un Estado
des en formación dan cuenta más que nada que decidió no tener políticas activas para los
de la conciencia y la apuesta que el MML pequeños y medianos productores; o lo que es
hace a esta estrategia de fortalecimiento. igual, un fuerte sesgo en materia de concentra-
El éxito dependerá del reconocimiento que ción empresarial.
logren y de la capacidad para movilizar este El MML surgió frente a la crisis del endeu-
tipo de recursos. damiento del sector, pero con el tiempo se
fue convirtiendo en una fuerte voz crítica al
modelo en su conjunto. Y esta radicalización
fue posible porque rompieron con un sentido
común —muy aceptado por algunos, incluidos
El “Movimiento de Mujeres Agropecuarias en Lucha”  759

varios maridos— que enuncia que las deudas lizar en la construcción del movimiento. En
son responsabilidad de los individuos que las este trabajo deslizamos el problema de género,
poseen. Esta ruptura las habilitó para analizar pero también aparecen cuestiones que hacen a
y deconstruir sus propias deudas, plantear las la posibilidad de elegir una manera de vivir (op-
irracionalidades de los montos que se fueron ciones de vida) muy propias de nuestro mundo
acumulando, y generar un nuevo discurso que globalizado (Giarracca y Teubal, 1997).
pusiera en tela de juicio la legitimidad del en- Nos detuvimos en la “expansión” y el “for-
deudamiento y del modelo económico general6. talecimiento” del MML como los aspectos más
Asimismo, el MML aparece como un cla- relevantes de esta última etapa. El “poder del
ro representante de la “nueva protesta social movimiento” se relaciona con las oportunida-
agraria”, y ello porque logra sumar a sus de- des políticas (a lo Tarrow), pero también, y de
mandas económicas otras que dan cuenta de modo fundamental, con las acciones organiza-
los problemas de la sociedad de fin de siglo. tivas. De este modo, analizamos las primeras
En efecto, en otros trabajos sostuvimos que la acciones y discursos de un grupo de dirigentes,
protesta de la década del noventa puede carac- y reflexionamos acerca de las posibilidades y
terizarse como novedosa, tanto porque surgen limitaciones en la tarea de construcción de las
nuevos actores, como por el tipo de problemá- redes sociales.
tica social que logra hacer visible. En este caso, Las posibilidades futuras del MML están
el tipo de actor —una organización de mujeres condicionadas por el modo de acción y por los
chacareras o campesinas— condiciona esas logros en relación con sus reclamos, o dicho
otras demandas que logran expresar y simbo- de otra manera, por el tipo de negociaciones
o resistencias que emprendan. Pero más allá
del problema del endeudamiento, en el MML
6 El problema de la responsabilidad de las deudas es se visualiza la comprensión de otro conjunto
sumamente discutido en un país donde el Estado, du- de problemas o “síntomas” sociales que son de
rante la última dictadura, se hizo cargo de gran parte índole cultural, que las dirigentes destacan en
de la deuda internacional privada; o donde en la actua- sus discursos, y que las orientan a buscar otro
lidad el Estado auxilia y subsidia a grandes bancos y a
tipo de aliados. En tal nivel, las perspectivas
empresas automotrices, y se declara impotente frente a
los grandes evasores fiscales. del MML están muy relacionadas con la capa-
760 Estudios rurales y movimientos sociales. Miradas desde el Sur

cidad de constituirse en redes y profundizar Giarracca, N. y Teubal, M. 1999 “Crisis y


el aprendizaje que significa actuar en espacios protesta agraria en Argentina: expansión
tanto territoriales como virtuales. y fortalecimiento del Movimiento de
Mujeres Agropecuarias en Lucha”, ponencia
presentada al IX Congreso de la Asociación
Bibliografía Brasileña de Sociología (Río Grande do Sul:
Universidad Federal de Río Grande do Sul).
Bendini, M. y Bonaccorsi, G. 1998 Con las Giddens, A. 1984 The Constitution of Society
puras manos (Buenos Aires: La Colmena). (California: University of California Press).
Biaggi, C. 1998 “La mujer como productora Giddens, A. 1991 Modernity and Self-Identity,
agropecuaria en Argentina” en Temas Self and Society in the Late Modern Age
de mujeres, perspectivas de género (Palo Alto: Stanford University Press).
(Tucumán: CEHIM, Universidad Nacional Melucci, A. 1980 “The New Social Movements:
de Tucumán). a theoretical approach” en Social Science
Diodati, L. y Fernández, S. 1998 “La mujer y la Information, N° 19.
familia en el campo. Reflexiones de Carlos Melucci, A. 1984 “An end to social movements?
Lemée” en Temas de Mujeres, perspectivas Introductory paper to the sessions on new
de género (Tucumán: CEHIM, Universidad movements and change in organizational
Nacional de Tucumán). forms” en Social Science information
Giarracca, N. y Teubal, M. 1995 “El día en (Londres: SAGE) Vol. 23, N° 5/5.
que la Plaza de Mayo se vistió de campo” Melucci, A. 1992 “Frontier Land: Collective
en Teubal, M. (comp.) Globalización y Action between actors and systems” en
expansión agroindustrial (Buenos Aires: Diani, M. y Eyerman, R. (eds.) Studying
Corregidor). Collective Action (Londres: SAGE).
Giarracca, N. y Teubal, M. 1997 “El Pettersen L. y Solbakken, H. 1998
Movimiento de Mujeres Agropecuarias en “Empowerment as a Strategy for Change
Lucha. Las Mujeres en la protesta rural for Farm Women in Western Industrializes
en Argentina” en Realidad Económica Countries” en Sociología Ruralis (Londres)
(Buenos Aires) N° 150. Vol. 38, N° 3.
El “Movimiento de Mujeres Agropecuarias en Lucha”  761

Roggi, M. C. 1998 Cooperativas de trabajo: el


papel de las redes sociales en su viabilidad
y desarrollo (Buenos Aires: CONICET)
Beca Iniciación, Informe de avance.
Slater, D. 1991 “New social movements
and old political questions. Rethinking
state relations in Latin American
Development” en XV World Congress
of the International Political Science
Association (Buenos Aires).
Tarrow, S. 1997 El poder en movimiento
(Madrid: Alianza).
Tilly, C. 1986 The Contentious French: Four
Centuries of Popular Struggle (Boston:
Harvard University Press).
Vedoya, J. C. 1975 “La mujer en las Pampas”
en Todo es Historia (Buenos Aires) N° 15.

Otras fuentes

Banco de datos de “expresiones de protestas”


del Grupo de Estudios Rurales en
base a diarios nacionales, regionales y
provinciales.
Bienes comunes en la
hegemonía extractivista
Disputas y resistencias*

GER-GEMSAL** ***
(Grupo de Estudios Rurales - Grupo de Estudios de los
Movimientos Sociales de América Latina)

Introducción líticas, militares y económicas de los centros de


poder global, existe una forma sencilla de poner
Desde fines del siglo XX y comienzos del XXI en imágenes esta situación de nuestro continen-
una transformación diseñada desde los centros te. El Laboratorio Latinoamericano de Geopo-
globales del poder hegemónico se tradujo, como lítica dirigido por la economista mexicana Ana
muy pocas veces antes, en los territorios, en las Esther Ceceña proveyó una serie cartográfica
relaciones políticas, económicas y sociales, así donde va demostrando como se superponen las
como en las resistencias y mundos de vida de regiones de recursos naturales disponibles, con
las poblaciones de toda América Latina. Más las nuevas bases militares extranacionales y los
allá del conocimiento de las estrategias geopo- proyectos de infraestructuras continental; el
IIRSA (Integración de la Infraestructura Regio-
* GER-GEMSAL 2013 “Bienes comunes en la hege- nal Sudamericana) para nuestra región.
monía extractivista. Disputas y resistencias” en Gia- Raúl Zibechi (2006) sostiene que el sur de
rracca, N. y Teubal, M. (coords.) Actividades extracti- América Latina es una de las pocas regiones del
vas en expansión. ¿Reprimarización de la economía
argentina? (Buenos Aires: Antropofagia).
*** La firma colectiva indica que este artículo es pro-
** El Grupo de Estudios Rurales y el Grupo de Estu- ducto de investigaciones de los distintos integrantes de
dios de los Movimientos Sociales de América Latina los programas, así como de las investigaciones colecti-
son programas de investigación y docencia del Instituto vas de miembros de la Cátedra Sociología Rural finan-
de Investigaciones Gino Germani, Facultad de Ciencias ciadas por UBACYT y FONCYT. Una primera versión de
Sociales, Universidad de Buenos Aires. Véase <www. este artículo fue publicado en 2010 en Realidad Econó-
ger-gemsal.org.ar>. mica (Buenos Aires) N° 249, enero-febrero.
764 Estudios rurales y movimientos sociales. Miradas desde el Sur

planeta que combina los cuatro recursos natu- nacionales solo contribuyen con leyes que ha-
rales estratégicos de esta etapa: hidrocarburos, bilitan las nuevas formas de inversión: leyes de
minerales, biodiversidad y agua. Y lo mismo privatización, patentamientos, licencias de uti-
decimos nosotros para este “sur del sur” que es lización de semillas transgénicas, etcétera. El
nuestro propio territorio nacional. De allí que Estado también interviene en la búsqueda de
podamos advertir fácilmente no solo la presen- “licenciamientos sociales” cuando se necesitan
cia de las corporaciones transnacionales inte- (el caso de la minería) o en la de disciplina-
resadas en los bienes comunes (Barrick Gold, miento social en los muchos casos de pobla-
Monsanto, Chevron, etcétera) sino los diseños ciones que resisten estas inversiones.
políticos, jurídicos y legales que se realizaron Estamos frente a procesos complejos que
para habilitar la modificación de la geografía, abarcan dimensiones económicas, sociopolíti-
los cordones de infraestructura para sacar (o cas y culturales. Asimismo, se basan en viejas
saquear) los recursos naturales y profundizar concepciones del desarrollo, en una ciencia
la dependencia colonial de los grandes centros acrítica (“tecnociencia”) al servicio de la in-
de poder internacional. novación tecnológica de los grandes grupos
Los territorios son disputados económica- económicos y de prácticas de gestión acordes
mente dentro de un plan de dominación polí- a ellas. Nuevas redes como la Red Internacio-
tica mundial. La “globalización” como disposi- nal de Metodología de Investigación de Siste-
tivo ideológico comunicacional, los efectivos mas de Producción/Centro Latinoamericano
procesos donde se jerarquizan las financia- para el Desarrollo Rural (RIMISP), complejos
ciones de los organismos de crédito como el programas para el “alivio de la pobreza rural”
Banco Mundial (BM), el Banco Interamerica- del Banco Mundial, así como organismos que
no de Desarrollo (BID) o el Fondo Monetario se centran en una gestión de los recursos y de
Internacional (FMI), los gerenciamientos co- la biodiversidad, sustentadas en instituciones
merciales de la Organización Mundial del Co- como el BM, el G8 o varias ONG como la World
mercio (OMC) o los nuevos tribunales como el Wildlife Fund, World Conservation Union o
Centro Internacional de Arreglo de Diferencias el World Resources Institute, constituyen “la
Relativas a Inversiones (CIADI), configuraron mano izquierda” de esta política de los gran-
los nuevos escenarios en los que los Estados des intereses internacionales. Estos programas
Bienes comunes en la hegemonía extractivista | GER-GEMSAL  765

proponen “desarrollos territoriales”, “sustenta- del modelo sojero. Del mismo modo en 1993,
bilidad” dentro del modelo neoliberal y siguen se aprueba la Ley de Inversión Minera, otras de
realizando inventarios de la biodiversidad lati- reordenamiento minero y regímenes de finan-
noamericana y mundial para continuar con la ciamiento; en 1995 se actualiza el Código de Mi-
actual política de apropiación, patentamientos nería; y en 1996 se genera el Tratado Binacional
o “biopiratería” de la flora y la fauna nativas. con Chile para la explotación de Pascua-Lama;
En los países centrales existen regulaciones asimismo, desde 1991 comienzan también los
o controles que tienden a limitar estas activida- procesos de privatización de YPF, privatización
des extractivas y esto conlleva un aumento de del servicio del agua y de la energía eléctrica
sus costos y una reducción de las ganancias. (véase Giarracca y Wahren, 2005; Giarracca y
Como consecuencia, sea por la escasez o por Del Pozo, 2005). Y tal vez lo más grave de todo
sus efectos contaminantes, las empresas que haya sido el consenso alcanzado en la Asam-
utilizan los recursos naturales “a escala glo- blea Constituyente de 1994 para declarar la
bal” tienden a instalarse en los países afuera “provincialización” de los recursos naturales y
de sus territorios de origen, donde los mundos establecer una obligatoria privatización (en la
sociales de quienes toman las decisiones están forma de consignaciones) de los mismos. Esta
a salvo y, como dice Ceceña, “el otro nacional” decisión habilitó una inédita concentración de
pierde expresión e importancia (Ceceña, 2004). poder económico en los gobiernos provinciales
Si bien los intereses de estas corporaciones, justificado bajo el manto del federalismo.
sobre todo las dedicadas al gas y petróleo, po- Esta nueva configuración del control y uso
dían ser registrados en los comienzos del perío- del territorio, colocó a los gobernadores —
do democrático, fue con el gobierno de Carlos con sus luchas por los cargos y reelecciones,
Menem cuando los fuertes cimientos legales con sus golpes palaciegos, etcétera— en un
de este modelo de acumulación económica se lugar central de la arena política en la Argen-
establecieron. En efecto, en 1991, el entonces tina del siglo XXI. Por dos razones: la prime-
presidente firma el Decreto de Desregulación ra, es la posibilidad que se les presenta a los
económica y unos años después las leyes de gobernadores de establecer alianzas económi-
la autorización de las semillas transgénicas, cas con fuertes actores transnacionalizados y,
habilitando en el sector agrario la instalación la segunda, es que queda en manos de los po-
766 Estudios rurales y movimientos sociales. Miradas desde el Sur

deres judiciales provinciales y de las fuerzas naturales y con los otros seres vivientes para
represivas la gestión de los conflictos con las la propia reproducción de la vida material, ge-
poblaciones que preservan su derecho sobre nerando técnicas y herramientas para su uso
la tierra, como es el caso de los campesinos en forma sustentable. El resultado es que unas
e indígenas frente al avance del agronegocio culturas los cuidaron y aún los poseen y otras
(véase Barbetta, 2009), o con aquellas comu- —las del norte— los esquilmaron. Ceceña en
nidades que cuidan los cerros, los ríos y el su informe del Observatorio Latinoamerica-
medio ambiente en general como los casos no de Geopolítica nos acerca una interesante
de los conflictos cordilleranos y patagónicos descripción de Mann del Amazonas, excepcio-
en contra de la minería a cielo abierto (véase nal región actualmente casi en guerra por las
Giarracca y Hadad, 2009). últimas decisiones del gobierno peruano: “…
Otro elemento común de análisis en esta durante mucho tiempo unos pobladores inteli-
problemática de los bienes comunes reside en gentes, que conocían trucos que nosotros aún
el tipo de ganancias y “sobreganancias” que la estamos por aprender, utilizaron grandes par-
producción basada en recursos naturales ge- celas de la Amazonía sin destruirla. Ante un
nera. En efecto, estas producciones extracti- problema ecológico, los indios lo resolvían.
vas tienden a generar súper ganancias o “ren- En vez de adaptarse a la naturaleza, la crea-
tas diferenciales a escala mundial” que en la ban. Estaban en pleno proceso de formación
mayoría de los casos son apropiadas por estas de la tierra cuando apareció Colón y lo echó
grandes empresas y por un puñado de países todo a perder” (Mann, 2006: 410, citado en Ce-
del “norte global” (véase el artículo de Teubal ceña et al., 2007).
y Palmisano sobre renta en este libro). En este escenario general acerca de la pro-
Otro argumento que deseamos poner en de- blemática de la tierra y de los cerros acecha-
bate es el que formula una tecnociencia al ser- dos por la minería a cielo abierto, presenta-
vicio del capital concentrado. Se argumenta mos los casos de estudio por el tipo de sujeto
que esos recursos sin las nuevas tecnologías de las protestas y disputas (campesinos, indí-
no son explotables y “no sirven para nada”. genas, asambleístas).
Esto supone una gran falacia: desde que el
hombre es hombre se relacionó con los bienes
Bienes comunes en la hegemonía extractivista | GER-GEMSAL  767

Las resistencias: jurisdicción de control político; como espacio


los actores sociales geográfico (que implica la demarcación y la
titulación); como hábitat o conjunto de recur-
sos indispensables para la existencia colectiva;
Los Pueblos Originarios
como biodiversidad y conocimientos indígenas
sobre la naturaleza y su expresión en derechos
Luego de un primer momento en que el movi-
de propiedad intelectual; como espacialidad
miento indígena logró posicionarse como suje-
simbólica e históricamente construida, es de-
to político a nivel continental desde fines del
cir, vinculada a la identidad colectiva (etno-
siglo XX (Bengoa, 2000; Toledo Llancaqueo,
territorialidad). Y es en esta multiplicidad de
2005), parece constatarse un cambio en el ciclo
aspectos que los territorios son agredidos por
de luchas emprendidas por los pueblos origi-
el avance en la explotación de los bienes comu-
narios a partir del cual se han logrado nuevos
nes. Así, las comunidades indígenas han insta-
avances en materia de derecho indígena. En la
lado la cuestión del valor simbólico que atra-
actualidad, lo que se estaría poniendo en jue-
viesa los territorios, cuestionando con ello la
go es la capacidad de las organizaciones in-
univocidad del criterio productivista con el que
dígenas de ejercer la suficiente presión como
la racionalidad occidental evalúa la sustentabi-
para lograr definiciones sustantivas en materia
lidad de los mismos. Es en este contexto que
de derechos territoriales, superando la mera
surgen una amplia variedad de experiencias de
declaración de principios que emprendieron
recuperación territorial como locus de identi-
algunos gobiernos y organismos internaciona-
dad y relaciones sociales, de construcción de
les y asegurando su efectivo cumplimiento en
etno-territorios, en respuesta a fuerzas que
los territorios. Por otra parte, y en consonancia
afectan los derechos territoriales.
con la emergencia de lo étnico en el plano po-
Es este el caso del pueblo kolla en la provin-
lítico y reivindicativo, se produjo un desplaza-
cia de Salta, donde el avanzado proceso de de-
miento desde la tierra, en tanto referente prin-
forestación responde a los cánones productivos
cipal de los reclamos, al concepto de territorio.
y de saqueo del modelo extractivo-exportador
Siguiendo a Toledo Llancaqueo (2005) este
imperante desde la década del noventa y cuenta
concepto contiene diferentes sentidos: como
con la anuencia de la dirigencia política guber-
768 Estudios rurales y movimientos sociales. Miradas desde el Sur

namental, en varios casos involucrada directa- desocupados y ambientalistas, que fue configu-
mente en la explotación sojera y los proyectos rando un entramado de relaciones sociales que
de deforestación. Entre los años 2002 y 2006 intentan dar respuesta de forma organizada a
fueron desmontadas 414.934 ha en la provincia, este modelo de saqueo. Un hito importante en la
más del doble de lo registrado entre 1998-2002. visibilización de la resistencia frente al modelo
No obstante, aún más significativo fue el incre- lo constituyó la audiencia pública que la Corte
mento de las cifras evidenciado en el año 2007, Suprema de Justicia de la Nación llevó adelan-
durante la gestión del entonces gobernador te en febrero de 2009 en respuesta del amparo
Juan Carlos Romero, cuando se autorizó —se- presentado por comunidades de pueblos ori-
gún datos oficiales— la tala de 435.399 ha. Du- ginarios y campesinos de los departamentos
rante el último trimestre de ese año debía entrar San Martín, Orán, Rivadavia y Santa Victoria, a
en vigencia la Ley Nacional de Presupuestos fines de 2008. En aquel amparo responsabiliza-
Mínimos de Protección Ambiental de los Bos- ban a las autoridades nacionales y provinciales
ques Nativos (Ley N° 26.331) y las solicitudes por la tala indiscriminada de bosques (más de
de permisos para desmontes involucraron una un millón de hectáreas) frente al avance de la
superficie de 130.602 ha. Estas cifras resultan frontera agropecuaria y los proyectos fores-
elocuentes si se tiene en cuenta que la totalidad tales, y solicitaban la declaración de incons-
de los permisos de desmonte del período (2004- titucionalidad y nulidad de las autorizaciones
2007) abarcaba una superficie de 807.509 ha. del desmonte. La Corte Suprema terminó por
Por otra parte, se trata de datos oficiales, por lo hacer lugar al pedido de las comunidades de
que cabe suponer que la superficie afectada es ampliación de la medida cautelar de diciembre
aún mayor si consideramos los desmontes rea- de 2008 a la totalidad de autorizaciones conce-
lizados sin los permisos correspondientes. didas en los cuatro departamentos, hasta tanto
Ante el saqueo de los bienes comunes que el gobierno provincial y nacional realizara un
promueve este modelo extractivo hegemónico estudio de impacto ambiental sobre el efecto
y que se hace presente de modo intempestivo acumulativo de estas deforestaciones1.
en provincias como Salta, se ha configurado un
escenario heterogéneo de organizaciones de
1 El 29 de diciembre de 2008 la Corte ordenó la sus-
pueblos originarios, campesinos, trabajadores pensión de la tala y los desmontes autorizados en el úl-
Bienes comunes en la hegemonía extractivista | GER-GEMSAL  769

En este proceso, las comunidades kollas mantiene la lucha por la titulación comunitaria
de Salta se han organizado en el Qullamarka2, de su territorio.
fortaleciendo así su lucha por el respeto a los Un caso similar se da en la provincia de Cha-
derechos adquiridos como pueblos originarios co, donde desde los años ochenta las comu-
y su autodeterminación territorial, generando nidades de los pueblos Qom, Wichi y Mocoví,
diversas acciones de resistencia a este modelo con el acompañamiento de un grupo de organi-
extractivo. Por otra parte ha denunciado en va- zaciones no gubernamentales, han impulsado
rias oportunidades el avance de la explotación importantes movilizaciones con el propósito
forestal en su territorio, incluso una vez expe- de instalar en el espacio público la discusión
dida la Corte Suprema de Justicia en cuanto sobre la situación de los indígenas de la pro-
a su prohibición, al tiempo que ha venido de- vincia. En un contexto de profundas transfor-
nunciando el avance de la explotación minera maciones de la estructura social y del sistema
y su repudio total a estas formas de saqueo y productivo, el acceso a la tierra fue el reclamo
contaminación de los bienes comunes. En efec- central que estructuró las demandas históricas
to, el Qullamarka hace frente cotidianamente reimpulsadas por las comunidades.
en un territorio de más de un millón de ha a Con ese escenario de fondo, hacia 1987 las
emprendimientos turísticos, mineros, educati- demandas y movilizaciones indígenas deriva-
vos, proyectos de saqueo de bienes comunes; ron en la sanción de la denominada “Ley del
antagonizando con modelos de intervención Aborigen Chaqueño” (Ley N° 3258). Desde la
territorial de diferentes programas de desarro- sanción de esa norma las comunidades obtuvie-
llo de ONG y organismos estatales; a la vez que ron la titulación de una superficie aproximada
de 250.000 ha, a las que se suman otras 320.000
ha en la zona de El Impenetrable, que fueron re-
timo trimestre de 2007, mediante una medida cautelar conocidas como pertenecientes a comunidades
en función del principio precautorio (contemplado en indígenas pero que aún no han sido restituidas
el Art. 4 de la Ley General del Ambiente N° 25.675) y
formalmente (Beck, 2007). En este marco, la ti-
convocó a la mencionada audiencia.
tularización comunitaria de 140.000 ha que se
2 Coordinadora de Organizaciones Kollas Autóno-
hizo efectiva en 1999 a favor de la Asociación
mas, que agrupa a las comunidades indígenas kollas de
la provincia de Salta. Meguesoxochi en el Interfluvio Teuco-Berme-
770 Estudios rurales y movimientos sociales. Miradas desde el Sur

jito, constituye un caso paradigmático porque te durante los últimos años el cumplimiento
se trata de la mayor restitución de tierras —en de las normas vigentes para frenar el avance
términos de la superficie afectada— a favor de compulsivo de las empresas comerciales sobre
los pueblos indígenas en la Argentina. Mientras sus territorios. Durante el año 2003 el Gobierno
tanto, durante los años noventa los procesos de provincial impulsó la sanción de una nueva Ley
reestructuración productiva se profundizaron de Bosques (N° 5285) que permitiría continuar
en el marco del modelo de desarrollo que se con los desmontes, pero las Asociaciones Co-
consolidó a la par de las políticas neoliberales. munitarias de Nueva Pompeya, Nueva Pobla-
La modernización del circuito algodonero avan- ción y Comandancia Frías —comunidades wi-
zó de la mano de la mecanización de la cosecha chi de la zona de El Impenetrable— presenta-
y agudizó el declive de una de las principales ron un recurso de amparo alegando que dicha
fuentes de empleo rural, mientras que, sobre iniciativa era inconstitucional. El argumento
el final de la década, la expansión de la fronte- central, además de señalar que dicha ley favo-
ra agrícola adquirió un impulso decisivo al di- recería la destrucción de monte nativo y que
fundirse el cultivo de la soja transgénica en la no contaba con los estudios de impacto am-
provincia. La adjudicación irregular de tierras biental requeridos, denunciaba que nunca se
fiscales para ser incorporadas a la producción había dado participación a las comunidades en
después del desmonte asumió una dimensión su diseño, tal como lo establece el artículo 75
escandalosa. Según datos difundidos por traba- de la Constitución Nacional. Como resultado,
jadores del Instituto de Colonización, el Estado la justicia provincial atendió al reclamo y dejó
chaqueño pasó de tener 3.500.000 ha a media- sin efecto la nueva ley.
dos de los noventa a poseer tan solo 650.000 ha Finalmente, podemos afirmar que el caso del
en diciembre de 2007. Se ha señalado que gran pueblo mapuche del sur del país presenta si-
parte de las adjudicaciones fue realizada en for- milares características a los anteriores, aunque
ma irregular, sin cumplir con las condiciones también tiene algunas peculiaridades. Estas
que establecen la Constitución Provincial y la comunidades indígenas se encuentran ubica-
Ley de Tierras (N° 2913). das en el sur de la Argentina, fundamentalmen-
Las comunidades indígenas y sus organiza- te en las provincias de Río Negro y Neuquén,
ciones de apoyo han reclamado insistentemen- aunque con presencia también en Chubut y el
Bienes comunes en la hegemonía extractivista | GER-GEMSAL  771

sur de Buenos Aires. A lo largo de las últimas de hace unos años se destaca la recuperación
décadas, los mapuches han emprendido una de 42.000 ha en Pulmarí, provincia de Neuquén,
larga serie de acciones organizativas tendien- tras un largo proceso de ocupación e instancias
tes a la recuperación territorial y a la defensa judiciales varias a lo largo de más de una déca-
de los bienes comunes en su territorio. Región da. Allí el conflicto se produjo a partir de los
rica en biodiversidad, minerales e hidrocarbu- incumplimientos recurrentes de los estatutos
ros, la Patagonia ha sido y es objeto de múlti- de administración de un predio de 110.000 ha
ples intereses económicos, siendo quienes los por parte de la CIP (Corporación Interestadual
detentan los principales agentes del despojo, Pulmarí), que estando integrada por autorida-
conjuntamente con la complicidad del Estado des nacionales, provinciales y representantes
nacional y provincial que no resguardan a las mapuches, debía hacerse cargo de la gestión
comunidades ni regulan la venta y/o la conce- conjunta del predio.
sión indiscriminada de tierras y bienes. El otro- También en Neuquén es trascendente la
ra mal llamado “desierto” —que nunca ha sido oposición que viene presentando el pueblo
tal— sigue siendo aún un territorio en disputa mapuche a las empresas petroleras, ahora la
por parte de las corporaciones internacionales nacionalizada YPF en sociedad con Chevron, y
y los gobiernos nacionales de turno. la nueva tecnología de extracción de gas deno-
Durante los años noventa las comunidades minada fracking.
han iniciado procesos de recuperación territo- Cabe mencionar que las recuperaciones te-
rial de facto en distintos puntos de la Patago- rritoriales han sido las acciones de mayor re-
nia, los cuales se mantienen hasta hoy con di- currencia del pueblo mapuche. Entre los múl-
ferentes niveles de conflictividad y en distintas tiples procesos de recuperación territorial so-
instancias judiciales. En dichas prácticas las bresale, por su resonancia internacional y su
comunidades ponen de manifiesto su opción impacto mediático, la que se llevó a cabo en
por la vía de la acción directa, lo cual podría Santa Rosa de Leleque, provincia de Chubut,
estar evidenciando la futilidad —o al menos la por tener como interlocutor a la corporación
excesiva dilación— de los procesos legales de Benetton (véase el artículo de Gisela Hadad
restitución iniciados hasta el momento. Pueden en este libro).
nombrarse varios hitos que grafican esto. Des-
772 Estudios rurales y movimientos sociales. Miradas desde el Sur

Campesinas y campesinos para democratizar el control de los medios de


producción y solucionar los problemas de po-
En primer lugar se observa la línea de trabajo breza en el campo y la ciudad; y b) Soberanía
que vienen desarrollando algunas organizacio- Alimentaria contra el modelo de agronegocios,
nes que coordinaban en la Mesa Nacional de para defender una cultura de producción, que
Organizaciones de Productores Familiares y provee de alimentos sanos a nuestro pueblo a
que actualmente conforman el Movimiento Na- través de un comercio justo. A su vez señalan
cional Campesino e Indígena (MNCI). En estas la necesidad de que se respeten los territorios
prácticas se registran paros de desalojos, recu- campesinos e indígenas como modo de que se
peración de territorios, enfrentamientos con reconozca el uso y la propiedad comunitaria de
nuevos y viejos inversores sojeros, etcétera. En la tierra y los campos abiertos. En esta línea
este movimiento abrevan el Movimiento Cam- apuntan al “uso social” de la tierra, para que
pesino de Santiago del Estero - Vía Campesina esta cumpla con una función social: “respetan-
(MOCASE-VC), el Movimiento Campesino de do la biodiversidad del medio ambiente y los
Córdoba (MCC), la Unión de Trabajadores Sin derechos sociales de sus trabajadores, sirvien-
Tierra de Mendoza (UST), la Red Puna de Jujuy do para la producción de alimentos en condi-
y el Encuentro Calchaquí (Salta), entre otros ciones de vida digna”.
(incluso forman parte o se van integrando or- El MNCI también ha avanzado en el desa-
ganizaciones cuyo ámbito de acción es el co- rrollo de procesos educativos y de formación
nurbano bonaerense y rosarino). Estas organi- desarrollados con criterios propios: la tecnica-
zaciones son las que están más estrechamente tura en agroecología o Escuela de Agroecolo-
ligadas a los movimientos campesinos latinoa- gía, la Escuela Campesina para finalizar el ciclo
mericanos (especialmente a través de su parti- primario, la Escuela de la Memoria Histórica, el
cipación en la Coordinadora Latinoamericana Campamento Latinoamericano de Jóvenes y la
de Organizaciones del Campo —CLOC—), y Escuela de Formación Política, etcétera. Estos
a la Vía Campesina a nivel internacional; con espacios educativos confluyen en la de confor-
las cuales realizan permanentes encuentros mación de una Universidad Campesina.
y pasantías. Sus principales proposiciones y En segundo lugar, encontramos a la Coordi-
demandas son: a) Reforma Agraria Integral nadora de Comunidades Indígenas y Trabajado-
Bienes comunes en la hegemonía extractivista | GER-GEMSAL  773

res Rurales de la Argentina (COCITRA) que es FAA, y solo más tarde se autonomizó comple-
el resultado de la articulación de organizacio- tamente, aunque algunas organizaciones hayan
nes de diferentes identidades colectivas como seguido vinculadas a la Federación de manera
el Consejo Asesor Indígena (CAI), la Unión de particular. Sin embargo, la confluencia de FAA
Campesinos Poriajhú del Chaco y el Campa- con la Sociedad Rural Argentina, CONINAGRO
mento de Trabajo de Córdoba que también for- (Confederación Intercooperativa Agropecuaria
man parte de la Coordinadora Latinoamericana Cooperativa Limitada) y Confederación Rural
de Organizaciones del Campo (CLOC). Como Argentina (CRA), durante el “paro del campo”
en las organizaciones anteriores, la lucha por del 2008, conllevó a la salida de las organizacio-
sus tierras y el enfrentamiento a los actores del nes campesinas y la conformación del Frente
“agronegocio” son el centro de sus prácticas de Nacional Campesino —en un lanzamiento apo-
luchas y resistencias. Asimismo, hay que pres- yado por Madres de Plaza de Mayo—. En gene-
tar atención al intento de la Federación Agraria ral, este frente agrupaba organizaciones surgi-
Argentina (FAA) de reivindicar las luchas de das en los noventa que han confluido en este
organizaciones campesinas de Santiago del Es- espacio muy recientemente. Algunas organiza-
tero, Formosa y Misiones en la medida que FAA ciones que lo conforman han estado vinculadas
intentó interpretar la potencia que guarda esta a FAA, como las agrupaciones de Santiago del
nueva emergencia de la cuestión campesina en Estero. Otras vienen de una trayectoria de fuer-
la Argentina. Y a la vez, no es menos cierto que te relación con partidos políticos y gobiernos
para muchas organizaciones campesinas con- de corte nacional y popular en nuestro conti-
tar con el apoyo de FAA significa un respaldo nente (es el caso de una de las líneas del Mo-
nacional que precisan tanto a la hora de hacer vimiento Campesino de Formosa, MOCAFOR).
visibles sus luchas, como al momento de pro- Por otro lado, el resurgimiento de las Ligas
tegerse de la represión que sigue a sus accio- Agrarias marca la búsqueda de recuperar la tra-
nes en los territorios que disputan, allí donde dición de sus luchas de las Ligas Agrarias de
la trama del poder local y provincial las aísla y los años setenta; de hecho sus impulsores son
les quita tanto recursos como capacidades. En ex-liguistas de las provincias de Chaco, Santa
un primer momento, la Mesa Nacional de Pro- Fe y Corrientes. Este reagrupamiento asume
ductores Familiares se inscribió dentro de la un carácter regional y se inserta en instancias
774 Estudios rurales y movimientos sociales. Miradas desde el Sur

nacionales de coordinación campesina. Se han dización de la lógica extractiva, comienza a


conformado como asociación civil y ocupan consolidarse un modelo productivo en base a
cargos públicos. la extracción de los recursos naturales no re-
Por último, es importante mencionar la novables y contaminación del medio ambien-
Asamblea Campesina del Norte Argentino, es- te. En la actualidad los proyectos de minería
tructurada en el 2006. Esta empalma experien- metalífera a cielo abierto que se encuentran en
cias de organización y lucha de larga data en producción son: Cerro Vanguardia y Manantial
Chaco, Formosa, Santiago, Corrientes y norte Espejo (Santa Cruz); Veladero (San Juan); La
de Santa Fe, surgidas en los ochenta y noventa. Alumbrera (Catamarca) y Mina Pirquitas (Ju-
Algunas de estas organizaciones participaban juy). A la vez, existen una gran cantidad de em-
también del Frente Nacional Campesino, otras prendimientos en etapa de construcción, entre
no. En este armazón de alcance regional, pue- los que se destaca el de Pascua-Lama por su
de observarse la fuerte presencia de organiza- envergadura y por ser el primer proyecto bina-
ciones del Chaco como la Unión de Pequeños cional argentino-chileno. Asimismo, se encuen-
Productores del Chaco —UNPEPROCH—, así tran en vía de explotación varios proyectos de
como la Mesa de Organizaciones de Pequeños extracción de uranio en las provincias de Jujuy,
Productores del Chaco que aglutina a casi to- Salta, Catamarca y La Rioja, entre otras.
das las organizaciones de esa provincia. Se tra- Es así que, al tiempo que proliferan las ex-
ta de un espacio regional que posibilita a su vez ploraciones y cateos en la región cordillerana
la generación de otras tramas de relaciones a por parte de las corporaciones mineras con el
nivel provincial o nacional. apoyo de funcionarios provinciales y nacio-
nales, las poblaciones comienzan a alertarse,
informarse y organizarse. De esta manera,
Los pueblos cordilleranos y las surgen a lo largo del país alrededor de setenta
Asambleas del No a la minería a asambleas de vecinos y autoconvocados que
cielo abierto ven amenazadas sus condiciones y calidad de
vida ante estos proyectos de megaminería. Si
Con el marco legal establecido, la incorpo- bien cada conflicto se encuentra teñido por su
ración de tecnología “de punta” y la profun- propia particularidad, las distintas luchas dise-
Bienes comunes en la hegemonía extractivista | GER-GEMSAL  775

minadas por toda la zona cordillerana comen- te años impidiendo entrar al capital minero, la
zaron a entrelazarse a partir de encuentros or- asamblea y el pueblo de Famatina en su tota-
ganizados a nivel nacional. De esta manera, en lidad incluido el sacerdote párroco y el inten-
noviembre de 2003, se realizó en Buenos Aires dente, con costos personales muy altos. Una de
el primer Encuentro Nacional de Comunida- las últimas represiones subió el nivel de violen-
des afectadas por la Minería con la participa- cia policial (Página/12, 16-05-2013).
ción de delegaciones de las provincias de Cata- Aquí es necesario resaltar la dimensión mul-
marca, Córdoba, Chubut, Río Negro, San Juan tiescalar que atraviesa a los movimientos so-
y Tucumán. En abril de 2004 se encontraron cioambientales, en el que se encuentran involu-
por segunda vez en Tafí del Valle (Tucumán) y crados distintos actores (sociales, económicos
al año siguiente se congregaron en Andalgalá y políticos) a nivel local, regional, nacional y
(Catamarca). global (Svampa, Bottaro y Sola Álvarez, 2009).
En julio de 2006 se conformaba la Unión de Asimismo, otra distinción importante es la can-
Asambleas Ciudadanas (UAC) como una red tidad de terceros actores comprometidos con
nacional que articula la distintas asambleas y esas luchas territoriales que logran articular. Si
organizaciones de base afectadas por la mega- bien este fenómeno incluye a los movimientos
minería, el modelo del agronegocio y los pro- campesinos e indígenas, en el caso de las asam-
blemas urbano-ambientales, en defensa de los bleas contra la minería cobra una significación
“bienes comunes, la salud y la autodetermina- particular (véase Giarracca y Mariotti, 2012).
ción de los pueblos”. A su vez, convergen en Algunas asambleas como la de Chilecito y
este mismo espacio organizaciones campesi- Famatina (La Rioja), y la de Cafayate (Salta)
nas e indígenas, colectivos culturales, ONG y han logrado a través de una Ordenanza muni-
personas independientes. Como un espacio de cipal que se prohíba el ingreso, tránsito y alma-
intercambio, discusión y acción, la UAC se re- cenamiento de sustancias tóxicas en sus de-
úne tres veces al año en distintos lugares del partamentos; en otras regiones, como Esquel
país. De todos modos la dinámica más intere- (Chubut), Tilcara (Jujuy) y San Carlos (Men-
sante de estas experiencias se visualiza en los doza) los asambleístas lograron directamente
territorios, donde encontramos por ejemplo, prohibir la minería metalífera a cielo abierto
Chilecito y Famatina (La Rioja) que llevan sie- en sus localidades. Es importante mencionar
776 Estudios rurales y movimientos sociales. Miradas desde el Sur

como antecedente el plebiscito no vinculante Tucumán (2007), La Pampa (2007), Mendoza


que organizaron los vecinos autoconvocados (2007), Córdoba (2008) y San Luis (2008). Cabe
de Esquel en marzo de 2003 en el que el 81% aclarar que en La Rioja se había logrado dictar
de la población pronunció un rotundo “no” a la una Ley que prohibía la explotación minera con
minería tóxica. sustancias tóxicas en el 2007 y un año más tar-
Si bien el plebiscito de Esquel tuvo un arras- de fue anulada por el actual Gobernador Beder
tre multiplicador, despertando a otras regio- Herrera, quien había impulsado esa legislación
nes donde ya se habían implantado o se pro- y destituido al Gobernador anterior, Ángel Ma-
yectaban emprendimientos mineros de gran zza. En Chilecito y Famatina se dictaron las Or-
envergadura; como correlato los gobiernos denanzas N° 972/06 y N° 973/06 y en Cafayate
provinciales no permitieron que se llevara ade- se dictó la Ordenanza N° 13/08.
lante ninguna consulta popular, a pesar de la Surgen también nuevos modos de acción por
demanda y presión de vecinos y autoridades parte de las distintas asambleas que luego son
municipales (tal es el caso de Calingasta, San socializados y recreados por otros grupos de
Juan; Famatina, La Rioja; Tinogasta, Catamar- autoconvocados en sus respectivas regiones.
ca). Hasta ahora solo se logró nuevamente en Entre ellas, se pueden destacar la realización
Loncopué, Provincia de Neuquén el 3 de junio de charlas informativas en plazas y escuelas;
de 2012 cuando se logró ganar con el 80% al re- las pintadas y los murales en las paredes de
chazar la minería. las ciudades y pueblos cordilleranos; las per-
Por otro lado, las asambleas realizan accio- formances; el bloqueo del paso a vehículos del
nes directas que se caracterizan por ser disrup- Estado y de las empresas mineras que circulan
tivas, autónomas, deliberativas y no violentas. por la zona.
Algunas de ellas forman parte de las acciones Bajo este contexto las asambleas de Tino-
de protesta “tradicionales” o ya conocidas gasta y de los Valles Calchaquíes decidieron no
como las movilizaciones, caravanas, cortes de dejar pasar a los camiones que transportan in-
ruta, escraches, etcétera. A partir de las accio- sumos hacia Bajo La Alumbrera, en Catamarca.
nes llevadas a cabo por las asambleas se ha lo- Durante el 2008 los autoconvocados realizaron
grado prohibir la minería a cielo abierto en sie- tres bloqueos de gran magnitud sobre las ru-
te provincias: Chubut (2003), Río Negro (2005), tas nacionales N° 60 y N° 40. Estas incipientes
Bienes comunes en la hegemonía extractivista | GER-GEMSAL  777

experiencias fueron conformando una “red de dio de esta Ley se prohibía cualquier actividad
obstrucción”, que a la vez que no permiten que que afectara la zona glaciar y periglaciar, que
los insumos hacia la mina lleguen a tiempo y representan el 75% de la reserva hídrica del
en algunos casos nunca lleguen, se va constru- país. El argumento que respaldaba dicha deci-
yendo un fuerte vínculo de solidaridad entre sión se basaba en los efectos negativos sobre el
las distintas asambleas que se comunican, dis- desarrollo y producción de las provincias cor-
cuten y generan acciones conjuntas, haciendo dilleranas que ocasionaría la veda de toda acti-
que la propia lucha se convierta en la de todos. vidad sobre estas regiones. Dicha posición era
En los últimos tiempos, se evidencia un recru- reforzada por un discurso fuertemente federa-
decimiento de la criminalización de la protesta lista que defendía la autonomía de los Estados
que llevan a cabo estas poblaciones en resisten- provinciales para disponer de los recursos na-
cia. En este contexto, fueron allanadas diecisiete turales. La Ley de Glaciares vetada por el poder
viviendas de habitantes del Barrio La Paz y auto- Ejecutivo, volvió al Parlamento y después de
convocados de Tinogasta a raíz del episodio con- una larga y compleja discusión fue aprobada en
fuso en el que apareció un camión incendiado en septiembre de 2010 y esta vez sin veto presi-
el último bloqueo realizado en dicha ciudad. Pa- dencial. Por supuesto, la provincia de San Juan
radigmática fue la represión de febrero de 2012 desconociendo la legalidad nacional mandó a
en Tinogasta con bloqueos de poblaciones y una poner un recurso de amparo que fue el medio
violencia inusitada sobre las personas. A la vez, por el cual siguió usando los glaciares durante
once vecinos de Cafayate fueron imputados del todo este tiempo aun cuando la Corte Suprema
“delito de entorpecimiento del normal funciona- de Justicia falló a favor de la Ley y contra la
miento del transporte terrestre”, nueve meses cautelar sanjuanina en julio de 2012.
después de la obstrucción a camiones que se di-
rigían hacia Bajo La Alumbrera.
A su vez la consolidación del modelo ex- Algunas reflexiones
tractivo de la megaminería muestra su faceta finales a modo de conclusión
institucional en el veto de la Ley de protección
de los Glaciares (Ley N° 24.618) por parte del El acervo de legislación y los cambios coyun-
Poder Ejecutivo en noviembre de 2008. Por me- turales desde los comienzos del neoliberalis-
778 Estudios rurales y movimientos sociales. Miradas desde el Sur

mo, no tardaron en tomar una forma relativa- En este sentido, resulta importante aclarar
mente estable, que a su vez conservara impor- que tanto la semilla como el herbicida son pro-
tantes márgenes de mutabilidad que le permi- piedad de la empresa multinacional Monsanto.
ten adaptarse a contextos diversos. En el caso La expansión de este modelo se profundiza
de la producción agropecuaria se intensifica a raíz de la mayor rentabilidad del cultivo de
el proceso de reconversión de la producción soja producto de la sostenida alza de su precio
desde un modelo de desarrollo agroindustrial internacional. Como parte de una tendencia
hacia los llamados agronegocios (Giarracca y mundial del capital especulativo hacia la in-
Teubal, 2008). Bajo este nuevo paradigma se versión segura en el mercado de los commo-
perfila la primacía de las producciones desti- dities, el constante aumento del precio de la
nadas a la exportación, las cuales requieren de soja permitió una suba de la renta diferencial
una importante inversión de capital y la apli- de la tierra. Esto tuvo y tiene al menos dos
cación de tecnologías “de punta”. En la región consecuencias: por un lado, las tierras más fér-
pampeana, aunque en un proceso de franca ex- tiles obtienen cada vez mayores ingresos por
pansión hacia otras regiones del país, la soja una misma producción pues el valor real de la
se muestra como el ejemplo más paradigmá- oleaginosa crece constantemente. Por el otro,
tico. Su amplia adaptación a diversos suelos y la suba de los precios permite la incorporación
condiciones climáticas permitió un vertigino- a la producción de tierras que anteriormente
so ascenso tanto en volumen cosechado como no eran rentables para el cultivo, presionando
en superficie implantada desde los años seten- la frontera agraria y el monocultivo hacia re-
ta. Pero el hito histórico debería ubicarse en el giones marginales al modelo. Estos territorios
año 1996 cuando el Estado argentino autorizó están normalmente habitados por pueblos ori-
la utilización de la soja transgénica (Round ginarios y campesinos quienes son arrincona-
up Ready) en todo el territorio nacional. Esta dos y con los que las corporaciones y “nuevos
política completó la conformación del paque- inversores” (fondos de inversión o grandes
te tecnológico compuesto por el herbicida de terratenientes pampeanos o provinciales) en-
amplio espectro conocido como glifosato, la tran en disputas, para preservar la tierra y los
siembra directa y las semillas de soja (Teubal, frágiles ecosistemas, como en el caso de las
2006; Boy, 2005). yungas. Por lo tanto, si bien existen múltiples
Bienes comunes en la hegemonía extractivista | GER-GEMSAL  779

explicaciones para este fenómeno de suba de subido notablemente. Según un informe reali-
precios (aumento del consumo en países como zado por la Secretaría de Minería de la Nación
India y China; desastres climáticos diversos; (2008), en el año 2007 se realizaron inversiones
el aumento sostenido del petróleo que afecta destinadas a actividades de exploración, desa-
a los insumos y presiona para la utilización de rrollo de proyectos y producción de minerales
cultivos para la producción de biodiesel y eta- por más de $5.600 millones, que significaron un
nol; etcétera), la principal fuente explicativa crecimiento acumulado de 748% con respecto
tendríamos que ubicarla en el avance de la lógi- al 2003 y la existencia de más de 336 empren-
ca financiera en el sector agropecuario. dimientos mineros en todo el país. La emergen-
No obstante, como intentamos mostrar en cia de las organizaciones de los pueblos pata-
este trabajo, a la lógica del agronegocio se le gónicos y cordilleranos se coordinaron en muy
oponen otras lógicas de producción de alimen- pocos años y son paradigmáticos en esta lucha
tos (y no commodities), de cuidado de la tierra por parar esta actividad depredadora.
y de otra relación con los bienes comunes en En conclusión, lo que encontramos en ten-
general: son las apuestas de organizaciones de sión en estos territorios es la existencia de ló-
los pueblos indígenas y de los campesinos. Es- gicas y sentidos antagónicos recreados en las
tos procesos de apropiación mercantil de los disputas que protagonizan pueblos originarios,
territorios también pueden constatarse con la movimientos campesinos y asambleas de pue-
megaminería. Si en el caso de la tierra la renta blos patagónicos y cordilleranos en torno al te-
se genera principalmente con los mayores in- rritorio y los bienes comunes. Creemos que el
gresos por la fertilidad de las mejores tierras, nivel de esta disputa estará también relacionada
la minería lo hace por el control estratégico y con el Estado nacional y, sobre todo, los Esta-
monopólico de un recurso que es escaso. En dos provinciales, que se encuentran en la sim-
la tendencia mundial hacia el aumento de los ple disyuntiva de escuchar a las organizaciones,
commodities, los minerales no fueron la ex- entrar en diálogos democráticos con ellas (las
cepción; si bien el caso del petróleo es para- siete provincias que tienen leyes que prohíben
digmático por la alta dependencia del sistema o limitan la actividad minera es un ejemplo de
capitalista mundial al oro negro, el oro, la plata, esto); o la posibilidad de fortalecer la articula-
el cobre y la gran mayoría de los metales han ción económica y política con las corporaciones
780 Estudios rurales y movimientos sociales. Miradas desde el Sur

del agronegocio y la minería y caer en la tenta- Ceceña, A. E. (comp.) 2004 Hegemonías y


ción de niveles intolerables de represión en un emancipaciones en el siglo XXI (Buenos
sistema democrático. Existen indicios alarman- Aires: CLACSO).
tes en tal sentido (La Rioja, Salta, Santiago del Ceceña, A. E.; Aguilar, P. y Motto, C. 2007
Estero, etcétera), por eso es necesario conocer Territorialidad de la dominación:
y reflexionar sobre estos procesos que pueden La Integración de la Infraestructura
debilitar a los gobiernos democráticamente ele- Regional Sudamericana (IIRSA) (Buenos
gidos en la Argentina hasta límites peligrosos. Aires: Observatorio Latinoamericano de
Geopolítica).
Giarracca, N. y Del Pozo, N. 2005 “La lucha
Bibliografía por los derechos del agua en Tucumán.
Transnacionales y mujeres en la protesta
Barbetta, P. 2009 “En los bordes de lo jurídico. social” en Giarracca, N. y Teubal, M.
Conflictos por la tenencia legal de la tierra (coords.) El campo argentino en la
en Santiago del Estero”, tesis de doctorado encrucijada. Estrategias y resistencias
(Buenos Aires: Facultad de Filosofía y sociales, ecos en la ciudad (Buenos Aires:
Letras, UBA) mimeo. Alianza).
Beck, H. H. 2007 “Aborígenes chaqueños: Giarracca, N. y Hadad, G. 2009 “Disputas
de la conquista al respeto por su cultura. manifiestas y latentes en La Rioja minera.
Una historia inconclusa” en Suplemento Política de vida y agua en el centro de la
Antropológico (Asunción) Vol. XLII, Nº 1. escena” en Svampa, M. y Antonelli, M.
Bengoa, J. 2000 La emergencia Indígena en (eds.) Minería trasnacional, narrativas
América Latina (Santiago de Chile: Fondo del desarrollo y resistencias sociales
de Cultura Económica). (Buenos Aires: Biblos).
Boy, A. 2005 “Cambios productivos y sus Giarracca, N. y Mariotti, D. 2012 “Porque
repercusiones en el nivel agronómico” juntos somos muchos más. Los
en Giarracca, N. y Teubal, M. (coord.) movimientos socioterritoriales de Argentina
El campo argentino en la encrucijada y sus aliados” en OSAL (Buenos Aires:
(Buenos Aires: Alianza). CLACSO) Año XIII, Nº 32, noviembre.
Bienes comunes en la hegemonía extractivista | GER-GEMSAL  781

Giarracca, N. y Teubal, M. 2008 “Del América Latina: 1990-2004. ¿Fronteras


desarrollo agroindustrial a la expansión del indígenas de la globalización?” en Dávalos,
‘agronegocio’: el caso argentino” en Mançano P. (comp.) Pueblos indígenas, estado y
Fernandes, B. (org.) Campesinato e democracia (Buenos Aires: CLACSO).
agronegócio na América Latina: a questão Zibechi, R. 2006 “IIRSA: la integración a la
agrária atual (San Pablo: CLACSO). medida de los mercados” en <http://www.
Giarracca, N. y Warhen, J. 2005 “Territorios ircamericas.org/esp/3314>.
en disputa: iniciativas productivas y acción
política en Mosconi, Argentina” en OSAL
(Buenos Aires: CLACSO) Nº 16.
Secretaría de Minería de la Nación 2008
Informe “Minería en números 2008”
(Buenos Aires: Ministerio de Planificación
Federal, Inversión Pública y Servicios).
Svampa, M.; Bottaro, L. y Sola Álvarez, M.
2009 “Los movimientos contra la minería
metalífera a cielo abierto: escenarios y
conflictos. Entre el ‘efecto Esquel’ y el
‘efecto La Alumbrera’” en Svampa, M. y
Antonelli, M. (eds.) Minería transnacional,
narrativas del desarrollo y resistencias
sociales (Buenos Aires: Biblos).
Teubal, M. 2006b “Expansión del modelo
sojero en la Argentina. De la producción
de alimentos a los commodities” en
Realidad Económica (Buenos Aires) Nº
220, mayo-junio.
Toledo Llancaqueo, V. 2005 “Políticas
indígenas y derechos territoriales en
Cuando hasta las piedras se levantan.
Oaxaca, México, 2006
Presentación y notas metodológicas*

Presentación có un hito en las rebeldías a los capitalismos


vernáculos de aquellos tiempos del primer
El conocido historiador marxista británico centenario de la independencia. En efecto,
Eric Hobsbawm sostiene que se puede con- antes que en la China de Mao Tsé Tung, fue
siderar un siglo XX corto, que comienza con en México donde se enunció la posibilidad de
la Revolución Rusa y finaliza con la caída del que un proceso radical podía iniciarse “a dis-
muro de Berlín. Sin restar importancia a es- tancia de las ciudades”1. La Revolución Mexi-
tos acontecimientos históricos, suelo afirmar cana de 1910 nos legó una idea importante:
que, para América Latina, el siglo corto co- las aspiraciones de una sociedad más justa,
mienza con la Revolución Mexicana y termina más igualitaria y libertaria pueden circular
con el levantamiento del Ejército Zapatista de y convertirse en prácticas en los territorios
Liberación (EZLN) en Chiapas. Para quienes campesinos hermanados con las comunida-
consideramos que existe un particular modo des indígenas. Es decir, no es única potestad
de situarse en el mundo, desde el sur, desde de la clase obrera.
nuestros países de América Latina, el levan-
tamiento campesino de 1910 en México mar-
1 El concepto lo utiliza Badiou para el caso de Chi-
na. Dice: “Tomemos la Revolución China. ¿Qué muestra
* Giarracca, N. 2008 “Presentación y notas metodo- la Revolución China en su primera parte? Nos muestra
lógicas” en Esteva, G.; Valencia, R. y Venegas, D. (eds.) que se puede construir en el campo, con los campesi-
Cuando hasta las piedras se levantan. Oaxaca, Méxi- nos, un poder que limite el poder reaccionario estable-
co, 2006 (Buenos Aires: GEMSAL / Antropofagia). cido en las ciudades” (2003: 13).
784 Estudios rurales y movimientos sociales. Miradas desde el Sur

Los campesinos mexicanos no llegaron a cionaria que ya venía decayendo en su afán de


convertirse en gobierno, sino que lo delegaron guiar las aspiraciones de las sociedades moder-
en una clase urbana ilustrada; lo mismo hicie- nas, fue percibida como un momento “final”. Se
ron los campesinos rusos que venían luchando habló de varios “finales”: de las ideologías, de
contra el zarismo desde mediados del siglo la historia, de las esperanzas. Contrariamente,
XIX. Los grupos ilustrados con formación libe- el hito histórico latinoamericano, el surgimien-
ral modernizadora en los dos países (liberales to del EZLN en Chiapas, mostró sin tapujos un
a lo latinoamericano en México y marxistas en “comienzo”. Nadie pone en duda la novedad del
Rusia) una vez ubicados en el Estado, desjerar- acontecimiento. Alain Badiou sostuvo que se
quizaron el papel de los campesinos y traicio- trataba de una invención, una nueva política: a
naron sus principios de lucha que se asentaban distancia del Estado. “La irrupción zapatista de
en la distribución igualitaria de la tierra. Sin Chiapas fija una medida al Estado mexicano.
embargo, la mexicana fue “historizada” como Muestra que ese Estado tradicional puede ser
una posible revolución campesina inconclusa identificado y limitado por una nueva forma de
(y circularon muchas interpretaciones acerca acción política” (Badiou, 2003: 13). Esa fijación
de las razones) mientras que la rusa resultó, se- de límites, de identificación, agrega el autor, no
gún las historias liberales y comunistas oficia- se puede hacer desde el interior del Estado; de
les, como una revolución proletaria. Sostiene el allí la necesidad de una ruptura con la vieja po-
historiador Ezequiel Adamovsky en una entre- lítica, la necesidad de una política que escape a
vista a raíz del aniversario de los acontecimien- la organización estatal que somete toda posibi-
tos “Fue una revolución obrera, pero también lidad de innovación a la representación.
fue una revolución campesina. Es impensable Estos dos pensamientos políticos, la posibi-
todo el proceso sin la acción de los campesi- lidad de una organización radical a distancia
nos, que tenían sus propias organizaciones que de las ciudades, corazón del capitalismo en la
poco tenían que ver con los bolcheviques, con alborada del siglo XX y la política “a distan-
una cultura muy igualitaria” (Página/12, “A 90 cia del Estado” en sus ocasos, son a mi jui-
años de la Revolución Rusa”, 22-10-2007). cio, dos innovaciones significativas desde el
En el extremo final del siglo, la “caída del Sur, desde los márgenes, que es el lugar desde
muro”, el agotamiento de esa esperanza revolu- donde se ve mejor la gramática del poder. Son
Cuando hasta las piedras se levantan. Oaxaca, México, 2006  785

innovaciones, decimos, dentro de la siempre Pero muy pronto las voces de los mexicanos
inacabada tarea de construir un “mundo otro”, volvieron a escucharse cuando un grupo de
es decir en el espacio de la política como acti- campesinos del Estado de México, en Aten-
vidad creativa. co, obstruye un disparatado emprendimiento
El grito de Chiapas recorrió la América y de Vicente Fox: la construcción de un nuevo
un mundo desencantado lo acogió con espe- y mega-aeropuerto en tierras agrícolas. Ya no
ranzas. Luego se sumaron experiencias como cabían dudas: a la pretensión totalizadora del
las de Ecuador y Bolivia que, a diferencia de la neoliberalismo se le ponen límites, se le fijan
de México, fueron y vinieron del espacio de la distancias, desde el Sur; en idiomas que no son
gestión estatal buscando en una práctica sos- los del poder.
tenida la construcción de “Estados plurinacio- No obstante estas resistencias, el poder cons-
nales”. Las dificultades de sus luchas se suman tituido sacó de la galera sus caras más “ami-
año tras año. Pero como dice Boaventura de gables” para lograr restituir el orden. Zygmunt
Sousa Santos, las nuevas prácticas de izquier- Bauman (2005) utiliza los conceptos, societas
da no solo ocurren en lugares poco familiares, y comunitas, para referirse a la tensión siem-
sino que se llevan a cabo entre pueblos que pre presente entre orden, jerarquías, estructu-
hablan extraños lenguajes no coloniales (ay- ración, por un lado, y la espontaneidad, creati-
mara, quechua, indi, urdu, arabic, ki-zulu, ki- vidad, autoorganización, fraternidad y rebeldía
kongo) u otros menos hegemónicos como el caótica, por el otro. Para el orden, societas, la
español y el portugués y donde sus referencias posibilidad de la comunitas, de la imaginación
culturales y políticas no son occidentales (De humana, de su inventiva y coraje para romper
Sousa Santos, 2007). la rutina (lo sedimentado injusto) y aventurar-
El siglo XXI comienza (o emerge) en estas se por caminos inexplorados, siempre es una
nuevas resistencias: la Guerra del Agua en Co- situación peligrosa. Tanto el mercado como el
chabamba; las rebeliones argentinas del 2001- Estado invaden y colonizan la comunitas, por
2002 bajo la polisémica consigna “que se vayan lo que esta implica para la rutina asistida des-
todos”; la aparición de ese extraño lugar de de el poder y por su deslumbrante capacidad
alturas, lenguas indias y luchas “rururbanas” productiva y potencial de autosuficiencia. Son
como es El Alto, cerca de La Paz, en Bolivia. espacios que “mercado y Estado” despojan de
786 Estudios rurales y movimientos sociales. Miradas desde el Sur

todo valor; los corren de la atención pública, vianos con sanos resguardos indígenas confia-
los inferiorizan. ron en Evo Morales, y México se ilusiona con
Cuando lo que está en cuestionamiento son un posible triunfo del Partido Revolucionario
las dos instituciones básicas de este capita- Democrático (PRD).
lismo —Estado y mercado— raudamente se Pero poco antes de las elecciones del 2 de
generan mecanismos inesperados para volver julio de 2006 en las que el candidato del PRD,
al orden y recordarnos que otros “desarro- Manuel Andrés López Obrador, tenía muchas
llos” económicos u otros Estados más amisto- posibilidades de ganar, “estas rebeldías” (en el
sos son siempre posibles. Como dice Badiou decir de Ariel Colombo, 2002) irrumpen en un
(2003), cuando “el movimiento” se opone pe- escenario nacional complejo y tensionado2. Las
ligrosamente “al Estado” (el autor juega con la rebeldías, el estado de “comuna” se desató esta
dualidad de sentidos de los términos), ¿cuál es vez en una ciudad del sur mexicano: Oaxaca de
el mejor modo de terminar con el movimiento? Juárez, ese colonial y magnífico lugar es la ca-
Las elecciones. La vieja política siempre gana pital de uno de los Estados con mayor número
las elecciones porque están hechas para ella, de municipios y comunidades indígenas, lugar
dice el autor. de emigrantes que envían las famosas remesas,
Por esas razones, en gran parte de América lugar de organización comunal autónoma y de
Latina han arribado al Estado, gobiernos con organizaciones con larga tradición de lucha.
lenguajes netamente antineoliberales, que re- En este libro se narran los acontecimientos
cuperan ciertos roles para limitar la voracidad que durante esos meses de 2006, han marcado,
del mercado: Inácio Lula Da Silva en Brasil, como Chiapas en 1994, el derrotero del pensa-
Néstor Kirchner (y ahora su esposa Cristina miento político (entendido como una decisión
Fernández) en la Argentina, son dos ejemplos. ligada a una ruptura) del continente.
Nuevamente se instala “la esperanza” de lograr
este tipo de gobierno, de “centro izquierda” en
todos los países donde se estaba resistiendo y
donde existía la posibilidad de configurar nove- 2 El EZLN había lanzado su Otra Campaña; la inte-
lectualidad de izquierda apoyaba al PRD y el PAN y el
dades políticas de importancia. En Ecuador se
PRI se alistaba para no perder hegemonía en el nivel
apuesta a Rafael Correa, los movimientos boli- nacional y estadual.
Cuando hasta las piedras se levantan. Oaxaca, México, 2006  787

Oaxaca rebelde y sus narradores des casi infinita de formas productivas que com-
binan en forma creativa el uso de los recursos
naturales. (Ibídem: 109)
El Estado de Oaxaca se ubica en el sur de Mé-
xico, en el extremo suroeste del Istmo de Te-
La Ciudad de Oaxaca de Juárez fue creada a
huantepec, la zona más angosta entre los dos
fines del siglo XV y es un centro cultural, ar-
océanos que tiene el país. Región rica en petró-
quitectónico y artístico de gran significación en
leo y maderas donde se ubica el municipio de
América Latina. Un importante porcentaje de
Juchitán, conocido por haber estado en manos
su economía se basa en el turismo y es intere-
de la izquierda en pleno “reinado” del Partido
sante resaltar que durante “la comuna” de 2006,
Revolucionario Institucional (PRI). Oaxaca
comerciantes sectorialmente afectados por la
colinda con los Estados de Guerrero al oeste,
huida de los turistas, apoyaron las rebeliones.
Puebla al noroeste, Veracruz hacia el norte y
Todos los años (excepto en 2007 por una gran
Chiapas al este. El Estado cuenta con 16 gru-
represión) se celebra la Guelaguetza, donde to-
pos etnolingüísticos, aun cuando a lo largo de
das las regiones del Estado, todas las culturas,
los siglos los hablantes de lenguas indígenas
festejan en un auditorio ubicado en el Cerro del
han disminuido. Es una de las regiones que ge-
Fortín. Muchos oaxaqueños organizados en la
nera mayor número de migrantes, el 60% de los
Asamblea Popular de los Pueblos de Oaxaca
570 municipios oaxaqueños tiene familias mi-
(APPO) sostienen que en los últimos años la
gradas, mientras que de la población estadual
fiesta de la Guelaguetza había sido apropiada
solo un 6% declara haber nacido fuera de Oaxa-
por los funcionarios corruptos y había perdido
ca. La agricultura, desde sus orígenes, sostie-
el sentido original.
nen Flores Leyva y Marini Zúñiga (2004),

reviste una relación sociedad-naturaleza en las *****


que las necesidades concretas de su población,
son satisfechas dentro del marco de esta relación Quienes narran los acontecimientos de este li-
[…] Los 570 municipios, los 710 núcleos agrarios bro (Gustavo Esteva, Rubén Valencia y David
comunales, los 766 ejidos y las más de 10 mil co- Venegas) son todos oaxaqueños, pertenecen a
munidades, conforman una matriz de posibilida- distintas generaciones y tienen muy diferen-
788 Estudios rurales y movimientos sociales. Miradas desde el Sur

tes experiencias de vida. La riqueza de estas setenta, argumentando a favor de una mirada
diversidades se muestra con pinceladas de di- que comprendiera la complejidad y riqueza de
ferentes colores, tonos y matices que van orga- los sectores subalternos del campo mexicano.
nizando esas imágenes de los meses rebeldes; Dice de él David C. Korten, conocido escri-
las narraciones sobre el lugar, los anteceden- tor y activista internacional3:
tes y la inventiva de los hechos que se estiran
hacia un futuro. La esperanza y lo que vendrá, Gustavo es una voz activa del segmento “despro-
en todos ellos, están puestos en la fuerza mo- fesionalizado” de la comunidad intelectual del
ral y espiritual de los actores, todo ese pueblo sur. Rechaza tanto la terminología como las cons-
puesto de pie. trucciones del desarrollo en todas sus formas, por
considerarlas inherentemente destructivas de los
Me voy a permitir presentarlos, ayudada por
procesos humanos a través de los cuales la gente
ellos mismos.
común se empeña en recrear comunidad como una
Gustavo Esteva. Es muy fácil encontrarlo expresión creativa de su cultura y aspiraciones.
en Oaxaca, no solo porque la Universidad de la Gustavo argumenta que aun las prescripciones del
Tierra, donde se desempeña, es conocida por desarrollo “alternativo” conducen inexorablemente
todos, sino porque es una persona abierta, sen- a privar a la gente del control de sus propias vidas
cilla y cordial, acostumbrada a recibir gente de y desplazan el control a los burócratas, los tecnó-
todas partes del mundo y a entablar diálogos cratas y los educadores. En vez de suponer que el
generosos con todos. Se presenta a sí mismo progreso humano encaja en un molde predetermi-
como un intelectual “desprofesionalizado” y nado que conduce a la creciente homogeneización
en esa identidad muestra la coherencia con un de culturas y estilos de vida, prefiere un “pluralismo
radical” que honra y nutre la diversidad cultural dis-
pensamiento que pone en jaque a las institucio-
tintiva y habilita muchos caminos para la realiza-
nes, incluida la educación. Conoce desde muy
ción de aspiraciones autodefinidas. (2007: 1)
joven la sociedad mexicana y se desempeñó
en distintas etapas de su vida (marcadas por
“rupturas”, como él mismo suele contar) en di-
versos espacios y dominios sociales y estata-
3 Entre sus obras destacan When Corporations Rule
les. Fue partícipe destacado en el debate entre
the World y The Postcorporate World: There is Life af-
campesinistas y des-campesinistas de los años ter Capitalism.
Cuando hasta las piedras se levantan. Oaxaca, México, 2006  789

Gustavo cuando cuenta su vida habla de ruptu- ideas, arraigado en el horizonte de inteligibilidad
ras. La tercera e importante “ruptura” lo condu- occidental. Solo después de mi involucramiento
jo a un acercamiento definitivo a estos mundos con los zapatistas, a partir de 1994, y tras insta-
que se resisten a la “colonialidad” desde esos larme en San Pablo Etla, pude llegar a apartarme
de ese horizonte y plantearme seriamente la po-
dignos rincones del sur mexicano. Dice:
sibilidad de que otro nuevo se había creado para
mí, aunque todavía fuera incapaz de dar clara
En ese proceso, cada vez más cercano a la activi-
cuenta de él […].
dad concreta de los campesinos, pude poner en
Por otro lado, la profundización de la crítica
cuestión las categorías de todas las disciplinas en
del desarrollo condujo, de la mano de Illich, a
que había sido educado o había aprendido por mi
la crítica radical de la sociedad económica, lo
cuenta. Empecé una crítica radical del desarrollo
que implicó la ruptura final con el marxismo.
[…]. A lo largo de los años ochenta mi crítica al
(2002: 6)
desarrollo se profundizó, particularmente al en-
trar en contacto con los amigos de Illich y otros
pensadores o activistas radicales de diversas par- “Agregaría —nos dice hoy el autor—, que mi
tes del mundo […]. ruptura con el marxismo no es ruptura con
Sospecho que la ruptura principal se produjo Marx, insustituible aún para entender y tras-
cuando empecé a recordar mis contactos con mi cender el capitalismo, sino una toma de distan-
abuela, cuando niño, como describí en un texto cia con el propio Marx, particularmente por su
que sigo considerando muy importante para se- transformación en economista” (Conversación
guir mi trayectoria: Regenerating People’s Space, con GEMSAL).
escrito en 1986. Están ahí las nuevas cuestiones Estas rupturas y esta generación de nueva
que me planteaba y cómo las empecé a enfrentar. subjetividad son solo posibles desde la cone-
Mi trabajo teórico sobre los marginales, bastante
xión con sí mismo (con uno mismo) y con una
abundante en esos años, muestra claramente un
nuevo camino, que se consolidó y afirmó cuando
comunidad a la que se siente pertenecer. De allí
entré en contacto con Illich, la persona y el pen- la significación de estas narraciones sobre Oa-
sador, en 1983. xaca desde Gustavo Esteva.
Aunque la ruptura está ahí, en los años 80, y lo
que hice y escribí en esos años la muestran, me *****
encontraba aún, sobre todo en el plano de las
790 Estudios rurales y movimientos sociales. Miradas desde el Sur

Decía antes que, mientras Gustavo Esteva re- de mexicanos que han luchado por una so-
presenta una generación complicada del Méxi- ciedad igualitaria, justa y libertaria. Cuando
co contemporáneo, que sin embargo contiene conversamos con él nos acerca al poeta y lu-
nombres que son paradigmas para los intelec- chador social de la COCEI y del Frente Único
tuales comprometidos (como nuestro autor), Popular de Ixtepec, Alejandro Cruz Martínez,
Rubén Valencia y David Venegas son parte de quien fue asesinado por defender territorios
una juventud que recorre el continente y que de campesinos y comunidades indígenas. El
dejará marcas en este nuevo siglo. poeta-luchador, nos cuenta, sostenía que la
Rubén Valencia. Cuenta que sus padres fue- resistencia de la COCEI en Oaxaca fue asu-
ron partícipes del movimiento universitario del mida no solamente a partir de su pertenencia
68 y que cuando decidieron mudarse a Oaxaca a una cultura, en este caso la zapoteca, sino
formaron parte de una interesante organización también desde “su ser político”. La madre
que ligó los estudiantes a los sectores populares tierra se erguía como la “madre territorio”,
urbanos y rurales de México, la COCEI (Coali- como el espacio colectivo de lo íntimo al que
ción Obrera Campesina Estudiantil del Istmo). no solo había que cantar sino también que
Ese movimiento dio lugar al primer municipio proteger, que aprovechar, convertir en aque-
de izquierda del país, Juchitán, que según Fran- llo por lo que hay que pelear.
cisco Toledo “logró enraizar a fondo entre las Justamente por este entrelazamiento entre
amplias masas juchitecas a través de su organi- la cultura y la política, de la COCEI y del movi-
zación territorial en los comités de barrio, que miento actual, es que Rubén Valencia se com-
complementaban a los destacamentos sectoria- promete con el movimiento de Oaxaca: la bús-
les de los campesinos y de los asalariados. Fue queda de la regeneración de lo propio, la lucha
en el terreno de la lucha por el municipio donde por el territorio, pero sobre todo la lucha por
la COCEI logró proponer espacios de confluen- la dignidad, por encontrar por propia cuenta
cia y unidad popular, sin poner en peligro las la vida digna entre sus pueblos; y las discusio-
demandas fundamentales de los campesinos nes entre todos a través de las asambleas de
pobres” (<www.proceso.com.mx>). Oaxaca, son dispositivos privilegiados en esas
Siendo los padres de Rubén fundadores de búsquedas. Pasado y presente se entretejen en
la COCEI, es heredero de una larga tradición las esperanzas de este joven luchador.
Cuando hasta las piedras se levantan. Oaxaca, México, 2006  791

***** espíritu de tod@s l@s oaxaqueñ@s resuenan los


tambores que invitan a la rebeldía y el susurro de
David Venegas. Nació en la ciudad de Oaxaca, Quetzalcoatl y Kukulkán nos da la certidumbre
su familia es de la sierra sur y siempre le gustó de que habremos de continuar el desarrollo de
nuestra civilización truncada violentamente hace
el campo, desde niño le gustaba ir a la tierra de
más de quinientos años.
sus abuelos. Dice que por ello estudió Ingenie-
ría Agronómica en la Universidad de Chapingo,
David, quien estaba en prisión durante nuestra
para volver a trabajar la tierra y estar cerca de
estadía en Oaxaca, agregó sus propias visio-
ella. En eso andaba cuando vivió la represión
nes, sus miradas, en las “Conversaciones” (con
de Atenco y los estudiantes de Chapingo hicie-
Rubén Valencia) que forman la segunda parte
ron una movilización en su apoyo. Después se
de este libro.
enteró del intento de desalojo a los maestros
Nuestros encuentros (fuimos varios miem-
en su Oaxaca natal el 14 de junio y el gran apo-
bros del GEMSAL) fueron fluidos y tanto en
yo popular que recibieron. Fue entonces que
las conversaciones con ellos como con otros
decidió volver a su tierra a luchar junto a los
oaxaqueños, pudimos darnos cuenta de que
suyos para defenderla.
muchas de las ideas surgidas a raíz de los pro-
David Venegas fue detenido el 13 de abril del
cesos de luchas y resistencias que ellos enun-
2007, escondido y torturado por la policía del
ciaban en “voz alta” habían circulado casi en
gobierno. Estuvo en prisión 11 meses y fue li-
voz baja algunos años antes por aquí, cuando
berado, primero porque los jueces federales no
en la Argentina vivimos nuestras propias rebe-
encontraron pruebas en su contra y segundo
liones (diciembre de 2001, véase Tiempos de
por la movilización social del pueblo y de las
Rebelión en esta misma colección). Son los
organizaciones que siguen en la lucha. David
pensamientos de las resistencias y propues-
dijo en algún momento de su prisión:
tas de una sociedad más justa y libertaria de
Los pueblos de Oaxaca han demostrado asimis-
los “de abajo” y de los “de más abajo” (como
mo que se es capaz de convivir, trabajar, crear, suele decir Raúl Zibechi, parafraseando a los
amar, reír y llorar de manera autónoma, sin el zapatistas), ideas irruptivas, deliberativas, au-
orden totalitario de ningún gobierno, aún en el tónomas y que pregonan la no violencia, que se
792 Estudios rurales y movimientos sociales. Miradas desde el Sur

conectan de inmediato con pensamientos que pensar la política. Y justamente esta dimensión
mantuvieron sus vibraciones en estos quinien- cultural, profundamente espiritual, es lo que nos
tos años y pico de colonización y colonialidad propusimos transmitir con las voces de Gusta-
de América Latina. Y es interesante que tales vo, Rubén y David. Oaxaca se debe comprender
“pensamientos-sentimientos” hayan circulado desde esas voces y con sus imágenes (existen
en dos espacios latinoamericanos tan diferen- muchos videos accesibles, véase Revista de
tes: uno, Oaxaca, paradigma del continente OSAL, N° 22, 2007). No obstante, esas palabras
profundo indígena, diverso y comunalista y el e imágenes son elecciones de quienes editamos
otro, Buenos Aires, la ciudad más europeizada este libro, pues como en todo proceso social
y producto más acabado de la “colonialidad” existe una polifonía de voces y posiciones que
en los más diversos sentidos. generan la situación. Nuestra elección es cla-
Otro aspecto importante en los encuentros ra y es coherente, además, con la línea de esta
con estos luchadores oaxaqueños tiene que ver colección del GEMSAL. Se trata de una fuerte
con lo que sostiene Rubén Valencia en la entre- apuesta a la autonomía de los sujetos, tanto en
vista que se presenta en este libro. A Oaxaca se sus dimensiones personales como colectivas. Y
debe llegar con el “corazón abierto”, sin presu- esta posición política —en construcción en toda
puestos políticos ni esquemas intelectuales que nuestra América Latina— como bien lo sostiene
a veces invisibilizan lo que nos rodea. Ellos di- Rubén no es fácil de explicar o problematizar,
cen que Oaxaca es un centro espiritual muy im- más allá de las pocas experiencias en marcha.
portante pues así lo entienden las poblaciones Sin embargo, los distintos relatos de este libro
originarias y esta cuestión se transmite en pala- demuestran con qué facilidad actúan las pobla-
bras, en imágenes, en las recorridas montañosas ciones cuando se dan las condiciones para que
a las comunidades, en los diálogos densos con la communitas pueda surgir.
jóvenes y ancianos indígenas. Oaxaca es tierra En este libro se reviven los momentos más
de artistas, algunos reconocidos internacional- interesantes de este México que marcó los lí-
mente como Francisco Toledo, pero esa aptitud mites del siglo a los latinoamericanos. Los au-
también configura a los artesanos que son capa- tores detienen sus narraciones en el año 2006
ces de otorgar al mundo piezas de significativo cuando Oaxaca volvió a mostrar al mundo las
valor y está presente, además, en los modos de posibilidades de pensar de nuevo una política
Cuando hasta las piedras se levantan. Oaxaca, México, 2006  793

de emancipación “desde abajo”, pero entraman Colombo, A. 2002 “¿De la protesta social a
el acontecimiento con los que siguen sucedien- la desobediencia civil? ¿Del señoreaje a la
do en los años posteriores. Escuchando estos soberanía? Dos reflexiones sobre la política
autores podemos conocer de otro modo no solo argentina” en <http://www.uasb.edu.ec/
Oaxaca o los procesos de Chiapas (a los que Es- padh/revista5/articulos/arielcolombo.htm>.
teva hace constante referencia) sino al México De Sousa Santos, B. 2007 “The World Social
del siglo XX, y sobre todo al de nuestros días. Forum and the Global Left”, artículo para la
Acercarnos al “México profundo” como repe- conferencia The World Social Forum and
tía Guillermo Bonfil y poder encontrarnos con the Global Left (Nueva York) agosto.
otros modos de conocer nuestros países, abrir- Flores Leyva, G. y Marini Zúñiga, F. 2004
nos a una epistemología desde el sur, desde los “La agricultura en Oaxaca” en Martínez
márgenes, desde nosotros mismos. Recorde- Vásquez, R. M. (coord.) Oaxaca escenario
mos que en México se “jugó” la América Latina del nuevo siglo (Oaxaca: Instituto de
del siglo XX, y probablemente lo que pase en Investigaciones Sociológicas, Universidad
estos próximos años en esa tierra “tan cerca de Autónoma “Benito Juárez” de Oaxaca).
EEUU”, tenga una influencia tan decisiva como Mariotti, D. et al. 2007 Tiempos de Rebelión:
la anterior. Esteva es muy claro y concreto al “Que se vayan todos” Calles y plazas en
respecto, tanto respecto de los peligros como la Argentina: 2001-2002 (Buenos Aires:
de las posibilidades que se están gestando. Antropofagia / GEMSAL, Universalismos
pequeños N° 2).

Bibliografía
Otros materiales
Badiou, A. 2003 “Conferencias en Buenos
Aires” en Acontecimiento (Buenos Aires: Adamovsky, E. 2007 “A 90 años de la
Escuela Porteña). Revolución Rusa”, entrevista en Página/12,
Bauman, Z. 2005 Amor líquido. Acerca de 22-10.
la fragilidad de los vínculos humanos Esteva, G. 2002 “Rupturas”, texto de
(Madrid: Fondo de Cultura Económica). respuesta a la tesis doctoral de G. Terán,
794 Estudios rurales y movimientos sociales. Miradas desde el Sur

“Conversations with Mexican Nomadic


Storyteller, Gustavo Esteva: Learning From
Lives on the Margins” (s/d).
Korten, D. C. “Esbozo biográfico de Gustavo
Esteva”, participación en el Foro del
Desarrollo Centrado en la Gente, presidido
por D. C. Korten.
Proceso 2007 “Inauguran en Oaxaca
retrospectiva visual sobre la COCEI y la
Casa de la Cultura de Juchitán” en <www.
proceso.com.mx>, 28-04.
Notas metodológicas:
“experiencia de investigación”
desde lugares diferentes
(Algunas reflexiones acerca
del intelectual comprometido)*

E n este apartado deseo desarrollar unas po-


cas ideas acerca de lo que presentamos en
este libro: el relato e interpretación de un impor-
ños que no tienen inserciones académicas
oficiales y les da una jerarquía semejante a
las de cualquier otro trabajo académico. Es
tante movimiento de América Latina, de México, más, para nosotros es un verdadero orgullo el
desde sus propios intelectuales (o lo que se ha que un intelectual de la talla de Gustavo Este-
dado en llamar “intelectuales nativos”); es decir, va haya aceptado generosamente publicar su
sujetos participantes y comprometidos con la reflexión con nosotros, y estamos seguros de
situación. Esta modalidad de conocimiento era que no existe ningún otro material sobre estos
impensable algunos años atrás: o se publicaban hechos que pueda superar, por muchas razo-
materiales de una organización política con sus nes, sus “Crónicas de un movimiento anuncia-
posibles intelectuales orgánicos, o el fenómeno do”. Tampoco creo que sea fácil encontrar un
era “explicado” por las Ciencias Sociales. relato con los matices, reflexiones y referen-
Este libro, enmarcado en el mundo univer- cias de ricas experiencias colectivas y subje-
sitario, presenta las reflexiones de oaxaque- tivas como las “Conversaciones” con Rubén
Valencia y David Venegas.
Esta situación hubiese sido inhallable algu-
* Giarracca, N. 2008 “Notas metodológicas: ‘experien- nas décadas atrás, cuando las Ciencias Sociales
cia de investigación’ desde lugares diferentes. (Algunas estaban atravesadas por las ideas cientificistas
reflexiones acerca del intelectual comprometido)” en
Esteva, G.; Valencia, R. y Venegas, D. (eds.) Cuando del positivismo y predominaban las dicotomías
hasta las piedras se levantan. Oaxaca, México, 2006 sujeto/objeto, estructura/acción, teoría/ praxis,
(Buenos Aires: GEMSAL / Antropofagia). entre otras. En aquel marco, el investigador te-
796 Estudios rurales y movimientos sociales. Miradas desde el Sur

nía que asemejarse lo más posible a un hombre Los jóvenes cientistas sociales de media-
de las ciencias naturales o exactas en sus labo- dos del siglo XX disociaban sus trabajos de
ratorios: tomar la situación social como un ob- investigación, basados en encuestas, cálculos,
jeto y apartar todo rasgo de subjetividad: ideas, curvas y desviaciones estándares, de otras ac-
deseos, compromisos. La confianza en la posibi- tividades que les permitían crecer intelectual y
lidad de esta tarea, se centraba en los métodos emocionalmente: activismo político, prácticas
cuantitativos, los números; cuanto menos se artísticas, intervenciones espontáneas y no
usara el lenguaje, menos “contaminado” estaría planeadas, en mundos interesantes. Muchas
el “objeto”. Los datos estadísticos, las encues- veces, en los cuadernos de campo que acom-
tas, el número, reemplazaban las voces de los pañaban los trabajos de recolección de datos,
sujetos y con tales abstracciones se buscaban se contaban y describían situaciones desde un
“regularidades estadísticas”, “correlaciones” y involucramiento subjetivo no permitido en el
la esperanza de “explicar” y “predecir” desde los trabajo profesional.
supuestos de la lógica formal. Ya ni nos acorda- Desde siempre hubo también miembros de
mos de los informes, libros y paper producidos organizaciones o movimientos sociales (indí-
bajo aquellas epistemologías que el funcionalis- genas, mujeres, negros, entre otros colectivos)
mo norteamericano quiso imponer. Y no los re- que reflexionaron sobre su propia práctica. Glo-
cordamos porque en las Ciencias Sociales solo ria Anzaldúa, Bel Hoock para hablar de nues-
perduraron los trabajos que ayudaron a pensar, tros contemporáneos, pero si nos remontamos
a conocer y a comprender situaciones y proce- al siglo XIX, muy pocos intelectuales fueron
sos, apelando a formas diversas de producción indiferentes a la intervención política. Es im-
del conocimiento. La mayoría de los trabajos posible hablar, por ejemplo, del debate acerca
perdurables en Ciencias Sociales incorporan la de la comuna campesina rusa del siglo XIX y
Historia, la Filosofía Social, la Psicología Social comienzos del XX sin presentar lo que significa-
y muy pocos los resultados de encuestas o de ban políticamente los populistas, los marxistas
grandes correlaciones estadísticas. Pensemos y la preparación de la revolución social.
en Max Weber, en Émile Durkheim, en Alfred La “academia”, entendida como el lugar que
Schutz o más cercano a nuestros temas, en Wi- marca reglas formales o santifica acerca de la
lliam Tomas, pionero de la Escuela de Chicago. “cientificidad”, aparece en nuestros países lati-
Notas metodológicas: “experiencia de investigación” desde lugares diferentes  797

noamericanos en la mitad del siglo XX. A partir espacios para otro tipo de trabajos a los que
de ese momento se despliega un pensamiento las escuelas académicas del norte, les dan su
de las Ciencias Sociales que busca el reconoci- bendición (piénsese, por ejemplo, en los antro-
miento de la “ciencia”, mientras su anteceden- pólogos de Rice University con George Marcus
te inmediato —el pensamiento social— estuvo a la cabeza).
imbricado con el ensayo, la literatura y muy Pierre Bourdieu fue tal vez el sociólogo aca-
diversos modos de narrativas y de formas artís- démicamente consagrado que dejó traslucir
ticas. En la segunda mitad del siglo XX apare- tempranamente en el escenario de los países
cen las carreras universitarias de las Ciencias centrales la crisis paradigmática y, a mi juicio,
Sociales, la profesionalización del pensamien- su compromiso social que aumentaba a cada
to social. En las primeras décadas de funcio- momento, puede explicar en parte estas mu-
namiento, desde los lugares universitarios, se taciones. Si bien a lo largo de su obra trabajó
intentó marcar un límite entre “lo científico” y desde una fuerte dispersión temática, casi siem-
lo que no lo era. El texto científico debía dife- pre lo hizo alrededor de los mecanismos de do-
renciarse del ensayo o de todo lo que suponía minación; más allá de los medios materiales de
la hermenéutica, la comprensión. Fue el predo- producción, destacó la importancia de la imbri-
minio de la Sociología norteamericana que in- cada construcción del poder simbólico. En los
fluyó tanto en Latinoamérica como en Europa. últimos años publicó Las miserias del mundo,
Desde hace 25 años todo el espacio académi- basado en largas entrevistas en “la escucha del
co se flexibilizó y ello ocurrió desde las propias otro”, ese sujeto que, como dijo en una confe-
disciplinas: se fueron abriendo paso distintas rencia “tiene cosas muy importantes que de-
metodologías y abordajes de trabajo, relativi- cirnos”. Aún más, en la última etapa de su vida
zando la cuestión de la cientificidad. Se habló salió al mundo a conversar con los sociólogos
de la ruptura del consenso ortodoxo o de crisis de América Latina acerca de la necesidad del
paradigmáticas. Se puso en cuestionamiento compromiso con los movimientos sociales. Pen-
esa fuerte relación que se había establecido en- saba ese compromiso desde dentro de las insti-
tre metodologías cuantitativas y cientificidad. tuciones pues aún apostaba al trabajo riguroso
No es que el cientificismo no esté presente en en términos intelectuales y consideraba que eso
academias del norte o del sur, solo que se abren solo se podía lograr en el marco de la academia.
798 Estudios rurales y movimientos sociales. Miradas desde el Sur

Estaba interesado en el “movimiento social eu- historia de los intelectuales del norte, capaces
ropeo”, pero también en un “colectivo intelec- de comprender la potencia de la América Lati-
tual internacional” y pudo llegar a reconocer la na en la construcción de un pensamiento social
importancia de América Latina en esta empresa. crítico que en ese comienzo de siglo parecía
A fines de junio del 2000, en la Universidad próximo a conseguirse.
de Buenos Aires, la gran pantalla de la telecon- Loïc Wacquant, uno de sus discípulos, sos-
ferencia nos acercó a un Bourdieu preparado tiene que el origen de Bourdieu los conducía a
para una interacción densa con sus colegas la- esa sensación de estar siempre en los márge-
tinoamericanos. Nos habló en un español que, nes del mundo intelectual, “la trayectoria del
aunque lo limitó en su expresión, lo acercó cul- milagro”, que lo ha llevado desde una de las
turalmente a su público. No titubeó en ofrecer- regiones más bajas del espacio geográfico y so-
nos un espacio distinto que tomara distancias cial francés (un remoto pueblo en Béam) a la
de los partidos y gobiernos comprometidos cima de la pirámide intelectual de su país…”
con el neoliberalismo, un “colectivo intelectual (Wacquant, 2005: 2). En efecto, Pierre Bour-
internacional” conectado a los gremios y movi- dieu no se sentía cómodo en el mundo de los
mientos sociales de todo el mundo. En ningún intelectuales “que tienen tantas respuestas y,
momento se consideró un intelectual de un mo- de última, tan pocas preguntas…”. Intentó, en
vimiento sino que percibía la necesidad urgen- la última parte de su vida (esos tiempos cuando
te de comprometer a los científicos sociales de todo adquiere otras significaciones), superar la
todo el mundo en contra del neoliberalismo. dicotomía entre el “compromiso” y “el trabajo
Ese último Bourdieu, está actualmente bas- académico”: marcó la artificialidad de tal opo-
tante desdibujado por quienes lo prefieren ver sición y, de hecho, sostuvo que “es preciso ser
como un académico francés sin compromisos un científico autónomo que trabaja según las
políticos y siguen citando sus primeras obras. reglas de la academia para poder producir un
Sin embargo, ese contacto con los sociólogos saber comprometido, es decir un trabajo inte-
latinoamericanos del 20001, fue un hito en esta
México, 1995, que dio Emmanuel Wallerstein en con-
1 También fue muy importante el discurso inaugu- tra de esta devastadora sociedad configurada por el
ral del Congreso Latinoamericano de Sociología en neoliberalismo.
Notas metodológicas: “experiencia de investigación” desde lugares diferentes  799

lectual con compromiso”. ¿Será posible en es- bladas, protestas, marchas que parecen no pa-
tos tiempos pos-bourdieunianos seguir mante- rar. Caen gobiernos, se cuestionan las políticas
niendo esta esperanza? O para decirlo de otro del Fondo Monetario Internacional (FMI) y del
modo: ¿se puede desde las reglas actuales del Banco Mundial. Se avanza y se retrocede en
trabajo académico seguir produciendo un tra- los acuerdos de paz en México, Guatemala, El
bajo intelectual comprometido? ¿Es posible en Salvador, en las negociaciones por las políticas
Europa, en EEUU, en América Latina? agrarias neoliberales, etcétera.
En aquellos años noventa los sociólogos,
antropólogos, politólogos, con sus saberes y
Nuestra América recursos, no podían, siquiera, desarmar los
avances del neoliberalismo en sus propias
En América Latina, en los últimos catorce años instituciones: las universitarias. Las políti-
(desde 1994) se abre un nuevo capítulo en la cas del FMI y de la Organización Mundial del
relación entre intelectuales y compromiso con Comercio dirigían las transformaciones y las
los movimientos sociales. Primero, porque se prácticas de profesores, investigadores y es-
inicia una nueva etapa de resistencias en nues- tudiantes. Nuevamente el saber académico se
tras regiones y esto se logra, no por las voces puso en duda y muchos jóvenes migraron a los
de los intelectuales (como deseaba Bourdieu), movimientos sociales que aparecían como los
sino por la decisión de pobladores de todas únicos espacios autónomos de resistencias.
partes de poner freno a las políticas devastado- Aparece la “investigación militante”, con jóve-
ras del neoliberalismo y por sus propias y com- nes formados en los institutos de investigación
plejas reflexiones. Dijimos en el prefacio que que deciden desertar de los mismos. Pero el fe-
Chiapas fue un hito. Divide un antes y un des- nómeno también tiene otra cara, los llamados
pués, nos pone a todos los latinoamericanos investigadores nativos: jóvenes campesinos,
frente a nuevos actores que, —con sus caras indígenas, mujeres, homosexuales, entre otros,
tapadas— tienen la pretensión de ser vistos y que abordan las carreras de las Ciencias Socia-
escuchados (¡enorme paradoja!). Pero es Chia- les y deciden trabajar sus propias situaciones
pas y luego serán Ecuador, Argentina, Brasil, y procesos. También los hay autodidactas que
nuevamente Ecuador, las resistencias, las po- apuestan a reflexionar las prácticas de sus pro-
800 Estudios rurales y movimientos sociales. Miradas desde el Sur

pios movimientos con principios que los des- Chiapas y Oaxaca,


marcan de posiciones apologéticas. el “conocimiento nativo”
Raúl Zibechi, uno de los intelectuales lati-
noamericanos que más ha reflexionado acer- En la actualidad existen algunos movimien-
ca de los Movimientos Sociales de Latinoamé- tos sociales cuyas comprensiones profundas
rica, sostiene que una de sus características dependen básicamente de los intelectuales
es “la capacidad para formar sus propios in- activistas, o militantes, o nativos (como se los
telectuales. El mundo indígena andino perdió suele denominar). Se puede debatir cuáles son,
su intelectualidad como consecuencia de la si los indígenas, los de las mujeres, o los am-
represión de las insurrecciones anticoloniales bientalistas, pero la lista la encabezan Chiapas,
de fines del siglo XVIII y el movimiento obre- el Ejército Zapatista de Liberación Nacional
ro y popular dependía de intelectuales que le (EZLN) y Oaxaca con la Asamblea Popular de
trasmitían la ideología socialista “desde fue- los Pueblos de Oaxaca.
ra”, según el modelo leninista. La lucha por la Las reflexiones de Marcos y los documen-
escolarización permitió a los indios manejar tos del EZLN son materiales imprescindibles
herramientas que antes solo utilizaban las eli- para empezar a comprender el fenómeno del
tes, y redundó en la formación de profesio- sureste mexicano. Marcos habla sobre diver-
nales indígenas y de los sectores populares, sos aspectos: sobre las experiencias del movi-
una pequeña parte de los cuales se mantienen miento y sobre los modos de conocimiento, de
vinculados cultural, social y políticamente, a comprensiones, de visiones del mundo y de lo
los sectores de los que provienen. En parale- que vendrá. El resto de los miembros del mo-
lo, sectores de las clases medias que tienen vimiento produce materiales muy interesantes
formación secundaria y a veces universitaria acerca de la marcha de los procesos. Marcos
se hundieron en la pobreza. De esa manera, produce teorías, intenta epistemologías, ad-
en los sectores populares aparecen personas vierte acerca de aquello que impide una cabal
con nuevos conocimientos y capacidades que comprensión de estos mundos tan alejados del
facilitan la autoorganización y la autoforma- intelectual o universitario medio. Marcos no
ción” (2007: 5). usa un lenguaje académico pero tampoco el
viejo acervo militante de la izquierda. Sus dis-
Notas metodológicas: “experiencia de investigación” desde lugares diferentes  801

cursos apelan a rememorar, evocar, buscar en busca una “coartada teórica”, es decir, algo que
nuestros propios sufrimientos producidos por avale y dé coherencia a su práctica, y acude a la
las injustas y desiguales sociedades neolibera- academia para surtirse de ella. En estos casos
les, la comprensión del sureste mexicano. En la teoría no es más que una apología acrítica y
los últimos tiempos, el debate con los intelec- con algo de retórica.
tuales universitarios y con los medios de co-
municación ocupa un lugar importante en sus Nosotros creemos que un movimiento debe pro-
escritos. Sostiene: ducir su propia reflexión teórica (ojo: no su
apología). En ella puede incorporar lo que es
Desmemoria y deshonestidad suelen campear imposible en un teórico de escritorio, a saber, la
(no siempre, es cierto) en estos analistas de es- práctica transformadora de ese movimiento.
critorio. Un día dicen una cosa y predicen algo, Nosotros preferimos escuchar y discutir con
al otro día ocurre lo contrario, pero el analista ha quienes analizan y reflexionan teóricamente
perdido la memoria y vuelve a teorizar haciendo en y con movimientos u organizaciones, y no
caso omiso de lo que dijo antes. No solo; además fuera de ellos o, lo que es peor, a costa de esos
es deshonesto porque no se toma la molestia de movimientos. Sin embargo, nos esforzamos por
respetar a sus lectores o escuchas. Nunca dirá: escuchar todas las voces, prestando atención no
“ayer dije esto y no ocurrió u ocurrió lo contrario, en quién las habla, sino desde dónde se habla.
me equivoqué”. Enganchado en el “hoy” de los En nuestras reflexiones teóricas hablamos de lo
medios, el teórico de escritorio aprovecha para que nosotros vemos como tendencias, no hechos
“olvidar”. En la teoría, este académico produce el consumados ni inevitables. Tendencias que no solo
equivalente a la comida chatarra del intelecto, es no se han convertido en homogéneas y hegemóni-
decir, no alimenta, solo entretiene. cas (aún), sino que pueden (y deben) ser revertidas.
Nuestra reflexión teórica como zapatistas no
suele ser sobre nosotros mismos, sino sobre la
Otras veces, algún movimiento suple su espon-
realidad en la que nos movemos. Y es, además,
taneísmo con el padrinazgo teórico de la aca-
de carácter aproximado y limitado en el tiempo,
demia. La solución suele ser más perjudicial en el espacio, en los conceptos y en la estructura
que la carencia. Si la academia se equivoca, de esos conceptos. Por eso rechazamos las pre-
“olvida”; si el movimiento se equivoca, fracasa. tensiones de universalidad y eternidad en lo que
En ocasiones, la dirección de un movimiento decimos y hacemos”. (Énfasis propio)
802 Estudios rurales y movimientos sociales. Miradas desde el Sur

Estas palabras se pronunciaron en el encuen- viene de otros y va adquiriendo seguridad a


tro que se realizó en Chiapas para homenajear fuerza de la repetición. Esteva provoca, causa
a Andrés Aubry en diciembre de 2007, cuando inquietud, quiebra las viejas seguridades onto-
dialogó diariamente con Emmanuel Wallers- lógicas como por ejemplo las que enuncian “las
tein, Naomi Klein, John Berger, etcétera y con bondades de la educación pública, su capaci-
nuestro autor, Gustavo Esteva. dad de desarmar asimetrías en América Latina;
Esteva tiene otra trayectoria. Ha escrito li- las bondades del desarrollo para lograr el bien-
bros imprescindibles para todo académico que estar común, etcétera”. Rotas estas premisas
desea comprender la agricultura mexicana de fortalecidas, insistimos, a fuerza de repetición
los setenta, al campesinado y sus organizacio- y debilitadas a fuerza de corroboración, él nos
nes, entre otros tópicos. Él mismo habla de propone pensar, nominar, alejarnos no solo de
“rupturas” para referirse a esas etapas de su las viejas ideas sino de sus representantes te-
vida en las que fue joven militante de izquierda, rrenales, las palabras. Gustavo Esteva, como
funcionario de gobierno del PRI, presidente de antes Iván Illich, genera conceptos, nuevas
asociaciones académicas, etcétera. Hoy es un palabras como por ejemplo “tradifas”2. En él
intelectual sin inserción académica oficial y su la comprensión se nutre también de rememo-
principal preocupación reside en otro tipo de ración, evocación y emoción. Más comprende-
“rupturas”: esas que naturalizan las institucio- mos sus palabras, más nos acercamos a otros
nes coloniales como la educación, la universi- modos de mirar, escuchar, percibir, sentir, las
dad, el mercado, el desarrollo, la salud, etcéte- poblaciones de su Oaxaca natal y del México
ra. Cada una de sus acciones de ruptura inte- todo. Por eso, la lectura de su presentación de
lectual está enmarcada en esta tarea conecta la comuna de Oaxaca, es algo más que “una
con su movimiento —la APPO— con la lucha experiencia de investigación”, es “una expe-
de Chiapas y con los movimientos de América riencia de conocimiento” o mejor dicho, es una
Latina y del mundo. vida traducida al registro de lecturas que nos
Comprender Oaxaca desde su perspectiva inquietan y nos ubican en los espacios de nue-
es iniciar una travesía para la cual tenemos
que prepararnos, pues no tiene el barandal del
2 “Los ‘tradifas’ o el fin de la marginación”. El Tri-
conocimiento sedimentado, de aquel que pro- mestre Económico. L (2) 1998, abril-junio, 733-770.
Notas metodológicas: “experiencia de investigación” desde lugares diferentes  803

vas resistencias y nuevos pensamientos imbri- Otros materiales


cados en ellas.
En estos nuevos conocimientos, surgidos de Discursos de Marcos en el Homenaje a Andrés
novedosos modos de participar en los acon- Aubry, diciembre de 2007. Disponibles en
tecimientos que nos rodean, están las claves <www.ezln.og.mx>.
para “pensar la política” y por lo tanto seguir
construyendo un “pensamiento crítico”. Los
jóvenes que lo acompañan en este libro en el
capítulo “Conversaciones”, no son militantes
ni activistas “pre-formateados” en un discurso
sino personas pensantes, que dudan, que gene-
ran conceptos, que revisan pasados y constru-
yen presente.

Bibliografía

Giarracca, N. 2000 “Giddens y Bourdieu en


Buenos Aires” en Boletín (Buenos Aires:
Facultad de Ciencias Sociales, UBA).
Wacquant, L. 2005 “La sociología como
socioanálisis: Relatos de Homo
Academicus”, traducción de J. Auyero,
inédito.
Zibechi, R. 2007 “Presentación” en Mariotti, D.
et al. Tiempos de rebelión, Que se vayan
todos. Calles y plazas en la Argentina de
2001-2002 (Buenos Aires: Antropofagia).
El “desarrollo” basado
en la extracción de
recursos naturales*

E xiste un fuerte consenso acerca de que nos


encontramos frente a una situación global
crítica cuya base se vincula con lo que se co-
como la malaria o el dengue a otras regiones
del planeta, la disminución y/o emigración de
diversas especies animales y vegetales, la re-
noce como “recalentamiento global”. El clima ducción de los caudales y reservas de agua po-
está cambiando y se expresa con hostilidad en table y el aumento de los incendios forestales.
muchas regiones del mundo. Estos fenómenos A esta situación se suma la historia de un con-
pueden observarse, principalmente, en el au- sumo intensivo de recursos naturales por parte
mento de la temperatura global; el retraimien- del norte del planeta durante su desarrollo ca-
to y derretimiento paulatino de los glaciares pitalista, que lo ha convertido en consumidor
(una de las principales reservas de agua); los insaciable de diferentes materiales que fueron
cambios radicales en los regímenes de lluvias agotándose. Además, debe tomarse en cuenta
y en los sistemas meteorológicos a escala glo- la vulnerabilidad monetaria producto del hi-
bal, y en el aumento del nivel de los océanos perdesarrollo de los sistemas financieros y el
y las cuencas hídricas. Estos cambios climáti- regreso a las reservas regionales en oro.
cos están provocando graves consecuencias: la Con todo ello podemos comprender las razo-
expansión de algunas enfermedades tropicales nes que orientaron a las grandes corporaciones
de Europa, Canadá, Estados Unidos y Australia
a asegurarse la disponibilidad de los recursos
* Giarracca, N. 2011 “El ‘desarrollo’ basado en la ex-
tracción de recursos naturales” en CELS (ed.) Derechos
naturales que permanecen en territorios del sur.
Humanos en Argentina. Informe 2011 (Buenos Aires: Recordemos lo que suele expresar el intelec-
CELS / Siglo XXI). tual portugués Boaventura de Sousa Santos: el
806 Estudios rurales y movimientos sociales. Miradas desde el Sur

80% de los recursos naturales que la humanidad en los países tradicionalmente exportadores de
necesita para su reproducción en el planeta se petróleo (Venezuela, México) o minería (Chile,
halla en territorios de comunidades indígenas y Bolivia), como en los industrializados (Brasil,
campesinas del sur, ya que esas poblaciones han México) y en aquellos que históricamente se
sido las que supieron utilizarlos sin devastarlos. debatieron entre modelos agroexportadores e
Según la CEPAL (2009), las exportaciones intentos de industrialización (Argentina, Uru-
de origen primario en los países de América La- guay). A modo de ejemplo, veamos los datos de
tina aumentaron significativamente en los últi- la CEPAL para la Argentina y el bloque regional
mos siete años. Este aumento se produjo tanto del Mercosur:

Cuadro N° 1
Exportaciones de productos primarios según su participación en el total
(porcentaje del valor total de las exportaciones FOB de bienes)

País 2001 2002 2003 2004 2005 2006 2007 2008


Argentina 67,4 69,5 72,2 71,2 69,2 69,2 69,1 69,2
Mercosur (con Bolivia y Chile) 58,6 59,6 60,7 60,5 60,2 63,1 64,8 65,9
Total 41,1 41,4 44,5 46,6 50,1 52,8 49,7 52,9

Fuente: CEPAL, 2009.

En el caso de nuestro país, la significación de gión y una importante base del modelo econó-
las cifras se debe tanto a la expansión sojera mico son producciones primarias extractivas y
como a los altos precios de esa principal com- exportadoras de commodities. Los elementos
modity de exportación. No obstante, las em- que las caracterizan son:
presas mineras se ubican en el período dentro –– actividades con alto consumo de recursos
de las diez primeras en la lista de las grandes no reproducibles, como por ejemplo el agua;
exportadoras del país, junto a las agrarias y las –– remiten a escalas de producción mucho
petroleras. Es decir, la Argentina no escapa a mayores que las tradicionales, por lo cual
la tendencia de reprimarización de toda la re-
El “desarrollo” basado en la extracción de recursos naturales  807

desplazan una multiplicidad de actividades –– la mayoría no son esenciales para la vida de


preexistentes; las comunidades o del mundo en general. Se
–– utilizan “tecnologías de punta” (cuestiona- puede vivir sin oro y también sin soja, pero
das por la ecología); no se puede vivir sin agua ni alimentos;
–– se localizan territorialmente porque depen- –– están generalmente relacionadas a la gene-
den de la existencia y la persistencia de de- ración y apropiación de rentas de los recur-
terminados recursos naturales; sos naturales.
–– fueron impulsadas en el marco del neolibera-
lismo económico difundido a escala mundial; En esta definición incluimos lo que denomina-
mos “agronegocio” (Giarracca y Teubal, 2008),
–– generan mucho valor de cambio, grandes
ya que, si bien es una producción agrícola-gana-
rentabilidades para algunos agentes econó-
dera, funciona con la lógica económica del mo-
micos, pero muy poco valor de uso para la
delo extractivo en relación con los recursos na-
comunidad;
turales y humanos. El ejemplo paradigmático es
–– se vinculan con el interés de grandes corpora- la expansión sojera, pero cualquier producción
ciones que las impulsan, y controlan sectores (reforestación, caña de azúcar, olivicultura, ga-
clave del espacio económico en el que operan; nadería, etcétera) puede mutar de una lógica de
–– desplazan masivamente tanto a trabajadores procesos (biológicos, económicos, sociales) a
rurales, al campesinado y la agroindustria en la del agronegocio; es decir, incluirse dentro de
general, como a pobladores circundantes; las actividades extractivas, cumpliendo la ma-
–– se orientan fundamentalmente hacia las ex- yoría de los puntos anteriores.
portaciones, con lo cual no contribuyen a El modelo de índole extractivo reúne enton-
resolver necesidades internas; ces el agronegocio, la minería, la actividad pe-
–– son altamente conflictivas respecto de las trolera y la forestación para pasta celulósica,
tradicionales actividades existentes en las entre otras. Estas actividades, junto a las in-
distintas regiones: agricultura “de proceso” fraestructuras básicas y consumos que requie-
o alimentaria, ganadería, turismo, cultivos ren para su funcionamiento (agua de glacia-
industriales; res, represas hidroeléctricas, carreteras), han
808 Estudios rurales y movimientos sociales. Miradas desde el Sur

colocado en la agenda de discusión pública la capital. La privatización de la empresa estatal


cuestión de los recursos naturales, así como el Yacimientos Petrolíferos Fiscales (YPF), pio-
modelo de desarrollo. nera en América Latina, es un notable ejemplo,
La Constitución Nacional de 1994, en su y el casi monocultivo en suelos de envidiable
art. 124, dice: “Corresponde a las provincias el fertilidad como la región pampeana es otro.
dominio originario de los recursos naturales Pero aún permanecen las regiones margina-
existente en su territorio”. Es decir, establece les de la expansión sojera, con importantes
que los recursos naturales son de incumben- desarrollos agrícolas de alimentos que corren
cia provincial aun cuando las relaciones entre peligro de desaparecer sin una fuerte interven-
los actores económicos y sociales guardan im- ción estatal que logre regular procesos como
portantes marcas de las decisiones nacionales la avalancha minera. Y de esto se trata la ne-
de los años noventa. En el territorio se regis- cesaria discusión sobre el modelo de desarro-
tran distintas escalas —nacional, provincial, llo de tipo extractivo o el modelo agrario del
local— que requieren nuestra atención; sobre país, que es la base, por ejemplo, del Programa
todo cuando registramos los conflictos que ge- Estratégico Agroalimentario y Agroindustrial
neran las actividades entre tres actores: empre- anunciado por el Poder Ejecutivo Nacional en
sas, Estado y poblaciones. mayo de 2010.
En la década del noventa, en la Argentina se El geógrafo norteamericano David Harvey
estableció la trama legal que habilitó la entra- caracteriza estas actividades dentro de lo que
da del modelo extractivo: la privatización del denomina “proceso de acumulación por despo-
petróleo, leyes y códigos para la gran minería sesión” (Harvey, 2003). Como en los procesos
a cielo abierto en el país y la expansión sojera1. históricos de acumulación del primitivo capita-
Constituimos uno de los países de América La- lismo, los recursos naturales y los poderes es-
tina que más expone su territorio y sus recur- tatales juegan un papel fundamental. La activi-
sos naturales a los procesos de privatización dad extractiva es altamente rentable. Esa gran
y apropiación para la acumulación mundial de rentabilidad tiene que ver tanto con su tasa de
ganancia como con las rentas diferenciales a
escala mundial que son apropiadas en la mayor
1 Para mayor información véanse Svampa y Antone-
lli, 2009; y Giarracca y Teubal, 2005. parte por las empresas del sector. Se trata de
El “desarrollo” basado en la extracción de recursos naturales  809

actividades que son rentables no solo porque lizadas— fueron ubicándose en sectores clave
sus costos internos son relativamente bajos, del complejo agroexportador y del sistema
sino también porque en la época actual se nota agroalimentario en su conjunto. Como sostie-
una tendencia alcista en los precios internacio- nen Teubal y Palmisano (2010), son empresas
nales de las commodities de exportación. La entrelazadas y articuladas entre sí en un siste-
valorización de esas rentas se realiza en el mer- ma que, aunque remite fundamentalmente a la
cado mundial y en relación con estos precios soja, también caracteriza y afecta a otros secto-
internacionales en alza. Interesan los salarios res de la producción agropecuaria. La produc-
más bajos que pueden existir en el nivel interno ción de soja pasó de 3,7 millones de toneladas
u otros costos de producción que en términos en 1980-1981 a 11 millones en 1996-1997, y a
relativos pueden ser comparativamente más 46,24 millones en 2007-2008, y de representar el
bajos. Pero la disponibilidad de recursos es- 10,6% de la producción granaria total en 1980-
casos frente a una demanda mundial creciente 1981 a más del 50% en 2006-2007. Más del 91%
constituye un ítem fundamental que determina del aumento de la producción granaria total
la rentabilidad de esas actividades. del país correspondió a la soja durante los diez
años que van de 1998 a 2008. Otro tanto suce-
dió con la superficie sembrada, lo que acarreó
Expansión sojera: múltiples problemas territoriales y sociales.
paradigma del agronegocio El cultivo venía en ascenso desde los años
setenta y marcó un significativo aumento a
En las últimas décadas se ha producido una im- partir de la campaña 1995-1996, con la autori-
presionante expansión de la soja para la expor- zación de la semilla transgénica y un contex-
tación, con una especialización creciente en la to de precios favorables. Los datos muestran
semilla transgénica y su paquete tecnológico que entre 1990-1991 y 1995-1996 la superfi-
(que incluye el glifosato). En concomitancia cie sembrada con la oleaginosa había creci-
con esta expansión se lleva a cabo un proce- do 1.000.000 de hectáreas, mientras que en el
so de concentración de la tierra, del control quinquenio posterior (1995-1996 y 2000-2001)
productivo y del capital. Las empresas y cor- crecería 4.660.000 hectáreas, y en el siguiente
poraciones transnacionales —o transnaciona- (2000-2001 a 2005-2006) el incremento sería de
810 Estudios rurales y movimientos sociales. Miradas desde el Sur

4.700.000 hectáreas más sembradas con soja. dad, recibir esa renta y vivir en las ciudades
Más cerca de nuestros días, en el trienio 2005- intermedias o en Rosario. Además, todo el
2006 a 2008-2009 la expansión fue de 1.270.000 conocimiento del productor de tipo familiar
hectáreas, con lo que se llega a más del 53% del que fue sumando adelantos técnicos, que
territorio implantado con granos, casi 17 mi- proporcionaba por medio de la extensión un
llones de hectáreas, mientras las estimaciones Instituto Nacional de Tecnología Agropecua-
para 2009-2010 hablan de 18 millones de hectá- ria (INTA) al servicio de aquel modelo, se ha
reas (Teubal y Palmisano, 2010). ido desperdiciando y finalmente perdiendo.
Esta significativa expansión ha acarreado 2. Procesos de sustitución de tierra para gana-
una serie de consecuencias tanto en la estruc- dería, tambos, cultivos alimentarios por soja
tura social agraria, en la estructura productiva en cantidades muy importantes en casi todo
y en los mundos campesinos e indígenas, como el país.
en el nivel ambiental y el de la salud. Podemos
3. Expansión de la frontera hacia el norte, aco-
enumerar algunas de ellas a modo de ejemplo:
rralando campesinos con posesión veintea-
1. Desaparición de pequeños productores ca-
ñal, así como a comunidades indígenas am-
pitalistas en la región pampeana. Los casos
paradas por legislaciones nacionales e inter-
más estudiados son los del sur de Santa Fe,
nacionales. Todos estos desalojos han sido
donde los colonos podían producir, obtener
procesos cargados de violencia que marca-
ingresos familiares y ganancias razonables
ron la aparición en el país de guardias priva-
que permitían una vida digna, con una agri-
das de terratenientes e inversores armados,
cultura de procesos que aportaba alimentos
y la connivencia entre el poder económico y
al mercado nacional y a la exportación, con
los poderes políticos provinciales.
100 o 150 hectáreas de superficie y una rota-
ción adecuada de cultivos granarios. En la 4. Desaparición de bosques nativos. La Ley de
actualidad, esa explotación debe sumar tie- Presupuestos Mínimos de Protección Am-
rra alquilando a vecinos (proceso cada vez biental de los Bosques Nativos no ha logra-
más difícil por la competencia de los grandes do las reglamentaciones provinciales más
pools de siembra que acaparan esas tierras), adecuadas y la tala indiscriminada para el
o debe cederla a un sojero de mayor capaci- cultivo de soja parece imparable.
El “desarrollo” basado en la extracción de recursos naturales  811

5. Durante los dos últimos años se ha profun- a nuestro juicio, son los que laceran los dere-
dizado el debate acerca del uso del des- chos humanos de las poblaciones subalternas
malezador asociado a la soja: el glifosato. de este modelo agrario (aunque no negamos la
Debido al avance de las investigaciones en violación de derechos humanos que acarrea,
embriología (impulsadas, entre otros, por el por ejemplo, la intoxicación con agroquímicos).
médico Andrés Carrasco), se han potencia- Los campesinos, las comunidades indígenas
do los estudios de los médicos provinciales, y los trabajadores rurales, todos ellos organi-
que en tareas encomiables y sin financiación zados con apoyo de organizaciones sociales,
llevan los registros del aumento de todo tipo culturales, técnicas y grupos universitarios, y
de enfermedades en las zonas de fumigación articulados a federaciones internacionales (Vía
aérea y también por tierra. El último año se Campesina, por ejemplo), han logrado frenar al-
han utilizado 200 millones de litros de glifo- gunos de los desalojos, aun cuando el sistemá-
sato en las 18 millones de hectáreas, suma- tico avance de los inversores sojeros no se ha
dos a los 70 millones de otros agroquímicos detenido. El Movimiento Nacional Campesino
empleados en el resto de los cultivos. Esta e Indígena ha registrado paros de desalojos, re-
cifra convierte a nuestro país en un verda- cuperación de territorios, enfrentamientos con
dero laboratorio humano para registrar las nuevos y viejos inversores sojeros, etcétera;
consecuencias de estos agrotóxicos, con un la Coordinadora de Comunidades Indígenas y
costo de vidas humanas muy alto. Trabajadores Rurales de Argentina (COCITRA)
articula distintas identidades, como el Consejo
Asesor Indígena (CAI), la Unión de Campesi-
Los conflictos por el agronegocio nos Poriajhú del Chaco y el Campamento de
Trabajo de Córdoba, que forman parte de la
Como demuestra el punteo anterior, existen Coordinadora Latinoamericana de Organiza-
conflictos manifiestos y latentes alrededor del ciones del Campo (CLOC) y de Vía Campesina,
agronegocio. Nos ocuparemos de aquellos que y tienen significativas acciones en estas luchas.
reenvían a la expansión de los inversores a En este último tiempo, la Federación Agraria
las comunidades campesinas e indígenas que, Argentina (FAA) volvió a reivindicar las luchas
de organizaciones campesinas de Santiago del
812 Estudios rurales y movimientos sociales. Miradas desde el Sur

Estero, Formosa y Misiones, y a articularse con En febrero de 2009, la Corte llevó adelante
la cuestión campesina después de su alianza una audiencia pública en respuesta al amparo
con corporaciones de terratenientes en la Mesa presentado por comunidades de pueblos origi-
de Enlace. Finalmente, la Asamblea Campesi- narios y campesinos de los departamentos de
na del Norte Argentino, estructurada en 2006, San Martín, Orán, Rivadavia y Santa Victoria,
empalma experiencias de organización y lucha que responsabilizaban a las autoridades nacio-
de larga data en Chaco, Formosa, Santiago del nales y provinciales por la tala indiscriminada
Estero, Corrientes y el norte de Santa Fe, y al- de bosques (más de un millón de hectáreas)
gunas de sus organizaciones participan en el frente al avance de la frontera agropecuaria y
Frente Nacional Campesino (GER, GEMSAL y los proyectos forestales, y solicitaban la decla-
Cátedra de Sociología Rural, 2010). ración de inconstitucionalidad y nulidad de las
Por otro lado, en las comunidades indíge- autorizaciones de desmonte. El máximo tribu-
nas, si bien se registran grandes avances en la nal terminó por hacer lugar al pedido de las co-
recuperación de sus territorios, se sigue vio- munidades de ampliación de la medida cautelar
lando la Ley de Emergencia de la Propiedad de diciembre a la totalidad de autorizaciones
Comunitaria (Ley 26.160), que da un marco de concedidas en los cuatro departamentos, hasta
protección a las comunidades frente a los des- tanto el gobierno provincial y el nacional reali-
alojos de sus tierras, e incluso suspende pro- zaran un estudio de impacto ambiental sobre
cesos judiciales en marcha. Otro tanto ocurre el efecto acumulativo de estas deforestaciones.
con la Ley de Protección de Bosques Nativos. En este escenario, las comunidades kolla
Salta, en tal sentido, es un caso paradigmáti- de Salta se han organizado en el Qullamarka
co aunque se haya llegado a la intervención de (Coordinadora de Organizaciones Kolla Au-
la Corte Suprema de Justicia de la Nación. En tónomas, que agrupa a las comunidades indí-
esa provincia se ha configurado un frente de genas kolla de la provincia) y de esta forma
organizaciones de pueblos originarios, campe- pudieron profundizar su lucha por la defensa
sinos, trabajadores desocupados y ambienta- del territorio. Por otra parte, han denunciado
listas que intenta dar respuesta de forma orga- en varias oportunidades el avance de la ex-
nizada a la deforestación y parar desalojos de plotación forestal en su territorio, incluso una
comunidades protegidas. vez expedida la Corte Suprema en cuanto a su
El “desarrollo” basado en la extracción de recursos naturales  813

prohibición, al tiempo que han denunciado el La actividad de la megaminería


avance de la explotación minera y su repudio
total a estas formas de saqueo y contaminación La Argentina es un país sumamente vasto en
de los bienes comunes. El Qullamarka resiste recursos mineros, con una superficie cercana
emprendimientos turísticos, mineros, educa- a los 2.700.000 kilómetros cuadrados. El flujo
tivos sin respeto a su cultura, y proyectos de de inversiones extranjeras se dirigió principal-
saqueo de bienes comunes en un territorio de mente a la exploración y explotación de mine-
más de un millón de hectáreas, antagonizando rales metalíferos, destacándose los emprendi-
con modelos de intervención territorial de di- mientos de Bajo La Alumbrera, Salar del Hom-
ferentes programas de desarrollo de distintas bre Muerto y Agua Rica (Catamarca); Mina
ONG o de organismos estatales, mientras man- Aguilar y Pirquitas (Jujuy); Cerro Vanguardia
tiene la lucha por la titulación comunitaria de (Santa Cruz); Veladero, Pascua-Lama y Pachón
su territorio (Ibídem). (San Juan); Cordón de Esquel (Chubut), y Pota-
Un párrafo aparte merecen los pueblos ma- sio Río Colorado (Mendoza). Todos ellos en ex-
puche que llevan a cabo acciones para defen- plotación o muy avanzados en sus preparativos
der sus territorios no solo del avance de inver- para comenzar. Existe otro importante número
sores nacionales y extranjeros, sino de todo el de emprendimientos mineros, algunos de los
modelo extractivo en general. A modo de ejem- cuales están en explotación y otros en etapas
plo, podemos citar el caso de la comunidad de exploración o prospección.
Paichil Antriao, en Villa La Angostura, donde El 75% de las áreas con potencial minero se
un inversor de origen norteamericano preten- encuentra sin explotar, lo que hace del país un
día acaparar el poco territorio que aún le queda centro de atracción de inversores, tal como lo
a la comunidad. Durante varias semanas entre propagandizan las páginas oficiales de Inter-
enero y febrero de 2010, se vivieron momentos net. Las principales áreas de explotación se
de mucha tensión con dirigentes mapuches localizan en la cordillera de los Andes, en un
presos y lastimados, y la provincia de Neuquén recorrido de unos 4.500 kilómetros de largo.
puso en funcionamiento a las fuerzas especia- Un documento del Ministerio de Economía
les de represión, una vez más. (Secretaría de Industria, Comercio y PyME,
2005) recomienda la inversión en el sector
814 Estudios rurales y movimientos sociales. Miradas desde el Sur

minero, argumentando que, de acuerdo con extraer cualquier tipo de mineral sin restric-
un trabajo de la CEPAL de 1999, basado en ciones de ningún tipo (nuclear, por ejemplo).
información de la Escuela de Minas de Colo- Sumado a este marco general, las sociedades
rado (Estados Unidos), la Argentina presenta extranjeras que ingresen en este mercado goza-
la segunda tasa interna de retorno más alta rán de los siguientes incentivos, que establece
para un proyecto modelo de oro, y la tercera el régimen de inversiones mineras:
tasa interna de retorno más alta para un pro- –– Doble deducción de gastos de explotación:
yecto modelo de cobre, sobre un total de vein- se podrá deducir el 100% del monto inverti-
ticuatro países considerados. El Ministerio de do en determinar la factibilidad del proyec-
Economía complementa estos datos con otra to a los efectos del cálculo del impuesto a
información acerca de la conveniencia de los las ganancias.
bajos costos que ofrecen los servicios públicos –– Devolución del IVA a la exploración: la Ley
y la mano de obra local. 25.429 incorporó la devolución de los crédi-
Con la sanción en 1993 de la Ley 24.196, en tos fiscales de IVA originados en la inversión
pleno gobierno neoliberal de Carlos Menem, en exploración, a los doce meses de produ-
hubo un incremento muy significativo de las in- cida la erogación.
versiones mineras y estas empresas fueron au-
–– Exención de aranceles y tasas aduaneras: las
mentando en número. Un informe de la CEPAL
compañías mineras registradas están exen-
(2005) sostiene que, de siete empresas mineras
tas del pago de derechos a la importación de
que se registraban en el país a comienzos de los
bienes de capital y equipos especiales o par-
noventa, se llegó en nuestros días al número de
tes componentes de dichos bienes. Las com-
cincuenta y cinco firmas extranjeras y algunas
pañías de servicios mineros también gozan
pocas empresas nacionales. Y no era para me-
de este beneficio.
nos; la citada ley configuró un marco legal in-
concebible de ser generado por un Estado so- –– Exenciones impositivas y deducciones: las
berano: les otorga a las empresas extranjeras utilidades derivadas del aporte de minas y
plenos derechos de acceder al crédito interno, derechos mineros para constituir capital
transferir al exterior las utilidades líquidas y de sociedades están exentas del impuesto
realizadas, repatriar su inversión, además de a las ganancias.
El “desarrollo” basado en la extracción de recursos naturales  815

–– Exención del Impuesto a la Ganancia Mínima Es decir, el marco legal para la explotación
Presunta (Activos). Capitalización de los ava- minera tiene tal permisividad y favorece de
lúos de reservas mineras: podrán ser capitali- tal modo la inversión foránea, que puede com-
zados (tras su aprobación) hasta en un 50%. prenderse fácilmente el aluvión de capitales
–– Devolución anticipada y financiamiento del extranjeros llegados al país en los últimos años.
IVA: cuando se trate de proyectos nuevos o Como dijimos anteriormente, el Estado no solo
de un aumento sustancial de la capacidad no regula sino que habilita las condiciones para
productiva, recibirán el reembolso o el fi- que la actividad económica extractiva, critica-
nanciamiento del IVA en la importación defi- da por los modos de explotación y las conse-
nitiva o compra de bienes de capital nuevos cuencias ambientales en todo el mundo, pueda
e inversiones en infraestructura destinadas encontrar una especie de zona franca jurídica y
al proceso productivo. económica en la Argentina (y nos arriesgamos
a suponer que en toda América Latina).
–– Exención de contribuciones sobre la propie-
dad minera: no se impondrá ninguna contri-
bución sobre la propiedad minera (ni sobre
sus productos, establecimientos de benefi-
Asambleas, movimientos,
cio, maquinaria, talleres y vehículos).
organizaciones por el
“no a la minería”
–– Gravámenes provinciales y municipales: en
el Acuerdo Federal Minero (Ley 24.228), las Existe en la actualidad una red de organizacio-
provincias acordaron facilitar la elimina- nes con distintas formas de protesta, que van
ción de gravámenes y tasas municipales e desde acciones de tipo territorial, como blo-
impuestos de sellos que afecten la actividad quear el paso de camiones de las empresas mine-
minera dentro de cada provincia. ras, hasta la producción de videos con famosos
–– Regalías: de las veintitrés provincias argenti- artistas que interpelan a un público amplio para
nas, muy pocas las cobran. En tanto, varias recapacitar acerca de lo que significa el modelo
han adoptado nuevos esquemas, decrecien- extractivo minero. En este último año, fue evi-
tes a medida que aumenta el valor agregado dente que la articulación entre estas organizacio-
al mineral dentro del territorio provincial. nes permitió generar importantes avances.
816 Estudios rurales y movimientos sociales. Miradas desde el Sur

En el nivel legislativo se realizaron audien- que circulaba con sello oficial hablaba de las
cias públicas, se discutió y aprobó la Ley de riquezas del subsuelo de esa población y de
Presupuestos Mínimos para el cuidado de Gla- la necesidad de trasladar toda la ciudad para
ciares y Ambiente periglaciar; se llevaron a cabo hacer uso de esos minerales. Desde entonces,
acciones legales como amparos, denuncias, esta población cansina del Noroeste argentino
presentación de peticiones para la anulación comenzó a realizar fuertes protestas contra la
de las leyes nacionales de minería y del código empresa Agua Rica (propiedad de la canadien-
minero, la demanda de consultas populares y se Yamana Gold Inc., con sede en Toronto).
legislación que prohíba en el ámbito provincial Hubo marchas, sentadas, bloqueo del paso de
la minería realizada con sustancias tóxicas. camiones y otras formas de acción directa no
A partir de estas acciones se lograron, en es- violentas que caracterizan a estos movimien-
tos últimos años, leyes de prohibición de la mi- tos. Por supuesto, también hubo contramar-
nería a cielo abierto en siete provincias: Chu- chas, ya que una parte de las poblaciones de
but (2003), Río Negro (2005), Tucumán (2007), estas cordilleras ha creído en las promesas de
La Pampa (2007), Mendoza (2007), Córdoba trabajo, desarrollo y progreso que traen las em-
(2008) y San Luis (2008)2. presas (luego, como en el caso de La Alumbre-
ra, serían las primeras en denunciar las menti-
ras y las miserias de las mineras).
El conflicto más importante de La movilización del pueblo de Andalgalá
2010: Andalgalá, Catamarca durante una semana entera y en asamblea per-
manente condujo a la caracterización del con-
En diciembre de 2009 la comunidad de Andal- flicto como una “pueblada”. Hubo altos costos
galá ya estaba alarmada porque una resolución sociales, ya que el gobierno provincial puso
en acción un cuerpo represivo especial que
actuó contra la población. Sin embargo, esta
2 La Rioja había logrado dictar en 2007 una ley que se mantuvo en una posición firme al negar la
prohibía la explotación minera con sustancias tóxicas, necesaria “licencia social” a Agua Rica-Yamana
pero un año más tarde fue anulada por el actual goberna-
Gold, y continuó presionando para que la fir-
dor Luis Beder Herrera, quien había impulsado esa legis-
lación y destituido al gobernador anterior, Ángel Mazza. ma canadiense se retirara de la provincia. Es
El “desarrollo” basado en la extracción de recursos naturales  817

importante señalar que durante el conflicto de fácil acceso. Esto representa el 0,025% del agua
febrero, las acciones de la empresa bajaron en del planeta (Greenpeace Argentina, 2009a).
los mercados de Canadá, lo cual demuestra Los glaciares son una fuente de agua para
que, a pesar de todo, las empresas no pueden la minería, que los afecta tanto en su etapa
imponerse por la fuerza. de exploración —con la construcción de ca-
minos, la perforación, el uso de explosivos, el
levantamiento de polvo que se deposita sobre
Los glaciares y su ley ellos y acelera su derretimiento—, como en
la explotación propiamente dicha, cuando la
Los glaciares son reservas de agua que abas- cantidad de agua diaria que se necesita para
tecen a ecosistemas, a la población y a diver- los procesos de lixiviación es de una magnitud
sas actividades productivas, especialmente inconmensurable. Además, esa cantidad de
agrícolas, y sirven también para aprovecha- agua desproporcionada para un uso racional
mientos hidroeléctricos. El calentamiento glo- en cualquier lugar del planeta es restada a las
bal tiene efectos significativos sobre ellos que actividades de la agricultura de alimentos y al
hacen peligrar la vida futura en el planeta. En consumo humano.
la superficie de agua sobre el planeta, más del La persistencia de los glaciares depende
70% corresponde a mares y océanos, pero esta del balance entre el agua que se acumula en
abundancia es relativa ya que el 97,5% del total la parte superior del glaciar (generalmente en
existente es agua salada, mientras que solo el forma de nieve) y la que se derrite por ablación
2,5% restante es agua dulce. en la parte baja. Determinadas variables, como
Por otro lado, del porcentaje total de agua las precipitaciones de nieve y la temperatura,
dulce casi el 79% se encuentra en forma de hielo aumentan la masa de los glaciares; en años de
permanente en los hielos polares y glaciares. Del lluvia crecen, en períodos secos disminuyen.
agua dulce en estado líquido, el 20% se encuen- De esta forma, Greenpeace realiza la siguien-
tra en acuíferos de difícil acceso por el nivel de te clasificación para los glaciares argentinos
profundidad en el que se hallan (algunos casos (Greenpeace Argentina, 2009b):
superan los 2.000 metros bajo el nivel del mar). –– Subtropicales: son los glaciares de los Andes
Solo el 1% restante es agua dulce superficial de Desérticos y Centrales, con fuertes precipi-
818 Estudios rurales y movimientos sociales. Miradas desde el Sur

taciones en invierno, veranos secos y fuerte por el oficialismo representado por el senador
radiación solar. En los Andes de San Juan y Daniel Filmus y el diputado Miguel Bonasso, de
Mendoza residen los mejores ejemplos. la oposición. Veamos brevemente los artículos
–– Templados: son los del norte de la Patago- más importantes de esta ley sancionada por el
nia, con precipitaciones durante todo el año, Congreso.
pero mucho más intensas en invierno, como De suma importancia, y todo un avance en
ocurre en el norte de la Patagonia andina. relación con la anterior ley vetada, en su se-
gundo artículo define el área del ambiente peri-
–– Subantárticos: ocupan el Campo de Hielo
glacial “con suelos congelados que actúa como
Sur y corresponden al clima que caracteriza
regulador de recursos hídricos”, protegiendo
a los grandes campos de hielo patagónicos
una pequeña pero muy importante porción de
y las regiones aledañas, donde los glaciares
nuestro territorio. También protege las cuen-
se forman como consecuencia de las abun-
cas hídricas garantizando que, cuando el recur-
dantes precipitaciones durante todo el año.
so nace en una provincia, cruza su territorio y
Ejemplos: Glaciares del Campo de Hielo Pa-
continúa su recorrido por una o más provin-
tagónico Sur y otros glaciares de las provin-
cias, exista un ente interprovincial —que es el
cias de Santa Cruz y Tierra del Fuego.
Estado nacional— como garante de la unidad
–– Polares (Antártida): se refiere al clima extre- de la cuenca. Otro artículo importante de la
madamente frío que impera en la Antártida y ley es el 7°, referido a la evaluación ambiental
que es responsable de la presencia del man- estratégica, que agrega en su estudio los efec-
to de hielo. tos acumulativos y regionales de los emprendi-
mientos a realizarse. En otras palabras, analiza
Debido a los peligros de escasez de agua por el las relaciones de diversos proyectos entre sí.
recalentamiento global y su importancia como Un documento firmado por un significati-
fuente de agua dulce, el Congreso de la Nación vo número de intelectuales y científicos del
insistió en 2010, después del veto presidencial país sostiene:
de 2008, con una nueva ley de presupuestos
mínimos para la conservación de glaciares y Los gobernadores que buscan escudarse en el
ambiente periglaciar. La ley fue consensuada artículo 124 de la Constitución Nacional —que
El “desarrollo” basado en la extracción de recursos naturales  819

establece que los recursos naturales son domi- Algunas reflexiones


nio originario de las provincias— no pueden a modo de conclusión
disponer exclusiva y discrecionalmente de sus
recursos naturales, porque es justamente nues-
tra Carta Magna quien ha limitado lo absoluto de
Marshall Berman acuñó la frase “la tragedia
este dominio provincial. Así, las leyes de presu- del desarrollo” para referirse al drama de
puestos mínimos de protección ambiental son nuestro tiempo, en que rige el progreso técni-
una facultad del Congreso nacional, facultad co como un eje central, desconectado de las
que delegaron las provincias a través del artículo necesidades de las mayorías y al servicio de la
41 de la Constitución. “Corresponde a la Nación pura obtención de ganancias y el control social
dictar las normas que contengan los presupues- (Berman, 1991). El desarrollo, con sus signifi-
tos mínimos de protección, y a las provincias, cados otorgados por los países hegemónicos
las necesarias para complementarlas”. Así lo dentro del capitalismo, ha sumado abundan-
ha sostenido la Corte Suprema de Justicia de tes críticas en su contra. Estos significados
la Nación cuando afirmó que: “[…] correspon-
están centrados en el crecimiento económico
de a la Nación dictar las normas que contengan
y en la metáfora del continuo “subdesarrollo-
los presupuestos mínimos de protección y a las
provincias, las normas necesarias para comple- desarrollo”. Dice Gustavo Esteva en uno de
mentarlas, ya que complementar supone agregar los libros críticos más interesantes acerca de
alguna exigencia o requisito no contenido en la estos conceptos:
legislación complementada” (voto de los doc-
tores Ricardo Lorenzetti, Carlos Fayt y Enrique La metáfora del desarrollo dio hegemonía global
Petracchi in re “Villivar Silvana versus provincia a una genealogía de la historia puramente occi-
de Chubut y otros”, 17 de abril de 2007). Existe, dental, privando a los pueblos de culturas dife-
por ende, una clara distribución de competen- rentes de la oportunidad de definir las formas de
cias Nación-provincias que provee un andamiaje su vida social. La secuencia vernácula (desarro-
institucional básico sobre el cual deben sancio- llar es posible después de enrollar) se invirtió con
narse e interpretarse las leyes de presupuestos la transferencia. Las leyes científicas tomaron el
mínimos. (Svampa et al., 2010) lugar de Dios en la función de enrollar, definiendo
el programa. (Esteva, 2000: 69)
820 Estudios rurales y movimientos sociales. Miradas desde el Sur

Desde las teorías críticas originadas en Eu- la pobreza, da paso a crisis económicas recurren-
ropa, se cayó en la trampa de los sentidos fun- tes, al tiempo que consolidan mentalidades “ren-
dacionales del concepto, se mostró el desarro- tistas”, profundiza la escasa y débil instituciona-
llo, dice Esteva, como un proceso histórico que lidad, alienta la corrupción y deteriora el medio
ambiente. (Shuldt y Acosta, 2009: 10)
se desenvuelve con el mismo carácter nece-
sario de las leyes naturales. La mayoría de los
pensadores críticos latinoamericanos no cues- Suena como un enunciado paradójico: son
tionaron esta concepción y hasta se encontra- pobres, son subdesarrollados porque tienen
ron atrapados y deslumbrados por el mito del enormes riquezas naturales. Los autores mues-
desarrollo capitalista. tran que los países actualmente ricos con im-
Como vemos, severas críticas ha recibido portantes recursos naturales comenzaron a
el concepto de desarrollo en los pensamientos explotarlos cuando sus modelos económicos y
contemporáneos. No obstante, esa crítica se ha democráticos ya estaban consolidados (Norue-
agudizado y particularizado a nuestros territo- ga, Suecia). Si este tipo de “contracasos” en el
rios latinoamericanos cuando nos referimos al Norte rico no abunda, los casos de países con
“desarrollo extractivo”. En un provocativo en- inmensos recursos naturales que han estado
sayo, Jaürgen Shuldt y Alberto Acosta sostie- postrados en la polarización social, pobrezas
nen que los países que basan la reproducción extremas, inestabilidad política, instituciones
material de su vida en los recursos naturales impregnadas de corrupción, sí abundan en el
no pueden salir del círculo del subdesarrollo. mundo. Desde los países petroleros de Asia
Dicen estos autores: hasta las minerías andinas y los países que de-
rrochan la biodiversidad violando tratados in-
La profusión de recursos naturales de que dispo- ternacionales que protegen los patrimonios de
nen tiende, entre muchos otros procesos endóge- esas comunidades. La Amazonia en su conjun-
nos de carácter patológico que la acompañan, a to es un claro y evidente ejemplo. Se podrá pre-
distorsionar la estructura y la asignación de los guntar cuáles son las alternativas. Las hay, son
recursos económicos del país, redistribuye ne- muchas, y representan la esperanza de otros
gativamente el ingreso nacional y concentra la caminos. Los países andinos como Ecuador y
riqueza en pocas manos, mientras se generaliza Bolivia hablan del “buen vivir” (sumak kaw-
El “desarrollo” basado en la extracción de recursos naturales  821

say). Es una interesante idea, heredada de las conocimiento como poder (México DF:
comunidades indígenas, que habrá que pensar Galileo).
para sociedades con historias más complejas. GER, GEMSAL y Cátedra de Sociología
Es un desafío, pero se trata de no eludir estas Rural 2010 “Recursos naturales/Bienes
discusiones en momentos en que la expansión comunes: planes hegemónicos/disputas
de derechos sociales, comunicacionales, de gé- y resistencias” en Realidad Económica
nero, culturales, así como la defensa irreduc- (Buenos Aires: IADE) N° 249, enero-
tible del castigo a las violaciones de derechos febrero.
humanos durante la dictadura de 1976-1983, Giarracca, N. y Teubal, M. (coords.) 2005
despiertan la esperanza de la construcción de “Introducción” en El campo argentino en
una sociedad mejor. El extractivismo y la de- la encrucijada. Estrategias y resistencias
predación de los territorios (agua, tierra, ce- sociales, ecos en la ciudad (Buenos Aires:
rros, aire, bosques) es un camino solo de ida y Alianza).
no condice con una sociedad que aspira a que Giarracca, N. y Teubal, M. 2008 “Del
se respeten los derechos de todo tipo. desarrollo agroindustrial a la expansión
del ‘agronegocio’: el caso argentino”
en Mançano Fernandes, B. (coord.),
Bibliografía Campesinado e agronegócio na América
Latina: a questão agrária atual (San
Berman, M. 1991 Todo lo sólido se desvanece Pablo: CLACSO).
en el aire. La experiencia de la Greenpeace Argentina 2009a “Justicia
modernidad (Madrid: Siglo XXI). ambiental. La crítica situación del acceso
CEPAL 2005 “Situación y beneficio de la al agua” en <http://www.greenpeace.org/
actividad minera en la Argentina” en <www. argentina/contaminaci-n/justicia-ambiental-
cepal.org/publicaciones>. la-cr-tica>, marzo.
CEPAL 2009 Informe económico (Buenos Greenpeace Argentina 2009b “Cambio
Aires: CEPAL). climático: futuro negro para los glaciares”
Esteva, G. 2000 “Desarrollo” en Sachs, W. en <http://www.greenpeace.org/raw/
Diccionario del desarrollo. Una guía del content/argentina/cambio-climatico/
822 Estudios rurales y movimientos sociales. Miradas desde el Sur

cambio-climatico-futuro-negro-3.pdf>,
agosto.
Harvey, D. 2003 “The New Imperialism:
Accumulation by Dispossession” en The
Socialist Register (Londres: Merlin Press).
Secretaría de Industria, Comercio y PyME
2005 Invertir en Argentina. Minería
(Buenos Aires: Ministerio de Economía y
Producción).
Shuldt, J. y Acosta, A. 2009 “Petróleo,
rentismo y subdesarrollo, ¿una maldición
sin solución” en Extractivismo, política
y sociedad (Quito: CLAES / CAAP /
Fundación Rosa Luxemburgo).
Svampa, M. et al. 2010 “Diez razones para
apoyar la Ley de Protección de los
Glaciares sancionada por la Cámara de
Diputados” en <http://maristellasvampa.net/
blog/?p=138>.
Svampa, M. y Antonelli, M. A. (eds.) 2009
Minería trasnacional. Narrativas del
desarrollo y resistencias sociales (Buenos
Aires: Biblos).
Teubal, M. y Palmisano, T. 2010 “El conflicto
agrario: características y proyecciones” en
Giarracca, N. y Teubal, M. (coords.) Del
paro agrario a las elecciones de 2009.
Tramas, reflexiones y debates (Buenos
Aires: Antropofagia).
La rebelión de 2001-2002:
protestas, rupturas
y recomposiciones*
Norma Giarracca y Miguel Teubal**

A Ema Teubal, porque la vida trabajos con diversas interpretaciones sobre


y la ternura insisten. los hechos ocurridos. Los partidos de izquierda
hablaban de una situación pre-revolucionaria o
de un “argentinazo”, mientras los sectores más
Introducción conservadores marcaban la falta de alternati-
va política de un movimiento que, justamente,
Durante los meses posteriores al 19 y 20 de di- recusaba “a los políticos”. A partir de “estas re-
ciembre de 2001, aparecieron un sinnúmero de beliones” —como las caracterizó el politólogo
Ariel Colombo—, se puso en evidencia que, en
la década anterior, había comenzado un ciclo
* Giarracca, N. y Teubal, M. 2007 “La rebelión de de protestas y que las provincias le habían otor-
2001-2002: protestas, rupturas y recomposiciones” en gado el principal escenario. Para algunos ana-
AAVV Tiempos de rebelión: “Que se vayan todos”. Ca- listas, después de ese período, el país entero se
lles y plazas en la Argentina, 2001-2002 (Buenos Ai- levantó en una gran insurrección, siendo la de
res: Antropofagia).
Buenos Aires la última gran pueblada después
** Economista, PhD en Economía Agraria de la Uni- de Santiago del Estero, Cutral-Có, Mosconi,
versidad de California, Berkeley. Profesor consulto e Tartagal, etcétera.
investigador superior del CONICET. Fue profesor ti- En este libro, precisamente, quisimos volcar
tular de Economía Agraria en la Facultad de Ciencias los resultados de nuestras propias investigacio-
Económicas, y de Economía II de la Facultad de Cien-
cias Sociales de la UBA. Ex-miembro del Transnational nes acerca de qué estaba pasando en las pro-
Institute de Ámsterdam. vincias mientras la ciudad capital sonaba sus
824 Estudios rurales y movimientos sociales. Miradas desde el Sur

cacerolas o armaba sus asambleas barriales. en distintos puntos de la ciudad y se convirtie-


Para poder armar el mapa social de protestas, ron en un enlace importante del gran evento
rebeliones, acciones colectivas y saqueos fue que empezaba a gestarse. Los porteños gana-
necesario no solo trabajar el material de aque- ron las calles, los vecinos de un mismo barrio
llos meses sino haber transitado por la infor- convergían en las esquinas y las plazas; todos
mación de la década, tanto en la gran ciudad con vestimentas informales, las mujeres car-
como en las regiones provinciales. Aquí nos gando a los niños y empuñando los más crea-
proponemos exponer esa información de modo tivos implementos hogareños para hacer sonar
resumido para que el lector pueda comprender la disconformidad y el hartazgo. Espontánea y
“la trama” de la protesta en las provincias. simultáneamente, aparecían los primeros “Que
Los días previos a la jornada del miércoles se vayan todos”.
19 de diciembre de 2001, habían sido desespe- El grueso de la clase política fue repudiado:
rantes. Hubo una gran variedad de protestas, desde De la Rúa hasta Carlos Menem, Domingo
pero las más notorias y extendidas fueron los Cavallo, Carlos Ruckauf, Raúl Alfonsín, Eduar-
saqueos a los supermercados. Si existe la sos- do Duhalde e incluso el ex-vicepresidente Car-
pecha de que el aparato del Partido Justicialis- los Álvarez. El sentimiento de rechazo no solo
ta estimuló los saqueos, lo cierto es que la gran cayó en los políticos sino también en los jueces
población comenzaba a estar masivamente de la Corte Suprema y los ex-funcionarios sos-
desocupada, sin recursos y propensa a procu- pechados de corrupción en anteriores gobier-
rarse los alimentos de cualquier manera. En el nos. Esa noche, la policía no intervino en los
atardecer de ese día, el presidente Fernando barrios ni en el punto de convergencia después
De la Rúa declaró el estado de sitio. de la medianoche: la Plaza de Mayo.
La respuesta al mensaje presidencial emiti- Muchos permanecieron toda la noche en la
do por cadena radiofónica nacional fue inme- plaza, en una demostración pacífica de desobe-
diata. Desde los balcones y ventanas comenzó diencia civil. En las primeras horas del día 20,
a sonar espontáneamente el ruido de cacerolas Cavallo renunció y De la Rúa quedó libre para
de un modo rítmico y continuo. Los medios, negociar con el Partido Justicialista. A los que
que acababan de transmitir el mensaje presi- permanecieron en la plaza se les sumaron, por
dencial, siguieron difundiendo lo que ocurría la mañana, oficinistas, trabajadores y jóvenes
La rebelión de 2001-2002: protestas, rupturas y recomposiciones | N. Giarracca y M. Teubal  825

que se acercaban desde el Gran Buenos Aires. A cambiar el rumbo neoliberal y despótico de
media mañana llegaron los organismos de dere- Carlos Menem. Ante la crisis institucional, la
chos humanos, entre ellos las Madres de Plaza principal oposición elevó interinamente al car-
de Mayo con sus inconfundibles pañuelos. go presidencial a Adolfo Rodríguez Saa, del
A mediodía se desataba ya la feroz represión, Partido Justicialista de San Luis, quien se man-
primero en la plaza y luego en las proximida- tuvo solo una semana en sus funciones. Des-
des. Después se supo que gran parte del Gran pués de varias tentativas, Eduardo Duhalde, el
Buenos Aires sufrió casi una masacre. Aun hombre fuerte de la provincia de Buenos Aires,
cuando ya ha comenzado el juicio a los respon- fue investido por la Legislatura como presiden-
sables, no quedan claras las razones políticas te provisional.
que llevaron al gobierno de la Alianza a actuar Como decíamos antes, muchos procesos
de este modo. Unas 10 personas murieron en ayudan a comprender estos acontecimientos.
el centro y más de 30 en otras zonas, pero la Comenzaremos por la crisis económica, que
mayoría cayó en el fatídico Gran Buenos Aires. sobredetermina un estado de conflictividad
Fue la peor represión durante un gobierno ele- social que venía manifestándose en la década
gido democráticamente: en pocas horas, más anterior. Pasaremos luego a presentar los prin-
de 40 personas, casi todos jóvenes, fueron ase- cipales datos de la protesta de los noventa para
sinados a la vista de toda la población1. regresar a los hechos del 19 y 20 y preguntar-
El Gobierno dimitió luego de algunos inten- nos qué pasó después.
tos para conseguir el apoyo justicialista. De la
Rúa huyó en un helicóptero, frente al repudio
de la población anonadada por el comporta- La crisis en 2001 y 2002
miento de un Gobierno que había prometido
La primera gran crisis del nuevo milenio, que
alcanza su punto álgido en 2001-2002, constitu-
1 Recordemos que el Partido Radical tenía en el siglo ye una de las más importantes de nuestra histo-
XX el triste récord de “la semana trágica” (1919) y de ria, incluso más que la de los años treinta.
“la Patagonia rebelde” (1921), dos históricos hechos de
levantamientos populares reprimidos salvajemente con Si bien, como ocurre con todas las crisis, esta
gobiernos elegidos por elecciones. contiene aspectos sociales, económicos, cultu-
826 Estudios rurales y movimientos sociales. Miradas desde el Sur

rales, políticos e institucionales, en lo esencial que no fuera respaldada por reservas de divisas
puede considerarse una crisis del neoliberalis- del Banco Central, así como el flujo de capita-
mo, del modelo socioeconómico implantado a les desde el exterior o nuevo endeudamiento
rajatabla en nuestro país, fundamentalmente externo. Presumiblemente, con esas disposi-
en la década del noventa. ciones se eliminaría toda discrecionalidad del
Este modelo tuvo dos antecedentes impor- Gobierno con relación a la política monetaria y
tantes: cambiaria y se establecería en el país una suer-
1. el golpe militar de 1976, que instauró una te de sistema patrón dólar2.
suerte de “Estado burocrático autoritario” Tales medidas tuvieron como objetivo ma-
(O’Donnell, 1979); y nifiesto reducir las expectativas inflacionarias
2. el denominado “golpe económico” de 1989, basadas en las devaluaciones del tipo de cam-
que derivó en las hiperinflaciones del perío- bio que habían desatado las hiperinflaciones
do 1989-1991. del período 1989-1991, prohibiéndose por ley
toda indexación del aumento de precios3.
En términos generales, el objetivo de Do-
Ambos “golpes” pueden ser visualizados como
mingo Cavallo, quien instituyó este régimen
mecanismos de “disciplinamiento” de la socie-
cambiario y monetario siendo ministro de Eco-
dad argentina en su conjunto, preparatorios del
nomía de Menem, era establecer en el país un
“marco institucional” necesario para la plena
sistema duradero que habría de estabilizar la
implantación de los ajustes estructurales ins-
trumentados en los años noventa.
Uno de los condicionantes de esos ajustes 2 Se trata de un sistema generalmente en desuso des-
estructurales fue el denominado “Plan de Con- de los años treinta, solo aplicado por países como Hong
Kong, Bermudas, las Islas Caymán, Estonia y Argenti-
vertibilidad”, de abril de 1991. Este plan esta-
na. Un análisis crítico de estos regímenes se presenta
bleció un nuevo sistema cambiario, fijándose el en Eigengreen, Barry (1966: 139, 184).
peso en una relación de uno a uno con el dólar.
3 Como excepción a esta prohibición, puede señalar-
Asimismo, se decretó la plena liberalización de se el alza de las tarifas de los principales servicios pú-
las transacciones financieras desde y hacia el blicos, los que, una vez privatizados, fueron indexados
exterior y se prohibió toda creación monetaria por el índice de precios mayoristas de los EEUU (véase
Teubal, 2007).
La rebelión de 2001-2002: protestas, rupturas y recomposiciones | N. Giarracca y M. Teubal  827

economía, abriéndose el camino para la im- Se eliminaron todas las restricciones cuan-
plantación de un severo programa de ajuste titativas aplicadas a las importaciones y se
estructural. redujo significativamente el nivel arancela-
Entre las medidas adoptadas en el marco de rio de estas. Iguales medidas fueron impues-
este plan, pueden mencionarse: tas a la movilidad del capital, en particular,
1. Un programa radical de privatizaciones: en extranjero. Estas normas se correspondían
menos de tres años, se desbarató por com- con la eliminación de los regímenes de pro-
pleto el sistema empresario estatal con la moción industrial del interior del país y el
privatización de más de treinta empresas programa “Compre nacional” aplicable a
públicas, tan diversas como teléfonos y co- las compras estatales de bienes y servicios.
municaciones, compañías aéreas, empresas Además, en el marco del Decreto de desre-
petroquímicas, el petróleo, los ferrocarriles gulación de 1991, se desregularon aspectos
y otros sistemas de transporte, 10.000 Km. esenciales de la política agraria y se elimi-
de caminos, el sistema de distribución del naron los organismos que regulaban la acti-
gas natural, la electricidad, el agua, las in- vidad agropecuaria desde los años treinta.
dustrias del hierro y el acero, una serie de Con el correr del tiempo, fueron introdu-
empresas incorporadas al área de defensa, ciéndose medidas desregulatorias impor-
represas hidroeléctricas y otros ítems va- tantes en el mercado laboral, que tendían a
riados, como canales de televisión, hoteles, su “precarización”. Este aspecto del sistema
puertos, silos e hipódromos. Si bien se trató culminó con la sustancial privatización del
de un programa drástico, no incluyó la insti- sistema de seguridad social. Y nuestro país
tucionalización de los mecanismos de regu- se transformó en uno de los más desregula-
lación que caracterizan a las privatizaciones dos del mundo, sujeto como ningún otro a
aplicadas en el primer mundo. Muchas de los vaivenes de la economía mundial;
estas operaciones fueron cuestionadas debi- 3. La entrada al Plan Brady, que contó con el
do a su endeble base legal o a la corrupción beneplácito de la comunidad financiera in-
relacionada con su implementación; ternacional y que regularizó plenamente los
2. Una política de desregulaciones extremas y pagos de los servicios de la deuda externa.
de apertura casi irrestricta hacia el exterior. En parte, esto fue posible gracias a los re-
828 Estudios rurales y movimientos sociales. Miradas desde el Sur

cursos provistos por el programa de privati- ajustes incidieron directamente sobre los
zaciones. A partir de entonces, el sistema de gastos de salud, educación y otras necesida-
ajuste estructural se sustentó en el continuo des básicas de la población en general y, en
endeudamiento externo que se vio obligado particular, de los más necesitados.
a realizar el Gobierno ante la tendencia cre-
ciente del déficit de la balanza de pagos. Si
bien, en un primer momento —hasta 1995 Hacia la profundización de la
aproximadamente—, el Plan de Convertibi- crisis económica y financiera
lidad y los ajustes fueron acompañados por
un sustancial ingreso de capitales desde el Entre 1998 y 2004 (año este en que fue supe-
exterior, la crisis del tequila (México, 1995) rada la debacle de 2001-2002), la economía
revirtió esta situación. Así también, la fuga argentina dejó de crecer. Tal estancamiento
de capitales fue uno de los determinantes presagiaba una tendencia hacia la recesión,
esenciales de la posterior crisis de comien- depresión que fácilmente podía desembocar
zos del milenio; en una crisis. A partir de entonces, también se
4. Programas de ajustes fiscales severos, re- intensificó la protesta social. Pese al cambio,
queridos por el FMI como condicionante en el clima político-social que había llevado a
para la obtención de nuevos préstamos pro- la derrota al candidato presidencial Eduardo
venientes del exterior. La exigencia de que Duhalde en 1999, el nuevo gobierno de De la
se lograran superávit fiscales y de la balan- Rúa, traicionando sus promesas electorales,
za de pagos fue considerada necesaria para continuó aplicando aquel severo ajuste es-
acumular fondos destinados al pago de la tructural. Se aumentaron los impuestos, se
deuda externa. Se hicieron corrientes las redujeron los salarios y se sancionaron leyes
visitas de los técnicos del FMI al país y los adicionales para la “flexibilización” del mer-
consiguientes acuerdos, exigidos por ese or- cado laboral. Ninguna de estas medidas tuvo
ganismo para promover, supuestamente, la efectos “contra cíclicos”. Todo lo contrario:
confianza de los “inversores extranjeros”, en contribuyeron significativamente a que se pro-
especial, aquellos vinculados con el sector fundizara la crisis.
financiero internacional. Gran parte de estos
La rebelión de 2001-2002: protestas, rupturas y recomposiciones | N. Giarracca y M. Teubal  829

Los ministros de Economía de la Alianza en cían fundamentalmente a los medianos y peque-


el poder fueron incapaces de abordar la crisis ños ahorristas— se redujeron a 16.300 millones
que comenzaba a manifestarse. Tanto José Luis de pesos/dólar. El drenaje continuó sin pausa:
Machinea, con su “blindaje financiero”, como Ri- entre diciembre de 2001 y marzo de 2002, hubo
cardo López Murphy, con sus ajustes extremos, una fuga de depósitos de 12.700 millones de dóla-
o Domingo Cavallo, a quien se le dio poderes res. Esta fuga total de 29.000 millones representa
especiales para “salvar” a la Argentina de la de- el 34% de los depósitos que el sistema bancario
bacle que se avecinaba, adoptaron estratagemas poseía en febrero de 2001. En ese mismo año, las
presumiblemente destinadas a crear “confianza” reservas de divisas del Banco Central descendie-
entre las organizaciones financieras internacio- ron 19.000 millones de pesos/dólar.
nales pero que solo empeoraron la situación. El La crisis apareció, como todas, como una
camino hacia la crisis estaba plenamente allana- crisis financiera y, también como todas, tuvo
do: parecía que nada podía parar la corrida sobre consecuencias nefastas sobre la actividad eco-
los bancos y la fuga de capitales hacia el exterior. nómica y la población en general. Con la co-
En realidad, el Gobierno y sus ministros de Eco- rrida sobre los bancos y la fuga de capitales y
nomía estaban empeñados en evitar el default divisas se rompió el crédito y la cadena de pa-
de la deuda externa y el fin de la convertibilidad, gos. Ante el cierre de negocios y fábricas, la re-
aun a costa de enormes penurias sociales, que cesión se transformó en una crisis de enormes
son las que finalmente primaron. Se preocupa- proporciones. La única salida que vislumbró el
ron únicamente por lograr la confianza de los cír- Gobierno para evitar la quiebra de algunos ban-
culos financieros internacionales y por el “riesgo cos fue la implementación del corralito (luego
país”, que generaría tasas de interés internacio- “corralón”). Sin embargo, al congelarse el retiro
nales cada vez más altas. Pero no pudieron —o de fondos de los bancos, quedó totalmente des-
no quisieron— lidiar eficazmente con la corrida legitimado el sistema bancario y se potenció el
bancaria, la fuga de capitales y el drenaje de divi- colapso del sistema económico en su conjunto.
sas. Entre febrero y noviembre de 2001 (cuando A esa altura, estaba claro para la mayoría de
se creó el “corralito” para restringir el retiro de la población que la crisis era resultado de las
depósitos de los bancos), los pocos fondos del políticas neoliberales que la habían empobre-
sistema bancario que quedaban —y que pertene- cido, arruinando a la industria y robando a los
830 Estudios rurales y movimientos sociales. Miradas desde el Sur

ahorristas que habían depositado sus peculios los grandes intereses internos e internacionales
de buena fe en los bancos. No era de extrañar festejaban por la rentabilidad alcanzada en sus
que los ciudadanos salieran a la calle con la negocios. Lógicamente, el ministro de Econo-
sensación de que todos habían sido saqueados: mía Domingo Cavallo era muy bien visto en los
no solo los desocupados, los trabajadores, los círculos financieros internacionales.
pensionados y jubilados, a quienes les robaron Paulatinamente, se fue instaurando en el
sus empleos, sus sueldos, sus pensiones y jubi- país un nuevo “régimen de acumulación”, de-
laciones, sino también las clases medias y tra- jándose de lado el anterior proceso de indus-
bajadoras, a quienes despojaron de sus ahorros. trialización por sustitución de las importacio-
Era razonable que los fundamentos mismos del nes. Se manifestó como nunca la hegemonía
sistema fueran cuestionados. alcanzada por los grandes grupos económicos,
en particular, los intereses financieros. En este
contexto, una de las marcas esenciales del mo-
Resultados y consecuencias delo neoliberal fue el drástico proceso de des-
industrialización que se manifestó en el país.
¿Cuáles fueron las consecuencias económicas El conjunto de medidas de ajuste estructural
y sociales de los programas de ajuste estructu- tendiente a favorecer al mercado significó una
ral aplicados en forma drástica en la década del enorme transferencia de ingresos, riqueza y po-
noventa? ¿Cómo incidieron, en última instan- der hacia el grupo dominante socioeconómico
cia, en la crisis económica de 2001-2002? y político y, en particular, hacia grandes corpo-
Hasta que comenzó a manifestarse la crisis raciones económicas nacionales y extranjeras.
del tequila, en 1995, el caso argentino era con- En este sentido, no se trataba solo de progra-
siderado en los foros internacionales como uno mas económicos, también se requería el ajus-
de los modelos a seguir, conjuntamente con el te de las instituciones para adecuarlas al fun-
chileno y el mexicano (antes de Chiapas). Las cionamiento del mercado, o sea, a favor de los
medidas implementadas por el gobierno de Me- grandes intereses asociados al establishment.
nem habían cambiado sustancialmente las re- Pero esta concentración del poder y la rique-
glas de juego de la economía argentina. El “mer- za, tuvo como contrapartida la devaluación de
cado” comenzaba a reinar en forma inusitada y todo lo que tuviera que ver con lo social y, por
La rebelión de 2001-2002: protestas, rupturas y recomposiciones | N. Giarracca y M. Teubal  831

consiguiente, la marginalidad y la exclusión de ron de diferente modo a la (regresión) retrac-


la mayoría de la población. Como se señala con ción en la distribución de la riqueza y los ingre-
frecuencia, los ajustes estructurales aplicados sos y tuvieron un efecto determinante sobre la
en nuestro país implicaron una mayor regresivi- crisis y la protesta social.
dad en la distribución del ingreso, la desocupa-
ción en todas sus variantes y una reducción en
los salarios e ingresos reales de los sectores de Los datos de la crisis en 2001 y 2002
bajos recursos, tanto directos como indirectos.
Implicaron también un aumento de las diferen- Decíamos que la crisis comenzó en 1998. En
tes formas de pobreza e indigencia. 2002, el PBI había caído un 19,5%. La curva des-
Se plantea esta perspectiva frente a aquella cendiente comienza con una baja del 3,4% en
presentada por los defensores de las políticas 1999, seguida por una del 0,8% en 2000. En los
de ajuste, que sostienen que el modelo: dos años siguientes, cae un 4,4% en 2001 y un
1. no iba a ser altamente regresivo, en términos 10,9% —casi un récord histórico— en 2002. Tal
de sus consecuencias sobre la distribución indicador refleja el colapso de la actividad eco-
de los ingresos y la riqueza; nómica. En los primeros meses de 2002, la activi-
2. iba a conducir a un crecimiento y desarrollo dad industrial cayó más del 18% (como ejemplo,
sostenido de la economía en el tiempo; y la producción automotora descendió el 55%).
3. no era un modelo que hiciera altamente vul- No sorprende, entonces, que aumentara la
nerable la economía a los shocks externos e desocupación en el país. Hacia junio de 2002,
internos (lo que finalmente trajeron a la luz la tasa de desempleo de la población económi-
los acontecimientos de estos años). camente activa alcanzó el 23% (se había fijado
en 14,7% en 2000), mientras que otro 22% se
consideraba subocupado. Diversas formas de
De más está decir que estas características es- desocupación y de ocupación altamente preca-
tán entrelazadas entre sí: el Plan de Convertibi- ria se habían hecho endémicas en la Argentina
lidad juntamente con las privatizaciones y los de los años noventa.
demás elementos que conformaron los ajustes Los ingresos reales empeoraron para la po-
estructurales en los años noventa contribuye- blación, excepto para aquellos que poseen el
832 Estudios rurales y movimientos sociales. Miradas desde el Sur

10% de las rentas más altas del país. Como con- dio Lozano, de la CTA: “La Argentina es un país
secuencia, la distribución de la riqueza alcanzó en el que la mayoría de los pobres son jóvenes
niveles inusitados de regresividad. En 1974, el y la mayoría de los jóvenes son pobres” (Loza-
10% de la población con ingresos más bajos reci- no, 2002). Esta penuria alcanzó también a los de
bía un 2,3% del PBI, mientras que el 10% con in- mayor edad. Un gran porcentaje de jubilados y
gresos más altos recibía el 28,2% del PBI, o sea, pensionados —quienes, de por sí, recibían ingre-
12,3 veces más que aquellos. Para el año 2002, la sos muy bajos y engrosaban el grupo de los “nue-
brecha entre el 10% de la población más pobre y vos pobres”— cayó a la categoría de indigente.
el 10% más rica se había ampliado a 33,6 veces. Cabe destacar que 1,8 millones de trabajadores
Naturalmente, en este contexto, aumentaron en actividad eran también indigentes. Según in-
los índices de pobreza e indigencia. El proceso formes periodísticos, entre mayo de 1998 y mayo
de empobrecimiento en este período fue uno de 2002, los indigentes con trabajo aumentaron
de los más rápidos e intensos en el mundo, al- un 70%, lo cual refleja la paupérrima calidad de la
canzando en 2002 niveles escandalosos. A co- mayoría de los empleos en la Argentina.
mienzos de la década del noventa, el 15% de la El grado de empobrecimiento que se alcanzó
población tenía ingresos por debajo de la línea durante la crisis de 2001-2002 se manifiesta en
de pobreza. En el año 2000, esta relación había los indicadores de desnutrición infantil. En La
alcanzado el 30%. Entre enero y mayo de 2002, Matanza, en el Gran Buenos Aires, más del 58%
el número de personas que cayeron por debajo de los niños se encontraban desnutridos; en la
de la línea de pobreza aumentó en 3,8 millones, o provincia de Misiones, más del 60% tenía algún
sea, 762.000 personas por mes, 25.000 por día. En tipo de anemia, debido a que el Gobierno había
junio de ese año, más de la mitad de la población cortado la provisión de alimentos a las escue-
(18 millones de personas) era “pobre”, mientras las. La situación nutricional en el país resultó
que el 22% (7,7 millones) era indigente, o sea, —y sigue resultando— escandalosa, dado que
tenía ingresos que no le permitían comprar una se produce lo suficiente como para alimentar
canasta de bienes alimenticios básicos. Se esti- adecuadamente a 300 millones de personas. La
maba que el 58% de los 9,8 millones de personas Argentina produce, entre otras cosas, 80 millo-
menores de 14 años era pobre, y el 28% era indi- nes de toneladas de granos de todo tipo, más de
gente. Como lo señalaba en su momento Clau- 2 toneladas per capita. Sin embargo, en aquel
La rebelión de 2001-2002: protestas, rupturas y recomposiciones | N. Giarracca y M. Teubal  833

momento, millones de personas padecían ham- castigo a los responsables de la represión del pe-
bre (una proporción importante de la población ríodo anterior. Pero las acciones de protestas que
sigue padeciéndolo, pese a la recuperación eco- se iniciaron en la década del noventa eran de un
nómica lograda desde entonces). nuevo tipo y se expandieron rápidamente, sobre
No solo cundió el hambre en medio de la cri- todo, del interior al centro del país. En efecto, son
sis. También se deterioraron como nunca los protestas territoriales tanto en sus orígenes como
servicios sanitarios y educativos. En muchas en sus expansiones. La ciudad de Buenos Aires
provincias, los maestros y empleados públicos siguió siendo un escenario privilegiado para los
pasaban meses sin cobrar sus sueldos. Y comen- reclamos, pero, a diferencia de lo que ocurría en
zó la emigración masiva, en un país considerado la década del ochenta, las manifestaciones y los
históricamente como una patria de inmigrantes. reclamos comenzaban en el interior y en muchas
ocasiones se marchaba sobre Buenos Aires.
Una primera aproximación a estas protestas
Una década de protesta puede hacerse por medio de su cuantificación
y, para ello, recurriremos a los datos de la Con-
Si bien Carlos Menem y el Partido Justicialista sultora de Investigación Social Independiente
ganaron las elecciones en 1989, se considera el (CISI), que lleva un registro pormenorizado de
año 1991 como el comienzo de una década sig- las expresiones de conflictos a través de perió-
nada por el neoliberalismo, que finalizaría con dicos nacionales y provinciales4.
los acontecimientos del 19 y 20 de diciembre. El
período estuvo atravesado por la puesta en mar-
cha de un plan económico que modificaría pro- 4 Dicho seguimiento, según la consultora, fue realiza-
do de manera exhaustiva y diaria, dando como resultado
fundamente la fisonomía del país y por un “ciclo un conjunto de 16.000 protestas. Se contabilizan los re-
de protestas” en todo el territorio nacional. gistros por la “forma de lucha”, independientemente del
En los comienzos de la democracia, fueron actor que la lleva a cabo. Es decir, si un sindicato realiza
las grandes centrales sindicales quienes habían consecutivamente una huelga y una marcha, para la CISI
jaqueado al gobierno de la Unión Cívica Radical constituyen dos expresiones de protestas. Esto puede
dar un número superior al que resultaría si la protesta se
mientras los movimientos por los derechos hu- registrara por “sujeto de la acción”. No obstante, lo im-
manos no cejaron en sus reclamos por justicia y portante es la variación de una década y, en tal sentido, la
metodología siempre fue la misma.
834 Estudios rurales y movimientos sociales. Miradas desde el Sur

Como vemos en el siguiente cuadro, las ex- las acciones de protesta fueron llevadas a cabo
presiones de conflicto registradas por la CISI por organizaciones sindicales (con excepción
no bajaron de mil por año durante toda la dé- de aquellas realizadas por los movimientos de
cada, siendo 1995 el momento pico (año de la derechos humanos), en la década del noventa,
reelección presidencial de Carlos Menem). A las protestas de nuevos actores sociales, como
partir de 1996, los registros bajan, y comienza desocupados, vecinos, campesinos, etcétera,
un ascenso sostenido desde 1997 hasta el final llegaron a constituir un porcentaje muy impor-
de la década. Si en los ochenta la mayoría de tante del total.

Gráfico N° 1
Total de conflictos durante el Plan de Convertibilidad
(Período 1991-2001, eventos económicos y políticos más importantes)

Fuente: CISI, 2001: 6.


La rebelión de 2001-2002: protestas, rupturas y recomposiciones | N. Giarracca y M. Teubal  835

De 1996 a 1997 hubo un importante aumento no tuvieron respuesta alguna por parte de los
(casi el 10%) en la participación de las protes- actores demandados, fueran estos el Estado o
tas no sindicales. La desocupación y las tradi- del sector privado).
cionales conexiones políticas del sindicalismo Las principales causas de los conflictos de
con el Partido Justicialista permiten compren- base sindical giraron alrededor de los salarios.
der las razones de la disminución de las pro- Cuando estas causas se cruzan por “tipo de
testas de los asalariados organizados. Existían empleador”, las salariales se mantienen como
dos desprendimientos sindicales de la pode- primer motivo de conflicto y el demandante es
rosa Confederación General de Trabajadores el Estado, mientras que a los sectores empresa-
(CGT): la Central de Trabajadores Argentinos riales se les demanda más por mantenimiento
(CTA) y el Movimiento de Trabajadores Ar- de la “fuente de trabajo” y por el “deterioro de
gentinos (MTA). Ambas fueron las principales las condiciones laborales”.
organizadoras de los paros, marchas, alertas La lista de gremios con mayor registro de
y ocupaciones con base sindical. La participa- protestas está encabezado por los docentes y
ción de la CGT oficial fue muy baja. los trabajadores del Estado (ambos gremios
Según los datos de la CISI, los paros fueron pertenecen a la CTA). El viejo sindicato de los
la principal forma de la protesta sindical, acu- metalúrgicos, actor de primera línea en los con-
mulando el 35,4% de los registros; le siguieron flictos sindicales de los años sesenta y setenta,
las movilizaciones, con un 28,1%; luego, las aparece ocupando el octavo lugar y producien-
declaraciones de alerta, las ocupaciones pací- do solo algo más del 20% de los conflictos con
ficas, etcétera. base sindical.
La protesta de tipo social (no sindical) cre- La lucha por mantener la educación pública
ció exponencialmente en este periodo, pero la fue sostenida por los docentes, los estudian-
presencia de la lucha de tipo sindical también tes universitarios y los padres de alumnos. No
estuvo presente. La singularidad de la década obstante, la protesta del gremio de los maes-
reside, por un parte, en la presencia de gremios tros primarios —CTERA (Confederación de
y centrales desprendidas de la CGT oficial y, Trabajadores de la Educación de la República
por otra, en la falta de logros concretos de la Argentina)— fue significativa, pues se convir-
lucha sindical (el 93% de las manifestaciones tió por más de dos años en la unidad simbólica
836 Estudios rurales y movimientos sociales. Miradas desde el Sur

de muchos reclamos. Los maestros instalaron El temor a las categorías pontificadas por el
una gran carpa frente al Congreso Nacional y Banco Mundial —“excluidos” o “nuevos po-
mantuvieron grupos de maestros ayunando bres”— se convirtió en un acicate para protes-
(durante tres o cuatro semanas cada grupo) tar, lo cual se ve claramente en la lucha de base
con el apoyo de otros actores, de visitantes sindical, donde los reclamos más frecuentes al
internacionales, músicos, artistas, periodistas, sector empresario fueron por el mantenimien-
etcétera. La “carpa docente” se levantó cuando to de la fuente de trabajo. Pero también en los
asumió el gobierno de la Alianza, en 1999, pues movimientos de base social se ve que reclama-
las nuevas autoridades habían estado muy ban ya por trabajo (perdido o no encontrado),
comprometidas con las luchas de los docentes por no perder las casas, las tierras, etcétera.
y habían prometido aumentar el presupuesto Se protestó por muchas de las decisiones to-
para la educación pública. madas por el Gobierno, quien desreguló los es-
La “carpa” fue, tal vez, la protesta que mostró pacios económicos y de la seguridad social, so-
con mayor claridad cómo el reclamo sindical cavando instituciones generadas en las primeras
podía articularse con los nuevos movimientos décadas del siglo XX (son las que aparecen en
sociales que estaban surgiendo. El periodo es- el gráfico como causas “políticas”); también se
tuvo atravesado por esta nueva protesta, que se protestó por decisiones de la Justicia, que se su-
había iniciado en mayor medida en el interior. bordinó fuertemente al poder económico y po-
Fue una década de lucha por la defensa de de- lítico (“Justicia”); por las medidas económicas,
rechos adquiridos, de patrimonios acumulados que disminuyeron el presupuesto para el gasto
por generaciones —como los campos de los social (“económicas”); por nuevas fuentes de
productores familiares— por la preservación trabajo o planes de trabajo para los desocupa-
de posiciones sociales que habían permitido dos (“trabajo”); por el mantenimiento de la edu-
una cierta educación, salud y vivienda. cación pública (“educativas”); y toda la gama de
A diferencia de la década del setenta, cuan- reclamos de matriz cívica que son, quizás, las
do la lucha social buscaba expandir derechos o que intentaron la expansión de libertades, segu-
modificar una sociedad que se consideraba in- ridades públicas y derechos (“sociales”).
justa, la de los años noventa pretendía mante- Las nuevas protestas de base social se inicia-
ner los derechos y patrimonios que se poseían. ron en el interior del país; entre ellas considera-
La rebelión de 2001-2002: protestas, rupturas y recomposiciones | N. Giarracca y M. Teubal  837

mos al movimiento de desocupados, a los mo- lizaron cortes de rutas casi todos los años y
vimientos del sector agrario (al margen de las se ha logrado constituir una organización que
tradicionales corporaciones), a los movimientos incluye proyectos productivos de diversos
de consumidores de servicios privatizados. tipos (véase Barbetta y Lapegna, 2001). Los
El movimiento de desocupados (ahora de- “piqueteros” de la provincia de Buenos Aires
nominados “piqueteros”) se inició en 1996 comenzaron los cortes de ruta en forma sis-
en una provincia del sur del país: Neuquén. temática en el año 2000 y han mantenido la
Los cortes se repitieron al año siguiente, en misma estética y performance de sus compa-
1997, y desde entonces se expandió a otras ñeros del norte del país.
provincias lejanas, ubicadas en el norte del Los movimientos de campesinos y farmers,
país, hasta que en 2000 llegó a la provincia de así como los de campesinos indígenas, fueron
Buenos Aires. muy importantes durante la década y lograron
Los desocupados impusieron un género articularse con los movimientos de los sectores
de protesta —los cortes de ruta— con unos empobrecidos de las ciudades (véase Grupo de
actores centrales: “los piqueteros”. El monta- Estudios Rurales, 2001). La lucha se centró en
je es siempre el mismo: se corta una ruta de la tierra:
importancia para la circulación de productos, 1. para recuperarla, a través de una legislación
con fogatas realizadas con cubiertas de vehí- que finalmente estableció reparaciones his-
culos o materiales similares; los hombres se tóricas para las poblaciones indígenas;
turnan (sobre todo, durante la noche) y las 2. para acceder a ella, lucha que llevan a cabo
mujeres se ocupan de conservar calientes la los movimientos de campesinos de las regio-
comida y la bebida. Son apoyados por otros nes del norte del país; o
actores de la región (docentes, empleados es-
3. para no perderlas, que fue el caso de un gru-
tatales, etcétera) y reciben apoyo de terceros
po de mujeres que se opusieron a los rema-
(religiosos, periodistas y dirigentes gremiales
tes de sus tierras endeudas (véase Giarracca
y políticos). Generalmente, negocian la canti-
y Teubal, 2001).
dad y la regularidad de los “planes Trabajar”
con funcionarios provinciales o nacionales.
En la provincia de Salta, desde 1997, se rea-
838 Estudios rurales y movimientos sociales. Miradas desde el Sur

Gráfico N° 2
Causas de los conflictos (1993-2000)

Fuente: CISI, 2001: 76.

En el interior, fueron muy importantes las lu- Tucumán, que terminó con la retirada de una
chas de vecinos de poblados de tamaño inter- gran empresa francesa que había ganado la
medio cuando se llevaron a cabo procesos de licitación para privatizar el servicio de agua
privatización. La más conocida es la realizada, potable en la provincia (véase Giarracca y Del
desde 1995 a 1998, por poblaciones del sur de Pozo, 2002).
La rebelión de 2001-2002: protestas, rupturas y recomposiciones | N. Giarracca y M. Teubal  839

La profundización bido a la situación económica generada por


de la protesta y el el “corralito”;
levantamiento popular 3. rebeliones contra autoridades municipales y
provinciales por falta de pago; y
A lo largo de aquellos años, las severas polí- 4. los saqueos a supermercados, en varias pro-
ticas de ajustes, el número creciente de po- vincias, en busca de alimentos (ver “la trama”).
bres y la pelea sin cuartel para conseguir los
planes sociales por parte de los desocupados
Es decir, hubo viejas y nuevas protestas y, ade-
fueron generando un clima de profundo re-
más, hubo saqueos por parte de los sectores
chazo hacia la clase política. A fines de no-
más desesperados.
viembre de 2001, la medida conocida como
Lo que más inquietó al gobierno de Fernando
“el corralito” exasperó a los ahorristas (la
De la Rúa fue, justamente, el desorden generado
mayoría de ellos con ahorros inferiores a los
por los saqueos, que algunas fuentes conside-
diez mil dólares, con una clara inserción en
ran que se venían dando desde varios días atrás.
los sectores medios urbanos)5.
Esta situación se dio en muchas provincias y en
La semana que comenzó el lunes 17 de di-
la ciudad capital; en algunos casos, comenzaba
ciembre sumó diversas acciones y protestas,
con reclamos de grupos de desocupados y la
fenómenos de naturaleza muy distinta:
intervención de autoridades nacionales y pro-
1. protestas en las provincias, del mismo tipo
vinciales evitaba el saqueo, convenciendo a los
que describimos en el apartado anterior;
dueños de los negocios de repartir bolsones de
2. nuevas protestas de comerciantes y aho- comida. En todos los casos, hubo represión y
rristas de Buenos Aires pero como vimos fuertes enfrentamientos entre “saqueadores”
en “la trama” también en todo el país, de- y fuerzas policiales, en las provincias de San-
ta Fe, Río Negro, Mendoza, Corrientes, Entre
5 La situación individual de los ahorristas guarda Ríos y Buenos Aires. El saldo fue de 40 muertos
verdaderos dramas: se trataba de ahorros para afrontar reconocidos (a medida que avanzan las inves-
enfermedades terminales, últimos ahorros de ancianos, tigaciones, se suman más), 140 heridos (de los
ahorros transitorios de quienes habían vendido la casa cuales 76 eran policías) y 551 detenciones.
y estaban por comprar otra, etcétera.
840 Estudios rurales y movimientos sociales. Miradas desde el Sur

En la tarde del 19 de diciembre, el gobier- na que les daría nuevamente una identidad co-
no nacional informó que pondría en marcha un lectiva: “Que se vayan todos”. Con ese grito se
plan de emergencia alimentaria, pero se apro- dramatizaba aquello que marcó el carácter dis-
vechó esta comunicación para denunciar “acti- ruptor de la marcha: una falla en el sistema de
vismo” en el grupo de los saqueadores, lo cual representación político, cuyas consecuencias
preparó el terreno para el anuncio, horas más en aquel momento resultaban impredecibles.
tarde, del estado de sitio. En efecto, a las pocas La jornada posterior, la del 20 de diciembre,
horas, el Presidente firmó el decreto del Poder estuvo signada por la impotencia de un Go-
Ejecutivo que establecía el estado de sitio por bierno desobedecido y deslegitimado, que a lo
treinta días en todo el territorio nacional. La único que atinó fue a la violencia más extrema,
respuesta de la población fue inmediata: el des- cobrando un fatal número de víctimas. El go-
conocimiento de la medida. bierno provisional de Rodríguez Saa, elegido
A nuestro juicio, lo que sucedió a partir de por la Asamblea Legislativa, renunció la semana
ese momento marca un quiebre con aquello que siguiente después de otras marchas de caracte-
se venía dando desde comienzos de la sema- rísticas semejantes a las del 19 a la noche. El 1°
na, por muchas razones. En primer lugar, es el de enero de 2002, se hizo cargo de la conducción
producto de una acción colectiva particular, la del país Eduardo Duhalde, quien gobernó has-
desobediencia civil, en tanto se desconoció una ta el 25 de mayo de 2003, fecha en que asumió
de las medidas que más atemorizaron en otras como presidente electo Néstor Kirchner.
épocas a la población civil: el estado de sitio. En
segundo lugar, la salida de los vecinos de Bue-
nos Aires no se hizo por reclamos sectoriales, Las asambleas barriales
como había ocurrido durante todo el día (los
ahorristas, los comerciantes, los maestros que Después del 19 y 20 de diciembre, se sucedie-
no habían cobrado, etcétera) sino que se clau- ron varias marchas con “cacerolazos”. La pri-
suraba cualquier reclamo sectorial y cualquier mera fue a la semana de asumir Rodríguez Saa
identidad social: salieron todos a la calle espon- y el desencadenante fue la presencia en el ga-
táneamente, desde el espacio privado, para en- binete de un ex-intendente de Buenos Aires y
contrar en el transcurrir de esa noche la consig- sus reiteradas apariciones en público haciendo
La rebelión de 2001-2002: protestas, rupturas y recomposiciones | N. Giarracca y M. Teubal  841

alarde de su pasado como dirigente corrupto y Tanto el “cacerolazo” semanal como el recla-
cuestionado. Los porteños volvieron a salir a la mo frente a los Tribunales de la Nación para
calle, indignados con el nuevo Gobierno. Esa que renunciara la Corte Suprema se volvieron
misma noche se conoció la dimisión del perso- rutinarios como formas de manifestación y se
naje cuestionado. A los dos días, renunciaba el agotaron al terminar el verano. Constituyeron
propio Rodríguez Saa. performances basadas en repertorios tradicio-
Estos dos momentos de la movilización po- nales de los argentinos: la marcha y la gran con-
pular —la que logró la renuncia de De la Rúa y centración. No obstante, se le sumaban nuevas
la que empuja al ex-intendente y luego al nuevo estéticas aportadas por jóvenes artistas, desde
presidente a renunciar— consolidaron la idea las murgas (expresiones de ritmos populares
de que la gente en las calles, movilizada y re- usadas en los carnavales) hasta verdaderas re-
clamando, recuperaba el poder que antes había presentaciones teatrales6. Los primeros actos
entregado a sus representantes y podía generar contra la Corte Suprema fueron convocados
cambios en el ámbito del Estado. Los porteños por la Asociación de Abogados Laboralistas
descubrieron su poder destituyente y se plan- y concentraron una importante cantidad de
tearon su capacidad instituyente. gente. Las manifestaciones tenían la clara de-
Desde los primeros días de enero, paralela- manda de que renunciaran los nueve miembros
mente al estreno del tercer gobierno, comenza- de la Corte que habían sido nombrados por los
ron a discutirse estas cuestiones y a generarse distintos gobiernos democráticos y que actua-
tres nuevas formas de acción derivadas del 19 ron de modo dependiente y al servicio de las
y 20 de diciembre: necesidades del gobierno de turno, sumando,
1. las asambleas vecinales, además, hechos de corrupción. Este proceso
2. el reclamo semanal para que renunciara la derivó en un pedido de “juicio político” por
Corte Suprema de Justicia, y
3. una marcha —“cacerolazo”— semanal bajo
6 En una de las concentraciones y marchas contra la
la consiga “Que se vayan todos, que no que- Corte Suprema, nueve jóvenes artistas disfrazados de
de ni uno solo”. presidiarios, portando carteles con los nombres de los
ministros de la Corte, parodiaron un juicio en las esca-
linatas del edificio.
842 Estudios rurales y movimientos sociales. Miradas desde el Sur

parte del Poder Legislativo, y la destitución de primeras semanas fue habitual que se votaran
varios ministros de la Corte. propuestas tales como “No pagar la deuda ex-
De estas tres acciones derivadas de las jor- terna” o “Que se vaya Duhalde”. Con el tiempo,
nadas de diciembre, la formación de las “asam- cada asamblea o conjunto de asambleas gene-
bleas vecinales” es la que trajo consecuencias ró discusiones acerca de estos temas, pero se
más interesantes. En efecto, desde las primeras orientaban cada vez más a resolver problemas
semanas de enero, los vecinos se constituyeron referidos a la salud, el consumo, el pago de los
en asambleas por barrios en casi toda la ciudad servicios, etcétera.
de Buenos Aires y en algunas zonas del Gran El aspecto más interesante de las asam-
Buenos Aires. Estas se generaron en forma es- bleas, a nuestro juicio, es la implementación
pontánea y, poco después, comenzó a funcio- de otro modo de pensar la política: ya no solo
nar una gran asamblea interbarrial (asamblea como la delegación de poder que se efectúa en
de asambleas) en el Parque Centenario de la cada sufragio para que un gobierno tome deci-
ciudad de Buenos Aires. Hasta allí llegaban siones en nombre de “una mayoría” sino como
representantes rotativos de cada barrio, con una participación permanente en el espacio
las propuestas consensuadas. Al final de cada público, convirtiendo a este en el lugar de la
domingo, se votaban las propuestas del día y deliberación, el encuentro, la toma de decisio-
aquellas que lograban ser aprobadas se consti- nes, el rechazo de acciones gubernamentales.
tuían en mandatos para el conjunto de las uni- Las asambleas se organizaron de modo hori-
dades participantes. zontal en tanto existía un rechazo a las formas
Estos grupos deliberativos eran tan variados tradicionales de representación. Con el tiempo
como lo son los barrios de la ciudad de Buenos y la participación de los partidos de izquierda,
Aires. Desde enero de 2002, se trataron y dis- esa horizontalidad se diluyó y comenzaron las
cutieron temas muy diversos y generales que prácticas tradicionales.
con el correr de los meses se abandonaron o se En los comienzos —los primeros cuatro me-
dejaron como consignas constantes y se abor- ses, más o menos—, la palabra circulaba por
daron otro tipo de cuestiones, relacionadas rigurosos turnos y la participación se establecía
con problemas que emanaban de la crisis de por la mera presencia, clausurando identidades
las instituciones del Estado. En efecto, en las que pudieran establecer cualquier forma de je-
La rebelión de 2001-2002: protestas, rupturas y recomposiciones | N. Giarracca y M. Teubal  843

rarquía. En muchas asambleas se discutieron democrático. A nuestro juicio, esta experiencia


los criterios de reunión y ni siquiera se estable- política que comienza el 19 de diciembre con el
cieron claras marcas territoriales (por barrio). telón de fondo de la década, cubre la experien-
Una persona o familia podía encontrarse en un cia asamblearia, las multisectoriales provincia-
barrio que no fuera el suyo y participar en otra les, etcétera y se clausura con la muerte de los
asamblea. Las representaciones fueron transi- dos jóvenes piqueteros (Maximiliano Kosteki y
torias (para las interbarriales) y la idea de la vie- Darío Santillán) en junio de 2002 y el desespe-
ja organización con dirigentes fue suprimida. rado llamado a elecciones de Duhalde.
La presencia de los partidos de izquierda ge-
neró fuertes tensiones dentro de las asambleas
y, sobre todo, dentro de la “interbarrial” de Los ecos del 19 y 20,
Parque Centenario. Con algunas excepciones, cinco años después
todos los partidos de izquierda tomaron a las
asambleas y a las organizaciones de desocu- Cuando escribimos la última versión del artícu-
pados como espacios de militancia política, lo para este nuevo libro, han pasado ya cinco
tratando de darles una “dirección” (que ellos años y varios meses desde aquellas jornadas
evaluaban que les faltaba). Muchas asambleas del 19 y 20. Néstor Kirchner está terminando
rechazaron abiertamente estas actuaciones y su mandato de cuatro años con una reelección
otras fueron más tolerantes. asegurada (que recaerá sobre él o sobre su
Las asambleas fueron las nuevas expresio- esposa, la senadora Cristina Fernández). Las
nes políticas de la ciudad de Buenos Aires y del pocas asambleas que han perdurado tienen las
conurbano bonaerense. En el interior del país, semblanzas de organizaciones barriales preo-
como vimos en “la trama” fue un fenómeno me- cupadas por asuntos concretos. El movimiento
nos difundido. No obstante, en el mes de se- piquetero, que fue el centro de las protestas en
tiembre de 2002, hubo dos grandes marchas en 2002, 2003 y 2004, se encuentra fragmentado:
las provincias del norte bajo la consigna “Que quedan algunos grupos con poca presencia pú-
se vayan todos”; una de ellas, en la provincia blica, manejados por partidos o militantes de
de Jujuy, reprimida con una intensidad que izquierda que le dieron forma, y otros que tra-
nuevamente superaba los límites del sistema bajan para el gobierno nacional. Los llamados
844 Estudios rurales y movimientos sociales. Miradas desde el Sur

grupos autónomos subsisten, muy reducidos, miseria y producir un eficiente control social
en la provincia de Buenos Aires y la Unión de de los sectores más afectados. No obstante hay
Trabajadores Desocupados de Mosconi, pione- que remarcar que esto último se logra con gran
ra en esta categoría, se retuerce en la tensión despliegue de técnicas, coordinadores prove-
entre la autonomía y la posibilidad de que uno nientes de grupos sociales, de un modo donde
de sus miembros participe en las elecciones el control se transforma en “autocontrol” o “au-
municipales de 2007 con el partido gobernante. todisciplinamiento” (véase el sugerente artícu-
Muchos consideran que esta “gobernabili- lo de Zibechi, 2007).
dad” conseguida con los viejos actores de la Los sectores de medianos y altos ingresos
protesta es un triunfo del grupo que rodea al han recompuesto sus ingresos y riquezas res-
presidente Kirchner por su gran capacidad de pectivos y gozan de la prosperidad que puede
generar hegemonía y consenso. Lo han logra- lograrse con una tasa de crecimiento económi-
do con elementos disciplinantes y sin distribuir co que no baja del 8% anual. La ciudad capi-
ingresos más allá de los múltiples programas tal, como casi todas las capitales provinciales,
sociales efectuados de modos distintos a la goza de la prosperidad que dejan el turismo y
etapa anterior. En efecto, si bien los índices de la reactivación del consumo. Un ejemplo elo-
pobreza e indigencia se redujeron drásticamen- cuente es que nuevamente ha subido el consu-
te después de la subida de 2002 y 2003, siguen mo suntuario a niveles mayores que los de fines
existiendo 10 millones de pobres y, de ellos, 3,3 de la década del noventa.
millones por debajo de la línea de indigencia. Como decíamos antes, tampoco hubo gran-
El nivel de polarización social fluctúa sin bajar des represiones (como en el gobierno de la
demasiado: el 10% más adinerado del país lo es Alianza)7 pero sí formas particulares de discipli-
31 veces más que el 10% más pobre. Es decir, namiento y control social. En las manifestacio-
esta aparente “gobernabilidad” (para usar el nes hubo numerosos detenidos y la mayoría de
término de los gobernantes) está lograda sin los activistas está procesada y tiene por lo me-
una política de distribución del ingreso que sal- nos una causa judicial en su contra. Las Mujeres
pique a los sectores subalternos. Simplemen-
te, las políticas asistencialistas se aplican con
7 En abril de 2007, en Neuquén las fuerzas represivas
mayor eficiencia en sus dos sentidos: paliar la asesinan a un maestro en huelga.
La rebelión de 2001-2002: protestas, rupturas y recomposiciones | N. Giarracca y M. Teubal  845

Agropecuarias en Lucha, por ejemplo, organiza- ven a ser de importancia regional y la opinión
das en 1996, que pararon quinientos remates de pública nacional (medios, intelectuales) no las
sus tierras antes de la llegada del gobierno de levantan como elementos importantes del pre-
Kirchner, fueron detenidas y procesadas por sente político? ¿Por qué los ecos del 19 y 20 se
primera vez en setiembre de 2003, es decir, cua- oyen y se sienten tan lejanos en la ciudad de
tro meses después de que se estrenaran las ac- Buenos Aires? ¿Por qué se ha logrado construir
tuales autoridades, y en marzo de 2007, llegaron tal consenso alrededor de este Gobierno y su
a los tribunales de Mercedes en un juicio por modelo general de país?
“desacato a la autoridad y lesiones leves”. Final- La respuesta es muy compleja y difícil. En
mente fueron absueltas. El juicio a los manifes- primer lugar, existe un clima continental que
tantes que actuaron frente a la legislatura porte- recupera a los gobiernos de Argentina, Brasil,
ña, en 2004, fue paradigmático en este sentido. Bolivia, Venezuela, y los califica de “progresis-
Los desalojos de campesinos e indígenas de tas”. Son administraciones que se basan en una
sus tierras, en el interior, lejos de las cámaras retórica “antineoliberal”, aunque generan siste-
de televisión, son llevados a cabo con mucha máticas condiciones para la profundización de
más violencia policial que la que se usaba en la la economía neoliberal de esta etapa del siglo
década del noventa. No se respetan legislacio- XXI: entrega de los recursos naturales, arreglos
nes nacionales ni internacionales; sin embargo, bilaterales con EEUU y la Unión Europea, so-
el costo interno es muy bajo. Los antropólogos metimiento a la política financiera internacio-
han comenzado a hablar de “etnocidio”8. nal, etcétera. Pero vuelven a instalar “el mito
El interrogante que nos planteamos, enton- del desarrollo”, la idea de un país productivo,
ces, es ¿por qué? ¿Por qué las protestas vuel- con inversiones, con fuentes de trabajo.
Las nuevas protestas son las de los pobla-
dores de las pequeñas ciudades del interior,
8 En un programa de televisión, “Los Mansos” (TN), campesinos e indígenas, por la defensa de los
sobre los tobas, los antropólogos entrevistados del bienes naturales (Giarracca, 2007). En efecto,
equipo de Morita Carrasco caracterizaron la situación la asamblea de Gualeguaychú, las asambleas de
actual como etnocidio. En tal sentido, el último informe
autoconvocados por el “No a la minería” y la lu-
del Centro de Estudios Legales y Sociales (CELS, 2006)
muestra muy bien a qué se refieren los especialistas. cha de las comunidades indígenas y de los cam-
846 Estudios rurales y movimientos sociales. Miradas desde el Sur

pesinos para que no les arrebaten sus tierras no tos del 19 y 20, tenemos que preguntarnos qué
han cejado y se han incrementado en toda esta otras posibilidades se jugaban en aquellos
década. Como ocurría en los años noventa, solo momentos. La rebelión y las asambleas dura-
algunas (Gualeguaychú) concentran la atención ron, como política en las calles, más de lo es-
de Buenos Aires; el resto pasa desapercibido o, perable. Pero ¿cómo mantenerse en las calles?
mejor dicho, bajo la indiferencia de la gran ciu- ¿Cómo mantener esa capacidad destituyente-
dad, que otra vez vive el mito de un desarrollo instituyente que tuvieron las primeras sema-
que temporalmente la favorece (como el Plan nas? ¿Cómo conservar en las bases ese poder
de Convertibilidad en su momento). que se sustrajo del poder ejecutivo? ¿Cómo
Por otro lado, el gobierno de Kirchner se lograr que los otros poderes —legislativo y
abocó desde un comienzo a una causa muy judicial— comprendieran estas nuevas expre-
cara a la sociedad argentina: la justicia y los siones políticas? Todo el andamiaje de la vieja
derechos humanos, referidos a las atrocidades política —izquierda, centro y derecha— se afa-
cometidas por el Estado nacional en la última nó para que la única salida posible fuera la del
dictadura militar. En este tema, desarrolló una Estado, la de los partidos y la de las institucio-
política clara, firme y decidida y logró el res- nes conocidas en el orden económico, social,
paldo de todo el espectro de organismos de educativo, cultural, etcétera. El fuerte espíritu
derechos humanos y del “sector de movimien- institucionalista le propuso a la rebelión ple-
to” que los rodea. Este hecho influyó mucho en beya y anárquica volver a un orden y procuró
el apoyo de los intelectuales (sobre todo, los asustarla diciéndole que el caos era peligroso,
mayores de 50 años, o sea, la generación del que hombres y mujeres en las calles era una se-
Presidente y su esposa), de muchos periodistas ñal sumamente inquietante.
(de los que se esperaban mayores críticas) y de Zygmunt Bauman (2005) utiliza dos con-
gran parte de la población de sectores medios, ceptos, societas y comunitas, para referirse
que ha sido sensibilizada durante estos veinti- a la tensión siempre presente entre orden, je-
cuatro años acerca del sufrimiento de la gene- rarquías, estructuración, por un lado, y la es-
ración del setenta. pontaneidad, creatividad, autoorganización,
Para comprender la relación que tienen es- fraternidad y rebeldía caótica, por el otro. En
tos logros del Gobierno con los acontecimien- el análisis de estos últimos aspectos, siempre
La rebelión de 2001-2002: protestas, rupturas y recomposiciones | N. Giarracca y M. Teubal  847

posibles en los grupos humanos, desde el or- son siempre posibles. Por eso es interesante
den (societas) aparecen como el reinado de observar cómo se logró encauzar el cuestio-
la anarquía. No obstante, agrega el autor, la namiento radical al Estado del 19 y 20. Como
posibilidad de la comunitas depende de la dice Badiou (2003), cuando “el movimiento”
imaginación humana, de su inventiva y coraje se opone peligrosamente “al Estado” (el autor
para romper la rutina (lo sedimentado) y aven- juega con la dualidad de sentidos de los térmi-
turarse por caminos inexplorados. Tanto el nos), ¿cuál es el mejor modo de terminar con
mercado como el Estado invaden y colonizan el movimiento? Las elecciones. La vieja políti-
la comunitas, por lo que esta implica para la ca siempre gana las elecciones porque están
rutina asistida por el poder y por su escanda- hechas para ella, dice el autor.
losa capacidad productiva y potencial autosu- En la actualidad, aparecen otros cuestiona-
ficiencia. Son espacios que mercado y Estado mientos fuertes, pero esta vez a otras institu-
despojan de todo valor; los corren de la aten- ciones además del Estado: a las actividades
ción pública, los inferiorizan. económicas basadas en los recursos naturales
Cuando la comunitas, la política en las ca- (véase Giarracca, 2007). A nuestro modo de
lles, los puentes y las plazas logran subsistir ver, aquí reside la continuidad más fructífe-
por mucho tiempo, los antiguos actores se ra entre aquellos momentos de la rebelión y
preocupan y aparecen las viejas institucio- el presente: las asambleas que ya no están en
nes “para poner orden”. Los mecanismos son las plazas porteñas sino en Esquel, Catamarca,
múltiples: se les resta apoyo a aquellos, se los San Juan, Gualeguaychú, luchando contra la
aísla, se los reprime y judicializa. Se les bus- economía extractiva y depredadora, luchando
can “direcciones revolucionarias” o partidos contra el mercado de esta etapa del neolibe-
de “centro-izquierda” o de “izquierda inde- ralismo y denunciando al Estado como socio
pendiente” para encauzarlos. Si lo que está en (como también lo fue de las privatizaciones en
cuestionamiento son las dos instituciones bá- los noventa). Lo hacen con tenacidad y perma-
sicas de esta sociedad, Estado y mercado, apa- nencia y ponen el tema del desarrollo (la gran
recen mecanismos inesperados para volver al “tragedia del desarrollo”) en la agenda pública.
orden y recordarnos que otros “desarrollos” Los significados y consecuencias (interven-
económicos u otros Estados más amistosos ciones) políticas de los cuestionamientos radi-
848 Estudios rurales y movimientos sociales. Miradas desde el Sur

cales que se hacen esporádicamente al Estado, Badiou, A. 2003 “Conferencias en Buenos


al mercado y a las viejas instituciones en ge- Aires” en Acontecimiento (Buenos Aires:
neral, tanto en la Argentina como en muchos Escuela Porteña).
otros países de América Latina y del mundo, no Barbetta, P. y Lapegna, P. 2001 “Cuando la
son de fácil comprensión. Es difícil pensarlos protesta toma forma: los cortes de ruta en
y entenderlos desde los paradigmas epistemo- el norte salteño” en Giarracca, N. et al. La
lógicos y societales que, a pesar de sus agota- protesta social en la Argentina (Buenos
mientos, tienen vigencia. Los nuevos aportes Aires: Alianza).
teóricos como el de la “colonialidad del poder y Basualdo, E. 2000 Concentración y
del saber” (Quijano, 2000), los desafíos que ofre- centralización del capital en la Argentina
cen otras epistemologías del conocimiento, de durante la década del noventa (Buenos
“frontera” (Grosfoguel, 2006), las deconstruc- Aires: FLACSO / IDEP / Universidad
ciones de los conceptos de “progreso”, “desa- Nacional de Quilmes Ediciones).
rrollo”, “mercado”, “educación”, “tecnociencia” Basualdo, E. et al. 2002 El proceso de
(Illich, 2006; Esteva, 2002; Sibilia, 2006) y otros privatización en Argentina. La
modos de pensar la política (Badiou, 2003) se renegociación con las empresas
encaminan al esfuerzo de descifrar estos fenó- privatizadas (Buenos Aires: La Página
menos que irrumpen desde las márgenes y que / Universidad Nacional de Quilmes
periódicamente conmueven al mundo. Ediciones).
Briones, C. et al. 2002 “Ruidos que hablan
broncas. El decir y el hacer de las cacerolas
Bibliografía en Argentina”, Tercer Encuentro Anual de
Performance y políticas en las Américas.
Azpiazu, D. 1998 La concentración en la Globalización, migraciones y espacio
industria argentina a mediados de los público (Lima).
noventa (Buenos Aires: Flacso / Eudeba). Cheresky, I. 2002 “Autoridad política
Azpiazu, D. et al. 1986 El nuevo poder debilitada y presencia ciudadana de rumbo
económico en los años 80 (Buenos Aires: incierto” en Nueva Sociedad (Caracas) N°
Legasa). 179, mayo-junio.
La rebelión de 2001-2002: protestas, rupturas y recomposiciones | N. Giarracca y M. Teubal  849

CISI (Gonda, A.) 2001 “El Conflicto Social Hardt, M. y Negri, T. 2002 Imperio (Buenos
dentro del plan de convertibilidad. Aires: Paidós).
Argentina 1991-2001”, Informe (Buenos Hershberg, E. 2002 “Why Argentina crashed —
Aires: Consultora de Investigación Social and is still crashing” in Nacla, Vol. XXXVI,
Independiente). N° 1, julio-agosto.
Colectivo Situaciones 2002 19 y 20. Apuntes Illich, I. 2006 Obras reunidas (México DF:
para el nuevo pensamiento social (Buenos Fondo de Cultura Económica).
Aires: De Mano en Mano). Lewkowicz, I. y asociados 2002 Sucesos
Colombo, A. 2002 “Estas rebeliones” en argentinos (Buenos Aires: Notas Ad-hoc).
<http://www.forodesobedienciacivil.com>. Lozano, C. 2002 Catástrofe social en
Esteva, G. 2000 “Desarrollo” en Sachs, W. Argentina. La situación a junio del 2002
Diccionario del desarrollo. Una guía del (Buenos Aires: Instituto de Estudios y
conocimiento como poder (México DF: Formación de la CTA).
Galileo). Petras, J. y Veltmeyer, H. 2002 “Argentina:
Giarracca, N. et al. 2001 La protesta social entre la desintegración y la revolución” en
en la Argentina. Transformaciones <www.rebelion.org/hemeroteca/petras/
económicas y crisis social en el interior argentina160702.htm>, traducción de J.
del país (Buenos Aires: Alianza). Capelán y R. García.
Giarracca, N. y Teubal, M. 2001 “Crisis Quijano, A. 2000 “Colonialidad del poder:
and Agrarian protest in Argentina. The eurocentrismo y América Latina” en La
Movimiento de Mujeres Agropecuarias en colonialidad del saber: eurocentrismo
Lucha” en Latin American Perspectives y ciencias sociales (Buenos Aires:
(Riverside: Sage) Vol. 28 N° 6. CLACSO).
Grosfoguel, R. 2006 “La descolonización Rock, D. 2002 “Racking Argentina” en New
de la economía política y los estudios Left Review, Vol. 17, septiembre-octubre.
poscoloniales. Transmodernidad, Schuster, F. et al. 2002 La trama de la crisis
pensamiento fronterizo y colonialidad (Buenos Aires: Instituto de Investigaciones
global” en Tábula Rasa (Bogotá) N° 4, Gino Germani, Universidad de Buenos
enero-junio. Aires) Informe de Coyuntura N° 3.
850 Estudios rurales y movimientos sociales. Miradas desde el Sur

Scribano, A. 1999 “Argentina ‘cortada’: Zibechi, R. 2007 “El arte de gobernar los
cortes de ruta y visibilidad social en el movimientos”, presentación al seminario
contexto del ajuste” en López Maya, M. “Telón de Fondo II” (Buenos Aires) 27-29
(comp.) Lucha popular, democracia, de abril.
neoliberalismo: protesta popular en
América Latina en los años del ajuste
(Caracas: Nueva Sociedad).
Sibilia, P. 2005 El hombre postorgánico:
cuerpo, subjetividad y tecnologías
digitales (Buenos Aires: FCE).
Tarrow, S. 1997 El poder en movimiento. Los
movimientos sociales, la acción colectiva y
la política (Madrid: Alianza Universidad).
Teubal, M. 2000-2001 “Structural Adjustment
and Social Disarticulation: The Case of
Argentina” en Science & Society (Nueva
York) Vol. 64, N° 4, invierno.
Teubal, M. 2001 “From Import Substitution
Industrialization to the ‘Open’ Economy
in Argentina: The Role of Peronism”
en Demmers, J.; Fernández Jilberto, A.
E. y Hogenboom, B. (eds.) Miraculous
Metamorphoses. The Neoliberalization
of Latin American Populism (Londres /
Nueva York: Zed Books).
Zibechi, R. 2003 Genealogía de la revuelta
(Buenos Aires: Letra Viva).
El día en que la Plaza de Mayo
se vistió de campo*
Norma Giarracca y Miguel Teubal**

N o es usual que el campo manifieste su pe-


nuria mediante un “tractorazo” como el
que tuvo lugar el 27 de julio último. Fueron
ocasión de conversar mano a mano con este
personaje un tanto mitificado por la prensa y
los medios de comunicación de masas. Esta
múltiples los contingentes de tractores, coches vez fue el campo que vino a la ciudad y fue una
y camionetas que rodearon la Plaza de Mayo. oportunidad única para los porteños: poder
Resulta infrecuente ver al “hombre de campo” dialogar coloquialmente con los productores
ocupar un espacio compacto de la Plaza frente agropecuarios, teniendo a tantos en un mismo
a los balcones mismos de una Casa Rosada un sitio, al mismo tiempo.
tanto desteñida. La marcha provocó un impac- ¿Quiénes son? ¿Cuán representativos son
to sobre los porteños que no siempre tienen la del campo en su globalidad? ¿Por qué protes-
tan? ¿Contra qué o quiénes?
No cabe duda de que fue una protesta que
* Giarracca, N. y Teubal, M. 1993 “El día en que la Pla- dejó perpleja a mucha gente. Para gran parte de
za de Mayo se vistió de campo” en Realidad Económica
(Buenos Aires) N° 118, agosto-septiembre.
la población, “el campo” está compuesto fun-
damentalmente por un conjunto importante de
** Economista, PhD en Economía Agraria de la Uni- grandes ganaderos terratenientes, que poseen
versidad de California, Berkeley. Profesor consulto e vastas extensiones, y que viven fundamental-
investigador superior del CONICET. Fue profesor ti- mente de la renta agraria, o bien de otros nego-
tular de Economía Agraria en la Facultad de Ciencias
Económicas, y de Economía II de la Facultad de Cien- cios que tienen fuera del sector. No cabe duda
cias Sociales de la UBA. Ex-miembro del Transnational de que este estrato social —“nuevo o viejo po-
Institute de Ámsterdam. der terrateniente”— existe. Incluso ha crecido
852 Estudios rurales y movimientos sociales. Miradas desde el Sur

como un beneficiario privilegiado del modelo (CRA) también participaron. Son los más afec-
económico aplicado en los últimos lustros. Asi- tados por el plan de Convertibilidad, que elimi-
mismo, es quizás el principal protagonista que nó la Junta Nacional de Granos y otros entes
tuvo en cuenta el plan de Convertibilidad a la reguladores de la actividad agropecuaria que
hora de elaborar una política agropecuaria de les garantizaban precios sostén para la produc-
desregulaciones extremas y de liberalización ción o canales opcionales para la comerciali-
plena del mercado. zación. Son los productores que más utilizan
Sin embargo, esos grandes productores insumos agropecuarios y los más comprome-
agropecuarios son minoría en el campo argen- tidos con el sector. El alza del transporte y del
tino, pese a la influencia que aún ejercen. Una precio de los servicios e insumos (gasoil), les
parte importante está nucleada en la Sociedad han aumentado inusitadamente los costos. Mu-
Rural Argentina (SRA), que no estuvo de acuer- chos fueron beneficiarios del “boom” de los
do con el “tractorazo”. No fueron los grandes años setenta, que se extendió hasta mediados
productores los que se asomaron a la Plaza de de la década siguiente. Un dólar fijo los afecta
Mayo, aunque algunos pudieron haberlo hecho. especialmente ya que, con el alza de los costos
Los productores que desfilaron ese día, en internos, la baja de los precios internacionales
su gran mayoría, fueron medianos y pequeños. reduce los precios internos de sus ventas. Son
Los más chicos, particularmente de las regio- también los que más impuestos pagan y, por lo
nes más alejadas del país, tampoco estuvieron general, no tienen actividades fuera del sector
allí; no porque no quisieran, sino porque no po- como los grandes, que así compensan coyuntu-
dían debido a los altos costos del transporte y ras desfavorables.
demás gastos involucrados. Para ellos, trasla- Son productores afectados por la crisis
darse a la Plaza significaba palabras mayores. agropecuaria, por precios relativos desfavo-
No obstante, algunos asistieron. rables y por las políticas de liberalización y
Los que vinieron fueron fundamentalmente ajuste. Pese a que los precios de los alimen-
los productores medianos y chicos nucleados tos siguen aumentando, no ocurre así con los
en la Federación Agraria Argentina (FAA) y precios agropecuarios, que desde el plan de
en la CONINAGRO, aunque muchos que son Convertibilidad se mantienen o caen (Teubal,
miembros de las Confederaciones Rurales 1993). El ajuste a las provincias ha significado
El día en que la Plaza de Mayo se vistió de campo | N. Giarracca y M. Teubal  853

que las gobernaciones y los municipios tam- te presentan los mayores niveles de producti-
bién intenten aumentar sus recaudaciones fis- vidad. Es interesante destacar que, de golpe, el
cales vía nuevos impuestos. gobierno ha descubierto la necesidad de que
Estos guarismos no parecen reflejar un au- el campo se reconvierta o reestructure (no se
mento de la importancia relativa de los pro- sabe cómo ni hacia dónde), cuando hasta aho-
ductores medianos en los últimos 30 años ra insistía en que el eje del crecimiento futuro
como consecuencia del denominado proceso pasaba indefectiblemente por el agro ya que
de “agriculturización”. No hay dudas de que el era considerado el sector con ventajas compa-
sector chacarero sigue teniendo una importan- rativas indiscutidas. Es evidente que el triun-
cia primordial, pero también cabe destacar la falismo de otros tiempos que destacaba cómo
notable persistencia de los grandes producto- la “agriculturización” y los “hitos tecnológicos”
res y la desaparición de muchos medianos y habían transformado radicalmente el sector,
pequeños. El proceso tecnológico de años re- ha cedido a otros climas, que se empeñan en
cientes significó un aumento del umbral tecno- señalar su “ineficiencia” y la necesidad de que
lógico mínimo necesario para la supervivencia se “reconvierta” y aumente su orientación ex-
de una explotación agropecuaria rentable. Es portadora. Pero en este sentido, como señalan
este uno de los factores que contribuye a dejar algunos de los entrevistados, lo que falta es una
fuera del mercado a muchos medianos y pe- auténtica política agropecuaria en favor de los
queños productores. medianos y pequeños productores, comprome-
Cuando un funcionario del gobierno dijo tidos con la producción, quienes son, sin duda,
hace poco que debían desaparecer necesaria- la mayoría y los más representativos.
mente 200.000 productores, es seguro que no En las páginas que siguen presentamos en-
midió adecuadamente sus palabras. La desapa- trevistas a seis productores agropecuarios. Fue-
rición de los medianos y pequeños productores ron elegidos al azar. Presentaron una favorable
puede tener consecuencias inconmensurables, predisposición a hablar de su situación; sus
no solo para el sector sino para el país en su historias no deben diferir demasiado de las mu-
globalidad. Son los auténticos productores chas otras historias que rondaban ese día por
agropecuarios los que desaparecerían —han la Plaza de Mayo. Hablaron sobre sus proble-
desaparecido muchos— y que tradicionalmen- mas pero también sobre el sector en su globali-
854 Estudios rurales y movimientos sociales. Miradas desde el Sur

dad; algunos eran dirigentes de organizaciones, Pertenezco a la Federación Agraria y estoy en el


otros simples miembros. En la transcripción de Consejo de la Cooperativa de Agricultores Fe-
las entrevistas, respetamos sus expresiones. derados, de acopio de cereales. Esta marcha es
porque queremos respuestas a estos problemas
Productor sojero de Santa Fe que he estado enumerando; necesitamos, o una
Estoy ubicado en la zona de Totoras, provincia reducción del IVA o créditos a largo plazo, por-
de Santa Fe, tengo 54 ha, son de propiedad de mi que si estamos diciendo que los números no nos
padre pero las trabajo yo, y tengo dos máquinas dan tampoco tenemos la solución con un crédito
cosechadoras para trabajar afuera. Produzco corto. Tengo mi carpeta completa, pero voy al
1.000 quintales de soja (alrededor de 40 ha), ten- Banco Nación y tengo que llevar “hasta la abue-
go una buena producción porque tengo un campo la” para firmar […].
bueno. Después afuera, con las máquinas, trillo Yo soy hijo de productor y yo mismo soy produc-
35.000 quintales. tor de toda mi vida y vivo en el campo, y esto es
También tengo unos frutales, un poco para noso- importante porque cada vez que aparece un im-
tros y otro poco para la venta. No tengo un ba- puesto a mí me lleva días hacer ese trámite, tengo
lance completo de todo lo que hice; sin embargo que saber de dónde saco la plata, tengo que ir a
tengo mis cálculos y de las dos tareas, he queda- pagar a un gestor que me lleva los papeles pero
do justito, justito. Sin plata para volver a traba- yo tengo que llevarle todo ordenado… mi trabajo
jar, pagando todo, los números son tan ajustados lo tengo. […] Yo de chico tuve un tambito, todo
que a esta altura, a un mes de haberse trillado la lo que tengo, lo logré a costa de sacrificios. Mis
soja, estamos en cero. En la estructura de costos padres dependen de mí, y yo no tengo familia; el
la parte más pesada es la impositiva, también los único gasto que tengo es una casita que estoy ha-
repuestos y el mantenimiento. Yo en este momen- ciendo para mis padres, que ya tienen más de 70
to con mi pequeña estructura estoy sujeto a con- años, porque yo pienso que no deben estar en el
trol diferenciado especial, hace mucho que estoy campo, no tenemos pavimento, ni luz. Entiendo
inscripto; tengo que pagar IVA, ingresos brutos, por qué un productor joven se quiere ir a vivir al
leyes sociales… Saqué la cuenta: más o menos pueblo. Yo me quedo en el campo porque me gus-
cada dos días hay un impuesto, los municipales ta el campo, incluso cuando tengo que ir al pue-
(urbano, inmobiliarios, patentes, etcétera). Yo me blo por todos estos trámites que son un enredo,
manejo con todas las cartas sobre la mesa en la me quitan tiempo para el campo, para trabajar
parte impositiva y se hace muy pesado trabajar. que es lo que más me gusta.
El día en que la Plaza de Mayo se vistió de campo | N. Giarracca y M. Teubal  855

Yo no sé si los que tienen a su cargo la política están Nuestra provincia es muy rica pero los políticos
haciendo las cosas bien, por ahí creemos que las no han sabido hacer gestiones para administrar
están haciendo bien pero no es así; fijémonos los sus riquezas […].
resultados, los jubilados no pueden vivir tampoco La actividad frutícola está formada por pequeños,
con 140 pesos […] Los culpables de dónde arran- medianos y grandes productores y las empresas
can no lo sé, pero yo diría que la crisis comienza de empaque que son las de compra y venta. Es-
desde hace dos años. Mire, yo no fui yendo para tas empresas son las que en su mayoría han sido
atrás en mi explotación, no fui avanzando como ve- favorecidas por los distintos planes de gobierno
nía avanzando porque lo que tengo lo hice trabajan- que les han permitido tener créditos que no siem-
do no especulando, mi meta siempre fue invertir, pre han pagado […].
nunca me metí en los intereses y todo eso… Las cooperativas se han fundido porque en algu-
Hoy por ahí me arrepiento por haber invertido, nos casos los productores no han tenido el mane-
porque para invertir tuve algunos créditos y aho- jo y las han dejado en manos de una gerencia. Los
ra estoy trabajando para pagar esos créditos […] grupos empresarios están formados por gente del
Los pequeños productores —me incluyo porque Valle y gente de afuera, están comprando fincas y
soy un pequeño productor— estamos trabajando el productor se convierte en trabajadores de ellos.
sin reserva, entonces (si) falla una cosecha, lo Nosotros reclamamos ciertas condiciones de
podría sentir mucho. Fíjese: este año salió bien rentabilidad que permitan la subsistencia del pro-
pero ya me quedé sin nada pero pagué, pero ¿si la ductor y yo le voy a dar algunos números para
cosecha no hubiese andado bien? que más o menos nos ubiquemos. Aquí en Bue-
nos Aires hemos visto que un kilo de manzanas
Productor frutícola de Río Negro se vende a $2; fíjese lo que nos roba el Estado: el
Me voy a presentar, yo soy A. E., un productor de IVA de $2 son 36 centavos, esto es lo que recibe
la zona de General Roca, provincia de Río Negro. el Estado sin ningún costo. Ese kilo de manzana
Nuestra producción primaria es manzanas, peras fue adquirido al productor por menos de 10 cen-
y uvas; además tenemos otros productos que son tavos, que todavía no se cobró, por supuesto. Si
frutos de carozo: pelones, duraznos, ciruela. Inte- el Estado los 36 centavos los vuelve a volcar a la
gro la Cámara de Fruticultores de General Roca producción regional, el productor —podríamos
y estamos acá por la situación que vivimos como decir una frase callejera— es Gardel.
productores agrarios de este país, devastados por En términos generales, estamos actualizados
los políticos de turno. tecnológicamente. El papel de las cooperativas
856 Estudios rurales y movimientos sociales. Miradas desde el Sur

ha sido cada vez menos importante en la cadena mido de hoy y con el tiempo que se tarda en co-
(agroindustrial) por esta falta de avance de los mercializarlo, que quede el resto suficiente para
productores agrarios. comprar el combustible con el dinero propio […]
Habría que restituir el Banco de la Provincia, El combustible es un problema que tiene “agarra-
castigar a quienes lo han saqueado y restituirlo do” a la mayor cantidad de arroceros ya que solo
como apoyo a la producción. Además se necesi- puede sacarse a crédito. Créditos por productos
taría que nuestras embajadas, en vez de hacer las se consiguen muy pocos, en general son créditos
cosas que nos enteramos que hacen, se pongan por intereses y el interés bancario normal ahora
a trabajar un poco y busquen contactos comer- es el 30% anual, tres veces la inflación reconoci-
ciales para que podamos vender nuestros produc- da por el ministro Cavallo. Naturalmente nadie
tos, tanto en los mercados tradicionales como en puede con el precio del arroz levantar ese crédito
otros nuevos. Además, cuidar nuestro mercado y los bancos ya no refinancian y entonces ahí es
interno y no abrirlo trayendo frutas de cualquier donde comienza la cadena de “acogotamiento”
parte y sin ningún control: sin cuidar a nuestros del productor. Otro problema es en el momento
productores y a nuestros consumidores. de la comercialización. Cuando nosotros reco-
gemos el arroz no se vende en forma inmediata,
Productora arrocera de Entre Ríos depende de los años, la variedad, etcétera, y en
Mi nombre es D. C., mi campo está en Entre Ríos. esto lo más importante a destacar es que cada
Hago arroz en mi propio campo, tengo una arro- cooperativa arrocera (porque en general se en-
cera chica de 50 hectáreas. En total tengo 850 ha trega a las cooperativas aunque también se pue-
y dedico el resto del campo a la ganadería; antes den entregar a los molinos que “acogotan” como
hacíamos un poco de lino pero ahora no hacemos quieren) tiene que “rebuscársela” (como se dice
más porque los precios no compensan. Por eso, vulgarmente) para hacer sus negocios de venta.
lo único que podemos hacer es cría, un poquito No hay ninguna política de exportación centra-
de engorde y arroz. Antes cedía tierra en arriendo lizada por el gobierno, para conseguir mercados
pero ya no lo hago. externos […] El problema este es grave, es como
El insumo directo más caro en arroz es el com- si al país en su totalidad no le importara buscar y
bustible: para una arrocera de 50 ha más o menos sostener mercados para sus ventas de la produc-
hay que calcular 30 mil litros de combustible para ción nacional.
una campaña. El principal problema de los arro- Ahora estamos exportando muy poco, el arroz
ceros es que es muy difícil con el precio depri- “largo fino” se exporta más. El mercado interno
El día en que la Plaza de Mayo se vistió de campo | N. Giarracca y M. Teubal  857

está deprimido y manejado por los grandes moli- suerte de los productores. Nuestra cooperativa el
nos. Hace un tiempo el Estado daba los warrants, año pasado se embarcó en inversiones y si este
que eran una especie de anticipo que daba un va- año los productores no cosechan bien no va a ha-
lor arbitrario al quintal y anticipaba ese dinero a ber forma de amortizar el gasto. Las cooperativas
los productores para que pudieran hacer frente no pueden trabajar en este marco. En el mercado
hasta el momento de la venta. Esto ya no existe internacional competimos con países que tienen
más, y ese es otro momento donde el productor mejor defensa de su producción y entonces colo-
se endeuda porque tiene que empezar con los la- can sus exportaciones en mejor posición.
boreos para la cosecha, además que tiene que sal-
dar otros créditos, de combustibles por ejemplo, Ex productor avícola de Buenos Aires
ni hablar si tuvo una rotura de maquinaria. Allí Yo soy un ex-productor avícola, del partido de
sin warrant tiene que lograr obtener una prefi- Magdalena, no pude aguantar. Cuando empeza-
nanciación de origen bancario, que tiene de nue- mos éramos 30 productores, hoy quedan tres o
vo los intereses de los que hablamos hace un rato. cuatro. Hoy los galpones se alquilan a empresas.
De modo que esas son las pinzas que tiene el pro- Nosotros hacíamos el ciclo del pollo completo: el
ductor. Las dos cosas fundamentales que debería alimento balanceado, aparte lo faenábamos y lo
hacer el gobierno en este sentido son: primero, entregábamos a los comercios. Hacíamos la distri-
una política centralizada, gubernamental, de con- bución directamente mayorista, supermercados,
seguir y defender mercados externos en el marco carnicerías, etcétera. Ya en la etapa de Mazzorín,
de negocios bilaterales de comercialización. Tan- cuando se congeló el precio, con el plan Austral
tas porquerías que compramos afuera, podríamos nos pusieron un precio máximo, que se mantuvo
hacer negocios bilaterales, “les compramos esto y dos meses con los insumos estables; después los
le vendemos lo otro”; segundo, no subsidiar, pero insumos empezaron a subir pero vos no podías
sí dar créditos especiales para la producción. levantar el precio de tu producto porque te clau-
Esas son las dos cosas mínimas que se le piden suraban. Los insumos empezaron a subir, a subir,
al gobierno. El campo no pide la devaluación, a subir y se vendía en negro y a sobreprecio si no,
este país no subsidia la producción agropecuaria no te vendían. Los vendían las multinacionales,
(como lo hacen los países desarrollados) pero lo y cuando empezó el Austral estaban a, suponete,
grave es que no tiene una política coherente; pe- $30 el kg de girasol y a los pocos meses estaba
dimos una política de sostén de las producciones. tres veces más caro. Esto te llevaba a una reali-
Las cooperativas, cuando son genuinas, siguen la dad: que el pollo te costaba $5 pero lo tenías que
858 Estudios rurales y movimientos sociales. Miradas desde el Sur

vender a $4,50, así ellos (el gobierno) empezaron Martínez de Hoz, con los importados también,
a traer importados. Eso siguió y si tenías créditos pero había mayor poder adquisitivo y la calidad
en los bancos, te fundías. Desde esa época hasta del pollo importado era menor.
ahora no cambió la política para la producción Con Mazzorín fue imposible seguir, ellos nos con-
de este tipo. trolaban a nosotros pero no a la firma grande.
En esta etapa se logró “filtrar” a todos los peque- Fuimos a ver a los funcionarios (de la Secreta-
ños y medianos avicultores. De allí en más las ría de Comercio) con la Federación Agraria para
grandes empresas multinacionales y nacionales reclamarles sobre esta situación, fue imposible.
manejaron la plaza. En estos momentos hay otra Nosotros habíamos empezado en pequeña escala,
crisis fuerte porque se mantiene la misma políti- cuando crecimos invertimos —en vez de comprar
ca económica, de castigar los insumos y traer el dólares invertimos y fue el peor error de nuestra
importado sin arancel y que vienen subvenciona- vida—; tanto con Martínez de Hoz como con Ma-
dos. Si hablamos a precio internacional hoy en la zzorín el que invirtió perdió, el que compró dóla-
Argentina el pollo sale 1 dólar y medio y en otros res ganó. Ahora estoy trabajando de camionero,
países 85 centavos de dólar. Queda poca gente haciendo fletes.
y también ellos se están fundiendo, va a quedar
nada más que la empresa grande. Lo que es clave Productor tambero de Buenos Aires
y que la gente de la ciudad no entiende, es que se Tengo alrededor de 60 vacas, antes tenía un tam-
dice: “traemos importados y entonces los produc- bo, hacía queso pero ahora tengo todo parado. Yo
tores que se embromen; está caro y lo van a tener hice lo mío “a pulmón”, mis instalaciones… en la
que bajar”. No es esa la realidad porque los que época de Martínez de Hoz debía y bueno… ha-
traen los importados son las mismas empresas ciendo quesos y más o menos hasta el año 1986,
multinacionales, por ejemplo Cargill trae pollos 1987, aguanté y ahora para invertir necesito un
Cargill del Brasil. Ellos cesantean a la gente, ba- montón de otras cosas, tener marca, etcétera. No
jan costos y traen importados. Los que no pue- debo un peso, estamos tratando de trabajar en
den entrar en este negocio internacional, funden. una cooperativa para poner “marca” entre varios
El mercado queda para pocos grupos, para tres y para que los costos sean compartidos. Los gran-
o cuatro; se está haciendo en pollos, en cerdos des monopolios se han quedado con parte de la
y en casi todos los rubros. Fui productor avícola deuda y compiten con uno y nosotros nos “queda-
de 1969 a principios de 1986. Allí no pude seguir, mos debajo de la estrella”. El problema de fondo
se había dado una situación incierta en 1978 con es político […].
El día en que la Plaza de Mayo se vistió de campo | N. Giarracca y M. Teubal  859

El gobierno plantea el tema de la reconversión, sumo de Verónica. Las cooperativas están en este
que se haga otra cosa, pero el tema es qué hay que camino de la integración, necesitamos montar la-
hacer, fuera de la soja, de la carne, de la leche, de boratorios, poner marcas a nuestros productos.
las cosas clásicas que se hacen en la Argentina, Somos 30 productores, la hicimos en 1955, cuan-
qué hacer. ¿Qué podemos hacer frutilla? Sí, pero do había una colonia; ahora tenemos el local, pu-
inundamos la Pampa Húmeda de frutillas, ¿y a simos una carnicería, ahora queremos hacer ham-
quién se las vendemos? Eso lo puede hacer Chile burguesas, productos con una cierta elaboración,
porque están en una pequeña franja entre el mar pero necesitamos plata, sin plata no se hace nada,
y la montaña, pero nosotros no podemos hacer lo por eso andamos buscando esas salidas. Estamos
mismo que Chile. Hay que ver qué se puede hacer en el camino, con condiciones en contra. Pero
con nuestra producción, perfeccionándonos con nosotros planteamos que la granja es mejor que
lo que nosotros tenemos, el tema es el mercado. estar en una villa y es mucho más sano […].
Un mercado achicado como el que tenemos, 30 Aquí históricamente le han dado créditos a las
millones, paupérrima la situación de los salarios grandes compañías y no se los cobraron; yo debo
y entonces eso no nos da salida, y encima con 5.000 dólares, por ejemplo, y me ponen la ban-
restricciones en la exportación. Hoy, para que un dera de remate, después dicen que hay igualdad
tambo de leche sea rentable, necesita 1.300, 1.500 ante la ley. Yo no digo que nos regalen las cosas,
litros, necesita cambios en la tecnología, una pero a los productores ligados, comprometidos
gran concentración genética, esos factores inci- con sus empresas hay que darles apoyo.
den cada vez más. ¿Pero qué hace el gobierno?
Le cobra más impuestos, no le dejan salida para Productor cañero de Tucumán
poder dar el salto. El problema es que nosotros Soy productor cañero de la provincia de Tucumán.
tenemos 200 ha, estamos en la Federación Agra- Soy un mediano productor, secretario de la Unión
ria y no podemos, pero aquí (en la Plaza de Mayo) de Cañeros Independientes de Tucumán (UCIT),
hay productores de 1.000 o 1.500 ha que tampoco que nuclea a 13 mil productores independientes
pueden y entonces uno se pregunta, ¿cuál es la de caña de azúcar. Vinimos a acompañar esta pro-
salida? Ellos se ponen en duros pero no piensan testa como integrantes de la Federación Agraria.
en estos factores. Nosotros creemos que hay que El campo buscó manifestarse públicamente en el
hacer una integración vertical agroindustrial, no corazón del poder, desde una situación agobiante
horizontal; vertical y con las cooperativas. Yo de crisis que sufre y que en nuestra provincia tie-
pertenezco a la Cooperativa Granjera y de Con- ne una significación aún mayor dada sus desven-
860 Estudios rurales y movimientos sociales. Miradas desde el Sur

tajas estructurales, por la gran distancia que tiene es que no existen demasiadas producciones op-
de los grandes centros de consumo. cionales a la caña, y en ella somos competitivos
Esta política de apertura es ingenua, porque con en relación con el Brasil, pero hay que recordar
las políticas que llevan los países centrales nues- que el país vecino tiene mecanismos de subsidios
tro país abre sus mercados a producciones que a su producción lo cual le permite sostenerse y
vienen subsidiadas y van desplazando las pro- competir. En cambio a nosotros nos obligan a
ducciones nacionales. Esto está produciendo un competir con producciones subsidiadas, apoya-
proceso de empobrecimiento. Al poner en mar- das por sus estados y ello es competir en situacio-
cha todos los mecanismos de desregulación, se nes altamente desventajosas; se hace imposible.
desbarataron las herramientas para defensa del La consecuencia es la marginación de una parte
precio. En nuestra actividad tuvo un efecto muy importante de la población de la producción y
fuerte y nos volteó el ingreso histórico del sector luego tendrá que salir el Estado a sostenerla o di-
cañero en el orden del 72% y esto produjo un pro- rectamente la olvidarán.
ceso significativo en la provincia, donde hay se- Una de las características de esta crisis azucare-
rias dificultades en las franjas de pequeños y me- ra, en comparación con otras que hemos vivido,
dianos productores. En la provincia se profundi- es que la actual está enmarcada dentro de una
zó la pobreza —que tiene uno de los índices más crisis económica general donde las actividades
altos— y de persistir esta política se puede dar un económicas se van reduciendo y van quedando
proceso de desintegración en nivel ya no provin- unas pocas con claras ventajas competitivas en
cial sino nacional. Por ello urge que se restituya el mercado internacional. Quienes no estamos in-
la política para el sector agropecuario. Más allá sertos en esas actividades quedamos marginados
de los criterios economicistas con que se maneja y se nos hace imposible sostenernos.
la economía, hay que atender a realidades espe-
cíficas, las características propias que tienen las
regiones y a partir de allí hacer un país integrado. Algunas conclusiones
Si el gobierno dice que el Brasil produce más ba-
rato azúcar y por lo tanto debemos traerlo de allí,
nosotros diríamos: ¿y qué hacemos con la gente
Todos nuestros entrevistados pertenecían a Fe-
que produce en nuestro país? La caña llevó a que deración Agraria y a cooperativas. La mayoría
Tucumán fuera una de las provincias más densa- de ellos, aun de lejanos lugares del país y de-
mente pobladas del Norte argentino. El problema dicados a disímiles producciones, coincidieron
El día en que la Plaza de Mayo se vistió de campo | N. Giarracca y M. Teubal  861

en algunos puntos, más allá de los reclamos –– imagen de una política económica en pinzas
convocantes, que merecen ser remarcados: que los agobia; por un lado, con impuestos,
–– necesidad de que se generen políticas para el aumento de los insumos y, por otro, con la
sector agropecuario; imposibilidad de compe- falta de promoción a la producción (merca-
tir en los mercados internacionales con pro- dos, precios, etcétera).
ducciones que provienen de países que tienen
políticas de promoción a la producción; Los dirigentes entrevistados pusieron el acen-
–– insistencia sobre la necesidad de una polí- to, más que el resto, en la falta de diálogo con
tica promotora de exportaciones y el papel técnicos y políticos que deberían ser los encar-
que en ello pueden cumplir la Cancillería y gados de generar políticas y soluciones. Los
sus embajadas; miembros de las cooperativas insistieron en la
–– sensación de que las políticas económi- crisis por la que ellas atraviesan, como resul-
cas, de Martínez de Hoz en adelante, cas- tado de la situación de sus miembros; sin em-
tigaron la producción y promovieron la bargo, cuando se piensa en acciones opciona-
especulación financiera. Estas políticas se les siempre aparece la cooperativa como una
han caracterizado por la falta de créditos, herramienta importante.
altas tasas de interés y sesgos a favor de La cooperativa y la integración agroindus-
los más grandes (empresas transnaciona- trial fueron señaladas como opciones organiza-
les, grandes productores, grupos econó- tivas por varios de los entrevistados.
micos en general); La mujer rural estuvo representada por va-
rias productoras presentes en la Plaza —nues-
–– necesidad de programar y financiar las re-
tra entrevistada arrocera es un ejemplo— pero,
conversiones; que hay que discutir muy bien
seguramente, muchas quedaron atendiendo a
qué nuevas producciones son posibles, para
los chicos, las explotaciones, los cultivos, las
qué mercados, etcétera;
huertas y animales, o en las pequeñas ciudades
–– ciertas certezas acerca de que la gente de cam- donde algunas familias han logrado mudarse.
po ya no encontrará otras inserciones econó-
micas fuera del agro y que las soluciones tie-
nen que ser para quedarse en sus tierras;
862 Estudios rurales y movimientos sociales. Miradas desde el Sur

Variaciones entre censos ción agropecuaria es solo un elemento que define


su importancia relativa: 500 hectáreas de tabaco
El Censo Nacional Agropecuario del año 1988, en Salta definen una explotación agropecuaria
que acaba de publicarse, señala un descenso mucho más importante que 3.000 ha en la Patago-
significativo de las explotaciones totales en re- nia árida. Una explotación agropecuaria peque-
lación con las que registran los censos anterio- ña, pero muy intensiva en trabajo y capital, puede
res de 1969 y 1960. ser más importante que una explotación ganade-
Si bien el número total de las explotaciones ra extensiva. El capital que integra la explotación
mayores de 1.000 ha (27.355) disminuyó levemen- agropecuaria y el grado de intensidad de los pro-
te en relación con 1969 (aun cuando aumentó en cesos productivos involucrados, definen cada
relación con el censo de 1960), representan solo vez más la importancia de la empresa agropecua-
el 7,2% del total de las explotaciones “con límites ria. Los avances tecnológicos y el uso creciente
definidos”. En 1969, este estrato de explotaciones de maquinaria tienden a hacer de la agricultura
representaba el 6,1% del total de las explotacio- una actividad “capital intensiva”. También define
nes agropecuarias, mientras que en 1960 consti- la importancia relativa de la explotación agro-
tuía el 5,6%; un aumento en términos relativos. pecuaria el hecho de que muchas explotaciones
Estas explotaciones agropecuarias poseen en pueden pertenecer a un mismo dueño. Gran can-
conjunto 133.640.000 hectáreas, 76% de la super- tidad de las explotaciones de menos de 1.000 ha
ficie agropecuaria total del país. Según el censo pertenecen a terratenientes mayores (véase Ba-
de 1969 este estrato de explotaciones era dueño sualdo y Khavisse, 1993).
de 157.956.000 ha, 75% del total, mientras que en Es cierto que la tierra ha perdido importancia
1960 registraba 120.350.000 ha, 68% de la superfi- en relación con otros factores de producción o
cie agropecuaria total. En relación con los censos de poder económico. Sin embargo, sigue consti-
anteriores, el de 1988 registra para el estrato de tuyendo un elemento importante. Son pocos los
entre 1.000 y 5.000 ha, una leve reducción en el to- países del mundo en donde las grandes explota-
tal de las extensiones de tierra. El estrato de más ciones poseen tan vastas extensiones. En los Es-
de 5.000 ha también aumentó en relación con el tados Unidos solo en los Estados de Nueva Méxi-
censo de 1969, pero no en relación con el de 1960. co, Nevada, Wyoming y Arizona existen ranchos
La cantidad de tierra que posee una explota- de entre 1.300 y 1.900 hectáreas. En cambio, en el
El día en que la Plaza de Mayo se vistió de campo | N. Giarracca y M. Teubal  863

de Nueva Inglaterra el tamaño promedio del pre- numérica, las de menos de 200 ha controla-
dio es de 68 hectáreas. El tamaño promedio de ban solo 13.637.000 ha, 7,7% de la superficie
las explotaciones en los EUA ha ido creciendo en agropecuaria total del país. El estrato de 200
décadas recientes pero no supera las 182 ha, en a 1.000 ha acumulaba 30.161.000 ha, 17% de la
tanto que en nuestro país alcanza las 470 ha; en superficie total.
Europa es diez veces menor que el nuestro. El número de explotaciones incluidas en el
¿Cuán representativo es el estrato de “me- estrato de menos de 200 ha se redujo sustancial-
dianos y pequeños” productores agropecua- mente en relación con los últimos dos censos.
rios en nuestro país? El Censo Agropecuario La cantidad de explotaciones pertenecientes al
de 1988 registra 282.029 explotaciones agro- estrato de entre 200 a 1.000 ha también se redujo
pecuarias de menos de 200 ha y 68.873 en en relación con 1969, no así en relación con el
el estrato de 200 a 1.000. Estos estratos re- censo de 1960. Asimismo, el estrato de menos de
presentaban 74% y 18%, respectivamente del 200 ha redujo sustancialmente la superficie que
total de las explotaciones. (El grueso de los controla en relación con 1969 y 1960. El estrato
productores que protestaron el otro día en intermedio de 200 a 1.000 también redujo la can-
la Plaza de Mayo, seguramente están inclui- tidad de tierra que controla en 1988 en relación
dos en estos estratos). Pese a su importancia con 1969, aunque aumenta en relación con 1960.
864 Estudios rurales y movimientos sociales. Miradas desde el Sur

Cuadro N° 1
Cantidad y superficie total por estrato de las explotaciones agropecuarias

1988 1969 1960


Explota- Explota- Explota-
Superficie Superficie Superficie
ciones ciones ciones
% (miles de % % (miles de % % (miles de %
agrope- agrope- agrope-
hectáreas) hectáreas) hectáreas)
cuarias cuarias cuarias
TO-
378.357* 177.437 538.430 210.656 471.756** 175.142
TAL
Hasta
57.057 148 100.379 248 71.814 201
5 ha
5-25 84.618 1.189 125.686 1.752 109.590 1.559
25-100 93.271 5.371 139.067 8.200 127.463 7.710
100-
47.083 6.929 63.438 9.394 58.795 8.778
200
Subto-
282.029 74,6 13.637 7,7 428.570 79,6 19.594 9,3 367.662 78 18.348 10.5
tal
200-
68.873 18,2 30.161 17 77.047 14,3 33.306 15,8 63.153 13 26.545 15,1
1.000
1.000-
21.254 5,6 45.691 25,8 25.829 4,8 57.472 27,3 20.697 4,4 48.014 27,4
5.000
Más de
6.101 1,6 87.949 49,6 6.984 1,3 100.484 47,7 5.661 1,2 72.336 41,3
5.000

* Con “límites definidos”.


** Se incluyen 14.586 explotaciones de “campo abierto sin especificación”.
El día en que la Plaza de Mayo se vistió de campo | N. Giarracca y M. Teubal  865

Bibliografía

Basualdo, E. y Khavisse, M. 1993 El nuevo


poder terrateniente (Buenos Aires: Planeta).
INDEC 1989 Anuario estadístico de la
República Argentina, 1983-1986 (Buenos
Aires: INDEC).
INDEC 1992 Censo Nacional Agropecuario
1988 (Buenos Aires: INDEC).
Teubal, M. 1993 “Hambre y crisis agraria en el
‘granero del mundo’” (s/d) mimeo.
De las fincas y las casas a las
rutas y las plazas: las protestas y
las organizaciones sociales en la
Argentina de los mundos “rururbanos”
Una mirada desde América Latina*

E ste congreso de los sociólogos rurales de


América Latina, a fines de 2002, nos encuen-
tra en un momento de grandes crisis y transfor-
comienzos de 20001, así como la heterodoxa
democracia venezolana con sus componentes
rebeldes a las políticas neoliberales y la crisis
maciones institucionales, después de una larga de legitimidad institucional de Argentina, son
década de resistencias a unas políticas basadas solo algunas situaciones novedosas en el con-
en los principios del neoliberalismo, ejecutadas tinente. A partir de ellas se pueden pensar los
por la mayoría de los Estados nacionales bajo la procesos de América Latina en momentos de
atenta mirada y asesoramiento de los organis- pasajes, atravesando un escenario incierto,
mos de crédito internacionales. pero diferente al que se había concretado con
El triunfo del Partido dos Trabalhadores en cierto grado de consenso social alrededor de
Brasil que lleva a un político de origen obrero- los principios del libre mercado articulado a
sindical a la máxima magistratura del gobier- democracias delegativas y formales que aplica-
no, la llegada al gobierno —por medio de las ron los programas de ajuste.
elecciones— de la alianza de los coroneles y Estos nuevos escenarios actuales tienen mu-
campesinos indígenas ecuatorianos que había cho que ver con las acciones colectivas, de pro-
protagonizado una histórica marcha en los testa, de surgimiento de nuevos actores socia-

* Giarracca, N. 2003 “De las fincas a las casas a las


rutas y las plazas: las protestas y las organizaciones so- 1 Cuando revisaba este trabajo para su publicación,
ciales en la Argentina de los mundos ‘rururbanos’. Una la coalición con Lucio Gutiérrez llegaba a su fin y los
mirada desde América Latina” en Sociologías (Porto ministros que respondían a la organización de Pachaku-
Alegre) Año 5, N° 10, julio-diciembre. tik se retiraban del gobierno.
868 Estudios rurales y movimientos sociales. Miradas desde el Sur

les, de resignificaciones de ciertas trayectorias noventa que registró tales índices de pobrezas
políticas de la región, que se fueron desplegan- que afligen a los propios constructores de este
do a lo largo de la última década del siglo XX. modelo concentrador de riquezas. Un informe
Y muchas de estas nuevas experiencias tienen sobre el Panorama Social de América Latina
que ver con los mundos sociales rurales y agra- 2002-2003, de la CEPAL, muestra que si bien los
rios. Dice el Report on Rural Movements de porcentajes de la pobreza bajaron entre 1990
NACLA (2000) que en muchas partes de Amé- y 2002, de 48,3% a 43,9%, en volumen absoluto
rica Latina, los movimientos sociales rurales de población se registró un aumento de 20 mi-
han tomado el centro de los escenarios polí- llones de pobres (pasó de 200 millones a 220
ticos de sus naciones. Y agregamos nosotros, millones). Lo mismo ocurre en el nivel de la in-
que no solo en países con fuertes tradiciones digencia. Tal vez el caso más dramático sea el
de luchas campesinas como México o Brasil, de la Argentina, cuyos gobernantes siguieron al
sino que en países de fuertes tradiciones de pie de la letra los dictados del Fondo Moneta-
luchas obreras urbanas como en la Argentina, rio Internacional endeudando al país, entregan-
aparecen nuevos actores que ya no están, ne- do sus recursos naturales a las empresas trans-
cesariamente, articulados a los mundos indus- nacionales, flexibilizando el mercado laboral y
triales. En efecto, en este país de urbanización desregulando la economía. Todo lo cual, con-
temprana, la protesta de los noventa se “des- dujo al país a una de las crisis más profundas
territorializó” y comenzó a desplegarse en los de su historia; entre 1999 y 2002, el porcenta-
mundos rurales y de baja urbanización (lo que je de pobres casi se duplicó (pasó de 23,7% a
en este trabajo llamamos “rururbanos”) con 45,4%) mientras los indigentes se multiplicaron
actores de muy baja visibilidad política pública por tres. En realidad, no solo América Latina
en la historia de las luchas sociales argentinas: sufrió las consecuencias del modelo neolibe-
desocupados, indígenas, campesinos, mujeres ral, el crecimiento de la economía mundial fue
agricultoras, etcétera. más bajo entre los años ochenta y dos mil (épo-
El retroceso de las amplias mayorías en la ca de oro del liberalismo y de la desregulación
participación de las riquezas nacionales, se que se hacía en nombre del crecimiento) que
dio durante dos décadas, “la perdida” —la del entre los años sesenta y ochenta, período de re-
ochenta— en términos de la CEPAL, y la de los gulaciones y proteccionismos (Cassen, 2003).
De las fincas y las casas a las rutas y las plazas  869

Pero así como al finalizar la década del no- blación mundial que vivía con cierto malestar
venta, la protesta se hizo global, internacional, los avances “deshumanizante” del capitalismo
enfocada a los organismos internacionales que neoliberal. Hoy, muchas de las ideas del zapa-
fueron activos actores de estas transformacio- tismo circulan por espacios académicos, cultu-
nes (Organización Mundial del Comercio, Fon- rales, artísticos y encuentran muchos aliados
do Monetario Internacional, Banco Mundial, entre los mundos sociales urbanos europeos.
etcétera), en muchos países de América Latina, De hecho, el primer Encuentro Intercontinen-
novedosas y significativas resistencias que se tal por la Humanidad y contra el Neoliberalis-
desplegaron durante toda la década encontra- mo, llevado a cabo en Chiapas a fines de julio
ron en 1994, un momento donde irrumpieron de 1996 por iniciativa del EZLN (Ejército Zapa-
“pensamientos”, en el sentido filosófico del tista de Liberación Nacional), con la presencia
concepto. La aparición del movimiento zapa- de casi medio centenar de organizaciones de la
tista en México en el mismo instante en que el resistencia de todo el mundo, es considerado
país ingresaba al TLC (Tratado de Libre Comer- el antecedente más importante de la serie de
cio), colocó en el espacio de las resistencias protesta que se conoce como movimiento anti-
nuevos pensamientos políticos, por primera globalización neoliberal.
vez a distancia del Estado, centrados en la au- Casi simultáneamente al levantamiento za-
tonomía, con una lógica discursiva más cerca patista, en una pobre provincia de la Argentina,
de la “estética expresiva” que de la “científica” con altas proporciones de población rural, en
de los viejos discursos de izquierda de las déca- una ciudad capital donde la gente vive de la ad-
das de los sesenta y setenta. ministración pública o de los servicios hacia la
El desarrollo de la tecnología de información agricultura —me refiero a la provincia de San-
y comunicacional habilitó nuevas formas de tiago del Estero— la población se levantó con-
circulación del capital financiero que fue uno tra el Estado provincial, quemando los edificios
de los pilares del nuevo modelo, pero también y persiguiendo a los “políticos corruptos”. Ese
permitió la acción a distancia de los grupos en episodio, en pleno gobierno de Carlos Menem,
resistencia. Y tal vez el ejemplo paradigmáti- se recuerda como el “santiagueñazo” y es uno
co de esto fue la propagación de las ideas del de los importantes antecedentes de la crisis de
zapatismo y su tremendo impacto en una po- legitimidad política de comienzos del nuevo si-
870 Estudios rurales y movimientos sociales. Miradas desde el Sur

glo. A los pocos meses de todo esto, en junio se integran en la organización latinoamericana
de 1994, en Ecuador, los indígenas de todo el que los agrupa —Congreso Latinoamericano de
territorio convocaron a una movilización que Organizaciones Campesinas (CLOC)— y a través
paralizó durante dos semanas el país. Como de ella, a la organización internacional Vía Cam-
sostiene Nina Pacari (1996), abogada y líder de pesina. Del mismo modo a lo largo del continente
la Confederación de Nacionalidades Indígenas se van desplegando luchas por la preservación de
del Ecuador (CONAIE), la protesta se orientó recursos naturales como el agua en encuentros
en contra de la Ley de Desarrollo Agrario, pieza de poblaciones campesinas y de pequeños cen-
clave del plan de ajuste estructural del progra- tros urbanos como son los casos de Cochabamba
ma implementado por Sixto Durán Ballén. y de la protesta por la privatización del agua en
el sur de Tucumán en Argentina. Las poblaciones
La ley aprobada por el Congreso apelaba por la mapuches del sur argentino reclamaron por la
eliminación de las tierras comunales a favor de la instalación de una empresa minera, aduciendo lo
agricultura empresarial, acompañando otras me- que significaría en términos de gasto del agua y
didas que favorecían los intereses de los grandes los campesinos bolivianos se oponen a la expor-
terratenientes. Se ignoraba todo lo concerniente a
tación del gas boliviano a Chile. Significativamen-
los indígenas, campesinos, y pequeños agriculto-
te, nuevos reclamos, nuevas estéticas comienzan
res del Ecuador. (Ibídem: 23, traducción propia).
a circular de uno al otro lado del continente sin
que sus protagonistas, que coinciden en sumar al
Podríamos sumar a este listado de protestas y re-
reclamo histórico de la tierra otros recursos na-
sistencias campesinas e indígenas con sus ramifi-
turales, necesariamente, sepan unos de los otros.
caciones a las poblaciones urbanas, al Movimen-
Los encuentros entre estas organizaciones en
to dos Trabalhadores Rurais Sem Terra de Brasil
federaciones continentales e internacionales, la
así como los muchos otros sindicatos campesi-
movilidad territorial de algunos de los dirigen-
nos de este país como la Confederação Nacional
tes así como los principios de orden político
de Trabalhadores na Agricultura (CONTAG); la
universalizables como pueden ser la “soberanía
Federación Nacional Campesina de Paraguay,
alimentaria”, el respeto a la biodiversidad, bio-
los movimientos campesinos e indígenas de Bo-
seguridad así como a la diversidad cultural, los
livia, Colombia, Perú, Chile. La mayoría de ellos
derechos humanos, el respeto a la igualdad de
De las fincas y las casas a las rutas y las plazas  871

género, marcan las novedades, producen nue- país. En el nivel nacional, la disminución es del
vos sentidos y deben desafiarnos a pensar (véa- 24,5%, en relación con el CNA de 1988. Pero la
se Vía Campesina). Todavía es mayor el desafío proporción aumenta sustancialmente en pro-
de comprensión acerca de lo que ocurre en el vincias como Buenos Aires (33%), Córdoba
sur mexicano, en los niveles de las experiencias (36,4%), Neuquén (41,4%), Tucumán (41,2%),
de las comunidades autónomas como en el de Corrientes (35,7%), San Luis (39,3%) y Mendo-
un nuevo pensamiento que se expresa una y otra za (31,6%). Esta tendencia a la concentración
vez en los materiales de la organización zapatis- agraria fue anunciada por trabajos académi-
ta y que no puede ser interpretado con los con- cos, consultoras privadas y el mismo Instituto
ceptos tradicionales que solíamos manejar los Nacional De Estadísticas y Censos.
cientistas sociales unas décadas atrás. A fines de la década del noventa, se calculaba
Querría terminar esta introducción con un que desaparecían 435 tambos lecheros por año;
interrogante. ¿Estamos los sociólogos rurales algunos trabajos académicos estimaban una
de América Latina a la altura de estas circuns- disminución de explotaciones en el Alto Valle
tancias? ¿Tenemos nosotros conceptos, ideas del Río Negro, en Santa Fe y en Tucumán. Algo
nuevas para los problemas que plantean estas similar anticipaban los estudios sobre la Región
situaciones? ¿Pueden nuestros trabajos, nues- Pampeana: Eduardo Basualdo, a cargo del equi-
tras reflexiones, acompañar los derroteros de po de investigaciones económicas de FLACSO,
estos nuevos pensamientos activos que se des- adelantó hace tiempo la concentración agraria
pliegan por el continente? y midió la concentración de la tierra (con frag-
mentaciones ficticias). Por otra parte, en 1999,
Miguel Murmis escribió un artículo sobre el
El modelo agrario agro, en el que se refería a los “mega empresa-
neoliberal en la Argentina rios” con notoriedad periodística, como George
Soros, con campos en el Noroeste y el Noreste,
Los datos del Censo Nacional Agropecuario en Buenos Aires, Santa Fe y Córdoba, y el grupo
(CNA) realizado en 2002, en todo el territorio Benetton expandiéndose hacia el sur.
de la Argentina, muestran una fuerte caída de Según el CNA, la superficie media por explo-
la cantidad de explotaciones agropecuarias del tación para 2002 es de 538 ha, es decir, 68 ha más
872 Estudios rurales y movimientos sociales. Miradas desde el Sur

por explotación que en 1988 (470 ha). Esta cifra los sectores subalternos (campesinos, peque-
es aún más significativa si la comparamos con ños capitalistas, jornaleros) a mediados de los
los promedios de las explotaciones agrarias de noventa, se produjeron, por un lado, fuertes
EEUU, que no superan las 200 ha, o de la Unión bajas en los precios internacionales de los pro-
Europea, que no superan las 50 ha. En EEUU, ductos, y por otro, marcados cambios en las
solo en los Estados de New México, Nevada, condiciones internas generadas por la conver-
Wyoming y Arizona existen ranchos cercanos tibilidad, las privatizaciones y la desregulación
a las 2.000 ha. En mi país, cuando hablamos de total del sector. En tal contexto, el camino ele-
los “mega empresarios” agropecuarios, estamos gido por los fuertes actores económicos, con el
frente a una magnitud de 350.000 hectáreas. apoyo del Estado y con la ayuda de un eficaz
Estos rasgos del campo argentino surgen como dispositivo comunicacional, fue “la salida hacia
resultado de una década de políticas neoliberales delante”: aumento de la producción agropecua-
tanto en el nivel de la economía general como ria con especialización en oleaginosas y aumen-
otras referidas al sector agrario. A comienzos to de las exportaciones de sus derivados. Para
de la década del noventa, el gobierno de Carlos ello se optó por nuevas tecnologías (las semillas
Menem, con su ministro de Economía Domingo transgénicas), nuevas prácticas agronómicas (la
Cavallo, decretó la “desregulación económica” siembra directa) y por organizaciones empresa-
que afectó básicamente al campo (véase Teubal y riales con determinadas escalas de producción,
Rodríguez, 2002). Se daba fin a un modelo de de- complementadas por contratistas, subcontra-
sarrollo agrario en el que había coexistido la gran tistas y terceristas. El territorio elegido fue el
explotación de los terratenientes con la pequeña país en su conjunto. Esta decisión comportaba
y mediana agricultura de carácter familiar. La me- cambios en las orientaciones productivas y en
dida se basaba en el supuesto —que fue aceptado la estructura social agraria, con la consecuente
acríticamente por la mayoría de los especialistas desaparición de muchos agricultores.
en el sector— de que la liberación que se propi- Los datos del CNA evidencian esta transfor-
ciaba desataría un proceso de crecimiento que, mación: en tres regiones del país —el Noroeste,
con el tiempo, “derramaría hacia abajo”. el Noreste y la Región Pampeana— se observa,
Si bien en los primeros años de la década los con relación a 1988, un aumento del 138%, 86% y
únicos perjudicados por estas medidas fueron 60% respectivamente de la superficie implanta-
De las fincas y las casas a las rutas y las plazas  873

da con oleaginosas, es decir, la soja; un escaso En el nivel productivo, el sector agrario lo-
23% de aumento de la superficie implantada con gró cosechas récord y valores de exportación
cereales en la Región Pampeana y una signifi- de las manufacturas de origen agropecuario,
cativa disminución de la superficie implantada duplicadas en una década. Los actores econó-
con cultivos industriales en el Norte. Los culti- micos que llevan a cabo esta transformación
vos industriales fueron los que conformaron el —las poderosas empresas como Monsanto, Ni-
espacio social y rural de las economías regio- derca, Novaris; los exportadores; los grandes
nales: la caña de azúcar en Salta, Jujuy y Tucu- productores que se expanden, etcétera— se
mán; la yerba mate, el té y el tabaco en el litoral; ubican en posiciones relativas muy ventajosas,
la vinicultura en Mendoza, etcétera. gracias a un sector de muy alta rentabilidad de-
Es decir, el fuerte aumento de la producción bido a un recurso natural que responde como
de soja se produjo en detrimento de otros cul- siempre ha respondido la tierra en la Argen-
tivos agropecuarios: los tambos en Santa Fe y tina. También se benefician otros sectores en
Córdoba, la caña de azúcar y la horticultura en forma directa o indirecta: contratistas, terceris-
Tucumán; las yungas salteñas; los árboles fruta- tas, estudios agronómicos, grandes comercios
les, las leguminosas, lentejas y arvejas, el ganado de agroquímicos y de productos para el agro,
porcino en la provincia de Buenos Aires, etcéte- fabricantes de maquinarias, bancos, empresas
ra. Y también —y esto es tan importante como lo aseguradoras, una franja de productores me-
anterior— en detrimento de una gran cantidad dios que toman más tierra, publicaciones agra-
de campesinos con propiedad ventiañal (más de ristas que reciben avisos, etcétera. Es probable
veinte años ocupando la tierra), desalojados por que algunas poblaciones no inundadas del inte-
los nuevos inversionistas sojeros con el beneplá- rior de la Región Pampeana se vean beneficia-
cito de los funcionarios provinciales y con la pre- das también con esta expansión.
sencia de grupos armados en un país donde esta No obstante, sabemos con certeza que los pe-
situación no se conocía2. queños y medianos productores (hasta 200 ha)
no pudieron ingresar al nuevo “modelo sojero”
y que, anteriormente, con la rotación producti-
2 Registrados por un informe de la Secretaría de
va de sus 50 o 100 ha, vivían dignamente, daban
Derechos Humanos del gobierno nacional en agosto
de 2003. trabajo a su familia y a terceros, educaban a sus
874 Estudios rurales y movimientos sociales. Miradas desde el Sur

hijos y renovaban sus equipamientos agrarios. La protesta social de la década


Sabemos que la desaparición de esta franja de
productores que consumían y operaban en el Las manifestaciones sociales y culturales de
lugar derivó en consecuencias nefastas para los estos procesos se registraron en todas las re-
poblados y ciudades intermedias que están ro- giones del país, desde la rica región pampeana
deados por el campo y que vivían de actividades hasta el norte campesino. No obstante, la misma
derivadas de él (talleres mecánicos, pequeños situación estructural habilitó dos tipos de accio-
comercios de insumos agropecuarios, asegura- nes de los sectores subalternos: 1) trataron de
doras, cooperativas, etcétera). En la mayoría de adaptarse a las nuevas circunstancias económi-
los pueblos y pequeñas ciudades del interior se cas por medio de en lo que en nuestros trabajos
registra un gran deterioro económico-social. llamamos “estrategias sociales”, tales como la
Los campesinos del norte del país comenza- pluriactividad, la multiocupación, las migracio-
ron a ser desalojados de sus tierras o rodeados nes temporales, organizando formas asociativas
por explotaciones sojeras que, en muchos casos, para emprender partes del procesos productivo
contaminan sus tierras, sus animales y afectan la o la compra de insumos con el fin de abaratar
salud de las poblaciones (véase Domínguez, La- costos, etcétera y 2) comenzaron a protestar
pegna y Sabatino, 2003). Los pequeños y media- en primer lugar intentando movilizar a los vie-
nos productores que se endeudaron para entrar jos gremios que representaban a los pequeños
en el modelo, perdieron o están amenazados de y medianos productores, la Federación Agraria
perder sus tierras por la presión de sus acreedo- Argentina, y luego claramente al margen de esta,
res. Otros, los que se transformaron en pequeños buscando nuevos modos de expresión, nuevas
rentistas cediendo las tierras a los grupos de in- estéticas en la acciones y nuevas demandas.
versión sojera, no terminan de insertarse en pue- La protesta que registramos durante toda la
blos con altas tasas de desocupación. Los datos década del noventa, se diferencia claramente de
acerca de la pobreza y la indigencia que acompa- las de otras décadas de la historia argentina. Para
ñan a este proceso ya fueron mencionados en la no irnos muy lejos, durante los años setenta tanto
introducción de este trabajo. las centrales sindicales como las organizaciones
territoriales o las ambiguas Ligas Agrarias, esta-
ban insertas en un proyecto de “transformación
De las fincas y las casas a las rutas y las plazas  875

de las estructuras vigentes”, los objetivos polí- les de la población. Con algunas excepciones
ticos en relación con el Estado eran evidentes. (que veremos más adelante) las protestas se
Durante los años ochenta, con la llamada “tran- originaron por la pérdida de derechos sociales
sición democrática” las protestas giraban sobre activada por las políticas de corte neoliberal.
dos ejes: la pérdida de la participación obrera en En efecto, los rasgos más significativos de la
la economía y los derechos humanos. El centro protesta de los noventa fueron, por un lado la
de ambas protestas fueron las grandes ciudades “desterritorialización”, es decir ya no darse en
aun cuando en el filo de los noventa una lucha centros urbanos industriales sino de norte a sur
local conmovió el país desde una clara reivindica- del país, y por otro lado, el tipo de reclamo que la
ción universal: Catamarca aclamaba por justicia3. caracterizó. Las demandas de las miles de protes-
La protesta de los noventa ya no se daba en tas sociales registradas en la década estuvieron
los centros urbanos prioritariamente, sino que fuertemente orientadas a: preservar derechos
durante toda la década que va desde 1991 hasta sociales adquiridos durante el siglo XX (condi-
2001, se registra en la mayoría de las regiones ciones de trabajo, salarios dignos, educación
de la Argentina. Se sumaban a los reclamos his- pública, etcétera); preservar pequeños patrimo-
tóricos de un “interior” postergado en la etapa nios familiares (como son los casos de pequeños
“modernizadora”, las nuevas demandas origina- y medianos empresarios agrarios o industriales
das por la aplicación de las políticas neolibera- amenazados por las deudas); demandar un ingre-
les que restringían y anulaban derechos socia- so mínimo frente a la pérdida del trabajo remu-
nerado (la lucha de los desocupados), etcétera.
Es decir, en general son protestas de “defensa”
3 Una joven estudiante fue asesinada por hijos de y “preservación” frente al avance de las políticas
funcionarios del gobierno provincial y, como muchas
“expropiatorias” del neoliberalismo. De allí que
otras veces, se intentó tapar las pruebas. Durante mu-
chos meses las “marchas del silencio” de las adolescen- muchas veces se caracteriza a estas acciones
tes, sus padres y una monja conmovieron a todo el país. como fragmentadas ya que se mantuvieron en el
La derivación de este caso fue la retirada del gobierno orden de lo social y sin llegar a ser corporativas,
provincial del Partido Justicialista con una tradición no lograron trascender la pura protesta.
del peor caudillismo regional. Hasta el día de hoy, una
Nuestros estudios se basaron en territorios
coalición opositora sigue ganando las elecciones y los
asesinos están presos. que caracterizamos como “rurubanos”, toman-
876 Estudios rurales y movimientos sociales. Miradas desde el Sur

do las acciones de los actores agrarios como La protesta de 1999, de carácter agrorrural, se
agricultores, trabajadores, etcétera y otras des- enmarca en la protesta nacional de toda la dé-
plegadas en poblados y ciudades de baja orga- cada y forma parte de lo que conceptualizamos
nización (el criterio de ciudad intermedia de como un “ciclo de protesta” (Tarrow, 1997) que
50.000 habitantes). finaliza con los acontecimientos del 19 y 20 de
Para mostrar algunos aspectos de la protesta diciembre de 2001 en la Ciudad de Buenos Aires.
de la década en el interior del país, tomaremos Desde allí comienza, a nuestro juicio, otra etapa
el año de 1999 para el que contamos con un donde la Ciudad de Buenos Aires y el Gran Bue-
mapa completo de las distintas regiones (para nos Aires son los territorios que juegan como
el resto de la década contamos con una base de centros de atención mientras el interior entra
datos por muestreos regionales, véase Giarrac- en un período de transición. Tanto las nuevas
ca, 2001). La base, con registros de periódicos condiciones de producción (por la devaluación)
provinciales, se construyó, como decíamos an- como los nuevos discursos y prácticas políticas
tes, tomando dos criterios: a) que las acciones generados a partir del 19 y 20 de diciembre, si-
las desarrollaran sujetos agrarios (campesinos, túan al interior en forma diferenciada.
agricultores en general, trabajadores agrarios Durante toda la década, el país estuvo atra-
o agroindustriales) en cualquier territorio del vesado por una serie de protestas sociales diri-
país (incluida la Ciudad de Buenos Aires) y b) gidas básicamente al Estado en sus manifesta-
acciones de protesta de otros sujetos sociales ciones nacionales, provinciales y municipales.
en territorios de bajo nivel de urbanización. Recordemos que, a partir de 1991, se había
Este último criterio se tomó sobre el supues- puesto en marcha el Plan de Convertibilidad
to de que en tales ciudades la influencia de las que ataba el peso nacional al dólar y que fue
crisis de los sectores agrarios y extractivos acompañado por la desregulación total de la
tuvieron consecuencias sociales de gran con- economía, un proceso muy amplio de privati-
sideración. Estas pequeñas ciudades, además, zaciones de las empresas públicas de servicios
desarrollaron muchos aspectos que las acercan y de extracción de petróleo y un fuerte proceso
a la “nueva ruralidad”. Son asentamientos de de flexibilización de las condiciones de traba-
productores y mano de obra agraria, sus servi- jo. Si bien las protestas se hacen sistemáticas y
cios están dirigidos al campo, etcétera. rutinizadas en el interior, todo el territorio na-
De las fincas y las casas a las rutas y las plazas  877

cional es el gran escenario y la ciudad capital datos generados por la Consultora de Investi-
presenció protestas propias y recibió las ajenas gación Social Independiente (CISI) que regis-
como el lugar significado por el poder estatal tró todo el período. De esos datos podemos
de la nación. concluir que la cantidad de “expresiones de
Una rápida caracterización de la protesta na- conflictos” registrados durante toda la década,
cional de la década, la haremos en base a los sobrepasó los 1.000 anuales.

Gráfico N° 1
Total de conflictos durante el Plan de Convertibilidad peso/dólar
(Periodo 1991-2001, eventos económico-políticos más importantes)

Fuente: CISI, 2001.


878 Estudios rurales y movimientos sociales. Miradas desde el Sur

En efecto, estos datos demuestran que de 1.004 La protesta en el interior del país
casos en el año 1991 pasaron al pico máximo de
la década, 2.121, en 1995 (año de la reelección Como vimos, el interior del país sufrió las con-
de Carlos Menem), siendo 1996 el año de regis- secuencias de la política de corte neoliberal
tro más bajo y luego se dibuja una curva ascen- muy tempranamente. Pueblos enteros vieron
dente hasta trepar cerca de 2.000 expresiones como sus pobladores se quedaban sin trabajo
de protesta, en los últimos años de la década. El por las privatizaciones de la empresa petrolera
informe nos dice que estos conflictos comenza- (Yacimientos Petrolíferos Fiscales), las nuevas
ron con un gran peso de los gremios y sindica- condiciones para la agricultura deshabilitaban
tos y luego fueron virando a actores sociales no la integración de la pequeña y mediana ex-
agremiados (“vecinos”, “desocupados”, etcéte- plotación agraria que había caracterizado a la
ra). Las “huelgas” fueron acotadas aunque con agricultura argentina durante todo el siglo XX.
paros generales más largos (pasaron de 24 a 48 Comienza para el campo argentino el período
horas); de las grandes movilizaciones se pasó a en que las decisiones de producción, de las op-
la toma de calles, puentes, rutas, caravanas de ciones tecnológicas (y por tanto los problemas
protesta y en la década aparecieron las nuevas de sustentabilidad y cuidado de los recursos
“formas de protesta” como “escraches”, “enca- naturales) y las divisas de exportación quedan
denamientos” y “actos simbólicos”. En térmi- en manos de las grandes transnacionales (Mon-
nos gremiales, la Central de Trabajadores Ar- santo, Novartis, etcétera) (véase Teubal y Ro-
gentinos (CTA) aparece, después de 1996, como dríguez, 2002).
un actor importante y el conflicto se desplaza Estas imágenes agrarias de pequeños y me-
(siempre en términos cuantitativos) del Gran dianos productores arrinconados, campesinos
Buenos Aires y Córdoba a la Capital Federal expulsados por nuevos inversores, trabajado-
y Jujuy. Un aspecto importante del trabajo del res rurales y semiurbanos de pequeños pobla-
CISI es que más del 90% de las “expresiones de dos desocupados, coexistían con los proble-
conflictos” tuvieron un carácter pacífico y, ade- mas derivados del cambio de funciones del
más, que el 93% no registra ninguna respuesta Estado nacional y el traspaso de la educación,
del demandado (CISI, 2001). la salud, etcétera a la responsabilidad provin-
cial o municipal. En efecto, los problemas de la
De las fincas y las casas a las rutas y las plazas  879

educación pública, los bajos salarios pagados ven a marchar con todo el interior en lo que se
a los maestros, el deterioro de los presupues- conoció como la Marcha Federal.
tos para la salud, para el mantenimiento de Un momento muy importante para la pro-
las infraestructuras de caminos y puentes, se testa agrorrural fue la aparición de las Mujeres
agravaron y llevaron a los poblados y pequeñas Agropecuarias en Lucha en 1995, dando la pe-
ciudades del interior a situaciones desconoci- lea para no perder sus tierras hipotecadas por
das por las actuales generaciones. El problema deudas contraídas algunos años atrás. La me-
de las inundaciones en la región agraria más todología de lucha fue simple: cantar el himno
rica del país completó el panorama (véase Le nacional, rezar, impedir que el acto judicial se
Monde Diplomatique, N° 30, 2001). Es decir, en llevara a cabo. Pararon en estos años alrede-
el interior, mientras comenzaba el incremento dor de 500 remates y se expandieron por todo
de la producción de cereales en todas las re- el país. Fueron las primeras en instalar el pro-
giones (sobre todo la soja) reemplazando a blema del sector financiero en el país y en los
cultivos tradicionales como las hortalizas o el primeros años lograron simpatías de muchos
algodón (en manos de pequeñas y medianas ex- sectores pero poca repercusión en los gremios
plotaciones), la población comenzaba a sentir de los pequeños y medianos productores como
las peores consecuencias del modelo neolibe- es la Federación Agraria4.
ral por un lado y por otro las exigencias de las
transnacionales de convertir al país en un país
monoproductor de soja a gran escala. 4 Estos argumentos sobre la escala de producción
Las poblaciones comenzaron a manifestarse pueden encontrarse explícitos, hasta el cansancio, en
en el espacio público en una clara expresión los suplementos rurales de los principales diarios ca-
pitalinos. No resulta fácil oponerse a ellos por lo que
de rechazo a esta difusa y compleja política.
significó la idea de “progreso” agropecuario en la socie-
Así, después de paros y marchas regionales, en dad argentina. Sin embargo, la tecnología adoptada es
1993 los pequeños y medianos productores de importada de países cuyos promedios de superficie de
todo el país marcharon hacia la Ciudad de Bue- las unidades de explotación son varias veces menores
nos Aires mostrando el estado en que estaba el a los del país. Pero el dispositivo comunicacional fun-
cionó por muchos años y, una vez más, unas mujeres
campo y sobre todo sus sectores subordinados.
son los que vinieron a cuestionar aquello instalado en
Un año después, en 1994, estos sectores vuel- el sentido común.
880 Estudios rurales y movimientos sociales. Miradas desde el Sur

En efecto, mientras los pequeños y media- sentido muy similar a las del Sur pero se les
nos agricultores comenzaban a darse cuenta suman otros actores sociales: trabajadores
de que no tenían salida y de que no era una estatales, poblaciones indígenas, trabajado-
cuestión solo de ellos y de sus familias, las res rurales, etcétera y son mucho más exten-
viejas corporaciones del agro intentaban de didas en el tiempo. En efecto, hubo cortes de
una u otra forma mostrar que se trataba de ruta en Salta en 1997, 1999, 2000, 2001 y 2002.
una nueva “modernización” que requería un En noviembre del 2000, los policías mataron
aumento en la escala de producción y “un es- al obrero desocupado Aníbal Verón y en 2001
fuerzo” de los agricultores. La situación deri- murieron otras personas. Los desocupados
vó en que en la Federación Agraria surgiera obtenían planes sociales de bajos montos
una corriente interna, Chacareros Federados, con los que comenzaban proyectos de tipo
más cercana a las Mujeres Agropecuarias en productivos comunitarios, sin abandonar la
Lucha que a la conducción de la Federación lucha hasta el día de hoy (véase Svampa y Pe-
Agraria. Por otro lado, las grandes corpora- reyra, 2003).
ciones como la Sociedad Rural Argentina, Los años de elecciones nacionales fueron
entraron en los procesos de privatización de momentos de recrudecimientos de las protes-
puertos y ferrocarriles como socios privile- tas en general. En 1995, reelección de Carlos
giados del modelo. Menem, fue un año pico de protestas nacio-
En 1996 se realizó el primer “corte de ruta” nales. En octubre de 1999 hubo nuevamente
en la provincia sureña de Neuquén, en las lo- elecciones presidenciales y durante todo el
calidades de Cutral-Có y Plaza Huincul, lugar año se registró un gran número de protestas.
donde YPF había reducido su planta debido al Las conceptualizadas como “agrorrurales” su-
proceso de privatizaciones. Los cortes de ruta man alrededor de 6005. El marco general que
se repitieron en 1997. De este conflicto deri-
va la protesta docente de carácter nacional
conocida como “Carpa Blanca” y los cortes 5 Estos datos resultaron de la investigación “Vio-
de ruta en las provincias del Norte, Salta en lencia y Ciudadanía” donde participaron investigado-
res de Brasil, Argentina, Chile y Uruguay y que tuvo
las localidades de Tartagal y General Mosco-
como centro la Universidad Federal De Río Grande
ni. Las luchas de estas localidades tienen un do Sul bajo la coordinación de José Vicente Tavares
De las fincas y las casas a las rutas y las plazas  881

desarrollamos en estas páginas, permite com- Cuadro N° 1


prender la diversidad de actores que se reco- Protestas agrorrurales según sujeto
de la acción (Argentina, 1999)
nocen en las protestas de 1999 (Cuadro N° 1).
En efecto, podemos observar que aun cuando Sujetos de la acción Porcentaje
los “Productores agrarios” protagonizaron la Productores agrarios 32,4
tercera parte de las acciones, se registraron Trabajadores municipales o
“Desocupados”, “Vecinos y Habitantes”, “Abo- 12,8
provinciales
rígenes” junto con los “Trabajadores rurales y Vecinos y habitantes 12,5
agroindustriales”. Trabajadores rurales o de
10,6
agroindustrias
Desocupados 5,8
Familiares (de reclusos, de
4,5
víctimas de delitos)
Aborígenes 3,7
dos Santos. Fueron presentados en el informe final de Otros (docentes, usuarios, reclusos,
17,7
dicha investigación y en una ponencia en un semina- albañiles, jubilados)
rio de CLACSO, en septiembre de 2002. Una anotación Total 100 (602)
acerca de estas cifras: no son comparables con las que
otorga CISI por razones metodológicas. La consulto- Fuente: Banco de datos del Grupo de Estudios Rurales.
ra toma como unidad de análisis “formas de acción”,
independientemente de los “sujetos de la acción”. No-
Consecuente con esta diversidad de actores
sotros tomamos “sujetos” es decir que si se trata de
un mismo sujeto, aun cuando desarrolle varias formas es la diversidad en los “repertorios de pro-
de acción, lo contabilizamos como un solo registro. testa” (Cuadro N° 2). Podemos observar que
El gran valor de contar con los datos de CISI se basa junto a las clásicas “Movilizaciones” o “Paro
en la permanencia del registro en el tiempo y la com- Agrario” (el de julio de ese año fue muy im-
patibilidad de las conceptualizaciones. Teniendo en
portante), encontramos “Cortes de rutas/
cuenta que nuestras cifras son más “conservadoras”
(reducimos la cantidad de protestas en comparación calles/puentes”, “Ocupación de espacios pú-
al informe) es interesante observar que las 600 protes- blicos o edificios”, “Paros de Remate”. Los
tas agrorrurales son alrededor del 40% de las naciona- “cortes de ruta” forman parte del repertorio
les que registra el CISI.
882 Estudios rurales y movimientos sociales. Miradas desde el Sur

de acciones del interior del país. Fueron utili- que forman parte de sus tradiciones de lu-
zados en la gran protesta de los chacareros en cha (acciones modulares) como las nuevas
1912, conocido como Grito de Alcorta, y fue- formas aparecidas en los últimos tiempos.
ron acciones habituales de las Ligas Agrarias Así, por ejemplo, vemos que los “Producto-
que en los años setenta movilizaron a campe- res Agrarios” utilizan el “paro” o las “Movili-
sinos y chacareros. zaciones” pero también los “cortes de ruta/
calles/ puentes” que aparecen asociadas a los
Cuadro N° 2 desocupados. Los “Aborígenes” están más
Protestas agrorrurales según formas acostumbrados a presentar sus reclamos por
de acción (Argentina, 1999)
escrito pero también han realizado marchas y
Formas de acción Porcentaje cortes de ruta.
Movilizaciones 19,5
Cuadro N° 3
Cortes de rutas/calles/puentes 17,2
Protestas agrorrurales de productores
Presentación de cartas, documentos, intima- según forma de acción (Argentina, 1999)
17,5
ciones, solicitadas y comunicados de prensa
Ocupación de espacios públicos o edificios 11,4 Formas de acción Porcentaje

Asambleas, plenarios, reuniones 11,3 Movilizaciones 17,2

Paro agrario 2,8 Cortes de rutas/calles/puentes 19,8

Paro de remates 2,0 Asambleas, plenarios, reuniones 19,3

Otros (paros, repudios, acciones judiciales, Presentación de cartas, documentos, intima-


18,3 21,9
actos, desobediencia civil, abrazo) ciones, solicitadas y comunicados de prensa

Total 100 (600) Paro agrario 8,3


Paro de remates 4,2
Fuente: Banco de datos del Grupo de Estudios Rurales.
Otros (acciones judiciales, paros no agrarios,
9,4
ocupaciones públicas)
Es interesante comprobar que cuando cruza-
Total 100 (192)
mos “sujetos de la acción” por “Formas de la
acción” observamos que cada “sujeto” utiliza Fuente: Banco de datos del Grupo de Estudios Rurales.
un amplio repertorio de acciones, tanto las
De las fincas y las casas a las rutas y las plazas  883

Cuadro N° 4 Paro y estado de alerta sindical 10,9


Protestas agrorrurales de productores agrarios
Otros 6,3
según tipo de reclamo (Argentina, 1999)
Total 100 (64)
Reclamo Porcentaje
Fuente: Banco de datos del Grupo de Estudios Rurales.
Políticas económicas y defensa de econo-
76,7
mías regionales
Cuadro N° 6
Lucha por la tierra y/o la vivienda 4,7 Protestas agrorrurales de trabajadores rurales
Políticas públicas 6,7 y agroindustriales según tipo de reclamo
Cuestiones ambientales 0.5
(Argentina, 1999)
Derechos humanos / Justicia 0.5 Reclamo Porcentaje
Demandas laborales / Falta de trabajo 4.7 Políticas económicas y defensa
7,8
Deficiencias en servicios públicos 1,0 de economías regionales

Otros 5,2 Demandas laborales / Falta de trabajo 90,6

Total 100 (193) Lucha por la tierra y la vivienda 1,6


Total 100 (64)
Fuente: Banco de datos del Grupo de Estudios Rurales.
Fuente: Banco de datos del Grupo de Estudios Rurales.
Cuadro N° 5
Protestas agrorrurales de trabajadores agrarios Cuadro N° 7
y agroindustriales según forma de acción Protestas agrorrurales de aborígenes según forma
(Argentina, 1999) de acción (Argentina, 1999)
Formas de acción Porcentaje Formas de acción Porcentaje
Movilizaciones 12,5 Movilizaciones 18,2
Cortes de ruta y/o calles 26,6 Cortes de ruta y/o calles 9,1
Ocupación de espacios públicos o edificios 23,5 Asambleas, plenarios, reuniones 13,6
Asambleas, plenarios, reuniones 7,8 Presentación de cartas, documentos, solicitadas
40,9
Presentación de cartas, documentos, solicita- y comunicados de prensa
12,5
das y comunicados de prensa Acto 9,1
884 Estudios rurales y movimientos sociales. Miradas desde el Sur

Otras (ocupación de edificios La lucha por la tierra fue un reclamo que


9
y acciones judiciales) atravesó no solo el año bajo estudio sino toda
Total 100 (22) la década. Pero en esta Argentina agraria he-
terogénea, la tierra contiene un sentido poli-
Fuente: Banco de datos del Grupo de Estudios Rurales.
sémico. Es decir, tiene diversos significados
Cuadro N° 8 para los distintos actores sociales. La tierra
Protestas agrorrurales aborígenes según tipo de es un aspecto esencial de sus cosmovisiones
reclamo (Argentina, 1999) para las poblaciones indígenas mapuches o
kollas, por ejemplo. El mapuche o el kolla
Reclamo Porcentaje
se sienten pertenecientes a la tierra y piden,
Políticas de educación y salud 4,5
básicamente, una reparación histórica a tra-
Derechos aborígenes 31,8
vés de las leyes de recuperación de campos
Lucha por la tierra y/o la vivienda 59,1
que pertenecieron a sus ancestros. Para los
Políticas públicas 4,5 campesinos, por ejemplo para el Movimien-
Total 100 (22) to Campesino Santiagueño, la tierra forma
Fuente: Banco de datos del Grupo de Estudios Rurales. parte de sus herramientas básicas de trabajo
y luchan por acceder a ella. Mientras tanto,
Encontramos una clara diferenciación en el para las Mujeres Agropecuarias en Lucha,
“tipo de reclamo”: los “Productores agrarios” que accedieron a la tierra por herencia de sus
se concentran en aquellos que se basan en padres o abuelos (generalmente colonos eu-
“Políticas económicas y defensas de las eco- ropeos), sus campos significan patrimonios
nomías regionales” mientras que los “Aborí- familiares y luchan por no perderlos. Podría-
genes” se concentran en la búsqueda de sus mos agregar a esta polisemia que para el te-
derechos y la lucha por la tierra. Los cortes rrateniente la tierra es una mercancía como
de rutas y otros espacios públicos concentran cualquier otra.
casi la mitad de las formas de protesta de los La lucha por la tierra se combinó en estos
“Trabajadores agrarios y agroindustriales” espacios agrorrurales de la Argentina con la
quienes, además, piden por salarios y condi- lucha por el trabajo, la vivienda, la salud. Es
ciones de trabajo. decir, por derechos adquiridos en los proce-
De las fincas y las casas a las rutas y las plazas  885

sos democratizadores del siglo XX y en pe- Algunas reflexiones


ligro de perderlos en sus finales. Cuando la a modo de conclusión
“ciudadanía” está en peligro de ser perdida, la
protesta va en aumento. Querría reflexionar sobre dos órdenes de pro-
Por último, querría señalar una protesta de blemas: aquellos que se derivan del análisis de
la década, que a mi modo de ver tuvo conteni- la protesta argentina de la década, ligándola
dos y formatos semejantes a las nuevas pro- con lo sucedido en los finales de 2001 y cu-
testas que se dan a partir del 2001. Se trata yas marcas son observables en el país actual,
de la lucha por la recuperación de la empresa y aquel otro problema que enuncié en la in-
de aguas y servicios de cloacas de Tucumán, troducción de este trabajo y que relaciona los
privatizada en 1995 que ya adelantamos en procesos, acontecimientos y situaciones que se
la introducción de este trabajo. Cuando el despliegan en América Latina con los paradig-
consorcio francés-español “Aguas del Acon- mas de interpretación de nuestras disciplinas.
quija” se hizo cargo, la gente de los poblados Las múltiples protestas, con o sin organiza-
del Sur de Tucumán comenzó a manifestarse ciones sociales, durante toda la década del no-
contra la privatización por considerarlo un venta, constituyen un aspecto significativo para
acto corrupto más del gobierno provincial y, comprender los acontecimientos del 19 y 20 de
decididamente, no aceptaron el aumento de diciembre en la Argentina así como los nuevos
las tarifas. Tuvieron como herramienta fun- sentidos de la política asamblearia en las calles
damental la desobediencia civil instrumen- porteñas, los barrios “piqueteros”, las fábricas
tando el “no pago” de los servicios a la trans- recuperadas, de los tiempos posteriores. No
nacional. Lograron en 1998 la retirada de la obstante, lo que ocurrió desde finales de 2001
empresa y se convirtió en una protesta que no se deriva, necesariamente, de la década; es
en estos días atrae la atención internacional decir, protestas, ajustes, pobrezas, desempleos,
(véase el largo artículo que le dedicó el New pérdidas de derechos sociales, vaciamiento de
York Times el 26 de agosto de 2002 y Giarrac- la palabra por parte de los políticos, etcétera,
ca y Del Pozo, 2005). constituyen los escenarios, la “situación incom-
pleta” de donde se deslizan los acontecimientos
posteriores. Son antecedentes que permiten la
886 Estudios rurales y movimientos sociales. Miradas desde el Sur

comprensión, pero a posteriori, cuando ya los cia del Estado, también circuló tímidamente
hechos ocurrieron. No los anuncian, constitu- por las plazas, estaciones de tren y calles de la
yen a posteriori, las condiciones estructurales ciudad de Buenos Aires en lo que se recordará
de la situación emergente. como las “asambleas barriales”.
Tampoco el fenómeno de la rebelión del La rebelión del 19 y 20 se llevó a cabo en
19 y 20 se relaciona con los intereses socia- diversos escenarios regionales. El interior del
les particulares, como quedó claro que ocurre país donde se desarrollaban protestas iguales a
con la mayoría de las protestas de la década. las que describimos para 1999 (una ruta provin-
En la rebelión de diciembre del 2001, intere- cial en Tucumán estuvo cortada durante todo
ses e identidades sociales fueron suspendidos el 19 de diciembre de 2001 por los trabajadores
en tanto la calle no la ganaron los desocupa- de un ingenio reclamando salarios atrasados),
dos, los obreros, o los ahorristas (como mu- en algunos municipios de Buenos Aires se esta-
chas veces se interpreta), sino que salen “po- ban dando acciones explícitas contra los fun-
bladores” de la gran ciudad, ciudadanos “sin cionarios y en todo el país se dieron durante
Estado”, en una demanda que difícilmente se el 18, 19 y 20 acciones de saqueos a supermer-
hubiese podido realizar a “otro”, o, pensar que cados. Este último tipo de acciones fueron las
se podía llegar a cumplir: el famoso “que se más cuestionadas pues hay razones para creer
vayan todos”. En esta enunciación política, que detrás de las mismas estaba el aparato po-
polisémica y precaria, recaían los nuevos sen- lítico clientelístico del Partido justicialista con
tidos de esta rebelión. Una rebelión contra el el fin de apresurar la salida del gobierno de Fer-
corazón de la democracia liberal que acompa- nando de la Rúa. No obstante no fueron estos
ña al capitalismo de fin de siglo: la represen- saqueos, ni las protestas de las provincias, los
tación política. Se puso en duda la relación que derivaron en la renuncia del presidente.
representantes-representados, se cuestionó la Fue tal conjunción de hechos, que es imposi-
legitimidad de tal vínculo y lo que ocurrió en ble saber cuáles fueron los más importantes.
los meses posteriores fue una larga discusión No obstante, a mi entender, dos momentos son
acerca de lo que todo esto implicaba. La idea claves para la rebelión: la decisión presidencial
se expandió hacia toda representación posi- de declarar el estado de sitio (en un país donde
ble y el pensamiento de una política a distan- tal medida está relacionada con los gobiernos
De las fincas y las casas a las rutas y las plazas  887

militares) y, aún más importante, la decisión de 2002, las nuevas configuraciones políticas sur-
los porteños (habitantes de la ciudad de Bue- gidas o resignificadas por la rebelión del 19 y 20
nos Aires) de no acatarlo, es decir de declarar de diciembre fueron perdiendo la potencia ini-
una clara acción de “desobediencia civil”. cial debido a razones complejas e imposibles
Los acontecimientos de esos días están do- de esbozar en este trabajo, las experiencias
cumentados en varios trabajos (véase Colom- asamblearias, las 110 fábricas recuperadas, el
bo, 2002; Schuster, 2002; Giarracca y Teubal, movimiento social piquetero, marcan los diver-
2003; Cheresky, 2002 entre otros), lo impor- sos procesos actuales de múltiples formas aún
tante en este trabajo es poder diferenciar estas no fáciles de aprehender y comprender.
acciones, de carácter político (es decir sin que Por otro lado, simultáneamente a los pro-
se jugaran intereses sociales sectoriales), de cesos de rebelión y experimentación política
las acciones de las protestas de la década que y cultural del 2002, las distintas poblaciones
tuvieron serias dificultades para encontrar los tuvieron que aceptar que debían seguir vivien-
elementos universalizables que hubiesen habi- do en medio de unas crisis que no solo eran
litado un sentido general, público y político del de carácter institucional sino que ponían a las
accionar social. El país entró desde entonces mayorías en una infernal maquinaria de empo-
en una crisis de legitimación profunda y con brecimiento, desde la devaluación que redu-
significativas consecuencias6. Si bien durante jo los salarios al tercio de diciembre de 2001,
los ahorros incautados, hasta la desaparición
de puestos de trabajos etcétera. Los jóvenes
6 Cuando reviso esta ponencia para su publicación, en que pudieron, optaron por una huida del país
la Argentina ya se votó nuevo presidente después de un solo comparable a los años del exilio político
interregno ocupado por el senador Eduardo Duhalde. Un
mientras que la deuda entraba en default y los
gobernador del sur patagónico, Néstor Kirchner, ganó
con solo el 22% de los votos la presidencia de la nación. diferentes grupos económicos se enfrentaban
Desde allí comienza una etapa para lograr consensos y
apoyos con una política que intenta diferenciarse de sus
antecesores. Está consiguiendo un alto grado de apoyo la población con una dirigencia política que insiste en
que es casi personal en consonancia con su estilo de go- prácticas y modos de gestión: frente al voto obligatorio
bierno; no obstante para las elecciones a gobernadores se dan abstenciones entre 30 y 40% del padrón electoral
y legisladores de 2003 vuelve a marcarse la distancia de y votos en blanco y anulaciones entre 3 y 10%.
888 Estudios rurales y movimientos sociales. Miradas desde el Sur

mostrando las peores caras del capitalismo se empobrecían y las cifras de pobreza, hambre
neoliberal. Pero el gobierno de Duhalde (vi- e indigencia, como vimos, alcanzaban cifras
cepresidente de Menem) ya no pudo negociar impensables en el otrora “granero del mundo”7.
con el FMI en las condiciones que este estable- Para terminar, querría volver a los interro-
cía, dejó de pagar la deuda, no pudo permitir gantes que sostuve en la primera parte de este
ajuste de tarifas de las empresas privatizadas trabajo. Es decir, si estamos en condiciones
y condujo a una salida electoral en las mejores de seguir el derrotero de todos estos aconteci-
condiciones que el clima nacional le permitía y mientos de América Latina y, además, qué tipo
que su ministro de Economía Roberto Lavagna de herramientas tenemos para tal fin. Compar-
colaboró a construir. El fenómeno producido to la posición del sociólogo portugués Boaven-
alrededor de la figura de Néstor Kirchner, tiene
que ver, también, con un país posterior al 19 y
20 de diciembre. 7 Las políticas de carácter progresista del gobier-
no de Kirchner no alcanzan al sector agroalimentario.
Mientras el sector agrario se convertía para Mientras las críticas sociales al monocultivo sojero van
el gobierno en el espacio que se podía gravar en aumento, el gobierno tiene dos serias limitaciones
dadas sus ventajas en el comercio internacio- para abordar el problema: 1) el campo paga retenciones
nal (básicamente la soja), las demandas de los a las exportaciones (vale tener en cuenta que muy por
campesinos desalojados por los nuevos inver- debajo de lo que corresponde) y, por lo tanto, aporta a
las arcas del gobierno y 2) el equipo presidencial argu-
sores, las chacareras endeudadas, los obreros menta constantemente la idea del desarrollo económi-
agroindustriales despedidos, etcétera con fre- co basado en la “producción” desde una posición acrí-
cuencia caían en el saco roto de las autoridades tica de las tecnologías, el deterioro medioambiental,
estatales y, por otro lado, perdían las simpatías etcétera (ha vuelto atrás en muchas conquistas de la
lucha ecológica de los últimos años). Por ahora no pa-
de las poblaciones urbanas enfrascadas en sus
rece tener un gran costo por estas posiciones y esto es
propios conflictos. Volvieron a circular deman- lógico por dos razones: 1) el país apenas está saliendo
das sociales agrarias en un contexto donde el de un capitalismo netamente financiero y especulador,
campo se iba convirtiendo, según el dispositivo todo discurso “productivista” es apoyado y 2) porque
comunicacional del poder agrario-exportador, en la Argentina se añoran las épocas de las moderni-
zaciones productivas. El viejo recuerdo del “progreso
en el gran salvador de la nación (véase Domín-
ilimitado” (a cualquier precio) sigue funcionando como
guez, Lapegna y Sabatino, 2003). Los pueblos un fuerte imaginario social.
De las fincas y las casas a las rutas y las plazas  889

tura de Sousa Santos cuando sostiene que esta- imposibles de comprender desde los viejos pa-
mos en una doble transición paradigmática: la radigmas de interpretación.
sociocultural y la epistemológica. Dice el autor: En Imperio, Negri y Hardt comienzan su no-
vedosa construcción teórica sosteniendo que
La transición epistemológica ocurre entre el pa-
radigma dominante de la ciencia moderna y el Nuestra hipótesis básica consiste en que la sobe-
paradigma emergente que designo por paradig- ranía ha adquirido una forma nueva, compuesta
ma de un conocimiento prudente para una vida por una serie de organismos nacionales y supra-
decente. La transición societal menos visible se nacionales unidos por una única lógica de domi-
da desde un paradigma dominante —sociedad nio. Esta nueva forma global de soberanía es lo
patriarcal; producción capitalista; consumismo que llamamos “imperio”. (2002: 11)
individualista y mercantilizado; identidades for-
talezas; democracia autoritaria; desarrollo global Frente a una concepción tal, una dominación
desigual y excluyente— hacia un paradigma o sin límites, sin espacios y tiempos definidos, le
conjunto de paradigmas de los que aún no cono-
anteponen un social expandido a través de las
cemos sino las vibraciones emergentes de las que
resistencias, las luchas y los deseos de la multi-
hablaba Fourier. (2000: 16)
tud. Dentro de las numerosas críticas recibidas
por el polémico trabajo, importan aquellas que
Mi propuesta a los sociólogos rurales de Amé-
muestran como los autores no pueden salir de
rica Latina es que nuestra disciplina debe re-
la concepción ontológica de “totalidad” que,
flexionar desde esta “apuesta” que se asienta
aunque en contradicción, se expresa siempre a
en la idea de que estamos en momentos de pa-
sí misma (Cerdeiras, 2003).
sajes, de transiciones y, consecuentemente, lo-
Para otras concepciones teóricas, más liga-
grar una fidelidad a la misma que supone dudar
das a los paradigmas liberales en la línea de
de los viejos acompañantes teóricos metodoló-
Hannah Arendt, las protestas sociales son parte
gicos. Convivimos con viejos problemas pero
de las formas democráticas de gobierno y a par-
que se resisten a las viejas soluciones. Pero
tir de ellas pueden ampliarse los márgenes de
también convivimos con situaciones inima-
los derechos individuales y sociales con total in-
ginables hace unas décadas, configuraciones
dependencia de los modos de control económi-
económicas, sociales, culturales, ideológicas
890 Estudios rurales y movimientos sociales. Miradas desde el Sur

co (Schuster y Pereyra, 2001; Pérez, 2002). Una Hoy la esperanza reside en la posibilidad de crear
línea parecida sostienen Laclau y Mouffe (1987) campos de experimentación social donde sea
cuando desde el concepto gramsciano de hege- posible resistir localmente las evidencias de la
monía, piensan la transformación ubicando la inevitabilidad, promoviendo con éxito alternati-
vas que parecen utópicas en todos los tiempos y
política como un modo —en diferencia— de
lugares excepto en aquellos en que ocurren efec-
expresarse lo social y recuperan la posibilidad
tivamente. Es este “realismo utópico” que preside
de una democracia radicalizada. Para los pensa- las iniciativas de los grupos oprimidos que, en un
dores dentro de la línea del francés Alan Badiou mundo donde parecen haber desaparecido las
(1990), lo importante es recuperar la autonomía alternativas, se van construyendo, un poco por
de lo político y considerar esta actividad huma- todas partes alternativas que tornan posible una
na dentro de los espacios de procedimientos de vida digna y decente. (De Sousa Santos, 2000: 36)
verdad, junto al arte, la ciencia y las relaciones
amorosas, en las que es posible “la invención”, Esta fugaz recorrida por estos pensadores con-
la creatividad. En tal pensamiento, si bien lo po- temporáneos a nosotros, que intentan asumir
lítico puede darse en cualquier lugar de “lo so- estos momentos de transiciones y pasajes de
cial”, no todo social es político, lo político más nuestro mundo actual y que toman distancias
bien, es la excepcionalidad de lo social. de las comprensiones que perdieron el sentido
Puede pensarse que entre “el acontecimien- de radicalidad, sin el cual las Ciencias Sociales
to”, la invención política de Badiou y la pura se transforman en un saber puramente técni-
dominación de “Imperio” donde todo social se co, tienen como finalidad abrir este espacio de
convierte en condición de resistencia, es posi- reflexión como momento necesario de nuestra
ble pensar espacios sociales, económicos donde disciplina para acompañar toda la riqueza del
por la intervención de un sujeto puedan darse momento latinoamericano actual. Los cambios
nuevas producciones de sentido, nuevas subje- en los niveles institucionales que mencionaba
tividades, aun dentro de un mundo que no para en la introducción, no pueden comprenderse
de extender su reproducción económica y su sin las protestas, las rebeliones, los movimien-
control social (y militar). En tal sentido, vuelvo tos campesinos, indígenas, “los campos de ex-
a recuperar a De Sousa Santos en su concepto perimentación” que recorren el continente. Y
“campo de experimentación” cuando dice: los cambios en los niveles de la agroalimenta-
De las fincas y las casas a las rutas y las plazas  891

ción, de los mercados laborales, de las migra- De Sousa Santos; B. 2000 A crítica da razão
ciones, etcétera tampoco pueden abordarse, indolente. Contra o desperdício da
desde nuestras disciplinas, sin integrar estos experiência (San Pablo: Cortez).
nuevos escenarios institucionales y las múlti- Domínguez, D.; Lapegna, P. y Sabatino, P.
ples resistencias y experimentaciones de las 2003 Diagnóstico socioeconómico. Efectos
poblaciones subalternas. de la agricultura industrial en el área
de agricultura familiar (Buenos Aires:
Universidad de Buenos Aires, Grupo de
Bibliografía Estudios Rurales).
Giarracca, N. et al. 2001 La protesta social
Badiou, A. 1990 Se puede pensar la política en la Argentina. Transformaciones
(Buenos Aires: Nueva Visión). económicas y crisis social en el interior
Basualdo, E. y Bang, J. 1997 Los grupos de del país (Buenos Aires: Alianza).
sociedades en el sector agropecuario Giarracca, N. et al. 2003 Territorios y lugares:
pampeano (Buenos Aires: FLACSO / INTA). Entre las fincas y la ciudad, Lules en
Cassen, B. 2003 “Los efectos de la Tucumán (Buenos Aires: La Colmena).
liberalización del comercio mundial” en Giarracca, N. y Del Pozo, N. 2005 “To make
Le Monde Diplomatique, Año V, Nº 51, waves: water and privatization in Tucumán,
septiembre. Argentina” en Bennett, V.; Dávila-Poblete, S.
Cerdeiras, R. 2003 “Las desventuras de la y Nieves Rico, M. (ed.) Opposing Currents.
ontología. Biopolítica del imperio” en The Politics of water and gender in Latin
Acontecimiento (Buenos Aires) N° 24-25, American (Pittsburgh: University of
mayo. Pittsburgh Press).
Cheresky, I. 2002 “Autoridad política Giarracca, N. y Teubal, M. 2003 “Que se vayan
debilitada y presencia ciudadana de rumbo todos. A decade of crisis and protest in
incierto” en Nueva Sociedad (Caracas) N° Argentina” en Fernández Jilberto, A. y
179, mayo-junio, pp. 112-129. Hogengoom, B. (coords.) Good Governance
Colombo, A. 2002 “Estas rebeliones” en in the Era of Global Neoliberalism: socio-
<www.forodesobedienciacivil.com>. economic conflict and depolitization in
892 Estudios rurales y movimientos sociales. Miradas desde el Sur

Asia, Africa, Latin America and Eastern económicas y crisis social en el interior
Europe (Londres: Zed Press). del país (Buenos Aires: Alianza).
Hard, M. y Negri, A. 2002 Imperio (Buenos Svampa, M. y Pereyra, S. 2003 Entre la
Aires: Paidós). ruta y el barrio. La experiencia de las
Laclau, E. y Mouffe, C. 1987 Hegemonía organizaciones piqueteras en Argentina
y estrategia socialista. Hacia una (Buenos Aires: Biblos).
radicalización de la democracia (Madrid: Tarrow, S. 1997 El poder en movimiento. Los
Siglo XXI). movimientos sociales, la acción colectiva y
Murmis, M. 1998 “El agro argentino: algunos la política (Madrid: Alianza Universidad).
problemas para su análisis” en Giarracca, N. Teubal, M. y Rodríguez, J. 2002 Agro y
y Cloquell, S. (comps.) Las agriculturas del alimentos en la globalización. Una
Mercosur. El papel de los actores sociales perspectiva crítica (Buenos Aires: La
(Buenos Aires: La Colmena / CLACSO). Colmena).
Pacari, N. 1996 “Taking on the neoliberal
agenda” en NACLA. Report on the
Americas, V. XXIX, N° 5, marzo-abril. Otras fuentes
Pérez, G. 2002 “Modelo para armar: complejidad
y perspectiva de la protesta social en la Censo Nacional Agropecuario 2002.
Argentina reciente” en Argumentos (Buenos CEPAL, <www.ecla.cl/>.
Aires: IIGG) N° 1, diciembre. CISI (Gonda, A.) 2001 “El conflicto social
Schuster, F. 2002 “La trama de la protesta” en dentro del plan de convertibilidad.
Cuadernos de coyuntura (Buenos Aires: Argentina 1991-2001”, Informe (Buenos
Universidad de Buenos Aires, Instituto Gino Aires: Consultora de Investigación Social
Germani) N° 4. Independiente).
Schuster, F. y Pereyra, S. 2001 “La protesta Le Monde Diplomatique 2001 Año III, N° 30,
social en la Argentina democrática. Balance diciembre.
y perspectivas de una forma de acción NACLA: Report on the Americas 2000 Vol.
política” en Giarracca, N. et al. La protesta XXXIII, N° 5, marzo-abril.
social en la Argentina. Transformaciones Vía Campesina, <www.viacampesina.org>.
La lucha por los derechos
del agua en Tucumán
Transnacionales y mujeres
en la protesta social* **

Norma Giarracca y Norma del Pozo***

Introducción operadora del servicio de agua y cloacas de Tu-


cumán que brinda Aguas del Aconquija, anun-
Durante 1998, en Tucumán, la provincia más pe- ció que iniciará una ofensiva a nivel nacional e
queña de la Argentina, ocurrió un hecho insó- internacional para poder retirarse de la provin-
lito pero festejado por toda una población que cia”. ¿Qué había ocurrido para que una fuerte
aún no llegaba a darse cuenta de la magnitud empresa europea que había ganado el pliego
de lo que había logrado. “Los franceses quieren de privatización de la concesión del servicio de
irse” titulaba el principal periódico provincial agua y cloacas de la provincia en 19951 quisiera
y seguía: “La Compagnie Générale des Eaux, retirarse tres años después? ¿Qué suerte había
corrido esta compañía en un país donde las pri-
vatizaciones de empresas estatales de servicios
* Giarracca, N. y Del Pozo, N. 2005 “La lucha por los representaron negocios excelentes para los ca-
derechos del agua en Tucumán. Transnacionales y mu- pitales franceses, españoles, italianos, etcétera?
jeres en la protesta social” en Giarracca, N. y Teubal, M.
(coords.) El campo argentino en la encrucijada (Bue-
nos Aires: Alianza).
1 La ley provincial de privatización se sancionó en
** Una versión muy parecida en inglés se publicó en 1993 y la empresa que ganó la licitación se hizo cargo
2005 como “To make waves: water and privatization del servicio en 1995.
in Tucumán, Argentina” en Bennett, V.; Dávila-Poblete,
S. y Nieves Rico, M. (ed.) Opposing Currents. The Po- *** Educadora y miembro fundadora de ADEUCOT
litics of water and gender in Latin American (Pitts- (Asociación en Defensa de Usuarios y Consumidores
burgh: University of Pittsburgh Press). de Tucumán).
894 Estudios rurales y movimientos sociales. Miradas desde el Sur

La empresa había enfrentado, desde el mo- nie Générale des Eaux, que tiene la concesión
mento en que se le traspasaron los bienes y la de servicios sanitarios en 56 países del mundo,
operación del servicio, una demanda sostenida y por Dycasa, una empresa de dragados y cons-
y continua de los usuarios de toda la provincia. trucciones de origen español2.
Por un lado, el servicio de agua y cloacas de Se trató de reclamo urbano que cubrió pe-
la empresa Aguas del Aconquija S.A. (nombre queños poblados, pero que ocurrió en una
que adoptó localmente el consorcio) incluía década atravesada por la expansión de la con-
un fuerte aumento de las tarifas, y por otro flictividad social en todo el territorio nacional.
lado, no se solucionaban viejos problemas de Las medidas necesarias para implementar el
la presión del agua que el Estado había anti- modelo económico neoliberal fueron resistidas
cipado —en parte, en función de la propagan- por movilizaciones sociales sostenidas a partir
da privatizadora— como un logro de la nueva de las transformaciones macro-institucionales
inversión. Los usuarios consideraron que los iniciadas en 1991, que tuvieron fuertes conse-
aumentos de tarifas representaban un agravio cuencias en el aumento de la desocupación,
a sus derechos. Se organizaron y resistieron y así como en el nivel de los derechos sociales
la acción que finalmente logró el retiro de la adquiridos durante el siglo XX. La resistencia
gran empresa fue la “desobediencia civil” que, social fue en aumento durante ese período y
en este caso, se expresó en la negativa a pa- abarcó, especialmente, algunas de las regiones
gar el servicio de agua y cloacas. La protesta del interior del país, entre ellas el noroeste,
duró casi cuatro años y en ella se destacaron donde se encuentra Tucumán (véase Giarracca
las mujeres, algunas con experiencia en luchas et al., 2001).
sociales y otras que salían al espacio público Con la dinámica social iniciada en los no-
por primera vez. venta en la Argentina, surgen nuevas formas
En el presente trabajo, rescatamos esta pro-
testa social que, si bien fue local, tuvo conse-
cuencias globales por afectar a una de las em- 2 Durante 1996, en medio del conflicto, Dycasa redu-
presas más importantes del mundo en su rubro. jo notablemente su participación en la sociedad y fue
la empresa francesa la que finalmente se enfrentó con
En efecto, el consorcio que ganó el pliego de
la sociedad civil y con el gobierno provincial antes de
privatización estaba formado por la Compag- retirarse de Tucumán.
La lucha por los derechos del agua en Tucumán | N. Giarracca y N. del Pozo  895

de participación en el espacio público, apare- la ciudad capital fue reticente a participar); en


cen sujetos no representados por las formas tercer lugar, insistimos, la participación de las
políticas tradicionales (sindicatos, partidos mujeres fue decisiva para sostener y llevar la
políticos), que se expresaron en novedosas ac- lucha hasta las últimas consecuencias.
ciones tales como cortes de ruta, “piquetes”, La protesta del agua logró poner en acto una
desobediencia civil, “escraches”, carpas de forma de acción que no es fácil de llevar a cabo
protesta, cacerolazos, etcétera. Según Della por los conjuntos sociales activos: la desobe-
Porta y Diani (1999), una de las características diencia civil. Como sostiene Colombo (2001:
de la protesta es su capacidad para movilizar 1), la desobediencia civil es una subcategoría
a la opinión pública mediante un proceso per- de la acción colectiva y supone el cumplimien-
suasivo, en el que intervienen los medios de co- to de cuatro aspectos: es una práctica delibera-
municación para ejercer presión sobre quienes tiva, autónoma, disruptiva y no violenta. Lo que
toman decisiones políticas. Esta acción colec- esta viene a cuestionar es la decisión institu-
tiva aparece, así, como una irrupción conflicti- cional tomada por una “mayoría” (en este caso,
va que se inscribe en el espacio público a partir parlamentaria) mostrándola como “errónea”
de una demanda concreta y que necesita tanto o “defectuosa”. Es una práctica muy difícil de
del discurso como de la práctica para adquirir poner en marcha por razones que van desde lo
visibilidad. Su especificidad viene dada por la emocional (temores) hasta los principios per-
manifestación de un litigio y la construcción de sonales que refieren al “buen ciudadano” (no
un sentido político público. querer aparecer como deudores, morosos, et-
La especificidad del conflicto del agua en Tu- cétera). No obstante, en el caso de la protesta
cumán deriva de varios aspectos: en primer lu- por el agua en Tucumán pudo articularse y ob-
gar, involucró a una gran empresa extranjera de tener un éxito contundente.
servicios en un período en el que predominaba Como veremos a lo largo de este trabajo,
una enérgica demanda de “seguridad jurídica” la organización de la gente logró un aconteci-
al Estado por parte de los nuevos inversores; miento inusitado: que la empresa se marchara.
en segundo lugar, fue un movimiento urbano Sin embargo, su accionar no finalizó aquí pues
pero de ciudades pequeñas y de pueblos del in- luego había que decidir la readjudicación, y en
terior de Tucumán (veremos más adelante que ese proceso se pusieron en acto las posibilida-
896 Estudios rurales y movimientos sociales. Miradas desde el Sur

des y limitaciones de la acción colectiva. Es cede con el resto de los participantes entrevis-
decir, la organización de los usuarios no solo tados y en las citas de los materiales textuales.
tuvo que iniciar una ofensiva contra una em- Su participación contribuyó también tanto al
presa que agraviaba derechos sino que debió trabajo de recopilación y organización del ma-
además articular alianzas con los municipios terial y el registro de otros testimonios como al
(alcaldías), tomar posición frente al gremio de trabajo de reflexión e interpretación de los he-
los sanitaristas (sindicato de los trabajadores chos, producto esto de una “sociedad”, no muy
de la ex-empresa estatal del agua) y generar al- frecuente en las Ciencias Sociales.
ternativas para los servicios de agua y cloacas.
Y tal vez en esta etapa es donde se pusieron en
evidencias las limitaciones de la organización El escenario territorial: la
ya que se terminó aceptando la solución pro- provincia de Tucumán
puesta por el Estado3. Sin embargo, este proce-
so constituyó un invalorable aprendizaje para La provincia de Tucumán es la más pequeña
la etapa que se abriría más adelante, al comien- del país: ocupa 22.524 kilómetros cuadrados,
zo de la reprivatización. que representan solo el 0,8% de la superficie
Por último, unas palabras en relación con la nacional. Pero es también la región de mayor
autoría de este artículo. Fue realizado por una densidad de población: 50,7 habitantes por ki-
académica de las Ciencias Sociales, estudiosa lómetro cuadrado. Tuvo una de las urbaniza-
de los mundos sociales tucumanos, y por una ciones más tempranas de la región norte del
de las mujeres que inició y llevó a buen puerto país; a principios del siglo XX ya tenía el 40%
esta lucha. Para que esta sociedad fuera fructí- de su población residiendo en pequeñas ciuda-
fera y permitiera iluminar el texto, los relatos des. Tiene una alta tasa de desempleo, que en
de quien vivió la experiencia aparecen entre los últimos años trepó al 20%, lo que representa
comillas, con sus iniciales (NDP), como se pro- más de cien mil personas. Asimismo, registra
una tasa de mortalidad infantil que supera en
tres puntos a la nacional.
3 Tiempo después, durante el año 2000, ocurriría lo
mismo con la Coordinadora del Agua en Cochabamba, La caña de azúcar es la principal producción
Bolivia, en lo que se conoce como “la guerra del agua”. agrícola de Tucumán, participa en más del 50%
La lucha por los derechos del agua en Tucumán | N. Giarracca y N. del Pozo  897

de su Producto Bruto Agrícola (PBA). En los forma una línea que bordea las carreteras más
últimos años, la agroindustria citrícola (princi- importantes del sur de la provincia.
palmente la del limón) orientada a la exporta- Durante las décadas de sesenta y setenta,
ción, registró una fuerte expansión. También Tucumán fue escenario de luchas gremiales de
cuenta con actividades industriales instaladas campesinos, trabajadores de la agroindustria
desde los años sesenta y con emprendimien- azucarera y de los empleados estatales (sobre
tos comerciales ligados con el turismo y con todo, los maestros). Esta efervescencia social
las finanzas. San Miguel de Tucumán, la capi- había llevado a algunas organizaciones de iz-
tal provincial, cuenta con alrededor de 600.000 quierda a considerarla clave desde el punto de
habitantes. Las demás ciudades, que no pasan vista de la acción política y organizativa, razón
los 37.000 habitantes cada una, se concentran por la cual, incluso antes del golpe de Estado
en la zona cañera, en una cadena hacia el sur, de 1976, la provincia sufrió operaciones milita-
y se desarrollaron justamente alrededor de los res de control social de fuerte tono represivo.
ingenios y sus cercos. Es decir, las fábricas azu- Una vez instalado el proceso militar (1976-
careras están dentro de la ciudad, muestra ca- 1983), se nombró gobernador a uno de los mi-
bal de la importancia de la agroindustria en los litares que había operado allí con anterioridad:
orígenes mismos de esas localidades. el general Antonio Domingo Bussi. Este mili-
Estas ciudades pequeñas, sedes de los mu- tar, oriundo de Buenos Aires, llevó a cabo una
nicipios y delegaciones comunales de los alre- gobernación de carácter totalmente represivo:
dedores (comunas rurales), albergan familias fusilamientos y desapariciones de personas,
conectadas con las actividades agroindustria- encarcelamientos sin procesos judiciales, etcé-
les, comerciales, de servicios, así como profe- tera, en un clima de terror que acompañó por
sionales y artesanos. En nuestro artículo apare- muchos años a la provincia. No obstante, Bussi
cen varios vecinos de estos poblados, quienes llevó a cabo también una política económica
se organizaron dentro de cada ciudad y, a su que, mediante la inversión pública, logró cierto
vez, en una red que agrupó a siete de ellas. El desarrollo y crecimiento provincial. Esta situa-
conjunto de poblaciones, desde la más cercana ción neutralizó los efectos del terror y la repre-
a la ciudad capital (San Isidro de Lules) hasta sión en una parte importante de la población,
la más lejana en dirección sur (Concepción), sobre todo urbana, que dio apoyo al dictador y,
898 Estudios rurales y movimientos sociales. Miradas desde el Sur

luego de restaurada la democracia, a su partido con la empresa francesa Aguas del Aconqui-
político, Fuerza Republicana. ja. Mientras el gobierno nacional, a cargo del
Por esta razón, a mediados de 1995, el par- Partido Justicialista, abría las puertas a capi-
tido de Antonio Domingo Bussi ganó las elec- tales transnacionales y le ofrecía las máximas
ciones y se convirtió —con la mitad de la pro- garantías de funcionamiento y de beneficios
vincia en activa oposición— en gobernador económicos, con un discurso netamente neo-
democráticamente elegido4. En efecto, más de liberal, el gobierno provincial deslizaba cier-
la mitad del electorado provincial no lo votó e tas pretensiones del viejo nacionalismo de los
hizo campaña en su contra; su candidatura avi- años cuarenta y cincuenta, lo cual tenía efectos
vó la condena de la clausura de juicios a los re- importantes en una provincia que había apoya-
presores por parte de las organizaciones de de- do históricamente al viejo partido del general
rechos humanos, que responsabilizaron al Es- Perón (1945-1955/1973-1976).
tado nacional por este nefasto regreso. De 1995 La situación provincial no originó el conflic-
a 1999, el militar Bussi gobernó la provincia en to por el agua ni su desarrollo, y menos aún su
un clima de crisis tras crisis y fue acusado por éxito, pero fue una condición que favoreció a
la legislatura de varios actos administrativos las organizaciones de consumidores en cierto
ilegales. En 1999, la lista de Fuerza Republica- momento de la contienda. Como veremos en
na, encabezada por su hijo Ricardo, perdió las este trabajo, hubo una primera etapa en la que
elecciones para la gobernación provincial. los vecinos tomaban las iniciativas: se organi-
Bussi rememoraba un período de la historia zaron, supieron peticionar, decidieron la “des-
del país que trajo mucho sufrimiento a la pobla- obediencia civil” mediante el “no pago”, etcé-
ción, pero también trataba de representar un tera, hasta que el gobierno provincial decidió
discurso nacionalista que había caracterizado a intervenir. Ese segundo momento se originó
los militares de la Argentina. Es importante re- en enero de 1996, cuando el agua de la ciudad
marcar esto para comprender la participación capital comenzó a salir de los grifos muy os-
del gobierno provincial durante el conflicto cura debido a un aumento de manganeso. A
partir de allí, el gobierno provincial se hizo
cargo de las demandas de los usuarios y logró
4 Llegó a la gobernación con más del 40% de los vo-
tos, representando a la primera minoría. unificar los tres poderes del Estado provin-
La lucha por los derechos del agua en Tucumán | N. Giarracca y N. del Pozo  899

cial en una posición firme frente a Aguas del to, nos centramos en los “usuarios”, constru-
Aconquija. Todos los entrevistados coinciden yendo el movimiento social, protestando, origi-
en que, cuando el gobernador percibió que la nando la desobediencia civil; y, en un segundo
situación estaba totalmente fuera de su con- momento, en el Estado, instituyendo medidas
trol, intentó retroceder y apoyar al gobierno para rescindir el contrato y buscando una em-
nacional para salvar a la compañía francesa, presa operadora que sustituyera a Aguas del
pero que ya era demasiado tarde: la consigna Aconquija.
del “no pago” era obedecida a esa altura por
un 80% de la población y la empresa no podía Origen y expansión del conflicto,
resistir tal situación económica. el momento de los usuarios
La participación en la contienda de un go-
bierno de baja calidad democrática no debe En el marco de un amplio programa de privati-
opacar, a nuestro juicio, la acción de los veci- zaciones que emprendió el gobierno de Carlos
nos, quienes retomaron —después de muchos Menem en la década del noventa, el Estado
años de miedo e inmovilización urbana, gene- provincial de Tucumán —en esos momentos
rados precisamente por Bussi— la actuación a cargo de Ramón Ortega (Partido Justicialis-
en los espacios públicos, a pesar del recuerdo ta)— sancionó una ley para otorgar el servicio
de tiempos de represión y violencia. de agua y cloacas de la provincia a una empre-
sa privada.
En el primer año de su mandato, Carlos
Cómo se sucedieron los hechos Menem mandó sancionar una ley de Reforma
de la Administración Pública (N° 23.696), que
En este apartado, organizaremos los hechos autorizaba “la privatización parcial o total o
referidos al conflicto en función del actor que la liquidación de compañías, corporaciones,
predominó en la arena social de la protesta du- establecimientos o propiedades productivas,
rante los distintos períodos. Construimos una totales o parcialmente poseídas por el Estado”
cronología, según el tipo de actor social que (citada por Loftus y McDonald, 2001). De esta
llevó a cabo las acciones más importantes del manera, se pudo privatizar todos los servicios
proceso. De este modo, en un primer momen-
900 Estudios rurales y movimientos sociales. Miradas desde el Sur

públicos sin consulta pública. Tanto el Banco ganismo que tendría un rol primordial durante
Mundial como el Banco Interamericano de De- el conflicto.
sarrollo (BID) estuvieron muy involucrados en En 1993, el mismo año en que se efectuaban
este proceso5. los pliegues de la concesión, algunos munici-
El servicio tucumano, que años atrás había pios comenzaron a preocuparse por la suerte
dependido del ente estatal Obras Sanitarias que correrían sus propias inversiones en el
de la Nación y luego de la institución local, la servicio de agua y cloacas. Tales inversiones
Dirección Provincial de Obras Sanitarias (DI- habían resultado del esfuerzo económico de
POS), fue licitado y otorgado en concesión a las comunas y de los vecinos, quienes finan-
una empresa privada con capitales franceses ciaron por sus propios medios, la mayor parte
y españoles. de las obras de infraestructura que se traspa-
Por un decreto del Poder Ejecutivo de la sarían a la empresa que ganara. Hasta enton-
provincia, se traspasó el servicio y se estable- ces, el servicio de agua había sido considerado
ció el modo de operación, de control y regula- un servicio público y, como tal, ameritaba el
ción y las condiciones para los trabajadores. esfuerzo de quienes eran sus beneficiarios. El
Se daba cumplimiento, de tal modo, a las mo- concepto de mercantilización del agua (con-
dificaciones que recibiera la ley de privatiza- siderado un bien común) y la privatización
ción. Se creó el Ente Regulador del Servicio del servicio conducían a los municipios a re-
de Agua y Cloacas de Tucumán (ERSACT), or- clamar sus inversiones a una empresa que se
instalaba en búsqueda de ganancias. Así, la
comuna de Monteros, durante 1995 (año en
5 En una entrevista realizada por Alex Jones al pe- que se concretó el traslado), fue la primera en
riodista de la BBC y del London Observer, el americano
plantear al gobierno provincial aquella deman-
Greg Palast, este comenta: “Y esto sucedió porque Ar-
gentina empezó a fines de los ochenta, por órdenes del da en una carta firmada por los vecinos, otor-
Fondo Monetario Internacional y del Banco Mundial, a gándole entidad a un nuevo e importante actor
vender todos sus activos, los activos públicos. Me refie- que comenzaba a participar: el usuario. El 22
ro a cosas que nosotros ni locos haríamos en Estados de junio de ese año se realizó el primer acto
Unidos, como vender el sistema de agua potable. […]
público en Monteros con la participación de
se vendió por monedas a una compañía llamada Enron”
(<http://www.greg-palast. com>). los legisladores provinciales disidentes de las
La lucha por los derechos del agua en Tucumán | N. Giarracca y N. del Pozo  901

privatizaciones y con los trabajadores cesan- sido elevado al 21%. Es decir, al momento de
teados de la vieja empresa provincial de agua. asumir la empresa francesa, no existía ningún
Esta movilización fue convocada por los veci- atraso tarifario y el aumento de 104% se llevaba
nos y, particularmente, por muchas vecinas de a cabo en el marco de congelamientos de los
esta localidad del sur tucumano. salarios, de las pensiones y jubilaciones y de
En el mes de junio de 1995, poco antes de una importante crisis de la principal actividad
que la empresa concesionaria se hiciera cargo, agroindustrial de la provincia.
se conocieron las nuevas tarifas que regirían. Entre los meses de junio y octubre de 1995,
Se hablaba de un desmedido incremento tarifa- los vecinos de los distintos pueblos y ciudades
rio del 67,9% y se sumaba un permiso de trasla- del interior de la provincia comenzaron a movi-
do de tasas municipales y tributos provinciales lizarse. Primero lo hacían en cada localidad, sin
propios de una explotación comercial, con lo enterarse de que en los pueblos vecinos ocu-
cual se elevaba aún más el aumento inicial6. rría lo mismo; solo más tarde se conectaron y
La suba definitiva fue de 104% con relación a comenzó, de este modo, la acción conjunta de
las últimas boletas del organismo provincial siete ciudades del sur provincial: San Isidro de
(DIPOS). En 1991, antes de entrar en vigencia Lules, Bella Vista, Aguilares, Alberdi, Concep-
la Ley Nacional de Convertibilidad (que fijó el ción, Simoca y Monteros.
peso al dólar), la tarifa provincial del servicio
de agua y cloacas había sido actualizada en un En realidad, fuimos los vecinos de Monteros quie-
42,57% y se le había sumado un 18% de Impues- nes comenzamos a movernos y articular con los
to al Valor Agregado (IVA), que luego había vecinos de los otros municipios. El 4 de octubre
de ese año se realizó un acto y se decidió con-
formar una comisión e invitar a más gente. Nos
6 La facturación de Aguas del Aconquija S.A. con- reunimos el 6 de octubre en Bella Vista y forma-
templaba un incremento del 67,9% sobre los valores ta- mos la Comisión Coordinadora de Usuarios del
rifarios de la última facturación de DIPOS (la empresa Interior. Si bien las mujeres trabajábamos mucho
provincial que desaparecía con la privatización) y se le y éramos mayoría, en la comisión aparecían solo
sumaba el costo que representaban para el concesiona-
tres compañeras en carácter de delegadas. No
rio los impuestos provinciales, tasas municipales, sobre
la tarifa de servicios neta del Impuesto al Valor Agrega- queríamos aparecer. (NDP)
do (IVA) y el aporte del 6% para el Ente Regulador.
902 Estudios rurales y movimientos sociales. Miradas desde el Sur

En el mes de octubre asumió el nuevo go- Efectivamente, el discurso hegemónico acerca


bierno provincial y en noviembre se constitu- de la privatización de las empresas públicas y
yó ADEUCOT (Asociación en Defensa de los la mercantilización de los “bienes comunes”
Usuarios y Consumidores de Tucumán), con había logrado mayor consenso en las poblacio-
representación del interior y de la ciudad ca- nes de las grandes ciudades del país.
pital. En los meses siguientes ocurrirían dos En síntesis, los rasgos más salientes del mo-
hechos de fundamental importancia, uno en el vimiento generado frente a la privatización del
ámbito oficial y otro en el de los actores. En agua expresaban una alta participación de las
efecto, en la legislatura provincial se formaba mujeres, un gran respaldo de los pobladores de
una Comisión Investigadora del proceso de ciudades pequeñas del corredor agroindustrial
privatización y del cuadro tarifario, y los usua- cañero e incluía una particular forma de pro-
rios (ADEUCOT) lanzaban en sus encuentros testa: el “no pago”, que llegaría a perjudicar a la
y asambleas la idea de una medida decisiva: el empresa sin expresar violencia física.
“no pago” de los servicios.
Si bien en ADEUCOT estaban representados De los grifos sale agua negra:
tanto el interior provincial como la ciudad capi- interviene el Estado provincial
tal, los usuarios del interior eran quienes lleva-
ban a cabo el mayor número de acciones. Por En enero de 1996, ocurrió un hecho imprevisto
eso, en el mes de diciembre decidieron realizar que cambió la actitud de indiferencia de la ciu-
un acto de concientización en la ciudad más dad de San Miguel de Tucumán: de los grifos
grande de la provincia, San Miguel de Tucu- comenzó a salir agua negra. Los vecinos reac-
mán, que aún no daba señales de sumarse ma- cionaron y muchos se plegaron a la campaña
sivamente al “no pago” de las nuevas tarifas7. del “no pago” que llevaban a cabo las comunas
del interior. La empresa explicó que la anoma-
lía del servicio se debía a un inexplicable au-
7 El primer acto público en la capital de la provincia mento de manganeso en la zona de extracción.
fue un fracaso, muy poca gente se acercó a dialogar con
los activistas de los pueblos que formaban el movimien- El incidente duró alrededor de un mes, el go-
to de los usuarios. No obstante, después del episodio bierno penalizó a la empresa y le obligó a des-
del agua con manganeso, esta actitud se revirtió.
La lucha por los derechos del agua en Tucumán | N. Giarracca y N. del Pozo  903

contar el mes de servicio en las facturas. Pero por parte de las principales instituciones del
la consecuencia más importante de este hecho Estado provincial generaba una situación alta-
consistió en que, por primera vez, el Estado mente favorable para la acción de los vecinos.
provincial manifestó la posibilidad de rescindir Por su parte, los funcionarios de Aguas del
el contrato de Aguas del Aconquija S.A. Aconquija aseguraban que no aceptarían una
La suma de unas tarifas imposibles de pa- rescisión unilateral del contrato de concesión.
gar por una población que se empobrecía, la La empresa forzó una declaración muy dura del
mala calidad del servicio y las sospechas de embajador de Francia en relación con el pro-
corrupción de la anterior gestión provincial en blema, lo que actuó sobre el gobierno nacional
el proceso de consignación, conducía al gobier- presionándolo para que interviniera en el pro-
no tucumano a posicionarse con cierta dureza ceso provincial.
frente a la empresa. Esta alternancia de conflictos, negociacio-
De este modo, en 1996, se logró un acuerdo nes y renegociaciones en las que participaban
entre el Poder Ejecutivo y el Poder Legislativo instituciones locales, nacionales y la empresa
provinciales, en el que ambos órganos soste- —estas últimas apoyadas por las autoridades
nían que la privatización del agua se había lle- francesas— se prolongó hasta setiembre de
vado a cabo con procedimientos incorrectos. 1996, cuando finalmente la administración pro-
Las voces de reclamo de los usuarios le llega- vincial decidió revocar la concesión.
ban al gobierno a través del presidente del Ente Posteriormente, el gobierno debía negociar
Regulador de Agua y Cloacas de Tucumán (ER- con la empresa el periodo de transición hasta
SACT): baja calidad del servicio, aumento de el nuevo llamado a licitación, ya que el contrato
tarifas desmedido, negativa al diálogo por par- establecía que en una situación tal, iniciada por
te de la empresa, etcétera. La legislatura pro- cualquiera de las partes, Aguas del Aconquija
vincial fue cauta y pidió un cambio sustancial debería seguir operando durante dieciocho me-
de actitud pues quería evitar la anulación del ses, plazo durante el cual el gobierno decidiría a
contrato. Mientras tanto, un dictamen de la Fis- quién y en qué condiciones traspasaría el servi-
calía de Estado provincial aconsejaba citar a la cio. Aparecía la posibilidad, por lo menos en las
compañía para persuadirla de una reestructu- ciudades del interior, de “municipalizar” la pres-
ración del cuadro tarifario. El cuestionamiento tación (ponerla a cargo del municipio o alcaldía).
904 Estudios rurales y movimientos sociales. Miradas desde el Sur

Un comunicado de prensa de la asociación Durante 1996, el trabajo se concentró en cada


de los siete municipios del interior enumeraba ciudad, con autoridades municipales que forma-
muy claramente las demandas: ban parte de las comisiones pro municipalización
–– No pago hasta que se sancionara la ley de del servicio. Era un hecho que Aguas del Acon-
quija abandonaba el control del servicio de siete
municipalización.
municipios (eran nuestras siete ciudades). Los
–– Negociación con la participación de los in- estudios y conclusiones a las que arribábamos
tendentes y usuarios. eran serios y viables. Sin embargo, tuvimos que
–– Transferencias de servicios a los municipios superar muchas maniobras (de parte de funcio-
basadas en el documento refrendado por los narios provinciales, nacionales y legisladores)
intendentes ante la comisión de Obras Públi- que intentaban desalentarnos, decepcionarnos,
pintando futuros catastróficos respecto a la cali-
cas de la legislatura.
dad del servicio que podría brindar una empresa
–– Suspensión de cortes y de amenazas de re- municipal con aporte de los usuarios así como a
ducción de servicios por parte de Aguas del su factibilidad económica. Teníamos que reforzar
Aconquija. nuestra tarea de persuasión, apelando a todos los
–– Compromiso de los usuarios de pagar el va- recursos: primero técnicos y, si no alcanzaba, re-
curríamos a que fuera la gente de los barrios la
lor histórico solo ante el cumplimiento de
que presionara. Finalmente, resolvieron impulsar
los puntos anteriores.
la municipalización (NDP).

En el transcurso del conflicto, los municipios y Como veremos, la decisión de la municipaliza-


los usuarios habían adquirido la facultad de de- ción duró poco.
mandar al gobierno provincial la presencia de
sus representantes en las negociaciones. Asi-
mismo, buscaban el cambio de actitud de la em- Las propuestas para reemplazar
presa, que ya utilizaba amenazas legales. Pero a Aguas del Aconquija
lo más importante es que se empezó a concretar
el proyecto de la municipalización del servicio En 1997, el debate ya no giraba alrededor de la
con la participación accionaria de los usuarios. rescisión del contrato sino de cómo se reem-
La lucha por los derechos del agua en Tucumán | N. Giarracca y N. del Pozo  905

plazaría la operación del servicio. Había dife- tores sociales, desde los maestros hasta los
rencias sustanciales entre las propuestas de los trabajadores de los ingenios. Todos eran ve-
usuarios en conjunto con los municipios y la cinos y usuarios y la demanda por un servi-
de los gremios de trabajadores de la empresa. cio adecuado de agua atravesaba a las demás.
Mientras los primeros deseaban la municipa- Hubo reclamos, hubo poesías, hubo mucha
lización en la forma de empresas mixtas (los energía social puesta al servicio de una mejor
municipios con participación de los usuarios), calidad de vida en una sociedad que comenza-
los trabajadores proponían una cooperativa de ba a sentir, con rigor, los efectos de las políti-
trabajo. En el primer caso, se trataba de una cas de corte neoliberal.
empresa en la que participaban la municipa- La discusión parlamentaria se extendió du-
lidad en la operación técnica y los usuarios rante todo el año 1997 aunque nadie dudaba de
como socios administradores. que la empresa se retiraría. Algunos legislado-
Los vecinos desconfiaban del gremio y se res, conscientes de que esta situación podría
oponían a su propuesta. Este había pactado acarrearles consecuencias con el partido nacio-
con la empresa francesa y con todas las otras nal gobernante, trataban de mediar para llegar
adjudicatarias del agua del país durante los a una solución conciliadora. Sobre todo, que la
procesos de privatización8. empresa no se retirara totalmente: entregar los
Los consumidores luchaban por la muni- municipios del interior a otras compañías (en
cipalización y combinaban tal reclamo con las formas discutidas) y que la firma francesa
otros que los unían a distintos sectores. Hubo permaneciera en la capital de la provincia.
varias marchas convocadas por múltiples ac- Por otro lado, se mantenían las diferencias
entre “trabajadores” y “usuarios” en la cons-
trucción del futuro sin empresa. En ese mo-
8 Para asegurarse el apoyo sindical, la ley de refor-
ma del Estado ofreció a los trabajadores un 10% del mento (mediados de 1997), hubo un principio
paquete accionario en un Programa de Propiedad Par- de acuerdo y algunos municipios se separaron
ticipada. Dicen Loftus y McDonald: “Esencialmente, del servicio que otorgaba la empresa. En efec-
fueron sobornados para ‘acompañar’ el proceso del to, la ciudad capital y sus alrededores, que su-
principio al fin, un proceso que resultó en una reduc-
maban unas cien mil cuentas, quedarían para
ción a la mitad de la planta de personal debido a los
despidos” (2001: 78). la empresa Aguas del Aconquija, mientras los
906 Estudios rurales y movimientos sociales. Miradas desde el Sur

municipios del interior se debatían entre la mu- del tribunal arbitral que habilita el Centro In-
nicipalización y la operación por parte de los ternacional para el Arreglo de Diferendos Re-
trabajadores de Obras Sanitarias. lativos a Inversiones (CIADI), dependiente del
Debemos recordar que, aun en esta situación Banco Mundial.
de negociación del Poder Ejecutivo provincial, A pesar de que quería retirarse lo más rá-
un 80% de los usuarios mantenía con firmeza la pido posible (antes de noviembre de 1997), la
suspensión del pago de sus boletas. compañía estaba exigida por el Estado a per-
La organización de los consumidores manecer los dieciocho meses que preveía el
(ADEUCOT) apostaba a que, una vez aproba- convenio. En las negociaciones se introdujeron
do el nuevo contrato de concesión, los diez varias modificaciones en cuanto a fechas, al es-
municipios separados accedieran a controlar tablecimiento de una tarifa “razonable” para el
la prestación y explotación de los servicios. período de transición, etcétera.
Con ese objetivo, se preparaban los informes Mientras tanto, el gobierno nacional mani-
técnicos para que el ente regulador (ERSACT) festaba preocupación ya que el conflicto podía
los estudiara y definiera si se estaba en condi- llegar a presentarse como una muestra de in-
ciones de atender las demandas. seguridad jurídica para los nuevos inversores
Finalmente, en agosto de 1997, la empresa extranjeros. No obstante, a comienzos de 1998,
comenzó a manifestar su disconformidad a tra- acordó con la provincia una estrategia común
vés de declaraciones de sus principales funcio- frente a la denuncia de la empresa en el CIADI.
narios, y el 27 de ese mes rescindió el compro- Para este entonces, el Banco Mundial comenzó
miso “por culpa del Estado concedente”. A su a participar en forma directa, asesorando a la
vez, el gobierno provincial respondió firmando provincia en la preparación de los nuevos plie-
el decreto N° 2270/1, por el cual anulaba el con- gos licitatorios. La empresa francesa, mientras
trato de concesión por no cumplimiento de los tanto, se consideraba “cautiva porque no nos
acuerdos que había refrendado la legislatura. dejan ir de Tucumán” (La Gaceta, 26-4-1998).
La empresa manifestaba que acudiría a la Finalmente, en febrero de 1998, el gobierno
competencia del Tratado Internacional de nacional decidió que el problema desarrollado
Protección y Promoción de Inversiones entre en Tucumán debía ser seguido por la Secretaría
Francia y Argentina, es decir, a la injerencia de Recursos Naturales y Desarrollo Sustenta-
La lucha por los derechos del agua en Tucumán | N. Giarracca y N. del Pozo  907

ble que encabezaba María Julia Alzogaray, una sucesivos cambios en el gobierno nacional y
funcionaria de origen neoliberal. La provincia provincial favorecieron que la empresa siguie-
comenzó a estudiar la transferencia transito- ra al frente de sus funciones por medio de re-
ria de la prestación de agua y cloacas al Ente novaciones periódicas. El gobierno provincial
Nacional de Obras Hídricas de Saneamiento justicialista de Miranda retiró la demanda a la
(ENOHSA), quien se hizo cargo definitivamen- empresa Aguas del Aconquija con la excusa de
te del servicio sin que se pudieran viabilizar las mejorarla, pero no la restituyó. En 2003 hubo
propuestas de los usuarios ni la de los trabaja- un nuevo cambio de gobierno y la situación
dores. Con esta medida, la administración del aún se encuentra en idéntico estado.
presidente Menem pretendía descomprimir la En el CIADI, después de un fallo a favor de
situación financiera que atravesaba la empresa la provincia, se hizo lugar a una apelación de la
extranjera (quien seguía brindando el servicio empresa. Durante 2004, la administración pro-
sin poder cobrar) y facilitar su retiro antes del vincial realizará una presentación, esta vez con
tiempo que establecía en contrato de transi- el apoyo del gobierno del presidente Néstor Kir-
ción. Esta decisión se cristalizó en el marco de chner. El mismo año, además, la operadora na-
una visita del presidente argentino a Francia cional se retirará y dejará el servicio en manos
y del “lobby” que ejercieron los directivos del de una empresa mixta, formada por el gobierno
grupo Vivendi, representante de la Compagnie provincial y los trabajadores de la empresa.
Générale des Eaux (CGE) —la firma madre de
la compañía Aguas del Aconquija—, a través de
su vicepresidente de asuntos internacionales, ADEUCOT y el papel de las mujeres
Thierry de Beaucé, según sostenía una infor-
mación publicada en La Gaceta (12-6-1998). La organización fundada por los usuarios per-
En efecto, el ente nacional se hizo cargo del duró en el tiempo y fue capaz de conseguir una
servicio y la nación cubrió los 7,5 millones de legislación que les permite ahora estar presen-
pesos (dólares) que costaría en los primeros tes en todos los organismos reguladores de los
meses hasta que se fuera regularizando el pago servicios públicos. En la ciudad de Lules, lugar
de los usuarios. En un principio, se creía que al- de residencia de su presidente, las reuniones
canzaría un tiempo limitado (seis meses) pero se llevan a cabo semanalmente y el número de
908 Estudios rurales y movimientos sociales. Miradas desde el Sur

participantes no disminuye sino que aumenta borales y buscaron solidaridad de los usuarios.
con el paso del tiempo. Solidaridad —agrega— que no encontraban en
Los usuarios se dan cuenta de que deben sus propios gremios. En la transición (desde la
contar con un “constructo Social”, una herra- ley de privatización a la entrega de la empresa)
mienta para solucionar todas las consecuen- la compañía provincial emprendió una reestruc-
cias de sus primeras y espontáneas acciones de turación basada en la disminución el número
1995. Por eso, en un primer momento, se había de obreros, y los trabajadores que no contaban
armado una coordinadora en el club social de con el apoyo del gremio habían recurrido a los
Monteros. Luego, cuando crecieron en núme- usuarios, que además eran sus vecinos.
ro y en entusiasmo, siguiendo el consejo de un Los primeros miembros de la asociación re-
abogado, tramitaron la personería jurídica. Fue conocen que fueron las personas adultas y las
el momento de la alborada, de liderazgos ini- mujeres las primeras en emprender esta lucha.
ciales y de redes horizontales. Nélida tenía 37 años, se había formado como
dirigente política vecinal pagando de su propio
En realidad, fuimos los vecinos de Monteros quie- peculio cursos de Historia, Teoría del Estado,
nes comenzamos a movernos y articular con los etcétera, además de atender su casa y tres hi-
vecinos de los otros municipios. El 4 de octubre jos. Cuando se le interroga acerca de las moti-
de ese año se realizó un acto y se decidió con- vaciones por las que participó, alega:
formar una comisión e invitar a más gente. Nos
reunimos el 6 de octubre en Bella Vista y forma-
Lo que me llevó era… este… mucha rabia, en
mos la Comisión Coordinadora de Usuarios del
verdad, rabia, porque todo lo que habían sido las
Interior. Si bien las mujeres trabajábamos mucho
mejoras del servicio las habían financiado los go-
y éramos mayoría, en la comisión aparecían solo
biernos municipales con aportes de los vecinos. Y
tres compañeras en carácter de delegadas. No
es como que le estábamos entregando todo eso a
queríamos aparecer (NDP).
empresas privatizadas… este… que por otro lado
cobraban bastante caros los servicios que prome-
Nélida G., activa participante también de Lules tían y que a futuro nos condenaba porque, a par-
y concejal municipal por aquel entonces, re- tir del quinto año, se iban incrementando… Y eso
cuerda que en aquella primera etapa los trabaja- quizá fue lo que más me llevó a participar (NG).
dores de DIPOS sintieron que corrían riesgos la-
La lucha por los derechos del agua en Tucumán | N. Giarracca y N. del Pozo  909

Esta dirigente de Lules era una de las par- El conjunto de ciudades y pueblos que con-
ticipantes más jóvenes en un movimiento que tribuyó a la organización tiene la característi-
convocaba a gente mayor de cuarenta años, a ca de constituir lugares en los que los mundos
muchas amas de casa que peleaban por sus ma- rurales y urbanos se articulan. En nuestros
gros presupuestos familiares. El mundo social últimos trabajos los conceptualizamos como
tucumano comparte con todo el norte argenti- espacios rururbanos (Giarracca et al., 2003).
no ciertas jerarquizaciones de tipo tradicional Algunas de las mujeres que participaron en la
que incluye la supremacía de la autoridad pa- protesta son esposas o hijas de productores pe-
triarcal, de los mayores sobre los jóvenes, de queños o medianos y todas son residentes de
las familias de apellido frente a los sectores po- ciudades imbuidas de los problemas de la agro-
pulares. En alguna medida, Tucumán, como es- industria cañera. En los años de la lucha por el
cenario de fuertes luchas sociales durante mu- agua, la situación agraria era difícil y los ingre-
chas décadas, puede ostentar mayores fisuras sos familiares se habían visto disminuidos. El
en relación con tales discursos jerarquizadores Estado provincial pagaba en “bonos” (dinero de
del espacio social. Esto se puede registrar en circulación limitada) y en los grupos familiares
el papel que tienen las mujeres en los mundos muchos miembros recibían sueldos del Estado.
cotidianos y en los espacios públicos. Por un Es decir, la situación económica de los hogares
lado, las mujeres aparecen —comparativamen- no podía soportar un aumento de los servicios.
te con otras provincias— con un grado de par- Por otro lado, las mujeres tucumanas son las
ticipación pública más alto pero, en las relacio- que generalmente llevan las cuentas familiares,
nes cotidianas, la dependencia de la autoridad y esto con relativa facilidad debido a que tie-
paterna y luego conyugal es muy fuerte. nen un nivel de instrucción igual o mayor que
Los interrogantes que nos planteamos son el de los hombres. Siendo ellas las que recibie-
por qué las mujeres comenzaron el reclamo y ron las boletas con los aumentos de las tarifas
por qué las posiciones que ocupan en ADEU- del agua, es una consecuencia razonable que
COT no están al nivel del activismo que desa- fueran las primeras en reaccionar frente a los
rrollaron. Como en otras protestas, las mujeres acontecimientos.
se movilizaron y lograron generar asociaciones, Recordemos, por último, que en la provincia
pero los dirigentes siguen siendo los hombres. se organizan manifestaciones con cierta asidui-
910 Estudios rurales y movimientos sociales. Miradas desde el Sur

dad y, durante la misma época, estos pueblos raban los documentos y recursos técnicos para
se movilizaron en contra de la contaminación interpelar a los funcionarios y empresarios.
producida por los ingenios. Las “marchas de Esta contradicción aparece reflejada en la
los barbijos” (llamadas de ese modo pues re- participación pública de las mujeres: son las que
corrían las ciudades con barbijos que simboli- inician movimientos, las que más activan, las
zaban la polución) fueron promovidas por mu- mejores organizadoras, etcétera, pero, a la hora
chas de las vecinas que participaban también de formalizar organizaciones, no detentan car-
en la protesta del agua. gos de autoridad. El presidente de ADEUCOT
Así, el núcleo inicial de la movilización fue interpreta los hechos marcando la radicalidad
una red de mujeres pertenecientes a estos pue- de las posiciones femeninas en este proceso.
blos y ciudades cercanas, quienes eran vecinas,
habían compartido otras acciones colectivas, Todos decían que estábamos locas, cómo le íba-
conocían sus domicilios y hasta sus teléfo- mos ganar a una gran empresa. (NG)
nos, aunque vivieran en diferentes localidades. Los políticos nos miraban como si estuviése-
Cuando la red se puso en funcionamiento, po- mos locas y yo sé que pensaban: “¡Estas muje-
res…!”. (NDP)
tenciaron sus recursos individuales e, incluso,
Al comienzo la gente decía que éramos cuatro
los del pequeño grupo de cada pueblo, hecho
locas, enfrentando semejante monstruo… (NDP)
que podemos constatar, sobre todo, a partir de
la decisión del “no pago”. Aunque haya sido
El sentido común tucumano sostiene que quie-
una medida acordada en la ciudad capital, fue-
nes piensan dos veces son los hombres, que las
ron estas luchadoras las que con mayor entu-
mujeres se comportan de modo emocional. Sin
siasmo la pusieron en marcha apenas compro-
embargo, unánimemente reconocen que quie-
baron que era una estrategia posible.
nes se mantuvieron firmes en la medida del “no
Si bien lodos reconocen el papel prepon-
pago” fueron las mujeres y que ese grado de
derante de las mujeres, al pasar a la etapa de
emotividad en la alborada de la lucha constitu-
los encuentros con legisladores y políticos, los
yó un recurso positivo.
hombres comenzaron a participar. Se produjo
una división del trabajo: las mujeres eran las ac- En realidad, fuimos los vecinos de Monteros quie-
tivistas en los territorios y los hombres prepa- nes comenzamos a movernos y articular con los
La lucha por los derechos del agua en Tucumán | N. Giarracca y N. del Pozo  911

vecinos de los otros municipios. El 4 de octubre la batalla ganada y del regreso a los pueblos,
de ese año se realizó un acto y se decidió con- pero sin abandonar los espacios públicos. La
formar una comisión e invitar a más gente. Nos gente no tenía conciencia de la magnitud de lo
reunimos el 6 de octubre en Bella Vista y forma- que había logrado. Una de las activistas recién
mos la Comisión Coordinadora de Usuarios del
se dio cuenta de la dimensión de sus acciones
Interior. Si bien las mujeres trabajábamos mucho
algunos años después cuando, en 1999, fue al
y éramos mayoría, en la comisión aparecían solo
tres compañeras en carácter de delegadas. No Encuentro Nacional de Mujeres en el sur del
queríamos aparecer. (NDP) país10. La sencilla narración de su experiencia
armó un revuelo en el evento y, al día siguiente,
No había nada de la situación de partida que varias participantes del encuentro la rodeaban
garantizara que el proceso desatado lograría y le pedían que la contara una y otra vez.
su cometido. Que sucediera lo que sucedió Estas mujeres reconocen que las redes es-
fue una contingencia. Lo que hubo, como sos- tablecidas entre todos, y especialmente entre
tiene Melucci (1992), fue una definición de ellas, es uno de los resultados perdurables de
esos propósitos en tanto coproducción de los la lucha. En la actualidad, ADEUCOT se ocupa
actores en un activo proceso relacional don- de la defensa de los consumidores en cualquier
de se jugaron esquemas de conocimientos, rubro. Ana, la activista de Bella Vista, es la pre-
densas interacciones e intercambios emocio- sidenta de la asociación en su ciudad y no solo
nales y afectivos9. la sostiene en forma democrática y horizontal
Cuando “los franceses se fueron” (como la sino que también mantiene relaciones de coo-
población suele describir) fue el momento de peración con las filiales del resto de la provin-
cia y con otras organizaciones.
Por último, las mujeres fueron entusiastas
9 Es interesante recordar que las mujeres que inicia- defensoras de la salida que proponía una em-
ron la lucha por los derechos humanos en los años de la
dictadura (1976-1983) también eran tratadas de “locas”
y hoy constituyen el movimiento Madres de Plaza de 10 El Encuentro Nacional de Mujeres es realizado
Mayo. Otras mujeres agricultoras que pelean por sus anualmente por las organizaciones que luchan por los
tierras también reciben frecuentemente el calificativo derechos de las mujeres. Suelen reunir hasta quince mil
de “locas” (véase Giarracca y Teubal, 2001). mujeres y contar con invitados de otros países.
912 Estudios rurales y movimientos sociales. Miradas desde el Sur

presa mixta entre comunas y usuarios (lo que embargo, no solo no efectuó tales correccio-
en este trabajo denominamos “municipaliza- nes sino que llegó a convocar al mismo Cava-
ción”). Era una oportunidad para gestionar llo para profundizar las medidas económicas.
la prestación y participar de una empresa co- Hasta que, en diciembre de 2001, después de
munal; oportunidad que se mantiene abierta, una de las movilizaciones y protestas más ex-
no obstante, para la próxima consignación tendidas de la década, presidente y ministro se
del servicio. Sin duda, las mujeres tucumanas, vieron obligados a renunciar, dejando atrás un
después de esta experiencia, están mucho más tendal de muertos.
predispuestas y capacitadas para participar en En los primeros momentos del gobierno
una empresa de este tipo11. provisional que le sucedió, varios legisladores
nacionales pusieron al descubierto la fuga de
capitales que grupos financieros y empresas
Algunas reflexiones privatizadas habían cometido contra los intere-
a modo de conclusión ses del país, en tanto estas últimas se negaban
por todos los medios a que sus tarifas dejaran
A fines de 2001, una rebelión generalizada de de indexarse por el dólar después del final de la
la población nacional puso al descubierto los convertibilidad (un peso = un dólar). A comien-
nefastos resultados de una política neoliberal zos de 2002, el país entero condenaba las ope-
en la que las privatizaciones de las empresas raciones perpetradas en esa última década, de
de servicio fueron elementos claves. El presi- tal suerte que lo acontecido seis años antes en
dente electo en 1999, Fernando de la Rúa, asu- la pequeña provincia de Tucumán, en total ais-
mió el mando bajo la promesa de corregir los lamiento, resultaba doblemente significativo.
“nefastos” resultados de diez años de gobierno En efecto, en los años noventa, la Ciudad
de Carlos Menem (seis de ellos con el ministro y la provincia de Buenos Aires aceptaban pa-
de Economía neoliberal Domingo Cavallo). Sin sivamente la privatización de sus servicios de
agua y cloacas mediante la concesión de Aguas
Argentinas, compuesta por un grupo de inver-
11 En la actualidad, existen 107 fábricas bajo gestión
sores con mayoría accionaria de la Suez Lyon-
obrera en el país, en algunas de la cuales las mujeres
cumplen papeles gerenciales. naise des Eaux, mientras Tucumán ofrecía
La lucha por los derechos del agua en Tucumán | N. Giarracca y N. del Pozo  913

resistencia en su territorio a otra empresa fran- dólar barato para viajar, etcétera). Pero eso no
cesa12. Si analizamos las condiciones generales explica todo. Lo cierto es que en el único sitio
del servicio y las tarifas, no vemos grandes di- del país donde se rechazó la privatización de
ferencias que justifiquen por qué el distrito más un servicio fue en Tucumán. Y se lo hizo con la
importante y politizado del país no reaccionó resistencia civil, con la gente de los poblados,
y una población dispersa, con bajos recursos, con las mujeres. Lo notable es que se podría
en una provincia pequeña, se paró en firme y decir lo mismo del “cacerolazo” del 19 y 20 de
declaró: “Así no”. diciembre de 2001: se originó en los barrios de
A nuestro entender, no hay respuesta a este la ciudad de Buenos Aires. Fue otra resistencia,
interrogante. El gran dilema de las Ciencias una “desobediencia civil” a una medida presi-
Sociales es por qué en condiciones macro ins- dencial: la imposición del “estado de sitio”. Y
titucionales semejantes unos sujetos deciden otra vez se destacaron las mujeres, quienes im-
actuar y otros no, unos ganan las calles y otros pusieron ese famoso artefacto culinario para la
aceptan resignadamente condiciones desfavo- música del evento: las cacerolas.
rables. Podemos suponer que, a diferencia del La eficacia de la acción de Tucumán se basó
interior del país, la población de la Ciudad de en varios aspectos, pero, sin duda, el más im-
Buenos Aires gozaba por aquel entonces de al- portante fue la medida del “no pago”, lo que en
tos ingresos y de algunas ventajas de las polí- este trabajo interpretamos como desobedien-
ticas del neoliberalismo (como los créditos, el cia civil. Este simple acto de suspender el pago
trajo consecuencias inesperadas para la empre-
sa y, a pesar de las presiones de Francia, nunca
12 Asimismo, una compañía adjudicataria de los ser- se pudo revertir. Lo importante es que la gente
vicios en el sur de la provincia de Buenos Aires, Azu-
se animó a actuar y que lo hizo, básicamente,
rix, subsidiaria de Azurix Corporation (EEUU) —esta,
a su vez, filial del grupo norteamericano Enron, cuya por el poder de la organización. La acción con-
reciente caída fue un escándalo en Estados Unidos—, junta, la posibilidad de generar una identidad
estaba en situación de producir, a principios de 2002, el colectiva potencia las decisiones individuales,
segundo alejamiento de una transnacional por los fuer- mitiga los miedos, refuerza las voluntades.
tes reclamos de cientos de vecinos de las ciudades de
Varias cuestiones estaban en juego, el agua
Bahía Blanca, Punta Alta, Pehuajó, Carlos Casares y 9
de julio, debido a la pésima calidad del servicio. simboliza muchas cosas que tienen que ver con
914 Estudios rurales y movimientos sociales. Miradas desde el Sur

la organización básica de la vida. El resultado ejemplo, “la guerra del agua” en Bolivia o pro-
de aceptar la propuesta de la empresa hubiera testas en Ecuador y Panamá) y en otros lugares
sido una situación de empobrecimiento, de me- como Sudáfrica (véase John Tagliabue en New
nor calidad de vida, de cambios en costumbres York Times). En noviembre de 2002, el Conse-
muy arraigadas. jo Económico y Social de las Naciones Unidas
La década de 1991-2001 es un “ciclo de pro- avanzó sustancialmente en la implementación
testa” (Tarrow, 1997) y habilita la comprensión de un convenio sobre los derechos sociales y
de lo que diferentes teorías sociales nos recuer- culturales sobre el agua (Unedited version,
dan: que lo que reconocemos cotidianamente E/C, 12-2002-11). Este documento dice en su
como organización social, luego institución, es introducción: “El agua es un recurso natural
una creación social de la gente. No obstante, y público fundamental para la vida y la salud.
pronto se produce un “olvido”, un “ocultamien- El derecho humano que garantiza el acceso al
to” de la potencia de la práctica colectiva. Di- agua es indispensable para una vida digna. Es
cen Buechler y Cylke: un prerrequisito para la realización de otros de-
rechos humanos”.
…el precio por el olvido de la autoría humana Los derechos garantizados por las Nacio-
del mundo es una negación de la habilidad para nes Unidas deben atravesar los Estados na-
cambiarlo y una pérdida de control potencial cionales y estar por encima de los derechos
sobre nuestras propias vidas. De todas las for- económicos que conducen a privatizar los
mas de acción estudiadas por los sociólogos, los
servicios de agua. Muchas poblaciones están
movimientos sociales son las formas más dra-
en conocimiento de esta situación y los próxi-
máticas en las que los seres humanos periódi-
camente rompen con las imágenes, alienadas y mos procesos de privatización o renegocia-
reificadas, del mundo, para reclamar su autoría ción de contratos las tendrán como activos
y su poder de configurarlo acorde a sus propias actores. Después de Tucumán y Cochabamba,
aspiraciones. (Buechler y Cylke, 1997: 575-576, las privatizaciones del agua no serán procesos
traducción nuestra) de fácil resolución.

La protesta del agua en Tucumán presagió un


nuevo tipo de conflicto en América Latina (por
La lucha por los derechos del agua en Tucumán | N. Giarracca y N. del Pozo  915

Bibliografía Melucci, A. 1992 “Frontier Land: collective


action between actors and systems” en
Buechler, S. y Cylke, F. 1997 “The Centrality of Diani, M. y Eyerman, R. (eds.) Studyng
Social Movements” en Buechler, S. y Cylke, Collective Action (Londres: SAGE).
F. (eds.) Social Movements. Perspectives Tarrow, S. 1997 El poder en movimiento. Los
and Issues (California: Mayfield Publishing movimientos sociales, la acción colectiva y
Company). la política (Madrid: Alianza).
Colombo, A. 2001 “Justificación de la
desobediencia civil”, copia fotostática.
Della Porta, D. y Diani, M. 1999 Movimientos
sociales. Una introducción (Oxford:
Blackwell).
Giarracca, N. et al. 2001 La protesta social en
la Argentina (Buenos Aires: Alianza).
Giarracca, N. et al. 2003 Territorios y lugares.
Entre las fincas y la ciudad. Lules en
Tucumán (Buenos Aires: La Colmena).
Giarracca, N. y Teubal, M. 2001 “El
Movimiento de Mujeres Agropecuarias en
Lucha” en Giarracca, N. et al. La protesta
social en la Argentina. Transformaciones
económicas y crisis social en el interior
del país (Buenos Aires: Alianza).
Loftus, A. y McDonald, D. 2001 “Sueños
líquidos: una ecología política de la
privatización del servicio de agua en
Buenos Aires” en Realidad Económica
(Buenos Aires) Nº 183.
La tierra: polisemias,
confusiones y debates*

A raíz de la discusión política preparatoria


de los proyectos de una ley que limitara
la venta de tierra a extranjeros, hubo un nú-
La tierra, base de una de las actividades más
antiguas del hombre1 siempre fue esquiva para
su conceptualización, debido a las diferentes
mero considerable de reuniones, opiniones y relaciones que las diversas culturas entablaron
artículos periodísticos, que tuvieron como eje con ella. Por eso la enuncio como un concepto
central la tierra. Finalmente prevaleció el pro- polisémico; para las culturas ancestrales como
yecto del gobierno de la presidenta Fernández las indígenas de la América Latina/Abya Yala,
de Kirchner y la Ley de Protección al Domi- los hombres/mujeres pertenecen a ella, son
nio Nacional sobre la Propiedad, Posesión o parte indisoluble de ese espacio material y es-
Tenencia de las Tierras Rurales —enunciada piritual que conforma la Naturaleza y en ella la
como Ley de Tierras— limitando la adquisi- tierra. Para los campesinos, descendientes de
ción por parte de extranjeros, se aprobó con aquellas culturas que habitaron y dieron senti-
muy pocos cambios. ¿Qué nos ha dejado esta do a estos territorios, la tierra es su principal
discusión? ¿Qué significados en el nivel agra- herramienta de trabajo; se la cuida pues sin ella
rio y de pensamiento social habilita la ley? no hay vida.
Estos dos interrogantes son los que trataré de
responder en este artículo.
1 “Cerca de 11 mil años, cuando los pueblos nóma-
das en varias regiones del mundo se asentaron, consti-
* Giarracca, N. 2012 “La tierra: polisemias, confusio- tuyeron lo que hoy conocemos como grupos familiares
nes y debates” en Causa Sur, Pensar Nuestra América, (unidad familiar agrícola) y comenzaron a cultivar ali-
Año 1, N° 2, junio-julio. mentos” (véase Meillassoux, 1987).
918 Estudios rurales y movimientos sociales. Miradas desde el Sur

Por otro lado, para el chacarero —farmer por poseer un medio limitado, que no tiene el
en la bibliografía anglosajona— la tierra es resto de la burguesía productiva.
un legado familiar, un patrimonio que se pasa De allí que para los pensadores de fines del
de una a otra generación y hasta la expansión siglo XIX y comienzos del XX, la tierra era el
sojera se cuidaba como cualquier otro legado factor que hacía que el sector agrario fuera
familiar. Por último, la tierra para el capitalis- problemático y se discutió “la cuestión agra-
ta es una mercancía, se compra, se vende, se ria”. Sumada a esta renta absoluta existe un se-
usa y abusa. Aquí debemos marcar la primera gundo tipo que se denomina “renta diferencial”
falacia del pensamiento que da sustento al ca- y se relaciona con la fertilidad de los suelos
pitalismo: la tierra se comporta como una mer- favoreciendo —dando una sobreganancia adi-
cancía aunque no lo es; no es producto del tra- cional— a los que controlan las tierras más fér-
bajo humano pero sí es un recurso renovable. tiles, debido a la mayor productividad frente a
En efecto, a diferencia de otros medios de pro- la misma inversión de capital. Muchos autores
ducción, la tierra no puede ser construida por sostuvieron que en el mercado internacional
los hombres como cualquier mercancía, como de productos agrarios, la Argentina granaria,
una fábrica o una maquinaria. No es producto favorecida por una de las praderas más fértiles
del trabajo humano pero el capitalismo le hace del mundo, obtiene una “renta diferencial a es-
jugar ese papel y la consecuencia de mayor sig- cala internacional”.
nificación es que como su acceso es limitado — Si recalcamos esta característica de la tierra,
no pueden comprar tierra todos los que quieran estudiada, revisada y revisitada por múltiples
porque en determinado momento no hay más, pensadores y especialistas desde el siglo XIX,
no se vende más— entonces quienes la poseen es para mostrar que si bien la tierra es limitada,
pueden fijar una precio de producción por arri- no se trata de un recurso no renovable como
ba del costo y de la ganancia media que rige en señala la ley en cuestión y asimismo el Progra-
el sector: es decir, se produce una “sobreganan- ma Estratégico Agroalimentario. Con los cui-
cia” que desde los clásico, sobre todo desde la dados que los agricultores han aprendido a lo
formulación de Karl Marx, se denomina renta largo de los siglos, la tierra es renovable: con
agraria absoluta. El terrateniente agrario —ac- rotaciones, diversificación y descansos, se usa
tor capitalista— recibe una “sobreganancia” indefinidamente. La tierra se agota, se esquil-
La tierra: polisemias, confusiones y debates  919

ma, se erosiona, cuando tiene un uso indebido producción agraria, es necesario limitar el uso
—monocultivo, falta de rotación y descanso, y control sobre la tierra. Por ejemplo, haciendo
abuso de agroquímicos, etcétera— por eso nos abuso de la Constitución de 1994 que le otor-
preguntamos por qué dos políticas públicas de ga el dominio de los recursos naturales, dos
este gobierno en relación con la agricultura, de- provincias pretendieron dar en “consignación”
finen a la tierra como un recurso no renovable; por un largo tiempo cerca de 300.000 ha a dos
¿no es una profecía autocumplida, por conocer países extranjeros; la legislación acerca de mi-
de antemano que el uso productivo que se le da nería habilita la entrega por décadas de impor-
a la tierra la llevará a esquilmarla? Es convertir tantes territorios de frontera u otros que cuen-
en no renovable, estropear uno de los recursos tan con las reservas más importantes de agua
más valiosos que nuestra geografía ostenta y, dulce, a corporaciones extranjeras conocidas
en contraste, impone como una responsabili- mundialmente por conductas empresariales
dad política e intergeneracional, el cuidarla y autoritarias y casi imperiales2.
mantenerla renovable. ¿Quién determina que esas tierras no po-
drían tener usos agrarios? Más aún, como la ley
enuncia “usos rurales” la definición es todavía
El uso de la tierra más laxa ya que en la bibliografía actualizada,
mientras el concepto “agrario” se destina a la
La segunda cuestión que debemos abordar — producción de este sector, lo “rural” supone
no tomada en cuenta por la Ley de Tierras— todo territorio donde las poblaciones —tra-
es la diferencia entre la propiedad y el control bajen o no en el sector agrario— habitan y ex-
de la tierra. Es cierto que la propiedad de la traen recursos para la vida, etcétera. Entonces
tierra se relaciona con la soberanía territorial ¿no sería pasible de aplicación la Ley de Tierras
de un Estado-Nación y la mayoría de los paí- para territorios de actividad minera de baja al-
ses —como enumeran los considerandos de
la ley— limita el dominio a sujetos jurídicos
extranjeros, sean personas o sociedades. Pero 2 Es notable la descripción del investigador enjuicia-
do por la Barrick Gold en Canadá, William Sacher, del
en nuestro país, con la significativa expansión comportamiento de estas empresas en su país de origen
de formas “no propietarias” de tenencia en la (Sacher, s/f).
920 Estudios rurales y movimientos sociales. Miradas desde el Sur

tura? La legislación minera de la década de los rritorios campesinos e indígenas. El momento


noventa protege a estas corporaciones extran- fundacional de la Argentina moderna fue un
jeras con la figura de la “concesión”, que ac- acto inicial de exterminio y despojo de terri-
tualmente también comienza a aplicarse para torios —un “genocidio fundacional” sostiene
el sector agrario. Además, en ese caso el Có- la antropóloga Diana Lenton— y lo acompaña
digo Minero habla del “subsuelo” aun cuando otro hecho aberrante: el reparto de la tierra sa-
estos eufemismos son discutibles en un debate queada a esas poblaciones entre pocas familias
político con voluntad de transformación. del poder. Aun cuando durante el siglo XX los
El párrafo anterior intenta introducirnos gobiernos democráticos del Partido Radical y
en una problemática central para toda nación del peronismo intentaron corregir esta perver-
soberana e independiente: ¿qué uso puede ha- sión inicial, la historia de los militares en el po-
cerse de los recursos naturales que son bienes der tiene mucha relación con esa clase terrate-
comunes de esa comunidad imaginada que lla- niente formada en base al exterminio y saqueo
mamos Estado-Nación? que marcó nuestra historia.
Al constituir los recursos naturales los bie- Pero en la actualidad esa clase terratenien-
nes no producidos por el trabajo humano y for- te, aún con ínfulas de conservación del viejo
mando parte de lo que se ha llamado en Occi- poder, pasó a convertirse en un sector subor-
dente “naturaleza”, quienes deciden su uso son dinado a los nuevos actores económicos que
aquellos que transitoriamente tienen a su cargo el neoliberalismo global propició y nosotros
la conducción y gestión del país. En estas so- denominamos “agronegocio”. Esos nuevos ac-
ciedades capitalistas modernas/coloniales/pa- tores, que no necesariamente están encarna-
triarcales/racistas, ese uso lo decide una de sus dos en una persona física, acarrean a modo de
instituciones más importantes: el Estado. “polizontes” al peor rasgo del capitalismo ac-
El Estado argentino nunca se caracterizó tual, como dice Boaventura de Sousa Santos:
por el respeto a la naturaleza ni tampoco por hambre infinita de recursos naturales y sobre
las poblaciones originarias, que sí la han res- todo tierra.
petado desde siempre. Recordemos que el 82% Por todo esto insistimos en que debe revisar-
de los territorios que aún pueden usarse para se la utilización que el gobierno propicia para
la reproducción de la humanidad, están en te- los recursos naturales y en especial para la tie-
La tierra: polisemias, confusiones y debates  921

rra. Recordemos que somos uno de los países de la población, exportar el resto jerarquizando
de mayor concentración de tierra, con unida- a América Latina, volver a los saberes campe-
des de 538 hectáreas en promedio y de los que sinos y a un conocimiento científico-técnico al
más hipotecamos ese recurso con la tendencia servicio de la soberanía nacional y el bienestar
al monocultivo de granos en base a las llamadas de las poblaciones, como rechazo a este cono-
tecnologías de punta —por ejemplo, el paque- cimiento “tecnocientífico” al servicio del lucro
te sojero— que por el principio precautorio no de los grandes actores económicos del neolibe-
debiera utilizarse. Y se lo utiliza, se lo expande, ralismo global.
se avanza sobre los bosques nativos, las yungas ¿Responde esta ley a esas demandas? De nin-
y el saqueo de los territorios campesinos e in- gún modo: limita la venta a extranjeros a un 15%
dígenas. Dice un grupo de pueblos indígenas en del territorio rural cuando ni siquiera se sabe
relación con la Ley de Tierra: cuánto ya está en manos de ellos y no mencio-
na nada acerca de la utilización del suelo o de
El tratamiento de la Ley de Límite a la Extranje- su cuidado, que es responsabilidad primordial
rización de la Tierra, lesiona gravemente la paz y de un Estado por ineludible su compromiso in-
la paciencia que tuvieron los pueblos originarios tergeneracional. Más grave aún, complementa
durante cientos de años, haciéndolos responsa- esta legislación con el Programa Estratégico
bles absolutos de las muertes de hermanos indí-
Agroalimentario, en el que sin eufemismos pro-
genas de todo el territorio nacional hasta la fecha
fundiza el modelo del “agronegocio” y estable-
e intimándolos a reflexionar en tratar prioridades
que beneficien a unos cuantos en desmedro de ce una meta de aumento del 60% del volumen
millones, informándoles que damos por finaliza- de producción, que implica ampliar este tipo de
do cientos de años de rogarles diálogos y parti- expansión que critican los pueblos indígenas.
cipación real. (Junta Indígena Nacional de Con- Todo adornado con propuestas que los hom-
flictos, 2011) bres y mujeres que pensaron el desarrollo agra-
rio capitalista en los comienzos del siglo XX, ya
Los pueblos originarios, las comunidades cam- habían enunciado. Es decir, el pensamiento so-
pesinas y los pequeños productores capita- cial que acompaña estas leyes atrasa un siglo,
listas de lo que denominamos “agricultura de mientras el creador del movimiento de quien se
alimentos”, reclaman producir la alimentación dice tributario este gobierno, Juan Perón, en su
922 Estudios rurales y movimientos sociales. Miradas desde el Sur

“Mensaje ambiental a los pueblos y gobiernos Bibliografía


del mundo” de 1972, se adelantaba 40 años a lo
que hoy llamamos pensamiento social del siglo Junta Indígena Nacional de Conflictos 2011
XXI que circula en debates generales y consti- “Nota dirigida a los Señores Diputados de la
tucionales en otros países de América Latina: Nación”, 14-12.
Meillassoux, C. 1987 Mujeres, graneros y
El ser humano ya no puede ser concebido inde- capitales (México DF: Siglo XXI), .
pendientemente del medio ambiente que él mis-
Perón, J. 1972 Mensaje Ambiental a los Pueblos
mo ha creado. Ya es una poderosa fuerza biológi-
y Gobiernos del Mundo (Buenos Aires:
ca y, si continúa destruyendo los recursos vitales
que le brinda la Tierra, solo puede esperar verda-
Instituto de Altos Estudios Juan Perón).
deras catástrofes sociales para las próximas dé- Sacher, W. s/f Disertación en el Instituto Gino
cadas […] El ser humano cegado por el espejis- Germani (Buenos Aires) inédito.
mo de la tecnología, ha olvidado las verdades que
están en la base de su existencia. Y así, mientras
llega a la Luna gracias a la cibernética, la nueva
metalurgia, combustibles poderosos, la electróni-
ca y una serie de conocimientos teóricos fabulo-
sos, mata el oxígeno que respira, el agua que bebe
y el suelo que le da de comer y eleva la tempe-
ratura permanente del medio ambiente sin medir
sus consecuencias biológicas. Ya en el colmo de
su insensatez, mata el mar que podía servirle de
última base de sustentación. (Perón, 1972)

No es casual entonces que, a partir de 1973, el


presidente Juan Perón enviara al Congreso Na-
cional un paquete de leyes sobre el sector agra-
rio, que hubiese cambiado este destino colonial
que hoy parece imposible eludir.
El Foro Social Mundial de Porto
Alegre: otro paso de los movimientos
sociales globalizados* **
Norma Giarracca, Miguel Teubal*** y Diego Domínguez****

Introducción signo distintivo la reacción al profundo malestar


causado por las consecuencias —económicas,
En la década del noventa, después de un período sociales, políticas y culturales— derivadas del
en el que habían decaído los llamados “nuevos “neoliberalismo”. Recordemos que, como dicen
movimientos sociales” en Europa, comenzó una los estudios clásicos sobre estos temas (Michael
fuerte expansión mundial de protestas sociales Lipsky, citado por Della Porta y Diani, 1999), la
y luchas diversas. La mayoría de ellas tuvo como “protesta” es un recurso de aquellos que carecen
de poder para tomar decisiones que afectan a las
grandes mayorías. De hecho, los movimientos
* Giarracca, N.; Teubal, M. y Domínguez, D. 2001 “El de protesta han tenido efectos cuando generan
Foro Social Mundial de Porto Alegre. Otro paso de los
movimientos sociales globalizados” en Giarracca, N.
(coord.) La protesta social en la Argentina. Transfor- *** Economista, PhD en Economía Agraria de la Uni-
maciones económicas y crisis social en el interior del versidad de California, Berkeley. Profesor consulto e
país (Madrid / Buenos Aires: Alianza). investigador superior del CONICET. Fue profesor ti-
tular de Economía Agraria en la Facultad de Ciencias
** Un artículo muy parecido a este fue publicado en Económicas, y de Economía II de la Facultad de Cien-
Realidad Económica, N° 178. En esta nueva versión cias Sociales de la UBA. Ex-miembro del Transnational
acortamos la información acerca de Vía Campesina e in- Institute de Ámsterdam.
trodujimos reflexiones acerca del evento generadas por
organizaciones rurales y ecologistas de nuestro país. En **** Doctor en Ciencias Sociales. Investigador del Insti-
tal sentido, queremos agradecer al Grupo de Reflexión tuto Gino Germani, sociólogo y docente de Sociología
Rural y a las Mujeres Agropecuarias en Lucha, sus opi- Rural de la Facultad de Ciencias Sociales en la Univer-
niones y reflexiones en relación con el evento. sidad de Buenos Aires.
924 Estudios rurales y movimientos sociales. Miradas desde el Sur

formas de acción, nuevas, heterodoxas, dramá- ción, en el símbolo de la destrucción de “una


ticas y cuestionables en su legalidad. agricultura con agricultores”. Los campesinos
Si bien a finales de siglo fue cuando las pro- de Francia, Italia, España, en conexión con
testas adquirieron el carácter “global” con Seatt- agricultores de la India, Asia en general, Amé-
le, Praga, Davos, durante toda la década algunos rica Latina, etcétera, iniciaban Vía Campesina,
movimientos sociales irrumpieron en la prensa una interesante organización que es capaz de
internacional y crearon lazos internacionales articular diversas demandas, diversas culturas,
a través de Internet: fue así en el despertar del diversas tradiciones, con sólidas y rigurosas
10 de enero de 1994, en la Selva Lacandona de propuestas (que veremos más adelante).
Chiapas cuando los indígenas zapatistas comen- Todo ello y mucho más, precedió al Foro Mun-
zaron su lucha; fue así con las acciones de movi- dial de Porto Alegre que se desarrolló del 25 al 31
mientos ecologistas que conmovieron al mundo de enero de 2001; pero el encuentro “gaúcho” fue
formando una cadena de acciones a raíz de la pensado y organizado como un eslabón distinto
decisión de Jacques Chirac, en 1995, de realizar en esta cadena de eventos de la resistencia glo-
pruebas nucleares en el atolón de Mururoa; fue bal. En efecto, el Foro Social Mundial tuvo como
así con las luchas y marchas de los campesinos finalidad transitar por una reflexión que batalle
de la India por todo el mundo, a raíz de la polí- con las ideas dominantes, presentadas como
tica de la empresa Monsanto en aquel país; fue “la única salida”, convertidas en sentido común
así, cuando los organismos de derechos huma- durante mucho tiempo. La palabra, el encuentro
nos lograron “globalizar” la aplicación de jus- cara a cara para discutir ideas, predominó como
ticia a los represores latinoamericanos; fue así forma de acción aun cuando no faltaron las tra-
cuando el mundo conoció y apoyó las luchas del dicionales “acciones directas” (levantar los culti-
Movimiento Sin Tierra de Brasil. vos con semillas transgénicas de los campos de
Luego conocimos Seattle, que si bien irrum- Monsanto, irrumpir en un McDonald’s), las ex-
pió como “novedad”, tuvo por detrás una sólida presiones teatralizadas, musicales.
organización que se fue cristalizando en la dé- En este trabajo, nos proponemos desde nues-
cada. Para los que seguimos los procesos agra- tras propias experiencias como participantes del
rios, sabernos que la Organización Mundial del Foro y cientistas sociales estudiosos de los nue-
Comercio (OMC) se convertía, desde su crea- vos movimientos sociales de los mundos rurales,
El Foro Social Mundial de Porto Alegre | N. Giarracca, M. Teubal y D. Domínguez  925

transmitir algunas imágenes del evento y una seriedad, con políticos cálidos, cercanos a la
comprensión más general del significado dentro gente y, sobre todo, incorruptibles.
de los movimientos de resistencia globalizada. El evento prometía ser de alta participación,
Nos detendremos, por razones obvias, en la or- pero la realidad desbordó todas las expectati-
ganización Vía Campesina así como en la parti- vas. Las cifras periodísticas indicaron que cir-
cipación de los grupos rurales de la Argentina. cularon cerca de 20 mil personas en el Centro
de Eventos de la Pontificia Universidad Católi-
ca, uno de los pocos lugares preparados para
Un evento mundial “a la brasileña” recibir semejante cantidad de participantes.
Hubo 117 países representados, 104 panelistas,
El partido gobernante de Río Grande do Sul — 1870 periodistas de todo el mundo y 50 traduc-
Partido del Trabajo— tuvo un papel de primer tores “oficiales” (en los talleres hubo muchos
nivel en la organización del Foro y recibió la más de forma espontánea).
reprimenda del gobierno nacional bajo el argu- El Foro abrigó “tribus” de todos los conti-
mento del gasto que había demandado su pre- nentes, de todos los matices del amplio espacio
paración. Sin embargo, los habitantes de Porto del “progresismo” internacional, de todas las
Alegre se sentían de parabienes por la cantidad demandas que el mundo puede hacerle a este
de personas que se alojaban, tomaban taxis, “mundo” que las clases dirigentes muestran
consumían en la caliente ciudad sureña bajo el aún con cierto orgullo.
calor estival. Y la elección del lugar fue funda-
mental para crear un clima de optimismo en los Colores, razas, indumentarias e idiomas de varias
participantes, ya que la consigna “otro mundo partes del mundo se unieron ayer en un desfile
es posible” cobraba un sentido realista frente a por el centro de Porto Alegre en la Marcha con-
tra el Neoliberalismo y por la vida. La caminata
un Estado con crecimiento económico mayor
reunió millares de participantes del Foro Social
al nacional, con una tasa de desocupación de Mundial. (Zero Hora, 26-1-2001)
un dígito, con una ciudad que hasta hoy hace
alarde de discutir participativamente su presu- El diario más leído en Porto Alegre, considera-
puesto, con una universidad estatal progresista do poco simpatizante del partido gobernante,
pero que guarda celosamente su excelencia y
926 Estudios rurales y movimientos sociales. Miradas desde el Sur

celebraba de este modo la marcha inaugural asegurar la distribución de la riqueza? ¿Cómo


del 25 de enero. Y, en efecto, la celebración de construir ciudades sustentables? ¿Cómo forta-
apertura del Foro, presagió las diversidades lecer la capacidad de acción de las sociedades
étnicas, culturales, de idiomas, de edades, de civiles y la construcción del espacio público?
ubicaciones sociales, de ideas que atravesarían ¿Cómo asegurar el derecho a la información
el encuentro. Junto a los tambores que repro- y la democratización de los medios de comu-
ducían la “batida” del grupo bahiano Olodum, nicación? ¿Cuáles son los límites y las posibi-
la marcha mostraba al ex-ministro del Interior lidades de una ciudadanía planetaria? ¿Cómo
de Francia, Jean Pierre Chevenement, a la pla- garantizar las identidades culturales y proteger
na mayor del PT, a jóvenes entusiastas con pan- la creación artística de la mercantilización?
cartas de todo tipo, esbeltas africanas con sus ¿Cuáles son los fundamentos de la democracia
bellas indumentarias, confluyendo todos en un y de un nuevo poder? ¿Cómo democratizar el
encuentro que generaba optimismo y mucha poder mundial? ¿Cuál es el futuro de los Esta-
energía social. dos Naciones? ¿Cómo mediar en los conflictos
Luego siguieron cuatro días de intenso traba- y construir la Paz?
jo en cuatro “mesas” simultáneas que todas las Durante la tarde se desarrollaron alrededor
mañanas abordaban temas tales como: ¿Cómo de 370 talleres armados por las organizaciones
construir un sistema de producción de bienes no gubernamentales y al atardecer se llevaron
y servicios para todos? ¿Qué comercio inter- a cabo los “testimonios”, donde pudimos escu-
nacional queremos? ¿Qué sistema financiero char a Eduardo Galeano, Lula, Hebe de Bonafini,
es necesario para asegurar la igualdad y el des- João Stedile y Danielle Mitterrand, entre otros.
envolvimiento? ¿Cómo garantizar las múltiples Los talleres fueron verdaderos laboratorios
funciones de la tierra? ¿Cómo traducir el des- sociales donde ONG de todo tipo, gremios,
envolvimiento científico en desenvolvimiento centrales campesinas, empresarios, centros
humano? ¿Cómo garantizar el carácter públi- académicos o profesionales, expusieron for-
co de los bienes comunes a la humanidad, su mas de acción y nuevos esquemas de conoci-
desmercantilización, así como el control social mientos; problematizaron y marcaron agendas;
sobre el medio ambiente? ¿Cómo promover la se expandieron y fortalecieron en el encuentro
universalización de los derechos humanos y mismo. Las discusiones de los talleres fueron
El Foro Social Mundial de Porto Alegre | N. Giarracca, M. Teubal y D. Domínguez  927

participativas ya que panelistas y asistentes con el Foro Económico Mundial que se reúne
intercambiaban puntos de vista verbalmente, todos los años en la ciudad de Davos, Suiza, y
cara a cara (a diferencia de lo que ocurrió en a la que asisten los actores “destacados” de la
las “mesas” donde las preguntas se hicieron economía y las finanzas mundiales. Pero hubo
por escrito); hubo casos en que miembros de una diferencia significativa con las protestas
movimientos y organizaciones presentes fue- realizadas anteriormente. No cabe duda de
ron invitados a convertirse en panelistas. Sin que la crítica a Davos ha generado protestas
traducción simultánea (como durante las ma- de todo tipo, debido precisamente a las conse-
ñanas), en los talleres en los que participamos cuencias de las políticas que sustentan el “pen-
nadie se quedó sin entender otros idiomas por samiento único”. Porto Alegre dio cuenta de la
las iniciativas espontáneas y autoorganizadas diversidad y variedad de esa crítica en todos
de los presentes. En síntesis, en estos talle- los órdenes sociales, económicos, políticos,
res no solo se registraron “novedades” en las culturales, mediáticos, etcétera.
intervenciones y narrativas de los panelistas Asimismo, esa perspectiva crítica a Davos
sino que, en muchos casos, el espacio mismo representa a la gran mayoría de la población
se convirtió en un buen ejemplo de prácticas mundial. Como señaló Veja, revista de gran
sociales innovadoras. difusión en el Brasil que no simpatizaba con
lo que estaba ocurriendo en Porto Alegre,
pero que no podía dejar de reconocer su ra-
Por qué el foro fue el “Antidavos” zón de ser:

La resistencia al pensamiento único, al neolibe- Si la población mundial estuviese representada


ralismo, a los intereses financieros internacio- por una villa de 100 habitantes, el escenario sería
nales constituyó un elemento unificador de las el siguiente: 63 serían asiáticos, trece africanos,
diez europeos, nueve sudamericanos y apenas
protestas que se dieron en los últimos tiempos.
cinco norteamericanos. Esos pocos norteameri-
El Foro Social Mundial, como decíamos antes, canos serían dueños de 59% de toda la riqueza de
se enmarcó claramente en este movimiento. La la villa. Ochenta personas habitarían viviendas
fecha para su realización no fue caprichosa: se precarias, setenta serían analfabetas y cincuenta
trataba de realizar un encuentro simultáneo
928 Estudios rurales y movimientos sociales. Miradas desde el Sur

mal nutridas. La globalización económica que be- ques planteados. Del lado del Foro Económico
neficia a mucha gente (sic) no consigue todavía la cara más saliente del debate fue la del magna-
aplanar las desigualdades sobre las cuales las so- te George Soros. Estuvo acompañado por Björg
ciedades humanas construyen su progreso. (Veja, Edlund, representante de una multinacional
31-01-2001)
sueca, y dos funcionarios de las Naciones Uni-
das, March Mallour y Jorge Ruggie. Desde Porto
En efecto, también Davos comienza a preocu- Alegre expusieron Rafael Alegría, titular de Vía
parse por las consecuencias de sus políticas, Campesina, Bernard Cassen, de la organización
por lo que los promotores del neoliberalismo ATTAC, Hebe de Bonafini, de Madres de Plaza
tienden a considerar como “costos sociales de Mayo, Aminata Traoré, ministra de Cultura
inevitables” de ese pensamiento único, pero de Malí; Oded Grajew, presidente de la organi-
nunca poniendo en cuestionamiento la esencia zación empresaria Cives, y uno de los organi-
misma del proyecto global. En ese sentido du- zadores activos de Porto Alegre, la norteame-
rante el encuentro se hizo hincapié en que “Da- ricana Njoki Njehu y Waldo Bello, economista
vos necesita de Porto Alegre”. ¿Podría ser que filipino miembro del Transnational Institute de
ese proyecto tremendamente excluyente esté Ámsterdam y representante de una ONG.
perdiendo legitimidad en el concierto mundial, El debate fue en gran medida un “diálogo
y por tanto necesite de reajustes “sociales” entre sordos”, y esto vale como metáfora así
siempre y cuando no cuestionen los fundamen- como descripción de un hecho real: fallas téc-
tos mismos del modelo? nicas de la transmisión originadas en Suiza.
“Estamos aquí para discutir economía y
La teleconferencia-debate: defendemos el derecho de ustedes de discu-
Davos-Porto Alegre tir en Porto Alegre las cuestiones sociales”,
dictaminó uno de los miembros de Davos. A
Durante el encuentro se produjo un diálogo lo cual Porto Alegre respondió críticamente:
electrónico entre Porto Alegre y Davos. La te- “Porto Alegre es el futuro, Davos ya es el pa-
leconferencia enfrentó a miembros del Foro sado”. Soros pasó a ser blanco de las críticas
Social con miembros del Foro Económico, en y abucheos (en Porto Alegre) desde el primer
un intercambio un tanto desigual por los enfo- momento: “Me llamo George Soros y estoy in-
El Foro Social Mundial de Porto Alegre | N. Giarracca, M. Teubal y D. Domínguez  929

teresado en reformar, no en destruir”, se de- Qué es Vía Campesina


fendió el magnate.
La presidenta de Madres de Plaza de Mayo le Como decíamos antes, Vía Campesina fue un
respondió: “Me llamo Hebe de Bonafini y estoy actor importante en el Foro Social Mundial por
en Porto Alegre para denunciar que la deuda muchas razones: siendo el país anfitrión Bra-
externa se paga con vidas”. sil, el Movimiento de los Sin Tierra (MST) tuvo
Oded Grajew, siguiendo en esta tónica, pre- una fuerte presencia y despertó las simpatías y
guntó si sabían cuántas veces se había pagado curiosidad de las delegaciones de los países in-
ya la deuda externa y cuántos niños mueren vitados (hubo una actividad en los asentamien-
por día en el mundo. Soros contestó diciendo tos del MST); José Bové, de la Confederación
que hoy las multinacionales producen más ri- de Campesinos Franceses, había alcanzado
queza que el trabajo campesino. Bonafini lo in- fama internacional a raíz de las acciones contra
crepó duramente por evadir la respuesta. los McDonald’s en Francia; los agricultores de
En definitiva, como era de esperar, casi no todo el mundo se sienten amenazados frente al
hubo diálogo. Davos insistía en la necesidad de modelo concentrador.
discutir “seriamente” los temas económicos, a El Movimiento Mundial Vía Campesina nu-
lo que Porto Alegre respondía insistiendo en la clea organizaciones de campesinos, campesi-
preeminencia de los temas sociales. Sin embar- nas, indígenas, trabajadores rurales, pequeños
go, se puso de manifiesto, eso sí, que los temas agricultores, de más de 26 países de África,
sociales, en efecto, forman parte de los temas América, Asia y Europa, representando alrede-
económicos y que el problema puede reducir- dor de 40 millones de campesinos del mundo
se al interrogante ¿de qué estamos hablando todo. Algunas de las organizaciones miembro
cuando hablamos de economía? Aminata Trao- más destacadas de América Latina son la Con-
ré, resumió: “…el debate demostró la arrogan- federación Latinoamericana de Organizaciones
cia de los ricos y la necesidad que tenemos de Campesinas (CLOC), y el Movimiento Sin Tie-
consolidar este movimiento social y crear al- rra (MST) de Brasil. La Argentina está repre-
ternativas”. sentada a través del Movimiento Campesino de
Santiago del Estero (MOCASE) y de la Coor-
dinadora de Organizaciones de Campesinos,
930 Estudios rurales y movimientos sociales. Miradas desde el Sur

Indígenas y Trabajadores Rurales de Argentina y a favor del amor a la tierra, de la preserva-


(COCITRA). ción de los saberes tradicionales, del respeto
Con la consigna “Globalicemos la lucha, glo- a la diversidad biológica y cultural como prin-
balicemos la esperanza”, el movimiento cam- cipio de la vida, y de la implementación de un
pesino internacional Vía Campesina reinstala plan de acción llamado Campaña Global por la
el debate sobre un modelo de desarrollo rural Reforma Agraria.
que se enmarca en una propuesta de cambio En términos específicos Vía Campesina se
social más amplia, que alcanza a la sociedad enfrenta con el modelo de agricultura que prio-
en su conjunto, y no solo a los campesinos. De riza la racionalidad económica, basada en el lu-
esta manera Vía Campesina proyecta la histó- cro, por ende depredadora del medio ambiente
rica demanda campesina de reforma agraria en la medida de sus intereses; que homogeneiza
sobre el escenario global de un desarrollo am- la producción, las tecnologías, las semillas, que
biental y socialmente sustentable: es excluyente de las formas de vida rural; que
genera el éxodo de la población, y profundiza
Es necesario proponer cambios en la agricultura, la pobreza urbana y rural. Vía Campesina exige
en la propiedad de la tierra y en los procesos de que los gobiernos del mundo hagan cumplir los
desarrollo rural, como parte de un amplio proyec- derechos de los agricultores; que se destine la
to popular para nuestros pueblos. Donde haya un tierra para las familias que quieran producir;
nuevo orden económico, social y político.
que se eliminen todas las ayudas directas e
indirectas a las exportaciones; que se incluya
En términos generales Vía Campesina se ex- en los sistemas de enseñanza de las escuelas
presó en su III Asamblea Internacional (Banga- básicas el tema de una agricultura campesina
lore, India, octubre de 2000) contra el sistema sustentable buscando generar un cambio de
económico neoliberal, contra el pago de los actitud hacia la Madre Tierra; y finalmente, que
intereses de la deuda externa de los países del se establezca un modelo de desarrollo rural
Tercer Mundo, contra la reconcentración de la con campesinos.
tierra, contra las políticas del Banco Mundial, A partir de esta agenda general y específica
contra la represión en el campo y la existencia Vía Campesina se proyecta en el escenario glo-
de milicias privadas y de grupos paramilitares, bal en representación de los campesinos del
El Foro Social Mundial de Porto Alegre | N. Giarracca, M. Teubal y D. Domínguez  931

mundo, instalando un discurso capaz de produ- tivos transgénicos, movilizaciones urbanas,


cir alianzas con los movimientos sociales que manifestaciones ante organismos nacionales e
actualmente proponen una alternativa inclusi- internacionales, presentación de proyectos de
va de humanidad… un mundo donde entren ley, elaboración de documentos que planteen
todos los mundos. Vía Campesina no solo ha alternativas al modelo agrario sin campesinos
logrado desarrollarse como la expresión pro- que se quiere imponer, etcétera.
piamente campesina a nivel mundial, incorpo- Como ejemplo de la actitud de movilización
rando todas las problemáticas del sector, sino permanente que proponen han convocado la
que sustenta su argumentación en valores uni- población mundial —con motivo del 17 de abril,
versales. Lo innovador del planteo que realiza Día Mundial del Campesino— con el fin de ele-
Vía Campesina es que apela al “derecho a la var las demandas protestando globalmente
vida” para oponerse al proyecto de las grandes contra las semillas y alimentos genéticamente
multinacionales en el campo, y al proyecto or- modificados (transgénicos) y su patentamiento
ganismos financieros y comerciales multilate- por las transnacionales de agroquímicos. Sus
rales en el mundo. acciones defienden la soberanía alimentaria y
El movimiento internacional campesino comercial, y de la bioseguridad, postulando la
alerta de los riesgos que corre ya no un sec- primacía de los derechos humanos y del valor
tor de la sociedad, ya no un país, ya no los de la vida por sobre los intereses comerciales,
excluidos y olvidados del mundo, sino toda la (que refleja la OMC).
humanidad, conjuntamente con la naturaleza, Vía Campesina postula la lucha por los dere-
en cuanto diversidad biológica y cultural: “La chos de los agricultores, que son eminentemen-
diversidad es nuestra propia forma de vida”. te colectivos, en todos los escenarios e instan-
La Vía Campesina eleva LA VIDA como única cias nacionales e internacionales (ONU, OMC,
razón y ley de nuestra existencia presente y fu- FMI, OIT, FAO, etcétera).
tura: “Los genes, la vida, son propiedad de la Los campesinos cuentan actualmente con la
misma vida”. posibilidad histórica de ampliar sus recursos
Para entablar la resistencia y lucha, no solo políticos y su capacidad de acción, pues po-
expone argumentos sino que promueve la ac- seen un movimiento social internacional enrai-
ción directa no violenta: destrucción de cul- zado en los espacios locales. En un mundo que
932 Estudios rurales y movimientos sociales. Miradas desde el Sur

se globaliza en varios sentidos, los campesinos alimentos seguros para nuestras familias y la hu-
están demostrando, a partir de Vía Campesina, manidad. Apreciamos nuestra diversidad, tanto
su vitalidad, muchas veces negada y combatida biológica como cultural. El futuro es nuestro.
por izquierda y por derecha, para luchar en de-
fensa propia, por lo que eligen, por el respeto Las organizaciones
de la diversidad en todos los niveles. rurales argentinas
A diferencia de otros movimientos sociales
autocentrados, y del modelo socioeconómico y El Movimiento Campesino Santiagueño es
cultural que se impone con la fuerza de las ar- miembro de Vía Campesina; sin embargo, sus
mas y la inhumana indiferencia desde los cen- dirigentes por distintos problemas no pudieron
tros de poder político y económico, guberna- llegar a Porto Alegre. Algunos de sus jóvenes
mental o no, Vía Campesina lleva adelante una técnicos asumieron la representación y parti-
lucha que, siendo propia, es a la vez global, que ciparon como asistentes en los talleres de la
integra a todos a partir de su diversidad, pues organización internacional.
nos habla de nuestra universal humanidad, de El Movimiento de Mujeres en Lucha —que
nuestra amiga frágil y generosa, la tierra, de se propone integrar Vía Campesina— estuvo
nuestra responsabilidad para con las próximas representado por su presidenta Lucy de Corne-
generaciones, que nos convoca a recuperar la lis. Para Lucy el Foro Social Mundial fue una
humildad, abandonar un poco la obscenidad experiencia excepcional. Participó y expuso su
del exceso y la abundancia, pero también la de experiencia en un taller de la tarde, donde se
la miseria, y celebrar la vida, cada uno a su ma- presentaron varias organizaciones latinoame-
nera, pero todos juntos, con lucha, con alegría, ricanas y europeas. Lucy se conmovió al com-
con dignidad. probar cómo luchan por obtener la tierra las
organizaciones campesinas latinoamericanas.
Nosotros, los campesinos y campesinas y socie-
dades agrícolas de pequeña escala, no estamos Escuchar a los africanos, a los franceses, a los la-
vencidos. Somos fuertes y tenemos determina- tinoamericanos, se te abrió la mente. Vemos que
ción y somos la mayoría en el mundo. Estamos este sistema ha atacado a todo el mundo… uno
orgullosos de nuestro trabajo, el cual es producir descubre cuánta gente tiene necesidad de tierra y
El Foro Social Mundial de Porto Alegre | N. Giarracca, M. Teubal y D. Domínguez  933

nosotros que la tenemos nos las quieren quitar. Yo Para el Grupo de Reflexión Rural, que viene
creo que las tierras productivas nuestras sirven llevando una campaña sostenida acerca del pe-
también para alimentar al mundo. ligro de perder la diversidad genética y cultural
en nuestro país, el Foro fue la posibilidad de in-
En su exposición, contó como siempre su ex- teraccionar con muchos otros en el mundo que
periencia personal, con palabras sencillas, sin piensan similares cuestiones y de refundar en
aditivos que dramatizaran aún más sus situa- ese diálogo la capacidad de acción, “el recuen-
ciones. Sus palabras tuvieron mucha acogida to de fuerzas y la toma de conciencia de las
tanto en las organizaciones latinoamericanas nuevas dimensiones del movimiento global”:
como en las europeas. Danielle Mitterrand
participó en esta misma mesa y sus palabras Para nosotros en particular, como Grupo de Re-
conmovieron a Lucy: “Escuchar a la señora de flexión Rural y como UITA, fue una gran satisfac-
Mitterrand fue una experiencia importante”. ción y hasta un espaldarazo el que muchos de los
Recordemos que sus suegros fueron colonos temas que hemos tenido que denunciar y debatir
franceses que llegaron a La Pampa y que lega- en la Argentina en casi práctica soledad, hayan
ron aquellas tierras —que hoy están en peligro sido temas centrales del Foro y reiteradamente
de ser perdidas— a su esposo. tratados en diversos talleres. Nos referimos a
defender la necesidad de la Seguridad Alimen-
“Yo estoy trabajando en La Pampa para que
taria, a la lucha contra los organismos transgé-
el año que viene vayamos más a este Foro”, nicos vinculándola a la crítica del modelo rural
acota la presidenta del Movimiento de Mujeres de una agricultura sin agricultores e incluso las
Agropecuarias en Lucha, segura de que este grandes campañas anunciadas para preservar las
tipo de inserciones fortalece a la organización. semillas como patrimonio de la Humanidad.
Estas fueron las únicas organizaciones gre-
miales presentes en el Foro Social Mundial del Y agregan:
2001. No obstante hubo una serie de ONG de
tipo ambientalista, como el Grupo de Reflexión En Porto Alegre tuvimos la ocasión de reflexio-
Rural, Alerta Transgénico, etcétera, y estudio- nar juntos, también fue importante el poder
sos del sector agrario que expusieron la situa- reconocernos mutuamente y comprobar que
ción por la que atraviesa el agro argentino. somos muchos y que cada vez somos más. Fue
934 Estudios rurales y movimientos sociales. Miradas desde el Sur

asimismo valioso para nosotros escucharlo al gias necesarias para poder creer que otro mundo
francés José Bové y a muchos otros reconocidos es posible… Otro mundo es posible.
dirigentes y percibir en ellos las características
de los nuevos liderazgos, su entereza, su agresi- Las vivencias ocurridas fueron plasmando en
vidad, su disposición a estar en la primera línea los grupos, caso el Grupo de Reflexión Rural,
de la lucha y el acompañar siempre a la acción un “espíritu” renovado habitado de conviccio-
con el pensamiento.
nes florecidas:
El Grupo de Reflexión Rural sintetiza la ampli- De manera que no hay otras opciones más que
tud y diversidad del Foro Social Mundial con la las de sumarse a este movimiento de resistencia
imagen de un río abierto capaz de cobijar esos que se propone, un movimiento multitudinario
muchos mundos que el modelo actual solo in- y libertario, un movimiento vivenciable, donde
tenta homogeneizar o marginar: vuelven a existir sueños de justicia y donde la
solidaridad y el amor son otra vez las reglas de
Como un río salido de madre el Foro se hizo in- lo humano.
gobernable e inmanejable, y de ese modo paradó-
jicamente se hizo también de todos, del conjunto
y de cada uno, preservándose en todo momento Algunas reflexiones finales
un clima festivo en que las afirmaciones y exposi-
ciones culturales fueron preponderantes. Un mar
Esos días fueron intensos y nuestras experien-
de colores y de banderas, un universo de vesti-
mentas y una babel de lenguas en que distintos
cias están fragmentadas por las elecciones que
mundos se esforzaron por reconocerse y convi- realizamos en el día a día. Es difícil tener una
vir armoniosamente, eso fue el Foro Social Mun- visión de conjunto, por eso propusimos en este
dial. Y en esos climas mágicos propios de ciertos trabajo transmitir algunas imágenes, describir
momentos únicos en que la historia pareciera algunos escenarios y la organización Vía Cam-
acelerarse, se logró el milagro de aunar absoluta- pesina y arriesgar algunas interpretaciones.
mente lo diverso y demostrar a todos que frente En relación con el debate Davos-Porto Ale-
al avance del capitalismo global, los pueblos han gre, que tanto dio que hablar, circularon dos in-
encontrado una alternativa de pensamiento con- terpretaciones: 1) que el diálogo, con todas sus
testatario y son capaces de elaborar las estrate-
El Foro Social Mundial de Porto Alegre | N. Giarracca, M. Teubal y D. Domínguez  935

dificultades, fue importante y posibilitará que en va de las movilizaciones ocurridas en Europa,


un futuro los poderosos actores de la globaliza- contra el Acuerdo Multilateral de Inversiones
ción neoliberal incorporen los reclamos; 2) que (AMI) en 1998; las grandes manifestaciones
ese domingo se puso en acto algo profundo que de Seattle, durante y contra el encuentro de
expresa que no hay diálogo posible, que los ac- la Organización Mundial del Comercio (OMC)
tores que mostraron las cámaras desde Davos y en noviembre de 1999; las realizadas en Wash-
Porto Alegre pertenecen a dos mundos sociales ington, Praga, Niza y otras ciudades en meses
y culturales irreconciliables. Mientras la primera recientes, en contra de las políticas del FMI y
postura fue sostenida por la prensa moderada, la el Banco Mundial, etcétera. Esas movilizacio-
segunda se apoyaba en la evidencia empírica de nes —y muchas otras que se realizaron desde
todos estos años que mostró, tanto en el plano entonces— pusieron definitivamente en evi-
nacional como global, que los fundamentalistas dencia la emergencia de un movimiento cívico
del neoliberalismo fueron incapaces de incorpo- mundial, más allá de las fronteras nacionales,
rar en sus discursos y políticas los reclamos de de resistencia al neoliberalismo.
los diversos actores que luchan por un mundo El encuentro fue muy importante, además,
más justo, equitativo y solidario. en ese propio intento de constituir una iden-
En definitiva, el Foro se constituyó, en pala- tidad colectiva de carácter internacional. Las
bras de su propia convocatoria, simbologías que comienzan a representar este
tipo de eventos —las “acciones directas” no
en un marco de esperanza y un nuevo espacio violentas, las dramatizaciones con buena dosis
mundial para la reflexión y la organización de to- de teatralidad en las marchas y actos, la mez-
dos aquellos que se contraponen a las políticas cla de arte (emociones) con pensamiento, los
neoliberales y que están construyendo alternati- “pañuelos” (blancos de las Madres de Plaza de
vas para priorizar el desenvolvimiento humano y
Mayo; verdes de Vía Campesina), etcétera—
la superación de la dominación de los mercados
dan cuenta de la creación y circulación de códi-
en cada país y en las relaciones internacionales.
gos comunes. Tal vez el más explicitado sea el
de la “no violencia” sobre los seres vivientes de
Como decíamos al comienzo de este trabajo, la
este planeta y el respeto por el planeta tierra en
propuesta de crear el Foro Social Mundial deri-
general. De ahí que en los métodos más radica-
936 Estudios rurales y movimientos sociales. Miradas desde el Sur

lizados de los activistas, denominados “acción Bibliografía


directa”, se complementen con el calificativo
“no violenta” y los componentes “ecologistas” De Sousa Santos, B. 2000 A crítica da razão
sean comunes a varios movimientos. indolente. Contra o desperdício da
Estos códigos y símbolos esbozan un pro- experiência (San Pablo: Cortez).
yecto que intenta desafiar al “neoliberalismo”. Della Porta, D. y Diani, M. 1999 Social
En el nivel de las ideas (alternativas como Movements. An Introduction (Oxford:
suele decirse), es un momento de “transición Blackwell).
paradigmática” (De Sousa Santos, 2000): co- Vía Campesina 2000 Secretaría Operativa
mienza a romperse la hegemonía (el sentido Internacional (Tegucigalpa).
común) del pensamiento “neoliberal”, pero
por la propia fuerza de su brutalidad más que
porque se expanda un pensamiento crítico con Otras fuentes
efectos sobre la arena social. En este nivel, en
el Foro hubo algunos intentos de “mimeogra- Periódico Zero Hora.
fiar el pasado” (como dice una canción popular Revista Veja.
brasileña), muchas propuestas derivadas de la
propia experiencia de la gente (como las de Vía
Campesina, por ejemplo) y algunos esfuerzos
de interesantes intelectuales para construir la
parte de la bisagra que apoye y sustente en el
plano de las ideas (un nuevo sentido común) a
tanta energía social desafiante y rebelde pero
también organizadora y “agencial”.
Recuperación del territorio,
“recuperación de Estado”
Mosconi, Argentina después
de ocho años de lucha* **

Norma Giarracca y Juan Wahren***

“Este continente, con la cooperación de hom- cambio, de esta cooperación ha sufrido cinco
bres y de capitales europeos, y en los últimos siglos de vasallaje, que aún vive, pues la mayor
tiempos también norteamericanos, ha empren- parte de los beneficios de sus exportaciones no
dido su constitución económica e iniciado la quedan en su poder. Tiempo es que esta situa-
explotación intensiva de sus riquezas natura- ción termine y que tales beneficios sean justo
les, equipándose adecuadamente para ello. En usufructo de los pueblos sudamericanos”.
General Enrique Mosconi
* Giarracca, N. y Wahren, J. 2009 “Recuperación del
territorio, ‘recuperación de Estado’: Mosconi, Argenti-
na después de ocho años de lucha” en Tavares dos San- La localidad de General Mosconi, en la nor-
tos, J. V. (org.) Democracia, violências e lutas sociais teña provincia argentina de Salta, cercana a
na América Latina (Porto Alegre: Editora de Universi- la frontera con Bolivia, alcanza según el úl-
dade Federal do Rio Grande do Sul - UFRGS).
timo censo poblacional 16.267 habitantes y
** Este artículo se basa en investigaciones llevadas a abarca la ciudad que lleva ese nombre, las
cabo con financiación de FONCYT y UBA. Los autores localidades de Campamento Vespucio y Co-
agradecen a la UTD y a los pobladores de Mosconi la ronel Cornejo así como una zona aledaña
predisposición para que este trabajo se lleve a cabo. habitada por las comunidades indígenas wi-
chíes, mocovíes, churupíes y guaraníes. Está
*** Doctor en Investigación en Ciencias Sociales (Uni-
versidad de Buenos Aires) y sociólogo. Becario CONI- administrada formalmente por una estructu-
CET y miembro de GER-GEMSAL (Grupo de Estudios ra municipal y es la sede de la UTD, orga-
Rurales-Grupo de Estudios de los Movimientos Socia- nización generada al calor de los cortes de
les de América Latina).
938 Estudios rurales y movimientos sociales. Miradas desde el Sur

rutas, movilizaciones y luchas iniciadas en fuertemente jerarquizado y los indígenas fue-


1997 (véase Barbetta y Lapegna, 2001; Svam- ron los que quedando afuera recibieron algu-
pa y Pereyra, 2003). nos beneficios indirectos por la vecindad con
Hasta la instalación de la Standard Oil, poblaciones que gozaban de altos ingresos.
fue un espacio destinado a la explotación No obstante este desigualitario mundo
maderera y luego fue adquiriendo el perfil “ypefeano” (creado por YPF), ese pasado se
de las denominadas “economías de enclave” añora pues el presente para la mayoría es de-
alrededor de empresas extranjeras de carác- vastador; tanto el espacio social como el te-
ter extractivo. Con la creación de YPF y los rritorial están configurados por la exclusión
costosos logros de llevar a manos públicas y la situación general está agravada por las
no solo la exploración y explotación sino la condiciones laborales e institucionales que
comercialización del hidrocarburo, el Estado ofrece el Estado provincial. Por tales razo-
se afianzó como organizador y beneficiario nes, quienes lucharon y generaron la UTD, se
de la actividad. Comenzaba de este modo en proponen no solo la construcción de un es-
Mosconi, la producción social del territorio pacio social digno para los desocupados y el
que hoy sus habitantes recuerdan como los resto de la población sino muchas cosas más:
orígenes del lugar. una nueva institucionalización (lo que el re-
De las narrativas de los actores, podemos ferente Juan C. Fernández denomina recupe-
interpretar que mientras los pozos petroleros, ración de Estado) y una recuperación terri-
el ferrocarril, las escuelas, los hospitales, las torial; una reapropiación de sus territorios en
rutas fueron del Estado-Nación a través de el más amplio significado del concepto.
su empresa, el territorio que los contenía era Esta complejidad de espacios, tiempos,
considerado “de todos”; no había nada que sujetos, actores sociales, agentes econó-
disputar más allá de los beneficios que YPF micos, funcionarios políticos municipales,
podía otorgar dentro de un claro sistema de provinciales, nacionales conforman una de
desigualdades. Tal sistema, plasmado sobre las experiencias más rica de la Argentina
el espacio a través de barrios (para técnicos pos-noventa. No solo por la historia de lucha
y gerentes; para empleados y obreros; para del pasado cercano sino por la construcción
las comunidades indígenas, etcétera) estuvo de un presente desde la desconstrucción de
Recuperación del territorio, “recuperación de Estado” | N. Giarracca y J. Wahren  939

ideas tan arraigadas en nuestras “modernas” ejemplo); los vuelve antagónicos; avanza,
naciones, como la de “Estado”, “territorio” territoriza, desgarrando el espacio geográfi-
“trabajo”, etcétera. co (Zibechi, 2003).
En este trabajo tomaremos solo dos de Pero el territorio es mucho más que todo
los aspectos centrales, el que se orienta a la esto; el territorio contiene procesos, son los
recuperación del territorio a través de em- hombres/mujeres quienes territorializan y
prendimientos generados por la UTD y su re- fijan territorialidades; marcan, transforman
significación del “Estado”. La primera parte, esos espacios en lugares (Tuan, 1997). Para
la cuestión territorial, ya fue abordada en un los sociólogos, entre el territorio y el sujeto
trabajo publicado en la Revista de OSAL y en está el lugar, marcado por el hombre/mujer
este escrito suplementaremos ese análisis con pero que, a su vez, le deja marcas primordia-
la cuestión estatal. les. Por eso a pesar de los intentos homoge-
nizadores de la modernidad, los territorios y
lugares expresan múltiples marcas que tam-
De territorios, espacios y lugares bién pueden leerse en clave de desigualdades
y exclusiones. El territorio, muchas veces
La modernidad fragmentó y nominó los terri- identificado como “naturaleza”, en nuestra
torios tanto política como económicamente. concepción incluye de entrada al hombre/mu-
El Estado-Nación fue la unidad política pri- jer, pero como sostiene Morin (2003), de un
vilegiada, quien fijo los límites nacionales modo que lo distingue del resto de sus com-
—proceso no exento de serios conflictos ponentes: puede reflexionar acerca de esta
entre países— como antes lo habían reali- relación, genera una cultura y actúa en con-
zado reyes, emperadores, iglesia, etcétera. secuencia. El “territorio-naturaleza” dentro
La pretensión estatal fue homogenizar espa- del capitalismo se convierte en “recursos na-
cios y poblaciones bajo las categorías “te- turales” y pasa a ser expropiable, degradable,
rritorio nacional” y “ciudadanos estatales”. mercantilizable. Transformada en “recursos”,
Por otro lado, el capitalismo “modernizan- nos dice De Sousa Santos (2003), puede ser
te” jerarquiza y segrega el espacio; dividido, explotada hasta la extenuación y el hombre y
enfrenta unos a otros (campo-ciudad, por la sociedad quedan separados de la naturale-
940 Estudios rurales y movimientos sociales. Miradas desde el Sur

za y esta segregación no permite formular ni importancia del rico subsuelo habilitó tem-
equilibrios ni límites (ibídem: 77). pranamente una conciencia territorial en los
Mosconi, en este escenario conceptual es habitantes, la experiencia práctica de conocer
un lugar conectado profundamente con la ex- acerca de los pozos petrolíferos. A diferencia
periencia, marcado por los mundos de vidas de de otras ciudades intermedias del interior, la
quienes lo habitaron y habitan; podemos decir actividad agrícola no formó parte del acervo
que Mosconi es un lugar practicado (De Cer- cultural o laboral de la región (véase Giarrac-
teau, 1979) que habilita para la comprensión ca et al., 2003). Los habitantes de Mosconi,
de los diversos sentidos que los sujetos ge- Vespucio y Cornejo buscaron siempre salidas
neran sobre el territorio. Permite reconstruir laborales alrededor de la actividad petrolera
procesos de apropiación y desapropiación, de y los servicios ligados a ella mientras las po-
integración y exclusión. Las narrativas de los blaciones aborígenes, como todas las del Gran
sujetos son insumos privilegiados que mues- Chaco, han tenido tradición de pescadores y
tran los entrecruzamientos de culturas, de pa- recolectores y desarrollado una rica actividad
radigmas, de tiempos y de modos de percibir el artesanal textil.
entorno, la relación con los otros y la relación Hoy, cuando la mayoría de los habitantes
con el territorio. siente arrebatado su territorio, la UTD aborda
Como muchas ciudades intermedias del desde actividades productivas y culturales su
interior del país, Mosconi se generó alrede- recuperación y, paradójicamente, la agrícola
dor de actividades económicas primarias, se convirtió en una herramienta de primer ni-
en este caso extractivas: primero la madera vel, no solo por el asentamiento que produce
y luego el petróleo teniendo como encuadre sobre las tierras (municipales u otorgadas en
departamental a General San Martín, actual- comodato por algún privado) sino por repre-
mente tercer productor provincial de soja1. La sentar una herramienta de primer nivel en la
estrategia de la autogestión, de la reproducción
material de la vida.
1 De las 90.602 hectáreas implantadas del Dto. Gene-
ral San Martín, 30.380 corresponden a oleaginosas, es
decir, soja. Se convierte así en el tercer departamento
sojero de la provincia de Salta (CNA, 2002).
Recuperación del territorio, “recuperación de Estado” | N. Giarracca y J. Wahren  941

Del Estado-nación de Estado como la de nación surgieron y están


al “estado de la vida” relacionadas con la historia europea, respon-
diendo a la historia política concreta de aque-
llas sociedades.
El pensador boliviano Raúl Prada, en un tra-
“La recuperación de Estado es eso, es poder ir
buscando las alternativas, las posibilidades y si bajo reciente, pregunta cuál es la función del
te encontrás cerrado el camino, vas a tener que Estado en las sociedades periféricas como las
tratar de pasar por otro lado… te vas a encon- nuestras, qué significación históricas tienen
trar la tranquera allá y no vas a poder pasar: las formas de Estado en nuestras sociedades;
buscás otro lugar… claro, ahora lo que no sabés qué clase de arquitectura política es la que
es cuanto es el tiempo que te va a llevar…” termina de construirse en el decurso de las
Juan Carlos “Gipi” Fernández dramáticas historias de estas sociedades. Y se
acerca a estos interrogantes con una imagen
interesante asemejada al sincretismo que han
La mayoría de los autores coinciden en que sufrido las religiones en nuestro continente: en
el concepto de Estado surge a partir de la nuestras sociedades ocurre algo parecido con
Revolución Francesa y que está muy relacio- las formas estatales, dice el autor, se producen
nado con el capitalismo. Y como dicen los mezclas, simbiosis, dualismos entre las formas
historiadores, la emergencia de la nación fue políticas y los diagramas de poder autóctonos.
fundamento y correlato de los Estados, en el (Prada, 2005: 12).
moderno sentido de comunidad política. Sin Podemos coincidir con B. Anderson cuando
embargo, es interesante saber que hay otro sostiene que la nación es un constructo social,
sentido, previo al moderno, de nación referi- un artefacto cultural que los sujetos en socie-
do a comunidad étnica (Chiaramonte, 2004) dad han utilizado de distintos modos históri-
que podría ser antecedente del significado cos. Fuera de Europa y de los países centrales,
posterior a la modernidad que suelen darle los en muchas circunstancias estos conceptos sir-
pueblos aborígenes. Cuando aparece la comu- vieron como armas de los subordinados para
nidad política, lo hace ligada al Estado y a un poner límites a las expansiones y dominacio-
determinado territorio. Pero tanto la noción nes de aquellas otras naciones. Dicen Negri y
942 Estudios rurales y movimientos sociales. Miradas desde el Sur

Hardt que la nación hizo las veces de línea de las luchas iniciales encaradas por la UTD fue-
defensa contra la dominación de naciones más ron de carácter netamente defensivo, cortaron
poderosas y de fuerzas externas económicas, las rutas, como luego tantos otros desocupa-
políticas e ideológicas (2002: 102). Por eso en dos en la Argentina, reclamando el derecho a
las etapas de “nacionalismos”, los Estados to- trabajar que les permitiera seguir viviendo con
man en sus manos los recursos estratégicos dignidad. Luego, los propios caminos de cons-
como, en América Latina, fue el petróleo. trucción que se fue dando la UTD, marcaron
El “Estado” que rememoran los pobladores nuevas lógicas de organizarse y generaron es-
que salieron a la ruta de la UTD, es ese, el que pacios alternativos a los institucionales y esta-
se hacía cargo de la educación, de la salud, de tales, suplantando funciones que antes cumplía
la vivienda con las ganancias de una actividad el Estado (o YPF en el caso de Gral. Mosconi)
económica tan importante como la petrolera. y generando espacios propios de trabajo y pro-
Desde el derrumbe de ese Estado fueron com- ducción ya que el mercado tampoco los garan-
prendiendo que en la nueva etapa económica, tizaba. Así es como esta “recuperación de Esta-
ese vacío no sería reemplazado por el capital do” implicaría retornar a los vínculos sociales
privado. Por eso la constante necesidad de básicos que existían en la “sociedad salarial”,
evocar otras épocas, presentes en edificios, pero no solo, significaría también la construc-
barrios, pozos petroleros pero por otro lado, ción de alternativas propias, que desconocen
buscar el modo de encontrar otra matriz orga- en la práctica a los espacios institucionales y
nizativa de la vida social de la comunidad. del mercado, y así es como puede entenderse el
En muchas ocasiones cuando hablan de funcionamiento de la UTD como un “municipio
“recuperación de Estado”, los referentes de la paralelo” (López Echague, 2002, Svampa y Pe-
UTD nos remiten a la “recuperación de la fami- reyra, 2003) donde se gestionan desde limpieza
lia, a la recuperación de la vida”. En este sen- de plazas, refacciones de escuelas, paradas de
tido podemos pensar que la referencia a la fa- ómnibus, hospitales y centros de salud, hasta
milia y a la vida apunta a recrear aquellos lazos arreglos y construcción de viviendas en forma
sociales y familiares que la crisis del Estado de cooperativa, pasando por la gestión de puestos
Bienestar y las políticas neoliberales se encar- de trabajo en empresas, planes sociales, y pro-
garon de destruir sistemáticamente. De hecho, yectos productivos cooperativos.
Recuperación del territorio, “recuperación de Estado” | N. Giarracca y J. Wahren  943

Así la concreción de obras y proyectos co- ciones del territorio que se producen en esta
munitarios y productivos configura un entra- región, vemos por un lado a un Estado (provin-
mado socio-territorial en la región que permi- cial y municipal) en una, paradojalmente, acti-
te pensar ciertos procesos que genera la UTD va política de retirada; y a las multinacionales
en esta clave de una construcción autónoma petroleras y sojeras apropiándose de vastas
y alternativa de los canales institucionales de zonas y recursos naturales y, por otro lado, en-
participación y deslegitiman a los funcionarios contramos a la UTD, recuperando la identidad
gubernamentales que ya no son los que ejer- de los trabajadores desocupados a partir de los
cen el “monopolio de la obra pública”. Es esta proyectos productivos, recomponiendo lazos
búsqueda de alternativas al sistema que la UTD sociales perdidos a través de las acciones co-
fue generando es lo que también permite leer lectivas, estableciendo nuevos vínculos entre
la clave de lo que ellos llaman “recuperación sujetos disímiles que conviven y resignifican la
de Estado” y la constitución, de hecho, de un propia organización, generando nuevas formas
municipio paralelo en la zona. Cuando estaban de organizarse. En definitiva, reconfigurando
llegando las maquinarias para los proyectos el territorio en un sentido comunitario, pero
productivos, “Gipi” Fernández comentaba que también productivo y solidario, construyendo
“con las maquinarias, el camión, el tractor, el con añoranza hacia lo “años dorados” del Es-
aserradero, con todos los proyectos, ahora sí tado de Bienestar, pero también sabiendo que
que vamos a ser el municipio paralelo”. ese pasado ya no puede retornar, y que deben
Esta “recuperación de Estado”, creemos, se buscar nuevas formas de sociabilidad e inven-
enmarca en una posible tensión entre una prác- tar nuevas formas de producir y reproducir la
tica política “autónoma” (independiente del vida, sus vidas y sus territorios.
Estado, la Iglesia, los partidos políticos y sin- El General Enrique Mosconi, fundador y
dicatos tradicionales) y una construcción po- promotor de YPF, afirmaba en 1928 en el pró-
lítico-territorial anclada en el plano local, y la logo a su libro El petróleo en el Norte, que “la
concepción “nostálgica” del Estado de Bienes- Standard Oil ha puesto en práctica su ya famo-
tar muy ligada a la experiencia laboral y social so catecismo de acción: la penetración sonrien-
de YPF que trasluce la UTD (Svampa y Pereyra, te, la consolidación cuidadosa y la imposición
2003). Si analizamos las distintas reconfigura- insolente” (citado en Mayo, Andino y García
944 Estudios rurales y movimientos sociales. Miradas desde el Sur

Molina, 1983). Hoy las compañías petroleras de desocupados, jóvenes, indígenas y mujeres
que actúan en la zona2 pasaron del monopolio que dan esa misma y desigual pelea contra las
al oligopolio; pero las estrategias empresarias empresas multinacionales e inacción (o repre-
no parecen haber cambiado tanto desde la dé- sión) estatal, por recuperar sus recursos, sus
cada del veinte del siglo pasado. La etapa de territorios y, en definitiva, por recuperar sus
“penetración sonriente” se dio durante las pri- formas de reproducción de la vida.
vatizaciones, los retiros voluntarios, los “pro-
yectos de reactivación regionales”, la etapa de
“consolidación cuidadosa” también ha conclui- Mosconi, ocho años después
do con la definitiva apropiación de los recursos
del subsuelo y el definitivo retiro del Estado del Los cortes como último recurso
control y regulación de la extracción y explora-
ción petrolífera. Actualmente es la “imposición Actualmente las acciones colectivas de protes-
insolente” el modelo de acción de las petrole- ta de la UTD son muy esporádicas; desde el año
ras multinacionales, que continúan extrayendo 2003 que no se realizan cortes de ruta masivos
los recursos petroleros y gasíferos contami- y prolongados y los de acceso son cada vez más
nando la zona, generando escasas o nulas in- ocasionales. Esto parece obedecer a varios fac-
versiones en las poblaciones locales, así como tores: por un lado el contexto político nacional
contratando escasa mano de obra especializa- hace que estas medidas de lucha hayan perdido
da. En los años veinte quien se opuso a esta bastante legitimidad, lo cual sumado al esfuer-
lógica “extractiva” de las compañías petroleras zo que implica la organización de los proyectos
fue Enrique Mosconi y la ardua construcción productivos y a la campaña de desprestigio
de una empresa petrolera estatal, YPF, potente contra la UTD montada desde el gobierno pro-
y eficaz que compitiera con la Standard Oil y vincial y municipal y las empresas petroleras3 a
defendiera la soberanía de los recursos natu-
rales. Hoy es una organización de excluidos;
3 A fines de 2003 durante un corte de acceso im-
portante a una de las empresas petroleras de la zona,
2 Repsol YPF, Petrobras, Tecpetrol, Pan American fueron incendiadas en un confuso episodio las insta-
Energy, Pluspetrol, etcétera. laciones administrativas y los depósitos de la empresa
Recuperación del territorio, “recuperación de Estado” | N. Giarracca y J. Wahren  945

partir de un incidente durante una de sus pro- un lugar de encuentro de movimientos de todo
testas. Los medios de comunicación local y pro- el país y hasta algunos de América Latina así
vincial han jugado un papel importante en esta como de diversos viajeros. La presencia de
campaña de desprestigio hacia la UTD. cineastas, la discusión de películas críticas al
A todo esto debe sumarse que a la represión modelo neoliberal, los encuentros con gente de
directa por parte del Estado frente a la protesta otras partes de país, talleres, etcétera dan lugar
social, en los últimos años se sumó la estrate- a expansión de su presencia dentro de la comu-
gia de la “judicialización de la protesta social”, nidad y al acercamiento de población marginal
estrategia de la cual Mosconi es un caso pa- o ajena a la organización.
radigmático: José “Pepino” Fernández, uno
de los referentes más importantes de la UTD, De las rutas a los emprendimientos
tiene más de cien causas judiciales, casi todos
los integrantes de la UTD están procesados ju- Con el primer corte de ruta en 1997 comien-
dicialmente por haber participado de alguna zan a aparecer los primeros “Planes Trabajar”4
movilización, corte de ruta, corte de acceso; e que eran gestionados por el Municipio y tenían
incluso existen casos de algunos integrantes de una duración de entre tres y seis meses. En los
la UTD que están procesados por acciones en sucesivos cortes realizados, los pobladores de
las que ni siquiera estuvieron presentes. Gral. Mosconi fueron consiguiendo más subsi-
Aún en estos difíciles escenarios, la UTD dios, hasta que en 1999 es la organización de
acompaña las protestas de otros movimientos, los desocupados quien comienza a gestionar
como fue la de maestros en los comienzos de una porción considerable de ellos. De este
2005 o busca modos de manifestarse que ge- modo se rompe por un lado, el manejo “clien-
neren consenso en la comunidad. Su sede es

4 Los “Planes Trabajar” fueron una herramienta de


en cuestión. Las acusaciones recayeron sobre la UTD, las políticas sociales neoliberales para paliar el crecien-
aunque no hay pruebas fehacientes de que el incendio te proceso de desocupación desde mediados de los no-
haya sido provocado por los manifestantes. La UTD venta. Ahora predominan los denominados “Plan Jefas
plantea que fue obra de infiltrados que provocaron el y Jefes de Hogar desocupados” con un subsidio de $150
incendio para deslegitimar a la organización. (alrededor de 50 dólares).
946 Estudios rurales y movimientos sociales. Miradas desde el Sur

telar” de la Municipalidad y los partidos políti- quienes allí trabajan y para los trabajos comu-
cos tradicionales, y por otro, se habilita para nitarios de la UTD, solo esporádicamente se
que sea la propia organización quien decida vende en el mercado local. En la actualidad se
qué trabajos realizar a partir de esos ingresos. intenta ampliar la producción para poder co-
Se comienzan a sumar a los trabajos comuni- mercializar en los mercados de la zona.
tarios (limpieza de plazas, barridos de calles, En los comienzos los insumos y herramien-
asistencia en comedores, etcétera), proyectos tas necesarios para el trabajo comunitario y
de ampliación y refacción de escuelas y cen- para los incipientes proyectos productivos,
tros de salud, construcción de paradas de óm- fueron obtenidos por medio de lo que ellos
nibus, salones para las sociedades de fomento denominan “cortes de acceso” (bloqueos a las
de los distintos barrios5 y se inicia también el entradas de las empresas petroleras multina-
armado de otro tipo de emprendimientos co- cionales) para demandar estos materiales y
munitarios de carácter productivo: las huertas puestos de trabajo “genuino” (es decir la res-
y las ladrilleras. Se produce de este modo el titución de relación salarial). En la actualidad
pasaje de la etapa de trabajo de servicios co- también reciben subsidios del Ministerio de
munitarios al productivo. La producción de las Desarrollo Social de la Nación y han consegui-
huertas siempre se destinó al consumo de los do maquinarias y vehículos para contar con un
integrantes del equipo de trabajo y en muchos equipamiento adecuado para el desarrollo de
casos también a comedores, escuelas u hospi- los proyectos productivos6.
tales. Lo mismo ocurre con las ladrilleras, lo
producido se utiliza para las necesidades de
6 Nos parece importante resaltar que la UTD fue
una de las primeras organizaciones de desocupados
5 De hecho los trabajos comunitarios se ampliaron en plantearse la realización de proyectos productivos
de múltiples formas en beneficio de la comunidad de propios, autogestionados, como una salida “digna” al
Mosconi y fueron una gran marca de legitimidad de la problema de la desocupación, bastante antes que estos
UTD, frente a la casi inactiva Municipalidad local. Ade- proyectos fueran asimilados por políticas de asistencia
más de lo detallado, la UTD también pintaba y refaccio- gubernamental. Esta puesta en práctica de proyectos
naba casas, cambiaba ranchos por casas de material, productivos tuvo, a partir de esta experiencia, una no-
desmalezaba terrenos, e incluso mantenía en buen es- toria influencia en distintas organizaciones de desocu-
tado el cementerio. pados del resto del país.
Recuperación del territorio, “recuperación de Estado” | N. Giarracca y J. Wahren  947

De este modo se entrelazan las metodo- diantes universitarios y terciarios, jóvenes des-
logías de lucha y el desarrollo de proyectos ocupados sin trayectorias laborales formales,
productivos y comunitarios. Este tipo de cons- mujeres que hoy son quienes —con el plan y el
trucción organizativa les dio una gran legiti- proyecto productivo— sostienen el hogar; to-
midad en el seno de la localidad: los vecinos dos en la búsqueda colectiva de salidas dignas
de Mosconi ven los resultados de los cortes de para la reproducción material de la vida.
ruta y de acceso y se benefician con ellos. Las Se recupera, en palabras de ellos, la cultura
“marcas” del trabajo de la UTD son estas tres del trabajo y a través de la actividad humana
letras como YPF y en un formato que rememo- (productiva o de servicios para todos) se pro-
ra la vieja empresa. Ese logo se lo observa en pone reconfigurar espacios físicos, sociales y
todo Mosconi: las paradas de ómnibus, salas culturales. El modelo organizativo a veces es
de salud municipales, sociedades de fomento, propio, creado e imaginado por ellos para estos
en las comunidades aborígenes y hasta en la nuevos tiempos pero en otros momentos se lo
sede de una Universidad generada por propia piensa dentro del paradigma de la ex-YPF. Juan
iniciativa. A partir de estos proyectos la UTD Carlos “Gipi” Fernández, responsable de la Ofi-
recupera aquellos espacios abandonados por cina Técnica y referente de la UTD, nos decía:
el Estado y el trabajo se torna “social” más allá
de las familias que integran la organización. …yo pienso que lo que se está formando acá es
Sus emprendimientos están expandidos, son lo de las fábricas de antes. Entonces yo a esto lo
para todos y van convirtiendo el espacio en un llamo “recuperación de Estado”, porque estás re-
lugar practicado. cuperando la familia, estás recuperando lo que es
una fábrica de antes. Recuperar las personas que
En efecto, el trabajo cotidiano, el cuidado
están fuera del sistema.
de los lugares públicos así como el armado
de los proyectos comunitarios reconfiguran el
Pero estos principales referentes saben que la
espacio y las asimétricas relaciones sociales
vuelta a la época de YPF es imposible y plan-
que la privatización y el resto de las políticas
tean otras formas de organización y trabajo.
neoliberales acentuaron. Hoy, en el seno de
Continúa Fernández:
la UTD, conviven y se articulan, desocupados
estructurales, ex-ypefeanos, aborígenes, estu-
948 Estudios rurales y movimientos sociales. Miradas desde el Sur

[Pensamos] que no sea lo clásico de una empresa, puestos de trabajo “genuinos” en las empresas
sino que sea bien regional y que pueda ser bien petroleras; y por otro, una fuerte apuesta a los
regional con una capitalización hacia fuera, que proyectos productivos autogestionados que,
sea decidido por todos los actores que componen al decir de los referentes de la UTD, son “más
cada emprendimiento, para que no sea una per-
genuinos” porque aunque quienes participen en
sona que decida y los joda (perjudique) a ellos.
estos emprendimientos obtendrían una menor
[…] Este trabajo es más genuino que el de las em-
presas […], con un sueldo que ganás menos, pero remuneración, serían ellos mismos quienes de-
que no define nadie por vos, que lo define la mis- cidirían las condiciones de producción y dis-
ma gente… ellos mismos piensan, o sea el grupo tribución del excedente, sin jefes ni patrones
de gente que trabaja en el emprendimiento, que dirigiendo los emprendimientos.
piense por sí mismo y sepan desarrollarse.

En esta segunda parte de la entrevista se expre- Las marcas territoriales


sa una modalidad de recuperación diferente a de los proyectos
la de los viejos tiempos: ya no es la organiza-
ción fabril vertical y desigual sino modos don-
de el trabajo es más igualitario y con un fuerte “Ahora con los proyectos que salen, pensamos
componente autogestivo de la producción y de que se van a armar con una parte adminis-
la organización social. trativa fuerte, donde la gente sepa lo que tiene,
Con respecto al trabajo parece también re- que lo decidan ellos también, y que no decida
petirse, en parte, esta tensión a la que nos refe- uno en cierta forma por ellos, sino que también
decidan en el armado de todo esto, donde va a
ríamos anteriormente entre la construcción de
haber una supervisión, donde el desarrollo de
autonomía y la reconstrucción del Estado de cada uno sea acompañado con cada empren-
Bienestar, en el sentido de que en la UTD coe- dimiento, como se dice, uno enganchado con
xisten (en una forma para nada contradictoria) el otro, ¿no? Y hay cosas de no creer, pero es
la superposición de dos lógicas distintas de en- casi seguro que lo que es la parte maderera va
tender al trabajo. Por un lado la evocación al a articularse con la parte agrícola-ganadera, la
ideal de las fábricas y la sociedad salarial, con parte agrícola-ganadera se va a fortalecer con
demandas y luchas concretas para conseguir lo que es la parte de fábrica de ropa, lo que es
Recuperación del territorio, “recuperación de Estado” | N. Giarracca y J. Wahren  949

fábrica de ropa se va a fortalecer con lo que es utilización por un tiempo determinado) por el
el basurero ecológico. Entonces hemos sacado municipio a la organización donde actualmen-
maquinarias básicas para que el desarrollo te los “emprendedores” están llevando a cabo
general sea potenciado para la gente” trabajos de cercado y limpieza. Es un proyecto
Juan Carlos “Gipi” Fernández agrícola-ganadero muy ambicioso: alrededor
(UTD, Mosconi. Entrevista) de 30 pequeños productores están iniciando
diferentes producciones como la horticultura,
frutales, criadero de chanchos, gallinas y gan-
En la actualidad la UTD presenta una gama
sos; asimismo se destina un espacio común
muy variada de proyectos productivos. A las
para la siembra de porotos, soja y maíz orgáni-
huertas comunitarias, un gran emprendimien-
cos, orientados al mercado externo.
to agrícola y las ladrilleras se suman un basu-
En la articulación de estos emprendimientos
rero ecológico donde se recicla vidrio, plásti-
se pone en acto estos nuevos modos de organi-
co y se planea generar abono orgánico para
zar las actividades económicas; plasmarlas so-
las huertas, un taller de herrería y soldadura
bre el territorio; generarlas desde creativas re-
(donde además se realizan cursos de capaci-
laciones sociales u otras más conocidas como
tación), una clasificadora de porotos que hace
las cooperativas. Las iniciativas se entrelazan
el trabajo para una empresa de la zona, un
por dos instancias: la coordinación técnica y
aserradero portátil que aprovecha la madera
administrativa y otra logística, ambas a cargo
que se genera con los desmontes (que de no
de la organización. En el primer nivel, la admi-
ser utilizada por la UTD sería quemada por
nistración de los emprendimientos está centra-
los dueños de los campos) y varios talleres de
lizada por las oficinas de gestión de la UTD y
costura artesanal que con las nuevas maqui-
supervisada por los propios integrantes de los
narias recibidas se los articulará con las ne-
distintos proyectos. En el segundo nivel, la or-
cesidades del resto de los emprendimientos y
ganización propone un uso coordinado y coo-
fabricará ropa para el mercado.
perativo del equipamiento7. Esta articulación
Un párrafo aparte amerita el proyecto de
las 350 ha a pocos kilómetros de Mosconi. Son
tierras otorgadas en comodato (contrato de 7 Se trata de un tractor de 120 HP, una rastra, un
camión, aserraderos portátiles y diversas herramien-
950 Estudios rurales y movimientos sociales. Miradas desde el Sur

logística se complementa con los procesos se va a beneficiar con 320 puestos de trabajo. Y en
de trabajo: el abono orgánico del basurero se todo lo que estoy diciendo está incluida, la gen-
destina a las huertas; las reparaciones de he- te, (en la) frontera con Bolivia; […] son lugares
rramientas se realizan desde el taller de herre- de arriba de la frontera… ¿Quiénes se van a fa-
vorecer?: la comunidad indígena que nunca tuvo
ría y soldadura, etcétera. La comercialización
vivienda, ¿Quién se va a favorecer?: el barrio Mi-
en estos complejos económicos regionales, se
lagro, el barrio Cruces, en donde hay un petrolera
planea también en forma coordinada, tanto en y en donde están tapados con lonas, con carpas.
el nivel de los mercados locales, regionales, na- Entonces el tener mejor hábitat nos va ir cam-
cionales o internacionales. biando y nos va a dar la posibilidad a nosotros
En relación con la recuperación territorial, que les otorguemos fortalecimiento… (Juan Car-
un reciente emprendimiento de construcción los “Gipi” Fernández, UTD, Mosconi. Entrevista)
cooperativa de vivienda se muestra en sus na-
rrativas como una herramienta de primer nivel. Además de una reconfiguración de la vida, es-
En efecto, se está planificando la construcción tos proyectos expresan una apuesta territorial
de 320 viviendas que se distribuyen entre las de la UTD. Las marcas de la organización reor-
localidades de Mosconi, Vespucio y Cornejo, ganizan el territorio a partir de la producción
pero también incluyen comunidades aboríge- autogestionada. Se recuperan espacios aban-
nes y pueblos alejados ubicados en las monta- donados por YPF y el Estado, y se ocupan otros
ñas y yungas lindantes con Bolivia. El referente más allá de donde se encuentran las empresas
de la UTD lo articula de este modo con el com- petroleras que rodean Mosconi. Fuertes agen-
plejo regional: tes económicos que también disputan la apro-
piación del territorio público a través de barre-
Yo pienso que la vivienda, la obra pública, va a ras, seguridad privada, control policíaco. Es
ayudar en ese sistema […]. Estamos hablando otro modo de disputarlo, violentando la coti-
que no es solo la UTD. O sea que estamos hablan- dianeidad de la región. En los lejanos espacios,
do de quién se va beneficiar con viviendas, quién la UTD construye escuelas y viviendas al viejo
estilo de habitar los territorios de frontera.
tas para huertas, conseguidos a través de subsidios
nacionales.
Recuperación del territorio, “recuperación de Estado” | N. Giarracca y J. Wahren  951

Reflexiones finales la vida (por lo menos unas pocas vidas). Pero


en Mosconi, esta posibilidad coexiste en ten-
La territorialidad en Mosconi se va fijando a sión con otra que, a nuestro entender, pretende
partir de múltiples intervenciones de la UTD: ligar con mayor creatividad la práctica políti-
en el terreno comunitario y cultural, en áreas ca cotidiana de la organización con un nuevo
productivas, en áreas de servicios. Pero tam- modo de pensar la economía. Liga, como en los
bién está la ruta como un lugar simbólico y a la viejos tiempos de pensamientos emancipado-
vez concreto, desde dónde la organización co- res, política y economía; intenta desde los mis-
menzó estos procesos. Como vimos en este tra- mos sujetos, generar una economía como “si la
bajo, esta recuperación abarca más allá de la gente importara” (Schumacher, 1974). Y esta
ciudad de Mosconi; incluye pueblos aledaños, nueva práctica “política-económica” territoria-
comunidades aborígenes alejadas, campos y liza, apropia territorio, lo marca y desencadena
poblados; territorios recuperados por sus pro- procesos autonómicos.
pios habitantes mediante el trabajo autogestio- Los principales referentes de la UTD pro-
nario pero también en la disputa cotidiana con blematizan las consecuencias del sistema de
las grandes empresas petroleras y sojeras. explotación petrolera en el medio ambiente y
Los proyectos productivos pueden ser com- en la salud. Tienen una actitud crítica frente a
prendidos como meras estrategias de sobrevi- los desmontes8 (aunque con un agudo sentido
vencia ya que muchas organizaciones de des- pragmático hagan uso de las maderas) y cono-
ocupados otorgan señales para pensarlas así: el cen perfectamente las consecuencias del mo-
objetivo final es volver a la fábrica y poner nue- delo productivista sojero que sus “vecinos”, los
vamente el capitalismo industrial en funciona- grandes inversores, ponen en funcionamiento
miento. No es un pensamiento ajeno a la UTD; a su alrededor. Estas nuevas reflexiones les
la búsqueda de “trabajo genuino” se basa en permiten encuentros con otras organizaciones
esta concepción. Después de todo, las empre-
sas petroleras no cerraron (como las fábricas
8 Greenpeace viene denunciando el proceso de des-
en el Gran Buenos Aires) y sus ganancias se sa- montes de la provincia de Salta cuyo propósito último
ben extraordinarias por los precios internacio- es la expansión de la frontera agrícola para aprovechar
nales del petróleo; trabajar para ellas soluciona los precios internacionales de la soja.
952 Estudios rurales y movimientos sociales. Miradas desde el Sur

ligadas al medio ambiente, a los mundos cam- organización flexible que acoge peronistas, ra-
pesinos que sufren el modelo sojero, a las orga- dicales, gente de partidos de izquierda y apar-
nizaciones bolivianas portadoras de cosmovi- tidarios. No es por esos meandros donde inten-
siones indígenas integradoras de la naturaleza. tan encontrar el sentido político de sus luchas.
Los avances en sus proyectos productivos No obstante hay un claro sentido político que se
los orientan a imaginar una serie de actividades expresa desde aquellos inicios en la ruta y que
articuladas y capaces de generar ingresos. No coexiste en tensión con la necesidad de resolver
escatiman integrarse a mercados locales, na- los problemas de reproducción inmediatos de
cionales e internacionales. Por lo menos en el la población. Entendemos por sentido político,
nivel de los principales referentes, todos esos la voluntad de intervenir en disrupción en lazos
espacios comerciales se hacen presentes a tra- que generan opresión, desigualdades, miseria
vés de los mercados del sofisticado complejo y depredación del medio ambiente. Y orillando
económico en gestación. Pero esos espacios, estos significados, la UTD otorga un profundo
marcados por la economía de mercado, llega- sentido transformador a su presencia en estos
rán tan lejos como las iniciativas permitan9 en territorios y lugares. Está construyendo, en
tanto el proceso productivo de ejecución coti- las peores condiciones estructurales e institu-
diana los remite a un territorio delimitado. Allí cionales10, un campo de experimentación (De
es donde se les presenta el desafío de articular Sousa Santos, 2000) donde se entrecruzan las
las actividades económicas con la acción polí- rupturas con viejos discursos en relación con
tica. Los principales referentes descartan, por los modos de organización11, con las formas de
ahora, asumir funciones de gobierno municipal
y la política partidaria tampoco la toman como
una posibilidad. En tal sentido, la UTD es una 10 Los principales referentes y muchos jóvenes y mu-
jeres están con procesos judiciales que los limitan, por
ejemplo, en la movilidad, en cualquier transacción co-
9 Es interesante en este punto recordar que otra or- mercial, etcétera.
ganización de desocupados el MTD, La Matanza, por 11 Es interesante observar que en Mosconi solo se lle-
medio de un acuerdo con un exitoso empresario del van a cabo asambleas cuando están en cortes de rutas,
diseño, coloca guardapolvos de trabajo en el exterior: es decir, en el momento de la acción directa. Tampoco
Nueva York, Tokio, etcétera. se decide verticalmente y allí es donde radica la nove-
Recuperación del territorio, “recuperación de Estado” | N. Giarracca y J. Wahren  953

producción y con las jerarquizaciones de géne- De Sousa Santos, B. 2003 La caída del angelus
ro, étnicas y sociales. Y, a nuestro juicio, por es- novus: ensayos para una nueva teoría
tos senderos el campo de experimentación se social y una nueva práctica política
fortifica y nos sorprende. (Bogotá: ILSA).
Giarracca, N. et al. 2003 Territorios y lugares
(Buenos Aires: La Colmena).
Bibliografía Hardt, M. y Negri, T. 2002 Imperio (Buenos
Aires: Paidós).
Barbetta, P. y Lapegna, P. 2001 “Cuando la Larra, R. 1976 Mosconi, general del petróleo
protesta toma forma: los cortes de ruta en (Buenos Aires: Timerman).
el norte salteño” en Giarracca, N. et al. La López Echagüe, H. 2002 La política está en
protesta social en la Argentina (Buenos otra parte. Viaje al interior de los nuevos
Aires: Alianza). movimientos sociales (Buenos Aires:
Chiaramonte, J. C. 2004 Nación y Estado Norma).
en Iberoamérica (Buenos Aires: Mayo, C. A.; Andino, O. R. y García Molina,
Sudamericana). F. 1983 La diplomacia del petróleo (1916-
De Certeau, M. 1979 La invención de lo 1930) (Buenos Aires: Centro Editor de
cotidiano (México DF: Universidad América Latina).
Iberoamericana). Morin, E. 2003 El método: la humanidad
De Sousa Santos, B. 2000 A crítica da de la humanidad, la identidad humana
razão indolente: contra o desperdício da (Madrid: Cátedra).
experiência. Para un novo senso comun. A Prada Alcoreza, R. 2005 “Estado periférico y
ciência, o dereito e a política na transição sociedad interior”, versión fotostática.
paradigmática (San Pablo: Cortez). Schumacher, E. F. 1974 Small is beautiful
(Londres: Abacus).
Svampa, M. y Pereyra, S. 2003 Entre la
dad: existen fuertes consensos generados más que en ruta y el barrio. La experiencia de las
reuniones en la cotidianidad. En esos “espacios-tiem-
organizaciones piqueteras (Buenos Aires:
po” difíciles de registrar para los que no pertenecemos
a la organización. Biblos).
954 Estudios rurales y movimientos sociales. Miradas desde el Sur

Tuan, Y. F. 1997 Space and place (Mineápolis:


University of Minnesota Press).
Zibechi, R. 2003 Genealogía de la revuelta
(Buenos Aires: Nordan Comunidad / Letra
Libre).

Otras fuentes

Entrevistas de campo, agosto de 2004 y marzo


de 2005.
INDEC 2002 Censo Nacional Agropecuario.
INDEC 2001 Censo Nacional de Población.
“Vejaciones x 8”: arte y
protesta social en Buenos Aires*
Norma Giarracca (coordinadora)
Colaboradores: Karina Bidaseca, Pablo Lapegna,
Daniela Mariotti, Cecilia Aramendy, Martín Lío,
Celina Mingo Acuña, Elena Mingo Acuña, Flora Partenio,
Julia Sosa, Ana Mariel Weinstock

Prólogo El segundo cuatrimestre universitario co-


menzó en este clima de protesta que incluía
Durante todo el 2001, la protesta social se ma- desde asambleas de “piqueteros” en el partido
nifestó de muy diversos modos pero casi siem- bonaerense de La Matanza hasta las grandes
pre orientó sus reclamos y demandas a lograr movilizaciones por la educación pública. Todo
modificaciones en la injusta distribución de lo que atañe a la vida fue amenazado: los presu-
responsabilidades por la deuda económica del puestos para la educación y la salud; los suel-
país. A mitad de año, los argentinos comen- dos; las jubilaciones; los ahorros; los derechos,
zamos a sufrir una nueva consigna —“déficit en fin, la reproducción social y en gran canti-
cero”— que atravesaría mundos sociales y co- dad de gente, su propia sobrevivencia.
tidianos. Se la combinó, además, con una tasa Comenzamos el Seminario de Investigación
cuantitativa denominada “riesgo país” y ambas a mi cargo, en el escenario de una huelga de los
se convirtieron, con cierto éxito, en herramien- docentes de la Universidad de Buenos Aires. La
tas destinadas al control social infundiendo temática de estudio en el Seminario de Investi-
miedos en la población. gación1 —la protesta social— estaba prevista

* Giarracca, N. (coord.) et al. 2001 “‘Vejaciones x 8’: 1 En la carrera de Sociología [de la UBA] es obliga-
arte y protesta social en Buenos Aires” en Informes de torio cumplir con determinada cantidad de horas de
Coyuntura (Buenos Aires: Instituto de Investigaciones prácticas de investigación. Los equipos de trabajo del
Gino Germani, Facultad de Ciencias Sociales, UBA) N° Instituto Gino Germani reciben, cuatrimestre tras cua-
2, diciembre. trimestre, alumnos avanzados que se integran en los
956 Estudios rurales y movimientos sociales. Miradas desde el Sur

para los mundos agrarios y rurales. Por tales colectiva llevada a cabo dentro de una institu-
razones la apertura del seminario fue pública y ción educativa, a fines de setiembre, impactó
se convirtió en un encuentro entre profesores, en el espacio público por su originalidad y sin-
alumnos de nuestra institución y dirigentes so- gularidad. Fue la protesta musical en el Con-
ciales del campo y del interior del país. De este servatorio Nacional de Música López Buchar-
modo Lucy Cornelis, Joaquina Moreno del Mo- do, ubicado a unas pocas cuadras del Instituto
vimiento de Mujeres Agropecuarias en Lucha, Gino Germani.
Néstor del Pozo de la Unión de Cañeros Inde- Cuando acudí al llamado de los estudiantes
pendientes de Tucumán, y Norma Del Pozo nos del Conservatorio, el sábado 29 de setiembre,
acompañaron en aquel inicio de cuatrimestre lo hice por el lugar que ocupa la música en mi
que fue el momento de mayor tensión en la pro- vida y porque me siento familiarmente muy
testa universitaria. cercana a los músicos jóvenes. No obstante,
Sin embargo, dadas estas condiciones por cuando estuve allí, esperando el momento jus-
las que atravesábamos, los estudiantes nos to para que “Vejaciones” de Erik Satie comen-
propusieron tratar todas las dimensiones de la zara a sonar ininterrumpidamente, comprendí
protesta social: la del campo, la del interior, la que podía compartir la experiencia con la cá-
de los maestros, piqueteros, docentes univer- tedra y con los estudiantes del seminario; que
sitarios, etcétera. La cátedra aceptó el desafío podíamos convertir esta protesta en un “estu-
y comenzamos a trabajar en el nivel nacional. dio de caso”. Cuando se los propuse, tanto los
Si bien la protesta social bajó su intensidad integrantes de la cátedra como los estudiantes
a partir de los acontecimientos internaciona- aceptaron con sincero entusiasmo. La misma
les que se iniciaron en Nueva York, una acción noche del lunes siguiente (la semana de inter-
pretación fue de sábado a sábado) nos trasla-
damos con grabadores y cámaras fotográficas
proyectos con un plan de tareas aprobado por la Carre- al Conservatorio. Se trataba de registrar moti-
ra. Mi cátedra ofrece, por lo menos, un seminario de in- vaciones, ideas, sentidos, escenarios y aquella
vestigación por año y la experiencia con los estudiantes música que se repetía una y otra vez.
convertidos en jóvenes investigadores siempre ha sido
“Vejaciones x 8” (nombre que adoptó la ex-
excelente. No es la primera vez que el cuatrimestre fina-
liza con una publicación producto del trabajo conjunto. periencia) se fue convirtiendo para todos noso-
“Vejaciones x 8”: arte y protesta social en Buenos Aires  957

tros, con el correr de los días, en una clave para profundamente, los complejos sentidos de la
pensar, reflexionar sobre sentidos y formatos música y del arte en general.
de protesta, pero también para lograr nuevas La “cátedra-grupo de investigación” ofreció
sensaciones y vivencias otorgadas por sujetos su experiencia docente, sus saberes relaciona-
de mundos académicos “parecidos y diferen- dos con el trabajo intelectual, su bibliografía,
tes” (a la vez) a los propios. Muy pocas veces, sus asesoramientos y acompañamientos en las
en muchos años de docencia, logré compartir prácticas de investigación, etcétera. El resulta-
con un grupo tanto entusiasmo y compromiso do contenido en esta publicación es producto
por el trabajo del seminario cuatrimestral. del trabajo grupal pero el lector encontrará,
Estuvimos varias veces durante aquella se- también, un excedente que pertenece exclusi-
mana del 29 de setiembre al 6 de octubre en vamente a estos futuros sociólogos converti-
el Conservatorio, escuchamos una y otra vez la dos en analistas sociales.
misma obra por distintos pianistas que, desde Con esta publicación queremos difundir
sus singularidades interpretativas, proponían esta experiencia realizada por una “cátedra
ritualizar y regresar a la repetición de aquella docente-equipo de investigación”, durante un
música sin compases. Entrevistamos a estu- momento muy especial del país. Mostrar que
diantes, a profesores, a pianistas, al director durante un cuatrimestre “en huelga” pudimos
del Conservatorio; volvimos varias veces más, comprometernos y participar sin dejar de tra-
finalizada la protesta, a esa magnífica casa de bajar; reflexionar sobre lo que nos pasaba con
estilo inglés. otros que comparten situaciones difíciles —
Docentes y estudiantes hicieron sus regis- sean estos músicos o campesinos— pero no
tros en clave sociológica pero, intuitivamente, paralizarnos. Con este trabajo, queremos refle-
comprendieron que la consigna “…y la música jar una coyuntura muy especial de nuestro país
no para” refería, además, a lo que no es fácil pero también un modo de trabajar que rescata
de capturar con nuestras técnicas de análisis, las mejores tradiciones de compromiso con
y se esforzaron por expresarlo de distintos mo- nuestro alrededor.
dos en este texto; acudieron, a veces, al propio Deseamos expresar nuestro profundo agra-
Satie y, en otras ocasiones, a otros docentes decimiento a todos los músicos —estudiantes
(los del Conservatorio) quienes logran captar, y profesores— que recibieron esta iniciativa
958 Estudios rurales y movimientos sociales. Miradas desde el Sur

de trabajo de una institución vecina con entu- brevemente el ciclo de protesta que comienza
siasmo y se mostraron dispuestos a colaborar. a desarrollarse durante los noventa en Argenti-
El maestro Santiago Santero no solo puso a na, para luego centrarnos en la especificidad de
nuestra disposición la información que rodea los conflictos ocurridos durante 2001.
la protesta sino su profundo conocimiento Dentro de estos, nos detendremos en las de-
acerca de la música y sus diversos sentidos. mandas generadas en torno a la defensa de la
Nuestro agradecimiento también al director educación pública para, de esta forma, lograr
del Instituto Gino Germani, Lic. Pedro Krotsch un marco que nos permita comprender la pro-
por entusiasmarse con nuestro trabajo y apo- testa “Vejaciones x 8”, llevada a cabo en el Con-
yar nuestras iniciativas con relación al Conser- servatorio Nacional de Música López Buchardo.
vatorio Nacional de Música. Por último y como Enmarcadas en un contexto de expansión
siempre, mi agradecimiento a Miguel Teubal, del modelo neoliberal aplicado por el gobierno
quien esta vez en su condición de músico, nos de Menem (1989-1999) y de consolidación de
acompañó a las entrevistas y nos preparó en la algunos espacios democráticos, las protestas
computadora la obra de Satie para poder ane- sociales, en la década del noventa, se orienta-
xarla a este trabajo. ron al reclamo de derechos, reclamos de carác-
ter universal (Schuster y Pereyra, 2001). Estos
derechos se ven atentados por las transforma-
Escenarios: la protesta ciones económicas y las reformas aplicadas al
social nacional Estado. Con las primeras medidas de los años
noventa, que apuntaron a las privatizaciones de
La década de los noventa significó para la las empresas públicas y la denominada “racio-
Argentina un período de profundas transfor- nalización” del Estado, los reclamos se orienta-
maciones, tanto económicas como políticas ron a la defensa del mantenimiento de ingresos
y sociales. Al emprender un análisis de estos y derechos.
cambios, el observador centra su mirada en Hacia 1995, se producía una gran dispersión
determinadas dimensiones, en virtud del pro- de protestas y de sus formatos, emparentada
blema que se propone abordar. Es por ello que, con una erosión de las legitimidades sindicales
para comenzar esta exposición, delimitaremos y la multiplicación de las identidades políticas
“Vejaciones x 8”: arte y protesta social en Buenos Aires  959

y sociales. Fueron apareciendo, en forma pro- Las formas que tomaron las protestas en
gresiva, protestas enraizadas, cada vez más, en esta última década han incluido nuevos re-
una matriz ciudadana o de derechos. pertorios de acción colectiva: marchas de
Siguiendo una secuencia temporal de las silencio; abrazos simbólicos a distintas insti-
protestas, inaugurada en 1991, podemos ob- tuciones; “cacerolazos” y apagones; lluvia de
servar momentos de alta movilización y pe- telegramas y de correos electrónicos; paros
ríodos de baja en la intensidad de la acción, de remates; piquetes de desocupados (cor-
es decir, de latencia (Melucci, 1994). En tra- tes de calles, rutas y puentes); “escraches” a
bajos anteriores sostenemos que se inicia un militares de la dictadura; clases públicas con
“ciclo de protesta” (Tarrow, 1997) como fase cortes de calles en universidades y escuelas;
donde se expande la conflictualidad social, la instalación de la carpa blanca; el “santia-
donde estallan una multiplicidad de accio- gueñazo”, como expresión del reclamo que
nes, una diversidad de formatos de protestas, incluyó la quema de edificios públicos. Un
etcétera. Esta atmósfera habilita una rápida análisis de esta rápida enumeración puede
difusión de las acciones, de los más a los me- detenerse en diferentes aspectos, pero in-
nos movilizados. teresa recuperar aquí aquel que subraya la
Como sostiene Tarrow, las oportunidades aparición de formas creativas u originales de
políticas creadas por los precursores o “madru- protesta, en las cuales el componente sim-
gadores” (movilizados) incentiva la aparición bólico juega un papel central, ubicando en
de nuevas formas de acción. un plano secundario la importancia otorgada
A partir de 1997, se registraron nuevas a la “lógica del número” (Della Porta y Dia-
movilizaciones y protestas que adquirieron ni, 1999). Es decir, el objetivo principal de
mayor intensidad y regularidad. Aparecieron muchas de las protestas en los noventa, se
los piquetes en Cutral-Có, como acto disrup- orienta tanto a influir en los representantes
tor y empezaron a extenderse por el norte electos como llevar a cabo algún tipo de acto
del país (véase Barbetta y Lapegna, 2001). que, poniendo en juego alguna expresión
Asimismo, aquel fue el año de otro aconteci- “novedosa”, llame la atención de los medios
miento en materia de protesta social: la Car- de comunicación.
pa Blanca docente.
960 Estudios rurales y movimientos sociales. Miradas desde el Sur

Las protestas de 2001 y la defensa del gobierno nacional, que tiene a la educación
de la educación pública como uno de los rubros en que se focaliza la
reducción presupuestaria. A comienzos del
Las protestas sociales durante el 2001, lejos año, el ministro de Economía, Ricardo López
de declinar, presentan la profundización de Murphy, intentó llevar a cabo un recorte del
anteriores conflictos y la aparición de nuevas 40% en la educación y eliminar el Fondo de
demandas y actores movilizados. En abril, se Incentivo Docente (FONID), lo que promovió
realizaron movilizaciones en repudio a la crea- paros y movilizaciones de maestros y profe-
ción del ALCA (Área de Libre Comercio de las sores primarios, secundarios y universitarios.
Américas), y durante el transcurso del año se En el ámbito universitario, fueron tomadas las
multiplicaron los cortes de ruta en todo el país. principales facultades del país y en muchas de
El piquete de La Matanza sostenido durante 17 ellas se dictaron clases públicas, rechazando la
días durante el mes de mayo; las “jornadas pi- reducción del presupuesto. Finalmente, se dio
queteros” de 24, 48 y 72 horas; la realización del marcha atrás con estos recortes, pero la llega-
primer “Congreso de Organizaciones Sociales, da de Domingo Cavallo al Ministerio de Econo-
Territoriales y de Desocupados” en el mismo mía reinstalaba esta problemática: se efectuó
lugar, y el corte de ruta de General Mosconi un recorte salarial del 13% a empleados esta-
(Salta) en junio —con su cruenta represión tales y jubilados; se produjeron retrasos en
que costó la vida a dos personas— situaron a el pago del FONID y se discutió acerca de su
esta forma de protesta y a sus protagonistas, continuación en el 2002, como así también el
en el centro de la escena nacional. Asimismo, posible arancelamiento de las universidades.
los cortes de la autopista Ricchieri, las ollas Estas medidas llevaron a que los docentes bo-
populares y protestas dentro del Aeropuerto naerenses mantuvieran un paro de casi cuatro
Internacional de Ezeiza, generados por el va- semanas en rechazo al recorte salarial y que
ciamiento de Aerolíneas Argentinas, marcaron las universidades arrancaran el segundo cua-
el ritmo de un año sacudido por la crisis eco- trimestre en estado de alerta y movilización.
nómica y el reclamo social. Se realizaron así paros activos, y nuevamente
Este marco de intensa movilización se da en surgieron las clases públicas, las marchas y la
el contexto de una política de ajuste por parte toma de facultades.
“Vejaciones x 8”: arte y protesta social en Buenos Aires  961

El reclamo por la educación puede pensar- maltratar: tratar mal a uno de palabra u obra /
se, dentro de este marco, como una protesta de humillar: abatir el orgullo o altivez de uno / ve-
matriz cívica, en donde se apela a un reclamo jar: molestar, perseguir, hacer que se sienta hu-
de carácter universal como lo es el derecho a millado / dignidad: respeto que merece alguien,
la educación, en donde “la defensa de la edu- cualidad de digno / digno: que merece algo.
cación pública” se erige en la protección de un Palabras que atraviesan “otros discursos”
“derecho adquirido” que ahora es puesto en de este tiempo: un grupo de actores cerraba
cuestión por las políticas de ajuste del Estado. la “Marcha contra la Pobreza” en Plaza de
Este tipo de protestas pone en juego la defensa Mayo con estas palabras: “Indignidad, mise-
de una institución que, desde la construcción ria, resistencia, trabajo, compromiso, ñoquis,
del Estado Nacional, fue considerada como el esclavitud, esperanza” (Clarín, 22-9-2001).
principal medio para permitir la igualdad de Haciendo referencia a la situación que están
oportunidades y posibilitar la formación de padeciendo los docentes, al no cobrar el suel-
ciudadanos. Es por ello que la lucha por la edu- do, ni el aguinaldo, sumado a los atrasos en
cación pública puede verse, desde una mirada el pago del incentivo docente, Marta Maffei
estrecha, como un reclamo sectorial pero, si (CTERA) se expresó de esta manera en un re-
ampliamos el espectro, podemos también ob- portaje: “Hay compañeros con la luz cortada,
servar que en este conflicto se pone en acto la el gas cortado. No pueden viajar ni para ir a la
defensa de una instancia de democratización escuela. Es un destrato gravísimo, un ultraje”
social y de construcción de ciudadanía. (Página/12, 7-11-2001).
Constelación de palabras que también se des-
pliegan en las respuestas dadas por los entrevis-
El caso de estudio: “Vejaciones x 8” tados de la protesta musical del Conservatorio
ante la pregunta “¿Por qué Vejaciones, de Erik
¿De qué hablamos cuando hablamos de veja- Satie?”: “El maltrato, el abuso, las vejaciones”, “el
ciones? Estamos haciendo referencia a una ex- maltrato que se le causa a una persona buscando
periencia de desazón, humillación, de ultraje a herir su dignidad… las cosas que están pasando,
la dignidad personal. Buscando en el dicciona- ajustes… están atentando contra la dignidad de
rio, encontramos una constelación de palabras: la gente”, “la cultura y la educación están siendo
962 Estudios rurales y movimientos sociales. Miradas desde el Sur

vejadas”, “constante abuso que está teniendo la En sintonía con toda la comunidad educativa, alza
educación pública acá en Argentina”. su voz diciéndole no al recorte, al arancelamiento
Cabe ahora preguntarse: ¿por qué elegimos y a la privatización de la educación pública […]
la acción del Conservatorio Nacional de Músi- Considerando la grave situación que atraviesa
la educación pública en general, y la artística en
ca, en un año caracterizado por múltiples ex-
particular; producto de una deuda externa ilegal-
presiones de protesta en todo el país? Creemos
mente contraída, que con intereses monstruosos
que la protesta “Vejaciones x 8” es original por no hace más que hundirnos económicamente, su-
su modo de utilizar el tiempo y el espacio; por mado a una política nacional que coloca en primer
la forma de convocatoria, la obra escogida, la lugar los intereses internacionales, redundando en
interpretación de la misma como un ritual y la el perjuicio de aquellos que alguna vez fueron con-
idea de repetición de la obra como base de la siderados derechos humanos, pero que día a día
reiteración de un reclamo frente al “discurso están pasando a ser cada vez más el privilegio de
único”. Es de esta manera como se pone de ma- unos pocos, como son la educación y la salud.
nifiesto que “Las formas no convencionales de
la acción colectiva poseen el atractivo que trae De la misma forma manifestaba una de las or-
consigo la incertidumbre de lo que se desconoce ganizadoras de la protesta, insertando su recla-
y además pueden atraer, por su originalidad o mo dentro de un espectro más amplio:
novedad, la atención de los medios o los obser-
vadores” (Giarracca y Bidaseca, 2001: 34). […] Digamos, hay mucho con lo que pelear. En
Creemos también que la acción colectiva del este caso, dijimos hagamos esta protesta del
afuera, unámonos a la lucha que surge un poco
Conservatorio puede ser enmarcada en la orien-
desde los piqueteros, de las universidades, por-
tación que tomó la protesta social en la Argenti-
que nos parece que es un momento de unir fuer-
na a partir de 1995, es decir, apelando a una ma- zas, de tirar todos para un mismo lado… Dijimos,
triz cívica que aborda reclamos de carácter uni- podemos hablar de la interna del IUNA porque
versal, a través de la enunciación de derechos nos toca particularmente a nosotros, pero deci-
de ciudadanía: en este caso, la educación. En dimos ir a los grandes temas que nos unen con
este sentido, el volante emitido por la Comisión los otros sectores. Por eso la convocatoria es tan
Organizadora de “Vejaciones x 8”, expresaba: grande. (Entrevista a organizadora de la protesta)
“Vejaciones x 8”: arte y protesta social en Buenos Aires  963

Esta protesta nos muestra la actualización de abusos/ Educar para convivir/ “Vejaciones x 8”/
nuevos repertorios en las acciones colectivas Educar para apropiarse de la historia/ “Veja-
en donde la acción se convierte en un fin “en ciones x 8” contra años de continuo abuso”.
sí”: es decir, la protesta no se constituye úni- “Pieza para piano intitulada Vejaciones, para
camente como un recurso estratégico del cual la ejecución de este motivo 840 veces de con-
valerse para poder acceder a la distribución de tinuo convendrá prepararse por anticipado y
ciertos recursos, sino que, además, el “estar en el más absoluto silencio mediante severas
ahí” enriquece a los actores a través del forta- inmovilidades. Al mismo tiempo las vejaciones
lecimiento de sus vínculos. Mediante ese en- concebidas como música perpetua que siempre
recomienza consta de un tema que deberá to-
cadenamiento de manos que tocan un mismo
carse 840 veces seguidas (Erik Satie)”
piano, la interpretación ininterrumpida de una
obra musical como modalidad de lucha irrum- “Basta de abusos, no a la privatización de la
pe y se desglosa en dos dimensiones: la ritual y educación pública y gratuita. No al recorte. No
la política. Estas dos dimensiones imbricadas al arancel. Nuestra lucha no cesa. La música
no para”.
conforman un modo particular de intervenir y
actuar en la realidad, en donde resuena la idea “Si pretenden seguir vejándonos/ les duplica-
de política como invención y no “como medio mos la apuesta/ Centro de estudiantes Conser-
para”; como posibilidad de pensar la ruptura vatorio Nacional de Música. Mucha fuerza en
con el sentido común, las ideologías y los con- los dedos en los párpados y en el pecho”.
sensos establecidos (Cerdeiras, 1997). Carteles exhibidos durante la protesta

En el Conservatorio Nacional se vive una rea-


Rito pagano: etnografía lidad de carencias materiales indispensables
de una protesta para el desarrollo normal de la formación de
quienes eligieron la música como carrera,
“Concierto contra el Recorte, VEJACIONES de
como trabajo, como vida.
Erik Satie, Entren y pasen, 168 horas sin parar”.
Se buscó a través de la acción colectiva la
“Educar para la significación/ educar para posibilidad de romper con el hermetismo de la
la expresión/ No a la privatización/ Basta de
964 Estudios rurales y movimientos sociales. Miradas desde el Sur

institución y para ello convocaron a músicos luz y una extraña sensación de tranquilidad in-
egresados del Conservatorio y a otros ajenos al vadían el ambiente cerrado y aislado. La mú-
ámbito académico. sica repetitiva, monótona, recreaba el misti-
La arquitectura del edificio de Córdoba 2445 cismo propio del rito, sumergiéndonos en una
de la Ciudad de Buenos Aires, denotaba un especie de hipnosis que nos trasladaba a otro
mundo particular de vida, distante a nuestro espacio-tiempo.
mundo cotidiano como profesores y estudian- En el medio del salón, el piano de cola, obje-
tes de la UBA. Extraña sensación paradojal que to central del ritual, dominaba el espacio de la
rompía con las características que definen per sala; una bandera nacional lo envolvía y sobre
se a la protesta, siempre vinculada al disturbio, él, una antigua araña barroca de la que caían
al alboroto, a la congregación de centenares de manojos de carteles con inscripciones alusivas
cuerpos y almas que se unen para reclamar. a la protesta. Detrás del piano, un tapiz rojo
En la entrada al Conservatorio distintos car- con un gran pentagrama y diferentes partituras
teles, confeccionados artesanalmente, invita- que pintaron artistas plásticos del Instituto de
ban al público a asistir y a participar de “Veja- Arte De la Cárcova; una videofilmadora daría
ciones x 8”; otros anunciaban las actividades a luego testimonio de todo el evento.
realizarse y otros indicaban el modo de organi- Dos televisores proyectaban películas y cor-
zación del evento y los roles que debían cum- tometrajes de cine mudo de Murnan: “El gabi-
plir el asistente de sala, el cronometrador y su nete del Dr. Caligan” y “La última carcajada”;
asistente, encargados de controlar la duración “Perro Andaluz” y “La edad de Oro” de Luis Bu-
de cada ejecución. Otro cartel otorgaba senti- ñuel, que habían sido facilitados por los organi-
do artístico a la protesta: “No aplaudir hasta el zadores de un evento realizado en el teatro San
sábado 6/10”. Martín unos años antes. En las paredes, graba-
Del hall de entrada, una escalera de madera dos, retratos, frases sueltas y manuscritos de
conducía a los pisos superiores. En el primer Satie reflejaban la estética del lugar.
piso encontramos el salón de actos, escenario Al piano, el intérprete, mediante la recrea-
de la protesta. El mismo conservaba el estilo ción de la obra, participaba de la corriente de
arquitectónico Tudor del resto del edificio. A conciencia esotérica de Satie, para sumergir-
medida que nos íbamos acercando, una tenue nos en el flujo del “tiempo interior” (Schutz,
“Vejaciones x 8”: arte y protesta social en Buenos Aires  965

1974) que constituye el sentido de Vejaciones. ¿Por qué “Vejaciones X 8”?


El músico compartía con nosotros un espa-
cio, una “relación de sintonía mutua” (Schutz,
Texturas y proceso de “Vejaciones x 8”
1974), en la que los acordes resurgen desde el
pasado para recrear en nuestras conciencias el
La obra propuesta por el compositor francés
misticismo de Satie.
dura aproximadamente veintiuna horas y con-
Mediante el rito, los músicos iban rotando
siste en repetir ochocientas cuarenta veces
y ejecutando una misma pieza musical que
una misma partitura de aproximadamente un
recomenzaba de modo cíclico; se construía
minuto y medio. Por eso, multiplicar la obra
un sentir colectivo, a partir de una identi-
por ocho significó tocar ininterrumpidamente
dad amenazada; una comunidad de espacio-
durante una semana entera. Y cuando se afir-
tiempo específica en el que el tiempo se tor-
ma que se tocó ininterrumpidamente durante
naba circular y el lugar físico nos remitía a
siete días, fue literalmente así: el piano no
otro tiempo histórico. Como expresa Schutz
dejó de sonar un solo segundo en el traspaso
(1974) “…toda obra de arte, una vez elabo-
de pianista a pianista. Una verdadera “mara-
rada, existe como una entidad significativa
tón interpretativa”.
independiente de la vida personal de su crea-
El Conservatorio Nacional funciona desde
dor” (ibídem: 162). Por única vez, la obra de
principios del siglo XX con rango de terciario.
Satie adquiría un nuevo sentido; exacerbaba
Pero desde la creación del Instituto Universita-
potencialmente la capacidad de invención de
rio Nacional de Artes (IUNA), por firma y decre-
los sujetos; diseminaba la protesta en los más
to del ex-presidente Carlos Menem, adquirió ni-
recónditos lugares incorporando una nueva
vel universitario. El nuevo estatus institucional
narrativa de irrupción fundadora a la multipli-
trajo aparejado los problemas de la educación
cación de “microacontecimientos erráticos”
universitaria en Argentina. De ahí, la justifica-
(Badiou, 1990), que se expresan como relatos
da preocupación por el arancelamiento, uno de
desgarrados tratando de huir del desasosiego
los principales motores de este reclamo.
y buscando la restitución del lazo.
La organización de la protesta estuvo en
manos de un grupo de alrededor de diez per-
966 Estudios rurales y movimientos sociales. Miradas desde el Sur

sonas entre profesores y estudiantes. Ellos sacudida del polvo y el olvido para ser resigni-
coincidieron en calificar a “Vejaciones x 8” ficada en “Vejaciones x 8”.
como la primera protesta “propia” en la histo- Si hubiese que sintetizar cómo explicaron
ria del Conservatorio. los actores su propia experiencia, se podría
decir: “fue simple, más de lo que pensábamos”;
Yo fui el primer receptor de la idea… estaba en cuando una de las organizadoras se refirió a
la clase…y (el profesor) me tiró así como que, los participantes, comentó: “se enamoró de la
de entrecasa, estaría bueno hacer esta obra Ve- idea”; “estamos muy desbordados”. No es difí-
jaciones. Me dijo que se había hecho en el San cil imaginar que la idea del profesor aconteció
Martín en el ochenta y ocho… Una experiencia
y prendió una mecha que, en lugar de encen-
que le parecía bastante interesante (para) ele-
der el fuego, explotó la música: “Somos sie-
varlo a una semana el período de duración. Ese
lunes, me encantó la idea, y así como la recibí, te, bueno, cada uno tocará un día entero pero
al rato salí de la clase y me puse a hablar con esto se hace”. Con esta convicción entonces,
otra gente que después pasó a ser parte de la un puñado de estudiantes se lanzó a organizar
comisión que organizamos. Y bueno, todos nos una protesta inédita en el Conservatorio, pese
enganchamos con la idea y dijimos: “esto lo te- a que la apuesta de la “vieja institución” fue:
nemos que hacer sí o sí, así seamos cinco perso- “se caen al cuarto día”.
nas y toquemos durante 24 horas por día cada En el crujido de las tablas de un aula, el des-
uno, pero lo vamos a hacer”. Y así, de a poco, tello irrumpía. Las paredes, tantas veces dibu-
fue tomando forma la cuestión. (Entrevista a es- jadas como lugar de encierro en donde la vida
tudiante del Conservatorio)
que amanece tirita en el olvido, esta vez no
pudo con una idea que la voz y el deseo multi-
Vejaciones, considerada una de las más extra- plicó y potenció. Los muros del aula estallaron.
ñas composiciones de Erik Satie, fue compues- Vejaciones, creada para enfrentarse a la
ta en 1893. Según el compositor, debía ser in- Academia de fines del siglo XIX, recobró su
terpretada con una previa preparación de pro- significado crítico para defender el Conser-
fundo silencio y con inmóvil seriedad. A más vatorio de comienzos del siglo XXI. Puede
de cien años, en una metamorfosis del tiempo resultar paradójico: ¿enfrentar y defender
y la historia, al ritmo de la imprevisibilidad fue a la institución musical del momento? Sin
“Vejaciones x 8”: arte y protesta social en Buenos Aires  967

embargo no nos parecerá tan paradójico, Poder acontecer


si consideramos que la obra artística es un
contexto provisto de sentido, que participa “Es preciso que la estética se oriente hacia una
del magma social y por lo tanto, del proceso nueva dirección, o estamos perdidos”.
de institucionalización de sentido (Schutz, Erik Satie
1974). En este marco, entendemos el con-
cepto “institución” en el medio de la tensión
instituyente/instituido, donde el primer as- Emergió un sonido, como disonancia, la pre-
pecto se centra en la gestación y el fluir de sencia de una voz se desprendió durante toda
un sentido, y el segundo, se refiere a su cris- una semana. Brotó la originalidad de una pro-
talización y convalidación en una forma de- testa que al entrelazar los chirridos de un piano
terminada, llámese ley, academia o conser- en el caer de cada nota y partitura que se repi-
vatorio. Son dos caras de una misma moneda tió, confrontó la vejación repetitiva de un “úni-
y la “institución” es la moneda. co discurso”. Monedas diferentes de una misma
Satie tiene una relación muy tirante con la cara, pero diferentes en el ahí, de este “campo
institución que enseña música y viceversa. Los polifónico” cotidiano. Las voces decían:
conservatorios no lo incluyen en sus materias,
salvo algunas excepciones, verdaderas grie- El maltrato que se le causa a una persona buscan-
do herir su dignidad… todas las cosas que están
tas por donde se filtró Vejaciones. La misma
pasando, en definitiva, están atentando y no es un
tensión observamos con relación al concepto
ajuste así un poquito, ya es una cosa que atenta
“institución”, también la encontraremos más contra la dignidad de la gente.
adelante en el concepto de “poder”. Poder Es una buena manera de hacer frente a un dis-
como posibilidad “la protesta pudo ser”, como curso… un discurso único que circula constante-
ejercicio de una fuerza “adquirió poder”, y mente, entonces es como un símbolo, que el estar
como capacidad “poder emocionarse”. repitiendo toda una semana el mismo discurso,
como se viene repitiendo un solo discurso cons-
tantemente, en base a eso, en base a la posibili-
dad de… de poder llegar a instalar el debate de
pensamiento único que es pagar la deuda, ajustar-
968 Estudios rurales y movimientos sociales. Miradas desde el Sur

nos… el modelo económico y la educación, esa tura. Muestras de un campo polifónico de bata-
única manera de ver y la posibilidad de organizar llas y enfrentamientos, en donde la concepción
un contra discurso. de poder como propiedad se disuelve en la idea
El significado de insistir en un reclamo constante de poder como ejercicio, como constelaciones
y que de alguna manera vaya en contra de la otra
de fuerzas diversas que están en juego perma-
línea que se baja desde el gobierno. (Entrevistas
nente. Especie de malla de red que naufraga en
a estudiantes del Conservatorio)
trazos múltiples con la posibilidad de irrumpir
acontecimientos únicos o de que el tejido se
Además de la originalidad, “Vejaciones x 8”
tense y la trama se invierta.
tuvo la marca del deseo y la sensibilidad. Su
En este contexto la idea de sujeto que sub-
fuerza convocante residió más en su capaci-
yace es la de un sujeto en construcción que,
dad de emocionar a sus participantes que en la
con relación a la perspectiva nietzscheana
justicia y racionalidad de su consigna compar-
sobre la invención del conocimiento, renun-
tida y consensuada por todos: “Defensa de la
cia al sujeto pre-dado y trascendente; aquel
educación pública, contra el ajuste”. Más aún,
que Foucault formuló como un punto de ori-
nadie podría enfrentarse públicamente contra
gen que funda las condiciones de posibilidad
tales principios.
para el surgimiento del conocimiento y de la
¿Tocar y/o escuchar el piano para denunciar
verdad. Un sujeto que no está dado de una
la actual política económica-educativa? Para
vez y para siempre sino que se constituye en
algunos oídos, pudo parecer un despropósito
el interior mismo de la historia y que a cada
por la proporción del poder musical con res-
instante es fundado y vuelto a fundar por ella
pecto al poder que se enfrenta. Sin embargo,
(Foucault, 1995).
la gente se autoconvocó y creyó en la protes-
En este sentido es que antes enunciábamos
ta. Frente a la inercia de la inevitabilidad del
la idea de “campo polifónico”, de batallas por
déficit cero, dio su voto de confianza y con él
dar sentidos, de enfrentamientos, en donde los
la protesta pudo ser, adquirió poder… poder
sujetos son construidos en “dispositivos”, es-
emocionarse junto a un par, protestando al
pecie de puntos terminales del poder.
mismo tiempo, defender ejerciendo los espa-
Y son construidos a través de “técnicas”,
cios para la individualidad y el espíritu frente
saberes que se aplican a la modificación de
a la mercantilización de la educación y la cul-
“Vejaciones x 8”: arte y protesta social en Buenos Aires  969

algo pero en medio de determinadas relacio- Las venas de la protesta


nes de fuerza, por lo que no son neutrales ya
que están ligadas a tácticas de ejercicio del Entendemos a la protesta “como una forma
poder aplicadas sobre otro para producir un específica de acción colectiva” que “aparece
efecto. A su vez estas “técnicas y tácticas” como una irrupción conflictiva” en el espacio
trazan “estrategias”: dirección posible que público, lugar polifónico en donde se entrecru-
toma un cierto grupo de ejercicio de poder zan las disputas hegemónicas y contrahegemó-
que construye cuerpos. Pero las mismas no nicas (Giarracca y Bidaseca, 2001), imprimien-
son subjetivas, en el sentido de que no están do su visibilidad en el correr de los discursos y
predeterminadas desde el comienzo, sino que la acción que la entreteje, aunque también fluye
se van contrayendo en el desarrollo azaroso y se entrelaza con los períodos de latencia.
de las prácticas. Este abordaje nos sumerge en una oscila-
En estas múltiples situaciones existe mar- ción entre la estructura de oportunidades y la
gen de acción para los que están al margen de acción. Es decir, nos introduce en la posibili-
la hoja. El espacio es también para las narrati- dad de jugar en la mitad del terreno en la que
vas desde las sombras, para la posibilidad de se encuentran los sujetos y su capacidad de
otras voces, recordando palabras de Marcos atribuir sentidos a las situaciones antes que a
desde Chiapas, “no las que vienen de arriba nuestras ansias conjurables y tabuladoras, que
sino las que trae el viento de abajo”. Posibili- marcan el ritmo de los “a priori” o de teorías
dad de potenciarse o devaluarse, pero posibi- que, orientadas por las claves de la acción ra-
lidad al fin. cional, señalan los aspectos instrumentales, es-
Agua de azar niegan el determinismo. Sor- tratégicos y racionales de la acción, dejando en
bos de contingencia priman. En este mar de la oscuridad los aspectos identitarios.
historia, las olas, cual acontecimiento pueden Nos centramos, entonces, en un sujeto con
irrumpir e ir más allá de lo pensado desafiando “capacidad de alterar sus destinos”, cuya ac-
cápsulas de piedra que duermen como eviden- ción no es escindible en las dicotomías: instru-
cias dadas y definitivas. mental/expresiva, racional/irracional. Apren-
der en este sentido a trazar bisagras, para
adentrarnos al campo de lo social y captar la
970 Estudios rurales y movimientos sociales. Miradas desde el Sur

interioridad de las situaciones (Giarracca y Bi- modo el abanico se abre y el análisis se corre
daseca, 2001). del seguimiento unidireccional de cálculo y
En este sentido, para abordar el suceso de estrategia de la acción y nos permite incorpo-
la Protesta Musical, tomaremos en nuestra rar la existencia de elementos subjetivos de la
construcción la diversidad de gamas que se acción y entrar a trabajar con lo imprevisible
desprenden de los diferentes enfoques acerca o por lo menos con motivos de la acción que
de la protesta. Es así que hacemos, o mejor di- merecen no cerrarnos en extremos.
cho, las situaciones reales nos invitan a jugar Creemos pertinente, entonces, tomar y des-
con múltiples herramientas conceptuales en la cartar, recortar en la gama de los grises, en la
aventura de la aprehensión. gama de lo real.
Las teorías de la acción racional —cuya El formato de la protesta musical fue origi-
lógica implícita predominante es el enfoque nal, difícil de repetir, único. Cuando trabaja-
utilitarista de la acción, es decir, el rastreo mos el concepto de “repertorios de acción co-
de la maximización del auto interés como lectiva” lo hicimos desde la idea que configura
motivación de la acción y el cálculo racional “…el conjunto de medios de los que dispone
de las estrategias posibles como método de un grupo particular para realizar reclamos,
decisión— entran en juego subsumiendo la el cual no se explica solamente en términos
acción en una relación costo-beneficio. Este instrumentales, como el medio más adecuado
enfoque, si bien nos puede brindar elementos para alcanzar el fin deseado en una determi-
para explorar redes organizativas y la gestión nada circunstancia sino al propio tiempo en
de la acción, deja a la sombra territorios que términos de aprendizaje. La vigencia de un re-
tienen que ver con relaciones identitarias que pertorio implicaría: rutinas cotidianas y redes
nuclean a las teorías de la subjetividad e iden- de organización de la población, experiencia
tidad colectivas y de los nuevos movimientos acumulada de acciones colectivas, una memo-
sociales que tuercen las linternas al campo de ria y un saber, estándares predominantes de
la “activación de la voz” como un beneficio, fin derecho y justicia y patrones de expresión”
y medio simultáneamente. (Farinetti, 1998).
La identidad colectiva constituye en sí un Si bien en la acción los actores cuentan
“incentivo selectivo para la acción”, de este con “repertorios modulares” o convenciona-
“Vejaciones x 8”: arte y protesta social en Buenos Aires  971

les, adquiridos en los procesos de aprendizaje, Conservatorio: “es una obra que pone en cues-
(marchas, huelgas, o petitorios) existen posibi- tión la idea misma de obra”. Irrumpe, se sale
lidades de variación u acontecimientos como de los parámetros establecidos y produce un
“Vejaciones x 8” que configuran repertorios corte: “crea otras reglas, es un mundo propio
no convencionales, marcados por el gesto de y que no necesariamente pasa, esto que los eu-
la originalidad y la incertidumbre de lo que se ropeos quieren, que sea universal”. Las fisuras
desconoce. Desde sus propias identidades los dejan ver sus grietas a contra luz del “discurso
músicos nos hablaron, nos expresaron con un musical” consensuado del momento. Satie, ex-
repertorio casi exclusivo. Repertorio irrepeti- céntrico —“en el sentido literal de la palabra…
ble, en algún sentido, aun cuando, unas sema- corrido del centro, de algo que constituía en
nas después, Miguel Ángel Estrella desarrolló su momento una historia”, una “verdad” musi-
la continuidad del acto en su Tucumán natal. cal— en la manera de pensar y en las armonías
y melodías que usaba, de estilo anticonvencio-
¿Por qué Vejaciones de Erik Satie? nal y por veces irónico, representó una de las
rupturas más significativas con el Romanticis-
En este repertorio novedoso se apela a la uti- mo Francés del siglo XIX. “No hay manera de
lización de un símbolo: Vejaciones, que en un analizar esas obras desde el punto de la cons-
ahora resignificado se vincula con la cons- trucción romántica… Las herramientas analíti-
trucción de los sentidos de la acción y así ali- cas que dan las materias Armonía y Contrapun-
menta y es parte de estos nuevos marcos de to y Morfología, se caen con estas músicas”. La
la acción colectiva. metamorfosis de la morfología de “la verdad
Creemos que en la particularidad de la obra musical” vive en un permanente juego de ro-
—en cuanto a su estructura y en la traza de rup- ces y disputas. Como todas “las verdades”, se
tura que marcó su autor, Erik Satie— están par- aleja de ser un lugar tranquilo. Las disputas
te de las claves de su rescate. Parte entrelazada hegemónicas y contrahegemónicas no han de
a otras presentes que iremos deshilando. quedarse dormidas, el agua de la mar polifóni-
Con relación a la ruptura y estructura de la ca no estaba ni está serena. Después de todo, si
obra y su autor, podemos decir que Vejaciones, bien “la música se estudia desde ciertas prác-
tal como nos explicaba uno de los docentes del ticas comunes… —en definitiva la armonía es
972 Estudios rurales y movimientos sociales. Miradas desde el Sur

una práctica común, un consenso, un ritmo” que prevalece a costa del ahogo y la vejación
(entrevista a docente del Conservatorio)— los de otras. Símbolo en el que a la vez reposa un
conjuros o “tipificaciones” no son de una vez y nombre inevitablemente actualizado en los
para siempre. tiempos que corren, configurando el trazo de
Satie, entonces, en las voces de su rescate, otro puente con el pasado, ya que la obra tam-
fue un “antiacadémico, anticonservatorio”, un bién resuena hoy desde su propia etiqueta.
“revolucionario, sobre todo en las ideas […] Hilando para atrás nos preguntamos, en la
Quizás no fue el mejor músico de la historia, intención de seguir encontrando cruces: ¿qué
pero tuvo ideas que realmente revolucionaron pensaba Satie al bautizar Vejaciones a su obra?
toda la música, de hecho, esta obra […] cambió Y los hallazgos emergieron. Por algo Vejacio-
la idea de lo que es una obra musical. Porque nes se desperdigaba en cada rincón del Conser-
se tenía el concepto, como que una obra es una vatorio y latía cada vez más profundo en cada
melodía que tiene cierto desarrollo y llega así peldaño que nos acercaba a ella.
como a un punto de tensión […] En cambio
acá hay una cosa que empieza, sigue, no hay Esa es la pregunta, nadie la sabe contestar. Po-
direccionalidad” (entrevista a estudiante del demos suponer muchas cosas… que la palabra
Conservatorio). “Es decir no es una obra que vejaciones acompaña al tipo de escritura de la
se desarrolle, ni es una obra que nos cuente partitura, una escritura adrede imposible. Es
decir, donde una línea melódica que podría es-
nada… ni que nos lleve hacia ningún lado. Es
tar escrita de una manera sencilla, está escrita
una especie de friso eterno. En ese sentido una
de la manera más compleja que vos te puedas
obra antirromántica por excelencia” (entrevis- imaginar. Tenés un acorde en SI mayor que está
ta a docente del Conservatorio). escrito como SOL Bemol, DO Bemol, RE Soste-
Creemos, en el camino de hallar las claves nido… cuando vos leés esto, con tu formación
de su rescate, que Vejaciones es una suerte de clásica, el cerebro te empieza a funcionar mal. Tu
símbolo dentro del círculo de manos desde formación no sirve para leer eso. Es decir, yo en-
donde se desprenden los acordes; que fisuró la cuentro un fenómeno interesante en la escritura
voz única de los parámetros establecidos y que de la partitura en el sentido de escribir perversa-
hoy, en sintonía con ese pasado, los músicos la mente. Una obra que prácticamente no se puede
retoman para poner en cuestión una voz única leer. Tiene algunas notas, que es una locura, él
“Vejaciones x 8”: arte y protesta social en Buenos Aires  973

evidentemente estaba buscando algo y creo que Exigieron al Ministerio de Educación que ac-
el título debió tener que ver… (Entrevista a do- tuara por vía administrativa derogando la re-
cente del Conservatorio). solución vigente, para que las dependencias
del IUNA fueran preservadas por los alumnos,
Con relación a la intención de los sentidos de la como actualmente sucede con las escuelas
acción que se dibujaban en la protesta, creemos Nacional de Arte Dramático y Prilidiano Pue-
que estudiantes y docentes eligieron una obra yrredón. Durante una semana, se declaró un
perversa en correlato a una situación perversa: estado de asamblea permanente sin suspender
se eleva el conservatorio al rango universitario las clases, que fueron utilizadas para discutir
pero faltan marcadores en las aulas; se crean estos problemas.
los órganos representativos de la institución Todo esto desembocó en una asamblea y
pero se eligen a dedo; les donaron treinta y seis una semana después, surgió “Vejaciones x 8”.
pianos nuevos de última generación pero se es- “Si cae la Resolución 851 (resolución que de-
tán arruinando porque no hay quien los afine. signó a Moneta en su cargo), cae todo: nuestras
El IUNA se encuentra en un período de “nor- autoridades también” (entrevista a estudiante
malización” debido a que la justicia aún no se organizadora).
ha pronunciado sobre una asamblea irregular Como decíamos antes, un nombre se actua-
que eligió a Raúl Moneta como rector. En lu- liza. Indagando en las entrevistas se dilucidaba
gar de los mecanismos democráticos previstos las posibles razones de Satie en el bautizo de
como los concursos docentes, indispensables su parto: “Él en su momento rompió y se opu-
para elegir al Consejo Superior y llamar a una so a todo seguimiento” a la vez que “esta obra
Asamblea Universitaria, una resolución del se la dedicó a la crítica, a darles con un caño.
gobierno menemista habilitó por única vez a Es como una vejación someter a los críticos a
los Consejos Asesores a elegir al Decano. Así, escuchar 840 veces esta cosa que se repite, que
Moneta accedió al Rectorado, en medio de una se repite y que se repite… es más, la escritura
asamblea donde se les pegó a diputados y no al final está llena de… es incomodísima de leer,
se permitió el ingreso a estudiantes. Durante creo que con la intención de molestar a (quien
todo el año pasado y el actual, docentes y estu- tiene) que estudiar”. “Bueno, que una persona
diantes estuvieron movilizados por este tema. sola toque veinte horas ya es en sí mismo… te
974 Estudios rurales y movimientos sociales. Miradas desde el Sur

pone en un límite” (entrevistas a estudiante y tinuidad evolutiva…”, se ahogó durante una


docente). semana en lo sonoro de una disonancia que,
Podemos entrever que Vejaciones (y luego alejada de la armonía, es una especie de vene-
“Vejaciones x 8”) como sinónimo de maltrato, no para sus tripas. Disonancia que proviene de
abuso, ofensa a la dignidad, tiene un inevita- los cauces de su compositor, de mirada muy
ble y directo correlato en la realidad que vi- crítica con respecto a los espacios académicos
vimos de ajuste, privatización y “perpetua” (entrevista a docente).
deuda externa. Vejaciones produjo, entonces, un quiebre
El pasado, como una raíz, se resignifica en en el sentido de ser una puerta articulatoria y
la sed de un presente, que toma a una obra y a de entrada (por lo menos momentáneamente)
un autor —los cuales, en virtud de su ruptura, de la vida y muerte musical, que permanece a
se los rescata en la necesidad de confrontar un las orillas de sus “miopes” muros “…ya que el
repetitivo discurso hegemónico— en la necesi- conservatorio no tiene una relación potente
dad de un corte, aunque sea un tajo al telar de con la producción musical de Buenos Aires y
lo inamovible y único. Por otro lado, un nom- del país, siendo que es nacional” (entrevista
bre (por diferentes motivos: los del autor en su a docente). Hecho que se transfiguró durante
época y los de los participantes de la protes- el letargo de toda esa semana: “Se estableció
ta hoy) aceita una bisagra en el tiempo, cuyas un vínculo profundo con una serie de artistas
figuras como los mosaicos de los caleidosco- que nunca habían entrado al conservatorio o
pios, se interpretan y ven según los ojos de la no están… Adriana de los Santos, el ‘Chango’
época. Ayer Satie y su búsqueda. Hoy, vejación Spasiuk, Gerardo Gandini, Pía Sebastiani. Na-
que vivimos a diario. die antes había invitado a Gandini hasta que
Y si hablamos de necesidad de un corte y pasó esto. El conservatorio es muy miope. No
el rescate de un antiacadémico, el corte filtró mira a los artistas que hay, y en esta protesta
también las paredes mismas del conservatorio. los miramos, los invitamos y vinieron” (entre-
Porque si “…el Conservatorio es muy conser- vista a docente).
vador… y no acepta todo aquello que funcione Es evidente que el trabajo subterráneo, la-
por corte…” sino que solo “…acepta aquello tente desde hace 10 o 12 años por parte de
que, aunque complejo, funcione como una con- algunos docentes en el empeño de producir
“Vejaciones x 8”: arte y protesta social en Buenos Aires  975

una renovación de conceptos recogió los fru- algo que late tenuemente hoy, que empieza a
tos que se potenciaron en el estallido de la despuntarse y asomarse dispersamente: la ac-
imprevisibilidad. tivación de la voz por fuera de repertorios con-
Muchos de los autores del siglo XX no son vencionales escapando a una lógica o juego de
incorporados en la currícula del Conservato- la representación-gestión que produce inmo-
rio, “…de hecho las cátedras de instrumentos vilidades y a la reducción de la política como
no incluyen absolutamente nada a posterior de simple instrumental o medio. El entretejido
la década del cuarenta. Nada. Nada de Ligeti, conceptual que aborda la acción solo desde el
nada de John Cage, de Luciano Berio. Absoluta- enfoque de las oportunidades políticas y des-
mente nada, no existe” (entrevista a docente). de el juego de las demandas al Estado, harían
Quizás la mecha que explotó la música sacuda agua en esta protesta, ya que en “Vejaciones x
la armonía añeja con acordes en contramarcha, 8” hay búsqueda e intención no solo circuns-
y las hojas de la puerta flameen al compás de la cripta al canal de una demanda a un Estado
diversidad de ritmos. que, por otra parte, cada día afina más su voz
Si antes nos preguntábamos el por qué Ve- neoliberal. En este sentido, se rescata también
jaciones de Erik Satie y fuimos encontrando de Vejaciones, la circularidad de su tiempo, su
las claves en la particularidad de la obra en duración: además de arte y obviamente protes-
cuanto su estructura y ruptura, no perdimos ta, Vejaciones es rito.
de vista las bisagras que sostuvieron su resca-
te, bisagras de la mano de un pasado que es un Es una obra que dura en la versión que él pide
símbolo muy fuerte al igual que las manos con (Satie) veintipico de horas, es evidente que está
necesidades desde el presente. planteado más, sobre todo a partir de la repeti-
Estas manos, en medio de experiencias acu- ción, más como un rito que es lo que yo sostuve
todo el tiempo en lo que nosotros hicimos, mucho
muladas, memorias y sentidos de “la justicia”,
más como un rito que como una obra con desa-
rutinas y ansias de nuevas formas de expre-
rrollo… Satie mismo propone que esto debe ser
sión, fueron aprendiendo y tallando este nove- tocado 840 veces… pero para eso el intérprete
doso repertorio de acción: “Vejaciones x 8”, al debe practicar severas inmovilidades. (Entrevis-
compás del rito. Y esto, creemos que es otra ta a docente).
clave de rescate de Satie y su obra, ligada a
976 Estudios rurales y movimientos sociales. Miradas desde el Sur

En esa etapa de su vida, Satie estaba pasando por to. Y por eso cosas pegadas en las paredes, pasar
una época así como muy mística… en cierta for- películas, como que la gente tenga otros intereses
ma la obra habla, como una especie de búsqueda también […] Si quiere circular que circule, si se
espiritual, una cuestión de algo que se repita 840 quieren venir con un colchón y tirarse a dormir…
veces funciona como una especie de mantra, o nadie le va a decir nada. O sea, no es que sea un
sea es como una especie de ritual la obra, y en auditorio esto, sino que es un lugar donde está so-
cierta forma nosotros lo tomamos como una es- nando música como forma de protesta. También
pecie de ritual de protesta, no en sentido religioso se están organizando conferencias y debates con
pero si como una cosa que exige cierto grado de sociólogos, filósofos y demás. Generar espacio
compromiso de la persona que está participando para el debate también nos pareció que era im-
y bueno por otro lado, también tiene que ver con portante ya que es una protesta, tiene que haber
una búsqueda profunda a la que apuntamos noso- un lugar donde se pueda hacer una especie de de-
tros, una búsqueda de mayor integración, que es bate. (Entrevista a estudiante)
lo que nos permite también esto”… “Que la obra
sea reiterativa nos da la posibilidad por un lado Además de la circularidad del tiempo de la
de extender el tiempo que quisiéramos y una se- obra, existieron indicios de circularidad en el
mana nos pareció mucho más contundente que espacio. Aspectos que sumados a la puesta en
21 horas y nos daba la posibilidad de sumar a mu-
escena, plantearon una ruptura con la idea de
chísima gente. (Entrevistas a estudiantes)
obra de arte como espectáculo.

Arte y protesta juntos: un …No hay un horario del todo fijo, pero, más o me-
desconcierto nos entre las doce de la noche y dos de la maña-
na, se cierra la puerta hasta la mañana siguiente
Si algo no quiso “Vejaciones x 8”, es ser un a las ocho, pero bueno el que quiere toca timbre
concierto. y le abrimos la puerta. La idea es que esto, pueda
ingresar gente durante todo el día. (Entrevista a
…Tampoco la idea era que sea un auditorio, no. estudiante)
Es una protesta y es un hecho artístico al mismo
tiempo… no tiene que dejar de ser ni una cosa ni A diferencia del espectáculo, constituido por la
la otra, si no se puede transformar en un concier- distancia artista/espectador, “…el ritual es con-
“Vejaciones x 8”: arte y protesta social en Buenos Aires  977

juntivo, pues instituye una unión (podríamos logía, el concierto se inscribe dentro de la esce-
decir aquí que una comunión) o, en todo caso, na a la italiana donde los roles de espectador
una relación orgánica entre dos cuerpos (que y artista son fijos e irreversibles, el conjunto
se confunden en el límite, uno con el personaje escenográfico (el juego escénico de los actores
de oficiante, y el otro con el de la colectividad y los decorados) se dispone en términos pers-
de los fieles)…” (Levi-Strauss, 1964). pectivistas, ordenándose en función de un cen-
Jesús González Requena (1995) distingue tro óptico exterior, definido por el lugar ocu-
distintos modelos2 del espectáculo. En su topo- pado por el espectador. Se impone de manera
neta el divorcio entre el espectáculo y la calle,
y la economía del deseo se encauza en térmi-
2 El modelo carnavalesco, caracterizado por la esce- nos de economía mercantil: pagar la entrada.
na abierta y móvil, donde el rol de espectador que mira
y cuerpo que se exhibe son intercambiables y el deseo Yo creo que lo que asustaba era la protesta y el
circula gratuito, lo que hace imposible la consolidación evento que se sale de eje y que no es un concierto.
del cuerpo fetiche. La murga, la feria, el festival de rock
Conciertos acá se hacen muchos, se hacen todo
y ciertos meetings políticos son derivaciones empobre-
cidas del modelo carnavalesco. En el modelo circense,
el tiempo, pero algo así no se hizo nunca… Con-
la escena está completamente clausurada pero en dis- ciertos se hacen muchos pero eso no implica que
posición circular o elíptica (lo que todavía le permitía al estén presentes algunas obras que debieran estar.
espectador cierta arbitrariedad para ocupar el espacio). Y eventos que se salen de la forma concierto, di-
Los roles espectador/artista ya no son reversibles. Hi- rectamente no. Y esto yo creo que asustó. (Entre-
pódromo, corridas de toros, olimpíadas, otras pruebas vista a docente).
deportivas como carreras de automóviles son algunos
ejemplos. Con el modelo de la escena a la italiana,
emerge un sistema topológico basado en la perspectiva.
En “Vejaciones x 8” encontramos una escena
Con ella se consagra el sujeto trascendental: aquel que semiabierta (aunque dentro del Conservato-
desde un lugar privilegiado, mira un universo razona- rio), determinada por la circularidad de las per-
blemente ordenado o, más exactamente, ordenado en sonas y en algunos casos por la reversibilidad
función de su propia razón. La danza, la ópera, la misa de los roles artista/espectador (ya que muchos
y, obviamente, el teatro se inscriben dentro de este tipo
de modelo. Por último, el modelo de la escena fantasma pianistas que ejecutaron la obra luego asumie-
a los nuevos espectáculos cinematográfico y electróni- ron el tópico de “espectadores” al escuchar a
co (González Requena, 1995). los demás).
978 Estudios rurales y movimientos sociales. Miradas desde el Sur

Además, se trató de un evento gratuito y por que genera la conciencia de que se pueden hacer
lo tanto, fuera de la lógica de la mercantiliza- cosas importantes y que para lograrlas lo que hay
ción del arte. La idea de apertura también se que tratar, eso de tener una idea clara y defender-
puede rastrear en el recital final, cuya convoca- la esa idea. Y que no necesariamente tenga que
ser una idea tan puntual, tiene que ser algo con
toria en la calle reunió distintos géneros: rock,
lo que se sienta identificado simplemente. (En-
folklore, clásico, instrumental, etcétera.
trevista a estudiante)
Desde el inicio y durante todo el desarro-
llo de la protesta se mantuvo el principio de
Las brújulas entonces, vibraron durante los sie-
igualdad ante el reclamo: “…cuando hicimos la
te días y siete noches en las que se fue entrete-
gacetilla de prensa y demás, no se aclaró exac-
jiendo una red de músicos, antes inexistente.
to el horario en que tocaba determinada per-
Cadena de teléfonos, e-mails y “búsqueda pro-
sona, creo por una cuestión de respeto hacia
funda”. Búsqueda que ligada al desafío de lo
los otros, una persona puede tener mucho más
novedoso y la integración, constituyó en sí “un
nombre que otra pero estamos todos en la mis-
incentivo selectivo para la acción”. El placer de
ma. Se aclaró que va a estar qué sé yo, Gerardo
activar la voz y su resonancia crítica como un
Gandini, Pedro Aznar… no sé, un montón de
“beneficio, fin y medio” a la vez. Caja de reso-
personas, pero no el horario” (entrevista a es-
nancia, cuyas cuerdas sostenidas, conjugaron
tudiante).
y se arriesgaron a un proceso simultáneo de
Este “ritual de protesta” entonces, tomó e
sentido e identidad alternativo e incierto, en
indagó en un tiempo circular, con miras a po-
el empaste de una “acción instrumental y ex-
tenciar y construir una integración e identidad
presiva”. En este sentido tomamos la siguiente
en donde participar, involucrarse y compro-
interpretación de Revilla Blanco: “Cuando los
meterse. Fueron brújulas que también signa-
círculos de reconocimiento existentes no do-
ron la protesta.
tan de sentido a mi acción, y cuando la pérdida
de referentes para la constitución de identida-
Yo creo que la repercusión más importante, la
que más esperamos, no es el hecho de una res-
des se generaliza, una de las opciones posibles
puesta a nivel de políticos sino más que nada la es la producción alternativa de sentido; la (re)
respuesta a nivel de la gente […] Como de eso constitución de una identidad colectiva que
“Vejaciones x 8”: arte y protesta social en Buenos Aires  979

dote de certidumbre a la acción individual y definir lo “injusto” y activar así las reivindi-
colectiva… de este proceso de identificación caciones contra el recorte, la privatización,
alternativo que produce sentido para la acción el arancelamiento y el ajuste nacional, ro-
individual y colectiva… se deriva que no sea zaron también la intensidad de la partici-
pertinente la separación entre la acción instru- pación emocional al compás de la vejación
mental (orientada hacia el logro de recursos vivida, ya interpretada. “Unión, unión por
que permitan defender los intereses) y acción algo” y “yo les puedo asegurar que la sen-
expresiva (orientada por el proceso de identifi- sación cuando estaba en casa por ejemplo
cación)” (Revilla Blanco, 1994: 200). Seguido a a las 3 de la mañana, saber que eso está so-
esta cita, rescatamos las palabras de uno de los nando. Levantarse a las 9 y saber que eso
participantes de “Vejaciones x 8”: está sonando. Venir acá, y sigue sonando.
Te vas a tu casa y sigue sonando. El final
Hay algo además de la forma de protesta contra fue demoledor, de una emotividad increíble”
determinada cosa, contra un sistema, contra lo (entrevista a estudiante y docente).
que sea, hay algo que me parece muy mágico: Por otro lado, un camino donde la protesta
de que un piano esté una semana ininterrumpi- no debe desdibujar su identidad como artistas
damente sonando. O sea, yo tuve el privilegio de
ni la de la obra de arte. A la vez que la música
venir el último día, es como que agarrás un piano
no debía sonar a concierto, ensombreciendo
cargadito, o sea, creo que no es subjetivo, creo
que eso existe… Bueno, hay algo mágico, hay las voces de la protesta:
algo como personal, qué se yo, está bueno sentir-
se un eslabón en una cadena que no se corta hace Me puse muy estricto, porque claro, armada la
una semana…Me parece increíble que haya toda cosa después quería tocar todo el mundo, inclu-
una suma de pianistas participando, y como que so la gente que no era pianista. Y eso fue duro,
cada uno se pasa la posta. No sé, es algo lindo, pero no, absolutamente no. Es decir, la obra es la
fuerte… este clima de unión, de unión por algo. obra… creo que donde está el mayor logro es en
(Entrevista a un pianista) que la protesta fuera un evento artístico. (Entre-
vista a docente)
Acá la novedad es por un lado, producir un hecho
Los artesanos de este repertorio, entonces,
artístico, porque nos interesa muchísimo la cali-
con una “economía moral” propia, capaz de dad interpretativa y eso es darle nivel al reclamo.
980 Estudios rurales y movimientos sociales. Miradas desde el Sur

Pero por otro lado es un reclamo y eso no hay que Algo late, en la irrupción de esta protesta,
perderlo de vista. y algo de lo transitado y conocido incomoda
Utilizando nuestro medio de expresión como mú- y no convoca. Quizás Vejaciones como reper-
sicos, la protesta… no es que estamos reclaman- torio que configura nuevas formas de resis-
do algo particular del conservatorio, sino que es
tencia, bordeó el camino del desafío, con el
nuestra forma de plegarnos a lo que está pasando,
riesgo que eso implica, de buscar y no encon-
en todo el país. (Entrevistas a estudiantes)
trar, de la incertidumbre y su vértigo, que la
tan densa disonancia de los viejos reperto-
El repertorio, entonces, quedó oscilando en-
rios despierta.
tre el arte y la protesta. Simultaneidad que
expresó un “basta de bombos” o “los paros
no van más”. Y una apuesta en donde nuevos
artesanos se concatenaron a la exploración Un final a toda calle…
de nuevos sentidos en ese espacio de búsque- Del silencio a los aplausos
da. Un “hacer lo que sabemos” y “hacer lo que
somos” trascendió el sentido contestatario. El final llegó el sábado 6 de octubre y, por fin,
“Toco vejaciones y te vejo un poco”, me su- se aplaudió. La última nota fue esperada por
merjo en un pentagrama circular, con sabor a una gran cantidad de gente que colmó la sala
rito, que se carga de una cadena de manos y del Conservatorio. Los aplausos se extendieron
a la vez protesto, grito con la agudeza de una durante casi diez minutos. Después de la actua-
vejación sonora. ción del Coro Nacional de Jóvenes, la música
Lo que puede decirse entonces, también pre- se trasladó a la calle. Desde temprano los so-
sente en “Vejaciones x 8”, es una irrenunciable nidistas y técnicos trabajaron en la instalación
presentación, el ahí, el movimiento desaboto- del escenario sobre la calle Córdoba —cortada
nado, desmadejando una acción e identidad solo parcialmente—, mientras los estudiantes
simultáneamente. Porque ese hacerse voz de de la Escuela de Arte Ernesto de la Cárcova,
protesta, en la carne de un piano ininterrumpi- pintaban un mural en la fachada del Conser-
do, en el camino del rito de la búsqueda, apostó vatorio en el que quedaron latiendo estas pa-
a potenciarse novedosamente. labras: “Mientras toda la ciudad dormía, como
un trabajo desde la profundidad, la secuencia
“Vejaciones x 8”: arte y protesta social en Buenos Aires  981

sonora siguió su transcurso vivo. Creada para Jodos primero y después el Changuito Spasiuk,
la continuidad, sostenida por personas en bus- que las bocinas estaban en RE”3. Más adelante,
ca de la dignidad y elevando desde la música a raíz de los ruidos provocados en forma inten-
la protesta contra las estructuras del abuso, la cionada por los automovilistas que pasaban,
indiferencia y el desamor”. la artista expresó: “Las bocinas me están enlo-
Los artistas fueron sumándose, y entre acor- queciendo, no escucho la guitarra, pero porque
de y acorde, los organizadores de la protesta le- están desafinados ellos”.
yeron adhesiones, los nombres de los pianistas La protesta, paradoja de un espacio donde
que habían participado y consignas tales como: acontece, se nos presentó, en apariencias, sin
“No al recorte, no al arancel universitario”, fisuras; resistencia que fue adquiriendo su ca-
“la música no para”. Los músicos que tocaron rácter vejatorio a lo largo de la semana y que,
traían aires del folclore, tango y jazz: Ernesto sin embargo, mostró las grietas donde fue po-
Jodos, “Chango” Spasiuk, Liliana Herrero, Mar- sible vislumbrar nuevas formas de protesta
cela Palladores, Lidia Borda, Martín Pavlovsky del espíritu.
y Rodolfo Mederos.
Algunos de ellos, arriba del escenario, cam- La música presenta todas las características de
biaron el lenguaje de la música por el de la un verdadero simbolismo, salvo una: la existen-
palabra y expresaron: “El problema de este cia de una connotación asignada… Es un idioma
país es la ignorancia. Ignorar lo que le sucede limitado, como un lenguaje artificial […] En sus
expresiones más elevadas, la música aunque es
al otro; ignorar lo que sucede cotidianamente.
evidentemente una forma simbólica, constitu-
Ojalá que no perdamos esa fuerza que tienen
ye un símbolo incompleto. La articulación es su
ustedes, esa conciencia, ese ejemplo. Me pa-
rece que hoy en día son más ejemplo los hijos
que los padres. No lo pierdan. Pero trabajen 3 Fue un sábado cerca de las 10 de la noche, pero la
todos los días, cuídenlo. Así, que me dieron ga- policía no permitió cortar Córdoba sino solo dos carri-
nas de compartir esto… de hablar con ustedes” les y dejar habilitado un tercero para el tránsito. Mien-
(Chango Spasiuk). Liliana Herrero, también se tras esta negociación se llevaba a cabo, varios automó-
viles tocaron bocinas en señal de protesta por la espera;
valió de las palabras para decir: “Me pareció
situación que molestaba mucho a los músicos y en ese
escuchar, cuando tocaban maravillosamente, contexto, Liliana Herrero aludió a las bocinas en “re”.
982 Estudios rurales y movimientos sociales. Miradas desde el Sur

vida, pero no la aserción; la expresividad pero Lamberti - Bruno Delucchi - María Laura Novoa
no la expresión. (Larger, citado por Schutz, 1974: - Camila Juárez - Juan Belvis - Damián Tepman
162, énfasis propio) - Ramiro Luengo - Claudio Pascua - Natalia
Pérez - Gabriela Navarro Landaverria - Susana
Símbolo incompleto, estructura fallada, la mú- Ravina - Ernesto Cantero - Diego Schissi - Paula
sica irrumpe en el escenario nacional de la Ruggieri - Juliana L. Fernández - María Julia
protesta argentina de estos tiempos para incor- Migliarini - Susana Spadini - Gerardo Gandini
porar el nuevo sentido de la política fusionada - Ezequiel Sarubbi - Patricia Martínez - Martín
al arte como horizonte de creación estética y Pavlovsky - Alfredo Corral - Luis Arias - Rosa
radical invención histórica (Badiou, 1990). Wainer - Rosa Tcach - Verónica Santángelo -
Pablo Woizinski - Luciana Aló - Laura Pironio
- Javier Velárdez - Ezequiel Birman - Norma
Anexo N° 1 Bavio - Aldo Antognazzi - Alejandro Labastía
- Graciela Bonnet - Guillermo Pozzatti - Elena
Nombres de los pianistas que participaron de López Amaya - Manuel Massone - Agustina
“Vejaciones x 8”, por orden de aparición Herrera - Benjamín Sebban - Mercedes
Taltabull - Amorina Mesquida - Cecilia Gros -
Andrés Orlando - Gabriela Bernasconi - Andrea Adrián Iaies - Silvina Zicolillo - Olga Galperín
Vallarini - Mónica Vallarini - Daniel Godfrid - - Mónica Bacchetto - Hernán Schvartzman
Gastón Rocatti - Hernán Ballesteros - Daniel - Ivana Spector - Fernando Ilusic - Margarita
Montalto - Yamila Fernández - Elba Lanata Fernández - Pía Sebastiani - Alejandro Cervera
- Santiago Santero - Adriana de los Santos - - Hernán Matorra - Julieta Colángelo - Cecilia
Giselle de Luque - Fabiana Galante - Guillermo López - Diego Verolli - Lucía Besfamille -
Cárdenas - Santiago Cano - Beatriz Tabares - Ramiro Pettina - Maximiliano Ciaffi - Gabriel
Raquel Losoviz - Néstor Zulueta - Jorge Bergaglio Aguilera - Laura Pellegrini - Marcelo Conte -
- Carmen Baliero - Marcelo Katz - Adrián Santiago Torricelli - Luciana Layoia - Gabriel
Paenza - Diana Schneider - Jorge Ruiz Passaro Paiuk - Alicia Campastro - Mariano Palavecino -
- Pablo Polidoro - Susana Kasakoff - Silvia Soon He Jung - Fernando Britos - Lucía Losavio
Ziblat - Haydée Schvartz - Silas Bassa - Victoria - Damián Montiel - Mercedes Pomilio - Popi
“Vejaciones x 8”: arte y protesta social en Buenos Aires  983

Kleinman - Cecilia Fracchia - Aníbal Glüzmann Olaso - Vanesa Viola - Víctor Naranjo - Gabriel
- Ana Foutel - Perla Becker - Ofelia del Amo Aguilera - Matías Teodori - Francisco García
- Francisco Cervilla - Eduardo Checchi - Fauré - Pablo Cernik - María Julia Grossi - Laura
Eduardo Carvalho - Gabriel Luna - Gastón Astudillo - Pablo Passols - Daniel Wechsler -
D’Amico - Agustín Pozzo - Oscar Albanese - Gustavo Hernández - Alicia Cipolla - María
Alejandro Sánchez - Adrián Fernández - Julio Laura Antonelli - Marcelo Delgado - Federico
C. García Cánepa - Juan Pietranera - Rodrigo Sarudiansky - Analía Goldberg - Claudio
Núñez - Romina Thesz - Leonardo Stefani Schulkin - Ana María Floriani - José Luis Juri
- Mariano Losi - Ursula Steingart - Soledad - Perla Gonilski - Gustavo Álvarez - Carolina
Crespo - Pablo Zartman - Andrea Cruz - Jean Ceriani - Flavio Guerez - Laura Falcone -
Pierre Luque - Guido Rocaglia - Matecha Beatriz Pedrini - Bárbara Civita - Dora Castro
Rezzano - Miguel Teubal - Elena Larionow - - Néstor Ballesteros.
Carolina Cho - Celeste Molina - Lucía Maranca
- Susana Espinosa - Fernanda Morello - Edith
Bernárdez - Liliana Sáinz - Hugo Caligaris - Bibliografía
Pablo Kohan - Alan Kwiek - Pedro Aznar - María
Inés Velázquez - Natalia González - Emiliano Badiou, A. 1990 ¿Se puede pensar la política?
Greizerstein - Estanislao Centanin - Juan Pablo (Buenos Aires: Nueva Visión).
Santocono - Juan Manuel Borjas - Hernán Fassa Barbetta, P. y Lapegna, P. 2001 “Los cortes
- Marcelo Cabrol - Estela Telerman - Mariano de ruta en el norte salteño: cuando la
Delli Quadri - Pablo Torres - Santiago Botiroli protesta toma forma” en Giarracca, N.
- Regina Benavente - Claudio Espector - Alicia et al. La protesta social en Argentina.
Pes - María Angélica Corrado - Iris Bacal - Transformaciones económicas y crisis
Johanna Suárez - Ofelia Carvajal - Pablo Ávila social en el interior del país (Buenos
- Esteban Gismondi - Marta Millán - Andrea Aires: Alianza).
Álvarez - Mariano Irschich - Ya Lin Chu - María Cerdeiras, R. 1997 “Una política de la no-
Mercedes Varela - Coco Santisteban - Eva representación” en Dialéktica, Revista de
Álvarez - Violeta de Gainza - Mónica Cosachov Filosofía y Teoría Social (Buenos Aires) N°
- Dolores Linares - Antonio Russo - Manuel de 9, octubre de 1997.
984 Estudios rurales y movimientos sociales. Miradas desde el Sur

Della Porta, D. y Diani, M. 1999 Social Revilla Blanco, M. 1994 “El concepto de
Movements (Oxford: Blackwell). movimiento social: acción, identidad y
Farinetti, M. 1998 “¿Qué queda del movimiento sentido” en Zona Abierta (Madrid) N° 69.
obrero? Las formas del reclamo laboral Satie, E. 1998 Memorias de un amnésico y
en la nueva democracia argentina”, otros escritos (Madrid: Ardora).
Documento de Trabajo de la Cátedra de Schuster, F. y Pereyra, S. 2001 “La protesta
Análisis de la Sociedad Argentina, Carrera social en la Argentina democrática.
de Sociología, Facultad de Ciencias Balance y perspectivas de una forma
Sociales, UBA. de acción política” en en Giarracca, N.
Foucault, M. 1995 La verdad y las formas et al. La protesta social en Argentina.
jurídicas (Barcelona: Gedisa). Transformaciones económicas y crisis
Giarracca, N. et al. 2001 La protesta social en social en el interior del país (Buenos
Argentina. Transformaciones económicas Aires: Alianza).
y crisis social en el interior del país Schutz, A. 1974 Estudios sobre Teoría Social
(Buenos Aires: Alianza). (Buenos Aires: Amorrortu).
Giarracca, N. y Bidaseca, K. 2001 “Introducción” Tarrow, S. 1997 El poder en movimiento
en Giarracca, N. et al. La protesta social en (Madrid: Alianza).
Argentina. Transformaciones económicas y
crisis social en el interior del país (Buenos
Aires: Alianza).
González Requena, J. 1995 El discurso
televisivo: espectáculo de la
posmodernidad (Madrid: Cátedra).
Levy Strauss, C. 1964 El pensamiento salvaje
(México DF: Fondo de Cultura Económica).
Melucci, A. 1994 “Asumir un compromiso:
identidad y movilización en los
movimientos sociales” en Zona Abierta
(Madrid) N° 69.
Producción y mercados
para la vida: una posibilidad
emancipadora para el siglo XXI*

P ara hablar del tema de la producción y los


mercados no capitalistas en una Argentina
conformada en “el progreso y la moderniza-
nas de América Latina (también de Argentina)
comparten con las comunidades indígenas la
capacidad de perseverar en una forma de cons-
ción”, se necesita un profundo conocimiento trucción de su vida, de su producción, de sus
de las comunidades indígenas. Tales poblacio- mercados, de sus maneras de socializarse.
nes han dado muestra de la capacidad de per- De hecho, durante la época del modelo de
severancia, de otras formas de construcción sustitución de importaciones y del Estado-na-
de la vida, de otras formas de producción de ción, a los indígenas de América Latina se los
bienes y de construcción de relaciones entre llamaba campesinos. Esta fusión de identida-
los hombres, así como de otras formas de in- des campesina e indígena pudo darse porque
tercambio de las producciones físicas y simbó- ambas —aun con todos los intentos del capita-
licas. No tengo una larga tradición en el conoci- lismo por penetrarlas— guardaron una forma
miento de las organizaciones indígenas; sí, una de producir al margen del mercado.
larga trayectoria en el estudio de las comuni- Los sociólogos rurales desarrollamos una
dades campesinas. Las comunidades campesi- sensibilidad especial respecto de la expansión
de los mercados derivada de la mercantiliza-
ción de todos los espacios de la naturaleza y de
* Giarracca, N. 2008 “Producción y mercados para la la vida. Uno de los factores centrales de nues-
vida: una posibilidad emancipadora para el siglo XXI”
en Giarracca, N. y Massuh, G. (comps.) El trabajo por
tras preocupaciones es la tierra. Y uno de los
venir. Autogestión y emancipación social (Buenos Ai- primeros bienes naturales que el capitalismo
res: Goethe Institut / GEMSAL / Antropofagia). mercantiliza es la tierra; la convierte en mer-
986 Estudios rurales y movimientos sociales. Miradas desde el Sur

cancía, siendo que ella no es producto del tra- la idea del hombre como sujeto egoísta (Adam
bajo humano; la privatiza, le da carácter limita- Smith decía que el bienestar general se logra a
do. Si a ello se suma la formación de las clases partir del egoísmo individual). La concepción de
propietarias, el resultado es la apropiación de sujeto que tiene por detrás la teoría neoclásica,
la renta agraria. Y esto, que aparece como algo la teoría liberal, es la idea del hombre egoísta de
tan natural en la historia del capitalismo, ha donde resulta que la posibilidad de regular todos
traído consecuencias nefastas para la huma- estos egoísmos humanos la tiene el mercado que
nidad: no solo una distribución desigual de la termina convirtiéndose, de este modo, en un efi-
riqueza y de la tierra, sino también el problema ciente administrador de los recursos y de las pro-
del hambre en el mundo, derivado del desigual ducciones para el conjunto de la sociedad.
acceso a los alimentos. La mayoría de las veces, y sobre todo a par-
Tanto en la tradición liberal de la economía tir del neoliberalismo, el mercado aparece en
clásica como en la teoría marxista, existe un singular, como un dispositivo ideológico que
componente acerca del mercado que, a mi permite organizar no solamente la economía,
modo de ver, contribuyó a la resolución ideoló- la famosa economía de mercado, sino también
gica del concepto que colonizó todos los aspec- todos los aspectos de la vida. Hoy en día es
tos de la vida. Recordemos que, para el mar- muy frecuente escuchar decir: “el mercado de
xismo, el mercado expresa relaciones sociales arte”, “la oferta educativa”, “la facturación en
que son “socialmente indeterminadas” (fuerzas salud”. Hoy la industria farmacéutica necesi-
económicas independientes de la voluntad de ta ampliar su franja de productos. En función
los hombres). El mercado se conforma a espal- de ello y, con el fin de aumentar el mercado de
das y más allá de las decisiones de los produc- los psicofármacos pediátricos en la Argentina,
tores; es más, nos dice el marxismo, si todos empiezan a generarse diagnósticos sobre cual-
los productores decidieran producir con las quier síntoma en los niños. Es decir, se trata de
últimas tecnologías, dada la alta composición esta idea del mercado sin límites comerciales
orgánica de capital que se generaría, sería in- ni éticos, que puede colonizar cualquier cues-
evitable una baja en la tasa de ganancia. tión o aspecto de la vida de los humanos.
¡Qué decir de la “mano invisible” de Adam El mercado como dispositivo ideológico y
Smith! El mercado capitalista está basado en comunicativo se muestra en todos los ámbi-
Producción y mercados para la vida: una posibilidad emancipadora para el siglo XXI 987

tos. Los medios de comunicación proclaman Con tal concepto deseamos significar insti-
disparates como “los mercados son sensibles”, tuciones, organizaciones creadas por la acción
se habla del “nerviosismo en el mercado”; el de los hombres, no a espaldas de la sociedad,
mercado aparece como un ser animado, como sino por la acción de mujeres y hombres, don-
un mecanismo de control al que todo el mundo de los agentes se encuentran e intercambian
le debe respeto. Mientras este nivel de organi- básicamente para satisfacer las necesidades de
zación que nos propone el discurso hegemóni- alimentación, de vestimenta, de formación. El
co se expande en toda América Latina, África y control es comunitario y no reside en el mer-
Asia, existen otras formas de pensar la produc- cado; se produce para el bien común a partir
ción para la vida. Observemos a las organiza- de los aspectos solidarios y fraternos que todos
ciones mapuches: han perdurado siglos, y han los humanos expresamos, de la misma forma
perdurado a pesar de la gran dominación que en que lo hacemos con los aspectos egoístas.
han soportado desde hace más de quinientos “Gipi” Fernández, de la Unión de Trabaja-
años. Y esto es por la fuerza de la cultura y de dores Desocupados de General Mosconi, sos-
la voluntad humana de producir y de organi- tiene siempre que ellos obtuvieron 7 mil hec-
zar la vida de otra forma. Esta otra forma tiene táreas y no las pusieron a producir, sino que
como cuestión fundamental el “producir para simplemente las consideraron reserva. Esto
vivir”, como dice Boaventura De Sousa Santos, sería incomprensible para un economista neo-
producir para las necesidades de la vida y no liberal, ¿cómo tener recursos y no ponerlos
para el mercado. en producción para llevar al mercado, para
La producción de alimentos para el mercado tener dinero y para tener ganancias? También
tiene como única finalidad producir ganancias; creo que los ejemplos de las comunidades
alimentar poblaciones es, en este contexto, un indígenas, los ejemplos de los campesinos, y
objetivo secundario. Esta distorsión, que se in- los ejemplos de todas estas experiencias son
tenta naturalizar a través de dispositivos ideoló- “campos de experimentación” y nos permiten,
gicos muy sofisticados, es lo que han rechazado nos estimulan a pensar que hay otras maneras
estas comunidades manteniendo una forma de de producir, de intercambiar, de generar mer-
producir y una forma de intercambiar relacio- cados; hay otras formas de relacionarnos entre
nadas siempre con los “mercados reales”. nosotros y con la naturaleza, de considerar la
988 Estudios rurales y movimientos sociales. Miradas desde el Sur

salud, la educación, lo sagrado y las relaciones neoliberal es por qué siguen existiendo formas
entre los seres humanos. de producción y mercados no capitalistas. Por
qué siguen existiendo los campesinos si, por
las leyes del mercado, deberían estar fuera de
¿Existe el espacio para “los él. La Economía Agraria clásica diría que están
mercados” fuera de “el mercado”? produciendo a unos costos que no les permiten
competir, es decir, no tendrían que existir; pero
¿Existe un espacio fuera del mercado neolibe- aquellos que conocemos de cerca lo que pasa
ral? Podemos formular esta pregunta de otra en las economías campesinas, sabemos que a
manera, adhiriendo a los grandes proyectos veces la familia campesina sale a trabajar afue-
emancipadores de los siglos XIX y XX: ¿existe ra para tener ingresos que le permitan seguir
un espacio sin relaciones de dominación entre manteniendo la unidad de explotación. Esto
los seres humanos? es impensable en la lógica del capitalismo. Es-
Esa gran pregunta generó proyectos polí- tos factores —que de alguna manera ponen en
ticos alternativos durante un siglo entero de cuestionamiento y en tensión la lógica capita-
lucha de masas. Hoy esta misma pregunta in- lista— son los que determinan los escenarios
quiere por la existencia de un espacio de pro- indígenas y campesinos de los dos tercios de
ducción, de mercados y de intercambios fuera la humanidad. Por otro lado, esta nueva forma
de la lógica del mercado neoliberal. ¿Existe un de construir comercio justo, fábricas recupe-
espacio que no esté basado en la dominación? radas, economías populares, no ya economías
¿Se puede pensar ese espacio? O, como nos de- campesinas sino economías populares urba-
sean hacer creer desde la ideología del discur- nas, muestra que ellos aprenden mucho de es-
so hegemónico, esos espacios son imposibles tas historias, de las historias indígenas y de las
de pensar porque la lógica capitalista los inte- historias campesinas.
gra a todos, subordinándolos y convirtiéndolos Pero hay otra cuestión: es posible la susti-
en partes subalternas, marginales, explotadas tución de un modelo por otro. Por ejemplo,
de su propio funcionamiento. el modelo del comercio justo, del comercio
La gran pregunta que se hacen los economis- solidario, ¿sustituye al modelo capitalista?,
tas agrarios y los agrónomos con mentalidad ¿debería sustituirlo? Es una pregunta que no
Producción y mercados para la vida: una posibilidad emancipadora para el siglo XXI 989

tiene respuesta, pero es importante formu- autónoma. ¿Terminará sustituyendo uno al


larla en forma colectiva ¿el capitalismo tiene otro? ¿O terminará el capitalismo destruyendo
tantas debilidades como para ser sustituido todas estas posibilidades de construcción de
por estas construcciones que se dan en sus otro mundo? A mí me parece que son pregun-
márgenes?, ¿o estamos construyendo otros tas abiertas, que no tienen respuestas en este
modelos, otras economías, sin pensar en sus- momento pero que de alguna manera pueden
titución? Esto se está discutiendo en toda llevarnos a pensar y a discutir.
América Latina a nivel de las distintas formas
que adquiere la agricultura.
En el Grupo de Trabajo de Desarrollo Ru- El mito de la economía compleja
ral de CLACSO estamos contraponiendo dos dice que el capitalismo es
modelos: el modelo del agronegocio (con la imprescindible
soja o el etanol) y el modelo de la economía
campesina. El ejemplo más desarrollado es el Es necesario deconstruir algunas ideas que
de Brasil, donde hay relaciones entre ambos, parecen arraigadas; son aquellas que afirman,
pero también hay espacios de autonomía. En por ejemplo, que las “otras economías” —las
Bolivia, el vicepresidente García Linera habló que están al margen del capitalismo— pueden
del “capitalismo andino”, para referirse a una producir solo bienes simples como alimentos
articulación entre la economía agraria cam- o vestimentas, pero no bienes complejos como
pesina, la economía familiar de los sectores antibióticos o computadoras. No hace falta re-
urbanos populares y el capitalismo avanzado montarse a 600 años atrás planteando los avan-
del Oriente, de los departamentos de la “Me- ces científicos de las poblaciones originarias,
dia Luna”. Y también en la Argentina, cuando basten algunos ejemplos simples dentro del
pensamos lo que se está haciendo en términos capitalismo.
de comercio justo, de organizaciones agrarias Algo que a todos nos compete de cerca son
campesinas, de economía regional —como en las computadoras y los programas de computa-
el caso de General Mosconi—, etcétera. Hay ción. Estos programas que parecen tan comple-
dos modos de pensar: el de la sustitución del jos se hacen en la casa de un conjunto de mu-
capitalismo o el de una construcción propia chachitos que trabajan por su cuenta y después
990 Estudios rurales y movimientos sociales. Miradas desde el Sur

les venden sus investigaciones a las grandes Bibliografía


empresas. Doy este ejemplo relacionado con la
mistificación que existe hoy alrededor de esta Acuña, C.; Ciancaglini, S.; Gociol, J. y
llamada “sociedad del conocimiento” donde se Rosemberg, S. 2004 Sin patrón. Fábricas y
nos presenta la producción y la relación con empresas recuperadas por sus trabajadores
los recursos como una cuestión muy compleja, (Buenos Aires: La Vaca Editora).
fuera del alcance de nosotros como seres del Aglietta, M. 1976 Régulation et Crises du
montón. No me voy a referir al tema de los anti- Capitalism (París: Calmann-Levy).
bióticos porque de eso dará cuenta Andrés Ca- Altvater, E. 1997 Die Zukunft des Marktes
rrasco más adelante, lo que quiero decir es que (Münster: Westfälisches Dampfboot).
hoy, más que nunca, se hace necesario volver Altvater, E. 2005 Das Ende des Kapitalismus,
a recuperar la potencia que tenemos como hu- wie wir ihn kennen. Eine radikale
manos y saber que podemos producir cualquier Kapitalismuskritik (Münster:
cosa, que todo lo que se ha producido hasta Westfälisches Dampfboot).
ahora, lo han producido los hombres y mujeres Altvater, E. 2006 Solidarische Ökonomie.
como todos nosotros. Debemos recuperar esa Reader des Wissenschaftlichen Beirats von
potencia en tanto somos seres económicos; esa Attac (Hamburgo: VSA Verlag).
potencia que otorga la fe en que cualquiera de Altvater, E. y Mahnkopf, B. 1996 Grenzen der
nosotros es capaz de producir cualquier cosa. Globalisierung. Ökonomie, Ökologie und
La gran ideología montada a nuestro alrededor Politik in der Weltgesellschaft (Münster:
nos tiene convencidos de que lo importante, los Westfälisches Dampfboot).
objetos de última generación, se producen con Altvater, E. y Mahnkopf, B. 2002
la tecnociencia, es decir, con un saber sofistica- Globalisierung der Unsicherheit. Arbeit
do, difícil y sobre todo lejos del alcance de no- im Schatten, Schmutziges Geld und
sotros como productores. Deconstruyamos los informelle Politik (Münster: Westfälisches
mitos que tan bien genera el capitalismo para Dampfboot).
controlarnos y restarnos potencia. Altvater, E.; Baethge, M. y Bächer, G. 1985
Arbeit 2000. Über die Zukunft der
Arbeitsgesellschaft (Hamburgo: VSA Verlag).
Producción y mercados para la vida: una posibilidad emancipadora para el siglo XXI 991

Altvater, E.; Chomsky, N.; Davis, M.; Eppler, De Sousa Santos, B. y Rodríguez, C. 2002
E.; Galtung, J.; Habermas, J.; Huntington, “Introduçao: para ampliar o canonce da
S.; Klein, N.; Mahnkopf, B.; Sassen, S. produça” en De Sousa Santos, B. (org.)
et al. 2006 Der Sound des Sachzwangs, Produzir para viver: os caminhos da
Globalisierungs Reader (Berlín / Bonn: produção não capitalista (Río de Janeiro:
Blätter Verlagsgesellschaft). Civilização Brasileira).
Boyer, R. 1989 La teoría de la regulación: Fajn, G. et al. 2003 Fábricas y empresas
un análisis crítico (Buenos Aires: recuperadas. Protesta social, autogestión y
Humanitas). rupturas en la subjetividad (Buenos Aires:
Braverman, H. 1974 Labor and Monopoly Centro Cultural de la Cooperación).
Capital. The Degradation of Work in the Fajn, G. y Rebón, J. 2005 “El taller ¿sin
Twentieth Century (Nueva York / Londres: cronómetro? Apuntes acerca de las
Monthly Review Press). empresas recuperadas” en Revista
Dal Ri, N. M. (comp.) 1999 Economia Herramienta (Buenos Aires) N° 28.
solidária: o desafio da democratização Giarracca, N. (coord.) 1994 Acciones
das relações de trabalho (San Pablo: Arte e colectivas y organización cooperativa
Ciência). (Buenos Aires: Centro Editor de América
Davis, M. 1990 (1986) Prisoners of the Latina, Serie Bibliotecas Universitarias).
American Dream. Politics and Economy Giarracca, N. y Teubal, M. 2005 El campo
in the History of the US Working Class argentino en la encrucijada (Buenos
(Londres / Nueva York: Verso). Aires: Alianza).
De Melo Lisboa, A. 2004 “Mercado solidario” Godio, J. 1983 Historia del movimiento
en Cattani, A. D. (org.) La otra economía obrero latinoamericano (México DF:
(Buenos Aires: UNGS / Fundación OSDE / Nueva Sociedad / Nueva Imagen).
Altamira). Gorz, A. 1998 Miserias del presente, riqueza
De Sousa Santos, B. (org.) 2002 Produzir de lo posible (Buenos Aires: Paidós).
para viver: os caminhos da produção não Hobsbawm, E. J. 1967 Labouring Men.
capitalista (Río de Janeiro: Civilização Studies in the History of Labour (Garden
Brasileira). City: Anchor Books / Doubleday).
992 Estudios rurales y movimientos sociales. Miradas desde el Sur

Holloway, J. 2006 Contra y más allá del Pannekoek, A. 1976 Los consejos obreros
capital (Buenos Aires: Herramienta). (Buenos Aires: Proyección).
Iturraspe, F. 1986 Participación, cogestión y Polanyi, K. 1980 (1947) “Nuestra obsoleta
autogestión en América Latina (Caracas: mentalidad de mercado” en Commentary,
Nueva Sociedad). Vol. 13.
Lafargue, P. 2005 “Derecho a la pereza” en Polanyi, K. 1992 La gran transformación
Sartelli, E. (comp.) Contra la cultura (Madrid: La Piqueta).
del trabajo (Buenos Aires: Razón y Quijano, A. 2002 “Sistemas alternativos de
revolución). produçao” en De Sousa Santos, B. (org.)
Lukács, G. 1978 Historia y conciencia de Produzir para viver: os caminhos da
clase (Barcelona: Grijalbo). produção não capitalista (Río de Janeiro:
Mackintosh, M. 1990 “Abstract markets and Civilização Brasileira).
real needs” en Bernstein, H.; Crow, B.; Rebón, J. 2007 La empresa de la autonomía.
Mackintosh, M. y Martin, C. The Food Trabajadores recuperando la producción
Question: Profits Versus People (Nueva (Buenos Aires: Colectivo Ediciones /
York: Monthly Review Press). Ediciones Picaso).
Marglin, S. 1996 “What Do Bosses Do? The Reich, R. 1991 The Work of Nations.
Origins and Functions of Hierarchy in Preparing Ourselves for 21st Century
Capitalist Production” en Lippit, V. (comp.) Capitalism (Nueva York: Alfred Knopf).
Radical Political Economy. Explorations Rosanvallon, P. 1979 La autogestión (Madrid:
in Alternative Economic Analysis (Nueva Fundamentos).
York / Londres: M. E. Sharpe). Teubal, M. 1995 “Notas sobre la mano de
Marx, K. 1974 El capital (México DF / Madrid obra excedentaria del tercer mundo” en
/ Buenos Aires / Bogotá: Siglo XXI) Tomo I, Teubal, M. et al. Globalización y expansión
Vol. 1-3. agroindustrial. ¿Superación de la pobreza
Marx, K. 1978 (1953) Elementos en América Latina? (Buenos Aires:
fundamentales para la crítica de la Corregidor).
economía política (Grundisse) 1857-1858
(Buenos Aires: Siglo XXI) Tomos 1 y 2.
Producción y mercados para la vida: una posibilidad emancipadora para el siglo XXI 993

Thompson, P. 1983 The Nature of Work. An


Introduction to Debates on the Labour
Process (Londres: Macmillan Publishers).
Wacquant, L. 2000 Las cárceles de la miseria
(Buenos Aires: Manantial).
Wacquant, L. 2007 Una invitación a la
sociología reflexiva (México DF: Siglo XXI).
Wright, E. O. 2006 “Compass Points. Toward a
socialist alternative” en New Left Review,
N° 41.
Cuarta Parte

Perspectivas desde el Sur.


Colonialidad del poder,
otros bicentenarios
Presentación de Teoría y crítica del
pensamiento latinoamericano de
Arturo Roig, a modo de homenaje*

E n los comienzos de 2010, Celeste Plaza,


editora de Teoría y crítica del pensamien-
to latinoamericano1 me invitó a presentar esta
vechar la oportunidad de expresar en público
mi tremenda admiración por este inmenso in-
telectual, gran ser humano que había tenido la
magnífica obra de su abuelo, Arturo Roig. Esta suerte de conocer a mediados de los ochenta.
solicitud me llenó de inquietud; cómo negarme Cuando terminé la presentación Arturo Roig
a un pedido semejante y qué hacer para estar a se acercó y me dijo muy conmovido “por qué
la altura de las circunstancias. No soy filósofa, quiere emocionarme tanto”. Me di cuenta de
mis conocimientos de la historia de las ideas que más que mis conocimientos de Filosofía e
en América Latina son más que modestos; no Historia de las ideas que habían sido traídos a
obstante no podía dejar de leer nuevamente el la mesa por otros panelistas idóneos, yo había
libro y poder lograr algún comentario desde, aportado la experiencia de una socióloga tem-
por qué no, mi propia experiencia contempo- pranamente consciente de nuestra ubicación
ránea sobre la región. Además, cómo no apro- en América Latina, con una trayectoria de vida
que incluye morar por aquellos territorios y
quien, además, había compartido unos años de
1 Publicado por primera vez en 1981, luego por Edi- trabajo, llenos de esperanza en los comienzos
torial Una Ventana, en 2009. del regreso a la democracia, con él. Después de
la presentación Celeste Plaza me pidió que la
* Giarracca, N. 2012 “Presentación de Teoría y críti- publicara como reseña del libro, nunca lo hice
ca del pensamiento latinoamericano de Arturo Roig,
justamente por el pudor de quien sabe que no
a modo de homenaje” en Realidad Económica, N° 268,
mayo-junio. está hablando de un tema suficientemente co-
998 Estudios rurales y movimientos sociales. Miradas desde el Sur

nectado al aporte del libro. No obstante ahora quienes asumimos una “mirada situada” del
decidí publicarla. mundo, una mirada desde el sur, es decir, des-
Arturo Roig falleció en Mendoza el 30 de de América Latina.
abril de 2012, a pocos meses de cumplir 90
años. En los últimos años lo encontré con
cierta frecuencia, volví a retomar ese diálogo Presentación del libro
que tanto había valorado cuando él dirigía el
CRICYT-Mendoza e integraba la Comisión de En primer lugar deseo agradecer a Celeste Plaza
Filosofía del CONICET y yo colaboraba me- y al Prof. Arturo Roig por invitarme a esta pre-
dio tiempo con la Secretaría de Coordinación sentación porque sinceramente no creo estar a
Académica de esa institución para organizar el la altura de las circunstancias para dar cuenta
área de las Ciencias Sociales y las Humanida- de semejante obra y de semejante autor. Por eso
des. Por un tiempo ese diálogo se había espa- trataré de marcar tres cuestiones que son posi-
ciado mucho pero en los últimos años, cuando bles de abordar desde mi formación y experien-
viajaba a Mendoza lo visitaba y también me las cia, que pueden interesar a los presentes.
arreglaba para encontrarlo en Buenos Aires En primer lugar, plantear el contexto de pro-
en sus visitas para presentaciones de libros o ducción de la obra y su actualidad. Como se
simplemente médicas para él o para su com- dice el apartado de los orígenes de los materia-
pañera de toda la vida, Irma Alsina. En esos les, el libro está formado por conferencias, cur-
encuentros siempre terminaba entramada en sos, seminarios sobre prensadores latinoameri-
esa combinación de erudición y generosidad canos impartidos en Europa, México, Venezue-
que sus charlas armaban y volvía cargada de la, Ecuador y presentados en congresos y se-
consejos bibliográficos más útiles sobre mis minarios en diversos países de América Latina
temas de investigación. desde 1969 a 1978. De esta recopilación lúcida
Estas notas escritas para presentar su libro, y coherente de trabajos, se ofreció al lector una
hoy se convierten en un medio para homena- primera versión de libro en Fondo de Cultura
jearlo porque fue uno de los intelectuales más Económica, México en 1981. En esta nueva ver-
importantes de este país, el gran pensador de sión de la editorial Una ventana se agrega un
Nuestra América y de lectura ineludible para trabajo —muy importante sin duda como guía
Presentación de Teoría y crítica del pensamiento latinoamericano de Arturo Roig… 999

de lectura— del austríaco Gunther Mahr y un de resistencia y entonces se acudió a los pos-
comentario bibliográfico de Norberto Espinoza tulados no leninistas como el “trotskismo” en
sobre el libro de Mahr. Perú o el “maoísmo”, origen de reflexiones que
Es decir, estamos frente a una obra que reco- habían pensado un sujeto político campesino a
ge el trabajo, reflexión, aportes del Prof. Roig distancia de la ciudad.
en aquella década de los setenta cuando, re- En los sesenta, desde estas perspectivas,
cordemos, muchos de los pensamientos filosó- el pensamiento latinoamericano estaba “bajo
ficos políticos que recorrían el continente aún la sospecha” de localista, limitado, confuso y
formaban parte del pensamiento emancipador cuando se lo utilizaba se advertía que se esta-
que nos habían legado los autores europeos de ba corriendo el peligro de opacar el coheren-
la modernidad: los liberales y los marxistas. te pensamiento universal que representaba el
Vivíamos todavía coletazos de la fuerte “con- marxismo como idea emancipadora moderna.
ciencia de ruptura” (para usar conceptos del Pensemos por ejemplo, debates entre cam-
propio Roig) de lo que significó la Revolución pesinistas y proletaristas que recorrió Amé-
cubana en 1960. Del pensamiento latinoameri- rica Latina aunque tuvo su punto de enclave
cano se buscaba formular un marxismo local más importante en México. Campesinos y su
que no superaban en absoluto los logros de “baja clasicidad”, la condena de estar ligado
Carlos Mariátegui, décadas antes. a la tierra, el calificativo de “neopopulistas”
La revolución campesina de 1910 de Méxi- a quienes teorizaban las posibilidades políti-
co estaba bajo fuertes sospechas justamente cas del campesinado fueron muy frecuentes.
porque aquellos sectores no representaban una Debemos reconocer que también encontrába-
“clase para sí”, en parte por su ubicación es- mos muchos y variados intentos de mezclar
tructural pero también por la baja formación de los pensamientos, las tradiciones, hacer una
clase, según los grandes relatos del marxismo. realidad de esas ideas del barroco latinoame-
Así, se recordaba, se comportaron como sim- ricano donde predominan las mixturas. Pero
ples “campesinos” cuando, en México, llegaron era toda una tensión que dividió y hasta llegó
a la puerta del poder y se retiraron. Luego se a enfrentar el campo de las nuevas izquierdas
comprobó que el campesinado latinoamerica- latinoamericanas (al margen de los viejos par-
no podía aparecer como un irrefutable sector tidos comunistas).
1000 Estudios rurales y movimientos sociales. Miradas desde el Sur

Hace poco leí Nosotros los indios, de Hugo críticas generadas en Europa: el marxismo clá-
Blanco, un mestizo que en los sesenta recupe- sico, el “gramscismo”, el “trotskismo”, etcétera.
ra una doble conciencia: de resistencia como En esas condiciones de producción de pen-
peruano sensible a la injusticia de su país y samiento y de acción política, Arturo Roig
como sujeto que reconoce su pasado indígena trabajaba para darle significado al “nosotros”
y marcha a trabajar de campesino al Cusco y latinoamericano, buscando la concepción del
allí comienza a formar sindicatos. Nos cuenta sujeto, esa capacidad del hombre de producir
que toda su formación trotskista (recibida en experiencias históricas. Como nos dice Mahr
la Argentina donde fue estudiante de Agrono- en el libro que presentamos “Con Roig estamos
mía) entra en tensión con los planteos de la ante un personaje que por un lado es un gran
resistencia campesina e indígena de la Conven- conocedor de la Filosofía europea y por otra
ción, región del sur peruano donde desarrolla parte considera que eso no basta y por ello as-
su trabajo militante. Por ejemplo, nos dice, la pira a combinar el pensamiento europeo con
tensión de llevar el proyecto de la “reforma una perspectiva latinoamericana”.
agraria” mientras los campesinos indígenas le Y cuando hablamos de pensamiento europeo
mostraban que ellos deseaban volver al Ayllú y nos referimos a Aristóteles, Platón, Hegel, Kant
no otra cosa. Hugo Blanco fue un extraordina- pero también Marx, Engels, Gramsci y toda la
rio militante que, antes de Marcos en Chiapas, gama de pensamiento crítico. Lo que aportó
aprendió de quienes eran portadores naturales nuestro autor en aquella compleja coyuntura,
de las ideas y prácticas indígenas y supo darle fue la naturaleza del sujeto, la teorización so-
el valor relativo que tenía su propia formación. bre una moral de la emergencia y su opción por
En nuestro país, fue el momento del surgimien- una filosofía práctica.
to de las llamadas Cátedras Nacionales en las Para cerrar este punto me interrogo qué
cuales se recuperaban muchos de los autores hubiese sucedido con las luchas sociales o es-
que recorren las páginas del libro que presenta- tatales emancipadoras de aquellos años, me
mos. Sus principales integrantes debatían muy refiero a Nicaragua, El Salvador, Guatemala,
fuertemente con distintos grupos políticos que el Cono Sur, etcétera, si hubiesen estado más
en su mayor parte se negaba a incorporar cual- impregnadas con esta perspectiva que ofrecía
quier pensamiento que no aludiera a las teorías contemporáneamente Arturo Roig. Y esta duda
Presentación de Teoría y crítica del pensamiento latinoamericano de Arturo Roig… 1001

la retomaré en el tercer punto cuando me inte- conciencia, por obra de nuestra inserción en
rrogo acerca de la actualidad de este libro y de el proceso social e histórico, de la parcialidad
estas ideas. de todo mirar”.
En segundo lugar, deseo señalar aquellos Esa conciencia de la parcialidad de todo mi-
elementos que me parecen que estando presen- rar aparece como un interesante antecedente
te en aquellas décadas, quedaban invisibiliza- de lo que hoy, criticando a los “epistemicidios”
das bajo las luces de un pensamiento que en de los blancos europeos, se conoce como “co-
su afán de marcar una universalidad moderni- nocimiento situado”. Ideas que nos traen los
zante nos impedía vernos como “nosotros, los autores de las corrientes “decoloniales” o pos-
latinoamericanos”; nos dificultaba mirarnos en coloniales de Asia y África.
un espejo que nos devolviera una imagen com- Roig también nos habla de horizonte de
pleja, dramática pero empíricamente más cer- comprensión que a la vez es comprensión del
ca de lo que éramos, lo que somos y no vernos mundo y de sí mismos pero también oculta-
a imagen y semejanza de los europeos; sobre miento. Y en este punto aparece la diversidad
todo en ese intento siempre inacabado de la de ideas de ese pensamiento latinoamericano
búsqueda de una emancipación posible. y esos múltiples horizontes de comprensión ya
En tal sentido Roig una y otra vez reenvía que, nos alerta el autor, la diversidad no siem-
al complejo problema de la identidad como pre remite a una misma unidad. Para ejempli-
“latinoamericanos” que deriva en la pregunta ficar ofrece las ideas de Francisco de Bilbao,
sobre América Latina. E inmediatamente, des- José Martí, Juan Bautista Alberdi, Domingo
pués de remitir a las realidades histórico-cul- Sarmiento y nos va mostrando esas diversas
turales plantea el punto de vista de las parcia- y antagónicas construcciones del “nosotros
lidades; parcialidad de países, culturas, idio- los latinoamericanos”. Por ejemplo Alberdi se
mas. Nos dice “No es un yo el que mira sino un remitía a un “nosotros los europeos latinos en
“nosotros” y no es un “todos los hombres” los América” o a un nosotros que era la aristocra-
que miran con nosotros, sino algunos, los de cia de origen español. Roig muestra a Alberdi
nuestra diversidad y parcialidad”. Insiste “la en ese contexto de perplejidad durante la in-
cerrazón de la nómada no es ontológica sino vasión francesa a México; perplejidad de que
ideológica y su apertura consiste en la toma de algunos rechazaran la civilización frente a lo
1002 Estudios rurales y movimientos sociales. Miradas desde el Sur

que los que los rodeaban. Ni que mencionar a desde los pensamientos europeos hasta gene-
Carlos Bunge en ese intento de tratado de Psi- rar estas parcialidades, estas configuraciones
cología de los latinoamericanos según el cual sociales generadas en estos territorios.
las poblaciones indígenas se han caracterizado El libro continúa con una recorrida desde
por su espíritu vengativo y su ferocidad, supe- las fuentes filosóficas europeas hasta lo que él
rior a los primitivos salvajes europeos; el indio llama “un comienzo con la Filosofía latinoame-
mestizado es un híbrido que muestra caracte- ricana de Vaz Ferreira”, la ubicación del pensa-
res visibles de degeneración, en fin el mulato miento en sus fuentes europeas, pero también
mucho más que el mestizo de blanco e indio, el pensamiento filosófico de México. Una lectu-
se le presenta como el monstruo apocalípti- ra que considero ineludible está en el Capítulo
co que amenaza las sociedades modernas de XIV sobre La conciencia americana y su expe-
América centrada en las ciudades. Y Roig nos riencia de ruptura.
conmueve y casi, diría yo nos reenvía a los orí- La tercera cuestión que deseo plantear se re-
genes de ese pensamiento perverso, mortífero fiere a la actualidad de la tarea y pensamiento
que circuló desde muchos órdenes de poder de Arturo Roig. Les decía al comienzo que en la
hacia el “otro”, cuando nos sintetiza que para década en la cual estos trabajos fueron escritos
Bunge se atreve a enunciar que el alcoholismo, el pensamiento emancipador aún provenía del
la viruela y la tuberculosis tenían el sentido de marxismo y lo máximo que se podía lograr des-
depuradores de elementos étnicos, europeizán- de estos territorios era cierta “traducción” lati-
dolos y que tales males constituyeron más que noamericana. El punto crucial eran los medios
enfermedades una bendición. Así se pregunta de producción que una vez controlados permi-
Roig que tienen que ver el sujeto latinoameri- tían marchar hacia la sociedad socialista que
cano de Bunge con el de Martí, por ejemplo y en aquellos tiempos constituía la utopía, la me-
yo agregaría incluso con el de Pomar de Ayala jor sociedad posible. Es cierto, y Roig también
o cualquier otro intelectual indígena con todo lo recuerda, que toda esta efervescencia políti-
derecho de pensar en estos, sus territorios. ca coexistió con discusiones que se centraban
En definitiva, es posible tomar conciencia de en la dependencia, y se generaba información
la complejidad de la tarea de Roig solo con re- en relación con los fuertes vínculos de depen-
pasar alguno de estos “legados” que confluyen dencia económica que ataba a estos territorios
Presentación de Teoría y crítica del pensamiento latinoamericano de Arturo Roig… 1003

a distintas metrópolis de turno. Pero en el pen- Bolivia, etcétera; la presencia de esta América/
samiento político de esa época, todo era supe- Abya Yala profunda no pudo evitarse y, como
rado por la construcción del socialismo. siempre ocurre, comenzaron las reflexiones e
Los setenta y ochenta fueron años de derro- ideas alrededor de estas luchas. Se descentra-
tas, de grandes sufrimientos de las poblacio- ron los sujetos políticos modernos como la cla-
nes latinoamericanas infligidos tanto por los se obrera y apareció la cuestión indígena como
ejércitos represores a cargo de terminar con el cuestión netamente política.
sueño socialista latinoamericano como por los Así surge, creo que en reuniones de LASA
civiles que en el “mientras tanto” o a posterio- (Latin American Studies Association), un gru-
ri gestaron las condiciones para introducir los po de latinoamericanos, la mayoría residentes
cambios necesarios para imponer el modelo de en Estados Unidos, que generan pensamientos-
sociedad que llamamos para simplificar “neoli- activos que acompañan los derroteros de los
beral”. La década de los ochenta fue la década movimientos indígenas y muchos otros de ca-
perdida según CEPAL y fue cuando se logró rácter socio-territorial: campesinos, afro-bra-
acallar por un rato las resistencias de unas po- sileños, colombianos, etcétera, y que se llama
blaciones que, en el decir de Perry Anderson, “decoloniales” para diferenciarse de los posco-
más resistieron durante todo el siglo XX. loniales de Asia (Said, Guha, etcétera). Tal vez
Pero los primeros que reaccionaron contra la presentación en público de este grupo fue el
los elementos mortificantes del neoliberalismo libro compilado por Edgardo Lander en el 2000
fueron las poblaciones indígenas, tal vez entu- que se llama La Colonialidad del saber. Euro-
siasmados y acompañados por las conquistas centrismo y Ciencias Sociales.
legislativas conseguidas a nivel internacional Por qué traigo esta cuestión: porque esta co-
debido a los 500 años de invasión colonial en rriente o como quiera llamarse, toma mucho de
1992. Ecuador con sus marchas, sus reclamos, Arturo Roig, aun sin citarlo como corresponde.
sus logros de inestabilizar gobiernos concen- Incluso el libro de Walter Mignolo (argentino
tradores, marcados por la “desposesión” y la de origen) toma la famosa frase de O´Gorman
corrupción, hasta llegar al día de hoy con go- acerca de la “invención de América Latina” en
biernos distintos aunque no exentos de tensio- un interesante libro, que Roig desarrolla en su
nes. Irrumpió en 1994 Chiapas, luego Ecuador, primer artículo del libro bastante antes de que
1004 Estudios rurales y movimientos sociales. Miradas desde el Sur

aquel otro saliera. En definitiva, deseo manifes- A modo de “coda”


tar que esta nueva corriente, tributa al aporte
filosófico de Arturo Roig, lo reconozcan sufi- Si me permiten y tengo un minuto más, que-
cientemente o no. rría contarles lo que representó encontrarme
Una particularidad de Roig es que no reniega hace 25, 26 años con el profesor Roig en la
del pensamiento europeo sino lo toma, lo de- construcción de los espacios democráticos de
construye con una confianza notable que mar- la ciencia. Cuando lo conocí empecé a leerlo
ca bien algunos de los comentaristas finales, y (preparé su legajo para invitarlo a la Carrera
lo incorpora a nuestras necesidades de pensa- de Investigación Científica) y comencé a escu-
mientos activos. No hay pudor en Roig de reco- charlo —aún recuerdo su impactante discurso
nocer la fertilidad de algunos de los programas al asumir como director del CRYCYT—; pero
filosóficos europeos; no lo toma desde el “des- sobre todo en esos casi cinco años pude ob-
igual” sino como un par, seguro, como comenta servar sus acciones, construyendo institucio-
Mahr, como un igual. Y creo que el resultado es nes, modificando, transgrediendo e innovando.
complejo y rico. Pude comprobar la fuerza de la voluntad, por
Si en los decoloniales hay una propuesta un lado, pero también la fuerza de la honesti-
de “opción decolonial” en Roig encontramos dad intelectual y humana que funcionan como
conceptos tan interesantes como “conciencia testimonios. Lo pude observar en relación con
de ruptura”, “conciencia culposa de ruptura” los científicos, con el personal de apoyo, el per-
y el muy pertinente en este año 2010 del bi- sonal de mantenimiento, etcétera. La última
centenario, “segunda independencia”. En su vez que fui a Mendoza como funcionaria del
pensamiento tiene un lugar importante lo que CONICET, el CRYCYT que él dirigía inauguraba
denomina la moral de la emergencia, la poten- una excelente guardería para los niños de las
cia de las clases oprimidas en un nuevo pro- becarias y personal de la institución. Una per-
grama emancipador en emergencia y al que sona del CRYCYT que seguía la tarea diaria de
nuestro autor ha contribuido mucho más de Roig me comentó: “ves estas mujeres hoy orgu-
lo que las generaciones que coexistimos con llosas de su creación —la guardería— fueron
él, podemos evaluar. durante mucho tiempo figuras fantasmales de
la administración del CRICYT (durante la dic-
Presentación de Teoría y crítica del pensamiento latinoamericano de Arturo Roig… 1005

tadura); no se las oía y algunos ni siquiera las


veían. Pero llegó Roig y sacó lo mejor de ellas:
la creatividad para hacer una guardería distinta
y tener cerca de los niños, la alegría de trabajar
allí, la felicidad de contribuir a un proyecto in-
teresante y democrático”.
Del mismo modo, mi propio instituto de in-
vestigaciones el “Gino Germani” está dividido
en “Áreas” siguiendo sus ideas acerca de la
organización académica. Bastó que le pidiera
a comienzos de los noventa que nos diera una
charla sobre cómo era esa organización para
que nos visitara en el magnífico petit hotel de
la calle Callao (hoy el Bar Notorious), nos mos-
trara la importancia del edificio durante quince
minutos de historia de la cultura arquitectóni-
ca de Buenos Aires que nos permitió observar
lo que en todo ese tiempo habíamos olvidado,
para después, sacarnos —a nosotros también
— del molinete de la repetición, de la repro-
ducción automática de formas de organización
de espacios de investigación en la UBA, para
lograr pensar una forma interesante llena de
oportunidades que pusimos en práctica.
Así es el Dr. Arturo Roig, un pensador acti-
vo, un sujeto que siempre porta una caja llena
de sorpresas que hace que valga más la pena
habitar estos mundos y resistir a las injusticias.
Muchas gracias.
El Bicentenario:
miradas sobre la Argentina*

A Lidu Teubal porque eligió nacer educados en (o por) Europa, con posiciones
en el Buenos Aires del Bicentenario. heterogéneas en relación con el hecho colo-
nial, van configurando una dominación políti-
ca, territorial, cultural, social, etcétera, nunca
Desde el fondo de los tiempos exenta de conflictos. Se preparan ejércitos con
el fin de expulsar militarmente a los españoles,
Durante mayo de 2010, en la Argentina se ce- cuando la unidad continental despunta como
lebró el Bicentenario, los doscientos años del posibilidad, pero, al mismo tiempo, se mar-
momento en que los territorios del virreinato can las líneas de frontera con las comunida-
del Río de la Plata —que no coincide con la des indígenas en resistencia, con la intención
unidad política territorial actual—, por com- de hacerles saber quiénes habían “heredado”
plejas circunstancias que no vamos a desarro- estos territorios, usurpados unos siglos antes.
llar en este trabajo, deciden tomar distancia de Ambas fuerzas, la que sueña con la “gran na-
la Corona española. Ese acontecimiento inicia ción americana” y la que observa al país con
un período de transición plagado de convul- la mirada europeizada y lo piensa concentrado
siones políticas y sociales: los criollos blancos y unificado, coexisten en nuestra historia más
allá de sus momentos fundacionales.
El siglo XIX está signado por los enfrenta-
* Giarracca, N. 2011 “El Bicentenario: miradas sobre mientos de distintos proyectos, que se juegan
la Argentina” en Giarracca, N. (comp.) Bicentenarios
tanto en el plano militar como en el cultural.
(otros), transiciones y resistencias (Buenos Aires:
Una Ventana). Algunos caudillos de las provincias alejadas
1008 Estudios rurales y movimientos sociales. Miradas desde el Sur

de Buenos Aires combaten las ideas del libe- nos, que vienen como asalariados o colonos
ralismo económico, que las elites porteñas agrícolas. Se calcula que, entre mediados del
promueven en detrimento de sus regiones, y siglo XIX y comienzos del XX, entran al país
logran entablar relaciones cercanas con dife- más de cinco millones de europeos, de los cua-
rentes sectores subalternos: los campesinos, les casi las tres cuartas partes son españoles e
los indígenas, los afrodescendientes y los italianos. Estas mezclas étnicas representan un
trabajadores criollos de las minas y de las ha- gran obstáculo para las elites gobernantes que,
ciendas. En la “historia oficial”, estos caudillos desde Domingo Faustino Sarmiento y Juan
ocupan el lugar de la “barbarie” (entramados Bautista Alberdi, buscan la “civilización” mo-
con los sectores subordinados), frente a la “ci- dernizadora, el blanqueamiento y la educación
vilización” europeizada y modernizadora, en- escolar de la población, apelando a la migra-
carnada en el sector criollo “aporteñado”, ya ción europea nórdica. Afanosamente, se esti-
propietario y blanco. mula la entrada al país de esas poblaciones; así,
La formación de la Argentina moderna co- los europeos mediterráneos que efectivamente
mienza a consolidarse con la llamada “genera- llegaron a estas tierras, antes que ser una so-
ción del 80” (1880), precisamente con la inva- lución, pasaron a formar parte del “problema”.
sión militar a los últimos territorios indígenas La conversión, con intenciones marcada-
libres luego de siglos de arrinconamiento y ma- mente homogeneizadoras, se va desarrollan-
sacres. Hasta ese momento, algunas de las po- do como mecanismo de control en todos los
blaciones indígenas conviven con los criollos, aspectos de la vida, y el sistema educativo es
los españoles y sus descendientes de la época un dispositivo de primer orden para lograrlo.
colonial, las poblaciones de origen africano1 y La pedagogía constituye el gran artífice de una
las nuevas migraciones de españoles e italia- subjetividad moderna y, al mismo tiempo, de
“la invención del otro”, de la alteridad que se
requiere en la conformación de un determina-
1 Los afrodescendientes constituían el 30 por cien- do sujeto (moderno/blanco/educado). Castro
to de la población en 1810; fueron diezmados por las Gómez (2000) se ocupa de relacionar los he-
epidemias durante el siglo XIX, dadas las condiciones
chos fundacionales de las naciones latinoame-
de vida ominosas en las que se encontraban, y por las
guerras, adonde se los enviaba en primer lugar. ricanas, las “constituciones” (el momento de
El Bicentenario: miradas sobre la Argentina 1009

“inventar la ciudadanía”, es decir, un campo de comunidades indígenas (guaraní, quechua,


sujetos homogéneos que hagan posible el pro- mapuche, etcétera) y vigila muy de cerca los
yecto moderno/capitalista), con la educación. intentos de las comunidades europeas recién
La escuela busca —dice el autor— introyectar llegadas de mantener sus lenguas o dialectos.
una disciplina sobre la mente y el cuerpo; el Los niños con acentos diversos son descalifi-
comportamiento del niño debe ser controlado, cados, ridiculizados y son destinatarios de los
vigilado y sometido a la adquisición de conoci- epítetos que aún hoy circulan por la cultura dis-
mientos, capacidades, hábitos, modelos cultu- criminante argentina3: “tanitos” (italianos), “ga-
rales, estilos de vida que lo habiliten como un llegos” (cualquier español), “rusito” (judío de
ser “productivo” para la sociedad proyectada cualquier origen nacional), “turco” (cualquier
(ibídem: 149). descendiente de árabes). Con las migraciones
La propuesta educativa sarmientina, pre- de países limítrofes se sumaron los “bolitas”
cisamente, se basa en el más estricto control (bolivianos) y los “paraguas” (paraguayos).
cultural; es un proceso de homogeneización Quienes jerarquizan y subalternizan a “los
hasta en los modos de vestirse, que impone otros” son las elites blancas, pero también se
un guardapolvo (delantal) blanco que oculta fomenta la discriminación entre los propios
las vestimentas de los niños, reveladoras de grupos subalternos. Una de las dramáticas
sus diferencias2. Prohíbe los idiomas de las consecuencias de esta operación cultural es la
racialización, inferiorización y jerarquización
social que significa el calificativo “cabecita ne-
2 En las escuelas normales (de formación de maes-
tros) se solía explicar la adopción del delantal blanco
como una noble intención de generar “igualdad” de cla- 3 Cuando revisamos este trabajo para su publicación
ses, pero los resultados muestran su ineficacia, ya que en papel, suceden las declaraciones racistas y xenófo-
todo el sistema educativo fue, desde los comienzos, muy bas del Jefe de Estado porteño Mauricio Macri y de sus
diferenciador. En México, por ejemplo, que tiene una so- funcionarios, a raíz de la ocupación de tierras para vi-
ciedad mucho más diversa que la nuestra, los niños vis- vienda por parte de bolivianos, paraguayos y argentinos
ten las ropas que les son propias, las cuales manifiestan “sin techo”. Sus dichos tuvieron eco entre los vecinos
diferencias sociales pero también regionales, culturales cercanos al predio ocupado, lo cual nos alerta de que
y lingüísticas. Es un país que, aunque sus elites lo quisie- estamos en un momento grave en relación con la xeno-
ran, sería imposible de homogeneizar culturalmente. fobia y el racismo de una parte de los argentinos.
1010 Estudios rurales y movimientos sociales. Miradas desde el Sur

gra”, en referencia a la emergente clase obre- En síntesis, para estas generaciones que
ra, a mediados del siglo XX. En fin, “cabecitas construyen la nación argentina en el siglo XIX,
negras”, “indios”, “tanitos y galleguitos”, “ru- poblar con europeos los temidos desiertos
sitos y turcos” componen esa alteridad que el (según la imagen de territorio que Sarmiento
Estado-nación requiere para formar la identi- difundía) y educar, representan las metas más
dad ciudadana blanca, educada, civilizada, que importantes de un Estado capaz de acompa-
forma parte de la república imaginada, después ñar el desarrollo y el progreso al que aspira-
de la operación de reprimir y ocultar las dife- ban. Y, en los cincuenta años que van de 1880 a
rencias étnicas, culturales y sociales. Repúbli- 1930, el deslumbrante desarrollo agroexporta-
ca que se mira en un espejo europeizante, que dor sitúa, en efecto, al país entre los de mayor
le refleja una imagen falsa y distorsionada, di- crecimiento económico, y se cree que “poblar
vergente de esa otra que nos devuelve la buena y educar” son los mecanismos pertinentes
literatura y el arte en general4; la imagen de la para crear una nación blanca (la del primer
diversidad de tonos de piel, de color de ojos, centenario de la independencia de España, en
de idiomas y acentos, de modos de ser niños, 1910). Para la nación del Centenario no exis-
mujeres, ancianos. Esta distorsión identitaria ten los etnocidios, la apropiación salvaje de la
le impide a la elite gobernante elaborar una tierra, la subalternización de las poblaciones
agenda de los problemas que, en el proyecto de en nombre de un capitalismo que prometía
Estado-nación, aun en su propia lógica, tiene un lugar reservado para pocos países. La cri-
que tomar en cuenta y solucionar5. sis de 1930 da por terminada esa ilusión y a
la Argentina le espera una historia cíclica de

4 Por ejemplo, la obra pictórica de Antonio Berni:


La huelga, Juanito Laguna, Ramona Montiel; el propio otorgó valor político y dignidad tanto a esos sectores
Martín Fierro, de José Hernández, de mitad del siglo proletarizados, “los cabecitas negras”, “los descamisa-
XIX, y las obras de Roberto Arlt, Leopoldo Marechal, dos”, como a los distintos sectores del interior del país.
Germán Rozenmacher (“Cabecita negra”) y, por su- Como dice Beatriz Ocampo (2004), de este modo, el pe-
puesto, de David Viñas y Osvaldo Bayer. ronismo pasó de representar un movimiento político a
5 Tal vez fue solo el gobierno del general Juan Perón, ser un movimiento político- cultural, y eso explica, en
de 1945 a 1955, el que se percató de esta situación y parte, su persistencia en la escena política argentina.
El Bicentenario: miradas sobre la Argentina 1011

democracias y dictaduras que finaliza en 1983, por las autoridades locales y pasa de cultivar
cuando se pone fin a la sangrienta dictadura sus tierras a trabajar para terceros. El memo-
militar iniciada en 1976. rable libro de José Hernández, Martín Fierro,
relata este proceso de apropiación de la tierra
para la cría de ganado, cuando el personaje
La Argentina agroexportadora- central debe abandonar familia y tierras de
moderna-colonial del Centenario cultivo porque es reclutado compulsivamente
por el ejército. El sufrimiento de estos secto-
La formación de la Argentina moderna y pujan- res subalternos, desde el comienzo del fondo
te que llega al centenario de su independencia de nuestra historia como nación, queda plas-
en 1910 está fuertemente relacionada con uno mado en este largo poema.
de sus principales recursos naturales: la tierra, La situación cambia en la segunda mitad
esto es, con el acceso a la tierra y la apropia- de siglo XIX, cuando los productores lanares
ción del territorio. inician un fuerte proceso de “modernización”
A comienzos del siglo XIX, la geografía ar- (expansión de las relaciones capitalistas de
gentina muestra una diversidad y una hetero- producción). En 1866, un grupo selecto de pro-
geneidad agraria muchas veces ocultada por ductores lanares crea la Sociedad Rural Argen-
la historiografía. El gaucho, que varios estu- tina con el fin de innovar tecnológicamente en
dios recientes muestran como un jefe de fami- la producción que se exporta a Europa. Para
lia pobre, generalmente “puestero”, coexiste ello, no solo se conecta con centros científicos
con propietarios rurales de poca extensión, europeos sino que se relaciona con las elites
que producen trigo y otros alimentos para locales ilustradas que apoyan esta ideología
aquel pequeño Buenos Aires. Poco después de la modernización (Domingo F. Sarmiento
aparece la cría de animales; y en décadas pos- es uno de los primeros socios honorarios de la
teriores a 1810, año del inicio de la gesta inde- Sociedad Rural). La historiadora Hilda Sábato
pendentista, sucesivas expediciones militares 1989), en su trabajo sobre la expansión del ga-
se encargan de apropiarse de las tierras aún nado lanar, sostiene que dentro del Estado se
en manos de sus poseedores originarios: las registran fuertes discusiones y propuestas para
poblaciones indígenas. El gaucho es reclutado instalar un modelo parecido al farmer del Mid-
1012 Estudios rurales y movimientos sociales. Miradas desde el Sur

west norteamericano. Hasta en los momentos dores, no resulta garantía de la formación de


de mayor esplendor lanar hubo voces críticas una sociedad democrática, igualitaria y respe-
frente a la apropiación y concentración de la tuosa de los derechos de los pobladores.
tierra pública. Aunque en minoría, la “otra voz”
marca siempre una diferencia.
A finales del siglo XIX y comienzos del XX, Nuestros tiempos: el Bicentenario
con el cambio del ganado ovino por el ganado y un cambio que transformó los
vacuno y los comienzos de la agricultura “gra- festejos
naria”, un capitalismo moderno, emprendedor,
pujante comienza a profundizarse. No obstan- El derrotero de la Argentina durante el siglo
te, la sociedad que se configura a partir de ello XX ha sido muy estudiado, sobre todo, por
es polarizada, con muchos sectores excluidos ese fenómeno político que representó el pe-
de los derechos políticos, con gran cantidad de ronismo, que vino a modificar el destino de
inmigrantes que viven hacinados en conventi- sociedad agroexportadora, desigual, jerarqui-
llos y deben soportar condiciones de trabajo zada que presagiaba el Centenario. Quienes
deplorables, donde el derecho a huelga es con- lograron imponer esa posibilidad democrati-
siderado una acción criminal. En este hito his- zadora en el país fueron, en primer lugar, el
tórico que es el mayo del primer centenario de Partido Radical, con el ascenso de los secto-
la independencia, alrededor de 2.000 huelguis- res medios al gobierno, y, en segundo lugar,
tas son detenidos, 100 son sometidos a depor- los sucesivos gobiernos de Juan Perón, con
tación y centenares son confinados a Ushuaia. su concepción de “capitalismo social” (basa-
Mientras las centrales de trabajadores convo- do en la industrialización y en la integración
can a 70.000 manifestantes para denunciar la de los asalariados a la riqueza nacional); no
situación y exigir la libertad de los presos, el obstante, las fuerzas concentradoras, colonia-
presidente José Figueroa Alcorta decreta el es- les, autoritarias, constituidas en un “Estado
tado de sitio y el Congreso Nacional sanciona terrorista”, estuvieron allí para recordar que
la pena de muerte para los activistas sindica- el orden y el poder no se rinden tan fácilmente
les. Es decir, el desarrollo capitalista temprano, ante la resistencia y las luchas democráticas.
con tecnología de punta y actores moderniza- Y tal vez esto ha ocurrido porque la historia
El Bicentenario: miradas sobre la Argentina 1013

colonial, la formación del Estado moderno ba- ron denominadas “los indios”. Aníbal Quijano
sado en el exterminio y la naturalización de la (2000) sostiene que, desde el momento en que
violencia, así como los militares que asumen los ibéricos pisan y nominan estos territorios,
funciones de gobierno, han sido justificados borran la gran variedad de culturas, idiomas,
por la intelectualidad de todos los tiempos. identidades y memorias (mayas, chimús, ay-
No negamos que otra parte tuvo palabras de maras, guaraníes, etcétera) y, trescientos años
repudio hacia aquellos hechos y propició mi- después, quedan reunidos en la sola identidad
radas desde abajo, desde quienes resistían al de “indios”. Con este etnocidio identitario co-
poder; pero fue minoritaria. Las dictaduras mienza un verdadero despojo del lugar de esos
militares no existen en soledad: poderes eco- pueblos en la historia de la cultura de la hu-
nómico-civiles pero también los intelectua- manidad. Dice Quijano: “…el patrón de poder
les, periodistas, artistas convergen en estos fundado en la colonialidad implicaba también
deseos concentradores de riqueza, racistas, un patrón cognitivo, una nueva perspectiva de
autoritarios y hasta ominosos (así lo prueba conocimiento dentro de lo cual lo no-europeo
la dictadura de 1976-1983). El “discurso del era pasado y de ese modo inferior, siempre pri-
amo”, como sostienen los psicoanalistas para mitivo” (ibídem: 221). Lo mismo podría plan-
dar cuenta de la oclusión cultural de algunas tearse en relación con los sectores populares
situaciones, siempre fue una tentación tanto que, como decíamos antes, son reducidos a la
para las clases dirigentes como para muchos identidad de “cabecitas negras”.
intelectuales argentinos6. Primero, la fuerza de las resistencias obre-
En efecto, la historia del poder de matriz co- ras durante todo el siglo XX y luego, a finales
lonial no ha sido lo suficientemente revisada; de siglo, la emergencia indígena en toda Amé-
contrariamente, fue reafirmada por las elites rica Latina son las que pusieron una distancia
poscoloniales criollas y por las sucesivas ge- a esa historia moderna/colonial, generadora de
neraciones de la intelligentzia local. Las dife- un capitalismo salvaje que no se satisface con
rentes comunidades de pueblos indígenas fue- recursos naturales y ganancias sino que bus-
ca un despiadado ordenamiento territorial —
como desde el fondo de los tiempos— basado
6 Agradezco a la psicoanalista Norma Barros por
ayudarme a pensar este sugerente concepto. en un profundo sufrimiento social.
1014 Estudios rurales y movimientos sociales. Miradas desde el Sur

Y aquí recurrimos nuevamente a Quijano culturas, en formas de producir, de conocer, de


(2000), cuando nos muestra la paradoja de mi- saber, de ser…
rarnos en el espejo europeo sin ser europeos
(aunque algunos se parezcan o algún abuelo se
parezca a ellos), operación que resulta en esa El Bicentenario: una visión
imagen parcial y distorsionada de América La-
tina. Cuando aceptamos aquella imagen como En los inicios de la organización de la celebra-
nuestra pero seguimos siendo lo que somos, ción del Bicentenario, el Gobierno nacional pa-
se profundiza la tragedia. “Y como resultado rece basarse en esa imagen parcial y distorsio-
no podemos nunca identificar nuestros verda- nada del espejo europeizante. Poco o nada se
deros problemas, mucho menos resolverlos, a habla y reflexiona acerca de aquellos momen-
no ser de una manera parcial y distorsionada” tos fundacionales desgarradores, excluyentes,
(ibídem: 226). Esta figura del “espejo europei- violentos, que nos marcaron. En la página ofi-
zante” en los tiempos actuales llega a límites cial, se oculta esa historia cuando se resaltan
impensables en el discurso de las dirigencias los pensamientos que configuraron “la socie-
políticas, económicas, científicas. Boaventu- dad moderna”, interpretada además, exclusi-
ra de Sousa Santos (2006) apela a una imagen vamente, según el pensamiento social europeo
simbólica que da un personaje de Samuel Bec- (aquellos que piensan diferente “no utilizan un
kett cuando declara “Llévate mi espejo, él no pensamiento científico”). En esos tiempos, el
precisa de mí”, Así, se construye (con la ayuda politólogo José Nun tiene a su cargo la Secreta-
de intelectuales orgánicos y medios de comu- ría de Cultura de la Nación y la celebración (él
nicación) una imagen de la sociedad argentina usa el concepto “festival”, de Durkheim) tiene
que adquiere vida propia y se autonomiza de como objetivo “crear conciencia en la ciudada-
nuestras verdaderas imágenes de vida; cobra nía acerca de la importancia de la construcción
una realidad que quienes caminamos estos te- misma del Bicentenario como un horizonte co-
rritorios sentimos extraña, ajena o, por lo me- mún, que le dé un sentido unificador a las obras
nos, absurdamente parcial. Nuestra imagen sin y metas que debemos emprender de inmediato.
el espejo europeo es desgarradora (como la de Todo esto para decirles por qué el mayor ob-
toda nuestra América) pero variada, rica en jetivo al que podemos aspirar es que, en 2010,
El Bicentenario: miradas sobre la Argentina 1015

alguien nos pregunte: “¿Dónde está el proyecto Antiguo Perú del siglo XVI, fue negado pero
nacional?”, y nosotros podamos responderle: insiste tercamente en reaparecer, en ser en-
este día de fiesta es un día de celebración de tre nosotros, aunque las autoridades políticas
nuestra independencia, de todas las cosas bue- lo ignoren, aunque pasen raudamente de la
nas hechas en el siglo que pasó y, sobre todo, “heroica independencia” (por cierto, también
del proyecto nacional que se viene desplegando “acriollada”, por la operación que consiste en
en estos últimos cinco años. Este es el proyecto ocultar el origen de la composición de los ejér-
nacional: las escuelas, la justicia social, la pros- citos libertadores) a la próspera “república de
peridad económica, el respeto a los derechos la soja”. Este presente distorsionado o, por lo
humanos, la concientización y la identidad na- menos, con una fuerte inversión de sentidos
cional de toda la población, la disminución de la (como dice siempre Horacio Machado) es el
desigualdad, la consolidación de la democracia, que parece predominar en “el gran festival” del
todo esto es proyecto nacional. Por eso estoy Bicentenario argentino oficial, y sobre el que,
firmemente convencido de que vale la pena em- en aquellos primeros días, conduce José Nun.
peñar nuestras mejores energías en producir Cuando todo parecía encaminado a la cele-
con entusiasmo nuestro gran festival”. bración de un nuevo centenario, con “sojeros”
Con esta fuerte creencia en “un sentido uni- en vez de “ganaderos” y con la tradición de una
ficador”, el ex-secretario de Cultura cree poder cultura liberal “acriollada”, algo aconteció. En
saldar una historia traumática de devastación, julio de 2009, la Presidenta decide relevar al se-
saqueos y sufrimientos y tapar los traumas y ca- cretario de Cultura, José Nun (a quien designa
tástrofes que el capitalismo y la matriz colonial como embajador en Gran Bretaña), y nombra
de poder producen en nombre del desarrollo, en su lugar a Jorge Coscia. El nuevo secretario
del progreso. Se sigue mirando en el espejo eu- tiene cierta trayectoria como militante del cam-
ropeizado que marca agenda (desconociendo la po popular y como cineasta comprometido con
problemática indígena, el saqueo de recursos temas sociales y políticos (excepto las causas
naturales, la cuestión alimentaria, etcétera). indígenas, debemos aclararlo)7. Inmediatamen-
La catástrofe existe y se resiste a ser ocul-
tada en este siglo XXI, por más “festivales”
7 A fines de 2010 y comienzos de 2011, un grave pro-
que se programen. El trauma, el Pachakuti del blema relacionado con las tierras surgió en la comuni-
1016 Estudios rurales y movimientos sociales. Miradas desde el Sur

te después de asumir, la página web dedicada al martes 25 de mayo en la Ciudad de Buenos


al Bicentenario cambia y comienza a vislum- Aires no es inesperado.
brarse lo que finalmente ocurrió en la Semana Quienes planifican los festejos terminan op-
de Mayo. El nuevo secretario explica: “El perfil tando por una gran fiesta popular con el epi-
de la celebración es federal y latinoamericano. centro en Buenos Aires y con réplicas en cada
Apunta a reivindicar la diversidad cultural y provincia. Poco se supo antes de esos días acer-
la construcción de identidad y de justicia. El ca del contenido, pero el cambio de secretario
pluralismo es otro de los factores esenciales, de Cultura y la participación de Tristán Bauer,
porque participan la totalidad de las provincias quien tuvo a su cargo el canal Encuentro, de
argentinas”. Un giro radical en relación con la alto contenido latinoamericanista, presagiaban
propuesta de José Nun. que habría marcadas diferencias con las fiestas
del Centenario (o con los “festivales” durkhei-
meanos de José Nun).
Los festejos del En un principio, en los días previos, se cons-
Bicentenario en Buenos Aires truye un ancho corredor en la Avenida 9 de
Julio y se monta un inmenso escenario, que
Los pueblos de América Latina, en especial el parecen organizados para recibir, mostrar, de-
argentino, tienen vocación de ocupar los espa- leitar y crear una situación donde los autores
cios públicos. Las plazas, las grandes avenidas, del hecho cultural están claramente del lado de
los espacios abiertos se convierten en lugares los organizadores y arriba del escenario. Pero
de encuentro, de protesta, de marchas o de los habitantes de la ciudad de Buenos Aires, los
fiestas. Por eso, lo ocurrido desde el viernes 21 de las provincias y los latinoamericanos que
llegan por esos días producen una transforma-
ción que convierte el festejo en un fenómeno
dad formoseña La Primavera, con el saldo de un indí- cultural y político. Si a los festejos hubiesen
gena asesinado. Parte de la comunidad vino a reclamar asistido cien, doscientos, trescientos mil “es-
a Buenos Aires y, en los debates acerca la reparación pectadores”, la autoría del acontecimiento hu-
histórica de los territorios indígenas, el secretario Cos-
biese quedado en manos de los organizadores,
cia apoyó a las autoridades provinciales acusadas hasta
el cansancio de producir casi un etnocidio. pero, con una concurrencia tan intensa y com-
El Bicentenario: miradas sobre la Argentina 1017

prometida (millones de personas), multitudes pueblos autoritarios sino en una Latinoamé-


de todas las edades y condiciones sociales se rica en plena búsqueda de su dignidad; el re-
convierten en coautores de la celebración. In- conocimiento a quienes lucharon por la igual-
dudablemente, la situación no hubiese sido la dad, la libertad, los derechos humanos, desde
misma sin esta masiva afluencia. Tupac Katari a José Gervasio Artigas, desde
La apropiación del espacio público, la co- el Che a Juan y Evita Perón, con sus errores y
laboración en la organización —por momen- aciertos, pero con ese núcleo tenaz de justicia
tos casi una autoorganización—, la ausencia y libertad (recordemos que en la Casa Rosada
de incidentes y el involucramiento (cantar, se inauguró una galería de retratos de estas
bailar, dialogar con los artistas) convierten al personalidades).
“público” en coautor. Le recuerdan al “poder” Tal vez lo más impactante del festejo fue
que los de abajo también son los que, final- un desfile callejero, el 25 de mayo a la tarde,
mente, construyen los procesos y situaciones a cargo del grupo artístico Fuerza Bruta, con
sociales y políticas. varias carrozas donde se realizan 19 puestas en
El interrogante que se nos plantea es por escena, mezcla de teatro con danza acrobática
qué la propuesta del Gobierno nacional logra y una excelente escenografía, que representan
tal respuesta. A mi juicio, se conjugan muchas distintas épocas de nuestra historia. El espec-
cosas. Hubo una excelente oferta cultural: di- táculo apuesta a una sociedad que valora los
versa y de alto nivel de calidad. La música era esfuerzos de quienes trabajan honestamente
variada y el desfile del 25 de Mayo estuvo atra- y rechaza la especulación corrupta (lo cual se
vesado por dos criterios importantes: calidad expresa en un cuadro de personajes que cuel-
artística y una cosmovisión del pasado y de los gan y que reparten papeles sin valor durante
derroteros de la historia reciente que la mayo- las crisis financieras). Otras escenas represen-
ría de los argentinos siente como parte de su tan a las Madres de Plaza de Mayo, iluminados
historia y de su vida. sus pañuelos blancos bajo la lluvia, durante las
Se hizo una propuesta cultural con la que famosas rondas; al Ejército Libertador, que da
muchas de las poblaciones urbanas y rurales cuenta de una organización popular en la que
de este país se sienten identificadas: una na- no faltan los afrodescendientes; a los inmigran-
ción que no desea mirarse en el espejo de los tes, llegados en un barco de 30 metros de lar-
1018 Estudios rurales y movimientos sociales. Miradas desde el Sur

go, que se mueven lentamente por las calles de ausencias notables, cada cuadro nos permite
la esquiva ciudad; a la “agricultura gringa”; al reflexionar sobre los hitos históricos de estos
Éxodo Jujeño; a los golpes de Estado que pren- 200 años. Los inmigrantes, literalmente colga-
den fuego a la Constitución; todo con variados dos de esos barcos —como seguramente se
dispositivos escénicos como agua, humo, músi- sentían esos seres desterritorializados por la
ca, además de excelentes intérpretes8. pobreza—, o los especuladores y sus víctimas
En síntesis, una Filosofía popular-descolo- de todos los tiempos y colores de dinero (pe-
nial, latinoamericanista, progresista atraviesa sos, australes, dólares) colgados en el vacío,
los festejos que brinda el Gobierno nacional y generando vacío, fueron cuadros conmovedo-
dos millones de personas por día (se calcula res. No obstante, el último cuadro sobre “el fu-
que pasaron seis millones en total) se sienten turo” habilita a pensar que aquella otra mirada
identificadas, se emocionan, lagrimean y, segu- despreciativa respecto de las poblaciones sub-
ramente, se sienten argentinos con cierto orgu- alternizadas está aún lamentablemente presen-
llo y cierta dignidad. te y que, ante el mínimo descuido, aparece con
todas las connotaciones que comentaba en los
primeros apartados de este trabajo: homoge-
“Mostrar la hilacha”: neidad, educación sarmientina que nivele, igua-
la última carroza sobre le, haga desaparecer las diferencias culturales,
el futuro (presente) étnicas, regionales.
Suelo comentar que, para imaginar el pre-
Como vimos en el apartado anterior, la gran sente/futuro (no hay imaginario del futuro sin
mayoría de las 19 imágenes de Fuerza Bruta anclas en el presente)9, existen dos grandes
sobre la historia del Bicentenario son sencilla- posibilidades reflejadas en el cine futurista
mente maravillosas, no solo por el nivel artísti- de calidad de años atrás (cuando imaginaban
co sino por su contenido filosófico-político; sin

9 Pensemos en el cine futurista, como Children of


8 Véanse algunos momentos en <http://www.taringa. men, de Alfonso Cuarón, o Avatar, de James Cameron;
net/posts/videos/5615886/Desfile-Bicentenario_-Fuer- todos tienen un ancla en el presente porque, inevitable-
za-Bruta-_25-de-Mayo-de-2010_.html>. mente, se imagina desde “hoy”.
El Bicentenario: miradas sobre la Argentina 1019

cómo serían las primeras décadas del siglo Estas dos imágenes, el futuro blanco y per-
XXI). Una es la estética del legendario cineas- fecto, dominado por la ciencia, y aquel otro
ta Stanley Kubrick en 2001: Odisea del espa- construido por los humanos, con sus grande-
cio: un futuro blanco, incontaminado, donde zas, miserias, conflictos, técnicas y sueños, su-
la ciencia omnipotente controla y resuelve las ponen dos modos de imaginar el siglo XXI, dos
dificultades, poblado de subjetividades con- estéticas, dos formas de mirarnos en presente
formadas casi sin deseos ni conflictos porque para imaginar futuros. El construido imagina-
la socialización científica así lo habilita. Otra tivamente por la fiesta del Bicentenario estuvo
es la estética futurista de Terry Gillian, quien más cercano al de Kubrick que al de Gillian;
lanzó, un tiempo después que Kubrick, la pe- fue blanco, ordenado, lleno de computadoras y
lícula Brazil. El film presenta una sociedad con música que sonaba oriental; los niños en la
con un Estado megaburocratizado, contro- escuela “aprendían” a ser hombres de tiempos
lador y repleto de excesos, con trabajadores por venir (basta observar su obsesión por las
en deplorables condiciones laborales y de su- netbooks). Los locutores, emocionados, desta-
pervivencia; mujeres de las clases poderosas can las dos grandes amarras para anclarnos y
preocupadas por múltiples y frecuentes ciru- recibir / entrar / llegar con comodidad al futu-
gías estéticas, en un escenario de violencia de ro: la ciencia (la “sociedad del conocimiento”)
todo tipo, naturalizadas por las poblaciones. y la educación (sarmientina).
Aun cuando Gillian nos muestra este marco ¿Es así?
desolador, también se centra en un sujeto, un Repito, no hay futuro que no esté anclado
protagonista que nunca pierde su capacidad en el presente y que ya convertido en pasado
de soñar, de crear el (im) posible lazo amoro- no deja marcas que podamos vislumbrar en los
so que —como la ternura para el psicoanalista imaginados años que vendrán. Entonces, ras-
Fernando Ulloa (1995)— todo lo restituye y treemos esas marcas del hoy para proyectar
permite un sentido para la reproducción so- hacia delante, pensemos lo que realmente está
cial de la vida. Ese sujeto montado en un ca- en disputa, precisemos el papel de las famosas
ballo alado que galopa por sobre la “realidad” “tecnologías de punta” que otorga la tecno-
reenvía al optimismo trágico del que nos habla ciencia, hagamos etnografías del día a día en
Boaventura de Sousa Santos (2005). las provincias, incluyendo prácticas educativas
1020 Estudios rurales y movimientos sociales. Miradas desde el Sur

recientes, y construyamos imaginariamente el En la década de los noventa, nadie hubiese


Cuadro N° 20 del espectáculo de Fuerza Bruta apostado a que en 2010 se mirara críticamente
sobre la base de esa proyección. aquel horror. Por eso no es tan descabellado
¿Qué ocurriría con un cuadro que mostrara fantasear con que, dentro de un tiempo, se pue-
las plantaciones de soja y los “mosquitos” o da revisar con la misma mirada, radicalmente
helicópteros fumigando en las narices de los crítica, este sistema extractivo de la economía
niños banderilleros? ¿O a los campesinos e argentina, con su aparcería política, que invo-
indígenas golpeados que pierden sus territo- lucra universidad, educación, justicia. Lo que
rios (eso que desconoce el secretario Coscia)? no se sabe, volviendo a la ciencia ficción, es
¿Qué sucedería si se mostraran las mineras que quién será el organizador de la fiesta popular
destruyen los cerros con grandes explosiones donde se celebrará la superación de ese sis-
de dinamita a cielo abierto? ¿Qué pasaría si se tema. Podemos descartar a unos cuantos; no
hubiese mostrado la destrucción de los glacia- nos imaginamos que puedan llevar a cabo tal
res? ¿O las vertientes y arroyos contaminados transformación Gioja ni sus descendientes (no
con cianuro, mientras el gobernador Gioja sabrían cómo construir el “doble discurso”), ni
sonreía con su poncho celeste en el lugar de los descendientes de los políticos partidarios
los festejos? ¿Qué pasaría si se mostraran las actuales, educados en pleno neoliberalismo,
escuelas provinciales que adaptan los planes ni los que sostienen las posiciones más hones-
de estudio a las necesidades de las empresas tas y defensoras de los recursos naturales ya
mineras? ¿Cómo reaccionar si mostraran a los que, con esa virtud no llegarán a ser gobierno.
profesores, padres y alumnos de la Escuela ¿Estamos convencidos de que las multitudes,
Normal de la Rioja, a la que asistió Rosarito así como festejaron la crítica a la especulación
Vera, marchando contra el despojo del edifi- financiera de los noventa, aplaudirían la volun-
cio histórico? ¿Cómo representar semejantes tad superadora del extractivismo económico?
contradicciones con la narrativa crítica respec- Es una duda, dados los poderosos aparatos
to de los órdenes dominantes en los cuadros ideológicos con los que se mueven los hombres
del pasado? ¿Cómo comprender que se estén del poder, sobre todo los políticos claramente
dejando estas marcas cuando se miró crítica y de derecha. De allí la necesidad de dar gran-
lúcidamente el pasado? des batallas culturales, incluso obligando al
El Bicentenario: miradas sobre la Argentina 1021

Gobierno nacional a que unifique su discurso. cretando una construcción social, económica
Porque la nación se forma con culturas pero y política en esa dirección. Construcción cons-
también con territorios. El dilema siempre está ciente de nuestro territorio que, junto con las
en cómo dispersar el Estado10 o construir una culturas, son los dos pilares fundamentales de
política a distancia de él. nuestra identidad nacional. Aunque sabemos
de la dificultad de la tarea, hay que sostener ese
reclamo como apuesta decolonial.
Pensando el Bicentenario, Podemos plantearnos: ¿se puede pensar el
a modo de conclusión pasado en una trama cercana a los postulados
de las opciones descoloniales y actuar en el
Lo que ocurrirá a partir de ahora nadie lo sabe presente enmarcados en el neoliberalismo co-
pues es un proceso abierto. El Gobierno nacio- lonial, que entrega recursos, posterga secto-
nal genera un acontecimiento cultural de mu- res populares, concentra riquezas, aunque rei-
cha significación que solo gente necia puede vindica nuestra posición en América Latina?
no advertir. Pero, como dice la frase popular, Parece que sí, la mayoría de los países con los
“muestra la hilacha” (eso que querría ocultar). denominados “gobiernos progresistas” actúan
Hay que recordar que, junto con la búsqueda bajo este doble discurso. Los compromisos
de la igualdad, los pueblos piden el respeto por y —en el caso de la Argentina— la aparcería
la naturaleza y exigen distancia respecto de las con el poder globalizado tienen mayor fuerza
corporaciones económicas que saquean recur- política que los lazos culturales, con un pasa-
sos naturales; muchos desprecian a los saquea- do de resistencias y de búsqueda de dignidad
dores de recursos tanto como a los especulado- frente a los órdenes de poder. Además, como
res financieros de los cuadros del desfile. Por vimos en el último cuadro de Fuerza Bruta,
eso hay que interpelar al Gobierno para que le algunos políticos creen posible expresar sus
asegure continuidad a la cosmovisión desple- pensamientos anclando un discurso que visi-
gada estos días y para exigirle que vaya con- biliza a los sectores populares, a los indíge-
nas, a los afrodescendientes, valora la agricul-
tura de alimentos, critica la especulación, a
10 Véase Raúl Zibechi en este libro. los que desconocieron la Constitución (ahora
1022 Estudios rurales y movimientos sociales. Miradas desde el Sur

con tratados internacionales de avanzada en del agronegocio sojero, con los discursos infla-
materia de derechos indígenas y ambientales) mados por descubrir las condiciones laborales
y, en la práctica político-institucional, optar de los trabajadores rurales de sus empresas?
por el proyecto de “modernización”, creci- Son interrogantes de complejas respuestas.
miento económico basado en el desarrollismo A mi juicio, la posibilidad de celebrar los 200
extractivo (minería, soja, petróleo), en una in- años con una mirada cercana a las propuestas
dustrialización azarosa, complemento de im- descoloniales se convierte en una cuestión
portaciones absurdas (como las de China), y de humores personales, que pueden alterarse
en una distribución de los ingresos fiscales (el (como pudimos comprobar con el cambio, a
“mito del excedente”), vía dispositivos clien- último momento, del secretario de Cultura),
telares para las “políticas sociales”. mientras no se despliegue un pensamiento crí-
Este doble discurso, que mantuvo en los tico sobre nuestro presente por parte de las
últimos años la consigna de “reducir la des- más altas dirigencias nacionales. En un país
ocupación, la pobreza y la indigencia”, tuvo que ha pasado por los horrores de los setenta
una importante crisis hacia el final del año del y de los noventa, no alcanzan pequeños logros
Bicentenario. Miles de “sin techo” ocuparon culturales (el Bicentenario, la ley de matrimo-
espacios públicos y contaron frente a las cá- nio igualitario, la ley de medios, etcétera) para
maras de televisión sus sufrimientos, sus mise- modificar un sendero que aparece como una
rias, denunciaron sus bajos ingresos, la falta de huella profunda, donde es difícil evitar caer.
apoyo, mientras una clase media con acceso a Los avances que se logran para apartarnos
pequeños patrimonios mostró una cara racista, y forjar nuevos senderos se dan por la tenaz
discriminadora, xenófoba, estimulada por el resistencia y lucha de unas poblaciones que,
Jefe de Gobierno porteño. ¿Participó esta clase desde el fondo de los tiempos, han intentado
media de los festejos del Bicentenario? ¿Pue- hacer prevalecer los principios de una socie-
den convivir en un mismo espacio revisiones dad igualitaria, solidaria y libertaria. Ese es-
críticas de nuestra historia, reexaltaciones de pacio de movimientos sociales o poblaciones
nuestros rasgos de resistencia y solidaridad, en lucha aparecen con organizaciones poco
con presentes egoístas y racistas? ¿Pueden consolidadas (en comparación a lo que fue el
convivir la exaltación a la biotecnología, base movimiento obrero en otros tiempos), con di-
El Bicentenario: miradas sobre la Argentina 1023

ficultosas construcciones de redes nacionales Es cuando intervienen otros pensamientos de


e internacionales y desgarradas entre las tibias este tiempo, de otros tiempos (los intelectuales
creencias de que hay que apoyar los intentos indígenas, los que pensaron “otras naciones”,
progresistas del gobierno de Cristina Kirch- por ejemplo), todos imbricados en un aquí y
ner y los arrinconamientos que los agentes de ahora con la urgencia de las poblaciones que
poder hacen en sus territorios y en sus vidas. apuestan a un cambio para lograr una sociedad
En octubre de 2010 falleció Néstor Kirchner, más justa, libertaria y equitativa.
factor muy importante en la construcción del
modelo de país que este grupo en funciones de
gobierno lleva a la práctica. Es decir, el año del Bibliografía
Bicentenario ha transcurrido cargado de suce-
sos institucionales importantes, así como de Castro Gómez, S. 2000 “Ciencias Sociales,
resistencias y luchas. violencia epistémica y el problema de
Para cerrar, recordemos que las efemérides la invención del otro” en Lander, E.
son oportunidades para pensarnos como so- (comp.) en La colonialidad del saber:
ciedad y, en tal sentido, este Bicentenario de eurocentrismo y ciencias sociales (Buenos
la Revolución de Mayo nos invita a la reflexión Aires: CLACSO / UNESCO).
sobre nuestra historia, nuestros orígenes, nues- De Sousa Santos, B. 2006 Renovar la teoría
tro presente, desde muchos puntos de vista: crítica y reinventar la emancipación
disciplinarios, de ubicación geográfica, social, social. (Encuentros en Buenos Aires)
cultural, etcétera. Desde hace un tiempo, tene- (Buenos Aires: CLACSO).
mos un ensamble de voces que, por momentos, Nun, J. (comp.) 2005 “Debates de Mayo I.
compone una música que acepta las reglas de Nación, Cultura y Política” (Buenos Aires:
consonancia de un orden establecido, sedi- Gedisa).
mentado y naturalizado, que viene desde la Ocampo, B. 2004 La nación interior (Buenos
matriz colonial; en otros momentos, pareciera Aires: Antropofagia).
que esas voces intentan romper los códigos de Quijano, A. 2000 “Colonialidad del poder,
la tonalidad para suscitar otras imágenes musi- eurocentrismo y América Latina” en Lander,
cales disonantes, plenas de belleza y novedad. E. (comp.) La colonialidad del saber:
1024 Estudios rurales y movimientos sociales. Miradas desde el Sur

eurocentrismo y ciencias sociales (Buenos


Aires: CLACSO / UNESCO).
Sábato, H. 1989 Capitalismo y Ganadería en
Buenos Aires, La fiebre del lanar (Buenos
Aires: Sudamericana).
Ulloa, F. 1995 Novela clínica psicoanalítica
(Buenos Aires: Paidós).

Otras fuentes

<http://www.bicentenario.argentina.ar>.
Cambiar de espejo:
mirarnos en América Latina
Reflexiones, desde la Argentina, inspiradas
en las entrevistas al Dr. Noam Chomsky*

L as sugerentes entrevistas realizadas al in-


telectual norteamericano Noam Chomsky
dan pie para reflexionar acerca de los pro-
jano, 2000) caló tan hondo en su trama cultural
que los sectores “pensantes” o “progresistas”
tradicionalmente se plantearon solamente una
blemas de la construcción del Estado-nación parte de estos problemas (el surgimiento del
en América Latina así como sobre las formas Estado) pero muy pocas veces la cara oculta de
comunales de vida de muchas poblaciones la modernidad capitalista: la operación cultural
que habitaban/habitan en sus territorios y que de subalternización de las diversas poblacio-
resurgen como opciones políticas en la última nes involucradas. La cuestión indígena quedó
parte del siglo XX. Querría detenerme en la recluida a una antropología colonial y con in-
aparición de estos procesos en la Argentina ya fluencias marcadamente racistas1; cuando hoy
que su fuerte imaginario social, la ubica como
el país más “europeizado” de América Latina;
como una Nación donde la “colonialidad” (Qui- 1 La escuela “fenomenológica etnológica argenti-
na” del antropólogo de origen italiano Marcelo Bór-
mida, formado en ciencias naturales en Europa, con
* Giarracca, N. 2011 “Cambiar de espejo: mirarnos en claros rasgos racistas biologistas, marcó la discipli-
América Latina. Reflexiones, desde la Argentina, inspi- na tanto en la Universidad de Buenos Aires como en
radas en las entrevistas al doctor Noam Chomsky” en el Consejo Nacional de Investigaciones Científicas
Meyer, L. M. y Maldonado, B. (coords.) y AAVV Comu- y Técnicas (CONICET). Durante 25 años fue una es-
nalidad, educación, y resistencia indígena en la era cuela hegemónica, y casi única en el período de la
global. Un diálogo entre Noam Chomsky y más de 20 dictadura militar donde tuvo su momento de apogeo.
líderes indígenas e intelectuales del continente ameri- Con la muerte de Bórmida en 1979, su esposa conti-
cano (Oaxaca de Juárez: CSEIIO). nuó con su línea. A partir de 1983 comparte el campo
1026 Estudios rurales y movimientos sociales. Miradas desde el Sur

aparece, es por la insistencia de intelectuales y México. Si bien en estos últimos países, en


como Osvaldo Bayer2 y de los propios actores la “memoria de mediano plazo” (Prada, 2005)
sociales (las comunidades indígenas junto con también aparecen los sectores obreros, en la
poblaciones campesinas) en el dramático esce- Argentina a diferencia de ellos, fueron el cen-
nario de la expansión agraria sojera. tro de las luchas sociales, culturales y naciona-
En los estudios poscoloniales la noción de les de gran parte del siglo XX mientras los agri-
comunidad aparece como un fuerte dispositivo cultores e indígenas tuvieron un lugar menos
contra el Estado y su organización capitalista; destacado. Ese es un problema a pensar en esta
esta comunidad (o comunalidad como la lla- etapa política del país, sobre todo después de
man los oaxaqueños3) se ofrece como un cam- la corta vida de las organizaciones de trabaja-
po político de los subalternos, excluidos y do- dores desocupados y la cooptación de algunas
minados y como una clara “opción decolonial” de ellas por parte de los gobiernos pos-crisis
(Mignolo, 2008). En este punto el interrogante 2001-2002. El otro aspecto es el resurgimiento
que cabe para un país como la Argentina, es en de la voz indígena, campesina y de pueblos cor-
qué medida los sectores populares mayorita- dilleranos (en los pies de la Cordillera de los
rios en estos tiempos neoliberales de desocu- Andes), como uno de los fenómenos más signi-
pación quedan al margen de las posibilidades ficativos de este siglo. Los otrora marginales en
de las opciones decoloniales que otorga la “co- la construcción de Estado-nación y capitalismo
munalidad” tan presente en Bolivia, Ecuador argentino, hoy son significativos actores que lo
cuestionan radicalmente. No obstante esta im-
portancia, en términos de volumen poblacional
académico con escuelas con influencias norteameri- representa una clara minoría en relación con
canas, europeas y posmodernas. las grandes masas urbanas desocupadas o pre-
2 El intelectual Osvaldo Bayer así como el escritor cariamente ocupadas de las grandes urbes del
David Viñas se ocuparon de denunciar durante el siglo país, que son en última instancia, quienes defi-
XX desde sus ensayos y novelas el oscuro comienzo del
nen las contiendas electorales.
Estado-nación “blanqueado”. Viñas nos habla del etno-
cidio “como el cadáver oculto de la habitación del fon- La formación de la Argentina moderna
do” (citado por Ocampo, 2004). comienza a consolidarse con la llamada “ge-
3 Véase Esteva et al., 2008. neración del 80” (1880), precisamente con la
Cambiar de espejo: mirarnos en América Latina 1027

invasión militar a los últimos territorios indí- más que una solución, pasaron a formar parte
genas libres, después de siglos de arrincona- del problema.
mientos y masacres. Hasta esos años algunas
de las poblaciones indígenas coexistían con
los criollos, los españoles y sus descendien- La educación
tes de la época colonial, con las poblaciones
de origen africano4 y con las nuevas migracio- Y en la Argentina, tal como lo describe Chom-
nes de españoles e italianos que venían como sky para Estados Unidos, la conversión homo-
asalariados o colonos agrícolas. Se calcula geneizadora se fue desarrollando como proce-
que entre mediados del siglo XIX y comien- sos de control en todos los aspectos de la vida
zos del XX, entraron al país más de cinco mi- y el sistema educativo cumplió aquí, como allá,
llones de europeos de los cuales casi las tres la función de un dispositivo de primer orden.
cuartas partes fueron españoles e italianos. La pedagogía constituyó el gran artífice de una
Estas mezclas étnicas representaban un gran subjetividad moderna y al mismo tiempo de
obstáculo para las elites gobernantes que des- “la invención del otro”, de la alteridad que se
de Domingo F. Sarmiento y Juan Bautista Al- requiere en el proceso de conformación de un
berdi, buscaban la “civilización” moderniza- determinado sujeto (moderno/blanco/educa-
dora apelando a la migración europea nórdica do). Castro Gómez (2000) se ocupa de relacio-
y al blanqueamiento y educación escolar de nar los momentos fundacionales de las nacio-
la población. Afanosamente se estimulaba la nes latinoamericanas, las “constituciones” (el
entrada al país de poblaciones europeas blan- momento de “inventar ciudadanía”, es decir
cas, nórdicas; así los europeos mediterráneos un campo de sujetos homogéneos que hicieran
que efectivamente llegaron a estas tierras, posible el proyecto moderno/capitalista) con
la educación. La escuela busca, dice el autor,
introyectar una disciplina sobre la mente y el
4 Los afrodescendientes fueron el 30% de la pobla- cuerpo, y el comportamiento del niño deberá
ción en 1810 y fueron diezmados por epidemias durante ser controlado, vigilado y sometido a la adqui-
el siglo XIX dadas las condiciones de vida ominosas en
las que se encontraban y las guerras a donde se los en- sición de conocimientos, capacidades, hábitos,
viaba en primer lugar. modelos culturales, estilos de vida que los ha-
1028 Estudios rurales y movimientos sociales. Miradas desde el Sur

bilite a convertirse en “productivos” a la socie- cordilleranos que mencioné antes y donde, pa-
dad proyectada (ibídem: 149). radójicamente, él había nacido5.
En la Argentina “el padre del aula” (espa- La propuesta educativa “sarmientina” se ba-
cio físico y simbólico del aprendizaje escolar) saba en el más estricto control cultural, la ho-
es Sarmiento quien generó no solo la legisla- mogeneización hasta en los modos de vestirse
ción educativa básica que acompañó la Cons- imponiendo para eso un guardapolvo (delan-
titución de 1853 (a la que Alberdi contribuyó tal) blanco que tapara las vestimentas de los
con sus ideas “ilustradas”) sino los símbolos, niños, prohibiendo los idiomas de las comuni-
prácticas y discursos de la educación pública dades indígenas (guaraní, quechua, mapuche,
que perduran hasta la actualidad. Sarmiento etcétera) y vigilando muy de cerca los intentos
fue plenamente consciente de que así como el de las comunidades europeas por mantener
formato de la Constitución se había inspirado sus lenguas o dialectos. Los niños con acen-
en los grandes pensadores del Norte, la edu- tos diversos fueron descalificados, burlados
cación debería seguir los mismos pasos. En y pasaron a formar parte de los epítetos que
un Congreso Pedagógico de 1881 se interroga: aún hoy circulan por la cultura discriminante
“¿Educamos nosotros argentinamente? No; argentina: “tanitos” (italianos) “gallegos” (cual-
educamos como el norteamericano Mann, el quier español), “rusito” (judío de cualquier ori-
alemán Froëbel y el italiano Pestalozzi nos han gen nacional) “turco” (cualquier descendiente
enseñado a educar a los niños. Los hacemos de árabes). Con las migraciones de países limí-
aprender de manera racional todo aquello que
hoy se enseña en las escuelas bien organizadas
del mundo” (Citado por Ocampo, 2004: 47). 5 En su novela Facundo, una de las mejores obras
literarias de su tiempo, Sarmiento se ocupa de denos-
Sarmiento representó no solo el político-in-
tar y advertir de la peligrosidad de un criollo riojano,
telectual de América Latina que pretendió im- caudillo de gran coraje a quien le atribuye rasgos omi-
poner a sangre y fuego la “civilización”, es de- nosos que relaciona con las condiciones ecológicas del
cir el capitalismo/moderno/colonial, sino quien “desierto” (campo cordillerano). Facundo Quiroga es
se ocupó de perseguir y prohibir todo rastro recordado hoy por estos pueblos enfrentados a la ex-
pansión de la minería a cielo abierto, como el primero
cultural de los pueblos indígenas pero también
en defender sus cerros de la codicia europea en los co-
de los caudillos en resistencia de esos pueblos mienzos del siglo XIX.
Cambiar de espejo: mirarnos en América Latina 1029

trofes se sumaron los “bolitas” (bolivianos) y gen de la diversidad de tonos de piel, idiomas
“paraguas” (paraguayos). y acentos, color de ojos, modos de ser niños,
Quienes jerarquizaron y subalternizaron a mujeres, ancianos. Esta distorsión identitaria
“los otros” fueron las élites blancas pero tam- le impidió a las élites gobernantes generar una
bién se fomentaron las discriminaciones en- agenda de los problemas que en el proyecto de
tre los propios grupos subalternos. Una de las Estado-nación, aún en su propia lógica, tenía
dramáticas consecuencias de esta operación que tomar en cuenta y solucionar7.
cultural fue la racialización, inferiorización y En síntesis, para estas generaciones que
jerarquización social que significó el califica- construyeron la nación argentina en el siglo
tivo “cabecita negra” usado para la emergente XIX, poblar con europeos los temidos desier-
clase obrera, a mediados del siglo XX. En fin, tos (en las imágenes del territorio que Sar-
“cabecitas negros”, “indios”, “tanitos y gallegui- miento difundía) y educar, representaban las
tos”; “rusitos y turcos” generaron esa alteridad metas más importantes para lograr los reque-
que el Estado-nación requiere para formar la rimientos de un Estado capaz de acompañar el
identidad ciudadana blanca, educada, civiliza- desarrollo y progreso que aspiraban. Y en los
da que pasaría a formar parte de “la república” 50 años que van de 1880 a 1930, el deslumbran-
imaginada después de la operación de reprimir te desarrollo agroexportador puso, en efecto,
y ocultar las diferencias étnicas, culturales y al país entre los de mayor crecimiento econó-
sociales. República que se miró en un espejo mico y se creyó que “poblar y educar” habían
europeizante que le devolvió una imagen falsa
y distorsionada a esa otra que nos devuelve la
buena literatura y el arte en general6; la ima- 7 Tal vez fue solo el peronismo, el gobierno del Ge-
neral Juan Perón de 1945-1955, quien se percató de esta
situación y otorgó valor político y generó dignidad tan-
to en esos sectores proletarizados, “los cabecitas ne-
6 Por ejemplo la obra pictórica de Antonio Berni: “La gras”, “los descamisados”, como a los distintos secto-
huelga”, “Juanito Laguna”, “Ramona Montiel”; el propio res del interior del país. Como nos dice Beatriz Ocampo
Martín Fierro de José Hernández de mitad del siglo (2004), de este modo el peronismo pasó de representar
XIX y las obras de Roberto Arlt, Leopoldo Marechal, un movimiento político a otro político-cultural y eso
Germán Rozenmacher (“Cabecita negra”) y por supues- explica en parte su persistencia posterior en la escena
to, de Viñas y Bayer. política argentina.
1030 Estudios rurales y movimientos sociales. Miradas desde el Sur

sido dispositivos capaces de crear una nación el “Malón de la Paz”, en un insistente reclamo
blanca (la del primer centenario de la indepen- de sus tierras ancestrales arrebatadas por los
dencia de España en 1910). Para esa nación propietarios de la “próspera” industria cañera-
del Centenario (como para esta que se prepara azucarera. Las ideas anarquistas y socialistas
para recibir el Bicentenario en 2010) no exis- que habían portado aquellos migrantes euro-
tieron los etnocidios, apropiación salvaje de peos que desilusionaron a Sarmiento y Alber-
la tierra, subalternización de las poblaciones di, junto a pensamientos de signo nacionalis-
en nombre de un capitalismo que prometía un ta como el Grupo FORJA8 (Arturo Jauretche,
lugar reservado para pocos países. La crisis Raúl Scalabrini Ortiz, Juan José Hernández
de 1930 dio por terminado esa ilusión y a la Arregui, etcétera); la persistencia de un pensa-
Argentina les esperaría una historia cíclica de miento indígena recuperado por intelectuales
democracias y dictaduras que finalizaría hace latinoamericanos como José Carlos Mariátegui
25 años cuando se puso fin a la sangrienta dic- o la propia voz del indígena aymara-boliviano
tadura de 1976-1983. Fausto Reinaga y el llamada pensamiento “de-
pendentista”, sobre todo el de Don Pablo Gon-
zález Casanova, marcaron los pensamientos
Educación, territorios y que acompañaron estas resistencias.
resistencias El “mundo obrero” de las grandes ciudades
generó heroicas luchas frente a las dictadu-
La Argentina forma parte de esa América La- ras cíclicas y los procesos de concentración
tina que Perry Anderson describe como el te- económica transnacionalizada. También fue
rritorio donde se realizan el mayor número de el que mayor atención del Estado concentró:
resistencias nacionales, sociales y culturales la educación y el control de sus territorios (el
de este complicado mundo. El siglo XX no solo
es recordado en este sur por las grandes e in-
numerables huelgas obreras y los levantamien- 8 Fuerza de Orientación Radical de la Joven Argen-
tos de colonos agrícolas europeos reclamando tina, FORJA, fue una agrupación política fundada en
1935, que actuó dentro de la esfera de influencia de la
tierras, sino por largas marchas hacia Buenos Unión Cívica Radical, y se disolvió en 1945, cuando asu-
Aires de las comunidades indígenas del norte, me el peronismo.
Cambiar de espejo: mirarnos en América Latina 1031

“barrio obrero” alrededor de la fábrica) fueron popular” (un núcleo de “buen sentido”) que
focos de atención represivos de los gobiernos incluía la solidaridad, la resistencia cotidiana
militares. Por ejemplo en la populosa región y que daba sustento a esa política plebeya re-
industrial denominada “La Matanza” se crea- presentada principalmente por el peronismo
ron batallones de policía represiva especiales combativo y odiado por las clases dominantes.
que actuaban durante las huelgas de fábrica y En algún sentido el barrio de aquellos tiempos
hacían trabajo de “inteligencia” en los barrios. se equipararía a la “comunidad” campesina e
Otro tanto se podría decir en materia educacio- indígena, sobre todo por ese fuerte sentimien-
nal donde las rígidas estructuras burocráticas to solidario que provenía del conocimiento de
incluían la figura del “inspector”, una especie los hombres entre sí dentro de las fábricas cer-
de “policía pedagógico” que llegaba a una es- canas, y la sociabilidad de las mujeres y niños
cuela y presenciaba una clase sin permiso algu- en un espacio marcado y cuidado por ellos, un
no o el “celador”, quien cuidaba especialmente “lugar practicado” (en el decir de De Certeau)
la conducta de los niños y jóvenes. por estos sectores subalternos.
Frente a este orden de dominación (omi- Cambiar los ejes de la educación liberal “sar-
noso por cierto) las múltiples resistencias mientina” constituía otro eje del activismo de
juveniles de la época, centraron esfuerzos en aquellos años. En 1968 se formaba en la “CGT
el nivel del territorio y la educación. Y esto de los Argentinos” (Confederación General
porque en la Argentina, como también lo expli- del Trabajo), constituidas por sindicalistas lu-
cita Chomsky para su país, “los años sesenta chadores y honestos desprendidos de la CGT
fueron un período de surgimiento de activis- oficial, una Comisión de Educación destinada
mo…”. Y en ese clima “sesentista y setentista”, a: “propender a la formación de la conciencia
se valoraba la organización barrial-territorial gremial y política de los sectores docentes ar-
y se la fomentaba para lograr autonomía del gentinos; Lograr la nacionalización de dichos
apartado burocrático político de las dictadu- sectores de clase media en su gran mayoría
ras así como para reclamarles y arrancarles —apartándolas de las influencias de corrien-
derechos sociales y ciudadanos. El supuesto tes liberales en todos sus aspectos—; Difundir
de esta actividad territorial era la fuerte creen- los postulados de la CGT de los Argentinos…;
cia, de impronta “gramsciana”, en una “cultura Tomar contacto con todas las entidades que
1032 Estudios rurales y movimientos sociales. Miradas desde el Sur

agrupan a los docentes argentinos, a fin de or- poca información que se cuenta sobre esta ex-
ganizar sus luchas con las que vienen librando periencia, todo indica que no se llegó a discutir
los trabajadores de todo el país” (Comunicado la posibilidad de la “educación bilingüe” para
de Prensa de la CGT de los Argentinos) Asimis- las regiones de comunidades indígenas10.
mo, no es casual que los hermanos Arancibia,
maestros rurales tucumanos y fundadores del
sindicato de la provincia, fuesen asesinados en Pos-dictadura y
el estreno de la dictadura militar de 1976-1983. construcciones democráticas
En la corta “primavera democrática” de
1973-19749 donde los activistas asumieron algu- Los barrios obreros fueron centro del terror y
nas responsabilidades públicas, era habitual la represión durante la “maldita dictadura” (1976-
visita de Paulo Freire al país y sus postulados 1983), cuando retornan los gobiernos civiles,
recorrieron no solo los rincones donde se di- el trabajo industrial había disminuido 25%, los
señaban las políticas públicas alternativas sino delegados de sindicatos combativos habían
las escuelas de todo el país. En efecto, recupe- desaparecido y los salarios eran los más bajos
rado ese ministerio en 1973, arrebatado a esa desde la época de posguerra; reinaba el trabajo
mezcla de liberalismo “sarmientino” y derecha informal y el miedo generalizado. La educación
católica que lo controlaba durante las dictadu- había vuelto a la centralización desde Buenos
ras, aparece una experiencia muy interesan- Aires y a la eterna ambición —tanto de dicta-
te. Fue la Dirección Nacional de Educación duras como de gobiernos civiles— de homoge-
Adulta (DINEA) que retomaba los postulados neizar a las diversas poblaciones en las escue-
de Paulo Freire y trataba de descentralizar los las. Los “liberales” (nativos) ahora devenidos
programas educativos recuperando las diversi- en “neoliberales” y las sórdidas derechas auto-
dades poblacionales provinciales. Aun con la ritarias habían hecho su trabajo con un costo

9 Si bien el segundo gobierno peronista fue de 1973 10 Agradezco al sociólogo Pedro Krotsch, Director
a 1976, cuando se produce el golpe de Estado, con la Nacional de Educación Agrícola de aquellos años, ayu-
muerte del Juan Perón en 1974, se terminan todas las darme a recordar aquellos tiempos y corroborar la in-
posibilidades de transformación que la etapa tuvo. formación que aquí se presenta.
Cambiar de espejo: mirarnos en América Latina 1033

de treinta mil desaparecidos, miles de presos y marginados por el orden neoliberal. Muchos
de exiliados. En materia de política económica de estos bachilleratos tienen reconocimiento
poco o nada pudieron revertir desde el Estado oficial y piensan extender la experiencia a la
estos gobiernos de los 25 años de democracia; educación primaria (primera etapa educativa).
el “mundo obrero” derivó en el “mundo de des- Pero lejos se está de aquellos barrios obreros
ocupados” o precarizados, objeto de políticas que nos atrevimos a comparar con las comuni-
sociales focalizadas de los organismos multi- dades campesinas o indígenas.
laterales de crédito (como el Banco Mundial Entonces, al margen de estos escenarios de
y el Banco Interamericano de Desarrollo) que experiencias urbanas aún muy incipientes, el
se entroncaron con las políticas clientelares nuevo siglo encuentra a la Argentina muy cerca
de los aparatos del “peronismo conservador” de las mismas resistencias populares de toda la
(vaciado de su contenido fundacional); asi- América Latina. El centro de las mismas ya no
mismo surgieron procesos de pauperización emana solamente del “mundo obrero” sino de
y violencia como ocurre en todas las grandes los mundos de aquellos actores sociales otrora
urbes de América Latina. Sin embargo un ac- marginales del capitalismo industrial y agroex-
tivismo de nuevo signo recorre esos mundos portador pampeano. La centralidad del capita-
urbanos y una preocupación principal vuelve lismo financiero y una nueva geopolítica inter-
a ser la educación. Los denominados “Bachi- nacional basada en la expoliación de los recur-
lleratos Populares” para jóvenes y adultos11 sos naturales, conducen a este desplazamiento
florecen por barrios donde estudiantes uni- de las resistencias de las grandes ciudades a
versitarios en articulación con organizaciones los pequeños poblados, ciudades intermedias
territoriales, propusieron otros programas de (menos de 50 mil habitantes) y a las comuni-
enseñanza y son ellos mismos quienes traba- dades campesinas e indígenas. La lucha por la
jan educativamente con los jóvenes y adultos tierra y el territorio, la defensa de las monta-
ñas cordilleranas amenazadas por la actividad
de la minería a cielo abierto, la expansión de la
11 Paralelamente estas experiencias de “Bachillerato soja y otros cultivos transgénicos, la actividad
Populares” fueron surgiendo también en distintas fábri-
forestal ligada a las grandes papeleras conta-
cas recuperadas por sus trabajadores tanto en Capital
Federal como en el conurbano bonaerense. minantes de los ríos, la amenaza a las reservas
1034 Estudios rurales y movimientos sociales. Miradas desde el Sur

acuíferas, a la biodiversidad, los montes, las tado. Un mapuche nos recordó en un seminario
selvas, los glaciares… son los nuevos rostros en plena ciudad de Buenos Aires en 2006: “Hace
de un capitalismo salvaje que rememora la eta- un rato, cuando esperaba afuera a que termina-
pa de saqueos y pillajes coloniales. Y esta nue- ra la pausa y trataba de concentrarme en lo que
va realidad nos acerca a las problemáticas del iba a decir, tuve una sensación de enorme res-
resto de América Latina y habilita un diálogo ponsabilidad. ¿Por qué? Porque recordaba que
con los pueblos hermanos acerca de los nue- hace casi cien años por esta misma calle (la
vos pensamientos, lo que llamamos “opciones Avenida Corrientes) pasaba nuestro cacique; lo
decoloniales”, emancipadoras y libertarias. Por llevaban a La Plata donde terminó por morir-
primera vez en nuestra historia, por ejemplo, se se. Pensaba también en lo que habrá sentido el
discute en las comunidades indígenas la edu- cacique Pincén cuando lo llevaban encadenado
cación bilingüe; por primera vez el reconoci- a la isla Martín García. Nuestra tradición está
miento identitario indígena forma parte de las inserta en la tradición de esas mismas luchas.
demandas de grupos campesinos; por primera Ellos, como hoy nosotros, trataron de defender
vez el Estado debe aceptar que existen pobla- el espacio vital para seguir viviendo como lo
ciones con derecho a su cultura, su lengua, su habían hecho hasta entonces” (Chacho Liem-
autonomía, su territorio como lo establece la pe, mapuche del Consejo Asesor Indígena, véa-
legislación internacional. se en Liempe, 2008: 124)
La vecindad con Bolivia y su denso proceso Los mapuches, arrinconados por el poder
de transformación, la circulación de intelectua- de Benetton y Soros (que arrebatan sus te-
les latinoamericanos comprometidos con los rritorios), quienes, además, se levantan en
movimientos sociales y los cambios institucio- su solo grito con sus hermanos chilenos y el
nales pero, sobre todo la emergencia de la voz qullamarka kolla (que reclaman 1.500.000 ha
pública de referentes indígenas y campesinos de territorio en el norte del país) nos acercan
de estos territorios acercan la América profun- a las luchas latinoamericanas. También las
da a mi país. La voz del Estado y los sectores asambleas de los pueblos cordilleranos (Es-
dominantes (y acomodados en general) sigue quel, Famatina, Chilecito, Andalgalá…) que,
insistiendo en la imagen del espejo europeizan- como las comunidades peruanas, ecuatorianas
te, no obstante el pasado se resiste a ser ocul- y las guatemaltecas, denuncian el saqueo de la
Cambiar de espejo: mirarnos en América Latina 1035

actividad minera transnacional. Todos estos La colonialidad del saber: eurocentrismo y


pueblos argentinos son minoritarios a la hora ciencias sociales (Buenos Aires: CLACSO /
de emitir los votos para elegir autoridades y UNESCO).
el grueso de la población urbana está inserta Esteva, G. et al. 2008 Cuando hasta las
en la trama clientelar del viejo, conservador piedras se levantan. Oaxaca, México, 2006
y desgastado peronismo. Aun así, los aires de (Buenos Aires: Antropofagia).
transformaciones de países que exigen el diálo- Liempe, C. 2008 “Resistirse a la desaparición.
go intercultural al estilo de Bolivia y Ecuador y La experiencia del pueblo mapuche”
que reflexionan sobre otros modos posibles de en Giarracca, N. y Massuh, G. (comps.)
Estado (plurinacional o pluriétnico) o los que El trabajo por venir (Buenos Aires:
soplan desde más al norte, al estilo del segundo Antropofagia).
zapatismo de “un mundo donde quepan todos Mignolo, W. 2008 “El vuelco de la razón:
los mundos”, llegan y refrescan los apelmaza- sobre las revoluciones, independencias y
dos pensamientos coloniales que perduran en rebeliones de fines del XVIII y principios
espacios centrales de la Argentina. del XIX” en <www.otrosbicentenarios.
Cuando leí al Dr. Noam Chomsky me di blogspot.com>.
cuenta de que estas resistencias y propues- Ocampo, B. 2004 La nación interior (Buenos
tas que emanan de la América profunda, re- Aires: Antropofagia).
suenan en toda la Indo-afro-América, desde Prada, R. 2005 “Sobre la caracterización de
Canadá a la Argentina aunque los derroteros la formación social-cultural-territorial”,
históricos hayan sido diferentes y sus mani- conferencia en el Instituto Goethe (Buenos
festaciones también. Aires) inédito.
Quijano, A. 2000 “Colonialidad del poder,
eurocentrismo y América Latina” en Lander,
Bibliografía E. (comp.) La colonialidad del saber:
eurocentrismo y ciencias sociales (Buenos
Castro Gómez, S. 2000 “Ciencias Sociales, Aires: CLACSO / UNESCO).
violencia epistémica y el problema de la
invención del otro” en Lander, E. (comp.)
Tres paradojas para
repensar la política*

D esde el fondo de los tiempos, América La-


tina recupera hoy una memoria marcada
a fuego por la desposesión de sus territorios;
parte de los seres humanos y a la mayoría de
los países fuera de los Estados Unidos, Cana-
dá y algunos de Europa. Para Gustavo Esteva,
primero por los españoles, luego por los crio- “desarrollo” aparece como un algoritmo: es un
llos en connivencia con poderes imperiales. signo arbitrario cuya definición depende del
Territorios vastos, de abundante vegetación y contexto teórico en el que se inserte; algo así
cambiantes climas sufrieron el saqueo de sus como si cada uno (personas o grupos) pudiera
riquezas; la población originaria fue explo- describir las condiciones ideales para las mejo-
tada y finalmente condenada a lo que —unos res aspiraciones humanas. Más que un término
cuantos siglos después— un presidente nor- cognitivo, sería un vector emocional.
teamericano denominó como subdesarrollo. El discurso hegemónico otorgó al “desarro-
Igual que el término “desarrollo”, rara vez una llo” el sentido de progreso, avance, mejoría,
palabra fue tan universalmente aceptada desde evolución positiva. Por eso fue y, en alguna me-
el mismo día de su acuñación política en 1949 dida todavía es, tan difícil oponerse a él: ¿quién
(Esteva, 2001). El presidente norteamericano quiere rechazar lo positivo del progreso? De-
Harry Truman la empleó para identificar una sarrollo significa iniciarse en un camino que
calamidad específica que afectaba a la mayor otros conocen mejor y cuyas metas ya alcan-
zaron; significa esforzarse hacia delante dentro
* Giarracca, N. 2012 “Tres paradojas para repensar la de una calle de un solo sentido; promete enri-
política” en Massuh, G. (ed.) Renunciar al bien común.
quecimiento, conlleva siempre la superación
Extractivismo y (pos)desarrollo en América Latina
(Buenos Aires: Mardulce). de la pobreza con la creciente dependencia de
1038 Estudios rurales y movimientos sociales. Miradas desde el Sur

la guía y la administración de otros. Ser parte comienzan a cobrar una nueva relevancia. Se-
de un país subdesarrollado tiene algo de humi- gún Boaventura de Sousa Santos se necesitan
llante, de indigno; las ideas propias no son ope- trabajos interculturales o de “traducción” para
rativas, hay que confiar en los expertos, ellos la preparación de ese otro mundo pos-moder-
traerán el desarrollo (Esteva, 2001). no del pos-desarrollo (De Sousa Santos, 2006).
Desde hace varios años también los euro- Berman se basa en una cita de Marx para
peos han comenzado a revisar el alcance y la sugerir que el progreso contiene un poder des-
significación de términos como “desarrollo” y tructivo, que el dinamismo innato de la cultura
“progreso”. Entre ellos, Boaventura de Sousa y la economía modernas termina por aniquilar
Santos, Marshall Berman, los promotores del todo lo que crea (ambientes físicos, institucio-
“decrecimiento” como Serge Latouche o el po- nes sociales, ideas metafísicas, visiones artísti-
litólogo alemán Elmar Altvater en sus críticas cas, valores morales) con el solo fin de seguir
sobre el límite del desarrollo1. Para Santos se creando. En esta lucha de construcción y des-
trata de un proceso de agotamiento de los pi- trucción donde “todo lo sólido se desvanece”,
lares básicos de la modernidad: la ciencia, el la tragedia del desarrollo consiste en el deseo
derecho, la concepción del poder y la organiza- permanente de creación de un espacio homo-
ción de la economía. Frente a la irrefutable cri- géneo sin huellas ni rastros de aquello que lo
sis institucional y cultural que arrastra la deba- precedió. Frente al impulso ciego del desarro-
cle económica actual, comienzan a visibilizar- llo actual que lleva a la apropiación de la na-
se aquellas otras culturas que la modernidad turaleza y de otros modos de concebir la vida
occidental intentó hacer desaparecer. Son las que no sean las del progreso técnico, Berman
“ruinas emergentes” que proponen otro modo propone la necesidad de imaginar otros hori-
de organizar la vida. Conceptos como la umma zontes y de crear nuevos modos de desarrollo
(comunidad de creencias de la cultura musul- al servicio del género humano (Berman, 1988).
mana), el dharma del hinduismo o el Sumak Sin embargo, los medios de comunicación
Kawsak (“buen vivir” de las culturas andinas) y el mundo académico siguen operando con la
dupla desarrollo-subdesarrollo en su sentido
tradicional. Para América Latina, el desarrollo
1 Véanse De Sousa Santos, 2000; Berman, 1988 y
Altvater, 2011. siempre estuvo ligado al modelo económico
Tres paradojas para repensar la política 1039

impulsado por aquel asombro de los ibéricos política e instituciones impregnadas de corrup-
cuando pusieron el primer pie en el continente: ción, suelen ser la regla general. Desde los paí-
el deslumbramiento por la vastedad y la opu- ses petroleros de Asia, los diamantes del África
lencia de la riqueza natural. Aquel modelo que, hasta las minerías andinas, hoy por hoy se vio-
a pesar de numerosas resistencias sociales y lan tratados internacionales de protección a las
políticas, la región jamás pudo abandonar: el comunidades originarias, al medio ambiente, a
desarrollo basado en los recursos naturales. la biodiversidad con el fin de acceder a los re-
De hecho, los países cuya economía está ba- cursos naturales. La Amazonía en su conjunto
sada en los recursos naturales nunca pueden es un claro y evidente ejemplo de ello.
salir del círculo del subdesarrollo: la profusión Estas reflexiones se orientan a configurar los
de recursos naturales a disposición tiende, escenarios de los países de América Latina en
entre varios factores endógenos de carácter la actualidad. Aquel despojo colonial dio lugar
patológico que acompañan el proceso, a dis- a debates, conflictos y hasta guerras internas
torsionar la estructura y la asignación de los en los diversos Estados nacionales después
recursos económicos del país, redistribuye de la independencia y, es necesario admitirlo,
negativamente el ingreso nacional y concentra hubo no pocos intentos de salir de la tradición
la riqueza en pocas manos mientras se genera- exportadora de recursos recurriendo a estrate-
liza la pobreza, se generan crisis económicas gias de sustitución de exportaciones mediante
recurrentes, se profundiza la escasa y débil la industrialización. Fue el caso de Cuauhté-
institucionalidad, se alienta la corrupción, se moc Cárdenas en México, Juan Perón en la
deteriora el medio ambiente al tiempo que Argentina, Getúlio Vargas en Brasil, El MNR
consolidan mentalidades “rentistas” (Schuldt en Bolivia, Haya de la Torre en Perú. No obs-
y Acosta, 2009: 10). tante, desde mediados de la década del setenta,
Parece un enunciado paradojal: son pobres con el acceso del modelo económico y cultural
y son subdesarrollados porque tienen enormes que denominamos “neoliberalismo”, la región
riquezas naturales. Si bien hay excepciones, los retorna a los orígenes y vuelve a delinear sus
casos de países con inmensos recursos natura- estrategias económicas en los modelos extrac-
les, postrados desde antaño en la polarización tivos. A mediados de los setenta comienzan a
social, de pobrezas extremas, inestabilidad debilitarse las expectativas de los desarrollos
1040 Estudios rurales y movimientos sociales. Miradas desde el Sur

industriales nacionales bajo control estatal; así la producción de biocombustibles y, en el caso


se dio comienzo a un profundo cambio econó- argentino, la gran expansión sojera a partir de
mico de la mano de los organismos multilate- mediados de la década del dos mil.
rales de crédito, instituciones clave en los pro- Si bien sería exagerado asimilar estas nue-
cesos de endeudamiento. En esta nueva etapa vas actividades extractivas a los modelos de
estos organismos adquieren un protagonismo enclave exportadores de la colonia, aislados de
fundamental porque intervienen directamente la sociedad en general, existen dos rasgos que
sobre los aparatos estatales marcando políti- los identifican:
cas a seguir y, al mismo tiempo, constituyen- 1. La generación de abultadas rentas diferen-
do tribunales arbitrales para el arreglo de los ciales, sobreganancias que, sumadas a los
diferendos entre las partes al margen del sis- fabulosos ingresos de las corporaciones eco-
tema judicial de derecho público estatal e in- nómicas, no permanecen en el país de origen.
ternacional (el CIADI del Banco Mundial, por Según sostienen los pensadores de la corrien-
ejemplo, que implica la renuncia a un atributo te “decolonial” como Aníbal Quijano o Walter
esencial de la soberanía: la competencia terri- Mignolo, el despojo de la renta constituyó la
torial de los tribunales nacionales)2. Estos mo- base del “capitalismo-modernidad” europeo.
dos de operar se hacen especialmente visibles En la actualidad, determinadas relaciones
en el seno de las actividades de la producción con Estados o empresas del hemisferio norte,
de energía y la extracción de petróleo; en los generan situaciones unívocamente colonia-
últimos años, en la minería, la reforestación, les; España, por ejemplo, país acreedor de
la deuda externa argentina, se hizo merece-
dora de la antigua petrolera estatal YPF y la
2 Centro Internacional de Arreglo de Diferencias
colocó —sobre la base del recurso y la renta
Relativas a Inversiones, miembro del Grupo del Banco
Mundial cuyo presidente es, ex officio, el Presidente del argentinas— entre las primeras petroleras
mismo Banco Mundial. El organismo ayuda a constituir del mundo. Es así que hoy, la Argentina debe
tribunales arbitrales internacionales que dirimen las “importar” petróleo de su propio subsuelo pa-
controversias entre las sociedades transnacionales y gándolo a precio internacional.
los Estados que aceptan someterse a ese procedimien-
to. Compárese con el artículo de Mirta Antonelli en este 2. Tanto durante la colonia como en la actua-
mismo volumen. lidad las empresas adquieren los instrumen-
Tres paradojas para repensar la política 1041

tos necesarios para constituirse como un (Zibechi, 2011). La primera fase es el traspaso
Estado dentro del Estado; el territorio en el de los activos nacionales a grandes actores
que se asientan marca un universo en el que económicos transnacionales. Primero fueron
las leyes del país en cuestión no tienen vi- las empresas, patrimonios colectivos genera-
gor. A medida en que se debilita la lógica del dos a fuerza de ahorro y trabajo nacional. La
Estado-nación con la globalización, se pro- segunda, los recursos naturales, bienes comu-
duce un efecto de “desterritorialización”3. nes territoriales de los conjuntos sociales. Se
El ejemplo más dramático en nuestros días trata de bienes comunes para los que incluso
es el emprendimiento Pascua-Lama de la se piden derechos propios: algunos países de
empresa minera canadiense Barrick Gold, América Latina discuten la necesidad de incluir
surgido de un tratado bilateral entre la Ar- los derechos de la naturaleza en sus constitu-
gentina y Chile firmado en 1996, por el cual ciones. Ambas etapas coexisten en el mismo
los Estados transfirieron soberanía, es decir registro económico y cultural del neoliberalis-
poder de decisión, cediendo un territorio mo. En la década del noventa se prometía que
con una legalidad que solo atiende a los inte- la venta de empresas públicas solucionaría la
reses mineros. falta de gasto en salud, educación, seguridad:
no se hizo nada. En la actualidad, el disposi-
tivo de articulación del modelo y la búsqueda
Las actividades extractivas de de consenso popular corresponde a los exce-
los “gobiernos progresistas” de dentes, aparentemente un factor para mante-
América Latina ner subsidios, bolsas, planes, o como quieran
llamarse los factores de “alivio de la pobreza”
Para Raúl Zibechi, el modelo primario extrac- del Banco Mundial. La gran consigna que se es-
tivo, que cede las riquezas a las grandes cor- grime desde el Estado es: sin expoliación del
poraciones transnacionales, es parte de una se- petróleo, del gas, de los minerales, de la tierra,
gunda etapa del modelo económico neoliberal no hay ingresos para sacar a la población de
la indigencia. Es la razón que ata al modelo
tanto a las “derechas” productivistas como de
3 Cfr. Gudynas, 2005. las “izquierdas” (oficialistas) que ven en el pro-
1042 Estudios rurales y movimientos sociales. Miradas desde el Sur

ductivismo extractivo la única condición para taminada con mercurio y agrotóxicos. A diferen-
la integración de poblaciones empobrecidas o cia del modelo industrial que necesitaba obreros
excluidas del consumo. en la producción y obreros en el consumo (o sea
Esta situación, que parte de los ingresos fis- en la producción y en la realización del plus-va-
lor), el modelo extractivista puede funcionar con
cales por actividades extractivas (petróleo, mi-
máquinas automatizadas y robots, y no necesita
nería, soja, etcétera) como factor único e insus-
consumidores ya que las commodities se venden
tituible para “el alivio de la pobreza” (en térmi- en países remotos. (Zibechi, 2011: 34)
nos del Banco Mundial), merece una reflexión.
No todos los países de América Latina poseen De allí la necesidad inherente al nuevo modelo
actividades extractivas en manos de corpora- extractivo de expandir las “políticas sociales”
ciones transnacionales. En algunos casos se para integrar al consumo, aunque sea al con-
dan asociaciones heterodoxas en las que los sumo mínimo, a la masa de excluidos de la ac-
Estados nacionales juegan un papel prepon- tividad industrial, del campo de agricultores y
derante (los Estados de Venezuela y Brasil son de los servicios nacionalizados del pasado. El
socios principales en la industria petrolera, por Plan Bolsa Familia de Brasil alcanza a casi 50
ejemplo). Lo que se generaliza es el discurso millones de personas, un 30% de la población,
por el que solo a través de los ingresos fiscales mientras que en algunos Estados del nordeste
provenientes de la industria extractiva se pue- los beneficiarios alcanzan al 65% de los habi-
den hacer políticas sociales. Según Raúl Zibe- tantes. Los planes para los argentinos subal-
chi, esto forma parte de una especie de círculo ternizados y marginalizados nunca alcanzan:
vicioso para garantizar una nueva gobernabi- cuanto más se los amplía, más exclusión gene-
lidad: la “acumulación por desposesión” debe ra el modelo vigente.
ser compensada necesariamente por políticas Más de cien millones de pobres han mejora-
sociales. Dice el autor: do su situación material en América Latina, cal-
cula Zibechi. Al mismo tiempo, van perdiendo
Los emprendimientos mineros andinos, las cin-
la autonomía de organizarse por quedar coop-
cuenta millones de hectáreas sembradas con soja
y los cultivos forestales, casi no necesitan mano
tados por la maquinaria estatal. El discurso he-
de obra, pero sí mucha agua que es devuelta con- gemónico de América Latina proclama hoy que
Tres paradojas para repensar la política 1043

esta distribución de dinero público (vía políti- minería, el petróleo o la explotación del uranio.
cas sociales) puede activarse solo a través de La agricultura tradicional de procesos mantie-
los ingresos que provienen de las actividades ne una lógica productiva diferente, basada fun-
extractivas. Por lo tanto, las actividades ex- damentalmente en “procesos naturales”, ciclos
tractivas son imprescindibles. Esto forma par- orgánicos con bajo insumo de agroquímicos, el
te de la gran trampa del subdesarrollo armada aprovechamiento del trabajo familiar, la orga-
por la geopolítica internacional en búsqueda de nización y uso de las cooperativas.
los recursos naturales conjuntamente con sus La lógica extractiva es el conjunto de aque-
socios locales de América Latina. llos procesos productivos que procuran ex-
Evo Morales, desde la presidencia de Bolivia, traer recursos de la naturaleza, algunos recu-
fue muy elocuente al discutir con sus críticos el perables —los que atañen a la agricultura— y
modelo extractivista: “Están queriendo que el otros, como los minerales, que no se recupe-
pueblo boliviano no tenga plata, que no haya ran jamás. En la agricultura hay aspectos no
regalías, no haya (el bono) Juancito Pinto, ni reproducibles ni sustentables y otros que sí lo
la Renta Dignidad, ni el bono Juana Azurduy”. son. Con el avance del capitalismo se fueron
sustituyendo los procesos naturales por insu-
mas agroindustriales (industrialización de la
La lógica extractivista agricultura). Lo que denominamos “agronego-
cio” no es más que la lógica del neoliberalismo
No toda la actividad basada en la explotación aplicada al sector agrícola.
de recursos naturales responde a su lógica. Por David Harvey sostiene que en la etapa actual
más que en los datos estadísticos de la región del desarrollo del capitalismo mundial, carac-
se encuentren indiferenciados, es importante terizada por la difusión del neoliberalismo a
distinguirlos conceptualmente. A nosotros, que escala internacional, prevalece un proceso de
provenimos de la Argentina, nos resulta eviden- acumulación por desposesión opuesto a lo que
te que no toda actividad agrícola es “extracti- tradicionalmente constituía el proceso de acu-
va”. Por un lado existe la “agricultura de proce- mulación expansiva de capital (Harvey, 2004).
sos o alimentos”; por el otro, el “agronegocio”, Para Harvey, este proceso involucra
que sí es una actividad extractiva al igual que la
1044 Estudios rurales y movimientos sociales. Miradas desde el Sur

[…] la mercantilización y privatización de la tie- –– significan actividades con alto consumo de


rra; la expulsión forzosa de las poblaciones cam- recursos que no son reproducibles, como
pesinas; la conversión de diversas formas de de- por ejemplo el agua;
rechos de propiedad —común, colectiva, estatal,
etcétera— en derechos de propiedad exclusivos;
–– se remiten a escalas de producción mucho
la supresión del derecho a los bienes comunes; la mayores que las tradicionales desplazando
transformación de la fuerza de trabajo en mercan- multiplicidad de actividades preexistentes;
cías y la supresión de formas de producción y con- –– utilizan “tecnologías de punta”;
sumo alternativos; Los procesos coloniales, neo-
–– se hallan localizadas territorialmente porque
coloniales e imperiales de apropiación de activos,
dependen de la existencia y la persistencia
incluyendo los recursos naturales… El Estado,
con su monopolio de la violencia y sus definicio- de determinados recursos naturales;
nes de legalidad, juega un rol crucial al respaldar y –– fueron impulsadas en el marco del neolibera-
promover estos procesos. (Ibídem: 113) lismo económico difundido a escala mundial;
–– son actividades que generan mucho valor
Si bien muchos de estos rasgos han formado de cambio, grandes rentabilidades para al-
siempre parte de la geografía del capitalismo, en gunos agentes económicos, pero muy poco
la actualidad han aparecido mecanismos com- valor de uso para la comunidad;
pletamente nuevos de acumulación por despo-
–– se vinculan con el interés de grandes corpo-
sesión como “[…] la biopiratería, el pillaje del
raciones que las impulsan y que controlan
stock mundial de recursos genéticos en benefi-
sectores clave del espacio económico en el
cio de unas pocas grandes empresas multinacio-
que operan;
nales, la depredación de los bienes ambientales
globales (tierra, aire, agua) y la proliferación de –– desplazan masivamente tanto a trabajadores
la degradación ambiental, que impide cualquier rurales, al campesinado, a la agroindustria en
cosa menos los modos capital-intensivos de pro- general, como a pobladores circundantes;
ducción agrícola” (Harvey, 2004: 114). –– se orientan fundamentalmente hacia las ex-
El siguiente es un listado de características portaciones, con lo cual no contribuyen a
del modelo extractivista que hemos elaborado resolver necesidades internas;
con Miguel Teubal (Giarracca y Teubal, 2010):
Tres paradojas para repensar la política 1045

–– son altamente conflictivas respecto de las sos “escasos” frente a una demanda creciente
tradicionales actividades existentes en las a nivel mundial constituye un ítem fundamen-
distintas regiones: agricultura, ganadería, tu- tal que determina la rentabilidad de dichas
rismo, cultivos industriales; actividades. Sin embargo, la alta rentabilidad
–– no son esenciales para la vida de las comu- generada por la actividad minera no puede ser
nidades, o del mundo en general. Podemos la única dimensión considerada en los análisis
vivir sin oro y también sin soja, pero no po- sobre la cuestión. También deben tenerse en
demos vivir sin agua ni alimentos; cuenta una serie de “costos” involucrados en
la producción que no se tienen en cuenta en el
–– están generalmente relacionadas con la ge-
precio final: sociales, económicos, culturales,
neración y apropiación de rentas de los re-
medioambientales, y sobre la salud humana.
cursos naturales.
Son costos que los economistas denominan
eufemísticamente “deseconomías externas”
(economías externas a las empresas involucra-
Modelo extractivo exportador das en la producción).
Definidas las actividades extractivas desde
La gran rentabilidad de la actividad extractiva su lógica económica, asumiremos que la mayo-
tiene tanto que ver con sus tasas de ganancia ría de los países productores de alimentos es-
como con las “rentas diferenciales a esca- tán virando hacia los “agronegocios”. Cuando
la mundial” apropiadas por las empresas del se analizan las modificaciones de los porcen-
sector. Se trata de actividades que son renta- tajes de exportaciones del sector primario, se
bles no solo porque sus costos internos son observa la presencia de un indicador adecua-
relativamente bajos, sino también porque ac- do para comprender lo que está ocurriendo en
tualmente existe una tendencia alcista en los América Latina. Nuestra experiencia nos dice
precios internacionales de los commodities que gran parte de la agricultura está bajo la ló-
de exportación. La valorización de esas rentas gica del “agronegocio”, sobre todo la de expor-
se realiza en el mercado mundial y, en conse- tación en la Argentina, Uruguay, Brasil, Chile,
cuencia, se relacionan con estos precios inter- Ecuador, Bolivia, México, Guatemala…
nacionales en alza. La disponibilidad de recur-
1046 Estudios rurales y movimientos sociales. Miradas desde el Sur

Cuadro N° 1
Exportaciones de productos primarios según su participación en el total
(porcentaje del valor total de las exportaciones FOB de bienes)

2001 2002 2003 2004 2005 2006 2007 2008 2009


Argentina 67,4 69,5 72,2 71,2 69,2 69,2 69,1 69,2 68,0
Bolivia 79,4 84,2 83,9 86,7 89,4 89,8 91,9 92,8 92,9
Brasil 46,0 47,4 48,5 47,0 47,3 49,5 51,7 55,4 60,9
Chile 82,2 83,2 83,8 86,8 86,3 89,0 89,6 88,0 88,2
Colombia 60,6 62,2 65,7 62,9 65,3 64,4 60,8 68,5 72,6
Ecuador 88,1 89,7 88,0 90,7 91,0 90,4 91,3 91,7 90,9
México 14,9 15,7 18,6 20,2 23,0 24,2 25,0 27,1 24,9
Perú 81,4 83,0 83,0 83,1 85,3 88,0 88,6 86,6 87,8
Uruguay 58,4 63,7 66,3 68,4 68,5 68,7 68,9 71,3 74,8
Venezuela 88,8 86,2 87,3 86,9 90,6 92,7 — — —
Mercosur (con Bolivia y Chile) 58,6 59,6 60,7 60,5 60,2 63,1 64,8 65,9 68,4
Total 41,1 41,4 44,5 46,6 50,1 52,8 49,7 52,7 52,9

Fuente: CEPAL, Informe Económico 2009 y 2011.

En el cuadro se observa el peso cada vez mayor pero el ritmo de crecimiento de la actividad mi-
que adquieren las exportaciones primarias en nera actual y el peso de la de metales como el
América Latina: 52,9% en 2009; los altos porcen- oro sorprende cualquier estimación. Eduardo
tajes de países como Bolivia, Ecuador, Chile y Gudynas estima que la producción de aluminio
el significativo aumento en el país más desarro- se duplicará para 2013, y se triplicará la de co-
llado industrialmente de la región: Brasil. Este bre, expandiendo la actividad minera. Con res-
país fue tradicionalmente minero debido a que pecto a Brasil, además del agronegocio sojero
la producción de aluminio, por ejemplo, era y el aluminio, existe una cuantiosa inversión
insumo a su creciente producción industrial; para la construcción de usinas hidroeléctricas
Tres paradojas para repensar la política 1047

altamente depredatorias. El país menos repri- servicios públicos (teléfono, electricidad, gas,
marizado en sus exportaciones es México, otro etcétera) durante la década del noventa con
de los países industrializados. El aumento en subsidios que se llevaron gran parte de los in-
las cifras de exportación basadas en productos gresos fiscales de la Nación.
primarios muestra una tendencia errática. La presidenta Cristina Kirchner insiste en
Párrafo aparte merece la Argentina, país que que el país se está industrializando, incorpo-
se conforma como nación en base a un capita- rando conocimiento que proviene del sistema
lismo agroexportador, que luego fue cumplien- científico nacional y que este proceso ha lleva-
do etapas de industrialización con un fuerte do a que la Argentina sea el único país de Amé-
anclaje en la agroindustria. La política de Esta- rica Latina que ha bajado la “reprimarización”
do actual es la actividad extractiva. Se supone en el componente de exportación. En uno de
que de allí saldrán los recursos para mantener los tantos discursos públicos sostuvo:
una posición hegemónica frente a una socie-
dad con una larga tradición de protestas y re- Yo los invito a recorrer los números del comercio
clamos por sus derechos de participación en la exterior de las últimas décadas. […] Ustedes lo
riqueza nacional. Los recursos naturales bajo la saben: hemos logrado un nivel de exportaciones
gestión de las provincias y no de la nación, pro- como hacía décadas que no lo lográbamos. Como
si esto fuera poco, de acuerdo a informes de la
ducto de una modificación de la Constitución
CEPAL, somos el único país en Latinoamérica
Nacional en 1994, habilitó a los gobernadores a
que no ha reprimarizado sus exportaciones, sino
generar negocios con las empresas extranjeras que —por el contrario— ha logrado una mayor
desconociendo los reclamos de las poblacio- participación en las exportaciones de las manu-
nes. La desindustrialización que comenzó en facturas de origen industrial. (Fernández de Kir-
la época de la dictadura militar 1976-1983 fue chner, 2011)
preparando el terreno para este modelo econó-
mico basado en producciones primarias y fue Si observamos el cuadro, en efecto, durante
introduciendo en el país a las transnacionales 2009, año de gran sequía y de profundización
de la importancia y conflictividad de Monsanto de la crisis internacional, baja un punto el valor
o Barrick Gold, poco después de que se priva- de las exportaciones primarias y seguramen-
tizaron las compañías nacionales y estatales de te aumenta un punto el resto (entre las que se
1048 Estudios rurales y movimientos sociales. Miradas desde el Sur

encuentran las exportaciones industriales). en cuenta las proyecciones del aumento del
Es una coyuntura que de ningún modo marca “agronegocio” del Programa Estratégico Agro-
una tendencia. Las estimaciones en base a los alimentario para 2020 y el dinamismo que los
datos de la CEPAL para 2010 muestran que las gobiernos provinciales y el nacional le impri-
exportaciones totales para ese año alcanzan men a la actividad minera, estas proporciones
68.500 millones de dólares mientras que para se mantendrán o incluso aumentarán.
2009 representaban 55.669 (recordemos que
fue el año de la sequía). También registra que
en 2010 las exportaciones de origen primario Las resistencias
aumentaron 55% con relación al año anterior
(mientras las de origen industrial aumentaron Podemos dividir a América Latina en tres gru-
24,6%). En consecuencia, si en el año 2009 los pos de países en base a la caracterización de
productos primarios representaban un 68% del los gobiernos que se convierten en condiciones
valor total de las exportaciones, en el año 2010 de posibilidad de los avances o retrocesos de
los productos primarios que alcanzaron el va- las resistencias. Algo así como lo que los espe-
lor de 57.875 millones de dólares representaría cialistas norteamericanos denominan “estruc-
una proporción mucho más alta que el 69% de tura de oportunidades políticas”.
2008 y de años anteriores en las exportaciones 1. Los países andinos con movimientos indí-
de origen primario. Es decir, no hemos perdido genas fuertes, pioneros en las luchas contra
la tendencia a la “reprimarización” sino que por el neoliberalismo y cuyos gobiernos tienen,
ahora la marcamos aún más; en parte debido al por un lado, un discurso apoyado en los
aumento de los precios internacionales de los principios de “buen vivir” y por el otro, pro-
commodities. En cuanto a las exportaciones fundizan las actividades extractivas: Ecua-
de productos industriales, aumentaron 24,6% dor y Bolivia.
pero allí lo que tiene peso real, según CEPAL, 2. Países con una “estructura de oportunida-
es la industrial automotriz y sus exportacio- des políticas” negativa, ya que sus gobiernos
nes a Brasil. Por lo menos en el nivel de las están en manos de grupos políticos cercanos
exportaciones, la deseada industrialización de a la filosofía que da origen a la devastación e
la Presidenta no se hace evidente; si tenemos
Tres paradojas para repensar la política 1049

imponen formas represivas explícitas: Méxi- y negociaciones, consiguieron un conjunto de


co, Colombia, Chile y, hasta hace poco, Perú. reivindicaciones, entre ellas el reconocimiento
3. Países de mayor pretensión capitalista mo- de los territorios de las comunidades indígenas.
dernizadora desde su propia historia con go- Víctor Toledo Llancaqueo (1992) tipifica cinco
biernos actuales que podemos caracterizar sentidos del polisémico concepto territorios
de “socialdemocracias” latinoamericanas: en las demandas indígenas: 1) territorio como
Uruguay, Brasil y la Argentina. jurisdicción que es una zona bajo control políti-
co de un colectivo indígena; 2) territorio como
los espacios geográficos de tierras a demarcar
No hemos mencionado a todos los países. To-
y/o restituir y titular en propiedad; 3) territorio
mamos aquellos que consideramos paradigmá-
como hábitat, como el conjunto sistémico para
ticos porque no pretendemos una clasificación
la existencia, según la definición del Convenio
exhaustiva sino un pantallazo de las distintas
169 de la OIT; 4) territorio como biodiversidad
maneras de emprender, profundizar y transmi-
y conocimientos indígenas sobre la naturaleza,
tir a las poblaciones el modelo extractivista o
y su expresión en derechos de propiedad inte-
de reprimarización. Por otro lado, lo que im-
lectual; y 5) espacialidad socialmente construi-
porta aquí es hacer visible el grado de resisten-
da, vinculada a la identidad colectiva que suele
cias de sus poblaciones.
denominarse etno-territorialidad. Concluye di-
ciendo que el reclamo de derechos territoriales
se refiere al conjunto de dimensiones que se
De la tierra a los territorios: los vinculan al derecho a la libre determinación.
países andinos (Ecuador y Bolivia) La CONAIE, con sus tempranas demandas y
resistencias frente a las políticas económicas
Ecuador marcó un acontecimiento de visibili-
neoliberales, fue atravesando por uno u otro
dad internacional cuando en 1990, cuatro años
sentido de territorio a lo largo de sus luchas.
después de haberse organizado la CONAIE
En 1994, los indígenas convocaron a una movi-
(Confederación de Nacionalidades Indígenas
lización que paralizó el país durante semanas.
del Ecuador), se produjeron los “levantamien-
Para Nina Pacari, abogada por entonces del
tos nacionales” que, mediante enfrentamientos
movimiento, la protesta se orientó en contra
1050 Estudios rurales y movimientos sociales. Miradas desde el Sur

de la Ley de Desarrollo Agrario, pieza clave do Palacios como presidente. Después de un


del plan de ajuste estructural generado por el corto período se llamó a elecciones. Ganador
entonces presidente Sixto Durán Ballén: la Ley de las elecciones fue el economista Rafael Co-
aprobada por el congreso eliminaba las tierras rrea, quien tomó una decisión audaz e irrupti-
comunales a favor de la agricultura empresa- va: no presentó candidatos al Congreso para
rial, además de otras medidas que favorecían a llamar inmediatamente a una Constituyente
los intereses de los grandes terratenientes. Se Social. Así comenzó una nueva etapa en Ecua-
ignoraba todo lo concerniente a los indígenas, dor, rica, contradictoria y difícil de interpretar.
campesinos y pequeños agricultores de Ecua- Bolivia es uno de los países de América La-
dor (Pacari, 1996; traducción propia). tina de mayores resistencias durante el siglo
Se trata de una etapa en la que los indíge- XX4. Luchas étnicas, campesinas, obreras, re-
nas preservan sus derechos como campesinos gionales y nacionales, cruzaron la historia de
agricultores frente al avance del “agronegocio” este país que nunca se resignó a los destinos
(nombre que dimos al neoliberalismo agrario que la geopolítica internacional le deparaba
en América Latina). Estas movilizaciones lo- como territorio de saqueos de sus recursos,
gran des-instituir gobiernos no solo neolibera- desde el Potosí colonial de socavones hasta el
les sino corruptos como los de Abdalá Buca- de las riquezas del subsuelo. El final de siglo y
ram (1996-1997) y Jamil Mahuad (1998-2000). los comienzos del nuevo milenio marcaron un
El movimiento indígena, junto con otras orga- punto de inflexión en las capacidades y movi-
nizaciones urbanas, apoyó al coronel Lucio Gu- lizaciones de viejos y nuevos actores sociales.
tiérrez (2003-2005), convencidos todos de que Para García Linera, la comunidad indígena,
llevaría sus reivindicaciones a medidas concre- campesina y Ayllu son la columna vertical ar-
tas de gobierno. Cuando esto no se produjo, ticuladora de otros grupos sociales y otros
apoyaron su destitución. Después de un corto modos locales de unificación. Más que un mo-
período de gobierno se produce un movimiento vimiento social, la cultura campesino-indígena
golpista civil llamado Rebelión de los Forajidos de Bolivia sería un movimiento societal, “una
que reclamaba la salida inmediata de Gutiérrez
del gobierno. El Congreso de Ecuador declaró
la vacancia presidencial y nombró a Luis Alfre- 4 Véase García Linera, 2004.
Tres paradojas para repensar la política 1051

sociedad entera que se traslada en el tiempo” saqueadoras del capitalismo boliviano fueron
(García Linera, 2004: 15). dos de los principales objetivos de la Consti-
Las exitosas luchas por recuperar el agua tuyente boliviana. Si bien la que se llevó a cabo
como bien público en Cochabamba (2000), las en Ecuador tuvo conflictos de menor intensi-
luchas por el gas en 2004, las insurrecciones, dad, las fuerzas transformadoras de los nuevos
marchas, numerosos levantamientos de las co- dispositivos políticos institucionales fueron li-
munidades andinas hacia la ciudad de El Alto mitando las aristas del antiguo país neoliberal,
que llevaron a la renuncia del gobierno de Car- racista y conservador. A pesar de las dificulta-
los Mesa, culmina en una salida institucional ab- des que tuvieron estos procesos despertaron
solutamente novedosa: el acceso al gobierno de entusiasmos en quienes seguimos y apoyamos
Bolivia de un frente de organizaciones políticas la transformación andina.
y sociales liderados por el aymara Evo Morales. Al respecto, Boaventura de Sousa Santos:
Tanto en Bolivia como en Ecuador se tran-
sita por una etapa institucional que en algún El sentido político de la refundación del Estado
sentido permitirá modificaciones importantes deriva del proyecto de país consagrado por la
desde el Estado a través de los debates de las Constitución. Cuando, por ejemplo las constitu-
Asambleas Constituyentes. Durante los pri- ciones de Ecuador y Bolivia consagran el princi-
pio del buen vivir (Sumak Kawsay o Suma Qa-
meros años del gobierno de Evo Morales, los
maña) como paradigma normativo de la ordena-
movimientos sociales mostraron una enorme
ción social y económica o cuando la Constitución
capacidad de propuestas y alternativas al or- de Ecuador consagra los derechos de la natura-
den vigente contra el que habían luchado du- leza entendida según la cosmovisión andina de
rante tantos años. El Pacto de Unidad entre la Pachamama, definen que el proyecto de país
organizaciones importantes marcó un hito en debe orientarse por caminos muy distintos de los
las negociaciones dentro del proceso de debate que conducirán a las economías capitalistas, de-
constituyente, que la derecha boliviana no ha- pendientes, extractivistas y agroexportadoras del
bía cejado de hostigar en su intento de parali- presente. (De Sousa Santos, 2010)
zarlo. La creación de un Estado Plurinacional
conjuntamente con los cambios en las rela- No obstante, en los últimos años no se produ-
ciones económicas opresoras, devastadoras y jeron avances importantes en el sentido de la
1052 Estudios rurales y movimientos sociales. Miradas desde el Sur

“cosmovisión andina”. Las luchas por los terri- transnacional petrolera Maxus-Repsol. La ini-
torios ancestrales continúan y se han intensifi- ciativa legislativa “Ley sobre la Pachamama”,
cado tanto en Bolivia como en Ecuador, donde que propone el carácter vinculante del dere-
existe un fuerte debate interno producto de cho a la consulta previa sobre toda actividad
las tensiones que produce la continuidad (nos extractiva en sus territorios, fue presentada
atreveríamos a decir “la intensificación de la por las organizaciones indígenas de Bolivia a la
continuidad…”) de las políticas de corte ex- Asamblea Legislativa Plurinacional a mediados
tractivas. Uno de los temas que más conflictos de 2010 tras protagonizar una marcha desde la
generó dentro del bloque del partido de gobier- ciudad de El Alto hasta la plaza Murillo de La
no en la Asamblea Constituyente de Ecuador Paz. Otro ejemplo: el 24 de octubre de 2011,
fue el minero. En marzo de 2008, en pleno pro- después de 64 días de marcha sacrificada que
ceso constitucional, el Ministerio del Ambiente la policía y miembros del partido gobernante
eliminó la protección de los Bosques del Sur habían intentado impedir en varias oportunida-
del Ecuador dejando sin efecto la ley de protec- des, los indígenas de las Tierras Bajas y del Par-
ción que tenía treinta años de vigencia. Meses que Nacional Isiboro Sécure (TIPNIS) lograron
después se deroga el Reglamento de Consulta que el presidente Evo Morales promulgara la
y Participación vigente desde 2002 y el Regla- Ley de Protección del Territorio Indígena y Par-
mento del Artículo 28 de la Ley de Gestión que Nacional que impediría la construcción de
Ambiental sobre la participación ciudadana y una carretera que atravesaba los territorios de
consulta previa, vigente desde 2006. En su lu- los pobladores. El TIPNIS es una zona muy ais-
gar se dictó el Decreto Ejecutivo N° 1040 para lada y protegida, cuya autonomía era recono-
favorecer la entrega de permisos rápidos a las cida desde la década del noventa. El conflicto
empresas mineras. del TIPNIS es complejo. El Gobierno defendía
La comunidad guaraní de Tentayapi, que ya la construcción de la carretera porque ayudaría
se había opuesto con éxito a la exploración a la integración de las diferentes comunidades
petrolera en 2003, demandó en julio de 2011 el y les daría las facilidades necesarias para mejo-
respaldo de los pueblos indígenas del mundo y rar la salud, la educación y el comercio de sus
de los cuerpos especializados de la ONU para productos. Pero también es cierto que la carre-
afrontar el conflicto en ciernes con la empresa tera abriría la puerta a numerosos proyectos
Tres paradojas para repensar la política 1053

extractivos, que traerían consecuencias socia- Colombia el conflicto generado por el narco-
les y ambientales negativas (de Brasil y empre- tráfico con sus enfrentamientos con el Estado
sas asociadas) y que, por otro lado, el gobierno complica y dificulta la gestación de resistencias.
intentó recortar la autonomía del territorio sin En materia agrícola, México siguió al pie de
consultar a las poblaciones indígenas involu- la letra los mandatos de los organismos inter-
cradas. En ese sentido, la ceguera del gobierno, nacionales de crédito durante los años ochen-
luego del antecedente del gasolinazo (diciem- ta y noventa. Empezó a entregar sus recursos
bre de 2010), revela un proceso de construc- naturales poniendo en jaque la diversidad bio-
ción de la hegemonía poco democrática: no lógica; permitió la hibridación de la semilla
hay consulta a las organizaciones, y cuando del maíz sin las tensiones ideológicas que se
las hay, el gobierno busca tutelarlas. Luego de produjeron en la Argentina o Brasil en el nivel
una marcha de indígenas del TIPNIS a La Paz, institucional a pesar de importantes movimien-
apoyada por varias organizaciones indígenas y tos y organizaciones ambientalistas radicados
ambientalistas, y después de un oscuro hecho en el país. El Observatorio Latinoamericano
de represión, el gobierno de Evo Morales retro- de Geopolítica dirigido por la mexicana Ana
cedió en sus propósitos, aun si no está del todo Esther Ceceña es una excelente plataforma
claro cuál será la resolución final del conflicto. desde donde seguir los corredores de infraes-
Pero la guerra de los hidrocarburos de Bolivia tructura, saqueos, militarización y represión de
no ha concluido. los últimos años sobre el mapa geopolítico del
continente5. El período actual de luchas campe-
sinas e indígenas por sus territorios es intenso,
Disputas en las peores condiciones violento y continuo. Los conflictos generados
políticas: México, Colombia, Perú por las empresas megamineras y la biopiratería
y Chile de los laboratorios internacionales con el con-
secuente despojo de la biodiversidad aparecen,
En estos países las políticas neoliberales de cor- muchas veces, como contiendas entre comuni-
te extractivista se ponen en marcha sin ningún
tipo de tensiones o críticas internas. En todos
ellos la represión va en aumento. En México y 5 Véase <http://www.geopolitica.ws/>.
1054 Estudios rurales y movimientos sociales. Miradas desde el Sur

dades indígenas, durante décadas atravesadas dia, Italia, Bélgica y Alemania. Allí mueren ase-
por el clientelismo político. Chiapas y Oaxaca sinados un periodista finlandés y una importan-
no pueden soslayarse como centros importan- te luchadora contra la actividad minera: Betty
tísimos de irradiación de resistencias; perma- Cariño Trujillo. Podríamos enumerar muchas
nentemente son víctimas consuetudinarias de otras resistencias en Mitzitón (Chiapas, 2010),
fuertes represiones. En 2009, distintas comuni- Oaxaca, Atenco, Tila, San Sebastián Bachajón,
dades y organizaciones indígenas del Estado de San Luis Potosí, Tuxtla Gutiérrez, para demos-
Chiapas emprendieron acciones para defender trar la férrea voluntad de estos pueblos por la
y reivindicar su derecho al territorio, a la pro- defensa de sus territorios.
tección y al cuidado de sus recursos naturales Es necesario destacar, por último, que en el
y a la protección del patrimonio, factores que México actual la lucha por la tierra se caracte-
conforman su identidad como pueblos origina- riza por la continua intervención del Gobierno
rios. El 27 de abril de 2010, por ejemplo, fuerzas y de los partidos políticos para promover y es-
parapoliciales atacaron una misión civil huma- timular enfrentamientos entre distintos grupos
nitaria que se dirigía a la Agencia Municipal de campesinos e indígenas; con este método se
San Juan Copala, Oaxaca, sitiada justamente en socavan las bases de solidaridad de las comu-
su lucha por la autonomía territorial frente al nidades. Un significativo abogado de las comu-
gobierno del Estado. En esa misión de paz, ci- nidades de Oaxaca advierte que “la tierra da
vil, pacífica, había defensores de derechos hu- muchos votos y las comunidades terminan li-
manos, observadores civiles y periodistas, del diando, pero el problema de fondo no son ellos,
Colectivo VOCAL, el Centro de Apoyo Comuni- sino los políticos” (Giarracca y Teubal, 2009).
tario Trabajando Unidos (CACTUS), la Red de Durante el segundo gobierno de Alan García
Radios y Comunicadores Indígenas del Sureste (2006-2011), de estricto corte neoliberal, las
Mexicano, Maestras y Maestros de la Sección poblaciones de Perú sufrieron despojos mucho
22, concejales de la Asamblea Popular de los más cruentos que en etapas anteriores. En julio
Pueblos de Oaxaca (APPO) y reporteros de la de 2007 el gobierno promulgó el Decreto Legis-
revista Contralínea, todos acompañados por lativo N° 982 que dispone la inimputabilidad de
una caravana de observadores internacionales los militares y policías que maten a personas
de derechos humanos provenientes de Finlan- empleando sus armas reglamentarias y en cum-
Tres paradojas para repensar la política 1055

plimiento de su deber. El reciente acceso del Temiendo que los proyectos mineros contami-
nuevo presidente Ollanta Humala ha generado nen sus tierras y fuentes locales de agua, las
no pocas expectativas de acercamiento al esti- comunidades han tratado de bloquearlos y han
lo de los gobiernos de Ecuador y Bolivia. Hoy expresado frustración por la ausencia de mejo-
por hoy, el conflicto minero ocupa el centro de ras en su calidad de vida, pese a las tremendas
la escena de la resistencia peruana: el proyecto ganancias generadas por las compañías mine-
de la minera Yanacocha continúa como epicen- ras que operan en su vecindad. 40% de la pobla-
tro de conflictos. Un caso paradigmático del ción peruana vive en la pobreza; en la región
período de Alan García fue, sin dudas, el del andina las tasas de pobreza superan el 70%. El
pueblo amazónico de Bagua donde se produjo reporte de conflictos sociales de la Defensoría
un violento enfrentamiento entre pueblos indí- del Pueblo, entidad del gobierno peruano, dio
genas y fuerzas de seguridad en junio de 2009. a conocer a mediados de 2009 una lista de 91
Los conflictos ocurrieron al cabo de un mes de conflictos activos alrededor de operaciones mi-
protestas de pueblos indígenas contra decre- neras ubicadas a lo largo del país. Estos datos
tos promulgados por el gobierno cuyo objetivo podrían duplicarse si se hiciera un reporte de
era facilitar la implementación del tratado de la situación actual (Snack, 2009). Precisamen-
libre comercio con los Estados Unidos y abrir te en el país que se realizó la primera consulta
la Amazonía a la actividad minera, hidrocarbu- vecinal del continente contra la instalación de
rífera e hidroeléctrica. El gobierno derogó los una minera (de origen canadiense), los conflic-
decretos N° 1090 y 1064 después de uno de los tos se multiplican día a día.
peores episodios de violencia de los últimos En Colombia, dada la heterogeneidad de las
tiempos. En Perú se concentra la mayor canti- problemáticas que se arrastran desde mucho
dad de grandes empresas mineras del mundo. tiempo atrás, la situación de los últimos años
El gran aumento de la actividad minera desde es sumamente complicada. Ante el avance mi-
el gobierno de Fujimori fue acompañado por el nero y la expansión del agronegocio (Colombia
incremento de conflictos y violencia alrededor es uno de los mayores productores continen-
de operaciones mineras a gran escala, princi- tales de biodiesel a partir de la palma africa-
palmente ubicados en la zona rural andina ca- na) las comunidades negras del Pacífico y los
racterizada por sus altos niveles de pobreza. pueblos indígenas ven su supervivencia seria-
1056 Estudios rurales y movimientos sociales. Miradas desde el Sur

mente amenazada. La propia Corte Constitu- bia se encuentran en tierras ancestrales de co-
cional colombiana declaró en 2010 al Pueblo munidades indígenas y afrodescendientes.
Embera en grave peligro de desplazamiento y El cerro Jaicatuma (“Filo de los espíritus” en
desintegración y en emergencia junto a otros lengua Embera) también conocido como Cara
34 pueblos indígenas de todo el país. Campe- de Perro, está ubicado en las selvas del Medio
sinos, indígenas y población afrodescendiente Atrato, zona decretada como Reserva Fores-
son asesinados, amenazados, torturados, inti- tal por el gobierno colombiano desde 1959. El
midados o desplazados al defender su existen- territorio llamado Río Murindó es uno de los
cia y sus territorios frente al saqueo de los re- mayores resguardos indígenas en Colombia,
cursos naturales. La “guerra” colombiana está y pertenece legalmente a varias comunidades
focalizada, tal como han denunciado las orga- locales indígenas y afrocolombianas. El área
nizaciones indígenas del Cauca, justamente en también fue concesionada a la compañía nor-
las regiones donde las multinacionales esperan teamericana Muriel Mining Corporation en
conseguir jugosas ganancias. enero de 2009 resguardada por un batallón del
El proyecto minero Mandé Norte/Murindó Ejército Nacional.
de la empresa minera norteamericana Muriel Uno de los mayores flagelos colombianos es
Mining Corporation constituye un caso para- el continuo desplazamiento de pobladores cuan-
digmático por encontrarse dentro de un terri- do mantienen su hábitat en zonas propicias para
torio indígena y en medio de una de las últimas el agronegocio, la explotación minera o hidro-
selvas tropicales del planeta. En la madrugada carburífera. En términos económicos, el despla-
del 30 de enero de 2010, la comunidad de Alto zamiento oculta un fenómeno de consecuencias
Guayabal en el Resguardo Uradá Jiguamiandó atroces que pasa inadvertido: hoy existen 4,5 mi-
fue bombardeada por el ejército resultando he- llones de colombianos desplazados. El impacto
ridos varios miembros de una misma familia; de este crimen sobre la economía campesina
tras estos hechos se escondía la velada inten- se traduce en desabastecimiento de productos
ción de desplazar a los indígenas de su territo- agrícolas en el mercado local, a tal punto que
rio para dejar vía libre a la minería. Según las una parte importante de la canasta básica de
organizaciones indígenas de Colombia, el 65% alimentos se completa con las importaciones de
de las concesiones mineras vigentes en Colom- granos, hortalizas y cereales de otros países.
Tres paradojas para repensar la política 1057

En Chile, largos años de aplicación de Infinidad de conflictos se extienden por to-


políticas neoliberales provocaron una gran das las regiones que conforman la República
devastación de los recursos naturales: la dis- Chilena, en algunas predominan la actividad
minución de los volúmenes de captura en la minera con empresas canadienses y norteame-
pesca y la destrucción del bosque nativo (una ricanas que concentran la utilización de aguas,
constante desde la conquista). La actividad recurso escaso en todo el país. En la localidad
frutícola, con manejo intensivo de fertilizan- de Quebrada Blanca, al sureste de Iquique,
tes y plaguicidas peligrosos para la salud, donde los vecinos denunciaron la filtración de
generó una alta incidencia en la contamina- aguas contaminadas por la minera canadiense
ción de los recursos acuíferos. Lo mismo se Teca, el escaso recurso hídrico está destinado,
produjo por la actividad minera que afectó di- casi en su totalidad, a las mineras Doña Inés de
rectamente la calidad de vida de la población. Collahuasi SCM, BHP Billiton.
Una serie de legislaciones de corte represivo Como en Brasil, las termoeléctricas y las
limitó la intensidad de conflictos, tal vez el empresas hidroeléctricas generan fuertes ten-
ejemplo más importante sean los mapuches siones y problemas por la localización de po-
encarcelados y con fuertes violaciones de de- blaciones, inundaciones de regiones enteras
rechos de todo tipo. y modificación del ecosistema. Durante 2009,
Existen mapas en diversas páginas de orga- por ejemplo, una fuga de agua y vapor de más
nizaciones no gubernamentales que dan cuenta de 60 metros, provocada por sondajes de la
de los principales conflictos que involucran a empresa Geotérmica del Norte en la Región de
empresas termoeléctricas, carboneras, mine- Atacama, originó un daño ambiental considera-
ras, forestales, celulosas, vertederos, plantas ble y se logró el retiro de sus instalaciones del
químicas de tratamiento de aguas, salmoneras, lugar después de numerosas acciones de las
represas hidroeléctricas, entre otras; todos los poblaciones vecinas.
conflictos evidencian graves consecuencias Un párrafo aparte amerita el emprendimien-
sociales con gran impacto ambiental. Como en to binacional argentino-chileno de la empresa
toda América Latina, responsables fundamen- canadiense Barrick Gold: el proyecto Pascua-
tales son las corporaciones en complicidad con Lama, una explotación que usa cianuro para
el Estado en sus diversos niveles. separar la piedra del metal precioso, proce-
1058 Estudios rurales y movimientos sociales. Miradas desde el Sur

dimiento que implica un serio peligro de con- resto de América Latina. Por eso es que pos-
taminación de las aguas del Valle del Huasco. turas críticas a la modernidad y al desarrollo
La minera Pascua-Lama fue denunciada por son difíciles de anclar en ambos países. Polí-
numerosas organizaciones ambientalistas en ticos, periodistas, intelectuales aspiran a ser
diferentes ámbitos nacionales e internaciona- “modernos”, los pensamientos alternativos del
les. Entre los tantos informes y peritajes que siglo XXI (los de fuertes raíces andinas como el
revelaron la depredación ambiental de la mine- “buen vivir” o los que postulan el derecho de la
ra, uno de los más importantes es el de Green- naturaleza) son difíciles de introducir no solo
peace Argentina titulado “Barrick: minería res- en sus clases dirigentes sino en la academia, en
ponsable de destruir los glaciares” publicado el periodismo, y sobre todo, en las generacio-
en julio de 20116. nes mayores de 45 años.
Las tradiciones progresistas gubernamenta-
les siempre fueron desarrollistas; lo que ocu-
Brasil y Argentina: rriera con las poblaciones subalternas, fueran
“modelo sin tensiones” obreras, campesinas, indígenas o afrodescen-
dientes, se arreglaría con un buen excedente
Brasil y la Argentina siempre aspiraron a un manejado por el Estado de manera adecuada.
fuerte desarrollo. En ambos, la filosofía posi- Muchas veces dieron muestra de que tal cosa
tivista de comienzos del siglo XX caló hondo era posible con gobiernos desarrollistas y sin
y aún con diferencias muy fuertes en sus his- grandes niveles de corrupción; en la actuali-
torias, poblaciones, territorios, cada uno a su dad, esa creencia vuelve con fuerza a la agenda
estilo apostaron por la modernidad y el desa- pública. Millones de personas han entrado al
rrollo. Son países que creen poder desarrollar- consumo a partir del desarrollo actual; Brasil
se en el mismo nivel de los países centrales; se vislumbra como uno de los países con mayor
con frecuencia, esa convicción los separó del capacidad de liderazgo capitalista de la región.
Así como las críticas al desarrollo extractivo
o al simple desarrollo capitalista son frecuen-
tes en Ecuador y Bolivia (pensemos por ejem-
6 Véase <http://www.greenpeace.org/ argentina/es/
informes/barrica-responsable/>. plo en las publicaciones emanadas de la Canci-
Tres paradojas para repensar la política 1059

llería Boliviana o muchos de los funcionarios fuerte que la de la Argentina; desde su indepen-
de segunda y tercera línea de Ecuador), en Bra- dencia, en Brasil se formó una clase dirigente
sil y en la Argentina, por el contrario, la discu- estable que interpretó sus intereses privados
sión no está presente en los espacios estatales. como parte del interés del Estado. Frente a
Tampoco circula entre los intelectuales. Es por una promesa del Estado se genera la confianza
eso que el modelo extractivo se expande con de que un cambio es posible si cuenta con la
ahogadas voces críticas y gritos desesperados paciencia de la ciudadanía para que los funcio-
de las poblaciones que habitan esos territorios. narios lleven a cabo sin escollos sus políticas.
Sin embargo, los conflictos emanados del El caso más ilustrativo fue la autorización del
modelo extractivo existen, se registran y tie- gobierno de Lula del uso de organismos gené-
nen consecuencias también para el Estado. El ticamente modificados en el cultivo de soja
hecho de que una ecologista como Marina Silva luego de que un “Brasil libre de transgénicos”
haya obtenido el 20% de los votos a la presiden- fuera uno de los slogans centrales de la cam-
cia en Brasil en los mismos comicios que lleva- paña política que lo llevó a la presidencia. Solo
ron a Dilma Rousseff a la presidencia, indica así se explica la sorprendente ausencia de re-
que unos cuantos millones no están de acuerdo acción del Movimiento de los Sin Tierra (MST)
con el tratamiento las políticas que destruyen frente a la medida.
la rica biodiversidad, tal vez única, del gran Bajo el gobierno del Partido de los Traba-
país de Sudamérica. En la Argentina el tema jadores de Lula da Silva hubo menos asenta-
ha llegado al Congreso de la nación recién en mientos campesinos que bajo el gobierno del
2009. Existen numerosas “audiencias públicas” neoliberal Fernando Henrique Cardoso; hecho
e incluso se logró sancionar una Ley de Protec- que investigadores y funcionarios explican en
ción a los Glaciares, inmediatamente objetada función de la creciente obra de infraestructura
legalmente por las provincias mineras. realizada por el gobierno de Lula en los asen-
Si bien los dos países se asemejan en estas tamientos ya existentes. Sin embargo, llama la
marcas positivistas y desarrollistas, existen atención que desde el MST hubiera bajo el go-
diferencias en el tipo de resistencias, luchas bierno de Lula menos confrontación con la tra-
y protestas que se llevan a cabo. Brasil es un dicional concentración de la tierra por parte de
país con una tradición “institucionalista” más grandes empresas o terratenientes (Giarracca y
1060 Estudios rurales y movimientos sociales. Miradas desde el Sur

Teubal, 2009). Acaso la vitalidad de la protesta de vida” de mejoramiento integral. Se organi-


y de la resistencia en Brasil ya no se encuentren zan en asambleas de autoconvocados y su lu-
en el sector campesino, sino en las poblaciones cha por la integridad de los cerros y el libre
víctimas de las grandes represas hidroeléctri- acceso al agua es constante y progresivo. En
cas como ocurre con la central de Belo Monte, varias provincias se lograron leyes que prohí-
en el río Xingú, en el occidental Estado de Mato ben la minería a cielo abierto o la minería con
Grosso, o en varias de Río Grande do Sul. La usos de productos tóxicos; lamentablemente,
construcción de la represa de Belo Monte fue estas leyes, a pesar de ser sancionadas y estar
varias veces postergada debido a la oposición en vigencia, son permanentemente desbarata-
de movimientos sociales. Pasa lo mismo con das por el lobby político-empresario. En este
las hidroeléctricas de Madeira y Tocatins exigi- sentido, las comunidades indígenas litigan con
das por los sojeros. La cantidad de familias in- un dispositivo legal más amplio para defender
volucradas en las obras de las grandes represas sus territorios: leyes internacionales les permi-
se acerca al millón de ciudadanos; así como sus ten elevar sus reclamos en organismos inter-
resistencias son dignas de admiración y regis- nacionales. No obstante, la lucha es desigual.
tro, no se puede negar que las perspectivas de Numerosos asesinatos de integrantes de esas
trabajo, aunque sean temporales, sirven siem- comunidades y millones de hectáreas de pérdi-
pre como un tamiz de la protesta. da de territorio lo demuestran. Pero las comu-
En cuanto a la Argentina, un país eter- nidades siguen resistiendo al modo indígena,
namente desilusionado de las instituciones con paciencia, con una gran firmeza cuando
gubernamentales, los movimientos de resis- están organizados. Algunas organizaciones
tencias al modelo extractivo mantienen una sociales de campesinos se acercan al Estado
distancia prudencial con el Estado a quien y a los funcionarios del área de agricultura
involucran, con justicia, en la devastación y participando en programas estatales en un do-
la contaminación. La lucha contra la minería ble juego gubernamental que, por un lado ha-
abarca comunidades indígenas, campesinas y bilita a los inversores a que les arrebaten los
poblaciones cordilleranas. Estas últimas son territorios y, por otro, los hacen partícipes de
las más desprotegidas legalmente ya que de- planes sociales y de otro tipo de apoyos para
fienden territorios simbólicos y una “política que se sientan incluidos. El peligro de integrar
Tres paradojas para repensar la política 1061

una resistencia tolerada por la institucionali- generalizada. Esto explica por qué las postu-
dad depende más de los “cuadros medios” que ras más críticas al cultivo de la soja provengan
acompañan a los campesinos (agrónomos, más de sectores intelectuales o académicos
activistas, etcétera, que viven en las zonas e que suman su voz a la lucha de los pueblos fu-
integran sus luchas), siempre más propensos migados en provincias como Santa Fe o Cór-
a recibir dádivas que las mismas bases campe- doba, centros de la producción sojera7. Aun
sinas. Sucede algo similar a la situación de la cuando la cantidad de conflictos sea amplia
dirigencia del Movimiento de Trabajadores Sin y en esas luchas se involucran intelectuales,
Tierra de Brasil. periodistas, sacerdotes, científicos, legislado-
El avance de la actividad extractiva en la res y (solo algunos) productores agrarios, el
Argentina multiplica los conflictos con po- poder de las corporaciones y su aparcería con
blaciones. Los pobladores no se resignan a los distintos niveles del Estado impiden lograr
entregar sus territorios, abandonarlos o cam- legislaciones que limiten estas actividades.
biar de vida. Los mapeos de conflictos de este Estas organizaciones aún no han podido arti-
tipo abundan; por más que existen en todo el cularse por la dificultad de encontrar sentidos
país, se concentran en provincias de muy baja articuladores permanentes dentro del orden
densidad democrática como La Rioja, Cata- de una nueva política. La relación de la re-
marca, Santiago del Estero, Salta, Jujuy, Neu- sistencia argentina con la lucha de los países
quén. La permanente expansión de la frontera andinos aún es muy débil; fiel a su pretendida
agrícola, con su consecuente intensificación tradición europea, la Argentina se resiste a la
del monocultivo de la soja, fue responsable aventura intelectual de ensayar pensamientos
de la deforestación y desertificación de miles alternativos al desarrollo occidental, a la mo-
de hectáreas. Téngase en cuenta que, de las 32 dernización y a la desmercantilización de la
millones de hectáreas sembradas en la Argen- vida (Giarracca, 2011).
tina, casi 20 millones pertenecen al sembradío
de soja. No obstante, oponerse al cultivo de la
soja transgénica o señalar el peligro que im-
plica el indiscriminado uso de su pesticida (el
7 Véase <www.ger-gemsal.org.ar> y <http://gepcydii-
glifosato) es casi una herejía para la opinión gg.sociales.uba.at/>.
1062 Estudios rurales y movimientos sociales. Miradas desde el Sur

Más allá de las paradojas el actual “Consenso de los Commodities” y su


paradójica redistribución del ingreso8.
Tres paradojas trasvasan la situación actual Es importante detenerse en los derroteros
de América Latina. La primera proviene de la de los movimientos sociales que, irrumpiendo
conjunción de dos conceptos tan antagónicos en la década del noventa con fuerza promi-
como subdesarrollo y abundancia: países ricos soria, se mantienen a la defensiva sin poder
en recursos naturales incapaces de reducir las avanzar en una lucha que, si bien es asimétrica,
significativas franjas de pobrezas de sus po- conlleva todo el potencial para despertar vo-
blaciones aun bajo el riesgo de dilapidar sus luntades mayoritarias en los distintos países.
recursos naturales. La segunda conjuga una Caben pocas dudas de que la delantera en pre-
modalidad política progresista, que por un lado sencia política la tienen los movimientos de los
esgrime un discurso de izquierda, con una tra- países andinos, hoy en una posición distinta a
dición desarrollista socialdemócrata y por el la década del noventa. Por entonces producían
otro no cuestiona el saqueo de los recursos na- una ofensiva contra los gobiernos neoliberales
turales, sino que lo integra como parte esencial a los cuales lograban desestabilizar y cambiar.
de las políticas de Estado. La tercera ofrece En la actualidad se deben mover entre el res-
un horizonte abierto: el de los movimientos, peto y el reconocimiento de los logros que re-
que hace más de una década hacían eclosión presentan los gobiernos de Rafael Correa y Evo
en sus luchas proponiendo nuevas formas de Morales en términos de reducción de pobreza
articulación social y ahora no logran reunirse e indigencia y las críticas a sus políticas de Es-
alrededor de consignas como aquella del “otro tado en relación con los recursos naturales.
mundo es posible” del Foro Social Mundial. A nuestro juicio, se trata de movimientos que
Una economía basada exclusivamente en la han aportado importantes novedades que sin
explotación de recursos naturales profundiza duda el viejo orden intenta restarle potencia-
el subdesarrollo y genera democracias de baja lidad como por ejemplo la declaración de los
calidad (Schuldt y Acosta, 2009). La segunda Derechos de la Naturaleza y el Buen Vivir. Aun-
situación paradojal marca la coexistencia y en-
trelazamiento entre una ideología neoliberal y 8 Véase el texto de Maristella Svampa en este mismo
un neodesarrollismo. Esta constelación genera volumen.
Tres paradojas para repensar la política 1063

que se trata de bienes culturales ancestrales de más allá del momento de los enfrentamientos
las comunidades, al discutirlos en el seno de concretos, buscar sentidos comunes entre su-
las asambleas constituyentes lograron, por un jetos tan diversos.
lado, darle un estatus jurídico que antes no te- Muchos de estos movimientos nacieron al-
nían; por el otro instalarlos dentro del discurso rededor del 19 y 20 de diciembre de 2001 bajo
del sentido común de una ciudadanía no siem- la consigna “que se vayan todos”. Eran rebe-
pre respetuosa de las cosmovisiones indígenas. liones que señalaban la falla en el sistema de
Situación distinta a la de Brasil y la Argentina, representación política, mostraba considera-
donde es muy difícil que los movimientos so- bles reservas con respecto a las instituciones
ciales se sientan identificados con las culturas de la democracia y decidía organizarse hori-
andinas ya que siempre se han pensado como zontalmente. Sin embargo, es imposible salir
parte de países europeizados, a pesar del peso de la trampa que impone este capitalismo sal-
indígena y africano en Brasil y la importante vaje a partir de la maquinaria económica y la
población indígena y criolla en la Argentina (el lógica estatal.
famoso “cabecita negra” del peronismo). En la El sistema de representación no cambió en
Argentina el mundo social en que se llevan a los países que habían despertado las esperan-
cabo este tipo de luchas es significativamente zas de un nuevo pacto fundante a través de la
heterogéneo: desde las comunidades indíge- modificación de sus constituciones (Bolivia,
nas (a quienes resuenan las ideas de los países Ecuador, Venezuela). El Estado y sus institu-
andinos), los campesinos de asentamientos re- ciones democráticas no son los actores ade-
cientes sin una historia de luchas como el resto cuados para llevar a cabo un cambio de rumbo
de la América Latina, poblaciones de sectores hacia el “buen vivir” andino o (para usar la poli-
medios cercanas a explotaciones mineras y, fi- sémica y holística idea andina), o para acceder
nalmente, una cantidad importante de activis- a un mundo “otro”, alternativo al que nos ofre-
tas agrupados en organizaciones sociales (no ce esta etapa devastadora del capitalismo glo-
siempre con el formato de ONG) de historias bal. La representación solo habilita la gestión
políticas propias y formaciones ideológicas en del Estado, que puede ser mejor o peor, más
las que predominan ideas emancipatorias del o menos corrupta. El Estado se subordina a la
liberalismo o del marxismo. No es tarea fácil, economía, conserva lo existente y se muestra
1064 Estudios rurales y movimientos sociales. Miradas desde el Sur

impotente frente a la transformación que recla- la de “presencia” en los espacios públicos de


man los nuevos sujetos9. acuerdo a nuestros propios deseos y límites;
Europa, frente a su propia crisis actual, sos- las transformaciones de adentro hacia fuera y
tiene “siempre más Estado, nunca menos”. ¿Es de abajo hacia arriba, etcétera no son más que
así para la América Latina donde los Estados ráfagas de aire nuevo que neutralizan en algún
muestran siempre su impotencia (o aparcería) sentido la fuerte carga cultural del neolibera-
frente a las grandes corporaciones del modelo lismo. Se podrá salir de la etapa maldita de la
extractivo? ¿No se necesitará otra lógica es- actividad extractiva, depredadora y devasta-
tatal capaz de darle a las poblaciones movili- dora de la naturaleza, mortificante de miles de
zadas de las bases su merecido lugar político poblaciones, desde un trabajo arduo a partir de
sin pretender articular verticalmente dichas los viejos Estados y de acuerdo a las posibili-
luchas en nombre de la “construcción hegemó- dades de cada país (de funcionarios y legisla-
nica”? A nuestro entender, si hay una región en dores conscientes de la situación) como desde
condiciones de implementar una nueva política la invención de una política que rompa con la
que se precie de tal por su potencial emancipa- matriz colonial de dominación y potencie las
tivo y radical, es la América Latina y para ello resistencias sociales para generar nuevos su-
hay que habilitar espacios para dejar emerger jetos capaces de articular estas luchas con las
las novedades que muchas poblaciones están muchas otras que se dan en estos mundos y
generando. Pensamientos fuertes como “buen sostener, apostar, a una nueva forma de pensar
vivir” (Sumak Kawsay) con la consiguiente la política, que es la base de otro modo de pen-
desmercantilización de la vida, democracia de sar la vida, la naturaleza y las relaciones entre
la tierra, derechos de la naturaleza, dispersión los seres humanos.
del poder, mandar obedeciendo, soberanía
alimentaria, la expansión de lo común (o la
comunalidad de los mexicanos); la insisten- Bibliografía
cia de cambiar la idea de “participación” por
Altvater, E. 2011 Los límites del desarrollo.
Acumulación, crecimiento y huella
9 Cfr. Cerdeiras, 2011. ecológica (Buenos Aires: Mardulce).
Tres paradojas para repensar la política 1065

Berman, M. 1988 Todo lo sólido se desvanece disputas por el territorio en América


en el aire (Madrid: Siglo XXI). Latina (Buenos Aires: Antropofagia).
De Sousa Santos, B. 2000 A crítica da Giarracca, N. y Teubal, M. 2010 “Disputas
razão indolente: contra o desperdício da por los territorios y recursos naturales:
experiência. Vol. 1: Para um novo senso el modelo extractivo” en Revista Alasru,
comum. A ciência, o direito e a política na Nueva Época (México DF) N° 5.
transição paradigmática (San Pablo: Cortez). Gudynas, E. 2005 “Geografías fragmentadas:
De Sousa Santos, B. 2006 Renovar la teoría sitios globalizados, áreas relegadas” en
crítica y reinventar la emancipación Revista del Sur (Montevideo) N° 160.
social: encuentros en Buenos Aires Harvey, D. 2004 “The New Imperialism:
(Buenos Aires: CLACSO). Accumulation by Dispossession” en The
De Sousa Santos, B. 2010 Refundar el Estado Socialist Register (Londres: Merlin Press).
(Buenos Aires: Antropofagia). Pacari, N. 1996 “Taking on the Neoliberal
Esteva, G. 2001 “Desarrollo” en Sachs, W. (ed.) Agenda” en NACLA. Report on the
Diccionario del desarrollo. Una guía del Americas, Vol. XXIX, N° 5, marzo/abril.
conocimiento como poder (México DF: Schuldt, J. y Acosta, A. 2009 “Petróleo,
Galileo). rentismo y subdesarrollo ¿una maldición
Fernández de Kirchner, C. 2011 “Discurso sin solución?” en Schuldt, J. et al.
del Cierre del Congreso Metalúrgico”, 4 de Extractivismo, política y sociedad (Quito:
agosto. CAAP / CLAES).
García Linera, Á. 2004 Sociología de los Snack, K. 2009 Conflictos mineros en el Perú:
movimientos sociales en Bolivia (La Paz: Condición crítica (Lima: Oxfam América).
Diakonia / Oxfam / Plural). Toledo Llancaqueo, V. 1992 “Utopía y
Giarracca, N. 2011 “El Bicentenario, miradas naturaleza. El nuevo movimiento
sobre la Argentina” en Giarracca, N. (comp.) ecológico de los campesinos e indígenas
Bicentenarios (otros), transiciones y de América Latina” en Nueva Sociedad
resistencias (Buenos Aires: Una Ventana). (Caracas) N° 122.
Giarracca, N. y Teubal, M. (coord.) 2009 La Zibechi, R. 2011 Política y miseria (Buenos
tierra es nuestra, tuya y de aquel… Las Aires: La Vaca).
Prólogo a Nosotros los indios
de Hugo Blanco*

E stamos frente a un libro que conmueve y


sorprende por muchas razones. Conmueve
por la posibilidad de conocer de modo directo
moderno” que es capaz de provocar los peo-
res sufrimientos en prisiones, enfrentamien-
tos, saqueos… Sorprende por la actualidad
las luchas de América/Abya Yala extendidas que adquieren esas luchas de los años sesenta
por múltiples tiempos y territorios. Conmue- en los contextos regionales e internacionales
ve porque las resistencias están narradas en actuales tan diferentes en algunos aspectos y
una forma simple y profunda; conmueve por tan cercanos en la continuidad del poder co-
lo que representa su autor, Hugo Blanco, para lonial y depredador. Sorprende y conmueve la
muchas generaciones de luchadores; por su in- posibilidad de seguir los derroteros de aquel
menso afecto por la selva y por la Pachamama; estudiante de Agronomía que en estas tierras
por el privilegio de convertirnos en testigos argentinas se convierte en un militante políti-
del intercambio epistolar entre el protagonista co tenaz e íntegro hasta llegar a este presente
y José María Arguedas en los últimos momen- de madurez y compromiso.
tos trágicos de la vida del escritor. Conmueve Por eso un primer interrogante que nos po-
por constatar una vez más los infinitos sufri- demos formular como consecuencia de la lec-
mientos que el orden colonial infligió e inflige tura de Nosotros los indios, expresa qué une
a vastas poblaciones; sorprende por el grado los tiempos y las luchas del joven Hugo Blanco
de empobrecimiento subjetivo del “hombre con las actuales. O, dicho de otro modo, qué
nos otorgan sus reflexiones para pensar las lu-
* Giarracca, N. 2010 “Prólogo” en Blanco, H. Noso- chas de hoy. Nos otorga su escritura como un
tros los indios (Buenos Aires: Herramienta / La Minga). legado de quien reflexiona sobre su propia vida
1068 Estudios rurales y movimientos sociales. Miradas desde el Sur

y la transmite como experiencia militante a las “espacio de no dominación”, atravesaba tiem-


generaciones posteriores. pos y territorios, influía en revoluciones y rebe-
Hugo Blanco es “un sujeto social rebelde”, liones, partidos de izquierda europeos, batallas
que pudo sentir las injusticias, las injurias, la de liberaciones nacionales. Finalmente, como
tragedia colonial de sus hermanos indígenas construcción histórica se agotó porque, a mi
en su propio cuerpo y generar ese “nosotros” juicio, cayó en la trampa que la “modernidad”
que da título a este libro. Fue un dirigente cam- le tendió: el “desarrollo”, “la modernización”,
pesino con reconocimiento internacional en “la tecnociencia”; es decir el predominio de la
épocas en que muchos hombres y mujeres po- regulación social frente a sus raíces libertarias.
dían sentirse irreductiblemente rebeldes pues El agotamiento de los pilares de la moder-
había un futuro posible; es decir, había certe- nidad socavó la emancipación para quedarse
zas en las teorías emancipadoras y ejemplos con la pura regulación, con el puro control
históricos para constatarlas. Los debates de social. Pero la potencia de ese pensamiento
los pensadores y militantes de la Revolución decimonónico que prefiguraba un espacio de
de Octubre, el monumental emprendimiento “no dominación”, que fue capaz de articular las
de la China de Mao Tse Tung, el voluntarismo luchas obreras europeas con las campesinas e
infinito de Sierra Maestra o los movimientos indígenas de América Latina o las de liberación
de liberación de África, permitían pensar vías nacional de Asia y África, impregna aún hoy la
y horizontes posibles. búsqueda de los pensamientos emancipatorios
Existía un pensamiento político, una de- en las múltiples resistencias. Y, a mi entender,
cisión ligada a una ruptura —como lo define Hugo Blanco viene a representar esta constan-
Alain Badiou— y que Carlos Marx lo había ex- te, esta tenacidad, esta presencia irreductible
presado como una apuesta en su “Manifiesto”. de un pensamiento político, es decir de una
Ese pensamiento político emancipador aún cir- decisión ligada a una ruptura; a la ruptura con
culaba como un fantasma cruzando mares y en- un orden moderno/colonial, capitalista, racista,
tremezclándose con las ideas de los intelectua- patriarcal e individualista.
les indígenas y criollos de América Latina con En la segunda mitad del siglo XX, comienzan
las de los revolucionarios de la India, de África a decaer las teorías críticas donde las ideas de
y de Asia. Esa apuesta a la construcción de un “revolución” y de “sociedad igualitaria”, apare-
Prólogo a Nosotros los indios de Hugo Blanco 1069

cían viables y posibles. No obstante, siempre la de vida de Hugo Blanco, en ese andar políti-
decisión de entregar la vida a esas luchas fue co más parecido al de los activistas indígenas
una opción difícil como bien lo demuestra este del presente que al de los luchadores de las
libro. Y esto por muchas razones; la primera se décadas de sesenta y setenta. Y este es preci-
encuentra en el nivel de sufrimiento personal, samente el dispositivo que habilita no solo re-
las penurias en las prisiones, el ominoso reco- conocerlo por sus luchas dentro de su tiempo
nocimiento de lo que es capaz de hacer quien sino como un sujeto capaz de adelantarse a él.
domina, la sensación de estar siempre cerca de Creo que esto es uno de los puntos que permi-
la muerte. Blanco lo sabe y cuando lo narra nos te dar cuenta del motivo de tanto respeto: por
advierte no solo acerca de su propio sufrimien- un pasado comprometido, pero también por
to sino de los que aún padecen muchos seres ser un sujeto capaz de leer las circunstancias
humanos en todo el mundo; sufrimientos con de las acciones colectivas de La Convención y
los que convivimos durante nuestras vidas, a Lares en una clave en la que se escuchan los
veces conscientes, decididos a denunciarlos y sonidos actuales del sureste mexicano zapa-
combatirlos y muchas otras veces, negándolos, tista, la rebeldía indígena de las montañas y
haciendo como que suceden en lugares tan le- selvas ecuatorianas o la esperanza campesina
janos que no nos involucran. Él se preguntaba e indígena boliviana.
al salir de las prisiones cómo es posible que los Detengámonos un instante en esta cuestión:
seres humanos nos acostumbremos a coexis- ¿qué han sido de los referentes de las luchas de
tir con el sufrimiento de tantos otros que que- las décadas del sesenta y setenta? La mayoría
dan allí. En efecto sabemos de ese sufrimiento de ellos son hoy nombres del pasado y cuando
como así también de un listado interminable participan en la política actual lo hacen como
de situaciones mortificantes y ominosas que funcionarios, legisladores, líderes de partidos
involucra aborígenes, presos, niñas en estado políticos y no siempre en posiciones que reme-
de secuestro sexual, jóvenes en riego de fusila- moren sus historias rebeldes. Hugo Blanco es
mientos, habitantes de favelas faccionalizadas, una de las dignas excepciones y este libro es
y largos etcéteras. una de las claves para comprenderla como tal.
Considero que el hallazgo más significativo Él no pudo imaginar luchas ni senderos sin es-
en la lectura de este libro reside en la historia tar allí, inmerso en esos mundos a los que de
1070 Estudios rurales y movimientos sociales. Miradas desde el Sur

ningún modo deseaba “representar” sino apor- puesta en marcha de reformas agrarias “mo-
tar presencia, coraje, lucidez, compromiso. En dernizadoras”. Blanco ironiza al respecto: “se
el libro nos cuenta como fue buscado por otros trajeron fórmulas de no sé dónde, salidas de
líderes para realizar acuerdos y que siempre se no sé qué iluminados cerebros, siendo que no-
negó a llevarlos a cabo convencido del papel sotros tenemos una organización colectivista
de los colectivos, de las comunidades como milenaria, el ayllú, la comunidad campesina”.
centro de las decisiones. En un momento cuan- Los pensamientos que acompañaron muchas
do se refiere a las guerrillas sostiene “Las ideas luchas así como los gobiernos desarrollistas
que yo tenía en la cabeza por influencia cubana latinoamericanos profundizaron, a veces más
no cuentan, cuenta lo objetivo; afortunadamen- allá de su “buena voluntad”, las relaciones
te siempre respeté lo que la mayoría opinaba y, que los distintos órdenes coloniales habían
en el caso de la lucha armada, también”. impuesto a los largo del siglo. Las comuni-
Las “buenas intenciones” de quienes creen dades fueron acusadas de atraso, improduc-
saber qué necesitan los campesinos, las comu- tividad, ignorancia e inferiorizadas frente a
nidades indígenas y deciden otorgarlo, sea una una supuesta modernización que acarreaba
conducción política, una ideología o una fór- prácticas científicas, superiores, productivas
mula para llevar a cabo una reforma agraria, que encarnaban el “avance y el progreso”. En
representan una historia repetida y conocida otras palabras, como dice Boaventura de Sou-
por los que seguimos de cerca los avatares de sa Santos se las convertía en “ausentes” en
los pueblos. Es una vieja discusión que atra- una operación que llegó hasta lograr verdade-
vesó el siglo XX desde sus comienzos cuando ros “epistemicidios” y genocidios.
las revueltas campesinas de la Rusia pre-revo- Hugo Blanco recorre grandes páginas de la
lucionaria, llenas de coraje y novedades eran historia de su país hasta llegar a la esperanza
ignoradas y despreciadas porque sus bases del Chiapas mexicano en 1994, al Foro Social
comunitarias no tenían “ningún valor” para la Mundial que abre el milenio en 2001, y aden-
revolución que ciertos círculos ilustrados ima- trarse en los significados depredadores, mor-
ginaban. O recuérdese el desprecio con que tificantes del neoliberalismo de nuestros días.
fueron tratadas las comunidades indígenas Recorremos con él desde aquel impresionante
de los territorios latinoamericanos durante la campo de experimentación político que fue la
Prólogo a Nosotros los indios de Hugo Blanco 1071

reforma agraria en el departamento de Cusco, viejo y desgastado Estado-nación) habitadas


arrancada al poder por las movilizaciones y por indígenas, mestizos y los poderosos crio-
luchas campesinas de La Convención y Lares; llos europeizados que pueden enraizarse en los
las corrientes internas entre los dirigentes; los territorios que les dieron cobijo, o pueden que-
juicios de desahucio; los derroteros institucio- dar atrapados por la colonialidad del etnocidio
nales de gobiernos militares; la cárcel, la am- y del epistemicidio.
nistía, la solidaridad internacional y hasta sus Por último, querría realizar una pequeña re-
varios exilios y regresos; siempre el regreso a flexión sobre las resistencias de nuestro tiem-
ese lugar que sin duda lo marcó como sujeto po. Nunca las luchas de los pueblos de la Améri-
pero al que él dejó marcas que perdurarán más ca Latina estuvieron tan articuladas como en la
allá de su propia vida. actualidad. El Cono Sur nunca estuvo antes tan
Este libro también es una muestra de la cercano a los problemas de las comunidades de
fuerza del orden colonial en los países andinos las sierras peruanas, de los territorios altos de
pero a la vez de la potencia de estos pueblos Guatemala o del Sureste mexicano como en es-
que marcan siempre senderos de rupturas con tos tiempos. ¿Qué habilitó esas cercanías y her-
las simples prácticas que remiten a sus raí- mandades en las luchas? En gran parte, fue el
ces culturales. Creo no equivocarme si digo proyecto geopolítico militar internacional que
que Blanco expone esta tensión constante de decidió apropiarse de los recursos naturales de
nuestros países en las figuras contrapuestas de nuestros territorios en una segunda vuelta de la
dos escritores: Mario Vargas Llosa y José Ma- historia colonizadora. El actual saqueo de los
ría Arguedas. Mientras el tayta, como lo llama recursos es solo comparable al de los primeros
Blanco a Arguedas, vive, crea, padece desde las siglos de la devastación colonial; antes se hizo
raíces de su “Perú profundo”; Mario Vargas Llo- en nombre de la modernización y la evangeliza-
sa habla el lenguaje del colonizador, habla por ción, hoy se hace en nombre del desarrollo, la
boca del “amo”. Arguedas es un hombre libre democracia y la ciencia (la tecnociencia). Dice
mientras el “moderno” Vargas Llosa no lo es. la pensadora Ana Esther Ceceña al respecto:
No puede serlo pues nunca es libre aquel que
lleva la voz del amo adentro. Y en esta tensión Un único proyecto de mercantilización total de
se retuercen aún nuestras naciones (de este la naturaleza para uso masivo desde el centro de
1072 Estudios rurales y movimientos sociales. Miradas desde el Sur

México hasta la punta de Tierra del Fuego. No se ción minera, de los bosques y las selvas, de la
trata de la explotación de los elementos naturales tierra y de los recursos del subsuelo recorren el
para uso doméstico, ni local ni nacional, sino de continente desde México hasta ese sufrido sur
su explotación de acuerdo con las dimensiones patagónico de la Nación Mapuche. El ejemplo
de un comercio planetario sostenido, en un 50%,
de las poblaciones amazónica de Bagua duran-
por empresas transnacionales. La infraestructura
te 2009, mostró que contra un pueblo decidido
que se propone —y que se requiere— es justa-
mente la que permitirá a América Latina conver- a mantener su territorio no hay transnaciona-
tirse en una pieza clave en el mercado internacio- les ni gobiernos coloniales que basten.
nal de bienes primarios, a costa de la devastación Este libro es una de las tantas bisagras que
de sus territorios, abriendo nuevamente esas ve- se proponen entrelazar estas luchas; narra las
nas de la abundancia que sangran a la pachama- del pasado cuyos destellos libertarios se visua-
ma y que alimentan la acumulación de capital y lizan en las del presente; marca rupturas y con-
la lucha mundial por la hegemonía. El diseño de tinuidades al tiempo que nos desafía a seguir
esta infraestructura va del corazón a las extremi- pensando desde nuestros diferentes lugares y
dades, del centro de Sudamérica hacia los puer- luchas actuales. Esos lugares en la selva ama-
tos en el caso de IIRSA y de Colombia-Panamá
zónica de una tenacidad sin límites en 2009,
hacia la frontera con Estados Unidos en el caso
en las grandes alturas del Cusco peruano o
del Proyecto Mesoamericano, nuevo nombre del
Plan Puebla Panamá. (Ceceña, 2009).
de El Alto en Bolivia, del sureste mexicano de
“la Digna Rabia”, en esa digna Nación Mapu-
La dominación es continental, pero las resisten- che que expresa su repudio al Chile racista, en
cias también lo son. Pocos argentinos saben, esos lugares a recuperar de los pueblos Kollas
por ejemplo, que cuando el valiente pueblo de o del pueblo Diaguita del Noroeste argentino;
la localidad patagónica de Esquel impuso su la perseverancia de las comunidades ecuato-
plebiscito para rechazar la minería en su loca- rianas, con las huelgas de los obreros argenti-
lidad tenía como paradigma el pueblo herma- nos que no se doblegan. Esos lugares de las lu-
no de Tambogrande en Perú que un año antes chas por mantener los cerros y montañas fuera
había logrado el mismo rechazo con el mismo del alcance de las corporaciones mineras de
dispositivo. Las resistencias contra la devasta- los pueblos cordilleranos de Chile, Argentina y
de toda la Abya Yala.
Prólogo a Nosotros los indios de Hugo Blanco 1073

Una luchadora de la Asamblea de Chilecito, Bibliografía


provincia de La Rioja, Argentina, que intenta
mantener su cerro fuera del alcance de la de- Ceceña, A. E. 2009 “Caminos y agentes
vastadora empresa minera Barrick Gold —en del saqueo en América Latina” en
el conflicto sintetizado en la consigna “El Fa- Biodiversidad en América Latina y el
matina no se toca”— siempre cuenta una his- Caribe, página web, 29-10. Disponible en
toria que une tiempos y articula resistencias <http://www.biodiversidadla.org/content/
de un modo fácil de comprender por quienes view/full/52722>
habitamos estos territorios de antiguos pobla-
dores olvidados por algunos. Dice Gabriela que
los ancianos riojanos narran que en la cumbre
del cerro Famatina descansan las almas aborí-
genes, y cuando se produjo el levantamiento de
Túpac Amaru, el Famatina tronó llamándolos
a recuperar sus territorios y la dignidad de su
cultura. La lucha para preservar el cerro de la
minería a cielo abierto, así como tantas otras
—por la tierra, el agua, los derechos sociales, la
autonomía cultural pero también política de las
comunidades, etcétera—, entretejen hoy viejas
y nuevas voces de resistencias en una concep-
ción del tiempo difícil de comprender por el
orden colonial de ayer y de hoy.
Sobre la autora

N orma Giarracca  (Ramos Mejía, 1945 -


Buenos Aires, 2015) fue socióloga y profe-
sora titular de Sociología Rural en la Facultad
En CLACSO coordinó el Grupo de Trabajo de
Desarrollo Rural. Como coordinadora del GT
publicó:  ¿Una nueva ruralidad en América
de Ciencias Sociales de la Universidad de Bue- Latina? (Buenos Aires, 2001). Asimismo, pro-
nos Aires. Pensadora ineludible en torno a los logó el libro Ruralidades latinoamericanas.
estudios agrarios latinoamericanos, luego de Identidades y luchas sociales (Buenos Aires,
múltiples exilios, ya de vuelta en Argentina se 2004), presentando a una nueva generación de
dedicó a fundar el Instituto de Investigaciones cientistas sociales. Mantuvo vínculos cercanos
Gino Germani en la Facultad de Ciencias Socia- con los procesos de Oaxaca y la creación de la
les de la UBA, el cual dirigió. También coordinó Universidad de la Tierra. 
el área de Ciencias Sociales, Educación y Filo- Intelectual y militante política comprometi-
sofía del Consejo Nacional de Investigaciones da con su tiempo y su lugar, Norma dedicó su
Científicas y Técnicas (CONICET) y creó la vida a la formación de estudiantes y equipos de
cátedra de Sociología Rural y el Grupo de Estu- investigación, hasta su fallecimiento en 2015.
dios Rurales (GER). Más adelante también fun-
daría el Grupo de Estudios de los Movimientos
Sociales en América Latina (GEMSAL).
En los tempranos años noventa participó
del Grupo Montevideo de Universidades del
Mercosur, junto a reconocidos especialistas de
Brasil, Chile, Paraguay, Uruguay y Argentina.

También podría gustarte